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CAMINO CUARESMAL 2024

NOVENA
INTERCONTINENTAL
GUADALUPANA

RECOPILO: M. I. Mons. Cango. Jorge Antonio Palencia Ramírez de Arellano


Teólogo Lectoral del Venerable Cabildo de Guadalupe
Miembro del Comité Técnico de la Novena Intercontinental Guadalupana

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Iniciemos camino hacia la Pascua 2024

Desde los inicios de la historia del cristianismo la Iglesia toma conciencia de


que la Pascua es el centro de su vida. Los cristianos de los primeros siglos vivieron
fascinados por el Misterio de la muerte y resurrección de Cristo que viene a restaurar
al hombre, la historia y el universo. Por esto, y siguiendo el mandato del Señor,
“hagan esto en memoria mía” la comunidad cristiana siempre ha celebrado la noche de
la Pascua como la fiesta principal de los cristianos.

Dentro de nuestra preparación a los festejos del V Centenario del


Acontecimiento Guadalupano en 2031, la NOVENA INTERCONTINENTAL
GUADALUPANA, respondiendo a la petición del Papa Francisco, de que todo este
año 2024 sea un año de oración que nos prepara para el Año Santo en 2025, los
invitamos a unirnos en oración bajo la mirada de Nuestra Madre de Guadalupe para
orar por la reconciliación y la paz en nuestra Patria. En este contexto iniciamos
nuestro camino - peregrinación en la fe hacia la Pascua 2024, como lo ha propuesto
el Papa Francisco en su mensaje cuaresmal de este año:
Del mismo modo que Israel en el desierto llevaba todavía a Egipto dentro de sí, hoy también
el pueblo de Dios lleva dentro de sí ataduras opresoras que debe decidirse a abandonar. Nos damos
cuenta de ello cuando nos falta esperanza y vagamos por la vida como en un páramo desolado, sin una
tierra prometida hacia la cual encaminarnos juntos. La Cuaresma es el tiempo de gracia en el que el
desierto vuelve a ser, como lo anuncia el profeta Oseas, el lugar del primer amor (cf. Os 2,16-17).
Dios educa a su pueblo para que abandone sus esclavitudes y experimente el paso de la muerte a la
vida. Como un esposo nos atrae nuevamente hacia sí y susurra palabras de amor a nuestros corazones.
(Papa Francisco, Mensaje de Cuaresma 2024)

Demos el primer paso, iniciemos el tiempo de la gran llamada a todo el pueblo


de Dios para que nos dejemos purificar y santificar por su Señor y Salvador, bajo la
mirada maternal de Santa María de Guadalupe. Hagamos vida las palabras de
nuestros obispos:
“….creemos que la Iglesia en México necesita sentarse a los pies de la
Virgen Madre para alentar la esperanza de ser un solo pueblo. La
restauración de nuestras responsabilidades necesita de su corazón
materno. Ella puede ayudarnos a sentirnos pueblo. Ella nos invita a
contemplar, creer, vivir y anunciar el misterio de la Redención realizado
por Jesús.” (Proyecto Global de Pastoral PGP 2031-2033)

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Vivamos la Cuaresma desde el corazón de la Patria, en el Tepeyac.

Durante este tiempo especial de Cuaresma, contamos con una serie de medios
concretos que la Iglesia nos propone y que nos ayudan a vivir la fe. Ante todo, está
la vida de oración, condición indispensable para el encuentro con Dios. En la
oración, el creyente ingresa en el diálogo íntimo con el Señor, deja que la gracia
divina penetre su corazón y, a semejanza de Santa María, se abre a la acción del
Espíritu cooperando a ella con su respuesta libre y generosa (ver Lc 1,38).

Asimismo, también debemos intensificar la escucha y meditación atenta a la


Palabra de Dios. La actitud fundamental frente a las lecturas cuaresmales debe ser,
sobre todo, la de una escucha reposada y penetrante que ayude a que el espíritu se
vaya impregnando progresivamente de los criterios de la fe. No se trata
de "meditaciones" más o menos “intelectualizaciones”, sino una contemplación
"gozosa" del Plan de Dios sobre la persona humana y su historia, y de una escucha
atenta ante la llamada de Dios a una conversión que nos lleve a la reconciliación y
la paz en nuestra Patria, tan golpeada por la maldad, la desesperanza y el hastío.

La Palabra de Dios nos ayudará en nuestra la conversión personal y familiar,


para llegar a vivir una conversión radical a Cristo, el Hombre nuevo, para existir en
Él (cfr Col 2,7). Acerquémonos a los textos sagrados teniendo en cuenta los
siguientes elementos para la vida interior:

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a. La meditación en la historia de la salvación: realizada por Dios-Amor en
favor de la persona humana creada a su imagen y semejanza. Debemos
"convertirnos" de una vida egocéntrica, donde el ser humano vive
encerrado en su mentira existencial, a una vida de comunión con el Señor,
el Camino, la Verdad y la Vida, que nos lleva al Padre en el Espíritu Santo.

b. La vivencia del misterio pascual como culminación de esta historia de


salvación: debemos "convertirnos" de la visión de un Dios común a todo
ser humano, a la visión del Dios vivo y verdadero que se ha revelado
plenamente en su único Hijo, Cristo Jesús y en su victoria pascual presente
en los sacramentos de su Iglesia: "Tanto amó Dios al mundo que le dio a su
Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida
eterna"(Jn 3,16).

c. El crecimiento interior - espiritual, que exige la cooperación activa con la


gracia en orden a morir a la vida desordenada y lejos de Dios, para dar
paso a la realidad del hombre nuevo en Cristo. Nuestro crecimiento
interior – espiritual, nos confronta con una vida de santidad, que hemos
recibido desde nuestro Bautismo.

Debemos sembrar la Palabra de Dios confiando en el amor maternal de Santa


María de Guadalupe, que continuará ese diálogo de amor en los corazones y
conciencias de nuestros familiares, amigos y conciudadanos.

a. La Santa María de Guadalupe en esta Cuaresma 2024. En el plan


salvífico de Dios estamos asociados a Cristo crucificado y la Virgen
María. Contemplemos a Cristo el "varón de dolores" (Is 53,3), por
medio del cual Dios ha decidido: "reconciliar consigo todos los seres:
los del cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz"
(Col 1,20), así María es la "Madre, junto a la cruz del dolor", que
Dios ha querido asociar a su Hijo, como madre y partícipe de su
Pasión.

Por ello la Cuaresma es también tiempo oportuno para crecer en


nuestro amor filial a Aquella que al pie de la Cruz nos entregó a su
Hijo, y se entregó Ella misma con Él, por nuestra salvación.
Arquitectónicamente en el Santuario de Guadalupe, María
Santísima esta “junto a la gran cruz” glorificada, que desciende en
el centro de la Basílica.

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b. Santa María de Guadalupe es nuestro modelo perfecto para acoger
a la Palabra de Dios. En este camino que nos prepara para vivir el
misterio pascual con Jesucristo el Señor, no puede estar ausente su
Madre. María Santísima de Guadalupe está presente durante la
Cuaresma como premisa y modelo de la actitud que debemos
asumir. Durante este tiempo de Cuaresma, es el mismo Señor Jesús
quien nos señala a su Madre. Él nos la propone como modelo
perfecto de acogida a la Palabra de Dios. María es verdaderamente
dichosa porque escucha la Palabra de Dios y la cumple (Lc 11,28).
Caminemos en compañía de María la senda que nos conduce a
Jesús. Ella, la primera discípula, ciertamente es guía segura en
nuestro peregrinar hacia la configuración plena con su Hijo.

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OREMOS EN FAMILIA O CON AMIGOS
LA PALABRA DE DIOS
Primera Semana de Cuaresma 2024

Del Evangelio de Marcos ( 1, 12-15)

El Espíritu impulsó a Jesús a retirarse al desierto, donde permaneció cuarenta


días y fue tentado por Satanás. Vivió allí entre animales salvajes, y los ángeles le
servían. Después de que arrestaron a Juan el Bautista, Jesús se fue a Galilea para
predicar el Evangelio de Dios y decía: “Se ha cumplido el tiempo y el Reino de Dios ya
está cerca. Conviértanse y crean en el Evangelio”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.

MADRE SANTISIMA DE GUADALUPE, ayúdame a hacer vida las


palabras de Tu Hijo Jesús y poder vivir con mayor fe, esperanza y caridad
esta Cuaresma, siendo más misericordioso con mi familia, mis parientes,
vecinos y amigos….

(Se lee el texto y guardamos un momento de silencio e iniciamos la Meditación)

MEDITACION:

Cruzado el umbral del miércoles de Ceniza, nos encontramos ya en pleno


período cuaresmal. El Evangelio de las tentaciones de Jesús en el desierto, según San
Marcos es muy cortito, pero muy rico de significado. Vale la pena detenernos un

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momento en la primera frase: “El Espíritu empujó a Jesús al desierto, y se quedó en
el desierto cuarenta días”. ¡Esto es la Cuaresma: 40 días de desierto!

El pueblo cristiano desde siempre ha vivido con especial intensidad este


período, que precede a la celebración anual de los misterios de la pasión, muerte y
resurrección de Cristo. Este tiempo evoca antiguos acontecimientos bíblicos de gran
simbolismo espiritual: 40 fueron los años de peregrinación del pueblo de Israel por
el desierto hacia la tierra prometida; 40 los días de permanencia de Moisés en el
monte Sinaí, en pleno desierto, en donde Dios renovó la alianza con su pueblo y le
entregó las Tablas de la Ley; los días que recorrió Elías por el desierto hasta llegar a
encontrarse con el Señor en el monte Horeb, también fueron 40; y 40 los días que
nuestro Señor Jesucristo transcurrió en el desierto orando y ayunando, antes de
iniciar su vida pública, que culminaría en el Calvario, en donde llevaría a término
nuestra Redención. Vayamos juntos al desierto y acompañemos al Señor.

El DESIERTO: Se trata de un lugar árido e inhóspito. No hay nada, ni lo más


elemental. Allí se sufre todo tipo de incomodidades: la sed y el calor, las
inclemencias del tiempo, los cambios bruscos de temperatura, las molestias de la
arena, las privaciones y carencias materiales no ya de las cosas fútiles, sino también
incluso de las más necesarias. El desierto es un paraje solitario y silencioso. Es lo
opuesto al ruido y a la algarabía, al consumismo, a la molicie, a la vida fácil y
placentera de nuestras ciudades modernas. Es para gente austera y templada.

Por eso, la realidad física del desierto puede ser como un símbolo de la vida
espiritual: es el lugar del desprendimiento de todo lo superfluo; una invitación a la
austeridad y al retorno a lo esencial. Es allí en donde el hombre experimenta su
fragilidad y sus propias limitaciones; el lugar de la prueba y de la purificación. Pero

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también el escenario más apropiado para la búsqueda y el encuentro personal con
Dios en la oración, en el silencio del alma y en la soledad de las creaturas.

Pero el desierto no es poesía, y no hay que interpretarlo en una clave


meramente intimista. Es arduo y difícil, pero necesario. Y nuestra vida cristiana tiene
que pasar necesariamente por el desierto. Es decir, por la experiencia del silencio y
de la soledad, del desprendimiento de las cosas materiales, del sacrificio y, sobre
todo, de la oración y del encuentro íntimo y personal con Dios. Más aún, todo lo
anterior es solo como una preparación para que el alma se encuentre a sus anchas
con su Creador. A muchos hombres y mujeres durante la Pandemia, la violencia
desatada en el país a causa de la ingobernabilidad, han experimentado estas
realidades, se han vivido momentos muy difíciles.

Hemos tenido horas arduas de aridez y de cansancio, de fatiga y de derrota;


de soledad, de sufrimiento, de desolación y de crisis - ceguera interior. Hemos sido
llevados por el espíritu al Desierto. Pero durante esta Cuaresma 2024, el Señor nos
invita a reconocer este desierto con sus horas amargas en sinónimo de fecundidad y
de vida si sabemos vivirlas unidos a Dios. Que este desierto sea el camino que nos
lleve hasta la Pascua, el lugar privilegiado para encontrarnos con Dios y acompañar
a Jesús en su Pascua, que nos conducirá al gozo pascual de la resurrección.

(Guardemos unos momentos de silencio y un miembro de la familia o del grupo puede aportar
su conclusión personal y decir cuál será su compromiso para acompañar a Jesús en su Pascua,
al final se lee la oración)

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Oremos:
Señor Jesús, te damos gracias por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la voluntad
del Padre. Haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza
para seguir lo que tu Palabra nos ha hecho ver. Haz que nosotros como María, tu
Madre, podamos no solo escuchar, sino también poner en práctica la Palabra. Tú que
vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por todos los siglos de los
siglos. Amén.

Segunda Semana de Cuaresma

Del Evangelio de Marcos (9, 2-10)

Jesús tomó aparte a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos a un monte
alto y se transfiguró en su presencia. Sus vestiduras se pusieron esplendorosamente
blancas, con una blancura que nadie puede lograr sobre la tierra. Después se les
aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús.

Entonces Pedro le dijo a Jesús: “Maestro, ¡qué a gusto estamos aquí! Hagamos
tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”. En realidad no sabían lo
que decían, porque estaban asustados. Se formó entonces una nube, que los cubrió
con su sombra, y de esta nube salió una voz que decía: “Este es mi Hijo amado;
escúchenlo”.
En ese momento miraron alrededor y no vieron a nadie sino a Jesús, que
estaba solo con ellos. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó que no
contaran a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre
los muertos. Ellos guardaron esto en secreto, pero discutían entre sí qué querría decir
eso de ‘resucitar de entre los muertos’. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

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MADRE SANTISIMA DE GUADALUPE, ayúdame a hacer vida las
palabras de Tu Hijo Jesús y poder vivir con mayor fe, esperanza y caridad
esta Cuaresma, siendo más misericordioso con mi familia, mis parientes,
vecinos y amigos….

(Se lee el texto y guardamos un momento de silencio e iniciamos la Meditación)

MEDITACION:

Este pasaje es una revelación inicial del secreto mesiánico de Jesús, el


desvelamiento de su gloria oculta, pese a la presencia de la muerte. Más aún: Es la
justificación del camino fatídico de Jesús y la confirmación divina de sus palabras.
Esto, a su vez, es una llamada a la comunidad para que no rechace la cruz de Jesús
y le siga por su camino. La mirada al transfigurado es solo una incitación a creer en
el crucificado y a seguirle; es solo un estímulo a mantenerse fuerte en las penalidades
y persecuciones.

Hoy parece ser el día de la revelación del Señor. Nos ha asegurado que
algunos de los presentes no morirían sin ver la gloria de Dios. Pues bien, ya nos lo
ha mostrado el evangelio: “...y se transfiguró delante de sus discípulos...” Durante
su vida terrena, no solo hubo una sola transfiguración, sino que hubo más
revelaciones o manifestaciones de su divinidad: el Nacimiento anunciado a los
pastores, la voz que clama al salir Él de las aguas después de su bautismo, la entrada
en Jerusalén, la Eucaristía, su muerte en la Cruz, su resurrección y ascensión a los
cielos...

Pero, ¿cuáles son las transfiguraciones de Cristo son parte de mi vida? Parece
ser que hay una que todos los días se lleva a cabo: la consagración del pan y del vino
en su Cuerpo y su Sangre. Esa es la mayor manifestación que hay en nuestros días.
Allí no están presentes ni Elías ni Moisés, sino la Trinidad que nos da la certeza de
estar presenciando un acto misterioso y milagroso a la vez.

Cristo nos invita a verle en la Eucaristía con ojos de fe, y decirle como Pedro:
¿qué bien se está aquí, Señor? Él nos está esperando para que le encontremos en el
sagrario. Él está allí, y se te transfigurará solo si estás dispuesto a seguirle con
humildad y amor.

(Guardemos unos momentos de silencio y después un miembro de la familia o grupo puede


aportar su conclusión personal y decir cuál será su compromiso para acompañar a Jesús en
su Pascua, al final se lee la oración)

Oremos:

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Señor En medio de las tareas de cada día, a veces no encuentro nada más que
lucha. No lo comprendo, Señor. ¿Por qué hay que luchar? ¿Por qué hay que sufrir?
A veces, quería rendirme ya y dejar todo sin terminar. Me duele todo: el cuerpo, el
corazón, la cabeza. ¿Merece la pena luchar, si, en el fondo, no sabes dónde y cuándo
terminará todo? Dicen que la vida es un “CAMINAR” y no un “LLEGAR”. Dicen
que nunca llegaremos donde queremos. Después de terminar una tarea,
empezaremos otra vez a hacer otra. ¿Hasta cuándo? ¿Dónde encontraremos
descanso? El sufrir forma parte del proceso de vivir. Es difícil comprender, y aún
más difícil creer que “para vivir hay que morir”. En medio de mis incomprensiones,
ayúdame a creer en ti, Señor; ayúdame a confiar en las posibilidades y capacidades
que me has regalado. Muéstrame tu rostro, para que vea y experimente tu presencia
y amor; para que, al final, pueda decir: “¡Estoy aquí, Señor!”. Nunca he
comprendido, pero al menos he creído en ti, en ti he confiado. Por eso te sigo y me
entrego a ti. Amén.

OREMOS EN FAMILIA O AMIGOS


EL VIA CRUCIS GUADALUPANO
INTRODUCCION

Queremos unirnos con todos nuestros hermanos y hermanas que sufren las
consecuencias de la guerra, de la violencia, la migración, la pobreza Coloquemos
en las manos maternales de María a todos los enfermos, los ancianos, los más
débiles y desprotegidos, especialmente oremos por todos nuestros hermanos y
hermanas migrantes, por aquellos que han desaparecido, por aquellos que están
injustamente privados de su libertad por causas políticas y sociales. De manera
especial queremos pedir por aquellos que han muerto a causa de la violencia, de
la corrupción, del narcotráfico, que Dios Padre misericordioso los tenga en su
Reino.

“ ….. el Señor nos llama a poner atención en los signos de los tiempos, en la vida
de las comunidades y en el sentir de cada persona, porque el pueblo mexicano está herido
por una guerra fratricida, ajena al deseo que el Padre de Cristo ha manifestado en el mensaje
materno de Guadalupe. ¿Cómo estamos edificando la “casita” de consuelo, la
familia…donde prevalece la justicia y la paz? (CEM Proyecto Global de Pastoral PGP-
2031-2033 No. 13)

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Recordemos que Jesús hizo nuestro camino, el camino de todos los días, el
camino de hacerse uno de nosotros, para que nosotros lleguemos a Dios Padre.
Ahora el camino de la cruz nos hace hermanos, porque viendo el sufrimiento del
Hijo del Hombre, nos sentimos representados y también animados a vivir como El
dando la vida unos por otros, ha restaurado nuestra vida, sanado las heridas y
quitados los odios, divisiones y luchas de unos con otros.

Celebrante:

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

R/. Amén.

Celebrante:
Oremos.
Breve pausa de silencio.

Señor, Dios Padre omnipotente, tú lo sabes todo,


tú ves la enorme necesidad que tenemos de ti en nuestros corazones.
Da a cada uno de nosotros la humildad de reconocer esta necesidad, libra
nuestra mente de la pretensión equivocada,
y nuestra voluntad de la presunción para poder reconocer,
sin hipocresía, el mal que existe dentro de nosotros.
Danos la luz de la cruz de tu único Hijo,
y la certeza de que, unidos a él, podamos vencer el mal con el bien,
caminando con este espíritu detrás de la cruz de Jesús.
Te lo Pedimos por Jesucristo Nuestro Señor.

R/. Amén.

PRIMERA ESTACION
JESÚS ANTE PILATO

V. Te adoramos, Cristo y te bendecimos.

R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio de Mateo (Mt. 27,11-12):

12
“Jesús compareció ante el gobernador, que le preguntó: “Eres tú el rey de los judíos? Jesús
contestó: “Tú lo has dicho”. Estaban acusándolo los jefes de los sacerdotes y las autoridades
judías, pero él no contestó nada “

Meditación.
Te condenan, Señor, injustamente. Te condenan las autoridades de la época,
tanto las civiles como las religiosas. Te condena el Sumo Sacerdote y también
Pilato, prefiere su posición personal, su propia verdad. La justicia es pisoteada por
la cobardía, por miedo a la prepotencia del poder dominante, sucede siempre los
inocentes son maltratados, condenados y asesinados.

Señor, hoy también te condenamos injustamente, la injusticia reina en


nuestras familias. Mueren muchos injustamente en el abandono, de enfermedad,
de mala atención, de soledad. Hoy también te condenan las autoridades que
legislan para matar niños inocentes en el seno de las madres. Hoy te condenan a
muerte tantos impiden una atención médica adecuada. Hoy te condenan a muerte
tantos que distribuyen a los jóvenes con tantas drogas que destruyen sus vidas.
(Pausa de Silencio)

ORACIÓN:

Míranos, Jesús, precisamente ahora que somos juzgados. Solo tú, Jesús, nos
puedes entender, nos puedes dar ánimo, puedes decirnos palabras de verdad,
incluso si nos cuesta entenderlas. Danos la fuerza para no juzgar a quienes me
rodean, con quienes convivo.

Perdón, Madre Santísima de Guadalupe, porque hoy también seguimos


condenando a tu Hijo Jesús injustamente, porque hemos preferido el éxito, el
poder, el dinero fácil hemos rechazado la verdad y el amor proclamado por tu Hijo
Jesucristo. Madre Nuestra danos hoy, la gracia de la conversión.

PADRE NUESTRO...

V. Santa María de Guadalupe,


R. Salva nuestra Patria y conserva nuestra fe.

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SEGUNDA
ESTACION
CARGAN A JESUS CON LA CRUZ

V. Te adoramos, Cristo y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio de Marco (Mc. 16, 20):


“Después de haberse burlado de Él, le quitaron el manto de purpura y le pusieron de nuevo
sus vestiduras. Luego lo hicieron salir para crucificarlo”

y del Evangelio de Mateo ( Mt. 16, 24):


“El que quiera seguirme que renuncie a si mismo, que cargue con su cruz y me siga”

Meditación
Te cargan, Señor, con la cruz, esa cruz que era instrumento de muerte, de
suplicio, de vergüenza; la llevas hasta al monte Calvario y en ella has ofrecido tu
vida. Llevaste sobre los hombros el peso de nuestros dolores, enfermedades y
pecados de la humanidad. Tú soportas ese peso por amor.
Nosotros cuantas veces ponemos cruces sobre las espaldas de nuestros
hermanos y hermanas, la cruz de la indiferencia, la cruz del mal trato, de la palabra
hiriente, de la ironía, de la violencia verbal y física. Cuantas veces cargamos estas
cruces sobre nuestra familia, nuestros compañeros de trabajo o de escuela, entre
vecinos, parientes y amigos.
(Pausa de Silencio)
ORACIÓN:
Señor, lo grave es que hemos contribuido a tu dolor, cada vez que no hemos
amado, o hemos echado las culpas sobre los demás, o cuando no nos hemos
perdonado llenos de soberbia, o cuando queremos tener siempre razón,
humillando a los demás. Jesús, hemos olvidado que nos dijiste: “… cuanto lo hiciste
a uno de estos, a mí me lo hiciste”.

Madre Santísima de Guadalupe, enséñanos a cargan nuestras cruces, ayúdanos a


no desanimarnos y llevar con esperanza, la cruz de nuestros familiares, amigos y
vecinos, su mal carácter, su inmadurez, su indiferencia, sus limitaciones y
fragilidades.

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PADRE NUESTRO...

V. Santa María de Guadalupe,


R. Salva nuestra Patria y conserva nuestra fe.

TERCERA ESTACION
JESUS CAE POR PRIMERA VEZ

V. Te adoramos, Cristo y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo

Del Evangelio de Mateo:


“Estén prevenidos y oren para no caer en la tentación, porque el espíritu está dispuesto,
pero la carne es débil” (Mt. 26,41)

Meditación
Caes, Señor. El peso de nuestros pecados te hace caer. Nosotros también
caemos, por nuestras debilidades, por nuestras miserias, por nuestra maldad, pero,
Tú te levantas, no te quedas caído, sabes ponerte en pie y ayudarnos. Pero
nosotros, con nuestros juicios y críticas, por nuestro egoísmo, no ayudamos al
prójimo a levantarse. No nos compadecemos.
(Pausa de Silencio)
ORACIÓN:
Señor Jesús, ayúdanos porque hemos caído.
Danos la fuerza para saber levantarnos y ayudar a otros a levantarse.
Que no nos dejemos vencer por el desaliento o por la realidad violenta de la
inseguridad, la mentira y la corrupción que nos rodea. Danos, Señor, la fuerza de
la esperanza.
Madre Santísima de Guadalupe, ayúdanos a vencer nuestros egoísmos nuestros
prejuicios, ayúdanos a entender qué es la fuerza de la esperanza, lo que
necesitamos para levantar a quien esta caído, olvidado y marginado.

PADRE NUESTRO....

V. Santa María de Guadalupe,


R. Salva nuestra Patria y conserva nuestra fe.

15
CUARTA ESTACION
JESÚS ENCUENTRA A SU MADRE

V. Te adoramos, Cristo y te bendecimos


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo

Del Evangelio de Lucas: “Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: “Este Niño será
causa de caída y elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción y a ti misma,
una espada te atravesará el corazón». Su madre conservaba todo esto en su corazón” (Lucas
2, 34ss)
Meditación
Encuentras a tu madre, Señor. Ella está ahí, cerca de ti y ha estado a lo largo
de toda tu vida: en Belén, en Egipto, en Nazaret, en Caná de Galilea, durante tu
vida pública, en el camino de la cruz y al pie de la cruz.
Tus discípulos han huido, pero Ella no, está allí, con el valor y la fidelidad
y el amor de una madre, y con su fe, resiste en la oscuridad y la maldad.
Tu Madre está, callada, atenta, silenciosa, amable y preocupada, sin quitar
los ojos de Ti, su Hijo amado. Gracias, Señor, por habernos entregado a tu Madre
como madre nuestra y está cerca de nosotros.
(Pausa de Silencio)
ORACIÓN:
Gracias, Madre Nuestra de Guadalupe porque desde 1531, estas con nosotros
uniéndonos como Pueblo de Dios, ayúdanos en estos tiempos tan difíciles, tan
llenos de violencia, de rencor, de venganza. Ayúdanos a sacar de nuestros
corazones la maldad, la crueldad, la violencia.
Santa María de Guadalupe, Madre del Señor,
Tú has creído desde el momento de la anunciación
y ahora, de pie junto a la cruz, en la hora más oscura del mundo,
te has convertido en Madre de todos los creyentes, en la Madre de la Iglesia,
defiende nuestra patria y conserva nuestra fe.

PADRE NUESTRO

V. Santa María de Guadalupe,


R. Salva nuestra Patria y conserva nuestra fe.

16
QUINTA ESTACION
EL CIRINEO AYUDA A JESÚS A LLEVAR LA CRUZ

V. Te adoramos, Cristo y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo

Del Evangelio de Mateo: “Al salir, encontraron a un hombre de Cirene, llamado Simón,
y le obligaron a que cargara con la cruz de Jesús. (Mt. 27,31-32 )

Meditación
Era un hombre común que de pronto se encontró con Jesús condenado a
muerte que llevaba su cruz. Simón ni se lo imaginó, ni lo sospechó, pasó a la
historia por haberte ayudado, movido por la compasión, te ayudo con tu carga
para llegar al Gólgota.

Nosotros también, Señor, muchas veces sin pensarlo ni calcularlo te hemos


encontrado en nuestro camino, en las personas que necesitan una ayuda, una
palabra, un consejo, una ayuda, quizás hemos pasado de largo, o quizás por
compasión nos hemos detenido a ayudar, a cargar una cruz muy pesada, una
angustia, una depresión, un intento de suicidio, hemos sido iluminados por Tú
mirada que nos ayuda a discernir y a acompañar a quien no puede más con su
vida.
(Pausa de Silencio)
ORACIÓN:
Señor, ayúdanos a ser cirineos de tantos hermanos que nos necesitan y que
encontramos en nuestro camino. Que sepamos acercarnos a ellos con el coraje del
amor y la serenidad de la esperanza. Que sepamos ser siempre cirineos de los que
nos necesitan.

Madre nuestra de Guadalupe, gracias por ser quien ayuda a nuestros hermanos y
hermanas que no tienen ya fuerzas para continuar con su vida y sales a su
encuentro con Madre misericordiosa.

PADRE NUESTRO...

V. Santa María de Guadalupe,


R. Salva nuestra Patria y conserva nuestra fe.

17
SEXTA ESTACION
LA VERÓNICA ENJUAGA EL ROSTRO DE JESÚS

V. Te adoramos, Cristo y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo

Del Evangelio de San Mateo: “Jesús se encontraba en Betania, sentado a la mesa, en casa
de Simón el leproso. Se le acerco una mujer con un frasco como de mármol lleno de un
perfume muy caro, y se lo derramo en la cabeza... y Jesús dijo: lo que hizo conmigo es
realmente una buena obra” ( Mt. 26,6-7.10 )

Meditación

Verónica, mujer valiente, que supo traspasar la barrera de los soldados y


sorteó a los empujones de la gente, para llegar hasta Jesús. Mujer valiente y llena
de compasión que enjugó el rostro del Señor y en su lienzo quedo rostro grabado
del Redentor, como una respuesta de amor ante el gesto de bondad y compasión.

Señor ayúdanos a tomar conciencia de la dignidad de cada hombre y mujer


que vive en junto a nosotros, de toda persona que desde el primer instante en el
vientre de su madre hasta su muerte natural es tu viva imagen.

(Pausa de Silencio)

ORACIÓN:
Santísima Virgen de Guadalupe, tú que te has quedado en la tilma
de nuestro hermano San Juan Diego Cuautlatoatzin,
ayúdanos a ver en cada uno de nuestros hermanos,
la viva imagen doliente de tu Hijo Jesús,

Señora y Niña nuestra, graba también tu rostro dulce y amable en nuestro


corazón, para acercarnos a nuestros hermanos y ser consuelo y apoyo para
los más débiles y necesitados de nuestro entorno.

PADRE NUESTRO....

V. Santa María de Guadalupe,


R. Salva nuestra Patria y conserva nuestra fe.

18
SEPTIMA ESTACION
JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ.

V. Te adoramos, Cristo y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo

De la primera carta del Apóstol Juan : “Si alguien


peca, tenemos un abogado ante el Padre ; es Jesucristo, el Justo”. ( 1 Jn. 2,1 )

Meditación
Señor Jesús, no sabemos si te caes porque te empujaron o porque te
tropezaste, o porque estás al borde de tus fuerzas. Pero sí sabemos que nosotros
muchas veces te hacemos caer en la persona de nuestros prójimos, los derribamos
con la torpeza de nuestras palabras y nuestros gestos, los derribamos con nuestra
hipocresía e indiferencia.

Señor, sabemos que nos hemos equivocado y nos hemos dejado vencer por
las tentaciones del mundo, quizá por sus espejismos y sus mentiras. Nos hemos
acostumbrado a descalificar, a enjuiciar, a condenar a nuestros prójimos hasta que,
tirados en el suelo, los podamos pisotear, torturar o terminar con su vida. Señor
trasforma nuestra manera de pensar, quita el odio y el rencor de nuestros
corazones. (Pausa de Silencio)

ORACIÓN:

Señor, perdónanos las tantas veces que hicimos caer a otros por la descalificación,
la burla, la mentira, el falso testimonio. Danos tu gracia para no quebrantar la vida
y la esperanza de nadie con nuestros escándalos y mal ejemplo, que no seamos
obstáculo para la verdad, el perdón y la reconciliación.

Madre Nuestra de Guadalupe, tu Mare del verdaderísimo Dios por quien vivimos,
llena nuestras vidas, nuestras familias de verdad, de perdón de reconciliación, que
cese la mentira, la corrupción, la impunidad en nuestra Patria.

PADRE NUESTRO...

V. Santa María de Guadalupe,


R. Salva nuestra Patria y conserva nuestra fe.

19
OCTAVA ESTACION
LAS MUJERES DE JERUSALEN LLORAN POR JESÚS

V. Te adoramos, Cristo y te bendecimos


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo
Del Evangelio de Lucas: “Lo seguía muchísima gente,
especialmente mujeres que se iban golpeando el pecho y se lamentaban por él. Jesús,
volviéndose hacia ellas, les dijo: “Hijas de Jerusalén, no lloren por mi. Lloren más bien por
ustedes mismas y por sus hijos. Porque se acerca el tiempo en que se dirá: "¡Felices las
estériles, felices los senos que no concibieron y los pechos que no amamantaron!" Entonces
se dirá a las montañas: "¡Caigan sobre nosotros!", y a los cerros:
"¡Sepúltennos!" Porque si así tratan a la leña verde, ¿qué será de la leña seca?»” (Lc. 23,27-
31 )
Meditación

Hoy Señor, al verte cargando tu cruz, como estas mujeres de Jerusalén,


también nosotros lloramos pues vemos reflejados en ti a tantos hermanos y
hermanas que sufren la ignominia y la maldad del mundo actual: los migrantes
que huyen de la guerra, los millones que mueren de hambre o por carencia de
medicamentos, los secuestrados y desaparecidos, los presos políticos, los
perseguidos por anunciar la verdad del Evangelio, por todos ellos y ellas Señor.

(Pausa de Silencio)

ORACIÓN:
Danos, Señor, lágrimas por nuestros pecados, que han contribuido a aumentar la
maldad, la crueldad y la mentira en este mundo. Danos un corazón capaz de
discernir los malos sentimientos y situaciones que hieren al prójimo

Virgen y Madre de Guadalupe, que las palabras de Hijo Jesús, a las mujeres de
Jerusalén, nos ayuden a ver la gravedad del pecado y la maldad de nuestras obras.
Madre ayúdanos a cambiar y ser más compasivos y misericordiosos.
PADRE NUESTRO

V. Santa María de Guadalupe,


R. Salva nuestra Patria y conserva nuestra fe.

20
NOVENA ESTACION
JESÚS CAE POR TERCERA VEZ.

V. Te adoramos, Cristo y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio de Juan: “Jesús dijo: El que no tenga pecado, que tire la primera piedra ...
y dijo a la mujer: Vete y no peques más” ( Jn. 8,7-11)

Meditación

Cristo Jesús, caído de nuevo, de nuevo en tierra, de nuevo golpeándote


contra el suelo, quizá para que sepamos darnos cuenta de cuántas veces caemos,
de cómo repetimos los mismos errores y pecados, de cómo tropezamos siempre
con la misma piedra.

Madre Nuestra, perdón porque no sabemos cambiar, no sabemos


convertirnos verdaderamente. Danos coraje para saber dejar de lado nuestras
malas costumbres, nuestros repetidos errores, ayúdanos a respetar al más débil, a
más marginado, al que vale menos de nuestro entorno familiar, laboral
(Pausa de Silencio)
ORACIÓN:

Cristo Jesús, danos un corazón sensible para darnos cuenta de que nuestras fallas
lastiman a los demás. Perdona también a nuestra Iglesia, a nuestra Patria, a
nuestras familias, porque no aprender de nuestros errores y no salirnos de las
cadenas del mal, la injusticia, la mentira, las falsas apariencias, que nos atan, nos
oprimen, nos esclavizan. Señor, danos coraje para levantarnos de nuestras
repetidas caídas y no volver a pecar más.

Virgen de Guadalupe, en tu “Casita Sagrada” tus escuchas nuestras suplicas,


dolores y lamentos, ayúdanos a romper las cadenas de la corrupción, la mentira,
las falsas apariencias que no nos permiten perdonar, dialogar y reconciliarnos
como hermanos y hermanas.

PADRE NUESTRO.

V. Santa María de Guadalupe,


R. Salva nuestra Patria y conserva nuestra fe.
21
DECIMA ESTACION
JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS

V. Te adoramos, Cristo y te bendecimos


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo

Del Evangelio de Juan: “Cuando los soldados pusieron en


la cruz a Jesús, se repartieron su ropa en cuatro partes iguales, una parte cada soldado. Se
apoderaron también de la túnica, que era sin costura, de una sola pieza. Se dijeron entre
ellos: “No la rompamos, más bien, echémosla a la suerte a ver de quien será. Así se cumplió
una profecía que dice: Se repartieron mi ropa y sortearon mi túnica. Fue lo que hicieron los
soldados” (Jn. 19,23-24 )

Meditación

Jesús asume la situación del hombre vulnerable es despojado con oprobio,


como tantos hermanos y hermanas nuestras que son despojados de sus más
elementales derechos humanos. Privados de sus garantías de vida. Reflexionemos
por tantos hermanos y hermanas nuestros en el mundo que estas despojados de
todo y viven encarcelados, o perseguidos. Oremos hoy de manera especial por el
señor Obispo Rolando Álvarez, Obispo de Matagalpa, Nicaragua, preso político,
acusado por haber proclamado con valentía la verdad del Evangelio. (Pausa de
Silencio)
ORACIÓN:

Perdón, Señor, porque hemos perdido el respeto de la dignidad humanas,


por violentar sus derechos humanos más básicos. Perdón, porque no enseñar a las
nuevas generaciones el valor de la dignidad del cuerpo humano y no formar en
una conciencia y valores que dignificar el convivir humano. Perdón por
despojarlos de criterios cristianos y arrojarlos a las redes sociales para ser sus
esclavos.

Virgen de Guadalupe, hoy vemos muchas maneras de despojar al prójimo,


que lastiman y humillan la dignidad humana, en vez de cuidarla y resaltarla.
Que tu mirada maternal nos anime a cuidar y dignificar a nuestros hermanos y
hermanas, a no abusar de nadie, a respetar la intimidad de cada quién, ayudar a ser
prudentes y respetuosos.

PADRE NUESTRO...

22
V. Santa María de Guadalupe,
R. Salva nuestra Patria y conserva nuestra fe.

UNDECIMA ESTACION
JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ

V. Te adoramos; Cristo y te bendecimos


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo

Del Evangelio de Juan: “En un lugar llamado la Calavera,


que en hebreo se dice Gólgota , lo crucificaron y con el a otros dos, uno a cada lado, en
medio de Jesús”. ( Jn. 19,17-18 )
Del Salmo 21: “Han taladrado mis manos y mis pies, puedo contar todos mis huesos” (Sal
21, 17-18)
Meditación

Te clavan a una cruz, Señor, Te fijan tus manos y tus pies. Tú estás clavado
en nuestra historia y contigo también están clavados nuestros pecados, nuestras
maldades, nuestras injusticias, nuestras enfermedades y sufrimientos y todo lo has
transformado llenándolo de perdón, bondad, justicia y dolor salvífico. Tú has
dicho que el que quiera salvar su vida, la perderá, y el que la pierda por Ti y por
el evangelio la salvará.

(Pausa de Silencio)
ORACIÓN:
Señor, tu cruz, tu entrega es una llamada en nuestra vida.
Tu entrega generosa es una invitación a la generosidad del amor.
Tú dijiste: No me quitan la vida, sino que la doy por propia voluntad. Danos,
Señor, el coraje de ofrecernos contigo cada día.

Santa María de Guadalupe, ayúdanos, a tomar nuestra cruz de cada día y hacer de
ella una ofrenda para los demás. Ayúdanos a vivir ofreciéndonos cada día con tu
Hijo Jesús en bien de nuestros prójimos, especialmente los más pequeños, los más
vulnerables, los más olvidados.
PADRE NUESTRO

V. Santa María de Guadalupe,


R. Salva nuestra Patria y conserva nuestra fe.

23
DOCEAVA ESTACION
JESÚS MUERE EN LA CRUZ

V. Te adoramos, Cristo y te bendecidos


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo

Del Evangelio de Juan: Jesús dijo: “Todo está cumplido”.


Inclinó la cabeza y entregó su espíritu. ( Jn, 19, 30 )
Del Evangelio de Lucas: «Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu» (Lc 23,46)

Meditación
Señor Jesús, mueres en la cruz, entregas tu vida, la das hasta el último
aliento. Te contemplamos muerto y clavado en la cruz, lo has dado todo por
nosotros. Ingresar en los abismos de la muerte para sembrar vida, llegas a los
abismos de las tinieblas para llenarla de tu luz. Gracias Señor por salvarnos.

(Pausa de Silencio)
ORACIÓN:
Cristo Jesús, te contemplamos con la gratitud de los que se saben perdonados por
Ti. Perdona nuestros pecados personales y sociales, perdona tantas atrocidades en
contra de la humanidad, perdón y clemencia, perdón y piedad.

Madre Santísima de Guadalupe, Tu Hijo nos ha dicho: “Cuando sea levantado en


alto, atraeré a todos hacia mí”. Tú Hijo es el grano de trigo que muere y da mucho
fruto. María enséñanos a entender que: no hay mayor amor que dar la vida por los
demás. Frente al misterio de la muerte de tu hijo no caben las palabras, solo el
silencio. Queremos estar junto a Ti, Madre Nuestra.

PADRE NUESTRO.

V. Santa María de Guadalupe,


R. Salva nuestra Patria y conserva nuestra fe.

24
DECIMO TERCERA ESTACION
JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ Y ENTREGADO A
SU MADRE

V. Te adoramos, Cristo y te bendecidos


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo

Del Evangelio de Juan: José de Arimatea, pidió permiso a Pilato para retirar el cuerpo de
Jesús y Pilato se lo concedió. Vino y retiró el cuerpo de Jesús.(Jn. 19,38)

Meditación

Señor, te bajan de la cruz, Señor. Vas a las manos de tu madre. Ella te recibe,
no ya como el Niño recién nacido en Belén, sino como el fruto maduro arrancado
del árbol de la cruz y lleno de vida y esperanza.

Los brazos de tu Madre María son también los brazos de la Iglesia, brota de
Tu costado traspasado por la lanza del soldado, tu corazón abierto nos transforma
en tus discípulos y misioneros. (Pausa de Silencio)

ORACIÓN:
Cristo Jesús, impregna nuestro corazón con tu presencia, para que no sepamos otra
cosa más que hablar de tu amor, de tu Palabra, de tu presencia salvífica en medio
nuestro. Tú te pones en nuestras manos en cada Eucaristía, para que te amemos,
para que valoremos tu entrega por nosotros, para que nos alimentemos de tu
Cuerpo Glorificado.

Santa María de Guadalupe, has que sepamos vivir la Encarnación del Verbo, como
Tú la viviste desde el primer SI. Tu que le diste sangre de tu sangre en tu
inmaculado vientre, ayúdanos decir como San Pablo “ya no soy yo el que vive,
sino que es Cristo que vive en mí”. Ven a nuestra vida a nuestras familias y
llénanos de tu SI.

PADRE NUESTRO

V. Santa María de Guadalupe,


R. Salva nuestra Patria y conserva nuestra fe.

25
DECIMO CUARTA ESTACION
JESÚS ES SEPULTADO

V. Te adoramos, Cristo y te bendecimos


R. porque por tu santa cruz redimiste al mundo

Del Evangelio de Juan: “Envolvieron el cuerpo de Jesús


con lienzos perfumados con esta mezcla de aromas, según la costumbre de enterrar de los
judíos. Cerca del lugar donde crucificaron a Jesús había un huerto y en el huerto un
sepulcro nuevo, donde nadie había sido enterrado. Aprovecharon entonces este sepulcro
cercano para poner ahí el cuerpo de Jesús, porque estaban en la preparación del sábado
solemne” (Jn. 10, 40-42)

Meditación
Señor, te sepultan, pareciera por un momento que ganó el mal, que ganó la muerte,
la injusticia, la maldad, la intriga, la mentira. Pareciera que el mal a triunfado. Pero
NO, ahora nos toca en esperanza, aguardar al tercer día, el sepulcro no es derrota,
sino victoria, el triunfo del bien sobre el mal.
(Pausa de Silencio)
ORACIÓN:

Señor Jesucristo, en silencio te contemplamos llenos de esperanza, porque sabemos


que la muerte y el pecado han sido vencidos definitivamente y que el mal no tiene
la última palabra, sabemos que nuestras muertes y nuestras derrotas serán
cambiadas en Resurrección y gloria.

Madre Nuestra, Santa María de Guadalupe, gracias por mostrarnos el camino de


la vida, del amor, y del perdón que tu Hijo nos enseñó.
Ayúdanos a vivir siempre con la esperanza que tu tuviste al sepultar a tu Hijo Jesús
y aguardar la mañana de la Resurrección. Permítenos estar contigo para poder
vivir con alegría y en paz. Amén

PADRE NUESTRO...

V. Santa María de Guadalupe,


R. Salva nuestra Patria y conserva nuestra fe.

26
ORACION FINAL

Señor, hemos terminado el camino de la cruz.


Ha sido un camino recorrido en familia.
En ti, mirándote, hemos aprendido muchas lecciones.
Son las lecciones del amor, de la vida, de la esperanza, de la alegría verdadera.
Ahora aguardamos la resurrección.

Esa Resurrección que tiene que notarse en nuestra vida diaria.


Como familia muchas veces caminamos en medio de crisis, pruebas, dificultades,
sinsabores, desilusiones, dramas, alegrías, triunfos y fracasos. Queremos tu
gracia, para que podamos siempre llegar a la Pascua. Sabemos que no hay cruz y
muerte, sin Resurrección y gloria.

Quédate con nosotros, Señor, acompáñanos, aunque no siempre seamos capaces


de reconocerte. Quédate con nosotros, porque en torno a nosotros se van
haciendo más densas las sombras, y tú eres la Luz; en nuestros corazones se
insinúa la desesperanza, y tú los haces arder con la certeza de la Pascua.

Estamos cansados del camino, pero tú nos confortas en la fracción del pan para
anunciar a nuestros hermanos que en verdad tú has resucitado y que nos has
dado la misión de ser testigos de tu resurrección.

Madre de Jesús y Madre Nuestra, Santa María de Guadalupe, que en nuestras


familias aprendamos a sonreír, aprendamos a amar, aprendamos a vivir como
hijos de un Padre que siempre nos ama y perdona. Que al terminar este Vía
Crucis meditado en tu “Casita Sagrada” siempre encontremos la luz de la Pascua
de tu Hijo Jesús.

Te invitamos a rezarla SALVE:

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida,


dulzura y esperanza nuestra.
Dios te salve.
A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva, a Ti
suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora Abogada Nuestra, vuelve a
nosotros tus ojos misericordiosos,

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y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto
bendito de tu vientre.
Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María.
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies
las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos
siempre de todos los peligros,
Oh, Virgen gloriosa y bendita.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de
Nuestro Señor Jesucristo. Amén

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