Luces en El Canal de David Fernández Sifres

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Luces en el canal de David Fernández Sifres

Análisis del libro:

Capítulo uno:

El hombre que vivía en la barca vieja del canal se llamaba Jaap Dussel y tenía un
secreto. A pesar de que su nombre no fuese el secreto, solo dos personas lo sabían. No
era porque lo escondiese, sino porque nadie se lo preguntaba. Solo lo sabían su mujer y
Frederick. A Frederick le gustaba que le llamasen Frits. Frits era un niño rubio, de ojos
claros, con una nariz respingona y que siempre iba en muletas (le habían amputado una
pierna a causa de un accidente en bici).

A la madre de Frits, Erika, no le gustaba el señor Dussel. Cuando veía que lo miraba
desde la ventana le pedía que dejase de mirar y que nunca hablase con ese pordiosero.
Sin embargo, la habitación de Frits tenía vistas directas a Dussel y su barca. Frits se
alegraba mucho cuando Dussel pescaba algo, ya que este entraba en la barca, encendía
el hornillo, lo cocinaba y lo compartía con su mujer, Antje.

Capítulo dos:

Los señores Dussel vivían en los canales de Ámsterdam y allí mucha gente vivía en
barcas. Sin embargo, la de los señores Dussel era vieja y pequeña y, por las noches, se
veía salir destellos luminosos de su interior, a veces de distintos colores.

Frits se dio cuenta de que los Dussel no tenían nada. A veces el señor Dussel no
pescaba, por lo que ese día no encendía en hornillo y comían algún animal que cazasen
como palomas o pichones. No obstante, hubiese o no hubiese comida, siempre se
abrazaban.

Aquellos días que Frits veía que no tenían comida cogía comida de su despensa y,
cuando su madre se iba, la bajaba a escondidas y la dejaba sobre la barca. El señor
Dussel sabía que el pequeño niño del edificio del restaurante en el tercer piso era quien
se la dejaba.

Capítulo tres:
La primera vez que Frits vio salir luces de la barca de Dussel era jueves. En ese
momento, aun no conocía a Dussel. De su barca salían luces de todos los colores y,
cuando la luz aparecía, lo que parecía verse dentro era una especie de monstruo con
forma humana, pero con la cara cuadrada como la pieza de un dominó. Sin embargo,
cuando el monstruo salió a cubierta no era ningún monstruo, solo era Dussel.

Capítulo cuatro:

A Frits le encantaban las bicicletas, pero debido al accidente de su pierna su madre las
odiaba y no tenían ninguna en casa. Sin embargo, veía muchas por la ventana, en
Ámsterdam hay más bicicletas que habitantes.

Dussel, de vez en cuando, vendía bicicletas. Una vez, hablando entre los dos, Frits le
comenta a Dussel que le encantan las bicicletas y este decide regalarle una bicicleta que
iba a vender. Frits le dice que sería imposible manejarla con una sola pierna, a lo que
Dussel responde que se le había olvidado. Ambos se ríen de la situación.

Capítulo cinco:

Frits observó que en tres días lo único que se había llevado a la boca el matrimonio era
un pato pequeño. El pequeño estaba preocupado no solo por la falta de comida, sino
porque Dussel no salía a pescar y de su barco salían un montón de luces de colores por
la noche.

Así, decidido a ver qué ocurría, Frits les bajó una bolsa de comida al matrimonio. Fue
en ese momento que ambos descubrieron que el otro sabía lo de las bolsas de comida.
Sentados en el borde del canal, Dussel comienza a decirle a Frits que le encantaría ser
un pájaro y que la vida fuese eso, salir a por comida sabiendo que la vas a conseguir, ya
que si no lo haces por ti mismo otros te la darán. Además, dice, mucha rabia que le
pueda producir la situación ver a Antje sonreír, vender una bici o recibir bolsas de
comida de parte de un niño hace que la vida vuelva a tener sentido. Antje es el centro de
la vida de Dussel y si ella sonríe todo es más bonito, aunque no hayan comido.
Últimamente, Antje sonríe más gracias a Frits.

Después de esa conversación, el señor Dussel regala una bici a Frits. Era una bici
especial, con solo un pedal, con contrapesos para compensar el peso de la pierna que
falta y con unos ganchos para transportar muletas. Frits estaba encantado con su nueva
bici, pero de pronto la soltó y preguntó a Dussel: “¿La ha robado, señor Dussel?”. A
Dussel le dolió mucho este comentario, por lo que le dijo a Frits que si no estaba seguro
quizá no debería llevarse la bici. Frits respondió que creía que no la había robado. Sin
embargo, esta respuesta fue insuficiente para Dussel, que necesitaba que estuviese
seguro. Dussel dice a Frits que vaya por la noche a la barca y le contará un secreto.

Capítulo seis:

Frits dudó mucho sobre si acudir a la cita, ya que era la primera vez salía de casa solo de
noche. Al final salió. Cuando llegó a la barca, Dussel le invita a entrar y allí Antje le
ofrece té, pero terminan bebiendo agua. Tras tomar algo, Dussel procede a explicar que
no es un ladrón. Le dice a Frits:

“En ocasiones, cuando no entendemos algo, tratamos de convencernos de que es


mentira, o buscamos cualquier explicación que nos deje más tranquilos. A mi también
me ocurría. Pero a veces las cosas suceden, son como son, y es mejor aceptarlas, sin
preguntarse más. Sean buenas o malas. Creíbles o increíbles. Pero no me interpretes
mal. Eso no quiere decir que tengas que ser conformista; también hay que luchar por lo
que uno quiere y buscarlo. Y echarle imaginación a la vida.”

Todos han juzgado a Dussel, pero nadie le ha creído. Ni la policía. Así, Dussel le
muestra a Frits qué es lo que hace. Durante la noche sale a pescar bicicletas que haya en
los canales, las recoge y utiliza las piezas que aun puedan servir. Se las lleva a la barca
y, provisto de una pequeña asierra automática de metal y una pistola de soldar, se pone
su careta rectangular de soldar y comienza la magia. Al acercar la pistola al metal salen
luces de todos los colores. Esa noche, le regala a Frits una F de metal.

Capítulo siete:

Todos los días por la tarde Frits iba a la barca de Dussel, cogía la bicicleta y pedaleaba
un par de horas. Aprendió rápidamente a montar en bici.

Su madre no podía enterarse de esto, pero un día, saliendo del supermercado vio a su
hijo pedaleando en una bicicleta. Erika comenzó a recordar el accidente que dejó lisiado
a Frits y el miedo la invadió. Llamó a Frits a gritos y, al girar la cabeza para mirarla,
Frits perdió el equilibrio y cayó al suelo sin poder soltarse de la bici (su pierna estaba
agarrada al pedal). La boca se le llenó de sangre.

Capítulo ocho:
Frits tenía que guardar reposo en su cama con su cuerpo inmovilizado por un montón de
vendas y escayolas. Tampoco podía hablar porque le habían dado nueve puntos en la
lengua. Su madre no dejaba de echar pestes contra Dussel diciendo que era su culpa y
que había robado la bici.

El martes, Jaap y Antjia fueron a casa de Frits para verlo. Erika los echó a gritos. Jaap
intentó saludar al chico, pero este no le pudo devolver el saludo porque no podía
levantarse de la cama.

Capítulo nueve:

Jaap trabajaba sin descanso construyendo algo y no paraban de salir luces de su barco.
Lo que estaba construyendo era una escalera gigante para ver a Frits. Seis días después
entró en el cuarto de Frits para ver cómo estaba y prometerle que volverían a pescar
bicicletas juntos. Se escuchó un ruido en el pasillo y Jaap salió, pero su madre aun pudo
verlo bajar por la escalera. Llamó a la policía.

Capítulo diez:

Cuando la policía llegó registró su barco, se llevaron todas sus cosas de soldar y a él
esposado. Frits deseaba que la detención de Jaap fuese como en otras ocasiones, que se
lo llevasen y lo devolviesen a los pocos días. Sin embargo, esta vez no fue así, pasaban
los días y Jaap no volvía. Antje se había quedado sola y pocas veces encontraba algo
que llevarse a la boca. Cuando llevaba tres días sin comer, cogió la escalera que Jaap
había escondido y subió hasta el campanario de la iglesia para coger a los polluelos de
cigüeña y tener con qué alimentarse. Una vez estaba ahí allí, la escalera comenzó a
tambalearse y cayó.

Capítulo once:

Frits había visto todo desde su habitación y trató de decírselo a su madre, pero esta no lo
entendía. Así, allí estaba, la señora Dussel se había quedado atrapada en lo alto de la
iglesia con el cigoñino. Debido al frío, se metió en el nido con él. En el transcurso de la
noche llegaron otras dos cigüeñas enormes para alimentar al cigoñino y, sin saber bien
por qué, Antjie estiró su cuello y comenzó a comer. Se había convertido en pájaro.

Capítulo doce:
Frits seguía viendo todo desde su habitación. Muy preocupado no dejó de mirar. Al final
vio a Antje dentro del nido abriendo algo que parecía más un pico que una boca.

Capítulo trece:

Tras una semana Jaap Dussel regresó al barco. Sin embargo, cuando regresó no
encontró a su mujer. Pasaron los días y su mujer seguía sin aparecer. Frits, que había
visto todo desde su ventana, se mostraba incrédulo: ahora en el nido había dos polluelos
en vez de uno. Uno de estos polluelos, que acaba de aprender a volar, dejó sobre la
cubierta cinco peces y se fue. Jaap creyó que era cosa de Frits y, aunque le gustó poder
cocinar comida de nuevo, estaba triste. Triste porque no entendía que su mujer se
hubiese ido y triste porque no comprendía que el niño no se quedase a saludar. Él, que
siempre había creído que las cosas ocurrían y había que aceptarlas sin buscar
explicaciones, por primera vez, trató de buscar explicaciones.

Capítulo catorce:

Dos días después Jaap volvió a apoyar la escalera sobre el muro de la iglesia con la
intención de capturar una cigüeña para comer. Lo hacía con mucho dolor, ya que las
cigüeñas le parecían más humanas que muchas personas.

Frits vio la escena desde la ventana y supo qué era lo que iba a hacer. Sin pensarlo, se
colocó las muletas bajo las escayolas de sus brazos y, aunque no pudiese habla, salió de
casa para avisar a Jaap de que la cigüeña que iba a atrapar podía ser su mujer.

Frits trató de gritar a Jaap, pero no lo consiguió. Entonces, apoyó su espalda contra la
escalera para que no se cayese. Jaap no conseguía alcanzar a la cigüeña dormida de
ninguna manera. La cigüeña se despertó y comenzó a volar en círculos. Al final, la
cigüeña se abalanzó sobre la parte superior de la escalera y la tiró al suelo.

Frits estaba seguro de que Jaap se acurrucaría dentro del nido y, al poco, por su piel
asomarían unos finos cañones que terminarían por convertirse en plumas.

Epílogo:

Ese año hubo dos cigüeñas en Ámsterdam que no emigraron.

Frits se preguntaba si los señores Dussel seguirían siendo los señores Dussel, si se
acordarían de él. Algunas veces una de las cigüeñas traía comida a la otra.
Frits vio a una cigüeña posada en el borde la barca mirando hacia su edificio. Al cuarto,
Frits se acercó a la barca y vio que había una cuerda amarrada, tensa, que se hundía en
el agua. Comenzó a tirar de la cuerda hasta que consiguió sacar aquello: era la bicicleta
con un solo pedal. Mientras tanto, una de las cigüeñas se había posado en la cubierta. Se
le acercó y tocó con el pico la correa del pedal. Frits le dijo a la cigüeña “Tranquilo,
señor Dussel. Me acordaré”. Por último, también habían cumplido la promesa de Jaap,
habían vuelto a pescar bicicletas por los canales de Ámsterdam.

Así, Frits asumió que las cosas pasan y hay que aceptarlas, aunque parezcan increíbles.

Desarrollo de la sesión:

Resumen del libro: cada uno hará el resumen del libro y lo leerá en alto

Plantilla de resumen

1. Frits es un niño que...

2. Frits se hace amigo de los señores Dussel, un matrimonio que vive...

3. El señor Dussel fabrica para Frits una bicicleta que...

4. Frits tiene un accidente cuando...

5. El señor Dussel no puede visitar a Frits porque...

6. Los señores Dussel acaban convirtiéndose en...

Datos curiosos Ámsterdam:

1. Ámsterdam, la ciudad en la que se desarrolla el libro, es la capital de Países


Bajos.
2. Si alguna vez visitas Ámsterdam no te extrañes si te sientes pequeñito, pues son
los europeos más altos.
3. Si te presentan a alguien que viva allí, recuerda que allí, al saludarse, se dan 3
besos (y se empieza por la derecha).
4. Cada año unas 10.000 bicicletas acaban en los canales de la ciudad. Hay muchas
más bicis que coches y es el medio de transporte más común. Sí, lo que se dice
en el libro es cierto, también hay más bicis que habitantes.
5. Los protagonistas de nuestro libro viven en un barco y, en el libro, se nos dice
que hay muchas personas en Ámsterdam que viven en barcos. Esto es así porque
Ámsterdam es una ciudad que tiene 400 canales y más de 1200 puentes.
6. En la Calle Singel número 7 de Ámsterdam se encuentra la casa más estrecha del
mundo: tiene solo 1 metro de ancho. En Ámsterdam hay casas muy estrechas
porque tenían que pagar impuestos por las fachadas.

Debate

¿Te ha gustado el libro?

¿Qué opinas de las reacciones de Erika?

¿Por qué crees que la policía no cree que a Japp y la gente tiene tantos prejuicios sobre
él?

¿Qué creéis que quiere decir?

En ocasiones, cuando no entendemos algo, tratamos de convencernos de que es mentira,


o buscamos cualquier explicación que nos deje más tranquilos. A mi también me
ocurría. Pero a veces las cosas suceden, son como son, y es mejor aceptarlas, sin
preguntarse más. Sean buenas o malas. Creíbles o increíbles

Esa frase termina así

Pero no me interpretes mal. Eso no quiere decir que tengas que ser conformista; también
hay que luchar por lo que uno quiere y buscarlo. Y echarle imaginación a la vida.”

¿En qué creéis que Japp le echa imaginación a la vida?

Pregunta felicidad

¿Qué os ha parecido el final?


Actividad: divide la clase en grupos y reparte fotocopias de las láminas más
representativas de la historia para que las peguen siguiendo el orden de la narración.
Diles que cada miembro del grupo se prepare bien lo que ocurre en una o varias de las
láminas, de forma que entre todo el grupo se pueda contar la historia completa.
Imágenes de las páginas 4, (10,11), 30, (40,41,42,43), (50,51), 61, 72, 77, 92,
(108,109,110)

Cronograma de la sesión:

Cada uno escribirá un resumen y los pondremos todos en común.

Datos curiosos Ámsterdam

Debate

Actividad principal

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