Recien Nacido

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Se dispone de varias teorías que intentan explicar el

desarrollo infantil. Comenzaremos a desarrollar una


teoría que aborda el desarrollo afectivo como puede
ser el psicoanálisis y otra teoría que aborda el
desarrollo y crecimiento infantil desde una
perspectiva cognitiva como por ejemplo, la teoría de Jean Piaget. Tanto en una
como en otra teoría se pautan una serie de estadios o fases por las que el niño
va atravesando.
No se puede hablar de uniformidad ni evolución lineal en el desarrollo
infantil sino que se plantean crisis, puntos de inflexión que van pautando el
desarrollo y el crecimiento. Cada niño va a tener un desarrollo particular
pautado por su ambiente, su familia, la cultura en la cual se desarrolla y los
aspectos biológicos.
Desde el punto de vista afectivo, en general, se puede decir que la madurez
del niño va a estar determinada por la cada vez mayor independencia de los
padres.

Freud, S. (1856-1939)

Observó científicamente que los niños mostraban conductas sexuales ya desde


recién nacidos, pues su primer deseo es provocado por la necesidad, es el
deseo del hambre que estará relacionado inevitablemente con la lactancia y el
contacto con la madre.

Freud distingue cinco etapas:

Etapa oral (nacimiento a año y medio)


Etapa anal (año y medio a 3 años)
Etapa fálica (3 años a 5 años)
La cuarta etapa es el periodo de latencia (5 años hasta la adolescencia)
Etapa genital (desde la adolescencia en adelante)

La etapa oral

El niño utiliza su sexualidad, no sólo como fuente de placer, sino que también
como fuente de conocimiento. Es un medio para comprender el mundo, para
divertirse, para relacionarse, para conocerse a sí mismo y conocer a los
demás.
En ella la zona de placer es la boca, en ella se centra la satisfacción.
En esta etapa no solo succiona los alimentos, sino también partes de su cuerpo
(por ejemplo, los dedos).
Otros objetos (como por ejemplo, chupetes, sonajeros, etc.), también succiona
en el vacío, por el placer que esto le da.
El objeto de esta etapa, es el seno materno, aunque después, se producen
desplazamientos.
Esta etapa a su vez se puede subdividir en dos partes, la oral de succión y oral
canibalistica, que se da en la medida en que aparece la dentición.
La zona oral no solo es utilizada para chupar, morder o alimentarse, también es
la zona predominante en el habla, por lo tanto cualquier trastorno en la
sexualidad en esta etapa podría influenciar en la posterior aparición de
trastornos del lenguaje.

Dice Freud: “El bebé nace totalmente dependiente de los cuidados maternos
con los que forma una unidad indisoluble”

Winnicott, D.W. (1896-1971)

Psicoanalista inglés aunque fue freudiano primero, y luego discípulo de Melanie


Klein, sus ideas adquirieron una sólida identidad. Hace hincapié en la influencia
del ambiente sobre el desarrollo psíquico del ser humano. El entorno,
representado al principio por la madre o un sustituto, es el que permitirá o
entorpecerá el libre despliegue de los procesos madurativos.

Divide los dos primeros periodos de vida de la siguiente manera:

Periodo inicial (desde el nacimiento a los seis meses).


El segundo periodo (de los seis meses a los dos años). Es un estado de
dependencia relativa.

Periodo inicial (desde el nacimiento a los seis meses).


En este tiempo el niño se encuentra en un estado de dependencia absoluta
respecto al entorno, es decir, de la madre. Hay unas necesidades de orden
corporal ligadas al desarrollo psíquico del yo. La adaptación de la madre a
estas necesidades del bebé se concreta en tres funciones maternas:
1. La presentación del objeto: comida representada por el pecho o el biberón.
2. Holding o mantenimiento: rutina en forma de secuencias repetitivas de los
cuidados cotidianos. El bebé halla de esta manera puntos de referencia simple
y estable con los que lleva a buen término el trabajo de integración en el tiempo
y en el espacio.
3. Handling: es la manipulación del bebé en la prestación de cuidados. Es
necesario para su bienestar físico que lo experimenta poco a poco en su
cuerpo y va realizando la unión entre su vida psíquica y física. Esta unión es lo
que Winnicott llama personalización.

Otro concepto de este autor es el de madre suficientemente buena. Es aquella


que durante los primeros días de la vida de su hijo
se identifica estrechamente con éste, adaptándose a sus necesidades. Es lo
bastante buena para que el niño pueda acomodarse a ella
sin daño para su salud psíquica. Permite que el bebé desarrolle una
vida psíquica y física apoyada en sus tendencias innatas. Esto le
puede proporcionar un sentimiento de continuidad de existir, que
es signo del surgimiento de un verdadero sí mismo.
La madre insuficientemente buena es aquella que globalmente no tiene
capacidad para identificarse con las necesidades del bebé.
Es una madre imprevisible, pasa de una adaptación perfecta a una defectuosa,
pasa de la injerencia a la negligencia. Esto se da especialmente cuando son
varias las personas que cuidan al bebé.
Cuando la madre no cumple su función de sostén del yo, lo que
surge es una angustia portadora de amenazas de fragmentación, falta de
relación con el propio cuerpo, etc. Esto, según Winnicott, sería la esencia de
las angustias psicóticas.
Los fenómenos transicionales son diversas actividades que realiza el niño que
se consagra a ellas en los momentos en que puede surgir la angustia,
especialmente cuando se produce una separación de la madre o a la hora de
dormirse. Un ejemplo puede ser llevarse un trapito a la boca, sostener una tela
o su osito favorito.
Al utilizarse un objeto se llama objeto transicional, que
significa el lugar y la función que pasarán a ocupar dichos
objetos en la vida psíquica del niño. Representa en
definitiva a la madre. Y este objeto, a la larga, no será
olvidado sino que quedará sin afecto.
El espacio transicional durará toda la vida y será ocupado
por actividades lúdicas y creativas variadas.
Erikson, E. (1902-1994)
Discípulo de Freud, discrepó de él, no obstante, en dos aspectos básicos:

1. Que las personas son seres activos buscando adaptarse a su ambiente, más
que pasivos esclavos de impulsos.

2. En otorgar mayor importancia que Freud a las influencias culturales.

El sistema de clasificación del desarrollo formulado por Erikson, que es un


psicoanalista norteamericano, se basa en los aspectos psicosociales del
proceso evolutivo humano.
Para él, la personalidad del individuo nace de la relación entre las expectativas
personales y las limitaciones del ambiente cultural. La vida gira en torno a la
persona y el medio. Así, cada etapa es un avance, un estancamiento o una
regresión con respecto a las otras etapas.

Elaboró una Teoría del desarrollo de la personalidad a la que denominó "Teoría


psicosocial". En ella describe ocho etapas del ciclo vital o estadios
psicosociales (crisis o conflictos en el desarrollo de la vida, a las cuales han de
enfrentarse las personas):

Confianza Básica vs. Desconfianza. (desde el nacimiento hasta


aproximadamente los 18 meses)
Iniciativa vs. Culpa (desde los 3 hasta los 5 años aproximadamente)
Autonomía vs. Vergüenza y Duda (desde los 18 meses hasta los 3 años
aproximadamente)
Laboriosidad vs. Inferioridad (desde los 5 hasta los 13 años aproximadamente)
Búsqueda de Identidad vs. Difusión de Identidad (desde los 13 hasta los 21
años aproximadamente)
Intimidad frente a aislamiento (desde los 21 hasta los 40 años
aproximadamente)
Generatividad frente a estancamiento (desde los 40 hasta los 60 años
aproximadamente)
Integridad frente a desesperación (desde aproximadamente los 60 años hasta
la muerte)

Confianza Básica vs. Desconfianza (desde el nacimiento hasta


aproximadamente los 18 meses).

Es la sensación física de confianza. El bebe recibe el calor del cuerpo de la


madre y sus cuidados amorosos. Se desarrolla el vínculo que será la base de
sus futuras relaciones con otras personas importantes; es receptivo a los
estímulos ambientales es por ello sensible y vulnerable. Las experiencias de
frustración son las experiencias más tempranas que proveen aceptación,
seguridad, y satisfacción emocional y están en la base de nuestro desarrollo de
individualidad. Depende entonces del sentimiento de confianza que tengan los
padres en sí mismos y en los demás, el que lo puedan reflejar en sus hijos.

Autonomía vs. Vergüenza y Duda (desde los 18 meses hasta los 3 años
aproximadamente).

Esta etapa está ligada al desarrollo muscular y de control de las eliminaciones


del cuerpo. Este desarrollo es lento y progresivo y no siempre es consistente y
estable por ello el bebe pasa por momentos de vergüenza y duda. El bebe
inicia a controlar una creciente sensación de afirmación de la propia voluntad
de un yo naciente, se afirma muchas veces oponiéndose a los demás. El niño
empieza a experimentar su propia voluntad autónoma experimentando fuerzas
impulsivas que se establecen en diversas formas en la conducta del niño, y se
dan oscilando entre la cooperación y la terquedad, las actitudes de los padres y
su propio sentimiento de autonomía son fundamentales en el desarrollo de la
autonomía del niño. Este establece su primera emancipación de forma tal que
en posteriores etapas repetirá esta emancipación de muchas maneras.

El desarrollo cognitivo del niño tiene que ver con las diferentes etapas, en el
transcurso de las cuales, se desarrolla su inteligencia. La inteligencia se va
desarrollando primero, desde los reflejos y las percepciones. Es decir, desde lo
que es la etapa sensoria motriz, donde el niño va experimentando acciones y
desarrollando conductas, en base a la experiencia de los sentidos y su
destreza motriz. Luego comienza a desarrollarse un nivel más abstracto de
pensamiento, donde se complejiza la inteligencia. Los mecanismos de la
asimilación y la acomodación van logrando que el niño incorpore la experiencia
y la conceptualice o interiorice.

Piaget, J. (1896-1980)

En el esquema siguiente se muestran los diferentes períodos en los que Piaget


organiza el desarrollo evolutivo de los procesos cognitivos que son la base de
la Inteligencia.
Periodo Sensorio motor

J. Piaget denominó período Sensorio Motor al ciclo evolutivo que abarca desde
el nacimiento hasta los 2 años de edad. Este período comprende 6 subestadios
que dan cuenta de los diferentes procesos y adquisiciones de los niños a
medida que van creciendo. La inteligencia se construye activamente por el
sujeto a lo largo de los diferentes subestadios, hasta lograr esa capacidad de
adaptación al medio que se muestra en el niño al final del segundo año de vida
y que va unida a la adquisición de las primeras formas de representación
mental.

Subestadios del Periodo Sensorio motor:

Subestadio 1(nacimiento - 1 mes)


Subestadio 2 (1 a 4 meses)
Subestadio 3 (4 a 8 meses)
Subestadio 4 (8 a 12 meses)
Subestadio 5 (12 a 18 meses)
Subestadio 6 (18 a 24 meses)

Subestadio 1 (nacimiento – 1 mes) Ejercicio de los Reflejos.

En esta etapa, el repertorio de adaptación del recién nacido se limitaría a los


simples reflejos determinados biológicamente. En consecuencia un bebé
succiona un pezón cuando le roza los labios o agarra un objeto que toca su
mano. La inteligencia sensorio motora se construye, pues, progresivamente a
partir de los reflejos innatos, pero también de los primeros hábitos, logrando el
bebé, en un determinado momento, utilizarlos de forma intencionada. Este tipo
de conductas son importantes porque forman la base sobre la que se
estructura todo futuro desarrollo. Dicho desarrollo tiene lugar al aplicarse las
conductas a más objetos y acontecimientos (los bebés asimilan cada vez más
cosas). Es lo que Piaget denominó Proceso de Asimilación. A su vez, dichos
repertorios conductuales empiezan a cambiar como reacción a estas nuevas
experiencias (empiezan a acomodarse), en lo que Piaget denomina Proceso de
Acomodación. Cuando las conductas inicialmente inflexibles comienzan a ser
modificadas por la experiencia, el niño está entrando en el Segundo
Subestadio.

Subestadio 2 (de 1 a 4 meses): Desarrollo de Esquemas.

Este subestadio está caracterizado por la aparición de las primeras


adquisiciones, los primeros hábitos, que suponen ya una alteración de los
reflejos innatos, pero que todavía no tienen el rasgo de intencionalidad propio
de las conductas inteligentes que será alcanzado en el siguiente estadio. Aquí
empiezan a surgir las primeras reacciones circulares definidas como: "ejercicio
funcional cuyo fin es mantener o descubrir otra vez un resultado nuevo o
interesante". Por ejemplo, la acción de chuparse el pulgar de forma sistemática,
no debida al azar, implica una coordinación entre mano y boca que supone una
adaptación adquirida del reflejo de succión. Esta modificación del esquema de
succión supone una acomodación debida a la experiencia y, por tanto, una
distinción entre asimilación y acomodación que no existía en el subestadio
anterior y que alcanzará mayor relevancia en estadios posteriores.

Subestadio 3 (4 a 8 meses): Descubrimiento de los Procedimientos.

Si bien los bebés actúan sobre el entorno desde su nacimiento, su conducta en


los primeros meses tiene la calidad de ser dirigida hacia el interior. Por ejemplo,
cuando manipula un juguete, su interés es más por los movimientos que
efectúa con sus propios dedos que por el juguete.
En el subestadio anterior el bebé utilizaría los esquemas por puro placer
(chupar el dedo, etc.). Ahora va a mostrar un interés más claro hacia el mundo
exterior. Los esquemas empiezan a dirigirse hacia fuera del propio cuerpo del
bebé. Comienza la exploración del entorno. Cuando ahora manipula un objeto
lo hace porque tiene un interés real en explorarlo.
Esta mayor conciencia del entorno le permitirá descubrir procedimientos para
reproducir hechos interesantes. Por ejemplo, el bebé puede dar un manotazo
accidentalmente a un objeto o juguete suspendido sobre la cuna haciendo que
dicho objeto se mueva y reproducir esta secuencia durante un intervalo de
tiempo. El bebé está empezando a desarrollar un tipo de conocimiento muy
importante: qué puede hacer para reproducir resultados deseables.

Subestadio 4 (8 a 12 meses): Conducta Intencional.

En el subestadio anterior el bebé sólo puede reproducir resultados después de


que hayan ocurrido por casualidad. En éste subestadio esta restricción
desaparece. Ahora ya es capaz primero de percibir algún objetivo deseable y
después imaginar cómo conseguirlo. Su conducta ya es intencional y puede
mostrar una clara conducta de anticipación ante la aparición de determinados
indicios. Un niño puede llorar cuando un adulto que estaba sentado a su lado
se levanta anticipando su marcha. Estas conductas anticipatorias suponen una
previsión independiente de la acción que se está realizando, pero no implica
todavía una representación que el niño no alcanzará hasta el final del período
sensorio motor (2 años).

Subestadio 5 (12 a 18 meses): Novedad y Exploración.

Lo característico es, en comparación del anterior, que el bebé comienza de


forma deliberada y sistemática a variar sus conductas. El niño no se limita
ahora a repetir, delante situaciones concretas, respuestas o soluciones que
previamente habían tenido éxito. Es el momento en que empieza a
experimentar y descubrir nuevas soluciones mediante un procedimiento de
tanteo. Así puede aprender que un objeto situado a cierta distancia puede
cogerse mediante un palo, cordel, etc.
La experimentación sobre el entorno adquiere un papel predominante en la
conducta del niño que disfruta con estas nuevas actividades. El lanzar objetos
como cucharas u otros desde la sillita, por ejemplo, es un medio por el que
pueden explorar las consecuencias de sus actuaciones y resultar altamente
motivante. El desarrollo cognoscitivo está teniendo su inicio en estas
actividades.

Subestadio 6 (18 a 24 meses): Representación mental.

Los cinco subestadios anteriores han supuesto ya un avance significativo a


nivel de desarrollo cognitivo, sin embargo, está por llegar uno de los progresos
más importante: La capacidad de Representación. El niño es ahora capaz de
pensar y actuar sobre el mundo de forma interna y no meramente de forma
externa (tanteo). Así será capaz de buscar los objetos que se han escondido
mediante desplazamientos invisibles.
Piaget explica perfectamente el alcance de representación mental con alguna
de las observaciones efectuadas a una de sus hijas (Jackeline): "Jackeline, ve
que pongo una moneda en mi mano, después coloco mi mano bajo una manta.
Retiro mi mano cerrada; Jackeline la abre, después busca bajo la manta hasta
que encuentra el objeto. Retorno inmediatamente la moneda, la pongo en mi
mano y deslizo mi mano cerrada bajo un almohadón situado del otro lado (a su
izquierda); Jackeline inmediatamente busca el objeto bajo el almohadón”.
Este tipo de conducta es lo que para Piaget muestra la adquisición del
concepto de objeto en uno de sus rasgos principales como es el de la
constancia. En estos momentos, el niño posee, junto con la noción de objeto,
los conceptos de espacio, tiempo y causalidad que le permitirán lograr una
representación coherente y completa de la realidad en la que él mismo está
incluido, y a partir de la cual puede actuar de forma inteligente.

La "constancia o permanencia del objeto" es vital en la teoría piagetiana. El


término hace referencia al conocimiento que tenemos de que los objetos tienen
una existencia que es independiente de nuestra percepción. Así un juguete no
deja de existir porque ya no podamos sentirlo, un sonajero porque no podamos
oírlo, o la mamá porque ya no la vemos. La investigación de Piaget sugiere
que, al principio, los niños no comprenden la permanencia del objeto y que esta
comprensión se desarrollaría gradualmente a lo largo de toda la infancia. En los
dos primeros subestadios, los bebés no darían ninguna prueba de darse cuenta
de que los objetos existen independientemente de sus propias acciones sobre
ellos. Sólo sería a partir del tercer subestadio cuando los niños empiezan a
buscar los objetos que desaparecen.
Sin embargo, algunos estudios (Bower, 1.974, Harris 1.983, 1989) apuntan que
ya en el segundo subestadio, algunos niños, saben que los objetos continúan
existiendo aunque se hayan ocultado tras una pantalla, y que su conducta de
no búsqueda se debería más a una limitación motriz que a una carencia de la
noción de permanencia del objeto.

Wallon, H. (1879-1962)

Siguiendo una línea neopiagetiana, Wallon planteó también un sistema


clasificatorio de las etapas del desarrollo. Para él, el objeto de la psicología era
el estudio del hombre en contacto con lo real, que abarca desde los primitivos
reflejos hasta los niveles superiores del comportamiento.
Plantea la necesidad de tener en cuenta los niveles orgánicos y sociales para
explicar cualquier comportamiento, ya que, según este autor, el hombre es un
ser eminentemente social.
Para Wallon, el ser humano se desarrolla según el nivel general del medio al
que pertenece, así pues para distintos medios se dan distintos individuos. Por
otro lado, el desarrollo psíquico no se hace automáticamente, sino que necesita
de un aprendizaje, a través del contacto con el medio ambiente.
Considera este autor que la infancia humana tiene un significado propio y un
papel fundamental que es el de la formación del hombre. En este proceso de la
infancia se producen momentos críticos del desarrollo, donde son más fáciles
determinados aprendizajes.
Wallon intenta encontrar el origen de la inteligencia y el origen del
carácter, buscando las interrelaciones entre las diferentes funciones que están
presentes en el desarrollo.
Un estadio, para Wallon, es un momento de la evolución mandar, con un
determinado tipo de comportamiento. Para Piaget este es un proceso más
continuo y lineal. En cambio, para Wallon, es un proceso discontinuo,
con crisis y saltos apreciables. Si en Piaget las estructuras cambian y las
funciones no varían, en Wallon las estructuras y las funciones cambian.
Otra diferencia con Piaget es que mientras que este último utiliza un enfoque
unidimensional en su estudio del desarrollo, Wallon utiliza un enfoque
pluridimensional.

Seis son los estadios que propone Wallon en su estudio:

Estadio impulsivo
Estadio Emocional
Estadio del Personalismo. Comprende de los tres a los seis años.
Estadio Categorial. De los seis a los once años.
Estadio de la Adolescencia.
Estadio impulsivo

Abarca desde el nacimiento hasta los cinco o seis meses. Este es el periodo
que Wallon llamaría de la actividad preconsciente, al no existir todavía un ser
psíquico completo.
No hay coordinación clara de los movimientos de los niños en este período, y el
tipo de movimientos que se dan son fundamentalmente impulsivos y sin
sentido.
En este estadio todavía no están diferenciadas las funciones de los músculos,
es decir, la función tónica (que indica el nivel de tensión y postura) y la función
clónica (de contracción-extensión de un músculo).
Los factores principales de este estadio son la maduración de la sensibilidad y
el entorno humano, ya que ayudan al desarrollo de diferentes formas
expresivas y esto es precisamente lo que dará paso al siguiente estadio.

Estadio Emocional

Empieza en los seis meses y termina al final del primer año. La emoción en
este periodo es dominante en el niño y tiene su base en las diferenciaciones
del tono muscular, que hace posible las relaciones y las posturas.
Para Wallon, la emoción cumple tres funciones importantes:
a) Al ser la emoción un mundo primitivo de comunicación permite al niño el
contacto con el mundo humano y por tanto la sociedad.
b) Posibilita la aparición de la conciencia de sí mismo, en la medida en que
éste es capaz de expresar sus necesidades en las emociones y de captar a los
demás, según expresen sus necesidades emocionales.
El paso según Wallon, de este estadio emocional, en donde predomina la
actividad tónica, a otro estadio de actividad más relacional es debido a la
aparición de lo que el llama reflejo de orientación.

Estadio Sensorio motor y proyectivo

Abarca del primero al tercer año. Este es el periodo más complejo. En él, la
actividad del niño se orienta hacia el mundo exterior, y con ello a la
comprensión de todo lo que le rodea. Se produce en el niño un mecanismo de
exploración que le permite identificar y localizar objetos.
El lenguaje aparece alrededor de los doce o catorce meses, a través de la
imitación; con él, enriquece su propia comunicación con los demás (que antes
era exclusivamente emocional).
También en este período se produce el proceso de andar en el niño, el cual
incrementa su capacidad de investigación y de búsqueda. Aunque el niño
puede conocer y explorar en esta edad, no puede depender todavía de sí
mismo y se siente incapaz de manejarse por sí solo, cosa que se resolverá a
partir de los tres años con el paso al siguiente estadio.

A modo de conclusión lo básico para un desarrollo normal del niño es que


exista una base biológica normal y un ambiente favorecedor y estimulante de
las capacidades potenciales a desarrollar. Sin embargo, las contingencias
familiares, socio histórico y cultural van a determinar las características del
desarrollo infantil.
Texto a utilizar en la exposición del 25 de Agosto

EL PRIMER AÑO DE LA VIDA DEL NIÑO. Génesis de las relaciones objetales.


Dr. Rene Spitz.

Spitz parte de la hipótesis de que el niño al nacer se halla en un estado NO-


DIFERENCIADO; todas sus funciones incluidas los instintos se diferenciarán
más tarde por medio del desarrollo, no tiene constituido un YO al nacer.
No existen todavía mecanismos de defensa, durante el primer año solo
podemos entrever algunos atisbos de ellos, en forma más fisiológica que
psicológica.
Los principales principios psicoanalíticos que se pueden aplicar durante el
primer año de vida son los siguientes (entre otros):
1. Los dos principios fundamentales del funcionamiento psíquico: el principio
del placer y el principio de la realidad.
2. La división de la psique en sistemas: ICS, PCS, y CS (tópico)
3. La división de la psique en instancias: Ello, Yo y Superyó. (Estructural)
4. La división de la energía psíquica en Libido y en Agresión. El concepto de la
carga invertida de energía psíquica (catexis). (dinámico).
5. El concepto de los estadios libidinales.
6. El concepto de las zonas erógenas.
7. El papel de la serie complementaria en la etiología de la neurosis, que según
SPITZ debe aplicarse también a todos los fenómenos de la psicología humana
entre un factor congénito y un factor ambiente

Esto equivale también a sostener que todo fenómeno psíquico está sujeto a las
leyes de la causalidad y que la sucesión de esas causas debe ser remontada
hasta su origen.

FACTORES CONGENITOS

Cuando nacemos estamos provistos de lo que SPITZ denomina bagaje


congénito, que incluye:
1. Bagaje hereditario, determinado por los genes y los cromosomas.
2. Influencias intrauterinas.
3. Influencias que han tenido lugar durante el parto.

FACTOR AMBIENTE

En el útero materno, las relaciones de la madre con el feto son de un completo


parasitismo. En el curso del primer año, el niño pasará por estados de
simbiosis con la madre, para terminar en un estadio donde se desarrollan
relaciones jerárquicas. Esto permite examinar el desarrollo de las relaciones
sociales en un STATUS NASCENDI, desde lo fisiológico a lo psicológico.
En la díada madre-hijo hay profundas diferencias entre las estructuras
psíquicas de la madre y el niño. En la díada formada por la madre y su bebe, la
primera tiene una organización claramente circunscripta a actitudes
individuales bajo el aspecto de iniciativas personales en una interacción circular
con el medio.
Por el contrario, el niño al nacer, aun teniendo una individualidad demostrable,
carece de organización comparable, no desarrolla iniciativa personal, su
interacción con el medio es puramente fisiológica.
La otra diferencia entre la madre y el hijo en el medio es: En el caso del adulto,
está constituido por un gran número de factores diferentes, que presentan
campos de fuerzas móviles que influyen sobre la personalidad. En cambio para
el recién nacido, el medio está compuesto de un solo individuo: la madre.
Incluso este individuo único no es percibido por el niño en cuanto a entidad
separada de él sino que forma parte sencillamente del conjunto de necesidades
del lactante y de su satisfacción.
El niño pasa el primer año, cuando es criado normalmente, dentro de un
sistema cerrado. La estructura del sistema es sencilla: la madre y el lactante.
La madre es la que sirve de intérprete para las fuerzas transmitidas del medio.

DEFINICIÓN DEL OBJETO DE LA LIBIDO

El Objeto del instinto es aquel en el cual o por medio del cual, puede el instinto
alcanzar su satisfacción. Es lo mas variable del instinto; no se halla enlazado a
él originariamente, sino está subordinado a él a consecuencia de su
adecuación al logro de la satisfacción. No es necesariamente algo exterior al
sujeto, sino que puede ser una parte cualquiera de su propio cuerpo y es
susceptible de ser sustituido por otra parte. El objeto de la libido varía
necesariamente y con frecuencia en el transcurso de la vida.

EL OBJETO DE LA LIBIDO

El concepto de relaciones objétales implica un sujeto y un objeto. En el sujeto


recién nacido no hay posibilidad de ejercer ninguna ACCION PSIQUICA; por lo
tanto no hay relaciones objétales ni objeto. Ambos irán apareciendo en el
transcurso del primer año, hacia el final del cual tendrá lugar el establecimiento
del objeto definitivo de la libido.
En este desarrollo SPITZ diferencia tres estadios:
1. Estadio preobjetal.
2. Estadio del objeto precursor.
3. Estadio del objeto propiamente dicho.

EL ESTADIO PREOBJETAL

Coincide con el estadio descripto por Freud como estadio de narcisismo


primario. Spitz describe este estadio de somato-psique con el término
INDEFERENCIACION término que designa un estado de organización primitiva
en el recién nacido, incapaz de diferenciar un objeto de otro, o incluso lo que
rodea a su propia persona. Percibe el seno que lo alimenta como parte
integrante de su propia persona. El mundo externo está excluido de la
percepción del recién nacido por un UMBRAL DE PERCEPCION en extremo
elevado. Se puede afirmar que el mundo exterior no existe para el recién
nacido, toda percepción ocurre en función del sistema interceptor; las
respuestas que el niño manifiesta tiene lugar en función de la percepción de
necesidades que le son comunicadas por este sistema.
Los estímulos procedentes del exterior solo se perciben cuando traspasan la
barrera de percepción previa, interrumpen en la quietud del recién nacido que
reacciona a ellos con desagrado. Las respuestas del recién nacido
predominantemente tienen un matiz de desagrado durante las primeras horas y
el estado contrario no es de placer sino de sosiego.
El estadio preobjetal se caracteriza por la sonrisa como respuesta a una parte
del rostro humano, por la que se establece una relación preobjtal porque
todavía no se reconoce al objeto por sus cualidades de proveer a la
satisfacción de las necesidades, cualidades que se mantienen invariables a
través de todas las vicisitudes que transforman los atributos exteriores del
objeto.
La señal-gestalt es el precursor del objeto, no es el objeto pues en cuanto se
modifican sus atributos superficiales (se pone de perfil) no es reconocido como
proveedor de satisfacciones pero prepara el establecimiento del objeto libidinal
razón por la cual Spitz denomina a esta señal por la cual verifica el
reconocimiento Precursor del objeto.

EL PAPEL DE LOS AFECTOS EN LAS RELACIONES ENTRE MADRE E HIJO

Los sentimientos de la madre hacia un hijo (actitud afectiva) tienen una


importancia primordial en el tema de la conciencia y en el aprendizaje del niño.
Todos recibimos las manifestaciones afectivas y reaccionamos a ellas de una
manera afectiva. En el niño es todavía más pronunciado. Durante los tres
primeros meses las experiencias del niño se limitan al afecto pues el aparato
perceptivo si bien va madurando fisiológicamente no se ha desarrollado aun
desde el punto de vista psicológico de tal modo que es la actitud afectiva de la
madre la que le sirve de orientación.
Es un proceso circular, las actitudes del niño ejercerá su influencia en la madre.
El padre, los hermanos tiene su natural importancia, incluso el medio cultural
influye en el niño. Sin embargo, todo ello se transmite al niño por la madre al
menos en nuestra cultura occidental.
La relación con la madre es el factor que modifica la vida del niño durante los
primeros meses. El otro elemento a considerar es el bagaje congénito del niño.
Los dos factores en interacción consisten pues, en una madre con su
individualidad formada y un niño con su individualidad en formación.

ALCANCES TEORICOS DEL ESTABLECIMIENTO DEL OBJETO


PRECURSOR

Esta etapa señala la transición entre la percepción interna de la experiencia


(estadio narcisista primaria), a la percepción externa del estímulo (libido objetal)
procedente del medio.
Supone el establecimiento de indicios de memoria consciente en la psiquis del
niño y una división entre el conciente y el preconsciente separados ambos del
inconsciente.
La transición entre el estadio narcisista primario al estadio de la libido objetal y
el establecimiento de indicios de memoria, dan lugar a la iniciación del
pensamiento, La iniciación del pensamiento introduce la función del principio de
realidad (rodeo)
Iniciación rudimentaria del Yo (organización rectora central, esfera libre de
conflicto del Yo) permite al niño coordinar sus actos intencionales al servicio de
fines de defensa y de dominio. La barrera alzada contra los estímulos se hace
cada vez menos necesaria.
La acción se convierte en el instrumento psíquico del desarrollo y no solo en
una forma de canalizar las energías libidinales y agresivas. Transición de la
pasividad a la motilidad dirigida.
Este fenómeno representa la iniciación de las relaciones sociales (prototipo de
todas las futuras relaciones.

PLASTICIDAD DEL PSIQUISMO INFANTIL

Uno de los factores que hace que el periodo que se extiende durante el primer
año de vida sea él más plástico es el hecho de que en esta época el niño
atraviesa un proceso de transiciones continuas, de transformaciones rápidas,
violentas e incluso tempestuosas.
Las experiencias que se viven en esta época son más profundas que en
cualquier otra. Pero en el cuadro de esta evolución hay épocas específicas en
las cuales acontece un cambio de direcciones, una REORGANIZACIÓN
completa de la estructura física. Son periodos particularmente vulnerables,
durante los cuales cualquier traumatismo tiene consecuencias de gravedad.
Por analogía con la embriología Spitz ha llamado ORGANIZADORES a ciertas
estructuras que se desarrollan en un determinado punto donde se juntan
diversas líneas de desarrollo.
Durante estos periodos críticos las corrientes del desarrollo que operan en los
diferentes sectores de la personalidad se integran, por una parte, unas con
otras y por otra al proceso de maduración.
Esta integración tiene por resultado la formación de una nueva estructura
psíquica sobre un nivel de complejidad más elevado. Lo que ha llamado
ORGANIZADOR es el resultado de la INTEGRACIÓN COMPLETA. El primer
organizador es la SONRISA, que es solo el síntoma visible de la convergencia
de una serie de corrientes de desarrollo en el psiquismo: el niño se desvía de la
sensación interior hacia la percepción exterior, el preconsciente y lo consciente,
se establecen y diferencian uno de otro; se implementan los rudimentos del Yo,
el niño comienza a aplicar el principio de realidad. Si el niño consigue
establecer esos organizadores su desarrollo puede seguir en la dirección
normal, si no lo consigue permanece el sistema difuso y se producen
desviaciones y falsos desarrollos.
Otro de los factores que intervienen en la explicación de la plasticidad del
psiquismo infantil en el primer año de vida es la ausencia de una estructura
psíquica bien establecida y diferenciada. La organización psicológica usada
para los intercambios con el mundo exterior es el Yo. Al nacer el niño no tiene
aun un Yo. Puede defenderse de los estímulos por la barrera protectora del
elevado umbral de percepción. Cuando este nivel empieza a disminuir los
estímulos modificaran la personalidad del niño hasta que esta se forma y
estructure. El desarrollo de la eficiencia del Yo dura años y es un proceso lento
y progresivo.

LAS FUERZAS FORMATIVAS EN LA RELACION MADRE-HIJO


La madre constituye un estimulo para las respuestas del niño. Las
satisfacciones obtenidas de las acciones en que se traducen los impulsos, van
desarrollando los diversos sectores de la personalidad del niño. Si la actitud
materna es consciente o inconscientemente tierna facilitara multitud de
acciones diversas de su niño que influyen en la formación y dirección de la
personalidad del niño: Proceso de moldeo. Este proceso de moldeo se realiza
mediante una serie de interacciones en un marco social, formado por la pareja
madre-hijo que, hasta cierto punto está aislada de lo que la rodea y unida entre
sí por lazos extremadamente poderosos. Para explicar la forma en la que el
niño percibe las actitudes y deseos conscientes e inconscientes de la madre
que determinaran el Moldeo, Spitz hace referencias el modo de comunicación
entre las distintas especies animales que utilizan para comunicarse conductas
que comportan signos posturales, configuraciones y vocalizaciones. Son
acciones expresivas. Un individuo, ante un determinado estimulo que percibe
reacciona con una RESPUESTA NO DIRIGIDA.
En el desarrollo humano del lenguaje, esta especie de comunicación primitiva
representa la parte filogenético que cada uno posee al nacer, sobre ella se
injertara un desarrollo ontogenetico exclusivamente humano que consistirá en
una comunicación dirigirá y transmitida con ayuda de señales y signos
semánticos.
La primera comunicación entre madre e hijo se sirve de un lenguaje del cuerpo.
Se sostiene que durante los primeros meses de vida el sensorio permanece en
un estado de transición gradual: la recepción cenestésica (Ballon). Luego la
percepción será diacrítica. La recepción cenestésica ocurre a nivel de la
sensibilidad profunda y en términos de totalidad y provoca respuestas de
totalidad, como las viscerales. En la comunicación madre-hijo el sensorio
representa una parte mínima pues se trata de una comunicación no verbal, no
dirigida, expresiva con predominio de la recepción de las señales cenestésicas
(equilibrio, tensiones (muscular y otras), postura, temperatura, vibración,
contacto, ritmo, tempo, duración, gama de tonos, matiz de tonos, etc.) que
luego irán siendo reemplazadas por la percepción diacrítica o por señales
semánticas.
A través de esa comunicación sé ira formando el psiquismo infantil. El
intercambio entre madre e hijo se produce constantemente sin que la madre y
lo que la rodea lo advierte y ejercerá una presión constante que moldeara por
efecto acumulativo el psiquismo infantil a través de experiencias, estímulos y
respuestas constantemente repetidas. Los procesos afectivos, las interacciones
afectivas y las percepciones afectivas, preceden a cualquier otra función que
posteriormente habrá de desarrollarse sobre las bases creadas por los
intercambios afectivos. Se establecen las bases de las relaciones objetales que
permitirán la iniciación de las relaciones con las cosas.

LA ANGUSTIA DE LOS OCHO MESES

En el desarrollo de la percepción, el desagrado en tan necesario como el


placer. Ambos colaboran en la formación del psiquismo y privar al niño de uno
de ellos solo puede conducir al desequilibrio. Entre el sexto y el octavo mes se
presenta una transformación, la discriminación diacrítica ha progresado, el niño
ya no sonríe a cualquiera, ahora distingue entre conocidos y extraños. Si el
extraño se le aproxima responde con timidez o llanto, también suele
esconderse bajo la manta, taparse los ojos con la mano, REHUSA EL
CONTACTO CON EL EXTRAÑO, esto es según Spitz la primera manifestación
de la angustia propiamente dicha, la angustia de los ocho meses.
Spitz distingue tres fases en el desarrollo de la angustia propiamente dicha:
1) las dos primeras semanas, no es angustia verdadera sino manifestación de
desagrado pertenecientes a estado fisiológicos, que puede extenderse hasta la
sexta semana. A partir de la octava semana los estados de tensión se
organizan, empiezan a perder su carácter difuso; se manifiestan en situaciones
cada vez mas especificas (la madre reconoce cuando llora por hambre, dolor
de estomago o porque se aburre. La compresión de los que lo rodean aumenta
progresivamente. En la medida que el niño logra que se satisfaga sus
necesidades ira estableciendo una relación entre sus propias manifestaciones y
las repuestas que provoca.
2) Durante el segundo trimestre se presenta la reacción del MIEDO: se dirige a
un objeto del contorno físico, reacción de huida ante personas u objetos con lo
que el niño tuvo una experiencia previa desagradable.

3) Del sexto al octavo mes el niño rehúsa contacto con el extraño. La angustia
que manifiesta ante los extraños se debe según Spitz una percepción intra
psíquica de la no identidad del extraño con la madre, de lo cual al niño esta
privado, indicándome por medio de esta reacción que la madre se ha
convertido en su objeto libidinal y que adquirió ya una nueva función: la del
enjuiciamiento Frente a la percepción del rostro extraño compara con los de los
vestigios de memoria del rostro de la madre, comprueba la no identidad y lo
rechaza.
Lo expuesto señala la emergencia del segundo organizador, la personalidad
del niño y su conducta experimentaran una transformación fundamental:
- establecimiento de nuevas relaciones sociales más complejas.
- Comienza la comprensión del gesto social en cuanto medio de comunicación
reciproca (prohibiciones y ordenes especialmente)
- Noción de espacio que reclama los límites de la cuna.
- Principio de comprensión de las relaciones entre las cosas.
- Manifestación de preferencias por juguetes alimentos.
- Matices en las actitudes afectivas, por Ej., celos, cólera, rabia, actitud
posesiva, etc.
El fenómeno de la angustia de los ocho meses demuestra que el niño ha
conseguido reservar al rostro de la madre un lugar único entre todos los demás
rostros humanos.
En opinión de Spitz este es el criterio para la constitución de un objeto libidinal.
Este no solo ha sido constituido en el terreno visual, sino también y ante todo
en el terreno afectivo. El objeto existe a condición de que no puede
confundírselo con nada: el niño ha encontrado al compañero con el cual crea
relaciones objétales. En el terreno físico la mielinizacion de las vías nerviosas
que permite la función del aparato sensorio, a la coordinación de los efectores
pone grupos de músculos al servicio de series de acciones, ajustes de postura
y equilibrio.
En el aparato mental se ha almacenado vestigios de memoria que son la base
de las operaciones ideatorias.
Por ultimo en el nivel de organización psíquica, la maduración y el desarrollo
del bagaje congénito han hecho posible poner los efectores al servicio de
acciones dirigidas que permiten al niño la descarga de tensiones de afecto, lo
que reduce el nivel de tensión del psiquismo y permite organizar mejor la
satisfacción de las necesidades.

MISION Y EVOLUCION DE LOS IMPULSOS

Al nacer y durante el estadio narcisista que sigue al nacimiento, los impulsos no


se diferencias entre si. Los impulsos libidinales se separan de los agresivos
merced a los intercambios entre la madre y el lactante en el curso de los
primeros meses de su vida, mediante experiencias distintas en el sector
particular de cada uno de los impulsos. Esta es la situación cuando queda
establecido el precursor del objeto: luego sigue un periodo de transición.
Durante este tiempo la gratificación de estos impulsos se apoya en las
gratificaciones orales y la madre es la que satisface estas necesidades siendo
por lo tanto la madre la persona a la que se dirige tanto los impulsos agresivos
como los libidinales. Siguiendo a Hartman, Spitz habla del objeto malo (hacia el
cual se dirige la agresión) y el objeto bueno (hacia el cual se dirige el impulso
libidinal. El origen de este estadio pre ambivalente ha sido marcado por el
nacimiento de un rudimento del Yo (aparato guía central coordinado). La
función del Yo durante ese periodo es la coordinación y la función progresiva
de la experiencia discreta con la percepción correspondiente de lo que lo
rodea. La presencia del Yo permite a los impulsos una descarga en forma de
noción dirigida. En estas acciones, se irá diferenciando entre si los impulsos: el
agresivo dirigido al objeto malo, el libidinal, dirigido al objeto bueno.
Alrededor del sexto mes se produce una síntesis. El Yo ha adquirido la
suficiente importancia y su función integradora basándose en innumerables
experiencias repetidas con la madre, efectúa una FUSION de los dos objetos
(bueno y malo) en la persona de la madre. Ambos impulsos se dirigirán hacia
un solo objeto perceptual. En ese momento se forma el objeto libidinal hacia un
solo objeto perceptual. En este momento se forma el objeto libidinal
propiamente dicho y da origen a las verdaderas relaciones objétales.
Tanto la privación como el auge de uno de los impulsos conducirá a una
deformación de las relaciones objetales. La compensación que ofrece el objeto
bueno a los daños ocasionados por el objeto malo sirve para reforzar la función
de la tolerancia a la frustración.
En la capacidad de tolerar la frustración se refuerza el principio de la realidad
(facultad de suspender la satisfacción inmediata del impulso permite el ejercicio
del pensamiento, el cual por su parte permitirá descargar el impulso en una
actividad dirigida y la descarga de la agresión hacia el objeto para adquirir
dominio sobre el medio.

EL COMIENZO DE LA COMUNICACIÓN SEMANTICA Y SU ORIGEN.

Luego del establecimiento del segundo organizador se producen grandes


transformaciones en las relaciones objétales y el niño comienza a comprender
gestos, matices en las actitudes afectivas y surge la facultad de participación
de una actividad lúdica reciproca. Entre los más importantes progresos del niño
en dicha fase esta la comprensión de las prohibiciones y de las órdenes así
como los comienzos del mecanismo de identificación.
Cuando el niño comienza a caminar, se hace independiente, pone distancia
entre él y su madre y las intervenciones de ella se efectúan cada vez más a
través de palabras y gestos. Del murmullo con el que la mamá le hablaba a su
bebe que no impedían ni obligaban a nada, pasa la madre a expresar en sus
frases prohibiciones, ordenes y esto forma parte de la acción de la madre. El
signo negativo y la palabra No representan el primer concepto abstracto que se
cristaliza en la vida mental del niño. Esto ya no es imitación pura pues el niño lo
usa cuando quiere.
El dinamismo por el cual se adquiere el signo semántico No es:
1) el objeto libidinal inflige una frustración al niño con el gesto NO, produciendo
desagrado;
2) el gesto deja un vestigio en la memoria.
3) la carga de desagrado produce en el Ello una sacudida agresiva que
quedara asociada a l vestigio de memoria en el YO.
El dominio del Yo presupone la adquisición de las facultades de JUICIO y
NEGACIÓN. Con la conquista del gesto negativo la acción (que implica
contacto directo) se ve reemplazada por el verbo, es decir, comienza la
comunicación a distancia. A esta conquista, a la adquisición del signo negativo
y de la palabra NO, considera Spitz síntoma visible de la formación del Tercer
Organizador.

DEFORMACIONES Y DESVIACIONES DE LAS RELACIONES OBJETALES.

Desde el nacimiento hasta los seis meses la seguridad del niño se halla
fundada en la actitud mantenida por su madre y cuya consecuencia afecta al
desarrollo de la segunda mitad del primer año de vida. Las señales afectivas
que el niño recibe de su madre, su calidad, constancia y estabilidad aseguran
el normal desarrollo psíquico del niño. Estas señales afectivas pueden no ser
advertidas consientemente por la madre pues están determinadas por actitudes
inconscientes. Todo depende de la normalidad o anormalidad de las mismas.
Las desviaciones de la norma pueden ser muy variadas. Los afectos de la
madre pueden ser variables y contradictorios. A estas señales inestables que
no le ofrecen seguridad el niño responderá con la formación de relaciones
objétales impropias o insuficientes o no formara ninguna.
Spitz intenta una clasificación etiológica de las deformaciones objétales del
lactante sobre la hipótesis de: si la relación del niño sano con la madre es
normal no deberá existir trastornos en el desarrollo psicológico de aquel. La
relación normal entre ambos es la que satisface tanto a la madre como al niño:
La satisfacción de la madre dependerá de la influencia que ejerza sobre su
personalidad el hecho de tener y criar un hijo por un lado, la gratificación
narcisista (parte de su cuerpo) y por otro la satisfacción de la libido objetal. La
satisfacción que la madre recibe de su hijo es una satisfacción para su Ello,
para su Yo y para su Superyó y dependerá de la naturaleza de dichos
componentes de su personalidad y de las transformaciones a que estos han
estado sujetos en el momento de dar a luz, de la forma en que el niño en virtud
de su bagaje congénito sea capaz de satisfacer la síntesis de los componentes
de la personalidad materna y además por las condiciones de la realidad
externa.
La satisfacción del niño al comienzo, en el nivel más primitivo de su desarrollo,
serán satisfacciones que están más cerca de lo fisiológico que de lo
psicológico. Saciar sus tensiones y necesidades, librarlo de las sensaciones de
desagrado llevan al niño al sentimiento de seguridad.
Después del nacimiento del Yo, las respuestas de la madre a la iniciativa del
niño proporcionara la satisfacción de sus impulsos libidinales y agresivos en
formas de acción. Son interacciones circulares entre madre e hijo que se
desarrollan progresivamente permitiendo y facilitando la maduración del niño,
que conduce a la formación de sistemas múltiples en la estructura del YO. Las
relaciones objetales se producen entre dos compañeros desiguales pero el
modo de satisfacción de uno representa una satisfacción para el otro. Las
desviaciones de la personalidad de la madre se manifestaran en los trastornos
del niño. Las relaciones objétales no satisfactorias pueden ser impropias o
insuficientes.

Las relaciones objetales impropias se deben a que el comportamiento


específico de la madre actúa en forma de toxina típica, los trastornos que
provoca son llamados por Spitz TRSTORNOS PSICOTOXICOS DE LA
INFANCIA.
Las relaciones objetales insuficientes provocan en los niños cuadros clínicos
muy categóricos, como si se les hubiera privado de un elemento esencial para
la vida y los trastornos ocasionados son llamados trastorno de carencia
afectiva. Se priva a los niños de provisiones libidinales. Según la medida de
esta privación se subdividen estos trastornos en:

a) Por carencia parcial: depresión anaclítica que sigue un proceso de deterioro.


Primer mes de abandono, llora y se aferra a cualquier observador, el segundo
mes el llanto se trasforma en chillido, pierde peso, se estanca el desarrollo.
El tercer mes rechaza el contacto con los otros, permanecen acostado boca
abajo. Insomnio, pierde peso y se enferma, se observa retraso motor, rigidez
de la expresión facial. Después emite sonidos extraños, el retraso aumenta y
se convierte en letárgica. Si entre el tercero y quinto mes de este proceso
reaparece la madre, el trastorno desaparece.
2) Por carencia total: Marasmo, pasa rápidamente los estados antes descriptos
y luego entra en una pasividad total. Yace en su cuna con el rostro vació de
expresión. Con aire idiota, coordinación ocular defectuosa. La imposibilidad de
la descarga de los impulsos agresivos hacen que el lactante los vuelva sobre sí
mismo, lo que origina el detenimiento del desarrollo y puede provocar la
muerte; el impulso libidinal se acota en el esfuerzo pro conservar la vida.
BIBLIOGRAFÍA:

ERIKSON, E.; Rosenblatt, Noemí (traductor), Infancia y sociedad, 10° ed.,


Buenos Aires, 1985.

FREUD, S., Obras completas, Madrid, 1981.

PIAGET, J.; Petit Nuria (traductor), Seis estudios de psicología, 2° ed., Buenos
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SPITZ, R. (1979). El primer año de vida del niño. Aguilar S.A. Ediciones, España.

WALLON, H.; Canto, Patricio (traductor), La evolución psicológica del niño,


Buenos aires, Psique, 1965.
-Psicología y educación del niño: una comprensión dialéctica del desarrollo y la
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WINNICOTT, D. W., Conozca a su niño, Barcelona, Paidos, 1991.


-Realidad y juego, Barcelona, Gedisa, 1984.

Enlaces Relacionados:
wikipedia.org
biografiasyvidas.com
unicef.org
psicodiagnosis.es
TRABAJO PRÁCTICO

MATERIA: PSICOLOGIA

TEMA: “RECIEN NACIDO”

INTEGRANTES: MARIELA BALBIANI


FLAVIA INGIULLA
FERNANDA MUÑOZ
CARLOS VONCH

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