Redencion Del Primogenito
Redencion Del Primogenito
Redencion Del Primogenito
Dios salvó a todos los primogénitos de Israel, y a partir de ese momento, Dios pidió
que todo primogénito fuera consagrado para el Señor.
(Éxodo13:1-2) Jehová habló a Moisés, diciendo: Conságrame todo
primogénito. Cualquiera que abre matriz entre los hijos de Israel, así de los hombres
como de los animales, mío es.
“Consagrar” en hebreo es: Kadash, que también significa: santificar, dedicar, separar.
Consagrar es apartar algo o alguien para ser dedicado a un propósito especial.
El hijo primogénito de los israelitas debía ser dedicado a Dios. Esto no implicaba que
el primogénito debía morir, sino más bien que viviera dedicado a Él. En otras palabras,
el primogénito iba a ser dedicado al servicio de Dios, es decir, sería el sacerdote entre
sus hermanos.
OPCIÓN DE REDENCIÓN
El mandato de consagrar al primogénito no sólo aplicaba a la generación de los que
salieron de Egipto, sino que el Señor instruyó que se hiciera de generación en
generación...para siempre.
(Éxodo 13:11-12) Y cuando Jehová te haya metido en la tierra del cananeo, como te
ha jurado a ti y a tus padres, y cuando te la hubiere dado, dedicarás a Jehová todo
aquel que abriere matriz, y asimismo todo primer nacido de tus animales; los machos
serán de Jehová.
De los animales (heb. Behemá: ganado), se sacrificaba el primer nacido del ganado;
pero en el caso del asno, se redimía con un cordero, ya que el asno no es un animal
puro para ser ofrecido en el Templo.
(Éxodo 13:13) Mas todo primogénito de asno redimirás con un cordero; y si no lo
redimieres, quebrarás su cerviz. También redimirás al primogénito de tus hijos.
En cuanto a los hijos de los israelitas, el Señor pedía su consagración, pero también
daba la opción de ser redimidos. Los padres podían pagar un precio simbólico para
que el hijo pudiera permanecer en la familia en lugar de ser presentado para el servicio
del Señor.
REDENCIÓN DEL PRIMOGÉNITO
En Éxodo se menciona la posibilidad de redimir al primogénito, pero no indica cómo
hacerlo. Las instrucciones para ello se encuentran en el libro de Números:
(Números 18:15-16) Todo lo que abre la matriz de toda carne, ya sea hombre o
animal, que presenten al SEÑOR, será tuyo; sin embargo, el primogénito de hombre
ciertamente redimirás, y el primogénito de animales inmundos redimirás. En cuanto a
su redención, de un mes los redimirás, según tu valuación, por cinco siclos en plata,
según el siclo del santuario que es de veinte geras.
Basado en esta instrucción, los judíos han creado un ritual al que denominan:
“Redención del Primogénito” (hebreo: Pidyon Haben). Cuando el hijo promogénito
cumple treinta días de nacido, éste es llevado ante un sacerdote levita a quien se le
entrega el precio de redención del primogénito. El precio del rescate son cinco
monedas de plata (o el equivalente según el precio de mercado de la plata,
considerando que cada moneda de plata debía pesar aproximadamente 100 gramos).
Cuando Jesús nació, siendo el primogénito, él fue redimido como lo indica la Ley, y
también circuncidado.
(Lucas 2:21-24) Y cumplidos los ocho días para circuncidar al niño, llamaron su
nombre JESÚS; como fue llamado por el ángel antes que Él fuese concebido en el
vientre. Y cuando se cumplieron los días de la purificación de ella, conforme a la ley de
Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarle al Señor (como está escrito en la ley
del Señor: Todo varón que abriere la matriz, será llamado santo al Señor), y para
ofrecer sacrificio, conforme a lo que está dicho en la ley del Señor; un par de tórtolas,
o dos palominos.
La ofrenda de purificación era para la madre (Levítico 12:1-8), la cual se presentaba en
el día cuarenta. Pero antes hicieron la redención del primogénito, lo cual se realizaba
en el día treinta.
PREGUNTA DE LOS HIJOS
Como ya mencionamos, el mandato de la consagración del primogénito no sólo era
para la generación que salió de Egipto, cuyos hijos fueron salvados de la muerte. Esta
instrucción era también para las siguientes generaciones. Pero el Señor sabía que los
hijos de generaciones futuras iban a tener dudas sobre esta práctica.
(Éxodo 13:14) Y cuando mañana te preguntare tu hijo, diciendo: ¿Qué es esto? Le
dirás: Jehová nos sacó con mano fuerte de Egipto, de casa de servidumbre.
El Señor quiere que todos conecten la redención del primogénito con lo historia del
Éxodo. En esa línea responde a la pregunta que harán los descendientes:
(Éxodo 13:15-16) Y endureciéndose Faraón para no dejarnos ir, Jehová hizo morir en
la tierra de Egipto a todo primogénito, desde el primogénito humano hasta el
primogénito de la bestia: y por esta causa yo sacrifico para Jehová todo primogénito
macho, y redimo todo primogénito de mis hijos. Y te será como una señal sobre tu
mano, y por un memorial delante de tus ojos; ya que Jehová nos sacó de Egipto
con mano fuerte.
La redención del primogénito es una señal para que no olvidemos lo que Dios hizo en
Egipto por su pueblo. Esta explicación se repite en Deuteronomio aún con más detalle
(Deu. 26:1-10).
Y no sólo se trata de recordar lo que pasó en la historia antigua, sino que cada
generación tiene la oportunidad de ser liberado, no de una esclavitud física pero sí
espiritual. Jesús lo explicó de la siguiente manera:
(Juan 8:34) Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo: Todo aquel que hace
pecado, esclavo es del pecado.
El Mesías, el Cordero de Dios, es quien nos libera de esta esclavitud espiritual.
(Juan 8:36) Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.