Marco Martos POEMAS DE HUIDOBRO ICPNA MMC 2021

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VICENTE HUIDOBRO, LA

POESÍA DEL PEQUEÑO DIOS


Marco Martos Carrera

1
VICENTE HUIDOBRO

Arte poética

Que el verso sea como una llave


Que abra mil puertas.
Una hoja cae; algo pasa volando;
Cuanto miren los ojos creado sea,
Y el alma del oyente quede temblando.
Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;
El adjetivo, cuando no da vida, mata.
Estamos en el ciclo de los nervios.
El músculo cuelga,
Como recuerdo, en los museos;
Mas no por eso tenemos menos fuerza:
El vigor verdadero
Reside en la cabeza.
Por qué cantáis la rosa, ¡oh Poetas!
Hacedla florecer en el poema;
Sólo para nosotros Viven todas las cosas bajo el Sol.
El Poeta es un pequeño Dios.

2
MARTÍN ADÁN

Sonetos de la rosa: VI

La rosa que amo es la del prudente,


la de sí misma, al aire de este mundo,
porque lo que es, en ella, lo confundo,
con lo que fui de cuerpo y no de mente.
Si en la de alma espanta el vehemente
designio sin deseo y sin segundo,
en esta vence el incitar jocundo
de un ser cabal, deseado, competente.
Así, el engaño y el pavor queridos
cuando la rosa que movió la mano
golpea, dentro, al interior humano.
Que obra alguno, divino de pequeño,
que no soy y que sabe, por los sidos
dioses que fui, ordenarme asá el ensueño.

"Sonetos a la rosa" (1931-1942)

“La rosa es un símil del espíritu externo que vuelve a despertar


en el poeta los recuerdos de su propio origen divino. Es
consciente de la presencia de una realidad personal diferente al
yo, que representa algún elemento de divinidad dentro de él y
que le capacita para poner orden en las ilusiones que abriga en
su mente. Este elemento de divinidad podría identificarse con la
capacidad poética de transformar sus experiencias en un medio
verbal; es un poder que el poeta considera inspirado por la
divinidad” (John Kinsella, 1989)
3
ALEJANDRO ROMUALDO

Poética

La Rosa es esta rosa. Y no la rosa


de Adán: la misteriosa y omnisciente.
Aquella que por ser la Misma Rosa
miente a los ojos y a las manos miente.

Rosa, de rosa en rosa, permanente,


así piensa Martín. Pero la cosa
es otra (y diferente) pues la rosa
es la que arde en mis manos, no en mi mente.

Ésta es la rosa misma. Y en esencia.


Olorosa. Espinosa. Y rosamente
pura. Encendida. Rosa de presencia.

La Rosa Misma es la que ve la gente.


No es la que ausente brilla por su ausencia,
sino aquella que brilla por presente.

4
VICENTE HUIDOBRO

El espejo de agua

Mi espejo, corriente por las noches,


Se hace arroyo y se aleja de mi cuarto.
Mi espejo, más profundo que el orbe
Donde todos los cisnes se ahogaron.
Es un estanque verde en la muralla
Y en medio duerme tu desnudez anclada.
Sobre sus olas, bajo cielos sonámbulos,
Mis ensueños se alejan como barcos.
De pie en la popa siempre me veréis cantando.
Una rosa secreta se hincha en mi pecho
Y un ruiseñor ebrio aletea en mi dedo.

5
Canto IV de Altazor (1921)

No hay tiempo que perder


Enfermera de sombras y distancias
Yo vuelvo a ti huyendo del reino incalculable
De ángeles prohibidos por el amanecer

Detrás de tu secreto te escondías


En sonrisa de párpados y de aire
Yo levanté la capa de tu risa
Y corté las sombras que tenían
Tus signos de distancia señalados

Tu sueño se dormirá en mis manos


Marcado de las líneas de mi destino inseparable
En el pecho de un mismo pájaro
Que se consume en el fuego de su canto
De su canto llorando al tiempo
Porque se escurre entre los dedos

Sabes que tu mirada adorna los veleros


De las noches mecidas en la pesca
Sabes que tu mirada forma el nudo de las estrellas
Y el nudo del canto que saldrá del pecho
Tu mirada que lleva la palabra al corazón
Y a la boca embrujada del ruiseñor

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No hay tiempo que perder
A la hora del cuerpo en el naufragio ambiguo
Yo mido paso a paso el infinito

El mar quiere vencer


Y por lo tanto no hay tiempo que perder
Entonces
Ah entonces
Más allá del último horizonte
Se verá lo que hay que ver

Por eso hay que cuidar el ojo precioso regalo del


cerebro
El ojo anclado al medio de los mundos
Donde los buques se vienen a varar
¿Mas si se enferma el ojo qué he de hacer?
¿Qué haremos si han hecho mal de ojo al ojo?
Al ojo avizor afiebrado como faro de lince
La geografía del ojo digo es la más complicada
El sondaje difícil a causa de las olas
Los tumultos que pasan
La apretura continua
Las plazas y avenidas s populosas
Las procesiones con sus estandartes
Bajando por el iris hasta perderse

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El raja en su elefante de tapices
La cacería de leones en selvas de pestañas seculares
Las migraciones de pájaros friolentos hacia otras
retinas
Yo amo mis ojos y tus ojos y los ojos
Los ojos con su propia combustión
Los ojos que bailan al son de una música interna
Y se abren como puertas sobre el crimen
Y salen de su órbita y se van como cometas sangrientos
al azar
Los ojos que se clavan y dejan heridas lentas a
cicatrizar
Entonces no se pegan los ojos como cartas
Y son cascadas de amor inagotables
Y se cambian día y noche
Ojo por ojo
Ojo por ojo como hostia por hostia
Ojo árbol
Ojo pájaro
Ojo río
Ojo montaña
Ojo mar
Ojo tierra
Ojo luna
Ojo cielo
Ojo silencio

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Ojo soledad por ojo ausencia
Ojo dolor por ojo risa

No hay tiempo que perder


Y si viene el instante prosaico
Siga el barco que es acaso el mejor
Ahora que me siento y me pongo a escribir
¿Qué hace la golondrina que vi esta mañana
Firmando cartas en el vacío?
Cuando muevo el pie izquierdo
¿Qué hace con su pie el gran mandarín chino?
Cuando enciendo un cigarro
¿Qué hacen los otros cigarros que vienen en el barco?
¿En dónde está la planta del fuego futuro?
Y si yo levanto los ojos ahora mismo
¿Qué hace con sus ojos el explorador de pie en el polo?
Yo estoy aquí
¿En dónde están los otros?
Eco de gesto en gesto
Cadena electrizada o sin correspondencias
Interrumpido el ritmo solitario
¿Quiénes están muriendo y quiénes nacen
Mientras mi pluma corre en el papel?

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No hay tiempo que perder
Levántate alegría
Y pasa de poro en poro la aguja de tus sedas

Darse prisa darse prisa


Vaya por los globos y los cocodrilos mojados
Préstame mujer tus ojos de verano
Yo lamo las nubes salpicadas cuando el otoño sigue la
carreta del asno
Un periscopio en ascensión debate el pudor del
invierno

Bajo la perspectiva del volantín azulado por el infinito


Color joven de pájaros al ciento por ciento
Tal vez era un amor mirado de palomas desgraciadas
O el guante importuno del atentado que va a nacer de
una mujer o una amapola
El florero de mirlos que se besan volando
Bravo pantorrilla de noche de la más novia que se
esconde en su piel de flor

Rosa al revés rosa otra vez y rosa y rosa


Aunque no quiera el carcelero
Río revuelto para la pesca milagrosa

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Noche préstame tu mujer con pantorrillas de florero de
amapolas jóvenes
Mojadas de color como el asno pequeño desgraciado
La novia sin flores ni globos de pájaros
El invierno endurece las palomas presentes
Mira la carreta y el atentado de cocodrilos azulados
Que son periscopios en las nubes del pudor
Novia en ascensión al ciento por ciento celeste

Lame la perspectiva que ha de nacer salpicada de


volantines
Y de los guantes agradables del otoño que se debate en
la piel del amor

No hay tiempo que perder


La indecisión en barca para los viajes
Es un presente de las crueldades de la noche
Porque el hombre malo o la mujer severa
No pueden nada contra la mortalidad de la casa
Ni la falta de orden
Que sea oro o enfermedad

Noble sorpresa o espión doméstico para victoria


extranjera

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La disputa intestina produce la justa desconfianza
De los párpados lavados en la prisión
Las penas tendientes a su fin son travesaños antes del
matrimonio
Murmuraciones de cascada sin protección
Las disensiones militares y todos los obstáculos
A causa de la declaración de esa mujer rubia
Que critica la pérdida de la expedición
O la utilidad extrema de la justicia
Como una separación de amor sin porvenir
La prudencia llora los falsos extravíos de la locura
naciente
Que ignora completamente las satisfacciones de la
moderación

No hay tiempo que perder


Para hablar de la clausura de la tierra y la llegada del
día agricultor a la nada amante de lotería sin proceso ni
niño para enfermedad pues el dolor imprevisto que
sale de los cruzamientos de la espera en este campo de
la sinceridad nueva es un poco negro como el
eclesiástico de las empresas para la miseria o el traidor
en retardo sobre el agua que busca apoyo en la unión o
la disensión sin reposo de la ignorancia. Pero la carta
viene sobre la ruta y la mujer colocada en el incidente
del duelo conoce el

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buen éxito de la preñez y la inacción del deseo pasado
da la ventaja al pueblo que tiene inclinación por el
sacerdote pues él realza de la caída y se hace más
íntimo que el extravío de la doncella rubia ola amistad
de la locura

No hay tiempo que perder


Todo esto es triste como el niño que está quedándose
huérfano
O como la letra que cae al medio del ojo
O como la muerte del perro de un ciego
O como el río que se estira en su lecho de agonizante
Todo esto es hermoso como mirar el amor de los
gorriones
Tres horas después del atentado celeste
O como oír dos pájaros anónimos que cantan a la
misma azucena

O como la cabeza de la serpiente donde sueña el opio


O como el rubí nacido de los deseos de una mujer
Y como el mar que no se sabe si ríe o llora

Y como los colores que caen del cerebro de las


mariposas

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Y como la mina de oro de las abejas
Las abejas satélites del nardo como las gaviotas del
barco
Las abejas que llevan la semilla en su interior
Y van más perfumadas que pañuelos de narices
Aunque no son pájaros
Pues no dejan sus iniciales en el cielo
En la lejanía del cielo besada por los ojos
Y al terminar su viaje vomitan el alma de los pétalos
Como las gaviotas vomitan el horizonte
Y las golondrinas el verano

No hay tiempo que perder


Ya viene la golondrina monotémpora
Trae un acento antípoda de lejanías que se acercan
Viene golondeando la golondrina

Al horitaña de la montazonte
La violondrina y el goloncelo
Descolgada esta mañana de la lunala
Se acerca a todo galope
Ya viene viene la golondrina
Ya viene viene la golonfina
Ya viene la golontrina
Ya viene la goloncima
Viene la golonchina

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Viene la golonclima
Ya viene la golonrima
Ya viene la golonrisa
La golonniña
La golongira
La goionlira
La golonbrisa
La golonchilla
Ya viene la golondía
Y la noche encoge sus uñas como el leopardo
Ya viene la golontrina
Que tiene un nido en cada uno de los dos calores
Como yo lo tengo en los cuatro horizontes
Viene la golonrisa
Y las olas se levantan en la punta de los pies
Viene la golonniña
Y siente un vahído la cabeza de la montaña
Viene la golongira
Y el viento se hace parábola de sílfides en orgía
Se llenan de notas los hilos telefónicos
Se duerme el ocaso con la cabeza escondida
Y el árbol con el pulso afiebrado

Pero el cielo prefiere el rodoñol


Su niño querido el rorreñol
Su flor de alegría el romiñol

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Su piel de lágrima el rofañol
Su garganta nocturna el rosolñol
El rolañol
El rosiñol

No hay tiempo que perder


El buque tiene los días contados
Por los hoyos peligrosos que abren las estrellas en el
mar
Puede caerse al fuego central
El fuego central con sus banderas que estallan de
cuando en cuando
Los elfos exacerbados soplan las semillas y me
interrogan
Pero yo sólo oigo las notas del alhelí
Cuando alguien aprieta los pedales del viento
Y se presenta el huracán
El río corre como un perro azotado
Corre que corre a esconderse en el mar
Y pasa el rebaño que devasta mis nervios
Entonces yo sólo digo
Que no compro estrellas en la nochería
Y tampoco olas nuevas en la marería
Prefiero escuchar las notas del alhelí
Junto a la cascada que cuenta sus monedas
O el bronceo del aeroplano en la punta del cielo

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O mirar el ojo del tigre donde sueña una mujer
desnuda
Porque si no la palabra que viene de tan lejos
Se quiebra entre los labios

Yo no tengo orgullos de campanario


Ni tengo ningún odio petrificado
Ni grito como un sombrero afectuoso que viene
saliendo del desierto
Digo solamente
No hay tiempo que perder
El vizir con lenguaje de pájaro
Nos habla largo largo como un sendero
Las caravanas se alejan sobre su voz
Y los barcos hacia horizontes imprecisos
Él devuelve el oriente sobre las almas
Que toman un oriente de perla
Y se llenan de fósforos a cada paso
De su boca brota una selva
De su selva brota un astro
Del astro cae una montaña sobre la noche
De la noche cae otra noche
Sobre la noche del vacío
La noche lejos tan lejos que parece una muerta que se
llevan
Adiós hay que decir adiós

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Adiós hay que decir a Dios
Entonces el huracán destruido por la luz de la lengua
Se deshace en arpegios circulares
Y aparece la luna seguida de algunas gaviotas
Y sobre el camino
Un caballo que se va agrandando a medida que se aleja

Darse prisa darse prisa


Están prontas las semillas
Esperando una orden para florecer
Paciencia ya luego crecerán
Y se irán por los senderos de la savia
Por su escalera personal
Un momento de descanso
Antes del viaje al cielo del árbol
El árbol tiene miedo de alejarse demasiado
Tiene miedo y vuelve los ojos angustiados
La noche lo hace temblar
La noche y su licantropía
La noche que afila sus garras en el viento
Y aguza los oídos de la selva
Tiene miedo digo el árbol tiene miedo
De alejarse de la tierra

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No hay tiempo que perder
Los iceberg que flotan en los ojos de los muertos
Conocen su camino
Ciego sería el que llorara

Las tinieblas del féretro sin límites


Las esperanzas abolidas
Los tormentos cambiados en inscripción de cementerio

Aquí yace Carlota ojos marítimos


Se le rompió un satélite
Aquí yace Matías en su corazón dos escualos se batían
Aquí yace Marcelo mar y cielo en el mismo violoncelo

Aquí yace Susana cansada de pelear contra el olvido

Aquí yace Teresa ésa es la tierra que araron sus ojos


hoy ocupada por su cuerpo

Aquí yace Angélica anclada en el puerto de sus brazos


Aquí yace Rosario río de rosas hasta el infinito
Aquí yace Raimundo raíces del mundo son sus venas

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Aquí yace Clarisa cara risa enclaustrada en la luz
Aquí yace Alejandro antro alejado ala adentro
Aquí yace Gabriela rotos los diques sube en las savias
hasta el sueño esperando la resurrección
Aquí yace AItazor azor fulminado por la altura
Aquí yace Vicente antipoeta y mago

En cruz
en luz
La tierra y su cielo
El cielo y su tierra
Selva noche
Y río día por el universo
El pájaro tralalí canta en las ramas de mi cerebro
Porque encontró la clave del eterfinifrete
Rotundo como el unipacio y el espaverso
Uiu uiui
Tralalí tralalá
Aia ai ai aaia i i

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Canto VII

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22
El célebre océano

El mar decía a sus olas


Hijas mías volved pronto
Yo veo desde aquí las esfinges en equilibrio sobre el
alambre
Veo una calle perdida en el ojo del muerto
Hijas mías llevad vuestras cartas y no tardéis
Cada vez más rápidos los árboles crecen
Cada vez más rápidas las olas mueren
Los récord de la cabeza son batidos por los brazos
Los ojos son batidos por las orejas
Sólo las voces luchan todavía contra el día

Creéis que oye nuestras voces


El día tan maltratado por el océano
Creéis que comprende la plegaria inmensa de esta
agua que cruje
Sobre sus huesos

Mirad el cielo muriente y las virutas del mar


Mirad la luz vacía como aquel que abandonó su casa
El océano se fatiga de cepillar las playas
De mirar con un ojo los bajos relieves del cielo
Con un ojo tan casto como la muerte que lo aduerme
Y se aduerme en su vientre

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El océano ha crecido de algunas olas
El seca su barba
Estruja su casaca confortable
Saluda al sol en el mismo idioma
Ha crecido de cien olas

Esto se debe a su inclinación natural


Tan natural como su verde
Más verde que los ojos que miran la hierba
La hierba de conducta ejemplar

El mar ríe y bate la cola


Ha crecido de mil olas

Final sobre la poesía


El lenguaje brilla metálico, independiente de lo que
nombra, sonidos que se combinan de manera misteriosa,
ajenos a las fruslerías y a las discusiones de los
entendidos de sapiencia vacua, cascabeles alejados de las
gargantas y de las cuerdas vocales donde nacen, flotando
entre los astros y planetas, nítidos, como estrellas
diminutas, de fulgores insólitos y de rara belleza.
Marco Martos

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