Interruqciones, Capítulos Seleccionados - Val Flores
Interruqciones, Capítulos Seleccionados - Val Flores
Interruqciones, Capítulos Seleccionados - Val Flores
interrupciones
valeria flores
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http://mondongadark.blogspot.com
[2]
interrupción: modo poético de cortar una conversación a la que
no fuiste invitadx pero de la que se es objeto de su dicción.
procedimiento afectivo de desconectar el circuito del sufrimiento
infinito. práctica política de desmontar las convenciones de lo
escuchable. indisciplina de un saber que irrumpe en las
coordenadas del corpus hegemónico del conocimiento. falla en la
serialización subjetiva en la que múltiples vidas exigen pasaje
perforando la lengua del poder. deseo de molestar todo universo
jerárquico de creencias. inversión de la mirada, giro del habla.
intervalo provocado por la implantación de un piquete de
problemas en la reiteración de un hábito perceptivo o mental.
[3]
las minúsculas en el nombre propio, una estrategia de
minorización del nombre propio, de problematización de las
convenciones gramaticales, de dislocar la jerarquía de las letras,
una apuesta al texto antes que a la firma de la autora, percibir el
propio nombre como un espasmo de una ficción llamada "yo", un
yo deslenguado que funciona como eco de muchas otras voces,
que reviste un tono singular en las ondulaciones del texto en el
que no cesa de latir ese murmullo colectivo, contra la mayúscula
como forma de la ley, una falta de ortodoxia que rige la escritura
y sus regulaciones de la decencia, una territorialización del yo
que pasa desapercibido, un error que impulsa el deseo de
normalidad, una dislexia gráfica que interrumpe los enlaces de
sentido, un deseo de designar una fuerza, un movimiento y no
una persona, y contra toda justificación previa, porque me gusta
verlo y sentirlo de ese modo.
[4]
Índice
El pulso de la interrupción 19
II
Aprender 101
[5]
¿Un feminismo zombi? Promiscuidad y contagio:
políticas tortilleras trans feministas cuir descoloniales 144
III
[6]
Atravesar esta experiencia de escritura fue posible por el impulso,
cariño, amor y éxtasis de quienes me acompañaron, interpelaron,
sostuvieron, debatieron y dialogaron conmigo. A todxs ellxs mi
entrañable agradecimiento, en especial a: macky, Lola, Marina,
las potencias tortilleras, las ferneteras cordobesas,
lxs participantes de los talleres de feminismos cuir en
Neuquén del 2012 y 2013, fabi, Gabby, Irene, Marry, Poly,
Pao, Bele, las feministas desobedientes, Morganita,
la Martita, la Noe, la Euge, mi vieja, Leticia, Gracia, Mabel.
[7]
Pedagogías antinormativas: una herida en el corazón
del saber
[214]
Una pedagogía cuir o antinormativa pretende leer en forma
compuesta las diversas estructuras de sujeción y opresión que
determinan y condicionan socialmente las identidades. Como
resorte oblicuo de una crítica político-pedagógica-sexual, esta
pedagogía hace suya la insuprimible capa de significados en la
reflexión sobre saber/poder, sexualidades y género. Entonces,
des-habituarse a las recompensas de la normalidad podría ser
una de las operaciones de la pedagogía antinormativa como
política del shock.
220 Reinscripción poética del estudiar, que tal como dice Susy Shock, “Hacer de una misma
el primer esbozo de una probable poesía, cantarle al gesto de reinventarse, visibilizar
militante el color que elijo mientras me reelijo el ojo por donde ahora me miro”. Poemario
Trans-Pirado. Ediciones Nuevos Tiempos.
221 En “Idea del estudio”, de Idea de la prosa. Giorgio Agamben. Pág. 42.
[215]
cosas que otros nos han dado, o sea, a través de lo que hemos
estudiado. Estudiar es operar con lo que nos han dado […] El que
no la estudia, se quita a sí mismo la posibilidad de apropiarse de
otras instrucciones, otros léxicos, y, por lo tanto, tiene menos
cosas para enseñar […] El desprecio por la teoría que suele
hallarse entre los aspirantes a profesores es sólo esa idea de que
basta para enseñar lo que uno tiene. Es decir, pensar que uno
tiene lo suficiente, o que uno sabe dónde está aquello que es
suficiente para enseñar”222.
222 En Antelo, Estanislao (1999), Instrucciones para ser profesor. Pedagogía para
aspirantes, Buenos Aires, Santillana, pág. 135.
223 Dice la protagonista de “Los hermosos años del castigo”, novela de Fleur Jaeggy.Pág. 41
[216]
reflexionando y alterando los códigos de los procesos de
normalización no sólo sexo-genérica, sino también racial,
corporal, nacional, etc. De modo tal que si el currículum es un
archivo de prácticas de configuración hegemónica de los deseos,
no presupone añadir la historia de las sexualidades desviadas en
nota al pie de página, como una corrección anecdótica al
currículum, sino que, por el contrario, compromete a abrir paso
al análisis de las sexualidades normativas y no normativas, lo que
supondría modificar la noción de sujeto que yace como categoría
inamovible en su escritura.
[217]
pensar la experiencia escolar224. Por eso, podemos hablar de un
desfondamiento de su sentido histórico o de pérdida del poder
fundante de la subjetividad en tanto institución estatal.
224 Me refiero a un proceso general en el sistema educativo, ese del que se proclama
reiteradamente que está en “crisis”, como lo está toda institución de la modernidad frente
a las transformaciones del régimen de poder, y los conflictos derivados de una
convivencia yuxtapuesta entre un sistema disciplinario y el sistema de control. Así, el
sistema público de educación se ve precarizado y devaluado ante un creciente y
expansivo sector privado, que prospera a costa de los derechos laborales de sus
trabajadorxs, entre otras condiciones.
[218]
práctica pedagógica? ¿qué hiatos se abren en la articulación del
activismo lésbico y la práctica educativa? ¿cómo se recepciona la
visibilidad como lesbiana en la localización encarnada de una
“maestra” dentro del ámbito escolar? Son preguntas que abren
un campo de interrogación crítica sobre la relación entre cuerpo
del saber y el saber del cuerpo en las coordenadas de la
enseñanza institucionalizada.
desacredita de la manera más grave en la medida en que hace derivar una conducta
pública de ese Intelecto puro que, al gozar de un cuadro propio, no tendría que interferir
con los acontecimientos de la polis. El Éxodo tiene en la Intemperancia su virtud cardinal.
La obligación preliminar de la obediencia hacia el Estado no es rechazada por
incontinencia, sino en nombre de la conexión sistemática entre Intelecto y Acción política.
Cada defección constructiva hace alusión a la realidad aparente del general intellect,
sacando de ella consecuencias prácticas en ruptura con las «leyes civiles». En fin, en el
recurso intemperante al Intelecto-en-general se perfila un virtuosismo no servil." (Virno)
[220]
goce y deseo, del sujeto que la encarna contingentemente?
¿Cómo evitar la circulación de las identidades como información,
como sujetos preexistentes? ¿Cómo sostener una identidad como
punto de vista experiencial, irreductible, tenso, festejante, en
duelo, que tensione o contradiga o interfiera la política
informacional? ¿Cómo des-articular la violencia que la
inteligibilidad supone para aquellxs que nos volvemos
ininteligibles por las normas sexuales y de género? ¿Cómo
trabajar las sexualidades separándola de los confines de la
identidad? ¿Cómo pensar las condiciones de la práctica, desde un
corpus jurídico habilitante, para ensayar modos escolares de
interrupción de la codificación sexo-genérica? ¿Qué puntos de
vista (o de tacto) supone articular una práctica
descolonial/descolonizadora con un proceso de des-
escolarización de la sexualidad para reintegrarle su condición de
conflictividad?
228 Siglas en inglés que significan “Trastorno por déficit de atención con hiperactividad”.
Al respecto, “El auge de la patologización de chicos inquietos y desatentos en la escuela ha
llegado a tal punto que ya se está indicando medicación a nenes de jardín de infantes.
También se están prescribiendo psicofármacos a alumnos de primaria que son
“desafiantes” y “rebeldes” en el aula. El inquietante dato fue revelado en el simposio
internacional sobre el tema que terminó ayer en Buenos Aires y en el que participó más
de un millar de psicólogos, docentes, pediatras, psiquiatras y psicopedagogos
preocupados por el sobrediagnóstico del llamado síndrome ADD en la Argentina”, en “El
problema del ADD”, por Mariana Carbajal.
http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-86337-2007-06-10.html 10 de junio del
2007.
229 La más usada es la ritalina, que disminuye el comportamiento impulsivo y,
231 Excepto en relación a la infancia, la cual aparece siempre en una posición subalterna.
232 Sin hacer mención deliberadamente del título como Prof. De Educación Primaria.
[228]
Carlos Skliar es incisivo al mostrar el reverso de la ilusión de
normalidad de la academia y su trabajo de invención de
incapacidades que crea ficciones de legitimidad. "Puesto que
en la Universidad estamos invadidos de saberes y discursos que
patologizan, culpabilizan y capturan al otro, trazando entre él y
nosotros una rígida frontera que no permite comprenderle,
conocerle ni adivinarle; puesto que en la Universidad, la
presencia del otro sobre el que se habla, del otro a quien se
estudia y del que algo - que suele confundirse con el todo- se
conoce pero del que nada se sabe; puesto que la presencia real
del otro es, en la Universidad, prácticamente nula y no podemos
acercarnos a él para ver su rostro, escuchar su voz y mirarnos en
su mirada, sólo nos resultaría posible percibir, escuchar y
adivinar al otro, abriendo nuestros sentidos y haciendo pensar a
nuestro corazón sobre la perturbación que en nosotros produce
su posible presencia”233.
[230]
Los mapas de conocimiento que trazan y organizan la práctica
pedagógica, con sus genealogías, herencias o filiaciones teóricas
y metodológicas, no están exentos de los legados prácticos de la
ciencia -como aparato de construcción cultural- que administran
y gestionan las fronteras de lo decible, lo pensable, lo vivible, lo
investigable. Habitamos una temporalidad que interpretamos
como discontinua, entre políticas de igualdad a nivel estatal y
declaraciones de derechos y un régimen institucional cuyos
campos de fuerza aún siguen regenteados por la
autoinvisibilidad del sujeto que conoce, erigido en voz legítima y
autorizada del saber, que podría estimularnos a explorar y
densificar un territorio crítico-reflexivo que intersecte
posiciones discursivas como las identidades lésbicas –entre
muchas otras- y la práctica educativa.
234En este sentido, los derechos no son una meta, no son un lugar de llegada, sino q ue son
una conquista de un plano de legitimidad ciudadana para seguir sosteniendo en nuevos
espacios nuestras luchas cotidianas para deshacer esa ficción de las democracias liberales
capitalistas de que efectivamente vamos a poder neutralizar el conflicto y vivir en una
suerte de armonía ciudadana. La adecuación política del estatuto de derecho que permite
transformar nuestras prácticas cotidianas demanda acciones reflexivas de impacto
micropolítico, es decir, en los procesos de subjetivación y configuración de los deseos.
[232]
primaria que, junto a otras, busca darle carnadura a otros deseos
en el propio ámbito escolar y en el propio cuerpo docente, un
modo de actuar que insta a inaugurar una forma diferente de ser
maestra. No obstante, esta táctica de la primera persona resulta
insuficiente para desarmar las lógicas heteronormativas si no
hay otras prácticas que cuestionen las políticas de conocimiento
de la propia institución escolar.
235 Desafiar un posicionamiento sexual naturalizado es, en palabras de Eve Sedgwick, “la
violencia más íntima posible” y “central para la moderna historia de la opresión
homofóbica”. Por lo tanto, llamarse a unx mismx lesbiana o gay permanece no sólo como
un acto de resistencia, sino también acarrea una necesaria autoridad. No obstante, en este
dilema de tener que mantener una identidad coherente, si bien ficticia, mientras
simultáneamente se realiza el esfuerzo por deshacer la distinción binaria, es importante
considerar que la estrategia de visibilidad no siempre es eficaz para todxs, en todos lados,
por lo cual es preciso sensibilizarse con estrategias políticas y retóricas que tengan en
cuenta raza, clase, etnia, edad, nacionalidad, y un sinnúmero de otras diferencias.
[233]
Podemos explorar cierta analogía entre lo que sucede con las
identidades no heteronormativas de lxs docentes y lo que pasa
en el ejército, que bien describe Butler236 a través de la operación
“no preguntes, no digas”. No existe en Argentina un corpus
legalmente explícito que prohíba esta enunciación, no obstante,
funciona como una interdicción, un veto tácito, sobreentendido,
obvio. Es decir, esa identidad lésbica, gay, bisexual no impide
incorporarse a la docencia mientras no la declares.
[235]
mundo occidental, la heteronormatividad, el monoculturalismo
del Estado, la mercantilización de la vida. En la formulación y
práctica de una pedagogía cuir se ponen en cuestión los marcos
de reconocimiento y legitimidad de lo que va a ser considerado
humano en el propio saber que ponemos en juego, a través de
interrogantes encarnados en una situación, indagando las
condiciones restrictivas pero habilitantes de la acción, revelando
así los intersticios disidentes y apostando a desarrollar los
lenguajes que hagan falta para la apertura del deseo como
acontecimiento y potencia. Esto implica considerar el carácter
inconcluso e incompleto de los sujetos tanto como de la
pedagogía.
242 En “El maestro ignorante. Cinco lecciones sobre la emancipación intelectual”, Rancière
toma la experiencia de Joseph Jacotot, quien a principios del siglo XIX, anunció la igualdad
de la inteligencia de todas las personas y elaboró lo que él llamó la “enseñanza universal”,
incluyendo la posibilidad de enseñar lo que no se sabe y la capacidad del analfabeto de
emancipar a sus hijos.
243 Jacques Rancière. La educación pública y la domesticación de la democracia. Maarten
Simons, Jan Masschelein y Jorge Larrosa editores. Miño y Dávila. 2011. Introducción. Pág.
20
[243]
acto con el cual se altera la configuración en la que alguien tiene
cierta posición desde la que puede ver, decir y hacer algo y, por
lo tanto, el acto por el cual unx se distancia de sí mismx. La
emancipación no es un cambio en términos meramente de
conocimiento, sino fundamentalmente en términos de ubicación
o de posicionamiento de los cuerpos, por eso esta configuración
se relaciona con la dimensión estética de la política.
[248]
Gran parte del bagaje de saberes escolares sobre la enseñanza no
encuentra vías para ser comunicado, consultado, rescatado,
reconstruido por sus protagonistas y por otras-os docentes.
Llamativamente, las experiencias que dan vida a la función
primordial de la escuela quedan encerradas en sus propias
paredes o relegadas a un lugar marginal en la historia personal
de las-os maestras-os. Así, la mayor parte del saber reflexivo e
innovador acumulado en esas experiencias, una porción
importante de sus contenidos transformadores de la práctica, se
pierden o naturalizan en la cotidianeidad escolar, o bien se
convierten en anécdotas ingenuas y comentarios apresurados sin
valor profesional.
De la presentación del libro Metáforas del educador. Juan Sáez Carreras y José García
245
246valeria flores, “Escribir las prácticas, leer los cuerpos, desarmar violencias: una poética
del derecho”, http://escribirlaspracticasdocentes.blogspot.com.ar/ y
http://utecongresopedagogico.blogspot.com.ar/
[252]
Entre saber y no-saber. Desobediencia epistémica
¿qué es un travesti? ¿cuándo te diste cuenta que eras así? ¿te sentís
discriminada? ¿qué se siente al ser lesbiana? ¿cuántos casos de
intersexualidad hay? ¿cómo le explico a mi hijx lo que son?
¿quieren ser aceptados como minoría? ¿cómo hacemos para
convivir con los diferentes?
[319]
menos colisiones, pugnas y enfrentamientos para las prácticas
institucionales. La incorporación de estos sujetos –nosotrxs- en
los términos más aceptables para la normalización institucional
supone un proceso de traducción de nuestras subjetividades a
datos funcionales para el Estado, y la instauración de
especialistas y profesionales que esquematizarán el corpus para
hacernos legibles y legítimos mediante el repliegue y
borramiento de los tonos más discordantes. ¿Será el precio que
debemos pagar para ser gobernadxs de esa forma a cambio de
nuestro reconocimiento o ese es el modo que en que únicamente
podemos ser reconocidxs como sujetos por el Estado?
[320]
y, ahora, enseñar sobre/la diversidad sexual viene a expulsar del
centro de la reflexión a la heteronormatividad como régimen de
control y regulación de los cuerpos. Tal vez, de esta manera, con
este deslizamiento semántico y político acallemos las insidiosas
preguntas sobre el poder de disciplinamiento que siguen
ostentando las instituciones estatales sobre las políticas de los
cuerpos y los procesos de subjetivación.
“Este es un tema muy importante y del que puede ser difícil hablar:
las distintas maneras de vivir la sexualidad. Cuando nos enteramos
de que algún chico o chica del barrio, de alguna familia conocida o
de nuestra propia familia es homosexual, podemos llegar a sentir
curiosidad, frustración, preocupación, miedo o vergüenza y no
saber cómo actuar…no es raro que nos pase esto. Es que a veces
pensamos que hay una sola manera de vivir la sexualidad”314.
312“Las partes del cuerpo” constituye la primera sección, mientras que la segunda es “La
llegada de un bebé”. Ya el orden de aparición de las secciones marca una lectura centrada
en la reproducción heterosexual.
313 Cuadernillo “Para charlar en familia”, Página 24.
314 Página 35. Señalo aquí la ausencia plena de la intersexualidad y las escasas referencias
a las identidades trans, con una mención a las travestis a través de un párrafo que alude a
la discriminación (pág. 36) y luego una alusión de las personas “transexuales” al final de
la parte dedicada a la diversidad sexual (pág.37).
[322]
discriminación y violencia hacia las sexualidades no
heteronormativas se vuelven un asunto individual, motorizadas
por una creencia errónea y falaz que el cuadernillo viene a
corregir. Lo político de la (hetero)sexualidad queda congelado
simplificadamente en un problema personal y psicológico.
[323]
confianza. Las condiciones sociales e institucionales que
construyen el closet se suprimen de toda discusión. Esta autora
ha mostrado en su obra “Epistemología del closet”, que el closet
es el lugar de una contradicción imposible: no puedes estar
adentro y no puedes estar afuera315. Cuando sales es, al mismo
tiempo, demasiado pronto (¿por qué me lo estás diciendo
ahora?) y demasiado tarde (¿por qué no me lo dijiste antes?).
Las preguntas epígrafe que abren este texto no hacen más que
expresar el privilegio y la violencia epistémica que asume su
formulación. Lesbianas, gays, travestis, trans, transexuales,
bisexuales, intersex, vueltos temáticas a enseñar, un grupo
específico y homogéneo a describir (somos todxs más a menos lo
mismo), con un nombre determinado de una vez y para siempre
para poder identificar, con algún origen que justifique nuestra
315 “No puedes estar adentro, porque nunca estarás seguro de haber logrado mantener tu
homosexualidad en secreto; después de todo uno de los efectos de estar en el closet es
que no puedes saber si las personas te tratan como hetero porque los has engañado y no
sospechan que eres gay, o porque te siguen el juego y gozan del privilegio epistemológico
que les confiere tu ignorancia de que ellos lo saben. Pero si nunca puedes estar en el
closet, tampoco puedas estar fuera, porque aquellos que alguna vez gozaron del privilegio
epistemológico de saber que no sabes lo que ellos saben, se niegan a renunciar a tal
privilegio e insisten en construir tu sexualidad como un secreto al que tienen un acceso
especial, un secreto que se descubre ante su mirada lúcida superior. De esta manera, ellos
logran consolidar su pretensión de una inteligencia superior sobre cuestiones sexuales
que es no sólo distinta del conocimiento sino también su opuesto, es decir, una forma de
ignorancia, en la medida en que oculta al conocimiento la naturaleza política de su interés
en preservar la epistemología del closet y en mantener la construcción epistemológica de
la heterosexualidad como un hecho obvio que puede ser conocido universalmente sin
ostentaciones, y una forma de vida personal que puede ser protegida como algo privado
sin constituir una verdad secreta.” (Halperin, 2000: 57-58).
[324]
existencia. En este sentido, al construirnos como víctimas de la
incomprensión, tal como se afirma en el Cuadernillo, requerimos
“respeto, comprensión y apoyo”. Algo nos falta, de algo
carecemos, algo necesitamos. Recordemos que Foucault advertía
que la inclusión es una figura constitutiva de la exclusión, no es
lo contrario, sino que ambas figuras son mecanismos de control
del sujeto. A su vez, cabe distinguir por un lado, la vulnerabilidad
constitutiva de los cuerpos y las condiciones que la distribuyen
de manera asimétrica de acuerdo a las normas sociales de género
y raciales, haciendo que ciertas vidas se vuelvan invivibles; y por
otro, aquellos procesos de victimización como modo de gobierno
de esas vidas. “La exigencia de reconocimiento por parte del
Estado debe ir acompañada de una crítica: ¿para qué
necesitamos el Estado? A pesar de que a veces lo necesitamos
para algunos tipos de protección (inmigración, propiedad, hijos),
¿debemos dejar que defina nuestras relaciones?”, se interrogaba
Judith Butler en una entrevista316. Construidxs como víctimas, se
socaba nuestro agenciamiento político y nos hace dependientes
forzosxs y forzadxs de cierta tutela democrática.
316 Entrevista a Judith Butler en febrero de 2008, con motivo de una conferencia
impartida en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB).Texto: Fina
Birulés.
317 A nivel local, ciertas lecturas y recepciones sedantes de la teoría queer que tienden a la
nuevo silenciamiento. Como simple operación de inversión, pensemos si se les pide a lxs
heteros que supriman su identidad y los privilegios asociados con ella. Por eso, queer no
es una identidad, es un conjunto heterogéneo de herramientas conceptuales y
operaciones políticas, provenientes del activismo callejero y la reflexión teórica de los
feminismos críticos y la disidencia sexual, para desarticular y poner en tensión todo
proceso de normalización (sexual, de género, racial, de clase, nacionalidad, corporal, etc),
prestando aguda atención a que la identidad es una ficción reguladora que construye sus
propias exclusiones y silencios, a la vez que se la emplea como estrategia política.
[326]
que considerar que los sentimientos no pueden existir sin
convenciones discursivas y sus propias estructuras de
inteligibilidad. Todo rastro que revele una discrepancia con la
norma está conectado a una forma perceptiva-afectiva, por lo
cual, dichas sensaciones no son de orden natural sino que están
vinculados a la estigmatización que recae sobre las identidades
no heteronormativas318.
318 Las emociones, las pasiones, los afectos, los sentimientos, están inscriptos en
relaciones sociales históricamente situadas, se construyen, se formatean, se regulan, se
educan. Los horizontes sociales, culturales, conceptuales y valorativos condicionan
nuestros repertorios de sentimientos, es decir, los afectos que sentimos no son naturales,
ni nacen del corazón o las entrañas. Ana Abramowski, Maneras de querer. Los afectos
docentes en las relaciones pedagógicas. Paidós, 2010. Pag. 33-34.
319 El maestro ignorante. Cinco lecciones sobre la emancipación intelectual. Jacques
[328]
imposible”321. Por eso, ese intervalo o falla hace de la educación
un proceso de subjetivación política.
[330]
norma heterosexual que construye al otro como
desconocimiento. Al mismo tiempo que la heterosexualidad se
construye como el saber sobre la sexualidad, constituyéndose a
sí misma como “La sexualidad” –natural y verdadera-, produce
sus propias ignorancias que delimitan el campo de lo abyecto o
inefable. Por el contrario, el otro no-saber sobre el que trabajaría
una pedagogía cuir-antinormativa refiere a un modo de
conocimiento descolonizador del otrx, sin pretensión de
transparentarlo y encapsularlo en una identidad fija322. Este des-
saber cuestiona y dimite de las necesidades epistemológicas de
la matriz colonial del poder que regula las instancias
enunciativas: la medición, la cuantificación y la objetivación del
otrx. Este “no-saber” implica la suspensión de una lógica de la
explicación como gesto de atención, justicia y ética. Aquí, el “no
es el término medio de un conocimiento que tiene como fin –o
como negación de su fin- la pasión de no saber “323, que hace
entrar en crisis el orden del conocimiento. “Este no conocimiento
es la condición necesaria para que algo ocurra, para que sea
asumida una responsabilidad, para que una decisión sea tomada,
para que tenga lugar un suceso”, afirmaba Derrida324, donde el
otrx es acontecimiento no programable, irrupción y venida, una
novedad que supone memoria. De modo que el reconocimiento
del otro implica una ausencia de conocimiento325.
322 Lo que Sennet ha llamado “igualdad opaca” – por oposición a la igualdad transparente
-, este aceptar en el otro lo que no entendemos. De este modo, el desconocimiento no
resulta un obstáculo a despejar sino un rasgo constitutivo de la relación pedagógica. En
“El respeto. Sobre la dignidad del hombre en un mundo de desigualdad” (2003).
Barcelona, Anagrama. Pág. 129.
323 “No saber”, en La felicidad, el erotismo y la literatura. George Bataille. Ensayos 1944-
pág. 8.
325 Al respecto, Zizek plantea: “La intersubjetividad se basa en el hecho de que el otro es
fenomenológicamente experimentado como una incógnita, como un abismo sin fondo que
nunca podremos sondear” (1998, 259). En “Porque no saben lo que hacen. El goce como
factor político”. Paidós.
[331]
La legitimación legal no puede obturar o impugnar los procesos
de innovación política y experimentación cultural, dado que son
éstos los que dinamizan la vida social de una comunidad,
desorganizando las simbólicas del poder con sus irrupciones
imaginativas y la pulsión nómade de rupturas estético-políticas.
Reinventar la práctica educativa implica trabajar sobre esa falla o
intervalo donde acontece lo político, esa apertura de
posibilidades para cambiar la propia vida y re-pensar las
prácticas de libertad con el propósito de intensificarlas en los
cuerpos, para así desmantelar un régimen de asignación forzada
del género cuya diferencia sexual binaria legaliza un repertorio
restringido y compulsivo de identidades estatales: varones y
mujeres326.
327Lazzarato, Mauricio (2006) Por una política menor. Acontecimiento y política en las
sociedades de control. Traficantes de Sueños, Madrid. Pág. 189
[333]