Error de Hecho en El Delito de Violacion
Error de Hecho en El Delito de Violacion
Error de Hecho en El Delito de Violacion
Índice de contenido
1. Doctrina......................................................2
a. El Error de Hecho y de Derecho en la Doctrina..............2
b. Error e Ignorancia........................................2
c. Error de hecho y error de derecho..........................3
i. El principio "Ignorantia iuris nom excusa". Su carácter
relativo.....................................................4
ii. Deficiencias en el contenido de la separación
tradicional del error........................................4
d. Significado del error sobre el tipo y sobre la prohibición. 5
i. El error de tipo vencible e invencible..................6
i.1 El error sobre las causas de justificación............7
ii. El error de prohibición directo e indirecto............9
iii. El error de comprensión...............................9
iv. El error de prohibición sobre las circunstancias
objetivas del estado de necesidad exculpante y las otras
DESARROLLO:
1. Doctrina
b. Error e Ignorancia
Ciertamente cabe admitir que el error y la ignorancia son dos
fenómenos que desde un punto de vista psicológico y aún filosófico
pueden ser diferenciados; pero jurídico-penalmente, por tener los
mismos efectos, esa distinción no tiene trascendencia.
De tal modo, pues, reconociendo que el error es el conocimiento
falso acerca de algo, y que la ignorancia es la falta de
conocimiento de algo partiremos del supuesto que no hay razón
válida para darles un tratamiento diferente. Antes bien, siendo
que el error es el concepto que comúnmente se emplea en la
legislación y en la doctrina, con un contenido amplio que abarca
la ignorancia, así debe ser comprendido.
señalados por el tipo objetivo del 305 del Código Penal. En este
caso queda de lado la problemática del error, concretamente del
error de tipo, ya que se dan los elementos necesarios, dentro del
cuadro fáctico demostrado, para tener claridad que el autor
efectivamente conocía las circunstancias necesarias para que el
tipo objetivo y subjetivo existiera según su descripción,
cumpliéndose todos los requisitos para tener afirmada,
correctamente, la tipicidad penal.
En cuando a la conducta omisiva productora de una tipicidad dolosa
de desobediencia a la autoridad, destaca lo planteado por el voto
118-F de las ocho horas treinta y cinco minutos del cinco de abril
de mil novecientos noventa y uno, en la causa seguida contra
T.V.A. por el delito de desobediencia en perjuicio de la Autoridad
Pública. En la casación por el fondo, se tuvo como aspecto medular
la orden impartida en sentencia recaída en juicio ordinario que se
tramitó en un Juzgado Civil y que concluyó con sentencia que quedó
firme el 24 de noviembre de 1986. La acusada no acató sin
justificación alguna la orden clara y terminante de la autoridad
competente de quitar las canoas. La Sala dijo, en esa oportunidad,
que "...basta con la conducta negativa e injustificada de V.A. a
cumplir la orden contenida en dicha sentencia, para que se
configure el ilícito de desobediencia". Este fallo señala
entonces, en primer lugar, la omisión de cumplir la orden como el
componente descriptivo de la acción contemplada en el artículo 305
(conducta negativa), agrega, el aspecto de que no haya
justificación en no cumplir la orden, en otras palabras, que la
antijuridicidad de la conducta puede desaparecer cuando existe un
tipo permisivo (causa de justificación) que deje el injusto
incompleto, análisis que debe hacerse en el estrato
correspondiente de la antijuridicidad. Este último aspecto podría
también estar implicando para el caso concreto la posibilidad de
errores que recaigan sobre la comprensión de la antijuridicidad,
errores característicos del análisis de la reprochabilidad, es
decir, que queda abierta la puerta para la existencia de errores
de prohibición indirectos (sobre la falsa suposición de permisos
que en realidad la Ley no concede). Por supuesto, por ser este
último un análisis que pertenece a la reprochabilidad,
concretamente al análisis de la comprensión del carácter ilícito
del hecho (primer análisis exigido por el estudio de la
reprochabilidad), ya deja por fuera cualquier problemática
relacionada con la tipicidad, este análisis sobre la
reprochabilidad viene a fundar el reproche del injusto al autor
cuando el mismo es posible cumpliéndose los requisitos de que el
autor haya podido comprender el carácter ilícito del hecho y haya
podido adecuar su conducta a esa comprensión (segunda fase de
análisis de la reprochabilidad).
Resultado 3:
F puede ir aumentando en su rechazo incompleto, pero detenerse
antes de decir no o de resistir físicamente.
Resultado 4:
F tiene relaciones sexuales con M como un modo de mantener la
relación con él.
Esta última posibilidad de resultado trae a colación el
significado de "consentimiento" dentro del contexto de la
persecución del delito de violación.
Como se indicó anteriormente, la ley menciona la falta de
consentimiento como una condición necesaria para la comisión del
delito de violación; sin embargo, la doctrina reciente ha
considerado que no lo es y que la violación debe entenderse como
una relación sexual no deseada. Verlo de este modo se traduciría
en un aumento exponencial en la incidencia de las violaciones.
osteriormente ilustran las diferencias entre sexo no consentido y
sexo no deseado con estos ejemplos:
Supongamos que M y F están solos después de haber salido juntos
por tercera ocasión. M trata de iniciar una relación sexual; F
declina; M se detiene, pero le explica a F que a pesar de que
quisiera seguir saliendo con ella (he hopes to continue to date
her), que considera que una intimidad sexual es esencial para una
relación satisfactoria y que no volverá a salir con ella, a menos
que acceda a sus demandas sexuales. Antes de ese ultimátum, F
consideraba viables estas opciones:
1) Se seguirían viendo y saliendo juntos sin tener relaciones
sexuales.
2) Se seguirían viendo y saliendo juntos teniendo relaciones
sexuales, y
3) No se seguirían viendo ni saliendo juntos.
Suponiendo que F prefiere la opción 1 a la 2 o 3, pero cree que M
ya desechó completamente la 1, ella debe decidir entre la 2 o la
3. Ella podría elegir la opción 3 diciéndole a M que no acepta
salir en sus términos, pero si elige la opción 2, podemos decir
que aceptó (existe consentimiento de su parte) por tener
relaciones sexuales no deseadas, debido a que esa opción
representa su voluntad, F ha consentido tener relaciones sexuales.
Sin embargo, también podemos decir que en realidad no desea tener
relaciones sexuales porque la 1 sigue siendo su primera opción.
Muchos actos sexuales caen dentro de la categoría de lo
"consentido pero no deseado". Por una u otra razón, muchas mujeres
y hombres acceden al sexo no deseado, y muchas mujeres reflejan en
2. Normativa
a. Código Penal3
3. Jurisprudencia
tipo ... Uno de los casos en que falta el elemento objetivo (de la
respectiva causa de justificación) es en el supuesto de la
creencia errónea en la existencia de los presupuestos objetivos de
una causa de justificación: el sujeto creía en la existencia de un
hecho que, de haberse dado realmente, hubiera justificado su
acción ...” Muñoz Conde (Francisco), y García Arán (Mercedes),
“DERECHO PENAL, PARTE GENERAL”, editorial Tirant lo Blanch,
Valencia. 3ª edición, setiembre de 1998. Páginas 306, 350 y 351.
De acuerdo con lo anterior, resultaría claro que si en este caso
se hubiera llegar a establecer en juicio que el imputado siempre
actuó bajo la falsa creencia de que el bien que poseía no era del
Estado sino suyo, estaríamos ante un error de tipo y no uno de
prohibición (conforme se argumenta equivocadamente en el reclamo),
pues ello haría referencia a uno de los elementos objetivos
necesarios para que se configure el delito de usurpación de
dominio público que se investiga. En todo caso, debe indicarse que
d e la lectura del fallo de instancia se comprende sin mayor
dificultad que los Jueces de mérito expusieron las razones a
partir de las cuales se pudo establecer con toda claridad que el
acusado conocía que el inmueble que poseía no le pertenecía, por
ser propiedad del Estado, lo que haría necesario descartar
cualquier posible o eventual error de tipo en su actuación."
y ella misma- que contaba con once años de edad y: “... 2. – Pese
a la advertencia...; el encartado no creyó y siguió adelante con
su conquista.... El dieciocho de octubre de mil novecientos
noventa y ocho en horas de la noche, Morales Avilés recogió a la
menor, llevándola la primera noche a casa de su hermana Elizabeth
Morales Avilés, en San Gabriel de Pejibaye.Aquí mantuvieron acceso
carnal, introduciendo el imputado su pene en la vagina de N...”
(confrontar folio 107) y pasados unos días, Edgar y N. viajaron a
San Rafael Abajo de Desamparados, a la vivienda de la madre de él:
“... a quien le manifestaron que la menor tenía dieciocho
años.Durante los días que estuvieron en casa de doña Carmen
diariamente copularon. Ante la llamada telefónica de una hija,
doña Carmen fue advertida que la acompañante de su hijo tenía una
edad de once años, por lo cual... procedió a constatarlo por medio
de constancia del Registro Civil... Una vez que doña Carmen se
enteró de la verdadera edad de la ofendida, los reprendió por el
engaño y el encartado tomó la decisión de enviar a N. a su
casa...” (confrontar folio 108). Cabe resaltar, que durante el
contradictorio tanto la madre de la ofendida como ésta, informaron
al Tribunal que Edgar no les había creído lo relativo a la edad de
N., señalando esta última, que ello obedeció a la circunstancia de
que estaba muy desarrollada, aspecto que incluso se consignó en el
contenido del dictamen médico fechado 16 de noviembre de 1.998,
que concluye diciendo: “... Femenina de 11 años, con edad aparente
y mental como de 14 años...” (confrontar folio 14).Al respecto, el
Tribunal consideró que: “... es una ofensa a la inteligencia,
insistir en un error de hecho, sin que tenga mayor relevancia la
impresión del médico, pues es solo su punto de vista, posterior a
las agresiones sexuales que nos ocupan, pues lo que cuenta es la
información cierta, recibida por el imputado y de viva voz, de su
víctima y de la madre de ésta...” (ver folio 109).Obsérvese al
efecto, que según lo anterior, ciertamente a Edgar se le informó
la verdadera edad de N., aspecto sobre el cual no existe ningún
cuestionamiento; empero, también se estableció que él nunca dio
crédito a ese detalle (ver folio 107). Así las cosas, resulta
indubitable que Morales Avilés mantuvo relaciones sexuales por lo
menos en tres oportunidades con S.P. y pese a eso, él creyó que
ella contaba con más de 12 años de edad, circunstancia que
erróneamente derivó de las características físicas de la menor, no
obstante habérsele informado lo contrario.Desde esta perspectiva,
resulta relevante apreciar y analizar las razones por las que el
a-quo posteriormente no aplicó lo dispuesto por el artículo 34 del
Código sustantivo.En efecto, la mayoría del Tribunal restó
importancia al contenido del dictamen médico-legal realizado el 16
de noviembre de 1.998, o sea, aproximadamente un mes después de
que el justiciable se fuera con N., por haber sido posterior a los
hechos, cuando lógicamente este tipo de pericias en casos de
FUENTES CITADAS: