135 Feminicidio Mexico 147-154
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Aproximaciones,
tendencias y cambios, 1985-2009
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Cristina Palomar
Universidad de Guadalajara
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que permita no solamente medir la incidencia del delito, sino compren-
der también el significado, sus motivos y la relación entre los múltiples
ámbitos de la vida sociocultural mexicana y los distintos fenómenos que,
a pesar de sus diferencias, suelen agruparse de manera general y poco útil
para su comprensión profunda, en la llamada: violencia en México.
En este contexto aparece el valioso y cuidado trabajo que aho-
ra se reseña: Feminicidio en México. Aproximaciones, tendencias y cambios,
1985-2009, realizado por la Comisión Especial para Conocer y Dar Se-
guimiento Puntual y Exhaustivo a las Acciones que han emprendido las
Autoridades en Relación a los Feminicidios registrados en México, de la
LXI Legislatura de la Cámara de Diputados, la Onu Mujeres, el Insti-
tuto Nacional de las Mujeres (Inm) y la colaboración académica del Co-
legio de México, publicado en el 2011 (Cesf ).
El valor de este trabajo se deriva del esfuerzo que representa in-
troducir cuidadosamente el matiz particular del género, en el fenóme-
no de la violencia en México. Con ese enfoque de base se sostiene que
las muertes con presunción de homicidio de hombres y mujeres no son
iguales, no se cuentan ni se procesan igual por parte de las autorida-
des ministeriales y forenses y, por lo mismo, deben estudiarse de mane-
ra particular para poder “prevenir los actos de violencia en contra de la
vida, la integridad, la libertad y los derechos de las mujeres” (Güezmes,
Incháustegui y García, 2011: 7). Añadimos que, más allá de la meta con
implicaciones legales, administrativas, políticas y judiciales, este trabajo
también aporta elementos importantes para entender qué nos dice todo
ello de las características de la vida social nacional y, específicamente, del
extenuante clima de violencia social que padecemos.
El trabajo se presenta como una colección facsimilar de 33 cua-
dernos, de los cuales el primero ofrece el planteamiento general de la
obra y, los demás, la información relativa a las defunciones femeninas
con presunción de homicidio en cada una de las entidades federativas
mexicanas, comenzando con Aguascalientes y terminando con Zacatecas.
El objetivo general de este monumental trabajo es dar informa-
ción acerca de los crímenes contra las mujeres en México, intentando
darles la visibilidad que muchas veces no tienen. Por una parte, se des-
criben los rasgos de dichos crímenes y, por otra, se documentan las fallas
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en los procedimientos de su registro. Esto último se relaciona con otro
objetivo del trabajo: alentar la recopilación y sistematización rigurosa de
estadísticas que permitan un análisis de las causas y efectos de la violen-
cia contra las mujeres, indispensable para poner en marcha políticas que
frenen los actos de violencia en contra de la vida, la integridad, la liber-
tad y los derechos de las mujeres.
Más allá de los objetivos mencionados, el trabajo sobre el femi-
nicidio en México hace las siguientes contribuciones: a través del análi-
sis de largo plazo perfila algunas diferencias en los asesinatos de mujeres
respecto de los homicidios de varones y, por otro lado, ofrece importan-
te información acerca de la actuación de las autoridades ministeriales y
forenses a la hora de enfrentarse a los casos de muertes de mujeres con
presunción de homicidio.
En este trabajo también se consideran los registros de dichas
muertes generados por el Inegi; así como la información de los certifi-
cados de defunción que, desde 1985, muestran datos sobre el tipo y las
causas de los decesos. Esta información se contrastó con la que tienen
las procuradurías de los diferentes estados, de cada caso abierto o ya ce-
rrado, de los presuntos homicidios. Todavía más: a los datos obtenidos
de ambas fuentes, se sumó la información proporcionada por los procu-
radores de justicia de 12 entidades del país, que respondieron por escrito
a una solicitud de la Cesf, aunque se reconocen las limitaciones en esta
información ya que no se obtuvo ni la información de todo el periodo
ni de todo el país.
El primer cuaderno de la colección del feminicidio en México
inicia con una presentación firmada por las tres principales cabezas del
trabajo: Ana Güzmez García (directora de Onu Mujeres), Teresa In-
cháustegui (presidenta de la Cesf )2 y Rocío García Gaytán (presiden-
ta de Inmujeres), quienes informan acerca de sus objetivos, principales
contribuciones y de los procesos de obtención de la información anali-
zada. Enseguida se da paso a la introducción, en la cual se establece el
marco analítico acerca de los asesinatos de mujeres y la amenaza de vio-
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Comisión Especial para Conocer y Dar Seguimiento Puntual y Exhaustivo a las Acciones que
han Emprendido las Autoridades Competentes en Relación a los Feminicidios Registrados
en México de la LXI Legislatura de la Cámara de Diputados, la Onu Mujeres, el Instituto
Nacional de las Mujeres y la colaboración académica del Colegio de México.
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lencia; se afirma que medir el feminicidio es útil para visibilizarlo y se
desarrollan las aproximaciones conceptuales a éste, a partir de los cono-
cidos documentos internacionales de la Convención sobre la eliminación
de todas las formas de discriminación contra la mujer (Cedaw) y de la
Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la vio-
lencia contra la mujer (Convención de Belém do Pará).
Luego de formular una definición de violencia contra las mujeres
(Cuaderno 1, 2011: 18), se discute y analiza el significado de los térmi-
nos femicidio y feminicidio, a partir de las aportaciones de diversos auto-
res. Se concluye que “el concepto de feminicidio abarca a los individuos
responsables pero también señala la responsabilidad de las estructuras
estatales y jurídicas” (Cuaderno 1, 2011: 19). A partir de lo anterior se
afirma la importancia de que exista “un reconocimiento y la incorpora-
ción de este concepto en las legislaciones y los códigos penales de cada
país”(Cuaderno 1, 2011: 19). En este punto, el argumento no es muy cla-
ro y quien lo lee se pregunta: ¿el concepto de homicidio —quien priva
de la vida a otro— no abarca a los individuos responsables —el quien—
ni señala la responsabilidad de las estructuras estatales y jurídicas? ¿O se
está haciendo referencia a que los individuos responsables del feminicidio
son siempre varones-que-matan-mujeres y, a que, en el asesinato de va-
rones (González de Alba, 2010) no importa el género del responsable?
Sin embargo, hay quien toma ese dato en cuenta para decir que “también
las mujeres cometen feminicidio” (Barrera, 2012), y quien afirma que la
violencia de las mujeres contra los varones va progresivamente en ascenso:
“En la última década se incrementó la violencia que ejerce la mujer. En
2008, de los tres mil casos de agresiones entre parejas que registró la Se-
cretaría de Salud, en mil 200 las víctimas fueron varones” (Valadez, 2010).
En el siguiente capítulo del Cuaderno 1 de la colección Feminici-
dio en México, se presentan los aspectos legales del feminicidio; se rescatan
las definiciones formuladas del delito de feminicidio en algunos países
(Costa Rica, Guatemala, El Salvador y Chile), así como las que se han
elaborado en los códigos penales de algunos estados mexicanos (Coli-
ma, Distrito Federal, Guanajuato, Guerrero, México, Morelos, San Luis
Potosí, Tamaulipas y Veracruz) y la pena prevista en cada uno de ellos;
habla también de las lesiones feminicidas y de la definición legal de ho-
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micidio en los códigos penales y se resalta el indudable y documentado
sexismo implicado en los códigos penales. Además de algunos cuadros y
esquemas, en este apartado también se presentan, en algunas viñetas, las
narraciones de algunos casos de feminicidio.
El tercer capítulo dibuja el perfil del fenómeno con las estadísticas
de mortalidad, las tendencias y cambios recientes que aquellas permiten
establecer, haciendo distinciones en los diferentes grupos de edad y en las
formas de asesinar a las mujeres. Al final se analiza el papel del Estado
ante los presuntos homicidios de mujeres. La descripción del feminicidio
continúa en el cuarto capítulo que explicita la relación entre homicidios y
violencia familiar, y presenta el manejo que se hace de los homicidios de
mujeres en las procuradurías de justicia; se habla del suicidio de las mu-
jeres y de la violación, así como de la atención hospitalaria por violencia.
El último capítulo hace referencia a las fuentes de información:
los registros de defunciones en las estadísticas vitales, los egresos hos-
pitalarios, el proceso de procuración de justicia y del proceso de impar-
tición de justicia. El cuaderno cierra con un apartado de conclusiones y
recomendaciones, y en su parte final incluye un glosario, la bibliografía
y dos anexos: uno de cuadros estadísticos y otro de fichas técnicas de los
indicadores utilizados en las mediciones realizadas para el trabajo.
Los otros 32 cuadernos que completan el trabajo, tal como se dijo
antes, presentan la información de cada uno de los estados de la República,
por separado. Éstos, particularizan los datos de cada una de las entidades
federativas, siguiendo un mismo esquema: primero se habla de los indica-
dores y fuentes de datos utilizadas; luego de los niveles y tendencias que
se configuran a partir de dichos datos; después refiere las características
de las defunciones con presunción de homicidio; enseguida el contexto
de violencia contra las mujeres y, finalmente, la atención a la violencia
contra las mujeres en el ámbito legislativo. Además, cada cuaderno pre-
senta gráficas y cuadros con múltiples datos estadísticos.
El conjunto de los cuadernos que componen la obra es, sin lugar a
dudas, un producto muy cuidado en términos editoriales, con un diseño
atractivo y texto bien estructurado, narrado y claro. Se trata además de
un trabajo realizado con minuciosidad, y muestra un esfuerzo sin prece-
dentes por avanzar en la precisión de los datos acerca de este lamenta-
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ble fenómeno presente en la sociedad mexicana, y muy necesario en un
panorama en donde las cifras en torno al tema de la violencia contra las
mujeres y en particular sobre el feminicidio no suelen ser claras ni pre-
cisas y por lo tanto no son útiles para conocer la dimensión real de este
gravísimo problema.
Creemos que cierto tipo de muertes parecen generar mayor pre-
ocupación que otras3 —las de las mujeres respecto a las de los varones,
entre otras— y, por otro lado, es cada vez más claro que el campo discur-
sivo en torno al género sirve a los diversos actores políticos para posicio-
narse en la escena pública (Palomar, 2012), muchas veces desvinculado
de otros objetivos que se aducen en el discurso.4 Por otra parte, el hecho
de que la violencia contra las mujeres, y en particular el feminicidio, se
haya convertido en el objeto de trabajo y de financiamiento para muchas
organizaciones sociales, ha hecho que sea menos importante la precisión
de los datos respecto a los logros políticos, que permite su manipulación
bien intencionada. También por esta razón el trabajo que aquí se rese-
ña es importante, ya que da información confiable con relación al tema
preciso que analiza.
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“Ciertos tipos de muertes parecen preocuparnos más que otras. Incluso aquellas que son
consideradas prevenibles. En una recopilación de datos que ha hecho el Centro de Transporte
Sustentable (Cts), hace una comparación que a cualquiera deja reflexionando: 65 personas
mueren diario por accidentes viales, 30 por presuntos vínculos al crimen organizado. ¿Qué es
lo que hace que un tipo de muerte nos preocupe más que otra? ¿qué tanto en estas muertes
es responsabilidad individual y qué tanto es responsabilidad colectiva?” (Nexos, 2012).
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Claras muestras son las perversiones suscitadas por el debatido tema de las cuotas de género
que obligan a los partidos políticos a respetar un número mínimo de hombres y mujeres entre
sus candidatos a puestos legislativos, que han revelado que el género es solamente moneda de
cambio político útil para negociar porcentajes de participación (véase caso de las diputadas
“juanitas” en http://www.informador.com.mx/mexico/2010/184346/6/critican-caso-de-
diputadas-juanitas.htm, o las discusiones en Jalisco después de las elecciones de julio del 2012
en http://www.lajornadajalisco.com.mx/tematicas/cuota-de-genero/). Una muestra más del
género como campo útil para dirimir los lugares de los actores sociales en la escena política,
es la relativa al tema de la violencia contra las mujeres y, en particular, del feminicidio.
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Referencias bibliográficas
Barrera, J. (2012). Mujeres cometen feminicidio. Fueron autoras de seis de los 52 casos
registrados el año pasado. En: El Universal. Consultada el 18 de agosto del 2012.
Disponible en www.eluniversal.com.mx.
Comisión Especial para Conocer y Dar Seguimiento Puntual y Exhaustivo a las Ac-
ciones que han Emprendido las Autoridades Competentes en Relación a los
Feminicidios Registrados en México (2011). Feminicidio en México. Aproxima-
ciones, tendencias y cambios 1985-2009. México: Lxi Legislatura de la Cámara de
Diputados/Onu Mujeres/Instituto Nacional de las Mujeres y Colegio de México.
González de Alba, L. (2010). ¿Por qué hay feminicidio y no varonicidio? En: Nexos
en línea. Consultada el 1 de enero de 2010. Disponible en www.nexos.com.mx.
Guezmez, A.; Inchaústegi, T. y García, R. (2011). Feminicidio en México. Aproximaciones,
tendencias y cambios 1985-2009. México: Onu/El Colegio de México.
Nexos (2012). Morir por coche o morir por bala? En: Revista Nexos en línea. Consultada
el 23 de julio del 2012. Disponible en: http://redaccion.nexos.com.mx/?p=4159.
Palomar, C. (2012). El género y su potencial explicativo de la desigualdad. En: M. Vi-
llarreal y J. Preciado (coords.), Dilemas, debates y perspectivas. Ciencias sociales y
reflexividad. Guadalajara: Ciesas.
Valadez, B. (2010). Aumenta a 40% el maltrato a hombres. De los golpeados, más de
80% no denuncia, no pide ayuda y no se divorcia. En: Milenio Diario. Consultado
el 2 de maro de 2010. Disponible en www.milenio.com.
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Fotografía de Lucila Gutiérrez Santana.