El Poder Jurídico
El Poder Jurídico
El Poder Jurídico
debe preocuparse por esta doble función del poder: la jurídica y la productiva. De hecho, la ley
produce y posteriormente esconde la noción de «un sujeto anterior a la ley»" para apelar a esa
formación discursiva como una premisa fundacional naturalizada que posteriormente legitima
la hegemonía reguladora de esa misma ley. No basta con investigar de qué forme las mujeres
pueden estar representadas de manera más precisa en el lenguaje y la política. La crítica
feminista también debería comprender que las mismas estructuras de poder mediante las
cuales se pretende la emancipación crean y limitan la categoría de «las mujeres», sujeto del
feminismo
[¿Soy yo ese nombres], es una pregunta motivada por los posibles significados múltiples del
nombre.' Si una «es» una mujer, es evidente que eso no es todo lo que una es; el concepto no
es exheustivo.jno porque una «persona» con un género predeterminado sobrepase los
atributos específicos de su género, sino porque el género no siempre se constituye de forma
coherente o consistente en contextos históricos distintos, y porque se entrecruza con
modalidades raciales, de clase, étnicas' sexuales y regionales de identidades discursivamente
constituidas. Así, es imposible separar el «género» de las intersecciones políticas y culturales
en las que constantemente se produce y se mantiene
¿Comparten las «mujeres» algún elemento que sea anterior a su opresión, o bien las
«mujeres» comparten un vínculo únicamente como resultado de su opresión? ¿Existe una
especificidad en las culturas de las mujeres que no dependa de su subordinación por parte de
las culturas rnasculinistas hegemónicas? ¿Están siempre contraindicadas la especificidad y la
integridad de las prácticas culturales o lingüísticas de las mujeres y, por tanto, dentro de los
límites de alguna formación cultural más dominante? ¿Hay una región de lo «específicamente
femenino», que se distinga de lo masculino como tal y se acepte en su diferencia por una
universalidad de las «mujeres» no marcada y, por consiguiente, supuesta? La oposición binaria
masculino/femenino no sólo es el marco exclusivo en el que puede aceptarse esa
especificidad, sino que de cual
construcción de la categoría de las mujeres como sujeto coherente y estable, ¿es una
reglamentación y reificación involuntaria de las relaciones entre los géneros? ¿Y no contradice
tal reificación los objetivos feministas?
¿Existe una historia de cómo se determinó la dualidad del sexo, una genealogía que presente
las opciones binarias como una construcción variable? ¿Acaso los hechos aparentemente
naturales del sexo tienen lugar discursivarnente mediante diferentes discursos científicos
supeditados a otros intereses políticos y sociales? Si se refuta el carácter invariable del sexo,
quizás esta construcción denominada «sexo» esté tan culturalmente construida como el
género; de hecho, quizá siempre fue género, con elresultado de que la distinción entre sexo y
género no existe como tal."
Sirnone de Beauvoir afirma en El segundo sexo que no se nace mujer se llega a serlo.Para
bobeoir el genero se construye
. En ambos casos el cuerpo es un mero instrumento o medio con el cual se relaciona sólo
externamente un conjunto de significados culturales. Pero el «cuerpo» es en sí una
construcción, como lo son los múltiples «cuerpos» que conforman el campo de los sujetos con
género
Manifiesto contrasexual .
e todos los cuerpos-sujetos hablantes que se comprometen con los términos del contrato
contrasexual dedicado a la búsqueda del placer-saber
La contrasexualidad juega sobre dos temporalidades. Una temporalidad lenta en la cual las
instituciones sexuales parecen no haber sufrido nunca cambios. En esta temporalidad, las
tecnologías sexuales se presentan como fijas.
al. Una temporalidad fractal constituida de múltiples «ahoras» que no pueden ser el simple
efecto de la verdad natural de la identidad sexual o de un orden simbólico.
Los roles y las prácticas sexuales, que naturalmente se atribuyen a los géneros masculino y
femenino, son un conjunto arbitrario de regulaciones inscritas en los cuerpos que aseguran la
explotación material de un sexo sobre el otro.