Día 12 Nueva Cons. San José

Descargar como doc, pdf o txt
Descargar como doc, pdf o txt
Está en la página 1de 3

DÍA DOCE

Casto Guardián de la Virgen,


Ruega por nosotros.

Era necesario que la Divina Providencia la comprometiera (María) al cargo y


tutela de un hombre absolutamente puro.” San francisco de Sales

La castidad es una virtud; una virtud muy importante. Para ser casto se necesita tener
auto-dominio, para tener el control de sus propias pasiones y sexualidad. Contrario a lo
que mucha gente piensa, una persona que ejercita la castidad no está reprimiendo o
rechazando la belleza de la sexualidad humana. Por el contrario, conserva el corazón
humano y el cuerpo para la auténtica entrega de sí mismo. Todas la personas, no
importa la vocación de vida, son llamadas a la castidad. La castidad es una virtud
que nos preserva de llegar a ser esclavos de nuestras pasiones y de actuar como
animales irracionales.

Por otra parte, el celibato es una forma especial de castidad. Dios llama algunos
hombres y mujeres al celibato por el bien del Reino de los Cielos. San José era ambas
cosas: casto y célibe. El fue llamado por Dios para desposar a una virgen consagrada a
Dios en su mente, cuerpo y alma. San José fue el Casto Guardián de la Virgen.

San José y la Virgen María vivieron en lo que se llama frecuentemente ‘matrimonio


josefino’. Ellos fueron verdaderamente esposo y esposa, pero ellos nunca se
relacionaron sexualmente porque su vocación era estar unidos de corazón, mente y
alma; más no de cuerpo. Los dos estaban consagrados a Dios y sacrificaron un bien
natural por un bien muchísimo mayor: La Salvación de las Almas.

San José es puro de Corazón: Para ser casto es necesario ser puro de corazón. Si una
persona no tiene corazón puro es incapaz de ver a Dios. El corazón de san José es
excepcionalmente puro. San José pudo contemplar el rostro de Dios durante décadas en
la persona de su Hijo. Los poetas, con frecuencia, han afirmado que los ojos son las
ventanas del alma. Si esto es cierto, san José debe haber tenido los ojos más puros
y castos que ningún esposo que haya existido. Los ojos y el corazón eran puros de
intención, castos y llenos de amor ardiente por Jesús y María.

El hombre moderno se ha vuelto ciego por la impureza. El mundo estimula las


relaciones premaritales, la cohabitación, la contracepción y muchas otras prácticas
inmorales, al grado que actualmente la castidad es una virtud olvidada. Incluso las
parejas casadas viven con la idea que ellos son libres de hacer lo que quieran con el
cuerpo de su cónyuge. Sin embargo, esto no es verdad. La castidad también es
requerida en el matrimonio para que las parejas puedan amarse realmente, y para
que puedan conservar su dignidad y el respeto mutuo.

Tu Padre Espiritual es un Caballero: san José es el primer caballero cristiano; después


de Jesús, es el más grande ejemplo de castidad masculina. El estaba casado con la
mujer más hermosa que haya existido y la trató con respeto, dignidad y reverencia.
Si los hombres de hoy se parecieran más a san José, protectores y defensores de la
belleza en lugar de hombres que usan y abusan de los misterios de la feminidad, qué
mundo tan diferente sería el mundo.

Dios quiere que todos los hombres sean como san José. Él es el primer casto guardián
de la Virgen. Muchos hombres serán llamados al matrimonio, mientras que algunos
serán consagrados al celibato. Las dos vocaciones son necesarias. Sin matrimonios no
hay niños. Sin sacerdotes no hay sacramentos. Los hombres casados tienen que ser
castos en el matrimonio; los sacerdotes y obispos necesitan ser como san José que, en
su casto amor por la virginal Iglesia, son guardianes, defensores y protectores de la
belleza confiada a ellos; y no hombres que usan y abusan de los misterios sagrados.

José, el hombre justo, es designado para ser el


guardián de los misterios de Dios, el ‘paterfamilias’ y
guardián del santuario que es la Virgen María, la
novia y el Logos que porta en su vientre. Él (José) se
convierte así en el icono de los obispos a quienes la
novia les ha sido comprometida; ella no está a
disposición sino bajo su protección. Papa Benedicto
XVI

La Fiesta de los Santos Esposos:

Nunca un esposo y una esposa se amaron tanto el


uno al otro como José y María. Venerable Fulton
Sheen

¿Sabías que hay una fiesta litúrgica que celebra el


matrimonio de María y José? Es llamada la “Fiesta de
los Santos Esposos”. (a veces también se conoce
como la Fiesta de los Esponsales de María y José).

La Fiesta de los Santos Esposos tiene una larga historia


que viene desde el siglo XV. El día, tradicionalmente
designado, para la fiesta es el 23 de enero. En pocos
países, como casos excepcionales, la fiesta es celebrada
el 22 de enero o el 26 de noviembre. Nadie sabe
exactamente porque se seleccionó el 23 de enero como
el día de la fiesta, pero tenemos una fascinante reflexión
sobre esta fecha por las visiones místicas de la Beata
Ana Catalina Emmerich (1774 – 1824). Entre los
reportes que tenemos de la Beata Ana Catalina, ella
afirma haber sido transportada al matrimonio de María y
José y testimoniado la ceremonia. La Beata Ana Catalina
ofrece detalles de la boda y explícitamente menciona el
día del matrimonio.
Ella escribió: Los esponsales tuvieron lugar, me parece, en nuestro 23 de enero.
Ellos estaban celebrando en Jerusalén, en el Monte Sión, en una casa usada para
estas fiestas.

Otra mística, la venerable María de Agreda (1602 – 1665), también afirma haber tenido
visiones de la vida de María y José. Ella escribió extensamente acerca de las
experiencias místicas y afirma que ha estado presente en el matrimonio de María y José.
En su reporte ella provee descripciones muy detalladas de cosas como el vestido que
llevaba Nuestra Señora, la majestuosidad y el atractivo de san José y del gozo que
experimentaban cada uno de los invitados. La Venerable María Agreda escribió lo
siguiente, acerca de lo que testimonió en la boda de María y José:

Por voluntad divina los dos esposos mas santos y mas castos sintieron un
gozo incomparable y una consolación (el día de la boda). La princesa
celestial, aquella que es la Señora de todas las Virtudes, amorosa
corresponde a las atenciones de san José. El Altísimo también le dio a san
José una nueva pureza y el completo mando sobre sus inclinaciones
naturales para que pudiera servir a su esposa María.

¿Por qué más gente no sabe de la fiesta litúrgica de los santos esposos? Bueno,
desafortunadamente, la fiesta no está en el calendario litúrgico universal. La fiesta de
los santos esposos es celebrada en algunos santuarios dedicados a san José (Por
ejemplo, el Oratorio de san José en Montreal, Canadá); en pocas diócesis donde el
obispo lo ha aprobado, y en muchas comunidades religiosas dedicadas a san José.

Una notable comunidad religiosa que celebra esta fiesta es la comunidad de los ‘Oblatos
de San José’, fundada en Asti, Italia por José Marello en 1878. Los oblatos de san José
son una maravillosa comunidad de hombres al servicio de la Iglesia, quienes celebran la
fiesta anualmente cada 23 de enero. Su fundador, José Marello, fue un obispo muy
santo que tenía un amor tremendo y devoción por san José. Fue canonizado por Juan
Pablo II en 2001.

Curiosamente en el 2002 san Juan Pablo II ofreció al mundo los misterios luminosos
del santo rosario. Estos misterios fueron establecidos en 1957 por George Preca de
Malta. San Juan Pablo II los ofreció a la Iglesia universal para ayudarnos a mantener en
la mente verdades importantes de la cristiandad que están bajo ataque hoy en día. Por
ejemplo, al meditar el segundo misterio luminoso, las bodas de Caná, se recuerda que el
matrimonio es entre un hombre y una mujer.

Ya que esta verdad perenne está fuertemente discutida, la iglesia necesita una fiesta
litúrgica que celebre el matrimonio. Sería maravilloso que se inserte en el calendario
universal la fiesta de los santos esposos para recordarles a todos los hombres y mujeres
la santidad del Santo Matrimonio. ¡Que deleite sería tener una fiesta que celebre
litúrgicamente la boda de la pareja más santa que jamás ha existido! Oremos para que
en más lugares se solicite la celebración de esta fiesta de los santos esposos y para que
algún día forme parte del calendario universal de la liturgia.

Todo lo referente al matrimonio (de María y José) pasó por una íntima
disposición del Espíritu Santo. San Buenaventura.

También podría gustarte