Guia Analgesia SAMU
Guia Analgesia SAMU
Guia Analgesia SAMU
1. Introducción
Nocicepción
Percepción del dolor
Sufrimiento
Comportamiento al dolor
Ahora bien, el dolor genera diversos efectos sobre los diferentes sistemas del
cuerpo humano, siendo de mayor importancia sobre individuos portadores de
enfermedades crónicas las cuales se pueden ver descompensadas ante la presencia del
dolor. A continuación, se enumeran:
En nuestro ámbito, la consulta por dolor de algún tipo constituye uno de los
motivos más frecuentes de consulta, con una incidencia de aproximadamente el 54%.
Ahora, estás cifras aumentan si se valoran los pacientes que presentan dolor
significativo en relación con otros motivos de consulta. Pese a ello, el uso de analgesia
para tratar el dolor en los pacientes es marginal, donde las cifras estiman que apenas
entre un 3-18% de los pacientes recibe analgesia efectiva durante el manejo
prehospitalario.
Desde este punto de vista, es fundamental entender que los pacientes que son
tributarios de manejo prehospitalario por parte de personal SAMU deben contar con
una evaluación rápida, eficaz y segura, tanto primaria como secundaria, y de valorar
alguna amenaza para la integridad o vida de los pacientes el manejo del dolor no es el
Figura 1. Escala Luminosa Analógica (Nayman). Fundamentalmente usada en pediatría, donde se le pide al paciente que
identifique con que “carita” se identifica. Ahora, si el paciente se encuentra con dolor severo, es el profesional que debe
valorar a través de la observación.
En general, se podría pensar que en todos los pacientes que sufren dolor uno
debería indicar analgesia, pero en el quehacer prehospitalario existen algunas
contraindicaciones relativas para indicar manejo del dolor. Así, si un paciente se
encuentra con inestabilidad hemodinámica, depresión respiratoria o compromiso de
conciencia (sopor profundo o coma), se deberían corregir estas amenazas antes de
indicar algún tipo de analgesia. Ahora bien, esto no quiere decir que nuestras acciones
sean desproporcionadas y causen un empeoramiento del dolor de nuestros usuarios,
siendo necesario un equilibrio que permita corregir estas alteraciones y no generar
una mayor sensación de dolor.
La principal causa de morbilidad asociada a la sedoanalgesia es la depresión
respiratoria y la obstrucción de la vía aérea, razón por la cual siempre se debe
monitorizar a pacientes que sean tratados con analgesia cuyo efecto adverso genere
conflicto respiratorio.
En cuanto al monitoreo Hemodinámico, los fármacos de sedoanalgesia tienden
a generar conflicto dado que interfieren en la respuesta autonómica al estrés si es muy
profunda o, por el contrario, si la sedoanalgesia es insuficiente generar daño por una
respuesta autonómica exagerada (hipertensión, taquicardia). Para ellos, se propone la
monitorización continua.
Una vez se establezca la necesidad y la seguridad en indicar sedoanalgesia en
un paciente, ésta siempre debe ser vía endovenosa como primera elección.
Desde este punto de vista, SAMU Chiloé dispone de la Guía Farmacológica donde
se expone un resumen de cada medicamento disponible en el arsenal. No obstante a ello, es
responsabilidad de cada profesional la revisión sistemática para un conocimiento acabado
de los fármacos a utilizar.
Si bien en el tratamiento del dolor una de las directrices más utilizadas en el manejo
tanto hospitalario como en atención primaria es la escala OMS, su aplicación presenta
limitaciones en el quehacer prehospitalario fundamentalmente dada la necesidad de contar
con analgesia efectiva desde un primer momento y con un lapso total de tratamiento que en
general es corto, de minutos u horas, no dando lugar para ajustar la analgesia en función de
la respuesta esperada de los medicamentos. Es por ello que en general se dispone de
analgesia tradicional no opoide, fundamentalmente AINES, y analgesia Opoide. Ahora
bien, el reto significa precisar cuándo utilizar una o la otra.
Es por estos motivos que diversos autores proponen el uso del índice de
evaluación del dolor que fue diseñado por el ejército Británico denominado Indice
Birmingham, el cual expone Looker y colabadores en su estudio “D. Pain Scores, as
easy as counting to three” (JR Army Med Corps, 2009), mostrando grandes ventajas en
su aplicación prehospitalaria por su facilidad de uso, la posibilidad de reevaluar
durante el traslado y que no requiere la evaluación de los parámetros vitales.
Tabla 3. Escala Birmingham. Su uso fue diseñado para evacuación y analgesia de soldados en los campos de batalla,
pero su utilidad y fácil aplicación ha extendido su uso al prehospitalario civil.
SAMU Chiloé cuenta como analgesia Opoide con Morfina y Tramadol, siendo
ambos utilizados vía endovenosa. Además, se cuenta con Fentanil para uso como
analgesia por Bomba Infusión Continua en paciente con Ventilación Mecánica Invasiva
protectora durante los traslados.
Con los datos anteriores expuestos, no se justica el uso de fentanilo por sobre
morfina, siendo esta última que se encuentra disponible para por parte del personal SAMU
Chiloé.
En SAMU Chiloé contamos con los siguientes AINES que se detallan en la tabla 4.
Por otra parte, la reevaluación de los pacientes se debe utilizar las escalas antes
descritas y actuar en consecuencia con los signos clínicos para continuar o
administrar más dosis analgesia. Desde este punto de vista, es importante recordar
que el uso de medicamentos se encuentra resguardado por la Guía Farmacológica
SAMU Chiloé donde el profesional que administra tiene acceso a las dosis y vía
administración de los diversos fármacos.