Mecanica de Fractura
Mecanica de Fractura
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Mecánica de Fractura
Mecánica de Fractura
José Luis Arana
Javier Jesús González
9
3.2. La función de tensión de Airy . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
3.3. El factor de intensidad de tensiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
3.3.1. Relación con la Tasa de Liberación de Energía . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54
3.3.2. Placa Finita . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
3.3.3. Principio de Superposición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
3.4. La plasticidad en el frente de grieta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62
3.4.1. La Corrección de Irwin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
3.4.2. La Corrección de Dugdale . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
3.4.3. Comparación de las Correcciones de la Zona Plástica . . . . . . . . . . . . . 69
3.4.4. Forma de la Zona Plástica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70
3.5. Tensión Plana versus Deformación Plana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
3.5.1. Efecto del Espesor en la Resistencia a la Fractura Frágil . . . . . . . . . . 76
3.5.2. Condiciones de Tensión Plana y Deformación Plana . . . . . . . . . . . . . . 78
10
Tema 6. Comportamiento en Fractura de Materiales Metálicos . . . . . . . . . . . . . . . . . 143
6.1. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 143
6.2. Fractura por Clivaje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 144
6.2.1. Fractografía del Clivaje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145
6.2.2. Iniciación del Clivaje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 147
6.3. Fractura Dúctil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149
6.3.1. Crecimiento Dúctil de la Grieta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153
6.4. Transición Dúctil-Frágil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 156
6.5. Agrietamiento intergranular . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 157
11
9.4. Ensayos de caracterización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 206
9.4.1. Las Probetas de CBT . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 208
9.4.2. Determinación de KISCC por el método de detención de la fisuración . . 212
9.4.3. Determinación de KISCC por la iniciación de la fisura . . . . . . . . . . . . . . 215
9.5. Diseño y seguridad en CBT . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 216
9.6 Corrosión-Fatiga . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 218
9.6.1. Relación entre CF y CBT . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 219
9.7 La Mecánica de Fractura en el análisis de CF . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 220
9.7.1. El Efecto de la Frecuencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 223
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 241
Índice Temático . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 243
12
Tema 1
1.1. Introducción
13
esfuerzos o cargas sobre los cuerpos, y los temas referentes al sólido deforma-
ble, tratados en la Mecánica de Medios continuos: elasticidad, plasticidad y re-
sistencia de materiales y la Termodinámica. En cuanto a las propiedades y el
comportamiento mecánico de los materiales es necesario conocer bien las pro-
piedades elásticas, plásticas, viscoelásticas y viscoplásticas, con un conocimien-
to preciso del diagrama de tensión-deformación. Finalmente se supone que el
lector debe estar familiarizado con los ensayos clásicos de resistencia al impac-
to, particularmente el ensayo Charpy realizado a varias temperaturas, que sigue
utilizándose masivamente como ensayo cualitativo.
Una vez más, vamos a modelizar lo que sucede en la naturaleza (fluidos y
geotecnia) o en los materiales artificiales, como es el caso de los polímeros, las
aleaciones metálicas, los vidrios, etc., mediante ecuaciones matemáticas y mo-
dos lógicos. Este intento de modelización es muy interesante pero el éxito obte-
nido es siempre relativo.
1.2. El Programa
14
resistencia del material en fractura elásto-plástica y el cálculo de J con grieta
creciente.
En la segunda parte que comprende los Temas 6 a 10 se presentan las apli-
caciones de la Mecánica de Fractura, particularmente el estudio de la fatiga y la
corrosión bajo tensión utilizando los criterios y herramientas de la Mecánica de
Fractura.
15
madamente laboriosa y costosa, para su utilización en armamento y en defensas
bélicas, herramientas y ornamentos.
Con el desarrollo del conocimiento en el procesado se aumentó progresiva-
mente el uso de los metales en las estructuras, junto a la madera, pero ello originó
que a veces las estructuras no se comportaran satisfactoriamente y se producían
fallos inesperados, particularmente en ingenios armamentísticos y elementos béli-
cos de defensa. También son notables en esta época los problemas derivados de
roturas catastróficas en uniones de estructuras de madera.
El diseño de estructuras para evitar la fractura no es una idea nueva; recor-
demos las disposiciones de Julio Cesar en el segundo libro de «La Guerra de las
Galias» para evitar la fractura de las fortificaciones, y las innumerables estruc-
turas erigidas por los Faraones del antiguo Egipto, con la idea de la perpetua-
ción. En nuestra vieja Europa muchos puentes y edificios construidos durante el
Renacimiento están todavía en perfecto uso.
Los problemas que se han producido en la sociedad como consecuencia de
la fragilidad de los materiales, no son recientes y de hecho aparecen las prime-
ras observaciones sobre la pérdida de plasticidad por efecto del frío en los tra-
bajos realizados por ingenieros a mediados del siglo XIX. A partir de esta época,
en particular con la aparición de las estructuras soldadas, se produjeron un gran
número de accidentes espectaculares.
Los ladrillos y el mortero son materiales relativamente frágiles y no son
adecuados para soportar cargas de tracción, por ello las estructuras fabricadas
durante la época previa a la Revolución Industrial se diseñaban básicamente
para soportar esfuerzo de compresión y uno de los mejores ejemplos es el arco
que tantas veces hemos visto en nuestros puentes romanos.
El cambio de ladrillos y mortero a estructuras de acero, trabajando a tracción,
generó muchos problemas, ya que ocasionalmente se produjeron roturas que apa-
recían como fallos a tensiones bastante menores que los límites utilizables de los
aceros estructurales empleados. La causa de los fallos, fue un misterio para el es-
tado del conocimiento de la época y de hecho en la primera edición del tratado de
elasticidad de Love1, publicado en 1944, se indicaba que las condiciones de rotura
eran vagamente entendidas y consecuentemente los ingenieros aplicaban coefi-
cientes de seguridad de 10 o más en un intento de evitar este tipo de fallos.
El caso de la Industria Naval ha sido de particular interés en el desarrollo de
la Mecánica de Fractura, como consecuencia de la gran concentración de acci-
dentes acaecidos entre los años 40 y 50.
1 LOVE A.E.H., A Treatise on the Mathematical Theory of Elasticity. Dover Publications. New
York, 1944.
16
Como consecuencia de la necesidad urgente de buques, los astilleros nava-
les americanos, decidieron adoptar la técnica de fabricación, mucho más rápida,
de cascos de buque enteramente soldados, bajo la dirección de Henry Kaiser, un
famoso ingeniero, quien desarrolló un revolucionario procedimiento para la
construcción rápida de buques. Estos buques fueron conocidos con el nombre
de Liberty y se fabricaban mediante soldadura, como novedad frente a la tecno-
logía tradicional de construcción roblonada.
Se fabricaron en torno a 3000 buques Liberty y 500 petroleros T2, todos ellos
soldados. De los 4694 buques mercantes construidos durante la segunda guerra
mundial, 1289 presentaron roturas importantes, 233 presentaron roturas frágiles
graves y 12 de estos últimos se rompieron espectacularmente en dos partes.
La mayor parte de las fracturas en los Liberty empezaban en las escotillas
que presentaban importantes concentraciones de tensiones en situaciones límite
de esfuerzos cortantes. Se realizaron cambios en el diseño, produciéndose inme-
diatas reducciones en la incidencia de fallos. Muchas de las fracturas de los pe-
troleros T2 tenían localizado su origen en soldaduras a tope, de forma que se hi-
cieron cambios en el diseño, pero también se observaron importantes incidencias
atribuidas a la calidad del acero como factor primordial en la fractura frágil ob-
servada en los buques soldados.
Algunos de estos barcos se rompieron en los muelles, sin ninguna sobrecar-
ga, simplemente por la acción del frío. La Figura 1.1 representa la rotura del pe-
trolero Schenectady, ejemplo de una rotura que tuvo lugar una noche de invier-
no y de hecho las estadísticas de incidentes recogen entre los accidentes
ocurridos entre Octubre de 1941 y Mayo de 1942, 38 casos se produjeron en los
meses de invierno de Diciembre y Enero y solamente 20 casos en el conjunto de
los otros seis meses y uno de ellos solamente en los meses de Abril a Mayo.
Figura 1.1
Rotura del petrolero Schenectady
17
El acero en cuestión había sido adecuado por muchos años para la cons-
trucción de buques roblonados, pero no era adecuado para responder a las nue-
vas tecnologías de soldadura. En el año 1947 la sociedad naval de clasificación
American Bureau of Shipping (ABS) introdujo importantes restricciones en las
especificaciones de composición química de los aceros y en el año 1949, la so-
ciedad de clasificación inglesa Lloyds Register (LR) estableció la aprobación 2
previa del acero a utilizar en la construcción de buques, total o parcialmente
soldados.
Afortunadamente, gracias a todas estas medidas, este tipo de fallos se han
convertido en historia, aunque lógicamente se siguen produciendo en menor
medida. Entre 1960 a 1965 se han registrado 10 casos publicados, aparte de los
casos no publicados y más recientemente también se siguen produciendo, y
como ejemplo tenemos en la Figura 1.2 el buque MV Kurdistan, que se fracturó
en el año 1979, según el informe de la División Marina del LR, que informa
que en el período desde 1986 a 1995, solamente se han producido cinco inci-
dentes en los buques de más de 90 m de eslora, clasificados por LR, que corres-
ponde a una tasa de incidencias del 1 por 10.000.
Figura 1.2
Sección de rotura del MV Kurdistan (Lloyd’s Register)
2 When the main structure of ship in intended to be wholly or partially welded, the committee may
require parts of primary structural importance to be steel, the properties and process of manufacture of
which have been specially approved for this purpose. LR, 1949.
18
1.4.2. Accidentes Actuales
Actualmente los accidentes más importantes han acaecido en puentes, plata-
formas petrolíferas, oleoductos, recipientes a presión, turbogeneradores eléctri-
cos, fuselaje de aviones. Como ejemplo tenemos en la Figura 1.3 la fractura de
la chapa de aluminio del ala de una jet de pasajeros.
Figura 1.3
Fractura de la chapa del ala de un jet de pasajeros
19
Figura 1.4
Fallo en el tren de aterrizaje de un avión de pasajeros
como consecuencia de la fractura del eje
20
Griffith estableció un modelo de buena aplicación para materiales muy frá-
giles como el vidrio o las materiales cerámicos, pero no pudo aplicar su teoría a
los metales, ya que teniendo en cuenta que el trabajo de fractura proviene exclu-
sivamente de la energía superficial del material, el modelo de Griffith solamen-
te se puede aplicar a sólidos idealmente frágiles. La modificación del modelo de
Griffith tuvo que esperar más de 20 años para poder ser aplicada a los metales.
El nacimiento de la Mecánica de Fractura se debe a un grupo de investiga-
dores del Laboratorio de Investigación Naval de Washington D.C. que estudia-
ron el problema de la fractura en detalle. En los años 50, el Dr. G.R. Irwin lide-
ró este grupo de investigación, que después de estudiar los trabajos previos de
Griffith, Inglis y otros, desarrolló un importante trabajo para extender los postu-
lados de Griffith a los metales, incluyendo la disipación de energía local por
flujo plástico local.
Independientemente de Irwin, el investigador E. Orowan propuso una modi-
ficación similar a la teoría de Griffith y en el mismo periodo N. F. Mott exten-
dió la teoría de Griffith a la propagación rápida de grietas.
En el año 1956, Irwin desarrolla su concepto de la tasa de liberación de
energía, que se relaciona con la teoría de Griffith, pero de forma más útil para
resolver problemas de ingeniería. Varios colegas de Irwin llamaron su atención
sobre un trabajo de H. M. Westergaard, publicado bastantes años antes, en 1938,
que desarrollaba una técnica semi-inversa para analizar las tensiones y despla-
zamientos por delante de una grieta aguda. Irwin utiliza la aproximación de
Westergaard para mostrar que las tensiones y desplazamientos cerca del frente
de grieta pueden presentarse mediante una simple constante que está relaciona-
da con la tasa de liberación de energía. Este interesantísimo parámetro que ca-
racterizaba el frente de grieta resultó ser el que más tarde hemos conocido como
el factor de intensidad de tensiones.
Inmediatamente se produjeron varios éxitos en la aplicación de esta nueva
ciencia en el análisis de varias roturas catastróficas, particularmente en el año
1956 Wells utilizó la Mecánica de Fractura para explicar los fallos del fuselaje
de los aviones Comet, citados anteriormente, como resultado de grietas de fati-
ga que alcanzaban un tamaño crítico. La segunda aplicación notable de la Me-
cánica de Fractura tuvo lugar en General Electric en el año 1957; Winne y
Wundt aplicaron la tasa de liberación de energía de Irwin para explicar el fallo
de los rotores de grandes turbinas de gas, llegando incluso a prevenir la fractura
en los rotores existentes.
Como todas las grandes ideas, la Mecánica de Fractura no fue una excep-
ción y se produjo un cierto escepticismo y reticencias a la aceptación de sus
postulados por parte de ciertos sectores, países y algunos centros de enseñanza.
En 1960, P. C. Paris y sus colaboradores encontraron una gran oposición al
establecer una base para la aplicación de los principios de la Mecánica de Frac-
tura al análisis y estudio de la fatiga de los materiales, ya que los ingenieros de
diseño no estaban convencidos a abandonar las típicas curvas S-N para el dise-
ño de los componentes a fatiga. La oposición fue tan intensa que Paris y sus co-
legas no consiguieron encontrar una revista técnica cualificada que les permitie-
ra publicar su manuscrito, optando finalmente por su publicación en una revista
21
periódica de la Universidad de Washington titulada The Trend in Engineering.
La Figura 1.5 muestra una rotura por fatiga, que se nuclea y crece en el interior
de un cilindro de laminación, a partir de una inclusión no metálica.
Figura 1.5
Rotura por fatiga, que se nuclea en el interior de un cilindro de laminación,
a partir de una inclusión no metálica
22
En 1968 Rice desarrolla otro parámetro para caracterizar materiales con
comportamiento no lineal, idealizando la deformación plástica como elástica
no-lineal. De esta manera establece el parámetro conocido como Integral J,
evaluando a lo largo de un contorno arbitrario la tasa de liberación de energía
no-lineal.
Los trabajos de Wells fueron relegados al ostracismo hasta que en los años 70
la Industria Nuclear Norteamericana y particularmente Westinghouse decidieron
aplicar el estado del arte a la evaluación de los componentes críticos de la in-
dustria Nuclear y consecuentemente introdujeron la utilización de la Mecánica
de Fractura. El problema que tuvieron los investigadores Bebley y Landes en
1981 fue que los materiales utilizados en la industria Nuclear eran de extraordi-
naria tenacidad y resultaba prácticamente imposible su caracterización mediante
la MFEL, entre otras cosas por el tamaño exagerado de las probetas a utilizar.
Ante esta situación desempolvaron el trabajo de Rice, para caracterizar estos
materiales de alta tenacidad mediante la Integral J, con gran escepticismo por
parte de sus colegas. Sus experimentos fueron tan exitosos que la metodología
empleada se convirtió diez años después en la Norma ASTM para la determina-
ción del parámetro J.
La caracterización de la tenacidad es solamente un aspecto de la Mecánica de
Fractura; con objeto de aplicar la Mecánica de Fractura al diseño de componentes,
se debe establecer una relación matemática entre la tenacidad, el tamaño de grieta
y las tensiones. A pesar de que estas relaciones están bien establecidas para los
problemas elásticos, hasta el año 1976 Shih y Hutchinson no proporcionaron un
marco teórico que permitiera dar coherencia a un análisis del diseño basado en la
integral J. Unos años más tarde el Electric Power Research Institute (EPRI) publi-
có un libro de diseño, basado en la metodología de Shih y Hutchinson.
Gran Bretaña se encontraba dominada por el interés en el desarrollo de los
recursos petrolíferos del Mar del Norte y la caracterización fractográfica de
componentes, que trabajan con muy altas solicitaciones de seguridad, dadas las
características de bajas temperaturas y de situación geográfica de los ingenios
para la industria off-shore. En este contexto Wells, que había retornado de Esta-
dos Unidos, continuaba en la aplicación de su parámetro CTOD para el análisis
de estructuras soldadas. En el año 1971 F.M. Burdekin y M.G. Dawes aplicaron
algunas de las ideas de Wells y desarrollaron la curva de diseño con el paráme-
tro CTOD, que consiste en una metodología semi-empírica para las estructuras
de acero soldadas. En el mismo contexto la industria del petróleo Nórdica adop-
tó el parámetro CTOD como criterio de análisis y diseño en fractura, para sus
importantes explotaciones petrolíferas en el Mar del Norte.
Shih demostraría más tarde la relación entre la integral J y el parámetro
CTOD, estableciendo que ambos parámetros son igualmente válidos para la ca-
racterización de la fractura. Los ensayos basados en la integral J en Estados
Unidos y los que se han trabajado en Gran Bretaña, basados en CTOD, tienen
muchos aspectos en común y ambos parámetros se están aplicando actualmente
a lo largo del mundo de los materiales.
Aunque la mayor parte de los desarrollos y aplicaciones de la Mecánica de
Fractura se basaron en los materiales metálicos y preferentemente dentro de es-
23
tos en los aceros de uso estructural, el cuerpo de doctrina que se ha consolidado
en la comunidad ingenieril, se está comenzando a aplicar a los materiales poli-
méricos en los que el comportamiento en fractura tiene características propias
para incluir aspectos tan característicos de los plásticos como la viscoelastici-
dad y la viscoplasticidad.
Para terminar esta síntesis, sobre la reciente historia de los desarrollos de la
Mecánica de Fractura, es preciso comentar la enorme importancia que tiene ac-
tualmente el análisis por elementos finitos de los componentes estructurales con
las potentes herramientas informáticas de que disponemos. El análisis por ele-
mentos finitos ha confirmado muchos de los cálculos empíricos que se habían
desarrollado en los años 50 y 60 y nos permite analizar con rigor las situacio-
nes de cargas y geometrías complejas, que no sería posible analizar mediante
métodos simples, convirtiéndose en una herramienta de ingeniería, complemen-
taria de la Mecánica de Fractura, de gran interés para conocer con rigor los pun-
tos críticos de los componentes estructurales.
24
Tema 2
2.1. Introducción
25
en placas planas. Inglis analizó una placa plana con un agujero elíptico, de lon-
gitud 2a y de ancho 2b, a la que se le aplica una tensión perpendicular al eje
mayor de la elipse (Figura 2.1). Inglis asumió que el agujero no está influencia-
do por las condiciones de contorno de la placa; i.e. la anchura de la placa >> 2a
y la altura >> 2b.
Figura 2.1
Agujero elíptico de una placa plana
⎛ 2a ⎞
σ A = σ ⎜1 + ⎟ (2.1)
⎝ b ⎠
26
Cuando el eje mayor a, aumenta respecto a b, el agujero elíptico comienza a
tener la apariencia de una grieta aguda. Para este caso, Inglis encontró más con-
veniente que la expresión anterior (2.1) una nueva ecuación en función del radio
de curvatura ρ:
⎛ a ⎞
σ A = σ ⎜1 + 2 ⎟ (2.2)
⎝ ρ ⎠
donde:
b2
ρ = (2.3)
a
a
σA = 2 σ (2.4)
ρ
Inglis demostró que esta ecuación (2.4) da una buena aproximación para la
concentración de tensiones en una placa con una entalla que no es elíptica ex-
cepto en la punta.
Si aplicamos la ecuación (2.4) a una placa infinita con un radio ρ = 0 resul-
ta un valor de tensión infinito. Este resultado causó un alto grado de preocupa-
ción cuando se descubrió, ya que no existe un material capaz de soportar una
tensión infinita, de forma que un material que contiene una grieta aguda, teóri-
camente fallaría simplemente por la aplicación de una carga infinitesimal. Esta
paradoja animó a Griffith a desarrollar una teoría de la fractura basada en la
energía en vez de en la concentración de tensiones.
Supongamos una placa de grandes dimensiones (infinita) de espesor B, someti-
da a una tensión constante σ, que contiene una grieta pasante de longitud 2a (Figu-
ra 2.2). Griffith establece que para que esta grieta introducida en el sólido, cargado
elásticamente, aumente de tamaño, la energía potencial disponible para la propaga-
ción en la placa debe ser suficiente para superar a la energía superficial del mate-
rial, de forma que se establece un equilibrio entre la disminución de la energía
elástica almacenada en el cuerpo y el incremento de la energía superficial total,
como consecuencia de la formación de la superficie libre de la grieta, de forma que
la grieta existente crecerá y se producirá una fractura si la energía requerida para
propagar la grieta (suma del trabajo desarrollado por la tensión aplicada y la ener-
gía elástica liberada al extenderse la grieta) puede ser suministrada por el sistema.
Pasaremos a evaluar la disminución de energía elástica en una placa finita
con y sin grieta, en un material no dúctil, de las siguientes características: longi-
tud = L0; ancho = W; espesor = B y posteriormente extenderemos el estudio a
la placa plana infinita
27
Figura 2.2
Placa de grandes dimensiones (infinita), con una grieta pasante de tamaño 2a
P
rigidez ( stiffness); S =
δ
δ L0 ⋅ σ E 1 L0
flexibilidad (compliance); C = = = ⋅
P σ BW E BW
Figura 2.3
Energía elástica en una placa sin grieta sometida a una tensión σ
28
1 1
UE = ⋅Pδ = ⋅ (σ B W ) ⋅ L0 ⋅ ε
2 2
Energía elástica total: (2.5)
1 ⎛ σ⎞ σ2
UE = ⋅ (σ B W ) ⋅ ⎜ L0 ⋅ ⎟ = ⋅ B W L0
2 ⎝ E⎠ 2E
P
S = = rigidez menor
δc
δc 1 1 ⎡ 2 π a2 ⎤
C = flexibilidad = = ⋅ ⎢ L0 + ⎥
P E BW ⎣ W ⎦
Figura 2.4
Energía elástica en una placa con grieta sometida a una tensión σ
⎛ 2 π a2 ⎞
Deformación1; δ c = ε 0 ( L0 + L0′ ) = ε 0 ⎜ L0 + ⎟ (2.6)
⎝ W ⎠
29
Energía elástica total:
UE =
1
2
⋅ P δc =
1
2
[(
⋅ (σ B W ) ⋅ ε L0 + L0′ )]
σ ⎛ 2 π a2 ⎞ σ2 ⋅ B
UE =
1
2
⋅ (σ B W ) ⋅ ⎜ 0
E ⎝
L +
W ⎠
⎟ =
2E
[
⋅ W L0 + 2 π a 2 ]
(2.7)
σ2
UE =
2E
[
⋅ B W L0 + 2 π a 2 B ]
π σ2 ⋅ a2 ⋅ B
U E = U E ,sin fisura +
E
Figura 2.5
Evaluación de la energía superficial γs
Es = (2a · B) · 2 · γs (2.8)
30
Llamando entonces U0, a la energía del sólido sin grieta y U a la correspon-
diente al mismo cuerpo con grieta, el cambio energético total lo podemos expre-
sar como sigue:
π ⋅ σ2 ⋅ a2 ⋅ B
ΔU = U − U0 = − + 4 a B γs (2.9)
E
d ΔU
Condición de equilibrio energético durante la rotura: = 0 ; la energía
disponible se consume en propagar la grieta da
d ΔU 2 π ⋅ σ2 ⋅ a ⋅ B
= − + 4 B γs = 0 (2.10)
da E
σ2 π a 2 E γs
= 2 γs ⇒ σf = (2.11)
E πa
2 E γs
σf = ⋅ (2.12)
π a
⎛ 2π x ⎞
σ = σ c sen ⎜ ⎟ (2.13)
⎝ λ ⎠
31
Figura 2.6
Tensión necesaria para desunir los planos del enlace a una distancia x – x0, siendo x0 la
distancia de equilibrio para σ = 0, y l la longitud de la onda de la curva desplazamiento.
La fractura se produce para σ = σc
⎛ 2πx ⎞
σ = σc ⎜ ⎟ (2.14)
⎝ λ ⎠
x
σ = εE = E (2.15)
x0
Eλ
σc = (2.16)
2 π x0
E
σc ≈ (2.17)
π
32
La energía superficial puede estimarse de la siguiente forma:
λ/2
⎛ 2πx ⎞ λ
2 γs = ∫ σ c sen ⎜⎝ λ
⎟ dx = σ c
⎠ π
0
(2.18)
2 π γs
λ =
σc
σ c2 ⋅ x0
γs = (2.19)
E
a
σc = 2 σ (Inglis)
x0
4 a σ 2f
γs = (2.20)
E
1 E ⋅γs
σf = (2.21)
2 a
33
siones en su entorno, suficiente para sobrepasar la resistencia cohesiva del ma-
terial (fuerzas de enlace interatómicas), de forma que la ecuación de Griffith es
válida solamente para sólidos frágiles, Griffith obtuvo un buen compromiso en-
tre la resistencia a fractura experimental y los cálculos de su ecuación para el
caso de vidrios, cerámicas, pero su ecuación no puede interpretar el comporta-
miento de los metales, en los que la energía necesaria para su fractura resultó
ser varios órdenes de magnitud mayor que sus energías superficiales respecti-
vas. Ello se debe a que en estos casos la concentración de tensión, existente en
los frentes de grieta, crea una zona plástica de tamaño importante, de manera
que la ecuación que expresa la tensión de rotura debe corregirse, introduciendo
el término energético debido a la deformación plástica.
En el año 1948, Irwin y Orowan independientemente, modificaron la expre-
sión de Griffith para incluir el comportamiento plástico, la expresión revisada
sería la siguiente:
2 E (γ s + γ p )
σf = (2.22)
πa
2 E Wf
σf = (2.23)
πa
donde: Wf es la energía de fractura, que puede incluir los efectos plásticos, vis-
coelásticos o viscoplásticos, dependiendo del material. La energía de fractura
puede también estar influenciada por el serpenteo o por las ramificaciones que
aumentan la superficie. La Figura 2.7 muestra varios tipos de comportamiento
de materiales con la correspondiente energía de fractura.
Cuando aplicamos la ecuación (2.23) y obtenemos la tensión de rotura para
materiales que presentan deformación no-lineal es preciso tomar precauciones.
El modelo de Griffith, particularmente la 1.ª ecuación, que solo incluye γs, se
aplica solamente al comportamiento elástico lineal. Cualquier efecto no-lineal,
como la plasticidad, debe quedar limitado a una pequeña región cerca del borde
34
Figura 2.7
Propagación de la grieta en varios tipos de materiales,
con la correspondiente energía de fractura
35
de liberación de energía G, que es la medida de la energía disponible para la
propagación de un incremento de grieta da (Figura 2.8).
El incremento de longitud de la grieta a carga constante, se traduce en una
tensión constante; el trabajo suministrado al sistema se transforma en un incre-
mento de energía elástica UE y en energía consumida en la propagación UR
Figura 2.8
Incremento de longitud da de la grieta
dU = P ⋅ dδ 1
2
(
P δ c + dδ )− 1
2
Pδ c =
1
2
P ⋅ dδ
Figura 2.9
Esquema del cálculo de energía elástica y energía consumida en la propagación
36
Por lo tanto la energía consumida en la propagación será:
dU R = dU − dU E
1 1 (2.25)
dU R = P ⋅ dδ − P ⋅ dδ = P ⋅ dδ
2 2
Entonces:
⎡ σ2 ⎤ π ⋅ σ2 a
dU R = dU E = d ⎢ ( )
B ⋅ W ⋅ L0 + 2 π a 2 ⎥ = 2 B da (2.26)
⎣2E ⎦ E
dU R 1 dU R π ⋅ σ2 ⋅ a
G = = = (2.27)
dA 2B da E
π ⋅ σ2 ⋅ a
Tasa de liberación de energía G =
E
Resistencia a fractura del material R = 2 γs
G = R
π ⋅ σ2 ⋅ a 2 E γs (2.28)
= 2 ⋅ γs ⇒ σf =
E πa
37
Figura 2.10
Cálculo de la energía G, en el caso de incremento de la grieta a carga constante P
y a desplazamiento constante
dU R = dU − dU E
dU R 1 dU R (2.29)
G = =
dA B da
1 1 1 dδ
dU R = P ⋅ dδ ⇒ G = P (2.30)
2 B 2 da
δ
C = ⇒ δ = C⋅P ⇒ dδ = P ⋅ dC
P
(2.31)
P 2 dC
G = ⋅
2 B da
38
Esta expresión (2.31) es de gran importancia en la MFEL.
En el segundo caso, tenemos δ = cte y lo que se produce es una relajación
de la carga: P→ P – dP; en este caso:
1 1 ⎛ 1⎞ dP δ dP
dU R = 0 − dU E = − δ ⋅ dP ⇒ G = ⎜− ⎟ δ = − (2.32)
2 B ⎝ 2⎠ da 2 B da
P
S = ⇒ P = S⋅δ ⇒ dP = δ ⋅ dS
δ
(2.33)
δ 2 dS
G = − ⋅
2 B da
1 dS 1 dC
S = ⇒ = − 2
C da C da
(2.34)
δ2 1 dC P2 dC
G = ⋅ 2 ⋅ ⇒ ⋅
2B C da 2B da
39
Los valores de G se pueden presentar para los casos de pequeños espesores (ten-
sión plana) o de grandes espesores (deformación plana) en la placa plana infinita:
π ⋅ σ2 ⋅ a
Tensión plana: G =
E
π ⋅ σ2 ⋅ a
Deformación plana: G = (1 − ν2 ) ⋅
E
Figura 2.11
Diagramas esquemáticos de las curvas de fuerza motriz y de R
para dos materiales con distinto tipo de comportamiento
40
La condición de la grieta estable puede ser expresada por:
dG dR
G = R y ≤ (2.35)
da da
dG dR
Inestable G>R > (2.36)
da da
dG dR
Estable G>R < (2.37)
da da
Figura 2.12
Diagrama esquemático de la fuerza motriz y la curva R
que compara el control de la carga y el control del desplazamiento
41
valores de Gc diferentes para una curva R(a) dada, que por otro lado tampoco
es lineal ya que la mayor parte de los materiales presentan comportamiento
elasto-plástico.
Los materiales con una curva R creciente, pueden ser caracterizados por el
valor de G, que inicia el crecimiento de grieta. A pesar de que el valor de tena-
cidad en la iniciación no es normalmente sensible a la geometría estructural, sin
embargo, existen otros problemas con esta medida. En gran número de materia-
les es virtualmente imposible determinar el momento preciso en que se produce
la iniciación de la grieta; normalmente se necesita una definición ingenieril de la
iniciación, análoga a la definición de límite elástico convencional del 0,2% en
los ensayos de tracción. Otra limitación de la tenacidad de iniciación está en el
hecho de que solamente caracteriza el principio del crecimiento de grieta, sin
proporcionar información sobre la forma de la curva R.
42
estructura. En este caso una placa gruesa puede presentar una resistencia al creci-
miento de la grieta algo diferente que en una placa estrecha del mismo material.
Idealmente, la curva R, así como otras medidas de la tenacidad a fractura,
deben ser una propiedad solamente del material y no depender del tamaño y for-
ma del componente agrietado. Gran parte de la mecánica de fractura esta basada
en la asunción de que la tenacidad a fractura es una propiedad del material. No
obstante, pueden darse efectos de configuración y casi siempre ocurre esto; un
profesional de la mecánica de fractura debe tener en cuenta estos efectos y su
influencia potencial en la precisión del análisis.
2.7. Flexibilidad
43
Figura 2.13
Probeta con doble voladizo (DCB)
δ = A · P · a2
δ
C = = A ⋅ a2
P
P2 dC
G =
2B da
dC
= 2 Aa
da
P2 P2 A
G = ⋅ 2 Aa = ⋅a
2B B
44
A partir de la derivada de esta ecuación obtenemos la pendiente de curva de
la fuerza motriz en el control de la carga dada por:
⎛ dG ⎞ A P2 G
⎜ ⎟ = = cte = (línea recta)
⎝ da ⎠ P B a
δ
δ = A P a2 ; P =
A a2
P2 A δ2 A a δ2
G= a = ⋅ =
B A2 a 4 B A B a3
Figura 2.14
⎛ dG ⎞ 3 δ2 3 G
⎜ ⎟ =− =−
⎝ da ⎠ δ AB a 4
a
45
Por lo tanto, la fuerza motriz aumenta con el crecimiento de grieta en el
control de la carga y decrece en el control del desplazamiento. Para una curva R
plana, el crecimiento de grieta en el control de carga es siempre inestable, mien-
tras que el control del desplazamiento es siempre estable.
E G
Adicionalmente, si tomamos K I = ; tenemos:
1 − υ2
K I = A1 ⋅ P a
K I = A2 ⋅ δ ⋅ a −1, 5
46
Tema 3
3.1. Introducción
a
σA = 2 σ
ρ
(2.4)
⎛ 1⎞
σi = f ⎜ ⎟
⎝ ρ⎠
47
Condición de tensión plana: σz = τxz = τyz = 0
Condición de deformación plana: εz = 0 ; σz = ν(σx + σy)
∂σ x ∂τ xy ∂σ y ∂τ xy
+ = 0, + = 0, (3.1)
∂x ∂y ∂y ∂x
∂u ∂v ∂u ∂v
εx = , εy = , γ xy = + (3.2)
∂x ∂y ∂y ∂x
Eε x = σ x − vσ y , Eε y = σ y − vσ x , μγ xy = τ xy (3.3)
∂2 Ψ ∂2 Ψ ∂2 Ψ
σx = , σy = , τ xy = − (3.4)
∂y 2 ∂x 2 ∂x∂y
(
∇2 ∇2 Ψ = 0 ) (3.6)
48
En general un problema tensional plano en elasticidad lineal puede resolver-
se encontrando una función de tensión Ψ que satisfaga la ecuación (3.6). Tam-
bién, las tensiones calculadas a partir de la ecuación (3.4) deben satisfacer las
condiciones de contorno del problema. La función de tensiones para un proble-
ma particular debe ser estimada sobre la base de una experiencia.
Figura 3.1
Tensiones cerca del fondo de una grieta, en un material elástico
49
La teoría de la elasticidad permite obtener el estado de tensiones existente
en un elemento dxdy de la placa, situado delante de la grieta, en una posición
genérica (r,θ).
⎛ a⎞ a
σ ij = σ ⋅ f1 ⎜ ⎟ ⋅ f2 (θ) ⇒ σ ij = kσ ⋅ f2 (θ) (3.7)
⎝ r⎠ r
a
σ ij = σ ⋅ fij (θ) (3.8)
2r
Figura 3.2
Modos de deformación de grieta (Norma UNE 7540:1998)
50
plano de la grieta y los labios de esta se mueven en dirección paralela el modo
de crecimiento de grieta es de desgarramiento y se denomina Modo III. La su-
perposición de los modos descritos describe el caso general de tensiones de un
sólido. El Modo I es técnicamente el más importante y las discusiones se cen-
tran generalmente en este Modo I de fractura. El Modo II, menos frecuente, se
produce cuando tenemos grietas sobre planos que forman ángulos de 90º y fi-
nalmente el Modo III aparece en barras con grietas que están sometidas a es-
fuerzos de torsión.
Irwin obtuvo en 1951 las siguientes expresiones, para los distintos modos de
fractura que se que se indican a continuación, referidas al Modo I de fractura en
placa plana infinita con grieta pasante:
Modo I
KI ⎛ θ⎞ ⎡ ⎛ θ⎞ ⎛ 3θ ⎞ ⎤
σ xx = cos ⎜ ⎟ ⎢1 − sen ⎜⎝ ⎟⎠ sen ⎜⎝ ⎟⎥
2πr ⎝ 2⎠ ⎣ 2 2 ⎠⎦
KI ⎛ θ⎞⎡ ⎛ θ⎞ ⎛ 3θ ⎞ ⎤
σ yy = cos ⎜ ⎟ ⎢1 + sen ⎜ ⎟ sen ⎜ ⎟
2πr ⎝ 2⎠⎣ ⎝ 2⎠ ⎝ 2 ⎠ ⎥⎦ (3.9)
KI ⎛ θ⎞ ⎛ θ⎞ ⎛ 3θ ⎞
τ xy = cos ⎜ ⎟ sen ⎜ ⎟ cos ⎜ ⎟
2πr ⎝ 2 ⎠ ⎝ 2 ⎠ ⎝ 2 ⎠
⎛ θ⎞
( )
Deformación plana (D.P.): σ zz = ν σ xx + σ yy = 2 ν
KI
2πr
cos ⎜ ⎟
⎝ 2⎠
τxz = τyz = 0
KI r ⎛ θ⎞ ⎡ 2 ⎛ θ ⎞⎤
ux = cos ⎜ ⎟ ⎢κ − 1 + 2 sen ⎜⎝ ⎟⎠ ⎥
2μ 2π ⎝ 2⎠ ⎣ 2 ⎦
Desplazamientos: (3.10)
K r ⎛ θ⎞⎡ ⎛ θ ⎞⎤
uy = I sen ⎜ ⎟ ⎢κ + 1 − 2 cos2 ⎜ ⎟ ⎥
2μ 2π ⎝ 2⎠⎣ ⎝ 2 ⎠⎦
E
Donde: μ es módulo de cortadura =
2 ( 1 + ν)
κ = 3 − 4 ν (deformación plana)
κ=
(3 − ν ) (tensión plana)
( 1 + ν)
51
Cada uno de los diferentes modos de fractura tiene diferentes expresiones
para σij:
KI
σ ijI = fijI (θ)
2πr
K II
σ ijII = fijII (θ) (3.11)
2πr
K III
σ ijIII = fijIII (θ)
2πr
Figura 3.3
Resultado del estado de tensiones en el borde de la grieta para θ = 0º
52
frente de la grieta, superarán el límite elástico del material (si este es metálico o
polimérico) y se producirá una plastificación de esta zona.
Nótese que cada componente de la tensión, en las ecuaciones (3.9), es pro-
porcional a un parámetro KI. Este parámetro se llama Factor de Intensidad de
Tensiones, y caracteriza completamente las condiciones, tensionales y deforma-
cionales, del fondo de grieta en un material elástico lineal. Para los Modos de
fractura II y III también se presentarán los factores de intensidad de tensiones
KII y KIII, en placa plana infinita con grieta pasante siguientes:
Modo II
K II ⎛ θ⎞ ⎡ ⎛ θ⎞ ⎛ 3θ ⎞ ⎤
σ xx = − sen ⎜ ⎟ ⎢2 + cos ⎜⎝ ⎟⎠ sen ⎜⎝ ⎟⎥
2πr ⎝ 2⎠ ⎣ 2 2 ⎠⎦
K II ⎛ θ⎞ ⎛ θ⎞ ⎛ 3θ ⎞
σ yy = sen ⎜ ⎟ cos ⎜ ⎟ cos ⎜ ⎟ (3.13)
2πr ⎝ 2 ⎠ ⎝ 2 ⎠ ⎝ 2 ⎠
K II ⎛ θ⎞ ⎡ ⎛ θ⎞ ⎛ θ ⎞⎤
τ xy = cos ⎜ ⎟ ⎢1 − sen ⎜⎝ ⎟⎠ sen ⎜⎝ ⎟⎠ ⎥
2πr ⎝ 2⎠ ⎣ 2 2 ⎦
K II r ⎛ θ⎞⎡ ⎛ θ ⎞⎤
ux = sen ⎜ ⎟ ⎢κ + 1 + 2 cos2 ⎜ ⎟ ⎥
2μ 2π ⎝ 2⎠⎣ ⎝ 2 ⎠⎦
Desplazamientos: (3.14)
K r ⎛ θ⎞⎡ ⎛ θ ⎞⎤
uy = II cos ⎜ ⎟ ⎢κ − 1 − 2 sen 2 ⎜ ⎟ ⎥
2μ 2π ⎝ 2⎠⎣ ⎝ 2 ⎠⎦
Modo III
K III ⎛ θ⎞
τ xx = sen ⎜ ⎟
2πr ⎝ 2⎠
(3.15)
K III ⎛ θ⎞
τ yzx = cos ⎜ ⎟
2πr ⎝ 2⎠
K III r ⎛ θ⎞
Desplazamientos: uz = sen ⎜ ⎟ (3.16)
μ 2π ⎝ 2⎠
53
Posteriormente se demostró que estas expresiones, obtenidas en placas pla-
nas infinitas con grieta pasante, eran aproximadamente generalizables a otras
configuraciones geométricas, agrupando hacia los factores de intensidad de ten-
siones, KI, KII, KIII todas las variaciones asociadas a la geometría.
Si asumimos que el material falla localmente como consecuencia de una
combinación crítica de tensión y deformación en Modo I, quiere decir que la
fractura se producirá para un valor crítico de intensidad de tensiones KIC, de for-
ma que KIC es una medida alternativa de la tenacidad a fractura del material.
Para una placa plana de tamaño infinito (∞) en Modos I y II, el factor de in-
tensidad de tensiones está dado por:
KI = σ πa
(3.17)
K II = τ πa
π ⋅ σ2 ⋅ a K I2
TP G = ⇒ G = (3.18)
E E
π ⋅ σ2 ⋅ a K I2
DP G = ⇒ G = (3.19)
E E′
E E
donde E ′ = y en metales E ′ =
(1 − ν2 ) 0, 9
La análisis de la Mecánica de Fractura, tanto de la energía como la intensi-
dad de tensiones, son esencialmente equivalentes para los materiales elástico li-
neales con validez general según demostró Irwin:
K I2 K II2 2
K III
G = + + (3.20)
E′ E′ 2μ
54
3.3.2. Placa Finita
Las grietas en placas planas son de gran interés práctico, pero para estos ca-
sos no existen siempre soluciones exactas. Estos problemas tienen dificultades
debido a las condiciones de contorno. Se puede obtener una solución aproxima-
da para una banda de tamaño finito cargada con una tensión y que contiene una
grieta en el borde o una grieta central.
Figura 3.4
Placa infinita con grietas alineadas
1
⎛ W πa⎞
2
KI = σ πa ⎜ tan ⎟ (3.21)
⎝ πa W ⎠
55
aproximada para la banda de tamaño finito. Si observamos la ecuación (3.21)
vemos que se transforma en KI = σ Îπ a si a/W se aproxima a cero. Esto signifi-
ca que la banda de tamaño finito se comporta como una placa infinita si las
grietas son pequeñas.
Figura 3.5
Tensiones en los bordes de una banda cortada
de una placa infinita con grietas alineadas
KI = Y σ a ó KI = β σ π ⋅α (3.22)
πa
KI = σ π a ⋅ sec (3.23)
W
56
Figura 3.6
Factores para una placa finita agrietada en el centro
K I = 1, 12 σ πa (3.24)
57
Tabla 3.1
Factores para el cálculo de K de diversas geometrías comunes
KI = Y σ πa
1/ 2
⎛ W πa ⎞
Y = ⎜ tan ⎟ ; a = 0 → KI = σ π a ; a = W
2 → K I es muy grande
⎝ πa W ⎠
πa ⎛ a2 a4 ⎞
Y = sec ⎜1 − 0, 025 + 0, 06 ⎟
W ⎝ W2 W4 ⎠
Probeta de flexión
⎡ a ⎛ a ⎞⎛ a a2 ⎞ ⎤
⎢ 1, 99 − ⎜1 − ⎟ ⎜ 2, 15 − 3, 93 + 2, 7 ⎟ ⎥
P 3 s a ⎢ W⎝ W ⎠⎝ W W2 ⎠ ⎥
KI = ⋅
B W 2 W W ⎢ ⎛ a ⎞⎛ a ⎞
3/ 2 ⎥
⎢ ⎜1 + 2 ⎟ ⎜1 − ⎟ ⎥
⎢⎣ ⎝ W ⎠⎝ W ⎠ ⎥⎦
Probeta compacta
a
2+
P W ⎡ a a2 a3 a4 ⎤
KI = ⋅ 3 / 2 ⎢0, 866 + 4, 64 − 13, 32 + 14, 72 − 5, 60 ⎥
B W ⎛ a ⎞ ⎣ W W2 W3 W4 ⎦
⎜1 − ⎟
⎝ W ⎠
λ s ⋅ f ( Q)
KI = σ πa
Q
1, 65
⎛ a⎞
Q = 1 + 1, 464 ⎜ ⎟
⎝ c⎠
⎡ ⎛ a ⎞⎤
[
λ s = ⎢1, 13 − 0, 09⎜ ⎟ ⎥ 1 + 0, 1 (1 − sen Φ)
⎣ ⎝ c ⎠⎦
2
]
1/ 4
⎡ ⎛ a⎞
2
⎤
f (Φ) = ⎢sen 2 Φ + ⎜ ⎟ cos Φ ⎥
⎢⎣ ⎝ c ⎠ ⎥⎦
58
3.3.3. Principio de Superposición
Para los materiales con comportamiento elástico-lineal, las componentes de
tensión, deformación y desplazamiento son sumatorias. Por ejemplo, dos tensio-
nes normales en la misma dirección X debidas a diferentes fuerzas externas se
pueden sumar para obtener la tensión total σxx, pero una tensión normal no se
puede sumar con una tensión de cortadura. De la misma manera los factores de
intensidad de tensiones se pueden sumar siempre que el modo de fractura sea el
mismo, es decir:
K Itotal = K IA + K IB + K IC + . . . .
pero
Ktotal ≠ K I + K II + K III
Figura 3.7
Ejemplo del principio de superposición
59
una placa con grieta que tiene unas fuerzas σ distribuidas en sus extremos (d).
Por lo tanto:
K Ic + K Id = K Ib = 0 ó K Id = − K Ic = − σ π a (3.25)
KI = p π a (3.26)
Figura 3.8
Grieta con fuerzas en cuña
P a+x P a−x
K IA = ; K IB = (3.27)
πa a−x πa a+x
donde KIA y KIB son los factores de intensidad de tensiones para los extremos A
y B respectivamente. Para una fuerza localizada en el punto x = 0 las ecuacio-
nes se reducen a:
P
K IA , B = (3.28)
πa
60
teniendo en cuenta que P es la fuerza por unidad de espesor, tenemos que el fac-
tor de intensidad de tensiones decrece a medida que aumenta el tamaño de grie-
ta. Esto último introduce la posibilidad de que la grieta, que comienza cuando
KIA = KIC se pare después de crecer hasta un tamaño en que la intensidad de ten-
siones es menor que KIC.
Figura 3.9
Grieta originada en un agujero de remache
K Ia = K Ib + K Ic − K Id (3.29)
σ W
K Ia =
1
2
(K Ib )
+ K Ic =
1
2
σ πa +
2 πa
⎡1 + W ⎤ (3.30)
πa P πa ⎡ 1 1 ⎤
K Ia = σ πa ⎢ ⎥ = ⎢ + ⎥
⎢ 2 ⎥ 2 ⎣W πa⎦
⎣ ⎦
W
y curiosamente, si a = , lo cual es posible, como caso particular, resulta fi-
π
nalmente
P
K Ia = σ π a = πa (3.31)
W
61
3.4. La plasticidad en el frente de la grieta
Figura 3.10
Estimación simple de la zona plástica
62
En el caso de tensión plana con σzz = 0, cuando θ = 0, las ecuaciones de
tensión del campo elástico se simplifican en:
KI
σ xx = σ yy =
2 π rp* (3.32)
σ zz = τ xy = τ yz = τ zx = 0
como todas las componentes de cortadura a lo largo de θ = 0, son cero, σxx, σyy
y σzz son las tensiones principales. En este caso, tanto la tensión tangencial de
cortadura de Tresca, como la de octaédrica de Von Mises son iguales, de forma
que la distancia rp* se puede calcular como:
2
KI 1 ⎛ KI ⎞
σ ys = ⇒ rp* = ⎜ ⎟ Tensión plana (3.33)
2 π rp* 2 π ⎝ σ ys ⎠
2
1 KI 1 ⎛ KI ⎞
σ ys = ⇒ rp* = ⎜ ⎟ Deformación plana (3.34)
3 2 π rp* 6 π ⎝ σ ys ⎠
63
desplazamientos son mayores y la rigidez es menor que en el caso elástico. En
otras palabras, la placa se comporta como si tuviera una grieta de tamaño ligera-
mente mayor. El tamaño efectivo de la grieta aeff, es igual a a+δ, es decir el ta-
maño físico a más una factor de corrección δ que se puede calcular fácilmente.
Figura 3.11
Segunda estimación de la zona plástica
KI a+δ σ 2 (a + δ)
σ ys = =σ ⇒ λ = ≈ rp* (3.35)
2πλ 2λ 2 σ 2ys
λ ⎡ λ a+δ ⎤
δ ⋅ σ ys = ∫0 σ yy dr − σ ys ⋅ λ = ⎢ ∫ 0 σ dr ⎥ − σ ys ⋅ λ (3.36)
⎣ 2r ⎦
64
Despreciando δ en comparación con a y usando la ecuación 3.33 se deduce
que:
2 σ2 a *
(δ + r ) ⋅ σ
*
p ys = σ 2 a rp* ⇒ (δ + r )
* 2
p =
σ 2ys
rp = 4 rp*2 (3.37)
2
1 ⎛ KI ⎞
rp = 2 rp* = ⎜ ⎟ Tensión plana (3.39)
π ⎝ σ ys ⎠
Figura 3.12
Corrección de Irwin de la zona plástica
65
Si la corrección de la zona plástica se aplica consistentemente, es necesario rea-
lizar una corrección del factor de intensidad de tensiones KI:
⎛ K I2 ⎞
(
K I = C σ π a + rp* ) = C σ π ⎜a + ⎟
2 π σ 2ys ⎠
(3.40)
⎝
4σ
COD = 2 v = a2 − x 2 (3.41)
E
4σa
CODmax = (3.42)
E
66
Figura 3.13
Desplazamiento de la abertura de grieta
Figura 3.14
El modelo de Dugdale
Dugdale considera, de la misma manera que Irwin, que la grieta es más lar-
ga que la longitud física, como en la Figura 3.14. Los extremos de la grieta, ρ, a
continuación de la grieta física, soportan la tensión elástica σys, que tiende a ce-
rrar la grieta. Téngase en cuenta que la parte de la grieta ρ no está realmente
agrietada y por lo tanto el material puede todavía soportar la tensión del límite
elástico, El tamaño de ρ es tal que la singularidad de la tensión desaparece: K
tiene que ser cero. Esto significa que el factor de intensidad de tensiones Kσ de-
bido a la tensión uniforme σ, debe estar compensado por el factor de intensidad
de tensiones Kρ debido a las fuerzas de cuña σys:
Kσ = –Kρ (3.43)
67
Figura 3.15
Fuerzas de apertura de la grieta aplicadas a una distancia x desde el centro
P a+x P a−x
KA = y KB = (3.44)
πa a−x πa a+x
p a⎧
⎪ a+x a−x ⎫⎪
K =
πa
∫ s ⎨⎪ + ⎬ dx (3.45)
⎩ a−x a+x ⎭⎪
a s
K = 2p arccos (3.46)
π a
a+ρ a
Kρ = 2 σ ys arccos (3.47)
π a+ρ
De acuerdo con la ecuación 3.41 este factor de intensidad de tensiones debe ser
igual a Kσ que es: Kσ = σ π ( a + ρ) . De forma que ρ puede ser determinado
a partir de la ecuación 3.45 como:
a π σ
= cos (3.48)
a + ρ 2 σ ys
68
Despreciando los términos de orden menor en la serie de Taylor del coseno,
a partir del tercero, se deduce el valor de ρ como:
2
π2 σ2 a π ⎛ KI ⎞
ρ = = ⎜ ⎟ (3.49)
8 σ 2ys 8 ⎝ σ ys ⎠
para σ << σys. Nótese la similitud entre las ecuaciones 3.39 y 3.49; ya que
1/ π = 0,318 y π/8 = 0,392, las correcciones de Irwin y de Dugdale plantean ta-
maños de zona plástica similares.
Un camino para estimar el factor de intensidad de tensiones efectivo, con el
modelo propuesto, consiste en igualar aeff igual a a + ρ:
⎛ πσ ⎞
Keff = σ π a sec ⎜ ⎟ (3.50)
⎝ 2 σ ys ⎠
8 ⎛ πσ ⎞
Keff = σ ys πa ln sec ⎜ ⎟ (3.51)
π2 ⎝ 2 σ ys ⎠
69
Figura 3.16
Comparación de las correcciones de la zona plástica
[(σ ]
1
1
− σ 2 ) + ( σ 2 − σ 3 ) + ( σ 3 − σ1 )
2 2 2 2
σe = 1 (3.52)
2
70
donde σe es la tensión efectiva, y σ1, σ2, σ3 son las tensiones normales principa-
les. Utilizaremos el criterio de Von Mises, más adaptable a este caso, según el
cual la plastificación se produce cuando σe = σys, límite elástico uniaxial. Para
las condiciones de tensión plana y deformación plana, las tensiones principales
se pueden calcular a partir del círculo de Mohr.
1/ 2
KI σ xx + σ yy ⎡⎛ σ xx − σ yy ⎞ 2 ⎤
σ ij = fij (θ) ⇒ σ1 , σ 2 = ± ⎢⎜ ⎟ + τ xy ⎥
2
(3.53)
2πr 2 ⎢⎣⎝ 2 ⎠ ⎥⎦
Tensión plana: σ3 = 0
Deformación plana: σ 3 = ν ( σ1 + σ 2 )
KI ⎛ θ ⎞⎡ ⎛ θ⎞ ⎤
σ1 = cos ⎜ ⎟ ⎢1 + sen⎜ ⎟ ⎥
2πr ⎝ 2 ⎠ ⎢⎣ ⎝ 2 ⎠ ⎥⎦
KI ⎛ θ ⎞⎡ ⎛ θ⎞ ⎤
σ2 = cos ⎜ ⎟ ⎢1 − sen⎜ ⎟ ⎥
2πr ⎝ 2 ⎠ ⎣⎢ ⎝ 2 ⎠ ⎦⎥ (3.54)
σ3 = 0 Tensión plana
2 ν KI ⎛ θ⎞
σ3 = cos ⎜ ⎟ Deformación plana
2πr ⎝ 2⎠
2
1 ⎛ KI ⎞ ⎡ 3 ⎤
ry (θ) = ⎜ ⎟ ⎢1 + cos θ + sen 2 θ⎥ Tensión plana
4 π ⎝ σ ys ⎠ ⎣ 2 ⎦
2
(3.55)
1 ⎛ KI ⎞ ⎡ 3 ⎤
ry (θ) = ⎟ ⎢(1 − 2 ν) (1 + cos θ) +
2
⎜ sen 2 θ⎥ Deformación plana
4 π ⎝ σ ys ⎠ ⎣ 2 ⎦
71
Figura 3.17
Forma de la zona plástica de acuerdo con el criterio de Von Mises
Figura 3.18
Formas de la zona plástica para los Modos II y III
Nótese la diferencia, para el tamaño y forma de las zonas plásticas del Modo I,
entre la tensión plana y deformación plana. En la condición de deformación plana
resulta una zona plástica menor para un valor dado de intensidad de tensiones KI.
Recordemos que estamos considerando un material con comportamiento elasto-
plástico perfecto y por lo tanto las ecuaciones 3.55 no son rigurosamente exactas. Si
usamos un metal real con una relación en el campo plástico de Ramberg-Osgood:
n
ε σ ⎛ σ ⎞
= + α⎜ ⎟ (3.56)
ε0 σ0 ⎝ σ0 ⎠
72
0,35
r
2 0,25
1 KI n: 5
0,15 10
p sys
50
0,05
0,05
0,15
0,25
0,35
Figura 3.19
Efecto del endurecimiento en la zona plástica, Modo I
donde ε0, σ0, α y n son constantes del material, entonces la forma varía un poco
en función del exponente n. Dods et al. han analizado materiales con valores de
n = 5, 10 y 50 que corresponden a altos, medios y bajos coeficientes de endure-
cimiento (elasto-plástico perfecto, n = ∞). En la Figura 3.19 se presenta el efecto
del coeficiente de endurecimiento en la zona plástica para el Modo I en defor-
mación plana, obtenido por elementos finitos. Un valor mayor del coeficiente
de endurecimiento da origen a una zona plástica menor, ya que el material en la
zona plástica es capaz de soportar mayores tensiones, y por lo tanto se necesita
menor redistribución de tensiones.
En una placa plana infinita sin grietas el estado tensional es siempre de ten-
sión plana, independientemente de su espesor, para el caso de carga uniaxial
aquí estudiado. Incluso en el caso de que exista una condición de deformación
plana en el interior de una placa, siempre tendremos tensión plana en la super-
ficie. Las tensiones, perpendiculares a la superficie exterior no existen y por
los tanto σz = σ3 = 0 en la superficie. Si tenemos una condición de deforma-
ción plana en el interior, la tensión σ3 crece gradualmente desde 0 (en la super-
ficie) hasta el valor de deformación plana en el interior. Consecuentemente la
zona plástica disminuye gradualmente desde la zona de tensión plana en la su-
perficie hasta la zona del interior de deformación plana, como se puede ver en
la Figura 3.20.
73
Figura 3.20
Zona plástica tridimensional
Figura 3.21
Tamaño de la zona plástica y estado de tensiones a. Zona plástica del orden del espesor;
b. Zona plástica pequeña; c. Estado intermedio entre los anteriores
74
En la Figura 3.22 podemos ver la variación esquemática de tensión y defor-
mación transversales en función del espesor, en un punto próximo al frente de la
grieta, en estado tensional elástico, siendo σz = ν (σxx + σyy). Si el punto se en-
cuentra dentro de la zona plástica, su estado tensional en dirección Z será, según
la conservación de volumen, σz = 0,5 (σxx + σyy).
Figura 3.22
Variación esquemática de la tensión y deformación transversales en función del espesor,
en un punto próximo al frente de grieta, que se encuentra en estado tensional elástico
75
Figura 3.23
Círculos de Mohr de la tensión plana
y deformación plana
76
Figura 3.24
Modelos de deformación en borde de grieta
en tensión plana y deformación plana
volumen depende del estado de tensión existente, y éste a su vez del espesor,
resulta que la tenacidad a fractura varía con el espesor de la chapa, como se
puede ver en la representación gráfica de la Figura 3.25.
77
Figura 3.25
Tenacidad en función del espesor
78
fluencia despreciable sobre el comportamiento global. Como el tamaño de la
2
⎛ ⎞
zona plástica es proporcional a ⎜ K I ⎟ resulta necesario utilizar un alto espesor
⎝ σ ys ⎠
para asegurar el estado de deformación plana en un material con bajo límite elás-
tico y alta tenacidad a fractura. Basándonos en observaciones experimentales del
comportamiento en fractura, en acero y aluminio, y en la utilización de análisis
por elementos finitos, se acepta con carácter general que para cumplir las con-
diciones de deformación plana el espesor debe satisfacer la relación B > 40 rp
2
⎛ K ⎞
en deformación plana que equivale a B > 2 ⎜ I ⎟ , aunque en realidad la
⎝ σ ys ⎠
condición de espesor en deformación plana suele ser3:
2
⎛ K ⎞
a ≅ B ≅ (W − a) ≥ 2, 5 ⎜ I ⎟ (3.57)
⎝ σ ys ⎠
en tanto que la tensión plana debe satisfacer la relación B < 2,5 rp que equivale
2
⎛ K ⎞
a B < 0, 4 ⎜ I ⎟ , aunque se suele aceptar:
⎝ σ ys ⎠
2
⎛ K ⎞
a ≅ B ≅ (W − a ) < 1 ⎜ I ⎟ (3.58)
⎝ σ ys ⎠
está normalizada por American Society for Testing and Materials (ASTM).
79
ocurre sobre los planos donde operan los esfuerzos cortantes máximos (véase
Figura 3.22). Por el contrario, cuando ensayamos el material en condiciones de
deformación plana (rp << B) el plano de fractura yace entre los dos planos don-
de opera el cortante máximo (véase Figura 3.24), dando lugar a una superficie de
fractura plana y perpendicular a la dirección del esfuerzo aplicado.
Consideremos cuatro grupos de espesores B1, B2, B3, B4. Todos los grupos
tienen la misma longitud de grieta y están solicitados con las misma tensión σ,
por lo tanto las intensidades de tensiones son las mismas. Consecuentemente,
las zonas plásticas en los grupos tienen las mismas medidas, tal como se presen-
ta en la Figura 3.26. Las áreas rayadas de cada grupo representan las zonas plás-
ticas de cada probeta.
Figura 3.26
Resistencia residual en función del espesor
En los grupos B2, B3, B4 la altura de la zona plástica es todavía más pequeña
que el espesor, lo que significa que la plastificación en la dirección del espesor
no puede realizarse libremente, ya que está restringida por el material elástico
que le rodea. La deformación en la dirección el espesor es cero, i.e. existe un
estado de deformación plana. En el grupo B1 la zona plástica es igual que el es-
pesor y la plastificación en la dirección del espesor no está restringida, lo que
80
significa que en este grupo B1 se puede desarrollar un estado de tensión plana
completo, y la zona plástica será mayor que en los demás grupos.
El aumento de tensión a σ2 causará el fallo en el grupo B4, porque las defor-
maciones y tensiones son suficientemente grandes. El grupo B3 en la misma si-
tuación que el grupo B4, y no ha fallado, debido al efecto de las regiones de ten-
sión plana (menor tensión en el frente de grieta) que existen cerca de la
superficie de la probeta y que tienen una influencia relativa en este grupo de
menor espesor que el B4. El grupo B2 está también en la misma situación, pero
este grupo tiene un espesor casi igual que el tamaño real de la zona plástica, lo
que implica que en este grupo B2 se desarrolla un estado de tensión plana. Un
aumento de la tensión genera el fallo del grupo B3 a una tensión σ3. A σ4 las de-
formaciones en el frente de grieta en el grupo B1 son tan grandes que se también
se produce el fallo; el grupo B2 sin embargo no falla, porque las deformaciones
en el grupo B1 son mayores que en el grupo B2 desde la tensión σ1 y por lo tanto
las deformaciones del grupo B2 no son todavía suficientes para la fractura, aun-
que las tensiones son aproximadamente las mismas que en el grupo B1. El fallo
de B2 todavía precisa de un incremento de la tensión hasta σ5.
Los grupos con mayores espesores que el B4 se comportan de forma similar
al B4, y fallan a niveles de tensión σ2. Esta es la región de la deformación plana,
que permite validar el valor de KIC obtenido. La máxima resistencia residual se
alcanza por el grupo que desarrolla un estado completo de tensión plana, preci-
samente a los niveles de tensión a los cuales fallan los grupos de deformación
plana, i.e. B = rpIc. Los grupos más delgados tienen deformaciones más altas y
fallan a menores valores de tensión externa.
81
Tema 4
Metodología Experimental
4.1. Introducción
83
aplicada, sería apropiada para la determinación experimental de KIC siempre
que al alcanzarse la carga crítica de propagación de la grieta se cumplieran las
condiciones de deformación plana y que el análisis elástico lineal de tensio-
nes, siguiera siendo aplicable. La experiencia acumulada, como consecuencia
de la aplicación de la Norma ASTM, permite asegurar que si se siguen sus re-
comendaciones, que pueden parecer muy tediosas, esas condiciones se dan en
el ensayo y el valor de KIC obtenido es verdaderamente una propiedad del ma-
terial.
Las Normas indicadas sugieren distintos tipos de probetas, siendo las más
utilizadas las probetas de flexión y la probeta compacta, cuyas formas y dimen-
siones pueden verse en la Figura 4.1. El método de ensayo con estas probetas
consiste en el plegado (con tres puntos de apoyo), para la probeta de flexión y la
tracción, para la probeta compacta.
Las probetas deben tener una grieta lo más perfecta posible, de dimensión
nominal, B = a = W/2 previa al ensayo. Esta grieta «a medida» se genera por un
proceso de fatiga sometiendo la probeta a carga variable de tracción o flexión,
carga que no debe superar unos ciertos límites. Con objeto de asegurar que el
agrietamiento por fatiga va a producirse en el lugar correcto, las probetas con-
tienen una entalla mecanizada, previamente a la fatiga.
Durante el ensayo a fractura, ha de obtenerse un registro continuo de la car-
ga, P, en función de la abertura de la entalla, V. La carga mínima que da lugar a
una extensión significativa medible de la grieta (determinada a partir del diagra-
ma carga-apertura de la entalla) se considera la carga crítica y el KIC se calcula a
partir de esta carga.
La validez del valor KIC determinado ha de comprobarse a posteriori; el ta-
maño de probeta empleado debe ser superior a un tamaño mínimo función del
KIC del material y de su límite elástico; la validez de un ensayo no puede pues
garantizarse de antemano aun cuando se cumplan rigurosamente todas las ins-
trucciones previas al ensayo contenidas en la Norma: geometría de la probeta,
agudeza, tamaño y orientación de la grieta, velocidad de carga, etc.
Como se ve en la Figura 4.1, el valor nominal de la longitud de la grieta,
a, es igual al espesor de las probetas, B, mitad de la anchura, W (0.45 a 0,55
W, B = 0,5 W). La carga de la probeta de tracción, compacta, se hace a través
de pasadores, con mordazas de horquilla, que permiten la rotación de la pro-
beta durante la carga.
Los apoyos de la probeta de flexión están separados S = 4W y la carga se
aplica en el punto medio, en el lado opuesto a la entalla. El esfuerzo de carga y
las reacciones en los apoyos se aplican a la probeta a través de rodillos cuyo
diámetro ha de ser superior a W/4.
Las expresiones válidas para el cálculo del factor de intensidad de tensiones
de estas probetas en régimen elástico se deducen a partir de las que se han indi-
cado en la Tabla 3.1 del Tema 3, desarrolladas a partir de un análisis elástico li-
neal aplicado a la geometría específica de las probetas normalizadas y que son
las siguientes:
84
4.2.1. Probeta de flexión
⎡ a⎛ a ⎞⎛ a a2 ⎞ ⎤
⎢ 1, 99 − ⎜1 − ⎟ ⎜ 2, 15 − 3, 93 + 2, 7 2 ⎟ ⎥
P 3 S a ⎢ W⎝ W⎠⎝ W W ⎠⎥
KI = ⋅ (4.2)
B W 2 W W ⎢ ⎛ a ⎞⎛ a ⎞
3/ 2 ⎥
⎢ ⎜1 + 2 ⎟ ⎜1 − ⎟ ⎥
⎢⎣ ⎝ W⎠⎝ W⎠ ⎥⎦
PS ⎛ a ⎞
en general2 K I = ⋅ f1 ⎜ ⎟ con f1 tabulada, donde si: a = 0,5 W; f1 = 2,66
B W 1, 5 ⎝W⎠
P ⎛ a ⎞
y en general3 K I = ⋅ f2 ⎜ ⎟ con f2 tabulada, donde si: a = 0,5 W; f2 = 9,66
B W 0, 5 ⎝W⎠
2 La tensión de tracción de una probeta de flexión σ1 se puede obtener a partir del diagrama de ten-
M
siones de Navier y será: σ1 = donde, M es el momento flector y MR es el momento resistente
ΜR
1 ⎛ W ⎞
2 P ⋅S 6PS ;
de la sección con a = 0,5 W; Μ R = 2 2
B⎜ ⎟ , por lo tanto: σ1 = =
6 ⎝ 2 ⎠
2
1 ⎛ W ⎞ B W2
B⎜ ⎟
6 ⎝ 2 ⎠
esta expresión es precisamente la correspondiente a la primera parte del factor de intensidad de ten-
a σ1
siones KI, que se indica en la expresión (4.2), de donde para = 0, 5 : K I = a f (0, 5) =
W 4
σ1
= a ⋅ 2, 51 = 0, 628 σ1 a .
4
3 En el caso de la probeta compacta la tensión total de tracción es la suma de una tensión de trac-
3W
ción originada por un esfuerzo de flexión de momento M = P ⋅ con un momento resistente
4
2
1 ⎛ W ⎞ B W2
ΜR = B⎜ ⎟ = más una tensión de tracción constante de P/A, siendo A la sección
6 ⎝ 2 ⎠ 24
WB P M 2P P⋅ 3W4 20 P
transversal , por lo tanto: σ 2 = + = + = esta expresión
2 A MR WB B W2 BW
24
85
Figura 4.1
Probetas Normalizadas para los ensayos de determinación de la tenacidad de fractura KIC
es precisamente la correspondiente a la primera parte del factor de intensidad de tensiones KI, que
a σ2 W
se indica en la expresión (4.1), de aquí se deduciría para = 0, 5 K I = ⋅ f2 (0, 5) =
W 20
σ2 2 a
= ⋅ 9, 66 = 0, 683 σ 2 a . La pequeña diferencia (8,5%) entre los coeficientes
20
de probeta de flexión 0,628 y compacta 0,683 se debe no tanto al diferente estado tensional, que la
sección remanente presenta en uno y otro caso (flexión pura o flexión compuesta), como a la diferen-
cia en la rigidez global de ambas probetas debida a su geometría.
86
Figura 4.2
Probetas especiales para barras redondas y tubos
87
del 0,2%, medido a la misma temperatura y empleando la misma velocidad de
carga que en el ensayo de fractura.
Puesto que el valor de KIC no se conoce de antemano, debe estimarse previa-
mente para elegir un espesor de probeta conveniente. La estimación debe hacerse
en base a datos previos para un material similar, en base a extrapolaciones de
medidas a otras temperaturas o velocidades o en base a correlaciones empíricas
con otras medidas de la tenacidad. Si se carece de estos datos, la Norma reco-
mienda unos espesores mínimos en función del valor de la relación del límite
elástico al módulo elástico, σ0,2% /E, válidos para materiales estructurales de alta
resistencia4.
Para obtener una caracterización correcta de KIC las dimensiones de la pro-
beta se han elegido tales que los valores de KI deducidos corresponden efectiva-
mente al estado plano de deformaciones y representan adecuadamente el estado
de tensiones en la proximidad de la grieta bajo la hipótesis de un régimen estáti-
co lineal.
La aproximación a un estado plano de deformaciones en una pieza agrietada
en Modo I se realiza asintóticamente para espesores crecientes (Tema 3). Los
valores del factor de intensidad de tensiones crítico aparente sólo resultan inde-
pendientes del espesor del material a partir de un cierto valor mínimo de este.
2
⎛ K ⎞
I
La relación ⎜ ⎟ es proporcional al tamaño de la zona plástica que rodea
⎝ σ 0, 2% ⎠
el borde de la grieta (Tema 3), por lo tanto equivale a especificar que al alcan-
zarse las condiciones de propagación de la grieta, el espesor sea unas 50 veces
mayor que el radio de la zona plástica en el estado de deformación plana.
88
Figura 4.3
Denominación de las probetas según su orientación (UNE 7540-1998)
89
Figura 4.4
Formas de entallas (ASTM E 399)
con un frente aproximadamente normal a las caras externas, todo lo cual es tam-
bién exigencia de la Norma5.
La longitud de la grieta de fatiga a partir del punto máximo de penetración
de la entalla mecanizada debe ser superior al cinco por ciento de la longitud
total de grieta, (Δaf >0,05 a) y, en todo caso, debe ser superior a 1,3 mm. Con
esta condición la Norma pretende minimizar la influencia de la geometría de
la entalla en el estado de tensiones en el frente de la grieta, así como eliminar
los posibles efectos locales que el mecanizado de la entalla hubiera producido
en el material.
Durante el crecimiento por fatiga, la penetración de la grieta puede esti-
marse por las trazas en las caras de la probeta. La forma del frente y la longi-
tud media real de la grieta sólo se pueden conocer, una vez realizado el ensayo.
Rota la probeta, la superficie de la grieta propagada por fatiga y la superficie
de fractura final se distinguen claramente por su diferente topografía, como se
puede ver en la Figura 4.5. La longitud de la grieta debe medirse, según la
Norma, como la media de las longitudes en el centro de la probeta y en los dos
puntos medios entre el centro y las caras de la probeta, como se aprecia en la
Figura 4.6. El ensayo no se considera válido si la diferencia entre dos cuales-
quiera de las tres medidas es mayor que un 5% del valor medio; así mismo, el
ensayo es inválido si la longitud de la grieta en el punto de intersección con
5 La descripción del método de medida de K se está haciendo de una manera general. Para los
IC
detalles de dimensiones secundarias en el ensayo, tolerancias, etc., debe consultarse el texto completo
de alguna de las Normas que se han recomendado.
90
Figura 4.5
Macrografía de las dos partes de una probeta de flexión ensayada, en la que se observan
las zonas de la entalla mecanizada por electroerosión, la grieta de fatiga, el frente de grieta
y la zona de fractura
Figura 4.6
Medida de la grieta de fatiga
una cara externa es inferior al 90% de la media. Finalmente, ningún punto del
borde de la grieta debe estar a menos de un 5% de la longitud media o a menos
de 1,3 mm del borde de la entalla mecanizada. Por otra parte, la máxima des-
91
viación admitida de plano de la grieta respecto al plano medio de la probeta es
de 10º.
Para obtener grietas agudas, se recomienda utilizar en el ensayo de fatiga. los
mínimos niveles de tensión aceptables desde un punto de vista práctico y la
especificación más importante se refiere a que el factor de intensidad de tensio-
nes, durante el ensayo de fatiga, no debe ser superior al 60% del KIC, obtenido
posteriormente. La agudeza de una grieta de fatiga, su radio de acuerdo apa-
rente, está relacionada con el tamaño de la zona plástica generada por el máxi-
mo nivel de tensión del ciclo utilizado en el ensayo de fatiga. A partir de un cier-
to nivel de intensidad de tensiones máximo, se obtienen posteriormente valores
aparentes de KIC crecientes.
La Norma establece que durante el crecimiento de grieta a fatiga del último
2,5% de la longitud final de la grieta la relación del factor de intensidad de ten-
siones máximo aplicado respecto del módulo de Young no debe sobrepasar el
K f max
valor límite, < 0, 00032 m . En algunos casos, esta recomendación
E
puede no ser suficientemente restrictiva, por lo que, parece oportuno insistir en
la recomendación de que se utilice el mínimo nivel de tensiones compatible con
un tiempo de crecimiento razonable. Esta recomendación es particularmente
oportuna cuando el crecimiento de la grieta se realiza a temperatura ambiente
y la determinación de K IC se lleva a cabo a otra temperatura, especialmente
si se trata de una temperatura inferior; en este caso, se debe evitar que el tama-
ño de la zona plástica en el punto máximo del ciclo de fatiga alcance un tamaño
próximo al de la zona plástica al alcanzarse el KIC a la nueva temperatura de en-
sayo (la Norma impone, que cuando el agrietamiento a fatiga se realice a una
temperatura T1, diferente de la temperatura de ensayo T2, Kmax debe cumplir la
⎛ σ 0 , 2% T ⎞
condición: K max < 0, 6 KQ ⎜ 1
⎟ , donde σ 0, 2%T1 y σ 0, 2%T2 son los límites
⎝ σ 0, 2%T2 ⎠
elásticos a las temperaturas T1 y T2 respectivamente.
92
lidez del ensayo estático según ASTM E 399 puede obtenerse a partir de la ex-
presión de la flexibilidad C, de la probeta. Para la probeta compacta de tracción
con a/W = 0,5
up 33, 64
C = ≅ (4.3)
P EB
K˙ I
ε˙ = πa
E
Para la probeta de 25 mm de espesor los limites se sitúan entre 10–5 s–1 y 5.10–5 s–1. Este dato es
importante, pues es la velocidad de deformación a la que debe conducir el ensayo de tracción para de-
terminar el límite elástico, σ0,2%, a utilizar en el cálculo de la zona plástica. Con más rigor, la veloci-
dad de deformación apropiada para la determinación del límite elástico debería ser la correspondiente
( )
a la frontera elastoplástica; teniendo en cuenta que en la proximidad de la grieta σ yy =
r
KI
2πr
:
K˙ I
ε˙ =
E 2πr
y puesto que a >50rp, la velocidad de deformación del ensayo de tracción podría llegar a ser hasta
5 veces mayor que la mencionada anteriormente.
En general en los materiales y a las temperaturas en que la mecánica de fractura líneal tiene interés
la sensibilidad del límite elástico a la velocidad de deformación es pequeña (solo se aprecian efectos
de cambios de órdenes de magnitud de velocidad) y en todo caso si se realiza la caracterización de la
medida de σ0,2% a velocidades inferiores a la rigurosamente correcta, conduce a resultados que están
del lado de la seguridad (mayor tamaño aparente de la zona plástica).
93
Figura 4.7
Extensómetro para la medida de la apertura
Figura 4.8
Instalación para el ensayo de una probeta de flexión
94
Figura 4.9
Probeta CT con extensómetro lista para su ensayo
P ⎛ a ⎞
v = f⎜ ⎟ (4.4)
EB ⎝W⎠
95
Figura 4.10
Soluciones adimensionales para la flexibilidad de las probetas de flexión y compacta
96
Figura 4.11
Registros P-v de diversos ensayos
ensayo debe rechazarse a los efectos de medida del KIC. Pero para la determi-
nación experimental de la carga crítica se ha de admitir la posibilidad de un
cierto grado de no linealidad y, puesto que el punto crítico de propagación no
queda inequívocamente definido como en el caso de un material elástico ideal,
se tiene en cuenta un criterio convencional del punto de propagación de una
grieta, que guarda semejanza con la definición del límite elástico convencional
(0,2%) para materiales reales. Se define PQ como la carga a la que se ha produ-
cido en torno a un 2% de extensión de grieta, para ello se acepta el criterio nor-
malizado de que ha ocurrido una propagación «significativa» de la grieta cuan-
do la relación P/v es un 5% inferior a la relación elástica lineal inicial del
ensayo.
Parte de la desviación del comportamiento lineal durante la carga de las pro-
betas corresponde precisamente al aumento del tamaño efectivo de la grieta, al
ir aumentando el tamaño de la zona plástica; puesto que para que un ensayo se
acepte como válido ese tamaño no debe sobrepasar aproximadamente el 2% del
tamaño inicial de la grieta, el criterio de propagación de la grieta, definido por
el –5% de desviación de la recta P-v inicial, corresponde precisamente al crite-
rio de asegurar que la grieta ha comenzado a propagarse realmente, para esa
carga crítica convencional P5%.
Este criterio se puede demostrar sobre la base de un pop-in que se presen-
ta en la Figura 4.12 en la que se produce un incremento de desplazamiento
bajo una disminución de la carga. Suponemos que la carga PP es la máxima
carga que precede al pop-in y el desplazamiento vi que es el desplazamiento
asociado con la carga elástica de la probeta que contiene una grieta de longi-
tud a0 hasta la carga PP y Δvi representa el desplazamiento no-elástico antes
del pop-in.
Si se produce una pequeña propagación de la grieta puede ser debido a los
efectos de la plasticidad o a un cambio en el aumento de flexibilidad. Si Δvi es
97
Figura 4.12
Construcción de la secante para una curva con pop-in
Δa
≤ 0, 02 (4.5)
a0
EB ⎛ a ⎞
v = f⎜ ⎟ (4.6)
P ⎝W⎠
⎛ a Δa ⎞ ⎛ a ⎞
f⎜ + ⎟ − f⎜ ⎟
Δv Δv EB / P ⎝W W ⎠ ⎝W⎠
= = (4.7)
v v EB / P ⎛ a ⎞
f⎜ ⎟
⎝W⎠
98
Como Δa << a0 (recordemos la condición que Δa ≈ 0,02 a0), podemos es-
cribir:
a0 1 df
Si hacemos: H = ⋅ ⋅ , tenemos:
W f d ( a0 / W )
Δ vi Δa0
= H⋅ (4.9)
vi a0
Δvi
≤ 0, 02 H (4.10)
vi
vi + Δvi vi
≤ [1 + 0, 02 H ] (4.11)
PP PP
a0
Para el rango de valores recomendados de , que varían entre 0,45 a
W
0,55, encontramos que 0,02 H resulta ser 0,05 para la probeta de flexión como
se presenta en la Figura 4.13.
Una vez realizado el ensayo y obtenido el diagrama P-v, se traza la secante de
1
pendiente ≅ 0, 95 veces de la pendiente de la zona lineal del inicio, desde
1, 05
el origen de coordenadas7. La intersección con la curva P-v determina la carga P5%.
7 A estos efectos no debe tenerse en cuenta la no linealidad que ocurre frecuentemente justo al co-
mienzo del ensayo, debida a ajustes de la probeta y puntos de apoyo o mordazas, etc.
99
Figura 4.13
Variación del factor de calibración H, para la probeta de flexión
Las curvas P-v se ajustan a alguno de los tres tipos que contemplan las Normas
ASTM o Europeas, representadas en la Figura 4.14. Si P5% es superior a cual-
quier valor previo de la carga (caso I) se tomará P5% como valor condicional de
la carga crítica. Si existe un máximo de carga previo P5% (casos II y III) se toma
éste como PQ. El caso III corresponde a la propagación inestable frágil de un
material real y el caso I, a la fractura de un material dúctil y tenaz que admite
propagación estable apreciable antes de alcanzar el punto crítico inestable. En el
caso II, intermedio, ocurre un comienzo de propagación con «pop-in» que se
continúa por un crecimiento estable antes de la fractura final. Para un mismo
material, espesores crecientes conducen a un desplazamiento de las curvas del
tipo I al tipo III, conforme se aproximan las condiciones de deformación plana.
Como ya se ha citado, una propagación estable importante es síntoma de
que las condiciones del ensayo están lejos de los supuestos de la mecánica li-
neal de la fractura en condiciones de deformación plana. La Norma establece
como criterio de validez del ensayo que la relación entre la carga máxima Pmax,
y la carga crítica condicional, PQ no sobrepase la relación 1,1. Si esta condición
no se cumple, el ensayo es rechazable a los efectos de determinación de KIC. En
caso contrario se procede a la determinación de un factor crítico de intensidad de
tensiones condicional, KQ introduciendo PQ en las ecuaciones indicadas 4.1 y 4.2.
Si el valor de KQ cumple las condiciones de espesor establecidas para el tamaño
máximo de la zona plástica, el valor condicional KQ se acepta definitivamente
como KIC válido del material. Si el ensayo es inválido por excesiva propagación
estable o por excesiva zona plástica, lo que procede, a efectos de caracterizar un
material para la medida de la tenacidad a fractura es iniciar una nueva serie de
100
Figura 4.14
Tipos de curvas carga-desplazamiento de ensayos con distinto comportamiento
101
grietas no está determinada por KIC. En estos casos la tenacidad real es normal-
mente mayor que KIC y en cualquier caso el uso de KIC representa un cálculo
conservador del tamaño de grieta y de la tensión residual para dicha estructura.
Los materiales presentan en deformación plana valores de KIC que van desde
1 a 7 MPa m1/2 para los polímeros hasta 25 a 120 MPa m1/2 para los aceros y me-
tales de alta resistencia. Los aceros y metales de bajo límite elástico y alta ductili-
dad llegan a tener valores de tenacidad de fractura KIC de hasta 200 MPa m1/2, de
manera que para alcanzar las condiciones de validez de deformación plana se re-
quieren probetas con espesor de un metro aproximadamente y en este caso la ca-
racterización de la resistencia al agrietamiento estará basada en mecanismos de
fractura diferentes que el elástico-lineal del KIC; de esta manera se utilizarán el
valor de CTOD o la integral J que son objeto de estudio del próximo Tema 5, ya
que aparte del hecho de la dificultad de caracterizar el valor de KIC en estos ma-
teriales, no es usual su empleo. Esta es una de las limitaciones de la MFEL, que
es aplicable solamente a materiales que a temperatura ambiente presenten una
E
relación < 200 ÷ 250 . A bajas temperaturas sin embargo, si tiene sentido
σ ys
la aplicación de la MFEL, incluso en estos materiales ya que pueden apreciarse
tenacidades bien bajas, como por ejemplo en los aceros las fracturas por clivaje y
en este caso es interesante la aplicación de la MFEL para el análisis de la transi-
ción dúctil-frágil. También pueden presentar un alto interés los ensayos de las lí-
neas de soldadura o zona afectada por la temperatura, aunque las materiales base
sean de alta ductilidad, ya que en las zonas soldadas nos podemos encontrar con
características de tenacidad bien distintas de los materiales base.
En la Figura 4.15 se pueden ver algunas probetas y en Tabla 4.1 se presen-
tan un grupo de materiales con los valores típicos de tenacidad de fractura KIC
basados en datos válidos.
Figura 4.15
Diversas probetas, compactas y de flexión, la mayor de flexión tiene 40 mm de espesor
102
Tabla 4.1
Datos típicos de KIC de diversos materiales a temperatura ambiente
Material Condición σys (MPa) KIC (MPa m1/2) Espesor min. (mm)
Acero
Maraging 300 500ºC 3 horas 19801 60 3
Maraging 250 500ºC 3 horas 15001 100 12
40NiCrMo10 Revenido a 150ºC 18501 50 2
Revenido a 550ºC 12001 120 25
A 533 B Recipientes a presión 3501 ≈ 190 750
Al carbono Baja resistencia 2401 ≈ 200 1750
D6 Herramientas Forjado 15001 100 12
Revenido a 450ºC 15001 75 7
304 Solución 3001 180 900
Titanio
6Al-4V (α + β) STA 11001 40 4
13V-11Cr-3Al STA 11501 35 3
6Al-2Sn-4Zr-6Mo (α + β) STA 12001 30 1,5
6Al-6V-2Sn (α + β) STA 11001 40 3,5
4Al-4Mo-2Sn-0,5Si (α + β) STA 9501 70 13,5
Aluminio
7075 T651 5501 31 8
7079 T651 4601 33 13
DTD 5024 Forjado-Longitudinal 5001 43 18,5
Transversal 4801 15 2,5
2014 T4 4501 30 12
2024 T3 4001 34 18
Polímeros
Nylon-6,6 901 5
ABS 451 3
Epoxy 601 0,6
PET 111 5
PVC mod. Con goma 401 3,5
Poliester 301 0,6
Cerámicas
Vidrio 501 0,8
Alúmina Al2O3 4
Magnesia MgO 3
Carburo de silicio SiC 3,7
Al2O3 – 15% ZrO2 5
Nitruro de silicio Si3N4 4501 6
Dolomía 1,30
Granito 0,9
Hormigón 0,2
1 Valores de rotura.
103
4.2.9. Evaluación de la Tenacidad en Condiciones Dinámicas
Los valores de la tenacidad de fractura KIC dependen de la temperatura y de
la velocidad del ensayo. La temperatura tiene un efecto considerable en las pro-
piedades del material en general y sabemos que tiene una importante influencia
en la tenacidad de fractura. A bajas temperaturas el material presenta alto límite
elástico que da origen a que la zona plástica del borde de grieta sea pequeña e
incluso puede llegar a suceder que se den las condiciones de un comportamiento
en deformación plana. Además de los efectos intrínsecos de la temperatura en la
tenacidad hay un efecto indirecto debido a la dependencia del límite elástico en
relación con la temperatura.
La transición dúctil-frágil de los aceros de construcción, que se evalúa con
el ensayo de impacto Charpy, es bien conocida. Si realizamos ensayos de tena-
cidad de fractura KIC encontraremos resultados similares.
En vista de los problemas experimentales de fractura se han hecho intentos
de encontrar relaciones que permitan conocer los valores de tenacidad de fractu-
ra KIC a partir de los ensayos de impacto Charpy y aunque parece sencillo y en
algunos casos, como en el caso de niveles muy bajos de tenacidad, se han en-
contrado algoritmos que permiten conocer el valor de la tenacidad de fractura
KIC en función del valor de energía absorbida por la probeta de impacto Charpy,
sin embargo, estos resultados son mediocres y apenas son tenidos en cuenta ya
que el razonamiento es dudoso, puesto que la energía GIC es el valor de la ener-
gía del primer infinitésimo del frente de crecimiento de la grieta.
Más sensible podría ser la correlación entre los valores de energía de impac-
to Charpy y los valores de fractura en condiciones dinámicas.
Los valores de tenacidad disminuyen cuando se aplican velocidades de car-
ga elevadas, como se puede ver en el esquema de la Figura 4.16 en la que ob-
servamos que la temperatura de transición, aplicando una velocidad de carga
baja es mejor que con alta velocidad. De hecho se pueden alcanzar en algunos
casos un valor pico del 25% superior cuando se realizan en forma estática.
Figura 4.16
Efecto de la velocidad de carga en la tenacidad
104
Figura 4.17
Influencia de la velocidad de carga y de la temperatura
en la tenacidad de fractura del acero 20Mo5
105
Existen diversos métodos para la medida experimental de KId. El más utili-
zado es el del péndulo Charpy instrumentalizado y la fuerza se registra en fun-
ción del tiempo en un osciloscopio, el cual inicia la lectura cuando la maza del
péndulo intercepta una rayo luminoso de una fotocélula, justamente antes del
impacto con la probeta.
106
Tema 5
5.1. Introducción
107
Figura 5.1
Grieta enromada y CTOD (δ)
Wells se dio cuenta de que las caras de las grietas se deformaban antes de la
fractura ya que se producía un enromamiento de su frente, tanto mayor cuanto
mayor era la tenacidad del material ensayado. De esta manera Wells propone
que la grieta es susceptible de propagarse cuando el desplazamiento en el frente
de grieta alcanza un valor crítico.
Como consecuencia del efecto de plastificación se produce un enromamien-
to del frente de grieta, como se puede ver en las Figuras 5.1 y 5.2, en las cuales
queda definido gráficamente el parámetro CTOD. El análisis de Wells relaciona
el valor de CTOD con el factor de intensidad de tensiones, considerando la plas-
tificación del frente de grieta. Para ello resolvemos el valor del desplazamiento,
con la consideración de que el valor efectivo de la grieta es a + ry como en la
solución de Irwin. El valor del desplazamiento se encuentra estudiado en el
Tema 3, en el planteamiento tensional, ecuación 3.10:
KI r ⎛ θ⎞ ⎡ 2 ⎛ θ ⎞⎤
uy = sen ⎜ ⎟ ⎢κ + 1 − 2 cos ⎜⎝ ⎟⎠ ⎥ (5.1)
2μ 2π ⎝ 2⎠ ⎣ 2 ⎦
Figura 5.2
Enromamiento (blunting) casi circular, plástico, no recuperable,
típico de una propagación estable
108
que para las condiciones actuales r = ry y θ = π tenemos:
κ +1 ry
uy = KI (5.2)
2μ 2π
2
1 ⎛ KI ⎞
y con la corrección de Irwin ry = ⎜ ⎟ de la zona plástica para las
2 π ⎝ σ ys ⎠
condiciones de tensión plana, podemos calcular el valor del parámetro CTOD y
relacionarlo con la tasa de liberación de energía G, de forma que:
4 K I2 4 G
δ = CTOD = = (5.3)
π Eσ ys π σ ys
8 σ ys a ⎛π σ ⎞
δ = ln sec ⎜ ⎟ (5.4)
πE ⎝ 2 σ ys ⎠
8 σ ys a ⎡ 1 ⎛ π ⎤
2 4
⎢ ⎜ σ ⎞ 1 ⎛π σ ⎞ ⎥
δ = ⎟ + ⎜ ⎟ + ....
πE ⎢2 ⎝ 2 σ ys ⎠ 12 ⎝ 2 σ ys ⎠ ⎥
⎣ ⎦
(5.5)
⎡ ⎛
2
⎤
K I2 ⎢1 + 1 ⎜ π σ ⎞
δ = ⎟ + .... ⎥
σ ys E ⎢ 6 ⎝ 2 σ ys ⎠ ⎥
⎣ ⎦
109
lo que nos da:
K I2 G
δ = = (5.6)
σ ys E σ ys
K I2 G
δ = = (5.7)
m σ ys E m σ ys
2 Las Norma más tradicional en la evaluación del CTOD es la BS 7448: Part 1: 1991 – «Method
for determination of KIC, critical CTOD and critical J values of metallic materials», además tenemos
las normas ASTM E 1290-99 «Test method for Crack-Tip-Opening-Displacement (CTOD) Fracture
Toughness Measurement y E 1820-99a Standard Test Method for Determination of Fracture Tough-
ness. La Institución «European Structural Integrity Society», tiene normalizado un Procedimiento que
podríamos considerar como Norma de nivel Europeo: P2-92: ESIS «Procedure for Determining the
Fracture Behavior of Materials».
110
Figura 5.3
El modelo de bisagra para la estimación de δ
δ V r (W − a ) V
= ⇒ δ = (5.8)
r (W − a ) r (W − a ) + a r (W − a ) + a
Figura 5.4
Determinación de la componente plástica a partir del desplazamiento en la boca
111
de la deformación plástica y la línea de puntos representa la situación después
de cesar la carga. El valor de CTOD está dado por:
K I2 rp (W − a) Vp
δ = δ el + δ pl = + (5.9)
m σ ys E '
rp (W − a)+ a
K I2 0, 44 (W − a) Vp
δ = + (5.10)
m σ ys E '
0, 44 (W − a)+ a
3BS 7448-91, probeta de flexión con factor 0,4 y 0,46 en probeta compacta.
ASTM 1290-99, probeta de flexión con factor 0,44 y probeta CT con factor 0,46÷0,47.
112
Figura 5.5
Curva de diseño basada en CTOD
en el momento del fallo a gran escala de la placa, εf, normalizada por el cocien-
te con el valor de la deformación en el límite elástico, εy.
Burdekin y Dawes proponen la siguiente relación:
2
δ crit ⎛ εf ⎞ εf
Φ = = ⎜ ⎟ para ≤ 0, 5 (5.11)
2 π εy a ⎝ εy ⎠ εy
δ crit εf εf
Φ = = − 0, 25 para > 0, 5 (5.12)
2 π εy a εy εy
4 British Standard PD-6493: 1991, Guidance on methods for assessing the acceptability of flaws
113
Posteriores estudios de Kamath, repitiendo con distintas probetas, dan resul-
tados bien distintos de la curva de diseño, aunque la curva de diseño fue conser-
vadora en la mayor parte de los casos, con coeficientes de seguridad muy dis-
persos desde 1,9 hasta 10. Con esta dispersión el concepto de coeficiente de
seguridad tiene poco valor y corresponde a una confianza del 97,5%. Esto es, en
el fondo este diseño no es bueno y el CTOD pasa a tener un valor cualitativo.
Resulta también de interés la determinación de la curva δ -R, como se des-
cribe en la norma ASTM y en los procedimientos Europeos ya citados. La curva
δ -R consiste en dibujar el valor de δ versus la extensión de la grieta. Para dibu-
jar la curva δ -R se debe utilizar el procedimiento numérico adecuado sobre la
curva de resistencia y el cálculo puede efectuarse para cualquier punto a lo lar-
go de la carga versus el desplazamiento v dentro del campo plástico.
b
La máxima capacidad de δ para una probeta está dada por: δ max = 0
20
y la máxima capacidad de extensión de grieta para una probeta está dada por:
Δamax = 0,25b0, siendo b0 la distancia a partir del frente de la grieta original, has-
ta el fondo de la probeta, es decir: b0 = W – a0.
Los valores de la longitud de la grieta se calculan usando las ecuaciones de
flexibilidad descritas para cada probeta (flexibilidad de la probeta en función de
la longitud de la grieta presente). Los valores de δ y los correspondientes de la ex-
tensión de la grieta se deben representar como la curva δ -R típica que se presenta
en la Figura 5.6, estableciendo la región enmarcada entre los ejes de coordenadas
y los límites de Δamax y δmax respectivamente, como se ve en la Figura 5.6.
Figura 5.6
Curva típica δ-R
114
5.3. La integral J
5.3.1. Principios
En el caso de aparecer una plasticidad apreciable en el frente de grieta, el
análisis de la Mecánica de Fractura Elástica-Lineal es limitado y si se produce
una importante plasticidad, la resistencia al avance de la grieta G, como expre-
sión de la energía no puede ser determinada por la formulación propuesta hasta
ahora, ya que G está afectada por la zona plástica del frente de grieta.
No existen soluciones para el comportamiento elasto-plástico; sin embargo,
en 1968 Rice proporcionó las bases para extender la metodología de la Mecáni-
ca de Fractura, más allá de los límites de la MFEL, atendiendo a la necesidad de
disponer de un criterio de fractura aplicable a situaciones donde existan fenó-
menos de plastificación importantes y que además sea directamente aplicable en
el diseño. Rice propuso la integral J como sustitutiva de la G de Griffith.
La integral de contorno J, como expresión matemática, existe desde co-
mienzos del Siglo XX como parámetro de caracterización mecánica en el com-
portamiento de materiales elásticos no lineales. En su aplicación a la Mecánica
de Fractura representa la liberación energética, que bajo un estado de tensión
determinado, acompañaría a la propagación de la grieta una fracción da, aun
cuando la plasticidad en el frente de grieta fuera apreciable.
Para un cuerpo elástico podemos definir la función de densidad de energía
por unidad de volumen, según la expresión general:
ε mn
W = W (ε mn ) = ∫0 σ ij dε ij (5.13)
Figura 5.7
Representación esquemática de la curva tensión-deformación
de un material con comportamiento lineal y otro no lineal
115
por unidad de volumen para el material elástico lineal es bien simple y corres-
ponde al área del triángulo representada:
δ 1 energía ε 1
U = ∫ 0 P dδ =
2
P⋅δ ⇒ W =
volumen
= ∫ 0 σ dε =
2
σ ⋅ ε (5.14)
Definiendo J como:
dUpropagar la grieta d (Ufuerzas exteriores − Uelástica ) δ
J =
dAarea de grieta creada
=
dA
, donde Uelástica = ∫ 0 P dδ ;
con las dos formas de crecimiento de grieta: propagación con carga constante y
propagación con desplazamiento constante, como se esquematiza en los diagra-
mas de esfuerzo-desplazamiento de la Figura 5.8. En estos dos casos se cumplirá:
Figura 5.8
Esquema de propagación de grieta con carga constante y con deformación constante
116
—Propagación con grieta a carga constante
Ufuerzas exteriores = P ⋅ δ ⇒ J =
dU *
dA
=
d
dA
(∫ 0
P
δ dP ) (5.15)
J =
∂
∂a
(∫ 0
P
δ dP =) P
∫0
⎛ ∂δ ⎞
⎜ ⎟ dP
⎝ ∂a ⎠ P
(5.16)
d
Ufuerzas exteriores = 0 ⇒ J = ( 0 − Ue ) (5.17)
dA
J =
∂
∂a
(− ∫ δ
0
P d δ = )
− ∫
δ⎛ ∂ P ⎞
⎜
0⎝
⎟ dδ
∂a ⎠ δ
(5.18)
gráficamente se puede ver que en ambos casos, las ecuaciones 5.16 y 5.18,
son prácticamente iguales, salvo en un infinitésimo de segundo orden, que co-
rrespondería a la energía del área del triángulo de lados dδ y dP siendo por lo
1
tanto = − dδ ⋅ dP y por supuesto en un material elástico lineal en Modo I,
2
J = G o sea:
K I2
J = (5.19)
E'
E
E' = ⇒ Deformación plana
donde 1 − ν2
E' = E ⇒ Tensión plana
5 Es importante recordar que el área está definida en términos del área de la grieta, no de la longi-
tud de la grieta.
117
Es muy importante destacar que cuando se aplica el concepto de J a los ma-
teriales elasto-plásticos, hay que recordar que la tasa de liberación de energía G
se define normalmente como la energía potencial que se libera de una estruc-
tura cuando la grieta crece en un material elástico y sin embargo, gran parte
de la energía de deformación absorbida por un material elasto-plástico no es
recuperable (trabajo plástico irreversible), porque se ha empleado en la propia
plastificación de una zona importantísima del material. De ahí se infiere que
en general J >>> G. Por lo tanto el concepto de liberación de energía tiene, en
los materiales elasto-plásticos, una interpretación algo distinta, ya que más
que definir la energía liberada cuando la grieta crece, la ecuación 5.16 relacio-
na J con la diferencia de la energía absorbida del elemento por probetas con
tamaños de grieta muy próximos. La distinción es importante solamente cuan-
do la grieta crece.
La definición de tasa de liberación de energía de J es útil para materiales
elasto-plásticos cuando se aplica de una forma adecuada.
J = ∫ Ti ui ds − ∫A w dA (5.20)
Γ
ε ij
siendo: w = ∫0 σ ij dε ij la energía por unidad de volumen y Ti = σij ηij el vector
tracción.
En su aplicación a la Mecánica de Fractura, y de acuerdo con el balance de
dU
Griffith, la nueva función que expresa la tasa de liberación de energía al
dA f
crecer una grieta un área Af viene dada por la derivación de la expresión (5.20)
a lo largo de un contorno cerrado que englobe o contenga el frente de grieta y
toda la zona del material que sea no lineal, es decir que plastifica.
dU d ⎡ ⎤
J = = ⎢ ∫ Ti ui ds − ∫A w dA⎥ (5.21)
dA f 1 ⋅ da ⎣Γ ⎦
118
Aplicando a esta expresión teoremas integrales (teorema de la divergencia) el
principio de los trabajos virtuales, y el de derivación total d = ∂ − ∂
da ∂a ∂x
la expresión J se hace aplicable a la Mecánica de Fractura.
De una forma general, es posible definir una integral lineal, J, en cualquier
curva Γ que rodee el frente de grieta, comenzando desde la superficie inferior
de la grieta y terminando en la parte superior, como se presenta en la Figura 5.9,
expresándose de la siguiente forma:
⎡ ∂ui ⎤
J = ∫ ⎢W dy − T ∂x ds ⎥
⎣ ⎦
(5.22)
Γ
ε ij
donde W es la densidad de energía de deformación: W = ∫0 σ ij dε ij , cuando
la curva es atravesada en dirección contraria a las agujas del reloj, siendo s la
longitud del arco y T ≡ σij nj es el vector de tracción en Γ de acuerdo con un vector
unidad externo n (con dirección coseno nj) normal a la curva Γ y ui son los des-
plazamientos de cada punto en las tres direcciones del espacio. Cuando Γ es idén-
tico a Γt contorno de la propia grieta T = 0 porque la superficie libre de la grieta
dU *
no puede soportar la tensión normal a ella, y por lo tanto J = − (J será
da
idéntico a la tasa de liberación de energía G para condiciones elástico lineales).
Se puede demostrar, mediante el teorema de la divergencia, que la diferen-
cia (J1 – J2) para dos curvas Γ1 y Γ2 que rodean la zona plástica es cero y la con-
clusión es que cualquiera que sea el camino, la integral J, igual a la energía po-
tencial cuando se extiende la grieta una cantidad da, es independiente del
camino recorrido.
Figura 5.9
Contorno arbitrario alrededor del frente de grieta
119
5.3.3. Campos o singularidad HRR6
J además de un parámetro energético, es también un parámetro tensional y
deformacional. Hutchinson por un lado, y Rice y Rosengren, independiente-
mente, postularon que J define de forma biunívoca el estado σij y de εij de for-
ma que J permite caracterizar las condiciones del frente de grieta de un mate-
rial elástico no lineal. Hutchinson evaluó tanto las condiciones de tensión
plana como de deformación plana, mientras que Rice y Rosengren considera-
ron solamente las condiciones de deformación plana. Ambos trabajos que se
publicaron en el mismo número del Journal of the Mechanics and Physics of
Solids, postulan que la tensión y deformación varían en función de 1/r cerca
del frente de grieta.
Consideremos un material elasto-plástico con una curva de tensión-de-
formación que puede ser representada mediante la ecuación de Ramberg-
Osgood:
n
ε σ ⎛ σ ⎞
= + α⎜ ⎟ (5.23)
ε0 σ0 ⎝ σ0 ⎠
n
ε ⎛ σ ⎞
= α⎜ ⎟ (5.24)
ε0 ⎝ σ0 ⎠
π ⎡ ∂u ⎤
J = ∫− π ⎢⎣W cos θ −T
∂x ⎥ r dθ
⎦
(5.25)
120
donde θ es el ángulo de coordenadas polares y W, T y ∂u dependen de r y θ.
∂x
ε ij
La expresión de W = ∫0 σ ij dε ij nos indica que la dimensión de W es σijεij.
∂u
La tracción T tiene dimensión de tensión y tiene la dimensión de una de-
∂x
∂u
formación. Por lo tanto T tiene también una dimensión σijεij. Como la integral
∂x
es independiente del camino, tendrá el mismo valor independientemente del va-
lor de r, radio del contorno. Consecuentemente, el integrando no depende de r.
Por lo tanto, el radio r en la ecuación 5.25 debe cancelarse y el valor entre pa-
réntesis es proporcional a σijεij.
Haciendo uso de la relación tensión-deformación se concluye que:
k1 k2
σ( r ) = 1 y ε( r ) = n (5.26)
r n +1 r n +1
1
⎛ J⎞ n +1
σ ij = k1 ⎜ ⎟ (5.27)
⎝ r⎠
n
⎛ J⎞ n +1
ε ij = k2 ⎜ ⎟ (5.28)
⎝ r⎠
121
Con las condiciones de contorno adecuadas resulta ser:
1
⎛ J ⎞ n +1
σ ij = σ0 ⎜ ⎟ σ˜ ij (n, θ) (5.29)
⎝ α σ 0 In r ⎠
2
n
α σ0 ⎛ J ⎞ n +1
ε ij = ⎜ ⎟ ε˜ ij (n, θ) (5.30)
E ⎝ α σ 0 In r ⎠
2
Figura 5.10
Efecto del exponente de endurecimiento en la constante
de integración de las singularidades HRR
122
demuestra que J no es solo un parámetro de energía sino también un parámetro
de tensiones aunque no como el parámetro K, ya que J es dependiente del mate-
rial a través del exponente n.
Las condiciones de similitud para la extensión de la grieta, determinadas
por K y J se pueden ver en la Figura 5.11. En la elasticidad lineal, el tamaño de
la zona plástica tiene que ser pequeño con respecto a la región en la cual el
campo de tensión está esencialmente dominado por K. En tal caso el tamaño de
la zona plástica está determinado por K, todas las tensiones y deformaciones en
el campo de la zona plástica y, por lo tanto todos los fenómenos en el marco de
la zona plástica se determinan por K. De la misma manera que K, significa igual
zona plástica para el mismo campo de tensiones, dos grietas están la misma si-
tuación si tienen igual K.
Figura 5.11
Condiciones de similitud
123
grieta cambia las condiciones cuando r → 0, puesto que obviamente σxx→ 0 y
σyy ≠ ∞. Todo el análisis de HRR está basado en la teoría de las pequeñas defor-
maciones, que es la equivalente multi-axial de la deformación ingenieril en el en-
sayo de tracción y resulta válido para deformaciones plásticas, o elásticas no li-
neales, de hasta el 10%. La Figura 5.12 ilustra las condiciones elasto-plásticas, en
la cual se puede entender el dominio del campo J, como singularidad HRR y el
campo KI. Si la zona plástica aumenta en tamaño relativo, la zona correspondiente
al campo de KI termina por desaparecer y en este caso la integral J es un criterio
apropiado de fractura. Teniendo en cuenta que el dominio de J implica el dominio
de CTOD, este parámetro también se puede aplicar en régimen elasto-plástico.
Figura 5.12
Efecto de la plasticidad en los campos de tensiones del frente de grieta,
para condiciones elasto-plásticas
124
Figura 5.13
Resultado del análisis por elementos finitos de McMeeking y Parks.
El enromaminento del frente de grieta en la solución HRR
125
El método experimental también puede aplicarse a las probetas clásicas
compacta y de flexión, de tal manera que las tensiones, deformaciones y los
desplazamientos pueden medirse y de esta manera determinar mediante cálculo
la integral de contorno que representa el valor del parámetro J. El contorno del
frente de grieta no siempre es fácil de medir y el procedimiento es muy tedioso
al exigir una minuciosa colocación de las galgas en el contorno y consecuente-
mente no es un método atractivo. En este sentido los trabajos de Landes y Be-
gley en el año 1972 son interesantes ya que permiten obtener el valor de J en
forma experimental, a partir de muestras con longitudes de grietas variables en
cada probeta.
Figura 5.14
Esquema del procedimiento experimental de Landes y Bebley
para la determinación de J a partir de distintas probetas con grietas de longitud variable
7 La técnica y detalles del preagrietamiento por fatiga, general para todos los ensayos de frac-
126
de carga en función del desplazamiento δ, como se indica en el esquema de la
Figura 5.14 a). El área debajo de la curva es igual a U, es decir la energía absor-
bida por la probeta. Después se dibuja la curva que representa la energía U
versus los distintos tamaños de grieta para varios desplazamientos fijos, como
se ilustra en la Figura 5.14 b). Para una probeta agrietada en un canto como la
representada, con un espesor B, el valor de la integral J será:
1 ⎛ ∂U ⎞
J = − ⎜ ⎟ (5.31)
B ⎝ ∂a ⎠ δ
Figura 5.15
Panel con agrietamiento en caras opuestas
127
que con esta configuración el diferencial del área de grieta es: dA = 2 da = –2db
y por lo tanto:
⎛ ∂δ ⎞
P
1
J =
2B
∫ ⎜⎝ ∂a ⎟⎠ dP (5.32)
0 P
⎛ P a σ ⎞
δ = b Φ⎜ ; ; 0 ; ν ; α ; n⎟ (5.33)
⎝ σ0 b b E ⎠
1 P ⎡⎛ ∂δ el ⎞ ⎛ ∂δ pl ⎞ ⎤ K I2 1 ⎡P
δ
Pδ P ⎤
J = ∫ ⎢⎜⎝ ⎟ +⎜ ⎟ ⎥ dP = + ⎢ ∫ P d δp − ⎥ (5.35)
2 ⎣ ∂a ⎠ P ⎝ ∂P ⎠ P ⎥⎦
0 ⎢ E' bB ⎢⎣ 0 2 ⎥⎦
Figura 5.16
Esquema para el cálculo de las componentes elástica y plástica
128
Figura 5.17
Placa sometida a flexión con grieta en un canto
Otro interesante ejemplo de utilización de una probeta está dado por Rice en
1973, en base a una placa de flexión simple cuyo esquema de realización de en-
sayo se puede observar en la figura 5.17. Si la placa esta sometida a un momen-
to M, se desplazará un ángulo Ωnc, si no hubiera grieta y un desplazamiento adi-
cional Ωc como consecuencia de que la placa está agrietada, originando un
desplazamiento total de:
Ω = Ω nc + Ω c (5.36)
Estas grietas son largas y por lo tanto Ωc >> Ωnc y la energía absorbida por
la placa estará dada por:
Ω
U = ∫MdΩ (5.37)
0
⎛ ∂Ω ⎞ ⎛ ∂Ω c ⎞
M M
J = ∫ ⎜⎝ ∂ac ⎟⎠ dM = − ∫ ⎜⎝ ⎟ dM
∂b ⎠ M
(5.38)
0 M 0
Resultando ser:
Ωp
K I2 2
J =
E'
+
bB
∫ M dΩ p (5.39)
0
129
Figura 5.18
Componente plástica Up
η Uc
J = (5.40)
Bb
donde:
η: constante adimensional,
U c: es la energía absorbida,
B: espesor,
b: ligamento remanente,
la constante η suele estar en el entorno de 2 para grietas largas y separando la
ecuación 5.40 en sus componentes elástica y plástica8:
ηel Uc ( el ) ηp Up K I2 ηp Up
J = + = + (5.41)
Bb Bb E' Bb
8 En la Norma ASTM E 1820 «Standard Test Method for Measurement of Fracture Toughness»
130
Figura 5.19
Estimación de CTOD de la intersección a 90º y los desplazamientos HRR
n
α σ0 ⎛ EJ ⎞ n +1
ui = ⎜ ⎟ r u˜i (θ, n) (5.42)
E ⎝ α σ 0 In r ⎠
δ
= uy (r*, π ) = r * − ux (r*, π ) (5.43)
2
1
n +1
⎛ α σ0 ⎞
r* = ⎜
⎝ E ⎠
⎟
n
{u˜ x ( π, n) + u˜ y ( π, n)} n
J
σ 0 In
(5.44)
dn J
δ = (5.45)
σ0
131
donde dn es una constante adimensional:
1
⎡ α σ0 ⎤
2 uy ( π, n) ⎢
⎣ E
{ }
u˜ x ( π, n) + u˜ y ( π, n) ⎥
⎦
n
dn =
In
∞ 1,0 0,80
10 0,8 0,60
5 0,5 0,40
3 0,4 0,30
2 0,2 0,15
132
Figura 5.20
Esquema de la curva R de un material dúctil
E dJ R
TR = ⋅ (5.46)
σ ys
2
da
133
Figura 5.21
Esquema del control por carga, indicando la inestabilidad
E ⎛ dJ ⎞
Tapp = ⎜ ⎟ (5.47)
σ 2ys ⎝ da ⎠ Δ T
Δ T = Δ +Cm P (5.48)
−1
⎛ dJ ⎞ ⎛ ∂J ⎞ ⎛ ∂J ⎞ ⎛ ∂Δ ⎞ ⎡ ⎛ ∂Δ ⎞ ⎤
⎜ ⎟ = ⎜ ⎟ − ⎜ ⎟ ⎜ ⎟ C + ⎜ ⎟
⎝ ∂P ⎠ a ⎝ ∂a ⎠ P ⎢⎣ m ⎝ ∂P ⎠ a ⎥⎦
(5.49)
⎝ da ⎠ Δ ⎝ ∂a ⎠ P
T
⎛ dJ ⎞ ⎛ ∂J ⎞
⎜ ⎟ = ⎜ ⎟ (5.50)
⎝ da ⎠ Δ ⎝ ∂a ⎠ P
T
134
Figura 5.22
Diagrama Fuerza motriz J-curva R con el control por carga y desplazamiento
de forma que:
E ⎛ dJ ⎞
Tapp = ⎜ ⎟ (5.51)
σ 2ys ⎝ da ⎠ P
⎛δ ⎞
U D = U D ( P, a) = ⎜ ∫ P dδ⎟ (5.52)
⎝0 ⎠a=a
1
135
Figura 5.23
Curva carga-desplazamiento para una probeta cuya grieta crece desde a0 hasta a1
1 ⎛ ∂U D ⎞ η UD K I2 η U
JD = − ⎜ ⎟ = ⇒ JD = + P D( P ) (5.53)
B ⎝ ∂a ⎠ δ Bb E' Bb
9 La norma ASTM E1820 «Standard Test Method for Measurement of Fracture Toughness» reco-
ge todos los ensayos de fractura y las normas ASTM E813 y E1737 que trataban específicamente de
los ensayos J han sido anuladas.
136
usar una probeta más grande y el valor de JIC puede emplearse para estimar el
valor equivalente de KIC, utilizando la ecuación (3.18), reemplazando G por J.
K Ic J = J IC E ' (5.54)
Figura 5.24
Curva de comportamiento carga-desplazamiento (P-δ) durante un ensayo
de tenacidad a fractura con descargas elásticas periódicas
137
Figura 5.25
Área Apl para el cálculo de la integral J. La curva A representa el registro real P-δ para el
crecimiento de grieta, mientras que la curva B es la curva hipotética P-δ para una grieta
estacionaria (sin crecimiento) de longitud a5
10 Téngase en cuenta que las pequeñas descargas en régimen elástico no tienen un efecto significa-
138
a = ai + Δa. Por lo tanto la pendiente hipotética de carga m5 es algo más baja
que la pendiente real inicial mi. Esta curva P-v se diferencia de la real, ya que la
curva real se corresponde con una grieta inicial de tamaño ai con el crecimien-
to de un valor Δa, debido al desgarramiento gradual de la grieta en el material.
Dado un valor del área Apl y de la longitud de la grieta a, el valor de J puede
determinarse como sigue:
K 2 (1 − ν2 )
J = Jel + J pl , Jel = (5.55)
E
η Apl
J pl = (5.56)
B (W − a )
donde:
η = 2 (probeta de flexión)
0, 522 (W − a)
η = 2 + (probeta compacta)
B
J
= 2 σm (5.57)
Δa
139
Figura 5.26
Integral J versus Δa, o curva R, a partir de un ensayo de tenacidad a fractura elásto-plástico,
La intersección con la línea de 0,2 mm nos proporciona el valor JQ que representa el valor
provisional de JIC
donde:
σ ys + σ R
σm = (5.58)
2
⎛ J ⎞
B, (W − a) > 25 ⎜ Q ⎟ (5.59)
⎝ σy ⎠
140
A partir de este valor JIC se puede calcular el valor de KIC de acuerdo con la
ecuación (5.54).
Si el valor de la extensión de grieta para el valor JQ es muy pequeño, el pro-
cedimiento para calcular J se puede simplificar si el objetivo es solamente eva-
luar la tenacidad a fractura. En particular los valores de longitud de grieta a uti-
lizados en las ecuaciones (5.54) y (5.55) para obtener J pueden calcularse con la
grieta inicial ai, y la pendiente de descarga para Apl en la Figura 5.24 puede ser
aproximadamente igual a la pendiente inicial, mi. De la misma manera la curva
real P-δ se puede utilizar para el cálculo de Apl ya que la hipotética difiere muy
poco de la real en este caso particular.
Sin embargo, debe tenerse en cuenta que el material por encima de JIC pue-
de tener una considerable reserva de tenacidad, en cuyo caso es mucho más útil
en las aplicaciones ingenieriles utilizar el análisis de toda la curva R que pro-
porciona una información más completa sobre todo del proceso de evolución
del desgarramiento de la grieta.
141
Tema 6
Comportamiento en Fractura
de Materiales Metálicos
6.1. Introducción
143
ca de barrido (SEM), a partir de que se hizo posible este tipo de caracterización
microscópica.
Un rayo electrónico de alta intensidad y de muy pequeño diámetro, barre
la superficie de fractura. Debido a la excitación de estos electrones primarios,
otros electrones (electrones secundarios) son emitidos por la superficie de
fractura. Estos electrones secundarios producen una imagen de la superficie
de fractura que puede hacerse visible en la pantalla de un osciloscopio de ra-
yos catódicos. El resultado práctico es una excelente imagen fractográfica que
puede interpretarse con relativa facilidad. Como se ha puesto en evidencia, las
fracturas se pueden introducir directamente en las cámaras de vacío del mi-
croscopio electrónico de barrido sin ninguna preparación previa, si exceptua-
mos una conveniente limpieza y eliminación de posibles aceites lubricantes o
suciedad que suelen acompañar generalmente a las superficies de crecimiento
de grieta.
1 El término anglófilo clivaje tiene traducción en español y vocablos castellanos como rajado o
hendido podrían representar términos válidos, no obstante el uso del término clivaje se ha hecho co-
mún en la comunidad ingenieril por lo que se debe utilizar también en español.
144
El hierro (BCC) por ejemplo, se fractura por clivaje a lo largo de los planos
del cubo de su celda unitaria (100). Esta característica hace que la superficie de
la grieta de clivaje sea relativamente lisa en cada grano, presentándose en los
materiales policristalinos con una trayectoria transgranular, como se puede ver
en la Figura 6.1.
Figura 6.1
Mecanismo de clivaje a lo largo de los granos de un material cristalino
145
Figura 6.2
Escalones de clivaje que inician en el borde de grano de un acero dulce ferrítico, ensayado a
baja temperatura (× 10000) (Broek, D. Elementary Engineering Fracture Mechanics, 1997,
with kind permission of Kluwer Academic Publishers)
Figura 6.3
Clivajes en forma de ríos en un acero (C 0,25 max.; Mn 1,30; Ni 1,00; Mo 0,50) al vacío,
templado y revenido, (Anderson, T.L. Fracture Mechanics, 1995, with kind permission
of CRC Press)
146
Figura 6.4
Formación de clivajes con forma de ríos al pasar a través de un límite de grano
147
segundas fases, así como segregaciones en borde de grano que pueden justificar
esta razonable hipótesis.
Si aplicamos la teoría de Griffith, suponiendo que se trata de una partícula es-
férica y se produce una grieta no pasante, la tensión de fractura estaría dada por:
1
⎛ πEγ ⎞ 2
p
σf = ⎜ ⎟⎟ (6.1)
⎝ ( )
⎜ 1 − ν2 C
0 ⎠
donde:
σf es la tensión en frente de grieta, que para el acero del ejemplo sería
igual a 1200 · 106 N m–2
E es el módulo de elasticidad = 210.000 · 106 N m–2
γp es el trabajo plástico por unidad de área que se necesita para crear la
fractura en la ferrita. Asumiendo que γp >>> γs, donde γs es la energía de
superficie, mientras que γp añade la energía correspondiente al trabajo
plástico. En trabajos realizados por Knott para aceros ferríticos como el
que nos ocupa ha estimado para γp un valor de 14 J m–2 para la ferrita.
C0 es el tamaño de la partícula, que puede ser por ejemplo una inclusión
no metálica dura, correspondiente a un óxido globular no deformable.
A partir de esta hipótesis obtenemos un valor de tamaño de partícula:
π ⋅ 210000 ⋅ 10 6 N m −2 ⋅ 14 N m m −2
( )
2
1200 ⋅ 10 6 N m −2 = (6.2)
(
1 − ν2 ⋅ C0 )
π ⋅ 0, 21 ⋅ 10 6 ⋅ 10 6 ⋅ 14 N 2 m m −4
C0 = = 7, 05 ⋅ 10 −6 m = 7, 05 μm (6.3)
0, 9 ⋅ 1, 2 2 ⋅ 1012 N 2 ⋅ m −4
148
segregaciones de carburos en borde de grano producidas durante el enfriamiento
lento del revenido, en los aceros con susceptibilidad a la fragilidad de revenido.
La susceptibilidad a la fractura por clivaje es más crítica cuando se produce
un aumento de la resistencia, como las bajas temperaturas, un estado de triaxia-
lidad de tensiones, efectos de radiación, envejecimiento, etc. Un aspecto de es-
pecial importancia es el referente al tamaño de grano de los aceros y aleaciones
metálicas; el tamaño de grano fino, obtenido mediante cualquiera de las tecno-
logías disponibles para el refinamiento de grano de los aceros y aleaciones me-
tálicas produce un aumento de la resistencia y consecuentemente aumenta el va-
lor de σf. En los aceros de grano fino el momento crítico corresponde a la
propagación de las microgrietas a lo largo de los límites de grano. En este caso
el modelo de Griffith implica la siguiente expresión para la tensión de fractura:
1
⎛ πEγ ⎞ 2
gb
σf = ⎜ ⎟⎟ (6.4)
( )
⎜ 1 − ν2 d
⎝ ⎠
donde:
γgb (grain boundary) es el trabajo plástico por unidad de área que se necesi-
ta para propagar la grieta en los granos adyacentes.
d representa el tamaño de grano que se asume es equiáxico.
Teniendo en cuenta el alto grado de correspondencia entre granos y materia-
les policristalinos γgb > γp. Con esta expresión confirmamos el importante papel
que representa en el clivaje el tamaño de grano; en efecto, como se confirma en
la expresión 6.4, los metales de grano fino son tenaces y por el contrario un me-
tal con tamaño de grano grosero presenta una alta tendencia a la rotura por cli-
vaje al disminuir el σf necesario para desencadenarlo.
La Figura 6.5 presenta una imagen de microscopía electrónica de transmi-
sión en la que se ha producido la iniciación de un clivaje a partir de una segre-
gación de carburos en límite de grano y en la Figura 6.6 se puede observar la
fractografía de una fractura como consecuencia de la presencia de hidrógeno.
149
Figura 6.5
Fractografía SEM de un clivaje iniciado en borde de grano
Figura 6.6
Fractografía de una fractura frágil como consecuencia de la presencia de hidrógeno
150
Figura 6.7
Fractura de copa y cono típica de un ensayo de tracción, con formación de microhuecos
151
c) Partículas muy pequeñas, visibles únicamente al microscopio electrónico
que pueden tener tamaños del orden de 5 a 50 nm. Estos tipos de partícu-
las son las clásicas que se producen durante el proceso de endurecimien-
to de las aleaciones metálicas durante los tratamientos térmicos y parti-
cularmente durante los procesos de maduración y envejecimiento de los
tratamientos de endurecimiento estructural.
Las partículas de gran tamaño son a menudo muy frágiles y consecuente-
mente su capacidad de deformación plástica es muy inferior a la plasticidad de
la matriz. El resultado práctico se traduce en que se fractura mucho antes de que
la matriz complete su deformación plástica y de esta manera se forman mi-
crohuecos «voids». La iniciación de estos voids a partir de partículas grandes
puede observarse al microscopio óptico, de la misma manera que estas partícu-
las eran observables al mismo microscopio. La imagen que se observa (Figura
6.8) corresponde a un contraste entre las partículas que presentan deformacio-
nes no mayores del 5%, al tratarse de materiales frágiles y la deformación de la
matriz que llega al 25% o más, típica de un material dúctil, lo que significa que
las partículas grandes no son esenciales en el proceso de fractura dúctil. Esto
significa que la presencia de estas partículas grandes son muy importantes en la
determinación del momento y lugar en el que se produce la fractura dúctil pero
en si mismas no son determinantes del proceso de fractura dúctil en sí mismo.
Figura 6.8
Imagen SEM de una fractura con formación de microhuecos en inclusiones no metálicas
en un acero de temple y revenido (C 0,24; Mn 1,00; Cr 1,00; Ni 1,00; Mo 0,40)
152
En los materiales en los que las partículas secundarias están finamente dis-
persas en la matriz, la nucleación de microhuecos representa a menudo un mo-
mento crítico del proceso de fractura dúctil y la fractura se produce inmedia-
tamente después de la formación de microhuecos. El proceso se completa en
una segunda fase con el crecimiento de los microhuecos alrededor de las partí-
culas y en una tercera fase posterior se culmina el proceso con la coalescencia y
crecimiento de los microhuecos y sus adyacentes.
Cuando la nucleación de microhuecos se produce fácilmente, las propieda-
des de fractura están gobernadas por los procesos de crecimiento y coalescencia
de estos microhuecos; los microhuecos alcanzan un tamaño crítico en relación
con el espaciamiento entre microhuecos y a partir de este momento se desarro-
lla una inestabilidad plástica local entre microhuecos; en este momento se gene-
ra el fallo del material.
El comportamiento en fractura dúctil es distinto dependiendo del material
de que se trate, algunos materiales son más críticos que otros, por ejemplo las
aleaciones de aluminio de endurecimiento por precipitación pueden contener
partículas intermetálicas de gran tamaño juntamente con fases secundarias pre-
cipitadas de tamaño submicroscópico que están finamente dispersas. Además
estas aleaciones contienen partículas muy dispersas que se han adicionado du-
rante el proceso de solidificación para facilitar el proceso de afino de grano y
que tienen un tamaño de pocas micras. Los microhuecos se forman de forma
mucho más simple en las inclusiones pero también las partículas de muy peque-
ño tamaño, como las indicadas, contribuyen a la formación de microhuecos, du-
rante el proceso de fractura dúctil.
153
Figura 6.9
Formación de microhuecos «voids»
Figura 6.10
Diagrama, determinado por elementos finitos, de las tensiones
y deformaciones plásticas en el frente de grieta enromada
154
cimiento y coalescencia aumentan acercándose al frente de grieta. Usualmente
este crecimiento es estable porque R es creciente en las primeras fases de la
propagación.
Cuando una grieta en una placa crece por coalescencia de microhuecos se
advierte un crecimiento más rápido por el centro de la placa, debido a la mayor
tensión triaxialidad. La variación de triaxialidad a lo largo del espesor produce
los labios de cortadura, característicos de las fracturas dúctiles. En estos labios
la grieta crece cerca de la superficie con un ángulo de 45º, respecto a la tensión
máxima principal, como se puede ver en la Figura 6.11. Estos labios de cortadu-
ra son muy similares a los de la formación de copa y cono que se observa en las
probetas fracturadas del ensayo de tracción, que hemos visto anteriormente en
la Figura 6.7. Por lo tanto los llamados labios de cortadura están causados por
una fractura de tracción en Modo I a pesar de que el recorrido preferido de la
fractura no es perpendicular al eje de tracción.
Figura 6.11
Labios de cortadura en los bordes de la placa fracturada. (a) La fractura rota desde 90º a 45º.
(b) y (c) La grieta es prácticamente perpendicular a la superficie con los labios característicos
a 45º en sus costados
155
Figura 6.12
Micrografía óptica del crecimiento dúctil de una grieta
en una acero de media aleación y alta resistencia
156
Figura 6.13
Curva de transición dúctil-frágil en función de la temperatura
157
Figura 6.14
Fractografía mostrando el fallo preferencial a lo largo de los bordes de grano
En muchos materiales metálicos las grietas de corrosión bajo tensión son in-
tergranulares, posiblemente debido a la diferencia de potencias entre el límite
de grano y el interior del mismo, como consecuencia de las segregaciones de
soluto, generalmente en borde de grano. El típico aspecto que presenta una su-
perficie de fractura con corrosión intergranular, como consecuencia de corro-
sión bajo tensión se puede ver en la Figura 6.14, en la que se ve el daño que se
ha producido en el límite de grano y el resultado en la fractura intergranular.
La causa de la corrosión bajo tensión se debe a la presencia de hidrógeno
producido durante la corrosión. De la misma manera la presencia de mínimas
cantidades de hidrógeno, unos p.p.m., en los aceros de alta resistencia, puede
causar agrietamiento después de un periodo de tiempo de aplicación de una car-
ga estática. El pequeño tamaño del átomo de hidrógeno se puede difundir muy
rápidamente y se concentra en regiones con alto grado de tensiones triaxiales,
como por ejemplo en la región próxima al frente de grieta. La concentración de
hidrógeno puede causar altas tensiones que se traducen normalmente en un
agrietamiento intergranular, similar al agrietamiento de Corrosion bajo tensión
de los aceros.
158
Tema 7
Comportamiento en Fractura
de Polímeros y Cerámicas
7.1. Introducción
Este capítulo contiene las pautas necesarias para comprender los distintos
mecanismos de fractura de los materiales poliméricos y de los materiales cerá-
micos. La mayor parte del conocimiento actual sobre mecánica de fractura se ha
desarrollado sobre materiales metálicos, y comparando con la fractura de los
metales, las investigaciones sobre el comportamiento de materiales no metáli-
cos: polímeros, cerámicas y materiales compuestos está en su infancia, aunque
en los últimos años se han formado importantes equipos de investigación que
trabajan sobre materiales no metálicos.
Los procesos de fractura de materiales no metálicos son de gran interés en ele-
mentos estructurales, fabricados con materiales poliméricos y compuestos; no tan-
to en los componentes poliméricos sencillos que acompañan nuestra vida diaria,
como en los plásticos de ingeniería, por ejemplo algunos elementos estructurales
de alerones aeronáuticos, fabricados con materiales compuestos en los que peque-
ñas grietas pueden ocasionar roturas catastróficas. En el caso de los materiales ce-
rámicos no podemos olvidar ciertos materiales clásicos de ingeniería como el hor-
migón armado en el que su escasa ductilidad respecto al acero de refuerzo limita
su aplicación, resultando de gran interés el análisis de los mecanismos de fractura.
Este Tema 7 se centra en analizar el comportamiento en fractura de los ma-
teriales seleccionados aplicando la teoría general que hemos desarrollado en los
capítulos precedentes, para comprender las particularidades que identifican a
estos materiales, respecto al análisis de los materiales metálicos que hemos de-
sarrollado en el Tema 6.
7.2. Polímeros
159
tura molecular, el grado de polimerización, los enlaces principales y secunda-
rios y la diferencia entre materiales poliméricos cristalinos y amorfos.
De todos estos principios básicos repasaremos los conceptos correspondien-
tes a cristalinidad y las propiedades de los polímeros amorfos.
Al igual que los metales, los polímeros pueden soportar deformación tanto
elástica como plástica cuando se aplica un esfuerzo. La deformación elástica se
debe a dos mecanismos de estirado y distorsión de los enlaces dentro de la ca-
dena y movimiento recuperable de segmentos completos de las cadenas. La de-
formación plástica de los polímeros se produce cuando las cadenas en el polí-
mero se deslizan una sobre otra rompiendo los enlaces débiles de van der
Waals. Cuando cesa el esfuerzo, las cadenas permanecen en sus nuevas posicio-
nes y el polímero experimenta una deformación permanente. La facilidad con la
que se produce la deformación permanente está relacionada con la viscosidad
del polímero. Los polímeros con una alta viscosidad requieren mayores esfuer-
zos para causar deformación plástica.
El efecto de la temperatura en la viscosidad es idéntico que en los vidrios,
Eη
η = η0 e RT (7.1)
160
Conforme sigue descendiendo la temperatura, el material pasa a poseer una
menor deformabilidad elástica y plástica. En este intervalo de temperatura, los
posibles cambios permanentes en la forma del polímero son limitados. Su resis-
tencia es mayor, el módulo de elasticidad aumenta y el alargamiento de rotura
se reduce.
Conforme continúa decreciendo la temperatura del polímero amorfo, la vis-
cosidad se hace tan baja que sólo es posible el movimiento muy localizado de
pequeños grupos moleculares en la cadena; ya no se deslizan las cadenas una so-
bre otra. Por debajo de la temperatura de transición vítrea Tg, el polímero lineal
se vuelve duro y frágil, se comporta de modo parecido a un vidrio cerámico y las
propiedades tales como el modulo de elasticidad o la densidad, cambian a una
velocidad diferente cuando la temperatura cae por debajo de Tg (Figura 7.1).
Normalmente los polímeros de uso ordinario, como el polietileno, se seleccio-
nan, para una aplicación determinada, de modo que la temperatura de transición
vítrea sea inferior a las temperaturas de servicio y de hecho en el pasado la ma-
yor limitación para el uso de materiales plásticos en aplicaciones de ingeniería
venía derivada de la temperatura. Actualmente nos encontramos con plásticos de
ingeniería como el ABS, el Nylon o el poliéster cuyas temperaturas de transición
vítrea están comprendidas entre 50 a 150ºC y mantienen buenas propiedades me-
cánicas a temperatura ambiente.
Figura 7.1
Relación entre el volumen específico y la temperatura
en los polímeros cristalinos y amorfos
161
La temperatura de transición vítrea está comprendida habitualmente entre
0,5 y 0,75 veces la temperatura absoluta de fusión Tm. Las cadenas por adición
simple, compuestas de pequeños monomeros simétricos, tienen una temperatura
de transición vítrea de aproximadamente la mitad de la temperatura de fusión.
Las cadenas producidas a partir de monomeros grandes o no simétricos tienen
mayores temperaturas de transición.
Algunos polímeros cristalizan parcialmente cuando se enfrían a temperatu-
ras inferiores a la de fusión. La cristalización es más fácil para los polímeros de
adición simple que no tienen moléculas grandes o grupos de átomos de sustitu-
ción que puedan romper la simetría de la cadena o impedir la compactación de
las mismas.
Varios factores influyen sobre la cristalización. La cristalización es más difí-
cil cuando el polímero está compuesto de más de un tipo de monómero o molé-
culas no simétricas. El enfriamiento rápido evita la cristalización y facilita la es-
tructura vítrea. Finalmente, la deformación del polímero entre las temperaturas
de fusión y de transición vítrea puede propiciar la cristalización, enderezando
las cadenas y conduciéndolas a una estructura paralela. Las velocidades peque-
ñas de deformación son más efectivas que las altas velocidades de deformación
para provocar la cristalización.
En los polímeros cristalinos la deformación elástica es baja, ya que las cade-
nas son casi rectas y paralelas entre sí. Las temperaturas mayores permiten un
mayor alargamiento de los enlaces, pero el módulo de elasticidad permanece
alto. Además, la estructura cristalina resiste la deformación plástica hasta que la
temperatura se acerca al punto de fusión.
Los polímeros con cadenas entrecruzadas, como los plásticos termoestables,
o los elastómeros que están altamente entrecruzados, mantienen el módulo de
elasticidad en un nivel estable a pesar del aumento de temperatura. Las resinas
epoxi son los ejemplos más comunes de polímeros termoestables, en los que
dos compuestos, que están en estado líquido a temperatura ambiente, se mez-
clan juntos para formar una resina, que al solidificar produce durante el curado
el entrecruzamiento de cadenas. Este proceso es irreversible: un termoestable no
puede conformarse nuevamente una vez solidificado.
σ (t ) ε (t )
E (t ) = D(t ) = (7.2)
ε0 σ0
162
En la Figura 7.2 se representa el módulo de elasticidad respecto a la tem-
peratura de un material termoplástico. Este módulo está dado, para una veloci-
dad de deformación determinada, es decir a tiempo constante. Por debajo de Tg,
el módulo es relativamente alto ya que el movimiento molecular está restringi-
do; para una temperatura próxima a Tg, el módulo decrece rápidamente. Si la
temperatura es suficientemente alta, los polímeros lineales pierden toda capaci-
dad de mantener un esfuerzo y se comportan como un líquido viscoso. Sin em-
bargo, los polímeros reticulares, altamente entrecruzados, mantienen un valor
plano del módulo.
Figura 7.2
Influencia de la temperatura en el módulo elástico de un polímero
163
Figura 7.3
Influencia del tiempo en el módulo de un polímero
tT C1 (T − T0 )
log aT = log = (7.3)
tT0 C2 + T − T0
donde tT y tT0 son los tiempos para alcanzar un módulo específico a las tempera-
turas T y T0, respectivamente. T0 es la temperatura de referencia (normalmente
definida como Tg) y C1 y C2 son parámetros que dependen de las propiedades
del material. La ecuación 7.3, conocida como la relación WMF1 es válida para
el intervalo Tg < T < Tg + 100ºC.
Para entender la respuesta mecánica de los polímeros podemos emplear mo-
delos mecánicos analógicos. El modelo más conocido es el modelo de Maxwell,
que consiste en un muelle y un amortiguador en serie, mientras que el modelo de
Voigt contiene los mismos elementos en paralelo; existe un tercer modelo que
combina los modelos de Maxwell y Voigt, como se representa en la Figura 7.4.
El modelo de Maxwell no tiene en cuenta la recuperación viscoelástica, porque
la deformación en el amortiguador no es reversible cuando cesa la tensión. El
modelo de Voigt no puede ser aplicado al caso de la relajación de tensiones, por-
que cuando la deformación es fija, toda la tensión está soportada por el muelle y
el problema se reduce a una simple carga estática, en la que la tensión y la defor-
mación permanecen constantes.
1 Esta ecuación es similar a la de Larson-Miller que solemos utilizar para extrapolar los datos del
164
Figura 7.4
Analogía mecánica de la deformación viscoelástica de los polímeros
−t
⎛ ⎞
σ0 σ0 t R( 2 ) σ t
ε (t ) = + ⎜1 − e ⎟ + 0 (7.4)
E1 E2 ⎜⎝ ⎟
⎠ η1
165
En términos generales, los polímeros no son muy distintos de los metales, pero
los procesos de plastificación y fractura son diferentes desde un punto de vista mi-
croscópico. Los polímeros no tienen planos cristalográficos, ni dislocaciones, ni
bordes de grano, y teniendo en cuenta que la fractura a escala atómica, supone una
rotura de los enlaces atómicos, en el caso de los polímeros hay que considerar que
tienen dos tipos de enlace: el primario molecular y los enlaces secundarios que son
fuerzas de van der Waals entre segmentos de molécula. La fractura requiere la ro-
tura del enlace primario molecular pero los enlaces secundarios juegan un papel
importante en los mecanismos de deformación que preceden a la fractura.
En principio los polímeros que se ensayan a temperaturas bajas, en relación
con la temperatura Tg, se comportan de modo frágil, ya que el flujo plástico re-
quiere tiempo y el material polimérico no tiene tiempo de respuesta suficiente
para producir una deformación de plastificación, por lo que se rompe de forma
frágil. De la misma manera los polímeros reticulares son siempre frágiles ya que
no tienen enlaces de van der Waals y los enlaces primarios entre segmentos de ca-
denas tendrían que romperse para que se pudieran deformar estos materiales.
Cuando se diseña con polímeros debemos recordar que por debajo de 0,75 Tg los
materiales tienen baja tenacidad, y cualquier cosa que suponga una concentración
de tensiones (como grietas, entallas o cambios bruscos de sección) es peligroso.
La fractura de polímeros implica por lo tanto la separación material de la
cadena del polímero a nivel atómico, lo que podría entenderse como una gran
resistencia a fractura, sin embargo, hay varios aspectos que hacen disminuir ex-
traordinariamente esta aparente resistencia: en primer lugar la presencia de pe-
queños defectos internos que actúan como pequeñas grietas con una alta con-
centración local de tensiones, y en segundo lugar el hecho de que las cadenas
poliméricas no se encuentran solicitadas uniformemente, sino que las tensiones
se reparten de manera muy desproporcional respecto a la carga aplicada, condi-
cionando que algunos enlaces moleculares alcancen el nivel de tensión de rotu-
ra. En el caso de los polímeros amorfos el grado de desigualdad en el reparto de
tensiones es más pronunciado, mientras que en le caso de los polímeros cristali-
nos el grado de simetría distribuye las tensiones de forma más uniforme.
En algunos casos la fractura se produce por desenganche de cadenas, depen-
diendo de la longitud de las moléculas, y del grado en que se encuentran entre-
cruzadas.
La rotura de cadena se puede producir a tensiones relativamente bajas en los
polímeros entrecruzados o altamente alineados y sin embargo, la respuesta de
los polímeros isotrópicos con baja densidad de uniones, está relacionada con los
enlaces secundarios a bajas tensiones. A altas tensiones, muchos polímeros
plastifican antes de la fractura.
166
Figura 7.5
Estirado en frío de un polímero lineal: las moléculas se estiran y se alinean, después
de una reducción de 4, el polímero es mucho más resistente en la dirección de estirado
167
croscópico la zona craze aparece blanca, perpendicular a la tensión máxima
principal σ (resulta muy ilustrativo flexionar fuertemente pequeños objetos de
plástico, fabricados por moldeo por inyección, como tapones de bolígrafos para
ver la zona blanca). Aparecen pequeñas deformaciones como grietas que pre-
sentan deformación con un sólido no deformado a su alrededor, el material de-
formado contiene ligamentos que unen las superficies con crazing, como se ve
en la Figura 7.6 a). Los crazes son fácimente visibles a simple vista y son pre-
cursores de la fractura. En la Figura 7.6 b) se puede ver una imagen fractográfi-
ca SEM de una zona craze.
a) b)
Figura 7.6
a) Esquema de un crazing en el que se observa la grieta, la zona de ligamentos que unen los
bordes de la grieta y la zona de los microhuecos que todavía no son grieta. b) Imagen SEM
de un crazing en un PE. (Brostow, W, Corneliussen, R.D., Failure of Plastics, 1986, with
kind permission of Hanser Publishers)
168
Figura 7.7
Mecanismo de formación de microhuecos en un polímero semicristalino homogeneo, cuando
se aplica una tensión σ, las cadenas de ligamento entre lamelas adyacentes comienzan a sepa-
rarse y se desenredan, para terminar formando un microhueco a lo largo del plano de máxima
deformación, iniciando el crazing. (Brostow, W, Corneliussen, R.D., Failure of Plastics,
1986, with kind permission of Hanser Publishers)
2
π ⎛ K IC ⎞
ρ = ⎜ ⎟ (7.5)
8 ⎝ σc ⎠
169
Figura 7.8
Fractografía SEM de polímeros con distintas adiciones de alastómeros en forma de segunda
fase. (A) La fase dispersa en la matriz ductil tiene poca adhesión. (B) Partículas dispersas
más finas. (C) La adhesión es mucho mejor, comparando con A y (D) Las partículas son di-
fíciles de distinguir, con un 20% de elastómero aproximadamente. (Sawyer, Lynda C.,
Grubb, D.T., Polymer microscopy, 1995, with kind permission of Chapman and Hall Ltd.)
170
dúctil, pero el polímero plastificado sufrirá una gran reducción en el módulo
elástico y en su temperatura de transición vítrea.
Una alternativa es iniciar mecanismos de absorción de energía, como el cra-
zing o la cedencia por cizalladura a partir de varios lugares, con lo cual un volu-
men mucho mayor de polímero está involucrado en comparación con la zona alre-
dedor de la punta de la grieta. Estos mecanismos de deformación múltiple son
susceptibles de producirse mediante la incorporación de una segunda fase consis-
tentes en partículas de gomas o elastómeros dispersas en una matriz polimérica.
Los ejemplos más conocidos de este tipo de materiales son el poliestireno
de alto impacto (HIPS) y el copolímero acrilonitrilo-butadieno-estireno (ABS)
ambos polímeros modificados con elastómero poseen una tenacidad mayor que
los materiales no modificados, poliestireno y copolimero acrilonitrilo-estireno
(SAN) respectivamente. Otros materiales en los que se ha aumentado la tenaci-
dad utilizando esta tecnología son: PVC, PMMA, Polipropileno, Policarbonato,
Poliamidas, y más recientemente resinas termoestables como Epoxi y Poliéster
insaturado. En estos polímeros multifásicos se consigue aumentar la tenacidad
sin una pérdida significativa en otras propiedades importantes del material.
Por otra parte, muchos materiales plásticos se comercializan cargados con
partículas rígidas. Estas cargas, generalmente de naturaleza inorgánica, se aña-
den al polímero a fin de modificar distintas propiedades de la matriz, o bien para
abaratar costes si el precio en volumen de la carga es menor que el de la matriz.
Estas cargas afectan a la magnitud de las propiedades mecánicas y pueden llegar
a modificar la resistencia a la propagación de las grietas produciéndose un au-
mento de la tenacidad a fractura en función de la fracción en volumen de partícu-
las y también del grado de adhesión en la interfase partícula-matriz.
1 ⎡ ∂ Δe ⎤
Jv = − ⎢ ∫ P dΔe ⎥ (7.6)
B ⎢⎣ ∂a 0 ⎥⎦ Δe
171
cuya versión simplificada de carga por unidad de espesor es:
∂ ⎡Δ ⎤
e
Jv = − ⎢ ∫ P dΔ ⎥
e
(7.7)
∂a ⎢⎣ 0 ⎦⎥ Δe
Jv = −
(Δ )
e N +1
⎛ δM ⎞
⎜ ⎟ (7.8)
N + 1 ⎝ δa ⎠ Δe
Jv puede ser evaluada directamente, por unidad de espesor, a partir del área bajo
la curva P-Δe:
Δe
η
Jv =
b
∫ P Δe (7.9)
0
b ⎛ δM ⎞
η =− ⎜ ⎟ (7.10)
M ⎝ δa ⎠ Δe
El valor de J sería:
Δ
η
J =
Bb
∫ P dΔ (7.11)
0
172
7.2.6. Plásticos Reforzados con Fibras
Los materiales poliméricos convencionales tienden en general a comportar-
se de forma más o menos isotrópica, por lo menos a escala macroscópica y su
comportamiento es razonablemente similar a los materiales homogéneos. Sin
embargo, los materiales de matriz polimérica reforzados con fibras se compor-
tan de forma completamente anisotrópica y sus propiedades mecánicas son di-
reccionales, de esta manera los fallos de estos materiales son la delaminación y
el micropandeo.
Cuando una matriz polimérica se combina con un refuerzo resistente y de
alto módulo elástico el material resultante, como ya sabemos, tiene mayor resis-
tencia/peso y mayor rigidez/peso comparado incluso con algunos aceros o alu-
minios.
La fractura en los compuestos reforzados por fibras, sin embargo, está con-
trolada más bien por numerosas microgrietas distribuidas a lo largo del mate-
rial, que por una simple grieta macroscópica. Existen situaciones en las que la
mecánica de fractura puede explicar el comportamiento en fractura de los com-
puestas pero no es menos cierto y se debe reconocer el poco éxito que las ecua-
ciones clásicas de la mecánica de fractura, que aplicamos a los materiales ho-
mogéneos, tienen con estos materiales, salvo en el caso de la delaminación.
En la Figura 7.9 se pueden ver distintas formas de fallo en fractura de estos
materiales. Una carga de tracción que produce el agrietamiento de la matriz pue-
de generar que las fibras se rompan, que actúen de puentes uniendo los bordes de
agrietamiento de la matriz o que las fibras se despeguen de la propia matriz.
Figura 7.9
Esquema de algunos mecanismos de fractura en compuestos
173
Figura 7.10
Fractografía SEM de un compuesto freforzado con fibra de vidrio, con diferentes propieda-
des de adhesión. (A) Fallo entre la intercara fibra-resina por poca adhesión entre las fibras
y la matriz. (B) Huecos de las fibras. (C) La fibras tienen restos de resina como consecuen-
cia de un fallo en la matriz. (D) Imagen de C con más aumentos. (Sawyer, Lynda C.,
Grubb, D.T., Polymer microscopy, 1995, with kind permission of Chapman and Hall Ltd.)
174
Figura 7.11
Fibras de carbono alineadas a 90º unas de otras. (Sawyer, Lynda C., Grubb, D.T.,
Polymer microscopy, 1995, with kind permission of Chapman and Hall Ltd.)
175
para estas aplicaciones, ya que se podrían contemplar campos de utilización en
temperaturas hasta 2000º C. Sin embargo, el gran problema a resolver es la esca-
sísima tenacidad que presentan todos estos materiales cerámicas.
Muchos programas de investigación intentan producir cerámicas tenaces.
Los micromecanismos que permiten mejorar la resistencia a fractura de las ce-
rámicas tenaces modernas se pueden clasificar en dos grupos importantes: Los
de disipación de energía y los que propician la formación de puentes como en
los polímeros.
En la Tabla 7.1 se pueden ver estos dos grupos y los mecanismos concretos
que son: el refuerzo con fibras o whiskers, ambos como creación de puentes a
similitud de los materiales poliméricos, la formación de muchas microgrietas y
las transformaciones de fase, en todos ellos se incluye una cerámica de ejemplo
con el valor de tenacidad a fractura que se ha alcanzado.
Tabla 7.1
Algunos ejemplos de cerámicas tenaces
y los mecanismos de mejora de la tenacidad a fractura
Disipación de energía
Formación de muchas microgrietas (Si3N4/SiC) 7
Transformaciones de fase (PSZ) 18
Formación de puentes
Puentes dúctiles (WC/Co) 20
Refuerzo de fibras (Vidrio/C) 20
Refuerzo con Wiskers (Al2O3/SiC) 14
Como se puede ver los valores son muy superiores a las cerámicas tradicio-
nales que apenas tienen valores de KIC ni siquiera de un dígito en (MPa √m)
pero aun están muy lejos de la tenacidad de los metales de alta resistencia.
En la Figura 7.12 podemos ver un modelo de zona de influencia formada
por el crecimiento de grieta. Cuando la grieta se propaga genera una zona de in-
fluencia alrededor del borde de grieta. La tasa de liberación de energía crítica es
igual al trabajo que se necesita para propagar la grieta desde a a a + da dividido
por da:
h ⎡ ε ij ⎤
GR = 2 ∫ ⎢ ∫ σ ij dε ij ⎥ dy + 2 γ s (7.12)
0 ⎢
⎣0 ⎥⎦
176
Figura 7.12
Zona de influencia formada por el crecimiento de grieta
ε ij
GR = 2 hf ∫ σ ij dε ij + 2 γ s (7.13)
0
Figura 7.13
Deformación no lineal de las partículas de transformación de fase, con puentes dúctiles
177
influencia h. Así podemos representar la curva GR de energía y por lo tanto la
cerámica tenaz tiene una curva que crece a medida que avanza la grieta mien-
tras que en el caso de una cerámica frágil la línea es horizontal, como se ve en
la Figura 7.14.
Figura 7.14
Curva GR de energía de una cerámica tenaz y de una cerámica frágil
δc
GR = J C = f ∫ σ yy dδ (7.14)
0
178
Figura 7.15
Mecanismo de puentes en una cerámica tenaz
Figura 7.16
Esquema del crecimiento de grieta en el hormigón
179
La Figura 7.16 esquematiza esta breve consideración con dos modelizacio-
nes de la zona afectada. El primero son los puentes que se crean en la parte final
de la grieta como resultado de la intercara débil entre la matriz del hormigón y
los agregados, que es precisamente el mecanismo más importante de mejora de
la tenacidad en los compuestos de matriz cerámica. En segundo lugar la consi-
deración de la zona de influencia como consecuencia de las microgrietas en la
zona de tracción, delante de la macrogrieta.
180
Tema 8
Fatiga de Materiales.
Aplicación de la Mecánica de Fractura
8.1. Introducción
181
Figura 8.1
Rotura de un eje sometido a flexión con baja tensión nominal
182
8.2. Proceso general de fatiga
( ) + (N )
N f = Ni + N p
p p e (8.1)
La importancia relativa a cada una de ellas en la vida de una pieza puede ser
muy variable dependiendo de muchos factores. Así, en el campo experimental
tradicional de la fatiga, iniciado por Wöhler a finales del siglo XIX, en el campo
de la fatiga de baja amplitud o fatiga de alto número de ciclos, podemos esta-
blecer de forma general que:
183
rales operando a temperaturas elevadas, es decir T > 0,4 TM, con bajo o nulo lí-
mite elástico, que son las condiciones de fluencia a alta temperatura o «creep»,
es evidente que un gran número de componentes deben diseñarse en base a la
iniciación de la grieta: nos referimos a componentes de tamaño relativamente
pequeño con buen acabado superficial, fabricadas con un control riguroso tanto
de la calidad del material, como del proceso de fabricación, y que deben sopor-
tar una vida de alto número de ciclos y para las que no se prevé ninguna inspec-
ción posterior. El ejemplo más típico lo constituyen sin duda las piezas del mo-
tor de la industria de la automoción. Sin embargo, existen componentes,
diseñados en base a la iniciación de la grieta, como por ejemplo los componen-
tes aeronáuticos en los que, por razones de seguridad debe admitirse la hipótesis
de que una pieza agrietada escape a la inspección del control de calidad y en
todo caso, nunca puede garantizarse la inexistencia de grietas de tamaño infe-
rior al umbral de sensibilidad de ese control. Finalmente, existen componentes
estructurales cuya fabricación libre de grietas (o defectos asimilables a grietas)
es inalcanzable, y el ejemplo típico lo constituyen las grandes construcciones
soldadas.
En este último caso, el diseño debe hacerse en base a la propagación de las
grietas en régimen elástico en el sentido de la mecánica de fractura lineal en la
que la zona plástica, asociada al borde de grieta, en la etapa de propagación, es
una condición obligada para la existencia de la fatiga y deben arbitrarse crite-
rios periódicos de inspección en base a la propagación de la grieta para asegurar
su detección y la sustitución del componente antes del fallo.
da
α Δσ p a q (8.4)
dN
184
1961 Paris y otros colaboradores sugirieron que para una variación cíclica de
tensiones, la variación del factor de intensidad de tensiones caracteriza el creci-
miento de grietas. Esta variación se expresa por:
siendo Kmáx y Kmín los valores máximo y mínimo del factor de intensidad de ten-
siones durante un ciclo de tensión en fatiga. Por tanto:
da
= C ( ΔK )
m
(8.8)
dN
da
donde es el incremento de longitud de la grieta por cada ciclo de fatiga y ΔK
dN
el intervalo cíclico del factor de intensidad de tensiones, definido anteriormente.
C y m son constantes que dependen del material y se determinan experimen-
talmente. El exponente m está situado entre dos y cuatro para aleaciones dúcti-
les. Estas constantes dependen de valores propios del material, como es la mi-
croestructura, y de las condiciones ambientales, como el propio ambiente y su
temperatura, y C puede depender de la relación de cargas R, definida como:
σ mín K mín
R = = (8.9)
σ máx K máx
185
Si el ciclo de cargas penetra en la zona de compresión, se toma Kmín = 0
convencionalmente, ya que el crecimiento de grieta tiene lugar en la parte de
tracción del ciclo. Para fatiga por tracción, ΔK se refiere al factor de intensidad
de tensiones en Modo I. Igualmente un incremento de factor de intensidad de
tensiones KII y KIII pueden emplearse para caracterizar la propagación de grietas
en Modo II y III, respectivamente.
Aunque las relaciones anteriores fueron discutidas durante los primeros años
de la década de 1960, los resultados presentados por Paris y Erdogan en 1963 so-
bre ensayos realizados en aluminio establecieron definitivamente su validez.
La ecuación de Paris, suele representarse en coordenadas doblemente logarít-
micas, dando lugar a una recta de pendiente m como se presenta a continuación:
da da
= C ( ΔK )
m
⇒ log = log C + m log ΔK (8.10)
dN dN
Figura 8.2
Curva característica de una propagación de grieta en material dúctil
186
8.4. Límites de validez de la ecuación de propagación
187
Figura 8.3
Modelo del mecanismo de comportamiento del avance de grieta en la zona umbral (fase I)
que da lugar a un mecanismo de propagación y crecimiento en zig-zag.
188
entre sí y perpendiculares a la dirección de propagación de la grieta, como se
aprecia en la Figura 8.4. Cada estría corresponde a un ciclo de tensión y la
distancia entre estrías es por lo tanto igual al avance de la grieta en un ciclo,
da
. El valor del exponente m de la ecuación (8.8) asociado a la propagación
dN
de la grieta con formación de estrías está entre 2 y 3.
Figura 8.4
Estrías lineales, paralelas entre sí
y perpendiculares a la dirección de propagación de la grieta
2 Las explicaciones detalladas sobre el mecanismo deformación de estrías daría lugar a un de-
sarrollo muy largo. Es relativamente fácil deducir una ecuación del tipo de la de Paris a partir de mo-
delos sencillos pero este campo está todavía en una fase demasiado especulativa y ningún modelo re-
sulta plenamente satisfactorio.
189
aproximar con una sola ecuación del tipo (8.8) todos los datos medidos, inclu-
yéndose datos de las fases I y III. Pero en otros casos, esos valores del expo-
nente son genuinos y están asociados a valores bajos de tenacidad y a superfi-
cies de fractura en que las estrías típicas alternan con modos estáticos de
fractura y realmente estas condiciones se dan también en la zona de crecimien-
to acelerado, III, y reciben una interpretación similar.
Se supone que el frente de la grieta avanza formando estrías en las zonas
dúctiles pero corta bruscamente por fractura «estática» las zonas frágiles que
encuentra (precipitados frágiles, zonas intergranulares, etc.) para las que el fac-
tor de intensidad de tensiones máximo del ciclo supera el valor local de KIC. La
curva de crecimiento de la grieta puede interpretarse como un promedio de tra-
mos en que la velocidad de crecimiento es la correspondiente al crecimiento es-
table (m de 2 a 3) y tramos de incrementos súbitos del tamaño de la grieta. Pue-
de entenderse que en estos materiales en que modos estáticos de fractura
participan en la propagación de grietas por fatiga, la influencia de factores
como la relación de tensiones, R (ecuación (8.9); es un índice del nivel de Kmáx
o el espesor del componente (nivel de KC) tendrán mucha mayor influencia que
en los casos de propagación estable «pura» por el mecanismo de formación de
estrías (Figura 8.4). El fallo final de un componente en que una grieta progresa
por fatiga ocurre cuando el valor de Kmáx alcanza el valor crítico en esas condi-
ciones, KC. Previamente, cuando el valor de K se aproxima al crítico, la propa-
gación se acelera fuertemente respecto de la fase II.
Al ir creciendo la grieta se alcanzan valores elevados del factor de intensi-
dad de tensiones, y la zona plástica que acompaña el crecimiento de grietas
puede implicar numerosos granos. En estas condiciones se alcanzan los meca-
nismos de deslizamiento en dos o más planos a la vez. Se ha determinado ex-
perimentalmente que, bajo ciertas condiciones de carga en el régimen de cre-
cimiento de la ley de Paris, el espacio entre ondas o estrías coincide con el
avance de grieta por ciclo. No obstante, no todos los materiales presentan es-
triaciones en la propagación en la fase II. Estas aparecen claramente en los
metales puros y en numerosas aleaciones dúctiles. Numerosos polímeros
muestran también este tipo de propagación. La posibilidad de aparición de es-
trías depende fuertemente del valor de ΔK propio del estado tensional, de las
condiciones ambientales y de las características microestructurales de la pro-
pia aleación.
Existen numerosos modelos que tratan de explicar el desarrollo de las es-
trías en la fase II de propagación. Entre ellos, Laird (1967) se basó en el enro-
mamiento del fondo de grieta. En este modelo el proceso de crecimiento de
grieta en cada ciclo se asemeja al tamaño de CTOD alcanzado durante la ten-
sión creciente. Si el campo de tensiones entra en compresión el fondo de grieta
cierra sólo parcialmente, dejando una propagación neta en cada ciclo. En la Fi-
gura 8.5 se puede observar el proceso descrito.
El modelo de Laird se ha aplicado a numerosos materiales metálicos, polí-
meros, etc. que encajan en el proceso de enromamiento (blunting) del fondo de
grieta previo a la propagación. Los resultados obtenidos muestran la bondad de
dicho modelo.
190
Figura 8.5
Esquema del proceso de plastificación y enromamiento del fondo de grieta en la fase II.
a) Mínima tensión, b) tensión de tracción creciente, c) tensión de tracción máxima, d) inicio
del descenso de la tensión, e) tensión mínima del nuevo ciclo, f) tensión de tracción
creciente en un nuevo ciclo
ΔK I2
Δδ t = (8.11)
2 ⋅ E' ⋅ σ ys
da ΔK 2
≈ Δδ t = β ⋅ ' I (8.12)
dN E ( σ ys )
siendo σys el límite elástico del material, E’ el módulo de Young en las condi-
ciones de solicitación (tensión o deformación plana) y β un parámetro depen-
191
diente de límite elástico, y de otros parámetros del material como su coeficiente
de endurecimiento, n.
Como puede observarse la ecuación (8.12) prevé un coeficiente de la ley de
Paris m = 2 lo que es razonable en numerosos aleaciones metálicas. Sin embar-
da
go la predicción de inversamente proporcional a σys no es observada en
dN
muchas aleaciones. Por todo ello, debe considerarse la expresión anterior como
válida solo en algunos tramos del régimen de Paris.
192
El mecanismo de propagación de grietas de fatiga frecuentemente entraña la
formación de crazes3, que preceden a la iniciación y propagación de la grieta.
Sin embargo, los micromecanismos de plastificación por ablandamiento o fatiga
térmica no se han aclarado suficientemente. Recientes experimentos llevados a
cabo en policarbonato indican que el ablandamiento cíclico está causado por un
profundo crazing, antes de la fractura y estos mismos estudios han demostrado
en el HIPS (Poliestireno de alto impacto) que la vida a fatiga aumenta conside-
rablemente como consecuencia de un crazing mucho más profundo a lo largo de
la longitud de la grieta.
Por lo tanto el valor umbral ΔKth, que ilustra la iniciación de la grieta de fa-
tiga, está precedido por la formación de microhuecos que terminan por iniciar la
grieta propiamente dicha.
A pesar de estas particularidades y diferencias con los metales, la propagación
de grietas en fatiga se puede estudiar en bastantes casos mediante la ecuación de
Paris, aunque en algunos polímeros como el PMMA se observe una falta de linea-
lidad que, sin embargo no invalida la aplicación de la ecuación de Paris para eva-
luar la resistencia relativa a la propagación de grietas en materiales polimétricos.
193
Figura 8.6
Ensayo de crecimiento de grieta según la norma ASTM E-647, realizado en agua de mar,
sobre una probeta de tracción compacta de 12,5 mm de espesor y 51 mm de anchura. Du-
rante el mismo se ha realizado una inspección visual del avance de la grieta. El crecimien-
to de grieta, parte fundamental de este ensayo, se ha registrado con la técnica de caída de
potencial que se contempla en la norma ASTM (Altern Current Potencial Drop)
Figura 8.7
Probeta para ensayo de crecimiento de grieta E-647
194
Figura 8.8
Evaluación del ratio de crecimiento de grieta a partir de dos puntos adyacentes
del tamaño de grieta a vs. número de ciclos N
⎛ da ⎞ ⎛ Δa ⎞ a − ai −1
⎜ ⎟ ≈ ⎜ ⎟ = i (8.13)
⎝ dN ⎠ i ⎝ ΔN ⎠ i Ni − Ni −1
ΔP ⎛ a ⎞
ΔKi = Y Δσ π am ; ΔKi = ⋅ f⎜ ⎟ (8.14)
B W ⎝W⎠
ai − ai −1 ⎛ a ⎞
donde: am = . El factor geométrico f ⎜ ⎟ se evalúa usando la misma
2 ⎝W⎠
am
longitud de grieta .
W
Este procedimiento es válido solamente si la medida de la longitud de la grie-
ta se realiza a pequeños intervalos de tiempo, de otro modo el ratio de crecimiento
195
Figura 8.9
Longitud de la grieta vs. El número de ciclos, N, para cuatro niveles diferentes de cargas
aplicadas en cada uno de los casos en probetas compactas de acero 22NiCrMo4
y K pueden diferir demasiado entre puntos adyacentes y los valores pueden dar
problemas. En la norma ASTM se puede encontrar un mayor detalle. En la Fi-
guras 8.9 se presentan los resultados de crecimiento de grieta de cuatro probe-
tas de un acero templado y revenido y en la Figura 8.10 los resultados finales
196
Figura 8.10
da
Gráfico que representa vs. ΔK para los datos de las curvas de la Figura 8.9
dN
da
= C ( ΔK ) presentados en escala doblemente logarít-
m
de la curva de Paris
dN
da
mica como una recta: log = log C + m log ΔK .
dN
197
gón, mientras que no es tan importante en los materiales dúctiles como los ace-
ros dulces de bajo carbono.
Walker E.K. ha propuesto una de las ecuaciones más utilizadas para modifi-
car el factor de intensidad de tensiones K. Aplicando la ecuación de Walker te-
nemos:
ΔK = K max (1 − R) γ (8.15)
donde γ es una constante para cada tipo de material, que normalmente tiene un
valor alrededor de 0,5, aunque varía de 0,3 hasta valores muy próximos a 1. De
esta manera, un valor de γ —
=—1 simplemente significa que el material no es sen-
sible al efecto de R y que ΔK = ΔK, mientras que cuando decrecen los valores
de γ se debe entender que el efecto de R es muy alto4. Asimismo, en esta ecua-
ción 8.15, cuando R = 0, el factor de intensidad de tensiones que causa creci-
miento de grieta es Kmax.
Aplicando a ΔK el valor de R, que da ΔK = Kmax (1 – R), la expresión 8.15
es equivalente a:
ΔK
ΔK = (8.16)
(1 − R)1− γ
da
= C ( ΔK ) m ( R = 0) (8.17)
dN
—— ——
en cuyo caso ΔK = ΔK para R = 0. Por lo tanto podemos sustituir ΔK por ΔK en la
ecuación 8.17, obteniendo:
m
da ⎡ ΔK ⎤
= C⎢ 1− γ ⎥
(8.18)
dN ⎣ (1 − R) ⎦
4 Un acero de bajo carbono y muy alta tenacidad con valores de K = 200 MPa √m puede tener un
IC
valor de γ del orden de 0,93, mientras que un acero Ni-Cr-Mo de alta resistencia (σu = 1300 MPa) y
KIC = 130 MPa √m puede tener un valor de γ = 0,4. Otros ejemplos de γ = 0,6-0,7 pueden ser los
aluminios con endurecimiento estructural con valores de KIC de 30 a 35 MPa √m.
198
Esta ecuación representa, en coordenadas logarítmicas, una familia de rectas
paralelas con la misma pendiente m, pero que tienen una ordenada en el origen
distinta como se puede apreciar si exponemos la ecuación de la siguiente forma:
da C
= ⋅ ( ΔK ) m (8.19)
dN (1 − R) m (1 − γ )
C
CR = , mR = m (8.20)
(1 − R) m (1 − γ )
Sin embargo, debemos tener en cuenta que cuando tenemos cargas de com-
presión y por lo tanto R < 0, la porción de——compresión no causa efecto y por lo
tanto γ = 0 cuando R < 0, y por lo tanto ΔK = Kmax. Esta afirmación está basada
en la lógica de que la grieta se cierra cuando la carga pasa por cero y por debajo
de cero no actúa en el crecimiento de grieta aunque, en materiales muy dúctiles
como los aceros ferríticos de alta tenacidad, la parte de compresión puede en al-
gunos casos contribuir al crecimiento de grieta y en estos casos γ para R < 0 tie-
ne un valor que puede estar en torno a 0,2.
——
donde, ΔK th y γth son constantes empíricas para varios valores de R y que se corres-
ponden con ΔKth para R entre 0 y 0,2. Los valores de γth no son generalmente los
mismos que los valores de γ, utilizados en la ecuación para el crecimiento de grieta
en la zona intermedia. Es interesante destacar que la sensibilidad a R es precisa-
mente mayor en cargas pequeñas próximas a la zona del umbral —— de crecimiento de
grieta. Para valores de R = 0,5 y γth = 0,5, la relación sería ΔK th = √2ΔKth .
Otro aspecto diferente del problema de iniciación de las grietas, relaciona-
ble de modo indirecto con lo anterior, pero que también constituye una cuestión
de interés, es el estudio del umbral de endurancia de la curva de Whöler y su
posible dependencia de R y σmax. Existen leyes empíricas que lo relacionan,
no obstante cabe señalar que el número de ciclos de nucleación de grieta o ci-
199
clos hasta la aparición constatable de grieta posee una dependencia clara del
valor de σmax, y una dependencia menos apreciable del factor R, cociente entre
σmin y σmax que nos produce una variación Δσ = σmax (1-R).
da
( )
m
= C Y ⋅ Δσ π a (8.22)
dN
Nf af
m da
CY m ( Δσ ) m ⋅ π 2 ∫ dN = ∫ m (8.23)
0 ai a2
2 ⎡ 1 1 ⎤
Nf = m
⎢ (m − 2) − (m − 2)
⎥ (8.24)
( m − 2) C Y m Δσ m π 2 ⎢ ai 2 af 2 ⎥
⎣ ⎦
para m ≠ 2 y
2 af
Nf = Ln (8.25)
C Y Δσ π
2 2
ai
200
Tema 9
9.1. Introducción
201
Tabla 9.1
Algunos ejemplos típicos de CBT
Modo de fallo
Aleación Medio Observaciones Intergranular
Transgranular
202
En los procesos de CBT siempre nos encontramos que existe una compo-
nente de tracción actuando perpendicularmente a la superficie de rotura y en
bastantes ocasiones nos encontramos con la presencia y absorción de hidró-
geno como una de las causas de fisuración que origina una fragilización loca-
lizada del metal en el fondo del defecto, creando así una situación favorable
a los procesos de iniciación de fisuras bajo la tensión existente. Esta fisura-
ción resulta ser de apariencia frágil incluso en metales de gran ductilidad y
tenacidad.
Como se puede ver en el esquema de la Figura 9.1 el proceso repetitivo de
la rotura de la capa pasivada de óxido y la repasivación de la misma a continua-
ción, como consecuencia de la disolución anódica, es la primera causa del pro-
ceso de iniciación de CBT. En este proceso de ataque se produce una disolución
preferencial de determinados constituyentes o como en muchos casos de un ata-
que de los bordes de grano del metal, generando una corrosión intergranular,
como se ha indicado en los ejemplos de la Tabla 9.1.
Figura 9.1
Mecanismo de rotura de la película de óxido de pasivado en el proceso de CBT
203
El material no protegido se ataca y se produce una absorción de iones que
debilitan los enlaces del material. La reacción de corrosión genera hidrógeno
que se adsorbe en la superficie del metal y se introduce por difusión hasta el
frente de grieta y causa la importante fragilización que hemos indicado. Los
procesos de disolución anódica son el factor fundamental en la iniciación, mien-
tras que a partir de un determinado tamaño de la longitud de grieta el factor do-
minante es el del hidrógeno.
En estos mecanismos se aprecia la existencia simultanea o sucesiva de diferen-
tes procesos: disolución, deslizamiento, repasivación, difusión externa, reacciones
químicas de corrosión, absorción difusión, fragilización y rotura, de los que en cada
caso el más lento es el que gobierna la velocidad de propagación de las grietas.
Como resumen podemos definir las características del proceso CBT, como:
a) Se requieren tensiones de tracción.
b) Los metales puros en general no son sensibles a los fenómenos de CBT.
c) Existe un número reducido de especies químicas que causa dicho fenó-
meno en una determinada aleación. (Ver Tabla 9.1).
d) No se precisa en general que la especie química responsable del fenóme-
no esté en elevadas concentraciones.
e) Las grietas que se producen en ensayos de fractura puramente mecánica,
son siempre macroscópicamente frágiles, aún en materiales muy dúctiles.
204
ma, en función de lo que la grieta puede dejarse crecer antes de que la estructura
se declare insegura. El paso siguiente consistió en cargar probetas con un cierto
tamaño de grieta, producida previamente por fatiga, y obtener curvas de velocidad
de crecimiento de la grieta frente al factor de intensidad de tensiones instantáneo,
que aumentaba a lo largo del proceso.
Los resultados típicos obtenidos en dichos ensayos son de la forma esquemati-
zada en la Figura 9.2, en la que se observan tres zonas bien diferenciadas. En la
zona I, para valores bajos de KI la velocidad de crecimiento de la grieta crece muy
Figura 9.2
Esquema de la velocidad de crecimiento de grieta en función del factor de intensidad
de tensiones en un proceso CBT, con indicación de las diferentes zonas, I, II y III
205
fuertemente al aumentar KI pudiendo representarse dicha velocidad de crecimiento
da
por una función exponencial del tipo: ȧzona I = = A ⋅ K In .
dt
A continuación tenemos la zona II en la función de crecimiento de grieta, en
la que observamos un crecimiento lineal, que en función logarítmica se traduce
da
en una constante: a˙ zona II = log = cte . Algunos autores sugieren que la
dt
forma plana de esta zona puede indicar que algún proceso no mecánico tiene lu-
gar (bien una velocidad de reacción, o bien el acceso de electrolito nuevo a la
punta de la grieta) es el que controla el proceso.
Finalmente existe una tercera zona III, para valores altos de KI que no se
presenta en todas las combinaciones metal-medio corrosivo, en la que nueva-
mente las velocidad de crecimiento de grieta es una función exponencial de KI.
En general, en los materiales que presentan esta zona, el crecimiento de la
grieta parece que tiene lugar por estallidos localizados de fractura frágil, acom-
pañados de emisiones acústicas audibles. Aparentemente el factor de intensi-
dad de tensiones KI cercano a KIC hace que se precise muy poco de la ayuda de
la corrosión y por tanto los fenómenos de reacción o transporte que controla-
ban la zona II.
En la zona I, tal como se aprecia en la Figura 9.2, se ha representado un
umbral de intensidad de tensiones, que se denomina 1 KISCC, por debajo del cual
la grieta no progresa. Se han encontrado combinaciones material-medio corro-
sivo en las que dicho umbral queda suficientemente claro y definido, pero exis-
ten también combinaciones en las que dicho umbral no se presenta con tanta
claridad.
1 Desde el año 1990 el valor de intensidad de tensiones umbral para desencadenar el proceso de
CBT, KISCC, se denomina KIEAC como se indica en la norma ASTM E1681, que corresponde a la ex-
presión en lengua inglesa environmentally cracking threshold, aunque está denominación está poco
introducida y hemos preferido utilizar la clásica KISCC.
2 Norma Europea EN ISO 7539-6 y Americanas ASTM E 1681, NACE 77.
206
Las dificultades que rodean la elección de probetas lisas para la evalua-
ción de la resistencia a CBT son similares, a primera vista, a las de las probe-
tas preagrietadas; el numero de tipos de probeta desarrollado es muy grande
en comparación con el corto tiempo durante el que se han practicado los ensa-
yos. Sin embargo, existe una relación entre las diferentes formas geométricas,
a través del factor de intensidad de tensiones, que permite comparar los resul-
tados de los diferentes ensayos de modo que el problema de elección de pro-
betas no sea tan difícil como podría aparecer a simple vista. La principal difi-
cultad, si se quieren aplicar los conceptos del análisis elástico lineal, es el
gran tamaño de probeta que es necesario utilizar con materiales muy dúctiles,
ya que es probable que la mayoría de las roturas en servicio por CBT se pro-
duzcan en materiales muy dúctiles con secciones relativamente delgadas; no
obstante, el uso de probetas preagrietadas que dimensionalmente no cumplan
estrictamente con los requisitos del análisis elástico lineal es válido si los re-
sultados se utilizan únicamente en situaciones reales que impliquen espesores
similares.
Al margen de consideraciones de mecánica de fractura, a veces existen si-
tuaciones que justifican el uso de probetas preagrietadas: simulación de situa-
ciones reales, facilidad en la iniciación de grietas por CBT en las pregrietas, o
las ventajas derivadas de la propagación de una única grieta. La afirmación que
se ha hecho alguna vez para ensayos de probetas preagrietadas —que la utiliza-
ción de probetas preagrietadas evita la utilización de probetas lisas en el estudio
de la iniciación de la CBT, sobre la base de que se supone que la iniciación está
invariablemente asociada a la creación de picaduras que producen una concen-
tración de tensiones similar a la que se obtiene al comienzo del ensayo con pro-
betas preagrietadas— raramente es válida. La forma geométrica de las picadu-
ras, de las entallas, o de las prefisuras, a menudo es tan importante por razones
electroquímicas como por cualquier otra que influya en la distribución de ten-
siones. Esto se debe a que puede ser necesaria una discontinuidad geométrica
para que se originen las condiciones electroquímicas localizadas (composición
del medio o potencial del electrodo) necesarias para la propagación de una grie-
ta por CBT. Las objeciones al uso de probetas preagrietadas, tales como la vali-
dez de introducir, de antemano, una pregrieta transgranular en una probeta con
agrietamiento intergranular por CBT, o bien el alto coste de producir una grieta
muy aguda que al ser introducida en el medio corrosivo se pueda taponar por
disolución, ignora el hecho de que en los materiales reales existen en efecto es-
tas finas discontinuidades. Realmente, uno de los mayores atractivos de realizar
ensayos sobre probetas preagrietadas es el de obtener resultados a partir de los
cuales poder calcular el máximo tamaño de defecto permitido en una estructura,
para garantizar su seguridad. Conviene tener en cuenta sin embargo, que existen
límites inferiores del tamaño de los defectos y límites superiores de la tensión
aplicada, más allá de los cuales no son válidos los principios de la mecánica de
fractura. En particular, para tamaños de defectos inferiores a 0,1 mm, o para
tensiones locales próximas al limite elástico, los principios de la mecánica de
fractura deben aplicarse con cautela, ya que, las predicciones del tamaño máxi-
mo de defecto permitido pueden no ser muy fiables.
207
Hay un aspecto de la técnica de ensayos con probetas preagrietadas, cuando
se utilizan incrementos de carga continuos para determinar el valor umbral del
factor de intensidad de tensiones, en el que parece haber divergencias entre las
experiencias realizadas en diferentes laboratorios. Mientras que los valores ob-
tenidos a partir de probetas ensayadas con incrementos escalonados de carga o a
partir de probetas cargadas directamente presentan buena correlación, parece
que los valores obtenidos a partir del método de carga continua dependen de la
velocidad de carga.
La utilización de probetas prefisuradas es una prueba de la dificultad de ga-
rantizar la ausencia total de defectos asimilables a fisuras, introducidos durante la
fabricación o en el servicio en las construcciones de estructuras. La presencia de
tales defectos permite, además, poner en evidencia una sensibilización a la fisura-
ción por CBT que, en ciertos materiales (por ejemplo, el titanio), no puede poner-
se de manifiesto por ensayos a carga constante sobre probetas lisas. Los princi-
pios de la mecánica de rotura en régimen elástico lineal permiten cuantificar la
tensión existente en el frente de fisura en una probeta prefisurada o en una estruc-
tura a partir de la intensidad de la tensión en régimen de deformación plana.
El ensayo consiste en someter una probeta sobre la que se ha creado una fi-
sura por fatiga a partir de una entalla mecanizada, ya sea a carga o a desplaza-
miento constante en los puntos de carga, ya sea a carga creciente, durante la ex-
posición a un medio químicamente agresivo. El objetivo es cuantificar las
fisuras en un medio dado, en términos del factor de la intensidad de tensión lí-
mite, KISCC, y de la cinética de la propagación de las fisuras. Los datos empíri-
cos pueden servir en el momento del proyecto o en las previsiones sobre la vida
útil, ya que permiten asegurar, bien que las tensiones que actúan sobre las es-
tructuras importantes no son suficientes para favorecer la fisuración en un me-
dio dado, cualesquiera que sean los defectos preexistentes, o bien que la impor-
tancia de la velocidad de propagación de las que se puedan producir durante la
vida calculada o durante los controles pueden ser tolerados sin riesgo de inesta-
bilidad que implique el fallo.
208
Desde el punto de vista de la Mecánica de Fractura, por ahora, no se puede
especificar el espesor mínimo para obtener un valor invariante de KISCC. La uti-
lización de un medio agresivo durante los ensayos de CBT puede reducir la
amplitud de la plasticidad asociada a la rotura y, por tanto, las medidas requeri-
das para la probeta que aseguren la limitación de la deformación plástica. Sin
embargo, para reducir al mínimo el riesgo de un régimen mecánico inadecua-
do, se recomienda mantener criterios equivalentes a los observados en los en-
sayos de resistencia a la rotura, en lo que se refiere a las medidas de la probeta,
sobre todo en cuanto a su espesor.
Si las probetas deben servir para determinar el valor KISCC, el tamaño inicial
de la probeta se debería determinar a partir de un valor estimado del KISCC del
material (es preferible, en una primera aproximación, subestimar el valor de
KISCC y, por tanto, utilizar una probeta mayor que la que se acabará por utilizar).
Si los requisitos de servicio implican utilizar un material de espesor insuficiente
para cumplir los criterios de validación, se permite utilizar probetas de espesor
semejante, pero indicando claramente que el factor de intensidad de tensión lí-
mite obtenido, KISCC, sólo es válido para esa aplicación específica. Cuando se
debe determinar la modalidad de propagación de las fisuras de CBT, en función
del factor de la intensidad de tensión, el tamaño de la probeta debe deducirse de
una estimación de la intensidad máxima de tensión con la cual se debe medir las
velocidades de propagación de fisuras. Se pueden utilizar dos tipos principales
de probetas:
a) Las primeras, para ensayos a desplazamiento constante, aplicando la car-
ga mediante bulones incorporados;
b) Las segundas, para ensayos a carga constante, que precisan de un dispo-
sitivo exterior para aplicar la carga.
Las probetas, sometidas a desplazamiento constante, autocargadas, tienen la
ventaja de ser económicas, ya que solo precisan un equipo exterior para la pues-
ta en carga pero no durante la realización del ensayo. Su forma compacta tam-
bién facilita su exposición a los ambientes reales de servicio durante el ensayo.
Pueden servir para determinar KISCC, ya sea por la iniciación de las fisuras de
CBT a partir de prefisuras de fatiga, en cuyo caso se debe utilizar una serie de
probetas para determinar, de forma precisa, el valor límite, sea por la detención
de la propagación de una fisura, puesto que, en las condiciones de ensayo a des-
plazamiento constante, la intensidad de la tensión decrece progresivamente con
la propagación de la fisura. Una probeta única bastará en este caso, pero en la
práctica, con frecuencia se recomienda utilizar varias (al menos tres). Asimis-
mo, sirven para la determinación del estado II de propagación estable de fisura
por CBT.
Las probetas de desplazamiento constante son, generalmente autocargadas por
un bulón colocado en una de las dos partes que se apoyan sobre un yunque o so-
bre un segundo bulón de carga sobre la parte opuesta. Son posibles dos tipos:
a) Aquellas en los que predomina (W - a), como las probetas compactas de
tipo T con apertura lateral por efecto de cuña (T -WOL), en las que la
209
proximidad de la cara opuesta al frente de fisura influye en el campo de
tensión de dicho frente de fisura (Figura 9.3 de la probeta de tipo T-WOL,
normalizada3).
b) Aquellas que no están afectados por (W - a) como las probetas (DCB)
para ensayo de flexión, como las vigas en voladizo en ambos extremos,
en las que la cara opuesta está suficientemente alejada del frente de fisu-
ra, como en la Figura 9.4 que se puede ver la probeta de doble viga para
solicitaciones a flexión en voladizo.
Las probetas a carga constante y K creciente pueden someterse a esfuerzos
de tracción o de flexión. Dependiendo de su definición, las probetas someti-
das a un esfuerzo de tracción pueden sufrir tensiones en el frente de fisura,
que son predominantemente tensiones de tracción (como las chapas gruesas con
Figura 9.3
Probeta de tipo T-WOL con abertura lateral para puesta en carga
3 Detalles adicionales de los ensayos de CBT y de las medidas y tolerancias de las probetas se
210
E ⋅ Vy ⋅ H 3 H (a + 0, 6 H ) + H 3
2
KI =
[
4 (a + 0, 6 H ) + H 2 a
3
]
Figura 9.4
Probeta de tipo DCB con solicitaciones a flexión en voladizo
y expresión del factor de intensidad de tensiones
fisura central) o tener una componente de flexión significativa (como las pro-
betas compactas para ensayos de tracción cargadas a la altura del frente de la
fisura). La presencia de una tensión de flexión significativa en el frente de fisu-
ra puede ser nefasta para la estabilidad del recorrido de la propagación de la
fisura durante el ensayo de CBT y, en ciertos materiales puede favorecer la ra-
mificación. La probeta de tipo viga empotrada en un extremo para solicitacio-
nes a flexión, que se puede ver en la Figura 9.5 es una probeta utilizada para
estos ensayos.
211
YP
KI =
B W
3
1 ⎛ a ⎞
donde Y = 6, 21 − ⎜1 − ⎟ en el caso de que S = 1, 5 W
⎛ a ⎞
3
⎝ W⎠
⎜1 − ⎟
⎝ W⎠
Figura 9.5
Probeta de tipo viga empotrada en un extremo para solicitaciones a flexión,
con expresión del factor de intensidad de tensiones
212
a la deformación, V, medida por las galgas de desplazamiento de los bordes de
cuchilla situados en los labios de la entalla, según el método que se muestra en
la Figura 9.6.
Figura 9.6
Zona de medición y referencia entre los valores de V y Vy
213
YP
KI =
B a
2 3 4 5
⎛ a ⎞ ⎛ a ⎞ ⎛ a ⎞ ⎛ a ⎞ ⎛ a ⎞
donde Y = 30, 96 ⎜ ⎟ − 195, 8 ⎜ ⎟ + 730, 6 ⎜ ⎟ − 1186, 3 ⎜ ⎟ + 754, 6⎜ ⎟
⎝W⎠ ⎝W⎠ ⎝W⎠ ⎝W⎠ ⎝W⎠
Figura 9.7
Expresión del factor de intensidad de tensiones
para probetas de tipo T con abertura lateral por efecto de cuña
214
garse a una velocidad inferior a 10–8 mm/s. El valor límite de 10–9 mm/s para
el umbral KISCC puede ser satisfactorio. Se puede hacer disminuir considera-
blemente el tiempo necesario para la detención de la fisuración eligiendo ni-
veles de K1SCC próximos a K1SCC si se conoce este valor de forma aproximada.
Cuando se estima que la fisura ya no se propaga más, se debería determinar la
longitud de la fisura y calcular la intensidad de la tensión para obtener un va-
lor provisional de K1SCC.
215
75% de B. La media de estas tres últimas medidas se utiliza como la medida de
la longitud real de la fisura que se emplea para el cálculo de KQSCC.
Los valores de KISCC se determinan después de realizar ensayos a largo pla-
zo. Se conoce la evolución de KISCC en función del tiempo, llevando a un dia-
grama el tiempo de rotura de las probetas, roturas producidas durante la exposi-
ción, en función de KIi, para establecer así la velocidad, de forma que la curva
obtenida es asintótica al valor de KISCC, como se muestra en la Figura 9.8.
Figura 9.8
Determinación de KISCC con probeta de tipo viga empotrada en un extremo
216
simplemente el valor estático del factor de intensidad de tensiones, KI, determi-
nado a partir de la tensión estática aplicada y la longitud de grieta a,
En la zona I que hemos explicado anteriormente, el crecimiento de grieta
da da
del material está determinado por versus KI, donde es simplemente la
dt dt
velocidad de crecimiento de grieta denominada por a· . Como hemos explicado,
la relación entre a· y KI viene dada por una línea recta en coordenadas doblemente
logarítmicas, por lo tanto tiene la forma de:
da
ȧzonaI = = A ⋅ K In (9.1)
dt
donde A y n son constantes del material que dependen de las condiciones am-
bientales del sistema particular y están afectadas por la temperatura.
Una vez conocida esta relación entre a· y KI, la esperanza de vida se puede
predecir de la misma forma como se ha visto en el tema anterior de fatiga
a
integrando la expresión. Por ejemplo, si el factor geométrico de la grieta f
W
no cambia sustancialmente durante el crecimiento de grieta, podemos encon-
trar una expresión similar a la que se ha visto en Fatiga (8.34) que sería la si-
guiente:
n n
1− 1−
af 2
− ai 2
donde tif es el tiempo que se necesita para que la grieta, que tiene un valor ini-
cial ai alcance el valor final af, que puede ser el que se deduce de la plastifica-
ción total a0 o de la fractura frágil ac.
Cuando el crecimiento de grieta se refiere a la zona II de CBT, la velocidad
de crecimiento es constante dentro de un intervalo de valores de KI por lo tanto
la estimación de vida responde a una ecuación simple como:
a f − ai
tif = ( K I > K ISCC ) (9.3)
a˙ zona II
217
Si nos encontramos con un sistema material-medio ambiente que tiene un
comportamiento que incluye una zona I y una zona II la expresión será la suma
de ambos tiempos parciales:
n n
1− 1−
a fzona I − ai a f − a fzona I
2 2
tif = + (9.4)
⎛ ⎛ a ⎞ ⎞ ⎛ n⎞ a˙ zona II
A⎜ f⎜ ⎟ σ π ⋅ a ⎟ ⋅ ⎜1− ⎟
⎝ ⎝W⎠ ⎠ ⎝ 2⎠
9.6. Corrosión-Fatiga
218
hidrógeno es adsorbido por la superficie del metal y transportado, por difusión o
por deslizamiento de dislocaciones, a la región con altas tensiones en el frente de
grieta (zona plástica), donde causa un daño localizado e incrementa en gran me-
dida el crecimiento de grieta producido por el proceso de fatiga únicamente. En
la Figura 9.9 se puede ver un esquema de la secuencia de operaciones que se
produce en el proceso de crecimiento de grieta en el fenómeno de CF de aleacio-
nes, que trabajando en cargas cíclicas, están expuestas a ambientes agresivos.
Figura 9.9
Secuencia de operaciones que se producen en el proceso de crecimiento de grieta en el
fenómeno de CF de aleaciones, que trabajando en cargas cíclicas, están expuestas a
ambientes agresivos
Los procesos que se indican en la Figura 9.9 son secuenciales y por lo tanto
la velocidad de crecimiento de grieta está controlada por el proceso más lento
de todos los de la secuencia.
219
Figura 9.10
Diagrama que ilustra la interrelación entre la corrosión bajo tensión,
la corrosión fatiga y la fragilización por el hidrógeno
220
Los resultados de los ensayos de crecimiento de grieta en CF, para materiales
da
metálicos estructurales, presentan curvas versus ΔK que tienen tres zonas
dN
de comportamiento como se puede ver en la Figura 9.11. En un medio ambiente
inerte o simplemente benigno, la tasa de crecimiento de grieta a niveles de K
que se acercan a KC o KIC, en la parte alta de la curva (zona III), depende fuerte-
mente de K y también a niveles bajos de K en la zona I, para valores que se
aproximan a los valores de ΔKth del umbral de los ensayos de fatiga y finalmente,
Figura 9.11
Velocidad de crecimiento de grieta en CF en función del incremento
del factor de intensidad de tensiones de la carga cíclica aplicada
221
Figura 9.12
Esquema idealizado del comportamiento en CF
en función de la frecuencia de la onda de fatiga
222
los ciclos, la relación de tensiones R, la forma de la onda de tensiones, pueden
tener importantes efectos sobre las curvas de crecimiento de grieta en un medio
ambiente agresivo. Consecuentemente, se pueden presentar un gran número de
curvas para los sistemas metal-medio ambiente que pueden producir diversos
comportamientos de CF.
223
Tema 10
10.1. Introducción
225
Desde el punto de vista de la Ingeniería de Materiales el término diseño se
refiere normalmente a la selección de un material y del nivel apropiado de ten-
sión para una determinada temperatura de servicio y unas cargas de la estructu-
ra. Así, desde este punto de vista, el diseño para prevenir la fractura se refiere a
la selección del material apropiado así como a la selección de la tensión acepta-
ble apropiada.
Ambos criterios son válidos, pero no deben confundirse. El primero (y tradi-
cional) asume que el ingeniero parte de un material y de un nivel de tensión de
diseño (a menudo especificado por un código de diseño) dados. Así, el diseño
implica el proceso de detallar y especificar los elementos estructurales para las
cargas dadas sin que excedan de la tensión aceptable. La tensión aceptable nor-
malmente es un cierto porcentaje del límite de fluencia para los elementos some-
tidos a tensión y un cierto porcentaje de la tensión de pandeo para los elementos
sometidos a compresión. Estos niveles de tensión de diseño aceptables, asumen
que la fabricación es perfecta y que normalmente las estructuras no tienen nin-
gún defecto, ni grieta alguna. Se admite que habrá concentración de tensiones o
pequeñas discontinuidades del proceso de fabricación, mecanizado, fundición,
etc., pero el ingeniero de diseño asume que sus materiales estructurales tienen la
ductilidad suficiente para plastificar localmente y redistribuir la carga en el área
próxima a las concentraciones o las discontinuidades de fabricación.
El segundo uso del término diseño, se refiere a la selección de materiales y
los niveles de tensión aceptables, basado en el hecho de que en las estructuras
complejas pueden estar presentes las discontinuidades o pueden comenzar como
consecuencia de cargas cíclicas o de corrosión bajo tensión y que se necesita
que el material tenga un cierto nivel de tenacidad a fractura (que no es una pro-
piedad exactamente igual a la ductilidad). Este aspecto del diseño ha pasado a
ser recientemente, de cualitativo a cuantitativo, como consecuencia del desarro-
llo de la Mecánica de Fractura como una ciencia ingenieril.
El ingeniero de diseño debe dimensionar la estructura para prevenir el fallo
por carga excesiva de tensión o por inestabilidad en compresión y por el creci-
miento inestable de grieta. Históricamente, el criterio de diseño más extendido
se ha establecido para prevenir la plastificación por tracción o compresión y
para prevenir el pandeo. El fallo por fluencia y pandeo han recibido una aten-
ción considerable porque existían procedimientos de diseño analíticos disponi-
bles y podían usarse en el análisis de los fallos. La teoría de máxima tensión
cortante y el análisis de pandeo de Euler están entre los criterios analíticos de
diseño ampliamente usados para prevenir el fallo de los elementos estructurales,
por fluencia generalizada o pandeo. El desarrollo reciente de la Mecánica de
Fractura, como una herramienta analítica de diseño, cubre el hueco existente en-
tre las prácticas del ingeniero para el diseño seguro de estructuras.
El resto de este tema trata de una descripción de cómo la Mecánica de Frac-
tura puede ayudar al ingeniero en la selección inicial de:
1. Los materiales,
2. Los niveles de tensión de diseño, y
3. Los tamaños de grieta tolerables para la inspección y control de calidad.
226
para el diseño frente a fractura de cualquier estructura compleja como puentes,
naves, recipientes a presión, aeronáutica, y equipos offshore, etc. Así, este tema
debe usarse junto con libros de texto de resistencia de materiales que describen
los métodos más tradicionales de diseño.
Sin tener en cuenta el tipo de estructura a ser considerado, el diseño en
Mecánica de Fractura asume que el ingeniero tiene la siguiente información ge-
neral:
a) El tipo y las dimensiones globales de la estructura (recipiente a presión,
puente, estructura, etc.).
b) El tamaño general de los elementos sometidos a tracción (la longitud, el
diámetro, etc.).
c) Los criterios adicionales y condiciones de servicio (por ejemplo, peso
mínimo, el menor costo, la resistencia máxima a fractura, esperanza de
vida del diseño, las cargas, la temperatura de trabajo).
d) La tensión aplicada y el rango de tensión cíclico, dónde pueda producirse
un crecimiento de grieta.
Con esta información básica, el ingeniero de diseño puede incorporar los
valores de Mecánica de Fractura a la temperatura de servicio y las cargas el di-
seño de una estructura resistente a fractura. También se puede estimar la vida a
fatiga. Si el ingeniero de diseño sabe o puede medir el valor crítico de tenacidad
a fractura en las condiciones de servicio (es decir, KIC, KC, etc., como se ha vis-
to en el Tema 4) o puede estimar estos valores, la filosofía de diseño que usa la
Mecánica de Fractura es bastante sencilla. Básicamente, el ingeniero de diseño
debe asegurarse que el factor de intensidad de tensión aplicado, KI, es siempre
menor que el factor de intensidad de tensión crítico, KC y por lo tanto es apro-
piado para la estructura objeto de diseño, de la misma manera que σ se mantie-
ne por debajo de σys para prevenir el colapso plástico.
Actualmente, la mayoría de los ingenieros reconoce el hecho que en las es-
tructuras complejas pueden presentarse grietas y discontinuidades o que las
grietas pueden comenzar y pueden crecer durante la vida de servicio de la es-
tructura. Por consiguiente, el ingeniero de diseño estructural no debe limitar su
análisis a los criterios tradicionales de diseño, con que se usan los coeficientes
de seguridad para estructuras sin ningún defecto, sino que debe considerar la
posible presencia de discontinuidades y grietas en su estructura.
Afortunadamente las fracturas frágiles en las estructuras son raras. Sin em-
bargo, este hecho no debe animar a no utilizar las herramientas que nos propor-
ciona la Mecánica de Fractura por las siguientes razones:
a) Los diseños son cada vez más complejos,
b) El uso de materiales estructurales de alta resistencia y de mayor espesor
se ha hecho más generalizado.
c) La fabricación y construcción es cada vez más compleja,
d) Han aumentado las cargas a soportar,
e) Los coeficientes de seguridad disminuyen como consecuencia de cálcu-
los más precisos, mediante herramientas informáticas.
227
la probabilidad de fractura en las grandes estructuras aumenta, y el ingeniero de di-
seño debe ser consciente de lo que puede hacerse para prevenir la fractura frágil.
En este Tema, se presentan los procedimientos de diseño que usan los concep-
tos de la Mecánica de Fractura para diseñar frente a fractura a partir de una grieta
existente o después de que la posible extensión de la grieta se ha producido por
crecimiento de fatiga o por crecimiento de grieta en corrosión bajo tensión.
K IC , KC = M σ a (10.1)
donde:
KIC, KC, etc. = propiedad característica del material en tenacidad a fractura,
en, en un ensayo realizado a una temperatura determinada
(Tema 4). Si no tenemos un valor característico de KIC y te-
nemos valores realizados en ensayos de Mecánica de Fractu-
ra Elasto-plástica, como JC o δC (Tema 5), podemos convertir
estos datos a valores de KIC como se ha visto en el Tema 5.
M = constante que depende de la geometría del elemento (en dife-
rentes tablas y ábacos aparecen valores para el coeficiente
geométrico M, y en el Tema 3 se han desarrollado algunos.
σ = tensión nominal aplicada, MPa, usando los criterios y meto-
dologías tradicionales de resistencia de materiales.
a = Tamaño del semi-defecto o profundidad de defecto.
Por lo tanto, el tamaño máximo de defecto tolerable en una determinado
componente estructural, a partir de 10.1 será:
2
⎡ K ,K ⎤
ac = ⎢ IC C ⎥ (10.2)
⎣ M ⋅σ ⎦
228
zar las propias soldaduras y dentro de las soldaduras en determinadas
aplicaciones las zonas afectadas por la temperatura consiguiendo datos
precisos de K y de las propiedades a tracción de estas mismas zonas.
B. Seleccionar el más probable tipo de defecto que podemos encontrarnos en
una pieza o en un elemento estructural de la naturaleza que estamos dise-
ñando. En este paso es muy importante la experiencia acumulada en fabri-
caciones anteriores y el análisis de otras roturas típicas que se hayan pro-
ducido. En la Tabla 9.1 se presenta unos pequeños ejemplos de defectos
típicos con los correspondientes factores geométricos. Otros tipos de de-
fectos se pueden encontrar en distintos manuales de Mecánica de Fractura.
C. Determinar la relación entre la tensión de trabajo y el tamaño del defecto
para distintos valores de KI que corresponderían a distintos tipos de ma-
teriales a seleccionar para la aplicación que estamos estudiando.
Como ejemplo de aplicación de la relación existente entre la tensión, el ta-
maño de grieta y el factor de intensidad de tensiones, para la geometría de grie-
ta pasante que se puede ver en la Tabla 10.1, vemos que la ecuación del factor
de intensidad de tensiones es: KI = σÎπa. Con esta expresión podemos preparar
una representación gráfica del tamaño de grieta en función de la tensión de tra-
bajo aplicada. En la Figura 10.1 podemos ver tres curvas cuasi-hiperbólicas que
se han realizado para tres posibles materiales con valores de tenacidad a fractu-
ra KIC de 25, 50 y 100 25 MPa√m respectivamente. El valor de 25 MPa√m re-
presenta un material con relativamente baja tenacidad a fractura como por ejem-
plo un aluminio o un acero de uso general ensayado a muy baja temperatura, el
valor de 50 MPa√m representa un material con una tenacidad a fractura media,
como podría ser un titanio de alta resistencia y el valor de 100 MPa√m viene
a ser el umbral de lo que consideramos alta tenacidad a fractura y corresponde a
gran número de materiales tenaces como aceros de alta tenacidad.
Este gráfico nos permite ver el tamaño de grieta tolerable, para la geometría in-
dicada, a partir de la entrada en el eje de ordenadas de una tensión de trabajo, ob-
servando claramente la gran diferencia en el tamaño de grieta tolerable, en función
de utilizar alguno de los tres materiales indicados. De la misma manera podemos
también entrar al gráfico a partir de un defecto dado en el eje de abscisas, obser-
vando que la máxima tensión de trabajo tolerable crece exponencialmente a medi-
da que nos cruzamos con las curvas de materiales de mayor tenacidad. Obviamente
para los materiales de alta tenacidad a fractura (comparados con los materiales de
baja tenacidad a fractura), las posibles combinaciones de tensión de diseño y de ta-
maño de grieta tolerable, sin que se produzca ninguna rotura, son mucho mayores.
Por lo tanto, podemos ver que para minimizar la posibilidad de fractura frá-
gil en una estructura dada, el ingeniero de diseño tiene tres factores básicos que
puede controlar:
a) El tipo de material, lo que incluye un determinado valor de tenacidad a
fractura (KIC), MPa√m, a la temperatura particular de servicio del ele-
mento estructural.
b) El nivel de tensiones nominales, (σ), MPa.
c) Tamaño de grieta presente en la estructura (a), m.
229
Tabla 10.1
Soluciones de KI para las grietas más típicas
Grieta pasante:
KI = σ π a
Grieta en la superficie:
πa
K I = 1, 12 σ
Q
⎛ c ⎞
Q = f⎜ , σ⎟ ver Tabla 3.1
⎝ 2a ⎠
Grieta en un extremo:
K I = 1, 12 σ π a
F = 1, 12 + 0, 053ξ + 0, 0055ξ 2
2
⎛ R⎞
⎜ 20 − ⎟
⎝ t ⎠
+ (1 + 0, 02ξ + 0, 0191ξ 2 )
1400
1, 65
2c ⎛ a⎞
ξ= Q = 1 + 1, 464⎜ ⎟
t ⎝ c⎠
230
Figura 10.1
Representación gráfica del tamaño de grieta en función de la tensión de trabajo aplicada, para
tres posibles materiales con valores de tenacidad a fractura KIC de 25, 50 y 100 MPa√m
Estos tres factores afectan a la posibilidad de una fractura frágil. Otros fac-
tores como la temperatura, las tensiones residuales, la concentración de tensio-
nes, afectan a la fractura frágil de forma indirecta, como consecuencia de afec-
tar a los tres factores primarios. Debe tenerse en cuenta que no es estrictamente
necesario que exista una grieta para que se produzca una fractura frágil si los
otros factores son suficientemente severos y si el nivel general de concentración
de tensiones es alto.
Los ingenieros de diseño han conocido estos tres factores primarios desde
hace muchos años y han reducido la susceptibilidad a la fractura frágil de sus
estructuras, aplicando cualitativamente los principios del sentido común al
cálculo y diseño de estructuras. El uso tradicional de prácticas de diseño, usan-
do el nivel de tensión apropiado disminuye y minimiza las posibles fracturas
frágiles en muchas estructuras. Además, el uso de buenas practicas de fabrica-
ción, es decir, eliminando o disminuyendo el tamaño de los defectos utilizando
buenas prácticas de soldadura y buenos métodos de inspección, así como el uso
de materiales con buenos niveles de tenacidad al impacto (por ejemplo, los es-
pecificados en las Normas Internacionales para ensayos de probetas de impacto
con entalla, como Charpy V o Izod), ha minimizado la probabilidad de fracturas
frágiles en las estructuras.
En resumen, la relación general entre la tenacidad a fractura de material (Kc)
la tensión nominal (σ), y tamaño de la grieta (a) se muestra esquemáticamente
231
en la Figura 10.2. Analizando este gráfico vemos que si nos encontramos en un
nivel de tensión de trabajo y tamaño de grieta pequeños, definido por las coor-
denadas, a0 y σ0, el fallo por fractura no se produce; cuando en un diseño deter-
minado se alcanzan las condiciones representadas por las coordenadas af y σf,
que se ven en el diagrama, que corresponden a un punto de la hipérbola son pre-
cisamente unas determinadas condiciones en las que sí se produciría la fractura
frágil. En estas condiciones podemos aumentar la seguridad de la estructura con
un material que tenga mayor tenacidad a fractura como el que se esquematiza
en esta Figura 10.2.
Figura 10.2
Análisis de la relación entre tamaño de grieta, tenacidad del material y tensión
232
El problema tiene dos aspectos. En primer lugar si la rotura se produce en
materiales de baja tenacidad con grietas pequeñas, su tensión de fractura
K IC
σc = tiende a infinito si el tamaño de la grieta se aproxima a cero,
πa
como se puede ver en la Figura 10.3. Como esto es imposible la tensión de
fractura para una grieta de tamaño (2a/W)1, como se indica en la Figura se pro-
ducirá en el punto B, más bajo que el punto A, que corresponde a la predicción
obtenida a partir de KIC, como consecuencia de la corrección a la hipérbola de
fractura hasta la tensión de rotura del material σu y no al infinito.
Figura 10.3
Fractura frente a colapso plástico
⎛ 2a ⎞
σ = σ ys ⎜1 − ⎟ (10.3)
⎝ W ⎠
233
que es una línea recta que va desde σys en el eje de ordenadas, hasta 2a/W = 1
en el eje de abscisas, como se ve en la Figura 10.3. Si un material posee más te-
nacidad KIC como se ve en la Figura, la tensión de fractura, prevista por la
MFEL, será siempre mayor que la tensión de colapso plástico, como se puede
ver en el análisis del punto (2a/W)2, en la que el punto D, que corresponde a la
mayor tensión de fractura, si tomamos el material con más alto KIC no es el de
rotura del material ya que romperá antes a la tensión del punto E de colapso
plástico cuya tensión es más baja, mientras que si el material es de menor tena-
cidad KIC, la fractura se produce en el punto F, para este tamaño de grieta. Fi-
nalmente el punto G corresponde a una tensión tan baja que en teoría se pueden
producir las dos formas de rotura, aunque si nos fijamos, en este punto el tama-
ño de grieta es tan grande, comparado con la anchura total W que siempre ten-
dremos una rotura con plastificación puesto que las zonas plásticas de los fren-
tes de fisura alcanzan fácilmente el borde de la pieza.
Para valores de longitud de fisura inferiores al dado por el punto H, el peli-
gro de fractura frágil desaparece, siendo predominante el diseño de la estructura
frente a colapso plástico. Dicho tamaño de defectos proporciona un criterio para
evaluar por inspección el máximo tamaño de defecto admisible en estructuras.
En condiciones de plastificación generalizada (Figura 10.4) la zona plástica
se expande a través de la sección completa fracturada y la deformación plástica
en el frente de grieta se produce con mayor libertad.
Figura 10.4
Plastificación general
234
Como se ha discutido en el Tema anterior, KI puede aumentar a lo largo de
la vida de una estructura debido al crecimiento de grieta por fatiga. Este análisis
se muestra esquemáticamente en Figura 10.5 para un grieta, a, aumentando des-
de un tamaño inicial ai, hasta el tamaño final af por efecto de la fatiga.
Figura 10.5
Esquema que representa el crecimiento de grieta en fatiga
235
grieta superficial es aproximadamente semicircular cuando crece, implicando
que se desarrolla totalmente hasta la perforación de la chapa, cuando tiene una
longitud igual al doble del espesor, como se ve en la Figura 10.6.
Figura 10.6
Grieta en la pared de un recipiente a presión
cc ≥ t (10.4)
Ahora podemos analizar cual debe ser el espesor crítico mínimo que no provo-
que una fractura frágil. Para ello podemos utilizar la ecuación general KI = YσÎπa;
como la chapa es muy grande, comparada con la longitud de la grieta, podemos
poner Y = 1 aproximadamente y sustituyendo el valor de KI por el de KIC, obte-
nemos el espesor mínimo necesario:
2
1 ⎛ K IC ⎞
cc = ⎜ ⎟ (10.5)
π ⎝ σt ⎠
236
tisface el criterio de fuga frente a fractura. Si la grieta inicial está situada en el
interior, la penetración total de la chapa se producirá cuando la grieta tenga en
la superficie una longitud 2c, y la fuga se producirá con c < t. El valor de cc de la
ecuación 10.5, será más que suficiente, es decir, conservador en muchos casos.
Sin embargo, si la grieta inicial tiene en la superficie una longitud considerable,
la longitud 2c puede ser mayor que el doble del espesor, o lo es lo mismo c > t,
cuando se hace pasante. En este caso, aunque se cumpla la ecuación 10.4 con un
valor de cc de la ecuación 10.5, no quiere decir que se produzca «fuga antes de
fractura». En estos casos se debe llevar a cabo una revisión y reparación perió-
dica del recipiente para asegurar que no hay defectos iniciales de tamaño aproxi-
mado c >t.
2
⎛ K ⎞
Si el espesor de la chapa: t < ⎜ IC ⎟ nos encontraremos en condiciones
⎝ σy ⎠
de tensión plana de menor riesgo ante fractura frágil cuando la grieta es ya pa-
sante y el peligro está antes de la perforación, como se induce al analizar la ex-
presión de KI en grieta elíptica longitudinal sobre tubo, en estado de deforma-
ción plana, Tabla 10.1.
237
alcanzar tensiones del límite elástico. Bajo estas condiciones, los valores de la
relación KIC/σys para los materiales usados en una estructura particular, son uno
de los primeros parámetros de diseño que pueden usarse para definir la seguri-
dad relativa de una estructura contra la fractura.
Como un ejemplo del uso de la relación KIC/σys, como un parámetro para la
selección de material, veamos el comportamiento de una placa ancha con una
grieta pasante en el centro de tamaño 2a, como en la Figura 10.4. El tamaño to-
tal de la grieta, 2a, se calcula a partir de la relación siguiente:
K IC = σ diseño πa (10.6)
Por lo tanto:
2
1 ⎛ K IC ⎞
a = ⎜ ⎟ (10.7)
π ⎝ σ diseño ⎠
2
2 ⎛ K IC ⎞
2a = ⎜ ⎟ (10.8)
π ⎝ σ diseño ⎠
En la Tabla 10.2 se presentan varios aceros con distintos valores de KIC que
tienen valores de límite elástico que van desde 280 a 1800 MPa. Debe tenerse
en cuenta que no hay ningún factor crítico de intensidad de tensiones único para
cualquier acero a una temperatura y carga dadas, porque los valores de KIC, KC
dependen de su historia termomecánica, es decir, tratamiento térmico y defor-
mación de laminación, etc. Para cada uno de estos aceros, se ha calculado el ta-
maño de grieta crítico, 2a, para cuatro niveles de tensión de diseño, es decir,
100% σys, 75% σys, 50% σys y 25% σys.
Los resultados presentados en Tabla 10.2 demuestran la influencia del nivel
de resistencia, tenacidad a fractura, y el nivel de la tensión de diseño, en el ta-
maño del grieta crítico para una placa plana con tamaño de grieta, 2a. Por
ejemplo, el tamaño crítico de la grieta para el acero de 1800 MPa de límite
elástico, cargado al 50% del límite elástico (tensión de diseño de 900 MPa) es
de 6,37 mm. Si se plantea una tensión de diseño de 900 MPa para una estructura
en particular, sería preferible usar un material de menor resistencia, con mayor
tenacidad a fractura (por ejemplo, el material con límite elástico de 1250 MPa) a
una tensión de diseño del 75% σys (937,5 MPa). La razón es que para los dos
aceros de 1250 MPa de límite elástico, analizados en la Tabla 10.2, los tamaños
del grieta críticos son mucho más grandes que 6,37 mm. Por ejemplo, el tamaño
crítico del grieta es de 16,3 mm para el material con un KIC de 150 MPa√m y
41,72 mm para el material con un KIC de 240 MPa√m.
238
Tabla 10.2
Valores de tamaño crítico de grieta en función del límite elástico
y de la tenacidad a fractura de varios materiales
239
tico, el tamaño del grieta crítico es de 159,15 mm. Si incrementamos la tensión de
diseño, para el acero de 760 MPa de límite elástico, hasta 100% σys (760 MPa), el
tamaño del grieta crítico sería de 39,8 mm. Este tamaño crítico de grieta todavía
es significativamente más grande que el tamaño de 16,3 mm para el acero de
1500 MPa de límite elástico con una tensión de diseño del 50% σys.
Para los aceros de baja resistencia mostrados en la Tabla 10.2 que tienen va-
lores más altos de la relación KIC/σys los tamaños críticos de grieta son suma-
mente grandes, lo que indica el pequeño riesgo de fractura en estos casos.
En resumen, existen situaciones en las que el ingeniero de diseño podría es-
pecificar materiales de menor resistencia a tensiones de diseño más elevadas
(como porcentaje del límite elástico), los cuales podrían realmente mejorar la
seguridad general y la fiabilidad de la estructura, desde el punto de vista del di-
seño de resistencia a fractura. No obstante, el diseño correcto implicará consi-
derar todos los aspectos posibles de fallo, incluida la fractura.
Asimismo la relación KIC/σys incide directamente en las condiciones de es-
pesor de cara a encontrarnos en estados de deformación plana (donde la resis-
tencia a fractura viene dada por KIC) o de tensión plana (donde la resistencia a
fractura es notablemente superior a la que proporciona el ensayo válido de tena-
cidad a fractura KIC), Esta cuestión del espesor resulta decisiva para materiales
de baja tenacidad, en los cuales las condiciones de trabajo deben ser orientadas
hacia la tensión plana o espesores pequeños para estar cerca de la mayor seguri-
dad posible. En el caso de materiales de alta tenacidad, el propio valor de KIC,
calculado a partir de JIC o de δIC, ya corresponde a condiciones próximas al es-
tado de tensión plana, que son las que se producen realmente en la práctica, y
que evalúa correctamente la seguridad frente a rotura frágil.
240
Bibliografía
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tions. Prentice-Hall.
241
Índice Temático
A E-1681, 206
E-1820, 111, 135
ABS, 103, 161, 171
Acero, 103, 104
Aceros al carbono, 147 B
Aceros alta resistencia, 202
Aceros de grano fino, 148 BCC, 144
Acero dulce, 144, 202 Banda, 54, 55
Acero ferrítico, 145 Barenblatt, 23
Airy, 16 Begley, 23, 127
función de tensión, 48 Berilio, 144
análisis dimensional, 49 Bibliografía, 241
Aleaciones, 152 Bisagra modelo, 112
de Zr, 202 Bordes de grano, 157
Mg, 202 British Standard
Ti, 202 BS 7448, 83, 112, 132
Alúmina, 108 PD6493, 113
Aluminio, 108 British Welding Research, 112
American Bureau of Shipping, 19 Broek, 145
Ambiente, 185 Brostow, 168
Aminas, 202 Brown, 83
Amorfo, 160, 161 Burdekin, 22, 113
Amortiguador, 165
Anderson, 146, 185 C
Anódica, 203
Apl, 139 Cálculo de J, 133
Aplicaciones, 225 Calibración, 100
ASTM, 40, 84, 100, 193 Calidad, 225
Altern Current Potential Drop, 193 Campo J, 124
E-399, 83, 91 Campo KI, 124
E-647, 193, 222 Campos HRR, 120
E-813, 135 Carburo de silicio, 103
E-1290, 112 Carga-desplazamiento, 133
E-1737, 135 CBT, 157, 201
243
avance, 202 Cristalino, 145, 161
caracterización, 206 CRC Press, 146
iniciación, 202, 214 Craze, 168
detención de la fisuración, 212 Crazing, 166
probetas, 207 Creep, 162, 183
seguridad en, 217 Cromo, 144
Cerámicas, 159, 176 CTOD, 64, 102, 107, 112, 129, 189
tenaces, 176 CTODC, 107
tradicionales, 177 planteamiento tensional, 108
CF, 218 relación con J, 129
Challenger, 18 Cu-Al, 202
Chapman & Hall, 171, 175, 176 Cu-Si, 202
Charpy, 14, 102, 157 Cu-Zn, 202
instrumentalizado, 103 Curva master, 162
Cinc, 144 Curva P-v, 135
Cl, 202 Curva R, 40, 42, 115, 131
Clivaje, 145, 156 de un material dúctil, 132
dislocaciones, 145 en fractura elasto-plástica, 131
en borde de grano, 148 parte inicial, 131
escalones, 145 pendiente de la curva, 131
facetas, 145
iniciación, 146, 151
rios, 145 D
secundario, 145 Dawes, 113
Coalescencia, 153 DCB, 43, 210
Cobalto, 176 De Havilland, 18
COD, 63 Debonding, 104
Colapso plástico, 232 Deformación, 58
Comet, 18 plástica local, 139
Componente plástica, 129 restringida, 144
Componente hidrostática, 168 Deformación plana, 51, 53, 70, 71
Comportamiento viscoelástico, 162 condiciones, 77
Comportamiento viscoplástico, 162 Densidad de empaquetamiento, 144
Compuestos, 173 Descargas elásticas, 135
Compuestos de matriz cerámica, 176 Desgarramiento de la grieta, 140
Condiciones de similitud, 124 Desgarramiento módulo, 132
Condiciones elasto-plásticas, 124 Deslizamiento por grano, 144
Contorno, 120 Desplazamiento, 43, 58
Control de calidad, 225 Desplazamiento aplicado módulo, 132
Control de carga, 43, 132 Desplazamiento total remoto, 132
Corneliussen, 168 Desplazamientos, 50, 53
Corrosión, 201 Dislocaciones, 64
bajo tensión, 201 Difusión, 157, 218
Corrosión-fatiga, 218 Dinámicas, 102
Cortadura, 145, 155 Diseño, 228
Corrosión intergranular, 157 criterios, 235
Crecimiento de grieta, selección de materiales, 237
en Fatiga, 187 Disolventes orgánicos, 202
CBT, 202 Dods, 71
desplazamiento (ver COD) Dolomía, 103
244
DTD 5024, 103 Federsen, 55
Dugdale, 23, 64, 66, 169 Ferry, 164
FH, 220
Fiabilidad, 225
E Fibras de carbono, 176
Efecto de la plasticidad, 124 Fisuras pasantes, 56
Elasticidad clásica, 47 Fisuras no pasantes, 56
Elasticidad, 49 Flexibilidad elástica, 44
Elipse, 27, 47 Flexibilidad, 43, 115
Endurancia, 198 Flexibilidad del sistema, 132
Endurecimiento, 152 Fluencia tangencial, 166
Energía superficial, 30 Flujo tangencial, 168
Energía disipada, 133 Forma de la zona plástica, 66, 70
Enlaces secundarios, 162 Efecto endurecimiento, 71
EN ISO, 12737, 83 Fosfatos, 202
7539-6, 206 Fractografía, 145
Enromamiento, 132 del clivaje, 145
línea, 139 intergranular, 157
plástico, 139 Fractura dúctil, 149
Entallas, 91 Fractura elasto-plástica, 139
Chevron, 91 Fractura fibrosa, 185
Ranurada, 91 Fractura frágil, 144, 151
Recta, 91 Fractura frente a plastificación, 232
Entrecruzado, 162 Fractura materiales metálicos, 143
Envejecimiento, 152 Fractura viscoelástica, 172
Epoxy, 103, 172 Frecuencia, 222
Erdogan, 185 crítica, 223
EPRI, 22 Frente de grieta, 153
ESIS, 111 Fuerza motriz, 40, 132
Espesor, 78, 185 Fuga frente a fractura, 235
Estado de tensiones, 52
Estabilidad crecimiento de grieta, 132
Estructuras metálicas, 66, 102
G
European Structural Integrity, 111 G, 40, 42, 111, 120
Exfoliación, 185 General Electric, 23
Extensión de la grieta, 139 Gómez, 184
Extensómetro, 94 Gomoso, 162
Extremos de cadena, 168 Grain boundary, 148
Extremos de la grieta, 64 Granito, 103
Grano fino, 148
Grietas, 60, 63, 64
F agudeza, 91
F-111, 18 blunting, 108
Factor de intensidad de tensiones, 49 características exigidas, 89
Comparación, 69 enromamiento, 60, 108
correcciones, 68, 69 extremos de la grieta, 64
Factores polinómicos, 55, 56 forma de la zona plástica, 69
Fases secundarias, 152 macroscópica, 147
Fatiga, 181 medida de la grieta de fatiga, 92
FCC, 144 plasticidad, 60
245
tamaño de la zona plástica, 60, 77 Journal of the Mechanics of Physics of So-
zona plástica frente de grieta, 60 lids, 120
zona plástica tridimensional, 71
Griffith, 20, 27, 33, 116, 147
planteamiento, 30 K
Grubb, 171, 175, 176 Kamath, 113
Kayser, Henry, 16
Kluwer Publishers, 145
H Koiter, 54
Hanser, 168 Kurdistan, 18
Hexagonal compacto, 144 KIC, 84, 88, 92, 101, 172, 192
Hidrógeno, 151, 157, 218 KISCC, 204
Hierro, 144, 145 KId, 105
HIPS, 171 KQ, 106
Hormigón, 103, 180
HRR Campos, 120, 129
desplazamientos, 131 L
Hutchinson, 120 Laird, 189
Landes, 23, 127, 162
Leak before break, 235
I Leonardo da Vinci, 22
Inclusiones, 147 Liberación de energía, 51
Inglis, 25, 27, 47 Liberty, 16
Inestabilidad, 132 Ligamento, 168
Ingeniero de diseño, 229 Ligamento remanente, 129
Ingeniero de Materiales, 13, 229 Límite de grano, 146
Iniciación estable de la grieta, 132 Líquido, 161
Integral de contorno, (ver JC) Lloyds Register, 19
Integral J, 116, 121 Love, 16
definición, 119 Lynda, 171, 175
medida experimental, 125
Método experimental, 19
Integral viscoelástica, 172 M
Intergranular, 157 Maduración, 152
agrietamiento, 157 Magnesia, 103
CBT, 157 Magnesio, 144
Intergranular, 202 Máquina de ensayos, 92
Irwin, 22, 54, 62, 63, 69 Mar del Norte, 22
Isida, 55 Maraging 250, 103
Izod, 157 Maraging 300, 103
Materiales elasto-plásticos, 132
Materiales metálicos, 143
J Maxwell, 164, 165
JC, 107, 135 McMeeking, 124
relación con CTOD, 129 Medios continuos, 119
condición dimensional, 139 Merkle, 128
JQ, 140 Metales, 143
J-R, 172 policristalinos, 144
J con grieta creciente, 133 Metodología experimental, 83
246
Metodología JIC, 135 intermetálicas, 155
MFEL, 21, 25, 60, 64, 69, 84, 102, 108, muy pequeñas, 152
116, 129, 138 secundarias, 153
MFEP, 107, 129, 131 visibles, 152
MgCl2, 204 Partícula-matriz, 172
Microhuecos, 149, 153, 168 Petroleros, 17
Microscopio óptico, 144 PET, 103
Microscopio electrónico, 144 Picaduras, 206
Modelos de deformación, 74 Placa finita, 54, 55
Tensión plana, 74 fisura pasante, 56
Deformación plana, 74 Placa infinita, 40, 42, 53, 55
Modo I, II, III, 51, 70 Placa plana, 27
Modos de deformación, 49 Placa sin grieta, 28
Módulo de desgarramiento, 132 Plasticidad, 60
Módulo de desplazamiento aplicado, 132 Plásticos reforzados, 173
Módulo de cortadura, 52 Plastificación restringida, 71
Módulo de relajación, 162 Poliamidas, 172
Mohr, 69, 73 Policarbonato, 172
deformación plana, 73 Poliéster, 161
círculo, 73 insaturado, 172
tensión plana, 73 Polietileno, 168
Moléculas de ligamento, 168 Polímeros, 103
Molibdeno, 144 amorfos, 160
Monómeros, 161 cadenas, 160
Mott, 20 deformación elástica, 160
deformación permanente, 160
efecto de la temperatura, 160
N estirado y distorsión de los enlaces, 160
NACE-77, 206 fatiga, 192
Nitruro de silicio, 103 segmentos completos, 160
Nylon-6-6, 103, 161 termoplásticos, 160
Níquel, 176 temperatura de degradación, 160
Nucleación, 183, 196 temperatura de fusión, 160
temperatura de servicio, 161
temperatura de transición vítrea, 161
O viscoso, 160
Orientación plano de agrietamiento, 88 zona blanca, 168
Orowan, 20, 33 Polímero lineal, 162
Oxidación, 203 Poliéster, 103, 168
Polipropileno, 168
Pop-in, 98
P PMMA, 172
Pandeo, 226 PP, 168
Panel con agrietamiento en caras opuestas, PQ, 100
128 Principio de superposición, 58
Parámetro WMF, 164 Probeta de flexión, 56, 85, 111, 139
Paris, 128, 184, 196 dimensiones, 87
Parks, 124 macrografía, 91
Partícula, 147 Probeta compacta, 56, 85, 139
de tamaño intermedio, 152 dimensiones, 87
247
Probeta de disco, 88 en caliente, 202
Probeta en forma de arco, 88 hidróxido, 202
Probetas con grietas de longitud variable, 127 orgánicas, 202
Propagación fatiga, 183 Srawely, 83
Propagación a carga constante, 117 Superaleaciones, 176
Propagación desplazamiento constante, 117 Superposición principio, 58
Propagación estable, 133
Propagación inestable, 133
final, 133 T
Propagación rápida, 144 T2, 19
PS, 168 Tasa de liberación de energía, 53, 119
PSZ, 177 Temperatura, 102
Puentes dúctiles, 177 de transición, 156
Punto de fusión, 162 de transición vítrea, 161
PVC, 203, 172 Tensión media, 185
Tensión plana, 51, 53, 70, 71
R condiciones, 77
Tensión normal, 120
Ramberg-Oswood, 120 Tensional, 47
Recipientes a presión, 103, 135 Tensiones, 47, 55
Recuperación viscoelástica, 164 Tensiones desviadoras, 168
Refinamiento de grano, 148 Termoestable, 162
Reflectividad, 145 Titanio, 103
Relajación, módulo, 162 TEM, 144
Remache, 59 Transición dúctil-frágil, 102, 144, 156
Resina, 162 Transgranular, 202
Reserva de tenacidad, 140 Transporte de fase gaseosa, 218
Resistencia residual, 79 Tresca, 69
Rice, 21, 120 Triaxialidad, 148, 155
Rosengren, 120 Tubos a presión, 230
T-WOL, 208
S
SAM, 172 U
SCC, 201
UNE Normas, 49
Sawyer, 171, 175, 176
7540, 89
Schnectady, 17
Semicristalino, 161
Segregaciones de carburos, 148 V
Segregaciones de soluto, 157
Seguridad, 225 Vacío, 146
Shih, 129 Van der Waals, 160, 162
SiC, 177 Vasijas nucleares, 135
Si3N4, 177 Velocidad de carga, 103
SEM, 144, 153, 168 Vida a fatiga, 200
Sistemas de deslizamiento, 144 Vidrio, 160
Soldaduras, 228 Viscoplásticas, 107
Sólido viscoso, 160 Voids, 153
Soluciones, 202 Voigt, 164, 165
de Cl, 202 Voladizo, 210
248
Volumen específico, 161 Winne, 19
Von Mises, 66 WMF parámetro, 164
Wolframio, 144
WOL, 208
W Wundt, 23
Walker, 196
WC, 177
Welding Institute, 113
Y
Wells, 19 Young, 162
Westergaard, 20, 54
Westinghouse, 21
Whiskers, 105 Z
Wöhler, 183 Zonas plásticas, 74, 77
Williams, 164 radio, 77
249