Tema 2 - Clasicismo
Tema 2 - Clasicismo
Tema 2 - Clasicismo
II. Características
✓ Equilibrio y simetría en la forma y el fondo (gracias a esta norma, sus obras
manifestaban armonía, serenidad y belleza, llegando a la perfección literaria).
✓ Normatividad (Estaba sujeta a reglas firmes en función a la idea del
equilibrio). Por ejemplo, el teatro griego estaba sujeto a la regla de las tres
unidades: acción, tiempo y espacio.
✓ Culto a la razón (esto obedece a su afán por el conocimiento y el querer
explicarlo todo)
CARACTERÍSTICAS
• Su literatura es de tipo pedagógica,
cuya finalidad era la enseñanza. Es
por esto que resaltan su rasgo
racional e intelectual en ella.
Épica:
▪ Heroica.- Homero, autor
de la “Ilíada” y la “Odisea“
Pese a que son diversas las versiones sobre la vida del poeta que han
llegado hasta nuestros días, su contenido, incluida la famosa ceguera del
poeta, es mítico y propio de las novelas. La más remota como inverosímil,
adjudicada falsamente a Heródoto, data del siglo V a.C, en ella, Homero
es presentado como el hijo de una huérfana seducida, de nombre
Creteidas, que lo dio a luz en Esmirna en la desembocadura del río Meles
y que le puso por nombre Melesígenes. Se dice que pronto destacó por
sus cualidades artísticas, y que comenzó una vida libre y poco
convencional. Se cuenta que una enfermedad lo dejó ciego, y desde
entonces pasó a llamarse Homero.
Aunque son varias las vidas de Homero que han
llegado hasta nosotros, su contenido, incluida la
famosa ceguera del poeta, es legendario y novelesco.
La más antigua, atribuida sin fundamento a
Herodoto, data del siglo V a.C. En ella, Homero es
presentado como el hijo de una huérfana seducida,
de nombre Creteidas, que le dio a luz en Esmirna.
Conocido como Melesígenes, pronto destacó por sus
cualidades artísticas, iniciando una vida bohemia.
Una enfermedad lo dejó ciego, y desde entonces
pasó a llamarse Homero. La muerte, siempre según el
seudo Herodoto, sorprendió a Homero en Íos, en el
curso de un viaje a Atenas.
✓Su objetivo es celebrar una Edad
Heroica.
✓Tienen como fondo común la Guerra de
Troya.
✓Pertenecen a un mundo aristocrático y
señorial que tiene su ideal en el
pasado.
✓Ambas se componen de 24 cantos o
rapsodias.
✓Métrica: escritas en versos hexámetros
✓Figura literaria predominante: el
LAS EPOPEYAS epíteto
HOMÉRICAS
ASPECTOS COMUNES EN LAS EPOPEYAS HOMÉRICAS
➢Sin pretender escribir Historia, los
poemas mezclan elementos
arqueológicos (históricos, sociales) de
épocas diferentes, tanto antiguos como
modernos.
➢Están repletas de largas digresiones,
comparaciones, pasajes repetidos y
fórmulas fijas, habituales en la épica
oral.
➢Se basan en el contraste de personalidades, pasiones y
acciones de los protagonistas, contrastando la humanidad y la
crudeza.
➢Describen solemne y sencillamente el mundo heroico de
tiempos antiguos, sin intención de precisión histórica.
➢Uso de figuras literarias. La más resaltante es el epíteto.
➢Reviven antiguas leyendas y relatos (mitología griega).
➢ Género : épico
➢ Especie : epopeya
➢ Estructura : 15 674 versos
➢ Cantos o rapsodias : 24
➢ Verso : hexámetro
➢ Dialecto : jónico-eólico
➢ Tema central: La cólera de Aquiles
➢ Consideraciones
❑ La Ilíada se inicia con una invocación a la diosa
Calíope.
❑ Es un poema cuyo relato y descripción caracterizan
la vida de aquella época.
❑ Los dioses tienen una actuación importante en la
vida de los héroes.
❑ Sus prototipos humanos y la exactitud de sus
imágenes motivan a llamarlo el milagro griego.
Personajes importantes
❖Griegos (aqueos)
• Aquiles (‘el de los pies ligeros’) Rey de los mirmidones, fue el símbolo del honor
griego.
• Agamenón (‘pastor de hombres’) Rey de Micenas.
• Helena (‘la de la hermosa cabellera’) Esposa de Menelao.
• Néstor (‘sabiduría persuasiva’) Rey de Pilos, fue el más anciano de los caudillos.
❖Troyanos (teucros)
• Héctor (‘el de tremolante casco’) Hijo del rey Príamo.
• Paris (‘el joven afeminado’) Hijo del rey Príamo, fue llamado también Alejandro.
• Príamo (‘hombre de la digna realeza’) Último rey troyano, fue un hombre noble y
generoso
ODISEA
❖GÉNERO: ÉPICO
❖ESPECIE: EPOPEYA HEROICA
❖DIALECTO: JÓNICO
❖N° DE CANTOS: 24
❖N° DE VERSOS: 12 110
❖TIPO DE VERSO: HEXÁMETRO
❖TIPO DE NARRACIÓN: CÍCLICA
❖ESTRUCTURA:
1. TELEMAQUIA
2. NOSTOS
3. VENGANZA
LOS VIAJES DE ODISEO 1. TROYA
6. ISLA DE CIRCE
AVENTURAS DE ODISEO:
1. ISLA DE LOS CICONES
2. ISLA DE LOS LOTÓFAGOS
3. ISLA DE LOS CÍCLOPES
4. ISLA DE EOLO
5. ISLA DE LOS LESTRIGONES
5. ISLA DE LOS
LESTRIGONES
7. ENTRADA DEL INFRAMUNDO 6. ISLA DE CIRCE
8. ISLA DE LAS SIRENAS 7. ENTRADA DEL INFRAMUNDO
4. ISLA DE EOLO 8. ISLA DE LAS SIRENAS
1. ISLA DE LOS CICONES
9. ESCILA Y CARIBDIS
ISLA DE
3. ISLA DE LOS 9. ESCILA Y CARIBDIS ESQUERIA 10. ISLA DE HELIOS
CÍCLOPES TROYA 11. ISLA DE CALIPSO
10. ISLA DE HELIOS ÍTACA
«Somos aqueos á quienes extraviaron, al salir de Troya, vientos de toda clase que nos llevan por el gran abismo del mar: deseosos de volver
á nuestra patria, llegamos aquí por otros caminos porque de tal suerte debió de ordenarlo Júpiter. Nos preciamos de ser guerreros de
Agamenón Atrida cuya gloria es inmensa debajo del cielo—¡tan grande ciudad ha destruído y á tantos hombres ha hecho perecer!—y
venimos á abrazar tus rodillas por si quisieras presentarnos los dones de la hospitalidad ó hacernos algún otro regalo como es costumbre
entre los huéspedes. Respeta, pues, á los dioses, varón excelente; que nosotros somos ahora tus suplicantes. Y á suplicantes y forasteros los
venga Júpiter hospitalario, el cual acompaña á los venerandos huéspedes.»
»Así le hablé; y respondióme en seguida con ánimo cruel: «¡Forastero! Eres un simple ó vienes de lejas tierras cuando me exhortas á temer
á los dioses y á guardarme de su cólera; que los Ciclopes no se cuidan de Júpiter, que lleva la égida, ni de los bienaventurados númenes,
porque aún les ganan en ser poderosos; y yo no te perdonaría ni á ti ni á tus compañeros por temor á la enemistad de Júpiter, si mi ánimo
no me lo ordenase. Pero dime en qué sitio, al venir, dejaste la bien construída embarcación: si fué, por ventura en lo más apartado de la
playa ó en un paraje cercano, á fin de que yo lo sepa.»
»Así dijo para tentarme. Pero su intención no me pasó inadvertida á mí, que sé tanto, y de nuevo le hablé
con engañosas palabras:
«Neptuno, que sacude la tierra, rompió mi nave llevándola á un promontorio y estrellándola contra las
rocas, en los confines de vuestra tierra; el viento que soplaba del ponto se la llevó y pude librarme, junto
con éstos, de una muerte terrible.»
»Así le dije. El Ciclope, con ánimo cruel, no me dió respuesta; pero, levantándose de súbito, echó mano á
los compañeros, agarró á dos y, cual si fuesen cachorrillos, arrojólos en tierra con tamaña violencia que el
encéfalo fluyó al suelo y mojó el piso. Seguidamente despedazó los miembros, se aparejó una cena y se
puso á comer como montaraz león, no dejando ni los intestinos, ni la carne, ni los medulosos huesos.
Nosotros contemplábamos aquel horrible espectáculo con lágrimas en los ojos, alzando nuestras manos á
Júpiter; pues la desesperación se había señoreado de nuestro ánimo. El Ciclope, tan luego como hubo
llenado su enorme vientre, devorando carne humana y bebiendo encima leche sola, se acostó en la gruta
tendiéndose en medio de las ovejas. Entonces formé en mi magnánimo corazón el propósito de acercarme
á él y, sacando la aguda espada que colgaba de mi muslo, herirle el pecho donde las entrañas rodean el
hígado, palpándolo previamente; mas otra consideración me contuvo. Habríamos, en efecto, perecido allí
de espantosa muerte, á causa de no poder apartar con nuestras manos el grave pedrejón que el Ciclope
colocó en la alta entrada. Y así, dando suspiros, aguardamos que apareciera la divinal Aurora.
«Toma, Ciclope, bebe vino, ya que comiste carne humana, á fin de que sepas qué bebida se guardaba en nuestro buque. Te lo traía para
ofrecer una libación en el caso de que te apiadases de mí y me enviaras á mi casa, pero tú te enfureces de intolerable modo. ¡Cruel! ¿Cómo
vendrá en lo sucesivo ninguno de los muchos hombres que existen, si no te portas como debieras?»
»Así le dije. Tomó el vino y bebióselo. Y gustóle tanto el dulce licor que me pidió más:
«Dame de buen grado más vino y hazme saber inmediatamente tu nombre para que te ofrezca un don hospitalario con el cual te huelgues.
Pues también á los Ciclopes la fértil tierra les proporciona vino en gruesos racimos, que crecen con la lluvia enviada por Júpiter; mas esto se
compone de ambrosía y néctar.»
»De tal suerte habló, y volví á servirle el negro vino: tres veces se lo presenté y tres veces bebió incautamente. Y cuando los vapores del
vino envolvieron la mente del Ciclope, díjele con suaves palabras: «¡Ciclope! Preguntas cuál es mi nombre ilustre, y voy á decírtelo; pero
dame el presente de hospitalidad que me has prometido. Mi nombre es Nadie; y Nadie me llaman mi madre, mi padre y mis compañeros
todos.»
»Así le hablé; y en seguida me respondió, con ánimo cruel: «Á Nadie me lo comeré el último, después de sus compañeros, y á todos los
demás antes que á él: tal será el don hospitalario que te ofrezca.»
«¡Ciclope! Si alguno de los mortales hombres te pregunta
la causa de tu vergonzosa ceguera, dile que quien te privó
del ojo fué Ulises, el asolador de ciudades, hijo de Laertes,
que tiene su casa en Ítaca.»
»Tal dije; y él, dando un suspiro, respondió: «¡Oh dioses!
Cumpliéronse los antiguos pronósticos. Hubo aquí un
adivino excelente y grande, Télemo Eurímida, el cual
descollaba en el arte adivinatoria y llegó á la senectud
profetizando entre los Ciclopes: éste, pues, me vaticinó lo
que hoy sucede: que sería privado de la vista por mano de
Ulises. Mas esperaba yo que llegase un varón de gran
estatura, gallardo, de mucha fuerza; y es un hombre
pequeño, despreciable y menguado quien me cegó el ojo,
subyugándome con el vino. Pero, ea, vuelve Ulises, para
que te ofrezca los dones de la hospitalidad y exhorte al
ínclito dios que bate la tierra, á que te conduzca á la
patria; que soy su hijo y él se gloría de ser mi padre. Y será
él, si le place, quien me curará y no otro alguno de los
bienaventurados dioses ni de los mortales hombres.»
Y el Ciclope oró en seguida al soberano Neptuno, alzando las manos al
estrellado cielo:
«¡Óyeme, Neptuno, que ciñes la tierra, dios de cerúlea cabellera! Si en
verdad soy tuyo y tú te glorías de ser mi padre, concédeme que Ulises,
el asolador de ciudades, hijo de Laertes, que tiene su casa en Ítaca, no
vuelva nunca á su palacio. Mas si le está destinado que ha de ver á los
suyos y tornar á su bien construída casa y á su patria, sea tarde y mal, en
nave ajena, después de perder todos los compañeros, y encuentre
nuevas cuitas en su morada.»
II. En el regreso de Odiseo (cantos del V al XII) Odiseo llega a la corte del rey Alcínoo y
narra todas sus vivencias desde que salió de Troya.
III. Finalmente, en la venganza de Odiseo (cantos del XIII al XXIV), se describe el regreso
a la isla, el reconocimiento por alguno de sus esclavos y su hijo, y cómo Odiseo se
venga de los pretendientes matándolos a todos. Tras aquello, Odiseo es reconocido
por su esposa Penélope y recupera su reino. Por último, se firma la paz entre todos
los itacenses.
PERIODO ÁTICO
(s. V a.C. - s. IV a.C.)
Llamado también periodo Clásico, en el siglo V a.C. se observan algunos
principales acontecimientos:
➢ Marcado florecimiento de la civilización griega.
➢ Acontecimientos políticos como las guerras médicas, democracia y
gobierno de Pericles y formación del imperio Ateniense.
➢ Progreso económico bastante evidente que produjo alcances y
beneficios de todo tipo.
➢ El progreso del pensamiento y el arte donde se reflejaron de modo más
preciso la acción civilizadora de la polis griega especialmente en la poesía
dramática y en su doble expresión de tragedia y comedia.
➢ Surge la tragedia por culto a Dionisio
Inicios del siglo V a. C., Atenas está en su
mayor apogeo con el Siglo de Pericles. La
literatura, a través del teatro, llegará a su
máxima expresión con la tragedia y la
comedia.
II. PERIODO ÁTICO O CLÁSICO
LA TRAGEDIA GRIEGA
ETIMOLOGÍA
La etimología de tragedia proviene del
griego τραγῳδία (tragodia). Se
distinguen en esta la raíz de «macho
cabrío» (τράγος / trágos) y cantar
(ῳδία / odía), sería «el canto del
macho cabrío», quizás en referencia al
premio que era dado al vencedor del
certamen trágico (un macho cabrío); o
el sacrificio de este animal sagrado a
Dioniso, que frecuentemente
acompañaba la fiesta en honor al dios.
¿QUIÉN ERA DIONISIO?
En la mitología griega, Dioniso es
uno de los considerados dioses
olímpicos, es el dios de la fertilidad
y el vino. Hijo de Zeus y Sémele.
Nieto de Harmonía y bisnieto de
Afrodita, sin embargo, otras
versiones afirman que era hijo de
Zeus y Perséfone.
En la primera versión: Sémele era una mortal,
hija del rey Cadmo de Tebas. Su naturaleza hizo
que Hera -la esposa de Zeus-, encolerizada por
la infidelidad, acudiese a ella mientras se
encontraba encinta, y sembró en su mente la
duda de si Zeus era verdaderamente el padre
de la criatura que cargaba en su vientre, con la
finalidad de alejarla.
No obstante, Sémele le pidió a Zeus que
demostrara toda su gloria. Al hacerlo, la mortal
no fue capaz de soportar la visión de los
truenos, los rayos y todo el poder contenido en
el dios, por lo cual, pereció carbonizada.
Con la finalidad de rescatar a su hijo, Zeus logró
rescatar el pequeño cuerpo y lo implantó en su
muslo, hasta completar su gestación.
EL DITIRAMBO: Composición poética que los autores de la antigua Grecia escribían
en honor de Dionisos (dios de los placeres sensuales en la mitología griega
DEL DITIRAMBO A LA TRAGEDIA
EL PROSKENION: (delante de la
LA PARASKENIA: se decoraba escena), adornado con
con figuras y pinturas, según columnas y estatuas, era el
el lugar en que la acción se lugar donde actuaban los
desarrollaba. actores y era similar al
proscenio actual.
ESQUILO DE ELEUSIS
(Eleusis, 525 a. de C.–Gela, 456 a. de C.)
(LA ÚNICA TRILOGÍA
CONSERVADA COMPLETA)
I. AGAMENÓN (ASESINATO)
SÓFOCLES
(Colono, 496 a. C. - Atenas, 406 a. C.)
▪ GÉNERO: DRAMÁTICO
▪ ESPECIE: TRAGEDIA
▪ BASADO: En el ciclo tebano
▪ TEMA: El destino determina el accionar humano
y el hombre no puede escapar de su destino.
▪ PERSONAJES:
➢ Edipo: Rey tebano
➢ Yocasta: Reina tebana, esposa de Edipo
➢ Creonte: Cuñado de Edipo, hermano de
Yocasta
➢ Tiresias: Adivino griego
➢ Un sacerdote acompañado de Suplicantes
➢ Un pastor: antiguo criado de Layo
➢ Un mensajero de Corinto
➢ Un servidor Palaciego
➢ El coro de los ancianos de Tebas
RESUMEN DE EDIPO REY
Prólogo:
En esta escena la acción transcurre en Tebas, ante el palacio de Edipo, donde se encuentra
un grupo de tebanos arrodillados alrededor del sacerdote de Zeus. Edipo sale del palacio y
se dirige a su pueblo preguntándoles la razón de la reunión. El sacerdote trágicamente
responde que la peste se ha adueñado de Tebas. Como fue Edipo quien salvó al pueblo de la
esfinge se dirigen ahora a él para librarlos de la Peste y salvar nuevamente a la ciudad. Edipo
responde que ya es consciente de este problema y que ya ha actuado mandando a su
cuñado Creonte a Apolo Pitio, con el fin de informarse sobre lo que se debe hacer. En ese
momento llega Creonte, quien, ante la pregunta de Edipo sobre lo que Apolo había dicho,
responde que según el oráculo, la manera de librar a la ciudad de su infortunio sería
desterrando al culpable del asesinato del rey Layo, quien reinó Tebas antes de la llegada de
Edipo. Según Creonte, el oráculo decía que debían castigar a los culpables de su muerte. Al
oír esto Edipo se encuentra desconcertado ya que no había pistas sobre la muerte de Layo,
salvo el dato que Creonte aportó, que fue asesinado por unos bandidos con la fuerza de un
gran número de manos. Edipo se compromete con el pueblo a hallar al culpable.
SACERDOTE:
¡Oh Edipo, que reinas en mi país! ... La ciudad, como tú mismo
puedes ver, está ya demasiado agitada y no es capaz todavía
de levantar la cabeza de las profundidades por la sangrienta
sacudida. Se debilita en las plantas fructíferas de la tierra, en
los rebaños de bueyes que pacen y en los partos infecundos de
las mujeres. Además, la divinidad que produce la peste,
precipitándose, aflige la ciudad. ¡Odiosa epidemia, bajo cuyos
efectos está despoblada la morada Cadmea, mientras el negro
Hades se enriquece entre suspiros y lamentos! Ni yo ni estos
jóvenes estamos sentados como suplicantes por considerarte
igual a los dioses, pero sí el primero de los hombres en los
sucesos de la vida y en las intervenciones de los dioses. Tú que,
al llegar, liberaste la ciudad Cadmea del tributo que
ofrecíamos a la cruel cantora y, además, sin haber visto nada
más ni haber sido informado por nosotros, sino con la ayuda
de un dios, se dice y se cree que enderezaste nuestra vida.
EDIPO: …Si alguno de vosotros, por otra parte, sabe que el
asesino no es de este país, sino que procede de un país
extranjero, que no se lo calle, pues a mi gratitud se añadirá la
recompensa que le daré. Pero si calla, y si algún tebano,
temiendo denunciar a un amigo, o a sí mismo, rehúsa darme las
explicaciones que pido, que oiga desde ahora con qué actos
pienso responder a su negativa:
«Prohibo a todos los habitantes de esta tierra sobre la que se
extienden mi poder y mi trono, que reciba a ese hombre, sea
quien fuere; que le dirija la palabra, que le admita en las plegarias
comunes y en los sacrificios, y que comparta con él el agua
lustral. Que, por el contrario, le, ahuyente de su casa como a un
ser impuro, causante de la peste, según acaba de revelármelo el
oráculo pítico. De este modo, creo poder ser auxiliar de la
divinidad y vengador del rey que ya no existe; y así, que el
criminal desconocido, bien que haya obrado solo, bien que haya
tenido cómplices, se vea condenado a arrastrar una vida
desgraciada de maldición y de miseria.
Y deseo que esta maldición que acabo de lanzar contra los criminales, caiga sobre mi
casa si en ella yo, de buena fe y sin saberlo, lo hubiera introducido en mi hogar. Os
ordeno, por tanto, que ejecutéis todas mis órdenes por respeto hacia mí, por
reverencia al dios y también por miramiento a esta tierra condenada a perecer ante
nuestros ojos, agotada por la esterilidad y arruinada por el abandono de los dioses.
Y aun cuando esta purificación no se os hubiera exigido por numen celeste, no
podríais seguir permitiendo que este país continuase manchado por la muerte de un
hombre que era una persona eminentemente honrada y vuestro rey; por eso era
preciso haber buscado a los culpables. «Hoy, pues, ya que tengo los poderes que
Layo poseía antes que yo, ya que ocupo su lecho y su mujer es mi esposa, y nuestros
hijos hubieran crecido juntos si no se hubiera frustrado su descendencia por el
infortunio que vino a pesar sobre su cabeza; atendiendo a todas esas razones, como
si él hubiese sido mi padre me constituiré en vengador suyo y lo intentaré todo para
hallar al asesino que mató con su mano al hijo de Lábdaco, nieto de Polidoro,
bisnieto de Cadmo y tataranieto del antiguo Agenor, padre de todos. A los que no
cumplieran cuanto acabo de mandar, yo les deseo, y porque así sea hago votos a los
dioses, que la Tierra entera no produzca para ellos ninguna cosecha ni sus mujeres
les den hijos; y que caigan bajo el destino que hoy nos azota, e incluso que
encuentren una muerte más execrable. Para vosotros, en cambio, cadmeos, que
estáis de acuerdo con mis palabras, que la Justicia se convierta en vuestra aliada y
que todos los dioses os sean para siempre constantemente propicios.
Primer Agón:
Edipo pide ayuda a Tiresias para encontrar al culpable y librar a Tebas de la mancha del homicidio.
Tiresias responde preocupado que no debería estar allí ya que no son buenas noticias las que trae, por
eso hace ademán de irse pero Edipo lo detiene pensando que el adivino sabe y no quiere decirlo.
Tiresias responde que no querría hacer públicas sus desgracias, o más bien las de Edipo, y que de
cualquier manera los hechos llegarían a pesar de su silencio. Edipo entonces acusa a Tiresias de ser el
culpable del crimen. Edipo insulta al adivino con su ceguera, y éste dice que Edipo mismo es el causante
de todos sus males. El rey le pregunta a Tiresias si fue él o Creonte quien tramó esos descubrimientos,
ya que cree que Creonte le pagó al adivino para ir y decir esas mentiras. Tiresias responde que Creonte
no causa para él ningún mal. Edipo piensa que todo esta arreglado entre Creonte y él para arrojarlo del
trono. Corifeo interviene y dice a Edipo que tanto las palabras suyas como las de Tiresias han sido
dictadas por la cólera, y que lo que realmente importa es averiguar como cumplir los oráculos de Apolo.
Tiresias luego de una pausa, le dice a Edipo que él que ve la luz, no ve la desgracia que se cierne sobre
él, ni dónde ni con quien convive. Le dice que pronto no verá mas que tinieblas. El adivino enojado pide
que lo guíen para irse. Antes de marcharse avisa a Edipo que la persona a quien él busca está allí, que
pasa por un extranjero domiciliado en Tebas pero en realidad es tebano de nacimiento y ese
descubrimiento no será para él motivo de alegría. Descubrirá también, dijo Tiresias, que es padre y
hermano de sus hijos; hijo y esposo de la madre que le dio el ser; y el asesino de un padre a cuya esposa
fecundó. Tiresias se retira diciéndole a Edipo que reflexione.
TIRESIAS (A EDIPO, después de un silencio.): Por muy rey que
seas, Edipo, me corresponde contestarte con igual título, de igual
a igual, ya que yo también reino a mi modo. Yo no soy tu esclavo;
Apolo es mi dueño, y nunca figuraré en el número de los clientes
de Creonte. Ya que me insultas en mi ceguera, he aquí lo que
tengo que decirte: tú, que tienes los ojos abiertos a la luz, no ves
la desgracia que se cierne contra ti ni ves en qué lugar habitas ni
con quiénes convives. ¿Sabes de quién desciendes? Eres, sin
saberlo, odioso a todos los tuyos, que están abajo en el Hades, y
a los que están aún encima sobre la tierra. La aterradora
maldición de un padre y de una madre te acosa y te echará de
este país; y tú, que hoy ves claramente la luz, pronto no verás
más que tinieblas. Ningún lugar estará al abrigo de tus lamentos.
¿Qué Citerón responderá dentro de poco a tus gemidos, cuando
conozcas el himeneo que te condujo, pasajero demasiado feliz, al
puerto sin fondeadero de tu propio hogar? No presientes
tampoco los innumerables males que te vendrán a igualar con
tus hijos. Después de esto, puedes cubrir de lodo a Creonte y mis
palabras. Nadie entre los hombres será tan duramente
maltratado por el Destino como tú.
YOCASTA: No te atormentes por lo que me estás diciendo.
Escúchame y te convencerás de que no hay ningún mortal que
entienda una palabra de profecías. En pocas palabras te daré
una prueba de ello. Hace tiempo, un oráculo, transmitido no
diré que por el mismo Apolo, sino a través de uno de sus
servidores, pronosticaba a Layo que su destino era morir a
manos de un hijo suyo que le nacería de mí. Pues a pesar de
eso, a Layo le mataron hace tiempo, por lo menos eso dice la
opinión general, unos bandidos extranjeros, en el cruce de tres
caminos. Y respecto de su hijo, cuando sólo hacía tres días que
éste había nacido, Layo lo entregó, con los pies bien atados por
los tobillos, a manos mercenarias, para que lo arrojasen al
fondo de una sima impenetrable de una montaña. Ahí tienes
cómo ni Apolo ha cumplido sus oráculos ni el hijo de Layo mató
a su padre. Y Layo no murió como él con tanto horror temía, a
manos de su hijo. Así se cumplió lo que los oráculos habían
predeterminado. De modo que no te inquietes más. Lo que un
dios juzga útil que se sepa, lo revela fácilmente él
mismo.(Pausa.)
EDIPO: ¡Qué extraña turbación en mi alma y qué desconcierto
en la mente se apodera de mí al escucharte, mujer!
PASTOR: ¡Ay!, ¡heme aquí ante una cosa horrible de decir!
EDIPO: Y para mí también horrible de oír. Pero, sin embargo, tengo
que oírla.
PASTOR: Se decía que era hijo de Layo. Pero la está en casa, tu mujer,
te diría mejor que nadie cómo fue eso.
EDIPO: ¿Te lo dio ella?
PASTOR: Sí, rey.
EDIPO: ¿Para qué?
PASTOR: Para que lo hiciera desaparecer.
EDIPO: ¿Una madre? ¡desgraciada!
PASTOR: Por miedo de horribles oráculos.
EDIPO: ¿Qué decían esos oráculos?
PASTOR: Que aquel niño debía matar a sus padres; así se decía.
EDIPO: Pero tú, ¿por qué se lo entregaste a este anciano?
PASTOR: Por piedad, señor. Pensaba que se lo llevaría a otra comarca,
a la isla donde él vivía. Mas él, para las más grandes desgracias, lo
guardó junto a sí. Porque si tú eres el que él dice, has de saber que
eres el más infortunado de los hombres.
EDIPO: ¡Ay! ¡Ay! Todo se ha aclarado ahora. ¡Oh luz, pudiera yo verte
por última vez en este instante! Nací de quien no debería haber
nacido; he vivido con quienes no debería estar viviendo; maté a quien
no debería haber matado.
CREONTE. No he venido a burlarme, Edipo, ni a echarte en
cara ninguno de los ultrajes de antes. (Dirigiéndose al
Coro.) Pero si no sienten respeto ya por la descendencia
de los mortales, siéntanlo, al menos, por el resplandor del
soberano Helios que todo lo nutre y no muestren así
descubierta una mancilla tal, que ni la tierra ni la sagrada
lluvia ni la luz acogerán. Antes bien, tan pronto como sea
posible, métanlo en casa; porque lo más piadoso es que
las deshonras familiares sólo las vean y escuchen los que
forman la familia.
EDIPO. ¡Por los dioses!, ya que me has liberado de mi
presentimiento al haber llegado con el mejor ánimo junto
a mí, que soy el peor de los hombres, óyeme, pues a ti te
interesa, que no a mí, lo que voy a decir.
CREONTE. ¿Y qué necesitas obtener para suplicármelo así?
EDIPO. Arrójame enseguida de esta tierra, donde no pueda
ser abordado por ninguno de los mortales.
Éxodo:
El coro muestra como una persona feliz como Edipo se convirtió en la criatura más
desgraciada de la tierra, por eso dice que hasta esperar su último día no hay que
proclamar feliz a ningún mortal Antes de que haya llegado su último día.
(Entran todos en palacio)
CORIFEO. ¡Oh habitantes de mi patria,
Tebas, miren: he aquí a Edipo, el que
solucionó los famosos enigmas y fue
hombre poderosísimo; aquel al que los
ciudadanos miraban con envidia por su
destino! ¡En qué cúmulo de terribles
desgracias ha venido a parar! De modo
que ningún mortal puede considerar a
nadie feliz con la mira puesta en el
último día, hasta que llegue al término
de su vida sin haber sufrido nada
doloroso.
COMENTARIO FINAL
La obra muestra la caída de Edipo («el de
los pies hinchados») desde la posición más
alta entre los suyos, hasta el extremo del
dolor y el abandono, demostrando la
incertidumbre acerca del destino del
hombre: «Ningún mortal puede darse por
feliz hasta que no haya pasado el límite final
de su vida libre de toda pena».
El destino actúa como una fuerza superior,
pero siempre a través del ser humano. La
obra expone la incertidumbre acerca del
destino del hombre, ya que este actúa como
una fuerza superior al ser humano.
Adicionalmente, Edipo aparece como chivo
expiatorio al tomar las culpas de la ciudad
sobre sí mismo propiciando con su castigo
la salvación de los otros.
Un motivo de interés radica en la
oposición entre ceguera y visión. La
visión auténtica es interior; la falsa es
exterior. La ceguera física representa
la adquisición de la sabiduría, la
visión interior. Además, Edipo
aparece como chivo expiatorio, pues
con su castigo toma las culpas de la
ciudad sobre sí mismo y libera a los
ciudadanos de Tebas.
1. D 6. B 11. D 16. B 21. B