El Avivamiento de Hoy
El Avivamiento de Hoy
El Avivamiento de Hoy
Los milagros que obraron grandes hombres de la Biblia como Elías, Moisés, Pedro,
Pablo y las historias de los grandes avivamientos como el de la Calle Azusa o el
avivamiento en Gales, son hechos que lamentablemente mucha gente de hoy, los
interpretan como fábulas o como historias de mitología.
Una de las tantas causas por las cuales la gente de hoy ha perdido la credibilidad y el
respeto al cristianismo, es porque tomamos una actitud pasiva en la demostración
ferviente de nuestra fe.
Nos hemos distraído y desviado tanto del punto principal de nuestra atención, el cual
es crecer en el conocimiento y la relación con nuestro Señor Jesucristo, por eso
muchos cristianos ya no testificamos con hechos el poder eficaz y salvador de Dios.
Nos estamos olvidando de que la iglesia del Señor nació en el fuego del poder
del Espíritu Santo, nació en avivamiento (Hechos 2:1-4). Por esta razón muchos
creyentes nos estamos desconectando del ilimitado poder de Dios y hacemos más
énfasis en los testimonios del pasado, sin tomar ninguna acción digna de una fe sólida.
Por esto, hoy más que nunca, Dios nos hace un llamado a retomar el avivamiento del
pentecostés, a ser creyentes sinceramente comprometidos a continuar practicando y
predicando en el fuego del Espíritu, comprometidos con la visión, la voluntad y la meta
de Dios, que empezó en el día de pentecostés; la salvación de las almas.
Miremos que nos dicen las sagradas escrituras al respecto: "En mi nombre echarán
fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si
bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y
sanarán" (Marcos 16:17-18).
Sí, queremos ver un avivamiento, pero tristemente muchos ya no oramos para que la
gloria de Dios se mueva en nuestras vidas, tal vez solo queremos que el Señor solo se
mueva en nuestra agenda personal, en nuestro diseño, programa o ministerio.
Estamos permitiendo que una buena agenda reemplace el lugar del inalterable
momento de comunión con Dios, por medio de la oración. Muchos nos enfocamos
más en el método para predicar bien, que en el único sabio Dios, que nos puede
inspirar para ser usados por medio de la predicación.
Es más importante tener un momento muy especial para conocer el corazón de Dios,
que enfocarnos en lo externo, en los métodos para el servicio o para ganar almas. El
método solo trabajará o será útil si tenemos una conexión, una relación íntima y
estrecha con nuestro Señor.
¡Oh! Pero ustedes me podrán decir, ¡Hermano no sea tan radical!, acuérdese que con
tal que trabajemos fuertemente, mostremos perseverancia y paciencia, con esto es
suficiente para que todo salga bien, y esto también nos ayuda para llegar al cielo.
Bueno, si usted piensa así, miremos que nos dice el libro de Apocalipsis 2:1-7,
podemos ver en estos versículos a una iglesia cuyo perfil era casi perfecto, la iglesia de
Efeso, que se halló en la amarga situación de recibir una amonestación directa de Dios
por haber dejado su primer amor.
¡Oh!, pero amaban el nombre, sufrían por el nombre (Apocalipsis 2:3), pero aún esto
no era suficiente para mantener su candelero, Dios les dijo que se los quitaría (v5).
Porque lo que Dios busca en su iglesia, lo que él más anhela, es que le conozcamos,
que tengamos una relación íntima con él.
Se nos ha olvidado lo que enseñan los últimos versículos del libro de los Hechos
"predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo abiertamente y
sin impedimento" (Hechos 28:30-31). Esto nos habla de que la iglesia primitiva vivía en
avivamiento, tenía una pasión ilimitada cuando se trataba de predicar las buenas
nuevas del reino, esto es algo que hoy nos hemos limitado en hacer.
Dios quisiera traer un mover del Espíritu sobre nosotros, pero ¿Por qué lo debería de
traer? ¿Qué haríamos con un mover tan poderoso de su Espíritu? ¿Para qué o en qué
utilizaríamos tal poder? Si así como estamos nos hemos conformado con solo 2 o 3
almas al año y unos cuantos cultos cada fin de semana.
No es necesario que oigamos una voz desde el cielo, o la voz de un profeta para
inspirarnos, o que un acto sobrenatural acontezca en nuestras vidas, o en nuestros
ministerios. Lo que necesitamos es una sencilla convicción de fe que tome autoridad
sobre lo invisible para que se haga visible, que lo imposible venga y sea posible.
En Mateo 17: 19-20, cuando los discípulos de Jesús le preguntaron al maestro por qué
no recibió sanidad el muchacho lunático cuando ellos le reprendieron, Jesús les
responde en le versículo 20 "por vuestra poca fe"; pero más adelante en el mismo
versículo Jesús les dice que si tuviesen fe como un grano de mostaza, nada os sería
imposible.
Todos los líderes, pastores, misioneros, no olvidemos que hemos sido llamados para
trabajar apoyando a nuestros consiervos a crecer como miembros útiles en el cuerpo
del Señor. Hay un llamado a liderar, pero también delegar, enviar, discipular y
capacitar a los que están a la expectativa, aquellos que tienen un llamado a servir para
levantar una bandera de salvación en donde nunca se ha levantado.
A todo el cuerpo precioso de nuestro Señor Jesús, les insto a que avancemos más allá
de nuestra zona de conformismo, a reconocer que esta obra es de él, que nuestro
logra más grande no va a ser recibir algún día una corona, o tener una mansión
celestial, sino que nuestro logro más grande, cuando lleguemos a la eternidad, será
poder ver a nuestro Dios y Salvador Jesús cara a cara.
Jeremías 33:3 nos dice "clama a mí", la respuesta ya está dada: "Yo te responderé".
Clamemos a él y veremos su gloria. Vamos más allá de nuestra zona de conformismo
si queremos recibir lo que esperamos.
Tal vez estemos pensando ¿Por qué no hay un avivamiento? ¿Hasta cuándo vamos a
estar así?. Creo que hasta que estemos dispuestos a cruzar la ya marcada línea de lo
natural o lo común, y estemos determinados a entrar a través de nuestra relación con
Dios a la dimensión de lo sobrenatural