Gianneo, Luis.-Culpable o Inocente
Gianneo, Luis.-Culpable o Inocente
Gianneo, Luis.-Culpable o Inocente
“USTED DECIDE...
¿CULPABLE O INOCENTE?”
de Luis Gianneo
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Personajes
Conductor televisivo
Romualdo Finguireti
Ramiro Curletiani
Marta Finguireti
Lucrecia Carnú
Jorgito
Rosario Garnesa
Mujer Sensual
Rolly
Hombre
Mujer
En Off
Voz de Karin
Voz de Beto
Voz de Nina
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Voces del público
Acto Único
del lugar impera el mal gusto. De fondo puede verse un cartel en el cual puede leerse el nombre
ser interpretada por un trío de mujeres en vivo, o bien puede ser una grabación.
VUELTA”.
Se ilumina el lugar y vemos en el centro del escenario al conductor del ciclo. Con su mano
derecha limpia disimuladamente los restos de cocaína que aún permanecen en los contornos de
sus fosas nasales. Viste ropa muy llamativa. Agradece con una reverencia los aplausos, y luego
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Conductor: (Acelerado) Bienvenidos a una nueva emisión de “¿Culpable o inocente?”, el
Voz de Karin: “Reposo del Milagro”, el mejor cementerio para vos y los tuyos. Precios
es muy placentero.
Conductor: Muchas gracias Karin. Recuerden que para poder participar del ciclo, los
requisitos son: estar detenido y tener sentencia de pena de muerte. Nosotros cada
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Voz de Karin: Romualdo Finguireti. Profesión: contador. Edad: 43 años. Estado civil: viudo.
de Devoto.
(Música y aplausos. Aparece en escena Finguireti. Está esposado y viste un traje que se nota
que no es suyo, ya que le queda un poco grande. Usa un par de anteojos de gruesísimos
Conductor: (Ridículamente intenta darle la mano a Finguireti quien está esposado) Mucho
gusto amigo. ¿Dispuesto a transitar esta jornada que puede ser la última de su
vida?.
Conductor: (Lee algo que tiene escrito) Según lo que dice la ficha, usted a sido condenado a
¿esto es así?.
Finguireti: A mí mismo.
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Conductor: ¿Quién le recomendó ese profesional?.
que está por venir nada mejor que... (Saca sorpresivamente un paquete de
pastillas de su bolsillo).
mejor.
Conductor: (Extrayendo una llave del bolsillo) ¿Usted sabe lo que es esto?.
Conductor: (Molesto) ¡Claro que es una llave!. (Pícaramente) ¿Usted sabe lo que abre esta
llave?.
Conductor: (Mirándolo con fastidio) No Finguireti, abren las esposas que tiene puestas.
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Conductor: (Aparte) Más que tarado diría pelotudo.
(Sonriendo, en voz alta) Voy a sacarle las esposas mientras dure el programa. Le
tribuna donde se halla el público. Le sugiero no intentar nada extraño ya que los
muchachos tienen orden de abrir fuego. (Se oye de golpe el sonido de armas
Finguireti: Clarísimo.
(El conductor abre las esposas y lo invita a tomar asiento en un amplio sillón de colores
estridentes.)
Conductor: Vamos ahora a recibir con un fuerte aplauso a la persona que apresó al señor
(Al mismo tiempo que se oye la melodía del programa, haciéndose el simpático, el comisario
entra en escena realizando algunos pasos de comedia musical. Viste un traje a cuadros y lleva
puesto unos anteojos de sol. Es de estatura mediana y tiene unos prominentes bigotes.)
Curletiani: Con algunos problemas de divertículos. Pero como dice el refrán: “Al mal
Conductor: (Invitando a Curletiani a tomar asiento junto a Finguireti) ¿Qué espera hoy de
nuestro público?.
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Curletiani: (Sentándose) La misma sentencia que la justicia oficial.
Curletiani: No tengo dudas. (Mirándolo) Fíjese la cara de depravado mental que tiene.
huellas del acusado en el cuchillo y en los cuerpos de las víctimas. Luego de los
Conductor: ¿Y qué se supone que motivó al señor Finguireti a llevar acabo los asesinatos?.
Curletiani: (Asintiendo con su cabeza) Así es. La noche que ocurrieron los acontecimientos
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genitales) ... con sus pezones erectos y con las lenguas rozándose las zonas más
sensibles de sus cuerpos. (En pleno éxtasis) Y... sí... ahhh... sí...
Conductor: (Señalándole la mano que tiene aún en el bolsillo) Me pareció que se estaba...
Curletiani: (Lanza una gran carcajada, y luego extrae su mano del bolsillo trayendo consigo
Conductor. (Leyendo el título) “Las balas que te metí”. (Emocionado) Muchas gracias
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Finguireti: (Indignado) Momentito. ¿Y yo qué, eh?... El tiempo corre y ustedes hablando de
Curletiani: (Lo mira con seriedad) Tiene razón. (Le saca de las manos el libro al conductor,
Finguireti: (También por lo bajo) ¿Le parece?. (El conductor asiente) Pero yo quiero hablar
de lo mío.
(El conductor hace una seña y comienza a sonar una melodía romántica de Richard
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Busqué la felicidad y la encontré.
(El conductor y Curletiani secan sus lágrimas, mientras Finguireti los observa.)
Curletiani: Gracias, muchas gracias. (Señalándolo a Finguireti) Hay que reconocer que el
Conductor: (Con cierto fastidio) ¡Ya va Finguireti, ya va!. Deje que Ramiro nos lea otro
poema.
se está respetando.
Conductor: (Calmándolo) Está bien Finguireti, está bien. Parece que estamos un poquito
Ramiro?.
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Curletiani: (Volviendo al relato) Como te estaba diciendo anteriormente, una vez que vió a
cuchillo de cortar carne, y las apuñaló descargando todo el odio que sentía.
(Finguireti se muestra nervioso. Exaltado niega con todo su cuerpo los dichos del comisario.)
Curletiani: Una vez finalizada la carnicería, -digo esto porque fue espantoso observar el
estado en el que quedaron esas personas-, escapó del lugar llevando consigo un
Curletiani: Me lo comentó el encargado del hotel donde se hospedaba Finguireti desde que
se separó.
Curletiani: Sí, la esposa lo echó de la casa cuando se enteró que era cornuda. Pero no nos
detengamos ahora en este punto, ¿querés escuchar el relato del encargado del
hotel?.
Conductor: Me encantaría.
mujer).
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(Curletiani corta la grabación. Introduce su mano nuevamente en su saco extrayendo otro mini
grabador.)
Curletiani: (Lo corta) Como dice el refrán: “No todo lo que brilla es oro”. Me explico, ¿no?.
Voz del Encargado: Pasada la medianoche llegó a la recepción el señor Finguireti. Se lo veía
instante.
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Finguireti: (Se lo nota incomodo) Yo no lo escondí... (Lo mira a Curletiani) Desapareció.
Conductor: (Hace una seña con sus manos. Se escuchan acordes de música de suspenso.)
Finguireti: (Pensando) Fue todo tan vertiginoso... Llegué al cuarto, me cambié de ropa,
Finguireti: Escuché sirenas de patrulleros. Fuí hacia la ventana y ví entrar a varios agentes
al hotel. Me puse tan nervioso que traté de escapar por la escalera de servicio,
pero me detuvieron.
Finguireti: Un tal Rolly, que más adelante les voy a explicar quién es.
Conductor: ¿Y?.
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Finguireti: Y... cuando volví al cuarto con los agentes y el comisario Curletiani, el maletín
ya no estaba.
Curletiani: (Molesto, hace una seña para que corten la música de suspenso) ¡Usted es un
Finguireti: (Enojado) ¡Yo no miento!. (Pausa en la que se corrige) Es cierto que le mentí al
encargado del hotel... pero ¿qué le iba a decir?, ¡¿eh...?!... También es verdad
que esa noche entré al departamento, y que mis huellas se hallaron en el cuchillo
y en los cuerpos; pero fue producto de una lógica reacción por intentar hacer
Curletiani: (Se ríe) ¡Qué estupidez!. (Al conductor) ¡Las cosas que hay que escuchar!. No
Finguireti) Hay que reconocer que fue muy hábil para ocultarlo.
seriedad) Detrás de todo esto está la mano de una gran organización mafiosa.
Curletiani: No estoy muy seguro. (Lo observa a Finguireti) ¿Tal vez algún dinerito de su
esposa?.
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(La cortina musical del programa irrumpe. Curletiani y Finguireti hacen silencio mientras el
Conductor: Las cartas están echadas. “¿Culpable o inocente?”, ese es el misterio a develar.
Voz de Karin: Cementerio “Reposo del Milagro”. Y en este mes aniversario, les ofrecemos una
super promo para la familia. Si se mueren dos, paga uno. No te olvides, “Reposo
(Dicho esto se retira el conductor junto al comisario. Este último le entrega disimuladamente
una bolsita con polvo blanco al conductor. Se oscurece el escenario quedando solamente un
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bonito. (Pausa) Pero curiosamente, en el último año mi vida matrimonial se
relación; pero en fin..., no voy a profundizar en este tema pues nos llevaría más
tiempo del permitido, y acá lo importante es otra cosa. Lo cierto, es que debido a
en una de las visitas semestrales, que me buscara una amante, ya que esto a él le
había dado resultados sorprendentes. Así fue como empecé a verme con
jueves por la noche. (Muy serio) Lucre tuvo una adolescencia complicada.
Mientras vivió en el campo, que fueron varios años, intentó ordeñar las vacas del
poquito perturbada. Fue así como la medicaron; pero quiero aclararles que eso
(Cambian las luces del escenario. Vemos a Marta, quien usa maquillaje de colores muy fuertes
en su rostro. Tiene el pelo rubio. Está parada con los brazos cruzados mirando fijamente a su
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Marta: (Irónica) ¿Qué me pasa?.
Marta: (Acercándose hasta quedar prácticamente encima de él) ¡A vos qué te pasa!.
Marta: (Apretándole el brazo aún más fuerte) Quiero que mañana a la noche me lleves a
(La mira preocupado) Además sabés muy bien que los jueves tengo partido de
Marta: (Muy violenta) ¡Partido de fútbol!... (Lo mira con odio) ¿Cómo se llama?.
Finguireti: ¿Quién?.
Marta: (Estallando) Hijo de puta... Soy cornuda, ¿no?. (Lo mira) A partir de ahora no
voy a permitirte que me toques..., y es mejor que te vayas buscando otro sitio
para vivir.
vamos...
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Marta: (Lo corta) No me quieras dar explicaciones estúpidas. (Le coloca las manos en
Finguireti: Sí.
Marta: (Herida) Te dí los mejores años de mi vida... Te ayudé a cultivar tus plantitas de
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¡Mañana te vas de esta casa!. (Corrigiéndose) ¡No!,... ¡qué digo mañana!, ¡hoy!,
¡sí, hoy te vas!. ¡¡Esta casa es de mi mamá!!. (Furiosa) ¡Te vas ya!. ¡Ya, ¿me
oíste?!.
Finguireti: ¿Cómo que me tengo que ir?, son cinco años juntos...
Finguireti: (Intentando conmoverla) ¿Y qué hacemos con las plantitas de remolacha que
tenemos en el balcón?.
Marta: (Señalándole con su dedo índice los genitales de Finguireti) Agarrás esas dos
bolas que tenés ahí, las hervís, y te hacés una ensalada de remolacha y huevo
Finguireti: (Gira y avanza hacia el público) No hubo manera de calmarla. Me tuve que ir.
soportaba vivir solo. Intenté volver a hablar con Marta personalmente, o aunque
que solíamos vernos. De no muy buena gana me hizo pasar. (Recordando ese
momento)
(Estamos en algún sector de la casa de Lucrecia, quien sostiene un plumero y una franela en su
mano derecha. Tiene el pelo oscuro. Está parada sobre un par de patines de gamuza, para no
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rayar el piso. Observa fijamente a Finguireti, mientras ingiere unas pastillas que tiene en un
frasco verde.)
Lucrecia: (Limpiando su ropa con la franela que tiene en su mano) ¿Y qué vas a hacer?.
Lucrecia: (Suministrándole un par de patines como el que ella usa) ¡No camines sin
Lucrecia: ¿Cómo?.
Finguireti: (Poniendo cara de víctima) Cobijándome en tu casa por un tiempo. Es hasta que
yo...
Lucrecia: (Interrumpiéndolo y caminando con los patines) Ni lo pienses. Yo soy una mujer
sumamente independiente.
Finguireti: (La sigue con los patines) Por favor, no seas así...
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Lucrecia: (Le hace un gesto con la mano para que se calle. Saca ahora un frasco de color
Seguramente vas a ver las cosas de otra manera de acá a un tiempo. (Guardando
Finguireti: Fue inútil seguir hablando con ella. Como ven, mi vida cambió radicalmente en
viejo auto. Recuerdo que la noche que salí del departamento de Lucrecia, subí al
coche y me fui a transitar por la ciudad, que estaba totalmente vacía. Estaba tan
dormir. No deseaba volver al hotel. (Se toma un tiempo) Los meses que
siguieron fueron oscuros, -por llamarlos de alguna manera-, meses que no valen
la pena recordar.
(Se ilumina todo el escenario. Se escucha nuevamente la música de la cortina del programa.)
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SI DECIDE QUE ES “CULPABLE”, LO HACEMOS BOLETA.
VUELTA.”
(Hace nuevamente su entrada el conductor junto a Curletiani, ambos limpiándose los restos de
cocaína que aún permanecen en los contornos de sus narices. Improvisan algunos pasos de
Voz de Karin: √ Una visita guiada a la ex cárcel de Caceros a cargo del prestigioso ex
presidente de la nación el doctor Ferdinando Del Ruta, y sus dos tiernos hijos.
√ Una noche de alojamiento para dos personas con todo pago en la cárcel de
Ezeiza. Compartirán junto a los presos más peligrosos del penal, aventuras
inolvidables.
(Aplausos.)
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Conductor: (Dirigiéndose a Finguireti) ¿Cuánto tiempo transcurrió entre lo que nos contó
Finguireti: Nunca más las volví a ver, hasta el día en que las encontré... (Se queda en
silencio un momento)
(El conductor hace una seña con su mano e irrumpe una música interpretada por violines,
Conductor: El llanto.
Finguireti: No.
Finguireti: No.
Conductor: (Molesto, hace señas para que saquen la música) ¿No va a llorar?.
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Finguireti: No, me había quedado pensando en que el único contacto que tuve con Marta
Conductor: ¿Usted está seguro de que no sabía que ellas eran amantes?.
Curletiani: (Hostigándolo) ¿No le parece que ellas encontraron lo que usted no les daba en
la cama?.
dormitorio de Marta.
Curletiani: (Muy tranquilo) Insisto con lo que dije anteriormente; este señor miente, como
le mintió a su esposa diciéndole que se iba a jugar al fútbol los días jueves,
mientras estaba con otra mujer. (A Finguireti) No se haga ilusiones (Le hace un
(Entra en silla de ruedas un integrante de la producción, Jorgito, haciendo sonar una matraca.
Conductor: Muchas gracias Jorgito. (Modificando el clima reinante) Me avisan que ya está
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(Se escucha una melodía de fondo mientras ingresa Jorgito trayendo sentada sobre él, a
Rosario. Ella tiene clavado en el centro de su cabeza un gran cuchillo. También tiene un parche
ensangrentado en su ojo derecho, una gran venda que envuelve su mano izquierda, y de su boca
Rosario: La verdad es que me dieron sin asco. (Emocionada) Estoy muy feliz de estar así.
Conductor: Me imagino... ¿Quién o quienes fueron los autores de este castigo tan hermoso?.
mi vecina. Los dos dedos de la mano me los cortó el carnicero del barrio, y las
Conductor: Bueno, bueno, bueno... (A Karin) ¿Cuál es el premio que ha ganado Rosario?.
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(Aplausos y chiflidos.)
Conductor: (En complicidad con Karin) ¿Creo que tenemos una sorpresa más?, ¿no es así?.
(Rosario emocionada intenta abrazar al conductor, pero éste por miedo a mancharse la esquiva.
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Conductor: (Desplegando toda su simpatía) ¿Sabés una cosa?. Hoy estoy muy regalero.
vos.
todo pago.
Rosario: ¡Qué emoción, esto es mejor de lo que imaginé!. Mañana mismo llevo el cajón.
Rosario: No hay ningún problema, junto lo que quede del cuerpo, lo envuelto en una
sábana y lo llevo.
Voz de Karin: “Reposo del milagro”, el lugar ideal para estar con vos mismo.
Conductor: (Al público) ¡Vamos a despedir a Rosario con un fuerte aplauso!. Espero que te
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Conductor: (Dándole un ticket) Con este ticket, vas al bar...
Voz de Karin: “Las diagonales de mi barrio”, los más ricos y sabrosos sándwiches para no
comete todo!.
Conductor: Te va a venir muy bien un paseito con los mogólicos. Adiós querida.
Conductor: Y después de este momento tan emotivo, (le hace una seña a Curletiani
pasándose los dedos por la nariz) ¿qué te parece Ramiro si nos retiramos a tomar
Curletiani: (Guiñándole el ojo) Excelente idea. Tengo un regalito colombiano que quisiera
Finguireti: La depresión en la que estaba inmerso me había quitado las ganas de vivir.
Habían pasado casi tres meses de mis separaciones. Todo era una nebulosa,
hasta que una mañana mientras iba a trabajar me pasó algo increíble.
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(Mientras Finguireti va recordando, vemos entrar en escena la estructura de un ascensor.)
Finguireti: Estaba en el ascensor a punto de apretar la perilla del piso doce, cuando
sorpresivamente entró una mujer con una larga cabellera pelirroja que cubría
(La mujer sube al ascensor. Lleva un vestido de color fucsia bien ajustado al cuerpo. Sujeta en
Finguireti: Lo que sucedió allí nunca lo voy a olvidar. Mi sangre y mi cuerpo ardían de
(Permanecen en silencio durante unos segundos. Sólo se escucha el sonido del ascensor
subiendo piso por piso. Finguireti se desprende el nudo de su corbata, saca un pañuelo y seca el
sudor de su cara. Se mueve inquieto como tratando de contener lo incontenible. La mujer, que
Mujer: (No sabiendo muy bien qué hacer, atina a preguntar) Disculpe señor, ¿se siente
usted bien?.
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Mujer: ¿No tendrá fiebre?. (Apoya su mano en la frente de Finguireti) ¡Está hirviendo!.
Finguireti: ¡Sí, hiervo por vos!. ¡Vení perra!. (La besa desesperadamente. Con mucho
(Finguireti va hacia la botonera del ascensor y presiona una perilla intentando frenarlo. El
elevador se detiene).
Mujer: ¿Pero qué hace?. (Va hacia la botonera) ¡Haga funcionar el ascensor
inmediatamente!.
(Ambos forcejean.)
Finguireti: No puedo hacerlo. Nunca en mi vida he deseado tanto a una mujer. (Con su
mano derecha apaga la luz del ascensor) ¡Vení yegua que este jinete te va a
montar!.
Finguireti: ¡Qué tetas más esponjosas que tenés!... ¡Y lo que es este culo...!.
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Mujer: Deje que le explique... ¡No, la ropa no!. ¡Me está rompiendo todo el vestido!.
Finguireti: ¡Sí, te rompo el vestido y todo lo demás también!. ¡Te amo!. ¡Te adoro!. ¡Te...
(Pausa, silencio) ¿Qué es esto que estoy tocando?, ¿eh?. ¿Qué mierda es esta
Mujer: (Ahora habla con voz de hombre gastada por el tabaco y el alcohol) Te dije que
te ibas a arrepentir.
no vemos a la hermosa mujer de antes, sino todo lo opuesto. Estamos ante la presencia de un
hombre muy corpulento que se asemeja a un jugador de rugby. Se encuentra en ropa interior,
lleva puesto un calzoncillo largo con bolsillos y una camiseta. En su cabeza permanece aún la
peluca, en sus labios perdúra el estridente color fucsia y en el piso se ven los pedazos
desperdigados de la ropa de la supuesta mujer, como así también su maletín negro que
permanece cerrado. Finguireti tiene la expresión desencajada. Con sus manos se limpia
Finguireti: ¡Qué hijo de puta!, ¡cómo me la comí!. (A los gritos) ¡Traba de mierda, salí del
Rolly: Bajá la voz que yo no soy ningún traba, ¿está claro? Mi nombre es Rolly, estaba
arruinar!.
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Rolly: (Enfurecido, lo toma de las solapas) Oíme una cosa anteojudo de mierda; me
Finguireti: (Asustado) No, disculpame, no fue mi intención. (Buscando las palabras) Lo que
pasa es que hacía tanto tiempo que no me sucedía algo así con una mujer...
inmerso!.
Finguireti: No.
Rolly: No siempre. (Ofuscado) ¡No entiendo por qué insisto en vestirme así!.
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Rolly: ¿Qué?.
Finguireti: (Haciendo un gesto obsceno con la mano) ¡Que te gusta que te la den!.
Rolly: (Poniéndole las manos alrededor del cuello) ¡Volvés a decir que soy puto, y te
(De pronto se escucha desde un pasillo la voz del encargado del edificio.)
Rolly: (Pausa) Sí, lo escucho. Se paró el ascensor. No sabemos qué pasó, pero estamos
ahora anda.
Encargado: No, no funciona. Ya mismo llamo al service y en cinco minutos estarán acá.
Rolly: (Preocupado) ¡La puta madre que lo parió, por tu culpa me quedé sin disfraz!.
(Piensa y camina) Tengo que irme de acá. Si no salgo ya, se pudre todo.
(Mientras piensa) Puedo decir que... (Lo observa a Finguireti) voy a necesitar de
Rolly: Sí, es una bodega abandonada que hay ahí, un lugar muy seguro para
encontrarnos.
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Finguireti: ¿Qué hay en el maletín?.
Finguireti: Sólo cuando no comprendo bien algo. Todo esto es muy raro. Acá hay gato
encerrado.
Finguireti: A mí me parece que vos querés que yo vaya al puerto mañana a la noche, porque
te gusto, ¿no?.
Finguireti: Sí, seré forro, pero no boludo. Por más profunda que sea mi depresión yo
solamente me acuesto con mujeres. Mientras parecías una mina te la daba con
Soy...
Finguireti: (Tocándole la peluca que aún tiene puesta) Sos un flor de trolo, está clarísimo.
Rolly: (Sacándose la peluca) No soy trolo. (Piensa por un momento) Soy... (Por lo
Finguireti: ¿Qué?.
Finguireti: Soy agente secreto, trabajo para una organización muy importante.
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Finguireti: (Dudando) ¿Cuál?.
Finguireti: ¿Estás hablando en serio?. (Rolly asiente con su cabeza) ¿Trabajás para el
gobierno?.
(Rolly no responde.)
Finguireti: ¿Para los rusos, para los yanquis, para los turcos, para... (Pensando)
Rolly: Tomá (Saca de su calzoncillo un manojo de dólares) Diez mil para empezar. (Se
los da) Mañana te doy otros diez mil más, ¿está bien?.
Finguireti: (Desorientado) ¿Veinte lucas por llevar un maletín?. ¿Qué mierda hay aquí
adentro?.
Rolly: (Lo corta) Hacé el trabajo y mañana te lo digo. (Amenazante) Te vamos a estar
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(Rolly avanza hacia Finguireti mientras las luces del ascensor se apagan. Se escuchan ruidos de
sopapos en la cara de Finguireti, mientras Rolly repite a los gritos que no es puto.)
Finguireti: (Yendo hacia el público) ¡Se puso como loco, casi me mata!.
Esa noche no pegué un ojo. Tenía diez mil dólares, y podía tener diez mil más
por llevar un maletín al puerto. Me tentaba la idea de tener ese dinero por hacer
tan poco. Debo reconocer que siempre me gustó la guita. (Pausa) Por supuesto
que me devoraba la curiosidad por saber qué había dentro del maletín. ¿Serían
secretos de estado?. ¿Alguna fórmula para destruir el mundo?. (Pausa) Pero pese
convenido. (De tanto en tanto se oye algún sonido de barco) Habían pasado
aparecer a un anciano que se dirigía hacia mí. Caminaba con suma dificultad, y
ví que con una de sus manos se apretaba el estómago. Con la mano que le
quedaba libre, me hizo señas para que me acercara a él. Me dije: pobre hombre,
impresión que me dió fue tremenda, parecía gravemente herido. Intentó decirme
algo, pero el sonido de su voz era muy débil. Me arrimé un poco más, y ahí sí
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(Se escuchan aplausos y murmullos de asombro proveniente de la tribuna donde está el
público.)
Finguireti: Por un momento me distendí pensando que no era más que una broma pesada
pergeñada por él; era sorprendente la capacidad para disfrazarse que poseía.
Rolly se estaba muriendo. Sólo atinó a decirme: (Le imita la voz) ”Ahora vienen
Voz de Karin: ”Reposo del Milagro”, un hermoso oasis en medio de tanta violencia.
Finguireti: Estaba Shockeado y sin poder de reacción. Permanecí largos minutos, que
pregunté: ¿Por qué van a venir por mí?. ¿Qué trampa me van a tender?.
¿Quiénes son los que me buscan?. ¿La CIA.?, ¿la KGB.?, ¿los comunistas?. ¿Es
quizá por este maletín?. Revisé los bolsillos de Rolly buscando alguna llave para
pasos que venían hacia mí. Salí corriendo llevando el maletín. Arribé al lugar
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Finguireti: En la única persona que confiaba era en Marta. ¡Nunca me voy a perdonar el
haberla engañado con otra mujer!... Disqué su número telefónico y por suerte me
pero no hubo respuesta. Insistí varias veces más, pero todo fue en vano. Me
un cigarrillo, pero me topé con un llavero. (Pausa) Eran las llaves del
con el cual se seca el sudor de su frente) Dudé durante unos segundos si entrar o
no. (Pausa) Finalmente ingresé, tomé el ascensor y fui al sexto piso. Me paré
frente a la puerta y volví a insistir con el timbre, pero nadie abrió. Así fue que
silencio. (Consternado) Fue algo espantoso, no podía creer lo que mis ojos
(Se ilumina el escenario y vuelve la cortina musical del programa. Hace su entrada nuevamente
Conductor: Bueno, bueno, bueno. (A Curletiani) Este es sin duda un gran momento para
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(Curletiani asiente con su cabeza. El conductor saca de su saco un paquete de cigarrillos y le
(Se escucha de fondo la melodía del jingle publicitario. Se ven a los tres hombres fumando en
Conductor: (Sonriente) Nos estamos acercando al momento tan esperado por todos.
Curletiani: Inspeccionamos toda la zona del puerto sin haber tenido éxito.
Finguireti: Deben haber hecho desaparecer todas las evidencias. Yo les garantizo que el
Curletiani: (Agresivo) Existió en su imaginación; como toda esta historia inverosímil que
relató.
Conductor: (Al comisario) ¿Podemos decir entonces que reafirmás la sentencia que pesa
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Curletiani: No tengo dudas, culpable cien por cien.
(Se oyen reacciones, algunas favorables y otras no tanto, provenientes del público.)
Finguireti: La plata estaba en la habitación. Habría que preguntarle al comisario a dónde fue
a parar.
(Entra Jorgito en silla de ruedas haciendo sonar unas castañuelas. Le entrega un papel escrito al
Finguireti: Sí.
Voz de Beto: Mi pregunta es: ¿Esta supuesta organización mafiosa, mató a su esposa y a su
amante?.
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Conductor: Gracias Beto.
pregunta?.
Conductor: (Con cara de falsa modestia) Gracias, pero lo importante aquí es tu pregunta.
Voz de Nina: Quiero saber cómo llegó su amante a la casa de su esposa, si no se conocían.
Marta, engañada.
Voz de Nina: Ya sé que el tiempo en televisión es tirano, pero necesito hacerte una preguntita
Conductor: (Riéndose) Entonces intuyo que te debe encantar ver cuando matamos con la
sierra eléctrica.
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Conductor: ¡Qué lindo, tan jovencita y tan sádica!... ¿Tus papis están con vos?.
Conductor: ¡Qué lindo!. Les mando un beso muy grande a todos, y gracias por comunicarte
con nosotros. (Al comisario) ¿Qué reflexión sacas de esto que acabas de
escuchar?.
Curletiani: (Firme) Disculpame, pero opino todo lo contrario. El relato está plagado de
(Sacando otro mini grabador de un bolsillo interno del saco) Acá tengo el relato
del portero del edificio donde vivió Finguireti con su mujer. Escuchá lo que dice
de este señor.
(El comisario prende el grabador y se oye a un diputado realizando un negocio sucio con él.)
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Voz de diputado: Hacelo boleta ya, ¿está claro?.
Curletiani: (Lo interrumpe) Como dice el refrán: Al que madruga dios lo ayuda. No sé si
soy claro.
(Comienza a escucharse nuevamente la cortina musical del programa, que se va fusionando con
la música del Carnaval Carioca. El público va acompañando con las palmas el ritmo. El
conductor toma de las manos a Finguireti y a Curletiani y los invita a realizar una coreografía.
Del techo caen papel picado y serpentinas. Durante unos minutos todo es jolgorio y diversión
en el estudio.)
Conductor: Bravo, bravísimo. (Sonriéndoles a ambos) ¡Qué buenos bailarines que somos!.
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Conductor: Me parece que llegó la hora de cenar. Si me disculpás Ramiro, sabrás que este es
(Curletiani sale del escenario. Al cabo de un momento ingresa Jorgito en su silla de ruedas
empujando una mesa, con una botella de agua, dos vasos, cubiertos, servilletas, una panera, y
una mantequera. El conductor agarra dos sillas e invita a Finguireti a tomar asiento.)
Conductor: Y sí, fue una pena que haya pasado a mejor vida, pero quédense tranquilos que
Voz de Karín: “Reposo del milagro“, un lugar para mí, para vos, y para ella.
Conductor: Como les decía, la producción no pudo conseguir más que esto. Un poco de
Los invito a disfrutar de ésta que puede ser ¿la última cena quizá?. (Lentamente
habló desde el locutorio con su esposa para contarle lo que le había pasado en el
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Finguireti: No.
Finguireti: Si, le encantaba. No se lo perdía nunca. Además sentía una gran admiración por
usted. Su sueño era poder conocerlo. ¿Recuerda ese programa que usted
Finguireti: Era imposible salir un sábado a la noche con Marta, le encantaba quedarse en
Conductor: ¡Qué lindo! (Nostálgico) era tan reconfortante ver a la gente escupirme en la
cara con tanta pasión, sentir esos gargajos en la piel llenos de tanta creatividad...
Les recuerdo al público presente y al que nos está viendo desde sus hogares, que
participante del día de hoy. (Poniéndose de pie) Historia difícil de creer la suya,
¿no?.
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Conductor: No, que usted con esa cara de huevón tenga una amante...
Finguireti: Inocente.
(Entra nuevamente Jorgito en silla de ruedas, esta vez haciendo ruido con un sonajero. Le
Conductor: Jorgito me acaba de entregar el sobre con los cómputos finales del día de hoy.
programa?.
Conductor (Sin pausas, a modo de trabalenguas) ¿Y 3 más 3, menos 2, más 5, menos 9?.
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Finguireti: (Rápido y muy seguro) Cero.
Conductor: (Satisfecho) No caben dudas de que es contador. Se nota que sabe de números.
Conductor: Me imagino... (Llamando a Ramiro) Por favor acercate que estamos llegando al
Conductor: Y ahora sí... (Mostrándole el sobre al público y luego a Finguireti) Aquí esta el
gran momento esperado por todos ustedes. (Elevando el tono de voz mientras
(Repentinamente todo queda en silencio y a oscuras. Permanece así el escenario durante varios
segundos, hasta que se escuchan las voces de dos personas dialogando. El tiene la voz
Voz de mujer: ¡No lo puedo creer!. ¿Justo ahora tenía que ser?.
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Voz de mujer: Me chupa un huevo la presión. (Gritando) Traé una vela que no se ve un carajo.
Voz de mujer: Che, ¿no te habrás olvidado de pagar la boleta de la luz, no?.
Voz de hombre: (Viniendo con una vela encendida) No mamitita, la pagué hace tres días.
(Al iluminarse tenuemente el lugar nos hallamos en un sector del living de la casa del
(El hombre pone el candelabro sobre la televisión. Viste un pijama gastado, es delgado y de
estatura más bien baja. Ella en cambio es regordeta y robusta. Lleva puesto un camisón, ruleros
Mujer: (Molesta) ¿Cómo que qué le vamos a hacer?, quería ver el final. Además te
(Amenazante) Usá ese diminuto cerebro podrido que tenés, y pensá en algo.
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Hombre: (Pensando por unos segundos) ¿Por qué no la llamás a Memeca para que te
Mujer: ¡No digas boludeces!. (Sentándose en la silla) ¿Y ahora qué mierda hago?. El
es tarde?.
Mujer: (Pensando en el programa, sin registrar lo dicho por el hombre) ¿No volverá la
luz?.
Hombre: ¡Qué va a venir, mi dulce tesorito!. Seguro que hasta mañana no vuelve.
arma la podrida. Poneme la musiquita que nos regalo el nene para dormir.
Hombre: Sí mi dulzurita. (Introduce su mano en el bolsillo del pijama y extrae una cajita
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(Sobre la pantalla blanca utilizada al comienzo de la obra aparece la imagen del conductor del
Conductor: Gracias por estar una vez más con nosotros. Espero que hayan coincidido con la
barrio norte nos visita con un hermoso regalo. (Con cara de suspenso) Cien
escenario los actores que participaron del espectáculo y juntos cantan la canción
Fin.
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¿Culpable o Inocente?
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Forro: Imbecil.
Mina: Mujer.
Trolo: Homosexual.
Guita: Dinero.
Huevon: Estúpido.
Seudónimo: Milena
E-mail: [email protected]
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Dirección: Combate de los pozos 825 PB.“1”.
Nacionalidad: Argentino
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