Hola

Descargar como txt, pdf o txt
Descargar como txt, pdf o txt
Está en la página 1de 4

Gran parte de su trabajo más célebre data de la década de 1960, en la que se dio a

conocer como cantautor folk con composiciones como «Blowin' in the Wind» y «A Hard
Rain's a-Gonna Fall» con un importante contenido de protesta social.[9] Tras dejar
atrás la música folk, Dylan modificó la música popular en 1965 con el
álbum Bringing It All Back Home y posteriormente Highway 61 Revisited, uno de los
trabajos musicales más influyentes del siglo xx,[10][11] en el que combinó
la música rock con composiciones complejas y literarias influidas por
imaginería surrealista.[12] Su primer sencillo, «Like a Rolling Stone», fue elegido
como la mejor canción de todos los tiempos por la revista Rolling Stone y alcanzó
el segundo puesto en la lista estadounidense Billboard Hot 100.[13]

Tras Highway 61 Revisited, Bob Dylan consolidó su interés por el rock y


el blues con trabajos como Blonde on Blonde y exploró nuevos registros musicales
como el country rock en Nashville Skyline y Self Portrait. A lo largo de la década
de 1970, después de sufrir un accidente de motocicleta en 1966 y no salir de gira
durante ocho años, obtuvo un mayor éxito comercial con discos como Planet
Waves, Blood on the Tracks y Desire, números uno en su país natal.[14] A finales de
la década, abrió una nueva etapa musical con la publicación de Slow Train Coming,
con una profunda temática religiosa.[15] Aunque el trasfondo religioso y su interés
por la Biblia se mantuvo a lo largo de los años, después de Infidels comenzó a
grabar discos con un mayor peso de temas seculares como Knocked Out Loaded y Down
in the Groove, que obtuvieron peores resultados comerciales y de crítica.

La carrera musical de Dylan resurgió a finales de la década de 1980 con el


lanzamiento de Oh Mercy, producido por Daniel Lanois calificado por la prensa como
el «regreso a la formalidad musical»,[16] y con la formación de The Traveling
Wilburys con George Harrison, Roy Orbison, Tom Petty y Jeff Lynne. Tras un breve
retorno al folk a principios de la década de 1990, en trabajos como Good as I Been
to You y World Gone Wrong, Dylan volvió a trabajar con Lanois en Time Out of Mind,
un álbum con un «sonido nebuloso y ominoso» que ganó el Grammy al álbum del año en
la 40.ª entrega de los premios.[17][18] Desde Time Out of Mind, publicado en 1997,
sus álbumes más recientes —"Love and Theft", Modern Times y Together Through Life—
han obtenido el respaldo de la prensa musical y del público.[19][20]

Las letras de Dylan incorporan una variedad de temas sociales, políticos,


filosóficos y literarios que desafiaron la música pop convencional existente y
apelaron generalmente a la contracultura emergente en la época. Influido por Woody
Guthrie, Robert Johnson y Hank Williams, Dylan amplió y personalizó géneros
musicales a lo largo de cinco décadas de carrera musical, en las que exploró la
tradición musical estadounidense con el folk, el blues, el country, el gospel,
el rock and roll y el rockabilly, así como la música
folk inglesa, escocesa e irlandesa, pasando por el jazz y el swing.[21][22] Dylan
toca la guitarra, la armónica y los teclados, y respaldado por una alineación de
músicos cambiante, ha salido de gira anualmente desde finales de la década de 1980,
en lo que se conoce como Never Ending Tour —en español: La gira interminable—.

A lo largo de su carrera, Dylan ha sido reconocido y honrado por sus composiciones,


interpretaciones y grabaciones. Sus discos le han válido varios Grammys, Globos de
Oro y premios de la Academia, y su nombre se halla en el Salón de la Fama del Rock
and Roll, el Salón de la Fama de Compositores de Nashville y el Salón de la Fama de
los Compositores. En enero de 1990, fue investido Caballero de la Orden de las
Artes y las Letras por el Ministro de Cultura de Francia Jack Lang. En 1999, fue
incluido en la lista de las cien personas más influyentes del siglo xx elaborada
por la revista Time. En el año 2000, ganó el Premio de Música Polar de la Real
Academia Sueca de Música,[23] y en 2004 alcanzó el segundo puesto en la lista de
los cien mejores artistas de todos los tiempos elaborada por la revista Rolling
Stone, después de The Beatles.[24][25] El 13 de junio de 2007 fue premiado con
el Premio Príncipe de Asturias de las Artes,[26] y un año después recibió un
reconocimiento honorario del Premio Pulitzer por su «profundo impacto en la música
popular y en la cultura norteamericana, marcado por sus composiciones líricas de
extraordinario poder poético». En este contexto, desde 1996 diversos autores y
académicos nominaron a Dylan para la candidatura del Premio Nobel de Literatura.
[27][28][29] En mayo de 2012, recibió la Medalla Presidencial de la Libertad por
parte del presidente Barack Obama.[30]

El 13 de octubre de 2016, la Academia Sueca le otorgó el Premio Nobel de


Literatura[8] por «haber creado una nueva expresión poética dentro de la gran
tradición de la canción estadounidense».[31][32]

El autor de "Blowin' in the wind" tuvo nexos con dos de los escritores
fundamentales del movimiento literario estadounidense: Jack Kerouac y Allen
Ginsberg. En su juventud, fue un gran admirador del libro En el camino, aunque con
el tiempo comenzó a distanciarse de la obra. Con Ginsberg, mantuvo una relación
particular, pues el poeta también quería ser una estrella de rock.

En 1975, en medio de la gira Rolling Thunder, aprovechando que el tour se


encontraba en la región de Nueva Inglaterra, Bob Dylan realizó una particular
visita: el cementerio de Lowell, Massachusetts. Ahí, acompañado de un amigo, el
poeta Allen Ginsberg, visitó la tumba de Jack Kerouac. En el lugar, el músico le
dijo al vate que deseaba ser enterrado en un sepulcro sin nombre.

La escena, relatada en el libro Bob Dylan, la biografía (Reservoir books, 2001), de


Howard Sounes y que además es parte del documental de Martin Scorsese Rolling
Thunder Revue: A Bob Dylan’s Story, recientemente estrenado en Netflix, muestra
algo que no era casual. Durante su juventud, el cantante había sido un ferviente
admirador de la novela En el camino, escrita por Kerouac. “Ese libro había sido
como una biblia para mí”, cuenta el autor de “Like a Rolling Stone” en su
autobiografía titulada Chronicle.

Sounes complementa la información y narra en la biografía: "Bob y la mayor parte de


sus amigos leían En el camino, así como Aullido, de Allen Ginsberg, y Un Coney
Island de la mente, de Lawrence Ferlinghetti".

Ocurre que cuando era adolescente, Dylan pensaba que las letras de las canciones
que escuchaba eran ajenas a lo que pasaba. Entonces, la temática de la novela lo
terminó atrapando, porque trataba lo que a él le gustaba: cosas reales, callejeras.
"Seguía encendiendo la radio, probablemente más por un hábito sin sentido que por
cualquier otra cosa. Lamentablemente, todo lo que se tocaba no reflejaba más que
leche y azúcar, y no los temas reales de Jekyll y Hyde de la época. Las ideas de En
el camino, Aullido y Gasolina que indicaban un nuevo tipo de existencia humana no
estaban allí, pero ¿cómo podrías haber esperado que así fuera? Los singles de 45"
eran incapaces de ello", argumenta el cantautor en la citada autobiografía.

Además, a Robert Allan Zimmerman le había encantado el poema "Mexico City Blues",
también de Kerouac. Según el sitio de la Sociedad histórica de Nueva Inglaterra,
fue el mismo Dylan quien le contó a Ginsberg que alguien le entregó el poema en St.
Paul en 1959. "Me sorprendió", dijo, y que fue la primera poesía que leyó que
estaba escrita en su propia forma de expresión.

De ese modo, Dylan sentía una cercanía con la escritura de Kerouac. Una manera de
entender el mundo más en contacto con lo "real" y no confinado en el academicismo.

En el camino

Hasta hoy, Jack Kerouac es considerado uno de los autores clave de la llamada
Generación Beat (que completaban otros nombres como William S. Burroughs y el mismo
Ginsberg). El nombre se refiere a un grupo de escritores estadounidenses de la
segunda mitad del siglo XX que, si bien escribieron obras muy distintas entre sí,
compartían el ánimo de ir contra lo establecido. Había un cuestionamiento a los
valores imperantes en la sociedad estadounidense, un lenguaje cercano, referencias
a la poesía, las drogas, el jazz, y el relato sin tapujos de vida sexual y la
visibilización de lo homosexual.

Para el escritor suizo Jean-François Duval, autor de Kerouac y la generación


Beat (Anagrama, 2013), este movimiento no tiene tanto que ver con lo literario,
sino que es más una actitud hacia la vida. "La generación Beat, como movimiento
literario, no ha existido nunca. Sin embargo, esta inexistencia —¿es que no procede
todo del Gran Vacío?, se preguntaba Kerouac— ha permitido la construcción de una
ficción verdadera, que hoy llamamos convencionalmente 'generación Beat' y cuyos
actores, lejos de formar un 'núcleo', como se ha dicho, nunca han representado sino
una nebulosa muy dispersa: desde un punto de vista literario, no se distingue a
primera vista qué pueden tener en común un Ginsberg, un Burroughs, un Kerouac, un
Corso, un Snyder, un Ferlinghetti, etcétera. Al contrario, cada una de sus obras
muestra tal singularidad y tal originalidad que no se pueden englobar todas en una
única denominación. Tienen un solo punto en común: por muy diversas que sean, todas
ellas proceden de la fuerte afirmación de una individualidad que se permite
expresarse como tal, lejos de los cánones literarios del momento. La característica
principal del 'movimiento beat', si existiera, sería su sorprendente disparidad.
Es, de hecho, la marca de los nuevos tiempos, pues ya nadie desea para sí el
conformismo que modelaba al individuo en las sociedades anteriores", indica el
helvético.

Nacido en Lowell, Massachusetts, en 1922, Jack Kerouac comenzó a escribir en su


juventud tras servir en la marina mercante de los Estados Unidos. Escribió En el
camino en 1951, aunque recién se publicó seis años más tarde. La novela narra tres
viajes de dos amigos, Sal Paradise y Dean Moriarty, a través de los EE.UU. y
México. Paradise y Moriarty no son otros que el mismo Kerouac y Neal Cassady. La
escritura espontánea, las referencias a la cultura popular, a la marginalidad, a
los bajos fondos y la romantización de los viajes hicieron que la obra fuese tomada
como un referente para el movimiento hippie.

Entre otras, Kerouac también escribió las novelas Los subterráneos (1958) y Los
vagabundos del Dharma (1958), en esta última desarrolló otro de sus intereses: el
budismo.

Sin embargo, pese al ascendiente de Kerouac en el joven Bob Dylan, para el escritor
Miguel Grinberg, su influencia en las letras está más cerca de otro de los
referentes de la “generación Beat”, como Burroughs. Al menos, ese es su análisis al
leer Tarántula, el libro que el hombre de “Just like a woman” publicó en 1966. “Si
buscamos un parentesco con la literatura Beat desembocamos en el ‘flujo de
conciencia’ alucinado de William S. Burroughs. La siento como una obra experimental
que explora el verso libre y juega a plantar palabras en el acto de respirar. No
por azar, al reeditarse en 1994, la portada la rotula como ‘poesía’. No es una
lectura sencilla. Es una recopilación de alucinaciones de un muchacho de 25 años
atormentado por la belleza y la muerte”, explica el argentino en entrevista con el
sitio Recordplay.

Incluso, el mismo Dylan cuenta en Chronicle por qué comenzó a distanciarse de la


obra de Kerouac en el tiempo, aunque sin perder el respeto hacia el texto. "En los
primeros meses que estuve en Nueva York, había perdido mi interés en la visión de
hípster 'hambriento de patadas' que Kerouac ilustra tan bien en su libro En el
camino… Todavía me encantaban los alientos, las frases de poesía dinámicas que
brotaban de la pluma de Jack, pero ahora, ese personaje que Moriarty parecía fuera
de lugar, sin sentido, parecía un personaje que inspiraba la idiotez. Pasa por la
vida chocando y moliendo con un toro encima de él".
Huelga decir que en aquellos años, el concepto de hípster era entendido de un modo
muy diferente al actual. En las notas a la traducción de la edición de En el
camino de Anagrama, se explica: "'Hípsters' eran los individuos rebeldes y pasados
norteamericanos de esos años. Unas ratas de ciudad, más o menos de moda, que se
drogaban y oponían a los squares (estrechos)"

"Temía convertirme en su esclavo"

Bob Dylan conoció a Allen Ginsberg en 1963, los presentó en Nueva York un amigo en
común, el periodista Al Aronowitz. En un principio, el autor de Aullido no tuvo una
buena impresión del oriundo de Minnesota. "Pensé que solo era un cantante de folk y
temía convertirme en su esclavo o algo por el estilo, en su mascota", cuenta el
poeta en el libro de Barry Miles titulado Ginsberg.

En noviembre de ese año, Ginsberg acudió a un concierto de Dylan en Princeton,


Nueva Jersey, y cayó rendido ante el talento del autor de “Tangled up in blue”.
Tanto fue así, que debido a ese influjo, Ginsberg decidió que quería ser músico
antes que poeta. “Creo que la poesía de Allen Ginsberg se resintió a causa de su
temprana decisión de convertirse en una estrella del rock como Bob Dylan… Ginsberg
se percató desde el principio que una voz sin acompañamiento tenía muy pocas
posibilidades encima de un escenario junto a un grupo de rock o cualquier otro tipo
de conjunto musical”, comenta el poeta Lawrence Ferlinghetti en el texto de Howard
Sounes.

Un ejemplo: en 1971, Ginsberg invitó a Dylan y a un amigo común, Michael Amram, a


su departamento. "En cuanto Dylan y Amram cruzaron el umbral, Ginsberg puso una
guitarra en las manos a Bob y, seguidamente, apretó el botón de la grabadora
pidiéndole que le acompañase en una canción que había escrito", cuenta Sounes en su
libro. Dylan no reaccionó bien al principio, pero luego accedió.

Con el tiempo, el hombre detrás de Sándwiches de realidad y Dylan desarrollaron una


estrecha amistad. El músico invitaba al literato a sus conciertos, compartían
fiestas, e incluso, el poeta fue a visitarlo tras el accidente en motocicleta.
"Cuando tuvo su accidente de moto en 1966 y quedó postrado largo tiempo, Ginsberg
lo visitó en su casa de Woodstock y le dejó una caja llena de libros de poesía.
Todo indica que una influencia mayor en la obra de Bob Dylan ha sido la poética del
poeta francés Arthur Rimbaud, que también le dio vuelta la cabeza al gran precursor
Henry Miller", cuenta Grinberg.

Incluso, Ginsberg se daba el tiempo de cumplir algunos de los especiales pedidos


del Dylan. El hombre tras "Just like a woman" estaba interesado en saber qué
comentaba la gente en sus conciertos, no lo que le decían a él, sino saber qué era
lo que el público decía en medio del show. "Bob le dio dinero a Ginsberg para
comprar una grabadora y Ginsberg se prestó voluntario para mezclarse entre el
público y grabar comentarios de admiradores. Bob se sintió satisfecho cuando
Ginsberg le trajo pruebas de que al menos a algunas personas entre la audiencia les
gustaba lo que estaba haciendo", narra Sounes en su obra.

Asimismo, tal como lo relata el filme de Scorsese, el autor de Kaddish y otros


poemas fue invitado a formar parte de la gira Rolling Thunder para que abriera los
shows recitando poesías.

Allen Ginsberg falleció el 5 de abril de 1997, producto de un cáncer. Como


homenaje, en un show en Brunswick, Canadá, Bob Dylan cantó en su honor la canción
“Desolation row”.

También podría gustarte