DGDH-cuadernillo-4 21 v2
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I. INTRODUCCIÓN ................................................................................................................... 7
D) La presunción de inocencia......................................................................................................................... 26
El derecho al debido proceso está protegido por la Constitución Nacional (artículo 18) y por la mayoría
de los instrumentos internacionales de derechos humanos que gozan de jerarquía constitucional
(artículo 75 inciso 22). La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre prevé que
‘‘toda persona gozará de la garantía de concurrir a los tribunales para hacer valer sus derechos y a
disponer de un procedimiento sencillo y breve que ampare contra actos de autoridad que violen sus
derechos’’ (artículo XVIII). Por su parte, la Declaración Universal de Derechos Humanos reconoce
que ‘‘toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente por un
tribunal independiente e imparcial…’’ (artículo 10). A su vez, el Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos (PIDCP) determina que ‘‘todas las personas son iguales ante los tribunales,
teniendo derecho a ser oídas públicamente con las debidas garantías por un tribunal competente,
independiente e imparcial, establecido, tanto en materia penal como civil’’ (artículo 10) y, de este
modo, da un paso más que la Declaración Universal, exigiendo la publicidad del procedimiento,
con excepciones vinculadas a la protección de la intimidad de pleitos matrimoniales y aquellos que
incumban a menores de edad. Sin embargo, es en la Convención Americana sobre Derechos Humanos
(CADH, artículo 8) donde el derecho al debido proceso encuentra su previsión más amplia, y por
ello hemos priorizado sistematizar en esta introducción los estándares que se derivan del sistema
interamericano de protección de derechos humanos.
El artículo 8.1 de la CADH consagra las garantías judiciales generales exigibles en el marco de un
proceso de orden civil, fiscal, laboral, penal o de cualquier otro carácter; mientras que el artículo
8.2 establece las garantías mínimas que deben ser aseguradas por el Estado a toda persona durante
el proceso penal. No obstante esta diferencia, la Corte IDH ha precisado que a pesar de que el
Por su parte, la CSJN se ha referido al ámbito de aplicación de este derecho, tanto respecto de su
oportunidad procesal como de sus sujetos activos. En este sentido, hizo extensiva su protección
durante la totalidad del procedimiento penal, inclusive durante la ejecución de la pena (Fallos
327:388) y sostuvo que el derecho a un debido proceso legal atañe al acusado, pero también a la
víctima y sus familiares (Fallos 321:2021). Asimismo, en cuanto al Ministerio Público Fiscal, debe
recordarse que el máximo tribunal sostuvo que el derecho de defensa en juicio previsto en el artículo
18 de la Constitución Nacional debe garantizarse a todo aquel a quien la ley reconoce personería para
actuar en juicio, abarcando también a quien ejerce la acción penal (Fallos 268:266; 331:2077).
Según el art. 8 inc. 1 de la CADH, el juez encargado del conocimiento de una causa debe ser
competente, independiente e imparcial. Ello implica en primer lugar que las personas tienen el
derecho de “ser juzgadas, en general, por tribunales ordinarios, con arreglo al procedimientos
legalmente establecidos” de manera previa a los hechos del juicio (Corte IDH, caso “Barreto Leiva vs.
Venezuela”, sentencia de 17 de noviembre de 2009, Serie C N° 206, párr. 75).
La garantía de independencia judicial se encuentra regulada como un derecho cuya titularidad corresponde
tanto a los/as justiciables como a los/as magistrados/as. La Corte IDH ha precisado que de la independencia
judicial se derivan tres garantías: un adecuado proceso de nombramiento, la inmovilidad del cargo y la
protección frente a presiones externas (cfr. Corte IDH, caso “Tribunal Constitucional vs. Perú”, sentencia
del 31 de enero de 2001, Serie C N° 71, párrs. 73 y 75). En tanto que la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH) ha interpretado que la garantía de independencia judicial se extiende también
a fiscales, y a defensoras y defensores públicos (CIDH, “Informe sobre garantías para la independencia de
las y los operadores de justicia”, OEA/Ser.L/V/II. Doc 44, 5 de diciembre de 2013).
Para la Corte IDH, el debido proceso tiene como uno de sus presupuestos fundamentales “que el juez
que interviene en una contienda particular se aproxime a los hechos de la causa de modo imparcial”;
ello supone que “el juez o tribunal en el ejercicio de su función como juzgador cuente con la mayor
objetividad para enfrentar el juicio” (Corte IDH, caso “Herrera Ulloa vs. Costa Rica”, sentencia de 2
de julio de 2004, Serie C N° 107, párr. 171).
En este sentido, la CSJN consideró que el derecho a un tribunal imparcial es un elemento del derecho
a la inviolabilidad de la defensa en juicio (Fallos 257: 132) garantizado a todo aquel a quien la
ley reconoce personería para actuar en juicio, incluyendo, naturalmente, a quien ejerce la acción
El derecho a que un juez o tribunal decida los casos sometidos a su conocimiento en un plazo razonable
constituye otra de las garantías judiciales generales exigibles en el marco de cualquier proceso.
De acuerdo con el Tribunal interamericano, el Estado está obligado a asegurar la determinación
de los derechos de la persona en un tiempo razonable ya que una demora prolongada o “la falta
de razonabilidad en el plazo constituye, en principio, por sí misma, una violación de las garantías
judiciales” (Corte IDH, caso “Hilaire, Constantine y Benjamin y otros vs. Trinidad y Tobago”, sentencia
de 21 de junio de 2002, Serie C N° 94, párr. 145).
La Corte IDH a su vez entendió que el concepto de plazo razonable “debe medirse en relación a
una serie de factores tales como la complejidad del asunto sometido a proceso, la conducta del
inculpado y la diligencia de las autoridades competentes en la conducción del proceso” (Corte IDH,
caso “López Álvarez vs. Honduras”, sentencia de 1 de febrero de 2006, Serie C N° 141, párr. 132).
En igual sentido se ha expedido la CSJN al considerar que “la duración del retraso, las razones de la
demora, y el perjuicio concreto que al imputado le ha irrogado la prolongación del juicio, son factores
insoslayables para saber si se ha conculcado la garantía de obtener un juicio sin dilaciones indebidas”
(Voto del ministro Fayt en Fallos 327:327, entre otros).
Por otra parte, los tribunales tienen la obligación de motivar las resoluciones; ello implica “la exteriorización
de la justificación razonada que permite llegar a un conclusión”, de manera que “protege el derecho
de los ciudadanos a ser juzgados por las razones que el derecho suministra, y otorga credibilidad a las
decisiones jurídicas en el marco de una sociedad democrática” (Corte IDH, caso “López Mendoza vs.
Venezuela”, sentencia de 1 de septiembre de 2011, Serie C N° 233, párr. 141).
Entre las garantías mínimas que el Estado debe reconocer a todas las personas para asegurar el
derecho a la defensa, debemos mencionar, en primer lugar, el derecho a la presunción de inocencia
(CADH, art. 8 inc. 2) que acompaña al acusado durante toda la tramitación del proceso hasta que
una sentencia condenatoria que determine su culpabilidad quede firme (cf. Corte IDH, caso “Ricardo
Canese vs. Paraguay”, sentencia de 31 de agosto de 2004, Serie C N° 111, párr. 154). Del principio de
inocencia se “deriva la obligación estatal de no restringir la libertad del detenido más allá de los límites
estrictamente necesarios para asegurar que no impedirá el desarrollo eficiente de las investigaciones
y que no eludirá la acción de la justicia”, dado que la prisión preventiva es una medida cautelar y
no punitiva (Corte IDH, caso “Suárez Rosero vs. Ecuador”, sentencia de 12 de noviembre de 1997
(Fondo), Serie C N° 35, párr. 77; y caso “Barreto Leiva vs. Venezuela”, párr. 121). De allí que una
prolongada detención preventiva equivaldría a anticipar la pena y, en consecuencia, a violar el principio
de presunción de inocencia (cfr. Corte IDH, caso “Suárez Rosero vs. Ecuador”, párrs. 77 y 78).
La presunción de inocencia no sólo rige en materia penal sino también en los procedimientos
El derecho de defensa también incluye el de contar con la asistencia gratuita de un traductor o intérprete,
si no comprende o no habla el idioma del tribunal (CADH, art. 8 inc. 2 apartado a), y a la comunicación
previa y detallada de la acusación formulada (CADH, art. 8 inc. 2 apartado b). Sobre el contenido del
primero, la Corte IDH estableció que consiste en asegurar que las personas “puedan comprender y hacerse
comprender en los procedimientos legales…, facilitándoles intérpretes u otros medios eficaces para tal
fin” (Corte IDH, caso “Tiu Tojin vs. Guatemala”, sentencia de 26 de noviembre de 2008, Serie C N°
190, párr. 100). En cuanto al derecho a la comunicación previa y detallada de la acusación formulada, el
Tribunal interamericano sostuvo que “el Estado debe informar al interesado no solamente de la causa de
la acusación, esto es, las acciones u omisiones que se le imputan, sino también las razones que llevan al
Estado a formular la imputación, los fundamentos probatorios de ésta y la caracterización legal que se da
a esos hechos”; y que esta información debe ser “expresa, clara, integral y suficientemente detallada para
permitir al acusado que ejerza plenamente su derecho a la defensa y muestre su versión de los hechos”
(Corte IDH, caso “Tibi vs. Ecuador”, sentencia de 7 de septiembre de 2004, Serie C N° 114, párr. 187).
El derecho de defensa comprende además el derecho del inculpado a que se le conceda tiempo y
medios adecuados para la preparación de su defensa (CADH, art. 8 inc. 2 apartado c) y a ser asistido
por un defensor de su elección y de comunicarse libre y privadamente con aquél (CADH, art. 8 inc. 2
apartado d). Según la Corte IDH, esta garantía implica que el defensor pueda asesorar al investigado
sobre sus deberes y derechos, sobre la posibilidad de ejercer recursos contra actos que afecten
sus derechos, de ejecutar un control crítico y de legalidad en la producción de pruebas; y que el
investigado tenga acceso a la defensa técnica desde el momento en que se ordena una investigación
sobre su persona, y sobre todo en la diligencia en la que se recibe su declaración (cf. Corte IDH,
caso “Barreto Leiva vs. Venezuela”, párr. 61 y 62). En este mismo sentido se ha expedido la CSJN en
Fallos 329:4248 al afirmar que no es suficiente con que se asegure la posibilidad de que el imputado
cuente con asesoramiento legal, sino que este asesoramiento debe ser efectivo.
El derecho de defensa también abarca el derecho irrenunciable a ser asistido por un defensor
proporcionado por el Estado si el inculpado no nombra un defensor dentro del plazo dispuesto por la
ley (CADH, art. 8 inc. 2, apartado e). En particular, la Corte IDH se pronunció sobre la importancia
de la asistencia letrada en los casos de personas extranjeras privadas de la libertad y consideró que
el Estado receptor debe tomar en cuenta las particularidades de dicha situación para que la persona
concernida goce de un acceso efectivo a la justicia en términos igualitarios (cf. Corte IDH, caso “Vélez
Loor vs. Panamá”, sentencia de 23 de noviembre de 2010, Serie C N° 218, párr. 132).
La Corte IDH además se refirió al derecho de defensa en procesos no penales: “las circunstancias de
A su vez, el debido proceso supone el derecho de la defensa a interrogar a los testigos y de obtener
la comparecencia, como testigos o peritos, de otras personas que pueden arrojar luz sobre los hechos
(CADH, art. 8 inc. 2, apartado f). Al respecto, la CSJN resolvió en Fallos 329:5566 que era “violatoria
del derecho consagrado por los arts. 8.2.f, de la Convención Americana sobre Derechos Humanos,
y 14.3.e, del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos la condena que —al incorporar por
lectura las declaraciones que los testigos habían prestado durante la etapa de instrucción mientras
el imputado no había sido habido— se fundó en prueba de cargo decisiva que la defensa no tuvo
oportunidad de controlar”. Por su parte, para la Corte IDH este derecho también alcanza a las víctimas,
al advertir que la imposición de restricciones a los abogados defensores de las víctimas es violatorio
de la Convención Americana (cf. Corte IDH, caso “Castillo Petruzzi y otros vs. Perú”, sentencia de 30
de mayo de 1999, Serie C N° 52, párr. 155).
En cuanto al derecho a no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable (CADH,
art. 8 inc. 2, apartado g, y art. 8 inc. 3), la Corte IDH aclaró que además se tiene que respetar “en
procedimientos o actuaciones previas o concomitantes a los procesos judiciales que, de no someterse
a tales garantías, pueden tener un impacto desfavorable no justificado sobre la situación jurídica de
la persona de que se trata” (Corte IDH, caso “Maritza Urrutia vs. Guatemala”, sentencia de 27 de
noviembre de 2003, Serie C N° 103, párrs. 120 y 121).
El derecho a recurrir una sentencia (CADH, artículo 8 inc. 2 apartado h) ha sido interpretado de modo
exhaustivo por la Corte IDH. A este respecto, el Tribunal regional ha dicho que “[i]ndependientemente de
la denominación que se le dé al recurso existente para recurrir un fallo, lo importante es que dicho recurso
garantice una examen integral de la decisión recurrida” (Corte IDH, caso “Herrera Ulloa vs. Costa Rica”,
párr. 165; y caso “Mohamed vs. Argentina”, sentencia de 23 de noviembre de 2012, Serie C N° 255 párr.
100). También señaló que “[l]a doble conformidad judicial, expresada mediante el acceso a un recurso
que otorgue la posibilidad de una revisión íntegra del fallo condenatorio, confirma el fundamento y otorga
mayor credibilidad al acto jurisdiccional del Estado, y al mismo tiempo brinda mayor seguridad y tutela a
los derechos del condenado” (Corte IDH, caso “Mohamed vs. Argentina”, párr. 97). A su vez, la Corte IDH
determinó que en casos de ausencia de un tribunal superior, el conocimiento de la impugnación puede
incluso estar a cargo del mismo órgano jurisdiccional, “con exclusión de quienes ya se pronunciaron sobre
Por su parte, el derecho del inculpado absuelto por una sentencia firme a no ser sometido a nuevo juicio
por los mismos hechos —principio de ne bis in ídem— (CADH, art. 8 inc. 4) se sustenta en la protección
de las personas frente al poder punitivo del Estado. La Corte IDH ha sostenido que “… dicho principio
busca proteger los derechos de los individuos que han sido procesados por determinados hechos para
que no vuelvan a ser enjuiciados por los mismos hechos. A diferencia de la fórmula utilizada por otros
instrumentos internacionales de protección de derechos humanos (por ejemplo, el Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos de las Naciones Unidas, artículo 14.7, que se refiere al mismo ‘delito’),
la Convención Americana utiliza la expresión ‘los mismos hechos’, que es un término más amplio en
beneficio del inculpado o procesado” (Corte IDH, caso “J. vs. Perú”, sentencia del 27 de noviembre
de 2013, Serie C N° 275, párr. 259). No obstante, el tribunal ha precisado que en casos en los que
surjan nuevos hechos o pruebas que puedan permitir “la determinación de responsables de violaciones
a los derechos humanos, y más aún, de los responsables de crímenes de lesa humanidad, pueden ser
reabiertas las investigaciones, incluso si existe una sentencia absolutoria en calidad de cosa juzgada,
puesto que la exigencia de justicia, los derechos de las víctimas y la letra y espíritu de la Convención
Americana desplaza[n] la protección del ne bis in ídem” (Corte IDH, caso “Almonacid Arellano y otros
vs. Chile”, sentencia de 26 de septiembre de 2006, Serie C N° 154, párr. 154).
Por último, la Corte IDH ha señalado que el derecho a un proceso penal público (CADH, art. 8
inc. 5) “se garantiza a través de la realización de una etapa oral en la que el acusado puede tener
inmediación con el juez y las pruebas y que facilite el acceso público” (Corte IDH, caso “Palamara
Iribarne vs. Chile”, sentencia de 22 de noviembre de 2005, Serie C N° 135, párr. 166).
Síntesis
El debate principal del caso se vinculó con el alcance de la garantía de la imparcialidad del tribunal,
y en particular, del derecho a recusar al juez por parte de quien ejerce la acción penal.
La Sala I de la Cámara Nacional de Casación Penal denegó el recurso del fiscal contra la decisión
de la Cámara Federal de Apelaciones de Rosario, que había rechazado la recusación, en razón de la
falta de encuadramiento de la conducta del magistrado en las causales taxativamente dispuestas en
Código Procesal Penal de la Nación. Contra esa decisión, el fiscal interpuso un recurso extraordinario
federal, cuyo rechazo motivó la presentación de un recurso de queja.
Con fecha 1 de febrero de 2013, la Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó, sostuvo
que correspondía hacer lugar a la queja, declarar admisible el recurso extraordinario, revocar la
sentencia apelada y, en aplicación de las facultades conferidas en el artículo 16 in fine de la ley
48, aceptar la recusación planteada. El 10 de julio de 2013, por el contrario, la CSJN desestimó el
recurso en los términos del artículo 280 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación2.
1. “Patti, Luis Abelardo y otros s/ causa n° 15438” - P.676 L. XLVIII. Dictamen completo disponible en http://www.mpf.gob.ar/dictamenes/2013/AGilsCarbo/
febrero/P_Luis_P_676_L_XLVIII.pdf.
2. Fallo de la CSJN disponible en http://sjconsulta.csjn.gov.ar/sjconsulta/documentos/verDocumento.html?idAnalisis=703001&interno=1.
“… [E]l peso relativo de las consideraciones que fomentan cierta rigidez cautelosa
en la interpretación de las causales legales de recusación bien puede ser mayor
cuando está en juego sólo la pretensión del acusador penal. Sin embargo, la
pretensión expresada en el derecho constitucional a que el juzgador que ha de
adjudicar las controversias de las que se es parte sea un tribunal imparcial es
tan fundamental que no puede verse lisa y llanamente impedida en virtud de
consideraciones generales como las de ‘evitar que el instituto [de la recusación] se
transforme en un medio espurio para apartar a los jueces de su normal competencia
atribuida por ley’ (Fallos 319:758; 326:1512, entre otros)”.
b) La garantía de imparcialidad no puede ser desconocida con exclusivos fundamentos de carácter ritual
“Concebir de ese modo los regímenes de recusación que establecen las leyes
procesales ha llevado al tribunal a invalidar, por contraria a la Constitución,
toda interpretación que, con un apego excesivo al lenguaje legal, los desvirtúa,
impidiendo que operen como un instrumento eficaz para el resguardo del derecho
c) Cuando es el acusado quien recusa cede el carácter taxativo de las causales de recusación
“Las razones basadas en la garantía de imparcialidad del juzgador que demandan esa
lectura amplia de los derechos de recusación establecidos por las leyes procesales
chocan, por su parte, con razones de peso que favorecen —también de acuerdo
con la jurisprudencia de V.E.— una ponderación restrictiva de los regímenes de
excusación y recusación debido a que ‘su aplicación provoca el desplazamiento de
la legal y normal competencia de los jueces y la consecuente alteración del principio
constitucional del juez natural’ (Fallos 326:1512, considerando 6°, entre otros)”.
d) Reconocer la diferencia entre los derechos de acusadores y acusados no puede implicar que los
primeros carezcan de un remedio eficaz para asegurar el derecho a ser oído con imparcialidad
“Al resolver el caso ‘Llerena’, V.E. señaló una diferencia entre los derechos amplios
de recusación del acusado que allí afirmaba y los más limitados del acusador,
sugiriendo al pasar que los motivos de recusación establecidos explícitamente por
la ley —que no encorsetan la pretensión del acusado de apartar al magistrado de
cuya parcialidad teme— vincularían sin embargo a quien esgrime la acción penal
(Fallos 328:1491, considerando 24 del voto mayoritario)”.
e) Cualesquiera sean la parte que lo postula y las causales de recusación previstas, deben admitirse
planteos fundados en evidencia clara y consistente sobre la parcialidad del juez
“Estimo, sin embargo, que no es necesario intentar aquí fijar con precisión el estándar
aplicable para las recusaciones que postula la parte acusadora. Será suficiente, en
mi opinión, con la siguiente proposición más general En todos los casos —esto
es, cualquiera que sea la parte que reclama el apartamiento, y cualesquiera que
sean las causales de recusación previstas en la legislación aplicable— es admisible
la recusación que postula, con base en evidencia clara y consistente, que el
comportamiento relevante del juez que se recusa es efectivamente parcial”.
Síntesis
Gustavo Béliz había sido imputado por el delito de revelación de secretos concernientes a la seguridad
nacional, por haber exhibido en un programa de televisión la imagen de Antonio Horacio Stiuso,
entonces Director General de Operaciones de la Secretaría de Inteligencia del Estado.
El Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 3 absolvió a Béliz, pero la Sala IV de la Cámara Federal de
Casación Penal, frente al recurso del fiscal, anuló la sentencia y reenvió las actuaciones a otro tribunal
para que se realizara un nuevo juicio. La defensa presentó un recurso extraordinario federal contra la
decisión de Casación, cuya denegatoria originó el recurso de queja.
Con fecha 30 de marzo de 2015, la Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó, dictaminó
que la reedición de cuestiones precluidas para anular la absolución del imputado constituía una
violación al derecho de defensa en juicio y al debido proceso, consideró procedente la queja de la
defensa y pugnó por la revocación de la sentencia recurrida. El 24 de septiembre de 2015, la Corte
Suprema de Justicia de la Nación compartió en un todo el criterio sostenido por la Procuradora
respecto a la transgresión de los principios de preclusión y cosa juzgada y, con base en argumentos
propios, ordenó revocar el fallo de Casación y dictar otro acorde con su pronunciamiento4.
3. “Béliz Gustavo Osvaldo s/causa n° 14.621” - S. C. B. 471, L. XLVIII. Dictamen completo disponible en http://www.mpf.gob.ar/dictamenes/2015/AGilsCarbo/
marzo/B_G_B_471_L_XLVIII.pdf.
4. Fallo de la CSJN disponible en http://sjconsulta.csjn.gov.ar/sjconsulta/documentos/verDocumento.html?idAnalisis=724754&interno=2.
b) La reedición de cuestiones precluidas para anular una absolución viola el derecho de defensa en
juicio y al debido proceso
“Es por ello que, en mi opinión, la reedición de cuestiones precluidas para anular la
absolución del imputado constituye una clara violación del derecho de defensa en
juicio y el debido proceso consagrados en el artículo 18 de la Constitución Nacional
y en el artículo 8.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos”.
ö H., Guillermo5
Síntesis
En el caso se buscó determinar el alcance de la garantía a ser juzgado dentro de un plazo razonable,
en particular frente a procesos que persiguen hechos de corrupción.
En el expediente se investigaban las maniobras ilícitas que habrían tenido lugar en la licitación,
adjudicación y ejecución de la Represa Hidroeléctrica de Yacyretá, a partir de la suscripción de un
tratado entre Argentina y Paraguay para su construcción. El proceso judicial se había iniciado en el
5. “H., Guillermo s/ defraudación por administración fraudulenta” – H. 215 L. XLVIII. Dictamen disponible en http://www.mpf.gob.ar/dictamenes/2013/
AGilsCarbo/diciembre/H_Guillermo_H_215_L_XLVIII.pdf.
Con fecha 2 de diciembre de 2013, la Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó, consideró
que debía declararse improcedente el recurso extraordinario, pues no se habían logrado rebatir los
argumentos relacionados con la razonabilidad del plazo de duración respecto de la complejidad que
revestía el caso. El 10 de junio de 2014, la Corte Suprema de Justicia de la Nación la CSJN desestimó
el recurso, con base en el artículo 280 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación6.
a) La mera alusión al paso del tiempo no es suficiente para fundar la afectación a la garantía de ser
juzgado en un plazo razonable
d) El análisis acerca de la razonabilidad del plazo debe atender a la naturaleza de los hechos
imputados, y tener en cuenta especialmente las obligaciones estatales en materia de lucha contra la
corrupción
“En la materia que aquí nos ocupa, el artículo 29 de este último instrumento
establece que ‘[c]ada Estado Parte establecerá, cuando proceda, con arreglo
a su derecho interno, un plazo de prescripción amplio para iniciar procesos
por cualesquiera de los delitos tipificados con arreglo a la presente Convención
y establecerá un plazo mayor o interrumpirá la prescripción cuando el presunto
delincuente haya eludido la administración de justicia’. El artículo 30, ap.3, por su
parte, determina que ‘[c]ada Estado Parte velará por que se ejerzan cualesquiera
facultades legales discrecionales de que disponga conforme a su derecho interno en
relación con el enjuiciamiento de personas por los delitos tipificados con arreglo a
la presente Convención a fin de dar máxima eficacia a las medidas adoptadas para
hacer cumplir la ley respecto de esos delitos, teniendo debidamente en cuenta la
necesidad de prevenirlos’”.
e) En investigaciones sobre manejo de fondos públicos, la clausura de la acción por duración excesiva
debe superar un estándar más restrictivo
“En ese contexto, siempre que se trate de una investigación penal por hechos que
involucren el manejo de fondos y bienes públicos, la decisión que corresponde
adoptar debe estar determinada por una mayor exhaustividad a la hora de definir
si debe ser clausurada por una duración excesiva del proceso. La adopción de ese
criterio, claro está, debe estar acompañado por una labor intensa por parte de todos
los organismos y las partes que intervienen en los procesos penales para impulsar
las acciones y arribar con celeridad a la resolución del conflicto y la atribución de
responsabilidad”.
Síntesis
En el caso se analizó, entre otras cuestiones, cómo debe interpretarse la garantía a ser juzgado
dentro de un plazo razonable en investigaciones sobre graves violaciones a los derechos humanos, en
particular, por hechos de tortura.
En el año 1992, el señor R. S. S. M. denunció haber recibido apremios ilegales por parte de efectivos
policiales, en el marco de su detención por una causa en la que se le imputaba los delitos de privación
ilegítima de la libertad y extorsión. La causa había tramitado según el Código de Procedimientos en
Materia Penal, sancionado mediante la ley n° 2372, vigente al momento de los hechos. En el año
1993, la Sala V de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional convirtió en
provisional el sobreseimiento definitivo que había dictado el juez de primera instancia. A partir de
entonces, el querellante intentó, sin éxito, en seis oportunidades, reabrir la investigación, la última
de ellas en mayo de 2012. En esta ocasión, el querellante apeló la desestimación del juez, pero la
Cámara, previo a expedirse, consideró que el juez de instrucción debía determinar si la acción penal
se hallaba vigente.
Con fecha 21 de octubre de 2015, la Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó,
dictaminó que debía dejarse sin efecto la resolución de la Sala V de la Cámara Nacional de Apelaciones
en lo Criminal y Correccional, y dictarse una nueva sentencia conforme a derecho. El 28 de agosto de
2017, el Máximo Tribunal declaró inadmisible el recurso en los términos del artículo 280 del Código
Civil y Comercial de la Nación8.
7. “M., H. F. c/s/ recurso extraordinario” - C. S. J. 1423/2013 (49-M) / CS1. Dictamen completo disponible en http://www.mpf.gob.ar/dictamenes/2015/
AGilsCarbo/octubre/M_H_CSJ_1423_2013.pdf.
8. Fallo completo de la CSJN disponible en http://scw.pjn.gov.ar/scw/viewer.seam?id=4%2Bk0QQXkbOtQDULwdMzLLZSXp5znGwvfEy2NGb1TLSU%3D&-
tipoDoc=sentencia&cid=265913.
En investigaciones sobre graves violaciones a los derechos humanos, en particular casos de tortura, la
garantía a ser juzgado dentro de un plazo razonable debe ser analizada a la luz de la obligación estatal
reforzada de perseguir estos hechos
“Si bien la cronología de este proceso —no así su trámite efectivo— excedería
holgadamente la duración razonable de acuerdo a los criterios que V.E. ha juzgado
a partir del precedente ‘Mattei’ (Fallos 272:188) y ello aparecería prima facie
en detrimento de la garantía de los imputados que resguarda el enjuiciamiento
sin dilaciones, estimo que en las particulares condiciones del sub examine esa
tensión resulta inevitable hasta tanto el Estado, a través de los órganos judiciales
competentes, cumpla con aquella ‘obligación de medios y no de resultado’ de
investigar debidamente para estar en condiciones de dar respuesta fundada —no
obstante el tiempo transcurrido y según surja de las diligencias por realizar— al
derecho de las víctimas. Cabe recordar, a todo evento, que la inactividad de estas
últimas no justifica la del Estado, ‘quien es el único obligado a cumplir su función
de investigador como único titular de la acción penal’ (Corte Interamericana de
Derechos Humanos, caso ‘Perozo y otros vs. Venezuela’, Serie C N° 195, sentencia
del 28 de enero de 2009, párrafo 346)”.
Síntesis
El debate principal en este caso se vinculó con el alcance del derecho a obtener un pronunciamiento
9. “Grassi, Julio César s/ causa n° 38.690” - S. C. G. 371, L. L. Dictamen completo disponible en http://www.mpf.gob.ar/dictamenes/2015/IGarcia/abril/
G_J_371_L_L.pdf.
El sacerdote Julio Cesar Grassi fue imputado por delitos de abuso sexual agravado en perjuicio de tres
víctimas menores de edad. Luego de celebrado el juicio por parte del Tribunal Oral en lo Criminal N° 1
del Departamento Judicial de Morón, el religioso fue condenado por los delitos cometidos en perjuicio
de una de las víctimas, pero absuelto por los delitos respecto de las otras dos víctimas10.
Con fecha 1 de abril de 2015, la Procuradora Fiscal subrogante ante la Corte Suprema, Irma Adriana
García Netto, consideró que la sentencia del Tribunal de Casación bonaerense contaba con graves
defectos de fundamentación respecto de la valoración de la prueba. En consecuencia, opinó que
debía hacerse lugar al recurso extraordinario y revocar la decisión del máximo tribunal provincial. El
21 de marzo de 2017, la CSJN declaró inadmisible el recurso con base en el artículo 280 del Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación11.
10. Respecto de la víctima O. A. A., resultó condenado por el delito de abuso sexual agravado por ser sacerdote, encargado de la educación y de la guarda del
niño, por dos hechos concursados en forma real, y en concurso ideal, a su vez, con el delito de corrupción de menores agravada por su condición de encargado
de la educación y de la guarda. En cuanto a las víctimas H. O. J y L. A. G, fue absuelto por los delitos de amenazas coactivas, abuso deshonesto agravado en
concurso ideal con corrupción de menores agravada por su condición de guardador y sacerdote; y por los delitos de abuso sexual agravado por la misma calidad
del sujeto activo, por diez hechos concursados en forma real, y en concurso ideal, a su vez, con el delito de corrupción de menores agravada por la misma
condición antes mencionada, respectivamente.
11. Fallo completo disponible en http://sjconsulta.csjn.gov.ar/sjconsulta/documentos/verDocumentoByIdLinksJSP.html?idDocumento=7356482.
“Si bien no desconozco los términos en los que se debe hacer la revisión de estos
aspectos en atención a los límites impuestos por la inmediación del debate, sobre
todo en lo que atañe a algunas circunstancias como la impresión personal que el
testigo puede causar en el tribunal, lo cierto es que también de ello deben dar
cuenta circunstanciada los magistrados para que sus sentencias sean tenidas como
fundamento válido y el tribunal de casación pueda revisar los criterios utilizados
cuando evalúa tanto si se han aplicado las reglas de la sana crítica como si sus
principios se aplicaron correctamente (Fallos 328:3399, en especial, considerandos
24° a 32°). Ello es así en especial en casos como el sub lite donde, tal como expuse,
el testimonio de la víctima puede ser la prueba esencial del delito”.
“Es por todo lo reseñado que considero que el máximo tribunal provincial, mediante
afirmaciones meramente formales y dogmáticas que no dieron respuesta a los
planteos del recurrente, convalidó una sentencia que presentaba graves defectos de
fundamentación respecto de la valoración de la prueba; extremo que la invalida como
acto jurisdiccional e impone su descalificación en virtud de la doctrina de la Corte
Suprema en materia de arbitrariedad de sentencias (Fallos 326:2135, entre otros)”.
“De ese modo, la decisión impugnada dejó sin debida respuesta el agravio del
acusador particular vinculado con la valoración de esas pruebas, a pesar de la
importancia que el propio tribunal de casación les había dado al afirmar que la
decisión depende casi exclusivamente de la credibilidad que merezca la víctima en
los casos en los que se investigan delitos generalmente cometidos en la intimidad”.
D) La presunción de inocencia
Síntesis
En esta causa se buscó determinar, entre otras cuestiones, el alcance de las garantías del debido
proceso, en especial, la aplicación de la presunción de inocencia, en el ámbito de procedimientos
migratorios que pueden derivar en la expulsión de una persona del país.
El caso se inicia en el año 2004, cuando la Dirección Nacional de Migraciones rechazó la solicitud
de residencia permanente de la señora Z., que se había fundado en el artículo 22 de la Ley de
Migraciones (ley n° 25.871), por ser madre de una hija nativa argentina. La autoridad administrativa
denegó la petición por entender que la documentación presentada por Z. era apócrifa y por lo tanto
le era aplicable la causal de impedimento de permanencia y reingreso al país prevista en el artículo
29 inciso a, de esa ley. En el mismo acto, además, la Dirección de Migraciones canceló la residencia
precaria, declaró su permanencia irregular en el país, ordenó su expulsión del territorio nacional y
prohibió su reingreso por un plazo de ocho años. El Director Nacional de Migraciones rechazó luego
el recurso administrativo interpuesto por la señora Z., por entender que en tanto la hija de la actora
había egresado del país en el año 2007, no resultaba ajustado a derecho que el solo vínculo familiar
12. “Z., P. c/ Dirección Nacional de Migraciones s/ amparo ley 16.986” - FMP 8104827112009/CS. Dictamen disponible en http://www.mpf.gob.ar/
dictamenes/2016/VAbramovich/abril/Z_FMP_81048271_2009.pdf.
La Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata revocó la sentencia de primera instancia, hizo lugar
a la acción de amparo y, en consecuencia, le otorgó la residencia permanente a la actora. No obstante
ello, aclaró que en caso de acreditarse fehacientemente el carácter apócrifo de la documentación,
la Dirección Nacional de Migraciones podría cancelar la residencia otorgada conforme lo habilitan
los artículos 29, inciso a, y 62, inciso a, de dicha ley. Contra dicho pronunciamiento, la autoridad
migratoria interpuso un recurso extraordinario, el cual fue concedido solamente respecto de la cuestión
federal invocada.
Con fecha 27 de abril de 2016, el Procurador Fiscal ante la Corte Suprema, Víctor Abramovich
Cosarín, opinó que correspondía rechazarse el recurso extraordinario y confirmarse la sentencia de la
Cámara Federal.
El 30 de octubre de 2018 la CSJN13 resolvió hacer lugar al recurso, declara nula la sentencia en
cuanto no se había conformado la mayoría requerida para las decisiones de tribunales colegiados,
remitiendo la causa al tribunal de origen para que dicte un nuevo pronunciamiento con arreglo a lo
resuelto.
En los procedimientos migratorios se deben asegurar las garantías mínimas del debido proceso y, en
especial, la presunción de inocencia
ö V., Antonio14
Síntesis
La cuestión relevante del caso consistió en determinar el alcance de la garantía de defensa en juicio,
con énfasis en el derecho a contar con una defensa técnica efectiva libre de conflicto de intereses
con otros imputados.
Antonio V. fue condenado por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Formosa a la pena de tres años
de prisión de ejecución condicional como autor del delito de transporte de estupefacientes en grado
de tentativa. La causa se había iniciado cuando, en un procedimiento efectuado por la Gendarmería
Nacional, se secuestraron aproximadamente cien kilos de marihuana en el interior del camión que
conducía, propiedad de la empresa ZAOM S.A. Durante la etapa preliminar del proceso penal la
empresa y el chofer tuvieron el mismo abogado. La sentencia no fue recurrida por la defensa, sino solo
por el fiscal, que pretendía una pena más severa por entender que el delito había sido consumado.
La Sala II de la Cámara Federal de Casación Penal rechazó el recurso fiscal. Sin embargo, admitió el
planteo que la defensa oficial había realizado durante el plazo previsto por el artículo 465 del Código
Procesal Penal de la Nación, anuló lo actuado desde la declaración indagatoria del acusado y dispuso
14. “V., Antonio s/ recurso extraordinario” - S. C. V. 55, L. XLIX. Dictamen completo disponible en http://www.mpf.gob.ar/dictamenes/2014/AGilsCarbo/
agosto/V_Antonio_V_55_L_XLIX.pdf.
Con fecha 29 de agosto de 2014, la Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó desistió del
recurso interpuesto por el fiscal. Para ello, consideró que los argumentos que sustentaron la decisión
de la Cámara Federal de Casación Penal habían sido suficientemente persuasivos y sustanciales. El
16 de septiembre de 2014, la Corte Suprema de Justicia de la Nación tuvo por desistido el recurso
extraordinario y devolvió la causa al tribunal de origen15.
a) La garantía de defensa en juicio implica asegurar a todo justiciable una defensa técnica
“… [H]a sostenido el Superior Tribunal que ‘la garantía de defensa en juicio posee
como una de sus manifestaciones más importantes el aseguramiento de una defensa
técnica a todo justiciable…’”.
b) El ejercicio de la defensa técnica no se agota con el asesoramiento formal, pues además debe ser
efectivo
“En particular se mencionó que ‘el activo desempeño que llevó a cabo en la causa
el abogado [...] en pro de salvaguardar los intereses de la evocada empresa ZAOM
S.A., en contraposición con la pasividad y sugestiva actuación, en el ejercicio de
la defensa del incurso V.’, evidencia un claro avasallamiento de la garantía de
inviolabilidad de defensa en juicio [...] de conformidad con la doctrina establecida
por nuestra Corte Suprema de Justicia de la Nación —en referencia al precedente
‘Núñez’, publicado en Fallos 327:5095…—”.
“En este sentido, la Corte Suprema ha dicho que en materia penal, en la que se
encuentran en juego los valores esenciales de la libertad y el honor, deben extremarse
los recaudos para garantizar plenamente la defensa en juicio. Para que exista una
tutela eficaz de esta garantía, su ejercicio debe ser cierto, de modo tal que quien
sufre un proceso penal ha de ser provisto de un adecuado asesoramiento legal, a
tal extremo que corresponderá suplir la eventual negligencia de la defensa técnica
mediante la designación de un nuevo letrado, de manera tal de asegurar el efectivo
goce de este derecho (Fallos 237:158; 25 5:91; 311:2502, entre otros)”.
Síntesis
En el caso se analizó el alcance del derecho de defensa de una persona con padecimientos mentales
internada involuntariamente. En particular, se discutió la interpretación que corresponde asignar
al artículo 22 de la Ley Nacional de Salud Mental (ley n° 26.657) que dispone que la persona
internada involuntariamente o su representante legal tienen derecho a designar un abogado.
a) En los casos de internaciones psiquiátricas involuntarias debe reforzarse la regla del debido proceso y
aplicarse una interpretación amplia del derecho de defensa
“En una línea similar, la Corte Suprema tiene dicho que la regla del debido proceso
contenida en el artículo 8.1 del Pacto de San José de Costa Rica debe observarse
sobre todo en las causas en las que se verifica una hospitalización psiquiátrica
compulsiva, en virtud del estado de vulnerabilidad, fragilidad e impotencia en el
cual se encuentran frecuentemente quienes atraviesan coyunturas de esta índole
(Fallos 328:4832; 330:5234)”.
“En este marco, entiendo que no puede sostenerse una interpretación restrictiva del
artículo 22 de la ley 26.657 en tanto dicho precepto contiene una pauta esencial
en orden a la garantía del debido proceso. Opera, en última instancia, como una de
las salvaguardas del sistema tendiente a preservar aspectos básicos —como son,
entre otros, el trato digno y el consentimiento informado—, previniendo la influencia
indebida, la prolongación de un confinamiento innecesario y, en general, la utilización
de la tutela para burlar los cánones bioéticos y jurídicos de la internación involuntaria
(art. 12.4 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad; y
b) La designación de un abogado defensor es una garantía específica de las personas con padecimientos
mentales en situación de internación involuntaria
Síntesis
La principal cuestión debatida en el caso consistió en determinar el alcance del derecho de la defensa
de interrogar a los testigos en el juicio y, en particular, analizar si incluye el derecho de contrastar las
declaraciones vertidas durante el debate con testimonios previos, mediante su incorporación por lectura.
Jorge Pelozo Ramírez, policía retirado que había sido recontratado para realizar tareas de seguridad,
fue sometido a juicio oral por el delito de homicidio, en perjuicio de un niño, Julio Matías B. Al
término del debate, el Tribunal Oral en lo Criminal n° 1 del Departamento Judicial de Lomas de
Zamora, provincia de Buenos Aires, consideró determinante para establecer la materialidad del hecho
atribuido, la declaración brindada por un testigo y, en consecuencia, condenó a Pelozo Ramírez a la
pena de trece años de prisión. Sin embargo, la defensa del policía recurrió la condena, alegando que
el tribunal de juicio no había permitido la incorporación por lectura de las anteriores declaraciones
del testigo de cargo —logradas en la etapa escrita— que demostraban contradicciones con sus dichos
durante el debate.
La Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires desestimó el recurso extraordinario del
Ministerio Público Fiscal contra la sentencia de la Sala Primera del Tribunal de Casación Penal de
la provincia de Buenos Aires que había revocado la condena. Frente esta situación, la Procuración
General Bonaerense interpuso un recurso extraordinario federal que, al ser denegado, dio origen a la
presentación de un recurso de queja.
Con fecha 2 de diciembre de 2014, la Procuradora Fiscal subrogante ante la Corte Suprema, Irma
Adriana Garcia Netto, opinó que debía declararse procedente la queja, abrir el recurso extraordinario
18. “Pelozo Ramírez, Jorge Antonio s/causa n° 109019” - S. C. P. 432, L. XLVIII. Dictamen completo disponible en http://www.mpf.gob.ar/dictamenes/2014/
IGarcia/diciembre/P_R_Jorge_P_432_L_XLVIII.pdf.
a) El debate oral es el ámbito idóneo para cumplir con la garantía de defensa en juicio, pues brinda las
condiciones óptimas para interrogar a los testigos y controlar la prueba
“En primer lugar, soy de la opinión que las propias circunstancias en las que se
desarrolló la controversia excluyen por completo el argumento sustentado en la
transgresión al derecho de defensa en juicio. Tal como se ha reconocido, ese derecho
se integra, entre otras, con la facultad de ‘interrogar a los testigos presentes en el
tribunal y de obtener la comparecencia, como testigos o peritos, de otras personas
que puedan arrojar luz sobre los hechos’ (art. 8.2.f de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos y, en similar sentido, art. 14.3.e de. Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos, conf. Fallos 329: 5556). En ese marco, se advierte
que la defensa ha tenido la oportunidad de confrontar el testimonio de S. durante
su presentación en el debate oral que es, precisamente, el ámbito idóneo para
el desarrollo de esa garantía; sin que se haya demostrado el agravio que causó a
la parte la imposibilidad de contar con las actas de sus anteriores declaraciones
cuando fue este testimonio prestado en juicio y debidamente controlado, el que dio
sustento a la condena”.
“En segundo lugar, entiendo que la tacha que realizó la Cámara de Casación sobre
la credibilidad y mérito asignados por el tribunal de juicio al testimonio de S.
significó invertir la regla de la garantía de interrogar a los testigos y de contradicción
entre las partes en el debate oral, y dar preeminencia a declaraciones de la etapa
instructoria que no contaron con dicha garantía, por lo que debe ser descartada
de acuerdo con las reglas sentadas por la Corte Suprema en materia de sentencias
arbitrarias”.
b) Las impresiones personales que los testigos causan en el tribunal, aunque no son controlables por la
instancia casatoria, sí deben estar fundadas
“La tensión entre revisión e inmediación fue advertida ya en el citado fallo ‘Casal’.
En ese precedente, la Corte Suprema estableció que ‘el principio republicano de
gobierno impide entender un dispositivo constitucional como cancelatorio de otro’
y que, por ello, ‘debe interpretarse que los arts. 8. 2. h de la Convención y 14. 5
del Pacto exigen la revisión de todo aquello que no esté exclusivamente reservado
a quienes hayan estado presentes como jueces en el juicio oral’, de modo que ‘esto
es lo único que los jueces de casación no pueden valorar, no sólo porque cancelaría
el principio de publicidad, sino también porque directamente no lo conocen, o sea,
que a su respecto rige un límite real de conocimiento. Se trata directamente de una
limitación fáctica, impuesta por la naturaleza de las cosas, y que debe apreciarse
en cada caso’ (Fallos 328:3399, considerando 10° del voto de la mayoría; en
similar sentido, votos de la doctora Highton de Nolasco —considerando 10°—, del
doctor Fayt —considerando 12°— y de la doctora Argibay —considerando 12°—;
329:5115 y 331:2077). En especial, la Corte ha señalado como ‘no controlable’
en la instancia casatoria la impresión personal que los testigos puedan causar en el
tribunal, pues ese conocimiento es ‘exclusivamente proveniente de la inmediación’
aunque de ello deban dar cuenta circunstanciada los jueces. Según se estableció
en el fallo, ello no impide que tales criterios puedan ser revisados pues ‘no sería
admisible... que el tribunal se basase en una mejor o peor impresión que le cause
un testigo por mero prejuicio discriminatorio respecto de su condición social, de su
vestimenta, etc.’ (considerando 25°)”.
“En tales condiciones, no queda sino concluir que la duda sobre la ajenidad de P.
R. en el homicidio de Matías B., que el tribunal revisor sustentó en la aplicación del
principio in dubio pro reo, carece de fundamentos suficientes en tanto se respalda
en un examen parcial e inadecuado de los elementos de convicción aportados a la
causa, lo que autoriza la descalificación de su sentencia, como acto jurisdiccional
válido con arreglo a la doctrina de la arbitrariedad (Fallos 312:1953; 316:1205;
317:1155; 322:963 entre muchos otros)”.
“Pienso que ello es así toda vez que V.E. tiene reiteradamente dicho que la invocación
del principio in dubio pro reo no puede sustentarse en una pura subjetividad ya que,
si bien es cierto que éste presupone un especial ánimo del juez según el cual, en
este estadio procesal está obligado a descartar la hipótesis acusatoria si es que no
tiene certeza sobre los hechos materia de imputación, no lo es menos que dicho
estado debe derivar racional y objetivamente de la valoración de las constancias del
proceso (Fallos 307:1456; 312:2507; 321:2990 y 3423) circunstancia que, a la
luz de los argumentos puestos de manifiesto en los párrafos precedentes, estimo
que no concurre en el pronunciamiento impugnado (Fallos 311:948)”.
Síntesis
El caso analizó, entre otros, el alcance del derecho a no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a
declararse culpable en los procedimientos o actuaciones previas a los procesos judiciales efectuados
por fuerzas de seguridad.
20. “Jiménez Manrrique, Edtson s/ causa n° 12.424”- S. C. J 124; L. XLVI. Dictamen completo disponible en http://www.mpf.gob.ar/dictamenes/2014/
AGilsCarbo/junio/J_M_J_124_L_XLVI.pdf.
La Cámara de Casación rechazó el recurso interpuesto por la defensa del imputado contra la condena, así
como también el recurso extraordinario intentado, lo que motivó la presentación de un recurso de queja.
Con fecha 30 de junio de 2014, la Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó, consideró
que lo actuado por la fuerza de seguridad federal había implicado la inobservancia de las garantías
establecidas en los artículos 18 y 19 de la CN. Por lo tanto, postuló su nulidad, la admisibilidad
de la queja y la revocación de la sentencia recurrida. El 10 de febrero de 2015, la Corte Suprema
de Justicia de la Nación declaró abstracta la cuestión planteada, en tanto se había dispuesto el
extrañamiento del imputado, con su consentimiento21.
a) La omisión de dar aviso inmediato al órgano judicial competente vulnera el principio de legalidad
y la garantía del debido proceso
“… [A] partir del resultado de esa diligencia de rutina en la vía pública y ante
la sospecha inicial en cuanto a que J. M. llevaba cápsulas de estupefaciente en
su aparato digestivo, determinada incluso valorando —entre otros elementos— la
actitud del afectado durante su realización, aprecio que el curso de la instrucción
avanzó en detrimento de sus garantías constitucionales al no darse ‘inmediato aviso
al órgano judicial competente’ (art. 184, inc. 5°, del Código Procesal Penal)”.
“Esta inteligencia de tal aspecto del caso, sigue la jurisprudencia de V.E. según la
cual ‘cuando la detención se realiza por parte de la prevención policial, las garantías
constitucionales en juego se resguardan mediante la regularidad del procedimiento
cumplido, según el examen de todas las circunstancias que lo rodearon conforme
“Es oportuno recordar que el artículo 7.5 del Pacto de San José de Costa Rica
establece, en sentido coincidente, que ‘toda persona detenida o retenida debe ser
llevada, sin demora, ante un juez u otro funcionario autorizado por la ley para ejercer
funciones judiciales’. Las constancias reseñadas del legajo acreditan la afectación
de ese derecho fundamental (art. 75, inc. 22, de la Constitución Nacional)”.
b) La evaluación del consentimiento para realizar una prueba autoincriminante debe contemplar las
circunstancias del caso, entre ellas la ausencia de asistencia letrada y la condición de extranjero del
imputado
c) Para que la renuncia a las garantías del debido proceso sea válida, debe verificarse su conocimiento
y la ausencia de circunstancias exteriores que hubieran afectado el consentimiento
e) Conceder valor a pruebas obtenidas sin el debido proceso compromete la buena administración
de justicia
ö Duarte, Felicia22
Síntesis
En el caso se discutió la interpretación del derecho a recurrir el fallo condenatorio, cuando éste es dictado
en instancia de revisión, en un proceso que ha sido llevado adelante en la órbita de la justicia federal.
La Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal revocó la absolución dictada por el Tribunal Oral
en lo Criminal Federal de Formosa y condenó a Felicia Duarte a la pena de cuatro años y seis meses
de prisión por ser autora del delito de contrabando de importación de estupefacientes con fines
de comercialización, en grado de tentativa. Contra este pronunciamiento, la defensa interpuso un
recurso extraordinario federal, que fue concedido.
a) Los Estados deben garantizar el derecho al doble conforme aunque la legislación procesal aplicable no
prevea específicamente un recurso a tal efecto
22. “Duarte, Felicia s/ recurso de casación” - S. E. D. 429; L. XLVIIL. Dictamen completo disponible en http://www.mpf.gob.ar/dictamenes/2013/AGilsCarbo/
octubre/D_Felicia_D_429_L_XLVIII.pdf.
23. Fallo de la CSJN disponible en http://sjconsulta.csjn.gov.ar/sjconsulta/documentos/verDocumentoById.html?idDocumento=7132211.
c) El derecho a recurrir el fallo condenatorio implica la garantía de contar con un órgano revisor
independiente e imparcial y no necesariamente con un tribunal jerárquicamente superior
e) En casos de ausencia de un tribunal superior, la revisión amplia puede estar a cargo del mismo órgano
jurisdiccional, con excepción de quienes ya se pronunciaron en el caso
“… [La Corte Suprema de Justicia de la Nación] concluyó que debía ser la Cámara
Nacional de Casación Penal —y no la propia Corte— el tribunal ante el cual debía
ventilarse el recurso contra la sentencia penal condenatoria que el recurrente en
aquel caso esgrimía con base en el artículo 8.2.h de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos. Y sobre esa base declaró inconstitucional el artículo 459,
inciso 2, del Código Procesal Penal de la Nación, en cuanto vedaba la admisibilidad
del recurso de casación contra las sentencias de los tribunales penales en virtud del
monto de la pena impuesta, y dejaba así al condenado sin más vía de impugnación
que la del recurso extraordinario ante la Corte”.
Síntesis
En el caso bajo examen se discutió la interpretación del derecho a recurrir el fallo condenatorio,
cuando éste es dictado en una instancia de revisión, en un proceso que ha sido llevado adelante en
la órbita de la justicia provincial.
La Sala Penal del Tribunal Superior de Neuquén revocó la sentencia de la Cámara en lo Criminal
Segunda de la provincia, que había condenado a los imputados a la pena de tres años de prisión por el
delito de homicidio en riña, y modificó la calificación por la de homicidio agravado por la participación
de un menor de edad, condenándolos a la pena de diez años y ocho meses de prisión. Contra ese
pronunciamiento, los imputados interpusieron un recurso extraordinario federal cuya denegación dio
a lugar a la presentación de un recurso de queja.
Con fecha 4 de octubre de 2013, la Procuradora General de la Nación consideró que la Corte debía
abrir la queja, declarar procedente el recurso en relación con la afectación al derecho a recurrir la
sentencia y devolver el caso a la justicia provincial para que garantice la posibilidad de impugnar
la condena, con los alcances indicados en el pronunciamiento. El 5 de agosto de 2014, la Corte
Suprema de Justicia de la Nación resolvió hacer lugar a la queja, declarar procedente el recurso
extraordinario y remitir la causa al Tribunal Superior de Justicia de Neuquén para que se asegure a
los recurrentes el derecho consagrado en el artículo 8.2.h. de la CADH25.
a) La garantía del doble conforme otorga credibilidad a los actos jurisdiccionales y asegura los derechos
del condenado
24. “Chambla, Nicolás Guillermo y otros s/ homicidio” – S. C. 416 L. XLVIII. Dictamen completo disponible en http://www.mpf.gob.ar/dictamenes/2013/
AGilsCarbo/octubre/C_Nicolas_C_416_L_XLVIII.pdf.
25. Fallo de la CSJN disponible en http://sjconsulta.csjn.gov.ar/sjconsulta/documentos/verDocumento.html?idAnalisis=713509&interno=1.
b) El derecho a recurrir el fallo rige también ante una sentencia dictada en instancia de revisión que
agrava la calificación jurídica
“En efecto, sobre la misma plataforma fáctica, pero atendiendo a los agravios de
la parte acusadora, el a quo reconstruyó el hecho de un modo diferente y, como
consecuencia, le atribuyó una significación jurídica diversa, dando génesis así a una
nueva primera sentencia que —a mi juicio— habilita su revisión en los términos
del artículo 8.2.h. de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, y sus
concordantes”.
c) La sentencia dictada en instancia de revisión, que agrava la calificación jurídica y la pena, importa una
nueva primera condena
“En [el caso de la Corte IDH] ‘Mohamed’ la primera condena dictada —la condena
del tribunal de apelación— no había sido sometida a ese mecanismo de control.
En las presentes actuaciones, en cambio, ha habido una primera condena que
fue sometida a un procedimiento de revisión amplio. Pero la condena penal que
resultó de ese procedimiento —como consecuencia de los recursos que también
los acusadores dedujeron— es tan distinta de la primera e implica un agravamiento
tan significativo de la pena, que no es posible describirla ya sustancialmente como
una simple revisión del pronunciamiento anterior, sino como una nueva primera
condena que, a los efectos de la doble conformidad que busca asegurar la cláusula
convencional, se halla en pie de igualdad con la condena dictada por primera vez
por el tribunal revisor que conoce en el recurso contra la absolución que revoca”.
d) Los Estados deben garantizar el derecho al doble conforme aunque la legislación procesal aplicable
no prevea específicamente un recurso
“[En los casos ‘Barreto Leiva’ y ‘Mohamed’, la Corte IDH]… agregó que los Estados
parte debían garantizar de un modo eficaz el derecho a exigir que esa revisión
tenga lugar, aunque la legislación procesal aplicable no prevea específicamente un
recurso ordinario a tal efecto”.
f) Ante la ausencia de un tribunal superior, la revisión amplia puede estar a cargo del mismo órgano
jurisdiccional, exceptuando a los jueces que ya se pronunciaron en el caso
ö O., R. E.26
Síntesis
R. E. O. se encontraba imputado por el delito de robo calificado por el uso de arma de fuego, y había
obtenido la excarcelación bajo caución juratoria por orden de la titular del Juzgado de Garantías
N° 2, del Departamento Judicial de Junín, provincia de Buenos Aires. Ante el recurso del fiscal, la
Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal revocó la decisión, basándose en la existencia de otra
imputación por un hecho similar y en informes socio ambientales negativos. En virtud de la ausencia
de un recurso de casación contemplado para el proceso de responsabilidad penal juvenil, la defensa
de R. E. O. interpuso un recurso directo ante la Suprema Corte provincial, que fue desestimado por
el Tribunal. Contra ese pronunciamiento, la defensa presentó un recurso extraordinario federal, cuyo
rechazo motivó la presentación de un recurso en queja.
Con fecha 22 de octubre de 2013, el Procurador Fiscal ante la Corte Suprema, Eduardo E. Casal,
opinó que correspondía hacer lugar a la queja y dejar sin efecto el pronunciamiento impugnado. Para
ello, entendió que R. E. O. tenía derecho a contar con un recurso accesible de carácter integral, de
modo que el Máximo Tribunal debía hacer lugar a la queja y dejar sin efecto el pronunciamiento
impugnado. El 15 de mayo de 2014, la CSJN desestimó in limine el recurso, con base en el artículo
280 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación27.
Los impedimentos procesales no pueden ser un obstáculo para analizar derechos fundamentales que
exigen tutela inmediata, como es el caso del derecho al doble conforme
“Es cierto que los agravios descriptos se vinculan con la forma en que la Suprema
26. “O., R. E. s/ causa n° 110.017” - S. C. O. 313, 1. XLVII. Dictamen completo disponible en http://www.mpf.gob.ar/dictamenes/2013/ECasal/octubre/O_
Rodrigo_O_313_L_XLVII.pdf.
27. Fallo de la CSJN disponible en http://sjconsulta.csjn.gov.ar/sjconsulta/documentos/verDocumento.html?idAnalisis=711266&interno=1.
“Sin embargo, ello no es óbice para invalidar lo decidido cuando su rechazo carezca
de la debida fundamentación atento las especiales características del caso, que
conduce a una restricción sustancial de la vía utilizada por el justiciable y afecta
irremediablemente la garantía de la defensa en juicio (Fallos 324:2456; 325:107;
326:2397; 329:4099 y sus citas; 330:4534, entre muchos otros)”.
“Entiendo que tal es la situación que se presenta en el sub júdice, pues más allá de
la discusión acerca de la naturaleza que corresponde asignarle a aquellas cuestiones,
la negativa de analizarlas por parte del a quo, limitándose a señalar su carácter
estrictamente procesal, le impidió advertir, tal como lo destacó el recurrente, que
el reclamo de su intervención fue consecuencia directa de la necesidad de que
se le reconozca al imputado su derecho fundamental a la doble instancia, al no
contemplar el procedimiento de responsabilidad penal para menores estatuido por
la ley 13.634, la intervención del Tribunal de Casación Penal”.
“Lo expuesto adquiere particular relevancia en el caso, a poco que se repare en que
se procura revisar una decisión que afecta un derecho que exige tutela inmediata
(Fallos 308:1631; 310:1835; 311:358; 314:791), en tanto restringe la libertad
de O. al revocar la excarcelación que oportunamente le fue concedida por el juzgado
de garantías”.
Síntesis
En la presente causa, la discusión giró en torno al derecho de una adolescente de designar un/a
28. R, C. R y otros c/ T., R. E. s/ tenencia de hijos. CIV 42570/2013/3/RHl - RH2. Texto completo del dictamen disponible en
https://www.mpf.gob.ar/dictamenes/2018/VAbramovich/agosto/R_C_CIV_42570_2013_3RH1RH2.pdf Este dictamen se encuentra también analizado en el
cuadernillo dedicado a “Los derechos de los niños, niñas y adolescentes donde se desarrollan los estándares específicos de esa temática.
La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil confirmó la resolución de primera instancia que había
desestimado la designación de la abogada patrocinante de los hijos en común de las partes, y ordenó
la intervención del “Registro de Abogados Amigos de los Niños” y encomendó a la jueza de grado
que designe un tutor especial de los jóvenes para el proceso judicial que en lo posible recaiga sobre
el abogado de niños que intervenga. Además, la Cámara ordenó el desglose de una presentación
realizada por los jóvenes con la abogada apartada.
Contra dicho pronunciamiento, la Defensora Pública de Menores e Incapaces ante los Tribunales
Nacionales de Segunda Instancia en lo Civil, Comercial y del Trabajo, por un lado, y los jóvenes,
por el otro, interpusieron recursos extraordinarios y denegados lo que dio origen al recurso de queja.
Además, los jóvenes interpusieron recurso extraordinario contra la providencia de desglose que fue
rechazado in limine y motivó igualmente la queja ya identificada. El Defensor Oficial ante la Corte
Suprema dictaminó respecto de ambos recursos.
En su dictamen del 09 de agosto de 2018, el Procurador ante la Corte, Víctor Abramovich, opinó que
correspondía hacer lugar a las quejas, declarar admisibles los recursos extraordinarios interpuestos,
confirmar la sentencia apelada de conformidad con lo expuesto en el acápite V, revocarla en los
términos del acápite VI del dictamen y devolver los autos al tribunal de origen a sus efectos. El 11 de
julio de 2019 la CSJN29 de conformidad con lo dictaminado por el Defensor General Adjunto de la
Nación, sostuvo que resultaba inoficioso un pronunciamiento del Tribunal en cuanto la cuestión traída
a su conocimiento se volvió abstracta.
a) Son equiparables a sentencias definitivas a los efectos recursivos las resoluciones que restringen
derechos reconocidos en la Convención de los Derechos del Niño, Niña y Adolescente.
“Los recursos son formalmente admisibles puesto que, más allá de los términos
en los que fue invocado (Fallos: 314:1717, ‘Sosa Padilla’; 331:765, ‘Rossi’), el
planteo de los recurrentes se vincula con la inteligencia que el tribunal a quo dio
al artículo 27, inciso c, de la ley 26.061, en consonancia con el principio de la
autonomía progresiva y el derecho de los niños, niñas y adolescentes a participar
en los procesos que los involucren (conf. arts. 5 y 12, inc. 2, Convención sobre
los Derechos del Niño; arto 19, Convención Americana sobre Derechos Humanos)
y las garantías de debido proceso y de defensa en juicio (art. 18, Constitución
Nacional; arto 8, Convención Americana sobre Derechos Humanos, entre otros), y la
decisión fue contraria a la pretensión que los recurrentes fundaron en esas normas
(art. 14, inc. 3, ley 48; y doctrina de Fallos: 335:2307, ‘P., G. M. y P., C. L.’,
considerando 5°)”. “Asimismo, atento a que varias de las alegaciones formuladas
desde la perspectiva de la arbitrariedad guardan estrecha relación con el alcance de
las normas federales en juego, ambas aristas se examinarán conjuntamente (Fallos:
321:2764, ‘La Meridional’; 323:1625, ‘Arcuri’, entre otros)”.
Síntesis
El debate principal en esta causa giró en torno al derecho de defensa y de recurrir un fallo ante un
juez o tribunal superior y cómo estos deben ser interpretados cuando se encuentran involucrados
derechos fundamentales y el interés superior del niño.
La actora por sí, y en representación de sus tres hijos menores de edad, interpuso un recurso de
apelación contra la sentencia del Juzgado Laboral n ° 4 de Posadas que rechazo la demanda laboral
por el accidente de trabajo -que le causó la muerte- sufrido por su esposo y padre de sus hijos. El
demandado interpuso un incidente de redargución de falsedad que sostenía que la firma de la letrada
30. V, C y otros c/ Peñalba, Raúl Fernando s/ recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley. CSJ 926/2018/RH1. Dictamen completo disponible en https://
www.mpf.gob.ar/dictamenes/2019/VAbramovich/diciembre/V_C_CSJ_926_2018_RH1.pdf Este dictamen se encuentra también analizado en el cuadernillo
dedicado a “Los derechos de los niños, niñas y adolescentes donde se desarrollan los estándares específicos de esa temática
Contra este resolutivo la actora y la letrada patrocinante interpusieron recurso extraordinario local por
la letrada mencionada que fue rechazado por el Tribunal Superior de Justicia de Misiones. Ello originó
la interposición del recurso extraordinario que fue rechazo y dio lugar a la queja.
En su dictamen del 09 de diciembre de 2019, el Procurador ante la Corte Víctor Abramovich sostuvo
que debía hacerse lugar al recurso de queja, declarar procedente el recurso extraordinario, dejar sin
efecto la sentencia apelada y devolver los autos al tribunal de origen a sus efectos. El 25 de febrero
de 2021 la CSJN31 declaró inadmisible el recurso extraordinario que originó la queja.
a) Cuando está involucrado el interés superior del niño debe evitarse que mediante un excesivo rigor
formal se vulnere el derecho a recurrir un fallo provocando la frustración de derechos constitucionales
“Sobre esa base, considero que la decisión de declarar inexistente la apelación con
sustento en falsedad de la firma de la apoderada de la parte actora, prescindiendo
del recurso planteado en iguales términos por la defensora de menores, no solo
resulta contrario a razones de justicia y equidad que deben mediar en el caso, sino
que, además, significa frustrar los derechos que se encuentran en juego; máxime
si se atiende a la naturaleza alimentaria de la indemnización en debate (Fallos:
315:2598, ‘Regazzo de García Pérez’). Nótese que el Ministerio de Menores puede
deducir las acciones que· correspondan a los tutores o curadores ante su inacción,
cuando los derechos de sus representados se encuentren comprometidos (art. 493
del Código Civil y 103 del Código Civil y Comercial de la Nación). Es oportuno señalar,
como lo hizo la parte recurrente en apelación extraordinaria, que la Defensoría
Oficial adhirió y ratificó en todas las instancias lo actuado por la apoderada de la
madre, en relación con la defensa de los derechos de la parte actora (fs. 429, 468,
482 de las actuaciones principales y fs. 202 del cuerpo del incidente)”.
Síntesis
En la presente causa, la discusión giró en torno al derecho de una adolescente de designar un/a
abogado/a patrocinante, y si esta facultad debe ser sometida a control jurisdiccional conforme a la
garantía del debido proceso, derecho de defensa y la capacidad de autonomía progresiva incorporada
en la Convención de los derechos del niño, niña y adolescente.
La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil confirmó la resolución de primera instancia que había
desestimado la designación de la abogada patrocinante de los hijos en común de las partes, ordenó
la intervención del “Registro de Abogados Amigos de los Niños”, y encomendó a la jueza de grado
que designe un tutor especial de los jóvenes para el proceso judicial que en lo posible recaiga sobre
el abogado de niños que intervenga. Además, la Cámara ordenó el desglose de una presentación
realizada por los jóvenes con la abogada apartada.
Contra dicho pronunciamiento, la Defensora Pública de Menores e Incapaces ante los Tribunales
Nacionales de Segunda Instancia en lo Civil, Comercial y del Trabajo, por un lado, y los jóvenes,
por el otro, interpusieron recursos extraordinarios y denegados lo que dio origen al recurso de queja.
Además, los jóvenes interpusieron recurso extraordinario contra la providencia de desglose que fue
rechazado in limine y motivó igualmente la queja ya identificada. El Defensor Oficial ante la Corte
Suprema dictaminó respecto de ambos recursos.
En su dictamen del 09 de agosto de 2018, el Procurador ante la Corte, Víctor Abramovich, opinó que
correspondía hacer lugar a las quejas, declarar admisibles los recursos extraordinarios interpuestos,
confirmar la sentencia apelada de conformidad con lo expuesto en el acápite V, revocarla en los
términos del acápite VI del dictamen, y devolver los autos al tribunal de origen a sus efectos. La
CSJN33 el 11 de julio de 2019 y de conformidad con lo dictaminado por el Defensor General Adjunto
de la Nación, sostuvo que resultaba inoficioso un pronunciamiento del Tribunal en cuanto la cuestión
traída a su conocimiento se volvió abstracta.
32. R, C. R y otros c/ T., R. E. s/ tenencia de hijos. CIV 42570/2013/3/RHl - RH2. Texto completo del dictamen disponible en
https://www.mpf.gob.ar/dictamenes/2018/VAbramovich/agosto/R_C_CIV_42570_2013_3RH1RH2.pdf. Este dictamen se encuentra también analizado en el
cuadernillo dedicado a “Los derechos de los niños, niñas y adolescentes donde se desarrollan los estándares específicos de esa temática.
33. Texto completo del fallo disponible en https://sjconsulta.csjn.gov.ar/sjconsulta/documentos/verUnicoDocumentoLink.
html?idAnalisis=753379&cache=1623252071561
a) La garantía del debido proceso y defensa en juicio de un adolescente implica, conforme el sistema de
capacidad progresiva, la facultad de designar un abogado patrocinante de su confianza para participar en
el proceso judicial
“En tal sentido, el artículo 12 de la Convención sobre los Derechos del Niño consagra
el derecho del niño a ser oído, en todo procedimiento judicial o administrativo, ya
sea directamente o por medio de un representante o de un órgano apropiado, en
todos los asuntos que lo afectan. Además, expresa que debe tomarse en cuenta la
opinión del niño, en función de su edad y madurez”.
“Es decir, de acuerdo a las normas y principios del derecho internacional de los derechos
humanos que integran el bloque de constitucionalidad federal, los niños pueden ejercer
aquellos actos para los que tengan suficiente autonomía, conforme su grado de madurez
y comprensión, incluidos los relativos a la participación en los procedimientos judiciales
y al ejercicio de las garantías diferenciadas de defensa en juicio”.
“Al mismo tiempo, la función de contralor del poder judicial resulta necesaria por
las condiciones particulares de los niños, niñas y adolescentes y es de singular
importancia para cumplir con el mandato convencional de asegurar su adecuado
desarrollo con autonomía. En particular, el Comité de los Derechos del Niño ha
remarcado que los jueces deben evitar ‘la manipulación de los niños por los
adultos, poner a los niños en situaciones en que se les indica lo que pueden decir
o exponer a los niños al riesgo de salir perjudicados por su participación’ (Comité
de los Derechos del Niño, Observación General nro. 12, ‘El derecho del niño a ser
escuchado’, CRC/C/GC/12, 2009, párr. 132)”.
“Una exégesis integral del artículo 27, inciso e, de la ley 26.061, de las normas
reglamentarias y concordantes del código de fondo, y de los instrumentos
internacionales de derechos humanos con jerarquía constitucional, conduce a
afirmar que la libre elección de abogado es una garantía de debido proceso de los
adolescentes. No obstante, la facultad del juez de realizar esa designación emerge
subsidiariamente cuando habiendo analizado las particulares circunstancias de un
caso, estime que el adolescente carece de autonomía y de madurez suficiente para
realizar un nombramiento por sí mismo”.
“Por tal razón, ambas labores no pueden ser desempeñadas por una misma persona
sin riesgo de generar un conflicto irreversible entre el abogado y su asistido,
incompatible con las garantías del debido proceso y el principio de autonomía
progresiva, En virtud de estas directivas, y acorde a la solución que propicio, entiendo,
además, que la cámara deberá revisar las funciones y atribuciones encomendadas
al tutor y al abogado del niño en el considerando XI de la sentencia recurrida”.