Cuento 2
Cuento 2
Cuento 2
Había una vez un niño llamado Lucas, que desde muy pequeño soñaba con ser
astronauta y explorar el espacio. Tenía seis años y su habitación estaba llena de cohetes
de juguete, planetas de plástico y libros sobre el universo. Cada noche, antes de dormir,
miraba por la ventana y deseaba volar entre las estrellas.
Una noche, mientras Lucas dormía, un visitante muy especial llegó a su ventana. Era un
pequeño robot llamado Astro, enviado desde una lejana galaxia para cumplir el deseo
de Lucas de explorar el espacio.
Cuando Lucas se despertó por la mañana, encontró a Astro esperándolo con una sonrisa
brillante. El pequeño robot le dijo: "¡Hola, Lucas! Soy Astro, y estoy aquí para llevarte en
una emocionante aventura espacial".
Lucas no podía creer lo que veía, ¡iba a viajar por el espacio! Sin dudarlo un segundo, se
subió al cohete espacial que Astro había preparado para él.
Su primera parada fue en un planeta cubierto de cristales de colores. Allí, jugó con seres
extraterrestres amigables que le enseñaron a saltar tan alto como la gravedad del
planeta se lo permitía.
Luego, viajaron a un planeta con anillos brillantes que rodeaban su órbita. Lucas se
deslizó por los anillos como si fueran un tobogán gigante, riendo y disfrutando de la
increíble aventura.
La siguiente parada fue en una luna llena de crateres. Lucas y Astro exploraron sus
misteriosos paisajes, descubriendo rocas brillantes y cuevas ocultas.
Después de visitar muchos lugares fascinantes, era hora de regresar a casa. El cohete
volvió a la Tierra, y Lucas aterrizó suavemente en su jardín, justo a tiempo para el
desayuno.
Mientras tomaban un vaso de leche y unas galletas, Lucas le agradeció a Astro por la
increíble aventura espacial. El pequeño robot sonrió y dijo: "Fue un honor acompañarte,
Lucas. Recuerda, el espacio siempre estará ahí, esperando que lo explores".
Con un último abrazo, Astro se despidió y desapareció en el cielo. Lucas miró hacia
arriba, sabiendo que aunque su aventura espacial había terminado, siempre habría
nuevas estrellas por descubrir en el universo.
Y así, con el corazón lleno de recuerdos y la mente llena de sueños, Lucas se preparó
para un nuevo día lleno de aventuras, sabiendo que el espacio siempre estaría ahí,
esperando a que él regresara algún día.
Fin.
Lucas se quedó dormido con una sonrisa en el rostro, sabiendo que, aunque su aventura
espacial había terminado por ahora, siempre podría volver a explorar el universo en sus
sueños.