Recien Nacido
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Recien Nacido
Freud, S. (1856-1939)
La etapa oral
El niño utiliza su sexualidad, no sólo como fuente de placer, sino que también
como fuente de conocimiento. Es un medio para comprender el mundo, para
divertirse, para relacionarse, para conocerse a sí mismo y conocer a los
demás.
En ella la zona de placer es la boca, en ella se centra la satisfacción.
En esta etapa no solo succiona los alimentos, sino también partes de su cuerpo
(por ejemplo, los dedos).
Otros objetos (como por ejemplo, chupetes, sonajeros, etc.), también succiona
en el vacío, por el placer que esto le da.
El objeto de esta etapa, es el seno materno, aunque después, se producen
desplazamientos.
Esta etapa a su vez se puede subdividir en dos partes, la oral de succión y oral
canibalistica, que se da en la medida en que aparece la dentición.
La zona oral no solo es utilizada para chupar, morder o alimentarse, también es
la zona predominante en el habla, por lo tanto cualquier trastorno en la
sexualidad en esta etapa podría influenciar en la posterior aparición de
trastornos del lenguaje.
Dice Freud: “El bebé nace totalmente dependiente de los cuidados maternos
con los que forma una unidad indisoluble”
1. Que las personas son seres activos buscando adaptarse a su ambiente, más
que pasivos esclavos de impulsos.
Autonomía vs. Vergüenza y Duda (desde los 18 meses hasta los 3 años
aproximadamente).
El desarrollo cognitivo del niño tiene que ver con las diferentes etapas, en el
transcurso de las cuales, se desarrolla su inteligencia. La inteligencia se va
desarrollando primero, desde los reflejos y las percepciones. Es decir, desde lo
que es la etapa sensoria motriz, donde el niño va experimentando acciones y
desarrollando conductas, en base a la experiencia de los sentidos y su
destreza motriz. Luego comienza a desarrollarse un nivel más abstracto de
pensamiento, donde se complejiza la inteligencia. Los mecanismos de la
asimilación y la acomodación van logrando que el niño incorpore la experiencia
y la conceptualice o interiorice.
Piaget, J. (1896-1980)
J. Piaget denominó período Sensorio Motor al ciclo evolutivo que abarca desde
el nacimiento hasta los 2 años de edad. Este período comprende 6 subestadios
que dan cuenta de los diferentes procesos y adquisiciones de los niños a
medida que van creciendo. La inteligencia se construye activamente por el
sujeto a lo largo de los diferentes subestadios, hasta lograr esa capacidad de
adaptación al medio que se muestra en el niño al final del segundo año de vida
y que va unida a la adquisición de las primeras formas de representación
mental.
Wallon, H. (1879-1962)
Estadio impulsivo
Estadio Emocional
Estadio del Personalismo. Comprende de los tres a los seis años.
Estadio Categorial. De los seis a los once años.
Estadio de la Adolescencia.
Estadio impulsivo
Abarca desde el nacimiento hasta los cinco o seis meses. Este es el periodo
que Wallon llamaría de la actividad preconsciente, al no existir todavía un ser
psíquico completo.
No hay coordinación clara de los movimientos de los niños en este período, y el
tipo de movimientos que se dan son fundamentalmente impulsivos y sin
sentido.
En este estadio todavía no están diferenciadas las funciones de los músculos,
es decir, la función tónica (que indica el nivel de tensión y postura) y la función
clónica (de contracción-extensión de un músculo).
Los factores principales de este estadio son la maduración de la sensibilidad y
el entorno humano, ya que ayudan al desarrollo de diferentes formas
expresivas y esto es precisamente lo que dará paso al siguiente estadio.
Estadio Emocional
Empieza en los seis meses y termina al final del primer año. La emoción en
este periodo es dominante en el niño y tiene su base en las diferenciaciones
del tono muscular, que hace posible las relaciones y las posturas.
Para Wallon, la emoción cumple tres funciones importantes:
a) Al ser la emoción un mundo primitivo de comunicación permite al niño el
contacto con el mundo humano y por tanto la sociedad.
b) Posibilita la aparición de la conciencia de sí mismo, en la medida en que
éste es capaz de expresar sus necesidades en las emociones y de captar a los
demás, según expresen sus necesidades emocionales.
El paso según Wallon, de este estadio emocional, en donde predomina la
actividad tónica, a otro estadio de actividad más relacional es debido a la
aparición de lo que el llama reflejo de orientación.
Abarca del primero al tercer año. Este es el periodo más complejo. En él, la
actividad del niño se orienta hacia el mundo exterior, y con ello a la
comprensión de todo lo que le rodea. Se produce en el niño un mecanismo de
exploración que le permite identificar y localizar objetos.
El lenguaje aparece alrededor de los doce o catorce meses, a través de la
imitación; con él, enriquece su propia comunicación con los demás (que antes
era exclusivamente emocional).
También en este período se produce el proceso de andar en el niño, el cual
incrementa su capacidad de investigación y de búsqueda. Aunque el niño
puede conocer y explorar en esta edad, no puede depender todavía de sí
mismo y se siente incapaz de manejarse por sí solo, cosa que se resolverá a
partir de los tres años con el paso al siguiente estadio.
Esto equivale también a sostener que todo fenómeno psíquico está sujeto a las
leyes de la causalidad y que la sucesión de esas causas debe ser remontada
hasta su origen.
FACTORES CONGENITOS
FACTOR AMBIENTE
El Objeto del instinto es aquel en el cual o por medio del cual, puede el instinto
alcanzar su satisfacción. Es lo mas variable del instinto; no se halla enlazado a
él originariamente, sino está subordinado a él a consecuencia de su
adecuación al logro de la satisfacción. No es necesariamente algo exterior al
sujeto, sino que puede ser una parte cualquiera de su propio cuerpo y es
susceptible de ser sustituido por otra parte. El objeto de la libido varía
necesariamente y con frecuencia en el transcurso de la vida.
EL OBJETO DE LA LIBIDO
EL ESTADIO PREOBJETAL
Uno de los factores que hace que el periodo que se extiende durante el primer
año de vida sea él más plástico es el hecho de que en esta época el niño
atraviesa un proceso de transiciones continuas, de transformaciones rápidas,
violentas e incluso tempestuosas.
Las experiencias que se viven en esta época son más profundas que en
cualquier otra. Pero en el cuadro de esta evolución hay épocas específicas en
las cuales acontece un cambio de direcciones, una REORGANIZACIÓN
completa de la estructura física. Son periodos particularmente vulnerables,
durante los cuales cualquier traumatismo tiene consecuencias de gravedad.
Por analogía con la embriología Spitz ha llamado ORGANIZADORES a ciertas
estructuras que se desarrollan en un determinado punto donde se juntan
diversas líneas de desarrollo.
Durante estos periodos críticos las corrientes del desarrollo que operan en los
diferentes sectores de la personalidad se integran, por una parte, unas con
otras y por otra al proceso de maduración.
Esta integración tiene por resultado la formación de una nueva estructura
psíquica sobre un nivel de complejidad más elevado. Lo que ha llamado
ORGANIZADOR es el resultado de la INTEGRACIÓN COMPLETA. El primer
organizador es la SONRISA, que es solo el síntoma visible de la convergencia
de una serie de corrientes de desarrollo en el psiquismo: el niño se desvía de la
sensación interior hacia la percepción exterior, el preconsciente y lo consciente,
se establecen y diferencian uno de otro; se implementan los rudimentos del Yo,
el niño comienza a aplicar el principio de realidad. Si el niño consigue
establecer esos organizadores su desarrollo puede seguir en la dirección
normal, si no lo consigue permanece el sistema difuso y se producen
desviaciones y falsos desarrollos.
Otro de los factores que intervienen en la explicación de la plasticidad del
psiquismo infantil en el primer año de vida es la ausencia de una estructura
psíquica bien establecida y diferenciada. La organización psicológica usada
para los intercambios con el mundo exterior es el Yo. Al nacer el niño no tiene
aun un Yo. Puede defenderse de los estímulos por la barrera protectora del
elevado umbral de percepción. Cuando este nivel empieza a disminuir los
estímulos modificaran la personalidad del niño hasta que esta se forma y
estructure. El desarrollo de la eficiencia del Yo dura años y es un proceso lento
y progresivo.
3) Del sexto al octavo mes el niño rehúsa contacto con el extraño. La angustia
que manifiesta ante los extraños se debe según Spitz una percepción intra
psíquica de la no identidad del extraño con la madre, de lo cual al niño esta
privado, indicándome por medio de esta reacción que la madre se ha
convertido en su objeto libidinal y que adquirió ya una nueva función: la del
enjuiciamiento Frente a la percepción del rostro extraño compara con los de los
vestigios de memoria del rostro de la madre, comprueba la no identidad y lo
rechaza.
Lo expuesto señala la emergencia del segundo organizador, la personalidad
del niño y su conducta experimentaran una transformación fundamental:
- establecimiento de nuevas relaciones sociales más complejas.
- Comienza la comprensión del gesto social en cuanto medio de comunicación
reciproca (prohibiciones y ordenes especialmente)
- Noción de espacio que reclama los límites de la cuna.
- Principio de comprensión de las relaciones entre las cosas.
- Manifestación de preferencias por juguetes alimentos.
- Matices en las actitudes afectivas, por Ej., celos, cólera, rabia, actitud
posesiva, etc.
El fenómeno de la angustia de los ocho meses demuestra que el niño ha
conseguido reservar al rostro de la madre un lugar único entre todos los demás
rostros humanos.
En opinión de Spitz este es el criterio para la constitución de un objeto libidinal.
Este no solo ha sido constituido en el terreno visual, sino también y ante todo
en el terreno afectivo. El objeto existe a condición de que no puede
confundírselo con nada: el niño ha encontrado al compañero con el cual crea
relaciones objétales. En el terreno físico la mielinizacion de las vías nerviosas
que permite la función del aparato sensorio, a la coordinación de los efectores
pone grupos de músculos al servicio de series de acciones, ajustes de postura
y equilibrio.
En el aparato mental se ha almacenado vestigios de memoria que son la base
de las operaciones ideatorias.
Por ultimo en el nivel de organización psíquica, la maduración y el desarrollo
del bagaje congénito han hecho posible poner los efectores al servicio de
acciones dirigidas que permiten al niño la descarga de tensiones de afecto, lo
que reduce el nivel de tensión del psiquismo y permite organizar mejor la
satisfacción de las necesidades.
Desde el nacimiento hasta los seis meses la seguridad del niño se halla
fundada en la actitud mantenida por su madre y cuya consecuencia afecta al
desarrollo de la segunda mitad del primer año de vida. Las señales afectivas
que el niño recibe de su madre, su calidad, constancia y estabilidad aseguran
el normal desarrollo psíquico del niño. Estas señales afectivas pueden no ser
advertidas consientemente por la madre pues están determinadas por actitudes
inconscientes. Todo depende de la normalidad o anormalidad de las mismas.
Las desviaciones de la norma pueden ser muy variadas. Los afectos de la
madre pueden ser variables y contradictorios. A estas señales inestables que
no le ofrecen seguridad el niño responderá con la formación de relaciones
objétales impropias o insuficientes o no formara ninguna.
Spitz intenta una clasificación etiológica de las deformaciones objétales del
lactante sobre la hipótesis de: si la relación del niño sano con la madre es
normal no deberá existir trastornos en el desarrollo psicológico de aquel. La
relación normal entre ambos es la que satisface tanto a la madre como al niño:
La satisfacción de la madre dependerá de la influencia que ejerza sobre su
personalidad el hecho de tener y criar un hijo por un lado, la gratificación
narcisista (parte de su cuerpo) y por otro la satisfacción de la libido objetal. La
satisfacción que la madre recibe de su hijo es una satisfacción para su Ello,
para su Yo y para su Superyó y dependerá de la naturaleza de dichos
componentes de su personalidad y de las transformaciones a que estos han
estado sujetos en el momento de dar a luz, de la forma en que el niño en virtud
de su bagaje congénito sea capaz de satisfacer la síntesis de los componentes
de la personalidad materna y además por las condiciones de la realidad
externa.
La satisfacción del niño al comienzo, en el nivel más primitivo de su desarrollo,
serán satisfacciones que están más cerca de lo fisiológico que de lo
psicológico. Saciar sus tensiones y necesidades, librarlo de las sensaciones de
desagrado llevan al niño al sentimiento de seguridad.
Después del nacimiento del Yo, las respuestas de la madre a la iniciativa del
niño proporcionara la satisfacción de sus impulsos libidinales y agresivos en
formas de acción. Son interacciones circulares entre madre e hijo que se
desarrollan progresivamente permitiendo y facilitando la maduración del niño,
que conduce a la formación de sistemas múltiples en la estructura del YO. Las
relaciones objetales se producen entre dos compañeros desiguales pero el
modo de satisfacción de uno representa una satisfacción para el otro. Las
desviaciones de la personalidad de la madre se manifestaran en los trastornos
del niño. Las relaciones objétales no satisfactorias pueden ser impropias o
insuficientes.
PIAGET, J.; Petit Nuria (traductor), Seis estudios de psicología, 2° ed., Buenos
Aires, Sudamérica, 1985.
SPITZ, R. (1979). El primer año de vida del niño. Aguilar S.A. Ediciones, España.
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MATERIA: PSICOLOGIA