Acercamientos Filosofa

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Cuatro Acercamientos a la Filosofía

¿Por qué acercamientos? Porque es una estrategia de introducción


a un saber que no se define de una única manera. Es decir, la
Filosofía tiene muchas definiciones y, a lo largo del curso iremos
viendo las diferentes posturas de distintos autores que nos darán
una perspectiva distinta de qué es filosofía para cada corriente de
pensamiento.

PRIMER ACERCAMIENTO: La filosofía como saber práctico

“<§ 12>. Hay que destruir el prejuicio muy difundido de que la filosofía es
algo muy difícil por el hecho de que es la actividad intelectual propia de
una determinada categoría de científicos especialistas o de filósofos
profesionales y sistemáticos. Por lo tanto, hay que demostrar
preliminarmente que todos los hombres son "filósofos", definiendo los
límites y las características de esta "filosofía espontánea", propia de "todo
el mundo", esto es de la filosofía que está contenida: 1) en el lenguaje
mismo, que es un conjunto de nociones y de conceptos determinados y
no solamente de palabras gramaticalmente vacías de contenido; 2) en el
sentido común y buen sentido; 3) en la religión popular y por lo tanto en
todo el sistema de creencias, supersticiones, opiniones, modos de ver y
actuar que se revelan en aquello que generalmente se llama "folklore".

Habiendo demostrado que todos son filósofos, aunque sea a su manera,


inconscientemente, porque incluso en la mínima manifestación de
cualquier actividad intelectual, el "lenguaje", se halla contenida una
determinada concepción del mundo, se pasa al segundo momento, al
momento de la crítica y de la conciencia, o sea a la cuestión: ¿es
preferible "pensar" sin tener conciencia crítica, en forma disgregada y
ocasional, o sea "participar" en una concepción del mundo "impuesta"
mecánicamente por el ambiente externo, (...) o es preferible elaborar la
propia concepción del mundo consciente y críticamente y por lo tanto, en
conexión con tal esfuerzo del propio cerebro, elegir la propia esfera de
actividad, participar activamente en la producción de la historia del
mundo, ser guía de sí mismos y no ya aceptar pasivamente y
supinamente desde el exterior el sello de la propia personalidad?”

ANTONIO GRAMSCI. “apuntes para una introducción y preparación al


estudio de la filosofía y la historia”
“¿Cuál puede ser esa filosofía natural a todos los seres humanos? si uno
hace esta pregunta a gente que conozca, probablemente se hagan rogar
un poco por modestia, pero terminarán por reconocer: “si, yo tengo una
especie de filosofía propia”. ¿Cómo? Sí, una manera de ver las cosas. Y si
uno insiste un poco más, dirán: “en la vida hay cosas que conozco muy
bien, por experiencia directa; por ejemplo, mi trabajo, la gente que
frecuento, las regiones que recorro o lo que aprendí en el colegio o en los
libros. Llamémoslo conocimientos.
Pero hay en el mundo muchas cosas que nunca vi y que no conozco.
Aunque eso no me impide hacerme cierta idea. En este caso, tengo ideas
que rebasan mis conocimientos, por ejemplo, sobre el origen del mundo,
sobre la muerte, sobre el sufrimiento, sobre la política, sobre el arte y
sobre la religión. Estas ideas (...) poco a poco se unificaron y me hice una
especie de filosofía, una visión del conjunto de las cosas, de las que
conozco, como de las que no conozco. (...) y si uno le preguntara: pero
¿para qué le sirve esta filosofía?, respondería: “Es simple. Para
orientarme en la vida. Es como una brújula, me da un norte”

LOUIS ALTHUSSER “Iniciación a la filosofía para no filósofos” pág. 37-38

SEGUNDO ACERCAMIENTO: LA FILOSOFÍA, UN SABER


PROBLEMATIZADOR.

La palabra problema viene del griego y etimológicamente (el origen de la


palabra) quiere decir lanzar o arrojar hacia adelante. En este sentido un
problema es algo que está frente a mí, algo con lo que me encuentro y
me enfrenta. En otras palabras, un problema es un obstáculo. Los griegos
utilizaban la palabra APORÍA para referirse a un callejón sin salida.
¿Cómo sortea la filosofía estos problemas? Primero que nada, para la
filosofía no se trata de coleccionar problemas, sino que busca el marco
dentro del cual el problema adquiere sentido. La actividad del filosofar
consiste en cambiar el planteo de los problemas.
Así lo ejemplifica el Filósofo Esloveno Slavoj Zizek: “¿cómo se aproxima
un filósofo al problema de la libertad? No es ¿somos libres o no? Son
preguntas simples, llamadas preguntas hermenéuticas (interpretativas,
que buscan el sentido de la pregunta) como ¿Qué significa ser libre?,
¿Qué quiere decir en nuestro contexto que somos libres?” y entonces
deberíamos comenzar a explicar que entendemos (en nuestra vida y
nuestra cultura) por ser libres.
Este es un proceder típico de la filosofía. Se trata de resignificar el
problema, de cambiar el foco desde donde se pregunta. El filósofo Alemán
Immanuel Kant hizo lo mismo. Se encontró con que había dos posiciones
contrapuestas. Por un lado los filósofos empiristas decía que todo
conocimiento proviene de la experiencia. Por el otro, los filósofos
racionalistas decían que se accede al conocimiento a través de la Razón.
Kant reformuló el problema preguntando cuál era la condición de
posibilidad del conocimiento, es decir frente a las preguntas sobre cómo
se llega al conocimiento (por la experiencia o por la razón) él eligió otro
punto de partida. Su pregunta fue ¿qué es lo que hace que el
conocimiento sea posible?

TERCER ACERCAMIENTO: DIFERENCIA ENTRE FILOSOFÍA Y


CIENCIA
“Quisiera decir algunas palabras sobre la relación de la física y la filosofía:
la ciencia particular, como por ejemplo la física actual, descansa de
manera extraña sobre el hecho de que es posible no hacer determinadas
preguntas. Si Ud. considera la Biología actual, sin duda es una ciencia de
la vida, pero no pregunta ¿qué es la vida?, sino describe propiedades de
la vida, que se pueden reconocer más o menos regularmente. O si Ud
dice: “la física es la ciencia más completa de la naturaleza”, sin embargo
la física pregunta precisamente ¿qué es la naturaleza? De esta manera se
consigue dejar fuera de la ciencia las preguntas en las cuales difícilmente
se pueda llegar a un acuerdo
Esta exclusión de las preguntas difíciles, que hace posible la ciencia,
fracasa solamente allí donde se trata de los mismos fundamentos de la
ciencia. LA FILOSOFÍA PUDIERA DEFINIRSE COMO EL PENSAR QUE NO
CESA DE PREGUNTAR, MIENTRAS QUE LA CIENCIA PARTICULAR ES
POSIBLE PRECISAMENTE PORQUE RENUNCIA EN DETERMINADOS
LUGARES A SEGUIR PREGUNTANDO”
Carl F. Von Weizacker. Fisico y Filósofo Alemán
Cuarto acercamiento: el origen etimológico de la palabra Filosofía
y los cuatro orígenes del filosofar.

Origen de la palabra Filosofía

La etimología de la palabra filosofía quiere decir filo (amor, disposición a,


búsqueda de) Sofía (sabiduría). Es un saber que no se supone acabado,
que se presenta como una búsqueda, en la cual se adquiere
conocimiento, pero nunca la sabiduría buscada, la cual en realidad
pertenece (según Platón) a los dioses.

Primer origen de la Filosofía: El asombro

“¿Por qué hay mundo?, ¿por qué hay entes? Pues "pudo" -quizás- no
haber habido nada; pero como de hecho hay algo, y como el principio de
razón dice que todo tiene su porqué o fundamento, entonces es preciso
preguntar: ¿por qué hay ente, es decir, cuál es el fundamento del ente en
totalidad? La totalidad de los entes, el mundo, parece una totalidad
ordenada, estructurada conforme a leyes; pero, ¿por qué la realidad está
ordenada, y lo está tal como lo está y no según pautas diferentes? ¿Por
qué está constituida conforme a leyes, y no de modo enteramente
desordenado, caótico? ¿Es ello casualidad, un capricho, o responde a
algún designio inteligente? (...) ¿Qué es eso -el ser- por virtud de lo cual
los entes en cada caso son, y son tal cual son? Todas estas preguntas
nacen del asombro del hombre frente a la totalidad del ente, surgen del
asombro ante el hecho de que haya entes cuando bien pudo no haber
habido nada
Por ello se dice, desde Platón y Aristóteles, que el asombro o sorpresa es
el origen de la filosofía, lo que impulsa al hombre a filosofar. En efecto, el
que algo sorprenda hace que uno se pregunte por lo que ocasiona la
sorpresa; y la pregunta lo lleva al hombre a buscar el conocimiento.

¿Qué es esto, el mundo?, ¿de dónde procede, qué fundamento tiene, cuál
es el sentido de todo esto que nos rodea? -Pues bien, en el momento en
que el hombre fue capaz de formularse estas preguntas de manera
conceptual, con independencia de toda concepción mítica, religiosa o
tradicional-, en ese momento había nacido la filosofía.
Desde otro punto de vista, no conceptual, también responde a estas
preguntas (al menos en cierto sentido) otra manifestación de la vida
humana, distinta de la filosofía: la religión. En efecto -y para tomar un
ejemplo concreto y referido al mundo griego-, en la Teogonía
("generación de los dioses"), el poeta Hesíodo (alrededor del 700 a.C.)
invoca a las musas y escribe:
Decid cómo, con los dioses, nació todo desde un principio: la tierra, los
ríos, el mar infinito de impetuoso oleaje, los brillantes astros y el ancho
cielo en lo alto. Y los que de ellos nacieron, los dioses dispensadores de
bienes. Decid cómo dividieron las riquezas y cómo distribuyeron los
honores; y cómo, desde el primer día, habitaron el escarpado Olimpo”
“Toda religión y toda mitología, pues, dan una respuesta a aquellas
preguntas. La diferencia está en que la filosofía da una respuesta
puramente conceptual. Ello parece haber sido la obra de Tales de Mileto
(hacia el 585 a.C.) y por lo cual pasa por ser el primer filósofo. En efecto,
él no se refiere a nada sobrenatural, no habla de dioses que hayan hecho
este mundo ni de las relaciones, amistades y luchas entre los mismos.
Simplemente, Tales se pregunta qué son las cosas. Y contesta con una
respuesta que puede parecer extraña: el agua; todo procede del agua, el
principio o fundamento (αρχη [arjé]) de todas las cosas es el agua”

Adolfo Carpio “Principios de Filosofía. Una introducción a su problemática”


págs. 45 y 47.

Segundo Origen: La duda

El conocimiento humano está constantemente acechado por el error, y


esto no sólo ocurre en la filosofía, sino también en la ciencia y en la vida
diaria. Entonces aquellas preguntas y este estado de cosas nos llevan a
señalar un segundo origen de la filosofía y a plantearnos el problema del
conocimiento.

El primer origen de la filosofía se lo encontró en el asombro. Pero la


satisfacción del asombro, lograda mediante el conocimiento filosófico,
pronto comienza a vacilar y se transforma en duda en cuanto se observa
la multiplicidad de los sistemas filosóficos y su desacuerdo recíproco, y,
en general, la falibilidad de todo conocimiento. Esta situación lleva al
filósofo a someter a crítica nuestro conocimiento y nuestras facultades de
conocer, y es entonces la duda, la desconfianza radical ante todo saber, lo
que se convierte en origen de la filosofía. Reflexiónese ante todo en los
llamados errores de los sentidos. Por ejemplo -y estos ejemplos son muy
viejos, repetidamente aducidos a lo largo de la historia de la filosofía,
pero justo por ello conviene recordarlos-, una torre vista a la distancia
parece circular, más observada de cerca resulta ser de base
cuadrangular; un remo parcialmente introducido en el agua parece
quebrado, pero si se lo saca del agua se "endereza", y si se lo vuelve a
sumergir, parece volver a quebrarse; y si mientras se lo ve quebrado se
lo toca con la mano, se tendrá a la vez dos testimonios diferentes: el ojo
dice que el remo está quebrado, el tacto que no (...) los sentidos con
frecuencia nos engañan, que nuestras percepciones suelen ser
engañosas. Pero entonces, ¿qué seguridad tenemos de que no nos
engañen siempre?

Y con nuestra otra facultad de conocer, con el pensamiento, con la razón,


¿qué ocurre? ¿Puede tenerse la absoluta seguridad de que la razón no nos
engaña? Parece que no, porque a veces nos equivocamos aun en los
razonamientos más sencillos, por ejemplo haciendo una simple suma; por
tanto, no es la razón un instrumento tan seguro como para confiar
ciegamente en ella. O bien considérese el siguiente problema: una casa la
hacen 50 obreros en 20 días, 100 obreros en 10 días, 200 obreros en 5.
400 en 2 días y medio..., y si se continúa así, resultará que con un
número x de obreros la casa se hará en un segundo. El cálculo está bien
hecho, y desde este punto de vista la argumentación es perfectamente
racional; pero es obvio que no es posible fabricar una casa en tiempo tan
breve. En su construcción intervienen factores que invalidan el cálculo; es
preciso, por ejemplo, manipular los materiales, que el cemento o la
argamasa se consoliden, etc. De manera que la razón, que ha realizado
un cálculo matemáticamente irreprochable, no basta en este caso para
determinar la manera de construir rápidamente la casa del ejemplo;
parece como si hubiera una cierta falta de coherencia entre la razón y la
realidad”
Adolfo Carpio “principios de filosofía. Una introducción a su problemática”
págs. 51 y 52

Tercer origen: Las situaciones límite

“Esta expresión de "situaciones límites" la introdujo un filósofo


contemporáneo, Karl Jaspers (1883-1969)”.
"Debo morir, debo sufrir, debo luchar, estoy sometido al azar,
inevitablemente me enredo en la culpa".
A estas situaciones fundamentales e insuprimibles de nuestra existencia
es a las que Jaspers llama "situaciones límite". Se trata entonces de
situaciones insuperables, situaciones más allá de las cuales no se puede
ir, situaciones que el hombre no puede cambiar porque son constitutivas
de su existencia, es decir, son las propias de nuestro ser. Porque el
hombre no puede dejar de morir, ni puede escapar al sufrimiento, ni
puede evitar hacerse siempre culpable de una manera u otra. En cuanto
que tales situaciones limitan al hombre, le fijan ciertas fronteras más allá
de las cuales no puede ir, puede decirse también que manifiestan la
radical finitud del hombre
Pues bien, Epicteto sostuvo que el origen del filosofar reside "en la
conciencia de la propia debilidad e impotencia"
En resumen, lo único que depende de mí son mis pensamientos, mis
opiniones, mis deseos, o, en una palabra, todo acto del espíritu; esto es
lo único que puedo modificar, y el hombre logrará la felicidad en la
medida en que se aplique solamente a este propósito.

Según se desprende de lo que acaba de decirse, el interés fundamental


de la reflexión de Epicteto se centra en la conducta del hombre: problema
del que, se ocupa la ética o moral”
Adolfo Carpio “Principios de Filosofía. Una introducción a su problemática”
págs 54 y 56

Cuarto Origen: Filosofía Y política

Podemos agregar un cuarto origen de la Filosofía. Para los pensadores


Jean Pierre Vernat (1914-2007) y Cornelius Castoriadis (1922-1997)
La filosofía propiamente dicha nace con la democracia Griega en los siglos
IV y V a.c. Esta democracia si bien era restringida, ya que no participaban
ni las mujeres, ni los extranjeros, ni los esclavos, era una democracia de
la palabra. Todos los varones Griegos tenían derecho de opinar de los
asuntos políticos y legales de su ciudad reunidos en asamblea. En este
contexto de debate, discusiones, refutaciones etc. surge la figura de
Sócrates. Este pensador solía dialogar en el ágora (plaza pública).
Sócrates se acercaba a los supuestos sabios y les pedía definiciones. Se
acercaba a un eminente médico y le preguntaba qué es la salud, o a un
avezado político y le preguntaba qué es la justicia. Sus preguntas
insidiosas buscaban llegar a definiciones. Para esto partía de un método
dialéctico: este consistía en una sucesión de preguntas y respuestas que
iban descartando posiciones que se aceptaban como verdaderas.
Podemos decir entonces que la filosofía surge del diálogo, del debate
público y que es hija de la democracia. la reflexión sobre la cosa pública
es una reflexión eminentemente política. Y lo es en su sentido profundo:
como reflexión y cuidado de la comunidad humana.

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