BERCHOLC - Resumen

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BERCHOLC, Jorge O.

Big data, algoritmos y calidad democrática. Efectos de las Tic en los partidos
políticos

El comportamiento electoral de los votantes y las exitosas estrategias electorales en algunos resonantes ejemplos
recientes, han generado perplejidad sobre los efectos e influencias que las tecnologías digitales pueden generar en los
procesos electorales y en los partidos políticos. En este texto se analiza ¿Cómo se relacionan las novedades
tecnológicas con los institutos de participación, representación y los Partidos Políticos?

Palabras Claves: Nuevas tecnologías de la información y comunicación (TIC). Partidos Políticos, comportamiento
electoral, big data, partidos

Los efectos del big data; los filtros y elecciones por dispositivos de algoritmos a través de los cuales se accede a la
avalancha de información existente en la red; el avance sobre la privacidad e intimidad de estos dispositivos, para la
obtención de los datos que construyen el big data a través de la propia huella digital que los usuarios proveen; la brecha
digital; los efectos de fragmentación, interseccionalidades y polarización; la inteligencia artificial.
Este artículo examina el impacto de estas novedades tecnológicas en las categorías conceptuales e institutos que
sustentan los procesos democráticos y republicanos. Estas categorías se hallan directamente afectadas y deben ser
reconstruidas y redefinidas, nos referimos a: la participación ciudadana, los sujetos colectivos sociales representativos,
los institutos de representación política, la libertad de prensa, de participación, de expresión, la garantía de prohibición
de censura, el funcionamiento y financiamiento de los partidos políticos, tanto en períodos electorales como
interelectorales, entre otros.

LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN A IMAGEN Y SEMEJANZA DE LOS ALGORITMOS Y BIG DATA


La cantidad de información circulante en el universo digital, integrado a todo tipo de dispositivos electrónicos y,
codificados todo tipo de documentos, tanto de fuentes públicas y privadas, es abrumadora, caótica, imposible de
organizar para el cerebro humano. El ordenamiento que permiten los sistemas algorítmicos que construyen el Big Data,
tienen como lógica de sus motores de búsqueda los comportamientos humanos en general y sus opciones y elecciones
por consumos e intereses de bienes materiales o inmateriales. El objeto de análisis, para la recolección de los datos, son
los consumos de información de todo tipo, usando variables de segmentación relativas a frecuencias temporales de
navegación y conexión y la frecuencia de las elecciones de los propios usuarios, midiendo sus conductas e intereses
reflejados. La utilidad inicial para orientar políticas comerciales de marketing y producción de bienes y servicios, permite
también la utilización para otro tipo de campañas masivas, por ejemplo, las campañas electorales.

La manipulación de grandes volúmenes de datos, pone en marcha una lógica de acumulación que tiene por finalidad la
predicción del comportamiento humano para maximizar ganancias y perfeccionar la penetración y el control de los
mercados.

¿Cómo se interpretan tantos datos? La única manera de hacerlo es con máquinas, y si bien la cantidad de información
crece muy rápido, el poder de computación y almacenamiento ordenado crece tres veces más rápido a través de la
Inteligencia Artificial (IA) y el Deep Learning.

Este concepto explica cómo se conforma la IA. Es una red que funciona de manera muy similar al cerebro, con
muchas jerarquías. Es una IA muy potente de creación reciente y ya muy extendida en las redes (Apple y Google ya la
usan desde hace algunos años) por su altísimo rendimiento.
Estos desarrollos son los que caracterizan al big data, la enorme cantidad de datos y la excepcional capacidad de
procesarlos, de identificar correlaciones y de efectuar desagregaciones y vinculaciones de diversas variables de
comportamiento que permiten predecir muchas tendencias sociales. Esto es lo que singulariza a la sociedad de la
información y lo que hace que aquellas instituciones o agencias estatales, o empresas privadas, que posean la capacidad
tecnológica de almacenamiento y ordenamiento de la información sean tan poderosas y tengan un valor económico-
financiero excepcional, sin industria ni producción de bienes materiales.

La información sobre y de las personas deviene en insumo estratégico para la creación de riqueza y de poder. Por ello,
Facebook y las empresas del rubro, valen billones de dólares, por la información que poseen y que todos sus usuarios
han ayudado a conformar gratuitamente, brindando sus datos, de los que se apropian para conformar las bases de datos
que, almacenadas debidamente, conforman el big data.

“El recurso más valioso del mundo ya no es el petróleo, sino los datos”.

Las grandes compañías tecnológicas Han dejado de ser quienes llamaban a la puerta, para ser una de las voces
(relevantes) dentro de los despachos. La idea de ellos como el “Otro” antropológico se ha diluido, y están fortaleciendo
su posición para formar parte de la arena del “Nosotros” político

En el marco de esa expansión, algunas de estas compañías comenzaron a competir en otras ramas, como la inteligencia
artificial, a través de subsidiarias como Microsoft Azure, Amazon AWS y Google DeepMind. Además, crean empresas
subsidiarias en las que tercerizan tareas colaterales. Por ejemplo, Smart Steps, la empresa de Telefónica, que vende
los datos de la compañía.

También existen empresas tercerizadas por Facebook y Google que realizan la tarea de limpieza de contenidos
“indeseables”. Filtros humanos que observan imágenes fuertemente perturbadoras y que deciden qué se puede ver y
qué no
Hay otros conflictos colaterales que las TIC generan, los conflictos en relación a la protección de datos personales y al
uso de ellos, sin restricciones, en el comercio y los servicios financieros y bancarios y, por ende, las violaciones a los
bienes jurídicos tutelados de la intimidad y privacidad que se generan.
Big data y los algoritmos permiten que se sepa todo de cada uno sin necesidad de violar físicamente ningún espacio
interior. Casi sin que nos demos por enterados. Nosotros mismos entregamos la información sin ninguna dominación
violenta, patente o visible
En su área de actividad, estas empresas son prácticamente hegemónicas y monopólicas, lo que plantea serios riesgos
para la protección de datos y la innovación

INFLUENCIA DIGITAL EN LA COMUNICACIÓN POLÍTICA Y SOCIAL Y EN LAS CAMPAÑAS


ELECTORALES

1- El sesgo algorítmico
¿Quién cuenta con la información y la tecnología? ¿Quién tiene el poder de programar las funciones de búsqueda de los
algoritmos? ¿Cuál deber ser el rol del Estado ante la conformación de monopolios tecnológico-digitales que tienen la
capacidad de modificar los algoritmos de búsqueda y, de modo sofisticado, invisibilizar contenidos?
El sesgo es un concepto que se puede describir como “distorsionar el juicio de un observador porque está
íntimamente involucrado con el objeto de su observación”. El sesgo algorítmico es el tipo de sesgo que se relaciona
con la construcción de algoritmos. Cuando una máquina está entrenada para tener una inteligencia artificial, necesita
pasar por un proceso de aprendizaje para tomar las decisiones que su creador considere correctas. Para que esto ocurra,
es necesaria una gran cantidad de datos de aprendizaje para que pueda entrenar su conocimiento sobre la decisión que
se tomará en función de una función de decisión elegida en su desarrollo.

La IA será reflejo de los datos que aprende, de modo que, al absorber datos inherentemente sesgados, obtendrá
resultados igualmente erróneos. La máquina sometida a la IA será más práctica y rápida, pero no resolverá los
sesgos y errores de los precedentes humanos. Al contrario, serán más penetrantes y profundos por la rapidez y
masividad de las repeticiones que la IA permite
El sesgo algorítmico es difícil de ser percibido, y aún más de ser corregido, pues la expansión de los criterios del
programa para su operatividad es altamente rápida, por ello los patrones seleccionados para la recolección de los
datos son muy penetrantes, lo que hace muy dificultoso volver al punto de partida. Adicionalmente, a mayor
complejidad y sofisticación del sistema, mayor dificultad para identificar los sesgos ocultos en el código algorítmico, lo
que lo torna más opaco

2- Las técnicas de fragmentación


¿En qué consiste la técnica de la fragmentación? En generar las condiciones de información segmentada y direccionada
a sectores específicamente determinados por sus intereses, también fragmentados. Se generan espacios de “díálogo”
con sujetos que piensan lo mismo Una fragmentación de la sociedad en subgrupos que va mucho más allá de la política
y que conlleva el revés inquietante de su trama, la confrontación y extrema polarización de posturas inconciliables.
Repotenciadas por el sentido de pertenencia, visibilidad, existencia en común, que crea el subgrupo microsegmentado.
El big data es un arma de doble filo por el efecto de fragmentación muy poderoso que produce. La democracia
representativa puede estar potenciada por este fenómeno de microsegmentación y alta fragmentación de sujetos
colectivo sociales identificados por sus especificidades de reclamos y demandas. Paradójicamente, esa
representatividad altamente desagregada, que genera la sensación de cercanía y legitimidad de la variedad de discursos
dirigidos a contener a diversos sectores por su especificidad y que debería ser un instrumento eficaz para dotar de
representatividad, legitimidad y consenso, a la democracia representativa, produce una fragmentación de la sociedad
en subgrupos, que da muestras de intolerancia, descomposición y polarización. Las denominadas “grietas” que se abren
con facilidad, pero que parecen difíciles de cerrar.

Una cultura común, curiosamente, es algo que se pierde con la plena conectividad y el exceso informativo que, en
realidad, alientan las pequeñas “tribus urbanas”, donde las reacciones emocionales y la lealtad superan a la razón y la
comprensión. “Los líderes políticos evolucionan y operan con el nuevo medio de información: de ahí el ascenso de
populistas que prometen respuestas emotivas, inmediatas y totales” De las demandas de las interseccionalidades
ciudadanas y de las respuestas fragmentadas en planes y políticas públicas específicas de la gestión estatal; de los
intereses y consumos del público microsegmentado que, transformados en insumos de información para el Big data, se
reciclan en mensajes y ofertas que pretenden satisfacer esas demandas.

¿Es la sociedad un cuerpo social artificialmente sostenido por mecanismos legales, racionales, burocráticos de
cohesión social, pero naturalmente fragmentado? Si sí, las TIC no crean el problema, solo son eficientes en detectar
esta estructura difusa, oculta y darle respuesta eficaz y consistente a la variedad de reclamos heterogéneos
preexistentes.

En esa inteligencia, las TIC serían herramientas que vehiculizan y permiten reflejar, con fidelidad sociológica, el alto nivel
de heterogeneidad propio de la sociedad moderna, que se sustenta en la solidaridad orgánica.

La diferenciación es la característica propia de las sociedades orgánicas.

Pero los cambios en la sociedad de la información merced a las tecnologías disponibles, las TIC entre ellas, producen
una fuerte merma en la necesariedad de ciertas relaciones de interdependencia, por el reemplazo fatal de trabajos y
ocupaciones que generan. Se trata del fenómeno, ya referido, de exclusión social, que expone al Estado ante
dilemáticos desafíos, paradójicos y hasta excluyentes.

3- Fake news
Las noticias falsas persiguen dos objetivos principales:
a) la lógica publicitaria- comercial: ganar dinero con publicidad y
b) ejercer influencia y manipulación política

La propia naturaleza de las redes, sin ningún control, como parte de su espíritu y naturaleza hace difícil, si no
imposible, el control. Ahora se les da a las propias empresas informáticas la licencia de censura, se les pide y se les
exige que controlen sus contenidos. Los tiempos han cambiado y con ellos, también lo que hallamos en Internet
Algunos expertos cuestionaron que Google y Facebook decidieran cuáles noticias son falsas o verdaderas. Esa
posición monopólica los transforma en un supereditor periodístico mundial. Las prácticas de Google en relación a los
algoritmos que regulan los motores de búsqueda no sólo tuvieron implicancias políticas sino también fines
comerciales.

Se advierte algo importante en el modelo de comunicación por redes, la función de las noticias en las redes sociales es
distinta de lo que suele suponerse: no se trata tanto de difundir información sino de generar comunidad. Dime qué
compartes y te diré quién quieres ser. Es por eso que los usuarios tienden a compartir aquellas informaciones que
apoyan su propia visión del mundo; la veracidad o la objetividad pasan a un segundo plano

Antes, “el medio es el mensaje”, la forma por sobre el contenido. Ahora, “mi pertenencia y situación en la red es mi
verdad”, el grupo de pertenencia conceptualiza por sobre cualquier otra variable, incluso el error o la mentira.

4- Filtros burbuja y polarización


Ese mecanismo de autopercepción nos lleva al denominado filtro burbuja. Rodearse de personas que comparten las
mismas ideas y preocupaciones, prejuicios y criterios de verdad. Los filtros burbuja también pueden funcionar como
espacio de protección. Las redes sociales, especialmente Facebook, fortalecen en forma imperceptible ese mecanismo
del filtro burbuja. La interacción, tiende a presentarles a sus usuarios aquellas informaciones ante las cuales van a
interesarse. Ello produce una reducción de la diversidad de opiniones en el propio entorno con la posible
consecuencia de la polarización, ya que los grupos refuerzan sus convicciones previas en una espiral de opiniones
que se refuerzan a sí mismas
Se produce un efecto paradójico, uno más, entre la fragmentación y polarización que generan las TIC, una grieta

5- Social bots
El uso de las cuentas automáticas de Twitter, conocidas como bots, ha contribuido a alimentar visiones negativas
respecto de la influencia política y social de las redes, en general inundan el ciberespacio con propaganda sesgada
para uno u otro sector en pugna, polarizando, sin medias tintas
Los social bots son perfiles automatizados en las redes sociales que tienen apariencia de opiniones reales. Pueden
desempeñar un eficaz rol para generar interés por un tema determinado, o darle relevancia a un tema por sobre otro
con intenciones de imponer agenda, o de legitimar decisiones o discusiones que no son visiblemente importantes.

6- Propaganda social
Un fenómeno lindante con los social bots que ha surgido en los últimos años es el género de la propaganda social: se
trata de la influencia política más o menos encubierta que se ejerce con las redes sociales y en ellas. Como es posible
publicar en forma anónima, con un pseudónimo o a través de testaferros, las redes sociales terminan siendo un paraíso
político perfecto para los profesionales de la propaganda.

7- Contraesferas públicas
La perspectiva positiva de las redes, que combate con los instrumentos manipuladores, es el de las contraesferas
públicas. El hecho de que cualquiera tenga la posibilidad de publicar en las redes sociales materializa el viejo anhelo
de la libertad de expresión y la participación sin censura previa

LAS TIC Y SUS EFECTOS EN EL PROCESO SECUENCIAL: PARTICIPACIÓN-REPRESENTACIÓN


POLÍTICA-PARTIDOS-ELECCIONES

Las TIC por un lado y el Estado de derecho democrático y las agencias estatales destinadas a la aplicación operativa
(tecnológica) de sus funciones por otro, implican dos grandes modelos de conocimiento operativo, tecnológicamente
confrontados. Son productos de épocas diferentes y funcionan según distintas reglas y principios propios, de compleja
articulación y armonización.
• El engranaje de la democracia se construyó en la era de los estados nacionales, las fronteras y límites
políticos y geográficos, las jerarquías del orden burocrático y las economías industrializadas.
• Las características fundamentales de la tecnología digital van en contra de este modelo: es no-geográfica,
descentralizada, impulsada por datos, sujeta a los efectos de red y el crecimiento exponencial.

Ya no hay excusas, ni “ciencias blandas y duras”, ahora, con los recursos técnicos que permiten generar bases de datos
se puede medir y predecir. Nunca las ciencias sociales contaron con la cantidad de información con la que cuentan
ahora. Para bien o para mal, paradójicamente… el Estado debe asumir su función de reglamentación y debe
sistematizar la información de lo que producen sus agencias para optimizar el desarrollo de sus políticas públicas.

Ello resulta perentorio en el proceso secuencial: participación-representación política partidos-elecciones.

¿Qué se critica y qué ha generado perplejidad?

Si los partidos políticos tradicionales han girado alrededor de la construcción de programas, ideas que permitían que
ciudadanos con intereses variados se organizaran colectivamente, el big data es lo opuesto: la atomización, la división
en grupos de intereses específicos al punto de un modelo personalizado. «Si cada quien recibe un mensaje
personalizado, no hay debate público común: sólo millones de debates privados.»

Ahora la comunicación política es personalizada a través de las redes.

El uso de estos dispositivos pone en cuestión las funciones y eficacia de la democracia representativa. El espacio de lo
político se reduce y los márgenes para el ejercicio de liderazgo se comprimen. El ciudadano digital es esencialmente
un ser individual. Es el sujeto de una dinámica de fragmentación, una microsegmentación social que reconstruye el
sentido de lo público y las ideas en torno a consensos sobre intereses colectivos, fragmentando el espacio de
participación política. La segmentación de lo público favorece la asociación de voluntades en torno de objetivos
parciales. Así, lo público se aleja de lo común, general y colectivo, espacio siempre difícil de identificar y las
prioridades se sitúan en el plano de lo grupal y específico.

El Big data se convierte en un instrumento psicopolítico muy eficiente que permite adquirir un conocimiento integral
de la dinámica inherente a la sociedad de la comunicación. Nos dirigimos a la época de la psicopolítica digital. (Han)

La sociedad aparece cada vez más segmentada, por los consumos o los estilos de vida, que por una condición de clase
o una posición política.

En las redes sociales, los mensajes se acomodan a los gustos de cada usuario. Las nuevas formas de comunicación
filtradas por algoritmos generan un desafío a la política. ¿Los candidatos deberían decirle a cada uno lo que quiere
escuchar? La experiencia de la última campaña presidencial en Estados Unidos muestra el potencial de dirigir
mensajes específicos a los votantes para acceder al poder, aunque a la hora de gobernar, se pueden enfrentar serios
problemas de legitimidad y orden político cuando ese cúmulo de promesas electorales especificas muy desagregadas
deba ser correspondido.

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