Tema 12
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EL DERECHO INDIANO
El marco histórico en el que nos encontramos es a finales del siglo XIV con el
reinado de los Reyes Católicos; se produce gran proyección hacia el exterior.
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Rápidamente los Reyes Católicos consiguieron del Papa Alejandro VI varias
Bulas en las que se donaba a Castilla todas las tierras e islas descubiertas más
allá de las Azores.
Los Reyes Católicos le piden las bulas al Papa, se las da, conocidas como bulas
alejandrinas, y le dan a las Indias un régimen paralelo a las que le dan a
Portugal. Principalmente son tres:
Incorporación a Castilla: los motivos por los que las Indias se incorporaron al
reino de Castilla y no al de Aragón fueron los siguientes:
Los excesos y las matanzas producidas contra los indios, provocó que el Papa
Pablo III promulgara la bula "Sublimis Deus", en el año 1537, tras recibir una
representación de los religiosos Las Casas, Garcés, Betanzos ( Frailes
Dominicos) y otros, denunciando los hechos.
En ella se acogen las tesis de los dominicos, y se censura a quienes tratan a los
indios como brutos y esclavos.
La Bula fue ampliamente utilizada por Las Casas en defensa de su tesis de la
pacífica conversión de los indios.
Por todo ello Carlos I convocó una junta en Valladolid para tratar los siguientes
temas:
supuesta inferioridad natural del indio
la supresión de las encomiendas (como forma encubierta de esclavitud)
el estatuto jurídico de los indios
el modo de ocupación de las tierras conquistadas
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Se disponía que en la penetración en tierras hasta entonces no
exploradas, debían participar siempre dos religiosos que vigilarían que
los contactos con los indios se llevaran a cabo en forma pacífica dando
lugar al diálogo que propiciara su conversión.
La Corona optó lentamente por las tesis de Las Casas, lo que tuvo eco
definitivo en las Ordenanzas de 1573.
En 1561 publicaba Las Casas “De Thesauris in Perú” afirmando que los
reyes indios tenían derecho a conservar sus estados y demás derechos
sobre sus súbditos mientras estos voluntariamente no otorgue las
posesiones a los reyes españoles.
Declaraba nulos y sin valor los nombramientos y actuaciones de los
virreyes, gobernadores, audiencias y denunciaba la usurpación de
funciones cometida o por los reyes de España.
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Tesis de Sepúlveda:
Según el padre Vitoria, no cabía admitir ningún "viejo título" como la idolatría y
demás pecados de los indios o su inferioridad natural.
El manuscrito del Padre Vitoria tuvo tal eco, que Carlos I prohibió a finales de
1539 que se discutiera el tema. Las tesis de Vitoria se unieron a las de Las
Casas, enfrentándose a los que defendían las tesis oficiales de la donación
papal, cuya cabeza más visible fue Sepúlveda.
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o Consecuentemente sólo cabe completar el pleno dominio sobre los
indios convenciéndoles a reconocer libre y pacíficamente la
soberanía del rey español.
El Derecho que se crea para establecer un régimen jurídico especial para las
Indias, es el Derecho indiano igual a Leyes de Indias. No solo el derecho para
las Indias sino también el que estuvo vigente en las Indias. Aquí entran, el
Derecho castellano, la costumbre indígena, cualquier otra fuente. Por Derecho
castellano debemos entender que es: el Derecho de Castilla y también el
Derecho que es creado por las autoridades castellanos en Indias, este es el
Derecho criollo.
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Es un Derecho muy abundante, crea un grave problema de
conocimiento, se plantea así la necesidad de recoger ese Derecho, surgiendo
así los celularios, la copulata, ambos donde se recogen normas dadas.
El Monarca esta preocupado por la realidad indiana, ya que este es el mayor
problema desconocer la realidad indiana. Envía entonces al Consejo a Juan de
Ovaldo.
Se inicia entonces el proceso recopilador, culminando en 1680, se promulga la
recopilación de Indias que es un trabajo de Pinedo.
Cambia en 1614 con el reinado de Felipe III, establece que para que una ley
dada en Castilla entre en vigor también en Indias, necesita que sea aprobada
primeramente y necesariamente por el Consejo de Indias.
Se llega a decir que la costumbre esta por delante incluso, del Derecho
castellano en el orden de prelación de fuentes, aplicándose la costumbre por
delante del Derecho castellano. El legislador para resolver los problemas acude
al Derecho castellano y si no encuentra solución acude a la costumbre
indígena.
Qué pasos se dieron durante esos años en la dirección de consolidar ese proceso
recopilador del Derecho municipal de las Indias occidentales y qué
consecuencias tuvieron para el futuro de la organización jurídica de la América
española esos esfuerzos recopiladores; en concreto tres son los hitos
fundamentales en el proceso recopilatorio Indiano:
ANTECEDENTES:
Las medidas adoptadas por los reyes de España para tratar de afrontar este
problema general y reconducir la situación en las Indias fueron de dos tipos.
En primer lugar, una limitación drástica del número de leyes aplicables en esos
territorios.
En efecto, a partir de la segunda mitad del siglo XVI, la urgencia de contar con
un texto compilado autorizado a nivel de todo el territorio de las Indias hispanas
fue haciéndose del todo apremiante, de modo que el mismo Consejo de Indias
acabó asumiendo como propia la tarea de elaborar tal obra –determinación a la
que un monarca como Felipe II no pudo ser en modo alguno ajeno– y encargó a
diversos personajes la realización del trabajo, con unos objetivos más
ambiciosos que los anteriores y resultados inicialmente más bien discretos.
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El primero de estos personajes encargados de realizar la obra recopiladora fue
Juan López de Velasco –que fue Cronista de Indias en los años setenta del s.
XVI– quien, por mandato del Consejo, compiló, a partir de los archivos del
mismo, resúmenes de 9.170 disposiciones reales dictadas entre 1492 y 1569
siguiendo el orden de las Partidas (esto es, en siete libros, divididos en títulos y
subdivididos éstos, a su vez, en párrafos numerados). La obra (conocida como
Copulata de Leyes y Provisiones de Indias) fue concluida en 1569, pero no
fue editada y quedó para uso privado del Consejo.
Sólo a finales del siglo XVI (1594) el licenciado Diego de Encinas, antiguo
funcionario del Supremo Consejo y oficial mayor de la secretaría de cámara del
mismo, asumió el encargo de su presidente, don Diego Gasca de Salazar (ca.
1530-1603), y se aprestó a la labor de realizar nuevamente la compilación.
La obra de Encinas es, desde el punto de vista actual, modesta, pero para su
tiempo fue de vital importancia, y sirvió como punto de partida para el proyecto
más ambicioso (aunque fallido) de los que tuvieron lugar antes del acceso de
Felipe IV, el de Diego de Zorrilla.
El jurista elegido para llevar a cabo esta misión fue el abogado quiteño,
licenciado por Salamanca y Sigüenza, Diego de Zorrilla, a quien en 1602 el
consejero de Indias Benito Rodríguez Valtodano (†1613) encargó que trabajase
en una “recopilación formada” en el sentido antedicho, manejando el Cedulario
de Encinas y otras disposiciones más modernas. El proyecto se estableció
siguiendo el modelo de la Nueva Recopilación de Castilla, es decir, distribuyendo
el material en nueve libros –tomando en ambos casos como paradigma el Codex
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Iustinianus en la forma adoptada en la tradición de las escuelas medievales, es
decir, integrado sólo por los nueve primeros libros de la obra original romana.
Zorrilla trabajó durante unos seis años en esta tarea, que ya debía de estar
casi terminada en 1607: tras la revisión de los 375 libros archivados en el
Consejo, junto con el Cedulario de Encinas, había preparado un borrador de
recopilación, que, no obstante, debió de quedar en un estado bastante
imperfecto por lo que no recibió el visto bueno del Consejo.
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Sea como fuere, lo cierto es que en 1622 estaba ya en la península el texto del
Libro I de la Recopilación de las Cédulas, Cartas, Provisiones y
Ordenanzas Reales, obra de Juan de Solórzano, remitido por el autor el 8 de
mayo de ese año, junto con una tabla o índice de los restantes libros
proyectados. Según esto, la obra completa constaría de seis libros, subdivididos
en un total de 102 títulos, en los cuales se insertan los textos recopilados en
forma de “leyes”. Si bien su obra se consideró fuente importante para otras
posteriores, lo cierto es que NO se promulgó.
El presidente dio licencia a Aguiar para que se ausentase de las reuniones del
Consejo, siempre que su presencia no fuera imprescindible, y se encerrase a
terminar la obra recopilatoria, asistido de un secretario.
Pero no fue este el principal motivo por el que pudo progresar el trabajo –
puesto que Aguiar, a pesar de todo, seguía estando sumamente ocupado–, sino
por otra circunstancia completamente distinta que coincidió en el tiempo, cual
fue la llegada a España, procedente del Perú, del licenciado Antonio de León
Pinelo.
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a Pinelo como ayudante suyo, comprometiéndose éste a concluir el proyecto de
recopilación en un año.
Por tanto, en ese momento puede darse la obra, que debía de constar de varios
volúmenes manuscritos bajo el título de Recopilación de leyes, provisiones,
cédulas, ordenanzas de las Indias Occidentales, Islas y Tierra-Firme del
mar Océano, por definitivamente acabada y lista para ser impresa. Esto, sin
embargo, no tuvo lugar.
Esa copia es la que, siglos después, fue localizada en 1987 por el profesor
Sánchez Bella en los archivos del Duque del Infantado de Madrid y que ha
servido para realizar una edición moderna de la obra. Este descubrimiento ha
permitido constatar la marcada huella que el proyecto pineliano imprimió en
la Recopilación de las Indias de 1680 y sin la cual ésta no hubiera sido posible –
al menos, tal como nosotros la conocemos hoy.
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Entrado el siglo XVIII, la literatura jurídica participará de los enfoques del
absolutismo ilustrado, siendo también época abundante en la producción
intelectual de obras doctrinales.
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