2 Mediavilla, Claude - Caligrafía (2005)
2 Mediavilla, Claude - Caligrafía (2005)
2 Mediavilla, Claude - Caligrafía (2005)
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1
CALlGRóFlA
1
CLAUDE
ME DI AV ILLA
campgriific
VALENC I A, 2005
...
a
Esta traducción de Calligrapltie. Dl.l siyne calligrophie la peiii/Ure obstraile
se publica media nte acuerdo co n i mpl·imerie N<\tionalc Édltlons,
La primera edición de es ta obra se realizó en 1993.
tvdos lu' derec:ho<. No Sj! pcrm1te reproducir partP alguna clt' e,ta pubhcdtlon, cualq111era que sea el
nwdio cm¡lleildn-•mpres•ón fotoulp•·•· etc.-. sin d permi\O prcvto út>l editor
A mi 1ntulre Felicitas,
y 11 1111 hi;o Lums.
SUMAf\LO
los útiles del calígrafo ......... ... . ... . .... . ... .................. .. . ...... 23
El rá lamo l.<1 pluma de g¡¡ nso - El cortaplumas - La pluma de
El pincel - 1.:1 papiro - El pergamino- El papel - Las tintas - Colores y pigment os -
Rccet<1:s de los antiguos maestros - Pequeño léxico de las sustancias y los pigmento:.
utilizados dc:.de la Edad Media has ta el siglo XV I.
IX
La escritura del Renacimiento . ......................... ... ... . ......... . 187
Nacimiento de la escrit ura humanística La influencia de Poggío Bracciolini
La difu sió n de la escrilllra hu man ística - La humanís tica tipog ráfica - La h umanística
cursivu - Arrigi y la ca ncille resca - La c11rsiva de Niccol o Nicco li - Maes tro Pala tino -
Los milc;,trns cspal'toles.
Los maestros flamencos ... .. ... ... ... . ... .......... ...... ...... .... ... . . 213
El siglo de oro de la c<1ligrafía - Los precur;,ore) - Los primero) maestros
jan van den Veldc - Frb1u s y su tiempo - Gcorges de Carpe nti er- Los preceptores
del ma es tro Van den Vrlclc Cómo confeccionar una bucn¡1 pluma - Oife1C'n tcs clases
de tinta<> según Jan va n den Ve lde.
Conclusión ... ........... ........ ..... .................. ........ ... ..... 307
Glosario ................ .. ............ . . .. ........... . ........ .. ....... . 309
Cronología . . ... ............ ... ............ .. ... ....... ... ...... . .. . .... 3 1 s
Evolución de la escritura ............. .. ............... . .................. 318
Bibliografía . ....................... . ....... . .... . .. .. ....... . ........... 32 1
ll istol'ia de la le tra. rultlll'a gene ral - Ep ig raria- Mantmlrs de paleogralia
Recop ilación de facsím iles- La esc ritura lati na en la Antigüedad - Escrituras
insu l¡¡res, carolinas - escri turas góticas - La escritu ra humanística
Caligraría del siglo xv11 a día:. Caligrafía, pintUia abstracta- Mimatura y
decoración del libro - T intas, colore;, y pigmentos - Obras bibliográfica) - Cirras y
puntu;1ció n - Codicologf¡,¡ - Obras sobre las abreviat ur.ts - Periód icO!> y revi!>tas -
Anti guos tratados de
La realización de una obra que hace referencia a documentos tan diversos y que se
encuentran tan repartidos por toda Europa no habría sido posible, como es de
imaginar, sin la cooperación de un buen número de personas. Entre ellas citaré en
pnmer lugar a Marie Pierre Laffille, conservadora del departamento de manuscritos
ele la Biblioteca Nacional de París; a Anouk Seng, bibliotecaria del College Estienne,
por su celo y competencia; al profesor Jos Biemans, conservador de manuscntos de
la biblioteca de la Universidad de Ámsterdam, cuya amabilidad y disponibilidad
agradezco desde aquí; al profesor Albert Derolez, conservador tle manuscritos de
la biblioteca tle la Universidad de Gante, por su inestimable ayuda; a Giuseppe
Lombardi. conservador de la biblioteca de la embajada de Italia en Francia; a
Christian Schefner, director del Klingspor-Museum, en Orfenbach. Deseo dejar
constancia ue mi estima y gratitud hacia todos ellos.
Mi más sent1do agradecimiento a Karyn.Lynn Gilman, <.lirectora de Calligraphy
l<eview {EE.uu.), a Kathy Frate, de la Biblioteca Laurenziana (Florencia), al comité de
la Egypt Exploration Society, al mmistro de Cultura italiano, a la editorial Phébus, al
Board of Trinity College (Dublín} por el préstamo de fotografía s, a todos los artistas
calígrafos que han colaborado, a la coleccionista Brigitte Groslier por su valiosa
contribución, a la señora Ottoffer, propietaria de los magnífico:.. manuscritos
mudéjélres. a Mohilmed Said Saggar, coleccionista y artista calígrafo, a Georges
Yanagita, coleccwn ista (EE.uu.), a la doctora Sylvie Pradier, del laboraton o de
reactivos de Rh6ne-Poulenc, al profesor Jean-Éric Lun<.ly, neurólogo, al profesor Éric
Marié, pres1dentc de la Federación Europea de Medicina Chma, a Jean-Franc;:o1s
Genesl, investigador del CNR!>, sin olvidar la deuda muy especial que he contrait.lo
con Chri!>tinc Ungerer, jacques Leroux y frank Missant.
Qu1ero tamb1en expresar 011 agradecimiento a Max Gourgas, al escritor jérome
Pcignot por su hallazgo de los trabajos inédi tos de Pou jade, a Rene Ponot,
h1stonador de la tipografía, it Tad Tran, calígrafo, por su dedicac ión y su fie l amistad,
a Mun1que Barbter y Pierre·Marc Levergeois, que aceptaron leer c1crtas secc10nes,
ennqucciéndolas con su::. comentarios pertinentes, así como a )ean-Marc Dabadie,
Ywltl:' Y1bert y a todo el equipo de producción de la Imprimenc su1 el
cu, 1 c!. le pwyecto no habría sido pos1ble.
Ia11 -;olo me L¡uct.la añadir mt deseo de renJir homenaje a mis padres y expresar
un agr.1dt•rim1cnlo muy especial a Thérese Leridon, agregada de prensa, y a Gércud
Xurigucra, historiador y crítico de arte, cuyo apoyo, entusiasmo y gc•neros1dad me
han anm1é1do lOnstantemente a perseveC<lr.
C LAIJU( MEDIAVILLA
\1
PRQLOGO
XI JI
cuerpo en e l espacio, armada sin sistematismo, la ca ligrafía, ya sea china, u
occidental, o dibujada, es esencialmente un acto espiritual que en ningún
1nomento revoca la presencia del ser en el mundo, a partir de una memoria que ha
sabido ver y retener. Los trazos fluyen, se enroscan, serpentean, austeros o volubles,
flamígeros o floridos, prolongando indefinidamente los impubos de la • mano viva•
en la dentellada que deja ::;obre la superfi cie. Se comprende que sea neresaria mucha
ciencia y mucho amor para instruir el de estos signos y sellar en ellos la
dialéctica cursiva. La obra muy documentada de Claude Mediavilla, tratado y
manual según su prop ia declaración, afina y ahonda en la relación entre caligrafía y
pintura abstracta mediante sabios postulauos. Subraya el proceso de su eclosión en
el •instante que precede a las palabras», imiste en la carga emocional inervada en
cada propuesta gráfica, recordando que lo importante no es el motivo en sí mismo
sino la manera de interpretarlo. Rico en informaciones inéditas de diversa índole. su
libro detallado y denso, acompañado por una iconografía sustancial, muestra hasta
qué punto se ha volcado, con una atención de entomólogo, sobre la problemát ica del
escrito y del ::.igno caligráfico en sus respectivas diferencias. mediante E">tudios
comparativos en ocasiones inesJJcrados. Uno puede imagi nat con facilidad la
cantidad de ai1os que ha dedicado a la redacción de este volumen y al conjunto de
las nwestigaciones llevadas a cabo en todos los campos para desentrañar con la
mayor precisión esta verdadera realidad cultural que es la caligrafía, entendida como
un arte intrín::.cco. Fruto de una rigurosa rcl"lcxión y dado que no existe otro
semejante, este libro será para muchos un verdadero descubrimiento, ya sean
iniciados, aficionados o simples curiosos. Permitirá situar mejor este a t te poco
conocido que transgrede el lenguaje por e l sesgo de un léxico ele signos dibujados o
pintados, cuya-; metamorfosis llaman en sus vértigos continuamente reiterados.
XIV
PRQLOGO
Cada vez que leo Pierre Menard, autor del Quijote de Jorge Luis Borges. tengo la
1mpresión de que le habla directamente al calígrafo que labra escrituras de otras
epocas. Pierre Menard, francés del siglo xx, ha «contraído el misterioso deber de
reconstruir literalmente• la obra espontánea de Cervantes: no se trata de hacer una
transcnpcion mecánica del original, sino de escribir el Quijote desde su propia
experiencia y creatividad, tarea que el mismo Menard reconoce como casi imposible.
El calígrafo, que se dedica a dominar solo las formas, y no el contenido de tie mpos
pasados, lo tiene un poco más fácil.
Pero es cierto que existe una gran contradicción. Copiar a un ca lígrafo de hace mil
ai'los implica aprender su técnica, codificarla e imitarla servi lmente, mientras que él,
nuestro modelo, escribía con espontaneidad. Un calfgrafo es quien escribe bell as
letras. Nuestro modelo quizá fuera solo escribano, copista: probablemente no era
conscien te de la belleza de su producto. Nosotros intentn.mos via jar hacia atrás en el
tiempo. J.L. Borges diría olvidar mil años de historia, sobre todo o lvidar la invención
de la imprenta y sn efecto sobre la percepción que hpy tenemos de las letras. Casi
imposible, pero menos quijotesco.
Edward Johnston, el calígrafo inglés que a principios del siglo xx redescubrió la
técnica de la caligrafía occidental de gruesos y finos, aseguraba que lo que más lo
acercaba a un calígrafo del siglo x era el útil, es decir la pluma de ave, y que si
resucitara, volaría igual que una del siglo x. (Borges no nos dice si entre otras
preparaciones de su método inicial, como por ejemplo •conocer bien el español» y
·recuperar la fe católica•, Menard también aprendió a tallar una pluma y escribir
ron tintas del siglo xv1 sobre papel y piel.)
Como le ocurría a Pierre Menard en su problema para crear la obra espontánea de
Cervantes, E. johnston lamentaba no llegar a la espontaneidad del calígrafo a quien
trataba de emular: reconocía que siempre se sentiría refrenado por Sil responsabilidad
como invest1gador de técnicas perdidas o por el deber ante sus alumnos el deber
de explicar correctamente cada elemento recuperado del oficio.
E. Jnhnston consideraba que sus antepasados, <<aunque hiciesen cosas bellas, no
buscaban directamente la belleza ... Obviamente tenían un suc•'lo de belleza divina en
c;us corazones, pero en el momento solo hacían algo útil.»
En <•ste caso, ¿cómo se justifica una vocación? Una frase atribuida a Lloyd
J. Reynolcls c.Je Oregon ironiza sobre la caligrafía del siglo xx: «We do it because we
don 't havc to» !La hacemos porqué no es necesaria¡. Es el placer del trazo que nos
capta y quizá basta como justificación; pero Lanza del Vasto thjo: «C'est en faisant
\V
les choses que l'hornme se fait lEs haciendo cosas como e l hombre se hace]. Llevar
a cabo un modesto manuscrito, aunque no sea en una época mecanizada
y digitalizada, es nu obstante una experiencia sumamente (ormativa.
Ensetiar caligrafía en paralelo con la tipograffa en un programa de djsel'lo gráfico
es una oporlunitlacl para que el estudiante se dé cuenta de que escribir un
lruzo sobre papel con tinta es un acto irrevers ible, responsable. Es un acto único que
mntrasta con C'l procedimiento de diseñar en un programa de ordenaJor, el cual nos
permite' deshacer cada elemento, rehacerlo o hacerlo desaparecer cuantas veces
q11eramos. Ésta es una cliferr•nria grática 1 un clamen tal a principios del s iglo xx¡_
Pero hay más. También se han cortado otros vít1culos: hasta la llegada de la
informéitica de torma generalizada existía una muy estrecha relación entre leer y
escribl r: si ésta se corta, llegará protllO un momento en que habrá quien sabrá leer
y teclear, aunque haya ,•Somos capaces de prever lob efectos ele esta
nueva condiCIÓn?
«El texto libresco lthe bookish lextj PS mi hogar» escribió [vcm lllich en fn lhe
Virteyurd of the Text ¡en la viñn Jeltexlol, y reconoció, en el nño 1993, que «este
hogar ya es tan antíoJado como la casa do1tdt! naci, cuando unas pocas bombi llas
empezaban a reemplazar la vela.( ... ) Un nuevo tipo de texto forma la mentaliclad de
mis est11diantes, que es un impreso de ordenador, que no tiene ancla, que no puede
rcivindicarse ni como metáfora ni como otiginal de la mano úel autor. Como las
señales de una goleta fantasma, sus cuerdas digitales forman tipos arbitrarios sobre
lit pantalla, espectros que aparecen y luego se esfuman. Cada vez menos personas
vienen al libro como abrigo de la significación.»
Ha lertni nado la época del libro, que en Occidente cuenta con dos fuentes: la
sagraua con los evangelios, y la seglar co 11 las universidades fundadas en el siglo XII.
Ahora, según Illich, la supervivencia del lector libresco ha de considerarse como
•una tarea moral que se basa en comprender la fragilidad hjstórica del texto líbresco,»
El mismo año en que 11llch contemplaba este momento clave de nuestra
evoluci6n. apareció justamente la presente superlativa obra de Claude Mediavilla
Caligmfío, que mira con gran detalle a nuestra tradición caligráfica y luego abre su
propia ventana al futuro.
Es Ja más completa enciclopedia de la caligrafía jamás prouucida. Yo mismo la
recomendaba en su versión original al estudiante de ca ligrafía aunque no leyera en
francés: solo por su infonnación gráfica ya merecía la pena; aJ·wra Campgrafic ha
hecho un memorable esfuerzo para la versión en castell ano cuyo resultado es
encomiable. Una de las virtudes de esta obra es la abundancia de ejemplos de
caligraf-ía de todas las épocas bien fotografiados. Junto a cada rnodelo del autor,
donde nos demuestra su reconstrucción de una escritura histórica, hay al menos
una imagen, y por regla general más, de verdaderos ejemplos históricos de la misma
escritura. Evila así e l vicio de los adocenados manuales de caligrafía con muchos
aH-abetos y pocas nueces, gue nos obligan a creer a ciegas su versión de una
escritura. (¿Quién tiene en casa una copia de Escritura y Lenguaje de España de
Esteban Paluzie') C. MediavilJa es más transparenle, más democrático: podemos
comparar su versión con el original. Hay una buena selección de manuscritos e
inscripciones entre los más conocidos, y otros sorprendentes, aunque menos
conocidos. El lector español apreciará, por ejemplo, un manuscrito de una letra
visigótica de Burgos aclualmente en una biblioteca de Manchester.
La Caligrafía de Claude Mediavil la es un documento inestimable para el Keilh Ad¡uns, Cataluñcl. Ln secta del Fénix,
estudian te de caligTafía. Para quien no e ncuentre en el contexto del aula, con 1995·2003. Composició n inspirada en el ensayo
<.le Borges del mismo título (1944). Formalo:
profesor y compañeros, el análisis expresivo de la forma (págs. 290-91) es una clase 44 x 64,5 cm. Pigmento, témpera de huevo y
magistral, incontestable. oro sobre papel¡ plumas de metal y caña.
XVII
Aw1 cuando llegas al úllimo capítu lo del libro queda un mensa je subliminal que
no es otro que, como e l lector libresco de Jllich, e l ca lígrafo tiene la obligación moral
de sobrevivir. Ha de aportar sus conocimientos e intuición sobre las clistanci<:ls
rehllivamente cortas enlre el soporte, el punto Jel útil, la mano sobre el mango del
útil y e l cerebro, a quiellq ui era que escuche, y decirle: Aquí hay poder, a11nque no
sea un poder reconocido por la sociedad actuaL Es una distancia todavía humana en
el umbra l de una sociedad que se rinde a las distancias inmensas enu·e la pantalh1,
pasando por una tecnocrac ia opaca con su plantilla legió n, y e l teclado, :.in llegar
s iquiera al dedo. La última frase de un ensayo de 199R, Calligrnphíe & pouvoir, en
gue Claude Mediavilla califica la caligrafía como un arle, dice: •< Para la autoriuad
soberana, el arte representa la hendedura en la coraza por donue se infiltran los
interrogantes y la contes tación."
CaJa calígraio debe trabajar, modestamente o a gran escala segt'tn sus
capacidades, hacía •mna nueva edad de oro», romo dice el autor en su conclusiótL
Puede asombnu· su decisión ele desarrollar s u caligrafía en e l campo de la pintura
ahstracta, pero también como afirma en su conclusión, la obra presente tiene como
principal razón de ser s u aspecto didáctico. En La gota de oro, 1988, Michel Tournier,
Jespués de citar a Hassan Massoudy en Calligmphie arabe vivwtte sobre la correcta
respiración durante la caJjgrafía, nos cue nta una fascinante leyenda de la reina rubia
en que un retrato maléfico, t'nt re Dorian Gray y la cabeza de Medusa, pierde su
poder destructJvo cuando un joven amanuense le reinterpreta los rasgos sobre hojas
de papel transparentes en trat.os caligráficos q ue tienen sentido: la cara se divide en
ocho frases universales; e l con junto de hojas a contra luz reproduce la cnrn, es ta vez
comprensible, espiritualizada, con modulación benéfica según la secuencia de capas.
Así poéticamente Tournier sugiere que cualquier imagen se pueJe desglosar en
signos.
Claude Mecl.iavi lla nos plan tea la cuestión: ;.La caligrafía abstacta va más allá de
esta ¡.>claridad de s igno e imagen? Disfruten ele esta obra maestra de la cu ltura.
Kt:JTH ADAMS
/
XV II I
INTRQDUCCIÓN
L<t n1ligrafía expNimcnt<l dt•!>ÓC hate pow uua cspec1c de tenacimiento. Es objt'to
dt• -;u practica smc•tn interes t' incluso han aparecido comercios que
t'n materialc::. caligráficos. Críticos y eruditos, m<ís preocupados ahora,
mtwstr<ln tamb1én un 1nteré::. inequívoco que no hace más que lOmar el relevo del
ck'l ptlblico hac1a la letra, el retorno alut('nsilio y al simple placer de cscribtr.
Muestra de c:llo es que recientemente un concurso en Francia contado con la
p.nlkípaci6n de nad<l meno<; que ochocientas cincuenta personas. Lejos de ser un
lt:númenu aislado, este rcnacimit:nto ha alcanzado proporciones asombrosas,
t'5IWCJalnu::ntc en lstado::. donde cualquirr ciudadano puede adquirir
fácílnwntr> su neceser caligr<ihco en cualquiera de las denominadas grandes
I N ri\OOUCCIÓN XXI
Nuestra ::.ociec..lad atraviesa una crisis. Una crisis de raíces y de identidad que
crea en los individuos la necesidad ele afirmarse y de buscar su devenir. No es un
fenómeno casual que las paredes de nuestras ciudades estén completamente
cubiertas de grajfiti o de pintadas. Esta tendencia corresponde probablemente a
una necesidad natural de apropiación del espacio. a una voluntad por parte del
ciudadano de mnnilestar su existencia. La caligrafía podría ser una respuesta a este
deseo, pues permite situarse en el espacio y en el tiempo. Por otro lado, a semejanza
de las marciales, n:·qttiere un alto nivel de concentración y representa una
búsqueda sin fin. un proceso de perfeccionamiento comparable a gnmas que
ejecutan los pianista:!> como ejt.!rcicio cotidiano. Su práctica proporciona igualmente
un excelente renwclic1 contra e l hastío y la insatisfacción de nuestras sociedades.
No obstante, un peligro a esta disciplina ya que en ocasiones se infilt ran en
ella seuduca lígrutos que carecen de los conocimientos históricos que pretenden
enseñar. 1Sepamos descubrirlos! A estos escribas se les puede reprochar su
irresponsabilidad en la mt!dida en 4ue ofrecen una imagen negativa cle este arte.
Tt!nemos que Údr prueba de gran humildad, no la caligrafía en materia
de competición y sobre todo evitar menospreciar a principiante::. y .¡ficionados.
Solo el verdadero calígrafo dc:.conoce la vanidad como buen conocedor del ¡..¡recio de
su y Jel enorme trabajo que le ha costado alcanzar su objetivo. El arte
de la caltgraha es a menudo poco conocido y en general ha dado pie a pocos trabajos
de rellex1on. Asim•smo no contamos con ningún manual teónco verdadero, por lo
que hasta ahora aficionados y estudiantes se han visto obligados a recabar
ensei)anzas en textos ajenos y d deducir de ellos síntesis desmañadas. Esta si tuación
reclamaba una rápida intervcnet6n para sacar de apuros al alumno de caligrafía o al
simple curioso. El presente trabajo tiende pues a satisfacer esta tloble necesidad.
1\ la vez tratado y manual, puede mantener la atención de quien emprenda su
lectura por gusto o por motivos cüdácticos. Corno tratado ofrece un rcpnso de los
diferentes contextos sociocultura les en lns que, a lo largo de la h ist·oria, las
civilizaciones h ..m desarrollado la escTitura y la caligrafía. Como manua l Je f;ícil
lectura y cons11lta, pretende ser un recurso práctico para el docente y da buena
cuenta dl· la técnica y de los materiales. En definitiva este libro, esta herram ienta de
trabajo tan esperada, está dirigida en primer lugaT al mundo de la enseñnnza, a los
grafistas, a los plásticos y, de un modo más general, a los creadores.
En cuanto al aprendizaje de la escritura por parte de los niños, aunque esta labor no
constituye nuestro propósito central. queremos subrayar la capacidad específica de
la caligrafía para intervenir en este proceso, en el que siempre ha reivindicado su
lugar. Por la selección de las materias que aquí se ordenan, la elección de los temas
que se abordan y su presentación, este libro intenta subsanar algunas lagunas y
aclarar los conceptos más controvertidos. Hemos escogido los modelos de escritura
con extremo dbccrnimiento, respetando lo mejor posible el tipo histó1 ico e ideal "
siempre que éste exis ta y excluyendo cualquier interpretación subjetiva.
Sin embargo. al lector se le ofrece al mismo tiempo la libertad de
estas escrituras a su manera. Tales garantías figuran entre las condiciones sine qua
non de todo trobajo serio de investigación. Hemos querido presentar numerosos
facsímiles, qu<> de algún modo actúan como garantes de una •verdad • histórica.
De acuerdo con este espíritu, siempre hemos considerado que es mejor ana lizar un
a lfabeto según los criterios vigentes para los maestros calígrafos de la época en lugar
de hacerlo segú n los actuales. Ésta es la razón por la que el aspecto epigráfico y e l
paleográfico ocupan 1111 lugar tan relevante en esta obra. Sin esta especificidad no
Claude Mediavilla, l993· Pintura sobre lienzo.
podna tener!>e una percepción aguda de las muchas sutilezas del contexto Formato: 97 x 150 cm. Pigmentos naturales,
caligráfico. Finalmente nos queda insistir sobre la importancia que en este libro se tierra de Italia y ocre de Roslo!llón..
I N ri\OOUCCIÓN XXI
otorga a los esenciales vinculas exis tentes entre la caligrafía y la pintura abstracta.
Nos cabe la esperanza de que en este ámbito, nuestro análisis abra la vía para
nuevas investigaciones rigurosas y pertinentes de las que el arte se puet.le beneficiar.
Esta reflexión constituye a nucst ro entender una Je las principaJes aportaciones uel
trabajo que aquí se presenta. Nuestro estudio cubre un vacío. De hecho, hace ya
tiempo que acariciabamos la idea de redactar un libro como éste. La extensión del
sujeto, su complejidad y su carácter multidisciplinar requerían muchos años de
preparación. También había que evi tar volver sobre los pasos aoJados por otros
autores ya publicados. Sin embargo, al no haber leido ningún trabajo cuyo resultado
nos pareciera plenamente satisfnctorio, en última instancia, y pese a las críticas
justas o injustas que ello pueda suscitar, hemos creído oportuno, citando a Louis
Barbedor*, valer algunas ideas sobre 11n a profesión que ejen:o con cierta
reputación •. Por lo demás, al lector corresponde felicitarnos o censuramos.
CLAUDE MEDIAVIlLA
/
o ancho de los punto>
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CLAUDE MEDIAVIlLA
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menudo, Jc asnmdar esta disciplina a una simple labor artesanal consistente en la
copia de textos. Un arte de estas características va mucho más allá de tales límites:
la caligrafía, muy al contrario, lunc1ona como una obra de arte antes de convertirse
•en el mejor de lo!) casos• en un mensaje. Como indica el maestro contemporáneo
Tseng Yu-Ho. es el significado lo que más 1m porta. lo esencial es más bien e l
trazado y el movimiento.» Ante todo, la caligrafía sr presenta bajo la forma de una
escritura, legible en algunos momentos, pero en otros, completamente indescifrable.
En este último caso, la lectura no es el resultado de una comprensión a lfabética, sino
de la aprehensión de la emoción que se experimenta ante los elementos plásticos. En
efecto, una obra verdaderamente caligráfica nace de la armonía de las proporciones
y de la riqueza de las formas. Si la privamos de estos valiosos elementos, no pasará
de ser una escritura banal o una composic ión monótona. El interés de caligrafi ar la pnmera lmca pn•sen ln cual ro lt•tras e ue
no proviene uc lo que está escrito sino de la manera de escribirlo. La única relación morfo logías tnuy diferenciadas: quebrada.
redonda, puntiaguda y cursiva.
que puede existir entre el imaginano literario y el caligráfico pertenece al ámbito de La segunda linea mueslra tres versiones de la
lo alusivo: al igual que ésta puede dotar a la escritura de una referencia específica, e con en uso a pan ir del siglo .XII, as•
la literatura puede connotar el lenguaje de una forma u otra. Ex.iste un estilo romo una e I"On u·dilla.
comun entre el calígrafo y el escritor, ya que ambos interpretan el material del que
disponen. 1'(:'1"0 la comparación se detiene ahí, pues e l signo caligráfico en ocasiones
no transmill' ningün significado: con:;tituye, e n sí mismo, el sentiuo.
GENERALIDADES
En el fondo de cualquier actividad humana. al igual que en las obras de nrte, e..-xisten
milagros ocultos y geometrías serretas. La letra no es una excepción. Algunos
elementos, como la morfología, e l ángu lo de escritura y el ductus permiten poner en
evidencia y definir tanto la escritura como la caligrafía. A duras penas podríamos
avanzar en el estudio que propone este libro sin antes precisar estas nociones, que
además no siempre han estado muy claras. En efecto, antes de los trabajos del
e::.tudioso francés Jean Mallon, ninguna olra reflexión había definido estos aspectos
de forma rigurosa. EJ reconocimiento que se le debe a este autor es aún mayor
por cuanto paleógrafos y ca lígrafos, cuya acrividad P':incipal consiste en analizar
o reproducir los trazados, no podrían haber Llevado a cabo su labor s in su valiosa
contribución. Por consiguiente, si nos remitimos a lean Mallon, los elementos
cons1itutivos de la escritura son cinco: la morfología o forma, el ángulo de escritura,
el cluctus, el módulo y el peso de la escritura. A este grupo de elementos añadiremos
otro, al que jean Ma llon no hace referencia: e l estilo o la «mano» . Inten taremos
precisar más adelante lo que se puede entender por este concepto.
La morfología
-
2
Cuando el escriba respeta las particularidades tlel sistema que está en vigor en
su época, aumentan para el lector las posibilidades de datac ión del documento que
exrunina. Destacamos aquí el interés que ofrece el conocimiento de la morfología
para situar un texto en el tiempo. Sin embargo, datar con precisión una caligrafía es
una ardua tarea. Cuando es necesario justificar una fecha, observamos que a menudo
los detalles sobre los que se apoya la tesis guardan mucha relación con elementos
ajenos a la escritura; se recurre por lo general a lctias capitulares ornan1entadas,
cuando éstas se hall an presentes, a decoraciones marginales o a letras iniciales.
Como podemos imaginar, s i bien el estudio morfológico permile abordar la cuestión
de la datación, éste no deja de ser un procedimiento emp[rico o insuficiente. El lector
que quiera profundizar en su examen deberá hacer intervenir otros elementos,
corno el ángulo de escritura o el ductus, sin lo cual correría el riesgo de llegar a
conclusiones erróneas, pues los textos caligrafiados en un mjsmo tipo de escritura
pueden pertenecer a épocas muy ale jadas entre sí.
El ángulo de escritw·a
Esta noción se refiere a la posición en la que se sitúa el mstrumento del escriba con
respecto a la pauta que s igue la línea ele escritura. Si bien esta definición parece
simple y evidente, se revela insuficiente. Veremos,.en efecto, que el ángulo del
instrumento no siempre coincide con el ángulo que forma el perfil más fino.
Esto se explica por la utilización de una pluma cuyo bisel no está tajado en recto,
sino sesgado hacia la derecha. Se trata pues de dos realidades bien distintas: por
un lado el eje definido por el instrumento de escritura y, por otro, la dirección
El ductus
El termino ductus provJene del latín rligitus, que significa •dedo•. El ductus se
puede definir como el nt'unero, e l orden de sucesión y e l sen tiLlo de los trazos que
forman una letra El estudio del ductus no consiste s implemente en descomponer el
stgno en cierto número ' de trazos, sino también en precisar e l on.len en el que éstos
t.•st.in trazados y su sentido con respecLo al instrumento de escritura. Ningún trazo
ho• izontal pueue ser e jecutado ele derecha a izquierda y ninguno vertical de abajo
,m·iba. Para evitar cualqUier confusión, en Las láminas de estudio aparecen números
y flechas que corre:;ponuen al orden y aJ sentido cle los trazos. Hay que señalar
qw· f'Ste elemento cle la escritura es de gran utilidad para el análisis histórico de la
l'Scntura. Naturalmente, su mayor beneficiario es el calígrafo y .!.cría difícil imaginar Ul1Ctus de los signos n y 1?.
lct realización de una obra c.al igráfica sin la puesta en práctica de las enseiianzas del
duC'lus, por la razón evidente de gue éste constituye el a lma de la letra y el elemento
menos peJ·sonalizaclo de In escritura, luego e l menos &usceptible ele ser alterado.
De hecho, si no "e re.->pet<l e l ductus, es decir, si. se traza la letra «a las
formas serán forzosamente inexactas. A decir verdad, un escriba experimentado
quf' dom111e las forma:; puede permitirse en ocasiones ciertas libertades o liceJ1CJas.
• R Manchal, •D<' l:t ;¡la minuscule•
A rl le corresponde juzgar estas pequeñas del ductus. Por el contrarío, •·n Marin' 1\udiu, typo'lmf>IUtJIIC', Pari\, 1948
l'lt€11MINI\1ll' S
el principiante debe mostrarse más riguroso. A este respecto la caligrafía chinél es
inllexible y no permite improvisación alguo<l. Por otro lado, en el alfabeto latino e l
trazado de las letras se reali za en varios Ue.mpos o secc.iones. 1\J final de cada sección
la pluma se levanta y se coloca sobre otro punto de la hoja para iniciar el siguiente
trazo. Este pecu liar pero importante procedim iento constituye un principio no
ex.presado de la caligraf"íil. Con la excepción de a lguna:. escrituras cuyo ductus es
muy concreto, como la r(tstica, formas muy dispares p11eden haber sido originadas
por un mismo ductus. Podemos invertir los térm inos de esta alirmación y decir que
un mismo ductus produce formas muy dispares. Esta aparente paraJoja se explica
por el carácter despersonalizado del ductus, que varía poco y constit·uye el ga1·ante
de la morfología. Su esl udio tan solo permite identificar una «mano» ele mane1 a
imperfecta. Por último, el estudio sistemático de las es probJblcmentc Jo que
nos ha condt1cido al descubrimiento del ductus, un dcscttbrimiento eminentemente
valioso tanto para la paleografía como para la caligralia.
lrer. figuras, C<tligmli <H.I05 con vl mbmc¡
cál,uno, evidrncinn dt· )¡¡escritura.
Cn d prinwr r<bn, tlllcl nhura de tres ancho5 El módulo
dt: pluma produce una lrt ra ba$lanlt• ncgm.
Ln segunda ltnea, de Ul' Las definiciones que ofrece el diccionario de la Real Academia Española para PI
tit•ne una aparienria más aireada. Cinco anchos término m1ódu lo» indican lo sigu iente: «Dimen sión que convencionalmenLe se
de! plum¡t confieren aln tercera línea ligel'!•za y
toma como unidad de medicl<J, y, más en general, todo lo que s irve de nonnn
l'legancia.
o Y también: «Medida que se usa para las proporciones ele los cuerpos
arquitectónicos. En la antigua Roma, era el semidiámetro del ruste en ::.u parte inrt>rinr.»
En el árnbito de la caligrafía, Jean Mallon clel'ine el módulo de la siguiente form<1:
«Es la uimensión de las formas : la anchura y, sobn: ludo, la ;:¡Jtura ." Cuando las
letras de una línea no presentan un tamaño unilornw, la ahurn no se mide
considerando los ascendente::. y desce ndentes, sino SCf,rllll la dimensiÓn meditt Je]
cuerpo de la línea, por ejemplo, midiendo las minú:,culas a, e, i, m. ¿_Acaso estas
nociones de <1nchura y altura no evocan más bien una idea de proporción ·¡ éY el
módulo no definiría simplemente la relación entre las dime nsiones de las torméls?
Ciertamente. Por consiguiente, para dis ipar cualquier ambigiicdurJ, y tambié n por
cornodidacl, es ratonable utilizar el término «módu lo 1• para de"ignar las dimemioncs
absolutas de una letra y. por tanto, hablarcn'los de «relación modular» p<1n1 refcrirno!=i
a In proporción entre la a ltura y la anchur<1 de los signos.
E l peso de la escritura
,, NOCIONES I'RELIMINARES
2. La pusición de la p lu ma ton respecto a la linea ele escri tura, es decir, el ángu lo
de escriturJ.
La anchura de la escritura o su extcns1ón en el sentido horizontal. Aquí
interviene d e lemento modular q11e hemos visto anteriormente.
.¡.. La altura del cuerpo de lelro:t, como e l número de anchos de pluma
C'n la altura Je unn r1 minúscula. En efect·n, hay que tener presen te
que un mismo in!.trumento puede producir escrituras de peso muy variable s i
se aumenta o se disminuye la a ltura del cuerpo de letra.
Como dt> ver, el peso uc una el>c.ritura comtituye la resultante de cuatro
factores, ele loe, cuales los dos úlumos son los mas importantes, a saber: la relacion
modular y la <t ltlua clel cuerpo. Si bien las conclusiones de este breve a náli sis
parecen dcdncciones de puro sent1do común, por obje tividad habria que llevarlas
a l contex to de la práct ica cotidiona. Estas observaciones provienen ele la voluntad
tle dt.!limitar de forma precisa aspectos que en una primera aproximación pueden
parecer imponderables. La noción del peso de la escritura favorecerá la labor del
calígrafo en la medida en que éste podrá distribuir con facilidad los grises de su
página.
El estilo
Olrccer una uehlllCtOn stmple y satisfactoria del estilo es, como se puede imaginar,
p1 ácticamenlc imposible. Sin lugar a dudas, el térn1 ino «cslilo• es un paradigma
de la polisem1n, es decir, d1! la pluralidad ele s ignificados, a veces incluso
que se pueden a trib11ir a una palabra. Se comprenderá e ntonces
nuestra difíci l postura. ProcPclcrcmo:;. más bien por sucesivas aproximaciones para
explicar qué es lo que conviene entender por el estilo de una cal igrafía.
En primer lugar, sería prudente sei'lalar que el esti lo no debe confund1rse con
lllli!SUno de los CIIICO elementos ele la escritura expresados anteriorme nte. En el
mejor ele casos, podría ser una su mil de todos pero no algo que debiera
dehnirse como el modo de ser de la escritura. En cierto modo refleja la personalidad
del escriba. Tampoco debemos confundir la idea de pertenecer a un estilo con la
de tener estilo. En t·l primer la expresión debe comprenderse en e l sentido del Dt"' plumas de ganso 1.1jad.1s y lisl,ts para
estilo de una época o de una escuela; e n el segundo, se trata del carácter peculiar t•)rnuil. Grabado tlc la f:ncidopccliu
(17'i1 1772).
de una obra. Por consiguiente, se puede d ecir que c1ertos calígrafos, al igual que
c iertos pintores, muestran un g ran estilo, mientras que otros lo posecu en menor
medid a o carecen ue é l por completo. Una vez adquirido su oficio, e l arlis ta
se expresa según un modo personal. En esta fase adquie re su estilo propio, Sil
manera de hacer o su factura. Cabe sei'íalar que las formas de diferentes alfabetos
no alteran en absoluto el estilo de un maestro; más bien al contrario, su mano
podrá siempre ser reconocida. Parr1 concluir, diremos que este breve análisis nos
permite entrever la peculiar dificullad que entraña inl e ntar incluir dentro ele una
dehnición todo lo que el término «estilo» supone en cuanto a eleme ntos cualitativos
y por lo tanto difícilmente mensurables. Efectivamente, el estilo repudia por
esencia cualquier análisis material Consideramos, no obstante, que estas sucintas
reflexiones sensibilizarán al lector y lo ayudarán a circunscribir Los e lementos que
habilualmenlc alimentan los debates estilísticos.
Antes de élbordar los principios de la caligrafía o ltt mtturaleza ele los materiales que
se deben utilizar, es necesario explicar la manera en que uno debe colocarc;e para
escribir, i\SÍ como la forma de sostener la pluma.
Exis ten 1res factores indis pensables para caligr<1ñar adecuadamente: tma buena
fuent e de luz, por ejemplo, la de una lámpara ue dibujo, una mesa estable y un
asiento cómodo. La superficie de escritma y el asiento deben estar concebidos de
modo que aseguren la comodidad del calígrafo. La persona así instalada deberá
poder mover los codos sobre la mes¡:¡ sin dificultad. S i ésta es demasiado baja,
nos forzará a mirar de cerca y fatigará el cuerpo. Si por el contrario, la mesa
es demasiado alta con respecto al asiento, los movimientos del brazo se verán
obstaculizados y la escritura se volverá pesada. Hay que tener en cuenta estos
detalles ya que, pese a su apariencia anodina, pueden contribuir enormemente a la
calidad de la escritura. Por otro lado, el cuerpo debe adoptar una postunt recta frente
al plano de trabajo, pero sin rigidez, con el anteurazo iz4uierclo replegado sobre
la mesa y la mano izquierda situada sobre la bo ja. Los pies deben descansar sobre
el suelo. Debemos evitar estar tensos, de modo que el cuerpo se mantenga bien
distendido. Finalmente, durante el trazado caligráfico se debe tener cuidado de no
aguantar la respiraci6n, ya que esta posición de bloqueo resulta poco saludable.
Si relacionamos la caligrafía con a lguna de las artes marciales, hay que señalar que
el objetivo que éstas persiguen consiste en instaurar una circulación regular de las
energías mediante el control de la respiración, para que los movim ieutos se puedan
realizar de forma precisa y controlada. El calígrafo experi mentado deberá pues
Grabado en madera procetleute de Literunu11
lullltarum, 1540, en el que se muestrn una
cuidar SLL respiración, inlúfar y exhalar suave y progresivamente el aire.
mala sujeción y una sujeción CIJ ITt'c\a de la
l' luma, según Gr.rnrdus Mcrca tor. En el primer
dibujo los dedos parecen contraídos y 10do t•l La sujeción de la pluma
esta apoyado sobre la
d<• lrnhiljo, lo qn<.' impide c u<1lquier libertad de ¿Qué fenómeno se produce a l escribir? ¿Qué función exacta desempeñan los dedos
movimiento. En el segundo d ibujo la pos ic ión y los músculos de la mano? Cuando trazamos un signo aislado sobre una hoja de
ele los coh erente, In mll1'icca está
papel tan solo los tres primeros dedos en tran en acción . Si ejecutamos una línea
ligeramente st•paratla del pupitre y el ant!ób•'a7.o
se apoya en el codo, lo que permite cierra entera, los dos últimos y la cara inferior de la mano son los q ue intervienen.
holgura y una gran agilidad. Esto evidencia una especialización de los dedos y una disociación funcional. Por otro
2 3
NOCIONES PRELIMINARES 9
lruagru de • El art<' dt• •, •lllllulo tlt•
incltndo C'n la Enciclopeclin. que
ilustra el mc>du dl' 'U)ctar la pluma:
1 El extremo del dedo corazón SUJt'ta la pluma.
s. .
2 45 l
lado sabemos, gracias a algunas pinturas de la antigüedad y retratos del
y d<•l vit•ntrc tlc una Renacimiento, como e l del humanista Erasmo, que Jos escribas no siempre han
plulliJ de• trat<u usada p::u a uihuj.H gra nde, sujetado el instrumento de cscril1.tra riel mismo modo. Estas observaciones son muy
Ob!.c>I'VI'SI'Iil particularidad c.le
gavtlancs, llamndus t'11 •bitmpH• •, decir, poco útiles y nos permiten explicar en parte las nlteraciones por la lelra.
De este modo, los experto:,, en tre lns que figura el doctor H. Callewaert, creen haber
VÍI'll ll'l' reconociJo cuéltro lipos fisiológicos e n la forma de sujetar la pluma. Por nuestra
parte. seña laremos únicamente tres: el tipo solidario, e l tipo combinado y el tipo
solidario con una sujeción del instrumento e ntre el índice y el dedo corazón.
escritura de Erasmn pertenece <1l primer tipo indicado: la pluma se encuentra
fijada al índice por una luerte presión del pu lgar. Por e l contrario, en el tipo
gran combinado, la dos últimas falanges del dedo índice pueden moverse libremente;
abertura
su acción conjunta permite la rne¡or escritura. La pluma, sostenida en la primera
articulación, forma un ángulo de 45" con el plano de la superficie de trabajo. Por
otro lado, intentaremos asir el portaplumas bastante cerca de su extremo para tener
un mejor control del trazado. Consideramos que esta forma de sujetar el utensilio
puntos la más coherente y la má:, natural desde el punto de vista fisiológico. En cuanto al
tercer tipo, parece que se utilizó duran te el siglo 1 de nuestra era, especialmente para
Un,1 pluma bit•n .:t illll'l'\td.t, reservada para la la rústica.
lllhiva.
PlllliMINAI\l'
del artista. La utilización, por un lado, del pergamino y la pluma de ave y, por otro,
de la tinta férrica, han contribuido a la realización de trazos filiformes
denominados trazos o perfiles.
También debemos recordar que un grueso siempre va seguido de un perfi l y
viceversa. El efecto de bellela de la escritura reside en el juego de contraste entre
gruesos y perfiles. A continuación se muestran unos ejercicios de preparación.
\\\\\\\\\\\
111111111111
El espaciado de las letras
El principio del espaciado consiste en obtener una lectura fluida que no se vea Cunndo la pluma se l>Obrc su lado
rntorpecida por excesos de blanco o de negro, es decir, por espacios vacíos creados plano se obtiene el perfil máximo. Si tiramos
de ella hacia nosotros en un ángulo de 90" con
por unos signos demasiado alejados o por manchas producidas por unas letras respecto al trazo fino. obtendremos el grueso
demasiado próximas. Debemos seiialar que nunca se obtiene una distribución máximo.
excelente de signos en una línea mediante un distanciamiento geométricamente
idéntico de las letras. A causa de la diversidad de las formas del alfabeto, el
ojo experimentado es el único juez de esta medida. De un modo más concreto,
diremos que existen tres posibi lidades: el acercamiento de dos le tras redondas, la
yuxtaposición de una letra recta y otra redonda y, finalmente, dos rectas juntas.
La lógica dicta que ulilicemos poco blanco entre dos redondas, un espacio mediano
entre una recta y una redonda, y más espacio entre dos letras estrechas.
Para completar estas primeras nociones hemos de tener en cuenta que cada
alfabeto dispone de un espaciado propio. Como puede imaginarse, el de una
carolina será distinto del de una gótica de textura por razones que tienen que ver
con la naturaleza misma de los estilos caligráficos. En efecto, si por un lado la
carolina, letra redonda y amplia, implica una cadencia ágil y aireada, la gótica, por
el contrario, adquiere Lodo su carácter en una línea de ritmo muy compacto, con un
espacio entre letras más red ucido.
El ritmo
NOCIONES 11
I 1u u u
Debemos señalar que el ritmo está en completa armonía con la ni.lturaleza.
Está presente bajo muy diversas forma s en la mayorfa de los seres vivos y de las
plantas; por ejemplo. en la respiración o s implemente en el proces o eJe crecimiento
de las plantas. Podemos observar el principio del r1tmo y del contraste por doquier.
1I u u u
En este sentido, la caligrafía puede ser asimi lada a un fenómeno rítmico cuyo
elemento más notable es el efecto de repetición. Los trazos verticales cuya parte
superior acaba en curva fm, nj son comparables a la ondulación de las olas del
mar. Pero si a1slamos una ola, ésta sería incapaz de expresar por sí sola el
estremecimiento de la vida. De igual modo, si ai slamos una parte de un signo o de
r a pnmera Hnea establece una annon1a rhmica una letra anulamos el movimiento y la emoción. Por otro lado, conviene indicar que
que se- l'arach·riza por la riqueza y In vatiedad al hablar de re petición en ningún caso nos referimos a la yuxtaposi ción de formas
dr las formas¡ ntngún trazo parece ngidu o
J!IOOótono. Por el contrario, la segunda línt>a es idénticas, sino ele elementos que provienen del mismo movimiento. En lo que a
un ejt>mplo de supresion de la mudul;u ión esto se refiere, la alternancia tle los plenos y vacíos en un renglón ca ligrafiado
rrtmira dP los trazo> verticales y 111ucstra el evidencia la simetría natural que encontramos en las artes y que s iempre se revela
t•lecto mccciniro 4ue se produce.
superior a la s imetría demasiado mecánica engendrada por efecto de espejo.
Para ilustrar este principio basta con señalar que las dos mitades de un rostro no
coinciden de forma exacta, como tampoco lo hacen las dos mitades tle una hoja
de árbol. En el campo de la letra, una O escrita libremente puede parecer agradable,
pero la mis ma O obtenida como si flJern un doble s\n duda parecerá estar mal
hecha. Esta apreciación proviene de un conocido efecto óptico que se explica por la
supresión del movimiento rítmico. A parti r de estas observaciones podemos deducir
que la sensibilidad, la vitalidad y la emoción plásticas son dinámicas y no estáticas.
Con respecto a los fenómenos del ritmo y la s imetría, debemos tener presente que
están gobernados por principios ópticos y no por leyes matemáticas.
La pres ión
El principio del contraste ha sitlo puesto de manifiesto desde hace mucho tiempo
por una simple constatación: el ojo humano siente aversión por las estructuras ma l
definidas, las igualdades estáticas y la indecisión. Por el contrario, la oposición de
masas bien contrastadas parece satisfacer plenamente s u sentido de percepción.
En el ámbito de la caligrafía se observa este fenómeno cuando existe un efecto de
tensión entre las Jiferentes superficies de la obra, en la compresión y la expansión
de un elemento, la oclusión y la abertura, el estiramiento y la reducci6n. Según este
principio, el tronco de una letra deberá siempre estar modulado, siendo conveniente
excluir todo paralelismo rígido so pena tle que desaparezca la sensibilidad artística.
Naturalmente, la aplicación sistemática de un prtncipio, por muy valioso que éste
seo, es desaconsejable en Id medida en que obstaculiza la libertad artfstica.
No obstante, si se hace con buen criterio, su aplicación resulta positiva. flustraremos
mediante Jos s iguientes esquemas lo que entendemos por contraste:
,.....,. /\ ) ( /]/] )(
Ejempl0s los que no se ha aplicado el
principio del contraste y las distors ionrs que St'
producen. Cada dibujo está acornpa1iado de su
rorrerción:
1. Dos masas iguales parecen estál icas.
La superficie de dos cuadrados casi
vert ical asce ndent e curva ¡.>crfi !-grueso largo inferior idén ticos elimina el con traste.
horizontal desce nden te rontracwva largo superior 3· Es tos dos cuadrados apa reren rnuy
lados.
4· Contraste agradab le ent re la modulilción
En definitiva, cualquiera que sea la época o la disciplina artística considerada, ele blancr•s y negros.
el principio del contraste siempre se verifica y aparece como e l elemento más 5· El rectángulo ne¡¡ro colocado
rigurosamente en el centro se vuelve
inamovible, como el denominador común de las artes plásticas en su conju nto.
estático.
Podemos alejarnos hasta las épocas más remotas de la historia del arte, desde las 6. Contraste d!:! direc:rioues.
pinturas rupestres Je Altamira hasta los bajorrelieves egipcios, desde la escuJtura 7· Esta composición en Fi la uo resLLita
africana hasta las miniaturas de la Edad Media, y constataremos claramente que satisfactoria.
8. La misma cornposíció n l;ien nrdenada.
el principio del contraste siempre ha sido sutilmente aplicado por creadores 9. Los elemen tos blancos y negros
procedentes de medios cultura les completamente heterogéneos. Estos maravmosos forman el cuadrad o de la izquierdil están
artistas s iempre han sabido evitar con un criterio muy acertado el gran peligro drrnasiaclo igualados.
ro. Tres drculos casi idénticos eH minan el
que suponen los esquemas matemáticos fa ltos de sensibilidad. No obstante, y contraste.
contrariamente a lo que cabría suponer, las mentes refinadas del Renacimiento se 11. Buen efe mp lo de contraequillbrio.
5 9
2 •
3 6 10
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4
11 7 8
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25
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31
J l
14 NOCIONES PltELIMINARC!>
BB HH
tle espíritu. No hay salvación posible fuera del contraste. La única excepción a
estJs transgresiones proviene de los países de habla germana, cuyo gusto por e l
hecho gráfico es bien conocido. Resulta muy revelador co nstatar que el vocabulario
artJstico alemán dispone de un término técnico. muy vigen te en las escuelas de
bellas artes : se trata de la palabra Spwmung, que podría traducirse como «tensión».
Lao., ilusiones ópticas son muy numerosas. Sin querer ofrecer un inventario
exhaustivo, en la página anterior hemos vis to algunas de las más frecuentes y
A AEE
RRSS
más características. tanto en lo que se refiere a su forma elemental como a su
aplicación en la letra caligrafiada. Es paradójico que un aspecto tan fundamenttd
como el tle los efectos ópticos sea objeto de tan poca atención en los planes de
t•s ludio de las escllelas de ane, cuanJo difícilmente podernos emprender cualguier
creación sin cnlrcntarnos de inmediato a una mu llitud de ilusiones producidas por
ZZee
nucsl ros ojos, ele modo que cuando no!; dispongamos a juzgar las proporciones y
la composicióo ele una obra s iempre deberemos tener en cuenta que nuestra visión
puede se1 victima de este fenómeno. Para ser más exactos, deberíamos hablar más
bien ele la participac ión clel cerebro, pues éste es e!Ltnico órga no respo nsable de la
• •
iute rpretación ele tales datos. Ante una situación dudosa, dicho órgano presenta
la particularidad de corregir por exceso las imágenes en cuestión, lo cual produce
una i nterprelación ligeramf'nte errónea que origina numerosas distorsiones.
En ningt'm caso deben entenderse estas distorsiones como a lucinac iones o
espeFsmos. Muy al contrario, las descripciones que aquí intentarnos ofrecer
11
muestran mecanismos que son activados por e l cerebro para hacer coherente la Selerción de algu uas letras mal cons truidas,
información visual. En principio estas distors iones forman parte del bagaje técnico seguidas de su corrección óptica.
Las dos curvas de la B no dcblm ser idénticas.
del calígrafo, quien debería tenerlas en cuenta en sus composiciones o, de lo Los l raves<:uios de la /-1 y la A p11recen
contrario, t•vitarlas por considerarlas como pérfidas trampas. demasiado bajos. Las barras de la E son
desproporrionadas y están mal colocatlas.
El traw descendente de la R 110 está
Los tres estados de la escritura sufitieutemente inclinado. Los dos bla ncos
interiores de la S parecen iguaJcs, lo cual resu lta
Hace ya tiempo que los paleógrafos ban reconociclo el inmenso poder de poco agradable. Las l•arras horizontales de la Z
transformación de las escrituras, fenómeno que está estrechamente ligado a la están mal proporcionadas, restando estabilidad.
La barra de la e se encuentra situada muy ba ja.
elección del utensilio y a la inclinación del soporte. También han constatado Ópticanwn te d punto la i parece pequeñn.
diferencias considerables entre los es tilos, que distan mucho de revestir un carácter
homogéneo. Estos especialistas han intentado establecer una nomenclatura, es
EOA
decir, han propuesto denominaciones para distintos tipos de a lfabetos. con el fin de
aportar claridad. No obstante, las te n tativas de clasificación se revelan siempre un
tanto vanas y arbitrarias a la hora de designar estilos caligráficos, ya que la caligrafía
es una materia viva y abundante que por definición est á en constante evolución.
tt 1e11
Por encima de estas nomenclaturas. que iremos deswbriendo a lo largo de la
pre sen te obra, los usos distinguen tres fases principales de la escritura, (res estados
significativos que se interpenetran, desafiando constantemente los hábitos y los
elementos establecidos. La prim era ca tegoría corresponde a la escr itura monumental Esqu c•ma que muestra el rebas¡¡ mieuto de las
o lastuosa. Es la escritu ra libraría, muy cuidada y bien formada, que se traza letras redondas o puntiagudas en comparación
con las letras rectas, que deben manten er la
lentnmcnte. Es, sobre todo, una escritura para ser vista; e n ocas iones representa la
alineacióu con respecto a la enve rgadura.
expresión del poder político. La encontramos cuando la intención del calígrafo no En la segunda línea, el travesaño ele la t es
se reduce a dejar constancia de las palabras, s ino que trata de poner a prueba s us demasiado grueso. Los gruesos redondos
deben ser 11laS anchos que los grueSM
habi lidades cal igráficas. La belleza constituye su elemento esencial.
rectos. Ópt·icamente es conveniente rurvar los
La segunda fase comprende la escritura cancilleresca, es decir, la cursiva o remates para t·v itnr que parezcan arqueados
escritura del poder espirituaL Representa la expresión de una iden tidad socia l y ha cia fu era.
culturaL En este caso se trata de una fígura e n la que la forma ele la letra parece
tener tanta importancia como la velocidad de su trazado. El escriba realiza la
escritura de modo vivo y alerta, aunque sin dejar de cuidar la formación correcta
de los signos.
Finalmente, la tercera fase agrupa todas las escrituras epistolares, las de los
escritos privados y las misivas, trazadas rápida y expeditivamente. Estas grafías,
en las gue se multiplican los ligados, pueden llegar a ser ilegibles.
Desde e l punt'o de vista gráfico, la escritura actuaria constituye un filón Je
descubrimientos, así como un terreno fértil para las fuerzas vivas de la creatividad,
la frescura y la audacia. Todo calígrafo concienzudo debería en principio renovar
sus fuentes de inspiración analizando este tipo de escritura común, como si se
zambullera de nuevo en la fuente t.le la juventud. La caligrafía, en efecto, se nutre
de este intercambio incesan1'e y de la alteración permanente de la cursividad.
Podemos fácilmente imaginar la sorprendente riqueza de los alfabetos creados por
una asociación o combinación de diferentes esti los, y Jos híbridos caligráficos que se
pueden obtener dosificando juiciosarnenle estos tres estatlos de la escritura.
A decir verdad, no existe una delimltaci6n muy precisa entre las numerosas ciencias
au.lliliares que ayudan a esclarecer la realidad del mundo antiguo. NíngLU1a de es tas
ciencias podría estudiarse de un modo estrictamente independiente. La caligrafía,
tema sobre el que se centra la presente obra, no constituye una excepción a esta
regla. Aislatla de otras disciplinas como la historia, la paleografía y la epigrafía,
resulta incapaz de revelarnos LOdas las sutilezas tle nuestro pasado gráfico. Tal y
como su nombre intlka, la paleografía representa la ciencia que trata de descifrar las
escritmas anlig11as rea lizildas sobre un c:;oporte perecedero, sien<.lo los más habituales
e l papiro, el pergamino, el papel y la cera. Por el contrario, la epigrafía (vocablo que
prqviene de las palabras griegas epi, «sobreh, y grnphein, «escribir») constituye una
rama de la pa leogra·fía que se ocupa de las escrituras realizadas sobre 1m soporte
duro: piedra, metal o hueso.
La paleografía dilucida el origen y desarroJlo de numerosas escrituras creadas por
el ser humano. Desde la invención de la escritura, las sociedades han sido capaces
ue transmití r mediante este sistema su experiencia, sus pensamientos, así como sus
hechos y sus gestas. Hasta e l advenimiento de la imprenta, la escritura constituye de
algún modo la única forma de fijar la cu ltLLra. En la escritura latina distinguimos tres
grandes períouos. De influencia romana, e l primer período abarca desde los orígenes
hasta el siglo vn; el segundo, el carolingio, comprende desde el siglo vw hasta el xn,
y el ú ltimo incluye e l estilo gótico y la escritura humanista. Naturalmente, a cada
período y a cada estilo corresponden dos tipos de escritura perfectamente
complementarios: la escritura de lo::; libros o littera libmria y la escritura de las
misivas y documentos de uso corriente, denominada llttera epistolaris. En los libros
16 NOt:IONES PltfLIMINARES
El maestro rodeado por sus alumnos. Detalle
de u11 bajorrelieve que muestra una clase e n el
s ig lo 1. Dos alumnos dcsenrollñn su volumen;
el la de recha, qu e parece lkga1 tardé,
lleva la capso, especie de ca rtera que ro ntie ne
los instrumentos para lt•cr y esc ribir. Museo ele
Tréveris.
Epigrafía
El cursus honorum: las magistraturas o funciones ejercidas por un ciudadano conservada en el de la Civilitación
Ga lorromana de Lyon. Aquí, la letra R, de una
romano constituyen su cursus honorum. La información que nos proporciona este
veintena de centímetros de alt ura, ha sido
elemento es muy valiosa para comprender la época considerada y, en consecuencia, obje to de una orditwtio mcdinnlc pincel antes
facilita la lectura de la inscripción en cuestión. Las carreras y las dign idades a las de ser grabada. En el ex tremo del trazo oblicuo
ap recia netamente la ducti lidad de l pincel al
quC' una persona podía acceder dependían de su nacimiento. Los romanos del
llegar al lina l de su recorrido.
Senado o de las familias senatoriales tenían la posibilidad de acceder a ciertos
cargos que les estaban estrictamente reservados. Los miembros de este orden tenían
derecho al título de Vir C/arissimus (ve). Los caballeros, por otro lado, representaban
a una nobleza inferior, también denominada «orden ecuestre•. Hasta el reinado
del emperador Adriano, el orden senatorial y el orden ecuestre estaban netamente
diferenciados, pero durante su mandato, las familias ecuestres tuvieron acceso a las
funciones senatoriales. En cua lq1tier caso, antes de ingresar en la cuestura, d ignidad
que abría las puertas a l Senado, había que desempeñar otras funciones preliminares,
frecuentemente menores, como la de tribuno militar.
A la cuestura le seguían, en orden ascendente, la edilidad, el tribunado de la plebe,
la pretura y finalmente el consulado. El rango consular parece haber entrañado
un gran prestigio en todas las épocas. Por su lado, los romanos procedentes de la
nobleza ecuestre iniciaban su carrera con tres o cuatro años de servicio militar,
ejerciendo cargos como e l de prefecto de cohorte o tribuno de legión. A continuación,
Estela funeraria erigida en memoria de Lucius
el joven cabaJJero podía acceder a numerosos cargos administra tivos o religiosos.
Spinus, grabador lapidario dC'I siglo 1. En la
Algunos ejemplos de sacerdocios del orden ecuestre son: el arúspice (HAR), e l part e superio r es tán represe ntadas las
luperco {LUPERc) y el sacerdos laurens lavinas (anotado fina lmente como L Lo LAUK.. herramientas del artesano, siguiendo la
tradición de la época. Se distingue la escuadra,
LAV.). Nos parece oportuno presentar a continuación una tabla recapitulativa de las
la maza y el cincel, así como un instrumento
magistraturas, los sacerdocios y los cargos senatoriales con sus correspondientes que servía para cortar la piedra. Ni mes, Musco
abreviaturas epigráficas. Arqueológico.
I IUilUNUS LECIONIS I.J\("l iCLIIV Itl<. TR. LEC. LAT., l.i\11 C. CORJltClOR CORH.
CUI\/\10 11 O I'EIIIIM f'U BLICO itUM CVI\. I'VII.
Sacerdocios senatoriales
(pc)r nrden
AUC:.lJR JIVG.
1\liGIJ t\ I'IJ I' lJI. I 1\0M/\N I QUI III'IIIIM 1\VG. I'VIJ, P. 1(. Q
FETII\LIS P.
H.I\MEN UII\LIS fL., FLAM.
fL. Q.V IIl.
FI.J\MlN AO<;U:."TAIIS AVG.
El..AMEN CI.J\UOII\LIS CLI\VD.
FRI\Tfl\ 1\KV/\liS FR. 1\1\V.
LUPEI\CUS PON fl fPX LVPERC. PONI.
QIIINDECEMVII\ FI\CIUNOI!> XV VI K. S. f., SI\CR. f/\1..
SI\ L.
$ALIUS SAL P lllAT.
SbPfEMVIR EI'IJLONUM VIl VI R. EPVL(ON).
S011All!> SOD..WC., AVGV!>I.
SOUALib 1\VC USIIILI& 500. 1\VC, CL!\VDIAL.
VIKCll V. V.
20 NOCIONH I'II[LIMINIIR[\
Tabla sinóptica de las abreviaturas
y las siglas romanas más habituales
LOS UTILES
DEL
CALÍGR(\FO
Pam c¡ue huyaescriturn primero debe existir un conjunto de signos tmzndns sobre un soporte
c11yu 5igrtij1rrJdo debP hrther .sido estnblecido previamente por ww crmwnitlnrl social petro su uso,
y es preciso t¡ue did111s signos puedan registrar )1 reproducir 111w frrrse lwblnda.
)AM ES FÉVJUER
LO S DCL CI\LÍC.Jt¡H O 23
Junto a un papiro caligrafiado en escritura
hierática se distinguen algunos instrumentos
de escritura pertenecientes al escriba. Debajo,
la plancha sobre la cual éste podía alisar el
papiro o apoyarse para escribir. El tintero
contiene dos salserillas, una con tinta negra y
otra con tinta roja. dinastía (hacia 950). #- ·
A la derecha, un cuchillo para papiro cuyo .. n
mango redondeado en cuello de cisne está
finamente esculpido. París, Museo del Louvre. • .4 .....
-
....
tr ,-::;
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'.!;;f!!J.a. •. ...
-·101ri.f).ll!Jlllf
' 1 1,.¡.,J t1 -.!.. ;_oiQL( 10'€
,I\.Of- ...
Por otro lado, el instrumento, como cualquier utensilio, está sujeto a una cierta
final idad. El escriba se sirve de cada instrumento para una finalidad muy concreta,
de ahí su gran diversidad. Históricamente los calígrafos han mostrado una tendencia
a incorporar, más que a eliminar, por lo que se observa un fenómeno de persistencia
de los instrumentos de escri tura. Aunque desde el siglo v y hasta el xvm la pluma de
ave fue omnipresente en Occidente, no desapareció el uso del cálamo, y en ocasiones
se detecta su presencia hasta en el Renacimiento. La especificidad del instrumento
puede llegar hasta extremos sorprendentes y debemos tener presente que la práctica
de esta selección tan precisa no es un fenómeno reciente. En lo referente a las
plumas de ave, conviene saber que las de las puntas del ala, muy fuertes sobre todo
en el caso del ganso, sirven para trazar los grandes arabescos; también se puede
escoger entre las plumas de águila, de buitre o de cisne. Por otro lado, a causa de su
Paleta de escriba con el nombre
de Neb-Kheperu-Re, nombre dureza, las plumas de pato y de cuervo se reservan para los trabajos más exigentes
de coronación de Tutankamón, que requieren una gran minuciosidad. El instrumento constituye, pues, uno de
seguido de «dios perfecto, los ejes principales de la caligrafía, marca toda una época y saca a la luz todas las
maestro de las Dos Tierras• y
•amado de Thot•. el dios de los
cualidades del artista. También puede ser indicativo de la nobleza de su propietario.
escribas. Esta paleta contiene Para chinos y árabes ciertos instrumentos pertenecientes a grandes maestros o altos
varios cálamos tallados. Se dignatarios podían constituir verdaderos objetos de arte: mangos de pincel de
distinguen las dos salse rillas
que contienen el rojo y el
porcelana fina decorados y con incrustaciones, pinceles de jade, etc.
negro. Musco del Louvre. En nuestros días con demasiada frecuencia la utilidad cede terreno a la
Izquierda : caña persa tallada apariencia. Pero la principal característica del instrumento del calígrafo debe ser
al bies. su eficacia; si no lo seleccionamos bien será inadecuado y a lo largo del trazado
El cálam o
Hacia finales del siglo xvr el poeta persa Qazi Ahmad hizo el siguiente elogio del
cálamo:
«De la llave de la inteligencia el arte se hizo insignia
Y, ¿cuál es la llave del arte sino la punta del cálamo?»
Apreciado por su forma redonda y regular, el cálamo no es más que una caña
tallada, provista de una hendidura. Como todo material naturat ofrece a la mano
vitalidad, elasticidad y suavidad, características que hacen de él un instrumento
especialmente fiable si está bien confeccionado. Para su recolección es mejor esperar
hasta los meses de julio o agosto, y es importante tener cuidado de no pincharse,
ya que una herida puede ocasionar una grave infección, el temido carbunco.
Fue el único instrumento de los calígrafos árabes y el más apreciado del mundo
musulmán. La primera revelación del Corán lo cita directamente: «Dios enseñó el
uso del cálamo. Enseñó al hombre lo que éste no sabía.» Al-Qalam, palabra de la que
deriva nuestro término «cálamo», es igualmente el título de la segunda revelación.
En su conjunto, los pueblos de la antigüedad se sirvieron ampliamente de este
instrumento, que se mantuvo vinculado a la cultura agraria y fluvial. A este respecto,
'
pues permite rea li zar mi croescrituras.
El utensilio, consistente más bien en un
tipo de junco, ha sido in troducido dentro de
otra ca1'1a para hacer su uso más cómodo.
'
Sel'lalemos finalmente el carácter secreto
y poco conocido de este ute nsilio, incluso
en tre los calígrafos árabes.
8. Cálamo tallado para el es ti lo thu luth.
Antes de proceJer al l<J II ado Jc la caña debemos asegurarnos de que ésta haya
tenido un tiempo suficiente de :.ecado, que puede oscilar entre seis meses y un año.
En lo que a su rorn1a dcfinitivn, podemos distinguir entre dos tipos ele
tallado: el Je pu111a y e l de punta redonda. En e l primer caso obtendre mos
tma punta biselatla y t:!n e l segundo, e l extre mo redondo del cálamo produce
un trazado más o menos uniforme. Tras retirar cuidadosamente la médula
procederemos a prncticar la hendidura, que debe producirse por agTietamiento del
material, y no mediante una incisión profunda del filo del cuchillo, para que la
abertura resu lte recta y limpia.
2. Segundo rortc y l
del cxtrern(J Je la hendidura
La pluma de ganso
Esqut'n1 M que: la coloc·¡¡ci611 del Obviamente, la pluma de ga nso se obtiene a partir de las penas u plumas remeras
dt'pnsitu. Se 11 .1L.1 Ul' íntf'Cldut:ir una ¡.¡ieza de del ganso pero, por extensió n, también se pueden utilizar las de cisne o las de pavo.
nwtal llcxihlf' t'll 1.1 (\Wídnd de 1,1 c,u'\a. Dicha Desconocemos hasta cuándo se remon ta e l uso de este tipo de pluma, pero e n t>l
píel.1 queda ín111ovílintcla y ¡.¡t•rm ile rercncr
la l int:1. En la inHII:(l'll Pn pcrs¡H·rtfV<I vemos el Museo Br itánico se pueden ver pinturas en las que aparecen escribas
mecanismo en 'u empleantlo tlicho instrumen to.
La maceración
Este método, que se ut1lizaba en e l siglo XVIII , consiste en hlllnectar las plumas de
ganso uejánclolas en un sólano húmedo durante uno o dos días, con su pun ta en la
ti<•rra, o envolviéndolas con un paño húmedo <.Imante varias horas antes de trfltarla!>.
Después se introduce el cañón pur la rejilla de un fuego, de modo que no esté en
contacto con la llama pero que reciba bastante calor sobre toda la superficie.
Una vez calentada de estt' modo. se pasa la plwna bajo una plancha de metal
calrente y lisa para eliminar la sustancia membranosa que cubre el cañón y darle
un,\ fo rma redondeada. Esti.l operación se repite invirtiendo la posición del cañón, Pluma de o de rapaL.. En cs1e ejemplo se
tra!> lo cua l debe restablecerse su forma original sobre el fuego, ya que éste queda un puede apreciar la diferencia dt' longi tud entre
las baruas del lado izquierdo y las del derecho,
1anto a plas tado bajo la presión de la plancha. Es importarHe saber que si la pluma
característi ca de l:1s bucntiS pl umas. 11 su
no ha sido suficie ntemen te humectada, sus lados pueden agrietarse. Esta operación derec ha. un dclalle al mic::ro:.copio que
exige pues, como siempre, un gran esmero. finalmente se Frota la pluma para pulirla. las barbas y las barbillds.
1 IJTIL[S DE L C/\LÍGI\1\Fil 27
la clarificación
Según este procedimiento del siglo XVII, se debe empezar retirando la película
exterior de la pluma rascándola, tras lo cual se corta su extremo. A continuación
se sumt!rge durante quince minutos en agua hirviendo a la que se ha ai'Jadido una
pequeña cantidad de alumbre y ele sal. Transcurrido este ti empo se seca en una
sartén gruesa con arena muy ca liente, o en un horno. El método de clarificación
empleado en e l siglo XIX es sensiblemente diferente: se calienta la pluma de ave en
un baño de arena fina a una temperatura de 50° a 8o0 . Después, mienlras todavía
está blanda, se procede al raspado ejerciendo presión y se retira la piel exterior, con
lo que se reseca la médula. Si permanece demas iado tiempo en la arena, la pluma
se volven1 resquebrajadiza, mientras que si no está e l tiempo s11ficiente no se podrá
practicar la hendidura limpiamente. Por último, debe ser frotada enérgicamente con
un paño.
Otro método consiste en atar las plumas en manojos sin apretarlas excesivamente.
Se colocan en una olla y se calientan al vapor, sin que toquen el agua. Basta con
tapar la o ll a y dejar que actúe e l vapor durante una hora, tras lo cual se deben
secar cerca Je un fuego. Al día s iguiente solo tendremos que rascar los cañones
con el lomo Je un cuchillo y alisarlus con un vellón. Al cabo de unos días las
plumas estarán listas para ser utilizadas. Existe un último s istema que se sirve de la
electricidad como fuente de calor: se sujeta horizontalmente la pluma por el astil de
modo que e l cañón quede paralelo a la placa eléctrica, a unos cua lro centímetros
de ésta. Debe girarse la pluma continuamente ptHa que el ca1ión reciba calor
uniformemente durante unos ocho o diez segundos. La pluma se reblandece y tanto
la médula como la membrana Sltperficial quedan mermadas. Se sujeta el astil con la
mano izquierda y se coloca rápidamente la pluma sobre la placa caliente y se tira del
catión ba1o el filo de un cuchillo (que se sostiene, claro está, con la mano derecha).
la película que se desea e limmar se despega y basta con rascarla. Se le da la vuelta
al cañón y se repite la operación, con cuidado de no rascar demasiado, pues el cañón
podría quedar excesivamente menguado. Puede tallarse la pluma de inmed iato o
esperarse a que se haya secado. En caso de que se opte por tallar sin esperar, se debe
sentir co1110 se endurece la pluma bajo el cuchillo. Por Llltimo se procede a practicar
la hendrdura, pero si esta operación se hace demasiado pronto - mientras el cañón
todavía está blando- se corre e l riesgo de que la incisión no sea clara y limpia.
El cortaplumas
El filo es recto o curvado segt'm el gusto de cada cual y e l tallado que se desee
hacer. Cabe señalar que en e l siglo xv11 1 ciertas hojas francesas estaban fijadas al
mango según un ángulo oblicuo, característica que parece darse exclusivamente en
Francia y que facilita notablemente el tallado de la pluma. El calígrafo debe cuidar Ilustración del aspecto redondcctdo del lado
btcn sus cortaplumas, de lo contrario los cortes pueden perder nitidez y producir un derecho de la cuchilla, particularidad que
trazado desiguaJ. El maestro Juan de Yciar dice al respecto: • No cortéis ninguna otra facilita lil formación de gavilanes de la
pluma.
con este cuchillo, sobre todo objetos ásperos que estropean el filo de la hoja.
Cortaplumas en porcelana de Gien, labrado en
Huelga decir que este utensilio debe reservarse exclusivamente para el tajado de las
plata y decorado con delicados motivos.
Época de Carlos X, 1830.
La hoja debe estar más afilada en su cara externa, lo que la hace un poco convexa, Cortaplumas con mango de cuerno remachado,
ya que ello permite tallar mejor la pluma. Señalemos, s in en1bargo, que si está provisto de cuatro hojas ele acero, CRcln una
uemasiado afilada puede dar muestras de debilidad. dé las cuales posee una runción específica:
de la hendidura, lormación de los
A parttr del siglo XVI ciertas obras pictóricas y las reproducciones gráficas del gavilanes, etc. Hacia 1870.
utillaje muestran tres ti¡;os de cortaplumas : dos para tallar las plumas (uno para Izquierdo: dos franceses del siglo
preparar el cai'lón, otro para el último corte) y un tercero que es una especie de xvur. reproducidos en la Enctcloperlia.
4
l
vien tre' tol l !' oblicuo
' :;, oblicuo, así como la ubi cación de la futura
hendidu ra.
5· Practicar un gran corte sohr<• el vientre.
r- cuchilla.
5 6
=«= 10
7 8 ll
7· Cortar gavilanes como indica la
fowgrafía.
8. que ilustra el mismo
y 1o. Alína r si es necesario la parle de
la pu nt a.
11. En este esquema podemo:. ver una pluma
que 110 ha sido tallada correctamente hajo
el extremo ventral Una pluma
carecer de apoyo en el soporte, pu!!de
producir una escritura fileteada.
12. i>ara proceder a la talla de la punta, 12 lj
mlóquese la pluma sobre su panza, encima
de un taco de materia l dLLro.
1_¡. Po>ición de la cuchill a y de las manos.
14. l:.>qucma q ue muestra los dos CO I ICS
necesarios pa ra obtener un uten:. ilio
)JCI fectamente el primCI
ro1te se rea liza oblicuamente y el segundo
a 90" con respecto al soporte.
•S· Ampliación del extremo de la punta de la
pluma de ave tras el corte final. 14
La pluma de metal
Las plumas metálicas no son ní mucho menos insLrwnentos recientes y parece que
siempre han formado parte de la parafernalia del escriba, como muestra el hallazgo
de una pluma de cobre entre el tesoro del faraón Ramsés ll, que reinó e n el siglo XIII
a. de C. Los romanos también utilizaron con habilidad las plumas metálicas.
En Pompeya fueron haUadas plumas de bronce cuya forma imüa las de ganso.
Pero fue en el siglo XIX, en plena era industrial, cuando este instrumento de escritura
alcanzó su verdadero florecimiento. En 1822 el británico )nhn Mitchell obtuvo la
patente de las primeras plumillas de acero. Ocho aí'ios después joseph Gillott creó
la industria de la plumiJJa metálica en Birmíngham, con lo que surgió un nuevo
mercado, como consecuencia de la prosper-idad comercial ele Gran Bretai1a.
Francia no tardó en activar este sector. J.B. Mallat empezó a comercializar
plumillas inglesas de Birmingham a partir de 1843. y encontró fáci lmente su
clientela entre los empleados ele la administración . La masiva importación de
plumillas inglesas, que en ocasiones iban destinadas a Alemania, llamó la atención
de Pierre Blanzy y Eugene Poure, dos funcionarios de aduanas de la Oficina de Página siguiente: seleccion de algunos soportes
Transportes de Boulogne-sur-Mer, y en 1846 decidieron emprender por su cuenta la excelentes para los trabajos ele caligrafía:
1. Papiro de Egipto.
fabricación de plumillas de acero «a la manera inglesa•. 2. Pergamino ele oveja.
Las plumillas metálicas varían en cuanto a su forma, color y depósito de 3· Papel Arches satinado, 185 g.
una marca a otra: William Mitchell, Speedball, Heintze To, etc. Estos humildes 4· Papel Arches de trapo con gmno, 300 g.
S· Papel BKH Rives, extra rugoso, 270 g.
utensilios de escritura, finamente ornamentados o labrados, son en ocasiones
6. Papel Arches Aquarelle grano fi no, 300 g.
verdaderas obras de arte. No obstante, hay que saber escoger entre estas pequeñas 7· Bristol blanco, 250 g.
e ingeniosas maravillas y quedarse solo con las que realmente se muestran eficaces. 8. Papel de Auvergne.
9· Papel verjurado sueco.
La experiencia nos ayudará a hacer una selección adecuada. Por nuestra parte,
10. Papel verjurado del siglo XVIII.
recomendamos la plumilla Brause n." 180 por la calidad de su depósito y la precisión 11. Papel 1ngres, 135 g.
de su trazado. Las plumillas de esta serie presentan una anchura de 0,5 a 5 mm. 12. Papel verjurado de las papeleras de Kell,
De este fabricante también cabe destacar la plumilla n." 602, que mantiene las Bélgica. Soporte aconsejado para obtener
un efecto de materia próximo a la caligrafía
cualidades de la primera pero, además, tiene la particularidad de ser extremadamente de la página xx1v.
flexible y ágil. Sin pretender hacer aquí un listado exhaustivo, señalaremos la 13. Papel chjno Xuan Zhi.
existencia de las plumillas Automatic Pen, provistas de un extraño depósito en 14. Papel Fabriano Roma.
15. Papel Kraft.
forma de rombo diseñado para retener una importante can tidad de tinta o de 16. Papel Japón Ogura, marfil, 90 g. Obsérvese
gouache diluido. Éstas, aJ igual que las plumas pincel sirven para trazar letras de gran que los de Extremo Oriente están
tamaño y su ancho puede llegar a medir 2,5 cm. mejor adaptados para la técnica del pincel.
17. Vitela de Holanda.
También puede utilizarse la pluma estilográfica provista de plumines biselados de
18. Papel verjurado Fabriano, 150 g.
diferentes anchos. Las marcas más conocidas son Osmiroid, Sheaffer, Platignum y 19. Papel biblia, 20 g.
Art Pen de Rotring. La estilográfica sin duda constituye un instrumento práctico, 20. Papel cuché mate, 170 g. te soporte tiene
la ventaja de que permite retoques por
pero parece mejor adaptada para el esbozo, el estudio o la correspondencia.
raspado.
Sus cualidades son evidentes: una perfecta disponibilidad y comodidad de uso
gracias a su sistema de cartucho integrado. Se trata de un instrumento que en
cierto modo alcanza una simbios is ideaJ entre la forma tradicional y la tecnología
moderna. Dentro de una gama más artesanal, y precisamente para quienes deseen
utilizar una plumilla que se incorpora al portaplumas, recomendamos las siguientes
marcas y modelos: la Gillott n." 291, la Hunt Finest 104 e Imperial 108, la plumilla
1.
1
1
5 6 7 8
·- - - -- - ----..J·- -
9 10 11 12
13 14
17 -·/
2 4 S 6 7
9 10 11 13
l
escritura inglesa.
3· Plumilla Boulogne, donde se dibuja un rostro.
4· Plumilla fina Brause, n. 0 66 EF.
S· Plumilla J. Gillott.
6. Plumilla Mitchell copperplate.
7· Plumilla Brause, n° S2L
8. Plumilla Blanzy Poure, n." 2ssz.
9· Plumilla austríaca Hiro, n° 40.
10. Plumilla Brause, n.0 361.
11. Plumilla larga Perry & Co, n.O 928 EF.
CA LÍGRA fO 35
2
7 8
Híro 40, la Brause n.o 66 EF y la Brandauer n." 518, que es una de las plumi llas de
mayor precisión. Cabe añadir dos plumas acodadas de gran calidad, concebidas
De izquierda a derecha: pluma Platignum especialmente para la escritura inglesa: la Copperplate 742 F de Wi lliam Mitchell y la
de ca rtucho, tiralíneas ancho para trazar zigzag de Gilbert y Blanzy-Poure n.0 1278. Ésta última, extremadamente afilada y de
cal igrafías gestuaJes, pluma-pincel japonés
provisto d e un cartucho d e tinta china. asombrosa ductilidad, se adapta de maravilla a las escrituras muy finas y a la ejecución
de arabescos, aunque por desgracia ha dejado de comercializarse y solo se encuentra
en los fondos de los coleccionistas y en ciertos mercad illos de antigüedades.
El pincel
El pincel chino hizo su aparición dLLrante el reinado del emperador Shi Huang Di
(259-210 a. de C.), fundador de la dinastía Qin. La leyenda atribuye su invención al
general Meng Tian de Qi. Según los cronistas, este personaje habría sido el primero
en confeccionar un pincel muy similar a los que conocemos hoy día. Sin embargo
cabe pensar que su contribución consistió más bien en el redescubrimiento y, sobre
todo, la difusión de un procedimiento hasta entonces mantenido en secreto.
Sea como fuere, se han hallado restos de caracteres pintados en tinta negra sobre
vasi jas del período Yin (1500 a. de C.), lo que nos permite pensar que e l p incel
de cerda se utilizó desde una fecha temprana, muy ante rior a la transmitida por
tradición, aunque el primer pincel Qin fuera obra de Meng Tian . Éste es su proceso
de fabricación: «Se escoge para el mango un trozo de madera muerta y se ajusta
sobre él un centro de pelos de gamo que se rodea de pelos de oveja formando una
cofia.» Como se ve, en los pinceles chinos existe una diferencia esencial entre los
Derecha: plumilla Brausc n° 180, de 4 mm d e pelos del centro y punta del mechón, y los de la periferia, dispuestos a modo de
grosor. cofia. La combinación de la rigidez del pelo de gamo y la ductilidad del de oveja
Izquierda: la Brause n. 0 6o2, una plumilla ciertamente producen un manejo muy agradable.
poco co nocida, cuya extrema flexibilidad es
mu y apreciab le. Es una de las pocas plumillas
Debemos destacar que la calidad de un pincel depende sobre todo de los pelos
Brause con un depósito de latón s ituado por de su extremo, que forma una punta afi lada y que en ningún caso debe bifurcarse
d ebajo. cuando la aplastamos entre el pulgar y el índice después de humedecerla. Si los
la escritura. 2. El pelo de liebre, bastante duro pero muy nexible, se utiliza tanto para
la escritura como para la pintura. 3· El pelo de marta y de comadreja es fuerte y muy
indicado para la pintura. 4· El pelo de lobo, que resulta duro y nervioso, parece
adaptarse particularmente bien a la ca ligrafía. 5· La crin de caballo, gruesa y dura, no
3
tiene punta y se llti liza principalmente para trabajos de gran formato. 6. La pluma
de gallina, material ligero y suave, permite obtener efectos sutiles apenas rozando el
papel.
El pincel chino debe sujetarse verticalmente y de modo firme, sin apoyar los
codos sobre la mesa y cuidando de no aplastar demasiado la punta. Los mejores
resultados se obtienen con tinla o acuarela, pero el manejo de este instrumen to es
S
' \
7 8 9
S· Cnja con de pelo de lobo.
6. Pinct'l japonc:s de pt-lo sintético.
7· Pequeño pincel fino de pelo de lobo de gran
ra lidad. 15 cm.
8. Pincel de pelo de lobo, muy ágil, 18 cm.
9· Pincel chino. me1cla de caballo y bigotes de
rata, utilizado para obtener trazados o
ron texturas vivas, 29 cm.
10. Pincel japoní·s grueso de pelo de louu, 2J cm. Dibujo que muestr<J una rle las posiciones
chísicas para sujetar el pincel chino. Obsérvese
el espacio vacío reservado para el hueco de la
Ten¡.;amos en cuenla •Kualmente el ejemplo de Wang mano.
Chih, el más emincnle caligrafo chino (siglo 111) que,
haciendo gala una hpecial inspiración, creó una ohra
Derecha: corte longitudinal de un pincel en el
sirviéndose dt· un pincel de bigotes de raJón. que aprecian los pelos del cenlTo y los de la
cofia.
El p a p iro
A lo largo de su historia, el hombre h a buscado los soportes más aptos y dignos para
recibir el mensaje escrito. Estos soportes han sido muy d iversos, como la piedra, el
hueso, el marfil, el metal, la arci lla, las tablillas enceradas o las hojas de palma.
Los criterios que han presidido la elección del soporte han sido la faci lidad de
aprovisionamiento y las garantías de durabilidad. En cualquier caso, no es nuestro
propósito ofrecer una lista exhaustiva de las superficies de escritura, sobre todo
teniendo en cuenta la singularidad de las diferentes culturas y la perspicacia de los
escritores. No obstante, debemos constatar que la materia vegetal más utilizada htc
sin duda el papiro Cyperus papyrus, una especie de caña que crece en las orillas de
los ríos y de los lagos de ciertos países de la cuenca mediterránea. El tallo del papiro,
terminado en una panícula, puede alcanzar una altura de tres metros. El proceso de
fabricación que permite trasformar e l papiro en una hoja es relativamente sencillo.
Una vez despojado de sus raíces y hojas, se retira la corteza del tallo, con lo que la
médula q ueda a l descubierto, y se corta en finas láminas que se colocan sobre una
p iedra p lan a para formar una capa doble entrecruzad a. Se cubre la superficie con un
p año protector y se trabaja a golpes de maza d u rante u na o dos horas hasta obtener
1. Pincel de pelo de caballo, 26 cm. una hoja de una sola p ieza. El jugo de la plan ta actúa com o aglutin an te. La ú ltima
2. Pincel de pelo de pa111c ra china, 32 cm. operación cons iste en p ul ir la su perficie con u na piedra redonda y en d esbarbar los
Se uti liza para trazar I<Js hojas de bambú. bordes desigu a les. Colocadas u na ju n to a otra, las h ojas forman u n rollo de papiro.
Se trata dr un pincel raro, difícil de obtener.
3· Pincel de pelo de caballo, muy apreciado para El rollo de papiro, cons iderado durante much o tiempo como un soporte refinado,
la caligrafía de estilo cursivo Xing Shu, 28 cm. fue empleado hasta el siglo xt por la curia apostólica para la elaboración de los
El pergamino
En su Historia natural, Plinio e/ Viejo subraya la importancia del papiro. Este soporte
fue. efectivamente, un material privilegiado que continuó sie ndo apreciado mucho
de la aparic ión del pergamjno e n e l siglo 11 a. de C. Según Plinio, el rey
de Pérgamo, Eumenes Il (197· •58 a. de C.), que se jactaba de tener una de las
mejores bibliotecas de la antigüedad, sufrió el veto a la exportación del papiro
eg1pcio impuesto por los tolomeos.* De este modo, para satisfacer sus necesidades
y compensar la falta de papiro. Eumenes tuvo que resignarse a utilizar pieles de
animales. Estas pieles se denominaron pergamene y posteriormente pergamenn,
palabras de las que deriva nuestro vocablo «pergam ino». No obstante, el uso d e l
pergamino como soporte para la escritura parece an terior al rey de Pérgamo e incluso
al papiro. La preparación de las pieles para la caligrafía o la iluminación supone una
serie de largas y laboriosas operaciones. Se empieza des bastando y desinfectando las
pieles macerándolas en una solución de agua y cal. Después se curten y se les quita
el pelo mediante un raspado y se tensan sobre unos bastidores rectangulares de
madera que se denominan gradas. Solo e ntonces se procede a l acabado y a s u Tallos ele papi ro, Cyperus pnpyrus, y corl<' de la
tratamiento con un polvo calizo que impide una absorción excesiva de tinta. Finalmente médula en laminas finas.
las pieles ::.e pulen con piedra pómez y se curtan según el formato deseado. Debnjo : plancha de madera y diversas
herramientas ulilizildas para fabricar la hoja
La p roceden cia de las pieles qu e se utilizan para la elaboración del pergamino es
de papi10.
muy variada. Durante la Edad Media ciertos cron istas mencionan con frecuen cia la
ut ilización de pieles de oveja, de carnero, de cabra o de ternero. La piel de ternero
o vitela designa un pergamino realizado con la piel de un ternero recien nacido o
nonato. Se trata de un soporte muy liso y especialmente apreciado. Las iluminaciones
del Libro de Kells, así como numerosos evangeliarios irlandeses, fueron realizados
sobre vitela, material que presenta muy poca diferencia e ntre el lado de la carne y
el lado del pelo. El pergamino de oveja presenta en su lado velludo una superficie
muy granulada debido al d esarrollo de los poros, un ligero inconvenie nte que se
puede paliar extendiendo la piel sobre una planch a de madera y lijándola muy
cuidadosamente para atenuar el grano. Aunque en la actualidad los fabricantes d e
pergam ino no son muy numerosos. existe n algunas empresas en Europa, una de
las cuales tiene su domici lio en la calle Saint ¡acques de París. No obstante, h ay que
señalar que los pergaminos actuales son a me nudo más grasos que los utilizados
durante la Edad Media, ya que en nues tros días la ca baña ganadera está mucho
meJOr alimentada, en pastos más abundantes. El ca líg rafo también debe prestar
especial atención a la preparación de su supe rficie de escritura, preparación que
cons iste principalmente en desengrasa rla mediante polvo cali zo o Je piedra pómez.
Por último, cuando el proyecto así lo requiera, algunos escribas acostumbran a pulir
la superficie de la piel con un cuchillo plano o con un pa pel de lija muy fino, de
modo que e l soporte quede suavemente arañado y presente un tacto ligeramente
afelpado, muy propicio para la escritura. Se puede obtener e l mismo resultado
mediante la aplícación de sandáraca en polvo con un tampón, pero debemos señalar
de nuevo que estas operaciones exige n mucha pe ricia y de ben ser realizadas por
personas expertas.
40 1 (I S ÚTIL ES O EL CALÍCKAFO
reducido:, a una suspensión fibrosa de aspecto lechoso llamada «pasta ». Con esta
pasta se elaboraban las hojas mediante una serie de operaciones manuales.
El sacador sumergía la forma en la tina, la sacaba Llena de pasta húmeda y evacuaba
el exceso de agua mediante un lento balanceo. Después depositaba la forma sobre
una mesa y retiraba la «cubierta•. Entonces el ponedor colocaba un fieltro sobre la
capa de fibras húmedas y le daba la vuelta a todo el conjunto, de modo que el fieltro
quedase debajo. Al quitar el tamiz la hoja quedaba formada. Después se prensaba
para eliminar los restos de humedad y finalmente, tras extenderla cuidadosamen te,
se dejaba secar colgada de una cuerda. El p rimer perfeccionamiento del proceso que
acabamos de describir fue el de la tina holandesa, introd ucida en el siglo xv111.
Inventada, como su nombre indica, en los Países Bajos, esta p ila d isponía de un
cilindro rotativo provisto de cuch illas, q ue sustituía las m azas de clavos utilizadas
hasta entonces. Este nuevo procedimiento perm itía satisfacer la creciente demanda
ocasionada por la difusión de la imprenta.
El segundo perfeccionamiento, mucho más radical, consistió en llevar a cabo la
elaboración de las hojas gracias a una máquina capaz de realizar todas las operaciones,
desde la recogida de la pasta en la pila hasta el secado final. Las primeras tentativas
de puesta a punto de una máquina de estas características fueron realizadas en 1800
en Essonnes (Francia), por Louis-Nicolas Robert, pero la primera máquina capaz de
producir una hoja seca en continuo funcionó en Kent en 1803 y fue construida por
eJ inglés Brian Donkin. Todas estas mejoras multiplicaron considerablemente la
capacidad de producción de papel y plantearon un problema casi insalvable: el del
aprovisionamiento de trapo de lino y de cáñamo. La solución llegó a mediados
del siglo xrx con la utilización de la madera para pasta. La evolución ha sido muy
rápida y en la actualidad las máquinas, verdaderos monstruos mecánicos, trabajan
con una pasta compuesla de madera en un 95 por ciento.
Se distlllgue entre dos tipos de papel: el papel verjurado y el papel vitela. Hasta
mediados del siglo XVIII todos eran verjt1rados, es decir, aJ examinarlos a contraluz
presentan unas líneas finas que atraviesan longitudinalmente toda la superficie de
la hoja. vetas, llamadas coro11deles, corresponden a los hi los de latón tensados,
paraJelos a los lados más de la forma pape lera. Los corondelcs están a su
vez cnrzados por una::. líneas dennminaclas puntizones. Este con junto
de lineas forma una especie de trama que da al papel verjurado su aspecto
Señalemos por tl ltimo que a lo largo de los siglos, e l espaciamiento
entre los cornndeles y lo!> puntizones no ha permanecido inmutable. Esta
caractedstic.:a, junto a h1s fihgranas, constituye uno tlc los crit-erios uti lizados para
deternllllclr fecha de un documento. El papel vitela, que por definición intenta
imitar la piel de un ternero nonato, no presenta n1 corondeles ni puntizones, ya que
éstos son sustituidos por una te la metálica muy fina que cubre el fondo de la forma
y deja en la pasta una huella apenas visible. Los primeros intentos ele elaboración
de papel vitela se llevaron a cabo en 1750, en lnglaterrn, a instancias de Bask.crville.
En Francia hubo que esperar hasta 1782. cuando Révei llon, ]ohannot y Montgoliier
consiguieron imitar las bcllac; vitelas de Ba¡,kel ville. Los papeles realizados con
forma, yn :-.can verjurado:; o vitela, son también reconocibles por sus bordes
irregulares, llamadas barbas, y, en ocasiones, ligeramente traslucidos.
Fabnc.1rión cid papel. Grabaclu :>obre rnad\'ril En primer lugar, el calígrafo debe ponderar la naturaleLn y el objetiVO de su
tic Amman. saglo AVI. El sarador Silt.l proyetto. Por ejemplo, un papel de trapo no es aconsejable para un 11 atado de gran
una hoja de papel de l11 tiaM, mientra!<. qul' l'l
aprrndi1 lleva una pal¡¡ de hnFt!> il Id precisic'>n pero puede, por el contrario, ser e l indicado para otros trabajc1s. Se puede
Delmjo: fon na ¡;arJ pape· l. de tillllll
utiliznr e l papel bdstol blanco para las caligrafías destinadas a ser reproducidas
n aya 1rJflla sro compnnr de• r:o rond ele::. y median te imprenta. Este papel :;e presenta en hojas de so x 64 cm, de doble cara,
J'lllltizones. con el mismo acabado en ambos lados. Los papeles brístol americanos St rathmore
o Baínbridge poseen un derecho y un envé!:.. Es preferible escrib ir sobre e l derecho,
que e!. fácilmente reconocible por la filigrana. Elite lado fija me¡or Id tinta y permite
retoques en gouache blanco. Siguiendo esta misma línea, pueden utilizarse pnpelc:;
rara la impresión en ófset, los cuales, designados con el término de semimate, son
llsos y muy s11aves a l lacto. El pnpC'I de trapo puro hecho a mano :;e itnpone para
los trabajos finales o de carácter lujoso. Es evidcnre que en este caso conviene evitar
los retoques al [JOUache, debiendo proceder por raspado, ya que la caJidad y e l espesor
del soporte racilita esta operación. Como podemos comprobar, según :.u natmaleza y
finaJidad, Jos papeles pueden ser muy distintos unos de otros, diferencias que son
mente sensibles en el ámbito artístico. De csle modo, el calígrafo puede
escoger el papel más adecuado para obtener los rfec1·os deseados. La lista de las
marcas y de las casas que comcrciali·za n estos papeles es ampliamente conocida por
el público en general. No obstante, nos parece oportuno recordar su::. nombres: en
Francia, las papeleras Arches, Rives, johannot y Lana fabrican muy bellos papeles
vitela para acuarela (satinado, grano medio y de trapo) que son excelentes soportes
para La caligrafía. En Alemania cabe mencionar los papeles Schnellcr, Steinbach y
Hahnemüh lc, en Inglaterra Wookey Hole y Barcharn Creen. En Italia, indiquemos
los famosos verjurados Roma con fi ligrana de loba, producidos por F'abriano.
Entre los papeles americanos, los más apreciados son los ele Strathmore, el HMI' y
Twinrod..er. FinaJrnente, no debemos olvidar, en Francia, los papele:. verjurados
lngres de Canson, que permiten obteneT excelentes reso lLados sobre tocio si se
El papel chino
Las t intas
No cabe duela de que la tinta cumple una función esen cial en la elaboración de la
obra caligráfica. la experiencia nos demueslra que es imposible utilizar la pluma de
ave con una tinta ordinaria, como las que se venden en los comercios. De ahí la
importancia de disponer de una tinta adecuada, de hecho muy parecida a la que
usaron los calígrafos a partir del siglo xuJ.*
Las recetas que veremos a continuación refle jan muchos años de investigaciones
y suces ivos perfeccionamientos. l-Iemos de su brayar que son en parte inéditas, d ado
que en Francia este aspecto de la caligrafía ha sufrido desde hace más de medio
siglo cierto olvido. Nuestra mayor preocupación ha consistido, lógicamente, en no
caer en la trampa de las recetas herméticas o alquímicas, a menudo imposibles de
realizar. Hemos aspirado precisamente a lo contrario, partiendo del conoci miento
de los ingredientes, de la existencia ele fuentes de aprovisionamiento y de la
sencillez de su uso.
· la tlelcrnunante contribución para
e:;te capitulo d" ]antue; l.c Roux, artista po111or
nacido en el seno una familia de farmaccutiros
y uoo apasionado de los l"gmentos, las ttntas y In>
colorPs.
De izquierda a derecho:
Cornil de ilmoniaco, que permite aplit.:at el pan
de oro. Goma sandáraca. Coma arábiga. Ocre
rojo verdadero. Cola de piel.
La tinta marrón
TINTA PARA 1\RCHIVOS
Es difícil confeccionar una tinta marrón tan sólida como la tinta férrica. Sin Jugo de agalla. . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 1
embargo, las tintas de los manuscritos muy antiguos adquieren casi siempre ese Goma arábiga. . . . . . . . . . . . . . . . . 16 g
suntuoso color del óxido de hierro que desearíamos poder imitar, pero que solo el Alurnbre ele roca . . . . . . . . . . . . . . 16 g
efecto del tiempo es capaz de producir. Azúcar ................ .. . .. .. 13 g
Si aumentamos la dosis ele sal ferrosa en la mezcla gálica-tánica de hierro, se Sulfato de hierro .......... . , .. 63 g
producirá una precipitación y la tinta, primero negra bajo la pluma, tenderá sobre Áciclo fénico. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2 g
el papel hacia un color pardo. Los bordes de los trazos parecerán más oscuros,
como en lo::. viejos manuscritos, y éste podría ser un modo de aproximarse a su
magnífico color marrón, pero debemos obrar con cuidado, pues un e.xceso de sulfato
ele hierro puede a largo pla·z.o corroer el papel y hacerlo quebradizo en los lugares
escritos. Para evitar este inconveniente podemos e laborar una tinta de similar
armonía diluyendo simplemente extracto de Cassel en agua o mezclando extracto
líquido de palo de Campeche con caobina, que se incorpora a una preparación de
galo-tanato de hierro. Otro método consiste en mezclar, por ejemplo, 30 gramos d e
permanganato de pntaslo en aproximadamente medio litro de agua. Se obtiene así
un rojo oscuro que sobre e l papel tiende al marrón. No obstante, desconocemos el
grado de pennanencía ele esta tinta. llamalla «carmelita>>. en el tiempo y en contacto
ron el airr.
La tinta roja
Se puede fabricar tinta roja según el siguiente proced imiento: se dejan macerar
virutas de palo brasi l durante tres días; después se cuela y se reduce a la m itad
por ebullición, tras lo cual se añade la goma y el alumbre. Esta fórmula puede ser
interesante debido a su simplicidad, pero sus resultados están lejos de a lcanzar
[a suntuosidad de las tintas rojas de antaño -cuyos secretos de fabricación , por TINTJ\ !WJA
desgracía, parecen haberse perdído. Palo brasi l rayado ... ......... 100 g
Por otrn lado, no podemos contentarnos con las tintas rojas que se encuentran Agua .... . .......... . .... .... t/2 1
habitualmente en los comercios, elaboradas a base de eos ina, poco resistentes aJ Goma arábiga pulverizada. . . . . . 15 g
tiempo y cuyo color rojo violáceo no es muy atractivo. De hecho, puede resultar Alumbre pulverizado . . . . . . . . . . 15 g
Naturalmente, estas tintas estaban hechas a base de cinabrio, pero ¿en qué
proporción? Y ¿qué tipo de aglutinante las fijaba sobre pergaminos y papeles?
En la administración bizantina, la tinta púrpura a base de cinabrio se reservaba para
las cartas y los decretos imperiales. Nadie más podía utilizar esta tinta sagrada del
palacio imperial sin au torización , bajo pena de ejecuci6n inmediata y confiscación
de todos sus bienes.
La dureza de esta sentencia tal vez nos ayude a comprender esa especie de
adoración que los chinos sentían hacia el cinabrio, el cual, al igual que el jade, poseía
un carácter sagratlo. Incluso se cuenta que un emperaJor de Ch.ina sentía tal pasión
por este color que todos los días ingería cierta cantidad de esta sustancia. La historia
del cinabrio o sulfuro de mercurio se confunde con la de las civilizaciones más
1. Mntaclo r para lriturar pigmentos. antiguas. Este color parece haber existido siempre, ya sea en China, Egipto, Arabia,
2. Tintura de ct'Jrcuma. Bizancio, Etiopía o Roma, donde los gladiadores se untaban el cuerpo con cinabrio
3· Goma de cerezo que puede llervi r de
aglu tinante.
la. uoche de una victoria. Más adelante encontramos su glorioso y brillante rastro
+ Goma de ciru elo, ligera me nte más rlara que en casi todos los manuscritos medievales y re nacentistas. acompañando fielmente
la a nteri or. las escrituras realizadas a base de galo-tanato de hierro. En la actualidad, los
5· Paln de Campeche rallado.
6. Oropimente o ltióulfuro de arsénico.
yacimientos más importantes de cinabrio son los de Almadén, en Ciudad Real, y los
7· Piedras de azurita y de malaquita. de !dría y Carniola, en Eslovenia. No obstante, en algunos países es muy difícil o
8. La pisláz uli ve rdadero en polvo. imposible adquirir el sulfato de mercurio a causa de su prohibición o de su excesivo
9· Polvo a marillo de lil raiz de la r(Jrcuma.
precio.
En cualquier caso, se puede preparar fácilmente triturándolo sobre mármol con
un majador y añadiendo goma arábiga líquida y un poco de glicerina. El mayor
inconveniente del c inabrio proviene del peso del pigmento (es más pesado que el
plomo), que lo hace caer al foBdo del recipiente, por lo que es necesario remover
la mezcla con bastante frecuencia. Para remediar en parte este problema debemos
remontarnos a una receta italiana del siglo x1v, traducida por Louis Dimier en su
obra L'art de l'enluminure (París, Rouart, 1927): «Se bate una clara de huevo y se
deja reposar dmante una noche. Se mezcla e l licor así obtenido con el cinabrio y se
tritura todo ello con agua engomada y mieL A continuación se añade alumbre
y a lgunos clavos de olor para la conservaci6n de la tinta roja así obtenida. »
Es evidente que esta fórmula no menciona las cant:idades exactas. Por desgracia no
nos han llegado documentos que nos ayuden a reconstituir los elementos necesarios
para confeccionar una verdadera tinta roja, bella y sólida. Se pueden encontrar
numerosos productos en la casa Sennelier, en el qua.i Yoltai.re, tales como la goma
arábiga, el negro de humo, gelatina, numerosas tinturas vegetales para las tintas y
majadores para triturar. En cuanto a l polvo de cinabrio, es relativamente difíci l de
conseguir, dado que la normativa actual es bastante estricta. El su lfato de hierro,
el tanino, los diferentes ácidos - fénico, salicílico- están disponibles en todas las
empresas suministradoras de productos para laboratorios farmacéuticos, como
Prosciences, Prolabo y muchas otras.
La tinta china es una de las variedades de tinta utilizada por los antiguos, quienes,
como sabemos, mezclaban el negro de humo con goma arábiga. Los chinos, por su
parte simplemente sustituyeron la goma por cola. Cabe suponer que venía usándose
una tinta de estas características desde hacía miles de años. ciertamente menos
solida que la tinta férrica. Durante la dinastía de los Han anteriores (206-24 a. de C.)
todavía no se había inventado el bastoncillo de tinta sólida. Se mezclaba el pigmento
con agua y se añadía cola. En el siglo 11 de nuestra era, este sistema arcaico cedió
el lugar al bastón de tinta, cuyo manejo es mucho más agradable. Para diluirlo se
utiliza 1111a para tinta » que presenta un hueco para albergar el agua.
El bastoncillo se sostiene verl ica lmente y se disuelve en el líquido con un
movimiento circular, que e jerce una leve presión. Es una operación que requiere
paciencia, pues la preparación se prolonga durante treinta minutos, y no solo
consigue obtener una tinta de calidad, sino que también permite que e1 calígrafo se
concentre. Una vez terminada la operación se recomienda eliminar del bastoncillo
cualquier vestigio de humedad, ya que sin esta precaución podría agrietarse.
Entre las tintas de gran calidad cabe destacar la denominada de •Li Tinggui», de
la época Tang (618-907). Xi Tinggui, hijo del comerciante de tinta de la provincia
de Anhui, se hizo célebre por la excelente cabdad de su producción, y le fue
concedido el título de administrador de tinta, así como el privilegio de sumar el
nombre de la familia imperial Li al suyo propio. Durante los s iglos siguientes se
mtentó en vano imitar su tinta, ya que nunca se consiguió establecer con certeza la
receta que su inventor se llevó a la tumba. La tinta ele Li Tinggill era tan
preciada que en su epoca ya era difícil ue conseguir. Un cronis ta la describe así: • La
tinta de Li es resistente y dura mucho tiempo, pues en el mortero se tritura diez mil
veces una medida de polvo de oru mezclado con cola y materias carbonosas. tres
medidas de perlas y una medida de polvo de jade.» Pincel chino de mango de porcelana. )unto a
En la actualidad la mayoría de las tintas chinas se obtienen mediante la él. piedra para tinta decornda con un molivo
floral. Las mejores p•edras para tinla provienen
combustión de aceites o de gas natural. ele Duan Zhou, en la provincia de Cantón.
Notemos, finalmente, que la tinta china difiere ligeramente de la que se utiliza en Su grano es muy fino y suave al tacto.
Japón. La primera se denomina «tinta Tang» y contiene una gran proporción de cola, Bastón de tinta negra, decorado con delicadas
impresiones y con la figura ele un dragón
mientras que la segunda contiene poca cola, pero más concentrada. la tinta china amenazador. Un bastón de tinta de excelente
que se vende en los establecimientos europeos no tiene nada que ver con la tinta calidad se caracteriza por su tacto liso y regula•
en bastón fabricada en China, excepto tal ve:z su naturaleza indeleble, que se debe y por el hecho de que produce nipidamente
una tima de un negro intenso.
principa lmente a la presencia de una resina mezclada con el aglutinante.
Es de utilidad para el dibujo técnico y en la técnica de la aguada, pero no es la
más conveniente para la caligrafía, ya que el espesor de su aglutinante enmugrece
rápidamente los instrumentos e impide la fluidez uel trazado.
Colores y pigmentos
Ya en una época muy temprana surgió el impulso de ilustrar los libros, impulso
que pronto se convirtió en necesidad. El gusto por la ornamentación de textos
queda patente entre los antiguos egipcios en los dibujos del Libro de Los muertos,
y entre los griegos, que transmitieron este arte a los romanos, quienes, además de
la leyenda, nos han legado algunos manuscri tos magníficos. Desgraciadamente, el
1iempo ha hecho estragos y los códices más antiguos que han llegado hasta nosotros
son las comedias de Terencio, de l siglo IV, y el Virgilio del siglo v de la Biblioteca
Vaticana. A partir del siglo xu la decoración de manuscritos lleva la impronta de la
renovación artística que se manifiesta en casi todos Jos ámbitos. Los iluminadores
De izquierda a derecha: barniz de broncear »La mayoría de los colores deben mezclarse con cerusa para la primera capa, pero
para la aplicación del polvo de bronce. Cola deben utilizarse en estado puro para las sombras, en cuyos extremos el lapislázuli
de pez. Azul de ultramar francés (pigmento
sintét ico). Tierra de Venecia. Pequei'lo frasco
necesita un matiz más oscuro, que le puede ser proporcionado por el rosa sin
de cinabrio. Albayalde. Palo de Campeche. cuerpo, que también sirve para sombrear casi todos los demás colores, al igual que
Yeso mate (yeso de París). Sulfuro de mercurio el tornasol violeta. La púrpura y el giallolino también se sombrean con brasi l y con
para preparar el bermellón verdadero.
azafrán: para obtener un matiz gris se mezcla el negro con blanco y amarillo y, si se
quiere, con un poco de rojo.»
El cinabrio
ocSe raspa un trozo de palo brasil finamente con un trozo de vidrio, evitando utilizat
un cuchillo o un raspador metálico, pues el color podría ennegrecerse. Se colocan
las raspaduras en w1 recipiente de vidrio y por cada parte de madera se añaden seis
partes de vino blanco. La madera debe permanecer sumergida en el vino durante
veinticuatro horas. A continuación se calienta hasta que hierva el líquido y se
deja reducir un tercio, con lo que el vino tomará e l color de la madera. Se saca el
recipiente del fuego y se añade media parte de polvo de alw11bre. Para hacerlo más
fino, se aiiade media parte Jc cal o media parte tle sepia en polvo. o un poco de
cochin illa. Por último se incorpora media parle de goma arábiga bien molicb.
Se fihra al través de un paf1o y la tinta está lista para ser Antes del
descubrimiento del Nuevo Mundo y del territorio de Brasil, que debe su nombrf'
a esta madera, Europa se aprovisionaba de una única especie que se importaba de
Oriente, la Caesalpinia sappan. El principa l componente de esta madera, la brasilina,
se oxida con e l aire y produce el colorante brasilcína.
El bermellón chino
El minio
El rojo minio, de cuyo nombre de riva la palabra miniatura (del latín miniare), es un
óxido de plomo. No debe confundirse con el cinabrio. Los griegos y los romanos ya
conocían su existencia. Seg(tn P linio, e l minio fue descubierto tras un incendio en e l
que, por efecto del calor, un b lanco de cerusa se convirtió en un rojo vivo. Este color
presenta un secamiento perfecto.
Debemos se1ialar que el lector puede sacar muy buen provecho de la acuarela
bermellón en salserilla, especialmente la de Winsor & Newton, que nos parece
excelente. También es posible obtener muy buenos resultados con la acuarela
china, fina y delicada, aunque más difícil de encontrar en los comercios. Por último
advertimos a los lectores sobre la utilización de colores o de tinta rosa a base de
anilina. Esta tinta no tiene cabida en la obra calig ráfica ni tampoco en la pintura,
ya que no tiene un aspecto chillón y poco atractivo, sino que además resulta
inestable y poco duradera bajo los efectos de la luz debido a la anilina. Por lo tanto
debe ser completamente descartada. Cochi ni llil american;,, Dactylopius coccus,
parásí lo de la higuer<• chumba, de la que se
alimenta exclusivamente. A la izquierda,
La cochinilla el mdcho adulto, de aspecto delicado, e' m<is
pcquc•io que la hembra (2 mm de longitud).
Este pigmento rojo se extrae de la cochinilla americana, un insecto emparentado De w lor rojo, sus alas incoloras le pennitcm
volar para unirse a la hembra. Pero no puede
con el quermes. La cochini lla mejicana o Coccus cacli se distingue tic su homónima
alimcnlarsc, pues carece de piezas bucales
europea por su forma plana y por la p lanta de la que se alimenta, la Opuntia y mucre al cabo de dos días. La hembra, dC'
coccinellifem, una especie de cactus que los indígenas denominan nopal, más forma cliplica y de un color violáceo. puede
alcan¡¡tr 6 mm de longitud. Se observa
conocido en como chumbera o higuera chumba. La cochinilla fue
la presencia de unas anlt·nas cortas y de
introducida en Europa por los espa 1ioles durante la primera mitad del siglo xv1. minúsrul¡¡:, patas. L<l ti111ura roja se oblicue
Su rendimiento y su poder colorante son muy superiores a los del quermes. por lo de 1<• hembra.
que éste fue muy pronto reemplazado por el Coccus cacti.
La exportación de la cochinilla desde España hasta el puerto de Amberes
está documentada a partir de 1540. El tratamiento de la cochinilla mediante un
procedimiento similar a l del carmín produce un colorante rojo vivo de gran calidad.
La tierra verde
La tierra verde o protóx ido de h ierro es una tierra que se encuentra en el norte de
Italia, cerca de Yerona, que permite obtener un pigmento de textura jabonosa con
poca capacidad para revest ir. Hay que señalar que varias tonalidades de tierras,
algunas más amarillentas, otras de un tono más marrón, han sido clasificadas ba jo
la apelación de tierra verde. No debe confundirse con la tierra de Bohem ia, de la
República Checa, que presenta un color más pálido. No obstante, en la Edad Media
este pigmento nunca llegó a considerarse como un color de excelente calidad y su
utilización se limitaba a preparar la capa subyacente de la carnación de los
personajes, mezclando la tierra verde con blanco de cerusa.
El verde malaquita
dr la propiedad El verde malaquita se utilizó durante la Edad Media y era muy apreciado por los
de cambiar su color l'll prr:,encia de un
miniaturistas irlandeses. Cennino Cennini lo llama verde azzurro, que significa
medio ácido o alcalano. Aqui el tinte rojiw
o Folwm rubeum ha obtenido por simple verde azul, por su curiosa propiedad de tomar un tinte azulado. Esto se debe
aplicación dl• un líquido ácido sobre el fondo probablemente al parentesco de este pigmento con la azurita, un carbonato de cobre,
de Los miniaturistas de lil Edad
ya que es usual hallar los dos pigmentos sobre un m ismo fragmento de roca.
Media aprovecharon esta particularidad con
gran El Foliwn SCiphireum o tornasol Este verde de brillante tonalidad debe aplicarse bastante diluido y en una delgada
azul se obtcnia metliantt> un pll muy <'lt>vado, capa. En todo caso debemos evitar aplicar una capa demasiado espesa, pues con ello
es decir, en un medio :tklllino. El Fo/ium el tinte perderá su vivacidad. Por último, debemos cuidarnos de no mancharnos las
purpurewn (violeta) aparece aproximadamente
con tllt pH d1· 7·
manos o la ropa, deb ido a la sorprendente tenacidad de este pigmento. Cabe se1ialar
que el verde malaquita parece ser resistente a la luz, pero inestable cuando se
mezcla.
El azul de ultramar
El azul de ultramar constituye sin duda el color más sólido y bello de la paleta.
Procedente de las regiones de levante, se denomina de ultramar para distinguirlo
del azul de Prusia. Los egipcios utilizaban con frecuencia este pigmento. Vitruvio, y
sobre todo Plinio en su Historia natural, nos proporcionan una buena descripción.
Se extrae del lapislázuli, una piedra ele color azul oscuro, llena de pequeñas motas
doradas. Durante la Edad Media el lapis lázuli se importaba de Afganistán y se
cotizaba a precio de oro. Los yacimientos actuales todavía se encuentran en
Afganistán y en Siberia. No obstante en nuestros días ha dejado de utilizarse
por su escasez y su exorbitante precio.
El término lapislázuli proviene del latín lapis, que significa piedra, y de lagevard,
azul en persa. Hasta el siglo x1 1, esta piedra semipreciosa se empleaba tal cual, tras
ser triturada y lavada. Un s iglo más tarde, Cen nino Cennini nos describe un proceso
de purificación más complejo cons istente en reducir la piedra a polvo y mezclarla
con resina, cera y almáciga para formar una pasta maleable que a continuación
es tratada en un baño de lejía. El líquido azul así obtenido es el azul de ultramar
liberado de sus impurezas. Cabe señalar que en ocasiones ciertos autores han
56 UEL CALÍCI\1\FO
llegado a la conclusión de la ausenc1a o la extrema rareza del pigmento azul
ulttamar en las recetas de elaboración de lintas. Esta opinión parece no tener en
cuenta la práctica cotidiana del copista y del miniaturista, ya que e l número de
textos y de inidales ornamentadas en azul de ultramar y en azul de Alemania no
es nada desdeñable. Para convencerse de ello basta con examinar los manuscritos.
Podemos citar aquí una receta de azul a base de lapislázuli que elata del siglo XI,
cuyo .uttor es el cronista árabe lbn Baclis, así como el célebre tratado inglés de 1573,
The Arte oj Limmtng, en el que se describe igualmente una recela de tinta azul de
ultramar y otra a base de rojo bermellón.
En 1828 el quíntico Guimet elaboró un compuesto de sulfuro de sodio y silicato
de aluminio para sustituir el ultramar natural. Dicho compuesto parece menos
::.ólido y menos soluble c.¡uc el lapisláz1di ele los antiguos, aunque no deja ele ser un
antl muy fiab le, de una tonalidad brillante y soberbia. Se puede adquirir en forma
de p1gmento en polvo que debe triturarse con agua engomada o con clara de huevo.
En ocasiones se aplica sobre el lienzo con cola de piel. Ése es probablemente el
-;ecreto del azul Yves Klein, que sería más justo denominar azul Guimet.
El azul índigo
La tintura índigo se extrae del añil o isatis tincloria. No se debe confundir esta Tornasol, Chrozophora tinctorifl. Pi.lllla anual
cspecte europea con las que son onginarias de Oriente, América Cen tral y de color gris verdoso y llo•cs
de In familia de las En
Sudamérica, llamadas lndigofera tinctoria. La planta que se importa de Oriente descri pciones de Id Edad Media d1:staca un
se distingue por tener un rendimiento muy superior. El aiiil es una leguminosa det<tllc singular: al contacto con la planta
papilionácea. Su colorante se encuentra sobre todo en las hojas y se presenta en ap.mo!cen sobre la piel unas manchas wjizas.
Por lo demás, la estructura quimica del
forma de indicán. Se extrae por maceración: se sumergen las hojas en agua tibia y, tornasol todavía no ha sidu estabh.:cida con
tras su fermentación, se decanta la solución y se deja oxidar en contacto con el aire. precisión.
Se forma así un precipitado o especie de lodo azulado que se hace hervir con el
f-In clc purificarlo. Finalmente se obtienen bloques de color de un tono azul-violeta
oscuro. En el mercado ex1ste en la actualidad una excelente acuarela índigo en forma
Je pequeñas salserillas, de precio muy asequible.
El azul de tornasol
Junto con el índigo, el tornasol constituye el segundo gran azul vegetal utilizado
por los mmiaturistas del medievo. A diferencia del índigo, este azul ha estado casi
exclusivamente reservado a la miniatura y la caligrafla, y constituye una invención
Je la Edad Media. La planta, que mide en tre 10 y 40 centímetros, se cultiva en la
zona mediterránea pues no Lnlera un clima riguroso. El nombre tornasol proviene
del lal ín torna ad solem. Por otro lado, algunas crónicas medievales nos informan
de que el tornasol también se conoda con los nombres de more/la y de folium.
En el tratado inglés sobre botánica de Lyte (1578), podemos leer: «with the seede
ot the smaU tornesoll... they die and stayne old linen cloutes and ragges into a
colour.» (con las semillas del pequeño tornasol... se tiñen viejas telas de
lino y trapos de un color violeta). Tenemos otra excelente descripción del tornasol
en el manuscrito núm. 1246 de la Biblioteca R.icardiana de Florencia que permite
afirmar que esta planta se encuentra actua lmente invetttariada bajo el nombre
Je Chrozophora Linctoria. No obstante, aun cuando su identificaci6n parece
segura, no se puede decir lo mismo sobre e l modo de extracción del pigmento. No
olvidemos que dicho pigmento dejó de utilizarse hacia e l 1800 y que en nuestros
días este color es casi desconocido. Algunos textos mencionan la extracción de una
sustancia colorante a partir de las semillas de la planta, mientras que otros evocan
homenaje a los tornasoleros gallargueses, que a finales del siglo XVII gozaban de una
gran reputación. En una biblioteca londinense se conserva un texto del siglo xtv en
el que se habla del tornasol de Gallargues. Por otro lado conocemos la existencia
de informes que hacen balance ele las relaciones comerciales entre e l e lectorado
de Hesse y Gallargues en materia de tornasol. Los archivos municipales indican,
además, que la recogida del tornasol estaba estrictamente regulada en Gallargues,
regulación que se extendió hasta el final del consulado, es decir, hasta 1804.
Los cónsules prohibían terminantemente, bajo multa, que se empezara la
recolección antes de la fecha señalada. Una vez recogido el tornasol, había que
proceder a la extracción del jugo, que procedía del tallo en flor, y no de la semilla
2
todavía inmadura. Los tornasoleros llevaban al molino los tallos atados en gavillas.
Los tallos eran triturados y reducidos a una pasta que se amasaba y se rociaba
3 abundantemente con orina humana, tras lo cual se colocaba en capazos. Estos
capazos se prensaban para recoger el primer jugo, que era el mejor, y servía para
la primera operación ele enriquecimiento de los trapos. Los trapos se exte ndían
entonces sobre un buen est iércol de caballo, aproximadamente durante una hora,
1. fndigo, lndigojero tinctoria. Planta herlJ,\cca tras lo cual se plegaban cuidadosamente por docenas y los fardos se colocaban en
originaria de Indias. De la fécula que
extrae de hojas se obtiene un azul sacos cosidos que eran transportados en carreta hasta el puerto de Sete, donde los
profundo. comerciantes holandeses acudían a recoger la preciada mercancía. Cabe señalar,
2. Azafrán, Crocus sorivus. Planta herbárea y
finalmente, que en un medio ácido el tornasol adquiere un tono rojo vino, en un
bulbosa de 10 cm dC' altura originaria de l sur
de Europa. c:.tigmas. reducidos a polvo, medio neutro tiende hacia e l violeta, y en un medio alcalino adquiere esa bell a
producen el colotante amarillo. tonalidad azul tan distinguida cuando se aplica sobre pergamino.
de partículas más gruesas, el color será mucho más oscuro y brillante. En ocasiones
es necesario aplicar varias capas para obtener un azul sólido, pero el resultado es
magnífico. En la actualidad se u tilizan los azules de Berlín y de cobalto en lugar
de la azurita, pero estos sustitutos son inventos recientes. El azul de cobalto se
fabrica a partir de fosfato de coba lto. Se seca rápidamente y su resistencia a la luz es
perfecta. Se puede adquirir el azul de cobalto en forma de pigmento en polvo. Para
su aplicación, conviene triturarlo con agua engomada o clara de huevo. En lo que
respecta a la azurita, también puede adqu irirse en fo rma de polvo, pero su precio es
casi prohibitivo.
Entre los pigmentos negros obtenidos a partir del carbón vegetal, el negro de viña
parece ser el más apreciado por los miniaturistas. Lo encontramos en las antiguas
recetas con el nombre de nigrum optimum, es decir, el mejor de los negros. El negro
de cepa de viña carbonizada es apreciado sobre todo por los grises azulados muy
fríos que permite obtener. Por otro lado, el negro de humo encuentra su uso ante
todo en el trazado y la escritura, gracias a su textura extremadamente fina, pero no
está considerado como un buen pigmento para la pintura por ser un poco graso y
dar un aspecto barroso a las mezclas. El procedimiento de fabricación de este negro
es basta nte sencillo: consiste en sostener una superficie fría por encima de una vela
y recoger el pigmento negro que la ll ama deposita sobre la placa. No obstante, para
ast>gurar la excelencia del negro, debemos utilizar únicamente velas de cera de abeja,
nunca de parafina.
LOS OH t;ALICIIA FO 63
LOS ORÍGENES
DELA
CALIGR¿\FÍA
OlLA 65
Lascaux, Altamira: la escritura rupestre
Cerca de trenta mil años antes ele nuestra era unos hombres decidieron cubrir las
paredes de sus cuevas con imágenes ele caza. ¿Acaso no fue ésta la primera tentación
hacia lo escrito? lascaux y Altamira son nombres que desde antes de la historia
evocan innegablemente los principios de la representación, de la reproducción de lo
real. ¿Se trataba de rememorar los buenos tiempos de caza o, de un modo más sutil,
de conquistar por la imagen ciertas presas inaccesibles? Nadie lo sabe y tal vez nadie
llegue a saberlo jamás, pero lo cierto es que ex istieron hombres que querían
expresarse y ésta es, sin duda, la mayor revolución del espíritu prehistórico que
hasta ahora hayamos podido constatar. Así pues, ya fuera para hacerse dueño
Mano empuñ;:mdo un bifaz ad1r lirnse del universo o para otros fines, representar, testimoniar, significó pintar: el arte
elaborado mediante una técnica muy de la figuración fue pues, en s us orígenes, el primer medio para memorizar un
rudimentaria,
mensaje. En Francia, las innumerables cuevas de la Alta Dordoña, con sus renos y
sus mamuts, da11 buena fe de elJo. Estos frescos rupestres de significado incierto
inaugpraron todo el proceso de la escritura: el soporte (aquí la piedra misma), los
utensilios (como la madera quemada o la grasa animal), las estructuras del lenguaje;
con arco procedentf' de la c ueva de todas las soluciones propuestas por el arte rupestre prehistórico prefiguran las que
Alpera, Albacete (España). P<'riotlo vendrían después según los diferentes tipos de escritura. La his toria de la escritura
Figura en mjo y negro; altura: 17,5 cm.
Representación muy esquemático que parece es también la historia Je las condicion es de su aparición. Salvando el elemento
alejarse del contex to rn á15ico y "P'Int<l hacia la técnico propiamente dicho, la representación rupestre de las cuevas prehistóricas se
pictngraffa y la escri tura. basa fundamentalmente en el realismo de la imagen. Con sus trazos y colores lisos,
la pintura rupestre magnifica la realidad en la medida en que exalta la vida concreta,
sobre todo la vida animal. Este arte figurativo en el que, como dice Élie Faure, «el
objeto» se proyecta «sobre ttna pared», tardó en aparecer de nuevo: esta forma de
escritma del mundo debió de interrumpirse aJ final del Magdaleniense, en la cúspide
del Paleolítico superior. En la época de las ciudades lacustres el si lencio volvió
a tomar posesión, al tiempo que enmudeció la arquitectura celta. Los primeros
momentos ele la escritura humana no duraron pues mucho tiempo. Como aterida
por un misterioso respeto, parece como si se hubierH encarnado en el impulso
de monolitos extraños. Tuvieron que transcurrir treinta mil años antes de que se
descubriera otra forma de lenguaje, pero esta vez suced ió muy lejos de la cornisa del
Atlántko...
Gui Jarros con rnonvos abstractos pimaclos cnn una mezcla de óxido de hierro rojo, resina y grasa
a nimal, procedentes de la cueva de Mas d 'Azil, Aricge (Francia). Período mesolítico. Seglin Edouard
l'ietle ( 1887), es los guijarros pudieron servir como moneda de ca mbio. Los Ira bajos recientes de
Hugo Oberm eier demuestran que est os objetos eran portadores de las almas de los difuntos. Es muy
significativo observar que las primeras expresiones artísticas no siempre fueron figurativas sino que,
por el con trario, a menudo primaba la d imensión abstracta.
-
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rempl<l
l::.anna
el propuesliJ por el Sicliwy
!:lmith, cuya dilatada cronología se obtuvo
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media me pruebas d<'l carbono 14.
Dm..t"hii
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1 CRONOLOGÍA
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ISODO < nrraicn 11 Haci,t 35000: pnncipio dt'l arte palenliliN
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2000\l
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Prruo-- 1 JOOOO 23000: civiliz,,ción
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litttfitfiU
Pnmcras de arte figurativo.
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5.
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IV(a)"
figurns vulvares, ca lwza; de
- JOODO .;; 'JJtlO 1 - IYIO) (ilbngo de la Ferrassic, abl'igo Cas•cnc•).
:: rN· it•!!lt• V 23000 19000: civili..:adón
VI
40000 :L
UrOiu•til
111 VI (arte gtavetiensc y antiguo)
:::.
VI figuraciones de antmalcs con curva dorsal
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4 e:
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Ur11l..
Bajorrelieves de Lanssel (Dordoña).
2.
80000 ·n
/ 11
FigL•rillas esculpidas, •Yrnus• de Lespt 1gue,
e
• E
o
3SOO u, u l ...ill y XIV Bn1ssemJJouy, Willendorf (Austriu)
"' 11 VI 19000 t 3000: arte solulrensc y magdalenicnse
100000
t:J Oh.ut antigtto. Bloques esc:ulpidos de la Roca d<'
o rrnrolc
100000
w Vil XV Sers, de Cap Blanc y de Bourdeilles. Dibujos
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JOD ODD
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.J l)r0heid
'1111 de Lnscaux y de Pech·Merle.
•ooooo i: .g '"" l:l·Ob•ld
.1n1 1guo
1 1'3000·\JOOO: e l a rt e palciJiítico altanza Sil
edad tlc l•ro e n e.l ml'Ciiu y
rinruras de Font-de-Gaumc, Niaux,
Rouffignac y Altamir.t. Grauatlos de
yacimi<!ntos de Limc·uil y de La Madclcme.
Sumeria o la escritura reencontrada pinwdos ron s ignos ck
la civlliMción azilic11sc.
Desde el cuarto milenio an terior a nuestra era, los pictogramas que representaban
objetos concretos servían ya como medio de comunicación. Pero, ¿cuál era su
objetivo'? Debemos pensar que el progreso del cuerpo social, el desarrollo de la
ganadería y de los cultivos, así como la expansión del comercio, favorecieron
enormemente el registro y el archivo de información por escrito. La defensa de
la propiedad, por ejemplo, impulsó la redacción de actas y con tratos, con lo que la
justicia y el beneficio hallaron en la escritura su consagración. Sin embargo, los
movimientos económicos y sociales no explican por sí solos la evolución de la
escritura sumeria. El aumento constante del número de elementos que deb[an
registrarse hizo que los escribas se vieran obligados a improvisar para ganar tiempo
y espacio. Sin duda pronto comprendieron que les resullaba más cómodo sostener
Tablillil pictográfica sumcria en piedra raliza. sus tablill as de arcilla lateralmente que de forma vertical De este modo, de una
Baja Mcsopotamia, fina les delov milenio a. de escritura vertical de derecha a izq uierda se pasó a inscribir lineas horizontalmente y
C. Esta tablilla todavía no ha sido tradut:ida.
Podría referirse a c;uentas de un patrón de izquierda a derecha. El pictograma se inclinó y se estilizó, de modo que, s i bien
(mano trazada en la esquina superior derecha). la escritura cuneiforme de Babi lonia mantiene algunas similitudes con el objeto
Obsérvese igualmente, debajo a la derecha, descrito por el pictograma original, el modelo as irio, más acabado, encierra e n su
un pictograma en forma de corona que se lee
•CAL• y que sigmfica •grande•.
aparente abstracción toJo el secreto de su s ignificado.
La lengua de Sumer s igue siendo un misterio del que nadie conoce su origen.
Ni indoeuropea ni semítica, esta lengua de forma s escritas aceradas sigue siendo tan
impalpable como los jardines colgantes de Babilonia ...
La época de los acadios se nos revela más accesible. De origen semítico, alrededor
del tercer milenio s u lengua tomó prestado del sumerio aquello que pudiera
: = 20 (en el s ts oema • (en el SiSiema bisexagesimal) ¡.. = 2 X 60 e 120 (a no t•do eoo el
<B• = ca nliclad de cereales alm acenado' A aca nti dad de cereales a lmacenados sis tema bisex.tgesirnal)
• 1 este dibujo equiva le • veoo o!P veces a .¡; • los ores cuencos delanl e del ¡¡;:l = cán laro de cocn o olpo de
lu ca ntidad del srmbnlo de cunoro s om bolo lrilobulado equivale n ., - • can Lidad necesaria de cebad a
lóbu los de a bajo a muhiplicarlo por 10 . .... - : canoidoclnecesnrla de no nho
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Mapa genera l del Oriente Próximo a
ANATOUE
mediados del IV milenio a. de C., indicando
los principales yacimientos y los centros
cult urales más imporll1ntes : Sunwrin. Akkad,
e
Mesopotamia, Assur.
SYRIE
.
DtNOMINACIÓN 1\ClUAL
• Afl ,..._, Ol. tKII'ofiP,.lP.
l.MJ"LAZAMII ' TOCio
.....
""' ,..........Q.¡h••voll
fltllfH ...II"*
*.
a la de recha, el signo del dios
París, Museo del Louvrc.
una dedica toria a Ges htinanna, d iosa de l agua
vivilicante. París, Museo del Louvre.
LOS DE LA CALIGRAf ÍA 69
coincidir con su propio sistema de escritura. Manteniendo más o menos los mismos
signos, la escritura acad ia se complicó en extremo, mezclando el valor ideográfico y
fonético de las dos lenguas en un mismo signo. Esta hipertrofia del sumerio,
conocida como el sumerio-acadio, se extendió ampliamente por Mesopotamia y por
todo el mundo oriental. Entre 2000 y 1000 a. de C. la escritura acadia cuneiforme
ya constituía la lengua diplomática de todo e l Próximo Oriente.
Al igual que Sumer, el Egipto de los faraones nos ha legado uno de los testimonios
más importantes y originales del mundo antiguo, testimonio tanto más conmovedor
por el hecho de haber quedado interrumpido sin jamás encontrar relevo a lguno.
El término « jeroglífico• proviene del griego hieros, sagrado, y glyphein, grabar.
Los jeroglíficos, en efecto, servían para tran scribir textos sagrados. La escritura
jeroglífica, con su carga de misterio y de magia, recorrió la historia durante más de
treinta siglos, desde las primeras tablillas de Horus Aha (tercer milenio) hasta su
desaparición hacia el año 300. Desde el principio, el sistema jeroglífico se presentó
en su forma completa y sus caracteres se utilizaron como ideogramas y como signos
fonéticos. Sin embargo. Egipto no conoció una única forma de escritura. La primera
y más célebre, la escri tura jeroglífica, disponía sus signos tanto de arriba abajo como
horizontalmente y de izquierda a derecha como a l contrario. Casi como un dibujo,
esta escritura parece a primera vista una decoración: formas animales, estilización
de plantas y de ciertos objetos. Por supuesto, lejos de tener una finalidad puramente
decorativa, esta grafía refleja una compleja organización cuyo secreto tuvieron
mucha dificultad en desvelar sus descifradores. Al igual que en la escritura
Thot, el dios de los escribas con cabe1a de ibis, cuneiforme sumerio-acadia, el jeroglífico egipcio expresa una palabra o un sonido.
la sentencia en una escena del juicio de
El principio ideográfico se resistió pues vigorosamente a una descomposición en
la> almas sirviéndose de una ca1ia tall ada y una
p<•lcta de madera en la que :.e dbtingucn do; elementos fonéticos y, en definitiva, se mantuvo como la piedra angular del sis tema
s.JI¡,crillas. Thol. 4ue más tarde sería as imilado jeroglífico egipcio. Señalemos, no obstante, que al elaborar una serie ele 24 símbolos
por los griegos a Hennes trimcgisto, aparece
rodeado por un texto jeroglífi{'o. Fragmento
del Papiro de Ani, hacia 1420 a. de C. Londres,
Must•o Británico.
e L E o p A T A A
fonéticos, cada uno de los cuales representando una consonante distinta, los
egipcios podrían haber llevado a cabo una innovación mediante la instauración
de un alfabeto completo. Por desgracia, esta deconstrucción en fonemas, que data
al menos de mil quinientos antes de nuestra era, solo sirvió para reproducir el
significado ideográfico. ¿Cuál fue entonces, ante esta estructura tan compleja, el
elemento que permitió descifrar los jeroglíficos? Un conjunto de determinativos
situados junto a los signos de escritura ayudó a precisar el sentido de ciertos
ideogramas o a concretar el de los símbolos fonéticos. El «cartucho», o marco
ovalado, indica el título del rey. A principios del siglo XIX, Champollion se inspiró
en estos determinativos para llegar a la conclusión de que la escritura egipcia tenía
Escriba sentado. Altura: 53.7 cm. Estallla en una estructura bipolar; es decir, que estaba constituida tanto por palabras como
piedra ca li La po licromada, 1v dina:,tía, hacia
por sonidos. Champollion había sido un niño prodigio y siendo aún muy joven
2550 a. de C. Hallada en Saqqarah. París,
Musco del Louvre. dominaba ya el griego, el latín y el hebreo. Descifrador por naturaleza, se sorprendió
sobre hojas de papiro, aunque también se encuentra grabada en la piedra de Roseta. 3· HiE!rvasc todo y uébase.
No obstante, como su soporte principal era el papiro, parece bastante evidente que
en la actualidad, diecisiete siglos después ele su desaparición, solo nos han quedado
unos pocos ejemplares de esta escritura como consecuencia de la fragi lidad del Pdgin(l izquieda: e<trtucho de la r!' ina Cleopillra
interpretación.
material. La escritura demótica, por su lado (del griego demos, el pueblo), se creó K: triángulo; L: león; E: hoja de papiro;
a principio del primer milenio a. de C., sobre la base de la escritura hierática. 0: nudo; P: estera; A: águila; T: mano;
Su sigue manteniendo semejanzas con la escritura jeroglífica. Su grafía R: bocil; A: águila.
La escritura cretense
'
El misterio cretense parece estar todavía vigente. Pese a todos los esfuerzos
arqueológicos, la ausencia de textos bilingües hace que la escritura cretense siga
intrigando y fascinando a los descifradores. En el corazón del mar Egeo y del
Cercano Oriente, Creta persiste en su mutismo y en su ocultación. Situada en la
encrucijada de las civilizaciones, sus escrituras nos ofrecen el más bello y rico
ejemplo de un silencio que es promesa de enseñanzas. Desde principios del siglo xx,
numerosos investigadores, instigados por sir Arthur Evans, han intentado desvelar el
misterio cretense, pero en conjunto solamente hemos obtenido algún conocimiento
gracias a las excavaciones arqueológicas. La civilización cretense, original y más bien
avanzada, no tenía nada que envidiar a sus vecinos del Próximo Oriente. Solo hemos
podido determjnar con relativa precisión los grandes momentos de esta civil ización
antes de su integración en el mundo helénico. Según Evans, estas etapas estuvieron
marcadas por dos sistemas de escritura: uno jeroglífico y otro lineal. Además, cada
uno de estos tipos se desdobla en dos series: A y B. Sin embargo, no sería oportuno
encontrar equivalentes de esta tipología, como, por ejemplo, buscar un paralelismo
entre la escritura egipcia y la escritura cretense, ya que si la denomjnación de ésta
última proviene de la egiptología, es simplemente por comodidad. De hecho, no
existe ningún vínculo seguro o hipotético entre estos dos sistemas. La primera
eso·itura cretense registrada, denominada jeroglífica A o arcaica, solo aparece en
El disco de Festo
El número de los jerogliricos cretenses llegó a exceder, segú n A. Evans, los ciento
cincuenta En cualquier caso, es imperativo distinguirlos de otra escritura cretense,
también jeroglífica. Ésta última proviene de un d1sco de arcilla que hasta la fecha
permanece por descifrar. Este disco, hallado en Fcsto, Creta, en 1908, presenta sobre
sus do::. caras una misteriosa inscripción e n espiral. En la actualidad todavía se
desconoc<' si los signos deben ser leídos desde e l centro hacia fuera o a la inversa.
Rawnes de índole arqueológica hacen pensar que este disco de Festo sería un objeto
importado a Creta, por lo que representaría una escritura extranjera. Cabe también
La inscripcic'm de Fes to, disco de arrill¡t d1•
señalar qne las dos caras de este disco no fueron grabadas con un estilete, sino •s rm de diámetro en tlic.:ha ciudad
mediante e l uso de moldes. Algunos especialistas indican que esta técnica prefigura y que se remonta ap•oximadamente a 1700
la de la 1mprenta. a. dr C. Esta inscripción en espiral con:;ta de
s1gnos diferentes, algunos de los cuales
reproducidos en varios
fJtll a hras o frases están separadas po1 lineas
El lineal A y el lineal B
divisorias. El tle estos
sigue siendo una incógniw.
El lineal A aparece a partir del minoico medio IL Se trata de una escritura cursiva
que encontramos en textos redactados en tinta. Este lineal estuvo más extendido que
la escritura jeroglífica cretense y presenta abundantes ligaduras. Sin embargo,
el lineal B o silabario micénico, m ás famoso por habe r sido descifrado, merece que le
dediquemos un poco má:; de atención. Esta escritura, que se remonta a 1450 a. de C.,
destronó por completo el lineal A y solo desapareció con la caída de la civilización \17 I di ffi
micen1ca. La invasión dórica, hacia 1200 a. de C., hizo sucumbir la •civilización
rnicénica» y ac:abó al mismo tiempo con los últimos vestigios ele la cultura cretense.
Gracias a l trabajo pertinaz de Michael Ventris y de Joh n Chadwick, sabemos que el
lineal B solo sirvió para anotar el griego, por lo que cabe pensar que esta escritura, l '\1
derivada del lineal A, fuera una adaptación aproximativa, sujeta a las necesidades de
la lengua griega. El lineal B, que en Creta tan solo se conoce en Cnosos, constituye 1 Y-7;
la única escritura cretense documentada en el continente griego. Por e l contrario,
parece que el lineal A solo se empleó en Creta. El desciframiento del lineal 8 pone
t'zJ (\
pues de manifiesto la influencia que una conquista política puede tener sobre e l
destino lingüístico de una nación, en este caso Creta, lo que supone un dato a tener
en cuenta en la tarea de futuros descirradores.
Los principios sobre los que se basa el alfabeto que seguirnos utilizando hasta
nuestros días vieron la luz a mediados del segundo milenio anterior a nuestra era,
en Siria. Gracias a los numerosos hallazgos arqueológicos, a lo largo del siglo xx
se ha puesto de manifiesto la existencia de una extraordinaria proliferación de 2
escrituras. Todas ellas, ya sea por la forma tle sus caracteres o por su mecanismo ele
notación fonética, anuncian el alfabeto fenicio, también llamado alfabeto de Biblos. Tab lillas escritas procetlcntes de Cnosos.
1. Escritura lineal A, minoico m edio, haci,l
Otros sistemas parecen evidenciar la existencia de a lfabetos anteriores; el alfabet(l
1900 a. de C.
fentcio, antepasado del nuestro, proviene de la lenta evolución de estas escrituras 2. Escritura lineal B, mino•co reciente, a pan ir
remotas. Algunos de estos antecesores ayudan a explicarlo de forma determinante. tlC' 1450 a. de C.
lOS DL LA CALIGRAfÍA 73
--
la escritura ugarítica
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la ugaritica parece imponerse como uno de los elementos precursores del
alfabeto. Ugarit era el nombre de una ciudad cuya:. ruinas fueron halladas en Ras
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Shamra, en el extremo septentrional de Siria. Estt:- d('scubrimiento es de capital
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importancia pnra la historia del alfabeto y. en primer lugar, para la historia Je la
antigua civílizadón fenicia. Descifrarla en su con junto desde la década de 1930,
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Hl d 111 ::.- f
la ugarítica tiene una apariencia sumerio-acadia, pero c;u semejanza con
P\ ...... n ? silabarios cuneiformes 110 vn más allá de esta apariencia externa. Esencialmente,
w •• S s lo que diferenc•a la escritura ugarítica de la escri tura surnerio-acadia no es de orden
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! grafico: la escri tura ugaríttca completamente consonántica, al igual que el alfabeto
•
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{ tenicio cl<lsico. ¿De dónde proviene esta escritura compuesta por trein la signos?
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.. ..._. 1
¿Del sumerio-acadio'? ¿_De la arábica meridional? En lo referente a esta
cuestión no sc ha llegado a ninguna conclusión segu ra o definitiva. El alfabeto
AllahNougarilaco hallado en Ras Shamr.a ugarít ico, descifrado por Hans Bauer, reveló la extstencia de textos religiosos
granas a las en que narraban diferente'> episodios de la Biblia: el Éxodo, el Deut eronomio, el Libro
1<,131 por Édota.l•d Dhnm1c y Charlt'\
Vamllt·aud.
de Job, etc., mucho antes de sus versiones en hebreo. Esta revelación, así como el
ordenamten to de signos lingüísticos que ¡Jrefiguro cualquie.t alrabeto. son indicadores
innegables del cons iderable desarrollo alcanzado por esta región mediterránea
alrededor de quince siglos antes ele nuestra era. La escritura ugarítica constituye
un fenómeno aislado que desapareció des pues del 1200 a. Je C. con la vtolenta
tlestruccion de la ciudad de Ugarit a manos de sus invasores, los •Pueblos del Mar».
o
'1
o
y recuenJ.an a los jeroglíficos egipcios, su reducido número (veintisiete) permite
h(e) {O) o pensar que podría tratarse de un alfabeto. Si confirma la datación, podríamos
.,.. y y '(
P(Ph) 7 J ? estar ante los signos alfabéticos más antiguos del mundo.
2 I I I S
lt a 8 q» <f>
1 $ ® $ r 9 El alfabeto fenicio
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En Occidente sirvió de base para el alfabeto griego, que a su vez inspiró el etrusco
l :JI\./ K•X'90 J j 'r' ,¿9/\
LB G l T R H PMW LBG.-4
y el latino. Posteriormente, el alfabeto cirílico empleado en las lenguas eslavas
también adoptó este modelo. En su forma clásica, este fecundo a lfabeto conserva
y
W l N SW·K
t §e
L M H Y ·
i, x f 1 ,1wocp
T M Y M S O O +-5
los veinticuatro caracteres del alfabeto arcaico; no obstante, el aspecto de las letras
se vuelve más grácil y anguloso. Dispuesta en líneas horizontales, la escritura fenicia Texto fenicio arcaico encontrado en Biblos.
Siglo XII a. de C. Según M. Dunand.
mantiene una orientación de derecha a izquierda. Finalmente, hay que señalar
que solo representa las consonantes, cosa que no debe sorprender por tratarse de Traducción:
1. Templo que construyó Yehimilk, rey de Gubl
una lengua semítica. En la actualidad, los escritores del árabe y de l hebreo siguen 2. que res tauró todas las ru inas de estos
utilizando una escritura s in vocales. Cualquiera que sea el origen del alfabeto templos.
fenicio, producto del comercio o de la espontaneidad local, debemos ver en él y en 3· Que prolonguen Baal Samin y Baal,
4· Gubl y la totalidad de los santos dioses de
ninguna otra fuente la base exclusiva de los sistemas a lfabéticos modernos de la que Gubl
todos ellos provienen, sin excepción alguna. S· días de Yehim ilk y sus arios.
El impulso griego
La ascendencia fenicia
El alfabeto griego jamás habría ex is tido sin el alfabeto fenicio: su filiación es directa,
hasta tal punto que el mismo Heródoto denominaba las letras griegas <J)OLVLKELU
YPU)l).!Ul:u, es decir: letras fenicias. La leyenda asigna su parte de responsabilidad
a las diferentes civilizaciones del Mediterráneo pero, como de costumbre, hay que
•Quien ,1h01 cJ bailt! con grJCid entre lodos los -;e quedara con esto•
La:. primeras inscripciones documentadas aparecen, por lo general, escritas de Este vaso, cuyo nombre proviene ucl griego
derecha a izquierda, pero en ocasiones también en bustrófcdon. Aproximadamente pylos (puerta, refugio}, hace rt'ft•rcncla a la
dnble puerta de la ciudad c.le Alenas. Se trata
después de soo a. de C., la orientación tiende a ser invariablemente de izquierda a sin duda de un trofeo para premiar al ganador
derecha. Alfa, beta, gamma, delta, épsilon, zeta, e ta, theta, iota, kappa, lambda, my, d e un concu rso de danza. La tmn:.cripción en
ny, xi, ómicron . pi, rho, sigma, laLI, ípsilon, phi, ji, psi, omega, son los nombres de las griego clásico sería O<; V\IV ÓPY.WT OV lTUVTOV
UTU.AMUt U JTU.Íl;H. 10(U)Tl1 ÓE t.:UV
letras del a lrabeto griego clásico clcl sig lo Jv a. de C. Este alrabeto se compone de
veinticuatro letras y re úne vocales y consonantes. En griego la notación de la frase
no puede prescindir de las vocales. al contrario que las lenguas semíticas, en las que
la posición de la palabra indica su categoría y su función y, por consiguiente, su
vocalización. La lengua griega rcne¡a este rasgo mediante la desinencia, lo que h ace
1mpcrativo fijar con precisión las vocalizaciones del griego. Aquí es donde intervien e
la mayor modificación lingüística y de escritura introducida por el g riego con
respecto al fenicio. La lengua fenic ia conocía consonan tes guturales que el griego
no poseía. Éste último, por con tra, presenta consonantes aspiradas totalmente
desconoddas para las le nguas semíticas. Por consiguiente, para llevar a cabo la
adaptación, los griegos convirtieron los s ignos de las gutura les semíticas, sin utilidad
para ellos, en signos destinados a la notación de vocales. Esta solución, a decir
verdad, era bastante simple. Sin e mbargo, d esconocemos por qué los griegos
llegaron a esta concepción de la notación vocálica. Cabe su poner que se debe a la
pronunciación de la lengua griega, que insiste e n las vocales y en las sílabas finales.
El gt iego clásico evolucionó. Se diversificó especialme nte según el soporte empleado
y el propósito del texto. La escritura monumental epigráfica, por ejemplo, conservó
durante largo tiempo las formas clásicas más o menos intactas, mientras que la
utili zación del papíro o d el p erga mino, así como las n ecesidades la vida corriente,
transformaron la escritura cotidiana en diferentes tipos más o menos diferenciados.
De este modo, exceptuando los papiros más antiguos, como e l papiro d e Elefantina
(3ll 310 a. de C), a partir de la época helenística (338 a. de C.) se distinguen tres
pnncipales tipos de escritu ra: la escritura de libros y manuscritos, la cancüleresca y
z
ya anuncian la posterior escritura medieval del siglo IX llamada «minúscula
griega», que de hecho constituye el modelo de la escritura griega actual. Por último
I z z 3: z
H8 !) 8H * h
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8 HB 8
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h(é)
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8H 8 8 11 debemos destacar la invención de la acentuación. Exceptuando la presencia en la
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escritura griega de tres acentos que en absoluto se corresponden con los nuestros,
't J $W 1 1 1 H 1 1 1 1 1
k k K H · K k K K 1< K tradicionalmente se atribuye al gramático alejandrino Aristófanes de Bizancio la
1 1 J,L /'/\ f'l' 1 1\ N\ A
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lengua y su escritura siguen siendo una incógnita en nuestros días. Sabemos que
X+ 1 TY t T T T 1 T1 _T T T el alfabeto etrusco proviene en realidad del griego y que, a imagen de sus vecinos,
'1Y w VrY u V '{.. VQ u wr Yrv V y
los etruscos representaban mediante signos las vocales, luego anotaban todos sus
.J. ks (9 ph cp ,,.
X-f X Xt kh 1-"" 1-
X
sonidos. Pero muy pocos elementos nos ofrecen pruebas de ello.
1- 1-
00 ó .o.
"1'
o
'u u
El alfabeto etrusco más antiguo, y por lo tanto el más significativo, fu e
descubierto en una tumba cerca de Marsiliana de Albegna. Grabada sobre el borde
de una tablilla de marfil, esta inscripción, al igual que el resto de la tumba, data
Los tres alfa betos griegos y su evolución desde aproximadamente de 700 a. de C., es decir, de la época de las primeras ciudades
los signos fenicios arcai cos.
de Etruria. Compuesto de veintiséis letras, el alfabeto de Marsi liana muestra un
claro parentesco con el griego. Pero, ¿de dónde proviene exactamente? Según el
paleógrafo M.A. Crenier, sería más antiguo que todos los alfabetos griegos que Papiro griego caligrafiado en capital cursiva;
hemos conocido ya que, contrariamente a éstos, conserva las tres sibilantes de origen siglo 11 d. de C. Este manuscrito es un
fragmen to de novela procedente de un
fenicio (el samek, el sadé y el shin). Por consiguien te, la introducción de la escritura volumen, o rollo. En las de lex to
etrusca podría remontarse a una época próxima a la separación de los alfabetos podemos distinguir il ustraciones y personajes
griegos occidenta les y orientales y anterior al principio de la colonización griega en que prefiguran ya las miniaturas de la Edad
Media. París, Biblioleca Nacional.
Italia. Uno de los escasos textos manuscritos etruscos que conocemos fue escrito
sobre doce tiras de lino que envolvían una momia egipcia de época grecorromana.
Este texto es también el más largo con el que contamos en la actualidad. Contiene
mil quinientas palabras, de las cuales tan solo quinientas difieren entre sí debido a
las numerosas repeticiones. Es muy probable que se trate de un calendario religioso.
Redactado en lengua neoetrusca, parece de fecha tardía y no sería anterior a la época
helénica. Sin embargo, su significado sigue siendo desconocido pese a los esfuerzos
de los eruditos. Otros vestigios de esta lengua olvidada, tales como el cipo de Perugia
o la teja de Capua, han sido igualmente sometidos a examen. Los etruscólogos
también se han basado en los dados de Toscana ya que, según Heródoto, los etruscos
heredaron este juego de los lidios. Parece que las cifras de las caras opuestas están
dispuestas de tal modo que se obtiene siempre un resultado de tres por sustracción
y no de siete por adición, como en los dados actuales. Desgraciadamente estos
cálculos no nos son de gran ayuda para avanzar en el conocimiento del etrusco...
La ausencia de textos bilingües y los resultados negativos de los estudios internos
sobre el etrusco hacen que a priori nadie tenga la posibi lidad de descifrar este
misterio lingüís tico.
Antes de que el latín adoptara su forma clásica y se extendiera por toda ltalia,
existieron numerosos alfabetos locales en la península itálica que servían para
anotar diferentes lenguas o dialectos (véneto, falisco, umbro, oseo y latín).
Vaso de Duenos. 500 a. ele C.. tormado por tres Inscriptionum Latin.arum, obra momLmental publicada a partir de 1863 por la
p equeñas vas ijas comu ni cadas entre sí. Los Academia de Berlín y Theodor Mommsen. También se puede consultar Recueil de
ca racteres de la inscripción tienen la mism a
forma que los de los textos más antiguos de
textes latins archai"ques, de A. Ernout, París, 2.;' ed., 1957. Al principio del imperio,
Grecia y de Etruria. Obsérvese especialmente, la escritura monumental alcanzó finalmente una verdadera perfección. No obstante,
en el diagrama adjunto, el aspecto muy arcaico cuando se trata de escritos públicos o privados y de textos legislativos grabados,
de la M, la P, la Q, la R y la E.
la escritura se denomina actuaria, es decir, relativamente descuidada y de módulo
Transcripción:
J. IOVEIS AT DE IVOS QOI MEO MITAT, NEI TEOI
estrecho. Se distingue fácilmente de la capital normal, que tiene un aspecto más
ENDO, COSMISV IRCO, SIED amplio y está ejecutada con gran esmero.
2. ASTED NOIS, 10 PETO, ITES IAI, I'ACA RI VO IS.
DUENOS MEO FECED EN MANOM; EINOM DUENOI NE A partir del siglo tv a. de C. prevalece la orientación hacia la derecha. Si por
MEO MALO STA1'00
un lado podemos determinar sin equivocación una derivación del alfabeto griego
•Júpiter o cualquier otro dios a qui en él me
dirija, que no caiga él entre tus manos por
occidental, ignoramos, por otro lado, de qué modo se hizo la transición al latín
lo que haya podido come ter. Mas déjate arcaico: si ocurrió de forma directa o a través de un intermediario. Sobre este punto
ser conmovido por nosotros mediante esta las ideas propuestas están lejos de ser unánimes. Algunos autores aseguran que
ofrenda. Duenos me ha dado como ofrenda
las veintiuna letras del alfabeto latino fueron tomadas de la escritura de la colonia
para su descanso; no me juzgues mal por
Duenos•. (Él signifi ca: mi sel'ior Duenos). griega de Cumas, cerca de Nápoles. Otros, por el contrario, sostienen que la fi liación
Berlín, Museo Arqueológico.
La fíbula de oro de Prenestre. siglo v11 a. C:, 8,5 cm. Sobre este
alfiler hallado en 1877 en el Lat ium, al sudeste de Roma. se
puede leer: o\\!1{\Vv\
MAN IOS . MEO : FI-J E : HIAKEO : NUMASIO I
•Manios me h iw para Num erius• Roma, Museo Pigorini.
o e 95 8 8 8 B
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LA t.:td'ITAL llfJMi\NA 85
está situada a una altura adecuada; ópticamente parece demas iado próxima al
centro geométrico de la letra. Esta última particularidad es una de las constantes
de la escritura capital del siglo 11 y en la mayoría de los casos permite fechar las
inscripciones: cuanto más bajas son las barras, más tardía es la inscripción.
Por otro lado sabemos, gracias a algunos documentos, que desde el principio del
siglo 1 la capital alcanzó una madurez de forma casi ideal, como muestran los
numerosos documentos epigráficos de la zona de influencia etrusca (Bolonia,
Rímini, Verona), realizados probablemente durante los reinados de los emperadores
Augusto, Tiberio, Claudio y Nerón. Normalmente el estilo de la capital recibe
la designación del emperador correspondiente, por lo que nos referiremos a la
escritura augusta!, tiberi a o constantina.
e 1r lO
1D 1 -e o ·CESO R
H ONCOINO·Pt,-UlítVME·C O SENT lONT· R
DVONOR o orlV MO fVlSE-VJR O
SCIPI ONE- Fl BAR BATI
OR·AI D HIC·FVET·A
Fragmentos de epitafios que forman parte del C Er lT ER tAO VE ·VRB E
sarcófago de Corneli us Lucius Scipio Barba tus,
hacia 298 a. de C. Roma , Museo del Vaticano. (DÉ.T·TEMPESTA TEBVS ·AI DE·MER ETO
Los remates
SE ATV
..
ADDJEClARA
Derecha: fragmen to de la inscripción que
figura en la base de la columna trajana.
El texto sobre mármol mide en su conjunto
114 x 274 cm. Ellapicida que realizó esta obra
moduló la alt ura de las líneas en función de su
alejamiento de l espectador. Las dos primeras
líneas miden 11,5 cm, las dos siguientes
11,1 cm, la quinta 10,5 cm y la última 9.8 cm.
uniformidad y regularidad de sus letras. En el mundo romano se observa cierta Roma, Foro de Trajano.
disciplina en los textos a partir del siglo 11 a. de C. Durante la segunda mitad de
este mismo siglo aparecen unos primeros indicios de refuerzos triangulares, pero
no es hasta finales del siglo 1 a. de C. cuando podemos constatar verdaderamente la
presencia de remates clásicos, particularmente en las inscripciones más lujosas.
A partir de entonces el remate, funcional y ornamental a la vez, y que en ocasiones
se traduce sobre la piedra mediante el p incel, constituye uno de los elementos
ABC
esenciales de la escritura latina monumental.
DE
Análisis de una inscripción honorífica
LA CAPITAL ROMANA 87
germanos. El título de Pontifex Maximus nos recuerda que a partir del reinado de
AAABBBC- 2 3 4 5 6 7
César Augusto los emperadores se convirtieron en jefes supremos de la Iglesia,
es decir, en «sumos pontífices». Tribunitia potestate hace alusión a la «potestad
tribunicia», facultad atribuida por primera vez a César Augusto en el año 28 a. de C.
EEEHI< 8 9 10 11 12
y que fue transmitida a todos sus sucesores. Esta distinción era perpetua y anual:
cada año se veía increm entada por una unidad, por ese motivo podemos leer el
número VIII. Esto nos permite fechar la inscripción con exactitud ya que, teniendo
LMMNP
13 14 15 16 1
17
en cuenta que Nerón reinó desde 54 a 68, basta con sumar 8 a 54; por lo tanto 62 es
RRRR
sssvxz
18 19 20 21
22 23 24
BCDOP
28 29 30 31 32
KN P RSf
33 34 35 36 37 38
88 lA CAPITAL ROMANA
LA CAP ITAL ROMANA
Las flechas
indican las partes
de la lel ra de más
difícil ejecución que
requieren un cuidado
especial (a llura de las
barras horizonta les.
inflex iones específicas).
1
IMP(ERATOR) NERO · CAESAR · AVGVSTVS O!Vl · CLAVD!(I) F( ILIVS)
1
GERMAN ICI · CAESARIS N(EPOS) TIB(ERII) CAESARIS AVG(VSTI) · PRON(EPOS)
1
OIVI · AVG(VSTI) · ABN(EPOS PONTIF(EX) MAX(IMVS) TRIB(VNIC!A) POTEST(ATE) XII
'
IM(ERATOR) X CO(N)S(VL) 1111 P(ATRIAE) f P(VBLIO) SVLPICIO SCRIBONIO ·
1
RVFO LEG(ATO) AVG(VST!) · PRO PR(AETORE) LEG(IO) XV PR!MIG(ENIA)
t-It [e-; e)
CLAl .l S
/
Giovanni Francesco Cresci. lámina grabada en
madera procedente de Essemp/are di piu sorli
leuere, Roma, 1560.
l'cígina tzquierda: Franl.. Mi>sant (Bélgica),
1990. Ti('rra de Venecia papel Fabriano
Roma. Formato: 48 x 67 cm.
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. . . . ,. . . . .vw
XYZ
• •1 t.l 1
ABCD
general era insuficiente y el artesano se veía obligado a tomarse algunas licencias.
Por este motivo, además de las anchuras des iguales adoptadas voluntariamente en
algunas letras, encontramos letras encajadas -escritas sobre el renglón, uniéndose
a la letra siguiente- y abreviaturas. Éstas últimas tienen su propio encanto pero
nuestra mirada, acostumbrada a la rectitud tipográfica, se sorprende y se conmueve
ante tanta libertad. •
EG I<-
1\/i lJ.YZ
Claucle Medi;willa, 1992. Alfabeto de capitales
muy finas. Acuarela sobre papel Arches.
Formato: JO x 40 cm.
LA CA PI ri\L ROMANA 95
THEFINE
ARTOF
PRtVATE
COMMIS
SIONS
ABCDEF
Julian Wa ters (ee.uu.). Título dibujado en letras
capitales, en el que se aprecia la li bertad y la
sensibilidad del artista.
Hermann Zapf (Alemania), 1983. Marca para
los socios de las bibliotecas de la Universidad
GHIK
de Stanford.
ln!L NOP
1
96 LA CA P I TAL ROMANA
LA CAPITAL QUADRATA
B.
Sobre estas líneas, la letra 8,
XYZ
abreviatura de la desinencia latina
bus.
En la parte inferior de la página, la
última línea muestra algunas letras
especiales, la ligadura TR - que
encontramos con frecuencia y dos
-3
versiones de la Y.
Virgilio escribiendo la Eneida bajo la . . .- . - .. -·- _.,
inspiración de Clío, musa de la historia - a su
de recha- y Melpómene, musa de la rragedia.
Mosaico romano. Sousse, siglo 111.
LA CAPITAL QUADRATA
98 CAI'ITAL ROMANA
-w:RITIN G - rr IS
Hcrmann Zapf (Alemania), 1964. Libre
intcrpr<'lación de la capital quadrata sobre
un texto de Emilius Lowe. Colección Mari..
Lansburg, Santa Bárbara. Formato: 30 x 40 cm.
TIIIS BOON TO
TI-IA.T
IN LHE
J-ITGHEST OI TERMS
-wHEN HE SPOI<E
OF -wRITING AS
THE GIUATEST E·A · LOWE
INVENTION OF
MAN·
"capital elegante", que tradicionalmente abre estas obras, y que no debe dedicarse
la primera lámina al Augusteus o al Sangallensis, ya que si bien éstos resultan
imponentes por su belleza, no constituyen más que curiosidades o anécdotas
de bibliófilo den tro de la historia de la escritura latina. No es un capricho de la
conservación y tle los hallazgos el hecho de que los especímenes en pergam ino sean
tan escasos y de una época tan baja. Tampoco es casualidad que todas las capitales
realizadas al cálamo y que podemos fechar mediante criterios no paleográficos, estén
escritas en capital rústica ... »
lA CAPITAl ROMANA 99
Manuscrito de la Geórgica de Virgilio,
1.'
Vergilius Augusteus, versos 161 a 180. Capital
quadrata del siglo 1v. Roma, Biblioteca
Vaticana. La altura de las letras del original es
de 6 mm. La ampliación al triple de su tamaño
original permite analizar ciertos detalles.
Transcripción latina de los cuatro primeros
versos:
QVIS SI(NEI NEC POTVERE SERI NEC \. , ... . 1 "- l l 1'1. H \. 1 U ... l. " 1 :"-. C"-' '-\ . L U \\ 1 '
SVRCERE MESSIS VOMIS ET INfLEXI
PRIMUM CRAVE ROBVR ARATRI
' "l' 1 1 '!"> 1 1 1 ' 1 l l '11' 1 .\ ' ' .. \ " . .. ' ' { ' (. ) '' ' ' ' ' ' 1 1
TARDAQ(VEI ELEVSINE MATRIS 1 t.\\ l .U .. L) l \
VOLVENTIA PLAVSTRA TRJBVLA EQ(VEI l R i r-,\'1 \ l t l l
TRAIIAEQ(VEI ET INIQVO PÓNDERE
RASTRI Vl.\Cf.\1' /' \. t.'.\.lll t\' t
( 1." /ínea, MESSIS: •messes• sería la ortografía A .U\\' 1 t \ 1 ll'll-'\ '1 11 C .\\ \.:"-. :-..; \ 1 \. C \. ' t 11
correcta.)
(.:1.\-t ." 1.\.t l \ .\.L \ 1\.' ll U .\.=" 1 L\t t .\ \ <..lR r· 1 t
'1 1 f DI C . ,\.\1 .\ " l l'.. l lll\'1 ro..: I C LO l\1 .\ tl. \.'
( "0 " tl ' \ 1. U .... l l \ 1' .\ \ .\ \ L M f\1\ ·
t :--..; l \ \ .u\ H 1 C \ R \. 1 1 H\ ,\ L\ \\ .\ l (., r fl 1\ l \ b. l'
1 1 \ 1t. !\ ... ti ., V ll )l 1 1 \. \ l ,.I P ::t U E N 1 \ 1 '<.C.)(.11<. l
¡e,¡""·' l .X\f .AV'--0 \ (P 1 ll '< 1\ t () (' :"( ' .\ ll.\ I)Q \K•
C .' t f t'>J" IU.II 1 l( 1\.1'\ "- ('
• J . .'( l \ ,,_A 1 l 1•>. 11.\ H
LIS \ '-4 1' 1 1<.. : 1... f \.l' h . ) /U 1 rt.\ ll'i\ l .l .\t
.J
l'{ \\\' l l .\ 111\1 \ Ll l R V \l P ,\J\L \! ( r.tA ,\111 R'•
No obstante, los escribas han sabido mostrar todo su virtuosismo en este ámbito.
Como prueba de ello, basta con mencionar el magnífico manuscrito conservado en la
Biblioteca Vaticana, el «Augusteus• de las Geórgicas de Virgilio (siglo 1v), así como
otro manuscrito del mismo poeta, la Eneicla, conservado en la abadía de Sankt
Callen, en Suiza, denominado Sangallensis. A estos manuscritos podríamos añadir
dos más, lo que eleva a cuatro el número de los códices trazados en capital quadrata.
El ejemplar de capital quadrata que aquí se reproduce (página anterior) corresponde
a una parte del folio n. 0 2 del Vergilius Augusteus (Biblioteca Vaticana, Lat. 3256), de
la primera Geórgica. Cabe destacar especialmente la ausencia de la barra horizontal
en la A. La Fy la L rebasan la parte superior de la caja de renglón. También se
puede resaltar la morfología muy peculiar de la R, formada por un perfil vertical
ligeramente cursivo. La V y la N acaban con un perfil muy fino bajo la línea base.
Finalmente, cabe también señalar la ligadura TR (líneas 4 y 10) y la abreviatura Q
por QUE (en las líneas 3, 4 Y 5).
Todo parece indicar que los romanos del siglo 1 tenían a su disposición varios
alfabetos y que los utilizaban con gran habilidad. Éste es un dato r¡ue debemos tener
en cuenta para comprender el contexto graneo que aquí nos ocupa. Dicha pluraJidad
de esti los se ve especialmente conl1rmacla por la existencia de la escritura rústica,
que parece ser fruto ele un tratamiento cu rsivo y más rápido de la capital romana.
S1 nos remitimos a los documentos escritos que se han cun::.ervaclo, esta hipótesis
parece probable. Desgraciadamente, los vestigios de la rústica no han sobrevivido en
numero suficiente para permitirnos dilucidar con exactitud las modalidades de este
fenómeno. Aun así, ciertos de alta época, particularmente las Elegías de
Callus, de 22 a. de C.. el papiro del Carmen de bello Actiacu de Pompeya, así como el
pa¡mo de Florencia de 45 d. de C., nos dan una idea bastante acertada del sistema de
la e::.critura rústica. Se trata de un sis tema homogéneo cuyo ductus está claramente
difer<?nciaclo. No obstante, el hecho de que la rústica parezca estar ya tan bien
al fmal del siglo 1 a. ele C. nos obliga a pensar que existió un uso y una
tradición mucho más antiguos. La rústica del siglo 1 procedería pues de un modelo
que se .,upone muy anterior, pero del que no se ha encontrado ningtm ejemplar.
Un documento de este 1ipo y de muy alta antigüedad sería muy bien acogido, pues
disipana de un plumazo numerosa!> dudas y vacilaciones. Sin duda sería eJ eslabón
pe1lecto entre la capital monumental y la rústica. La existencin en el siglo lit a. de C.
dt' una capital que podríamos califica r como descuidada y que ya presenta
velctdacles de cursiva, probablemente corrobora esto tes is. Por ol-ro lado, podemos
imaginar que en una primera Jase, los romanos utilizaron capitales pintadas, más
estrechas, y que despué::. elaboraron la capital rústica, que conserva los remates
iniciale::.. Sea corno fuere, ésta última adquirió rápidamente una gran popularidad y
la podemos encontrar en las paredes de Pompeya, ya sea anunciando combates de /;pitome de Tito Livio. siglo 111 t'.tpiru romano
(ahura. 26 cm), hallado tn Q¡..yrhyurhos
gladiadores o ensalzando virtudes del candidato a unas elecciones. Todo parece (Egipto). Etlado verso del papsro fue ulilizado
lacilitar la costumbre popular de confiar de este modo las impresiones propias ata l'n el )1glo tv para transcribir la Eptslolo a los
cur;osidad de los viandanlcs, práctica que ciertamente estaba muy en boga enLre los hebreos en unciales
13ritiiniro.
!JOil1peyanos. Las paredes blancas invita n a pintar una inscripción sutil o atrevida.
de las cu¡¡tro l rneas:
El so ldado o el glad.iaclor para distraerse garabatean las paredes de l cuarteL El ocioso
In Romani caesi.
recarga de comentarios las paredes de la basílica. La facilidad y la moda de escribir M. FuluioiCn. Manlio cos.
por doquier las opiniones personales (al carbón, al pincel, al estilo, al cincel o en Al'lnlislpax iterum data esl. P Lcpidínus
mosnico) podría sin duda proporcionnrnos material para hacer un peculiar esLudio Maximus
pontifelx maximulo Q. Fabturn pr(ae1orem)
del hombre de Pompeya. En calles, el album, una especie de tablón de quod namen.
D · LVCRErl · SATR I SATRI · VALENTIS • FL.AM INI S · NERON I& · CAESAR IS · 1\VG · f iLI · I'Eiti'ETVI · CLI\DIATORVM ·
PARIA · XX · ET· O · LVCRETLO · VALENTIS · FlLI · GLAD · PAR(lA) · X · PVC(Nfi8VNT) · I'OMPE IS · EX · AO · NONIS
·APR(Il.ES) · VENATIO ET VELA ERVNT · D · l · V · F · AED · O · R · P ·
1Íill'JA\\I
Fragmento de un manifiesto electoral
pompeyano.
•VOTE POR TRELIIV$ Y CAVIVS CANDIDATOS A 1 fl
EDILIDAD DE DE FVSCVS Y DE VACCVLA.•
tA(\t
En lo que se refiere a la lengua hablada, los habitantes de Pompeya utilizaban
varias: el oseo, el samnita y el griego. Hablaban bastante mal el la tín y se
preocupaban poco por la ortografía y la gramática. Escribían segú n la pronunciación
vulgar, de modo que han s ido halladas multitud de inscripciones con errores, como
el principio de la Eneida: Arma virumque cano, escrito alma vilumque cano.
Concebida para ser escrita con bastante rapidez, la rústica se ejecuta según un
ángulo de escritura de 50° a 70°. Esto hace que los trazos verticales aparezcan como
perfiles, mientras que los gruesos son horizontales. Esta grafía, que no carece de
cierta distinción, parece haber sido injustamente bautizada como escritura rústica,
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El tipo del siglo 1 es de mód 11lo ancho y presenta unos gruesos bastante pesados.
Normalmente está caligrafiado a l cálamo sobre un soporte de papiro. Por Jo demás,
la fisonomía general del texto muestra un rebasamiento superior de c iertas letras,
c.omo la A o la /, lo cual sirve ¡.>ara evitar cualquier tipo de confusión. El trazado de
esta escritura posee en su coníunto un aspecto de relativa rigidez. La G presenta un
ductus arcaico muy particular que recuerda la cursiva romana. Finalmente, la M se
extiende con bastante amplitud sobre la línea de escritura y la barra de Q se traza
de un modo muy concreto.
Un motivo ornamental muy concreto sirve para destacar los títulos o los principios
de capítulo : se tata de una especie de ho ja de hiedra, Hedera, tomada probablemente
de las inscripciones epigráficas. De número limitado, las rúbricas o trazos
decorativos siempre se colocan sobre letras convencionales o que se prestan a esta
práctica. Cabe mencionar, por ejemplo, la B, la F, la C, la Q, la R, la T, la U y la Y.
En lo relativo a este aspecto es aconsejable actuar con prudencia, evitando la
inclusión de demasiadas rúbricas que podrían inte rferir en el ritmo de esta grafía.
Como estamos ante una escritura «capitalizada», es decir, sin minúscula, la mejor
forma de empezar un texto es utilizando una letra más grande, pero caligrafiada con
el mismo instrumento. Aunque a menudo la rústica del siglo v es la única que se
tiene en cuen ta, la del siglo 1 parece ser la más prolífica, ya que marca el punto de
partida de una serie de alteraciones conocidas como «escrituras latinas que
prefiguran la minúscula sem iuncial. Entendemos por este término las escrituras
pertenecientes al tipo del De be/Lis y del Epitome.
El tipo De bellis
il0t((
RÚSTICA DEL S IGLO V (según el Códice Polatinus)
6 1/z a 7 anchos
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5 -2 -2
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testigos de un aspecto esencial en la evolución formal de la escritura latina.
Por consiguiente, y pese a sus vínculos evidentes, no sería procedente catalogar este
alfabeto como capital rústica. Debemos señalar que anteriormente al hallazgo de
este ejemplar faltaba un elemento esencial para establecer la filiación de las
escrituras. El De bellis revolucionó en cierta medida la paleografía moderna.
Este fragm ento de escritura invita, pues, a la reflexión. Jean Mallan destaca
que «Es posible que algún día encontremos otros restos de los primeros códices,
que fácilmente serán más extensos que este fragm ento, p ero seguramente no
encontraremos ninguno sensiblemente más antiguo. Por lo tanto, el pap. 745 de
Londres reviste una importancia mucho mayor, desde un punto de vista
paleográfico, que la que en un principio le supuse en 1939.»
Este tipo de escritura muestra una letra de apariencia estrecha, con remates ágiles y
formas mc1s redondas y mejor definidas. La B, la F, la l y, en contados casos, la E, la P
y la Y, rebasan el extremo superior de la caja de renglón. Destacan las formas de la G
y de la Q, que indican una ejecución posterior al siglo ut. La escritura no presenta
espacios entre las palabras, pero las letras no se tocan entre sí. En ocasiones algunas
palabras están separadas por puntos que siempre se sitúan en el centro de la caja de
renglón. Por otro lado, las abreviaturas son muy escasas, observándose algunas e n
los textos jurídicos (Hs "" Sestertio, HVE "" Heredjve). El Codex Palatinus y el Coclex
Romanus, ambos conservados en la Biblioteca Vaticana, constituyen dos excelentes
ejemplos de esta escritura. Tambié n cabe citar el Codex Vaticanus, así como el Coclex
Mediceus, que se encuentra en la Biblioteca Medicea Laurenciana de Florencia.
El Palatinus, compuesto por 256 folios, es si n duda el e jem plar más bello, admirable
por su estilo fluido y ejecutado con soltura, que da fe de la innegable virtuosidad del
escriba, habida cuenta que, debido a los cons tantes cambios del ángulo de escritura,
esta le tra es muy difíci l de dominar.
Jercr
Esta inscripción, así como la del Cipo de
Beccut, constituyen ejem plos epigráficos
perfectos del s istema del Epítome,
evol udonando hacia la letra u ncial. Timgad,
Museo Arqueológico.
Este alfabeto, extTaído del documento tle la
tlM
izq uierda, permite un análisis de la alteración
de ciertos signos q ue ti enden hacia el tipo
u ncia! (a, d. e, h, m).
ffiNO
ftUX
El Epitome
El estudio del tipo De be/lis y del Epi tome es indispensable, como mostraremos a
continuación, para comprender adecuadamente la evolución de la capitaJ a la
minúscula. Aunque la información de la que disponemos se halla relativamente
compartimentada, contamos, no obstante, con algunos datos cuyo descubrim iento
ha faci litado una mejor interpretación del problema. Se trata concretamente ele los
hallazgos procedentes de diversas excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en
Egipto al principio del siglo xx. Entre los monumentos escriturarías que dichas
excavaciones nos han legado, cabe destacar dos fragmentos de libros de los siglos 111
y v. EJ primero de ellos, conocido como el Epitome de Tito Livio, está escrito sobre
un papiro cuyo lado verso contiene una copia de la Eptstola ct Los hebreos en unciales
griegas, atribuida al siglo IV y probablemente posterior a la escritura del recto.
El segundo fragmento, conocido habitualmente bajo la apelación De Judiciis, es un
poco más tardío y está escrito sobre pergamino. Se trata sin duda de un fragmento
procedente de un documento jurídico. Se puede constatar que sus letras son de un
módulo más ancho que las del Epítome, pero debemos subrayar que estos dos
ejemplos son suficientes para probar que estamos ante un único sistema de
escritura. perfectamente homogéneo, que no proviene de la fan tasía ind·ividual
de un escriba aislado.
En estos dos ejemplares se puede reconocer una especie de término medio entre
el tipo De be/lis y la minúscula, aurJ cuando los caracteres en minúscula son mucho
Tabla que mues tra la evolución de la escritura
más numerosos. Si bien A, E, G y N son unciales, el resto del alfabeto es de latina, según )ean Mallen. Arts el Métiers
minúsculas. Es evidente que desde el punto de vista del escriba, las alteraciones graphiques.
combinación del tipo del Epitome y la cursiva del siglo 11. En cuanto a la cursiva
romana en su conjunto, distinguimos una única forma derivada de la capital
monumental, al parecer en una época bastante antigua (siglos 11 o 111 a. de C.).
A este respecto, Schiaparelli precisa, muy oportunamente: «la maiuscola corsiva
.finisce gradatamente in minuscola corsiva». No obstante, los paleógrafos modernos
han creído oportuno marcar una diferencia entre el tipo de la cursiva antigua y el
que han bautizado como «cursiva reciente». Pero en resumen, entre estos dos tipos
.
Etrusco grabado l urslvo
de cursiva no habría que ver solamen te una evolución lógica y progresiva, sino más "\l'lJ>IIO€:li'1':11118A
bien una adaptación de los elementos antiguos al nuevo sistema de escritura.
Esta tesis cuenta en la actualidad con el apoyo de la mayor parte de los paleógrafos. ¡
La filiación de las escrituras latinas antes de la era cristiana
La forma que la escritura latina tenía en sus orígenes sigue s iendo uno de los puntos
más controvertidos y oscuros de la historia de la paleografía. Si intentamos trazar
los ejes de una filiación cronológica de los tipos de escritura anteriores a la era Capital grabada
"
cristiana, pronto nos daremos cuenta de que surgen interrogantes para los que
todavía no se ha hallado respuesta. Esta situación se ha producido en parte porque *
Cap11al grabada
• ABCDEGR.S
Rústica Cu"lva del s. oa. de C.
ciertos eruditos han llevado a cabo simplificaciones abusivas o amalgamas, con lo R i' e . t d
que han contribuido a mantener la confusión. Sin ir más allá de la hipótesis, nuestra 1 ABCDERQ
visión de los hechos se apoya, no obstante, en indicios y documentos irrefutables.
La escritura latina arcaica es una copia directa del alfabeto etrusco, y es relevante
Tabla cronológica desde la esc ritura e trusca
constatar que la escritma manuscrita etrusca era una escritura cap italizada (véanse
el latín clásico. Esta hipót esis se basa en
las tiras halladas alrededor de una momia egipcia). Esto nos hace pensar que los la dife rencia existen te entre e l e l ru sco g rabado
romanos empezaron imitando este procedimiento. Dicho de otro modo, utilizaron y e l etrusco manusc rito, del que se conserva
esta forma capitalizada, transcribiéndola mediante un instrumento de caña. una prueba irrefutable en e l musro de Zagreb,
en Croacia. Se trata de un libro de lino cortado
Este fenómeno es esencial para comprender la filiación. La forma capital es un en pequeñas tiras que rodeaban una momia
concepto en sí mismo, del que derivaron todos los estilos de escritura. egipcia de baja época ( 100 a. de C.).
LA Y LAI> 119
Sopon<' ot'Cto Soport• inrlinatJo Soporte re<to Soponc R'Cto Soporte inclinarlu Soportr rer1o
Duutt .. C\lt)fVol D• bdhs Erutume Judiciis S. Hilario Caruhna Ouctu> CutMVa De Bellís Epitomc jud1ciis S. H1laroo CurSI\ a Carolo na
S 1 s.
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S 1t 111 S. V s_ ,.. 1\1
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1'1\0LEOPA IU>O DEf\ET VAMV
Estamos en los últimos aiios del siglo IV. Teodosio, emperador de Oriente, firma los
edictos de Constantinopla que se verán completados por med idas posteriores.
El cristianismo es proclamado linalme nte re ligión oficial del estado (3lh.). Empiezan
A emreverse las primeras incursiones bárbaras: los visigodos de Alarico entran e n
Italia y Geiserico, rey de los vándalos, saquea Roma en 445· El esplendor del Imperio
romano produce sus últimos resplandores, aunque ciertamente el poder de Roma no
se desmorona de un solo golpe ant(' el avance de las hordas bárbaras. El inmenso
tmpc>rio se disgrega poco a poco, como un barco a la deriva, ante la falta de un poder
sólido y de una polítka coherente. No obstante, gracias a la eficacia y a la competencia
de sus dirigentes, la administración imperial mantiene su influencia. La Iglesia
católica se establece dentro de este comexto, del que se aprovecha para codificar
sus ritos y elevar el latín al rango de lengua sacra. El alfabeto uncia!, trazado en el
interior de los monasterios, el principal instrumento para la salvaguarda de
la cultura clásica. La elección de este aJfabeto concreto parece ser fruto de una
voluntad política, cuya constante preocupación consiste en diferenciar claramente
la forma de los textos sagrados de la de los textos trazados en rústica.
La escritura uncia! permitirá de este modo preservar la integridad del conocimiento
y transmitir los libros y los dogmas. Aún permanecen en nuestra memoria las
escenru. de saqueo, los asaltos violentos durante los cuale!> los monjes no dudaron en
la coraza, como Sidonío Apolinar, obispo de Clermont, que en 471 defendió
victoriosamente la ciudad frente a los invasores visigodos. Tras el fragor de la batalla
podernos imaginar a estos soldados» deponiendo las armas y retomando la
pluma de ganso. El monacato emergente constituye la expresión más pura y más Libro de Lindisfarne, principio del Evange lio
característica del cristianismo desde los primeros siglos. Este período marca también de san Juan, folio 21 1. Dimensiones del
el principio de la actividad intelectual de la cristiandad. En 529 san Benito de manuscrito: 28,4 x 34.3 cm. Hacia 698. Las tre¡,
primeras letras de las palabras in principio han
Nur:.ia, patriarca de los monjes de Occidente, fundó la abadía de Montecassino; sido ampliadas para formar un monograma
hari.1 el 540 redactó una regla que se difundió durante la época carolingia y que muhicolur. Le siguen ctnco lineas de extrañas
s igue siendo la regla fw1damental de los benedictinos. En tre los siglos XI y XI II capitales, iniluidas por el es tilo de lds runas.
Estas maytJsculas decorativas están bordeadas
aparecieron nuevas órdenes religiosas con la intencion de reformar la doctrina de po r un a fila de puntos e iluminadas con
san Benito. Esta proliferación uc órdenes que caracteriza la Edad Media permilió Jos tres colores ca rac terístims <.l e las minia1Uras
que la cristiandad ejerciera una tutela sistematizada. Como un pulpo gigantesco, irlandesas: el oropimentc, el verde malaqu ita
y la púrpura cle Casio. C de la segunda
la Iglesia extendió sus tentácu los ajena a los estados, a la5 fronteras y a las lenguas
línea termina en una cabeza de mujer Jc estilo
nactonales El poder de la Iglesia se perfila de este modo como una d imensión grotesco, excepcional en e:.tc manu:.crito.
esencial y como una de las claves para el conocimiento íntimo del mundo medieval. Londres, Biblioteca Britanica.
La uncia! es una letra de excepcional poder evocador que ejemplifica, una vez más,
la dimensión mágica de toda escritura. Símbolo perfecto de su época, cautiva la
( J t'c · 1 1<• r 1 1t 1 ' <. ' mirada aún en la actualidad.
re' ,. Sin embargo, la uncia] es una escritura preciosista, fruto de un lujo netamente
li t' 1<.' ('\HJII'I h definido en el tiempo, que estaba condenada a la esterilidad. De hecho, tanto más
l <..N
notable es su originalidad por cuanto, al igual que la capital quadrata, no dejó
t f!. <.. 1c l rn ' K
descendencia alguna. Nacida del sistema del Epítome, del que mantiene su robustez
N ..:.e '-.l H.' '-1 "'-! ' "
· ..:,..:,( · li N 1 '-4"'
y su fuerte contraste entre gruesos y perfiles, ocupó un lugar no menos esencial:
a partir del siglo IV se impuso como la grafía predilecta para las obras de lu jo y los
re f!t ' ' hft r ' 1' ' l\
1 ltY' <.'\: 1 b' NI C: textos sagrados. En una época en la que el Imperio romano se desintegraba bajo la
.J!tiN " 1· · ' · , presión de los pueblos bárbaros, la uncial floreció protegida del tumulto en el seno
l ( 1' t ".' ' ,: ,: .... ''-''l . de los monasterios, únicos lugares que ofrecían a los copistas un entorno de paz y
llllll' ' ' ' ' ""'). de recogimiento_De este modo, la uncia! se convirtió en la escritura monástica
e 1 ti •" " ,, · románica por excelencia. Como prueba de ello a menudo se ha señalado su perfecta
'N' ';-..""' " armonía con la propia arquitectura románica. Con sus curvas redondeadas y suaves,
1, , ' ' · ''· e· N 11
con la pureza de sus líneas, volúmenes y arcadas, caligrafía y arquitectura parecen
<. t 11 .... ' .¡ ,.
1 1 1 Jll t 1( 1 ' participar, efectivamente, de una misma estética. En cuanto a los vestigios de la
._,,, ' 'N e<. escritura uncia! que han llegado hasta nosotros, el inventario que podemos hacer en
"'-ll'll'll':\. ( 1
la actualidad es prestigioso, aun cuando no sea imponente. El número de códices
riUN tf l.lf:- •ltlt•
u ·(ce .. tu' ''
El ángulo de cscrilUra
es de 20° .
'l 1 l
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1NSC1 f1CXI10NfinSpS
IN o:e,o oo leNTlMn e_.IASP-en.s'o
CodeJi Amíatínus. Bibliu sw:ru, folio 1006 v.
Necn 1huxp1
Escrintra uncjal, hacia 700. Florencia,
Bibliotrca Medicea Laorenziana. C)RXrlA_UOBlS eTpA.x: TeRR.Ae--
TIS
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qu poRT-X El
OUCIT
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quJINUENlUNTEAI
Compromiso gráfico enlre el tipo del Epitome y el tipo del De bellis, las formas de
la uncial evolucionaron sobre todo debido a factores como la utilización de la vitela y
la cursividad. Las capitales probablemente se redondearon de forma natural a partir
del momento en gue fueron trazadas sobre un soporte de piel más liso y mejor
preparado. Mientras que en la capitalis monumentalis parece mantenerse un equjJibrio
de formas entre los trazos rígidos y los redondos, en el alfabeto uncial predominan,
por el contrario, los trazos curvos. Aparecen trazados completamente nuevos, siendo
particularmente característicos los ductus de las letras A, D, E, H, M, N y U.
Un análisis más detallado permite constatar que la A carece de barra transversaL
En los manuscritos más antiguos la A aparece formada s implemente por dos trazos,
de los cuales el izquierdo suele ser más corto. Posteriormente adquiriría la forma de
un bucle. Cabe señalar que esta letra resulta Íltil para fechar los textos, ya que a cada
época corresponden formas particulares. La B y la C son capitales. La D es redonda y
presenta un apéndice hacia la izquierda. La E es un semicírculo cruzado por un trazo
VIl Vll l
horizontal. La C posee un barra que sobresale por debajo de la línea de escritura. La LX
Hes minl'1scula. Por el contrario, la M, la Ty la U están perfectamente integradas en Evolución de la morfología tle la 11 uncia), de
la sabiduría del ritmo uncia!. Nacidas en el seno de los monasterios, constituyen sin los s iglos 1v a rx.
d•rt>rorernoNemdí BUS. M y N son sustituidas, la primera por una línea y un punto y la segunda por
una línea. Los nombres sacros aparecen generalmente de forma abreviada (ihu =
U 1-c:O.Ct
ihesu; Xpi = christi; dni = domini; n = nostri; sps = spiritus; sci = sancti; ds "" cleus),
así como los términos jurídicos (las notce iuris). Las capitales que acompañan a la
C")uodreNrummoue( uncia! están formadas por letras del mismo alfabeto o por rústicas de un módulo
superior, siempre trazadas con el mismo instrumento. La puntuación se halla
presente en los manuscritos en uncial. La coma se anota mediante un punto a media
altura, el punto por dos puntos y el fin de párrafo por dos puntos y un guión o por
[,er'Jü IC'lUUm tres puntos dispuestos en triángulo. En los siglos VI y v1 1 la coma se representa
homtN trurdererole, mediante un simple trazo oblicuo. El punto de interrogación se presenta bajo la
e-1 dereurn::a-cu forma de una s acostada horizontalmente.
N emu ru u mdecc.t.el
du.lo derefre'lu eNt::t LA SEMIUNCIAL
dme-rC"Jue.mm•rir-ct t1 El término «semiuncial» fue utilizado por primera vez por los benedictinos dom
·· \.lo tn o rnt HUm Toustain y dom Tassin en su Nouveau traité de diplomatique, publicado en 1750.
A primera vista esta denominación parece indicar vínculos de parentesco entre
San Hilario, De Trinilate, 509·510. Manuscrito la uncia\ y la semiuncial. No obstante, esto no es así, como han demostrado los
sobre pergamino que ilustra uno de los tipos
estudios de paleógrafos como Maurice Prou, Franz Steffens o fean Mallon. La tesis
más antiguos de escritura se miuncial. Vaticano,
basílica de San Pedro. de este último, consistente en considerar la semiuncial como una evolución natural
de la escritura del Epi tome y no de la uncia!, ha sido aceptada por la gran mayoría
de los eruditos. Por consiguiente, el relativo parentesco que se observa entre la
uncia! y la semiuncial proviene de su origen común.
La semiuncial es esencialmente una escritura de manuscritos. El primer ejemplar
fechado escrito e n semiuncial primitiva es un pergamino caligrafiado entre los siglos
IV y v, conocido como De judiciis. Por otro lado, el De Trinitate de san Hilario,
conservado en los archivos de la basílica de San Pedro del Vaticano, ilustra un tipo
más clásico de principios del siglo v1 (509-510) .
,.-.2
X1
·,
,02
f
,.-2
.--3
La proporción de los signos es muy
1 ancha, especialmen te en el caso de la
( H, la M y la U . La P y la R rebasan la
línea de escritura.
Debajo: una ligadura AE y una A que
data de princip ios del siglo v111.
AN
l
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u:t 1h n oqu d 1n 1 l nc ·
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p omo tex ) s b TUl ·uue _l e ·
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·.· 1UC -
LA SEMIUNCIAL IRLANDESA
Algunas fuentes dan fe de las múltiples relaciones que existieron en el siglo v entre
el Imperio romano e Irlanda. Sin duda san Patricio fue uno de los más célebres
misioneros de cuantos llevaron a cabo la evangelización de esta isla septentrional.
Su misión, que algunos remontan al a ño 432, parece que se vio coronada por el
éxito, por lo que la tradición le reserva un lugar principal y decisivo en la fundación
de la Iglesia irlandesa. Debe señalarse otra influencia considerable, la de san
Columba, que tal vez fuera la primera, y que se ejerció a partir de 561 en lona, una
pequeña isla azotada por los vientos junto a la costa escocesa. lona pronto devino un
gran centro de conversión para las poblaciones de Escocia y de Northumbria. San
Agustín y s us monjes misioneros, e nviados en 597 por el papa Gregario Magno,
evangelizaron una parte importante de Gran Bretaña, creando centros religiosos Página izquierda: Lib ro de Kells, EvangeUo de
como el de York o el de Canterbury. Finalmente san Columbano, a quien no hay que san Juan. Formato del manuscrito: 25 x 33 cm.
confundir con su casi homónimo, fundó los monasterios de Annegray, de Luxeuil, de Hacia el año 8oo. Esta página (rolio 19 v.) se
compone de 17 líneas decoradas por una gra n
Sankt Callen, y de Bobbio, en Itaüa, donde murió en el año 615. Es probable que un E capitular con motivos zoomorfos. Dui.Jiín,
centro cultural de la amplitud de Bobbio desempeñara un papel preponderante en la Trinity College.
Hacia finales del siglo vn, Seda el Venerable publicó su célebre Historia ecclesiastica
gentis anglorum. Poco tiempo después de la muerte de su discípulo san Cuthbert, las
reliquias de éste último fueron trasladadas a Linclisfarne y con ocasión de este
re \., 2
la i se forma mediante tres trazos,
como vemos en el esquema de arriba.
Los perfi les horizontales presentan en
su extremo un ápice que se forma con
la pun ta izquierda de la pluma y que
después se rellena.
.r
P q RXTll 'lW
Alfabeto de capitales rúnicas extraído
de los principales evangelarios.
Obsérvese la forma de la B, G, M y P.
así como las ligaduras ET y RA.
ET G
BP ET N RA
Libro de Lindisfarne. P<ígina tap it cun
l'ntrelazos ani m ales, folio 26 v., de l
siglo v11. Forma to: 24,8 x 34.3 cm. Esta página.
trente al Evangelio de san Mntco,
c:.tá decorada con una figur¡¡ CIUCilorme.
brato:. de l11 cruz están con motivos
redondos, rellenos de que
d<•stacan sobre un tondo dondes<' dbtingue
una multitud de pájaros azule,, entremezclados
<'11 un caos que solo e' aparente. El gran artista
de Lmdisfarne en realidad nos propone una
proeza ornamental regida por la coherencia
y el orden, apoyándose sobre una trama de
elementos modulares inv isibles, segí1n la
tradic ió n del arte de La Tene. La paleta del
miniaturista se co m pone de rojo de reja lga r,
wrdc de malaqu ita, ocres cá li dos y azu l de
lapislázuli. Londres, Biblioteca Británica.
La trama preparatoria, y las tres fases que acontecimie nto se caligrafió e iluminó el magnífico evangela rio de Lind isfarne,
pe rm iten reconstruir un motivo zoomorfo. ejecutado por Eadfrith en 698. Junto con el evangelario de san Wi lli brord y los
Ta mbién podemos ver, sigui endo el mi smo
princ ipi o, u n fri so co nstruido a parti r de tres
Libros de Durrow y de Kells,* representa la perfección del arte anglosa jón.
puntos equid ista ntes, uni dos entre sí para No obstante, el Libro de Kells, probablemente realizado en lona en honor a san
rormar un triángu lo virtual, el cual es des pués Columba, es el más fascina nte, suntuoso y esple ndoroso de estos manuscritos.
bordeado y contorneado para obtener el
entrelazado de los nudos.
Pese a no contener ni un ápice de oro ni de plata, su densidad y su gra n profus ión
de motivos decorativos lo sitúan s in lugar a dudas entre las obras cumbre de la
iluminación mundial. En su estado actual el manuscrito mide 25 x 33 cm y cons ta
• Se han expresado diversas opiniones relativas a
la datación y la procedencia de este evangelario.
de 339 páginas. El número de líneas por página varía de 17 a 19. El Libro de Kells
Se adm ite que el manuscrito prov iene de Kell s, en constituye un ejemplo perfecto de la semiuncial irlandesa en su apogeo. La descripción
d condado irla ndés de Meath, pero no se sa be con
certeza si rue escrito en Kcll s o en lo na. Las cuatro
que el his toriador Geraldus Cambrensis hace de él en el siglo XII es impresionante :
t•lt imas págil'•as de la o bra podrfan haber resuello <<Nunca he visto algo tan maravilloso como este libro, su decoración es tan compleja
esta incógni la, pero se perdicro11 hace ya mucho
tie111po. Por otro lado, cabe seña lar que el al'10 8oo
y tan elaborada que, más que el trabajo de un hombre, parece obra de un ángel. »
puede ser una fecha probable si nos decan tamos A decir verdad, un arte fund amentalme nte dife rente del arte clásico acababa
por la opción de tona, ya que este monasterio fue
saqueado de forma definitiva por tos vikingos en el
de nacer. El a rte anglo-irlandés es un arte cristiano que todavía está teñido de
ano 807. paganismo. Los motivos tradicionales celtas, las decoraciones espirales de los artis tas
136 PE LA UNC I AL A L A CA RO L I NA
de La Tene y los entrelazas con forma animal de inspiración germánica todavía
invaden las páginas y serpentean en los frisos.
Si evocamos la famosa página del monograma de la encarnación (XPI B generatio),
posiblemente la pieza de iluminación más compleja jamás realizada, no podemos
dejar de pensar que toda esa profusión de lazos y de laberintos microscópicos son
aún más admirables por haber sido trazados sin la ayuda de la lupa, instrumento
netamente posterior. La suma de paciencia y de concentración de estos monjes
art1stas escapa a toda comprensión. Solo la página del monograma debió n ecesitar
varias semanas, o incluso meses, de trabajo agotador para el cuerpo y la vista del
iluminador¡ el artista debió padecer de miopía para poder adaptar su mirada a una
tlistancia Lan corta. Sin duda estos ejercicios de Lesón y de concentración se vieron
favorecidos por el ascetismo cotidi ano de los monjes irlandeses. Algunos de sus
motivos, que todavfa nos resultan enigmáticos, podrían poseer un contenido mágico.
No obstante, en la actualidad nadie parece estar en condiciones de desentrañar su
simbolismo y precisar su sentido.
Los pigmentos empleados en el manuscrito de Kells Liuro de Kells. fragmento de l folio 25 v., hacia
el año Boo. En este ejempla1 el escriba irlandés
El análisis de los pigmentos utilizados en la preparación de los colores d el m ostró un gran espírilu creativo al prolongar
manuscrito de Kells es, como cabe imaginar, particularmente instructivo. No existe hacia abajo los fustes verticales de ciertas
letras, y crear así un estilo muy personal.
nmguna certtdumbre sobre los secretos que han permitido que las tintas conserven
Dublín, Trinity College. ·
su éxtraordinaria brillantez, aunque la ciencia moderna ha intentado desvelar su
Transcripció n: Post re;urreclionem apparuit
misterio. A finales del siglo XIX el profesor Hartley aportó elementos conclusivos en ihs (i hesus) disci/pulis & non credeba t Thomas
su ponencia ante la Roya l Dublin Society: «Un análisis meticuloso de la iluminación & i l crum ap/paruit ei increbat eum. tcrra sce.
revela que' los pigmentos utilizados, mezcla.dos con goma o con gelatina, están oves/Et cum tertio manifesta re! se ihs (ihesus)
discipu lis et ait retro diccnsfmeas el se
Jplicados sobre un material espeso que no es ni una mancha de l pergamino ni una
quaeret me.
mezcla de tinlas, sino más bien una superposición t.le color azul sobre un fondo
verde." En cuanto a la composición de los colores, concluyó que el negro es un
negro de humo, el rojo brillante es rejalgar (bisulfuro de arsénico), el amarillo es
oropimente (trisulfuro de arsénico), el verde esmeralda es malaquita triturada y eJ
azul es lapislázuli. El violeta rojo es probablemente un preparado similar a la
<purpura de Casio», obtenida por reacción de una solución de oro en una solución
de estaño Sin duda este color violeta pórpura debía te ner u n alto precio, lo cual se
ve cvnfirnwuo por el uso parsimonioso que los irlandeses hacían cle
él. Lt> único que podemo5 es que los maestros qur h abian formado a los
cHtistas iluminadores tenían un prntundo conocimienlo de las sustancias químicas
y el" la preparación d(' lo:. Pmeba de ello son las precauciones tomadas
cuando el amarillo u oropimentc aparece :.obre la página. Este tinte siempre aparece
LA MINÚSCULA ANGLOSAJONA
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auoc.u::ur-r en-ur
Tras la muerte de Pipino el Breve (768) la sucesión se dividió entre sus dos
herederos: Carlomagno y Carlomán. La muerte repentina de éste último restableció
la unidad del reino y en 771 Carlomagno se convirtió en el único rey de los francos.
El año siguiente movilizó un ejército y partió en campaña contra los sajones y los
lombardos. Su victoria en Pavía sobre los lombardos le permitió destituir a su rey
Didier y hacerse coronar como nuevo monarca. No obstante, el factor principal del
éxito de la dinastía carolingia fue el valioso apoyo que recibió de la Iglesia, primero
por parte del papa Adrián l. pero especialmente de León lll, que se comportó como
vasallo de Carlomagno. Con gran habilidad, el monarca se convirtió en el defensor
del papado ante la amenaza ele los bárbaros. De este modo, al ser proclamado
Extracto de algu nos característicos del emperador en el año 8oo, Carlomagno adquirió un considerable prestigio espiritual.
tipo Mordramno. cuyo estilo es fácilmente También se mostró muy vinculado a las tradiciones culturales; se esforzó por
reconociblt• por &us as tas cortas terminadas
en un ápice en forma de maza y por la letra promover el conocimiento, se rodeó de letrados y de eruditos, e impulsó la creación
a, ruya panza es muy eminente. Amiens. de monasterios, especialmente mediante la difusión de los textos sagrados.
Biblioteca Municipal. No obstante, el renacimiento cultural y religioso, así como la política resultante,
quedaron circunscritos a una clase relativamente restringida de la población. La
gran masa, por su lado, no tenía acceso a la cultura y permaneció sometida a un
régimen feudal cada vez más pujante. Tras la muerte de Carlomagno en el año 814,
Ludovico Pío pasó a ocupar el trono y éste, a su vez, nombró a su hijo Lotario como
único heredero. La cohesión del imperio parecía estar asegurada, pero la muerte de
Ludovico Pío emponzoñó las rivalidades entre sus tres hijos. Carlos el Calvo y Luis
el Germánico se opusieron a Lotario, que quería hacer valer sus derechos imperiales.
Finalmente acordaron la división del imperio en el famoso Tratado de Verdún (843).
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q u ql n rr '"'t.•r ur-..,lttnJf'IIIJ,., ,
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Antiguo Testamento, folio 58. Finales del mcm•n '":T'rr n::f}.,mn mflu
siglo vu t. Esta Biblia, conocida como la del
Abad Mordramno, fue escrita durante su '' cobt... f1d,..funn
abacliado, que fina lizó en 778. Caligrafiada
en el cscriptorio de Corbie, representa la
l"d"'\lob,r,·"t"'"""1,,¡,. urr.ot. nt·run, ...
primera tentativa ele elaboración de la carolina c!"I&Lr u l&J ntíln.':1H ( ' ,\ t1H"fl6..HI",(C11
primttiva. - --
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Los scriptoria
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.. - 1 Tipo de carolina clásica d e la
escuela d e Tours. El ruste vertical
es tá formado por dos trazos, uno
2
;,...' ascendente y otro descende n te.
La i no tie ne punto. la u y la v
se confunden. La y co nserva un
--. 3 signo de puntuación.
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ll Formación del ápoce
Pluma de 3 mm.
z a·b 'ré 2 \.
-4
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·rt 'ró 'F 'rq t '$ t ' XYZ Sob re esta s líneas, capital susceptible de acompañar
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t.!'C'Uctlt' tll( '-""' J Ul
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quaStltt·qut
1pfos tnf.tntefufcepa
funt ciíobtanontb)
vcstrascripta espacio entre cada línea y se separa cada palabra con u n espacio en blan co.
Esta caligrafía de rara perfección y de gran eficacia no experimentó modificaciones
fundamentales y sirvió de modelo a los humanistas del Renacimiento italiano.
Texto en 1918 por Edward Johnston, El alfabeto posee formas regulares y homogéneas, exceptuando la letra N, que al
según el Ramsey !'J.alter. Se trata de un IX'IIn principio a veces presenta un aspecto capitalizado. Por otro lado, a medida que nos
ejemplo del c:.tilo muy personal de
al que denominó •fou ndational hanch.
aproximamos al siglo xt, las abreviaturas se hacen más numerosas. En el siglo tx la a
En realidad, el> te e:.tilo in5pirado en In e:.cr itura es uncia!, la panza de lag a menudo se mantiene abierta y los extremos de las astas
carolingia tardía , adaptada y simplificad,, para en forma de maza tienen una apariencia pesada debido al redoblamiento de los
sus nlumno:.. fenómeno artificial dentro
trazos. En el siglo x aparece la e con cedilla que transcribe el diptongo ae, al tiempo
dd contexto dt> l,r lltllt•ografia.
que desaparece el refuerzo superior de las astas. Durante el siglo XI se utilizan
aaeci
variantes de la carolina en diferentes regiones de Europa. En el siglo siguiente las
abreviaturas se multiplican y los trazos de arranque se hacen visibles en los
extremos de las astas y de los caídos. Las carolingia es la s la rga en forma de .f Ésta
última se diferencia de las por un pequeño trazo horizontal hacia la derecha. Las
5 actual aparece en final de palabra a partir del siglo x. La t se caracteriza por su barra
nnnn
2 3
horizontal, que no rebasa el extremo superior de la caja de renglón, contrariamente
a la práctica actual. En algunos textos tardíos la y aparece rematada por un punto.
En el siglo IX tan solo subs isten unas pocas e infrecuentes ligaduras: et, ct, rl y st.
(,
7 8 <)
'r(t
2
forma de maza se hace
4 •/2 anchos
un primer lrazo al subir;
el segu ndo, al bajur,
'r
cubre parcialmenle el
primero.
La lectu ra de la escri1ura
merovingia se revela difícil por
la profusión de ligaduras que
conliene. En la pane inferior
se mues1ran algunas de las más
frecuenles.
12
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·U') t·¡ J'Z
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LAS
ESCFJTUR[\S
GOTICAS
Todo parece indicar que el movimiento decisivo que condujo al tipo g6tico tuvo
lugar en la f-rancia septentrional, más exactamente en el reino anglonormando.
Para apoyar esta tesis. el profesor Bischoff* propone el análisis de un diploma
redactado e n la época ele Guillernto el Conqaistador a favor de la abadfa de Sain t-
Étienne de Caen. Transcrito entre t067 y 1075. s u escritura ilustra admirablemente
esta influencia gotizante. El paleógraro alemán bas a su argumentación en las formas
quebradas de la m y de la n, como en las pequeíias interrupciones de la base de
los trazos de las letras i, r , d, h, y en esa especie de p1es que se deben a la quiebra de Sagrada Bíbha copiada en 1443 por el escdba
las astas, especialmente en las letras i, m y n. En esta fase la gótica primitiva tiende Henricus de Vu llenho. Formato: 33 x 47 cm.
hada la homoge neidad y ya no refleja ninguna diferencia entre los trazos rectos Altura del cue rpo de leLra: 6,5 mm. Gótica de
tex tu ra (rexws quodmtus). Observese la calidad
acabados e n curva de los signos del alfabeto, deta lle que podemos observar en el de los remates en forma de losange, la
inestimable tesoro de escrituras que constituye el rollo mortuorio del majestuosidad de las propoTcíones y
bienaven turado Vital (1122-1125). Señalemos de forma especial que la organización la generosidad de los márgenes. Basilea,
Blbliorcca de la Universidad
análoga de todos los remates es probablemente lo que más distingue la gótica de la
carolina. Sl bien la gótica primitiva encontró muy pronto su ámbito de desarrollo en
• BPmh ardBischoft, • La nomcnclatu re tles
Normandía y Anjou, parece, no obstante, q ue existió an teriormente una influencia
livresqu es du IX au XII I siccle•, Premier Collo<rue
insular, particularmente en algunas caroli nas tlel s iglo x. Esta observación corrobora, 1/llernotinnn/ de poléo!Jrup/líe /atine, París, CNM&,
captfapuum
l'úginn siguiente: cartel sobre pergamino qué
--.....
ensalzi1 el buen hacer df'l maestro caligrafo
)ohaunes von Hagen, de Bodenwerder, junto al
río Wesser (Alemania), hacia 1400. Formato:
35 x 54 cm. Los calfgrafos realizaban a menudo
gam Ctt rtgnt trthttn.
estas muestras de escritura para que el
comanditario comprobara la habilidad dt•l
calígrafo y escogiera el tipo de letTa. En la
actualidad nos permilrn conocer con precisión
utrgam utrnmfquamtp-
las tlenominadont:s 11ti lizadas en la época.
Berlín, Staatsbibliothek.
fum bmt. .frámJttl(á
popfñtq_; Utddurox¡)tanú
abtiÍdCo cómttfum
l'ágina de un libro lhúrgico transcrito en
Inglaterra a Jel siglo XII. Formato:
18 x 28 cm. Escritura gó tica primitiva con
utrutteabtmjlbtfdefrñ<fl.
rematrs triangulares. La leh·a está consiTuida
següu un modelo estrecho y las abreviaturas
son muy frecuentes.
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-., • f " 'dt•• 1 {,, rr- ; '"' An
•' tt; p r.,ut 11 •Hr /n 1 .,., h •• f, •rN- ' "
r't$ .• - , lH'" " 1/- ' '<n,ot1 t • '"' '_!.!-1 t"!) . .,,,.,
.. ..... - . - -..... - tO r t-r..C ' • nt
Líbro de horas realizado en Isla de Francia en
1386, folio 40. Formato: 15,8 x 22 cm.
Este libro fue caligrafiado con ocasión del
casamiento de Guillermo de Orgemont, cuyo
escudo aparece dentro de la inicial P, para su
joven esposa Margarita de Sainte-Maure. En el
centro del escudo se distingue el blasón de
Margarita de Amboise, madre de la joven. El • O
principio del alfabeto en gótica de textura es tá
precedido por una cruz decorada, lo cual era
una práctica habitual en la época. Para ciertas
letras, como la a, la r y la s, el escriba propone
dos versiones. El Pater Noster transcrito debajo
.f.
del alfabeto muestra la gótica de textura en su
contexto. Notemos, finalmen te, que el escriba
señala la diferencia en tre v y u, y que mant iene
la forma antigua de la y con punto. Tras la z se
pueden leer algunas abreviaturas latinas: el, us,
est, ter, tum, tur, tus, RUM y rum. Oxford,
Bodleian Library.
Elementos de clasificación
Si bien resulta completamente vano intentar clasificar los estilos góticos con un
espíritu de entomólogo, no deja de ser útil intentar adentrarse en esta cuestión para
ceñir mejor el objeto de nuestro análisis y tratar de poner un poco de orden dentro
de esta gran p luralidad. No obstante, se trata de una labor doblemente ardua:
primero debemos reconocer los tipos y clasificarlos, y seguidamente tenemos que
escoger nuestra terminología, ya que los diferentes estilos que hemos de inventariar
han sido hasta ahora designados por términos nacionales y por apelaciones latinas,
lo cual origina confusiones. Por ello, en una primera aproximación, resulta esencial
conocer este doble vocabulario. Sin entrar mucho en detaJies, intentaremos a
continuación trazar a grandes rasgos esta clasificación, que más adelante
completaremos y afinaremos.
El número de escrituras góticas librarías es considerable y, como acabamos de ver,
parece imposible utilizar las denominaciones de la Edad Media, demasiado
'1(
3
3 :--..
Gótica textus prescissus, hacia 1400,
procedente del cartel del escriba
2...... 2......
IJ,-
U!J
complicadas y a menudo contradictorias. Por ello hemos adoptado la nomenclatura
que cuenta con el consenso de la mayor parte de los paleógrafos. He aquí Ja lista de
los principales tipos de gótica que examinaremos sucesivamente.
Littera
S. .xv. Gt11iCil bastarda
Gótk"<l clP textura recl:t, di' tendencia
ralign\lica. que ¡a;l'endt'ntcs breves
pero bastante De uso en obras
lttúrg¡cas, en los libws de horas. S. XVI , La letra nvilité
Lítte.ra te.o.tuulis
Gótica de tel\tura para los libro&
ordinarios l>uc11a factura. !:.s una vanari6n LA GÓTI CA DE TEXTURA
rnenos utidatla de la littem fomwtfl.
Su ángulo dP ri tura y su alineacióu part•n•n En el capítulo anterior el estudio de la carolina nos llevó a poner de manifiesto la
menos rigurosos.
existencia tle tres grandes tipos generales. Con el advertimiento de la letra gótica, el
Ltflem textualil currens
panorama es bien distinto, putliéndose distinguir a partir del Xllt numerosas
Lótica di' ICl\tllr.1 de utódulo pequei'lo
.t la t ram,cripción de y comcntnrios variedades de góticas dentro de un mismo estilo. Este fenómeno se expllca
probablemente por la jerarquía en tre la escritura caligráfica llamada litteraformntn
y la escritura común, pero relativamente cuidada, ll amada littera currens. Otro facto1
que se suma al proceso de evolución de la letra gótica es el de las mutuas
incursione:. existentes entre la escritura y la escritura libraría.
Para evitar las confusione::. resultantes de la proliferación fantasiosa del léxico
medieval,* los paleógafos modernos han intentado reemplazarlo por una
terminología latina más racional que tiene en cuen ta el vocabulario de la época.
De este modo, dentro tlel estilo textura potlemos discernir dnco variedades: textus
quadratus-textus prescissus- litlera textualis Jormata-littera texcualis-littera textuulis
currens. Nos limitaremos a reproducir aquí las dos primeras en la lámina de estudio
por ser las que ofrecen mayor interés desde un punto de vista caligráfico.
No obstante, los otros tipos se verán ilustrados por facsími les.
A partir del momento en qne la sociedad cle finales del metlievo empezó stt
paulatina laicización, e l trélbajo de los copistas dejó de realizarse exclusivamente
en los monasterios. Dichos centros religiosos perdieron ele este modo el monopolio
sobre la transcripción Je libros y una gran parte de las copia:; pasó a ser realizada
por escribas profesionales, que pronto formuron su propia corporación. Por fortuna,
algunos de ellos nos han legado documentos, en forma de carteles, en los que se
j<Jctan de sus habiJidaJes. Los más célebres son los de Hermann Strepel.** calfgralo
de MunsLer ( 1447) y johanncs von Hagen, de Bodenwerder, a orillas del Weser,
Vease. E. Crou> y 1 Ktrthner. Die gotlsdat•
!>c/,nftnrlen l.eip11g, 1921!. lll·4°.
(hacia 1400). Aun así, a partir del siglo x111 el aprovisionamiento de libros y de
• El cartel dt! H ::>lrt·P"I s" mnsenr• en Id lllbhl)tc<"3
copias se convirtió en un problema persistente, especialmente en el ámbito
Real de La llay• (m\. 76 o 45: 4&1. universitario. Este problema se resolvió en parte gracias al uso de la peciCt.
La pecia
La pecio era, simplemente una piel de oveja preparada para servir de soporte a la
escritura. Esta piel, plegada en cuatro, permitía obtener ocho páginas y d ieciséis
columnas de texto. La ventaja de la división de un libro (exemplar) en múltiples
pecia. o cuadernos, estaba en la rapidez de copia. Un trabajo que requería seis meses
de dedicación por parte de un escriba podía ser realizado en quince días por diez
copistas Lrabajando en concierto. No es difícil imagínar el interés que suscitó este
sistema, especialmente en e1 ámbito de la universidad, que debía constantemente
hacer frente al problema de la reproducción de las obras de estudio. fean DesiTez*
puso de manifiesto y analizó sistemáticamente esta práctica, que se remonta
aproximadamente a 1225 y que cayó finalmente en desuso hacia mediados del siglo
xv. La prueba del uso de la pecia la proporcion a el número que el copista inscribe
al principio del manuscrito y al final del cuaderno que termina. La pecia no solo
aceleró la reproducción de las obras, sin0 que también influyó en la evolución de la
escritura al favorecer modelos que resu1Laban más p rácticos que otros, e jerciendo
una especíe de «selección natural ».
Cabe señalar un ú ltimo efecto de la pecio, cuya importancia también fue
considerable: el hecho Jeque permitió intensificar el volumen de las copias y, con Hiltk•gard Korger. Alemania, 1<)71. Alfabeto en
ello, el de los contratos ex--pedidos por los comanditarios, con lo que se fortaleció la gó tica de textw·a. Acua rela sohre papel hecho a
mano llahnerniihle.
sltuaci'ón profesional de los escribas y de los maestros calígrafos.
He aquí un texto del siglo xtu, procedente de los llnnales de la Société d 'ému.lation
de la Flandre (Bn1jas, 1850), en el que se menciona un contrato draconiano suscrito
por un escriba y su comanditario, y que nos da una idea de la severidad de las
relaciones en esta materia:
«Se hace saber que, habiendo comparecido ante nosotros, Robert de Normanclfa,
escriba, se ha comprometido sobre su fe a escribir, ejecutar y continuar, según sus
medios, para el maestro Leonis, clérigo, un Apparalus fnnocentii super Decretalibus,
tal y como lo ha comenzado, por la de cuatro libras de París qu e serán pagadas
por dicho maestro al dicho Robert y a contar por pecire escritas.
))El mismo escriba se ha comprometido sobre su fe a no aceptar n ingún otro
trabajo hasta haber finalizado por completo la transcripción aquí mencionada.
Ha reconocido igualmente que si abandona la tarea será retenido como prisionero,
encadenarlo, en la casa del citado maeslro, de donde no podrá salir hasta que el
trabajo esté completamente terminado. Y si no cumpliera, nuestro preboste o su
delegado lo aprehenderá allí donde se encuen tre y lo llevará a la casa del referido
maestro para que permanezca detenido.» (!)
155
Fragmento de un antifonal sobre pergammo,
principios del siglo xv. Escritura gótica de
textura en la que se aprecia claramente el
ductus seguido por el escriba, particularmente
en la primera línea. Dicha línea mide 1,6 cm
de altura y el conjunto de la página 54 x
73 cm. letras en color bistre trazadas a la
tinta metálica armonizan con las que están
realizadas al bermellón au tén ti co. Colección
privada.
después de vocal y, sobre todo, tras las letras provistas de panza, como b, d, o, p y q.
Las presenta una particularidad interesante: en mitad de palabra siempre adquiere
la forma de las larga y en final de palabra la forma normal s. La ligadura et es
sustituida por un signo en forma de z o de 7 árabe, probablemente inspirado en las
notas tironianas. Cuando los oji llos de las letras se oponen, como en las sílabas be,
bo, po, de, he, og y oe, el escriba no duda en sobreponerlas.
Debido a la práctica de sobreponer ciertas letras, las ligaduras se reducen al
mínimo, observándose no obstante la st, la ct y la tr. En cuanto a la puntuación,
puede utilizarse la actual, siempre y cuando se adapten sus formas al estilo gótico,
como en el caso del punto de interrogación. Los puntos y las comas deben situarse
a media altura de la caja de renglón. No se puede hablar de un alfabeto capilal
propiamente dicho, pero la costumbre consiste en utilizar letras capitales caligrafiadas
con la misma pluma, bastante anchas y con gruesos redoblados, de forma que
rompan o puntúen la trama general de la página. La experiencia muestra que se
utilizaron capitales de otros estilos: las unciales del siglo xu, las iniciales adornadas,
Frank Missant. Bélgica, 1988. Libre muy decorativas, y en ocasiones, en Alemania, las capitales góticas de fractura.
interpretación de la gótica de textura. Acuarela
sobre papel. Altura de las letras: 6 cm. Formato
del original: 43 x 55 cm. Signos especiales y abreviaturas en la Edad Media
la última, torman abreviaturas por contracción. Ejemplos: magro. por magistro, epi. Signos
*
qUiu - rmlle
evang. por evangeli, hde por herede, eps por episcopus, ornnips. por omn.ipolens. = denanus )Xl • nola ¡. = ae
4· Los escribas empleaban comú nmente ocho tipos de signos de abreviación que & =est 'h. ;7 curn
-.e utilizaron con frecuencia desde el siglo VtJJ hasta e l siglo xvt. &¡¡.,
t = est -t!I0111111
€j EJI
5 Al margen de Jos signos de abreviación, los copistas uti lizaban pequeñas letras 7 ="1
volauas para señalar la omistón tle alguna sílaba o para indicar la terminación.
.- I - 111
& - er
Ejemplos: instan•. por instantia, insti". por instituto, puu•. por publica.
6. Las letras de abrevJacion sustituyen ciertas sHabas de una palabra. Un signo Tabla de los signos y signos
especiales utilizados dt'l siglo VIII al xv1.
!) una línea situados por encima de la letra abreviativa permi te identificarla y
descifrarla. Ejemplos: en las palabras abreviatlas mea, multñ, tñ tum, se puede leer
U1cilmcnte meam, multam, lantum.
7· Las abreviaturas por letras enclavadas o monogramáticas, más que abreviaturas
propiamente dichas, son un procedimiento utilizado sobre todo por los grauadores
de letras para comprimir la escritura, con el fin de que ocupe menos espacio.
Ejemplo:-.: A) por aedilem, A'Ef."RNJ por aetemi, RoB T9 por Robertus.
8. grabadores de letras y copistas recurrieron a s1gnos de abreviación
particulares, llamados también signos especiales. Dichos signos, a menudo aislados,
sirven para representar conjunciones o palabras de ••so frecuente.
6em
Klingspor-Schrifl, según la gótica de textura
dibujada por el gran calígrafo alemán Rudolf
Koch.
2
alt cb tfglJifltl fácilmente reconocible, anuncia el principio de un capítulo o el paso de una idea a
otra. Según Paul Lehmann sería una representación de la inicial de la palabra caput,
o cabeza en latín.
a6ca
hemos señalado, al parecer creatla por los escribas anglosajones a principios deJ
siglo xur, y que se denomina textus prescissus ve/ sine pedibus. Este nombre indica
que es una gótica de textura con remates rectos o sin «píes .. , característica que basta
para dísttnguirla del resto de las góticas de textura. Eltextus prescissus, de laboriosa
ejecución, tuvo un gran éxito hasta aproximadamente el año 1400, paralelamente a
(!E la textura normal. Con el advenimiento del Renacimiento, esta gótica de factura
tt ftrbcfgúífiltn 11
estática y monumental perdió gran parte de su vigencia. Con ello empezó un
período de declive, llegando a pasar casi desapercibida, ya que la gótica de textura
5 le robó todo protagonismo como escritura para libros y para manuscritos de lujo.
1. fundición Baue1,
fráncfort del Meno, 1899.
2 E'clle Gotisch, lundici<Jn Haas. Descripción y especificidad de la escritura textus precissus
3· Tiemann Gotisch. funrlici6n Klinl{spor,
Olfenl>ach del Meno 1924 . Lo que en primer lugar nos llama la atención al leer un texto transcrito en esta
.¡ . Maximílían Gotisch, de Rudolpt Koch, gótica es, ante todo, su perfecta legibilidad. Esto se debe, sin duda, a los remates tan
funtl.ición Offenbach del Meno.
1917.
particulares de la letra. A pesar del aspecto cuadrado de éstos, la pluma se sostiene
5· rleischmann Gotisrh, de lohann Michacl con un ánguJo de 45°. Las letras a, e, d y e presentan en algunos textos una ablación
Fleischmann ( 170 1· 1768), fundición de su parte inferior. De hecho, el texlus prescissus no posee un estilo totalmente
Ensrhedé, 1-taarlern.
homogéneo y se pueden distinguir ciertas d iferencias de un escriba a olro.
No obstante, el contraste de forma entre la parte s uperior y la parte inferior de k)s
trazos constituye una constante. El gmcso vertical comienza por un cuadrángulo
160 GÓliC:
LA GÓTICA DE TEXTURA (S IGLO XV)
LA GÓTICA DE FRACTURA
1 . . . t
\Stutnj(wn
., l'm6 6tttcn
Í-l
Mira Ca/ligraphiae Monumenta, folio 101, r.
Manuscrito sobre pergamino que se compone
164
Ncutlild fer el Vie¡o, grabacJ(J soh• e madera
procedente de la obra Eio gute Ordnung und
kurlze Unterricht (Un buen manuiil y una
brt:ve mstrucc16n). Nllremberg, LS)8.
Bella composición de letms capitales góticas
eJe frilctura, en la que propone
diferentes variantes eJe cada letra, queda neJo
el conjunto resaltado por arabesros y por una
grnn A iniciaL
fractura. Tal es el caso, por CJemplo, de Caspar Neff, que publicó en Colonia Ein
kostltche Schatzkamer... (1549), y del maestro suizo Urban Wyss, con su Libellus
Va/de Doctus elegans,... (Zúrich. 1549). Johann KJeiner, también de Zúrich, destacó
en 1548 por un tratado 1itulado Cantzleysd1 fundamentbüchlein. Un año más tarde,
en esta misma ciudad, el maestro calígrafo Ch.ristoph Stimmer editó Ein Nüw
Kunsuych Fundamentbüchle ... Entre quienes contribuyeron de forma notable a la
formación del estilo de la gót ica de fractura, cabe citar igualmente a Wolfgang
Fugger, maestro caHgrafo e n Núremberg, que publicó en 1553 un espléndido ensayo
caligráfico impreso por Valentin Geyssler. En esta obra, justamente célebre, Fugger
presenta los alfabetos de cüferentes tipos de letra: gótica eJe textura, de fractura,
de suma, etc. Mencionemos finalmente a Jacobus Houthus y su Exemplaria sive
Formulae Scriptume... , editado en 1591 en Amberes. A lo largo del s iglo xv1 la gótica
de fractura se impuso en las cancillerías y se convirtió en la escritura oficial. Bajo la
influencia de Jos escribas experimentó entonces tratamientos cursivos más o menos
fantnsiosos: en el siglo XVII originó e l tipo llamado Kanzlei, o escritura de cancillería,
que a su vez dio pie a la Kurrentschrift, estilo de cursiva alemana que continuó
utílizándose hasta aproximadamente 1940. Alemania fue, pues, el último país que
practlf'Ó una forma gótica de manera inlensiva. El estilo de la g6tica de frac tura
constituye sin ningún género de dudas uno de los desarrollos más interesantes de
la letra gótica. No obstante, algunos han considerado oportuno expresar óertas
reservas en cuanto a su legibiliddd, cosa que en nuestra opinión s implemente refleja
cierto desconocimiento del estilo gótico en general. Al margen de cualquier
preju1cío, debemos reconocer que la gótica de fractura presenta infinitas
posibilidades decorativas y una inmensa fantasía.
La tipografía ha rendidu igualmente homenaje a este estilo. Desde el siglo XVII
hasta el xx podemos ver la creación de numerosos tipos de imprenta célebres, entre
los cuales debemos señalar principalmente las góticas de fractura de Lutero ( 1678),
de von Breitkopf (1760), de Unger (1794). de Walbaum (18oo) y, finalmente, más
cercanas a nosotros, la de Ehmcke ( 19 L2) y la Fichte-Fraktur, de Walter Tiemann,
producida por la fundición Klingspor en 1935.
-:--.. 1
Este modelo de gó1íca de fraclu ra se
2 basa en 5 t/2 anchos de plum a, lo que
! le co nfiere una gran elegancia. Bajo
estas líneas, el primer fuste de la s r
se ha dejado abierto para que se
comprenda mejor el ductus.
2 3
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fer Jjman frcÜb (_) ,.
john Stevens (Es tados Unidos), 1983. Alfabeto J n .111 t'rtrrwrb mrrr ltrs, wr.11111 lll1151Piurh wrnlvpcmcrt mn: Urrm
ali11•1'1!.1nrr (fj f'DSSihlr rrr.nrrc nurll' 111111L'llll 111Ch1lrt "'isfonnrD 5"
de letras capitales en gó tica de fri1ctura, HHJiht!i 01\111011 """' " n
a6cbcfgbiiflntnopqcf
Esta grafía nos fascina a primera vista por su majestuosidad. Seguidamente Página anterior: página caligrafiada en gótica
constatamos un elemento que no deja de intrigamos: ciertos gruesos verticales de suma, perteneciente a un antifonario del
monasterio de Guadalupe, finales del siglo xv.
empiezan por un arranque inclinado de 20° y terminan en paralelo a la línea de Formato: 70 x 120 cm. Estos formatos
escritura, es decir en ángulo recto. Este aspecto singular se explica probablemente excepcionales requerían caligrafías de tamaño
por la técnica que utiliza el escriba, consistente en rellenar el remate cuadrado con el poco común, con un cuerpo de letra de entre
4 y 5 cm. El texto, transcrito en linla férrica,
armon iza con el pautado musical trazado en
bermellón.
1100
172 1"'
LA GÓTICA DE SUMA
Formación de un fuste
vertical.
z_______
-- t
4 anchos de pluma.
Pluma de 4 mm.
1
'l
,..2
Biblia. Bolonia, ' 267. Manuscrito sobre El ángulo de escritura es cas i para lelo
pergam ino. Formato: 28 x 43,5 cm. a la línea superior de la caja de
Una de las primeras góticas de su ma. renglón, pero puede alcanzar 20° en.
ciertas letras.
med iar
u<
m,s
lit :JLtn €)11b 1
Alfa beto de capi tales construido
sobre 5 1/ 2 anchos de pluma.
2l2J Q:l) íl S<B gruesos. Señalemos por último que existe un segundo tipo de capitales de suma,
muy elaboradas, decora tivas y de un forma to claramente superior al de las primeras.
Son las iniciales, de las que Tagliente nos proporciona un buen ejemplo.
LA SCHWABACHER
"bcbefgl)íjflmnopqrfs En primer lugar, debemos situar la schwabacher den tro de su contexto. Para ello
tuuro,:y3 conviene recordar que las cursivas góticas de los siglos XIII y XIV originaron la letra
áóú fffi fl tTfi fl@ t.; bastarda, de modo que esta nueva góUca schwabacher no es más que la transcripción
tipográfica de la bastarda en Alemania. Al principio las cursivas alemanas no se
distinguían en ahsolu to de las que se utilizaban en los otros países europeos. Pero el
Stl owabocher. ft111dición Bet 1hoiJ y área germana favoreció probablement e la elaboración de formas nacionales, proceso
Stempf'l. segHn un modelo df' t6so.
que acabó por producir esta schwabacher. No obstante, el significado de esta
denominaci6n sigue siendo oscuro. Podrfa explicarse por factores geográficos, ya que
varias ciudades del sur de Alemania llevan este nombre. Como quiera que sea, lo
L>o::. l'¡cmplos de
l'l' ll·r Schocf 1cr. Hortus Maguncia.
q Rr;
lohann Schoelter. 1 SO!)
175
fragmento del de la parroquia de Saint
Félix, 1460. E5critu ra gótica cursiva tirad a,
tamb1en conoc1da como gótica procesal.
Colección privada
Debe distinguirse entre dos tipos de cursiva gótica, uno de los cuales no es más
que una versión mejor formada y caligrafiada del otro. Se clasifican, según la
terminología latina, en littera cursiva y littera cursiva formata (esta última solo
aparece a partir del año 1400).
La littera cursiva se diferencia claramente de la gótica de textura minúscula
libraría. Trazada con rapidez, presenta generalmente una inclinación hacia la
derecha y sus letras están ligadas en tre sí de manera excesiva. Los ligados de sus
astas y caídos están formados sin que la pluma pierda contacto con el papel. de
modo que ésta dibuja bucles complejos, muy característicos. El espacio entre líneas
suele ser importante y equivale a cua tro cuerpos de letra, estando dicho cuerpo
compuesto aproximadamente por tres anchos de pluma. El ángu lo de escritura se
sitúa alrededor de 45°. Las astas y los caídos de las letras b, d, h, k, /, p y q presentan
un carácter peculiar que marca la personalidad de esta escritura, con sus astas
rizadas, a veces redobladas, y de gran módulo.
3 anchos de pluma.
Plumu de 3 mm. ,, h
,-.... -,
,.-.3
_.-J
_,
·., '.,
fltc:
- 2
1
2 (
s final
·t t"
,,
/ 4
En comparación con la
minúscula, la capital de
este tipo de gótica abarca
aproximadamente 6 anchos
de pluma.
Ampliación de un fragmento del manuscri to
que se reproduce en la página siguiente.
Tito Livio, Histoire romaine, traducción de
Pierre Bersuire, hacia 1475. Manuscrito
caligrafiado en bastarda flamenca.
Las miniaturas son obra de un suceso r de Jean
Fouquet. Formato: 29 x 40 cm. París, Biblioteca
Nacional.
LA GÓTICA BASTARDA
En la segunda mitad del siglo x1v surgió en el norte de Francia y en los Países Bajos
otro tipo de cursiva gótica, más e laborada y cuidada que la littera cursiva Jormata.
Esta nueva escritura se conoce por el nombre de bastarda o Littera bastarda. Pese a
esta denominación, mantiene muchas características de las dos cursivas anteriores,
hasta tal punto que a menudo resulta difícil diferenciar estos tres tipos. Sin
embargo, un estudio atento y riguroso permite distinguirlos sin dejar lugar a dudas.
Señalemos, por otro lado,_que el término (<bastarda» significa que se trata de una
forma intermedia entre la gótica de textura y las diversas góticas cursivas, por lo
que esta denominación no comporta ninguna connotación negativa. La bastarda
desciende de las cursivas puras, pero no ha perdido tanto como ellas su aspecto
l
tranquilo, monumental y muy caligráfico. Podemos encontrar los ejemplos más
perfectos en las páginas de libros. Resaltemos en particular el estilo de la corte de
los duques de Borgoña, conocido como bastarda flamenca y que se utilizó hasta el
siglo xv1. Precisamente en esta época, una bastarda de módulo pequeño, Llamada
letra franc;oise, conoció una popularidad considerable, hasta el punto que en 1557
Robert Granjon de Lyon grabó los punzones para su versión tipográfica.
Fue baubzada como civilité, nombre que proviene probablemente de la obra de
Erasmo La Civilité puérile (La educación infantil), para cuya composición se empleó.
Cabe citar, por último, la existencia, a partir del siglo xtv, de la escritura procesal,
especie de bastarda que se caracteriza por el pequeño tamaño de su cuerpo y la
longitud eminente de sus astas rizadas.
Con la gótica bastarda estamos ante la última creación caligráfica de la Edad
Media. Empieza a anunciarse la reforma humanista y será en Italia, a la sazón rico
centro cultural, donde surgirán los primeros modelos de escritura humanística.
t' f
Como hemos visto, la gótica bastarda es una caligrafía libraría, hábilmente trazada y
muy formal, que prácticamente carece de bucles y de rasgos. Si bien se presenta con
el aspecto de una escritura vertical, a veces ligeramente inclinada a la derecha, no
1; hay que olvidar que la bastarda es, en definitiva, una grafía cursiva. Contrariamente
a la littera cursiva, el interlineado de la bastarda es escaso, equivalente por lo general
a un cuerpo y medio. La altura de la letra es de tres anchos de pluma, lo que confiere
a este alfabeto una cierta robustez. El ángulo de escritura, según la mayoría de los
Geofroy Tory, letTas bastardas procedentes de documentos, parece ser de 40°. Las astas y los caídos son n etamente más cortos y
su obra Champ Fleury. París, 1529. están trazados con sencillez. Sin embargo, sorprende el extremado manierismo de
/\ partir del siglo xv, un vasto movimiento cultural rompe paulatinamente con los
valores medievales ligados al le11dalismo. Se trata del Renacimiento. Este período,
que ve renacer los valores de la An tigiiedad. es vivido por sus contemporáneos como
una verdadera revolución política, económica y cul tural. Nuestros estados modernos
probablemente nacieron en esta época y se mantuvieron permanentemente
afectados por una cnsis económica y una falta de recursos, a causa de la si tuación
de guerra casi constante: la guerra de los Cien Años. la de las Dos Rosas en
Inglaterra y la de los cantones suizos contra los Habsburgo. Además, las hambrunas
causadas por las grandes epidemias fueron un azote cuya magnitud nos es difícil
imaginar. Cabe destacar especialmente la peste bubónica que arrasó Europa entre
1347 y 1349. También en este período el sentimiento nacional como uno de
lo!> rasgos característico& de lns nuevas «naciones». La Iglesia, por su parte, debido
a sus divisiones internas, no !)Lip O mantenerse al margen de Jos nacionalismos
emergentes. Fue así como en 1378. en el momento del Cisma de Occidente, las dos
tendencias rivales se aliaron políticamente con distintos estados. Entre los
partidarios de Clemente VIl , papa en Aviñón, vemos aparecer una coalición formHda
por Francia, Escocja, España y el Reino de Nápoles. En el lado de los «urbanistas »,
fieles al papa de Roma Urbano VI, figuran Inglaterra, BorgOJia, el Imperio, Flandes y
d norte de ltalía. El Cisma de Occidente finaliza en 1417. pero Francia se encuentra
debilitada y desgarrada por las luchas sangrientas entre los arrnañacs y los
borgoñones. Italia, por su parte, no deja de prosperar. Pese a la inestabilidad que allf
reina desde mediado::. del siglo X111, la península italiana ve eclosionar numerosas
obras maestras. Durante dos siglos será la escuela de Europa. Heredera de Roma y Opew voricJ, to liu 1, formato: 25 x
de la cultura helénica, Halia insu na vida nueva al clasicismo antiguo. Este 36 1:111. Florencia, xv. EMe manuscri1o c 11
movim1ento cultural, nacido en la Toscana en el siglo XIV, alcanza su apogeo en el escritura humaníSLica se compone de 252
folios de pergamino. Fue copiado en 1457 por
siglo xv y se extiende por Occidente en el XVI. El fenómeno intelectual y artístico el escriba Ghcrardo del Ciriagio. para Giovanni
que será bautizado como Renacimiento pretende abolir la barbnrie de la Eclacl di Cosimo de Medici. La orla
Ml'cha, romper con la escolástica y reavivar el esplendor de la cultura d ásica. Su formada por un lupido disciio de bianchi giruri
es caracte n s lica tle la iluminacicSn humanis ta
concepto de base es el humanismo. El hombre del Renac.:imicnto, el humanista,
ll ore ntina. La es obra del gran
estuuia los textos antiguos con 11na mirada nueva, libre de cua lquier dogma o Ri ccia rdo di Nnnni, cuyo mérito y
prejuicio. La libre crítica de la razón, la curiosidaJ y el gusto por los valores pc rsona lidaJ no :;iuo c.lescu bierros
hasta hac..: muy poco. El magníhco pclVO real
humanos están omnipresentes.
del margen derecho un,\ obra maestra de la
En un sentido más amplio, el humanismo es un sistema filosófico que coloca al representación auinw les.
hombre en el centro de un universo concebido a su voluntad y para su gloria. Biblioteca N.ICion.ll.
Estamos lejos del ser miserable, prisionero del pecado original. A partir de ahora se
confía en el hombre, a quien se considera como una criatura fecunda, libre, poseedora
de unas facultades intelectuales ilimitadas. La tarea de los educadores consiste en
hacer surgir la inteligencia, forjar espíritus nuevos, hombres completos, y para ello
ponen en práctica unos métodos de enseñanza que aún hoy son considerados
válidos. Erasmo y Montaigne se burlan al mlsmo liempo de la educación medieval.
La elite formada según estos principios, pequeña en número pero considerable por
su competencia, se ilustra en multitud de campos y en particular en las artes
plásticas, disciplinas que mejor simbolizan el espíritu del Renacimiento. El artista
imita la naturaleza y dibuja el cuerpo desnudo del hombre y de la mujer. Para
hacerlo se vaJe de las ciencias anexas: la anatomía, la perspectiva o el número áureo.
El creador goza de un nuevo esta tus, reivindi ca su autonomía y dignidad, habla con
su mecenas de igual a igual y firma su obra. Leonardo da Vinci y Miguel Ángel son
los prototipos más consumados de esos artistas del Renacimiento, verdaderos
hombres orquesta El dominio económico que Italia ejerce sobre Europa, el poder de
sus ciudades, que como Venecia, conservan el monopolio de las especias, permite la
afluencia de encargos y de proyectos fastuosos. El régimen de los príncipes y de las
grant.les familias1 como los Medici, los Visconti, los Este o los Sforza, produce el
fortalecimiento del poder de las ciudades-estado que dominan la península.
TE R·DE·DEO·QVANTVM:ADCAVSA:-
L1 T: T M -I \/S PRIM.A .. .l _·ET
H OC · CIR CA· CA.VSALI T AT EM·TR!-
C .Afv\ Hi\BE- ·B E-
SPE C 'T V· CRE ATVRk· <::S=>
VAE R O pnmo cm:a hor aufahcas ttfpc
ctuomnmm G.luf:tbtltum { ir-m
go t'CÍpttna ommum CluClht!tü l{f'C::e.c hoc dcnu:dlirat?"·
t ta <J' uon poffir dTc n tfi tn trtbu..; <}L non . RJc..n-duf de tt"'tl ttatt lr·
bt u.t tÍ c.tp"- xvt'. St ranturn dl& u na perforu_, adhuc dTt.<: m ca pie
ntntdo port·tH1a""' e'< C'f'tcntt.t": ('tgo JX>fTct- _pn'Ciucrrc cmnc poffibtCc .
fl.I rcu r·.1ct1o rlt fuppoftt1 : tgttu.r plun u tu p?Jfirorü plun-í' -tctlOnC'S :
trtutn n on portfl- dTr un.1 .hiTO nrc u n.t po
raltu. .lcttu.l : ud urw. n :tjxcnt ommmn c-tu &btltum nt
tuf dt potcntu ' Ct uÍ d r .lcetts. p nmo de fonmo, & I[Jl;:ctt
ftcut ce- b:tb& prtnnpwm ad lt:l
., J H XC propofttiO p.t.ttt tn poten tu fcr tftrm:l 1 mrdlr;t;)
t{; u o lttu.u.t 6(..u.t:tbu( e.tn•m : S ed pnnctpaum ._ t"'C\tlomf' dt :-alt9tud
Varias razones explican el renovado interés por la caligrafía que surgió en Bolonia,
Florencia y por toda ltaJia en general. En primer lugar cabe destacar la renovación
tntclectual. que se distingue principalmente por una vuelta a los valores de la
Antigüedad y por una reacción de profundo rechazo hacia el estilo gótico y hacia
toda reminiscencia de la Edad Media. Por otro lado, nuestra fascinación por la fuerza
del arte no debe hacernos subestimar el poder del dinero y de la política: no
olvidemos, por ejemplo, que en 1406 la Florencia de los banqueros y de los
mercaderes tomó la ciudad de Pisa y compró el puerto de Livorno. Además, sin la
profusión de encargos realizados por los mecenas, la caligrafía no habría conocido
tan importante desarrollo.
o
Colonia 1 Praga
O más de l)OO
e Nurernberg e e ntre 500 y 1000 edlcione>
Est r¡sburgo • menos de soo ediciones
1 universitlade.• fundodos a ollc.s ele 1270
1 después de 1:.170
Palencia
Salamanca 1 • Burgo)
1 Valladolid
• Coimbra
.1
Lisboa
Toledo
Mapa que ilustra los gra ndes cenLros ole
impresi6n y su producción entre 1445 y 1500.
Coloni a, París, Venecia y Roma constituyen los
centros de difusión más importantes. También
se indica la fundadón de las universidades en
Europa.
LA DEL 191
cuatrocientos, y fue el copista que ejerció su actividad profesional durante más
tiempo (1417-1456). Su producción asciende a cuarenta y un manuscritos, muchos
de Jos cuales pertenecieron a Cosm e de Medid . En la segunda mitad del siglo xv
tenemos que destacar también al Oorentino Gherardo del Ciriagio, que estuvo en
activo de 1447 a 1472, y a Antonio Sinibaldi, nacido en 1443 y justamente
considerado como el más brillante calígrafo de Florencia. Desde muy pronto empezó
a trabajar al servicio de Fernando de Aragón, rey de Nápoles. Su última obra está
fechada en 1499.
La humanística tipográfica
Es evidente que estas espléndidas páginas sirvieron como modelo para la incipiente
imprenta, de acuerdo con el principio q ue rige la relación caligrafía-tipografía. Jean
Mutville la resume mediante un análisis particularmente esclarecedor: «No puede
separarse la letra tipográfica de la letra escrita. Aquélla deriva de ésta, de la q ue con
frecuencia es incluso una copia fiel, y no solo en creaciones más o menos recientes,
sino también en itálicas muy clásicas, como la de Aldo o la de Claude Garamont. La
caligrafía es y seguirá siendo la mina de oro de la tipografía.•
Gutenberg -el genial falsificador- y sus colegas se nutrie ron pues de esta fuente
de considerable riqueza y se esforzaron en imitar e l estilo de los manuscritos.
De este modo, a partir de 1465 asistimos a la creación de una serie de caracteres
romanos que imitan la escritura humanística.
Al margen de los caracteres góticos que utilizó Gutenberg cuando ultimó su
abcdefghij
invento en 1450, la primera romana o carácter recto inspirado en la humanística fue
obra de Konrad Sweynheim y Arnold Pannartz (Subiaco, 1465). Posteriorme nte
opqrst
aparecieron las tipografías de los hermanos Jean y WendeUn de Espira (Venecia,
1469), y el maraviUoso carácter de Nicolas Jenson , g rabado también en Venecia, que
OPQRSTU
VWXY&Z sirvió para imprimir De Evangelica praeparatione (1470). Resaltemos fin almente e l
tipo de Adolf Rusch, de Estrasburgo. Esta romana, llamada «de la extraña R» está
Certainly the Art fechada e n 1473, mio de impresión del Opus de Universo de Rabanus Maurus.
Apuntemos, no obstante, que ésta es una fecha muy discutida, ya que otra obra del
a3
,.....3 ...... 3
·t·UV'W ,¡Xj!
Escritura humanística recta, según el
esti lo de Hippolyto Lunense, hacia
'475· Nótese la barra oblicua de la e
y los trazos rectos aca bados en curva
específicos de la m y la n.
-2 -2
,,
., (") C. ( (
ABCDEGHLMN
y
a lU1f'
Capitales humanística s, según
Barlolomeo San Vito, que
pueden acompañar la letra
minúscula precedente.
Debajo: algunas humanísticas
de Poggio Bracciolini, creador
de este estilo, Florencia, 1428.
1. Primera romane\ de Sweynheim y Pannartz, 1 aut tton 2 ipfum ec-rum regem in omn1
Sublaco, 14b5.
2. l<omana de los hermanos ]eai! y Wendelín AppoUo, fit corpus eO: omnc fugtendt
de Espira. Hacia 1469.
3· La romana llamada •de la ex traiLa R•, de
nd}tUa.Hí oiñfs pcipuam ft noh lupptter de q:lo &. terra: aut j
Adolf Rusch. hacia 1473 mtmorát.Appollodorus ut' i{h uoluut :qui nequeacorpc
(ampliada ba jo estas líneas).
4· Romana de Nicolas jcnson, De évongelica
uero ená ltgacos Erítbrros a Cena mortales col ere u1deantur: n
praeparatíone. Venecia, 1470. mma Romá taco fateantur . Non ergo adbeatt
R
3 dem Freftarent : fe uefuti de, prouérum Ifrael etiam appella
uoad per eos fteri poífet : pro uirt utis ufú.Iacob eim arhlerá
At1tigonus ea tetnpeíl:ate cum quam appellationé primú ha:b
gra01terq; Ítlgemuít: p ro pietate labores
rtes litteras mífit:quibus Re' f peculationis fruebatbonis :tú
metriÍ apud Seleucú interc:e' premia beatitudinéql ultimam
El modelo del Poliphili fue copiado posteriormente una y otra vez: por .S imon
lORONTI Il de Colines (París, 1532), Claude Garamont (París, 1 545), Christopher van Dijk
Fl NAEI DELP H LN ATlS, (Ámsterdam, 166o), Philippe Grandjean (París, 1690} y Wi lliam Caslon (1720).
REGII No obstante, por la delicadeza de su forma y su aspecto calígráfico, el carácter del
CARVM L VTETIAE
PROFESSORIS, Poliphili sigue siendo uno de los caracteres más bellos jamás grabados.
Circuli, tandem inuen:::
ra & clariffime demonftrara.
La h umanística cursiva
De circuli meníura, & racione circuferencia: ad
diamerrum, Demonllrationes duz.
El período humanístíco se caracteriza por la existencia de dos escrituras: la de
De mulrangularú omniú & regulariú figurarú
deícriptione, Liber hafrenus dc!idcrarus. Poggio Bracciolini, recta y regular, denominada leltera antica formata, que en su
De inuenienda locorum dilferéria, conjunto se inspira en las formas más conseguidas de la carolina, y la escritura
alirer quam per Lunarcscclipfes, criam da to llamada cursiva, cuyo origen parece aún incierto. Los primeros ejemplos de cursiva
quouis rcmpore,Liber admodÍ!rn !ingularis.
o lettera antica corsiva aparecen a partir de 1416. No obstante, este t ipo no se
Planiíphzriurn geographicum,quo tu m
wdinis acq; lacirudin1s d!ffer¿ríz, ru m direébt presenta en sus inicios ni como una verdadera cursiva ni como una cancilJeresca
locorum deprehendum ur dongationes. [cancellarescaJ. En la mayoría de los casos se trata de una escritura ligera, casi recta,
¡e;
( :cunt .uL fít»wm. -,
LVTETIA.E PAR.ISlORVM,
Apud Simonnn Colinrum.
f 4 4· clt{fcdÍu,
Rcgis.
Cum priuilegio
VÍ"rt{rit ll•lncre uirt111. ltruztttm et
h Y e& -u o bu o:mfukre «oiMcr.ttÚ
Página tipografiada por Simon ele Colines,
1544· C/Lárl.Úa k-rdlS 4nim.o ac-
n t«<.tcc ·obttun,;. A. l''tttts 1
oyam dabttu ut;oriü
Arrigh i y la cancilleresca
5 anchos de pluma.
Pluma de 2,5 mm.
an
Esta minuscula
cancillere;ca está tratada
según la escritu ra del
maestro Palatino y de
Francisco l.ucas. La
incli nación de las letra>
es de 9° con respecto a la
vertical.
e¿gmgs
demasiado largo. La segunda y la tercera a son demasiado anchas.
El bucle de la última a no está inclinado correctamente. El ex tremo
superior del asta de la b está mal orientado. la n es demasiado
ancha. Las dos e son demasiado anchas y están mal construidas.
Las dos g están desproporc ionadas y algo des mesurada s. Los dos
espacios entre los trazos rectos acabados en curva de la m son
Ligadura et desiguales. La ses demasiado ancha.
Por otro lado, la anchura c.le la letra equtvale a la mitad de su altura. Segun Artighi,
el ojo es siempre el juez supremo, muy por encima de la geometría, palabra que c5
ajena a su vocabulario. También precisa que todas las letras, a excepción de las
capitales, deben estar inclinadas hacia lc1 derecha en un ángulo de entre 5° y¡<'.
Debe señalarse que si la inclinación es demasiado grande, las letras tienden a la
forma quebrada y el texto se vuelve ilegible. La cancilleresca de Arrighi ofrece un
aspecto construido, mezclado con cierln refinamiento y delicadeza, en cualquit'r caso
mucho más amable que la de Tagliente, demasiado rígida y viril. En definitiva, e:. sin
duda la letra de Vicentino la que con stituye el primer modelo, y puede que también
el más bello.
Grabado rn cxtr:Hd<• rll•l compendio dt' Nacido en 1364, Niccoli era dieciséis años mayor que Poggio. Sin embargo, <Junque
P;¡latino Uhm nuovo r/'impnrare a w·rivPre, conocemos bien los hechos y las gestos de éste (tltimo, desconocemos casi en su
Roma, tc;4o. l« ilttstr<tciun un,t serie
ll'IUI'Slra
totalidad la vida de Niccoli . Intentaremos, no obstante, esbozarla a grandes ra!.gos.
dc que parte de la
paralemalia del c.tlr¡;rafo. pluma, cuchillo, Al igual que Poggio, Niccolí parece que estuvo influido por Salulati, aunque
tijeras, ltr\lcro, espejo y cnmpas. A la curiosamente apenas hace cllusión a ello en sus cartas. Por otra parte, tencmo::.
ILquil'rda ver una pata de liebre, qut abundante correspon dencia de Poggio, Bruni y Traversari, pero prácticamente
,.irve para la de
ninguna de Niccoli. ¿Cómo podemos. pues, identificar con precisión los
manuscritos? Niccoli no aparece como un escriba profesional. No trabajaba ni para
la venta, m para los coleccionblas y, por ello, no firmaba n inguna de sus obras.
Además, se aficionó al papel como materia de escritura y abandonó el pergamino,
por lo que muchos de sus escritos se han deteriorado o destruido con el paso del
tiempo. Sea como fuere, la escritura de Niccolo Niccoli, o al menos la que le ha sido
atribuida, no es una lettera {ormota corno la ele Poggio. Se trata más bien c.le una
letra humanís1ica cursiva teñ ida de reminiscencias góticas, motivo por el cuol se ha
querido ver en Niccoli e l inventor de la curs iva. Éste se vio probableme nte influido
por la lel/era mercrm.lile, una de las escrituras góticas corrientes, vigente por
entonces en 1ocla ltalia. Gracias a una inspiración completamente gtmial, Niccoli
habría llegado así a la cursiva de forma paralela, sin pasar por los estadios
N tl{nmrm'f!)f1'í1tif d}-1
[ nm
\J of1: .dzr: rdd -rn;( éOrrn(/'4-twrrv
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. -"tiAVTl. TR1NVMMV.5 · INC1"P1T. fELJCIITR.
Maestro Palatino
En la coyuntura de esta primera tTutad del siglo xv, extremadamente propicia para la
agitación de las ideas, la construcción de un nuevo orden intelectua l era inminente.
La mayoría de las ccrtidlllnbres se hizo añicos como consecuencia de la Retorma o
de los descubrimientos geográficos y científicos. Finalmente, la toma ele
Constantinopla por parte de Mohamed ll en 1453 consagró este estado de hecho.
Este período, convulso pero creativo, tenía una enorme sed de libros, y la imprenta,
recientemente puesta a punto, se ocuparía de satisfacer esta necesidad. Pero era
necesario saber leer y escribir. De esta otra demanda surge la moda de los libros
concebidos por maestros de escritura que enseñan a escribir todo tipo de letras.
Las primeras obras se editaron en Italia, país muy adelantado con respecto a todas
las demñs naciones de Occidente. Estos volúmenes, ed itados la mayoría de las veces
en octavo, proponían prinripios teóricos acerca del arte de la buena escritura, así
como técnicas el tallado de la pluma y la preparación de la tinta.
Los prefacios y los comentarios SP componían generalmente mediante caracteres
móviles y las láminas de se grababan en madera.
Sin embargo, después de 1550, el bloque de madera cede el sitio al grabado al
buril o talla dulce sobre placas de cohre, procedimiento más apropiado para
reproducir la tlelicadeza ele los perfiles y de los arabescos. La obra de Giuliantonio
Hercolani Essemplnre utiiP di tutte le sorti cli lettere, publicada en 1570, es el primer
ejemplo de esa nueva técnica. En lo:> albores del siglo xvr, los libros de escritura se
publicaban en gran nümero, prueba de una creciente demanda En 1509, apareció
De Divina Proportione, de Luca Pacioli, y en 1514, Theorica et Pratica de Modo
Scribencb, de Sigismonclo fanti. Se trata de tlos tra tados sobre las proporciones de Re11a1o de Gt!rhard Mercalor y una lclnlina
dt• cnncclfarescCI rorsiva de su nbrn Utt'rclfltllt
las letras capitales romanas, claramente inlluidos por las teorías de Leonardo da Lminantm, Amberes. 1 'i40.
Vinci. siguen los libros de Vicentino (1522), Taglientc (1524), Palatino y Mercator
(1540), Vcspasiano Amphiareo y Juan de Yciar (1548), Cresci (l56o) y el de
Augustino da Siena (1573). Algunos de ellos conocieron varias reimpresiones, pero
l¡¡ obra que gozó de mayor éxito fue sin duda la de Palatino: Líhro nuovo d 'imparare
n scrivere (1540). De ella 5e han contabilizado d iez ed1ciunes de las que lcl
úluma (Venecia, 1588) lleva por título Compendio del Gran Volume. Este éxito
constituye una verdadera proeza. La edición de 1545, impresa por /\ntonio Blado y
dedicada al cardenal Ridolfo Pi o da Carpi, comprende 1 t o páginas, de las que 8o
están grabadas en madera. En ella, el autor presenta letras mercantiles de distintas
.-
LA ESCRITURA DE L RENACIMIENTO 20 L
Vesp<hJdnn A1n¡.>luarPo Grabado Pn matler,J
'lllt' la proredt>l11t' d1·
,!Jra OpPra ... Venecia. '554 ·
cunor. Parece que fue, efectivamente, un am¡¡nte impenitente. A este respecto, una
crónica petrarquizantc evoca el curioso emblema de Palatino, grabado como colofón
<.le su libro. En 1560, bajo el efecto de la Contrarreforma, la almusfera en Roma
parece volverse mucho más tensa, y la cancilleresca dejó de de moda. Además,
la llegada de Giovanni Francesco Cresci, calígrnfo milanés, no ayudó a mejnrar la
situación de Palatino. Cresci publicó ese mismo a1"1o su Essemplare di piu sorli
lettere.
Esta obra cayó como una ve1dadera bomba: por primera vez, Cresci presentó
t!Jac "tfJJ9 h k
·'1 la cancellaresca moderna o les1e9iMtn. Fácilmente reconocible, esta escritura se
caracteriza por la cxngerat ión de los extremos superiores Lle las astas, que terminan
en forma de gotas reJondas. Esta particularidad marca el fin de una época, entre el
siglo X"Vt y el inicio del XVII. En lo sucesivo ya no veremos la cancilleresca clásica.
rjs)T
Palatino intentó en Vilno polemizar con Cresci, pero tras algunas peripecia:., su
(m n O)j proyecto de un gran libro sob •e la ca ligrafía 1racasó, lo que le supuso el golpe de
gracia. En efecto, para llevar a cabo su idea de una obra de más de doscientas
páginas, con la que pensaba impresionar al mundo entero, Palatino no encontro ni
mecenas ni apoyo. Profundamente abatido, murió poco después de 1575 en Nápoles.
Hatl pasado más de cuatro siglos dl•sde la publicación del célebre tratado de Palatino
sobre la y nuestra escritura ele Lodos los días, la que hacernos a
a b e d ej j{g l1 t l m '' o bolígrnfo, aún es heredera directa de aquélla. La escritura nmcí ll eresca no ha
perdido por tanto ni un ápice de su juventud. Por ello hemos de conocerla con
detalle siguiendo ,11 v1ejo maestro en sus demostraciones. La altura de cuerpo de la
minúscula cancilleresca equivaJe a cinco anchos de pluma. Debe, por consiguiente,
superponerse cinco veces el ancho de la pluma para establecer su a ltura. La
_(l t t U V -:;' Z
siguiente consideración es qnc las as tas y los caídos deben rebasar la caja de renglón
por arriba y por abajo una medida igual a un cuerpo. Para trazar la cancilleresca, la
punta de la pluma debe formar un ángulo de 45" con respecto a la línea horizontal
Crmrellnn•sru formatn de escntura, y los gruesos descendentes deben formar un ángulo de 8° con la
Claude Mediavilla, 1991. Acuarela sobre papel Raphael Boguslav, Estados Unidos. Logotipo en
japón Mingei. Formato: 39 x 27 cm. Fragmento cancilleresca. La proporción de base de esta
de un poema de Arthur R.imbaud, caligrafiado letra es muy próxima a la de l modelo clásico,
con ocasión del centenario de su muerte. mientras que los arabescos parecen inspirados
Elegante interpretación de la en la inglesa.
cancilleresca en un estilo
muy actual.
í /
•
LOS MAESTROS CALÍGRAFOS ESPAÑOLES
Mientras que el rico período de renovación caligráfica toca a su fin en Italia con la
obra de Cresci, en los Países Bajos y en España se van perfilando movimientos
paralelos. Aunque el renacimiento holandés tiende a eclipsar los trabajos de la
escuela española, éstos resultan ser, en algunos casos, dignos de gran interés.
La cantidad de maestros y su gran ingenio están ahí para atestiguarlo.
Juan de Y ciar
Este vasco nacido en 1522 en Durango, en la provincia de Vizcaya, podría muy bien
ser considerado como el precursor y patriarca de la caligrafía española. Todo nos
hace pensar que entre los vascos, cuyo gusto por la caligrafía es bien conocido, él fue
uno de los más brillantes calígrafos y, con seguridad, el único en haber publicado
antes de 1550 un tratado de escritura de alto nivel, tanto teórico como artístico.
Aunque no conocemos todos los detalles de su primera juventud, podemos fácilmente
imaginar que gozó de una excelente educación, teniendo en cuenta las referencias y
los autores que cita en sus prefacios: Erasmo de Rotterdam, Alejo Vanegas* y Juan
Retra to de Juan de Yciar a la edad de 25 años. Luis Vives, quien, según los cronistas contemporáneos, tuvo una gran influencia
sobre el de su época. Yciar decidió dejar su pequeña ciudad natal
cuando tenía una veintena de años y se instaló en Zaragoza, centro cultural y una
de las cunas de la imprenta española. Allí pudo fundar su propia escuela, en la que
recibió a numerosos alumnos. Paralelamente llevó a cabo investigaciones sobre la
enseñanza y empezó a concebir la creación de un libro de escritura. La consecución
de este proyecto se vio favorecida al trabar amistad con Migue l de Suelves, su
financiero, Esteban de Nájera, su impresor, y Juan de Vingles, el grabador lionés que
realizó sus grabados en madera. La obra se llevó a cabo finalmente en 1548, bajo el
título de Recopilación subtilíssima, cuando Yciar solo contaba veinticinco años. Lo
que era un mero experimento se convirtió en un golpe maestro. En su obra presenta, de
hecho, una gran diversidad de alfabetos, de cancilleresca, de humanística, de capitales
romanas al estilo de Durero y unas asombrosas iniciales iluminadas, sin contar otros
alfabetos, como el griego y el hebreo. Nos quedamos estupefactos al descubrir la riqueza
de estas páginas decoradas o la fascinación de ciertos textos blancos sobre fondo negro.
Huelga añadir que su tratado conoció un éxito rotundo y, en particular, se ganó la
$
admiración del rey Felípe II, que contrató al joven maestro como preceptor de su
hijo. Dos años más tarde, en 1550, apareció la segunda edición de su obra: Arte
subtilíssima... , aunque esta vez recurrió a un impresor nuevo, Pedro Bernuz.
)oincs: Tenemos poca información acerca del resto de su vida. Según los testimonios de
Pedro Díaz Morante, prosiguió sus actividades de calígrafo hasta los cincuenta años
(1573), edad en la que fue ordenado sacerdote en la ciudad de Logroño. Debió, al
parecer, terminar allí sus días apaciblemente.
Una lámina en gótica de suma. procedente de Examinando de cerca los trabajos de Yciar, parece claro que su principal mérito
su obra Arte subtilíssima... Zaragoza, 1548.
consistió en empaparse de las obras de los tres grandes maestros italianos que
acabamos de comentar, y asimilar su sustancia, transponiéndola a su propio país.
cia r evoca una técnica de enseñanza bastante
singular, que probablemente tomó de Vanegas (véase
el Tracrado de Orthographia, Toledo, 1531) y que Pedro Madariaga
consiste en dar al alumno una tablilla de madera, en
la que las letras se han grabado en hueco. Éste
memoriza las formas siguiendo con su pluma los
Este otro vasco nació en Arratia en 1537, en el seno de una buena familia. Siguió
surcos que forman las letras. Este procedimiento se muy pronto los cursos de Y ciar, tras lo cual emprendió un periplo, una especie de
aplicó durante mucho tiempo en España y sin duda
«gira caligráfica por Europa», que le permitió conocer a la mayoría de los maestros
también en otros países, como Alemania. Italia y
Flandes. de España y de Italia. Ya se vislumbra su espíritu teórico, fascinado por el método
·:Otro
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ft!IJ'---¿, hhS uj
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V Ull'X'X')Iryz
Caligrafía contemporánea de John Stevens.
Estados Unidos.
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'Fn1Í' Juras-fó.-cjéreuúz
...... _. - (/ Grabado en madera de Francisco Lucas.
YERBA VO LANT
SC RJPTA MANENT
(.
,.,..../ C. Mediavi ll a y E. van
Slingerland, 1988.
/
Abecedario de cancilleresca.
Acuarela sobre papel Fabriano.
Formato: 46 x so cm.
racional <.¡ue, entre otro:. aspectos. tiene el asombroso objetivo tic enseñar a escribir
en veinte días lo que se aprende generalrnente en cinco años. Madariaga expuso sus
puntos de vista en Honra de escrivanos, obra publicada en 15ó5, que dedicó a Felipe II.
Lo que nos queda de é l hoy día es principalmente su esquema ele construcción de la
letra, basado en el triángulo escaleno, un procedimiento que parece bastante peculiar.
También fue uno de los primeros e n poner de relieve la dimensión psicológica de
cualquier enseñanza.
Francisco Lucas
Nació probablemente hacia 1540 en Sevilla. Sabemos que ejerció una influencia
Jecisiva en España, y parece que también en Europa. Igualmente está adm itido que
fue el creador de la rancilleresca española, escritura que permaneció en uso hasta el
siglo XIX. Enseñó durante algún tiempo en su ciudad natal y después se instaló en
Madrid, donde trabajó en su propia escuela. En su Arte de escrivir (Toledo, 1551)
revela toda su experiencia. Al contrario que otros maestros, no se esfuerza en
presentar un gran número de escrituras, y prefiere estudiar cint:o o seis esUios,
entre ellos la cancilleresca, que ejecuta con tal gracia y delicadeza, que su nombre
quedará unido para siempre a esta creación. Además, es bastante grato constatar
que numerosos calígrafos contemporáneos, particu larmente escandinavos, se han
inspirado en las formas de la cancil leresca de Francisco Lucas, lo que muestra, con
mayor rotundidad si cabe, el genio y la modernidad de este maestro.
Andrés Brun
Andrés Brun nació en 1552 en Zaragoza, ciudad en la que pasó gran parte de su
juventud y de su vida profesional. Suponemos que allí pudo estar en estrecha
relación con Yciar. Su obra sigue siendo muy poco conocida, debido a una razón
técnica bastante simple que tiene que ver esencia lmente con el contenido de sus
libros y con su m étodo de enseñanza. Es necesario saber que las láminas del primer
tratado de Brun. Arte muy provechosa (1583) están formadas por letras blancas sobre
un fondo de color rojo ladrillo. Para practicar, el alumno debe poner w1a hoja
transparente sobre el libro y ejercitarse así en el trazado. Este procedirrúento
John SteVC'II>. Estados U 1991 , extremadamente eficaz perduró, por cierto, hasta el siglo XIX. Desgraciadamente, era
procedcutl' de su obra Caracters with
character. muy habitual que tras aprender el alfabeto, el alumno arrancara la página del libro,
cuyas letras habían sido marcadas o manchadas, por lo que ha sido prácticamente
imposible conservar un ejemplar intacto de este maestro español. En su conjunto, la
obra de Andrés Brun todavía nos fasc ina por su ingenio, por la calidad de su
cancilleresca, muy cercana a la de Lucas, y por e l hecho de haber sido el primer
calígrafo que presentó sus láminas sobre un fondo coloreado.
:laabbcc 6h5zffj.
((Jfm mnnooppyqqgrrzzJ![ss.
Alfabeto de cancilleresca segun Andrés Brun.
ZaTagozn, 1583.
El •Maestro Pedro Díaz. Morante», como él mismo se hacía llamar, nació probablemente
en Andalucía en 1565. No obstante, no publicó su Nueva arte, donde se destierran ...
hasta 16l6, en Madrid. La obra se divide en cuatro partes, la última de las cuales se
editó en 1631. Morante, al contrario que sus colegas, no ofrece una abundancia de
reglas precisas o de proporciones geométricas. Como único método de enseñanza
propone simplemente la imitación de sus trazos de pluma, y en esto parece que
superó a todos sus compatriotas. Díaz Moran te se muestra original por su fantasía,
su espontaneidad y su imaginación. No llega a superar la calidad de Lucas con su
bastarda, ni la de José de Casanova con la redondilla, pero de sus láminas caligráficas
se desprende un encanto indefinible. La letra de ca ncillería que desarrolló se parece
a la que Cresci inauguró en 1560. Debemos señalar que los trabajos de Pedro Díaz
Morante son má!> fácilmente accesibles a los calígrafos consagrados que a los
principiantes, los cuales se verían rápidamente desalentados por tanto virtuosismo.
En los siglos XVII y xvm, España at'Jn cuenta con numerosísimos maestros
calígrafos, demasiados como para poder nombrarlos aquí. Nos limitaremos, sin
embargo, a seilalar algunos de los más representativos, así como la fecha de
publicación de su primera obra: Juan de la Cuesta (1589); José de Casanova (Madrid, Retrato de José de Casanova pub licado en su
165o); Juan de Jerez (Toledo, 1694); el padre Lorenzo Ortiz (1696); Claudia Aznar de Primera parte del Arte de escrivir. Madrid,
165o.
Polanco (Madrid, 1719); don Francisco Javier de Pa lomares (Madrid, 1776); el abad
don Domingo María de Servidori (Reflexiones sobre la verdadera Arte de escrivir... ,
Madrid, 1789), y Torío de la Riva (Arte de escrivir..., Madrid, 1798).
Pocos han sitll) !m, estudios Jeclicados a los tipos ele escri tura de los Países Bajos,
tema que nO) disponemos a abordar a continuación. No obstante, se trata de
un campo fascinante y para el lector supondrá, sin c.lutla, el descubrimiento de
una época desatendida, una de las más brillantes de la caligrafía occidental.
Parac.lójicamente, el s iglo XVII llamcnco y holandés no ha suscitado todavía muchas
publicaciones ni exámenes profundos. En e l mundo anglosajón apenas :.e le hace
alusión. Sin embargo, esta fase histórica es de una riqueza singular, y los diferentes
calígrafos flamencos y neerlandeses que se sucedieron durante Jos siglos XVJ y
xvu llevaron su arte a cumbtes de calidad y virtuosismo pocas veces igualadas.
Si en el stglo xv tue Italia r l país precursor, Flandes y los Países Bajos tomaron
seguidamente el relevo en d iversos de l pensamiento y de las artes. La
llegada ele intelectuales extra n jeros, la existencia de un clima de franca to lerancia y
el enriquecinllen to resultante del incremento de los intercambios comerciaJes fueron
factores decisivos para la renovación de la caligrafía.
No cabe duela de que sin los maestros de escue la neerla ndeses, los Países Bajos
no habrían conocido su siglo de oro de la caligraffa. Efectivamentt', el trabajo
pedagógico desarrollado en Ja eswela primaria, complementario de otras disciplinas
como el francés, el latín o las matemáticas, propició la eclosión de numerosos
Jilttvan dt•n Vcltle. Cc1li¡;rafia sobre papel;
jóvenes talentos. Huelga ins istir aquí sobre la importancia que se otorgó a la formato: 19,5 x J 1 ,e; cm. Este dorumcnto,
enseñanza de la caligrafía. Los de esta política no se hlcieron esperar y, t'scrilo co n pluJil,l ut• gn nso y fén ic,l, es
a partir dd siglo xv tt, podemo::. enumerar una veintena ele calígrafos de muy alto porque la perf'ecdc)n y 1,1
del manuscl"itn tWl
nivel. Lo:. cuarenta y seis libro'> qut• nos han legado evidencian innegablemente re5pecto a la réplic.J grab.1da en En
su talento, aunque el término •libro• posiblemente no sea el más apropiado: más efcc10. aunque en ocilsíoncs l"l grabado ol rt><:t·
bien habri;t que hablar de cuadernos de eJemplos. Estas valiosas obras, algunas Ullil gran nitH.lez, l<'wha 110 tanto lno y ngido
l'or el contrario, el c¡cmplar cilligr¡¡fiado no5
escritas d irectamente a mano y otras grabad11s sobre madera o en l11lla tlulcc,
fascínn por el incrdble virtuosis111o de los
estaban din gidas a aficionado:, aca••dalados na otros maestros menos originales Mnhcscos, la mncluliicic'ln de los perfl le; y
que dt•sec1ban proveerse de excelenle::; modelos. La comparación en tre e l n úmero de reflejos de la tinta. pieza, que muestra
escrituras namcnca; y una italiana, fue
libros en Holanda y el de otros países europeos es significativa: tan <;o)o
etecut.tda al correr dr lil pluma, sin mngun
Italia podía rivalizar entonces en importancia Sin embargo, esta producción empezó retoque. Ám1>t!:'rda1)), híblioteca de la
a disminuir progresivamente a partir de túso. Universidad.
La calidad de los artbtdS neerlandeses era 1econocida por todos los profesionales
extranjeros. Obras originales de Van den Veldc y de otros grandes maestros fueron
copiadas parn servir de modelos en Inglaterra y España. Inglaterra, en pí\rticular,
sentfa una gran admiraci<'>n por los trabajos de estos En 171 4• George
Shellcy todavía escribía: 11EI inmortal jan van den Velcle sigue ocupando el primer
lugar ..
Tras el saqueo de Ambercs a manos de Jos españoles (1576), muchos artist<ts
flamencos huyeron hacia los Países Bajos, lo que explica qul" la de estos
maestros cnlígrafos fueran originarios de Flantles, con la excepción de tres de
ellos: Cornelis Roissens, Lucas Lely Fopsz y Simon de Yries, méÍS conocido por
'5eudón inw ele Frisi us.
los precursores
Los inicios del movimiento caligráfico en Holanda y en el sur de los Países Bajos
marcados por algunos grandes nombres. Gerarc.lus Mercator, nacido en
C.Jiigr.tlia zoo nwrl;'l que· rcp r<'Senta 11 llll leun y Rupelmonde (1512), nos brinda con su Lifemrum Latinarwn uno de los prirneros
que provient' de J¡¡ l)brd de <iimon di' manuales de enseñanza. Esta obra, inspirada en los modelos italianos grabados
Lust-Hojrler SdwijJ konslf', 1610.
sobre mAdPra, fue publicada en Lovaina, en 1540, y hasta 1557 se re;llizaron
1'11gina derechn. grabado procedcntt' del libro
reimpresiones. Mercator proporciona numerosas indicaciones <;obre la forma de
dc· Jan van den Vrldc, Dt•ytsche Exemplllrt'll,
thn. E:sta liiniln01 tlw.trJ la segundé! esrrilura lelra, la utilización del papel, la forma de tajar la pluma, el ángulo de escritura,
fl¡¡menca. etc. Pero no fue el único en in teresarse por la e::.critura: Erasmo ya le había ded icado
una página de sus Colloquiafwniliaria en 1522 y otros humanista::., como Vives
y sobre lodo también se apasionaron por el tema. Éste último. en los
• NaLit.lo y a'em3th>
cn,tobal l'lnmino fue uno de los m.h dos últimos diálogos • L'Écriture el L'Imprimeric• dentro de la obra L(l premiere
!:• andes ma.,,lr,,_ cmpre>Of!''l y humdni'-ld ' drl \o¡¡lo
et In seconde partie des dialogues fram;ois pour les jeunes enfnnts,*• publicada
'"" ln 1570 ••1 cargo d<' orC'Ioctyt>O!Jrof)IIUS
(pnJlol pógralol dd rey 11 de E6pana. llntrl' en AmLeres en 1567, describe la caligrafía y el arte de la imprenta, apor1ando
una caootitl ad {On>fder;tblc de ouras,
numerol!!a:> solucione:. relacionadas con la prckt ica editoria l.
nlgomns obras rnal!slras 1'11 ¡,S)lccitd, ht
llob/ru l'oliglntu do; Arnlwn·s de 1572. El bruselense Clément Perret publicó en 15ú9 \111 lujoso tratado ele excelente
· t:n esta raro"mn v. • in duda, muy antiguu factura, verdadero tesoro caligráfico. Con un formato en folio oblongo y compuesto
Plautino nos otr.. ct una desrripciñn erudita de In
condocoón Je itnpr<'!.Or humanista 1 di! este ohrlo, e11
por treinta y tres páginas de ejemplos en diferentes idiomas, su Exercitatio
ñgu rana c111re los nMS grandes. olphabetica introdujo numerosas innovaciones. destacando el hecho de que todo el
2H
libro -salvo la presentación de !)US laminos, ricamente enmarcadas- está grabado en
cobre. Exceptuando otros dos trabajos reali zados en Alemania (en 1538 y en 1 553),
este calígrafo fu e 11110 de los primeros en utilizar este procedimien lo, lres atios an tes
que el italiano Hcrcolani, veintidós años an tes que Van Monthuizcn de Amberes
y vei nUnueve antes que el francés Jean de Beaugrand. Clément Pcrrct ocupa si n
duda un puesto clave en los preludios de la edad de oro de la caligrafía neerlandesa.
Este eminen te bruselense, del que no sabemos casi nada, editó en 1571, en la casa
Planlino, otro libro de escritura grabado en cobre y dirigido probablemente a las
escuelas.
Si except11amos los libros de Mercator y dE' podemos consta lar que las ubras
publicadtts antes del año 1590 fueron escasas. Aert van Meldert y Pien·e Bally
habían publicado en Leiden, en 1585 y t 5R6 respectivamente, sendos tr"tados
sobre capitales e iniciales, al igual que haria Cornelis Boissens algunos <tños más
larde. No obstante, en 1594· )oclocus Hondius publicó en Ámsterdam su Theatrum
Artis Scnbendi. Tras una trayectoria corno cartógrafo, grabador y fabrican te c.le
instrumentos que lo llevó de Gante a Londres. Hondius se instaló como editor en
Ámsterdam en 1593. Al margen de unas breves instrucciones en latín, su Thelltrum
conti!!tH:! modelos de artistas contemporáneos, autóctonos y foráneos. En él podemos
admirar trn bajos del propio Hond i11s y de su mana )acquemync, as1 como del
ítaliano Curione, del francés de Beauchesne. de los ingleses Ba l€':-. y Martín, de Felix
Van Sambix y de Van den Velde. La5 láminas, grabadas en cobre y t•nmarcadas con
orlal> ricamente decoradas, recuerdan las del ExPrcitatio a/plwbetica de Perret.
El propio Hondius realizó las placas y la!) orla!). Sus páginas no!) muestran diversas
escrituras, así como textos en griego y hebreo. En 1614, dos ai"!O!) después de la
muerte de Hondius, el editor )ansonniu!) de Ámsterdam publicó una mu.•va versión
de esta obra.
Un fenómeno de sociedad que hoy ct1esta imaginar es el increíble in lerés que
suscitaban los concursos de caligrafía. Durante uno de esto;:, certámenes saliervn a
la luz tres grandes artistas. El primero, Felix va n Sambix. nació en /\n•bcrcs hacia
1553- Este maestro calígrafo publicó un libro de capitales e iniciales en 1585. Hast"
Lárn1n,, grabada por lll)nJiHS,
pmtedente dt· obra Ther11rum Artis la fecha COllocemos otras dos obras suyas, ac:;í como algunos ejemplos de su escritura
.\(fl/leodi. l.'i<J4· manuscrita y modelos grabados. Solomon Henrix. natural de Zicnku·c·, obtuvo el
1 OS lllOS
segundo premio. Participó en el Theatrum de Hondius y en otros tratados. Henrix
se instaló en Árnsterdam, donde pasó a ser secretario y notario deJa ciudad. Por su
parte. Cornelis Boissens fue declarado tercero. Este grabador y maestro ele escritura
nació en Enkhuizen, en 1569. Su primera obra se titula Eenen nieuwen A. B. C.
(1592). Dos años más tarde publicó en Ámsterdam, en la casa de Cornelis Claez, su
segundo libro que contiene unas breves instrucciones sobre el trazado de la letra
italiana y algunas recetas para la e laboración de tintas. También ofrece aquí un gran
número de variaciones sobre las siete esc1ituras utilizadas e n Europa. Varios al'i.os
después Boissens se instaló en Leiden, donde enseñó su arte. Al lí publicó en 1616
su última obra, un manual de caligrafía. Boissens, algunos de cuyos retratos nos
sugieren su valor y distinción, ralleció en Leiden en 1635.
j En 1605, cle!>pués de los de Hondius y ele Boissens, Jan van den Velde publicó su
1 primet libro de escritura. Deliciae. Variarum ... Muchos otros títulos v inieron a
continuación, que pronto hadan de él el más grande y más célebre ca lígrafo de los
Países Bajos. Van den Yelde, hijo de un herrador, nació en Arnberes en 1569. Hacia
158S se instaló en Delh, donde tral>ajaban Felix van Sarnbix y Caspar Becq. Una
de sus cartas, fechada en 1588, pnteba que en aquella época traba jó como asistente
del maestro Becq. En 1592 contrajo matrimonio con Mayke Van Bracht, cmiada del
1mpresor Jan van Waesberghe, que era natural de ÁmsterJam y se había instalado
poco tiempo antes en esta ciudad. El mismo al''lo Jan van den Yelde fue nombrado
profesor en la escuela latina de Rotterdam, al tiempo que impartía un curso de
Crancés en su propia casa. En 162o se tras ladó a Haarlem, donde ejerció de docente
hasta S \\ muerte, en 1623. Se ha conservado un buen número de sus trabajos
manuscritos e impresos. Su primer libro consiste en un á lbum en folio oblonso con
41 páginas de caligrafía, firmadas y fechadas (1586} por e l propio maestro. Esta obra,
así como una colección c.lc 30 páginas (1597) y otra de 40 ( 1 598) - todas ellas sin
título- , muestran que su conocimiento de las escritmas había a lcanz;:¡clo una cumbre Relralt> grabado de jan val\ tlen Velde a c<.htd
de prrfección antes incluso de la publjcación de sus Delicíae. En tola! publicó nueve de 36 años. procedent e de su líb ro Spieg/Iel Der
Schrljfkoi!Sle. 1605.
libros. Sin duda el rnas bello y. en cualquier caso, la obra más célebre publicada en
los Pi1íSe::, Bajos, es su obra maestra Spieghel Der Schrijfkonste ... , de 1605.
Este libro, que fue publicado por primera vez en Rotterclam en 16o5, también en
la casa editora de Van Waesberghe, fue reeditado en varias ocasiones y 1raducido
al francés y al latín. Además de la porlatla, con:;ta de tres partes y de cincuenta
y 11ueve a toda página. La primera parte ofrece e jemplos de la gótica
Frisius y su tiempo
y
cu IJ
moderno d1• 1ranccscu Perirc 101!.
Lam1n;1 gmb;ula por Simon de Vries.
Sus ant·criores trabajos pru·binus tan solo muestran ejemplos de escritura ilali<ma,
pero con su Lusthof. Frísius ofrece verdaderamente un estudio sobre la caligraf'ía
n('crlandesa. Final men te, en 1 61 1, se instaló en La Haya donde su oficio de grabador
lo hit.o célebre. Murió en 1628.
En 161 6 Frisius grabó la obra titulada o.ft'Pac hli)'S der..., del maestro
de escrit·ura David Roelands, apodado gran Rolando». También originario de
Ambcres, donde nació hacia 1572, Roelamls enseñó primero en Goes y después se
estableció en Flessinga, donde ejerció como profesor de francés, editor y librero. El
6 de diciembre de 1(116 los Estados Generales le concedieron un privilegio para su
T'Mayuzin ..., que incluye cuarenta y tres páginas de modelns. una gran variedad de
escrituras y numerosas orlas caligrafiadas.
En Rollerdam destaca Maria Stricl-., autora de cuatro libros. Nacida en Den Bosch
en 1577, era la hija del maestro Caspar Becq. felix van Sambix y Jan van den Velde
David Rot•lélnds,llamado •el la iniciaron en los misterios del arte caligráfico. Tras la muerte ele su padre publicó
1IJ1Ú. un primer libro, Tounee[ Der loflijcke schriifpen... (1607). cuyo grabado realizó
su marido. En 161 t salió su Christelyken A.B.C. y siete aftas más tarde Sclwt ofi
Voorbeelt ende..., del que solo se ha conservado la tercera edición. Su (¡Jtimo libro,
Fonteyne des Levens, data de 1624. Cabe también destacar que Maria Slrick obtuvo
el SC:\gu ndo premio en un concurso de La Haya, en 1620.
l20
Caligrafía incl uida c11 otro de sus libros,
Fonteyne des levens, Lú2<J..
Georges de Carpentier
abajo, en Jirección a la punta, de forma que la hoja no esté a 90° sino inclinada
a 45". Una vez hecho es to, ponga la cuchilla a 90° y acorte la punta ligeramente,
afinando sus dos lados para que no quede ninguna aspereza y dejando la esquina
derecha un poco más corta y estrecha que la izquierda. Digo un poco más corta
porque la pluma se su jeta inclinada hacia la derecha, y un poco más estrecha porque
así la tinta fluye mejor de la pluma. Habiendo indicado la forma de tajar una pluma,
hay que saber además que existen tres clases de plumas. La primera tiene la punta
igualada, es decir, las dos esquinas son de la misma longitud. La segunda, con la
punta un poco más larga del lado derecho, me sirve para escribir las letras inclinadas
hacia atrás: la alemana y la flamenca, y la tercera, cuya punta izquierda es más larga,
se utiliza para escribir itálica y letra española.»
• Hay aún otro tipo de pluma, cuyas dos esquinas de la punta redondeo muy
ligeramente y que uso para escribir la letra recta corriente. Así dispuesta, la pluma
queda mejor preparada para ser manejada con soltura por todos sus lados ya que,
como suele decirse, «¡todo lo que es redondo rueda mejor!» También utilizo esta
pluma para hacer mis trazos,* pero como le cuesta más hacer un trazo robusto
que hacer una s imple letra, la escojo con un cañón más rígido y le hago la punta y la
hendidura un poco más largas para que la tinta salga por trazos y con mayor fluidez.
Y para impedir que por algún traqueteo disperse la tinta por doquier, la sostengo un
poco inclinada, como un barco que navega suavemente por el mar, pues de querer
llevarla del lado derecho hacia arriba, difícilmente podremos evitar que se enganche
la punta y que suelte muchas mancl1as que ensombrezcan la nitidez y el candor • Van den Velde ent iende aqu r por trazos lo•
arabéscos y los trazos decorativos de gran
de sus trazos. En estos trazos hay que ejercitarse a menudo para ser diestro y muy envergadura.
versado, ya que éste es el efecto mas raro y admirable de la pluma, por el que un
maestro calígrafo puede alc::tnzar honor y reputación. Y para exponer con más
detalle rni modo de hacer, tanto a aficionados como a prácticos, les manifestaré
además el siguiente punto: cuando quiero mostrar mi habilidad en el manejo de
la pluma, para formar algunos trazo:. :>obre una hoja de papel de extraordinario
tamaño escojo un cañón entre los más rígidos de mi plumier y pongo un rato la
punta en un poco de agua, o en mi tintero para estar más presto, para así empaparla
un pnco y dejarla más flexib le. De este modo deja manejar por la mano con
mayor soltura y es todavÍ\1 más apta para llevar los trazos a buen t·érmino. Para
hacer mis trazos aún más limpios y nítidos uso una tin!a muy fluida y que corra
bien; también escojo un papel bien satinado y liso para que la pluma se deslice con
mayor ligereza. Si la tmta fluye demasiado líquida, pongo un trozo de goma en mi
0 tintero para moderada y hacer que la escritura sea más lenta.11
Cómo preparar una buena tinta negra: «Tome tres pintas de vino y un cuarto de
libra de nuez de aga lla.* Kompa las nueces en cuatro o cinco trozos cada una y
p6ngalas en el vino. Déjclas reposar en remojo durante seis semanas, removiéndnlas
lqu•valenna,· 1 p1nta 0,567 litr11; un .:11unn d<• tres o cuatro veces al día; acto seguido, añada un cuarto tle libra de sal de cobre *"'y
libra : lOO grdmO> 1 OllLol 30 gr
remueva una o dos veces por día durante tres semanas. Filtre la mezcla a través de
Con t<Sii" término Van den Velde se
'"!lato dP cobrt· o vhflr•lo azul. un paño y añada cinco onzas de goma. Finalmenle, remueva duranle ocho
22+
}J(Ira preparar una tinW rcípida: otTome la misma cantidad de nuez de agalla que
en la receta anterior y párta la de tguaJ forma; añada las trefi pintas de vino. Póngalo
todo a fuego lento hasta que hierva ligeramente, si n dejar <Jc remover, hasta q ue una
t(!rcera parte de la mezcla se haya evaporado por efecto del calor. Sáquela del fuego
y ariada un cuarto de librél de sal Je cobre m ien1ra::. está todavía tibia. Remueva un
poco méls y déjela reposar ha1.ta el día 5iguiente. Coja un tarro y filtre en él la mezcla
a través de un paño. A1iada por fin la goma, y la tinta estaréi casi lista para ser
utilizada •
Para preparar tinta roj(l bermelfón: bermellón con un poco de agua
ltmpia hasta que se ponga amarillento; colóquelo sobre un trozo de tiza para que
pierda el exceso de humedad. Cuando este polvo de bermellón esté sufic ientemente furm¡¡ de sujet ar la pl11 ma • para escribir
seco, métalo en una caja. Cuando desee utilizarlo, tome tanto como q uier;;t y mézclelo la IE"t ra itálica•, segu n Ja n V<lll den Velde,
procedente de Spieghel der Schrijf-Konste.
con clara de huevo hasta que espese cuanto se desee. Déjelo luego secar a l sol dentro Rolle• da m, 1605.
de un vaso, tras lo cual ponerlo otra vez en una caja añadiendo un poco de
agua y clara de huevo. Y si aparecen burbujas, añada cera tle sus orejas
Para preparar tinta dorada: ,Tome sal de amonjaco y agua de goma bastan te
espesa y tritúrela hasta obtener una mezcla blanca. Triture un pan de oro durante
más de \lna hora y ponga la mezcla en una copa de vidrio con agua de lluvia pura y
tibia. Remuévalo todo y déjelo reposar. Cuando e l oro se hayn posado en el tondo
de la copa, quite el agua y añada más, varins veces, hasta q ue la grasa haya
desaparecido. Deje secar el oro así obtenido y cuando desee uti lizarlo, mézclelo
con un poco de goma muy diluida.•
Para preparar tinta blanca: «Triture albayalde o cerusa con agua de goma fuerte.
El carbonato de plomo mezclado con clara de huevo produce también un efecto
agradable.•
Pura escribir en blanco tiTILa blanca: • Mezcle una yema de huevo con un poco
de agua. Escriba con esta mezcla. Luego, cuando todo esté seco, pinte el papel de
negro. Tras el secado, quite la yema de huevo con un raspador y aparecerán las letras
El barniz para escrihir: •rome cáscaras de huevo. Límpie las y retire la m embrana
in tenor. Triture los pedazos en un mortero hasta obtener un polvo fino y páselo por
lln tamiz. Al mismo tiempo, coja resina. tritúrela y tamice de F1uevo. Deberá mezclar
dos medidas del polvo de cáscara por una de resina. Seguidamente espolvoree
la de la hoja con la mixtura así obtenida; de esta forma conseguirá un
c;oporte para la escritura muy liso y agradable.»
Pom preparar la clara de huevo: «Bata la clara de un huevo a punto ele nieve.
Si inclinamos eJ vaso que la con tiene, la darél montada no debe flu ir. Deje reposar
después esta espuma durante 11 11 día o un a noche y se convertirá e n un l(qu ido
claro como el agua. De esta forma podrá obtener lo que llamamos clara de huevo.
Es recomendable utilizarla mientras el huevo aún esté fresco.» Diagrama ilustrativo de los diversos trazos de
Recordemos, a modo de conclusión, que este breve ensayo constituye un recorrido pluma, David Roelauds, 1 ó 16.
ideal a traves JeJ siglo ele oro de la caligrafía flamenca, un período artístico de
mclellnible encanto que hemos visto nacer, alcanzar su plenitud, y que hoy día
parece remoto. Efectivamente, se extinguió con el siglo XVII en la contemplación
de una belleza irreal, barroca y refinada. Quizá sea en su exacerbado lirismo donde
res1da la grandeza de este arte del que hemos anali zado los aspectos más d iversos y
que, tras haberse extendidCJ por Europa. sigue insp irando obras no tables. El saber de
Véln den Velde se man1iene vigente y la herencia de los maestros flamencos todavía
representa un tesoro de tormas inagotables, una fuente de inspiración de la que la
ca l1grafía contemporánea puede beber a placer.
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LOS MAESTR_OS
DE LOS SIGLOS
XVII Y XVIII
Lollts Barbedor, el más eminente calígrafo del reinadu de Luis XI V, fue objeto de
gran admiración e inspiró el respeto de sus sucesores, y Fijó durante décadas las
reglas de la financiere y Je la bastarda italiana. Hijo de ca lígra fo, el propio Barbedor
ingresó como maestro en el seno del g remio el 1C1 de agosto de 1609. Cuando,
mediante un dictamen del Parlamento de París, se decitlió en 1632 imponer un
modelo de letra redonda, fue Barbedor, a la sazón sínd1co de la comunidad de
maestros calígrafos, el encargado de llevar a t:abo dicha tarea. En el siglo xvw la
caligrafía se perfila como una evolución lógica de los modelos del siglo anteri01 ,
aunque en lo sucesivo la escritura adqui rió un carácter marcadamente utilitari o.
El hombre del siglo XVIII mostraba un gran empeño en adq uirir una bella escritura
de •cl(•rigo,, que le permitiera el acceso a profesiones libe ra les o administrativas.
No había ning(m atisbo de ambición artística en su proceder. Sin embargo, nos s igue
fasci nantlo el a lto grado de h abilidad y maestría ante lo que hoy consideramos un
arte olvidado que deja entrever toda la psicología de una época. En este capítulo
abordaremos las tres escrituras francesas corrientes empleadas en el siglo XVIII:
la redonda, la bastarda y la co11lée. Cada una de ellas se divide en cinco tipos que Retrillo de Louis Barbed01, 1589· 1670.
aparecen catalogados en la gran Enciclopedia por el maestro Paillasson, e:xperto
e!>critor jurado. En vísperas de la Revolución, Paillasson expone claramente los
principios de la ca lig rafía que regirán los usos hasta e l Anal de l siglo x1x. Seguiremos
ele cerca su explicación del arte de l bien escribir, tan complementario durante el
Siglo ele las Luces de l arte d e l bien pensar. Finalmente, a lo largo de la segunda parte
del capítulo abordaremos la escritura inglesa desde el s iglo xv111 has ta el xx.
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Capitales de letra redonda
caligrafiadas con pluma metálica.
La M, la N, la Q y la V tan solo
abarcan dos cuerpos y medio.
Descripción de la escritura redonda
En eJ ámbito de la caligrafía todo l>e mide por cuerpos y anchos de pluma. La belleza
y elegancia del conjunto de le l ras dependen del respeto y de la precisión de t!Stas
medidas. La altura del cuerpo de la redonda es de cuatro anchos de pluma para
minúscula!> como i, a y o, que constituyen la base de las demás. Las astas sobre::.alen
por arriba un cuerpo y un ancho de phuna, con la excepción de las letra::. d, s, t y
z, cuyas astas sobre::.alen solo medio cuerpo, sin contar las cabezas de la e y de la
s quebrada, que solamente sobrl'sa len un ancho de pluma. Por Jo que SE' refierl" al
rebasamiento inferior de los caído::, y de las colas, optaremos por la medida de un
cu erpo y medio. Pero cxcJuiremo::. de esta norma camón las partes finales curvnclas
de la h y de la n fina l, que tan solo tienen un cuerpo. La redonda se presenta como
una escritura recta cuyas lt>tras se inscriben en un cuadrado. El ángulo de escrituro
es aproximadamente de 3d' Hemos de sei1alar, además, que al igual que en n1t1chos
a lfabetos, la redonda cuenta con formas de letras iniciales, intermedias y hncllt':.,
es decir, signo:. que 5C utilitan <·n principio, en mitad y en final de palabra. es
una valiosa aclaración si liene en cuenta que no hay nada tan torpe como una
letra mal colocada, sobre todo en un título escrito con caracteres de gran tamaf10.
Las mayúsculas de la letra redonda son denominadas letras moyores y su cuerpo
equivale aproximadamente al triple del de las minúsculas. Hay que exceptuar la
letra M, que tiene una altura de dos cuerpos y un and1o de pluma, así como la A y la
X, que solo miden do::. cuerpos. Ln:. mayúsculas se trazan con un movimie nto libre
de los dedos, deslizando el antebrazo ::.obre la mesa. Algunas veces, con d correr de
la pluma, estas letras se trazan incluso con mayor libertad, en cuyo caso, el raltgralo
debe probar su destreza y su bt1en gusto. Por último, es aconsejable practicar la
escritura de letras ligadas en s ituación, es decir, en un contexto real.
Las redondas son de cinco tipos, diferenciados generalmente por la altu ra de cuerpo
o por la cursiv idad más o menos pronunciada.
1. La redonda grande es la primera se enseña a los alumnos para aprender a
escribir. El gran tamaño de su cuerpo (de 5 a 12 mm) permite que las formas se capten
con claridad y que los dedos adquieran precisión. Es la base de todas las demás escrituras.
Se deben separar las palabras con un espacio de dos cuerpos y mantener un interlineado
de cuatro cuerpos, y cada cuerpo debe presentar una altura de cuatro anchos de pluma.
Lo5 cmLn ttpol> c.lc redonda. Detalle de una De esta forma las cabezas y las colas pueden colocarse sin que se estorben entre sí.
l.imio.l grab<Jda df'l ensayo Ll\rt d'écrire, 2. La redonda mediurw se emplea habitualmente en los subtítulos. La distancia
de Paillasl>on, incluido en la Encrdopedia
(1?46 1766).
entre líneas, al igual que en la grande, es de cuatro cuerpos.
3· La redonda pequeña se escribe pausadamente. Es sumamente difícil lucirse con
esta escritura porque es más difícil controlar los efectos de la pluma que en el caso
de las dos redondas precedentes. La distancia entre líneas equivale a cinco cuerpos,
ya que a medtda que se reduce la escritura cobran mayor importancia las capitales y
los arabescos.
4· El cuarto modelo proviene ele la forma de la redonda pequeña y se denomina
financiere. Se escribe mucho más deprisa y se asemeja un poco a la cou/ée, a la que
sirve de modelo. Estas dos escrj luras solo se diferencian en que la primera es recta
y gruesa, mientras que la segunda es inclinada y fina. Cuando este cuarto tipo de
redonda se hace más grande y suelto, se obtiene la letra «grande de procurauon. Para
la financiere La p luma se mantiene más abierta y el brazo menos apoyado sobre la
mesa que para la redonda pequeña. La distancia entre renglones es de cinco cuerpos.
LA BASTARDA
En el siglo XVII se conocía esta escri tura con la apelación de «bastarda italiana», por
haber sido aprendida de los italianos la caligrafía de esta letra. Constituye, en cierta
medicla, una evolución de la cancellaresca moderna y muy bien hubiera podido ser
calificada como «letra En cualquier caso, debemos su popularización a
Lucas Materot, tanto por su legibilidad como por la facilidad de sus ligaduras.
La bastarda sustituyó progresivamente a las letras cursivas góticas y, finalmente,
alcanzó su carta de naturaleza bajo la influencia de maestros calígrafos como
Barbedor, Senault, Petré, Limosin y Nicolas Lesgret.
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y se utiliza sobre todo e n títulos, en cuyo caso esta gran bastarda, tambié n llamada
«titular», se caracteriza por la sencillez de sus trazos. El interlineado es habitualment e
de tres cuerpos. La práctica de estos caracteres constituye un excelen te ejercicio para
adiestrar la mano y captar la exactitud de las inclinaciones.
2. La letra que se denomina mediana se utiliza generalmente para los subtítulos.
La distancia entre palabras es en este caso de dos cuerpos y el inte rlineado de tres.
Pese a esta modesta separación entre renglones, el rebasamiento de las cabezas y de
las colas no presenta n inguna dificultad s i se respetan rigurosame nte las medidas
de las letras, cosa que no s ie mpre sucede con las otras escrituras, en las que puede
moverse la mano con mayor libertad.
tL
variar, pero generalmente comprende tres cuerpos. A menudo las capitales son
romanas. doradas y Las cabezas sobresalen un cuerpo y las colas
un cuerpo y medio. Este tipo de escritura constituye un deleite para la vista pero
difícil de mantener y de dominar. Requiere siemrre una mano ligera y una
ejecución brill ante.
awnon<f /:ot/o ur.J
exceptuando lady la L, que solo abarcan med io cuerpo. LB lo ng itutl d e las colas ton
solo es de un cuerpo y medio, aunque p uede ser mayor cuando la naturaleza del
manuscrito así lo permite. El ángulo de escritura es de 20°, y reiteram os que és te
no debe confundirse con la inclinación de la propia letra. Al igual que la redonda,
la cou/ée cuenta con letras dr posición inicial, intermedia y final. Por último, en
comparación con otra!> escnturas, para la co111ée la pluma se mantiene más inclinada
entre lo::. dedos.
La letra coulée mayú!.culn mide tres cuerpos de altura. No obstante, hay que
señalar que la segunda M y lu )'solo miden dos cuerpos. Las colas de las
solo sohresalen un cuerpo y medio. Este alfabeto se escribe con movi m ien tos vivos
y rápidos, dejando que el antebrazo se deslice c6modamen tc sobre la mesa para
racili tar la Hexión y la l'XIensión de Jos deJos.
Al igua l que las escrituras precedentes. la coulée se divide. en cinco tipos. Aunque
esta escritura fue la más aprecíada gracias a la rapidez de su ejecución, en ocasiones
dicha celeridad la hace menos legible. lo cual acaba cansando la vista.
1.La gran coulée permite adquirir cierta libertad que, no obstante, solo se logra a
costa de un largo trabajo. Como ya hemos indicado, la pluma debe permanecer más
abierta y se sujera más inclinada en lre los dedos. El inte rlineado es generalmente <.le
cuatro cuerpos y de seis cuando la escritura se adorna con rasgos.
2. La principal caracterísl.ica de la coulée mediana es su rapidez. Asimismo, se
enlazan todas las palabras siempre que sea posible, sin a lterar las formas .
La sepa ración entre líneas sigue siendo de cuatro cuerpos.
3· En la pequeña coulée sen tada y corriente, la separación entre líneas es de cinco
U0 lúf /:t;¡ cuerpos. Este tipo de coulée debe ejecutarse con sumo cuidado, pues de e lla depende
la coulée financiere. Es evidente que cuanto más se practique esta pequeña coulée,
mejores serán los resultados en la realizadón del siguiente tipo. El dominio de esta
letra excluye ante todo la proliferación de defectos y de fantasías inoportunas.
4· El cuarto tipo de coulée, ampliamente utilizado en las oficinas, es la llamada
coulée financiere Debe ser larga y ligera y todas sus palabras y caracteres deben
quedar ligados en tre sí. La distancia entre líneas es de tres cuerpos. Las cabezas y
- ..., fu v la, {]U/,Utú. las colas solo miden un cuerpo.
S· El quinto tipo de cursiva es el llamado minute o tipo rápido. Existe un tipo
que se denomina minute sentada, reservado para los trabajos de mas bella [actura,
y otro conocido como minute tirac/(1, empleado en escritos que exigen gran rapidez.
Todos estos casos requieren cabezas y colas bastante largas y bien perfiladas. Su
interlineado es de seis cuerpos.
LA LETRA lNGLESA
Edward Cockcr y Charles Snell, este tipo de escritura alcanzó su forma clásica y
se implanto en Europa antes de ser adoptada en el siglo xtx por Estados Unidos,
donde experimentó un tratamiento aún más cursivo con el método de foseph
Carstatrs jt8L4). Finalmente, en el siglo xx, gracias a su carácter ornamental y a
sus innegables cualidades decorativas, aparece profusamente en las creaciones
publici !arias.
Lucas Materot y los orígenes de la letra inglesa Detalle del fron tispicio t.le su obra Les CEuvres
(¡(JoS), compuesta t.le cuarenta y ochtJ laminas
Amanuense de la Cancilleria PapaJ de Aviñón, eJ borgoñés Materot fue grabadas.
el último gran maestro que practicó a la perfección la escritura italiana. En su
magnífico tratado de 1608 Les CEeuvres ..., publicado en /\viñ6n y cletlicado a
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Universidad.
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La escuela holandesa aún era dominante a principios del siglo xvw gracias al
indiscutible virtuosismo de sus calígrafos, imitados y admirados en toda Europa.
En el primer lugar hay que situar a Gérard Mercator, que también era cartógrafo, y
a su alumno Jodocus Hondius. La larga estancia de és te último en Londres, de 1583
a 1593, le permitió hacer de enlace entre la escuela neerlandesa y los maestros
ingleses, como muestra el hecho de que en su Thealrum flrtis Scribendi (Amberes,
1594) podamos admirar páginas del inglés Peter Ba les y del neerlandés jan van
den Velde, que gozaba además de gran prestigio entre los caligrafos del otro lado
Tintero, pluma y sello 1:'11 bronce esmaltado tlel canal de la Mancha. Un cons iderable número de estilos de escritura y de
.ti gusto orientalista. del siglo xrx. arabescos de éste último fueron copiados por sus colegas londinenses. Holanda,
Colecci6n del autor.
pueblo de marinos y de comerciantes eficaces y prácticos, consolidó muy temprano
mí1lt iples relaciones e intercambios, tanto en Europa como en el mundo entero.
En consecuenda, pronto se vieron obligados a practicar las escrituras de sus socios
económicos.
El propio Van den Velde se presenta como maestro de escritura y de francés
y conoce perfectamente los trabajos de Pi erre llarnon ( 1561 ), jean de Beaugrand
(1597), Le Gangneur (1599) y Materot (1608). El creciente interés por la escritura
utilitaria se confirmó también en los demás países europeos. Cuando los calígrafos
londinenses se instalaban por cuenta propia se dirigían obviamente a los ricos
comerciantes holandeses, que podían ofrecerles abundante trabajo por la posición
dominante de su marina mercante. Ésta fue una de las razones por las que los
ingleses imitaron la escritura holandesa. Finalmente, debemos recordar que a l
término del reinado de Carlos Il se instalaron en Londres maestros holant.leses
como Lely y Kneller.
De cualquier modo, el Mercan ti le Act de Oliver Cromwe.ll ( 1 ós 1) asestó el golpe
final al poderío comercial de Holanda. Este decreto estipulaba que todo cargamento
con dest ino a Inglaterra debía ser transportado por navíos ingleses. A partir de
este momento la marina inglesa conoció un desarrollo consit.lerable, hasta llegar a
superar el de la vecina Holanda, y al m ismo tiempo la profesión de escribano se
convirtió en una funci6n clave e indispensable.
En el siglo XVI las obras de los maestros italianos Tagliente y Palatino gustaban a
uart!Tn,l>vilh i1 ""efrJ "'""', fcrfJKV [{;,.re_, todo el mundo, tanto en Inglaterra como en el continente. Habrá que esperar hasta
jf!j,.tr> {;, C,,,';;;,,,..f,II[CJ n•t
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el año 1571 para ver el nacimiento del primer tratado de escritura en Inglaterra:
A Booke containing divers Sortes of Hands, ... Esta obra grabada en madera de Jehan
"" far/f'"'"{!!!;.fl de Beauchesne y de John Baildon, es Ja versión inglesa de Thresor d'escripture,...
J.13.G'rfj· e.'F.§.1l:f'l(<JK. editada en París en 1550. Beauchesne nació en París, en el seno de una familia de
'J{ O. rf f!:. \_ s· T. cw X.lft libreros. Su aprendizaje fue rápido, probablemente con los maestros t.le escritura
Jacques tle la Rue y Pierre Hamon. Por ser hugonote decidió expatriarse en su
lt•an de Bt!aurhesne, pagina fHOCf•denle rle .su juventud hacia horizontes más clementes y en 1565 se instaló en Londres, de modo
manual A Buoke contuining clivers Surtes of que esta primera obra de transición fue fruto de una colaboración franco-británica.
Hrtnds. Londres, LS7 J.
Fue editada por Thomas Vautrouil li er, impresor parisino exilado en Londres.
Peter BaJes
Richard Geth.ing
Edward Cocker
Peter Cery
Desconocemos casi todos los detalles de la vida de Peter Gery, salvo que fue alumno
de Richard Gething en la época en que éste regentó una escuela e n Fetter Lane.
Según los cronis tas ingleses es muy probable que Gery dirigiera también su prop1a
escuela en Fleet StreeL Una de las pocas obras que nos ha dejado se titula GPrii Viri
in Arte ScriptoriCl... (1666). La fecha de su muerte se s itúa generalme nte antes de 1699.
con formu dP harw hc<ho a plum¡¡ po1 Hasta aquí hemos abordado (tnicamente los precursores ingleses que practicaron, <'11
EcJwarcl Cocker ( 16 3 1 1 ú76) su con junto, una escritura in·lluida por la cancelloresca modem(l italiana. Pero con
la llegada de calígrafos como )ohn Ayres y Charles Snell se concretó el trazado de
la letra inglesa clásica, que aún hoy sirve como modelo de referencia. Ellos fueron
los primeros que introdujeron e n Inglaterra la letra bastarda italiana, y que se
inspiraron ampliamente en Lucas Materot y en lo!> maestros neerlandeses. Sobre
esta cuestión, e l calígrafo Robcrt More escribió en el prefacio de su Compendíous
Essay on the Firstlnvention of Writing ( t710): «E ntonces el inrnortal Van den Vcldc
obsequió a l mundo sus incomparables trabajos, e n los que cada una de sus líneas
produce en las personas de en tendimiento una admiración mezclada de pavor
religioso y una sensación plena de exquisitez. Tuvo por contemporáneos a Matero!
1-irmJ tic Pclcr Gery el Magnífico y al célebre Roelands. •
John Ayres
John Ayres está consirlerado corno uno de los mejores maestros calígrafos de su RetraiO del coroncljohn Ayres procedente de
tiempo. Estudió con Thomas Topham en la época en que éste enseñaba en Fetter su ob ra 11 Tulor Jo Penmcmship, 1698.
Lane. Muy pronto entró al servicio de sir William Ashurt, que le ayudó mucho a
completar su educación y a quien Ayres le dedicó su primera ohra, Arithmetíc.
Hacia 1698 publicó su ensayo más importante: A Tutor to Penmanship. Se desconoce
la fecha exacta de su muerte, pero podríamos situarla entre 1704 y 1709. Al final
de su vida, y a diferencia de muchos de sus colegas, la renta de Ayres era muy
respetable para alguien de su condición. Subrayemos fina lmente que, según él
mismo, e l gusto por la «bella escritura • se debió a la introducción y difusión del
grabado sobre cobre, técnica más flexible y fiel que la del tradicional grabado sobre
madera, que siempre ha sido vista con recelo por los calígrafos.
Charles Snell
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Jean-Pierre Poujade, escritura en letra inglesa
sobre papel. Formato del origi nal: 25 x 15 cm.
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Página anterior: alfabeto de capital inglesa
trazado con pluma de ave. Formato: 25 x
40 cm. Cada cap ital m ide 3,2 cm de altura.
Estos tres e jemplares son de la mano del
calígrafo Jean-Pierre Pou jade ( t8t8-1869),
que estudió en Toulouse bajo la direcc ión del
gran maes tro Toussaint Médan. Tras haber
desempeñado diferentes cargos, su carrera se
consagró en 1884 al ser nombrado secretario
calígrafo de Luis-Felipe. Esta profesión se
reglamentó solamente a partir de 1569, año
en el que Pierre Hamon, pri mer maes tro de
escritura de Carlos IX, fue ahorcado por haber
falsificado la firma del rey a favor de sus
corre ligionarios hugonotes. Para evitar que
sucediera otro hecho similar, Carlos IX creó
//11/1/// /r J'///11/Ó/' //r/.//
el año siguiente la Communauté des experts
;urés écrivains vérificateurs (Com unidad de
expe rtos jurados escribanos verificadores),
!///7//1 /;¡ ////; ,/ //////. // //
con un síndico a la cabeza. En 1762 fue
instituida la Académie roya/e d'écriture (Real /I/ // J/ / / //// . ////./ / / / 1
Academia de Escritura), que sobrevivió hasta
///1-¡/h./
1789 y fue reemplazada en 1791 por la Société
académique d'écriture (Sociedad Académica //1/4¡ : /.1 -11/1
/17/j/,_/
de Escritura) que, según parece, dejó de
existir hacia 1804. Hoy día la situación ha
cambi ado y una persona emprend edora puede
perfectamente autoproclamarse •calfgrafo•,
/1//Í)t/./ /'i
organizar con ferencias o cursos, sin atenerse a
un nivel de conocimientos, aun estando lejos //// / / / / / 1 / / / ' //////Í' . .1/ / / / ' -.......___..
de satisfacer los requisitos mínimos para poder
atribuirse dicho título.
//;:/'// // .
-
Texto en letra inglesa de Jean-Pierre Poujade,
decorado con numerosos arabescos. Formato:
25 x 40 cm.
UnidoJ\, 1CJI3+
lrl\ ilal'iún d" hod.1 caligr.dt.ltlil t•n l!•lra ingle;...
.l-15
Claudt• Mediavilla. 1982. Caligrafía para
una galería de arte. Ejemplo de l<•tra
<ldornJda de arabescos muy daburados.
l:'tígi11a derecha: Els Baekelanut, 19M Hacia el año t8oo la tradición barroca del trazado de la letra inglesa, con sus astas
Caligrafía sobre un poema clC' E. Cumrnings, cargadas de gotas, casi había desaparecido y con la revolución de )ohn Carstairs
papd Roma de Fabriano. Fom1alU: 33.5 x
49 (111
los arabescos se adaptaron a los gustos del momento. Carstairs, calígrafo inglés
que ejercía en Bond Street, tuvo una influencia decisiva, especialmente en Francia
y en Estados Unidos. Su método fue llevado al otro lado del Atlántico en 1829
por Benjamín foster. También debemos traer a colación el método americano de
Roger Spencer, muy inspirado en los trabajos de Carstairs y de Foster, y que aportó
el llamado «Spencer style». El principio fundamental de este método consiste en
transmitir a la escritura el movimiento natural del brazo. Para lograrlo, el alumno
debe aprender a escribir con el codo separado de la mesa y con los dedos juntos
para imped ir que se apoyen sobre el papel y que hagan cualquier movimien to.
bqucma ilustrativo de los errores Spencer consideraba que el alumno adquiriría una gran destreza trabajando de esta
lrcl'urntes en el trazado ele Id letra inglesa
A la derecha de cada letra figura la rorrercióu
forma. Pero si bien es cierto que este sistema facilitó la ejecución de la escritura,
pcrtineme (2, 4, y 6). también contribuyó en cierta medida a su degradación, como consecuencia de su
1 L¡¡ o es demasiado a11eha, su grueso máximo carácter empírico y artificial.
eslü demasiado centrado sobre la cu1va y
Como cabe imaginar, todo este conjunto de innovaciones ejerció su influencia
el grueso derecho baja demasiadu antes de l
perfil. sobre el arte y, especialmente, sobre la letra. Mientras en el siglo XVIII la letra inglesa
'-· La e es delflasiaclo ancha, su grueso está se escribía con pluma de ave o se grababa, un siglo más tarde surgiría la letra inglesa
demasiadu centrado, el burle demasiado
litográfica, impresa o dibujada. Ante una demanda cada vez más apremiante, los
ba1u.
'i La n t-s uemasiado ancha y su te1 minadlln procedimientos industriales sin duda abastardaron el trazado, anuncianJo ya los
cn rurva es demasiauo 1 igida. ductus decadentes del siglo xx.
2 3 4 S
l que rivalizan entre sí: la técnica delgouache y la del dibujo sobre una cartulina
de rascado. En el primer procedimiento la forma se esboza previamente a lápiz
sobre una cartulina, después se repasa el apunte con tinta china negra y se retoca
con blanco. Por lo que respecta al segundo método, el trazado de la letra inglesa se
amplía y se 1guala sobre papel de calco para trasladarlo después a una cartulina de
rascado blanca. Seguidamente se repasan las figuras en tinta china y se realizan los
retoques mediante un bisturí y una plantilla de curvas de plexiglás. Las ventajas de
esta técnica son la pureza y la excelente definición que se obtiene en las curvas.
No obstante, este método exige un gran cuidado y tan solo debería ser empleado por
calígrafos expertos con un probado y perfecto dominio de las formas. En particular,
no se debe caer en la trampa de trazar curvas falsas o artificiales, alejadas de la
esencia de la letra. Dibujar una bonita letra inglesa siempre supone el conocimiento
previo de su trazado a pluma. En cualquier caso, las cualidades decorativas de este
estilo son muy notables, sobre todo cuando se utilizan con buen criterio.
La letra inglesa se construye sobre la base de un óvalo dos veces más alto que ancho.
Ocho letras minúsculas se construyen siguiendo esta pauta: a, b, e, d, e, g, o y q; y seis
letras siguen el principio de la n: h, m, n, p, v y y. Las astas y los caídos sobresalen un
cuerpo de letra, excepto en la t, que es más corta, y la g, que es más larga
Las capitales tienen una altura de aproximadamente tres veces el cuerpo de la
minúscula Los puntos y las gotas deben tener forma oval; lar minúscula posee Claude Mediavilla, caligrafía en letra inglesa
del Juramento de Lure, realizada con motivo
dos formas. Por otro lado, los gruesos de la letra son aproximadamente iguales a
del premio Maxlmilien Vox, 1979· Tinta blanca
una décima parte de la altura del cuerpo de la a. En algunas versiones modernas sobre papeL Formato: 18 x 32 cm.
los gruesos pueden ser ensanchados considerablemente para facilitar la lectura. La
punta del instrumento debe tallarse en punta y los gruesos se obtienen ejerciendo
presión de arriba abajo. En la actualidad la pluma metálica ha sustituido a la pluma
de ganso pero el principio sigue siendo el mismo. Conviene tener en cuenta ciertas
mejoras técnicas como las plumas o los portaplumas oblicuos, diseñados para facilitar el
movimiento de la muñeca, porque debemos recordar que la letra Lnglesa se escribe
siguiendo un ángulo bastante pronunciado, de 54° aproximadamente respecto a la
Linea horizontal. Por último, para conseguir un buen resultado en lo que se refiere a
la finura de los perfiles, es recomendable utilizar una tinta bastante lenta elaborada
1 a base de goma arábiga, o acuarela. Es preferible evitar el uso de tintas muy fluidas.
El arabesco
El arte del arabesco es sin lugar a eludas uno de Jos aspectos más fascinantes de
la caligrafía, un arte a menudo percibido como misterioso y casi inalcanzaule.
En los países del Islam el Mabcsco consis te en un motivo decorativo en forma de
entrelazas, constmido en lu mayoría de los casos con elemen tos espirales o noralcs.
decoración, que enriquece y hace tan atractiva la caligrMica,
se inscribe en la letra árabe y no constituye una prolongación o apéndice di:' é ta.
Por el contrario, en los países latinos los arabescos, según su definición, son trazos
ornamentales que prolongan las astas o los caídos de ciertas letras convencionales
que se prestan a ello. como b, d. p. q, y z. Estos trazos regalo• no tienen otra
razón de ser ni otro objetivo que cautivar nuestra mirada.
En su libro Clwmp Fleury (1529), Geofroy Tory describe las letras
ornamentales o letras «regaladas• que, según dice, se colocan al inicio ue los
manuscritos y de los versículos. Como sobrepasan en una cuarta parte a las lrtras
normaJes, en francés se conocen corno «quadreaux» o y .-cac/elsij en
inglés. Unos doscientos años más tarde, Pail lasson observa que los arabescos, que
él prefiere llamar • regalados», tienen un o rigen ára be o norteafricano. Dice
a este propósito: 1c Los trazos rega lados, gue se hacen con el brazo y a l vuelo, son
toques ele phmw que a lo::. maestros escritores para embellecer sus obras de
escritura y a los para dar resplandor a un títu lo o a un trabajo».
Por definición, trazos ornamentales parecen escapar a cualquier explicación
racional o reducción csr¡ucrná tica. Son la expresión gráfic¡¡ de la fantasía.ue la
inspiración y de la bclleLa salvaje. Pero es indispensable además el concurso de un
sentido del nrden y de la matización. Creatividad, gusto y c.lestreta son la:. cualidades
necesarias para realizar un arabesco bien logrado: creatividad para variar y no
incurrir en repeticwnes, gusto para discernir lo que puede convenir y destrela
para evitar la confusión y preservar cierto orden entre los diferentes elementos.
Un hermoso arabesco 'ie dehne, en primer lugar, por la exactitud de sus trazos y
de sus curvas y por la élrrnonía que crea con la escritura elegida. El arabesco posee
una lógica propia que se carncteriza lJOr los efectos de reduplicación,
o superposiCIÓn de un grueso sobre un perfil. Pe::.e a su aspecto recargado no
consti tuye una figura ue t·aótica y desordenada. No todos los trazos sinuosos
o en sortijados que la m<mo traza sobre el papel se transfonnan de inmedia to en
arabescos. No todo d mundo sabe trazar arabescos. la estela que deja un patinAdor
sobre el hielo es justamen te lo contrario de un arabesco y la misma observaci6n
podría hacerse sobre e l vuelo Je una mosc:a.
Cada estilo caligráfico tiene su correspondiente arabesco. Este adorno est;Í
casi ausente en la le tra rústica. La gótica de tex tura y la bastarda cu ent(l n con un
arabesco Je trazos gruesos muy contrastados, con formas quebradas y e laboradas;
la gótica de fractura permite trazados barrocos. Para la escritura de la redonda el
L05 D E 1. 05 SI CL05 XV II Y XV I I I
-
LA RENOVACION
DELA
CALIGR¿\FÍA
La renovación in glesa
Los beneficios de l tan esperado impulso renovador deben ser atribuidos a William
Morris (1834- 189ó), n quien podem os definir como humanista y como artista
complt>to: poeta, novelista. calígrafo. ti pógrafo. impresor y editor; Morris parecia
reunir todos los talentos. A su gen io polifacético debemos. sin duda, la renovación
de los oficios artísticos e n lnglatcrra durante una época crucial situada e n e l corazón
mis rno de la revolución industria l. 1\ p artir d e dS70 empre ndió investigaciones
caligráficas inspirándose en lo5 de los t•scribas de l Renacimiento. Eslos
estudios abrirían la vía de la renovación caligrahca. En 1890 William Morris creó la
Kelmscott Press, imprenta que tuvo tH'I efeclo d etonador: a partir de ese momento
asistimos al noreci micnto de las imprentas privadas en los países anglosajones,
acontecimiento de c<tpital importancia para el conjunto de la producción edito ria l.
William Morris creó escuela. Su discípulo Edward johnston (1872-1944)
abandonó los estudios de medicina en 1897 paru dedicarse a la práctica de la
calig rafía. En esa fecha todavía no habí;:¡ cumplido los treinta años y le quedaba todo Claude Mcdjav illa. 1992. CompOSICión gestuaf
por aprender. Sin embargo la suerte estuvo de su lado cuando conoció al profesor ejecutada al pincel chino y acuarela sobre
W_R. Lcth aby y a Sydney Cockerell, antiguo secretario de Morris. A mbas papel Canson. Formato: so x. 65 cm. Las letras
han sido lraz••das de un solo golpe. lo que no
personalidades le prodigaron sabios consejos sobre los mejores manuscritos permite ningún arrepentimiento. Cada signo
conservados en el Museo Britá nico. Con la perseverancia y la p recisión de un mide :1lrededor de 12 cm.
Edwartl Johnston está considerado, y con razón, como uno de los pioneros de la
renovación caligráfica en fnglaterra. Sus discípulos quedaron fascinados por su
personalidad y sobre todo por sus escritos, especialmente con su obra Writing, and
11/uminaLing anrl Lettering. Pero cabe preguntarse si este libro, que en ocasiones
se ha considerado como una biblia, mantie ne su vigencia. Para nosotros esta
cuestión es de capita l importancia pero, a la vista de los programas actun les de las
escuelas de arte británicas, se d iría que los ingleses aún no ha n osado planteársela.
Sin embargo, es fácil comprender que después de ochenta años se impone una
actualización. No olvidemos que esta obra fue concebida a principios del siglo x1x,
en el contexto de los oficios artísticos que relegaba la disciplina caligráhca al rango
de un oficio artesanal menor. Edward Johnston no alcanzó a ver el vasto campo que
abarca el arte de la caligrafía, contrariamente al movimiento de su contemporáneo
vienés RucJolph von Larisch, que abogaba por una ampli a diversificación de los
insLrwnentos, de los soportes y de la creatividad de las formas. Conv iene recordar
que Joh n::;toll fue estudiante de medicina y por lo tanto carecía de rormar ión
artística. Sus dibujos se asemejan mas a l trabajo de un c ientífico que al de un artista.
Partiendo desde cero, tuvo que sacar a la luz las técnicas perdidas, reconstituir los
esquemas de escritura y redescubrir los utensilios. Es evidente que semejante
proceso tiene sus límites.
254
Por estos motivos SIIS modelos de letras en oca'liones se alejan de las lucntes
palcogr.Hic.,!>. En su libro analiza muy sucintamente la letra rú:.tica, uncia(. la
cannlleresca y la letra gótica. Además, pasa por alto por principio
numeroso!> estilos· no cita la letra rústica del siglo pnmero, ni la tlel tipo de Be/lis,
y la letra uncia! queda circunscrita a una sola época. cuando por lo menos se pueden
conl<n cuatro tipos diferentes en el plazo de seis siglos. Asimismo 1)01o describe un
estilo gótico, omitiendo la gótica de fractura y la de suma, la cursiva gótica y las
basturda!> ... Au<'m<Ís, pas<J por alto la escritura de los maestros namencos de
principios del siglo xvn, los maestros españoles e italianos y la inglesa. Del mismo
modo que )ohnston no l'ra un gran paleógrato, poJemos percatarnos de que
Lamporo era tm calígral·o profesionaL Sus trabajos dan fe de ello y en ocasiones
dan la impresión de que estamos ante trabajos de escritura, más que de caligrafía.
El esrriua inglés dispone pues de un abanico de alfabelo5 relativarncntc limitado,
de mudo que poden1os observar el florecimiento de un estilo rnuy cararterístico que
repite hasta la saciedad. poco creativo y sin ninguna frc:.cura. Los calígrafos
CJUC hacen un uso libre y expresivo del pincel son y, si bien las
de John:.ton lucron al principio -no hay que olvidar que fonnó a emi nentes
caligrafos ale111anes y americanos-, nos vemos ante la obligación de reconocer que
estas se han clegradaclo con el paso del tiempo y han acabado siendo muy
perjudiciales. Sus primeros alumnos interpretaron correctamente ta instrucción,
pero dt' la gene•acion actual adolecen de cierto anquilosauuento y tic una falta
de sentido critico. Han interpretado maJ el legado, pensando que la caligrafía se
limita al trauajo del copista medieval y a la mera repetición inmutable de las formas.
El trabajo de algunos jóvenes calígrafos presagia una verdadera decadencia, ya que
convit·rtcn ha:.ta el texto más intrascendente de Johnston en una santa reliquia. en
un objeto de devocion, y en ocasione& creen desentrañar conceptos que )ohnston
nunca pretendió expresnr.
Por sucr1c. en Inglaterra e>.isten algunas personas de talent o, dotadas de un
espíritu ele independencia y de libertad, como Nicolete Gray y Shcilu Watcrs. EdwarJ Johnston, lnglaL,., r.,, 19j8.
Espe1nmos c..¡ue los escribas ingleses adquieran el mismo sentido cle la curiosidad y {'11 y rojo escrita al bambú r0 11 tini.J
china.
que tengan en consideración la labor que se está haciendo en Alcmnnia, en Estados
Un1do'i y en otros países.
El entusiasmo americano
No es tle extrañar que e u u u país tan grande como Estados Unidos surjan centros
ut.llgráfico1) muy distantes entre sí. Además, la creación de estos centros (ubicados
principalmente en Nueva York.. Rhode lsland y Portland) solo ha sido posible gracias
a perl>onalidades de un marcado carácter. Las primeras tentativas de llevar a cabo
una reforma en el arte de la escritura se deben a figuras como Frederic Goudy
(1865-1945) y William A. Dwiggins (188o-1956), ambos calígrafos y diseiiadores
de caracteres.
Ernst Detterrr, otra gnm figura, se expatrió a Londres en 1913 para seguir las
cla1)es de )ohnston y poder ofrecer, de regreso a Estados Un idos, una formación de
muy alto nivel. Entre sus alumnos figuran James Hayes y Ray Daboll. Detterer fue
nombrado conse rvador de la Newberry Library de Chicago en 1931 y paralelamente,
aprovechando los rondos caligráficos de esta biblioteca, fund6 lln grupo de estudio y
Je investigación.
)ohn Howard Bcnson (1901-1956), nacido en Newport, donde tra bajó toda la vida,
William A. Dwiggins. Estados U11 idos. Título
fue también uno de los pioneros fundamentales de este movimiento americano. de capítulo ca ligra fiado c•n un dP
Sus trabajos rcOejan una fuerte inOuencia del estilo inglés. Su experiencia fructificó cancilleresc:a muy vivaz.
La escuela a lemana
Friedrich Poppl. Alrmania. 1966. Caligrafía Paralelamente a la re forma inglesa, a p rincipios del s iglo xx un movimiento tle igual
gestuaL Serigrafía en papel verjurado 1ngr es. relevancia se perfila en Austria y Alem ania. Sus principales instigadores fueron
Formato: 50 x 65 cm.
Rudolph von Larisch de Viena y. algunos años m{IS tarde, Rudolph Koch en
Alemania. Rudolph von Larisch (Verona, 1856-Viena, 1934) comenzó su carrera
como conservador de manuscritos en la biblioteca d e los Habsburgo. Posteriormente,
en 1902, fu e nombrado pro fesor tle caligrafía de la Escuela de Be ll as Artes de Viena.
Durante este período von Larisch publicó nume rosos artículos en prensa con la
intención de despertar el interés del público. Pero fue en 1906 cuando publicó su
obra capital, Unterricht in Ornamentaler Schrift, obra que ejerció una influencia
decisiva en los países del entorno germán ico. Uno de sus principales postulados
consiste e n la utilizació n de instru mentos de escritura muy variados, así como
nume rosos soportes: vidrio, madera, metal y texliles. Ésta es s in duda la base de
la originalidad y de la gran diversidad de inspiración de la caligrafía a lemana.
• Se pueden contar mas de cien Anna Simons (1871-1951) también ha marcado nuestro tiempo. Nacida en el seno
asociaaones repartidas por todo el
territono americano, cuyo numero de miembro• en
de una familia prusiana, e n 1896 se vio obligada a exiliarse a Londres para poder
activo puede estomarse en mas de cien mol personas. seguir una fonnación caligráfica que tenía vetada en su país una persona de su
y sle apyytdmdttd,
Jeuraa siu?naus SufoisÍrLl
u&rrtta kafita kattéí.
í
En Escanclinav ia cabe citar a los suecos Karl-Erik Forsberg, Kerstin Anckers, Sven
Hoglind y Erik Lindegren, con su obra ABC of Letlering and Printing en
Finlandia a Erkki Ruuhinen y a Hannu Paalasmaa; en Noruega a Christopher
Haanes; en Dinamarca a Bent Rhode, y en Estonia, en Talli n, a Vi ll u Toots. En los
Paises Bajos destacan los trabajos de Jan Van Krimpen, Sem Hartz, Chris Brand y
Gerrit Noordzij, pero una nueva generación de calígrafos está emergiendo en
Holanda. Podríamos nombrar entre ellos a Katina Meister, Elmo van Slingerland
y Wilbert Wegman. En Bélgica el precursor es Jef Boudens, seguido de jóvenes
talentos como su hijo Pieter, Goedele Soetewey y Frank Missant.
Por el contrario, existe un tenaz prejuicio según el cual los países de la Europa
meridional no han fomentado la creación de obras gráficas de calidad. Visto de cerca
se diría que estas regiones se han esforzado por mantenerse al margen de toda la
renovación caligráfica de principios del siglo xx. Sin embargo, esto no siempre ha
sido asf. Recordemos, por ejemplo, que en el siglo xv la República de Venecia atrajo
a los mejores artistas y que allí se fijaron las reglas de la tipografia para un largo
período. ¿Qué ha pasado entonces en nuestra época? Sin duda hay que atribuir
ciertas carencias en la enseti anza de la caligrafía a la pérdida de las tradiciones y a la
falta de entusiasmo. A este respecto, las autoridades competentes no han comprend ido
lo que estaba en juego y no han sentido la necesidad de elaborar programas
Werner Schnetder, ¡tlfabeto de capitales específicos. Por mucho que nos remontemos en el siglo es prácUcamente imposible
trazado al pincel chino. Tinta sobre papt>l. hallar un solo curso de alto nivel. Este hecho explica probablemente la debi lidad
formato: 15 x 30 cm. SPmejante perfección en
endémica del arte gráfico francés. Si pensamos en los trabajos de los artistas gráficos
el gesto ex1ge un innclbk• dominio de los
instrumentos y formas. y cartelistas hasta 1960 y consideramos, por ejemplo, el caso representativo de
HABE
IN MEIN HIRZ
DI E KRA:FT
D:EINES 1 SCHR"ECKLICHEN
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Gracias a la experiencia de sus profesores, Toulouse es en la actualidad el único lugar Elmo Va n S li ngerland. Países Bajos, 1986.
de Francia donde realmente se puede emprender una aproximación seria a la Caligrafía en cancilleresca moderna realizadil
co n una pluma Steelbrush ele Speedball.
caligrafía. No obstan te, tras dilatadas peripecias administrativas, el escriptorio ha Acua.rela sobre papel. Forma10: 75 X s6 cm.
adquir ido desde 1989 un carácter privado. La casi totalidad de los ca lígrafos y
tipógrafos franceses ¡.¡revienen de este taller. En estos momentos se puede constatar
la existencia de un nuevo público y de un interés creciente por la caligrafía, pe ro
también hemos de decir que la mayoría de los calígrafos actualmente en ejercicio
pueden considerarse como «aspirantes» a calígrafos: jóvenes talentos muy
prometedores a los que conviene dar tiempo para que adquieran cie rta madurez.
a los soportes, tiene sobradamente donde escoger: papel de acuarela, tela o papel Claude Mediavilla, 1990. Caligrafía abstract·a
japón. No obstante, huelga precisar que la mayor dificultad estriba en el perfecto trazada a la caña. Acuarela sobre papel Arches.
Formato: 32,5 x 25 cm. Aunque el signo
dominio del cócligo y en la capacidad para hacerlo evolucionar. Generalmente son situado en el extremo izquierdo puede
necesarios más de diez a1ios de estudio y de práctica para alcanzar este nivel de identificarse con una letra del alfabeto, los
dominio. Cabe además se1ialar que el limite que separa el acto caligráfico del trazado demás elementos son completamente
abstractos. El control ele la composició n y la
realizado al azar puede en ocasiones parecer muy estrecho y que el talento, o incluso calidad forma l son los únicos criterios
la genialidad, radica siempre en el dominio de ese azar para poder transformarlo, constan tes.
por así decirlo, en algo natural. Por otro lado, si tuviéramos que establecer una
jerarquía entre los estilos, diríamos que pueden distinguirse tres:
- El estilo clásico, heredero de la tradición, incluso cuando es objeto de
interpretaciones sutiles.
-
Composición abstracta del mismo autor.
Acuarela sobre papel vitela de Arches.
Formato: 25 x 32,5 cm.
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Algunas capitales gestuales,
caligraliadas con una pluma larga
y puntiaguda sobre papel lngres.
La rea lización de este ejercicio exige
una gran velocídad en la ejecución y
permite obtener rormas muy naturales
y expresivas.
J
1
_)
Claude Mcdiavilla, 1992. Comentario poético herramienta para la formación y la educación de la mirada. En cierto sentido puede
de Gabrielc sobre la fuern creadora de considerarse como una gramática del lenguaje de las formas. Por ello convendría
Benvenuto Cellini: •He encerrado en mi
corazón la fuerza de tu temible fuego•. sensibilizar sobre esta disciplina al personaJ docente del arte de la letra, una
Caligraffa gestual en cancilleresca. actividad orientada por naturaleza a la preservación de nuestra cultura gráfica e
Acuarda a la pluma de ganso sobre papel incluso de la cultura en general. Sin embargo. al iguaJ que sus el
Mingei. Formato: 54 x 39 tm. El texto eMá en
neerlandés. calígrafo moderno vive de encargos que pueden revestir las formas más banales o
las más singulares, interviniendo sobre todo en el diseño de logotipos, de marcas
prestigiosas o prácticas. Los organismos públicos recurren igualmente a sus talentos,
especialmente los ayuntamientos, cua ndo éstos desean ofrecer a alguna personalidad
un diploma o un documento oficial. Las embajadas también se sirven de estos
profesionaJes para sus celebraciones. Sin embargo, el trabajo del calígrafo puede ser
una actividad menos anecdótica. Nos referimos, por ejemplo, a las placas heráld icas
que presentan algunos aspectos de los monumentos históricos, así como a los
pergaminos que se dedican a aJgún acontecimiento importante. La actividad
editorial sigue siendo uno de los campos predilectos de la actividad caligráfica.
En este ámbito el creador puede expresar mejor su talento, ya sea dibujando
títulos de colecciones o supervisando la compaginación . Los conocimientos
caligráficos, esenciales en sí al conocimiento tipográfico, son indispensables para la
práctica general de las artes gráficas, tales como la maquetación, la publicación
informatizada o la infografía. Por último, en el campo de las artes plásticas, donde la
escritura ha adquirido una posición preponderante para la generación más joven, es
1
esquemátita tlcl p10ceso global Las nociones de obje tividad y subjetividad
de perrepCIUil VISUal
,;_Cómo trazar una línea d ivisoria entre objet ividad y su bjetividad? La filosofía
NIVt:L NIVEL
UL LA Pf ltClPCIÓN Ul:l CONtbl 11)
1 escolástica de la Edad Media pecaba de un exceso de objetividad y de certidumbres.
Hoy día puede que ocurra lo contrario.
l mue. IHU "C."IhOital Existe entre nuestros contemporáneos un cierto esnobismo consistente en pensar
A que todo es subjetivo. Ahora bien, la velocidad de la luz. la fuerza gravitatoria o las
particularidades de la percepdón difíci lmente p ueden ser negadas o cuestionadas.
'"''''"' .,...,.... L\.lurtor.,, Alt.tlti,ni•UI'" Debemos cuidarnos de tachar de subjetivo todo rcnómeno que no logramos explicar
tlt h•\ltlf -41 , .. m-nlvth
¡ ..
o que se nos escapa. ¿Acaso no nos enseñaron Sócrates y Platón que no todo es
relativo? Frente a los sofistas, éste úl timo supo demostrar, con una buena dos is de
¡ ,:.11.1 1 [ Colnr
l picardía, que la verdad no es relativa para los incliviciuos, que nu puede cada cual
poseer la suya, distinta de la del prójimo. La primera lección de Platón nos enseña
1
_.¡ que uebemos desconfiar de nuestras sensaciones y de las opiniones preconcebidas.
Si segu imos el absurdo raz.onamiento consistente en suponer que todo es subjetivo,
ello implicaría que se puede dar por verdadera una afirmación y a la vez la
. afirmación contraria. El mnndo sería cnt·onces como un río en perpetua mutación,
donde nada puede ser dado por verdadero ni calificado con exactitud. Podemos ver
RthhU'41fUit.'IIIU
todo el peligro que entrai'la esta forma de pensar y el sorprendente partido que
H"llll lhfiWIIIJthlll
podrían sacar de él los impostores, que constituyen, en cierta forma, los sofistas
modernos: obremos según nos venga en gana, ya que todo es cttestión de gustos,
todo e:. ¡Josible y digno de intet·é:., siempre y cuando uno explique su razonamiento.
Hemos visto recientemente a un • pintor• que, habiendo agotado toda su
inspiración, inscribe tmpemente sobre su li enzo •Tengo talento •, demostrando rle
este modo que en realidad carece de él por completo. Tales excesos, tales
desbordantiento:. existen. Sepamos, pues, identif1car las situaciones confusas y
retengamos, a mouo de resumen, que las nocione:. de objetividad y de subjetividad
son c¡,cnciales, en la medida en que nos permiten progresar con más seguridad en
nuestro estudio. Porque está claJ o que ciertos elementos demuestran ser objet ivos y
otros no. Precisamente a través de un esfuerzo de reflexión y análisis es como
podemos llegar a una observación más serena y más justa del mundo empíncu.
La percepción óptica
Much,1s conquistas del intelecto, y en particular la del arte, reposan en primer lugar
sobre la percepción. Toda señal luminosa o coloreada proveniente del mundo
extenor ve inmediatamente captada por los órganos sensitivos que intentan , en la
medida cle lo posible, dar una interpretación acorde con la experiencia del indiv iduo.
Estamos atentos a todos los detalles incongruentes y a todas las señales extrañas de
nuestro entorno. Un objeto no identificado movilita tle inmediato nuestra atención
hasta encontrar una explicación racional, recurriendo, si es necesario, a la
colaboración de los otros sentidos. ¿Qué prodigio nos permite, pues, interpretar
las imágenes? ¿Cuál es e l secreto del sutil mecanis mo que une el ojo al cerebro?
Una sensación percibida a través del ojo es transmitida por el nervio óptico ha!>ta el
tálamo y a continuación éste envía la información a la corteza cerebral o al área
llusion de drsigua)d;td. Al t umparar estos especializada. Este pequeño esquema pone de manifiesto que en realidad vemos más
d1bujos. uno de los Jo, ch•rulos rentrales con nuestro cerebro que con nuestros ojos. Cuando contemplamos un cuadro, las
pan•rc m,\s grande que(') otro. Sin embargo, neuronas trabajan afanosamente para transformar la suma de las sensaciones
ambos son 1guales, pero nuestro oj() es
luminosas en una síntesis inteligible donde las formas y Jos objetos son identificados,
inducido J error por su costumbre de calcui.H
el tamaóiJ d<· un objrto por comparación con donde las masas y las configuraciones son discernidas y medidas. En una fracción
el de objetos que lo rodeiln. de una décima de segundo, el tiempo de la percepción para procesar ciertos aspectos
CDCD Üll'l¡"lfl
--f+.b.q'-t<=",-...;::
Corte del cerebro. El sistema límbic..o
comptendc: r l tálamo, que
informactón lo'> órganos
la
Son pocas las personas que en algún momento no se han sentido fascinadas por el
singular proceso que da origen al acto caligráfico. En efecto, el momento en e l que
empuñamos el utensilio para trazar un s igno tiene a menudo algo de irreal y
produce la extraña sensación de estar accediendo a otro mundo. ¿Qué sutil alquimia,
qué lógica interna explica este pro<.ligio? En otras palabras, ¿cómo se generan las
formas expresivas y su poder emocional? El problema de esta génesis es tan
Eva /\schoff (1900· 1969), Alcmani<L mundo exterior. Si no fuéramos ante todo unos seres sensibles a nuestra propia
Acuarel<l sobre pape l. Forma to: 35 x 18,s c m. vida, conscientes de la materialidad de nuestro propio cuerpo, el entorno sería real,
Eva Aschoff, discípula del prolcsor Schncidle r
y artis ta de personalidad discreta, dn fe aquí ciertamente, pero nos resultaría incomprensible. Dicho de otro modo, la sensación
de la ;orprendente actualidad de sus que tenemos de las cosas del mundo deriva de la sensación íntima que tenemos de
investigaciones llevadas a cabo antes de nosotros mismos y, por consiguiente, de nuestra energía y actividad interiores. Y s i
ailos cuarenta. Sus obras están
un fondo de elementos abstractos, hemos de situar físicamente esta actividad, la podemos localizar en el hemisferio
en los que se superponen signos rítmicos. izquierdo del cerebro, en la zona denominada de la escritura, específica para todo
Offt•nbach, Klingspor-Museum. aquello que atañe al gesto gráfico. Esta zona se ve moduJada a su vez por el cuerpo
estri ado, cuya función principal consiste en controlar las órdenes motrices y los
movimien tos automáticos extremadamente precisos. Cualquier lesión que afecte a
estas áreas provoca los síntomas de la enfermedad de Parkinson. Esto nos lleva a
constatar dos hechos: para percibir el mundo exterior primero hay que sentir el
propio cuerpo interior; por otro lado, gracias a éste el interior se comunica con el
exterior y se efectúa el intercambio con el mundo. Por lo tanto, las formas nacen de
nuestras energías. De ahí la gran admiración por esta disciplina. Además, la práctica
asidua de la caligrafía revitaliza el organismo y refuerza su resistencia a las
agresiones exteriores y al envejecimiento. El ejercicio intensivo y culto del gesto
fortalece la energía interior, primero sobre el plano caligráfico y después con
respecto al ser entero. Cuando un calígrafo empieza su calentamiento ante la mesa
de trabajo, activa energías y fuerzas que emanan de las distintas partes de su
cuerpo : energía fís ica, fuerza muscular del brazo y de la mano, etc. Por otra parte, su
actividad interior proyecta sobre el papel su experiencia corporal, que a su vez da
origen a las formas expresivas. No obstante, al alcanzar la maestría de los medios, el
calígrafo accede a un estado de serenidad muy particular que se caracteriza por una
concentración extrema; cesa todo esfuerzo y el utensilio parece moverse solo.
Se dice que el artista alcanza la fuerza sutil, la que representa la suma y la sinergia
de todas las demás. Es evidente que la aparición de una fuerza seme jante solo
parece posible en ciertas personas con una actividad interior muy desarrollada. Solo
durante estos momentos de unidad intensa en los que nuestro propio cuerpo parece
inmaterial, casi etéreo, y en los que dejamos de ser sensibles a los estímulos
exteriores, podemos realizar obras caligráficas de gran calidad. Debemos admitir que
para acceder a este estado de plenitud, se debe producir algo singular en el cerebro.
En efecto, la zona implicada en la escritura se ve en ese instante rodeada por una
zona de frenado, a la que van a parar todas las excitaciones producidas por el
mundo exterior. Al llegar a esta zona de frenado, dichas excitaciones dejan de ser
registradas, de manera que el calígrafo conserva toda su concentración. Otro ejemplo
característico de este proceso es el caso del viajero de ferrocarril que, sumergido en
«Todo es forma y la vida misma es una forma», escribe Balzac en uno de sus
tratados. La vida actúa esencia lmente como creadora ele formas. Asimismo, en el
arte, las relaciones formales en el seno ele la obra constituyen un orden y una
metáfora del universo.
Sería conven iente estudiar con una nueva óptica e l fenómeno de la organización
de las formas, la mecc1nica interna de la obra, y analizar las relaciones efectivas que
existen entre formas, líneas y espacios, lejos de los impulsos y de las interpretaciones
líricas o del enfoque ele los críticos de la historia del arte. Es decir, llevar a cabo una
introspección que en realidad solo puede ser la del creador mismo, suponiendo que
éste domine y disponga de herramientas de análisis. Las cuestiones planteadas por
el análisis de la obra plástica se presentan bajo el aspecto de realidades sutiles, casi
impalpables. El conjunto de las formas que componen una obra pertenece a un
sistema de relaciones complejas y aparentemente contradictorias cuando consi<.leramos
el contenido de una creación pictórica, que es a la vez materia y espíritu, forma y
Ejemplo rompnrativo l'ntrc IHs Jos manch<lS dr cultura. Para proceder a su estudio sería necesario aislar las formas y las líneas con
arriba p<uticularmente folas y sin expresión, y el fin ele poder aprehenderlas en este espacio, definido como materia y movimiento.
la mancha cle la derecha, que transmite vigo1
y :.ens1b11idad. Además, debemos comprender la forma como una construcción del espacio y la
materia, ya se manifieste por el equilibrio de las masas o por e l contraste de las
manchas. En otras palabras, la obra de arte solo existe a través de la forma.
Para nacer, la forma debe separarse del pensamiento y apoderarse de la materia.
La obra de arte no es solo construcción de la mente o geometría, sino que es una
unidad, indisociable de la luz, del color y de la materia. Por otro lado, debemos saber
distinguir entre forma y signo y entre forma e imagen. A menudo sentimos la
tentación de conferir a la forma un sentido diferente a ella misma y de confundir la
noción de forma con la noción de imagen, que supone la representación de un
objeto. Tenemos la tentación, sobre todo, de hacer la amalgama entre forma y signo.
El signo significa, mientras que la forma se s ignifica a sí misma: ésta es percibida
por su contorno, su dirección y su masa; apela a nuestras emociones y a nuestro
imaginario, y no se lee a través de un lenguaje semántico o gramatical. En ciertos
casos existen signos convencionales que pueden ser vaciados de su sen l ido primero
a través de un tratamiento de gran calidad formal. Adquieren desde ese momento
una condición de forma pura. Observamos particularmente este fenómeno en la
ca ligrañil ornan1ental china, árabe e incluso latina, tlonde una simbología abstracta
se superpone a la mera lectura hasta el punto de convertirse en una semántica
nueva. El jt1ego de los intercambios entre la fo rma y el signo cons tituye, sin lugar
a c..ludas, una de las metamorfosis más fascinantes.
6 1 8 9 10
La forma en la composición
Las reglas básicas que gobiernan una composición son de dos tipos. En primer lugar,
las leyes naturaJes en las que se basa nuestro mundo físico: la ruerza de la gravedad,
la pesadez, el contraste, las propiedades de la luz y de la óptica. Estos elementos no
pueden ser eliminados ni alterados; permanecen constantes independientemente del
estilo y no pueden ser eludidos. Por otro lado, existen leyes puramente convencionales.
flanqueada en ambos lados por dos figuras laterales. Este procedimiento lleva
irremediablemente a la inercia e inmoviliza la composición. Desde siempre, sin
embargo, se ha buscado equilibrar este tipo de estructura mediante alguna
estrategia, como la utilización de un color más vivo, con el fin de desviar la mirada
del espectador. En la disposición asimétrica, que los orientales han usado con gran
éxito, la ocupación del espacio sorprende y estimula a la vez. La superficie de la obra
no aparece completamente rellena ; de alguna manera espera que nuestra mirada
penetre en ella e imagine mil posibi lidades. Al contemplar de cerca el procedimiento
-poco uti lizado en Occidente- consistente en preservar grandes áreas vacías, nos
damos cuenta de que dichas superficies distan en realidad de estar vacías.
Caballo cayendo, gruta de Lascaux, fondo del Paradójicamente, comun ican a la obra una gran tensión y una singular aireación.
divertículo axial. Ejemplo notable de tensión Es el reino de lo virtual, de lo incompleto, del devenir. También es el lugar del pleno
en la colocación de estos dos caballos.
desarrollo del pensamiento taoísta, e n el que todos los procesos naturales se basan
en el principio del movimiento alternativo entre el Yin y el Yang. Además, el espacio
El ritmo en la composición
Ya hemos intentado analizar este principio tan difícil de definir y que sin embargo
podemos sentir y reconocer. Tomemos el ejemplo de nuestro cuerpo. Sabemos por
experiencia que para obtener el máximo de energía, debemos descubrir cierta
armonía en la coordinación de nuestros movimientos. Una vez alcanzada dicha
armonía, nos sorprende poseer una potencia muy superior a la fuerza bruta que se Dong Jun, dios de l río. Dibujo de Zhang Wo
procedente de un rollo titulado Las nueve
obtiene mediante un esfuerzo muscular desordenado. Sin duda podemos definir
canciones (523 x 29 cm). Dinastía Y11an.
como ritmo la armonía así alcanzada, al igual que podemos decir que en toda Maravilloso ejemplo del extraordinario ritmo
creación artística es precisamente un principio como éste, observado en nosotros que un simple trazo puede conferir a una obra.
290 DE LA CALIGRAfÍA A LA
La principal idea que queremos resaltar aqu í es
la noc ión de no-expresión, cuya importancia no
se debe subestimar, y que es capaz de trastomar
·"'/ muchas de las ideas recibidas. En efecto, no
todos los elementos plásticos son deseables
en una composición. Ciertas formas o
configuraciones son tan pobres que ca recen
por completo de vida.
¿Cuáles son en tonces las reacciones y los
sentimientos que se experimentan ante formas
torpes o inoportunas? El espec tador puede
escoger entre la repulsión, la indiferencia, la
insatisfacción, la irritación, la indignación o la
apatía. Cuando, por el con trario, las formas
engendran armonía, fuerza o sutil eza, nos
sen timos serenos an te el cuadro, fascinados o
conmovidos.
Correlaciones negativas:
Escritura y p intura son aparentemente dos ámbi tos diferenciados. Sin embargo,
e n ::.u origen, la escritura pictográfica no es más que una pura representación del
mundo, es decir, los s ignos que la componen permanecen muy cercanos a la
representación pictórica. Poco a poco, estos signos fueron evolucionando hacia la
abstracción alfabética; por tanto, existe una relación esencial entre escritura y
pintura. Para un artista plástico, la escritura tomada en su sentido literaJ constituye
un elemento de préstamo utilizable pero, debido a su especificidad - fijación del
pensamiento y de la palabra mediante s ignos convenidos-. la escri tura no puede
prete nder sustituir a la pintura. Ésta última no conduce a nada más que a ella
misma, cosa que no sucede con la escritura. No obstante, subsiste una ambigüedad
cuando el artista integra la escritura en su creación como elemento fundador, ya que
en ese caso su investigación se s itúa clarame nte más allá de la escritura.
Esta ambigüedad resulta posible desde una perspectiva de superación de la
escritura, precisamente cuando ésta adquiere una índole plástica que cambia su
carácter y la convierte en caligrafía. A partir de ese mome nto ya no cabe hablar de
Ejemplo de un rlrmo q uebrado en el que rada
elemento toma una dirección distinta; t•lcrto
tle conjunto armonioso. Debajo, ritmo ncxible
y ondulado que se asemeja al movimiento de
una ola.
1
J. MIRó: La forma. El aspecto capital para mí es la forma. Si en la primera fase la
forma es satisfactoria, todo va bien. Los colores vienen automáticamente.
1
Por ejemplo, ahí hay una esquina que será roja, entonces, en relación con esa
esquina roja, otra superficie del lienzo habrá de tener azul, rojo, etc.
! G. R.: ¿Cuando usted hace pintura digamos «gestual», por la comodidad del término,
no solo quiere plasmar el nerviosismo de su cuerpo?
J. M.: ¡Ah, más que eso: mucho más! Pero ello no impide que en cuanto cojo la
brocha, ¡clac! Y ya ve con qué brochas tan malas trabajo. No es solo el movimiento
en sí lo que represento, eso sería demasiado limitado, pero no obstante hay
momentos en los que me dejo llevar.
G. R.: ¿Intelectualmente o físicamente?
J. M.: Sobre todo físicamente; pero también intelectualmente. Físicamente, porque
está el equilibrio de un trazo, el ejercicio del trazo.
G. R.: ¿Qué piensa de Pollock?
• " •
•
• •
.
..•
Claude Mediavilla, 1991. Acrílico y pastel sobre J. M.: Como punto de partida, creo que está muy bien. Pero tiene sus límites. Siento
cartón. Formato: 120 x So cm. un gran respeto por él. Me gusta mucho. Pero no hay que quedarse ahí: él mjsmo lo
percibió y se suicidó.
G. R.: Usted busca una forma que retenga toda La electricidad del ser y...
J. M.: ¡La electricidad ! ¡Eso es, la electricidad ! Y, evidentemente, también me guío
por la inteligencia. Pero mi mano siempre me sorprende. Matisse escribió unas
notas muy certeras al respecto. La mano se ve electrizada, magnetizada, por no se
sabe qué al principio, por el más mínimo accidente del papel. El automatismo se ve
primero guiado por la materia, por todo lo que hay en una hoja de papel, que nunca
está vacía, nunca está en blanco. No podría decir si el choque es exterior o no.
Constantemente tomo notas gráficas que encuentran el inicio de su forma teniendo
en cuenta lo que hay impreso en la página de m i agenda, en la que hago un croquis,
pero cuyo origen, a menudo poco claro para mí, viene ele un choque exterior.»
El pasaje que acabamos de leer, y en el que Miró utiliza expresiones tales como
mano magnetizada, automatismos o ejercicio del trazo, es extremadamente
revelador. Por otra parte, lo que más sorprende es la dificultad con la que trata de
describir el origen de su ímpetu; ¿proviene del interior o del exterior? En cualquier
caso, constatamos su angustia ante unos procesos que parecen escapársele por
completo. Sin embargo, estos fenómenos creativos son bien conocidos y el
vocabulario de los distintos mecanismos empleados no es ajeno al alumno calígrafo,
ni al lector familiarizado con los maestros orientales, que han tratado este tema con
brillantez. No obstante, no se debería pensar que esta cultura gráfica está reservada a
un ámbito cultural concreto, o que sea prerrogativa suya. Al contrario, este
30!!
ABREVIACIÓN: procedimjento utilizado por los AltRICIII, LUDOVICO DECLI: callgrafo itaitano, papal mediante el cual el sumo pontífice da
ropil>tas pam ahreviar la escritura con el fin nacido cerca de Vicenza. Fue autor de unCI a co nocer las beatificaciones y los
de ganar tiempo y espacio. Mediantr un d1• los primeros lrataclos ele La nombram itmtus.
signo conve ncional, los escrib<IS intlicaban la Operirw (Roma, 1522). BREVITURA: escritura gótica de pequeño módu lo
climinac1Ó11 dr una o más lt>tras dentro de AltuNoo: entre los romanos designaba la caña empleada durante la Edad Media.
la palabra. (Ve;1se el capítulo '>obre 1,1s tallada que seiVia para escribir. BucLE: curva no cerrada de una letra o
gñttcasl. Ejemplo: p =pre , p = AscLNOENTEs: son los trazos gruesos o fustes arabesco.
per (ppt•tuo = perpetuo). verticales de una lelra. Buli\: documento pontificio sellado con plornn
IANico. llquid<) oblt:nido la nombre del trazo grueso que prolonga la relativo a un asunto eclesiástico de
de agalla&. Este licor, ton lclra hacia arriba. importancia.
una disolurión de sulfaro de hierro, permite ArMMrNTUM: término latino para designar la BusrRÓFEDON: lérmino que designa un texto
elaborar ttnta. IÍIItd. cuya escritura se lee alternativamente de
AGIIU.A o NUll AI.ALLA: eKcrecenna producida izquierda a derecha y de derecha a izquierda.
por la ¡:ucadura de un mserto l>obrt· hojas RARBEOOR, LOUIS ( 1589-1670): cahgrafo francés,
del roblt' o del alcornoque. Pard elaborar la autor de la obra Les Ecrifures financiere et CIIDE.IIIIX: se dice de Ciertos trazos en forma de
tinta h;¡y que extr.tcr d tanino de lu nuez de ita/ienne batarde ( 1647). Barbedor está arabesco qu(! decoran la5 iniciales a partir
agalli.l y ml!zdilr\o con sulfato d!.! h1crro. como el mnestro francés más del siglo xv.
AtCUINO A FLAccus (York, 73.5 Tours. emtncntc del siglo xv11. CAíoo: nombre del trazo grueso que prolonga
1\o.f): disripulo de Beda el Veneruble y de BMNil: que se espolvoreaba la letTa hacia abajo.
Edgardo. Carlomdgno le ene argó relor111a1 la .tntiguamente sobre la escritura para que se CA¡A BAlA: letras minúsculas. Esta
l'rl Occidente. Akuino dtrtgló a los 'eCdSC rapidameme. denominación proviene del hecho de que
del escnptúTió ck Saint Martin de BAkM ' en un manuscrito iluminado, este tlichas letras se guardan en la parte inferior
Tours, dondt• rue tonfecci(lnada la termino se refiere al mohvo decorativo en de la caja de los tipógrafos.
rninusrula Cólrolangia. forma de barra 4ue parte de la capitular y CÁLAMO: caña tallada que se utiliLa para la
ALfi\BEro: sistc-naa gráJico que \irve para decora el margen. escritura o la calign1ffa.
transcri bir los soniuos Je una lengua. MMoliiRDA: tiene dos sentidos muy Cllt.DERÓN: en torma de e mayúscula que
Dirho!> 5on reproducidos mediante d1st1ntos. Por un lado se rclicre a un ripo de los escribas de lo Edad Media utilizaban
la unidatl fónica más pequeña, la letra, a escritura gótica del '>iglo xv, muy utili.tada para indicar el p.tso de una idea a otrd o el
diferencia tlel ,ilal.lario. La palabra alfabeto en Flandes y en la corte de lo5 Duques de conúenzo de un capítulo. Con frecuencia
provirne dPI griego •alfa• y Borgoña. Por otro lado, a partir del siglo XVII dicho signo de un color diferente al dd
no1nbrt'' de dos primeras letras del se 1eficre a una escritura ligeramente texto.
allabcto gaiego. inclinada de fácil ejecución. CALICRAI'ÍA: toda escritura o conjun to de
ANt:uo nc t'LIJMII: trazo de forma cuadrada que BAIIINEI\0: empleado de una lavandería trazados cou una finalidad artística
un¡¡ pluma sostenida ({ullonica) en tiempos de romanos. siguiendo un duc1us culto y armonioso.
horiwntalmcnte y que permite determinar Su actividad principal co nsbtia en la CIINCil.lf.RESCA: escritura cursiva italiana
la ¡tl\ura del cuerpo de una letra preparación de telas de lana. empleada en cancillerias papales a parttr
ANTIFONARIO' labro eclesiástico que contiene las BENEVt.NTANA: lipa de elocritura originaria de la tlel siglo xva. Sirvió de modelo para todas las
partes t.lfltada, a.lc la misa, los o,almos y los obadía de Momecasino, en Benaveme, de los cursivas posteriores.
Durante la aira Etlad Media VI a x. C11Ñ11: instrumento empleado en la práctica de
orido de 111isal propiamente dicho. BKIICCIOLINI, PocctO ( lJ!:Io- 11!59): notario y la caligrafía
At•lt:li: elemento gráfico qut' prulnuga una l(•tra caligrafo fiorentino. Se le Jtribuye la CAÑÓN: cálamo. pnrtc hueca de la pluma de ave.
hasta >U extremo suprriur. invención de la minúscula humanfslica. Como término genérico se renere a la pluma
ARAIIESCOS: lta7ns ornamentale:. que se unen a BMUSE: marca de plumillas metálicas de ave con la que se escribe.
las asta, o a los caldos de letras y que fahricada5 en Alemanaa. CAOBINA: líquido colorante extraído de la caoba
en pre:.entan BREVE' palabril protedente dellatin brevis que se utiliza en la preparación de tintas.
complejas. (breve o corto). Un brcw es un decreto
<,t(lSA.RIO 309
CAPITAL: letra de gran módulo, en contraposición EUEVIR o EUEVEiliUS: familia de impresores fOTOCR.ABADO OtllECTO. procedimientO de
a la minuscula. holandeses que se mstaló en Leiden en fabricación de los clichés tipográficos
(AROLINI'I: pequeña e5critura redonda del 1580. Los elzevinos o ediciones elzevirianas destinados a la 1eproducdón de imágenes
IX elaborada en el escriptorio de Saint son célrbres cuidada tipograffa. En la de tonos continuos.
Marti11 de Tours y que Jue impuesta por clasificación de Thibaudeau el término FtYrO'fiPI!I: procedim iento de impresión similar
Carlomagno a todo el Occidente <.ristiano elzevirio designa los caracteres tipográficos al de In litografía, creado por Poitevin en
CAYADO· prolongación curvada de un asta o 111\ con remates tnangulares. 1855. La forma de impresión se compone de
ca1do, especialmeuu• en la escritura de ENTRt:LAZO: trazo en forma de arabest:o que se una placa de vidrio cubierta de gelatina
cancillrria. añade a las astas y a los t:aidos de la letra. bicromatada. Este procedimiento permite
CINAIIRIO: color rojo, tnmbicn llamado Er•rr.RJ\fÍI\: ciencia que (•studia las inscl'ipcinncs una reproducc ión no tramada.
bt•rmellóu verdade10, que obtiene dtd realizadas sobre un soporte duro como la extremadamente flel al original.
sulfuro de mercurio. En los de piedra o el metol. FMCTIJRII: tipo de escritura gótica utilizado en
lama:. ,,ha Antigüedad se utilizó para rralélr EsCRIBA: asi se denomina sucesivamente al los países germán1cos.
cap1111lares. secretario de la Anrigüedad, al copista de la
CLAKtr tC:.il!.tÓN: procetlimit•nto de preparacion Edad Media y al calígralo. GANt..HO: pequeño perfil curvo situado en el
de las plumas de ave conststen re t'll EscniPFAS: caracteres de imwenta que imitan la extremo del trazo vertical ue una le tra.
y dejarlas endurecer a fin de escntura cursiva. GAMLDI\S: en la tlasilicacíón Vox !>e denom inan
hacNias aptas para la t·scriiUra. sala de un monasterio dedicada al las letras creadas en el Renac1m1ento. Las
CooiCE: libro compursto de cuade1 nillos de trabajo de los copistas. El términr) latino es Garaldils p!'l'!>entan remates triangu lares. Ej.:
perg<lmin<) o papel, en contraposición al scriptorium y su plural scriptorin. Garamond, Cf'ntaur. etc.
vnlulllen o rollo. Esc..ru1 UtLIIIUO: relativo¡¡ la escrinJnl. GARAMONo, ( 1499- 1561): célebre
COLA pa1'lt' inferior de ciertas letra EsPOLÓN: pequeño trm:o en forma de espolón lundidor de r:ttracteres, autor del
Ej.: f. g. ¡.p. q. y. z. que• (Qs escribas color.aban a veces a media tipo conocido NmQ Crees du Roí, encilrgado
CoLINF.S, SrMON DE (1480- 1546)· célebre t•ditor e altura del asta de ciertas letras minúsculas por Francisco 1 También le debemos un
1mpresor autor de bellísimas páginas pdra acentuar su bello tipo romano y una itálica en
de Lipografía decoradas c·on martas. orlas y taquigrafía, sistema di:' esrrit ura los dibujos de Aldo Manucio. Cn el 'ligio XVII
filetes. nbrcviada compuesto por signos ll:an Jannon hi zo una copia de c:.ll' tipo,
CoWrÓN: conjunto de rhmtcntos qul' ligut ""al convencionales que pctmiten anotar la conocida como Romain de I'Univcrsite. Los
final de un libro relativos al nombre. etlacl y hablada instantáneamente sin punzones de los Grf!cs du Roí y dt•l Romam
condición del escriba como a la fedt.a de recurrir al alfabeto. de I'Universile conservan rn lmprimerit•
fmahLacion de su trabajo. E!.TIU4Nt: familia dr impresores franceses Nationale, donde siguen
CoRuNor::us: lineas claras horiwntales. visibiP::. apadrinada por Enrique 1 (1470-1520). GES)O; palabra italianil, nombre de la flnn capa
tuando observa un papel verjurado ;t El emblema de los lr bros impresol> por los de apresto sobre (¡¡ que se ap lir'a el pan de
tontralm.. Las c:ruzan Estienne era un olivo. oro. Esta mezcl;r se co1 nponc de los siguientes
perpendicularmente con los Es-nLo instrumento de metal o de ingredientes: 16 partes de yeso blanl"O
Com.a: e:.critura del siglo XVHI en la utilizado para estrtbir sobre un soporte mezcladas con fJ panes de blanco de cerusa
lJLH' todas las letras trabadas. blando como la arcilla o la cera. dos partes de awca1 en polvo. parte de
Comprende ci nco Ex LIBKI!>: marca de prnpledau colorado en un pegamento y una pizca de colorante.
1..1\WLUGL\Aríll: .ll lt' de escribir Ull teJ<I<J SC'!jÍI II libro (monograma, escudo). GLcJ'II: forma tipográfica empleada antiguamente·
un cndigo conoddo exclusivamente por c•l por los impresores consistente en rodear el
escriptur y el desunatano Ftuc;RIINA: hilo de cobre lijado sobre la forma te).tO principal con un texto explicativo
rrusocMriA: a1te de csr• ihir con letras de oro en la que se fabritot el papel y que compuesto en un cuerpo de letra más
CuAniVIDA del t\ derivada de In representa dibujos o L" flligran,, o pequeño.
tapi tJiwmana. Es una c•scriliHll libraria marca de agua indlcilba gt:neralmente el GoMA IIRÁBtCA: susta11ria viscosa que proc::('dt•
sentuda.. Los y lt)s perfiles present,HJ fonm1to del papel o el nombre del de la acacia y que sirve ( cun(,
un gr.m ('nnlraste. fabricilnte. Marca dejnda por el hilo en el aglu tinante para los tolore:..
C..oiiTRICkOMIA: pron:dimwnto de impresión tuerpo del papel y cuyo trazado puede verse GónCA: IPtra de trillOS verticalel> quebrados qut:
que emplea la selecc1ón de los C'Uatro colores a contraluz. apareció por primera vez en el reino
(amarillo, rojo magenta, azu l cían y m•gro), f>rNAL llE 1 ÍNJ:A: elemt•nto decorativo que ;irve anglonormando (hacia 1070).
graci01s a los c:n;de; 1!5 posible reconstruir pnra rellenar el es¡Mcit1 de una línCil vncia. GóTICA or;: FOI\Mi\: gótica recta y apn•tada, en
cu.tlquier imagen. FOu.AIE: ciPmento ornamenL:tl en fonna de contr<l¡.¡osición a la gótica de
CuNllrOilMt.: escritura en fnrnra de espiral vegetal que dcwra las GRAND¡f.AJII. PtULII'I'E: grabador )o llpógralo
uuhzadn por lo\ antiguos ornamentales y los márgenes de un 1rancés que grabó el lipo Rom,lin du Ro1
esr.1 itura realizada con rapitlet y en la manu:ocrito. para la lmpnmeric Royale, de 169.;1 ;¡ 1723.
que las letras están t rab<ldns. FoNEMI'I: elemento sonoro básico que compone tipo romano, también conoridn romo
una lengua. Grandjean, por sus 1 tn1zadas por
pequeña preza de metal que se coloca FokMATO: PI rnrmlllO del libro corresponde al una secante y forma parte de los caracteres
t.'l t.le la pluma para retener la n(rmero de veces que se pliega la hoja de exclusivos de la lmprimerie Nntronale.
tint.J impresión. Cuando la hoja no ha GMfOLOCiA: ciencia que permite desvelar la
OirTt< 1): tablillas cubierta:. de tapa ple¡rada, el libro se denomina in-plano. personalidad de un individuo a tnwés de su
Je cera la Cllal escribía mediante un Los orros formatos 1.on: in }olio cuando las escritura.
estilo. hoj,¡s están plegadas en dos, in-(111atro GKorsoN: polvo de tiza que utilizaban los
nu111ero, orden y st.:ntido de los 11 cuando están plegadas en cuatro, 111 octuvo, <'scribas para preparar la superfit:ie de
en t•l tr.rzJdo de una letra. Se aplic.a plegadas en ocho y finalmente in·clieciseisavo
1gu<Jimentc al aspecto genPral de un.a cuando se realiza un pltcgue ;'ldic1onal. GRU[SO: parte ancha o entintada de una lr1ra,
ese r1111ra. l'll LOntrapos tción al perfil.
!lO GLOSAIUO
GoTENRERG: )ohannr.s Gensfleisch, conocido jENSON, N1COl.I\S (1420-1480): grabador e MAESTRO DE ESCRITURA: copista O escriba
como Gutenberg (Magl'mr.i¡¡, hacia 1394 impresor francés. Depuró el dibujo de la profesional.
1468). Aunque Gutenberg no fue el inventor letra y creó el célf'hre tipo romano de MALAQUITA: piedra de la que los iluminadores
de la imprenta, sí le corresponde Jenson, considerado corno una de las extr<tían un pigmento de color verde.
el honor de haber a punto eJ proceso cumbres del arte tipográfico. MANO: en paleografía se refiere al copista de tm
t·ipográfico en su conjunto. jE.RocLíf1cOs: escritura de los antiguos egipcios ma nuscrito. En ocasiones se pueden
en uso a partir del1v milenio anterior a identificar varias manos en un mismo
1-iAMON, P1ERKE: caltgrafo y secretario de Carlos nuestra era. manuscrito.
JX. Fue acusado de fa lsificar la firma del rey, MAN UCIO, Awo, e/ Vie¡o (Bassiano,
¡.¡or Jo que fue ahorcado en In plaza de KANZLEt: escritura alemana cancilleresca hacia 1450-Yenecia, 1515): llumauista e
Grhe. Nos ha legado un tratado puulicado en el siglo XVII, imitando la gótica impresor italiano. Fundó en Venecia una
en 1567 titulado Alphabets de plmieurs de fractura. imprenta rélebre por sus ediciones de las
.mrtes ilP /el/res. KARuN: célebre maestro calígrafo flamenco del grandes obras de la Antigüedad en formato
1-h;RÁLOICA: ciencia y arte del blasón. El término siglo XIII. in octavo. Los textos que publicó eran
proviene de fioriwalt, que significa Kor.K, RuooLF (Nuremberg, 1876- 1934): seleccionados por los helenistas de la
mensajero en la vieja lengua germánic<t. inspirado creador tle (;aracteres. Es conocido •Academia Aldinn•. Confi ó al tipóg rafo
HJEL DE 11uEY: sust;mda extraída de la bilis de especialmente por sus enseñanzas y sus romano Francesco Gríffo los dibu¡os de
!Juey que, mézclada ton los colore6, permite realizaciones caligráficas. Muchos de sus caracteres de la primera itálica (1501). Su
una mejor adherencia sobr(' soporte liso. tTabajos están expuestos en el Kli.ngspor- hijo Paolo también fue impresor y erudito
HuMANAS: seg1in la clasificación Vox. r.ste Museum de Offenbach. (1512-1574). así como su nieto Aldo el foven
término se aplica a los (;ilracteres inspirados (1547- 1597)·
en la escritura humanística. La humana LANFRANS: jefe de los notarios en el pontificado MANUSCRITO: obra escrita a mano sobre papiro,
presenta remates más grucsob y un aspecto de Urb:tno Tl. Lanfrans está considerado pergamino o papel.
más robusto que la garalda. como uno de los creadores de la escritura MARCA TJPOGRÁFICI\: diseño en forma de
fiuMANiSTir.A: es la escritura de los humanistas pontificia caligráfica en el siglo XII. monograma o de viñeta qL1e a partir del
italianos a principios del 'li V, imitación LMICIOtl: trabajador ruyo oficio consiste en s iglo -xv lttílizaron los impresores como
directa de la carolina. L<1 huma11istica si1 vi6 inscripciones sobre piedra. emblema comercial.
de modelo al carácter llamado <romano• en LAPIDARIA: inscripción grauada en piedra. MATEilOT, LucAs: (;aligrafo vinculado a la
LAPISLÁLULI: piedra que, fi namente trit urada, c¡¡ncillería papal de Aviñón, autor de Les
produce un pigmento de un color ;rzul CEuvres (1608),
loEnC.RAMA: signo que representa una idea o la intenso. Ml\UIIDRAMNus: el abau Maurdrarnnus (muerto
palabra que designa un nbjeto. El ideograma Lt:.TM ue gótica tipográfica que imi ta la e11 778) dir igió el escriptolio de Gorbie,
tarnbién puede tener un valor fonético. gótica de forma. De aspecto vertical y cerca de Arnie ns. Probablemente creó el
ILUMINACIÓN: arte de decorar los manuscritos quebrado, la letra <.le forma se reservaba primer tipo tle escritu ra carolina.
nwcliantt' letras !JiOLadas y motfvos para los manuscritos religiosos y litúrgicos. Mf.YÚSCULA: capital de gra n módulo que se
ornamentales, en contraposición a la LETRA DE SUMA: let ra gótica inspirada en)¡:¡ opone a la minúscu.la.
miniatura o ane de pintar pequeños rotunda. Su nombre se debe a que f11e MliROVINCiA: eso-itura muy trabada, utilizada
cuadros, perfectos en cuarllo a su d ibujo, ut ili¡atla parn la impresión ele la SummfJ en el siglo vn en el reino franco.
composición y colorido. theologica <.le santo Tomás de Aquino. MtNtATOil: nombrr en l:ltín de l miniaturista u
lNc;tl'n: termmo latino cou d que designa las Líar;n: corteza de árbol sobre la que el escriba il uminador.
primeras palabr.-s de un to. trazaba una inscripción. La palabra •libro» MtNIArUtlA: escena de pequeño formato pintada
INCISA: en la dasificación Vox, la incisa es un proviene di rectamente de esta vuz. sobn· tln m¡:¡nuscrito para decorar el rexlo.
c:aráctt'r ruy<JS re1nates están ligerament·e LtBf\ARII: escribas romanos, esclavos o libenos, Mti'IIO: rol11. .Sxido de plomo uOiizado para
ensanchados en sus extrf'mos. especializados en la copia de tex tos. trazar las iniciales.
lNCLilSA: tipo de escritura cursiva, indinada LIGAOUI\A o ENLACE: pequel'lo trazo fino que une MtNÚSCuLA: letra de módulo pequeño que se
hacia la derecha seg(m un ángulo dos letras entre sí. opone a la mayúscula.
aproximado de 5-t (siglos XVIII y XIX). LIGNICULUM: punzón utilizado ¡.¡ara realizar el MINUTE: C$<'rÍ1Ura redonda o cou/ée de peque1ío
INICIAL: primera lcu•a de una palabra. En ciertos pautado de un manuscrito. módulo.
c;;-¡sos la inicínl rfnrmente ornamentada LINEAL: según la clasH1cación Vox, letra que no MtsAL: obra que contiene la totalidad de las
presenta unas proporciones muy superivres comporta rema tes. Ej.: Gill, Furura, llelvetica, plegarias y los clinticos correspondientes al
a las c1el texto del manuscrito. Univers, etc. <u'lo eclesiástico de la lglesia católica,
entonces el nornure de letra ornamentada. LI1TERA: letra en lat1n. Se ap lica también a la MóouLo: medida que sirve para dete rminar las
lNTcRLiNEJI: en caligrafía, nombre del espacio e$tritura. Ej.: l.illero bononieusis, Lill era propot•ciones de las letras. Se habla de letras
entre dos rl:'nglones. magna, Lirlera Romana. de módulo grande o pequeño.
lfiiLICA: tipo de 0scriturn en el qt1e LoGOTIPO: ol'igtnalmente, caracteres lmidos por MoLt"1A: instrumento que sirve para triturar lus
las letras están inclinadas hilcia la dert'cha. una ligadura. En un sentirlo más act ual, esta pigmentos.
Este térm ino se utiliza pref-erentemente en palabra se aplica a una p¡¡labra-imagen MONEO/\: CLJatro monedas estaban en vi15or
1ipografia. Los c::uacteres itálir.os fueron correspondiente 11 una marca. la Roma del siglo ' d. el as, fraccionable
creados por Aldo Maml(;io en 1501 . LOMIIARDI\S: nombre gt:rmánico de las letras en medio y en un cuarto; el sestercio,
loumeures. Son letras unriales nrnament11les moneda de latón que val1a 4 ases; el
DoNALD: uno de los calígrafos ingleses que a partir del siglo XII se <.l enariu, monedA d(¿ plata que equivalia a 4
contemporáneos mas re lcvan 1es. Desde 1964 exclusivamente como capitulares sestercios, y el aureus, moneda de mo
Donald Jackson está vinculado a los ornamen tales en los mamtscritos. equivalente a 25
Sf'rvicios administ1·ativos de la Cámara de LOMI!Á.IIDlC,\: escritura precamlina ull li-zada en MONOGRAMA: composición caligráfica formada
los E.s a11t01' de ThP Slory nf Wriling. el none de Jtalia. porvarlas letras yuxtilpucstas o entrelazadas.
GLOSAI\10 3ll
MoKr>ON, STANLéY ( 18H9-1967): disenador de nCtmbre Dicha rortel!.a se curta en láminas I'LtNIO EL jovEN (Caius Plinius Cilccilius
tipos. Es l!spl'cialmente conocido por el que se yuxtapo nen para formar finas hojas. ".lecundus. Como, 6 1 hacia t r.¡): escritor
New Roman. Fue igualmente ,¡utor El papiro fue el soporte ptt•dilecto de los latino, sobrino de Plrnio el Vie¡o. Sus
dt> varias obras 1ipografia y caligrafía. egipuo) Epfstolfls, publicadas de 97 a 109, forman
PAtA: tra1o vertic-al de ciertas letras tf'rminatlo lo esencial de su obra.
NEGRO oE color que se prepara con en curva. (>uNtO EL VIEJO J>linius Secuntlus):
negro de humo y gumil arábiga. I'ATA m MOSC./\: en la Edad este término escritor y nalurali&ta latrno, nacido en Como
NriXO: raríLctc•r compuesto por dos unidas. se aplicaba ;¡ lu;, pequeño;, elemen tos en el año 23 y faii<·C'iJo en Stnbia en 7'1·
N1ccou, N1ccoLú: humanista y dcmrativos que el escriba colocaba en el durante una erupción del Vesul>io. Fue autot
noremino nc1udo en lJÚ4. Tradicionalmt•ntr interior de denas letras Dichas tle obras de erudición hoy desapareCI(),".
se le atribuye la invención dP la letra •ll10>ta>• eran a menudo de color rojo o azul. Solamente ha lleg.1do nn5otros su
t.ursiva PAUTADO: operación consi'iteonte l'n trazar lineas Histonn nntural. vrrdadPra enciclopedia cleol
tintura dt' color marrón r¡ue &t' sobrt? d pergamino para facilitar el1rabajo conncimiento ()('su epoca.
extrae de nurn•> y que en r.:l&<lS del Dicho pautado se realiz-aba a la I'LllMA: cada uno clr apénd1ccs
puede sustituir a la tinta. punta SPC:a o con una mina dt! plomo. ' IUe cubren el cuerpo Jc las
PERrrL: parte delgada y fina uc uno lctTa, en aves y cuyo car\6n, cortado en bi5el, sirve
OcRE ROJO: llerra rOJa de la que se extra¡• 11n wntrapusición al grue:.o. mmo instrumento dr
pigmento de un ti) no vivo PERGAMINO piel Jc cabra, de cordt•ro o de Pt UMlllt: caja Pn la c¡ue el calígrafo guarcJ,¡ su
ÜGHAM: e>critura de las antiguas tl.'nwro preparada especialmente para servrr material tle escritura.
g¡nHicas. rk a la escritura. Ld palabra PóuzA ot CAKAU Ell.ES: surtido de
ÜJO: en tipografía. nombre de la pane dP un pergamino proviene directamc.>nh! de t·¡¡racteres (t ;¡pttales, raja bJja,
carácter que se imprime. Pcrg.1mo, t iudad Jel rey Eumenes, que fue el rifras y puntuación) par a la co111posición ch
Or•rsrÓCIV\fO: manusrrito en el que r lr ectn y r•l primero en forne.ntar el us11 de material. un texto en un estilo seleccionado.
verso estan cubiertos de escritura. La parte interior de la pi!:!l se denomina lado POI'I'L, FRrEDIIICII (Sorborte11 t9Z3- H)Il2.):
Or\o EN CONCIII\: om eon polvo mettlado con rarnc y la parte exterior, de mejor calidad. calígrafo y tipógrafo alcman c¡ue nos
goma arábiga Onginalmente se pre>entaba se denomina taJo nur. d<' gran y
en forma de una pa:.tilla que se colocal>a "'" en el siglo xvu1, pnsses son palabras elegancia.
el interior d<> una concha. El 010 l'll wnchil f'n que suprimen letras para P1101E: jefe del talle1 de rompo>icióu tle una
brilla menos que el oro puro, ya quL• este ai1ad1r diferente& trazos de pluma. Los imprenta
último no cQntit•ne ningún passes provienen principalmente de la PUMI!X: piedra pómez que emple>ll>,,
O"o EN POtvo: oto en polvo sin ningún ti po de r0rfondn. En el siglo antt•rior, Nicolás Lesgret límpiat y alis¿u· el pcrg;Jmino.
aglutinante y cuya pttreza varia de 18 a 24 utilizaba el lrütcs para referirse al l'ul'ffA DF. PLAIA. hen a mienta de pautadn
quilates. mismo cnnrepto. utilizaba t> l iluminador para esbot.ar los
ÜROPIMENTE. nombre del pigmento amarillo pluma!. mayores situaJa:. en las motivos sobre el pergamino.
nbtenido del trisulfaro de arsénico extremida<.les de las alas de las aves PuNTA \LCJ\: punta dc mrtal, 5iuónimo de
PERLA: caligrafía de muy pPquefiO módulo, en punzón.
I'MU.AS&ON, CHAKII·S: maestro de e>Ci tt ura y de l.Joga durante el sigJt¡ XIII y que UTilizaba l'urmzoNES: triángulos 1nerir.liOt> que so>ti t• rtc'll
arquitectu r.t. para la Encyclopt!die la para tmnscribir las biblias dP p<'qtrCí1o los alambres de.: lv forma e n la
sección dctlicilda al dt'te de la e>crilura form;Jto. filbricación del papl'l. verlicilll!S visible•
( 1760) PtlltARCA ( 1304 1374.): célebre humanista tlcl pnr transparenci,t en PI verjuraJu.
PALATINO, GroVAMBAITI>rA' calfgrato italiano Kenacunicntu. Poggio se hahria inspirado en PUNTO: lermino que M.' refiere a los
nacido 15 15 en Rossano (Calabna), la escritura de Petrarca o en la de Salutati al cóncavos tic una pluma de avr tallatla
a•Jtor deJ tratado Libro nuovo d'imporarl' 11 c•ear la escritura humanf..tica !le habla por del punto dt•l
scrivere (Roma, 1 540). Fue el primPro en PETRocuro: tra:w grabado rn hueco sobre pulgar y del de dcc lns.
dejamos su retrato grabado en rnade t a. piedra. Estf' tFnniuo se ,,pirca a los grabaJos riiN7ÓN: J)Uilliagudo Ulilit.adu ('11
p,,LEOCRAFÍA: rienda tle las amiguas rupeStl t•&. Edatl Media r ara perrorur el pergami tto y
y su desriframientu. Prr:Ano: at.rión de prJcticar pio!queño) agujeros fac ilitat su pautoJo.
PAliMPSESTo: pt!rgamino en el que el texto en el pergamino para lacilitar el pautado. PrJ NZÓN TIPOCI\ÁFlCO: trozo tle ac.:e ro sohn• l'l
pnmitivo ha borrado para cubrirlo m11 Pr<.,oc;RArrA: de primiti va que que se graban las letras en reliev¡• y qut·
un nuevo tr>..tn permite expresar idea> mediante símbolos o sirve para crear m.ltrirf's de Jo,
I'IILO CAMPlcrtr. colorantl' rojizo extraído del c:.cenas l'u1•rTRE: mesa de trabajo cuyo plano puede
árbol mexit.:anu cJel mismo nombtt• I'IEDIVI N[CRA: uno de los más an tiguos estar m.h o m(·no' incliuado.
i'AN DE oRo: t>l pan tic oro se utiliza piira cubrir ves tigios gro:ífícos de la <rvtli7ación [¡¡tina Punt•uRA: tt·nnino que dc'signa un pergamrno
riertos motivos decor;:Hivos en Este bloc¡lte de piedra hallado en el 1eríido dicho rnlur. Los manuscrito:; t),.
Sr presenta en torr na de foro romann remonta al ::tt'io lloo a. de C. lujo del periodo C:ilrolingio, " menudo
hOJtl' t'Jitrcmadamente que PtCMENTO: 111aterial de base, nJtural u químic.o. l'Srritos I'UII uncii11c>, son
se mediante un especial que s1rve para prepar.u- excelentes de esta tí•cniC'a.
PAN/A. pa1 tt- curva y cerrada de una letr¡¡ PLANTIN, CuRr:.TOPBE: impresor y humanista de
materia preparada a partir de trapns o Amberes, nacido en 1520 ('11 Saint·Avertin, QUADRI\T\IS: tipo de gotie'a de fnrm¡¡ de Jllclcllllct
de fibras wgctales reduciJas a Oii.J rcrc:a tle Tours. y muerto en Ambe1e5 en grande de muy esmerado y
finas hojas qur· obtiel1l'11 sirven m nro 1589. Afincado (' O CSla ciudad desde 15)0, caligráfico.
:>oporte puril l<l rura. l:xistt' imprimiri nttmerosas obr:1s d(• erutlición y QUIKÓCRAFO: documento caligraf'iadt• dos vc•n•s
verjuradc¡, papel vitela. de arrm, de• nrurera, libr o' lltt'rrgicos, enlre lus que figura la sobre una misma hnj,¡ de pergamino qu<.'
etc Biblia Regiu o Poliglow terminada cortaba a lo lt1rgo dl' un emhlema certt rill
l'11rti\O: sopotle p.ua la escritura confl'tCÍlonado 1.!11 1572. EMá considerc1do a ju:.to titulo para que cada und de las partes
con la cor1<·1a tic• la planta enmo el prrmer gran editor mdustrial. de un <•jt>mplar.
312
RASI'AUOk: inst1 tmlc•nto prov1sto el!' una ro11trolar el impac(l) dr me1Ha1e' y neg1os puros, sin gradación íntermedia. qu
cuchilla que ultli.taban Jos escribas para extraer ciE'I1os principios generall!s sob1e hace aparecer el sujeto del mismo motlo y
borrar los erro1 es tle un mauuscrilo. comunicación visual. que sirve para grabar la plancha de
RELIO: primera c.;aru que se uli liza de un pliego. 5GMIUN<.:IAL: tipo de escritu ra derivado de l impresión en ófset.
KWONDA: tipo de escritur:t muy empleado en Epi tome, cnn algunos de l;l (Marcus Tull1lls Tlro): escritor latino y
los XVIII y XIX. Sus gruesos y perfiles cu1siva romana, secretario de Cicerón. Este li berto puso a
estéin muy StNffLLDER, Awvs (Praga. 1771-Munich, 1834)· punto utl de taquigrafia conoddo
RqAI GAR: pigmento rojo bnllantc obtenido autor dramático e inventor de la litografía, como •notas tiron1anas•.
a parltr del b1sulfuro de ar!>émco. muy un procedimiento de impresiéJn en plano nombre del demonio de los wpist<
utilizado por los ilummadores irlandeses. que sirve de tma piedra cal1za y de la EdaJ Med1a. Este pequeño demonio
del trazo vertical de una cuyo prmcipio se basa en el antagonismo encl)ntraba un travieso placer en hacer qut
letra. entre el agua. que es absorbida por la los monjes c:ometiesen errores haciéndoles
RoELANos, DAVIIl: Oamenco nacido en pietlril, y los cuerpos que rt-tienen la saltdrse letras o renglanes enteros.
Arnberes en 157 .t.. Posteriormente se instaló tinta y permiten reproducir el dibujo. TrruLUs: signo de ab reviac:i6n que sirve para
en Flesinga, donde publicó una obra titulada SEN"rADA: escritura caligTáfi ca que escriba una o varias INras dentro ele
T'Ma9azi11 n{t · l'uchuy.t der... realiza con gran esmero, levantando la una
RoLLO: manuscrito compuesto de hojas de mano con frecuencia. en cont1 aposirión a TooTs, Vlt.LU; ct11ígrafo estonio de renombre
papiro o de pergamino enrollacJas sobre un la escritora rápida. internacional. Ejerce su actividad en T¡¡llin
de milclc>ra o de marfil. Hasta la Edad SE.RIGMFJA: procedimiento de imprC3ion similar (Estonia).
Media se conocía por eltérmlllo lmino al del estarcido. La serigrafia se vale de una ToRY, GEOFROY· ti ptígralo francés nacido en
volumen. La palabra rollo también ,e refiere pantalla de seda o de nilón a través del cual Brujas en 148o. autor de Champ Fleury, un
a una pieza di' autos. Se llamo as1 porque se hace pasar la tinta mediante una espátula. tratado qu<• analiza las proporciones de las
antiguamente :Ol' tm de Stt;LJ\: suces1ón de inicialeli correspondiente a letras en relación con el cuerpo hum11no.
perg;unino que S<' arrollaban. la abreviación de una palabra o de un titulo. La tipografía le debe en especial la puesta
RoMANO: término l¡uc se aplica a los alfabetos cifra, letra o señal situada en 1'1 punto de la coma, los acentos y la cedilla.
utilizados durante el RenacJmiento, cuya primer pliegue de cada cuadernillo de un letra uncial ornamental utilizada é
capital se en el trazado antiguo y l¡¡ libro para racilitar su plegado y su modo d!' capil ulilf a partir del siglo XII.
ca ja baja de 1:1 humanística. Este colocación en la secuencia correcta.
término t;unb1én se rcl iere a los cararteres S1lJ\8/IfUO: en paleograña, sistema de notacinn UcARÍTICA: antigua escritura semítica. Su
n·Lio5, en contrapo:.ición a la itálica. de los soniJos en el quP los signos apelación proviene del nombre de Ugarit,
RotuNOt\: 11po de,.,, ritura gótica redonda ro11 esponden a sílabas. Ej.: el silabatio ciudad de la fenicia que fue destruid
utilizada en España y en Italia a partir cJel japones o Hira-Kana. hacia 1200 a. dr C y en cuyas ruinas se ha
siglo xv. Se conote como letra ue suma. !:ITRICI.., MAR.IA: calígrafa holandesa, nacida e11 encontrado tablas de arcilla cubiertas con
RuBR.ICA: letras y fragmentos caligrafiados en Den Bosch en 1577. En l607 publicó cuneiformes. Su estudio reveló que
tinta roja. Tooneel cler loflijckc Schriifpen esta& inscr1pciones corresponden il un
RuSiliCII: trozo en arabesco que prolonga SuLfATO oE HIERRO: sal de hierro que, mezclada alfabeto de treinta signos.
ciertas Jeuas. con ácido tánico, se utiliza para J¡¡bricar UNCIAL: escritura redonda Cilpitalizada,
R.Uili\ICATOR. est1 il.m cuya trabajo consisua en tinta. empleada de los siglos tv a;<.
escribir todas las i11Íli<1les y todos los SUSPENSIÓN: procedimiento de abrevia tura
escritos en tintct roja. consistente en suprimir ciertas letras de una VAN DEN VF.LDE, )EI\N (Amberes,1569- 162J):
RuNAS: letras rlc· .tnttguos alfabetos palabra. callg1afo namenro, autor de Spieghel der
germano y Pscand1navo, halladas en Schrijjkonste, publicado en 1605. Van den
Dinamarca. Las rúnicas más TAQUICRAFIA: arte de escribir rápidamente Velde eMá considerado corno uno de los rr
antiguas sP remontan a pnnciptos del siglo mediante signos de abreviación. Antagua grandes de todos los tiempos.
111. La rúntca expenmentó varias denommación de la estenogralía. VAN DvcK: célebre grabador namenco que
transformaciones. Se les atnbuyó poderes TEXTUIILIS: llpo de gótica de forma de buena dibujó en 1660 un tipo romano muy
magiw:. y fueron utilizadas corno alfabeto factura. aunque reservada para los libros inspirado en Garamont.
secreto hasta el siglo XIX. ordin;mos. VERSO: segunda pág1na de un pliego.
RtÍsncA: escritura romana del siglo 1, realitada THibl\i.JOE.Au, FRANCIS ( 1860- 1925): especialista VIÑETA: ornamento tipográfico librario que e.
snbrc papiro o pergamino. Sobre los muro> froncés que estableció una clasificación ele su origen te11IO forma de hoja dE' virL
de Pompcya se han encontrado vestigios de las letras en cuatro familias: las /\ntiguas o VtSIGÓTICA: Lipo de escritura 11lilízada durant
esta escritura. Ex iste igualn1ente otro lipo de de palo seto, las Didol, las El2evirianas y las la Edad Media en la península Ibérica.
capital rústica llan1ada del siglo v. l:gipcias. VtTEI..A: pergamino muy fino fabricado con la 1
TIMORADO EN REUEVE: procedimientO t.Je de un ternero nonato. Por e.xtensión, papel!
SALTERIO: libro que conttcne los cánticos 1mpresión. similar al grabado en dulce, que de pasta lina sin vetas o puntizones.
religiosos de la Biblia. pe1 m1te obtener letras en relieve. El papel se VOLUMEN: en la Antigüedad. manuscrito de
SCRti'T: tipo de escritura manuscrita que imita presiona entre el hueco del grab<1do y una papiro o de peag-.1mino enrollado alrededc
la caja baja tipogrM\ca, muy característica contrapartida en relieve. de un bastón.
de los países anglosajones. liPO: carácter de imprenta. Vox, SAMliEL MoNoo. llamado Max1miliano \
SELLO: marca o cmhlt'ma de una ciudad o de un TtPOGRAFÍA: procedimiento tle impresión que se { pintor, grabador y editor
personaje de alto rango. Los sellos pueden 1e,tliza mediante elementos en rc•lieve. Arte francés. Es conocido sobre tacto por su
estar estampados sobre un auto manllscriiCI de componer y de maquetar textos sobre nueva de los caracteres
o sobre más diversos soportes. páginas. tipográlicos t•n nueve familias: Humanas,
SEMIOLOGÍA· disc1plma que estudia el desarrolln fii'ÓGKAFO: persona que compone textos Garaldas. Realt'S, Didonas, Mecanas,
y la l11nci6n de lo) en la vida de los manualmente mediante caracteres móviles. Lineales, incisas, Escripias y Manuales.
grupos La semiología permite TtPÓN: cliché que solo p1esenta blancos y Fundó la École de Lure en Lurs-en-Prowr
313
YCIAR, JuAN DE: maestro cahgrafo nacido en ZAPF, HERMANN : el profesor Zapf, nacído en
Durango en 1522, autor del primer tratado 1918 en Núrembcrg, está considerado como
español sobre escritura, publicado en uno de los caHgrafos y diseñadores de
Zaragoza en 1 <;41). ca rilc'leres más rcleva111es de nuestra época.
En tre sus creaciones des tacan la Optima, el
Mclior y el Palatino.
314
CRQNOLOGíA
35000 P1incipio del arte paleolítico emopeo. 1755 Hamlll'abi dic ta su njdigo de leyes sil Julio Cesar conquis ta la Calia.
30000 Civilizacion auriñaciense (primeras (re ina de 1792 a 1750). 48 Destrucción ele la biblio teca de
de dt'tc figunllivo). 1570 El faraó n Amosb L (ts8o-JsS8) expulsa Pérgamo. Cicerón ( 106-43) establece el
23000 Civilización perigorcliense. a los hic..sos y l'unda el Imperio nuevo. vínculo e ntre las culturas griega y li.\lina.
tgooo Arte y magdaiPniense 1500 Tablillas de arcilla de Cnossos grabadas 27 Augu s to se- convh:!rte en el pr imer
antiguo (Lascaux, Pct:h con lineales A y B. emperador rotnano.
l-¡000 Magclaleniense medio y st•perior 1po Empieza a escribirse el Libro de los Capital augus ta!. Los rema tes adquiere n
(pin turas dt> font de Galtme, Altamira, IT/1/PI'IOS. su fon\ lcl dásica.
Niaux). 1400 Ugarit, antigua dudad de la 5 Nacimiento c.le Cristo.
9000 Guijarros pintados con signos fenicia. o. Apogeo de la civilización romana.
rle (,¡ civilir.acióo azilense 13(¡0 Tabli ll as de arcilla con escritura Escrit ura rús tica del siglo t.
(Arit!¡;c). ctt neiforme uga ritic¡¡. Prirneras 70 Se consignan los Evangelios pnr escri to.
La ciudad más antigua que se conoce: dt> alfabeto. 79 Erupción del Vesubin. Pompeya quedn
jeric6. 12'i0 Biblus. 1nscripción fen i!'ia alfa bé ti ca del
ÓOOO Culturas c.l!:' Yarmo y c.le Tell Halaf. s!:'pulcro tlel rey 1\hiram. Cursiva romana del siglo 1.
sooo c.le El Obeid, c.t> n.:a de Ur 1100 Principio de l Imperio asirio. 98 la civílización roma na eo
4000 FunJación Jc las primeras riudades- 1000 Principio de la escritura demótica España.
en ')umer. rgipcia. 105 El mandarín chino Tsai-Lun inventll el
Aparece en Oriente Próximo el sello 900 Lus griegos adoptan alfabe to fen irio. pa pel.
cilíndrico como marril ele propiedad. 8so Los et ruscos se esLablecen en Itali a. 108 Foro y col umna de Trajano.
3500 Principio de la cultura de Uruk. (actua l t!oo Los griegos lnventan el aJfabt>to Capttal trajana (114.).
empla7,.tmi e nto de Warka). moderno con voca les. ro
Ti de Bellis.
BOO Primeros doctt mentos pictográficos 780 1lornern compone la llíarla. CLtrslva roma nu de l stglo n
c.lcscuhiert(l' e n Wnrka IV, l;, ant iguo 753 Fundación de Roma. 230 Los godos, los ala ma nes y los uacios
Uruk. 750 Apogeo c.lel Imperio as irio. invaden el Imperio romano.
3200 Paleta pictográfira de Nermer, primer 700 Tab li llas con alfabeto etrusco halladas Tipo del Epítome.
faraón de la dinasua Tir1.ita, con capital en Marsi liana de Albegna. 313 El edic to de Mil;in instaura la to lerancia
en Menfis. lloo lnscript:ión de la lapis niger o p iedra religiosa y el c ri s t ianisrno pasa a
1100 Escriturc1 jerogllfica en Egipto. negm del Foro. Es la inscripción latina se r religión c.le estado en el Imperio
28oo Época de la escrílura cuneiforme más ant igua que se conoce. trazada en romano.
¡.¡rímitíva (h;wia 2800-2(>00). bus tn)ledon, méttldo q ue se perpetuó 32 4 Fundación de la basílica Jc P1:1drc) eh·
Principio de la civilización minoica en has ta mediados del siglo IV a. de C.). Roma.
sog crea la Rep(•b li ca roma na. 330 San Mart ín predica en Gali;1.
2..f50 Sargón el Semitn reina en Suntcr y +60 Era de Pe ridt•s, eda.c.l do rada de Atenas. Capital quadrata del siglo rv.
runda la dinastía de Akkad. 350 La orientación hacia la derecha Uncial latina (390).
2LOO Gutlea es gobernador ele Lagash. prevalece fiJ1ahne11te en la escritura 395 El Imperio ronm no se d ivide en dos: el
2100 Tnb li11 .1s con escritu ra cuneiforme del lat ina. Imper io de O•ie n re y el de Ocddellle.
rey Urua111u, fundador de la tercera )00 Las letras capitales estan ma l alineadas 406 Grandes invasiones bárbaras. Los
dinastía de Ur. sobre el renglón y la diferencia entre francos el none de la Galia.
2050 Principio dellmperio med io con capital gruesos y perfiles es mínima. 410 Los visigodos de Alariro se apodemn de
en Tcbas. 200 A parc·cen los rema1es y las !erras van Roma.
Hacia 2000 Divinidades y héroes so11 alineándose paulatinamente sobre u na Rústica de l siglo v.
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1930 El rlfsct se sirve de la transfetcncia 1950 [.1 calígrafo y tipógrafo Hermann Zapf 1970 Se gencraliun las asociaciones
fotolitográfica . crea los tipos Palatino y Oplimn. caligráFicas en Estados Unidos.
l932 El diario Tlw Times utiliza el tipo del 1951 Se runda la Escuela de Lure (Primer Aaron Burns y 1-lerb Lubalin crean la
mismo nombre diseñado JWr Stanley ma nifiesto). lntemat·ional Typcrat:e Corporation.
Morison. 1951 Hygonnet y Mnyro11d lnwntan la Aparece el escán<•r.
1':137 Charles PeigncH y )can Mallon realizan lumilipia. L97S AparecPn los microprocesadores.
la primera película que !'>:plica el 19')7 Charle!. Peignot crea la Asociación HJ76 Roger Druet publica La civilisatian de
ductus dE" la letra. 1 ipognifica Internacional. l'écriture.
'939 Se publica L'EcriturP lnww, dt> fu 1\}60 Aparrccn las letras transferibles. Se 1980 Aparece la telemática (interacción Jcl
n
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Henri Munsch. luna.
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LA EVOLUCióN D.E LA ESCR[_JUR¿\
L'-1t m arcaico
lupos mgrr (6oo a dP f ) Ldlln arcaoco. seglo 111 8. de C.
v-J9Yo 18 f>-. DVONORO orTVMOFVISE· Cur-iva romana dl'l siglo 11 a. de C. Grafito del \o¡;lo 11 a de C
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