Medicina Tradicional
Medicina Tradicional
Medicina Tradicional
Edición:
Asociación de Desarrollo Comunal Mameyal Indígena,
Ahuachapán, Tacuba, Cantón Sincuyo.
Diseño y diagramación:
Ernesto Vladimir Morales.
Fotografías:
ADESCOMI, Equipo de recolección de información y Fátima
Torrez.
Primera Edición:
2021 | Esta edición consta de 200 ejemplares.
Imprenta:
INPRO, Promocionales e Industria.
Impresión:
Tacuba, Ahuachapán, El Salvador, Centro América,
enero 2021.
Índice
Siglas 4
Presentación 5
Introducción 6
I. Marco teórico de referencia 8
II. Ubicación del Municipio de Tacuba en Ahuachapán y El Salvador 9
III. Las prácticas ancestrales: las comunidades y sus recetas 14
Retiro El Silencio (Cantón El Jícaro) 16
Cumbre El Olvido (Cantón El Carrizal) 20
Barrio El Calvario 23
Bella Vista (Cantón el Jícaro) 30
San Juan El Coco (Cantón San Juan) 32
El Chupamiel (Cantón El Jícaro) 37
El Carrizal (Cantón El Jícaro) 38
Arenales (Cantón EL Sincuyo) 42
El Mameyal (Cantón El Sincuyo) 53
Sincuyo Centro (El Sincuyo) 59
El Palmo (El Sincuyo) 64
El Gavilán (San Juan) 70
Los Hernández (El Rosario) 72
Rosario (El Rosario) 73
IV. Reflexiones y aprendizajes. 78
4.1. Reflexiones. 78
4.2. Aprendizajes. 79
Bibliografía. 83
Siglas
Nutricional.
4
Presentación
Este primer acercamiento a la sabiduría ancestral de las y los habitantes de la antigua
TAMOANCHAN descendientes directos de TEPEYU el creador del Maíz y forjador de
los Balam, cuyas descendencias viajaron por Mesoamérica y que dejaron en las tierras
donde hoy se encuentra Tacuba, un cúmulo de conocimientos que se ha mantenido de
generación en generación.
Hoy mediante esta obra de investigación realizada por jóvenes talentosos y estudiosos
de las Artes Ancestrales, entregan este primer trabajo bordado con la sabiduría de
la elemento terapia, y aromatizado con las finas fragancias de plantas que inundan
nuestra tierra, en donde la dinámica de la contracción y expansión del corazón de la
tierra vitaliza el verdadero trabajo del CONSEJO DE PUEBLOS ORIGINARIOS DE TACUBA
embalsamando la sabiduría de los siglos herencia eterna del corazón del cielo recibida
por TEPEYU, hoy inicialmente investigada para dotar a las futuras generaciones Indígenas
de potencialidades para la vida de los pueblos.
Hoy entregamos el fruto de una investigación realizada por jóvenes muy entusiastas,
con el apoyo incondicional de los consejos indígenas comunitarios, de la Asociación de
Desarrollo Comunal Indígena ADESCOMI, de la Asociación Coordinadora Indígena y
Campesina de Agroforestería Comunitaria en Centroamérica – ACICAFOC-, así como de
la cooperación ALEMANA-KFW.
5
Introducción
Este catálogo es el resultado de la sistematización de los conocimientos ancestrales en el
uso y beneficio de las plantas medicinales del Municipio de Tacuba, como producto de un
esfuerzo colectivo de la ejecución del Sub-Proyecto “RESCATE DE LA DIETAS ANCESTRAL
DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS DE TACUBA”, ejecutado por La ASOCIACION DE
DESARROLLO COMUNAL MAMEYAL INDÍGENA (ADESCOMI), que se inscribe en el
“Programa de Agrobiodiversidad Indígena y Campesina en Centroamérica”, que tiene
como objetivo asegurar los medios de vida con sistemas productivos ricos en especies de
comunidades indígenas y de familias campesinas. El Programa pretende, por lo tanto,
contribuir a conservar la estructura de los ecosistemas y la estabilidad de la diversidad
de especies, ayudando a recuperar la Agrobiodiversidad en los territorios administrados
por los pequeños campesinos, indígenas y afro descendientes en toda Centroamérica.
Para esta publicación se retomaron los conocimientos y las prácticas ancestrales desde
las voces de las y los protagonistas en la preparación de medicinas a base de plantas
medicinales, ordenadas como recetas, paraque sea apropiado por las nuevas generaciones
y siga siendo de utilidad en las comunidades. Estas prácticas las realizan hombres y
mujeres cuyas edades oscilan entre los 37 y 87 años, para ello fueron entrevistadas 31
mujeres y 29 hombres.
6
MARCO TEÓRICO
DE REFERENCIA
7
I. Marco teórico de referencia.
Para la cosmovisión de los pueblos indígenas la salud parte del equilibrio del organismo,
por tanto, cuando hay enfermedad se enfrentan a un desequilibrio en su cuerpo y
espíritu, por ello con la medicina ancestral buscan estimular tanto su fe como su cuerpo
para que entre en sanación. En ese sentido, el enfoque de la medicina ancestral “Es una
forma de curación que proporciona la naturaleza para lograr revertir los procesos de una
enfermedad, para acelerarlos o para expulsar las toxinas que provocan la enfermedad.
Para ello se ha utilizado el agua, el sol, el aire y las plantas” (Villalta, 2007:1).
Aunque hay que reconocer que “…en la farmacopea moderna el uso de plantas ha
disminuido notablemente, en tanto que aumenta el número de sustancias sintéticas
utilizadas. Esto resulta explicable por la dificultad de conseguir plantas medicinales
silvestres en las cantidades necesarias para surtir de materia prima a una industria
en permanente expansión” (CEPAL, 1993: 2). Sin embargo, la tradición cultural de las
familias en El Salvador, y en especial de las campesinas, de automedicarse se mantiene,
aunque utilizan medicamentos químicos de venta libre, mientras que los pueblos
indígenas se automedican, pero con medicinas ancestrales producidas con plantas
medicinales, con recetas conocidas de generación en generación.
“La CEPAL señala que existen aproximadamente 20,000 especies de plantas con actividad
biológica (entendida como actividad potencialmente terapéutica) y que el mayor
potencial de desarrollo científico en cuanto a la medicina tradicional se encuentra en
países con una rica cultura médica tradicional” (Villalta, 2007:2). La recuperación de los
conocimientos ancestrales sobre plantas medicinales y sus usos siempre ha sido parte
de las agendas-demandas de trabajo de las distintas organizaciones representativas
de los pueblos indígenas, que no han tenido eco y en pocas ocasiones son tomadas en
serio por las instituciones del estado, y en particular del Ministerio de Salud. A pesar
de ello, esos conocimientos subsisten en los pueblos indígenas, aunque bajo riesgo de
ir desapareciendo. Por esta razón es importante continuar con la recuperación de las
prácticas ancestrales en la elaboración, uso y cultivo de plantas medicinales.
8
II. Ubicación del Municipio de Tacuba en Ahuachapán
y El Salvador.
Tacuba, es un pueblo originario, con una historia de unos 12,000 año, cuyos vestigios se
encuentran en las leyendas como la piedra de lagarto, el cerro campano, el cerro tambor
y las montañas del imposible.
Tacuba fue uno de los escenarios del levantamiento indígena-campesina de 1932, que
término en etnocidio (destrucción de este pueblo). “Los campesinos e indígenas de la
región se alzaron contra el Gobierno ante el sistema desigual de tenencia de tierras que
9
los despojaba de su territorio para entregar a los terratenientes. Por su parte, el Gobierno
Militar de Maximiliano Hernández Martínez, ordenó la ejecución de los protestantes que
según la denuncia de los historiadores ascendieron a más de 20 mil muertes” (https://
www.ecured.cu/Tacuba_(El_Salvador)#Ubicaci.C3.B3n).
Tacuba tiene un área de 149,98 km² y una altitud de 710 msnm. Se ubica en la Sierra
Apaneca-Ilamatepec. Limita al norte con Ahuachapán y la República de Guatemala; al
este, por Concepción de Ataco y Jujutla; al sur, por Jujutla y San Francisco Menéndez y al
oeste, por San Francisco Menéndez. El municipio se divide en 14 cantones y 4 barrios y
un total de 96 caseríos y 7 colonias.
Debido a la persecución política surgida después de los levantamientos de 1832 y 1932, por
terror los pueblos indígenas dejaron de cultivar de manera comunitaria, en la mayoría
de los casos las prácticas relacionadas con su espiritualidad, producción y sanitarias
las siguieron haciendo, pero en silencio. A pesar de ello, después de los acuerdos de
paz, las prácticas ancestrales y formas organizativas indígenas empezaron a resurgir,
a recuperar lentamente, y en el caso de Tacuba viven en las comunidades con mucho
entusiasmo las experiencias comunitarias en reconstrucción, que implica darle valor a
lo comunitario fundamentado en la cultura del común que todavía subsiste.
10
Indígenas”, según decreto No. 137 emitido por la Asamblea Legislativa, esto significa que
la mayoría de comunidades reconocen que son pueblos indígenas, por tanto, en el caso de
Tacuba dichas comunidades intentan mantener varias de las culturas ancestrales. Están
haciendo esfuerzos por recuperar acciones del común, realizan diferentes ceremonias,
mantienen el respeto hacia la madre tierra, incluso para cortar una hoja a un árbol, le
piden permiso al árbol.
En general, los pueblos indígenas han utilizado y siguen utilizando, aunque en menor
medida, la medicina natural a base plantas, por los conocimientos que tienen las familias
que han heredado de generación en generación. Además, sus condiciones de pobreza y
las zonas donde viven refuerzan la necesidad de recurrir “... a remedios caseros, con
hierbas que conocen o que les han aconsejado familiares y amistades. Por otra parte, no
tienen otra alternativa, ya que los costos actuales de muchas medicinas escapan a sus
posibilidades de compra. A los hospitales públicos acuden muy poco, generalmente muy
alejados de los lugares donde viven” (OPS/OMS 1999:24).
Los cultivos principales son los granos básicos, el café y las hortalizas. Según el estudio
de la Unidad de Análisis Legislativo el 30% de la población se dedica al cultivo de granos
básicos, generalmente una vez al año, cuyo precio después de los acuerdos de paz se
deterioró totalmente, es de recordar que en la década de los 80 el Instituto Regular
de Abastecimiento (IRA), tuvo un papel de mediación entre las y los productores y el
mercado, lo que beneficio de alguna manera a quien producía.
Otra parte de la población que no tiene tierras para cultivar, por haber sido despojados
de ellas y vendidas o regaladas a los cafetaleros, vende su mano de obra, que según el
mismo estudio “En promedio el salario mensual de la venta de mano de obra, ronda los
$150 dólares y los gastos de transporte, alimentación, limpieza, vestuario, teléfono, etc.,
ronda los $125.00 y el resto llega a la familia indígena en insumos para la alimentación
de los que se quedan en casa (arroz, aceite, jabón, carne y galletas).
Además de Tacuba tiene 11 municipios más y 126 cantones, cuyas cabeceras tienen
11
categoría de ciudad, villa o pueblo. Algunos de los personajes salvadoreños destacados
que han nacido o residido en el departamento son: Napoleón Rodríguez Ruiz, Arturo
Romero, Alfredo Espino3 y el General Francisco Menéndez4 (CODESAN, 2018).
Según la EHPM, en Ahuachapán los ingresos promedio mensuales por hogar ascienden
a $466.09, por debajo del promedio nacional, y el ingreso per cápita mensual de $121.17.
En Ahuachapán 13,412 hogares reciben remesa, que implica un total de 48,195 personas
con remesas (EHPM, 2018:460). Mientras que los hogares en situación de pobreza
extrema alcanzan el 12.44%, los hogares en pobreza relativa ascienden a 26.20%, ambos
por arriba del promedio nacional, y los hogares no pobres son 61.37% (2018:461). Las
y los productores agropecuarios propietarios ascienden a 7,079 mientras que las y los
productores agropecuarios arrendatarios son 17,073, situación que limita impulsar
verdaderos procesos de dinamización de una socio economía.
3 Poeta.
4 Político y militar salvadoreño que se desempeñó como presidente de la República de El Salvador durante
el período de 1885 a 1890.
5 ORDEN fue creada por los gobiernos de turno, para que investigaran a organizaciones y personas
involucradas con el Partido Comunista.
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Centro América, con una extensión territorial de 21.040,79 Km², y su capital es San
Salvador. Además, se divide en 262 municipios. Según la EHPM 2018 tiene una población
de 6,642,767 (52.9% son mujeres y 47.1% hombres). El 61.7% viven en el área urbana y
el 38.3% en el rural. El 52.6% es menor de 30 años, mientras que el 13.2% tiene una edad
de 60 años y más. La población económicamente activa entre los 15 a 64 años de edad
alcanzó el 51.2% (2018:3-4).
Según Arocha en su investigación afirma que toda la región centroamericana fue territorio
de los mayas, incluyendo el territorio salvadoreño, él afirma “Creemos haber expuesto ya
lo suficiente para establecer la significación de Tamoanchán dentro de la historia maya
y por supuesto, dentro de las Historias Nacionales de los países ancestralmente ligados
a esta historia. Siendo El Salvador uno de esos países y la República centroamericana
donde se localiza todo el complejo geográfico y ecológico que los mayas definieron al
describir la ubicación de su patria primigenia y la del maíz, su alimento ideal y el nuestro
hasta hoy…” (Arocha: 241)
Es de señalar que la guerra civil, en la década de los años 80, obligó a la población
indígena a replegarse y disgregarse por todo el territorio nacional, aunque siempre
quedaron territorios indígenas importantes.
El 26.3% de los hogares están en pobreza (5.7% en pobreza extrema6 y 20.6% en pobreza
relativa7). El costo de la CBA per cápita urbana fue de $53.40 y la rural de $34.03, aumentó
6 En pobreza extrema se ubican los hogares que con su ingreso per cápita no alcanzan a cubrir el costo
de la Canasta Básica Alimentaria (CBA).
7 En pobreza relativa los hogares que con su ingreso per cápita no cubrir el costo de la CBA ampliada (dos
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con respecto al 2017. En el área rural un 30% de hogares se encuentran en pobreza
(7.1% en pobreza extrema y 22.9% pobreza relativa). Mientras que el área urbana el
24.1% de los hogares viven en pobreza (4.9% en pobreza extrema y 19.2% en pobreza
relativa). El ingreso mensual promedio de los hogares a nivel nacional fue de $583.85; en
el área urbana llegó a $683.98 mientras que en el rural bajó a $411.24, y las brechas de
desigualdad se mantienen en contra de las mujeres independientemente de los grados
estudiados (EHPM 2018:49).
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Cuadro N° 2: Rangos de edad de personas entrevistadas
Las medicinas naturales son elaboradas para garantizar la salud de su familia, sin costos
económicos altos, porque los Componentes están “a la mano”, además afirman que esta
medicina “Sí hace efecto, cae bien en el estómago sincausar otros daños” (Entrevistas, 2020).
Son conscientes de los beneficios que éstas les producen a las familias y comunidades,
porque no tienen efectos secundarios, son accesibles, de bajos costos económicos y no
tienen químicos.
El cultivo de plantas medicinales es una actividad que por lo general está vinculada
a la elaboración de medicinas, porque la deben tener “a mano”. De las 60 personas
entrevistadas un aproximado del 88% cultivan sus plantas en jardines o alrededor de la
casa, en algunos casos las reproducen por estacas, en otros las compran o se las regalan
las y los vecinos.
En la mayoría de los casos quien elabora la medicina también cultiva, sin embargo, hay
integrantes del grupo familiar que comparten la responsabilidad de cultivar, tal como
se observa en la gráfica siguiente. Destaca en un 34.14% esposa/compañera, con 29.26%
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hijas y con un 24.39% esposo/compañero.
Para algunas de las comunidades cultivar las plantas medicinales es un verdadero reto,
porque en verano no tienen agua para regarlas, por las plagas, no tienen espacio para
cultivar, el tipo de tierra no apta para cultivar y algunas familias viven alquilando.
Pero a pesar de esas dificultades, hacen el esfuerzo de mantener sus plantas, además,
en comunidades Cumbre El Olvido, El Carrizal (El Jícaro), El Jícaro Centro, Las Pozas
(El Jícaro), El Chupamiel (El Jícaro), Gavilán (San Juan), Arenal (Sincuyo), El Mameyal
(Sincuyo), Cincuyo Centro, Retiro Silencio, Hernández (Rosario) están haciendo sus
viveros comunales de plantas medicinales.
Además de la persona entrevistada que prepara medicina, también lo hacen las hijas que
corresponde al 46.34%, mientras que las esposas/compañeras representan el 31.70%,
mientras que esposo/compañero es un 21.95% igual porcentaje al de hijos. En el caso de
hijas e hijos evidencia que están trasmitiendo el conocimiento a la persona más cercana.
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tenía camarones y cangrejos, ahora ya no hay por la población que ha crecido.
Esta información fue proporcionada por Rosa Mercedes Galicia y Rosa de Jiménez.
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Cumbre El Olvido (Cantón El Carrizal)
Antes de 1992 eran dos familias de los Mendoza. Después de los Acuerdos de Paz, del
conflicto armado, cuando les dieron la baja de la Fuerza Armado, el gobierno ubicó a
integrantes de esta institución en este lugar. Hoy en día son 55 familias. La comunidad
no tenía ningún equipamiento social, eso significa que no había escuela ni calles. Pero
posteriormente se construyó calle y escuela con un proyecto financiado por ADIC.
Se llama Cumbre El Olvido, ahí solo había tigres y leones, no era caserío, pero una vez
unas personas que iban a trabajar se cayeron en una barranca, por esa razón se llama
así.
Estas recetas fueron proporcionadas por Joaquín Salazar, Juan José García, Ana Luz
Hernández:
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Barrio El Calvario
El Barrio El Calvario inició con tres señores de Tacuba, uno de ellos Marcelino Vásquez,
el agua no llegaba en tubería sino en canal. En El Calvario está una pila antigua donde
la gente iba a traer agua. Para ese tiempo no había muchos habitantes. Las casas eran
de paja.
Las recetas fueron proporcionadas por Juan Bautista de la Cruz, Clementina de la Cruz,
Morena Noemy Godínez, Reina Isabel Fernández y Ana Gloria Rosales, María Luisa Cruz,
Regina Vásquez Ascencio, Reina Gloria Escobar y Ana Alicia García.
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Bella Vista (Cantón el Jícaro).
Hace 60 años solo habitaban dos familias en esta zona (1959). Eran potreros, en el 2000
los dueños vendieron los terrenos y lotificaron. A partir de esta lotificación surgió Bella
Vista.
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San Juan El Coco (Cantón San Juan).
San Juan El Coco surgió aproximadamente desde hace 30 años, como resultado de la
desmovilización y del programa de transferencia de tierras a personas desmovilizadas.
Antes de esa época eran potreros, ahora cuentan con el equipamiento social básico
como escuelas, calles y organización como el Consejo Comunitario de las comunidades
Originarias Indígenas.
Estas recetas fueron proporcionadas por Coralia García Vda. de Molina, Alfonso Díaz y
Pedro Pablo Díaz:
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El Chupamiel (Cantón El Jícaro).
El Chupamiel surgió hace 28 años, inicialmente solo había dos casas aquí Doña Marciana,
Don Gabino y su esposa Casimira y Don Roberto y después se fueron multiplicando por
la descendencia de quienes habitaron inicialmente este lugar. No existían calles solo
caminos y veredas, el medio de transporte era en bestias, eran montañas. Cuentan que
se llama Chupamiel porque existen plantas de Chupamiel.
Estas recetas fueron proporcionadas por Benita Isabel Mendoza, Dina Angélica Molina
de Godínez, Manuel Enrique Cruz y Marciana Lázaro:
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El Carrizal (Cantón El Jícaro).
Se llama Carrizal porque se daba bastante el carrizo, es una vara que hoy se usa para
cohetes de vara, hace 63 años solo había tres viviendas de Don Marcos García, Don Tomás
Mendoza y Doña Dominga Díaz, aunque inicialmente fue Matías Suriano o Soriano el
primero que la gente recuerda que vivió en el lugar. Ya en el año 1978 había de 10 a 12
casas. La mayoría de familias emigraron del pueblo. Inicialmente no había agua potable
solo el pozo del amate y el venado.
Las recetas fueron proporcionadas por Felipe Antonio Esteban Rodríguez, David Antonio
López y María Isabel Aguirre:
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Arenales (Cantón EL Sincuyo).
El nombre Arenales se originó debido al terremoto en el año 2001. Antes de ese año
se llamaba Caserío Los García. Cuando inició solo había dos familias los García y los
Ascencio. Estas familias alquilaban la tierra de Don Mario Cornejo luego en la Reforma
Agraria les transfirieron la tierra.
Estas recetas fueron proporcionadas por Víctor Manuel Hernández, Guillermo Antonio
Rojas, María Ester García, Jesús Romualdo García, Estanislao Hernández, Andrea
Rodríguez, Marcelino Vásquez, Germán García Escobar, Pascual Mendoza Martínez:
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El Mameyal (Cantón El Sincuyo).
Inicialmente era un solo cantón el Sincuyo, un lugar despoblado, luego surgieron otras
familias como la de Don Gabriel López, Salvador Joaquín y Pablo Joaquín. Se llama así
porque había bastantes árboles de Sincuyo y el Mameyal surgió después. Su nombre se
debe a que en el lugar había muchos árboles de mamey, en esa zona nace un río con ese
mismo nombre y luego el caserío pasó a llamarse El Mameyal. Hace 40 años solo había
unas 15 familias. Ahora cuentan con ADESCO y diferentes grupos organizados.
Las recetas fueron proporcionadas por Candelaria Santos Joaquín, Rosario Salazar,
Isidro Magaña, Juan Francisco García Rosales, Isabel Aldana, Bartolo Romualdo Joaquín,
Ana María García de García y Raúl Javier González:
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Sincuyo Centro (El Sincuyo).
Hace 30 años era poco poblado y no había calles solo veredas, las personas viajaban a
pie o en bestia a Ahuachapán. Todo era sano. Le llamaron Sincuyo porque donde está el
ECO antes estaba un árbol grande de Sincuyo, la gente que venía a comprar zacate desde
la frontera cuando le preguntaban donde se había quedado decía en el Sincuyo, por eso
le dicen así.
Hasta hace 20 años hubo escuela, instalaron agua potable y energía eléctrica, y
construyeron calles. En el año 2001 había como 20 familias y ahora hay más de 40. La
comunidad el Sincuyo Centro es parte del Cantón El Sincuyo.
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El Palmo (El Sincuyo).
Hace 40 años no había café solo potreros, cañales o piñales y una gran cantidad de
palmeras. El Caserío dio inicio con siete familias. El caserío se llama El Palmo porque
había muchos árboles de palmo que con el tiempo se han ido perdiendo. El Palmo
pertenece al Cantón El Sincuyo.
Las siguientes recetas fueron proporcionadas por Pedro de La Cruz Romualdo, Adrián
González Escobar, Román García y Cristina Angelica Hernández:
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El Gavilán (San Juan).
El Caserío El Gavilán es parte del cantón San Juan, antes era uno solo. Hace pocos años
fue nombrado así. Las recetas fueron proporcionadas por María del Carmen Urrutía
Orantes:
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Los Hernández (El Rosario).
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Rosario (El Rosario).
En el lugar había una familia, eran dos viviendas y tenía veredas. Todo el desarrollo se
realizó a través de la cooperativa. Antes no se utilizaba abono químico y eran buenas
cosechas. Era poblado de árboles y café y una casa donde vivía don Sixto Vásquez. Ahora
es otra historia, está poblado de viviendas, hay calles transitables, escuela y ECOSF.
Las recetas fueron proporcionadas por Pascual Cristóbal Ronquillo, Teresa de Jesús
González y Casimira Díaz:
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REFLEXIONES Y
APRENDIZAJES
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IV. Reflexiones y aprendizajes.
4.1. Reflexiones.
El conocimiento lo tienen mujeres y hombres mayores de 37 años, quienes aprendieron
de sus antepasados, de sus abuelas y abuelos, de forma oral, haciendo las medicinas y
practicando la sanación. En muchos casos estas prácticas subsisten, fundamentalmente
en los pueblos indígenas porque son parte de su cultura, asociadas a la naturaleza y
la espiritualidad, pero también en los tiempos modernos, continuando su práctica por
respeto a sus ancestros y ancestras y por necesidad, debido a que las condiciones en que
viven las poblaciones indígenas son de empobrecimiento histórico y estructural.
Por otro lado, dada la situación de las familias de los pueblos indígenas hacer medicinas
con base en plantas medicinales también es una alternativa curativa, porque es accesible
y no producen efectos secundarios. De manera que tanto la producción de medicinas y
el cultivo de plantas medicinales es una actividad familiar. La producción de medicinas
más generalizada es aquella que sirve para tos/bronquitis, problemas gástricos, fiebres,
golpes y heridas.
78
lógica mercantilista, sino que están fundadas en la solidaridad, un valor que es poco
conocido y mucho menos practicado en las sociedades modernas. Esta práctica es una
esperanza porque todavía persisten los idearios de vivir en comunidad, de cuidarse, de
protegerse, de velar por la vida de las demás familias.
4.2. Aprendizajes.
El valor fundamental de esta sistematización radica en dos aspectos: 1) En el proceso
de formación en la práctica realizado a un promedio de 25 jóvenes (56% mujeres)
de las distintas comunidades participantes de esta sistematización, en el sentido que
aprendieron a recuperar los conocimientos de las personas de las comunidades que
elaboran medicinas y cultivan plantas medicinales, con el objeto fundamental de
transcender del conocimiento oral hacia un conocimiento documentado.
Las y los jóvenes capacitados quienes fueron a las comunidades a realizar las entrevistas
para recuperar esas experiencias vivenciales de la gente. En general en las comunidades
hubo una participación promedio de 12 jóvenes, quienes recibieron de forma directa las
recetas y en algunas comunidades tuvieron a la vista las plantas utilizadas por las y los
informantes.
La metodología utilizada fue la de aprender-haciendo, aunque se les dio tos talleres con
lecturas y reflexiones, pero fue en las comunidades que desarrollaron sus habilidades para
recuperar experiencias, además conocieron de viva voz de los procesos de elaboración
de las medicinas ancestrales. Lo que generó empatía e interés en las y los jóvenes de
aprender y practicar las medicinas a base de plantas. Al respecto Celia afirma que “En
lo personal aprendí a dirigirme a las personas que entrevisté, tratando de mantener el
propósito de la entrevista” (Hernández, 2020).
79
ASOCIACIÓN DE DESARROLLO COMUNAL MAMEYAL
INDIGENA, AHUACHAPÁN, TACUBA, CANTÓN SINCUYO.
80
2) La recuperación de las recetas y el procedimiento para la elaboración de las medicinas.
En general las personas que tienen el conocimiento preparan las medicinas de forma
empírica, es decir, parten de “como lo hicieron sus abuelas o abuelos”. Lo interesante
es que todo lo tienen en su cerebro, por eso una tarea fundamental fue ir reflexionando
sobre sus conocimientos mismos.
En el dialogo establecido entre las y los jóvenes y las personas que tenían el conocimiento,
se fue dilucidando los Componentes, las cantidades y los usos de las medicinas. Esto
porque las personas que realizan estas prácticas, tienen claro las cantidades y los
Componentes en el momento preciso de la preparación de las medicinas, no se rigen por
recetas sino por la evidencia que así lo han hecho. El trabajo realizado para recuperar
estas prácticas exigió ir indagando poco a poco los Componentes, cantidades, tiempos de
cocción, utilización, cada cuanto tiempo utilizarlo.
Una participante afirma que “En cuanto al tema de medicinas ancestrales, hay mucho
conocimiento de parte de las personas mayores que se está perdiendo, porque hoy en día
nuestra cultura ha industrializado la medicina por el beneficio económico que obtienen las
grandes farmacéuticas. Es importante motivar a diferentes grupos, si fueran jóvenes se
garantizaría la continuidad” (Hernández, 2020).
81
82
Bibliografía.
1. Alcaldía Municipal de Tacuba: Tacuba, por la ruta del turismo hacia un desarrollo
económico local, (COMURES, con el apoyo de FUNDEMUCA/AECID), disponible en http://
www.comures.org.sv/VIDEOS/Sistematizacion-TACUBA.pdf
83
12. Ministerio de Salud, gobierno de El Salvador (2015): Política Nacional de Salud
Intercultural (Anteproyecto).
14. Villalta, Igor (2007): Reflexiones sobre la medicina natural en El Salvador, (Artículo
aparecido en la Revista SOMOS Febrero–Junio 2007; Año VIII; Núm. 26; páginas 10 – 11).
84
MENSAJE PARA LAS Y LOS JÓVENES
“Animar a las y los jóvenes que ellos sean los encargados para
generaciones futuras y cuidar estos conocimientos como algo muy
valioso en cada comunidad”.
Personas entrevistadas.