21-22 Tema 2. La Generación Del 98. Novela. Pío Baroja. Unamuno. Azorín

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LA NOVELA EN LA GENERACIÓN DEL 98: BAROJA, UNAMUNO Y AZORÍN

1. LA GENERACIÓN DEL 98
Los escritores españoles de finales del XIX y comienzos del XX proponían una renovación
estética y mostraban su rechazo al Realismo y a la moral burguesa. Esta actitud fue compartida
por la generación del 98 y por los modernistas.
Tradicionalmente, se ha empleado el término generación del 98 para hacer referencia a un
grupo de escritores finiseculares que se centraron en tratar el tema de la decadencia de 1
España: criticaron la profunda crisis que padecía el país a finales del siglo XIX.
La vivencia común del desastre colonial de 1898 (pérdida de las últimas colonias (Cuba, Puerto
Rico y Filipinas), la inoperancia de las instituciones de la Restauración y el atraso del país los
impulsa a proclamar la necesidad de una regeneración social, moral y cultural. Asumen el
compromiso cívico de denunciar los males de la nación, de indagar en sus causas y proponer
soluciones.
Integran esta generación Pío Baroja, José Martínez Ruíz ´Azorín´, Ramiro de Maetzu (Grupo de
los tres), Miguel de Unamuno. Más discutida fue la pertenencia de Antonio Machado y Valle-
Inclán.
o ANTECEDENTES DEL GRUPO DEL 98
Las raíces del pensamiento del 98 hay que buscarlas en literatos, filósofos y pensadores
de corte reformista. Así pues, los precedentes del pensamiento del grupo del 98 serían:
+Literarios: Su actitud crítica entronca con una tradición literaria que arranca en el XVII
con Cervantes y Quevedo, continúa con los ilustrados (XVIII) y culmina con Larra (XIX)
+Filosóficos: Influidos por las corrientes irracionalistas del pensamiento europeo,
representadas por Schopenhauer, Kierkegaard, Nietzsche, Freud, Bergson.
+Ideológicos: Los escritores del 98 nutrirán sus ideas en las corrientes liberales
reformistas de finales del siglo XIX, el regeneracionismo y el krausismo.
Regeneracionismo: Corriente de pensamiento que denuncia los males del país (el atraso, la injusticia,
la ineficacia de los políticos) y plantea soluciones como la europeización de España. Krausismo.
Pretendía transformar la sociedad a través de la educación. Para ello fundaron la Institución Libre de
Enseñanza (ILE), conjunto de centros educativos (universidades, institutos, escuelas de maestros,
residencias de estudiantes…). Valoraban el trabajo, la cultura y la reflexión crítica personal. Ante la
educación tradicional religiosa proponen una alternativa laica y liberal.

2. CARACTERÍSTICAS DEL GRUPO DEL 98


2.1. RASGOS IDEOLÓGICOS. TEMAS
A. PENSAMIENTO DEL 98
+ Ante el atraso y decadencia del país proponen un reformismo regeneracionista, una
europeización de España. Pretenden transformar la sociedad a través de la educación
(defensores del krausismo).
+ Fracasaron porque no llegaron a proponer ideas prácticas y su fuerte desengaño les conduce
a posturas idealistas.
B. TEMAS DEL 98:
a. La preocupación por la decadencia española _el “tema de España” constante en su
obra_ los lleva a realizar una visión de España desde el subjetivismo:
A pesar de sus ansias de europeización, idealizarán todo lo español y reflejan positivamente
los paisajes de Castilla, la historia y las obras artísticas y literarias clásicas; indagan en las
causas de la decadencia de España a través de:
o El paisaje: Ven en el austero paisaje castellano el reflejo de la esencia
que buscan; recorren la meseta de Castilla describiendo
minuciosamente la pobreza de sus pueblos, la sencillez de sus gentes y
lo extremado de su clima (Castilla, de Azorín). Al igual que los autores
románticos (Bécquer), asocian el paisaje al estado de ánimo, de ahí que
el símbolo de la decadencia española sea la yerma meseta castellana.
o La historia (buscan en ella la raíz de los problemas de España, se fijan
en la historia anónima de la gente sencilla, la intrahistoria de
Unamuno)
o Y la literatura: admiración por Manrique, Quevedo, Fray Luis y
Cervantes (Vida de don Quijote y Sancho de Unamuno)
Proyectan sobre la realidad española anhelos y angustias personales. Buscan respuesta
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abstracta y filosófica a problemas concretos españoles. (Ej. Castilla de Azorín).
b. Preocupaciones existenciales: Los escritores del 98 expresan en sus obras una
preocupación angustiada de la existencia humana: la lucha por la vida en un mundo hostil,
la exaltación de la voluntad frente a la abulia (Pío Baroja), el conflicto entre razón y fe
(Unamuno), la muerte y la transcendencia, la búsqueda infructuosa de sentido a la vida, la
angustia por el paso del tiempo (Azorín), …

2.2. NOVEDADES ESTILÍSTICAS Y TÉCNICAS


Los escritores del 98 contribuyeron a la renovación de la lengua literaria de principios del XX
con sus novedades estilísticas. Con ellos se abre la “EDAD DE PLATA” de la Literatura
Española.
A. ESTILO DE LENGUA
+ La generación del 98 apostará por un ESTILO sobrio, una sencillez cuidada:
a. Se posicionan frente al Realismo con una clara voluntad antirretórica pero
exigente en el cuidado y en el manejo del lenguaje.
b. Muestran preferencia por frases cortas y párrafos breves.
c. Gusto palabras tradicionales y terruñeras (recuperadas del habla de los
pueblos): ponen en circulación enorme caudal léxico: resucitan palabras
olvidadas (arcaísmos y localismos) y varios neologismos.
B. CARACTERÍSTICAS DE LA NUEVA NOVELA. INNOVACIONES TÉCNICAS
Tres novelas publicadas en 1902, La voluntad de Azorín, Camino de la perfección de Pío Baroja
y Amor y pedagogía de Unamuno, rompen con el molde de la novela realista- naturalista del
XIX y suponen la evolución hacia otro tipo de narrativa:

INNOVACIONES TÉCNICAS EN LA NOVELA


a. Perderá importancia la historia (lo que se cuenta) a favor del DISCURSO (cómo se cuenta).
Las novelas presentan una estructura abierta: El conflicto planteado no se resuelve.
Novelas de leve ARGUMENTO, de escasa ACCIÓN: Por ejemplo, en San Manuel Bueno, mártir,
de Unamuno, el argumento se concentra en mostrar el conflicto interno del protagonista, la
ausencia de fe de un cura.
b. Novela de PERSONAJE, de protagonista individual. Se centra en la problemática del
personaje→ interesa no tanto la acción como la percepción que tiene el protagonista de la
realidad. Las novelas son un retrato interior del personaje.
Unas veces son hombres de “acción”, otras son seres “abúlicos”, incapaces de actuar,
angustiados, como Andrés Hurtado en El Árbol de la ciencia o Antonio en La voluntad.
Es un héroe inadaptado, antiburgués, rebelde y degradado que fracasa en su búsqueda de
valores en una sociedad envilecida. El fracaso de su proceso de autoafirmación puede llevarlo
a la destrucción física o moral.
c. El PUNTO DE VISTA realista del narrador omnisciente, será ahora sustituido por un Narrador
mucho más personal y subjetivo.
Momentaneidad y fragmentarismo: La narración suele fragmentarse en estampas, producto
de la percepción del protagonista. Sus descripciones son impresionistas (frente a la
minuciosidad realista): seleccionan solo los detalles significativos.
Con frecuencia, la narración es interrumpida por disquisiciones filosóficas y estampas sobre el
paisaje, producto de la percepción protagonista: Las pausas descriptivas, las elipsis originan
una indeterminación de lo narrado (La voluntad de Azorín)
Será una novela dramatizada o dialogal: cobra fuerza el diálogo y el narrador se diluye.

d. En cuanto al ESPACIO y al TIEMPO, se sacrifica la concreción de tiempo y lugar: lo


importante es el conflicto íntimo del personaje que sucederá en alguna ciudad de provincias
de la España de comienzos del siglo XX.
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3. BAROJA, UNAMUNO Y AZORÍN

3.1. PÍO BAROJA Y NESSI (San Sebastián, 1872- Madrid, 1956)


Estudió medicina en Madrid y, tras un corto periodo como médico rural, volvió a la capital
iniciando sus colaboraciones periodísticas en diarios y revistas. La postura política de Baroja
fue evolucionando de una izquierda militante a un escepticismo que no le libró de problemas
con la censura franquista al reflejar la Guerra Civil en sus últimas obras.
Inconformista, muestra un pesimismo absoluto sobre el ser humano. Su obra es radicalmente
crítica con la corrupción de la sociedad de su época. Refleja, no obstante, una gran ternura por
los seres desvalidos o marginados.

Rasgos de sus novelas:


- Novelas centradas por lo general en protagonistas inadaptados que fracasan en su lucha
vital.
-Novela abierta a todas las posibilidades (sus novelas incluyen comentarios y reflexiones
filosóficos, literarios, políticos, humorísticos…).
-Pesimismo existencial (el mundo carece de sentido, no confía en el hombre)
-Reverencia por la novela de acción y por los temas de aventuras.
-Diálogos abundantes: la conversación en sus obras muy importante (los diálogos sencillos y
verosímiles muestran los puntos de vista de los personajes).
- Descripciones impresionistas a base de breves pinceladas que describen ambientes difusos y
apenas profundizan en la psicología de los personajes.
- Prosa antirretórica y rápida. Su estilo espontáneo fue tachado por la crítica de desaliñado.
Agrupa sus novelas en trilogías (La tierra vasca, La lucha por la vida, La raza y El mar).
Podemos distinguir tres etapas en su producción literaria:
1) PRIMERA ETAPA (hasta 1912) De gran creatividad y variedad temática. Pertenecen a ella
obras como Camino de perfección; la trilogía La lucha por la vida (que incluye La busca); El
árbol de la ciencia; Zalacaín el aventurero o Las inquietudes de Shanti Andía … Son las
novelas que expresan más nítidamente el espíritu del Grupo del 98 y la crisis de fin de siglo.
Presentan personajes que intentan dar sentido a su existencia: se percibe en ellos la influencia
de la filosofía de Kant y Schopenhauer; algunos son seres en conflicto consigo mismos y con el
medio, que acaban sucumbiendo; otros son hombres de acción que sueñan con la libertad.
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El árbol de la ciencia (1911) → de carácter filosófico, resume su espíritu y los conflictos
espirituales que se hallan en la médula de la época a través de Andrés Hurtado, un personaje
perdido, en un mundo absurdo, en medio de circunstancias adversas: Vida de Andrés Hurtado
desde el comienzo de sus estudios de medicina. El menor atisbo de felicidad asoma en su
existencia vulgar: una facultad agria, una familia poco afectuosa y unos amigos nada
generosos. Su propia profesión le sirve para odiar más a los hombres, y sólo junto a Lulú, una
muchacha atrevida y que rebosa ternura, encuentra Andrés cierta felicidad.

TEXTO I— ¿Hola, qué tal? — Le dijo sacando por debajo de la capa la mano del
cadáver—. Bien y tú, contestó el otro. El amigo estrechó la mano, se estremeció al notar su
frialdad y quedó horrorizado al ver que por debajo de la capa salía el brazo de un cadáver. De
otro caso sucedido por entonces, se habló mucho entre los alumnos. Uno de los médicos del
hospital, especialista en enfermedades nerviosas, había dado orden de que a un enfermo
suyo, muerto en su sala, se le hiciera la autopsia y se le extrajera el cerebro y se le llevara a su
casa. El interno extrajo el cerebro y lo envió con un mozo al domicilio del médico. La criada
de la casa, al ver el paquete, creyó que eran sesos de vaca, y los llevó a la cocina y los preparó
y los sirvió a la familia.
Se contaban muchas historias como ésta, fueran verdad o no, con verdadera fruición.
Existía entre los estudiantes de Medicina una tendencia al espíritu de clase, consistente en
un común desdén por la muerte; en cierto entusiasmo por la brutalidad quirúrgica, y en un
gran desprecio por la sensibilidad.
Andrés Hurtado no manifestaba más sensibilidad que los otros; no le hacía tampoco ninguna
mella ver abrir, cortar y descuartizar cadáveres. Lo que sí le molestaba, era el procedimiento
de sacar los muertos del carro en donde los traían del depósito del hospital. Los mozos cogían
estos cadáveres, uno por los brazos y otro por los pies, los aupaban y los echaban al suelo.(…)
La impresión era terrible; aquello parecía el final de una batalla prehistórica, o de un
combate de circo romano, en que los vencedores fueran arrastrando a los vencidos.

(El árbol de la ciencia, Pío Baroja)

2) SEGUNDA ETAPA: Predomina en ella una narración de trasfondo histórico e ideológico en las
que se aprecia una perspectiva irónica. De este periodo es la serie Memorias de un hombre de
acción, que cuenta las aventuras de un antepasado del autor, Eugenio de Avinareta,
conspirador y guerrillero del siglo XIX.
3) TERCERA ETAPA: De carácter menos crítico. Tampoco aparecen héroes de acción. De esta
última época destacan sus memorias, tituladas Desde la última vuelta del camino.

2. MIGUEL DE UNAMUNO (Bilbao, 1864-Salamanca, 1936)


Escritor, poeta y filósofo. Accedió a la cátedra de lengua y literatura griega en la Universidad de
Salamanca, en la que desde 1901 fue rector y catedrático.
Considera la novela como medio para interpretar la realidad. En ellas, los protagonistas
encarnan sus obsesiones personales: afirmación de la personalidad, la lucha contra el instinto,
el afán de dominio sobre los demás, la muerte, …
Temas de sus obras son:
- La reflexión filosófica (sobre el sentido de la
existencia, la relación entre el hombre y su creador,
el conflicto entre razón y fe, …): Niebla, San Manuel
bueno, mártir;
La rebeldía al rol tradicional de la mujer se aprecia en La
tía Tula: Gertrudis es una mujer de carácter, que tras la
muerte de su hermana asume la crianza de sus sobrinos
pero se niega a casarse con su cuñado, enfrentándose de 5
este modo al destino que la sociedad patriarcal le tiene
adjudicado.
- La preocupación por España (Vida de Don Quijote y
Sancho, en donde entra en contradicción con la
tesis europeísta defendida en libros anteriores,
ahora propone "españolizar Europa")
El cainismo hispánico que tiene sus antecedentes en
el tema bíblico de la lucha entre hermanos sirve de
base a su novela, Abel Sánchez.

- Niebla (1914) es, según su autor, una nivola (nombre que Unamuno da a sus novelas para
subrayar que no son novelas realistas); muestra el enfrentamiento entre Augusto y su creador
(Unamuno) que aparece en la novela → metanovela (la construcción de la novela pasa a ser
objeto de novelización)
TEXTO II Augusto Pérez se le aparece a Unamuno en un sueño y acaba diciéndole lo
siguiente:
“No se sueña dos veces el mismo sueño. Ese que usted vuelva a soñar y crea soy yo será otro.
Y ahora, ahora que está usted dormido y soñando y que reconoce usted estarlo y que yo soy
un sueño y reconozco serlo, ahora vuelvo a decirle a usted lo que tanto le excitó cuando la
otra vez se lo dije: mire usted, mi querido don Miguel, no vaya ser que sea usted el ente de
ficción, el que no existe en realidad, ni vivo ni muerto; no vaya a ser que no pase usted de un
pretexto para que mi historia y otras historias como la mía corran por el mundo. Y luego,
cuando usted se muera del todo, llevemos su alma nosotros. No, no, no se altere usted, que
aunque dormido y soñando aún vive. Y ahora, ¡adiós! Y se disipó en la niebla negra”.

- San Manuel Bueno, mártir (1930): conflicto interno del protagonista, un cura que pierde la
fe y persiste en la voluntad de creer.
TEXTO III -Entonces -prosiguió mi hermano- comprendí sus móviles, y con esto
comprendí su santidad (...). Y no me olvidaré jamás del día en que diciéndole yo: "Pero, don
Manuel, la verdad, la verdad ante todo", él, temblando, me susurró al oído -y eso que
estábamos solos en el campo-: "¿La verdad? La verdad, Lázaro, es acaso algo terrible, algo
intolerable, algo mortal; la gente sencilla no podría vivir con ella". "¿Y por qué me la deja
entrever ahora aquí, como en confesión?", le dije. Y él: "Porque si no, me atormentaría tanto,
tanto, que acabaría gritándola en medio de la plaza y eso jamás, jamás, jamás. Yo estoy para
hacer vivir a las almas de mis feligreses, para hacerles felices, para hacerles que se sueñen
inmortales y no para matarles. Lo que aquí hace falta es que vivan sanamente, que vivan en
unanimidad de sentido, y con la verdad, con mi verdad, no vivirían. Que vivan . Y esto hace
la Iglesia, hacerlos vivir. ¿Religión verdadera? Todas las religiones son verdaderas en cuanto
hacer vivir espiritualmente a los pueblos que las profesan, en canto les consuelan de haber
tenido que nacer para morir, y para cada pueblo la religión más verdadera es la suya, la que
ha hecho. ¿Y la mía? La mía es consolarme en consolar a los demás, aunque el consuelo que
les doy no sea el mío".
3. JOSÉ MARTÍNEZ RUIZ, AZORÍN (Monóvar (Alicante) 1873-Madrid, 1967)

Articulista, novelista, ensayista y dramaturgo, José Martínez Ruiz comenzó a usar el seudónimo
de Azorín en 1904.
Sus novelas, diametralmente opuestas al formato realista, expresan, sobre todo en la primera
etapa, una violenta rebeldía contra los valores establecidos (de joven fue simpatizante del
anarquismo, aunque después derivó aposturas conservadoras).
Más tarde experimentará una evolución de lo 6
social a lo subjetivo.
En sus novelas, Azorín:
- Anula en la novela el movimiento y el tiempo.
Novelas de ritmo lento y meditativo.
- La narración se fragmenta en instantáneas que
configuran cuadros o fotografías que se
materializan en capítulos deshilvanados.
- Azorín aborda un profundo análisis de la
percepción del momento (influido por la filosofía,
literatura, pintura impresionista, cine…)
- El tema de la preocupación por el tiempo que
pasa se percibe en la prosa triste, melancólica y
fluida que delata el afán de apresar lo sustancial
de las cosas.

Sus novelas son de dos tipos:


a) Novelas de componente autobiográfico que incluyen impresiones suscitadas por el paisaje.
El protagonista es Antonio Azorín, personaje reflejo de la conciencia de su creador: La
voluntad, Antonio Azorín y Las confesiones de un pequeño filósofo. Estas novelas desarrollan
las experiencias vitales y culturales del autor.
b) En otras novelas, Azorín abandona el elemento biográfico y se centra en la personalidad de
los protagonistas: Doña Inés. Una historia de amor, narra la historia de una mujer enamorada
de un hombre más joven al que terminará por renunciar.

- La voluntad (1902): Desengañado de la fe en la acción política, trata en La voluntad la abulia


extrema. La voluntad carece de la estructura tradicional de la novela, pues por encima del
argumento importan las disquisiciones filosóficas, intercaladas con breves estampas de la
niñez y juventud del autor. Novela impresionista que incluye fragmentos de vida, de
sensaciones. Las alusiones autobiográficas aparecen entre un gran collage de documentos
(artículos periodísticos, fragmentos de otras obras…)

TEXTO IV A lo lejos, una campana toca lenta, pausada, melancólica. El cielo comienza a
clarear indeciso. La niebla se extiende en larga pincelada blanca sobre el campo. Y en
clamoroso concierto de voces agudas, graves, chirriantes, metálicas, confusas,
imperceptibles, sonorosas, todos los gallos de la ciudad dormida cantan. En lo hondo, el
poblado se esfuma al pie del cerro en mancha incierta. Dos, cuatro, seis blancos vellones que
brotan de la negrura, crecen, se ensanchan, se desparraman en cendales tenues. El carraspeo
persistente de una tos rasga los aires; los golpes espaciados de una maza de esparto, resuenan
lentos. Poco a poco la lechosa claror del horizonte se tiñe en verde pálido. El abigarrado
montón de casas va de la obscuridad saliendo lentamente. Largas vetas blanquecinas, anchas,
estrechas, rectas, serpenteantes, se entrecruzan sobre el ancho manchón negruzco. Los gallos
cantan pertinazmente; un perro ladra con largo y plañidero ladrido. El campo —claro ya el
horizonte— se aleja en amplia sabana verde, rasgado por los trazos del ramaje ombrajoso,
surcado por las líneas sinuosas de los caminos. El cielo, de verdes tintas pasa a encendidas
nacaradas tintas. Las herrerías despiertan con su sonoro repiqueteo; cerca, un niño llora; una
voz grita colérica. Y sobre el oleaje pardo de los infinitos tejados, paredones, albardillas,
chimeneas, frontones, esquinazos, surge majestuosa la blanca mole de la iglesia Nueva,
coronada por gigantesca cúpula listada en blancos y azules espirales. La ciudad despierta.
➢ ACTIVIDAD: Identifica tres rasgos formales o temáticos de la Generación del 98
en cada uno de los fragmentos literarios recogidos en esta unidad.

TEXTO I 7
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TEXTO II

TEXTO III

TEXTO IV

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