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Segunda Part de Metodogia

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3.1.- La investigación científica. Características.

INVESTIGACIÓN

Investigación designa un tipo de actividad que se caracteriza por la


búsqueda de conocimiento o de respuesta a una pregunta. Expresa
una concepción determinada de lo que es el conocimiento y del lugar
que en él ocupa la ciencia; parte de un objeto de estudio
operacionalmente delimitado. Posee, además, una concepción de la
validez, tanto metodológica, como de los instrumentos de recolección
de datos, precisando cuál es la información necesaria para resolver
preguntas, pertinentemente planteadas.

Apariencia y esencia, son parte de la misma realidad; la apariencia es


siempre apariencia de una esencia y ésta última se expresa
externamente a través de la primera.

INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA

Es una actividad del hombre orientada a descubrir algo desconocido.


Tiene su origen en el deseo de conocer cómo y por qué son las cosas
y cuáles son sus razones y motivos. Será investigación científica si
actúa según un método científico.

Según West, es el proceso más formal, sistemático e intensivo de


llevar a cabo el método

científico de análisis. Según Sierra Bravo, es el proceso de aplicación


del método y técnicas científicas a situaciones y problemas
concretos en el área de la realidad, para buscar respuestas a ellos y
obtener nuevos conocimientos.

Conocimiento científico no es igual a investigación científica, el


primero es el objetivo de la segunda. El primero es el producto y la
segunda es su proceso de producción.

CARACTERÍSTICAS DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA

• La investigación es un proceso formado por un conjunto de fases de


actuación sucesiva, orientada a descubrir la verdad.

• Es un proceso reflexivo, sistemático, controlado y crítico, que


permite descubrir hechos o datos, relaciones o leyes en cualquier
campo del conocimiento humano.

• Tiene como finalidad hallar respuestas a problemas desconocidos y


ampliar el ámbito de nuestros conocimientos.
• Exige necesariamente la aplicación más rigurosa de métodos y
técnicas científicas.

• Constituye un camino para conocer la realidad, para descubrir


verdades parciales.

• Se recogen nuevos conocimientos de fuentes primarias que


permiten el avance científico. La investigación exige comprobación y
verificación.

• Coloca el acento en el descubrimiento de principios generales,


trasciende las situaciones particulares investigadas, y utilizando
procedimientos de muestreo, procura hacer inferencias sobre la
totalidad y conjunto de la población.

• Es una exploración experta, sistemática y exacta. Utiliza los


instrumentos adecuados y emplea los medios que ayudan a la
exactitud de la observación humana, el registro y comprobación de
datos.

• Es lógica y objetiva.

• Intenta organizar los datos en términos cuantitativos.

• Se registra y se expresa en un informe, documento o estudio.

3.2.- Particularidades de la investigación en las ciencias sociales.

En las ciencias sociales han prevalecido dos perspectivas:

* El positivismo que busca los hechos o causas de los fenómenos


sociales con independencia de los estados subjetivos de los
individuos.

* El fenomenológico que quiere entender los fenómenos sociales


desde la propia

perspectiva del actor. Examina el modo en que se experimenta el


mundo. La realidad que importa es lo que las personas perciben como
importante.

Abordan diferentes tipos de problemas y buscan diferentes clases de


respuestas. El positivista busca las causas mediante métodos tales
como cuestionarios, inventarios y estudios demográficos, que
producen datos susceptibles de análisis estadístico. El fenomenólogo
busca comprensión por métodos cualitativos (observación
participante, la entrevista en profundidad y otros).
La perspectiva tiene implicancia en los investigadores, en el hombre
de ciencia, en el científico que adopta una aproximación objetiva al
mundo social. Otros la aproximación más subjetiva que ven el mundo
social como de una clase mucho más suave, personal y creada por el
hombre. Cuando la visión que trata al mundo social como el mundo
natural, la metodología científica analiza las relaciones y
regularidades entre factores selectores en tal mundo. Si la visión es
subjetiva la búsqueda por el entendimiento se enfoca sobre
temas diferentes y se les aproxima de manera diversa. El individuo
crea, modifica e interpreta el mundo en el cuál él o ella se
encuentran, el método adopta un aspecto cualitativo (interpretativo).
Para entender el comportamiento individual, desde una aproximación
cuantitativa puede denominarse nomotética y desde la perspectiva
cualitativa puede designarse como idiográfica.

3.3.- Particularidades de la investigación jurídica

Se puede definir a la investigación jurídica como el conjunto de


actividades, llevadas a cabo por el jurista, que tienden a la búsqueda
del derecho, de sus antecedentes y, por supuesto, de su actualidad y
realidad. De esta forma el derecho constituye el objeto de la
investigación científica, y se convierte en investigación jurídica.

Su particularidad e importancia radica en que, fomenta un


autoaprendizaje y una autonomía de pensamiento en el investigador, y
además le permite conocer la realidad social en la cual el derecho se
aplica, poniéndose en contacto directo con el desarrollo y el cambio
social.

3.4.- Tipos de investigación.: exploratoria, descriptiva, correlacional o


explicativa. Según su profundidad se dividen en:

• Descriptivas: tienen como objetivo central la medición precisa de


una o más variables dependientes, en una población definida o en una
muestra de una población.

• Explicativas: no solamente pretenden medir variables sino estudiar


las relaciones de influencia entre ellas, para conocer la estructura y
los factores que intervienen en la dinámica de los fenómenos.

• Exploratorios: pueden tener carácter descriptivo o explicativo, o


ambos a la vez. Lo que lo distingue es su carácter provisional, no
definitivo, en cuánto se realicen para obtener un primer conocimiento
del campo donde se piensa realizar la investigación definitiva.

3.5.- Diseño de Investigación: Experimental y no experimental.


METODOLOGÍA EXPERIMENTAL

Se caracteriza por:

● El investigador manipula la variable independiente y le asigna


niveles.

● Se aplican dos o más niveles de la variable independiente para


poder contrastar los efectos sobre la variable dependiente.

● La muestra se elegirá al azar. Las variables independientes se


aplican a grupos de sujetos distintos. A cada grupo se le aplica al
azar un nivel de la variable independiente. Así, por efecto del azar los
grupos sean homogéneos o equivalentes, para que después de aplicar
los niveles de la variable entre sí, las posibles diferencias, al medir la
variable dependiente, son atribuibles a la aplicación de los niveles de
la variable independiente. Se aplica a través de diseños específicos
que suponen adoptar variaciones respecto de la categoría global y
posibilitan responder de forma más acorde a determinados problemas
y situaciones de investigación.

METODOLOGÍA NO EXPERIMENTAL

Cuando el investigador no dispone de la información necesaria para


solucionar el problema planteado, puede crear o provocar el
fenómeno, pero también puede buscar un contexto o situación dónde
obtener los datos necesarios porque el fenómeno ya se ha producido.
Recogerá los datos y lo analizará, pero no modificará ni se provocará
dicha situación, pues mantendrá una actitud pasiva. Este método se
limita a describir una situación que ya viene dada al investigador.

Bajo la denominación genérica de metodología no experimental


pueden incluirse diversos métodos:

● Método comparativo-causal: se utiliza cuándo el investigador intenta


explicar relaciones de causalidad comparando grupos de datos, pero
la variable no es manipulable y sólo admite un nivel de selección.

● Métodos descriptivos: exploran relaciones y tratan de asociar y


comparar grupos de datos. Recogen y analizan información con fines
exploratorios y pueden constituir una aportación previa para orientar
futuros estudios correlacionados, predictivos o de corte
experimental, que tratarán de contrastar hipótesis generadas por
aquellos.

● Métodos correlaciónales: permite explorar hasta qué punto las


variaciones observadas entre las variables dependen entre sí. Si es
suficiente puede derivarse un estudio predictivo. Puede generarse un
análisis factorial con el fin de explicar un número de variables
mediante un número más reducido de variables subyacentes.

Unidad IV: Técnica en investigación


Unidad V: Proceso de la investigación
3.1. El proceso de investigación y sus Amomentos@
Llamamos investigación científica, de un modo general, a la actividad
que nos permite obtener conocimientos científicos, es decir,
conocimientos que se procura sean objetivos, sistemáticos, claros,
organizados y verificables. El sujeto de esta actividad suele
denominarse investigador, y a cargo de él corre el esfuerzo de
desarrollar las distintas tareas que es preciso realizar para lograr un
nuevo conocimiento. Los objetos de estudio son los infinitos temas y
problemas que reclaman la atención del científico, que suelen
agruparse y clasificarse según las distintas ciencias o especialidades
existentes.
La investigación científica se desarrolla de acuerdo a los lineamientos
generales del proceso de conocimiento que ya analizamos en los dos
capítulos precedentes. En ella se asiste, por lo tanto, a ese
acercamiento del sujeto hacia el objeto del que ya hablábamos, por un
lado, y a la verificación de las teorías que se elaboran al confrontarlas
con los datos de la realidad, por el otro.
A pesar de que el proceso de conocimiento, en la vida real, es
continuo y a veces bastante desorganizado Bpues, no lo olvidemos, se
trata de una experiencia creativa donde no pueden excluirse ni la
intuición ni la subjetividadB existe la posibilidad de distinguir en el
mismo algunas grandes fases o momentos que, desde un punto de
vista abstracto, muestran las sucesivas acciones que va desarrollando
el investigador mientras trabaja. Los presentaremos seguidamente,
en términos todavía bastante generales, para luego ir definiéndolos
de un modo más concreto.
Existe un primer momento en que el científico ordena y sistematiza
sus inquietudes, formula sus preguntas y elabora organizadamente
los conocimientos que constituyen su punto de partida, revisando y
asimilando lo que se ya se conoce respecto al problema que se ha
planteado. Es el momento en que se produce la delimitación o
distinción entre sujeto y objeto, ya que allí el investigador se ocupa
por definir qué es lo que quiere saber y respecto a qué hechos.
Igualmente puede considerarse como la fase en que se plantea
explícitamente la Ateoría inicial@, el modelo teórico del que partimos
y que se habrá de verificar durante la investigación. Es en este
momento cuando se formulan los problemas básicos de toda
indagación y cuando hay que atender preponderantemente a la
racionalidad de lo que proponemos y a la coherencia lógica de nuestro
Amarco teórico@ (v. infra, cap. 5). Por estas razones hemos adoptado
la denominación de momento del proyecto, o momento proyectivo,
para referirnos a esta parte inicial del proceso.
A partir de este punto el investigador debe tratar de fijar su estrategia
ante los hechos a estudiar, es decir, debe formular un modelo
operativo que le permita acercarse a su objeto y conocerlo, en lo
posible, tal cual es. Del mismo modo debe indicarse que, en este
segundo momento, es preciso encontrar métodos específicos que
permitan confrontar teoría y hechos. La preocupación mayor durante
toda esta fase es la de elaborar sistemas de comprobación lo más
confiables posibles, y el nombre con que la designamos es, por todo lo
anterior, momento metodológico.
Luego, ya elegidos los métodos o estrategias generales que han de
servir para ejecutar nuestro trabajo, se hace necesario abordar las
formas y procedimientos concretos que nos permitan recolectar y
organizar las informaciones que necesitamos. A esta tercera fase la
denominamos momento técnico y, aunque es apenas una proyección y
continuación del momento anterior, decidimos considerarla
separadamente por cuanto supone la realización de trabajos que en la
práctica son bastante diferentes a los anteriores. En esta fase suele
incluirse también el trabajo práctico de la obtención de los datos,
pues durante éste se redefinen y ponen a punto las técnicas y los
instrumentos que se emplean en la investigación.
Finalmente, cuando el investigador ya dispone de los datos que le
proporcionan los objetos en estudio, se abre una nueva fase, que
tiene por cometido elaborar los nuevos conocimientos que es posible
inferir de los datos adquiridos. Se vuelve así de los hechos a la teoría,
del objeto al sujeto, cerrando el ciclo del conocimiento, aunque no
definitivamente, pues la nueva teoría alcanzada sólo puede concebirse
como un superior punto de arranque para el desenvolvimiento de
nuevas investigaciones. El nombre que mejor se adapta a esta fase de
la investigación es, por lo tanto, el de momento de la síntesis, aunque
puede también llamarse momento teórico o momento de la redacción
final.
Estos cortes efectuados en la continuidad del proceso que analizamos
son útiles para ver cómo los problemas epistemológicos generales
reaparecen en la práctica concreta de la actividad científica. Pero no
son todavía apropiados, por lo muy amplios y generales, para servir de
guía a quien se ve frente a la necesidad de efectuar un trabajo
concreto de investigación. Por tal motivo encararemos ahora la tarea
de fijar etapas más específicas dentro de este proceso.
3.2. Un modelo del proceso de investigación
Adoptando la descripción anterior como un punto de partida
genérico, nos ocuparemos seguidamente de delimitar las operaciones
concretas que usualmente se realizan en todo proceso de
investigación, para lo cual hemos confeccionado el esquema que
proponemos al lector (v. pág.46). Cabe advertir aquí que un esquema
sobre las actividades que implica la investigación no puede ser más
que una abstracción, una construcción teórica que intenta representar
de algún modo los procesos de conocimiento que efectivamente se
producen. No hay nada de sacrosanto en un esquema de esta
naturaleza, desde luego, ni tampoco existe la pretensión de que el
mismo sea seguido obligatoriamente por investigadores o
estudiantes.
Para entender mejor el valor y las limitaciones de cualquier esquema
que intente servir como modelo al proceso de investigación es
conveniente que reflexionemos acerca del origen que poseen tales
modelos. Los mismos no pueden sino surgir de dos fuentes: por un
lado, de la observación y sistematización de la práctica científica que
en diversos campos se realiza o se ha realizado; por otra parte, de la
necesaria organización lógica de los contenidos que en la misma
intervienen, de modo de construir un modelo internamente coherente.
Visto lo cual se comprende perfectamente el carácter aproximativo
que posee todo esquema de Apasos@ o Aetapas@, y se entienden
mejor las discrepancias que Ben los textos sobre el temaB se suelen
presentar. Par evitar que el esquema que proponemos se interprete
erróneamente haremos además otras dos consideraciones previas:
1) Todo esquema sobre el proceso de investigación corre el peligro,
especialmente para quien no ha realizado todavía labores científicas
prácticas, de convertirse en una especie de modelo formal restrictivo,
en un molde rígido de procedimientos que puede adquirir hasta un
carácter burocrático. En realidad la labor científica es un trabajo
donde la libertad y la creación cumplen un papel central: no hay, ni
puede haber, ninguna receta que nos garantice un resultado positivo
para nuestro trabajo, por cuanto las dificultades y los imprevistos son
tantos que impiden alcanzar una planificación completa del proceso.
La práctica nos enseña que investigar es una tarea casi artesanal [Cf.
C. Wright Mills, La Imaginación Sociológica, Ed. Fondo de Cul- tura
Económica, México, 1967, capítulo sobre la artesanía intelectual.] en
la que es preciso unir el pensamiento riguroso a la imaginación, la
disciplina de trabajo a la Ainspiración@, en dosis variables según las
circunstancias. Por eso cualquier esquema que se presente no tiene
más que el valor de una simple sugerencia encaminada a estimular el
pensamiento sistemático, de una especie de indicación general, que
sólo pretende ser una guía para que el estudiante que se inicia en este
campo pueda tener en cuenta los principales factores y aspectos que
intervienen en el proceso.
2) Revisando la bibliografía que existe sobre el punto se advierte que
en cada caso los diferentes autores confeccionan diversos esquemas
de pasos sucesivos que intentan describir las etapas del proceso.
Varían, eso sí, en la cantidad de pasos, aunque la secuencia general
manifiesta casi siempre una cierta similitud, inevitable por la misma
lógica de la investigación. Diferencias importantes se encuentran, en
esta comparación, en lo relativo al número de pasos, al énfasis puesto
en cada uno y, a veces, en el orden establecido. La clasificación que
ofrecemos enseguida al lector no pretende ser la única ni la mejor
posible: es simplemente el resultado de nuestra observación en este
campo e intenta poner de relieve algunos aspectos fundamentales que
hemos percibido en nuestra práctica. Se distingue de la que presentan
casi todos los autores por una característica específica: no es lineal.
Pretendemos con ello poner en relieve el carácter dinámico y procesal
de la investigación, de modo que no se conciba al proceso como
teniendo un principio y un fin definitivos, sino más bien como un
trabajo continuo, donde cada investigación particular es parte de un
esfuerzo mucho mayor en el desarrollo de los conocimientos
científicos. Por otro lado se observará que el modelo plantea etapas
paralelas en su desenvolvimiento. Esto tiene por objeto mostrar que
no hay verdaderamente un orden único en el trabajo sino que existen
tareas que se desarrollan de un modo simultáneo, que se
complementan y determinan mutuamente.
Hechas estas advertencias, veamos, ya más de cerca, el modelo que
proponemos al lector. El primer elemento anotado, la definición de un
área temática, implica la selección de un campo de trabajo, de la
especialidad o problemática donde nos situamos. Para explicarnos
mejor ejemplificaremos diciendo que áreas temáticas son las
migraciones internas, los semiconductores, las partículas
subatómicas, la inflación, las enfermedades contagiosas, etcétera. Es
decir, se trata de campos del saber que tiene unidad interna pero que
abarcan una problemática mucho más reducida que las disciplinas, y
aún las especialidades, en las que suelen ubicarse. No son áreas
temáticas, pues, la sociología, el derecho penal o la ingeniería
mecánica, dado que son demasiado amplias como para definir el
campo de estudio de una investigación en particular, y ni siquiera
especialidades como la sociología política, la anatomía patológica o la
mecánica de fluidos.
Toda investigación versa, naturalmente, sobre algún área del
conocimiento, aunque esta pertenezca a más de una disciplina
científica (en este caso se trata, obviamente, de un estudio
interdisciplinario). Pero una investigación puede definirse también
como un esfuerzo que se emprende para resolver un problema: no un
problema cualquiera, claro está, sino un problema de conocimiento.
En este sentido conviene señalar que un problema de conocimiento se
plantea o presenta cuando alcanzamos a precisar qué es lo que no
sabemos dentro de un área temática determinada, cuando
establecemos una especie de frontera entre lo conocido y lo no
conocido y nos decidimos a indagar sobre esto último.
La segunda etapa que hemos definido consiste, por lo tanto, en lo que
se denomina la formulación o el planteamiento del problema. Ella es,
quizás, la fundamental de todo el proceso indagatorio, la que
distingue una verdadera investigación de otros trabajos
aparentemente similares, como los de revisión bibliográfica,
recopilación de información, procesamiento de datos, etc. Porque, en
ausencia de un problema no hay verdadera búsqueda de
conocimientos, no hay creación, aunque puedan hacerse valiosos
aportes pedagógicos o prácticos: si no hay algo de algún modo
desconocido Bo mal conocidoB no hay, en verdad, auténtica necesidad
de investigar, de obtener nuevo conocimiento.
Conviene advertir a nuestros lectores que los problemas de
conocimiento no deben confundirse con los problemas de la vida
práctica, aunque ambos puedan estar estrechamente ligados. Así, por
ejemplo, no es un problema de investigación reducir los accidentes de
tránsito, pero en cambio sí lo es responder a la pregunta: )cuáles son
las causas que producen los accidentes de tránsito? Con base a su
repuesta es que podrá resolverse el problema práctico, pero es preciso
hacer la distinción entre estas dos clases de problemas para disipar
frecuentes equívocos que luego se traducen en serios inconvenientes
para el investigador.
Como se habrá observado, la formulación de un problema asume
generalmente la forma de una pregunta, de algún interrogante básico
cuya respuesta sólo se podrá obtener después de realizada la
investigación. Dicho de otro modo, el objetivo fundamental de la
investigación es resolver precisamente dicho problema de
conocimiento (encontrar la respuesta) y su éxito deberá medirse
entonces Bantes que nadaB por la claridad pertinencia y precisión de
dicha respuesta. Los problemas prácticos, en cambio, se resuelven
mediante la realización de algún tipo de acción, no mediante la
obtención de un saber nuevo, aunque puedan a veces necesitarse de
nuevos conocimientos para desarrollar las acciones que hay que
emprender.
La siguiente etapa, que llamamos delimitación de la investigación,
incluye la tarea de fijar los objetivos, generales y específicos, del
trabajo a desarrollar, aclarando qué fines se considera posible
alcanzar concretamente. Porque no puede hacerse investigación
científica estudiando todo a la vez, sin ningún orden ni disciplina y sin
tener una idea, aunque sea aproximada, de lo que se irá a alcanzar: es
necesario contar con un tema de estudio preciso y bien delineado que,
por sus proporciones, pueda ser investigado en correspondencia con
nuestros recursos teóricos y materiales. Sobre estas dos
indispensables actividades de toda investigación hablaremos más
extensamente en el capítulo siguiente.
Una vez precisado el objeto de nuestro trabajo habrá que abocarse a
la tarea de construir un referente teórico para el problema en estudio.
Ello significa asimilar el bagaje conceptual y las teorías ya elaboradas
respecto al tema, pero reenfocadas para los fines específicos de
nuestro caso. Implica por lo tanto la revisión y organización de los
conocimientos previos disponibles sobre el tema, en lo que se refieren
particularmente al problema que se ha planteado y al punto de vista
que se ha asumido acerca del mismo.
Conviene aclarar que la elaboración de este marco teórico está
estrechamente ligada al mismo planteamiento del problema, y en los
hechos ambas cosas se van desenvolviendo casi simultáneamente.
Esto es así porque no puede plantearse con seriedad un problema de
investigación Bdelimitando lo que no se sabe sobre algoB si no se
revisa y asimila previamente lo que ya se conoce acerca del mismo, si
no se ordena y elabora la teoría existente. A los problemas referidos al
marco teórico dedicaremos por entero el capítulo 5.
Las primeras cuatro fases del trabajo de indagación que acabamos de
describir corresponden el momento proyectivo inicial del que
hablábamos en 3.1. Se observará que en nuestro esquema, a partir de
la etapa No.3, se produce una bifurcación que implica la realización de
trabajos simultáneos o, al menos, paralelos. Nuestro objetivo al
presentar las cosas de este modo ha sido remarcar que todo problema
de investigación se presenta ante nosotros bajo una doble faz: por un
lado (línea de abajo) como una colección de hechos, de fenómenos
empíricos; por otra parte, como un conjunto de conceptos y de
proposiciones relativos a esos hechos o fenómenos (línea de arriba).
Con esto se rescata la circunstancia de que la investigación debe
atender a la doble naturaleza de lo que se construye como Aobjeto@,
en tanto éste no sólo es un elemento puramente empírico, un
segmento de la realidad, sino que está precisamente constituido como
resultado de nuestra labor de conceptualización y de elaboración
teórica (V. supra, 2.2).
El elemento No.5, el que llamamos diseño concreto, cumple entonces
la función de complementarse al marco teórico: si éste proporciona el
marco conceptual y referencial para el problema, el diseño tiene por
misión determinar la forma en que el problema habrá de ser
verificado: establecerá el criterio general de comprobación, el sistema
de aproximación a la realidad específica considerada, la estrategia
general a utilizar. Junto con el paso No.6 pertenece a lo que antes
hemos denominado el momento metodológico de la investigación, que
será tratado en el capítulo 6.
Los aspectos No. 6 y 7 son la continuación operativa del marco teórico
y del diseño, respectivamente, tal cual se observa en nuestro gráfico.
La obtención de indicadores, llamada a veces Aoperacionalización@,
tiene por objeto la búsqueda de elementos concretos, empíricos, que
permitan traducir y medir en la práctica los conceptos que se han
definido teóricamente; las técnicas de recolección de datos son la
implementación instrumental del diseño escogido. Ambos elementos
se sintetizan en la confección de determinados instrumentos de
recolección de datos. Los instrumentos (como, por ejemplo, cues-
tionarios, pautas de observación, etc.) tiene una forma y un
contenido. La forma, es decir, si se trata de entrevistas, cuestionarios,
pautas, etc., estará determinada por las técnicas concretas escogidas;
el contenido Bes decir, qué preguntar, qué observarB será el resultado
de la operacionalización efectuada. De este modo ambas líneas,
empírica y teórica, confluyen en este elemento, con el cual nos
dedicaremos a la labor de conseguir los datos capaces de construir
una respuesta para nuestro problema inicial. Los capítulos 7, 8 y 9
tratarán con bastante detalle lo relativo a estas etapas.
Pero esos datos se obtienen en bruto y necesitan, por tanto, de un
trabajo de clasificación y ordenación que habrá de hacerse teniendo
en cuenta las proposiciones sobre las que se asienta la investigación.
Esta tarea, el procesamiento de los datos (V. cap. 10), cierra la fase
técnica del proceso, que incluye también a las tres anteriores.
Finalmente, con estos datos ya procesados adecuadamente, habrá que
retomar la labor propiamente teórica para poder obtener de ellos la
respuesta al problema planteado: será preciso analizar críticamente la
información, proceder a sistematizarla y sintetizarla, y arribar a
conclusiones globales de acuerdo a los datos disponibles. Estamos,
así, en el momento final de la investigación, en el que llamamos de la
síntesis.
Con esto se cierra Baunque sólo en aparienciaB el proceso de
investigación. Y decimos así por cuanto ninguna investigación
Aresuelve@ completamente los problemas formulados. Generalmente
la respuesta es sólo parcial, o hay ciertos elementos de confusión o,
en el mejor de los casos, la respuesta eficaz de un problema implica la
aparición de varios otros nuevos problemas a investigar. El ciclo se
reiniciará así a partir del segundo elemento, de un modo circular e
inacabable, como lo es en verdad la tarea del hombre por resolver los
interrogantes del mundo que lo rodea y de su propia práctica.
Las breves explicaciones que acabamos de dar al lector seguramente
resultarán un tanto oscuras, especialmente para aquellos que se
acercan por primera vez a un texto de metodología. Hemos querido
hacer una presentación sumaria, para que pudiese captarse el sentido
general del proceso de investigación y su correspondencia con los
problemas del conocimiento tratados precedentemente. En los
capítulos que siguen iremos desarrollando, con mucho más detalle,
cada una de las operaciones que hemos esbozado en este punto.
Rogamos al lector que las lea cuidadosamente y que, ante cualquier
duda, regrese a la presentación sintética que acabamos de ofrecerle.
Antes de proceder con lo anunciado, sin embargo, nos detendremos
brevemente en otro aspecto de la práctica científica que responderá,
sin duda, a las inquietudes de algunos de nuestros lectores.
3.3. El sujeto investigador
Generalmente se presta poca atención, en los escritos sobre
metodología, a las dificultades y trabas que surgen del lado del sujeto.
Cuando las cosas se presentan de este modo los autores tratan de
resolver los problemas que plantea la complejidad inherente a todo
objeto de estudio, pero olvidando que el sujeto investigador también
tiene limitaciones y se enfrenta a dificultades sobre las que es preciso
reflexionar. Recomendamos, para evitar este equívoco, la lectura de
una obra clásica de Gastón Bachelard, [La Formación del Espíritu
Científico, Ed. Siglo XXI, México, 1976, especialmente pp. 7 a 22 y
248.] quien se ha preocupado especialmente por ver los obstáculos
epistemológicos que el mismo sujeto incorpora a su trabajo científico,
obstáculos que surgen de su psicología y de su modo de ver el mundo.
Ahora bien, en cuanto a nuestra particular visión de las cualidades
que todo investigador Bprincipiante o noB requiere para desplegar un
trabajo efectivo y de calidad, diremos primeramente que el
investigador no es una clase especial y diferente de hombre, con algo
así como una Ainspiración genial@ o cosa semejante. Por el contrario,
aunque hayan existido y existan verdaderos superdotados que se
ocupan de la ciencia, la mayoría de los buenos investigadores y
muchos de los excelentes, no son otra cosa que hombres largamente
educados en la disciplina de la ciencia, gente que se Aha hecho@
investigadora mediante la voluntad y el estudio, cuya tarea es la de
Aproponer teorías y ponerlas a prueba@. [Popper, Op. Cit., pág. 5.]
Naturalmente, quienes poseen una inteligencia más brillante o una
intuición más aguda tienen mayores posibilidades de alcanzar
resultados de importancia. Pero eso no cierra las puertas a la mayoría
de los que, día a día, van levantando el edificio de la ciencia. Y aun
aquellos que tienen a su favor mayores dotes naturales no pueden
escapar a esa necesidad de trabajar sistemáticamente, con paciencia,
perseverancia y continuidad, porque sin ello no es posible llegar a
ningún resultado provechoso. Muchas investigaciones son lentas y
dificultosas, plagadas de tareas tediosas y de inconvenientes que
pueden producir el desánimo; sólo una firme determinación por
conocer la verdad y exponerla, una voluntad sin desmayos orientada
hacia ese fin, nos convierte en verdaderos investigadores.
Pero, complementándose con lo anterior, es necesario poseer y
cultivar un espíritu libre, una mentalidad creadora y abierta a todas
las posibilidades, porque el conocimiento científico se opone a las
posiciones dogmáticas y porque los hechos son muchas veces más
fantásticos que cualquiera de nuestras expectativas. Sólo una
inteligencia que duda de todo y se pregunte ante todo, una
imaginación libre, nos prepara para construir teorías e hipótesis que
muchas veces resultan verificadas por la realidad. Una síntesis entre
un despiadado espíritu crítico y una imaginación sin trabas parece ser
el modelo que nos ofrecen los más grandes científicos y pensadores
de todos los tiempos.
Existen también ciertos hábitos y capacidades que ayudan
sobremanera a un investigador: los conocimientos generales sobre
muchas ramas del saber, la capacidad para trabajar en equipo, el
placer siempre presente por conocer, el entrenamiento en la lectura
sistemática, crítica y cuidadosa, son cualidades valiosas que todo
estudioso debe cultivar y tratar de desarrollar en sí mismo. Por último
diremos que la experiencia práctica en la misma acción investigadora
resulta una ayuda importantísima, por lo que nunca debemos
abandonar este campo apresuradamente, como si no estuviésemos
dotados para desen- volvernos en él, sino insistir en nuestro trabajo
hasta obtener lo que realmente podemos alcanzar por nosotros
mismos.
La divulgación de la investigación es un aspecto vital en el proceso
científico que busca compartir los descubrimientos y conocimientos
obtenidos mediante estudios cualitativos. Estos informes no solo se
centran en datos cuantificables, sino que buscan capturar la esencia
de las experiencias humanas, ofreciendo una comprensión más
profunda y rica de los fenómenos estudiados.
En un informe de investigación cualitativa, la divulgación adquiere
una dimensión narrativa y descriptiva. En lugar de simplemente
presentar resultados en forma de gráficos o cifras, se destaca la
interpretación significativa de los datos. Esta interpretación se
enriquece al contextualizar las historias, percepciones y emociones de
los participantes. Los informes cualitativos buscan transmitir la
complejidad de las experiencias humanas, utilizando un lenguaje
claro y evocador que resuene con el lector y le permita conectarse con
las vivencias descritas.
La publicación de estos hallazgos puede adoptar diversas formas.
Además de las revistas académicas especializadas y las
presentaciones en conferencias, se busca la accesibilidad del público
general. Esto se logra a través de libros, blogs, podcasts o
documentales que presentan las historias y los resultados de manera
más accesible y digerible para un público más amplio. La clave en esta
divulgación es encontrar el equilibrio entre la rigurosidad científica y
la comprensibilidad para el público no especializado.
Una característica distintiva en la divulgación de la investigación
cualitativa es su énfasis en la relevancia social. Más allá de presentar
datos y hallazgos, se destaca cómo estos resultados pueden influir en
políticas, prácticas o en la comprensión de fenómenos sociales. Se
busca demostrar cómo los descubrimientos pueden impactar y
mejorar la calidad de vida de las personas, así como enriquecer la
comprensión general de determinados aspectos de la sociedad.
En resumen, la divulgación en la investigación cualitativa implica
transmitir la riqueza de las experiencias humanas capturadas durante
el estudio. Este proceso utiliza narrativas significativas, análisis
interpretativos y un lenguaje claro para comunicar los resultados de
manera accesible y significativa para diferentes audiencias,
enfatizando su relevancia en el ámbito social y humano.

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