Ensayo - Unidad II

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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN SUPERIOR


“UNIVERSIDAD YACAMBU”
CABUDARE – EDO. LARA

LEY DE TIERRAS Y
DESARROLLO
AGRARIO
ENSAYO - UNIDAD II

PROFESOR:
Abg. William Peña

AUTOR:
Walmile Molinares Quiroz C.I.V-22.954.436
Expediente CJP-203-00159V

Cabudare, Marzo de 2021

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Introducción
El territorio venezolano, posee una extensión territorial de aprox. 916.445
km2, presentando gran diversidad de suelos, como son los planos, sin
problemas de erosión, ricos en nutrientes, que son muy fértiles y provechosos
para la actividad económica agroproductiva, que fue muy amplia durante la
etapa colonial, disminuyendo posteriormente en la etapa independentista por
falta de mano de obra, siendo impulsada nuevamente en 1830, en donde se
buscó recuperar la producción y se fortaleció la comercialización del café,
cacao y la ganadería, entre los años 1830 – 1925, conocida como la etapa de
la república agraria, se impulsó la vida rural, la agronomía como actividad
económica principal, la exportación de café y cacao, siendo un país
monoproductor y dependiente de los precios de los mercados internacionales.
La actividad agraria disminuyo el desempleo y se consolido como una
economía de subsistencia para la clase más baja, como resultado de este
desarrollo productivo los documentos legales que regulaban los derechos de la
propiedad en américa latina realizado en 1493, era arcaico y no se ajustaba a
las nuevas necesidad de la sociedad venezolana, con la finalidad de evitar
vacíos legales que promuevan desorden, congestión de espacio y ocupación
ilegal de territorios de Estado, Venezuela realiza una reforma agraria en el año
1960, con la finalidad de impulsar la actividad agraria y transformar su
estructura en el país e incorporar a la población rural en el desarrollo
económico, social y político de la nación, que posteriormente fue mejorada y
actualizada, junto con el marco legal que regía el Estado Venezolano en el año
2001, hasta lograr la vigente normativa legal, la Ley de Tierras y Desarrollo
agrario (2010).

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Ley de Tierras y Desarrollo agrario (2010)

Las reformas legales son realizadas con la finalidad de mantener la


normativa legal ajustadas a las necesidades de la sociedad, de forma
actualizada y mejorando la calidad del contenido. El campo agrario como una
actividad económica crucial para la estabilidad financiera del país, que no solo
proporciona alimentos sino también oportunidades de empleo a la población,
necesita poseer un conjunto de reglas o normas establecidas por una autoridad
superior con el propósito de regular las bases del desarrollo rural integral y
sustentable, esto aparece reflejado en su artículo nro. 1, constituyéndose
como una ley positiva, que busca garantizar los beneficios del campesino o
productor agropecuario, que posee vocación agrícola, inspirada en las
garantías constitucionales con el objetivo de establecer nuevas estructuras
agrarias en el país en la lucha social contra la explotación agraria de gran
extensión de terreno perteneciente a un solo propietario, así como busca
incorporar a la población rural en el desarrollo económico, social, político y
conservacionista de los recursos naturales renovables para garantizar la
biodiversidad y seguridad agroalimentaria de los venezolanos, durante un
tiempo prolongado.
En su Artículo 2, con la finalidad de consolidar la planificación y
organización de la producción agropecuaria, su industrialización y
comercialización, y de los demás bienes y servicios tendientes a la elevación
de la calidad de vida de la población, queda afectado el uso de las tierras con
vocación agrícola pertenecientes tanto al Estado como a la propiedad privada,
quedando sujeta a un régimen con un orden de prioridades, en primer lugar las
tierras pertenecientes al Instituto Nacional de Tierras (INTI) son sometidas a
una división simultanea o sucesivas para ser redistribuida con el fin de atender
una serie de factores determinantes como el plan nacional de producción
agroalimentaria y posteriormente busca que el usuario posea capacidad de
trabajo, que la población local se encuentre apta para el trabajo, para así
producir los rubros preferenciales, evaluando las condiciones de infraestructura

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existentes y los posibles riesgos en la zona. En segundo lugar las tierras
pertenecientes al Estado que se encuentran en dominio privado, serán
sometidas a los mismos lineamientos establecidos para las tierras
pertenecientes al Instituto Nacional de Tierras (INTI), en tercer lugar se
encuentran las tierras baldías que poseen un plan exclusivo de un proyecto
seguro de producción, para el desarrollo socio-económico, garantizando
biodiversidad de los recursos existentes. En cuarto lugar las tierras baldías en
jurisdicción de los Estados y Municipios, las cuales son administradas por los
entes correspondientes para garantizar la seguridad agroalimentaria de su
jurisdicción, en coordinación de los planes nacionales, cumplimiento lo
establecido en la presente ley. Significa entonces que las planificaciones
realizadas por las administraciones correspondientes deben garantizar un
correcto uso de las tierras y la producción básica de rubros alimenticio,
tomando como base las carencias agroalimentarias de los centros urbanos, con
el fin de abarcar las necesidades progresivas de sustento. Ante la situación
planteada si un Estado o municipio por razones agrologicas, carece de
condiciones naturales para la producción agroalimentaria necesarios para el
sustento de la población perteneciente a su jurisdicción deberá establecer
acuerdos de mercadeo o intercambio con otros Estados o Municipio, si el
mismo no cumple lo establecido en la presente ley sus responsabilidades serán
asumidas por el Ejecutivo Nacional. Por quinto y último las tierras privadas, las
cuales quedaran sujetas a los planes de producción nacional, cubriendo las
necesidades agroalimentarias en cumplimiento de lo establecido por el
Ejecutivo Nacional.
Las bases del desarrollo rural se encuentran sustentada por la igualdad,
la mutua cooperación y solidaridad entre todas las regiones, privilegiando el
sistema cooperativo, colectivo o comunitario, en cumplimiento del establecido
en el mencionado decreto ley.
El título II correspondiente a la afectación del uso y redistribución de las
tierras, nos establece que el Instituto Nacional de Tierras (INTI) deberá tomar
todas las acciones que considere necesarias para producir alimentos en tierra
consideradas fértiles, rescatando todo terreno de su propiedad que se

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encuentre inactivo. A los efectos de este existe un proceso declaratorio de
tierras ociosas o incultas, donde todos los ciudadanos somos participe,
presentando una simple denuncia en cualquier Oficina Regional de Tierras, que
posteriormente iniciara la apertura de una averiguación y ordenara la
elaboración de un informe técnico, si dentro de mencionado informe se
desprendieran elementos que hicieran inferir que las tierras se encuentran
ociosas o incultas, la respectiva oficina dictara un auto de emplazamiento,
teniendo el propietario la oportunidad de exponer las razones que les asistan
en la defensa de sus derechos e interés, cumplidos todos los procedimientos
establecidos el Instituto Nacional de Tierras establecerá la tierra como ociosa o
inculta, o se otorgara el certificado de finca productiva, según sea el caso.
Puedo sostener que la certificación de fincas productivas se refiere al
documento legal emitido por el INTI, a solicitud del propietario y cumpliendo el
procedimiento establecido, para las tierras que son actas para su uso agrícola y
se encuentran produciendo alimentos ajustado a los planes de seguridad
alimentaria del Estado; cabe agregar que también existe el certificado de finca
mejorable, que constituye un compromiso entre el propietario de tierras actas
para la producción agrícola que no se encuentran siendo aprovechadas y el
Instituto Nacional de Tierras, donde se establecen unos lapsos de tiempo para
que efectué una mejora, realizando una adaptación de su propiedad para su
posterior explotación agroalimentaria.
Dentro del Título II, se encuentra el capítulo V, que especifica la
adjudicación de tierras, ese proceso mediante el cual se traspasan las tierras
ociosas o incultas, con la finalidad de permitir el trabajo y su aprovechamiento
oportuno, por parte de productores capacitados en la actividad agraria, como
una forma de contribuir con la seguridad alimentaria; Las personas interesadas
deberán poseer unos recaudos exigidos por el Instituto Nacional de Tierras,
donde se comprometen a ocuparse de la tierra adjudicada, los mismos no
deben poseer otra parcela, y si llegasen a tenerla deberá ser insuficiente,
expresando las condiciones y características de la misma. Una vez recibidos
los recaudos del solicitante, por parte del INTI este emitirá un expediente
contentivo con los datos personales, estudio socioeconómico, la delimitación de

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la parcela solicitada y la documentación de ciudadano cabeza de familia, mayor
de 18 años y menor de 25, a los efectos del cumplimiento de los regímenes
establecidos en la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario.
Como puede observarse esta es una forma de apoyar al pequeño
productor, al campesino, a la clase obrera y trabajadora de la sociedad, como
una forma de mantener impulsado el sector agrícola del país, mencionada
adjudicación podrá ser revocada si el adjudicatario no cumple con lo
establecido en el compromiso de trabajo; es importante tener en cuenta que
cuando se adjudica una tierra, esta no se podrá vender, ni negociar, ya que
dicha transacción no será válida, estas tierras no pueden ser objeto de
enajenación.
Para finalizar les hablare del Instituto Nacional de Tierras (INTI), una
organización gubernamental, autónoma, adscrita al ministerio de agricultura y
tierras, que posee personalidad jurídica y patrimonio propio, cuyas
especificaciones, prerrogativas y privilegios se encuentran establecidos en el
Título IV, Capítulo I de la Ley de Tierras y Desarrollo agrario; Mencionado
Instituto Nacional con sede principal en caracas y Oficinas Regionales de
Tierras en el interior de país, es el responsable de la administración,
redistribución y regularización de las tierras, según lo establecido en la ley. De
lo anteriormente planteado se deduce, que al INTI le corresponde tomar las
medidas necesarias para transformas las tierras con capacidades productivas
que se encuentran inactivas en unidades económicas activa, así como otorgar,
renovar y revocar certificados de clasificación de fincas, donde también
determinara si alguna posee el carácter de ociosas o incultas, adjudicándolas a
productores comprometidos legalmente, estableciendo proyectos de
mejoramiento, que de no cumplir estos con las responsabilidad adquiridas
deberán ser revocados de la adjudicación, ejerciendo el derecho de rescate de
las tierras de su propiedad, velando siempre por el cumplimiento de las normas
ambientales y demás atribuciones establecidas en la presente ley, demás leyes
y reglamentos.
El INTI posee un gran patrimonio constituido por los recursos asignas de
cada ejercicio fiscal, los recursos extraordinarios acordados con el Ejecutivo

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Nacional, el aporte presupuestal correspondiente del Instituto Agrario Nacional,
los bienes transferidos del Instituto Agrario Nacional, así como de la
Corporación Venezolana Agraria, los Municipios, los Estado o la Republica; En
lo que se refiere al personal que lo integra se encuentra dirigido por un
presidente, acompañado de cuatro directores principales, en compañía de sus
respectivos suplentes, que se rigen por un estatus especial, teniendo como
requisitos ser mayor de edad, venezolanos y de reconocida moral con gran
trayectoria dentro del medio agrario.

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Conclusión

El estado venezolano por medio de entes gubernamentales, como el


Instituto Nacional de Tierras, le garantiza al sector más vulnerable de la
sociedad, como son los campesinos, la clases obrera y los pequeños
productores agrícolas, la posibilidad de mejorar su calidad de vida y la de sus
familias, proporcionándole la tierra suficiente para progresar, teniendo estos la
responsabilidad de producir en función de la necesidad alimentaria del país,
cuya planificación estará a cargo del Ministerio de Agricultura y tierras,
supervisado por el INTI, en el marco de un esquema de producción socialista,
inspirado en los fundamentos de nuestra Constitución Nacional, asegurando la
paz social en el campo e impulsando la conquista de la seguridad y soberanía
alimentaria, por medio de un sistema socio- productivo que se caracteriza por
no apoyar el latifundismo, recuperando tierras ociosas, incultas o
infrautilizadas, debido a que redistribuye la tierra y la adjudica, con el fin de
asegurar la soberanía agroalimentaria de la población venezolana,
garantizando también la conservación y/o recuperación de los recursos
naturales renovables a través del manejo sustentable de la biodiversidad.

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