Historia de Los Bautistas Tomo III

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 634

HISTORIA

DE LOS
BAUTISTAS
TOMO III

Sus Comienzos y Desarrollo


en Asia, Africa y América !.atina
HISTORIA
DE LOS
BAUTISTAS
TOMO III

Sus Comienzos y Desarrollo


en Asia, Africa y América Latina

JUSTO ANDERSON

CASA BAUTISTA DE PUBLICACIONES


CASA BAUTISTA DE PUBLICACIONES
Apartado 4255. El Paso. Tx. 79914 EE. UU. de A.
A g e n c ia s d e D is tr ib u c ió n
A R G E N T IN A : Rivadavia 3464, 1203 Buenos Aires
B R A S IL : Rúa Silva Vate 781. Río de Janeiro
B O U V IA : Casilla 2516. Santa Cruz
C O L O M B IA : Apartado Aéreo 55294. Bogotá 2 D E
C O S T A R IC A : Apartado 285, San Pedro
C H IL E : Casilla 1253. Santiago
E C U A D O R : Casilla 3236. Guayaquil
EL S A L V A D O R : 10 Calle Pte. 124. San Salvador
E S P A Ñ A : Arímón 42. 08022. Barcelona
E S TA D O S U N ID O S : Broadman Holman: 127 Ninth Ave..
Nashville. Tenn.. 37234
G U A T E M A L A : 12 Calle 9 54. Zona 1.
01001 Guatemala
H O N D U R A S : 4 Calle 9 Avenida. Tegucígalpa
M E X IC O : V iz c a ín a s 16 O te .
06080 M é x ic o , D. F.
José Rivera No 145 1
Col. Moctezuma I a Sección
15500. México. D. F.
Matamoros 344 Pte.
Torreón Coahuila. México
16 de Septiembre 703 Ote .
Cd. Juárez. Chih . México
N IC A R A G U A : Apartado 5776. Managua
P A N A M A : Apartado 5363. Panama 5
P A R A G U A Y : Pettirossi 595. Asunción
P E R U : Apartado 3177. Lima
R E P U B L IC A D O M IN IC A N A : Apartado 880. Sanio Domingo
U R U G U A Y : Casilla 14052. Montevideo
V E N E Z U E L A : Apartado 152. Valencia 2001 A

© Copyright 1990, Casa Bautista de Publicaciones.


Iodos los derechos reservados.
Prohibida su reproducción total o parcial.
Primera edición: 1990
Clasificación Decimal Dewev: 286.09
Temas: 1. Bautistas — Historia
2. Bautistas — Asia
3. Bautistas — Alfica
4. Bautistas — América Latina
ISBN: 0-311-15038-1
C.B.P. Art. No. 15038
3 M 12 90 4820-14
Printed in U.S.A.
A mi señora esposa Mary Ann, quien, con mucha
paciencia, compartió conmigo “la agonía y el éxtasis”
de la investigación y la preparación de esta obra.
CONTENIDO

Prefacio al Tomo I I I .............................................................. 9


Parte I: LOS BAUTISTAS EN AMERICA LATINA......... 13
Cap. I México.............................................................. 15
Cap. II Venezuela......................................................... 64
Cap. III Colombia........................................................... 79
Cap. IV Ecuador............................................................. 93
Cap. V Bolivia................................................................103
Cap. VI Perú................................................................... 122
Cap. VII Chile...................................................................133
Cap. VIII Argentina.......................................................... 163
Cap. IX Uruguay............................................................ 215
Cap. X Paraguay........................................................... 226
Cap. XI Brasil................................................................. 237
Los Bautistas en América Central:Introducción......... 273
Cap. XII Costa Rica........................................................ 277
Cap. XIII Panamá............................................................. 287
Cap. XIV Nicaragua......................................................... 294
Cap. XV Guatemala......................................................... 302
Cap. XVI Honduras.......................................................... 313
Cap. XVII El Salvador....................................................... 321
Parte II: LOS BAUTISTAS EN EL CARIBE.................... 325
Cap. I Los Bautistas en los Países del Caribe......... 327
Parte III: LOS BAUTISTAS ENAFRICA..........................393
Introducción........................................................................ 395
Cap. I Los Bautistas enAfricaMeridional................. 397
Cap. II Los Bautistas enAfricaOccidental................. 421
Cap. III Los Bautistas enAfrica Central.....................464
Cap. IV Los Bautistas enAfrica Oriental.................... 480
Cap. V Los Bautistas enAfricaSeptentrional............. 494
Parte IV: LOS BAUTISTAS EN ASIA................................499
Cap. I Los Bautistas en Medio Oriente.....................501
Cap. II Los Bautistas en Asia Oriental.......................510
Cap. III Los Bautistas en Asia del Sur
y del Sudeste...................................................521
Parte V: LOS BAUTISTAS EN OCEANIA.........................543
Cap. I Los Bautistas en los Países de Oceanía.......545
Conclusión: Contribuciones de los Bautistas......................551
Notas....................................................................................... 555
Bibliografía.............................................................................. 623
Indice...................................................................................... 631
P refacio al Tom o III

Al llegar al fin de esta obra —mi magnum opus comenzada


hace veinticinco años— siento algo de nostalgia y, pidiéndoles
perdón a José Hernández, y a su legendario héroe de la pampa,
Martín Fierro, quisiera expresarla por un verso en el “estilo
gauchesco”:
“Aquí me pongo a terminar,
Al compás de la computadora,
Que el historiador que lo desvela
Una historia extraordinaria
Como un profesor solitario
Con el escribir se consuela”.

De veras, esta labor me ha sido de consuelo. Mientras iba a


través de los años desarrollando un sinnúmero de tareas en
distintas partes del mundo, este proyecto siempre me acompa­
ñaba, con sus pilas de notas, documentos, manuscritos y la
omnipresente máquina para escribir (ahora, reemplazada por
una computadora —¡gracias a Dios por las computadoras!). De
vez en cuando, pude escaparme de los quehaceres y del trajín de
la jornada, para pasar unas semanas en las grandes bibliotecas
de las universidades y seminarios del mundo. Tuve el privilegio
de entrevistar a muchos de los mismos protagonistas de la
historia evangélica bautista; en fin, todo ha sido una labor de
amor. Amor para con la obra misionera que, realmente, ha sido
la fuerza motriz y la razón de ser de la historia bautista, y de su
herencia heroica. Estos momentos de reflexión y de investiga­
ción, en medio de mi ministerio febril como misionero, pastor y
profesor, han resultado en esta obra que tanto ha enriquecido mi
vida personal.

9
10 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

No obstante, la responsabilidad ha sido muy pesada. Es un


verdadero alivio entregar el manuscrito a la Casa Bautista de
Publicaciones. Al hacerlo, me identifico con el Predicador del
libro de Eclesiastés que dijo, cuando terminó su escrito: “No hay
fin de hacer muchos libros; y el mucho estudio es fatiga de la
carne” (Ec. 12:12). Sin embargo, comparto cien por ciento con
él el propósito de su ardua tarea: “Procuró el Predicador hallar
palabras agradables, y escribir rectamente palabras de verdad”
(Ec. 12:10). Sí, he procurado ser honesto y objetivo en contar la
historia de los bautistas. Quería evitar el triunfalismo y el
sectarismo encontrados en muchas historias de los bautistas.
Traté de relatar la historia bautista en el contexto de la historia
cristiana general; porque, en primer lugar, soy creyente cris­
tiano; y, en segundo lugar, soy creyente bautista. Me ha costado
hacerlo, primero, porque no domino muy bien el castellano, y
segundo, porque admiro tanto mi trasfondo bautista (¡a pesar de
sus muchos altibajos!) que corro el riesgo de elogiarlo demasia­
do. De veras, me costó ser objetivo. Por supuesto, no existe un
historiador completamente objetivo, pero el buen historiador
busca un equilibrio entre lo subjetivo y lo objetivo. Me esforzaré
para hacerlo en este tomo.
Espero que mi obra inspire a profesores jóvenes hispanos
(entre ellos muchos de mis estudiantes) a pagar el precio de la
investigación concienzuda y de la composición cuidadosa para
que puedan expresar mejor, en el hermoso idioma de Cervantes,
la saga de la denominación bautista; y que puedan llenar las
lagunas que existen en esta obra.
Como dije en el Prefacio al Tomo II. mi obra es cosmopolita,
escrita, muchas veces, en el mismo lugar donde acontecieron
los eventos narrados y analizados. Sectores grandes de este tomo
sobre los bautistas en el “Mundo de los dos tercios”1 fueron
escritos “en contexto”, o sea en los mismos países —Brasil,
Chile, Argentina, México, Costa Rica, Uruguay, Paraguay,
Perú, Colombia, Venezuela, el Caribe; en Nigeria, Islas Cana­
rias y la Península de España, Suiza, Rumania, Hawaii,
Singapur, Hong Kong, Japón, China, Australia— donde tuve la
oportunidad de radicarme por unos meses, o, por lo menos, unas
semanas. Por dieciséis años estuve radicado en Argentina; por
eso, naturalmente los sectores de este tomo sobre el Río de la
Prefacio 11

Plata son más extensos, y mejor investigados, que los de otras


partes del mundo. Además, en ciertas partes del mundo
—especialmente Asia y Oceanía— tuve que depender de obras
secundarias cuando escaseaban las verdaderas fuentes históri­
cas. En fin, espero que el lector comprenda las limitaciones de
este autor, quien ha viajado mucho, pero quien no es ubicuo, y
que él mismo trate de Llenar los vacíos evidentes.
Debo tanto a tantas personas que me han asesorado —como
la familia Mel Torstrick cuando estaba en Chile; y la familia
Jerry Key en Brasil; y una legión de misioneros y nacionales que
me han hospedado durante mis excursiones de “pesquisa”
(¡como dicen mis amigos brasileños, como Reis Pereira, en su
extraño idioma que se parece al castellano mal hablado!).
También, una multitud de bibliotecarios me han ayudado en
todas partes; y sería imposible enumerar a los profesores —como
Robert Baker, W. R. Estep, Pablo Deiros, Floreal Ureta, los
Canclini (Don Santiago, Amoldo, y Doña Agustina), y mi colega
León McBeth, quien me dejó usar su magnun opus como mi
referencia principal para la parte sobre los bautistas en Estados
Unidos de Norteamérica en el Tomo II— que me inspiraron a
hacer la tarea y me prestaron muchos elementos y documentos
incluidos en esta obra. Por supuesto, el equipo de la Casa
Bautista de Publicaciones en El Paso —José Tomás Poe, Cecil
Thompson, Tito Fafasuli, Bob Compton, Frank Patterson, Aldo
Broda, y ahora un alumno mío predilecto, Rubén Zorzoli— ha
sido paciente y alentador en los momentos cuando yo estaba a
punto de abandonar todo el proyecto. Muchas gracias a ellos por
la ardua tarea de editar el castellano de un tejano.
En fin, la tradición bautista es una parte integral e
importante de la fe cristiana en el mundo contemporáneo. Sin
embargo, grandes sectores del mundo, aun el mundo cristiano,
no sabe nada de ella. Deseo que esta obra ayude a corregir tal
problema. El mundo cristiano necesita el testimonio bautista.
Espero que este tomo ayude a los mismos bautistas, en medio de
un mundo hostil y en medio de la realidad de su propia
diversidad, a apreciar mejor su herencia y a encontrar su lugar
apropiado en la cristiandad; y, al mismo tiempo, darse cuenta de
la misión única para la cual existen. La denominación bautista
está librándose de su identificación con el Occidente, y con
12 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Norteamérica y Europa; está llegando a ser universal. ¡Qué


privilegio es ser creyente y ser un creyente bautista! La lectura
de este tomo debe explicar el por qué de tal declaración. ¡Cristo
ha resucitado! ¡Sigámosle! ¡Maranata!
Justo C. Anderson
Pascua, 1989
Fort Worth, Texas
(1 Juan 4:4)
Parte I
LOS BAUTISTAS EN AMERICA LATINA

Capítulo I C apítulo VII


M éxico Chile
Capítulo II C apítulo VIII
V enezuela Argentina
Capítulo III C apítulo IX
C olom bia Uruguay
Capítulo IV C apítulo X
Ecuador Paraguay
Capítulo V C apítulo XI
Bolivia Brasil
Capítulo VI
Perú

LOS BAUTISTAS EN AMERICA CENTRAL

Introducción
C apítulo XII Capítulo XV
Costa Rica G uatem ala
C apítulo XIII Capítulo XVI
Panam á H onduras
C apítulo XIV C apítulo XVII
N icaragua El Salvador
C apítulo I
MEXICO
Introducción
México, territorio de la antigua civilización azteca y escena­
rio de la atrevida conquista española, es el producto de una
dialéctica étnica, política, religiosa y lingüística. Su homogenei­
dad nacional en el día de hoy es sorprendente cuando se
consideran sus raíces heterogéneas. Etnicamente, el mexicano
es mayormente mestizo, amalgama indígena-española, cuyo
conflicto interno refleja el choque antóctono-peninsular que
sigue en pie; políticamente, el mexicano apoya su auténtica
revolución nacional siempre en pugna con el imperialismo
latente y el caudillismo prevalenciente que vienen de su
trasfondo; religiosamente, el mexicano se encuentra en medio
de una lucha mortal entre un creciente secularismo anticlerical
y revolucionario en contra de una iglesia romana-pagana que
desesperadamente trata de reformarse llevando a cabo reformas
sociales y bíblicas; y lingüísticamente, el mexicano se esfuerza
para comunicar sus pensamientos por medio del hermoso
idioma de Cervantes, importado y mezclado con más de cin­
cuenta dialectos autóctonos infiltrados por frases inglesas-
tejanas. Toda esta dialéctica dinámica es la fuente de una
energía tremenda que ha propulsado a México hacia un
desarrollo vertiginoso. Ha dado a luz una cultura diversa y
fascinante. Hoy en día México es el país más grande y populoso
del mundo de habla española (cerca de 82.000.000 de habitan­
tes). Con sus recursos económicos y humanos promete ser una
superpotencia del mundo del mañana.
Desde la llegada de Hernán Cortés en 1519 hasta el grito de
Hidalgo en 1810,' México estaba dominado por España y la
Iglesia Católica Romana. Un totalitarismo vertical caracterizaba

15
16 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

la política y un sincretismo cristiano-pagano2predominaba en la


religión. La revolución auténtica y costosa culminó en 1821 con
la independencia de España. Sin embargo, la nueva república
oficializó a la Iglesia Católica Romana y no toleraba a otras.
Benito Juárez,3de estirpe indígena, surgió como el líder popular,
y bajo su liderazgo fueron promulgadas la Constitución de 1857
y las Leyes de Reforma de 1859. La Constitución garantizaba la
tolerancia religiosa y las Leyes le quitaban a la Iglesia Católica
Romana sus propiedades y riquezas. Juárez fue electo presiden­
te en 1861, y después de un intento abortivo de Francia de
apoderarse de México (1863-1867),4 Juárez expulsó a los
franceses y fue electo una vez más presidente. Durante el
régimen de Juárez, aprovechando la libertad religiosa que él
prometía, los primeros bautistas comenzaron su obra en México.
Prehistoria Bautista M exicana
(1827-1870)
Un colportor-maestro de Escocia, unos colportores del
ejército estadounidense, un colportor-predicador de Irlanda y
una familia de un molinero inglés constituyeron el equipo de
antecedentes del cual iba a surgir la denominación bautista en
México. A raíz de su heterogeneidad y su poca compatibilidad
con el ambiente mexicano, no prometía un gran porvenir
bautista.
El colportor-maestro de Escocia fue Diego Thomson, un
bautista bajo los auspicios de la Sociedad Bíblica Británica y
Extranjera y de la Sociedad de Escuelas Lancasterianas.5 Desde
1818, Thomson se encontraba en América Latina fundando
escuelas que usaban la Biblia como libro de texto. Comenzó su
obra en Argentina, donde conoció al libertador San Martín. Con
el apoyo de él y otros hombres influyentes y liberales, Thomson
fundó escuelas en Argentina, Chile, Perú, Ecuador, Uruguay y
Colombia. Visitó también ciertos puntos en el Caribe. ¡Es
impresionante la ubicuidad de Thomson! Llegó a Veracruz en
abril de 1827.‫ ״‬Con una caravana de veinte burros cargados de
Biblias, viajó a la ciudad de México. Desde allí, hizo viajes de
colportaje a Pachuca, Querétaro, Guanajuato, Aguascalientes,
Zacatecas y otras ciudades del interior. En cada ciudad repartió
propaganda, alquiló una exposición en un lugar céntrico, alzó
una bandera blanca y vendió sus Biblias. Entre sus clientes
México 17

estaban muchos sacerdotes romanos. En 1829 Thomson infor­


mó a la Sociedad Bíblica la venta de 3.200 Biblias, 4.200 Nuevo
Testamentos, 1.000 porciones del Antiguo Testamento y 3.000
porciones neotestamentarias. Cuando la Iglesia Católica Roma­
na de México se dio cuenta de lo que estaba haciendo, prohibió
la venta, la compra o la posesión de una Biblia publicada por la
Sociedad “protestante”. Thomson consideraba que el edicto era
ilegal, pero debido a él se vió obligado a partir de México en
1830. Volvió en 1842 para incorporar el Nuevo Testamento (en
una versión católicorromana) en el currículo de las escuelas
públicas de la ciudad de México y de Mérida, Yucatán. Debido a
la intervención de los obispos romanos, fracasó y dejó México
otra vez en 1843.7 Thomson no era misionero en el sentido
propio de la palabra, pero sentó cimientos bíblicos y abrió
puertas que posibilitaron luego la obra evangélica.8 Es intere­
sante notar que la ciudad de México y Mérida, Yucatán, han
sido dos de los campos misioneros bautistas más fructíferos.9
Otros que abrieron surcos fueron la Sociedad Bíblica
Americana y la Sociedad Bautista Americana de Misiones
Domésticas. El mismo año (1831) que Thomson estaba en la
ciudad de México, las actas de la Sociedad Bíblica mencionan
que
cien Testamentos en distintos idiomas se han entregado a
una colonia pequeña de americanos y suizos, quienes se han
radicado en la provincia de Texas en México. Se resolvió
enviar más ayuda en el futuro.10
Este breve informe fue un indicio de una divulgación bíblica de
Norteamérica que iba a crecer con el correr de los años. Durante
esta época (1836-1840) la Sociedad Bautista Americana de
Misiones Domésticas tenía planes de abrir obras en México.
Pensaba usar a Texas como una base de lanzamiento. Nombra­
ron a Santiago Huckins y a Guillermo Tryon como misioneros a
Texas en 1839-1840. Sin embargo, la extensión a México no
resultó, debido al cisma entre el norte y el sur de Estados Unidos
y la organización de la Convención de los Bautistas del Sur. No
obstante, el tráfico entre los países a lo largo de su límite común
ha sido un factor en el comienzo y el crecimiento de los
bautistas." Aunque este intento fracasó, un agente de la
Sociedad Americana, W. H. Norris, acompañó al ejército nortea-
18 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

mericano en México durante la Guerra de 1846-47.12El repartió


Biblias en castellano a los soldados creyentes para que se las
entregasen al pueblo mexicano.
Un tercer precursor, el irlandés Santiago Hickey, tiene la
distinción de ser el fundador de la obra organizada de los
bautistas en México.13 Una coincidencia providencial de cir­
cunstancias trajo a Hickey a México en 1860. No era sólo un
colportor que vendía Biblias, sino que también organizaba
grupos de estudio bíblico y pasaba mucho tiempo enseñando a
sus clientes. Santiago Hickey (1800-1866) era oriundo de Sligo,
condado de Cork, Irlanda. Destinado por su familia católica al
sacerdocio romano, siendo joven abandonó esta carrera desilu­
sionado por el aflojamiento moral y los errores doctrinales del
clero irlandés. Se casó con una luterana, por cuya influencia
tuvo una profunda experiencia de conversión. Con la ayuda de
una tía se matriculó como seminarista en un colegio de la Iglesia
Anglicana. El y su esposa sintieron un llamado a ser misioneros
foráneos, pero su situación económica tan precaria lo descarta­
ba. Debido a discrepancias con la doctrina anglicana, Hickey se
hizo independiente.14 Por un tiempo predicaba en los alrededo­
res de Limerick, Irlanda. El nacimiento de una hija y el
fallecimiento de su esposa lo condujeron a un estudio profundo
de la Biblia. Se enteró de una gran necesidad de predicadores en
el Nuevo Mundo y, juntamente con su hija, emigró a Canadá, y
después a Estados Unidos en 1830. Se casó con una dama
inglesa, Elizabet Cardwell, y se hizo bautista. Por treinta años
trabajaba como comerciante y misionero laico en los estados de
Pennsylvania. Maryland, Missouri y Texas. Aunque colaboraba
mayormente con grupos interdenominacionales e independien­
tes, jamás perdió sus profundas convicciones bautistas. Mien­
tras trabajaba en Missouri, se interesó mucho en el pueblo
mexicano y comenzó a estudiar castellano.13La fecha exacta de
su traslado a Texas no la sabemos; pero sí sabemos que se
convirtió en agente de la Sociedad Americana de Tratados con
sede en Brownsville, Texas, y que trabajó para ella por unos
dieciocho meses antes del año 1862, cuando pidió autorización
para abrir una agencia a la Sociedad Bíblica Americana."'
Como se nota, es imposible presentar una cronología
acertada de la vida de Hickey entre 1853-1862. Una fuente dice
que ya predicaba en México antes de 1860. Un tal señor Ayala,
México 19

de El Paso, testificó al misionero Juan Cheavens que él escuchó


predicar a Hickey en Durango en 1853. El mismo Cheavens
tenía un libro que antes pertenecía a Hickey que contenía esta
inscripción: “León, 1858”.17 No obstante, la mayoría piensa que
Hickey entró en México por primera vez en 1861 con planes de
establecer una agencia de la Sociedad Bíblica. Lo más probable
es que el intrépido Hickey, desde su base en Texas, solía hacer
viajes de evangelización a México antes de 1861; pero debido a
la Guerra Civil en Estados Unidos emigró permanentemente a
México en aquel año.'s
Cabe detenernos un momento para apreciar el concierto de
circunstancias que condujo a Hickey a México. Hickey era un
abolicionista ardiente.'‫ ״‬No quería tener nada que ver con la
esclavitud. Hombres así no eran muy bienvenidos en el Texas
de aquel entonces. La mayor parte de los téjanos apoyaba la
secesión confederada de todo corazón. La Guerra Civil se inició
en 1860. Hickey no quería sostener la causa de los rebeldes.
Prefirió trasladarse a Matamoros y tratar de comenzar una obra
bíblica y evangelizadora.20
Seguramente, otro factor positivo en su decisión fue la
revolución de Juárez (1857), que aseguraba una tolerancia
religiosa para todos. El régimen de Juárez era anticlerical y
animaba a los protestantes a entrar en México. Este proceso
liberal se detuvo de repente en 1862 cuando Estados Unidos,
debilitado por la Guerra Civil, no pudo prevenir la intervención
francesa que pretendía establecer a Maximiliano como empera­
dor de México entre los años 1862-1867. De todos modos,
Hickey prefirió correr el riesgo de ser un extranjero evangélico
en México que un yanqui abolicionista en Texas. Por extraño
que parezca, la Guerra Civil fue un factor indirecto en los
comienzos de varias obras bautistas en América Latina.21
Aunque Hickey ya había trabajado por más de dos años, la
Sociedad Bíblica Americana oficialmente lo nombró colportor en
1862. Hickey siguió en ese puesto hasta su muerte en 1866.
Como vamos a ver, Hickey fue el pionero y fundador de la obra
bautista en México, pero siempre era más colportor que pastor.
No le gustaba quedarse en un lugar. Hacía largos viajes de dos
meses a caballo para visitar estancias, haciendas, pueblos y
ciudades. Corría grandes peligros. Volvía cansado y general­
mente enfermo. En una ocasión su compañero de viaje fue
20 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS
asesinado. Era un hombre pionero e intrépido, cuyo secreto era
su íe en la oración. Oraba sin cesar mientras viajaba por México.
Hickey falleció en Brownsville, Texas, el 10 de diciembre de
1866. Como él había pedido, fue sepultado cerca de México
donde había dejado su corazón.22
Un cuarto antecedente fue la llegada a Monterrey de una
familia inglesa de apellido Westrup en el año 1852. Westrup era
ingeniero y llegó a México para instalar molinos para un
estanciero mexicano. Trajo a su esposa y a siete de sus diez
hijos. Pensaba quedarse unos meses no más, pero el falleci­
miento de la esposa cambió los planes. Los Westrup eran
anglicanos, pero la señora de Westrup había sido criada en un
hogar bautista. Tomás, el hijo mayor nacido en Inglaterra en
1837, sintió profundamente la muerte de su madre.2’ Solía
discutir asuntos religiosos con sus dos amigos más íntimos, un
sacerdote católico muy culto, cuya biblioteca usaba, y Juan
Butler, un compatriota anglicano. Westrup estaba inclinándose
hacia el catolicismo. Sin embargo, el encuentro con Santiago
Hickey resultó en su retorno a la fe de su madre. Butler le había
avisado a Westrup que Hickey realizaba una obra en Matamo­
ros. Pronto Westrup le invitó a ir a Monterrey. Llegó en
noviembre de 1862 y, en seguida, estableció una obra de
colportaje y estudio bíblico. Organizó una Sociedad para la
Evangelización, compuesta de creyentes de habla inglesa en
Monterrey. Westrup y Butler formaban parte de la obra. Hickey
predicó el primer sermón protestante en Monterrey en marzo de
1863.2-1 Organizó también una escuela dominical y programó
cultos de predicación en inglés y castellano.
Como resultado de todo esto y, a pesar de la oposición de sus
amigos paidobautistas de la Sociedad para la Evangelización, el
30 de enero de 1864 Hickey bautizó a Tomás Westrup y a José
María y Arcadio Uranga, quienes con los esposos Hickey se
constituyeron en la primera iglesia evangélica en México.
Tomás Westrup fue nombrado pastor, porque Hickey, como
agente de la Sociedad Bíblica interdenominacional, no podía
aceptar un pastorado.‫ ’״‬Por esta misma razón, se supone, la
iglesia se llamaba, “La Iglesia Cristiana de Monterrey”. No
obstante, Frank Patterson opina que:
Era, sin embargo, una iglesia bautista, porque Tomás
Westrup afirmó después, “éramos bautistas de la comunión
México 21

cerrada”. Desde 1870 en adelante se llamaban “bautistas”.


Una placa en el atrio del templo lleva esta leyenda: “Primera
Iglesia Bautista, organizada 30 de enero de 1864 por el
Reverendo Santiago Hickey”.2'’

Así comenzó la obra bautista en México. Santiago Hickey,


por una sencilla ceremonia de imposición de manos,27 ordenó a
Tomás Westrup como pastor de la congregación de cinco
personas. Aquella iglesia pequeña, compuesta de dos mexica­
nos, un matrimonio irlandés-norteamericano y un inglés, bien
fue un prototipo de la obra bautista mexicana que iba a surgir.
Como aquella iglesia, la obra bautista en México ha sido la
historia de la relación entre la obra indígena y la obra foránea.
Los altibajos de aquella congregación eran síntomas de los
altibajos que iba a tener la obra nacional. No obstante, la
pequeña congregación creció y al fin del primer año tenía
veintidós miembros. Además, Westrup ordenó a José María
Uranga como pastor de una nueva congregación que había
surgido en Santa Rosa.28
Cuando Hickey falleció en 1866, Tomás Westrup fue
nombrado agente de la Sociedad Bíblica Americana.28 A media­
dos de 1867 la obra bautista contaba con congregaciones
organizadas en Monterrey, Santa Rosa, Cadereyta y Los Eba­
nos. Sin embargo, en 1866 la creciente obra bautista tropezó con
su primer problema. En aquel año ciertos representantes de la
Unión Cristiana Americana y Foránea, con sede en Nueva York,
encabezados por la señorita Melinda Rankin, llegaron a Monte­
rrey. La señorita Rankin había trabajado en Brownsville, Texas,
y conocía la obra de Hickey. De persuasión paidobautista y de
carácter muy fuerte, evidentemente pensaba que podía aprove­
char la falta de experiencia de Westrup y asumir la dirección de
la obra de Hickey en Monterrey. De todos modos, compró una
casa sobre la calle Matamoros e invitó a Westrup y a su
congregación a reunirse en una de las habitaciones. Ingenua­
mente, aceptaron y comenzaron a sufrir las consecuencias.
Cuando la iglesia celebraba la cena del Señor, la señorita Rankin
se burlaba de su comunión cerrada. Aun los persuadió a
practicar por un tiempo la comunión abierta. En seguida, se
notaba que ella no solamente quería cosechar frutos de la obra
de Hickey, sino también quería apoderarse de ella. ‫ ’״‬Empleó a
varios miembros de la iglesia para comprometerlos y trajo a un
22 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

pastor paidobautista, A. J. Park, quien promovió la adopción de


un credo, el rociamiento de niños y la recepción de miembros no
bautizados por inmersión. Aprovechando las ausencias frecuen­
tes de Westrup, y su poca preparación en la doctrina bíblica, iba
convirtiendo a la iglesia bautista en una iglesia paidobautista.
Aun Westrup vacilaba por un tiempo y bautizó a uno por
aspersión bajo la dirección de la señorita Rankin.
Por extraño que parezca, fue un ministro episcopal, Enri­
que Riley,!l que salvó la situación. Desaprobando las maniobras
de la señorita Rankin, le escribió recomendando su traslado a la
ciudad de México. Cuando ella rechazó su recomendación, él
escribió a J. S. Backus, de la Sociedad Bautista Americana de
Misiones Domésticas en Nueva York, explicando el problema de
la congregación en Monterrey. El doctor Backus mandó a
Westrup literatura sobre los principios y doctrinas bautistas.
Westrup, comentando sobre esto, dijo:
El doctor Backus me mandó literatura especialmente
elegida que lei ansiosamente, porque deseaba una base para
mis convicciones. Me hacía falta por causa de mi aislamien­
to y a raiz de la falta de medios de comunicación. Informé a
los miembros de la iglesia que simpatizaban conmigo acerca
de las bases de la fe bautista y decidimos adherirnos a
ellas.12

Este incidente hizo un gran daño a la creciente obra


bautista. Tomás Westrup fue salvado para el futuro, pero la
mayoría de los miembros fueron víctimas de la invasión paido­
bautista. Cuando Westrup se afirmó en su fe bautista, la
Sociedad Bíblica, siendo una entidad no denominacional, le
avisó que no le permitía ser pastor bautista y agente de la
Sociedad a la vez. Por eso, renunció al pastorado en enero de
1870, año en que estableció un contacto con la Sociedad
Bautista Americana de Misiones Domésticas y fue a Nueva York
a consultar con ella.!t Debido a esta ausencia de seis meses y al
proselitismo de la señorita Rankin, la obra bautista en Monte­
rrey y alrededores fue literalmente diezmada. El pastor Park y la
señorita Rankin constituyeron la Primera Iglesia Presbiteriana
en México, en Monterrey en 1870 —una congregación com­
puesta en gran parte por el fruto de trabajo de Hickey y
Westrup. La minoría que siguió fiel a Westrup y los principios
México 23

bautistas tuvo que buscar otro lugar para reunirse. Cuando


Westrup salió para Estados Unidos en enero de 1870 había seis
iglesias con un total de 120 miembros. Cuando volvió en junio,
encontró solamente a once miembros con los cuales reorganizó
la obra bautista. Dos de las congregaciones en los alrededores
habían desaparecido. Fue un rudo golpe que contrarrestó el
progreso bautista primitivo en México.34
Por causa de este revés, algunos piensan que la verdadera
obra bautista comenzó en 1870. Según el que escribe, todo lo
arriba expuesto constituye una prehistoria bautista, llena de
precursores y antecedentes. Santiago Hickey, sin duda alguna,
debe ser considerado el fundador de la obra bautista en 1861,
cuando se trasladó a México; él y Westrup deben ser considera­
dos los fundadores de la Primera Iglesia Bautista en Monterrey
en 1864; pero las ocupaciones de ellos como agentes de
sociedades interdenominacionales prohibían el desarrollo de
una verdadera denominación bautista. Por consiguiente, el año
1870 debe ser considerado como el principio de una obra
bautista denominacional bien definida. Bien podría presentarse
así: 1861 —un bautista en México; 1864 —una iglesia bautista
en México; y 1870 —una denominación bautista en México.
Corresponde ahora relatar el desarrollo de tal denominación.
H istoria Bautista M exicana
In iciación (1870-1881)

Tomás Westrup es el vínculo humano entre la prehistoria y


la historia bautista en México. Sin que Westrup lo supiera, la
Sociedad Bautista Americana de Misiones Domésticas
(ABHMS)35con sede en Nueva York resolvió el 21 de octubre de
1869 lo siguiente:
Resuelto: que el Rev. Tomás M. Westrup de Monterrey,
México sea invitado a venir a nuestra sede, para que lo
conozcamos y le demos consejos —que traiga con él los
tratados bautistas que él ha traducido al español— que
también traiga los $50.00 que él ha levantado para nuestro
í'ondo.
Esta acción se debía al interés que esta Sociedad tenía en
México como posible campo de labor.17 Había oído hablar de la
24 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

obra de Westrup y las iglesias fundadas por él. En su reunión de


marzo de 1869 la misma Sociedad escuchó el siguiente informe:
Dios en su providencia ha abierto una oportunidad en el
mismo corazón de la tierra papal. . . Con gozo nos enteramos
que hay seis congregaciones pequeñas ya organizadas sobre
principios bautistas. . . se parece al movimiento de Juan
Oncken en Alemania y al de Wiberg en Suecia. . . Conside­
ramos urgente el nombramiento de dos o más misioneros
para este campo lo más pronto posible.‘"

Evidentemente se enteraron por medio de la carta de Riley a


Backus.” De todos modos. Westrup partió para Nueva York en
febrero de 1870 llevando una ofrenda de trescientos dolares para
la ABHMS. Así, ¡la obra mexicana comenzó ofrendando a la
Sociedad extranjera, y no al revés! La ABHMS quedó muy
impresionada por Westrup y, en vez de nombrar a otros
misioneros, decidió nombrar a Westrup mismo como “misionero
solicitador, evangelizador, organizador y supervisor” por un año.
El único impedimento fue su ordenación irregular. La ABHMS
no la aceptó. Westrup se hizo miembro de una congregación
bautista de la zona y esa congregación organizó un concilio para
su ordenación. Más de tres mil personas asistieron al acto.40
Aprovechando la presencia de Westrup, la ABHMS lo mandó a
Filadelfia, donde colaboró en la traducción y publicación de
tratados en castellano. Luego, pidió a Westrup que acompañara
al doctor H. W. Knapp, agente de la Unión Misionera Bautista
Americana, en un viaje a España para investigar la posibilidad
de comenzar obra misionera allá. Westrup no volvió a Nueva
York hasta principios de junio.41
Antes de volver a México como el flamante misionero de la
ABHMS, Westrup solicitó dos cosas, a saber: una imprenta para
producir materiales en castellano y sostén financiero para pagar
los sueldos de varios pastores nacionales. La ABHMS aprobó
inmediatamente la segunda, pero tardó cuatro años en conceder
la primera. Santiago Díaz y J. M. Uranga fueron nombrados
agentes, con un sueldo de 300 dólares por año.
Así Westrup llegó a ser el primer misionero de los bautistas
del norte de Estados Unidos en México. Un nuevo capítulo en la
historia bautista mexicana había comenzado. En su primer
informe de 1870, Westrup reafirmó su fe bautista y la de las
México 25

siete iglesias que estaban colaborando con él. Había una libertad
plena e informó que muchos estaban destruyendo sus imágenes
e ídolos. Sin embargo, los meses en el extranjero fueron
costosos. Westrup informaba que

Durante mi ausencia en Estados Unidos y Europa, la


señorita Rankin y sus seguidores trataron de destruir mi
reputación por sugerir, sin prueba alguna, que yo hubiera
huido con el dinero de la Sociedad Bíblica, y dudaron que yo
retornase.12

Cuando él volvió a fines de junio, se enteró que todos los así


llamados “bautistas” en Monterrey se habían hecho miembros
de la llamante iglesia presbiteriana de la señorita Rankin, con la
excepción de Francisco T. Treviño y Matías García. Cuando
Westrup anunció públicamente que pensaba reorganizar a la
iglesia bautista, once miembros antiguos respondieron. El 10 de
julio de 1870 se constituyó de nuevo la Primera Iglesia Bautista
de Monterrey. Westrup sirvió como pastor por un año. En julio
de 1871 Francisco Treviño, dueño de una fabrica de zapatos, fue
nombrado pastor. El informe a la ABHMS manifestó que la
Primera Iglesia bautizó a once nuevos miembros y tenía 150
inscriptos en la escuela dominical; Santiago Díaz bautizó a tres
en Cadereyta y tenía 176 en la escuela dominical; J. M. Uranga
bautizó tres y tenía sesenta en la escuela dominical de Santa
Rosa. Las iglesias en Durango y Jerez desaparecieron. Las otras
iglesias tenían un total de 110 miembros adultos y dos estaban
edificando templos.‫״‬
A u n q u e el in form e fu e alentador, m u c h a s d ificu ltad es
surgieron en 1873. La Guerra Civil en México alcanzó la zona
de Monterrey; además, la ABHMS sufrió como resultado del
pánico financiero en Estados Unidos y tenía que reducir el
sostén. El progreso lento de la obra mexicana desanimó a la
ABHMS.41 Por eso, Westrup renunció en 1874 y la ABHMS
retiró su sostén en 1876.,:> Las iglesias pequeñas sufrieron
mucho pero pudieron sobrevivir a la Revolución debido al tesón
de pastores nacionales como Francisco Treviño.
Así terminó el primer período de la obra de la ABHMS en
México. No iba a renovarse hasta 1880. El proselitismo de la
señorita Rankin, el colapso financiero en Estados Unidos y la
Revolución más la Guerra Civil en México cerraron provisoria-
26 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

mente la obra bautista de la ABHMS en Monterrey. No obstante,


no murió tal obra, y después pudo resucitar y colaborar con otros
centros bautistas nuevos que estaban surgiendo en México.
Un segundo desarrollo en este período de iniciación bau­
tista ocurrió en el noroeste de México a partir de 1870. Como se
sabe, los bautistas de Estados Unidos se dividieron en 1845.
Una nueva Convención de los Bautistas del Sur se constituyó en
aquel año. Los antiguos bautistas del norte de Estados Unidos
continuaron su existencia denominacional por medio de la
ABHMS y otra sociedad dedicada a la obra misionera foránea.46
Había una diferencia entre los bautistas de las dos regiones
sobre la cuestión de la cooperación de las iglesias locales en la
obra misionera. Los del sur seguían la política de una “conven­
ción centralizada de iglesias” para sostener la obra; los del norte
guardaban celosamente la autonomía de la congregación local y
preferían cooperar en la obra misionera por medio de “socieda­
des compuestas de miembros de las iglesias bautistas”.47 Un
ejemplo fue la obra de la ABHMS en México. En cambio, la
flamante Convención de los Bautistas del Sur (SBC)48nombraba
“juntas de misiones”, una para las obras foráneas y otra
doméstica para Estados Unidos y sus territorios. Aunque la
Junta de Misiones Domésticas de los Bautistas del Sur
(HMBSBC)4‫ ״‬tenía obra en castellano en Brownsville, Texas
desde 1851, ella y la Junta de Misiones Foráneas de la
Convención de los Bautistas del Sur (FMBSBC)5‫ ״‬no comenza­
ron obras en México hasta 1880. Esto se debía al hecho de que
los bautistas del norte ya trabajaban en México; y más importan­
te, la Guerra Civil en Estados Unidos arruinó financieramente a
la SBC por muchos años. Las actas de la FMBSBC desde 1846
demuestran un interés en México como campo de labor, pero
muchos factores prohibían una obra oficial.51
Sin embargo, fue justamente un resultado de esa Guerra
Civil el que preparó el terreno para la entrada de la FMBSBC en
México. Alrededor del año 1870, varias familias estadouniden­
ses del sur, derrotadas en la Guerra Civil, pero no arrepentidas
de su Confederación, se radicaron en el noroeste de México. No
estaban contentos con la situación de postguerra en Estados
Unidos y querían comenzar de nuevo sus vidas, explotando los
depósitos minerales del noroeste de México. Entre ellas había
bautistas. Pronto organizaron pequeñas iglesias de habla ingle-
México 27

sa. Recibieron en las iglesias a nacionales mexicanos que eran


sus amigos y necesitaban obreros de habla castellana. Alejandro
Treviño nos cuenta lo que sucedió:
Guillermo Harvey (esposo de Isabel Westrup). . . un
minero muy inteligente. . . invitó a su cuñado, Juan O.
Westrup, de Monterrey cerca de 1878, a ayudarle con la
carpintería, puesto que Westrup se sostenía a sí mismo
como muchos predicadores en aquel entonces. Al trasladar­
se a Músquiz, Westrup naturalmente comenzó a predicar y
fue invitado a ser pastor de la iglesia y a cultivar la obra allí.
Habiendo sido criado en México, Juan Westrup hablaba
castellano como mexicano. Su salario se pagaba por la
congregación, con la ayuda adicional de ciertos creyentes en
Texas.52

Un año antes de la llegada de Juan Westrup (hermano menor de


Tomás), Santiago Díaz, pastor de la Iglesia en Cadereyta, había
bautizado a los primeros creyentes en Músquiz y los constituyó
en una iglesia bautista. Así, Westrup llegó a ser el segundo
pastor. En 1879 él organizó iglesias en Progreso, Villa de Juárez
y San Juan de Sabinas, Coahuila.
Mientras tanto, los bautistas en el estado de Texas, Estados
Unidos, se interesaron en México. Animaban a la FMBSBC a
empezar una obra en México en 1875. Por un tiempo, la
Convención Bautista del estado de Texas mandaba ofrendas
directamente a Juan Westrup. Cuando la ABHMS dejó de
trabajar en México, la FMBSBC se sintió libre para apoyar la
iniciativa de los bautistas téjanos. En abril de 1880 la FMBSBC
resolvió
que la obra de reverendo J. O. Westrup de México sea
auspiciada por esta Junta, con la condición que la Conven­
ción Tejana sea responsable por los gastos de dicha obra.51
En septiembre de 1880 la Convención Bautista del estado de
Texas ratificó esta relación con la FMBSBC y fijó el salario de
Juan Westrup en 400 dolares por año. Así Juan Westrup llegó a
ser el primer misionero de la SBC en México. Dos meses
después, mientras viajaba cerca de Progreso, Juan Westrup y su
compañero, Basilio Flores, fueron bárbaramente asesinados.51‫־‬
Hasta el día de hoy no se sabe quién los asesinó, puesto que las
autoridades en México, en aquel entonces, ni investigaban la
28 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

muerte de protestantes. Algunos opinaban que indios de Nuevo


México lo hicieron, pero Alejandro Treviño pensaba que eran
fanáticos romanistas pensando que estaban sirviendo bien a su
Iglesia Católica Romana.35 Cuando la FMBSBC se enteró,
nombró una comisión para encargarse de la nueva misión
mexicana. Tal comisión informó que Tomás Westrup provisoria­
mente se había encargado de la obra. Sin embargo, parece que
T. Westrup servía en esa capacidad por solo unos meses,
puesto que las actas de la FMBSBC informaban en junio de
1881 que “T. Westrup ha aceptado un nombramiento de la
ABHMS”.55
En fin, el período 1870-1881 presenta la iniciación de la
obra misionera de los bautistas del norte y del sur de Estados
Unidos en México. Aprovechando la obra pionera de Hickey y T.
Westrup, más un valiente equipo de pastores nacionales, la
ABHMS con T. Westrup como su primer misionero, y la
FMBSBC con J. Westrup como su primer misionero, entraron
en México durante la época de la libertad religiosa.57 Estas dos
entidades, más sus colaboradores mexicanos, iban a tener la
iniciativa en la obra bautista mexicana hasta la organización de
la Convención Nacional Bautista en 1903.
En 1880 la obra bautista en México sufrió un paréntesis
debido a la renuncia de T. Westrup, el retiro de la ABHMS y la
trágica muerte de J. Westrup. Los esfuerzos abnegados de un
núcleo de pastores y laicos nacionales salvaron la situación. No
obstante, el año 1881 marcó el comienzo de un período de
consolidación y de recuperación. La ABHMS iba a volver y
concentrar sus esfuerzos en el sur y el este, mientras la
FMBSBC iba a trabajar principalmente en el norte y el oeste.
Los cimientos de una obra nacional iban a ser puestos durante
los últimos años del siglo XIX.

C onstitución (1881-1903)
Después del período de iniciación con todos sus altibajos, la
obra bautista mexicana realmente se constituyó entre los años
1881-1903. Había un desarrollo doble, a saber: el comienzo de
nuevo de las obras misioneras de los bautistas del sur y del norte
de Estados Unidos y, al mismo tiempo, el crecimiento de una
obra netamente nacional. Juntamente con los misioneros, un
México 29

núcleo de pastores y laicos mexicanos iban encargándose de la


flamante obra.
Como ya se notó, la muerte trágica de Juan Westrup
interrumpió la obra de la FMBSBC en México. Sin embargo,
debido a un llamamiento experimentado por dos “Guillermos”,
tal obra se inició una vez más en 1881. Guillermo M. Flournoy,
oriundo de Alabama, Estados Unidos, era residente de Laredo,
Texas cuando fue bautizado por el ubicuo Tomás Westrup en
enero de 1881. Westrup le explicó la urgencia de la obra en el
noroeste de México debido a la muerte de su hermano. Flournoy
se interesó en el campo y, después de casarse y ser ordenado, se
trasladó a Progreso. El y su esposa ya hablaban castellano y
pudieron empezar inmediatamente. Tenían como meta la evan-
gelización de la zona norte de Coahuila. Como en el caso de
Juan Westrup, los bautistas de Texas los sostenían. Sin embar­
go, los bautistas téjanos pidieron que la FMBSBC se encargara
de la obra contando con su sostén financiero. Por eso, en
diciembre de 1881 los Flournoy fueron nombrados misioneros
de la FMBSBC. Fueron los primeros enviados desde Estados
Unidos a México.58
Flournoy era un hombre bien capacitado para los rigores de
la vida en esa zona. Como Hickey, era intrépido, fuerte y
atrevido. Su esposa era maestra y comenzó una escuela en
Progreso apoyada por la Unión Femenil de Texas.58 En 1883
Flournoy informó que había obras en Músquiz, Salinas, Progre­
so, Vildama, Villa Juárez y Lampazos. En 1884 inició una obra
entre los indígenas de Coahuila. La FMBSBC le dió permiso
para pasar seis meses con los indios. El discípulo a un líder
indígena por el cual pudo alcanzar a otros. Fundó escuelas entre
ellos que contaban con cincuenta alumnos. Desde aquel tiempo,
la obra bautista mexicana ha auspiciado obra misionera entre
varias tribus de México. Los Flournoy renunciaron en 1887 y
volvieron a Laredo, donde los dos fallecieron siendo muy
jóvenes. Albino Martínez se hizo cargo del pastorado en
Progreso y continuó la obra en la zona.‫״״‬
El otro “Guillermo” fue Guillermo (W. D.) Powell, el
segundo pionero de la obra de la FMBSBC. En contraste con
Flournoy, Powell fue un hombre culto, bien instruido y suma­
mente enérgico. Mientras servía a los bautistas de Texas como
secretario de su Convención de Escuelas Dominicales, se había
30 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

encontrado con Tomás Westrup en Brenham, Texas. Fue


Powell que consiguió el apoyo financiero para Juan Westrup de
los téjanos, cuando Tomás le orientó sobre la necesidad.
Después del asesinato de Juan, Powell fue mandado por la
FMBSBC a México para investigar el asunto. Fue impresionado
por el diario sangriento de Westrup que leyó. Los creyentes en
Progreso le animaban a quedarse como su misionero.1’1 Todo
culminó cuando el general A. T. Hawthorne, el agente de la
FMBSBC en Texas,12envió a Powell y a ü. C. Pope a México en
1882 “para reconocer la tierra” como campo misionero.1’’ Acom­
pañados por Flournoy, recorrieron toda la zona de Coahuila en
una diligencia, siendo que no había ferrocarriles en aquel
entonces. Al volver, dieron un informe alentador a la Conven­
ción del Sur que la estimuló a tomar muy en serio a México
como campo misionero.64 Powell mismo fue nombrado misione­
ro a México en jubo de 1882. En Powell, la FMBSBC encontró al
líder que necesitaba. Ya era un hombre de experiencia y de
energía inagotable. El, su esposa y la señorita Ana Mayberry, su
cuñada, se radicaron en Saltillo, que llegó a ser la sede de sus
operaciones.
Después de tres años de trabajo, Powell y su esposa habían
organizado una iglesia, una asociación de iglesias, una escuela y
habían lanzado una revista bautista. La Iglesia de Saltillo se
constituyó con ocho miembros tres meses después de su
llegada. Dejando a Porfirio Rodríguez como pastor, Powell y su
compañero, Juan Chávez, viajaban a caballo y predicaban por
toda la zona. Se constituyeron varias iglesias. En diciembre de
1884 Powell promovió la organización de la primera asociación
de iglesias bautistas en Saltillo, con dieciocho mensajeros
representando a ocho iglesias. El doctor H. A. Tupper, secretario
de la FMBSBC, estuvo como mensajero fraternal. Esta Asocia­
ció n e n su prim era reunión nom bró a José María G onzález,
Albino Martínez y Pedro Flores como misioneros. Levantó una
ofrenda de $700.00 para su sostén.6’ En el mismo año, Powell
fundó El Heraldo Mexicano, con la ayuda de José M. Cárdenas.
Mientras Powell evangelizaba, su cuñada y su esposa
fundaron una escuela en su casa. Sin embargo, Powell tenía una
visión más amplia. Se puso en contacto con el gobernador
Evaristo Madero, a quien presentó un plan para una escuela
para niñas. El gobernador le ofreció terrenos del estado en varios
México 31

pueblos. Powell, aprovechando su amistad con las autoridades, y


siendo un hombre de acción, viajó a Richmond, Virginia,
Estados Unidos, sede de la FMBSBC, llevando consigo al
intendente de Saltillo y al superintendente de Instrucción
Pública del Estado de Coahuila, José María Cárdenas, a quien
había bautizado unos meses antes, para pedir permiso para abrir
las escuelas. La FMBSBC, a raíz de sus principios, no pudo
aceptar fondos del gobierno,6‫ ״‬pero aprobó la fundación de
escuelas bajo la dirección de una sociedad anónima. Powell
compró una propiedad y en octubre de 1884 inaguraron el
Instituto Madero. Cárdenas renunció a su cargo público para ser
el director. Inició las clases en 1884 con setenta alumnos; la
inauguración se realizó en 1885. Siguió preparando a jóvenes
mexicanos hasta 1914, cuando se cerró como resultado de la
Revolución.
Powell fundó también un centro de estudios teológicos en
Saltillo, que luego resultó en el Instituto Zaragoza. Es increíble
lo que Guillermo Powell y sus colaboradores pudieron lograr en
poco tiempo en Saltillo. La política de Powell, que requería un
programa global de evangelización, educación y publicación, dio
la pauta para la creciente obra mexicana. A. Treviño, escribien­
do acerca de Powell años después, dice:
. . . fue un misionero incansable. Dotado de fuerza y
vigor, le era igual cabalgar por la montaña o viajar en tren a
Estados Unidos para presentar las necesidades de la obra. . .
en todas partes ganaba amigos. Era un imán, un cable
cargado de electricidad. Siempre buscaba nuevos campos y
obreros. Si u n jo v e n re v e la b a d o n e s, lo re c lu ta b a p a ra la
obra. . . era amigo de gobernadores y oficiales públicos. . .
llegó a ser amigo del presidente Porfirio Díaz. . . por medio
de esta influencia fue útil a muchos misioneros de todas las
denominaciones en conseguir derechos negados por oficia­
les locales fanáticos.7‫״‬

Sin duda, Powell merece un lugar muy importante en la


historia bautista mexicana como un hombre que sabía promover
la obra bautista por los dos lados del río Bravo. Era uno de esos
caudillos enérgicos, impetuoso y de carácter fuerte que abría
surcos en el campo. Sin embargo, fueron estas mismas caracte­
rísticas las que le iban a causar problemas en el futuro.
Mientras Powell y los bautistas del sur trabajaban en el
32 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

noroeste, la obra bautista en Monterrey experimentaba un


avivamiento. En mayo de 1881 la ABHMS nombró de nuevo al
ubicuo Tomás Westrup como misionero. Le proveyó un sostén
parcial y un calesín como medio de transporte. Westrup volvió a
Monterrey desde San Luis de Potosí, donde había juntado a un
pequeño grupo de creyentes.
Se debe señalar que la política misionera de la ABHMS de
los bautistas del norte era distinta a la de la FMBSBC. La
ABHMS no pensaba nombrar a muchos misioneros extranjeros;
prefería nombrar a nacionales como misioneros cuando reunían
las cualidades requeridas. En este período nunca tenía más de
seis misioneros foráneos pero, a veces, contaba con una docena
de obreros nacionales que recibían sueldos de Estados Unidos.
Los misioneros de la ABHMS, foráneos y nacionales, fueron
nombrados por un año no más; y tal nombramiento podía ser
terminado en cualquier momento.“ Por eso, no había tanta
continuidad misionera entre ellos como entre los de la
FMBSBC. Por supuesto, el propósito de las dos entidades era el
desarrollo de una obra nacional pero, durante estos primeros
años, la ABHMS dependía de más participación nacional,
mientras la FMBSBC dejaba más iniciativa en manos de los
misioneros foráneos.
Tomás Westrup era un término medio entre el obrero
nacional y el misionero foráneo. El recibía una parte de su
sostén de la ABHMS, pero tenía el deber de levantar otra parte
en México. El fue un puente entre los bautistas del sur y del
norte de Estados Unidos. Aunque no había un acuerdo territo­
rial entre ellas, la ABHMS tenía sus centros en Monterrey y la
ciudad de México y la FMBSBC en el noroeste de México. Con
el correr de los años había una cooperación en ciertas zonas,
pero las distintas políticas misioneras limitaban una cooperación
muy estrecha. Sin embargo, cooperaron en el proyecto de
levantar un templo en la ciudad de Monterrey.
Cuando la ABHMS inició de nuevo su obra en 1881, la
edificación de un templo en Monterrey tenía prioridad. Mientras
Tomás Westrup abría obras en Nuevo León y Tamaulipas, O. C.
Pope, superintendente de Misiones en Texas de la ABHMS, fue
enviado a Monterrey para comprar una propiedad y edificar un
templo. La iglesia necesitaba un templo nuevo, no sólo para sus
cultos, sino también para el Colegio Internacional que los
M éxico 33

Westrup habían comenzado en su casa. Pope llegó en 1883,


pero el templo no fue terminado hasta abril de 1885, debido a la
dificultad en conseguir un terreno, y a una demora en la
construcción. En México de aquel entonces, a pesar del
movimiento liberal de Porfirio Díaz, había mucha oposición
social a la edificación de un templo “protestante”.
Durante la demora en terminar el templo en Monterrey, la
ABHMS abrió un nuevo campo de labor en la ciudad de México.
Nombró a su primer misionero de Estados Unidos, W. T. Green,
en 1882.6!) Después de un tiempo en Nuevo México y en la casa
de Tomás Westrup, donde estudiaba castellano, Green viajó a la
ciudad de México en abril de 1883 donde alquiló un salón y
empezó cultos. Al mismo tiempo, la ABHMS nombró a Pablo
Rodríguez, oriundo de una familia bautista de Músquiz, Coahui-
la, quien acababa de terminar un curso de dos años en el
Seminario del Sur en Louisville, Kentucky, Estados Unidos.
Rodríguez y Green compartían la predicación. Green predicaba
en inglés y Rodríguez traducía. El 14 de marzo de 1884 se
constituyó una iglesia con cinco miembros. Así comenzó la
Primera Iglesia Bautista en la ciudad de México. A fines de 1884
la iglesia contaba con treinta y tres miembros y dos anexos.
Green continuaba como pastor de la iglesia hasta mayo de 1885,
cuando la ABHMS terminó sus servicios por escasez de fondos.
Mientras tanto, W. H. Sloan, antiguo misionero a la India, que
hablaba castellano desde su niñez, había llegado en octubre de
1884. A partir de ese momento, Sloan servía como misionero
general y asumió el pastorado cuando Green salió. Sloan era
impresor y trajo una pequeña imprenta. En enero de 1885
estrenó una revista bautista llamada La Luz. Así comenzó el
gran ministerio que los bautistas mexicanos han desempeñado
en el campo de la literatura.70
Mientras tanto en Monterrey, el templo fue terminado en
1885 habiendo costado 5.000 dólares. Se concretaron planes
para la inauguración, que fue un gran acontecimiento. O. C.
Pope, administrador de la construcción y promotor de la
ABHMS en Texas, coordinó la visita de unos 126 visitantes
norteamericanos, entre los cuales se encontraban varios repre­
sentantes de la Sociedad. W. D. Powell, el misionero de la
FMBSBC, predicó el sermón y Tomás Westrup elevó la oración
de dedicación. O. C. Pope entregó las llaves a los diáconos de la
34 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

iglesia. Entre una larga lista de oradores mexicanos y norteame­


ricanos se destacan los nombres de J. M. Pendleton,71 quien
predicó un sermón traducido por Westrup, y Francisco Treviño,
el predicador mexicano pionero.
En 1886 la obra en la ciudad de México estaba en plena
marcha bajo la dirección de W. H. Sloan. La señorita Ora
Osborne, una misionera de la ABHMS, fundó una escuela; y la
señorita Concepción Rentería comenzó estudios bíblicos en
hogares bajo los auspicios de una Sociedad Femenil de los
bautistas del norte. Varios hombres de iníluencia en las lilas de
los bautistas del norte de Estados Unidos visitaron la obra de
Sloan y retornaron a su país para hacer recomendaciones a la
ABHMS.72 Informaron al Comité Ejecutivo que, o debían
edificar un centro digno en la ciudad de México, o si no podían,
debían retirarse. Este informe evocó una reacción saludable. La
ABHMS autorizó a una comisión, compuesta de Sloan, O. D.
Pope y W. W. Bliss, a hacer planes para edificar. Juan
Rockefeller, el filántropo bautista norteamericano, donó 7.000
dólares para la compra de terrenos. Sloan inició una campaña en
Estados Unidos para levantar 18.000 dólares adicionales para la
construcción. Como en el caso de Monterrey, O. D. Pope se
quedó en México para supervisar la construcción. En abril de
1887 Pope entregó las llaves a Sloan y la inauguración se realizó
en noviembre de 1887. ¡Esta vez, Tomás Westrup predicó el
sermón y Powell elevó la oración! Otra vez, se ve la cooperación
estrecha entre las dos entidades misioneras.
Este templo fue el primero edificado por “protestantes” en la
gran ciudad. Los otros en uso eran templos católicos confiscados
por el gobierno y vendidos a iglesias protestantes. El nuevo
Centro Bautista incluía el templo, la escuela y la imprenta de La
Luz. En 1888 la señorita Osborne tuvo que ir a Estados Unidos y
fue reemplazada por Sara Hale, misionera de la FMBSBC.
Cuando los Sloan volvieron a Estados Unidos en 1887 para
educar a sus hijos, A. J. Steelman, recientemente nombrado por
la ABHMS, asumió la publicación de La Luz y el pastorado de la
iglesia. Sin embargo, muy pronto llegó Teófilo Barocio para ser
su ayudante. Barocio, después, llegó a ser uno de los paladines
bautistas.71 Aun pasó un tiempo en Cuba Oriental antes de
volver a México en 1905.71
Fueron nombrados otros misioneros, entre ellos W. T.
M éxico 35

Green, quien fue a San Luis de Potosí y organizó una iglesia con
los elementos que Westrup había ganado antes de 1888. El
mismo Green, nombrado por segunda vez por la ABHMS,
anhelaba abrir obra bautista en el sur de México. En 1890 dejó
el pastorado de San Luis de Potosí en manos de J. F. Kimball y
Enrique Westrup,75 y se marchó a San Cristóbal, Chiapas, y
después a Oaxaca y a Puebla. En 1893 organizó una iglesia, a
pesar de una oposición fanática, con la colaboración de Jacobo
Treviño.
En 1893 A. J. Steelman renunció el pastorado de la Primera
Iglesia Bautista en la ciudad de México. Teófilo Barocio empezó
su pastorado de la misma. Ese mismo año en Monterrey surgió
un problema en el seno de la Primera Iglesia. Esa iglesia había
sido pastoreada hasta el año 1890 por Tomás Westrup y
Francisco Treviño. En 1893 la iglesia invitó a un pastor con un
trasfondo metodista. Era un predicador excelente, pero sembra­
ba semillas de discordia. Cuando renunció en 1893 había una
división marcada entre los discípulos de Westrup y los de
Treviño.71’ Aunque los dos siguieron siendo amigos, los miem­
bros estaban divididos. Cuando Westrup llegó a ser pastor otra
vez, los seguidores de F. Treviño principiaron reuniones en la
casa de él y se constituyeron en la Segunda Iglesia Bautista. H.
L. Morehouse, un oficial de la ABHMS, fue enviado a Monterrey
y pudo subsanar el problema provisoriamente. Una condición
del acuerdo fue que ni F. Treviño ni T. Westrup debería ser
pastor. Alejandro Treviño llegó a ser pastor en 1895. Westrup
fue mandado a Linares por la ABHMS y F. Treviño a Nuevo
Laredo. Dos años después, F. Treviño volvió a Monterrey y un
grupo de sus discípulos pidió carta de transferencia y organizó la
Iglesia Bautista Emanuel en marzo de 1897. Francisco Treviño
pastoreó esta iglesia que se reunía en su casa hasta su muerte
en 1901.
Como resultado de todo esto, los bautistas perdieron a su
pionero, Tomás Westrup.77 En 1901 él se trasladó a Monterrey
para matricular a sus hijos en la Escuela Normal. La ABHMS se
opuso a esto y lo despidió.™ Westrup y su familia pidieron ser
miembros en la Primera Iglesia Bautista. La iglesia postergó su
recepción hasta que una comisión hiciera un estudio de la
cuestión.7’1Westrup se oíendió y retiró su pedido. Por un año
predicaba en la Iglesia Emanuel y después, él y su familia
36 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

comenzaron a asistir a las reuniones de la Misión Cristiana


(Discípulos de Cristo) bajo la dirección del misionero A. G.
Alderman. Después de muchas conversaciones, Alderman con­
venció a Westrup que no había una diferencia mayor entre los
bautistas y los discípulos.80 Una vez más, Westrup reflejó la falta
de convicciones netamente bautistas que caracterizó todo su
ministerio, tan eficaz en otros aspectos. En seguida, Westrup y
su familia se hicieron “discípulos”. Pronto se libró un debate
literario entre Westrup y Alejandro Treviño en las publicaciones
de las dos denominaciones.81 Westrup asumió la dirección de la
obra de los Discípulos cuando Alderman murió de la fiebre
amarilla en 1903. Trabajaba para ellos y editaba su órgano
oficial, Vía de Paz, hasta su muerte en 1909.82
El desarrollo del campo misionero alrededor de Monterrey
se debió a la obra fiel y eficaz de Tomás Westrup y Francisco
Treviño. Es de lamentar que la carrera de cada uno hubiera
terminado en la controversia. A pesar de esto, la obra bautista en
México tiene una deuda muy grande con las familias Westrup y
Treviño. La obra evangelizadora, literaria y educativa, más la
himnología, surgieron de sus labores. Estos hombres, junta­
mente con una lista larga de pastores mexicanos como José
Uranga, Zeferino Guajardo, F. Uriegas, Pablo Rodríguez, Teófi­
lo Barocio, et al., abrieron los surcos para los otros que
continuaron luego.83
Hay otros dos acontecimientos de importancia en 1894 que
llaman la atención. El primero fue la aparición de la primera
iglesia bautista con sostén propio. Cuando la Iglesia Bautista de
Saltillo invitó a Pablo Rodríguez en 1894, votó pagar su sueldo.
Así, tiene la distinción de ser la primera congregación que pudo
hacerlo sin ayuda extranjera. El segundo fue la publicación del
primer número de El Expositor Bíblico por el misionero D. A.
Wilson en Guadalajara. Esta revista ha llegado a ser usada en las
escuelas dominicales de unos cuarenta países de habla hispana
en el día de hoy.84
El año 1895 representó el apogeo de este período de
constitución. Se realizó en Toluca una Conferencia Interdeno-
minacional sobre el Espíritu Santo que fue todo un éxito. W. D.
Powell dejó Saltillo y se trasladó a Toluca en 1892. Organizó una
iglesia bautista en 1893. Powell, un hombre de visión y acción,
sentía que el terreno estaba preparado en México para realizar
M éxico 37

una gran campaña de evangelización. Había evangélicos de


varias denominaciones en todas partes de México. El ideó una
Conferencia Interdenominacional sobre el Espíritu Santo, prin­
cipalmente para misioneros de habla inglesa, como medio de
preparación. Utilizando su amplia influencia en Estados Uni­
dos, consiguió la colaboración de los famosos evangelistas
Dwight L. Moody e Ira Sankey, quienes estaban todavía en la
cumbre de su ministerio. Asistieron unos 132 representantes de
más de una docena de juntas misioneras. Aunque las reuniones
se realizaron en inglés, colaboraban traductores y muchos
mexicanos de la zona asistieron y captaron algo del espíritu
reinante. Chastain describe el escenario así:
Además de los sermones de Moody, unos veinticuatro
estudios fueron leídos sobre la presencia, personalidad,
poder y obra del E.S. La última reunión fue una verdadera
“Pentecostés”. Los mexicanos presentes que no entendían
inglés se asombraron. La concurrencia lloró, se rió, exclamó
y se abrazaron los unos a los otros, fuera de sí en el gozo
cristiano. La influencia fue permanente y significante.
Marcó una época en las misiones mexicanas. En los años
subsiguientes miles se convirtieron como resultado."5

A pesar de la bendición espiritual de la reunión con Moody y


Sankey, pronto surgió un tremendo problema entre los misione­
ros de la FMBSBC.86 Como el conflicto que acababa de girar
alrededor de Tomás Westrup en la ABHMS, que resultó en su
retiro, éste giró alrededor de W. D. Powell. Parece ser un
problema perenne de la historia misionera, que cuando un
verdadero líder emerge —o se infla y causa problemas, o es
objetivo de celos que engendran conflictos. Algo así sucedió en
el caso de Powell. Es de lamentar, porque diezmó el número de
misioneros de la FMBSBC en México. En 1891 los misioneros
se constituyeron en la Misión Bautista en México. Eligieron a
sus oficiales, y comenzaron a trabajar como un conjunto.
Powell, acostumbrado a ser el representante extraoficial de la
FMBSBC por tantos años, no sabía dejar las riendas en manos
de la nueva entidad. Sin mala intención, quería seguir siendo el
supervisor de la obra. En 1896 otro misionero, I. N. Steelman,
escribió a la FMBSBC en Richrnond, quejándose de la interven­
ción de Powell en su obra. Manifestó que él y Powell no se
entendían. La FMBSBC apoyó a Powell y despidió a Steelman.
38 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Sin embargo, la mayoría de los otros misioneros de la Misión se


reunieron y se opusieron a Powell. R. J. Willingham, secretario
de la FMBSBC, viajó a México y, en una reunión con los
misioneros y Powell, aparentemente resolvió el conflicto. No
obstante, el conflicto emergió otra vez en 1898. La Misión en
México formuló ocho cargos contra Powell y los mandó a
Richmond. Después, tales cargos fueron levantados, pero el
resultado fue la renuncia de Powell y tres de sus contricantes,
McCormick, Rudd y Watkins.87Esta funesta serie de incidentes,
conocida en la historia bautista mexicana como “el éxodo”,
resultó en la pérdida de once misioneros, el cierre del Instituto
Madero, la división de la iglesia en Saltillo y numerosos
conflictos entre los nacionales. Fue un tremendo golpe a la
creciente obra. Anuló el avance misionero tan impresionante
realizado desde la llegada de Powell. Sólo dos matrimonios y una
señorita quedaron en México.88
A pesar de estos contratiempos, un núcleo de pastores
mexicanos como Ernesto Barocio, Manuel Flores, Ceferino
Guajardo, Eliseo Recio, Samuel Domínguez, Florencio Treviño
y Benjamín Muller continuaron la obra en los territorios
ocupados por la FMBSBC. Al mismo tiempo, la FMBSBC
resolvió comenzar su obra de nuevo y nombró a unos ocho
matrimonios nuevos para México. Entre ellos estaban los
Mahon, los Marr y los Cheavens, quienes se unieron con los
Chastain, los Watkins y la señorita Hale para aprovechar la
construcción de ferrocarriles para extender la obra. La FMBSBC
dividió su obra en México en dos Misiones, para facilitar la
comunicación. En 1899, debido al testimonio de Petronela
Cardona, un laico convertido bajo Powell, se inició una obra en
Durango. Juan Cheavens se encargó del campo de Saltillo con la
ayuda de la señorita Sara Hale, quien abrió una escuela en el
edificio del Instituto Madero.
En 1899 Rufus Hooker, misionero en León, se dió cuenta
de la necesidad de una obra médica en México. Le pidió a la
FMBSBC permiso para volver a Estados Unidos para prepararse
para ser un médico misionero. Eventualmente, volvió a León en
1904*’ Las Misiones de la FMBSBC en 1899 informaron que
123 fueron bautizados. Además, A. C. Watkins empezó un
pequeño Instituto Bíblico en Torreón para entrenar a predicado­
res. Juan Cheavens se encargó de la dirección de tal Instituto en
M éxico 39

1903. Debido a la renuncia de D. A. Wilson, los Chastain se


trasladaron a Guadalajara. Se abrieron en Toluca escuelas para
niñas y niños. En fin, en 1903 la obra de la FMBSBC se había
recuperado del “éxodo” y estaba en plena marcha. Las dos
Misiones extranjeras, más varias “asociaciones” de iglesias
bautistas mexicanas, reconocieron la necesidad de unificar la
obra bautista. El optimismo y el avance que caracterizaban a
todo el país influyeron en los bautistas y los empujaron hacia la
unificación de sus esfuerzos.

U nificación (1903-1910)
En 1901 había aproximadamente ochenta iglesias bautistas
en México con 1.910 miembros. Había varios colegios bautistas,
un periódico bautista y tres asociaciones de iglesias. Debido a
mejores medios de comunicación y transporte, una organiza­
ción denominacional era necesaria y factible. La única entidad
nacional era la Convención de las Escuelas Dominicales, que
era interdenominacional. En 1901 Alejandro Treviño y Juan
Cheavens hablaron de la necesidad y resolvieron presentar la
idea de una Convención Nacional Bautista a sus respectivas
asociaciones.
Al mismo tiempo, J. G. Chastain, unos días después de una
reunión de la Convención de Escuelas Dominicales en Monte­
rrey, escribió un artículo en La Luz recomendando la organiza­
ción de una Convención Bautista. Chastain dijo:
Aunque estamos desparramados, formamos un ejército
poderoso; sin embargo, un ejército no organizado no puede
ejercer su poderío. . . entre los bautistas hay muchos inte­
reses en común. La obra es grande y difícil y nos necesita­
mos los unos a los otros. Para realizar nuestras metas,
necesitamos unirnos. . . así unidos en espíritu y propósito,
podremos considerar la obra global y adoptar métodos para
extender el Evangelio. Podremos dar ímpetu nuevo a
nuestros periódicos, La Luz y El Expositor Bíblico y tratar
los problemas del auto-sostén, EE. DD.s y educación minis­
terial. . . Estas metas importantes pueden ser realizadas por
medio de una Convención Bautista Nacional. . . ahora bien,
¿qué dicen mis amados hermanos en cuanto a la organiza­
ción de una Convención?'10
40 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Las asociaciones respondieron positivamente y nombraron a W.


H. Sloan y J. G. Chastain para representar las iglesias no
afiliadas a las asociaciones constituyentes. Una orden del día y
un programa fueron publicados en La Luz en agosto de 1903. Se
fijó la fecha de la primera reunión —13 al 17 de septiembre de
1903— y el lugar —la ciudad de México. El momento de la
unificación de la obra bautista en México había llegado.
El 13 de septiembre de 1903, cuarenta y dos mensajeros de
las iglesias afiliadas a las asociaciones,“1 más veinte otros
bautistas sin credenciales, se reunieron en el templo de la
Primera Iglesia Bautista en la ciudad de México. Trece iglesias
mandaron a mensajeros, y la Asociación de Coahuila mandó a
dos representantes oficiales. Los oficiales elegidos fueron:
Alejandro Treviño, presidente; J. G. Chastain, vicepresidente
primero; W. H. Sloan, vicepresidente, segundo; Benjamín
Müller, secretario de actas; Ernesto Barocio, secretario corres­
ponsal; J. S. Cheavens, tesorero; y Susana Jones, secretaria de
estadística.“2 Previamente, los misioneros Chastain, Sloan y
Cheavens habían preparado una Constitución y Estatutos que,
después de discusión, fueron aprobados por la asamblea. Como
de costumbre entre los bautistas, este documento garantizó la
naturaleza fraternal de la Convención, definió sus propósitos
mayormente como evangelización, educación y publicación, y
afirmó una política de no intervención en los asuntos de las
iglesias locales autónomas.
Aunque los misioneros extranjeros fueron muy influyentes
en la organización de la Convención, el liderazgo nacional
comenzó a ejercitarse a partir de 1903. En los primeros años de
vida de la Convención, la representación y participación de
misioneros y nacionales eran por partes iguales. Sin embargo,
solamente cuatro misioneros sirvieron como vicepresidentes
durante la primera decada, y sólo uno, J. G. Chastain, sirvió
como presidente. La primera asamblea también rechazó la
tendencia ecuménica e interdenominacional prevaleciente en
aquel entonces. Puso en marcha planes para formar juntas y
auxiliares para ocuparse de la obra juvenil, de publicaciones, de
obras misioneras y de educación teológica. México fue miembro
fundador de la Alianza Bautista Mundial, que se constituyó en
Londres en 1905. Alejandro Treviño asistió como delegado
oficial.
M éxico 41

El período 1903-1910 marcó un desarrollo vertiginoso en la


vida bautista de México. Es necesario destacar sólo los desarro­
llos más significativos. Primero, hubo un gran aumento en el
número de misioneros extranjeros nombrados por la ABHMS y
la FMBSBC. Por ejemplo, ésta nombró a cuarenta misioneros
durante el período. Juntamente con sus colaboradores naciona­
les, servían a más de cincuenta iglesias y cien puntos de
predicación. La ABHMS no tenía tantos misioneros foráneos,
pero sostenía a numerosos obreros nacionales. Otros grupos
bautistas en Estados Unidos enviaron misioneros.93 Debido a la
construcción de ferrocarriles, estos misioneros, foráneos y
nacionales, expandieron la obra hacia el sur y el sudoeste.
Superando mucho fanatismo y falta de equipo adecuado, éstos
viajaban a iglesias y puntos de predicación en los pueblos y
ciudades. Otras dos asociaciones bautistas se constituyeron en
la costa pacífica y en Chihuahua.94
Juntamente con el desarrollo de iglesias, los bautistas
mexicanos soñaban con una obra misionera nacional y mundial.
En 1905 la Convención, respondiendo a un mensaje por su
presidente, Pablo Rodríguez, nombró una comisión para estu­
diar la posibilidad de iniciar una obra misionera. Como resulta­
do, una Junta de Misiones fue creada en 1906. Comenzó una
obra entre los indígenas en el estado de Michoacán, en un lugar
que se llamaba “Once Pueblos”. En 1908 Antonio Torres fue
nombrado obrero. La Convención se encargó de su sueldo y su
medio de transporte (un caballo). El empezó a visitar a los once
pueblos. La primera iglesia entre ellos se organizó en 1909.
Además de la obra misionera nacional, la Convención
respondió a un pedido de la flamante obra bautista en Chile.
Votó cincuenta dólares por mes “para ayudar al extendimiento
de la obra bautista en la República de Chile”.95 Z. C. Taylor,
misionero de la FMBSBC en Brasil, visitó la Convención en
1910 y desafió a los bautistas mexicanos a cooperar con Brasil
en la evangelización de Chile. Esta colaboración siguió hasta
1913, cuando se suspendió por causa de la Revolución.*
Otro desarrollo significativo fue el creciente interés en la
educación teológica. Se fundaron tres centros de capacitación
teológica durante la primera década del siglo XX, a saber: el
Instituto en Torreón, fundado por A. C. Watkins en 1901; otro
en Toluca, fundado por R. P. Mahon en 1906; y uno en
42 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Monterrey, fundado por Alejandro Treviño en 1907. Todos éstos


fueron cerrados cuando se inició la Revolución en 1910. No
obstante, el deseo de tener un instituto o seminario, sostenido
por la Convención y las dos entidades misioneras, se expresó en
las asambleas de la Convención en 1903 y 1904. En la Asamblea
de 1910, J. E. Davis y Alejandro Treviño propusieron el
nombramiento de una comisión para concretar tal deseo. La
Revolución del mismo año postergó la realización del sueño por
unos años.
Durante el período, funcionaban escuelas bautistas en
Monterrey, Saltillo, Chihuahua, Parral, Toluca, ciudad de Méxi­
co y Guaymas. “El éxodo” de los misioneros de la FMBSBC
(1896-1898) fue un golpe rudo a la creciente obra educacional.
No obstante este revés, esta década trajo una rápida recupera­
ción. La Escuela Internacional continuaba en Monterrey; el
renombrado Instituto Madero en Saltillo, cerrado en 1898, fue
abierto otra vez por G. H. Lacy en 1904. Un Colegio Bautista
bilingüe se abrió en Chihuahua en 1903. En el mismo estado,
un misionero independiente, P. H. Pierson, estableció en 1908
una escuela industrial para ambos sexos en Parral. Se relacionó
después con la FMBSBC.
El sueño de R. W. Hooker de abrir una obra médica en
México se concretó en estos años. Hooker, habiendo terminado
sus estudios de medicina en Estados Unidos, volvió a León en
1904. Estableció una clínica que muy pronto trasladó a Guada-
lajara, donde trabajó hasta 1913. Hooker fue sostenido por la
FMBSBC y lo poco que cobraba por sus servicios/17 Carlos
Conwell fue el primer médico misionero de la ABHMS, aunque
llegó a México como misionero independiente. Utilizando las
dependencias de la Primera Iglesia Bautista en la ciudad de
México, recibió el apoyo financiero de la ABHMS en 1906. En
1907 la doctora Hattie Neal, esposa del misionero Carlos Neal de
la FMBSBC, inició una obra médica en León y después en
Toluca. Se estima que atendía cerca de ocho mil pacientes por
año durante su larga carrera como misionera. El doctor Conwell
se trasladó a Puebla donde ayudó a fundar el Hospital Latino-
Americano. La doctora Neal se destacaba por sus labores
abnegadas durante la Revolución y la epidemia terrible de gripe
del año 1918.!,K
Este período vio también acontecimientos significativos en
M éxico 43

el campo de las publicaciones. El periódico iniciado por W. H.


Sloan en 1886, La Luz, fue el instrumento usado para promover
la organización de la Convención. Servía, extraofícialmente,
como órgano de la Convención hasta 1905, cuando Sloan de
repente lo suspendió. Parece que no le gustó la competencia con
EL Cristiano Bautista, un periódico publicado por la Asociación
de Nuevo León, y El Expositor Bíblico, una revista de las
Escuelas Dominicales. En el mismo año de la suspensión de La
Luz, un joven misionero de la FMBSBC, J. E. Davis, inició una
obra publicadora en la ciudad de Toluca." Había comprado una
imprenta y tipo con 450 dólares, que llevó a México. A principios
de 1905, instaló la imprenta en la cocina de su casa y comenzó a
publicar tratados. A fines del año, se trasladó a León y fundó una
Imprenta Bautista. He aquí, los comienzos humildes de la
renombrada Casa Bautista de Publicaciones en El Paso.100En el
mismo año, las dos “misiones” de la FMBSBC en México lo
nombraron, “editor de literatura en México”. Al mismo tiempo,
autorizaron la creación de un nuevo periódico denominacional,
El Atalaya Bautista, y nombraron a Davis como editor. Davis, y
sus dos ayudantes nacionales, Josué Bautista y un ex sacerdote,
Félix Buldaín, se dedicaron a la promoción y defensa de la
Convención y de los principios bautistas. Además, la Conven­
ción mantenía una Sociedad Publicadora que fomentaba interés
en la buena literatura. Auspiciaba la publicación de tratados, y
ocasionalmente de un libro, como por ejemplo, la traducción de
Teófilo Barocio de la Breve Historia de los Bautistas, por
Enrique Vedder. Davis apoyaba la Sociedad y ayudó a publicar
los libros con su nuevo equipo que la FMBSBC le había
proporcionado.
Al final de este período, El Atalaya Bautista y El Cristiano
Bautista se fusionaron en una nueva publicación llamada El
Bautista. J. E. Davis fue editor y publicador bajo la supervisión
de una Junta Editora compuesta de Alejandro Treviño, J. S.
Cheavens, Ernesto Barocio y Jorge Brewer. El primer número
de esta revista salió en mayo de 1910, en vísperas de la
Revolución. Estos periódicos servían como apologistas en los
grandes debates con otras denominaciones evangélicas que,
crecientemente, criticaban a los bautistas por su antiecumenis-
mo y su fidelidad a la inmersión como el único modo correcto de
bautismo. Así, indirectamente, ayudaban a formar una fuerte
44 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

consciencia bautista que reflejaba convicciones doctrinales muy


profundas.
En medio de todos estos adelantos bautistas, surgieron
problemas y contratiempos. En México, más que en otros países
de América Latina, la persecución física y corporal de los
evangélicos ha sido perenne. En este período, varios pastores
fueron encarcelados, misioneros fueron molestados y templos
volados.101 Una hojeada de los periódicos bautistas de la época
revela un sinnúmero de incidentes que se debían al fanatismo
de individuos que pretendían defender la verdadera fe católica.
Otro problema fue la falta de atención médica que costó la
vida de muchos bautistas nacionales y misioneros. El caso más
célebre fue la patética muerte de los cinco hijos del misionero G.
H. Lacy por la escarlatina. Las palabras heroicas de la señora de
Lacy a su esposo cuando él estaba a punto de abandonar la obra
misionera: “No, marido, hemos dado a nuestros hijos por
México, ahora volveremos y daremos nuestras vidas”, han sido
de inspiración a varias generaciones de bautistas mexicanos.
Lacy volvió y trabajó abnegadamente en México hasta su
muerte, a los ochenta años de edad.102
Otro golpe grande a la obra bautista fue la apostasía de W.
H. Sloan, uno de los misioneros más queridos y eficaces.
Aparentemente disgustado por algo, Sloan suspendió la publica­
ción de La Luz en 1905. La ABHMS lo trasladó a Aguascalien-
tes y en enero de 1907 Sloan renunció cuando fue sustituido
por G. H. Brewer. Se radicó en la ciudad de México. Ocho meses
más tarde dejó su fe evangélica y se hizo católicorromano. En
una breve explicación que salió en El Atalaya Bautista, Sloan
no aclara las razones para su decisión repentina. Parece que fue
el resultado de una serie de conflictos personales con otros
pastores y misioneros, más la pérdida de una hija en Estados
Unidos que le condujo a un desencanto total. A. Treviño opina
que la defección fue el colmo de un trabajo excesivo y de
pruebas insoportables que aparentemente le condujeron a un
colapso mental."" El que escribe pregunta si el evidente
“landmarkismo” (hitoísmo) entre sus convicciones bautistas
no lo hubiera influido. Un estudio del movimiento “landmar-
kista” entre los bautistas norteamericanos hace comprensible
cómo un “bautista landmarkista” (hitoísta) pueda llegar a ser
católico. Muchos de los pioneros misioneros en México fueron
M éxico 45

instruidos en un marco “landmarkista” Un examen de la


literatura mexicana de los primeros años lo hace patente.'04 En
su eclesiología el landmarkismo (hitoísmo) tiene mucho en
común con la Iglesia Católica Romana. La influencia de la
ideología landmarkista sobre Sloan merece más estudio e
investigación.105
En fin, la obra bautista mexicana en 1910 había superado
los reveses de los últimos años del siglo XIX. Estaba en plena
marcha e incremento. Sólo esta situación pudo salvarla de los
rigores de la Revolución nacional que estaba por comenzar.

R evolución (1910-1917)

La Revolución mexicana tenía sus raíces en el mismo suelo


mexicano. Aunque muy larga y esporádica, representa un
auténtico movimiento mexicano.106 La presidencia de Porfirio
Díaz, llamada el Porfiriato, paulatinamente se convertía en una
dictadura. En 1877 se enmendó la Constitución liberal del año
1857. La legislación que siguió redujo las libertades políticas y el
sistema electoral llegó a ser una farsa. La paz “porfiriana”
empezó a tambalear en 1907 a causa de una depresión
económica. Hubo infinidad de huelgas, reprimidas severamen­
te, y la clase media se agrupó en partidos de oposición. Díaz
quiso aun presentarse en los comicios de 1910 para ser elegido
por séptima vez, dando motivo a que una gran parte de las
fuerzas sociales se pusieran al lado del opositor Francisco
Madero. El 20 de noviembre se levantaron en armas contra el
gobierno para derrocar el régimen personalista, reestablecer el
sufragio popular y poner fin a las injusticias cometidas por la
dictadura. Las fuerzas armadas de Díaz desertaron y él se vió
obligado a abandonar el país rumbo a Francia el 25 de mayo de
1911. Sin embargo, el régimen de Madero no duró mucho
tiempo debido a la resistencia del porfirista Victoriano Huerta.
Madero fue asesinado en febrero de 1913 y se inició un período
de siete años de violencia, destrucción y muerte. Venustiano
Carranza, Pancho Villa, Pascual Orozco, Emiliano Zapata y
Alvaro Obregón fueron los revolucionarios que, a veces, colabo­
raban, y a veces se oponían en la lucha con los vestigios
porliristas y los intereses extranjeros.11’7 Carranza estaba en el
poder un tiempo y pudo dar rumbo a la Revolución. Un
46 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

programa de cuatro puntos caracterizaba su plataforma, a saber:


la distribución de las tierras al pueblo; leyes laborales justas;
cese de favores especiales hacia extranjeros; y la limitación del
poder de la Iglesia Católica Romana. Todo esto resultó en la
Constitución de 1917.108 Esta difería de la de 1857 en lo
referente a la dotación y restitución de tierras, y a los derechos
del trabajador. Aunque la Revolución había logrado sus fines, el
desorden continuaba en el país hasta 1920. Zapata y Carranza
fueron asesinados y Obregón llegó al mando en 1920. Fue él
quien pudo concretar los logros de la Revolución en la ley oficial.
El anticlericalismo revolucionario redundó en grandes
reformas en la vida civil y eclesiástica del país. Tales reformas,
en general buenas para el pueblo mexicano, revolucionaron la
obra bautista en México. Por ejemplo, la Constitución de 1917
especificó que cualquier propiedad usada para la adoración,
propagación de la religión e instrucción a líderes religiosos,
automáticamente llegaba a ser propiedad del estado. Las iglesias
no podían edificar templos sin el permiso del gobierno, y al
edificarlos, sólo con permiso gubernamental, el templo llegaba a
ser propiedad del estado. El Congreso no podía prohibir el
ejercicio de la religión, pero sí, tenía el poder para limitar
actividades religiosas que amenazaban el bienestar del estado.
Abolió la posibilidad de una iglesia del estado,1‫ ’״‬pero limitó las
funciones del clero católico y protestante a oriundos de México.
Esta provisión iba a coartar mucho la función del misionero
extranjero. Se afirmó la libertad de prensa, pero las publicacio­
nes religiosas no podían comentar sobre la política. La instruc­
ción en las escuelas privadas y públicas tenía que ser secular, y
los miembros del clero no podían tener nada que ver con la
administración de las escuelas. El gobierno se reservó el
derecho de cerrar las escuelas que violaban tales provisiones.
Obviamente, la Revolución no solamente desarraigó, provisoria­
mente, la obra bautista en México, sino también hizo necesarios
muchos cambios y ajustes en sus planes para el futuro. Es
necesario hacer una breve reseña de los sucesos más destacados
entre los bautistas y los impactos más profundos sobre ellos
durante el tiempo de la Revolución, para poder evaluar su
influencia sobre el desarrollo bautista posterior.
La mayor parte de los misioneros de la FMBSBC y la
ABHMS se vieron obligados a volver a Estados Unidos. Dos
M éxico 47

matrimonios, los Neal en Toluca y los Brown en Puebla,


pudieron quedarse durante la época turbulenta."‫ ״‬Otros fueron
evacuados y trataron de continuar su obra desde pueblos en
Texas ubicados en el límite. Por ejemplo, G. H. Lacy estaba en
Torreón en 1911 cuando fue saqueado el Instituto Teológico.
Casi le alcanza una bala cuando salió de la casa. Pudo restaurar
el Instituto por dos años, pero en 1913 fue saqueado otra vez y lo
cerraron. Lacy fue a El Paso, donde editaba El Expositor Bíblico
y lo mandaba a México. Su compañero de trabajo en Torreón, D.
H. LeSeuer y su familia zigzaguearon por México por ocho días
sin comida para llegar, por fin, a la frontera medio muertos."1
Los Marrs pudieron mantener abierto el Colegio Occidental en
Guaymas hasta 1917, aunque en una ocasión tuvieron que
evacuar el Colegio y llevar a los alumnos a una isla donde
acamparon por dos semanas. En 1917 los Marrs se trasladaron a
Chile debido a la prohibición de participación extranjera en las
escuelas. La señorita Laura Cox llevó a un grupo de sus internos
a Estados Unidos por barco y tren. La señorita Ida Hayes
mantuvo abierto el Instituto Madero en Saltillo durante tres
años de la Revolución. En una ocasión se refugió en la embajada
inglesa para salvarse de los revolucionarios. En 1914 cerró el
Instituto y volvió a Estados Unidos. Aun la odisea de J. E. Davis,
quien por seis años tuvo frecuentes contactos con Pancho Villa,
los Federalistas y otros revolucionarios que usaban su imprenta,
en 1916 se escapó de México en un viaje bajo escolta militar
hasta Veracruz, donde él y su familia tomaron un barco rumbo a
Tampa, Florida, Estados Unidos. Los Neal pudieron quedarse
en Toluca a raíz del gran ministerio médico que realizaron en el
Hospital Constitucionalista.112
Muchas congregaciones locales y sus pastores sufrieron
durante este período de anarquía y terrorismo. Surgieron
conílictos políticos entre los mismos creyentes. Otros creyentes
huyeron a Estados Unidos. Otros, como los pastores Anatolio
Bautista y Pablo Rodríguez, dejaron a sus iglesias para adherirse
a las fuerzas militares. Un gran número de creyentes murieron
de una manera u otra. La falta de comunicación y transporte
dejó a varias iglesias completamente aisladas. Las entidades
misioneras estadounidenses no pudieron enviar ayuda fraternal.
Alejandro Treviño se arriesgaba en muchas ocasiones por viajar
a San Antonio, Texas, para recoger el sostén de pastores y por
48 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

llevárselo a sus respectivos campos de labor."3 Muchos de ellos


tenían que innovar maneras de sostenerse, como un pastor que
instaló una fábrica de jabón en su casa. Por supuesto, muchos
templos y propiedades de iglesias y colegios fueron destruidos.
La Convención no se reunió entre los años 1913-1917.
A pesar de todo esto, hubo resultados positivos que redun­
daron de esta época. Primero, los rápidos y profundos cambios
sociales y políticos animaron a muchos bautistas a enfrentarse
mejor con el clero romano. Todos los religiosos católicos y
protestantes se encontraron en el mismo apuro. Además,
muchos mexicanos huyeron a Estados Unidos donde se convir­
tieron al protestantismo, y después, volvieron a México como
testigos activos. Segundo, sin los misioneros, los nacionales
asumieron el liderazgo y dirección de la obra bautista en las
iglesias locales, las asociaciones y la Convención. Asumieron el
sostén financiero. Antes había iglesias que pagaron a sus
pastores, pero que realmente no les sostenían. Cuando Ernesto
Barocio anunció en 1918 que la Primera Iglesia de Monterrey
era completamente independiente de sostén ajeno, fue un
síntoma de lo que luego iba a pasar en muchas iglesias. Quizá,
esto hubiera sido el resultado más significativo. Tercero, por
extraño que parezca, se produjeron grandes avivamientos entre
ciertos sectores de la obra bautista. Alejandro Treviño, nombra­
do evangelista general de la ABHMS en 1911, predicó en todas
partes de México por dos años con resultados asombrosos. Pablo
Rodríguez de la FMBSBC experimentó lo mismo.114Varios de los
misioneros, antes de su salida, sintieron el fuerte espíritu
evangelizador. El avivamiento más notable se realizó en la
ciudad de México en 1916 bajo la dirección del evangelista
judio-holandés, A. B. DeRoos. Doscientas personas fueron
bautizadas en la Primera Iglesia Bautista, incluyendo al secreta­
rio privado del presidente C arranza.C uarto, las Misiones
extranjeras se vieron obligadas a evaluar su política y trabajo. T.
B. Ray, secretario de la FMBSBC, se reunió con los misioneros
de México en San Antonio, Texas, en septiembre de 1914 para
considerar una propuesta de la ABHMS para una cooperación
más estrecha entre las entidades. La Convención mexicana
recomendó que las dos entidades colaboraran en auspiciar un
colegio para niños, otro para niñas y un seminario teológico. Los
M éxico 49

misioneros en San Antonio aprobaron la idea, y después las dos


entidades la aprobaron.
Así, la pausa de la Revolución trajo una reflexión ecuméni­
ca que redundó en la consolidación de la obra. Se resolvió
también publicar una revista en común. Aunque las hostilidades
continuaban hasta 1920, la obra bautista en México se levantó y
se lanzó hacia una nueva etapa en su historia, en un México
completamente cambiado por una auténtica Revolución.
Restauración (19171938‫)־‬
A partir de 1917 las hostilidades menguaron en el orden
militar, pero aumentaron en el orden eclesiástico. Tanto la
Iglesia Católica Romana como las iglesias evangélicas, tuvieron
que ajustarse a las restricciones impuestas por la nueva
Constitución. Hubo luchas grandes entre católicos y políticos
anticlericales.117 Los bautistas mexicanos y las misiones tuvieron
que pensar de nuevo su filosofía de trabajo. Uno de los primeros
proyectos realizados fue la renovación del Seminario y los
Colegios en Saltillo con el apoyo de ambas entidades misioneras.
A. B. Rudd volvió a México desde Puerto Rico para ser
presidente del Seminario.1"1El sirvió dos años y en 1919 llegó a
ser el director general de la obra de la ABHMS en el norte de
México. Alejandro Treviño le reemplazó como presidente.
Mientras tanto, G. H. Lacy de la FMBSBC servía como tesorero.
Así la ABHMS y la FMBSBC estaban representadas en la
dirección del Seminario. Entre los años 1917 y 1936 el Semina­
rio, más el Colegio operado en el mismo lugar, sufrieron muchos
altibajos. Si no hubiera sido por la enérgica dirección de
Alejandro Treviño, no habría sobrevivido. A. Treviño, honrado
por la Universidad de Richmond, Estados Unidos, en 1923 con
un doctorado honor¡* causa, siguió como presidente hasta 1934.
En 1925 las dos entidades misioneras proveyeron fondos para
comprar una propiedad grande cerca de Saltillo y construir tres
edificios. Debido a las restricciones gubernamentales, el Semi­
nario y el Colegio se vieron obligados a separarse en 1927. El
Seminario se trasladó a Monterrey. En 1932 el gran colapso
financiero en Estados Unidos terminó la ayuda financiera de la
ABHMS y la FMBSBC. La crisis resultante exigió que el
Seminario se trasladara otra vez a Saltillo. En 1934, Alejandro
Treviño renunció, algunos de los estudiantes seminaristas
50 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

volvieron a Monterrey, y el Seminario se cerró. Unos pocos


estudiantes continuaron sus estudios con Alfredo Lerín en
Monterrey. Debido a todo esto, las entidades misioneras decidie­
ron trasladar el Seminario a San Antonio, Texas, en el año 1936.
Siguió dos años allá y se trasladó a El Paso, Texas. La
Convención mexicana proveía becas para varios estudiantes
cada año."”
Aunque las iglesias locales y las asociaciones de iglesias
estaban en plena reconstrucción durante este período, tenían
que sufrir mucha persecución corporal. No obstante, la resisten­
cia sirvió para consolidar la obra nacional. Más de treinta y cinco
iglesias locales se constituyeron entre 1917 y 1938 y las iglesias
ya constituidas, con la ayuda extranjera, edificaron templos.121‫׳‬
Las asociaciones que cesaron sus actividades durante la Revolu­
ción, como Coahuila, Durango, Chihuahua y Puebla, renovaron
sus actividades.
Cincuenta y cuatro iglesias estaban representadas cuando
la Convención Bautista Nacional reanudó su asamblea anual en
Monterrey, en octubre de 1919. Un culto se realizó para
conmemorar a los caídos bautistas durante la Revolución. Se
eligió una Junta de Misiones y pronto se restableció la obra
entre los indígenas. Josué G. Bautista fue elegido presidente y
Ernesto Barocio, tesorero. Esta elección de oficiales lúe muy
significativa, porque fue Bautista quien inició el movimiento
hacia la nacionalización de la obra bautista y Barocio fue el que
mantuvo la Convención fuerte en el sentido financiero. La
Sociedad de Publicaciones cesó sus actividades para cooperar
con la Casa Bautista de Publicaciones en El Paso.121
Otras dos decisiones de la Convención de 1919 impactaron
el futuro de la obra bautista. Primero, las mujeres bautistas
organizaron la Unión Femenil Bautista Nacional. La misionera
Sara A. Hale recomendó la iniciativa por medio de El Atalaya
Bautista y delineó el proceder de organización. Muchas iglesias
locales ya tenían sociedades; por eso veinticuatro hermanas,
representando a doce sociedades locales, se constituyeron en la
Unión Femenil Nacional el 11 de octubre de 1919. La Unión
resolvió sostener la obra misionera, la educación ministerial y la
Convención. La primera ofrenda levantada fue destinada a estas
causas. Años después, la Unión cambió su nombre a la Unión
Femenil Misionera Sara Hale, en homenaje a la fundadora.122
M éxico 51

Segundo, la Convención comenzó la costumbre, ya seguida


por algunas asociaciones, de sostener a un evangelista. Por unos
años, tales evangelistas trabajaban para la Junta de Misiones,
pero en 1928 fue nombrada una Junta de Evangelización. Tal
Junta fomentaba un creciente espíritu de evangelización perso­
nal y auspiciaba campañas de evangelización. El entusiasmo
evangelizador llegó a tal punto que el gobierno mexicano
advirtió que los bautistas estaban sobrepasando su cuota de
ministros. Esto ocasionó una declaración de la Convención en
1934, aclarando que la predicación del evangelio no era una
función clerical sino la expresión normal de todos los creyen­
tes.123
Este período es significativo también en el campo de las
publicaciones bautistas en México. Debido a la Revolución, J. E.
Davis se trasladó a El Paso y continuaba la publicación de El
Expositor Bíblico. A partir de 1918 Davis, trabajando con una
pequeña imprenta comprada en El Paso, renovó la publicación
de Nuestros Niños, un material para enseñar a los niños, y El
Atalaya Bautista, un semanario denominacional.124 Antes, en
1917, la Misión de la FMBSBC, reunida en El Paso, recomendó
que la Casa de Publicaciones quedara en El Paso y que la
FMBSBC búscase un aporte financiero de la ABHMS para tal
Casa. La FMBSBC no trató el primer asunto, pero sí se puso en
contacto con la ABHMS y consiguió su cooperación. Las dos
entidades sostuvieron la Casa hasta 1920, cuando la ABHMS
retiró su sostén debido a un conflicto con J. E. Davis.125 Davis,
como resultado de las privaciones sufridas durante la Revolu­
ción, se encontraba un poco enfermo. Afligido por el conflicto,
Davis presentó su renuncia a la FMBSBC, que le concedió un
año de licencia. Durante el ínterin, J. S. Cheavens, a pesar de
frecuentes ataques de corazón, editaba las publicaciones de la
Casa hasta su muerte en 1921.126 Cheavens fue uno de los
misioneros más eficaces en la historia de la obra mexicana.
Frank Marrs y W. F. Hatchell asumieron el trabajo de la Casa
hasta que J. E. Davis volvió en agosto de 1921. Davis siguió
como director de la Casa hasta su jubilación en 1943. Cabe
destacar la tremenda contribución de la señorita Sara Hale como
traductora de libros. Traducía y pagaba la publicación de libros
de A. T. Robertson, F. B. Meyer y otros bautistas destacados. En
total, tradujo setenta y un libros al castellano.
52 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

A partir de 1926, debido a la depresión económica en


Estados Unidos, la FMBSBC cortó drásticamente su sostén de la
Casa Bautista de Publicaciones. Sobrevivió contratando trabajos
seculares en El Paso. En 1924 ocupó un nuevo edificio y
aumentó grandemente su producción. Sin embargo, la crisis
financiera ocasionó un cambio en la relación con la Convención
mexicana. El Atalaya Bautista salía mensualmente a partir de
1927 como una medida de economía. Por eso, no podía servir
como órgano oficial de la Convención. Por lo tanto, la Conven­
ción comenzó de nuevo su propia publicación, La Luz. Lamen­
tablemente, la Casa se alejó así un poco más de la obra
mexicana.
La discusión entre la Convención y las entidades misione­
ras, que giraba alrededor de la publicación de El Atalaya
Bautista, impulsó un movimiento hacia la nacionalización de la
obra mexicana. En 1920, Josué Bautista, presidente de la
Convención, pronunció un discurso revolucionario que criticó la
dirección extranjera de la obra bautista en México. Afirmó que
la presencia de las dos entidades misioneras había sido en cierto
modo “un factor perturbador en el progreso de la obra”.127 Citó
casos de misioneros y obreros que cambiaban de una entidad a
otra, y afirmó que los obreros nacionales no tenían los privilegios
y la influencia que tenían los misioneros. Pidió una participación
más plena de los nacionales en la política y la obra de las dos
entidades. Sugirió que los fondos misioneros deberían pasar por
la Convención y no ir directamente a los obreros. Dijo que las
iglesias locales debían ser autónomas, especialmente en la
elección de sus pastores. Recomendó que las mismas iglesias
deberían pagar a sus pastores, no las entidades misioneras.
Bautista fue apoyado por otros líderes nacionales, como los
Treviño y los Barocio. Alejandro Treviño agradeció a los misio­
neros por sus labores abnegadas, pero apoyó la nacionalización.
Como resultado, se nombró una comisión para consultar
con los ejecutivos de la ABHMS y la FMBSBC. En diciembre de
1920, C. S. Detweiler de la ABHMS y T. B. Ray de la FMBSBC
se reunieron con tal comisión en Saltillo.1'‫ ‘׳‬Fue creado un
Comité Consultivo por la Convención y aprobado por las
entidades para tratar cuestiones misioneras con ellas e informar
a la Convención. Así se puso en marcha un movimiento que
paulatinamente convertía la dirección de la obra bautista en una
M éxico 53

conducción nacional. A. B. Rudd de la ABHMS y Josué Bautista


de la Convención promovían programas de mayordomía que
resultaron en el sostén propio de ocho de las iglesias más
influyentes en México.12‫״‬
En fin, el período 1917-1938 en la vida bautista mexicana
fue muy fructífero, a pesar de las restricciones y la persecución.
Los bautistas organizaron de nuevo su obra, fundaron una obra
femenil, aumentaron su obra misionera entre los indígenas,
formaron una Junta de Evangelización, crecieron en número y
pusieron en marcha un movimiento de nacionalización y sostén
propio. Al mismo tiempo, sus colegas misioneros estaban
pasando una época difícil debido al colapso económico en
Estados Unidos y su adaptación al México post-revolucionario.
En 1937, por ejemplo, la FMBSBC tenía sólo un representante
en México, el ubicuo G. H. Lacy, y él estaba oficialmente
jubilado desde 1935. Sin embargo, la Junta nombró a Orvil y
Jewel Reid en 1938 para México. Los Reid encabezaron a una
segunda generación de misioneros que fueron a México dis­
puestos a trabajar bajo la dirección de una obra nacional.
N acion alización (1939-1959)
Los años 1939-1959 significaron un aumento de interés
misionero en México y marcaron el comienzo de la verdadera
nacionalización de la obra bautista. Los bautistas nacionales
estaban recuperándose de los altibajos de la Revolución y las
entidades misioneras estaban recuperándose de la depresión
económica en Estados Unidos. Debido al desarrollo rápido de
México, ambos grupos podían contar con mejores medios de
comunicación y transporte. La Convención mexicana incorporó
un programa de mayordomía en las iglesias locales. Solamente
seis iglesias se sostenían completamente en 1939; en 1959 más
de cuarenta iglesias gozaban del sostén propio. De veras, la
indigenización de la obra bautista en México había comenzado.
Esto no quiere decir que las Misiones y los misioneros no
participaban en tal desarrollo, sino que la mayor parte de ellos se
volcó al esfuerzo para robustecer la obra nacional. Al mismo
tiempo, el gobierno mexicano relajó mucho las restricciones
religiosas. Los bautistas aprovecharon la tolerancia con mucha
cautela en la primera década; y se lanzaron con más libertad al
avance en la segunda.
54 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

La ABHMS continuaba su obra por medio del doctor


Ernesto Barocio, el director general,1*0 y varios misioneros
médicos y maestras que concentraron sus esfuerzos en la
ciudad de México y Puebla. La ABHMS invirtió fondos en dos
hermosos, templos edificados en las dos ciudades mencionadas.
Mientras tanto, la FMBSBC nombró a unos cuarenta misioneros
nuevos durante este período. Bajo la dirección idónea de tres
secretarios para América Latina, W. C. Taylor, Everett Gilí y F.
K. Means, la FMBSBC, en cooperación con la Convención
Nacional, se dedicó a un programa que incluía la fundación y
desarrollo de iglesias locales en el noroeste y sudoeste, la
fundación de pensiones estudantiles en los centros urbanos, el
retorno del Seminario a Torreón, la separación de la Casa
Bautista de Publicaciones de la obra mexicana y un acuerdo con
la ABHMS que radicó a su misionero, Roy Lyon, en la ciudad de
México para promover la evangelización, la obra estudiantil y un
ministerio por medio de la televisión.
La Junta de Misiones de la Convención Nacional continuó
su trabajo entre los indígenas, pero inició nuevos campos
misioneros que han dado mucho fruto. Concentró sus esfuerzos
en la provincia de Chiapas, en el sudeste del país. Para el año
1948 tenía dieciséis obreros trabajando en esa zona. Uno de
ellos, Aurelio Mandujano, merece una mención especial. Siendo
un joven de dieciséis años, persuadió al misionero G. H. Lacy a
admitirle como estudiante en su Instituto Bíblico.131 Cuando se
graduó, fue como misionero a Tapachula, Chiapas. Cuando la
Convención decidió abrir una obra en Yucatán en 1951,
Mandujano fue mandado a Progreso, un puerto de Yucatán,
para comenzar una obra. Así comenzó lo que ha sido una haza­
ña en la obra mexicana. Mandujano, con su celo evangeliza-
dor y sus métodos variados, no solamente comenzó una iglesia
en Progreso, sino también inició anexos en otros siete lugares,
incluyendo la ciudad de Mérida. En julio de 1959, Mandujano
se trasladó a Mérida, constituyó una iglesia y, con la ayuda del
misionero Pat Cárter, comenzó un Instituto Bíblico para capaci­
tar a predicadores laicos.132Contando con la ayuda financiera de
grupos bautistas en Estados Unidos, y el asesoramiento de
misioneros de la FMBSBC,133 Mandujano pastoreaba a una
iglesia grande en Mérida y presidía una obra de extensión en
Yucatán que cuenta con más de sesenta iglesias y puntos de
M éxico 55

predicación. El pueblo maya de la zona ha respondido bien a


esta iniciativa y los bautistas cuentan con la buena voluntad de
las autoridades yucatecas. La Asociación Bautista de la Penínsu­
la contaba con más de treinta y seis congregaciones bautistas en
1980.
Además de esta hazaña en Yucatán, la Junta de Evangelis-
mo ha cooperado en campañas evangelizadoras conducidas por
Billy Graham en 1958 y antes por José Almanza en 1948. El
misionero Ervin Hastey,m profesor de evangelización en el
Seminario de Torreón durante este período, dirigió varias
campañas de evangelización que resultaron ser muy exitosas.
La obra médica de los bautistas continuaba por medio del
Hospital de la ABHMS en Puebla y un nuevo Hospital erigido
por la FMBSBC en 1958 en la ciudad de Guadalajara.135 El
doctor Lamar Colé asumió la administración del Hospital, que
contaba con la ayuda de más de trece médicos nacionales. Estos
centros médicos han contribuido a la extensión evangelizado-
ra.I:i,i
La obra educacional de los bautistas cambió de táctica
durante esta época debido a las leyes anticlericales. Con la
excepción de unos colegios en Monterrey y el estado de
Guerrero,117 casi todos los colegios se convirtieron en pensiones
estudiantiles. El misionero Orvil Reid comenzó el movimiento
cuando proveyó hospedaje para jóvenes que estudiaban en
Guadalajara. Surgieron centros estudiantiles en Guadalajara y
Chihuahua. Muchos jóvenes evangélicos pudieron seguir sus
estudios secundarios y universitarios debido a este servicio. En
1957 se fundó un hogar estudiantil en la ciudad de México,
cerca de la universidad. Varios líderes bautistas, incluyendo a
José González, el director del Hospital Bautista en Guadalajara,
fueron productos de estos “hogares”.
A pesar de muchos altibajos. La Luz, un periódico mensual,
siguió siendo el órgano bautista durante este período. La
Convención Femenil publicaba su órgano. La Voz Femenil, y
juntamente con los jóvenes, ha contribuido al sostén de La Luz.
La Casa Bautista de Publicaciones, trasladada a El Paso, Texas,
durante la Revolución, paulatinamente llegó a ser internacional.
Por eso, en 1949 la FMBSBC la separó de la obra mexicana y la
hizo una Misión aparte, con el fin de servir a todo el mundo
hispano.1“ Bajo la dirección del misionero Frank Patterson, la
56 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Casa seguía colaborando con México, pero como una entidad


independiente. Entre los años 1943-1955 los misioneros Reid
mantenían una imprenta en Guadalajara que publicaba tratados
y unos pocos libros.139 Sin embargo, desde 1955, la Librería
Progreso en Torreón llegó a ser el centro de la literatura de la
Convención.
Tres Seminarios Bautistas surgieron durante estos años
para servir a los jóvenes que querían prepararse para el
ministerio bautista. El Seminario auspiciado por la FMBSBC se
encontraba en El Paso en 1939. Después de consultar con la
Convención mexicana, tal Seminario volvió a Torreón en 1946,
bajo la dirección del misionero W. J. Webb. El acuerdo
elaborado por la FMBSBC y la Convención puso el Seminario
bajo la supervisión de un Concilio compuesto de bautistas
mexicanos nombrados por las dos entidades. Cuando Webb fue
a Guatemala en 1948, el misionero Santiago Crane fue nombra­
do presidente.140 En 1959 el Seminario contaba con unos
cincuenta alumnos y un plantel de edificios provistos por el
filántrofo bautista norteamericano, Maxey Jarman.
Al mismo tiempo, la ABHMS auspició un Seminario en la
ciudad de México (Tlalpan) en 1947. En 1953 contaba con
dieciocho alumnos y una amplia propiedad. Cosme G. Monte-
mayor, destacado como historiador de la obra bautista en
México, llegó a ser director en 1955.141 Debido a su influencia e
iniciativa, el Seminario pudo conseguir el visto bueno del
gobierno.142
Desde 1936, G. H. Lacy, jubilado como misionero de la
FMBSBC, había reunido a jóvenes mexicanos para prepararlos
para el ministerio. En 1938 alquiló un local en Oaxaca para un
Instituto. La Convención Nacional apoyó la iniciativa con fondos
y personal. Los altibajos de esta institución han sido muchos.143
Aunque recibía sostén de Lacy mismo y, después de su muerte
en 1949, de una Iglesia Bautista en Arkansas, Estados Unidos,
se consideraba una institución netamente mexicana y, por eso,
contaba con el apoyo del pueblo bautista y de la Convención
Nacional. En 1956 la Convención pudo solucionar todos los
problemas relacionados al Seminario Lacy, y desde aquel
momento ha sido una institución convencional.144 Sus gradua­
dos han hecho una contribución muy grande al avance bautista
en México.
M éxico 57

Cabe destacar otro hecho significativo que ocurrió alrede­


dor del año 1949. En aquel año se organizó otra entidad bautista
en México compuesta de varias congregaciones que se retiraron
de la Convención. En Estados Unidos había una organización
que se llamaba, “The Bible Baptist Fellowship” (Confraternidad
de Bautistas Bíblicos) que agrupaba a muchas congregaciones
bautistas independientes y fundamentalistas.1“ Tales iglesias no
cooperaban con las convenciones de los bautistas del norte o del
sur. Tal “confraternidad” mandó misioneros a México a partir de
1940 y ofreció ayuda financiera a congregaciones mexicanas.
Unas pocas iglesias bautistas dejaron la Convención y se
afiliaron a esta “confraternidad”. Llegó a ser un refugio para
congregaciones que por una razón u otra no estaban contentas
en la Convención. Varios debates se libraron en las asambleas
anuales de la Convención, pero después de 1955 la mayor parte
de tales iglesias habían retornado al seno de la Convención.1“
El acontecimiento más significativo de esta época fue el
nombramiento de un secretario ejecutivo por la Convención. Tal
nombramiento fue la culminación de un proceso de nacionaliza­
ción que marcó el período 1939-1959. El aflojamiento de las
restricciones gubernamentales, un mejoramiento de la situa­
ción financiera de la Convención y el surgimiento de líderes
idóneos fomentaban el desarrollo. Por ejemplo, durante todo el
período, ni un misionero foráneo fue elegido para un puesto
importante en la Convención. Alrededor de 1945 la Convención
tenía cinco juntas, a saber: Misiones, Evangelización, Publica­
ciones, Educación Cristiana y Mayordomía —pero no tenía
personal rentado. La estructura se engrandecía y llegaba a ser
demasiado para obreros voluntarios. En 1949 Feliciano Contre-
ras, habiendo servido tres años como presidente, recomendó el
nombramiento de un secretario ejecutivo. Sin embargo, la
comisión nombrado para tratar el asunto no veía la posibilidad
por falta de fondos y por el temor al término “ejecutivo”. El
asunto continuó en comisión hasta 1952, cuando Librado
Ramos Lozado, pastor asociado de la Primera Iglesia Bautista en
la ciudad de México, fue nombrado como promotor y coordina­
dor. De hecho, Ramos servía como secretario ejecutivo, pero por
falta de iondos, el cargo fue suspendido después de un año.
Ramos y otros seguían promoviendo la idea entre los años 1953-
1959. La obra bautista experimentó un tremendo incremento en
58 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

el cual el número de iglesias se aumentó en un ochenta por


ciento y los miembros en un setenta y cinco por ciento. El
presupuesto de la Convención mientras tanto se triplicó. Por
eso, en 1959, Roberto Porras Maynes, pastor de la Primera
Iglesia Bautista de Puebla, fue elegido secretario ejecutivo de la
Convención. Un presupuesto de 60.000 pesos fue aprobado para
la oficina del secretario. La ABHMS, la FMBSBC, y la Conven­
ción Nacional prometieron 20.000 pesos cada una para el
sostén.147Aunque una parte del sostén provenía del exterior, esta
decisión de parte de la Convención Bautista Nacional puso en
marcha una concreta dirección nacional de la obra.

Proliferación (1960-1970)
La década de 1960 produjo una proliferación de iniciativas
bautistas en México que produjo una expansión externa y
numérica, pero, al mismo tiempo, produjo una explosión interna
y eclesiástica. La Convención Nacional Bautista, con su flaman­
te secretario ejecutivo, deseaba lanzar un enérgico programa de
infraestructura y evangelización; sin embargo, pronto se encon­
tró en medio de una rivalidad entre las entidades misioneras
foráneas, las entidades educacionales y las nuevas entidades
ecuménicas, tanto católicas como protestantes. Costó una
década resolver los problemas de la relación entre tales entida­
des y la Convención Nacional. No obstante, el conflicto resul­
tante produjo un período de crecimiento numérico y expansión
territorial.
Bajo la dirección agresiva y creativa de Roberto Porras, la
Convención gozó de cinco años de armonía y avance. En una
Conferencia en San Luis Potosí en 1959, Porras recomendó los
sig u ie n te s proyectos: 12345

1. Organizar una Sociedad de Pastores para conseguir


beneficios médicos y para elaborar un plan de jubilación.
2. Organizar Departamentos de Arquitectura y Asuntos
Legales para defender los derechos de los bautistas.
3. Organizar un plan para la capacitación de laicos
bautistas.
4. Edificar una Casa Bautista en la ciudad de México.
5. Promover el sostén propio de iglesias que habían
recibido subvenciones por mas de cinco años.""
M éxico 59

Porras, con entusiasmo y dinamismo, pudo realizar muchas de


sus metas durante los primeros cinco años. El coordinó las
actividades de la Convención y amplió mucho su base de
operación. Se organizó una Alianza Ministerial y comenzó
programas de mucho beneficio para los mismos obreros. Se
organizaron departamentos para asesorar a las iglesias con
asuntos legales y arquitecturales. Además de las Juntas tradicio­
nales de la Convención, iban organizándose otros departamen­
tos para las misiones urbanas, publicaciones, radio y televisión,
evangelización, educación y obra estudiantil. Porras también
pudo integrar, por un tiempo, la obra de las entidades misione­
ras alrededor de los propósitos de la Convención. Además de la
ABHMS, la FMBSBC, la Confraternidad de Bautistas Bíblicos,
la Conferencia General Bautista de Estados Unidos (bautistas
suecos), y la Asociación Bautista Conservadora de Estados
Unidos comenzaron obras en México. Porras logró una coopera­
ción bastante estrecha entre estas entidades tan dispares. Varios
misioneros fueron invitados a encabezar los nuevos departa­
mentos. '‫ ׳״־‬Varias asociaciones de iglesias, siguiendo el ejemplo
de la obra en la península de Yucatán, invitaron a misioneros a
ser promotores de misiones en sus zonas. Fueron iniciados
Centros de Capacitación para predicadores laicos y obras
agropecuarias. Dieciocho ciudades en México fueron estudiadas
para determinar la mejor manera de alcanzarlas con un progra­
ma de evangelización. Fueron establecidas estructuras para
coordinar la obra espontánea que había surgido desde El Paso
hasta Brownsville, por las orillas del río Bravo. Esto resultó en
una cooperación estrecha entre la FMBSBC, la Convención
Bautista de Texas y la Convención Nacional, en un ministerio
bautista a lo largo del río Bravo o Grande que incorporaba obra
médica, agropecuaria, de evangelización y social en un solo
programa.12’0 En fin, la obra bautista en México dio un paso
adelante muy grande en los primeros años de la obra de Porras.
Sin embargo, a partir de 1965, surgieron problemas que
iban a terminar con el oficio del secretario. Patterson enumera
tales problemas:
1. Algunos pastores resentían la autoridad ejecutiva del
secretario.
2. Ponas recomendó que la Convención pidiese ayuda
financiera de una fuente ecuménica, el Fondo Teológico.
60 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS
3. Irregularidades doctrinales surgieron en algunas
instituciones relacionadas con la Convención.
4. Un deterioro en las relaciones entre el secretario y la
Misión Mexicana (de FMBSBC).
5. Un deterioro en la relación entre la ABHMS y la
FMBSBC.15'
Porras evidentemente era un hombre demasiado amplio en su
promoción y su visión para muchos de los pastores, misioneros y
líderes bautistas.152 Ellos interpretaban su promoción agresiva
como una expresión de autoridad. Además, Porras quería
cooperar con la Iglesia Católica Romana y el Concilio Mundial
de Iglesias más que la mayor parte de los bautistas antiecuméni­
cos. 153Porras también apoyó al así llamado “seminario liberal” de
la ABHMS en su deseo de formar parte de una Comunidad
Teológica en la ciudad de México; debido a esto perdió el apoyo
de ciertos elementos conservadores. Además, perdió el apoyo de
algunas entidades misioneras porque quería canalizar todos los
fondos del exterior por medio de la tesorería de la Convención
Nacional. También, él quería que la Convención Nacional
tuviese la palabra final en la ubicación de misioneros foráneos
en México. Esto fomentó un conflicto entre la ABHMS y la
FMBSBC sobre el asunto de acuerdos territoriales.154 Es de
lamentar que estos mismos factores que habían detenido el
progreso bautista en otras partes del mundo tuvieran que
contrarrestar el crecimiento de la obra bautista en México.
Los resultados de estos conflictos se vieron al fin del
período. Porras, bajo la crítica de muchos, renunció a su cargo
en 1966. Tal renuncia fue aceptada por fin en 1967. En un
sentido Porras fue la víctima de su propio esfuerzo para integrar
la obra de las entidades e instituciones bautistas en México.
Aparentemente fracasó, pero realmente puso en marcha los
principios que iban a resultar en tal integración.155Además de la
renuncia de Porras, el fin del período marcó primero un evidente
deterioro en la relación entre la FMBSBC y la Convención
Nacional; segundo, la ruptura de relaciones entre la Convención
y la ABHMS; y tercero, la separación de los Seminarios en
Torreón (de FMBSBC) y en Tlalpan (de ABHMS) del seno de la
Convención. El Seminario G. H. Lacy quedó como la única
institución oficial de la Convención. El año 1970 marcó una
nueva desintegración de la obra bautista después de unos años
de progreso.
M éx ico 61

La única nota alentadora en esta época fue el avance


evangelizador. Parece que el espíritu misionero y evangelizador
es el único medio de enlace permanente en la historia bau­
tista. ,ä(i A pesar de los conflictos doctrinales, administrativos y
eclesiásticos, la Junta de Evangelización, bajo la dirección del
misionero Ervin Hastey, lanzó un Plan de Cinco Años para
evangelizar a México. Durante los años 1966-1970, y en
colaboración con un esfuerzo hemisférico llamado Campaña de
las Américas, la Junta auspiciaba campañas regionales y nacio­
nales que aprovecharon los medios masivos de comunicación y
de literatura. Resultaron en un aumento de más de diez mil
miembros en las iglesias durante la década de 1960. Fue el
fervor evangelizador que salvó a la obra bautista de una
desintegración total.
En resumen, se puede observar que el experimento del
secretario ejecutivo, aprovechado tan bien por Roberto Porras,
puso los cimientos de una obra bautista bien estructurada.
Aunque se detuvo este desarrollo, el esfuerzo evangelizador
garantizó un aumento de setenta por ciento en miembros
durante la década; el énfasis sobre la mayordomía triplicó las
entradas y la obra dependía menos del sostén foráneo. La
década de 1970 iba a traer la integración que faltaba.
Integración (1970 hasta hoy)
La proliferación de entidades misioneras y de instituciones
convencionales en México fue una espada de doble filo. Por un
lado, multiplicó el ministerio y la expansión de los bautistas
mexicanos; por otro lado, complicó las relaciones intradenomi-
nacionales. El espíritu independiente bautista demandaba otro
espíritu interdependiente. El conglomerado de entidades bau­
tistas en México precisaba urgentemente una catálisis pára
convertirlo en una comunidad. La década de 1970 produjo tal
fusión. El Espíritu Santo fue la catálisis. La antigua obra de la
ABHMS fue absorbida en la Comunidad Teológica y ciertas
obras evangelizadoras y sociales ecuménicas.157 Lo que faltaba
en 1970 era la unión de la obra de la Convención y de la Misión
mexicana de la FMBSBC. El meollo del problema se encontraba
en la polarización entre las dos entidades. En la turbulenta
asamblea de la Convención en Guadalajara en 1970, los
hermanos mexicanos expresaron su frustración ante la falta de
62 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

un programa Bautista bien coordinado.158Tal falta de unidad‘fue


sentida también por los misioneros de la FMBSBC, pero el
deterioro en las relaciones prohibía una solución.
La solución del problema comenzó cuando el mismo
Espíritu Santo convenció a los misioneros de la FMBSBC de que
ellos mismos debían tomar la iniciativa en la integración de la
obra. En febrero de 1971, trece miembros de la Misión se
reunieron en la ciudad de México para tratar el problema de
coordinación de la obra con la Convención. A la mañana, un
repaso de los problemas trajo un espíritu de derrota y de
pesimismo. No obstante, a la tarde los misioneros cayeron de
rodillas bajo la convicción del Espíritu Santo. Como uno de ellos
cuenta:
Pasamos la tarde confesando nuestros pecados. . . y que
nuestra actitud hacia nuestros hermanos mexicanos era
menos que cristiana. Llegó el momento cuando —y nadie
recuerda quien introdujo el tema— nos encontramos exami­
nando la posibilidad de una integración completa de la obra
de la Misión mexicana en la de la Convención Bautista
Nacional. Entonces, se produjo el milagro. Terminamos
votando, con una sola abstención, a favor de tal integra­
ción.1®'

Después de consultar con la Misión entera y las autoridades de


la FMBSBC en Richmond, la decisión fue comunicada al
presidente de la Convención, doctor Daniel Garrido, quien la
presentó a la Comisión de Estudio de la Convención Nacional en
abril de 1971. En el mismo mes la Convención aceptó oficial­
mente la oferta y nombró una comisión para implementarla. En
abril de 1972 la Convención se reunió en Matamoros y escuchó
al doctor Carlos Bryan, secretario de la FMBSBC, explicar la
interpretación de la Junta en Richmond de tal integración. En
efecto, la Misión definió su papel como suplementario al papel
directriz que la Convención iba a asumir. La Convención
autorizó a la Comisión de Estudio a proceder con la integración
en el momento propicio durante el año siguiente. Como resulta­
do de esta acción, la Convención renovó su relación con el
Seminario en Torreón."" Desde aquel momento, el plan de
integración ha seguido adelante paulatinamente. Las otras
misiones extranjeras, como los Bautistas Conservadores y los de
la Conferencia General, están colaborando estrechamente con el
M éxico 63

plan. Faso a paso y poco a poco, la implementación está


produciendo un programa unido de avance evangelizador y
misionero. ¡El conglomerado ha llegado a ser una comunidad!
Los últimos años han sido testigos de un crecimiento
integral de la obra bautista en México. Misioneros y pastores
nacionales están trabajando con amor fraternal. Casi la mitad
del presupuesto de la Convención viene de las congregaciones
mexicanas.I(il Esto representa un aumento significativo en la
mayordomía de las iglesias. Una División del Crecimiento de las
Iglesias tiene un promotor que está animando las iglesias a
crecer y a plantar nuevas congregaciones. Campañas de evan-
gelización urbanas y la promoción de obra misionera en el
extranjero están en marcha. El Seminario se ha ubicado en una
hermosa propiedad de la ciudad de México y está bajo la
dirección de un presidente nacional. Juntamente con el Semina­
rio Lacy, está afiliado a la Convención. Por cierto, existen
problemas de relación y de finanzas, pero en general la obra está
bien integrada y en plena marcha.
La historia de los bautistas en México, por tantos años
caracterizada por la persecución y la división, ha tomado un
nuevo rumbo. Integrados alrededor de una Convención Nacio­
nal, más de 700 iglesias bautistas con más de 65.000 miembros,
están incluidos en un programa de avance para tener 2.000
iglesias en el año 2000, cuando la población de México podría
llegar a cien millones de habitantes. La obra bautista en México
promete llegar a un lugar significativo en la historia bautista del
futuro.
C apítulo II
VENEZUELA
“Venezuela”, exclamó el explorador español Alonso de
Ojeda, cuando vio una aldea levantada sobre pilotes en el agua
del Lago Maracaibo. El nombre de “pequeña Venecia” fue dado
al territorio adyacente y finalmente a todo el país. Sin embargo,
el observador bien informado no puede usar el vocablo “peque­
ño” con referencia al país moderno de Venezuela. Es preciso
emplear superlativos para describir a este gran país, que al
mismo tiempo es grande. Situado al norte de la América del Sur,
Venezuela tiene un poco de todo —playas hermosas, montañas
impresionantes, llanuras extensas, cataratas altas, ciudades
modernas y pueblos antiguos. Tiene recursos naturales y
humanos sin límite, especialmente el petróleo que exporta a
todas partes del mundo. Muchos de estos recursos yacen en el
suelo y prometen mucho para el porvenir. Los casi quince
millones de habitantes se encuentran en el altiplano y un
setenta por ciento vive en los centros urbanos de Caracas,
Maracaibo y Barquisimeto. Un cincuenta por ciento del territo­
rio es tierra virgen o selvas cuyos únicos habitantes son tribus
primitivas. De veras, Venezuela es un país fascinante."‘2
Por extraño que parezca, Venezuela ha sido un campo
extremadamente difícil para la implantación del evangelio y de
la fe bautista. Por causa de su ubicación geográfica, de su
ventaja de ser una encrucijada del transporte mundial y de su
cercanía a Estados Unidos de Norteamérica, debería haber sido
uno de los países de la América del Sur donde la obra bautista
empezara más temprano. Por otra parte, ha sido una de las
naciones más libérrimas del continente, desde que su Liberta­
dor y otros adalides de la libertad imprimieron su imagen liberal
en la nación venezolana."‫ *׳‬Sin embargo, la nación de Bolívar,
por una razón u otra, fue pasada por alto por las misiones
64
V e n e z u e la 65
bautistas, y no fue sino hasta la cuarta década de este siglo
cuando se iniciaron tales misiones.
Por supuesto, la presencia de una religión oficial, la Iglesia
Católica Romana, fue un factor en esta demora. Había muchos
cristianos que se oponían a la obra misionera en América Latina,
opinando que el cristianismo ya estaba y que los misioneros
debían ir a países donde no había testimonio cristiano. El mismo
hecho de estar cerca de Estados Unidos podía haber sido un
factor, porque la misión cristiana a veces pasa por alto oportuni­
dades cercanas de modo que pueda ir a lo último de la tierra. De
todos modos, Venezuela, tarde o temprano, es uno de los países
hispanoamericanos que promete una siega más abundante para
el reino de Dios. Parece que los mismos evangélicos y bautistas
en Venezuela se dan cuenta de esto y, con visión y entusiasmo,
están experimentando su despegue evangelizador y misionero.164
La situación religiosa en Venezuela se ha caracterizado por
el anticlericalismo. De veras, la gran mayoría del pueblo es de
tradición católica romana, pero varios gobernantes y caudillos
políticos, buenos y malos, han sido de la tradición liberal,
heredada de Bolívar. Por ejemplo, Antonio Guzmán Blanco,
presidente entre los años 1873-1888, era un ferviente masón.
“Se dice que él ofreció una de las iglesias católicas que había
sido confiscada, a cualquier secta evangélica que quisiera
establecerse allí, pero no hubo grupo preparado para aceptar tal
oferta”.165 Guzmán refrenó mucho el dominio de la Iglesia
Católica Romana. Bajo su administración fue promulgada la ley
de divorcio, la ley de cementerios y de registro civil, y la libertad
de cultos —logros por los cuales los evangélicos abogaron a
duras penas en muchos otros países— leyes que ya estaban
cuando la mayor parte de los evangélicos iniciaron sus obras en
Venezuela. Guzmán dejó entrar a los colportores como Penzotti,
Milne y otros, quienes pusieron la base bíblica para el avance
evangélico luego. Debido a esta tradición política liberal, inter­
rumpida por varios caudillos, los comienzos misioneros bau­
tistas contaban con un ambiente favorable.
Antecedentes E vangélicos
(1826-1919)
Una vez más las Sociedades Bíblicas fueron pioneras que
introdujeron el testimonio evangélico. En los informes de la
66 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Sociedad Bíblica Americana de 1826 se destaca la noticia de la


formación de una sociedad bíblica en Venezuela. Y una vez más,
el formidable colportor, Diego Thomson, bautista escocés, era la
fuerza motriz en tal organización.166 Thomson, mientras desa­
rrollaba una labor febril en el Caribe, solía pasar por Venezuela
para animar al movimiento bíblico.167 La Sociedad Americana,
por medio de uno de sus agentes, dispuso de algunos ejemplares
de la Biblia en castellano para ayudar al nuevo grupo.168 La
historia subsiguiente de esta Sociedad venezolana no se sabe.
No hay más datos y parece que la Sociedad de Caracas
desapareció pronto. Es una lástima que estas obras de Thomson
quedaron en la nada debido a la falta de alguien para cultivar­
las.169
Luego, en 1854, otro agente de la Sociedad Americana, un
ex sacerdote español, tuvo éxito en la distribución de muchas
Biblias y porciones en Caracas y otras ciudades de la república,
aunque, como siempre, se hizo sentir la dura oposición del clero.
Como ya se dijo arriba, los colportores Milne y Penzotti visitaron
las principales ciudades en 1886 protegidos por el presidente
liberal, Guzmán Blanco. A costo de grandes sacrificios, otros
colportores recorrieron el país en los últimos años del siglo
pasado.
Otros tres antecedentes merecen una mención. En 1883-
1884 unos hermanos libres de Europa (Plymouth Brethren)
empezaron una obra que ha llegado a ser la más grande de
Venezuela.170 En 1890 la Iglesia Metodista Episcopal del Sur de
Estados Unidos estableció una obra en Caracas, pero pronto
quedó en la nada. En 1897 los esposos Bailey, en representación
de la Alianza Cristiana y Misionera, fundaron una obra. Los
presbiterianos iniciaron su obra prestigiosa, pero pequeña, en
1897 con la llegada de los esposos Pond. Estas obras, efectuadas
de una forma provisional y esporádica, fueron una siembra y
una preparación del terreno para la obra bautista luego.171
Precursores Bautistas
(1919-1945)
El precursor por excelencia de los bautistas fue la misma
Biblia. A principios del siglo XX muchos venezolanos ya
conocían la Biblia y la estudiaban. Por el estudio de la Biblia
llegaron a ser bautistas, aun cuando no usaban el nombre
V e n e z u e la 67

denominacional. Juntamente con el estudio de la Biblia, estos


creyentes adquirieron literatura evangélica. Se puede decir que
un verdadero precursor de la obra bautista en Venezuela fue la
Casa Bautista de Publicaciones en El Paso, Texas, Estados
Unidos. Su literatura sembró los principios y prácticas neotesta-
mentarios en unos cuantos de estos creyentes “naturales” que
buscaban la verdad. Por la lectura de esta literatura no pocos
evangélicos fueron guiados a una posición más ceñida al Nuevo
Testamento. Muchos dejaron el bautismo por aspersión y
empezaron a bautizar por inmersión.172
Alrededor del año 1919 un creyente, Ruperto Prato, desde
la población llanera de Guasdualito, era un entusiasta sembra­
dor de la literatura de la Casa Bautista en El Paso, aunque él se
inclinaba a la posición de los hermanos unidos (Plymouth
Brethren), llamados hermanos libres en otros países. Hubo
discusiones y controversias entre los creyentes y la oposición
acérrima de los curas católicos sólo acentuaba el asunto. Varios
creyentes fueron bautizados por inmersión. La cuestión llegaba
a ser candente. Prato dijo:
Al considerar que si una iglesia se ha apartado tanto de
las sencillas y puras enseñanzas del Nuevo Testamento
(como Iglesia Católica), podían haber otras que también se
hubiesen apartado más o menos. Por otra parte, consideran­
do que el triunfo no se debió a dirección humana y solo fue
con la lectura de la Biblia y mi apego a lo que dice, decidí
investigar y permanecer apartado de toda otra iglesia mien­
tras estudiaba171

Como resultado de este estudio y debate, por lo menos una


congregación adoptó los principios bautistas en 1930. Aunque
no se llamaba iglesia “bautista”, fue llamada “bautista” por el
público. Fue la primera vez que el término se usaba popular­
mente en Venezuela.
El próximo capítulo en este desarrollo ocurrió en Maracaibo
alrededor del año 1938. Los misioneros de las misiones de la
Alianza Evangélica y del Río Orinoco auspiciaban un instituto
bíblico en la zona. Debido a la lectura de la literatura bautista de
El Paso, se libró una discusión sobre la cuestión del bautismo y
los otros principios. José Juan Corti era un líder entre los
estudiantes y paulatinamente se inclinaba a la posición bautista.
68 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

El influyó a los creyentes en la Iglesia Evangélica El Salvador,


pero pronto se trasladó a Acarigua en 1944. Esta siembra
produjo iglesias bautistas en Maracaibo y Acarigua luego en
1950. Todo fue el producto de la literatura y el estudio bíblico.174
Por varios años en la década de 1930, estos creyentes
trataron de tener una visita del venerable J. E. Davis, fundador y
director de la Casa Bautista de Publicaciones en El Paso. Davis
intentó ir varias veces, pero el gobierno le negó la visa cuando
supo el propósito de su viaje. Por fin, el permiso se concedió por
medio de la litigación ardua de Domingo Bracho y Davis se
preparaba para ir a consolidar la obra bautista incipiente en
1944, pero la muerte le sorprendió. Sin embargo, la simiente
estaba sembrada y nadie podría evitar el fruto.175 Sin duda, la
denominación bautista venezolana “en germen” tenía buenas
bases bíblicas y doctrinales debido a este precursor-publicador.
Otro precursor de los bautistas venezolanos se presentó
entre los años 1920-1930. Una sociedad misionera norteameri­
cana llamada “Baptist Mid-Missions” inició obra evangelizado-
ra por el sudeste del país, en la Guayana y el Delta Amacuro.
Fundaron iglesias en El Callao, Tucupita, San Félix y otras
poblaciones. Tal sociedad, aunque llevaba el nombre bautista,
era muy interdenominacional y perdió su identidad bautista en
Venezuela. En años recientes se ha recuperado y ahora cuenta
con unas cincuenta congregaciones que se llaman bautistas y
tienen unos 3.000 miembros. Sin embargo, en aquel entonces,
no eran bautistas en el sentido denominacional.
Otro precursor que ayudó a concretar una denominación
bautista venezolana fue la Asociación Bautista para la Evangeli-
zación Mundial, una sociedad norteamericana con sede en
Filadelfia que tenía obra en varios países hispanos. Tenía obra
en Colombia, encabezada por el misionero Jaime Carder.
Cuando adoptó principios bautistas y se trasladó de Maracaibo a
Acarigua, el pastor José Juan Corti, mencionado arriba, se
relacionó con esta misión y fundó la Iglesia Bautista de Acarigua
en julio de 1945. Debido a un severo ataque de malaria, Corti
tuvo que mudarse a Maracaibo y Germán Núñez se encargó de
la nueva iglesia como obrero de la Asociación Bautista.
Así terminó la época de estos precursores apostólicos de la
denominación bautista en Venezuela. Los elementos para la
formación de la nueva entidad estaban presentes. Creyentes
V e n e z u e la 69

evangélicos, versados en los principios bautistas, estaban por


organizar la comunidad bautista nacional.

C om ienzos D enom inacionales


(1945-1951)

Una coincidencia de desarrollos independientes produjo la


denominación bautista venezolana después de 1945. Poco a
poco las iglesias espontáneamente hechas bautistas, esparcidas
por Venezuela, buscaban una forma de unirse. La primera
indicación de esto fue la organización de una Asociación de
Iglesias Bautistas de Portuguesa y Lara en 1947. Estaba
compuesta de cuatro iglesias organizadas por Germán Núñez y
Eusebio Pérez. Un tiempo antes Pérez fue bautizado por Julio
Moros, que había hecho estudios en el Instituto Bíblico de San
José, Costa Rica, y había tenido contacto con bautistas allá.
Luego Pérez bautizó a Moros y los dos se hicieron bautistas.176
Moros viajó a Colombia para relacionarse con los bautistas allá
en Barranquilla. Pérez se estableció en Barquisimeto, donde
organizó la Primera Iglesia en 1947. Mientras pasaba esto,
Núñez, pastor en Acarigua, había fundado otra iglesia bautista
en Guanare y había asesorado a una iglesia paidobautista en San
Nicolás, bajo la dirección de un tal Antolín Tovar, a constituirse
en la Iglesia Bautista Emanuel.
Por eso, las flamantes iglesias bautistas de Acarigua,
Barquisimeto, San Nicolás y Guanare formaron el primer cuerpo
bautista en Venezuela. Pensaron contar con la ayuda financiera
de la Asociación Bautista de Estados Unidos, dirigida por el
misionero Carder de Colombia. Sin embargo, la duración de esta
entidad nacional fue efímera, porque la entidad norteamericana
perdió sus posesiones en la Segunda Guerra Mundial y no pudo
sostener más la obra. Carder se marchó para las Islas Canarias y
los pastores fueron dejados plantados. Hasta el año 1949 sus
iglesias se sostenían a sí mismas.177
Mientras tanto, Julio Moros se fue a Barranquilla, donde fue
aceptado como miembro, fue ordenado al ministerio y enviado a
Caracas como misionero-obrero, sostenido por la Misión de los
bautistas del sur de Estados Unidos en Colombia. Moros fue el
fundador de la Iglesia Bautista Central de Caracas, constituida
el 2 de mayo de 1946. José Corti también fue ordenado en
70 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Colombia y llegó a ser el pastor de la Iglesia Bautista Central de


Barranquilla. El vino a constituir un nexo entre la incipiente
obra venezolana y la ya más desarrollada de Colombia.178 En
febrero de 1949 estas iglesias venezolanas se afiliaron a la
Convención Colombo-Venezolana, y hasta 1951 fueron, de
hecho, un anexo de la obra bautista en Colombia.179
Al fin de este período, la Misión de los bautistas del sur de
Estados Unidos en Colombia envió a los esposos Neely a
Caracas en 1949 para iniciar su obra misionera en Venezuela.
Neely pensaba radicarse en Barquisimeto, pero debido a la
insistencia de Moros, se estableció en Caracas.180 En 1950 los
esposos Moss fueron transferidos de Colombia a Barquisimeto.
Por eso, en 1951 las iglesias bautistas venezolanas estaban bien
organizadas bajo la dirección de unos pastores capaces, y
estaban bien apoyadas, moral y financieramente, por una misión
extranjera bien fuerte. El próximo paso sería formar su propia
entidad nacional.
La Convención V enezolana
(1951-1959)

Entonces, en enero de 1949, Enrique Schweinsberg, el


líder de los misioneros estadounidenses en Colombia, hizo un
viaje a Venezuela. Se entrevistó con las iglesias de la asociación
en la Portuguesa y, juntamente con la Iglesia Central de
Caracas, estas iglesias se integraron en una flamante Conven­
ción Colombo-Venezolana. La Iglesia de Acarigua, pastoreada
por Germán Núñez, no fue aceptada en la Convención al
principio por causa de ciertas prácticas heredadas de su
trasfondo interdenominacional. Sin embargo, luego formaba
parte. Mientras tanto, el pastor pionero, José Corti, volvió a
Venezuela para pastorear a la Iglesia de Barquisimeto en 1947;
en 1951 se trasladó a la Primera Iglesia Bautista de Caracas,
cuando el pastor Julio Moros dejó el pastorado.
En 1949, el Acercamiento, una reunión nacional que es
una tradición en Venezuela, se realizó durante los carnavales.
En el mismo año, el misionero Neely empezó una clase doctrinal
nocturna en la Iglesia Central de Caracas que, con el tiempo,
produjo a dos pastores nacionales, Oscar Galdona y Antonio
Requena. Además, en 1951 la Iglesia Central de Caracas
V e n e z u e la 71

inauguró un hermoso templo, donado por Maxey Jarman de


Estados Unidos. La Iglesia Central de Caracas ha servido como
madre para toda la obra venezolana. Varias iglesias de la capital
salieron de ella y un incipiente seminario nació en ella.181
En 1950, en la ciudad de Maracaibo, un grupo de creyen­
tes, ya de persuasión bautista por los antecedentes mencionados
arriba, se reunieron con un creyente de Caracas para formar
una agrupación pro-bautista. Elevaron un pedido a la Conven­
ción Colombo-Venezolana a favor de una obra misionera en
Maracaibo. La Convención les dirigió a la Iglesia Central de
Caracas para que les asesoraba en la constitución de la Primera
Iglesia Bautista de Maracaibo, el 23 de julio de 1950. Germán
Núñez dejó la iglesia en Acarigua en manos del pastor Requena
y asumió el pastorado de la nueva obra.182
Debido al desarrollo rápido de la obra bautista en Venezue­
la, y a las dificultades de comunicación entre Venezuela y
Colombia, la Convención Colombo-Venezolana se disolvió en
enero de 1951 y se fundaron convenciones nacionales en
Colombia y Venezuela. La flamante entidad bautista en Vene­
zuela se denominó Convención Bautista Nacional de Venezuela
y se organizó con seis iglesias. La Misión de los bautistas del sur
de Estados Unidos, compuesta por los esposos Neely y Moss,
trabajaban estrechamente con la nueva convención. Varias
iglesias recibían ayuda fraternal de tal Misión. En su asamblea
de 1952, la Convención admitió a dos iglesias evangélicas con
sostén propio, que adoptaron principios bautistas, Valle de la
Pascua y La Mensura, y en 1953 otra así en Pueblo Nuevo y la
nueva Iglesia Bautista de Valencia.
En estos mismos dos años, Carlos Clark y su esposa y Clyde
Clark y su esposa, misioneros nombrados por los bautistas del
sur, llegaron a Venezuela. Carlos Clark y su esposa han sido la
espina dorsal de la Misión norteamericana en Venezuela. Ellos
han servido en casi todos los puestos de la Misión y la
Convención con eficacia y dignidad. Lamentablemente, los
otros misioneros Clark sirvieron solamente tres años, al final de
los cuales Clyde Clark falleció de cáncer.
En febrero de 1953 surgieron problemas serios dentro de
las iglesias referentes a la doctrina del Espíritu Santo y la
sanidad. Los mismos misioneros y pastores estaban muy dividi­
dos sobre la cuestión. Como resultado del conflicto, los esposos
72 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Neely volvieron a Estados Unidos y se produjo una división en la


iglesia de Barquisimeto. El pastor Galdona se retiró del pastora-
do con un grupito de creyentes que apoyaba su posición
extremista sobre la sanidad. El misionero Clyde Clark sirvió un
tiempo como pastor interino durante la crisis. Estos problemas
en la Misión y en las iglesias marcaron el principio de un período
difícil de divisiones y conflictos, que iba a azotar el desarrollo
bautista en Venezuela por varios años. Fue un gran impedimen­
to a la buena marcha de la obra que podía haber ocurrido.183
Debido a estos problemas doctrinales, la Misión votó en
1955 iniciar un Instituto Teológico en septiembre de 1956.
Resolvieron también buscar un lugar para fundar un campa­
mento nacional. En ese mismo año el conocido misionero
doméstico y ventrílocuo de los bautistas del sur, Lloyd Corder,
con su famoso muñeco llamado “Pepe el Bautista”, hizo una gira
evangelizadora por las iglesias y el doctor José Sánchez de Cuba
daba conferencias sobre la educación cristiana. En octubre de
1956 el Instituto Teológico abrió sus puertas, con el misionero
Ulman Moss como presidente y un cuerpo docente compuesto
por Ruth Moss, José Corti y Ramón Mejías. En otras palabras,
los años 1953 a 1957 fueron formativos. Mientras que surgían
los primeros problemas, la obra bautista se organizaba y se
reforzaba para confrontarlos. La Misión recibió a los misioneros
veteranos, Guillermo e Inés Webb, de México y Guatemala, y a
dos familias nuevas, los Lozuk y los Smith, quienes se radicaron
en San Cristóbal y Valencia. Los elementos para el avance
estaban, pero las nubes de la controversia amenazaban la
flamante obra.
Conflictos Internos
(1959-1964)

Los problemas latentes de los años anteriores surgieron en


la asamblea de la Convención Nacional en 1958. El pueblo
bautista nacional registró de una forma muy clara su disconfor­
midad con la relación entre la Misión norteamericana y las
iglesias nacionales. Por un tiempo había habido discrepancias
grandes entre la Misión y la Convención sobre la política de la
Misión en cuanto a la ayuda fraternal financiera. La Misión
venezolana, como muchas misiones foráneas en distintas partes
V e n e z u e la 73

del mundo, se había dado cuenta del síndrome de dependencia


que estaba fomentando por subvencionar demasiado las obras
nacionales. Los nuevos misioneros, habiendo estudiado más la
creciente literatura sobre la misiología y el iglecrecimiento,
llegaban con el deseo de corregir rápidamente el problema por
medio de programas drásticos de reducción financiera. La
filosofía era buena, pero, a veces, la manera de aplicarla en las
situaciones revolucionarias no era muy sabia.
Por cierto, esto no explica todo el problema, pero, frente al
nacionalismo revolucionario de los años 1958 al 1964, es más
fácil comprender lo que pasó en Venezuela. Dentro de las
misiones foráneas hubo choques entre los mismos misioneros
en cuanto a cómo aplicar los nuevos principios. En el fondo de
todo estaba el problema de la comunicación transcultural de la
fe. Los nacionales y los misioneros a veces no entendían la
dinámica de tal comunicación. De todos modos, discrepando
con la política de la Misión y del Instituto Teológico, la
Convención recomendó el boicoteo del Instituto en 1958 y la
nueva institución se vio obligada a cerrar sus puertas cuando
ningún estudiante pidió ingreso en 1958. Además, muchos
creyentes nacionales empezaron a enviar cartas personales de
protesta a sus conocidos en Estados Unidos. La Junta de
Misiones Foráneas de los Bautistas del Sur se enteró de estas
cartas y pidió a los creyentes nacionales que dejaran de enviar
tales cartas hasta que se encontrara una solución. No obstante
este pedido, las cartas seguían y la Junta instruyó a la Misión
venezolana que rompiera su relación con tales iglesias.
La Misión se encontró en una encrucijada. Ofreció ayuda
financiera a las iglesias por tres meses con el fin de amortiguar
un poco el golpe. Sin embargo, con la excepción de una sola
iglesia, las iglesias devolvieron los cheques y la ruptura desafor­
tunada estaba realizada. La Misión continuaba su relación con
algunas iglesias empezadas por misioneros pero, en general, las
obras de la Misión y de la Convención estaban completamente
separadas.184
Germán Núñez, el astuto observador que vivió los altibajos
de ese cisma, dijo:
El primero de enero de 1959 se produjo una división
entre la obra nacional y la Misión Bautista Venezolana.
74 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Hasta agosto de 1964 la obra nacional se sostuvo a sí propia.


Durante ese tiempo se aprendieron importantes lecciones.
Si triste fue esta separación, gloriosa y conmovedora fue la
reanudación en la convención de agosto, 1964 en Valencia.
Desde entonces el trabajo es más unido entre misión y obra
nacional, más satisfactorio y más esforzado.185

Durante este intervalo, las dos entidades desarrollaron


obras significativas y aprendieron mucho. En un sentido, las
iglesias y la Convención maduraron mucho y pudieron apreciar
la dignidad del sostén propio. Los misioneros se dieron cuenta
de la necesidad de ser más sensibles en cuanto a las diferencias
culturales y los peligros del paternalismo. Los dos aprendieron a
depender más de Dios mismo.
La Misión concentró sus labores en Maracaibo, donde
fundó una nueva congregación en los Altos de Jalisco. Otras
iglesias nuevas fueron plantadas por misioneros. Los esposos
Davis llegaron a Maracaibo y empezaron una obra estudiantil y
supervisaban la emisión de una serie de programas radiales,
preparados por la Comisión de Radio y Televisión de los
Bautistas del Sur de Estados Unidos. La Iglesia Bautista Bethel,
de habla inglesa, en Caracas inició una obra en castellano.
Llegaban nuevos misioneros como los esposos Kimler. Gene
Kimler llegó a ser un obrero muy eficaz. Al mismo tiempo, la
obra nacional crecía en número y en espíritu. Algunos de los
creyentes fueron afectados por los eventos inspirados por la
revolución en Cuba. El fuerte énfasis antinorteamericano de esa
revolución tan necesitada no ayudaba el problema de relaciones
en Venezuela.1“
A pesar de los problemas, fue iniciada una librería en
Valencia y se comenzó una obra especial para los oriundos de
las Indias. Sin embargo, la participación de la Misión y la
Convención en las campañas de evangelización de Billy Grabam
y de Evangelismo a Fondo fue de bendición a los dos sectores.
Les recordó del propósito principal de toda la obra. Cuando Jorge
Lozuk llegó a ser presidente de la Misión, entabló conversacio­
nes con Efraím Silva, pastor de la Primera Iglesia de Maracaibo,
con el fin de buscar una solución al cisma. Como resultado, la
Misión recibió una carta de Silva en su reunión anual del año
1963, recomendando un proceder para solucionar el problema.
Siguiendo los consejos de Silva, la Misión le escribió una carta a
V e n e z u e la 75

la Convención recomendando una reunión de las dos partes con


el representante de la Junta de Misiones Foráneas para América
Latina, Carlos Bryan, con el fin de reanudar relaciones fraterna­
les. La Convención respondió afirmativamente y tal reunión se
realizó én Barquisimeto en septiembre de 1963. Con toda
franqueza, y a veces de una manera candente, fueron tratados
los factores que produjeron el cisma. Las acusaciones y la
amargura de los antecedentes fueron resucitados y analizados.
Ciertos principios de cooperación y respeto mutuo fueron
establecidos y las dos entidades resolvieron trabajar juntas.
Carlos Bryan serviría como una especie de árbitro para prevenir
futuros problemas. Como Núñez observaba, fue un momento
conmovedor cuando se produjo la reanudación de una obra
unida.187
E xpansión N acional
(1964-1983)

Como es de esperar, la obra, otra vez unida, entró en un


período de expansión y crecimiento. La Misión, reforzada en
personal y mucho más madura, y la Convención, fortalecida por
la independencia y mucho más sabia, estaban listas para crecer.
Germán Núñez, comentando sobre el crecimiento, dijo en 1969:
Gracias a Dios hemos podido continuar hasta aquí. . . la
obra bautista de Venezuela es una de las más jóvenes.
Contamos con 26 iglesias que crecen lentamente, que
registran a unos 1500 miembros y contribuyen en el sistema
cooperativo para la obra de la Convención. . . Con la coopera­
ción de la Misión, que hace préstamos al través de una Junta
de Préstamos, se levantan hermosos templos. Contamos con
una entusiasta y consagrada juventud que se prepara
refinadamente y que se ha organizado en Unión Nacional
Bautista. También es factor de progreso nuestra Unión
Femenil.188

En este período la Misión aumentó mucho el número de sus


misioneros, desde veintitrés a cincuenta y ocho. Entre ellos
están especialistas en los campos de la música y la agricultura.
Otro misionero veterano de México, Roy Lyon, trajo años de
experiencia en la evangelización y la educación teológica. El
ayudó a la Misión y a la Convención a reforzar el entrenamiento
76 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

de laicos para el ministerio. Además, fue un gran factor en la


reorganización del Seminario en Los Teques, iniciando una
modiñcación de la educación teológica por extensión juntamen­
te con un programa de estudios en residencia. Desde 1970 el
Seminario ha sido un promotor no solamente de la vocación
ministerial, sino también de la extensión evangelizadora. Ubica­
do en un lugar hermoso en Los Teques, y contando con un
cuerpo docente de nacionales y misioneros bien experimentado,
el Seminario debe ser un centro de la obra en el futuro.
La reestructuración de la Convención en este período como
una fuerza de choque de la obra ha sido significativa. Carlos
Clark, veterano misionero y apreciado obrero, fue elegido
secretario general, otra indicación de una relación buena entre
nacionales y misioneros. Sería difícil destacar las muchas
contribuciones hechas por este adalid de la obra venezolana. Es
imposible mencionar en esta obra la larga lista de obreros
nacionales y misioneros que han actuado en el avance de los
últimos años. Grandes campañas de evangelización utilizando
nuevos métodos, como las marchas evangelizadoras, han dado
buenos resultados. El ministerio de la radio ha llegado a tener
una influencia internacional.
Un programa de misiones domésticas está alcanzando a
nuevos campos de labor en las zonas más remotas del país. La
Convención ha hecho un estudio de todo el país y ha fijado
metas muy altas que hablan de más de un millón de bautistas en
el siglo venidero. Además, están proyectando planes para
alcanzar con el evangelio a ciertas tribus aisladas. El observador
detecta un nuevo espíritu militante entre los bautistas venezola­
nos en el día de hoy.
Expansión M undial
(1983 hasta hoy)
Los bautistas venezolanos no están satisfechos con ser
objetos de la obra misionera; en cambio, quieren ser partícipes
en ella. Desde 1983 los venezolanos, juntamente con latinoame­
ricanos de otros países, están participando en un nuevo movi­
miento misionero tercermundista. La Convención nombró a su
primer misionero foráneo en 1983, para trabajar en Curacao.
Varias iglesias, como la de Puerto La Cruz, están realizando
conferencias misioneras anuales y auspiciando misioneros do-
V e n e z u e la 77

mésticos. Están haciéndolo mientras aumentan sus ofrendas al


Plan Cooperativo.189
Aunque esta obra es netamente venezolana, es necesario
reconocer la tremenda contribución de los bautistas brasileños a
este movimiento. Hace unos años, enviaron a Venezuela a uno
de sus mejores misioneros, Calixto Patricio, y a su esposa, una
brasileña de descendencia japonesa, a trabajar con un misione­
ro norteamericano, de la Junta de los bautistas del sur, en obras
nuevas en el este de Venezuela donde no había bautistas.
Trabajando solo por un tiempo, Patricio ahora está levantando a
una congregación grande en Puerto La Cruz y Barcelona, con la
ayuda de otros pastores venezolanos. El y Miguel Glenn son
copastores de la nueva obra que está creciendo rápidamente y, al
mismo tiempo, está siendo un ejemplo en la promoción de las
misiones mundiales. La llegada de esta visión misionera de
Brasil está teniendo su impacto sobre toda la obra venezolana.180
Hoy en día los bautistas venezolanos cuentan con más de
145 iglesias en la Convención Nacional. Hay más de 10.000
miembros de tales iglesias bajo la dirección de un centenar de
pastores nacionales. Hay unos noventa misioneros de la Junta
Foránea de Estados Unidos.191 Además hay dos otros grupos de
bautistas, no afiliados a la Convención —la Asociación de
Iglesias Bautistas Bíblicas, sostenida principalmente por algu­
nas iglesias independientes de Estados Unidos; las Iglesias
Bautistas de Delta y Monagas, auspiciadas por los “Baptist Mid-
Missions”. Los primeros cuentan con cuatro congregaciones y
200 miembros; los otros con cincuenta congregaciones y 3.000
miembros.192
En fin, la obra bautista en Venezuela es joven, pero muy
significativa en el marco de la fe evangélica sudamericana.
Como dijo Germán Núñez hace unos años:
Confiando en el Señor, único invencible, pero recono­
ciendo las grandes ventajas que Dios ha dado, creemos que
la obra bautista venezolana, dentro de no mucho tiempo,
será una de las más vigorosas y extensas del continente
hispanoamericano.
C apítulo III
COLOMBIA

Colombia ha servido como centro del desarrollo bautista


para las repúblicas de la Nueva Granada —Colombia, Venezue­
la, Ecuador y Guayana— y se encuentra en el centro del
hemisferio de Occidente. Dos tercios de la superficie de Colom­
bia están semipoblados. Grandes extensiones de tierras, llama­
das “llanos”, extienden una invitación a las multitudes concen­
tradas en las ciudades, pero no pueden aceptar por falta de
medios de comunicación y de transporte en aquellas zonas. En
las selvas al oriente de los Andes, unos pueblos han surgido por
las orillas de los ríos, pero grandes partes de esta área están
ocupadas por indios, aún semisalvajes y casi no tocados por la
civilización. En las mesetas y alturas se produce café de la mejor
calidad; y mundialmente, Colombia se conoce por sus bellas
esmeraldas.
La región del altiplano es atravesada de sur al norte por el
río Magdalena y su afluente el Cauca. La mayoría de los
colombianos viven en las llanuras y en los valles del altiplano. El
pueblo, como el mismo país, es variado. En las costas predomina
el negro y el mestizo de negro con indio; en la selva predomina
el indio, y en el altiplano el blanco y el mestizo de indio con
blanco. Un treinta por ciento de la población es europea. Los
principales centros urbanos son Bogotá, Cali, Medellín y Barran-
quilla, donde se encuentran las industrias y fabricas del país.
Potencialmente Colombia debe ser muy rico. Sin embargo,
lucha con un nivel de vida muy bajo. Excepto los empleados y
obreros favorecidos en estos centros, el obrero medio no gana lo
suficiente para las necesidades de la vida más básicas.'4‫״‬
Colombia nació en revolución. Descubierto en 1499 por el
explorador español Alonso de Ojeda. el territorio llegó a ser parte
del virreinato de España llamado Nueva Granada. El espíritu de
79
80 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

liberación estalló temprano. Aunque las primeras revueltas


fueron derrotadas por las fuerzas españolas, los fuegos de
libertad surgieron esporádicamente hasta que, en 1819, los
ejércitos del patriota Simón Bolívar derrocaron el gobierno
español y se fundó la República de Gran Colombia. No obstante
la visión unificadora de Bolívar, la unidad política no pudo
mantenerse y las revoluciones regionales resultaron paulatina­
mente en los países modernos de Colombia, Venezuela, Ecuador
y Panamá.
Aunque Colombia ha sufrido menos revoluciones políticas
que otras naciones latinoamericanas, en 1948 y 1957 hubo
revueltas sangrientas. “La violencia” —una lucha entre liberales
y conservadores que produjo intimidaciones, persecuciones y
matanzas, principalmente en las zonas rurales y montañosas
entre los años 1946 y 1961— azotó a todo el pueblo, y
especialmente a los evangélicos.195 Un promedio de 10.000
personas murieron por año y numerosas propiedades fueron
destruidas durante esta época lamentable. Algunos católicos
extremistas, en algunos pocos casos apoyados por la jerarquía
romana más conservadora del continente, aprovecharon la
oportunidad para perseguir a la minoría evangélica, pero la
mayor parte de las víctimas evangélicas sufrieron por causa de
su apoyo al partido liberal. Después de 1950, durante la
administración del conservador Laureano Gómez, todos los
liberales fueron considerados comunistas, bandidos y malhe­
chores.196Cerca de 100 pastores evangélicos fueron asesinados y
muchos creyentes tenían que abandonar sus hogares. Francisco
Ordóñez, el historiador colombiano, cita caso tras caso con
fechas, nombres y detalles de templos que fueron destruidos y la
congregación perseguida bajo la incitación personal y la presen­
cia en la escena del cura del lugar.197 En general, la misma
Iglesia Católica Romana admite que el fanatismo romano
aprovechó la ocasión, pero aclara bien que no era la política de la
Iglesia.198Es un ejemplo de lo que puede pasar cuando la política
y la religión se entremezclan.'99
La angustia nacional desarraigó a millares de personas,
truncó los tradicionales lazos familiares y produjo serios cam­
bios en las clases sociales, las instituciones públicas y privadas,
los asuntos políticos y las costumbres y culturas de los colombia­
nos. Los elementos evangélicos salieron diezmados y medio
C o lo m b ia 81

destruidos, pero fuertes en su fe. Los convertidos durante este


período tenían por fuerza que ser sinceros, pues la fe era
costosa. La resistencia produjo un nuevo espíritu militante de
evangelización y misiones. Cuando por fin volvió la armonía en
1965, había un hambre espiritual y un deseo de paz duradera de
parte del pueblo, que han resultado en una respuesta casi
increíble a la predicación del evangelio.
A partir de 1965 ha habido progreso en las reformas
educacionales, económicas y sociales. Rápidos cambios sociales
están sacudiendo el escenario religioso. La Iglesia Católica
Romana, tan reaccionaria en Colombia, se encuentra en una
lucha entre “pre” y “post-conciliares”, entre liberales y conserva­
dores. La famosa Conferencia de Obispos en Medellín, en 1968,
trajo las reformas post-conciliares al mismo patio de la iglesia
colombiana. La Iglesia Católica Romana está en una época de
cambios vertigionosos.
Otra evidencia de cambio es el crecimiento sorprendente de
los evangélicos. En 1900 había unos 2.000 en Colombia; hoy en
día hay más de 350.000 y esta cifra no incluye a los miles de
simpatizantes no registrados en las listas de las congregacio­
nes.200 Los adventistas y pentecostales constituyen aproximada­
mente un sesenta y cinco por ciento del pueblo evangélico.201
Precursores E vangélicos y Bautistas
(1825-1941)
La distinción de ser el primer precursor pertenece una vez
más al ubicuo bautista, Diego Thomson, agente de la Sociedad
Bíblica Británica y promotor del sistema lancasteriano de
educación popular. Después de breves, pero muy significativas,
obras en Argentina, Chile y otros países andinos, Thomson
apareció en Bogotá en marzo de 1825. Fue honrosamente
recibido por las más altas personalidades de la capital, conocida
como un centro literario de América del Sur. Inmediatamente,
con la actividad que le caracterizaba, dio principio a sus labores
con una serie de conferencias a las cuales asistieron altos
miembros del gobierno, como también personajes distinguidos
del clero católicorromano. Los temas de las conferencias eran la
educación y el mejoramiento de la vida espiritual del pueblo.
82 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Thomson partía de un principio verdadero e invariable:


la libertad política sin la libertad espiritual no tiene valor ni
significación alguna. Colombia se había libertado de las
cadenas de España, ahora necesitaba romper las cadenas del
error. Ya Cristo lo había dicho: “Conoceréis la verdad, y la
verdad os libertará.”2112

El ambiente era tan favorable que Thomson propuso la


organización de una Sociedad Bíblica Colombiana. Con la
aprobación de los jefes de estado y de los jerarcas del arzobispa­
do, la Sociedad se fundó el 15 de marzo de 1825. La primera
reunión de la Sociedad se realizó en un convento dominico y
uno de los secretarios fue un cura que antes era de la
Inquisición.203Agradecido a Dios y complacido por el pleno éxito
de la obra realizada, Thomson salió del país a principios de 1827
para seguir viaje a México, confiando en que la recién fundada
Sociedad habría de seguir prosperando, animada por el mismo
entusiasmo que la había distinguido en el principio.204 Sin
embargo, después de la partida de Thomson, los ánimos
comenzaron a enfriarse y la oposición latente arreció a tal punto
que la Sociedad quedó estancada. Lucas Mathews, después de
una gira por Bolivia, llegó a Bogotá para continuar la obra de
Thomson como agente de la Sociedad Británica, pero tuvo muy
poco éxito. En 1830 salió de Bogotá para hacer un viaje a la
costa por vía de Magdalena, pero nunca llegó al lugar de su
destino. La desaparición de este destacado colportor quedó en el
misterio. Se cree que cayó víctima de bandidos que querían
robarle. Así terminó este dramático episodio que constituye un
antecedente bautista en la historia de Colombia.205
Un segundo antecedente bautista en Colombia fue la
iniciación de una obra bautista en las Islas San Andrés y
Providencia, de habla inglesa, en 1844. Estas islas del Caribe,
antes una base de operaciones de los piratas que robaban el oro
en camino a España, resultaron ser un campo propicio para la
obra bautista. Aun cuando constituyen una provincia de Colom­
bia, siempre han permanecido distantes en otros sentidos más
que el geográfico y el lingüístico. Los habitantes son en su casi
totalidad descendientes de esclavos fugitivos de Jamaica, o de
los cautivos de los piratas abandonados en las islas.
En 1844, el capitán Jaime Livingstone, marinero y cónsul
de Estados Unidos, quien era también un ministro bautista,
C o lo m b ia 83

organizó una iglesia bautista en las islas, apoyada por la Laith


Street Baptist Church en la ciudad de Nueva York. Debido al
trasfondo bautista de muchos de los habitantes, la obra prosperó
grandemente y casi todos los isleños se hicieron bautistas. Sin
embargo, la obra fue abandonada por muchos años por los
misioneros. En 1946 C. W. McCullough y su esposa, misioneros
de la FMBSBC de Estados Unidos, fueron enviados a las islas
para cooperar con las iglesias. McCullough era pastor de una
iglesia en San Andrés y promovía la educación cristiana y
vocacional hasta el año 1954, cuando el gobierno colombiano
declaró esa provincia un campo misionero para los católicos
romanos exclusivamente.206 No obstante este revés, los bautistas
de las islas, mayormente gente de raza negra y de habla inglesa,
han contribuido mucho a la vida bautista de Colombia. Forman
parte de la Convención colombiana y mandan estudiantes al
Seminario en Cali.207
Otro antecedente bautista en Colombia fue la obra abortiva
de los bautistas cubanos en 1929. Aunque no tiene una
continuación histórica, este intento dejó a unos creyentes por la
costa de Colombia que eran elementos en la iniciación de la obra
misionera otra vez en 1941. Los bautistas cubanos respondieron
al pedido de unas pequeñas congregaciones que surgieron en
Santa Marta y Ciénaga al estudiar la Biblia y al leer literatura
bautista. Dos obreros cubanos fueron enviados por los bautistas
de Cuba con un sostén parcial. Eran obreros bivocacionales e
informaron que contaban con unos cuarenta y un miembros en
1930. Tuvieron que dejar la obra por causa de problemas
financieros unos meses después.208
Estos antecedentes bautistas contaban con el concepto alto
de los evangélicos que la obra presbiteriana había fomentado en
Colombia desde el año 1856. Hay una laguna de treinta años
entre el antecedente de Thomson y el comienzo de la obra
presbiteriana. Sin embargo, consta que había en el país residen­
tes extranjeros que permanecían fieles a su crianza evangélica.
Por ejemplo, en el ejército de Bolívar, que ganó las gloriosas
victorias de Boyacá (1819) y Carabobo (1821), hubo una “legión
extranjera”, integrada mayormente por soldados británicos.
Después de la derrota, quedaron y se casaron con hijas de
familias locales. Uno de estos soldados fue un coronel Fraser,
quien se casó con una sobrina del general Santander, vicepresi-
84 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

dente de la república. Cuando se organizó en Bogotá una


comisión para establecer el culto evangélico, el coronel Fraser
formó parte de ella. Siendo presbiteriano escocés, se dirigió a esa
iglesia, pero le informaron que no estaban en condiciones de
poder ayudarles. Entonces Fraser escribió a la Junta presbiteria­
na de Nueva York. Debido a las nuevas libertades logradas en
1853, los presbiterianos respondieron y mandaron a H. B. Pratt a
Colombia en 1856. La obra presbiteriana ha tenido muchos
altibajos, pero está bien conceptuada por el pueblo y sirvió como
precursor de los bautistas.209
Historia Bautista D enom inacional
(1941 hasta hoy)

La historia bautista denominacional empezó en el año


1941. J. L. Hart, misionero veterano de Argentina y Chile,210 y
Enrique Schweinsberg, un australiano, ex misionero indepen­
diente a los indígenas en Bolivia,211 recorrieron toda la república
colombiana para investigar la posibilidad de abrir una obra
misionera de los bautistas del sur de Estados Unidos. Schweins­
berg, criado en la Iglesia Católica Romana en Australia, se
convirtió a raíz de su propio estudio de la Biblia, se hizo miembro
de una iglesia bautista en Sydney y luego se dedicó a la obra
misionera en Bolivia. Habiendo estudiado para farmacéutico, y
habiendo actuado en la marina australiana, le faltaban estudios
teológicos. Resolvió ir a Estados Unidos para estudiar en el
Seminario Bautista Sudoeste en Fort Worth, Texas. En camino
a Estados Unidos su barco hizo escala en el Puerto de
Buenaventura, Colombia, y allí alguien, al saber quien era él, le
dijo: “Aquí hay una tierra muy necesitada del evangelio y donde
hay oportunidades y posibilidades sin fin”. Aquellas palabras se
grabaron profundamente en la mente de Schweinsberg, de tal
manera que al llegar al seminario organizó un círculo de oración
en favor de Colombia, compuesto de los seminaristas McCu-
llough, Neely, McGlammery, Ruby Hayden, Riddell, Betty
Holcombe y otros.212 Se puede decir que la obra colombiana
nació en el campus del Seminario Bautista Sudoeste, en las
oraciones de estos estudiantes.213
Hart y Schweinsberg terminaron su reconocimiento de
Colombia en noviembre de 1941 y elevaron una recomendación
C o b m b ia 85

a la Junta de Misiones de los Bautistas del Sur que comenzara


una obra en Colombia. Tal Junta estaba recuperándose de un
largo período de deudas financieras ocasionadas por el colapso
económico de la década de 1930. Ya tenía obras en México,
Brasil, Argentina, Chile y Uruguay, pero era un poco renuente a
abrir obras nuevas. Sin embargo, frente a la insistencia de
Schweinsberg y los seminaristas, resolvió adoptar Colombia
como una especie de experimento misionero para probar nuevos
métodos. Además, la Junta consideró que Colombia podría ser
una base misionera para otros países de Nueva Granada y del
Caribe.
Por consiguiente, los Schweinsberg se trasladaron a Colom­
bia a fines de 1941 y, según una decisión tomada anteriormente
por Hart y Schweinsberg como resultado de su estudio, se
radicaron en Barranquilla en diciembre de 1941. Varios factores
determinaron tal elección, a saber: la presencia en Barranquilla
de un núcleo pequeño de bautistas ganados por los misioneros
cubanos en 1930; la naturaleza del pueblo, mayormente mula­
tos, generalmente más abiertos y simpáticos que los mestizos; el
clima de tolerancia fomentado por las escuelas e iglesias
fundadas por otros evangélicos; la atmósfera liberal de una
ciudad muy cosmopolita; y, por fin, el porcentaje más bajo de
población católica —sólo 93.7 por ciento en vez de 98.7 por
ciento en el resto del país.214
Debido a la personalidad dinámica y la predicación persua­
siva de Schweinsberg, la obra bautista echó raíces pronto en
Barranquilla y se organizó una iglesia en 1942. Se reunía al
principio en la casa de los Schweinsberg, pero en septiembre de
1942 dedicaron su primer templo, y en 1947 tuvieron que
inaugurar uno más grande para acomodar a 1.564 asistentes a la
escuela dominical.215 Este templo, edificado con fondos provis­
tos por Maxey Jarman y la Junta de Richmond,215fue la sede de
la Iglesia Bautista Central de Barranquilla, y por su tamaño
enorme, un centro para convenciones y conferencias. Barrios
dice: “si bien es cierto que no es común ni fácil llenarlo, también
es verdad que es el único con capacidad y comodidades para
concentraciones y convenciones”217 La iglesia tenía una planta
educacional adecuada para la escuela dominical y una escuela
primaria diaria.
Desde esta base de la Iglesia Central, Schweinsberg evan-
86 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

gelizaba en toda la ciudad y pronto surgieron algunos anexos en


distintos barrios. Otra iglesia se organizó en Rebolo, sector sur
de la ciudad, en 1945. En el sudoeste de la ciudad se iniciaba
propaganda y predicación al aire libre “a la sombra de un
frondoso árbol y entre las frescas arenas de un arroyo seco en el
verano.” Darlina Elliott, una misionera destacada en la obra en
Colombia, era muy activa en el desarrollo rápido de esta obra
que llegó a ser la Iglesia de San Felipe, la primera que costeó
con dinero de los creyentes y sus amigos la edificación de su
propio templo. Barrios dice: “Allí se perfilaron los primeros
esfuerzos en favor de lo que hoy llamamos obra nacional o
independiente”.218 Con el correr de los años otras iglesias
surgieron en San Isidro, Olaya Herrera y otros barrios de la
ciudad. Esta “edad de oro” de la obra bautista se debía en gran
parte a dos factores: primero, el carácter liberal de los habitantes
de Barranquilla, y segundo, la coincidencia de la iniciación de la
obra bautista con el régimen gubernamental liberal de aquellos
días. Además, el vigor y la simpatía de Schweinsberg y sus
colegas misioneros llamaron la atención del pueblo. Otro factor
fue la fundación de escuelas diarias en la mayor parte de las
iglesias. La obra abnegada de un grupo de señoritas misioneras
como maestras contribuyó al crecimiento. Entre ellas estaban
Helena Meredith, Darlina Elliott, Lillian Williams, Crea Ride-
nour y Anna Todd.219
Juntamente con la obra de los misioneros mencionados, un
equipo de misioneros nuevos iba llegando a Barranquilla des­
pués de 1942, varios de ellos de la agrupación de oración del
Seminario Sudoeste. Los esposos Neely en 1943, quienes más
tarde pasaron a Cartagena; los esposos McCullough, quienes
pasaron luego a San Andrés en 1944; los Dailey en 1943,
quienes estuvieron brevemente en Bogotá pero volvieron a
Barranquilla cuando los Schweinsberg fueron de licencia; y los
McGlamery, quienes fundaron el hospital en Barranquilla.220
Los misioneros Neely, habiendo llegado a Barranquilla en
1942, pronto se trasladaron a Cartagena para iniciar una obra
bautista en esa ciudad conservadora. Se encontraron con unos
naturales de las islas de San Andrés y Providencia que les
sirvieron como núcleo para la obra nueva. Sin embargo, la clave
del éxito de la nueva obra en Cartagena fue una congregación ya
organizada de creyentes evangélicos bajo la dirección de un tal
C o lo m b ia 87

Víctor Martínez Corcho. Martínez Corcho, siendo joven, se hizo


miembro de una congregación presbiteriana, ya establecida en
Cartagena por varios años. Sin embargo, al estudiar más el
Nuevo Testamento, no estuvo conforme con ciertas prácticas de
los presbiterianos. Por eso, abrió una nueva obra por su propia
cuenta basándose en las enseñanzas bíblicas.
Martínez era empleado de una empresa norteamericana,
pero por las noches y en los días feriados predicaba y organizaba
a la congregación. Reunió a un grupo de consideración que
realizaba sus cultos en su casa. Martínez mismo sostenía la obra
con la ayuda de ofrendas de sus feligreses. Era una obra
completamente independiente sin relación con una misión
extranjera. Neely y Martínez se conocieron y comenzaron una
larga serie de conversaciones y entrevistas sobre sus distintos
puntos de vista. Se dieron cuenta de que estaban de acuerdo
sobre las doctrinas y prácticas neotestamentarias. Martínez
consideraba una relación con los misioneros bautistas, pero
declaró “que una de las cosas que más le disgustaba de los
misioneros era el énfasis denominacional que todos hacían,
práctica que carecía de todo apoyo neotestamentario”.221 Martí­
nez prefería denominar a su congregación “iglesia evangélica” y
nada más. Barrios explica lo que pasó:
Martínez retó entonces a Schweinsberg para que le
mostrase algún pasaje del Nuevo Testamento en que se
empleara la palabra, “bautistas”, y eso tal vez le ayudaría a
cambiar su criterio. Este desafió llevó a Schwinsberg a
proponerle a su vez que se sirviera él mostrarle un sólo
versículo en el Nuevo Testamento en donde dijera “evangé­
licos". Naturalmente ni lo uno ni lo otro era cosa de
costum bres. . . desde luego sin ninguna trascendencia ni
importancia.222

Mientras seguían las conversaciones con Martínez, los


bautistas intensificaron sus labores y organizaron la Primera
Iglesia Bautista en 1944. Dos años después Martínez y sus obras
se afiliaron a los bautistas. Su entrada trajo un nuevo espíritu de
independencia que creía en el sostén propio, un elemento muy
importante en la creciente obra bautista.223 Una misionera,
Helena Meredith, dejó el campo de la pedagogía en Barranquilla
para trabajar con Martínez y los creyentes de Alcibia. Por unos
88 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

veinte años, esta consagrada mujer apoyaba la obra de la iglesia.


En 1948 llegaron los esposos Deal, quienes dedicaron muchos
años a la obra de Cartagena. Otras obras se abrieron en la ciudad
en los barrios de Canapote y Sinú.
Durante el desarrollo de estas obras originales en Barran-
quilla y Cartagena, el testimonio bautista se extendía a otras
ciudades principales del país. En 1946 los misioneros Thomas y
Moss iniciaron la obra en Cali; en 1947 los esposos Riddell en
Bogotá;224 en 1955 Thomas en Medellín; en 1963 los Norman y
Corley en Manizales y Bucaramanga; y en 1968 los Stiles en
Cúcuta. Se constituyeron iglesias en todas estas ciudades,
generalmente dentro de dos años de trabajo.225
Como ya se nota, los bautistas pudieron incorporar a ciertas
obras independientes y espontáneas que no tenían nada que ver
con la obra de los misioneros norteamericanos. Ya se menciona­
ron las obras en las islas San Andrés y Providencia y en el barrio
de Alcibia en Cartagena. Además las obras en el valle del río
Sinúa tal como Quebrada Honda y otras cinco congregaciones
se agregaron a los bautistas después de 1947. Fueron productos
de colportores presbiterianos y bautistas. Debido a factores
económicos y la falta de obreros idóneos estas obras paulatina­
mente desaparecieron.
Otra obra espontánea surgió en una finca de café cuando la
dueña se convirtió como resultado de una visita de un colportor.
Por el testimonio de la mujer apareció un grupo de conversos.
Leyeron la revista bautista e invitaron a Schweinsberg y
Thomas a explicarles la doctrina bautista. La Iglesia La Helvecia
se organizó cuando los misioneros bautizaron a los creyentes.
De este centro surgieron otras iglesias como Ibagué y Arme­
nia.226
La C onvención
Hasta 1949 la iniciativa de la obra bautista en Colombia se
encontraba en manos de los misioneros. Había habido unas
pocas evidencias de iniciativa nacional en Cartagena, pero la
enseñanza y extensión de la obra dependía de la Misión
extranjera. Además, la Misión seguía una política tradicional y
subvencionaba a los obreros y a las congregaciones. En general,
era una obra misionera muy bien hecha, pero muy paternalista.
Sin embargo, la transición difícil empezó en 1949 cuando se
C o lo m b ia 89

constituyó la primera convención nacional. La Convención


Colombio-Venezolana se organizó en febrero de 1949.227 Debido
a problemas de comunicación y de finanzas, las dos obras se
separaron en 1952 y se organizó la Convención Bautista
Colombiana. Contaba con diez iglesias organizadas y el apoyo de
tres iglesias en las islas que se afiliaron luego. El propósito de la
Convención incluía la promoción de la evangelización, la
mayordomía, la educación cristiana y las misiones. La Unión
Femenil se organizó en 1950 y pronto llegó a ser un departa­
mento de la Convención.228 En 1967 la Convención informaba
que contaba con cuarenta y cinco iglesias con 4.000 miembros.
La Convención auspicia la publicación de la revista Heraldo
Bautista y colabora con la Misión bautista en los otros aspectos
de la obra. La Convención depende de las ofrendas especiales y
aportes voluntarios de las iglesias miembros.
Instituciones

Las primeras instituciones de los bautistas colombianos


fueron las escuelas primarias auspiciadas por las iglesias locales.
La Misión norteamericana invertía mucho personal y dinero en
estas escuelas que utilizaban los edificios de las iglesias.
Después de la persecución y la violencia, y debido a la presencia
de las escuelas privadas y públicas, estas escuelas no tienen
tanta importancia en la obra bautista en el día de hoy.
El Hospital Bautista en Barranquilla comenzó como una
pequeña clínica dirigida por el médico misionero Roy C.
McGlamery en 1948. El edificio moderno fue inaugurado en
1950 y puede acomodar a sesenta pacientes. Atiende a miles de
enfermos todos los años. McGlamery renunció en 1953 debido a
conflictos con otros misioneros y el Hospital ha sufrido muchos
altibajos. Sin embargo, nuevos principios de administración y
varios médicos muy capaces han mejorado los servicios al
pueblo bautista y al país en general. Tiene programas de
entrenamiento de enfermeras y médicos jóvenes.
En 1949 la misión compró terrenos para un seminario. La
Junta de Misiones Foráneas de los Bautistas del Sur decidió
fundar dos seminarios internacionales en la América Latina,
uno en Cali, Colombia y el otro en Buenos Aires, Argentina, con
el fin de proveer una enseñanza de nivel universitario para los
90 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS
obreros evangélicos. Por eso, la misión en Colombia compró
terrenos muy amplios y delineó un plan muy ambicioso para
proporcionar educación teológica para estudiantes de Colombia,
Ecuador, Perú, Venezuela y los países de América Central. El
proyecto recibió un tremendo golpe cuando Julio Hickerson, el
misionero nombrado para implementarlo, murió cuando se
estrelló el avión en que viajaba. No obstante esta tragedia, el
Seminario comenzó sus clases en marzo de 1952 en la planta
educacional de la Primera Iglesia de Cali, bajo la dirección del
presidente Ben Welmaker. ¡Tenía cinco profesores y tres
alumnos! En 1953 fueron terminados los primeros edificios del
plantel y el Seminario Internacional se inauguró oficialmente. A
través de los años ha mantenido un promedio de aproximada­
mente ochenta estudiantes de unos ocho países. No ha sido del
todo exitoso en su esfuerzo de ser una institución internacional,
debido a la presencia de seminarios e institutos nacionales que
han gozado de un gran desarrollo. No obstante, el Seminario ha
hecho una gran contribución a la obra colombiana.229
Lamentablemente, el historiador franco y honesto no puede
pasar por alto una característica notable de la obra bautista en
Colombia —el conflicto. Ha habido conflictos entre las entidades
nacionales, entre la Misión y la Convención, entre pastores e
iglesias, entre los mismos misioneros y entre iglesias y la Misión.
Como “la violencia” afectó la vida nacional, “la violencia” de los
conflictos bautistas ha afectado la marcha de la denominación, a
veces positivamente y muchas veces negativamente.
C onflictos
Alrededor del año 1950 surgieron una serie de conflictos
internos que afectaron la configuración de la obra bautista
colombiana. Primero, hubo un conflicto entre la Unión Femenil
y la flamante Convención. Siendo que la Unión Femenil se
organizó antes que la Convención y ya tenía un programa en
marcha, costaba unos años establecer una relación saludable a
la nueva Convención. Muchas mujeres preferían mantener su
independencia y sus propios programas y ofrendas. Por fin, la
Unión llegó a ser un departamento de la Convención y sus
ofrendas se hicieron convencionales, promovidas por las mismas
mujeres. El resultado ha sido positivo porque ha insertado el
celo misionero en el mismo seno de la Convención.
C o lo m b ia 91

En muchas iglesias locales en Colombia ha habido una


lucha entre los pastores y los laicos. A veces, ciertos miembros
fuertes aprovecharon la libertad en las iglesias libres para
encargarse de la dirección; otras veces, pastores muy autocráti-
cos no respetaron los derechos de los miembros. En cada caso,
los resultados fueron funestos. La historia bautista colombiana
está repleta de casos serios de este conflicto.
Aun entre los misioneros hubo serios conflictos que causa­
ron la renuncia de varios y la transferencia de otros. General­
mente, estos conflictos giraban alrededor de diferencias de
opinión en cuanto a la política misionera y su impacto sobre la
obra nacional. Colombia fue un campo misionero donde la Junta
de Richmond experimentó con muchos métodos nuevos, los
cuales produjeron los conflictos interpersonales.230
En la relación entre la Misión y las iglesias hubo algunos
conflictos. Siendo que la Misión tenía la personería jurídica de
muchas de las propiedades de las iglesias y de las instituciones,
esto produjo choques cuando había diferencias de opinión. En
varias ocasiones la Misión se vió obligada a cerrar templos de las
iglesias y ciertos misioneros fueron declarados “personas no
gratas” por la Convención. Muchos de estos conflictos fueron
resultados de cambios apresurados y unilaterales de una Misión
extranjera que buscaba una política eficaz. Una hojeada de la
historia bautista en Colombia revela la tragedia del descuido de
una comprensión transcultural.23'
Alrededor de 1965, la violencia de afuera y de adentro
comenzó a menguar y la obra bautista entró en un período de
avance. Los bruscos cambios de la política misionera y la
reacción negativa de los nacionales fueron suavizados; la Iglesia
Católica Romana abandonó su triunfalismo como resultado del
Concilio Vaticano II; y la violencia política terminó. En 1961 los
conflictos hicieron necesaria la formación de una Junta Bautista
Unificada que asumió más importancia en 1970. Estas entida­
des coordinaron mejor las obras de la Misión y la Convención y
pusieron en marcha la nacionalización de la obra.
Situación C ontem poránea

En el día de hoy los bautistas de Colombia están experimen­


tando un período de crecimiento lento pero sólido. Los conflictos
92 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

están solucionados en principio y la Convención nacional está


dirigiendo la obra con el apoyo de la Misión. Hay ochenta y ocho
iglesias afiliadas a la Convención con unos 12.500 miembros.
Además hay un sinúmero de anexos y obras de extensión. El
Hospital, reorganizado y renovado, está efectuando una obra
social y evangelizadora. El Seminario ha variado sus cursos para
responder a los estudiantes graduados y los estudiantes por
extensión. Han sido establecidos centros en Cali, Bogotá,
Ibaqué, Barranquilla y otras ciudades. Un ministerio por radio y
televisión ha surgido de la presencia de un centro de comunica­
ciones en el campus del Seminario. Desde 1964, cuando la
Convención auspició un auto análisis,232 los bautistas colombia­
nos han tratado de poner por obra los principios de iglecreci-
miento. Ha resultado en un crecimiento mejor. Una Librería
Bautista en Bogotá está promoviendo la venta de literatura
cristiana. En fin, el experimento misionero extranjero se ha
convertido en una extensión nacional.
Desde 1982 la Convención ha lanzado un programa de
misiones a los indígenas del país. El Seminario y el Hospital,
todavía sostenidos por la Misión, están en manos de una
administración nacional. La Convención y la Misión están
cooperando en un proyecto para multiplicar congregaciones y la
Convención está procurando avivar la obra estudiantil en
Bogotá. Cuando el volcán Ruíz sepultó la ciudad de Armero en
1985, los bautistas respondieron rápidamente con ayuda médica
y social. Establecieron un Centro de Esperanza para los
sobrevivientes.
Este hecho demuestra la vitalidad y la compasión de la
comunidad bautista en Colombia. Esta vitalidad, más la crecien­
te influencia de los evangélicos en la sociedad colombiana,
puede juntarse con un catolicismo que está experimentando un
avivamiento bíblico y evangélico, en una nueva etapa de vida en
la historia de Colombia.
C apítulo IV
ECUADOR
Ecuador es un país de variedad fascinante. En comparación
con los otros países de América, es muy pequeño, pero dentro de
su territorio limitado encierra una diversidad de rasgos geográfi­
cos, de zonas climáticas, de productos agrarios, de bellezas
naturales y de grupos étnicos. Ubicado justo sobre el ecuador y
dividido por la cordillera, Ecuador es un país de dos regiones
—el altiplano con su centro en Quito, y la costa con su centro en
Guayaquil. Hay un contraste dramático de clima entre las dos
zonas. Además, al este de los Andes hay una zona semi-salvaje
de una selva impenetrable. El comercio y la cultura puede
entrar sólo por los ríos navegables.
Fue esta zona que llamó la atención del mundo evangélico
cuando los misioneros Elliot, Fleming, Youderian, McCully y
Saint trataron de evangelizar a los indígenas aucas y fueron
asesinados bárbaramente en enero de 1956. El testimonio de los
familiares de estos mártires modernos, quienes penetraron la
selva y ganaron la buena voluntad de los aucas, dió un gran
impulso al avance del evangelio en Ecuador.233
Los pueblos autóctonos de Ecuador pasaron siglos bajo los
imperios inca y español. Los indígenas de la costa fueron
absorbidos por los conquistadores españoles resultando en una
población mestiza de características muy simpáticas. Los únicos
vestigios de la cultura precolombiana que quedan son las tribus
Cayapas y Colorados. Mucho más intransigentes fueron los
indígenas del altiplano, los quechua, quienes han mantenido su
identidad racial, su idioma, sus costumbres, y en un sentido, su
religión como una forma de catolicismo folklórico. A pesar de la
dominación incaico-española, se distinguen por su vestimenta
llena de colorido y sus rasgos raciales. La población de Ecuador
consiste de mitad indígena y mitad mestizo; una mitad vive en

93
94 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

las montañas; la otra en la costa. Unos pocos viven en las selvas


del este y en las islas Galápagos.234 Ecuador cuenta con una
población de cerca de diez millones en el día de hoy. Los dos
centros urbanos, Quito y Guayaquil, tienen más de un millón
cada uno.235
Ecuador formaba la parte norte del Imperio de los Incas
cuando Bartolomé Ruiz, el navegante del ejército de Pizarro,
entró en el estuario del río Esmeraldas. Fue recibido bien por los
caciques. Volvió a explorar la zona en agosto de 1534 y fundó
Santiago de Quito, estableciendo formalmente así el derecho de
la corona española. Política y espiritualmente los indígenas
cayeron bajo el dominio total de los españoles. Ellos impusieron
su reinado y su religión; fueron edificadas grandes catedrales y
en 1563 Quito llego a ser la capital de la administración
española. Sin embargo, de una manera pasiva, los indígenas
silenciosamente resistían y mantenían sus costumbres y sus
religiones.
Cuando surgió la revolución emancipadora, no era un
movimiento popular en Ecuador. Los indígenas la consideraban
un movimiento de los criollos y los mestizos, quienes querían
suplantar el dominio español. Las masas del pueblo no recibían
beneficio alguno. La nación se libertó; pero el pueblo quedaba
sin libertad. La independencia de Ecuador fue ganada en la
batalla de Pichincha, cerca de Quito, en 1822. Por ocho años
Ecuador formaba parte de Gran Colombia, pero, cuando el
sueño de Bolívar fracasó, Ecuador logró la independencia en
1831 e inmediatamente cayó en manos de un dictador militar.231’
La historia de Ecuador después de la emancipación ha sido
tempestuosa. Ha habido más de setenta presidentes y juntas y
diecisiete constituciones en menos de 150 años. Un caudillo tras
otro alcanzaba gobernar, algunos buenos y muchos malos.
Entre éstos, principalmente militares, el primer estadista fue
Gabriel García Moreno, un reaccionario. García, rico, brillante y
religioso, como Constantino, procuró unificar y disciplinar su
república por medio de la Iglesia Católica Romana. Intentó
establecer una república teocrática. Creía sinceramente que la
salvación de su país consistía en su total sujeción a la religión
católica. El deshizo todas las medidas anteriores a favor de la
libertad religiosa, admitió de nuevo a los jesuítas, entregó el
control de la educación totalmente a la Iglesia Católica Romana
E cuador 95

y permitió que ella restableciera sus tribunales eclesiásticos, y


finalmente en 1869 hizo promulgar una ley por la cual el
derecho del sufragio era limitado a los católicos comulgantes.
Denegó la libertad de expresión y de prensa.
Por otro lado, hizo mucho para el progreso de Ecuador. Hizo
construir el camino desde la costa hasta Quito, regularizó la
moneda y controló la economía. El país estaba en pleno
desarrollo cuando García fue asesinado en 1875. Sus seguidores
conservadores presidían unos veinte años de confusión política
hasta 1896, cuando el partido liberal de Eloy Alfaro, oriundo de
la costa, se estableció en Quito. Esto puso en marcha una época
liberal que perduró hasta la Segunda Guerra Mundial. El
antagonismo entre los conservadores de Quito y los liberales de
Guayaquil ha sido un factor en el fracaso de muchos de los
proyectos políticos en Ecuador.237
El tenor religioso de Ecuador es caracterizado por la
amalgama de la religión tradicional con el catolicismo impuesto
por los españoles. Un noventa por ciento de la población,
nominalmente, se adhiere a este catolicismo sincretista. Sin
embargo, los mismos oficiales católicos admiten que grandes
sectores de los indígenas jamás han comprendido el catolicismo
verdadero. Aunque la Iglesia Católica Romana ha sido muy
intolerante en ciertas épocas de la historia ecuatoriana, en
general, no ha sido tan militante como en otros países. Hoy en
día, la Iglesia post-conciliar promueve la tolerancia y el diálogo
en vez de la persecución y la oposición política. La Iglesia
Católica Romana está tratando de cambiar su imagen de
opresora, heredada de la colonia, y frente a las tendencias
seculares y comunistas, está acercándose más al pueblo evangé­
lico, que está experimentando un crecimiento vertiginoso.239
La entrada de los misioneros evangélicos en Ecuador
coincidía con la toma del poder por los liberales en 1896. El
presidente Alfaro limitó los fueros de la Iglesia Católica Romana,
y su sucesor promulgó las leyes de divorcio y de registro civil.
Estas reformas liberales siguen en pie y hay libertad religiosa en
Ecuador en el día de hoy. Por supuesto, estas libertades han
hecho posible, y más fácil, el aumento de la fe evangélica en
Ecuador. Entre los años 1896 y 1925 los misioneros evangélicos
fueron pocos y sus conversos pocos. En 1925 se estima que no
había más de 150 evangélicos en Ecuador. En 1950 había
96 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

2.600; en 1960 llegaron a 3.470; pero el gran aumento se vió


entre los años 1960 y 1980. David Barrett estima que hay una
comunidad evangélica hoy en día en Ecuador de más de
200.000. En este trasfondo ecuatoriano político-religioso, los
bautistas están contribuyendo su parte al avance de la fe
evangélica.
El Precursor Bautista
(1824)
Diego Thomson, el bautista escocés, como representante de
la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera, llegó a Guayaquil en
septiembre de 1824. Vendió 738 Biblias y después visitaba
Guaranda, Riobamba, Quito, Ambato y Tacunga, viajando por
canoa y lomo de muía. Se encontró con un sacerdote, pasó una
noche en su convento y le regaló a otro sacerdote su último
ejemplar de la Biblia. En Tacunga vendió 104 Biblias con el
apoyo del clero local. En Quito, el provincial del convento de los
franciscanos compró veinticinco Biblias para los frailes.239
Thomson sabía tratar con los oficiales católicos. Thomson era
huésped del marqués de San José, Manuel de Larrea, en Quito.
Se reunía con los familiares para estudiar la Biblia y para tratar
otros libros sobre el cristianismo. El y los familiares discutieron
el libro de William Paley titulado, Evidencias del cristianismo,
que presentaba pruebas científicas para comprobar la fe. Tanto
fue el entusiasmo despertado entre ellos que resolvieron finan­
ciar una nueva edición para los ciudadanos de Quito. Thomson,
comentando sobre el hecho, dijo:
. . corresponde a los amigos de la cristiandad moverse
en beneficio de Sud América. El actual es un período muy
interesante, y también muy crítico para este país. Mucho,
muchísimo es lo que puede hacerse en la actualidad, a
través de medios prudentes y cuidadosos, para instruir y
confirmar al vacilante y quizás inclusive para hacer retornar
a aquellos que han apostatado de la le. Si estas medidas
estuvieran relacionadas con medios de instrucción, en la
medida en que ello puede ser posible, considerando los
verdaderos principios y prácticas del cristianismo tal como
son enseñados por las Sagradas Escrituras, se podría reco­
ger, con la bendición de Dios, una cosecha muy rica.2“’

Thomson siguió viaje a Bogotá y el testimonio bautista en


E cuador 97

Ecuador dejó de ser hasta 1950. No obstante, el testimonio de la


Biblia que Thomson dejó servía años después como base para
los comienzos evangélicos en Ecuador.

Antecedentes Evangélicos
(1896-1950)
Antes de 1896 varios evangélicos estaban de paso por
Ecuador. Lucas Mathews, el sucesor de Thomson, pasó en
1828; el obispo metodista Guillermo Taylor, y unos seguidores,
trataron de empezar una obra educacional en 1877 en vano;
Francisco Penzotti, acompañado por Andrés Milne, fue a
Ecuador en 1886 con miras de desembarcar un cajón de Biblias,
pero no lo dejaron. Unos años después intentó otra vez y el
funcionario aduanero le dijo, señalando en el horizonte la
famosa cumbre andina del país: “Mientras esté ahí el Chimbora-
zo, la Biblia no entrará en Ecuador.”241 Sin embargo, el aduanero
estaba muy equivocado, porque dentro de pocos años los
evangélicos, con sus Biblias, llegaron a la ciudad de Quito.
El paladín de la obra evangélica permanente en Ecuador
fue W. E. Reed, un pastor de Kansas City, Missouri, Estados
Unidos, un representante de la “Unión Evangélica Misionera”,
una sociedad misionera interdenominacional nacida en una
reunión de oración a favor de las misiones.242 Los esposos Reed
llegaron a Guayaquil en 1896 y desearon seguir viaje a Quito
para no arriesgarse en el clima insalubre de Guayaquil. Su
llegada coincidía con los comienzos del gobierno liberal del
presidente Alfaro. En camino a Quito, al llegar a Ambato, les
llegó una nota del cónsul americano en Quito, diciéndoles que el
presidente Alfaro deseaba que se detuvieran. El presidente
temía no poder protegerles de la muchedumbre opuesta a los
evangélicos.
Por respeto, los Reed alquilaron un local en Ambato para
comenzar el estudio del idioma y la distribución de las Escritu­
ras en castellano. Una noche le fue entregada a Reed una nota
que decía: “Salir de la ciudad de inmediato o aceptar las
consecuencias”. Reed no salió, y esa misma noche apareció una
muchedumbre para asaltar su casa. Sólo la intervención de unos
jóvenes liberales y soldados del gobierno le salvó la vida. Más
tarde Reed se entrevistó con el presidente Alfaro y le dijo:
98 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Señor presidente, un grupo de cristianos de los Estados


Unidos ha orado por mucho tiempo para que las puertas del
Ecuador luesen abiertas al evangelio de Jesucristo, Han
tomado su ascenso a la presidencia como una respuesta
directa a la oración. Estamos orando por usted.243

El presidente fue conmovido y dijo a Reed: “Si quieren ustedes


arriesgarse, yo debería acceder”. Los Reed se trasladaron a
Quito y así se estableció la obra en 1897. Más tarde, Reed dejó la
obra en Quito en manos de otros y volvió a Guayaquil donde
desarrolló una obra nueva que ha crecido mucho. Las iglesias
que resultaron constituyen una de las denominaciones más
grandes en Ecuador en el día de hoy. Reed se independizó de la
Unión unos años después y llegó a ser superintendente de la
obra de la Alianza Cristiana y Misionera que había empezado
obra en 1897.244
Otras obras evangélicas se iniciaron en los primeros años
del siglo XX, pero las iglesias y denominaciones principales de
Estados Unidos no mandaron misioneros hasta 1945. A partir de
1920 la radiofusión fue usada para predicar el evangelio. El
resultado fue la famosa estación de radio HCJB, que ha llegado a
ser una misión en sí misma. Desde Ecuador, el evangelio es
predicado a todo el mundo en muchos idiomas por medio de esta
obra. Aunque la presencia denominacional de los bautistas no
apareció en Ecuador hasta 1950, muchos bautistas de Estados
Unidos estaban entre los misioneros de estas entidades interde-
nominacionales, y muchos otros bautistas han contribuido
mucho a obras como HCJB.245 Además, estos precursores
evangélicos fundaron iglesias y ganaron a conversos que se
unieron a los bautistas luego en 1950. Además de estos
precursores evangélicos-protestantes, los adventistas y los pen-
tecostales han experimentado un enorme crecimiento que ha
jerarquizado el concepto de la fe evangélica.246
C om ienzos Bautistas
( 1950‫ ־‬1972)
J. L. Hart, cuando era misionero en Argentina, pasó por
Ecuador en uno de sus viajes y expresó el deseo de ver una obra
de los bautistas del sur en aquel país algún día. Después, como
misionero en Chile, Hart acompañó a Enrique Schweinsberg,
E cuador 99

ex misionero independiente a Bolivia, en un viaje a reconocer


Colombia como posible campo misionero. Schweinsberg, el
fundador de la obra de los bautistas del sur en Colombia, hizo un
viaje a Ecuador en 1949 para investigar la posibilidad de iniciar
una obra misionera de la Junta de Misiones Foráneas de los
Bautistas del Sur de Estados Unidos. Schweinsberg sometió un
informe positivo a la Junta y dos familias misioneras llegaron a
Quito en 1950, los esposos Haverfield y Crocker.247 Pronto, se
encontraron con unos creyentes y congregaciones influidos por
la literatura de la Casa Bautista de Publicaciones en El Paso.248
La flamante Misión Bautista en Ecuador procuró establecer
rápidamente una comunidad bautista ecuatoriana con un míni­
mo de personal misionero. Schweinsberg, en su informe, dijo:
“Pocos misioneros se precisan en Ecuador porque la población
es pequeña. . . si misioneros pueden situarse en las ciudades
clave, y poner énfasis sobre el liderazgo nacional, una obra
bautista excelente puede establecer en pocos años”.249 Quizá, el
crecimiento lento de los primeros años se debía a esta política,
porque el crecimiento que se produjo después estaba en
proporción al aumento de personal misionero.250 Fue una
filosofía buena y una táctica bien ideada, pero probada como un
experimento. Schweinsberg seguía diciendo en su informe:
“Ecuador ofrece una oportunidad singular para un experimento
en la estrategia misionera. Sería interesante ver, si por mantener
al mínimo el número de misioneros, y por poner más responsabi­
lidad sobre los hermanos nacionales, Ecuador no pudiese
desarrollar una obra misionera superior”.251
La idea era muy buena y la Misión la seguía por unos años.
Los esposos Joiner llegaron a Quito para completar el equipo allá
en 1951. En 1953 los esposos Shoemake llegaron y se radicaron
en Guayaquil. Fueron organizadas congregaciones en Quito a
partir de 1952 y en Guayaquil en 1954. Dos congregaciones en
la provincia de Guayas, fundada por creyentes convertidos por la
literatura de El Paso, se hicieron bautistas en 1954.252 De estos
tres centros, el testimonio bautista se extendió a otras regiones
del país; primero, a Milagro y Esmeraldas; luego a Manta y
Jipijapa; y después a Santo Domingo de los Colorados, Ambato,
Riobamba e !barra. A pesar de esta extensión, en 1960 había
sólo cuatro iglesias organizadas con unos cien miembros. La
Misión abandonó la idea de limitar su personal misionero.
100 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Durante la década siguiente, 1960-1970, hubo un despegue


de la obra bautista. Las cuatro congregaciones se multiplicaron
hasta veintisies con 1.149 miembros. Hubo un crecimiento
notable en todas las congregaciones evangélicas. En 1970 la
Misión se había duplicado; había treinta misioneros y la obra se
extendió a Cuenca y a Cañar. Cuando la explotación de petróleo
comenzó en la selva del nordeste, la obra bautista estableció
puntos de predicación en los nuevos pueblos.253
Hasta el año 1960 la dirección y la extensión de la obra
estaba en manos de los misioneros. A pesar de la filosofía
expresada muy temprano, la Misión no la implemento hasta
1961. A partir de ese año, había mucho énfasis sobre la
preparación de los creyentes nacionales para la obra. Se fundó
un Instituto Teológico en Guayaquil en 1961. Se ofrecieron
cursillos para laicos en distintos puntos del país. Dentro de una
década, hubo más de veintiséis pastores, la mayor parte de ellos
entrenados en estas instituciones.254 Paulatinamente, la direc­
ción de la obra estaba pasando de los misioneros a los naciona­
les.
D esarrollo N acional
(1972 hasta hoy)

Las primeras asociaciones de iglesias bautistas fueron


organizadas en Guayaquil en 1964 y en Quito en 1965. El deseo
de tener una entidad nacional culminó en 1972, cuando se
constituyó la Convención Bautista del Ecuador. Desde ese
momento, la Misión y la Convención se unieron en una obra
unificada dirigida por la Convención. Esta cooperación resultó
en una obra creciente, que en 1975 contaba con cuarenta y
cinco iglesias, y treinta y nueve misiones anexas. En el mismo
1975 se organizó una Junta Coordinadora compuesta de cinco
nacionales y cinco misioneros, quienes determinan el uso de los
fondos de la Misión y de la Convención en la obra de extensión.
La Misión auspicia dos campamentos, uno cerca de Quito,
el otro en la costa, que sirven a unas 700 personas por año.
Centros estudiantiles en Quito y Guayaquil auspician estudios,
compañerismo y reuniones para los universitarios. Hay más de
200 estudiantes en la Escuela primaria bautista en Quito y las
Escuelas Bíblicas de Vacaciones se usan como medios de
Ecuador 101

evangelización. Una Librería bien ubicada en Quito y otra en


Guayaquil proveen literarura y libros para las iglesias y el
público en general. El depósito de la Casa Bautista de Publica­
ciones está a disposición de todas las librerías.255
Entre los años 1970 y 1980 la obra bautista ecuatoriana
sufrió unos contratiempos. Julia Jones, esposa de Archie Jones y
una misionera por excelencia, falleció de cáncer. Varios casos de
persecución golpearon la creciente obra en Tambo y Conocoto.
Varios creyentes fueron heridos y una carpa destruida. Además,
una obra experimental de agricultura tuvo que ser abandonada
por falta de fondos y personal. A pesar de estos problemas, las
iglesias seguían creciendo. En Guayaquil, el ministerio del
estudio que produce los programas de radio se ha aumentado y
se llama Difusiones Culturales. Ha podido conseguir tiempo
gratis en las emisoras nacionales y produce programas en
castellano y quechua de alta calidad.
La obra ecuatoriana está en plena marcha en el día de hoy.
Los obreros se dan cuenta de que ni la Misión, ni la Convención
deben guiar la obra evangélica bautista. Los creyentes naciona­
les y los misioneros han descubierto que se necesitan los unos a
los otros y que el Señor dirige la obra cuando ellos trabajan
juntos. En los últimos años los laicos ecuatorianos han trabajado
hombro a hombro con equipos de laicos de Estados Unidos en
campañas evangelizadoras en Ecuador, con grandes resultados.
La Escuela Bautista en Quito ha sido reconocida por el gobierno
y el Seminario, ahora en Quito, está haciendo trámites para el
mismo reconocimiento. Hay un programa de educación teológi­
ca por extensión que está alcanzando a los pastores que no
pueden estudiar en un programa residencial. La Convención
ahora tiene varios misioneros domésticos sirviendo en distintos
puntos del país. En fin, una obra global está desarrollándose en
Ecuador.
En 1986 había ochenta iglesias bautistas auspiciando 130
misiones, con 6.500 miembros. Hay 114 pastores nacionales
que cuentan con la colaboración de sesenta y tres misioneros.
La Convención ha fijado metas muy ambiciosas para el futuro.
Ecuador promete mucho para el porvenir de la historia bautista.
En esta tierra ocupada por tanto tiempo por los conquista­
dores españoles, los bautistas ecuatorianos están para lanzar
una conquista espiritual. Los españoles vinieron buscando oro y
102 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

poder político; los bautistas buscan la salvación de las almas y la


victoria espiritual. Los españoles conquistaron con armas y
espadas; los bautistas dependen del poder del Espíritu Santo y la
espada de la Palabra de Dios. Por eso, piensan alcanzar su meta
de dos millones de miembros para el año 2000.256
C apítulo V
BOLIVIA
Simón Bolívar, uno de los grandes libertadores en América
del Sur, dejó huellas en muchas partes. Hay decenas de
pueblos, plazas y calles esparcidos por las Américas, desde
Estados Unidos hasta Chile, que llevan su nombre, destacándo­
se sobre todo la República de Bolivia.
El antiguo territorio de Bolivia fue llamado “La Plata” por los
conquistadores, por la abundancia de este metal que había allí,
cambiándose más tarde a su nombre indígena Chuquisaca. Por
ejemplo, se estima que los colonos españoles sacaron más de
30.000 toneladas de plata de las minas de Potosí durante el
apogeo de su explotación. Aunque pobre en el día de hoy, a fines
del siglo XVI Bolivia era uno de los países más ricos del
hemisferio de Occidente. Además de plata, tenía tremendos
depósitos de oro, plomo, volframio, antimonio, estaño y petróleo.
Casi todo el oro, sacado de obras de arte y fundido, fue llevado a
Europa por Pizarro y los otros conquistadores. Poco a poco, la
explotación de estaño llegó a ser la base económica del Bolivia
moderno; pero hasta 1952 las grandes empresas europeas
fueron las beneficiadas. Por falta de medios de transporte y de
caminos, los depósitos de petróleo no han sido explotados.257
A fines de la colonia, Bolivia se llamaba Alto Perú. De
hecho, por muchos años, las historias de Perú y Bolivia se
consideraban una sola debido a las íntimas relaciones políticas
que existían entre ellos; como, por ejemplo, durante la guerra
del Pacífico, cuando los dos se aliaron para luchar contra Chile
(1879-1883). Tal guerra fue un desastre para ambos, Perú y
Bolivia. Debido a la marina bien entrenada de Chile, ella ganó la
guerra y se apoderó de Tarapacá y Antofagasta. Bolivia perdió los
territorios mineros de Antofagasta, pero aún más serio, sus
pampas salitreras y toda salida al mar.258 Esto creó lo que un
103
104 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

presidente boliviano llamaba “un complejo de encarcelado” y es


la queja más emocional del pueblo boliviano. Desean mucho
recuperar un acceso al mar. Por otras disputas con sus vecinos
han ido perdiendo territorio. La trágica Guerra del Chaco con
Paraguay (1932-1935), ocasionó la pérdida ante Paraguay de
este territorio chaqueño con sus riquezas petrolíferas.
Siendo un país mediterráneo, sin salida al mar, excepto por
la benevolencia de sus vecinos; hay un motivo fértil para la
demagogia y el constante ruido de los sables.259Bolivia ha tenido
una historia política revoltosa; ha habido más de cuarenta
presidentes, de los cuales ocho fueron asesinados. El país ha
sufrido como pocos a causa de dirigentes, o caudillos, a tal punto
que, cuando surge un verdadero patriota y estadista, no hay
mucha confianza en él. Esto ha creado una psicología de
cinismo que los mismos escritores bolivianos llaman “una
enfermedad”.260
A pesar de los problemas de aislamiento, etnocentrismo y
clima, Bolivia está avanzando paulatinamente hacia un nivel de
vida más alto. Sin embargo, ha sido un país problemático para la
empresa misionera evangélica. Bolivia es uno de los países más
difíciles del mundo para los extranjeros. Las ciudades principa­
les están entre 2.400 y 3.800 metros sobre el nivel del mar.
Varios misioneros han visto quebrantada su salud en esas
alturas inhospitalarias.
Geográficamente, Bolivia está dividido en dos sectores, a
saber: los altiplanos y las llanuras. Un treinta por ciento de la
superficie se encuentra en las montañas con sus altiplanos y
valles; un setenta por ciento es llanura. La mayoría de los
habitantes viven en los altiplanos y son indígenas quechuas y
aymaras. Los mestizos y criollos viven en las llanuras. Bolivia es
diferente de la mayor parte de los países latinoamericanos en
que no tiene una parte desproporcionada de su población en la
ciudad capital. Además de La Paz, otras ciudades de importan­
cia son Sucre, Oruro, Potosí y Cochabamba en el altiplano, y
Santa Cruz como capital comercial de la parte baja allende los
Andes. En realidad, Bolivia es un país dividido en dos sectores
geográficos y tres sectores étnicos —criollos, mestizos e indíge­
nas. Los criollos y los mestizos viven en la llanura y llaman a los
indígenas, “collas”. Los indígenas viven en los altiplanos y
llaman a los criollos, “cambas”. Los dos términos son oprobiosos.
B o livia 105

Los gobiernos han tratado de promover la unión de los sectores


por medio de programas de alfabetización, de reforma agraria y
de migración. Sin embargo, tales programas no han tenido
mucho éxito hasta ahora.
Es interesante que, en contraste con otros países, la
urbanización en Bolivia no está efectuándose tan rápidamente
como en otros lugares. El país sigue siendo principalmente
rural.
Hasta 1952 Bolivia estaba en manos de una aristocracia de
sangre que controlaba a la iglesia, el estado y el ejército. No
obstante, desde sus comienzos, una tendencia liberal, inspirada
por el mismo Simón Bolívar,261 se ha encontrado entre el pueblo.
Tal liberalismo, secundado por muchos misioneros evangélicos,
pudo influir en la política y produjo la revolución de 1952;
juntamente con las revoluciones en México y Cuba, fue una
revolución verdaderamente auténtica y autóctona. Ha resultado
en una completa libertad religiosa, que puso fin a las persecucio­
nes religiosas de los años anteriores.
A pesar de esta libertad, el costo en lágrimas y dolor para
plantar el evangelio ha sido más alto en Bolivia que en cualquier
otro país, con la posible excepción de México y de Colombia.
Una causa de tal resistencia ha sido el concepto del hombre
blanco de parte de los indígenas. Lo han conocido por más de
cuatrocientos años como un amo cruel que los explotaba y
mezclaba su religión con su despotismo. Por eso, los evangelis­
tas y misioneros han tenido un problema en ganar la confianza
del pueblo. Siempre sospecha los móviles del religioso. Esto,
juntamente con el casi total analfabetismo, la población esparci­
da y la dificultad de movilización, han sido otros motivos para el
atraso de la causa evangélica.
En resumen, Peter Wagner dice que había cuatro factores
que explican la resistencia al evangelio en Bolivia. Primero, el
factor eclesiástico —la oposición de un clero romano muy
español e intransigente, apoyado por un pueblo tradicional,
hacía casi imposible la entrada de los evangélicos, considerados
herejes. Segundo, el factor sociológico —la dictadura de una
elite de gobernantes que no quería permitir la entrada de ideas
nuevas. Quería mantener el statu quo. Tercero, el factor político
—el creciente liberalismo no pudo apoderarse del gobierno hasta
1952. Cuatro, el factor antropológico —la naturaleza homogé-
106 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

nea de las clases sociales y étnicas. Las comunidades indígenas


y los criollos tomaban decisiones colectivamente. El mensaje
misionero se dirigía más al individuo. No había una manera de
hacerse protestante sin romper la relación cultural.262 Los
primeros precursores evangélicos tuvieron que afrontar estas
barreras.
Los Precursores Evangélicos

Como fue el caso en otros países latinoamericanos, un


equipo de colportores de las Sociedades Bíblicas iniciaron la obra
evangélica en Bolivia. Sería difícil enfatizar demasiado la
contribución de estos precursores que prepararon una playa de
lanzamiento bíblica para la obra misionera. Fueron los verdade­
ros batidores de la fe. En 1827 Lucas Mathews hizo un viaje de
colportaje a Potosí, Sucre, Cochabamba y La Paz. Pero el primer
esfuerzo para establecer una obra, según se sabe, fue el del
renombrado capitán Alien Gardiner, quien se dirigió a Bolivia en
1846 con el propósito de alcanzar a las tribus del interior.
Durante un viaje de varios meses, visitó Potosí y emprendió el
estudio del quechua. Estableció algunos contactos amistosos
con los indígenas y se granjeó la simpatía de algunos líderes
políticos. Pero debido a la influencia del clero, el gobierno le
negó el permiso para la continuación de la misión. No obstante
una enfermedad ocasionada por la altura, Gardiner fue a la
capital para entrevistarse personalmente con algunos adalides y
luego consiguió el permiso anhelado. Se le impusieron dos
condiciones: 1) limitarse a los aborígenes y 2) no hacer
proselitismo entre católicos romanos con quienes pudiera tener
algún contacto. Gardiner aceptó estas condiciones y volvió a
Inglaterra para luego enviar desde allí a otro misionero que
colaborara con un tal González, a quien había dejado en Potosí.
En 1847 la Sociedad Misionera de la Patagonia resolvió mandar
a un señor Robles, protestante español. Desgraciadamente,
mientras Robles estaba en viaje, estalló una revolución en
Bolivia y fue derrocado el gobierno liberal. Los dos jóvenes
españoles ya no podían llevar a cabo su obra. Por consiguiente,
por orden de la Sociedad, la obra fue abandonada.261
El tercer obrero que penetró en Bolivia fue José Mongiardi-
no, agente de la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera, quien
B o liv ia 107

llegó a Bolivia en 1880. Fue tomado por un grupo de fanáticos,


incitados por un sacerdote local, y llevado a un despoblado
donde lo mataron y arrojaron su cuerpo al río con una piedra
atada al cuello.264 No obstante esta tragedia, otros colportores
valientes, como Lino Abeledo, Andrés Milne y Francisco Penzo-
tti penetraron territorio boliviano, abogando por sus derechos
constitucionales, y lograron vender más de 5.000 libros. Los tres
pasaron por grandes pruebas y apenas escaparon de ser martiri­
zados en varias ocasiones.265 J. B. Arancet, otro agente de la
Sociedad, se radicó en La Paz en 1890 y por unos años vendía
Biblias. Hospedó al famoso predicador metodista de la Argenti­
na, Juan F. Thompson, cuando él hizo una gira por Bolivia en
1890. Thompson pudo organizar a un grupo de jóvenes liberales
en una sociedad para la promoción de escuelas dominicales.266
Cabe mencionar otro intento abortivo de entrar en Bolivia
con el evangelio. La Unión Misionera “Regions Beyond” (Regio­
nes más allá), una sociedad misionera con sede en Inglaterra,
resolvió iniciar una obra en Bolivia en 1896. Nombraron a
Roberto Lodge, un inglés, como el primer misionero. El viajó a
La Paz por vía de Arequipa, Perú, pero se enfermó de la fiebre
tifoidea y falleció. La Unión abandonó la obra y se fijó en su
trabajo en Perú. En fin, en 1896 los viajes de evangélicos por
Bolivia habían revelado un interés en el evangelio de parte del
pueblo pero, trágicamente, habían revelado la dificultad de
implementar una obra permanente.
Los bautistas estaban entre los pioneros que pudieron
establecer las primeras iglesias evangélicas en Bolivia. Guiller­
mo Payne, de los hermanos libres, a partir del año 1895
sembraba las semillas de su denominación; pero, debido a sus
ataques desmedidos contra la Iglesia Católica Romana, casi es
martirizado en Cochabamba y no pudo organizar iglesias.267 Sin
embargo, la obra de él fue continuada por el médico misionero,
Jorge Hamilton, quien pudo fundar congregaciones de los
hermanos libres en Potosí, Santa Cruz y Tupisa después de
1911. Aunque Payne lo antedataba, Archibaldo Brownlee Ree-
kie, un bautista de Canadá, tiene la distinción de fundar a la
primera denominación evangélica ininterrumpida en Bolivia
—la bautista, en 1898.
Reekie y unos compañeros de la Universidad de McMaster
en Canadá se interesaron en la obra misionera en América del
108 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Sur. Al mismo tiempo, la sociedad misionera de Fyfe comenzó a


orar por Bolivia. Cuando Reekie era pastor-estudiante en Pilot
Mound, Manitoba en 1895, leyó un artículo por A. P. McDiar-
mid, secretario de la Junta de Misiones Foráneas de los bautistas
de Canadá, sobre la condición religiosa de América Latina. Este
escrito, más el libro titulado, The Neglected Continent (El
continente descuidado), le impresionaron a él y a varios de sus
compañeros.268 Después de consultar a McDiarmid, y al secreta­
rio de la Junta de Misiones Foráneas de los Bautistas del Sur,
sobre la posibilidad de ir a Bolivia como misionero, asistió a una
reunión de la Misión Grubb en Massey Hall, Toronto, en 1896.
G. C. Grubb y su equipo acababan de volver de una gira por
América del Sur en representación del Movimiento Keswick de
Inglaterra. Describieron gráficamente la destitución espiritual
del continente descuidado. En aquella misma noche Reekie se
consagró a la obra misionera y resolvió ir a Bolivia. Deseaba ser
nombrado por la misma misión interdenominacional de Grubb,
pero fue rechazado por causa de su creencia en la “comunión
cerrada”. No obstante este revés, seguía buscando la voluntad
del Señor. El doctor Rand, presidente de la Universidad de
McMaster, le sugirió un viaje de exploración a Sudamérica para
reconocerla como campo misionero. Rand y algunos otros
profesores, más la hermana de Reekie y algunas de sus amigas,
proporcionaron los fondos y Reekie partió a mediados de 1896.269
Se enfermó en camino pero, afortunadamente, los misioneros de
la Misión “Regions Beyond” en Lima lo cuidaron y lo persuadie­
ron de quedarse en Lima por unas semanas. Se recuperó,
aprendió un poco de castellano y se acostumbró a una ciudad
latinoamericana durante la estadía en Lima, cosas que le
ayudaron muchísimo más adelante.12™
Después de pasar una semana en La Paz, Reekie retornó a
Canadá con un informe alentador. Tal informe inspiró a los
bautistas canadienses a adoptar a Bolivia como campo misione­
ro. Ya tenían misioneros en la India, pero justificaron el nuevo
intento así:
1. El clima de la India era un problema para misioneros
de Canadá.
2. Los países de la costa pacífica de la América del Sur
eran montañosos y probablemente constituirían un clima
muy saludable para los canadienses.
B o liv ia 109

3. Chile ya tenía muchos misioneros.


4. Bolivia, siendo un país sin salida al mar y más
ensimismado que otros, probablemente tendría más necesi­
dades religiosas.271

Nombraron a Reekie. El partió para Bolivia el 4 de marzo de


1898. Así comenzó la historia bautista en Bolivia. Reekie se
radicó en Oruro el 20 de abril de 1898. Oruro era una ciudad de
unas 20.000 personas y era el centro de la industria minera.
Reekie la eligió porque era la sede del creciente partido liberal
del país. No le fue fácil el desarrollo de sus labores espirituales
porque la constitución del país prohibía la propaganda evangéli­
ca so pena de muerte. Afortunadamente, la presencia del partido
liberal prácticamente invalidaba esa cláusula. Fue un momento
y un lugar propicio para comenzar la obra bautista.272
L os C om ienzos
(1898-1919)

Poco después de llegar, Reekie organizó una escuela


dominical. Empezó con tres niños y a las pocas semanas el
número de asistentes pasaba de cien. Al principio, predicaba en
una carpa entre las algaidas de las afueras de la ciudad, porque
la predicación pública se prohibía dentro de la ciudad.273A partir
de 1899 se celebraron por primera vez cultos evangélicos en
forma sistemática en Bolivia. Era posible por el apoyo que
Reekie recibió, no solamente de los liberales bolivianos, sino
también de la comunidad de extranjeros protestantes, entre
ellos las familias Penny y Philips. Eran ricas e influyentes y
apoyaron plenamente las obras de Reekie. Muchas veces,
Reekie fue hospedado por ellos, realizó cultos en sus casas y
recibió sostén financiero de ellos. Durante sus primeros siete
años en Bolivia, Reekie bautizó a solamente seis personas, todos
extranjeros con la excepción de su esposa boliviana. A pesar de
estos resultados escasos, se constituyó la Primera Iglesia Bau­
tista de Oruro, la primera del país. Reekie también abrió la
primera escuela protestante en Bolivia en el mismo año con el
fin de ganar el favor del pueblo, pero su corazón estaba siempre
en la evangelización.
Antes de la salida de Reekie de Canadá, un amigo, Roberto
Routledge, se entregó a la obra misionera en una reunión del
110 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

movimiento misionero estudiantil en Ohio. Los Routledge


llegaron en octubre de 1898 y, a principios del siglo XX, la
misión canadiense contaba con ocho misioneros trabajando. Los
nuevos echaron los cimientos en Cochabamba y en la Paz,
logrando establecer una iglesia bautista en cada una de estas
ciudades en 1904.
El progreso de la nueva obra se debía en parte a un cambio
significativo en la legislación boliviana efectuado en 1898.
Desde el año 1894 las denominaciones estadounidenses habían
presionado al gobierno de Bolivia para que incorporara una
tolerancia religiosa en su sistema. La llegada de los misioneros a
Oruro, más el creciente partido liberal, ocasionaron la toma del
gobierno por los liberales en 1898. Por supuesto, costó mucho
tiempo lograr la tolerancia, pero este cambio les dió a los
misioneros Reekie, Mitchell, Baker y Routledge la oportunidad
de tener un impacto sobre la nueva constitución en preparación.
Por ejemplo, el Prefecto de Oruro visitó a la iglesia bautista de
sorpresa un domingo y quedó tan impresionado por el mensaje
de amor que recomendó la obra a los oficiales en La Paz,
inscribió a su hijo en la escuela y consiguió fondos del gobierno
para el sostén del colegio. Quedó aún más impresionado cuando
los misioneros devolvieron los fondos explicando su convicción
sobre la separación de la iglesia y el estado. Además, los Mitchell
en Cochabamba eran amigos del senador Carrasco, los Routled­
ge en La Paz eran amigos allegados de un abogado influyente,
Severino Campuzano y el misionero E. L. Baker, un hombre
muy erudito, publicaba muchos ensayos sobre la cuestión de la
libertad religiosa. Todo esto resultó en el registro civil en 1911, y
aún más importante, la nueva constitución de 1905.274Sin duda,
la presencia y la actividad de los misioneros bautistas fueron
grandes factores en el movimiento liberal.
Debido a la nueva libertad, la misión abandonó las escuelas
y animaron a los misioneros a dedicarse completamente a la
evangelización. Hubo un desacuerdo entre ellos sobre la cues­
tión de las escuelas y su valor en la obra misionera, que ha sido
un problema perenne entre los misioneros canadienses.275 Por
ejemplo, Routledge renunció en 1905 debido a este conflicto.
Sin embargo, Routledge, antes de renunciar, puso los cimientos
de la obra en La Paz. En 1902 el padre Eloy Rodríguez, un
sacerdote católico, se convirtió. Su conversión, más la visita del
B o liv ia 111

evangelista austríaco Maximiliano Rohrsetzer, fueron de mucho


provecho para la obra nueva. Sin embargo, Rohrsetzer fue
prendido por el clero en Cochabamba y, por miedo frente a sus
amenazas, huyó del país.276
Debido a la renuncia de Routledge y a la enfermedad de
Baker, la estación misionera en La Paz se cerró provisoriamente
en 1905. Las obras en Cochabamba y Oruro progresaron
lentamente. En 1919 la obra, muy bien conceptuada en Boliviay
en Canadá, realmente contaba con pocos resultados. Fue un
rompecabezas. Bolivia resistía el mensaje de salvación y la
Misión no sabía por qué no había una respuesta a su mensaje.
Los misioneros habían esperado muchos resultados debido a la
nueva tolerancia, pero ningún grupo evangélico creció durante
este período. Harry Strachan, fundador de la famosa Misión
Latinoamericana, quien en aquel entonces era un evangelista
bautista basado en la Argentina, realizó una gran campaña en
Bolivia en 1916 que atrajo a grandes multitudes. Sin embargo,
no daba resultados; no se registraban decisiones a favor de
Cristo.277 La Misión había ganado el favor y apoyo del pueblo y el
gobierno, pero no resultó en frutos espirituales. El primer
período se caracterizaba por la semilla sembrada sin rendir una
cosecha. No obstante, los misioneros perseveraban en sus
labores. En 1920 hubo otra revolución y un gobierno muy
conservador tomó el mando del país. Esto marcó el comienzo de
un segundo período en la historia bautista boliviana.
Los Contratiem pos
(1920-1935)

En 1920 la Misión de los bautistas de Canadá estaba bien


consolidada. Ya había establecidas varias “cabezas de playa”,
desde las cuales la obra iba a invadir todo el país. A. G. Baker
estaba en La Paz ejerciendo sus dones intelectuales; Johnson
Turnbull, el sucesor de Reekie en Cochabamba, ejercía sus
dones de amabilidad y simpatía en ese centro; y C. N. Mitchell
se encontraba en Oruro siguiendo su ministerio caracterizado
por la perseverancia. Trabajaban estrechamente con otras
misiones evangélicas, especialmente con Jorge y María Alian,
los fundadores de la Misión Evangélica Andina que ha contri­
buido tanto al avance evangélico boliviano.27‫ ״‬Debido a la
112 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

presencia de otro gobierno conservador, la Misión decidió


reanudar la fundación de escuelas como un medio de promover
el evangelio. Bajo la dirección de Alejandro Haddow, la Escuela
Reekie abrió sus puertas en 1923. Hasta el día de hoy esta
institución sigue sirviendo al pueblo boliviano y es considerada
una de las mejores escuelas en Bolivia.
Otro acontecimiento significativo fue la apertura de la obra
bautista en el pueblo minero de Llallagua. Los misioneros
descubrieron que las poblaciones mineras estaban más abiertas
al evangelio porque los pobladores estaban desarraigados de sus
pueblos natales y eran más anticlericales. Las poblaciones en la
zona de Oruro daban muy buenos resultados.279 Otro factor
significativo en Llallagua fue la iniciativa nacional en la
fundación de la obra. Los primeros conversos fueron ganados
por un laico boliviano y el desarrollo de la congregación se debía
casi exclusivamente a medios nacionales. Aun proveyeron los
fondos para su primer edificio.280 En otras palabras, en este
nuevo período se ve el comienzo de la dirección nacional en la
obra bautista boliviana. El contratiempo de la limitación de la
obra de las misiones redundó en la bendición de la iniciativa
nacional.
Otro contratiempo boliviano que redundó en una bendición
para los bautistas era la condición de siervo de los indígenas
quechua y aymara. La servidumbre, o sea el peonaje, perduraba
en Bolivia por muchos años. Era un vestigio de la colonia y el
sistema de encomiendas. Es decir, los siervos de una hacienda,
o de una estancia, eran propiedad del dueño al estilo feudal. De
una forma providencial, Dios dio a los bautistas la oportunidad
de hacer una contribución efectiva a la solución de esta práctica
tan inhumana por medio de un experimento social en su
Hacienda Guatajata, o Peniel.
Antonio Chiriotto, inmigrante italiano naturalizado en Esta­
dos Unidos, había ganado una modesta fortuna como vinicultor
en California. Luego se convirtió en la Misión Peniel en Los
Angeles. Se dedicó a la obra misionera en Argentina y al
cumplir ochenta años se encontraba en La Paz con el deseo de
hacer algo para mejorar la vida de los indígenas del altiplano.
Antes de morir en noviembre de 1911, dejó establecida una
fundación para emplear su dinero en favor de la educación y
evangelización de los indígenas rurales, estipulando que los
B o liv ia 113

albaceas debían comprar terrenos y así poder favorecer mejor a


los indios.281 Se compró la Hacienda Guatajata de 400 hectáreas
y 275 indígenas residentes en ella, situada en las orillas del Lago
Titicaca en la parte más elevada del altiplano, a 100 kilómetros
de La Paz. La junta directiva de la Misión Peniel consistía de dos
metodistas y un bautista. Por unos años los metodistas procura­
ban administrarla sin éxito. En 1920 entregaron la responsabili­
dad a los bautistas canadienses. Pronto organizaron una congre­
gación aymara que creció hasta noventa miembros en 1932. Se
fundó una escuela donde los misioneros enseñaban castellano a
los indígenas, mientras ellos aprendían aymara. La mayor parte
de los conversos en la iglesia eran aymaras de las afueras, no de
entre los siervos de la Hacienda.282 La barrera parecía ser la
continuación de la servitud. Los misioneros se hallaron con una
tremenda contradicción —predicaban el amor y la igualdad
delante de Dios, sin embargo, aquellas familias indígenas, por la
ley del país, estaban obligadas a trabajar para la hacienda en
condiciones sumamente penosas.
Por fin, el misionero Merrick encaró resueltamente la
situación y resolvió ponerle remedio. La Misión resolvió poner
en marcha un plan de cinco años para liberar a los semi-esclavos
aymaras de la hacienda. Empezó pagándoles sueldos equivalen­
tes a lo que ganarían afuera; luego les dió instrucciones y ayuda
para construir casas decentes y como seguir una higiene
saludable. Además proveyó instrucción sobre el cultivo de sus
parcelas. Les prometió que al final de cinco años, para aquellos
que querían cooperar, se le regalaría la parcela correspondiente
a cada jefe de familia. Fue un proyecto realmente revolucionario
que ha tenido un impacto grande sobre Bolivia. La Misión
nombró a una misionera, la señorita Wilson, como directora del
proyecto.288
Otro suceso que afectó la historia bautista durante este
período fue la Guerra del Chaco, con Paraguay (1932-1935). Los
bautistas perdieron a un sinnúmero de sus hombres en los
campos de batalla. Por ejemplo, cincuenta hombres de la Iglesia
Bautista de Oruro se encontraban en las filas bolivianas. La
congregación en Cochabamba tenía a cinco mujeres por cada
hombre presente. A pesar de la guerra, las congregaciones se
mantenían en La Paz, Quillacollo y Llallagua. Hubo una
merma en las iglesias de Guatajata, Oruro, Cochabamba y
114 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Tuscapujyu, pero, aun antes del fin de la guerra, comenzaron a


crecer otra vez.284
Un resultado positivo de la guerra fue el nacimiento de un
nacionalismo boliviano que contribuyó al énfasis sobre la
importancia de una iglesia autóctona. Después de la guerra se
vieron los comienzos de un concilio entre los miembros y los
nacionales para dirigir el avance de la obra. A mediados de este
período, en 1927, el equipo evangelístico de Harry Strachan
intentó evangelizar por medio de campañas públicas en Oruro,
Cochabamba y La Paz. El evangelista-predicador fue Juan
Varetto, el conocido y elocuente argentino, pero Strachan dejó
Bolivia una vez más sin resultados, comentando que Bolivia era
el campo más difícil que él conocía. Sin embargo, al final del
período y de la guerra, la respuesta al evangelio surgió entre los
indígenas y los criollos. Se debía mucho a la creciente conscien­
cia nacional que iba a convertirse pronto en una dirección
nacional para la obra bautista.
La Consolidación
(1936-1945)
Un primer paso en la devolución de la dirección de la obra
bautista de la misión extranjera a la iglesia nacional fue la
formación de una entidad nacional. Desde el año 1933 hubo
concilios regionales de nacionales y misioneros que guiaban la
obra en sus zonas respectivas. Los hermanos bautistas bolivia­
nos se dieron cuenta de la eficacia de tales concilios. Deseaban
organizar un concilio nacional. Al principio, pensaban en
efectuar una unión de todas las denominaciones evangélicas en
una iglesia evangélica nacional. Sin embargo, se dieron cuenta
de la naturaleza idealista de esto. Dabbs dice:
La Iglesia de Cristo, según ellos, era un organismo
supra-nacional. No debe haber judío, griego, bárbaro, . . .
Habría sido fatal convertir a los conversos nacionales en
bautistas “canadienses”, pero de igual manera, habría sido
aún peor convertirlos en iglesias “nacionalistas” bolivianas.
El fin mayor que los misioneros canadienses perseguían era
—una verdadera iglesia de Cristo autóctona, una iglesia
neotestamentaria supra-nacional bien arraigada en el suelo
boliviano .285
B o liv ia 115

Durante su año de licencia en Canadá, el misionero


Johnson Turnbull escuchó informes de la obra bautista en la
India, y resolvió llevar la idea de una obra auto-gobernante y
auto-propagante a la obra canadiense en Bolivia. Debido a su
iniciativa, la Misión en Bolivia se dió cuenta de la necesidad de
formar una entidad nacional. Al considerar la proposición de la
Misión, los bautistas bolivianos se dieron cuenta de que la unión
propuesta requeriría la eliminación de barreras étnicas y socia­
les muy antiguas que caracterizaban a la sociedad boliviana. Por
ejemplo, los quechuas y los aymaras tendría que sentarse en la
misma asamblea con los cholos y los criollos con igualdad de
derechos, una cosa ni pensada en la historia boliviana. Las
diferencias entre las regiones geográficas tendrían que ser
superadas también. En otras palabras, tal unión no sería fácil.
Por fin, y después de mucha discusión, los creyentes de Oruro
invitaron a los demás a una reunión constituyente durante los
carnavales de 1936. El resultado, después de tres días de
deliberaciones sobre la naturaleza de la unión, su base doctrinal,
su constitución y sus funciones, fue la organización de la Unión
Bautista Boliviana, constituida por las iglesias afiliadas a la
Misión bautista.286 A partir de ese punto, la Unión asumiría la
propagación de la fe bautista apoyada por la Misión extranjera.
La Misión resolvió subvencionar financieramente a la Unión
para que fuera el “patrón” de los obreros bautistas. Macedonio
Montaño llegó a ser el primer obrero boliviano empleado por la
Unión.287
Otro desarrollo de este período fue el nuevo énfasis sobre
misiones domésticas. La Misión y la Unión hacían resaltar la
necesidad de la evangelización por medio de obreros bolivianos.
Fueron nombrados obreros para trabajar entre los quechuas de
Llallagua y los aymaras de Viacha. Esto hizo necesario la
implementación del plan de librar a los siervos de Guatajata.
Fue un día histórico cuando el peonaje económico fue abolido
en la Hacienda. En los tres siglos de la historia nacional, no se
había presenciado tal escena en el fundo. Las autoridades
correspondientes estaban presentes para fijar los límites de cada
parcela y sellar oficialmente la escritura de transferencia. Uno
tras otro, cuarenta y ocho de los ex peones escuchaban mientras
se pronunciaban las palabras “mágicas”: “Te proclamo dueño de
esta propiedad”. Tanto los misioneros como los indios sentían
116 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

que se levantaba un enorme peso de encima. El canoso Martín


Chura expresó en una frase sus emociones: “Más de treinta
años atrás, cuando se me obligaba a portar pesadas cargas sobre
la sierra hacia las tierras bajas, solía orar por la libertad. Hoy
Dios ha contestado mi oración”.288
Hasta el mismo gobierno boliviano se interesó en el
experimento. En verdad hubo que confeccionar leyes especiales
antes de poder llevarlo a su feliz desenlace. En los años
posteriores muchos estadistas, misioneros, sociólogos y turistas
han hecho el viaje a Guatajata para estudiar el caso. Fue un
ejemplo magnífico de obra social cristiana. Eliminó una barrera
grande entre los evangélicos y los indígenas. El audaz experi­
mento social rindió grandes resultados para la causa evangélica
en Bolivia.289
A pesar de estas hazañas, el crecimiento de los bautistas no
era dramático. Parece que hubo un cambio de énfasis. Los
misioneros se fijaron más en la calidad que en la cantidad de sus
miembros. Se dedicaron a la fundación de escuelas, la publica­
ción de revistas y la consolidación de las iglesias. En 1938 hubo
solamente 1.000 alumnos en las escuelas dominicales, 350
miembros en unas seis iglesias organizadas que estaban bauti­
zando a unas treinta personas por año. En ese año un buen
número de misioneros renunciaron, dejando sólo a cuatro
familias. Todo esto, más los problemas financieros, físicos y
sociales causados por la Guerra del Chaco y por la Segunda
Guerra Mundial, estaban impidiendo el avance de la obra.

El Cum plim iento


(1946-1952)
Este período se caracterizaba por el cumplimiento de unos
proyectos ya en marcha, y representó el comienzo de una época
de crecimiento. El Colegio Bíblico en Cochabamba, fundado en
1941, llegaba a ser un seminario.290La literatura y las publicacio­
nes se multiplicaban y los bautistas iniciaron un ministerio
radial. Veintitrés misioneros de la Misión canadiense seguían
trabajando en medio de un pueblo bautista boliviano en aumen­
to modesto.
Después de emplear espacio comprado en las radios comer­
ciales de Cochabamba y La Paz por algunos años con buen
B o livia 117

éxito, la Misión canadiense inició la primera obra de radio con


una transmisora propia, “La Cruz del Sur” de La Paz, en 1949, la
cual ha prestado ayuda eficaz a la causa del evangelio en
general. El gobierno concedió condiciones favorables y la
emisora a su vez ha servido a aquél admirablemente bien en dar
clases en los idiomas aymara y quechua, y programas de interés
cultural, además de la proclamación del evangelio. Ha servido
para consolidar toda la obra evangéüca.
La obra bautista experimentó un gran golpe en 1949. La así
llamada “Matanza de Melcamaya” tomó las vidas de tres líderes
bautistas y de cinco creyentes. El misionero Norman Dabbs, un
evangelista ardiente, fue al pueblo minero de Llallagua. Aceptó
la invitación de acompañar al joven pastor Carlos Meneses a un
pueblo cercano para un culto. También iban con ellos el
presidente de la Unión Bautista Boliviana, Francisco Salazar, y
otros miembros de la iglesia, todos en el camión de la misión.
Fueron a Melcamaya y entraron a la propiedad de los bautistas
para realizar visitas y celebrar un culto al aire libre. No sabían
que el cura párroco había estado incitando desde antes a los
indígenas a atacar a los evangélicos. Estaban terminando una
fiesta nacional y los indios ya estaban embriagados. Cuando
Dabbs y los demás estaban ya en el culto, empezaron a caer
piedras entre los oyentes. Los evangelistas cerraron rápidamen­
te el culto, subieron al camión y partieron. Tenían que cruzar
tierra sin camino para llegar al pavimento. Estaban ya en el
camino con todos los vidrios destrozados, cuando por alguna
razón el camión se paró. La horda de fanáticos ebrios atacó con
mayor furia y luego, cuando vieron que se veían luces de un
auto, se dispersaron en todas direcciones. Dabbs, 291 Meneses,
Salazar y cinco indígenas creyentes yacían muertos y unos
cuantos más mal heridos. Por supuesto, las autoridades naciona­
les estaban muy avergonzadas por el trágico suceso. Sirvió para
acentuar el tremendo costo del avance del evangelio en Boli-
via.292
Escribiendo una conclusión al libro de Dabbs, el misionero
H. S. Hillyer da un resumen de la obra bautista en Bolivia en
1952. Destaca el éxito de la obra entre los quechuas en Oruro y
Cochabamba; entre los aymaras del lago Titicaca, pero señala a
los cholos (mestizos) de La Paz, Cochabamba y Oruro como la
espina dorsal de la obra. En 1952 los bautistas estaban llegando
118 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

a ser una denominación de la clase media. Cuatro iglesias se


sostenían a sí mismas y un boliviano fue elegido presidente de la
Unión por segunda vez. Unos cincuenta estudiantes se prepara­
ban en el Seminario en Cochabamba y unos pocos iban a
Seminarios más avanzados en Buenos Aires. Había más de 800
miembros en las iglesias de la Unión. Además, los misioneros
bautistas y los líderes bautistas nacionales asesoraron a las
Sociedades Bíblicas en la traducción del Nuevo Testamento en
aymara.
Otro elemento nuevo entró en la historia bautista cuando
los bautistas brasileños mandaron a sus primeros misioneros a
Bolivia en 1946. Waldomiro Motta, con su familia, se radicó en
Santa Cruz y, a duras penas, inició una obra bautista que ha
llegado a ser floreciente en las llanuras. En 1955 ellos tenían
siete misioneros y ocho iglesias, con 360 miembros.293 La
infusión del espíritu evangelizador y misionero de los brasileños
ha sido un ímpetu para la obra boliviana.
El Crecim iento
(1952 hasta hoy)

La obra bautista boliviana del altiplano, bajo la Misión


canadiense y la Unión boliviana, y la de las llanuras de oriente
bajo los bautistas brasileños, han crecido enormemente desde
1952. Por causa de su importancia durante este período,
conviene trazar brevemente el desarrollo de la obra bautista
comenzada por los misioneros brasileños en Santa Cruz. Ha
resultado en la Convención Bautista Boliviana, una segunda
entidad bautista que complementa la obra de la Unión.
El comienzo de esta obra en 1946 se debía a la construcción
de una línea férrea de 650 kilómetros entre Corumbá, Brasil y
Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. Fausto de Vasconcelos, un
pastor brasileño de una familia muy conocida entre los bautistas
de Brasil, trabajaba en la construcción en 1945. Fue el primer
obrero bautista en el oriente de Bolivia. Distribuía folletos,
literatura evangélica y predicaba a los obreros. Por él, la Junta de
Misiones Extranjeras de la Convención Bautista Brasileña se
enteró del vasto campo misionero. Moisés Silveira, secretario
ejecutivo de la Junta, realizó un viaje en 1946 para reconocer la
zona. Volvió a la Convención e hizo una apelación a la asamblea.
B o livia 119

El joven pastor Waldomiro Motta respondió en la afirmativa. El,


su esposa y tres hijos llegaron a Santa Cruz en julio de 1946,
justamente durante la revolución que depuso y asesinó al
presidente Villarroel. La furia de venganza desató una ola de
violencia que alcanzó a Santa Cruz y al mismo hotel en que se
encontraba la famiüa Motta. Sin embargo, no se desanimaron; al
contrario, superaron los contratiempos y dieron comienzo a la
obra.
Después de un año de trabajo febril en las plazas, Motta y
su familia, especialmente su hija Cruesa, quien tocaba el
acordeón y dirigía los cantos, y el muñeco, Juanito —Motta era
ventrílocuo— que atraía a los oyentes, pudieron organizar la
Primera Iglesia Bautista de Santa Cruz en junio de 1947, con
diez miembros fundadores. Pronto, la flamante iglesia auspició
dos misiones en Montero y Portachuelo y organizó una Asocia­
ción del Oriente Boliviano. En 1952 cambió su nombre y llegó a
ser la Convención Bautista Boliviana. Nombró una Junta de
Misiones Nacionales en 1947 y lanzó un vocero denominacio-
nal, El Bautista Boliviano. Otras juntas para educación cris­
tiana, obra femenil y juvenil, obras de beneficencia y una caja
de jubilaciones iban organizándose mientras crecía la obra. En
marzo de 1961 se fundó un seminario.294 En 1961 contaban con
doce iglesias y 500 miembros. Además del seminario, tienen una
escuela con más de 500 alumnos.295
En 1970, bajo la dirección del misionero brasileño Daniel
Machado, se produjo “una revolución por Cristo” dentro de la
Convención. Citando el espíritu de revolución en el medio y en
la política, recomendó una reestructuración muy revolucionaria
de la obra de la Convención. Acusó a la Convención de haber
caído en la burocracia y recomendó cambios profundos. El
resultado fue la eliminación de las juntas y la formación de una
sola Junta que se ocupaba de todo. Fue un esfuerzo para volver a
los fines evangelizadores y misioneros que predominaban du­
rante la época de los comienzos. Roger Aguirre García fue
elegido secretario ejecutivo. Tal reestructuración dió un nuevo
rumbo a la obra y resultó en crecimiento.296
Debido a la relación entre la Convención Bautista Brasileña
y la Convención de los Bautistas del Sur de Estados Unidos, en
1977 la Convención Bautista Boliviana consideró la cuestión de
una posible relación con la Junta de Misiones Foráneas de los
120 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Bautistas del Sur. La invitación fue extendida, pero la Junta no


quería responder hasta que consultara con los bautistas de
Canadá y de Brasil. Representantes de la FMBSBC consultaron
con Juan Keith de la junta misionera de los bautistas de Canadá.
Al tener su aprobación y el apoyo de Daniel Machado y los
bautistas brasileños, la Junta de la FMBSBC resolvió lo siguien­
te en abril de 1977:
. . .que en respuesta a la invitación de la Convención
Bautista Boliviana a la FMBSBC para comenzar una obra
misionera en Bolivia, y después de consultar con la Junta de
Misiones Extranjeras de los Bautistas canadienses y con los
bautistas brasileños, recomendamos que la FMBSBC co­
mience obra en Bolivia con personal y recursos tan pronto
como sea posible.297

Esta entrada de los nuevos misioneros de Estados Unidos,


fue el resultado de consultas largas y profundas entre los
brasileños, bolivianos y oficiales de las juntas misioneras repre­
sentadas en el trámite.298 Por consiguiente, tres obras misioneras
bautistas están representadas en Bolivia —las de Canadá,
Estados Unidos y Brasil. Hay unos doce misioneros de la
FMBSBC trabajando en Bolivia en el día de hoy. Otras tres obras
pequeñas completan el cuadro bautista en Bolivia, a saber: la
Misión Bautista Internacional con una sola congregación que
representa la obra misionera de una iglesia bautista indepen­
diente de Estados Unidos; la Misión Bautista Maranatha con
unas veinte congregaciones y unos 300 miembros, descrita por
un misionero canadiense “como un grupo anticonvencional de
Estados Unidos.”299; y la Misión Bautista Leta, auspiciada por
letones de Brasil que colaboran con la Convención Bautista
Boliviana.300
Hoy en día hay una cooperación estrecha entre las distintas
ramas de la obra bautista en Bolivia. La Unión Bautista
Boliviana y la Convención Bautista Boliviana se mantienen
separadas, pero cooperan en proyectos evangelizadores y misio­
neros. Hay cordialidad también entre las juntas extranjeras. En
1980 se celebró un gran Congreso Evangelístico Nacional en
Cochabamba, auspiciado por la Unión y la Convención. Puso en
marcha un programa de evangelización de tres años, que dio
muchos resultados. La ocasión demostró la unidad del pueblo
B o liv ia 121

bautista a pesar de las diferencias étnicas. Las reuniones fueron


interpretadas en tres idiomas —castellano, quechua y aymara—
y la gente se vestía según las costumbres típicas. Criollos e
indígenas se reunieron con misioneros canadienses, brasileños
y estadounidenses para alabar a Dios y hacer planes para
evangelizar el país.301
Hoy en día los bautistas de la Unión Bautista Boliviana
cuentan con noventa iglesias y más de 11.000 miembros; la
Convención Bautista Boliviana cuenta con veinte congregacio­
nes y cerca de 1.500 miembros. El porvenir de la obra bautista
boliviana promete mucho. Quizá el significado mayor de los
bautistas bolivianos sea su espíritu pionero, porque como dice
Jaime Goytia:
Nosotros los bautistas hemos sido pioneros en estable­
cer la obra evangélica en Bolivia; eramos pioneros en la obra
de evangelización; pioneros en la obra educacional por
medio de la escuela Reekie; pioneros en las reformas
agrarias por medio de la liberación de los peones indígenas
de Guatajata; pioneros en la educación teológica por medio
del Seminario en Cochabamba; pioneros en la obra radial
por medio de la emisora “Cruz del Sur”; y somos pioneros en
la promoción de las relaciones interdenominacionales. *“

De veras, los bautistas bolivianos son únicos. Se han


desarrollado en un ambiente difícil y por medio de fuentes
diversas, pero se han aglutinado alrededor del propósito evange-
lizador. Tienen un porvenir que promete mucho. Deben ocupar
un lugar muy importante en la historia bautista del mañana.
C apítulo VI
PERU
Perú, conocido en la historia como centro del famoso
imperio incaico y sede del virreinato español, es un país de
grandes contrastes. Geográficamente, se divide en tres partes
—la costa desierta, el altiplano montañoso y la selva tropical. La
población, aproximadamente dieciocho millones, se divide en
tres tipos —la mitad es indígena, una tercera parte mestiza y un
poco más del diez por ciento es europea. En las tierras fértiles de
la costa, los muchos ríos proveen agua para el riego. Grandes
ruinas de civilizaciones antiguas y preincaicas se encuentran a
lo largo de la costa; el altiplano va revelando a los arqueólogos los
vestigios del esplendor inca. De veras, Perú es un país fascinan­
te.
Políticamente, el pueblo peruano está recientemente expe­
rimentando una medida de libertad y progreso. Herederos del
totalitarismo incaico y español, ha sufrido las vicisitudes de
gobiernos intolerantes y caudillos autocráticos. Los indígenas,
de descendencia aymara y quechua, han luchado noblemente
por sus derechos. Desde que Pizarro traicionó al inca Atahualpa,
ha habido problemas entre los europeos y los indios. Desde que
el sacerdote Valverde levantó el paño blanco que inició la
masacre, ha habido una resistencia a la religión del patrón. Por
eso, los movimientos libérrimos, como el aprismo de Haya de la
Torre, apelan al indio quien, como Atahualpa, quiere tirar abajo
los símbolos de una religión explotadora.303
El peruano es incurablemente religioso. La sociedad incai­
ca era netamente religiosa; la colonia era extremadamente
religiosa; y en las dos cada clase de crueldad era justificada en
nombre de la religión. Por casi 300 años los indígenas estuvieron
bajo el yugo del sistema colonial con su régimen feudal. Vino la
independencia política en 1821, pero seguía la servidumbre del
122
Perú 123

pueblo por una aristocracia de sangre aliada a carteles explota­


dores. No es de sorprender que el materialismo y el marxismo
hubieran surgido entre un pueblo desesperado en pos de la
libertad; un pueblo cansado de un espiriualismo espurio,
mezclado con una política corrompida. Sin embargo, se han
hecho grandes adelantos desde la década de 1950. Debido a
presidentes decentes y a militares progresistas, el pueblo
paulatinamente ha podido expresarse. Como resultado, el
APRA, partido perseguido por mucho tiempo, ha ganado la
dirección del país y ha elegido a un presidente joven. Los
obstáculos, tal como el terrorismo de izquierda y el conservadu­
rismo de derecha, son muchos, pero es evidente que el pueblo
peruano ha tomado un nuevo rumbo. Parece que una verdadera
revolución peruana está en marcha.
Durante la colonia Perú fue el centro de la Inquisición. Más
de cincuenta y nueve personas fueron quemadas como herejes,
y muchos cientos más castigadas en otras maneras por crímenes
contra el dogma de la Iglesia Católica Romana. Este legado de
intolerancia religiosa, más la reacción humanista de las vícti­
mas, ha producido un ambiente peruano difícil para la predica­
ción genuina del evangeüo. A pesar de esto, ha habido elemen­
tos liberales, interesados en la instrucción popular y la erudición
personal que han sido un punto de contacto para los evangéli­
cos. Estos mismos elementos, aunque simpatizantes de la
Iglesia oficial, han promovido el estudio de la Biblia como una
manera de elevar la cultura del pueblo y de reformar la religión
popular.iü4 Perú tiene el orgullo justificado de haber tenido la
primera universidad en las Américas, la de San Marcos, que fue
autorizada en 1551.35‫״‬
L os Precursores
(1822-1927)
Una vez más fue Diego Thomson, el bautista escocés, que
dio un gran impulso a la lectura de las Sagradas Escrituras en
Perú. Thomson, agente de la Sociedad Bíblica Británica y
promotor del sistema lancasteriano de educación pública, fue
invitado por el mismo San Martín a visitar Lima con miras de
instalar un sistema de educación popular. Llegó a Perú en 1822
y fue recibido por San Martín, quien le dio un abrazo tradicional,
y por los oficiales de la municipalidad y de la Iglesia Católica
124 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Romana.306 Aprovechando el ambiente liberal creado por la


guerra de la independencia, y contando con el apoyo de San
Martín y ciertos clérigos liberales, como José Navarrete, Thom­
son tuvo mucho éxito en fundar escuelas populares que usaban
la Biblia como texto.307 Este hecho es muy significativo en la
historia de Perú porque hasta ese momento la instrucción
académica era exclusivamente el privilegio de los ricos. La
iniciativa de Thomson fue la primera que proveía educación
formal para las masas. Thomson se preocupó también de los
indígenas. Por medio de las Sociedades Bíblicas pudo costear la
traducción de porciones del Nuevo Testamento al aymara.
Lamentablemente, una traducción de todo el Nuevo Testamen­
to al aymara por el doctor Vicente Pazos Kanki, oriundo del
pueblo aymara, a quien Thomson conoció por casualidad en
Londres, se perdió en Buenos Aires, juntamente con una
traducción de los Salmos por el mismo traductor.308
Muchos escritores evangélicos lamentan el hecho de que
Thomson no evangelizaba y fundaba iglesias. Critican también
a sus sucesores por no haber dejado resultados más concretos.
Pero, como observa Kessler y otros, si Thomson hubiera
evangelizado directamente o tratado de convertir a católicos,
habría perdido en seguida su oportunidad de educar y promover
la lectura de la Biblia. Sus escritos y cartas reflejan un espíritu
ferviente de evangelización. Sin embargo, bajo las circunstan­
cias del ambiente, optó por promover el evangelio verdadero por
medio de la Biblia. Thomson tenía una convicción muy profun­
da de que la Biblia misma tenía eficacia y poder. El creía que los
pueblos de América Latina podían experimentar el nuevo
nacimiento por el contacto directo con la Palabra de Dios sin
dejar, necesariamente, a la Iglesia Católica Romana. El pensaba
que la mejor manera de reformar a la Iglesia Católica Romana
en América Latina era la lectura y el estudio de la Biblia —y en
esto era muy fiel a un principio básico de los bautistas.309 Sin
embargo, al final de su vida, cuando veía que su filosofía no daba
el fruto que él deseaba, Thomson trató de organizar una
sociedad misionera para América del Sur. En medio de esta
tarea, la muerte le sorpendió en 1854 y su iniciativa quedó en la
nada.310
La obra de Thomson fue seguida por agentes de la Sociedad
Británica con pocos resultados. Iban sentando las bases para la
Perú 125

obra evangélica y bautista venidera. Lucas Mathews, el colega


de Thomson, llegó a Lima en 1828, pero no encontró tanto
interés de parte del pueblo como Thomson. Por lo menos, logró
vender al gobierno 1.000 ejemplares de la Biblia para ser usados
en las escuelas lancasterianas. Mathews, lamentablemente,
desapareció misteriosamente durante un viaje posterior a Co­
lombia.311
Cabe destacar, como otro precursor bautista, las obras de la
Sociedad Bíblica Americana. Debido a la presencia de la
Sociedad Británica, aquella no se preocupó mucho por Perú.
Además, un señor Brigham había pasado por Lima en 1825 para
reconocer el país. Vendió muchas Biblias que le habían manda­
do a precios reducidos o las distrubuyó gratuitamente. Pero,
Brigham le llevó a la Sociedad Americana un informe negativo y
aconsejó una política de “espera”. Así la Sociedad perdió una
gran oportunidad para llegar a Perú, porque después de este
período liberal fue más difícil entrar.312
Hubo un largo período de intranquilidad política en Perú
que dificultaba la propagación del evangelio durante los años
1826-1857. El país sufrió crisis tras crisis y soportó una serie de
guerras dañinas con Colombia (1826), Argentina y Chile (1836)
y Bolivia (1841). En cambio, hubo unos breves tiempos bajo
influencias liberales en que el país experimentó reformas
sociales, especialmente los años 1845-1854. Bajo dos presiden­
cias de Ramón Castilla se modernizó el sistema educacional y
administrativo del país, se decretó la libertad de los esclavos y se
construyó el primer ferrocarril. Hubo una renovación del
liberalismo de los primeros años. Un sacerdote erudito, Francis­
co González Vigil, se atrevió a atacar las pretensiones de la
jerarquía romana (1851). La Iglesia Católica Romana perdió
algunos privilegios como el fuero eclesiástico (1856) y los
diezmos (1859).313 Como dijo un sacerdote: “Parecía que el
tiempo había venido en que Dios escoge ser adorado con menos
esplendor y más humildad”.314
La Sociedad Americana reanudó su interés en Perú en
1833. Isaac Watts Wheelwright, de Estados Unidos, salió en
noviembre “para Valparaíso, Chile, con 200 Biblias en castellano
y muchos Nuevos Testamentos en inglés para los marineros
americanos.”315 Wheelwright fue encargado a visitar las ciuda­
des de Chile, Perú, Ecuador, Nueva Granada y México occiden-
126 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

tal. Esta gira no dio buenos resultados pero, por lo menos,


resucitó el interés de la creciente Sociedad Americana. Otro
agente, un tal Nesbitt, quiso remontar el Amazonas en 1856
para así llegar a Perú con la Biblia, pero desgraciadamente
murió en el viaje entre Nauta e Iquitos. Más significativo para
este estudio fue el viaje del conocido colportor metodista, Andrés
Milne, a Perú en 1883 que resultó pronto en el nombramiento
de Francisco Penzotti, un metodista del Río de la Plata, como
agente de la Sociedad Americana en Perú en 1884.316
Penzotti fue el puente entre la obra precursora y la obra
permanente de los evangélicos en Perú. Aunque fue a Perú
como colportor interdenominacional, llegó a ser el fundador de
la obra metodista en el país; y el caso Penzotti, por causa del
alarde internacional que tuvo, se hizo el precursor de todas las
iglesias evangélicas. En Callao y Arequipa, Penzotti y su familia
soportaron toda clase de molestias —piedras, dinamita encarce­
lamientos, enfermedades (murió un hijito de 22 meses)—
mientras vendía miles de Biblias y organizaba congregaciones
de creyentes. El caso célebre de su arresto y encarcelamiento en
Arequipa por ocho meses, mientras que la Iglesia Católica
Romana resistía la intervención de los cuerpos diplomáticos de
Estados Unidos y de Italia que abogaban por su liberación, fue
un golpe de muerte a la intolerancia religiosa en Perú. Su
liberación en marzo de 1891 llamó la atención de todo el mundo
y ganó la simpatía del pueblo peruano. Según algunos escritores
peruanos, después del caso Penzotti, “la tolerancia religiosa ya
fue un hecho de facto si no de jure”.3'7
Aunque fue el precursor principal de los bautistas en Perú,
la Iglesia Metodista, después de un comienzo tan fuerte, se
entregó a una obra social y educacional que ganó muchos
favores para los evangélicos, pero no resultó en un aumento de
creyentes evangélicos. Tomás Wood, veterano metodista de
Argentina, reemplazó a Penzotti como líder de la Misión
metodista y de la Sociedad Americana. Wood llegó a ser un
campeón de la libertad religiosa y condujo una campaña exitosa
para lograr la ley del matrimonio civil en 1903. Ubicó su oficina
frente al edificio que antes era sede de la temible Inquisición.
Sufrió persecuciones y visitas a las cárceles, pero consolidó la
denominación metodista en una obra principalmente educacio­
nal. Kessler observa que la obra de Wood hizo mucho por medio
Perú 127

de la educación para abrir Perú para el evangelio, pero tal obra


no era muy evangelizadora. Mientras que Penzotti “consideraba
a la iglesia como un instrumento para la evangelización, Wood
la consideraba como una institución para extender; Penzotti
relacionaba la conversión con la voluntad, mientras Wood la
relacionaba con la mente”. De ninguna manera se debe menos­
preciar la obra de Wood y de los metodistas, pero la tradición
“Penzotti” se veía más en otras entidades evangélicas que
aprovecharon la preparación hecha por Wood.318
Edificando sobre los cimientos de Thomson y Penzotti-
Wood, otras iglesias evangéücas intentaron abrir obras en Perú.
Aún antes, la misión de Guillermo Taylor en 1877 trataba de
abrir escuelas en Callao, Moliendo y Tacna, pero la iniciativa
quedó en la nada debido a la guerra con Chile. David Trumbull,
de fama evangélica en Chile, trató de auspiciar una obra
presbiteriana en Perú por medio de la Junta de Nueva York en
1884, pero quedó en la nada por falta de apoyo financiero.319 Sin
embargo, las sociedades de la Unión Evangélica (Regions
Beyond Missionary Union) y la Alianza Cristiana y Misionera de
Estados Unidos entraron en Perú después de 1897, recogieron
el fruto de Penzotti y otros evangélicos independientes, y
siguieron una obra de evangelización agresiva. Bajo la dirección
del lider Juan Ritchie, estas misiones interdenominacionales
—entre sus misioneros, varios bautistas— se unieron en la
Iglesia Evangélica Peruana, la más grande del Perú en el día de
hoy, aparte de los pentecostales y adventistas. Debido a sus
características similares a los bautistas, ha sido un precursor de
los bautistas en Perú.320
Los C om ienzos
(1927-1966)
Relativamente hablando, los bautistas llegaron tarde a
Perú. Por supuesto, Diego Thomson era bautista, pero no
procuraba establecer una denominación; había misioneros bau­
tistas entre los pioneros de la Unión Evangélica y de la Alianza
Cristiana y Misionera, pero denominacionalmente hablando, la
presencia bautista no se hizo notar hasta 1927. A partir de aquel
año, los bautistas irlandeses han mantenido una “cabeza de
playa” bautista en el extremo sur de Perú cerca de Chile.
Realmente, esta obra pertenece a su red de iglesias pequeñas a
128 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

lo largo del ferrocarril que atraviesa Argentina, Bolivia y Perú.


Roberto Hosford, un pionero irlandés de la obra bautista en
Argentina, llegó a ser un banquero pudiente en la ciudad de
Rosario, Argentina, al principio del siglo XX. Apoyó plenamente
los comienzos de la obra misionera de los bautistas del sur de
Estados Unidos (FMBSBC) con su influencia y sus medios.321
Por un tiempo fue nombrado misionero de la FMBSBC pero,
siendo oriundo de Cork, Irlanda, también mantenía un contacto
con los bautistas irlandeses. La Misión Foránea de la Unión
Bautista Irlandesa se organizó en 1924, y en 1928, después de
una visita de Hosford a Irlanda, resolvió respaldar la obra ideada
por Hosford y realizada por los obreros que él empleaba para
evangelizar en el norte de Argentina y en Perú. Hosford llegó a
ser su agente en Argentina y administraba la obra hasta que
llegaron los primeros misioneros en 1933. Además de unas
obras fructíferas en el norte de Argentina, que ahora forman
parte de la Convención en ese país, surgieron iglesias entre los
aymara y los quechua en el altiplano peruano cerca del Lago
Titicaca.322
R. Sambrano y O. Avalos, hoy en día pastores en Argentina,
fueron de los primeros evangelistas mandados a la zona por
Hosford y los irlandeses. Siendo jóvenes, y muy buenos jugado­
res de fútbol, pasaron por los pueblos de Puno y Tacna
reuniendo a los jóvenes, evangelizando y jugando al fútbol.
Eran evangelistas-aventureros itinerantes. La familia Bettin, de
Rosario, Argentina, también se relacionó con Hosford en esta
obra. La señora Rosa de Bettin era una de varias “mujeres
bíblicas” que promovían la obra. Era realmente una obra de
sacrificio y abnegación y merece un lugar importante en la
historia de las misiones. La obra ha crecido y en el día de hoy
cuenta con setenta y ocho congregaciones pequeñas, con
aproximadamente 2.000 miembros. En 1967 había trece misio­
neros irlandeses colaborando con la obra.323 Por su relación
estrecha con los bautistas argentinos, las iglesias han recibido
una ayuda fraternal de la Convención Bautista Argentina de vez
en cuando. Sin embargo, por su aislamiento, no han tenido un
contacto directo con la Convención Bautista de Perú.
Desde 1930 otros bautistas independientes, como la Iglesia
Bautista Independiente de Oliverio Bell en Trujillo y la Misión
Maranatha (1964), han desarrollado obras separadas, no relacio-
P erú 129

nados con las entidades nacionales que han surgido. Estas


iglesias tendrían más o menos 300 miembros.324 La Asociación
de Bautistas para la Evangelización Mundial, mencionada en la
consideración de las obras bautistas en Colombia y Venezuela,
inició una obra en Perú en 1931 alrededor de Iquitos, que hoy en
día cuenta con noventa y tres congregaciones y más de 1.000
miembros.325 Han podido expandir su obra río abajo por el
Amazonas. Trabajan también entre los indígenas unos misione­
ros sostenidos por los bautistas “Mid-missions” de Estados
Unidos, en la misma zona.
Sin embargo, el origen de la Convención Evangélica
Bautista de Perú se remonta hasta el año 1950, cuando la Junta
de Misiones Foráneas de los Bautistas del Sur de Estados
Unidos inició una obra en Perú. Elementos de estas otras obras
bautistas se han unido con el desarrollo de esta obra misionera.
Los misioneros pioneros fueron los esposos Oates. Llegaron a
Lima en 1950 y comenzaron la obra matriculándose en la
Universidad de San Marcos. Pensaron evangelizar y establecer
una relación con universitarios para formar un núcleo para la
obra nueva. En 1951 se organizó la Primera Iglesia en Miraflo-
res y al año siguiente organizaron la Primera Iglesia en el centro
de la ciudad. Los esposos Harris llegaron a Lima en 1951 para
ayudar y formaron la Iglesia Bautista de Lince en 1953. Estos
dos matrimonios trabajaron solos hasta 1956, cuando llegaron
los esposos Sledge, Chamless y Brasington. Los esposos Led-
ford, Bryan y Ratliff llegaron entre los años 1957 y 1959. Este
equipo de misioneros formaron la fuerza de choque de la nueva
misión.
Desde el principio, la Misión tenía el deseo de alcanzar a los
peruanos de la clase media para arriba. Por eso, pusieron mayor
énfasis entre los universitarios. Uno aceptó un puesto en la
Universidad como profesor de inglés. Fue fundada una librería
en Lima para proveer materiales para los creyentes y para atraer
a las clases instruidas. En 1954 se organizó una iglesia en
Arequipa y otra en Trujillo. En Piura los misioneros usaron la
radio y la televisión para abrir una obra. En 1959 se fundó un
Instituto Teológico que ha llegado a ser el Seminario Teológico
ubicado ahora en Trujillo. Durante este período de comienzos
casi toda la iniciativa estaba en manos de los misioneros
foráneos.
130 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Los primeros misioneros no contaban al principio con


elementos nacionales. Por eso, buscaron líderes nacionales de
otros países, tales como Argentina y Cuba. Ordenaron a un ex
presbiteriano, quien llegó a ser uno de los tres pastores. Muy
pronto esta política resultó ser un problema serio. Se produjo un
cisma entre los misioneros y los tres pastores que redundó en
varios pleitos y mucha amargura. La flamante obra pronto se vio
en una gran controversia sobre beneficios y propiedades mate­
riales. Dos de los pastores dejaron la obra en 1956 y el tercero
en 1958. Era necesario empezar de nuevo. En 1963, después de
trece años de trabajo, la obra de los bautistas del sur consistía en
cuatro iglesias con 322 miembros.
A pesar de estos contratiempos, la obra repuntó en los
primeros años de la década de 1960. Los altibajos causaron
reajustes en la política misionera, que enfatizaron la participa­
ción plena de los nacionales en la dirección de la obra.
La Convención Evangélica Bautista
(1966 hasta hoy)
La Convención Evangélica Bautista de Perú se organizó en
1966. A partir de ese momento, la dirección de la obra bautista
en Perú ha estado pasando de la Misión a la Convención. Los
problemas de relación han continuado, pero han sido soluciona­
dos por la buena voluntad de las dos partes. La Misión
voluntariamente se ha puesto bajo la dirección de la Convención
y las principales instituciones, como las librerías, el Seminario,
las obras de radio y televisión y la educación teológica por
extensión, son administradas por juntas mixtas. La proyección
del futuro de la obra es tarea de la Convención, respaldada por la
Misión. Aunque la Convención sigue dependiendo de mucho
personal y dinero de la Misión, hay un espíritu de cooperación y
respeto mutuo.
Las cuatro iglesias y once misiones que existían en 1963
llegaron a ser quince iglesias y veintisiete misiones en 1969.
Desde aquel año la obra ha crecido lentamente y ha expandido
su campo de operación. En 1970 había trece familias misioneras
trabajando con unos quince pastores nacionales ordenados. El
retorno del pastor Julio Villar, desde Argentina, ha reforzado
mucho las filas de los pastores. Villar, oriundo de Perú, estudió
P erú 131

en el Seminario Internacional en Buenos Aires y pastoreó varias


iglesias en Argentina antes de volver a Perú para ser pastor de la
pujante Iglesia Central en Trujillo. Villar, como líder en la junta
misionera peruana, tiene una amplia visión de las posibilidades
de los bautistas peruanos. El y los otros pastores peruanos,
juntamente con los misioneros, han trazado un plan de avance
muy ambicioso para ocupar las ciudades principales del Perú.
Mientras la Convención se va desarrollando, la Misión ha
ampliado sus ministerios. La mayor parte de los misioneros
están ocupados en la enseñanza y la evangelización, pero unos
nuevos misioneros están trabajando con los indígenas quechua;
otros están experimentando con métodos evangelizadores nue­
vos en los barrios de Lima; otros están trabajando en el campo
de la agricultura; otros están enseñando los cursos sobre el
discipulado; y unos pocos están ocupados en la comunicación
por radio y televisión. La Misión está respaldando las librerías
con un depósito de libros de la Casa Bautista de Publicaciones y
está auspiciando dos campamentos bautistas regionales. Todo
este trabajo se hace en cooperación estrecha con la Convención
Nacional.
El eficiente trabajo del Seminario en Trujillo está preparan­
do un equipo de pastores bien adiestrados. En 1986 había
setenta y tres pastores nacionales. Esto representa un gran
adelanto. Para complementar la obra del Seminario, la Conven­
ción con la ayuda de un director misionero, está desarrollando
un programa de educación teológica por extensión, con su
sede en el Seminario. En 1986 había catorce centros de estudio
en el país. La Convención tiene un departamento de Acción
Social que ayuda a las iglesias a auspiciar programas que
responden a las necesidades de un país azotado por la pobreza y
el hambre. En el departamento de Cajamarca, los bautistas han
construido un canal de riego que beneficia a 119 familias de
agricultores de la zona. Como resultado de este proyecto social,
se organizó una iglesia con treinta y siete nuevos creyentes. Hay
obra bautista en doce de los veintitrés departamentos de Perú.3“
La historia de Perú está llena de catástrofes naturales,
especialmente terremotos, sequías e inundaciones. En mayo de
1970 unas 80.000 personas murieron y otros miles fueron
heridos en el peor terremoto de la historia peruana. Un año
después una avalancha mató a centenares. El pueblo bautista
132 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

respondió a estas dos desgracias con personal y materiales. Esta


respuesta ha elevado el concepto popular de los bautistas.
Otro acontecimiento que ha impactado el pueblo bautista
peruano en los últimos años fue la llegada de Alba Montes de
Oca, como misionera foránea de Argentina. Por un tiempo Alba,
una obrera muy consagrada y bien preparada, trabajó abnegada­
mente con los indígenas, pero al casarse, ella y su esposo
argentino se radicaron en Chimbóte, una ciudad pesquera en la
costa donde están estableciendo tres nuevas iglesias. El ejemplo
de los esposos Clark ha inspirado a los peruanos a pensar en la
posibilidad de enviar a misioneros al extranjero. Alba Montes de
Oca de Clark merece un lugar muy especial en la historia
misionera de América del Sur.327
En resumen, la Convención Evangélica Bautista de Perú en
1986 contaba con setenta y seis iglesias y 5.826 miembros. Hay
setenta y seis pastores nacionales trabajando con cincuenta y
ocho misioneros de Estados LJnidos. Esta Convención, junta­
mente con las otras obras bautistas ya mencionadas, representa
un crecimiento grande en los últimos años. Las instituciones,
como el Seminario, están funcionando para adiestrar a la
creciente comunidad. Algunos factores que han contribuido a
este crecimiento son: el impacto de campañas de evangeliza-
ción, el énfasis sobre la preparación de pastores y laicos, el
desarrollo de iglesias locales, la nacionalización de la obra y los
campamentos para jóvenes. A pesar de esto, hay una falta de
obreros y una gran necesidad de fomentar la mayordomía de los
creyentes.
Los bautistas de Perú se encuentran en un momento de
gran oportunidad. Tienen los elementos y recursos para res­
ponder a las grandes necesidades de su patria. Sólo falta la
consagración total al desafío evangelizador y misionero. Deben
tener un lugar muy importante en la historia bautista del
porvenir.
C apítulo VII
CHILE
Entre los países de América del Sur, Chile es único en
diversas maneras. Entre las comunidades bautistas de América
del Sur, la comunidad bautista chilena es única en sus diversos
antecedentes.
El clima de Chile es extraordinario. En el norte, Chile
penetra bien adentro de la zona tropical y sin embargo las costas
están siempre frescas. Muy al sur, tan distante del ecuador
como lo es el estado de Maine en Estados Unidos, no caen
heladas y se producen papas de excelente calidad. La corriente
antártica funciona como un gigantesco termostato. Hay 1.000
kilómetros de largo en el norte que son desiertos, ricos en
minerales de nitratos, cobre, azufre, hierro, manganeso y
uranio.
El corazón de Chile, donde reside el ochenta por ciento de
su población de 13.000,000, se halla desde un poco al norte de
Valparaíso hasta Osorno, unos 700 kilómetros del largo del país,
zona de excelente agricultura con predominio de viñas y frutas
en la parte norte, y ganado y cereales en la parte sur. Luego hay
una zona de inmensas reservas forestales donde hay muy poca
gente. Más al sur, alrededor del estrecho de Magallanes, están
las dilatadas haciendas ovejeras.
El Contexto Cultural Chileno
Reflejando esta variedad geográfica, la obra bautista en
Chile ha surgido de una variedad de fuentes históricas y
religiosas. Un vistazo a estas fuentes revela a marineros
alemanes, misioneros menonitas, colonos alemanes y escoceses,
misioneros norteamericanos, denominaciones europeas y nor­
teamericanas, elementos brasileños, cubanos, argentinos y
mexicanos y colportores escoceses. Entre todos estos antece-
133
134 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

dentes humanos —congregacionalistas, presbiterianos, aliancis-


tas, metodistas de santidad, menonitas y bautistas europeos y
norteamericanos— todos tenían una influencia directa sobre la
formación de la obra bautista. La comunidad bautista de Chile,
bastante homogénea en el día de hoy, emanó de un trasfondo
muy heterogéneo. Como el mismo país, ha asimilado una
diversidad impresionante.328
A lo largo de esta faja, llamada Chile, hay veintisiete
volcanes, entre ellos la cumbre más elevada del hemisferio, el
Aconcagua, cuya altura llega hasta 7.023 metros. De la misma
manera, a lo largo de la historia bautista chilena, ha habido
muchos altibajos. Los bautistas y sus líderes han ascendido a
elevaciones espirituales muy altas; y los mismos han explorado
las profundidades de lamentables momentos bajos. El desarrollo
de la obra pujante de los bautistas chilenos ha sido una saga de
progreso lento en medio de divisiones frecuentes.329 Otra ana­
logía interesante es la de la política bautista y la política chilena.
Las dos han pasado por trastornos políticos serios, pero han
salido de éstos como pueblos políticamente responsables.
Religiosamente, los bautistas se encuentran entre un
catolicismo tradicional y un pentecostalismo sensacional. No
han sido arrollados por la irrupción del pentecostalismo, como
algunas de las iglesias protestantes porque, como dice el
misionero H. C. McConnell, “toleramos un poco de gritería”.330
Sin embargo, no han gritado tanto como otras denominaciones
en contra de la Iglesia Católica Romana; en otras palabras, han
mantenido su oposición a la Iglesia Católica Romana con
altura.331 Esta flexibilidad eclesiástica ha sido una característica
positiva de los bautistas chilenos.
Esta tolerancia bautista refleja algo del espíritu tolerante de
todo el país. Los españoles que se radicaron en Chile,332 en
contraste con los de Perú, no esperaban hallar grandes depósitos
de oro u otras riquezas en la región. Por eso, eran más pacíficos y
se radicaron en las llanuras y los valles de la parte central porque
les gustaba el clima. La población indígena, araucanos y
mapuches, se retiró al sur del río Bío-bío. Resistían las intrusio­
nes de los españoles, y jamás se rindieron hasta que arreglaron
una tregua con ellos en 1883.333 La fusión de razas en Chile
produjo un pueblo enérgico y la colonia española más floja
fomentaba una independencia más grande.
C h ile 135
Esta independencia tolerante y la ausencia de una lucha
con los indígenas dejaba desarrollar una atmósfera liberal en
Chile, que motivó una gran inmigración europea después de
1850. Por consiguiente, el liberalismo estimuló muchas refor­
mas liberales e industriales.334 Los presidentes Bulnes y Montt
(1841-1861) ofrecieron a las familias alemanas liberales, que
habían huido de la contrarrevolución de 1848, colonizar la
“frontera” con los grupos indígenas al sur del río Bío-bío. Ahí
surgieron las primeras comunidades luteranas alemanas de
Chile.335Ahí también se radicaron otras colonias en la década de
1880, reclutados por agentes del gobierno, que formaron el
semillero de la obra bautista.
Estos desarrollos han formado la configuración contempo­
ránea de las tres regiones geográficas de Chile. El norte, hasta la
Guerra del Pacífico una posesión de Perú y Bolivia, retiene las
características indígenas, cultural y físicamente hablando, de
partes de Perú. El sur es el hogar de los remanentes araucanos,
pero representan menos de dos por ciento de la población del
país y no se han integrado en la sociedad inmigrante que ha
determinado el curso social de la zona. Por causa de la
industrialización y la urbanización en el centro de Chile, gente
del sur y del norte se ha trasladado allí. Por lo tanto, en Chile
central las culturas indígena e inmigrante se confrontan la una
a la otra en una cultura netamente española. La denominación
bautista chilena se ha criado en este marco social y cultural. Por
consiguiente, refleja la influencia de él.

Los Precursores Protestantes Evangélicos


(1821-1908)
Cuando la denominación bautista nació en Chile en 1908,
contaba con un trasfondo protestante-evangélico noble, desarro­
llado entre los años 1821 y 1908. El paladín de los precursores
bautistas fue el bautista escocés Diego Thomson.336 El ubicuo
Thomson era un precursor bautista, no solamente en Chile, sino
también en Argentina, Perú, Colombia, Ecuador, México y el
Caribe.337 Thomson puso los cimientos para una obra bautista,
pero no había nadie para continuar sus iniciativas. Era colportor
y maestro; no trataba de fundar iglesias o iniciar una obra
denominacional.338 Thomson fue invitado a Chile por el liberta­
dor Bernardo O’Higgins en 1821 para empezar una serie de
136 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

escuelas populares según el sistema educacional de José Lan-


caster, un protestante inglés de persuación cúaquera.339 De
acuerdo con este plan, los alumnos más avanzados enseñaban a
los demás bajo la dirección de un profesor; y el libro de texto
principal era la Biblia. Thomson no hizo en Chile propaganda
directa de su fe pero, con el respaldo de O’Higgins, estrenó la
primera escuela en 1821 en el lugar donde hoy queda el Teatro
Municipal en Santiago. Las prensas del gobierno imprimieron
las porciones de la Biblia que Thomson usaba. Esto trajo una
protesta del clero romano. Parece que a Thomson se le pidió que
trazara un plan para traer a Chile un número considerable de
inmigrantes. A pesar del apoyo de O’Higgins, el plan fue
frustrado por la intervención del padre Guzmán, quien recono­
ció la urgente necesidad de más pobladores para Chile, pero
señaló el peligro de recibir a evangélicos.340
Sin embargo, Thomson persistió y dentro de un año habla
fundado tres escuelas en Santiago, una para entrenar a maes­
tros, y unas más en Valparaíso. El 31 de mayo de 1822
O’Higgins le honró por concederle la ciudadanía chilena.341
Debido a una invitación urgente de San Martín, el libertador
argentino que estaba en Perú, Thomson zarpó rápidamente para
Lima.342 Un reemplazante fue contratado para continuar la obra
de Thomson, pero dentro de diez años no quedaba nada; toda
evidencia de su presencia desapareció.343 Thomson era agente
de la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera. En 1834 la
Sociedad Bíblica Americana se interesó en Chile y envió a Isaac
Wheelwright a Valparaíso. Al chocar con la acostumbrada
enemistad de la Iglesia Católica Romana, en el año 1837, se dio
por vencido y se fue.344 Otros colportores como Juan Brigham,
Lucas Matthews y Andrés Milne pasaron por Chile, pero no
tuvieron mucha suerte en promover la lectura bíblica. Aunque
había un respeto profundo hacia la Biblia entre la gente de las
clases altas, no querían arriesgar la oposición del clero y el peso
de la opinión pública.345
Otro precursor fue el capitán Alien Gardiner, el misionero
solitario de la Patagonia, quien se interesó en los indígenas de
esa zona tan vasta. Después de una serie de altibajos, tragedias y
fracasos, murió de hambre en las costas de Tierra del Fuego. Su
muerte llamó la atención del mundo cristiano e inspiró una
nueva tentativa que resultó en la conversión de casi todos los
C h ile 137

indios patagones en lo que ahora es Argentina.346


Gardiner pasó por Chile en el buque H. M. S. Dauntless, en
1822 y se encontró con algunos araucanos. Impresionado por
sus necesidades, Gardiner siguió su viaje. Sin embargo, cuando
falleció su esposa, renunció a su comisión y se dedicó a la
evangelización de tribus no alcanzadas. Después de fracasar en
sus intentos en Africa y otros lugares, retornó a la Patagonia
chilena para evangelizar a los araucanos. Las sospechas de los
indígenas y los caprichos de los sacerdotes causaron el fracaso
de su intento, pero su consagración, perseverancia y muerte,
más la sabiduría de los métodos misioneros que él descubrió,
dejaron huellas que han influido en los bautistas de Chile.347
Aunque jamás estaba relacionado directamente con los
bautistas, es absolutamente necesario mencionar a David Trum-
bull (1819-1889) como precursor evangélico de los bautistas.
Trumbull, oriundo de la aristocracia de sangre de Connecti-
cut,348ministro congregacionalista,349 graduado de Yale y Prince-
ton con honores académicos,350 llegó a Valparaíso el día de
Navidad de 1845. Fue mandado por la Sociedad Evangélica
Foránea, una entidad interdenominacional, y la Sociedad de
Amigos de Marineros, un grupo interesado en la evangelización
de marineros en los puertos principales del mundo. Ya se
encontraban en Chile extranjeros anglicanos y luteranos, pero
tenían muy poca libertad para realizar sus cultos. Trumbull se
hizo amigo de los líderes de las otras denominaciones y de los
oficiales chilenos. Su cultura y apariencia física ganaron la
simpatía de los nacionales y le dieron permiso de predicar en los
buques, en el puerto y a los habitantes de habla inglesa.
Trumbull había respondido a la invitación de los hermanos
Wheelwright, Juan y Guillermo, prestigiosos extranjeros con-
gregacionalistas radicados en Chile. Ellos escribieron a Prince-
ton invitando a un ministro para servir a la comunidad de habla
inglesa. Los Wheelwright fueron bien aceptados por los oficiales
chilenos porque uno instaló el primer telégrafo en Chile y el otro
construyó el primer ferrocarril.351 Trumbull estaba terminando
sus estudios en Princenton cuando llegó el pedido y, aunque
estaba comprometido con Jane Fitch de Nueva Haven, resolvió
responder en la afirmativa.
Además de su actividad entre los marineros, en 1846
comenzó reuniones caseras en inglés que resultaron en la
138 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

constitución de una congregación interdenominacional de habla


inglesa que tomó el nombre “Union Church”. Se reunió en la
oficina del diario “El Mercurio” y en una bodega alquilada por
más de seis años. A pesar de mucha oposición popular y oficial,
la iglesia pudo edificar un templo y lo dedicó en 1856. El siguió
como pastor de esta iglesia hasta su muerte en 1889.
Las actividades y proyectos de Trumbull durante aquellos
primeros años eran impresionantes. Además de sus deberes
pastorales, inició una sociedad bíblica, una escuela popular, un
hogar para necesitados, un capítulo de la Asociación Cristiana
de Jóvenes y una sociedad de abstinencia de bebidas alcohóli­
cas.352Era soltero, físicamente fuerte y psicológicamente intrépi­
do. Pasó varias pruebas y peligros debido a los prejuicios
clericales y nacionalistas.353 Se cansó de la vida soütaria, le
propuso matrimonio a Mary Fitch por correspondencia y,
cuando ella aceptó, volvió a Nueva Haven, Connecticut para
casarse. Retornó a Valparaíso con su esposa, su suegra y una
cuñada, quienes le acompañaron para ayudar a fundar un
colegio para muchachas.354 Se sostuvo por la iglesia y el colegio y
continuó sus actividades, no solamente en Valparaíso, sino
también en Coquimbo y Santiago.
De todos modos, la razón de incluir tanto sobre Trumbull en
una historia bautista, siendo que él jamás dejó de ser congrega-
cionalista, se debe a dos factores. Primero, Trumbull creó una
atmósfera favorable y un prestigio moral para todos los evangéü-
cos. Aun animaba a otras denominaciones a empezar obras. Era
muy ecuménico en su énfasis. Segundo, y más importante,
logró incorporar los derechos civiles de los disidentes en la ley
chilena. Como Pablo Besson en Argentina, Trumbull se volcó a
la lucha por la libertad religiosa y la separación de la iglesia y el
estado. Debido a su relación con políticos liberales, pudo
incorporar en la Constitución chilena las leyes del Registro y del
Matrimonio Civiles.355 Todo esto proveyó a los bautistas la
oportunidad de actuar de una manera legal. Trumbull se hizo
ciudadano chileno cuando se promulgaron estas leyes.356
En fin, la vida y ministerio de David Trumbull tuvo una
trascendencia eclesiástica. El era un luchador a favor de los
principios cristianos pero, en general, era un hombre de paz.
Preparó el camino y el terreno para la entrada de grupos como
los bautistas. Durante la última parte de su vida recibió sostén
C h ile 139

de los presbiterianos.357 Sería difícil imaginar el desarrollo de los


evangélicos de Chile, si no hubiera sido por las contribuciones
de Trumbull. Merece un lugar entre los más grandes evangéli­
cos de la historia cristiana.
Un tercer precursor fue un obispo metodista, Guillermo
Taylor (1821-1902), nativo de Virginia, Estados Unidos, de
descendencia escocesa-irlandesa, quien inició su ministerio
cosmopolita en 1841. Como Alien Gardiner, Taylor viajaba
mucho como obispo misionero de los metodistas, influido
mucho por el movimiento de santidad. Como se sabe, muchos
de esta clase de metodistas se hicieron nazarenos o pentecosta-
les más tarde. Esto expüca en parte como el metodismo chileno
se volcó al pentecostalismo después en 191 1.358 Sin embargo,
Taylor mantenía su relación con la Iglesia Metodista Episcopal,
pero fue la fuente de muchas controversias entre ellos. Su
ministerio comenzó en Baltimore (1841-46); se trasladó a los
mineros de oro en California (1849-56); siguió en los estados
centrales (1856-62); en Inglaterra y Australia (1862-66); en
Africa del Sur (1866-70); en la India (1870-75); colaboró con D.
L. Moody en Inglaterra (1875-77); se fijó en América del Sur
(1877-84); y finalizó siendo obispo misionero de Africa (1884-
96). La filosofía misionera de Taylor se centraba en el sostén
propio del misionero voluntario dispuesto a sacrificarse y depen­
der completamente de Dios.359 Taylor encabezó una empresa
que tocó la India, Angola y Mozambique en Africa, y la costa
occidental de América del Sur. Su filosofía no resultó y trajo
conflictos a la obra misionera metodista. La Iglesia Metodista
Episcopal se encargó de todas estas obras en 1896. Guillermo
Taylor fue una figura controversial que impactó la obra metodis­
ta en cuatro continentes.360
Por medio de la misión de Taylor, dos precursores de los
bautistas chilenos muy importantes, Oscar von Barchwitz-
Krauser y Juan Bautista Canut de Bon, fueron reclutados para la
obra protestante.361 Los dos impactaron indirectamente los
comienzos de la obra bautista en Chile. Guillermo Taylor había
visitado Valparaíso en 1849, predicando en ese puerto chileno,
durante un viaje por mar desde Baltimore hasta San Francisco,
vía estrecho de Magallanes. La visita despertó un interés en
Chile que nunca se perdió. Muchos años después, en 1877,
emprendió otro viaje e hizo ciertos contactos en pro de la obra
140 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

evangélica en Colón, Callao, Moliendo, Arica, Iquique, Antofa-


gasta, Valparaíso y Concepción. En cada lugar trazó un plan.
Por ejemplo, en Valparaíso, Taylor habló con Trumbull y ofreció
atender a los marineros que no recibían atención de otras
agencias. En Concepción, donde había mucho interés en una
escuela inglesa, Taylor prometió ayuda para un edificio y el
envío de maestros. Debido a los esfuerzos de Taylor, en 1878 un
nuevo grupo de misioneros salió de Nueva York destinados para
la obra de la costa occidental sudamericana. Uno de aquellos
misioneros fue Oscar von Barchwitz-Krauser.
Alrededor del nombre “von Barchwitz” giran un sinnúmero
de malentendidos y equivocaciones en las historias bautistas y
evangélicas publicados hasta ahora. Estas contradicciones en
cuanto a su carrera, su familia, su afiliación denominacional y,
especialmente, en cuanto a su relación con la denominación
bautista chilena, se deben a la escasez de datos específicos y a
las versiones distintas relatadas por los testigos oculares de su
día. En casi todas las historias bautistas, él es presentado como
un bautista de Alemania que encabezó los comienzos bautistas
en Chile. El autor, habiendo examinado toda la literatura con
sus datos conflictivos;362y habiendo entrevistado personalmente
a un buen número de los testigos oculares y familiares de
ellos;363 y, habiendo encontrado un libro autobiográfico por el
mismo von Barchwitz, no mencionado en ninguno de los
artículos y libros consultados,364 se atreve a esclarecer el asunto.
En primer lugar, Oscar von Barchwitz-Krauser jamás fue
bautista. Casi todos los libros mencionados dicen que había sido
pastor de una iglesia bautista en Berlín antes de ir a Chile, pero
no hay evidencia de tal suposición. En su autobiografía nos
cuenta que fue criado luterano, pero lo era sólo por tradición.365
Era un hijo pródigo que emigró a Norteamérica y se entregó a la
mundanalidad. Se encontró en Nueva Orleans como un pecador
infiel. Completamente destituido, dejó Nueva Orleans en cami­
no a Ohio. Tenía que viajar en trenes de carga y subsistir como
mendigo. Sin embargo, en Ohio se encontró con los Metodistas
del Movimiento de la Santidad (Holiness Movement) y se
convirtió dramáticamente. Por eso, se hizo metodista de esa
tendencia pietista.366 Durante su vida tenía muchos contactos
con los bautistas y otras denominaciones, pero no hay evidencia
que se hiciera bautista.367Tuvo contacto con Guillermo Taylor y
C h ile 141

fue nombrado por él como misionero a los alemanes en Chile.


Partió en noviembre de 1878 con un matrimonio de apellido
Hoffman para Chile. Llegaron en enero de 1879. En breve,
trabajó eficazmente en las colonias y en Valparaíso entre los
marineros. Se casó con la hija de un colono y llegó a ser un líder
entre los misioneros metodistas. David Trumbull apoyaba su
obra con ayuda financiera.368 En medio de una actividad muy
febril y productiva, su esposa se enfermó en 1883. Los médicos
recomendaron un cambio de clima en Europa. El, su esposa y
dos hijos partieron para Alemania por vía de Montevideo y
Liverpool.369 En Hamburgo los dos hijos y la esposa cayeron
enfermos de cólera. Los hijos fallecieron, pero la esposa se
recuperó. Pasaron nueve meses en Alemania. Mientras estaban
allí, recibieron una oferta de pasajes gratis a Chile si estaban
dispuestos a reclutar y a guiar a un grupo de colonos alemanes a
Chile. En esta empresa von Barchwitz se encontró por primera
vez con algunos bautistas. Habiendo superado algunas dificulta­
des de último momento, él, su esposa y treinta familias partieron
para Chile el 13 de febrero de 1884. Entre estos colonos había
por lo menos tres familias bautistas. Se radicaron cerca de
Cotulmo. Al año siguiente llegó otro grupo grande y se radicó
cerca de Comuy.
El resto de la vida de von Barchwitz no está bien documen­
tado. El nombre de él aparece esporádicamente en los anales de
los evangélicos de Chile y de Estados Unidos. Los pedazos de
información forman un rompecabezas histórico. El seguía
trabajando con los metodistas hasta 1888.370Tenía sus terrenos y
familiares en la zona y podía ser más independiente que otros.
Pasaba tiempo en Osorno y en Estados Unidos. Evidentemente
su esposa falleció a fines del siglo.371 Sabemos que se relacionó
con la obra de la Alianza durante los años 1910-1913 y que donó
terrenos para fundar un orfanato de la Alianza.372 Una carta
personal de Wilfredo Diener informa que él estuvo en Passaic,
Nueva York, con von Barchwitz en 1921; y que se había casado
otra vez con una norteamericana. Ellos tuvieron tres hijas, y las
tres se casaron con pastores bautistas. Vivieron en Osorno por
un tiempo, donde se supone que falleció su segunda esposa. Se
sabe que von Barchwitz tenía ochenta y ocho años cuando
falleció, pero lamentablemente no sabemos exactamente las
fechas de su nacimiento o su muerte. Estos datos incompletos
142 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

de Diener nos dejan suponer que von Barchwitz vivía los


últimos años de su vida en Osorno y Estados Unidos. Si
calculamos que tenía veinticinco años cuando llegó a Liverpool
en 1872 en camino a Nueva Orleans, estimamos que falleció
cerca de 1935.373
Entonces, no debemos considerar a Oscar von Barchwitz-
Krauser como un pastor bautista que condujo a los primeros
bautistas a Chile. Era un fiel metodista episcopal, identificado
con los pietistas que enfatizaban una segunda bendición y la
santidad en esta vida. Von Barchwitz era muy ecuménico e
independiente. Cuando su propia denominación no quería
colaborar con él, buscaba colaboración con otros; por eso, estaba
en contacto con los proceres bautistas. Fue un gran precursor,
que trajo a Chile a algunos de los primeros bautistas. La lectura
de su autobiografía es verdaderamente inspiradora. Es una
lástima no poder contarle entre los fundadores de los bautistas
chilenos.
El otro precursor bautista que enano de la obra de Guiller­
mo Taylor tiene la distinción de haber sido la fuente del apodo
popular de los evangélicos en Chile, a saber: “los canutos”.374
Este término, muchas veces de aprobio, se refiere a Juan Bau­
tista Canut de Bon, un español de gran erudición, ex jesuíta,
quien en 1871 se casó con una chilena y se radicó en Chile. En
1877 la misión presbiteriana experimentó un avivamiento de
evangelización personal. Roberto McLean se radicó en San
Felipe como representante de tal misión. Al mismo tiempo, Juan
Canut y su familia llegaron a San Felipe. Hubo contactos y así
Canut entró en la comunidad evangélica.
Canut nació en Valencia, España, en 1846. Se hizo jesuíta
cuando tenía dieciocho años. En 1870 fue enviado a Argentina y
luego a Chile. En 1871 se retiró de los jesuítas y se casó. Era
sastre y ejercía esa profesión para ganarse la vida. En 1876
encontró un Nuevo Testamento en la basura y comenzó a
estudiarlo. En 1877 se trasladó a San Felipe y conoció a
McLean. Por medio de McLean se hizo presbiteriano y comenzó
a predicar en castellano.375
La predicación de Canut fue muy fuerte y fogosa. Atacó los
abusos de la Iglesia Católica Romana. El y su familia sufrieron
persecución.376 Los misioneros presbiterianos trataban de cam­
biar su estilo de predicación pero, por fin, tuvieron que
C h ile 143

despedirlo. La desilusión siguiente lo condujo una vez más a la


Iglesia Católica Romana en 1884. Sin embargo, no encontró paz
y en 1890 se unió a la obra de los metodistas en Coquimbo y La
Serena. En 1894 se trasladó al sur cerca de Angol y comenzó
trabajos entre los colonos escoceses y alemanes. Se retiró por
seis meses para estudiar en preparación para su ordenación
como pastor metodista. Fue ordenado y sobresalió, no solamente
como predicador y evangelista, sino también como entrenador
de pastores y obreros laicos y jóvenes. Tenía tanta fama entre los
católicos que empezaron a llamar a sus discípulos “canutos” y
así surgió el apodo que existe hasta el día de hoy. Lamentable­
mente, Canut falleció de un ataque al corazón en 1896 en medio
de un ministerio fructífero. Estaba identificado con la misión de
Taylor.
Como von Barchwitz, Juan Bautista Canut no se hizo
bautista, pero como metodista ferviente, influyó a los bautistas
entre los colonos; les enseñó a predicar y a evangelizar en
castellano; y su ejemplo y elocuencia jerarquizaron la obra
evangéüca de la zona donde los bautistas iban a tener luego su
cuna.377
Resta tratar a un precursor más, bien relacionado con los
bautistas y sus comienzos en Chile. Se llamaba Enrique Weiss,
un menonita estadounidense trabajando bajo los auspicios de la
Alianza Cristiana y Misionera.
En 1896 Enrique Weiss, un menonita estadounidense de
descendencia alemana, y su esposa se presentaron a la flamante
Alianza Cristiana y Misionera, una entidad misionera interdeno-
minacional con sede en Nueva York.378 Su pedido fue rechazado
por los aliancistas porque no tenían obra en América del Sur, y
querían concentrar sus esfuerzos en los países no cristianos.379A
pesar de esto, Weiss quedaba convencido, confirmado por un
sueño, que Dios quería que fuese a América del Sur.38‫ ״‬Por eso,
en 1897, acompañados por Alberto Dawson, un metodista,
partieron para América del Sur. En Panamá, Weiss y su esposa
embarazada se quedaron sin dinero, y le pidieron un préstamo a
Dawson para poder continuar. No alcanzó para tener camarote,
de modo que pasaron las noches en la cubierta del buque
tapados con una lona.381
Tuvieron la suerte de encontrarse en el buque con W. B.
Boomer, un misionero presbiteriano volviendo a Chile. Siendo
144 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

que Weiss hablaba alemán, Boomer le aconsejó ir al sur de


Chile, donde había muchos creyentes alemanes sin pastor.382Por
lo tanto, al llegar a Chile, fueron a Concepción, alquilaron una
casita y comenzaron a estudiar castellano. Caminando un día
por las calles de Concepción, se encontró por casualidad con
algunos de habla alemana. Cuando los evangélicos alemanes de
la frontera supieron que un misionero de habla alemana estaba
en Chile, lo consideraron una contestación a sus oraciones y
enviaron a una delegación a verlo.383
Entre los años 1894 y 1897 conmovía a las colonias
alemanas de Contulmo, Quillen y Salto un poderoso movimiento
espiritual, iniciado por unos pocos colonos convertidos antes de
salir de su patria, unos ocho o diez años antes.384 Entre estos se
destacaban especialmente el anciano Felipe Meier, los ancianos
Berg y Reinike, la familia Kutz, todos bautistas; y otros como las
familias Lichtenberg, Thiele y de Vogel. Todos estos habían
llegado en los años 1884-1885, algunos con von Barchwitz y
otros por sí solos. El avivamiento fue el producto de su obra
evangelizadora durante una década. Meier y Lichtenberg, y
unos pocos otros, se interesaron en la evangelización de los
chilenos y algunos de los proceres bautistas, como Wenceslao
Valdivia y José Sanhueza, se convirtieron por medio de ellos.385
Dos iglesias bautistas de habla alemana fueron constituidas en
1892 en Contulmo y en 1894 en Salto. Unos colonos escoceses,
conducidos por la familia de Guillermo Young, se juntaron al
grupo y colaboraron en la obra.386
El terreno estaba preparado para Weiss. Es interesante
observar que la obra de Weiss entre estos alemanes esparcidos
sin pastor, era muy similar a la del fundador de su denomina­
ción, Menno Simons. Menno, en el siglo XVI, recogió los restos
del movimiento anabautista, diezmado por la persecución
externa y la perversión interna, y lo convirtió en una denomina­
ción noble. Weiss, como sucesor de esta tradición, hizo un
trabajo parecido entre los colonos. Los barbudos hermanos de
aquellas tierras vírgenes le dieron una bienvenida entusiasta al
nuevo pastor, y con más razón cuando supieron que era “de los
bautistas del tiempo de Martín Lutero, un menonita, pero
bautista de todos modos”387
En fin, Weiss se trasladó a Victoria y Dawson se quedó en
Concepción. Weiss, como buen predicador y atento pastor, hizo
C h ile 145

una obra maravillosa entre los colonos. Predicaba en alemán y,


poco a poco, aprendió el castellano. Aun antes de aprenderlo,
predicaba a los chilenos por medio de un intérprete. Usaba sus
talentos como carpintero maestro para edificar templos, como
impresor para publicar tratados y revistas y como administrador
para organizar conferencias. Era un hombre tierno y pacífico;
no permitía discusiones coléricas sobre doctrina.388 Seguía una
disciplina demasiado rígida, que produjo su muerte por tubercu­
losis en 1915.
Cuando la Alianza de Nueva York se enteró de la obra
abnegada de Weiss y Dawson, se encargó de su sostén y propuso
enviar a otros misioneros. Así es que Weiss fue el primer
misionero de esta sociedad que ha contribuido tanto a Chile. Es
interesante notar que la base de esa comunidad era bautista. La
denominación bautista chilena iba a surgir después de esta
comunidad. Para el año 1901 Weiss había entrenado a seis
pastores nacionales y los aliancistas celebraban Conferencias
Anuales que llegaron a ser el cuerpo administrativo de su
denominación. Cuando Weiss regresó de sus primeras vacacio­
nes, trajo a varios misioneros nuevos, entre ellos unos menoni-
tas. La Alianza llegó a ser un canal misionero para algunos
menonitas de Pennsylvania que se dedicaron a la obra misionera
foránea.389 Si no hubiera sido por la obra de Weiss, muchos de
estos colonos evangélicos y bautistas probablemente habrían
sido asimilados paulatinamente a la mayoría católica del país.
En resumen, los precursores tratados fueron de mucha
importancia para la obra bautista incipiente. Thomson contri­
buyó la base bíblica; Gardiner la empresa misionera; Trumbull
la libertad religiosa; Von Barchwitz la preocupación pietista;
Canut la erudición teológica; y Weiss juntó todas estas cualida­
des en su breve ministerio pastoral y fructífero. De este
semillero de precursores, el pionero tosco y brusco —pero, al
mismo tiempo, idóneo y heroico— G. D. T. MacDonald, iba a
arrancar las raíces bautistas y plantarlas profundamente en el
suelo chileno.
Los Pioneros Bautistas
(1884-1907)
Guillermo Daniel Thompson MacDonald (1852-1939) me­
rece el título de “fundador de la obra bautista en Chile”. Había
146 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

misioneros foráneos antes de Guillermo Carey, pero él lleva el


título de “padre del movimiento misionero moderno”. Había
bautistas en Chile antes de MacDonald, pero él aglutinó los
elementos bautistas que formaron la comunidad denominacio-
nal. Por muchos años él fue “la punta del eje” alrededor de la
cual giraba el desarrollo bautista chileno.39‫״‬
G. D. T. MacDonald, el escocés, 1852-1880. Nació en
Portobello, del condado de Edimburgo, el 8 de agosto de 1852.
Cuando murió la madre, fue criado por sus abuelos paternos.
Como joven era presbiteriano por tradición, hasta que estudió la
Bibüa y la historia eclesiástica y se hizo bautista por convicción.
Al tomar esa decisión, se matriculó en el famoso Colegio de
Carlos Spurgeon, en Londres, donde se hizo amigo del des­
tacado predicador bautista y promotor de las misiones mundia­
les —una amistad que continuó a través de su ministerio en
Escocia, Estados Unidos y Chile.391 Además, recibió su orienta­
ción teológica que siempre era muy conservadora y denomina-
cional. Como Spurgeon mismo, MacDonald sospechaba los
motivos de comunidades académicas y ecuménicas. Era muy
intolerante hacia grupos no bautistas.392 Después de un año y
medio en el Colegio, fue a las highlands de Escocia como pastor
y evangelista bautista. Siendo pariente del famoso misionero
presbiteriano Juan MacDonald, Spurgeon le animaba “a volver a
las highlands (Tierras Altas) de Escocia para hacer una obra
maravillosa entre los bautistas tal como Juan MacDonald había
hecho entre los presbiterianos”.393 Siendo fiel a este encargo,
MacDonald pastoreaba en Calder, Thurso, Melvich, Inverness,
Wick y las Islas Shetland, donde fundó una iglesia en Lerwich.
Para sostenerse, tenía un depósito de té y exportaba los famosos
chales y ponchos tejidos por los isleños. Durante este tiempo se
casó con Janet MacLeod de Portsherry.394 Estos años de la
década de 1870 marcaron el rumbo de su ministerio itineran­
te.395
G. D. T. MacDonald, el estadounidense, 1880-1888. Para
conocer, y con miras de radicarse, MacDonald emigró a Estados
Unidos cerca de 1880. Dejó a la creciente familia en Escocia
provisoriamente. Un motivo de esta decisión era su deseo de
predicar el evangelio a la gente de raza negra en Estados
Unidos, cosa que pudo hacer durante sus ocho años allá.396 Por
un tiempo era colportor en Nueva York de la Sociedad Bíblica
C h ile 147

Americana; luego se trasladó a Missouri donde era pastor en San


Luis y Jeffersonville. Un poco más tarde aceptó un pastorado en
Arkansas. Pronto se encontró en un grave accidente de trenes
que le dejó medio ciego y cojo el resto de su vida. Debido a su
estado físico fornido y fuerte, poco a poco se recuperaba,
aprovechando el tiempo para predicar a los negros. Se congrega­
ron alrededor de su silla de enfermo y llegaron a estimarlo
mucho. Después, le prestaron valiosos servicios.397
Apenas pudo caminar un poco se dirigió al sudoeste,
llegando a establecerse en Marshall, Texas. Se sintió contento y
decidió traer a la familia a radicarse en Texas. Tan firme era su
decisión que, antes de partir en busca de su esposa, sacó carta
de ciudadanía norteamericana. Así fué que regresó a Gran
Bretaña como un ciudadano estadounidense.398
G. D. T. MacDonald, el chileno, (1888-1939). Dios tenía
otro plan para MacDonald. Cambió la creciente república de
Estados Unidos por la agitada república de Chile. Al llegar a
Escocia, leyó un diario londinense en el cual el Ministro de Chile
ofrecía puestos de agentes colonizadores y de profesores para los
hijos de los colonos. La propaganda tomó tenazmente la mente
de Guillermo. Buscó un mapa porque no estaba seguro donde
quedaba Chile. Se enteró de este país distante, de otro idioma y
de otra religión, la católica; pero no pudo deshacerse de una
obsesión que él interpretaba como un llamado de Dios. Nada
dijo a su esposa al principio; pero por fin, se lo comunicó
recibiendo toda la desaprobación que esperaba.399 Pidió un
puesto como profesor, diciendo: “Dios me necesita más en Chile
que en Estados Unidos.” En fin, se pusieron de acuerdo, y
después de seis semanas de viaje por el estrecho de Magallanes
a bordo del famoso vapor Cotopaxi,400la familia llegó a Talcahua-
no el 24 de diciembre de 1888.
Por decreto del presidente Balmaceda, la familia MacDo­
nald recibió terrenos regalados en Púa, al norte de Temuco, y
MacDonald comenzó su trabajo de maestro en Duma. La familia
pasó muchas pruebas durante los primeros años mientras
edificaban su casa, se protegían de los indígenas y los bandidos,
y pasaron los peligros de una revolución que resultó en el
suicidio del presidente Balmaceda.401 En 1891, debido a tal
revolución, los MacDonald perdieron todo. Se encontraron
abandonados y amenazados por causa de la anarquía política.
148 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Todos estaban luchando con el idioma nuevo, hecho que


prohibía la predicación de MacDonald durante este período. Es
un milagro que pudieron sobrevivir aquellos primeros años.402Se
mudaron a Santiago para que los hijos pudieran estudiar y
MacDonald fue a Bolivia y Perú como colportor de la Sociedad
Bíblica Americana de Nueva York. Sufría muchos altibajos y
contratiempos debido a la oposición clerical. Pasó mucho tiempo
en las cárceles pero siempre podía persistir. En 1899, él y la
familia volvieron a la frontera y se afilió a la obra de los
aliancistas. Al mismo tiempo, el gobierno chileno reconoció su
deuda y le concedió a MacDonald unos lindos terrenos cerca de
Freire donde edificaron su casa permanente.403 Esta casa llegó a
ser no solamente el hogar cariñoso de los MacDonald, sino
también el centro de la naciente obra bautista.404
El relato de la relación de MacDonald con la Alianza
Cristiana y Misionera a partir de 1899 es una tragedia de
diferencias y conflictos. Como ya se dijo, los bautistas alemanes
en 1899 estaban ligados a Enrique Weiss y a la Alianza. Seguían
siendo bautistas por convicción, pero aceptaron la eclesiología
un poco más centralizada de la Alianza. Weiss evitaba el
conflicto doctrinal y se concentró en una obra pastoral muy
eficaz. Por eso, era muy querido por los colonos. En 1899,
cuando Weiss se trasladó a Valdivia, MacDonald se afilió a la
Alianza y fue nombrado encargado de la obra en Temuco y
alrededores. Un factor en su decisión de afiliarse podía haber
sido la presencia de otros bautistas escoceses activos en la obra.
De todos modos, se entregó a su nuevo trabajo y pronto se
encariño con los obreros nacionales; pero no tanto con los
colonos bautistas.405 Durante los ocho años había conflictos
porque MacDonald no estaba de acuerdo con la doctrina, la
práctica y la eclesiología de la Alianza. Probablemente resentía
la dirección de Weiss.406
Durante su trabajo como obrero aliancista, MacDonald y
algunos colonos fundaron una iglesia en Temuco en 1900.
Llegó a tener treinta y cinco miembros. Algunos bautistas
chilenos señalan a esta iglesia como el comienzo de la obra
bautista. Sin embargo, debido al hecho que desapareció después
y que desde su comienzo era una congregación mezclada, esta
fecha temprana fue rechazada. Santiago Villarroel Martínez
opina:
C h ile 149

Acerca de este discutido asunto, que por algún tiempo


se aceptó como la Iglesia original, la fundada en 1900, . . .
hay el concepto general por las personas más versadas y
documentadas en la historia de los bautistas, que sin
desconocer los relevantes méritos del Sr. MacDonald y de
sus luchas y desvelos por la obra, se admite la existencia real
de esta congregación, pero asimismo están acordes en
reconocer que su vida fue muy efímera y después desapare­
ció sin dejar huellas visibles.407

El carácter fuerte de MacDonald, la autoridad moral de


Weiss y las diferencias doctrinales y eclesiológicas en 1907
estaban produciendo un cisma en la obra de la Alianza. El autor
ha examinado cuidadosamente todos los documentos de la
época, entrevistado a testigos oculares y oficiales eclesiásticos, y
en base a todo esto se atreve a dar una lista de las causas de la
separación entre los bautistas y los aliancistas, a saber:
1. Un choque inconsciente entre dos personajes con perso­
nalidades diversas.
2. La cuestión de sostén propio o subvención misionera.
Aunque MacDonald lo practicaba luego, antes de la ruptura él
animaba a los pastores nacionales a sostenerse por sí mismos.
3. La cuestión del bautismo. Como MacDonald, la Alianza
requería el bautismo por inmersión para sus misioneros, pero
Weiss y otros admitían como miembros a personas bautizadas
de otras formas. La Alianza era interdenominacional.
4. La centralización eclesiástica. MacDonald insistía en la
autonomía de la congregación local. La Alianza seguía un
gobierno de conexo similar a los congregacionalistas o presbite­
rianos.
5. La cuestión del lavamiento de pies que algunos menoni-
tas introducían; MacDonald se opuso.
6. La cuestión de la comunión favorecida por los aliancis­
tas; MacDonald creía en la comunión cerrada.
7. La cuestión del lugar de las mujeres en la obra.
MacDonald objetaba la predicación por mujeres.408
Estas fueron las causas de la división, pero la ocasión en
1907 fue una acusación de parte de la Alianza, y los bautistas
alemanes dentro de ella, de que MacDonald estaba pidiendo
ayuda financiera de otras fuentes sin aprobación de la Misión
aliancista. No se sabe por cierto si MacDonald estaba en
contacto con otras entidades bautistas en Brasil, México, Cuba y
150 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS
Argentina antes de 1907, pero es cierto que pronto estas
entidades respondieron después de la separación. MacDonald
apeló a la autonomía de la congregación y al señorío de Cristo.
Una ruptura era inevitable y necesaria para el bien de los dos
grupos. Se prudujo en 1907, en la Conferencia Anual de la
Alianza. MacDonald y unos 300 simpatizantes y miembros se
retiraron con miras de formar su propio cuerpo luego. Por un
año siguieron trabajando sin organización general. El centro de
su actividad era la casa en Freire. Casi todos los alemanes
bautistas quedaron con el partido aliancista, con la excepción de
D. Enrique Reinicke, pero los obreros nacionales como Wences­
lao Valdivia, D. Abraham Chávez, E. Juan Gatica, D. David
Mancilla y otros quedaron con MacDonald. Los aliancistas
mantuvieron a unos 500 miembros. Como dice Elizabeth de
Pacheco: “Al separarse MacDonald no contaba sino una vaga
promesa de sostén. . . muchos fueron los obstáculos que tuvo
que afrontar. . . pero cerró sus ojos a los peügros y siguió
sembrando”.409 Su pequeña chacra en Freire fue la fuente de
recursos para el mantenimiento del hogar y de la nueva obra.
Como dijo Valderrama: “Cuando se produjo la separación,
nosotros nos quedamos en la choza, en la calle. No teníamos
nada, porque ellos tenían los pudientes. No teníamos donde
juntarnos. ¡Pobres! Ninguna cosa teníamos. Trabajamos a
pantalón arremangado. ¡A trabajar!”410 Estos chilenos, con este
espíritu, bajo el liderazgo de su veterano bautista por convic­
ción, iban a desarrollar una gran denominación. MacDonald dio
la pauta:
Don Guillermo era una de estas vidas agitadas llena de
lucha y de contradicciones en sí misma. Era tan confiado
que los amigos verdaderos eran tentados a explotarle y los
amigos falsos nunca dejaban de hacerlo. A la vez tenía una
recia contextura de porfía y sacrificio. No le importaba
cuanto tenía que sufrir él, ni su familia, ni sus abados para
llevar a cabo lo que él consideraba su deber. Era fuerte y
resuelto y no siempre diplomático para conseguir los fines
que él creía rectos y que la amada “causa” demandaba.‘"1

La U nión Bautista Chilena


(1908-1917)
La división entre los seguidores de MacDonald y Weiss se
centró en la zona de Temuco que abarcaba las obras en Muñe,
C h ile 151

Huilio, Gorbea y Cajón. Salieron de la Alianza con MacDonald


los Sáenz, padre e hijo, Wenceslao Valdivia, Abraham Chávez,
la familia Mella (miembros de mucha influencia en Gorbea y
más tarde en Temuco) y Juan Antonio Gatica, de Molco; los
Alvarez, de Huilio, Juan Domingo, sus tres hermanos y sus
padres, y un poco más tarde David Mancilla. En verdad, los
recursos materiales del grupo eran escasos, pero los recursos
humanos eran ricos.412
Unos meses antes de su ruptura con los aliancistas,
MacDonald recibió a un pastor bautista alemán de San Pablo,
Brasil, de apellido Roth. Roth estaba visitando a las iglesias
alemanas de la zona con miras de iniciar una obra bautista
alemana entre ellos. Roth tenía contactos con bautistas alema­
nes en Estados Unidos, pero discrepó con las creencias de las
iglesias en Chile que, según él, no creían en el Espíritu Santo
como persona.413 Roth y MacDonald se entendieron muy bien y
celebraban largas conversaciones.414 Roth le aconsejó a MacDo­
nald que escribiera a Guillermo Bagby, el primer misionero de
los bautistas del sur de Estados Unidos en Brasil, pidiéndole
consejos. A insinuación de él, MacDonald escribió una larga
carta y Bagby la recibió cuando estaba a punto de ir a Bahía,
Brasil, a la formación de la Convención Nacional de los
Bautistas de Brasil. Se formó esta Convención en junio de 1907
y Bagby les instó a que formaran una junta misionera y les leyó
la carta de MacDonald. Hubo un tremendo entusiasmo y la
flamante Convención encargó a Bagby que visitara Chile.
También votó adoptar a Chile como su campo misionero.
Bagby le escribió a MacDonald y emprendió viaje a Chile.
Sin embargo, él llegó antes de la carta a Pitruiquen y no
encontró a MacDonald; pero un pastor adventista le avisó que
MacDonald iba a predicar en Púa el domingo siguiente. Por
casualidad, los dos se encontraron en el tren en Freire y
siguieron viaje a Púa, donde Bagby predicó.415Volvieron a Freire
y luego fueron a caballo a visitar las iglesias en Temuco,
Catripulli, Gorbea y Cajón. Aprovechando los consejos y la
presencia de Bagby, MacDonald y sus seguidores organizaron la
Unión Evangélica Bautista de Chile el 26 de abril de 1908 en
Cajón. Estaban representadas por sus delegados las iglesias de
Lastarria, Gorbea, Molco, Muñe y Cajón, más el grupo de Huilio
el cual se organizó en iglesia en el próximo año.416 Una de las
152 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

congregaciones más fuertes, la del Fundo Victoria, no se adhirió


de inmediato sino que ingresó meses más tarde. No se sabe
exactamente cuantos miembros bautistas estaban representa­
dos porque las listas eran incompletas. La familia MacDonald
calcula que eran más o menos 300.
Al pasar el misionero Bagby por Argentina,417de regreso de
su visita a Chile, conversó con su yerno, S. M. Sowell, y la
flamante obra en la Argentina resolvió asesorar a la obra en
Chile. Por la promoción de MacDonald, por medio de la
correspondencia, las denominaciones bautistas de Argentina,
Brasil, Cuba y México enviaban ayuda financiera simbólica a
Chile por varios años.418
MacDonald fue elegido “superintendente” de la flamante
Unión, e inmediatamente inició un órgano de publicidad que se
llamaba “La Voz Bautista”, por el cual quería defender y dar a
conocer las doctrinas bautistas. La misma constitución de la
Unión declaraba:
La Unión. . . consistirá de iglesias bautistas e individuos
que sostengan doctrinas evangélicas basadas en las Santas
Escrituras, diferentes de las del racionalismo y socinianismo
por un lado y del ritualismo y el error romanista por el otro y
que concuerden en promover sus objetos y contribuyan
anualmente a sus fondos. . . en esta unión quedará entera­
mente reconocido que cada iglesia por separado tiene en sí
misma el poder de mantener toda disciplina, reglas y
gobierno. . . Esta Unión no será en ningún sentido una corte
o corporación que ejerza autoridad sobre las iglesias.419

Pronto la obra bautista se extendía a Valdivia, Temuco,


Villarrica, Pucón y Osorno. Juan Domingo Alvarez fue mandado
a Brasil a estudiar en el seminario. Llegó a ser el más preparado
de un panteón de fieles pastores como Valdivia, Chávez, Gatica,
Saénz, Aguilera,420 Valderrama,421 Saravia, Sanzana y otros. Por
varios años estos pioneros vivieron mayormente de sus propios
recursos. Como MacDonald, casi todos habían colonizado una
chacra en la frontera. Trabajaron duramente con sus familias
para roturar campos, sembrar, cosechar y cuidar sus animales.
Las condiciones sociales eran contrarias. Eran tiempos típica­
mente de frontera: bandidos, corrupción gubernamental, inmo­
ralidad y analfabetismo.422 No había caminos transitables en
gran parte del año, había falta de atención médica y muy pocas
C h il e 153

escuelas. Aun los más favorecidos sufrían y especialmente los


bautistas porque eran considerados herejes desprivilegiados. A
pesar de todo esto, la obra de la Unión creció rápidamente. La
segunda Conferencia Anual en Gorbea atraía a 500 personas,
que pasaron toda la noche cantando y predicando.423
Así fueron los comienzos de la denominación chilena. Tenía
raíces en diversas nacionalidades —MacDonald, Roth, Bagby
más los bautistas de Argentina, México, Cuba y Brasil. Es
necesario reconocer también la deuda grande que tiene con
otros evangélicos que abrieron surcos para los bautistas, espe­
cialmente con David Trumbull, quien ganó los derechos civiles
a favor de los creyentes. Estos antecesores abrieron el camino
para facilitar la obra bautista chilena.

La D irección de la M isión
(1917-1936)
La obra bautista en Chile entró en una época nueva cuando
los misioneros norteamericanos comenzaron a llegar al país en
el año 1917. Estos misioneros norteamericanos llegaban bajo los
auspicios de la Junta de Misiones Foráneas de la poderosa
Convención de los Bautistas del Sur de Estados Unidos. Hasta
1917 la organización de los bautistas chilenos se llamaba Unión
Bautista de Chile. La Unión tenía una “convención anual” y
“conferencias ocasionales”, cuando los delegados de las iglesias
afiliadas se reunieron para cumplir con propósitos específicos.
Sin embargo, con la llegada de estos nuevos misioneros, la
terminología bautista paulatinamente iba cambiando. El vocablo
“convención” poco a poco iba reemplazando a “unión”, y un
nuevo término surgió para denominar la organización de los
misioneros norteamericanos, a saber, “la Misión”. Por eso, este
período del desarrollo tiene que ver con la nueva relación entre
“la Misión extranjera” y “la Convención nacional”.424
Después de la constitución de la Unión, influida bastante
por W. B. Bagby de Brasil, un misionero de los bautistas del sur,
MacDonald empezó una actividad febril de orientación nacional
y de promoción internacional.425 La orientación nacional consis­
tía en artículos y predicaciones sobre los principios bautistas,
interpretados de una manera muy conservadora. La Voz Bau­
tista fue su plataforma para publicar artículos por él y muchos
154 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

otros de Argentina, Brasil y Estados Unidos. Estaba tratando de


poner los cimientos de una obra realmente bautista.426 Sus
seguidores, como Alvarez, Valdivia, Sáenz y otros, predicaban
sermones sobre las doctrinas en las conferencias y convencio­
nes. La postura bautista fue bien definida durante este período.
Olía un poco a sectarismo, pero los bautistas estaban en busca
de su propia identidad.
Mientras consolidaba el movimiento nacional, MacDonald
hacía una amplia promoción internacional. Mantenía correspon­
dencia con los misioneros en Argentina y Brasil, y mandaba
informes a los países que enviaban ayuda financiera. El tenía
ganas de establecer una relación con la Junta de Misiones
Foráneas de la Convención de los Bautistas del Sur. En 1910 T.
B. Ray, secretario ejecutivo de tal Junta, visitó Chile en un viaje
de luna de miel.427Volvió a Estados Unidos bien impresionado de
la obra bautista chilena. Como resultado, la Junta designó una
suma de cincuenta dólares por mes para la obra chilena. Las
Actas de la Unión revelan que este dinero, juntamente con las
ofrendas de Argentina, Brasil, Cuba y México, iba directamente
a los sueldos de los pastores chilenos. Sin embargo, la Junta,
debido a la Primera Guerra Mundial y a otros problemas
financieros, no pudo enviar misioneros hasta 1917. Por lo
menos, una relación oficial se logró después de la visita de
Ray.428
Los misioneros de la Junta Foránea de los Bautistas del Sur
en Argentina tenían contactos muy estrechos con la obra en
Chile. J. M. Justice, J. L. Hart, y otros pasaron por Chile varias
veces. En 1917 Hart pasó por Chile en camino a Estados Unidos
para su año de licencia y prometió promover la obra chilena en
aquel país. Hart era un predicador muy elocuente. Habló en una
iglesia en Murray, Kentucky, e impresionó tanto a la congrega­
ción que espontáneamente se levantó una ofrenda para la obra
en Chile que hizo factible el envío de un misionero.429
A fines de septiembre de 1917 Llegaron los esposos David-
son de Estados Unidos. Fueron los primeros misioneros oficiales
de la Junta de los Bautistas del Sur. Davidson, un joven recién
casado, muy erudito en los idiomas bíblicos, fue recibido
calurosamente por MacDonald. Davidson, en una carta escrita
años después, cuenta como asistió a su primera convención en
diciembre de 1917 en Vilcún, donde los delegados durmieron en
C h ile 155

el suelo sobre un poco de paja, todos juntos en un gran


aserradero, y comieron carne de carnero.430 A duras penas,
Davidson se ajustó a la nueva situación y tuvo un breve, pero
muy fructífero, ministerio hasta 1926. MacDonald solía presen­
tarle como “el anciano joven y nuevo”.431 Davidson estudió el
idioma en Valparaíso e inició la obra bautista en Santiago. El,
físicamente pequeño, y el gigantesco Polidoro Aguilera, funda­
ron la Primera Iglesia Bautista de la ciudad capital. Fueron
asesorados por el veterano misionero de México, Frank Marrs,
quien llegó en 1918 pero, debido a su condición asmática, debió
partir pronto a su patria. Aguilera pronto se fue a Vilcún y la
iglesia se disolvió; se reconstituyó en 1920, bajo la dirección del
pastor Abdón Pacheco.
Davidson y Salomón Mussiet fundaron la Segunda Iglesia
de Santiago en la casa de una fiel metodista, Claudina de
Villanueva. Mussiet, de descendencia árabe, llegó a ser quizá el
mejor evangelista que la obra chilena haya producido.432 El
ministerio de Davidson en Chile era muy corto. Sin embargo, él
puso los cimientos de la obra de la Misión por colaborar bien con
el pintoresco MacDonald, por preparar a varios líderes futuros,
tales como Salomón Mussiet y Honorio Espinoza. Davidson dejó
un legado en Chile que sigue impactando la obra chilena hasta
el día de hoy.433
La Misión creció rápidamente con el agregado de los
misioneros pioneros, Cecil y María Moore en 1919, Agnes
Graham en 1920, J. L. y Tennessee Hart, transferidos de
Argentina en 1921, y Cornelia Brower en 1921. Juntamente con
los MacDonald, nombrados por la Junta en 1920, estos misione­
ros organizaron “La Sociedad Evangélica Bautista” en octubre
de 1921. Su constitución define su objeto, a saber: “. . .fomentar
la educación, ejercer y promover el culto de sus creencias y
establecer y mantener obras de beneficiencia, sujetándose a las
leyes del país.”434
Los Moore se radicaron en Concepción, donde fundaron
siete iglesias antes del año 1936. Agnes Graham, muy erudita en
el campo de la educación en Estados Unidos,435fundó el Colegio
Bautista en Temuco; los Hart, juntamente con los McGavock,
fundaron un Instituto Bíblico en Temuco que después llegó a
ser el Seminario en Santiago. MacDonald seguía como superin­
tendente de todo. Sin embargo, con la llegada de más misioneros
156 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

como los Maer, las señoritas Anne Laseter y Margarita Spence, y


la expansión rápida de la obra, la dirección de MacDonald llegó a
ser más problemática.436
Se produjo una crisis entre la Convención y la Misión a
partir de 1923. Hubo problemas en dos aspectos de la obra. La
Misión estaba subvencionando mucho la obra de los pastores
por medio de un sistema de ayuda fraternal. MacDonald
supervisaba todo, pero la Misión estaba creciendo en su influen­
cia. Varios misioneros querían dividir la obra en campos
específicos y resentían la dirección autocrática de MacDonald;
pero, en general, los pastores nacionales acataron la política de
su viejo líder. La Misión procuró resolver el creciente problema
enviando a MacDonald y a su hija, Guillermina, a Estados
Unidos en 1923. Durante su ausencia, dividieron los campos,
cambiaron la dirección de varias agencias, y dejaron a MacDo­
nald un pequeño campo de labor al sur de Temuco, Establecie­
ron una Junta para dirigir la obra en general. Cuando MacDo­
nald retornó, él y sus amigos pastores más allegados no estaban
conformes con la nueva política dominada por la Misión.437
Al mismo tiempo, un yerno de MacDonald tuvo dificultades
en la Iglesia de Temuco. La Convención y la Misión fallaron en
contra de él y se produjo un pequeño cisma que resultó en otra
iglesia. MacDonald quedaba dentro de la Convención pero
simpatizaba con su yerno. Todo esto trajo una tensión entre los
misioneros y los pastores nacionales, que se agudizó cuando la
Misión afrontó una crisis financiera en 1926. Tuvo que retirar
de golpe la ayuda fraternal. Debido a estos problemas, la Misión
le dió a MacDonald su jubilación que él mantenía hasta su
muerte en 1939. En 1933 la Misión y los pastores llegaron a una
solución parcial del problema, y en 1936, C. B. Maddry,
secretario-ejecutivo de la Junta Foránea, hizo un viaje a Chile
para aclarar el problema y solucionarlo.
El resultado de este choque entre los chilenos y los
misioneros fue bueno a la larga. Resultó en una Junta de
Cooperación, que tomó la superintendencia de la obra total. La
Unión cambió su nombre y llegó a ser la Convención, y se
fundaron varias agencias para atender varios aspectos de la
obra. En 1925 se formó una Junta de Publicaciones; en 1934 las
mujeres organizaron su Convención Femenil. El Instituto
Teológico siguió su trabajo en Temuco hasta 1926, cuando tuvo
C h ile 157
que cerrar sus puertas provisoriamente debido a la crisis
financiera. A pesar de todos estos altibajos, la obra seguía
creciendo al ritmo de 116 por ciento. Fue un período de
transición, en el cual la Misión norteamericana y la Convención
nacional pasaron por su adolescencia. Las dos estaban crecien­
do y cambiando de liderazgo. Faltaba madurez para afrontar los
problemas de crecimiento. En 1936 las dos entidades se
pusieron de acuerdo y se dieron cuenta de que era aconsejable
el camino de la cooperación mutua. La dirección enérgica, a
veces excesiva, de la Misión estaba para entregarse a la
dirección nacional.438
La Cooperación de la M isión y la Convención
(1936-1950)
El choque entre la Misión y la Convención, y la visita de C.
B. Maddry resultante, produjeron varios desarrollos en la
denominación bautista chilena. Primero, hubo un cisma que
perdura hasta el día de hoy. Giraba alrededor del pastor Ismael
Neveu y la Segunda Iglesia de Temuco que, por varios años,
resentía la dirección de la Misión. Neveu y sus simpatizantes en
aquella iglesia se retiraron de la Convención en 1940 y
constituyeron lo que llamaban “La Iglesia Bautista Nacional”.
Contaban con unas veinticinco iglesias en 1967. Mantienen una
relación fraternal con la Convención chilena.439
Este conflicto produjo otro problema relacionado con los
misioneros Hart. Evidentemente, Hart había violado unas reglas
de la Misión cuando ayudó a Neveu en 1936 a comprar una
chacra. Como resultado, Hart fue mandado a Antofagasta. Por
un tiempo, él pensó trabajar como misionero independiente,
pero pudo solucionar el problema y siguió trabajando bajo los
auspicios de la Misión. Hart encontró un núcleo de metodistas
en Antofagasta y los convirtió en una iglesia bautista.440 Por eso,
aunque había resentimientos y malentendidos entre Hart, la
Misión y algunos pastores nacionales, este conflicto abrió un
nuevo campo de labor en el norte de Chile.441
Un tercer resultado de los altibajos entre la Convención y la
Misión en 1936 surgió durante la visita de Maddry. El se dio
cuenta de la necesidad de un seminario teológico en Chile.
Davidson, Hart y McGavock habían desarrollado educación
teológica en los alrededores de Temuco, pero tuvieron que
158 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

cerrar el Instituto durante el colapso económico. Davidson había


preparado a Honorio Espinoza, quien tenía sus estudios univer­
sitarios, para la obra bautista. Maddry reconoció los talentos y
habilidades de Espinoza y arregló todo para que fuese al
Seminario del Sur de Louisville, Kentucky, para prepararse.
Mientras tanto, la Misión pidió dinero para edificar en Santiago
la primera unidad de un Seminario. Espinoza volvió en 1940 y
fue nombrado rector del flamante Seminario. Con la ayuda de
McGavock, Cecil McConnell y otros, la nueva institución elevó
el nivel de sus estudios. En 1942 Georgia Mae Ogburn inició
una escuela para mujeres que se incorporó luego en el Semina­
rio.442
Sería un error no enfatizar la importancia de Honorio
Espinoza en el desarrollo de la obra bautista. Era abogado,
egresado de la Universidad de Chile. Cuando se convirtió pronto
llegó a ser pastor de la Primera Iglesia Bautista en Santiago.
Seguía siendo abogado. Estudió tres años en el Seminario del
Sur de Estados Unidos, donde sobresalió como estudiante. Al
regresar a Chile, enseñó en el naciente Seminario y ejercía el
rectorado al mismo tiempo. Fue también presidente de la
Convención, a la que representó en varios congresos en el
extranjero, llegando a ser vicepresidente de la Alianza Bautista
Mundial. Estuvo también en la comisión de técnicos sudameri­
canos para la revisión de la Biblia Reina-Valera. Bajo su
dirección el Seminario en Santiago se consolidó.
Otro desarrollo importante en este período fue la organiza­
ción y buen funcionamiento de la Junta Cooperativa. Muchos de
los problemas que causaron conflictos entre la Misión y la
Convención fueron resueltos por esta entidad, que llegó a ser
una caja de resonancia para las dos entidades. La Junta se
encargó de la administración de los dineros para las obras de las
iglesias y las agencias.
Una fuente de prestigio para la obra bautista en Chile ha
sido el Colegio Bautista de Temuco. Bajo la dirección de la
obrera idónea Agnes Graham, las clases se iniciaron en 1922,
exclusivamente para muchachas. Sin embargo, la Misión expe­
rimentó con clases mixtas en ese mismo año, y decidió
convertirla en una institución coeducacional. Cornelia Brower,
Tennesse Hart, Anne Laseter y Marjorie Spence trabajaron en
el Colegio por muchos años, ayudadas por profesoras nacionales
C h ile 159

como las hijas de MacDonald. Por causa de su convicción sobre


la separación de la iglesia y el estado, ésta y otras escuelas
bautistas en Chile, no aceptaban ayuda del estado.443 El Colegio
era un sueño de MacDonald. Fue él quien compró los terrenos
donde el Colegio está ubicado años antes de su fundación.
Otras instituciones que surgieron durante este período
fueron la Clínica Bautista de Antofagasta, bajo la dirección de
Lois Hart, y varios campamentos en distintas partes del país.
Entre los años 1936 y 1950 las iglesias se multiplicaron de
treinta y cinco a cincuenta y dos y los miembros aumentaron un
109 por ciento. Además de las obras de la Convención y la
Misión, las mujeres y los jóvenes tienen sus propias convencio­
nes que funcionan como auxiliares. En 1950 la perspectiva de la
obra chilena era muy alentadora.
La T ransición de la M isión a la Convención
(1950-1970)
La Misión y la Convención continuaban trabajando juntas,
pero poco a poco durante este período la Convención tomaba la
iniciativa en todos los aspectos de la obra. Los bautistas chilenos
realmente lograron la coordinación de la obra total. Las principa­
les agencias se encuentran en manos de nacionales chilenos,
aunque los misioneros norteamericanos siguen ocupando pues­
tos importantes.
En 1949 Timoteo Gatica llegó a ser el primer director del
Colegio Bautista en Temuco y Honorio Espinoza continuó como
rector del Seminario hasta su muerte en 1959. Cecil McConnell
lo reemplazó. La Junta Directiva del Seminario estaba en manos
de los chilenos. Un ministerio por radio por medio de más de
treinta y cinco emisoras estaba en plena marcha desde 1950. Se
formaron Juntas de Educación y Evangelización y una obra
misionera doméstica sostenía a cuatro familias misioneras en
distintas partes del país en 1970. Un programa cooperativo
provee una parte del sostén de estas obras.
En 1970 había 125 iglesias con 11.000 miembros. Esta
multiplicación de iglesias y de miembros ha sido el resultado de
muchas divisiones y diferencias de opinión a través de los años.
Sin embargo, Kessler y otros misiólogos piensan que los
bautistas chilenos han crecido debido a sus divisiones, algo
similar al fenómeno pentecostal en Chile. Al mismo tiempo, no
160 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

han sido afectados tanto por el gran crecimiento de los pentecos-


tales como otras denominaciones. La diversidad y la libertad de
las iglesias locales han prevenido la infiltración pentecostal.
Otro factor en el crecimiento bautista en Chile es el uso
sabio del dinero del extranjero. La ayuda fraternal financiera de
Norteamérica, en contraste con otras obras, no ha disminuido la
iniciativa nacional. Al contrario, ha sido una catálisis para el
crecimiento. Esto se debe a una clase media en Chile que
respondió positivamente a esta ayuda y a un grupo de misione­
ros norteamericanos que sabía administrar bien tales fondos. El
misionero Cecil Moore se destacó en este aspecto. Esto explica
en parte por qué los bautistas han crecido más en las ciudades
que en las zonas rurales. Nacieron en el campo, pero ahora los
bautistas están creciendo más en las ciudades.
Los Bautistas Chilenos y la Revolución
(1970-1973)
Los bautistas chilenos, como la mayor parte de los bautistas
en el mundo, han tratado de seguir una filosofía de no
participación en la política. Sin embargo, cuando el pueblo
chileno, entre él muchos bautistas, eligió a un presidente
marxista, Salvador Allende, en 1970, la situación cambió de
repente. Todo el país se volcó a la participación política de una
forma dramática. El pueblo bautista, como todo el pueblo,
estaba dividido con respecto a las alternativas políticas. Los
liderazgos de la Convención y de la Misión quedaban dentro de
la línea conservadora, pero respetaban la voluntad del pueblo y
acataban al nuevo gobierno. Allende había prometido la comple­
ta libertad religiosa, pero, al mismo tiempo, procuraba instruir a
una nueva generación en la teoría y la política marxistas. Chile,
como el primer país con un gobierno marxista propiamente
elegido, llegó a ser el escenario de la lucha mundial entre el
comunismo y el capitalismo. Las grandes potencias reconocie­
ron la importancia de lo que estaba pasando en Chile. Los
elementos conservadores del mundo resolvieron contrarrestar el
comunismo tan temido. Ellos contaban con los militares chile­
nos y grandes sectores del mismo pueblo chileno.
Los bautistas chilenos se encontraron en medio de una
situación candente. El espíritu revolucionario comenzó a reve­
larse en las reuniones de las juntas y de las convenciones. Una
C h ile 161

hojeada de los artículos y los informes de las convenciones de los


jóvenes revelan las diferencias de opinión entre los bautistas.
Varios líderes y pastores jóvenes se volcaron a la revolución y,
con buena intención muchas veces, trataron de introducir este
espíritu en la obra bautista.444 En general, la Convención
mantuvo su equüibrio y su relación con la Misión y sobrevivió
este tiempo difícil. La reacción del pueblo bautista chileno a esta
crisis política es un testimonio a la madurez de la obra en
general. Sin embargo, cuando el golpe de estado puso fin al
gobierno de Allende, algunos jóvenes evangélicos y bautistas
sufrieron persecución por sus convicciones revolucionarias.
Algunos fueron contados entre los desaparecidos.445
Los Bautistas Chilenos
(1973 hasta hoy)
La obra bautista en Chile está en plena marcha en el día de
hoy. Edificando sobre las bases resumidas en este estudio, y
afrontando los problemas políticos del país, las iglesias están
multiplicándose. Habiéndose recuperado de los altibajos del
período revolucionario, y ajustándose al régimen militar, la
Convención está en medio de un programa de extensión. El
programa se llama “Avance-2000” y procura fundar 2.000
iglesias nuevas para el fin del siglo. Esta es una meta muy
ambiciosa, porque en 1986 la Convención contaba con 188
iglesias, con 17.000 miembros.
La Convención está auspiciando estudios sobre el discipula­
do cristiano para preparar al pueblo para el avance. Ha coopera­
do con otros grupos bautistas de Estados Unidos en grandes
campañas de evangelización. En 1986 se registraron más de
1.229 profesiones de fe. La madurez característica de la obra
chilena es evidente en los planes y proyectos de las juntas y las
agencias. La relación con la Misión es muy buena; las dos
entidades han aprendido a trabajar como verdaderas socias. La
Misión sigue recibiendo a nuevos misioneros y la matriculación
en el Seminario en Santiago ha llegado a setenta y ocho
alumnos. Además, un nuevo Instituto en Temuco ha matricula­
do veintisiete alumnos. Un programa de Educación Teológica
por extensión está respondiendo a muchos candidatos para el
ministerio que no pueden ir a un seminario. Los Colegios y
Librerías están floreciendo. En fin, con una herencia noble, un
162 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

pueblo maduro y una visión amplia, los bautistas chilenos


pueden esperar un porvenir brillante.446 Como dijo el misionero
Cecil Moore:
Algunas sectas pueden seguir creciendo de alguna
manera debido al aumento normal de sus familias, por los
ritos y fórmulas de cristianización; los bautistas no pueden
crecer así. Ellos crecen solamente en la medida que cada
vida individualmente se somete a Cristo, al señorío de él
sobre la vida diaria.
Nuestra salvación denominacional radica así en una
profunda convicción en cuanto a nuestras doctrinas, basada
en un conocimiento e interpretación inteligente de la Biblia;
y por sobre todo en una vida realmente cristiana que
interpreta con entusiasmo tal fe.447
C apítulo VIII
ARGENTINA
Un intelectual suizo excéntrico de habla francesa;448 un
bancario irlandés pendenciero;449 un discípulo de Carlos Spur-
geon de Nueva Zelandia;450 un misionero veterano de la Alianza
Cristiana y Misionera;451 un joven chacarero de Virginia, Esta­
dos Unidos, convertido en predicador-profesor;452 un educador-
evangelista independiente de Inglaterra;453 más un buen núme­
ro de colonos laicos —franceses, alemanes, rusos y galeses—
constituían el baturillo humano del cual han surgido los
bautistas argentinos contemporáneos.
Como los mismos apóstoles, este conglomerado de elemen­
tos dispares paulatinamente se ha formado en una comunidad
denominacional aglutinada por un núcleo de principios bíblicos,
el amor a la libertad religiosa y un ferviente celo evangelizador y
misionero. Tal comunidad se llama el pueblo bautista argentino.
La contextura sólida de los fundadores,454 la eficacia de sus
labores y la tenacidad de sus convicciones han dejado marcas
indelebles sobre la imagen bautista en Argentina. Caracteriza­
dos por el biblicismo,455 el anticlericalismo, la polémica, el
personalismo, el localismo,456 el cosmopolitismo y el proselitis-
mo, los bautistas en Argentina han procurado asimilar estos
rasgos en el medio social rioplatense —eliminando algunos,
incorporando otros y adaptando unos— con el fin de lograr su
propia identidad y de arraigarse en el suelo argentino. La
sociedad fluvial argentina de este siglo ha proporcionado el
contexto dinámico en el cual los bautistas, tan heterogéneos,
han tenido la libertad de integrarse.457 Aunque la denominación
bautista fue importada, esto no ha afectado su esfuerzo para ser
autóctona en un país compuesto de inmigrantes.458 La saga de
sus comienzos, su desarrollo y su arraigo merecen un estudio

163
164 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

serio y concienzudo. Aunque el pueblo bautista constituye una


minoría pequeña en Argentina, su impacto e influencia han sido
de mayor envergadura.
Precursores Evangélicos
( 1810- 1881 )

Como la mayor parte de los países latinoamericanos, la


Argentina es un país predominantemente católicorromano.459
Caracterizado por una jerarquía muy conservadora, la Iglesia
Católica Argentina cuenta con un pueblo muy liberal. Aquella
ha sido un impedimento para los bautistas, pero éste ha sido una
ventaja. Los esfuerzos de un clero reacio para detener el
crecimiento evangélico en el Río de la Plata han tropezado
contra la simpatía latente hacia los evangélicos de influyentes
gobernantes católicos. La lucha perenne entre el estado argenti­
no y el papado romano produjo a una iglesia Católica más
autónoma y liberal que en otros países sudamericanos.460 En fin,
el catolicismo, muy nominal y politizado, no ha contado con el
apoyo popular de las masas argentinas en su esfuerzo para
contrarrestar el incremento evangélico. A pesar de la abrumado­
ra mayoría de católicos en la población, los evangélicos han
podido entrar en el caudal mayor del desarrollo argentino.461 Su
influencia en proporción a su número ha sido muy grande.
Estudios recientes calculan que los evangélicos constituyen un
cuatro por ciento de la población argentina.462
Los evangélicos han podido contar con un trasfondo colo­
nial muy bíblico en el Río de la Plata. El historiador Daniel
Monti ha señalado, de una manera muy convincente, al vivo
interés en la Biblia de parte de la clase culta rioplatense. Destaca
la popularidad de la obra del jesuíta chileno Manuel Lacunza,
La Venida del Mesías en Gloria y Majestad, editada por Manuel
Belgrano y leída por muchos, incluyendo a Dean Gorriti que la
comentaba en sus clases para los seminaristas católicos en
Buenos Aires.463 Una hojeada de la obra revela un insólito uso de
la Biblia por Lacunza que huele al protestantismo. Monti
documenta el vivo interés en la Biblia de los proceres Manuel
Belgrano, Ramos Mejía, Mariano Moreno, José Chorroárin, y de
los presbíteros católicos Dean Funes, Dean Gorriti y Juan
Albarracín. Concluye diciendo:
A rg e n tin a 165
. . .ese interés por la lectura y estudio de la Biblia entre
las clases cultas del Río de la Plata, no obedecía a influencias
extrañas y menos a propaganda de concepciones y prácticas
religiosas divorciadas de la religión tradicional; que ese
interés tenía su origen en la propia tradición religiosa.*4

En otras palabras, ¡había una especie de ensayo de protestantis­


mo autóctono en la pampa argentina antes de la venida de los
primeros protestantes! Domingo Sarmiento, simpatizante de los
evangélicos muchos años después, contaba que siendo un
muchacho en casa estudiaba la Biblia con su tío sacerdote. No
fue por casualidad que la Biblia donada por Chorroann fue el
libro número uno con que se inició la Biblioteca Popular
fundada en Buenos Aires por Mariano Moreno.465 Este profundo
respeto innato de los argentinos para con la Biblia ha sido una
base nacional sobre la cual han edificado los bautistas. Por eso,
el avivamiento bíblico entre los católicos argentinos contempo­
ráneos no sorprende al estudiante de sus comienzos.466 En
Argentina, la Biblia ha servido como medio de enlace entre la fe
bautista importada y la tradición cristiana autóctona.
Precursores de la Prehistoria Bautista
( 1818- 1881)

Aprovechando este aprecio para con la Biblia y la ausencia


de un sistema educativo, Diego Thomson llegó a Buenos Aires
desde Escocia el 6 de octubre de 1818, como enviado de la
Sociedad Bíblica Británica y Extranjera y de la Sociedad de
Escuelas Lancasterianas.467 Su pasaje, y una parte de su sostén
para el primer año, fueron provistos por la Leith Walk Taberna­
cle Baptist Church en la capital de Escocia.468 Por eso, fue el
primer predicador laico y el primer bautista en suelo argentino.
Representando a la Sociedad Lancasteriana, una institución
destinada a difundir los principios pedagógicos masivos del gran
educador cuáquero Lancaster, Thomson residió en Buenos
Aires entre los años 1818-1821, donde puso los cimientos de la
enseñanza popular, apoyado por el presidente Bernardino Riva-
davia y su ministro Martín Rodríguez.469 Pudo introducir 400
ejemplares del Nuevo Testamento que usaba como primer texto
en las escuelas.470
Pero Thomson traía una segunda intención, que nunca
ocultó por otra parte, a saber; como agente de la Sociedad
166 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Bíblica trajo consigo “como buen disidente, centenares de


Biblias, cuya circulación molestaba mucho a los católicos”,
aunque contaba con el apoyo de algunos franciscanos. Con todo,
no se sabe que hiciera proselitismo sectario.471 Parece que no,
porque no trataba de plantar una congregación y su obra de
varios años no tuvo continuación visible. Su propósito era
despertar interés por las cosas del espíritu y, por eso, pidió el
apoyo de las autoridades civiles y eclesiásticas para difundir las
Sagradas Escrituras. Pese a lo cual, algunas veces, tuvo que dar
testimonio “a manera de hurto”, como él mismo lo confiesa al
comentar la libertad que tenía.472 Muchos clérigos lo miraban
con desconfianza. Salvadores dijo:
La alarma estaba justificada por las actividades de
Thomson, que no pudieron pasar inadvertidas, por lo cual
las autoridades al prestarle su protección y autorizar la
fundación de escuelas. . . se reservó el derecho de visitarlas
para verificar que en ellas no se alterase el culto, ya que era
obligatoria la enseñanza de la religión católica. Esto explica
por qué el Cabildo rechazó las 500 Biblias que, en vísperas
de ausentarse para Chile, Thomson ofreciera para ser
regaladas a los niños. . . sin embargo, años después en sus
cartas menciona cómo pudo desembarcar Biblias y “varias
de ellas han sido distribuidas y han tenido buena acogida”,
algunas en el interior del país.473

En su afán de cultivar la vida espiritual, hizo que organizara


el primer culto protestante habido en la ciudad de Buenos Aires,
pero con un grupito de residentes protestantes de habla inglesa.
Las reuniones se iniciaron el 19 de noviembre de 1820 en la
casa de un influyente súbdito británico, el señor Dickson. Esta
reunión puso en marcha una obra de predicación y de escuelas
dominicales en inglés que ha seguido hasta el día de hoy. Es
sorprendente porque la ley de libertad de cultos no se promulgó
hasta 1825. Thomson, un bautista, dirigía las reuniones hasta
su partida, y entonces la dirección cayó en manos de los
metodistas, presbiterianos y congregacionalistas que estaban en
mayoría. Estas denominaciones en Estados Unidos aprovecha­
ron la iniciativa para mandar misioneros a la Argentina. Varias
denominaciones nacieron de este culto.474
Realmente, los bautistas pueden estar orgullosos de este
pionero. Es una lástima que no hubieran elementos netamente
A rg e n tin a 167
bautistas para continuar su obra. Sin embargo, fue un bautista
que organizó la educación popular, inició el primer culto
protestante y abrió surcos para los famosos colportores que
después saturaron la Argentina con la Biblia.475 Por ejemplo, el
conocido colportor Lucas Matthews, en 1827 llegó hasta Cuyo
con carta de recomendación del Dean Funes.476 Todo esto se
debió al celo de colportores protestantes como Thomson, quie­
nes contaron con la anuencia liberal de las autoridades. Antes de
partir para Chile el 30 de mayo de 1821, el gobierno argentino
reconoció su trabajo, otorgándole carta de ciudadanía. El texto
del Cabildo reconoció “el interés y empeño que ha demostrado
Don Diego Thomson. . . su ardua dedicación a tan importante
establecimiento . . . el desprendimiento con que cedió una gran
parte de su sueldo. . . y la generosidad con que se ha prestado a
generalizar el sistema”.477 Luego, trabajó en Uruguay, Chile,
Perú (donde era amigo del libertador argentino, San Martín) y
México.
Cabe mencionar a otro posible precursor bautista en la
Argentina, y esclarecer su caso. Se trata de Guillermo Torrey, un
misionero norteamericano que trabajó en Argentina entre los
años 1827 y 1835. Monti, citando a un tal Froggatt, escribiendo
en El Estandarte, revista metodista, dice:
La obra de Torrey, de la que fuera heredera directa la
iglesia metodista, fue proficua en los ocho años que la
consagró (1827-1835). Era pastor de la iglesia bautista y
llegó de EE. UU. a principios de 1827 y obrando de común
acuerdo con el Sr. Parvin le prestó eficaz cooperación.478
Este “Sr. Parvin”, misionero de la famosa “Board of Com-
missioners” de las Iglesias Congregacionalistas en Estados
Unidos,479 había continuado la obra de colportaje y de escuelas
dominicales en Buenos Aires, comenzadas por Thomson. Tam­
bién sabemos que Torrey hizo una gira por Corrientes vendien­
do Biblias.480 Parece que sabía alemán, pero trabajaba principal­
mente en inglés.481 Siguiendo la pista de Torrey, el que escribe
averiguó que fue nombrado como misionero presbiteriano a
partir de mayo de 1828. El informe presbiteriano de Estados
Unidos dice:
El Reverendo Torrey, un misionero en Buenos Aires ha
recibido ayuda de nuestra junta durante el año pasado en la
168 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS
suma de $200.00. . . distribuye Biblias y ha reunido una
pequeña iglesia. Predica a los marineros ocasionalmente.482

Torrey también figuraba en la lista de ministros presbiterianos


ordenados en Estados Unidos entre los años 1830-1854. Desde
1830 hasta 1836 figuraba como misionero en Buenos Aires del
Sínodo de Hudson, Estados Unidos. En 1854 era ministro del
Sínodo de Winchester, Virginia, actuando como pastor en
Woodstock. Jamás figuraba como misionero de la “Board of
Commissioners” de los congregacionalistas.483 Los historiadores
argentinos Lewin y Tonda lo mencionan como pastor “protes­
tante”.484 El destacado historiador, Ernesto Fitte, observa:
En 1827, a Mr. Parvin le sucedió Mr. Guillermo Torrey,
quien se mantuvo en funciones hasta su retiro en 1836; el
nombre de este clérigo, egresado del Cuerpo de Presbíteros
de Sínodo de Hudson, adquirió en 1832 cierta resonancia
pública por haber consagrado el matrimonio de Samuel F.
Lafone con María Quevedo y Alsina, sin que los contrayen­
tes exhibieran las debidas dispensas, indispensables a méri­
to de profesar la desposada el credo católico apostólico
romano.485

Por su participación en este infame caso “Lafone”, Torrey pasó


tres meses en la cárcel, tratando de forzar un juicio.486Por fin, el
caudillo Rosas intervino e indultó las sentencias. Como resulta­
do, en 1833 salió la ley sobre casamientos, autorizando a los
cónsules el registro de casamientos con permiso del gobierno y
la iglesia. Los hermanos Lafone, Samuel y Alejandro, fueron de
descendencia francesa y hugnotes, y llegaron a ser comercian­
tes ricos en el Río de la Plata. Samuel vivía en Uruguay.
Alejandro vivía en Inglaterra, y según Tonda y Lewin, era
“anabaptista”.487
Por medio de datos encontrados en Monti y en las Actas de
las Sociedades Bíblicas, se sabe que Torrey se alejó de la
Argentina en 1836 después de hacer su gira por Corrientes.
Aceptó el puesto de capellán en un buque de guerra de Estados
Unidos, donde trabajaba hasta radicarse en Santa Catalina,
Brasil, de donde pidió Biblias en alemán en el año 1838. Otra
vez, se pidieron Biblias en 1843 para el buque de guerra “Ohio”
de la marina de Estados Unidos. Por estos informes sabemos
que Torrey ejercía en castellano mientras estaba en Buenos
Aires, porque pedía Biblias en tal idioma.
A rg e n tin a 169

En fin, sin duda Torrey continuaba el atrevido ministerio de


Thomson, pero más abierta y agresivamente. Podía haber sido
bautista antes de 1828, colaborando con iglesias de habla
inglesa y, posiblemente, de habla alemana, pero no hay forma de
documentar la declaración de Froggatt en el libro de Monti. De
una forma definitiva, el que escribe ha comprobado que desde el
año 1828 figuraba como misionero presbiteriano y, desde 1830,
como ministro presbiteriano ordenado. Su trabajo como colpor-
tor, como luchador por la libertad religiosa, como evangelista
entre los marineros, y posiblemente obrero entre iglesias alema­
nas (por lo menos en Brasil y probablemente en Corrientes)
redundó en beneficio de la incipiente Iglesia Metodista Episco­
pal. A los bautistas les gustaría reclamarlo, pero el peso de la
investigación hecha por este autor aboga en contra de tal
relación. De todos modos, su obra, sus principios y su espíritu de
lucha se asemejan a la tradición bautista. Fuera bautista o no,
sirvió como eslabón en esa cadena de evangélicos entre Thom­
son y Besson, que prepararon el terreno para la llegada definitiva
de la denominación bautista.
Otro antecedente bautista que merece conocerse mejor es
la existencia de una congregación bautista en territorio argenti­
no ya en 1865. Se trata de un grupo pequeño que formaba parte
del primer contingente de colonos galeses que se radicaron
heroicamente en el valle del Chubut. Su historia es una odisea
de fe, tenacidad y perseverancia. Había cuatro denominaciones
entre ellos —congregacionalistas,488 metodistas calvinistas,489
bautistas y anglicanos. La empresa patagónica no era netamen­
te religiosa, sino económica, pero la mayor parte de los colonos
eran disidentes y buscaban la libertad religiosa. Como dice
Lewis Jones:
Los primeros inmigrantes pertenecían a las distintas
congregaciones religiosas conocidas en Gales; había entre
ellos independientes, metodistas calvinistas wesleyanos,
bautistas y anglicanos. Pero eso no ocasionaba divisiones,
aparte de las que se debieran a las incompatibilidades
personales. ,s)0

A. Matthews, otro cronista de la hazaña, agrega:


Había entre los primeros colonos tres pastores, dos de la
secta congregación alista, el Rev. Lewis Humphreys. . . y el
170 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

autor de estas lineas; y uno perteneciente a la secta baptista,


o sea Robert Meirion Williams, nativo de Meirionydd. Casi
todos los primeros inmigrantes eran congregacionalistas y
metodistas calvinistas; pero había excepcionalmente entre
nosotros algunos Baptistas, Metodistas Wesleyanos y miem­
bros de la Iglesia Estatal de Gales.491

Debido a los rigores de la vida en la colonia al principio,492 a


lo áspero del clima, a la amenaza de los indígenas y a la
disensión entre los colonos, algunos de los cuales se sentían
defraudados, se libró una división que podía haber frustrado la
empresa.493 Una minoría de los colonos, bajo la dirección del
pastor bautista Roberto Williams, preparó una petición al
gobierno británico en las Islas Malvinas, pidiendo pronto auxilio
y enumerando sus quejas. Matthews comenta:
La petición desfiguraba grandemente las cosas y como
consecuencia de ella, hubo larga correspondencia entre las
autoridades británicas de las Islas Malvinas, el Almirante en
Montevideo y el ministro en Buenos Aires, lo cual terminó
con el envío de una nave de guerra británica desde Montevi­
deo en julio de 1866, para investigar la situación de la
colonia de Chubut. . . El promotor fue el pastor de los
Baptistas, Robert Williams, que tenía cierta razón para
quejarse de la situación, pues era viudo, con un hijo joven, y
había sido abandonado por su sirvienta. Siete de los peticio­
nantes partieron el cabo de un año, pero los demás permane­
cieron en el lugar, y entre ellos, el hijo de Robert WiUiams.494

Roberto Williams salió y después de pasar un tiempo en las


Malvinas, volvió a Gales donde falleció unos años después. Los
pocos bautistas que quedaron asistían a los cultos de las otras
denominaciones. De hecho, durante los primeros diez años,
debido a la salida de los otros pastores, A. Matthews era el único
pastor (congregacionalista) y dice: “adorábamos con el mismo
ritual y siendo el único pastor el autor de estas líneas, habíamos
casi olvidado a qué secta pertenecíamos unos y otros”.495 Sin
embargo, hay que recordar que Roberto Williams debe haber
sido el primer pastor bautista que dirigió un grupo de su propia
fe en Argentina. No obstante, la involucración de él y los
bautistas en el caso de la petición descrédito a la minoría
bautista entre la mayoría de los colonos.
A fines de una década, la colonia había superado muchos
A rg e n tin a 171

problemas físicos, pero languidecía y estaba en peligro de


fosilizarse. A. Matthews y otros volvieron a Gales para promover
la inmigración. Un nuevo contingente llegó en 1874, entre ellos
un buen número de bautistas. Matthews dice que “venían
impregnados del espíritu sectario de la patria vieja”.496 Los
bautistas y los metodistas calvinistas se separaron en sus propios
cultos, pero no tenían pastores. Alrededor de 1876 llegó el pastor
bautista M. C. Rhys, que antes de emigrar había sido pastor de
los ingleses en Pembroke Dick. Lewis Jones comenta:
Cuando los bautistas —cuyas convicciones peculiares
acentúan su aislamiento— aumentaron en la Colonia, no
tardaron en erigir una capilla propia con un cementerio
anexo, como una continuación de su tradición sectaria en
Gales, que no les permitía enterrar a sus muertos con los de
la multitud. Aquella capilla, Vrondeg, en la zona de Treorki,
es el único local de reunión de los bautistas que hay
actualmente en la Colonia. En Bryn-Crwn, la parte inferior
del Valle Superior existe un buen número de bautistas que,
aunque fervientes, se unen con la heterogénea congrega­
ción que los rodea.497

Los bautistas levantaron tres capillas al lado sur del río que se
usaban para cultos y para escuelas nacionales. En el museo
galés en Gaiman, hay planos de estas capillas y útiles usadas por
los bautistas en su culto de comunión.498 Sin embargo, después
de este avivamiento, paulatinamente los bautistas fueron absor­
bidos por las otras denominaciones y dejaron de existir como
denominación. De hecho, las capillas que se encuentran hoy en
día en Trelew, Rawson, Gaiman y Trevelín, se han convertido en
lugares para reuniones evangélicas étnicas sin distinción deno-
minacional. Cantan y predican en galés y generalmente siguen
el orden congregacional. Quedan muy pocos bautistas.499
En fin, los evangélicos galeses, entre ellos bautistas, tenían
una oportunidad singular de evangelizar la Patagonia. Es de
extrañar que ellos, tan evangelizadores en su patria, no hubie­
ran sido más fieles en la evangelización. Sin embargo, el trauma
de la vida y lo difícil de la colonización les hicieron introvertirse.
De todos modos, los bautistas argentinos reclaman a estos
heroicos galeses entre los importantes precursores de su fe.
Debido a las investigaciones del destacado historiador
bautista Amoldo Canclini,500 fue descubierto otro antecedente
172 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

bautista interesante. Se trata de una iglesia bautista en las Islas


Malvinas comenzada en 1872. En aquella época, cuando Juan
Thompson predicó el primer sermón evangélico en castellano en
la Iglesia Metodista en Buenos Aires en 1867, unos bautistas
estaban formando una iglesia en las Malvinas. Un ex marinero,
llamado Jorge Natt, se radicó en Puerto Stanley en 1872. Un año
después hospedó a J. H. L. Ewen, misionero de la Unión
Evangélica por unos meses. Ewen realizó reuniones caseras en
la cocina de Natt y le instó a seguir la obra. Además, le animó a
escribir a un señor Honour, amigo y colega del gran predicador
bautista Carlos Spurgeon, para pedirle ayuda. Por este contacto,
Spurgeon buscó a una persona idónea entre los alumnos del
Colegio que dirigía y encontró a Jorge H. Harris, quien viajó a
Stanley a fines de 1887. Harris estuvo allá hasta mediados de
1890 y efectivamente organizó una iglesia. Además, se la
proveyó de templo con los esfuerzos locales y la ayuda de la
Iglesia de Spurgeon. En Inglaterra fue construida una capilla de
maderas y chapas, desarmada y enviada a las Malvinas. Tenía
una capacidad para doscientas personas. Al pastor Harris le si­
guió Lawson Good, quien murió unos meses después de llegar.
El pastor siguiente, Ernesto Murphy, fue luchador y, como
dicen los documentos, ejercía como pastor de la Iglesia Bautista
de Stanley. En 1896 el último pastor bautista era Herbert Hill.
Luego, la iglesia quedó en manos de los presbiterianos y
metodistas. Por fin, se cerró por unos dieciocho años. En 1934
se abrió otra vez bajo la dirección de los presbiterianos escoce­
ses. En 1967 Amoldo Canclini, presidente de la Convención
Bautista Argentina, visitó las Malvinas pero no pudo encontrar
ni un bautista. La Convención tenía un interés vivo en reavivar
la obra por medio de su Junta de Misiones, pero los aconteci­
mientos políticos y la guerra con Inglaterra subsiguiente han
im p ed id o la in iciativa .501

C om ienzos Bautistas
(1881-1908)
La prehistoria bautista argentina que hemos trazado termi­
na con la llegada de Pablo Besson desde Europa en 1881.
Besson se hizo el centro integrador de distintas iniciativas
bautistas que arribaron a las playas argentinas entre los años
1881 y 1908. Edificando sobre el espíritu liberal autóctono y
A rg e n tin a 173

sobre los antecedentes ya mencionados, Besson puso los cimien­


tos de la obra bautista. El material humano para estos cimientos
consistía en pequeños grupos de bautistas entre los colonos de
Suiza, de Bélgica, de Alemania, de Rusia y de Gales;502 unos
pocos misioneros bautistas independientes de países de habla
inglesa; y los primeros misioneros de la Junta de Misiones
Foráneas de los Bautistas del Sur de Estados Unidos.503 Por
medio de Besson, estos elementos dispares paulatinamente se
conocieron y se ayudaron los unos a los otros en el surgimiento
de una nueva denominación.
Sin embargo, hay que recordar que Besson llegó a Argenti­
na respondiendo a la invitación de los colonos belgas y suizos de
habla francesa radicados en la provincia de Santa Fe. Tales
colonos habían llegado alrededor de 1877 y propagaron su fe.504
Realizaron los primeros bautismos, unas seis personas —los
primeros entre los bautistas en Argentina— entre los cuales
estaba un tal Emilio Arn. Otro colono, un minero belga de Paz
de Calais, Francia, Mathieu Floris, le escribió a Besson, su
ex pastor en Francia, pidiéndole el envío de un pastor de habla
francesa para atender la pequeña congregación en Esperanza,
Santa Fe. En un sentido, a la iniciativa de estos colonos
santafesinos, se debe la integración y desarrollo de la obra
bautista en Argentina.505
Pablo Besson predomina este período “pre-convencional” de
la historia bautista argentina. Nacido en Nod, Suiza, el 4 de abril
de 1848, era hijo de un pastor reformado. Estudió en la
Universidad de su cantón, Neuchâtel,506 junto a profesores de
fama universal como Secretán, Godet y Buisson. Luego, pasó a
perfeccionarse en Leipzig, Alemania, con hombres no menos
célebres como Tischendorf, Delitsch y Lutdhardt. Este último
fue el que lo llevó a la experiencia de una entrega personal a
Cristo.
El 12 de octubre de 1870 fue ordenado pastor de la Iglesia
Reformada, en el seno de la cual luchó por la separación de la
iglesia y el estado. Radicado luego en Francia, se vio en
dificultades por no someterse a la censura por su actuación en
un grupo que abogaba por “iglesias libres” dentro de la tradición
reformada. En toda su vida vemos la influencia de su madre,
quien era de estirpe valdense. En medio de esta crisis, Besson
conoció a un pastor bautista, de apellido Cretín, quien le animó a
174 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

estudiar el Nuevo Testamento sobre la cuestión del bautismo


infantil. Besson, quien dominaba bien el griego, lo hizo, y
después de estudiar a fondo los otros principios bautistas,
resolvió aceptar el bautismo por inmersión y. se hizo bautista.
Durante seis años era misionero en Francia de la Sociedad
Misionera Bautista de Boston, la junta misionera de los bautistas
del norte de Estados Unidos. Estaba empeñado en este trabajo
cuando la carta de su ex feligrés, Mathieu Floris, llegó de
Argentina. Besson, soltero, buscó a un matrimonio para ir, pero
no encontró a nadie. Por eso, decidió ir él mismo. Por un tiempo,
trató de encontrar a una sociedad o junta misionera para
sostenerlo, pero todo fue en vano.507 En 1881 Besson llegó a
Buenos Aires como inmigrante. Pasó un tiempo en el hotel de
inmigrantes mientras arreglaba su traslado a Santa Fe. La
familia Eckart lo buscó y lo llevó a Santa Fe. En Esperanza no
logró constituir una iglesia, pero afrontó, por primera vez, la
intolerancia católica que lo convirtió en campeón de la libertad
reügiosa. Se trató del entierro de una niña de los colonos, a cuyo
cuerpo se prohibió la entrada al cementerio público, reservado
para los católicos. Besson lo ofició en los jardines de la casa
paterna.508 Este escándalo le inspiró a dedicar el resto de su vida
a la promoción del Registro Civil y los derechos de los disidentes
en la Argentina.
Para poder llevar a cabo estos propósitos en una manera
más efectiva, Besson aprendió castellano y se trasladó a Buenos
Aires, donde los prestigiosos diarios como “La Prensa”, “La
Nación” y “La Capital” le prestaron sus columnas para su
campaña. Los “casos de prueba” de Besson fueron usados por
los políticos liberales para lograr un Registro Civil en Argentina.
Desparramada en artículos y folletos —parcialmente recopilados
hace unos años en dos tomos509— está su vasta producción
literaria, excepción hecha de su notable traducción del Nuevo
Testamento.510
Besson, intelectual sin par, luchador intrépido, autor profi­
cuo, pastor tierno y predicador fogoso fue un prototipo de la fe
bautista. Se excentricidad fue menguada en algo por su esposa,
la viuda de Jorge Graham, que convirtió su casa de soltero en un
hogar cristiano ejemplar. Después de cuarenta y cuatro años,
Besson se retiró a su casa de verano en Ranelagh, donde falleció
en diciembre de 1932.
A rg e n tin a 175

Los logros de Besson, el Rogelio Williams argentino, no


deben oscurecer su obra como evangelista y pastor. Fue el
fundador de la Iglesia Bautista del Centro en Buenos Aires en
1883, año en que bautizó a su primer convertido en el Río de la
Plata. Por más de un año antes, había predicado en los templos
extranjeros de la capital. Alquiló varios salones en la parte
céntrica de la ciudad,511 hasta edificar su templo en 1899 en la
calle Estados Unidos 1273, en la Capital Federal.
Un colega de Besson, y otro pionero bautista, fue Jorge
Graham, un bautista independiente de Inglaterra, quien se
aventuró a ir a Argentina sin que nadie lo sostuviera.512 Trabajó
un tiempo en el barrio de Barracas en Buenos Aires y luego se
trasladó al pueblo de Las Flores en la provincia de Buenos Aires,
donde fundó una escuela con la cual se mantenía. Luego,
organizó una iglesia e hizo varios viajes de colportaje por el país.
Besson viajaba mucho a Las Flores para ayudar a Graham. La
obra en Las Flores pasó después a manos de la Unión
Evangélica, pero relaciones personales los vinculan a la obra
bautista. Posteriormente, su viuda se casó con Besson; también
Graham tuvo el honor de bautizar a Juan Varetto, el futuro líder
bautista.
En esta misma época, F. Lister Newton, otro bautista
independiente inglés, sostenido por amigos en Inglaterra, se
radicó en Tandil, provincia de Buenos Aires. Pronto se trasladó a
Coronel Pringles, donde comenzó una iglesia y se mantenía por
medio de una escuela. Luego, esta obra se incorporó al pueblo
bautista.
La Iglesia madre del Centro comenzó a multiplicarse a
partir de 1890. Besson no se había olvidado de los colonos de
Santa Fe. Por eso, la Iglesia del Centro comisionó a Alberto
Ostermann, uno de los primeros bautizados por Besson, a volver
a Santa Fe para atender la obra bautista. Ostermann, el primer
creyente nacional que se dedicó a la obra, era de descendencia
alemana, nacido en España y de habla francesa. Era hombre
apto para la tarea. Fue ordenado al ministerio a principios de
1890 y por su trabajo se organizó la Primera Iglesia Bautista de
Santa Fe. Alberto pastoreó la Iglesia hasta 1911 cuando pasó la
responsabilidad a su hijo Julio, quien comenzó un largo
pastorado de la misma.
La segunda iglesia bautista en Argentina se constituyó en
176 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Buenos Aires en 1894, bajo el nombre de Distrito Sud. Fue el


resultado de un conflicto entre Besson y Joaquín Otero, un
español característicamente batallador.513Otero en 1888 colabo­
raba con la obra de Jorge Graham en Las Flores, como
predicador al aire libre, redactor del primer periódico bautista
argentino, “El Mensajero de la Verdad” y director de una
escuela.514 Se unió a la Iglesia del Centro luego, pero, por su
carácter tan fuerte, no fue compatible con Besson. Se produjo
un cisma en 1892 en que Otero y algunos otros miembros
iniciaron reuniones separadas que resultaron después en la
nueva iglesia. ¡Esta práctica de “multiplicación por división” es
un rasgo bautista negativo que ha resultado en una extensión
positiva!
Durante este mismo período, lejos en la provincia de Entre
R ío s , un grupo de colonos alemanes-rusos estaban desarrollan­
do una fuerte obra bautista. Desde 1878 habían establecido
chacras agrícolas. Los bautistas entre ellos comenzaron a
reunirse por causa del celo de Juan Pedro Brunner, quien
efectuó los primeros bautismos. En septiembre de 1894 se
constituyó la Iglesia Bautista de General Ramírez.515 Esta iglesia
llegó a ser el centro de una obra de habla alemana que fundó
iglesias en San Justo, Urdinarrain, Galarza, Alearán, Víale y
otras colonias.
Entre estos pioneros bautistas es imprescindible mencionar
a otros bautistas de este período sostenidos por sociedades
misioneras interdenominacionales, que después entraron en el
caudal mayor de la denominación bautista. Roberto M. Logan,
un irlandés de Estados Unidos, nombrado por la Alianza
Cristiana y Misionera con sede en Nueva York, llegó a Argentina
en 1898.516 Don Guillermo Williams, creyente inglés y alto
empleado ferroviario, había iniciado reuniones evangélicas en la
ciudad de Olavarría, provincia de Buenos Aires, con el apoyo de
Pablo Besson. Cuando Logan llegó, por el consejo de Besson y
otros, se dirigió a Olavarría para atender la obra. Logan era
bautista por convicción, pero como muchos, trabajaba para esta
Sociedad de origen presbiteriano, cuyos misioneros eran de
varias denominaciones.
Mientras llevaba a cabo su obra en Olavarría, conoció a un
joven argentino que se llamaba Juan Varetto. Varetto, oriundo
de Concordia, Entre Ríos, y de descendencia italiana, fue
A rg e n tin a 177

convertido bajo la predicación del famoso predicador metodista


Juan Thompson, en Buenos Aires.517 Colaboraba con los meto­
distas por un tiempo y, a partir de 1898, trabajaba para la
Alianza con Logan en Olavarría. En 1898 llegó a convicciones
bautistas y fue bautizado por inmersión por Jorge Graham en
Las Flores. Siguió trabajando con Logan en Olavarría donde, en
1901, fue aceptado como obrero de la Alianza.518 Logan se
trasladó a Gualeguaychú en 1903. Varetto le siguió en 1905 y
pasaron tres años allí como misioneros de la Alianza.
En 1908 Varetto tuvo su primer contacto con la obra
netamente bautista. El misionero Fowler de la Junta de Rich-
mond le invitó a predicar una serie en Santa Fe, en la flamante
Segunda Iglesia Bautista de la ciudad. La Iglesia quedó impre­
sionada con el joven predicador. Por medio de este contacto, la
Segunda Iglesia Bautista de Rosario (Distrito Norte iniciado por
Hosford) le invitó a ser su pastor. Aceptó y fue ordenado por la
Iglesia durante las sesiones de la primera Convención Bautista
celebradas en Rosario en 1909. Así entró en las filas bautistas
uno de sus más destacados predicadores.519 Iba a ser un gran
escritor, evangelista, pastor y predicador que ayudó a jerarqui­
zar la obra bautista. En el mismo año (1909), Roberto Logan
pasó de la Alianza a la Misión Bautista de la Junta de Richmond.
La adquisición de estos dos adalides reforzó grandemente la
obra bautista.
Otros elementos valiosos para el futuro bautista estaban
entrando en la Argentina durante esta época. El primero fue
Roberto P. Eider, misionero neozelandés, bajo los auspicios de la
flamante Sociedad Misionera Regions Beyond de Inglaterra.
Eider, de una familia presbiteriana, se hizo bautista en Nueva
Zelandia como joven. En 1895 viajó a Londres para estudiar en
el famoso “Colegio de Predicadores” de Carlos Spurgeon.520En el
viaje a Europa, pasó por el estrecho de Magallanes y conoció el
Río de la Plata y Montevideo. Durante su primer año de estudios
un ex pastor de una iglesia bautista galesa en la Patagonia
predicó en la capilla e impresionó al joven.521 Despertó en él el
deseo de ser misionero en el Río de la Plata. Varios laicos
pudientes de la Iglesia del Tabernáculo de Spurgeon reunieron
su sostén. Así Eider llegó a ser miembro fundador de una nueva
Sociedad Misionera con el nombre Regions Beyond. Eider se
unió con los hermanos Graham (Las Flores), Roberts (Coronel
178 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Suárez) y Smith (Buenos Aires) para formar la Misión Argentina


de tal Sociedad. Eider llegó a Las Flores en 1900 donde
reemplazó a Graham por un tiempo, y luego se trasladó a Tres
Arroyos donde constituyó una iglesia en 1904. Alrededor de
1904 la Sociedad Regions Beyond se unió con elementos de
Canadá, dando origen a la Unión Evangélica Sudamericana
que, como la Alianza, era una Sociedad interdenominacional.
Coincidiendo con esto fue la llegada de Harry Strachan, un
bautista de Canadá y de la Sociedad Regions Beyond, el
fundador de la obra evangélica en Tandil. Strachan se casó con
Susana Beamish, quien había sido la profesora de castellano de
los Eider. Después de un año de licencia, Eider volvió a Buenos
Aires, donde reemplazó al señor Smith y puso los cimientos de
una iglesia. Cuando Eider volvió a Tres Arroyos, Roberto Logan
se encargó de la obra y la convirtió en la Iglesia Bautista
Sudoeste. En 1920 Eider dejó la Unión y se unió a la Misión
Bautista de Richmond.522
Cabe destacar a otro fundador bautista de suma importan­
cia, quien llegó a la Argentina antes de los primeros misioneros
de la Junta de Richmond. Sirvió como abresurcos para la obra de
ellos. Se trata de Roberto Sangster Hosford, oriundo de Cork,
Irlanda.523 Nació en el año 1878 en un hogar afiliado a los
hermanos libres. Bajo la influencia de su novia, Ella Elizabeth
Good, una misionera metodista a Sierra Leona en Africa
Occidental, de vuelta en Irlanda debido a su salud,524 Hosford se
convirtió y un tiempo después (31 de diciembre de 1894), fue
bautizado por James Buchanan en la histórica Iglesia Bautista
de Cork, fundada en 1650.525
Habiendo escuchado al gran misionero anglicano Guiller­
mo Morris hablar en Irlanda sobre las necesidades en Argenti­
na, Hosford se entregó como misionero.525 No teniendo a una
junta para mandarlo, consiguió empleo con los Ferrocarriles
Argentinos. Llegó a Argentina en agosto de 1899. Se puso en
contacto con Pablo Besson y pronto se trasladó a Rosario. No le
gustó el trabajo ferroviario y, con la ayuda del Banco de Londres,
pudo romper el contrato y hacerse bancario. Siguió como
contador y gerente de tal banco hasta su muerte en 1948. Su
novia, Ella Good, llegó a Buenos Aires en 1901. Se casaron en la
casa de un amigo en Quilmes por Registro Civil. Siendo el
primer bautista en Rosario, Hosford no tuvo iglesia; por eso
A rg e n tin a 179

colaboraba con los salvacionistas, los hermanos libres y, princi­


palmente, con los metodistas, como superintendente de la
escuela dominical.527 Sin embargo, siempre aclaraba que su
cooperación era “desde afuera”, por causa de sus profundas
convicciones bautistas.
Por su trabajo secular, Hosford llegó a ser un hombre
pudiente. No obstante, era evangelista personal y aspiraba
predicar. Conocía muy bien la Biblia y se relacionaba con todos
los elementos evangélicos de la Argentina. Llegó a ser un gran
amigo de Besson; siempre tenía una foto de él en su hogar. Por
medio de Besson supo de la llegada en 1903 de S. M. Sowell, el
primer misionero de la Junta de Richmond. Hosford insistió en
que tal Junta empezara su obra en Rosario. El mismo preparó el
terreno. No solamente fue responsable por los comienzos
bautistas en Rosario, sino también encabezó años después una
Misión Irlandesa Bautista en el norte de Argentina y en Perú.
Se nota en todo esto que la influencia bautista ha trascendi­
do los límites de la misma denominación en Argentina. Hubo
misioneros bautistas independientes y de las sociedades interde-
nominacionales que fueron responsables por la fundación de
muchas iglesias evangélicas de la Unión y de la Alianza. Las tres
denominaciones han trabajado juntas. Logan, Eider y Varetto se
hicieron misioneros bautistas, pero otros como Graham (murió
en 1904) y Strachan siguieron la obra interdenominacional.
Strachan, por ejemplo, dejó Argentina en 1918 y fundó lo que
es hoy en día la eficaz Misión Latinoamericana, con sede en
Costa Rica.528 El contó con la ayuda eficaz de Juan Varetto en
grandes campañas de evangelización en América Central. Tal
Misión siempre ha sido interdenominacional, pero con bases
bautistas. Pablo Besson mantenía un contacto estrecho con
todos estos misioneros y servía como su consejero.
La obra misionera que más ha influido el desarrollo bautista
en Argentina ha sido la de la Junta de Misiones Foráneas de los
Bautistas del Sur de Estados Unidos, llamada en Argentina, la
Junta de Richmond.529 Cuando su primer misionero, S. M.
Sowell, llegó a Buenos Aires en diciembre de 1903, había tres
iglesias “bessonianas” (Del Centro, Distrito Sud y Primera de
Santa Fe), más un buen número de iglesias interdenominacio-
nales conducidas por bautistas. Por extraño que parezca, Sowell
no supo nada de la obra de Besson antes de llegar.530 Sowell era
180 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

hombre que sabía aprovechar bien los antecedentes para poner


en marcha una denominación bautista mejor organizada. El
tenía lo que Besson deseaba, pero no pudo conseguir, a saber: el
apoyo de un pueblo bautista numeroso y pudiente en su país
natal.
Sidney M. Sowell, el iniciador de la obra de la Junta de
Richmond, nació en Hardware, estado de Virginia, el 18 de
diciembre de 1871. Criado en el campo, tenía un gran deseo de
instruirse y, a duras penas, completó sus estudios secundarios,
en los cuales leyó un pequeño libro sobre Argentina. Tal libro
despertó un interés que jamás se apagó. Se convirtió y se
bautizó cuando era muchacho. A los diecisiete años, mientras
trabajaba en la chacra de su padre, consagró su vida a Dios y
escribió simbólicamente una carta, que depositó en un tronco,
en la cual expresaba el anhelo de ser misionero en Argentina.
Cursó estudios avanzados en la Universidad de Richmond, y
después en el Seminario del Sur en Louisville, Kentucky. Más
adelante, en un año de licencia, habría de recibir el grado de
Doctor en Divinidades de tal Seminario. Estudió con los grandes
profesores bautistas de Estados Unidos —Carver, Sampey,
Copass y Robertson.531
Juntamente con su compañero de clase, J. L. Hart, Sowell
escribió a la Junta de Richmond, haciendo el extraño ofreci­
miento de ir como misionero a Argentina. El doctor Willingham,
secretario de la Junta, les avisó que ellos no tenían planes de
abrir obra en Argentina y, de todos modos, no tenían fondos para
hacerlo. El animaba a Sowell a considerar Palestina como
campo misionero. No obstante, Hart y Sowell persistían en
oración y pidieron el apoyo de la “agrupación misionera” del
Seminario. Tal agrupación de estudiantes oró tanto que decidió
levantar una ofrenda a favor de Argentina. Juntaron 1.000
dólares, y su ejemplo fue de inspiración para las iglesias de la
Convención del Sur. Ellas respondieron y la Junta nombró a
Sowell para Argentina en mayo de 1903. Partió en septiembre
del mismo año y llegó a la Argentina en diciembre.532
En camino bacia Argentina Sowell pasó por Inglaterra y por
Brasil, donde quedó varios días en la casa de los misioneros
Bagby. Allí conoció a Erminia, una hija de Bagby, quien luego
llegó a ser su consagrada esposa.533 Una hojeada de su corres­
pondencia, sus escritos, sus testimonios y los escritos de sus
A rg e n tin a 181

hijos, revelan a un hombre fuerte y consagrado con un profundo


sentido de llamamiento.
Aunque no sabía nada de Pablo Besson, llevó una carta de
introducción del doctor Willingham para el doctor McLaughlin,
pastor de la Iglesia Metodista de habla inglesa. McLaughlin
pronto le puso en contacto con Pablo Besson, con quien se ligó
en fuerte amistad. Besson le invitó a pasar un tiempo en su casa,
oferta que Sowell aceptó. Sin embargo, Sowell y los primeros
misioneros no limitaban su compañerismo a los misioneros
nombrados por Richmond. Invitaron luego a Roberto Hosford a
ser miembro honorario de su misión y a W. D. Smart a ser
mensajero fraternal. Según las Actas, la Misión “ha de ser un
Consejo Consultivo cuyo objetivo será considerar con mucha
oración las cuestiones pertinentes a la obra de la Junta de
Richmond en la Argentina”.534 Continuaba así hasta agosto de
1905 cuando, bajo las instrucciones de Richmond, llegó a ser la
entidad ejecutiva en la Argentina. Ha seguido así hasta el
presente. Entre sus primeras resoluciones estaba la ubicación
de los misioneros, la creación de fondos para el sostén de obreros
nacionales y para la edificación de templos. Esta “Misión” ha
sido una entidad compañera de la Convención Nacional en la
obra bautista argentina, a veces cooperativa, otras veces revolto­
sa, hasta el día de hoy.535
La obra bautista siguió extendiéndose hasta la organización
de una Convención Nacional en 1908. Los Fowler se radicaron
en la ciudad de Santa Fe, donde comenzaron una obra paralela a
la de Alberto Ostermann.536Las dos obras se fusionaron en 1910.
Sowell y los Hart, con el apoyo de Roberto Hosford, comenzaron
la obra en Rosario en 1904. La Primera Iglesia Bautista de
Rosario se constituyó en 1905 y tuvo un rápido crecimiento.
Sowell volvió a Buenos Aires, se casó, y con su esposa
comenzaron la Iglesia del Once el 30 de noviembre de 1906.
Once se hizo un centro de extensión en Buenos Aires. Hosford
fue el instrumento en la organización de una segunda iglesia en
Rosario llamada Distrito Norte (luego Central); por eso, a fines
de 1908 los Sowell trabajaban en Buenos Aires, los Hart y los
Hosford en Rosario, los Spight y los Cawthon en Constitución y
los Fowler, habiendo dejado la Segunda Iglesia en Santa Fe, se
trasladaron a Paraná con miras de organizar una iglesia.537
Aunque las congregaciones eran pequeñas, los elementos
182 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

estaban presentes para la organización de una entidad nacional.


La “Misión” tomó la iniciativa e invitó a cinco iglesias a formarla
en 1908.538
D irección Misionera
(1908-1946)
Tres entidades han sido la fuerza motriz de los bautistas en
Argentina, a saber: la iglesia local, la Misión foránea y la
Convención nacional. Los esfuerzos individuales de los pastores
y misioneros han sido canalizados por ellas. Paulatinamente, la
Convención nacional ha llegado a ser la entidad directriz. Sin
embargo, por muchos años, la Misión de la Junta de Richmond
era más bien el director del proceso. Aunque la Convención se
organizó en 1908, no asumió formalmente la dirección de la
obra bautista hasta 1946, año en que se nombró la primera
Junta Directiva de la Convención.539 La historia bautista a partir
de 1908 gira alrededor de los altibajos de la relación entre las
iglesias locales, la Convención y la Misión. Hasta 1946, la
iniciativa descansaba en manos de la Misión. Las iglesias locales
tenían su autonomía, y también la Convención la tenía en
principio pero, de hecho, la dirección de la obra nacional
emanaba de la Misión. Debido a misioneros muy capaces y
profundamente motivados, más el buen sostén provisto por la
Junta de Richmond, la Misión, sin mala intención, realizaba una
obra “paternalista”, o sea, actuaba como una especia de “herma­
no mayor”, que tenía sus consecuencias positivas y negativas.540
Sin embargo, la misma Misión tomó la iniciativa en crear la
entidad que luego la reemplazó como directriz de la obra
bautista. Este hecho es una prueba de su buena voluntad. Dio a
luz la Convención nacional, pero mantenía su rol de patrón de
tal entidad hasta 1946. Corresponde ahora trazar los desarrollos
dinámicos de este período en la creciente obra bautista argenti­
na.
Hacia 1908 el trabajo de los misioneros de la Junta de
Richmond había redundado en la constitución de varias iglesias.
Además, varios obreros nacionales como Maximino Fernández,
Juan Varetto, Juan Vázquez, Francisco Marrone, Alfonso Yebra
y otros estaban recibiendo ayuda como ayudantes de los
misioneros. Fernández, por ejemplo, encontrado por Hart,541
llegó a ser uno de los más destacados predicadores latinoameri-
A rg e n tin a 183

canos. Comenzó su ministerio en Argentina (Rufino, Pergami­


no, etc.), abrió la obra en Paraguay y terminó su ministerio
colaborando con Hart en la obra chilena (Temuco, Antofagasta y
Valdivia); merece un lugar de prominencia en la historia
bautista del Cono Sur.542 Los misioneros también habían comen­
zado una publicación, al principio llamado “El Evangelista”
(1907), pero después El Expositor (1908). En agosto de 1908 la
Misión aprobó la siguiente moción:
pedir a las iglesias de la Misión Argentina que envíen
delegados a Rosario. . . en diciembre de 1908 con el fin de
formar a una Unión Bautista. Cada iglesia ha de enviar cinco
delegados. Los pastores misioneros han de ser delegados a
raíz de su oficio.543

Creyeron entonces que era ya época de dar una sensación de


unidad a las mismas y facilitar así la tarea de extensión. Por
extraño que parezca, no invitaron a las iglesias “bessonianas”. El
enlace con ellas seguía siendo espiritual y no orgánico. Así es
que el 31 de diciembre de 1908 veintitrés delegados se reunie­
ron en el templo de la Primera Iglesia Bautista de Rosario. “La
Constitución y Actas”, documento descriptivo del evento, dice:
En la ciudad de Rosario de Santa Fe en el salón de la
Primera Iglesia Bautista, el 31 de diciembre de 1908 a las
20:00, reuniéronse 23 delegados, representantes de las
siguientes iglesias bautistas: las iglesias de Once y Constitu­
ción, de Buenos Aires, la Primera y Segunda de Rosario y la
Iglesia de Santa Fe, en respuesta a la invitación dirigida por
la Misión Bautista Argentina. . . con el propósito de consti­
tuir una Convención análoga a la que los hermanos de la
misma fe y orden han formado en distintas partes del
mundo.544

El pastor de la Iglesia, José Hart, dio la bienvenida y expuso el


objeto de la convocatoria. Tomás Spight, pastor-misionero de la
Iglesia de Constitución, fue elegido presidente y Alfonso Yebra,
de Santa Fe, secretario. Se nombró una comisión para preparar
“una breve constitución”. Sidney Sowell cerró la sesión predi­
cando sobre “Lo que es una Iglesia según el Nuevo Testamen­
to”. La segunda sesión se celebró el año nuevo de 1909, con la
adopción de “una Constitución”. Oficialmente su nombre figuró
184 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

como “Convención Evangélica Bautista de la República Argenti­


na”.
Una hojeada de “la Constitución” revela que el fin de la
Convención era “sugerir a las iglesias los mejores medios para
propagar el Evangelio y hacer en común aquellas cosas que no
afecten a la autonomía de cada congregación”.545 Los demás
puntos son de carácter orgánico, excepto el último que establece
que “la Convención no pretende ejercer ninguna autoridad
sobre las iglesias y sus deliberaciones pueden o no ser aceptadas
por éstas”. Esta Constitución fue leída por Juan Varetto,
delegado de la Segunda Iglesia de Rosario (hoy Iglesia Central),
quien fue ordenado para el pastorado de la misma, siendo así el
primer bautista argentino ordenado para el ministerio en esta
etapa de la historia bautista.
Otras resoluciones tomadas tenían que ver con la obra de
publicaciones y de misiones. Votaron pedir ayuda fraternal a la
Junta de Richmond para publicaciones. El Expositor Bautista
fue aceptado como órgano oficial. Resolvieron también levantar
ofrendas en las iglesias para apoyar a la flamante Unión Bautista
en Chile. José Dannis, de Once, fue elegido tesorero. Es
significativo que la literatura y las misiones fueron los dos
primeros proyectos de la nueva Convención. Esto marcó el
rumbo de la obra convencional.
En los años subsiguientes, la Asamblea de la Convención se
realizaba en distintos lugares. Se celebró en 1910 en Buenos
Aires, en la Iglesia de Constitución. Ingresó en aquel año la
Primera Iglesia de Santa Fe bajo la dirección de Alberto
Ostermann. Al tercer año, se reunió en Santa Fe, cambiánadose
el nombre por “Convención Evangélica Bautista de las Repúbli­
cas del Plata” debido al comienzo de una obra en Uruguay. Tres
iglesias más ingresaron en ese año: la de Refinería, Rosario y
otras dos que tienen un significado especial —la de la calle
Estados Unidos, Buenos Aires (del Centro), que significaba que
Pablo Besson daba su bendición y su plena colaboración a la
Convención; la de Mendoza, un fruto de la obra misionera de la
Convención. En 1911 dos comisiones, una para misiones y una
para publicaciones, se convirtieron en “Juntas”. En 1912, fue
nombrada la Comisión frente a los Poderes Públicos, formada
por Juan Varetto y Pablo Besson. Tal Comisión se destacó por
sus esfuerzos a favor de la libertad religiosa.
A rg en tin a 185

Es imposible seguir los interesantes acontecimientos año


por año, pero cabe destacar que en 1911 se comenzó la obra
bautista en Uruguay y en 1919 la Junta de Misiones envió a
Maximino Fernández a Paraguay. Desde entonces hasta 1948 la
Convención fue realmente “de las Repúblicas del Río de la
Plata”. Sin embargo, al crecer la obra en los otros dos países,
resultaron tres convenciones. Los bautistas uruguayos se orga­
nizaron en 1948 y los paraguayos en 1956, por lo que la
Convención volvió a ser exclusivamente argentina. La Conven­
ción, desde su origen, ha sido “de iglesias”, pero los misioneros
de la Junta de Richmond automáticamente eran delegados por
muchos años,546y a otros hermanos les invitaron a ser delegados
fraternales.547 Hasta 1946 las Juntas operaban como si fueran
autónomas, dependiendo más, a veces, de la Misión que de la
Asamblea.
A partir de 1909 la obra se extendió rápidamente. En
Buenos Aires la obra de la Iglesia de Constitución se extendía
por la línea ferroviaria del sur a Lanús, Banfield y Adrogué.
Desde la Iglesia de Once se comenzaron obras por la línea al
oeste en Flores, Chacarita y Ciudadela.548 Angel Vázquez y
Perfecto Marsili trabajaban con los misioneros de la zona sur de
Buenos Aires. Logan y Eider trabajaron en la Capital y formaron
la Iglesia de Sudoeste (antes de la Alianza). La obra evangeliza­
d o s de Fowler en Paraná decayó, pero fue reiniciada por el
pastor J. M. Rodríguez, un español de Brasil, convertido con los
hermanos libres. Rodríguez llegó a ser uno de los pastores
bautistas más eruditos y, después de un tiempo en Paraná, se
encargó de la Iglesia de Constitución donde terminó su larga
carrera.
Gabriel Osterman, hijo de Alberto y hermano de Julio de
Santa Fe, abrió una obra en Mendoza en 1910. El era empleado
del ferrocarril y hacía colportaje con Nicolás Blasco y Silverio
D’Amico. Por un tiempo colaboraba con los hermanos libres,
pero alrededor del año 1914 constituyó la Iglesia Bautista de
Godoy Cruz, la iglesia madre de toda la obra de Cuyo. Las
primeras iglesias de Mendoza, San Martín, Guaymallén, Men­
doza Norte, San Rafael, Villa Atuel y Monte Comán fueron los
productos. En 1919 fue alcanzada la provincia de San Juan y
llegó a ser el centro de obras en Caucete, Algarrobo Verde, Santa
Lucía y Médanos de Oro. Cuando Gabriel Ostermann se trasladó
186 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

a Córdoba en 1918, los misioneros Fowler, Hawkins, Freeman y


J. C. Quarles se turnaron en encargarse de la obra mendocina.
Un cisma ocurrió dentro de la Iglesia de Godoy Cruz en 1939,
cuando estaba Quarles, que resultó en el retiro de unos dieciséis
miembros que se organizaron en una nueva denominación
llamada “Hermanos Unidos”. La Iglesia de Godoy Cruz se
constituyó de nuevo. A pesar de estos altibajos, la obra creció.549
La obra bautista en la provincia de Córdoba comenzó
cuando Pabla de Broda compró una Biblia en Capilla de San
Antonio de Littín en 1911. Ella se convirtió por la misma lectura
bíblica y logró la conversión de toda la familia. Es impresionante
la influencia de la familia Broda sobre la obra bautista. Un hijo
conoció a Gabriel Ostermann en Mendoza y se relacionó con los
bautistas. La familia se puso por casualidad en contacto con el
misionero Hart, fueron todos bautizados, y dos de los hijos,
Natalio y Pablo, ayudaron a Hart, Nicolás Blasco y Ostermann a
iniciar las obras bautistas en San Francisco, Las Varillas,
Noetinger y otros puntos de la provincia. Fue esta misma
iniciativa que extendió la obra bautista al sur de la provincia de
Santa Fe donde Hart, Julio Ostermann, los Broda y otros
fundaron iglesias en El Trébol, Las Rosas, María Susana, Carlos
Pellegrini, Rafaela y Sastre.550 La familia Broda, debido a su
conversión por medio de la literatura y el colportaje, ha
mantenido un fuerte interés en esta clase de obra. Aldo Broda,
por varios años (1965-1977) el enérgico gerente de la Junta de
Publicaciones, e hijo de Natalio Broda, por más de una década
fue el Director de la Casa Bautista de Publicaciones en El Paso,
Texas (1977-1987). La Iglesia de Rafaela, muy pequeña ahora,
ha contribuido más de ocho pastores eficaces a la obra bautista
argentina. Siguiendo el hilo de desarrollo en Córdoba, Gabriel
Ostermann se trasladó a la capital cordobesa en 1919 donde, en
colaboración con el misionero Martín Blair, comenzó lo que es
ahora la Primera Iglesia Bautista, de la cual salieron obras
bautistas en las Sierras y en la zona de Mar Chiquita.
Por muchos años Pablo Besson, durante sus vacaciones,
había predicado en Montevideo a un grupo de creyentes. La
Misión de la Junta de Richmond comenzó una obra permanente
allí en 1907,551 pero en 1911, Jaime Quarles se trasladó a
Montevideo y se puso en marcha la obra que resultó en la
Convención Uruguaya en 1948.
A rg e n tin a 187

La Junta de Misiones de la Convención, con el apoyo de la


Misión, abrió las primeras obras bautistas en el norte del país.
Juan Vázquez fue enviado a Corrientes en 1914, organizándose
la iglesia allí al año siguiente y extendiéndose hacia el interior
de la provincia, lo que resultó en obras en el Chaco. Antes de
1946, esta iglesia era progenitora de obras bautistas en Roque
Sáenz Peña y Barranqueras.552 Siguiendo a Vázquez en 1925,
fueron los pastores Roberto Logan, quien edificó el hermoso
templo en 1925, Rafael Galizia (1926-1932), quien se destacó
como predicador y escritor,553 y el fogoso predicador y pastor
infatigable Pedro Annoni (1933-1968).554
Los dos pioneros nacionales en Buenos Aires y Rosario,
Lorenzo Mongay y Maximino Fernández, fueron los iniciadores
de la evangelización en el norte de la enorme provincia de
Buenos Aires. El intrépido Fernández se radicó en Pergamino y
Mongay en Lincoln. Desde Lincoln, fueron comenzadas obras
en General Viamonte, Roberts, Trenque Lauquen y Quemú-
quemú. Desde Pergamino, Fernández evangelizaba en el sur
santafesino en Rufino, Venado Tuerto y Villa Cañas.
Fueron estos mismos elementos que luego en 1919 comen­
zaron la obra en Paraguay. Dos hermanos de la familia Mongay,
Abelardo y Angel, con su madre, se trasladaron a Asunción en
1912.555 Eran de la Iglesia de Once en Buenos Aires. Inmediata­
mente escribieron a la Misión y a la Convención pidiendo
obreros para comenzar una obra, y ofreciendo su apoyo. Por fin,
en 1919, la Junta de Misiones, con el apoyo de la Misión, envió a
Fernández y a su capaz esposa quienes, a pesar de la oposición
acérrima del clero católico, organizaron la Primera Iglesia
Bautista de Asunción en 1920. Después de 1933, la obra
paraguaya inició una obra bautista en la provincia de Formosa,
en la ciudad de Clorinda.556
Los informes de la Convención en 1920 y 1930 demuestran
el crecimiento numérico. En 1920 había 204 miembros en
veinticuatro iglesias bautistas argentinas. Se nota que había
varias iglesias con muy pocos miembros.557 Sin embargo, esta
estrategia redundó en un gran aumento, porque en 1930 había
3.596 miembros en sesenta y un iglesias.
Mientras la obra se extendía durante los años 1908-1946, y
la Convención se consolidaba, la Misión de la Junta de Rich-
mond estaba en pleno desarrollo. Conviene notar unos cambios
188 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

y políticas de la Misión en esta época. Desde 1908 la Misión


votaba fondos para sostener a los obreros nacionales trabajando
y estudiando con los misioneros; también proveía fondos para
templos.558 En 1909 el misionero W. D. Smart de la Alianza en
La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, le ofreció a la
Misión el templo y las dependencias de su iglesia. La Misión se
encargó de la obra, pero no pudo comprar la propiedad porque
no tenía personería jurídica. Por eso, en 1910, en consulta con el
doctor T. B. Ray, secretario ejecutivo de Richmond, votaron
buscar una personería. Con tal documento, en 1911 pudieron
adquirir propiedades, y W. D. Smart en 1913 cedió la propiedad
en La Plata a la Misión. Juan Varetto se trasladó a La Plata y
comenzó su largo pastorado de la Primera Iglesia de La Plata.559
Otras decisiones significativas fueron la de abrir un Semi­
nario en Buenos Aires bajo la dirección de J. M. Justice en 1911,
y la de concentrar los esfuerzos en el nordeste del país y no
avanzar más hacia el sur del país. Además, la Misión decidió no
adherirse a la obra en Chile como Hart y otros querían, sino
limitar su esfera de actividad al Río de la Plata.560 También, la
Misión decidió canalizar sus fondos para publicaciones por
medio de la Junta de Publicaciones de la Convención; y proveyó
fondos para comprar dependencias para una academia para
jóvenes (después las depedencias del Seminario). Debido a
conflictos con la Iglesia en Santa Fe, la Misión votó dejar todo en
manos de la familia Ostermann. Las dos iglesias allá se
fusionaron en la Primera Iglesia bajo la dirección de Julio
Ostermann.561 La Misión se dio cuenta de la creciente obra de las
iglesias alemanas en el nordeste y mandó a Spight a establecer
un contacto con ellas. Un misionero norteamericano de una
convención de habla alemana, Karl Roth, residente en Brasil,
había reavivado a las iglesias durante una visita en 1904.562El les
animaba a relacionarse con la obra de la Convención Bautista.
A partir de 1913, respondiendo a una moción de S. M.
Sowell, la Misión enfocó su obra de una manera distinta. Hasta
aquel entonces, el enfoque fue netamente evangelizados ahora
se hizo más educacional y social.563 La Misión llegó a ser en
efecto la Junta Directiva del flamante Seminario; apoyó la
fundación de escuelas evangélicas y academias para niños;
recomendó la organización de casas de amistad y creó un fondo
para obra social. Probablemente, los misioneros norteamerica-
A rg e n tin a 189

nos fueron afectados por el movimiento llamado “el Evangelio


Social” que estaba en su apogeo en Estados Unidos.564 De todos
modos, la Misión homologó los estudios en el Seminario en
1916, requeriendo el ciclo básico como requisito previo para los
estudiantes; y votó agregar una academia para muchachos
como satélite. Por consiguiente, J. M. Justice renunció como
rector y Sowell asumió el puesto en 1918.565 Jorge Bowdler, un
inglés nacido en Chile, convertido en Buenos Aires bajo Spight,
e instruido en Inglaterra y Estados Unidos, fue nombrado por
Richmond para Argentina como especialista educacional; la
Misión lo nombró director de la flamante Academia en 1920. En
el mismo año, los Eider de la Unión pasaron a la Misión
oficialmente. Otros especialistas fueron pedidos para promover
las escuelas dominicales en el país. Escuelas bautistas estaban
funcionando en 1924 en Buenos Aires, Córdoba, Godoy Cruz y
Rosario con la ayuda financiera de la Misión.
Sin embargo, todo este énfasis social de la Misión tropezó
con dos problemas a partir de 1925. Primero, el colapso
financiero en Estados Unidos era inminente. La Junta de
Richmond de repente tuvo que limitar los fondos para institucio­
nes en sus campos misioneros. Al mismo tiempo, bajo la
dirección de W. O. Carver,566T. B. Ray y J. L. Love,567la Junta de
Richmond se daba cuenta de la importancia de una voz nacional
en los asuntos misioneros. De golpe, la Misión tuvo que retirar
fondos de las escuelas e instituciones. Las que no podían
sostenerse fueron cerradas. A partir de 1928 fueron elegidos
elementos nacionales para servir en las juntas de las distintas
instituciones. La época de la unilateralidad de la Misión estaba
terminando. En este momento de crisis, los misioneros se dieron
cuenta de la necesidad de integrar la obra de la Misión y la de la
Convención en la obra bautista nacional.
La Academia para muchachos en Buenos Aires sufrió por
falta de fondos. El flamante director, Jorge Bowdler,568 renunció
y Carlos de la Torre, uno de los más destacados líderes bautistas
en Argentina, asumió el rectorado. Sin embargo, la crisis
financiera se agudizó en 1930 y la Misión se retiró de la obra
educacional, excepto la educación teológica. El Seminario y la
Junta de Publicaciones sufrieron reducciones drásticas en sus
presupuestos. Carlos de la Torre se vio obligado a renunciar a su
puesto. Esto produjo el cierre de la Academia.
190 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

En otras palabras, grandes trastornos fueron causados por


la insólita disminución financiera de la Misión. No obstante,
estos sucesos despertaron una iniciativa nacional y pusieron en
marcha una reestructuración de la obra de la Misión. Se dio
cuenta de que debía limitar su apoyo financiero a la evangeliza-
ción y al desarrollo de las iglesias. Un ejemplo de esto fue la
experiencia de Jorge Bowdler. Magníficamente preparado para
la obra educacional, y enviado a Argentina para ejercerla,
Bowdler quedó desilusionado cuando no pudo realizar su sueño.
Sin embargo, después de un año de licencia, él volvió a
Argentina en 1931 y llegó a ser uno de los más eficaces
misioneros en obras de extensión y de evangelización. Debido a
su visión y obra, el sur de Argentina llegó a ser campo misionero
de los bautistas.569
La dedicación de los misioneros se veía durante la crisis,
cuando voluntariamente renunciaron a un veinticinco por
ciento de sus sueldos para pasarlo a la obra de la Convención.
Aun durante la crisis la Misión votó extender sus obras al sur del
país y buscó una relación con la Misión Irlandesa en el norte del
país, que encabezaba Roberto Hosford. Dándose cuenta de la
necesidad de más participación nacional en sus deliberaciones,
se nombró una Comisión Asesora de la Convención para
aconsejar a la Misión, especialmente en asuntos relacionados
con la ayuda fraternal a iglesias y juntas.570 Un miembro de tal
Comisión era Santiago Canclini, quien reemplazó a Pablo
Besson como pastor de la Iglesia del Centro en 1927. Canclini,
erudito y elocuente, también reemplazó a Besson y a su suegro,
Juan Varetto, como defensor de la libertad religiosa. Combinan­
do la simpatía con la firmeza, Canclini sabía mantener los fueros
nacionales sin perder su genuina amistad con los misioneros
foráneos. Por muchos años, Canclini iba a ser un medio de
enlace entre la Misión y la Convención. El nombramiento de la
Comisión Asesora fue un paso adelante en la amalgamación de
la obra bautista. La problemática obra entre los años 1931 y
1946 de esta Comisión fue un ensayo en relaciones misionero-
nacionales que beneficiaba a ambos lados.571
Volviendo a la obra bautista en general, la conciencia social
de los misioneros se veía entre los nacionales en esta época. En
1929 comenzó un esfuerzo en la Convención para fundar un
orfanato bautista. Se organizó una Junta de Hogar Bautista
A rg e n tin a 191

Infantil. Carlos de la Torre, destacado pastor-médico menciona­


do arriba, fue el promotor de la iniciativa. De la Torre, como
niño, vivía con su madre, abandonada por su esposo en
Uruguay, en el Instituto Willingham en Rosario. Desde su niñez
trabajaba para sostener a su madre. Este noble joven estudió
con Juan Varetto y aprendió inglés con la señora de Hart.
Cuando Maximinio Fernández dejó Pergamino para ir a Para­
guay en 1919, De la Torre asumió el pastorado en esa ciudad.
Pastoreaba la iglesia y seguía sus estudios. Llegó a ser médico
abnegado y pastor querido por muchos años de la Iglesia de
Sudoeste en la Capital. Con Santiago Canclini, turnaba en ser
presidente de la Convención. Recordando su propia experiencia
como niño, era la fuerza motriz detrás de la Junta de Hogar
Infantil. La iniciativa no prosperó hasta 1943.
En 1926 otro elemento extraño entró en las filas bautistas.
En Buenos Aires, se organizó una Iglesia Bautista Eslava. De
ella surgió una segunda, siendo ambas muy grandes numérica­
mente hablando. Eran creyentes rusos, polacos y ucranianos
que emigraron de Europa y Asia buscando su libertad y huyendo
de la intolerancia religiosa del gobierno soviético. A fines de este
período (1948) se relacionaron con la Convención Nacional,
juntamente con sus iglesias en las colonias agrícolas de Misio­
nes, de Paraguay y de Santa Fe. Al mismo tiempo, una fuerte
Asociación de Iglesias ruso-alemanas surgió en la provincia de
Misiones, relacionada con la obra de Brasil.572 Poco a poco estas
iglesias de colonos han entrado en la obra de la Convención,
mientras mantienen sus asociaciones alemanas y eslavas.
En 1925 la Misión y la Convención miraron hacia el sur. Se
inició una obra en Chascomús con una serie de reuniones
realizadas en una carpa.573 El misionero Erhardt Swenson, un
sueco de Estados Unidos nombrado por la Junta de Richmond,
fue a Bahía Blanca en 1926.574 Después de muchos altibajos,
organizó dos iglesias en Bahía Blanca y una en Punta Alta.
Desde estos puntos se extendió la obra a Río Colorado, en la
provincia de Río Negro.
Alrededor de 1930, el gran aumento en miembros bautistas
se debía al espíritu misionero de las iglesias locales. General­
mente, una iglesia tenía por lo menos un “anexo”, o sea una
misión.575Esta ha sido una característica de la obra bautista en la
Argentina. Muchos de estos “anexos” se convirtieron en iglesias
192 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

fuertes. Además, las iglesias realizaban campañas de evangeli-


zación al aire libre, o en carpas. Juan Varetto fue un predicador
magistral en campañas así.576 Predicó no solamente en Argenti­
na, sino también en toda América Latina y en Europa. Varetto
fue escritor proficuo y la Misión auspició la publicación de varios
de sus libros. Es significativo que él fue el primer latinoamerica­
no que escribió un libro sobre misiología.577 Su libro sobre Diego
Thomson es un clásico.578 Juntamente con Varetto, quien
comenzó su largo pastorado en La Plata, los pastores Enrique
Elias579 y Pedro Libert de Rosario; y Blas Maradei, Santiago
Canclini, Daniel y Felipe Daglio, Carlos de la Torre, Juan
Martínez, Lorenzo Pluis y José M. Rodríguez de Buenos Aires,580
empezaron sus carreras pastorales en esta época.
Después de 1930, la Junta de Misiones aumentó sus
esfuerzos en el Chaco, y preparó el terreno para la extensión
hacia el interior. Por otro lado, Jorge Bowdler comenzó la obra
bautista en Cipolletti, provincia de Río Negro. Contando con la
eficaz colaboración de Juan Pluis de Neuquén,581 fueron atendi­
dos “anexos” en General Roca, Villa Regina, Cutral-Co y Zapala.
La buena estrategia de Bowdler permitió que la obra en esa zona
se desarrollara en tiempo propicio, porque coincidía con el
desarrollo social de la zona. A fines de este período una modesta
obra bautista se abrió en Tucumán, en el norte, bajo la dirección
de los misioneros Freeman. Ellos ya habían pasado un tiempo
en La Rioja y San Luis sin comenzar iglesias.582 La obra en la
provincia de Córdoba se despertó a partir de 1936 cuando el
veterano misionero, V. L. David, obligado a dejar España a raíz
de la Guerra Civil, se radicó en Córdoba y encabezó una
enérgica evangelización de los pueblos cordobeses.583
Casi todas las juntas, las comisiones y las entidades
auxiliares de la Convención comenzaron sus trabajos en el
período 1908-1946. Cuando la Convención se constituyó en
1908-1909, fueron nombradas comisiones para atender la obra
misionera y la de publicaciones. La organización de la Conven­
ción coincidía con la constitución de la Unión Bautista de Chile
en junio de 1908. W. B. Bagby, misionero de Brasil y suegro de
S. M. Sowell, había asesorado a W. D. T. MacDonald, el pionero
escocés, en la formación de la entidad bautista chilena. Babgy
animó a la Convención argentina a ayudar a Chile. Por eso,
Sowell hizo moción “que la flamante Convención argentina
A rg e n tin a 193

apelase a las iglesias representadas que ayudasen pecunaria-


mente a la Unión Bautista Chilena”. Fue resuelta una promesa
de treinta pesos por mes de cada iglesia. Había una iniciativa,
encabezada por Hart en la Misión, de incluir la obra chilena en
su ámbito de labor, pero fracasó. La Convención tomó la
iniciativa y seguía ayudando a los bautistas chilenos hasta 1917,
cuando la Junta de Richmond se encargó del apoyo. Así es que
el primer proyecto de la Convención fue una misión foránea. En
1911, en la tercera Asamblea, la Convención votó modificar el
estatuto que decía “realizar con buen éxito la propagación del
Evangelio” por agregar “en su territorio y en el extranjero”.
Luego, para formalizar ese propósito, el mismo año convirtió la
Comisión en una Junta de Misiones, la primera de la Conven­
ción, con once miembros.
Cuando la Junta de Misiones le entregó la responsabilidad
chilena a la Junta de Richmond en 1917, estaba en condiciones
de mirar hacia Paraguay. La familia Mongay, radicada en
Asunción desde 1912, seguía pidiendo ayuda. Con el apoyo de la
Misión, la Junta llamó al hombre más capacitado para abrir
obras nuevas, Maximinio Fernández, y a su esposa, para ser los
primeros misioneros. Frente a una terrible oposición clerical y
política, Fernández puso los cimientos de una obra que ha
resultado en la Convención paraguaya, organizada en 1956.
Hasta 1946 la Junta comenzó obras en Tacuarembó, Uruguay, y
en los campos nacionales de Mendoza, Corrientes y el Chaco.
Otras obras fueron iniciadas después de 1946 en el sur.
Además de la Junta de Misiones, la Convención, con el
apoyo de la Misión, inició una Junta de Evangelización. Por
supuesto entre los bautistas cada iglesia local es una “junta de
evangelización” y, por eso, no había necesidad por varios años de
una dirección nacional. Sin embargo, con el desarrollo de la
evangelización “en masa” por medio de la radio y la televisión,
tal Junta era necesaria. En 1928, el pastor Juan Marsili,584
siempre un hombre de visión, sugirió la idea de predicar por
radio. La Convención nombró una comisión de evangelización
por radiofonía. Juan Varetto predicó el primer sermón por Radio
Cultura el mismo año. La Misión encargó a Erhart Swenson,
quien estaba para ir a Estados Unidos de licencia, un estudio del
medio en aquel país. Así se puso en marcha la proclamación del
mensaje por radio, que después de una brusca interrupción
194 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

durante el régimen de Perón (1949-1954), ha seguido hasta el


día de hoy. Esta Comisión fue la precursora de la Junta de
Evangelización, que incorporó la radiofusión como un departa­
mento en 1956.
Un aporte valioso de los bautistas argentinos ha sido la
literatura que han producido. Una de las primeras comisiones
nombradas en 1908 fue la “de publicaciones”. Una provisión
financiera para la publicación de El Expositor Bautista y de
tratados para evangelización figuraba en las Actas. Provistos de
hombres muy dotados, los bautistas contaban con misioneros y
nacionales proficuos en escribir. Pablo Besson, S. M. Sowell,
Juan Varetto, Rafael Galizia y J. C. Quarles se destacaron. Una
segunda generación, con Daniel Daglio, José Pistonesi, Santiago
Canclini, yerno de Varetto, y su hijo, Amoldo Canclini, sobresa­
lieron como escritores. La hija de Varetto, Agustina de Canclini,
ha encabezado un sinnúmero de autoras bautistas eficaces.585
Besson, los Canclini, Varetto y Pistonesi han publicado libros de
envergadura, mientras un caudal de literatura periódica y de
evangelización ha salido de los bautistas.586
La “comisión” se convirtió en la Junta de Publicaciones en
1911. El primer libro publicado fue Héroes y Mártires de la
Obra Misionera, escrito por Varetto. Sowell y Varetto eran
editores por unos años y Hosford fue el administrador. Durante
este período Sowell, Varetto, J. C. Quarles y Daniel Daglio
servían como directores de El Expositor Bautista. Un himnario,
Himnos Selectos Evangélicos, pasó por once ediciones, y revistas
para niños y jóvenes comenzaron a salir a partir de 1941 bajo la
dirección de la misionera Minnie McElroy. La Junta de Publica­
ciones se ha dedicado a la difusión de literatura cristiana de la
Casa Bautista de Publicaciones en El Paso y otras casas
evangélicas.587 Para ello tuvo un lugar de venta en Buenos Aires
en distintas zonas, hasta que contó con su propia sede en la calle
principal de la Capital Federal en 1947. Durante este período los
misioneros Martín Blair y Earhart Swenson servían como
gerentes. Había una estrecha colaboración entre la Junta, la
Misión y la Casa Bautista de El Paso. Las bases fueron puestas
para un gran aumento de influencia en el próximo período.
El Seminario, fundado en 1912, seguía su desarrollo en su
sede, en las propiedades de Ramón L. Falcón y Bolaños de la
Capital Federal. Las primeras clases se dictaron en la Iglesia de
A rg e n tin a 195

Once. En 1921 se trasladó a la propiedad en Floresta. J. M.


Justice servía como el primer rector hasta fines de 1917, cuando
tuvo que retirarse a Estados Unidos por razones de salud. S. M.
Sowell asumió el rectorado en 1918 y sirvió por veintitrés años.
Santiago Canclini fue rector durante un breve período de crisis
(1942-1946), cuando el Seminario se puso bajo la dirección de la
Junta Educacional. Luego, en 1946, Guillermo Cooper asumió
el rectorado. Los primeros profesores en 1912 eran Justice,
Logan, Sowell y Spight. La Misión servía como Junta Directiva,
y a través de los años la Misión ha dirigido y sostenido el
Seminario. Durante la crisis financiera de la década de 1930, se
produjo un problema en la dirección del Seminario. En 1934 se
cerraron las puertas al internado y se pidió más apoyo de la
Convención. Por un tiempo, la Junta Educacional de la Conven­
ción se encargó del Seminario, pero la Junta de Richmond por
medio de la Misión volvió a dirigirlo a partir de la década de
1940.588 A fines del período (1946) la Misión administraba
unilateralmente el Seminario.
En 1936, la hija de S. M. Sowell, Ana S. de Margrett,589llegó
a ser la directora de la rama femenina del Seminario, en aquel
entonces ubicada en Rosario. Después, el Instituto se trasladó a
Buenos Aires y llegó a ser un departamento del Seminario en
1953.
Hasta 1935 la Misión fue la única entidad en Argentina que
contaba con una personería jurídica. La asamblea de la Conven­
ción en aquel año creyó conveniente estudiar la posibilidad de
una personería jurídica propia. Hasta aquel entonces, todas las
propiedades estaban escrituradas en nombre de la Misión. Era
lógico que la Convención pudiese amparar legalmente sus
propiedades y las de las iglesias afiliadas. Al estudiar el asunto a
la luz de los principios bautistas, decidieron que no era
conveniente que los trámites se hicieran a nombre de la misma
Convención.590 Por eso, se llegó a la creación de un organismo
paralelo en 1935 que recibió el nombre de Confederación
Evangélica Bautista. Tal Confederación está íntimamente ligada
a la Convención y actúa como representante legal de la misma.
Este arreglo ha sido de mucha ayuda a los bautistas en un país
donde no hay separación entre la iglesia y el estado.
Otro aspecto del desarrollo bautista argentino hasta 1946 ha
sido la formación de organismos regionales llamados “asociacio-
196 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

nes”.591 En 1915 las iglesias bautistas de Buenos Aires consti­


tuyeron la primera. Rosario siguió el ejemplo en 1926. Otras
zonas como Cuyo, Córdoba, Río Negro y Neuquén, y Bahía
Blanca venían organizándose. Se encargan de realizar campa­
mentos, campañas de evangelización y de abrir nuevas obras.
Auspician estudios sobre educación cristiana y audiciones
radiales. Mantienen una relación fraternal con la Convención
nacional e informan anualmente en su Asamblea.
La obra femenil bautista nació en este período. Parece que
la primera sociedad se organizó en la Iglesia de Distrito Sud en
Buenos Aires, antes de la llegada de los misioneros de la Junta
de Richmond.592 No obstante, las esposas de aquellos misione­
ros, especialmente las señoras de Sowell, Hart y Fowler dieron
un gran impulso a la tarea debido a su experiencia anterior en su
patria. En Estados Unidos las sociedades femeniles se han
ocupado de la educación misionera, pero entre los argentinos se
dedicaron más a la evangelización entre las mujeres y a la obra
social.
En 1913 intentaron organizar una obra femenil regional en
Buenos Aires, pero fracasó.593 Otra vez en 1925, bajo la
promoción de Erminia de Sowell, se realizó una reunión
femenina en relación con la asamblea de la Convención. Siguió
por varios años como una reunión no administrativa hasta el año
1929, cuando se resolvió “que la reunión anual de señoras y
señoritas se constituya en Convención, lo que es aprobado por
unanimidad”. La misma Asamblea aprobó la iniciativa y diecisie­
te sociedades fueron fundadoras.594 El primer proyecto fue
“juntar fondos para comprar un camión para la obra en el
Chaco”. Encomendaron la observancia de un Día Mundial de
Oración a favor de la obra misionera. Luego, esto se convirtió en
el conocido “Esfuerzo Femenil” anual, que levanta una ofrenda
considerable para la obra misionera argentina. Las mujeres
también promueven la educación cristiana y misionera entre los
niños con literatura y campamentos. Otra obra fue el Instituto
Femenil, fundada en Buenos Aires en 1937. Se trasladó a
Rosario en 1947 bajo la dirección de Ana de Margrett.
Otra entidad importante que ha promovido el crecimiento
bautista en Argentina ha sido la Convención Juvenil. Ha sido
una “fuerza de choque” en la obra evangelizadora y misionera.
Es imposible precisar el comienzo de la obra juvenil. En 1909
A rg e n tin a 197

había una organización en la Segunda Iglesia de Santa Fe bajo


la dirección de los Fowler. Surgieron otras en Rosario y en la
Iglesia de Constitución.595 Dentro de una década, casi todas las
iglesias bautistas tenían sociedades de jóvenes, caracterizadas
por una fuerte independencia. Fue un movimiento muy autóc­
tono desde los comienzos. La relación iglesia-juventud era
escasa y se produjeron conflictos acérrimos. En 1915, Juan
Varetto apoyó el movimiento de la juventud en un artículo, pero
señaló “el peligro en el caso de que se mantuvieran aisladas de
las iglesias”. El comenzó a publicar programas para jóvenes en
El Expositor Bautista. En 1923 delegados de las sociedades
intentaron la organización de una convención nacional, pero el
intento fracasó y la idea fue rechazada por la Convención
después de un debate muy áspero.596 No obstante, en 1932 se
constituyó la Convención Juvenil con diecisiete sociedades.
Siguió un desarrollo muy precario por unos años, hasta que en
1937 la Convención Nacional de Iglesias la reconoció oficial­
mente. En el mismo año los jóvenes lanzaron su ofrenda anual
misionera. En 1940 cambiaron el destino de la ofrenda al
Seminario.597
Entre 1945 y 1950 surgieron dos trabajos que cambiarían
fundamentalmente la esencia y la imagen de la Convención
Juvenil. Primero, apareció Tribuna Evangélica, el órgano oficial
que gozó de un éxito inmediato. Segundo, en 1948 se realizó el
Primer Congreso Espiritual; estos Congresos han tenido un
crecimiento vertiginoso y han aglutinado la obra juvenil. Entre
los años 1950-1960 había una reestructuración de las comisio­
nes juveniles y los Congresos llegaron a ser masivos.598
La Convención Juvenil ha colaborado con la Convención
Nacional en la promoción de la obra misionera. La “Ofrenda
Alien Gardiner”599 de los jóvenes se ha destinado para la
Patagonia austral y fue un gran factor en la apertura de la obra
bautista allá. Ahora los jóvenes argentinos colaboran en muchos
congresos regionales e internacionales. El énfasis de la Conven­
ción sobre la vocación cristiana ha sido la fuente de la
dedicación de muchos jóvenes al pastorado y a la obra misione­
ra.
Otro acontecimiento bautista de esta época fue la fundación
de una Misión Bautista Irlandesa en la Argentina. Roberto
Hosford, quien había colaborado tanto con los misioneros de la
198 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Junta de Richmond, alrededor de 1929 llegó a ser el agente de


esta flamante misión. Estableció puntos de predicación en las
ciudades ubicadas en la línea ferroviaria entre Rosario y La
Quiaca. Después, se extendió a varios pueblos en Perú. Aunque
esta Misión bajo Hosford no colaboraba por un tiempo con la
Convención Nacional, ni con la Junta de Richmond debido a
problemas de relación, la obra de ella ha hecho un gran aporte a
la obra bautista en general. Entre los años 1929-1946 los
misioneros G. R. Bennett, W. I. Creighton, Stanley Reid y W.
Harkins trabajaron en las ciudades de Rosario, Añatuya, San
Lorenzo, San Cristóbal y Juncal, más varias ciudades de Perú.
La Misión Irlandesa empleó a varios obreros nacionales como
Rosa Bettín, Raúl Bettín, Vicente Barrón, Pedro Diluía y
Orlando Avalos. Bajo la dirección de Hosford, y con el apoyo
financiero de bautistas irlandeses, O. Avalos y A. Sambrano
fueron mandados a Perú como misioneros. Una señorita Sloan
servía como enfermera-misionera. Esta Misión dejaba de ejercer
en la Argentina alrededor de 1948, pero contribuyó sus resulta­
dos a la Convención. Merece un lugar de mucha importancia en
el desarrollo bautista argentino.600 Casi todos los obreros nacio­
nales de los irlandeses se incorporaron luego a las filas de la
Convención.
Otro evento de significancia en la relación continua entre la
Misión y la Convención fue el nombramiento de una Comisión
Asesora en 1930. A pedido de la Misión, la Convención nombró
la Comisión para asesorar a la Misión en la distribución de los
fondos para ayuda fraternal y para edificaciones. Como ya se
notó, la Misión en esta época estaba pasando por una crisis
financiera. Estaba cortando drásticamente las subvenciones a
ciertos aspectos de la obra. Al mismo tiempo, estaba cambiando
su política desde el fuerte énfasis sobre obra educacional y social
hasta un nuevo énfasis sobre la extensión evangeüzadora. Fue
un momento de transición. Fue significativo que la Misión, que
había promovido la obra unilateralmente, pidiera de golpe la
ayuda de la Convención. Marcó un nuevo rumbo que iba a
culminar en 1946. Ciertos elementos nacionales vieron el
nombramiento como una maniobra de la Misión para involucrar
a la Convención en la tarea delicada de retirar la ayuda
fraternal.601
A pesar de los móviles, la Comisión Asesora y su trabajo
A rg e n tin a 199

entre los años 1931-1946 fue un ensayo de cooperación que iba


a caracterizar la obra bautista argentina después de 1946. Otras
resoluciones de la Misión sobre la escrituración de propiedades,
la participación de nacionales en juntas directivas y la práctica
de subvencionar la obra misionera por medio de la Junta de
Misiones, indicaron un nuevo rumbo. Sin embargo, la Junta de
Richmond, por medio de sus secretarios W. C. Taylor y Everett
Gilí, paró un poco este desarrollo por unos años.602
Este período de dirección misionera en la historia bautista
argentina (1908-1946) terminó con una separación amistosa y
provisoria entre las entidades que dirigían la obra.603 Argentina
estaba en los comienzos del régimen peronista. El nacionalismo
caracterizaba la sociedad. Algo de este espíritu se notó entre los
bautistas nacionales, especialmente en la relación entre la obra
nacional y las misiones foráneas. Las Misiones, irlandesa y
norteamericana, habían sufrido las consecuencias de la Segun­
da Guerra Mundial. Los irlandeses estaban para disminuir su
participación, pero la Junta de Richmond estaba para entrar en
un período de avance muy grande que trajo una renovación de
su personal y política. Los problemas de relación fueron
acentuados y, a raíz de esto, se produjo un intervalo de
independencia y de separación que preparaba el terreno para la
integración de la obra luego.
Además, el año 1946 marcó el nombramiento de una
Comisión Ejecutiva por la Convención. Hasta este momento, la
Convención consistía más bien en una Asamblea Anual que
nombró sus juntas que operaban con una autonomía muy
amplia. La creación de una Junta Ejecutiva inició la centraliza­
ción de la obra de la Convención que la reforzó mucho.
También, en 1946 la Misión de la Junta de Richmond
estaba experimentando un cambio de personal debido a la
jubilación de los pioneros y a la llegada de muchos nuevos
misioneros. Esto ocasionó una reestructuración de la Misión,
que demostró una disposición a cooperar más estrechamente
con la Convención. Mirando hacia atrás, se puede decir que la
Convención estaba pasando por su adolescencia y la Misión por
una nueva niñez.604 Estos desarrollos trajeron un período de
polarización que redundó después en una cooperación más
eficaz. Finalizó el período de crisis financiera, pero comenzó un
período de crisis de identidad. La cuestión de la iniciativa y la
200 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

dirección de la obra bautista estaba en juego —paulatinamente


tal dirección iba pasando de la Misión a la Convención. Pero,
1946-1961 representaba un período de dualidad de dirección.
Integración Cautelosa
(1946-1961)
En 1946 el liderazgo de la Misión y de la Convención estaba
en plena renovación. Además, ambas entidades pasaron por un
período reaccionario que trajo una polarización provisoria.
Fueron síntomas de crecimiento y de energías que, a pesar de
tal polarización, iban fusionándose en el desarrollo bautista.
La Misión y la Convención desde 1931 habían cooperado
por medio de una Comisión Asesora. En 1943 la Convención
propuso una ampliación de los deberes y la influencia de tal
Comisión en un anteproyecto titulado, “Comisión de Orienta­
ción y Asesora”. Después de un año de estudio la Misión no
solamente rechazó el anteproyecto, sino también aprovechó la
oportunidad de abolir la Comisión Asesora, contestando:
. . .que en la humilde opinión de la Misión, la propuesta
“Junta de Orientación y Asesora” no es factible, y que en lo
que a la Misión se relaciona, las actuales relaciones directas
con las iglesias y las Juntas han sido siempre y son muy
felices.605

Una hojeada de las Actas de la Misión revela un espíritu de


independencia entre los misioneros. Preferirían no integrar la
obra, sino tratar directamente con las iglesias.606 La Misión, por
fin, recomendó que la Convención nombrara una Junta Directi­
va para coordinar la obra nacional. Esto se hizo y el período bajo
estudio se caracteriza por una relación fraternal, pero no
siempre cordial, entre la Misión y tal Junta. No obstante, esta
decisión puso en marcha una integración convencional que iba
a asumir la dirección de la obra bautista en 1961.
A pesar de los programas paralelos de la Misión y la
Convención, las dos entidades cooperaban en la extensión
evangelizadora y misionera.607 Con el apoyo financiero de la
Misión y de la Convención Juvenil, la Junta de Misiones
comenzó obras en Chubut y Tierra del Fuego en 1952; y en
Santiago del Estero en 1956. En 1958 la Misión mandó a un
matrimonio a Comodoro Rivadavia para trabajar bajo la direc-
A rg e n tin a 201

ción de la Junta de Misiones. Esto fue muy significativo.


También, en 1950 la Junta asumió la dirección de una obra
pentecostal entre los tobas en el Chaco, que una década
después, iba a despertar un avivamiento misionero.608 En 1955,
los esposos Díaz, Julio y Dorothy, misioneros independientes de
Estados Unidos, se radicaron en Mar de Plata y organizaron una
iglesia bautista. Díaz, un huérfano, oriundo de Añatuya, Santia­
go del Estero, se convirtió con el misionero irlandés W. Harkins,
y con la ayuda de Santiago Canclini, emigró a Estados Unidos
donde estudió, se casó y sintió el llamado a volver a la Argentina
como misionero.609
El doctor Everett Gilí, secretario para América Latina de la
Junta de Richmond, animaba a los misioneros a dedicarse más a
la obra evangelizadora. Todo el énfasis de la Misión cambiaba a
partir de 1946 —de la obra educacional y social a obras de
extensión. La Misión votaba continuar la educación teológica,
pero volcaba todos sus esfuerzos a la evangelización. En 1949
otra fase de esta extensión se inició cuando los esposos
Craighead llegaron de Europa para trabajar entre las iglesias
eslavas de la provincia de Misiones. Hicieron un buen trabajo
que vinculó aquellas iglesias desparramadas con la obra nacio­
nal. Como resultado de estas obras las iglesias aumentaron
desde sesenta y cinco con 5.790 miembros en 1940, hasta 214
con 13.660 miembros en 1960. A pesar de la polarización
provisoria entre los bautistas, las dos entidades redoblaron sus
esfuerzos y seguían extendiéndose.
Además de esta extensión y crecimiento, el período 1946-
1961 vió un nuevo énfasis sobre la edificación de templos y
plantas educacionales. Maxey Jarman, un filántrofo bautista de
Estados Unidos, donó cantidades de dinero por medio de la
Junta de Richmond para la edificación de templos en las
ciudades de América Latina. Aunque la “filosofía Jarman” no dió
buenos resultados en Argentina, varios templos modernos
fueron edificados en Rosario y Mendoza. Uno en Buenos Aires
cayó víctima de una expropiación peronista y puso en marcha
un largo pleito que, por fin, falló en favor de los bautistas, pero
demasiado tarde para edificar.610 A pesar de todo esto, los
requisitos de edificación de estos proyectos, más la experiencia
en levantar los edificios del Seminario y numerosas casas de los
202 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

misioneros,611 instruían a las iglesias en la pericia de construc­


ción.
Alrededor de 1953 la Misión dejó de obsequiar propiedades
y fondos para templos, y estableció un fondo de préstamos para
las iglesias. Para conseguir tales préstamos, la Misión requería
ciertos recursos y planos de antemano. Esto tendía a mejorar la
calidad de las construcciones. Por unos años, muchas iglesias
edificaron plantas educacionales como primeras unidades. Esto
se debía a una especialización en la educación cristiana en la
iglesia local de parte de nuevos misioneros.612 Esto produjo un
avivamiento de las escuelas dominicales. Además, se creó en la
Convención una Comisión Mixta para recibir la devolución de
préstamos con el fin de prestarlos otra vez. Aunque este período
de edificación tendía a fomentar edificios excesivos, en general
jerarquizó la obra bautista y la hizo más visible en el país.
Hermosos y amplios templos y plantas educacionales se encon­
traban en Argentina al fin de este período.613
Dentro de la Misión, varias políticas iban cambiando debido
a la iniciativa desde Richmond o al personal cambiante. Estas
políticas tuvieron sus impactos sobre la obra bautista en general.
Visitas a Argentina de oficiales de Richmond, como los líderes
Baker Cauthen, Theron Rankin y Everett Gilí, aceleraban los
cambios. Gilí fue muy activo como secretario de América Latina.
Demandaba una mejor organización, que resultó en una rees­
tructuración de la Misión. Dio énfasis sobre el sostén propio de
las entidades nacionales, que resultó en menos subvenciones
para la obra nacional. Inició más dirección de la sede en
Richmond lo que impidió en algo la autonomía de la Misión
local. En otras palabras, los misioneros tenían que reconocer
más su responsabilidad ante las directivas de Richmond. Tam­
bién, la Misión tomó una vez más la responsabilidad de
administrar la ayuda financiera de una forma unilateral. La
relación, antes muy estrecha, con entidades nacionales, sufrió
bastante.
Lamentablemente, esta introversión temporaria de la Mi­
sión coincidía con un gran aumento de nacionalismo durante el
régimen peronista. A lo largo, resultó en una obra más eficaz y
mejor organizada, pero produjo una tensión provisoria que
engendraba conflictos. Las comisiones de la Misión proliferaban
y, debido a la administración de préstamos y ayuda fraternal, los
A rg e n tin a 203

misioneros pasaban la mayor parte de su tiempo en reuniones


internas. Excepto en la obra de las iglesias locales y en esfuerzos
de evangelización, la Misión y la Convención marchaban
adelante, pero separadamente.
Una evidencia de esta nueva iniciativa de la Misión bajo
Richmond fue el establecimiento del Seminario Internacional
Teológico Bautista en Buenos Aires. Por un decreto de Everett
Gilí, fueron establecidos dos Seminarios Internacionales en
América Latina, uno en Buenos Aires que serviría a Chile,
Uruguay, Argentina y Paraguay, y uno en Cali, Colombia para
servir al resto de América Latina. Aunque los resultados a largo
plazo fueron buenos, la decisión apresurada de Richmond y de
las Misiones, sin consultar mucho con entidades nacionales y
misioneras, trajo muchos problemas. Por varios años existía una
competencia entre los Institutos nacionales en Chile, Paraguay
y Uruguay por un lado, y el Seminario en Buenos Aires por otro
lado.614 Poco a poco estos problemas iban solucionándose. Los
Institutos nacionales en Paraguay, Uruguay y Chile iban
fortaleciéndose y la Convención Argentina iba teniendo más
representación en el Seminario Internacional. Hoy en día hay
una cooperación estrecha entre los cuatro países. El Seminario
en Buenos Aires, administrado por los argentinos, sirve como
una escuela teológica graduada para los otros tres institutos.
Debe destacarse la obra abnegada del rector misionero, Guiller­
mo Cooper, quien guiaba el Seminario Internacional por este
período tan difícil. Cooper entre los misioneros, y Santiago
Canclini entre los nacionales, se destacaron como líderes en la
educación teológica del Río de la Plata.
Surgió durante este período también el oficio de “misionero
de distrito”. Para facilitar la administración de edificaciones y de
ayuda fraternal, la Misión iba colocando misioneros en distintas
zonas del país para que sirvieran como puntos de contacto con
las iglesias y las asociaciones. Estos misioneros llegaron a tener
mucha influencia en la distribución de los fondos y los présta­
mos. Servían como una especie de “obispo de hecho” en la zona
donde residían. Este método, abandonado en el próximo perío­
do, fomentó conflictos regionales y favoritismos personales.
Agudizaba muchas veces la tensión existente entre la Conven­
ción y la Misión.615
Cabe destacar la entrada en Argentina de otras dos misio-
204 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

nes foráneas durante este período. Los Bautistas Conservadores


de Estados Unidos comenzaron a mandar misioneros a Argenti­
na en 1946. Al principio colaboraron con la Alianza, y por fin,
asumieron las responsabilidades de varias misiones indepen­
dientes en el norte del país. Estas misiones independientes
habían trabajado por muchos años con los indígenas de la zona
de Salta, Jujuy y Tucumán.616 En 1957 los Bautistas Suecos de
Estados Unidos mandaron misioneros a Catamarca, Santiago
del Estero y La Rioja.617 Trabajaron aislados y separados de la
Convención y la Misión de Richmond durante este período.
Al final del período, la Misión y la Convención se acercaban
en la formación del primer Consejo de Coordinación en 1957. La
Misión, bajo la sabia dirección de su presidente, Hugo Culpep-
per, organizó mucho mejor el sistema de ayuda fraternal,
préstamos, y cooperación con las iglesias y la Convención. El
paso dado en organizar el Consejo abrió la comunicación una
vez más entre la Misión y la Convención, y preparó el terreno
para un cambio de rumbo en 1961.
Antes de dejar este período, es necesario notar unos
desarrollos significativos dentro de la Convención Nacional.
Como ya se dijo, la creación de una Junta Directiva integró
mejor la obra de las Juntas de la Convención. También, liberó a
la Convención de la influencia directa de la Misión. Este
desarrollo coincidió con la heroica lucha por la libertad religiosa
en la Argentina, encabezado por Santiago Canclini en represen­
tación de la Convención y de la Federación Evangélica.618 El
increíble retroceso en las libertades que aquejó al país fue una
oportunidad para poner de manifiesto el espíritu de lucha de la
denominación bautista. Es un timbre de honor para la Conven­
ción haber mantenido siempre sus principios y prácticas.
Además, defendía los derechos de otros grupos religiosos. La
obra bautista ganó la simpatía y el respeto de todos los
argentinos por su sabia y medida defensa de las libertades de la
Constitución. Besson y Canclini siguieron la tradición de
Rogerio Williams e Isaac Backus en la historia bautista de
Estados Unidos.
Volviendo al aspecto orgánico de la Convención, otro paso
hacia la integración se dio en 1956 cuando se resolvió crear el
Plan Financiero Cooperativo. Hasta entonces las iglesias man­
daban sus ofrendas directamente a las distintas agencias de la
A rg e n tin a 205

Convención. El plan Cooperativo hizo posible una proyección


más global de la obra sin quitar la posibilidad de ofrendas
especiales. Tal Plan poco a poco avanzaba durante esta época.
Este plan, más la ofrenda juvenil, ha hecho posible los nuevos
puntos misioneros en la Patagonia y en el norte del país.
En 1957 fue creada una Junta de Evangelización que
incorporó la Comisión de Radio y Televisión y otros trabajos de
evangelización en masa. Un promotor de evangelización tra­
bajaba para tal Junta y las campañas de evangelización locales,
asociacionales y nacionales son coordinadas por tal Junta. La
Junta también auspicia cursos en las iglesias locales sobre la
obra personal y la evangeÜzación.
La obra de pubücaciones creció mucho durante el período.
La Junta Bautista de Publicaciones inauguró su sede en la calle
Rivadavia en 1950. Ha venido abriendo sucursales en Rosario y
en Córdoba. Muchas iglesias locales prepararon “puestos de
libros” en sus templos, y usaron los materiales para jóvenes,
escuelas dominicales y cursos de estudio preparados por la
Junta. Cabe destacar la obra abnegada del misionero Guillermo
Graves, gerente de la Junta, que organizó de nuevo los distintos
departamentos y preparó todo para la dirección nacional luego.
El Departamento de Educación Cristiana colaboraba con comi­
siones de la Convención Juvenil y la Convención Femenil en la
preparación de materiales de estudio, que redundaron en un
gran mejoramiento en el ministerio docente de las iglesias
locales.
Otro aspecto nuevo en la obra bautista surgió en este
período —la realización de campamentos bautistas. Bajo la
dirección de la Misión, y contando con fondos de ella, fueron
compradas propiedades en Oliveros, Rosario, General Rodrí­
guez, Buenos Aires y en Bialet Masse, Córdoba. Las de Rosario y
Buenos Aires llegaron a ser campamentos asociacionales, pero
la de Bialet Masse se convirtió en un campamento nacional,
usado por la Convención en el verano para promover aspectos de
su obra. Semanas de la juventud, de educación cristiana y del
hogar cristiano se celebraban con mucho éxito. En 1959 la
Misión compró una hermosa quinta en Thea, Sierras de
Córdoba, que ha reemplazado a Bialet Masse como el Campa­
mento Nacional. Se llama Villa Bautista y tiene fama nacional
206 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

por sus amplias comodidades y sus excelentes programas


auspiciados por la Misión y la Convención.619
Muchas iglesias bautistas auspician “jardines de infantes”
locales que han servido como obras sociales y evangelizadoras.
Surgieron también varias escuelas, pero tienen muchas dificul­
tades por causa de los reglamentos gubernamentales. Un
conflicto sobre la cuestión de fondos estatales para colegios
bautistas surgió en la Convención en 1960. Una minoría muy
influyente de bautistas de la Junta Educacional favorecía la
recepción de ayuda estatal. Sin embargo, la gran mayoría de los
bautistas se oponía en base a su principio de separación de la
iglesia y el estado. Por causa de este conflicto, la Junta
Educacional de la Convención ha tenido muchos altibajos y esta
cuestión sigue siendo candente.620
El Seminario argentino se convirtió en el Seminario Inter­
nacional por causa de la iniciativa de Richmond en 1950.
Aunque seguía siendo principalmente una institución argenti­
na, recibía estudiantes de Uruguay, Paraguay y Chile. Un
hermoso plantel se edificó en Floresta, Capital Federal y se
inauguró en 1953. Guillermo Cooper era el rector y el cuerpo de
estudiantes llegó a 115 en el año 1960. Contando con una
Biblioteca de más de 50.000 tomos y un cuerpo docente muy
eficaz, el Seminario ha contribuido mucho a la obra bautista.
Las Conferencias Anuales auspiciadas por el Seminario han
fomentado la integración de la obra, por reunir a la mayor parte
de los pastores una vez por año para participar en estudios
presentados por destacados profesores de distintas partes del
mundo. Juntamente con la Junta de Publicaciones, la sede del
Seminario ha llegado a ser un centro bautista en la gran ciudad
de Buenos Aires. Además, ha cooperado en todas las asociacio­
nes teológicas del Río de la Plata.621
La obra social de la Convención siguió por medio del Hogar
de Ancianos en Rosario y el Orfanato en Esperanza. En 1955, el
Hogar de Ancianos inauguró su nuevo edificio en Fisherton, un
suburbio de Rosario, y un año después, en 1956, el Hogar
Infantil inauguró sus edificios en la propiedad donada por la
familia Eckard en Esperanza. Por falta de fondos estas institu­
ciones han luchado mucho, pero el apoyo de líderes como Carlos
de la Torre y otros ha podido mantenerlas. Han sido sostenidos
completamente con fondos nacionales.
A rg e n tin a 207

La obra femenil ha asesorado mucho estas iniciativas


sociales. El Instituto Femenil en Rosario, bajo la dirección de
Ana de Margrett, se fusionó con el Seminario Internacional
cuando terminaron sus edificios en 1953. Llegó a ser el
departamento femenil del Seminario. Cabe destacar las labores
de dos promotoras de la obra femenil. Las señoritas Teresa Pluis
y Francés Roberts han viajado por todo el país evangelizando y
promoviendo. Sostenidas por la Convención Femenil, sería
difícil enfatizar demasiado su eficaz trabajo.
Otro acontecimiento importante de esta época fue el
desarrollo de las iglesias de habla alemana en Entre Ríos y el
nordeste del país. Sin duda, el caudillo y promotor entre ellos
hasta 1961 era Federico Leiman (1881-1961). Leiman nació en
Letonia de padres alemanes. Emigraron a Brasil en 1884 como
creyentes. Participaron en los avivamientos entre los letones en
Brasil y el joven Leiman sintió el llamado a predicar. Después de
muchos altibajos, se inscribió en el Seminario Bautista en Río
Grande do Sul comenzado por el misionero Karl Roth de Estados
Unidos. Terminó sus estudios en 1906 y fue ordenado al
ministerio bautista el mismo año. Era predicador itinerante
entre los colonos de Brasil por unos años. En 1914 llegó a
General Ramírez en Entre Ríos. Fue Leiman quien organizó
mejor la obra bautista alemana, fundó iglesias en otras colonias
y relacionó a las iglesias con la Convención. Por medio de sus
contactos con Roth y otros misioneros estadounidenses, Leiman
tenía más conciencia denominacional. Servía como una especie
de “obispo bautista” entre los colonos alemanes de Argentina,
Uruguay y Brasil hasta su muerte en 1961.622
Los años 1946-1961 representaron el período de oro de la
educación cristiana entre los bautistas argentinos. Desde la
década de 1930, el aspecto educativo bautista había sufrido
mucho. No obstante, en 1943 salió la hojita Sendas de Luz, para
los jóvenes. Los adultos seguían usando los comentarios en El
Expositor Bautista para las escuelas dominicales. Antes de
1946, la Convención Femenil (ayudada por el Fondo Cox de la
Misión) inició el eficaz trabajo de las Escuelas Bíblicas de
Vacaciones. Si no hubiera sido por el trabajo educativo de las
sociedades femeniles, la obra educativa habría quedado en la
nada. Sin embargo, hubo un gran avivamiento de la educación a
partir de 1946. Comenzó con la construcción de edificios
208 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

apropiados; siguió por medio de una promoción regional más


eficaz; profundizó con la preparación de mejores materiales; y
culminó con la creación de la Comisión para la Promoción de
Educación Cristiana en 1957. El proceso fue• adelantado por la
cooperación de la Misión. En 1952 dos peritos en el campo, los
doctores Howse y Loessner, llegaron de Estados Unidos y
pusieron las bases y la teoría. La llegada de los misioneros
Benjamín Bedford (1952), Guillermo Graves (1953) y Daniel
Carroll (1955), especialistas en el campo, marcaron una nueva
época. Cursos en iglesias y asociaciones, conferencias regiona­
les y gran fe en la metodología recomendada, hicieron que
despertara de su letargo el arma más importante de la iglesia
local: la escuela dominical. Algunos resultados fueron especta­
culares, como el de Mendoza bajo la dirección del misionero
Boyd Robertson. Llegaron a tener más de 400 alumnos en la
escuela dominical. La Convención Femenil empleó a la misione­
ra Helen Nixon como promotora de las Escuelas de Vacacio­
nes. Luego quedó en manos de la Convención nacional. Fue
una época de gran optimismo. Sin embargo, hubo conflictos
entre la metodología “importada” por la Misión y ciertas institu­
ciones nacionales como las sociedades de jóvenes. Durante los
últimos años, la educación cristiana iba acriollándose y adaptán­
dose a la sociedad argentina contemporánea. Paulatinamente la
Convención asumía la dirección.
La fusión de la obra bautista se aceleró a partir de 1957.
Serios problemas existían entre la Misión y la Convención. Las
dos entidades habían experimentado un cambio de personal;
eran nuevas entidades. No se conocían bien. Era necesario crear
medios de enlace para tratar los problemas. Bajo la sabia
dirección de su presidente, Hugo Culpepper, y después de
muchos altibajos, la Misión tomó la iniciativa en organizar el
Consejo de Coordinación entre la Misión y la Convención, y una
Comisión Mixta para tratar los préstamos. Estas entidades eran
“cajas de resonancia” que aislaron los problemas de relación. En
el seno del Consejo nació la idea de una Conferencia Fraternal
que iba a cambiar el rumbo de toda la obra bautista argentina e
iniciar un período de dirección nacional.
A rg en tin a 209

D irección N acional
(1961-1981)
La Conferencia Fraternal en las Sierras de Córdoba (Thea)
en 1961 marcó la verdadera integración de la obra bautista
argentina. La polarización entre la Misión y la Convención
desapareció. Un espíritu de compañerismo trajo una madurez
denominacional. Durante el año 1960 la Misión trató varias
veces el problema del deterioro entre los misioneros y los
nacionales. Llegó a ser un motivo de mucha oración. A ñnes de
1960, en una reunión muy emotiva, la Misión resolvió asumir
un rol secundario en la obra bautista. Quería someterse a la
dirección de la Convención. Quería trabajar junto a las entida­
des de la Convención y aun bajo la dirección de tales entidades.
Por eso, cuando la Conferencia Fraternal se reunió en Thea en
enero de 1961, el misionero Benjamín Bedford de parte de la
Misión le comunicó este deseo a los 130 misioneros y obreros
nacionales presentes. Cayó como una bomba. Transformó el
espíritu de la obra. La Conferencia ya tenía su agenda de
problemas para tratar. Había sido preparada con mucha antici­
pación con el fin de exponer y solucionar los problemas de
coordinación. Con franqueza y altura fueron tratadas las cues­
tiones delicadas. Sin embargo, cuando la Misión se expresó a
favor de una dirección nacional de la obra, se produjo un
verdadero avivamiento espiritual. Santiago Canclini presidía las
sesiones y, sintiendo el significado del momento, entregó una
meditación improvisada sobre el tema, “Miremos Alto y Lejos”,
en que destacaba que “la dirección” de la obra bautista ni era de
la Misión ni de la Convención, sino del Señor Jesucristo. La
sesión terminó con los pastores, misioneros y obreros arrodilla­
dos pidiendo la dirección del Señor para el futuro de la obra.623
Fue un momento inolvidable que cambió el rumbo de la
obra bautista. La Conferencia siguió su agenda por diez días.
Los planes para el futuro se hicieron en un espíritu de
confraternidad. Muchos de los así llamados problemas resulta­
ron ser malentendidos engendrados por la falta de comunica­
ción. Desde aquella experiencia “de montaña” en Thea, la
Convención Nacional ha asumido la dirección de la obra,
contando con la Misión de la Junta de Richmond como un
ayudante fraternal.624 La Misión ha ajustado su política a esta
210 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

realidad y funciona como una entidad de apoyo. Resultó una


nueva atmósfera que ha seguido hasta el presente.
Como resultado de la decisión de Thea, la Misión ha venido
eliminando sus decisiones unilaterales en cuanto a la ayuda
fraternal y los préstamos. Por medio del Consejo de Coordina­
ción y la Comisión Mixta, estas responsabilidades son comparti­
das, o entregadas por completo a entidades de la Convención.
Aun en la ubicación de misioneros, la Misión consulta con las
entidades nacionales y responde a las invitaciones extendidas
por ellas. Las finanzas y el personal de la Misión están a
disposición de las necesidades nacionales. La Misión entrega un
informe fraternal a la Asamblea de la Convención todos los años.
En el entusiasmo engendrado por Thea, “una década de avance”
fue promulgada en 1964 con el fin de duplicar el número de
iglesias y la cantidad de miembros para el año 1974. Esta meta
tan alta no fue alcanzada, pero el esfuerzo aglutinó las decisio­
nes de Thea. Ciento diez nuevas iglesias se constituyeron y
hubo un aumento del veinticinco por ciento en los miembros.
Otra prueba del espíritu de Thea fue la elección de un
nuevo rector del Seminario Internacional en 1966. Guillermo
Cooper, después de servir veinte años, renunció para volver a un
campo misionero en el norte de la Argentina. La Junta Directiva,
sin una nómina de Richmond, eligió al misionero Andrés Glaze.
Antes, el rector del Seminario dependía directamente de Rich­
mond. Aunque la mayor parte el sostén del Seminario procedía
de Estados Unidos, la Junta Directiva administraba todo. Glaze
sirvió hasta 1975 cuando el doctor Daniel Tinao, un argentino,
fue nombrado rector por una Junta Directiva netamente argenti­
na. En todos los aspectos de la obra, una nacionalización ha sido
evidente. En 1965 Guillermo Graves entregó la gerencia de la
Junta de Publicaciones a Aldo Broda, quien condujo la Junta en
una campaña para pagar sus deudas. Con visión y pericia
comercial, y contando con la ayuda de la Misión, compró una
propiedad lindante y edificó una hermosa librería que sirve
como una Casa Bautista en Buenos Aires.
En el ámbito de la evangelización, los bautistas tomaron
partecen la Campaña de Billy Graham en Buenos Aires en 1962.
Aunque solamente 400 personas de las 4.400 que se manifesta­
ron durante la campaña se hicieron miembros de iglesias
evangélicas, fue un ímpetu grande para los bautistas y asesoró a
A rg e n tin a 211

varias obras nuevas a constituirse en iglesias. Además, los


bautistas colaboraron en la Campaña de las Américas en 1968-
1969. Una gran publicidad por radio y televisión ayudó a
difundir los principios bautistas, pero los resultados no lograron
lo esperado. Los bautistas argentinos probaron campañas de
evangelización concentradas llamadas “de impacto” en Tucu-
mán y Córdoba. Resultaron en algunas nuevas obras e iglesias.
Otra se realizó en Buenos Aires durante los años 1970-73 con
una meta de seis iglesias nuevas. De las seis obras se constituye­
ron cuatro iglesias.
La obra juvenil y femenil continuaron apoyando la obra
convencional. Las dos convenciones tienen promotores que
viajan por el país informando y enseñando en las iglesias locales.
Estas convenciones han llegado al punto que pueden dar a las
iglesias, sin tener que pedir tanto. Están cumpliendo con su
tarea de asesoramiento.
A partir de 1964 hubo un gran despertar en la obra de la
Junta de Misiones. Varias señoritas del Seminario, miembros de
una agrupación misionera dentro del estudiantado, sintieron un
llamado a ir al Chaco para trabajar entre los indígenas tobas. Se
ofrecieron a la Junta de Misiones, pero no había fondos para
nombrarlas. No obstante, se trasladaron al Chaco, consiguieron
empleo como maestras y parteras e iniciaron una obra evangeli-
zadora y social entre los indígenas. Las tres pioneras eran Alba
Montes de Oca, Miriam Brunner y Gladys Greca. Se dedicaron a
una obra global —social, médica, política y moral— entre los
tobas. Defendían sus derechos, fundaron escuelas para los
niños, casaron a los juntados y enseñaron la higiene. En fin,
respondieron a todas las necesidades de los indígenas. Su obra
llegó a tener fama nacional. Apelaron a las iglesias bautistas de
la Convención. Las sociedades femeniles, los jóvenes y las
iglesias respondieron. Mandaron ropas, útiles y dinero a las
señoritas para su obra. Su ejemplo hizo gran impacto y la Junta
de Misiones pudo nombrarlas como misioneras oficiales. Co­
menzaron dos iglesias indígenas en San Martín y Pampa del
Indio. Crearon fábricas de escobas y de ladrillos como fuentes de
trabajo para los tobas. Toda la obra de la Junta de Misiones se
benefició de la abnegada labor de estas señoritas. En 1975 Alba
Montes de Oca fue nombrada como misionera foránea de la
212 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Junta de Misiones para Perú. Esta iniciativa ha revolucionado la


visión misionera de los bautistas argentinos. Hoy en día están
pensando en mandar misioneros a España.
Otro acontecimiento interesante en la obra bautista en
Argentina es la coordinación de la obra de las misiones foráneas
en el país. En 1966 la Mesa Directiva de la Convención Bautista
viajó al norte para hablar con representantes de las Misiones de
los Bautistas conservadores y suecos. Se reunieron en Córdoba,
y después en Tucumán, con el fin de promover la integración de
las obras en la Convención Nacional. Amoldo Canclini, presi­
dente de la Convención, y Justo Anderson, vicepresidente de la
Convención y Presidente de la Misión, programaron el encuen­
tro. Como resultado, las iglesias de la Misión Sueca se hicieron
miembros de la Convención y los Conservadores comenzaron a
mandar delegados fraternales a las Asambleas. Hay una coope­
ración muy estrecha entre todos estos grupos foráneos en el día
de hoy. Misioneros de la Convención están trabajando con estos
misioneros en el norte del país.
En 1987 había 364 iglesias con 266 puntos de predicación
entre los bautistas en Argentina. Las iglesias contaban con
41.000 miembros. La Junta de Misiones sigue proyectando
nuevas obras nacionales y foráneas; la Junta de Publicaciones y
el Seminario siguen progresando; y la obra en general está en
plena marcha. En 1988 hubo un crecimiento del dieciséis por
ciento. Hay evidencias de un despertamiento espiritual que
comenzó un poco después de la Guerra de las Malvinas.
En el día de hoy, los bautistas en Argentina están afrontan­
do la crisis financiera que azota el país. Esto ha limitado la
expansión de las edificaciones y la obra misionera. Además,
algunos movimientos de espiritualidad espuria han sacudido a
ciertas iglesias, pero otras han aprovechado esto para profundi­
zar la espiritualidad. Sin embargo, la calidad del liderazgo
argentino es impresionante. Pastores jóvenes como Pablo Dei­
ros, Tomás Mackey y otros están respondiendo a la promoción
de hombres como el secretario ejecutivo de la Convención,
Ignacio Loredo y del rector del Seminario, Daniel Tinao. Estos
líderes jóvenes, como el presidente de la Convención, Carlos
Caramutti, prometen figurar en el porvenir bautista en la
Argentina. Esperan poner por obra la visión y los sueños de los
fundadores como Besson, Sowell, Hosford y Varetto. Fueron
A rg e n tin a 213

hombres que se atrevieron a “correr los riesgos y los peligros de


la libertad”. Su historia ha provisto una tradición muy rica; el
presente provee un gran desafío. Su reacción a tal desafío
determinará su futuro.
C apítulo IX
URUGUAY
Uruguay existe en el día de hoy debido a una tregua entre
sus dos poderosos vecinos, Brasil y Argentina. Ninguno ha
estado dispuesto a permitir que el otro lo anexase. Uruguay se
asemeja en algo a cada uno de éstos; al sur de Brasil, a éste en
su topografía de llanos ondulados y pequeños cerros; a Argenti­
na, en la expansión de una pampa con ricos pastos para la
ganadería.625
Uruguay ha sido llamado “la Suiza de América del Sur”
porque, como Suiza en Europa, está rodeado de vecinos
agresivos y poderosos, pero ha podido mantenerse independien­
te tanto geográfica como ideológicamente de ellos.626 Ha sido un
estado que sirve de valla entre dos naciones rivales. Uruguay,
como Argentina, ofreció poco para atraer a los exploradores
sedientos de oro y los españoles lo descuidaron, hasta que los
portugueses fundaron una colonia en la banda oriental del Río
de la Plata. Este hecho movió a los españoles a fundar
Montevideo y la rivalidad por la posesión de Uruguay comenzó,
rivalidad que resultó en dos guerras entre Brasil y Argentina.627
Uruguay es único en su composición étnica. Los indígenas
charrúas derrotaron a los primeros colonos españoles y mataron
a su líder, Juan Díaz de Solís, en 1516. Luego, los colonos
subsiguientes los mataron a ellos. Por eso, el noventa por ciento
de la población es blanco y europeo, principalmente inmigrantes
españoles e italianos. La mitad de los más de tres millones de
habitantes vive en la metrópolis “estilo Viejo Mundo” de
Montevideo.628 Las tierras que rodean a Montevideo se dedican a
los ganados ovino y vacuno, de los cuales depende la economía
del país. Desafortunadamente, los latifundios siempre han
estado en manos de muy pocas familias.
A principios del siglo XIX se realizó la emancipación de
215
216 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Uruguay bajo la dirección del noble caudillo, José Gervasio


Artigas. Artigas, el ídolo de los gauchos uruguayos, trató de
llevar a Uruguay dentro de la confederación argentina, pero
impuso algunas condiciones que los padres de la patria argenti­
na no quisieron aceptar. Por eso, Uruguay quedó libre, política­
mente hablando, aun cuando el territorio estaba ocupado en
varias ocasiones por las fuerzas portuguesas o argentinas. Dos
partidos políticos, los blancos (consevadores) y los colorados
(liberales), lucharon entre sí durante el siglo XIX. A partir de
1900 los colorados de José Batlle y Ordóñez asumieron el poder
y concretaron sus reformas innovadoras que han distinguido a
Uruguay de los otros países de las Américas.
Entre las naciones latinoamericanas Uruguay tuvo mucho
éxito al desarrollar y preservar las instituciones democráticas
hasta 1973. Sus ciudadanos se sentían muy orgullosos de la
asistencia estatal que les proveía de educación gratuita, vivien­
da, atención médica y caja de jubilaciones. Muchos de estos
privilegios han quedado después de la toma de poder por los
militares en 1973. El fin de la democracia fue el resultado de la
inflación económica y el terrorismo internacional.629 Los mili­
tares poco a poco aplastaron a los terroristas comunistas y,
paulatinamente, el país ha podido recuperarse. Su trasfondo
liberal ayudó a tal repunte.
La filosofía de Batlle era completamente secular y laica. No
es sorprendente que los uruguayos se aburrieron de una vida
demasiado cómoda y carente de sorpresas a través de muchos
años. La apatía y la indiferencia caracterizaban a muchos. Las
reformas del partido blanco introdujeron el ateísmo en las
escuelas, y eran tan anticlericales que crearon un antagonismo
hacia los esfuerzos religiosos, tanto católicos como protestantes.
Había una separación entre la iglesia y el estado al extremo, y el
gobierno trataba de eliminar todos los vestigios de la religión en
la vida civil.630 Sin embargo, los trastornos trágicos de las
décadas de 1960 y 1970 han despertado un nuevo interés en lo
trascendente. Se nota un vacío espiritual y la tolerancia religiosa
permite a los evangélicos tratar de llenarlo.
Empero, los evangélicos no son los únicos que aprovechan
tal vacío. Uruguay es el país menos cristiano y menos católico de
todos los países sudamericanos. Ha habido un aumento marca­
do de sectas y cultos tales como el judaismo, el bahai y aun el
U ruguay 217
umbamba, un culto espiritista brasileño. El alto nivel educacio­
nal, la presencia de una clase media y la temprana separación de
la iglesia y el estado prohibieron el dominio del catolicismo
romano y fomentaron la aparición de libre pensadores, panteís-
tas, materialistas, teosofistas, evolucionistas, ateos y agnósticos.
Por eso, los evangélicos no tuvieron que afrontar la persecución
religiosa de una iglesia dominante, sino encararon la indiferen­
cia sutil de un pueblo secularizado.631
Antecedentes E vangélicos
(1806-1911)
Las costas de Uruguay recibieron el primer intento misio­
nero de evangelización en el Río de la Plata en 1806. La
conquista de Buenos Aires por los ingleses, el 25 de junio de
1806, que tanto alborozo produjo en Londres creyéndosele un
hecho definitivo, despertó de inmediato la preocupación de la
Sociedad Misionera de Londres por evangelizar el Plata. La
flamante Sociedad, de orientación congregacionalista —la mis­
ma que luego enviara a Livingston, Moffat, Morrison y Williams
a otros continentes— tenía informaciones fidedignas que los
habitantes “si bien de origen católico romano, están lejos de ser
fanáticos y que sostienen amables sentimientos hacia las
personas de otras ideas, especialmente los ingleses”.632 Esto hizo
que dicha sociedad considerara oportuna la predicación del
evangelio, teniendo como base, además, a los conquistadores
ingleses.
Fue así como tan importante sociedad destacara a David
Hill Creighton para iniciar una misión en el Plata. No era una
improvisación, porque Hill ya estaba preparado antes de la
invasión inglesa. Vino a Montevideo en 1806 con instrucciones
de obrar con prudencia y de trabajar, en primer término, entre
las tropas inglesas y sus descendientes, como el campo más
propicio al principio. Sin embargo, tenía planes de trabajar entre
los indígenas luego. Vino provisto de 600 Nuevos Testamentos y
folletos en castellano. Desembarcó en la costa uruguaya y no
parece que haya llegado a Buenos Aires. En febrero de 1807
bajó a tierra en Montevideo, ocupada por tropas británicas.
Debido al fracaso de la invasión inglesa, Creighton regresó a su
patria en julio de 1807 dejando los Nuevos Testamentos a un tal
J. A. Wrayfor quien los vendió de inmediato, “pues hubo un gran
218 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

interés por el libro sagrado de parte de algunos sacerdotes, y


personas que desde lejos iban a comprarlo”.633
El segundo antecedente fue una visita rápida a Montevideo
del bautista escocés ubicuo, Diego Thomson, en 1820, durante
la ocupación portuguesa. Thomson, como siempre, llevaba
Biblias en castellano y portugués, y procuraba establecer el
sistema lancasteriano de educación popular. En una carta a la
Sociedad Bíblica él revela su filosofía de misión, diciendo: “La
lámpara que ilumina al mundo con la luz de la vida parece
colocada sobre un trípode: la Sociedad de Escuelas, la Sociedad
Bíblica y la Sociedad Misionera. Una cuerda triple, dice Salo­
món, no se rompe fácilmente, y lo que tiene un triple soporte no
puede ser fácilmente derribado”. Thomson, con el apoyo entu­
siasta del vicario Dámaso Antonio de Larrañaga, pudo organizar
las escuelas, dejándolas en manos de José Catalá, y al mismo
tiempo, desarrolló una obra de colportaje.634 De hecho, el único
lugar donde Thomson es reconocido públicamente en América
Latina es Uruguay. En Maldonado, en la “torre de vigia” hay
una placa en su homenaje, junto con otros ingleses que han
hecho aportes al país. Lamentablemente, “las dos cuerdas” de
Thomson, sin la cuerda misionera, no eran suficientes y su obra
no tuvo continuación desde el punto denominacional bautista.
Entre los años 1806 y 1911 había otros precursores
evangélicos. Los metodistas comenzaron una obra en 1839 que
tuvo muchos altibajos hasta el año 1870, cuando la predicación
elocuente de Juan F. Thompson la hizo muy popular.635 Los
valdenses llegaron en 1857 desde Italia. Es la iglesia evangélica
más grande de Uruguay, en una comunidad de colonos de
aproximadamente 13.000 miembros. Ellos hacen pocos esfuer­
zos por evangelizar a la población que los rodea. Sus pastores
son adiestrados en el Seminario Unido de Buenos Aires y pasan
el año final de estudios en el Seminario en Roma. Hay una sola
iglesia de ellos en Montevideo, porque la comunidad está
ubicada a las orillas del Río de la Plata al sur y al oeste.636
Otros grupos evangélicos son los menonitas,637los adventis­
tas,638 los de la Asamblea de Dios 639y los hermanos libres.640 Los
luteranos, reformados y algunas iglesias independientes tienen
sus misiones e iglesias en Uruguay, pero no ha habido mucho
contacto entre ellos y los bautistas.641
Entre los años 1881 y 1911 había varios precursores
U ruguay 219

netamente bautistas en Uruguay —los primeros desde la partida


de Diego Thomson. Sin embargo, no fundaron congregaciones.
Pablo Besson, el suizo de habla francesa y fundador de la obra
bautista en Argentina, solía tomar vacaciones en Montevideo en
la casa del doctor Escande. Por el testimonio de él, varias
personas se convirtieron y fueron bautizados por Besson a fines
del siglo.642 La reputación de Besson como erudito, pastor y
campeón de la libertad religiosa le hacía popular entre la alta
sociedad de Uruguay. Sus vacaciones en Uruguay coincidían
con el surgimiento del espíritu liberal que resultó en el
batllismo.
En 1903 S. M. Sowell llegó a Buenos Aires como el primer
misionero de la Junta de Misiones Foráneas de los Bautistas del
Sur de Estados Unidos. Se encontró con Besson y, poco a poco,
las cinco iglesias bautistas argentinas, fundadas por Besson, se
unieron a la obra de los misioneros norteamericanos en una
Convención argentina. Los nuevos misioneros organizaron la
Misión Bautista Argentina. Algunos de ellos, como el mismo
Besson, hacían viajes a Montevideo, y seguramente se entera­
ron de los contactos de Besson allá. En 1905 Sowell informaba a
la Junta en Richmond que los misioneros estaban contemplando
una obra en el Uruguay.643 Debido a la falta de personal en la
Argentina, los bautistas no entraron oficialmente en Uruguay
hasta 1911.
C om ienzos Bautistas
(1911-1948)
En 1911, la Misión Bautista Argentina decidió abrir una
obra oficial en Uruguay y cambiar su nombre a Misión Bautista
del Río de la Plata. Jaime Quarles y su esposa fueron nombrados
misioneros a Argentina en 1908; fueron seguidos por su
hermano Lemuel y esposa en 1910. Cuando la Misión resolvió
empezar la obra en Uruguay, envió a Jaime Quarles y su esposa
a Montevideo como los primeros misioneros. En poco tiempo,
ellos fueron seguidos por una famiüa bautista de Rosario,
Argentina, la señora Epifanía González y sus hijos. Cambiando
la política seguida por los otros misioneros en Argentina, el 13 de
agosto de 1911, Jaime C. Quarles, su esposa y Epifanía
González con sus hijos Antonio y Ameüa organizaron la Primera
Iglesia Bautista de Montevideo. Dos años más tarde, Lemuel
220 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Quarles y su familia se trasladaron a Montevideo donde los dos


hermanos sirvieron juntos hasta 1918.644 Otros dos centros de
predicación se abrieron, pero el progreso de la obra era lento.645
Por ejemplo, la Primera Iglesia de Montevideo, a partir de
1911, se reunía en la casa de los Quarles por unos meses y luego
alquiló un salón en el centro. Pasó unos meses de verdadero
desaliento, hasta que vino el misionero Tomás Spight de Buenos
Aires para realizar una serie de reuniones de evangelización.
Spight era un buen evangelista y dieciocho personas hicieron
profesión de fe. La iglesia se consolidó y la obra comenzó un
crecimiento lento.
En 1920 llegaron los esposos Orrick a Buenos Aires para
estudiar el idioma. En 1921 se radicaron en Uruguay, y por
treinta y siete años encabezaron la obra bautista en ese país.
Sería imposible enfatizar demasiado la influencia de los Orrick
sobre el desarrollo de la obra uruguaya. Cuando los hermanos
Quarles regresaron a Argentina para completar sus ministerios
distinguidos en 1929, los Orrick quedaron solos hasta 1939. En
1922 María Ruth Leonard fue la primera misionera nombrada
específicamente para Uruguay. Ella trabajó con los Quarles
hasta 1926, cuando se trasladó a la Argentina y se casó con
Antonio Caramutti, un pastor argentino.646 En 1922, los esposos
Cabral se trasladaron a Uruguay y abrieron una obra en
Paysandú. Estos comienzos reflejan un problema perenne y
doble de la obra bautista en Uruguay, a saber: la escasez de
misioneros y la dependencia de pastores importados. La falta de
crecimiento y los múltiples problemas de relación se deben en
gran parte a estos factores. La Misión Bautista Uruguaya no se
organizó hasta 1954 y la Convención Nacional no se constituyó
hasta 1948. Por muchos años no había pastores uruguayos;
había una dependencia total sobre obreros importados de otros
países. Estos obreros trabajaron bien, pero la obra no se arraigó
en el suelo oriental.
Entre los años 1929 y 1948 la obra uruguaya languidecía.
Los pocos misioneros y pastores de Argentina trabajaron abne­
gadamente, pero la obra quedaba estancada. La indiferencia
religiosa del pueblo, el número reducido de misioneros y la falta
de pastores nacionales eran factores en la merma. A pesar de la
situación desanimadora, había unos destellos de esperanza. En
1940 los esposos Carlisle fueron enviados a Uruguay. Desarro-
U ruguay 221

liaron un largo y fructífero ministerio. Nuevas iglesias se


constituyeron en Montevideo —Radio Norte en 1923; Distrito
Este en 1945; Industria en 1947; Paso del Molino en 1942. Y en
el interior —Colonia Flores (de habla eslava) en 1940; Conchi­
llas en 1940; Emanuel en 1920; Minas en 1928; Pando en 1939;
Paso de los Toros en 1940; y Salto en 1943. El único pastor
uruguayo en esta época era Enrique Francia, de Paso de los
Toros. En 1948 había doce iglesias con menos de 500 miembros.
La obra bautista uruguaya no prometía mucho; sin embargo,
estaba para reforzarse e iniciar un período de crecimiento.
Sería injusto seguir adelante sin destacar la obra de varios
de los pastores que trabajaron con los misioneros y las flamantes
iglesias antes de 1948. Enrique Cabral fue el primero de
muchos argentinos que llegaron a Uruguay. Cabral asesoró a los
primeros misioneros en Montevideo en 1922, pero pronto se
mudó a Paysandú. Volvió al pastorado de la Primera Iglesia en
Montevideo en 1926 y sirvió hasta su muerte en 1934. Cabral
era un hombre tranquilo que sabía mantener la armonía
espiritual en la iglesia. Su sucesor, Ricardo Alvarez Blanco,
realizó un largo pastorado entre 1934 y 1953, cuando volvió a
Estados Unidos. La iglesia edificó su hermoso templo en la calle
Sierra en 1942. Alvarez, oriundo de Chile, había estudiado en
Brasil y en el Seminario del Sur en Louisville, Kentucky y era un
hombre muy preparado. Tuvo impacto sobre las obras bautistas
en Chile, Argentina, Uruguay, Brasil y Estados Unidos.647
Gabriel Ostermann, de la conocida familia de Argentina
convertida por Pablo Besson, se encargó de la obra en Conchillas
empezado por los Orrick y era el pastor a partir de 1937. Otros
pastores pioneros de Argentina fueron Federico Leimann, entre
los alemanes del norte; Francisco Villalón en Radio Norte;
Enrique Molina en la Primera de Montevideo y otras obras
nuevas. Conrado Ihlow, Ramón Luaysa, Adolfo Marinelli, Edisto
Tinao, Francisco Somma, José Quintero, Carlos Tschanz, José
Quiroga, Víctor Sedaca y otros, al graduarse del Seminario en
Buenos Aires, tomaron pastorados en Uruguay. Varias señoritas,
también graduadas del Seminario, servían como ayudantes
eficaces, tales como Ana María Aquirre, Hedwig Kugler, Clelia
Bertolet y Vera Kroslak. La importación de estos recién gradua­
dos, principalmente de Argentina, llegó a ser una práctica, quizá
influida por los misioneros quienes formaban parte de la Misión
222 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

compuesta de ellos y los misioneros en Argentina. Sin embargo,


no ayudó mucho a resolver el problema de una falta de obreros
uruguayos. La obra uruguaya seguía siendo una apéndice de la
obra argentina.
D esarrollo N acional
(1948 hasta hoy)
La obra bautista en Uruguay dio un paso adelante hacia
una identidad más uruguaya cuando organizó la Convención
Bautista del Uruguay el 16 de junio de 1948. Los cincuenta y
siete delegados de once iglesias eligieron a Ricardo Alvarez
Blanco como el primer presidente. La constitución de la
Convención fue el resultado de dos entidades de cooperación ya
existentes en 1948. En 1934 se constituyó la Asociación de
Iglesias Bautistas en el Uruguay con la colaboración de varias
iglesias. Empero no prosperaba y, después de seis años de vida,
se disolvió por falta de apoyo de las iglesias. Sirvió como
antecedente de la flamante Convención. Además, las mujeres
bautistas, bajo la dirección de Vera de Orrick, organizaron la
Federación de Mujeres Bautistas del Uruguay en 1934. Tenía
un propósito netamente misionero; es decir, ayudar en la obra
misionera tanto nacional como, en lo posible, en el extranjero.
Por eso, cuando la Convención empezó su vida en 1948, ya tenía
estos dos esfuerzos como ensayos. Las mujeres resolvieron
mantener su independencia como una entidad auxiliar.
Una década después, la Convención Bautista Uruguaya
informaba que tenía veintidós iglesias con un total de 1.156
miembros. Un setenta por ciento de su presupuesto estaba
dedicado a las misiones y obras de extensión. Sostenía a una
familia misionera en Rivera, en el norte de Uruguay. Publicaba
su órgano oficial, El Fanal, y estaba disponiendo un campamen­
to nacional. En 1953 los jóvenes bautistas formaron una
asociación que después llegó a ser la Convención Juvenil
Uruguaya. Por unos años la obra marchaba adelante. Sin
embargo, no había una relación muy buena con la Misión
debido a una falta de coordinación y a un creciente nacionalis­
mo. Las dos entidades auspiciaban sus propios proyectos, a
veces sin una debida consulta mutua. La Convención trabajaba
por medio de juntas de evangelización, de educación cristiana y
una junta directiva.
U ruguay 223

Después de la Segunda Guerra Mundial, la Junta de


Misiones Foráneas de los Bautistas del Sur estaba en condicio­
nes de nombrar a más misioneros. Por eso, una infusión de vida
nueva caracterizó a la Misión Bautista del Río de la Plata. Entre
los años 1945 y 1960 entraron en el país un buen número de
misioneros muy capaces como los esposos McMurray (1945);
los esposos Shelton (1949); los esposos Bartley y Sanderford
(1952); y los esposos Evenson y Spann (1958). Debido a esto, la
Misión Bautista Uruguaya se separó de la Argentina y del
Paraguay y se constituyó en 1954. Juntamente con estos nuevos
misioneros, los esposos Orrick y Carlisle formaron la flamante
Misión. Los esposos Goldfinch habían servido en Salto desde
1939 hasta 1945, cuando se mudaron a Paraguay. Este aumento
de misioneros y la organización de una entidad separada ayudó
mucho a fomentar una obra netamente uruguaya. Hubo unos
problemas de relación entre los mismos misioneros de Argentina
y de Uruguay en cuanto a los obreros nacionales. Los misione­
ros argentinos resentían un poco el éxodo de muchos de sus
mejores obreros a Uruguay y echaron la culpa a los misioneros
de Uruguay quienes, a veces, ofrecieron un sostén pastoral
mejor que el de Argentina.648 No obstante no se produjeron
problemas mayores.
Desde 1960 hasta 1979 la obra bautista uruguaya tuvo un
despegue, pero no sin problemas. La Misión aumentó desde
catorce misioneros hasta veintidós trabajando en cinco estacio­
nes. La Convención llegó a tener veinticuatro iglesias afiliadas
con 1.727 miembros.649 Mientras las dos entidades se renovaron,
agregaron a nuevo personal y determinaron sus campos de
labor, se produjeron unos choques dentro de cada una, y
después entre ellas. Estos altibajos giraban alrededor de líderes
misioneros y nacionales nuevos y enérgicos. Fueron fomentados
por un nacionalismo extremo de parte de los nacionales y por un
paternalismo de parte de los misioneros. Alrededor de 1961 se
produjo un cisma dentro del seno de la Convención, que fue un
choque entre dos pastores fuertes y eficaces. Por unos cuatro
años seguía haciendo mucho daño pero se resolvió en 1965 y la
Convención se unió otra vez.650 Las discusiones generalmente
tenían algo que ver con la ayuda fraternal financiera. En la
misma época, hubo problemas entre la Misión y la Convención
que resultaron en programas separados de evangelización y
224 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

extensión. Felizmente no duraron mucho tiempo y a partir de


1970 hubo un acercamiento mutuo entre la Misión y la
Convención. Estos problemas internos reflejaban la tensión
general en Uruguay después de 1970. Los problemas económi­
cos y políticos azotaron a toda la comunidad.651 Tales problemas
impactaron a los bautistas pero, positivamente hablando, des­
pertaron inquietudes espirituales en un pueblo acostumbrado a
la indiferencia reügiosa.
Aprovechando este cüma de cambios e inquietudes, los
bautistas uruguayos con sus colegas misioneros se volcaron a
una obra más intensa y variada. La Misión nombró a los esposos
Poor, periodistas, para comenzar una obra por radio y otros
medios en masa. En 1978 abrieron un Centro de Comunicacio­
nes en Montevideo, que ha hecho una obra de extensión por los
medios de radio y televisión. Al mismo tiempo, pastores
uruguayos, como Enrique Francia, y otros pastores argentinos y
paraguayos, como Guillermo Milován, hombres bien prepara­
dos, desafiaron a los bautistas uruguayos a lanzar obras de
extensión. Todos cooperaron con las campañas de Billy Graham
y Luis Palau que, por primera vez, despertaron al pueblo
uruguayo. Hubo 5.000 profesiones de fe.
El pueblo bautista uruguayo ha recibido a través de los años
a distinguidos representantes de la denominación bautista en el
mundo. Han estado presentes líderes como L. R. Scarborough,
Paul Caudill, C. Y. Dossey, Everett Gilí, Jr. y aun el famoso
historiador bautista Kenneth Scott Latourette, quien en 1956
participó en la constitución de la Iglesia Bautista de Cerrito.
Townley Lord de la Alianza Bautista Mundial y Joao Soren de
Brasil también han participado en momentos significativos de la
Convención. Laicos muy capacitados han servido a la obra
bautista en Uruguay con mucha eficacia.
Además del Centro de Comunicaciones, varias institucio­
nes sirven al pueblo bautista uruguayo. El Instituto Teológico
Bautista en Montevideo se organizó en 1955 y estaba bajo la
dirección de Roberto Carlisle. Tienen un plantel adecuado y
están preparando a jóvenes para el ministerio. Jaime Bartley y
Murray Smith, además de servir como evangelistas y pastores,
han contribuido mucho al desarrollo del Instituto. Hay una
Escuela Evangélica en Conchillas auspiciada por los bautistas
desde 1951 que ha jerarquizado mucho la obra bautista. La
U ruguay 225

Prensa Bautista produce las revistas y se ocupa de la literatura.


Aunque muchos de los pastores son de otros países, hay un
número creciente de pastores uruguayos que paulatinamente
está solucionando el problema de una imagen foránea que ha
caracterizado la obra hasta los tiempos presentes. Además, la
Misión va integrando su obra en un programa unificado
nacional. Todo esto ha resultado en un plan de extensión en los
centros urbanos. Desde 1986 hay una sola obra bautista dirigida
por la Convención. Está procurando empezar obras en las
diecinueve ciudades grandes (más de 5.000) antes de 1991, y en
todos los pueblos que cuentan con más de 400 habitantes antes
del año 2000. En 1986 los bautistas de la Convención contaban
con cuarenta y cuatro iglesias con un total de 2.700 miembros.
Había treinta y siete pastores nacionales trabajando con cuaren­
ta y tres misioneros.652
Además de estos bautistas de la Convención Evangélica
Bautista, hay cinco congregaciones de los bautistas del “Libre
Albedrío” (Freewill Baptists) con unos 300 miembros; y una
obra misionera de los Bautistas Nacionales (de raza negra) que
cuenta con unos 100 miembros. Sirven a la población de raza
negra que viene principalmente de Brasil.653
En resumen, los bautistas en Uruguay confrontan un
desafío muy grande. Su crecimiento lento se debe a un pueblo
tradicionalmente indiferente, a conflictos entre los mismos
creyentes, a la falta de pastores nacionales, a métodos misione­
ros no siempre al día y a problemas económicos. Sin embargo,
muchos de estos factores han cambiado, y ahora una obra
bautista unida está para evangelizar a un país abierto al mensaje
del evangelio. Se encuentran en un momento de oportunidad
sin paralelo. La historia futura dependerá de la reacción positiva,
no tanto de los misioneros foráneos ni de los obreros extranjeros,
sino de los mismos bautistas uruguayos. Los próximos capítulos
de su historia serán escritos por ellos.
C apítulo X
PARAGUAY
Paraguay es un país relativamente pequeño con una
historia fascinante, pero trágica. Aislado detrás de una cortina
de hierro política impuesta por tres dictadores por más de medio
siglo, jamás se ha recuperado. El pueblo paraguayo es noble,
juntando lo mejor de la sangre española y guaraní en una raza
mestiza. Una vez el país más rico de América del Sur, por medio
siglo ha luchado con la pobreza; una vez cerrado al resto del
mundo, ahora está completamente abierto a la inmigración.
Esta política de “puerta abierta” ha atraído a colonos de todas
partes del mundo —menonitas de Rusia, huterianos y amitas de
Pennsylvania, y japoneses de Kobe. El Paraguay homogéneo se
ha convertido en un Paraguay heterogéneo.
Paraguay, como Bolivia, carece de costa de mar, y por eso,
ha dependido demasiado de Argentina. Los primeros españoles
alcanzaron Asunción en 1527 y edificaron una fortaleza. Debido
a la naturaleza apacible de los guaraníes, y a la ausencia de plata
u oro, la colonia era muy tranquila. Asunción fue eje del
movimiento conquistador de los españoles, y fue desde allí que
fue colonizada gran parte de Argentina, inclusive Buenos Aires
misma.
Entre los años 1609-1767 los indígenas fueron protegidos
de los portugueses y convertidos al catolicismo por las famosas
reducciones jesuíticas. Fue una obra increíble. Formaron más
de cien reducciones donde enseñaron a los indígenas a cultivar
sus tierras y a fabricar muchos artículos. Allá se encuentran los
orígenes de la música folklórica sudamericana.654
Cuando Argentina logró la independencia, Paraguay rehusó
formar parte de la Confederación Argentina, quedando como
república independiente. Por medio siglo tres dictadores podero­
sos gobernaron al país: Rodríguez Francia, “el Supremo”655
226
P araguay 227

(1814-1840); Carlos Antonio López (1844-1862); y Francisco


Solano López (1862-1870). Los primeros dos tenían cualidades
de grandeza, pero Francisco era vanidoso, sensual y quería ser
el Napoleón de América. El y su concubina, la bella irlandesa
Elisa Lynch, tenían ilusiones de grandeza y convirtieron a
Asunción en un centro de la aristocracia de sangre del mundo.656
Su deseo de agrandar el territorio paraguayo provocó a sus
vecinos, y se libró la guerra suicida de la Triple Alianza contra
Argentina, Brasil y Uruguay. Fue una verdadera matanza.
López murió tratando de escaparse y el país quedó en la ruina.
De una población de 525.000, quedaron solamente 221.000 y de
éstos solamente 28.746 eran hombres. Paraguay jamás se ha
recuperado de tal golpe.657
Por causa de estos acontecimientos trágicos, más la Guerra
del Chaco contra Bolivia (1932-1935), la sociedad paraguaya ha
tenido que superar tremendos problemas sociales y económicos.
El progreso del país en el día de hoy es testimonio de la
perseverancia de un pueblo noble.
La economía de la nación se basa en la agricultura, la
madera y el ganado. El gobierno del presidente Stroessner desde
1954 ha sido una dictadura benévola y el país ha avanzado. El
pueblo es bilingüe, hablando castellano y guaraní. El catolicis­
mo es la religión oficial pero hay libertad de cultos. Los
evangélicos tienen plena libertad para propagar la fe y una
garantía de la protección del gobierno; sin embargo, en los
pueblos del interior a veces hay una resistencia a tal libertad.
En breve, Paraguay reúne los factores que favorecen el
crecimiento evangélico y bautista. Paraguay tiene la población
más baja de todos los países en Sudamérica, y por consiguiente
tiene el menor número de creyentes evangélicos. En cambio,
desde 1960 ha habido un crecimiento cercano al once por ciento
de los evangélicos. Un estudio del por qué de tal crecimiento
revela una inversión gigantesca de las misiones extranjeras de
personal y de dinero. Parece también que el crecimiento ha
dependido del desarrollo de grandes instituciones de parte de las
misiones, como por ejemplo seminarios, hospitales, etc. Muchos
de las iglesias y conversos han sido productos de la obra de estas
instituciones. Sin embargo, esto plantea un problema, porque
los fondos para iniciar y sostener instituciones misioneras están
muy limitados. Por eso, muchos grupos evangélicos están
228 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

tratando de cambiar la filosofía misionera y concentrarse en el


desarrollo de elementos nacionales que pueden sostenerse a sí
mismos.
Los bautistas en Paraguay ilustran lo mencionado arriba.
Tenían un crecimiento muy esporádico entre los años 1953 y
1959, pero sus iglesias han crecido de una forma más uniforme
desde 1960. En 1970 veinte de los veintidós misioneros
extranjeros estaban en Asunción atendiendo la obra de unas
pocas iglesias, del hospital y de las instituciones educativas. En
1970, de las once iglesias, cinco se sostenían a sí mismas;
catorce pastores nacionales, varios de Argentina, estaban a
cargo de las iglesias. En fin, pareció que a los bautistas les
costaba establecer iglesias, a menos que las respaldaran fuerte­
mente con otras instituciones.658 Por eso, los mismos bautistas
están manteniendo bien sus instituciones que han contribuido
tanto, pero están enfatizando más la evangelización personal y
la multiplicación de iglesias de parte de misioneros y nacionales
como la base de toda la obra. Su futuro crecimiento dependerá
mucho del éxito de este nuevo énfasis.

Precursores
(1856-1919)

Los primeros evangélicos en Paraguay fueron colportores


de la Sociedad Bíblica Americana. Entre los años 1856 y 1886,
varios de los famosos agentes de las sociedades, como Andrés
Milne, pasaron por Paraguay y tuvieron éxito en vender Bi­
blias.659 Después de la terrible Guerra de la Triple Alianza, en
1871 un grupo de paraguayos prominentes invitaron a las
autoridades de la misión metodista a establecer una iglesia y una
escuela en Asunción. Fue un momento difícil en la historia
paraguaya, pero muy propicio para la predicación del evangeÜo.
Un noventa por ciento de los hombres habían muerto, abunda­
ban los problemas sociales, había cesado la influencia jesuíta y
muy pocos sacerdotes estaban presentes. Desafortunadamente,
los metodistas no estaban en condiciones de responder inmedia­
tamente. Sin embargo, en 1886 Tomás Wood y un tal Villanue-
va, obreros metodistas, respondieron a la invitación y fundaron
iglesias y escuelas. Por la litigación de Wood, el registro civil,
que permitía el casamiento legal de los no católicos, fue incorpo-
P araguay 229

rado en la ley paraguaya. Estas obras metodistas prepararon el


camino para otros evangélicos.660
Algunas iglesias “de trasplante” se establecieron a partir de
1893 entre los colonos alemanes. En 1899 formaron una Unión
Luterana. Los Adventistas del Séptimo Día llegaron en 1900,
seguidos dos años más tarde por los misioneros de la Unión
Misionera del Nuevo Testamento de Inglaterra. Una pequeña
denominación, los neotestamentarios, muy similar a los bau­
tistas, surgió en Paraguay y en la provincia de Misiones en
Argentina, como resultado de la obra de estos misioneros. En
1916 los Discípulos de Cristo (USA) iniciaron unas obras
sociales, y luego se encargaron de la obra metodista. Los
primeros menonitas fueron refugiados de Rusia, escapándose de
la revolución comunista en 1917. Inmediatamente abrieron
obras entre los indígenas del chaco. Otro grupo de menonitas
“hermanos”, muy similar a los bautistas, se organizaron en
1930. Hoy en día los menonitas y sus conversos indígenas
constituyen la comunidad evangélica más grande de Para­
guay.661 Cuando Alien Gardiner murió, la Sociedad Misionera
Sudamericana (anglicana) abrió obras en el Chaco paraguayo
alrededor de 1888. Estos fueron los precursores evangéücos en
el Paraguay antes de la llegada de los bautistas en 1919.
Subsiguientemente, a partir de 1945, varios grupos pentecosta-
les han abierto obras con mucho éxito. Ciertas tribus indígenas
han sido alcanzadas por misioneros de la Misión “Nuevas
Tribus” de Estados Unidos después de 1946.662
M isioneros
(1919-1956)
La historia bautista en Paraguay, propiamente hablando,
comenzó en 1919 cuando la Convención Evangélica Bautista de
Argentina envió al primer misionero a Paraguay. Sin embargo,
fue la providencia de Dios que ya había colocado a dos familias
bautistas en Paraguay que servían como base para la obra del
primer misionero. En el año 1912 partieron para radicarse en
Asunción los hermanos Abelardo y Angel Mongay, miembros de
la Iglesia Bautista del Once en Buenos Aires, juntamente con su
señora madre. Y desde allí empezaron a escribir cartas a los
bautistas de Argentina expresando el profundo deseo de que los
bautistas se establecieran en aquel país. Realizaban reuniones
230 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

de estudio bíblico en su casa. Además, años antes de la llegada


de los Mongay, unos colonos alemanes bautistas se radicaron en
la zona de San Bernadino e Ipacaraí. Debido al aislamiento y el
idioma no evangelizaban, pero oraban por la llegada de misione­
ros bautistas. Cuando el primer misionero llegó a la colonia en
1920, una anciana le dijo: “Hace cuarenta años que estamos
esperando. Hemos estado orando todos estos interminables años
y esperando su venida y al fin tenemos la respuesta”.663
La Convención Evangélica Bautista de Argentina tenía una
Junta de Misiones desde su comienzo en 1908, pero se
esforzaba para sostener la obra bautista en Chile. Por eso, no
pudo responder al “llamado macedónico” de los hermanos
Mongay. Sin embargo, en 1919 la Convención Argentina
entregó la obra chilena a la Junta de Misiones Foráneas de los
Bautistas del Sur de Estados Unidos. Librándose así de la
responsabilidad chilena, se sentía capaz de emprender una obra
nueva. Resolvió abrir una obra en Asunción en 1919. El
presidente de la Junta de Misiones argentina, Maximino Fer­
nández, hombre tenaz y avezado en el difícil trabajo de
comenzar obras nuevas, fue indicado como el misionero.664
Maximino Fernández era hombre apto para la tarea. Nació
en España, pero muy joven, se trasladó a Brasil donde trabajaba
su padre. Casi muere de un caso de la fiebre amarilla, y por un
cambio de clima se trasladó a Argentina donde trabajaba como
obrero ferroviario. Era un hombre fuerte y fornido con una voz
potente. Por medio de reuniones caseras de estudio bíblico se
convirtió en Barrancas, Argentina, y pronto volvió a Brasil para
testificar a sus familiares. Mientras estaba en Río de Janeiro, se
encontró con J. L. y Tennessee Hamilton Hart, misioneros en
camino hacia Argentina. Se hicieron amigos, una amistad que
siguió a través de toda la vida, y cuando los Hart se radicaron en
Rosario en 1905, Fernández se encontró otra vez con ellos. Hart
le invitó a ser su ayudante en la nueva obra. Sin letras e
instrucción formal, Fernández estudiaba con Hart y llegó a ser
un buen predicador y obrero. Por ser físicamente grande, y por
tener una voz potente, se destacó como predicador al aire libre.
Juntamente con Hart, era pionero de la obra bautista en Rosario.
Se casó con una mujer española muy capaz, Ceferina Fernán­
dez, en 1911 y los dos llegaron a ser obreros idóneos.
Hart y Fernández formaron un equipo evangelizador y
P araguay 231

comenzaron obras en Pergamino, Rufino y Colon. Por su celo


evangelizador, Fernández fue elegido presidente de la Junta de
Misiones de la Convención Bautista Argentina en 1919. En fin,
cuando él y Ceferina tomaron la decisión de ir a Paraguay como
los primeros misioneros, ya eran obreros con mucha experien­
cia.665
Antes de pensar en su establecimiento definitivo, Fernán­
dez fue enviado a Paraguay en un viaje de exploración. Salió el
día 13 de mayo en viaje hacia Asunción. Fernández comentó:
Llegué a Asunción bajo una copiosa lluvia. Asunción es
grande, pues tiene una población de 120.000 habitantes. Se
extiende sobre una colina y esto le da una hermosa vista al
río. Hay tranvías eléctricos con buen servicio, ¡aunque sus
guardas andan descalzos! La ciudad es bastante bonita y
tiene buenos edificios, pero no tiene ni aguas corrientes ni
servicio de cloacas. . . El estado moral no puede ser peor,
aunque es algo animador ver muchas escuelas con bastan­
tes alumnos en ellas.
Otras de las muchas dificultades que tendremos que
vencer es la carestía de la vida. Los alquileres de las casas
son elevados y asimismo resulta muy difícil encontrar
alguna desocupada.666

De vuelta en Argentina, Fernández hizo una gira por todo el país


recorriendo las iglesias para que pudieran conocerlo y despertar
interés en la obra en Paraguay y aumentar las contribuciones a
la Junta de Misiones. Antes de irse, la Iglesia de Pergamino le
tributó un sentido homenaje por su espléndido trabajo.
Los Fernández llegaron a Asunción en octubre de 1919.
Los Mongay les había alquilado una pequeña casa provisoria y
muy precaria. Durmieron en el suelo mientras buscaban otra
casa y un local para las reuniones. Salían todos los días a repartir
tratados y a testificar. Fernández mismo fabricó los bancos y el
pulpito para el primer local que inauguraron el 8 de febrero de
1920. Cuando la asistencia no le satisfacía a Fernández, salía a
predicar en las plazas a pesar de una terrible oposición de parte
del clero católico.667Varias personas de influencia en la ciudad se
convirtieron, como el doctor Ortíz y Arturo Sánchez. Fernández
viajaba por las colonias alemanas donde encontró a varios
creyentes y fundó unos puntos de predicación. Empezó reunio­
nes en Ipacaraí, Itá, Luque, San Antonio, San Bernardino y
232 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Tacuarí. Su táctica era celebrar un culto en la casa y luego, con


todos los familiares y vecinos que asistían, se trasladaba a la
plaza y predicaba un mensaje con su potente voz, que llegaba
nítida a todos los rincones.
El día 24 de octubre de 1920 se organizó la Iglesia Bautista
de Asunción. A las cuatro de la tarde se trasladaron al río
Paraguay para tener el bautismo de los nuevos creyentes, José
Medina, Isidro Peña y Bienvenida Saravia. Luego volvieron al
local, donde fue constituida la iglesia con los siguientes miem­
bros: Maximino Fernández y señora, Elvira Fernández, la hija
mayor, Juan Sánchez, Abelardo y Angel Mongay, Santiago
Leguizamón, Pedro y Margarita de Libert y sus hijos, Elsa,
Pedro, Juan y Adolfo, recién llegados a Asunción. La obra
prosperó mucho y fueron abiertos “anexos” en otros lugares. A
pesar de la prohibición gubernamental, Fernández siguió predi­
cando al aire libre con mucho éxito.
Debido al trabajo incansable y el clima pesado, la familia
Fernández fue afectada y era necesario un cambio. Al mismo
tiempo, los misioneros Hart se habían trasladado a Chile y
necesitaban ayuda. Así fue que, repentinamente, en abril de
1922, los esposos Fernández abandonaron Paraguay. Dejaron
una obra bien comenzada y desarrollada. Maximino Fernández
y su familia fueron a Chile donde realizaron otras obras
pioneras. Por cierto, los Fernández merecen un lugar de
importancia entre los pioneros bautistas de América Latina.668
Unos dos meses después de la partida de los Fernández, la
Convención Argentina envió a Enrique Molina para reemplazar­
lo. Molina, un evangelista por excelencia, no dedicó mucho
tiempo a la Iglesia en Asunción, sino concentró su actividad en
las obras del campo donde organizó varias iglesias nuevas, más
otra iglesia en las afueras de Asunción. Sin embargo, Molina
también cayó víctima del clima y dejó Paraguay por mala salud
en 1927. Celestino Ermili le suplantó. El ministerio de Ermili
fue limitado por falta de fondos y por la Guerra del Chaco. No
obstante, pudo comprar una nueva propiedad de los metodistas
para la Primera Iglesia antes de salir en 1939. En aquel año, la
Primera Iglesia de Asunción tenía sesenta y seis miembros.
Después de veinte años, los bautistas ya tenían un buen
comienzo en Paraguay, pero la Guerra del Chaco con Bolivia
deshizo casi todo y hubo que empezar de nuevo.66‫״‬
P araguay 233

En 1945, de acuerdo con la Convención de Argentina, la


Misión Bautista del Río de la Plata, auspiciada por la Junta de
Misiones Foráneas de la Convención Bautista del Sur, se hizo
cargo de la obra bautista en Paraguay con la llegada de S. L.
Goldfinch desde Uruguay. Goldfinch, un misionero entregado y
creativo, trajo los recursos necesitados por la obra paraguaya. Se
organizó la Segunda Iglesia Bautista de Asunción e instaló al
pastor Pedro Ruiz Díaz como su obrero. Cuando él dejó la
iglesia, ya contaba con 126 miembros. La misionera enfermera
Miriam Willis, inició una clínica en un barrio pobre de Asunción
con tanto éxito que el esfuerzo llegó a convertirse en un buen
hospital. El médico-misionero, Franklin Fowler, hijo del misio­
nero pionero de la Argentina, llegó en 1947 y el hospital fue
formalmente inaugurado en 1953 en edificios pagados por la
Fundación Jarman. Sería imposible enfatizar demasiado la
influencia del Hospital Bautista en el desarrollo de la obra
bautista en Paraguay. Fowler, y los otros médicos quienes han
servido en el hospital, tenía el deseo de extender la obra. Los
médicos McDowell, Lewis, Skinner y otros, juntamente con un
equipo de enfermeras misioneras excelente, han sido instru­
mentos en la apertura de varias obras e iglesias. Por ejemplo,
Fowler arregló una Escuela Bíblica de Vacaciones en su garage
durante un verano que resultó después en la Iglesia de Villa
Morra. Una escuela de enfermeras funcionaba adjunta al
hospital. Homologada por el gobierno, recibía alumnas de otros
países.
En 1952 se organizó la Misión Bautista en Paraguay. Antes
había sido parte de la Misión Bautista del Río de la Plata. En
1955 había cinco iglesias organizadas en Paraguay, tres en
Asunción con nueve “anexos”, una en San Juan y otra en En­
carnación. Desde 1948, los esposos Craighead, ex misioneros
en Europa, estaban radicados en Encarnación para trabajar
entre los colonos eslavos en Paraguay y Argentina. La Misión,
además de la obra del hospital y de las iglesias, se encargó de
unas escuelas primarias y empezó un Instituto Bíblico en 1956.
Un campamento bautista fue comprado en Itacurubi de la
Cordillera.670
234 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

N acionales
(1956 hasta hoy)
Un nuevo período en la historia bautista paraguaya se inició
en 1956. Hasta ese año, la iniciativa de la obra bautista estaba en
manos de misioneros argentinos y norteamericanos. Sin embar­
go, en 1956 se organizó la Convención Evangélica Bautista del
Paraguay con sus propias juntas, programas y proyectos.
Delegados de cinco iglesias, trece puntos de predicación, tres
pastores ordenados y 655 miembros formaban la primera
Asamblea.671 La Misión Bautista Paraguaya apoyaba la iniciativa
y, en un sentido, se incorporó en ella. Había veinte misioneros
en el país en ese momento significativo. Desde el principio,
hubo una contabilidad financiera en conjunto, programas de
extensión coordinados y, en fin, una integración total de la obra
bautista. En ese sentido, Paraguay ha sido ejemplar en la
cooperación entre la Misión y la flamante Convención. Esto no
quiere decir que no han tenido problemas; sí, han tenido varios
altibajos en las relaciones entre nacionales y misioneros. Pero,
en principio, la obra estaba unida desde 1956.672
Se estableció un Programa Cooperativo y las iglesias
miembros daban un diez por ciento de sus entradas al mismo.
La Misión se encargó de fondos para edificaciones y propiedades
y administraba préstamos. Todos los otros pedidos pasaban por
las iglesias, la Junta Directiva de la Convención y luego la
Misión. La operación corriente de la Convención estaba en
manos de su Junta Directiva. Desde la organización de la
Convención, el número de las iglesias se ha triplicado; el
número de pastores ha aumentado desde tres en 1956 a
dieciocho en 1970; y los miembros desde 655 hasta 1.471 en
1970. Debido a un excelente equipo de obreros bien adiestrados,
la Convención paraguaya ha funcionado eficazmente a pesar de
ser pequeña.
En 1970 los bautistas paraguayos celebraban dos aniversa­
rios, a saber: las bodas de oro de la obra bautista y las bodas de
plata de la llegada de la Misión. A partir de 1970 la obra
paraguaya ha marchado adelante. Por medio del Instituto
Teológico inició un programa de educación teológica por exten­
sión; aumentó sus programas de radio y televisión; lanzaron
programas de evangelización a través de medios audiovisuales
P araguay 235

en los campos y por escuelas bíblicas de vacaciones. Además,


mantiene sus escuelas con más de 1.000 alumnos; su escuela de
enfermeras; y ha respondido positivamente a varias inundacio­
nes que azotan a Paraguay de vez en cuando.
El Hospital Bautista mantiene su lugar de prestigio en
Asunción y ha ampliado sus facilidades y sus capacidades. Un
programa de educación clínica pastoral fue comenzado por el
misionero Jaime Watson en 1963 y ampliado en 1973 para
atender a estudiantes de otros países. Además, el Hospital tiene
una clínica móvil que atiende a muchos en los pueblos del
interior.
Aprovechando la tolerancia religiosa, los bautistas han
cooperado con otros evangélicos en grandes campañas de
evangelización, con muy buenos resultados. Más de 5.000
personas respondieron en una campaña en 1976. En fin, la
puerta para una obra bautista sin límite esta abierta en Paraguay
en el momento presente. Dios ha preparado un equipo de líderes
capaces como José Missena, quien ahora es el director de
evangelización para todo el continente, y Dionisio Ortiz, rector
del Instituto. Todos estos líderes han sido preparados en el
Instituto y en el Seminario Internacional en Buenos Aires. La
clave del crecimiento grande de la obra ha sido la presencia de
este liderazgo nacional y una Misión que sabe apoyar la obra
nacional sabiamente. Cabe destacar también el papel de las
mujeres bautistas. Varios de los puestos en la Convención son
ocupados por mujeres bien entrenadas. Betty Missena fue
elegida presidenta de la Convención en una ocasión, y varias de
las maestras en las escuelas y el Instituto son graduadas de los
Seminarios.
Las perspectivas para el porvenir de la obra bautista en
Paraguay son buenas. En 1986 había cuarenta y seis iglesias
organizadas con noventa y cinco puntos de predicación; el total
de miembros se calcula en 5.310; y había treinta y cinco
pastores nacionales trabajando con cuarenta misioneros en
todos los aspectos de la obra. Una campaña nacional de
evangelización en 1986 ha aumentado aún más estos números.
Si Paraguay puede evitar otra gran tragedia nacional; y si la
situación política continúa garantizando la libertad religiosa,
entonces, la obra evangélica en general, y la obra bautista en
particular, deben seguir creciendo.
C apítulo XI
BRASIL
Introducción
El territorio de Brasil, regalo del papa Alejandro VI a los
monarcas portugueses en 1493, constituye aproximadamente
un cuarenta y siete por ciento del continente sudamericano. La
enormidad, física y anímica, de los Estados Unidos de Brasil es
impresionante. El país tiene una forma triangular, con límites
con todos los países del continente salvo Ecuador y Chile. La
extensión de norte a sur y de este a oeste es sensiblemente la
misma, unos 4.300 kilómetros. Sin embargo, el noventa por
ciento de los habitantes se concentra en zonas que bordean su
larga costa. Tal pueblo está compuesto de blancos, negros,
asiáticos y amerindios, amalgamados en una población enérgica
y sin problemas raciales. Un noventa y tres por ciento de la
población de 150.000.000 profesa la religión católicorromana,
pero muchos de ellos practican distintas formas del espiritis­
mo.™ Debido a la libertad de cultos, legado de la tolerancia
portuguesa colonial y del liberalismo político de la república, los
protestantes cuentan con más de cinco millones de feligreses.
Entre ellos se encuentra la creciente denominación bautista,
que agrupa a más de 750.000 creyentes evangélicos. El creci­
miento de ellos ha sido vertiginoso. Habiendo cumplido más de
100 años, la pujante denominación está haciendo planes para
duplicarse antes del fin del siglo XX. En cuarto lugar entre las
comunidades bautistas del mundo,™ el relato del surgimiento
de la Convención Brasileña de Iglesias Bautistas merece un
estudio especial en los anales de la historia bautista. El pueblo
bautista de Brasil bien podría estar en la vanguardia de los
bautistas del siglo venidero.

237
238 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

A ntecedentes Evangélicos y Bautistas


(Antes de 1881)
La presencia protestante en Brasil antedata a los bautistas
por tres siglos. Un terreno ya estaba preparado cuando los
primeros bautistas llegaron en el siglo XIX. En el siglo XVI la
rivalidad existente entre Castilla y Portugal con respecto a las
Américas motivó la intervención mediadora de los Papas. Al
volver Colón de América, los Reyes Católicos informaron al papa
Alejandro VI del descubrimiento tan significativo del Nuevo
Mundo. Este, después de señalar el sentido misionero de la
empresa ultramarina, expidió dos Bulas, el 3 y el 4 de mayo de
1493, llamadas Intercaetera, por las cuales concedía a España
“las tierras firmes descubiertas y por descubrir, halladas y por
hallar hacia Occidente y Mediodía, constituyendo una línea del
Polo Artico, que es septentrional, al Polo Antártico, que es al
Mediodía, es decir, los territorios situados a cien leguas al oeste
de una línea que pasaría por las islas de Cabo Verde”.75‫ ״‬Las
disposiciones pontificas no contentaron a los portugueses, al
estimar que la demarcación señalada favorecía a los castellanos,
y los dos reinos vecinos concertaron entre ellos el Tratado de
Tordesillas (7 de junio de 1494), en el que se adoptó una línea
imaginaria de Norte a Sur, 370 leguas al este de las islas de Cabo
Verde. Se estipuló también que todo cuanto se hallase al
occidente de esa línea fuera campo de acción español, y que el
lado oriental quedara reservado a las futuras empresas maríti­
mas de los portugueses. Tales decisiones demarcaron una vez
para siempre el límite entre lo que es hoy Brasil y el resto de la
América hispana. Se dió por sentado que todo el continente iba a
ser católico.
Sin embargo, el protestantismo del siglo XVI intentó, por lo
menos, dos “cabezas de playa” que provisoriamente amenaza­
ban la hegemonía católica en Brasil. En 1555 el célebre
Caballero de Malta, vicealmirante Nicolás de Villegaignon,
fundó una colonia francesa en una isleta de la Bahía de
Guanabara cerca de la presente ciudad de Río de Janeiro.
Contaba con el apoyo del almirante Gaspard de Coligny,
Enrique II de Francia y el reformador Juan Calvino. Villegaig­
non pretendía ser simpatizante del movimiento hugonote, o sea
el influyente calvinismo de Francia. Después de establecer la
B ra sil 239

colonia, que incluía a varios hugonotes,676 Villegaignon se hizo


protestante y apoyó la obra reformada entre los indígenas de la
zona. Sin embargo, todo resultó mal. Villegaignon se volvió
católico acérrimo, perdió las riendas de la colonia a raíz de su
tirantez, persiguió cruelmente a los hugonotes y terminó
volviendo a Francia, donde combatió el calvinismo con ataques
literarios hasta su muerte en 1571. La colonia, mientras tanto,
diezmada por las ejecuciones y destierros de los hugonotes,
sucumbió a un ataque portugués y desapareció en 1567. Esta
manifestación de visión misionera protestante, tan escasa en el
siglo XVI, resultó en una confusión que demoró el arraigo del
protestantismo en la América portuguesa.677
Predicadores protestantes llegaron con los colonos holande­
ses a la región de Pernambuco en 1624. Ministraron a las
necesidades espirituales de los colonos e iniciaron obra entre los
indígenas bajo el patronato del príncipe Mauricio, conde de
Nassau. Varios de los clérigos dominaron el dialecto de los
aborígenes y les enseñaron la fe reformada. Un sínodo se
organizó en 1644. Cuando los holandeses fueron expulsados por
los portugueses en 1654, un jesuíta que los sustituyó notó que
“muchos indios eran tan calvinistas y luteranos como si hubie­
ran nacido en Inglaterra o en Alemania; llaman a la Iglesia
romana ‘igrega moanga’ (iglesia falsa), y su doctrina ‘morandu-
bas abarés’ (mentiras de los curas).”678 Por significativas que
fueran, estas dos colonias protestantes sirvieron como antece­
dentes solamente. Abrieron surcos de buena voluntad entre los
indígenas; y seguramente la historia subsiguiente de Brasil
habría sido distinta si las colonias francesa y holandesa hubieran
prosperado.67‫״‬
Cuando Juan VI, Emperador de Portugal, se trasladó a
Brasil debido a la conquista napoleónica en 1808, se inició una
nueva época de liberalismo. Efectuó varias reformas sociales y
estableció comercio con otros poderes europeos.680 Firmó un
tratado con Inglaterra que garantizó la libertad de cultos para los
colonos anglicanos en 1810. Además, los colonos alemanes
consiguieron el derecho de propagar su fe y de establecer
escuelas. Las Sociedades Bíblicas, organizadas en 1816, comen­
zaron a imprimir Biblias en portugués y, luego, realizaron una
obra extensa en Brasil.
Durante este tiempo ocurrió algo poco conocido, pero muy
240 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

significativo, como antecedente de la presencia bautista en


Brasil. Lutero Rice, compañero de Adoniram Judson, y uno de
los primeros misioneros norteamericanos nombrados en 1810
por los congregacionalistas de Nueva Inglaterra para servir en la
India, en 1813 volvía a Norteamérica desde la Isla de Francia
(hoy en día, Mauricio). Rice y los Judson, nombrados misioneros
por los congregacionalistas de Nueva Inglaterra, se habían
hecho bautistas por la lectura del Nuevo Testamento en camino
a la India/®' Los Judson siguieron viaje a Birmania, pero Rice
volvió a Nueva Inglaterra para solicitar el sostén de las iglesias
bautistas en Estados Unidos. Este evento marcó el comienzo de
las misiones foráneas procedentes de los bautistas norteameri­
canos; y ocasionó también la organización de su primera
Convención nacional. En camino a Nueva Inglaterra, Rice tuvo
que desembarcar en San Salvador (Bahía), Brasil. Debido a un
cambio de barco, pasó dos meses en la ciudad. Entre los cinco
propósitos de su viaje a Estados Unidos registrados en sus
memorias, el cuarto fue, “reconocer la América del Sur como un
futuro campo misionero”/®2 La demora en San Salvador le dió la
oportunidad. Por eso, antes de la llegada de los primeros
misioneros a Brasil, Rice, luego el gran promotor de las misiones
foráneas en Norteamérica, reconoció la importancia de Brasil
para el futuro de los bautistas. Dijo: “El clima de San Salvador es
bueno, y el lugar saludable. . . la tierra es fértil y placentera.”
Después de destacar el problema del catolicismo supersticioso,
continúa diciendo: “Llegué a la conclusión. . . que un misionero
de bien podría hacer mucho en aquel país; y espero, profunda­
mente, que el día no fuese muy remoto cuando fuesen manda­
dos misioneros a la América del Sur”/®1Este sueño profético de
Rice no fue realizado por los bautistas hasta 1881. Es de notar
que años después el lugar seleccionado por los pioneros bau­
tistas, Hawthorne y Bagby, para comenzar una obra nacional,
¡fue justamente San Salvador!
Entre los pioneros evangélicos en Brasil, además de los
anglicanos y luteranos que ministraban principalmente a los
colonos, los metodistas iniciaron obra en 1835, dirigida por
Fountain E. Pitts y Daniel Kidder. Aunque la misión fue
abandonada en 1842, tuvo su impacto sobre el futuro por medio
de un libro preparado por Kidder y Jaime Fletcher, un agente de
la Sociedad Bíblica, que intluyó a muchos de los misioneros que
B ra sil 241

llegaron posteriormente.(,t‫ ״‬El doctor Reid Kalley, médico-


predicador oriundo de la Escocia presbiteriana, llegó a Río en
1855 desde la Isla de Madeira, donde aprendió portugués.‘*5El y
su esposa fundaron una iglesia independiente de orden congre-
gacional que llegó a ser la primera obra evangélica permanente
dirigida al pueblo brasileño. Esta congregación tuvo vínculos
con el Colegio de Predicadores de Carlos Spurgeon en Londres,
donde estudió su pastor más destacado.‘8‫ “׳‬Los presbiterianos se
establecieron en Brasil en 1859 y fueron seguidos por la mayor
parte de las denominaciones evangélicas americanas antes del
fin del siglo.B87
La flamante Convención de los Bautistas del Sur de Estados
Unidos (de aquí en adelante SBC), organizada en 1845, inició
obra misionera en China. En 1846, probablemente por la
sugestión de Jaime Taylor, editor de las memorias de Lutero
Rice arriba citadas, la Convención adoptó la siguiente resolu­
ción:
. . en el momento presente no sería sabio desviar
nuestras energías misioneras de China y de la contemplada
misión en Africa; sin embargo, es conveniente investigar
otros campos, especialmente México, América del Sur y
Palestina, con el fin de establecer misiones en tales cam­
pos. . . si la providencia de Dios abriera la puerta.t’“8

Debido a su interés en el nuevo campo de Africa Occidental, la


SBC postergó su creciente énfasis sobre América del Sur.
Sin embargo, en una de esas ironías de la historia, Tomás J.
Bowen, cuya intrepidez y capacidad extraordinarias habían
abierto el nuevo campo misionero de la SBC entre los yoruba en
Nigeria en 1850,fi8!) se presentó a la FMBSBC en 1859 con el
deseo de abrir una obra en Brasil. Debido a los rigores del clima
en Africa y a una salud precaria causada por su abnegada labor
en Nigeria, Bowen se había retirado a Estados Unidos en 1859.
Parece que se interesó en Brasil a raíz de la presencia de
muchos esclavos yorubas en el país, porque no sabía ni una
palabra de portugués. Elena Bagby, comentando sobre este
esfuerzo abortivo, dice:
El misionero T. ,]. Bowen. . . fue a Brasil en 1859 bajo
los auspicios de la FMBSBC. Su falta del idioma portugués
242 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

quitó la posibilidad de una obra eficaz entre el pueblo


brasileño, y cuando habló en yoruba a sus esclavos, lo
sospecharon de insurrecto.™

Por consiguiente Bowen, atacado una vez más por las fiebres, y
completamente frustrado y agotado, abandonó la obra en
1861.691 Por eso, lo que prometía ser un comienzo firme de obra
bautista en Brasil quedó en la nada.
Después del esfuerzo estéril del intrépido Bowen, los
bautistas de la SBC se desanimaron. Pareció que el sueño de
Lutero Rice iba a quedar en la nada. Sin embargo, por extraño
que parezca, la tierra firme de la historia bautista en Brasil se
preparó por la gran tragedia nacional estadounidense, a saber: la
Guerra Civil (1860-1864). Después de la derrota de la Confede­
ración sureña, la SBC quedó sin fondos y personal para la obra
misionera. Abandonó sus planes de abrir obra en América del
Sur. No obstante, colonias de sureños, desprovistos de bienes e
influencia por su lealtad a la Confederación, emigraron a Brasil
buscando un nuevo comienzo de vida. Brasil en 1864 hacía
mucha propaganda a favor de la inmigración. Pedro II era
emperador y deseaba atraer a colonias extranjeras con el fin de
ubicarlas en tierras vírgenes para que desarrollaran el país.692
Muchos de los sureños derrotados aprovecharon esta oportuni­
dad, entre ellos, muchos bautistas. Como dice el doctor Maddry:
. . la última batalla de la Confederación se libró en
Bentonville, Carolina del Norte, pero el baluarte último de la
Confederación se erigió en Santa Bárbara, Sao Paulo,
Brasil.

Maddry se refería a una colonia de norteamericanos sureños que


se fundó en Santa Bárbara, Sao Paulo, en 1866.™ Entre varias
colonias fundadas, ésta fue la única que prosperó. Entre los
colonos hubo muchos bautistas, metodistas y presbiterianos.
Pronto organizaron sus respectivas congregaciones de habla
inglesa, que llegaron a ser los antecedentes de las denominacio­
nes brasileñas luego. El 10 de septiembre de 1871 se organizó la
primera iglesia bautista. En octubre del año siguiente la
congregación le pidió a la SBC el envío de un misionero. Pero,
debido a la falta de fondos, no pudo responder.™
Un destacado general de la Confederación, A. T. Hawthor-
ne, uno de varios que jamás se rindieron a la Unión,™ se enteró
B rasil 243

de la colonia y visitó Brasil con miras de fundar otra. Visitó al


emperador Pedro II, quien le recibió bien y le proveyó transporte
para reconocer el país en busca de un lugar apropiado. Hawthor-
ne era un hombre extraordinario. Volvió a Estados Unidos en
1870, después de elegir la zona de San Salvador (Bahía) como
lugar para la futura colonia. Cuando llegó a Estados Unidos, su
esposa se enfermó y él no pudo concretar su sueño. Cuando
visitó Brasil no era creyente y no se interesaba en la vida
espiritual del pueblo brasileño. Sin embargo, profundamente
conmovido por la muerte de su única hija, encontró consuelo y
esperanza en la fe cristiana. Bajo el ministerio evangelizador del
famoso predicador tejano Major Penn, Hawthorne experimentó
una conversión honda. Resolvió volver a Brasil para predicar el
evangelio, pero, teniendo cincuenta años de edad, decidió
quedarse en Estados Unidos y volcar sus energías a la promo­
ción de las misiones foráneas de la SBC en Texas.“7‫ ׳‬Sus
elocuentes discursos en las iglesias y convenciones de Texas
ocasionaron su nombramiento como agente de la FMBSBC y,
más significativo, los que él reclutó llegaron a ser los fundadores
de la obra nacional bautista en Brasil;“‫ ״׳‬y la colonia de Santa
Bárbara llegó a ser la playa de lanzamiento de tal obra.
Mientras tanto, un tal Ricardo Radcliffe, ex pastor de la
Iglesia Bautista de habla inglesa en Santa Bárbara, entregó una
emocionante apelación a la asamblea de la SBC en Atlanta,
Georgia, Estados Unidos en 1879 a favor de mandar misioneros
a Brasil. La SBC respondió a medias, adoptando oficialmente a
la iglesia como una obra misionera, pero sin sostén financiero.
El pastor E. H. Quillin, un miembro de la iglesia, fue nombrado
misionero de la FMBSBC, pero con sostén propio. Así, por medio
de estos antecedentes insólitos, se pusieron las bases de la obra
bautista.“‫ ׳״‬El día de los antecedentes había terminado; una
nueva época de comienzos regionales estaba para comenzar.
C om ienzos Bautistas R egionales
(1881-1907)
El enérgico Hawthorne entregó un discurso a la asamblea
de la SBC en 1880, animándola a comenzar una obra en Brasil.
Esto, juntamente con los pedidos de los colonos en Santa
Bárbara, resultaron en una resolución definitiva de iniciar obra
244 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

misionera en Brasil.7‫ ״״‬Los primeros dos matrimonios nombrados


para Brasil fueron productos de la promoción de Hawthorne. La
preparación y llamamiento de los primeros misioneros, los
esposos W. B. Bagby y Z. C. Taylor, humanamente hablando,
fue el logro de general Hawthorne; sin embargo, su llegada a
Brasil y los mismos comienzos de la obra son logros de la
providencia de Dios.701
Guillermo B. Bagby y Ana Luther de Bagby contrajeron
matrimonio en la capilla de la Universidad Baylor en Indepen­
dencia, Texas, Estados Unidos el 21 de octubre de 1880.
Guillermo, un joven robusto del condado de Coryell, sabía vivir
en la frontera tosca de Texas. Su familia había emigrado a Texas
desde Kentucky por medio del puerto de Galveston. Físicamente
fuerte, el joven Bagby se trasladó a Waco, Texas, para estudiar
en el Colegio Bautista donde, a los doce años, se convirtió bajo la
predicación del Principal, Rufus Burleson. Siguió como alumno
destacado de profesores como el conocido B. H. Carroll. Mien­
tras estudiaba, trabajaba como agricultor y maestro de escuelas
rurales. Adquiría una experiencia valiosa y variada. En 1879 se
consagró al ministerio cristiano. Fue licenciado por la Iglesia
Bautista de Eagle Springs, Texas. Fue el primer alumno de
teología de la Universidad de Waco que, después, llegó a ser el
famoso Seminario Teológico Bautista del Sudoeste de Fort
Worth, bajo la dirección del célebre B. H. Carroll. Bagby solía
decir: “El doctor Carroll y yo fundamos el Seminario; ¡él era el
cuerpo docente y yo el cuerpo estudiantil!”702 Fue ordenado por
la Iglesia Bautista de Plantersville, Texas, donde servía como
pastor por un tiempo. Como pastor de esta iglesia, asistió a una
Convención de escuelas dominicales en Calvert, Texas, donde
conoció a Ana Luther, su futura esposa e hija de J. H. Luther,
presidente de la Universidad Baylor en Independencia.7‫ ‘״‬Los
dos jóvenes se habían interesado en la obra misionera por medio
del general Hawthorne. Ana ya se había entregado a la obra
misionera y quería ir a Birmania. Guillermo estaba considerán­
dolo y estaba leyendo un libro de Kidder sobre Brasil. Por
supuesto, Hawthorne les animaba a considerar Brasil, pero la
FMBSBC les animaba a pensar en China. La Asociación de
Iglesias Bautistas de Texas, bajo la dirección de sus grandes
líderes, Buckner, Burleson, los Carroll, Holt y otros, les prometía
su pasaje y sostén para ir a Brasil.704 Después de casarse, los
B ra sil 245

Bagby aceptaron el pastorado de la Iglesia Bautista en Corsica-


na, Texas, mientras esperaban una decisión de la FMBSBC,
donde Bagby tuvo el privilegio de bautizar a un joven que se
llamaba E. Y. Mullins. Por eso, Bagby, antes de realizar su
ministerio fructífero en Brasil, tuvo un impacto tremendo sobre
el desarrollo de la educación teológica en la SBC. El mismo fue
el primer alumno del flamante Seminario Teológico Bautista del
Sudoeste; B. H. Carroll, su profesor, fue el primer presidente de
tal Seminario; y E. Y. Mullins, luego el destacado presidente del
prestigioso Seminario Teológico Bautista del Sur, fue un conver­
so suyo.705 Luego, Mullins llegó a ser presidente de la Alianza
Bautista Mundial.
A pesar de la resistencia de la FMBSBC, los Bagby insistían
en su llamado de ir a Brasil. Con el sostén de los bautistas de
Texas y el nombramiento oficial de la FMBSBC, los Bagby
zarparon de Baltimore rumbo a Río de Janeiro el 13 de enero de
1881. Después de un viaje de cuarenta y ocho días, entraron en
la Bahía de Guanabara,700 —escenario del esfuerzo abortivo de
los hugonotes franceses más de 300 años antes— con el deseo
de comenzar su trabajo. Como ejemplo de la convicción
profunda de los Bagby, es interesante notar que ellos insistían
en pagar su viaje a Brasil, aun cuando Pedro II ofrecía un pasaje
gratis a los misioneros dispuestos a radicarse en Brasil. Bagby
cortesmente rechazó la oferta a raíz de su principio de la
separación entre el estado y la iglesia.707
Será imposible seguir los detalles de la saga misionera de
los Bagby.70‫ ״‬De una forma milagrosa,70‫ ’־‬los Bagby pudieron
establecer contacto con la colonia de Santa Bárbara, donde
fueron hospedados hasta su traslado a Campiñas. Allí pudieron
estudiar mejor el portugués y tener contacto con los misioneros
presbiterianos. Durante el primer año Bagby pastoreaba la
iglesia bautista de habla inglesa, que experimentó un aviva-
miento,710 y antes del fin del año ya había predicado cuatro
sermones en portugués. Anhelaba comenzar una obra nacional.
En marzo de 1882 el segundo matrimonio misionero, los
Taylor, llegó a Brasil. Los Taylor, siempre caracterizados por su
tenacidad doctrinal y fogosidad evangelizadora, fueron compa­
ñeros aptos de los Bagby por muchos años. Mientras se
prepararon para iniciar la obra bautista brasileña, conocieron a
un ex sacerdote, Antonio Teixeira de Albuquerque, oriundo de
246 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Pernambuco, quien había abandonado el sacerdocio romano a


raíz de sus estudios bíblicos. Antes de dejar la Iglesia Católica
Romana, él consultó con congregacionalistas y metodistas. Se
hizo metodista, pero su estudio del Nuevo Testamento en griego
le convenció de la posición bautista. Se hizo miembro de la
Iglesia Bautista de Santa Bárbara. Se gozó de la llegada de los
misioneros y ayudó mucho en su preparación para dirigirse al
pueblo brasileño. Teixeira se ofreció como maestro, consejero y
escritor de la llamante Misión bautista. Sería difícil enfatizar
demasiado el valor de este primer bautista brasileño quien servía
como puente entre los misioneros y el pueblo brasileño.
Después de un año y medio de orientación, de estudio del
idioma, de consulta con misioneros de otras denominaciones y
del ministerio en la colonia de Santa Bárbara, los Bagby y los
Taylor decidieron lanzar una obra nacional. Con la ayuda de
Teixeira, los misioneros hicieron una gira por varias provincias
buscando el lugar más apropiado para establecer la primera
iglesia. Es de notar que consultaron a muchos misioneros de
otras denominaciones, que les ayudaron mucho. Tenían mucho
cuidado en mantener relaciones buenas con otros evangélicos y
con oficiales gubernamentales. Por fin, eligieron la ciudad de
Bahía (San Salvador) en el norte del país. Después de setenta
años, ¡el sueño de Lutero Rice se cumplía! Fue el mismo lugar
que él había visitado en 1813; y el mismo lugar elegido por
Hawthorne cuando pensaba establecer su colonia. Por supuesto,
no fue un desafío fácil. San Salvador era la capital eclesiástica
del catolicismo del país. El arzobispo tenía su sede en Bahía y el
fanatismo romano reinaba supremo. Sin embargo, fue destinado
como la cuna de la obra bautista. Las tres familias —Bagby,
Taylor, Teixeira— llegaron en agosto de 1882. Alquilaron una
casa en la cual cada familia tenía una pieza. Todos usaron la
misma cocina. Vivían así por tres meses hasta que alquilaron un
edificio en el centro que anteriormente fue un centro jesuítico.
Tenía tres pisos —el primero y segundo para las tres familias y la
planta baja tenía un depósito para libros y literatura, un aula
para clases y un amplio salón que acomodaba por lo menos 200
personas.
El equipo misionero se dedicó a la obra. Bagby predicaba
todas las mañanas y Teixeira todas las noches mientras los otros
repartían tratados y conversaban con los asistentes. Teixeira se
B ra sil 247

dedicaba a escribir. Al principio muchos asistieron por curiosi­


dad, pero cuando entendieron la naturaleza difícil de la fe,
dejaron de asistir. Después de tres meses, en un domingo a la
mañana, las tres familias componían la congregación. No
obstante, no se desanimaron. Decidieron constituirse en iglesia.
Así que el 15 de octubre de 1882 se organizó la primera iglesia
bautista nacional en la ciudad de Bahía. Los miembros fundado­
res fueron: ¡los Bagby, los Taylor y Antonio Teixeira! No fue un
principio muy auspicioso. ¡Una iglesia de cinco miembros,
cuatro de los cuales fueron extranjeros! Sin embargo, pronto la
esposa de Teixeira y dos de las criadas se convirtieron. Taylor
ganó a un metalúrgico llamado Juan el Bautista —el primer
brasileño ganado por un misionero en Brasil. El llegó a ser un
evangelista fervoroso. Al fin del primer año, la congregación
contaba con veinte bautizados y treinta y cinco asistentes a la
escuela dominical. A pesar de persecuciones animadas por el
clero romano, la obra iba ganando la simpatía de la ciudad.
Teixeira y Taylor publicaron varios libros y tratados sobre la
doctrina bautista y las reuniones públicas en el nuevo salón
atraían más concurrencia.
El tratado de Teixeira, “Tres razones porqué dejé la Iglesia
de Roma” encontró mucho ambiente en su pueblo natal de
Maceió.711Aprovechando el interés, Teixeira comenzó a visitar la
ciudad para dar conferencias sobre la Biblia. Varias personas se
convirtieron. Teixeira tenía un amigo en Recife, un tal Mello
Lins, quien le había ayudado mucho cuando él dejó la Iglesia
Católica Romana. Lins colaboraba con los presbiterianos, pero
no se hizo miembro porque se oponía al bautismo infantil.712 En
mayo de 1885 Taylor bautizó a Lins en Recife. Luego, Lins fue
ordenado al ministerio. Debido al trabajo de él, de Teixeira y del
nuevo misionero, C. D. Daniel, un hijo de un colono de Santa
Bárbara,713 se constituyeron dos nuevas iglesias, una en Maceió
en mayo de 1885 y en Recife en abril de 1886. A pesar del año de
licencia de Taylor y la muerte repentina de Teixeira, las iglesias
de la zona de Bahía seguían creciendo.
Mientras tanto, en junio de 1884 los Bagby, con la
bendición de los bautistas de Bahía, se habían trasladado a Río
de Janeiro para comenzar una obra bautista. Por casualidad,
Bagby conoció a la señora Elisabet de Williams, miembro de la
Iglesia Bautista de Carlos Spurgeon en Londres, que estaba
248 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

radicada en Río. Ella había estado trabajando con los congrega-


cionalistas, pero gustosamente invitó a Bagby a iniciar reunio­
nes en su casa.714 Bagby, siguiendo su política de organizar una
iglesia como una base de evangelización, encontró un local, y en
agosto de 1884, constituyó una iglesia con cuatro miembros: él,
su esposa, la señora de Williams y la señorita O’Rourke —¡ni un
nacional brasileño formaba parte del grupo! Sin embargo, la
adhesión de un pastor presbiteriano, el reverendo Mesquita, y de
un misionero inglés, E. H. Soper, a la iglesia ayudó mucho. Al
fin del primer año Bagby bautizó al primer brasileño en Río.
En los últimos años del imperio brasileño llegaron otros
misioneros, pero el número fue diezmado por enfermedades y
problemas. En 1889 cuando cayó el imperio, solamente cinco de
los trece misioneros nombrados por la FMBSBC seguían tra­
bajando en Brasil. Aun ellos habían sufrido enfermedades,
persecuciones y contratiempos.715 No obstante, los cimientos ya
estaban puestos. Había cuatro iglesias organizadas por la costa
desde Recife a Río, con siete puntos de predicación y pedidos del
interior para más. Había dos pastores brasileños y ocho obreros
evangelizadores, con 312 miembros de iglesias en plena comu­
nión. Fue una cabeza de playa firme desde la cual iban a
extenderse los bautistas.718
El establecimiento de la República en Brasil (1889) fue un
aliciente a la creciente obra bautista. El liberalismo del nuevo
régimen, la abolición de la esclavitud, la libertad religiosa y la
separación de la iglesia y el estado prepararon el terreno para un
gran aumento de iglesias bautistas. Como era de esperar, el
aumento trajo una reacción acérrima del clero romano contra
los bautistas. Sin embargo, el gobierno nacional y provincial
generalmente defendía a los bautistas y garantizaba sus dere­
chos. W. B. Bagby tuvo la oportunidad de hablar personalmente
con muchos gobernantes y así los bautistas ayudaron a fomen­
tar el amor a la libertad de los brasileños.717
En 1891 dos campeones del evangelio se agregaron a la
causa bautista en Brasil, a saber: Eurico Nelson, “el apóstol del
Amazonas”,71‫ ״‬y Salomón Ginsburg, “el judío errante de Bra­
sil”.719 Nelson nació en Suecia en 1862. Buscando libertad
religiosa, su familia se trasladó a Estados Unidos donde el joven
Nelson se bautizó en 1877. Dejó su familia y trabajaba varios
años como vaquero (cowboy) en los estados de Oklahoma,
B ra sil 249

Colorado y Texas. Se apartó mucho del Señor, pero desarrolló


una contextura fuerte y una voz potente trabajando al aire libre.
Al reconsagrar su vida al Señor, leyó una carta de W. B. Bagby
en un boletín bautista en sueco. Quedó impresionado por la
necesidad de obreros en Brasil. Sin buscar nombramiento de
una junta, partió para Brasil sin dinero, pero con mucha fe.
Llegó a Belém en 1891, donde trabajó entre los marineros
enfermos mientras estudiaba el idioma. Antes de dejar Estados
Unidos, se enamoró de la señorita Wilhelmina Lunburg. La
soledad de la vida en el Amazonas acentuó su creciente amor y
por correspondencia le propuso matrimonio. Ella, después de un
viaje arduo, llegó a Brasil y se casaron. Así comenzó un
ministerio fructífero a lo largo del Amazonas en favor de la causa
bautista. Entre 1893 y 1897 los Nelson ganaron a muchos, pero
no tenían una manera de conservarlos. Con la ayuda de
Salomón Ginsburg, Nelson fue ordenado en 1897. Una iglesia
bautista se constituyó en Belém con diez miembros. El año
siguiente los Nelson fueron nombrados misioneros de la
FMBSBC, y después de un año de licencia en Estados Unidos
para recuperarse de la fiebre amarilla, volvieron a Manáus,
donde organizaron una iglesia con veinte miembros en 1900.
Con Manáus como base, Nelson viajaba en barco por el
Amazonas y, poco a poco, establecía una cadena de pequeñas
iglesias y puntos de predicación a las orillas del poderoso río. En
1910 la señora de Nelson tuvo que volver a Estados Unidos por
razones de salud, pero Nelson seguía solo su ministerio. Los
Nelson regresaron a Estados Unidos en 1936, pero Nelson
volvió al Amazonas donde murió en 1939. La saga de este
ministerio seguía bajo otros misioneros como J. E. Hamilton,
Clem Hardy y Lonnie Doyle.7*1
El otro adalid bautista que apareció en 1891 fue Salomón
Ginsburg. Ginsburg, hijo de un rabino ruso, había estudiado en
Europa y se hizo evangélico cuando leyó el Nuevo Testamento
en Londres. Se entregó a la obra misionera y fue a Brasil para
trabajar con los congregacionalistas como obrero interdenomi-
nacional. Debido a un debate con Z. C. Taylor sobre el
paidobautismo, se hizo bautista. Con la recomendación de
Taylor y W. E. Entzminger, un llamante misionero en Pernam-
buco, Ginsburg fue nombrado misionero de la FMBSBC en
1891. Un hombre muy dotado, se destacó como evangelista,
250 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

apologista, músico y escritor-impresor por muchos años entre


los bautistas de Brasil.721 El, con Z. C. Taylor, W. E. Entzminger,
J. J. Taylor y J. L. Downing fueron los autores del avance
bautista en el norte de Brasil. Obreros nacionales muy capacita­
dos se agregaron a las filas bautistas durante este período. Entre
ellos se destacaron los hermanos Paranaguas, fundadores de la
obra en Piaui, y Tomás de Costa, F. F. Soren,722 Theodoro
Teixeira y Francisco de Miranda Pinto. Estos últimos revolucio­
naron la obra bautista en Río, que necesitaba un énfasis
nacional. La adición de éstos hizo posible la apertura de una
obra en Sao Paulo por los Bagby en 1899. Antes Bagby había
abierto una obra nueva en la ciudad de Campos (1891), que
llegó a ser el centro de la extensión bautista en el estado de
Río,723y un punto de partida para obras nuevas en Espíritu Santo
y Minas Gerais. La iglesia en Belo Horizonte se organizó en
1898. La Primera Iglesia Bautista de Vitoria, Espíritu Santo, se
organizó en 1903 bajo la dirección del ubicuo Z. C. Taylor, y un
nuevo misionero, A. L. Dunstan. Loren Marión Reno fue el líder
que realizó una obra casi increíble en poco tiempo.724
Durante este período de entusiasmo y de crecimiento entre
los misioneros norteamericanos, los nuevos líderes brasileños y
los agregados de otras denominaciones,725 se estaba desarrollan­
do otro elemento del futuro bautista en Brasil —el surgimiento
de los bautistas inmigrantes entre los colonos alemanes, búlga­
ro, letones, rusos y húngaros. La mayor parte de estos grupos se
concentraron en el sur del país y mantenían contactos con
bautistas en Europa y Norteamérica. Sin embargo, su interés al
principio se limitaba a una obra en su propia idioma y para su
comunidad étnica. Poco a poco iban integrándose en la obra
nacional. Casi todos estos bautistas étnicos colaboran con la
Convención brasileña en el día de hoy. Merecen un lugar más
prominente en la historia bautista brasileña.726
La inmigración bautista alemana comenzó en 1882 a Río
Grande do Sul. Se organizó una iglesia en 1893. Los nombres de
F. Laiman y H. Gartner figuran entre los misioneros y pastores
que trabajaban entre ellos. En 1900 había setenta y cinco
bautistas alemanes en el sur. Karl Roth, un misionero de
Estados Unidos, sostenido por los bautistas alemanes allá, llegó
a Brasil en 1901. Pronto estableció contactos con los otros
misioneros de la FMBSBC. Otro pastor, Terrel, llegó para
B ra sil 251

ayudarlo. F. F. Soren ayudó en la ordenación de un pastor


alemán. Roth abrió un Instituto para preparar predicadores en
1902. El informó en 1908 que había 350‫ ־‬miembros de las
iglesias alemanas que incluían unos cincuenta brasileños. Se
realizaban cultos en alemán y en portugués.727 Se organizó una
iglesia en Porto Alegre en 1897 bajo la dirección de un tal J.
Scharwtz y llegó a ser un centro de obra alemana, no solamente
para Brasil, sino también para Argentina, Paraguay y
Uruguay.728
La inmigración letona comenzó en 1895 cuando varias
familias letonas organizaron sus iglesias bautistas bajo la
dirección de A. Gertner. Gertner, a pesar de mucha persecución,
evangelizaba entre brasileños y rusos. El puso los cimientos de
un gran crecimiento letón que vino después en 1918, cuando
centenares de letones llegaron a Brasil después de la Primera
Guerra Mundial. Su nieto, llamado también A. Gertner, fue líder
entre ellos. Estos letones se han integrado en la Convención
Bautista Nacional y han contribuido algunos de los líderes en el
avance brasileño. En este período temprano, una de sus iglesias
más grandes se constituyó en 1905 en Nova Odessa de Sao
Paulo. La mayor parte de los miembros procedían de Santa
Catalina. En general, los letones y húngaros han cooperado con
la Convención nacional, mientras que los rusos y los alemanes
han tendido a mantener su énfasis étnico. Lo importante a esta
altura del estudio es reconocer a estos bautistas como pioneros
bautistas en Brasil, cosa que no suele hacerse en muchas
historias bautistas. El misionero Pablo Porter trabajó mucho
entre estos grupos durante la Segunda Guerra Mundial y,
después, fue instrumento en guiarlos a una cooperación más
estrecha con la obra nacional.728
Además de evangelizar y fundar iglesias, los bautistas de
Brasil pusieron los cimientos de varias instituciones durante
este período, 1881-1907. En 1902 la Misión de la FMBSBC
estableció cuatro prioridades, a saber: publicaciones, edificación
de templos, educación y evangelización. Ya en 1894 un grupo
de misioneros y brasileños formaron una Junta de Propiedades
con personería jurídica. Esta entidad existe hasta el día de hoy,
separada de la Convención, con la custodia legal de las
propiedades bautistas. La primera Sociedad Femenil íue organi­
zada en 1889 y luego se organizó nacionalmente en 1908.
252 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Escuelas y colegios locales y provinciales fueron promovidos al


final de este período. Después llegaron a ser muy importantes en
el desarrollo bautista brasileño.730
En 1901 O Jornal Batista, el órgano nacional bautista,
comenzó su prestigiosa carrera. Bajo la dirección sabia y eficaz
de W. E. Entzminger,731 quien recogió los esfuerzos de revistas
locales, tales como As Boas Novas de Salomón Ginsburg y A
Nova Vida de Bagby, los combinó en el nuevo Jornal. Llegó a ser
un medio de enlace y un promotor de proyectos bautistas.732 La
Casa Publicadora nació de esta misma iniciativa. Otro medio de
cooperación fueron las convenciones estatales y las asociaciones
regionales. En enero de 1901 en Recife se organizó la Uniaó
Batiste Leaó do Norte.733 Esta costumbre siguió en otras partes
de Brasil, y después de un período de rivalidades regionales que
azotó a los bautistas en la década de 1920, estas convenciones
reforzaron la obra de la Convención nacional que nació en 1908.
En 1907 terminaba el período de los comienzos regionales. Por
supuesto, el regionalismo en un gran país como Brasil nunca
desaparece e iba a causar problemas entre los bautistas, pero la
obra bautista estaba para consolidarse después de veinticinco
años de comienzos.734Tales comienzos habían producido ochen­
ta y tres iglesias con más de 5.000 miembros. El número de
misioneros de Estados Unidos y Europa aumentaba dramática­
mente y había veintiséis pastores brasileños ordenados. El
despegue nacional se había realizado. En el año 1907 hubo más
de 1.000 bautismos, o sea, un convertido por cada cinco
bautistas brasileños.735 La fe bautista se había arraigado en suelo
brasileño. Las misiones extranjeras habían completado la pri­
mera etapa de su obra; hacía falta una entidad nacional para
empujarla e implementarla.
O rganización Nacional
(1907-1922)
Los años 1907-1922 fueron testigos de la organización de
una Convención Bautista Brasileña en 1907; y de su lucha por
sobrevivir un ataque muy fuerte del regionalismo que siguió
amenazando la obra bautista hasta el año 1922. La obra seguía
creciendo, pero las luchas internas entre los misioneros mismos,
entre misioneros y nacionales, y entre entidades bautistas
nacionales estaban a punto de producir grandes cismas. Sin
B ra sil 253

embargo, la paciencia y sabiduría del liderazgo, y el entusiasmo


del pueblo bautismo subsanaron el problema latente.
A las tres de la tarde del 22 de junio de 1907 en la ciudad de
Bahía, cuarenta y tres mensajeros de treinta y nueve iglesias
formaron la Convención Bautista Brasileña. Fue el mismo lugar
donde se organizó la Primera Iglesia Bautista en Brasil, hacía
veinticinco años. De los cinco miembros fundadores, solamente
W. B. Bagby y Z. C. Taylor estaban presentes. F. F. Soren de Río
fue elegido presidente; Joaquím Lessa del estado de Río,
vicepresidente primero; Joao Borgcs de Rocha de Recife,
vicepresidente segundo; Theodoro Teixeira de Río, secretario
primero; M. I. Sampaio de Bahía, secretario segundo; y Z. C.
Taylor, tesorero.7* Fue despachado un telegrama al presidente
de la nación y autoridades públicas trajeron saludos. La Consti­
tución que se adoptó ha seguido en vigencia hasta el día de
hoy.7)7 Bajo la dirección de líderes como Gínsburg, Nelson,
Lessa, Deter, Jackson, Soren, Dunstan, Pinto, Reno y Bagby
fueron nombradas las Juntas de Misiones, Doméstica y Foránea.
La Junta Doméstica tendría la tarea de la evangelización
nacional y la Junta Foránea inmediatamente investigó la posibi­
lidad de abrir obra bautista en Portugal y de asesorar una
iniciativa bautista en Chile.738 Fueron organizadas juntas para
Escuelas Dominicales, Educación, Juventud, Publicaciones,
Colegios y Seminarios. A fines de este período, en 1922, tres de
estas juntas (Escuelas Dominicales, Juventud, Publicaciones)
se fusionaron en una sola Junta de Escuelas Dominicales, con
cinco departamentos. La Junta Educacional era paulatinamente
absorbida por las juntas directivas de las distintas entidades
teológicas y educacionales. Realmente, la organización fue
excesiva y algo prematura, considerando los medios y recursos a
mano. No obstante, reflejó el entusiasmo y la visión de los
pioneros. Esta primera asamblea presentó el ideal, soñado
principalmente por los misioneros, pero compartido por los
nacionales. Fue un ideal que no pudo concretarse de hecho por
más de una década, en la cual las relaciones entre la obra
nacional y la obra misionera, y aún más importante, entre la
obra nacional y las obras regionales, tenían que arreglarse. Sin
embargo, tal asamblea representó una aventura de fe de un
pueblo bautista nuevo y robusto.739.
Como resultado de la constitución de la Convención, la
254 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Unión Femenil Misionera de Brasil se fundó en 1908.74,1 En


1889 se organizó un grupo de señoras en la Primera Iglesia
Bautista de Río. Siguiendo este ejemplo, surgieron sociedades
de señoras en distintas partes del país. Auspiciaron actividades y
estudios misioneros para niños y jóvenes. En la asamblea de la
Convención en 1907, la señora Laura Taylor recomendó la
formación de una entidad femenil nacional. Después de un año
de estudio, la Unión Femenil se constituyó con la aprobación de
la Convención. Las primeras oficiales eran Grace Entzminger,
Jane Soren, Isabel Costa, Edelvira Rodríguez y Emma Parana­
gua. En 1910 adoptaron su Constitución y Reglamentos como
organización auxiliar de la Convención. Tales documentos
fueron circulados entre las iglesias y fomentaron la organización
de uniones locales. El énfasis misionero de los bautistas
brasileños se debe en gran parte a la obra de las mujeres
bautistas. En 1914 había ochenta y ocho sociedades con 2.000
miembros. En 1918 iniciaron sus programas para señoritas y
mejoraron sus organizaciones para niños. En 1922, al final de
este período, estrenaron su Revista Trimestral y se encontraron
en pleno desarrollo. En el mismo año, la señorita Minnie
Landrum fue nombrado misionera. Unos años después, bajo la
dirección capaz de ella, la Unión Femenil iba a lograr su mayor
éxito.
El misionero J. J. Taylor fundó en 1901 un Instituto en Sao
Paulo para la capacitación de obreros. De los cinco alumnos,
solamente tres siguieron sus estudios, pero esta iniciativa sirvió
como pauta para el creciente deseo de tener colegios y semina­
rios para la preparación de obreros. El primer Seminario se
organizó en Pernambuco en abril de 1902. El misionero J. E.
Hamilton fue el primer rector7" Cuando él se trasladó a Belém,
lo reemplazó W. H. Cannada. Bajo la dirección de hombres muy
capaces, como Alfredo Freyre,742 H. H. Muirhead, D. L. Hamil­
ton, Z. C. Taylor, S. Ginsburg y W. C. Taylor, el Seminario
prosperó. Luego, se agregó un Colegio, se adquirió una propie­
dad de mucho valor, y esta institución en Recife llegó a ser el
centro de la obra bautista en el norte. La esposa de W. C. Taylor
organizó una Escuela de Capacitación para Mujeres en 1917.711
A fines de este período, el plantel de este complejo educacional
se terminó y contaba con la colaboración de destacados profeso­
res misioneros y nacionales.7"
B ra sil 255

El Colegio-Seminario en Río de Janeiro comenzó su obra en


marzo de 1908. El gran impacto de esta institución sobre los
bautistas brasileños se debe en gran parte a la capacidad y la
visión del doctor J. W. Shepard. Shepard llegó en 1906 desde
Estados Unidos y, después de un tiempo en Recife, procedió al
sur con miras de iniciar un colegio y seminario como existía ya
en Recife.745 Siendo hombre muy capaz y preparado, pudo
concretar su deseo en marzo de 1908. Alquilaron un edificio
antes ocupado por un colegio nacional e inició las clases.
Shepard supo conseguir maestros nacionales muy eficaces tales
como los doctores Noronha, Santos, Tettamonti, Rozende y
Pombo, quienes ganaron mucho prestigio entre las familias
pudientes de Río. F. F. Soren ayudó con la formación de los
futuros pastores.
Shepard, desde el comienzo, buscaba una propiedad y un
plantel dignos del prestigio del Colegio. Con visión, y después de
mucha oración, se fijó en la finca del Barón de Itacurussa como
una ubicación ideal. Quedaba al pie del monte Tijuca, con una
vista hermosa de la ciudad y un manantial que preveía agua
suficiente. Milagrosamente, el Barón decidió vender un parte
que Shepard y Soren compraron.746 Después de la muerte del
Barón, los bautistas pudieron comprar el resto de los terrenos.
Shepard solicitó fondos de la FMBSBC con el apoyo del doctor
Ray, y pasó un año en Estados Unidos juntando más dinero para
edificar el hermoso plantel que es la sede del complejo educacio­
nal.747 Además de Shepard, los misioneros Langston, Ruth
Randall, Alien y Crabtree trabajaron mucho durante este
período. Este Seminario ha sido un semillero de pastores y
líderes brasileños.
La Misión de la FMBSBC, pionera de obra bautista en
Brasil, se ajustó a la expansión de la obra por dividirse en dos
misiones en 1910. El doctor T. B. Ray, el secretario de la
FMBSBC, sugirió la división por conveniencia. La Misión del
norte tenía su centro en Recife y la Misión del sur en Río.
Aunque hacía más conveniente la administración de los nego­
cios misioneros, probablemente fue un factor en la rivalidad que
surgió a fines de este período entre las dos regiones.748 Por
supuesto, el desarrollo más dramático del período fue la obra de
la Junta Doméstica de Misiones. La flamante Convención dio
prioridad a la evangelización de nuevos campos dentro de Brasil.
256 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

En 1910 se enfocaron en Río Grande do Sul, donde algunos


bautistas alemanes y eslavos tenían unas pocas iglesias. Fueron
iniciadas obras en Paraná, Paranagua, Goyaz, Maranhao y aun
se pusieron en contacto con algunas tribus de indígenas.
Fueron puestas las bases de una gran obra de extensión.
Al mismo tiempo, la Junta Foránea estaba activa en
estudiar las posibilidades de abrir obras en el exterior. Cuando la
Convención se constituyó en 1907, el doctor Bagby leyó una
carta de W. D. T. MacDonald de Chile, pidiendo apoyo para una
posible obra bautista en ese país. MacDonald, un bautista de
Escocia,.había trabajado por más de veinte años como colportor
y obrero de la Alianza Cristiana y Misionera. Discrepó con la
Alianza sobre ciertos puntos de doctrina, y siendo un hombre
educado en el Colegio de Spurgeon, quería comenzar una obra
bautista. La primera asamblea comisionó a Bagby para ir a Chile
e investigar la posibilidad de mandar misioneros. Bagby fue y
volvió con una recomendación en 1908 que animaba a los
brasileños a ayudar a Chile con una suma mensual de dinero. La
visita de Bagby coincidió con la organización de la Unión
Bautista Chilena.™ Brasil enviaba fondos a Chile hasta 1918,
cuando la obra fue entregada a la FMBSBC.750 Además de
ayudar a Chile, la Junta Foránea mandó a Z. C. Taylor a
Portugal como misionero en 1908. Taylor organizó una iglesia
bautista en la ciudad de Porto un mes después.751 J. J. Oliveira,
un estudiante brasileño de la Universidad Baylor en Estados
Unidos, volvió a Brasil por vía de Portugal en 1911, e informó a
la Convención de que las posibilidades de una obra misionera
eran óptimas. La Convención le nombró misionero a Portugal.
En 1920, Antonio Mauricio, un portugués que estudió en Brasil,
fue nombrado misionero. El y Oliveira organizaron la Conven­
ción Portuguesa en 1920. La obra foránea en Portugal seguía
bien hasta el último año de este período, 1922, cuando A. W.
Luper, un misionero (B. M. A.) de Estados Unidos llegó a
Portugal y reclutó a Oliveira y su obra.752 Mauricio quedaba fiel a
la Junta Brasileña y se separó de Luper y Oliveira. En el mismo
año, Paulo Torres, y su Iglesia Congregacional en Lisboa, se
hicieron bautistas y se unieron a la obra de Mauricio. Después
hubo otros altibajos en la obra portuguesa, pero Brasil merece el
título de fundador de la obra bautista en Portugal por medio de
su Junta Foránea de Misiones.751
B ra sil 257

En 1907 la Convención asumió la dirección de las obras


publicadoras en Brasil, ü Jornal llegó a ser el órgano oficial de la
Convención. Todos los esfuerzos se centralizaron en la Casa
Publicadora de la Convención. Líderes como Entzminger,
Deter, Teixeira, Ginsburg, Watson y Hites dirigían la obra
durante esta época.™ Fue Hites que en 1921 logró combinar la
obra de las escuelas dominicales, la juventud y otras publicacio­
nes en un sola Junta que tuvo su sede en la Casa. Esto puso en
marcha lo que ha sido una contribución única de los bautistas
brasileños, a saber: la publicación de literatura y de Biblias en
portugués.
La obra educacional de los bautistas brasileños ha sido el
logro de las convenciones estatales y las iglesias locales.
Durante este período fueron comenzados colegios y escuelas de
calidad en Campos, Sao Paulo, Belo Horizonte, Porto Alegre y
prácticamente en todas partes de Brasil. La educación secular
ha sido un instrumento muy eficaz en el crecimiento de los
bautistas en Brasil.755
Este período vió los primeros conflictos entre ciertos secto­
res de la obra bautista en Brasil. Es imposible en esta obra entrar
en los detalles, pero una seria división ocurrió entre los bautistas
del norte y del sur de Brasil. La división giraba alrededor de
varias cuestiones de relación entre las misiones foráneas, las
instituciones brasileñas y las relaciones con el gobierno.756 Una
cuestión surgió cuando circulaba el rumor de que la FMBSBC
quería sostener un solo Seminario en Brasil —el Seminario en
Río. Esto trajo discusiones acaloradas entre los misioneros y
acusaciones de duplicidad que repercutieron en el ambiente
nacional. Otra cuestión tenía que ver con el rumor de que las
instituciones en el sur del país iban a aceptar fondos del
gobierno para el sostén de sus programas. Otras discusiones
giraban alrededor de la presencia de un profesor en el Seminario
del Norte que, según el rumor, no era creyente. W. C. Taylor
sacó su pluma y defendió al norte contra un presunto complot
del sur.757
Todo este conflicto es una mancha sobre la historia de las
misiones y la convención. Sin embargo, este autor piensa que
era la consecuencia lógica de una obra nacional en pleno
desarrollo. La Misión de la FMBSBC seguía también en su
apogeo y la cuestión de la dirección de la obra tenía que ser
258 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

tratada. Los misioneros hablaban mucho de la dirección nacio­


nal, pero, de hecho, no querían entregarla en manos nacionales.
En 1917 hubo una reunión de una Comisión Mixta de Coopera­
ción que inició el arreglo de los problemas. Produjo un docu­
mento con doce puntos que definió algunas relaciones.758 No
obstante, el conflicto seguía hasta 1925 cuando J. F. Love, el
secretario de la FMBSBC, se reunió con los líderes nacionales
con la presencia de W.O. Carver,759James Boyce y W.C. Taylor.
Pudieron arreglar provisoriamente la disputa.
Una hojeada objetiva de todas las cuestiones revela que la
FMBSBC inconscientemente fomentó varios conflictos por no
entender el creciente espíritu nacionalista de la época en
Brasil.760 Sin embargo, la reunión resolvió el problema del así
llamado “Movimiento Radical” del norte y la Convención Nacio­
nal salió más fuerte que nunca. Cabe destacar la defensa
vehemente de W. C. Taylor a favor de la dirección nacional de la
obra.761Aunque el espíritu regionalista seguía en ciertos sectores
del norte, la Convención decidió seguir con los dos centros
regionales de actividad. La rivalidad regional menguaba des­
pués de 1922. Veremos que se solucionó definitivamente en
1925.
Tom a de C onciencia N acional
(1922-1946)
Aunque este período en la historia de los bautistas en Brasil
se caracterizaba por conflictos internos, ocasionados por un lado
por el regionalismo nacional, y por otro lado por el paternalismo
de las misiones de la FMBSBC, hubo una expansión evangeliza-
dora y misionera. Un fenómeno fue la obra de la Junta
Doméstica de Misiones. L. M. Bratcher,762 un misionero de la
FMBSBC, fue elegido secretario de la Junta en 1926 y tuvo éxito
en fomentar la vocación misionera entre la juventud brasileña.
Hubo jóvenes, como Zacarías y Noemí Campelo, que se
dedicaron a la carrera misionera. Los Campelo fueron a las
tribus en el norte de Goyas y al sur de Maranhao donde
realizaron una obra inspiracional. Las iglesias de Pernambuco
respondieron con sostén y apoyo.761 Misioneros foráneos y
nacionales trabajaron bajo la dirección de la Junta. La obra
bautista en el norte, el sur y el interior estaba en plena
expansión. Un crecimiento notable fue la obra de L. M. Reno en
B ra sil 259

Vitoria, donde los miembros en las iglesias aumentaron desde


488 en 1910 hasta 7.136 en 1936.™ Este es un sólo ejemplo del
crecimiento vertiginoso que se notaba en todo el país. Además,
alrededor de este período, los misioneros foráneos, quienes
habían sido los pioneros, iban jubilándose y nuevos misioneros
—los Foreman, Hardy, Johnson, Zimmernan, Mein, Alien,
Berry, Enete, Crabtree, Porter y Cowsert— iban suplantándoles
con mucha distinción. Fue un nuevo día en la obra.
Al mismo tiempo, los pequeños grupos de inmigrantes en el
sur del país —los letones, alemanes, rusos y eslavos— experi­
mentaron avivamiento durante la misma época. Hubo un gran
despertamiento entre los bautistas en Letonia después de la
Primera Guerra Mundial. En 1922, unos dos mil letones
inmigraron en masa a Brasil con fines evangelizadores. Muchos
vendieron todo lo que tenían para hacer el viaje. Llegaron con su
celo misionero y condujeron un período de crecimiento en el sur
alrededor de Santa Catalina. Una colonia en Varpa tuvo una
iglesia bautista con 1.000 miembros. Evangelizaron entre otros
colonos de habla eslava después de 1926 y pudieron establecer
nueve iglesias con 1.000 miembros después de quince años de
trabajo.7‘” Sería difícil estimar la contribución de los letones a la
obra en Brasil. En 1965 informaron que tenían cincuenta
iglesias en su Asociación y sólo once seguían cultos en el idioma
eslavo. Se habían integrado en la obra nacional y habían
contribuido cuarenta y un pastores y un sinnúmero de médicos,
enfermeras, maestros y músicos a la obra brasileña. En contras­
te a muchas colonias europeas en América Latina, los letones
han demostrado el valor de “misiones a la inmigración”.71‫׳'׳‬
Hasta 1946 la Junta de Misiones Foráneas de Brasil
mantenía una sola obra en Portugal. Había entregado su
responsabilidad en Chile a la FMBSBC en 1918. Debido a la
tremenda expansión en Brasil mismo, los bautistas brasileños
no intentaron misiones nuevas en el exterior durante este
período.
Bajo la dirección de los misioneros S. L. Watson, T. B.
Stover, J. J. Cowsert y Edgar Hallock, la Casa Publicadora
Bautista aumentó mucho su obra. Ocupándose de la obra en las
escuelas dominicales, la unión de preparación y la publicación
de libros, llegó a ser un centro de vida bautista. En 1936 edificó
su sede en Río. Ha dependido de subvenciones de la FMBSBC,
260 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

pero paulatinamente se dirigía hacia el sostén propio. O Jornal


Batista seguía siendo el órgano convencional y, en 1940, la
Imprenta Bíblica Bautista se puso en marcha sostenida por la
FMBSBC.
Otro evento significativo fue la separación de los Semina­
rios en el norte y el sur de los Colegios a fines en 1936. Cuando J.
W. Shepard renunció como rector del Seminario en Río en 1930,
H. H. Muirhead, S. L. Watson, Paul Porter, A. R. Crabtree y
Djalma Cunha servían brevemente como rectores, hasta que
Crabtree asumió el puesto definitivamente en 1946. El Semina­
rio en el norte también sufrió frecuentes cambios de rectores
entre los años 1930-1942 hasta que Juan Mein asumió el
rectorado en 1942. H. H. Muirhead y W. C. Taylor pusieron los
cimientos sobre los cuales se ha edificado esta institución.
La obra femenil creció mucho después de 1922. La señorita
Minnie Landrum fue el motor detrás de la expansión. La Unión
Femenil contribuyó fondos para la edificación de las oficinas de
la Casa Publicadora en Río. Por eso, consiguió lugar para
instalar su sede en el edificio. Ha promovido programas de
educación para niños y jóvenes; ha publicado literatura de alta
calidad para fomentar el espíritu misionero. En esta función
promovió la obra de las Juntas de Misiones. Ester Días,
Prudence Riffey, Annie Watson, Mabel Crabtree, Edith Alien y
Ruth Randall han sido líderes.
Los colegios y escuelas bautistas, proliferadas a principios
del siglo, siguieron en marcha en la primera parte de esta época.
Los colegios prestigiosos en Recife y Río continuaron su trabajo.
Sin embargo, durante la década de 1930, cuando la FMBSBC
tuvo que disminuir sus fondos debido al colapso financiero en
Estados Unidos, tales instituciones, o pasaron a la responsabili­
dad de las convenciones estatales o se independizaron. Algunas
siguen hasta el día de hoy, pero más y más la educación llegaba
a ser una función del estado, mientras los bautistas utilizaron
sus escuelas y colegios como instrumentos de evangelización.
La Junta Doméstica ha usado colegios y escuelas como medios
de abrir obras en muchos pueblos del interior.71’7
A través de todo este período, había una controversia
perenne acerca de las bases de cooperación entre la Convención
brasileña y las Misiones de la FMBSBC. Sobre este particular, el
acuerdo de 1922 fue parcial, y pronto las cuestiones surgieron
B ra sil 261

otra vez. El así llamado “Movimiento Radical” del norte se


concentraba hasta 1922 en la rivalidad regional ente el norte y el
sur. Fue netamente un conflicto entre regiones en el cual los
misioneros y los nacionales se dividieron en facciones regiona­
les. Una vez solucionado el conflicto y definida la coexistencia
de las dos zonas, la cuestión se volvió sobre la relación entre los
misioneros y los nacionales. Como ya se dijo, las Misiones
habían caído, a veces, en un paternalismo que chocaba con el
creciente nacionalismo brasileño.768 Por ejemplo, los fondos de la
FMBSBC fueron repartidos personalmente por los misioneros a
las obras que ellos preferían.769 Los nacionales les acusaban de
favoritismo. También, los nacionales reconocieron que las
instituciones bautistas dirigidas por misioneros recibían más
sostén de Richmond que aquellas bajo una dirección nacional.
Además surgió un conflicto alrededor de la formación de las
juntas directivas de los Seminarios y otras instituciones. Las
Misiones insistían en tener una mayoría de misioneros en tales
juntas cuando los fondos procedían de Richmond. De todos
modos, en 1925 se inició un largo proceso de integración y
definición de las funciones de la Convención y de las misiones.
El secretario ejecutivo de la FMBSBC, el doctor J. F. Love, fue a
Brasil para tener parte en la formulación del primer documento
titulado “Bases de Cooperación”. Tal documento, elaborado en
1925, afirmó la autonomía de las iglesias locales en Brasil, una
autonomía “relativa” de las juntas directivas de instituciones
sostenidas por la Misión. En otras palabras, la representacón
nacional dependía del porcentaje del sostén que contribuía. El
documento dejó en suspenso la cuestión de la administración de
fondos de la FMBSBC en Brasil.
La Convención Brasileña adoptó las “Bases de 1925”, pero
la mayor parte de los nacionales no estaba contenta. Debido a
esto, hubo otra reunión en 1936 que produjo un nuevo
documento otra vez titulado, “Bases de Cooperación”. Esta vez
reiteraron la autonomía de las iglesias locales, pero recomenda­
ron que miembros de juntas y directores de instituciones iban a
ser elegidos “sin distinción de nacionalidad”. Eliminó también
esa cláusula de 1925 que garantizaba una mayoría misionera en
las juntas. Más significativo, creó un sistema que garantizaba
una mayoría misionera en las juntas. Aún más significativo,
creó una Comisión Ejecutiva de la Convención, cuya función
262 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

mayor iba a ser el trato con las misiones de ciertas cuestiones


tales como la ubicación de misioneros, sostén mutuo y cosas
afines. Aunque fueron adoptadas, “Las Bases de 1936” no
fueron bien recibidas por todos, porque no trataron el problema
candente de los fondos procedentes de Estados Unidos. En unos
pocos casos tales fondos fueron administrados por entidades
nacionales, pero la mayor parte de los misioneros seguían
administrándolos personalmente. Esto causó un malestar gran­
de entre los obreros nacionales. “Las Bases de 1936” fueron
adoptadas por un período de diez años. Por eso, en 1946 cuando
era tiempo de reestudiarlas, la Convención y las Misiones, un
poco cansados del debate, votaron no tener otras “Bases” que las
que existen en el mismo Nuevo Testamento.770 Así la cuestión
iba a descansar unos años hasta que surgiera otra vez más
adelante.
En fin, todas estas cuestiones surgidas del “Movimiento
Radical” a partir del año 1922 hasta el año 1946 fueron síntomas
de un creciente deseo de parte de los nacionales de asumir la
plena dirección de la obra brasileña. Paulatinamente las Misio­
nes extranjeras cedían la dirección a las entidades nacionales.
Hubo choques muy serios entre los misioneros paternalistas con
su base monetaria y los nacionales radicales con su celo
antinorteamericano. No obstante, los moderados iban ganando
la victoria y las relaciones entre misioneros y nacionales han
sido ejemplares desde 1946.
Integración Real
(1946-1965)
Los logros de los bautistas de Brasil desde 1946 han sido
muchísimos. Contarlos todos sería imposible en una obra
sintética como ésta. Sin embargo, es necesario citar los más
importantes. El crecimiento numérico continuaba —los miem­
bros se han duplicado cada década desde sus comienzos en
1881. El crecimiento más marcado ha ocurrido en la parte
sureña del interior. En tiempos recientes ha habido una
migración hasta el interior desde la costa de los estados de
Bahía, Minas Gerais y Guanabara. En los pueblos de esta
frontera la obra bautista ha crecido.771 En Río Grande do Sul la
obra bautista ha crecido en las pequeñas ciudades de una
población de alrededor de 50.000 habitantes. La Junta de
B ra sil 263

Misiones Domésticas, con la Misión de la FMBSBC y los colonos


letones y alemanes han cooperado en tal extensión. Al mismo
tiempo, el testimonio bautista ha prosperado en las grandes
ciudades como Río y Sao Paulo. Río cuenta con más de 200
iglesias y un sinnúmero de puntos de predicación.772 Sao Paulo,
una de las ciudades más grandes del hemisferio, cuenta con un
centenar de iglesias y los bautistas están creciendo entre los
inmigrantes que la ciudad atrae, entre ellos los rusos, húngaros,
letones y alemanes.
Para cultivar tal crecimiento numérico, los bautistas brasi­
leños mantienen varias instituciones de servicio. Una es la Casa
Publicadora en las afueras de Río, con sus oficinas en otro
edificio en el centro de Río. Esta casa coordina el ministerio de la
literatura y la promoción de las escuelas dominicales, la Unión
Femenil y la obra Juvenil. Ha agregado una cadena de librerías
en distintas partes del país. Es la Casa Publicadora más grande
en el mundo portugués y en América del Sur. Tiene una
imprenta que publica una Biblia traducida directamente de los
idiomas originales y ayuda en la publicación de O Jornal
Batista. Los bautistas de Brasil han puesto tanto énfasis sobre la
Biblia y las publicaciones que son popularmente llamados “los
Biblias”.
El énfasis educacional sigue también. Las escuelas y
colegios han sido separados de los Seminarios y la mayor parte
de ellos son sostenidos, o por las convenciones estatales o se
sostienen a sí mismos. Muchos bautistas están volcando su
interés en las escuelas públicas que van mejorándose en el país.
Sin embargo, están asumiendo más responsabilidad por la
educación teológica. Por años los Seminarios en Río y Recife
fueron sostenidos y dirigidos por misioneros de la FMBSBC.
Después de 1936, la Convención brasileña trató de sostener los
Seminarios, pero fue prematuro. Pidieron una vez más la ayuda
de la Misión.773 Juan Mein asumió la presidencia del Seminario
en Recife en 1942 y A. R. Crabtree en Río en 1941. Contando
con el apoyo de fondos de las Misiones, los Seminarios han
crecido. Son instituciones bajo la dirección de la Convención
brasileña, pero tal entidad depende mucho del sostén de la
FMBSBC para edificaciones, cuerpo docente y administración.
Ben Oliver llegó a ser presidente en Río en 1955 y David Mein
en Recife en 1953. Luego, Joao Soren presidía en Río y David
264 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Miller en Recife. La matriculación en estos dos Seminarios, y en


la creciente Facultad Teológica del Colegio Bautista en Sao
Paulo, ha aumentado dramáticamente desde las grandes campa­
ñas de la década de 1960. Cerca de mil estudiantes asisten a
clases en las tres instituciones. La Convención está apartando
más de la cuarta parte de su Programa Cooperativo para el
sostén de la educación teológica. La Facultad en Sao Paulo es
netamente nacional, excepto algunos misioneros profesores que
reciben su sueldo de afuera.774
Los bautistas brasileños se han destacado en el campo de la
evangelización. Captaron el concepto de las campañas simultá­
neas, probablemente de los misioneros estadounidenses, y lo
han perfeccionado como medio evangelizador. Grandes campa­
ñas se han realizado en las principales ciudades. Rúbens López,
David Gómez y Nilsson Fannini han sido algunos de los pastores
que han preparado y llevado a cabo tales campañas. López
encabezó una campaña en gran Sao Paulo en 1962 con la
colaboración de 125 iglesias, que cosechó unas 3.000 decisio­
nes. Esta experiencia lo condujo a desafiar a la Convención
brasileña a auspiciar una campaña simultánea nacional en 1965
con el lema “Cristo, la Unica Esperanza”. En enero de 1965 más
de 150.000 personas se reunieron en el Estadio Maracaná para
lanzar la campaña. Fue todo un éxito y reavivó al pueblo
bautista. Casi se duplicaron los miembros durante los tres años
de preparación y conservación. El mismo López viajó a Nortea­
mérica para desafiar a los bautistas norteamericanos a colaborar
con los sudamericanos en una “Campaña de las Américas”. Los
bautistas del sur de Estados Unidos y la mayor parte de los
bautistas de América Latina respondieron. Tal campaña se
realizó en 1968-1969 y no dió tantos resultados como se
esperaba. Sin embargo, sirvió como medio de enlace entre los
bautistas de todo el hemisferio. Este énfasis sobre evangeliza­
ción en masa ha puesto a los brasileños en la vanguardia de la
evangelización bautista en el hemisferio occidental. Quizá,
entre las diez comunidades bautistas más grandes en el mundo
en el día de hoy, la de Brasil sea la más evangelizadora.775
Promete ser líder en este aspecto en los años venideros. La
evangelización y las misiones han servido como la fuerza
integradora de los bautistas de Brasil. Este hécho parece ser una
constante entre los bautistas en todas partes del mundo.
B ra sil 265

Quedan unidos y fuertes cuando mantienen la pasión misione­


ra. Cuando la pierden, caen en épocas de conflictos internos y
cismas doctrinales.
Además de la evangelización, los bautistas brasileños tie­
nen un profundo sentido de justicia social. Han desarrollado
ciertos ministerios para responder a las necesidades de sus
pueblos. Casas de Amistad, como la de Recife, se encuentran en
varios centros bautistas. Tales casas ministran a los necesitados,
enseñan a la gente a leer y desarrollan programas sociales y
médicos. Varios esfuerzos para comenzar hospitales no han
prosperado debido a la disponibilidad de hospitales guberna­
mentales.776 Muchas iglesias locales tienen clínicas, donde
médicos y enfermeras creyentes dedican una parte de su tiempo
a la obra social. Varios orfanatos son sostenidos también por los
bautistas.
Otro ministerio especial se realiza por los medios masivos,
como radio y televisión. Por muchos años, las iglesias locales
han auspiciado audiciones bautistas en emisoras locales. David
Gómez, y su conocida Escuela Bíblica del Aire, fue pionero en
este campo. Este programa fue escuchado y apreciado más que
cualquier otro en todo el país. En 1955 el misionero W. H. Berry
dirigió la formación de la Comisión de Radio y Televisión de la
Convención. En 1964 llegó a ser una Junta de la misma
Convención y auspicia un programa popular llamado Bautistas
en Marcha. Las Misiones de la FMBSBC han invertido muchos
fondos en este ministerio. Ahora las convenciones bautistas
estatales y nacionales están contribuyendo y apartando un
porcentaje de su Plan Cooperativo Nacional para tales proyec­
tos.
Durante este período (1946-1965) la Convención Bautista
Nacional ha podido consolidar la obra bautista en Brasil. Hasta
1946 luchaba para definir su rol y defender su derecho de existir
contra las amenazas de la obra de las Misiones foráneas, el
espíritu de regionalismo y elementos de afuera que menospre­
ciaban la obra nacional como una amenaza a la autonomía de la
iglesia local. Muy celosas de su independencia, las congregacio­
nes locales brasileñas sospechaban los motivos y los fines de la
Convención. Además, el liderazgo era dominado por misioneros
foráneos por muchos años, y algunos brasileños muy nacionalis­
tas la consideraron como “la criatura de las Misiones extranje-
266 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

ras”. También las distintas Juntas de la Convención eran muy


autónomas y faltaba coordinación entre ellas. Sin embargo, una
nueva Constitución en 1955 unió más la obra convencional. Un
Comité Ejecutivo en el orden financiero desde 1959 ha canaliza­
do las contribuciones de las iglesias y ha balanceado la obra de
las Juntas. Las tres Misiones de la FMBSBC han sometido sus
proyectos y fondos a la dirección de la Convención y por medio
de una Comisión de Enlace de las Misiones, mantienen un
constante contacto con el Comité Ejecutivo de la Convención.
Una serie de reuniones entre oficiales de la FMBSBC y de la
Convención, iniciadas en 1959, ha esclarecido las complejas
relaciones entre las entidades. Frank Means y Baker Cauthen,
secretario para América Latina y secretario ejecutivo, respecti­
vamente, de la FMBSBC asistieron a una reunión fraternal en
1959. Este contacto directo con los directivos de las dos
entidades puso en marcha las otras reuniones realizadas que
han venido solucionando los problemas de relación. Poco a poco
las Misiones han venido entregando toda la dirección de la obra
en manos de la Convención Nacional. Las reuniones anuales
entre el Comité Ejecutivo y la Comisión Intermisiones (que
consistía de representantes de las tres Misiones) venían imple-
mentando los acuerdos de 1959.
En 1964 se realizó una Conferencia General de obreros
nacionales y misioneros a pedido de la Convención. Fue
realmente trascendental y marcó una nueva época en el
desarrollo bautista de Brasil. Se tuvo una agenda que incluía
todas las cuestiones pendientes de integración de la obra
bautista. Las recomendaciones que resultaron comenzaron a
implementarse después de 1965. Rúbens López salió como el
líder y con su afán evangelizador, desafió a los nacionales y a los
misioneros a dejar sus conflictos y unirse alrededor de la meta
de la evangelización mundial.777
Desde 1946 la Junta Doméstica de Misiones ha seguido
obra de extensión en Brasil. David Gomes, con su visión
innovadora, asumió la dirección de la Junta en 1964. Con mejor
apoyo financiero, él lanzó un programa social y misionero que
combinaba obra educacional, médica y benéfica como medios de
evangelización. Contaba con más de 259 obreros sostenidos por
la Junta, por iglesias locales y por convenciones estatales.
Fueron comenzadas obras en cada rincón del país.
B ra sil 267

La obra de la Junta Foránea de Misiones ha crecido


también. En 1948 fueron mandados misioneros a Bolivia, en la
zona de Santa Cruz. De pronto surgieron doce iglesias y en 1965
había una Convención Boliviana organizada y una Academia
Teológica en función. En 1965, diecisiete misioneros trabajaron
bajo los auspicios de la Junta. Luego, la Junta entró en
Paraguay y en 1965 tenía una pequeña obra en marcha en el
nordeste del país vecino.
La obra femenil ha seguido su programa usual con un
fuerte énfasis sobre el entrenamiento de mujeres para la obra
misionera. Asumieron la dirección de dos escuelas de capacita­
ción en Recife y Río que cuentan con una matriculación de más
de 300. En 1954 Minnie Landrum dejó la dirección en manos de
la misionera Sofía Nichols. La FMBSBC ha invertido fondos en
la obra de estas escuelas, pero ellas cuentan también con una
ofrenda especial anual aprobada por la Convención para su
sostén.
La obra misionera de la FMBSBC desde 1910 tenía dos
“misiones” organizadas en Brasil, la del norte y la del sur. A
partir de 1950 dividió la Misión del norte en dos, nombrando a la
nueva como Misión Ecuatorial, que comprendía el territorio de
la cuenca amazona. Cada Misión tiene su propia organización y
es responsable a la FMBSBC en Richmond, Virginia, Estados
Unidos. Como ya se dijo arriba, estas misiones formaron una
Comisión Intermisiones que anualmente se reúne con el Comité
Ejecutivo de la Convención Nacional para coordinar la obra
general. Las misiones se han sometido a la dirección nacional y
sus fondos y programas son aprobados por el Comité Ejecutivo.
Las misiones no actúan unilateralmente como antes. Ocasional­
mente surge un problema relacionado con el uso de fondos
misioneros destinados a la obra nacional. No obstante, a pesar
de prejuicios nacionalistas, cada vez más las misiones se
integran a la obra nacional.
Cabe destacar que en este período otras dos entidades
misioneras entraron en Brasil y se han unido a la obra nacional.
Los Bautistas Conservadores de Estados Unidos, un grupo
separado de la Convención Americana (antes del Norte de
Estados Unidos), y los Bautistas Suecos han mandado sus
misioneros a Brasil, quienes han constituido iglesias que colabo­
ran con la Convención nacional. Han ayudado a los brasileños
268 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

en el campo de la educación teológica por extensión con su sede


en Sao Paulo. Varios de sus misioneros han preparado materia­
les en portugués usados en los centros de extensión. Hay otros
grupos bautistas independientes, como Baptist Mid-Missions,
que no cooperan con la Convención. Un pequeño grupo de
misioneros de Inglaterra coopera también con la Convención.778
Los Bautistas de Alemania han mandado personal y fondos para
ayudar a las iglesias de la Asociación Bautista Alemana. Estos
alemanes colaboran con la Convención a medias, pero concen­
tran sus actividades entre los colonos de habla alemana y sus
obras misioneras en Paraguay y Argentina.
En 1961 un así llamado “Movimiento de Restauración
Espiritual” fue importado en Brasil de grupos pentecostales
foráneos y de las grandes denominaciones pentecostales brasile­
ñas. El problema se centró en la doctrina del Espíritu Santo. Por
tres años este movimiento amenazaba la unidad de la Conven­
ción. Un “Comité de Trece” fue nombrado por la Convención en
1962 para estudiar el problema y traer recomendaciones el año
siguiente. Por dos años el Comité preparó su informe, que fue
adoptado por gran mayoría en 1964. Se preparó un librito y fue
circulado entre las iglesias. Los pastores con tendencias pente­
costales fueron animados a reexaminar sus prácticas a la luz de
la afirmación doctrinal y bíblica de la Convención.77“ La direc­
ción conciliadora y sabia de Rúbens López, más el estudio
concienzudo del Comité, subsanó lo que podía haber sido un
cisma serio en la Convención. La solución de este problema
demostró la madurez del pueblo bautista nacional.
Las crisis de este período fortalecieron al pueblo bautista en
Brasil. Habiendo superado una controversia doctrinal, conflictos
fraternales y desafíos misioneros, el año 1965 encontró a los
bautistas brasileños unidos en una gran campaña de evangeliza-
ción en la cual esperaban duplicar sus miembros, organizar 300
iglesias nuevas y reclutar a más pastores. Aunque no lograron
estas metas altas, tal campaña nacional inspiró luego la Campa­
ña de las Américas y reforzó la obra consolidada de la
Convención. La inspiración de estas campañas fue un factor en
el crecimiento de los bautistas en un cuarenta por ciento en
América Latina durante los años 1965-1969.
B ra sil 269

E vangelización M undial
(1965-1988)
Como antecedente de la visión mundial que ha caracteriza­
do a los bautistas brasileños recientemente, hay que volver al
año 1960, cuando la Convención fue anfítriona de la asamblea
de la Alianza Bautista Mundial en Río. Este autor piensa que los
brasileños captaron una visión mundial de tal asamblea; y por
primera vez, se dieron cuenta de su fuerza y poder entre los
bautistas del mundo. Se movilizaron para registrar y hospedar a
más de 13.000 delegados de todas partes del mundo. Organiza­
ron un coro de 2.000 voces y alquilaron el estadio más grande
del mundo para su reunión de clausura. El Estadio Maracaná
fue colmado por más de 150.000 personas para escuchar al
evangelista Billy Graham, interpretado por Joao Soren. Soren
fue elegido presidente de la Alianza, el primer presidente que no
procedía de Inglaterra o de Estados Unidos. Fue verdaderamen­
te una hazaña que enfocó la atención de Brasil sobre el mundo
afuera.
Un resultado de esta nueva visión fue la Campaña de las
Américas sugerida por Rúbens López. Realizada durante los
años 1968 y 1969, movilizó cerca de cuarenta entidades
bautistas en el hemisferio occidental alrededor del lema, “Cristo,
la Unica Esperanza”. Aproximadamente 500.000 personas hi­
cieron decisiones. Hubo una rededicación de muchos laicos a la
obra de evangelización. Fue un testimonio de la universalidad
de la fe cristiana. De la Campaña salió una recomendación de
tener una campaña bautista simultánea auspiciada por la
Alianza Bautista Mundial. No se ha concretado, pero nació en la
visión de los bautistas brasileños.
Otro ejemplo de este espíritu universal en Brasil es el
crecimiento de la Junta de Misiones Foráneas. En 1965 había
obra misionera en Portugal, Paraguay y Bolivia. En el día de hoy,
los bautistas brasileños sostienen misioneros en Paraguay,
Argentina, Bolivia, Portugal, Francia, Angola, Mozambique,
España, Uruguay, y están estudiando la posibilidad de mandar
algunos a Guinea Ecuatorial. En 1989 Brasil sostiene a 120
misionero foráneos en diecisiete países.7"‫״‬
En 1981 se realizó el Centenario de la obra bautista en
Brasil. Por más de una década, la Convención vino haciendo
270 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

planes para celebrarlo. Alrededor de 1970, fijaron un calendario


de énfasis que iban a consumarse en 1982. Realizaron sus
metas y pasaron un Centenario inolvidable.
Preparándose para un avance bautista, Los líderes brasile­
ños han vuelto a estudiar los principios misioneros de los
fundadores. Entre ellos descubrieron el deseo de mantener un
testimonio distintivamente bautista. Mientras otras denomina­
ciones evangélicas gastaban mucho tiempo en esquemas ecu­
ménicos para afrontar al catolicismo, los bautistas decidieron
promover sus convicciones solos. Evitando un sectarismo craso,
la Convención brasileña ha afirmado una postura antiecuméni­
ca. Creen en la unidad espiritual, pero se oponen a la unión
eclesiástica.
Otro principio de las fundadores, que los bautistas contem­
poráneos afirman, es la prioridad de la evangelización personal.
Los primeros misioneros tenían sus especialidades como la
enseñanza y la obra social, pero primordialmente fueron evan­
gelistas. La celebración del Centenario enfatizó la importancia
de la evangelización.
Un tercer principio es el énfasis sobre una obra nacional.
Los misioneros, algunos más que otros, siguieron el principio de
la devolución de la responsabilidad a los nacionales. Fueron
líderes enérgicos pero los primeros, como Bagby y Taylor,
querían entregar el sostén y el liderazgo de la obra en manos
nacionales. Enseñaban la autonomía de la iglesia local y la
independencia de las instituciones bautistas. El énfasis del
Centenario destacó la importancia de una obra sostenida y
conducida por esfuerzos nacionales.
Un principio final, inculcado por los pioneros, fue un
atrevido sentido de conquista espiritual, y un optimismo funda­
do en las promesas de Dios. Los primeros misioneros llegaron a
Brasil sintiendo un llamado a conquistar a Brasil para Cristo. Un
estudio de los himnos escritos por ellos refleja esta militancia.
Los bautistas brasileños han cultivado tal valentía e intrepidez
en su medio. Ahora, está volcándose a la obra misionera
mundial.
Ubicado en cuarto lugar entre las comunidades nacionales
bautistas en el mundo, el pueblo bautista de Brasil, con
aproximadamente 4.000 iglesias y 7.300 puntos de predicación,
con cerca de 700.000 miembros promete ser una potencia
B ra sil 271

bautista en el porvenir. Aún podría ser la potencia bautista


algún día. Brasil, objeto de la obra misionera bautista de otros
países, ha llegado a ser una base de tal obra. Productos de cien
años de historia misionera y desarrollo nacional, han ganado el
derecho de actuar de pleno en el avance bautista venidero. W. B.
Bagby, en un discurso entregado a la Convención Brasileña en
1926, después de cuarenta y cinco años de trabajo en Brasil,
dijo:
Hace unos años, caminando por la cima de la Cordillera
y contemplando el Cristo Redentor, erigido por los gobiernos
de Argentina y Chile, comenzé a meditar y tuve una visión
maravillosa. . . Parece que podía ver todo el Continente con
sus pobladores, todos estaban pidiendo salvación, el agua de
la vida. Parece que veo, una vez más, esta misma visión esta
noche. . . La historia de los bautistas brasileños es la historia
de la mano providencial de Dios. En mi última entrevista
que tuve con mi apreciado amigo, Dr. B. H. Carroll, durante
las dos últimas semanas de su vida, cuando le hablaba de
mis experiencias maravillosas en Brasil, y le daba testimonio
de la dirección de Dios, él exclamó de su lecho de muerte,
“Oh, Bagby, el más sublime tema de todo mi estudio ha sido
la mano providencial de Dios en la historia de las naciones”781

Los bautistas de Brasil no han sido desobedientes a esta


visión providencial. El éxito de sus proyectos para el futuro
dependerá de su fidelidad a esta visión. De veras, la historia de
los bautistas en el porvenir mundial dependerá mucho de los
mismos bautistas brasileños.
LOS BAUTISTAS EN AMERICA CENTRAL
Introducción
Como su nombre implica, América Central, geográficamen­
te hablando, se encuentra en el mismo centro de las Américas.
Sin embargo, el estudio de la zona no ha sido un tema central de
la historia latinoamericana. Las naciones que forman esa zona,
larga y angosta, que separa a México de Sudamérica, siempre
han constituido una de las áreas menos conocidas de todo el
mundo. El terreno escabroso ha sido un obstáculo para el
desarrollo del comercio y la sensación de unidad. La estructura
social del área dista mucho de ser uniforme: los ciudadanos de
Costa Rica son principalmente de ascendencia europea; los
guatemeltecos son principalmente indios y los negros están
concentrados en las áreas cálidas de la costa. Las ciudades son
pequeñas y la mayoría de la gente vive en zonas rurales. No
obstante todo esto, el desarrollo de un Mercado Común en la
década de 1960 no sólo hizo prosperar la economía de toda el
área, sino que también ayudó a producir la interdependencia.
En el día de hoy América Central es un volcán político que
está a punto de estallar. Los problemas políticos y sociales
latentes han emergido de nuevo entre los seis países. Sobre todo,
la relación de ellos con los Estados Unidos sigue siendo un
problema.782 Además, potencias comunistas han aprovechado el
nacionalismo y los problemas económicos para entrar con ayuda
económica y militar. El vertiginoso surgimiento del partido
sandinista en Nicaragua, la derrota de la dictadura de los
Somoza, la organización de las guerrillas marxistas, la oposición
de los Estados Unidos de Norteamérica y su apoyo de los
“contras”, la relación militar de Panamá, El Salvador y Honduras
con Estados Unidos, y las guerras internas, han convertido a
esta zona desconocida en el centro de la lucha entre el
marxismo, el nacionalismo y el neocolonialismo. Los antiguos

273
274 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

volcanes están inactivos, pero el volcán político está más activo


que nunca.
La historia de América Central se divide en tres períodos: el
precolombino (antes de 1509), caracterizado por el imperio
maya; el coloniaje (1509-1821), caracterizado por el reinado de
los españoles y los ingleses; y el de la independencia (1821 hasta
hoy), caracterizado por los conflictos políticos y el dominio del
neocolonialismo procedente de Estados Unidos, Cuba y la
Unión Soviética. En la última década las revueltas nacionabstas
apoyadas por poderes comunistas han agudizado la situación
política.783
A pesar de la inestabilidad política, o quizás debido a ella,
los evangélicos en América Central han gozado de un creci­
miento casi increíble. Se calcula que un veinticinco por ciento
de la población de Guatemala es evangélica,784 y el crecimiento
ha sido sorprendente en los otros países. Aun en Nicaragua, bajo
un gobierno sandinista-marxista, ha habido un aumento nota­
ble. En medio de toda la violencia, el terrorismo y la lucha, la fe
evangélica marcha adelante respondiendo a las necesidades de
pueblos en transición. Hay grandes diferencias de opinión entre
los evangélicos sobre las cuestiones políticas, especialmente con
respecto a los elementos marxistas, pero sin duda el evangelio
está teniendo su impacto sobre toda la situación.785
Las divisiones y tensiones políticas son lamentables porque
en 1821 cinco de los países —Guatemala, Honduras, El Salva­
dor, Nicaragua y Costa Rica— ganaron su independencia de
España y formaron las “Provincias Unidas del Centro de
América”. La primera Constitución abolió la esclavitud, los
derechos de la nobleza y garantizaba los derechos civiles.
Empero, estableció a la Iglesia Católica Romana y prohibió el
culto de las otras religiones. Más tarde, bajo el presidente liberal
Francisco Morazán, fue adoptado el registro civil, los privilegios
de la Iglesia Católica fueron limitados y fue reconocida la
libertad de culto. Morazán y sus seguidores tenían otras
reformas en mente pero, desgraciadamente, una revuelta con­
servadora disolvió la unión y las provincias se separaron en
1839. Otros esfuerzos para restaurar la unión han fracasado. El
creciente nacionalismo del período moderno en las cinco repú­
blicas ha fomentado guerras y conflictos que han hecho
imposible una reunificación.
A m érica C e n tra l 275

El pueblo centroamericano se divide en cuatro grupos


étnicos, a saber: los indios, muchos en Guatemala y otras tribus
desparramadas por los otros países; los ladinos, llamados mesti­
zos en otras partes, que constituyen la gran mayoría; los negros,
principalmente en Honduras, que provienen de Jamaica y el
Caribe y son bilingües —inglés y castellano— y los europeos,
que constituyen un diez por ciento y son inmigrantes que
mantienen una separación social de los demás. Por supuesto, la
gran mayoría es católica por tradición, pero el catolicismo es
folklórico y a veces nominal. Las constituciones generalmente
favorecen a la Iglesia Católica, pero reconocen una medida de
tolerancia para otros cultos.
Los bautistas de América Central son producto de una
variedad de obras misioneras de Europa, de Estados Unidos y de
los países del Caribe. Los bautistas en Nicaragua y El Salvador
son resultado de la obra misionera de los bautistas del norte de
Estados Unidos, agrupados en la Convención Bautista America­
na. En Panamá, la obra bautista empezó por medio de misione­
ros de la Junta de Misiones Domésticas de los Bautistas del Sur.
En Costa Rica, Honduras y Guatemala los bautistas representan
una amalgama de bautistas independientes surgida del estudio
de la Biblia y de la literatura de la Casa Bautista de Publicacio­
nes de El Paso, Texas; y de otros alcanzados por el misionero
ubicuo, Pablo Bell, padre, de la Junta Doméstica de los Bautistas
del Sur, radicado en Panamá, y discipulados por misioneros de la
Junta de Misiones Foráneas de los Bautistas del Sur. Juntamen­
te con éstos, hay grupos entre las subculturas relacionados con
otras entidades bautistas de Jamaica, y unos grupos cismáticos
que han surgido con el correr de los años. A pesar de los
tumultos políticos, los bautistas, juntamente con otros evangéli­
cos, están experimentando un crecimiento notable en el día de
hoy. América Central promete mucho para el porvenir de la fe
evangélica.786
C apítulo XII
COSTA RICA
Costa Rica es de cultura predominantemente ibérica y
depende económicamente de la agricultura. Más de dos tercios
de la población se encuentra en la planicie central, donde los
habitantes son terratenientes en pequeña escala. Aunque hay
unos pocos indios en el interior del país, así como algunos
negros a lo largo de la costa, casi no se han visto matrimonios
entre ellos y los españoles. El nivel educativo del país es uno de
los más elevados de la América Latina y aún en 1965 menos del
dieciséis por ciento eran analfabetos.787
Debido al trasfondo español, la Iglesia Católica Romana ha
ejercido gran poder en Costa Rica. Entre los años 1890 y 1940
gobiernos liberales y anticlericales tenían el poder político pero,
por extraño que parezca, las misiones evangélicas y las socieda­
des bíblicas, presentes desde 1856,788 no plantaron muchas
iglesias. Por ejemplo, en 1930 sólo tres misiones estaban activas
y las iglesias que habían establecido tenían un número combi­
nado de menos de 500 personas. Para 1940 esta cifra había
aumentado a seis iglesias con 2.000 miembros y en 1950 más de
doce iglesias tenían una cantidad de casi 4.500 feligreses.783
E sta s m isio n e s — p rin cip alm en te La M isión C entroam ericana,
fundada en 1892, y La Misión Latinoamericana, fundada en
1927— habían concentrado sus esfuerzos en diseminar las
semillas del evangelio y en sus obras institucionales. Sin
embargo ellas, juntamente con otras misiones nuevas, cambia­
ron su política misionera y comenzaron a plantar congregacio­
nes. Kenneth Strachan, director de la Misión Latinoamericana,
lanzó un programa de evangelización continental, “Evangelis-
mo a Fondo”, después de 1960, el cual despertó el celo
evangelizador de los creyentes en Costa Rica. A partir de este
cambio, ha habido un crecimiento mejor en Costa Rica.790
277
278 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

C om ienzos Bautistas
(1887-1947)
En 1849 Costa Rica y Gran Bretaña firmaron un Tratado
que garantizaba la libertad de culto para los extranjeros; pero
este derecho no entró en la Constitución de Costa Rica hasta
1882. En el artículo 51 la Iglesia Romana es declarada la
religión oficial del país y se le promete el sostén financiero, pero
esto no impide el ejercicio libre de otros cultos que no se
opongan a la moralidad universal o a las buenas costumbres. En
otras palabras, a partir de 1882 hubo una tolerancia religiosa en
Costa Rica.
Aunque la primera iglesia protestante en Costa Rica fue
organizado en San José en 1848 por un grupo de extranjeros,791
la segunda fue organizada por bautistas en 1887 en Puerto
Limón. Estos bautistas eran gente de raza negra de las Indias
Occidentales. Unos pocos de ellos fueron importados como
esclavos de Nicaragua y Panamá en la primera mitad del siglo
XIX; pero la gran mayoría se radicaron en la costa atlántica
alrededor de Puerto Limón y eran obreros en la construcción de
los ferrocarriles desde la costa hasta la capital de San José. Los
europeos y los mismos costarricenses no pudieron aguantar el
clima cálido y no servían como obreros. Por eso, toda esta zona
no tenía habitantes y estaba aislada del resto del país. Sin
embargo, debido al ferrocarril y al desarrollo de la producción de
bananas, la industria alrededor de Puerto Limón íloreció des­
pués de 1870. Muchos otros negros vinieron desde Panamá
después de la construcción del canal allá.
La gran mayoría de estos obreros negros eran evangélicos y
muchos ya eran bautistas. No eran esclavos paganos, sino
protestantes muy piadosos y cultos. También, los ingenieros
ingleses, contratados por el gobierno, eran protestantes de la
línea puritana. Por eso, la costa costarricense llegó a ser un
centro netamente protestante. Además, debido a la ausencia de
católicorromanos y al aislamiento geográfico de los centros de la
curia costarricense, los creyentes evangélicos no tenían que
preocuparse por las restricciones constitucionales. Entonces, los
negros que constituían la mayoría de la población en 1880 eran
protestantes de una cultura británica, no católicos de una
cultura ibérica.7“
La primera denominación que empezó una obra organizada
C o sta R ica 279

entre estos indios occidentales de raza negra fue la bautista. Los


bautistas eran muy numerosos en Jamaica debido a su desarro­
llo que comenzó a fines del siglo XVIII. Llegaron a ser la
denominación más grande de Jamaica con sostén propio. En
1842 formaron la Sociedad Misionera Bautista de Jamaica con el
fin de mandar misioneros a Africa.793 Al mismo tiempo, estable­
cieron contacto con sus compatriotas en Costa Rica y se dieron
cuenta de la posibilidad de otro campo misionero. En 1887, la
Sociedad envió a Josué Heath Sobey a reconocer la zona. Al
escuchar su informe resolvió adoptar a Puerto Limón como un
campo misionero y nombraron a Sobey como el primer misione­
ro. El 2 de diciembre de 1888 se constituyó en Limón la Primera
Iglesia Bautista, la segunda iglesia protestante en la República.
Tenía seis miembros fundadores pero creció rápidamente. A
fines de 1889 tenía veintitrés miembros y una escuela dominical
con cuarenta y cinco asistentes.
En 1891 llegó otro misionero, E. Arnett, y la obra se
extendió a Calcutta, Nine Miles, Matina, Porvenir, Guacimo y
Turrialba. En 1889 ya tenía 367 miembros y una asistencia a los
cultos que sobrepasaba los 700. En 1893 Jaime Hayter fue
enviado a Puerto Limón bajo los auspicios de la Sociedad
Misionera Bautista de Inglaterra. El y Esteban Witt trabajaron
con los misioneros de raza negra de Jamaica, como Alfredo
McDonald. A fines del siglo McDonald se encargó de la obra en
inglés desde Turrialba hasta la costa y Hayter se trasladó a San
José para comenzar obras en castellano.794
Al mismo tiempo, los comienzos de la conocida Misión
Centroamericana se entremezclaban con la pujante obra bau­
tista y la obra de las sociedades bíblicas. En febrero de 1891
Guillermo McConnell llegó a Puerto Limón como el primer
misionero de la flamante sociedad misionera interdenominacio-
nal llamada Misión Centroamericana, recién organizada en
Texas bajo la dirección de C. I. Scofield.795 McConnell conoció a
Hayter y siguió viaje a San José para estudiar el idioma. En 1892
Francisco Penzotti llegó a San José, donde realizó trabajo de
colportaje hasta el año 1908. Penzotti era evangelista por
excelencia. Se hizo amigo íntimo de McConnell y le ayudó a
empezar la obra en castellano. Por eso, la obra de la Sociedad
Bíblica y la de la Misión Centroamericana se complementaban.
Penzotti, en un libro publicado después, dice:
280 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

La Misión Bautista —de ingleses evidentemente—


tienen algunos misioneros trabajando en la eosta entre los
negros. No hubo obra para los del país hasta que yo, en
compañía de W. W. McConnell y su esposa, tuvimos el
privilegio de empezar la evangelización.796

La obra bautista mencionada por Penzotti debía haber sido la de


la Sociedad Misionera Bautista de Inglaterra y sus misioneros
Hayter y Witt. Probablemente por la influencia de Penzotti,
Hayter se relacionó con la Sociedad Bíblica y se trasladó a
Guatemala cuando Penzotti volvió a Buenos Aires. Los comien­
zos bautistas en castellano de Hayter fueron absorbidos por la
obra de McConnell y la Misión Centroamericana que, a propósi­
to, ha contado con misioneros bautistas a través de los años.
La obra en Puerto Limón y alrededores logró su apogeo en
1909 y quedó estancada por falta de obreros. Witt y los ingleses
se mudaron a Panamá en 1910; McDonald volvió a Jamaica en
1915 y el único misionero de la Sociedad Misionera de Jamaica
era Guillermo Forde, quien llegó a Puerto Limón en 1908.
Debido a una merma en la obra bautista en Jamaica, y a una
serie de tormentas y sequías que azotaron a Jamaica, la
Sociedad no pudo enviar a otros obreros. Forde era un hombre
muy preparado de Barbados, graduado del Colegio de Spurgeon
en Londres. Hasta que llegaron los misioneros de Estados
Unidos, Forde mantuvo la obra en la costa como el único pastor
ordenado. Esta obra de habla inglesa forma parte de la Conven­
ción nacional en el día de hoy, pero mantiene sus características
británicas heredadas de la obra en Jamaica.797
Juntamente con estos dos antecedentes, inglés y jamaica­
no, otro comienzo bautista resultó en la Misión Latinoamerica­
na, una de las entidades evangélicas más reconocidas de
América Latina. Como en el caso de la Misión Centroamericana,
esta nueva Misión no quería tener nada que ver con rótulos
denominacionales. Sin embargo, su fundador era un misionero
escocés de tendencias bautistas, nacido en Canadá, Enrique
Strachan. Strachan y su esposa, Susana Beamish, una irlande­
sa, fueron a la República Argentina a principios de siglo XX
como misioneros de la Unión Evangélica, una misión interdeno-
minacional que empleaba a muchos bautistas. G. Campbell
Morgan, el famoso predicador bautista inglés, era el Director en
aquel tiempo y la mayor parte de los misioneros se preparaban
C o s ta R ic a 281

en el Colegio de Spurgeon Strachan trabajó en el sur de la


provincia de Buenos Aires y tenía un contacto estrecho con la
nueva obra bautista en el mismo país. Sin embargo, quería
dedicarse por completo a la obra de evangelista. Organizó
grandes campañas de evangelización en Perú, Brasil y Argenti­
na con la colaboración del elocuente predicador bautista, Juan
Varetto. Tuvo tanto éxito que pidió permiso para dedicarse
tiempo completo a tales actividades. La Misión le concedió
permiso, pero llegó la Primera Guerra Mundial en 1914 y
Strachan se vio obligado a postergar sus planes. Después de la
guerra, la Misión no pudo sostener tales obras. Por consiguiente,
los Strachan renunciaron y organizaron la Misión Latinoameri­
cana en 1921. La filosofía de la nueva misión era no fundar
iglesias sino auspiciar campañas de evangelización masivas, en
colaboración con otras misiones evangélicas. Aunque la historia
de esta Misión no figura en una historia netamente bautista, ha
tenido un impacto sobre la historia bautista en Costa Rica y en
toda América Latina. La asociación de Enrique Strachan y de su
hijo y sucesor, Kenneth, con los bautistas en Argentina, Bolivia,
Perú y Brasil no debe ser olvidada. La influencia de la esposa de
Kenneth Strachan, criada en un hogar de los bautistas del sur
de Estados Unidos, y el impacto de esta Misión sobre un
sinnúmero de misioneros bautistas que han pasado por Costa
Rica son innegables. Además, el “Evangelismo a Fondo” de
Kenneth Strachan contaba con la cooperación de muchas
iglesias bautistas. Cuando la Misión cambió su filosofía y
desarrolló sus instituciones en San José, muchos de sus
misioneros han venido de un trasfondo bautista.
En otras palabras, por la ley de asociación, ambas Misiones
—la Centroamericana y la Latinoamericana— reflejan las carac­
terísticas bautistas aunque no llevan el nombre. Es lamentable
que las relaciones entre ellas y los bautistas en Costa Rica no
siempre han sido muy felices, porque son de la misma estirpe.798
EL próximo comienzo bautista en Costa Rica tiene que ver
con el discutido pastor bautista de Nicaragua, Aurelio Gutiérrez.
Gutiérrez, con otros siete nicaragüenses, llegó a San José en
1924 para estudiar en el Instituto Bíblico. Al graduarse en 1927,
retornó a Nicaragua y fue pastor bautista. En 1943 volvió a San
José para estudiar en el Seminario de la Misión Latinoamerica­
na. Desde el tiempo de McConnell, las iglesias de la Misión
282 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Centroamericana practicaban el bautismo de adultos por asper­


sión. Aunque Gutiérrez era inmersionista, aceptó un cargo como
pastor adjunto de una iglesia de tal Misión.
Dos años antes, en 1941, la Junta de Misiones Domésticas
de los Bautistas del Sur de Estados Unidos, envió a Pablo Bell,
un misionero veterano de Texas, a Panamá para trabajar entre el
pueblo bautista de habla hispana. Bell, como muchos de los
misioneros bautistas de esa época, era un bautista “hitoísta”
(Landmark) y creía que las iglesias bautistas eran las únicas
neotestamentarias. Al mismo tiempo, la literatura bautista de la
Casa de Publicaciones en El Paso reflejaba estas tendencias
hitoístas. Gutiérrez, al estudiar la literatura, deseaba saber más y
entabló correspondencia con Bell.
Debido a su promoción de los principios bautistas en la
congregación, el concejo de la iglesia lo despidió. Sin embargo,
Gutiérrez contó con el apoyo de muchos miembros de la iglesia.
En fin, después de un conflicto amargo, Gutiérrez y treinta y
cinco miembros se apartaron de la iglesia y se constituyeron en
una iglesia bautista en agosto de 1943. Su “Formulación
Doctrinal” reflejaba claramente las doctrinas hitoístas. Aunque
había un poco de oposición a una relación con los bautistas del
sur de parte de unos miembros muy nacionalistas, Gutiérrez
procedió a buscarla por medio del misionero Bell. Pablo Bell y
José Prado de Panamá visitaron a Gutiérrez en diciembre de
1943. Después de examinar a los creyentes, unas cuarenta y
nueve personas, antes bautizados por aspersión, fueron rebauti­
zados por inmersión; y así la iglesia cismática de Gutiérrez,
hasta entonces llamada la Iglesia Evangélica Nacional, se
convirtió en la Primera Iglesia Bautista de San José. Inmediata­
mente, Gutiérrez comenzó a evangelizar y a persuadir a
creyentes de las otras iglesias a hacerse bautistas. Este proseli-
tismo de Gutiérrez y el exclusivismo de la flamante iglesia
evocaron el resentimiento de las otras denominaciones y dañó la
reputación de los bautistas desde el principio.799
Por la influencia de Bell, Gutiérrez fue nombrado misionero
de la Junta Doméstica de los Bautistas del Sur en abril de 1944.
El movimiento bautista progresaba bien hasta 1945 cuando
ocurrió un cisma, el primero de muchos otros que iban a golpear
la obra bautista de Costa Rica. Unos dieciséis miembros de la
iglesia no aprobaban los métodos de Gutiérrez y no querían
C o s ta R ic a 283

tener relaciones con entidades misioneras foráneas. Por eso, se


separaron de la iglesia en abril, y en mayo organizaron una
nueva iglesia llamada “La Iglesia Bautista Nacional”. Esto
produjo un espectáculo eclesiástico en las filas evangélicas de
San José. De todos modos, la Junta Doméstica apoyó a Gutiérrez
en medio de la controversia y él siguió su trabajo.
A pesar de estos contratiempos, la Primera Iglesia se
extendió y nuevas iglesias se fundaron en Alajuela, Naranjo,
San Isidro y Moravia. Se estableció una relación con los
bautistas en Puerto Limón. Durante estos primeros años Gutié­
rrez era el caudillo, apoyado por visitas ocasionales del misionero
Bell de Panamá. Este período de comienzos terminó en 1947
cuando mensajeros de San José, Limón, Naranjo, Alajuela, San
Isidro y Moravia organizaron la Convención Bautista en abril.
Este evento marcó el comienzo de una denominación bautista
en Costa Rica.
D esarrollo D enom inacional
(1947-1964)
La flamante Convención Bautista, nacida en un ambiente
de controversia y malentendidos, no prometía mucho en 1947.
Sin embargo, a pesar de los obstáculos, la obra entró en una
época nueva en la cual se mejoraron las relaciones entre los
otros bautistas y evangélicos. El mejoramiento, en gran parte, se
debió a la llegada del primer misionero extranjero de Estados
Unidos, Van Earl Hughes, en diciembre de 1947. Hughes era
más liberal en su eclesiología que Bell y Gutiérrez, y era muy
simpático en las relaciones públicas. Se relacionó con las
autoridades eclesiásticas de las otras denominaciones, se asoció
con la comunidad extranjera y diplomática y, en general, se hizo
muy popular en la ciudad de San José. Hughes aun envió
estudiantes bautistas al Seminario Latinoamericano. Por su
trabajo enérgico, Hughes elevó mucho el concepto de los
bautistas en Costa Rica.‫'״‘״‬
Sin embargo, el contacto con el Seminario Latinoamerica­
no, iniciado por Hughes, fue aprovechado por Gutiérrez para
fomentar su programa proselitista. Cuando unos estudiantes
presbiterianos y otros de otras denominaciones fueron bautiza­
dos de nuevo por Gutiérrez, el Seminario y los bautistas
rompieron su relación. Como resultado, los bautistas fundaron
284 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

un nuevo Seminario con seis ex alumnos del Seminario Latinoa­


mericano en 1951. Una vez más los bautistas fueron despresti­
giados por otros evangélicos.
Mientras tanto, la Junta de Misiones Foráneas de los
Bautistas del Sur de Estados Unidos se encargó de la obra
bautista en Costa Rica. Van Earl Hughes pasó de la Junta
Doméstica a la Junta Foránea en 1949. Carlos Bryan y su esposa
llegaron en 1951 y nuevas obras fueron comenzadas en Heredia
y Guadalupe. En 1951 había seis iglesias, seis puntos de
predicación y cinco pastores trabajando con seis misioneros
foráneos.801
Entre los años 1951 y 1955 la entrada de nuevos misioneros
y pastores nacionales infundió nueva vida en la obra bautista.
Entre éstos se destacaron Adolfo Robleto de Nicaragua y Daniel
Rodríguez de Cuba. Robleto era un elocuente polemista contra
la Iglesia Romana, pero sabía cooperar y ganar el aprecio de
otros evangélicos. Rodríguez era promotor de educación cris­
tiana. Sin embargo, con la llegada de estos elementos nuevos y
el surgimiento de un ministerio costarricense, Aurelio Gutiérrez
poco a poco iba perdiendo el liderazgo de la Convención. La obra
bautista se duplicó entre los años 1949 a 1955; las iglesias
contaban con 500 miembros.
Sin embargo, los bautistas iban a recibir dos golpes más. En
1955 Gutiérrez tomó sus vacaciones en México donde entabló
relaciones con oficiales de la así llamada Confraternidad Bau­
tista Mundial (World Baptist Fellowship), una entidad de
bautistas fundamentalistas fundada por Frank Norris. En breve,
Gutiérrez se reunió con los líderes, Ralph McCoy y Jorge Norris,
y denunció a los bautistas costarricenses como modernistas.
Fue invitado a Fort Worth, Texas, la sede de la Confraternidad,
donde hizo un acuerdo con los fundamentalistas. Volvió a San
José y renunció el pastorado de la Primera Iglesia por razones
doctrinales y misioneras. En diciembre de 1955 McCoy y Norris
aparecieron en San José, y juntamente con Gutiérrez presidie­
ron la formación de una nueva obra con unos cuarenta y tres
miembros de la Primera Iglesia. Gutiérrez llegó a ser el campeón
de los fundamentalistas en América Latina, pero su obra en
Costa Rica no prosperó mucho. Se afilió luego con el movimien­
to de Cari Mclntyre.802
Dos años después la Misión de los bautistas del sur sufrió
C o s ta R ica 285
un tremendo golpe. El misionero Van Earl Hughes fue des­
pedido por la Junta por irregularidades financieras. El había
ganado la buena voluntad de un grupo de pastores allegados con
los favores que les brindaba. Cuando la Misión tuvo que
despedirlo, estos pastores se volvieron en contra de la Misión.
Los misioneros Carlos Bryan y Guillermo Dyal paulatinamente
pudieron estabilizar la situación, pero costaba mucho.8“
Por supuesto, la obra sufrió una merma temporaria como
resultado de este doble problema. No obstante las relaciones con
otras entidades evangélicas iban mejorando y la llegada de
nuevos misioneros trajo nueva vida. Varios puntos de predica­
ción se convirtieron en iglesias y algunas nuevas iglesias se
constituyeron en los suburbios de San José. Se inició una obra
entre los universitarios por medio del misionero Tomás Hill. Se
compraron propiedades para dos campamentos; y se inició una
obra por radio y televisión. En 1965 había unas diez iglesias con
aproximadamente 800 miembros.
D irección N acional
(1965 hasta hoy)
La transición desde la dirección misionera hasta la direc­
ción nacional no ha ocurrido sin grandes problemas. Las causas
de este cambio forzado y difícil se encuentran en los anteceden­
tes mencionados arriba. Cuando el misionero Hughes se fue en
1957, los pastores nacionales organizaron una Asociación de
Pastores. Por más de veinte años había luchas entre los pastores,
la Convención y la Misión. Las limitaciones de esta obra
previenen una consideración a fondo el asunto. Basta decir que
ha habido altibajos en el esfuerzo para llegar a una obra bautista
unida en Costa Rica. Varias iglesias se han retirado de la
Convención; hubo conllictos entre los mismos misioneros que
resultaron en muchos cambios de personal; y todo llegó a un
colmo cuando la Misión y la Convención se separaron la una de
la otra. De todos modos, las dos entidades siguieron adelante. La
Convención pronto llegó a un sostén propio y la Misión se dedicó
a la tárea de plantar nuevas iglesias. Por eso, la obra ha
avanzado, a pesar de la falta de cooperación. El Seminario ha
seguido sirviendo a todos los grupos. Los otros ministerios se
han mantenido y en los últimos años las relaciones van
mejorando.
286 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

En 1986 la obra de la Misión y la Convención contaba con


veintidós iglesias, treinta y un puntos de predicación y 1.550
miembros. El Seminario contaba con veinte alumnos y el Centro
Estudiantil funcionaba bien. Unos diecisiete pastores naciona­
les y veinticuatro misioneros constituían el equipo de obreros.
La Iglesia Bautista Nacional, el grupo que se separó de
Gutiérrez en 1945, se ha mantenido sin mucho crecimiento.
Formado por algunos de los miembros fundadores de la Primera
Iglesia, quieren ser bautistas fundamentalistas “pero sin ser
extremistas”. Se quedaron con la propiedad original, pero la
vendieron y edificaron un nuevo templo en Barrio Luján.
Cuentan ahora con dos congregaciones con unos treinta miem­
bros.S(M
Otro grupo bautista en Costa Rica se llama Asociación
Bautista Costarricense. Cuentan con siete congregaciones con
unos 100 miembros. La obra fue fundada por W. S. Goulding,
un misionero de Panamá, y está asociada con el grupo ultrafun-
damentalista de Estados Unidos que se llama Asociación
Bautista Americana. Son vestigios del movimiento hitoísta entre
los bautistas de Estados Unidos en el siglo XIX. No reconocen
como válidos el ministerio, ritos, o miembros de otras iglesias; y
no quieren tener nada que ver con grupos ecuménicos.
El otro grupo bautista es el fundado por Gutiérrez y los
fundamentalistas de la Confraternidad Bautista Mundial. Van
desapareciendo paulatinamente. Tienen dos congregaciones
con menos de cincuenta miembros.‫״״״‬
La historia bautista en Costa Rica es una tragedia de
diferencias. Demuestra la problemática de una obra compuesta
de disidentes de otras obras e iglesias. También da testimonio
elocuente de la seriedad de las controversias doctrinales y los
extremos eclesiásticos. Enseña la necesidad de una cooperación
ecuménica práctica con otras denominaciones similares y la
necesidad de una comprensión transcultural entre misioneros y
nacionales. Costa Rica promete mucho; necesita una obra
evangélica unida y evangelizadora. Los mismos jóvenes costa­
rricenses están demostrando un nuevo espíritu misionero. En
1968 se fundó una Junta misionera y nombró a su primer
misionero. Puede ser que los problemas internos de los bautistas
de Costa Rica se sanarán cuando los mismos bautistas, misione­
ros y nacionales juntos, se fijen en los desafíos externos.
C apítulo XIII
PANAMA
Es imposible pensar en Panamá sin fijarse en el Canal. En
verdad, el Canal ha sido el factor principal en el desarrollo
histórico de Panamá. La población de Panamá —aproximada­
mente dos millones— es ciertamente pequeña si se compara con
la mayoría de las naciones latinoamericanas. Sin embargo, su
importancia estratégica, como puente entre los dos grandes
océanos, le ha dado una importancia no determinada por su
población o por su tamaño. Desde los primeros descubrimientos
y exploraciones de los intrépidos españoles, el istmo de Panamá
figuró como parte muy importante en sus planes. Casi todo el
comercio de las colonias al sur de Panamá debía por fuerza
cruzar el istmo en su ruta hacia y desde España. Panamá tuvo
por esto mucha importancia como eslabón de enlace y, también
por esto, gozó de cierta medida de independencia que no fue
conocida en las demás colonias. La riqueza del botín de paso, o
en las bodegas en Panamá, se convertía en un paraíso para los
piratas y repetidamente Panamá fue saqueada por ellos.806
En el siglo veinte Panamá ha sido el foco de la atención
mundial en un grado mucho mayor que lo que podría indicar su
tamaño. A fin de construir el Canal de Panamá, Estados Unidos
urdió una revuelta que resultó en una separación del territorio
de la soberanía de Colombia y en el nacimiento de una nueva
nación. Desde la antigüedad, ciertos elementos en Panamá
deseaban independizarse; empero, cuando el presidente Teodo­
ro Roosevelt no pudo lograr un acuerdo con Colombia sobre los
derechos para construir un canal a través del istmo, Panamá,
apoyada por Estados Unidos, aprovechó el tiempo muy oportuno
para declarar su independencia. Roosevelt reconoció ai nuevo
país inmediatamente y así fue allanado el camino para el nuevo
canal.
287
288 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Desde aquel tiempo, Panamá ha existido en gran parte por


su relación con el Canal. Dos tercios de su población vive en la
estrecha faja a cada lado del Canal, o en las ciudades terminales,
Ciudad de Panamá y Colón. Al recibir su independencia de
Colombia en 1903, Armó un tratado con Estados Unidos. Según
los términos del tratado, Panamá llegó a ser casi una colonia de
Estados Unidos y este país ha ejercido, y sigue ejerciendo, un
papel predominante en los asuntos internos de Panamá. La zona
del Canal, que tiene cincuenta y ocho kilómetros de largo y
dieciséis de ancho, está bajo la jurisdicción de Estados Unidos.
En 1978 un nuevo tratado, muy polémico, ha devuelto el Canal
a Panamá, pero Estados Unidos sigue controlando el destino del
asunto por las presiones económicas y militares. Esta dependen­
cia frente al nacionalismo latente ha sido un gran factor en el
desarrollo religioso del país. Hasta cierto grado, el Canal ha sido
un gran factor en el desarrollo bautista en Panamá.87‫״‬
Panamá está también dividido lingüística y étnicamente.
Los negros de mayor edad procedentes de las Indias Occidenta­
les prefieren todavía el inglés, aunque la generación más joven
se está integrando con la cultura de habla hispana. Además, hay
una numerosa población de habla inglesa en la zona del
Canal.808 Etnicamente, hay cuatro divisiones: los mestizos
(español e indio), los negros, los blancos y los indios Cuna,
Choco y Guaymí. Debido a su lugar estratégico en el mundo
comercial, Panamá ha atraído a comerciantes de todas partes,
especialmente de la India. El mundo panameño de negocios es
muy cosmopolita —hay chinos, japoneses, árabes, libaneses y
judíos, quienes no solamente participan en los negocios, sino
también traen sus religiones y sus culturas. El espiritismo es
prevalenciente y las religiones sincretistas, como el Ba’hai, son
populares.809
Por supuesto, la Iglesia Católica Romana reclama un
ochenta y cinco por ciento de la población. La historia y la
tradición del país son netamente católicas pero, como es el caso
en muchos de los países latinoamericanos, la gran mayoría no
son católicos comulgantes. Una prueba de la problemática
católica es su dificultad en reclutar a sacerdotes. Un veinte por
ciento del clero católico es panameño; el resto es extranjero. La
Iglesia Católica Romana en Panamá ha confrontado un anticle­
ricalismo perenne y político y, por eso, no ha tenido en la historia
Panam á 289
de Panamá la influencia que ha tenido en otros países. Se
asemeja a la Iglesia Católica Romana en Estados Unidos debido
a la hegemonía estadounidense en el área.810
Los primeros protestantes en Panamá eran metodistas
inmigrantes del Caribe en 1815. Tal protestantismo fue fortale­
cido por la llegada de más de 30.000 inmigrantes negros de las
Indias Occidentales que llegaron entre los años 1855 y 1900
para ser obreros en la construcción de ferrocarriles, caminos y el
Canal. En 1882 misioneros de Jamaica y de Inglaterra llegaron
para atender sus necesidades religiosas. La mayor parte eran
metodistas y bautistas, con unos pocos anglicanos. Después de
la independencia en 1903, contando con el apoyo fuerte de
Estados Unidos, apareció un número grande de misioneros de
las principales denominaciones de ese país, tal como el Ejército
de Salvación, Iglesia de Dios, metodistas, adventistas, episcopa­
les y otros. Después de la Primera Guerra Mundial aparecieron
los grupos pentecostales que ahora tienen la distinción de ser la
denominación protestante más grande. Después de la Segunda
Guerra Mundial, un sinnúmero de agencias misioneras peque­
ñas y paraeclesiásticas han entrado en Panamá. Toda la
situación reügiosa es muy pluralista y heterogénea.
C om ienzos Bautistas
(1866-1908)
La presencia y testimonio bautistas en Panamá han llegado
en cuatro etapas, cada una respondiendo a las necesidades de
los grupos étnicos que componen el país. Los pioneros fueron
los misioneros bautistas de Jamaica e Inglaterra que llegaron en
1866. La Sociedad Misionera Bautista de Jamaica, con la
colaboración de la Sociedad Misionera Bautista de Inglaterra,
respondió a las necesidades espirituales de un sinnúmero de
inmigrantes de habla inglesa que estaban trabajando en Pana­
má. Los españoles y los mestizos no podían aguantar el clima
cálido de las costas de América Central y, por eso, buscaron a
obreros ya acostumbrados a tales climas en las Indias Occiden­
tales. Los franceses, que iniciaron el proyecto del Canal en
Panamá, buscaron a estos obreros robustos y dependían de ellos.
Los bautistas en Jamaica eran numerosos y fuertes debido a
la obra misionera entre ellos de ex esclavos de Estados Unidos
como Jorge Leile, quienes evangelizaban en Jamaica un siglo
290 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

antes. Por eso, los bautistas jamaicanos estaban en condiciones


de enviar misioneros a Panamá en 1866. El templo bautista tan
hermoso en Bocas del Toro es un testimonio a esta obra
abnegada y un resultado de ella.811 La conocida Sociedad
Misionera Bautista de Inglaterra, organizada por Guillermo
Carey en 1793, estaba relacionada con la obra bautista en
Jamaica y había tenido un papel muy importante en la abolición
de la esclavitud en 1833. Esta Sociedad asesoraba a los jamaica­
nos en su obra misionera en Panamá con personal y fondos.812La
obra prosperaba debido a tantos obreros que llegaron como
bautistas y deseaban cultos en inglés.

Expansión Bautista
(1908-1941)
Cuando la obra del Canal se entregó a Estados Unidos en
1903, muchos norteamericanos se trasladaron a Panamá como
obreros y directores de la obra. Por consiguiente, diversas
denominaciones de ese país enviaron a predicadores y a
misioneros para atender a las necesidades espirituales de sus
adherentes, entre ellos los bautistas. Tales esfuerzos fueron
considerados más bien como misiones domésticas en vez de
foráneas. La Junta de Misiones Domésticas de los Bautistas del
Sur pronto se dio cuenta de la necesidad y, en 1905, inició una
obra organizada en Panamá bajo la dirección atinada de J. L.
Wise. La obra se dirigía principalmente a los obreros de habla
inglesa, pero buscaba una forma de ministrar a todos los
sectores de la sociedad. Se realizaba obra en castellano y se
fundaron iglesias en la zona del Canal.
En 1908, debido a unos desastres naturales en Jamaica que
trajeron problemas económicos, los bautistas jamaicanos no
podían sostener debidamente sus obras en Jamaica y, por eso,
ofrecieron su obra misionera en Panamá a la Junta Doméstica
de los Bautistas del Sur. Por eso, la dirección de la obra bautista
en Panamá fue encargada a tal Junta, la que inmediatamente
aumentó su personal y servía a los indios occidentales en inglés,
al pueblo mestizo en castellano, y aun buscaba la forma de
dirigirse a los comerciantes indios y a los indígenas. Además, se
realizaba un ministerio al personal norteamericano en la Zona
del Canal. Aquí había un problema latente, a saber: la segrega-
Panam á 291

ción estricta entre la obra bautista de la zona del Canal y de la


República, la que seguía líneas raciales y lingüísticas. Esta
separación duró hasta 1978, cuando fue firmado el tratado
nuevo. Sin embargo, ha dejado sus huellas sobre una obra que
ha tenido un problema en integrarse a través de las barreras
raciales y culturales.
D ifu sión Bautista
(1941-1959)
El misionero veterano de Texas, Pablo Bell, padre, llegó a
Panamá en 1941. Con la llegada de este hombre tan idóneo y
dedicado, la obra bautista en Panamá se difundió a todos los
sectores del istmo. Bell, un hombre físicamente fuerte y
espiritualmente consagrado, asumió la superintendencia de la
obra. En aquel entonces, la Junta Doméstica tenía un sistema
eclesiástico similar al de los metodistas. Había superintendentes
que administraban la obra y la ayuda fraternal. Hasta el tiempo
de Bell, la obra bautista se concentraba en los habitantes de la
zona del Canal, pero Bell procuró, por primera vez, la evangeli-
zacion de los panameños mismos en castellano y fuera de la
zona del Canal. Bell merece un lugar de honor en la lista de
misioneros norteamericanos porque no solamente afianzó la
obra en Panamá, sino que también usó a Panamá como una base
para la extensión de la obra bautista en toda América Central. El
abrió surcos en Costa Rica, Guatemala, Honduras y otros países.
Era una clase de pionero, severo y “cabeza dura”, de la estirpe de
MacDonald en Chile y Besson en Argentina. Aunque su
doctrina “hitoísta” y exclusivista causaba problemas en algunos
casos, en general los bautistas en América Central le deben
mucho. El, su esposa y sus hijos han contribuido mucho a la
obra misionera de los bautistas.813
Los esposos Bell, habiendo trabajado con el pueblo de habla
castellana en Texas, rompieron la barrera de la zona del Canal y
se lanzaron al trabajo entre los mestizos. Hubo muchos proble­
mas y obstáculos, pero pusieron los fundamentos de la obra
floreciente en Panamá hoy en día. Bell era el hombre de
transición entre la obra doméstica y foránea de los bautistas del
sur en Panamá.814
Bell y los otros misioneros reconocieron la necesidad de
extender la obra bautista a los indígenas en Panamá. En 1954, la
292 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Junta Doméstica asumió la responsabilidad de una obra inde­


pendiente del misionero Lonnie Iglesias entre los indígenas San
Blas. Más adelante alcanzaron a las tribus Cuna y Guaymi. Hay
iglesias entre ellos en el día de hoy. Debido a este desarrollo
verdaderamente nacional, los bautistas panameños estuvieron
en condiciones de organizar su primera entidad nacional en
1959.815
D esarrollo N acional
(1959 hasta hoy)
En 1959 había una docena de misioneros domésticos
trabajando con la obra en castellano, aparte de los que trabaja­
ban en inglés. Además había unos veinte misioneros colaboran­
do con la obra entre los indígenas. Bell y otros habían fundado
una especie de Instituto Bíblico en La Chorrera y las iglesias
contaban con aproximadamente 3.000 miembros. Con estos
elementos se constituyó la Convención Bautista de Panamá en
1959. Muchos de los datos fueron perdidos y no se puede decir
exactamente cuántas iglesias y mensajeros participaron, pero a
partir de ese momento los bautistas panameños han desarrolla­
do un programa nacional en colaboración con las juntas
misioneras. Más de la mitad de ellos son de la obra antigua en
inglés, pero las obras en castellano han demostrado el creci­
miento mayor. En 1963 informaron 5.989 miembros y en 1971,
6.182. Esto indica un estancamiento de la obra alrededor de
1970 debido a muchos problemas económicos y misioneros.
Desde 1964 hubo muchos altibajos en la política de Panamá que
afectaron la creciente obra bautista. Al mismo tiempo los
elementos nacionales estaban luchando para independizarse en
la obra misionera.
Dándose cuenta de este problema transcultural, los bau­
tistas del sur cambiaron su política y transfirieron la obra de la
Junta Doméstica a la Junta Foránea. La transición se realizó
entre los años 1973 y 1975. La Junta Foránea envió a un equipo
de misioneros veteranos de varios países —México, Argentina,
Honduras— para establecer una relación con la Convención
Nacional. Esta política no resultó, no por causa de los misione­
ros tan idóneos, sino por causa de factores personales y
nacionalistas. Después de sesenta y nueve años bajo la Junta
Doméstica, les costó a los creyentes nacionales adaptarse a los
Panam á 293

principios y filosofía de la nueva Junta Foránea. No obstante los


altibajos, la obra se consolidó y la Convención ha crecido.
La obra convencional en Panamá incluye el apoyo a las
iglesias de habla inglesa y castellana y el desarrollo de la obra
entre las tribus indígenas; un Campamento hermoso, Cresta del
Mar, ubicado en Santa Clara; un Seminario Teológico en
Arraijan y una Librería en la Ciudad de Panamá. Hay una obra
eficaz entre los universitarios en un Centro Estudiantil. El
tratado de 1978 ha disminuido el nacionalismo acérrimo y el
pueblo bautista ha podido recibir equipos de laicos bautistas de
Estados Unidos, quienes han participado en campañas de
evangelización. Las mujeres bautistas desarrollan obras sociales
para huérfanos y ancianos. En fin, la obra, ahora netamente
nacional, está en plena marcha. Incluyendo las obras de la zona
del Canal, había aproximadamente 10.000 bautistas en Panamá
en 1986. Estos creyentes bautistas están congregados en más de
cien iglesias locales. Había más de 100 pastores nacionales
trabajando con veintitrés misioneros de la Junta Foránea.816
En 1962 los bautistas del libre albedrío empezaron una obra
en Panamá. En 1982 contaban con siete congregaciones y 500
miembros. Su entidad nacional se llama Iglesia Bautista Libre.
En ese mismo año, 1962, los bautistas conservadores de Estados
Unidos iniciaron una obra en Panamá. En 1982 tenían cuatro
congregaciones con unos cincuenta miembros.817
En el día de hoy hay tremendos problemas políticos en
Panamá, pero la obra bautista está preparada para encararlos.
Está en manos nacionales como una colaboración de varias
misiones extranjeras que procuran trabajar bajo la dirección
nacional. El desafío que está delante de los bautistas de Panamá
es la integración armoniosa de los elementos diversos en una
obra unida y estable, que podrá influir en todo el pueblo
panameño y guiarlo a una relación salvadora con Jesucristo.
C apítulo XIV
NICARAGUA
Entre los países de América Central, Nicaragua tiene mayor
extensión geográfica y menor densidad demográfica. Su pobla­
ción de aproximadamente dos millones y medio está esparcida
de tal manera que hay dieciocho personas por kilómetro
cuadrado.818 En curioso contraste con casi todos los países
cruzados por la cadena andina, Nicaragua tiene la mayor parte
de sus habitantes no en el altiplano o en las montañas, sino en
las llanuras y las costas. Cuando llegaron los españoles en 1523,
hallaron a un cacique de nombre Nicaragua. El se hizo catóüco
y aliado de los conquistadores y en premio ellos dieron su
nombre a toda la región.819
El pueblo nicaragüense es en un setenta por ciento mestizo
de habla castellana, pero hay minorías de indígenas, negros y
europeos. Un cuarenta y siete por ciento de la población es
joven, de menos de 15 años; y un cuarenta y dos por ciento vive
en centros urbanos. Los indígenas misquitos y los negros se
encuentran en la costa y constituyen subculturas aisladas de la
cultura predominante por las barreras geográficas y üngüísticas.
Un noventa y cinco por ciento del pueblo es católicoromano,
pero desde 1893 y la revolución liberal ha habido libertad de
cultos. El gobierno oficialmente tiene separación de iglesia y
estado, pero durante el régimen de los Somoza la Iglesia
Católica Romana recibía favores especiales. Otras denominacio­
nes fueron toleradas pero no favorecidas.
Sin embargo, en 1969 la Iglesia Católica Romana rompió tal
relación y fue instrumento en la caída de la dictadura de
Somoza. Varios sacerdotes han servido en el gobierno sandinista
en contra de la voluntad del Papa romano.820 Tanto evangélicos
como católicos han tenido sus dificultades con los altibajos de
los sandinistas, especialmente cuando tal gobierno se hizo más
294
N ic a r a g u a 295

marxista que nacionalista. La situación política tan candente


hoy en día tendrá mucho que ver con el futuro de los
evangélicos en Nicaragua. Hay una gran división entre ellos
sobre la cuestión de su postura ante los sandinistas.
Lamentablemente, las intervenciones de los ingleses y los
norteamericanos en la política nicaragüense han perjudicado la
reputación de los evangélicos en el país, siendo que la mayor
parte de los misioneros han procedido de esos países. Por
ejemplo, desde 1655 Gran Bretaña pretendió derechos sobre la
costa habitada por los indios misquitos. No cedió sus derechos
hasta que Nicaragua ya era República en 1821 y aún entonces,
sólo con la condición de que el gobierno local de los misquitos no
fuese interferido por el gobierno central del país. Más tarde los
mismos misquitos cedieron voluntariamente al gobierno central,
pero hasta el día de hoy mantienen una cierta independencia
que ha causado problemas.821
El caso célebre de las relaciones desafortunadas entre
Estados Unidos y Nicaragua fueron las aventuras del mercena­
rio Guillermo Walker. Alrededor de 1857 Walker, aprovechando
las contiendas entre los liberales y conservadores, se apoderó del
ejército nicaragüense y ya aspiraba a la presidencia. Por fin
desterrado, trató de volver dos veces y finalmente fue capturado
y fusilado, no en Nicaragua sino en Honduras. Los primeros
colportores y misioneros de Estados Unidos tenían que afrontar
el prejuicio antinorteamericano fomentado por Walker. Dos de
ellos, cuando rehusaron tomar armas en su contra, fueron
fusilados como espías en el año 1856.822
Otras tres veces Estados Unidos ha intervenido en Nicara­
gua con sus infantes de marina; o cuando parecía que el país iba
a caer en el caos total, o para evitar el peligro de que algún país
europeo se adueñase de la proyectada ruta del canal interoceáni­
co. Augusto Sandino, el héroe de los sandinistas contemporá­
neos, se destacó por su resistencia a la ocupación norteamerica­
na. Cuando los últimos soldados de Estados Unidos se retiraron
en 1933, después de garantizar una elección presidencial libre y
justa, dejaron como jefe de la policía nacional a Anastasio
Somoza, quien asesinó a Sandino y se apoderó del poder. Hasta
1979 Anastasio, Luis y Anastasio II mantuvieron una dictadura
casi increíble. Los nicaragüenses han tenido dificultad en
perdonar a Estados Unidos por la relación mantenida con los
296 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Somoza por muchos años. Todos los problemas políticos de la


situación nicaragüense contemporánea y, además, los proble­
mas de la obra misionera evangélica en Nicaragua, no pueden
ser comprendidos sin tener en cuenta este trasfondo político.
El Precursor Evangélico
(1849)
Los primeros evangélicos en Nicaragua fueron los moravos
alemanes que llegaron a la costa en 1849. Establecieron una
gran obra evangelizadora, cultural y civilizadora en Bluefields y
todo el Litoral. Han edificado gran número de iglesias y templos,
escuelas y colegios más una librería, un hospital y talleres
industriales. La Iglesia Morova se ubica entre los obreros indio-
occidentales protestantes en los campos bananeros y entre los
indios misquitos. Es la denominación evangélica más numerosa
de Nicaragua, pero está confinada a la costa y tiene poco que ver
con las iglesias de habla hispana.823 Debido a que los moravos
son cristianos de piel obscura, hablan inglés y viven en los
campos bananeros separados de la población de habla hispana,
ejercen por tanto muy ligera influencia sobre el extendimiento
del evangelio en Nicaragua.824
Un Precursor Bautista
(1852)
Repetidas veces, los historiadores pasan por alto una
presencia bautista en Nicaragua muy antigua. Desde 1852 ha
habido iglesias bautistas en Corn Island y Bluefields. La Iglesia
“Ebenezer”, de Corn Island, fue organizada en 1852 por el
pastor Edward Kelly, procedente de Belice. En 1889 fue
suplantado por un tal Williams, quien llegó de Jamaica, enviado
por la Unión Bautista de Jamaica. Durante su existencia, la
iglesia de Corn Island ha tenido una serie de buenos pastores,
ha levantado cuatro capillas y ha alcanzado a la mayoría de los
habitantes de la isla. Sin embargo, esta iglesia y la de Bluefields
jamás han formado parte de la comunidad bautista nicaragüen­
se. Debido a la dominación Británica por mucho tiempo en
aquella parte de Nicaragua, al idioma inglés que es su lengua
dominante y a la escasa comunicación que existía con el resto
del país, aquello era como otra nación lejana y casi desconocida.
N ic a r a g u a 297

Hay una iglesia de habla castellana afiliada a la Convención en


el día de hoy.825
Los Precursores E vangélicos
(1900-1917)
Antes de la llegada de los bautistas en 1917, el ubicuo
Francisco Penzotti, el colportor italiano-uruguayo, lleno de
espíritu aventurero y apostólico, recorrió Nicaragua en 1892
distribuyendo Biblias en Cárdenas, Potosí, Buenos Aires, Rivas,
Granada, Masaya, Managua, León y Corinto. En visitas posterio­
res, Penzotti logró ver los frutos de su obra en una pequeña
congregación que se formó en la capital.826
Con la ayuda de Penzotti, la Misión Centroamericana inició
una obra en Nicaragua en 1900. El primer misionero fue A. B.
de Roos, predicador poderoso, quien juntamente con dos
señoritas bautistas inglesas, Eleanor Blackmore y Eva Ridge,
realizó una buena obra en Nicaragua hasta 1912. Como muchos
de los misioneros centroamericanos, éstos eran de un trasfondo
bautista aunque trabajaban bajo los auspicios de la Misión
Centroamericana.827 Esta misión interdenominacional puso los
cimientos para la obra bautista después. De Roos, comentando
sobre la situación religiosa en 1900, dijo:
Todos se llaman cristianos, han sido bautizados y hacen
buenas obras. Su cristianismo es paganismo puro, su
bautismo es el bautismo del ciego, y sus buenas obras son
adulterio, mentiras, robo, homicidio, embriaguez. . . Este
mes hubo en Managua veintiocho bautismos, pero un solo
niño era “legítimo”. Es fácil encontrar al sacerdote ebrio y
tambaleando por las calles. Solamente Dios y su palabra
pueden cambiar los corazones de estos pobres pecadores.826

La Misión Centroamericana ha crecido lentamente. Ha


dado énfasis al sostenimiento propio y la autopropagación, pero
es obvio que la iglesia no ha podido propagarse de por sí.
Tampoco ha concedido satisfactoriamente el gobierno propio a
las congregaciones y, a consecuencia de ello, en 1955 once de
sus veintidós iglesias se declararon independientes y formaron
la Convención Evangélica Centroamericana. En 1965, varias de
las congregaciones restantes se separaron para formar la Asocia­
ción Misionera Evangélica Nacional.829
Por desavenencias con el misionero que estaba al frente de
298 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS
la Misión Centroamericana y que pastoreaba la pequeña iglesia
que existía en Managua, se separó de dicha Misión un grupito
encabezado por José Mendoza, un discípulo de De Roos.
Alquilaron una casa, hicieron muebles y se establecieron como
iglesia evangéüca independiente en 1911. Eleanor Blackmore,
de vuelta de Inglaterra, trabajó un tiempo con la Misión
Centroamericana, pero no pudiendo acomodarse a la política de
tal Misión, después de dos años, se separó de ésta y se unió con
el grupo evangéüco que pastoreaba José Mendoza. Se sostuvo
con su profesión de enfermera y la ayuda de amigos de
Inglaterra.830
Los C om ienzos Bautistas
(1917-1937)
En febrero de 1916 se realizó en Panamá el Congreso de
Obra Evangélica en América Latina, una reunión regional que
resultó de la famosa Conferencia Misionera de Edinburgo 1910.
Eleanor Blackmore fue invitada a asistir. Uno de los convenios a
que se llegó fue el de que Honduras, El Salvador y Nicaragua
fuesen evangelizados por los bautistas del norte de Estados
Unidos. En consecuencia, en abril del año 1916, la Sociedad
Femenil Bautista Americana de Misiones Internas, de Nueva
York, nombró a Eleanor Blackmore como su misionera en
Nicaragua. Con esta decisión, empezó en Nicaragua la historia
bautista denominacional. Eleanor Blackmore era una bautista
de Inglaterra y, con su nombramiento, los bautistas del norte de
Estados Unidos comenzaron su actuación en Nicaragua, lo que
ha resultado en la Convención Nacional Bautista de Nicara­
gua.831 Arturo Parajón relata la constitución de la primera iglesia
bautista de la nueva obra misionera:
A principios de 1917 llegaron a nuestro país el Rvdo.
Jorge Brewer, el Dr. Stomp, y el Dr. Brink como miembros y
representantes de la Sociedad Bautista Americana de Misio­
nes Internas (domésticas), y la Sra. Westfall y la Sra. Brewer
como embajadores de la Sociedad Femenil Bautista Ameri­
cana de Misiones Internas, de Nueva York. Después de orar
y consultar con el grupito dirigido por don José Mendoza y
con el cual trabajaba Miss Blackmore en Managua, se
sumergió toda la congregación incluso el pastor, (menos
Miss Blackmore que ya había sido bautizada en Inglaterra).
El acto lo verificó el Sr. Brewer en el lago de Managua, e
inmediatamente después se organizó la Primera Iglesia
N ic a r a g u a 299

Bautista de Managua, como con unos treinta miembros, en


la casa de las “Masayas”, barrio de la Momotombo. Así se
inició la obra bautista, bajo los auspicios de la Junta
Misionera de Nueva York, con don José Mendoza como
Pastor y la Srta. Blackmore como Misionera General.832

La flamante obra bautista se extendió rápidamente a partir


de 1918. Por las sierras en Masaya, Diriamba, Nagarote y otros
pueblos, fueron iniciados puntos de predicación. Con la presen­
cia de los bautistas, el catolicismo arreció el combate por medio
de folletos y periódicos. Para contrarrestar las acusaciones, los
bautistas fundaron El Colaborador, revista mensual que hizo
una gran obra apologética. Hubo algunos asaltos sobre los
templos, pero los creyentes iban ganando el favor del pueblo.833
Se fundaron congregaciones en Edén, León, Rivas, Masatepe y
otros lugares. La obra en León fue el producto de un misionero
pentecostal, Eduardo Barnes, quien comenzó una iglesia en
1911. Cuando él se trasladó a Estados Unidos en 1918, la
congregación decidió unánimamente replegarse a la denomina­
ción bautista.
En 1918 José Mendoza y la iglesia en Managua se
independizaron de la Misión. Esto fue un golpe duro a la obra
bautista, pero Mendoza falleció en el mismo año y la congrega­
ción independiente pronto se disolvió. Algunos de los miembros
fueron a la iglesia Centroamericana y otros volvieron a los
bautistas. Durante la crisis en Managua, el misionero Guillermo
Keech, radicado en El Salvador, estuvo por unos meses para
solucionar el problema y apaciguar los ánimos. En julio de 1918
reorganizaron la Primera Iglesia y en septiembre llegaron David
Wilson y su esposa, misioneros veteranos de México y Cuba,
quienes pudieron estabilizar bien la obra bautista. Wilson hizo
mucho por conciliar los ánimos exaltados de aquellos días de
prueba; estrechó lazos de compañerismo y cooperación con la
Misión Centroamericana; logró la formación de una escuela
nocturna semanal para dar cursos de Biblia, música y otras
materias que pudieran servir para la preparación de maestros de
escuela dominical y de obreros voluntarios. Durante la superin­
tendencia de Wilson, se adquirieron las propiedades más
valiosas con que contaba la obra bautista. En fin, Wilson dió
impulso a la obra en todo sentido; la ensanchó en diversos
lugares del país, edificó a los creyentes con su habilidad
300 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

excepcional para exponer la Biblia, y fundó La Antorcha antes


de su muerte en febrero de 1923.834
La obra misionera de los bautistas siguió prosperando bajo
el liderazgo de la señorita Blackmore y los esposos Scott y Dixon.
Un Colegio, fundado en 1917, creció mucho bajo la dirección de
una serie de señoritas misioneras muy idóneas. Un Seminario y
un Hospital, fundado en 1930, con una escuela de enfermeras,
lograron conseguir el reconocimiento del gobierno y han traído
mucho prestigio a la obra bautista.835 En 1937 cuando se
constituyó la Convención, había más de 1.000 bautistas en
plena comunión en las iglesias.
Convención N acional Bautista
( 1937‫ ־‬1982)
Desde hacía algún tiempo las iglesias bautistas sentían la
necesidad de reunirse para consultar juntas y estudiar del
mismo modo los varios aspectos de la obra bautista nicaragüen­
se cada vez más ensanchada y, así, después de darse los pasos
necesarios, se reunieron en Managua en abril de 1937. Se
constituyeron en la Convención Nacional Bautista de Nicara­
gua.836 En 1940 contaban con 1.422 miembros y en 1950
llegaron a aproximadamente 2.500 miembros en veintiún igle­
sias.837 En 1956, debido a la pérdida de miembros y al énfasis
sobre las instituciones, informaron que tenían 1.800 miembros.
En 1965 había más de 2.000 miembros en diecinueve iglesias.838
En 1979 se habían duplicado el número de iglesias hasta
cuarenta y cinco.839
En 1974 Managua fue destruida por un gran terremoto.
Murieron más de 12.000 personas y 300.000 quedaron desam­
paradas. Los bautistas nicaragüenses pidieron ayuda de todas
partes. Los bautistas del sur de Estados Unidos respondieron
con una ayuda muy eficaz, y así establecieron una relación con
la obra bautista nicaragüense. Debido a este contacto, la
Convención Nacional en 1974 solicitó el envío de misioneros de
los bautistas del sur para desarrollar un ministerio por medio de
una librería y la distribución de literatura. Después de consultas
con los bautistas del norte, Stanley Stamps y su esposa,
misioneros en Ecuador, se trasladaron a Nicaragua para em­
prender esta obra. Otros misioneros llegaron y el ministerio se
puso en plena marcha.
N ic a r a g u a 301

La buena marcha de la obra bautista fue interrumpida


bruscamente por la Guerra Civil que culminó con la caída de los
Somoza en 1979. Toda la agitación política dejó en suspenso la
obra, pero los bautistas perseveraron y realizaron una campaña
nacional de evangelización con 500 decisiones en 1979.840 Sin
embargo, la lucha produjo un gran éxodo de más de 15.000
nicaragüenses y la muerte de 3.000 más. Aunque muy pocos
bautistas han muerto, la situación ha afectado la marcha normal
de las iglesias.841
Los Bautistas y la R evolución
(1982 hasta hoy)
La obra bautista sigue creciendo en medio de la crisis de la
revolución en Nicaragua. La mayor parte de los bautistas desean
sostener a los sandinistas, siempre que ellos respeten la libertad
religiosa. Como los bautistas de Cuba, se encuentran en un
dilema, queriendo ser buenos nacionalistas pero, al mismo
tiempo, deseando ser fieles a Cristo. En 1982 la Misión de los
bautistas del sur, y otros misioneros norteamericanos, se retira­
ron voluntariamente de Nicaragua después de consultar con los
creyentes nacionales. Debido a la intervención de Estados
Unidos en el apoyo de los “contras”, y a los sentimientos
antinortemericanos del pueblo, los misioneros se vieron obliga­
dos a retirarse para no comprometer a sus hermanos nacionales.
Siguen manteniendo contacto y mandando ayuda financiera y
literaria.842 Además, a pesar de los altibajos políticos, y debido a
la dirección nacional idónea, la obra bautista sigue creciendo.
Hoy en día (1987) hay sesenta congregaciones con más de
6.000 miembros que forman parte de la Convención Nacional.844
Desde 1959 una Misión Bautista Internacional, compuesta de
iglesias bautistas independientes y fundamentalistas de Estados
Unidos, ha trabajado en Nicaragua. En 1982 contaban con
dieciocho congregaciones bautistas con 1.000 miembros.844
Nicaragua se encuentra en una encrucijada política. Está
luchando para mantener su autonomía y su dignidad nacional
bajo tremendas presiones económicas e ideológicas de los
poderes extranjeros. Dentro de este medio, los bautistas nicara­
güenses están buscando un camino recto de fidelidad cristiana y
de justicia social. Merecen el respeto y el apoyo de la comunidad
bautista mundial.
C apítulo XV
GUATEM ALA
Guatemala es el centro lógico y el país más populoso de
América Central. Fue la sede del gobierno colonial de la faja
sureña de México y la capital de la cultura maya que floreció
siglos antes de la era cristiana.845 Guatemala tiene dos culturas
principales bien definidas: la cultura latina, dominada por los
valores occidentales y la economía comercial de la ciudad de
Guatemala; y la cultura autóctona de las comunidades indíge­
nas que se basta a sí misma. Más de la mitad de los habitantes es
de descendencia indígena. La población de Guatemala habla
más de veintitrés idiomas y dialectos,846 y cuenta con más de
siete millones de habitantes.
Los países centroamericanos vivieron durante la colonia
con un espíritu netamente católico, ya que la Iglesia Católica
Romana era la imperante; ella gozaba de todo el apoyo del estado
casi desde el primer momento de la Conquista al mando de don
Pedro de Alvarado, enviado por Hernán Cortéz desde México a
principios del siglo XVI. Alvarado, al derrotar a los tres reinos
fuertes y bien organizados de los Quichés, Cakchiqueles y
Zutuhuiles, les obligó a aceptar el catolicismo y a trabajar, sin
remuneración, en la construcción de iglesias en contra de su
voluntad.
Después de 300 años de dominación española, se gestionó
el movimiento de independencia que se proclamó el 15 de
septiembre de 1821. Se constituyó la Federación Centro Ameri­
cana, pero los pueblos entraron en un período anárquico y
terminaron en fraccionarse en las cinco repúblicas centroameri­
canas en 1838. En lo ideológico se dividieron en dos: por una
parte los liberales, personificados en el general hondureño don
Francisco Morazán, y por otra los conservadores (apodados los
“sangre azul”), representados por el tirano don Rafael Carrera.847
302
G u a te m a la 303

La historia de Guatemala como república ha sido un


continuo vaivén entre estos dos extremos, los liberales y los
conservadores. Estos favoreciendo a los terratenientes y la
Iglesia Católica Romana y aquéllos a los indígenas y la libertad
religiosa. Justo Rufino Barrios (1871-1885), liberal, fue uno de
los grandes presidentes. Durante su gobierno los jesuítas fueron
expulsados, se cerraron muchos conventos, algunos obispos
fueron desterrados y fue instituida la educación laica. También
pudo efectuar el registro civil. Sin embargo, todo fue deshecho
cuando los conservadores volvieron al poder.
Una “revolución social” fue introducida en 1944 por Juan
Justo Arévalo que marcó una nueva etapa en la historia
guatemalteca. Arévalo y su sucesor, Jacobo Arbenz, podrían
haber traído gran adelanto a las masas si sus planes socialistas
no hubiesen sido infiltrados por izquierdistas comunistas, por
un lado, e intervenidos por fuerzas estadounidenses anticomu­
nistas, por otro lado. Castillo Armas, con el apoyo del gobierno de
Eisenhower, se apoderó del gobierno en 1954, pero fue asesina­
do en 1957. Desde aquel tiempo, hubo gobiernos muy conserva­
dores y anticomunistas que han controlado al pueblo, a pesar de
la resistencia de guerrillas armadas. Mucha gente inocente ha
sufrido debido a la lucha entre los contrincantes. Miles de
personas han muerto en los conflictos crueles.848
Durante esta época, Guatemala llamó la atención del
mundo cuando un golpe militar instaló al general Ríos Montt,
un evangélico, como presidente. Montt gobernó por un año y
medio y abiertamente favorecía a los evangélicos. Ellos experi­
mentaron un tremendo crecimiento y ahora constituyen más de
un veinte por ciento de la población. La presidencia de Montt
fue alabada por muchos evangélicos en todas partes, pero las
fuerzas armadas continuaban su campaña anticomunista, que
resultó en la muerte de miles de campesinos. Se cree que la
militancia evangélica de Montt fue un factor en su caída del
poder en 1983. Es difícil juzgar si su presidencia fue positiva o
negativa para la causa evangélica guatemalteca.849 De todos
modos, la obra evangélica, especialmente la pentecostal, va
creciendo de una forma rápida en Guatemala. La reacción a Ríos
Montt de parte de los generales católicos trajo un avivamiento
del catolicismo, pero la constitución garantiza la libertad religio­
sa para todos. De hecho, los primeros misioneros evangélicos
304 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

entraron en Guatemala en 1882 en respuesta a la invitación del


presidente Barrios. Empero, muchos años antes, un precursor
bautista procuró establecer una obra evangélica en Guatemala.
El Precursor Bautista
(1840-1846)
Federico Crowe, un ex marinero y colportor bautista,
reaÜzó una obra intrépida en Guatemala durante los años 1841-
1846. Llegó justamente durante el régimen conservador y, por
eso, afrontó mucha oposición clerical. Crowe nació en Bélgica
en 1819 de padres ingleses, miembros de la iglesia anglicana.
Era hijo muy rebelde y abandonó su hogar para servir como
marinero en un buque con rumbo a Guatemala. Debido a su
mala conducta, quedó mal con el capitán y tuvo que dirigirse a
Belice. En Belice se encontró con un misionero bautista,
Alejandro Henderson, y se convirtió dramáticamente. Se casó
con una viuda francesa y fue bautizado en 1837. La Iglesia
Bautista en Belice le comisionó como misionero-colportor a
Guatemala en 1841.850
Fue a Verapaz (Salamá) donde su principal trabajo era
distribuir Biblias de la Sociedad Británica y enseñar entre los
colonos ingleses. Sin embargo, pudo colocar el Nuevo Testa­
mento como Übro de lectura en varias escuelas (al estilo de
Diego Thomson y el sistema lancasteriano). A pesar de la
oposición acérrima del clero católico, Crowe tuvo mucho éxito
en Verapaz. Montado en muía, se dirigió a la capital en 1843
donde trató por los medios consulares y diplomáticos de obtener
permiso para distribuir la Biblia. Por fin, logró la aprobación para
colocar cuatro de sus tratados, y pudo entrevistarse personal­
mente con el presidente Carrera, a quien le regaló una Biblia.
Crowe fundó una escuela para niños y usó la Biblia en las
clases. Enseñaba clases de inglés y uno de sus estudiantes,
Lorenzo Montúfar, luego, fue el padre de la Constitución liberal
de Guatemala.851 Sin embargo, debido al clero católico, Crowe
fue sacado de Guatemala en 1846, custodiado por una escolta
que lo condujo a Izabal, y de allí a Belice en una pequeña
embarcación. No se sabe si volvió alguna vez como era su gran
deseo, ni qué sucedió a su esposa.852 La obra de Crowe no tiene
conexión alguna con la obra bautista actual en Guatemala;
empero su ejemplo promovió interés en la Biblia y fue la ocasión
G u a te m a la 305

de varias reformas liberales, como la enseñanza laica y la


libertad religiosa, que luego abrieron la puerta a los bautistas
modernos.853
Los Precursores Evangélicos
(1846-1928)
Después de una revolución en 1871 el partido liberal
ascendió al poder en Guatemala, y la Iglesia Católica Romana en
seguida perdió muchas de sus prerrogativas anteriores. El
caudillo de tal revolución fue el general Justo Rufino Barrios.
Una amiga evangélica de Barrios, Francisca de Cleaves, le
sugirió la conveniencia de llevar a Guatemala a algunos misio­
neros para que hicieran obra educacional y religiosa. El presi­
dente le dijo que iniciara los trámites correspondientes. Ella
escribió a la Junta Presbiteriana en Estados Unidos en 1882.
Sucedió en ese momento que el presidente hizo un viaje a
Nueva York y pudo concretar los arreglos personalmente con los
oficiales presbiterianos. Como resultado, el misionero Juan Hill
acompañó al presidente Barrios en su viaje de vuelta y contaba
con toda clase de facilidades para empezar su obra. Luego,
cuando Hill empezó una escuela, Barrios mandó allí a sus hijos.
Hill fundó la primera iglesia evangélica (presbiteriana) con ocho
miembros en 1884. Cuando Hill se enfermó, fue reemplazado
por Eduardo Haymaker, quien dirigió la creciente obra por
muchos años.854
La Misión Centroamericana entró en Guatemala en 1899 y
llegó a ser la precursora más importante de los bautistas.855 Los
Amigos (cuáqueros) siguieron en 1902; los nazarenos en 1904 y
las Asambleas de Dios en 1937. Todas estas obras misioneras
han prosperado bastante en Guatemala, especialmente las
Asambleas.856 Entre los misioneros de la Misión Centroamerica­
na había varios bautistas y luego los elementos que formaron
las primeras iglesias bautistas eran de las iglesias de tal
Misión.857
Para comprender el surgimiento de los bautistas de Guate­
mala, es necesario trazar un período de la historia de la Misión
Centroamericana entre los años 1899-1928. Basta decir que
entre los años 1846 y 1880 hubo un “período de silencio”
evangélico en Guatemala. En la política, las ideas liberales
estaban implementándose y las semillas sembradas por Crowe
306 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

estaban arraigándose. A pesar de los esfuerzos del conservadu­


rismo y del catolicismo, la presencia de los presbiterianos,
invitados por Barrios, jerarquizó el concepto popular de los
evangélicos. Alrededor de 1899 llegaron los primeros misioneros
de la Misión Centroamericana, fundada por C. I. Scofield en
Dallas, Texas. La Misión no tenía “personería denominacional”,
a propósito, porque representaba un movimiento en Estados
Unidos de “misiones de fe”, lo cual significaba que no solicita­
ban fondos, no buscaban obreros, no ofrecían salarios fijos y no
contraían deudas. En teoría, dejaban que “el Señor proveyera”.
Estas misiones, siguiendo el ejemplo del conocido Hudson
Taylor de la China, querían ser “evangélicas, evangelísticas e
interdenominacionales”.858
Los primeros misioneros centroamericanos fueron los espo­
sos Bishop de Honduras, quienes llegaron a la ciudad de
Guatemala en 1899. Los Bishop alquilaron un salón ubicado en
“Cinco Calles” y hubo reuniones por ciento cincuenta noches
seguidas. La primera noche la muchedumbre cometió algunos
desmanes y tuvo que intervenir la policía, pero luego mucha
gente se convirtió. Con la ayuda del ubicuo Francisco Penzotti,
el colportor metodista, se instalaron otros misioneros y viajaron
por el país evangelizando. Con mucho sacrificio, con poco
personal y con fondos limitados, la Misión Centroamericana
puso los cimientos de la obra bautista.859Cabe decir que muchos
de los primeros misioneros centroamericanos procedían de
iglesias bautistas en Estados Unidos. Por eso, dentro de las
nuevas iglesias que se organizaban, siempre había mucha
discusión interna sobre la eclesiología entre los verdaderos
“independientes” y los ex bautistas. Las congregaciones cen­
troamericanas adoptaron una política centralizada de gobierno
eclesiástico similar a los presbiterianos. Como resultado, dentro
de las congregaciones había una tensión sobre este particular
desde los comienzos.860
Además de esta influencia bautista dentro de las congrega­
ciones, había otros antecedentes bautistas en este período que
impactaron la denominación venidera. Según fuentes fidedig­
nas de entre los misioneros centroamericanos, por el año 1910
un grupo de representantes de los bautistas del sur de Estados
Unidos visitó Guatemala con miras a abrir una obra.861 Podrían
haber sido misioneros de América del Sur en camino a Estados
G u a te m a la 307

Unidos. Se sabe que el misionero Hart tenía la costumbre de


reconocer posibles campos en sus viajes de ida y vuelta. Sin
embargo, no resultó nada de tal iniciativa.
Entre los misioneros de la Misión Centroamericana, había
varios que promovían principios y prácticas bautistas. La Misión
practicaba la aspersión, pero varios de los misioneros, como el
doctor Carlos Seccord, insistían en la inmersión.862 Evidente­
mente otra misionera, Estella Zimmermman, se separó de la
Misión por convicciones bautistas. Jorge Colmar y Francisco
Bundy eran misioneros centroamericanos durante esta época,
pero mantenían principios bautistas. Todo esto demuestra que
un buen número de los primeros misioneros interdenominacio-
nales venían de un trasfondo bautista y compartían con los
miembros sus convicciones bautistas.863
Otro antecedente bautista fue la visita del famoso predica­
dor argentino Juan C. Varetto a Guatemala en 1921. Bajo los
auspicios de la misión evangelizadora encabezada por Enrique
Strachan, ex misionero a la Argentina, Varetto pasó cuatro
meses en Guatemala predicando en varias ciudades.864 Era un
predicador elocuente con profundas convicciones bautistas y no
se avergonzaba de proclamarlas. Varetto era muy anticlerical y
atacaba a la Iglesia Católica Romana en sus sermones. Por eso,
hubo varios choques con las muchedumbres, pero de todos
modos, Varetto dejó una impresión muy profunda en el pueblo
guatemalteco. Volvió una vez más en 1947 y se gozó del
progreso de la obra bautista.865
Entre los años 1922 y 1928 hubo unos conflictos en la
Iglesia Cinco Calles de la Misión Centroamericana. Los proble­
mas giraban alrededor de unas sociedades benéficas formadas
entre los creyentes y la oposición de algunos misioneros. En
1927 el misionero Eduardo Bishop y algunos ancianos de la
iglesia fundaron una sociedad anónima para resguardar los
bienes de la Misión. Lo hicieron sin consultar a la iglesia.
Cuando algunos de los miembros pidieron información sobre el
asunto, los ancianos se ofendieron y decidieron expulsar a los
inconformes. El día 15 de agosto de 1928 quedaban separados
veinte miembros de dicha iglesia. Estos veinte creyentes iban a
ser el núcleo de la futura denominación bautista.
308 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Los Evangélicos Independientes


(1928-1946)
Los creyentes excomulgados de la iglesia de la Misión
Centroamericana resolvieron asociarse con fines definitivos para
desarrollar un programa misionero íntegramente nacional. Se
constituyeron en lo que denominaban la “Convención Fraternal
Guatemalteca”. En verdad era una iglesia misionera. Discutie­
ron el asunto del bautismo y decidieron mantener el bautismo
por aspersión. Iniciaron una obra misionera muy agresiva y
establecieron obras en varios lugares como Escuintla, Puerto
San José, Santa Catarina, Tecpan, Comalpa y Acatenango.
Aunque se organizaban de una manera similar a la de su
antigua iglesia, comenzaron a usar la literatura de la Casa
Bautista de El Paso, editada por J. E. Davis. Varios de los jóvenes
fueron a Costa Rica para estudiar en el Seminario Latinoameri­
cano.866
En 1939 estas mismas congregaciones efectuaron una
reestructuración y once congregaciones se constituyeron en la
Convención de Iglesias Evangélicas Independientes el 17 de
agosto de 1939. Rechazaron la eclesiología de la Misión Cen­
troamericana y adoptaron el Manual para Iglesias Bautistas y el
Pacto de una Iglesia Bautista como sus normas eclesiásticas.
Estaban estudiando el libro de Principios Bautistas. Lanzaron
un nuevo periódico, “Nueva Era”, como su órgano oficial.867
Mandaron a delegados fraternales a las convenciones en Nicara­
gua y El Salvador. En 1942 siete de las iglesias tenían pastores
ordenados y la obra estaba creciendo mucho.
En 1944 Pablo Bell, en camino a Estados Unidos, pasó por
Guatemala. Bell, superintendente de la obra bautista en Pana­
má, consultó con líderes de la Convención. Al mismo tiempo, la
Convención estableció correspondencia con las convenciones
en El Salvador y Nicaragua, y con J. E. Davis de la Casa Bautista
de Publicaciones en El Paso. Buscaban una identidad bautista.
Los C om ienzos Bautistas
(1946-1960)
Todo este proceso culminó en 1946 cuando Pablo Bell,
Aurelio Gutiérrez de la Primera Iglesia Bautista de San José,
Costa Rica, y José Prado de la Iglesia Bautista de habla española
G u a te m a la 309

de la ciudad de Panamá visitaron Guatemala. Después de


consultar con los creyentes independientes, 300 personas se
bautizaron de nuevo por inmersión y se organizaron en cinco
nuevas iglesias bautistas. Al mismo tiempo, los pastores fueron
ordenados por las flamantes iglesias. En agosto del mismo año
se constityó la Convención Bautista de Guatemala. Todo este
cambio no sucedió sin oposición dentro de las iglesias. Unas
minorías de independientes no querían ser bautistas y se
apoderaron de algunos templos.868 No obstante los problemas,
una denominación bautista había surgido del largo proceso de
separación de los de la Misión Centroamericana.869 Por fin, el
grupo había logrado una identidad, solucionando el problema
citado por C. C. Quilo:
Estábamos de acuerdo en que uno de los máximos proble­
mas de nuestra obra era el no tener una fisonomía denomi-
nacional definida; no éramos presbiterianos, aun cuando
algo temamos de ellos, no éramos metodistas, aun cuando
algo se tenía de este sistema de gobierno, y más todavía, no
éramos INDEPENDIENTES, —aun cuando con grandes
titulares ostentábamos la denominación de INDEPEN­
DIENTES, y a mucho honor lo teníamos por ser uno de
nuestros ideales.870

La flamante Convención Bautista en 1946 contaba con las


siguientes iglesias: Getsemaní en la Capital, El Cordero en
Santiago, Bethania en la Capital, en Escuintla, Horeb en
Tecpán, Bethel en la Capital, El Buen Pastor en San Pedro, en
La Laguna, Betlehem en Santa Catarina Barahona, El Nazareno
y Sinaí en Puerto Barrios. En 1947 se realizó la Segunda
Asamblea en la Capital con trece iglesias representadas. Adopta­
ron un calendario convencional, crearon una librería bautista,
lanzaron un programa de colportaje y celebraron el primer
Instituto de Pastores.
La declaración pública de la identificación del grupo
Independiente como bautista causó no poca persecución y
molestias, y también alguna crítica de parte de otras iglesias y de
algunos no conformistas con la nueva orientación. Sin embargo,
dos acontecimientos reforzaron la nueva entidad. Primero, Pablo
Bell, padre, al ver las necesidades de los pastores, comenzó a
mandarles ayuda financiera según la política de la Junta
Doméstica de los Bautistas del Sur. Esto introdujo la subvención
310 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

financiera misionera que luego era un gran problema p ra la


obra. Segundo, la Junta Doméstica dejó la obra en Guatemala en
manos de la Junta de Misiones Foráneas. En 1947 Guillermo
Webb, presidente del Seminario Bautista en México y misionero
de los bautistas del sur, empezó a visitar a las iglesias guatemal­
tecas. En 1948 se trasladó a la ciudad de Guatemala y
colaboraba con los creyentes de Guatemala y Honduras.
La llegada de Webb marcó el comienzo de una relación
entre la obra bautista nacional y una obra bautista misionera de
los Estados Unidos. Han habido muchos altibajos debido al
espíritu de independencia de las dos entidades. A veces, los
misiorferos se olvidaron que estaban trabajando con una obra ya
establecida; y a veces los creyentes nacionales no comprendie­
ron los motivos y las iniciativas de los misioneros. A pesar de
esto, se ha formado una obra bautista y las relaciones han
mejorado. Al principio, la Misión se contentaba con respaldar la
obra nacional con fondos para edificaciones y para ayuda
fraternal.
Hubo un período apologético entre los bautistas guatemal­
tecos durante los años 1946-1952. Había divisiones internas y
controversias doctrinales mientras las iglesias instituían los
nuevos programas y siguieron nuevas prácticas. Cuando las
iglesias estaban a punto de consolidarse en 1952, la Misión
Bautista en Guatemala reforzó a su personal de repente.
Durante los años 1954 y 1955 llegaron los esposos Bell (hijo),
Cadwallader, Dyal y Scanlon para Guatemala; y los esposos
Hurst y Ratliff llegaron a Honduras. Los misioneros de los dos
países formaron una sola Misión. Este aumento vertiginoso de
misioneros jóvenes y agresivos trajo consecuencias desastrosas.
Los misioneros mismos eran muy capaces, pero diferencias de
política misionera, de práctica eclesiástica y, más importante, de
personalidad, causaron conflictos serios y la renuncia de Guiller­
mo Webb en 1955.871
La nueva Misión asumió la dirección de la Librería y el
Instituto Teológico sin consultar mucho con la Convención
nacional. Al mismo tiempo, con buena intención, pero sin una
buena consulta con los nacionales, la Misión puso en marcha un
programa de reducción de la ayuda fraternal. La idea era ayudar
a las iglesias a lograr un sostén propio. Empero estas eran
iglesias que ya se habían sostenido por muchos años antes de la
G u a te m a la 311

entrada de la Misión. De hecho, fue la obra de los misioneros


que inició la ayuda fraternal. Por eso, había muchos malentendi­
dos cuando la Misión anunció sus reformas. Los pastores
reaccionaron presentando un documento que procuraba unir la
obra bautista y garantizar el sostén de los pastores. La Misión
aceptó en parte las demandas, pero este suceso empezó una
década de conflicto entre la Misión y la Convención.872
El D esarrollo N acional
(1960 hasta hoy)
Los altibajos en la relación entre la Misión y la Convención
llegaron a su colmo en 1960. Los acuerdos entre la Misión y las
iglesias quedaron en la nada en 1959 cuando la Misión no pudo
responder a los pedidos de las congregaciones. Por fin, en 1960,
en lo que se llama ahora la “Convención Chiquita” la Misión, por
su portavoz, Carlos Alien, aclaró de una forma muy definitiva
que iba a controlar sus propios fondos y operar unilateralmente,
pero deseaba cooperar voluntariamente con la obra nacional.
Aunque fue un golpe duro, se notaron la franqueza y la firmeza
de la Misión. La Convención respondió en la afirmativa y se
constituyó una “Comisión Cooperativa” compuesta de misione­
ros y nacionales para dirigir la obra. Tal Comisión funcionó
hasta 1963, cuando fue disuelta. En fin, todo el desarrollo de
esta década de conflicto maduró mucho a la Misión y a la
Convención. El resultado ha sido el sostenimiento propio de las
iglesias locales y el uso del dinero de la Misión en obras
especiales de la obra convencional. A partir de 1967 había una
obra bautista mejor unida y organizada.873
Con los problemas de relación solucionados, la obra nacio­
nal bajo la dirección de la Convención se ha desarrollado
mucho. La educación teológica ha sido una obra de la Misión
desde 1952. El Seminario en la ciudad de Guatemala, por
muchos años en una situación muy precaria, ha crecido y hoy
en día cuenta con más de treinta alumnos. Por interés del pastor
Axel Chávez, con la ayuda del misionero Cadwallader, el
Instituto “Pablo C. Bell” fue instituido en las orillas del Lago
Atitlan y ofrece cursos esporádicos para los creyentes que no
pueden asistir al Seminario en la ciudad.
La obra bautista en Guatemala ha prosperado más entre los
guatemaltecos indígenas. Antes de ser “bautistas”, los “indepen-
312 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

dientes” se dirigían hacia los indios. Más o menos dos tercios de


los bautistas son de ascendencia indígena. Los misioneros
tienen a varios especialistas trabajando entre las tribus y
recientemente se inauguró una estación de radio con programas
en kekchi.874
Se nota mucho progreso en el esfuerzo para lograr el
sostén propio de las iglesias locales. En 1977 todas las iglesias de
la Convención se sostenían a sí mismas. La mayor parte de las
agencias de la Convención están en manos de una dirección
nacional; y los misioneros foráneos están poniendo mayor
énfasis sobre la extensión de la obra por la evangelización y la
fundación de nuevas congregaciones. Por ejemplo, en 1978
había cincuenta y nueve iglesias en la Convención con 5.700
miembros, bajo la dirección de ochenta y nueve pastores. En
1986 había noventa y nueve iglesias con 10.500 miembros y 150
pastores.875 Esto representa un crecimiento rápido que continúa
en el día de hoy. Las iglesias son ejemplares en su manera de
sostenerse debido a la enseñanza de la mayordomía.
La obra evangélica en Guatemala está en su apogeo. Está
llegando a constituir un veinticinco por ciento de la población
cuando uno cuenta a toda la comunidad evangélica. Un
fenómeno ha sido el crecimiento de los pentecostales. Están
aumentando principalmente en las zonas urbanas; y han
dependido notablemente de las iglesias más antiguas para
reclutar sus miembros.876 Sin embargo, los bautistas, habiendo
solucionado sus problemas entre misioneros y nacionales, están
en buenas condiciones de extenderse mucho. Si continúan su
celo evangelizador y mantienen la unidad denominacional,
prometen mucho para la historia bautista de América Latina.
C apítulo XVI
HONDURAS
Honduras es un país en pleno desarrollo. Siendo el país más
montañoso de América Central y estando aislado de las princi­
pales vías de transporte, tal como la carretera panamericana,
Honduras quedó apartado del resto del desarrollo centroameri­
cano por muchos años. Bosques de pino y árboles madereros de
anchas hojas cubren más del cincuenta por ciento de Honduras.
La falta de carreteras y líneas férreas prohibía los medios de
transporte para aprovechar los recursos naturales del país. Por
ejemplo, aún en 1959, no se llegaba a su capital, Tegucigalpa, ni
por tren ni por vapor.877 En 1970 había sólo 500 kilómetros de
carreteras pavimentadas. Sin embargo, la llegada del transporte
aéreo y la estación hidroeléctrica del Cañaveral, más la diversifi­
cación de la economía, tienen al pueblo hondureño en vías de
avance industrial.878
Honduras es famosa como una república bananera, siendo
la mayor parte de sus campos productores de tal fruto. No
obstante esta enorme industria, el país no ha sido el principal
beneficiario porque es propiedad de grandes empresas extranje­
ras. En grado superior a otros países, Honduras es país del
pequeño agricultor. En vez de ser una ventaja, esto ha resultado
en un problema. Los indígenas y los mestizos de los campos con
poco trabajo tienen lo suficiente para mantenerse precariamen­
te y quedan contentos. A veces, han resistido el progreso y los
cambios necesarios. La gran mayoría de la población de tres
millones y medio es mestiza, o como se dice en América Central,
ladino; hay muy pocos de origen europeo y unos pocos miles de
negros en el país. El Mercado Común Centroamericano ha
desempeñado un papel muy importante en el cambio de un
sistema de agricultura feudal al de una economía industrial. Sin
embargo, los conflictos, guerras civiles en los países vecinos y
313
314 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

guerras entre los países (como con El Salvador en 1968) han


impedido la cooperación necesaria.
A pesar de estos obstáculos, y la involucración de Honduras
en los conflictos centroamericanos como abado de Estados
Unidos, los recursos para el desarrollo están abí; y están siendo
aprovechados por el gobierno mibtar. Más de la mitad de los
habitantes son jóvenes de menos de quince años de edad. El
analfabetismo es bgeramente menor que en Guatemala, pero
sigue siendo un problema. Por muchos años el país más
atrasado cultural y económicamente de América Central, Hon­
duras está avanzando rápidamente hacia un nuevo nivel de vida.
Ofrece grandes posibüidades una vez que tenga mayor medio de
transporte y mayor desarrollo de sus riquezas naturales, minera­
les, bosques y agricultura científica.879 Sin duda, es un país
humilde, pero de un pueblo noble y trabajador —un pueblo
hambriento por el verdadero evangeUo de Jesucristo.880
PoUticamente, Honduras ha estado estrechamente bgado a
Guatemala, si bien, muchas veces contra su voluntad. Rebgiosa-
mente, como los otros países, es catóbcorromano, pero no tan
acérrimamente como los otros. Como centro del imperio maya,
fue convertido al catobcismo durante la colonia, pero no sintió el
impacto del catobcismo rígido de España. El catobcismo que
surgió era más independiente y sincretista. Hubo varios sacer­
dotes catóbcos en la historia que se rebelaron a la autoridad de
España y Roma.881 Durante un período hberal, se produjo la
separación de la iglesia y el estado en 1880. Por eso, los
evangébcos tienen plena libertad rebgiosa en Honduras hasta el
día de hoy. Es interesante ver un movimiento carismático muy
grande dentro de la Iglesia Católica Romana de Honduras.882 En
breve, no hay impedimentos mayores para el crecimiento de los
evangébcos en Honduras. Al contrario, los factores a favor de tal
crecimiento son múltiples. Esto expbca el tremendo aumento de
los últimos años —desde aproximadamente 6.000 en 1959 a
más de 100.000 en 1986. En 1988 se calcula que un tres por
ciento de la población es evangébca.883
Precursores Evangélicos
(1859-1946)
Cuando Gran Bretaña le cedió las Islas de la Bahía al
gobierno de Honduras en 1859, Honduras recibió su primer
H on du ras 315

contacto con una comunidad evangélica. Los habitantes de la


Isla eran protestantes y la mayor parte eran miembros de los
metodistas wesleyanos. No obstante los metodistas no intenta­
ron obra misionera en Honduras mismo hasta 1883, cuando
enviaron misioneros a trabajar entre los negros de la costa
norteña de habla inglesa. La influencia de la obra evangélica en
Guatemala tuvo impacto sobre los gobernantes liberales en
Honduras, especialmente el presidente Marco Aurelio Soto, y la
Constitución fue revisada para incluir la libertad religiosa.884
Los verdaderos precursores de los bautistas fueron los
misioneros de la Misión Centroamericana, una misión fundada
por C. L. Scofield en 1890. Muchos de los primeros bautistas
luego eran creyentes ganados por estos misioneros interdenomi-
nacionales. En 1896 los esposos Bishop y dos señoritas misione­
ras llegaron a Honduras bajo los auspicios de tal Misión. Siendo
verdaderos pioneros, sus comienzos fueron muy difíciles. Pensa­
ron iniciar su obra en Santa Rosa, pero tuvieron que esperar
cinco semanas en un pueblito las muías que habían de llevarlos.
Pernoctaron en casas muy precarias donde todos durmieron en
la misma habitación con los perros y el ganado. Sufrieron
enfermedades y la oposición acérrima de los sacerdotes que los
llamaban los “anticristos”. Pero cada día acudían nuevas perso­
nas a su casa para conseguir tratados evangélicos. La distribu­
ción de la Biblia fue su método principal y fueron asesorados por
visitas ocasionales del ubicuo Francisco Penzotti, quien tenía su
sede en Guatemala. Los Bishop se trasladaron a Guatemala en
1899 pero llegaron otros misioneros a Honduras y la obra se
extendió. Varios de los primeros misioneros fallecieron de las
fiebres comunes en aquel entonces.
La obra de la Misión Centroamericana tuvo muchos alti­
bajos debido a la falta de misioneros y la inestabilidad de las
iglesias formadas. La metodología de la Misión se prestaba más
a sembrar semillas que a plantar iglesias. La Misión estableció
una escuela en Minas de Oro y un hospital en Siguatepeque.
Estas instituciones han jerarquizado la obra evangélica pero no
han contribuido mucho al crecimiento numérico de los evangé­
licos. No obstante, todos los evangélicos de Honduras le deben
muchísimo a la Misión Centroamericana por haber sido el
abresurcos de la fe.885 Sus iglesias cuentan con unos 5.000
miembros en el día de hoy.886
316 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Otros precursores fueron los Amigos (cuáqueros) en 1902;


los adventistas en 1891, quienes han crecido más constante­
mente que cualquier otro grupo a través de los años;887la Iglesia
Reformada y Evangélica en 1920; y los moravos en 1930. Los
pentecostales entraron en 1937 por medio de las Asambleas de
Dios de El Salvador. Es interesante que los pentecostales no han
crecido tan rápidamente en Honduras como en otros países.888
En 1965 representaron solo un veintiún por ciento de los
evangélicos.889 Los hermanos libres han crecido considerable­
mente en los últimos años y muchos otros grupos entraron en
Honduras después de la Segunda Guerra Mundial. En general,
el crecimiento evangélico ha sido muy esporádico.890
C om ienzos Bautistas
(1946-1958)
Los bautistas estadounidenses del norte, por medio de su
Sociedad Misionera Doméstica, apoyaron la obra evangélica en
Honduras a partir de 1918, pero no establecieron una obra
denominacional. Su énfasis y apoyo eran netamente ecuméni­
cos.891 Sin embargo, el comienzo de la obra denominacional se
remonta a 1946. En enero de aquel año, el superintendente de la
Junta de Misiones Domésticas en Panamá, Pablo Bell, padre,
recibió una invitación de un grupo de creyentes relacionados
con la obra de la Misión Centroamericana en Banquito, Hondu­
ras. Querían que Bell les visitase con miras de organizarse en
una iglesia bautista. Estos creyentes por un tiempo habían
estado estudiando la literatura bautista de la Casa de Publicacio­
nes en El Paso y la Biblia, y no estaban satisfechos con la
eclesiología y el énfasis interdenominacional de la Misión
Centroamericana. Bell respondió en seguida y les ayudó a
constituir la primera iglesia bautista en Honduras, no en
Banquito, sino en Choluteca en 1946. Bell consultó con la Junta
de Misiones Foráneas en Richmond y la nueva obra fue
transferida a la superintendencia de la Misión Bautista en
Guatemala. El misionero Guillermo Webb comenzó a visitar la
flamante obra en Honduras y la relacionó con la creciente obra
en Guatemala. Nuevas congregaciones fueron fundadas en San
Marcos, Comayaguela, La Laguna y San Judas. Varias de estas
congregaciones dejaron de existir luego cuando una misión
independiente y fundamentalista llegó y ofreció más ayuda
H on du ras 317

económica. La mayor parte de los primeros pastores bautistas


antes tenía una relación con la Misión Centroamericana. En fin,
hubo un período de confusión y de divisiones de lealtad, pero, a
pesar de estos contratiempos, quedaron tres iglesias firmes con
los bautistas.
En 1954 dos misioneros de la Misión en Guatemala fueron
enviados a Honduras, los esposos Hurst y Ratliff. Formaban
parte de la Misión de Guatemala hasta 1959, cuando fundaron la
Misión de los bautistas del sur en Honduras. Nuevas iglesias
surgieron en Tegucigalpa y en Choluteca y la obra se afianzó.
Hurst y Ratliff comenzaron un instituto teológico en la casa de
Hurst del cual surgió Inocente Maldonado, un futuro líder de los
bautistas en Honduras. Los nuevos misioneros fundaron tam­
bién una librería. Las iglesias se afiliaron al principio a la
Convención en Guatemala, pero pronto se vieron obligadas a
organizar su propia convención.
En 1951 la Convención de los Bautistas Conservadores de
Estados Unidos empezó una obra misionera en Honduras que
ahora cuenta con más de cincuenta congregaciones y una
emisora de radio muy potente. En 1955 los bautistas Mid-
Missions, representando a los fundamentalistas de Estados
Unidos, iniciaron una obra separada que hoy err día cuenta con
algunas pequeñas congregaciones y unos 100 miembros.892

D esarrollo Nacional
(1958 hasta hoy)
En 1958 se organizó la Asociación de Iglesias Bautistas de
Honduras con representantes de cinco congregaciones en
Tegucigalpa, Comayaguela, San Judas, Pespire y Siguatepeque.
Debido a la influencia del movimiento fundamentalista-
independiente, las iglesias en Choluteca y La Laguna se
disolvieron y llegaron a ser de otra misión. Otras tres familias
misioneras —Golden, Reyes y Haylocks— llegaron en 1958. En
1960 el Instituto Bíblico se mudó de la casa de Hurst y aumentó
su programa de estudios. En 1970 había catorce misioneros
incluyendo a una enfermera y un médico que establecieron una
clínica, y se instituyó una clínica móvil. Esta obra de Francés
Crawford y David Harms ha traído mucho prestigio a la obra
bautista en Honduras, especialmente por medio de su respuesta
318 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

a la tragedia nacional del huracán en 1974. Se constituyó una


Junta Ejecutiva Nacional Bautista Misionera, compuesta de
nacionales y misioneros, que ha garantizado un programa
coordinado y una relación feliz entre los misioneros extranjeros
y la obra nacional.893
La obra bautista en Honduras es dirigida por la Convención
Nacional Bautista. Hace unos años cambiaron el nombre y
trabajan estrechamente con la Misión bautista de los bautistas
del sur. Honduras ha sido el recipiente de muchos grupos
voluntarios de bautistas de Estados Unidos en los últimos años
que han ayudado en la construcción de templos, el desarrollo de
la obra médica y en la evangeüzación directa. La Librería
Bautista en Tegucigalpa tiene un edificio atractivo y está en
pleno desarrollo, sirviendo no solamente a los bautistas, sino
también a muchas otras iglesias evangéücas.
En 1961 el misionero H. Hurst inició un programa por
televisión en vivo en Tegucigalpa que llegó a ser muy popular.
El misionero Haylock continuó el programa por varios años
antes de ser transferido a la República Dominicana. Este
ministerio sigue utilizando los nuevos programas disponibles
por medio de videos. La Convención también tiene una obra
estudiantil entre los universitarios. La Campaña de las Améri-
cas, aunque sus reuniones fueron canceladas en Honduras
debido a la guerra con El Salvador, trajo mucha pubücidad que
ayudó a los bautistas. En 1975 un nuevo Edificio Bautista de
tres pisos fue inaugurado en Tegucigalpa para ser sede de la
Convención y la Misión.894
En fin, la perspectiva bautista en Honduras es muy buena.
La obra está en un período de crecimiento. En 1970 había once
iglesias con unos 686 miembros. En 1986 había cincuenta y un
iglesias con más de 4.000 miembros. Todas estas iglesias tienen
pastores nacionales. Desde 1979 el Instituto Teológico ha tenido
un director nacional. Hay una relación muy buena entre la
misión extranjera y la obra convencional. La Convención está
lanzando un programa de evangelización muy agresivo. Se
espera que la crisis política de América Central no afecte la
buena marcha de esta obra tan alentadora. Como dijo Read en
1970: “Si las iglesias y misiones de Honduras se concentran en
la población de habla hispana, aprenden todo lo que puedan
acerca del establecimiento de iglesias en pueblos y ciudades y
H on du ras 319

forjan un fuerte grupo de líderes nacionales, tendrán frente a sí


un período de notable expansión”.895Hasta ahora los bautistas de
Honduras están cumpliendo con esta política y están experi­
mentando la expansión. La historia bautista espera su continua­
ción.
C apítulo XVII
EL SALVADOR
El Salvador, la más pequeña de las repúblicas en el
continente americano, es también la más densamente poblada,
pues tiene casi seis veces el promedio de las otras repúblicas
centroamericanas. Es nación de pequeños agricultores, produ­
ciendo aun el café en pequeñas fincas, el que venden a centros
mayoristas que preparan el grano para la exportación. Más del
noventa por ciento del terreno está bajo cultivo. Después del
café el producto de mayor importancia es el azúcar. Hay
también exportación de algodón, trigo y maíz y algunos minera­
les, pero no en gran escala.896
Libertado de España juntamente con México y América
Central, El Salvador ha compartido una misma historia. Empero
ha tenido muchos altibajos políticos. Hoy en día está pasando
por una tremenda crisis que llama la atención de todo el mundo.
Como Panamá y Nicaragua, ha llegado a ser un campo de
batalla de las grandes potencias y sus ideologías. Varias guerri­
llas están en una lucha mortal que ha traído mucho sufrimiento
al pueblo.
El elemento indígena predomina en la población, pero hay
un pequeño porcentaje de raza negra y un diez por ciento de
origen europeo que ha mantenido el poder político y económico.
Religiosamente, El Salvador es católicorromano. La mayor parte
del pueblo ladino se adhiere a la religión popular. El clero
católico recientemente se ha convertido en campeón de la
justicia social y ha sido el blanco del ataque de extremistas de
derecha. Se calcula que hay más o menos tres protestantes en
cada grupo de cien personas.
Sin embargo, el crecimiento de los evangélicos en El
Salvador presenta un cuadro muy alentador. Las iglesias evan­
gélicas tradicionales han experimentado un aumento lento, pero
321
322 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

los pentecostales se multiplicaron dramáticamente después de


1960 debido a un gran avivamiento. Constituyen un setenta por
ciento de los evangélicos en El Salvador. Han podido movilizar a
los laicos y jóvenes mejor que otros grupos.897 Los evangélicos
gozan de tolerancia religiosa y ciertos otros privilegios, pero la
Iglesia Católica Romana es la religión oficial.
Precursores E vangélicos
(1893-1911)
En 1893 Francisco Penzotti, agente de la Sociedad Bíblica
Americana, viajó a El Salvador y pasó seis meses allí. Como de
costumbre, distribuyó Biblias, realizó reuniones y habló con
muchas personas interesadas. El descubrió un hambre espiri­
tual en el pueblo y se dio cuenta de la necesidad de una obra
evangélica permanente. Penzotti le escribió una carta a la
Misión Centroamericana suplicando el envío de misioneros.
Tres misioneros respondieron y, acompañados por Penzotti, se
dirigieron a El Salvador en 1894. Empero, dos de los misioneros
murieron de la fiebre amarilla en camino y la misión se
suspendió.
En 1896 Samuel Purdie llegó a San Salvador, seguido por
Roberto Bender en 1897. Purdie murió pronto y Bender inició la
obra de la Misión Centroamericana que sigue hasta el día de
hoy. Su crecimiento ha sido lento, pero cuentan con una
comunidad de aproximadamente 6.000 miembros y simpatizan­
tes. Realizaron una obra muy exitosa entre los indígenas pipil,
que fue interrumpida en 1932 cuando unos indígenas se
involucraron en una revuelta comunista. También, sufrieron
una merma cuando una gran parte de sus feligreses se unieron
a la flamante Convención Bautista Nacional en 1937. Tal
Convención fue el resultado de la obra de misioneros bautistas
de raza negra de Estados Unidos. Desde 1955 la obra de la
Misión Centroamericana, de orientación interdenominacional,
ha crecido lentamente. Las otras denominacionales importantes
son las Asambleas de Dios, que iniciaron una obra en 1929 y
ahora cuentan con una comunidad de más de 100.000; y los
adventistas, que empezaron en 1915 y cuentan con una
comunidad de 15.000.898
El S a lv a d o r 323

C om ienzos Bautistas
(1911-1975)
Guillermo Keech, misionero de la Sociedad Bautista Ameri­
cana de Misiones Domésticas (bautistas del norte de Estados
Unidos), parece haber sido el primer obrero bautista en El
Salvador; llegó a San Salvador en 191 1.899 Después de un buen
comienzo, la obra se estancó entre los años 1935 y 1950.900 Los
bautistas americanos pusieron mucho énfasis sobre la educa­
ción y la fundación de escuelas. Dos de sus escuelas, una en
Santa Ana y otra en San Salvador, han educado a miles de
estudiantes y tienen mucho prestigio, pero no han contribuido
mucho al crecimiento de las iglesias bautistas.901 En 1967
contaban con unas veinticinco iglesias y 2.500 miembros. Estas
iglesias formaron lo que se llamaba la Asociación Bautista de El
Salvador. Una debilidad de estos bautistas ha sido su falta de
énfasis sobre la evangelización entusiasta.902
En 1937 un equipo de misioneros bautistas de raza negra
de la Convención Bautista Nacional de Estados Unidos inició
una obra en El Salvador. El descenso rápido de la obra de la
Misión Centroamericana en 1937 se debió al comienzo de ésta;
porque un gran número de sus ñligreses se hicieron bautistas y
se adhirieron a esta nueva Convención Bautista Nacional. Sin
embargo, después de aquellos comienzos, esta obra no pros­
peraba y quedaba estancada.903 Cuenta con una comunidad de
cerca de 5.000 hoy en día.904
D esarrollo Bautista
(1975 hasta hoy)
En 1974 la Asociación Bautista de El Salvador se puso en
contacto con misioneros de la Junta de Misiones Foráneas de los
Bautistas del Sur de Estados Unidos trabajando en Guatemala.
Les invitaron a comenzar un ministerio de literatura en El
Salvador. Este contacto se debía a la influencia de algunos
pastores de El Salvador que habían estudiado en el Seminario
Bautista en Guatemala. La Junta Foránea en Richmond consul­
tó con los bautistas americanos y, con su apoyo, resolvió enviar a
una familia misionera a San Salvador para establecer una
librería. Los esposos Cadwaller,905 misioneros veteranos de
Guatemala, se radicaron en San Salvador para colaborar con la
324 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Asociación. Llegaron en 1975 y fundaron una librería y un


depósito de libros.
A pesar de la violencia política y la inseguridad personal, un
edificio de tres pisos fue inaugurado en 1979 como sede de la
librería, el depósito y el ministerio literario. Otros dos misioneros
han servido fielmente durante los tiempos difíciles de la lucha
política y los desastres naturales.906 En el mismo año 1979 la
Asociación informaba que tenía cuarenta y un iglesias con 3.406
miembros y veintinueve puntos de predicación. Había un
crecimiento marcado.
La relación de estas dos entidades misioneras en la obra de
la Asociación Nacional está produciendo buenos resultados. El
ministerio de literatura ha ayudado a otras denominaciones,
especialmente a los pentecostales que constituyen un ochenta
por ciento de los protestantes. Los programas de visitación en
masa han producido buenos resultados y se ha iniciado un
ministerio por radio. La crisis política ha producido problemas
sociales, a los cuales los bautistas están respondiendo. Fondos
de emergencia fueron mandados a los bautistas en El Salvador
cuando el país fue azotado por un terremoto en 1986.
En fin, parece que la obra bautista en El Salvador está
experimentando un despertamiento espiritual. Siempre peque­
ña, está con ganas de multiplicarse. En 1986 había cincuenta y
cinco iglesias con cerca de 5.000 miembros. La dirección de la
obra está en manos de unos cuarenta y cuatro pastores
nacionales.907
Parte II
LOS BAUTISTAS EN EL CARIBE
Capítulo I
Los Bautistas en los Países del Caribe
Capítulo I
LOS BAUTISTAS EN LOS PAISES D E L CARIBE
En una de sus parábolas, Jesucristo destaca al “escriba
docto en el reino de los cielos” como uno “semejante a un padre
de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas”.1
Del mismo modo, el historiador docto en el campo de la historia
cristiana del Caribe saca de su investigación “cosas nuevas y
cosas viejas”. De una manera especial, la historia bautista en el
Caribe es una amalgama de lo muy antiguo y lo muy nuevo. Por
ejemplo, los bautistas de Jamaica en 1983 celebraron el bicente-
nario de sus comienzos. En forma similar, los bautistas de Las
Bahamas y de Haití cuentan con una historia que se remonta a
principios del siglo XIX. En cambio, otras islas y tierras del
Caribe no recibieron el testimonio bautista hasta que llegaron
los primeros misioneros de los bautistas del sur de Estados
Unidos después de la Segunda Guerra Mundial. Por consiguien­
te, hay un contraste numérico entre las grandes comunidades
de bautistas, como la de Haití que cuenta con aproximadamente
50.000 miembros, y la pequeña congregación bautista de Santa
Lucía, que cuenta con veintinueve miembros.2
Durante las dos últimas décadas, 1965-1985, la obra
bautista se ha extendido a todas partes de la cuenca del Caribe,
debido en gran parte a los esfuerzos enérgicos de la Junta de
Misiones Foráneas de los Bautistas del Sur de Estados Unidos.
En 1961 tenían solamente a seis misioneros en la zona; en 1987
cuentan con 141 misioneros trabajando en veinte países del
Caribe. La presencia de estos misioneros, y los de otras
entidades bautistas que recién han entrado, ha fomentado un
avivamiento bautista en varios países y ha iniciado nuevas obras
en otros. La respuesta de los pueblos ha sido alentadora.
El Caribe, compuesto de centenares de islas tropicales, es

327
328 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

una encrucijada de culturas y de idiomas. Los bautistas del


Caribe trabajan entre pueblos de habla holandesa, inglesa,
castellana y francesa. Además, hay otros idiomas indígenas y
dialectos aislados que forman barreras a la comunicación del
evangelio. Por ejemplo, el trasfondo español se nota en Cuba,
Puerto Rico y la República Dominicana; la cultura británica se
siente en Las Bahamas, Jamaica y Trinidad; el estilo francés se
encuentra en Martinica, Guadalupe, Haití y Guayana Francesa;
y los vestigios de la antigua Holanda se ven en Curacao, Aruba y
Surinam. La influencia indígena de los carib y otras tribus
autóctonas, todavía se encuentra en algunos lados, más la
tremenda influencia africana de la población de raza negra, un
vestigio de la antigua institución de la esclavitud. Esta mezcla
cultural se ha hecho aún más compleja por la llegada de
multitudes de inmigrantes de la India, China, Indonesia y, más
recientemente, de Vietnam.
Por causa de los desastres naturales, como huracanes y
tormentas tropicales que azotan el Caribe con frecuencia, y
debido a las emigraciones a otras partes del mundo de muchos
profesionales de la zona, los misioneros y las iglesias bautistas
han podido llenar el vacío con ministerios de naturaleza médica
y social. Por medio de una preparación debida, los bautistas han
podido responder rápidamente a estas necesidades tan sentidas
por los pueblos y han podido proveer la ayuda necesaria. Al
mismo tiempo, la compasión genuina demostrada ha abierto
muchas puertas para la predicación del evangelio.
En 1976 el creciente pueblo bautista de la región fundó la
Confraternidad Bautista del Caribe como un canal de coopera­
ción entre los numerosos grupos bautistas trabajando en la
zona. La Confraternidad, relacionada con la Alianza Bautista
Mundial, incluye a todas las sociedades y juntas misioneras,
más las convenciones y uniones bautistas, trabajando en el
Caribe. Por medio de la Confraternidad hay una cooperación en
los campos de la literatura, de medios masivos de comunicación,
de la evangelización, de la obra femenil y de la educación
cristiana. A través de su énfasis sobre la necesidad de contactos
y de compañerismo entre los bautistas desparramados por el
Caribe, la Confraternidad está creando una identidad denomina-
cional y un pueblo bautista consciente de su responsabilidad
misionera. El Colegio Bautista en San Felipe, Barbados, funda-
L o s B a u t i s t a s e n lo s P a í s e s d e l C a r i b e 329

do en 1977, ofrece materias en cuatro idiomas y está ayudando


a proveer a los obreros bien entrenados que tanta falta hacen en
toda la región. Los estudiantes proceden de muchos países del
Caribe.
LAS BAHAMAS
En 1492 Cristóbal Colón desembarcó sobre la isla San
Salvador (hoy en día, Watling’s Island), habiendo descubierto el
Nuevo Mundo de las Américas. La isla San Salvador forma parte
del estado de Las Bahamas, hasta 1973 una dependencia de
Gran Bretaña, que comprende una zona vasta del Océano
Atlántico. Su territorio consiste de 700 islas y más de 1.000
isletas e islotes, de los cuales cuarenta tienen habitantes. Una
tercera parte de la población de 225.000 es bautista, y un setenta
y dos por ciento de los habitantes son negros de habla inglesa.
Los aborígenes awarak, quienes recibieron amablemente a
Colón y los españoles, fueron esclavizados de inmediato y
transportados a Española. Cuando el reformador Bartolomé de
las Casas, unos veinticinco años después, envió un buque a
rescatarlos, encontró solamente a once sobrevivientes. Por eso,
no figuran en la composición étnica de las islas en el día de hoy.
Desde 1550 hasta 1629 toda la zona servía como centro de
operaciones de piratas ingleses, franceses y unos pocos españo­
les. Los comerciantes ingleses, muchos de Virginia y Bermuda,
establecieron la primera colonia en la isla Nueva Providencia en
1630. Un grupo de puritanos descontentos llegó en 1631.
Siendo que la mayor parte de los colonos eran piratas que vivían
del pillaje de los buques españoles, España envió sus tropas en
1641 y los desalojaron. Sin embargo, pronto regresaron. En
1648 una colonia inglesa de Bermuda, bajo la dirección de
Guillermo Sayle, se estableció en Eleuthera, y luego en 1670,
Inglaterra entregó las islas a una colonia de las Carolinas,
compuesta principalmente de piratas. Hasta 1718, cuando el
primer gobernador inglés, Woodes Rogers, consolidó el poder,
Las Bahamas eran un campo de batalla entre los piratas y los
españoles.
Después de la Revolución Americana en 1776, la mayor
parte de los colonos realistas {tomes) emigraron a la Florida
Oriental, en aquel entonces bajo la bandera inglesa. Sin
embargo, cuando Florida fue devuelta a los españoles, éstos se
330 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

trasladaron a Las Bahamas, donde fundaron grandes plantacio­


nes que dependían de la esclavitud, En 1782 la población estaba
dividida por mitades entre los blancos y los negros. Empero
fueron importados grandes cantidades de esclavos y en 1788
constituían dos tercios de la población. Debido a catástrofes
naturales y a la abolición de la esclavitud, las grandes plantacio­
nes iban arruinándose después de 1834.3
Antes de 1800 Las Bahamas no tenían una influencia
religiosa significativa. Los amos eran piratas y no querían
exponer a sus esclavos a una religión libertadora. Unos pocos
colonos de las Carolinas trataron de establecer iglesias anglica­
nas y metodistas alrededor de 1780.4 Después de 1800 la Iglesia
Anglicana fue establecida por los ingleses y, hasta 1869, cuando
fue desestablecida por ley, perseguía a los metodistas y a los
primeros bautistas.5 Hoy en día hay una completa libertad
religiosa, en gran parte el logro de los bautistas.

C om ien zos Bautistas (1780-1833)


En 1780 Frank Spence, un esclavo, llegó a Long Island con
sus amos realistas (tories) de Florida y Carolina del Sur. Ganó
su liberación personal, se fue a Nassau, Nueva Providencia, y
comenzó a predicar las doctrinas bautistas. Prosperó a tal punto
que pudo comprar la libertad de su esposa, quien era esclava en
Florida. A pesar de la persecución, edificó una capilla en 1814
que tenía capacidad para 1.000 asistentes.6
En 1790 una colonia de esclavos libertados, bajo la direc­
ción de un tal Prince Williams, llegó a Nassau procedente de
San Augustine, Florida. Pronto se reunieron al aire libre para
predicar la fe bautista. En 1801 compraron una propiedad y
edificaron un templo de madera. Sambo Scriven era el pastor y
Prince Williams el pastor asociado. Hoy en día esta propiedad
pertenece a la Iglesia Bautista Bethel.7
Estos antecedentes bautistas sufrieron muchas limitacio­
nes debido a la esclavitud y al dominio de la Iglesia Anglicana.
Los disidentes no podían realizar cultos a la noche, tenían que
trabajar los domingos y no podían predicar legalmente sin
credenciales eclesiásticas. Además, su plazo de servidumbre fue
extendido si no asistían a los cultos de la Iglesia establecida. Por
eso, estos primeros bautistas sufrieron prisiones y, a veces,
L o s B a u t i s t a s e n lo s P a ís e s d el C a r ib e 331

azotes hasta 1869. Cabe destacar que la obra bautista empezó


sin la presencia de misioneros extranjeros.8

C om ienzos M isioneros (1833-1892)


En 1831 una revuelta de esclavos en Jamaica produjo
grandes problemas para los misioneros de la Sociedad Misionera
Bautista de Inglaterra. Por muchos años habían servido en
Jamaica como campeones del movimiento de abolición. Guiller­
mo Carey, Guillermo Knibb y todos los primeros misioneros de la
Sociedad eran abolicionistas.9 Knibb fue un instrumento eficaz
en lograr la abolición de la esclavitud en el Dominio Británico.
Sin embargo, la revuelta prematura en Jamaica creó una
hostilidad hacia los misioneros, acusados de incitar el levanta­
miento. Varias de sus casas y templos fueron incendiados, unos
fueron encarcelados y otros matados. Por eso, varios se vieron
obligados a dejar Jamaica.
Debido a este problema, y a la salud precaria de su esposa,
el misionero José Burton fue enviado a Las Bahamas para
empezar una obra en 1833. Por extraño que parezca, aun siendo
bautistas, fueron bienvenidos por los oficiales, el clero anglicano
y las iglesias metodistas. Se pusieron en contacto con las veinte
congregaciones bautistas dirigidas por Prince Williams y Shar-
per Morris. En noviembre de 1833 llegaron los esposos Pear-
sons. Burton y Pearsons recomendaron la reorganización de los
bautistas según el reglamento de la Sociedad Bautista de
Inglaterra. Esto requería la legalización de los matrimonios de
muchos de los miembros. Los dos grupos se sometieron a la
reorganización y, en un sentido, la obra bautista creciente se
puso bajo la dirección de los misioneros ingleses. No obstante el
acuerdo, el grupo de Williams se retiró pronto y formó la
Sociedad de Bautistas Particulares Nativos.10
Los misioneros ingleses siguieron una relación muy fructí­
fera con los bautistas de Las Bahamas hasta 1929. Ayudaron a
organizar la obra de las congregaciones esparcidas; a regularizar
el problema de los matrimonios; a fundar escuelas y edificar
templos; y a lograr la libertad reügiosa. Una larga lista de
misioneros muy idóneos contribuyó al crecimiento vertiginoso
de los bautistas en Las Bahamas.11
332 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

La U nión Bautista de las Baham as (1892-1935)


Hubo un conflicto dentro de la Sociedad Bautista Misionera
en 1892, que resultó en la separación del misionero Daniel
Wilshere de la Misión en las Bahamas. Wilshere era un pastor
muy querido por los creyentes. Por eso, algunas iglesias se
retiraron de la Sociedad y fundaron la Unión Bautista de Las
Bahamas en 1892. Wilshere fue elegido el superintendente. Su
contrincante en la Sociedad, C. A. Dann, fue nombrado superin­
tendente de la Sociedad. Paulatinamente, la Sociedad inglesa
tenía que reducir su ayuda financiera después de 1897 y esto
fomentó la independencia de las iglesias. La falta del liderazgo
de los misioneros resultó en otros cismas, pero la obra siguió
creciendo en número. Por ejemplo, en 1906 la Sociedad informó
que contaba con noventa y nueve iglesias con 5.200 miembros,
y este informe no incluyó a los grupos cismáticos.
La C onvención Bautista M isionera y Educativa (1935-1949)
En 1925 la Convención Bautista Nacional, USA Inc., una
entidad de los bautistas de raza negra de Estados Unidos, envió
a Jannis Morris de Miami, Florida, a trabajar entre las iglesias
bautistas de Las Bahamas. La señora de Morris, más otros
líderes, promovieron la educación cristiana por medio de obras
femeniles, escuelas dominicales y la literatura cristiana.12 La
obra de la señora de Morris sirvió como una catálisis para la
unión de las agrupaciones bautistas. En 1935 la Convención
Nacional asesoró a la Unión Bautista y a varios de los grupos
cismáticos a unirse en la Convención Bautista Misionera y
Educativa que eligió al conocido pastor A. C. Symonette como
su primer presidente. Un año después las mujeres organizaron
una Convención Femenil. Con la ayuda de la Convención
Nacional de Estados Unidos, la flamante Convención fundó la
Escuela “Jordán Memorial”.13
Otra Entidad M isionera (1949-1964)
Entre los años 1949 y 1971 equipos de estudiantes del
Seminario Teológico Bautista Sudoeste de Fort Worth, Texas
visitaban Las Bahamas durante sus vacaciones para auspiciar
escuelas bíblicas de vacaciones en muchas iglesias. Por medio
de esta relación, el pastor E. E. Simmons escribió a Guy
L o s B a u t i s t a s e n lo s P a í s e s d e l C a r i b e 333

Bellamy, el superintendente de la obra entre los negros auspicia­


da por la Junta de Misiones Domésticas de los Bautistas del Sur
de Estados Unidos, pidiendo el envío de misioneros a Las
Bahamas. Bellamy visitó Las Bahamas y se entrevistó con los
líderes bautistas. Decidieron que correspondía a la Junta de
Misiones Foráneas encargarse del proyecto. Como resultado,
tres matrimonios misioneros, veteranos de Brasil y China,
llegaron en 1951 con el fin de proveer la educación teológica
para la Convención. En 1954 dos nuevos misioneros fueron
nombrados, los esposos Ray y Brady. Poco a poco, la Misión
aumentó su participación en la obra nacional, fundando escue­
las y nuevas iglesias.14
En 1964 surgieron algunos problemas entre la Convención
Bautista Misionera y Educativa y la Misión de los bautistas del
sur concerniente a la dirección de las escuelas. Varios de los
colegios auspiciados por la Misión se cerraron y, poco a poco, los
problemas iban solucionándose. En 1968 casi todos fueron
superados, y las dos entidades reanudaron su cooperación. En
1970 había veinte misioneros de esta Misión en Las Bahamas.
La nueva cooperación fue fomentada por un coro unido reco­
mendado por R. E. Cooper, presidente de la Convención,
durante la Campaña de las Américas en 1968.

Independencia y D esarrollo (1964 hasta hoy)


Los problemas de los últimos años de la década se solucio­
naron en 1971 cuando la Convención Misionera y Educativa
adoptó una nueva Constitución que ha unido a la mayor parte de
las agrupaciones bautistas en Las Bahamas. Las misiones
foráneas están cooperando más estrechamente con la Conven­
ción. Todos celebraron la independencia de la nación en 1973.
Habiendo logrado la independencia política, las iglesias bau­
tistas están logrando el sostén propio y la independencia
eclesiástica. La convención nacional reconoce y aprecia la
contribución de las entidades misioneras, como las de Inglaterra
y de Estados Unidos, pero está tratando de realizar su propia
obra con la ayuda de las misiones. Un Instituto Bíblico es
auspiciado por la Misión y la Convención desde 1973. La
Confraternidad Bautista del Caribe, con la cooperación de los
bautistas del sur, ha ubicado su Centro de Medios Masivos en
334 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Nassau bajo la dirección de los misioneros Miguel y Carlota


Searcy.15
La obra bautista en Las Bahamas promete mucho. Está en
plena marcha. En 1986 había 232 iglesias con más de 55.000
miembros. Se calcula que la comunidad bautista es mucho más
grande y que una tercera parte de la población forma parte de tal
comunidad. La denominación bautista, antes despreciada y
perseguida, ha llegado a tener mucho prestigio en Las Bahamas.
Si puede mantenerse la unidad de los diversos recursos disponi­
bles, debe seguir aumentando la esfera de sus ministerios
múltiples.16

BELICE
BeÜce, antes conocida como Honduras Británica, sigue
siendo una colonia autónoma de Gran Bretaña. La mayoría de
sus habitantes hablan inglés, pero hay una constante inmigra­
ción de gente de habla castellana. Reclamado por Guatemala,
Belice ha sido la fuente de controversia entre Inglaterra y
Guatemala. Ahora actúa como un estado independiente. Con
una población de solamente 200.000, el sesenta por ciento
negros, pertenece más a la cuenca del Caribe que al resto de
América Central. Belice es un estado laico que garantiza la
Übertad religiosa.
Religiosamente, un sesenta por ciento de la población es
católica y entre los otros, la Iglesia Anglicana tiene la mayoría.
Los primeros evangélicos fueron metodistas y bautistas que
llegaron a fines del siglo XVIII para trabajar entre los obreros
negros de Jamaica.17
La historia bautista de Belice se remonta hasta 1822
cuando la Sociedad Bautista Misionera, fundada por Guillermo
Carey en 1793, inició una obra en Belice. Realmente, la obra en
Belice era una extensión de su obra en Jamaica, porque fueron a
Belice a trabajar en inglés con los obreros jamaicanos. Se sabe
que había una iglesia bautista en la capital en 1832 bajo la
dirección de un misionero inglés, Alejandro Henderson.18
Federico Crowe, un pionero bautista en Guatemala, fue
convertido por el ministerio de Henderson en Belice. Crowe, un
joven inglés nacido en Bélgica, era un trotamundos cuando lle­
gó por casualidad a Belice. Después de una serie de altibajos, se
L os B a u t i s t a s en lo s P a ís e s d e l C a r ib e 335

convirtió, se casó y ayudaba a Henderson por unos tres años.


Crowe dice que asesoraba a Henderson en una escuela que
empleaba el sistema lancasteriano.19 Henderson era un escocés
que se hizo bautista en Francia bajo la influencia de la Misión
europea de los hermanos Haldane.20 Como Diego Thomson,
probablemente conoció el sistema lancasteriano en Escocia.
La iglesia bautista en Belice comisionó a Federico Crowe
como misionero a Guatemala en 1841 y le ayudó financieramen­
te durante sus cuatro años en aquel país. Esto demuestra la
fuerza de la obra bautista en aquel entonces.21
Otro antecedente interesante para los bautistas fue la obra
misionera del pionero bautista Z. N. Morrell, un veterano pastor
y misionero de la obra bautista en Texas. Morrell, habiendo ya
fundado iglesias en varias partes de Texas, como anciano
enfermo, viajó en 1867 a Belice para evangelizar y para buscar
un clima mejor. Cuenta algo de la obra de Henderson, y dice
que había cerca de 300 bautistas en Belice bajo la dirección de
Henderson y cuatro pastores nacionales. Morrell pudo fundar
una iglesia nueva y participó en la ordenación de un pastor
nacional.22 Morrell merece un lugar de honor en el panteón de
los pioneros bautistas.23
Desde fines del siglo XIX hasta 1960 la obra bautista
quedaba estancada. Sin embargo, los misioneros de la Conven­
ción de los Bautistas Conservadores de Estados Unidos comen­
zaron una obra en 1960. Colaboraron estrechamente con la obra
inglesa, encargada a los jamaicanos, y dieron un nuevo impulso
al crecimiento de las iglesias. En 1977, la Junta de Misiones
Foráneas de los Bautistas del Sur de Estados Unidos envió al
veterano misionero Otis Brady a Belice. Brady, un pionero en
Las Bahamas y en Guayana, no pudo obtener permiso de volver
a Guayana y fue reasignado a Belice. Brady se puso en contacto
con los misioneros conservadores y las iglesias bautistas ya
existentes y ha trabajado con ellos. Empezó una nueva iglesia y
ha empezado obra en castellano, siendo que un cuarenta por
ciento de la población hoy en día habla ese idioma.
Todas las iglesias bautistas cooperan en la Asociación de
Iglesias Bautistas de Belice. La Asociación está dispuesta a
recibir grupos de voluntarios de las iglesias en Estados Unidos
que ofrecen ayuda médica y evangelizadora. La Iglesia Bautista
de Green Acres en Tyler, Texas ha adoptado a Belice como su
336 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

campo misionero y, por medio de Brady, está realizando una


obra de extensión por medio de voluntarios. Hay un proyecto
agrícola y Brady ha podido comenzar una serie de programas por
televisión en castellano. La obra bautista está en un buen
momento en Belice. Otros misioneros están en camino y la obra
nacional está en pleno desarrollo.24 En 1986 había siete iglesias
con aproximadamente 600 miembros. Las dos misiones, la de
los conservadores y la de los bautistas del sur, trabajan juntas
con la obra misionera de Jamaica. Hay diez misioneros trabajan­
do con tres pastores nacionales. El gran huracán del año 1978
hizo muchos daños en los templos, pero fue la ocasión que los
bautistas aprovecharon para demostrar su compasión social.25
La historia bautista en Belice, ya muy antigua, debe tener un
porvenir bueno.
BERMUDA
Bermuda, desde 1968 una colonia autónoma de Gran
Bretaña, consiste en 150 islas en el Océano Atlántico con una
población de 56.000 habitantes —sesenta por ciento negros,
treinta por ciento ingleses y diez por ciento mulatos. Colonizado
por ingleses en 1609, la Iglesia Anglicana cuenta con un setenta
por ciento de la población. Algunos de los ingleses se trasladaron
a Bermuda después de la revolución americana porque eran
realistas (tories). Llevaron esclavos con ellos que probablemen­
te contaban con algunos bautistas.26
La historia bautista en Bermuda se remonta de este siglo.
Tres iglesias forman una Confraternidad Bautista Nacional que
auspicia programas de benevolencia y compañerismo. La Iglesia
Emanual en Hamilton se organizó cerca de 1930, sus miembros
son remanentes de los esclavos y de bautistas ingleses.27 La
Primera Iglesia Bautista de Devonshire fue constituida por
militares norteamericanos en 1956. Guillermo Womack era
pastor entre los años 1958 y 1965.28 Cuando renunció, aconsejó
a la Iglesia que pidiera a un pastor por medio de la Junta de
Misiones Foráneas de los Bautistas del Sur. La Junta envió a los
esposos Harris, ex misioneros en Perú, quienes llegaron en
1966. Bajo el ministerio de los Harris, la iglesia prosperó y logró
tener miembros nacionales. Varios líderes han salido de la
iglesia y uno está preparado para ministrar aun en portugués.29
La tercera Iglesia en la Confraternidad es la de Wellington
L o s B a u t i s t a s e n los P a ís e s d e l C a r ib e 337
Park en San Jorge que comenzó como un estudio bíblico en
1975. Las tres iglesias cuentan con 275 miembros y están
procurando empezar otras congregaciones. Hay seis misioneros
y dos pastores nacionales trabajando juntos. Una nueva iglesia
en Southhampton se organizó en 1986. La asociación de iglesias
auspicia programas por televisión y cuenta con un misionero
para promover la música sagrada.30
Debido a un avivamiento en profundidad durante la Cam­
paña de las Américas en 1968, la obra bautista en Bermuda ha
sido netamente evangelizadora. Considerada como una denomi­
nación importada por las fuerzas armadas de Estados Unidos,
está procurando echar raíces en el suelo de las islas.31
LAS ISLAS CAIMANES
Las Islas Caimanes, una colonia británica, consiste en tres
islas, Gran Caimán, Caimán Brac y Caimán Chica, que quedan
al sur de Jamaica, y han estado estrechamente relacionadas con
el pueblo y el gobierno de Jamaica a través de la historia. La
población de 20.000 es mayormente mulata (cincuenta y dos por
ciento), y el resto se divide entre negros (veinticinto por ciento)
y blancos (veintitrés por ciento). Las Islas Caimanes son únicas
entre las colonias inglesas porque las iglesias anglicana, meto­
dista y católica no han figurado mucho en la historia de la
región. En cambio, el presbiterianismo es la tradición religiosa
más influyente en las Caimanes y una tercera parte de la
población es de la religión reformada. Juntamente con los
presbiterianos y congregacionalistas de Jamaica, forman parte
de la Iglesia Unida de Jamaica y las Caimanes.
La tradición bautista, que reclama un diez por ciento de los
habitantes, se remonta hasta 1870 y está relacionada con
bautistas en Jamaica, Norteamérica colonial e Inglaterra. Los
pocos católicos tienen una sola diócesis, servida generalmente
por jesuitas. Las Islas Caimanes fueron descubiertas por Colón
en 1503, pero no colonizadas por los españoles.32 Esto explica la
poca presencia católica hoy en día. Fueron gobernadas desde
Jamaica, tomadas por la expedición de Oliverio Cromwell en
1655, y desde aquel entonces, muy relacionadas con Inglate­
rra.33 Con las tropas de Cromwell vinieron las tradiciones
presbiteriana, congregacionalista y bautista. Por eso, estas mis­
mas tradiciones han formado el trasfondo religioso de las Islas
338 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Caimanes, muy favorable a la fe bautista. Hay una completa


libertad religiosa.34
La historia bautista en las Caimanes comenzó con la obra
de la Unión Bautista de Jamaica en el siglo XVIII. Asesorada por
la Sociedad Misionera Bautista de Inglaterra, los bautistas de
Jamaica hicieron una muy buena obra, especialmente entre la
gente de raza negra y los mulatos. Sin embargo, esta obra fue
completada alrededor de 1870, dejando una Asociación Bautista
en Caimán Brac y a varias otras iglesias bautistas.
Estas iglesias se mantenían hasta alrededor de 1965
cuando experimentaron un nuevo impulso debido a la obra
abnegada de un misionero laico e independiente, M. Lee King,
un bautista del sur de Alabama y ex marinero mercante. King y
su esposa han descubierto un ministerio casi fantástico entre las
iglesias. King se preparó para su nuevo ministerio estudiando en
el Instituto Bíblico Bautista en Graceville, Florida. Combinando
todos sus talentos, King ha animado a las iglesias en Caimán
Brac a evangelizar y a extenderse. Ha contado con la ayuda de
estudiantes voluntarios de Estados Unidos para auspiciar escue­
las bíblicas de vacaciones y otras actividades.35
King y los bautistas han respondido a las necesidades
peculiares de estas islas. Han perforado muchos pozos de agua,
han construido un centro juvenil, han organizado un hogar para
ancianos con un médico para cuidarlos y han ayudado al
gobierno a construir un puerto en Caimán Brac. Es increíble la
influencia de este misionero laico. Cuando no había un técnico
para operar las máquinas de radiografía en el hospital local, King
aprendió a hacerlo. King y las tres iglesias bautistas de Caimán
Brac han comenzado otra iglesia bautista en Caimán Chica. De
los veintiocho habitantes de la isla, veintiséis son miembros de la
iglesia bautista. En 1986 las iglesias de Caimán Brac y Chica
celebraron su centenario. En 1886 los primeros misioneros
bautistas empezaron la obra en Caimán Brac que ha resultado
en esta Asociación.36
En 1967, durante la Campaña de las Américas, King y los
bautistas entraron en contacto más estrecho con la Junta de
Misiones Foráneas de los Bautistas del Sur de Estados Unidos.
King mismo era de esa tradición. King y los bautistas del sur
comenzaron a cooperar en proyectos especiales. En 1974 Cari
Schooling, un joven journeyman (misionero temporario) fue
L o s B a u t i s t a s e n lo s P a ís e s d e l C a r ib e 339
asignado por la Junta para trabajar por dos años en las Islas
Caimanes. Hizo un trabajo espléndido y cimentó la relación
entre King y los bautistas del sur. Como resultado, King y las
iglesias pidieron el envío de un misionero por la Junta para
comenzar una obra en Gran Caimán. Los esposos Neely,
veteranos de Africa, fueron mandados y ellos empezaron la obra
en 1977. Contaban con conversos de una campaña con Billy
Graham y organizaron una iglesia bautista en Georgetown muy
pronto, la que ahora tiene su propio templo.
Desde 1977 la obra en Gran Caimán ha crecido. Hay una
escuela dominical bien organizada, un ministerio por radio, una
obra femenil y un ministerio para ancianos. En 1981 los esposos
Bates, estudiantes del Seminario Sudoeste de Fort Worth,
Texas, reemplazaron a los misioneros por un año en Gran
Caimán. Hicieron un buen trabajo e investigaron la posibilidad
de empezar una obra en castellano.37 Otros grupos de volunta­
rios de Jamaica y de Estados Unidos han ayudado a las iglesias.38
Entonces, hoy en día hay cinco congregaciones bautistas y
varios puntos de predicación en las Islas Caimanes. Relaciona­
dos con los bautistas del sur hay unos 120 miembros en una
comunidad bautista de aproximadamente 400. Hay muchos
otros simpatizantes y niños que forman parte de una comunidad
más grande. Hay dos misioneros de los bautistas del sur
trabajando en las Islas Caimanes, más la obra de King. Hasta
ahora no hay pastores nacionales. La obra bautista en las Islas
Caimanes promete mucho si puede arraigarse más en el pueblo
permanente de esas islas.39
REPUBLICA DOMINICANA
La República Dominicana ocupa dos terceras partes de la
antigua isla Española, con una población menos densa que la de
Haití, que ocupa la otra parte. Las dos partes de la isla ofrecen
un curioso contraste. En la República Dominicana, a pesar de
que hay más prosperidad y mayores ventajas, el avance evangé­
lico ha sido sumamente lento, tal vez debido a la tenaz oposición
católica. En Haití, por el contrario, país que cuenta con las
entradas económicas personales más reducidas de toda América
Latina y con un sinnúmero de problemas sociales, hay más
bautistas que en ningún otro país latinoamericano, con excep­
ción de Brasil.40
340 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

La población predominante es negra, o sea mulatos de


sangre negra y española. La historia de la República Dominica­
na corre casi paralela con la de Haití. De hecho, dos veces ha
estado bajo Haití, antes bajo España y Francia, dos veces bajo
Estados Unidos y una vez bajo una larga dictadura de Trujillo.
La República Dominicana ha tenido una historia revoltosa. Dos
veces ha sido invadida por infantes de marina de Estados
Unidos, hechos muy resentidos por la mayor parte de sus
habitantes. En 1492 fue colonia de España; en 1844 se libró de
España y de Haití. Estados Unidos la ocupaba desde 1916 a
1924 y, similar a la situación en Nicaragua, dejó el país quizá
inconscientemente en manos del dictador Leónidas Trujillo.
Trujillo fue asesinado en 1961 y el país llegó a ser una República
en 1962.41
Por supuesto, la Iglesia Católica Romana predomina en la
historia religiosa de la RepúbÜca Dominicana, habiendo consti­
tuido su primer obispado al oeste del Atlántico en Santo
Domingo en 1511 y la Universidad de Santo Tomás en 1538.42
Aunque un noventa y ocho por ciento de los habitantes son
católicos tradicionales, desde 1961 la Iglesia Católica Romana
ha perdido mucha influencia y está esforzándose mucho en el
campo pastoral para recuperar su lugar de prominencia.43
El protestantismo entró durante la ocupación del país por
Haití, cuya política era traer a muchos negros de Norteamérica
para poblar la nación. Muchos de ellos eran protestantes y
apelaron a las denominaciones en Europa y Estados Unidos
para que enviaran obreros. Fueron los metodistas los que
respondieron después de 1889. Los evangéÜcos en Puerto Rico
—metodistas, presbiterianos, hermanos y moravos— mandaron
obreros y, en 1920, se unieron en una junta misionera unida. El
resultado fue la formación de la Iglesia Evangélica Dominicana
que llegó a ser autónoma en 1953. Diez años después esta
Iglesia contaba con veintisiete congregaciones y 3.300 miem­
bros.44

Precursores Bautistas (1834-1950)


El colportor bautista escocés, Diego Thomson, pasó un
tiempo en Santo Domingo en abril de 1834. Por supuesto, no
trataba de establecer iglesias o de evangelizar, pero fue recibido
L o s B a u t i s t a s e n lo s P a ís e s d e l C a r ib e 341
muy bien por el público y vendió todas las Biblias castellanas
que tenía. Thomson, escribiendo a la Sociedad, dijo:
. . .mis esperanzas. . . se han visto sobrepasadas. . . nos
arrodillamos, una y otra vez, y oramos a nuestro Padre
Celestial para que su palabra, que había traído aqui a través
de nuestras débiles manos, y que fue tan bien recibida,
pudiera ser leída cuidadosamente, rectamente comprendida
y obedecida, en su Hijo Jesucristo, por la salvación de todos
aquellos a quienes él ha incitado a recibirla en sus manos. . .
He vendido todas las Biblias y Testamentos en español, y
pude haber vendido. . . muchas más, si hubiera tenido
Biblias.45

Thomson reconoció las grandes posibilidades misioneras, pero


la mayor parte de las agencias misioneras iban a esperar un siglo
antes de entrar en la República Dominicana.
El historiador que se da cuenta del origen de los negros que
entraron en la República Dominicana a principios del siglo XIX
desde Norteamérica, está casi seguro que había muchos de la
tradición bautista entre ellos. Aunque no hay indicaciones de la
presencia bautista, seguramente muchos de los que fueron
cultivados por los metodistas eran de un trasfondo bautista. Si
hubieran entrado los misioneros bautistas de Estados Unidos o
de Inglaterra, casi sin falta, habríamos tenido iglesias bautistas
en la República Dominicana antes de 1950. La presencia de un
pueblo bautista tan grande en Haití da testimonio de este hecho.
C om ienzos Bautistas (1950-1968)
En 1950 la Sociedad Bautista Mid-Missions, con sede en
Cleveland, Ohio, Estados Unidos comenzó una pequeña obra
bautista en la República Dominicana. Estos misioneros repre­
sentan a congregaciones bautistas medio fundamentalistas en
Estados Unidos y no cooperan con otras misiones, o con
entidades nacionales. Sin embargo, son muy evangelizadores y
conservadores. Tienen varias congregaciones pequeñas en dis­
tintas partes del país y cuentan con aproximadamente 360
creyentes bajo la dirección de doce misioneros. Se dedican a la
evangelización personal. Esta Misión surgió en Africa y en 1920
se organizó en Estados Unidos. Antes se llamaba Mid-African, y
por eso, Mid-Missions es una abreviatura de tal nombre original.
Esta obra no coopera con la Convención Bautista Dominicana.46
342 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

En 1962 el veterano misionero de los bautistas del sur en


Colombia y Ecuador, Howard Shoemake, llegó a la República
Dominicana para empezar una obra bautista. Después de meses
de reuniones caseras y testimonio personal sin muchos resulta­
dos, fue comprada una propiedad y los primeros cultos se
celebraron en enero de 1964. El Templo Bautista Central,
ubicado en un edificio en el mismo corazón de Santo Domingo,
que antes era un club social, llegó a ser muy conocido por la obra
del atrevido e intrépido Shoemake. Los esposos Coffman llega­
ron para ayudar a comenzar una nueva obra en Ozama en 1964.
Shoemake dedicó mucho tiempo a la cooperación con MAP, una
organización interdenominacional médica, que provee medici­
nas y médicos voluntarios para obras evangélicas en todas partes
del mundo. El Templo Bautista Central llegó a ser la sede de tal
organización. Por medio de esa obra el doctor Agustín Comelio,
un médico nacional, se convirtió y llegó a ser. un eficaz
colaborador de la obra bautista.
La buena marcha de la obra fue interrumpida por la guerra
civil y la invasión de los infantes de marina de Estados Unidos
en 1965. El Templo Bautista Central en Santo Domingo estuvo
en la zona de combate y fue ocupado por los rebeldes por un
tiempo. No obstante, los bautistas siguieron ministrando a los
heridos bajo la dirección del intrépido Shoemake y los creyentes
nacionales. Por respeto a estos ministerios, los rebeldes no
dañaron seriamente las facilidades de la iglesia. En realidad, los
bautistas ganaron el favor del pueblo por su actuación durante la
crisis.47
Después de la guerra, la obra siguió creciendo lentamente,
extendiéndose a Santiago y otros lugares del interior. La muerte
trágica de los misioneros Pablo y Nancy Potter a manos de un
asesino, hasta el día de hoy desconocido, y la muerte de la
esposa del doctor Cornelio durante la crisis, no detuvieron el
progreso y el testimonio bautistas. Los Douglas, misioneros
domésticos y foráneos por varios años, llegaron a Santiago para
reemplazar a los Potter e hicieron una obra muy buena. Pablo
Siebenmann, un nuevo misionero y ex jugador de baloncesto,
fue mandado a Puerto Plata en 1974, donde utilizó estudios
bíblicos en casas, más sus habilidades atléticas, para empezar
una nueva iglesia en poco tiempo. Siebenmann llegó a ser un
personaje en la ciudad por medio de los deportes. Todo el mundo
Los B a u t i s t a s e n lo s P a ís e s d e l C a r ib e 343

lo llamaba “Pablo el mago” por causa de sus jugadas hábiles en


las canchas de baloncesto y de béisbol.48 Por medio de la obra
social, la enseñanza en escuelas, la obra estudiantil y la obra
radial, más un vigoroso programa de evangelizacíón, la obra
bautista se extendió mucho después de la crisis de 1965.
El D esarrollo N acional (1968 hasta hoy)
La Convención Bautista Dominicana se constituyó en 1968
y la obra paulatinamente ha venido entregándose a la dirección
nacional. La Misión Bautista tenía doce misioneros en la
República Dominicana en 1970 trabajando con las cuatro
iglesias de la Convención y los 168 miembros.49 La Misión y la
Convención se organizaron en cinco comisiones —evangeliza­
ro n , educación cristiana, medios masivos, ministerios sociales y
planeamientos— para coordinar mejor la obra. Fue organizado
un programa de educación teológica por extensión por el
veterano misionero Art Haylock. Todas estas obras son dirigidas
por la Convención. Cabe destacar que tal Convención eligió a
una mujer como presidenta en 1974.50
En 1974 Howard Shoemake fue nombrado miembro de una
comisión del gobierno por el presidente Joaquín Balaguer para
estudiar reformas en las cárceles. Además los bautistas ganaron
mucho respeto por su reacción rápida y eficaz a la tragedia del
huracán que azotó la República Dominicana en 1979. Equipos
de bautistas de varios países trabajaron día y noche bajo la
dirección del misionero Harold Hurst para atender a los damnifi­
cados.51
Aunque bien conceptuada por el pueblo y el gobierno, la
obra bautista en la República Dominicana no ha crecido
rápidamente. Ha habido un gran problema de falta de obreros.
Muchos de los misioneros han renunciado y hay pocos pastores
nacionales. Sin embargo, hay catorce iglesias con casi 1.000
creyentes en la Convención Bautista Dominicana, contando con
la cooperación de veintitrés misioneros de la Junta de los
bautistas del sur y diez pastores nacionales. Las iglesias de Mid-
Missions cuentan con unos 300 miembros. Entonces, se nota
que la obra bautista en la República Dominicana es joven y
pequeña; no obstante esto, se encuentra delante de un gran
desafío.
344 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

GUAYANA FRANCESA
Guayana Francesa es una colonia de Francia sobre el
continente sudamericano, pero más bien relacionada con los
países del Caribe. La población de 80.000 habitantes se compo­
ne de una mayoría criolla —mulatos de mezcla francés-negro—
y una minoría de varios otros grupos étnicos. Por supuesto, la
gran mayoría es católicorromana. Los protestantes son muy
pocos.52 Las Asambleas de Dios, los adventistas y los Testigos de
Jehová tienen pequeñas comunidades.
La historia bautista en Guayana Francesa está recién
comenzando. En 1982 la Junta de Misiones de los Bautistas del
Sur de Estados Unidos envió a un matrimonio misionero a
Cayenne, la capital, para abrir una nueva obra bautista. Se
daban cuenta que iban a ser pioneros porque no había antece­
dentes bautistas. Se presentaron al pueblo por medio de un
proyecto audiovisual preparado por el Centro de Medios Masivos
de la Confraternidad Bautista del Caribe en Nassau. En 1984
una pequeña congregación empezó reuniones en la casa de los
misioneros en Cayenne. No se ha constituido en iglesia.
En 1986 se organizó otra congregación en Rémire bajo la
dirección del único pastor nacional. Este pastor enseña clases de
francés para los analfabetos y atrae al pueblo por medio de la
música.
La congregación en Cayenne está enfatizando la obra
estudiantil entre los jóvenes. Hay clases de educación teológica
por extensión que están atrayendo a algunos. Se proveen clases
de discipulado cristiano para los nuevos creyentes. Los misione­
ros están en contacto con un grupo de chinos interesados en
aprender inglés. Se espera abrir una obra entre ellos. En otras
palabras, la historia bautista en Guayana Francesa está en
formación. En 1986 había cinco misioneros y un pastor nacio­
nal, trabajando entre treinta y tres nuevos creyentes. Las
congregaciones no son iglesias todavía. Hay esperanza que una
obra pujante en francés resulte de estas iniciativas primitivas.
Todo está “en germen”.53

GUADALUPE
Guadalupe, una colonia autónoma francesa, se divide en
dos islas, Basse Terre y Grande Terre, en las cuales se
L o s B a u t i s t a s e n los P a ís e s d e l C a r i b e 345

encuentran unos 300.000 habitantes, tres cuartos de los cuales


son mulatos negro-francés. Hay cinco isletas menores que
completan el territorio de la colonia. Más de un noventa por
ciento son católicos de la tradición francesa. Colón descubrió
Guadalupe en 1493, abriendo así la puerta para los misioneros
católicos. Sin embargo, los carib feroces mataron a los primeros,
pero poco a poco los mismos carib eran eliminados en el siglo
XVI.
Los primeros protestantes fueron los moravos que trabaja­
ron en todas las islas del Caribe. La mayor parte de las otras
denominaciones entraron en estas islas después de la Segunda
Guerra Mundial.54 Todos constituyen menos del dos por ciento
de la población.
La historia bautista de Guadalupe empezó en 1964, cuando
los primeros misioneros de los bautistas del sur de Estados
Unidos se radicaron en Pointe-a-Pitre y abrieron un centro de
lectura en la ciudad.55 Fue un primer intento de hacer obra
misionera en francés. De las cincuenta personas que asistían a
la sala de lectura todas las semanas, surgió una congregación de
creyentes y se constituyó una iglesia. Para el año 1970 había
nueve misioneros trabajando con una congregación de cuarenta
creyentes.
La obra siguió creciendo y se organizaron varias congrega­
ciones de dominicanos y haitianos. Un programa radial se
transmite todas las semanas en la emisora local. En 1966 un
huracán azotó Guadalupe y los bautistas pudieron acudir a las
necesidades del pueblo.
En 1986 se constituyó la Federación Bautista de Guadalupe
con la cooperación de seis iglesias y diez misiones. Hay cuatro
pastores ordenados y varias de las congregaciones han ordenado
diáconos. Más y más toda la obra está siendo dirigida por los
mismos nacionales. Hay un pequeño Instituto Bíblico que
provee estudios en francés e inglés. Varios de los predicadores
laicos se están preparando por medio de estos cursos. La
Federación está desarrollando un programa de campamentos
para los jóvenes.
Un acuerdo entre los bautistas en el estado de Luisiana,
Estados Unidos y los bautistas de Guadalupe ha resultado en
varias campañas de evangelización en conjunto. No han produ­
cido muchas decisiones, pero han fomentado la organización de
346 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

coros, escuelas bíblicas de vacaciones y un programa de


deportes.
En 1986 había seis iglesias con unos 465 miembros, bajo la
supervisión de nueve misioneros y cinco pastores nacionales.
Como se nota, la historia bautista ya tiene los cimientos puestos
en Guadalupe. Corresponde edificar sobre ellos.56
MARTINICA
La historia, cultura y situación religiosa de Martinica es
muy similar a la de Guadalupe. Martinica, otra colonia autó­
noma de Francia, es muy católica, pero el catolicismo ha sido
influido por el hinduísmo. El culto “Maldevidan” es una fe
sincretista que tiene elementos de las dos religiones. Sus
seguidores son muchos en Martinica. Los pocos protestantes
que hay no ejercen mucha influencia en esta isla.
La historia bautista es también escasa.57 Desde 1945 unos
misioneros independientes de Estados Unidos iniciaron una
obra bautista en Martinica. En 1977, cuando los esposos
Shehane, misioneros de los bautistas del sur en Guadalupe, se
trasladaron a Martinica, establecieron un centro de lectura y
entablaron una relación con los independientes. En 1986 hay
cuatro congregaciones de los independientes y una congrega­
ción de la obra de los bautistas del sur. Los independientes
cuentan con unos 200 miembros en sus congregaciones; y los
bautistas del sur con cuarenta y ocho miembros. Cuatro jóvenes
se están preparando para el pastorado y algunos nuevos materia­
les para la educación cristiana están en preparación en francés.58
La historia bautista en Martinica está todavía en su infancia,
pero promete mucho.59
GUAYANA
Guayana, aunque forma parte del continente sudamerica­
no, corresponde más a la familia de países del Caribe. Es un país
muy cosmopolita con un pueblo muy heterogéneo. En 1620
Guayana era una colonia holandesa; en 1831 una colonia
británica; y desde 1966 un estado independiente. En 1970 llegó
a ser una república parlamentaria, reflejando la influencia
inglesa. El pueblo se compone de un cincuenta por ciento de
indios orientales; un treinta por ciento de negros africanos; un
L o s B a u t i s t a s e n los P a ís e s d e l C a r ib e 347

doce por ciento de mulatos; y los demás indígenas. Cuenta con


una población de 800.000. El inglés es el idioma oficial, pero
muchos hablan hindi y urdu, y unos pocos hablan idiomas
autóctonos.
El cuadro religioso es variado. Un treinta y cuatro por ciento
de la población se adhiere al hinduísmo; un nueve por ciento al
Islam; y un cincuenta y tres por ciento al cristianismo. Hay
vestigios de las religiones autóctonas y algunos adherentes al
vudú. La Iglesia Católica Romana se estableció en el siglo XVI,
pero fue casi eliminada durante la larga ocupación holandesa a
partir de 1620. La Sociedad Misionera de Londres inició una
obra en 1807 y los anglicanos se establecieron en 1810. Las
iglesias reformadas florecieron durante la época de los holande­
ses y la Iglesia Presbiteriana fue fundada por misioneros de
Canadá en 1885. Los adventistas empezaron una obra en 1887,
pero la mayor parte de las otras denominaciones entraron
después de la Segunda Guerra Mundial. Entre ellos, los
pentecostales y los bautistas han crecido más que otros.60
Precursores Bautistas
Además de los viajes de Diego Thomson por la zona en
1834, había otros dos antecedentes bautistas muy interesantes
en Guayana.61 Horacio Russell, el historiador bautista jamaica­
no, nota que dos bautistas jamaicanos, al volver de Africa donde
investigaban la posibilidad de abrir una obra misionera, en 1841,
por causa de un huracán, se vieron obligados a desembarcar en
Guayana. Mientras esperaban, compraron terrenos con miras de
empezar una obra bautista luego. Sin embargo, no hay datos
sobre la continuación de esta iniciativa.62
W. B. Bagby, uno de los fundadores de la obra bautista en
Brasil, mencionó otro antecedente en un discurso que entregó
en un Congreso Latinoamericano en 1931. Bagby destacó la
obra en Guayana de Lough Fook, un bautista chino, quien en
1861 voluntariamente se hizo esclavo para poder viajar a
Guayana y evangelizar entre los “coolies” chinos. Fook tuvo
mucho éxito y organizó una iglesia de más de 200 miembros que
edificó tres templos y envió a un misionero, Tso Sune, a China.63
Este antecedente fue de mucha ayuda cuando los primeros
misioneros de los bautistas del sur llegaron para abrir una obra
en 1962. Era muy difícil conseguir visas, pero cuando los
348 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

misioneros las pidieron, descubrieron que los bautistas ya


estaban anotados en la lista oficial del gobierno. Debido a la
emigración y otras razones, la obra china desapareció, pero fue
el antecedente que hizo posible la entrada de los misioneros en
1962.64
C om ienzos Bautistas
La denominación bautista moderna en Guayana se debe a
dos iniciativas misioneras en los años recientes. En 1958 los
Bautistas Mid-Missions, una sociedad de bautistas fundamenta-
listas de Estados Unidos que no cooperan con otros bautistas,
iniciaron una obra en Guayana. No ha prosperado mucho. Hoy
en día cuentan con una congregación de 100 creyentes. No
figura en la obra denominacional por su oposición a la coopera­
ción.65
La otra iniciativa fue la de la Junta de Misiones Foráneas de
los Bautistas del Sur de Estados Unidos. En 1962, los esposos
Brady, misioneros veteranos de Las Bahamas, se radicaron en
Georgetown con miras de empezar una obra bautista. Alquilaron
un edificio que servía como su casa y el templo de una creciente
congregación de simpatizantes. En noviembre de 1963 se
constituyó la Iglesia Bautista del Centro con treinta y cinco
miembros fundadores. Hubo un crecimiento rápido y en 1970 la
obra bautista contaba con siete iglesias, diecinueve anexos y 757
miembros. Más de 2.000 personas estaban matriculados en las
escuelas dominicales. Había actividades especiales para jóve­
nes, mujeres y hombres.66
Durante el período de la independencia en 1966 hubo
muchas luchas raciales, políticas y económicas que afectaron la
buena marcha de la obra, pero ésta seguía creciendo. En 1963
los misioneros comenzaron la educación teológica, la que ha
asumido un lugar de mucha importancia en la obra y ha
producido un Üderazgo nacional. Hubo pubücaciones y progra­
mas radiales durante el tiempo de la Campaña de las Améiicas
en 1968 que iniciaron estas fases de la obra. Una expansión de
la obra al interior ha sido posible debido a la preparación de
obreros nacionales. Por ejemplo, en 1975 el Instituto Teológico
Bautista en su clausura anual reconocía a diesiséis graduados.67
L o s B a u t i s t a s e n los P a ís e s d e l C a r ib e 349

D esarrollo N acional
Después de 1970 el nuevo gobierno dejó de conceder visas
a misioneros extranjeros y el equipo de misioneros fue reducido
desde dieciséis a dos. No obstante esto, los creyentes nacionales
por medio de su preparación buena han podido asumir las
responsabilidades. En 1973 se organizó la Convención Bautista
Cooperativa de Guayana con todas las agencias en manos del
personal nacional. Esta Convención es muy misionera y destinó
su primera ofrenda misionera nacional a la obra bautista en
Honduras.68
Para llenar el vacío dejado por el éxodo de los misioneros,
hubo equipos de voluntarios especialistas de los bautistas de los
Estados Unidos que han colaborado con la Convención Coope­
rativa. Se han realizado campañas de evangelización y clínicas
médicas por medio de estos profesionales en cooperación con las
iglesias. También, el Instituto Teológico ha empezado un
programa de educación teológica por extensión.
A pesar de los problemas sociales, raciales y económicos de
Guayana, la obra bautista está siguiendo adelante. En 1986
había trece iglesias locales cooperando con la Convención
Cooperativa, con 1.100 miembros. Hay veinticuatro pastores
nacionales y veinticuatro puntos de predicación en distintas
partes del país. Seis misioneros de los bautistas del sur están
asesorando el desarrollo de la obra nacional. La Convención
tiene un plan de avance que promete mucho. La perspectiva
bautista en Guayana es alentadora.
HAITI
Haití, la tercera parte occidental de la antigua isla Española,
ha tenido una historia revoltosa y trágica, y el pueblo resultante
ha sufrido, y está sufriendo, mucho. En medio de los altibajos
políticos, sociales y económicos, ha surgido un pueblo bautista.
Este mismo pueblo bautista refleja la característica peculiar de
la situación religiosa en Haití, a saber: una pluralidad sincretis-
ta. Dentro de la misma denominación hay una diversidad
tremenda; tal como hay pluralidad en la religión de todo el país.
Sin embargo, esta diversidad, a veces divisiva, no es del todo la
culpa del pueblo bautista de Haití. Una ojeada del desarrollo
bautista en Haití revela una diversidad de fuentes y de comien-
350 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

zos que han dado la pauta al pueblo resultante. Paulatinamente,


los grupos bautistas en Haití van uniéndose en una entidad
nacional, y poco a poco están llegando a ser una de las
denominaciones más grandes de Haití.69 Ya tienen la distinción
de ser la denominación bautista nacional más grande de toda la
Confraternidad Bautista del Caribe, con más de 60.000 miem­
bros.
A principios del siglo XIX, mientras toda Europa estaba
pendiente de Napoleón y sus amenazas a la estabilidad política,
un ex esclavo, Toussaint L’Overture, levantó a los esclavos en
rebelión contra los amos blancos y tras una lucha de doce años,
libertó la parte francesa de la isla, lo que es hoy Haití. Casi todos
los franceses habían sido muertos o expulsados; sólo quedaban
los negros. Una serie de presidentes incompetentes gobernaban
con gran pompa y lujo hasta 1915. Cuando se produjo una crisis
que parecía conducir a la anarquía, Estados Unidos intervino
con sus infantes de marina. Siendo que estaba Übrándose la
Primera Guerra Mundial, Estados Unidos temía que Alemania
aprovechase la situación para establecer una base en el Caribe.
Por eso, usando la doctrina de Monroe como pretexto, ocupó
toda la isla desde 1915 a 1934. Aunque esta política de Estados
Unidos previno la entrada de Alemania, también puso los
cimientos de dos largas dictaduras en la Española, la de Trujillo
en la República Dominicana y la de Duvalier en Haití.70 Los dos
países todavía están recuperándose de tales dictaduras a duras
penas. En 1986 la dominación de los Duvalier se acabó en Haití,
pero los problemas políticos siguen en pie. La creciente denomi­
nación bautista tiene una gran oportunidad de contribuir a la
reconstrucción y reconciliación de la nueva etapa.71
Haití fue el territorio de la primera colonia de los españoles
en 1493. Por supuesto, vinieron los misioneros católicos pero los
indígenas fueron eliminados antes de ser evangelizados. Los
dominicos, incluyendo al famoso Bartolomé de las Casas, y los
franciscanos llegaron a principios del siglo XVI; los jesuítas
llegaron en 1704. España y Francia hicieron una división
salomónica de la isla en 1777 y nació el país de Haití, de habla
francesa. En los siglos XVIII y XIX el dominio político alternaba
entre países europeos y americanos.72
La obra misionera protestante empezó alrededor del año
1807 y afrontó el vudú, la religión popular de Haití. Estas
L o s B a u t i s t a s e n los P a ís e s d e l C a r i b e 351

misiones protestantes, que son legiones en el día de hoy, han


sido caracterizadas por un paternalismo que no ha permitido el
desarrollo de un ministerio nacional competente. Los metodistas
llegaron en 1807, un poco antes de los bautistas.73

C om ienzos Bautistas (1823-1960)

La obra bautista en Haití fue comenzada por la Sociedad


Misionera Bautista de Massachusetts en 1823 cuando envió a su
primer misionero, Tomás Paul. Empero, la obra de Paul no
prosperó y esta iniciativa desapareció. Esta misión abortiva fue
seguida por las de los Bautistas Libres de Estados Unidos, y
luego por una misión de la famosa Sociedad Misionera Bautista
de Inglaterra, fundada por Guillermo Carey. Esta, que tuvo
tanto éxito en Jamaica y otras partes del Caribe, juntamente con
los Libres, no tuvo muchos resultados. Tal vez, la idiosincrasia
francesa, o algo en la cultura haitiana, no respondió a la filosofía
de estas misiones. De todos modos, no crecieron mucho; pero,
por lo menos, sentaron los principios bautistas y dieron a los
pocos bautistas una identidad dentro de la sociedad de Haití.74
Las dos misiones abandonaron sus obras después de unos años.
El ubicuo Diego Thomson pasó por Haití en 1834 y
encontró mucho ambiente para la venta de Biblias, pero, como
era su costumbre, no estableció iglesias.75 Es una lástima que
Thomson no hubiera podido empezar obras definitivas. Sin
embargo, él confiaba en el poder de la palabra escrita en la
Biblia, y seguramente la siembra de Biblias y Testamentos que
él e fe c tu ó ex p lica en parte el gran número de creyentes, y
creyentes bautistas, en el Caribe.
Por fin, en 1923, un siglo después de la llegada de Paul, y
durante la ocupación del país por Estados Unidos, la Sociedad
Bautista Americana de Misiones Domésticas de los bautistas del
norte de Estados Unidos mandó misioneros a Haití, y ellos
iniciaron una obra que perdura con mucho éxito hasta el día de
hoy. En 1960, sus iglesias contaban con más de 30.000
miembros. Ha habido un movimiento en masa a esta denomina­
ción, similar a los movimientos al pentecostalismo en otras
partes de América Latina.76 Los bautistas americanos reforzaron
a las iglesias existentes con escuelas, un hospital, una clínica y
otras actividades. Esta respuesta a las necesidades más apre-
352 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

miantes del pueblo parece haber sido el secreto del éxito de esta
misión.
Otras misiones bautistas entraron antes de 1960. Tempra­
no, algunas iglesias se separaron de las misiones y llegaron a ser
bautistas “independientes”, un fenómeno muy común entre los
bautistas en todas partes del mundo. Por eso, hay por lo menos
cinco congregaciones de estos independientes en Haití hoy en
día, con más de 1.500 miembros. En 1928 la misión “Campos no
Evangelizados” (Unevangelized Fields) de Estados Unidos envió
misioneros a Haití y ha desarrollado una obra pujante. Se llaman
Misión Evangélica Bautista de Haití y cuentan con 217 congre­
gaciones con 10.000 miembros. En 1936 la Misión de las Indias
Occidentales, de orientación bautista, empezó una obra, y hoy
en día, se llama Misión Evangélica Bautista del Sur de Haití y
cuenta con unas 600 congregaciones con 19.000 miembros. Los
bautistas conservadores de Estados Unidos comenzaron una
obra en 1946 que ha prosperado. Sus más de 100 congregacio­
nes cuentan con 5.000 creyentes. Los bautistas Mid-Missions”
empezaron una obra en 1949 que ha reunido a bautistas
fundamentalistas que no creen en la cooperación denominacio-
nal. No han crecido mucho; son menos de 500.77
Los bautistas de Jamaica, que merecen un lugar muy
especial en la historia de las misiones, en colaboración con la
Sociedad Bautista de Londres, han trabajado esporádicamente
entre estas iglesias bautistas en Haití. La Iglesia Bautista
Jacmel, de varios miles de miembros, es el resultado de sus
esfuerzos.78
El D esarrollo N acional (1960 hasta hoy)
Después de 1955 muchas de estas iglesias bautistas forma­
ron la Unión Bautista de Haití. La mayor parte de las iglesias
cooperativas eran de la obra de la Convención Americana, pero
poco a poco entraron otras. En 1964 se constituyó la Convención
Bautista de Haití.79 Algunas de las iglesias, como la de Jacmel y
otras, discreparon con la reorganización de la Unión en la
Convención. Por eso, se separaron y formaron lo que se llama la
obra bautista Ebenezer, que cuenta con unas cincuenta congre­
gaciones y 5.000 miembros.80
Desde que la Convención Bautista de Haití se constituyó en
1964 —hoy cuenta con 669 congregaciones y más de 40.000
L o s B a u t i s t a s e n los P a ís e s d e l C a r ib e 353

miembros— ha habido consultas entre líderes de tal Convención


y los bautistas del sur de Estados Unidos. Alrededor de 1974, la
Junta de Misiones Foráneas de los Bautistas del Sur respondió a
las tentativas de la Convención. Era renuente a empezar una
obra debido a la presencia de tantos otros grupos bautistas. Sin
embargo, en 1978 envió a los esposos Hancox a Haití para
responder a la invitación de la Convención. Hancox se dedicó a
la obra social, especialmente al trabajo de perforar pozos de
agua, una gran necesidad en Haití en ese momento. Los
Hancox, antes misioneros en Guadalupe, hicieron una buena
obra, y otras dos familias misioneras han sido nombradas.
Los misioneros de los bautistas del sur no están tratando de
empezar una nueva denominación bautista, sino que están
colaborando con la obra como obreros fraternales de la Conven­
ción. No obstante son activos en la organización de nuevas
congregaciones y asociaciones que cooperarán con la Conven­
ción. También han podido coordinar las obras de centenares de
voluntarios de Estados Unidos que van a Haití para cumplir con
proyectos definitivos. Por medio de estas iniciativas han perfora­
do 216 pozos y alimentado a más de 16.000 niños durante la
gran sequía de la década de 1970. Han promovido programas de
agricultura y trabajos manuales. Durante la turbulencia política
del año 1986 los bautistas trataron de ministrar al pueblo a pesar
de ser atacados por elementos criminales durante el caos que
reinaba.81
La obra bautista en Haití promete unirse con las pujantes
obras en Brasil, las Filipinas, Guatemala y Corea, con el
crecimiento grande que está experimentando. Con un buen
énfasis sobre la preparación de obreros nacionales competentes,
juntamente con un esfuerzo para unirse más, las posibilidades
de la obra bautista en Haití son ilimitadas.82

ANTIGUA
Una isla de las Antillas Mayores, Antigua tiene una
población de 100.000 habitantes compuesta mayormente de
negros de descendencia africana occidental (noventa y cuatro
por ciento). Antes una colonia autónoma de Inglaterra, desde
1967 ha sido una república. Los primeros pobladores llegaron en
1632 y en dos ocasiones en los siglos XVII y XVIII, los franceses
354 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

ocuparon la isla. Sin embargo, no quedaron mucho tiempo y, por


eso, hay muy poca influencia católica sobre la isla.83
La historia religiosa se remonta desde el siglo XVII cuando
los anglicanos se establecieron por medio de sus sociedades
misioneras, principalmente la Sociedad Misionera Eclesial
(CMS). Por eso, en 1960, un cuarenta y siete por ciento de los
pobladores eran anglicanos. La sede de la Iglesia Anglicana de
las Antillas Mayores se encuentra en Saint Johns, la capital de la
nación. Los anglicanos de Canadá han contribuido mucho al
desarrollo de la obra. Las otras dos denominaciones más grandes
entre los protestantes son los moravos y los metodistas. Los
moravos, un veintiún por ciento de la población en 1960, bajo la
influencia del conde Zinzendorf, llegaron a las Indias Occiden­
tales en 1732 y a Antigua en 1756. Los metodistas, un quince
por ciento, surgieron en 1760 debido a la obra de N. Gilbert, un
rico dueño de una plantación, convertido en Inglaterra bajo la
predicación de Wesley. Gilbert empezó a predicar entre los
esclavos de su plantación, y pudo reunir una pequeña iglesia
antes de su muerte en 1774. Juan Baxter continuó la obra que
fue fortalecida por una visita del famoso metodista Tomás Coke
en 1786. En el siglo XX algunas denominaciones americanas,
como los adventistas, han mandado misioneros a Antigua.84
La primera obra bautista bien establecida ha sido la de la
Junta de Misiones Foráneas de los Bautistas del Sur de Estados
Unidos, comenzada en 1968. Antes había intentos de un
misionero de la Asociación Bautista Misionera de América
(B.M.A.A.) que resultaron en la organización de la Primera
Iglesia Bautista en 1960 en Saint Johns. Cuando el misionero
abandonó la obra y sus misioneros, había muchos problemas
internos y la iglesia estaba para disolverse. Sin embargo,
animados por personal de la Marina estadounidense, quienes
eran miembros de la iglesia, y debido a visitas de los misioneros
bautistas de Trinidad a partir de 1968, la iglesia se constituyó de
nuevo y se llamó Iglesia Bautista Central. Cabe destacar la obra
abnegada de un misionero independiente de la Iglesia de Clay
Road, Houston, Texas, llamado Clay Morse, quien coordinó todo
para la reorganización de la obra moribunda.85
La Junta de Richmond se encargó de la obra después de
1968, asumió las deudas de las nuevas edificaciones, y envió a
sus misioneros, radicados en Trinidad, a visitar regularmente la
L o s B a u t i s t a s e n los P a ís e s d e l C a r ib e 355

obra en Antigua. En 1970, el dinámico misionero Shelby Smith,


veterano de Ecuador y Trinidad, se trasladó a Antigua para
encargarse del pastorado de la Iglesia Bautista Central. Smith,
con la ayuda de muchos voluntarios de Estados Unidos, y con el
apoyo de personal de la Marina, inició un programa multifacéti-
co de ministerios y de evangelización. El crecimiento fue
vertiginoso y Smith llegó a ser un personaje en la isla. Por radio
y televisión, por obras sociales y por proyectos comunitarios, la
Iglesia Bautista Central ganó el favor del pueblo. Todos los
domingos más de 1.000 personas asistían a los cultos.
Smith, y otros misioneros que llegaron, se pusieron a la
tarea de entrenar a líderes nacionales. Los esposos Mills,
graduados del Seminario Bautista en Nueva Orleans, se encar­
garon del pastorado en 1978. Las tres iglesias resultantes de la
obra de extensión de la Iglesia Bautista Central formaron una
Asociación en 1980. Otros líderes nacionales se están preparan­
do en seminarios en Estados Unidos. La influencia de la Iglesia
Bautista Central ha alcanzado a la isla de Barbados y una obra
está en formación allá.86
Cabe destacar también la contribución del misionero Gary
Harthcock, un especialista en agricultura, que inició un tipo de
riego en Antigua que ha revolucionado los métodos agrícolas y
ayudado a afrontar el problema del hambre y la falta de agua.87
La obra bautista en Antigua es un ejemplo por excelencia de
cómo la obra social y la obra evangélica pueden complementarse
en un programa eficaz. En 1986, una década después de los
comienzos, había cuatro iglesias en Antigua con 495 miembros
en plena comunión. Por supuesto, la comunidad bautista es
mucho más grande, debido al sinnúmero de simpatizantes.88
En 1834, el colportor bautista escocés, Diego Thomson,
pasó por Antigua, fue hospedado por la familia de N. Gilbert,
hijo del fundador de la obra metodista. Thomson tuvo ganas de
quedarse más tiempo por causa del éxito de su distribución de
Biblias, y predijo que Antigua sería un campo fructífero algún
día. Más de un siglo después, sus sueños se han cumplido.
Antigua tiene una obra activa basada en la Biblia en que
Thomson confiaba.89
356 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

SAN KITTS-NEVIS, SAN MARTIN,


TORTOLA Y MONTSERRAT
San Kitts-Nevis, antes una colonia autónoma de Gran
Bretaña, ha sido una república desde 1967. La población es
noventa por ciento negra de habla inglesa y cuenta con 45.000
habitantes. Religiosamente, los anglicanos han estado desde el
siglo XVII y los moravos entraron en 1777. Hay muy pocos
católicos, pero hay seis denominaciones autóctonas, entre ellas,
los primeros bautistas sobre la isla.90
El fundador de la denominación bautista en San Kitts fue
Guillermo Conner. Conner, criado en la Iglesia Anglicana, se
interesó en la educación de niños en la isla. Por eso, inició una
escuela dominical en 1949, que pronto creció a una matricula-
ción de 300 alumnos. Por medio de esta obra, Conner mismo se
convirtió y comenzó a evangelizar a los niños. Los sacerdotes
anglicanos se opusieron a la práctica y Conner fue excomulga­
do. En 1963, Conner estuvo en Estados Unidos y visitó a
algunas iglesias bautistas. Se dio cuenta de que sus doctrinas
eran suyas; por lo tanto, al volver a San Kitts organizó a sus
discípulos en la Iglesia Bautista Antioquía. La iglesia ha podido
empezar varias misiones y congregaciones.
La Junta de Misiones Foráneas de los Bautistas del Sur ha
apoyado la obra de Conner desde 1976 por medio de su misión
en las Antillas Mayores, con personal y fondos. La Iglesia Monte
Carmelo también ha recibido ayuda y se ha extendido a la isla
Tórtola donde hay una iglesia. Las iglesias de esta zona se han
nucleado en una Asociación Bautista regional. Además de los
bautistas del sur, hay otras tres misiones bautistas trabajando en
estas islas. Es muy difícil analizar y categorizar la obra bautista.
Realmente, es prematuro hacerlo a esta altura de su desarrollo.91
En San Kitts unos voluntarios de los bautistas del sur han
mantenido un Instituto Bíblico y una biblioteca. Conner sigue
su trabajo con los niños, a veces teniendo a 700 en la escuela
dominical. Unos voluntarios han comenzado un proyecto de
agricultura como el de Antigua92 Hoy en día hay cinco iglesias
con 465 miembros.
En San Martín se encuentran los esposos Womack, misio­
neros veteranos de Barbados y Bermuda, quienes están tratando
de coordinar una cooperación entre los grupos bautistas en las
L o s B a u t i s t a s e n lo s P a ís e s d e l C a r ib e 357

Antillas Mayores. Llegaron en 1986, por eso, es prematuro


informar sobre su progreso.93
En Tórtola está la Iglesia Monte Carmelo. Un matrimonio
de los bautistas del sur trabajó desde 1976 hasta 1981. Ahora la
iglesia tiene un pastor nacional ordenado y dos estudiantes en el
Colegio Bíblico en Barbados.94 Hay dos iglesias con ochenta
miembros.
En Montserrat los bautistas son independientes. Son muy
pocos y están relacionados con varias misiones extranjeras.
Comenzaron un instituto bíblico en 1983 y un misionero de
Antigua visita la isla periódicamente para asesorar en la evange-
lización y en las escuelas bíblicas de vacaciones. Hay una sola
iglesia con cincuenta miembros.95
Estas obras en las Antillas Mayores prometen mucho
porque combinan la experiencia y la obra de iglesias autóctonas,
varias misiones extranjeras y un grupo de pastores jóvenes en
formación.

CUBA
Cuba, debido a su belleza llamada “la Perla de las Antillas”,
ha sido el escenario de grandes conflictos políticos y religiosos
de mucha importancia para la historia de las Américas y de los
bautistas. Desde el tiempo de Colón hasta principios del siglo
XX, Cuba era una frontera entre los imperios español e inglés;
luego entre Estados Unidos y España; y últimamente entre
Estados Unidos más sus aliados de la OTAN y el bloque
comunista compuesto por la Unión Soviética más sus aliados del
Pacto de Varsovia. Durante el coloniaje era un punto de partida
para la conquista española de las Américas; en tiempos recien­
tes ha sido un punto de partida para la pretendida conquista
marxista-leninista de las Américas. En breve, la historia de
Cuba se asemeja a su fisonomía geográfica —como el país está
dividido entre las Sierras del Oriente y las llanuras del Occiden­
te, así también el pueblo cubano, repetidas veces, ha estado
dividido entre lo tradicional y lo revolucionario. No es de
sorprender, entonces, que la historia bautista está dividida en
dos partes y en dos pueblos —los del Occidente y los del Oriente.
En realidad, hay dos historias bautistas en Cuba —una de la
Convención de Occidente y otra de la Convención de Oriente.
358 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Es imprescindible comprender esto para entender la marcha


bautista en Cuba.
Mientras España estaba preocupada con los embrollos
napoleónicos a principios del siglo XIX y mientras casi todas las
colonias americanas lograron independizarse, Cuba gozaba de
una sucesión de gobernantes liberales y un grado muy conside­
rable de independencia. Posiblemente estas libertades resulta­
ron en su contra. Mientras las demás colonias luchaban contra
la tiranía, Cuba estaba contenta y se quedó sin luchar contra
España. Tan pronto como la autoridad monárquica española se
restableció, volvió a imponer las medidas represivas sobre Cuba,
las que duraron por casi un siglo después que otras colonias ya
habían alcanzado su plena libertad.96
Durante este mismo período, Cuba despertó el interés de
Inglaterra, Colombia y, especialmente, de Estados Unidos.
Encontrado entre varias opciones —anexarse a Estados Unidos,
luchar por la independencia absoluta, presionar a España por
más libertad— el pueblo cubano experimentó varias guerras
civiles y produjo a varios patriotas tales como Máximo Gómez,
Antonio Maceo, Clixto García y José Martí. Cuando España
suspendió las garantías constitucionales en 1895, ellos entraron
en acción con el apoyo y la amistad de Estados Unidos, un
enemigo tradicional de España. La Guerra Español a-Americana
de 1898 resultó en que España perdió a las Filipinas, Cuba y
Puerto Rico. Tras una breve ocupación y período de transición,
Cuba quedó libre.97 Aunque Estados Unidos ha cumplido con
sus promesas de libertad teórica, en la práctica Cuba dependía
de la protección estadounidense por muchos años después. En
otras dos ocasiones, tropas norteamericanas ocuparon la isla y
muchos cubanos creen que la larga dictadura de Fulgencio
Batista fue ocasionada y apoyada por la política norteamericana.
El éxito del régimen castrista en parte se debió al resentimiento
y a la reacción del pueblo cubano a estos acontecimientos.
Además, la historia bautista en Cuba no puede ser comprendida
sin colocarla en el contexto de su relación con Estados Unidos.98
El marco político es de suma importancia.
El trasfondo religioso de Cuba en que surgió la denomina­
ción bautista es muy complejo. Por supuesto, siendo una colonia
de España, Cuba sintió el impacto del catolicismo militante. Sin
embargo, era muy decadente y sincretista en Cuba debido a la
L o s B a u t i s t a s e n lo s P a í s e s d e l C a r i b e 359
presencia del espiritismo y las religiones tradicionales de Africa.
Además, muchos de los católicos sintieron la influencia del
liberalismo político que caracterizaba a los gobernantes cubanos
inmediatamente antes de la emancipación. En fin, aunque el
romanismo acérrimo era la regla en Cuba por muchos años,
jamás llegaba a ser un movimiento popular y pietista entre los
cubanos. Es interesante escuchar las impresiones de Fidel
Castro en cuanto al catolicismo que él conocía como joven
—tales impresiones que fueron factores en su rechazo del
cristianismo."
Precursores E vangélicos (17411885‫)־‬
Los primeros cultos protestantes celebrados en Cuba se
realizaron en el valle de Guantánamo en 1741 durante una
ocupación inglesa. Otra vez en 1762 los ingleses invadieron
Habana, ocuparon el convento de San Francisco y celebraron la
liturgia anglicana. En ambos casos, no había propósito misione­
ro y, cuando los ingleses se fueron, se fue el protestantismo.100
Hay indicios de la presencia de colportores evangélicos
durante el siglo XIX, quienes pasaron por Cuba en camino a
otros lugares y dejaron Biblias. También, Biblias regaladas por
capitanes de buques en los puertos cubanos aparecieron cuando
llegaron los primeros misioneros. Los residentes protestantes de
habla inglesa, muchas veces, regalaban Biblias a sus amigos.101
El precursor bautista Diego Thomson, colportor escocés,
pasó unas semanas en Cuba en 1837 y desarrolló una actividad
febril de distribución bíblica en las principales ciudades a lo
largo de la isla. Pudo vender 268 Biblias y Nuevos Testamentos,
entre ellos algunas Biblias grandes y costosas. Thomson tuvo
dificultades con los aduaneros y oficiales, pero encontró ambien­
te entre el pueblo cubano. Dijo: “Además de la rápida recepción
dada al libro sagrado. . . me sentí regocijado por la manera en
que mis observaciones acerca del valor de la Palabra de Dios
fueron recibidas. . .102Ciertamente, algunas de las Biblias descu­
biertas por los primeros misioneros fueron vestigios de la obra
abnegada del ubicuo Thomson. La mayor parte de los historia­
dores pasan por alto esta bien documentada presencia del
bautista Diego Thomson, en 1837.
Las raíces del protestantismo cubano se encuentran firme­
mente plantadas en las comunidades de cubanos desterrados en
360 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Estados Unidos durante la lucha por la independencia que


comenzó en 1868. En Key West, Tampa, Filadelfia, Nueva York
y otras ciudades de la costa del Golfo de México, refugiados
cubanos se convirtieron al protestantismo y querían compartirlo
con sus conciudadanos en Cuba. Los episcopales, metodistas,
presbiterianos y congregacionalistas, juntamente con los prime­
ros bautistas, surgieron entre estos desterrados; y después de la
emancipación, volvieron a Cuba con ganas de compartir su
nueva fe. Los pentecostales, en el día de hoy la denominación
más grande, llegaron después de 1920. En 1957 un seis por
ciento de los cubanos eran protestantes-evangélicos.103

C om ien zos Bautistas (1885-1898)


Descontando la presencia bautista de Diego Thomson en
1837, los comienzos de la denominación bautista en Cuba se
remontan a la lucha por la independencia de la década 1868-
1878. Durante aquella época unos refugiados políticos cubanos
se encontraron en Biloxi, Mississippi, Estados Unidos. Asistie­
ron a la iglesia bautista, se convirtieron de su catolicismo y se
hicieron miembros de la congregación bautista. Volvieron a
Cuba antes de 1879 y pidieron el envío de misioneros bautistas.
La Junta de Misiones Foráneas de los Bautistas del Sur recibió
el pedido firmado por tres mujeres cubanas en 1879 por medio
del pastor de la iglesia en Biloxi, J. G. Hamberlin. Hamberlin
informaba que las mujeres eran inteligentes, pudientes y
celosas y bien podrían ser la puerta abierta para el comienzo de
un campo misionero muy fructífero en Cuba. El no mencionó
los nombres por miedo a la persecución clerical. El asunto fue
elevado a la asamblea de la Convención estatal en Mississippi y
desde allí a la asamblea de la Convención de los Bautistas del
Sur en 1881.104
Entre los años 1881 y 1886 hubo consultas entre las
convenciones estatales de Mississippi y de Florida y la de los
bautistas del sur. La Junta de Misiones Foráneas no pudo
asumir la responsabilidad, pero la Junta de Misiones Domésti­
cas, en colaboración con la Convención de Florida, se encargó
de abrir una obra en Cuba y sostenerla hasta que la Junta
Foránea pudiera asumir la dirección.105
Todo esto ocurrió en 1886. En aquel año la Convención de
L o s B a u t i s t a s e n lo s P a ís e s d e l C a r ib e 361

los Bautistas del Sur, después de deliberar por más de seis años,
disponía la apertura de una obra misionera en Cuba por medio
de su Junta Doméstica y la Convención estatal de Florida.
Mientras tanto, la misma providencia de Dios estaba preparando
a los obreros. Cuando la Convención de Florida resolvió iniciar la
obra en Cuba en 1884, describió el proyecto como “la Misión de
la Niña”, porque, en realidad, tal misión fue inspirada por el
ejemplo de una niña cubana, la hija de una de las mujeres
convertidas en Biloxi años antes. Cuando la familia Fales volvió
a Cuba, Adela Fales contaba con nueve años de edad. Se puso
muy triste cuando tuvo que dejar la escuela dominical y su
querida revista “Palabras Cariñosas” (Kind Words), la literatura
usada por los principiantes. No obstante, en Cuba siguió fiel a
sus lecturas bíblicas y compartía su fe con sus compañeras.
Unos años después la familia Fales emigró a Key West y se
radicó entre una comunidad grande de cubanos refugiados. W.
F. Wood se encargó del pastorado de la iglesia bautista y pronto
inició una escuela dominical para niños los domingos a la tarde.
A. S. Rodríguez cuenta lo que pasó:
Un día el Sr. Wood notó en uno de los últimos bancos, a
una niña cubana, sentada muy quietamente. El estaba
repartiendo el periódico “Kind Words”, y le ofreció uno a
aquella niña. Con gran sorpresa por su parte, la niña miró el
periódico y saltando sobre sus pies, lo apretaba contra su
pecho y lloraba mientras que lo besaba. Empezó a hacerle
preguntas, y se enteró de toda la historia de la enseñanza de
su niñez, su amor a la Biblia y al periodiquito que tanto había
significado para su vida juvenil.106
Wood quedó tan impresionado que resolvió dedicarse a la obra
misionera en Cuba. Cuando la Convención de Florida se reunió
en 1884, él presentó la resolución que el evangelio fuese
predicado en Cuba.
Mientras tanto, una iglesia bautista estaba en formación en
Habana. Algunos nuevos creyentes se reunían bajo la dirección
de un tal Alberto J. Díaz. Díaz, un patriota culto y elocuente,
había abandonado las creencias episcopales y se había hecho
evangélico bautista en Nueva York. Al volver a Cuba, inició
reuniones evangélicas que atrajeron a varias personas, ya
creyentes, probablemente de Key West. De todos modos, a la
medianoche del día 26 de enero de 1885, clandestinamente, el
362 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

pequeño grupo de creyentes “se dirigió al mar, donde, en el


imponente silencio de la medianoche, y en profundo espíriru de
devoción, estos discípulos fieles y obedientes, fueron sumergi­
dos con Cristo en el bautismo”.107 Se procedió a la organización
de la Iglesia Bautista “Getsemaní” de Habana, la que eligió como
pastor a Alberto J. Díaz y a varios diáconos.
Así comenzó la obra bautista, oficialmente, en la isla de
Cuba. Poco a poco otros cubanos, vueltos de Key West y otros
lugares en Estados Unidos, se adhirieron a la obra. W. F. Wood
llegó y se dedicó a la evangelización y la apertura de nuevas
obras. La señorita Adela Fales lo asesoraba y ellos formaron un
equipo evangelizador formidable. Díaz, anteriormente ordenado
en la Primera Iglesia Bautista de Key West, permaneció al frente
de la Iglesia de Habana y Wood y Adela Fales comenzaron obras
en Cienfuegos y Santiago.108
Por una década (1885-1895) la obra bautista floreció
rápidamente, tal vez demasiado rápido, porque muchas de estas
nuevas iglesias languidecían por falta de obreros y, luego,
desaparecieron durante las guerras de la independencia. Sin
embargo, surgió un grupo de predicadores bautistas, entre ellos
J. V. Cova, Gaspar de Cárdenas, Miguel M. Calejo, Francisco
Bueno, José R. O’Hallorán, Pablo Valdés, Francismo Calas y
José Porta. Sufrieron mucho a manos del clero, pero siguieron
fieles. En esta misma época los bautistas ganaron la simpatía del
pueblo por causa de su abnegado servicio público durante una
epidemia de viruelas que asoló la ciudad de Habana.109
En mayo de 1886 la Junta de Misiones del estado de Florida
se encargó de la obra misionera en Cuba bajo la dirección de la
Junta de Misiones Domésticas de la Convención Bautista del
Sur. I. T. Tichenor, el secretario corresponsal, se relacionó con
la obra. La Junta no envió misioneros al principio, y dependía de
la dirección de Alberto Díaz. La Junta se encargó del sostén
financiero de la obra. Se compró un teatro en Habana y llegó a
ser el centro bautista de la ciudad. Otras propiedades estratégi­
cas fueron adquiridas con los fondos de la Junta. En 1886 se
organizó una Sociedad de Damas Cristianas bajo la iniciativa de
la madre de Alberto Díaz. En el año 1893 había cinco iglesias y
diecisiete puntos de predicación en las inmediaciones de Haba­
na. Unos veinte obreros, todos cubanos, atendían las obras y en
el año 1893 bautizaron a 169 personas. Esto demuestra que las
L o s B a u t i s t a s e n lo s P a ís e s d e l C a r ib e 363
dificultades no habían sofocado la extensión de la fe. En 1893 la
Junta Doméstica, en consideración al gran incremento del
trabajo, envió a su primer obrero desde Estados Unidos,
Pendleton Jones, para dirigir los asuntos de la Junta. Sin
embargo, por su mal estado de salud, tuvo que volver a su país y
la dirección de la obra cayó una vez más sobre los hombros de
Alberto Díaz.
Entre los años 1893 y 1896 la floreciente obra bautista cayó
víctima de los altibajos políticos de Cuba. Paulatinamente, los
oficiales españoles iban restringiendo los derechos de los
disidentes evangélicos y de los miembros de sociedades secre­
tas. Cuando se libró la guerra de los revolucionarios en
Camaguey y el Oriente, todos los pastores fueron sospechados
de actividades subversivas. Poco a poco emigraron a las ciuda­
des en las costas de Estados Unidos. Alberto Díaz, a pesar de
muchas dificultades, insistía en quedarse en Habana. Debido a
la opinión pública y el apoyo del secretario I. T. Tichenor y el
Departamento del Estado de Estados Unidos, Díaz pudo evitar
el destierro por más de un año. Sin embargo, en 1896, de
repente, fue encarcelado. Bajo la presión del gobierno de
Estados Unidos fue puesto en libertad, pero tuvo que salir del
país. Pasó un tiempo en Tampa, pero luego se trasladó a Nueva
York donde consiguió trabajo con las Sociedades Bíblicas."0
Sin los líderes, la obra joven de Cuba, tan floreciente y
fructífera, decayó dramáticamente. Los creyentes fieles siguie­
ron sus reuniones de oración clandestinamente, pero la obra
denominacional estructurada desapareció durante el tiempo de
la guerra. La Junta Doméstica ayudó a los obreros a radicarse
entre los refugiados en Florida. El éxodo de los bautistas era casi
total, pero las iglesias siguieron fuertes en Estados Unidos.
Estos refugiados desterrados iban a ser el núcleo de un nuevo
comienzo en Cuba a partir de 1898. La obra bautista de Cuba
estaba en plena dispersión.
R ecuperación y D esarrollo (18981959‫)־‬
Al terminar la Guerra Española-Americana, que resultó en
la emancipación de Cuba del dominio español, la Junta de
Misiones Domésticas de los Bautistas del Sur comenzó a
restablecer su obra misionera en Cuba. A pesar de la desilusión
causada por la Enmienda Platt —una apéndice lamentable a la
364 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Constitución Cubana, ideada por el Congreso de Estados


Unidos, que daba a ese país, el derecho de intervenir en
situaciones políticas inestables y frente a la amenaza de otros
países ajenos, también cedió el derecho de tener una base naval
en Guantánamo— los bautistas cubanos retornaron y se pusie­
ron a la tarea de restituir a la obra bautista en suspenso. Por lo
menos, las propiedades quedaron, pero los creyentes estaban
muy esparcidos. Alberto Díaz y J. R. O’Hallorán volvieron
primero; Díaz se detuvo en la capital donde, asesorado por G. de
Cárdenas, restauró la Iglesia “Getsemaní” que pronto contaba
con 200 miembros. O’Hallorán, un hombre elocuente y fuerte,
se dirigió a Santiago donde reunió a muchos de los creyentes
ganados por Wood y la señorita Fales. J. V. Cova fue enviado por
la Junta a Matanzas donde reorganizó una iglesia. Otros
pastores consiguieron empleo secular para sostenerse, pero se
dedicaron a levantar nuevas congregaciones.111
A esta altura del desarrollo bautista, algo muy importante
sucedió en Estados Unidos que afectó el futuro de la obra. Las
dos juntas de misiones bautistas, la Junta de Misiones Domésti­
cas de los Bautistas del Sur y la Sociedad Bautista Americana de
Misiones Domésticas de los Bautistas del Norte, convinieron a
fines de 1898 distribuirse el trabajo de Cuba. La Junta Domésti­
ca del Sur tomó las cuatro provincias occidentales: Pinar del Río,
Habana, Matanzas y Santa Clara; la Sociedad del Norte, las
privincias de Camagüey y Oriente, junto con la isla de Puerto
Rico. Esta división práctica y amistosa dió la pauta para el futuro
de la obra bautista. Hasta el día de hoy hay dos convenciones,
dos seminarios, dos instituciones que en realidad tienen muy
poco contacto fuera de encuentros fraternales. La política
misionera de las dos juntas ha tenido algo que ver con las
diferencias. La Junta del Sur ha mantenido el liderazgo en el
oeste; ha subvencionado mucho la obra; y ha rechazado en
general el ecumenismo. En cambio, la Sociedad del este ha
dependido más de un liderazgo nacional asalariado; ha promovi­
do el sostén propio y se ha entregado a un ecumenismo extremo
que ha afectado su identidad bautista. Por supuesto, ha habido
excepciones en los dos lados, pero estas tendencias se revelan
en el estudio de sus desarrollos.112
De acuerdo con este convenio, J. R. O’Hallorán cedió el
campo de Santiago de Cuba a Teófilo Barocio, el destacado y
L o s B a u t i s t a s e n lo s P a í s e s d e l C a r i b e 365

muy erudito bautista mexicano, quien hizo un buen trabajo en


Cuba por unos cinco años antes de volver a su patria.113 Varios
pastores metodistas, como Alfredo Cabrera, se hicieron bautistas
y reforzaron las filas de la denominación.114 Lamentablemente,
Alberto Díaz, el pionero bautista, unos años después, rompió su
relación con la Junta por discrepancias en cuanto a los funda­
mentos bautistas.115 De hecho, el vertiginoso crecimiento ,bau­
tista de antes de la guerra resultó ser superficial y, en muchos
lugares, fue necesario comenzar de nuevo.

D esarrollo en el O ccidente (18981959‫)־‬


En 1901 C. D. Daniel, el primero en una serie de misione­
ros muy capaces, llegó a Habana. Daniel, oriundo de Brasil y de
la obra misionera en México,"6 ya hablaba castellano y conocía
bien la idiosincrasia latina. Cuando Alberto Díaz renunció a su
puesto con la Junta en 1901, Daniel asumió el liderazgo de la
obra en Habana. Daniel y un equipo de obreros nacionales
extendieron la obra a varios puntos nuevos en las cuatro
provincias. Realmente, prepararon el terreno para la organiza­
ción de una convención en el occidente.117
En 1903 la Junta Doméstica del sur nombró a B. D. Gray
como secretario corresponsal. Gray, como Tichenor y McCon-
nell antes, entró en una relación muy estrecha con la obra
cubana. En 1905 Daniel, ya anciano y enfermo, se jubiló y
Moisés Natanel McCall llegó para reemplazarlo. Antes de irse,
Daniel había organizado un Comité Gestor para la organización
de una convención. Juntamente con M. M. Calejo, Pablo Valdés,
F. J. Paez, Eugenio Calejo y A. S. Rodríguez, Daniel delineó los
planes para tal convención. La Convención Bautista de Cuba
Occidental se constituyó en Habana en febrero de 1905. Siete
delegados de ocho iglesias fueron miembros fundadores. Daniel
fue elegido presidente, J. V. Cova, secretario; y A. U. Cabrera,
tesorero. Las iglesias constituyentes eran muy débiles.118
Moisés McCall fue hombre ideal para suplantar a C. D.
Daniel. Por unos cuarenta y dos años McCall era el líder de la
obra en el Occidente. Llegó en 1905 para ser director del Colegio
y pastor de la iglesia de habla inglesa. Sin embargo, por la
ausencia de Daniel, a la fuerza tuvo que aprender castellano y
encargarse de la dirección de la obra. McCall seguía tres
366 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

principios misioneros que aseguraron la buena marcha de la


obra, a saber:
(1) Ningún país puede ser evangelizado por elementos de
afuera. Es necesario entrenar a obreros nacionales.
(2) Los elementos extranjeros deben ser auxiliares, pero la
base de la obra debe ser nacional.
(3) Las relaciones fratemales entre misioneros y nacionales
deben ser estrechas y francas y realizadas en una atmósfera de
igualdad.
Poniendo por obra el primer principio, McCall fundó un
Seminario en Habana en 1906. El, Livingston Mays y W. W.
Barnes eran los primeros profesores. Implementando el segundo
principio, McCall apoyó la flamante Convención y ayudó en el
comienzo del órgano oficial, La Voz Bautista. McCall mismo
encarnó el tercer principio, manteniendo una relación estrecha
con los pastores nacionales. Cuando McCall falleció en 1947, las
ocho iglesias que formaron la primera Convención se habían
multiplicado a sesenta; los 300 miembros a más de 6.000. Sería
imposible enfatizar demasiado la contribución de McCall a la
obra cubana. El sucesor de McCall, Heriberto Caudill, siguió los
principios de McCall hasta su arresto por Fidel Castro en
1965.1,9
Entre los años 1905 y 1959 había un crecimiento integral
de la obra bautista en Cuba. Los mismos líderes cubanos
mencionados arriba encabezaron el liderazgo en colaboración
con los misioneros de la Junta Doméstica. Los colegios, el
Seminario, la obra de educación cristiana y la obra femenil
formaban parte del incremento. Varios edificios y templos
fueron edificados con fondos provistos por la fundación de la
familia Bottoms de Texarkana, Texas. Un hospital y un hogar
para ancianos fueron auspiciados por la Convención, y antes de
la entrada de Castro, fue iniciada una obra estudiantil. En 1959
había más de ochenta y cuatro iglesias en la Convención, con
casi 9.000 miembros.
Cabe destacar el espíritu misionero de la Convención
Bautista de Cuba Occidental. A partir de 1927 la Junta de
Misiones de la Convención comenzó a apoyar financieramente
la obra de Miguel Angel del Real en la República de Colombia.
En 1929, en una asamblea de la convención, cinco pastores
jóvenes de Cuba se entregaron a la obra misionera en Colombia.
L o s B a u t i s t a s e n lo s P a í s e s d e l C a r i b e 367

Sin embargo, bajo los consejos de la Junta y de Moisés McCall,


la Convención envió a dos de ellos a Colombia. McCall viajó para
reconocer el campo. Los tres misioneros hicieron una buena
obra bajo circunstancias muy difíciles, y después de unos años
la obra fue abandonada por falta de fondos. No obstante esto, las
bases del creciente pueblo bautista en Colombia fueron puestas
por cubanos. José Prado y Luciano Morín fueron los misioneros
mandados y merecen un lugar de honor en la lista de misioneros
pioneros en América Latina.120
D esarrollo en el Oriente (1898-1959)
La obra bautista en la parte oriental de la isla también se ha
desarrollado, en colaboración con la Sociedad Bautista America­
na de Misiones Domésticas. La Sociedad ha contado con la obra
de misioneros nacionales, nombrados y sostenidos por la Socie­
dad. En contraste con el Occidente, la Sociedad ha recalcado la
importancia del sostén propio desde sus comienzos. Con la
colaboración de pioneros cubanos y mexicanos, tales como
Teófilo Barocio y J. R. O’Hallorán, establecieron iglesias en
Santiago y otras ciudades de la zona.
Los bautistas del Oriente han puesto más énfasis sobre sus
instituciones educativas, como las excelentes Escuelas Interna­
cionales en El Cristo; sus librerías y periódicos, y sus colegios
relacionados con sus congregaciones.121 La Convención Bautista
de Cuba Oriental, formada alrededor de 1903, dirige la obra por
medio de varias juntas, secundada por la Sociedad Doméstica de
Estados Unidos. En 1922 había cincuenta y tres iglesias y 2.300
miembros. En 1959 contaban con más de 6.000 miembros.
Como sus hermanos del Occidente, los bautistas del Orien­
te tienen un espíritu misionero muy destacado. Por ejemplo, en
1908 la Sociedad inició una obra en Baracoa, un lugar aislado en
el extremo más oriental de Cuba. La obra fue sostenida por un
bautista rico de Estados Unidos. Sin embargo, el patrocinante
retiró su sostén en 1920 y se produjo una crisis en la
Convención. Los mismos bautistas cubanos formaron la Socie­
dad Bautista Cubana de Misiones Domésticas, que se encargó
de la obra en Baracoa. Esta Sociedad nacional, juntamente con
la ayuda de la Sociedad de Estados Unidos, ha sido una fuerza
de choque en el avance de la obra en el Oriente.122
Es realmente notable la autodeterminación y el sostén
368 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

propio de los bautistas del Oriente. Sus iglesias se caracterizan


por su independencia y su espíritu de mayordomía. Además,
han sido mucho más ecuménicas que sus hermanas en el oeste,
cooperando estrechamente en las Federaciones de Iglesias de la
zona.123
L os Bautistas Bajo el C om unism o (1959 hasta hoy)

La mayor parte de los bautistas cubanos dieron una cordial


bienvenida a Fidel Castro y sus revolucionarios como libertado­
res del régimen de Batista. Sin embargo, la euforia primitiva
paulatinamente se convertía en cautela mientras que Castro se
inclinaba hacia el comunismo marxista-leninista. No obstante la
obra creció mucho durante los primeros años del régimen
castrista.124
Bajo el comunismo ateo la obra bautista ha sufrido algo en
la pérdida de escuelas y otras instituciones; pero por otra parte la
fe de los miembros ha sido probada. Ha habido ganancias y
pérdidas, pero sin embargo, la obra bautista continuó. En 1965
hubo una crisis cuando el gobierno de Castro detuvo a quienes
llamaba “una banda de espías bautistas al servicio del imperialis­
mo yanqui”. Los así llamados “espías” ,eran cuarenta pastores
bautistas, cuatro misioneros y nueve laicos. Treinta y cuatro de
ellos fueron enjuiciados: siete condenados a treinta años;
veintirés a dieciocho años; y para cuatro, ocho años. Fueron
acusados de espionaje, alteración de textos bíblicos con fines de
“diversionismo” ideológico, colaboración con los alzados contra
el Régimen, ayuda a personas que han logrado salir en bote y
tráfico de divisas. Dos misioneros, Heriberto Caudill y David
Fite, pasaron cuatro años encarcelados. Esto inició una persecu­
ción de los bautistas que incluyó la incautación de colegios, la
destrucción de Biblias y la prohibición de la educación de
jóvenes menores de dieciocho años.125
Afortunadamente, en los veinte años transcurridos desde
aquella crisis, los bautistas han podido sobrevivir y el gobierno
de Castro está llegando a ser cada vez más tolerante. En 1986
representantes de las Juntas estadounidenses pudieron visitar
Cuba y ciertas cantidades de Biblias y de literatura han podido
entrar por la aduana. Una vez más el pueblo bautista cubano ha
quedado fiel al Señor. Evidentemente la obra no solamente ha
L o s B a u t i s t a s e n lo s P a í s e s d e l C a r i b e 369

sobrevivido, sino que ha crecido en calidad, y en algunos lugares


en número. Sin embargo, la obra organizada ha sufrido grandes
contratiempos.126 Habiendo pasado por dos grandes pruebas en
su historia, los bautistas de Cuba, como los de China y de los
países de Europa Oriental, están bien acondicionados espiritual­
mente para afrontar un mundo hostil. Mientras tienen la
oportunidad de salir una vez más a las calles de Cuba,
seguramente van a llevar un testimonio poderoso del valor del
evangelio.
En el año 1982 los bautistas de la Convención Bautista de
Cuba Occidental contaban con noventa y ocho congregaciones y
cerca de 7.000 miembros; la Convención Bautista de Cuba
Oriental contaba con 110 congregaciones y cerca de 9.000
miembros. Además, la Convención Bautista Libre (Bautistas del
Libre Albedrío), una entidad que comenzó su trabajo en 1941,
contaba con catorce congregaciones y cerca de 1.800 miem­
bros.127Ha habido una merma en el crecimiento numérico desde
aquel entonces. Puede ser que las iglesias no estén informando
su crecimiento por miedo al régimen comunista. Sea lo que sea
la situación, la Alianza Bautista Mundial informó en 1987 que
había 110 congregaciones con 5.900 miembros en Cuba Orien­
tal; y 105 congregaciones con 6.500 miembros en Cuba
Occidental. La pérdida en el Occidente seguramente se debe al
éxodo de muchos bautistas de Cuba. No obstante estas cifras,
los informes que salen de Cuba contemporáneo son alentadores.
En medio de las dificultades del año 1962, el secretario ejecutivo
de la Convención Oriental escribió:
No sabemos lo que el futuro nos promete, pero en este
momento que nos toca vivir, todos los hermanos le pedimos
una sola cosa a nuestro Señor —su gracia y fuerza para vivir
la vida cristiana y para poder dar razón por el testimonio que
llevamos en el corazón128

PUERTO RICO
La historia política de Puerto Rico es única en las Américas.
A partir de 1492 fue una colonia de España. En 1898, de
repente, se hizo una colonia de Estados Unidos. En 1917 llegó a
ser un territorio dependiente, y en 1952 se independizó un poco
más y se constituyó en el Estado Libre Asociado de Puerto Rico.
370 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Desde 1917 los portorriqueños son ciudadanos de Estados


Unidos, pero tienen una autonomía que otros estados no tienen.
Religiosamente, Puerto Rico ha sido nominalmente católico
por muchos años. No obstante, después de la guerra en 1898, la
Iglesia Católica Romana estaba muy debilitada por falta de
sacerdotes. Por muchos años, Puerto Rico era asilo para los
sacerdotes leales a España, quienes habían salido de las nuevas
repúblicas de América Latina durante las guerras de indepen­
dencia. Por eso, eran reaccionarios y, cuando Puerto Rico cayó
en manos de un régimen militar protestante y liberal, muchos se
fueron. El pueblo experimentó cambios dramáticos —sociales,
económicos y religiosos— y tendía a asociar a la Iglesia Católica
Romana con el viejo régimen. Por lo tanto, dicha iglesia, como
los mismos protestantes, ha dependido de un clero extranjero y
ha tenido que ganar de nuevo el favor del pueblo.129 Ha tenido
bastante éxito en esto desde el Concilio Vaticano II y Medellín
1968 debido a su nuevo énfasis sobre las reformas sociales y
políticas.
Precursores Evangélicos (1598-1898)
Por tres siglos Puerto Rico sintió las brisas refrescantes de
la fe evangélica esporádicamente. El primer culto protestante se
realizó en San Juan en 1598 durante la ocupación británica que
duró solamente cinco meses. En 1625 los holandeses estuvieron
unos días, pero hasta mediados del siglo XIX muy pocos se
radicaron en Puerto Rico. La Iglesia Católica española prohibía
el culto protestante. Por ejemplo, cuando Diego Thomson, el
colportor bautista, pasó por Puerto Rico en 1834, tuvo la que él
llamaba “la experiencia más negativa de su vida”. Sigue
diciendo en un informe a su Sociedad Bíblica:
Le mencioné en una carta anterior mis dudas y miedos
en cuanto al éxito que podríamos tener en poner la Palabra
de Dios en circulación en esta isla de Puerto Rico. Mi primer
contacto con las leyes y costumbres de este sitio no las
aliviaron, sino que las aumentaron. Por supuesto, mi prime­
ra aparición tuve que hacerla, como pasa en todas partes, en
la aduana. Cuando examinaron mi equipaje, que consistía
en parte en ropa y en parte en libros. . . me autorizaron a
llevarme las ropas, pero se quedaron con mis libros.'*“
L os B a u t i s t a s e n lo s P a í s e s d e l C a r i b e 371

En contraste a todos los otros lugares en el Caribe,


Thomson fracasó en sus intentos de difundir la Biblia en Puerto
Rico. Sin embargo, inventó una manera de penetrar la isla por
medio de creyentes radicados en la isla Crab, exactamente como
hizo para entrar sus primeras Biblias en Cuba por vía de las islas
Caimanes.131 Thomson representaba la primera presencia bau­
tista en Puerto Rico; sin embargo, solamente su astucia le
permitía superar la intransigencia española y los resultados de
su obra eran mínimos.
A partir del año 1869 los anglicanos y episcopales comenza­
ron pequeñas obras en Ponce entre sus compatriotas. Los
reformados, metodistas, presbiterianos, congregacionalistas y
otros entraron alrededor del año 1900; entre ellos los adventistas
y los metodistas han tenido más éxito. Los pentecostales,
especialmente la Iglesia de Dios, aunque no empezaron su obra
hasta 1916, han llegado a ser la denominación evangélica más
grande de Puerto Rico.132
El D esarrollo Bautista (1898 hasta hoy)
El día 4 de febrero de 1898 llegó al pueblo de Río Pío
Piedras Guillermo H. Sloan, un misionero bautista de México,
empleado por la Sociedad Bautista Americana de Misiones
Domésticas. Sloan hizo una gira por Puerto Rico, repartiendo
tratados y evangelizando con éxito, pero no fundó iglesias. Un
año después llegó a Río Piedras Hugh P. McCormick, de la
misma Sociedad, quien empezó cultos regulares allí. Un mes
después, llegó la señorita Haynes; y dentro de unos meses más
llegaron A. B. Rudd y Juanita Duggan. Este equipo de obreros
bautistas era de la obra misionera de la Sociedad en México y,
por lo tanto, pudieron empezar enseguida predicando y ense­
ñando en castellano.
Se celebraron los primeros bautismos en el pueblo de Río
Piedras los primeros meses de 1899, y fue organizada la iglesia
en el mes de juüo de aquel mismo año, siendo la primera iglesia
bautista organizada en Puerto Rico. En 1923, G. A. Riggs, el
superintendente, informó:
Durante. . . los 25 años de trabajo no menos de 30
obreros del norte han tenido que dejar la obra, casi todos
ellos debido a que no pudieron mantener la salud en este
372 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

clima. También hemos perdido un número de obreros


nativos bastante considerable. Pero a pesar de los cambios
de obreros con tanta frecuencia, la obra ha prosperado y ha
dado pruebas de que verdaderamente es de Dios. Empezan­
do con un grupo de obreros del norte. . . hemos seguido
desarrollando obreros de tal manera que todas nuestras
iglesias ahora están dirigidas por pastores nativos. De las
misioneras que ayudan actualmente a la obra, casi la mitad
son nativas, y tenemos ahora una escuela donde vamos
preparando hermanas nativas a fin de que pronto no haya
necesidad de pedir obreras del norte.133

El ideal de aquella Misión se nota en este informe, a saber:


desarrollar una obra nacional que se sostiene a sí misma.
Tuvieron bastante éxito porque en 1923 había un número
reducido de misioneros foráneos y un cuarenta y tres por ciento
de los sueldos de los pastores fue provisto por los nacionales. Del
pequeño comienzo, de una iglesia de sólo quince miembros, en
1923 tenían cuarenta y siete congregaciones con 2.472 miem­
bros y más de 5.000 en sus escuelas dominicales. Además, han
fundado instituciones educativas y de benevolencia que han
sobresalido, por ejemplo, la Academia Bautista de Barranquitas
y el Seminario. Cabe destacar el espíritu misionero de la obra en
Puerto Rico. En 1928 enviaron un misionero a El Salvador, pero
en años recientes el celo misionero ha menguado.134
En 1903 se celebró en Río Piedras la asamblea constituyen­
te de la primera asociación de iglesias bautistas. La Asociación
de Iglesias Bautistas de Puerto Rico, constituida de diecisiete
iglesias locales, llegó a ser la Convención de Iglesias en 1936.
En 1938 la Convención asesoró financieramente a la obra en
Haití. Por medio de la Convención, surgieron nuevas organiza­
ciones tales como la “Unión Insular de Sociedades Bautistas de
Jóvenes” y la “Unión de Damas Bautistas de Puerto Rico”, y los
retiros anuales para niños, jóvenes y adultos. En 1949, año del
cincuentenario, había cuarenta y siete iglesias organizadas con
6.000 miembros. La obra de la Convención estaba en manos de
obreros nacionales. José Delgado informó en 1949: “La capaci­
dad de nuestro ministerio ha sido reconocido por nuestra Misión
al confiársele cargos de responsabilidad en la América Central y
en la repúbüca de Cuba”.135
Los bautistas de Puerto Rico han sido más ecuménicos que
otros en América Latina. En 1905 se unieron con los congrega-
L o s B a u t i s t a s e n los P a í s e s d e l C a r i b e 373

cionalistas, discípulos, metodistas, presbiterianos y los herma­


nos unidos en la Federación de Iglesias Evangélicas de Puerto
Rico. Esta Federación auspició el Puerto Rico Evangélico,
órgano de la Federación, y en 1916, durante la euforia ecuméni­
ca de la época, se constituyó la Unión Evangélica de Puerto
Rico. En 1919 la Unión, incluyendo a los bautistas, fundó el
Seminario Evangélico de Puerto Rico, que ha provisto la
educación teológica para la mayor parte de los pastores bau­
tistas. A partir de 1935 la euforia ecuménica ha venido dismi­
nuyendo, pero existe una cooperación estrecha entre las princi­
pales denominaciones.136
La Convención Bautista en Puerto Rico, como la obra
evangélica en general, está un poco estancada en el día de hoy.
En 1957 había cuarenta y ocho iglesias y 6.500 miembros;137en
1988 hay cuarenta y ocho iglesias con aproximadamente 9.000
miembros. Las iglesias existentes han crecido en algo, pero hay
una merma en el número de nuevas congregaciones.138
En 1956 los bautistas del sur de Estados Unidos iniciaron
una obra limitada por medio de su Junta de Misiones Domésti­
cas entre algunas iglesias de habla inglesa. La primera de estas
iglesias surgió en 1956 en la Base de la Fuerza Aérea de Estados
Unidos en Aguadilla. En 1962 fueron mandados misioneros
para asesorar a estas iglesias. Varios de estos misioneros
hablaban castellano y se fundaron unas congregaciones de
habla hispana. En 1965 se organizó una Asociación Bautista
Portorriqueña. En 1970 contaba con cuatro congregaciones de
habla inglesa, cinco de habla castellana y unas veinte misiones.
Esta Asociación no está afiliada a la Convención. Es subvencio­
nada por la Junta Doméstica de los Bautistas del Sur y cuenta
con unos 1.400 miembros.139
En resumen, los bautistas de Puerto Rico en tiempos
pasados pudieron alcanzar a todos los sectores de la sociedad
portorriqueña. Han sido líderes en el desarrollo de un liderazgo
sobresaliente en América Latina.140 Se han destacado en su
cooperación con otras denominaciones, y en la obra educativa y
misionera. No obstante todo esto, están experimentando una
merma en su desarrollo.141 Es de esperar que puedan recuperar
su celo misionero y evangelizador para poder ocupar su debido
lugar en el mosaico evangéÜco de América Latina.142
374 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

ANTILLAS HOLANDESAS
Antillas Holandesas es una gobernación de Holanda que
<:onsiste en seis islas en el Caribe. Tres de ellas quedan cerca de
!as Islas Vírgenes en las Antillas Mayores. Las otras tres, que
tienen más que ver con la historia bautista, quedan cerca de la
costa de Venezuela y forman el escenario de unos comienzos
bautistas contemporáneos. Estas últimas son Curacao, Araba y
Bonaire.
Aunque la Iglesia Católica Romana cuenta con el ochenta y
cinco por ciento de los habitantes en el día de hoy, no siempre
predominaban en estas islas. Durante el siglo XVI los católicos
de Santo Domingo establecieron una obra sobre las islas, pero
en 1634 fueron expulsados por los holandeses. Unos jesuitas y
franciscanos entraron de nuevo en 1705, establecieron una vez
más la presencia católica y desde aquel entonces la Iglesia
Católica Romana ha crecido. Los protestantes, remanentes de
los colonos holandeses, están representados por la Iglesia
Protestante Unida (reformados y luteranos), los metodistas, los
anglicanos, los moravos y unos grupos adventistas.143 Hay
libertad de cultos para todos.
Por medio de una obra radial, los bautistas de Venezuela
consiguieron los nombres de 145 personas interesadas en el
evangelio. En 1983 los bautistas de la Convención Bautista de
Venezuela nombraron a su primer misionero foráneo y en
colaboración con personal de los bautistas del sur de Estados
Unidos fundaron una misión en conjunto en las islas. Este
proyecto fue histórico, porque indicó un nuevo rumbo de la obra
misionera de la Junta de Misiones Foráneas de los Bautistas del
Sur —o sea, su deseo de entrar en acuerdos con otras convencio­
nes bautistas para iniciar una obra misionera. Los misioneros de
las dos convenciones fueron a Curacao, comenzaron el estudio
del idioma papiamento, analizaron las necesidades de las islas,
se pusieron en contacto con los interesados y otros grupos
misioneros y comenzaron a evangelizar.144
Los misioneros están probando distintos métodos para
penetrar en el pueblo. Están fundando escuelas dominicales
utilizando a grupos de voluntarios de Venezuela y Estados
Unidos, realizando un ministerio radial y auspiciando institutos
bíblicos. Unos estudiantes interesados en el ministerio cristiano
Lo« B a u t i s t a s e n los P a ís e s d e l C a r i b e 375

están estudiando en los seminarios en Venezuela y Barbados. La


literatura usada está impresa en papiamento.
La obra ha sufrido altibajos ocasionados por el cambio de
personal y la barrera del idioma, más la indiferencia del pueblo
al evangelio. No obstante, en 1987 había dos iglesias organiza­
das con unos sesenta miembros, bajo la dirección de dos
pastores nacionales y cuatro misioneros. La poderosa estación
de radio, Trans-World (Transmundial), está ubicada sobre la
isla de Bonaire y ayuda a promover la obra evangélica en la zona.
El apoyo de esta obra por los bautistas venezolanos ha desperta­
do un movimiento misionero entre ellos. La respuesta del pueblo
promete mucho para el futuro de esta obra. Sin embargo, sería
prematuro predecir lo que puede pasar. La política de combinar
esfuerzos en la obra misionera bautista parece ser muy saluda­
ble y marca un nuevo rumbo en la estrategia misionera bautista
que se podría llamar “una intemacionalización de las misio­
nes”.145
SURINAM
Surinam, anteriormente conocido como Guayana Holande­
sa, queda en el continente de Sudamérica, pero forma parte de
la comunidad de naciones del Caribe. Desde 1651 hasta 1667
era una colonia británica; desde 1667 hasta 1975 era una
colonia de Holanda. Un setenta por ciento de su población es de
descendencia africana o de descendencia india, y el otro treinta
por ciento es europea, principalmente holandesa. Por tener una
población tan cosmopolita, se hablan varios idiomas, pero el
holandés es la lengua franca.146
Por supuesto, el contexto religioso es variado. Hay vestigios
de las religiones tradicionales de Africa, adherentes del hinduís-
mo, feügreses de las iglesias holandesas e inglesas, la reformada
y la anglicana pero, por extraño que parezca, fuera de la Iglesia
Católica Romana, las iglesias moravas son las más grandes. Los
moravos cuentan con una feligresía de más de 25.000, principal­
mente entre la gente de raza negra. Hay una completa libertad
de cultos, pero los asiáticos son muy celosos en su oposición al
cristianismo, o sea los del hinduísmo.147
Es interesante notar que Surinam fue uno de los primeros
campos misioneros de los protestantes. Alrededor de 1660,
Justiniano Yon Weltz, un luterano que se opuso al antimisionis-
376 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

mo de los luteranos en el siglo XVII, puso por obra su celo


misionero y se dirigió a Surinam. Von Weltz, uno de los
precursores del movimiento misionero moderno, había reco­
mendado la formación de sociedades misioneras, pero sin éxito.
Este profeta misionero, cuando había agotado todas las posibili­
dades de organizar una junta misionera, partió solo para
Surinam donde falleció de una fiebre un poco después de llegar.
Aunque no tiene nada que ver con la historia bautista, Von
Weltz merece un lugar en el cuadro de honor misionero, porque
influyó sobre Guillermo Carey y otros héroes de la obra
misionera.148
Una pequeña obra bautista comenzó en Surinam en 1888
bajo la dirección de un tal Salomón Bromet, un nacional que
había estudiado en Inglaterra. Bromet volvió a Surinam en 1888
y organizó una congregación.149 Sin embargo, esta obra tuvo
muy poca trascendencia porque los bautistas no figuran en la
lista de iglesias en la enciclopedia cristiana. Evidentemente,
estos creyentes se adhirieron a la Iglesia Evangélica de las
Indias Occidentales, una iglesia resultante de misiones interde-
nominacionales, pero que tiene mucho en común con los
bautistas.150
La Junta de Misiones Foráneas de los Bautistas del Sur de
Estados Unidos envió un misionero a Surinam, Heraldo Lewis,
en 1971. Lewis, ex misionero en Trinidad, estudió el holandés,
se puso en contacto con otros misioneros evangélicos y estudió
la cultura tan cosmopolita de Surinam. La población cuenta con
muchos jóvenes de varios fondos raciales. Cuando los Lewis
llegaron, la Misión de las Indias Occidentales, una entidad con
doctrina similar a los bautistas, ya había comenzado dos
congregaciones evangélicas en la ciudad capital de Paramaribo.
En consultas con ellos, y aun con la ayuda de ellos, Lewis
encontró un local y estableció un centro bautista.151 En 1973 la
flamante Misión Bautista aprovechó una celebración nacional,
Jaarbeurs (una exposición bienal de mercaderías, etc.), para
colocar una exposición que explicaba la doctrina bautista y
ofrecía literatura a los congresistas. Este contacto resultó en la
apertura de un estudio bíblico en la casa de un simpatizante.
Después de tres años de trabajo, Lewis bautizó al primer
creyente, Benny Nierahoe, quien, con su esposa, llegó a ser la
L o s B a u t i s t a s e n lo s P a ís e s d e l C a r ib e 377
base de otra obra abierta por Leo Waldrop, otro misionero de los
bautistas del sur.152
De estos comienzos, y de la obra de Waldrop entre unas
familias hindúes, surgieron cuatro iglesias. En el otoño de 1981
estas iglesias formaron la Organización Bautista Unida de
Surinam, estructurada como una asociación.153La Asociación ha
agregado un ministerio radial y programas de educación teológi­
ca por extensión. Muchos materiales han sido traducidos al
holandés y los misioneros están estudiando los otros idiomas
indígenas y asiáticos para poder extender la evangelización a los
grupos étnicos no alcanzados.
La obra bautista en Surinam sigue creciendo lentamente,
pero en 1987 contaba con tres congregaciones con 115 miem­
bros. Hay tres pastores nacionales y doce misioneros. Cambios
en personal y altibajos políticos han detenido un poco el
crecimiento, pero el futuro promete mucho.
TRINIDAD Y TOBAGO
Esta república del Caribe ha tenido una historia política
muy tumultosa. Desde 1498 hasta 1802 era una colonia de
España; a partir de 1802 hasta 1958 estaba bajo el dominio de
Inglaterra; desde 1958 hasta 1962 formaba parte de la Federa­
ción de las Indias Occidentales; en 1962 llegó a ser una
monarquía constitucional; y por fin en 1976 una república. Su
composición étnica refleja este trasfondo político. Un cuarenta y
dos por ciento de la población es africana; treinta y seis por
ciento es de la India oriental; y los demás de un sinnúmero de
otras razas.154
El contexto religioso es interesante —un veintidós por
ciento de la población sigue el hinduísmo; un seis por ciento el
Islam y muchos siguen cultos de religiones africanas. Los
cristianos siguen el anglicanismo, el romanismo y varias formas
de protestantismo.
La denominación bautista entró en Trinidad y Tobago
durante la guerra de 1812 entre Estados Unidos e Inglaterra.
Muchos esclavos libertados emigraron a Trinidad cuando les
fueron regaladas propiedades por haber apoyado a los ingleses
durante la guerra. Algunos bautistas entre ellos formaron la
primera iglesia bautista en 1816. La obra se extendió, principal­
mente entre la gente de raza negra, hasta 1843 cuando la
378 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Sociedad Bautista Misionera de Inglaterra envió misioneros para


apoyar la obra. La Unión Bautista de Trinidad y Tobago, que
reúne a la mayor parte de los bautistas, es el resultado de
aquellas dos fuentes. La Sociedad Bautista Inglesa se retiró por
unos años, animando a los nacionales a sostener su propia obra,
pero volvió en 1946 y mantiene una presencia en las islas.
Algunas de estas iglesias no cooperan con la obra de la Unión.155
La Junta de Misiones Foráneas de los Bautistas del Sur de
Estados Unidos envió a sus primeros misioneros en 1962. Emit
y Catalina Ray, veteranos de la obra misionera en Las Bahamas,
establecieron una iglesia en el norte de Trinidad. La indepen­
dencia de estas islas de Inglaterra coincidió con la llegada de los
Ray, y por unos seis meses había mucha tensión entre la nueva
misión y la Unión Bautista, que no estaba bien relacionada con
la Sociedad de Inglaterra. Sin embargo, cuando la nueva misión
consiguió su permiso del nuevo gobierno, la Unión y, la Sociedad
comenzaron a cambiar su constitución y buscaron una relación
con los bautistas del sur.
Los Ray y los misioneros de Estados Unidos concentraron
sus esfuerzos en la zona de Puerto de España donde pudieron
alcanzar a unos indios orientales y europeos. Hasta aquel
momento, la mayor parte de los bautistas eran de raza negra. La
Iglesia del Valle de Puerto de España llegó a ser el centro de
extensión de la obra. A partir de 1964, otros misioneros venían
llegando y en 1969 había seis matrimonios trabajando con tres
iglesias y seis puntos de predicación.156
Otro sector de la vida bautista en Trinidad y Tobago se
llama “bautistas espirituales”. Hay dos uniones de ellos. Son
bautistas carismáticos extremistas que se separaron de la Unión
y de las obras de las Misiones extranjeras.157
En 1976, debido a tensiones entre la Misión de los bautistas
del sur y la Unión, hubo una ruptura de relación y las obras se
separaron. Por eso, hay tres ramas en la obra bautista en el día
de hoy. El sector relacionado con la Misión norteamericana
cuenta con cuatro iglesias y 500 miembros. Hay ocho misione­
ros y cinco pastores nacionales. La Unión Bautista cuenta con
veinticinco iglesias y 6.000 miembros. Los “bautistas espiri­
tuales” cuentan con otros 5.000 adherentes. Hay cooperación
práctica entre los distintos sectores.158 Las misiones están
estudiando la posibilidad de abrir obras nuevas en el este y el
L o s B a u t i s t a s e n lo s P a ís e s d e l C a r ib e 379

oeste, y de enfatizar más la obra en Tobago.159 Si los grupos


bautistas pueden unirse mejor en una tarea común, la obra
bautista en Trinidad y Tobago tiene buenas perspectivas.

LAS ISLAS TURCOS Y CAICOS


Las Islas Turcos y Caicos, unas treinta de ellas, constituyen
una colonia británica desde 1962. Antes estaban bajóla jurisdic­
ción de Bermuda y Jamaica. Su población de 8.000 se compone
de gente de descendencia africana. Son islas predominantemen­
te protestantes de habla inglesa.
Los bautistas constituyen la denominación más grande de
las islas. Las iglesias que componen la Unión Bautista son
productos de la obra misionera de los bautistas de Jamaica y de
Las Bahamas. La Unión Bautista de Jamaica envió misioneros a
las islas en 1849.160Las trece congregaciones bautistas, con más
de 1.000 miembros, representan los resultados de esta iniciativa
primitiva.161
En 1982 la Unión Bautista invitó a un matrimonio de la
Junta de Misiones Foráneas de los Bautistas del Sur a radicarse
en las islas para ayudar a las iglesias a desarrollarse mejor. Los
esposos Perriman, veteranos de la obra bautista en el Caribe, se
trasladaron a las islas, sus gastos de viaje pagados por la Unión,
y piensan trabajar con las iglesias hasta su jubilación en 1989.
Los misioneros viajan de iglesia en iglesia dando estudios sobre
la evangelización y el iglecrecimiento. Además, están auspician­
do cursos sobre el discipulado cristiano. Un joven estudiante de
las islas ha ido al Colegio Bautista en Barbados y piensa volver a
las islas para ser un pastor. Hay tres pastores nacionales ya
trabajando entre las trece iglesias que contaban con aproxima­
damente 600 miembros en 1987.162
Diego Thomson, el intrépido colportor bautista, estaría muy
contento si pudiese volver a estas islas. Thomson, quien hizo
una gira por las islas, desde Trinidad y Tobago hasta Las
Bahamas, en 1834, predecía el éxito de la predicación del
evangelio. Fue él quien plantó la semilla que los bautistas
jamaicanos cosecharon. Es de esperar que la vitalidad evangeli-
zadora siga en estas islas.163
Además de la obra bautista de la Unión, hay una pequeña
obra misionera realizada por bautistas fundamentaüstas de
380 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Estados Unidos. Hay una sola congregación de unos veinte


miembros que no colabora con las iglesias de la Unión.164
LAS ANTILLAS MENORES
Las Antillas Menores constituyen una cadena de islas de
aproximadamente 350 kilómetros que separa el Caribe del
Atlántico. Las principales islas son Dominica, Santa Lucía, San
Vicente y Grenada. Barbados no forma parte de la cadena, pero
generalmente se incluye en la categoría. Las islas son estados
soberanos que forman parte de la comunidad británica de
naciones. La población se compone casi totalmente de gente de
raza negra de descendencia africana. La mayoría habla inglés.
BARBADOS
Diego Thomson estuvo en Barbados en 1834. Lo considera­
ba su base de operaciones para el Caribe. El colportor bautista
de Escocia tuvo mucho éxito entre la gente de raza negra. Visitó
333 familias, formó una sociedad y vendió más de 200 Biblias.
Sin embargo, los bautistas no volvieron a Barbados hasta 1890
cuando llegaron unos bautistas independientes y fundamenta-
listas y constituyeron unas congregaciones.165 En el día de hoy
se llaman Iglesias Bautistas Fundamentalistas.
Las denominaciones evangélicas más grandes son los
metodistas y los anglicanos. En 1971 dos iglesias, llamadas
“Betania”, se pusieron en contacto con la Misión Bautista de las
Antillas Menores, una misión de los bautistas del sur, expresan­
do su deseo de constituirse en iglesias bautistas con el asesora-
miento de los misioneros. Después de consultas extensas sobre
doctrina bautista, los representantes de la Misión estaban más
que satisfechos con sus respuestas. Se resolvió enviar misione­
ros a Barbados. En 1972 los esposos Womack se radicaron en
Bridgetown. Los Womack se relacionaron bien con las iglesias
existentes, entre ellas algunas que tenían problemas con
parientes de los antiguos misioneros que eran dueños de los
templos registrados con sus nombres. Poco a poco los Womack y
los creyentes resolvieron los problemas, y en 1974 se formó la
Asamblea de Iglesias Bautistas (ahora llamada Convención).166
La llamante Convención recomendó la fundación de un
Colegio Bautista. La Misión compró una propiedad que antes
L o s B a u t i s t a s e n lo s P a ís e s d e l C a r ib e 381
era una plantación de azúcar y, bajo la dirección de Womack,
voluntarios y creyentes edificaron las dependencias del Colegio.
Tal Colegio ahora es un seminario, sirviendo a todos los países
del Caribe. En 1987 se graduaron cinco alumnos y volvieron a
sus países respectivos. En 1986 llegó un misionero dentista y
estableció una clínica que está sirviendo al pueblo.167
Las iglesias bautistas están tratando de extenderse, a duras
penas, en una isla que ya tiene tantas iglesias. En 1987 había
cinco congregaciones con 450 miembros, bajo la dirección de
seis pastores nacionales y siete misioneros. Hay una relación
muy buena entre los misioneros y los nacionales. Los antiguos
bautistas fundamentalistas siguen su trabajo a través de nueve
congregaciones que contaban con 1.000 miembros en 1987.168
Si la obra bautista en Barbados puede renovarse y superar el
problema de su pasado, promete mucho para el futuro de la obra
bautista en el Caribe.
DOMINICA
La población de Dominica es noventa y tres por ciento de
descendencia africana de habla inglesa. La isla ha sido una
colonia de Francia e Inglaterra, pero le fue concedida la
independencia en 1978. Religiosamente, es ochenta por ciento
católicorromano; el otro veinte por ciento es metodista, adventis­
ta o anglicano. Los bautistas representan una pequeña minoría
que ni figura en las enciclopedias religiosas.169
Por medio de una visita de Diego Thomson en 1834, los
bautistas estaban presentes en Dominica por un día no más.
Thomson no dice nada en sus informes acerca de los resultados
de su obra allá. Evidentemente, no tuvo mucho éxito en colocar
Biblias en una isla tan católica.170
Alrededor de 1960 unos bautistas independientes, proba­
blemente la Misión Maranatha de Estados Unidos, ápoyó una
obra en Dominica.171 Por lo tanto, la Iglesia Bautista Gerizim
existía en 1974 y tenía una relación informal con otros indepen­
dientes en Santo Tomás de las Islas Vírgenes. En ese mismo
año, esta iglesia le pidió ayuda a la Misión de los bautistas del
sur en esa parte del Caribe. Recibió un poco de ayuda pero,
debido a malentendidos, la relación se rompió. En 1974 cuando
se organizó la Misión de las Antillas Menores, el misionero
Guillermo Womack empezó un contacto con la Iglesia Gerizim
382 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

desde su base en Barbados. En mayo de 1975 los esposos


Walker, ex misioneros a Kenya, se radicaron en Dominica. Los
Walker asesoraban a otras misiones y a las iglesias existentes.
Debido a serios problemas en el seno de la congregación, la
Iglesia Gerizim se disolvió, pero algunos de los creyentes
miembros se constituyeron en la Iglesia Bautista “Debveranee”
(Emancipación). Los Walker se asociaron con esta congrega­
ción y la usaban como centro de sus actividades en colaboración
con otras iglesias.172 La obra prosperaba y otras dos iglesias se
organizaron.
En 1982 se fundó la Unión Bautista de Dominica con tres
congregaciones y pronto se hizo miembro de la Confraternidad
Bautista del Caribe.173 Por medio de esta relación, grupos de
laicos bautistas de Estados Unidos han podido apoyar la obra en
Dominica de una manera muy fructífera. Un grupo de cuarenta
dentistas, médicos y enfermeras del estado de Georgia pasó unas
semanas en Dominica y, como resultado, una clínica dental está
funcionando en la isla y ha tenido un impacto evangelizador
sobre el pueblo.174
En 1987 la Unión Bautista de Dominica contaba con cuatro
congregaciones con un total de 175 miembros. Había tres
pastores nacionales y cuatro misioneros atendiendo las iglesias y
los puntos de predicación. Además, la Clínica Dental apoya a la
obra. El crecimiento en Dominica ha sido lento debido a la falta
de obreros nacionales. Hubo problemas internos en las iglesias
que han impedido el progreso, pero en 1987 las perspectivas
para un avance parecían ser buenas.
GRENADA
Grenada, una isla hermosa, es un país soberano miembro
de la comunidad británica y, por eso, es de habla inglesa. Las
iglesias anglicana y romana son predominantes. Sin embargo,
los metodistas, adventistas y unas iglesias autóctonas son
significativas. Con una población de 100.000, un noventa y ocho
por ciento de desdendencia africana, Grenada llamó la atención
del mundo cuando Estados Unidos invadió la isla con el
propósito de impedir lo que parecía ser un golpe comunista.
Desde aquel tiempo, Estados Unidos ha apoyado al gobierno y
ha tratado de robustecer la economía.
Desde 1900 el nombre “bautista” estaba identificado con los
L os B a u t i s t a s e n lo s P a ís e s d e l C a r ib e 383

así llamados “bautistas espirituales”, congregaciones que se


entregan a toda clase de excesos emocionales y rituales en sus
cultos, y no muy bien conceptuadas por el pueblo de Grenada.175
Son congregaciones separadas de otros bautistas y se parecen
más a pentecostales que a bautistas normales.
La única evidencia de otra presencia bautista fue la visita de
Diego Thomson a Grenada en 1834. Sobre Grenada Thomson
pudo escribir: “Feliz de que he encontrado una contraparte de
Trinidad, pues tuve muy buena recepción, lo que me permitió
formar una sociedad, contando inclusive con el apoyo del
gobernador”.176
Similar fue la recepción que los primeros misioneros de los
bautistas del sur sintieron en 1974. La historia de este nuevo
comienzo de la obra bautista en Grenada es muy romántica. En
1972 un prisionero en la cárcel de Richmond Hill, León
Edwards, se convirtió por medio de un programa de radio. El
pidió el envío de misioneros de Jamaica o de Estados Unidos. J.
P. Alien, un prestigioso pastor estadounidense trabajando para
la Junta de Radio y Televisión de los Bautistas del Sur, hizo un
viaje a Grenada para documentar la historia de León Edwards.
Alien bautizó a Edwards en el océano e hizo una película acerca
de él y los otros presos convertidos.177
Cuando los esposos Herrín, misioneros a Guayana, no
pudieron conseguir visas para retomar, se trasladaron a Grena­
da y se pusieron en contacto con León y los otros presos.
Utilizando a los presos como núcleo, Herrín inició la obra y
fundó una iglesia bautista en 1974. León falleció, pero los otros
presos siguieron fieles y al salir de la cárcel, comenzaron a
testificar. Herrín fue secundado por su esposa, quien era artista,
y Sebert McKoy, un misionero de Jamaica. Además, unos
creyentes empleados por el Cuerpo de Paz de Estados Unidos
ayudaron a fundamentar bien la nueva iglesia. La obra prosperó,
y ahora hay cuatro iglesias y dos misiones constituidas en la
Asociación Bautista de Grenada, fundada en 1981.178
Lamentablemente, Manget Herrín se enfermó y falleció,
pero su obra sigue bajo el liderazgo de los misioneros de Estados
Unidos y de Jamaica. La Unión Bautista de Jamaica envió a los
esposos Sharpe a Grenada para colaborar con los misioneros
norteamericanos. En 1977 llegó un misionero dentista e inició el
Ministerio Dental de los Bautistas de Grenada. Las iglesias han
384 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

usado la radiofusión con mucha eficacia, más estudios bíblicos y


clases de alfabetismo. Por medio de la radio y la televisión, la isla
se da cuenta que estos “nuevos bautistas” son muy distintos de
los despreciados “bautistas espirituales”.
Durante la crisis política y militar de la invasión norteameri­
cana, la obra siguió y los misioneros se quedaron. La prisión de
Richmond Hill fue la última fortaleza de los rebeldes en el
conflicto. La misma creatividad de los bautistas de Grenada será
un factor en su crecimiento en el futuro. El testimonio de León
Edwards y Manget Herrín continuará siendo la semilla del
crecimiento de la obra en Grenada. Las cuatro congregaciones
con aproximadamente 300 miembros seguirán extendiendo la
obra que comenzó en una celda.179
SANTA LUCIA
La población de Santa Lucía, aproximadamente 100.000
habitantes, es noventa y cinco por ciento de descendencia
africana y noventa por ciento católicorromana. El inglés es el
idioma oficial, pero la mayor parte de los habitantes habla un
dialecto basado en el francés. Entre las denominaciones predo­
minan los anglicanos, adventistas, metodistas y moravos.
La presencia bautista en la isla comenzó en 1834 cuando
Diego Thomson pasó un día en Santa Lucía “donde fue bien
recibido y apoyado por las autoridades”.180La Sociedad misionera
Mid-Missions empezó una obra bautista en Santa Lucía en
1946. Estos bautistas fundamentalistas cuentan con unos 200
miembros en sus pocas congregaciones. Hay algunos “bautistas
ortodoxos”, congregaciones independientes, que cuentan con
una comunidad de 100 personas. Estos “ortodoxos” también
tienen unas congregaciones en Trinidad. Parecen representar
un movimiento bautista autóctono.181 No se sabe cuando inicia­
ron su obra.
La Misión de las Antillas Menores de los Bautistas del Sur
de Estados Unidos ha considerado, por mucho tiempo, a Santa
Lucía como una parte de su campo de trabajo. Por fin, en 1983
un matrimonio misionero de Dominica se trasladó a Santa
Lucía. Empleando nuevos métodos, los misioneros establecie­
ron un centro bautista en Vieux Fort. El Centro Bautista
Hewanorra recibe más de 400 personas por semana que vienen
para leer, consultar con consejeros, estudiar en las clases que se
L o s B a u t i s t a s e n lo s P a ís e s d e l C a r ib e 385

ofrecen, tratar las soluciones a los problemas sociales y realizar


otras actividades. De estas personas simpatizantes, la primera
congregación bautista se constituyó en 1985 en Vieux Fort.182
En 1987 se organizó una segunda iglesia, la Iglesia Nueva
Esperanza, en Vieux Fort. Por medio de estas iglesias, los
misioneros ofrecen cursos sobre teología y educación cristiana.
La obra de las escuelas dominicales está enfatizando el discipu­
lado cristiano. Los miembros nacionales están asumiendo la
responsabilidad de predicar. Además, la radio y la televisión
están contribuyendo mucho al avance de la obra. Grupos de
voluntarios de Estados Unidos han realizado clínicas dentales y
médicas para afrontar los problemas sociales de la isla. En otras
palabras, los bautistas están procurando responder a las necesi­
dades más apremiantes del pueblo. En 1987 había dos congre­
gaciones con treinta y tres miembros. Hay tres pastores naciona­
les y cuatro misioneros colaborando en la creciente obra.183
SAN VICENTE
San Vicente, tan similar a Santa Lucía en tamaño y
población, es distinto en su religión. La Iglesia Anglicana es
predominante, seguida por la Iglesia Metodista y los adventistas.
Más que en otras poblaciones en el Caribe, San Vicente tiene
muchos habitantes que representan una mezcla de los africanos
y los indígenas carib.184
Diego Thomson en 1834 pasó un día en San Vicente y
quedó muy desilusionado por el poco interés del pueblo en la
distribución de la Biblia.185 No se sabe cómo, pero unas
congregaciones de los así llamados “bautistas espirituales” han
estado desde 1860 y contaban con una comunidad de unos 300
creyentes en 1987. La Misión Mid-Missions de Estados Unidos
inició una obra en 1947, relacionada con su obra en Santa
Lucía, y contaban con unos 300 miembros en 1987.186
En 1976 los esposos Overstreet, misioneros de los bautistas
del sur de Estados Unidos, se radicaron en Kingstown. Comen­
zaron dos estudios bíblicos en hogares, uno en el hogar de un
converso quien había estado preso en Grenada, Joel Daniel. La
obra prosperó y se compró un local en Kingstown. La primera
iglesia se organizó con elementos de otras obras bautistas y los
nuevos convertidos, trece en total. Esta iglesia se multiplicó y en
1987 había cuatro congregaciones. Estas formaban parte de la
386 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Convención Bautista de San Vicente, que se contituyó en


noviembre de 1987.187
Un factor en el crecimiento bautista en San Vicente ha sido
el trabajo de grupos de voluntarios de Estados Unidos. Equipos
médicos, técnicos y evangelísticos de bautistas de ese país han
realizado campañas, clínicas y estudios para la creciente obra.
Un programa de educación teológica por extensión está mejo­
rando el nivel del liderazgo bautista. En 1987 había cuatro
congregaciones de bautistas con un total de 400 miembros.
Había tres pastores nacionales y tres misioneros.
JAMAICA
Jamaica, una de las islas más grandes del Caribe, es un
estado libre con un gobierno constitucional. La población es
noventa por ciento de descendencia africana. La mayor parte de
los habitantes son descendientes de esclavos y obreros importa­
dos por los ingleses para cultivar el azúcar. Por muchos años,
Jamaica suplía el azúcar para Inglaterra por medio de grandes
plantaciones. Jamaica es muy importante en la historia bautista
porque la obra bautista empezó a fines del siglo XVIII, prosperó
mucho y llegó a ser una base misionera para la cuenca del
Caribe. Las obras bautistas en muchas de las islas se deben a los
esfuerzos de misioneros jamaicanos. Además, por un tiempo,
misioneros jamaicanos ayudaron a comenzar obras bautistas en
Africa Occidental. Por eso, la denominación bautista en Jamaica
merece un lugar de distinción entre los países misioneros del
mundo. Lamentablemente, los tremendos problemas económi­
cos, ocasionados por el fracaso de las plantaciones y el retiro de
las empresas inglesas, han limitado la contribución misionera de
Jamaica en los últimos años. Hoy en día, Jamaica cuenta con
casi dos millones de habitantes, un cuarenta y cinco por ciento
de los cuales son jóvenes de menos de quince años.
Religiosamente, Jamaica, descubierto por Colón en 1494,
era totalmente católico hasta 1655 cuando los ingleses tomaron
la isla y prohibieron la fe romana. Los jesuítas volvieron en 1837
y, por medio de una obra misionera muy agresiva entre las
clases bajas, pudieron restablecer el catolicismo. Hoy en día es
el grupo religioso más grande del país. Además, hay varios
movimientos autóctonos, como los así llamados “Bautistas
Nativos”, que en su doctrina y práctica son más similares a las
L o s B a u t i s t a s e n lo s P a ís e s d e l C a r ib e 387
religiones africanas tradicionales que a los bautistas regulares.
Otros grupos autóctonos son los Bedwardistas y los Ras Tafaris
que han procurado realizar un retorno a Etiopía, pero sin éxito.
El escenario religioso de Jamaica es muy pluralista y las
denominaciones cristianas han tenido que afrontar el problema
de una infiltración de estas sectas sincretistas.188
Un factor político que ha influido mucho el desarrollo
histórico de Jamaica fue la invasión de la isla por el famoso
ejército de Oliverio Cromwell en 1655. Cromwell, el Protector
protestante, se apoderó de Jamaica con el fin de conquistar todo
el territorio del Caribe y hacerlo una base para consoüdar el
protestantismo en el Occidente e ir debilitando el monopolio de
los católicos en el Nuevo Mundo.189Cromwell fue radicando los
primeros colonos ingleses, entre ellos algunos separatistas,
quienes desarrollaron las plantaciones de azúcar para abastecer
a la metrópoli. También levantaron templos con el apoyo del
estado, a fin de favorecer la implantación del anglicanismo. Un
siglo después, cerca de 1754, varios grupos de misioneros
moravos, bautistas y metodistas, evangelizaron a los esclavos
negros, hasta “cristianizar” a toda la población a fines del siglo
XVIII. Los pocos indígenas de la isla fueron eliminados muy
temprano y no figuran en la demografía moderna.190 Estos
antecedentes crearon un ambiente protestante que ha favoreci­
do el desarrollo de la fe evangélica. Aunque no prosperaban
mucho, los cuáqueros fueron los primeros en iniciar una obra
misionera en Jamaica en 1671.191 La larga relación con Inglate­
rra en el orden político sigue teniendo su impacto sobre Jamaica.
A partir de 1655 la Iglesia Anglicana, con el apoyo del gobierno
inglés, era la fe predominante entre los colonos. No obstante, los
cuáqueros, los moravos y los metodistas iniciaron obras después
de 1671. Estas iglesias siguen teniendo mucha influencia en
Jamaica.192
C om ien zos Bautistas (1783-1814)
En 1783 Jorge Lisie (a veces, Liele) llegó a Jamaica. Lisie
era un esclavo libertado, nacido en Virginia en 1750. Se trasladó
a Georgia con su amo, Enrique Sharpe, antes de la Guerra
Revolucionaria en las colonias inglesas. Sharpe murió en la
Guerra y Lisie quedó Ubre. Un coronel llamado Kirkland, del
ejército británico, le aconsejó a Lisie que le acompañara a
388 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Jamaica. En realidad, Lisie fue un precursor del movimiento


misionero moderno, porque antedataba a Guillermo Carey por
diez años y a Adoniram Judson por veintinueve años. Lisie fue el
primer misionero de Estados Unidos a Jamaica. Además, Lisie
antedataba a los primeros misioneros de la Sociedad Misionera
Bautista de Inglaterra.193
Lisie y su compañero Moisés Baker, realizaron una obra
enérgica de predicación y pudieron fundar varias iglesias
bautistas. Por un tiempo fueron proscritos por las autoridades,
que querían limitar la obra de los no conformistas entre la gente
de raza negra. Baker y Lisie eran hombres decentes y nobles,
pero iletrados y analfabetos. Se dieron cuenta de la necesidad de
la educación teológica. En 1814, respondiendo a las súplicas de
Lisie y Baker, la Sociedad Misionera Bautista de Inglaterra envió
sus primeros misioneros a Jamaica. Estos trabajaron entre los
esclavos y no eran populares entre los amos, dueños de las
plantaciones, porque abogaban por la emancipación. De hecho,
Guillermo Carey y los otros fundadores de la Sociedad en
Inglaterra formaban parte del partido aboücionista y participa­
ron en un boicot de azúcar como forma de protesta.194
L a Epoca M isionera (1814-1842)
La creciente obra de los misioneros ingleses alarmó a las
autoridades que temían una revuelta, como las de Haití en la
cual muchos de los amos fueron asesinados por los esclavos. Por
eso, cuando hubo la revuelta de los esclavos en Jamaica en
1831, la culpa fue echada a los misioneros. Varios de ellos
fueron arrestados y algunas capillas de los bautistas fueron
destruidas. No obstante, los misioneros seguían abogando por
los derechos de los esclavos. Después de la emancipación en
1833, se estableció un sistema de aprendizaje que fue tan
injusto como la esclavitud. Una vez más los misioneros,
especialmente Guillermo Knibb, actuaron a favor de los negros.
Cuando el “aprendizaje” terminó ellos abogaban por mejores
sueldos. Knibb, con el apoyo de abolicionistas de Inglaterra, hizo
varios viajes a la patria para informar sobre el problema.
Además, él compraba grandes estancias que, a su vez, vendía en
parcelas a los ex esclavos para fomentar el establecimiento de
comunidades con sostén propio. El papel de los bautistas
jamaicanos, y sus compañeros misioneros, en la lucha por la
L o s B a u t i s t a s e n lo s P a ís e s d e l C a r ib e 389

emancipación constituye un momento noble en la historia


bautista.195
Después de la emancipación, hubo un crecimiento vertigi­
noso de la denominación bautista en Jamaica. Por ejemplo, el
número de bautistas aumentó mucho —desde 10.838 en 1831
hasta 24.777 en 1839.196 Durante este mismo período, el
conocido colportor, Diego Thomson, el bautista escocés, pasó
por Jamaica y pudo regocijarse con los esclavos liberados.
Canclini, comentando sobre su visita, dice:
Era un momento histórico, pues se acercaba la declara­
ción de la libertad de los esclavos, tema que sacudía la
opinión mundial y muy especialmente la de Inglaterra,
donde los líderes evangélicos habían sacudido al Parlamento
y el periodismo. Entre los grandes luchadores, se contaban
William Knibb, el joven misionero bautista en aquella
misma isla, a quien Thomson cita reiteradamente. Por
supuesto, en las zonas afectadas, el hecho tenía alcances
similares a la declaración de la independencia de nuestros
países, dada la proporción de esclavos que había en esas
islas.197

Thomson regalaba Biblias al pueblo “como un acto de


congratulación de los cristianos británicos al negro que recibe
su libertad y como un medio apropiado de convocar a sus
pensamientos a esa libertad mejor con la que Cristo hace libres a
aquellos que son suyos, y sin la cual la libertad terrenal es de tan
poco valor”.198Thomson pasó casi un año en Jamaica consolidan­
do la emancipación con la Palabra de Dios.
D esarrollo N acional (1842-1944)
En 1860 se desarrolló un gran avivamiento acompañado de
muchos fenómenos emocionales, que produjo 4.422 nuevos
creyentes. Este avivamiento contribuyó a que un gran número
de predicadores itinerantes se dirigieran a todas partes del país.
Otra revuelta en 1865 trajo un período de persecución a los
bautistas negros, pero luego el gobierno se dio cuenta de que los
bautistas no tenían la culpa. En 1842 la Asociación Bautista de
Jamaica se declaró independiente de la Sociedad Misionera de
Inglaterra. La ruptura era amistosa con el fin de aliviar a la
Sociedad de la carga financiera de la obra en Jamaica. El
personal de la Misión se trasladó a nuevos campos en Africa.
390 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Antes de irse, estableció el Colegio de Calabar para proveer


educación teológica para los pastores jamaicanos. La Sociedad
sigue manteniendo una relación fraternal con la Unión Bautista
de Jamaica y contribuyendo fondos para emergencias y educa­
ción.199
En 1842, al declarar su independencia de la Sociedad, la
Unión Bautista constituyó la Sociedad Misionera Bautista de
Jamaica con el fin de enviar a misioneros a otros países del
Caribe más con el sueño de enviar a misioneros a Africa, un
sueño cumplido unos años después.200 No hay espacio en esta
obra para enumerar las contribuciones de esta Sociedad al
movimiento misionero, pero en otros capítulos sobre los comien­
zos bautistas en países de América Central, el Caribe y Africa, se
encontrará el nombre “Jamaica” como fuente de una obra
misionera.201 Por un siglo la obra bautista seguía prosperando y
creciendo en Jamaica.
A sesoram iento M isionero (1944-1979)
Debido a crisis económicas y desastres naturales, los
bautistas de Jamaica, por medio de la Unión, pidieron ayuda a
los bautistas de Inglaterra y de Norteamérica. Después de los
huracanes de 1944 y 1951 la Junta de Misiones Foráneas de los
Bautistas del Sur de Estados Unidos ayudaron a los jamaicanos
a reconstruir sus templos. En 1953 la Unión pidió la presencia
en Jamaica de un representante de tal Junta “para asesorar en la
política y el programa de la Unión Bautista de Jamaica”.202 Los
esposos McCullough, veteranos de Colombia, pasaron dos años,
1954-1956, en Kingston promoviendo las escuelas dominicales
y la mayordomía en las iglesias de la Unión. En 1963, los
esposos Mills, veteranos de Argentina, trabajaron con la Unión
realizando un plan de cinco años de un crecimiento integral de
la obra bautista. En 1976 los Mills se retiraron, habiendo
cumplido con su misión. Asariah McKenzie llegó a ser secretario
general de la Unión y siguió muchos de los programas iniciados
por Mills. En 1969 los esposos Carroll se trasladaron a Jamaica
desde Argentina para promover la educación cristiana. Esta
relación fraternal entre la Convención norteamericana y la
Unión jamaicana siguió hasta 1979 y ha sido de provecho para
las dos entidades.203
L o s B a u t i s t a s e n los P a ís e s d e l C a r ib e 391

D esarrollo Contem poráneo (1979 hasta hoy)


La Unión Bautista agrupa a la gran mayoría de los bautistas
de Jamaica en el día de hoy. Cuenta con 430 congregaciones y
más de 35.000 miembros. Sigue colaborando con los bautistas
ingleses y norteamericanos, y colabora con la Junta de Misiones
de los bautistas del sur en la obra misionera en Grenada. Todos
los veranos, una multitud de voluntarios de iglesias bautistas en
Estados Unidos van a Jamaica para trabajar en las iglesias de la
Unión.
Hay otras comunidades en Jamaica que no colaboran con la
Unión. En 1939 la Misión Mid-Missions inició una obra en
Jamaica. Hoy en día cuenta con unos 1.000 miembros. La
Misión Bautista General cuenta con un número igual. Las dos
misiones representan a bautistas fundamentalistas de Estados
Unidos que no creen en la cooperación. Hay una Misión de
Bautistas Independientes, también fundamentalista, con dos
congregaciones y unos 200 miembros. En 1927 los Bautistas del
Séptimo Día de Estados Unidos iniciaron una obra que ahora
tiene a veintinueve congregaciones y 900 miembros. La deno­
minación “Avivamiento de Zion” (Revival Zion), una obra
autóctona, señala a los bautistas como sus fundadores. Repre­
senta más a los pentecostales, pero data desde el tiempo del gran
avivamiento de 1783. Reúne a 300 congregaciones y 8.000
adherentes.204
Realmente, la obra bautista en Jamaica representa un
desarrollo largo y costoso, pero estable. Es uno de los pueblos
bautistas más antiguos, pero promete mucho para el futuro de la
historia bautista.205
Parte III
L O S B AU TISTA S EN A FR ICA
Introducción
Capítulo I
Los Bautistas en Africa M eridional
C apítulo II
Los Bautistas en Africa Occidental
C apítulo III
Los Bautistas en Africa Central
Capítulo IV
Los Bautistas en Africa Oriental
Capítulo V
Los Bautistas en Africa Septentrional
In tr o d u cc ió n

El cristianismo está creciendo más rápidamente en Africa


que en cualquier otra parte del mundo. Estudios recientes
revelan que para el año 2000 el cristianismo bien podría ser la fe
de la mitad de la población de Africa al sur del Sahara. Además
de los católicos, protestantes y evangélicos, o sean las iglesias
tradicionales del cristianismo, hay un movimiento robusto y
autóctono de iglesias independientes que prometen un creci­
miento increíble.1 Esto demuestra que el cristianismo se está
arraigando en el suelo y en la mentalidad africanos. La reacción
de las iglesias tradicionales a lo positivo y a lo negativo de tal
movimiento determinará el futuro del cristianismo en Africa.
Los bautistas no han estado ausentes de todo este desarro­
llo.2 Por medio de la obra misionera, de la colonización de ex
esclavos e inmigrantes y del surgimiento de movimientos
nacionalistas, se encuentran comunidades bautistas en treinta y
siete de las cuarenta y cuatro entidades políticas incluidas en
este estudio del continente africano. Dieciséis de los ochenta y
dos cuerpos bautistas nacionales representados en la Alianza
Bautista Mundial son de Africa. Entre ellos Nigeria y Zaire, que
se encuentran en el sexto y séptimo lugares, respectivamente,
en la lista de las diez comunidades bautistas más grandes del
mundo.3A raíz de todo esto, los bautistas africanos merecen un
lugar importantísimo en la historia bautista contemporánea. En
tiempos pasados han sido relegados a los libros sobre la historia
de las misiones;4 con una historia que se remonta desde los
comienzos del siglo XIX, han ganado el derecho de figurar en el
caudal mayor de la historia bautista. Juntamente con los
robustos pueblos bautistas hermanos de América Latina, juga­
rán un papel cada vez más importante en el porvenir bautista.
Por conveniencia, los pueblos bautistas del Africa serán
tratados geográfica y cronológicamente. Desde los comienzos

395
396 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

pequeños en Africa Meridional, se tratarán los desarrollos en


Africa Occidental, Africa Central, Africa Oriental y Africa
Septentrional. No se mantendrá el orden cronológico dentro de
cada región, sino se pondrá énfasis sobre las comunidades
bautistas más significativas.5 En muchos de los países africanos
la obra bautista es muy joven. Por eso, el tratamiento de estos
pueblos bautistas “en formación” será necesariamente breve,
debido a las limitaciones de esta obra. Es de esperar que esta
reseña de comienzos bautistas en Africa sirva para fomentar
interés en el estudio del fenómeno cristiano en Africa de parte
de los estudiantes de habla castellana. Debe haber más contacto
entre los bautistas españoles, latinoamericanos y africanos.6 Se
necesitan los unos a los otros. En Brasil y el Caribe, las dos
culturas se han fusionado para producir a pueblos bautistas
pujantes que están asumiendo el liderazgo de la comunidad
bautista mundial.7 El intercambio directo entre los bautistas de
estos dos grandes continentes del Tercer Mundo, sin pasar por
los intermediarios europeos y norteamericanos, es imprescindi­
ble. Un encuentro, cara a cara, sería de beneficio mutuo. Bien
podría ser la base para un surgimiento misionero nuevo en las
filas bautistas.
C apítulo I
L O S B A U TISTA S EN A FR IC A M ERID IO N AL
REPUBLICA DE SUDAFRICA
En la punta meridional del continente, llamada el Cabo de
Buena Esperanza, surgió una colonia de europeos antes de
1800. En 1652 colonos holandeses protestantes, bajo la direc­
ción de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales, se
unieron a unos habitantes náufragos, para establecer una base
de abastecimiento para veleros en viaje desde Europa hasta las
Indias. Luego, unos pocos hugonotes, protestantes franceses, y
algunos protestantes alemanes, se unieron a la colonia. Un
misionero moravo, Georg Schmidt, trabajó entre los colonos y
los hotentotes8 entre los años 1737 y 1744.9 En 1795, debido a
las guerras con Napoleón, los ingleses tomaron el Cabo y
reorganizaron la colonia, en aquel entonces compuesta de unos
21.000 europeos blancos, nominalmente creyentes, y principal­
mente de la Iglesia Reformada Holandesa. Algunos de los
colonos alemanes se conformaron al dominio inglés, pero la
mayor parte de los “afrikaners” (o “boers”), una amalgama de
holandeses, franceses y alemanes que hablaban su dialecto
llamado “africaans”,10 resentía el gobierno más liberal de los
ingleses y emigraron al norte en 1830 en el así llamado “Gran
Trek” (quiere decir “largo viaje” o “gran migración”). Las
colonias independientes de Orange, Transvaal y Natal resulta­
ron de estas migraciones. También, la separación entre los
colonos ingleses y los “boers” produjo la famosa Guerra Boer con
Inglaterra en 1899." Los ingleses tenían su centro de influencia
en la colonia del Cabo. No obstante estos elementos dispares se
fusionaron en 1910 en la Unión Sudafricana bajo la protección
del Dominio Británico. Rompió su relación con Gran Bretaña en
1961 por causa de la política racial apartheid, o sea la

397
398 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

segregación de los blancos y los negros, y se declaró una


República.
El escenario religioso del país refleja las divisiones étnicas y
la estratificación estricta de la sociedad. Tal sociedad se divide
en cuatro grupos sociales, a saber: africanos negros (bantus,
zulus, etc.), un sesenta y ocho por ciento; europeos blancos, un
diecinueve por ciento; coloreds (mulatos, europeos más negros)
un diez por ciento; y asiáticos (mayormente indios orientales)
un tres por ciento. Entre los europeos, un sesenta por ciento es
de descendencia holandesa-alemana-francesa (afrikaners), de
habla africaans, y un cuarenta por ciento son de descendencia y
de habla inglesa. Los afrikaners dominan el gobierno y son los
responsables por la política apartheid.12 La Iglesia Católica
Romana cuenta con un seis y medio por ciento de la población13
y la Iglesia Reformada Holandesa con más de la mitad de los
europeos. Las otras denominaciones —anglicanos, metodistas,
presbiterianos, bautistas, luteranos y congregacionalistas, en
este orden de importancia— tienen sus congregaciones general­
mente segregadas según los sectores de la sociedad.14 Sin
embargo, con la excepción de la Iglesia Reformada, la mayor
parte de estas congregaciones objetan la política apartheid, y
debido a la presión política y la misma integración dentro de las
iglesias, están influyendo positivamente sobre el problema.
Aunque los colonos en general descuidaron la obra misione­
ra entre los africanos por muchos años,15 Sudáfrica fue una
playa de lanzamiento para las grandes sociedades misioneras
europeas y americanas. La Sociedad Misionera de Londres
(LMS) con sus famosos misioneros, Vanderkemp, Moffatt,
Livingston, Phillip y MacKenzie, comenzó obras entre los bantu
en 1799;16 los wesleyanos, anglicanos y congregacionalistas de
América siguieron unos años después. Surgió un gran antago­
nismo entre estos misioneros foráneos, apoyados por los elemen­
tos ingleses a un lado, y los colonos afrikaners al otro lado.
Grandes conflictos territoriales entre los afrikaners agricultores
y los africanos ganaderos fueron acentuados por la defensa de
los derechos de las tribus realizada por los misioneros. Esta
hostilidad de los boers a la obra misionera animó a Livingston a
comenzar su carrera como explorador. Su primer viaje misione­
ro se hizo para encontrar una manera de alcanzar el interior de
Afnca sin pasar por el territorio de los boer.17
Los B a u tis ta s en A frica M e r id io n a l 399

En este marco de diversidad y hostilidad, los primeros


bautistas sudafricanos aparecieron en 1820. Un grupo de
colonos wesleyanos y bautistas llegaron al Cabo desde Inglaterra
en aquel año. Habían emigrado por razones económicas. Entre
los ocho bautistas de la colonia estaba Guillermo Miller, el
fundador de la primera congregación bautista en Africa del
Sur.18 Después de reunirse por un tiempo debajo de un árbol
frente a su campamento, se radicaron en Grahamstown, donde
Juan Miller, hermano menor de Guillermo, donó un terreno para
un templo pequeño. Evidentemente Miller contaba con la ayuda
de un S. M. Duxbury, pastor bautista, que estaba entre los
primeros colonos. No se sabe si la congregación se dividió, o
solamente tenía pluralidad de pastores, pero, de todos modos, a
partir de 1820 había reuniones bautistas en Grahamstown en el
taller de un carpintero,19 donde otras congregaciones evangéli­
cas también realizaban sus cultos. Así que, la primera iglesia
bautista fue el producto de la inmigración y se limitó a los
colonos de habla inglesa.20
Estos bautistas se pusieron en contacto con la Sociedad
Bautista Misionera de Inglaterra (BMS) y pidieron a un misione­
ro. La Sociedad mandó a W. Davies en 1832, el primero de una
serie de pastores en Grahamstown, procedentes de la BMS. En
el viaje desde Inglaterra, Davies y su esposa perdieron a su hijito
en un naufragio junto a la costa de Las Palmas, en las Islas
Canarias. A pesar de esto, volvieron a Inglaterra y tomaron otro
barco para el Cabo. Davies fue pastor hasta su muerte prematu­
ra en 1838.
Otra iglesia se organizó entre estos mismos colonos en
Bathurst en 1840, y una tercera iglesia se constituyó luego
cuando Alejandro Hay, tercer pastor de Grahamstown, mandado
por la BMS, tuvo conflictos con elementos hipercalvinistas en la
congregación. Se retiró con un grupo de miembros más libera­
les y formó una nueva iglesia.21 Se unieron de nuevo unos años
después bajo el pastor Martyn Foot. Otro centro bautista surgió
alrededor de Port Elisabet en 1855 cuando la familia de Juan
Gerad, cuyos parientes eran amigos de Juan Bunyan, abrió una
obra en su casa que se organizó en iglesia en 1855.22
En 1857 se fundó una colonia de alemanes por soldados
que apoyaron a los ingleses en Crimea. Entre ellos estaban
algunos bautistas que solían reunirse bajo la dirección de un tal
400 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Carster Langheim. Desde el comienzo se relacionaron con las


iglesias de habla inglesa y A. Hay de Grahamstown ofició en la
ordenación de Langheim. En 1867 llegó el primer pastor, Hugo
Gutshe, discípulo de Juan Oncken,23 quien, siguiendo la suge­
rencia de Oncken, viajó para Africa del Sur. Gutshe, como el
mismo Oncken, llegó a ser la fuerza unificadora entre los
bautistas alemanes muy divididos por cuestiones de doctrina y
política. Practicando medicina y predicando, Gutsche consolidó
al pueblo bautista alemán. Otros colonos y ministros llegaron
para llevar a cabo su obra. En 1920 las iglesias alemanas tenían
más de 1.600 miembros pudientes. Con el correr de los años han
venido uniéndose más y más con la obra de habla inglesa.24 En
1974 ya se habían fusionado en la Unión Bautista, aunque
algunas de sus iglesias mantienen el culto en alemán.
Otras iglesias de habla inglesa se constituyeron en Natal;
una en Durban en la casa de Isaac Cowley en 1864; otra en
Pietermaritzbury en 1883; y una tercera en Pinetown en 1883.
Los bautistas de Natal mantenían un contacto estrecho con
Carlos Spurgeon en Inglaterra. Este contacto animó a Spurgeon
y a su iglesia a asesorar a los bautistas por mandar obreros
capacitados del Colegio de Predicadores en Londres. La obra
bautista en Africa del Sur debe mucho al apoyo de la BMS y a la
iglesia de Spurgeon.25
Muchos bautistas se encontraron en Capetown desde el
comienzo pero, por años, colaboraban con los congregacionalis-
tas. La primera iglesia bautista nació en el corazón de C.
Henkeld, un miembro de la iglesia del pastor Gutsche, quien se
comunicó con Carlos Spurgeon, quien mandó a W. Hamilton a
ser el fundador de una obra bautista en Capetown. Hamilton, un
hombre enérgico y sin inhibiciones, no perdió tiempo en alquilar
un templo masónico para iniciar una obra bautista. Hamilton
tuvo mucho éxito. Estableció la iglesia y fue seguido por una
serie de predicadores capaces auspiciados por Carlos Spur­
geon.26
En 1877 seis iglesias de habla inglesa y alemana formaron
la Unión Bautista de Sudáfrica. Debido a la Primera Guerra
Boer, no pudo reunirse en 1878, pero se reunió en Port Elisabet
en 1879. W. Stokes fue el primer presidente y H. J. Batts fue
elegido el secretario-ejecutivo. Algunos hombres de mucha
Los B a u tis ta s en A fric a M e r id io n a l 401

influencia en el desarrollo del país militaban en esta flamante


denominación bautista.27
Una meta de la Unión fue la integración de todas las
iglesias bautistas y especialmente de las iglesias afrikaners. Una
congregación había surgido en Vrede, relacionada con la iglesia
alemana en Kafffaria bajo Gutsche, conducida por J. D. Oden-
vaal en 1886. Odenvaal fue agricultor, a quien Gutsche ordenó
para dirigir la obra bautista en africaans. Estudió con E. Baker,
un graduado del Colegio de Spurgeon, quien era pastor en
Capetown y Wynberg. La familia Odenvaal ha sido un factor
grande en el desarrollo de la obra bautista entre los boers. J. D.
Odenvaal murió en 1900. Su abuelo fue el pionero de la colonia
en 1867. Un hijo de él fue el Director del Seminario Afrikaner
en Johannesburg en 1974. Estos primeros bautistas solían tener
reuniones entre los indígenas que trabajaron en sus chacras.
Tenían congregaciones mixtas. Por un tiempo colaboraban con
la Unión Bautista, pero el poco contacto con la obra en inglés, y
las tensiones raciales y políticas, paulatinamente les conducía
hacia la independencia. Su obra se limitaba a las zonas rurales.
No comenzaron una obra en Johannesburg hasta 1945. En
1950 contaban con diez congregaciones. En 1974 tenían treinta
congregaciones y cinco misiones. A pesar de los prejuicios
conocidos de los boers hacia los negros, estas iglesias eran más
misioneras por un tiempo que las de habla inglesa. Sus
ministros se educaban en los seminarios de la Unión en
Capetown y Johannesburg hasta 1960 cuando, por causa de
problemas del idioma, fundaron su propio seminario en Johan­
nesburg. En 1974 tenía unos veinte estudiantes.28
Entonces, la obra bautista en Sudáfrica ha tenido que
asimilar las culturas inglesa, alemana y afrikaner. En el día de
hoy los alemanes se han asimilado a la cultura inglesa y se han
integrado en la Unión. Los afrikaners cooperan con la Unión,
pero han mantenido su propia identidad y sus cultos en
africaans. La mayor parte de los pastores bautistas se preparan
en los colegios teológicos en Capetown y Johannesburg, pero los
afrikaners tienen su propio seminario. A pesar de las diferencias
étnicas, geográficas y lingüísticas, los bautistas han cooperado
en la obra misionera.29
Una Sociedad Bautista Misionera Sudafricana resultó de los
esfuerzos de iglesias alemanas en 1869 en Tshabo entre el
402 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

pueblo indígena Fingo. En 1888 los alemanes ofrecieron la


dirección de tal obra a la Unión Bautista.30 Después de muchas
deliberaciones, se organizó la Sociedad Bautista Misionera
Sudafricana en 1892 para conmemorar el centenario de la obra
de Carey en la India. La BMS tenía un acuerdo con la LMS y
otras entidades evangélicas trabajando en la Unión, de no entrar
misioneros foráneos en Sudáfrica.31 Por eso, se formó la Socie­
dad Sudafricana. Después de muchos altibajos en encontrar y
entrenar a candidatos misioneros, dos señoritas de Australia y
un señor de Tasmania se ofrecieron a la Sociedad y llegaron a
ser misioneros entre los bantu.32La Sociedad ha venido crecien­
do y enfatiza la evangelización de los bantu por evangelistas
bantu. También, la Sociedad abrió una obra en Zambia en 1914
entre los indígenas de habla lamba. Los misioneros supervisan
la obra de preparación de pastores indígenas. Tienen escuelas y
seminarios para su preparación. Hoy en día hay más de 2.500
pastores y predicadores trabajando en las iglesias que cuentan
con más de 30.000 miembros. Han contado con la ayuda de ex
esclavos y familiares de América que volvieron a Africa como
bautistas, y misioneros de los Bautistas Libres de Suecia.33 Poco
a poco la Sociedad podía integrar a estas congregaciones en la
obra nacional. En gran manera este factor puso en marcha el
crecimiento grande de los bautistas indígenas. La Sociedad ha
sido la entidad integradora de ellos.34 La situación política ha
contrarrestado la expansión de la obra a otros países.
Otra obra bautista misionera en Sudafrica se dirige a los
asiáticos. Se trata de la Sociedad Telugu, sostenido por telugus
de la India, convertidos a la fe bautista por misioneros de la
Sociedad Bautista Americana de Misiones Foráneas en 1878.35
Con el apoyo de Inglaterra y América, esta Sociedad mandó a
Juan Rangaiah de la India para trabajar entre los asiáticos en el
Natal. Hasta 1912 la misión trabajó independientemente, pero
cuando murió Rangaiah, su suplente, V. C. Jacob, estableció
una relación con la Sociedad Bautista Sudafricana, aunque
recibe su sostén de su propio pueblo. Por eso, hay iglesias
bautistas entre ellos.36
En 1977 la Sociedad y la Unión Bautista invitaron a los
bautistas del sur de Estados Unidos a enviar misioneros para
colaborar en la obra. Tales misioneros sirven como profesores en
los colegios teológicos en Capetown y Johannesburg, y en la
L os B a u tis ta s en A frica M e r id io n a l 403

promoción de la evangelización y la mayordomía. También,


están trabajando con iglesias de los “coloreds” y minorías de
habla portuguesa. En 1979, por primera vez en su historia, los
africanos, los coloreds, los asiáticos y los europeos colaboraron
en un énfasis sobre mayordomía suspiciado por los bautistas de
Estados Unidos y la Unión Bautista.
Poco a poco los bautistas sudafricanos se están integrando.
En la época de los 1930 estaban divididos y en plena decadencia.
Sin embargo, por medio de la enérgica dirección de líderes como
Stuart Akers, de la Sociedad Misionera, y muchos otros, están
gozando de crecimiento. Decidieron romper sus relaciones con
los concilios ecuménicos en 1969; como resultado, están más
identificados con los elementos más evangélicos de su país y del
mundo. En 1949 contaban con aproximadamente 20.000 miem­
bros; en 1968, con 45.000; en 1980 con 55.000 y en 1987 con
63.000.37 Están haciendo todo lo posible para capacitar a un
ministerio indígena y para fomentar la unidad cristiana entre los
elementos dispares de su pueblo. Están afrontando mejor el
problema racial. El futuro de la obra bautista en Sudáfrica
dependerá mucho de los desarrollos sociales y políticos de la
misma república.38 La situación crítica en el momento contem­
poráneo demanda una reacción profética de los bautistas. La
Unión Bautista de Sudáfrica, con sus 750 congregaciones, tiene
los elementos para tal reacción. Sólo el tiempo revelará su éxito
en hacerlo.

ZIMBABWE
Zimbabwe, anteriormente llamado Rodesia del Sur,39fue el
escenario de las famosas exploraciones de Cecil Rhodes, David
Livingston, Andrés Murray, Guillermo Taylor, Jaime Stewart,
Juan MacKenzie y Francois Coillard.40 La mayor parte de estos
eran misioneros de las grandes Sociedades Misioneras de
Europa. Entre 1857, cuando la Sociedad de Londres (LMS)
empezó su obra, y 1895, cuando casi todas las denominaciones
habían entrado, las fuerzas evangélicas crecieron. Entre los
europeos, predominaban los reformados holandeses y los angli­
canos. Los evangélicos han crecido grandemente desde los
comienzos del siglo XX. En 1924 había 30.000 miembros en sus
iglesias; en 1968 había 215.000; y en 1988 habría un millón y
404 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

medio.41 Este crecimiento fenomenal se debe a la proliferación


de las iglesias independientes, como de las denominacio­
nes tradicionales. El movimiento de liberación nacional ha
fomentado la “indigenización” del cristianismo y varios de los
líderes políticos influyentes son evangélicos.
Los bautistas comenzaron tarde en Zimbabwe debido a
acuerdos misioneros con otras sociedades europeas. Por ejem­
plo, la Sociedad Misionera Bautista de Inglaterra (BMS) no
envió misioneros por causa de un acuerdo con la sociedad de
Londres (LMS).42 Los bautistas sudafricanos desistieron en
mandar misioneros por la misma razón, hasta que rompió sus
relaciones con los concilios ecuménicos hace unos años. Sin
embargo, en 1917 la obra bautista comenzó oficialmente cuando
J. F. Niebuhr, pastor sudafricano en Stutterheim, inició una
serie de visitas a unos colonos sudafricanos que se habían
radicado en Somabula, cerca de Gwelo, en 1913. Eran de su
iglesia en Sudáfrica y eran de descendencia alemana.43 Fueron
organizadas iglesias bautistas entre los europeos alemanes e
ingleses, una en Bulawayo y otra en Salisbury (Harare). E. M.
Darroll, un inglés, constituyó otra iglesia en Gwelo (Gweru) en
1947.44 Estas primeras iglesias bautistas se componían de
europeos, pero tenían algunas pequeñas obras entre los indíge­
nas de sus zonas. Las mismas divisiones étnicas y sociales que
existían en Sudáfrica, existían en Rodesia en aquel entonces.
La obra bautista dirigida a los indígenas africanos comenzó
en serio cuando la Junta de Misiones Foráneas de los Bautistas
del Sur de los Estados Unidos (FMBSBC) inició su obra
misionera en Zimbabwe en 1950. Sin embargo, ellos solamente
incorporaron la obra abnegada de un misionero bautista inde­
pendiente, Clyde Dotson, quien con su esposa había trabajado
entre los africanos desde 1930. Dotson, criado e instruido entre
los bautistas del sur de Estados Unidos,45 había trabajado bajo
los auspicios de “una misión de fe”. Por eso, era lógico que él
fuera nombrado como el primer misionero de la FMBSBC en
1950. Pronto Dotson constituyó una iglesia bautista en Gatooma
en septiembre de 1950. Un ayudante africano muy eficaz de
Dotson fue el misionero Ndebele, cuyos parientes eran conver­
sos del pastor Niebuhr. Otro colaborador en la evangelización
fue el pastor José Nyathi, quien había trabajado por muchos
años en Sudáfrica como evangelista. Bajo la dirección de este
L os B a u tis ta s en A frica M e rid io n a l 405

equipo, una campaña de evangelización resultó en la conversión


de 170 personas en 1950.
Una Asociación de Iglesias Bautistas de Rodesia se organi­
zó en 1950 con la presencia de Jorge Sadler, el secretario
regional de la FMBSBC. La Asociación pidió más misioneros y
los Bowlin fueron nombrados en 1951. Un tal O. Connally,
miembro de otra denominación evangélica en Rodesia, donó
una gran extensión de tierra a la Misión Bautista, adyacente a
una de las “reservas” que la colonia británica destinaba a las
tribus indígenas. Los misioneros bautistas establecieron la
estación de Sanyati, en pleno campo, que incluía un hospital,
una escuela primaria y un circuito de clínicas y escuelas en las
comunidades cercanas.'16 María Bruner encabezaba la obra
educativa y los misioneros médicos, Giles y Wana Ann Fort,
atendían al hospital, fundado en 1953. En ese mismo año, diez
misioneros formaron “la Misión de Rodesia del Sur” que en 1957
cambió su nombre a “Misión del Africa Central“, por razones
políticas.
Debido al crecimiento rápido y a la necesidad de obreros
nacionales, fue establecido un seminario cerca de Gwelo (Gwe-
ru ahora) en 1955. Los esposos Lockard y Bowlin fueron los
primeros profesores. Después, en la amplia propiedad fue
edificado un Campamento Bautista Nacional. En 1961 se
estableció una Casa de Publicaciones en Bulawayo, que servía a
varios países africanos, donde los misioneros Atnip dedicaron
todo su tiempo a la traducción y la producción de literatura. Se
abrió una librería en Gwelo y un Centro de Audiovisuales se
estableció en Salisbury.47
Un crecimiento vertiginoso en 1969 resultó en cincuenta y
seis misioneros sirviendo en nueve estaciones; y veintisiete
pastores nacionales sirviendo a cuarenta y cuatro iglesias con
4.690 miembros. Sin embargo, la década de 1970 trajo la lucha
por la independencia y el conflicto de bandas de guerrilleros
peleando por la supremacía. Las Misiones católicas y evangéli­
cas sufrieron mucho como resultado de todo esto. Los bautistas
tuvieron que evacuar varios de sus puntos de ministerio en el
interior, como la estación de Sanyati y su satélite, Sesami. Los
misioneros y las instituciones fueron amenazados por los
guerrilleros y, en un ataque, el misionero Archie Dunaway fue
cruelmente asesinado en Sanyati. La obra del Seminario y el
406 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Campamento en Gwelo, tan susceptibles al terrorismo, fueron


interrumpidas por un tiempo. No obstante, al terminar la
violencia política en 1980, la obra bautista comenzó de nuevo y
ha seguido adelante. Aunque el presente gobierno es medio
marxista, ha respetado los derechos de las comunidades religio­
sas y ha restaurdo el orden político.48
En 1981 los bautistas indígenas de Zimbabwe contaban
con setenta congregaciones, con sostén propio, cuarenta pasto­
res nacionales y 13.148 miembros, afiliadas todas a la Conven­
ción Bautista de Zimbabwe, que en 1987 contaba con 173
iglesias con 30.000 miembros.49 Los bautistas europeos de
Zimbabwe están estancados. En 1981 contaban con diecisiete
congregaciones con 1.600 miembros. En 1988 tenían veintiún
congregaciones, pero solamente 1.525 miembros.
Como los bautistas sudafricanos, los bautistas de Zimbabwe
han afrontado grandes problemas políticos y sociales durante la
última década. Su futuro dependerá de los acontecimientos
políticos de su país, y de su fidelidad a la fe en medio de grandes
pruebas. Debido a la situación política, la nacionalización de la
obra bautista se ha acelerado, pero muchos de los misioneros
han podido volver a sus puestos de labor. La lucha nacional ha
aumentado el interés en las cosas espirituales. Juntamente con
las denominaciones independientes, los bautistas, con su ecle-
siología libre, prometen estar en condiciones de adaptarse a la
idionsincrasia de la nueva nación. Los informes son alentadores.
Todas las instituciones están en marcha con más direción
nacional. Por el momento los bautistas de Zimbabwe han pasado
por la crisis y prometen seguir adelante en el futuro.50
ANGOLA
Después de una larga lucha en favor de la independencia,
entre los años 1961 y 1975, la ex colonia portuguesa de Angola
llegó a ser una nación libre en noviembre de 1975. A pesar de su
tradición católicorromana,51 los evangélicos han tenido un papel
importante en la historia del país. Hay una Convención Bautista
de Angola que cuenta con unas sesenta congregaciones y más
de 20.000 miembros.52 Esta representa la obra misionera de
bautistas de Brasil, Portugal y Estados Unidos en Angola. Sin
embargo, la Convención es regional y no representa a todos los
bautistas de Angola.53 Una gran parte de ellos se encuentra en el
Los B a u tis ta s en A frica M e r id io n a l 407

Congo debido a una gran migración durante los años 1960-


1969, cuando los portugueses trataron de contrarrestar el
movimiento revolucionario. Muchos bautistas estaban alineados
con los revolucionarios y sufrieron mucha persecución. La
mayor parte de esos bautistas refugiados fue producto de la obra
misionera de la Sociedad Misionera Bautista de Inglaterra
(BMS) y de los bautistas de Canadá. Oficiales de la BMS
estiman que 10.000 de los 200.000 refugiados angoleños en el
Congo son bautistas.54 Centenares fueron muertos al tratar de
escapar. Por eso, en el día de hoy, los bautistas angoleños están
en dispersión. Desde 1975 y la independencia de Portugal, el
país ha estado en una guerra civil entre los partidos luchando
por el poder. Por lo tanto, muy pocos de los refugiados en el
Congo han vuelto. Sin embargo, la obra bautista está normali­
zándose a pesar del gobierno semimarxista apoyado por los
comunistas cubanos. Unos misioneros han podido volver a
trabajar con las iglesias esparcidas.
Los comienzos bautistas en Angola se encuentran en la
obra misionera de la BMS de Inglaterra. En 1878 se radicaron
misioneros en San Salvador, escena de mucha actividad católica
en años anteriores.55 La obra resultó en más de 250 iglesias.
Misioneros de los bautistas de Canadá apoyaron la obra de la
BMS en 1954.56Esta labor fructífera fue diezmada en 1962. Los
misioneros y los creyentes se trasladaron a duras penas al
Congo.
A partir de 1929 la Convención Bautista de Portugal envió
misioneros a Angola. Se radicaron en Etunda, cerca de Nueva
Lisboa, y organizaron ocho iglesias. Después de muchos alti­
bajos, en 1966 se organizó una Convención Bautista bajo la
dirección de los misioneros portugueses.57
Por extraño que parezca, en 1968, en medio de la guerra
civil, los misioneros Pike de la FMBSBC, después de trabajar
unos años en Brasil, se trasladaron a Angola. Se radicaron en
Luanda, donde Pike fue invitado a ser pastor de la Iglesia
Bautista. Pike colaboraba con las Convenciones de Portugal y de
Brasil, aunque era sostenido por la FMBSBC. En 1969 había
nueve iglesias con 525 miembros en la Convención. Siguió un
crecimiento sorprendente. Por ejemplo, en Carmona se consti­
tuyó una iglesia con 5.600 miembros fundadores. La FMBSBC
envió un misionero agricultor en 1975 y ha iniciado programas
408 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

de educación teológica por extensión y de distribución de


literatura. Cuando la guerra civil se libró en 1975, los misioneros
de Estados Unidos tuvieron que ser evacuados, pero han
regresado. En 1977 informaron que estaban relacionados con
treinta y siete iglesias con más de 12.000 miembros.58 En 1987,
una década después, la Convención contaba con sesenta iglesias
y 20.000 miembros.59Además, la Iglesia Evangélica Bautista en
Angola, fruto de la obra de la BMS, contaba con cincuenta y
cinco iglesias con más de 35.000 miembros, muchos de ellos
habiendo vuelto de su exilio.60
Angola, como Sudáfrica y Zimbabwe, se encuentra en un
período de consolidación nacional. Hay partidos luchando por el
liderazgo, apoyados por distintos poderes mundiales.61 No obs­
tante, el fermento político parece haber fomentado el crecimien­
to evangélico.62 Mucho depende del surgimiento de líderes
nacionales. En 1977 la Convención Bautista ordenó a siete
pastores nacionales. Los bautistas se han extendido al territorio
de Kibala y la obra está creciendo. Cuatro matrimonios fueron
nombrados misioneros para Angola en 1987 por la FMBSBC.
Dos son médicos y dos son agricultores. Los esfuerzos bautistas
de los nacionales, apoyados por los misioneros de Portugal,
Estados Unidos y Brasil, prometen un gran porvenir para los
bautistas, si la situación política no empeora.
MOZAMBIQUE
Por supuesto, esta ex colonia portuguesa ha estado bajo la
influencia de la Iglesia Católica Romana por años, pero la mayor
parte de sus pobladores son de religiones africanas tradicionales.
Los católicos estiman que tienen un millón de feligreses.63 El
Islam cuenta con otro millón de seguidores y el protestantismo
cerca de 200.000.64 Los evangélicos, a duras penas, han podido
avanzar. Debido a la oposición oficial de la colonia católica, han
luchado para sobrevivir. Sin embargo, la Iglesia Católica Roma­
na sufrió un rudo golpe cuando los jesuitas fueron expulsados
en 1759. Realmente, no se recuperaron hasta 1881, cuando
fueron restaurados.65 Las misiones protestantes fueron toleradas
y algunas se dirigían a los indígenas a principios del siglo XIX,
aún más que los católicos. Los metodistas y anglicanos comen­
zaron obras en 1820.66 En fin, el progreso de los evangélicos ha
sido muy lento y costoso. Cuando la colonia se integró a Portugal
Los B a u tis ta s en A frica M e r id io n a l 409

como una provincia en 1952, la opresión se puso más dura. Los


evangélicos, incluyendo los bautistas, fueron sospechados de
insurrección. Cuando llegó la independencia en 1975, hubo un
cambio brusco de un catolicismo conservador a un marxismo
izquierdista. Ciertas misiones han podido entrar, pero la evange-
lización se hace con muchas dificultades. La identificación de
las misiones con países del colonialismo ha dificultado el
avance.67
Los pocos bautistas en Mozambique representan el fruto de
la obra misionera de bautistas de Suecia, Portugal, Brasil y la
FMBSBC de Estados Unidos. Los suecos comenzaron su obra
después de 1892 bajo los auspicios de los Bautistas Libres de
Suecia. Los misioneros de ellos operaban desde bases en
Sudáfrica. Desde 1918 estas iglesias se agrupan en lo que se
llama Misión Bautista Escandinava, con setenta congregaciones
y cerca de 5.000 miembros. Por ser una misión muy fundamen-
talista, no están afiliados a la Convención Bautista de Mozambi­
que.68
Siguiendo el orden cronológico, los bautistas portugueses
enviaron misioneros a Mozambique en 1949. Los esposos
Almeida pudieron organizar una iglesia bautista en 1950. En
1960 otro matrimonio, los esposos Conceigao, reforzaron la
Misión.69 En 1973 los bautistas de Brasil, con el apoyo de la
FMBSBC, enviaron a un misionero norteamericano, de habla
portuguesa, a trabajar con la flamante Convención Bautista de
Mozambique, constituida alrededor de 1960 por los portugue­
ses.70 En 1968 la Convención informó que tenía dos congrega­
ciones con 120 miembros.
A pesar de los contratiempos políticos que requerían el
retiro de los misioneros norteamericanos en 1975, los bautistas
brasileños y portugueses han seguido sus misiones.71 En 1987
tenían siete iglesias y 500 miembros en la Convención. Otro
grupo de evangélicos se llama Iglesia Evangélica Bautista de
Mozambique y contaba en 1982 con sesenta congregaciones y
30.000 miembros. Sin embargo, su origen se encuentra en
misiones independientes de Escocia y Sudáfrica que comenza­
ron sus iglesias en 1921 y tienen una eclesiología más bien
congregacionalista que bautista.72
Debido a una sequía y una gran hambre en Mozambique,
en 1986 los bautistas del sur de Estados Unidos pudieron enviar
410 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

un misionero especialista en agricultura y socorro a los damnifi­


cados. Este misionero está encabezando un programa total de
obra social contando con la ayuda de las iglesias bautistas de
Mozambique.73 Los bautistas de Mozambique, como los de
Sudáfrica, Zimbabwe y Angola, afrontan grandes problemas en
un ambiente marxista hostil, pero siguen fieles y están crecien­
do lentamente.
BOTSWANA
Botswana, hasta 1966 el Protectorado de Bechuanaland
bajo Gran Bretaña, es una república con una población de
aproximadamente 1.200.000 habitantes. Estos son étnicamente
bantu y económicamente ganaderos. Botswana es un país
subdesarrollado con el ochenta por ciento de analfabetos. La
obra misionera de la Sociedad Misionera de Londres y de los
anglicanos ha resultado en un pueblo protestante de más de
200.000. Hay solamente 35.000 católicorromanos en el país.
Esto se debe al gobierno del rey Khama I (1872-1930) quien no
permitía la entrada de otras formas de cristianismo. Así el
congregacionalismo, la fe de la LMS, de hecho, era la religión
establecida del país por muchos años.
Debido a la obra eficaz de los grandes misioneros de la
LMS, Moffatt, Livingston y MacKenzie, las sociedades bautistas
del siglo XIX pasaron por alto este gran territorio con sus pocos
habitantes. Una estabilidad política ha caracterizado a Botswa­
na. Tal estabilidad se debe a unos caciques astutos en el siglo
pasado y al dominio británico en este siglo.
La historia bautista comienza con una pequeña obra
iniciada por la Sociedad Misionera de Sudáfrica que fue
transferida a la Junta de Misiones Foráneas de los Bautistas del
Sur de Estados Unidos en 1968. En 1965 el misionero Heriberto
Neely se dio cuenta de la necesidad de una obra en Botswana. El
y Cornell Goemer, el secretario de la Junta de Richmond,
hicieron una gira oficial por el país para consultar con los
gobernantes. Recibieron permiso para iniciar una obra bautista.
Los esposos Reynolds, los primeros misioneros de la Junta,
llegaron a Francistown en 1968. Al estudiar el idioma setswana,
encontraron ambiente favorable y pidieron refuerzos. Un misio­
nero dentista llegó en 1970 y abrió una clínica.74Pronto tuvo que
retirarse, pero otro llegó en 1980. La FMBSBC en 1980 tenía
Los Bautistas en Africa Meridional 411

obras nuevas en Pikwe y en Gaborone, la capital. Otros


misioneros abrieron obras médicas, estudiantiles, de literatura y
de evangelización. En 1976 Abner McCall, presidente de la
Universidad Baylor en Waco, Texas, representó a los bautistas
en la celebración del décimo aniversario del país.
En 1980 había tres congregaciones con sostén propio, con
unos 245 miembros. M ucha gente ha recibido el mensaje
bautista por medio de cursos por correspondencia y de radio. Un
programa de educación teológica por extensión está capacitando
a futuros pastores. En 1988 había once congregaciones con 250
miembros, trabajando bajo la dirección de seis pastores naciona­
les y veinticuatro misioneros. Hasta ahora no hay una entidad
nacional, pero la obra promete m ucho.75 Por medio de la obra
eficaz de los esposos Quillen, una iglesia en la capital está
alcanzando a gente de las clases altas. Quillen, un ex jugador de
fútbol americano, sintió el llamado a ser misionero cuando
servía como miembro de la Junta de Misiones Foráneas de los
Bautistas del Sur en Virginia. Ha llegado ha ser muy erudito en
la historia de las misiones en el sur de Africa. Botswana debe
figurar como un lugar muy importante en el futuro de la historia
bautista.76

MALAWI
Malawi, anteriormente llamado Nyasaland, era protectora­
do de Gran Bretaña desde 1889 hasta 1953, cuando se unió con
Rodesia del Sur y Rodesia del Norte para formar la Federación
de Africa Central. La Federación se disolvió en 1963 y Malawi se
hizo miembro de la Comunidad Británica de Naciones. Se
convirtió en una república en 1966 bajo la dirección de su
prim er presidente, Hastings Banda, un anciano en la Iglesia
Presbiteriana.77 La población de más de siete millones se divide
religiosamente en un cincuenta por ciento de las religiones
tradicionales; un treinta por ciento cristiano; y un veinte por
ciento musulmán.
Malawi fue escenario de la obra misionera evangélica de
sociedades inspiradas por David Livingston, a saber: la Misión
Universitaria a Africa Central, la Misión Livingstoniana de
Escocia y la Misión Blantyre de Escocia. Los misioneros como
Carlos MacKenzie, Jaime Stewart y Roberto Laws ayudaron a
414 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

invitaciones a predicar en sus iglesias. En 1962, se organizó la


prim era congregación en Ndlama, cerca de Blantyre. Un
Instituto para pastores y una Casa de Publicaciones se fundaron
en Lilongwe en 1965. Desde el comienzo, la Misión de la
FMBSBC evitaba subvencionar a las iglesias.93 Prefiere ayudar a
los nacionales con programas de educación teológica, com uni­
caciones, agricultura, casas de amistad y obra médica. El
liderazgo nacional está dirigiendo la m archa de la Convención
Bautista en Malawi, organizada en 1970 y compuesta de iglesias
afiliadas a la Misión. En 1980 una cam paña de evangelización
rindió buenos resultados. La Convención en 1987 contaba con
264 congregaciones que cuentan con 20.000 miembros.94 Ade­
más de la PIM y la Convención, hay una comunidad bautista
que se llama Iglesia Evangélica Bautista, que cuenta con 636
congregaciones y 6.000 miembros. Tiene sus raíces en unas
misiones bautistas independientes de eclesiología congregacio-
nalista.95
El ambiente favorable, la cordialidad entre los grupos
bautistas, la buena estrategia de las misiones foráneas y la
iniciativa enérgica de las iglesias nacionales crean una atmósfe­
ra de optimismo entre los bautistas de Malawi. La obra bautista
de Malawi ha comprendido cómo combinar la obra social con la
obra de evangelización en un programa integral.

ZAMBIA
Anteriormente llamado Rodesia del Norte, Zambia, desde
1953 hasta 1963 formaba parte de la Federación de Africa
Central, una continuación de la colonia británica. Al disolverse
la Federación en 1963, Zambia se convirtió en república y eligió
a Kenneth Kaunda, hijo de un pastor presbiteriano, como
presidente. Kaunda era un creyente sincero y expresaba sus
deseos de gobernar según principios cristianos. Zambia no tiene
el problema de una población europea grande. Solamente un
dos por ciento de la población total es blanca. La mayor parte de
los pobladores bantu vive en el famoso “cinturón de cobre”
covperbeit). El cristianismo ha crecido mucho en esa zona.96
Aproximadamente setenta por ciento de los zambianos es
cristiano, testificando a la eficacia de la obra misionera del siglo
pasado. Las iglesias resultantes de las obras de la Sociedad de
Londres, la Misión de París, la Sociedad Wesleyana, la Iglesia de
Los Bautistas en Africa Meridional 415

Escocia y de Canadá, y varias sociedades de Estados Unidos,


están unidas en la Iglesia Unida de Zambia.97 Otras misiones
como la de los herm anos libres, producto del famoso misionero
Federico Arnot,98 tienen plena libertad de acción en Zambia.
El desarrollo bautista en Zambia tiene cuatro fuentes.
Primera, en 1892 las Iglesias Bautistas Libres de Suecia
mandaron misioneros a Africa. Después de establecerse en
Sudáírica, expandieron su obra a Zambia y a Mozambique.99 En
1968 contaban con quince congregaciones con 1.000 miem­
bros.100 Auspician un instituto teológico y un hospital en
Mpongwe, y en 1982 contaban con cuarenta congregaciones y
2.000 miembros.101 Segunda, em anaba de Sudáírica. La Socie­
dad Misionera del Africa del Sur asumió la obra de u na misión
independiente en Lambaland en la estación de Kafulafuta en
1913. Federico Arnot, de los hermanos libres, les recomendó el
lugar.102 En 1968 contaban con dos grandes congregaciones con
1.200 miembros; en 1982 informaron que tenían ochenta y
cinco congregaciones con 2.000 miembros.103 Tercera, procedía
de Canadá con el nombre de Misión de la Iglesia Bautista
Reformada. En 1957 esta Misión, que tiene obras en Zimbabwe
y Sudáírica, inició una obra estrictam ente evangelizadora con el
fin de desarrollar una iglesia autóctona. En 1966 se fusionó con
los metodistas wesleyanos de Estados Unidos. Sus obras en los
tres países en 1968 contaban con veintiún misioneros, cincuen­
ta y cuatro pastores nacionales y 1.000 miembros; en 1982
informaron que tenían 4.000 miembros.104 Cuatro, la entrada de
la FMBSBC en Zambia en 1959.105 Hay otro grupo de bautistas
que se llama Unión Bautista de Africa Central que h a emanado
del trabajo de bautistas ingleses. Hay veinte congregaciones con
1.500 m iembros.106
Por prim era vez en su historia, estas entidades colaboraron
en 1967 en una cam paña nacional de evangelización que
resultó en la conversión de 4.000 personas. Las iglesias relacio­
nadas a la FMBSBC formaron una Convención Bautista de
Zambia en 1974. La obra de esta Convención, además de su
énfasis sobre la evangelización, está auspiciando varias obras
agrícolas, sociales y educativas. El proyecto más exitoso, que ha
impactado todo la obra en Africa, ha sido el conocido “Curso del
Camino Bíblico” (Bible Way Course), que por medio de la
correspondencia ha tocado la vida de miles de africanos. El
418 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

mism as y la obra bautista se ha extendido a las tribus. Los


misioneros están trabajando en Tsumeb, Oshakati, y catorce
iglesias y puntos de predicación en Kavango y Caprivi están
creciendo. Estudios bíblicos por radio y cursos de corresponden­
cia están ayudando a fomentar el discipulado de los nacionales.
Varios de ellos están estudiando en seminarios con miras de
volver a actuar en Namibia. Casi todos los grupos étnicos han
sido alcanzados por la obra. En 1984 las iglesias organizaron la
Asociación Bautista de Namibia. En 1987 había diecisiete
iglesias con casi 1.000 miembros en la Asociación. Las iglesias
compuestas de europeos m antienen su relación con la Unión de
Sudáfrica pero colaboran con la Asociación. Unos ocho misione­
ros de la FMBSBC siguen trabajando entre las iglesias."3
El futuro de la obra bautista en Namibia dependerá m ucho
de los europeos sudafricanos y la situación política tan candente.
La independencia podría producir un gran éxodo de estos
elementos. Por eso, la esperanza del flamante pueblo bautista en
Namibia se basa en los intentos de penetrar las crecientes tribus
autóctonas. Ellas serán los futuros ciudadanos de la nueva
nación. En fin, el porvenir de los bautistas dependerá de la
rapidez de tal transición y el éxito en superar los problemas
raciales y políticos de la región.

MADAGASCAR, SEYCHELLES Y MAURICIO


Cabe mencionar las islas del Océano Indico que realmente
no pertenecen al continente africano, pero tradicionalmente se
tratan con Africa. Representan mundos aparte, pero la historia
religiosa de ellas tiene que ver con la obra misionera en Africa.
Madagascar, políticamente la República de Malagasy, es
una de las islas más grandes del mundo. Tiene una historia
cristiana muy rica, y una historia política muy turbulenta.
Progresando a través del siglo pasado, Madagascar ha sido una
monarquía, un protectorado de Inglaterra, una colonia de
Francia y, por fin, ganó su independencia en 1960. Después de
una década de estabilidad, cayó en un período de varios golpes
de estado y conflictos. En tiempos pasados los creyentes
evangélicos han sufrido varias persecuciones bajo las monar­
quías paganas y la colonia franco-católica. Por causa de “acuer­
dos de cooperación” entre entidades bautistas y otras sociedades
misioneras, principalmente la Sociedad de Londres, no ha
Los Bautistas en Africa Meridional 419

habido obra bautista en Madagascar. Sin embargo, desde 1930,


unos bautistas independientes de Estados Unidos empezaron
una obra com puesta de gente separada de iglesias de la
Sociedad de Londres. Formaron una pequeña asociación de
iglesias. En 1966 la Sociedad Misionera de los Bautistas
Conservadores de Estados Unidos se adhieran a esta obra, y los
dos grupos invitaron a los bautistas del sur a m andar a
misioneros en 1974.
La Junta de los Bautistas del Sur procuraba responder, e iba
a m andar a los esposos Martin, veteranos de la obra misionera
en Africa Oriental, a Madagascar para trabajar con los indepen­
dientes y los conservadores. Sin embargo, problemas políticos y
personales cancelaron la iniciativa. Por fin, en 1987, un misio­
nero agricultor de la FMBSBC llegó y está llevando a cabo un
proyecto en colaboración con los otros misioneros. Hay algunas
congregaciones bautistas con aproximadamente 2.000 miem­
bros.114
Las Islas Seychelles fueron la escena de otro esfuerzo
abortivo de em pezar una obra bautista. Esta nueva república
(desde 1976) antes era una colonia de Francia y de Gran
Bretaña. Un matrimonio bautista misionero nombrado por la
FMBSBC respondió a un pedido del gobierno por maestros y
llegó a Mahé en 1977. Comenzó a enseñar en un colegio y a
hacer obra de evangelización. Sin embargo, un golpe de estado
creó una situación que hizo necesario el retiro de los misioneros.
En 1987 no había bautistas trabajando en las Seychelles.
La Isla Mauricio (Isla de Francia, antiguam ente), ubicada
en el Océano Indico fue el lugar donde Adoniram Judson y
Lutero Rice, tan importantes en la historia bautista misionera,
se separaron cuando se vieron obligados a dejar la India. Los
Judson siguieron viaje a Birmania para iniciar la obra misionera
de los bautistas de Norteamérica; Rice volvió a Norteamérica,
por vía de Brasil, para promover la fundación de la Convención
misionera de los bautistas norteamericanos en 1814. La pobla­
ción de un millón es muy cosmopolita, compuesta de gentes de
Asia, Africa, Europa y unos pocos indígenas.115
Respondiendo al pedido de un pequeño grupo de creyentes
chinos, un matrimonio misionero de la FMBSBC, los Wood, se
radicaron en Mauricio en 1978. Aprovechando la necesidad de
la obra social y educativa, los misioneros han ayudado a
422 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

m enciona la obra de esta colonia en su famoso escrito, An


Enquiry. . publicado en el mismo año.121
David George, posiblemente por contactos con Lisie en
Jam aica,122 o con capellanes ingleses de la Compañía Sierra
Leona, expresó la necesidad de ayuda en la evangeÜz ación de la
colonia y entre los indígenas de la zona.123 La palabra llegó a la
Sociedad Misionera Bautista de Inglaterra (BMS), recién orga­
nizada en 1792, por medio de elementos bautistas en Jam aica.124
La BMS, enemiga acérrima del comercio de esclavos, consideró
a Sierra Leona como una playa de lanzamiento para una obra
misionera en el interior de Africa. Nombraron a dos misioneros,
Jacobo Grigg y Jaime Rodway, en 1795. Rodway se enfermó al
llegar a la costa, llamada “el cementerio de los hombres
blancos”,125 y tuvo que volver a Inglaterra. Grigg procedió a su
estación, Puerto Lokko, pero resultó ser inoperante en la
evangelización a raíz de su involucración en disputas políticas
de la colonia. Fue expulsado por el gobernador Macaulay y
emigró a América. Así terminó este intento abortivo de iniciar
una obra misionera bautista de la BMS en Sierra Leona. Tal obra
fue hecha luego por abnegados misioneros de la Sociedad
Misionera Eclesial (CMS), la Sociedad Wesleyana, la Alianza
Cristiana y Misionera y los cuáqueros, a costo de las vidas de un
gran porcentaje de sus misioneros. Por ejemplo, la CMS
(anglicana) perdió a cincuenta y tres misioneros durante los
primeros veintinueve años de su obra allá.126
La historia bautista continuaba después de 1796 con los
esfuerzos de los mismos colonos bautistas de raza negra, como
George, apoyados por los bautistas de Jamaica, de Inglaterra y
de Estados Unidos. Debido a la proliferación de obras de otras
sociedades, las de los bautistas en Europa y Norteamérica
miraron a otros campos. La Junta de Misiones Foráneas de la
flamante Convención de los Bautistas del Sur de Estados
Unidos (FMBSBC) intentó una misión en Sierra Leona en 1855.
G. R. Thompson, un pastor de raza negra, fue ordenado y
continuó una obra ya establecida en Sierra Leona como misione­
ro de la Junta. Fue sucedido por J. J. Brown muy pronto, que
siguió la obra con poco éxito hasta 1863, cuando debido a la
Guerra Civil en Estados Unidos, la FMBSBC no tenía fondos
para sostenerla. Los misioneros de color se sostenían a sí
mismos por un tiempo. La obra languidecía hasta 1875, cuando
Los Bautistas en Africa Occidental 423

la FMBSBC cerró definitivamente su obra en Sierra Leona.127


Decidió no enviar a más misioneros blancos a Sierra Leona.
Animaron a los bautistas de raza negra a hacerlo. Sin embargo,
los bautistas de Jamaica, por medio de la BMS, han venido
asesorando a las iglesias bautistas en Sierra Leona, financiera y
anímicamente, por muchos años.
En 1960 dos matrimonios nigerianos fueron enviados a
Sierra Leona por la flamante Junta de Misiones de la Conven­
ción Bautista de Nigeria. Trabajaron en Bumbuna hasta 1964,
cuando se trasladaron a Potoru. Esta obra ha tenido muchos
altibajos. En 1980 la Convención Bautista de Nigeria la comen­
zó de nuevo con miras de trabajar no solamente en los pueblos
del interior, sino también en la ciudad de Freetown. La obra en
aquel año contaba con tres iglesias organizadas con 700
miembros.128
En 1966 la Sociedad Misionera Bautista Europea inició una
pequeña obra bautista en Sierra Leona. Tal Sociedad tiene su
sede en Suiza y representa los vestigios de la obra misionera
comenzada por misioneros ingleses en Cam erún a fines del siglo
XIX, y continuada después de la Primera Guerra Mundial por
bautistas franceses. Más de la mitad de los misioneros en el día
de hoy son alemanes, pero algunos son de Francia, Suiza,
Holanda, Finlandia e Itaña. La Sociedad tiene su labor principal
en el noroeste entre las tribus manbolo y samu y colabora
estrecham ente con los misioneros de Nigeria.129
En 1984 la FMBSBC, respondiendo a una invitación de la
Convención Bautista de Sierra Leona, fundada en 1960, envió a
un matrimonio misionero para colaborar con la obra bautista. En
1987 tenía catorce misioneros trabajando con la Convención.
Esta Convención se compone de las iglesias resultantes de la
obra de la Misión Europea y de la Convención de Nigeria. Los
tres grupos misioneros asesoran a la Convención por medio de la
promoción de la mayordomía, la evangelización, las obras
médicas y un nuevo proyecto de agricultura. Además, actúan en
la educación teológica y varios jóvenes nacionales están prepa­
rándose para ser pastores. Ha habido un gran despertar evange-
lizador que ha resultado en un crecimiento numérico grande.
Los nacionales, con el apoyo de los nigerianos, norteamericanos
y europeos, están alcanzando a las tribus indígenas. La Conven­
424 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

ción en 1987 informaba que tenía veintisiete congregaciones


con un total de 10.393 miembros.130
La antigua Unión Bautista de Sierra Leona sigue existien­
do, pero está estancada. En 1982 contaban con cinco congrega­
ciones con 250 miembros. Parece que se ha limitado a los
colonos y no se ha extendido a las tribus. Por un tiempo, no ha
podido contar tampoco con un liderazgo misionero.131 Con la
excepción de esta última comunidad, la obra bautista en Sierra
Leona promete m ucho para el futuro de la historia bautista.

LIBERIA
La historia bautista de Liberia forma parte integral de la
historia política de la república.132 Liberia, a principios del siglo
XIX, fue nada más que una idea en la m ente de varios hombres
influyentes en Estados Unidos. Inspirados por el ejemplo
británico en Sierra Leona, idearon la Sociedad Americana de
Colonización, con el doble fin de solucionar el problema de los
esclavos liberados en Estados Unidos y de usarlos para estable­
cer el cristianismo en la costa de Africa Occidental.133 En
diciembre de 1816, se organizó oficialmente con el apoyo del
gobierno norteamericano. Entre los fundadores estaba Samuel
Mills, el impulsador de la obra misionera entre los congregacio-
nalistas en América.134 Mills y Ebenezer Burgess fueron a Sierra
Leona en 1818 para consultar con los oficiales allá y para buscar
un campo propicio para la colonia. Con la ayuda de Sierra
Leona, encontraron un lugar más al sur de la colonia y volvieron
a Estados Unidos para informar. Mills murió de fiebre en
camino, el primero de muchos otros que iban a pagar el precio
de la iniciativa.135
En 1820 el primer contingente de ochenta y ocho colonos
de raza negra, bajo la dirección de tres líderes blancos, intentó
establecer una “cabeza de playa” en Sherbro; pero los tres
blancos y un veinticinco por ciento de los negros murieron de
fiebre y los otros huyeron a Sierra Leona. Otro grupo de colonos
llegó en 1821 bajo la dirección de cuatro blancos. Siguiendo los
consejos de la CMS en Sierra Leona, procedieron a Cabo
Mesurado donde compraron tierras de los caciques de las tribus.
Sin embargo, debido a la fiebre y a los caprichos de los caciques,
este intento hubiera fracasado, si no hubiera sido por la valentía
de un colono, Elias Johnson, y un nuevo líder blanco, Jehudi
Los Bautistas en Africa Occidental 425

Ashmun. Ashm un y Johnson lucharon por seis años para


asegurar el futuro de la colonia. Otras sociedades americanas de
colonización mandaron colonos y en 1828 había más de 1.200.
Lamentablemente, surgió una enemistad profunda entre los
colonos americanos y las tribus indígenas que persiste hasta el
día de hoy.136 Estos dos sectores constituyeron dos campos
misioneros para las sociedades misioneras que iban a llegar
luego.137 Es interesante también que había m ucha tensión entre
las colonias de Sierra Leona y de Liberia por causa de los
eventos políticos en Estados Unidos. Los de Sierra Leona eran
simpatizantes de la causa británica y los de Liberia simpatiza­
ban con Estados Unidos.138
La historia bautista comienza con dos de estos colonos, Lott
Carey y Colín Teague, que zarparon con Ashmun en 1822.
Ambos eran miembros de una iglesia bautista en Richmond,
Virginia y eran pastores ordenados. Fueron parcialmente auspi­
ciados por la Sociedad Africana de Misiones de Richmond, y
luego por la Convención Misionera de los Bautistas de Estados
Unidos, formada en 1814. Teague no resultó fructífero y volvió a
Sierra Leona, pero Lott Carey merece un lugar de honor en los
anales misioneros de los bautistas. Se destacó como líder
religioso y político en la colonia, llegando a ser el vicegobernador
bajo Ashmun. El y Teague organizaron la Primera Iglesia
Bautista de Monrovia en el buque en camino a Liberia en
1822.139 Carey animó a los colonos a resistir los ataques de las
tribus y murió en una explosión de polvorín en 1828, cuando
estaba preparando municiones para defender la colonia. Los
bautistas organizaron sus iglesias en la colonia y crecieron
mucho. Antes de la m uerte de Lott Carey, iniciaron una obra
entre los indígenas de la tribu Vey.140
A partir de 1830 la Sociedad Bautista Americana de
Misiones Foráneas (ABFMS) comenzó a m andar a misioneros
blancos a trabajar entre los colonos, pero principalmente con
miras de abrir obras entre las tribus. Más de veinte misioneros
de ellos, blancos y negros, fallecieron a raíz de la fiebre. El
heroísmo de estos misioneros es notable. Ezekiel Skinner, un
conocido médico y padre de uno de los misioneros fallecidos, se
ofreció como misionero sin sueldo. Llegó a Liberia en 1834 y
sirvió en la colonia por unos cuatro años, llegando a ser
gobernador por un año. Los más conocidos de los otros
426 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

misioneros fueron Crocker, Mylne y Clark. En 1856 la ABFMS


entregó este campo a la flamante Convención de los Bautistas
del Sur de Estados Unidos.141 Durante esta misma época, los
bautistas de Liberia recibían una ayuda financiera de los
bautistas de Jam aica,142 y de una nueva Convención Misionera
de los Bautistas de raza negra en Estados Unidos, organizada en
1840.143
La obra bautista prosperaba en Monrovia y la evangeliza-
ción de la tribu Bassa seguía bajo los misioneros de las
sociedades, principalmente de raza negra. La FMBSBC asumió
la responsabilidad de la obra de la ABFMS en 1856, pero
trabajaba por medio de pastores negros como Juan Day, A.
Jones, Juan Cheesman, J. M. Harden y muchos otros.144 La
Ju n ta solía enviar visitantes como Eli Ball y Juan Kingdom a
inspeccionar la obra y traer informes.145 Kingdom murió en uno
de los viajes. Los informes de ellos reflejan una enemistad entre
los freedmen (esclavos libres) de América y los indígenas de las
tribus. Los conflictos armados eran muy comunes. Cuando la
G uerra Civil se libró en Estados Unidos, la FMBSBC suspendió
la ayuda financiera y los misioneros tenían que sostenerse a sí
mismos. En 1871, A. D. Phillips, ex misionero de la FMBSBC en
Nigeria, visitó Liberia para evaluar la obra y para confirmar a
varios pastores de raza negra como agentes de la Junta. El volvió
a Estados Unidos y recomendó la continuación de la obra para
m antener Liberia como “puerta de entrada” para el interior de
Africa. También recomendó que un misionero blanco debía ser
nombrado para supervisar a los misioneros de raza negra en su
obra entre las veinte iglesias bautistas que existían en aquel
entonces.
Como resultado de estos informes, la FMBSBC nombró a
W. J. David en 1874 como misionero a Africa. David ya tenía
m ucha experiencia como misionero en Estados Unidos, entre la
gente de raza negra. Con su ayudante negro, W. W. Colley, llegó
a Sierra Leona en 1875. Visitaron Liberia y siguieron viaje a
Lagos, Nigeria. Al encontrar vestigios de la obra bautista en
Lagos y Ogbomosho, recomendaron la reactivación de la obra de
la FMBSBC en Nigeria y el abandono de la obra en Liberia.146
Volvieron a Monrovia, cerraron la obra de la FMBSBC y
procedieron a Nigeria. Así terminó en 1875 la obra de la
FMBSBC en Liberia hasta el año 1960.
Los Bautistas en Africa Occidental 427

No obstante el abandono de Liberia por las sociedades


grandes, los bautistas de Jamaica y los de raza negra de Estados
Unidos, por medio de su Convención Nacional, y otro entidad
cismática, llamada la Convención “Lott Carey”, seguían apoyan­
do a las iglesias bautistas en Liberia. La obra principal tenía que
ver con los mismos colonos, pero seguían pequeñas obras entre
los indígenas con muy pocos resultados entre los años 1875 y
1938. W. W. Colley, el compañero de David en Nigeria, volvió a
Estados Unidos en 1879 y encabezó la organización de una
Convención Misionera de los Bautistas de raza negra en 1880.147
Esta Convención se convirtió en 1895 en la famosa Convención
Bautista Nacional. Además de la obra de sus numerosos
misioneros, las m ujeres de la nueva Convención auspiciaron la
edificación del Hospital “Carrie Dyer”, el primer hospital edi­
ficado en Africa por gente de raza negra y el mejor en Liberia.
Auspiciaron también misiones industriales entre los indígenas.
Liberia ha sido su campo de labor más grande.148
En 1938 el Concilio General de Misiones Bautistas Coope­
rativas de América del Norte (hoy en día Sociedad Bautista Mid-
Missions), pioneros de la obra bautista en Nigeria y Chad, inició
una obra en Liberia. Su programa incluyó un leprosario,
escuelas primarias, un instituto bíblico y una imprenta. En 1960
contaban con treinta y nueve misioneros.149 En 1968 sus iglesias
se organizaron en la Asociación General de Iglesias Bautistas
Regulares, que contaba con ochenta y cinco congregaciones y
una comunidad de 4.000 miembros. Sin embargo, en 1982
informaban que tenían solamente 600 miembros.150
En 1960, respondiendo a una invitación del Guillermo
Tolbert, presidente de la Convención Bautista de Liberia y
vicepresidente de Liberia, la FMBSBC abrió de nuevo su obra en
Liberia. Los misioneros Poe fueron nombrados para asesorar a la
Convención Bautista Misionera y Educacional de Liberia para
renovar sus escuelas y, especialmente, el Instituto Ricks. Este
Instituto tenía fama en Liberia por su calidad académica y había
sido una obra de la Convención desde 1880. La señora de
Tolbert y varias misioneras de la FMBSBC renovaron la obra
femenil. La FMBSBC pudo consolidar la obra de las convencio­
nes de Jam aica y las de raza negra de Estados Unidos y, en
1970, contaba con cuarenta misioneros. La Convención Bau­
tista Misionera y Educacional, el ente nacional, tenía 210
428 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

puntos de predicación con 21.000 miembros en 1970.151


En 1965 Guillermo Tolbert fue elegido Presidente de la
Alianza Bautista Mundial y en 1972, presidente de la República
de Liberia. El seguía siendo presidente de la Convención
Bautista y su influencia prometía un día nuevo para los
evangélicos en Liberia. En 1976 se inauguró un Seminario con
la ayuda de la FMBSBC. Se levantó un Edificio Bautista y se
programó una gran celebración para el año 1980. Los bautistas
habían crecido a 34.000 miembros.152Justo en ese momento un
golpe de estado, que reflejó la enemistad perenne entre los
colonos americanos (aproximadamente 50.000) y las tribus
indígenas (1.650.000), sacudió al país. Una Ju n ta Militar,
representando a los elementos indígenas, bajo un tal sargento
Sam uel Doe, se apoderó del gobierno. El presidente Tolbert y
varios miembros de su gabinete fueron ejecutados. La Junta
pretendía hacerlo en nombre de la justicia y como una protesta a
la corrupción evidente de los regímenes de los Freedmen
am ericanos.153 Hubo propiedades bautistas que fueron dañadas
en el golpe; pero, a pesar de la asociación íntima de los bautistas
con Tolbert,154 el nuevo gobierno no proscribió la obra bautista,
m ayorm ente porque Samuel Doe, siendo niño, había estudiado
en una escuela bautista. Después de un año, la Convención
Bautista reasumió sus actividades normales.
Otra entidad bautista de Liberia es la Conferencia Misione­
ra Bautista Directa, compuesta de las obras de misioneros
independientes de Estados Unidos y Canadá. En 1987 las dos
Convenciones y las Misiones, incluyendo la FMBSBC, se
pusieron de acuerdo en un plan para coordinar la obra bautista
en Liberia. La cooperación de estas entidades en la educación
teológica, la obra médica y la obra de evangelización está
revolucionando la obra bautista. Hay unas 281 congregaciones
con cerca de 54.000 miembros.155 La integración de los elemen­
tos indígenas está progresando y aun algunos m usulmanes han
sido alcanzados.156
La experiencia del pueblo bautista en Liberia señala la
importancia de m antener formal y anímicamente el principio
bautista de la separación entre la iglesia y el estado. El golpe
trágico no fue la culpa de un sólo gobierno, sino la culminación
de un largo conflicto entre el pueblo mayoritario y una elite
preponderante. Es de esperar que el pueblo bautista de Liberia
Los Bautistas en Africa Occidental 429

pueda seguir siendo una fuerza unificadora, a pesar de su


identificación accidental con el régimen derrocado. Hasta 1988
el nuevo gobierno ha garantizado la libertad religiosa y las
instituciones bautistas se han normalizado.

NIGERIA
Nigeria constituye un fenómeno, no solamente en la
historia de Africa, sino también en la historia bautista. Sus más
de 108 millones de habitantes constituyen la población más
grande del continente; sus 500.000 bautistas constituyen el
pueblo bautista más grande de Africa.157 Hay más creyentes y
misioneros en Nigeria que en todo el resto de Africa Occidental.
Un diez por ciento de la población es cristiana; un treinta por
ciento m usulm án y un sesenta por ciento de las religiones
tradicionales africanas. Hay más de 250 tribus dominadas por la
yoruba en el oeste, la ibo en el este y la hausa-fulani en el
norte.158
Nigeria recibió su independencia de Inglaterra en 1960,
pero no ha podido lograr la estabilidad política a raíz de los
conflictos entre las tribus, la corrupción política y la inflación
económica. Está recuperándose de una trágica y fratricida
Guerra Civil (1967-70), que diezmó a la tribu ibo y amenazó la
solidaridad del pueblo. Afortunadamente para los bautistas, hay
plena libertad religiosa. Las misiones de las grandes sociedades
europeas y de las grandes denominaciones americanas han
trabajado en Nigeria desde 1842. Samuel Crowther, un ex
esclavo yoruba, llegó a ser el primer obispo anglicano de origen
africano ordenado en Africa.159 En fin, Nigeria, escenario de
grandes hazañas bautistas, promete ser un superpoder bautista
en el m undo venidero.
El pueblo bautista nigeriano se debe a la obra de misioneros
foráneos, principalmente de Estados Unidos. Muchos de ellos
eran de raza negra, algunos siendo ex esclavos inmigrantes y
otros ex esclavos empleados como misioneros por las juntas
misioneras de Estados Unidos. La trágica m uerte de un treinta
por ciento de los primeros misioneros blancos que intentaron
trabajar en Nigeria fomentó la política de enviar a misioneros de
raza negra.160 Sin embargo, muchos de ellos también cayeron
víctimas de las fiebres tropicales. El gran pueblo bautista
430 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

nigeriano es el producto de aquellos misioneros abnegados que


arriesgaron vida y salud por la implantación del evangelio. La
historia bautista en Nigeria se divide en varios períodos.

El Período de los Abresurcos (1850-1869)


El 22 de febrero de 1849, Tomás J. Bowen fue nombrado
por la FMBSBC para abrir una misión en “Africa Central”. El
intrépido Bowen, oriundo de Georgia, Estados Unidos (nació en
1814), ya era un veterano de las guerras indias en Georgia y de
la guerra de independencia en Texas.161 Se sabe muy poco de su
juventud, sólo que nació en una familia que le proporcionó una
instrucción muy buena en las ciencias y que contemplaba por
un tiempo la posibilidad de casarse con una dama de m ucha
influencia, cuya familia le prometía una actuación en la política
y en la alta sociedad de su estado. Sin embargo, experimentó
una profunda conversión y dirigió todo su entusiasmo a la obra
del Señor. Se destacó como militar y siguió estudiando. Eviden­
tem ente, leyó los relatos de los primeros exploradores de Africa
Occidental como H. Clapperton y Mungo Park.162 También, era
partidiario de las Sociedades de Colonización, creyendo que
ofrecían una solución al problema de los ex esclavos en Estados
U nidos.163 Estos conocimientos, más su creciente celo misione­
ro, le animaron a ofrecerse en 1848 a la flamante FMBSBC
como misionero pionero.
El pueblo bautista de Estados Unidos ya estaba pensando
en Africa, debido a su sostén de Lott Carey y de otros misioneros
de raza negra en Liberia. Bowen, un escritor muy dotado,
publicó un artículo en la prensa popular sobre la necesidad de
una misión bautista en Africa Central. Como resultado de todo
esto, la Junta gozosamente aceptó su oferta. Retrospectivamen­
te, no podían haber encontrado a un hombre mejor preparado
para los rigores de la vida primitiva. Era explorador,164 luchador,
aventurero, erudito y predicador. Tenía el celo evangelizador
bien combinado con el sentido común. Bowen merece el título
“el Livingston de los bautistas”.165
Bowen, soltero, Harvey Goodale, viudo, y Roberto Hill,
joven de raza negra, zarparon de Providencia, Rhode Island el
17 de diciembre de 1849 y llegaron a Monrovia, Liberia en
febrero de 1850. La FMBSBC les había facultado para explorar
la mejor m anera de llegar al interior de Africa. Pasando por
Los Bautistas en Africa Occidental 431

Monrovia como puerta de entrada, se dirigieron al interior de


Liberia.166 La m eta de Bowen fue la ciudad de Igboho en lo que
él llamaba el Soudan.167 De sus estudios anteriores, él creía que
había una civilización más avanzada y culta entre los fulani-
hausas del norte de Nigeria. Además él, como muchos otros,
pensaba que el Islam, la religión del “Soudan”, sería más fácil de
penetrar que el paganismo de las tribus costeras.168 La estrategia
de Bowen era: establecer el cristianismo entre los fulani-hausa y
depender de ellos para llevar el evangelio a las otras tribus
subdesarrolladas. En su relato sobre sus aventuras en Liberia
desprecia a las tribus de “Guinea”, o sea de la costa, y anhelaba
dejarlas para llegar al Soudan.169
En camino a las tierras de la tribu Golah, y su ciudad
central de Bo Para, Bowen y Goodale se acercaron a la ciudad de
Sama. Mientras realizaban las formalidades de entrar en la
ciudad, Goodale volvió a Monrovia y predicó a los colonos,
mientras Bowen se quedaba en la selva y predicaba su primer
sermón a “los bárbaros de Africa”. Siendo invitados a entrar en
Sama por el cacique, entraron y fueron bien recibidos. Goodale
quedó tan impresionado de la oportunidad que decidió radicarse
en Sama y abrir una escuela. No obstante, Bowen insistió en
seguir selva adentro. De repente, Goodale se enfermó y a pesar
de los grandes esfuerzos de Bowen, quien era paramédico,
falleció dentro de un mes. Bowen le enterró cerca de la puerta de
la ciudad y, después de m uchas dificultades, volvió a Monrovia.
Hill resultó ser incompetente para su trabajo y fue despedido en
base a la recomendación de los bautistas de Liberia.170 Por eso,
Bowen quedó sólo. Dijo: “Todo el mundo sabe lo que es llorar la
m uerte de un amigo, pero no hay muchos que pueden apreciar
la tristeza y la soledad de un hombre que entierra a su único y
querido compañero en la selva de Africa”.171
No obstante estos contratiempos, Bowen siguió viaje a
Badagry, desde donde pensaba llegar a Lagos. Sin embargo,
Lagos estaba en manos de Kosoko, un comerciante de escla­
vos,172 y Bowen se vió obligado a seguir directam ente hacia
Igboho desde Badagry. Después de comprar un caballo y
contratar a un siervo, más a unos portadores para llevar sus
bultos, se dirigió al interior. Al llegar a la ciudad de Abeokuta, se
dio cuenta de que no podía seguir a Igboho debido a las guerras
entre las tribus. Por eso, se hizo amigo de la tribu Egba de
432 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Abeokuta, y de los misioneros metodista173 y anglicano,174 y


comenzó su estudio del idioma yoruba. A pesar de su impacien­
cia, Bowen tuvo que pasar dieciocho meses en Abeokuta como
huésped de Townsend de la CMS. Quizá, por respeto a las obras
ya comenzadas por las otras denominaciones, se Ümitaba a
predicar en las plazas y a preparar su léxico y gramática del
idioma yoruba. No trató de establecer una estación misionera
bautista, pero ayudó al cacique Ogunbonna a preparar la
defensa de la ciudad contra el ataque inminente del ejército de
Dahomey.175 En abril de 1851, después de la famosa batalla que
salvó la ciudad de las hordas de Dahomey, consiguió permiso
para seguir su viaje al norte. Sin embargo, todos sus intentos
fracasaron y después de visitar a Ketu, Badagry, Be-Olorun-
pelu, Aberekido, Eruqa y Oke-Efo, fue invitado por el cacique
Kumi a radicarse en Ijaye.176Al dejar sus bultos en Ijaye, decidió
volver a Estados Unidos, pero para hacerlo, tenía que pasar por
Lagos. La única m anera de alcanzar a Lagos fue viajando en
barco río abajo. Su viaje fue en todo una aventura novelística.
Hizo la última parte en una canoa por un territorio infestado por
las tribus hostiles. Agachado en su canoa, “con la bandera de
Estados Unidos alzada en un bambú y con seis rifles cargados”
atravesó el último tirón. En Lagos tomó un barco para Londres,
y luego para Estados Unidos, donde llegó en febrero de 1853.
Los relatos e informes del misionero aventurero —el
Livingston bautista— durante sus seis meses en Estados
Unidos, despertaron mucho interés en la obra misionera en
Africa. La FMBSBC aprobó los proyectos recomendados por
Bowen y nombró a un nuevo contingente de voluntarios.
M ientras tanto, Bowen se casó con Lurenna Davis en Georgia.177
El 6 de julio de 1853, los Bowen, juntam ente con los esposos
Lacy y Dennard, emprendieron viaje a Lagos. Sin embargo,
dentro de unos meses los Dennard fallecieron y los Lacy se
vieron obligados a regresar a Estados Unidos por razones de
salud.178 Una vez más, Bowen estaba sólo con su esposa.
Procedieron a Abeokuta y, por fin, se radicaron en Ijaye en
octubre de 1853 con el permiso del cacique Kumi.179 Bowen
construyó una casa y un templo. Un programa de predicación
sem anal en Ijaye y alrdedores fue la tarea principal de Bowen,
m ientras su esposa encabezaba una pequeña escuela domini­
cal.180 Bautizaron a los primeros dos creyentes en Ijaye, pero el
Los Bautistas en Africa Occidental 433

impaciente Bowen buscaba la m anera de llevar el m ensaje más


al norte.
W. H. Clark llegó a Ijaye en septiembre de 1854. Clark, un
soltero, era un buen compañero de Bowen, y los dos se
dedicaron a la predicación al aire libre y a la exploración de los
alrededores. Fue Clark quien encontró propiedades para una
estación misionera en Oyó y propuso otra en Ogbomosho. Clark
fue acompañado en su viaje a Ogbomosho por J. D. Vaughn, un
hombre de raza negra de Estados Unidos, quien conoció a
Bowen en Liberia en 1850 y le acompañó a Nigeria. Vaughn era
carpintero y predicador, lo que se llama en el día de hoy, un
ministro bivocacional.181 Clark trabajó cinco años en los tres
centros —Ijaye, Oyó y Obgomosho— e hizo un viaje de
exploración al río Niger, pasando por la ciudad de llorín, en el
límite del territorio de los fulani-hausa.182 Clark volvió a Estados
Unidos por razones de salud en 1859. Escribió un libro sobre
sus labores antes de su m uerte en 1871, que no fue publicado
hasta 1972.183
En 1855 J. M. Harden, un misionero de raza negra de la
FMBSBC en Liberia, se trasladó a Lagos y abrió una obra
bautista. El mismo año llegaron J. F. Beaumont, un soltero, los
esposos Phillips, Reid y Trimble para reforzar a los Bowen y a
Clark. Las señoras Reid y Phillips murieron de repente, y los
otros regresaron incapacitados a Estados Unidos.184
Los Bowen se trasladaron en 1855 a Ogbomosho y estable­
cieron una estación misionera, después de dos intentos aborti­
vos de abrir una obra bautista en la ciudad m usulm ana de
llorín.185 Lurenna Bowen abrió una escuela y Bowen construyó
una casa en la propiedad cerca de la Puerta de llorín, regalada
por el cacique de Ogbomosho.186 Sin embargo, la carrera ilustre
de Bowen estaba acercándose a su fin. Azotado por enfermeda­
des físicas y psíquicas; grandem ente afectado por la m uerte de
su hijita, María Yoruba; frustrado por no lograr abrir una obra
en el norte; y con el deseo de publicar su gramática y su léxico,
los Bowen volvieron a Estados Unidos en 1856. Sus obras
fueron publicadas y bien recibidas por el Instituto Smithsonia-
no, un gran honor académico en Estados Unidos.
Bowen nunca jam ás abandonó su sueño africano. Entre los
años 1856 y 1875 animaba a la FMBSBC a seguir su trabajo en
Africa y siempre sugería nuevas estrategias.187 En 1859 fue
434 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

m andado a Brasil por la FMBSBC para empezar una obra entre


los esclavos brasileños, pero fracasó por falta de sostén y por
causa de problemas políticos. Regresó a Estados Unidos y sirvió
como capellán en el ejército confederado durante la Guerra
Civil. El resto de su vida es una tragedia. Afectado y debilitado
por los rigores de sus años en Africa, y azotado por frecuentes
ataques de manía, falleció en 1875.188
Antes de proseguir la historia bautista de Nigeria, cabe
destacar la gran contribución del visionario Bowen y su abnega­
da esposa. Los logros de su ministerio no eran de importancia
inmediata, sino trascendentes. Si no hubiera sido por Bowen, la
FMBSBC habría abandonado su empresa en Nigeria. No
obstante, sus súplicas bien informadas inspiraban a la Ju n ta a
seguir sosteniendo la empresa. Si la FMBSBC hubiera seguido
las recomendaciones de Bowen en cuanto al sostén y la
estrategia misioneros en Africa, habrían tenido mucho más
éxito.189 Hasta el día de hoy, con todos los recursos dispuestos,
no han podido concretar el programa visionario, pero factible,
delineado por Bowen en su famosa obra, Aventuras y Labores
Misioneras en el Interior de Africa. Este pionero valiente y fiel,
con su esposa, logró una meta que expresó temprano en su
carrera cuando escribió:

Si yo viviera suficiente tiempo para colocar el estandarte


de mi Redentor sobre los baluartes de la barbarie como una
enseña para otros, confío en que mis labores no habrían sido
en vano.180

La pequeña semilla de mostaza sembrada providencialmente


por Bowen ha producido un gran árbol con ramas que alcanzan
los límites de la República de Nigeria.
Resumiendo la historia del período después de la partida de
Bowen en 1856, se nota que otros misioneros seguían llegando y
saliendo por una década. Había cinco estaciones misioneras de
la FMBSBC funcionando en 1858. En Lagos, una pequeña
congregación languedecía; Ijaye, fundada por Bowen en 1853, y
Abeokuta, fundada por Dennard y Priest en 1857, estaban
amenazadas por las guerras entre las tribus; Ogbomosho,
mantenido por Clark, y Oyó, fundada por Reid en 1858, estaban
sufriendo de enfermedades y de falta de personal. Estas
“cabezas de playa” estaban todas en situaciones muy precarias.
Los Bautistas en Africa Occidental 435

La valentía de los misioneros y los obreros nacionales, y su


defensa de los creyentes perseguidos, es un relato demasiado
largo para contar en esta obra.191 Es una saga de heroísmo
cristiano.
El año 1869 marcó el fin de este primer período en la
historia bautista. El informe es muy desalentador. En Lagos, J.
M. Harden falleció en 1864. Su viuda, Sara Marsh de Harden,
con un grupito de creyentes, y la ayuda dejada por los
misioneros Phillips y Stone antes de ir a Estados Unidos,
procuraba m antener un testimonio bautista en Lagos. Ijaye fue
desocupado por los misioneros y sus alumnos en 1861, debido al
inm inente conflicto entre las tribus de Ibadan y de Ijaye. Se
refugiaron en Abeokuta. La ciudad de Ijaye fue totalmente
destruida en 1862.192 La estación en Abeokuta, debido a la obra
de los misioneros Phillips y Stone, experimentó un avivamiento
durante los años 1861-1865.193 Una iglesia y una escuela
estaban en plena m archa con treinta miembros y setenta
alumnos. Sin embargo, los Stone volvieron a Estados Unidos, en
1862, y Phillips, con los creyentes bautistas nacionales, tuvo que
huir a Lagos en 1867, cuando la estación bautista fue destruida
por una m uchedum bre.194 Ogbomosho fue abandonado por
Clark en 1859. Cuando el misionero Stone pasó por Ogbomosho
en su huida en Ibadan en 1860, encontró la casa de Clark
habilitada y cuidada por unos creyentes.195 En Oyó, el misionero
Reid había pasado cuatro años solo, completamente aislado de
los otros misioneros por causa de las guerras regionales. Estaba
tan debilitado por la pérdida de su esposa en Ogbomosho y las
enfermedades sufridas, que volvió a Estados Unidos en 1864 y
dejó la obra en manos de unos pocos nacionales.196
En fin, pareció en 1869 que la empresa misionera bautista,
com enzada por Bowen en Nigeria, estaba por fracasar. De los
veinte misioneros nombrados por la FMBSBC, cinco fallecieron,
y la mayor parte volvió incapacitada a Estados Unidos después
de un promedio de tres años de labor. De los cinco centros
misioneros establecidos, dos fueron destruidos, dos abandona­
dos y uno languedecía en Lagos. Los pocos creyentes que
quedaron fueron esparcidos por las guerras regionales y muchos
otros fueron perseguidos y ejecutados. Además, debido a la
Guerra Civil en Estados Unidos, la FMBSBC quedó sin fondos y
personal para Africa. Se produjo un Ínterin en la historia
436 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

bautista nigeriana muy oscuro, pero no fatal, entre los años 1869
y 1875.

El Período del Destierro (1869-1875)


La salvación de los bautistas nigerianos durante este Ínterin
fue el resultado de los esfuerzos abnegados de un estadouniden­
se de raza negra, J. C. Vaughan, y dos africanos, Moisés Landejo
Stone y Sara de H arden.197 Vaughan, oriundo de Carolina del
Sur, emigró a Liberia en 1847, donde se sostenía como
agricultor y carpintero. Cuando Bowen pasó por Liberia en
1850, Vaughan y R. Russell, otro carpintero, le acompañaron a
Ijaye donde iniciaron un negocio próspero de carpintería.
Vaughan, un metodista, fue bautizado por el misionero Clark y,
continuando su negocio, predicaba en Ijaye y Ogbomosho.
Cuando los bautistas tuvieron que huir de Ijaye antes de su
destrucción, Vaughan y su esposa establecieron una escuela en
Abeokuta para los refugiados bautistas. En 1867 el cacique de
Abeokuta cerró la escuela, y Vaughan y los alumnos emigraron a
Lagos, donde Vaughan estableció otro negocio próspero. Varios
de los alumnos eran aprendices de Vaughan e iban a ser líderes
bautistas más adelante.198
En Lagos la obra bautista se empezó bajo la dirección de
otro estadounidense de raza negra, J. M. Harden, quien
desembarcó en Liberia con Bowen en 1853. Después de un año,
se trasladó a Lagos, donde fundó una iglesia bautista. En 1863
el sostén que recibía de la FMBSBC fue suspendido debido a la
Guerra Civil. No obstante él mantuvo abierta la iglesia y sostuvo
a su esposa e hijo, Samuel, por fabricar ladrillos, algunos de los
primeros usados en Lagos. Su esposa, Sara Marsh, nació en
Sierra Leona. Su padre fue uno de los primeros graduados,
juntam ente con Samuel Crowther, del Fourah Bay College. El
era de la aristocracia de sangre yóruba; fue capturado por los
esclavos, librado por los ingleses y llevado a Sierra Leona.
Cuando volvió a Nigeria se radicó en Abeokuta y luego se
trasladó a Lagos. Sara se casó con Harden y llegó a ser la madre
de la denominación bautista nigeriana. Harden había consegui­
do un terreno valioso en el corazón de Lagos del rey Dosumu.
Cuando Harden falleció en 1864, la responsabilidad por la obra
bautista y los refugiados de Abeokuta cayó sobre Sara Harden y
Los Bautistas en Africa Occidental 437

J. C. Vaughan. Por medio de las entradas de sus negocios podían


sostenerse y continuar los cultos de la iglesia.199
Seis líderes bautistas surgieron del cuidado y la enseñanza
de Sara Harden y J. C. Vaughan: Moisés Ladejo Stone, Lajide
Tubi, L. D. Fadipe, los hijos de Vaughan y Samuel Harden.
Stone paulatinam ente asumía el Üderazgo, predicando en la
iglesia, dirigiendo los cultos y manteniendo abierta la escuela.200
Stone nació en Ogbomosho en 1847. Durante la crisis de
1860, su tía le llevó a la casa misionera, pidiéndose asilo. W. H.
Clark lo recibió, lo llevó a Ijaye y lo puso bajo el cuidado del
misionero R. H. Stone. Moisés Ladejo apreciaba a Stone tanto
que tomó su apellido. El estaba entre los refugiados que huyeron
a Lagos de Ijaye y Abeokuta, donde sus vidas estaban am enaza­
das. Stone se educó y llegó a ser “el Spurgeon de los Yoruba”.201
Unos años antes, Juan Agboola, un tejedor, se convirtió con
W. H. Clark en Ogbomosho. El, y unos veintidós creyentes y
familiares, solían reunirse para orar y adorar a Dios después del
abandono de la estación por Clark en 1859. Durante este Ínterin,
el obispo Samuel Crowther, anglicano de la Sociedad Misionera
Eclesial (CMS), pasó por Ogbomosho al volver de su expedición
al Niger. Por casualidad, estaba el día domingo. Uno de sus
ayudantes, años antes, conocía la obra de los misioneros
bautistas y, pensando que todo había desaparecido, volvió a
visitar la casa abandonada de Clark. Quedó sorprendido cuando
encontró a un grupo de personas orando. Crowther mismo, de
habla yoruba, se reunió con los creyentes bautistas; leyó pasajes
bíblicos de Lucas, Romanos y Hechos que Bowen, Clark y
Beamont habían preparado años antes, y les animó a seguir
fieles hasta que los misioneros regresaran. Crowther les ayudó a
ju n ta r materiales de las ruinas de la casa misionera y el templo,
y les instaba a guardarlos para la futura restauración de la obra.
El averiguó que solamente tres estaban ya bautizados y los otros
eran simpatizantes. Crowther, en su diario, dice:

Hace diez años desde que los misioneros salieron . . .


pero en las mismas ruinas de la casa misionera unos veinte
creyentes se mantienen en una población de más de 50.000
habitantes. ¡Es increíble! pero ¡ven y ve! Me gustaría
mostrar esto a los enemigos de las misiones foráneas. Sin
ninguna ganancia personal, habían aguantado la persecu­
ción para mantener la doctrina pura. Se reúnen en un
438 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

galpón en las ruinas de la estación. ¿Puede ser esto? Sí, los


hechos hablan. Es el cumplimiento de Isaías 55:11.202

Crowther, siendo ex compañero de clase del padre de Sara


Harden, al volver a Lagos, le informó sobre la presencia de estos
vestigios bautistas en Ogbomosho. Sara, animada por Crowther,
escribió una carta urgente a la FMBSBC, pidiendo misioneros
para atender la obra.203
Los bautistas aislados en Obgomosho y Lagos no solamente
contaban con el apoyo de Crowther, sino también de la Misión
W esleyana en Lagos. La estación de tal Misión estaba adyacente
a la propiedad bautista. Cuando R. H. Stone volvió a Estados
Unidos en 1869, encomendó la iglesia bautista en manos de su
buen amigo, José Rhodes, de la Misión Wesleyana. Rhodes
cumplió con la promesa y ayudaba a Sara Harden. Aun estaba
dispuesto a llevar a los nuevos creyentes a una laguna donde les
enseñó a bautizarse por inmersión en el nombre del Padre, del
Hijo y del Espíritu Santo. El historiador bautista debe reconocer
la deuda que los bautistas nigerianos tienen con estas otras
denominaciones en su momento de crisis. Con el apoyo de ellos
y la fidelidad de los creyentes, la obra bautista crecía paulatina­
m ente durante la ausencia de los misioneros.

El Período de Avivamiento (1875-1888)


La FMBSBC respondió a los pedidos de Sara Harden en
1874 cuando nombró a W. J. David como misionero a Africa.
David, oriundo de Mississippi, en contraste con muchos de sus
paisanos, amaba a la gente de raza negra. Como estudiante y
pastor en Estados Unidos, él había trabajado entre las iglesias de
los negros, animándoles a ser más misioneros. En 1875 dejó a
su novia, Nannie Bland y, acompañado por W. W. Colley, un
amigo negro, partió para Liberia y Africa Occidental.204 La
FMBSBC dejó en sus manos la responsabilidad de determinar la
suerte de la obra en Liberia y en Nigeria. Llegaron a Monrovia
en 1875. Colley pasó un tiempo animando a las iglesias en
Liberia, m ientras David visitaba Nigeria. Recibió una calurosa
bienvenida en Lagos, Abeokuta y Ogbomosho. Seguro de un
gran porvenir en Nigeria, David volvió a Liberia, cerró la obra de
la FMBSBC allá y en Sierra Leona y, acompañado por Colley,
partió para Lagos. Llegaron en octubre de 1875.205
Los Bautistas en Africa Occidental 439

El enérgico David condujo a la agrupación de creyentes en


Lagos a constituirse en iglesia en enero de 1876 con veintisiete
miembros fundadores. Veinticinco nuevos creyentes se bautiza­
ron inm ediatam ente y aum entaron hasta cincuenta y dos
miembros. Colley fue elegido pastor y David prosiguió a Ogbo-
mosho, cuyos creyentes habían mandado mensajeros a Lagos
pidiéndole una visita. Pronto se organizó una iglesia bautista en
Ogbomosho; unos meses después, otra se constituyó en Abeo-
kuta. David había llegado a ser la fuerza integradora de todos los
esfuerzos de los veinticinco años anteriores. David conoció a
Moisés Stone, quien se convirtió en su intérprete. Fadipe
ayudaba a Colley. Moisés Stone se encargó de la otra en
Ogbomosho y Colley trabajaba en Lagos y Abeokuta. Después
de un viaje a Inglaterra para recuperar su salud, David regresó a
Nigeria, se dirigió a Ogbomosho, reorganizó la iglesia allá y
administró la construcción de una capilla. Stone fue instalado
como pastor de la Iglesia Bautista Osupa en Ogbomosho. David
volvió a Estados Unidos de licencia en septiembre de 1878 y
Colley renunció en 1879.206 Al regresar a Estados Unidos, W. W.
Colley condujo a las iglesias bautistas de raza negra en ese país
a organizar una Convención misionera que en 1883 mandó a él
y a un grupo de misioneros a Liberia, que llegó a ser el campo
misionero principal de los bautistas de raza negra de Estados
Unidos.207
David, habiéndose casado con Nannie Bland, regresó a
Nigeria en 1880, acompañado por Salomón Cosby, otro misione­
ro de raza negra. Cosby se encargó de la iglesia de Abeokuta.
Otros misioneros llegaron a partir de 1881, a saber: los Eubank
trabajaron en Lagos con los David y S. M. Cook, otro nuevo
misionero; los Harvey y C. E. Smith se radicaron en Abeokuta.208
Sin embargo, debido a las enfermedades, Cosby falleció, Cook y
los Harvey regresaron a Estados Unidos y los David perdieron a
dos hijos, el último en el viaje de regreso a Estados Unidos en
1884.209 Antes de viajar, David había bautizado a D. B. Vincent y
presidido la ordenación de Moisés Stone en Lagos. Sara Harden
continuaba su escuela y la obra bautista estaba en plena marcha
en Ogbomosho, Abeokuta y Lagos. David llevó consigo a un
m uchacho yoruba, O gunlana Oshodi, para ayudarle a despertar
interés en la obra en Africa. Esta promoción de David en
Estados Unidos resultó en más voluntarios para la obra misione­
440 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

ra y u n a ofrenda de 3.800 dólares para edificar un templo en


Lagos.210
Con estos fondos, David compró un templo prefabricado y
fletó un buque pequeño para llevarlo a Nigeria. Con esta carga y
los David, la pequeña embarcación llegó a Lagos a principios de
1885.2" Después del nacimiento de otra hija, Nannie de David
se enfermó gravemente. David, en desesperación, la llevó a la
Isla de Madeira, pero en camino ella falleció y fue sepultada en
el m ar cerca de la costa de Ghana. Sus últimas palabras a David
fueron: “Jam ás dejes Africa.” David, entristecido al extremo, se
vió obligado a regresar a Estados Unidos para dejar a su hija con
los suegros. Estando allí, W. J. David se casó con una amiga, la
viuda de J. E. Greer, y ellos, con la señorita Cynthia Morris,
volvieron a Lagos en 1886. La señorita Morris se casó con C. E.
Smith y ellos continuaron su eficaz labor en Abeokuta y
Ogbomosho. Los misioneros Smith y David se dedicaron a la
edificación del templo grande en Lagos. Fue terminado en 1887
y sigue en uso hasta el día de hoy.
En 1887 la obra en Lagos estaba en buenas condiciones.
Además de la creciente iglesia, una Academia Bautista estaba
funcionando con 284 alumnos. S. M. Harden, hijo de Sara, era
el director;212 M. L. Stone, Sara Harden y los esposos Vincent
eran los maestros. Habiéndose trasladado a Ogbomosho, los
esposos Smith estaban comenzando un fructífero ministerio, a
pesar de algunos altibajos en la iglesia; y en Abeokuta, S. A.
Hanson, un obrero nigeriano, era el encargado de una obra
evangelizadora y educativa supervisada desde Lagos. Smith
ayudó a construir un templo antes de trasladarse a Ogbomos­
ho.213 Sin embargo, la obra bautista que prometía tanto en 1887,
iba a pasar por dificultades debido a conflictos internos. La
creciente obra estaba por independizarse de la dirección misio­
nera.

El Período Cismático (1888-1914)


En 1888 algo aconteció en el seno de la pujante Primera
Iglesia Bautista en Lagos que, por muchos años, fue considera­
do una tragedia; sin embargo, a largo alcance, se puede
considerar un paso adelante en el desarrollo autóctono de los
bautistas nigerianos. W. J. David, como los misioneros foráneos
Los Bautistas en Africa Occidental 441

de casi todas las sociedades en Africa, tuvo un conflicto con


Moisés Stone, el líder más carismático de los nigerianos. Stone
ya tenía experiencia en Abeokuta, Ogbomosho y Lagos. La
iglesia lo había ordenado. El había servido como pastor por dos
años sin la supervisión de un misionero. En otras palabras,
había emergido como un líder natural entre el pueblo bautista
indígena. Por eso, cuando volvió David, y con C. E. Smith,
edificó el gran templo en Lagos, sin pensar en la situación de
Stone, él asumió la dirección de la iglesia una vez más. David,
un sureño de Estados Unidos, creía que los africanos debían
servir bajo la dirección de un blanco. Era un misionero por
excelencia, pero seguía la política misionera corriente. Pensaba
que Africa tenía que ser evangelizada por africanos, pero bajo la
dirección de los misioneros blancos.214 David mismo había
mandado a S. M. Harden a Estados Unidos para estudiar; él
había evangelizado a un grupo de africanos muy dotados como
D. B. Vincent; él había enseñado cuidadosamente la eclesiología
bautista que enfatiza la autonomía y la independencia de la
congregación local. Sin embargo, no se dio cuenta de que la
iglesia y Moisés Stone habían pasado por su época de dependen­
cia y anhelaba sostenerse e independizarse. A pesar de las
buenas ofrendas y las amplias donaciones desde Estados Uni­
dos, Stone recibía la mitad de su sueldo de la Misión y la otra
mitad de la iglesia. Stone era un predicador elocuente en
yoruba, pero no dominaba bien el inglés y no tenía instrucción
formal alguna. Anhelaba ir a Estados Unidos para estudiar.215
Los dos líderes dinámicos de la misma edad chocaron sobre el
asunto del sueldo. David, term inantem ente, rehusó aum entar el
sueldo de Stone. En comparación con otras misiones, Stone
recibía muy poco. Stone comenzó a trabajar con J. C. Vaughan
unas horas por semana para aum entar sus entradas. David lo
prohibió. Stone renunció y David, sin consultar con la iglesia,
aceptó la renuncia y despidió a Stone.216
Mientras pasaban estos hechos lamentables, un movimien­
to de “africanización” estaba realizándose en todos los órdenes
de la vida en Lagos. Encabezado por colonos ex esclavos, el
movimiento fomentaba la autodeterminación y lo autóctono. D.
B. Vincent y otros miembros de la iglesia estaban involucra­
dos.217 Tomaron el conflicto en la iglesia como una ocasión para
afirmar sus derechos. En marzo de 1888 una reunión adminis­
442 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS
trativa de la congregación en Lagos agudizó el asunto. David
trató de conservar la unidad, pero ellos demandaban sus
derechos congregacionales. Siendo que pagaban la mitad del
sueldo de Stone, reclamaban que tuviesen el derecho de
participar en la decisión con respecto a Stone. David insistió en
que Stone era empleado de él, y la división fue inevitable.
Cuando David despidió a Vincent, a los Harden y a otros de la
Academia, no había más remedio. Se produjo la división. Con la
excepción de ocho misioneros y otros ocho miembros, la
congregación se separó, y bajo la dirección de Stone y Vincent,
se constituyeron en una “Iglesia Bautista Nativa” para distin­
guirse de la así llamada “Iglesia americana” de David. Cambia­
ron el nombre luego a “Iglesia Ebenezer”. En Ogbomosho,
donde Stone era muy popular, hubo otra división en apoyo de los
“nativos”. Tres cuartos de la congregación de ochenta creyentes
se separaron de la iglesia bajo un tal Daddy Baraka.218
Ante este golpe, David buscó el apoyo de los otros misione­
ros y de la FMBSBC. La “Iglesia Bautista Americana” en Lagos
se reunió y, sobre la recomendación de David, discipünó a
Stone. También, preparó un volante que repartió en Lagos,
denunciando al grupo cismático y declarando a Stone “persona
no grata”. La FMBSBC, al principio, apoyó a David, pero al
recibir una carta del grupo cismático, cambió de opinión y pidió
a David un informe completo. La vergüenza y el escándalo de
todo el incidente afectaron a David, quien renunció a su puesto
por razones de salud y regresó a Estados Unidos a fines de 1888.
Los diarios de Lagos informaban que David había sido depuesto
por la Ju n ta por haber violado los principios bautistas.219 Tras­
cendió el asunto y fue un gran aliciente para el “etiopinismo”,220
o sea el movimiento nativo africano que era efervescente en
todas las denominaciones. De todos modos, la obra bautista en
Nigeria quedó polarizada entre las iglesias bautistas “america­
nas”, afiliadas con la Misión de la FMBSBC, y las iglesias
“nativas” afiliadas con el movimiento nacionalista africano. Una
hojeada de toda la evidencia revela que los dos lados violaban
principios bautistas y que el corazón del problema fue un
violento choque entre dos personalidades fuertes, infectadas por
los vestigios del prejuicio racial.221
A pesar del conflicto, y aun fortalecida por el robusto
“etiopianismo” dentro de sus filas, la obra bautista experimentó
Los Bautistas en Africa Occidental 443

un gran crecimiento. C. C. Newton de la FMBSBC reemplazó a


David en Lagos. Aunque simpatizaba con la supremacía de los
misioneros blancos y favorecía el dominio británico en Nigeria,
era hombre pacífico y de un espíritu conciliador. Se puso a la
tarea de efectuar una reconciliación entre las facciones. Como
resultado, Moisés Stone volvió a ser empleado por la Misión en
1892 y llegó una vez más a ser pastor de la Primera Iglesiá
Bautista de Lagos en 1894. La Iglesia Bautista Nativa continuó
bajo el pastorado de D. B. Vincent, quien había vuelto a usar su
nombre yoruba, Mojola Agbebi. A pesar de los esfuerzos de
Newton y Stone,222 las dos iglesias decidieron seguir separadas.
Cuando los Newton murieron de la fiebre amarilla en 1894,
Moisés Stone y L. O. Fadipe animaron a la Primera Iglesia
Bautista de Lagos a com enzar un enérgico programa de
mayordomía y extensión. Como resultado, la iglesia le compró el
templo de la FMBSBC en 1899.223 Nuevas obras de extensión
fueron iniciadas en Ijebu, Ibadan, Ikire, Olupon, Odo-Oba y
Oganla por medio de la iglesia en Lagos. En 1913 hubo una
división entre Stone y la iglesia; entonces Stone se trasladó a
Ogbomosho. El misionero, S. G. Pinnock, ex misionero metodis­
ta, efectuó una reconciliación antes de la m uerte de Stone en
1913. La iglesia de Lagos en 1913 tenía más de 250 miembros y
m uchas obras de extensión. Se sostenía y contaba con elem en­
tos muy bien preparados.
Sin embargo, el crecimiento más espectacular entre los
bautistas se vio en la Iglesia Bautista Nativa, llamada Ebenezer.
Mojola Agbebi, convencido que Africa tenía que ser evangeliza­
do por africanos e inspirado de un celo misionero genuino,
viajaba y predicaba por la costa occidental africana. Miles se
convirtieron y se organizaron m uchas iglesias. Agbebi era
bautista por convicción y predicaba una doctrina muy sana.224
No dejaba que su nacionalismo corrompiera su fe. Debido a él,
el “etiopianismo” bautista no cayó en el sincretismo tan caracte­
rístico de otros grupos. Espiritual y fraternalmente, Agbebi
colaboraba con los misioneros de la FMBSBC y la Primera
Iglesia Bautista de Lagos, pero resistía los esfuerzos para unir
una vez más las congregaciones.
Hasta 1893 la obra bautista se limitaba a Lagos y al
territorio de los yoruba. En aquel año Guillermo Hughes, un
ministro bautista del Instituto Africano en Colwyn Bay, Gales, se
444 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

trasladó a Buguma en New Calabar, para atender una pequeña


agrupación de creyentes, vestigios de una escuela iniciada por el
obispo Crowther unos años antes.225 Hubo un avivamiento y
H ughes llevó a varios de los creyentes a Gales para estudiar.
Jaime Kofeli y E. S. Shole continuaba la obra cuando Hughes
volvió a Gales. Schole era de Jamaica. Cuando Hughes no pudo
volver en 1898, se puso en contacto con Agbebi, quien se
encargó de la obra y la consolidó bien. Enseñó las doctrinas
bautistas y, usando a Buguma como centro, evangelizaba en la
zona alrededor. Hubo una expansión muy grande, no solamente
en Lagos en la Iglesia Ebenezer, sino también en Ekiti, Benín,
Ibo e Ibadan. Agbebi iba estableciendo congregaciones bautistas
en todas estas zonas. Mientras tanto, la Iglesia Ebenezer había
llegado a tener más de 700 miembros. A pesar de muchos
conflictos, Agbebi, apoyado por los bautistas galeses, efectuó
una obra maravillosa en el sur y el este.226
Mientras las iglesias “nativas” crecían tanto, las iglesias
relacionadas con la FMBSBC experimentaron un avivamiento
bajo Moisés Stone y un nuevo grupo de misioneros. En 1900
tenían solamente seis iglesias, seis estaciones y 385 miembros.
Desde 1850, más de cuarenta misioneros de la FMBSBC habían
servido en Nigeria. Cinco matrimonios nuevos fueron nom bra­
dos entre los años 1901 y 1905. Una nueva estación se abrió en
Shaki y C. E. Smith fundó un Centro de Capacitación para
obreros bautistas en Ogbomosho en 1897. Fue el comienzo del
futuro seminario.
En 1907 los esposos Green llegaron a Nigeria. Nacido en
Londres e instruido en Canadá, Jorge Green estudió medicina
en Virginia, Estados Unidos. Fue el primer misionero médico
nombrado por la FMBSBC para Africa. Se radicó en Ogbomosho
y, ayudado por el misionero Pinnock, puso las bases del Hospital
Bautista.227 En 1908 fue nombrado un dentista y abrió una
clínica en Shaki. En 1908 se fundó una escuela para señoritas y
poco a poco llegaba a ser una Escuela Normal. Otro médico, B.
L. Lockett, llegó en 1910 y comenzó un largo ministerio.228 En
resum en, la FMBSBC tenía obras en Lagos, Shaki, Abeokuta,
Ogbomosho y Oyó. Las iglesias fueron apoyadas por muchas
escuelas y colegios, y un Instituto Teológico en Ogbomosho.
Los Bautistas en Africa Occidental 445

Período de Consolidación (1914-1939)


En 1914 las iglesias bautistas nativas en Lagos tenían
aproximadamente 4.552 miembros y las de la FMBSBC 2.000.
Esta proporción era típica de todo el país. En este mismo año
ocurrió la reconciliación entre los “nativos” y los “americanos”, la
que resultó en un gran crecimiento. El fruto de tal reconcilia­
ción fue la Asociación Bautista Yoruba, organizada en una
reunión histórica en Ibadan en marzo de 1914.229 Antes, en
1882, W. J. David auspició una reunión muy exitosa de
misioneros y pastores-evangelistas bautistas que engendró un
avivamiento. En 1898 C. E. Smith inició la realización de una
“Conferencia Anual de Obreros”, que se reunió en 1898, 1899 y
1900, y otra vez en 1907. Cuando la Misión de la FMBSBC
adoptó una constitución oficial en 1910, había una provisión
para tales “conferencias anuales”, generalm ente realizadas
conjuntam ente con la reunión anual de la Misión. Debido a la
división entre los “nativos” y los “americanos” la asistencia se
limitaba a los obreros pagados por la Misión. No obstante, en
1912 el misionero L. M. Duval invitó a participar a representan­
tes de las iglesias “nativas”. El impacto fue tal que fue nombrada
una comisión para crear una organización perm anente.230 Así
fue el desarrollo de la flamante Asociación Bautista Yoruba.231
Mojola Agbebi, apropiadamente, fue elegido como su primer
presidente. Con su influencia, se adhirieron la mayor parte de
las iglesias nativas. Los miembros fundadores incluyeron treinta
y un iglesias con 3.000 miembros. En tres años los miembros
aum entaron hasta 9.777 e iglesias de otras tribus en el sur y el
este pidieron ingreso. La obra bautista estaba comenzando en el
norte entre los comerciantes yorubas. Por eso, en 1918 la
Asociación propuso una ampliación de su trabajo y en 1919 llegó
a ser la Convención Bautista Nigeriana. Con estos desarrollos se
sanó el cisma y fue garantizado el crecimiento de u na obra
bautista nativa y nacional.232
Antes de dejar esta época, cabe destacar la contribución
trem enda del así llamado “Movimiento Bautista Nativo”, enca­
bezado por Mojola Agbebi, quien murió en 1917.233 Fue la chispa
que encendió la aculturación del cristianismo entre los yorubas.
La inconsciente y paternalista “tiranía” de las sociedades misio­
neras cesó y la dirección de la expansión cayó en manos de
446 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

africanos. Fue muy saludable para los misioneros y los naciona­


les de todas las denominaciones cristianas, aunque surgió en un
espíritu de am argura e hirió los sentimientos de muchos. Los
bautistas pudieron recuperarse pronto del cisma debido a su
política de la autonomía de la congregación local. Los mismos
misioneros que vinieron después de 1917 aprendieron la lección
y fomentaron la expansión de iglesias autóctonas. La Conven­
ción Bautista Nigeriana en 1919 se vió Überada teóricamente del
dominio administrativo de la FMBSBC y de la hegemonía
yoruba.
A partir de 1916, los esposos Agbebi organizaron sociedades
femeniles en las iglesias que atendieron en Lagos. Tales
sociedades empezaron a enviar delegadas a las asambleas
anuales de la Convención. En 1919 en Ogbomosho, durante las
sesiones de la Convención, estas delegadas se reunieron con las
esposas de los misioneros y organizaron la Unión Femenil
Bautista y Misionera. La esposa de Agbebi fue la primer
presidenta. Al año siguiente, Susan Anderson, una misionera de
la FMBSBC, asumió la dirección hasta que Neale Young fue
elegida secretaria ejecutiva en 1922. En 1925 la Unión se
convirtió en Auxiliar de la Convención con representación en la
Comisión Ejecutiva. Hoy en día, la Unión Femenil de Nigeria es
muy fuerte. Auspicia un enérgico y eficaz programa de educa­
ción misionera y una obra entre los niños y jóvenes. En m uchas
de las iglesias locales las mujeres están mejor organizadas que
los hombres.
La Misión de la FMBSBC, a pesar de todos los altibajos de
los años 1850 a 1914, experimentó un avivamiento después de
las dificultades de la Primera Guerra Mundial. En el afán de los
años de postguerra, unos veintidós nuevos misioneros fueron
nombrados para Nigeria, duplicando su número total. Entre
ellos estaban los Patterson y Ruth Kersey. Los Patterson
iniciaron un largo ministerio de educación y administración, y la
señorita Kersey fundó el sanatorio para huérfanos y niños que se
llama “Hogar Kersey” en el día de hoy.
El apoyo financiero de la FMBSBC hizo posible la edifica­
ción de un nuevo Hospital en Ogbomosho, colegios nuevos en
Abeokuta y Idiaba, y un nuevo edificio para el seminario en
Ogbomosho. Sin embargo, el progreso de la Misión sufrió un
golpe rudo debido al colapso económico en Estados Unidos en
Los Bautistas en Africa Occidental 447

1929. Hasta 1934 toda la obra de la Misión estaba en suspenso.


No obstante la merma en los esfuerzos misioneros, las
iglesias bautistas nigerianas seguían su crecimieto rápido. En
1937 la Convención contaba con 211 iglesias con un total de
21.214 miembros. La gran mayoría de tales iglesias eran
yorubas, pero continuaba la expansión en el norte y el este.234
Antes de dejar el período, conviene m encionar la obra de la
Misión Bautista Peregrino, iniciada por Samuel Martín, un
misionero de raza negra de Estados Unidos en 1918. Martín se
radicó en Iselle Uku y colaboraba con la Convención Nigeriana.
Recibía su sostén de la Convención Nacional Bautista de
Estados Unidos (de raza negra). Luego, en 1949, esta obra se
separó de la Convención Nacional. En 1968 contaba con 12.000
miembros. No han crecido porque contaban con la misma
cantidad de miembros en 1982.235

Período de Integración (1939-1950)


Aunque existía en 1939 una buena relación entre la
Convención Nigeriana y la Misión de la FMBSBC, administrati­
vamente no había una integración de las dos entidades. Por
ejemplo, la Misión tenía proyectos unilaterales y viceversa.
Faltaba una cooperación más estrecha. Un proceso de integra­
ción se inició a fines de 1938 cuando Carlos Maddry, secretario
de la Junta de Misiones de la SBC, hizo una gira por Nigeria. Por
un mes, Maddry viajaba por Nigeria, teniendo conferencias con
los pastores nigerianos, los misioneros y los profesores, discu­
tiendo los problemas, desafíos y proyectos de la obra bautista
nacional. Luego, se reunió con la Misión por ocho días para
delinear una nueva política misionera. Resultó ser un punto
significativo en el progreso de la obra bautista.236
En resum en, la Misión decidió integrarse más íntimamente
en la obra de la Convención y entregar la dirección de la obra en
manos nacionales. El Colegio Bautista fue separado del semina­
rio en Ogbomosho y trasladado a Iwo. El seminario fue ubicado
perm anentem ente en Ogbomosho y su cuerpo docente reforza­
do. J. C. Pool fue nombrado director. Se adoptó un plan de
m andar nigerianos a Estados Unidos para estudiar con el fin de
aum entar el núm ero de profesores nacionales. Aún más signifi­
cativo, Maddry recomendó que las juntas directivas de las
instituciones misioneras fueran compuestas de misioneros y
448 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

nacionales, y fueron dados pasos para aum entar la participación


nacional en las reuniones de la Misión. Maddry animó a la
Convención Nacional a ser más agresiva en la promoción de la
evangelización, la mayordomía y la reproducción de nuevas
iglesias para poder lograr la independencia y el sostén propio.237
La cuestión de la poligamia fue encarada. Por muchos años,
los bautistas, incluyendo a W. J. David, Moisés Stone y Mojola
Agbebi, tomaban una posición más bien liberal sobre esta
cuestión.238 Como resultado, había elementos en las iglesias
bautistas practicándola. Sin embargo, después de m ucha con­
sulta entre los misioneros y los nacionales, la Convención tomó
una posición en contra de la práctica y comenzó una purga de
tales elementos. Varias iglesias se retiraron de la Convención a
causa de este cambio. La FMBSBC eligió a Jorge Sadler como
secretario para Africa en 1939. El había servido en Nigeria por
veintisiete años y conocía muy bien la obra. Pudo implementar
la nueva política aun durante los años difíciles de la Segunda
Guerra Mundial.
En 1947 siguió la integración cuando la Misión entregó
todos los colegios y escuelas a la Convención, con la excepción
del seminario en Ogbomosho, que se afilió con el Seminario del
Sur en Louisville, Kentucky con el fin de jerarquizar su nivel
académico. En 1948 se edificó un Edificio Bautista en Ibadan,
donde la Misión y la Convención tienen sus sedes. El crecimien­
to de los bautistas en el norte musulmán ocasionó la ubicación
de misioneros en Jos, Kaduna y Minna, donde hay colegios para
pastores, maestros y evangelistas.
En fin, en 1950, cien años después de los comienzos, había
350 iglesias en la Convención con más de 24.000 miembros.
Casi todas las iglesias auspiciaban escuelas con un total de
23.000 alumnos y 1.000 maestros. Además, la Misión dirigía sus
esfuerzos al entrenamiento del liderazgo nacional y continuaba
auspiciando la obra médica que incluía un hospital, tres clínicas
y once leprosarios.

Período de Nacionalización (1950 hasta hoy)


La integración de la Misión y la Convención en Nigeria
aceleró la creciente nacionaüzación de la obra bautista. Por unos
años después de 1950, misioneros de la FMBSBC continuaban
sirviendo en puestos clave dentro de la Convención.23a No
Los Bautistas en Africa Occidental 449

obstante, la Misión seguía promoviendo el programa de “africa-


nización” de la obra. Esto se vió en la decisión de la Convención
Nacional de recibir fondos del gobierno para las escuelas. La
Misión, aunque no favorecía tal política, dejaba la decisión en
manos de la Convención que votó en favor de las subvenciones.
Tales decisiones de la década de 1950-60 están trayendo
grandes problemas a la Convención en el día de hoy,240 pero
dem uestran su autonomía e independencia.
Con la independencia de Nigeria de Inglaterra en 1960,
vino un nuevo espíritu de avance. La Convención adoptó un
plan de avance misionero en el norte del país con el apoyo de la
Misión. Además, en 1960 la Convención nombró a dos matrimo­
nios como misioneros a Sierra Leona. En 1962 J. T. Ayorinde
fue nombrado secretario ejecutivo de la Convención, reempla­
zando a I. N. Patterson. En 1964 la Convención celebró sus
“Bodas de Oro” con la confirmación de Ayorinde como secretario
ejecutivo. Otros aspectos de la obra, como la revista nacional, las
librerías y la prensa bautista, se entregaron a la dirección de la
Convención. E. A. D ahunsi fue elegido presidente de la Conven­
ción y rápidamente llegó a ser el líder de los bautistas.241
La nacionalización se vio también en 1968 cuando el
gobierno federal se apoderó de todas las escuelas y colegios
bautistas. Por eso, hoy en día, la mayor parte de las instituciones
bautistas, incluyendo algunos de los hospitales, han pasado de la
Convención al gobierno federal. Las instituciones en Kaduna y
Ogbomosho siguen siendo la responsabilidad de la Misión.
Como resultado de esto, la Convención se ha concentrado más
en la evangelización, las misiones y el desarrollo de las iglesias.
La Convención tiene promotores nacionales que se ocupan de la
enseñanza sobre estos propósitos.
En 1967 Nigeria fue sacudida por una cruenta guerra civil.
Biafra, o sea la región oriental, habitada por la tribu ibo, declaró
su independencia y el gobierno federal mandó tropas para
contrarrestar a los rebeldes. Por tres años continuaba la lucha
fratricida. Los bautistas estaban involucrados en la contienda en
los dos lados. Los misioneros tuvieron que huir de la región
oriental y se cerraron los colegios bautistas. El hospital en
Joinkrama, por fin, tuvo que suspender sus ministerios a los
heridos. Sin embargo, el progreso bautista no fue menguado por
la Guerra Civil. En 1970 había 455 iglesias con 75.988 miem­
450 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

bros. Unos 216 misioneros estaban trabajando con 539 pastores


nacionales.
Entre los años 1970 y 1980 ha habido un crecimiento
fenom enal entre los bautistas de Nigeria. Los.miembros se han
cuadruplicado. En 1980 había 1.250 iglesias con más de
300.000 miembros. La gran mayoría de estas iglesias se
sostienen a sí mismas. La Convención ha terminado su Edificio
Bautista en Ibadan y Samuel Akande es el secretario ejecutivo,
habiendo reemplazado a E. A Dahunsi, quien murió en un
trágico accidente en 1979. Akande y Osad Imasogie, director del
Seminario, comparten el liderazgo de la Convención. El creci­
miento rápido ha traído problemas de conservación y adoctrina­
miento. Las iglesias locales necesitan un mejor programa de
enseñanza. Los seminarios están llenos, pero sigue la falta de
obreros. Otro problema es el desafío del Islam, rejuvenecido y
militante, que está penetrando todos los órdenes de la vida en
Nigeria.242 Esto, más la inestabilidad económica y política, hace
difícil la obra de las iglesias locales. De todos modos, la obra
sigue su crecimiento vertiginoso y la población bautista ha
llegado a cerca de 500.000 en Nigeria.243
A pesar de todos los problemas, el potencial de los bautistas
nigerianos es impresionante.244 Si las masas de bautistas agrupa­
dos en las grandes iglesias locales y en las varias convenciones y
asociaciones, pueden ser fieles a los principios bautistas en una
sociedad revolucionaria; y si las misiones foráneas trabajando al
lado de las convenciones y de las iglesias pueden emplear una
estrategia misionera apropiada; entonces, los bautistas podrán
tener una influencia grande en el porvenir de Nigeria. Además,
el futuro de la obra bautista en Africa dependerá en gran parte
de lo que pasa en Nigeria. Los descendientes de T. J. Bowen y
Moisés Ladejo Stone tienen una oportunidad sin paralelo en
Nigeria, si pueden superar sus nacionalismos personales y
concentrarse en el imperialismo de Jesucristo, o sea las cosas del
reino de Dios en la tierra. Los años venideros determinarán su
papel en el desarrollo del cristianismo en Nigeria.245

GHANA
Ghana, anteriormente llamado Costa de Oro, llegó a tener
su independencia en 1957. Por muchos años era una colonia de
Los Bautistas en Africa Occidental 451

Gran Bretaña. Unas cincuenta tribus componen la población de


catorce millones de habitantes, de las cuales la tribu ashanti, de
la zona costera, es la más numerosa. Aunque el inglés es el
idioma oficial, se hablan cinco lenguas entre las tribus. Hay
aproximadamente siete millones de cristianos en Ghana; un
sesenta por ciento protestante y un cuarenta por ciento católico.
Los m usulm anes constituyen otro quince por ciento, principal­
m ente entre los hausa del norte. Por supuesto, la gran mayoría
se adhiere a las religiones tradicionales africanas.246
La fe evangélica fue introducida en la Costa de Oro por
Zinzendorf y sus moravos a fines del siglo XVIII. Sin embargo,
fueron intentos abortivos. La primera obra perm anente fue la de
la Sociedad Misionera Evangélica de Basilea, iniciada en 1828.
A pesar de la m uerte de muchos de sus misioneros, perseveraba
y estableció una iglesia fuerte. Los metodistas, bajo la dirección
de su famoso misionero Tomás Birch Freem an, han hecho una
gran obra entre los ashanti desde 1831.247 Por supuesto, los
anglicanos, por medio de la Sociedad Misionera Eclesial (CMS)
y la Sociedad para la Propagación del Evangelio en Tierras
Foráneas (SPGFP), han figurado en el desarrollo evangélico.248
La historia bautista comienza en 1898 cuando, según K. S.
Latourette, un pastor de raza negra empezó la así llamada
“Iglesia y Misión Bautista” en Ghana.249 No trascendió mucho,250
y, por eso, no se llega a tierra firme en la historia bautista hasta
1918, cuando algunos comerciantes bautistas yorubas de Nige­
ria se radicaron en Ghana y organizaron reuniones bautistas de
habla yoruba. Las iglesias bautistas constituidas por estos
inm igrantes colaboraron con la flamante Convención Bautista
Nigeriana hasta 1964. A partir de 1940 estos bautistas escribie­
ron a Nigeria y a otros países vecinos, pidiendo la ayuda de
pastores y misioneros.251 Así comenzó la obra de la Sociedad
Baptist Mid-Missions (BMM), y la de la Ju n ta de Misiones
Foráneas de los Bautistas del Sur (FMBSBC).
La Sociedad BMM fue pionera entre las misiones bautistas
“independientes”. Comenzada por Guillermo Haas y sostenida
por congregaciones locales de Estados Unidos, se dirigió en
1914 al Alfica de habla francesa. Los Haas se radicaron en
Bambili, Congo, y trabajaron con Ralph Buxton y C. T. Studd,
de la famosa Misión “Corazón de Africa”. Se trasladó a Bangas-
sou en el Congo francés el mismo año. Hizo una obra muy
452 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

buena y volvió a Estados Unidos en 1920, donde organizó una


misión independiente en Columbus, Ohio. La Misión prosperó,
y h a concentrado su obra en Chad y en la República de Africa
Central. Sin embargo, en 1946 sus misioneros respondieron al
pedido de los yoruba en Ghana y establecieron centros por la
costa del país. Tres años después, ampliaron su trabajo y
ubicaron misioneros en el norte.252 No han crecido m ucho
porque entre los años 1970 y 1982 contaban con solamente
quince congregaciones y unos 250 miembros.253
En el mismo año 1946, la Misión de la FMBSBC en Nigeria
envió una comisión a Ghana para investigar las posibilidades de
u n a obra. W. Carson, I. A. Adejumobi y H. R. Littleton pasaron
cinco sem anas en Ghana estudiando la situación. Como resulta­
do de su informe, la Misión y la Convención Bautista de Nigeria
votaron em pezar una obra en Ghana. Los Littleton se ofrecieron
como los primeros misioneros y se radicaron en Kumasi. La
Convención Nigeriana envió a los esposos Idowu también a
Kumasi. Se constituyeron dos congregaciones dentro de un año
y se afiliaron a la Convención Nigeriana. Cuatro familias
misioneras llegaron en la década de 1950. Se fundaron una
escuela secundaria y un instituto bíblico. Un hospital en
Nalerigu comenzó su ministerio en 1957. En 1964, por causa de
problemas políticos, la escuela fue entregada al gobierno y el
Instituto Bíblico se trasladó a Abuakwa cerca de Kumasi.254 Los
misioneros seguían como maestros en las escuelas. Algunas
nuevas iglesias se organizaron cerca del hospital en el norte.
Hasta 1956 los misioneros pertenecían a la Misión de
Nigeria. Anticipando la independencia de Ghana, la Misión
Bautista de Ghana (FMBSBC) se organizó en 1956. La Conven­
ción Bautista de Ghana, que en 1955 contaba con treinta y tres
iglesias y 1.720 miembros, seguía siendo una parte de la
Convención Nigeriana hasta 1964 cuando se independizó.
Hasta 1954 todas las iglesias eran de habla yoruba, pero en
aquel año una iglesia de habla twi se constituyó en Boamang.255
Los bautistas, como todas las denominaciones, sufrieron
durante los últimos días del régimen del presidente Nkrumah,
especialm ente a partir de 1964, cuando hubo un esfuerzo para
deificar a Nkrumah. El golpe de estado del año 1966 depuso a
N krum ah y restauró la libertad. El país volvió a la normalidad en
1969. En 1968 había cuarenta y un misioneros de la FMBSBC
Los Bautistas en Africa Occidental 453

trabajando en Ghana. Se establecieron nuevos centros en Ejura,


sede de la Unión Femenil Bautista de Ghana, en Yendi y en
Accra, la capital. Poco a poco la obra echaba raíces en los
pueblos nativos de Ghana.256 Los bautistas crecieron rápidamen­
te y en 1968 contaban con treinta y seis iglesias con 3.760
miembros.
Sin embargo, en 1969 la obra bautista recibió un golpe rudo
cuando nuevas restricciones obligaron a m uchos de los yoruba a
volver a Nigeria. La Convención Bautista de Ghana ha respondi­
do con un programa enérgico de evangelización y desarrollo de
las iglesias, pero un ochenta por ciento de sus miembros se
trasladaron a Nigeria.257 En 1980 ni la mitad de las pérdidas se
habían recuperado. No obstante, la Convención de Ghana se
lanzó a un nuevo énfasis sobre una evangelización global que
incluye proyectos de agricultura, de radio y televisión, de
alfabetismo y de educación teológica por extensión.258
En Ghana, la Sociedad Misionera Foránea de los Bautistas
Generales con sede en Princeton, Indiana, Estados Unidos,
tiene una pequeña obra entre las tribus twi y ewe. Proporciona
Biblias en los dos idiomas y m antiene varias congregaciones
locales.259
En 1987, la obra bautista en Ghana está creciendo. Barrett
informaba que la Convención Bautista tenía ochenta congrega­
ciones y 2.000 miembros en 1982.260 La Alianza Bautista
Mundial informó en 1986 que la misma Convención contaba
con 137 congregaciones y unos 16.000 miembros.261 La trem en­
da crisis financiera y política de 1980 ha pasado. Debilitó mucho
a los bautistas, y las iglesias y las misiones siguen afrontando el
problema. Debido a la m erm a en el comercio de cocoa, Ghana
sufrió un colapso financiero a principios de esta década, pero
está diversificando su economía para superar el problema. En
1987 había treinta y ocho misioneros foráneos trabajando con
unos sesenta y un pastores nacionales en la creciente obra.262
BENIN
Benín, hasta noviembre de 1975 llamado Dahomey, ha sido
una república independiente desde 1960. Antes era una colonia
de Francia. Aunque el francés es el idioma oficial, se hablan
varios otros idiomas autóctonos. La población de 4.500.000 está
dividida en cuarenta y dos grupos étnicos. Sin embargo, cuatro
454 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

de ellos —fons, adjas, baribas y yoruba— constituyen la mitad


de los habitantes. Es un país muy bien instruido, pero ha sufrido
m uchos altibajos políticos desde que ganó la independencia. En
el día de hoy, está bajo un régimen izquierdista de tendencia
marxista. Islam es muy fuerte en el norte, pero la mayor parte de
las tribus son de las religiones tradicionales. La mayor parte de
los cristianos son católicos, pero los metodistas cuentan con
unos 16.000 miembros. Otros grupos evangélicos, como la
Misión del Interior de Sudan (SIM), las asambleístas y los
bautistas son muy pocos.263
La historia bautista en Benín se encuentra todavía en sus
comienzos. A principios del siglo XX, bautistas yorubas de
Nigeria se radicaron en Benín. Por muchos años realizaban sus
reuniones bautistas en yoruba, pero no organizaron iglesias
oficiales. Apelaron a la Convención Nigeriana y a la FMBSBC a
favor del envío de misioneros. T. J. Bowen, el fundador bautista
en Nigeria, quizás hubiera sido el primer bautista que tuvo un
contacto directo con el pueblo de Benín. Cuando el rey de
Dahomey, y su poderoso ejército de guerreros y amazonas,
atacaron la ciudad de Abeokuta en Nigeria en marzo de 1851,
Bowen ayudó al ejército de la ciudad a preparar su defensa. El
ejército de Dahomey fue derrotado debido a una maniobra de
“pinza” aconsejada por el ex militar-misionero. Bowen relata
cómo miles de los guerreros y amazonas murieron fuera de la
ciudad.264 ¡No soñaba con el hecho de que algún día los
nigerianos bautistas llevaran el evangelio a Dahomey! De todos
modos, los comerciantes yorubas, llamados a veces “los judíos
de Africa”, establecieron las primeras iglesias bautistas en
Benín.
En 1969 la FMBSBC nombró a los esposos Claxon,
misioneros veteranos de Nigeria, para ser los primeros misione­
ros en Benín. Después de un año de estudio del francés, se
radicaron en Benín en 1970. Fueron abiertos centros misioneros
en Cotonou, Abomey y Porto Novo. La primera iglesia bautista
se constituyó en Abomey en 1974. Salas de lectura y oficinas
están habilitadas en Cotonou, donde, por medio de grabaciones
y literatura, se predica el evangelio.
En 1987 había dos asociaciones de iglesias de habla yoruba;
e iglesias de habla francesa en Cotonou, Aboney y Porto Novo.
En total hay veinticuatro iglesias con 1.200 miembros. Aunque
Los Bautistas en Africa Occidental 455
no hay una Convención todavía, las iglesias se reúnen cada
quinto domingo del mes para pasar un día de compañerismo.
Han organizado una Comisión Nacional de Evangelización y
están auspiciando cursos teológicos para preparar obreros, una
gran necesidad, porque hay solamente tres pastores nacionales
y veinticuatro misioneros foráneos. La FMBSBC mantiene una
clínica dental en Bohicon que depende de dentistas voluntarios
de Estados Unidos; en 1987 está comenzando un nuevo
proyecto de agricultura bajo la dirección de un misionero
especialista. La obra bautista en Benín está recién despegando
pero promete mucho, a pesar de las limitaciones del gobierno
marxista.265

TOGO
Togo estuvo bajo el dominio alemán por treinta años, y
luego bajo Inglaterra y Francia por cuarenta y seis años. En
1957 el Togo Británico se unió con la Costa de Oro para formar
la nueva nación de Ghana. El Togo francés llegó a ser autónomo
en 1956 y recibió su independencia en 1960. La población de
3.200.000 se divide en dieciocho grupos étnicos. Sin embargo,
dos tribus —ewes y kabres— constituyen la mitad de los
habitantes. El francés es el idioma oficial, pero sólo un diez por
ciento de la población puede leer. La mayoría de los habitantes
es de las religiones tradicionales africanas, pero hay 400.000
m usulm anes y casi un millón de cristianos, y unos 900.000 de
ellos son católicorromanos.266
Temprano en el siglo XX comerciantes yorubas empezaron
reuniones bautistas en Togo. Respondiendo a los pedidos de
estos creyentes, un pastor nigeriano, J. O. Owolabi, llegó a ser
pastor de la congregación bautista en las afueras de Lomé en
1959. Desde 1950 las iglesias yorubas tenían una asociación.267
Un año antes, un misionero de la FMBSBC en Ghana, Clayton
Bond, visitó Togo y encontró seis iglesias bautistas yorubas. En
agosto de 1959 él organizó la Primera iglesia Bautista en Lomé,
que se hizo miembro de la Convención Bautista de Ghana. Bond
seguía visitando Togo y encontró otros grupos bautistas, uno
entre las tribus indígenas. Bond se trasladó a Togo en 1964
después de haber estudiado francés. Mientras tanto, las dos
iglesias en Lomé sufrieron divisiones, y Bond y Owolabi
tuvieron que reorganizarlas. Consiguieron un terreno muy
456 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS
hermoso en el corazón de la ciudad y, con la ayuda de FMBSBC,
levantaron un nuevo templo. Se realizaban cultos en yoruba y
francés.268
E n 1959 la Sociedad Misionera de los Bautistas Generales
de Estados Unidos inició una obra en Togo. Fundaron una
escuela, pero tuvieron que cerrarla muy pronto por falta de
fondos.269
En 1967 llegaron los esposos Bullington de la FMBSBC y
supervisaron la fundación de un Centro Bautista en Lomé.
Pudieron organizar una iglesia de habla francesa en 1968. El
año siguiente, Bullington y Morris Pruitt, un nuevo misionero,
com enzaron un instituto para futuros pastores. La Asociación
Bautista de Togo se constituyó en 1967. El Instituto ha crecido y
ahora recibe estudiantes de otros países de habla francesa. Un
Centro Estudiantil en Lomé está atrayendo a muchos jóvenes
por medio de audiovisuales. En 1979 las iglesias yorubas y ewes
se reunieron para formar una nueva Asociación. Además de las
obras en Lomé, hay una obra agrícola en Sokodé y un centro de
alfabetismo en Atakpamé. La Convención Bautista de Togo se
organizó en 1988 y ha podido coordinar toda la obra bautista.
Esta Convención, colaborando con la Convención Bautista
Estatal de Carolina del Norte en Estados Unidos, ha realizado
un proyecto social en Morétan que ha contribuido al progreso
del país.270 Además, hay un programa agresivo de educación
teológica por extensión.
El crecimiento de los bautistas en Togo ha sido grande. En
1988 realizaron una campaña nacional de evangelización que
dio grandes resultados. En 1988 había cuarenta y un iglesias
cooperando con la Convención, con un total de 7.500 miem­
bros.271 En 1982 Barrett calculaba que había sólo 1.500 miem­
bros. Togo promete ser una fuerza grande en la historia bautista
contemporánea.

COSTA DE MARFIL
Costa de Marfil llegó a ser una colonia francesa en 1893. En
1958 se convirtió en una república autónoma y en 1960 logró la
independencia. Bajo la dirección de un presidente sabio, Houp-
houet-Boingny, la nueva nación experimentó un desarrollo
económico fenomenal y una estabilidad política formidable. La
población de diez millones es religiosamente pluralista. Dos
Los Bautistas en Africa Occidental 457

tercios de los habitantes son de las religiones tradicionales; un


veinticinco por ciento es musulm án; y se calcula que hay un
millón de católicorromanos y unos 250.000 protestantes.272 El
crecimiento más dramático entre los evangélicos fue el movi­
miento iniciado por el carismático profeta Harris a partir de
1913. La predicación de Harris fue el comienzo de una gran
denominación autóctona relacionada con los metodistas.273
Los primeros bautistas en Costa de Marfil fueron comer­
ciantes yorubas de Nigeria, quienes formaron dos iglesias y una
escuela primaria en Abidjan en la década de 1950. Estas iglesias
ya estaban funcionando cuando llegaron los primeros misione­
ros. No recibían ayuda alguna de afuera.
Edificando sobre esta base, tres entidades misioneras han
podido consolidar la obra bautista en Costa de Marfil, a saber: los
bautistas conservadores, los bautistas del Ubre albedrío y los
bautistas del sur, todos de Estados Unidos. Los conservadores
enviaron a sus primeros misioneros en 1947. Fueron a la zona
noroeste del país. En 1961 unos diecisiete misioneros del Congo
se trasladaron a Costa de Marfil. Trabajan entre la tribu Senufo
y en 1987 tenían cincuenta y dos congregaciones y unos 700
miembros. Auspician “institutos móviles” para capacitar a sus
obreros y tienen una obra médica muy eficaz.274
Los bautistas del libre albedrío inauguraron su obra en
Costa de Marfil en 1957 cuando llegaron los esposos Sparks. En
1970 tenían veintidós misioneros y siete obreros nacionales
sirviendo a 525 creyentes. Se han destacado en la traducción de
la Biblia a los idiomas autóctonos.275
En 1966 los esposos Mills, misioneros veteranos de Nigeria,
llegaron a Abidjan para iniciar la obra de la FMBSBC en Costa
de Marfil. Mills había hecho contacto con las iglesias yorubas en
1962. Quedó impresionado de las posibilidades y se ofreció como
el prim er misionero. Debido a un ataque de corazón, y un año de
estudios lingüísticos en Francia, los Mills no llegaron hasta
1966. Las iglesias yorubas les dieron la bienvenida, pero Mills
declaró su intención de em pezar una obra bautista en francés, o
en los idiomas de las tribus.276 Otros misioneros llegaron en 1967
y trabajaron en francés y yoruba como puntos de partida para
alcanzar a las tribus autóctonas. Seis nuevas iglesias surgieron
en Abidjan. Un misionero dentista llegó en 1977 y estableció
una clínica en Bouaké. Un Centro de Comunicaciones para todo
458 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

el Africa de habla francesa tiene su sede en Abidjan y otro


program a de educación teológica por extensión está capacitando
a los obreros nacionales. Los esposos Robertson, misioneros
músicos, están conduciendo un proyecto para fomentar una
m úsica cristiana autóctona.
En 1984 los bautistas formaron la Asociación de Iglesias
Bautistas de Costa de Marfil y nombraron a un misionero
doméstico. La Asociación en 1987 contaba con setenta y siete
iglesias y 8.000 miembros. Hay unos cuarenta y cuatro misione­
ros y noventa y un pastores nacionales. Las obras de las otras
entidades bautistas están creciendo proporcionalmente.277 Un
centro de estudiantes universitarios, abierto en 1986, contaba
con 160 discípulos.279 Si el pueblo bautista puede superar ciertos
conflictos internos de orden doctrinal, debe crecer rápidamente
en los próximos años.279

NIGER
La República de Niger, por muchos años una colonia de
Francia, tiene una población de 7.000.000. La gran mayoría de
los habitantes es m usulm ana de la tribu hausa. Algunas otras
tribus han mantenido sus religiones tradicionales. Los cristianos
son muy pocos, aproximadamente 20.000 en 1982.280 La Misión
Interior del Sudan (SIM) ha trabajado en Niger desde 1924 y
tiene una obra evangélica integral. En 1968 tenía doce iglesias
con una comunidad de 432;28' en 1982 contaban con ochenta
congregaciones y 2.000 miembros.282 Merecen el elogio evangé­
lico porque han crecido en medio de m uchas dificultades.
La presencia bautista en Niger se ve en la obra de la Misión
Evangélica Bautista, una sociedad misionera con sede en Nueva
Jersey, Estados Unidos, que se dedica a la evangelización de
países de habla francesa.283 Comenzó su misión en Niger en
1929 bajo la dirección de su misionero veterano, José McCaba.
Con Niamey, la capital, como su sede en Niger, la Misión
Evangélica empleaba cuarenta misioneros en siete centros en
1952, pero en el día de hoy tiene catorce misioneros.284 Por
medio de una avioneta, la misión evangeliza, auspicia escuelas,
librerías y un instituto bíblico. Varios de los misioneros han
traducido la Biblia al idioma djerma para alcanzar a otras tribus.
En 1987 contaban con cinco congregaciones con 200 miem­
bros. El crecimiento es muy lento.
Los Bautistas en Africa Occidental 459

Siendo que la mayor parte de los creyentes bautistas son


yorubas, la FMBSBC envió un misionero a Niger en 1973.
Había un ham bre en el país en aquel entonces y el misionero
coordinó un programa de ayuda y de alimentación. Al terminar
el hambre, la misión comenzó a evangelizar y enseñar. Inició
unos proyectos para m ejorar la agricultura del país. Como
resultado, en 1987 había cuatro congregaciones y setenta y
cinco miembros. Los seis misioneros están dando m ucho énfasis
a la educación teológica por extensión para preparar a futuros
obreros.285 Es temprano opinar sobre el porvenir de la obra
bautista en Niger. U na “cabeza de playa” está ubicada pero la
situación precaria del país ha prohibido el crecimiento hasta
ahora.

BURKINA FASO
Burkina Faso, por muchos años llamado Volta Superior,
estaba bajo el dominio francés desde 1896 hasta 1960, cuando
recibió su inde pendencia. Pronto cayó bajo el reinado de una
ju n ta militar. El francés es el idioma oficial, pero se hablan
m uchas lenguas entre la población de 7.300.000 habitantes. La
mayor parte de ellos es de las religiones tradicionales, pero el
Islam cuenta con un veinte por ciento de la población. La
comunidad crie tiana pequeña es principalmente católica.286
En la décíd a de 1950, se constituyó una iglesia bautista
yoruba en Ouagadougou y se puso en contacto con los bautistas
en Ghana. Respondiendo a los pedidos de estos yorubas,
llegaron misioneros de la FMBSBC en 1971. Iniciaron un curso
bíblico por correspondencia en francés con el fin de alcanzar a
estudiantes secundarios y universitarios. Un Centro Bautista
Estudiantil se fundó en el centro de Ouagadougou y un Centro
Rural Bautista je inauguró en Koudougou en 1977 con el fin de
ayudar a la población a tener agua y comestibles. El Centro
enseña a los obreros cristianos a sostenerse m ientras llevan a
cabo la evangelización.
En 1977 cincuenta bautistas de doce iglesias se reunieron
en Ouagadougou para organizar la Convención Bautista Nacio­
nal. La obra bautista está creciendo rápidamente y se está
extendiendo a todas partes del país. Los misioneros Coad
m erecen una mención por ser tan creativos en las estrategias
misioneras empleadas. La buena metodología y la respuesta
460 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

positiva del pueblo a la predicación del evangelio, bien podrían


producir un movimiento en masa hacia el cristianismo en
Burkina Faso. Las sesenta y un congregaciones bautistas con
casi 6.000 miembros se encuentran en la vanguardia de este
avance.287

MALI
T. J. Bowen, el pionero bautista en Nigeria, soñaba con
llegar a lo que se llamaba en su día, el Soudan. Bowen había
estudiado acerca de la civilización superior que resultó del
reinado de Malinke y Songhai que estaba en su apogeo entre los
siglos XII y XVI.288 Sin embargo, Bowen y los bautistas nigeria-
nos tuvieron que contentarse con Nigeria, debido a la oposición
m usulm ana que era una barrera en su avance al norte.
Hoy en día el territorio del antiguo Soudan, con sus famosas
ciudades de Timbuktu y Gao, es la República de Mali. Se retiró
de la comunidad francesa en 1960 y se declaró independiente.289
La población de 8.500.000 es mayormente pagana, con una
tercera parte musulmana. El cristianismo no ha prosperado en
Mali. Algunas sociedades misioneras, como la Alianza Cristiana
y Misionera, auspician colegios y escuelas, pero sus iglesias no
han crecido mucho.
Los bautistas llegaron a Mali por medio de la Misión
Evangélica Bautista, la misma Misión que trabaja en Niger, en
1951. Los misioneros se establecieron en Gao en 1951 y en
Tim buktu en 1952. Inauguraron librerías en las ciudades y
m antienen “un barco evangelístico” que viaja por los caudales
del río Niger repartiendo literatura y predicando en los pueblos.
Tiene clínicas médicas y dentales. Su fin es desarrollar congre­
gaciones que pueden sostenerse y extenderse.290 En 1982 había
dos congregaciones con cincuenta miembros.291
Además de esta obra, los bautistas conservadores de Esta­
dos Unidos empezaron una obra misionera en Mali en 1964 en
cooperación con las iglesias evangélicas. En 1968 contaban con
unos ochenta miembros en sus puntos de predicación.292
En 1982, como resultado de un análisis de su Junta, la
FMBSBC estaba estudiando la posibilidad de abrir una obra en
Mali. Un laico bautista se hizo amigo del embajador de Mali en
Estados Unidos y le habló de la obra de la Junta de Misiones.
Cuando este embajador volvió a Mali, se enteró de la obra social
Los Bautistas en Africa Occidental 461

hecha en Burkina Faso por la FMBSBC. Le escribió una carta a


la FMBSBC invitando misioneros a Mali. En septiembre de
1983, los misioneros Coad, obreros excelentes en Burkina Faso,
se trasladaron a Mali. Han trabajado principalmente en Bamako
y Kenieba en tres idiomas. Mientras desarrollan obras sociales,
los diecinueve misioneros van testificando y tratando de estable­
cer iglesias. Desean cooperar con otras misiones no bautistas en
un vasto programa de literatura cristiana y estudios bíblicos.
Será interesante ver el progreso de la obra en Mali. Un pequeño
pueblo bautista está en formación.293

SENEGAL
Senegal es el país más occidental del continente africano.
Llegó a ser una república independiente en 1958. La mayor
parte de la población de siete millones es musulm ana. Varias
sociedades evangélicas de Francia y de Estados Unidos tienen
pequeñas obras en el país.
La historia bautista comenzó en 1961 cuando algunos
misioneros de los bautistas conservadores de Estados Unidos
tuvieron que huir del Congo y se radicaron en Senegal. Se
establecieron en Thies, una ciudad costera. Quedaron sorpren­
didos por la reacción positiva del pueblo m usulmán. Sin
embargo, por razones de salud, la mayor parte de los misioneros
se habían retirado del país en 1970. Sus librerías y casas de
publicaciones se cerraron.294 En 1982 quedaron dos congrega­
ciones con 100 miembros.295
Unos años antes de 1959, Baker Cauthen y Cornell Goemer
de la FMBSBC pasaron por Dakar y se dieron cuenta de que la
gran ciudad tenía una sola congregación evangélica. Volvieron a
Estados Unidos con planes de enviar misioneros a Senegal. Sin
embargo, no encontraron a nadie capacitado para la obra hasta
1968. Los esposos Runyan, veteranos misioneros de la FMBSBC
en Nigeria, se ofrecieron para ser los pioneros. Se radicaron en
Dakar después de un año aprendiendo el francés.296 Comenza­
ron cultos en inglés y francés y establecieron un Centro
Bautista. Otro Centro se abrió en Dakar en 1974. Estos Centros
ofrecen clases de inglés, estudios bíblicos y trabajos manuales
para niños. Con la llegada de otros misioneros, otro Centro fue
abierto en Pikine. Una cam paña de evangelización se realizó en
1978 con pocos resultados. En 1981 había tres matrimonios
462 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS
misioneros trabajando en los Centros con un grupo pequeño de
creyentes. El crecimiento ha sido muy lento y en 1980 había
u n a sola iglesia de habla inglesa.297
En 1982 el gobierno de Senegal reconoció a la obra bautista
y le dio oportunidad de construir centros y otros edificios para
hacer obra social. En 1987 todavía no había iglesias entre el
pueblo; solamente tres de habla inglesa y francesa en la capital.
Pequeñas obras en los pueblos no han dado muchos resultados.
En 1987 había un total de tres iglesias con 250 miembros. Es
prem aturo predecir el futuro de la historia bautista en Sene-
gal.298

GUINEA
De las doce colonias francesas que recibieron su indepen­
dencia en 1958, Guinea fue la única que votó en contra de la
comunidad francesa. Como resultado, el presidente DeGaulle
castigó a Guinea por retirar de repente toda la administración
francesa. Los otros poderes occidentales, como Estados Unidos,
por respeto a DeGaulle, no reconocieron la nueva república. La
Unión Soviética aprovechó la oportunidad y acudió en ayuda de
Guinea. Por eso, su política tiende hacia la izquierda marxista.
La población es setenta por ciento m usulm ana y la mayor parte
de los otros son paganos. La Alianza Cristiana y Misionera ha
tenido una obra evangélica en Guinea desde 1918.299
En 1959, Baker C authen y Cornell Goerner, ejecutivos de la
FMBSBC, pasaron por Conakry, Guinea, para pedir permiso de
m andar misioneros a Guinea. Después de entrevistarse con
oficiales, recibieron permiso para ubicar provisoriamente a un
matrimonio. Los esposos Poe de Ghana se trasladaron a Cona­
kry, pero después de seis meses, no pudieron renovar su visa
perm anente. Los esposos High, quienes sabían francés mejor
que los Poe y tenían años de experiencia en Nigeria, consiguie­
ron una visa provisoria en 1960 y se radicaron en Conakry.
Antes de vencerse la visa, los High, con Cauthen y Goerner,
lograron una entrevista con el presidente Sekou Touré. Touré
escuchó cortésm ente sus pedidos, pero después de unos días los
denegó.300 Por eso, hasta el día de hoy los bautistas no han
podido entrar. En 1967 el presidente Touré declaró la “aftlcani-
zación” de todas las iglesias y expulsó a los misioneros foráneos.
Solamente la Alianza, después de un pleito muy largo, pudo
Lo« Bautistas en Africa Occidental 463

quedarse con una obra limitada. Sin embargo, como resultado


de esto, la obra evangélica en Guinea se ha avivado.301 No
obstante, la historia bautista en Guinea ha sido postergada por el
momento.

Conclusión
Con la excepción de una pequeña obra bautista en las Islas
de Cabo Verde, auspiciada por la Asociación de Bautistas
Norteamericanos (BMA) con sede en Little Rock, Arkansas,
Estados U nidos;302 y una nueva obra de la FMBSBC en
Gambia,303 esto completa el estudio breve de los bautistas en
Africa Occidental. Con la excepción de Sierra Leona, Liberia y
Nigeria, las obras bautistas en esta zona son relativamente
nuevas; y prometen asum ir más importancia en la historia
bautista del futuro. Africa Occidental tiene su propia indiosin-
crasia que dificulta la obra de misioneros foráneos.304 Sin
embargo, muchos misioneros abnegados están realizando gran­
des obras. En cambio, el futuro del pueblo bautista en Africa
Occidental dependerá, no tanto de los misioneros, sino de los
nacionales y de misiones de otros países del Tercer Mundo. La
devolución del liderazgo de los misioneros a los nacionales
determ inará el papel de los bautistas en la gran explosión
cristiana en Africa Occidental.
C apítulo III
LOS BAUTISTAS EN AFRICA CENTRAL
GUINEA ECUATORIAL
La historia bautista en Africa Central comenzó en lo que
hoy es la república más pequeña de toda la región, Guinea
Ecuatorial. Aunque el comienzo fue muy modesto, la fe bautista
paulatinam ente se ha extendido a todos los países de esta
enorm e región, con la excepción de Gabón.
Guinea Ecuatorial es una república muy pequeña com­
puesta de dos provincias, Río Muñí y Fernando Po. Río Muni,
u n territorio tropical, queda entre Cam erún y Gabón en la costa
occidental del continente. Tres islas pequeñas pertenecen
tam bién a esta provincia. Fem ando Po, la otra provincia, es una
isla que queda en el golfo de Guinea a unos 160 kilómetros de
Río Muni. La ciudad principal de Río Muni es Bata, pero la
capital, Malabo, queda en Fernando Po. La población de Río
M uni se compone principalmente de la tribu fang; la de
Fernando Po de la tribu bubi y los femandinos, descendientes
de los ex esclavos rescatados por los ingleses a lo largo de las
costas de Africa, o liberados por Gran Bretaña en Jam aica.305
La república tiene una historia cosmopolita y fascinante.
Descubierta por los portugueses, cayó en manos de España en
1778; los españoles agregaron Río Muni a su colonia en 1885.
Los ingleses se apoderaron de la isla Fernando Po en 1820 y
fundaron la ciudad de Malabo (llamado por ellos Puerto Claren-
ce y por los españoles Santa Isabel). Fernando Po estaba bajo
los británicos hasta 1846, cuando los españoles lo ocuparon otra
vez. Desde 1846 hasta 1963 era una colonia de España. España
concedió la independencia en 1968. Sin embargo, un gobierno
militar, bajo el dictador Macías Nguema, inició un reinado de
terror que diezmó la población y dejó al país en la miseria. Todos

464
Los Bautistas en Africa Central 465

los disidentes fueron cruelm ente torturados y ejecutados. Miles


de personas m urieron asesinadas. Algunos fueron crucificados
como una burla de la religión. En 1979 otro golpe militar derrocó
a Macías, lo ejecutó y estableció un nuevo régimen que está
tratando de guiar al país hacia la recuperación. El presidente
Obiang está tratando de establecer el orden y u n gobierno
representativo. La Unión Soviética y la República Popular de
China, reconociendo la ubicación estratégica del país, están
ofreciendo ayuda técnica y material, juntam ente con su propa­
ganda marxista. Sin embargo, el régimen nuevo prefiere la
democracia cristiana y está luchando para establecerla.306
Siendo una colonia española por tantos años, la Iglesia
Católica Romana reclama a la gran mayoría de la población de
300.000. U na comunidad protestante, mayormente de la tradi­
ción reformada y presbiteriana, cuenta con aproximadamente
9.000 creyentes. Sin embargo, la época de Macías prácticamen­
te eliminó la influencia de estos evangélicos de Río Muñí. Los
metodistas eran la denominación protestante más grande en
Fernando Po.
Por extraño que parezca, la historia bautista en Guinea
Ecuatorial comenzó en Jamaica. Cuando nació la Sociedad
M isionera Bautista (BMS) de Inglaterra por medio de la
inspiración de Guillermo Carey, uno de sus primeros campos
misioneros era Jamaica. Comenzaron una obra allá en 1814. El
misionero más destacado de ellos fue Guillermo Knibb, famoso
por su papel en la abolición de la esclavitud.307 Después de la
emancipación en 1833, la obra bautista en Jamaica estaba en
pleno desarrollo. Por medio de Knibb y los otros misioneros,
m uchos ex esclavos se interesaron en la evangelización de
Africa. Em pezaron reuniones de oración a favor de sus herm a­
nos en Africa. Muchos se ofrecieron como misioneros. La BMS,
bajo la presión de Knibb, decidió abrir una obra en la costa
occidental de Africa. Enviaron a Juan Clarke y G. K. Prince de
Jam aica a Fem ando Po para investigar las posibilidades. Llega­
ron a Po, considerada la puerta al Africa Occidental, en enero de
1841. Clarke y Prince trabajaron y pudieron reunir una iglesia
de 300 miembros en menos de catorce meses. Por supuesto,
partieron para Inglaterra muy animados para informar a la
Sociedad. Debido a una tempestad, el barco se desvió y, después
de dos meses, llegaron a Guayana Británica en América del Sur.
466 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Procedieron directam ente a Jamaica donde informaron sobre


sus actividades. Luego, fueron a Inglaterra con dos misioneros
voluntarios, José Merrick y Alejandro Fuller. Mientras tanto, la
BMS había decidido abrir una obra y había nombrado a Tomás
Sturgeon como misionero al Africa. Prince, Merrick y Fuller
partieron para Fem ando Po. Clarke y Alfredo Saker, un nuevo
misionero, fueron a Jamaica para reclutar a más voluntarios.
Dentro de dos meses, pudieron partir para la isla con treinta y
nueve evangelistas, maestros y colonos sostenidos por los
bautistas de Jamaica.
La BMS, estudiando cómo llegar al continente de Africa,
pensaba que Fernando Po podría ser una puerta de entrada.
Q uería establecer una colonia entre los isleños como un centro
misionero para toda la costa occidental de Africa.308 Sin embargo,
el esfuerzo fue abortivo. Los jamaicanos no se adaptaron al
clima; los mismos misioneros se concentraron más en el
C am erún; una epidemia de paludismo diezmó la colonia; y para
colmo, en 1846, los españoles tomaron Fernando Po otra vez, y
expulsaron a los misioneros protestantes. Puerto Clarence
(Malabo hoy en día) cambió de nombre; llegó a ser Santa Isabel
y se volvió católica. Los colonos bautistas lograron quedarse
hasta 1858 cuando fueron expulsados definitivamente por los
españoles. Los misioneros de la BMS, o volvieron a Jamaica, o se
trasladaron al Camerún, donde empezaron una obra definiti­
va.309 Así, terminó el testimonio bautista en Guinea Ecuatorial.
Sólo Fem ando Po fue tocado. Muy pocos contactos fueron
hechos en Río Muni. Con la excepción de unos contactos con
bautistas de Jamaica, la obra misionera bautista se ausentó de
Guinea Ecuatorial por más de un siglo.310
En 1980, por medio de la iniciativa de la Iglesia Evangélica
Bautista de Las Palmas, Gran Canaria, España, los bautistas de
España se interesaron en la evangelización de Guinea Ecuato­
rial. El pastor de la iglesia, Eutimio Herreros, bajo los auspicios
de la misma iglesia y del nuevo gobierno de Guinea Ecuatorial; y
con la aprobación de la Convención Bautista Española, viajó a
Malabo para entregar comestibles y ropa destinados para los
damnificados y hambrientos de Río Muni. Unos meses antes, el
misionero de la FMBSBC en las Islas Canarias, Carlos Whitten,
y Juan Mills de la FMBSBC, pasaron por Malabo y hablaron con
unos oficiales del gobierno. Expresaron que la FMBSBC tenía
Los Bautistas en Africa Central 467

interés en apoyar la iniciativa española. El gobierno respondió


positivamente.
Mientras tanto, Herreros, después de visitar Río Muni,
donde encontró a un pueblo interesado en el evangelio y a un
grupo de obreros nigerianos bautistas ya reunido, regresó a
Malabo donde se entrevistó personalmente con el presidente
Obiang. Obiang lo recibió bien y le expresó su deseo de ver una
misión bautista en Guinea Ecuatorial. Aun ofreció el apoyo del
gobierno. Herreros volvió a Las Palmas y, un mes después,
habló en la asamblea de la Convención Bautista Española,
realizada en Denia, España, sobre la posibilidad de abrir una
obra en Guinea. La Asamblea de la Convención respondió
entusiastam ente y levantó una ofrenda espontánea de 1.500
dólares. Además, destinó su Ofrenda Misionera Nacional del
año 1980 al proyecto en Guinea Ecuatorial, con el fin de enviar
allá un misionero. Herreros hizo una gira por España, presen­
tando el asunto en las iglesias locales. Todo resultó en una gran
ofrenda que garantizó el sostén de un matrimonio misionero
español.3"
Al mismo tiempo, la FMBSBC, en consulta con los españo­
les, nombró a un matrimonio misionero para Guinea Ecuatorial
en 1981. Mientras tanto, Herreros había hablado con un
misionero bautista de Brasil trabajando en España, quien se
puso en contacto con la Convención Bautista de Brasil. Como
resultado, la Junta de Misiones Foráneas de Brasil está investi­
gando la posibilidad de enviar misioneros a Guinea Ecuatorial.312
En lo que podría ser algo histórico, había la buena posibili­
dad en 1981 de ver una misión bautista internacional en Guinea
Ecuatorial.313 En 1987 el sueño está medio realizado. Varios
matrimonios de la FMBSBC están ubicados en Malabo; los
españoles enviaron un misionero que no quedó m ucho tiempo,
pero siguen buscando a otro; los brasileños no han mandado a
nadie, pero están considerando la posibilidad; y los obreros
nigerianos realizan reuniones en Bata bajo la dirección de
laicos. Entonces, el antiguo campo misionero bautista en
Fermando Po, ahora una república liberado de la opresión
política y el dominio católico, bien podría llegar a ser un centro
bautista cosmopolita. Por supuesto, hasta ahora es una conjetu­
ra, pero para la historia bautista sum am ente interesante. Los
diez misioneros recién llegados informan que hay una congre­
468 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

gación en Malabo de unos diecinueve creyentes. Además, dos


matrimonios están radicándose en Bata, realizando escuelas
dominicales y proyectos de agricultura. En otras palabras, la
historia bautista está resucitando en aquel lugar tan estratégi­
co.314

CAMERUN
Bajo el dominio alemán desde 1884 hasta 1916, Cam erún
fue dividido entre Francia e Inglaterra después de la Primera
Guerra Mundial. Inglaterra tenía un territorio pequeño en el
oeste; Francia tenía el territorio grande en el este. Por eso, los
dos idiomas se hablan en Camerún en el día de hoy, más un
sinnúm ero de idiomas autóctonos. La mitad de la población de
más de siete millones es de las religiones tradicionales, pero hay
m uchos m usulm anes en el norte y muchos cristianos en el sur.
Los bautistas tienen el honor de haber sido los primeros que
intentaron establecer el cristianismo en Camerún. Como ya se
dijo, la Sociedad Misionera Bautista de Inglaterra (BMS),
siguiendo su política misionera de usar Fernando Po como
puente al continente, en 1845 entraron al mismo por medio
de visitas ocasionales de exploración. Merrick, Prince y Clarke,
misioneros de la BMS en Fernando Po, participaron en estos
viajes. Sin embargo, fue Alfredo Saker y José Merrik quienes se
radicaron en 1845 sobre la costa africana, a los pies de las
hermosas montañas de Camerún. Saker desarrolló una obra
múltiple y eficaz hasta 1876. Otros compañeros suyos llegaron a
Cam erún en 1858 cuando los españoles expulsaron a los
misioneros de Fernando Po. Saker y su compañía, afrontando
las pruebas y las fiebres, más la hostilidad de los indígenas,
tuvieron éxito en plantar las semillas del evangelio.315 Fundaron
iglesias locales, establecieron la ciudad de Victoria en 1858,
promovieron la libertad religiosa, tradujeron la Biblia a las
lenguas francas y evangelizaron a centenares. El famoso Jorge
Grenfell, luego el pionero del Congo, sirvió por un tiempo en
Cam erún a partir de 1875.316 David Livingston, comentando
sobre la obra de Saker dijo: “Según mi juicio, esa obra fue la más
eficaz en toda la costa de Africa”.317
En 1887, cuando toda esta región cayó bajo el dominio
alemán, la obra de los bautistas de la BMS se encontró en una
encrucijada. A pesar de los esfuerzos de los bautistas ingleses
Los Bautistas en Africa Central 469

—varios fueron acusados de ser espías— la presión alem ana les


obligó a entregar su obra a la Misión Basel de Alemania.
Formalmente, esto se hizo, pero los miembros de las iglesias
jam ás estaban conformes.
Aunque la obra de la Misión de Basel prosperaba en
Cam erún, los bautistas no podían aguantar la eclesiología
centralizada de la Misión de Basel. Por eso, se contentaron
cuando los bautistas de Alemania mandaron a sus primeros
misioneros para trabajar con ellos. En 1891, Augusto Steffens,
un americano bajo los auspicios de los bautistas alemanes, inició
sus labores. Por cuarenta y seis años estos misioneros alemanes,
y americanos de descendencia alemana, desarrollaron una labor
abnegada, varios de ellos pagando el precio supremo. Por
ejemplo, los primeros tres matrimonios —los Steffens, Enns y
Wedel— todos murieron pronto, con la excepción de la esposa
de Wedel. Combatiendo las fiebres y superando los problemas
de la Primera Guerra Mundial, misioneros como Cari Bender
edificaron templos, educaron a los líderes nacionales y predica­
ron el evangelio a centenares.318
En 1936, cuando la obra de los bautistas de Alemania
estaba por cerrarse, la Convención Bautista Alemana en Estados
Unidos, llamada Junta Norteamericana de Misiones, asumió la
responsabilidad por la obra. Bajo la enérgica dirección de Pablo
Gebauer, y gozando del amplio sostén de las iglesias bautistas de
habla alemana en Estados Unidos, la obra experimentó un
avivamiento. En 1957 informaron que tenían cuarenta misione­
ros, 250 congregaciones locales, un instituto bíblico en Ndu, un
Centro de Capacitación para maestros en Soppe y un hospital en
Banso. En aquel entonces, estaban bautizando un promedio de
2.500 personas por año.319
En 1954 la flamante Sociedad Bautista Europea de Misio­
nes, compuesta de bautistas de Finlandia, Bélgica, Francia,
España, Suiza, Italia, Austria, Holanda, Yugoslavia y Alemania,
comenzó su obra en Cam erún.320 Tienen dos campos de labor:
en el sur, misioneros de Finlandia, Francia y Alemania trabajan
en el desarrollo de las iglesias bautistas independientes.321 En
1968 informaron que tenían 165 congregaciones con 16.000
miembros; en el norte, misioneros de Holanda, Francia y
Alemania tienen una obra pionera de evangelización y enseñan­
za. Estas iglesias tenían en aquel entonces su propia “sociedad”
470 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

con cincuenta y cuatro puntos de predicación y 200 miembros.


En 1987 la cantidad de miembros de estas obras ha disminuido
debido a cismas que han multiplicado el número de entidades
bautistas en Cam erún.322
En 1987 la obra bautista en Camerún sigue creciendo. Las
iglesias están unidas en dos entidades principales, la Conven­
ción mencionada arriba (con 493 congregaciones y 38.528
miembros) y la Unión de Iglesias Bautistas (con 170 congrega­
ciones y 43.000 miembros). Muchas de estas iglesias se llaman
“iglesias nativas” y son independientes de las misiones. Se nota
que las iglesias bautistas están madurando y prometen mucho
para la historia del creciente cristianismo en Africa.323

ZAIRE
Anteriormente conocido como el Congo Belga, Zaire logró
la independencia en 1960. En contraste con Inglaterra y
Francia, Bélgica no había preparado su colonia para la indepen­
dencia. Debido a la falta de profesionales en todos los sectores de
la sociedad, pronto hubo un colapso de orden y la anarquía
reinaba por un tiempo. Una sangrienta guerra civil, complicada
por la intriga política de los grandes poderes involucrados,
produjo un período de crueles matanzas y otras barbaridades.
Después de doce años de turbulencia, en los cuales había
m ucho desorden, frecuentes asesinatos y grandes sufrimientos
del pueblo, en 1972 el presidente Mobutu Sese Seko estableció
una semblanza de orden forzado.324
La población de cerca de 28.000.000 está dividida religiosa­
mente. La mayoría sigue las religiones tradicionales africanas y
la Iglesia Católica Romana reclama más o menos la mitad (casi
14.000. 000 en 1982). Ha habido un avivamiento del catoücismo
desde el Concilio Vaticano II. Los protestantes cuentan con
8.000. 000. Sin embargo, muchos de estos católicos y protestan­
tes siguen practicando vestigios de las religiones tradicionales.
Hay cerca de 300.000 musulmanes. Es muy difícil aislar a los
verdaderos bautistas, en 1982 divididos en nueve entidades
generales.325
Los bautistas han jugado un papel muy importante en el
desarrollo del cristianismo en Zaire. En 1878, la BMS, ju n ta­
m ente con la Misión Interior Livingstoniana,326 intentaron
fundar una obra bautista. Los pioneros de esta misión afronta­
Los Bautistas en Africa Central 471

ron m uchas dificultades —geográficas, lingüísticas, físicas—


pero perseveraban, a pesar de la m uerte del veinticinco por
ciento de los primeros misioneros. Establecieron varias estacio­
nes fructíferas cerca de Kinshasa.
Esta iniciativa de los bautistas ingleses fue inspirada por el
excéntrico millonario Roberto Arthington (1823-1900), oriundo
de Leeds y de la tradición cuáquera. Arthington, heredero de
u na gran fortuna, vivía ascéticamente y dedicó todas sus
entradas a la em presa misionera.327 En 1877 ofreció a la BMS
1.000 libras para financiar el comienzo de una misión en el
Congo.328 Dos pequeños vapores portátiles fueron proporciona­
dos por él, y los veteranos misioneros Jorge Grenfell y Tomás
Comber iniciaron sus aventuras de exploración y evangelización
con estos equipos.329 Grenfell m erece un lugar de honor,
juntam ente con Livingston y Bowen, entre los exploradores
bautistas en Africa. La intrepidez de ellos es impresionante. En
su pequeño vapor, llamado Peace (Paz), navegaba a lo largo del
río Congo, sobreviviendo los ataques de los indígenas hostiles y
de las fiebres tropicales; delineando los límites entre las colo­
nias; estableciendo estaciones misioneras; y defendiendo los
derechos de las tribus indígenas contra la explotación colonial.330
Su compañero Comber murió de la fiebre en 1887, pero Grenfell
siguió trabajando hasta 1906.
Otro misionero destacado de la BMS fue Holman Bentley,
quien, a partir de 1877, trabajaba como traductor y lingüista. A
partir de 1883, m uchas calamidades cayeron sobre la Misión de
la BMS. Batallas con las tribus hostiles por las orillas del Congo,
más las fiebres, tomaron las vidas de seis misioneros en 1887.
Hubo conflictos también con las tribus indígenas influidas por
los franceses, enemigos en aquel entonces de los ingleses. El
francés DeBrazza trataba con las tribus para contrarrestar la
colonización británica.331
En 1884 otro acontecimiento significativo en la historia
bautista fue la entrega de la Misión Livingstoniana a la Sociedad
Bautista Americana de Misiones Foráneas (ABFMS), la entidad
misionera de los bautistas del norte de Estados Unidos.332 Por
unos años, la ABFMS había estudiado la posibilidad de una obra
en Africa Central. Varios de los misioneros de la Misión
Livingstoniana eran bautistas por convicción profunda. Por eso,
la Misión, antes interdenominacional, entregó todo su personal
472 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

y equipo a los bautistas americanos en 1884.333 Fue una decisión


feliz, porque los bautistas de Inglaterra y de América pudieron
ju n ta r sus recursos en una cooperación estrecha. En 1888 la
ABFMS tenía veintiocho misioneros y unos 250 creyentes en la
flamante obra.334 En 1886 dos misioneros de raza negra, Ricketts
y Sholes, de la Asociación de Bautistas de raza negra en Estados
Unidos, que colaboraba con la ABFMS, llegaron al Congo para
apoyar la obra. Además, los bautistas de Dinamarca enviaron a
Em anuel Broholm como misionero al Congo para colaborar con
la ABFMS.335 Otro colaborador bautista fue un representante de
raza negra de Estados Unidos enviado en 1900 por la flamante
Sociedad Misionera “Lott Carey”, organizada en 1897 como un
cism a de la Convención Nacional de raza negra en Estados
Unidos.336 A partir de 1914, los bautistas de Suecia y de Noruega
enviaron misioneros al Congo. Tienen sus iglesias hasta el día
de hoy.337
La obra bautista en Congo, debido a los tremendos obstácu­
los de las primeras décadas, no creció mucho. Sin embargo,
después de 1946 ha experimentado un gran crecimiento, a
pesar de grandes cismas de iglesias independientes, como la
famosa Iglesia Kimbanquista, la más grande de todas. Varias de
estas iglesias independientes tienen raíces bautistas y se separa­
ron de sus denominaciones a partir de 1921.338 Los bautistas
conservadores de Estados Unidos iniciaron una obra en Zaire en
1946; y la Sociedad Bautista Mid-Missions en 1953. Los
conservadores trabajan en Kivu, cerca de Uganda; Mid-
Missions, un grupo fundamentalista, trabaja en Kwili y Kinsha-
sa. La obra de los bautistas conservadores ha dado buen
resultado, y en 1982 contaba con más de 35.000 miembros.339
La FMBSBC respondió a la invitación de unas iglesias indepen­
dientes a las orillas del lago Tanganyika y envió algunos
misioneros a Zaire en 198 7.340
Los tumultos políticos, nacionalistas y racistas, experimen­
tados desde 1960, causaron grandes problemas para todas las
iglesias evangélicas y especialmente las misiones foráneas.
M uchas de ellas se vieron obligadas a irse. Por ejemplo, en 1960
había 2.100 misioneros evangélicos en Zaire; en 1968 había
solamente 1.057. Contando a católicos y evangélicos, un total de
209 misioneros murieron durante los conflictos entre 1960-
Los Bautistas en Africa Central 473
1965.341 Además, miles de creyentes perdieron sus vidas, in­
cluyendo a muchos bautistas.
Otro problema de los bautistas ha sido la presión ecuménica
y política de formar una sola iglesia cristiana en Zaire. En marzo
de 1970 fue creada la Iglesia de Cristo en Zaire, como producto
de los esfuerzos ecuménicos. Esta Iglesia Unida ha luchado con
los grupos más conservadores, incluyendo a los bautistas, y con
el gobierno totalitario del presidente Seko. Por fin, el ecumenis-
mo ganó el apoyo del gobierno y todas las iglesias evangélicas
fueron presionadas a hacerse miembros de la Iglesia de Cristo
de Zaire. Muchos bautistas objetaban a esta política constanti-
niana y formaban parte de la oposición. Por ejemplo, varias
misiones bautistas se han retirado del país, como la Sociedad
Bautista Mid-Missions y los bautistas suecos.342
Sin embargo, a pesar de todo esto, y debido a la entrada de
muchos bautistas refugiados de Angola, el pueblo bautista en
Zaire sigue creciendo. En 1968 había cerca de 113.000 bau­
tistas en Zaire; en 1980 había cerca de 245.000; en 1987 había
cerca de 450.000. Están agrupados en cuatro comunidades de
cooperación y nueve entidades eclesiásticas.343 Estas cifras son
parciales, porque no comprenden todos los pueblos bautistas
debido a la situación candente y cambiante. La pluralidad de los
mismos bautistas, ni para hablar de las otras denominaciones, es
impresionante.
Si se cuentan los miles de creyentes de las iglesias
cristianas independientes, engendradas m uchas veces por la
evangelización y la eclesiología bautistas, se nota la influencia
bautista en Zaire. El futuro de los bautistas en Zaire depende de
la sagacidad de los misioneros que quedan y de la agresividad
del mismo pueblo. Mucho depende también de la situación
política y la actitud del gobierno central hacia las iglesias
evangélicas. No obstante, los bautistas en Zaire se encuentran
en séptimo lugar entre las grandes comunidades bautistas
nacionales. Juntam ente con Nigeria, ocupan un puesto muy
importante en la historia bautista mundial.

CONGO (BRAZZAVILLE)
El Congo pertenecía al Africa franco-ecuatorial desde 1910
hasta 1960, cuando llegó a ser la República del Congo. Tiene
una población de un millón y medio, en la cual predominan las
474 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

religiones africanas tradicionales. No obstante, la Iglesia Católi­


ca Romana, debido a la influencia francesa, tiene más de
850.000 feligreses. La comunidad protestante cuenta con
375.000 creyentes. En la última década la población ha crecido
m ayorm ente por causa de la inmigración del norte. Hay dos
ciudades grandes en el Congo, Brazzaville, la capital, y Pointe
Noite en la costa.
Cuando la Misión Livingstoniana se fusionó con los bau­
tistas norteamericanos en 1884, algunos de sus misioneros
suecos, de la Iglesia Sueca Libre, se trasladaron al Congo y
fundaron la obra de lo que es hoy en día la Iglesia Evangélica del
Congo. C uenta con una feligresía de más de 200.000. No lleva el
nom bre “bautista” pero tiene raíces bautistas.
El resto de la historia del Congo es muy escaso. Hay una
Iglesia Bautista Popular que surgió de la obra de la Misión
Orebro de Suecia. Esta misión representa a los bautistas suecos
m ás carismáticos que otros bautistas. Trabaja en el extremo
norte del país. El crecimiento ha sido enorme, desde 540
miembros en 1952 a 6.000 en 1968.344 Sin embargo, hubo una
m erm a debido al éxodo de muchos miembros, y en 1982 había
4.000 miembros.345 Otros misioneros bautistas de Estados Uni­
dos, relacionados con la Sociedad Mid-Missions, están trabajan­
do en lugares aislados del país.

CHAD
Desde 1900 hasta 1959 Chad era un territorio de Africa
franco-ecuatorial. En 1960 llegó a ser un estado independiente
pero eligió quedarse en la comunidad francesa. Como resultado
de esto, la turbulencia política ha caracterizado a Chad por
m uchos años. Una especie de orden ha sido mantenido por las
tropas francesas hasta 1980, cuando se retiraron. En 1981 se
libró una guerra civil y con la pretensión de ayudar el
presidente Gaddafi de Libia intervino con sus tropas. En 1981
Libia dominó el país, aunque respeta el gobierno provisional. La
raíz de todo este conflicto es la tradicional enemistad entre los
m usulm anes de habla aramea en el norte y las tribus indígenas
paganas del sur. Las dos facciones cuentan con el apoyo de
Francia y de Libia. Esta rivalidad explica los altibajos políticos
de los últimos años. Parece ser una guerra religiosa.
ReÜgiosamente, la mayor parte de los habitantes son
Los Bautistas en Africa Central 475

paganos de las religiones africanas tradicionales. En la pobla­


ción de casi cinco millones hay cerca de 240.000 cristianos,
mitad católicos, mitad protestantes.346
La primera misión protestante en Chad fue bautista. El
pionero fue Guillermo Haas, el fundador en 1920 de una
Sociedad Misionera estadounidense llamada Baptist Mid-
Missions. Haas era pastor de la Iglesia Bautista “Memorial” en
Columbus, Ohio cuando sintió el llamado a dedicarse a las
misiones foráneas. La iglesia garantizó su sostén y Haas partió
con su familia en 1912 para Africa bajo los auspicios de una
Sociedad Interdenominacional, la Misión del Interior de Africa
(AIM). Después de unos años con la AIM en Africa Oriental y en
el Congo Belga, Haas se unió con Ralph Buxton y C. T. Studd, el
veterano misionero de China e India, para comenzar la Misión
“Corazón de Africa” entre el pueblo muy feroz de Zande. Al
trabajar un tiempo allá, deseaba seguir a Africa Ecuatorial.
Emprendió viaje a Bangassou donde estudió el idioma sango,
luego el idioma comercial de toda la región.347 En 1916 la familia
Haas volvió a Estados Unidos, donde Haas dejó su esposa e hijos
y volvió a Africa. Debido a la Primera Guerra Mundial no pudo
entrar en Africa franco-ecuatorial, de modo que se dedicó al
estudio de los idiomas y a la traducción de las Escrituras. En
1920 regresó a Estados Unidos con el fin de crear una entidad
misionera para evangelizar Africa ecuatorial de habla france­
sa.348
Así nació la Sociedad Baptist Mid-Missions. Tomó su
nombre Mid-Missions de su deseo de servir en Africa Central
(en inglés el prefijo mid es la abreviatura de la voz middle, o sea
“medio” en castellano) En otras palabras, querían trabajar “en
medio” de Africa Central. Se organizó con una política muy
independiente. No quería ligarse con ninguna estructura deno-
minacional, aunque eligió el nombre “bautista” para definir su
postura doctrinal y eclesiástica. Quería ser una sociedad coordi­
nadora de misioneros bautistas independientes sostenidos por
congregaciones locales, no por juntas o sociedades misioneras.
Encontró ambiente en Estados Unidos y en noviembre de 1920
Haas zarpó para Africa Central con cinco compañeros. En 1922
la Misión contaba con once misioneros. A pesar de altibajos,
establecieron tres estaciones en Bangassou, Fort Sibut y Fort
Crampel. Antes de 1924, había dieciocho estaciones y muchos
476 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS
puntos de predicación. Haas murió en 1924 y fue sepultado en
Bangassou. Hoy en día, la Misión tiene 650 misioneros en
treinta y dos países.349 Sin embargo, Chad y la República de
Africa Central han sido sus campos más extensos y exitosos.
En 1968 la Misión tenía 150 iglesias en Chad con 15.000
miembros. Tiene hospitales, escuelas y otras instituciones que
apoyan la obra de las congregaciones. En 1987 tienen el mismo
núm ero de iglesias, pero los miembros se han duplicado,
contando con 30.000 creyentes.350Considerando las dificultades,
los logros de esta Misión bautista son formidables. Han resulta­
do en una comunidad bautista nacional que tiene acceso a la
Biblia en varios de los idiomas, especialmente sango. Hay un
instituto bíblico que ha capacitado más de 200 evangelistas y
pastores nacionales. Es de esperar que las condiciones políticas
no impidan la buena m archa de esta obra en Chad.

REPUBLICA DE AFRICA CENTRAL


La República de Africa Central ganó su independencia en
1960. Como Chad, eligió seguir como miembro de la comunidad
francesa. En 1966 hubo un golpe de estado que resultó en un
régim en militar.351 Este tipo de gobierno sigue gobernando por
decreto y goza del apoyo de Francia. La población de cerca de
dos millones se compone de un sesenta y ocho por ciento de
cristianos, un veintisiete por ciento de paganos y un cinco por
ciento de musulmanes. Entre los cristianos un cuarenta por
ciento es protestante y un veintiocho por ciento católico.352
La Iglesia de los Hermanos fue la primera en establecer
iglesias evangélicas en la república. Comenzaron su obra en
1921. Sin embargo, los bautistas llegaron el mismo año en la
persona de Guillermo Haas y los misioneros de Mid-Missions.
La historia de esta Misión ya se contó arriba.353 Basta decir que la
República de Africa Central ha sido su campo más grande y
exitoso. A través de su trabajo de evangelización, de establecer
iglesias, de traducción y de capacitación, la Misión Bautista
Mid-Missions ha desarrollado una comunidad bautista grande.
Hay instituciones teológicas, médicas y educativas para capaci­
tar a los nuevos creyentes. La entidad bautista nacional resul­
tante cuenta con 375 congregaciones y una comunidad de
15.000 en Africa Central. Este número sería mucho más
grande, si no hubiera sido por un cisma en 1956 que resultó en
Los Bautistas en Africa Central 477

otra entidad que se llama el Comité Bautista, que en 1987


contaba con diez congregaciones y 3.000 miembros.354
En 1923 la Misión Bautista Sueca inició una obra en
Berberati en la parte sudoeste del país. De esta iniciativa de la
Misión Orebro ha resultado lo que se llama la Unión de Iglesias
Bautistas que cuenta con veintinueve congregaciones y cerca de
30.000 miembros.355 Otra organización de bautistas fundamen-
talistas con sede en Arlington, Texas, auspicia una misión en
Africa Central. Se llama la Confraternidad Bautista Mundial y
fue fundada por J. Frank Norris en 1928.356 Tienen obras en
diecisiete países. Dependen de misioneros independientes y con
sostén propio. En 1970 tenía dos misioneros en la República de
Africa Central.
Estas entidades bautistas reúnen a una comunidad bautista
de cerca de 200.000 en la República de Africa Central. Cuentan
con una traducción de toda la Biblia en sango, producto de la
fidelidad de misioneros abnegados como Guillermo Haas, el
apóstol bautista de Africa Central de habla francesa. Este hecho,
más los principios misioneros seguidos, prometen producir una
obra bautista nacional muy autóctona. Es de esperar que se
afilie a la comunidad bautista mundial.

RWANDA—BURUNDI
Rwanda y Burundi son dos pequeñas repúblicas de Africa
Central que cuentan con poblaciones muy grandes —Rwanda,
cerca de siete millones; y Burundi, cerca de cinco millones.
Etnica, política e históricamente tienen m ucho en común.
Ambas están compuestas de las dos tribus, hutus y tutsis, que
han luchado entre sí por el dominio de sus respectivps países.
Después de una guerra cruel entre ellos en Rwanda en 1959, los
hutus pudieron librarse de la elite tutsi y ahora dominan en los
dos países. Políticamente, los dos lograron la independencia en
1962, después de estar bajo la protección belga por muchos
años. Históricamente, han compartido los mismos aconteci­
mientos.
En cuanto a la religión, Burundi es sesenta por ciento
cristiano; Rwanda es treinta y cinco por ciento cristiano. Los dos
tienen comunidades católicorromanas muy grandes y un sinnú­
mero de reügiones africanas tradicionales. Los dos países tienen
casi doce millones de habitantes en un territorio muy limitado,
478 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

caracterizado por la polarización de las dos tribus principales.


La historia bautista en las dos repúblicas comenzó en 1928,
cuando la Misión Bautista Danesa asumió la obra de una
sociedad misionera alemana que tuvo que retirarse de los dos
países durante la Primera Guerra Mundial. Los misioneros
pioneros eran Johanne y Niels Peter Andersen. Las primeras
iglesias se organizaron en 1931.357 La Unión de Iglesias Bau­
tistas de Rwanda-Burundi se contituyó en 1960. Cuando las
repúblicas declararon su independencia en 1962, la Unión se
dividió en dos entidades nacionales. En Rwanda en 1966 había
2.400 bautistas y en Burundi 2.000. Ha habido un gran
crecimiento en los últimos años, especialmente en Rwanda.
En 1977 la Misión Danesa y la Unión Bautista de Rwanda
invitaron a la FMBSBC a enviar misioneros para asesorarlas. El
prim er matrimonio, los veteranos esposos Martin, llegó en abril
de 1977 y se radicó en Kigali. En 1980 había ocho misioneros
trabajando bajo la dirección de la Unión que contaba con 150
congregaciones y 20.350 miembros.358 En 1987 había 185
congregaciones con más de 30.000 miembros.359
En 1979 la Misión Danesa y la Unión Bautista de Burundi
invitaron a la FMBSBC a enviar misioneros para apoyar su obra.
El prim er matrimonio llegó a fines de 1979 para trabajar con
treinta y dos congregaciones con 4.087 miembros. Se radicaron
en Bujum bura e iniciaron una promoción de evangelización y
reproducción de iglesias. En 1987 tenía cerca de 77 congrega­
ciones con 6.000 miembros.360
En Burundi la Unión agrupa a casi todos los bautistas. Sin
embargo, en Rwanda otros grupos misioneros han engendrado
nuevas entidades bautistas. En 1965 los bautistas conservado­
res de Estados Unidos iniciaron una obra en Rwanda que ha
resultado en la formación de la Asociación de Iglesias Bautistas
de Rwanda, una entidad compuesta en 1982 de veintisiete
congregaciones y 2.000 miembros.361 En 1987 no había misione­
ros de la FMBSBC en Burundi debido a nuevas reglas sobre las
visas y la residencia de extranjeros. En Rwanda la FMBSBC
tiene veintiún misioneros realizando toda clase de obra social,
educativa y de evangelización.362

Conclusión
Al term inar esta gira bautista por Africa Central, se nota
Los Bautistas en Africa Central 479

que, a pesar de la inestabilidad política en la mayor parte de los


países, el crecimiento bautista continúa paulatinam ente y en
algunos países el crecimiento es vertiginoso. Sin embargo, el
éxito de la obra bautista dependerá en gran parte de la rapidez
de la nacionalización de la obra. Se nota que las misiones
extranjeras han tenido m ucho que ver con el surgimiento de los
pueblos bautistas en Africa Central. Estos pueblos bautistas
tendrán que echar raíces en el suelo autóctono y adaptar la fe
bautista a las formas culturales de su ambiente. Si insisten en
perpetuar las formas antiguas y foráneas,363 su fe será considera­
da como algo importado; una fe importada, que no se adapta a la
idiosincrasia local, no se puede comunicar en el Tercer Mundo.
La comunicación del evangelio trasculturalm ente en el mundo
pluralista es el gran desafío que llama la atención del pueblo
bautista, no solamente en Africa Central, sino también en todas
partes del mundo.
C apítulo IV
LOS BAUTISTAS EN AFRICA ORIENTAL
Puesto que los comienzos bautistas en Africa Oriental
pertenecen a la obra de la Junta de Misiones Foráneas de los
Bautistas del Sur de Estados Unidos (FMBSBC), conviene
trazar el desarrollo de la iniciativa que resultó en la apertura de
una obra creciente en Tanzania, Kenya y U ganda. Es un
ejemplo excelente de la perfecta coincidencia de la instrum enta-
lidad hum ana y la iniciativa divina. La pujante obra bautista en
Africa Oriental es producto de consultas sabias con otras
misiones evangélicas, de metas bien definidas, de una estrategia
bien delineada y de una dependencia completa de la dirección
del Espíritu Santo.
La obra bautista en Africa Oriental fue ideada y organizada
en Africa Occidental. Bajo la dirección de Jorge Sadler, ex
misionero en Nigeria y secretario para Africa de la FMBSBC en
1954, fueron hechos planes para investigar la posibilidad de
abrir una obra misionera bautista en Africa Oriental. Otras
sociedades y juntas misioneras tales como CMS, AIM, LMS y
un sinnúm ero de otras, habían estado trabajando en la región
desde 1841.364 Por extraño que parezca, ninguna de las socieda­
des y juntas bautistas habían intentado una entrada, quizá por
respeto a las otras. La presencia bautista se limitaba a un buen
núm ero de bautistas trabajando bajo los auspicios de la AIM
(Misión del Interior de Africa) que era interdenominacional.365
W. L. Jester, por ejemplo, antes de ser nombrado por la
FMBSBC para Nigeria, había servido diecisiete años con la AIM
en Mwanza, Tanzania, entre la tribu sukum a.366
Por eso, Sadler nombró a Jester y a I. N. Patterson,
secretario ejecutivo de la FMBSBC en Nigeria, como un equipo
para visitar Africa Oriental con miras de establecer la obra

480
Los Bautistas en Africa Oriental 481

bautista. Ayudados por cartas de recomendación de los oficiales


británicos de Nigeria, Jester y Patterson viajaron extensam ente
por Uganda, Tanzania y Kenya, consultando con oficiales del
gobierno y con eclesiásticos y oficiales de las iglesias romana y
protestante. Encontraron un ambiente muy favorable en Kenya
y Tanzania, pero afrontaron oposición en Uganda, especialmen­
te de los oficiales anglicanos. Patterson y Jester entusiastam ente
recomendaron el comienzo de una misión bautista en Africa
Oriental, pero aconsejaron una demora de algunos años en
iniciar obra en Uganda.
La Ju n ta de Richmond aprobó el proyecto y Sadler empezó
a buscar a los misioneros aptos para tal tarea. Decidió elegir a
tres matrimonios veteranos de Nigeria. Consultó con Jack
Walker, un misionero médico en Shaki, Davis Saunders y W. O.
Harper. Después de m ucha oración los tres aceptaron la
invitación.367
En 1956 los tres hicieron un viaje a los dos países para
ubicar los mejores lugares para las estaciones. Regresaron a
Nigeria, recomendando la fundación de un hospital para tuber­
culosis en Mbeya, Tanzania, y otra estación en Dar es Salaam,
Tanzania. Después de la organización de la Misión de Africa
Oriental de la FMBSBC en Oshogbo, Nigeria en agosto de 1956;
y después de un culto emocionante de despedida en Nigeria,
partieron para Tanzania. Al llegar, cambiaron los planes y
colocaron al doctor W alker en Mbeya para iniciar el hospital;
Harper en Dar es Salaam; y Sounders fue mandado a Nairobi,
Kenya. En noviembre de 1956, seis misioneros nuevos llegaron
a Dar es Salaam para com enzar su orientación y estudio de los
idiomas.368 Estos seis matrimonios —los Saunders, Harper,
Walker, Martin, Hampton, Carroll y DeBord— constituían los
pioneros bautistas en Alfica Oriental. Saunders fue el pionero
en Nairobi; Harper en Dar es Salaam; Walker en la obra médica
en Mbeya; Martin y DeBord en el Seminario establecido en
Arusha; y los Hampton en Mombasa. Los Carroll y el otro
médico, Hal Boone, no pudieron entrar en Uganda hasta
1962.369

TANZANIA
Este territorio, antes llamado Tanganyica, tiene una histo­
ria muy cosmopolita, habiendo estado bajo los reinados de los
482 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

árabes, portugueses, alemanes e ingleses. Vestigios étnicos y


materiales de todas estas civilizaciones se ven en las ciudades
del país.370 En abril de 1964 Tanganyica se unió con Zanzíbar
para formar la República de Tanzania. En la famosa Declaración
de Arusha, Julio Nyerere, el primer ministro, instituyó una
forma de socialismo humanístico con bases cristianas.371 Sin
embargo, Tanzania estableció lazos muy estrechos con la
República Popular de China y hasta el día de hoy, técnicos
chinos se ven por todo el país.372 Tanzania tiene una población
de 24.000.000 que usa el idioma swahili como lengua franca.
Las tres religiones son el cristianismo, el islam y las religiones
tradicionales africanas. La tribu bantu predomina, pero hay
m uchos europeos, indopaquistanies y árabes. Los anglicanos y
varias sociedades alemanas constituyen la mayoría de los
protestantes. La obra evangélica más grande es la de la Misión
del Interior de Africa (AIM), que es interdenominacional.
Cuando W. O. Harper llegó a Dar es Salaam en 1956, se
puso en busca de un terreno para edificar un Centro Bautista, o
sea una especie de casa de amistad que podría servir como
templo. Providencialmente, encontró un buen lugar y construyó
un hermoso plantel. Mientras tanto, el médico, Jack Walker,
estaba ocupado en construir y en organizar un hospital para
tuberculosis en la ciudad de Mbeya. Los otros misioneros
nuevos comenzaron sus estudios de la cultura y los idiomas.
W ebster Carroll, un misionero por excelencia, esperando la
oportunidad de entrar en U ganda, ayudó a Harper en la obra del
Centro en Dar es Salaam. Carroll tuvo que asumir totalmente
esta responsabilidad cuando Harper se ahogó en el mar en
1958.373 El hospital en Mbeya se inauguró en 1959. Los
Hampton se trasladaron a Mombasa, un centro musulmán, en
1957, y sin un centro o edificios, se dedicaron a la predicación al
aire übre y a la evangelización personal; y, a pesar de la
oposición musulm ana, se constituyó muy pronto una iglesia.374
Es imposible enum erar los detalles del crecimiento rápido
de la obra en Tanzania. Los informes dados sobre la obra,
intensificados por el impacto de la trágica muerte de Wimpy
Harper, evocaron la respuesta de muchos jóvenes bautistas en
Estados Unidos al llamado misionero.375 A fines de 1960 la
Misión de Africa Oriental de la FMBSBC (incluyendo Kenya)
tenía cincuenta y un misioneros; en 1965, ¡había más de 100!
Los Bautistas en Africa Oriental 483

En Tanzania fueron establecidas estaciones misioneras en


Tanga, Tukuyu y Kigoma, a las orillas del lago Tanganyica. Los
esposos Owens se radicaron cerca del pueblo de Ujiji, hecho
famoso por Stanley y Livingston. Utilizando una lancha, evan­
gelizaban los pueblos alrededor del lago. Arusha, Tanzania, fue
elegida como la sedé del futuro Seminario para Africa Oriental.
Samuel DeBord fue el primer director y Earl Martin, el primer
profesor. El Seminario inició clases en 1962.
Pronto surgió un pueblo bautista en Tanzania. En 1971 se
constituyó la Convención Bautista de Tanzania y fijó metas para
llegar al sostén propio de la obra nacional. En 1978 la Misión de
Africa Oriental se dividió en misiones separadas, una para
Tanzania y otra para Kenya. En el mismo año, la Convención
adoptó un ambicioso programa de avance que soñó con la
organización de veinticinco iglesias antes del año 1985. Se
inauguró un ministerio de aviación para agilizar el problema de
transporte de misioneros y obreros nacionales. Un proyecto de
evangelización entre la tribu sukum a en el noroeste de Tanza­
nia resultó en cincuenta y seis nuevas congregaciones y el
bautismo de 2.575 personas. Cuando la crisis política libró una
persecución de evangélicos en Uganda, a partir de 1975, los
bautistas de Tanzania ministraban a sus hermanos de Uganda.
En 1979 el hospital en Mbeya fue entregado al gobierno
después de ampliar sus servicios. Los proyectos de agricultura
auspiciados por la Misión han contribuido m ucho al problema
de la alimentación del pueblo. El Centro Bautista en Dar es
Salaam sigue sus ministerios varios y toda la obra está en plena
marcha. Hubo algunos altibajos en las relaciones entre la
Misión y la Convención a mediados de la última década, pero no
detuvieron el avance de la obra. En 1987 la Convención Bautista
de Tanzania contaba con 555 iglesias y 63.000 miembros.376 El
crecimiento se debe en parte al núm ero grande de pastores
nacionales; hay más de 800 pastores nacionales para servir a
555 iglesias, una cosa rara, pero positiva para el futuro de la obra
bautista.377 El Seminario en Arusha cuenta con cuarenta y dos
estudiantes cumpliendo con sus cursos en inglés y swahili. Si
puede existir armonía entre las misiones y las entidades
nacionales, la obra bautista en Tanzania debe seguir creciendo.
484 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

KENYA
Kenya se convirtió en una colonia de Inglaterra en 1905. El
movimiento de los terroristas Mau Mau, que azotó la colonia
entre los años 1952 y 1959, fue un preludio sangriento de la
independencia, concedida en diciembre de 1963. Jomo Kenyat-
ta, antes un líder de los Mau Mau, guió al pueblo en la
formación del nuevo gobierno y llegó a ser el primer presidente
de la República. Debido a la tensión entre las tribus, todo el
m undo esperaba el caos; no obstante Kenyatta integró el
gobierno y estableció un régimen muy estable. Cuando Kenyat­
ta falleció a fines de la década, se temía una lucha entre el
partido de él representando a la tribu kikuyu y el partido de
oposición.378 Sin embargo, la transición se realizó sin mayores
problemas. Kenya sigue siendo un ejemplo de estabilidad
política en el mundo turbulento de Africa.
La población de Kenya cuenta con más de 22.000.000
habitantes. Las tribus principales son la kikuyu, luo, baluhya,
kamba, kisii y meru. Sólo un veinticinco por ciento de la
población es cristiana; y la mitad de ella es católica. Los
protestantes cuentan con casi tres millones. Por supuesto, la
gran mayoría de las tribus es pagana; pero existen comunidades
grandes de m usulm anes e hindúes entre los árabes y los
asiáticos, los principales comerciantes en un país donde los
aborígenes se dedican a la agricultura y a la ganadería.
Las misiones protestantes fueron iniciadas por el famoso
Ju an Ludwing Krapf de la Sociedad Misionera Eclesial (CMS—
angücana) en 1844. Desde aquel entonces m uchas otras socie­
dades han entrado, la principal siendo la AIM (Misión del
Interior de Africa), una sociedad de orden congregacional e
interdenominacional. La obra muy extensa y eficaz de esta
misión, que cuenta con misioneros de convicción bautista,
puede explicar en parte la ausencia de las sociedades y juntas
bautistas en la historia evangélica de Kenya.
La historia bautista en Kenya comenzó en 1956 cuando
Davis Saunders de la FMBSBC se radicó en Nairobi. Saunders
tenía m ucho cuidado en fundar una obra que no usurpaba los
campos misioneros de otros grupos evangélicos. Compró un
terreno en un barrio nuevo y edificó un Centro Bautista con un
programa variado de predicación, obra social y obra estudiantil.
Earl Martin pronto se trasladó a Nairobi para ayudar a Saunders.
Los Bautistas en Africa Oriental 485

En junio de 1957 Jaime Hampton se radicó en Mombasa,


donde se puso a evangelizar en el suburbio Kisauni. Realizó su
primer culto bajo un m anguero y pronto reunió a ur!a comuni­
dad de creyentes. Esta experiencia confirmó la necesidad, y la
posibilidad, de obras de evangelización y el establecimiento de
iglesias.379 Antes de 1961 se establecieron estaciones misioneras
en Nyeri, en el corazón del Mau Mau, y en Kisumu, Kitale y
alrededores.
Otro acontecimiento ocurrió en 1963. La FMBSBC pudo
comprar, por un precio muy reducido, el conocido hotel Brac-
kenhurst en Limuru. Por años, había sido un centro de turismo
colonial. Está colocado en un hermoso lugar a treinta kilómetros
de Nairobi. El éxodo de blancos, resultado del Mau Mau y el
movimiento de independencia, lo dejó en bancarrota. Por eso, la
FMBSBC pudo comprarlo y convertirlo en un Campamento
Nacional para asambleas, como un centro de estudio y prepara­
ción para nuevos misioneros y como un lugar para retiros
nacionales. Un interesante programa de experimentos agrícolas
se ha desarrollado en los campos incluidos en la compra.380
La obra de la FMBSBC creció rápidamente. En 1971 se
organizó la Convención Nacional Bautista. Debido al fuerte
énfasis sobre la evangelización y la organización de congrega­
ciones nacionales, juntam ente con la libertad religiosa garanti­
zada por el gobierno, el crecimiento de la Convención ha sido
vertiginoso. Muchos nacionales se dedicaron al ministerio
cristiano y fueron preparados por un programa de educación
teológica por extensión. Algunos asisten al Seminario en Arus-
ha, Tanzania. Interesantes iniciativas que combinan la obra
social con la evangelización, como el proyecto entre la tribu
giriama en la costa, han resultado en una respuesta sorprenden­
te. Por ejemplo, dicho proyecto produjo 2.800 bautismos y 185
iglesias nuevas en dos años.381 Otro aspecto de la obra bautista es
el énfasis sobre la producción de literatura cristiana.
La Convención Bautista de Kenya, reunida en 1979, lanzó
un nuevo programa de avance que enfatizaba una cooperación
m ás estrecha con la Misión de la FMBSBC. Unos doce
misioneros domésticos están llevando el m ensaje bautista a
todas partes de la nación. En 1987 un esfuerzo para alcanzar a
la interesante tribu maasai ha dado buenos resultados. Más de
200 nuevas congregaciones han sido organizadas con 5.000 mil
486 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

personas bautizadas.382 En 1987 la Convención informó que


tenía 750 congregaciones con un total de 45.000 miembros.383
Otra comunidad de iglesias bautistas independientes entre
la tribu kamba cuenta con veintiocho congregaciones y 2.000
miembros. Los bautistas de Kenya están asumiendo una cre­
ciente influencia en la historia bautista de Africa.

UGANDA
U ganda es un país donde el cristianismo llegó antes del
colonialismo. Algunos misioneros protestantes entraron en 1877
antes que la Compañía Británica de Africa Oriental llegara en
1890. Desde 1894 hasta 1962 Uganda era un protectorado de
Gran Bretaña. En 1967 llegó a ser una república que está
luchando para unir a los múltiples reinos de las tribus, incluyen­
do la poderosa tribu buganda.384 Una ju n ta militar se apoderó del
país en 1971 y, paulatinamente, Idi Amin llegó a ser el dictador.
Amin ganó la atención del mundo por la expulsión de los
asiáticos y los europeos, por la represión bárbara de sus
enemigos, incluyendo a muchos cristianos, y por su involucra-
ción en el asunto de los rehenes israelitas rescatados por los
comandos judíos.385 El caprichoso Amin vacilaba en su trato de
los misioneros antes de su caída y destierro en 1979.
Como resultado de todo esto, U ganda sufrió la guerra civil y
religiosa. Miles de personas murieron martirizadas por sus
convicciones políticas y religiosas, incluyendo altos oficiales de
la Iglesia Anglicana. Con la ayuda de tropas de Tanzania se
estableció el orden y, por fin, Milton Obote llegó a ser el nuevo
presidente. En 1981 el país estuvo en crisis una vez más, debido
al inm inente retiro de las tropas de Tanzania. A pesar de toda la
confusión, los cristianos quedaron fieles y en el 1987 constituían
la mitad de la población. Sin embargo, muchos de ellos sufrieron
a manos de los fanáticos musulm anes y paganos, quienes
aprovecharon la situación de caos para exterminar a muchos
creyentes cristianos.
Los eventos recientes reflejan la tradición religiosa del país.
Cristianos, m usulm anes y paganos han luchado entre sí por
años. Los mismos católicos y protestantes, por primera vez
desde la Reforma, participaron en un conflicto armado por el
control del Reino Buganda entre los años 1888 y 1891.386 La
Los Bautistas en Africa Oriental 487

CMS, bajo la dirección de misioneros muy capaces, como


Alexander MacKay y Alfredo Tucker, por muchos años tenía un
monopolio en la obra misionera. Estableció una Iglesia Anglica­
na muy numerosa, pero muy nominal. Desde 1918 la AIM ha
colaborado con la CMS en ciertas partes de Uganda.387 La Iglesia
Adventista ha tenido un programa muy agresivo desde la
Segunda Guerra Mundial.
Por causa de este fondo religioso, la FMBSBC demoró sus
planes de entrar en Uganda en 1956. Patterson y Jester
consultaron con oficiales británicos y anglicanos cuando visita­
ron Uganda en 1954. A pesar de una recepción muy cordial,
todos explicaron la situación precaria del cristianismo. Pensaron
que la introducción de otra denominación fuerte podría producir
confusión y debilidad. Jester y Patterson consultaron con el
famoso obispo del Nilo Superior, Usher-Wilson, aclarándole su
deseo de no entrar en el país como competidor, sino como
colega. Usher-Wilson, simpática pero francam ente, dijo: “A esta
etapa de la batalla, la introducción de una nueva denominación,
que tiene muchos puntos de vista similares, pero una política de
bautismo muy distinta, sería muy desafortunada”.388 Por eso,
Jester y Patterson respetaron su opinión y, al volver a Nigeria,
recomendaron la demora de la entrada en Uganda por unos
años.
Por lo tanto, la historia bautista en Uganda no comenzó
hasta 1961, cuando los bautistas conservadores de Estados
Unidos, por medio de su Sociedad Misionera, iniciaron una obra
que en 1987 contaba con cuarenta congregaciones y 2.000
miembros. Estas iglesias formaron la Asociación de Iglesias
Bautistas de Uganda.389
Los misioneros de la FMBSBC entraron en 1962. Coinci­
diendo con la independencia en octubre, pidieron permiso para
entrar a un misionero médico, Hal Boone, quien estaba tra­
bajando en Mbeya, Tanzania. Boone se radicó en Jinja, Uganda,
e inició un circuito de clínicas móviles para tratar y prevenir las
enferm edades endémicas de la zona. La obra abnegada de
Boone abrió la puerta para la entrada de los misioneros W ebster
Carroll y Jim Hooten. Ellos formaban parte de la Misión de
Africa Oriental con sede en Dar es Salaam hasta 1967, cuando
se organizaron en la Misión de Uganda. Los misioneros apren­
dieron los idiomas swahili y lu ganda, y fundaron estaciones
488 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

misioneras en Kampala, Mbale, Fort Portal y Masindi. A partir


de 1967 se constituyeron cuatro iglesias en Kampala.390
En 1970 se organizó la Convención Bautista de Uganda. No
pudo desarrollar m uchas actividades debido al golpe de estado
en 1971 que convulsionó el país y condujo a un reinado de
terror. Las 300 congregaciones fueron diezmadas por la perse­
cución y la emigración. Sin embargo, cerca de 125 iglesias
sobrevivieron los desastres de 1977, aunque muchas no podían
reunirse. Los misioneros se retiraron con la excepción de dos
matrimonios que iban y venían como agentes de una sociedad
bíblica. W ebster Carroll, un misionero muy intrépido, m antenía
contactos con las iglesias por medio de visitas clandestinas
durante el Ínterin.
Cuando Idi Amin cayó en 1979, se restauró la libertad
religiosa. M uchas congregaciones salieron de la clandestinidad.
De las 300 que existían antes de 1977, 125 reiniciaron sus
actividades. Carroll y los otros misioneros de la FMBSBC, más
algunos obreros voluntarios de Estados Unidos, acudieron en
ayuda de los refugiados. Hubo una escasez de alimentos y
medicamentos. Los misioneros viajaron por el país repartiendo
víveres y ministrando a las necesidades médicas. Hicieron un
gran impacto sobre el nuevo régimen, que animó a los misione­
ros a reactivar su obra. Prometió también defender los derechos
hum anos y la libertad de cultos. El nuevo presidente prometió
su colaboración, pero fue depuesto después de un breve tiempo.
Por lo menos, los bautistas pudieron resum ir sus actividades,
aunque, hasta el día de hoy, su situación es muy precaria. El
nuevo gobierno elegido, de Milton Obote, pasó por una crisis en
1981. Todo el mundo temía las consecuencias, pero el país pasó
la crisis y ha tenido varios gobiernos desde entonces.
En 1987 los bautistas de Uganda están recuperándose. En
1972 había treinta y seis iglesias con 1.900 miembros. En 1987
había 200 iglesias con 15.000 miembros. Esto dem uestra la
vitalidad de la creciente obra.391 Unos treinta misioneros están
colaborando con 109 pastores nacionales en una obra bautista
que incluye toda clase de ministerios. Los próximos años
revelarán el futuro de la historia bautista en Uganda. Los
creyentes han pasado por los fuegos de la persecución y hoy en
día están en plena marcha. Representan una potencial bautista
muy grande.392
Los Bautistas en Africa Oriental 489
ETIOPIA
Etiopía, hasta 1974, era el único reino cristiano en el
continente de Africa.393 La dinastía de Haile Selassie reclamaba
una tradición que data desde los días de Salomón. Selassie
pretendía ser heredero de Menelik I, el hijo del rey Salomón y la
reina de Sabá. El emperador Selassie comenzó su reinado en
1930. Fue desterrado a Londres en los años 1935-1941 durante
la ocupación de su país por Mussolini y los italianos. El era el
dueño de una tercera parte de los terrenos del país y la Iglesia
Ortodoxa Etíope era dueña de otra parte muy grande. El resto de
las tierras pertenecían a parientes y gobernadores locales, leales
al emperador. Esta situación feudal produjo un golpe de estado
que derrocó al anciano emperador en 1974 y convirtió al país en
un satélite de la Unión Soviética, y de su aliado, Cuba. El
gobierno es socialista-marxista. Hubo una purga cruel de líderes
que no colaboraron. El anciano Selassie fue encarcelado y murió
enfermo en 1975.394
La p o b la ció n de E tio p ía es a p ro x im a d a m e n te de
46.000.000, dividida en tres grupos religiosos, a saber: los
cristianos ortodoxos en la parte central; los m usulm anes en las
costas y en el norte; y los paganos en el sur. La Iglesia Ortodoxa
Etíope formaba parte de la Iglesia Cóptica de Egipto por muchos
años. Ahora es autónoma y tiene una tradición muy antigua,
datándose desde el siglo IV. Por siglos la Iglesia era decadente,
estática y feudal, utilizando un idioma antiguo que la gente no
entendía. Recientemente, hay señales de una vida nueva debido
al uso de la Biblia en el amharic, el idioma oficial del país.
La Iglesia Ortodoxa Etíope ha resistido los esfuerzos
misioneros de otras iglesias cristianas, diciendo que Etiopía es
ya una nación cristiana antigua y no necesita la obra misionera.
Haile Selassie, debido a su estadía en Londres,395 simpatizaba
con las sociedades misioneras y las dejaba trabajar en el sur del
país entre las tribus autóctonas que no eran de la Iglesia
Ortodoxa. Grandes movimientos cristianos se produjeron entre
las tribus de los galla y los wallamo antes de la Segunda Guerra
Mundial. La obra de la Misión del Interior del Sudan (SIM) en
Etiopía ha sido formidable y merece un lugar de honor en la
historia misionera.396
La historia bautista en Etiopía comenzó en 1950 cuando la
Conferencia General de Bautistas de Estados Unidos, anterior­
490 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

m ente los bautistas suecos, inició una obra médica en Ambo.


Aprovechando esto, utilizaban a los obreros médicos como
evangelistas. Era casi imposible hacer una obra evangelizadora
abierta en Etiopía, debido a las restricciones gubernamentales,
de modo que las misiones evangélicas tenían que obrar de otra
forma. Los bautistas suecos tuvieron una Casa Publicadora que
auspiciaba cursos bíblicos y producía literatura popular. Han
traducido porciones de la Biblia al amharic.397 En 1982 la Iglesia
Evangélica Bautista, la entidad nacional de los suecos, contaba
con veintisiete congregaciones y una comunidad de 2.000
creyentes.398 Otra entidad bautista comenzó una obra en Etiopía
en 1960. Se trata de la Confraternidad Bautista Bíblica, una
agrupación de iglesias bautistas fundamentalistas de Estados
Unidas. En 1982, la Iglesia Bautista Emanuel, la entidad
nacional de este grupo, contaba con veinticuatro congregacio­
nes y casi 3.000 creyentes.399 Ambas entidades tenían, en 1970,
unos treinta y cinco misioneros, pero muchos fueron expulsados
del país después de 1977.
La primera misión extranjera que consiguió permiso para
trabajar con el pueblo amharic de Etiopía Central fue la
FMBSBC. En 1965 un grupo de norteamericanos radicados en
Etiopía pidió la colaboración de un misionero. La FMBSBC,
investigando este pedido, se dio cuenta de la posibilidad más
grande de trabajar con el pueblo etíope. No pudo responder al
pedido de los norteamericanos, pero sí, votó abrir una obra en
Etiopía.
Los esposos Lewis, misioneros en Tanzania que por años
soñaban con una obra en Etiopía, se ofrecieron para ser los
pioneros, juntam ente con los Cheyne de Zimbabwe. Los dos
matrimonios no pudieron conseguir una visa permanente, pero
entraron en Etiopía con un permiso provisorio de seis meses. Se
pusieron a estudiar el idioma amharic e iniciaron trámites con
los oficiales. Todos sus esfuerzos fueron en vano. Cuando
estaban por abandonar sus sueños, de una m anera providencial,
una sobrina del emperador buscaba la forma de mejorar las
condiciones sociales en su pueblo. Había observado la obra de
misioneros en otras partes del país entre las subculturas. Habló
con un ministro de gobierno quien, por casualidad, había
entrevistado a los misioneros bautistas. Por este contacto, los
misioneros de la FMBSBC, no solamente consiguieron la visa
Los Bautistas en Africa Oriental 491

perm anente, sino también fueron los primeros misioneros


invitados a trabajar entre los amharics. Sin embargo, su obra fue
limitada a lo que se llamó “el desarrollo de la comunidad”;400 por
eso, el primer equipo de misioneros incluyó a un veterinario, un
médico, un ingeniero y a varios peritos en trabajos manuales y
en silvicultura. Se radicaron en Menz-Gishe, a 280 kilómetros
de Addis Abeba, en la misma cuna de la civilización amharic.
Hicieron un gran impacto sobre la zona y recibieron el elogio
personal del emperador.
El misionero médico Samuel Cannata y los esposos Lind-
holm no solamente se destacaron por su trabajo, sino también
por su obra espiritual entre los sacerdotes ortodoxos.401 Trabaja­
ron estrecham ente con los sacerdotes y pudieron organizar
reuniones de estudio bíblico y oración en las iglesias orto­
doxas.402 Se produjo un verdadero avivamiento espiritual entre
los sacerdotes y ellos solían acompañar a los misioneros en sus
viajes de obra social. Por ejemplo, mientras el médico Cannata
atendía a los enfermos, el sacerdote acompañante predicaba y
testificaba. Aunque los misioneros bautistas no podían fundar
congregaciones, debido a la prohibición del gobierno, llevaron a
cabo la evangelización por medio de la Iglesia Ortodoxa y de sus
propios sacerdotes. Las esposas de los misioneros, varias de ellas
enfermeras, auspiciaban reuniones de estudio bíbüco y testimo­
nio cristiano en sus casas.403 Los otros misioneros especialistas,
como el veterinario, realizaban hazañas misioneras en las zonas
rurales.
Después de la caída de Selassie y la imposición de un
gobierno militar marxista, la popularidad y la obra abnegada de
los misioneros llegaron a ser una desventaja. Los misioneros
fueron acusados de ser agentes del imperialismo y se vieron
obligados a dejar el país. El doctor Cannata fue encarcelado por
varias semanas, acusado de tener armas en su casa.404 Sin
embargo, fue nada más que una excusa para desacreditar al
popular Cannata y a su obra cristiana, y para encontrar una
m anera de expulsarlo sin agitar m ucho el pueblo.
En 1978 dos matrimonios de la FMBSBC pudieron regresar
a Addis Abeba para cuidar las dependencias de la Misión. Han
podido continuar los ministerios de distribución de cursos
bíblicos y literatura, más la obra personal entre los creyentes y
sus familiares. Los proyectos en el interior, de medicina y de
492 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

agricultura, siguen bajo la dirección de nacionales.405


Oficialmente, no hay iglesias bautistas en Etiopía como
resultado de la obra de la FMBSBC. Sí, hay unas iglesias que
siguen su testimonio, fundadas por los misioneros suecos y
fundam entalistas entre las subculturas, pero la contribución
bautista entre los amharics fue indirecta. Aun los grupos
trabajando con los paganos del sur han sentido las consecuen­
cias del gobierno marxista y anticristiano. Han sido perseguidos
mucho.
En años recientes, las terribles hambres, producidas por las
sequías en Etiopía, han llamado la atención del mundo. La
Misión bautista en Etiopía ha coordinado la llegada y la entrega
de miles de toneladas de comestibles para los damnificados. Un
misionero, Esteban Bartalsky, murió en un accidente de heli­
cóptero cuando viajaba para organizar la ayuda. Debido a la
misericordia y el amor manifestados por los misioneros, el
mismo gobierno y el pueblo etíope están abriendo una vez más
las puertas a la entrada del evangelio. Es de esperar que cambios
políticos abran una vez más la oportunidad bautista en Etiopía.
Mientras tanto, la historia bautista en Etiopía está en suspen­
so.406

SUDAN
La obra misionera cristiana en Sudán ha sufrido muchos
altibajos. Sudán está dividido religiosamente en el norte m usul­
m án y el sur pagano. Hay unos dos millones de cristianos en una
población de 24.000.000. Sudán llegó a ser una república en
1956, pero pronto cayó en manos de una ju n ta militar. En 1969,
un grupo de oficiales militares de postura socialista se apodera­
ron del país, prometiendo autonomía a las provincias sureñas del
país, que siempre habían temido la imposición del Islam sobre
ellas.
En 1962 un decreto anuló la obra antigua de muchas
sociedades misioneras evangélicas, tales como la SIM, AIM y los
presbiterianos. En 1964 los misioneros fueron expulsados de las
provincias sureñas y en 1970 de las provincias en el norte. Se
libró una guerra entre los militares de Khartoum y los revolucio­
narios del sur. La mayoría m usulm ana del norte está tratando de
extirpar al cristianismo del sur, pero, a pesar de sus esfuerzos, la
fe continúa creciendo.407
Los Bautistas en Africa Oriental 493

A partir de 1974 algunos misioneros protestantes han


podido volver al país, si prometen ejercer sus pericias médicas y
agrícolas y no se dedican a la evangelización. Aprovechando
esto, la FMBSBC consiguió permiso en 1980 para enviar a
Sudán a dos matrimonios desde Etiopía, los esposos Cannata y
un compañero agricultor, para colaborar con otros grupos
misioneros, especialmente con los traductores de Wyclif, en una
obra de desarrollo social. Los C annata se radicaron en Juba con
el fin de traducir las escrituras al idioma murle. Debido a
problemas políticos, en 1984 se trasladaron a Kenya para
term inar el proyecto. Cumplieron con la traducción, pero su
traslado quitó la presencia bautista de Sudán. Los Cannata se
mudaron a Zanzíbar para abrir una nueva obra bautista.408

Conclusión
Así, se term ina esta mirada, a vuelo de pájaro, de la historia
fascinante de los bautistas en Africa Oriental. Como se nota, tal
historia está en su período de comienzos. No se sabe si va a
poder adaptarse a los rápidos cambios sociales y políticos de la
región. Mucho dependerá de la rápida nacionalización de la obra
bautista, considerada en muchos lugares una fe importada. Su
identificación tan estrecha con los misioneros norteamericanos
es, al mismo tiempo, una bendición y una maldición. Si los
misioneros pueden superar el patemalismo endémico entre
ellos, y si los nacionales pueden asumir una responsabilidad
mayor por el avance y la dirección de la obra bautista, el futuro
podrá ser muy brillante. La fe bautista tiende a ser demasiado
foránea y sectaria en Africa Oriental. Tendrá que verse como un
sector de la iglesia universal de Cristo y no de una cierta
denominación extranjera. Así podrá arraigarse en el suelo
africano, reconociendo la contribución de los misioneros, quie­
nes, a gran costo de vidas y de dineros, la establecieron; pero
reservando el derecho de propagarla y preservarla por medio de
la cultura y de las formas africanas. Los bautistas en Africa
Oriental son muy jóvenes. Pueden aprender mucho de los
bautistas de otras partes de Africa y del mundo. Así podrán
evitar sus errores. Al acercarse a su adolescencia histórica, es de
esperar que la fe bautista en Africa Oriental pase por este
período crítico y llegue a la madurez denominacional. El
potencial no tiene límites.
C apítulo V
LOS BAUTISTAS EN AFRICA SEPTENTRIONAL
Africa Septentrional es un baluarte del Islam. Desde que los
m usulm anes conquistaron los centros cristianos de la región en
el siglo séptimo, el cristianismo de la región ha luchado para
sobrevivir. Por eso, hay poca historia bautista en esta vasta zona.
Constituye el campo misionero más difícil para el cristianismo.
En Túnez y Mauritania no hay evidencias de la presencia
bautista.409 En Argelia, entre los años 1950 y 1970, la Misión
Evangélica Bautista, una entidad misionera de bautistas inde­
pendientes de Estados Unidos,410 m antenía una obra que
contaba en 1982 con cuatro congregaciones y unos 100 creyen­
tes. Los misioneros de esta entidad fueron expulsados en 1970,
pero la obra continúa.411 En los otros países hay pequeñas
“cabezas de playa” muy limitadas y algo estáticas. En el
momento presente los sucesos políticos, y los factores religiosos,
no indican la posibilidad de una expansión significativa de los
bautistas en Africa Septentrional.412

LIBIA
Libia, bajo el enérgico y excéntrico general Gaddafi, un
m usulm án fanático, tiene ambiciones de ser la punta de lanza
de una nueva cruzada del Islam. Las tropas libias en 1980
ocuparon una gran parte de Chad y muchos piensan que tienen
otras pretensiones. Sin embargo, en 1987 Libia se había retirado
de Chad y ha disminuido en algo su papel en el terrorismo
internacional. Después del ataque aéreo norteamericano en el
mismo año, en el cual Gaddafi casi pierde la vida, Libia se ha
calmado un poco. No obstante sigue siendo el centro del Islam
fanático y del terrorismo árabe. Por eso, el cristianismo en
general, y la fe evangéÜca en particular, no tienen mucho que

494
Los Bautistas en Africa Septentrional 495

ver con Libia. Los empleados de compañías petroleras extranje­


ras constituyeron la mayor parte de los cristianos en Libia.
En 1962 se organizó una iglesia bautista en Trípoli,
com puesta de petroleros y m ilitares norteam ericanos. La
FMBSBC en 1965 envió a los Blankenship para atender la
iglesia. Por un tiempo contaba con más de 300 miembros y se
reunía en un local alquilado. En 1970 los militares se fueron,
pero los petroleros y algunos diplomáticos seguían sosteniendo
la iglesia hasta 1981. Debido a las restricciones, la iglesia no
podía evangelizar al pueblo, pero los miembros podían m antener
un testimonio cristiano y algunos enseñaban inglés usando la
Biblia. En 1981, siguiendo los consejos del gobierno de Estados
Unidos, casi todos los extranjeros americanos se fueron y la
iglesia dejó de ser. Hasta ahora este antecedente es la única
evidencia de la presencia bautista en Libia.413

MARRUECOS
Como Libia, Marruecos es un país musulmán. La obra
misionera de los cristianos está muy limitada. Sin embargo, hay
una presencia bautista en Tánger, Rabat, Fez y Meknes. En
1966 la FMBSBC envió a los Newton a Marruecos como
misioneros. Se radicaron en Melilla, una comunidad española, y
atendían una iglesia bautista de habla española. Luego, se
trasladaron a Rabat antes de ir a Yemen para trabajar allá.414
Debido a la expulsión de los misioneros y la emigración de
los creyentes nacionales, en 1988 no hay iglesias bautistas
nacionales en Marruecos. Sin embargo, la presencia bautista se
ve en varias familias misioneras de la FMBSBC que realizan
cultos de habla inglesa en Rabat, Tánger, Fez y Meknes. Una
librería existe en Fez, pero ha tenido muchos problemas en
m antenerse. El director y otros creyentes han sido arrestados y
encarcelados por su fe varias veces. Los misioneros hacen
colportaje, auspician cursos bíblicos por correspondencia y se
relacionan con los universitarios. Los programas radiales de
Beirut han atraído algunos creyentes y cursos preparados por los
misioneros en Líbano son estudiados por algunos simpatizantes.
Hasta ahora, la obra bautista en Marruecos es algo importada.
La semilla está, pero no había echado raíces en el suelo del país
en 1988.415
496 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

EGIPTO
El cristianismo evangélico está muy limitado en Egipto
debido a la oposición de la mayoría m usulm ana y de la minoría
cristiana cóptica. La obra misionera extensa del período colonial
se ha reducido mucho en los últimos años.
Los bautistas han mantenido un testimonio en Egipto
desde 1931. En aquel año, Seddik Wasily Girgis, un egipcio
convertido a la fe bautista, estableció una misión independiente
en El Cairo. Con el apoyo de individuos bautistas en otros países,
Girgis adquirió un edificio de cuatro pisos que sirvió como
templo, seminario, planta educacional y sede para la obra. En
1956 Girgis estableció una relación con la FMBSBC y recibía
subvenciones de ella. La obra evangelizadora de Girgis resultó
en la constitución de seis iglesias en El Cairo, que en 1968
tenían 200 miembros. Tres estaciones misioneras eran auspicia­
das en Alejandría, Matarieh y Minshat Abdullah. Por causa de la
obra del pequeño seminario, había seis pastores y varios
predicadores laicos que predicaban en las iglesias y las misiones.
Girgis editaba un periódico que se llamaba El Evangelio
Bautista.*'6 En 1969 la FMBSBC nombró al misionero Guiller­
mo Herns para Egipto. Hem s colaboraba por unos años con
Girgis, pero no pudo conseguir una visa permanente, y tuvo que
entrar y salir de Egipto como residente de Beirut, Líbano.417 Esta
obra en conjunto siguió en El Cairo y alrededores por varios
años. Girgis empleaba la organización de escuelas dominicales
como su medio evangelizador. En 1970 había más de 600
alumnos matriculados en sus escuelas. La obra de Girgis
m erece el elogio de los bautistas del mundo.
Desde 1981 tres matrimonios misioneros de la FMBSBC
han estado radicados en Egipto para asesorar y apoyar la obra
bautista presente. Trabajan en colaboración de la Convención
General Evangélica Bautista de Egipto, la entidad bautista
continuada por los familiares y seguidores de Girgis. Los
misioneros enseñan en las escuelas y se relacionan con los otros
evangélicos. Uno está enseñando en un Seminario Interdenomi-
nacional. Otros están encabezando una obra con la juventud. El
gobierno concedió visas perm anentes y reconoció oficialmente
la presencia de los misioneros bautistas durante la presidencia
de Anwar Sadat. En 1987 había diez congregaciones con 500
Los Bautistas en Africa Septentrional 497

creyentes. Hay unos ocho pastores nacionales trabajando con


seis misioneros.

Conclusión
Al repasar la historia de los bautistas en el continente de
Africa, uno queda impresionado de la oportunidad sin paralelo
de los bautistas en Africa Occidental y Oriental. El cristianismo,
incluyendo a los bautistas, está creciendo m ucho a pesar de los
tumultos políticos de las nuevas naciones en formación. En
Africa Central y Meridional, el cristianismo está creciendo
mayormente entre las denominaciones independientes; pero los
bautistas están pasando por pruebas por estar identificados con
grupos foráneos, sospechados por los movimientos nacionales
populares.418 El problema de Sudáfrica crea m uchas dificultades
para todo el continente. Si los bautistas pueden identificarse
rápidamente con los movimientos nacionales y revoluciona­
rios,419 sin sacrificar sus principios básicos y cristianos, tienen
una oportunidad de compartir los resultados de la esperada
proliferación del cristianismo. Por supuesto, en Africa Septen­
trional los bautistas, como otros grupos cristianos, tendrán que
luchar a favor de la legitimidad de la presencia cristiana hasta
que el mismo Espíritu Santo abra una vez más las puertas de
oportunidad ya cerradas. En general, la perspectiva bautista en
Africa es alentadora.
La participación bautista en la m archa del cristianismo en
Africa dependerá m ucho de la intrepidez y la flexibilidad de los
misioneros foráneos; de la fidelidad de los misioneros y los
nacionales bajo la persecución; y de la dedicación de los dos a la
evangelización. Grandes victorias y severas pruebas esperan la
propagación del evangelio por medio de los bautistas en Africa.
Es de esperar que los mismos bautistas no se olviden que
forman parte de la iglesia universal de Cristo. Cuando se ven así,
m uchos de los impedimentos desaparecen. De esa forma, la obra
bautista no se hará para promover una denominación bautista;
en cambio, la misma denominación se dedicará a la promoción
de los fines del reino de Dios por medio de la comunidad
redentora de Cristo en el mundo. En otras palabras, la denomi­
nación bautista debe hacerse miembro de la iglesia de Cristo
que a su vez espera el reino venidero de Dios. Quizá, esta nota
498 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

de universalidad sea la necesidad más grande de los bautistas de


Africa. Quitaría los dos grandes impedimentos al crecimiento, a
saber: el paternalismo y el nacionalismo; y garantizaría la buena
m archa de la obra bautista en Africa.
Parte IV
LOS BAUTISTAS EN ASIA
Capítulo I
Los Bautistas en Medio Oriente
Capítulo II
Los Bautistas en Asia Oriental
Capítulo III
Los Bautistas en Asia del Sur y del Sudeste
C apítulo I
LOS BAUTISTAS EN M EDIO ORIENTE
Extendiéndose desde Israel en el oeste hasta Irán en el este,
y desde Turquía en el norte hasta Yemen en el sur, el Medio
Oriente está ubicado en “el puente de tierra” que une Europa,
Asia y Africa. Etnicam ente pluralista y políticamente explosiva,
ha sido una región de odio humano, prejuicio racial y lucha
política; y lamentablemente, la religión ha sido la fuente de
muchos de los conflictos. Esta “cuna de la raza hum ana” ha
dado a luz las tres grandes religiones monoteístas —el judaismo,
el cristianismo y el Islam; y hasta el día de hoy están envueltas
en una lucha mortal. Aun entre los cristianos, hay una diversi­
dad tremenda. El mosaico cristiano incluye las Iglesias Copta,
Ortodoxa Griega y Rusa, Católica Romana, Armenia, Maronita,
Anglicana y m uchas formas de protestantes evangélicos.
Los bautistas reconocen esta presencia de una comunidad
cristiana más amplia, pero procuran testificar de una fe vital y
personal entre los adherentes de todas las religiones. Hay un
interés especial en la obra entre los judíos por razón de su papel
tan importante en el plan redentor de Dios. Además, la mayor
parte de las obras bautistas se realizan en territorios dominados
por el Islam. Algunos m usulm anes son tolerantes, muchos son
intolerantes y unos pocos están interesados en el evangeüo. Por
eso, los pocos bautistas se ven obligados a variar sus estrategias
en distintos lugares. En los países donde no pueden entrar,
tratan de penetrar por medio de la radio y por otros medios de
comunicación.
Siguiendo el ejemplo de Jesús, los bautistas responden a las
necesidades más apremiantes de los pueblos. En ciertos lugares,
se dedican a la educación, en otros a la obra médica y en toda la
zona están realizando obras de beneficencia. Santiago Barton

501
502 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

observó: “Desde cualquier punto de vista que se considere el


Cercano Oriente, el interés y las emociones que despierta son
más intensos y fundam entales que las que despierta cualquier
otro grupo de países”.1 Esto se debe a varios factores, a saber:
1. Fue la cuna de la raza hum ana —se cree que ha sido el
hogar de las primeras razas de la humanidad.
2. Fue sede de los grandes imperios antiguos del m undo
— Egipto, Asiria, Babilonia, Medo-Persia y Grecia, uno tras otro
se levantaron, florecieron y decayeron. Es una mina de ruinas y
reliquias de las antiguas civilizaciones.
3. Fue la tierra de la Biblia y de Jesucristo —por eso, se
llama la “tierra santa”, tierra donde el fundador cristiano vivió,
m urió y resucitó.
4. Actualmente, es el centro de m ucha agitación política,
religiosa y racial —todo el mundo está buscando la solución del
conflicto entre Israel y los países árabes por un lado, y entre los
m usulm anes de Irán e Irak por el otro. Estratégicamente, la
zona yace entre los grandes poderes del Occidente y el Oriente.2

Precursores Evangélicos
La “tierra santa” ha atraído un número desproporcionado de
sociedades misioneras evangélicas. Más de veinte han procura­
do evangelizar en Medio Oriente, más un sinnúm ero de
misioneros independientes que han representado una multitud
de políticas y de métodos. Los congregacionalistas de Estados
Unidos iniciaron una obra en Turquía en 1831. En Siria y
Líbano, los pioneros fueron los presbiterianos de América,
quienes llegaron a Beirut en 1823. El conocido Enrique Martyn
pasó un año en Irán en 1811, y luego unos misioneros suizos de
Basilea continuaron su obra con la colaboración de misioneros
de los congregacionalistas en Estados Unidos. Estas misiones
reunieron a pocos creyentes, pero fundaron colegios y traduje­
ron las Sagradas Escrituras, y así prepararon el terreno para
otros.3 Entre los misioneros de estas antiguas misiones, se
destacaron C. G. Pfander, Roberto Bruce, Eduardo Stuart,
Tomás French, Keith Falconer, Pablo Harrison y, el más
conocido, Samuel Zwemer.4 No obstante su abnegación y sus
obras eficaces, muy pocos conversos resultaron. Pablo Harrison,
informando en la Conferencia Misionera de Tambarám en 1938,
conmovió a la asamblea cuando presentó a los cinco convertidos
Los Bautistas en Medio Oriente 503

después de cincuenta años de labor, diciendo “la iglesia en


Arabia les saluda”.5

Los Comienzos Bautistas


La influencia bautista en Medio Oriente ha sido la respon­
sabilidad de los bautistas del sur de Estados Unidos. La
Conferencia de Londres de 1920, auspiciada por la Alianza
Bautista Mundial, produjo un acuerdo entre los bautistas que
asignó el Medio Oriente a la Junta de Misiones de los bautistas
sureños. J. W. Watts fue nombrado misionero para Palestina en
1922 pero, después de unos años, volvió a Estados Unidos donde
era profesor de Misiones en el Seminario en Nueva Orleans.
Durante su estadía en Palestina, la familia Bottoms de Texarka-
na, Arkansas, donó fondos para edificar un templo en Nazaret
en 1926. Leo Eddleman fue nombrado misionero en 1936 y
trabajó unos años en Israel antes de volver a Estados Unidos
para ser presidente del Seminario en Nueva Orleans.
La obra bautista fue interrum pida por la Segunda Guerra
Mundial, pero después la Junta de Richmond nombró a tres
familias para Medio Oriente —los Hagood, los Lindsey y los
Callaway. Hagood falleció repentinam ente; los Callaway sirvie­
ron en varios lugares antes de renunciar en 1952; y los Lindsey
han tenido un ministerio largo y fructífero en Israel. Después de
la m uerte de Hagood, su viuda se casó con Finlay Graham, un
misionero independiente de Escocia. En 1947 Graham fue
nombrado por la Junta de Richmond y llegó a ser el misionero
más destacado de la zona.6 Conviene trazar brevemente el
desarrollo de los bautistas en los países contemporáneos.

LIBANO
El prim er árabe que se hizo bautista fue Said Jureidini,
oriundo de Líbano que se convirtió en la Tercera Iglesia Bautista
de St. Louis, Missouri en 1893. Estaba en Estados Unidos para
asesorar la exhibición de Turquía durante la Gran Feria
Mundial. Al volver a Líbano, seguía trabajando como fotógrafo y
relojero pero, al mismo tiempo, reunía a sus amigos para
estudios bíblicos. Varios de ellos se convirtieron y una congrega­
ción se constituyó en Beirut. Por muchos años Jureidini era
pastor y la columna bautista de Líbano.7
504 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Los misioneros de los bautistas del sur de Estados Unidos


se establecieron en Líbano en 1948. Los esposos Graham
iniciaron la obra en cooperación con dos pequeñas iglesias, una
en Beirut y otra en Kefr Mishky. En los primeros años fueron
añadidas misiones en Trípoli y en los alrededores de Beirut.
Debido a la libertad religiosa, la obra prosperó mucho. En 1969
había veintiséis misioneros, nueve iglesias, ocho puntos de
predicación y 450 miembros.
Cuatro ministerios se desarrollaron en Líbano, a saber: una
Escuela Bautista en Beirut ha ganado mucho prestigio por su
alta calidad y su ministerio a niños de todas las religiones de la
zona. Jaime Ragland se ha destacado como el director de la
escuela; un seminario teológico se fundó en 1960; un Centro de
Publicaciones se organizó con el propósito de enviar literatura a
otros países árabes; y un Centro de Comunicaciones con
ministerios para distribuir literatura, para producir programas
de radio y televisión y para encabezar un programa de educación
teológica por extensión ha sido muy activo por muchos años.
Estas obras florecían hasta el año 1975, cuando se desató una
guerra civil que sigue hasta el día de hoy.
A pesar de la guerra tan destructora, los misioneros
quedaron para continuar su trabajo hasta 1987, cuando se
retiraron acatando las órdenes del gobierno de Estados Unidos.
Los ministerios mencionados arriba siguen desde una sede
provisoria en Chipre, donde está radicada la mayor parte de los
misioneros. La Convención Bautista de Líbano, organizada en
1955, sigue evangelizando y promoviendo sus programas a
pesar de las dificultades.
En 1988 los bautistas de Líbano contaban con quince
iglesias y aproximadamente 650 miembros. Centenares de
personas siguen manifestando su fe en Jesucristo, pero es muy
difícil incorporarlas en las congregaciones. Unos once pastores
nacionales siguen su trabajo con la colaboración de unos quince
misioneros. Además de las iglesias de la Convención, hay unas
congregaciones independientes que cuentan con un total de
200 creyentes. La obra bautista en Líbano está pasando días de
prueba, pero ha ganado el respeto del pueblo por su fidelidad.8

ISRAEL
La obra bautista en lo que ahora es Israel fue iniciada por
Los Bautistas en Medio Oriente 505

un sirio, Shukri Mosa, en 1911. Sostenido por unos bautistas del


estado de Illinois en Estados Unidos, Mosa abrió una obra en
Safed, pero pronto se trasladó a Nazaret donde organizó una
congregación de unos pocos creyentes bautistas. La Junta de
Misiones Foráneas de la Convención Bautista del Sur de
Estados Unidos se encargó de esta obra en 1920 como resultado
de la Conferencia de Londres. Antes de la Segunda Guerra
Mundial, unos siete misioneros de esta Junta trabajaron en
Israel y fundaron congregaciones de creyentes en Jerusalén
(1925) y en Haifa (1936). Además, tenían un punto de
predicación en Tel Aviv y una escuela en Nazaret.9
La creación del Estado de Israel en 1948 libró una guerra
entre judíos y árabes. Varias treguas se efectuaron pero fueron
abrogadas en 1956 y 1967. Las actividades de los bautistas se
limitaron principalmente a los territorios incorporados en el
nuevo Israel, pero se dirigían a los palestinos árabes. Una
propiedad fue comprada en Petah Tiqva por los bautistas para
fundar un centro para judíos recién convertidos. Con el correr
de los años, el centro creció y agregó un orfanato, una escuela y
una iglesia. D urante los años tumultosos los bautistas casi
desaparecen, pero a partir de 1950 repuntaron y sentaron las
bases de un nuevo comienzo. Unos doce misioneros de la Junta
de Richmond, encabezados por el veterano misionero Roberto
Lindsey, se entregaron a la obra entre unos veinte miembros; y,
en 1955, pudieron informar que contaban con 100 miembros
con congregaciones en Jerusalén, Tel Aviv, Haifa y Nazaret.
Cuando unos judíos se convirtieron a la fe bautista, hubo
m ucha oposición de parte de los judíos ortodoxos. Los bautistas
resistían los esfuerzos para limitar su libertad, pero en 1964 el
Estado de Israel estableció una ley que prohibía la conversión de
menores. Desde aquel tiempo los bautistas han sufrido varios
altibajos en su relación con el Estado y varios ataques sobre sus
edificios por elementos fanáticos.
En 1965 cinco iglesias y unos 181 creyentes formaron la
Asociación de Iglesias Bautistas en Israel. El primer presidente
fue José Alkahe, un judío de Italia muy erudito, quien se preparó
para el ministerio en Rushlikon, Suiza y llegó a ser el pastor de
la congregación bautista en Petah Tiqva. Una obra literaria
comenzó después de 1967. En el mismo año, la Guerra de Seis
Días aum entó grandem ente el territorio de Israel y trajo más de
506 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

un millón de habitantes bajo la jurisdicción de Israel. Esto


redundó en una ventaja para los bautistas porque Israel se vio
obligado a dar más libertad a los árabes y feligreses de otras
religiones.
La Guerra de Yom Kippur en 1973 creó una situación que
Anwar Sadat de Egipto aprovechó para formular un acuerdo de
paz con Israel. D urante este tiempo los bautistas seguían sus
obras de beneficencia entre los árabes, sus obras de publicación
y de enseñanza, a pesar de ser víctimas de varios ataques de
terrorismo. En 1978 nuevas leyes limitaban la distribución de
Biblias y literatura de proselitismo. En 1988 había siete congre­
gaciones bautistas en Israel, agrupadas en la Asociación nacio­
nal, apoyadas por unos cuarenta y nueve misioneros norteam eri­
canos de los bautistas del sur. Hay aproximadamente 500
miembros que están profundizando su propia fe y buscando la
m anera de compartirla con otros por medio de educación,
audiovisuales y literatura. Aunque la perspectiva futura de los
bautistas en Israel no promete demasiado, la perseverancia de
los mismos creyentes bautistas impresiona m ucho y bien podría
ser la fuente de una expansión de la fe evangélica entre los
judíos.10

JORDANIA
La pequeña obra bautista en Jordania comenzó en 1947 por
medio de los esfuerzos de Finlay Graham, un misionero de los
bautistas del sur. Algunos misioneros m antenían contacto con
creyentes hasta 1950 cuando la Junta de Richmond se encargó
de un hospital en Ajloun, regalado a la Junta por un misionero
médico, Carlos MacLean, sostenido por iglesias anglicanas.
Augusto Lovegren y Lorne Brown, misioneros médicos, desarro­
llaron una obra abnegada por muchos años, aun durante la
crisis de 1967 cuando el hospital ministraba a miles de heridos
de la guerra.
Como resultado de la obra del hospital, y del trabajo de
varios otros misioneros, la obra bautista creció. En 1953 se
constituyó la primera iglesia bautista con veintidós miembros en
Ajloun. En 1987 el hospital fue entregado al Ministerio de Salud
de Jordania, pero la obra bautista sigue a través de iglesias, obras
de radiofusión, de educación y de literatura. En 1969 había
cinco iglesias con 173 miembros. En 1988 había ocho iglesias
Los Bautistas en Medio Oriente 507

con 500 miembros, agrupadas en la Convención Bautista de


Jordania. Además, la Misión de los Bautistas Conservadores de
Estados Unidos cuenta con otras cuatro congregaciones bau­
tistas autónomas con aproximadamente 500 miembros. Aunque
el hospital está en manos del gobierno, los bautistas proveen
personal para la escuela de enfermeras y otros servicios de la
institución. La obra bautista está bien conceptuada en Jordania
debido a sus obras sociales y educativas, pero la extensión
evangelizadora es muy difícil y promete sólo un crecimiento
lento."
GAZA
La obra bautista en Gaza comenzó cuando los bautistas se
encargaron de un hospital fundado por una sociedad misionera
anglicana en 1879. La Misión Bautista se constituyó en 1954
con dos misioneros médicos, J. T. Rae y Jaime Young, y algunas
enfermeras misioneras. Hicieron una obra muy noble por medio
del Hospital de noventa y dos camas, una escuela de enferme­
ras, una escuela primaria y clases de estudio bíblico. Se organizó
una iglesia y contaba con veinticinco miembros en 1968. Los
bautistas han realizado su obra a través del hospital, la biblioteca
y las escuelas. En 1982 el hospital fue entregado de nuevo a los
anglicanos después de realizar una obra abnegada durante la
guerra de 1967.12
Los bautistas siguen su testimonio en Gaza por medio de
una iglesia y varias obras sociales que expresan amor cristiano
para con la población musulmana. Se registran muy pocos
conversos pero la variedad de ministerios médicos y sociales
realizados por los bautistas garantizan un testimonio continuo
en Gaza.13
YEMEN
La presencia bautista en Yemen se debe a un pedido del
Director del Ministerio de Salud dirigido a la Jun ta de Misiones
de los Bautistas del Sur de Estados Unidos en 1963. Habiendo
observado la obra del Hospital Bautista en Gaza, y habiendo
conocido a Jaim e Young, el cirujano misionero allá, él pidió el
envío de un misionero médico a su país, Yemen del Norte. El
mismo Jaime Young respondió y se trasladó a Taiz en 1964
donde abrió una clínica médica bautista.
508 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

En 1968, en medio de grandes dificultades y la evacuación


de todos los otros norteamericanos, la Misión bautista inauguró
un hospital con sesenta camas en la ciudad de Jibia. A pesar del
prejuicio contra los misioneros foráneos, el hospital ganó la
simpatía del pueblo y pudo servir a muchos necesitados en el
nom bre de Jesucristo. Una escuela de enfermeras y otras obras
sociales están contribuyendo a la obra en general. La obra
evangelizadora está term inantem ente prohibida, pero el perso­
nal del hospital ha podido testificar a nacionales de otros países
que trabajan en Jibia. En 1975 fue iniciado un culto en inglés en
Saana. Un incendio en el hospital en 1975 hizo muchos daños
pero hoy en día el hospital continua una obra febril. Unos
veintinueve misioneros trabajan entre los pocos creyentes.14
En Jordania, Gaza y Yemen los bautistas dependen de sus
obras sociales como la única manera de m antener un testimonio
cristiano m ientras esperan la apertura de nuevas puertas. Su
fidelidad al Señor es digna de m ucha honra.

IRAN
En 1988 no había una presencia bautista oficial en Irán.
Los altibajos políticos y la revolución que se produjo en 1978
han prohibido la obra misionera, especialmente desde Estados
Unidos. Sin embargo, en 1968 los Braswell entraron en Irán
bajo los auspicios de la Junta de Misiones de los Bautistas del
Sur de Estados Unidos. Fueron recibidos cordialmente por los
presbiterianos que tenían una obra extensiva en el país.
Braswell, un hombre muy erudito, fue invitado a enseñar en un
instituto de los presbiterianos. Por medio de este contacto,
Braswell recibió una invitación para enseñar inglés a los
estudiantes m usulm anes en la Universidad de Teherán. Ade­
más, se fundaron tres congregaciones de habla inglesa, com­
puestas principalmente de norteamericanos trabajando en Irán.
Sin embargo, cuando el Shah cayó, estas iglesias desaparecieron
cuando los norteamericanos se fueron. En 1988 no existía una
presencia bautista en Irán.15 Braswell es profesor en un semina­
rio bautista en Estados Unidos.

TURQUIA
La presencia bautista en Turquía fue sólo pasajera. En la
Los Bautistas en Medio Oriente 509

década de 1960, varios extranjeros bautistas en viaje de


negocios se interesaron en Turquía como un campo misionero
para los bautistas. En 1966 la Junta de Misiones de los Bautistas
del Sur envió a la familia Leeper a Ankara para atender las
necesidades de las familias norteamericanas y para tratar de
organizar una iglesia de habla inglesa. La obra de proselitismo
estaba term inantem ente prohibida. Leeper tuvo m ucho éxito
entre sus compatriotas y se constituyó una iglesia de más de 100
miembros. Algunos nacionales se hicieron miembros.16 En 1978
Leeper pudo conseguir su residencia perm anente como misio­
nero. Sin embargo, al año siguiente el permiso fue denegado y
los Leeper tuvieron que salir. Por eso, la presencia bautista se
limita a algunos extranjeros que se reúnen para realizar cultos
en inglés. En 1976 los bautistas del mundo respondieron a la
tragedia del gran terremoto que mató más de 3.600 personas.17

Conclusión
Como se nota, la obra bautista en Medio Oriente es muy
escasa y débil. La obra abnegada de centenares de misioneros
bautistas de varias jun tas de Europa y Norteamérica no ha
resultado en muchos creyentes. La presencia bautista en medio
de un mundo m usulm án, ortodoxo y católico es mínima. Sin
embargo, el testimonio dado por las pequeñas obras bautistas es
de sum a importancia y merece el elogio del pueblo bautista. Es
de esperar que la situación política y cultural en Medio Oriente
cambie, para que todos los pueblos evangélicos puedan tener
plena libertad de proclamar el evangelio una vez más en la
misma cuna de la fe cristiana.
C apítulo II
LOS BAUTISTAS EN ASIA ORIENTAL
Introducción
Más de una cuarta parte de la población del mundo vive en
Asia Oriental una región que incluye China (la República del
Pueblo de la China), Japón, Corea (del Norte y del Sur), Taiwán
(República de la China), Hong Kong y Macao. Con la excepción
de China y Corea del Norte, estos países están muy adelantados
en la industria y la tecnología. Están llegando a ser potencias
económ icas en el mercado del mundo. Sus culturas son
antiguas y nobles y sus religiones —budismo, confucianismo,
taoísmo, sintoísmo e islamismo— son de las más antiguas y
tradicionales. Sin embargo, en el día de hoy, el secularismo es
muy prevaleciente y ha producido un vacío espiritual.
El cristianismo en general, y la denominación bautista en
particular, son minorías muy pequeñas, pero significativas, en la
mayor parte de los países. A pesar de grandes esfuerzos de parte
de misioneros cristianos muy dedicados, hechos a través de
m uchos años, el crecimiento del cristianismo ha sido muy lento.
No obstante, hoy en día se ve un avivamiento cristiano en China
y un crecimiento vertiginoso se está realizando en Corea del
Sur.
Debido a la pequeñez de las comunidades bautistas en Asia
Oriental; y debido a las limitaciones espaciales de esta obra, este
autor se ve obligado a presentar nada más que una reseña de la
historia bautista de la región. Mucho material sobre los bautistas
en estos países se encuentra en los libros sobre la historia de las
misiones evangélicas y bautistas. Por eso, el lector que quiera
profundizar en la historia del cristianismo en estos países tendrá
que consultarlos, porque en esta obra se tratará esquemática­
m ente sólo de los comienzos y el desarrollo del pequeño pueblo

510
Los Bautistas en Asia Oriental 511

bautista en cada país. En un sentido, y con la excepción de


China y de Japón, las comunidades bautistas de Asia Oriental
están recientem ente entrando en la corriente mayor de la
historia bautista. Todavía pertenecen a las fronteras misioneras
debido a su falta de arraigo en sus países respectivos. Sin
embargo, prometen m ucho para el futuro de la historia bautista
si pueden m antener su espíritu misionero y evangelizador. Asia
Oriental es la gran frontera bautista en el día de hoy.

REPUBLICA DEL PUEBLO DE LA CHINA


La denominación bautista no existe en China en el día de
hoy; de hecho, no hay denominaciones cristianas algunas en la
república debido a las ordenes del gobierno comunista. Tal
gobierno reconoce solamente cinco religiones oficiales, a saber:
el cristianismo, el islamismo, el budismo, el taoísmo y el
catolicismo romano. Cuando usa el nombre cristianismo, se
refiere al conjunto de los creyentes evangélicos en contraste con
los cristianos que se adhieren al cristianismo católicorromano.
Por eso, las iglesias cristianas en China se componen de los
vestigios de las denominaciones empezadas por la obra misione­
ra entre los años 1807-1950 y de los rem anentes de la Iglesia
Católica Romana que se rem ontan hasta el siglo VII.'8
En 1949, cuando los comunistas se apoderaron de China,
había aproxim adam ente tres millones de católicos y unos
900.000 evangélicos en el país.19 Entre estos evangélicos, había
unas 392 iglesias bautistas con 123.000 miembros, agrupados
en la Convención Bautista de China.20 En aquel año, la historia
bautista oficial en China terminó por causa de los decretos del
nuevo gobierno comunista que abolió las denominaciones.
Hasta 1966, cuando empezó la infame “Revolución Cultural”
había vestigios de las denominaciones evangélicas que se
reunían en algunas congregaciones toleradas por el régimen,
pero a partir de 1966 hasta 1972 el cristianismo en su totalidad
tuvo que operar clandestinam ente bajo una severa persecución
corporal y psicológica. Pareció que la fe cristiana hubiera
desaparecido.
No obstante, desde 1972 en adelante ha habido una
reaparición del cristianismo y evidencias de un avivamiento
profundo entre los creyentes de China. Más de 4.000 iglesias
han abierto de nuevo sus puertas y se calcula que hay una
512 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

c o m u n id ad de crey en tes evangélicos de por lo m enos


20.000.000.21 En realidad, no existe una denominación bautista
en China en el día de hoy, pero la levadura bautista, ubicada en
el contexto chino por más de un siglo de obra misionera (1842-
1949), forma parte del robusto movimiento cristiano en China
hoy en día. Corresponde mencionar algo del desarrollo bautista
durante tal siglo.
Aunque una elite de misioneros evangélicos intrépidos tal
como Roberto Morrison, Guillermo Milne, Karl Gutzslaff y Pedro
Parker habían tocado las costas de la China antes, el año 1842
m arca la entrada de los bautistas.22 En aquel año se firmó el
Tratado de Nanjing que dio acceso a los misioneros a cinco
puertos: Cantón, Amoy, Fuchow, Ningpo y Shangai. Aprove­
chando la puerta abierta, misioneros bautistas de la Convención
Trienal de Estados Unidos, fundada en 1814, fueron a China.
Entre ellos los más conocidos fueron J. L. Shuck, Issachar
Roberts y Samuel Clopton.23
Edificando sobre estos comienzos en el sur de China, la
obra bautista se extendió al centro, al norte y al interior. Fueron
organizadas misiones en las cuatro zonas y después en Manchu-
ria. Nombres como Yates, Graves, Moon, Richards,24 Crawford y
Hartwell se destacaron entre muchos otros misioneros. Las
Misiones bautistas sobrevivieron los altibajos de la Guerra del
Opio, la revuelta Tai-Ping,25 los conflictos con Japón, la revuelta
de los Boxer, la Revolución a partir de 1911 y el perenne
prejuicio de los chinos hacia los extranjeros. Además de las
iglesias fundadas, fueron iniciados hospitales, escuelas, casas de
publicaciones y aun universidades y seminarios, por los bau­
tistas en todas partes.26 Un erudito católico resume bien los
logros de los bautistas y otros evangélicos en la China así:

De hecho, el esfuerzo protestante en China puede


calificarse de fenomenal. Las iglesias protestantes han
enviado allí unos 30.000 misioneros, y el término medio de
permanencia de éstos ha sido de 15 años. Hubo tiempos en
los que la China albergaba a más de ocho mil pastores
protestantes —procedentes de 130 iglesias y sociedades
distintas. Sus publicaciones periódicas podían hablar de una
verdadera “ocupación” del territorio nacional, ya que sus
capillas y sus instituciones se habían adentrado hasta las
más recónditas ciudades del interior.27
Los Bautistas en Asia Oriental 513

Toda esta inversión de personal y dinero tuvo su impacto


sobre el pueblo chino. Pareció que todo había sido en vano en
1949 cuando el comunismo tuvo su aparente victoria sobre el
cristianismo. Sin embargo, la iglesia cristiana en China, in­
cluyendo a m uchos bautistas, no solamente sobrevivió treinta
años de persecución sino también creció grandem ente y, hoy en
día, figuran como la gran prueba del poder del evangelio contra
los poderes ateos y materialistas del mundo. Aunque los
bautistas no figuran como denominación bautista en China, un
siglo de su historia allí sigue teniendo su influencia en la
renovada iglesia cristiana de la República del Pueblo. Desde
1979 las denominaciones bautistas de Europa y Estados Unidos
han podido renovar relaciones con la iglesia cristiana oficial de
China y han podido explorar m aneras de ayudar en el creci­
miento de la fe cristiana en el país. La Alianza Bautista Mundial
fue la prim era entidad que pudo tener una conferencia denomi-
nacional en China, en que líderes cristianos chinos tenían
permiso gubernam ental para participar.28 El porvenir cristiano
en China promete mucho. Los bautistas como tal no estarán
denominacionalmente, pero seguirán asesorando fraternalm en­
te a los creyentes, muchos de ellos productos de esfuerzos
bautistas del pasado.

JAPON
La primera misión cristiana a Japón fue la de Francisco
Javier en 1549. La Iglesia Católica Romana floreció y contaba
con más de 300.000 feligreses para el año 1593. Sin embargo,
en 1613 el cristianismo fue prohibido y se libró una persecución
terrible. Por más de dos siglos Japón estaba completamente
cerrado al resto del mundo. No pudo recibir misioneros cris­
tianos hasta la intervención del comodoro Perry en 1854. En
1859 se firmó un tratado que abrió cinco ciudades en las costas a
la presencia americana. Varios esfuerzos para entrar antes
habían fracasado, pero a partir de 1859 se ve la entrada de
misioneros de casi todas las ju ntas y sociedades misioneras de
Europa y Norteamérica.
Entre los tripulantes de Perry estaba Jonatán Goble. En
1860 Goble volvió a Japón como el primer misionero bautista.
Otro bautista, un tal McGowan de China, enseñó en Nagasaki
por un tiempo en el mismo año.29 La FMBSBC nombró a tres
514 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

misioneros para Japón en 1859 —Rohrer, Johnson y Toy— pero


la misión fue abortiva. Rohrer se perdió en ultramar; Johnson no
pudo viajar por causa de la Guerra Civil; y Toy dejó a los
bautistas para llegar a ser un famoso intelectual y profesor en
Harvard.30 En 1872 el doctor Natan Brown, un misionero de los
bautistas del norte de Estados Unidos en Birmania, llegó a
Yokohama y organizó la primera iglesia bautista en Japón. La
mayor parte de estos comienzos bautistas esparcidos fueron
absorbidos por un creciente ecumenismo que por fin resultó en
una Iglesia Cristiana Unida en Japón.
En 1878 fueron levantadas las restricciones sobre los
cristianos y empezó otra invasión de misioneros foráneos. Entre
ellos estuvieron dos matrimonios nombrados por la FMBSBC,
los McCollum y Brunson. Los Brunson no quedaron mucho
tiempo por falta de un sentido de llamado; pero, los McCollum y
varios otros misioneros nuevos se unieron a misioneros de la
U nión M isionera B autista y establecieron la obra de la
FMBSBC, que ha sido la base de la obra de unas veinte
entidades bautistas que tienen obra en Japón.31 La obra progresó
lentam ente y, al final del siglo, había solamente dos iglesias con
menos de noventa miembros.
En 1900 las varias misiones bautistas entraron en acuerdos
para dividir la obra en Japón. Se inició una obra de publicaciones
en 1907 y se fundó un seminario en Fukuoka y otro en Tokio.
Además, bajo la dirección del misionero C. K. Dozier, se fundó la
famosa Universidad de Seinan Gakuin. El crecimiento de la
obra bautista siguió hasta 1930, cuando hubo un período de
indiferencia y reacción al cristianismo en general. Bajo la
presión del gobierno, se organizó la Iglesia Cristiana Unida; al
mismo tiempo, los dos cuerpos de bautistas se unieron, pero
m uchos de los misioneros no estaban de acuerdo y varios
renunciaron. En 1941 solamente la familia Garrott quedaba
cuando se libró la Segunda Guerra Mundial. En 1944 no había
misioneros en Japón y la obra languidecía. La mayor parte de los
bautistas, bajo presión, se había afiliado con la Iglesia oficial.
Casi todas las propiedades de las iglesias fueron destruidas.
Un año después de la guerra, los primeros misioneros
bautistas volvieron a Japón. Tuvieron que comenzar de nuevo.
Sin embargo, los creyentes que quedaron eran fuertes y en abril
de 1947 se constituyó una Convención Bautista Japonesa. Se
Los Bautistas en Asia Oriental 515

adoptó un plan de extensión que resultó en una nueva cadena


de iglesias bautistas a lo largo de la islas. Para el año 1954 había
más de cien misioneros de la FMBSBC trabajando en veintiséis
ciudades de Japón. Los miembros llegaron a 20.000 en 1967.
Las instituciones bautistas —la Im prenta Jordania, el
Seminario en Fukuoka, la Universidad Seinan Gakuin y el
Retiro Bautista en Amagi— florecieron otra vez. En 1955 se
fundó un Hospital Bautista en Kioto. En 1970 la Asamblea de la
Alianza Bautista Mundial se realizó en Tokio, auspiciada por la
Convención Bautista Japonesa y la Unión Bautista, con la
cooperación de m uchos de los otros grupos bautistas. Las 242
iglesias de la Convención Bautista contaban con más de 30.000
miembros en 1988.32 Hay una Convención herm ana en la isla de
Okinawa que cuenta con 5.000 miembros. Sumando las cifras
de las veinte entidades trabajando en Japón y Okinawa hay un
total de más de 30.000 miembros bautistas. Combinados con un
núm ero muy grande de simpatizantes que por una razón u otra
no se bautizan, la comunidad bautista en Japón está experim en­
tando un crecimiento lento, pero significativo.33 Un despertar
misionero ha resultado en misioneros japoneses enviados a
Brasil, Okinawa e Indonesia. El liderazgo misionero —de
hombres como Garrott, Dozier, Copeland, Parker— va entregan­
do las responsabilidades de la obra a líderes nacionales. En
general, la obra bautista en Japón de hoy día está en un período
de transición que promete un progreso constante en el futuro.
Con sus tremendos recursos hum anos y económicos, el pueblo
bautista en Japón bien podría ser el instrum ento de Dios para
una gran expansión de su obra en Asia Oriental.34

COREA
En el día de hoy (1989) Corea está dividido a raíz de la
lucha entre el comunismo y la democracia. Corea del Norte está
bajo un régim en com unista muy en contra del cristianismo. Se
sabe que hay m uchos presbiterianos, metodistas y bautistas en
el país pero tienen que practicar su fe en una forma clandestina.
M uchos de ellos han sido asesinados, otros desterrados y otros
encarcelados. Es imposible, por lo tanto, informar sobre la
historia bautista en Corea del Norte. Entrevistas con coreanos
de la zona confirman que hay un núcleo de creyentes bautistas
516 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

sin iglesias que sigue fiel. Sin embargo, no es posible dar


informes fidedignos.
En Corea del Sur el cristianismo está experimentando un
crecimiento vertiginoso. La gran mayoría de los creyentes son
presbiterianos y metodistas, productos de la obra misionera
basada en la filosofía de J. L. Nevius, el misiólogo y misionero a
C hina en el siglo pasado. Algunas de las iglesias cristianas más
grandes del mundo se encuentran en Corea.35
La historia bautista en Corea comenzó con la obra de M. C.
Fenwick, un misionero bautista independiente de Toronto,
Canadá, quien llegó en 1889 y trabajó en la zona de Wonson
(ahora en Corea del Norte). Fenwick limitaba su trabajo a las
aldeas y pueblos de la zona rural y su obra creció rápidamente.
De vez en cuando, obreros voluntarios de la Iglesia Bautista de
Clarendon Street, en Boston, Estados Unidos, llegaban para
ayudar a Fenwick. Paulatinam ente la obra llegó a tener más de
250 congregaciones, mayormente en Corea del Norte, con
algunas en M anchuria y Siberia.
Fenwick murió en 1936 y dejó a las iglesias sin dirección
misionera. Cayeron pronto bajo una fuerte persecución de los
com unistas que se apoderaron del país después de la Segunda
Guerra Mundial. Muchos de los creyentes fueron al sur. En
1949 la convención de esta “Iglesia de Asia Oriental” pidió al
doctor Baker C authen de la FMBSBC una relación misionera.
Expresaron su deseo de hacerse bautistas y tener el apoyo de la
FMBSBC. C authen les explicó las doctrinas bautistas y ellos
votaron llamarse “Convención Bautista Coreana”. Así nació la
obra bautista en Corea.36
La adopción de los principios bautistas por esta comunidad
de iglesias coincidía con el éxodo de los misioneros de China
com unista en 1949. Por eso, la FMBSBC resolvió enviar
misioneros a Corea y asignó a los veteranos misioneros a China,
los Abernathy, a ubicarse en Seúl para atender la obra de las
flamantes “iglesias bautistas” de Corea de Sur. Las de Corea del
Norte fueron destruidas, sus pastores encarcelados y ejecuta­
dos, y la obra oficial de los bautistas dejó de existir en ese país.
La Guerra de Corea interrupió la relación incipiente, pero
Abernathy volvió en 1951 y comenzó a visitar las cuarenta
congregaciones bautistas de Corea del Sur. Rex Ray y N. A.
Bryan, misioneros veteranos, le asesoraron. Pudieron atender
Los Bautistas en Asia Oriental 517

las necesidades de los refugiados del norte y de la guerra y, al


mismo tiempo, predicar el evangelio. Hubo un crecimiento
instantáneo y en 1952 había 130 congregaciones. En 1954 fue
fundado el Seminario en Taejon para adiestrar a los obreros
coreanos. Abernathy fue el primer presidente, seguido en 1957
por Teodoro Dowell.37
Mientras crecía la obra, surgieron una casa de publicacio­
nes y un hospital para atender las necesidades intelectuales y
médicas del pueblo. En 1959 hubo una división que resultó en
dos convenciones bautistas. A pesar de tremendos problemas y
los cismas frecuentes, la obra bautista ha crecido, y en 1989
contaba con 1.234 congregaciones con 100.000 miembros. Ha
habido un despertar espiritual entre las fuerzas armadas que ha
contribuido al avance en Corea.
Además de la obra de la Convención, los bautistas conserva­
dores y fundam entalistas tienen obras misioneras que cuentan
con aproximadamente 13.000 miembros.38 Entre las iglesias del
Tercer Mundo, Corea está asumiendo el liderazgo en la obra
misionera, dentro de Corea y en el extranjero. De cierto, la obra
bautista en Corea va a ocupar un lugar muy especial en la
historia bautista del futuro.

REPUBLICA DE CHINA
(Taiwán, antes llamada Formosa)
Lamentablemente, la suerte de las misiones protestantes en
China estaba estrecham ente unida con la del gobierno naciona­
lista. Sun-Yat-Sen, cuyo heredero espiritual decía ser Chian-
Kai-Shek, había sido protestante. El propio Chian era miembro
de una congregación protestante y no cabe duda de que su
esposa procedía de un hogar de profundas convicciones evangé­
licas. Por eso, cuando los comunistas se apoderaron de China, el
Kuomintang huyó a la isla de Formosa y estableció su gobierno
de nuevo en Taipei, reclamando que constituía la verdadera
China. Así se produjo la división entre las dos Chinas, la
República del Pueblo (comunista) en el continente y la Repúbli­
ca de China (nacionalista) en la isla de Formosa (ahora llamada
Taiwán). Con la ayuda masiva de Estados Unidos, Taiwán ha
llegado a ser una potencia política y económica con una
población de 20.000.000.39
Sin embargo, la presencia bautista en Taiwán antedataba el
518 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

traslado del gobierno en 1949. Hasta este año, aparte de la


presencia de una pequeña comunidad católica, Taiwán era una
isla presbiteriana. Debido a la presencia de colonos holandeses y
la obra misionera muy eficaz de los presbiterianos, la mayor
parte de los cristianos eran de esa persuasión —pero el éxodo de
los nacionalistas produjo la inmigración de más de dos millones
de chinos del continente y trajo un sinnúmero de denominacio­
nes y de misiones cristianas. En medio de esta migración, los
bautistas ya tenían una base. En 1948 los bautistas de la
Convención China había mandado al pastor Yang Mei-tsai como
misionero a Taiwán. El y la conocida misionera Berta Smith,
iniciaron una iglesia compuesta de unos treinta creyentes del
continente y diecisiete nuevos creyentes de la isla. Emplearon el
m andarín en sus cultos en vez del dialecto de Taiwán. Por eso,
estaban en condiciones de recibir y de atender las masas de
creyentes que llegaron después. Otras misioneras y, por fin, un
misionero, Oz Quick, llegaron para ayudar a Berta Smith y al
pastor Yang. En fin, utilizando este puente, la obra bautista
floreció en seguida después de 1951 y por una década experi­
m entó un crecimiento vertiginoso. En 1960 había dieciocho
iglesias con 7.000 miembros. En 1952 C. L. Culpepper inició la
obra del Seminario que ha prosperado mucho. Se comenzaron
obras entre los taiwaneses en su dialecto y entre otros grupos
étnicos como los hakka.40
En 1954 se organizó la Convención Bautista de Taiwán y,
con el apoyo de la Misión de la FMBSBC, coordina la obra de la
mayor parte de las iglesias bautistas de la isla. Además, hay
entidades bautistas de los fundamentalistas de Estados Unidos
(3.000 miembros), de la Asociación Bautista de Estados Unidos
(BMA., 1.000 miembros), y de los bautistas conservadores de
Estados Unidos (2.000 miembros).41 En 1987 la Convención
Bautista de Taiwán contaba con noventa iglesias con 17.000
miembros.42 De las más de cincuenta entidades misioneras que
se trasladaron a la isla en 1949-50, los bautistas han tenido el
crecimiento m ás grande.43
La obra bautista, quizá demasiado identificada con la
postura política de la república, no está creciendo mucho hoy en
día. La política de Estados Unidos recomendada por el presiden­
te Cárter, un bautista, que reconoció en 1978 a la República del
Pueblo como el gobierno legítimo de China y excluyó a Taiwán
Los Bautistas en Asia Oriental 519

de las Naciones Unidas, afectó también la obra evangélica


bautista.44 No obstante esto, hay un crecimiento lento y señales
de un avivamiento m ientras el gobierno comunista afloja un
poco en cuanto a su oposición a la fe cristiana. La cuestión de
Taiwán es candente en la política; y es de esperar que los
bautistas de Taiwán puedan tener un papel en la solución de la
división lam entable entre las dos Chinas.45

HONG KONG
Desde 1842 Hong Kong ha sido una colonia real de Gran
Bretaña. En 1984 Gran Bretaña y la República del Pueblo de
China llegaron a un acuerdo político por el que Hong Kong será
entregado una vez más a China en 1997. Por supuesto, esto
trajo m ucha ansiedad entre los evangélicos de la colonia. Sin
embargo, el acuerdo garantiza la seguridad de las propiedades
de todas las instituciones religiosas y educativas, y aun el
contacto con países en el extranjero, por un período de
cincuenta años. Esto trajo una medida de tranquilidad y ha sido
un impulso para la proyección de programas y planes para el
futuro.46
Los primeros misioneros evangélicos de varias denomina­
ciones entraron en Hong Kong después de 1842. Entre ellos
estaban Lewis and H enrietta Shuck e Issachar Roberts, los
primeros misioneros nombrados por la FMBSBC.47 Un tal doctor
MacGowan de la ABFMS también estaba en Hong Kong.48 Por
eso, la obra bautista que resultó ha sido el producto de las dos
misiones. Ha habido una mejor cooperación entre las misiones
que en otras partes del mundo. Los Shucks y Roberts organiza­
ron la prim era iglesia bautista de China en Hong Kong en 1842.
H enrietta Shuck falleció en 1844 y está enterrada en Hong
Kong. En 1845 Cantón se abrió a la presencia misionera y la
mayor parte de los misioneros se trasladaron allá.49
Los misioneros de la FMBSBC no volvieron a Hong Kong
hasta 1949 y en 1952 organizaron la Misión de Hong Kong y
Macao. Un factor en el retorno de la Misión fue el éxodo de
tantos misioneros y creyentes nacionales a Taiwán, Hong Kong
y Macao, huyendo del avance comunista. En 1949 había siete
iglesias bautistas realizando sus cultos en varios dialectos,
especialmente cantonés y swatow. Varias escuelas, una univer­
sidad, un seminario y un hospital apoyan la obra de las iglesias.50
520 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Los misioneros de la FMBSBC y de la ABFMS trabajan juntos


en la Asociación de Iglesias Cristianas Bautistas de Hong Kong.
En 1989 contaban con cincuenta y cuatro congregaciones
bautistas con 35.000 miembros. Hay una Asociación de Bau­
tistas Conservadores que cuenta con ocho iglesias y 500
miembros. Otro grupo de misioneros filipinos, apoyado por una
entidad en las Filipinas, agrupa a unas diez congregaciones con
800 miembros.51
Hong Kong ha llegado a ser un centro de comunicación y
u n control central para m uchas entidades misioneras y comer­
ciales. Los setenta y cinco misioneros foráneos trabajan con
unos ochenta pastores nacionales de distintos trasfondos étnicos
para m antener un testimonio bautista allí. Hong Kong sigue
siendo una puerta a China comunista y muchos grupos cris­
tianos lo utilizan como una playa de lanzamiento para su obra
entre los chinos en todas partes del mundo. Debido a su
ubicación estratégica y su relación política con China, Hong
Kong y los bautistas allí ocupan un lugar de suma importancia
en el futuro de la historia bautista.

MACAO
Macao, desde 1557 una colonia de Portugal, llegó a ser una
provincia portuguesa en 1952. Como Hong Kong, ha sido una
especie de puerta a China, que los misioneros y los comerciantes
han utilizado para entrar en el gran país.
Las cinco iglesias bautistas con unos 800 miembros son
vestigios de m ucho movimiento misionero a través de los años.
Roberto Morrison, el primer misionero evangélico a China, usó
Macao como su base de operaciones. Los Shuck, primeros
misioneros de la FMBSBC, se radicaron en Macao en 1842.
Macao llegará a ser una provincia de China en 1999. Por eso, la
Asociación Bautista de Macao está proyectando planes para
afrontar este desafío. La mayor parte de los misioneros bautistas
entraron en Macao en 1910, cuando se constituyó la Misión
Bautista de la FMBSBC, y en 1949, cuando los misioneros
tuvieron que huir del continente. Los bautistas han auspiciado
varias obras sociales tales como un hospital y varias escuelas.
Macao, como Hong Kong, aunque es muy pequeño, es muy
im portante para el futuro de la historia bautista en Asia
Oriental.52
C apítulo III
LOS BAUTISTAS EN ASIA D E L SUR Y D E L SUDESTE
Introducción
El territorio comprendido en este capítulo es enorme y
variado, extendiéndose desde Pakistán en el oeste hasta Nueva
Guinea en el este, y desde los límites de la India, Bangladesh y
Birmania en el norte hasta las partes australes de Indonesia y
Papúa Nueva Guinea. Sin embargo, la presencia bautista en la
zona no es tan extensa, aunque la historia bautista de algunos
de estos países se rem onta hasta el siglo XVIII. Hay varias
concentraciones de bautistas muy grandes en algunos países
pero, relativamente hablando, la presencia bautista es mínima
comparada con la vastedad de la población de la región. Por eso,
las páginas que siguen trazarán, a vuelo de pájaro, los comien­
zos y desarrollos de los pueblos bautistas en los respectivos
países de la región.

INDIA
La India, superado solamente por China en cuanto a su
población (800.300.000 habitantes en 1987), también se en­
cuentra en segundo lugar en las filas bautistas. Solamente
Estados Unidos tiene más bautistas. La comunidad bautista en
la India cuenta con cerca de un millón de miembros, pero tal
núm ero es muy pequeño cuando se considera toda la pobla­
ción.53 Además, m uchos de los miembros pueden ser nominales
de la tercera y cuarta generaciones de bautistas. Por eso, la
fuerza de los bautistas de la India no es tan grande como parece,
pero hay indicios de un avivamiento en el día de hoy.
En la historia bautista, la India tiene la distinción de ser el
prim er campo misionero de las misiones foráneas de la denomi­
nación. Guillermo Carey, el padre del movimiento misionero
521
522 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

moderno, eligió la India como su primer campo de labor.54


Auspiciado por la Sociedad Bautista Misionera de Inglaterra
(BMS en adelante), la primera entidad de misiones foráneas
entre los bautistas, Carey llegó a Calcuta, Bengal, en 1793.
Debido a la oposición de la Compañía de Indias Orientales, se
trasladó a Serampore, una colonia danesa, donde llevó a cabo
una obra increíble de evangelización, educación, publicación y
traducción, apoyado por sus colegas, Josué M arshman y Guiller­
mo W ard.55 Todo un tomo podría ser escrito sobre sus hazañas.56
Sentaron las bases de la obra bautista en el nordeste de la India
donde la BMS invirtió personal y fondos.
Desde 1793 a 1836 la obra de la BMS seguía adelante, pero
en aquel año llegaron los primeros misioneros de Estados
Unidos, nombrados por la Unión Misionera de los Bautistas del
Norte con sede en Boston. El doctor Natan Brown fue el pionero
y el doctor Juan Clough el más conocido de los misioneros.
Clough dirigió un movimiento en masa hacia el cristianismo de
los telugus intocables de Madrás en 1878, como director de la
que se llamaba “La Misión de la Estrella Solitaria” por haber sido
tan estéril por más de treinta años. Clough y otros bautizaron a
2.222 conversos en un sólo día.57 Los bautistas del norte con el
correr de los años extendieron su trabajo a tres campos: el
nordeste, Bengal-Orissa-Bihar e India en el sur. Cada región
tenía su propia asociación de iglesias.58
Las obras bautistas seguían creciendo hasta el motín de
Sepoy del año 1857 en que varios misioneros presbiterianos
fueron asesinados. Sin embargo, el motín no afectó m ucho la
obra bautista, pero puso en m archa el avance hacia la indepen­
dencia que se reflejó en el deseo de los bautistas indios de tener
una obra más autóctona. Esto, juntam ente con la dificultad en
conseguir visas para nuevos misioneros, ayudó a los nacionales
a asum ir el liderazgo de las iglesias y las asociaciones. Al mismo
tiempo, varios misioneros de Canadá asesoraran a los misioneros
bautistas de Estados Unidos.59
En 1947 la India logró la independencia y ha llegado a ser
una democracia ejemplar a pesar de los tremendos problemas
que tiene. Esto da testimonio al colonialismo británico y su
relación con el nacionalismo moderado de Gandhi y Nehru. En
medio del proceso hacia la independencia, las iglesias bautistas
también se independizaban más y más de la misiones foráneas,
Los Bautistas en Asia del Sur y del Sudeste 523

aunque tales misiones m antenían personal en el país como


asesores y especialistas para apoyar la obra en general. Los
telugu, los naga, los karen y otras subculturas han sido más
abiertos al testimonio bautista.
En 1962 los bautistas del sur de Estados Unidos nombraron
a los McPhail como misioneros a la India para cooperar con los
bautistas en Vellore. Jaspar McPhail es médico. Desde aquel
momento, la FMBSBC ha mandado a varios médicos, incluyen­
do a los Bethea y la doctora Rebeca Naylor, y por fin pudo
construir un hospital en Bangalore. Alrededor del hospital, han
surgido unas seis iglesias y se lleva a cabo una obra de
evangelización por medio de evangelistas nacionales, como
Méllela Joshua y otros. Otros misioneros itinerantes de la
FMBSBC llevan a cabo conferencias y estudios periódicos sin
radicarse en el país. El gobierno de la India no concede muchas
visas para misioneros foráneos.60
En 1989 los bautistas en la India están creciendo en
núm ero y en espíritu misionero. Los pocos misioneros que están
sirven como asesores en el discipulado del pueblo bautista.
Muchos bautistas han sido absorbidos por movimientos ecum é­
nicos tales como la Iglesia Unida del Norte y la del Sur. Sin
embargo, la mayor parte m antienen su identidad denominacio-
nal. De hecho, Barrett identifica a dieciocho grupos bautistas en
la India. Muchos de estos grupos reflejan las divisiones entre
grupos misioneros de Estados Unidos. Hay bautistas conserva­
dores, del sur y del norte, del Séptimo Día, fundamentalistas,
etc., pero en general, los de la India han asimilado todos estos
tipos en la indioincrasia de su propia cultura que es heterogé­
nea. El nacionalismo hindú había sido un factor en la unifica­
ción de los grupos bautistas con trasfondos distintos.61
Hoy en día (1988) hay aproximadamente 6.500 iglesias
bautistas afiliadas a entidades que m antienen una relación con
la Alianza Bautista Mundial. Aunque es difícil precisar el
núm ero de bautistas en la India, este autor calcula que hay
cerca de un millón de miembros de las iglesias bautistas. A que
punto son miembros en plena comunión, es difícil juzgar. Basta
decir, entonces, que la denominación bautista en la India sigue
siendo relativamente pequeña, pero ha contribuido mucho al
desarrollo del subcontinente por medio de sus iglesias y sus
instituciones. La obra bautista en la India ha dejado de ser un
524 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

campo misionero y rápidamente se está convirtiendo en una


base misionera para todo el mundo.62

PAKISTAN
Pakistán, por muchos años una parte de la India, fue creado
en 1947 para solucionar un conflicto sin reconciliación entre
m usulm anes e hindúes en el norte y en el este de la India. Las
regiones en el noroeste y en el nordeste de la India, con una
gran mayoría de m usulm anes, aunque estaban separadas por
casi 2.000 kilómetros de territorio, se unieron en la nueva
nación independiente de la India. Pakistán Oriental era el
territorio de las hazañas de la obra de Guillermo Carey y de otras
entidades misioneras bautistas. Hoy en día se llama Bangladesh
y desde 1971 es una nación independiente. Por eso, Pakistán
contem poráneo es ese territorio en el noroeste que se separó de
la India en 1947.63
Pakistán es una república islámica y, por eso, es muy difícil
adquirir una visa para una misionero cristiano. No obstante,
desde 1849 los presbiterianos han mantenido una obra excelen­
te. Un sesenta por ciento de los cristianos en Pakistán son
presbiterianos. Sin embargo, los bautistas entraron en Pakistán
en 1954 por medio de misioneros de los bautistas conservadores
de Estados Unidos. Trabajando con algunos misioneros bau­
tistas de Canadá, los conservadores han desarrollado una obra
fructífera que cuenta con 800 miembros en 1987.64 Unos
bautistas de Suecia han colaborado con la Misión Orebro, que es
pentecostal.
En diciembre de 1984 los primeros misioneros de la
FMBSBC se radicaron en Karachi en asociación con los
misioneros conservadores y canadienses. Se dedican a la traduc­
ción de las Escrituras al dialecto sindhi. Juntos, los misioneros
comparten ejemplares de la Biblia, enseñan en centros de
educación teológica y han empezado una iglesia internacional
de habla inglesa com puesta de compatriotas en Pakistán.
También se desarrollan ciertas obras sociales.65 La obra es muy
difícil, pero la cooperación entre las distintas entidades ha
resultado en una comunidad bautista en Pakistán de aproxima­
dam ente 1.500 creyentes, principalmente en la ciudad de
Karachi.66
Los Bautistas en Asia del Sur y del Sudeste 525

BANGLADESH
Bangladesh fue hasta 1947 un territorio en el nordeste de la
India, desde 1947 hasta 1971 una provincia de Pakistán llamada
Pakistán Oriental y desde 1971 es una nación independiente. La
guerra entre los bengalis y los paquistanis costó tres millones de
vidas, pero los bengalis ganaron su independencia y el resultado
fue la República Islámica de Bangladesh.
Desde el tiempo de Carey, misioneros bautistas habían
trabajado entre los bengalis. Los misioneros de la BMS siguen el
trabajo comenzado en 1793. Hoy en día estos bautistas se
dedican a obras evangelizadoras, médicas y educativas. Tra­
bajando con ellos hoy misioneros de Australia y Nueva Zelan­
dia.67 En 1969 había cerca de 21.000 creyentes bautistas en
Bangladesh.
Un acuerdo entre los misioneros bautistas de Australia y la
FMBSBC en 1957 resultó en la presencia de los primeros
misioneros de los bautistas del sur. Los australianos se dedica­
ron a los grupos étnicos en el interior y entregaron sus
estaciones en Dacca y otras ciudades a los estadounidenses. Los
misioneros de la FMBSBC se han dedicado a la evangelización,
obras sociales y salas de lectura que han dado muy buenos
resultados. Los estudios bíblicos por correspondencia también
han dado resultados. La respuesta de los bautistas a varias
tormentas, inundaciones y hambres ha ganado el respeto del
pueblo en general, en el cual hay sólo un uno por ciento que es
cristiano. Las agrupaciones bautistas —productos de la obra
misionera de Australia, Inglaterra y Norteamérica— cooperan
en la Confraternidad Bautista de Bangladesh.68 En 1988 todos
los grupos contaban con aproximadamente 25.000 miembros en
425 iglesias.69
Los bautistas en Bangladesh y los misioneros que han
perseverado con ellos en medio de guerras y catástrofes,
constituyen una presencia cristiana muy creativa, aunque
pequeña, que seguram ente va a tener un impacto sobre los
millones de habitantes del país necesitado.

BIRMANIA
Birmania, por 120 años una colonia de Gran Bretaña, ganó
su independencia en 1948. En contraste con sus vecinos, la
526 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

India y Sri Lanka, rompió completamente su relación británica y


se consagró al gobierno autónomo. Por una década reinaba el
caos, pero paulatinam ente entraba en la comunidad de nacio­
nes. En 1958 U. Nu, el primero ministro desde la independen­
cia, renunció en favor de un militar. Después de un breve
período (1960-1962) de gobierno constitucional, Birmania cayó
bajo una serie de dictaduras militares que predominan hasta el
día de hoy. Fanáticam ente dedicadas a “un socialismo birm ano”,
han tratado de eliminar todos los vestigios del Occidente. Por
supuesto, la obra misionera cristiana ha sufrido juntam ente con
todos los elementos foráneos. En 1966 fueron expulsados del
país todos los misioneros extranjeros. Afortunadamente, m u­
chos misioneros habían adivinado esto y dejaron a las iglesias e
instituciones en manos de líderes birmanos de alta calidad. Por
eso, la gran obra bautista ha seguido adelante bajo la persecu­
ción, a veces, y otras veces, bajo la tolerancia de los altibajos
políticos.70 Cuando los misioneros bautistas salieron en 1966,
dejaron una comunidad bautista de 500.000 (cerca de 220.000
miembros en plena comunión) que hoy en día (1988) fácilmente
llega a un millón.71
Sin embargo, el millón de bautistas no es tan significativo
como parece. La población de Birmania es cerca de 35.000.000 y
la mayor parte de los bautistas son de las subculturas y las tribus
minoritarias, los karen, chin y kachin. El cristianismo apenas ha
tocado la cultura birmana predominante. Los bautistas, por eso,
están sufriendo mucho, pero siguen creciendo.72 El budismo
está ligado estrecham ente con el nacionalismo birmano y desea
elim inar a las otras religiones.
La historia bautista en Birmania comenzó con la llegada del
pionero bautista Adoniram Judson en 1812. Judson merece un
lugar en el panteón de los grandes misioneros —con Guillermo
Carey, Roberto Morrison, David Livingston y Hudson Taylor—
por causa de sus hazañas en Birmania.73 Criado en un hogar
congregacionalista en Nueva Inglaterra, Judson pasó por un
período de agnosticismo antes de su conversión dramática.
Como universitario y seminarista brillante, se unió con Samuel
Mills, Lutero Rice, Samuel Newell, Samuel Nott y otros jóvenes
impresionados por la obra de Carey en la India. Varios de ellos
resolvieron ir como misioneros y presionaron a los congregacio-
nalistas para organizar una sociedad misionera.74 El y Rice se
Los Bautistas en Asia del Sur y del Sudeste 527

hicieron bautistas en el viaje a la India a raíz de un profundo


estudio de la cuestión del bautismo en el Nuevo Testamento.
Llegaron a la India, consultaron con Carey y debido a la falta de
visas, se vieron obbgados a ir a la Isla de Francia (Mauricio) con
Rice. Allá pudieron tomar un buque para Rangoon; Rice volvió a
Nueva Inglaterra para romper la relación con los congregaciona-
listas y anim ar a las iglesias bautistas en Estados Unidos a
sostener a los Judson.
Así los bautistas de Estados Unidos adquirieron a su primer
misionero. Bajo la promoción de Rice, las iglesias bautistas de
ese país constituyeron una Convención Misionera en 1814 y se
comprometieron a sostener a los Judson. Después de años de
labor ardua, Judson terminó una traducción de la Biblia y
empezó la obra bautista en Birmania. En este Ubro es imposible
trazar toda la carrera de Judson, pero basta decir que plantó la
semilla que ha crecido y aun florecido en la gran comunidad
bautista de Birmania.75
La Misión de los bautistas americanos comenzó en Ran­
goon entre los birmanos, pero con muy pocos resultados.
Comenzó a crecer sobre las bases sentadas por Judson cuando
fue proclamado entre los karen, una tribu animista radicada en
las m ontañas de Birmania. Jorge Boardman y su esposa Sarah
tienen la distinción de guiar un movimiento en masa de los
karen a Jesucristo.76 Judson, Boardman y Ko Tha Byu, un
converso karen, condujeron la evangelización de los karen
desde su base en Moulmein; luego, los misioneros Burpe de la
Sociedad de Nueva Brunswick evangelizaron a la chin a partir
de 1845; y la evangelización de los kachin se inició en 1876 bajo
la dirección de Josias Cushing y varios evangelistas karen. La
Convención de los Bautistas Birmanos, constituida en 1865,
comprende a unos catorce grupos étnicos, pero la gran mayoría
de los creyentes son karen, chin, y kachin.77
Después de la Segunda Guerra Mundial, la obra paulatina­
m ente era entregada a los nacionales.78 Los misioneros de la
ABFMS fueron muy sabios en la devolución de la dirección de la
obra a los líderes birmanos. Por eso, cuando fueron expulsados
luego, la obra seguían sin mayores problemas. El desarrollo de
los bautistas de Birmania es digno del estudio de la misiología.79
En el día de hoy hay dieciséis entidades bautistas en
Birmania con unos 500.000 miembros, pero el setenta y cinco
528 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

por ciento de ellos son de las tres tribus arriba mencionadas,


karen, chin, y kachin.80 Sin embargo, Barrett estima que la
comunidad bautista de personas afiliadas de una forma u otra
llega a un millón.81 La misma persistencia de Judson caracteriza
al pueblo bautista de hoy. A pesar de estar en minoría, y a pesar
de la persecución política y corporal, los fieles bautistas siguen
extendiéndose sin la colaboración de misioneros foráneos. Su fe
robusta es un testimonio al poder del evangelio y a la sabiduría
de la Misión de la ABFMS que cultivó el crecimiento hace veinte
años.82

NEPAL
Nepal, el pueblo natal de Gautama Buddha, es una nación
recién entrada en las Naciones Unidas y la comunidad mundial.
Por más de 200 años, Nepal estaba completamente cerrado al
m undo exterior. Religiosamente, el budismo es la fe de cuarenta
por ciento de la población, aunque el hinduismo es la religión
del estado. El cristianismo está prohibido, pero el gobierno deja
entrar misiones cristianas que prometen no evangelizar.
Los bautistas no tienen obra oficial, pero varios misioneros
bautistas están colaborando con la Misión Unida a Nepal que
comenzó su obra en 1954. Compuesta por 130 misioneros de
veintiocho entidades, la Misión Unida trabaja para el gobierno
en ciertos servicios médicos y sociales. En 1983 la FMBSBC
asignó un matrimonio médico para colaborar en la obra. Otra
pareja está preparándose para ir como obreros en la salud
pública. Estos misioneros no pueden establecer iglesias o
evangelizar directamente, pero tienen que contentarse con el
testimonio personal. Por eso, hasta ahora no hay una historia
bautista; solamente una presencia bautista que promete hacer
historia en el futuro.83

SRI LANKA
Antes llamado Ceilán, esta isla ha sido un estado indepen­
diente desde 1948 después de largos años bajo Portugal,
Holanda y Gran Bretaña. Los tres poderes coloniales impusieron
sus respectivas culturas e idiomas sobre los habitantes —los
cingalés, tamil, malayo, y burgher— más sus religiones. Los
franciscanos, el romanismo; los holandeses, el reformismo; y los
Los Bautistas en Asia del Sur y del Sudeste 529

ingleses, el anglicanismo, más un sinnúmero de otras denomi­


naciones procedentes de Inglaterra. Sin embargo, un setenta
por ciento de la población es budista (mayoría de los cingalés);
un dieciocho por ciento es hindú (mayoría de los tamil); y el
resto cristiano y musulmán. La minoría cristiana jam ás ha sido
fuerte, quizá debido a la lucha entre las tres formas impuestas
por la colonia. Como dice el doctor Carver: “La trasferencia
paulatina del paganismo al catolicismo, al presbiterianismo y, al
fin, al anglicanismo, sirvió solamente para crear a católicos
malos de idólatras ciegos, y luego, convertir a los mismos en
protestantes peores”.84 Muchos de los supuestos conversos
fueron como el que un gobernador inglés entrevistó:

—¿Cuál es tu religión? —preguntó el gobernador.


—Soy cristiano.
—Cristiano, sí, pero ¿de qué secta?
—Soy cristiano holandés.
—Entonces adoras al Buda.
—¡Naturalmente lo adoro!85

Afrontando esta situación religiosa, los primeros misioneros


de la Sociedad de Londres llegaron en 1804, pero se retiraron en
1818 desilusionados. La primera obra misionera de los evangéli­
cos que perduró era la de los misioneros bautistas de Inglaterra
(BMS) que llegaron en 1812. Jaime Chater, destinado a
Birmania, fue a Sri Lanka cuando se cerró la puerta a Birmania
debido a la guerra con Gran Bretaña. Chater hizo una buena
obra hasta su m uerte en 1830. E. Daniel continuó la obra pero
con muy pocos conversos. Trabajó principalmente en Colom-
bo.86
Se organizó una Convención Bautista de Sri Lanka y, poco
a poco, la administración de la obra pasó a manos de la entidad
nacional. Aunque la Misión inglesa ha seguido proveyendo
fondos y asesoramiento, los bautistas de Sri Lanka han guarda­
do su autonomía. Sin embargo, la obra no ha prosperado. En
1900 había más de 3.000 miembros; hoy en día (1988) hay un
poco más de 2.000.87 Son muy ecuménicos y formaron parte de
un plan de unificación con metodistas, anglicanos, iglesia de la
India Oriental y los presbiterianos en 1975, el que fue prohibido
por el gobierno.88
En 1976 los misioneros ingleses pidieron la ayuda de los
530 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

misioneros de la FMBSBC en un proyecto de entrenam iento de


líderes. Invitaron a los bautistas del sur a radicar misioneros en
Sri Lanka como obreros fraternales. La FMBSBC respondió y
ubicó al matrimonio Cullen, misioneros en Tailandia, en Colom-
bo. Otros dos matrimonios llegaron después.89 Bajo la dirección
de la Convención nacional, la isla está dividida en cuatro zonas
para planear la evangelización. Los misioneros trabajan en
actividades asignadas por la Convención. Los misioneros de la
FMBSBC cooperan con otros misioneros bautistas de Gran
Bretaña, Canadá, Hong Kong y Brasil, quienes se dedican al
entrenam iento de pastores nacionales.90 Hay un instituto teoló­
gico con unos treinta estudiantes en Colombo. También se
llevan a cabo varias obras médicas y agrícolas.
En 1988 los bautistas de Sri Lanka contaban con unas
veinte congregaciones con aproximadamente 2.500 creyentes.
En general, la obra bautista está estancada, pero hay planes en
curso para un nuevo esfuerzo de evangelización. La guerra civil
entre los cingalés y los tamil ha contrarrestado grandem ente el
crecimiento y sigue limitando la presencia misionera. El mo­
m ento presente no promete mucho para el futuro de los
bautistas en Sri Lanka. Sólo la intervención de la providencia
divina puede cambiar la situación precaria.

MALASIA
La Federación de Malasia, por 175 años bajo el reinado de
Gran Bretaña, ganó su independencia en 1957. En 1963 otros
tres territorios se agregaron, Sarawak y Sabah en la isla de
Borneo y Singapur, la isla al pie de la península de Malaya. Sin
embargo, Singapur se retiró de la Federación en 1965 y es un
estado independiente. Por eso, Malasia está dividida en dos
territorios separados por 650 kilómetros del Mar de China:
Malasia de Occidente, la península malaya; y Malasia de
Oriente, Sarawak y Sabah en el norte de la isla de Borneo.
Muchos altibajos políticos y conflictos raciales han caracteriza­
do la historia corta de la nación. Los malayos y los chinos no se
entienden bien; además la mezcla confusa de idiomas y
religiones no contribuye a la solidaridad nacional tan necesita­
da.91
Malasia fue el escenario de la obra del famoso misionero
católico Francisco Javier, en el año 1540. Pero la gran mayoría
Los Bautistas en Asia del Sur y del Sudeste 531

de los malayos es m usulmán. Los protestantes entraron en


1641 con los holandeses y otros con los ingleses en 1786.
Famosos misioneros como Guillermo Milne de la LMS y
Guillermo Oldham de los metodistas han jerarquizado el cristia­
nismo evangélico en la península.
La historia bautista comenzó con la llegada de miles de
chinos que inmigraron desde China del Sur alrededor de 1905.
Entre ellos había chinos bautistas que iniciaron reuniones
caseras y alquilaron salones para sus cultos. Chinos de habla
swatow organizaron una iglesia en Alor Star en 1937. Jessie
Green, de la FMBSBC, se radicó en Kaula Lum pur en 1951 y,
con otros misioneros en Singapur, se constituyó la Misión de la
FMBSBC de Malasia y Singapur en 1952. Otras estaciones se
establecieron en Penang (1953) e Ipoh (1954). Un seminario se
fundó en Penang, una obra médica en Petaling Jaya y varios
jardines de infantes fueron comenzadas en varios lugares. Los
misioneros trabajaron mayormente entre los chinos, pero co­
menzaron a alcanzar a unos malayos, hindúes y europeos.92 En
1972 había cincuenta y cinco misioneros en la Misión en
Malasia de Occidente, pero en 1964 fueron establecidas tres
estaciones en Sabah y en 1970 se abrió una obra en Sarawak.93
La Convención Bautista de Malasia se constituyó en agosto
de 1953 en Penang compuesta de mensajeros de seis iglesias de
Malaya y Singapur. La flamante Convención se puso en
contacto con la Misión Bautista de Malaya y se organizó una
Ju n ta General para garantizar la coordinación de la obra.
Lamentablemente, malentendidos entre los malayos y los chi­
nos, y luego entre los nacionales y los misioneros, disminuían el
crecimiento y sigue como problema hasta el día de hoy.94 Para el
año 1976 la obra bautista estaba bien establecida en los tres
estados de Malasia.
En Malasia de Occidente en 1976 había cuatro asociaciones
y una Convención. En Malasia de Oriente se organizó una
convención de Oriente y aun comenzó a m andar misioneros
domésticos a campos nuevos. Sin embargo, un revés se produjo
en 1978 cuando los misioneros se vieron obligados a retirarse de
Malasia de Oriente. Las iglesias siguen y unos misioneros de las
Filipinas atienden la obra.
En 1982 había cuarenta y un congregaciones bautistas con
4.000 creyentes.95 En 1988 la Alianza Bautista Mundial informa­
532 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

ba que había noventa y cuatro iglesias con 7.000 miembros. Se


nota que, a pesar de las limitaciones impuestas sobre los
misioneros y los conflictos internos de la obra, los bautistas
siguen creciendo en Malasia. En 1987 unos misioneros pudie­
ron entrar una vez más en Sabah y campañas de evangelización
en Malasia de Oriente produjeron una buena cosecha de
conversos. Las dos Convenciones ya están mandando misione­
ros al extranjero. El futuro de la historia bautista en Malasia
promete mucho.

SINGAPUR
Singapur, por ser tan cosmopolita y liberal, garantiza la
completa libertad religiosa. Por eso, ha llegado a ser un centro de
la obra evangélica de Asia del Sur. Es una ciudad-estado
compuesta de chinos, malayos, indios y europeos, bien educados
y económicamente pudientes. Además, ha llegado a ser la sede
de varias entidades misioneras internacionales y un lugar
favorito para realizar conferencias internacionales. Varios semi­
narios internacionales están ubicados en Singapur.
La historia bautista del país corre paralela con la de Malasia.
Los primeros bautistas chinos llegaron en 1905 y comenzaron a
pedir ayuda. En 1937 los chinos de habla swatow organizaron
una iglesia y en 1949 se constituyó otra de habla cantonesa. Los
misioneros bautistas empezaron a radicarse en Singapur a partir
de 1951. En 1975 se organizó la Convención Bautista de
Singapur con once iglesias. Unos laicos bautistas, mayormente
chinos, asumieron la dirección de la Convención y la han guiado
en un gran crecimiento. En 1982 había catorce iglesias con
3.000 miembros. En 1987 había veinticuatro iglesias y 5.800
miembros.96
La obra bautista en Singapur ha sido muy creativa. Ha
experimentado mucho con nuevos métodos para evangelizar en
el contexto urbano; ha realizado la educación teológica por
extensión; ha auspiciado talleres sobre el discipulado cristiano;
y está desarrollando un nuevo seminario en colaboración con el
seminario en Penang. El personal de la Misión bautista y de la
Convención es de alta calidad y de m ucha visión. Han lanzado
una misión foránea en Indonesia y Brunei y están experimen­
tando con el uso de audiovisuales debido a la prohibición de la
evangelización por radio y televisión en Singapur. En fin, los
Los Bautistas en Asia del Sur y del Sudeste 533

bautistas de Singapur deben llegar a ser una fuerza en la


historia bautista fuera de proporción cuando uno considera el
tamaño de la ciudad-estado.97

LAS FILIPINAS
Como en Corea, la fe evangélica está experimentando una
verdadera explosión en las Filipinas en medio de las crisis
política y los problemas económicos. Por ejemplo, por siete años
seguidos (1981-1988), la obra bautista afiliada a la FMBSBC ha
registrado cerca de 10.000 bautismos por año.98 Más de 200
nuevas congregaciones se constituyen cada año. Otras denomi­
naciones y grupos bautistas están experimentando la misma
respuesta a la predicación del evangelio.99
Las Filipinas, bajo la soberanía de España desde el tiempo
de Magallanes (1521) hasta la Guerra Española-Americana en
1898, es un país católicorromano (ochenta y cuatro por ciento).
Los negritos, los indochinos y los malayos constituyen la
población. En 1902 se produjo un cisma entre los católicos que
resultó en la Iglesia Filipina Independiente. Hoy en día está
afiliada con la Iglesia Episcopal de Estados Unidos, después de
perder un pleito con la Iglesia Católica Romana en 1906 que
falló a favor de Roma en cuanto a las propiedades de la Iglesia.100
La historia evangélica comenzó en 1898 cuando las Filipi­
nas cayeron bajo el dominio de Estados Unidos. La historia
bautista despega en 1900 cuando los bautistas del norte de
Estados Unidos por medio de la ABFMS, enviaron a Erico Lund,
un bautista sueco trabajando bajo los auspicios de la ABFMS en
España, a las Filipinas para abrir una obra en la isla de Panay.
Lund y un converso filipino, Braulio Manikan, de habla visayan,
tuvieron que dejar España cuando se libró la guerra y se
dirigieron a las Filipinas. Lund aprendió el visayan con Manikan
y los dos completaron una traducción de la Biblia en 1912.
Los misioneros de la ABFMS desarrollaron una obra
magistral de evangelización, educación y benevolencia hasta la
Segunda Guerra Mundial. En 1935 se organizó la Convención
de Iglesias Bautistas Filipinas que en 1972 contaba con 300
congregaciones y 30.000 miembros. Barrett calculaba que en
1982 tenían 352 congregaciones con cerca de 60.000 feligre­
ses.101 Esta Misión sufrió m ucho durante la Segunda Guerra
Mundial cuando casi todos sus misioneros fueron internados por
534 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

los japoneses y sus propiedades fueron destruidas. Unos doce de


los misioneros fueron cruelmente decapitados. A pesar de esto,
esta Convención sigue su obra en el día de hoy.102
Otra obra bautista fue iniciada en 1928 por la Asociación de
Bautista para la Evangelización Mundial, una entidad de
bautistas fundamentalistas de Estados Unidos. R. C. Thomas y
Ellen Martien fueron los pioneros. Establecieron estaciones en
Panay, Luzón, Negros, M indanaoy Palawan. En 1988 contaban
con más de 40.000 miembros.103
La penetración bautista más grande en las Filipinas empe­
zó después de la Segunda Guerra Mundial cuando un sinnúm e­
ro de misiones evangélicas se dirigieron a las islas. La FMBSBC
de los bautistas del sur; los bautistas de la Conferencia General
(suecos); los bautistas conservadores y otros bautistas funda­
m entalistas y regulares de Estados Unidos, todos enviaron
grandes números de misioneros a partir de 1946.
La FMBSBC empezó en 1948 cuando un grupo de nuevos
misioneros, destinados a China, fueron ubicados en Baguio,
Luzón, para estudiar el chino debido al avance del comunismo
en China. Ellos constituyeron una Misión y una iglesia en Bagui
en 1950. Desde allá, extendieron su obra a Manila en 1950; a
San Fem ando y Davao City en 1951; y a Tarlac en 1953. Los
misioneros comenzaron a trabajar entre los verdaderos filipinos
en otras partes del país, incorporando algunos vestigios de las
obras de la ABFMS. Poco a poco, la FMBSBC iba desarrollando
tres centros en Luzón, Mindanao y Cebú. En 1972 tenía 13.000
miembros agrupados en 135 iglesias.104 En 1982, habían crecido
a tal punto que tenían 300 congregaciones con 30.000 miem­
bros. Las cifras para el año 1988 son: 1.250 iglesias con 75.000
miembros. El crecimiento fenomenal continúa en 1989.105
Los bautistas conservadores iniciaron su obra en 1955 en
Luzón, con la mayor parte de sus misioneros en Manila. En
1972 contaban con dieciséis iglesias con 1.300 miembros. En
1982 contaban con cuarenta y cinco congregaciones con 6.000
miembros. Los bautistas de la Conferencia General (suecos) en
1982 contaban con treinta y siete iglesias con 2.250 miem­
bros.106 El mismo crecimiento se nota en todos los otros grupos
bautistas en las Filipinas.
Además de la multiplicación de iglesias, los bautistas
filipinos se han destacado por sus instituciones educativas,
Los Bautistas en Asia del Sur y del Sudeste 535

teológicas y médicas. Están trabajando con todos los grupos


étnicos de las islas. Los dos seminarios de la FMBSBC en
Baguio City y en Davao City están floreciendo y las distintas
convenciones tienen un programa extenso de radio y TV.107
Los bautistas están agrupados en varias convenciones
debido a sus diferencias de práctica y a la separación geográfica
de las islas. La Alianza Bautista Mundial en 1987 dio este
informe sobre las entidades afiliadas con ella:

Iglesias Miembros
Conferencia Bautista de las Filipinas.... 137 2.527
Convención de Iglesias Bau. Filipinas.. 639 68.810
Iglesia Bautista General de Filipinas.... 231 13.860
Convención Bautista de L u z ó n ............ 268 31.859
Convención Bautista de Mindanao...... 889 52.166

Además, las iglesias bautistas de los conservadores y de los


fundam entalistas en 1982 estaban informando aproximadamen­
te 58.800 miembros. Esto quiere decir que en 1988 hay cerca de
240.000 bautistas afiliados a las entidades conocidas en las
Filipinas. Probablemente, la comunidad de simpatizantes bau­
tistas llegaría a 700.000. En realidad, los bautistas filipinos,
juntam ente con los brasileños, los nigerianos y los coreanos,
están llegando rápidamente a un lugar de prominencia en la
comunidad bautista del mundo. En medio de m uchas dificulta­
des, y por medio de su fuerte énfasis sobre la multiplicación de
congregaciones, los bautistas filipinos están escribiendo páginas
alentadoras de historia bautista en el día de hoy.

INDONESIA
La República de Indonesia se fundó en 1945, pero no pudo
estructurarse hasta 1949 cuando los holandeses, después de
350 años de colonia, se dieron por vencidos y las dos partes
negociaron la independencia. En 1963, debido al apoyo de las
Naciones Unidas, Irian de Occidente, una gran parte de la isla
de Nueva Guinea, fue cedida a Indonesia. La nueva nación ha
experimentado muchos altibajos políticos —la Guerra de Inde­
pendencia con Holanda (1945-1949); la constante inflación
económica; el golpe de estado abortivo de los comunistas en
1965; la confrontación con Malasia; y la deposición del presi­
536 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

dente Sukarno por el general Suharto— pero en el día de hoy


está en pleno desarrollo.
El gobierno es secular, pero grandemente influido por el
Islam. Promulga los cinco principios: creencia en un Ser
Supremo; la humanidad civilizada y justa; la unidad de Indone­
sia; la democracia guiada; y la justicia social. Favorece el Islam,
pero reconoce los derechos del hinduismo, budismo y cristianis­
mo. De hecho, Indonesia es el único país m usulm án en el
m undo donde hay una completa libertad religiosa.108
Debido al largo período como colonia holandesa, el cristia­
nismo prevaleciente por muchos años era la Iglesia Reformada
Holandesa. Quedaban vestigios del catolicismo portugués, pero
los holandeses eran muy intolerantes. Sin embargo, en 1797 la
Sociedad Misionera Netherlands inició su obra en Indonesia que
ha producido grandes comunidades de cristianos nacionales
muy evangélicos.109 Aunque muchos musulm anes en Indonesia
han respondido al evangelio, la mayor respuesta ha venido de las
tribus con religiones animistas.
La historia bautista en Indonesia comenzó con la obra de
los misioneros de la BMS —el primero fue Guillermo Robin-
son— quienes llegaron en 1813. Fueron instruidos a dirigir sus
esfuerzos directam ente a los nacionales de Java, no solamente a
sus compatriotas. Jaime Riley y Tomás Trowt llegaron para
trabajar con Robinson; además, tres misioneros de la Sociedad
de Londres (congregacionalista), Juan Supper, Gottlob Bruck-
ner y José Kam, se adhirieron a la misión de Robinson. Para el
año 1816 Robinson y sus compañeros habían bautizado cuaren­
ta soldados británicos, pero contaban con muy pocos conversos
nacionales. En diciembre de 1813, Jabez Carey, el tercer hijo de
Guillermo Carey, llegó a Ambón y comenzó un ministerio
formidable. Carey dominó los idiomas y llegó a ser profesor.
Trowt de la BMS y Bruckner de la LMS se desanimaron como
resultado de la falta de espiritualidad en las iglesias holandesas.
Bruckner, por su amistad con Trowt y por medio del estudio, se
hizo bautista y renunció a su relación con la LMS. La BMS le
nombró misionero y, debido a su dominio del alemán, Bruckner
fue el único misionero que pudo quedarse en Indonesia cuando
los holandeses se apoderaron una vez más de Indonesia en
1816. Bruckner se dedicó a la traducción de la Biblia y a la
preparación de tratados que luego llegaron a ser la fuente de la
Los Bautistas en Asia del Sur y del Sudeste 537

conversión de muchos nacionales. Estos mismos misioneros


ingleses llegaron a Sum atra por un tiempo y tuvieron contacto
con los batak, la tribu que experimentó después el gran
crecimiento en m asa.110 Todos estos misioneros bautistas, ex­
cepto Bruckner, fueron expulsados por los holandeses en 1816,
y un eclipse bautista existía hasta 1951.
El día de Navidad de 1951 tres misioneros de la FMBSBC,
recién expulsados de China llegaron a Jakarta con miras de abrir
una obra misionera en Indonesia. Fueron Stockwell Sears, W.
Burén Johnson y Carlos Cowherd. Pidieron permiso al Ministro
de Asuntos Religiosos y dos meses después recibieron la
afirmativa. Se radicaron en Bandung y en menos de un año
organizaron la primera iglesia bautista con veinte miembros
fundadores. En 1953 fueron iniciadas obras en Surabaya y
Jakarta. Unos diez misioneros hacían planes para extender la
obra también a Semarang. Al comenzar la obra en Jakarta,
Johnson se encontró con Ais Pormes, un nacional quien se hizo
bautista mientras estudiaba en Estados Unidos y estaba en el
proceso de reunir a un grupo de amigos para constituir una
iglesia. Este grupo fue el núcleo de la primera iglesia en Jakarta.
El desarrollo fue vertiginoso. Una obra de publicaciones, un
seminario en Semarang, una clínica médica en Kediri y varias
iglesias nuevas estaban ya en marcha en 1956. En 1961 se
inició una obra en Sumatra. Los acontecimientos que rodeaban
el golpe de estado en 1965 causaron algunos problemas para la
creciente obra, pero el período inmediatam ente después trajo
una respuesta sorprendente al evangeüo. La FMBSBC seguía
nombrando misioneros y en 1970 había 111 trabajando en
dieciséis estaciones sobre las dos islas.111
En 1971 se organizó la Unión de Iglesias Bautistas de
Indonesia compuesta de iglesias de Java y Sumatra. Otra
Convención de iglesias bautistas de Indonesia con su sede sobre
Sulawesi se compone de iglesias de Sulawesi, Halmahera,
Kalimantan y Sumatra. A partir de 1971 la dirección de la obra
bautista ha estado principalmente en manos de los nacionales.
Los misioneros apoyan las iniciativas de los mismos naciona­
les.112
En 1955 los bautistas de Australia empezaron obras misio­
neras en Irían de Occidente que han resultado en una comuni­
dad de setenta y nueve congregaciones y 20.000 miembros. En
538 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

1961 los bautistas conservadores de Estados Unidos iniciaron


u n a obra en Kalimantan que ha creado una asociación de unas
treinta y ocho congregaciones y 6.000 miembros.113 Estos
pueblos bautistas, más otros 30.000 bautistas afiliados a grupos
fundam entalistas e independientes; más las iglesias resultantes
de la obra de la FMBSBC, constituyen una comunidad bautista
en Indonesia de cerca de 75.000 creyentes.114 Todas las institu­
ciones, obras sociales y educativas, obras médicas y otros
medios de comunicación están en manos de directores naciona­
les. Las iglesias están multiplicándose y el porvenir para la
historia bautista en Indonesia es muy brillante.115

TAILANDIA
Tailandia, antes llamada Siam, cuenta con 53.000.000 de
habitantes de descendencia china y de tradición budista. Por
años era uno de los campos misioneros más difíciles. Los
siameses fueron expuestos al cristianismo por sus contactos con
los portugueses católicos, los holandeses reformistas y los
ingleses anglicanos a través de tres siglos. Sin embargo, el
budismo está tan arraigado que es muy difícil dejarlo al lado.
Los bautistas estaban entre los primeros misioneros evan­
gélicos en Tailandia. Los bautistas del sur y del norte de los
Estados Unidos, unidos en aquel entonces, enviaron misioneros
al país en 1833. El matrimonio Taylor Jones dejó Moumein,
Birmania, para trabajar entre los budistas; y en 1835 Guillermo
Dean llegó a Bangkok para trabajar con los chinos. En 1836, él
organizó la primera iglesia bautista en Asia, com puesta de
miembros chinos. En 1872 los bautistas del norte (ABFMS)
decidieron cerrar su Misión, pero personal de ellos estaban hasta
1909• Los misioneros dejaron Biblias traducidas a los idiomas
thaí y chino. Los primeros misioneros de los bautistas del sur
pasaron por Siam en camino a C hina.116 Ana Hasseltine Judson
en Birmania tradujo el Evangelio de Mateo al thai de modo que
los presos siameses tuviesen la oportunidad de leer el evange­
lio.117 Sin embargo, los pocos resultados y el deseo de entrar en
China, condujeron las dos misiones a abandonar Tailandia. Por
más de cincuenta años no había un testimonio bautista en Siam.
En 1949 cuatro misioneros de la FMBSBC, expulsados de
China, fundaron de nuevo una obra en Tailandia. Organizaron
la Misión Bautista en Bangkok en 1950. En 1952 Juan Morris
Los Bautistas en Asia del Sur y del Sudeste 539

abrió las puertas de un nuevo seminario y en 1953 fundaron una


Librería Bautista. Nuevos centros fuera de Bangkok se abrieron
en Ayuthia en 1952; en Nondaburi en 1953; y Cholburi en
1954. En 1955 había veinticinco misioneros atendiendo a unos
180 creyentes bautistas."8
La mayor parte de las iglesias estaban compuestas de
chinos de habla swatow, pero los misioneros Reeves comenza­
ron obras en thai. Se realizaron otras obras entre estudiantes,
enfermos, extranjeros de habla inglesa y pastores en perspecti­
va. El primer pastor thai fue ordenado en 1961. Los misioneros
de la FMBSBC han desarrollado un programa variado de
evangeÜzación y de educación que recién está dando resultados.
En 1988 tenían ochenta y un misioneros en Tailandia."9
Los misioneros de la ABFMS volvieron a Tailandia en 1952
para colaborar con la Convención Bautista de los karen, fundada
en 1880 por creyentes ganados por los misioneros años antes.120
En 1964 la Iglesia Bautista Grace (gracia), fundada por misione­
ros de las Filipinas y misioneros de la FMBSBC, seguía
ministrando a los chinos del país.
En 1971 se organizó la Asociación de Iglesias Bautistas de
Tailandia y después se afilió en 1976 a la entidad nacional, la
Convención Bautista de Tailandia.121 Esta Convención, con la
colaboración de todas las entidades misioneras, está realizando
una serie de programas de evangelización y de obra social tal
como el ministerio entre los leprosos, el ministerio por radio y
televisión y el ministerio entre los refugiados de Vietnam y
Cambodia. Equipos de comunidades bautistas de todas partes
cooperaron en afrontar el desafío de los miles de refugiados que
huyen de la situación trágica en los países adyacentes.
En fin, la obra bautista avanza paulatinam ente en Tailan­
dia. La mayor parte de las iglesias fundadas por la ABFMS se
han afiliado a la Iglesia de Cristo de Tailandia, una iglesia unida
de presbiterianos, luteranos, bautistas y discípulos de Cristo,
que ha llegado a ser la entidad protestante más grande de
Tailandia, contando con unos 40.000 miembros.122
Los bautistas que han mantenido su identidad se agrupan
en la Convención Nacional, que cuenta con unas sesenta
congregaciones en 1988 con 2.200 miembros. Hay evidencias
de un despertar espiritual que, juntam ente con una libertad
mayor en el país, puede producir un aum ento numérico entre
540 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

los bautistas. La paciencia y la perseverancia de los proceres, por


fin, están dando resultados en Tailandia.123 El pueblo bautista en
Tailandia m erece un puesto de honor en la historia bautista.

VIETNAM
Vietnam, por tantos años una colonia francesa, ganó su
independencia en 1954 como resultado de la guerra sangrienta
con Francia. Elementos guerrilleros, como el Viet Kong, se
entrenaron durante la Segunda Guerra Mundial en su lucha con
Japón y estaban en condiciones después para resistir y, por fin,
derrotar a las fuerzas armadas de Francia. En Ginebra, el país
fue dividido en dos, Vietnam del Norte y Vietnam del Sur.
Vietnam del Norte cayó en manos de los comunistas; Vietnam
del Sur quedó en manos de los nacionalistas. La lucha entre los
dos empezó y continuó hasta 1975, agitando a toda la com uni­
dad mundial.
Debido a la influencia francesa, el catolicismo predomina­
ba en Vietnam hasta el golpe comunista. La Alianza Cristiana y
Misionera desarrolló una obra misionera ejemplar y heroica
desde 1911 hasta 1975.124 No ha habido una presencia bautista
en Vietnam del Norte, pero en Vietnam del Sur los bautistas han
tenido una presencia significativa desde 1959.
En 1959, el matrimonio Hayes, misioneros de la FMBSBC,
se radicaron en Saigon, Vietnam del Sur, donde tenían una
garantía de libertad religiosa. Por dos años se dedicaron al
estudio del idioma e iniciaron reuniones que produjeron cin­
cuenta profesiones de fe en los primeros seis meses. En 1961
llegaron otros dos matrimonios; y otros dos, los Longbottom y los
Davis, fueron transferidos desde Hawaii. La primera iglesia se
constituyó en 1962 y comenzó un crecimiento fenomenal.
Lewis Myers llegó en 1962 y comenzó una obra de publicacio­
nes.
En 1964 veinte misioneros trabajaban con una iglesia y un
total de 130 miembros. A partir de 1965 la Guerra de Vietnam se
aceleró y causó muchos problemas para la obra. Sin embargo, se
abrieron nuevas estaciones en el interior y daban frutos. Los
misioneros y nacionales experimentaron los peligros y rigores de
la “ofensiva Tet”, pero este problema puso en m archa un
avivamiento. En 1970 los treinta y nueve misioneros bautistas
Los Bautistas en Asia del Sur y del Sudeste 541

servían en siete estaciones con seis iglesias nacionales con un


total de 917 creyentes.125
A partir de 1971 la obra bautista sufría las tensiones y
rigores de la guerra. Los misioneros —Longbottoms, Davis,
Myers, Hayes, James, Moore, et al. — eran veraderos héroes en
su actuación, juntam ente con sus colegas de la Alianza Cris­
tiana y Misionera. Las iglesias estaban floreciendo a pesar de la
guerra. La FMBSBC hizo un llamado a duplicar el número de
misioneros, pero en 1975 la situación se deterioró y los misione­
ros, y unos pocos nacionales, milagrosamente pudieron evacuar
el país.
Cuando salieron los misioneros en 1975, dejaron treinta
iglesias con 4.000 creyentes; dieciséis templos, cinco casas de
misioneros, veintidós autos, un seminario y estudio para radio y
televisión, y otros dos edificios. Todo esto fue expropiado por los
com unistas.126 Los creyentes, según informes recientes, siguen
fieles y están recibiendo un poco de libertad de las autoridades.
Los misioneros salieron, pero el pueblo bautista queda fiel en
Vietnam del Sur. En 1985 la FMBSBC proporcionó víveres y
fondos para los damnificados de las torm entas que azotaron al
país.127 Se m antiene un contacto con los creyentes en 1989. Se
espera que el pueblo bautista, como el de China, haya podido
seguir fiel, abierta o clandestinamente, bajo el régimen comu­
nista. Hay evidencias que así es el caso.128

LAOS
Laos, antes una colonia francesa, ganó su independencia
en 1949. Siendo un país muy pobre, ha sufrido una larga serie
de contratiempos trágicos. Se encontró en una encrucijada
política e ideológica involucrando el Pathet Lao, Viet Minh y las
fuerzas del gobierno. Complicando la situación, miles de refu­
giados de los países vecinos huyeron a Laos.
Además de la Iglesia Católica Romana, los Hermanos de
Suiza, protestantes, iniciaron obra misionera en 1902. La
Alianza Cristiana y Misionera comenzó en 1929. Los dos
grupos, juntam ente con la Confraternidad de Aviación Misione­
ra, han mantenido un testimonio muy noble en Laos.
El único testimonio bautista en Laos ocurrió en 1971
cuando la FMBSBC envió dos matrimonios a Laos. Fue comen­
zada una obra estudiantil y se fundó una iglesia en 1973. Un
542 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

misionero enseñó una clase de monjes budistas. La distribución


de literatura fue una parte importante de la obra. En 1975 el
gobierno se hizo comunista y los misioneros tuvieron que
retirarse del país. La iglesia fue cerrada y el templo ocupado para
otros propósitos. Unos cuarenta creyentes fueron dejados en
Laos. En 1985 el gobierno de Laos invitó a la FMBSBC a ayudar
en algunos proyectos de desarrollo auspiciados por la UNICEF,
pero no ha resultado en una entrada nueva en el país. El
pequeño grupo de bautistas dejado en Laos, según cálculos
recientes, forma parte de una comunidad evangélica de unos
4.500 creyentes.

Conclusión
Esta hojeada de la historia bautista en Asia del Sur y del
Sudeste revela la vastedad del alcance misionero de la denomi­
nación bautista pero, al mismo tiempo, ilustra la pequeñez de la
involucración bautista en la evangelización del mundo. Miles en
Asia no saben nada del evangelio. En la providencia de Dios,
núcleos de creyentes bautistas se encuentran en todas partes de
Asia. Es de esperar que tales comunidades se den cuenta de su
responsabilidad misionera y que hagan su contribución a la
edificación del cuerpo de Cristo en el mundo.
Parte V
LOS BAUTISTAS EN OCEANIA
Capítulo I
Los Bautistas en los Países de Oceania
Capítulo I
LOS BAUTISTAS EN LOS PAISES DE OCEANIA
Introducción
El océano Pacífico es el cuerpo de agua más grande en el
mundo, con un área de más del veinticinco por ciento de la
superficie de la tierra. Sobre esta gran expansión de agua se
encuentran unos treinta grupos principales de islas y muchos
grupos menores y unidades separadas. Se calcula que el número
total de las islas es de 1.500, sin contar a Malasia y las Filipinas,
y que tienen un área de 995.000 kilómetros cuadrados.’ Estas
islas “oceánicas” se dividen en tres sectores grandes: Melanesia,
Micronesia y Polinesia. Fue el estudio del libro de capitán Cook
sobre estas islas que inspiró a Guillermo Carey a pensar en las
misiones m odernas.2 Las grandes sociedades misioneras han
hecho hazañas misioneras en estas islas. Grandes poblaciones
son cristianas en la mayor parte de ellas debido al movimiento
misionero.3
En la vastedad de Oceanía se encuentran pequeñas comu­
nidades de bautistas que han contribuido a la m archa de la
historia bautista. En realidad, hay solamente 2.500.000 habitan­
tes en el conjunto de islas; y, por eso, los bautistas, quienes no
concentraron su obra misionera en esta parte del mundo,
constituyen una parte mínima de la población evangélica. No
obstante esto, los que hay son significativos. Es necesario darles
una ojeada histórica.

HAWAII
Por extraño que parezca, es necesario considerar breve­
m ente a Hawaii, aunque ahora es un estado de Estados Unidos
de Norteamérica (desde 1959). Sin embargo, por muchos años

545
546 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Hawaii era un territorio de aquel país y sirvió como puente a


Asia. Debido a la novela popular de Jaime Michener, Hawaii,
hay m uchos malentendidos en cuanto a la obra misionera en
Hawaii. Es necesario recordar que el libro de Michener es
ficción, no historia; y que las exageraciones encontradas en
aquella novela no reflejan la verdad.4
El fundador de la obra bautista en Hawaii fue Carlos Juan
McDonald, un laico escocés que era hombre de negocios en
Hawaii. McDonald nació en Escocia, se trasladó a AustraÜa y
luego a Canadá, donde se hizo bautista. Volvió a Hawaii como
empleado de una empresa. Comenzó una escuela dominical en
una plantación de pinas que más adelante se constituyó en la
Iglesia Bautista de Wahiawa en 1934. Varios líderes bautistas
futuros fueron conversos de McDonald —Itsuko y Ayako Saito,
M argarita Oda y Etel Abe— y estaban activos en los comien­
zos.5
Mientras tanto, la primera iglesia organizada en Hawaii fue
la Iglesia del Calvario, constituida en 1930, empezada por R. L.
Johnston del Grace Baptist Tabernacle en San Bernardino,
California. Una iglesia bautista independiente al principio,
luego se afilió a la Convención Bautista de California del Sur,
una entidad de la Convención Bautista Americana (bautistas del
norte de Estados Unidos).
La tercera iglesia bautista organizada en Hawaii fue la
Iglesia Bautista de Olivet. En julio de 1926 un laico hawaiano,
José Tyssowski y su esposa, empezaron una misión interdeno-
minacional que prosperó. Cuando José falleció, su esposa y los
miembros —incluyendo el conocido jefe de policía, Dan Liu, y el
próspero hombre de negocios, C. K. Tom— se hicieron bautistas
por medio de la obra de McDonald. Se constituyeron en iglesia
en 1941 e invitaron al misionero Víctor Koon a ser el primer
pastor.6
Por causa del crecimiento de la obra y de la necesidad de
obreros, McDonald comenzó a apelar a las entidades misioneras
de los bautistas del sur de Estados Unidos. Visitó primero la
Ju n ta de Misiones Domésticas, pero el doctor Lawrence le
informó que no había fondos ni personal debido al colapso
económico. No obstante, la FMBSBC se interesó y envió a Park
Anderson, un misionero a China, a visitar Hawaii. Anderson,
McDonald, Saito, Tom y otros formaron una sociedad anónima
Los Bautistas en los Países de Oceania 547

que llamaron “Hawaiian Baplist Mission”. Al escuchar el


informe de Anderson, la FMBSLC resolvió “prestar” misioneros
a Hawaii por un tiempo. Por eso, en 1940 se oficializó la relación
entre Hawaii y la FMBSBC. Los misioneros Blackman, Ram-
sour, Belote, Plowden, Leonard y Koon llegaron de Manchuria,
China. El doctor Charles Maddry, secretario de la FMBSBC,
visitó Hawaii en diciembre de 1941 y estuvo presente durante el
bombardeo de Pearl Harbor.7
Con los buenos elementos hawaiianos y el equipo de
misioneros veteranos, la obra en Hawaii experimentó un des­
pegue. U na iglesia de japoneses creyentes se hicieron miembros
de la Iglesia de Olivet en 1941. Otras iglesias se organizaron en
las otras islas.8 En 1945 se constituyó la Convención Bautista de
Hawaii. En 1961 la FMBSBC entregó la dirección de la obra
bautista en manos de la Convención Nacional. Mientras tanto
Hawaii había llegado a ser un estado de Estados Unidos y
paulatinam ente la obra fue asesorada por la Ju n ta de Misiones
Domésticas de la SBC. En 1961 había veinticuatro iglesias con
5.500 creyentes. Los misioneros poco a poco se transferían a
otros campos y, en el día de hoy, la Convención Hawaiiana actúa
como una convención estatal en colaboración con la SBC.

GUAM
La isla de Guam se convirtió en protectorado de Estados
Unidos como resultado de la guerra con España en 1898. Guam
es la isla más grande de las Marianas, con una población
cosmopolita de filipinos, chamorros y americanos.
En 1911 un matrimonio misionero de los bautistas genera­
les del estado de Indiana, en Estados Unidos, inició la obra
bautista en Guam. Joaquín Sblan se convirtió y llegó a ser el
prim er pastor nacional. Por veinticinco años era pastor en
Agana, la capital.9
En 1959 unos militares estadounidenses formaron una
misión sostenida por la Iglesia Bautista de Ardmore en Memp-
his, Tennessee, Estados Unidos. La FMBSBC envió a Harry
Goble a Guam en 1961, quien fundó la Iglesia de Calvario en el
mismo año. Esta iglesia y sus misiones estaban compuestas de
militares al principio, pero poco a poco comenzaron a alcanzar a
los nacionales. En 1970 se organizó la Asociación Bautista de
Guam con mensajeros de tres iglesias. En 1988 había once
548 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS
misioneros trabajando bajo la dirección de la Asociación, com­
puesta de tres iglesias con 400 miembros.10

SAMOA
La historia bautista está recién comenzando en las islas
Samoa. Por m uchos años, la Junta de Misiones Domésticas de la
SBC de Estados Unidos ha mantenido una obra activa en Samoa
Americana, una dependencia de Estados Unidos. La FMBSBC,
en 1987, nombró a un matrimonio misionero para Samoa de
Occidente, un estado independiente. El matrimonio está estu­
diando el idioma en Pago Pago, Samoa Americana, esperando
visas para radicarse en Samoa de Occidente. Por eso, es
prem aturo hablar de una historia en el umbral de sus comien­
zos.11
VANUATU
Como Samoa, Vanuatu, una isla de las Nuevas Hébridas,
está para recibir sus primeros misioneros de la FMBSBC. No
hay otros bautistas en la isla. Un matrimonio fue nombrado en
1987 y está aprendiendo el idioma en Puerto Villa. El relato de la
esperada historia bautista tendrá que esperar el próximo tomo.12

FIJI
La Misión Bautista de Fiji, una entidad de iglesias bautistas
pequeñas e independientes, solicitaron asesoramiento de la
FMBSBC en 1983. Invitaron misioneros para ayudarles en la
evangelización y en establecer iglesias. En 1985 un matrimonio
misionero de Guam se radicó en Fiji, donde trabajan con cuatro
iglesias de la Misión y tres iglesias nuevas. Estas iglesias
organizaron la Convención Bautista de Fiji en 1987. En 1989
había siete iglesias bautistas y 250 miembros. Cuatro misioneros
de la FMBSBC colaboran con la Misión y las iglesias.13

NUEVA CALEDONIA
Nueva Caledonia, un territorio de Francia, no tenía un
testimonio bautista hasta 1989. La FMBSBC ha nombrado un
matrimonio misionero que está en el proceso de iniciar una obra
bautista en la isla. Esperan desarrollar la obra en la ciudad de
N oum ea.14
Los Bautistas en los Países de Oceania 549

BRUNEI
Brunei, una m onarquía constitucional protegida por Gran
Bretaña en la costa de Borneo, tiene una pequeña comunidad
evangélica afiliada a los bautistas. Esta obra, comenzada por
evangélicos australianos alrededor de 1950, cuenta con unos
1.000 miembros agrupados en dos iglesias. Cuando los austra­
lianos dejaron la obra hace unos años, la Convención Bautista
de Hong Kong asumió la responsabilidad de asesorarla. Sin
embargo, cuando el misionero de Hong Kong no pudo obtener
una visa para volver, un misionero de la FMBSBC, ubicado en
Singapur, comenzó a visitar el reinado una vez por mes para
atender la obra.
En 1981 este misionero se trasladó a Bandar Seri Begawan,
la capital de Brunei. Atendía una iglesia en la capital y otra a
cien kilómetros. Cuando el misionero salió de licencia en 1987,
perdió su visa y no ha podido conseguir otra. No obstante, las
iglesias siguen adelante y van desarrollando la comunidad
evangélica bautista en Brunei.15

PAPUA-NUEVA GUINEA
La isla de Nueva Guinea está dividida políticamente; la
parte occidental pertenece a Indonesia; la parte oriental a
Papua, por años un protectorado de Gran Bretaña y de Australia,
que ganó la independencia en 1975. Es una nación compuesta
de m uchas tribus primitivas que han sido objetivos de las
misiones cristianas de congregacionalistas, luteranos, anglica­
nos y metodistas. Algunos capítulos nobles de historia misionera
han sido escritos por los misioneros en Papua.16
Los australianos tiene el honor de haber plantado la fe
bautista en Papúa. Realmente, colaboraron con otros australia­
nos interdenominacionales en su obra. A partir de 1949 m anda­
ron misioneros que han desarrollado una Unión de Iglesias
Bautistas, que en 1982 contaba con 116 congregaciones con
una comunidad de creyentes de 17.000.17
Dos agrupaciones misioneras de bautistas fundamentalis-
tas de Estados Unidos trabajan en Papúa. La Confraternidad
Bautista Bíblica inició una obra en 1962. En 1982 contaban con
una pequeña comunidad de 150 creyentes. En 1967 empezó su
550 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

obra la Asociación Bautista para la Evangelización del Mundo.


En 1982 contaban con una comunidad de 1.000 creyentes.18

Conclusión
La brevedad de esta parte de la historia bautista dem uestra
que la denominación bautista está recién entrando en la
expansión misionera en Oceanía. Realmente, lo mismo se nota
en el avance del cristianismo en todo el territorio de Asia. Unos
pocos bautistas se encuentran en la frontera de este avance,
pero la gran mayoría no se dan cuenta del tremendo desafío de
Asia. Oceanía constituye un nuevo campo misionero que
necesita la colaboración de los bautistas. El porvenir de la
denominación bautista en el mundo bien podría depender de su
respuesta al desafío de Asia y Oceanía. Como dice el doctor
Kraemer:

Finalmente, la nueva situación que surge de la unifica­


ción del mundo y el papel tan influyente de la Iglesia
Cristiana en él mundo no cristiano, señala claramente que la
historia cristiana aparentemente será, y deberá ser, escrita
en el futuro en los libros vivos de Africa y Asia; y que estos
nuevos capítulos serán de suma importancia para la vida y el
desarrollo de la Iglesia Cristiana en sus centros antiguos.19
CONCLUSION
Contribuciones de los Bautistas
Habiendo trazado los comienzos y el desarrollo de la
denominación bautista en distintas partes del mundo, conviene
finalizar esta obra destacando las contribuciones bautistas a la fe
cristiana. Por medio de sus interpretaciones y prácticas distinti­
vas, los bautistas han aportado m ucho a la comunidad cristiana
del mundo. Su fidelidad a estos distintivos es su única razón
para existir como una denominación. Entonces, ¿cuáles son las
principales contribuciones de los bautistas?1
1. Una insistencia en la naturaleza personal e individual
del cristianismo. Los bautistas consecuentem ente han quitado
las barreras eclesiásticas, políticas y territoriales entre el hombre
y Dios. Desean dirigirse directam ente a Dios por medio de la
obra de Jesucristo. Por eso, han rechazado los errores del
sacramentalismo, sacerdotalismo y eclesiasticismo. Han sido
líderes en la tradición de las “iglesias libres”.
2. Una defensa de la dignidad de cada alma humana. En
otras palabras, creen que el hombre es creado a la imagen de
Dios y para tener comunión personal con Dios. Cada persona
delante de Dios es de valor y ninguna persona vale más que otra.
Arrodillarse ante los hombres, besar anillos e imágenes, hacer
reverencias, no corresponde a las almas inmortales, las cuales
pueden presentarse por sí mismas delante de Dios. Muchos
proceres bautistas han sufrido por rebelarse ante las pretensio­
nes del hombre que trata de ponerse en el lugar de Dios.
3. La autoridad de las Sagradas Escrituras en los asuntos
de fe y orden. Los bautistas creen de todo corazón en la
infalibilidad de la Biblia. La Biblia es su sucesión apostólica y
tiene la primacía en todas las cuestiones de la fe. Creen que el
mismo Espíritu Santo asesora al creyente en la interpretación de
la Palabra. Por eso, no caen en el dogmatismo estático, sino
551
552 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

creen en la interpretación dinámica. Dios continúa revelando la


verdad a través de su palabra escrita y bajo la inspiración del
Espíritu Santo. El Nuevo Testamento es su m anual de eclesiolo-
gía. Rechazan la autoridad de las tradiciones eclesiásticas y
com prueban su eclesiología en cada generación por la regla del
Nuevo Testamento.
4. La insistencia en la seriedad de la “gran comisión”. Los
bautistas, juntam ente con sus antepasados espirituales, los
anabautistas, toman en serio la misión cristiana. Han sido
promotores del movimiento misionero moderno. Guillermo
Carey refutó una vez para siempre la falsa idea promulgada por
m uchos protestantes de que la “gran comisión” ya estaba
cumplida. Los bautistas han sido fieles a su principio evangéli­
co, a saber: la evangelización personal y la empresa misionera.
Creen que todos los creyentes deben ser testigos y, colectiva­
m ente, los bautistas se han unido voluntariamente para em ­
prender las misiones mundiales. El mandato misionero ha sido
la fuerza motriz de los bautistas.
5. La defensa de la libertad religiosa para todos. Otros
cristianos llaman a los bautistas “los guardianes de la libertad”.
La historia de la denominación bautista representa una constan­
te lucha por la libertad de consciencia, de culto y de propagación
de la fe. Los bautistas jam ás se han conformado con la mera
tolerancia religiosa. Insisten en una completa libertad para
todos, aun para aquellos que se oponen a sus principios. Por eso,
han sido campeones de los derechos religiosos, no solamente de
sus iglesias, sino también de los derechos de otras sectas e
iglesias.
6. Iniciadores de la separación de la iglesia y el estado. Los
bautistas, una vez más con sus compañeros anabautistas, creen
que la mejor manera de preservar la libertad religiosa es
promover la separación entre la iglesia y el estado. Fueron los
bautistas en Norteamérica los que lucharon por la incorporación
de la separación en la Constitución de Estados Unidos. Creen
que la doctrina de la separación es un corolario del principio de
la libertad religiosa. Promueven la doctrina en la política
m undial de modo que puedan evitar la funesta fusión de lo
eclesiástico y lo político. Todos los amantes de la libertad han
aplaudido el esfuerzo de los bautistas en la promoción de este
asunto.
Contribuciones de los Bautistas 553

7. Promotores de la democracia en el gobierno eclesiástico


y secular. Los bautistas insisten en un gobierno congregacional
que deja a todos los creyentes participar en las decisiones y
asuntos de la congregación. Insisten en la autonomía de cada
congregación. En el orden político, los bautistas favorecen el
gobierno popular que garantiza la participación de todos los
ciudadanos. Resisten tenazm ente el totalitarismo en sus distin­
tas formas. Los bautistas siempre han sido activos en los
movimientos en pro del bienestar de todo el pueblo.
La denominación bautista, cuya historia ha sido el tema de
esta extensa obra, no tiene de qué avergonzarse. Por supuesto,
tiene algunas m anchas sobre su larga historia, cosa que es
común a todas entidades hum anas; pero, en general, los rasgos
positivos son más que los negativos. Como dice el doctor Roberto
Baker:

El recordar la historia debe bastar para llamar a los


bautistas a una renovada devoción a aquellos principios
neotestamentarios que han hecho posible su gran aporte a la
historia. Naciones enteras y otros grupos religiosos han
sentido el efecto de la democracia religiosa sostenida por los
bautistas. Pero esta historia debe traer también humildad de
espíritu a los bautistas, siendo que ha placido a Dios usar su
testimonio y bendecir su causa.2
N o tas

Prefacio al Tom o III


1 Uso este término en vez de “Tercer Mundo”, porque los países del así llamado
“Tercer Mundo”, constituyen dos tercios de la población del mundo contemporáneo, y
ocupan dos tercios del territorio de este globo. Por eso, “Mundo de los dos tercios” es un
término más apto.

Parte I LOS BAUTISTAS EN AMERICA LATINA


Cap. I MEXICO
1 El movimiento de independencia fue comenzado por un sacerdote romano, el
padre Miguel Hidalgo y Costilla, el 16 de septiembre de 1810. El proclamó la rebelión.
Fue ejecutado en jubo de 1811.
2 Uso la palabra “pagano" para referirme a los vestigios de las antiguas religiones de
los aztecas, los mayas, etc., que fueron incorporados en el catolicismo popular—un folk-
catolicismo netamente mexicano.
3J uárez, como otros libertadores latinoamericanos, estaba empapado del liberalismo
humanístico de los enciclopedistas, emanado de Europa y Norteamérica. Era admirador
de Abraham Lincoln.
4 El célebre caso de Maximiliano, et ai.
5 Thomson era más bien colportor y educador que misionero. A pesar de su énfasis
bíblico, él fue aceptado por los flamantes gobiernos latinos que urgentemente necesita­
ban estructuras educativas populares. Thomson era perito del sistema lancateriano y
debe ser considerado como un antecedente de las escuelas públicas en América Latina.
Thomson recibió muchos honores en la Argentina y en Chile —le concedieron la
ciudadanía.
6 La obra más importante sobre Thomson es: Amoldo Canclini, Diego Thomson.
Buenos Aires: Asociación Sociedad Bíblica Argentina, 1986. Una iglesia bautista en
Escocia pagó los viáticos de Thomson. Era bautista por convicción, pero no fue bautista
en América Latina, sino interdenominacional.
1Frank Patterson, A Century of Baptist Work in México (El Paso: Spanish Baptist
Publishing House, 1979), pp. 23, 24.
8 Es lamentable que los bautistas no hubieran podido aprovechar más temprano las
oportunidades que Thomson creó. Si lo hubieran hecho, la obra bautista habría
comenzado años antes. Thomson es ejemplo de una obra que siembra semillas pero no
provee medios para cultivar las plantas que resultan.
9 El autor ha podido apreciar la pujante obra bautista en estas zonas de México. Hay
más de cincuenta y ocho iglesias en los pueblos mayas del Yucatán.
10 American Bible Society Reports, I, p. 2.
" James Garvín Chastain, Thirty Years in México (El Paso: Baptist Publishing

555
556 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

House, 1927), pp. 98, 99 —siendo que México formaba parte de Norteamérica, la
Sociedad Doméstica los consideraba un campo doméstico, no foráneo.
12 Ibid., p. 125.
13 La obra definitiva sobre Hickey es: Cosme Montemayor, Hickey, el Fundador
(Ciudad de México: Convención Bautista, 1962). Demuestra que Hickey era bautista.
H Término que se refería a los que no eran católicos ni anglicanos. Como la palabra
“evangélico” en el día de hoy.
15 Desconocemos por qué él se interesó en México —las fuentes dicen “que sintió
una responsabilidad por ellos”.
16 Estos datos están recogidos de: Montemayor, op. cit. Chastain, Patterson, y
Alejandro Treviño, Cincuenta Años en el Ministerio (El Paso: Casa Bautista de
Publicaciones, 1937).
17 Chastain, op. cit., p. 126.
18 Es una suposición mía basada en el testimonio global de las fuentes.
19 Uno que militaba en las filas anti-esclavistas en Estados Unidos.
20 Westrup, según Montemayor, dijo que Hickey “fue desterrado de Texas por
abolicionista”; Montemayor, op. cit., p. 18.
21 Los comienzos bautistas en México y Brasil se debieron a este conflicto. Ilustra la
providencia de Dios que puede convertir lo malo en bueno.
22 Patterson, op. cit., pp. 27, 28.
23 Horacio Westrup Puentes, Paladines del Evangelio en México (Buenos Aires: La
Aurora, 1953), pp. 13-35.
24 Chastain, op. cit., pp. 99, 100; Patterson, op. cit., p. 28 —Hickey usó la obra en
inglés como puente al pueblo mexicano.
25 Los colportores de tales sociedades no podían promover una denominación. Era
una regla lógica y positiva.
26 Patterson, op. cit., pp. 26, 27.
27 Esta ordenación un poco irregular llegó a ser la regla, hasta que la denominación
se definió en 1870. No había contacto con iglesias en Estados Unidos.
28 Con la imposición de manos.
29 Una breve y buena biografía de Westrup se encuentra en Los que abrieron el
camino (Buenos Aires: Junta Bautista de Publicaciones, 1962), pp. 3 4 4 6 ‫־‬.
30 Patterson dice, en inglés: “The design of Miss Rankin was not to harvest the
grain, but take over the grainery!” Patterson, op. cit., p. 29.
31 Riley era empleado de la Unión con la cual estaba relacionada la señorita Rankin.
No aprobaba sus métodos de división y pensaba que desprestigiaba a la Unión.
32 Patterson, op. cit., p. 30.
33 Es interesante que fue este problema que estableció el contacto con los bautistas
en los Estados Unidos.
34 Chastain, op. cit., p. 101.
35 De aquí en adelante, se usará la abreviatura en inglés para indicar esta Sociedad
—ABHMS (American Baptist Home Missions Society). Fue una entidad de los bautistas
del norte de Estados Unidos.
38 Patterson, op. cit., p. 33.
37 Véase p. 17 de este capítulo.
38 Chastain, op. cit., p. 102.
39 Riley era el ministro episcopal mencionado arriba. Backus era el secretario de la
ABHMS.
40 Hay que recordar que Westrup fue ordenado por Hickey, sin la autorización de
una iglesia bautista local. Se hizo miembro de Strong Place Baptist Church, en Brooklyn.
41 Patterson, op. cit., pp. 33, 34. Knapp fue el pionero bautista en España. Trabajó
bajo los auspicios de la Unión Misionera Bautista de América, la entidad de los bautistas
del norte que se ocupaba de sus misiones foráneas. Véase también J. D. Hughey,
Notas 557

Historia de los Bautistas en España (Barcelona: Junta Bautista de Publicaciones, sin


fecha; y el capítulo en esta misma obra sobre España en el Tomo II.
42 Patterson, op. cit., p. 35.
43 Chastain, op. cit., p. 102.
44 Esta Sociedad se ocupaba de las misiones domésticas de los bautistas del norte.
Siendo que México estaba en Norteamérica, geográficamente hablando, se encargó de la
obra. ¿Hubieran prosperado mejor bajo la entidad foránea, la Unión?
45 La ABHMS aceptó la renuncia de Westrup, no tanto por un conflicto con él, sino a
causa de los factores negativos ya mencionados. No obstante, el acta comentó sobre su
“falta de éxito” y “ese campo misionero desorganizado". Evidentemente había problemas
de relación y de administración entre Westrup y la Sociedad.
46 La Unión Misionera Bautista en América (ABMU).
47 Una explicación concisa de esta diferencia se encuentra en Encyclopedia of
Southern Baptists (Nashville: Broadman Press, 1958), 11, pp. 1211, 1212; y más
extensamente en Robert Baker, Relations Between Northern and Southern Baptists
(Fort Worth, Texas: Seminary Hill Press, 1954).
48 De aquí en adelante —SBC, su abreviatura en inglés.
49 De aquí en adelante —HMBSBC, su abreviatura en inglés.
50 De aquí en adelante —FMBSBC, su abreviatura en inglés.
51 Un análisis a fondo de tales factores se encuentra en un ensayo del autor, Justice
Anderson, “Episodic Northamerican Influence on Certain Baptist Beginnings in Latin
America: A Study of Reluctant Response to Divine Initiative”, en W. R. Estep (ed.), The
Lord’s Free People in a Free Land: Essays in Baptist History in Honor of Robert A.
Baker (Fort Worth, Texas: Evans Press, 1976).
52 Patterson, op. cit., p. 38; Chastain, op. cit., pp. 126, 127.
53 Patterson, op. cit., p. 39.
54 Chastain, op. cit., pp. 126, 127.
55 Alejandro Trevino, Historia de los Trabajos Bautistas en México (El Paso: Casa
Bautista de Publicaciones, 1939), p. 32.
56 Patterson, op. cit., p. 40 —de todos modos, T. Westrup tenía la distinción de haber
servido bajo las entidades misioneras de las dos convenciones estadounidenses.
57 Es interesante observar que Dios ya había colocado a los dos misioneros en
México. ¡Estas entidades solamente se adherieron a la obra de Dios ya empezada!
58 Patterson, op. cit., pp. 43, 44.
59 Ibid.. p. 44.
60 Treviño, op. cit., p. 10.
61 Ibid., pp. 183, 184.
62 Este es el mismo antiguo general confederado que tuvo tanto que ver con los
comienzos bautistas en Brasil. Véase el ensayo del autor en Estep (ed ). op. cit., y
Charles E. Maddry, Christ’s Expendables (Nashville: Broadman Press, 1949), p. 7.
“ Pope era funcionario de la ABHMS de los bautistas del norte —demuestra la
colaboración de los dos grupos en Texas.
64 Chastain, op. cit., p. 128.
65 La evidencia de un interés en las misiones foráneas se encuentra temprano en la
historia bautista mexicana. Por ejemplo, en 1888 la Asociación de Nuevo León
(ABHMS) votó cooperar con la Asociación de Coahuila (FMBSBC) en el sostén de un
misionero a China. No se concretó, pero demuestra el deseo.
m La SBC cree tanto en la separación del estado y la iglesia que prefiere no aceptar
fondos del gobierno para sus obras misioneras.
87 Patterson, op. cit., p. 48.
™ Ibid., pp. 65, 66.
m Westrup fue el primero, pero él era inglés; Creen fue el primero reclutado y
nombrado en Estados Unidos.
558 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS
70 Es impresionante la contribución mexicana a la literatura evangélica en español.
Parece que los misioneros pioneros, ambos de la ABHMS y FMBSBC, tenían dones
literarios. Estos, con Westrup y los pastores mexicanos, como los Treviño y los Barocio,
prepararon el terreno para la presente Casa Bautista de Publicaciones en El Paso.
71 J. M. Pendleton, con J. R. Graves y A. C. Dayton, fue fundador del así llamado
“Movimiento Landmarkista” (landmark en inglés) entre los bautistas en Estados
Unidos. El movimiento tomó su nombre de un libro de Pendleton que se tituló, An Oíd
Landmark Reset. Landmark quiere decir “hito”. Se usa en esta obra el término
“hitoísmo” para describir tal movimiento y sus doctrinas. En México se usa el término
“Landmarkista”. Un estudio de la historia bautista mexicana revela una fuerte influencia
“landmarkista” entre los primeros misioneros. Quizá, ha influido la obra en México más
que en otros países latinoamericanos. Las cuestiones relacionadas al movimiento
probablemente ocasionaron conflictos misioneros que hicieron mucho daño a la obra en
general. La mejor descripción del movimiento y sus doctrinas en forma breve se
encuentra en Walter Shurden, Not a Silent People (Nashville: Broadman Press, 1972),
pp. 65-80. Véase también la discusión del mismo en la sección sobre Estados Unidos en
el Tomo II de esta misma obra.
72 La hojeada de las fuentes revela que la ABHMS tenía más misioneras nacionales,
pero tendía a tomar la dirección de la obra desde Nueva York. ¡Consideraba la obra en
México como la de otro estado de la Unión! Como una “Sociedad Doméstica”, le costaba
pensar transculturalmente. No se dio cuenta de la tremenda distancia cultural entre los
países separados por el río Bravo.
73 Este Barocio tradujo la Breve Historia de los Bautistas, realmente la única
historia bautista que tenemos en castellano que no está escrita según la ideología
“landmarkista” (hitoísta). Sin embargo, consciente o inconscientemente, el prefacio del
autor, Enrique Vedder, se suprimió. En tal prefacio Vedder, de una forma muy clara,
niega la necesidad de la sucesión bautista, un baluarte de los landmarkistas. Barocio lo
menciona en su prefacio. Sería interesante saber la posición de Barocio sobre el
particular; además, sería interesante saber si oficiales de la Casa Bautista de Publicacio­
nes de El Paso fueron influidos por el landmarkismo en su decisión de suprimir la
traducción del prefacio. Sin duda, la Casa en El Paso simpatizaba con los landmarkistas
por muchos años.
74 Chastain, op. cit., p. 113.
75 Enrique fue otro hermano de Tomás Westrup. Murió de tifoidea en 1895.
76 Treviño, op. cit., pp. 45, 46.
77 T. Westrup no tenía una buena preparación doctrinal —su trasfondo anglicano,
más su inclinación católica, le hicieron vacilar muchas veces. Parece que, a veces, era
más bautista por conveniencia que por convicción personal. Fue involucrado de golpe en
la obra sin una debida preparación bíblica y teológica. Es una lástima, porque era un
hombre de grandes talentos naturales.
78 En 1901. Evidentemente la Sociedad veía el retomo de Tomás Westrup como una
violación del arreglo previo hecho con Morehouse, et al.
79 Sería interesante saber el papel de la ABHMS en esta decisión.
80 Es verdad que hay pocas diferencias básicas aunque en el día de hoy hay
diferencias mayores en doctrina y en la actitud hacia el ecumenismo, etc.
81 Patterson, op. cit., p. 70.
82 Es de lamentar que la carrera de Tomás Westrup terminara así. Aunque murió
“discípulo”, su vida se dedicó a los bautistas, quienes le deben muchísimo. Como
pionero, escritor, promotor, himnólogo y predicador merece un puesto de honor en las
filas bautistas.
81 Chastain, op. cit., pp. 128, 129.
84 Con La Luz de Sloan, El Cristiano de Treviño, El Atalaya Bautista de Davis, esta
iniciativa continúa hoy en día por medio de la Casa Bautista de Publicaciones en El Paso,
Texas.
Notas 559

85 Ibid., pp. 133, 134,


86 Basándose en experiencias propias, y sin ser escéptico, el autor hace la pregunta:
¿Contribuyó esta Conferencia al conflicto misionero que sucedió después? A veces, una
experiencia de euforia espiritual mal interpretada conduce al orgullo espiritual y a las
divisiones eclesiásticas.
87 Todos eran misioneros por excelencia.
88 Los Chastain, los Watkins (quienes retiraron su renuncia) y la señorita Sara Hale.
La señorita Addie Barton estaba de Ucencia en Estados Unidos.
89 Volvió a León en 1904, pero pronto se trasladó a Guadalajara, donde realizó su
largo ministerio.
90 La Luz, 7 de agosto de 1902, p. 117.
91 Nuevo León, Coahuila y Michoacán.
92 Patterson, op. cit., p. 83.
93 Ibid., p. 90.
94 Ibid., p. 99.
95 Ibid., pp. 92, 93.
96 W. D. T. MacDonald, fundador bautista en Chile, escribía a Brasil y a Estados
Unidos pidiendo apoyo financiero. Por medio de W. B. Bagby y Z. C. Taylor en Brasil y S.
M. Sowell y J. Hart en la Argentina, consiguió tal ayuda. La obra en Chile fue apoyada
por Brasil, Argentina y México tal como por Estados Unidos.
97 Hooker fue activo en la evangelización. Ayudó a organizar una iglesia en Irapuato
en 1905. Miembros de esta iglesia fueron víctimas de una matanza de evangélicos por
fanáticos en el año 1926, Treviño, op. cit., pp. 257-260.
98 James Crane, A Thumbnail Sketch of Baptist Work in México (Mexican Mission
Pamphlet, sin fecha).
99 A. Pereira A. Semblanzas Evangélicas (El Paso: Casa Bautista de Publicaciones,
1963), pp. 5 2 9 ‫־‬, nos da una breve biografía de Davis.
100 La Casa Bautista de Publicaciones ha publicado varios libros y tratados que
relatan su historia. El mejor es Wilson Ross, Sowing the Seed in Spanish y Tomás Hill,
Rivers of Ink. Entre los artículos, el mejor es uno. “The Light Shineth Afar” por
Margaret McGavock (publicado como monografía en 1949 por la Casa).
191 Treviño, op. cit., p. 254 relata un caso cuando la casa de un pastor fue volada
—afortunadamente, los huéspedes, dos misioneros y dos pastores, resultaron ilesos.
102 Lacy ha sido uno de los misioneros más eficaces y queridos. Aun se jubiló en
México y siguió trabajando en su vejez. El Seminario Nacional lleva su nombre.
Chastain, op. cit., p. 139.
1111 Treviño, op. cit., p. 131.
194 Vestigios del punto de vista se encontraban en la historia bautista mexicana hasta
la década de 1960.
105 Esta observación no expresa una opinión del autor; sólo sugiere un estudio de la
posibilidad.
,m Hasta estos días, ha sido la revolución más genuina y autóctona de América
Latina. Las de Cuba y Nicaragua pueden llegar a tal nivel, pero es demasiado temprano
para juzgarlas. Muchas de las así llamadas “revoluciones” latinoamericanas no son
auténticas revoluciones.
107 Díaz había modernizado el pais e introducido progreso industrial, etc., pero pagó
el precio de una dependencia sobre intereses extranjeros, especialmente de Estados
Unidos. Lógicamente estas fuerzas se oponían a muchas de las reformas de la
Revolución.
'U8 Una realirmación de la de 1857 con un fuerte espíritu anticlerical y una
orientación más socialista.
IUB Un tremendo golpe a la Iglesia Católica Romana, que resultó ser un problema
también para los bautistas.
560 HISTOUIA DE LOS BAUTISTAS

110 Patterson, op. cit., p. 110.


111 Ibid., p. 117.
112 Ibid., pp. 105-121.
113 Alejandro Treviño, Cincuenta Años en el Ministerio (El Paso: Casa Bautista de
Publicaciones, 1937), pp. 209, 210.
114 El hecho de que Treviño y Rodríguez eran evangelistas de las dos entidades
extranjeras demuestra lo que se dijo arriba. Si Powell, Sloan y otros misioneros hubieran
estado, habrían ocupado estos puestos.
115 Crane, op. cit., p. 3.
116 Chastain, op. cit., pp. 138, 149. Es una lástima que no siguieron esta política
definitivamente.
117 Patterson, op. cit., pp. 123-125. El presidente Calles fue muy anticlerical; pero el
presidente Cárdenas, al final del período, también manifestó esta tendencia.
118 Rudd había sido misionero en México de la FMBSBC. Renunció en 1898 y, por
quince años, era pionero en la obra de la ABHMS en Puerto Rico. Chastain, op. cit., p.
121 .
119 La depresión económica detuvo el desarrollo del Seminario en un momento muy
crítico. Si no hubiera sido por este traslado forzado, el Seminario habría podido
nacionalizarse más rápidamente.
120 Antes del colapso en Estados Unidos, una gran suma de fondos misioneros se
destinaron a la edificación.
121 Sin embargo, este asunto llegó a ser una fuente de mucha controversia. Desde
1919 hasta 1927, había una lucha entre nacionales y misioneros por la dirección de El
Atalaya Bautista.
122 Sería imposible destacar demasiado la importancia de esta Unión Femenil en el
desarrollo bautista mexicano. Patterson, op. cit., pp. 134, 135.
123 Según las leyes de la Revolución cada denominación podía tener un cierto
número de clérigos. ¡Los bautistas querían aclarar que todos sus predicadores no eran
clérigos!
124 La idea de tener la Casa de Publicaciones de México en Estados Unidos no les
gustó a los nacionales, a pesar de los factores políticos y financieros que ocasionaron su
traslado.
125 Aunque las dos entidades misioneras trataron de cooperar, sus diferencias de
mentalidad y de política misionera dificultaron la unificación de la obra nacional.
126 Sin duda, la vida de Cheavens fue abreviada por el cargo que aceptó.
127 Una hojeada de la historia bautista en México confirma esta observación de
Bautista. Muchas de las recomendaciones de Bautista no se concretaron hasta la
integración de la década de 1970.
128 Los miembros de la comisión fueron: A. Treviño, E. Barocio, J. Bautista, A. B.
Rudd y Frank Marrs.
129 Chastain piensa que Rudd y E. Barocio fueron los pioneros en la enseñanza de la
mayordomía de bienes y la administración de fondos entre los bautistas mexicanos, op.
cit., p. 121.
130 La ABHMS solía tener un Director, o misionero o nacional, que coordinaba toda
su obra en el país.
131 Entrevista personal con Mandujano en Yucatán, en 1979.
132 El que escribe, en dos ocasiones ha tenido el privilegio de pasar unas semanas en
Mérida trabajando con equipos de seminaristas del Seminario del Sudoeste, bajo la
dirección de Mandujano. El crecimiento de la obra en Yucatán es impresionante.
133 Pat Cárter, Santiago Crane, Levi Price, Jack Hebb y otros.
134 Sería difícil enfatizar demasiado la contribución de este misionero a la obra
mexicana. Hoy en día está jubilado y sigue trabajando con los nacionales en la ciudad de
México.
Notas 561

135 No se debe olvidar la obra médica de la doctora Hattie Neal, que servia como
antecedente a esta iniciativa, juntamente con la base del doctor Hooker.
136 El doctor Franklin Fowler, de Paraguay, pasó un año en México, pero regresó a
Paraguay al no poder conseguir una licencia para practicar en México.
137 El Colegio Internacional y el Colegio Benito Juárez.
138 patterson, op. cit., p. 163.
139 Entre ellos, el libro de Reid mismo es una fuente histórica muy importante: Orvil
Reid, The Challenge of México to Missions (Guadalajara: Baptist Student Home Print
Shop), 1952.
140 Santiago Crane merece un reconocimiento especial como predicador por
excelencia, evangelista, escritor, estadista y administrador. Es un prototipo apto de lo
que el misionero foráneo debe ser en el día de hoy.
141 Correspondencia con Montemayor, 15 de julio de 1968.
142 Es de lamentar que los dos Seminarios auspiciados por las entidades misioneras
de Estados Unidos no hayan tenido una relación más estrecha. La rivalidad eclesiástica y
la falta de un acuerdo teológico han sido fuentes de problemas en la obra mexicana.
143 El que escribe tuvo el privilegio de predicar el sermón en la ocasión del
cuadragésimo aniversario de este Seminario en Chihuahua, en 1977.
144 Este Seminario estuvo en Puebla por un tiempo, y después en Morelia y
Guadalajara. El pueblo bautista mexicano los considera “nuestro Seminario”. Para más
detalles sobre él véase Patterson, op. cit., pp. 171-173.
145 Estos hermanos están en contra de la centralización eclesiástica y a favor del
premilenarismo y la inspiración verbal de la Biblia. Eran muy anticonvencionales en
Estados Unidos y en México.
146 A esta altura del estudio, no contaban con más de dieciocho congregaciones.
147 Patterson, op. cit., p. 180.
148 lbid., p. 183.
149 Hastey en Evangelización; Lyon en Evangelización Urbana; y Hartfield en
Educación Religiosa.
150 Se llama “The River Ministry” en inglés, bajo la dirección del hermano Elmin
Howell, de la Convención Bautista.
151 Patterson, op. cit., pp. 190-195.
152 La obra bautista en México ha sido más conservadora sobre la cuestión del
ecumenismo que en otros países.
153 El Fondo Teológico no era del Consejo Mundial de Iglesias. La mitad del fondo
fue donado por la familia Rockefeller para el uso de todos los evangélicos. Los
Rockefeller eran bautistas. El Consejo solamente lo administraba.
154Casi todas estas convicciones de Porras son prácticas comunes entre los bautistas
mexicanos en el día de hoy.
155 La Convención le debe mucho a Porras. Era un hombre de profunda convicción,
de evidente visión y valentía —quizá demasiado amplia para los elementos misioneros y
nacionales que predominaban en la convención bautista.
156 La única cosa que puede unir a los bautistas y mantenerlos unidos.
157 La obra de la ABHMS dejó de ser un factor en el desarrollo bautista. Eligió
identificarse con el cristianismo ecuménico.
158Esto no fue solamente un movimiento nacionalista; la intransigencia de la Misión
(FMBSBC) sobre algunas cuestiones impedía la integración.
159 Patterson, op, cit., p. 210.
160 El Seminario ya estaba contemplando un traslado a la ciudad de México.
La otra mitad viene del extranjero.
562 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Cap. II VENEZUELA
162 Cecil Moore, Los Evangélicos en Marcha en América Latina (El Paso: Casa
Bautista de Publicaciones, 1959), pp. 149, 150; FMBSBC, Western South America
(Richmond: FMB, 1976), p. 28; David Barrett (ed.), World Christian Encyclopedia
(Londres: Oxford Press, 1982), p. 738.
163 Germán Núñez, “La obra bautista en Venezuela”, documento inédito cerca de
1960, en posesión de este autor. En una tarde inolvidable, tuve el privilegio de pasear por
las estatuas y monumentos en Carabobo, Venezuela, acompañado por don Germán
Núñez, el adalid bautista venezolano, y escuchar su explicación de los acontecimientos
de la emancipación. Nos sorprendió un chaparrón; fuimos corriendo a un refugio donde
unos infantes de marina venezolanos también se refugiaron. Don Germán le presentó el
evangelio a uno, quien aceptó al Señor. Don Germán y yo experimentamos la emoción de
dos tipos de liberación aquella tarde.
164 En 1987 el autor pasó dos semanas con los hermanos venezolanos y sintió el
nuevo espíritu de avance. Es muy alentador ver a los misioneros de Brasil, Estados
Unidos y Venezuela trabajando juntos para la evangelización del país, ¡y del mundo!
165 Moore, op. cit., p. 151.
166 Kenneth Grubb, The Northern Republics of South America (Londres: World
Dominion Press, 1931), p. 142.
167 Véanse relatos y cartas de Thomson en detalle en Amoldo Canclini, Diego
Thomson (Buenos Aires: Asociación Sociedad Bíblica Argentina, 1986), pp. 167-179.
168 Tomás Goslin, Los Evangélicos en la América Latina (Buenos Aires: La Aurora,
1956), p. 79.
169 Grubb, op. cit., p. 103.
170 Reed, Monterroso y Johnson, Avance Evangélico en la América Latina (El Paso:
Casa Bautista de Publicaciones, 1970), p. 109.
171 Goslin, op. cit., p. 81.
172 Documentos inéditos escritos por Germán Núñez entre los años 1950-1969 sobre
la historia bautista en Venezuela, en posesión de este autor.
173 Núñez, op. cit., p. 1.
174 Ibid., p. 1,
175Ibid., pp. 1, 7; J. Wilson Ross, Sowing the Seed in Spanish (El Paso: Casa Bautista
de Publicaciones, 1962), p. 152; Thomas Hill, Rivers of Ink (Nashville: Convention
Press, 1975), p. 28.
176 Núñez, op. cit., p. 7. Es interesante comparar estos bautismos con los de Rogerio
Williams y Ezequiel Holiman en Rhode Island cuando comenzó la obra bautista en
Estados Unidos en 1639. Los hermanos Pérez y Moros siguieron el mismo ejemplo. Se
bautizaron el uno al otro.
177 Ibid., pp. 1 y 7. Este suceso era una bendición disfrazada, porque temprano les
mostró a estos pastores pioneros el valor del sostén propio.
178 Ibid., p. 7.
179 Charles Clark, “Venezuelan Baptist Convention”, Encyclopedia of Southern
Baptists, 11, p. 1443.
180 Carta de Thomas Neely a Charles Clark, January 5, 1955, p. 1.
181 Núñez, op. cit., p. 5.
182 Charles Clark, “A Resume of Southern Baptist Missions in Venezuela”,
documento inédito en posesión del autor, pp. 2, 3. Casi la totalidad de los datos usados
para este capítulo vienen de estas fuentes primarias proporcionados por la gentileza de
los hermanos Clark• y Núñez.
183 Ibid., pp. 3, 4.
184 Ibid., p. 5.
185 Núñez, op. cit., p. 6.
Notas 563
186 Sin duda, la atmósfera de revolución afectaba mucho la ruptura de relaciones,
como fue el caso en toda América Latina.
187 Clark, op. cit., p. 12 (este documento de Clark comprende informes preparados
por varios misioneros como Shirley Clark, Ruth Moss y Eva Nell Kimler).
188 Núñez, op. cit., p. 6.
189 Means and Cauthen, Advance (Richmond: FMBSBC, 1980), p. 428.
190 Este autor pudo experimentar de cerca esta obra en 1987, cuando pasó dos
semanas en Venezuela con el misionero Calixto Patricio y su familia.
191 Estadística de la FMBSBC.
192 Barren (ed), op. cit., pp. 740, 741.
198 Núñez, op. cit., p. 6.

Cap. III COLOMBIA


194 Cecil Moore, Los Evangélicos en Marcha (El Paso: Casa Bautista de Publicacio­
nes, 1959), p. 78.
195 Algunos observadores sugieren que “la violencia” dio a los evangélicos mucha
“publicidad gratuita". Personas que nunca habían pensado en la iglesia evangélica de
repente se volvieron conscientes de su posición. W. R. Read, V. M. Monterroso y H. A.
Johnson, Avance Evangélico en la América Latina (El Paso: Casa Bautista de
Publicaciones, 1970), p. 101.
196 Ibid., p. 100.
197 Francisco Ordóñez, Historia de Cristianismo Evangélico en Colombia (Medellin:
Tipografía Unión, 1956), registra estos casos a través de su crónica de los grupos
evangélicos. El mismo vivía en ese período.
198 Como se sabe, el catolicismo militante y fanático de Colombia cambió de golpe
después del concilio Vaticano II.
199 Moore, op. cit., p. 81, da más documentación.
x*i [)av¡(j Barrett (ed ), World Christian Encyclopedia (London: Oxford Press,
1982), p. 240.
201 Read, Monterroso y Johnson, op. cit., p. 101.
202 Ordóñez, op. cit., p. 18.
208 Kenneth Grubb, The North Republics of South America (Londres: World
Dominion Press, 1931), p. 69.
21,1 Ordóñez explica bien por qué esta iniciativa prosperó en un pais tan conservador
como Colombia. Afortunadamente, Thomson llegó en un momento muy propicio, véanse
Ordóñez, op. cit., pp. 20-22.
205 Ibid., p. 22; Moore dice que “en un sentido los bautistas han sido los primeros y a
la vez casi los últimos en hacer obra evangélica en Colombia”, refiriéndose a esta llegada
temprana de Thomson y la entrada tardía (1941) de misioneros bautistas en Colombia.
Moore, op. cit., p. 81.
206 En enero de 1953 el gobierno colombiano firmó un pacto con la Iglesia Católica
Romana cediéndole el derecho exclusivo de evangelizar en los territorios denominados
“misionales”. Esto incluyó a tres cuartos del territorio nacional. Las islas estaban
incluidas y los McCullough tuvieron que dejar el territorio por ser misioneros “ajenos”.
El Concordato con Roma en 1973 rescindió tal estipulación. Véanse León McBeth, “A
Brief History of Christianity in Colombia”, manuscrito inédito, 1957, p. 8; y David
Barrett (ed ), World Christian Encyclopedia (Londres: Oxford Press, 1982), pp. 241,
242.
207 Cuando el autor enseñó por un semestre en el Seminario en Cali en 1974,
algunos de sus mejores alumnos eran de San Andrés. Sobre este campo de labor, véanse
Moore, op. cit., p. 82; Alian Neely, “A Short History of Baptists in Colombia”, documento
inédito, p. 1; C. Ridenour, “Mission in Colombia”, Encyclopedia of Southern Baptists, I,
564 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

p. 299; C. Ridenour, “History of Baptist Work in Colombia from the Point of View of
Church Growth”, documento inédito, p. 4.
208 Grubb, op., cit., pp. 72-73.
209 Tomas Goslin, Los Evangélicos en la América Latina (Buenos Aires: La Aurora,
1956), pp. 77-79. H. W. Schweinsberg, el primer misionero bautista en 1941, menciona
la influencia de las escuelas presbiterianas como una ayuda para él; H. W. Schweins­
berg, Inca Gold (Nashville: Broadman Press, 1951), p. 44.
210 Véanse los capítulos sobre Argentina y Chile.
211 Sobre la vida fascinante de los Schweinsberg, véanse Los que abrieron el camino
(Buenos Aires: Casa Bautista de Publicaciones, 1961), pp. 102-106. Más tarde
Schweinsberg servía en España; y Schweinsberg, op. cit.
212 El autor confirmó esto con Ruby Hayden, ahora esposa de Juan Parker,
misioneros por muchos años en Chile. Los seminaristas oraron fervientemente por la
obra, y la mayoría de ellos llegaron a ser misioneros —varios yendo a Colombia. No pude
determinar si el destacado misionero Harold Shoemake formaba parte de este grupo o
no.
2“ Este seminario ha sido un semillero de muchos misioneros influidos por el
profesor Calvin Guy, que enseñó misiones entre los años 1948 y 1983.
214 Ridenour, op. cit., p. 1.
215 Schweinsberg, op. cit., p. 50.
216 Por un tiempo, Jarman, un filántropo bautista, contribuía mucho dinero para
edificar grandes templos en lugares céntricos, a veces mucho más grandes que lo que la
congregación necesitaba o podía mantener. Exitosa al principio, a la larga resultó ser
una política misionera contraproducente.
217 Barrios, op. cit., p. 2.
218 Ibid., p. 3.
219 Schweinsberg, op. cit., p. 51.
220 Barrios, op. cit., p. 1.
221 Ibid., p. 2.
222 Ibid., p. 3.
223 Ibid., p. 3.
224 Los Dailey intentaron abrir una obra en Bogotá unos años antes, pero en vano.
225 Ibid., Schweinsberg, pp. 55-57.
226 Ridenour, op. cit., pp. 5, 6.
227 Los esposos Neely se habían trasladado a Caracas en 1949 respondiendo al
pedido de unas iglesias independientes.
228 Ridenour, op. cit., p. 3.
229 Para un informe completo sobre el Seminario, véase Crea Ridenour, “The
International Baptist Theological Seminary as an lnstitution”, documento inédito, 1968.
Cabe destacar la obra del Seminario en cuanto a la promoción de la música sagrada. Los
misioneros Don y Vi Orr eran pioneros en este campo. Por medio de la música en las
iglesias, el coro del Seminario, y el conjunto de campanas, los Orr, por medio de la
música, han tenido un impacto sobre todos los paises de América Latina.
230 Para los detalles, véase Ridenour, op. cit., p. 11.
231 El misionero John Patterson dirigió la preparación de un documento que trata
muchos de estos asuntos durante esta época de conflicto. Es el mejor escrito sobre estos
problemas que este autor haya visto. John Patterson, “National's Responsibility for both
Administration and Financial Support”, documento inédito, 1964? La solución a los
conflictos estaba en este documento, pero no fue implementado por la Misión por varios
años. Patterson volvió a Estados Unidos.
232 Un Análisis de la Obra Bautista Colombiana, 1964. Las conferencias y
recomendaciones de la Consulta de “Glorieta”, 11-16 de mayo de 1964.
Notas 565

Cap. IV ECUADOR
233David Barrett (ed ). World Christian Encyclopedia (Londres: Oxford Press,
1982), p. 271; Cecil Moore, Los Evangélicos en Marcha (El Paso: Casa Bautista de
Publicaciones, 1959), p. 100; y sobre los martirizados véase Elizabeth Elliot, Through
Gates of Splendor (Londres: Hodder and Stoughton, 1957). (Ha sido vertido al castellano
bajo el título “Por Portales de Esplendor” )
234 Stanley Stamps, “Ecuador”, Western South America (Richmond: FMB of SBC,
1976), p. 16.
235 Barrett, op. cit., p. 271.
236 Wayne Weld, At! Ecuatorian Impasse (Chicago: Evangelical Covenant Church,
1968), p. 7.
237 Moore, op. cit., p. 100; y Weld, op. cit., p. 7.
238 Weld, op. cit., p. 16.
239 Kenneth Grubb, The Northern Republics of South America (Londres: World
Dominion Press, 1931), p. 31.
240 Amoldo Canclini, Diego Thomson (Buenos Aires: Sociedad Bíblica Argentina,
1986), p. 109.
241 Tomás Goslin, Los Evangélicos en la America Latina (Buenos Aires: La Aurora,
1956), p. 74.
242 Weld, op. cit., p. 19; Goslin, op. cit., p. 74; Moore, op. cit., p. 102.
243 Goslin, op. cit., p. 75.
244 Ibid., p. 82.
245 Moore, op. cit., p. 103; Weld, op. cit., p. 20; y Barrett, op. cit., p. 272.
246 Barrett, op. cit., pp. 272-273.
247 Gordon Crocker, “Mission in Ecuador”, Encyclopedia of Southern Baptists, I, p.
385; Harry Schweinsberg, Inca Gold (Nashville: Broadman Press, 1951), pp. 72, 73.
248 Thomas Hill, Rivers of Ink (Nashville: Convention Press, 1977\ p. 63.
249 Schweinsberg, op. cit., p. 73.
250 Informe inédito de la Comisión de Iglecrecimiento a la Junta de Richmond
(FMBSBC), 4970, p. 4.
251 Schweinsberg, op. cit., p. 73.
252 Crocker, op. cit., p. 385.
253 Stamps, op. cit., p. 19.
254 “Informe. . .”, op. cit., p. 4.
255 Stamps, op. cit., p. 19.
256 Partners in Missions, The Guide to Southern Baptist Missions (Richmond: FMB
of SBC, 1987), p. 77.

Cap. V BOLIVIA
257 R. C. Moore, Los Evangélicos en Marcha (El Paso: Casa Bautista de Publicacio­
nes, 1959), pp. 36-39.
238 George Camacho, Latin America: A Short History (Londres: Allen Lane, 1973),
p. 155.
259 Moore, op. cit., p. 39.
2‫ ״״‬Peter Wagner, The Protestant Movement in Bolivia (Pasadena: William Carey
Library, 1970), p. 1.
281 Ibid., p. 13.
262 Ibid., pp. 24, 25.
263 Tomás Goslin, Los Evangélicos en la América Latina (Buenos Aires: La Aurora,
1956), p. 56; véanse también Wagner, op. cit., p. 19 y Amoldo Canclini, Allen F.
Gardiner (Buenos Aires: Marymar, 1979), pp. 68-85.
566 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

264 Moore, op. cit., p. 41; y Webster Browning, New Days in Latin America (New
York: Missionary Education Movement, 1925), p. 184.
265 Inés Milne, Desde el Cabo de Homos hasta Quito con la Biblia: Andrés Murray
Milne (Buenos Aires: La Aurora, 1944), pp. 89-101.
266 Wagner, op. cit., p. 23.
267 Sobre esta cuestión de Payne, véase ibid., pp. 27, 28.
268 E. C. Millard y Lucy Guinness, South America: The Neglected Continent
(Londres: E. Marlborough, 1983).
269 Norman Dabbs, Dawn Over the Bolivian Hills (Toronto: Canadian Baptist
Foreign Mission Board, 1952), pp. 1416‫־‬.
270 Ibid., p. 18.
271 Wagner, op. cit., p. 34.
272 Para más sobre Reekie véanse Dabbs, op. cit.; H. E. Stillwell, Pioneering in
Bolivia (Toronto: CBFMB, 1924).
273Jaime Goytia, “How Baptists Came to Bolivia”, The Baptist World, Vol. 13, No. 9,
(Nov. 1966), p. 10.
274 Dabbs, op. cit., pp. 56-60.
275 Ibid., p. 51. Dabbs pensaba que era una equivocación cerrar las escuelas.
276 Ibid., pp. 54, 55 y 63. Dabbs dice que era yugoslavo.
277 Wagner, op. cit., p. 41.
278 Ibid., p. 40.
279 Ibid., p. 41.
280 Dabbs, op. cit., p. 131.
281 Ibid., p. 172; Wagner, op. cit., p. 42; y Moore, op. cit., p. 44.
282 Wagner, op. cit., p. 42.
283 Dabbs, op. cit., p. 176. Para más sobre este asunto véanse Moore, op. cit., pp. 44,
45; Dabbs, op. cit., pp. 172-175; y Wagner, op. cit., pp. 44, 45.
284 Wagner, op. cit., p. 46.
285 Dabbs, op. cit., p. 150.
286 Ibid., p. 153.
287 Wagner, op. cit., p. 47.
288 Moore, op. cit., p. 45.
289 Roberto Baker, Los Bautistas en la Historia (El Paso: Casa Bautista de
Publicaciones, 1965), p. 100; Dabbs, op. cit., p. 202.
290 Dabbs, op. cit., p. 218.
29' El mismo que escribió el libro que ha servido como base para este capítulo.
292 Moore, op. cit., p. 46; Dabbs, op. cit., pp. 253-257.
293 Encyclopedia of Southern Baptists, Vol. I, pp 189, 190; Wagner, op. cit., p. 140.
294 Roger Aguirre García, Sintesis Doctrinal e Histórica de las Iglesias Bautistas
(Santa Cruz: Convención Bautista Boliviana, 1972).
295 Wagner, op. cit., p. 140. Para más sobre el Seminario, véase Aguirre García, op.
cit., p. 20.
296 Aguirre García, op. cit., p. 16.
297 Carta de Bryan Brasington a Donald Burke, 28 de agosto de 1978, p. 1.
298 Acta de una reunión entre oficiales de la Convención Bautista Boliviana y un
representante de la FMBSBC, 29 de julio de 1978. Es interesante que Samuel Mitt,
nuevo misionero brasileño en Bolivia, presidía la reunión como presidente de la
Convención Bautista Boliviana. Mitt había sido secretario ejecutivo de la Junta de
Misiones Domésticas de Brasil antes de dedicarse a la obra misionera. Mitt y los
norteamericanos eran muy sensibles a los puntos de vista de los hermanos bolivianos.
299 Carta de Marshall Thompson, 11 de febrero de 1969.
309 Datos levantados de David Barrett (ed ), World Christian Encyclopedia (Londres:
Oxford Press, 1982), p. 183.
Notas 567

301 Foreign Mission News, June 18, 1980, p. 30.


302 Goytia, op. d t., p. 10.

Cap. VI PERU
303 Se dice que antes de ser ejecutado, Atahualpa tiró al suelo el confesionario
católico, como ejemplo de su rechazo de la fe cristiana.
304 Cecil Moore, Los Evangélicos en Marcha (El Paso: Casa Bautista de Publicacio­
nes, 1959), p. 139.
305 ¡bid., p. 139.
306 Luis E. Sendoya, “Thomson en el Perú”, Revista de las Sociedades Bíblicas, 1972,
pp. 8-10.
307 lbid., p. 8; y J. B. A. Kessler, Jr., A Study of the Older Protestant Missions and
Churches in Peru and Chile (Goes: Oosterbaan & le Cointre N. V., 1967), p. 20, dice que
Navarrete informó que entre la salida de Thomson y el año 1847 se habían fundado
treinta escuelas más.
308 La historia fascinante de Kanki y su relación con Thomson se encuentra en
Daniel Monti, La Preocupación Religiosa en los Hombres de Mayo (Buenos Aires:
Editorial La Aurora, 1965), pp. 78-80. Thomson conoció a Kanki en un ómnibus en
Londres en 1826, se hicieron amigos y Thomson le encargó la traducción. Kanki volvió a
Buenos Aires unos años después con los manuscritos, pero se perdieron de una forma u
otra. Kanki falleció en Buenos Aires en 1851. Para más sobre Kanki, véase Daniel Monti,
Presencia del Protestantismo en el Río de la Plata (Buenos Aires: La Aurora, 1969), pp.
34-36.
309 Kessler, op. cit., pp. 21, 22.
3,0 lbid., p. 22.
311 Tomás Goslin, Los Evangélicos en la América Latina (Buenos Aires: La Aurora,
1956), p. 59.
312 lbid., p. 60.
313 lbid.
3,4 Sendoya, op. cit., p. 8.
315 American Bible Society Reports, Vol. 1(1816-1838), p. 733 (revisados en la Casa
de la Biblia de la Sociedad Bíblica Argentina, 4-5-67, en Buenos Aires).
316 Inés Milne, Desde el Cabo de Hornos hasta Quito con la Biblia (Buenos Aires: La
Aurora, 1944), pp. 128-139.
317 Goslin, op. cit., p. 68.
318 Kessler, op. cit., p. 38.
3's Goslin, op. cit., p. 64.
320 David Barrett, (ed.), World Christian Encyclopedia Londres: Oxford Press,
1982), p, 559.
321 Véase el capítulo sobre Argentina.
322 Entrevistas personales con la hija de Hosford en Andalusia, Alabama en 1975;
entrevista con el secretario ejecutivo de los bautistas irlandeses en Fort Worth, Texas,
1986; entrevistas con Raúl Bettin, O. Avalos y R. Sambrano, obreros argentinos, en
varias ocasiones durante la estadía de este autor en la Argentina; ver Un Hombre, Un
Pueblo (Buenos Aires: Asociación Bautista de Publicaciones, 1981), p. 42.
323 Burton Goddard (ed.), The Encyclopedia of Modern Missions (Camden, N. J.:
Thomas Nelson and Sons, 1967), p. 343.
324 Barrett, op. cit., p. 560; Moore, op. cit., p. 142.
325 Barrett, op. cit., p. 560.
328 Los datos e informes de los párrafos arriba vienen de las estadísticas de la
FMBSBC de 1987 y de los informes de la convención. Algunos datos vienen de Cauthen
y Means, Advance (Richmond: FMBSBC, 1980).
568 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

327 Alba era estudiante de este autor cuando él enseñaba en el Seminario en Buenos
Aires. No solamente estaba entre los mejores alumnos, sino que era presidenta de la
agrupación misionera que oraba que algún día la Argentina pudiese tener misioneros en
el extranjero. Alba y unas compañeras realizaron una obra misionera por excelencia
entre los indígenas tobas en el Chaco argentino.

Cap. VII CHILE


328 R. C. Moore, Los Evangélicos en Marcha en América Latina (Santiago: Librería
Lucero, 1959), p. 61.
329 J. B. A. Kessler, Jr., A Study of the Older Protestant Missions and Churches in
Perú and Chile (Toes: Oosterbaan & le Cointre N. V., 1967), p. 264. Observa que se
puede decir que los bautistas chilenos se han multiplicado por división, como los mismos
pentecostales, y en contraste con la Alianza, que fue grandemente perjudicada por las
divisiones.
330 Ibid.
331 Es interesante leer lo que el historiador católico Vergara dice acerca de los
bautistas. Parece que hay menos amargura y más respeto de parte de él en cuanto a los
bautistas. Ignacio Vergara, El Protestantismo en Chile (Santiago: Editorial del Pacífico,
1962), pp. 215-225.
332 Para trazar la conquista española véanse George Camacho, Latín America: A
Short History (Londres: Alien Lañe, 1973), pp. 1-22; Agnes Graham, ■Pioneering with
Christ in Chile (Nashville: Broadman Press, 1942), pp. 10-53.
333 Por eso, no hubo la mezcla de las razas tanto en Chile como en Perú. Esto explica
por qué Chile es más europeo que los otros paises andinos. El heroísmo de los araucanos
frente a los españoles es una historia poco conocida. Menos de 100.000 quedan en el día
de hoy, y representan un pueblo entre los más pisoteados y oprimidos del mundo. Agnes
Graham, op. cit., p. 10.
334 Véase el nuevo libro de Jean Pierre Bastián, Breve Historia del Protestantismo en
América Latina (México: Casa Unida de Publicaciones, S. A., 1986), comenzando con la
página 96, donde él demuestra como “el liberalismo libre cambista triunfó . . . y las
crisis económicas europeas arrojaron sobre las costas americanas millones de inmigran­
tes italianos, alemanes, suizos, irlandeses, etc. . . grandes colonias se llegaron a
establecer en el Cono Sur, respondiendo al llamado de los gobiernos liberales”.
335 Ibid., pp. 97, 98.
336Thomson era bautista de Escocia, graduado de la Universidad de Glasgow, pastor
de una congregación en Douglas Town. Una parte de sus gastos de viaje fue provista por
una Iglesia Bautista Leath Park en Escocia. R. Cecil Moore, Hombres y Hechos
Bautistas de Chile (Santiago: Librería El Lucero) p. 8; además, entrevista con el doctor
Cecil Moore en su casa en Santiago, el 3 de agosto de 1967.
337 La fuente primaria del ministerio de este hombre increíble es James Thomson,
Letters on the Moral and Religious State of South America (Londres: James Nisbet,
1827), p. 33. Obras secundarias bien documentadas son: Juan Varetto, Diego Thomson
(Buenos Aires: Imprenta Evangélica, 1918); Amoldo Canclini, Diego Thomson (Buenos
Aires: Asociación Sociedad Bíblica Argentina, 1987); American Bible Society Reports,
Vol. I (1816-1838), en la sede de la Sociedad Bíblica Argentina en Buenos Aires;
Webster E. Browning, “The Romance of the Founding of Evangelical Missions in South
America", manuscrito inédito en la Biblioteca de la Facultad Evangélica en Buenos
Aires; Tomás S. Goslin, Los Evangélicos en la América Latina (Buenos Aires: La Aurora,
1956), p. 27.
338 Thomson se entendía bien con los católicos liberales. No trataba de plantar
iglesias o evangelizar personalmente a los católicos. El tenía un concepto tan alto del
poder penetrante de la Biblia que creía que si su educación pudiese poner a la persona en
contacto con la Biblia, entonces la misma Palabra y el Espíritu Santo harían lo demás. Es
Notas 569

verdad que usaba la educación como una fachada para su trabajo como colportor, pero él
creía que una persona podría convertirse por medio de la Biblia sin tener que dejar a la
Iglesia Católica Romana. Por eso, este autor está de acuerdo con Kessler cuando dice
que la acusación de Amunátegui contra Thomson es injusta. Kessler, op. cit., p. 21.
Véase tal acusación en la próxima nota al pie de página.
339 Véase la obra definitiva sobre este particular: Domingo Amunátegui Solar, El
Sistema de Lancaster en Chile y en otros países sudamericanos (Santiago: Imprenta
Cervantes, 1985). El juicio de Amunátegui sobre la personalidad de Thomson es
favorable; pero no así el que formula sobre sus intenciones. . . dice Amunátegui:
“Introducir clandestinamente en un país nuevo, donde se profesa por la mayoría de sus
habitantes la religión católica, y tratar de minarla solapadamente y de substituirla por la
creencia protestante era, sin duda alguna, obra indigna de un misionero”, p. 67.
340 Moore, op. cit., p. 8. Guzmán dijo: “No sería prudente introducir estas víboras
devoradoras en el seno de un estado que desea conservar pura, limpia e inviolable la
religión que profesa. La trasmigración a Chile de familias extranjeras arruinaría la
religión católica”, Goslin, op. cit., pp. 11, 12.
341 Ignacio Vergara, El Protestantismo en Chile (Santiago: Editorial del Pacífico,
1962), p. 10.
342 María Graham, Diario de mi residencia en Chile en 1822 (trad. Valenzuela)
(Santiago: Editorial del Pacífico, 1956), pp. 63, 64, de las memorias de esta dama de alta
sociedad y la diplomacia de aquel entonces cuenta su aprecio para con Thomson y relata
algo de su despedida.
343 A. Oyarzún, Reminiscencias de la Obra Evangélica en Chile (Valdivia: Imprenta
Alianza, 1921).
344 Goslin, op. cit., p. 45.
345 Kessler, op. cit., pp. 24-26.
346 La historia de Tomás Bridges, el sucesor de Gardiner, y su exitosa empresa
misionera se cuenta en Amoldo Canclini, Tomás Bridges: Pionero en Ushuaia (Buenos
Aires: Marymar, 1980); y Lucas Bridges, El último confín de la tierra (Buenos Aires:
Marymar, 1978).
347 Véanse las siguientes obras sobre Gardiner: Amoldo Canclini, Alien F. Gardiner:
Marino, Misionero y Mártir (Buenos Aires: Marymar, 1979); Amoldo Canclini, Hasta lo
último de la tierra (Buenos Aires: Junta de Publicaciones, 1951); Armando Braun
Menéndez, Pegueña Historia Fueguina, (Buenos Aires: Marymar, 1939). Ver también
Kessler, op. cit., p. 28 y Vergara, op. cit., pp. 22-24.
348 Kessler se equivoca cuando dice que fue hijo del gobernador de Connecticut. Fue
el abuelo de él que era el hijo de Jonatán Trumbull, el primer gobernador del estado de
Connecticut después de la revolución. Véanse Trumbull Ancestral Tablets, propiedad de
la señorita Mary Fitch Trumbull, nieta de David Trumbull, en su casa en Santiago,
estudiadas por el autor el 3 de agosto de 1967. Otro dato interesante sacado de la lectura
de estas tablas es que la abuela de David Trumbull era Sarah Backus, una prima de Isaac
Backus, el famoso bautista, producto de los separatistas congregacionalistas que se
hicieron bautistas, y que abogaba por la bbertad religiosa en los Congresos Constituyen­
tes. Backus era también un historiador bautista. Entonces, había un contacto familiar
entre los bautistas y congregacionalistas en la vida de Trumbull.
349 Kessler, op. cit., p. 41. Para datos más íntimos sobre la vida y obra de Trumbull
consulte dos documentos descubiertos por el autor en los archivos de la casa de Mary
Fitch Trumbull, 3 de agosto de 1967. Autor desconocido, David Trumbull 1819-1889,
breve biografía inédita, sin fecha; e Irven Paul, “A Connecticut Yankee Comes to Chile”,
South Pacific Mail, (un diario en inglés de Chile), April 19, 1963, p. 9; y el texto de la
entrevista con la señorita Fitch realizada el 3 de agosto de 1967, en posesión del autor.
350“Dr. Trumbull”, Chile Sauce, Newsletter of the Presbyterian Mission, Vol. VI, No.
2 (July, 1945), pp. 1-3.
570 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS
351 Entrevista con Mary Fitch Trumbull en Santiago, 3 de agosto de 1967.
352 Irven Paul, op. cit., p. 9.
353 En la biografía inédita mencionada arriba, hay un relato de un incidente cuando
ladrones atacaron a Trumbull y Wheelwright en un colegio. Se defendían con revólveres
prestados por la embajada norteamericana. La bandada de ladrones entró, pero
Trumbull los engañó al correr por la escuela tirando al aire. Los ladrones pensaban que
había más guardias y se fueron corriendo. Wheelwright fue herido seriamente.
35,1 Volvieron en un buque que pasó por el canal de Panamá, medio terminado en esa
época, quedaron en pensiones sucias, etc., fue una aventura. Los Trumbull tuvieron
nueve hijos, tres adoptados; siete sobrevivieron, pero tres murieron trágicamente
después: uno se ahogó, uno murió por la fiebre amarilla, otro de un ataque al corazón.
Todos estudiaron en Estados Unidos, los varones en Yale, las mujeres en Wellesley; ver
Entrevista. . .
355 Irven Paul, op., cit., p. 9; Kessler, op. cit., p. 43.
356 “David Trumbull”, La Voz de Colohagua, Diario de San Femando, 30 de octubre
de 1957.
357 Goslin, op. cit., p. 49.
358 Kessler, op. cit., p. 130.
359 Sería interesante comparar esta filosofía con otra “Taylor”, J. Hudson Taylor,
fundador de la “China Inland Mission”.
360 Stephen Neill, Gerald Anderson and John Goodwin, Concise Dictionary o f the
Christian World Mission (Nueva York: Abingdon Press, 1971), p. 588! véanse William
Taylor, The Story of My Life (Nueva York: Hunt and Eaton, 1895); y Goodsil F. Arms,
History of the William Taylor Self-Supporting Missions in South America (Nueva York:
The Methodist Book Concern, 1921).
361 Hay mucha confusión en cuanto a estos dos hombres. Este autor, a través de
veinticinco años, y por medio de entrevistas con testigos oculares en Chile, más una
investigación concienzuda de bibliotecas, literalmente, en todas partes del mundo,
piensa que puede trazar correctamente el desarrollo de sus vidas, y su relación con la
denominación bautista. Una lectura de los libros publicados revela muchas equivocacio­
nes, por eso, es preciso no creer todo lo que se lee acerca de ellos.
362 Los siguientes libros fueron consultados cuidadosamente: Osean von Barchwitz-
Krauser, Six Years with Bishop Taylor in South America (Boston: McDonald and Gill,
1885); Album Cincuentenario de la Convención Bautista de Chile (Santiago: Conven­
ción Bautista de Chile, 1958); W. Diener, Medio Siglo de Testimonio para Cristo: Obra
de la Alianza Cristiana y Misionera en Chile (Temuco: Imprenta Alianza, 1947); R.
Cecil Moore, Hombres y Hechos Bautistas de Chile (Santiago: Librería El Lucero,
¿1958?); William Taylor, Our South American Cousins (Nueva York: Nelson and
Phillips, 1878); William Taylor, The Story of My Life (Nueva York: Hunt and Eaton,
1895); Goodsil F. Arms, History of the William Taylor Self-Supporting Missions in
South America (Nueva York: The Methodist Book Concern, 1921); Ignacio Vergara, El
Protestantismo en Chile (Santiago: Editorial del Pacífico, 1962); Tomás Goslin, Los
Evangélicos en la América Latina (Buenos Aires: Editorial La Aurora, 1956); Agnes
Graham, Pioneering with Christ in Chile (Nashville: Broadman Press, 1942); J. B. A.
Kessler Jr., A Study of the Older Protestant Missions and Churches in Peru and Chile
(Goes: Oosterbaan 7 le Cointre N. V., 1957); A. Oyarzún, Reminiscencias de la Obra
Evangélica en Chile (Valdivia: Imprenta Alianza, 1921); Webster Browning, The
Romance of the Founding of Evangelical Missions in South America, inédita.
363 Entrevistas con Cornelia Brower, Guy Bucher, John Parker, Ismael Higueras,
Mary and Cecil Moore, Enrique Reinicke y Mary Fitch Trumbull. Fueron consultadas
las memorias de Mary Moore, de Ismael Higueras, más todas las actas de la Misión
Bautista y la Alianza Cristiana y Misionera; también las revistas como la Voz Bautista y
Salud y Vida de la Alianza, que contiene “Reminisencias de la Obra Alemana en Chile”,
por Germán Lichtenberg, un testigo ocular de los eventos.
Notas 571

364 Me refiero a Oscar von Barchwitz-Krauser, Six Years with Bishop Taylor in
South America (Boston: McDonald and Gilí, 1885). Habiendo juntado mucha informa­
ción contradictoria sobre Barchwitz por varios años, un día, por casualidad, estaba
examinando libros de la biblioteca de Pablo Besson, ahora en posesión del doctor Amoldo
Canclini y la Iglesia del Centro de Buenos Aires, Argentina, y descubrí este libro.
Lamentablemente, no proporciona todos los detalles de su vida, pero sí servía como eje
alrededor del cual delinear los otros datos y crear una cronología de su vida.
365 Ibid., p. 311.
366 lbid., p. 319.
367 Ibid., p. 238 cuenta como colaboraba con un pastor bautista en una campaña de
Moody en Liverpool en 1883, pero se burla de él por ser “quite a dipper"; p. 248; p. 248
cuenta cómo fue ordenado en la Iglesia Metodista Episcopal. Todo el tenor de su
ministerio refleja la doctrina y la conducta de un obrero del movimiento de santidad
(Holiness Movement).
368 Sin embargo, luego Trumbull se disgustó de toda la obra de Guillermo Taylor. En
1888 él dijo: “The Taylor mission as a Gospel agency in Chile is not worth a rap. It has
rather brought missions in discredit. ¡t does nothing for preaching the Gospel in
Spanish, and in Englisk has only one congregation (Coquimbo) that shows Ufe and
permanence.” Kessler, op. cit., p. 100.
369 La mayor parte de los libros hablan de tres hijos que murieron en Hamburgo en
este viaje —pero él menciona a sólo dos, pp. 244-246. En esta ocasión perdió a dos hijos.
Al volver a Chile, el tuvo una hija con su primera esposa. En segundas nupcias luego en
Estados Unidos tuvo tres hijas. Ellas se casaron con pastores bautistas. No tengo datos
sobre la hija (u otros hijos) nacida en Chile.
370 Arms, op. cit., p. 110.
371 Es imposible determinar la fecha en base a los datos disponibles.
372 Diener, op. cit., p. 131 y p. 64.
373 Carta de Wilfred Diener y Juan Parker a Justo Anderson, Oct. 27, 1968. Diener
dice que tenia 88 años cuando falleció.
374 Otro apodo es “coludos”, porque los sacerdotes antes enseñaban que los
evangélicos tenían colas, como niños del diablo.
375 Kessler, op. cit., p. 49.
376 Arms, op. cit., 142.
377 Kessler, op. cit., p. 102; también véase Vergara, op. cit., p. 52 y las páginas que
siguen para encontrar una reseña de toda su vida.
378 Fundada por A. B. Simpson, un destacado pastor presbiteriano afectado por el
movimiento de santidad, quien no estaba conforme con la política y doctrina presbiteria­
nas. Quería poner más énfasis sobre “santidad y sanidad”. Decidió formar una entidad no
denominacional. Por eso, esta sociedad ha contado con misioneros de muchas
denominaciones. En América Latina ha llegado a ser otra denominación —muy similar a
los bautistas en doctrina. Hay dos diferencias, un gobierno eclesiástico más centralizado
heredado de los presbiterianos y un énfasis sobre la sanidad similar a los pentecostales,
pero no tan extremo.
379 Como ya se notó en el capítulo sobre el ecumenismo en el primer tomo, había
muchos que no consideraban a América Latina como un campo misionero debido a la
presencia del catolicismo. Aún la gran Conferencia Misionera de Edinburgo, 1910, no
invitó a misioneros de esa zona.
380 Entrevistas con Guy Bucher, veterano misionero de la Alianza (6 de agosto de
1967) y B. Volstad, joven misionero de la Alianza (5 de agosto de 1967) en Temuco. Los
dos cuentan el testimonio de Weiss acerca de su sueño —en el cual él vio a muchas
almas adorando a ídolos— y sintió un llamado a predicarles. No se sabe por qué, pero él
asumió que eran latinoamericanos.
Entrevista con Volstad.
572 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

182 Agnes Graham, Pioneering with Christ in Chile (Nashvüle: Broadman Press,
1942), pp. 66, 67.
383Cecil Moore, Los Evangélicos en Marcha (Santiago: Editorial El Lucero, 1959), p.
72.
384 W. Diener, op, cit., p. 11.
385 La influencia de los misioneros de Taylor se ve en estos bautistas. Von Barchwitz
y Canut, y todos los misioneros metodistas de la Misión de Taylor eran muy
evangelizadores y animaban a los colonos a prepararse para evangelizar a los chilenos
nacionales. Weiss pudo recoger y fomentar este énfasis. Por eso, él y los colonos, bajo los
auspicios de la Alianza, prepararon a los nacionales quienes iban a ser los pioneros
bautistas después. Sin embargo, la mayor parte de los colonos bautistas se sentían
obligados por razones morales —los Reinicke, Lichtenberg, Meier, Berg, etc.,—
quedarse con los aliancistas cuando se produjo la separación bautista en 1908. Los
convertidos nacionales fueron con MacDonald y se hicieron bautistas. Queda un poco de
resentimiento entre aliancistas y bautistas hasta el día de hoy.
386 Estos datos y muchos más se encuentran en reminiscencias de Germán
Lichtenberg, Mary Moore, Enrique Reinicke y familia, W. Diener y otros testigos
oculares en posesión de este autor como resultado de un viaje de investigación hecho en
agosto de 1967. La mayor parte de ellas es inédita, pero véase Salud y Vida, Organo
Oficial de la Alianza Cristiana y Misionera, Tomos 1, II, III (1913-1948) en la sede en
Temuco; véase especialmente año XXXV, No. 406, 10 de septiembre de 1947, pp. 8-14.
387 Moore, op. cit., p. 72.
388 Diener, op. cit., p. 39. Cuando los alemanes se pusieron a hacerlo, él se levantó y
se retiró. No volvía hasta que terminaba. Esta característica afectó su relación luego con
MacDonald, a quien le gustaba una buena discusión doctrinal.
389 Ibid., p. 41.
390 Los datos y anécdotas en cuanto a la vida fascinante de G. D. T. MacDonald salen
de un montón de papeles, entrevistas, libros editados e inéditos, e indagaciones juntados
por el autor en Chile y otros lugares, durante el año 1967. Pasó tres semanas
entrevistando, visitando, conversando, leyendo y anotando ansiosamente los interesan­
tes datos conseguidos. Habló con familiares muy allegados, visitó al hogar en Freire, se
escribió con otros familiares, habló con varios pastores ancianos y pasó días en la bóveda
histórica de la Convención Bautista. El autor fue asesorado por Mel y Shirley Torstrick,
Cornelia Brower, Cecil McConnell, Hubert Middleton y Juan Parker (y muchos otros).
Hay todavía un montón de documentos, cartas y efectos personales en posesión de
familiares en Freire que alguien necesita investigar. Los límites de esta obra permiten
sólo una muestra de lo que está disponible. El autor ha tenido el privilegio de hablar en la
Asamblea de la Convención chilena en 1969 y 1986, manteniendo así un contacto de
cerca del desarrollo de los bautistas. La documentación de la mayor parte de los eventos
que siguen está en los archivos de este autor en Fort Worth, Texas, Estados Unidos.
391Carta de Adelaida Condell MacDonald (nieta) a Justo Anderson (17 de septiembre
de 1967), p. 10, y entrevista personal con la misma (5 de agosto de 1967) en las cuales
menciona que la familia Spurgeon mandaba regalos y sostén a ellos en Chile, y mantenía
correspondencia con ellos. Hay cartas de Spurgeon en un baúl que el autor no pudo leer.
392 Entre efectos personales, notas en sus Biblias y bosquejos de sermones (muchas
veces, mitad en inglés y mitad en castellano), el autor encontró recortes de los diarios
sobre eventos en Palestina con notas de él indicando que tales eventos cumplían con
profecías de la Biblia; la cronología del obispo Ussher; tratados sobre el bautismo y el
diezmo; y otras cosas que comprueban su posición teológica conservadora, y quizá
premilenario-dispensacional. Sin embargo, hubo una nota que mejor caracterizaba todo
su ministerio. Sobre 1 Pedro 2:7 él anotó: "Fue el tema de mis primeras predicaciones;
espero que siga siéndolo durante toda mi vida, sea Cristo crucificado y glorificado”. En la
oficina de Hubert Middleton en Santiago, agosto de 1967.
Notas 573

■m Entrevista con la señorita Adelaida, 5 de agosto de 1967, p. 1.


194 El ministerio de esta mujer es inspirador. Apoyó a su esposo, hospedó a todo el
mundo en su casa, atendió las necesidades de sus vecinos, aun a los indígenas y llevaba
una vida espiritual muy activa. Véase carta de Adelaida, pp. 9-13.
493 Sobre esta parte de su vida véanse las siguientes obras y fuentes: Elizabeth
Condell de Pacheco, El Pastor de la Frontera (Temuco: Editorial El Lucero, 1941); Los
que abrieron el camino (Buenos Aires: Junta Bautista de Publicaciones, 1961); Graham,
op. cit., pp. 63, 64: entrevistas impresas con Cecil Moore, Adelaida Condell y Manuel
Valderrama (6 de agosto de 1967) en archivos de Justo Anderson.
496 Este es un aspecto de su vida no mencionado en otras obras —su compasión para
con grupos étnicos en minoría. El se hizo amigo de los indígenas mapuches, cosechaba
sus cereales con su máquina primitiva, su esposa salvó la vida de un mapuche— carta de
Adelaida, pp. 7, 10. Pasó mucho tiempo con los negros de Estados Unidos, aunque no
hay evidencia que luchaba por los derechos civiles de estas minorías. Entrevista con
Adelaida, p. 1.
497 Elizabeth de Pacheco, op. cit., p. 30.
498 En contraste con Trumbull, MacDonald mantuvo su ciudadanía norteamericana;
por esta razón la Junta de Misiones de los Bautistas del Sur no tenía problemas en
nombrarle misionero años después. Una conversación telefónica con María de Moore
(10 de agosto de 1967) confirmó que retenía la ciudadanía.
:)‫ ״‬pacheco, op. cit., p. 31.
400 El mismo que trajo a von Barchwitz y los alemanes unos años antes.
401 La mejor fuente de este período es el “Journal of Roderick MacDonald” en inglés
que el autor pudo leer. Está en posesión de la señora Shirley de Torstrick. De una forma
franca, y a veces grosera, cuenta la vida de la frontera en toda su crudeza. Es
sumamente interesante en describir los peligros, pecados, conflictos y riesgos que
azotaron a los MacDonald. Refleja la dureza del clima, especialmente el frío, que fue
combatido con un remedio muy escocés llamado aguardiente. Es interesante que estos
mismos bautistas que tomaban aguardiente hervían el vino usado en la cena del Señor
para sacarle el alcohol. Véanse Roderick D. MacDonald, Diary 1889-1904, manuscrito
inédito en oficinas de la Misión Bautista en Santiago; además, manuscrito de entrevista
con la señora Zoila de Jofre, (5 de agosto de 1967, Temuco), en archivo de Justo
Anderson.
402 Casi perdió la vida varias veces. Pacheco, op. cit., p. 37.
404 Este autor tuvo el privilegio de pasar un día en esta casa hospedado por Adelaida
Condell MacDonald, Cornelia Brower y Maggie MacDonald de Galas. Pudo examinar los
documentos, las fotos y otros elementos encontrados allá. Cuando estaba por salir,
Maggie le mostró un interesante certificado enmarcado. Fue un título “Doctor de
Mecano-terapia” otorgado por el Colegio de Mecano-terapia homologado por el Estado de
Illinois, 6 de noviembre de 1917. Fue una ciencia que garantizaba la salud por medio de
la buena circulación de la sangre. Sin duda alguna, fue uno de esos doctorados por
correspondencia que se otorgan, sin embargo, no hay evidencia alguna de que
MacDonald usaba el título, “doctor”.
404 Adelaida Condell MacDonald, (carta y entrevista en archivo de Justo Anderson)
describe el lugar y la vida sencilla y amena de los hijos, la esposa y las relaciones con sus
vecinos mapuches, católicos y colonos. Es verdaderamente idílico. Roderick en su
Diario, describe el estilo de vida y las tremendas fiestas que proveyeron la recreación que
disfrutaron.
405 Entrevista con don Manuel Valderrama (6 de agosto de 1967) en Temuco,
manuscrito en archivo de Justo Anderson. Valderrama, un veterano pastor, testigo
ocular de estos acontecimientos dice: “Era simpatizante. . . fui evangelizado en
1910 . . . tuve relación con el señor MacDonald. . . siendo colportor se radicó aquí en la
escuelita que tenía en Freire. . . él quiso tener poder, soberanía, y era muy enérgico, un
574 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

inglés muy enérgico y emprendedor, y no fue sólo en esa situación que obró
enérgicamente. Así los alemanes no querían darle mucho lugar, porque todos eran
aliancistas. . . cosas se empeoraron en Valdivia . . . los bautistas alemanes y los aliancis-
tas querían hacerle a un lado . . . MacDonald apeló a los aliancistas-bautistas . . . pero
los Reinicke, etc., respondieron: no podemos separamos de estos hermanos porque
todos los adelantos de la obra se deben a ellos, los aliancistas . . . los templos son de
ellos . . . estamos bajo el dominio de ellos’.”
406 Kessler, op. cit., p. 246 observa que aunque Weiss no era un tipo dictador, en la
práctica la iglesia lo consideraba un obispo.
407 Santiago Villarroel Martínez, “Reseña histórica de la Primera Iglesia en Temuco”
documento inédito, Actas de la primera Iglesia, junio de 1964, p. 1; entrevista con Cecil
Moore, Santiago, 3 de agosto de 1967, manuscrito en archivo de Justo Anderson.
408 Las fuentes son: Kessler, op. cit., pp. 246, 247; Moore (entrevista); Agnes
Graham, op. cit.; discurso por MacDonald encontrado en su Biblia, “El Mensaje Bautista
a Chile”; entrevista con Zoila de Jofre; Isaías Valdivia, Wenceslao Valdivia L.: Primer
Bautista Chileno, 1860-1935 (Valparaíso: Imprenta Londres, 1947), p. 28; entrevistas
con Valderrama y Adelaida Condell MacDonald; Pacheco, op. cit., pp. 49-58.
409 Pacheco, op. cit., p. 58.
410 Valderrama, op. cit., p. 1; hablando más de la separación dice: “En 1907 los
aliancistas y los bautistas alemanes decidieron hacerle a un lado a MacDonald en base a
cuestiones doctrinales . . . entonces, MacDonald, viéndose perdido en ese esfuerzo, va
ahora de grupo en grupo, de casa en casa diciendo lo que hay, tratando de reunirse todos
los que fueran bautistas. Se apartaron unos 300”.
411 Pacheco, op. cit., p. 5.
412 En su archivo, el autor tiene manuscritos de una entrevista con la señora de Soto,
realizada en Cajón el 6 de agosto de 1967, quien era testigo ocular de los eventos de la
organización en 1908. Ella cuenta la historia de las iglesias en Cajón, Gorbea y Vilcún.
Además, este autor descubrió en los archivos de la Convención chilena un acta de la
iglesia de Huilio, escrita por S. Alvarez, que da detalles sobre esta congregación hasta el
año 1918. Hay datos sobre la familia Alvarez muy interesantes. Actas de la antigua
Iglesia Bautista de Huilio, 1909-1929, Archivo de la Convención chilena, Santiago.
413 Kessler, op. cit., p. 246. Los bautistas alemanes en distintas partes del mundo
han tenido conceptos de la Trinidad que extrañan a bautistas en otros países.
414 Moore, Los Evangélicos en Marcha, p. 73.
415 La señorita Adelaida MacDonald Condell cuenta que Bagby llegó sin sus dientes
postizos “porque se enfermó en el buque y vomitó sus dientes en el mar”. Ella cuenta la
emoción de las nietas cuando Bagby les regalaba muñecas. Entrevista, p. 2.
416 Moore, Hombres y Hechos, p. 12; Actas, p. 71.
417 La hija de Bagby, Erminia, era esposa del primer misionero de los bautistas del
sur de Estados Unidos a la Argentina, S. M. Sovvell.
418 Pacheco, op. cit., p. 76.
419 Moore, Hombres y Hechos, p. 13.
420 Polidoro Aguilera, antes de su conversión, era boxeador, un hombre muy temido.
Cambió completamente y llegó a ser un obrero eficaz que orientó al primer misionero de
los bautistas del sur, W. E. Davidson.
421 Este autor tuvo el privilegio de pasar dos horas con este santo en Temuco, en
agosto de 1967.
422 Roderick MacDonald, op. cit.
423 Entrevista con Soto en Cajón, agosto de 1967.
424 La Misión cuando se organizó oficialmente en octubre de 1921 tomó el nombre
de “Sociedad Evangélica Bautista”, pero este título se usaba internamente. Popularmen­
te era llamada “la Misión”. Para abreviar, se usarán los términos “la Misión" y “la
Convención” de aquí en adelante
Notas 575

425 J. L. Hart, Gospel Triumphs in Argentina and Chile (Richmond. FMB Press,
1925), p. 159, cuenta como MacDonald escribió a los bautistas ingleses, canadienses,
del norte de Estados Unidos y del sur, pero sin éxito al principio.
426 Una hojeada de los números de La Voz Bautista entre los años 1908-1917
revelan esta verdad. MacDonald procuraba identificar su obra con la de Argentina,
Brasil, México, Estados Unidos y otros países y trataba de sentar muy bien los principios
bautistas distintivos. Fue un esfuerzo para crear una identidad bautista chilena.
También, en una mirada retrospectiva, iba justificando la ruptura con la Alianza. Dos o
tres veces, había artículos muy polémicos contra la Alianza, evidencia de su resentimien­
to.
427 Entrevista con Adelaida MacDonald, p. 2, relata los preparativos y los festejos
realizados por los MacDonald para recibir a los Ray en su casa en Freire. Los Ray
estaban muy cansados después de cruzar los Andes en pleno invierno. La gentileza y
hospitalidad de la señora de MacDonald impresionaron a los Ray y fue un factor en el
nombramiento posterior de los dos como misioneros de la Junta.
428 Graham, op. cit., p. 79.
428 Contado al autor por Hart mismo en una entrevista realizada en Glorieta, Nuevo
México, el 16 de agosto de 1964. Hart dijo que una mujer no tenía dinero para dar, pero
puso su anillo de casamiento en la ofrenda. Esto conmovió a la congregación y
respondieron generosamente. Véase también J. L. Hart, Gospel Triumphs in Argentina
and Chile. Richmond: FMB Press, 1925.
4:40 En una entrevista grabada, Davidson contó sus primeras experiencias al
misionero Juan Parker y a este autor. Davidson era un hombre muy fino y joven. Dijo
que él y su esposa eran “babes in the woods”comparados con Aguilera y MacDonald. Sin
embargo, era un hombre tierno, sabio y conciliador. Recién graduado, casado y
ordenado, superó todo esto y puso las bases de la Misión. El autor mantuvo
correspondencia con Davidson hasta su muerte en 1987. Tuvo que dejar Chile
definitivamente en 1926 porque los hijos tenían raquitismo y él tenía tuberculosis. Por
extraño que parezca, Davidson se recuperó en Estados Unidos y vivió hasta 1987.
Trabajaba con su hija en las misiones domésticas entre los indígenas de Atizona. He
aquí, un verdadero hombre santo.
4,1 Los esposos MacDonald fueron nombrados misioneros de la Junta de Misiones de
los Bautistas del Sur en 1920 debido al hecho de que MacDonald era ciudadano de
Estados Unidos y contaba con la recomendación de Davidson y el apoyo de T. B. Ray,
quien lo conocía personalmente como resultado de su visita a Freire.
4,2 Mussiet era un obrero atrevido y extrovertido. Cuando se bautizó por inmersión,
nadaba rápidamente del lugar porque el agua le daba frío. Véase Moore, Hombres y
Hechos, p. 63.
433 Véanse las siguientes fuentes sobre Davidson: Moore, Hombres y Hechos;
Graham op. cit.; Pacheco; op. cit.; Davidson, The Apostle of the Chilean Frontier
(Nashville: Broadman Press, 1945); y documentos inéditos en posesión de este autor
—Carta de Davidson, 29 de octubre de 1971; manuscritos de entrevistas personales con
Davidson; y una grabación de reminiscencias de Davidson en posesión de Juan Parker;
documento inédito de María de Moore, “Our Baptist Work in Chile”, en archivo de este
autor, p. 5. Quizá su contribución mayor fue la enseñanza que él dio a Espinoza durante
el tiempo que éste vivió en su casa.
4:14 Moore, Hombres y Hechos, p. 20.
435 Entrevista con Cornelia Brower, compañera de Graham y cofundadora del
Colegio Bautista en Temuco, Temuco, 4 de agosto de 1967, revela que Graham é'ra
graduada sobresaliente de la Universidad de Texas y que le fue ofrecido un puesto en el
cuerpo docente de la misma, pero lo rechazó para seguir su vocación misionera.
4:16 MacDonald apoyaba la fundación del Colegio y otras instituciones benévolas,
pero resentía un poco la dirección de tantas mujeres. Este habla sido un problema que él
576 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

tenía antes con la Alianza. La presencia de estas misioneras tan capaces y preparadas le
presentó un problema.
437 Carta de Davidson, 29 de octubre de 1971, p. 2; Pacheco, op. cit., pp. 90-92;
Kessler, op. cit., p. 258.
*‫ ״‬Para detalles sobre esta década tumultosa véanse: Moore, Hombres y Hechos, pp.
21-26; La Voz Bautista, 1926-1936; Kessler, op. cit., pp. 258-261.
439 Kessler, op. cit., p. 261.
440 Para detalles sobre este conflicto, véase manuscrito de una entrevista con Lois
Hart en archivos de este autor; julio de 1967 en Santiago.
441 Para los antecedentes presbiterianos y metodistas en Antofagasta véase J H.
McLean, Historia de la Iglesia Presbiteriana en Chile (Santiago: Imprenta Universita­
ria, 1932).
442 Cecil McConnell, History of the Seminary in Santiago, documento inédito
encontrado en el archivo de la Convención chilena y María de Moore, Our Baptist Work
in Chile, documento inédito en el archivo de este autor. La fusión de las dos instituciones
se realizó en 1948.
443 Moore, Hombres y Hechos, p. 51.
444 Este autor tiene en su poder documentos, recortes de diarios, etc., recogidos
cuando él participó en la Convención chilena en 1969. Había discusiones calurosas en la
asamblea, y proyectos de reforma que reflejaban el nacionalismo revolucionario. La
Misión, por su identificación con Estados Unidos, era el blanco de muchas de las
acusaciones. En general, el pueblo bautista se quedó calmo y se ajustó a las necesidades
de la época. Otra visita del autor a la Convención chilena en 1986 reveló un espíritu
completamente diferente.
445 No es el lugar de mencionar nombres, pero este autor conocía a un joven, hijo de
pastor, que desapareció.
446 Este autor pudo apreciar el entusiasmo y la madurez de la Convención en enero
de 1986, cuando asistió a la Asamblea realizada en Osomo. Los elementos están
presentes para el crecimiento si el pueblo puede mantener la unidad verdadera.
447 Moore, Hombres y Hechos, p. 105.

Cap. VIII ARGENTINA


448 Pablo Besson.
449 Roberto Hosford.
450 Roberto Eider.
451 Roberto Logan.
452 Sydney Sowell.
453 E. Lister Newton.
454 Justice Anderson, “History of Baptist Work in Argentina”. Monografía inédita
preparada para el Comité de Iglecrecimiento de la Junta de Misiones Foráneas de la
SBC, en biblioteca de FMB en Richmond, Virginia, Estados Unidos; Buenos Aires:
1970, pp. 1-3.
455 Su convicción que la Biblia es la palabra de Dios; es la regla de fe y orden en la
congregación local; o sea, la autoridad máxima.
456 Quiere decir su énfasis sobre la autonomía de la congregación local,
457 Han podido evitar el provincialismo y el racismo —y no se contentaron con ser
sólo una iglesia de inmigrantes— y han penetrado todos los sectores de la sociedad.
458 Los frecuentes cambios sociales y políticos han favorecido a los bautistas. Aun los
católicos experimentan lo mismo. Amo Enns calculaba en 1966 que el veinticinco por
ciento del clero romano en Argentina era extranjero. Amo Enns, Argentine Profiles of
Latín American Church Growth (manuscrito original, estudiado por el autor en
Tucumán en 1968), p. 1.
Notas 577

459 Estudios católicos revelan que sólo un quince por ciento de los así llamados
católicos son comulgantes. Sin embargo, nominalmente un noventa y tres por ciento de
la población es católica.
460 Justice Anderson, “Church-State Problems Among Baptists in Argentina.” A
dissertation presented to the Faculty of Southwestem Baptist Theological Seminary,
1965, Section I.
461 Véanse Daniel Monti, Presencia del Protestantismo en el Río de La Plata
(Buenos Aires: La Aurora, 1969); y La Preocupación Religiosa en los Hombres de Mayo
(Buenos Aires: La Aurora, 1965).
462 Read, Monterroso y Johnson, Avance Evangélico en la América Latina (El Paso:
Casa Bautista de Publicaciones, 1970), p. 59.
463 Daniel Monti, La Preocupación. . . , pp. 89, 90.
464 ¡bid., p. 89.
465 Ibid., p. 90.
466 Este autor pudo observar este fenómeno a través de dieciséis años de residencia
en la Argentina.
467 Buenos Aires era un bajo caserío de 80.000 habitantes que aún vivía en los
tiempos vacilantes del comienzo de la vida independiente y de la lucha de los caudillos
del interior y los enemigos del extranjero. Amoldo Canclini, Los Bautistas en Marcha
(Buenos Aires: Junta Bautista de Publicaciones, 1959), p. 10.
468 Juan Varetto, Diego Thomson (Buenos Aires: Imprenta Evangélica, 1918) y
Amoldo Canclini, Diego Thomson, Buenos Aires: Asociación Sociedad Bíblica Argentina,
1986) son las obras definitivas sobre Thomson. En inglés, James Thomson, Letters on
the Moral and Religious State of South America (Londres: James Nisbet, 1827).
469 Monti sigue a Fitte (en Boletín de la Academia Nacional de la Historia, 1964,
XXV, p. 267) en decir que Thomson era presbiteriano. En una nota al pie de página, me
cita a mí, equivocadamente, como historiador bautista que confirma esto. La equivoca­
ción se debió a una conversación que tuvimos en cuanto a Guillermo Torrey. Le dije que
había comprobado que no era bautista. ¡Sin embargo, cuando escribió su libro, él
pensaba que me refería a Thomson! Luego pude aclarárselo, pero su libro ya estaba en la
imprenta.
470 Ismael Vago, Columnas Vivas del Pueblo de Dios. Manuscrito inédito en manos
de ASIT en Buenos Aires, p. 7, nos cuenta cómo estos Testamentos se salvaron cuando
se incendió el barco.
471 Thomson no trataba de fundar iglesias. Era más bien colportor y educador. El que
escribe piensa que “el sistema lancasteriano” era su medio para alcanzar su fin de
difundir la Biblia. Fue su estrategia bajo las circunstancias del día. Véase Daniel Monti,
Presencia d e l. . . (Buenos Aires. La Aurora, 1969), p. 31.
472 Thomson, Letters . . . citado en Monti.
473‫ ־‬Monti, La Preocupación. . ., pp. 86, 87.
474 La mayoría era metodista; algunos presbiterianos y congregacionalistas —sola­
mente nueve personas asistieron al primer culto— los señores Tate y Dempster
reemplazaron a Thomson cuando partió para Chile en 1821. Esta obra llegó a ser la base
de las denominaciones metodista y presbiteriana en Buenos Aires.
475 A. Canclini, Los Bautistas en Marcha, p. 10.
47Ii Monti, op. cit., p. 14.
477 Monti, Presencia. . ., pp. 19-30; véase también Domingo Amunátegui Solar, El
Sistema de Lancaster en Chile y en otros países sudamericanos (Santiago: Imprenta
Cervantes, 1985).
478 Monti, Presencia. . p. 36.
479 Citado de una carta de “United Church Board for World Ministries”, April, 1968.
480 Monti, Presencia. . ., p. 36.
481 No puedo documentar esto, pero se sabe que él pedía Biblias en alemán luego
578 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS
para iglesias alemanas en Brasil. Hay muchos alemanes también en Comentes.
482 Informes personales recibidos de los archivos de la “Missionary Research
Library”, 13 de mayo de 1968.
483 Cartas de los archivos de “United Presbyterian Church", 9 de mayo de 1968 y de
la “United Church Board for World Ministries”, 22 de abril de 1968.
184 Boleslao Lewin, Supresión de la Inquisición y Libertad de Cultos en la Argentina
(La Plata: Universidad de la Plata, 1956), p. 57; Américo A. Tonda, La Iglesia Argentina
incomunicada con Roma (Santa Fe: Librería Castellvi, SA., 1965), pp. 209, 210.
485 Ernesto Fitte, Los Primeros Misioneros Protestantes en la Región Magallánica,
documento encontrado en la biblioteca de Daniel Monti, Buenos Aires, 1968.
486 Para aclarar el caso Lafone véanse Lewin, op. cit., p. 57 en adelante; Fitte, op.
cit., p. 268; Guillermo Furlong, Samuel A. Lafone Quevedo (Buenos Aires: Ediciones
Culturales Argentinas, 1964), p. 7 en adelante cuenta toda la historia; Tonda, op. cit.,
pp. 202-217.
487 Alejandro en Liverpool y Samuel en Montevideo, donde tenía la sede de su
compañía, “Falkland Islands”. Samuel Lafone fue dueño del barco que se equivocó y no
pudo rescatar a Alien Gardiner de las playas patagónicas. Samuel volvió al catolicismo
antes de morir.
488 Tipo de Inglaterra, llamada “independientes” a veces; no fueron congregaciona-
listas de origen luterano como se encuentran en el norte y el nordeste de Argentina en el
día de hoy.
489 Metodistas ingleses que adoptaron la teología de Jorge Whitefield, un calvinista
acérrimo, en vez del arminianismo de los Wesley.
490 Lewis Jones, Una Nueva Gales en Sud América (Trelew: Traducción y
pubbcación imprenta Martínez y Rodríguez en Bahía Blanca, 1966), p. 199.
491 Rev. A. Matthews, Crónica de la Colonia Galesa de la Patagonia (trad. por F. E.
Roberts) (Buenos Aires: Editorial Raigal, 1954), p. 51.
492 Este autor ha visto las cuevas en que vivian los colonos por unos meses
precariamente. Es increíble que hubieran sobrevivido.
493 Asustados por la escasez de víveres, etc., parece que algunos se entregaron al
pánico y prepararon una petición (con nombres falsificados) suplicando una interven­
ción de parte de la Marina Británica.
494 Matthews, op. cit., pp. 31, 32.
495 Ibid., pp. 46, 47.
496 lbid., p. 96.
497 Jones, op. cit., p. 100. Este autor ha visitado el lugar de esta capilla.
498 En el valle, la señorita Tegai Roberts ha reunido todos los datos históricos en este
museo. Por gentileza de ella, el que escribe pudo conocer bien los lugares históricos y la
bibliografía galesa.
499 En entrevistas personales, este autor encontró a varios bautistas por convicción,
pero no hay congregaciones de ellos.
500 Entre los bautistas argentinos, Canclini es el historiador más reconocido y
responsable. Es reconocido nacionalmente por sus aportes sobre historia nacional
argentina.
501 Esta información se basa en una serie de artículos publicados en El Expositor
Bautista, órgano de la Convención Bautista (Año LX, No. 12, Diciembre de 1967).
502 Besson tuvo contactos con los alemanes y rusos, pero no encontré evidencia de
contacto con los galeses. Los bautistas entre ellos ya habían pasado su apogeo cuando
Besson llegó en 1881.
503 Por medio de W. B. Bagby en Brasil, Besson trató de establecer contactos con la
Junta estadounidense, pero tal Junta no quería relacionarse con él. Su primer misionero,
S. M. Sowell, llegó a Buenos Aires sin saber que la obra de Besson existía. Parece que la
Junta sospechaba la ortodoxia de la doctrina de Besson.
Notas 579

aMAmo Enns, op. cit., p. 152, cita a una fuente adventista que dice que los colonos
bautistas de Santa Fe practicaban “el sabatismo” como los “Bautistas del Séptimo Día".
¿Puede ser? Este autor no ha podido comprobar esto, porque Canclini y Besson no lo
mencionan. Sin embargo, habiendo estado unos años sin dirección pastoral, podían
haberlo hecho por un tiempo bajo la influencia de adventistas. Una cosa es cierta
—Besson jamás era sabatista.
505 Sobre este particular véanse Canclini, Los Bautistas en Marcha, p. 12; Santiago
Canclini, Pablo Besson: Un Heraldo de la Libertad Cristiana (Buenos Aires: Junta
Bautista de Pubücaciones, 1957).
506 Ciudad de Guillermo Farel, el famoso reformador suizo, precursor de Juan
Calvino.
507 La Sociedad de Boston no tenía interés en una obra en Argentina en aquel
entonces. Besson tuvo que vender muchas de sus posesiones valiosas para pagar el
pasaje.
508 Para encontrar más detalles, véase Canclini, Pablo Besson y Anderson, Ch.-St.
Problems. . .
509 Pablo Besson, Escritos de Pablo Besson (dos tomos), ed. Santiago Canclini
(Buenos Aires: Junta de Publicaciones de la Convención Bautista, 1948).
510 La Junta de Publicaciones en Buenos Aires ha publicado dos ediciones de la
traducción de Besson.
511 El primer salón estuvo en la calle Lima, entre Belgrano y Moreno.
512 Luego, se relacionó con la sociedad Regions Beyond de Inglaterra que después se
fusionó con la “Unión Evangélica”. Casi todos los misioneros de Regions Beyond
—Strachan, Smith, Eider, Graham, Roberts— se mantenían por medio de colegios. Los
hijos de estos pioneros siguen siendo líderes en las filas evangélicas de Argentina.
513 Entrevista con Santiago Canclini. Canclini dijo que fue un caso de dos
personalidades muy fuertes.
514 A. Canclini, Los Bautistas en Marcha‫ ״‬p 19.
515 La iglesia fue asesorada en su organización (1894) por un misionero llamado
Nael, sostenido por un grupo de suecos en Estados Unidos, a quien Pablo Besson mandó
a Entre Ríos para trabajar entre ellos. Jorge Engel, “Semblanza del Historial de los
Primeros Creyentes Bautistas de Habla Alemana de Entre Ríos”, Agosto de 1968.
Documento inédito en la biblioteca de Justo Anderson.
516 Enns, op. cit., p. 26 dice que las primeras obras de la Alianza comenzaron en
1897. En 1903 fundaron una iglesia en La Plata bajo la dirección de un señor Smart que
publicaba una revista, El Testigo, que contenía mucha historia bautista; otra en
Gualeguaychú, Entre Ríos, y otra en Azul, Buenos Aires. Las iglesias en La Plata y
Gualeguaychú fueron entregadas después a los bautistas.
517 Véase la biografía de Varetto por su hija, Agustina Varetto de Canclini, Juan
Varetto, Embajador de Cristo (Buenos Aires: Editorial Evangélica Bautista, 1955).
518 Es notable la contribución de la Alianza a la obra bautista en la Argentina y Chile.
519 Varetto, juntamente con Pablo Besson y Santiago Canclini, llegó a ser uno de los
bautistas de más influencia en América Latina.
520 Otra influencia de Spurgeon —Eider solía traducir los sermones de él y los leía
como medio de evangelización.
521 No pude averiguar quién era, podía haber sido el pastor Rhys que llegó a la
Patagonia en 1874 y pastoreó una iglesia bautista galesa por un tiempo.
522 Sobre Eider, véase Teresa Pluis, El Pastor del Corazón Bondadoso: Vida de
Roberto F. Eider (Buenos Aires: Junta Bautista de Publicaciones, 1965).
'2' Los interesantes datos sobre Ilosford se basan en entrevistas (febrero de 1975)
con su hija. Doreen Ilosford de Owens, una ex misionera de la Junta de Richmond a
Palestina y con Raúl Bettín (octubre de 1971) de Buenos Aires, Argentina, cuya madre
era colaboradora con la Misión Irlandesa. Además, contaba con correspondencia de los
580 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

familiares de Ella de Hosford, y de otra hija, Eileen de Falconer. También, pude revisar
las revistas de Rosario y de la Misión Irlandesa tan como la correspondencia de los
misioneros de la Junta de Richmond.
524 Como niña entró en una casa de diaconisas metodistas en Liverpool donde se
entregó a la obra misionera. Se enfermó de paludismo el tercer año de su trabajo en
Sierra Leona y volvió a Cork, Irlanda, donde conoció a Hosford.
525 The Irish Baptist, Vol. LXXXII, No. 2 (Feb. 1960), pp. 5, 6.
526 Heraldo Bautista (Rosario), IX, No. 97 (24 de abril de 1948),
527 Su amigo era Benson Pritchard, quien después servía como pianista en muchas
reuniones bautistas. Simpatizó más con los metodistas por influencia de su esposa.
528 Una de las misiones más autóctonas. Kenneth Strachan, hijo de Harry y director
de la Misión por muchos años, llegó a ser un gran misionero antes de su muerte
repentina en la década de 1960.
529 por tener su secje en la ciudad de Richmond, Virginia, Estados Unidos.

530 En una entrevista con el hijo de Sowell, Benjamín, me explicó que la Junta de
Richmond quería que Sowell fuese independiente. Sabían de Besson pero no estaban
seguros que fuera bautista ortodoxo, por eso, no querían que Sowell dependiera tanto de
Besson.
531 Estos datos provienen de entrevistas personales con sus hijos Benjamín y Ana, y
de la correspondencia de él con la Junta de Richmond. También, tuve en mi poder el
manuscrito inédito, Pioneer Parson, una biografía de S. M. Sowell, escrita por su hijo
Benjamín en 1946. Se encuentra en la Biblioteca del Seminario en Buenos Aires.
532Joseph Hart, Gospel Triumphs in Argentina and Chile (Richmond: FMB of SBC,
1925), pp. 106, 107; además, una entrevista personal con J. L. Hart (Glorieta, N. M.
Estados Unidos 16 de Agosto de 1964).
533 Erminia ya estaba comprometida, pero las cartas de Sowell la persuadieron a
casarse con él. Correspondencia de Sowell y la Junta (1904-1905) en la Biblioteca en
Richmond.
534 Minutes of the Argentine Baptist Mission, Vol. I, p. 1.
535 Me refiero a ciertas épocas de conflicto entre la Convención y la Misión.
536 Fowler y Ostermann no se entendían bien.
537 Los detalles se encuentran en J. M. Rodríguez, Los Bautistas en las Repúblicas
del Plata (Buenos Aires: Junta Bautista de Publicaciones, 1930).
538 Actas de la primera Convención Evangélica Bautista de la República Argentina,
31 de diciembre de 1908.
539 Nótese la palabra “formalmente” —porque la Convención no asumió la dirección
“de hecho” hasta 1961.
540 El patemalismo caracterizaba mucho de la obra misionera loránea de aquel día.
541 Hart, op. cit., p. 18; Josie de Smith, Llamados por el Señor (Buenos Aires: Junta
Bautista de Publicaciones, 1963).
542 Entrevista personal con la esposa de Fernández (Santiago de Chile, 1965).
543 Actas d e la M isión, A gosto 4. 1908, p. 17.
544 Constitución y Actas, p. 1.
545 Ibid., p. 1.
546 Otro hecho que demuestra la tesis de este sector del estudio —la dirección
misionera.
547 Como por ejemplo, Roberto Hosford de los irlandeses y W. D. Smart de la Alianza.
548 Suburbios de Buenos Aires —es interesante cómo estos primeros misioneros
trabajaron por las líneas ferroviarias como su estrategia de extensión. Eran “los caminos
romanos” de Argentina.
549 Libro de Actas de la Iglesia de Godoy Cruz; entrevista personal con Francisco
Manino, uno de los hermanos cismáticos (Mendoza, 3 de octubre de 1966). Manino dice
que la división se debía a la intransigencia del misionero Quarles. Sin embargo, en otra
Notas 581

entrevista con Doña de Garay (3 de octubre de 1966), otra testigo ocular, ella dijo que
Quarles tenía razón y no disolvió a la iglesia,
550 Entrevista con J. L. Hart (Glorieta, N. M., Estados Unidos, 16 de agosto de 1964).
Los Hart, positivamente por su interés perenne en la obra en Chile y, negativamente por
conflictos con varios colegas misioneros, se trasladaron a Chile en 1921. Véase el
capítulo sobre Chile.
551 Minutes of the Argentina Baptist Mission, Vol. 1, (Agosto de 1907).
552 Archivos de la Iglesia de Corrientes.
553 Galizia, como Canclini y Besson, escribió mucho sobre la cuestión de la iglesia y
el estado. Era un hombre muy erudito, formado entre los discípulos de Cristo antes de
hacerse bautista.
554 Este autor piensa que Pedro Annoni fue uno de los evangelistas argentinos más
eficaces. Además, llevaba la gran carga de una esposa muy enferma por muchos años.
Merece un lugar de honor entre los pastores-evangelistas de Argentina. Era muy perito
en realizar reuniones al aire libre. Este autor tuvo el privilegio de estar con él en varias de
ellas en las plazas de Corrientes.
555 El que escribe tiene una carta del doctor Sowell en que describe la conversión de
Lorenzo Mongay en 1905.
556 Varias obras en el norte de Argentina fueron comenzadas por elementos
paraguayos.
557 Fue una estrategia de los misioneros. Muchas iglesias argentinas, como las de
Brasil, se organizaron con siete o nueve miembros, a veces, ¡la mitad siendo los mismos
misioneros y sus familiares!
558 La Misión comenzó con una política de subvenciones, la que llegó a llamarse
“ayuda fraternal”. Fue la fuente de muchos conflictos luego cuando la Misión, o no podía
seguirla por falta de fondos, o decidió cambiar su política (como en la década de 1950).
559 La Alianza comenzó tres obras entre 1897-1903 —ésta en La Plata, una en
Gualeguaychú, Entre Ríos, y otra en Azul, Buenos Aires. La de La Plata y de
Gualeguaychú llegaron a ser bautistas. Azul es la Iglesia más antigua de la Alianza en
Argentina. Véase Minutes. . . , I (Julio de 1909).
560 Primer indicio del interés de Hart en Chile. Este interés, juntamente con la falta
de interés de la Misión, más problemas interpersonales fueron factores en su traslado a
Chile en 1921. Hart era un hombre de carácter fuerte.
561 Con la excepción de la Iglesia del Centro, la iglesias “bessonianas” jamás
colaboraban de pleno con la obra convencional.
562 Véase el capítulo sobre Brasil. Roth era amigo de los misioneros de la Junta de
Richmond en Brasil.
563 Una hojeada de las Actas de la Misión revela este cambio repentino de política
misionera. Hoy en día se llamaría una política holistic, en inglés.
564 El autor no puede documentar esto. Es una opinión personal. Cree que “el
evangelio social”, comenzado por un bautista, Walter Rauschenbusch, tuvo más impacto
sobre los campos misioneros de los bautistas del sur que sobre la misma Convención de
ellos en Estados Unidos.
565 Las Actas de la Misión no explican el por qué de la renuncia de Justice. A esta
altura, no era su salud. Evidentemente, él no aprobó algunos de estos cambios, o
reaccionó negativamente a la decisión de la Misión de invitar a un especialista en la
educación teológica, un tal doctor Decker. Sin embargo, Decker jamás llegó y al año
siguiente Sowell asumió el rectorado.
566 Profesor de Misiones en el Seminario Bautista del Sur de Louisville, Kentucky,
Estados Unidos. Fue el decano de todos los profesores de misiones de los seminarios de
los bautistas del sur.
567 Secretarios ejecutivos de la Junta de Richmond.
568 Hart, op. cit., p. 99.
582 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

569 Amoldo Canclini, Bautistas en Marcha. . ., pp. 23, 24.


570 El Libro de Actas de la Comisión Asesora da un panorama completo de esta
Comisión desde 1930 hasta 1946.
571 Algunos miembros, como Canclini, pensaba que tal Comisión fue creada para
sacar a la Misión de un apuro. De todos modos, sirvió como un ejercicio de mutualidad.
572 El que escribe era un misionero de esa zona por tres años. Pudo apreciar la fe
vibrante de tales iglesias. La Misión llegó a ser un medio de enlace entre los alemanes y
los eslavos.
573 Este método se usó varias veces. Juan Varetto generalmente era el predicador.
Era un maestro de la predicación al aire libre.
574 La familia Swenson hizo una contribución grande a la obra. La hija, Ana, ha sido
misionera a México por muchos años y una pionera en la organización de la obra femenil
en América Latina. Swenson mismo sirvió como gerente de la Junta de Publicaciones
durante los últimos años de su carrera.
575 Por ejemplo, había una iglesia en San Justo, pastoreada por el conocido pastor
Juan Florio, que tenia quince anexos. Florio merece un lugar especial en las filas de los
pastores bautistas.
576 Argentina ha producido a algunos predicadores elocuentes —Roberto Roma-
nenghi, Samuel Libert, Juan Cornaglia, A. Sambrano, Santiago Canclini— y una legión
de predicadores jóvenes que saben predicar.
577 Una selección de su libro. Héroes y Mártires, una historia de la obra misionera,
aparece en la obra publicada por Francis Dubose, Classics of Christian Missions
(Nashville: Broadman Press, 1980). Es la única selección de América Latina.
578Juan Varetto, Diego Thomson: Apóstol de la Instrucción Pública e Iniciador de la
Obra Evangélica en la América Latina (Buenos Aires: Imprenta Evangélica, 1918). Esta
obra fue definitiva hasta que salió el libro recién publicado de Amoldo Canclini, nieto de
Varetto, titulado Diego Thomson (Buenos Aires: Asociación Sociedad Bíbüca Argentina,
1986).
579 Elias reemplazó a Hart en la Primera de Rosario. El hijo de él, Esteban, llegó a ser
el primer secretario ejecutivo de la Convención en 1965.
580 Rodríguez y Elias se convirtieron con los hermanos libres; de hecho, muchos
líderes bautistas en Argentina han sido productos de los hermanos.
581 Juan Pluis fue un verdadero siervo de Dios —humilde, piadoso, pero firme en la
fe— que durante los últimos años de su vida comenzó la iglesia de Belgrano en la
Capital. Las dos hijas de Pluis, Teresa y Marilú, se han destacado como líderes en la obra
femenil de la Alianza Bautista Mundial.
582 Freeman falleció y su viuda se casó con L. C. Quarles.
583 Entrevista personal con V. L. David (Buenos Aires, 1968).
584 Marsili era un hombre de empresa que combinaba la visión espiritual con el
sentido común. Merece un reconocimiento especial por su larga carrera.
585 Entre ellas Josie de Smith, Teresa Pluis, Nidia de Bedrossián, Clara de Freeman,
Marta de Degarabedián y Minnie McElroy.
588 Además de escritos religiosos, los Canclini, Santiago y Amoldo, se han destacado
como historiadores. La obra de S. Canclini, Los Evangélicos en el Tiempo de Perón (El
Paso: Editorial Mundo Hispano, 1972), es un clásico. Amoldo ha llegado a ser
reconocido como un destacado historiador argentino por sus investigaciones y libros
sobre la Patagonia y las Malvinas. Es un escritor e historiador por excelencia.
587 La relación entre la Junta y la Casa en El Paso era problemática por muchos años.
Debido a la abnegada labor de Guillermo Graves y Aldo Broda este problema ha sido
parcialmente resuelto.
588 Las Actas de la Misión (1934-1936) revelan un deseo de entregar la obra del
Seminario a la Convención —pero una visita de los doctores Maddry y Taylor de la Junta
de Richmond, más L. R. Scarborough, el dinámico presidente del Seminario Sudoeste de
Notas 583

Fort Worth, Texas, la hizo cambiar de parecer. Después de la visita, la Misión, bajo la
insistencia de Richmond, se encargó de nuevo de la obra del Seminario. El por qué de
todo esto no se sabe.
589 Viuda con una hijita, después de un año y medio de casarse, Ana luego volvió a
Estados Unidos, estudió en el Seminario Sudoeste en Texas bajo los auspicios del
presidente, L. R. Scarborough, y fue nombrada misionera de la Junta de Richmond. Hija
de Sowell y nieta de Bagby, Ana de Margrett sirvió abnegadamente como directora del
Departamento Femenil del Seminario hasta su jubilación en 1974.
590 Es una cuestión muy compleja para iglesias bautistas en un país donde hay una
Iglesia Católica estatal. Los bautistas no querían caer en un eclesiasticismo centralizado;
la Misión, siendo un ente foráneo, siempre corre el riesgo de la expropriación. Por eso,
había necesidad de buscar otra solución.
581 Característica de los bautistas en todas partes del mundo. Las “asociaciones
regionales” y las “convenciones nacionales” —a veces llamadas “uniones”— son las
únicas maneras de cooperar en un sistema eclesiástico de “congregaciones autónomas”.
La cooperación es netamente voluntaria.
592 Amoldo Canclini, Bautistas en Marcha. . ., p. 48.
593 Toda la historia se cuenta desde 1913 hasta 1972 en Teresa Pluis, Proceso
histórico de la obra femenil hasta nuestros días, ponencia inédita presentada en el
Seminario en Buenos Aires, 5-8 de septiembre de 1972, en la Biblioteca del Seminario.
594 Ibid., p. 3. La organización se debía a la necesidad de enviar a una representante
al Primer Congreso Latinoamericano en Brasil. En 1931 había veintisiete sociedades; en
1932, treinta y nueve.
595 Sobre la juventud véanse Amoldo Canclini, Bautistas en Marcha. . ., pp. 50-51;
y Amoldo CancÜni, Proceso histórico de la obra juvenil hasta nuestros días, ponencia
inédito presentado en el Seminario en Buenos Aires en septiembre de 1972, en la
Biblioteca del Seminario.
596 La postura muy radical de los jóvenes asustaba a los elementos conservadores de
la Convención nacional.
597 El Seminario y la Convención Juvenil estaban estrechamente unidos por varios
años, pero la relación menguaba cuando el Seminario llegó a ser internacional. Véase A.
Canclini, Proceso. . . obra juvenil. . . , p. 4.
598 El que escribe habló en uno en Rosario con una asistencia de más de dos mil
jóvenes.
599 Gardiner fue un misionero anglicano que murió de hambre en la costa de Tierra
del Fuego. Véase el libro de Amoldo Canclini, Hasta Lo Ultimo de la Tierra (Buenos
Aires: Junta Bautista de Publicaciones, 1951); y Amoldo Canclini, Alien F. Gardiner:
Marino, Misionero, Mártir (Buenos Aires: Ediciones Marymar, 1979).
600 La colección Hosford, de Justo Anderson, más entrevistas con sus familiares.
601 Inconscientemente, quizá, pero las Actas de la Misión y de la Comisión no
revelan tal propósito.
602 Las misiones de la Junta de Richmond en América Latina se recuperaron del
colapso financiero en 1946. Experimentaron otra época de triunfalismo y optimismo en
Estados Unidos que redundó en un programa más agresivo en los países de América
Latina. Gilí encabezaba todo esto que, a veces, chocó con el creciente nacionalismo
antinorteamericano.
603 Por supuesto, esta “separación" no fue formal, sino “de hecho". Las dos entidades
mantenían sus relaciones formales y fraternales, pero el estudio de las Actas de las dos
revela una separación anímica y funcional por unos años.
604 Llegaron muchos nuevos misioneros que no se dieron cuenta de los antecedentes
históricos debido a una falta de orientación en Estados Unidos. De repente, trabajaron
con una “guardia vieja” que estaba para jubilarse. Faltaba mucho la madurez.
605 Minutes de la Misión, III, 1944, p. 91.
584 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS
606 Hubo un avivamiento del énfasis “hitoista” o “landmarkista” entre los misione­
ros.
607 Parece ser la única fuerza unificadora entre los bautistas del mundo.
608 Escenario de la obra de Alba Montes de Oca.
609 Los Díaz enseñaron después en el Seminario, 19621976‫ ;־‬la señora era
enfermera del Seminario. En 1976 volvieron a Estados Unidos, donde trabajaron con la
Junta de Misiones Domésticas en Florida.
610 Este hecho lamentable agudizó la tensión entre la Misión, la Junta de Richmond,
la Iglesia del Centro y la Convención. Demostró todos los defectos de la burocracia
eclesiástica, el miope misionero y la filosofía paternalista. Para un relato de toda la
historia de este “caso célebre”, véase Amoldo Canclini, Historial del Caso ]arman,
documento inédito en los archivos de la Misión, 1971.
611 La Misión en esta época dejó de alquilar casas y optó edificarlas para los nuevos
misioneros.
612 Guillermo Graves, Daniel Carroll, Guillermo Cooper y Benjamín Bedford.
613 Principalmente en las ciudades del interior. Los templos en Buenos Aires
quedaron pequeños e inadecuados.
614 Paraguay colaboraba, pero Uruguay y, especialmente, Chile resentían la
decisión. Documentos y correspondencia leídos en los archivos de Chile revelan esto.
Chile mantuvo el nombre “Seminario” para su escuela teológica en Santiago. Es una
lástima que la idea no hubiera sido compartida más antes de la decisión.
615 En esta época la Misión ubicaba a sus misioneros sin consultar necesariamente
con entidades nacionales.
6,6 Amo Enns, op. cit., p. 85 cuenta cómo asumieron la obra de la Misión San Pedro
iniciada por Juan Linton en 1900. Tenían centros en Jujuy (1948), Salta (1950), y
Tucumán (1956). No ha crecido en las ciudades, pero experimentaron gran incremento
en la Quebrada de Humahuaca.
617 Ibid., p. 95.
618 Véase S. Canclini, Los Evangélicos. . . Perón. . .
619Tanta fama tiene que el seleccionado argentino de fútbol suele usarlo como lugar
de concentración y entrenamiento en preparación para el campeonato mundial.
620 La Convención cedió un poco en 1971, cuando votó dejar a las instituciones de la
Convención en libertad para pedir fondos estatales para actividades que no tienen que
ver con la evangelización o las misiones.
621 Era miembro fundador de ASIT, la Asociación de Seminarios e Institutos
Teológicos.
622 Engel, op. cit., p. 1 y sigs.
623 El que escribe estaba presente y recuerda bien la inspiración del momento.
624 Las otras misiones de los conservadores y los suecos también colaboran.

Cap. IX URUGUAY
825 Cecil Moore, Los Evangélicos en Marcha (El Paso: Casa Bautista de Publicacio­
nes, 1959), p. 143.
6 2 6 Wa!iy Poor, “Uruguay”, Eastern South América (Richmond; FMB of SBC, 1976),

p. 33.
827 Moore, op. cit., p. 143.
828 Read, Monterroso y Johnson, Avance Evangélico en la América Latina (El Paso:
Casa Bautista de Publicaciones, 1970), p. 68; Poor, op. cit., p. 33. El nombre
Montevideo, según la tradición, se originó cuando un marinero portugués en la nave de
Magallanes vio el Cerro y exclamó, “Monte vide eu” (Veo un monte), la frase que llegó a
ser “Montevideo”.
1’2■’ Las huelgas y el terrorismo de los “tupamaros", una guerrilla marxista y
nacionalista, fueron los elementos que ocasionaron el golpe. Poor, op. cit., p. 33.
Notas 585

630 Reed, Monterroso y Johnson, op. cit., p. 70.


631 David Barren (ed.), World Christian Encyclopedia (Londres: Oxford Press,
1982), p. 733.
632 Daniel Monti, Presencia del Protestantismo en el Río de la Plata (Buenos Aires:
La Aurora, 1969), p. 44.
633 Ibid., pp. 44, 45; y Amoldo Canclini, “Primer Intento de Evangelización en el Río
de la Plata”, Tribuna Evangélica, Organo de la Convención Juvenil Bautista de la
Argentina (Buenos Aires: Junta Bautista de Publicaciones, Septiembre-Octubre, 1950),
pp. 5-7.
634 Amoldo Canclini, Diego Thomson (Buenos Aires: Asociación Sociedad Bíblica
Argentina, 1986), pp. 53-59.
635 Tomás Goslin, Los Evangélicos en la América Latina (Buenos Aires: La Aurora,
1956), pp. 35, 36; W. E. Browning, The River Píate Republics (Nueva York: World
Dominion Press, 1928), pp. 253, 254; Moore, op. cit., p. 146.
636 En 1970 este autor pasó dos días en la colonia valdense estudiando y observando.
Es impresionante, pero uno lamenta el hecho de que los valdenses no han usado su
influencia para evangelizar.
637 Reed, Monterroso y Johnson, op. cit., p. 70.
638 Barrett, op. cit., p. 734.
639 Reed, Monterroso y Johnson, op. cit., p. 71.
640 Es difícil saber cuántos hermanos libres hay porque, a propósito, no mantienen
estadísticas.
641 Goslin, op. cit., pp. 35-41; y José A. Piquinela, Un Pasado que es Enseñanza y
Desafío (Buenos Aires: CISA, 1967), pp. 1-21; James Bartley, “La Historia del Comienzo
de Algunos Grupos Evangélicos en Uruguay”, Congreso Evangélico Nacional ’81
(Montevideo: Asociación de Pastores, 1981), pp. 4-6.
642 Santiago Canclini, Pablo Besson, Un Heraldo de la Libertad Cristiana (Buenos
Aires: Junta Bautista de Publicaciones, 1957).
643 Correspondencia de S. M. Sowell a la Junta en Richmond, enero de 1905. En la
Biblioteca de la Junta en Richmond, Virginia, Estados Unidos.
644 La mayoría de los datos usados de aquí en adelante fueron sacados de B. W.
Orrick, “A History of Southern Baptist Mission Work in Uruguay” (tesis no publicada,
Baylor University, 1965). Este autor tiene una traducción hecha por Nimia Carmen
López, estudiante en el Seminario Internacional de Buenos Aires.
645 Carta de S. M. Sowell a la Junta en Richmond, 3 de enero de 1911.
646 B.W. Orrick acaba de fallecer en Waco, Texas, habiendo cumplido cien años
(1988). La familia Caramutti ha tenido una influencia muy grande sobre la obra
argentina. El presidente de la Convención Argentina actual (1988) es de esa familia.
647 Orrick, ibid., p. 38.
648 M. A. Sanderford, “Mission en Uruguay”, Encyclopedia of Southern Baptists, II,
p. 1439; y Orrick op. cit., p. 55; SBC Missionaries, A Glimpse o f Uruguayan Baptists
(Montevideo: Misión Bautista, 1960, p. 25); Cauthen and Means, op. cit., p. 258.
649 Cauthen and Means, op. cit., p. 259.
650 El que escribe predicó el sermón anual en la Asamblea cuando se produjo el
cisma; y, por casualidad, fue invitado a predicar el sermón anual en la asamblea en 1965
cuando se hizo la reconciliación.
651 La lucha entre el gobierno militar y los tupamaros atrajo a varios líderes
evangélicos, incluyendo algunos pastores bautistas. El celo social de tales líderes fue
interpretado por el gobierno conservador como una clase de comunismo. Varios pastores
fueron desterrados y encarcelados.
652 FMB of SBC, 1987 Partners in Missions, p. 57.
653 Barrett, op. cit., p. 735.
586 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Cap. X PARAGUAY
654 Las ruinas de tales reducciones se encuentran en las selvas de Brasil, Paraguay y
Argentina. Este autor ha visitado muchas de ellas. La ruinas de la Trinidad y de Jesús
son algunas de las más interesantes, cerca de Encamación, Paraguay.
855 El lector debe leer la historia fascinante de este hombre tan culto y anticlerical
que literalmente cerró el país y no permitía ni un contacto con el mundo exterior.
656 El actual Hotel Paraguayo en Asunción era el palacio de Madame Lynch que
incluía su teatro privado. El antiguo escenario de tal teatro todavía puede verse detrás de
una de las paredes del comedor. Para leer la historia de Elisa, véase William Barrett,
Woman on Horseback (New York: Doubleday and Company, 1952).
657 Cecil Moore, Los Evangélicos en Marcha (El Paso: Casa Bautista de Publicacio­
nes, 1959), p. 133.
658 Reed, Monterroso y Johnson, Avance Evangélico en la América Latina (El Paso:
Casa Bautista de Publicaciones, 1970), p. 76.
659 Guillermo Milován, La Biblia en el Paraguay (Asunción: Sociedad Bíblica del
Paraguay, 1980), p. 9; Inés Milne, Desde el Cabo de Hornos hasta Quito con la Biblia
(Buenos Aires: La Aurora, 1944), pp. 50-54.
660 GosÜn, op. cit., p. 38; Milován, op. cit., p. 11; Barrett, op. cit., p. 556.
661 Barrett, op. cit., p. 557, cerca de 20.000.
662 Barrett, op. cit., p. 556.
663 Ceferina viuda de Fernández, “Reseña de los Comienzos de la Obra Bautista en
Paraguay”, documento inédito escrito por la esposa del primer misionero, Santiago de
Chile, septiembre de 1968, p. 3. Este autor tuvo varias entrevistas con ella.
664 Amoldo Canclini, Los Bautistas en Marcha (Buenos Aires: Junta Bautista de
Pubücaciones, 1958), p. 27.
665 Laura Cativiela y Josie Smith, Maximino Fernández (Buenos Aires: Junta
Bautista de Publicaciones, 1960), pp. 9-41; entrevista con J. L. Hart, Glorieta, Nuevo
México, julio de 1964.
666 Cativiela y Smith, op. cit., p. 44.
667 ¡bid., p. 47; Canclini, op. cit., p. 27.
668 Cativiela y Smith, op. cit., p. 54. Pedro Libert, hablando de Fernández, dijo: “El
carácter peculiar del campo religioso de esta región necesitaba obreros de temple
enérgico, entusiasta y persistente, cualidades que caracterizaban al hermano Fernán­
dez. Incansables, él y su esposa, consagraban toda su actividad a las necesidades de la
obra sin permitirse siquiera un descanso necesario”.
669 Church Growth Survey of the FMB ofSBC, 1970, documento inédito, p. 11.
670 Paraguay es muy especial para este autor porque su hija mayor nació de nuevo en
el campamento en Itacurubi y su hija menor nació en el Hospital Bautista.
671 Church Growth Survey, FMB, 1970, p. 12: y Cauthen y Means, op. cit., p. 265.
872 Algunos problemas han surgido cuando fueron elegidos misioneros para puestos
en la Convención, etc. Ademés, había casos de misioneros que se entregaron tanto a la
obra de la Convención que se olvidaron de sus relaciones con la Misión. La cooperación
era voluntaria y fraternal, pero en el sentido organizacional, integrada.

Cap. XI BRASIL
673 Las formas del espiritismo provienen de las religiones tradicionales de Africa y del
Caribe. Se deben a la población grande de africanos traídos a Brasil como esclavos.
874 Según los datos de la Alianza Bautista Mundial, 1988 —solamente Estados
Unidos, la Unión Soviética y la India tienen más bautistas.
875 Estas “Bulas” constituyen la base de la cuestión del “Real Patronato” que ha sido
discutido tan calurosamente por ciertos gobiernos latinoamericanos y el Vaticano. Forma
la base del reclamo de estos gobiernos ante el Vaticano.
Notas 587
676 El sobrenombre para los protestantes de Francia.
677 Las principales fuentes de esta funesta misión son: Jean Crespín, Los Mártires
de Río de Janeiro (Buenos Aires: La Aurora, 1955), pp. 80-121; A. R. Crabtree, Baptists
in Brazil (Río de Janeiro: Casa Publicadora Batista, 1959), pp. 27-29; Pierce Beaver,
“The Geneva Mission to Brazil”, Reformed Journal (July-August, 1967), pp. 14-20;
Thomas Smith, “Villegaignon”, Papers of the American Society o f Church History, Vol.
Ill, 1891, pp. 185-206; la mejor fuente en francés es Jean de Léry, Journal de Bord de
Jean de Léry en la Terre de Brésil 1557 (Paris: Editions de Paris, 1957); en el artículo de
Beaver mencionada arriba, se encuentra una bibliografía amplia.
678 Emile G. Leonard, Historia General del Protestantismo (cuatro tomos escritos
originalmente en francés, traducidos por católicos en España) (Madrid: Ediciones
Península, 1967), II, p. 209; véase también sobre este asunto Jean Pierre Bastión, Breve
Historia del Protestantismo en América Latina (México: Casa Unida de Publicaciones,
S. A., 1986), pp. 36-86.
679 Bastión, op. cit., no reconoce nada positivo en estas dos colonias. Piensa que
dejaron un mal olor al protestantismo, pero escribe desde el punto de vista católico.
680 Su llegada fue un gran alivio para el pueblo brasileño que gemía bajo el yugo
colonial. De veras, ¡Brasil le debe mucho a Napoleón!
681 Evelyn Wingo Thompson, Luther Rice: Believer in Tomorrow (Nashville:
Broadman Press, 1967), cuenta toda la historia de este cambio de denominación.
682 James Taylor, Memoir of Rev. Luther Rice (Baltimore: Armostrong and Berry,
1841), pp. 129, 130.
683 Ibid., p. 133.
684 Daniel Kidder, Reminiscencias de Viagens e Permanencia no Brasil (Sao Paulo:
Livravia Martins, 1940), sirvió como libro de orientación para los primeros misioneros
bautistas; véase también sobre estos precursores, Emile G. Leonard, O Protestantismo
Brasileño (Sao Paulo: Associacaó de Seminarios Teológicos Evangélicos (ASTE),
1963), pp. 19-45 —además hay una bibliografía completa sobre estos antecedentes.
685 O Jornal Batista (órgano oficial de la Convención bautista en Brasil), 30 de abril
de 1905, p. 8; véase también D. Dimmitt, Story of Madeira (Nueva York: Eaton y
Mains, sin fecha); y Wilson Naylor, Daybreak in the Dark Continent (Nueva York:
Young People’s Missionary Movement of U.S.A. and Canada, 1908), p. 187, cuenta la
historia de Kalley antes de su llegada a Brasil.
686 W. C. Taylor, Sharing With Neighbor America (Nashville: Broadman Press,
1935), p. 46.
687 Véase A. R. Crabtree y Antonio N. de Mesquita, Historia dos Batistas do Brasil,
I, p. 29.
688 SBC Annual, actas citadas en Crabtree y Mesquita, op. cit., 1, p. 37.
689 T. J. Bowen, Adventures and Missionary Labours in Several Countries in the
Interior of Africa from 1849-1856 (Segunda ed.) (Londres: Frank Cass and Co., 1968),
cuenta la emocionante epopeya de Bowen, el Livingstone de los bautistas, en Africa
Central.
690 Helen Bagby, The Bagbys of Brazil (Nashville: Broadman Press, 1954), pp. 29,
30 —Bowen, un ex militar, fue encarcelado y languidecía en la cárcel hasta que la
Marina de Estados Unidos bloqueó el puerto de Río, a riesgo de un incidente
internacional, y el gobierno brasileño lo libró.
691 Véase C. F. Roberson, The Bowen Papers (juntados entre los años 1953-1960),
(Ogbomoshod, Nigeria: Library of the Nigerian Baptist Seminary, 1974) (inéditos); la
frustración de Bowen, ya gastado y sufriendo de una depresión psicológica, no sólo se
debía a su salud, sino a la falta de fondos —el costo de vida en Brasil era más caro que el
de Africa.
692 Brasil, desde 1822, había sido un imperio autónomo de Portugal. Pedro I fue el
primer emperador (1822-1831), seguido por el popular Pedro II, quien reinaba hasta
1889, cuando Brasil llegó a ser una república.
588 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

693 C. E. Maddry, Christ’s Expendables (Nashvüle: Broadman Press, 1949), p. 7.


694 Judith MacKnight Jones, ¡Soldado Descansa!: Urna Epopeia Norte Americana
sob os Ceas do Brasil (Sao Paulo: Jarde, 1967) es una novela histórica escrita por una
descendiente de la colonia.
695 Helen Bagby, op. cit., p. 30.
696 J. M. Carroll, A History of Texas Baptists (Dallas: Baptist Standard Publishing
House, 1923), pp. 602, 857 —un nieto de Hawthome vive en Fort Worth, Texas, y tiene
muchas fuentes históricas sobre Hawthome.
697 Maddry, op. cit., p. 7.
698 Crabtree, Baptists in Brazil, pp. 36, 37; J. M. Carroll, op. cit., pp. 602, 857.
699 Helen Bagby, op. cit., describe la sensación extraña cuando unos esclavos
llevaron su equipaje cuando llegaron a la colonia. Dijo también; “¿Quién habría
imaginado que la Guerra Civil en Norteamérica hubiese de ser el instrumento de la
mano de Dios para dar el evangelio a Brasil y al resto de América Latina?”; véase Actas
de la Convención brasileña, 1906, p. 89.
700 Helen Bagby, op. cit., pp. 20, 21 contiene el texto de la resolución.
701 Véase el ensayo de Justo Anderson, “Episodic Northamerican Influence on
Certain Baptist Beginnings in Latin America”, en W. R. Estep, The Lord’s Free People in
a Free Land: Essays in Baptist Flistory in Honor of Robert A. Baker (Fort Worth:
Evans Press, 1976).
702 Estos datos sobre Bagby se encuentran en Helen Bagby, Tuto Decades of Baptist
Beginnings in Brazil, Tesis no publicada (Fort Worth: June of 1927), y Bagbys of
Brazil.
703 Descendiente de los hugonotes y del reformador Martín Lutero. Véase H. Bagby,
Tuto Decades. . . , p. 6. En la página 22 se encuentra un poema escrito por el doctor
Luther en la ocasión de la partida de su hija. Es muy tierno y conmovedor.
704 Los que abrieron el camino (Buenos Aires: Junta Bautista de Publicaciones,
1962), p. 26 en adelante.
705 H. Bagby, op. cit., pp. 4, 22.
706 Un relato de su viaje muy tierno y detallado se encuentra en H. Bagby,
Bagbys. . . , pp. 25-46 que cita el diario de la señora de Bagby —ella cuenta la
profundidad de su nostalgia en el viaje que solamente su visión misionera podía superar.
707 Quizá, por eso, los bautistas brasileños han sido más consecuentes en mantener
este principio que otros pueblos bautistas en América Latina.
™ Además del libro popular, Helen Bagby, Bagbys. . . , el pueblo bautista de Estados
Unidos ha tenido el privilegio de tener dos hijos presentes por muchos años. Helen
Harrison Bagby vive en El Paso, Texas (1989) y Alberto Bagby acaba de fallecer (1988)
después de vivir en Gadsden, Alabama. Este autor ha pasado momentos muy preciosos
con los dos en que han verificado muchas de sus investigaciones.
709 Maddry, op. cit., p 7.
719 Bagby dice que había dos iglesias bautistas en América del Sur cuando él llegó en
1881. Las dos eran de inmigrantes y para inmigrantes —una era una iglesia de chinos en
la Guayana Británica (ahora Guayana) organizada en 1861, y la otra era ésta en Santa
Bárbara entre los ex patriotas norteamericanos. The Baptist Word (órgano de la BWA).
Vol. 12. No. 7, Sept, 1966), p. 3.
711 H. Bagby, Tu‫׳‬o Decades. . . , p. 47; Crabtree, Baptists. . . , p. 51.
712 Zaqueu Moreira e Ramos André, Panorama Batista en Pernambuco (Pernambu-
co: Casa Publicadora, 1964), pp. 11-15.
713 Crabtree, Baptists. . . , p. 51.
711 H. Bagby, Two Decades. . . , p. 62.
713 Todos sufrieron de fiebre amarilla. La señorita Maggie Rice murió y la señorita
Everett volvió a Estados Unidos inválida —solamente los Bagby, los Tavlor y la señorita
Notas 589

Emma Morton quedaron en 1889. Luego, la señorita Morton llegó a ser la esposa de
Salomón Ginsburg.
7.6 Crabtree, Baptists. . . , p. 55.
7.7 H. Bagby, Decades. . . , p. 70.
718 Véase L. M. Bratcher, The Apostle of the Amazon (Nashville: Broadman Press,
1951).
719 S. Ginsburg, A Wandering Jew in Brazil (Nashville: Broadman Press, 1921).
720Los que abrieron. . . , pp. 76-86; Crabtree, Baptists. . ., pp. 83-87; sobre Nelson y
su sucesor Clem Hardy, pariente del que escribe, véase Clem Hardy, So Strong Our
Faith (Waco: Baylor U. Press, 1955).
721 Moreira y André, op. cit., pp. 11-15; Crabtree, Baptists. . . , pp. 66, 67.
722 L. M. Bratcher, F. F. Soren: Christ’s Interpreter to Many Lands (Nashville:
Broadman Press, 1938).
72:1 La obra bautista en la Capital Federal de Río de Janeiro se llama “carioca"; y la
obra en el estado de Río se llama “fluminense”.
™ L. M. Reno, Reminiscences: 25 Years in Victoria, Brazil, (en Biblioteca en Río,
sin datos.)
725 Los bautistas deben mucho a otras denominaciones por hombres como Soper,
Ginsburg, Mesquita, Lins, etc.
726 El misionero Pablo Porter los menciona en Paul Porter, Forty Years in Brazil
(Waco: Henson Printing C >., 1979), p. 15; The Baptist Standard (Sept. 15, 1965), p. 3;
O Jornal Batista (18 de \bril de 1902), p. 4; y (10 de enero de 1965), p. 4.
727Véase O Jornal Bat sta (9 de marzo de 1901), p. 4; y (10 de enero de 1901), p. 6.
728 Ibid., (4 de Junio , p. 17.
729 The Baptist Standard, (Sept. 15, 1965), p. 3.
730 Para descubrir la filosofía de los bautistas brasileños en 1951 sobre colegios, etc.,
véase Emilio Willems, Fodowers of the New Faith (Vanderbilt U. Press, 1967), p. 235.
Sin embargo, “los colegio!, y escuelas” han ayudado mucho el progreso de los bautistas
en Brasil.
7.1 Otro adalid bautista^ pesar de contraer la lepra, se recuperó y fue el pionero de la
obra publicadora en Brasil. Véase W. E. Entzminger, Os Batistas no Passado, no
Presente e no Futuro (Rio de Janeiro: Casa Publicadora Batista, 1930).
7.2 O Jornal. . . (4 de Febrero de 1915), p. 5.
™ Con el nombre “León del Norte”, esta convención, agrupó la creciente obra en el
norte de Brasil. ¡Unos años después, se portó como “león” en los conflictos del
movimiento radical! Véanse Benilton Carlos Bezerra, Interpretacao Panorámica dos
Batistas (Río: Casa Publicadora, 1959), p. 25; O Jornal. . . (21 de Enero de 1901), p. 4.
™ Estos comienzos son resumidos en: Leonard, O Protestantismo. . . , pp. 71-104;
S. J. Porter, Southern Baptist Missions en South America, manuscrito inédito en los
archivos de la Misión en Río de Janeiro; O Jornal. . . (4 de Febrero de 1915), p. 5;
Epitome o f Baptist Beginnings in Brazil, manuscrito encontrado en los archivos en Río.
7:15 Crabtree, Baptists. . . , p. 121.
a Ibid., pp. 125-129.
7.7 La nueva Constitución de 1955 no cambió substancialmente los principios de la
primera.
7:18 Actas de la Convención Brasileña, 1907-1916, p. 20.
7,9 Crabtree, op. cit., p. 128.
7111 Véanse Educacao Feminina, panfleto inédito; y Sophia Nichols, Manual da
Uniao Feminina Missionaria (Río de Janeiro: 1967) contiene una reseña de los
comienzos femeninos en Brasil.
711 Moreira y André, op. cit., p. 20.
712 El fue la luente de un gran conflicto —muchos pensaban que no era creyente
profeso y se escandalizaron, ibid., pp. 25. 26.
590 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

743 Brasil se ha destacado en la preparación de mujeres para la obra.


744 Crabtree, Baptists. . . , pp. 160-162.
745 Shepard tenía el sueño de un sistema federativo de educación secular y teológica
con su sede en Río. Parece que tenía el visto bueno de la FMBSBC. Sin embargo, su plan
chocó con la rivalidad entre el norte y el sur en Brasil. También, amenazó el flamante
Seminario en Recife. Esta cuestión fue un factor en el “Movimiento Radical” después.
Shepard tuvo el apoyo de O Jornal y la Convención Nacional, pero fracasó en su intento
de integración. Resentimientos relacionados a esta cuestión y la intensidad de su
personalidad condujeron a su renuncia y regreso a Estados Unidos en 1930. Epi­
tome. . . , año 1930; correspondencia entre Richmond y Brasil en un tomo en la oficina
de la Misión en Río, revisada por este autor en 1966, especialmente una carta del 11 de
enero de 1924.
746 Maddry, op. cit., pp. 134-139.
747 El “caso Shepard” es un rompecabezas de la historia brasileña. Su involucración
en las controversias arroja una sombra sobre sus evidentes logros. Parece que tenía el
apoyo de la FMBSBC más que el de los misioneros brasileños. Su acceso a Richmond y
su competencia evidentemente fueron fuentes de celos de parte de los otros misioneros.
Véase Tomo de Correspondencia de la Misión brasileña con Richmond, especialmente
carta del 19 de Marzo de 1924.
748 Minutes of the SBC Misión of South Brazil, 1910-1935, p. 1.
749Actas de la Convención brasileña, 1907-1916, pp. 20-22 —véase el capítulo sobre
Chile en esta misma obra.
750 Correspondencia de la Misión brasileña (Sept. 25, 1918); Actas de la Conven­
ción brasileña (Junio de 1916 y 1918).
751 Lester C. Bell, Which Way in Brazil? (Nashville: Convention Press, 1965), pp.
96, 97.
752 B. M. A. (Baptist Missionary Association), un grupo de iglesias en Texas que se
separaron de la Convención lejana porque estaban en contra de la centralización de la
obra bautista. Se opusieron a las Juntas Misioneras.
753 La obra portuguesa ha sido caracterizada por divisiones. Los bautistas conserva­
dores de Estados Unidos han desarrollado una obra muy buena allá.
754 Actas de la Convención brasileña, 1916-1935 (Junio de 1916), pp. 1, 2.
755 Bell, op. cit., pp. 73, 74 nota un cambio en esta política.
756 Este autor ha revisado cuidadosamente la correspondencia de las dos misiones de
la FMBSBC, las Actas de las Convenciones, los libros y los periódicos del período como
base para lo que dice arriba —el conflicto no fue un sencillo choque entre misioneros y
nacionales, sino más bien un conflicto entre misioneros de las zonas— en algunos casos,
la cuestión fue un principio, pero más veces fue una colisión de personalidades fuertes.
757 La correspondencia entre los misioneros del norte y del sur, meticulosamente
revisada por el que escribe, reflejaba la intensidad del conflicto y destacaba los focos de
controversias. Correspondencia de la Misión, año 1919.
758 Ibid., (October 20, 1917) —se nota el patemalismo de la Junta de Richmond y de
sus Misiones en Brasil en aquel momento.
759 El decano de los profesores de misiones en Estados Unidos, profesor en el
Seminario del Sur en Kentucky.
760 Por insistir en instituciones centralizadas y en un control unilateral de los fondos
emitidos.
761 Aunque fue muy vehemente en su manera de tratar a sus colegas, defendió a los
nacionales de una manera magistral.
762 Bratcher fue un escritor prolífico en inglés.
763 Crabtree, Baptists. . . , p. 134.
764 Ibid., p. 183.
765 Bell, op. cit., pp. 64-66.
Notas 591

766 Varias referencias a estas “iglesias de inmigración” se encuentran en O Jornal y


en las Actas de la Convención brasileña, como por ejemplo en Junio de 1916, p. 12 (13
de Julio de 1916, pp. 5, 6). Véase la obra magistral sobre los letones, Osvaldo Ronis, Urna
Epopeia de Fe: A Historia dos Batistas Letos no Brasil (Río de Janeiro: Casa
Publicadora Batista, 1974).
767 Explicado al autor por David Gomes en una entrevista en Buenos Aires en 1962.
Gómez era secretario de la Junta.
768 Véase como ejemplo una carta de la FMBSBC a la Convención Brasileña
encontrada en la correspondencia de la Misión (18 de Julio de 1923) en que se usa la
palabra “nativo”. Insiste en su derecho de nombrar la Junta Directiva y oficiales de las
instituciones que auspicia: ver Leonárd, O Protestantismo Brasileira, pp. 167-189 para
el punto de vista de un autor no bautista.
769 Según Reis Pereira, historiador brasileño, esta fue una costumbre de los
misioneros que irritaba a los nacionales.
770 Aunque no solucionó el problema inmediato, reflejó la creciente madurez de las
dos entidades —estaban pasando su adolescencia.
771 Como en Norteamérica, los bautistas han crecido en las fronteras de Brasil.
Parece que la fe espontánea bautista apela al hombre que empieza una nueva vida en la
frontera.
772 Cifras de 1981.
773 Bell, op. cit., p. 87.
774 Además de los misioneros de la FMBSBC, algunos de los bautistas conservadores
han hecho un aporte al desarrollo de esta institución.
775 Una ojeada de Estados Unidos, India, USSR, Birmania, Nigeria, Rumania,
Inglaterra, Zaire y Canadá no revela un espíritu evangelizador como el de Brasil.
776 Bell, op. cit., p. 79.
777 Ibid., p. 3.
778 The Baptist Standard (Sept. 15, 1965), p. 3.
779 Bell, op. cit., pp. 4-6.
780 Partners in Mission (Richmond: FMB of SBC, 1988-89), p. 27.
781 Actas de la Convención brasileña (1926), p. 89.

LOS BAUTISTAS EN AMERICA CENTRAL:


INTRODUCCION
782 Paul Enyart, Friends in Central America (Pasadena: William Carey Library,
1970), pp. 3-6.
783 Ibid., p. 5.
784Guatemala estaba bajo un presidente evangélico, Ríos Montt, por un tiempo. Esto
produjo mucha euforia prematura entre los evangélicos en todas partes, pero no resultó
bien. Sin embargo, es un hecho casi increíble y demuestra la influencia creciente de los
evangélicos.
785 Para más sobre el tumulto político entre los evangélicos en la América Central,
véanse Teófilo Cabestrero, Revolutionaries for the Gospel (Maryknoll: Orbis Press,
1986); y Pablo Deiros, Los Evangélicos y el Poder Político en América Latina (Buenos
Aires: Nueva Creación, 1986), pp. 331-341.
788 Enyart, op. cit., p. 11; Donald Kammerdiener, “Latin America - Middle America
and the Caribbean”, Partners in Mission (Richmond: FMB of SBC, 1987), p. 58.

Cap. XII COSTA RICA


787 Se debe al programa vigoroso de educación popular lanzado por don Mauro
Fernández, un hombre que recibió mucha influencia de los protestantes de su país. Se
592 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

casó con una protestante inglesa y usó los modelos de educación de Inglaterra, Suiza y
Alemania. Véase Wilton Nelson, A History of Protestantism in Costa Rica (Lucknow,
India: Lucknow Publishing Center, 1963), pp. 43-51.
788 Un tal D. H. Wheeler fue enviado a América Central en 1856 por la Sociedad
Bíblica Americana. Perdió la vida tratando de circular las Escrituras. Neill, Anderson
and Goodwin, Concise Dictionary of the Christian World Mission (Nueva York:
Abingdon Press, 1971), p.15 ‫־‬.
789 Reed, Monterroso y Johnson, Avance Evangélico en la América Latina (El Paso:
Casa Bautista de Publicaciones, 1970), pp. 120, 121.
790 ¡bid., p. 121.
791 Para los detalles de esto, véase Nelson, op. cit., pp. 52-66.
792 Ibid., pp. 67-70; y Cecil Moore, Los Evangélicos en Marcha (El Paso: Casa
Bautista de Publicaciones, 1959), p. 86.
793 Leroy Fitts, A History of Black Baptists (Nashville: Broadman Press, 1985), pp.
107-157, cuenta esta historia inspiradora.
794 Nelson, op. cit., p. 73.
795 El mismo Scofield, editor de la Biblia Scofield, y fundador del conocido Dallas
Theological Seminary: ibid., p. 73; y Moore, op. cit., p. 87.
796 Moore, op. cit., p. 87, citado en la obra de Penzotti, Spiritual Victories in Latin
America, en inglés.
797 El autor tuvo el privilegio de pasar unos días en esta iglesia en Puerto Limón en
1958 y se dio cuenta de la oportunidad grande que ofrece a la empresa misionera.
798 Nelson, op. cit., pp. 172-195. También, Juan Isáis, “Más Volverá. . . Trayendo
sus Gavillas”: Vida, visión y Obra del Dr. R. Kenneth Stratchan (San José: Misión
Latinoamericana, 1965).
799 Nelson, op. cit., p. 229; y un documento inédito y confidencial sobre estos
comienzos en manos del autor, p. 5.
800 Informe de la Comisión de Iglecrecimiento de la Junta de Misiones Foráneas de
la Convención Bautista del Sur. Documento Inédito. Richmond: FMB of SBC, 1970, pp.
5, 6.
801 ibid., p. 6.
802 Nelson, op. cit., p. 230; Informe Iglecrecimiento, p. 7; documento inédito, p. 10.
803 El autor pasó por Costa Rica en esa época y pudo sentir la profundidad del
problema.
804 Nelson, op. cit., p. 231.
805 David Barrett (ed.) World Christian Encyclopedia (Londres: Oxford U. Press,
1982), p. 251.

Cap. XIII PANAMA


806 Cecil Moore, Los Evangélicos en Marcha (El Paso: Casa Bautista de Publicacio­
nes, 1959), p. 89.
807 Roberto Baker, Los Bautistas en la Historia (El Paso: Casa Bautista de
Publicaciones, 1965), p. 95.
808 Reed, Monterroso y Johnson, Avance Evangélico en la América Latina (El Paso:
Casa Bautista de Publicaciones, 1970), p. 114.
809 Informe sobre Iglecrecimiento de la Junta de Misiones Foráneas, documento
inédito (Richmond: FMB of SBC, 1970), p. 3. Panamá tiene un templo Ba’hai hermoso
que vale más de un millón de dólares.
810 David Barrett (ed.), World Christian Encyclopedia (Londres: Oxford U. Press,
1982), p. 549.
811 Leroy Fitts, A History of Black Baptists (Nashville: Broadman Press, 1985), pp.
107-157.
Notas 593

812 FMB, Partners in Mission 1987 (Richmond: FMB of SBC, 1987), p. 63,
8,3 El autor tuvo el privilegio de conocerlo en 1946 en la Universidad Baylor, donde
era el compañero de cuarto de Pablo Bell, hijo, quien luego fu ‫ ־‬misionero en Guatemala
y Colombia antes de entrar en el servicio del gobierno de Estad >s Unidos. La familia Bell
(doce hijos) de muchas maneras ha extendido el trabajo de este pionero intrépido.
814 Moore, op. cit., p. 90.
815 Partners in Mission, op. cit., p. 63.
816 Cauthen y Means, Advance to Bold Mission Thrust (Richmond: FMB of SBC,
1980), p. 439; Partners. . ., op. cit., p. 63.
817 Barrett, op. cit., p. 550.

Cap. XIV NICARAGUA


818 David Barrett (ed.), World Christian Encyclopedia (Londres: Oxford U. Press,
1982), p. 522.
819 Cecil Moore, Los Evangélicos en Marcha (El Paso: Casa Bautista de Publicacio­
nes, 1959), p. 126.
820 Barrett, op. cit., p. 523.
821 Moore, op. cit., p. 128.
822 Ibid., p. 128.
823 Arturo Parajón, Veinticinco Años de Labor Bautista en Nicaragua (Managua:
Sociedad Bautista Americana, 1942), p. 14.
824 Read, Monterroso y Johnson, Avance Evangélico en la América Latina (El Paso:
Casa Bautista de Publicaciones, 1970), p. 123.
825 Parajón, op. cit., pp. 11-13.
828 Ibid., p. 15.
827 Ibid., p. 17.
828 Tomás Goslin, Los Evangélicos en la América Latina (Buenos Aires: La Aurora,
1956), p. 90.
829 Read, Monterroso y Johnson, op. cit., p. 123; Barrett, op. cit., p. 524.
830 Parajón, op. cit., pp. 17, 18.
831 ¡bid., p. 18.
832 Ibid., p. 19.
833 Ibid., pp. 22, 23.
834 Ibid., p. 29.
835 Moore, op. cit., p. 129.
836 Parajón, op. cit., p. 71.
847 Read, Monterroso y Johnson, op. cit., p. 123; Moore, op. cit., p. 129.
838 Roberto Baker, Los Bautistas en la Historia (El Paso: Casa Bautista de
Publicaciones, 1965), p. 94; Read, Monterroso y Johnson, op. cit., p. 123.
839 The Commission, FMB of SBC, August of 1979, p. 28.
840 Ibid., p. 29.
841 Para ver un ejemplo del apoyo general a la revolución de parte de los cristianos,
católicos y evangélicos, véase Teófilo Cabestrero, Revolutionaries for the Gospel
(Maryknoll: Orbis Press, 1983), p. 45 y sigs.
842 Entrevistas con los mismos misioneros y nacionales desde 1982.
813 Partners in Missions, 1987 (FMB of SBC, Richmond 1987), p. 64.
844 Barrett, op. cit., p. 524.

Cap. XV GUATEMALA
845 Cecil Moore, Los Evangélicos en Marcha (El Paso: Casa Bautista de Publicacio­
nes, 1959), p. 103.
594 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

846 Read, Monterroso y Johnson, Avance Evangélico en la América Latina (El Paso:
Casa Bautista de Publicaciones, 1970), p. 133.
847 Jorge E. Díaz, “Apuntes de la Historia Bautista en Guatemala" (Guatemala,
documento inédito, 1970), p. 2.
848 Moore, op. cit., p. 106; para un relato dramático, y quizá un poco hiperbólico, de
la otra posición véase Femando Bermúdez, Death and Resurrection in Guatemala
(Maryknoll: Orbis Press, 1986).
849 Bermúdez, op. cit., pp. 46-54 relata todo lo negativo. Muchos libros y revistas
evangélicos de esa época relatan lo positivo.
850 Díaz, op. cit., pp. 4, 5; el mejor libro sobre Crowe es Juan Varetto, Federico Crowe
en Guatemala (Buenos Aires: Junta Bautista de Publicaciones, 1940).
851Tomás Goslin, Los Evangélicos en la América Latina (Buenos Aires: La Aurora,
1956), pp. 84 y 91.
852 Díaz, op. cit., p. 5.
853 Paul Enyart, Friends in Central America (Pasadena: William Carey Library,
1970), p. 15; para encontrar unos detalles sobre Crowe, véase Carlos C. Quilo, “La
Historia de los Bautistas en Guatemala, 1837 hasta 1947"; conferencias inéditas.
Santiago: Instituto Teológico Bautista Pablo Bell, 1968, pp. 2-13.
854 Goslin, op. cit., pp. 85, 86.
855 “Church Growth Study—Guatemala", documento inédito de la FMB of SBC,
1970, p. 4; Goslin, op. cit., p. 86.
858 Díaz, op. cit., p. 6; David Barrett (ed.) World Christian Encyclopedia (Londres:
Oxford U. Press), p. 341; sobre el crecimiento de estas denominaciones, véase Read,
Monterroso y Johnson, op. cit., pp. 133-139.
857 Carlos C. Quilo, op. cit., p. 31.
858 Goslin, op. cit., p. 87; Díaz, op. cit., p. 6; Barrett, op. cit., p. 341.
859 Goslin op. cit., p. 90.
860 Quilo, op. cit., p. 15.
861 Ibid.
862 Ibid.
863 Ibid., p. 16.
864 Strachan fue luego el fundador de la Misión Latinoamericana.
865 Quilo, op. cit., pp. 17-22. Véase también Agustina Varetto de Canclini, Juan C.
Varetto, Embajador de Cristo (Buenos Aires: Editorial Evangélica Bautista, 1955).
866 Díaz, op. cit., p. 7.
867 Ibid., p. 9, presenta su constitución.
868 Ibid., pp. 16, 17.
869 Quilo, op. cit., pp. 44-46; 49-52.
870 Díaz, op. cit., p. 13.
871 El que escribe pasó por Guatemala en camino a Costa Rica en 1958 y pudo
apreciar la seriedad del cisma entre los misioneros. Había una polarización de posiciones
irremediable. Era una lástima porque los misioneros involucrados eran todos muy
dotados. Véase Díaz, op. cit., p. 31 para encontrar en problema básico entre ellos y los
creyentes nacionales.
872 Díaz, op. cit., pp. 23-25.
873 Ibid., p. 25.
874 Partners in Mission, 1987 (Richmond: FMB of SBC, 1987), p. 61; Cauthen y
Means, Advance to Bold Mission Thrust (Richmond: FMB of SBC, 1980), pp. 434, 435.
875 Partners. . . op. cit., p. 64; The Commission, Richmond: FMB de la SBC, agosto,
1979, p. 17.
876 Read, Monterroso y Johnson op. cit., p. 139.
Notas 595

Cap. XVI HONDURAS


877 Cecil Moore, Los Evangélicos en Marcha (El Paso: Casa Bautista de Publicacio­
nes, 1959), p, 109.
878 Read, Monterroso y Johnson, Avance Evangélico en la América Latina (El Paso:
Casa Bautista de Publicaciones, 1970), p. 129.
879 Moore, op. cit., p. 109; Read, Monterroso y Johnson, op. cit., p. 129.
880 The Commission, FMB of SBC, agosto de 1979, p. 20.
881 Paul Enyart, Friends in Central America (Pasadena: William Carey Press, 1970),
pp. 26, 27 cuenta el caso de un sacerdote rebelde en 1880 en El Paraíso asesinado por el
gobierno. Después la obra de la Misión Centroamericana tuvo mucho éxito en El
Paraíso, Copan, probablemente por el anticlericalismo que abrió la puerta a los
misioneros.
882 David Barrett (ed.), World Christian Encyclopedia (Londres: Oxford U. Press,
1982), p. 359.
881 Ibid., p. 358.
884 Enyart, op. cit., p. 26.
885 Ibid., p. 27; GosÜn, op. cit., pp. 88, 89.
880 Barrett, op. cit., p. 359.
887 Read, Monterroso y Johnson, op. cit., p. 132.
888 Barrett, op. cit., p. 359.
889 1970 Study on Church Growth, documento inédito (Richmond: FMB of SBC,
1970, Honduras), p. 2.
890 Ibid., p. 2.
891 Robert Torbet, A History o f the Baptists (Valley Forge: The Judson Press, 1973),
p. 416.
892 Barrett, op. cit., p. 360.
893 Church Growth Study, p. 6.
894 Cauthen y Means, Advance to Bold Mission Thrust (Richmond: FMB of SBC,
1980), p. 435.
895 Read, Monterroso y Johnson, op. cit., p. 133.

Cap. XVII EL SALVADOR


896 Cecil Moore, Los Evangélicos en Marcha (El Paso: Casa Bautista de Publicacio­
nes, 1959), p. 125.
897 Reed, Monterroso y Johnson, Avance Evangélico en la América Latina (El Paso:
Casa Bautista de Publicaciones, 1970), p. 126.
898 Sobre estas denominaciones véanse Reed, Monterroso y Johnson, op. cit., p. 127;
David Barrett (ed.), World Christian Encyclopedia (Londres: Oxford U. Press), p. 280; y
Paul Enyart, Friends in Central America (Pasadena: William Carey Library, 1970), pp.
32-34.
899 Roberto Baker, Los Bautistas en la Historia (El Paso: Casa Bautista de
Publicaciones, 1965), p. 94.
900 Reed, Monterroso y Johnson, op. cit., p. 127.
901 Enyart, op. cit., p. 34.
902 Reed, Monterroso y Johnson, op. cit., p. 127.
903 Enyart, op. cit., p. 34; y Reed, Monterroso y Johnson, op. cit., p. 127.
904 Barrett, op. cit., p. 280.
905 La señora de Cadwaller es hija del pionero bautista Pablo Bell, padre.
906 The Commission, FMB of SBC, agosto de 1979, p. 11.
907 FMB, Partnership in Missions (Richmond: FMB of SBC, 1987), p. 64.
596 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Parte II LOS BAUTISTAS EN EL CARIBE


Cap. I Los Bautistas en los Países del Caribe
' Mateo 13:52.
2 Partners in Mission, 1987 (Richmond: FMB of SBC, 1987), p. 65.
3 Estos datos proceden de: Antonina Canzoneri, Historical Background, documento
inédito (Richmond: FMB of SBC, 1970), pp. 1-6; y Michael C. Symonette y Antonina
Canzoneri, Baptists in the Bahamas (El Paso: Baptist Spanish Publishing House, 1977),
P 1•
3 Canzoneri, op. cit., p. 7.
5 Symonette and Canzoneri, op. cit., pp. 4-8.
6 Ibid., pp. 1, 2; William Graves, Baptists Trade Winds (Nashville, Convention
Press, 1979), p. 22.
7 Canzoneri, op. cit., p. 9; Symonette and Canzoneri, op. cit., pp. 3, 4.
8 Graves, op. cit., p. 24; Canzoneri, op. cit., p. 13.
9 William Carey, An Enquiry into the Obligation of Christians to Use Means for the
Conversion of the Heathens (Londres: 1892 ed.), ultimas dos páginas, hay una
referencia a la oposición de Carey a la esclavitud.
'‫ ״‬Canzoneri, op. cit., p. 11.
11 Symonette y Canzoneri, op. cit., pp. 31-38 enumera las contribuciones de la
Misión; Graves, op. cit., p. 11.
12 Leroy Fitts, A History of Black Baptists (Nashville: Broadman Press, 1985), p.
134; Canzoneri, op. cit., p. 15.
11 Canzoneri, op. cit., p. 15.
14 Symonette y Canzoneri, op. cit., pp. 62, 63; y Cauthen y Means, Advance to Bold
Mission Thrust (Richmond. FMB of SBC, 1980), p. 286.
15 Cauthen and Means, op. cit., p. 441.
16 David Barrett (ed ), World Christian Encyclopedia (Londres: Oxford U. Press,
1982), p. 162.
17 Ibid., p. 174.
18 Z. N. Morrell, Flowers and Fruits in the Wilderness (St. Louis: Commercial
Printing Company, 1882), p. 372; Carlos Quilo, La Historia de los Bautistas en
Guatemala (Guatemala: documento inédito impreso por Instituto Pablo Bell, 1947), p. 3
lo llama Arthur. No sé cuál es correcto.
19 Quilo, op. cit., p. 4.
20 Morrell, op. cit., p. 372.
21 Para más sobre Crowe y Henderson véanse Federick Crowe, The Gospel in
Central America: A History of the Baptist Mission in British Honduras (Londres:
Charles Gilpin, 1850); y Juan Varetto, Federico Crowe en Guatemala (Buenos Aires:
Junta Bautista de Publicaciones, sin fecha).
22 Morrell, op. cit., p. 383.
23 El que escribe pastoreó una iglesia bautista en Falls County, Texas, llamada
Stranger, fundada por Morrell. El único diácono de la iglesia era de una familia que
compró su chacra de Morrell cuando fue a Belice.
24 Partners in Mission 1987, p. 66; Cauthen y Means, Advance to Bold Mission
Thrust, p. 442.
25 Partners. . ., p. 74; Barrett, op. cit., p. 175.
26 David Barrett, op. cit., pp. 177, 178.
27 Es una conclusión supuesta, no documentada.
28 Womack luego fue nombrado misionero a Barbados.
29 William Graves, op. cit., pp. 59-61; Cauthen y Means, op. cit., pp. 291 y 443.
30 Partners in Mission ¡987, p. 66.
Notas 597

31 Robert Harris, “Mission in Bermuda”, Encyclopedia o f Southern Baptists


(Nashville: Broadman Press, 1971), Vol. Ill, p. 1613.
32 David Barrett, op. cit., p. 219, 220.
33 Jean Pierre Bastián, Breve Historia del Protestantismo en América Latina
(México: Casa Unida de Publicaciones, 1986), p. 187 y p. 48 dice: “Además varios
grupos de misioneros bautistas, metodistas y moravos (1754) evangelizaron a los
esclavos negros, hasta ‘cristianizar’ a toda la población a fines del siglo XVIII”.
34 Barrett, op. cit., p. 219.
35 Cauthen y Means, op. cit., p. 443.
36 William Graves, op. cit., pp. 87-90.
37 El que escibe era el supervisor de los Bates y esta información viene de entrevistas
con ellos.
38 Jaime Leech, por muchos años el ingeniero del plantel en el Seminario Sudoeste
de Fort Worth, Texas, y un ministro bautista ordenado, es oriundo de las Islas (. aimanes.
Hace poco, cuando el Seminario reconstruyó su capilla de predicación, los bancos viejos
fueron mandados al misionero King en Caimán Brac para usar en el templo, como
homenaje a Leech y como un recuerdo de la influencia del Seminario en el desarrollo de
la obra bautista.
39 Cifras de Partners in Mission 1987, p. 74; y Barrett, op. cit., p. 220.
* Roberto Baker, Los Bautistas en la Historia (El Paso: Casa Bautista de
Publicaciones, 1965), p. 97.
41 Cecil Moore, Los Evangélicos en Marcha (El Paso: Casa Bautista de Publicacio­
nes, 1959), p. 114; Justo González, The Deielopment of Christianity in the Latin
Caribbean (Grand Rapids: Eerdmans, 1969), p. 75.
42 David Barrett, op. cit., p. 268.
43 Ibid., p. 268; González op. cit., p. 75.
44 González, op. cit., pp. 78-80.
45 Amoldo Canclini, Diego Thomson (Buenos Aires: Asociación Sociedad Bíblica
Argentina, 1986), p. 188.
46 Véanse Barrett, op. cit., p. 270; Moore, op. cit., p. 115; Baker, op. cit., p. 97; más
Samuel Wilson, Mission Handbook, MARC, 13th ed. (Monrovia, CA.: MARC, 1986), p.
106; Burton Goddard (ed), The Encyclopedia of Modern Christian Missions (Camden,
N. J.: Thomas Nelson and Sons, 1967), pp. 65-67.
47 William Graves, op. cit., pp. 50-52; Cauthen y Means, op. cit., p. 290; más
entrevistas personales con Howard Shoemake en Santo Domingo en 1975.
“ Siebenmann es primo del que escibe. Este autor tuvo el privilegio de estar en la
República Dominicana como predicador en la primera campaña de evangelización
realizada por la flamante iglesia en Puerto Plata.
49 Cauthen y Means, op. cit., p. 290.
30 Ibid., p. 444.
51 Ibid., p. 445.
52 David Barrett, op. cit., p. 303.
53 Partners in Mission 1987 pp. 67, 68.
54 David Barrett, op. cit., p. 336.
55 Diego Thomson estuvo en 1834. Amoldo Canclini, Diego Thomson, pp. 181-194.
56 Cauthen y Menas, op. cit., pp. 291 y 447; Partners in Mission 1987, p. 68 y 74;
William Graves, op. cit., p. 54.
57 Diego Thomson dejó Biblias en 1834. A. Canclini, Diego Thomson, pp. 181-194.
58 Partners. . . , p. 68; Cauthen y Means, op. cit., p. 449.
* Barrett, op. cit.. p. 482.
‫ ״״‬David Barrett, op. cit., p. 346.
‫ '״‬Amoldo Canclini, Diego Thomson, pp. 181-194.
ia William Graves, op. cit., pp. 41, 42.
598 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

63 The Baptist World, órgano de la BWA, Vol. 12, No. 7 (Sept., 1966), p. 3; Graves,
op. cit., p. 42; entrevistas con Helen Bagby Harrison, 1976, Waco, Texas.
64 Cauthen y Means, op. cit., p. 289.
65 Barrett, op. cit., p. 348.
66 Martha Brady, “Mission in Guyana”, Encyclopedia of Southern Baptists, Vol. Ill
(Nashville: Broadman, Press, 1971), p. 1746; Cauthen y Means, op. cit., p. 289 y
Graves, op. cit., pp. 43-45.
67 Caribbean Baptist Journal, Vol. 6, No. 1 (July-Aug., 1975), p. 10.
68 Cauthen and Means, op. cit., p. 447.
69 Por supuesto, si todos los pentecostales estuvieran unidos, tendrían la denomina­
ción más grande fuera de la Iglesia Católica Romana. Sin embargo, como los bautistas,
están divididos en varias facciones y denominaciones. Quizá los adventistas representan
la denominación más homogénea.
70 Cecil Moore, op. cit., pp. I l l , 112.
71 Partners in Mission 1987, p. 69; Moore, op. cit., pp. I l l , 112.
72 Barrett, op. cit., p. 349.
73 Para un bosquejo de los comienzos protestantes, véanse Justo González, op. cit.,
pp. 66-72; y David Barrett, op. cit., (ed.), p. 349.
71 González, op. cit., p. 68.
75 Amoldo Canclini, Diego Thomson, p. 188.
76 González, op. cit., p. 68; Barrett, op. cit., p. 349.
77 Barrett, op. cit., p. 350; González, op. cit., p. 71.
78 González, op. cit., p. 69.
79 Partners. . ., p. 69.
80 Barrett, op. cit., p. 350.
81 Partners. . ., p. 69.
82 William Graves, op. cit., p. 32.
83 David Barrett, op. cit., p. 145.
84 Ibid., p. 146.
85 William Graves, op. cit., pp. 10-12.
86 ¡bid., p. 18; Partners in Mission 1987, p. 69.
87 Graves, op. cit., p. 17.
88 Partners. . ., p. 74.
89 Amoldo Canclini, Diego Thomson, pp. 181-194.
90 Barrett, op. cit., p. 594.
91 Graves, op. cit., pp. 66, 67.
92 Partners in Mission 1987, p. 70.
93 Ibid.
94 Graves, op. cit., p. 68.
95 Datos de Partners. . . , p. 74.
96 Cecil Moore, op. cit., p. 94.
97 Charles S. Detweiler, Twenty Years in Cuba (Nueva York: American Baptist
Home Mission Society, 1923), p. 8, observa que durante la ocupación bajo el general
Wood, los médicos cubanos y norteamericanos colaboraron en erradicar de la isla la
plaga de la fiebre amarilla, un tremendo adelanto para el pueblo cubano.
98 Sobre esta relación política véanse Detweiler, op. cit., pp. 5-12; Moore, op. cit., pp.
92-96; Justo L. González, op. cit., pp. 83-86; David Barrett, op. cit., pp. 252-254; Herbert
Caudill, On Freedom’s Edge (Atlanta: HMB of SBC, 1975); y Clifton Fite, In Castro’s
Clutches (Chicago: Moody Press, 1969).
99 Fidel Castro, “Castro and Freedom of Religion in Cuba”, The Ladoc Keyhole
Series: Cuba, Vol. 17, VI11, 27, Washington: Latin American Documentation, 1977, pp.
7-17, Castro dialoga con pastores y clérigos de Jamaica sobre estas cuestiones. Es
sumamente interesante; véase también González, op. cit., pp. 86-90.
Notas 599
100 González, op. cit., p, 90.
101 Ibid., p. 91 menciona a Pedro Duarte, un colportor episcopal, quien alrededor de
1884 reunió a una congregación. También, Loyd Corder, “Baptists in Cuba”, Encyclope-
dia o f Southern Baptists, Vol. 1 (Nashville: Broadman Press, 1958), p. 340.
102 Amoldo Cancbni, Diego Thomson, p. 200. En estas páginas, Canclini incluye
porciones de cartas e informes de Thomson sobre su estadía de tres meses en Cuba.
Thomson destaca la recepción buena que él recibió de los cubanos negros y su deseo de
tener una Biblia, pp. 195-205.
103 Barrett, op. cit., p. 253; González op. cit., p. 92.
104 Corder, op. cit., p. 339.
105Ibid., p. 340; es interesante que hace un año (1987), la Junta Foránea se encargó
de la obra en Cuba.
106 A. S. Rodríguez, La Obra Bautista en Cuba Occidental (Habana: Imprenta
Bautista, 1930), p. 3.
107 Ibid., p. 4; Rodríguez nota que en el libro de Una Roberts Lawrence, Cuba para
Cristo, la fecha de la organización de esta iglesia fue 26 de enero de 1886, pero él
registra 1885.
108 Ibid., p. 7.
,09 Ibid., p. 9.
1.0 Ibid., p. 19; Corder, op. cit., p. 341.
111 Rodríguez, op. cit., pp. 21, 22; González, op. cit., p. 97.
112 Corder, op. cit., p. 340; Rodríguez, op. cit., pp. 23, 24.
113 Fue Barocio quien tradujo la historia bautista de Vedder que ha tenido tanta
influencia en América Latina. Rodríguez, op. cit., p. 24; este autor tiene una carta
fechada el 26 de octubre de 1928 en C. S. Detweiler a Juan Varetto en que menciona el
papel de Barocio en la obra cubana. Varetto, escribiendo sobre la historia bautista, tenía
dificultad en adquirir datos sobre la obra en el Oriente —exactamente como el que
escribe— y le escribió directamente a Detweiler, secretario de la Sociedad Americana,
pidiendo datos. Detweiler admitió la escasez de datos históricos y lo refirió a un tal
Francisco Sabas. La información sobre el Oriente se encuentra más en publicaciones
ecuménicas. El mismo Detweiler era muy activo en tal ecumenismo.
1.1 Rodríguez, op. cit., p. 24.
" 5 Corder, op. cit., p. 341.
116 Daniel era de una familia del sur de Estados Unidos que emigró a Brasil después
de la Guerra Civil. Estas familias fueron responsables por el comienzo de la obra bautista
en ese país. Véase el capítulo sobre Brasil.
1.7 Rodríguez, op. cit., p. 26.
1.8 Ibid., pp. 28, 29.
119 Corder, op. cit., pp. 340, 341; una biografía breve de McCall en castellano se
encuentra en Los que abrieron el camino (Buenos Aires: Convención Juvenil, Junta
Bautista de Publicaciones, 1961), pp. 88, 89.
120 Rodríguez, op. cit., pp. 48-53.
121 Charles Detweiler, Building With Christ in Cuba (Nueva York: American Baptist
Home Mission Society, 1923), p. 1.
122 Charles Detweiler, Cuban Mission Sketches (New York: American Baptist Home
Mission Society, 1926), p. 1.
'23 Detweiler, Tuenty Years in Cuba, p. 27.
124 L. D. Wood, “Missions in Cuba”, Encyclopedia of Southern Baptists, Vol. III,
(Nashville: Broadman Press, 1971), p. 1670.
125 Domingo Fernández, “La Persecución Religiosa en Cuba Comunista”, documen­
to inédito, 1963, en poder del autor, p. 1.
128 Roberto Baker, Los Bautistas en la Historia, p. 96.
127 Barrett, op. cit., p. 254.
600 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

128 Davis Woolley (ed.), Baptist Advance (Nashville: Broadman Press, 1964), p. 130.
Para más sobre Cuba, consulte la obra de Leoncio Vequilla Cené, Cuba para Cristo
(Havana: Convención Occidental, 1977); y los ejemplares de La Voz Bautista que
siguen contando la historia contemporánea.
129 Justo L. González, The Development of Christianity, pp. 99-101; Hipólito Cotto
Reyes, “Veinticinco Años de Evangelización en Puerto Rico”, Puerto Rico Evangélico,
Ponce: Unión Evangélica de Puerto Rico, Año XII, No. 9 (10 de nov. de 1923), pp. 3, 4,
menciona las reformas del general Nelson Miles basadas en la fe bibbca.
130 Amoldo Canclini, Diego Thomson, p. 185.
131 Ibid., pp. 187, 188.
132 David Barrett, op. cit., p. 580; González, op. cit., p. 109.
133 G. A. Riggs, “La Misión Bautista”, Puerto Rico Evangélico, Ponce: Unión
Evangélica de Puerto Rico, Año XII, No. 9 (10 de nov. de 1923), p. 8.
134 González, op. cit., p. 106.
135José L. Delgado, “50 Años de Obra Bautista”, Puerto Rico Evangélico, Edición del
Cincuentenario Evangélico en Puerto Rico, 1949, pp. 7, 42.
136 González, op. cit., p. 111.
137 Sra. Milo Wenger, “Puerto Rico Baptist Convention”, Encyclopedia o f Southern
Baptists, Vol. II, p. 1126.
138 Barrett, op. cit., p. 581.
139 Dallas Lee, Encyclopedia of Southern Baptists, Vol. Ill, p. 1927; William Graves,
op. cit., pp. 34, 63; Barrett, op. cit., p. 581.
140 Como ejemplo, véase la biografía de José Delgado en A. Pereira A., Semblanzas
Evangélicas (El Paso: Casa Bautista de Publicaciones, 1963).
141 González, op. cit., p. 112 piensa que los evangélicos de las denominaciones
tradicionales han perdido su ímpetu misionero y que los pentecostales lo han tomado.
Según él, esto explica en parte la merma mencionada.
142 Otras fuentes sobre la obra en Puerto Rico son: A. H. Newman, A Century of
Baptist Achievement (Philadelphia: American Baptist Publication Society, 1901); Robert
Baker, op. cit., Robert Torbet, op. cit.
143 David Barrett, op. cit., p. 515.
144 Partners in Missions, 1988-89, p. 31. Además, este autor se ha entrevistado con
los lideres venezolanos personalmente sobre este particular, julio de 1987.
145 Ibid., p. 31.
146 David Barrett, op. cit., p. 641.
147 Entrevistas con Leo Waldrop durante su año de licencia, en Fort Worth, Texas.
Waldrop fue el segundo misionero nombrado por los bautistas del sur.
148 K. S. Latourette, A History of the Expansion of Christianity, Vol. Ill (Nueva
York: Harper and Brothers, 1939), p. 236.
149 William Graves, op. cit., p. 72.
150 Barrett, op. cit., p. 643.
151 Graves, op. cit., p. 72 cuenta cómo Lewis ubicó la propiedad de una forma
providencial por medio del sueño de uno de estos misioneros.
152 Ibid., p. 74,
153 Partners in Mission, 1988-1989, p. 71.
154 David Barrett, op. cit., p. 674.
155 Mrs. David Martin, “Mission in Trinidad and Tobago", Encyclopedia o f Southern
Baptists, Vol. Ill (Nashville: Broadman Press, 1971), p. 2027.
156 William Graves, op. cit., pp. 38-41; Martin, op. cit., p. 2027.
157 Barrett, op. cit., p. 677.
158 Graves, op. cit., p. 41.
159 Partners in Mission, 1988-89, p. 32.
160 David Barrett, op. cit., p. 684.
Notas 601

161 Partners in Mission, 1988-89, p. 32.


162 Ibid., p. 32.
163 Amoldo Canclini, Diego Thomson, p. 181.
164 Barrett, op. cit., p. 684.
165 Amoldo Canclini, Diego Thomson, p. 181; David Barrett, op. cit., p. 168.
166 William Graves, op. cit., p. 78.
167 Partners in Mission 1988-89, p. 32.
168 Barrett, op. cit., p. 168.
169 Partners. . ., p. 32; Barrett, op. cit., p. 266.
170 Canclini, Diego Thomson, p. 183.
171 Barrett, op. cit., p. 267 dice que la Misión Maranatha actuaba en Dominica y este
autor sabe que tal misión no se constituyó hasta 1961. Véase Samuel Wilson (ed.).
Mission Handbook, 13th Edition (Monrovia, CA.: MARC, 1986X p. 224.
172 Graves, op. cit., p. 80.
173 Partners. . ., p. 32.
174 Graves, op. cit., p. 81; Partners. . . p. 32.
175 Graves, op. cit., p. 83; Barrett, op. cit., p. 335.
176 Canclini, Diego Thomson, p. 183.
177 Graves, op. cit., p. 82.
178 Partners. . p. 32; Graves, op. cit., p. 84.
179 Graves, op. cit., p. 84.
180 Canclini, Diego Thomson, p. 183.
181 Barrett, op. cit., p. 595.
182 Partners. . ., p. 33.
183 Ibid., p. 34.
184 Barrett, op. cit., p. 597; Partners. . ., p. 33.
185 Canclini, Diego Thomson, p. 183.
186 Barrett, op. cit., p. 598.
187 Graves, op. cit., p. 86.
188 David Barrett, op. cit., p. 417.
189 Stephen Neill, A History of Christian Missions, (Nueva York: Penguin Books,
1964), p. 2D4.
190 Jean Pierre Bastión, Breve Historia del Protestantismo en América Latina
(México: Casa Unida de Publicaciones, 1986), p. 48.
191 Barrett, op. cit., p. 417.
192 Ibid., p. 417.
193 Leroy Fitts, A History of Black Baptists (Nashville: Broadman Press, 1985), p.
110; K. S. Latourette, A History o f the Expansion of Christianity, Vol. Ill (Nueva York:
Harper and Brothers, 1939), p. 235.
194 Carey y otros no compraban azúcar a raíz de la manera en que fue adquirido por
medio de la sangre de muchos esclavos. Debido a los casos de prueba de Guillermo
Knibb y otros misioneros de esta sociedad, la esclavitud fue abolida en 1833, pero no
llegó a ser una realidad en Jamaica por varios años después.
195 Latourette. Vol. V, p. 53; Ernest Payne, Freedom in Jamaica (Londres: Carey
Press, 1946), pp. 17, 18; Bastión, op. cit., p. 54.
196 Latourette, V., p. 54.
197 Amoldo Canclini, Diego Thomson, p. 190.
198 Ibid., p. 191.
199 Latourette, V., p. 52.
200 Payne op cit , p. 72.
201 Latourette, V., p. 54.
202Genevieve Greer, “Mission in Jamaica”, Encyclopedia of Southern Baptists, Vol. I
(Nashville: Broadman Press, 1957), p. 696.
602 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

203 Partners in Mission 1988-89, p. 33.


204 Barrett, op. cit., p. 418.
205 William Graves, op. cit., pp. 55-57.

Parte III LOS BAUTISTAS EN AFRICA


Introducción
1 David Barrete Schism and Renewal in Africa (Nairobi: Oxford University Press,
1968).
2 Algunos de los grupos cismáticos tienen orígenes bautistas. Los bautistas, siendo
“iglesias libres”, tienen (o deben tener) más afinidad con los movimientos autóctonos.
Sus mismos principios fomentan la libertad y la independencia.
3 Numéricamente más grandes.
4 Algunos de los países que se mencionarán corresponden a las misiones, pero la
obra bautista africana en general merece este “ascenso” histórico.
5 Por limitaciones de espacio, se pondrá mayor énfasis sobre los comienzos. La
vastedad del tema prohíbe una delineación de todo el desarrollo histórico en cada lugar.
Una debida documentación suplirá las fuentes para estudios más concienzudos. Este
autor escribió esta sección mientras vivía en Ogbomosho, Nigeria, y tenía a su mano los
recursos de la biblioteca excelente del Seminario Bautista en Obgomosho. Además, tenía
el lujo de escribir mientras vivía la realidad del Africa Occidental.
6 En estos días (1981), se está preparando una misión “en conjunto” de los bautistas
españoles, los bautistas del sur de Estados Unidos y los bautistas brasileños en Guinea
Ecuatorial (de habla castellana). Esta misión, si resulta bien, pone por obra lo que este
autor está sugiriendo.
7 La cultura africana es un elemento básico de la contextura brasileña, y la fe
bautista ha prosperado mucho en Brasil.

Cap. I Los Bautistas en Africa Meridional


8 Unos indígenas migratorios que se encontraban en la zona.
9 C. P. Groves, The Planting of Christianity in Africa (Londres: Lutterworth Press,
1948), I, p. 167 en adelante.
10 Los términos “afrikaner” o “boer” quieren decir “agricultores” y se refieren al
mismo grupo. “Africaans”, el dialecto, es principalmente el holandés mezclado con un
poco de francés y alemán.
‫ ״‬Había unos conflictos menores que los boers ganaron, pero los ingleses ganaron
bien a los boers en 1899.
12 No quiere decir simplemente “segregación” —implica una filosofía racial que cree
que una raza prospera mejor cuando mantiene su pureza y cultura dentro de su propio
territorio.
13 El catolicismo ha sido una pequeña e insignificante minoría hasta esta mitad del
siglo XX. Sin embargo, está creciendo entre los negros por causa de la defensa de los
derechos civiles y su ecumenismo, cosa irónica en los anales de la historia.
14 El cristianismo sudafricano es un ejemplo de los males del principio de la
homogeneidad. Son demasiado autóctonos. Es el principio de los grupos homogéneos
llevado a un extremo racista, hasta violar los principios cristianos.
15 Había hostilidades que prohibían el intercambio y el problema de idiomas los
acentuó.
16 LMS fue sostenida por los congregacionalistas de Inglaterra.
Notas 603

17John Aberly, An Outline o f Missions (Philadelphia: Muhlenberg Press, 1945), p.


229.
18H. J. Batts, History o f the Baptist Church in South Africa (Capetown: T. Masken
Miller, 1920), p. 2.
19 Podía haber sido Guillermo Miller mismo.
20 Batts, op. cit., pp. 8, 9 —Miller era muy calvinista e intransigente. Podía haber
sido una división. De todos modos, Miller reclamó el título de fundador.
21 Miller mismo era hipercalvinista. Hay representaba el cambio paulatino realizán­
dose en Inglaterra desde el hipercalvinismo hasta un calvinismo moderado.
22 Batts, op. cit., p. 31.
23 Ibid., p. 43 en adelante. Oncken fue el fundador de la obra bautista moderna en
Alemania.
24 Entrevista con J. D. Odenvaal (hijo) en Johannesburg, junio de 1974.
25 Una vez más se ve la influencia misionera de Spurgeon y su Colegio.
26 Batts, op. cit., p. 64 en adelante.
27 Groves, IV, p. 199; Batts, op. cit., p. 28.
28 Entrevista con Odenvaal, hijo, en junio de 1974 en Johannesburg.
28 Otra vez vemos que esto es la única fuerza unificadora entre pueblos bautistas.
30 Por extraño que parezca, los alemanes se han adelantado en visión y dedicación
misioneras. La CMS de la Iglesia Anglicana contaba con alemanes como sus misioneros
por muchos años.
31 Estos acuerdos ecuménicos han detenido el avance misionero bautista sudafrica­
no.
32 Batts, op. cit., p. 131 en adelante.
33 Convenciones de bautistas de raza negra en Estados Unidos han apoyado esta
obra. Véase Burton Goddard (ed.), The Encyclopedia of Modern Missions (Camden, N.
J.: Thomas Nelson and Sons, 1967), pp. 293 y 457.
34 Entrevista personal con Stuart Akers, secretario ejecutivo de la Sociedad,
Johannesburg, junio de 1974.
35 Goddard, op. cit., p. 569.
36 Batts, op. cit., p. 161.
37 Datos de la Alianza Bautista Mundial.
38 Recientemente, Swaziland, Transkei, Lesotho y Bophuthatswana han llegado a
"la independencia” bajo la protección de Sudáfrica. La FMB de los bautistas del sur ha
mandado algunos misioneros a estas zonas. En realidad, siguen siendo una parte de
Sudáfrica.
39 Rechazó la oportunidad de integrarse en la Unión Sudafricana en 1922; llegó a
ser una Colonia Real de Inglaterra. En 1980 ganó la independencia completa.
40J. Herbert Kane, A Global View of Christian Missions (Grand Rapids: Baker Book
House, 1971). p. 400.
41 Barrett, op. cit., p. 768.
42 Una de las razones por la cual muchos grupos bautistas no colaboran en los
acuerdos ecuménicos.
13 Batts, op. cit.. p. 160.
41 E. C. Routh, Scattered Abroad (Nashville: Broadman Press, 1952), p. 81.
15 Estudió en Howard College (ahora Stamford) en Alabama y en el Seminario
Sudoeste de Fort Worth, Texas.
* Norman Cox (ed.). Encyclopedia of Southern Baptists (Nashville: Broadman
Press, 1958), II, p. 1273. Este autor pasó una semana en esta estación en junio de 1974y
pudo apreciar la obra abnegada de los misioneros en toda la zona.
47 Baker Cauthen (ed.), Advance: A History of Southern Baptist Foreign Missions
(Nashville: Broadman Press, 1970), pp. 157, 158.
604 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

18El presidente Roberto Mugabe procuró reconciliar e integrar al país y ha tenido un


éxito relativo.
49 Cifras de la Alianza Bautista Mundial, 1988.
50 Para datos recientes véase Partners in Mission, 1988-89, p. 14.
51 Angola ha sido la escena de grandes hazañas misioneras de los católicos en los
siglos antiguos.
52 Cifras de la Alianza Bautista Mundial, 1988.
53 Las iglesias son de Luanda y alrededores, incluyendo Nueva Lisboa.
54 Ecumenical Press Service, (Nov. of 1962), No. 41, p. 125.
55 Kane, op. cit., p. 394.
56 Goddard, op. cit., p. 107.
57 Cauthen, op. cit., p. 178.
58 Informes de la SBC, 1980.
59 Datos de la Alianza Bautista Mundial.
60 Ibid.
81 Cuba y la Unión Soviética.
62 Se ve este hecho, o fenómeno, en muchos lugares en el mundo revolucionario.
63 Solamente 5.000 de estos eran indígenas en 1913. Latourette, V, p. 401; Neill, op.
cit., p. 434 observa que el catolicismo de Mozambique siempre hg sido muy nominal.
64 Kane, op. cit., p. 397.
65 Neill, op. cit., p. 400.
66 Kane, op. cit., p. 397 —con la misión independiente y mal preparada, y, por fin,
abortiva del obispo Guillermo Taylor, el mismo que tenía tanto que ver con los comienzos
evangélicos en Chile.
67 Por un tiempo, la táctica de los católicos era identificar a los evangélicos con
elementos reacios, revolucionarios e imperialistas. Neill, op. cit., p. 434.
68 Barrett, op. cit., p. 502; Goddard, op. cit., p. 293.
69 Goddard, op. cit., p. 208.
70 Estadística de la FMBSBC, 1979.
71 James Wong (ed.), Missions from the Third World (Singapore: Church Growth
Study Center, 1973), pp. 19 y 48.
72 Barrett, op. cit., p. 502.
73 Partners in Mission, 1988-89, p. 11.
74 Cauthen, op. cit., p. 176.
75 Baker Cauthen and Frank Means, Advance to Bold Mission Thrust (Richmond:
FMB of SBC, 1981), p. 366; Partners in Mission 1988-89, p. 8.
76 Entrevista con Quillen mientras servía como profesor visitante en el Seminario
Sudoeste de Fort Worth en 1986-87.
77 Banda es un evangélico conservador y algo puritano. Cuando este autor estuvo en
Malawi en 1974, Banda promulgó una ley que requería que las faldas de las mujeres se
extendieran debajo de las rodillas.
78 Kane, op. cit., p. 407.
79 Latourette, V, p. 396.
80 Para más sobre este personaje interesante, véase Groves, IV, pp. 61-65.
81 Goddard, op. cit., p. 554.
82 Groves, IV, p. 63 en adelante.
83 Especialmente “Bruce Estate” y “African Lake Corporation”.
84 Groves, IV, p. 63.
85 El “etiopianismo” fue un fuerte movimiento nacionalista panafricano a principios
del siglo XX.
86 Leroy Fitts, op. cit., p. 124.
87 Malekebu viajó a Estados Unidos por su propia cuenta. Caminó desde Malawi
Notas 605
hasta la costa oriental. La historia de esta aventura se encuentra en Goddard, op. cit., p.
554.
88 C. C. Adams y Marshall Talley, Negro Baptist and Foreign Missions
(Philadelphia: FMB of National Baptist Convention, USA, Inc., 1944), pp. 23 y 47.
89 Bingle y Grubb, World Christian Handbook (Londres: World Dominion Press,
1952), p. 196.
90 Cifras de la Alianza Bautista Mundial, 1988 David Barrett discrepa en su
Encyclopedia de 1982 e informa que tienen 419 congregaciones con 10.000 miembros.
91 Estos bautistas tienen mucho en común con los adventistas. Roberto Torbet, A
History of the Baptists (Philadelphia: The Judson Press, 1950), pp. 136, 137 cuenta la
historia de sus comienzos.
92 Barrett, op. cit., p. 471.
93 Cauthen y Means, op. cit., pp. 164, 165.
94 Cifras de la Alianza Bautista Mundial, 1988.
95 Ibid.
96 J.V. Taylor y D A. Lehmann, Christians of the Copperbelt: The Growth of the
Church en Northern Rhodesia (Londres: SCM Press, 1961), es un estudio a fondo del
crecimiento de las iglesias cristianas en la zona.
97 Kane, op. cit., p. 404; Barrett, op. cit., p. 765.
98 Neill, Anderson, Goodwin (eds.), Concise Dictionary of the Christian World
Mission (Nueva York: Abingdon Press, 1971), p. 33.
99 Goddard, op. cit., p. 293 llamado Fribaptistsamfundet.
100 Coxill y Grubb, World Christian Handbook (Londres: Lutterworth Press,
1968), p. 97.
101 Barrett, op. cit., p. 767.
102 Batts, op. cit., pp. 145-154 es el relato de un testigo ocular de estos
acontecimientos.
103 Coxill y Grubb, op. cit., p. 97; Barrett, op. cit., p. 767.
104 Goddard, op. cit., p. 504; Barrett, op. cit., p. 767. Son fundamentalistas y no
cooperativos.
105 Cauthen y Means, op. cit., p. 166 relata los comienzos.
106 Barrett, op. cit., p. 766.
107 Cabe destacar la contribución de dos misioneros pioneros en el campo de las
comunicaciones, radio y televisión, Milton Cunningham y Zeb Moss. Llevaron a cabo un
plan visionario para predicar el evangelio por radio y televisión, que sigue dando
resultados.
108 Cifras de la FMBSBC en 1980 y de la Alianza Bautista Mundial en 1988.
,0‫ ־‬Zambia ha establecido relaciones técnicas con la República Popular de China y
otros países socialistas. Por eso, como Tanzania, tiene el deseo de crear un estado
socialista sobre fundamentos cristianos.
110 Estas tribus eran “colonos" en el territorio, no “indígenas”. Los europeos hacen
hincapié en esto en Sudáfrica, reclamando que ellos, tanto más que estas tribus, tienen
el derecho de gobernar, etc., porque eran más pioneros en estos territorios que estas
tribus migratorias.
En 1987 “Africa del Sudoeste” sigue siendo el nombre oficial. “Namibia” es el
nombre nacionalista que usan los luchadores por la libertad (freedom fighters). El uso
del nombre en esta obra refleja la posición de este autor.
112 La gran mayoría de la congregación era europea hasta entonces.
113Cifras de los informes de la FMBSBC, 1988; Partners in Mission 1988-89, pp. 11
y 15; Cauthen y Means, op. cit., pp. 117, 178 y 373.
111 Partners in Mission ¡988-89, p. 9; Barrett, op. cit., p. 468.
115 Ibid., p. 9.
Ibid.
117 Ibid.
606 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Cap. II Los Bautistas en Africa Occidental


118 Juan Venn, Enrique Thornton, Guillermo Wilberforce, Granville Sharp (funda­
dor de la Compañía Sierra Leona), Zachary Macaulay (gobernador de Sierra Leona por
un tiempo), Jaime Stephen y Carlos Grant hicieron un pacto de que iban a ser
instrumentos en la abolición de la esclavitud.
1,9 Realmente, la llegada de estos refuerzos salvó la colonia que estaba a punto de
arruinarse. t
120 C. C. Adams y Marshall A. Talley, Negro Baptists and Foreign Missions
(Philadelphia: FMB of National Baptist Convention, USA Inc., 1944), pp. 11-15; Leroy
Fitts, op. cit., pp. 144-152; Anders Hovemyr, “The Native Baptist Church of Jamaica"
(Ruschlikon: Baptist Theological Seminary, Tesis no publicada, 1976).
121 William Carey, An Enquiry into the Obligations of Christians to Use Means for
the Conversion of the Heathens.
122 Burton Goddard, op. cit., p. 67.
123 Jamás había una afinidad entre estos colonos de raza negra y las tribus de
indígenas. Lo mismo ocurrió en Liberia. Es interesante que George expresó interés en la
evangelización de las tribus, porque la mayor parte de los colonos estaban en conflicto
constante con ellas.
124 La BMS estaba para iniciar una obra en Jamaica.
125 White Man’s Graveyard en inglés.
126 Víctimas de las fiebres tropicales —paludismo, amarilla, etc.
127 Para el relato completo de este intento primitivo y abortivo, véanse Baker
Cauthen, (et al.). Advance: A History of Southern Baptist Foreign Missions (Richmond:
FMBofSBC, 1970), p. 141; T. J . Bowen, Adventures and Missionary Labours in Sei’eral
Countries in the Interior of Africa from 1849-1856, 2da. ed. (Londres: Frank Cass and
Company, 1968), pp. 210, 211. (la. ed., 1857).
128 Libro de informes de la Convención Bautista de Nigeria, 1981 y entrevistas
personales con el pastor-misionero Adegoke en Ogbomosho, Nigeria, 4 de mayo de 1981.
129 Para más sobre esta misión, Europáisch Baptistische Missionsgesellschaft,
véanse Goddard, op. cit., p. 245; Ecumenical Press Service, 14 de abril de 1965, No. 13,
p. 52.
130 Partners in Mission ¡988-89, p. 22.
131 Barrett, op. cit., p. 611.
132 Acontecimientos recientes ponen en duda lo positivo de una relación estrecha
con el estado.
133 La evidencia señala que la primera pesaba más que la segunda en la mente de la
mayor parte de los fundadores. Véanse Adams and Talley, op. cit., pp. 27-29 y C. P.
Groves, The Planting of Christianity in Africa (Londres: Lutterworth Press, 1948), I. p.
290; ¡por cierto los móviles eran mixtos!
134 Por ejemplo, algunos de los “padres de la patria” de Estados Unidos eran socios, a
saber: Tomás Jefferson, Enrique Clay y Andrés Jackson; véase K. S. Latourette, These
Sought a Country (Nueva York: Harper and Brothers, 1950), p. 56.
135 Samuel Mills, el mismo corazón del movimiento misionero en Estados Unidos,
formaba parte del grupo de estudiantes —entre ellos Judson y Rice— que puso en
marcha las misiones foráneas procedentes desde Estados Unidos.
138 A esta enemistad endémica, más la corrupción habitual de la elite gobernante, se
debió el golpe de estado de 1980 que resultó en el asesinato del presidente bautista
Guillermo Tolbert, oriundo de estos colonos primitivos.
137 La identificación de las sociedades misioneras cristianas con los colonos ha
impedido su avance entre los indígenas.
138 Fue una de las razones porque los de Sierra Leona mandaron a los colonos
americanos tan lejos de su colonia. Véase Groves, 1, p. 291 y sigs.
Notas 607

139 Neil, Anderson y Goodwin, op. cit., p. 345.


140 Winfred Hervey, The Story of Baptist Missions in Foreign Lands (St. Louis: C.
R. Bams Publishing Co., 1892), p. 199 en adelante.
141 !bid., p. 628, o sea la Junta de Misiones Foráneas de la Convención, en adelante
FMBSBC.
142Jorge Lisie envió a cuarenta misioneros jamaicanos, Adams and Talley, op. cit., p.
21 .
143 Ibid., p. 31.
144 H. A. Tupper, The Foreign Missions of the SBC (Philadelphia: American Baptist
Publication Society, 1880). Harden luego en 1855 se trasladó a Lagos, Nigeria, donde
comenzó la obra allá.
145 No tenían personal permanente en Liberia por causa de la fiebre.
146 Tupper, op. cit. No había fondos para las dos obras en aquel entonces —David
tuvo que elegir. Los años subsiguientes han confirmado la sabiduría de aquella decisión.
147 Adams and Talley, op. cit., p. 32 en adelante.
148 Fitts, op. cit., p. 125 en adelante.
149 Goddard, op. cit., p. 66.
150 Coxill y Grubb, op. cit., p. 74; Barrett, op. cit., p. 458.
151 Cauthen, op. cit., pp. 170-172.
152 Estadística de la AJianza Bautista Mundial.
153 Parece que la Junta tenía algo de razón en cuanto a la corrupción del régimen de
Tolbert, pero esto, de ninguna manera, justificó la barbaridad de los asesinatos.
154 Tolbert tenía su oficina en el Edificio Bautista.
155 Estadística de la Alianza Bautista Mundial, 1988.
156 Partners . . .1988-89, p. 20.
157 Estadística de la Alianza Bautista Mundial, 1987.
158 J. Herbert Kane, op. cit., p. 342.
159 En la historia misionera moderna, Crowther fue el primer “nácional” nombrado
para un puesto alto. Simpatizaba mucho con los bautistas primitivos de Nigeria.
180 Pensaban que no eran tan susceptibles a las enfermedades, pensamiento
equivocado.
161 T. J. Bowen, op. cit., p. x; C. F. Roberson, “The Bowen Papers” (Compiled by the
Robersons, 1953-1960) (Ogbomosho: Library of the Nigerian Baptist Theological
Seminary, 1974), inéditos, año 1848.
182 Mungo Park (Miller, ed.), The Travels o f Mungo Park (Londres: J. M. Dent and
Sons, 1907).
163 Bowen, op. cit., pp. 58-60.
164 Había viajado mucho en México.
165 Roberson, “Bowen Papers”; la señora de Bowen dice en una carta que Bowen
conoció a Livingston personalmente.
186 Véase la evaluación de Bowen sobre el experimento de Liberia, Bowen, op. cit.,
pp. 27-82.
187 No el Sudán de hoy en día —en aquel entonces el término “Soudan” se refería a
una vasta zona desde el norte de Nigeria hasta Etiopía— por eso, Bowen usa el término
“Africa Central”.
168 En esto estuvo muy equivocado. Bowen era buen estudiante del Islam. Su visita a
las tribus de Liberia confirmó su concepto bajo de los negros de “Guinea”, un término
usado para describir las tribus de la costa de Africa Occidental. Este prejuicio era una
parte del raciocinio del comercio de esclavos.
169 Bowen, op. cit., p. 25.
170George Sadler, A Century in Nigeria (Nashville, Broadman Press, 1950), p. 43.
171 Bowen, op. cit., p. 79.
172 Fue este Kosoko que derrotó a los ingleses en noviembre de 1851. Bowen predijo
608 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

la derrota, véase Bowen, op. cit., p. 122 en adelante. Un mes después, los ingleses se
recuperaron y derrocaron a Kosoko.
173 El famoso T. B. Freeman de la Sociedad Wesleyana.
174 El conocido Enrique Townsend de la CMS.
175 Un ejército temible de 10.000 guerreros hombres y 6.000 “amazonas femeniles”
más temidas que los hombres. Bowen desmiente que entrenó al ejército de Ogunbonna,
pero limitaba su participación a consejos militares y planes estratégicos. Dice que
exhortaba a los guerreros de Ogunbonna a ser valientes. De todos modos, debido a la
estrategia recomendada por Bowen, un ex soldado quien había peleado en guerras
contra los indígenas en Estados Unidos y en Texas, el gran ejército de Dahomey fue
derrotado y los egba ganaron una gran victoria. Bowen, op. cit., pp. 118, 119.
176 Ibid., enumera todas sus andanzas y aventuras en estos distintos lugares. Es
increíble que sobrevivió esta gira.
177 Una hojeada de Roberson, The Bowen Papers, revela la grandeza y la nobleza de
esta abnegada mujer. Merece un lugar, juntamente con Anne Hasseltine Judson y otras
misioneras valientes, en la lista de honor misionera. Su diario y sus cartas están llenos de
compasión humana y fe triunfante.
178 Lacy quedó medio ciego.
179 Kumi había guardado bien los bultos de Bowen. Esto refleja el concepto alto que
tenía del extranjero.
180 En realidad, ésta fue la primera estación misionera de los bautistas en Nigeria.
181 Clark era un tipo “Livingston” como Bowen —físicamente fuerte, espiritualmente
profundo y “pionero” en su deseo de explorar y establecer nuevos centros de
predicación. Era misionero itinerante e hizo mucho durante sus cinco años en Nigeria.
Véase Charles Maddry, Day Dawn in Yoruba Land (Nashville: Broadman Press, 1939),
p. 45.
182 Penetró más al norte que Bowen, ¡aún llegó a lgboho, la meta de Bowen! No se
sabe por qué Bowen no lo acompañó. Parece haber sido por su salud decaida y la
condición de su esposa. Clark era soltero. Véase Louis Duval. Baptist Missions in
Nigeria (Richmond: FMB of SBC, 1928), p. 72.
183 W. H. Clark, Travels and Explorations in Yorubaland, 1854-1858 (ed. J. A.
Atanda) (Ibadan: Ibadan University Press, 1972). Proporciona detalles sobre Clark.
184 La señora de Reid murió en Ogbomosho en 1858; la de Phillips en Ijaye en 1855.
185 El relato de estos esfuerzos demuestra la valentía y la sagacidad de Bowen.
Aunque fracasaron, son incidentes clásicos de una buena metodología misionera.
Bowen, op. cit., pp. 188-205.
186 Hoy en día hay una escuela bautista en el lugar con un pequeño monumento
conmemorando la obra de Bowen.
187 Bowen, op. cit., este libro despertó mucho interés en la misión en Africa. Es un
escrito clásico.
188Para encontrar los detalles sobre esta parte trágica de su vida, y especialmente los
acontecimientos pobticos de su aventura en Brasil —Bowen casi causa un conflicto
militar entre Brasil y Estados Unidos cuando los brasileños lo sospechaban como
revolucionario entre los esclavos. La marina de Estados Unidos efectuó un bloqueo del
puerto de Río de Janeiro, demandando la libertad de Bowen— véase Roberson, The
Bowan Papers: Años ¡865-1875.
189 Su libro, Bowen, op. cit., y su correspondencia (mucha de la esposa), Roberson,
The Bowen Papers, son verdaderas “fuentes de orientación misionera”, que bien podrían
ser aprovechadas hoy en día.
190 Roberson, The Bowen Papers, en una carta a Taylor, el secretario ejecutivo de la
Junta de Richmond, 27 de octubre de 1848.
191 Los misioneros Reid, Stone y Philhps pasaron años de angustia, separados de sus
Notas 609

familias y no sabiendo nada por falta de medios de comunicación. Véase H. A. Tupper, A


Decade o f Foreign Missions, 1880-1890.
192 No existe en el día de hoy.
19:1Thomas High, Baptist Work in Nigeria 1850-1939 (Ibadan: Caxton Press, 1970)
da una reseña de estos años difíciles.
194 Esta estación se llamaba “Alabama”, el nombre dado por el misionero Dennard
que los compró en 1854 un poco antes de su muerte. Jamás fue recuperada. De este
grupo de refugiados salieron futuros líderes de la iglesia en Lagos.
195 Duval, op. cit., pp. 83-86 cuenta como Stone fue acompañado por R. Russell, un
inmigrante de Liberia. Le prestó su sombrero. Al salir de Ogbomosho, Russell tuvo un
ataque de fiebre y falleció. Stone siempre creía que Russell se sacrificó por prestarle su
sombrero que lo protegía del sol. Demuestra el amor y la relación íntima de los
misioneros y los nacionales en el tiempo de la crisis.
196 La saga de Reid se encuentra en ibid., p. 78 y Sadler, op. cit., pp. 67, 68.
197 E. A. Ayandale, The Missionary Impact on Modem Nigeria, 1842-1914
(Londres: Longmans, Green and Company, 1966), p. 198.
198 J. B. Webster, The African Churches Among the Yoruba (Oxford: Clarendon
Press, 1964), pp. 50, 51; y Modupe Oduyoye, The Planting of Christianity in Yorubaland
(Ibadan: Daystar Press, 1969), p. 50 en adelante.
99‫ ׳‬Webster, op. cit., pp. 50, 51; Duval, op. cit., p. 96.
200 Webster, op. cit., p. 51.
201 Duval, op. cit., p. 98.
202 Jesse Page, The Black Bishop Samuel Crowther (Londres: Hodder and
Stoughton, 1908), pp. 235-237.
203 Duval, op. cit., p. 99.
204 T. B. Ray (ed.), Southern Baptist Foreign Missions (Nashville: S. S. Board of
SBC, 1910), p. 135.
205 Tupper, A Decade. . ., año 1875.
206 Webster, op. cit., p. 51.
207 Adams and Talley, op. cit., p. 32 en adelante.
208 Smith fue uno de los más creativos y productivos de los misioneros. Léase el
capítulo por él en Ray, op. cit., pp. 124-147.
209 Sadler, op. cit., pp. 84-89.
210J. F. Ade Ajayi, Christian Missions in Nigeria, 1841-1891: The Making o f a New
Elite (Londres: Longmans, Green and Company, 1965), p. 268 en adelante.
211 Ray, op. cit., p. 137. Smith opina que el buque era tan pequeño que era una
maravilla que pudo cruzar el Atlántico. David era una aventurero verdadero.
212 Un hombre bien preparado. David le había conseguido una beca para estudiar en
Estados Unidos.
213 Smith, además de sus talentos como educador y evangelista, era un constructor
muy capaz.
214 Sobre esta cuestión tan delicada véanse Ayandele, op. cit., p. 198; Webster, op.
cit. p. 53 en adelante; Bowen, Clark, Smith, Newton y casi todos los misioneros
abnegados hasta 1914 tenían este espíritu “paternalista" que olía a racismo. ¡Surge de
vez en cuando en el día de hoy!
215 No sabemos por qué David no quería que Stone recibiera una beca para Estados
Unidos. Quizá su experiencia con W. W. Colley le influyera; o, puede ser que había celos
entre los dos. David era un hombre de carácter fuerte. Sobre esta cuestión véanse
Webster, op. cit., p. 53.
216 Ajayi, op. cit., p. 268 en adelante.
217 Sobre Vincent (luego M. Agbebi) y su contribución al cristianismo africano, véase
E. A. Ayandele, A Visionary of the African Church (Mojula Agbebi: 1860-1917)
(Nairobi: East African Publishing House, 1971).
610 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

218 Hay muchas versiones de este conflicto en los libros, pero la mejor fuente es Cecil
Roberson, “Collection of Historical Materials on Nigerian Baptist History”, siete tomos
inéditos en la biblioteca del Seminario Bautista en Ogbomosho, Nigeria.
219 La verdad es que la FMBSBC sostuvo a David hasta que recibió las cartas de
Stone. Sin embargo, volvió a tratar la cuestión y falló a favor de Stone. De ninguna
manera despidió a David. El renunció pensando que no ténía la confianza de la
FMBSBC. Es verdad que en 1899 David se ofreció a ir a Ojo, o a Abeokuta, pero la
FMBSBC rehusó nombrarlo de nuevo. Tupper, op. cit., p. 630. Es extraño que Jorge
Sadler, secretario regional, menciona que la FMBSBC apoyó a David, pero no menciona
su cambio de opinión. Sadler, op. cit., pp. 90, 91.
220 Término usado refiriéndose a un movimiento autóctono que quería quitar formas
foráneas y restaurar formas autóctonas en el culto. Fue una forma de nacionalismo
cristiano cuyo texto era Salmo 68:31. Ayandele, The Míssionary Impact. . ., p. 177 da
una buena explicación.
221 Webster, op. cit., pp. 42-91 analiza concienzudamente el fenómeno.
222 La “Iglesia Nativa” estaba dispuesta a volver a la Primera Iglesia bajo ciertas
condiciones lógicas. Sin embargo, Newton insistió en la hegemonía de la Misión y
propuso una solución “espiritual e individualista”. Fue rechazada. Ibid., p. 59.
223 Mejor dicho, comenzó a pagar y pagó la última cuota en 1912. High, op. cit., p.
24.
224 Entre los años 1891-1893, Agbebi era ministro en la “Iglesia Unida Nativa
Africana”, una especie de iglesia interdenominacional nacionalista. Volvió a ser pastor
bautista en 1894. Fue, quizá, el hombre más importante de este período. Véase
Ayandele, A Visionary of the African Church.
225 Duval, op. cit., pp. 126-139 cuenta toda la historia.
226 La actividad como predicador, profesor y escritor de Agbebi es increíble. Se
destacó también como misiólogo —creyó que el avance de Islam se debía a la
metodología equivocada de las Sociedades Foráneas. Recomendó una nueva metodolo­
gía para contrarrestar al Islam.
227 El pequeño consultorio de Green sobrevive en Ogbomosho hoy en día; este autor
vivió por seis meses en 1981 en la casa edificada por Green en 1937.
228 La saga de Lockett se encuentra en Elkin Lightfoot Lockett, Basil Lee Lockett: A
Beloved Physician (Richmond: FMB of SBC, 1936).
229 High, op. cit., pp. 34, 35 describe la naturaleza de esta asociación.
230 Duval, op. cit., p. 157 en adelante.
231 Sara Harden fue hecha miembro vitalicio y cien personas fueron bautizadas en el
canal McGregor.
232 Cauthen, op. cit., p. 148.
233 Como “himnólogo“ Agbebi compuso muchos himnos y fomentó el uso de la
música africana y de los instrumentos africanos en los cultos, cosa que aceleró la
naturaleza autóctona de los bautistas nigerianoSí
234 Ogbu Kalu, Christianity in West Africa: The Nigerian Story (Ibadan: Daystar
Press, 1978), pp. 162-165 cuenta la historia de la expansión bautista al norte de Nigeria.
235 High, op. cit., p. 39; Samuel Martin, The Autobiography o f Samuel Martin (ABA:
International Press, sin fecha).
236 Maddry relata sus experiencias en Maddry, Day Dawn in Yoruba Land, pp. 201-
212 .
237 Se puso en marcha el proceso que ha resultado en la nacionalización de la obra
bautista.
238 Es decir, que bautizaban a poligamistas bajo ciertas condiciones.
239 Por ejemplo, I. N. Patterson sirvió como secretario ejecutivo de la Convención por
muchos años.
240 El gobierno se ha apoderado de la mayor parte de las escuelas, hospitales, etc.
Notas 611

2411. A. Adedoyin, Dr. J. T. Ayorinde: A Study in the Growth o f the Nigerian Baptist
Convention (Ibadan: Baptist Press, 1974), cuenta la historia de Ayorinde y Dahunsi y su
impacto sobre la obra bautista.
242 Recientemente (1988), ha habido persecución de los bautistas y destrucción de
propiedades bautistas por los musulmanes.
243 Cifras de la Alianza Bautista Mundial y de la FMBSBC.
244 Este autor pudo apreciar esto en 1981 cuando pasó seis meses en Ogbomosho
enseñando en el Seminario y asistiendo a las iglesias.
245 El espacio dedicado a Nigeria en esta sección sobre la obra en Africa señala la
importancia de la obra bautista en Africa Occidental. Nigeria, como Brasil, debe llegar a
ser una potencia en el futuro bautista.
246 J. Herbert Kane, op. cit., p. 336; David Barrett, op. cit., p. 323.
247 Fue Freeman que hospedó a T. J. Bowen en Abeokuta por más de un año.
248 Para los detalles véanse C. P. Groves, op. cit., I, pp. 299-306; John Aberly, An
Outline of Missions (Philadelphia: Muhlenberg Press, 1945), p. 222.
249 K. S. Latourette, A History o f the Expansion o f Christianity (Nueva York:
Harper and Brothers), 1937-1945, V, p. 447. No pude encontrar antecedentes sobre esta
obra.
250 En 1952 tenía siete iglesias y 320 miembros; Bingle and Grubb (eds.), op. cit., p.
186.
251 The Baptist World, (Vol. 12, No. 5, May of 1966) p. 14.
252 Burton Goddard (ed.), Encyclopedia of Modem Christian Missions (Camden,
N. J.: Thomas Nelson and Sons, 1967), pp. 65, 66.
253 Barrett, op. cit., p. 325.
254 Fue un tiempo de nacionalismo extremo y muchos altibajos politicos.
255 Baker Cauthen (ed.), Advance. . . pp. 154-156.
256 Aquí se encuentra el problema mayor de los bautistas de Ghana —la identifica­
ción con la tribu yoruba de Nigeria. Los yorubas no son autóctonos en Ghana, se ven
como importados.
257 Cauthen and Means, op. cit., p. 383.
258 Partners in Mission 1988-89, p. 19.
259 Goddard, op. cit., p. 299.
260 Barrett, op. cit., p. 326.
261 Cifras de la Alianza Bautista Mundial, 1987.
262 Partners. . . 1988-89, p. 23.
263 Barrett, op. cit., p. 177: Kane, op. cit., p. 340.
264 Bowen, Adventures and Missionary Labours in Several Countries in the Interior
o f Africa from 1849-1856 (Londres: Frank Cass and Co., 1968).
265 Partners. . . 1988-89, p. 18.
266 Barrett, op. cit., 669; Kane, op. cit., p. 339.
267 Barrett, op. cit., p. 670.
268 Cauthen, op. cit., p. 172.
269 Goddard, op. cit., p. 299.
270 Sesenta pozos de agua fueron perforados, dos puentes edificados y varios
programas •de higiene realizados. Partners. . . 1988-89, p. 23.
271 Ibid., p. 23.
272 Barrett, op. cit., p. 413; Kane, op. cit., p. 330.
273 Stephen Neill, A History of Christian Missions (Nueva York: Penguin Books,
1964), p. 492.
274 Goddard, op. cit., p. 205; Kane, op. cit., p. 332.
275 Goddard, op. cit., p. 293; Kane, op. cit., p. 322.
276 Cauthen, op. cit., p. 174.
277 Barrett, op. cit., p. 415.
612 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

278 Partners. . . 1988-89, p. 20.


279Este escritor visitó la Costa de Marfil en 1981 —quedó impresionado del potencial
de la obra, pero reconocía la dificultad de integrar ciertas iglesias independientes y
carismáticas dentro de la Asociación. La obra corre el riesgo del sincretismo, cosa común
en todos los países de Alfica.
280 Barrett, op. cit., p. 523.
281 Coxill y Grubb, op. cit., p. 79.
282 Barrett, op. cit., p. 526.
283 Samuel Wilson (ed.), Mission Handbook, 13th ed., (Monrovia, CA: MARC
1986), p. 159.
284 Bingle and Grubb, op. cit., p. 79; Wilson, op. cit., p. 159; Goddard, op. cit., p. 252.
285 Partners in Mission, 1988-89, pp. 2123‫־‬.
286 Kane, op. cit., p. 335; Partners. . . 1988-89, p. 18.
287 Ibid., p. 23.
288 Bowen, op. cit., pp. 13-26.
289 Por un tiempo estaba unido a Senegal.
290 Goddard, op. cit., p. 253.
291 Barrett, op. cit., p. 479.
292 Coxill y Grubb, op. cit., p. 77.
293 Partners. . . 1988-89, p. 20.
294 Kane, op. cit., p. 320.
295 Barrett, op. cit., p. 607.
296 Cauthen, op. cit., p. 179.
297 Una visita personal al campo por este autor en 1980.
298 Partners. . . 1988-89, p. 22.
299 Kane, op. cit., p. 322.
300 Cauthen, op. cit., p. 168; entrevista personal con Tomás High en Nigeria, el 20
de mayo de 1981.
301 Kane, op. cit., p. 322.
302 Ibid., p. 503.
303 Partners. . . 1988-89, p. 19.
304 Este autor pasó seis meses en Africa Occidental en 1981 y puede apreciar el
problema y el desafío.
Cap. III Los Bautistas en Africa Central
305 Barrett, op. cit., p. 281.
306 Entrevista con Eutimio Herreros, Islas Canarias, diciembre de 1980. Herreros
acababa de volver de Guinea Ecuatorial donde tuvo una entrevista personal con el
presidente Obiang en julio de 1980.
307 Emest Payne, Freedom in Jamaica (Londres: Carey Press, 1946); e Inez Knibb
Sibley, The Baptists of Jamaica (Kingston: Jamaica Baptist Union, 1965), pp. 24, 25.
308 Juan Vilar, Un Siglo de Protestantismo en España: Aguilas-Murcia, 1893-1979
(Cartagena-Murcia: Gráfica F. Gómez, 1979), p. 28, indica que fue una misión
norteamericana. Parece que la confundió con la BMS. Véase también Juan Vilar,
“Misiones Católicas y Protestantes en Guinea Ecuatorial, 1829-1900”, Scriptorum
Victoriense, XXIV, Fase. 1 (Vitoria, 1977), pp. 101-111.
309 Todo lo arriba expuesto se encuentra en Groves, op. cit., II, pp. 27-33.
310 Aberly, op. cit., p. 252.
311 Este autor pasó seis meses en las Islas Canarias como suplente de Carlos Whitten
y Eutimio Herreros en Las Palmas. Era miembro de la Iglesia de Herreros y amigo muy
allegado. Pudo vivir estos momentos inolvidables como suplente de Herreros mientras él
promovía el proyecto. Estuvo en Denia en la asamblea y sintió la emoción de aquel
momento. Por eso, era testigo ocular de estos acontecimientos.
Notas 613

312 La Junta de Misiones Foráneas de la Convención de Brasil tiene varios


matrimonios trabajando en España. Iban a buscar un misionero médico para Guinea
Ecuatorial.
313 La necesidad en Guinea Ecuatorial demanda una obra integral que incluya
servicios médicos y educativos tanto como la obra evangelizadora.
314 Una nota irónica e interesante —cuando el gobierno envió a Herreros a Río Muni,
encargó a un asesor soviético llevarlo en un avión ruso— ¡qué interesante, un aviador
ateo usado por Dios para llevar a un pastor bautista en una misión cristiana! La
providencia de Dios es maravillosa.
315 Groves, II, pp. 32, 33 y 240 y Latourette, V, p. 433; también G. Schneider, Go: A
Graphic Portrayal of a Christian Mission at Work in the Cameroons, West Africa
(Forest Park, 111.: North American Baptist General Conference, 1957), p. 9.
316 Latourette, V, p. 433; véase también Salomón Nfor Gwei, “History of the British
Baptist Mission en Cameroon, with Beginnings in Femando Po”, tésis inédita (Ruschli-
kon, Switzerland: Baptist Theological Seminary Library, 1966).
3.7 Schneider, op. cit., p. 9.
3.8 Ibid., p. 9; Albert J. Ramaker, The Germán Baptists in North America
(Cleveland: Germán Baptist Publication Society, 1924), p. 102.
319 Schneider, op. cit., p. 9.
320 Goddard, op. cit., p. 245; también Mai-Britt A. 1. Vehdaoja, “European Baptist
Work in North Cameroon, 1955-1970", tesis inédita (Ruschlikon, Switzerland. Baptist
Theological Seminary Library, 1973).
321 Dos de sus misioneros fueron asesinados en 1965 en Banganté. Ecumenical
Press Service, (9 de septiembre de 1965), p. 12.
322 Hay ocho entidades bautistas registradas en el diccionario de Barrett en 1982,
además de la Convención Bautista del Camerún, que es la continuación de la antigua
obra. Véase Barrett, op. cit. p. 210.
323 Cifras de la Alianza Bautista Mundial, 1987.
324 Kane, op. cit., pp. 359-363 cuenta la historia de esta época.
325 Barrett, op. cit., pp. 762, 763.
326 Una sociedad interdenominacional que emanó de Inglaterra. Grathon Guinness
era el patrocinante que respondió al llamado de Livingston cuando él visitó a Inglaterra
en un año de licencia. Varios bautistas formaban parte de esta misión noble.
327 Sobre este hombre interesante véanse Latourette, V, p. 424; Groves, II, p. 330.
Arthington es un ejemplo de la influencia de la escatología sobre la misiología —creía de
todo corazón que cuando el evangelio fuese predicado a todos los pueblos del mundo,
vendría inmediatamente el Señor.
328 p ue patrocinante de varias misiones evangélicas, no solamente de los bautistas.
329 Las aventuras de ellos se leen como una novela. Véase Groves, III, p. 110 en
adelante.
330 Aberly, op. cit., p. 253; Groves, III, p. 114.
331 La ciudad de Brazzaville toma su nombre de él.
332 En aquel entonces (1884) se llamaba en inglés, “American Baptist Missionary
Union”; cambió en 1910 a “American Baptist Foreign Missionary Society (ABFMS);
véase Robert Torbet, Venture of Faith (Philadelpia: Judson Press, 1955), p. 516 en
adelante.
333 Algunos misioneros no estaban de acuerdo, como por ejemplo, unos suecos que
optaron dejar la Misión y comenzar una nueva misión llamada “los suecos libres” —eran
congregacionalistas pero no bautistas en su eclesiología.
334 Véase el relato del avivamiento conducido por Enrique Richards en 1886, Torbet,
Venture. . ., p. 323; Hervey, op. cit., p. 675.
335 Goddard, op. cit., p. 216.
336 Adams and Talley, op. cit., p. 23; Goddard, op. cit., p. 373.
614 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

337 Groves, IV, p. 243; Goddard, op. cit., p. 624; Barrett, op. cit., p. 762.
338 David Barrett, Schism and Renewal in Africa (Nairobi: Oxford U. Press, 1968).
339 ¡bid., p. 762.
340 Partners. . . 1988-89, p. 23.
311 Kane, op. cit., p. 363.
342 Ibid., p. 363; Ecumenical Press Service, (6 de julio de 1962), No. 25, p. 113.
343 Barrett, op. cit., p. 762.
344 Bingle y Grubb, op. cit., p. 181; Coxill y Grubb, op. cit., p. 64.
345 Barrett, op. cit., p. 247.
346 Kane, op. cit., p. 353.
347 Esto parcialmente explica el éxito de Baptist Mid-Missions.
348 Todos los detalles acerca de esta misión se encuentran en Goddard, op. cit., pp.
65. 66.
349 Wilson, op. cit., p. 106.
350 Barrett, op. cit., p. 224.
351 La pretensión del “golpe” fue para impedir la penetración de la República Popular
de China, que en aquel entonces estaba infiltrando Africa.
352 Kane, op. cit., p. 364; Barrett, op. cit., p. 221.
353 Véase arriba la sección sobre Chad.
354 Barrett, op. cit., p. 222; Kane, op. cit., p. 365.
355 Barrett, op. cit., p. 222.
356 Norris fue el muy discutido pastor de la Primera Iglesia Bautista de Fort Worth,
Texas, que se separó de la Convención de los Bautistas del Sur. Sus seguidores objetan a
todo, especialmente a las convenciones bautistas. Generalmente son muy contenciosos.
357 Goddard, op. cit., p. 216; véase también Svend Aage Hagstrom, “A History of the
Danish Baptist Mission in Ruanda-Burundi, 1928-1957", tésis inédita (Ruschlikon:
Baptist Theological Seminary, 1958).
358 Estadística de la Alianza Bautista Mundial, 1980.
359 Barrett, op. cit., p. 590; y estadística de la Alianza Bautista Mundial, 1988.
360 ¡bid., p. 207.
361 ¡bid., p. 590.
362 Partners in Mission, 1988-89, pp. 9 y 11.
363 Muchas veces enseñadas y guardadas por los misioneros en defensa de la fe
fundamental, consciente o inconscientemente.

Cap. IV Los Bautistas en Africa Oriental


364 Groves, 11, p. 95 en adelante.
365 Goddard, op. cit., p. 5.
366 1. N. Patterson, Continent in Commotion (Nashville: Convention Press, 1957) p.
120 .
367 Los detalles de todo esto, relatados por testigos oculares, se encuentran en
Cauthen, op. cit., p. 1558 en adelante; Patterson, op. cit.; y en Samuel DeBord, On the
Edge of Decision (Nashville: Convention Press, 1964).
368 Principalmente swahili.
369 Cauthen, op. cit., pp. 159-161.
370 Este autor pudo apreciarlos en Dar es Salaam y Mombasa en 1974. Se sorprendió
cuando encontró inscripciones en portugués en las paredes de los edificios.
371 Es un colectivismo que depende de la hermandad y la cooperación voluntarias.
Teóricamente es bonito, pero muchos creen que es demasiado idealista.
372 Los chinos vinieron para edificar los ferrocarriles desde la costa hasta Zambia.
373 Véase el libro escrito sobre esta tragedia: Jess Fletcher, Wimpee Harper o f Africa
(Nashville: Broadman Press, 1967).
Notas 615

374 Cauthen, op. cit., pp. 160, 161.


375 Fletcher, op. cit., p. 141.
376 Cifras de la Alianza Bautista Mundial, 1988.
377 Partners in Míssion, 1988-89, p. 15.
378 Durante el reinado de Kenyatta hubo algunos asesinatos políticos, como la
muerte del• popular Tomás Mboya en 1969, candidato predilecto para suceder a
Kenyatta.
379 Antes la FMBSBC se dedicaba más a la obra social como un punto de partida.
380 Cauthen, op. cit., pp. 161-164.
381 El misionero Clay Coursey ideó el proyecto. Es un misionero bivocacional.
382 Partners in Mission, 1988-89, p. 10.
383 Cifras de la Alianza Bautista Mundial, 1987.
388 Kane, op. cit., p. 384.
385 En Entebbe en 1976, de conocimiento mundial. El rescate fue una hazaña
militar.
386Geoffrey Moorehouse, The Missionaries (Nueva York: J. B. Lippincott Co., 1973)
cuenta la historia de estas guerras religiosas que se asemejan a las guerras religiosas de
la Reforma del siglo XVI.
387 Neill, Anderson and Goodwin (eds), Concise Dictionary ofThe Christian World
Mission (Nueva York: Abingdon Press, 1971), pp. 613-615.
388 Patterson, op. cit., p. 130.
389 Barrett, op. cit., p. 688.
390 Cauthen, op. cit., pp. 161-163.
391 Cifras de la Alianza Bautista Mundial, 1988.
392 Partners in Mission, 1988-89, p. 13.
393 También, es el único país en Africa que no estaba bajo el colonialismo europeo
hasta la invasión de Italia en 1935.
394 Este autor tuvo el privilegio de saludar a Selassie en 1974 en una visita a Etiopía,
unas dos semanas antes de su caída. Era un hombre pequeño pero noble. Mientras
estaba en Inglaterra, tenía varias oportunidades de estar con líderes evangélicos, y solía
decir que fueron las oraciones de ellos que hicieron posible su retomo a Etiopía.
398 Donde tuvo contactos con lideres de las sociedades misioneras quienes
simpatizaban con él en su lucha contra el poder católico, Italia.
396 Raymond Davis, Fire on the Mountains (Grand Rapids: Zondervan, 1974),
cuenta la historia emocionante de la misión a los wallamo antes de la invasión de los
italianos y el movimiento que resultó entre ellos cuando los misioneros se fueron.
397 Goddard, op. cit., p. 63.
398 Barrett, op. cit., p. 286.
399 ¡bid., p. 286.
800 Como una condición para entrar, los misioneros prometieron abstenerse de la
obra evangelizadora y la fundación de congregaciones.
401 Los Lindholm enseñaron a un grupo de sacerdotes ortodoxos a hacer alfombras
de lana para mejorar su sostén mínimo. Esto revolucionó la economía de la zona y
aumentó la producción de lana. Este autor tiene una, conseguida en Etiopía en 1974.
402 Cannata soba decir: “Treinta minutos de estudio bíblico en amharic vale una
misa ortodoxa”, refiriendo a su práctica de asistir a la misa en el templo ortodoxo,
participar en ella y luego ser invitado a dar un estudio bíblico a los asistentes.
803 Este autor pasó diez días con los Cannata y los Lindholm en 1974 durante la
cúspide de este avivamiento. Pudo acompañar a Cannata en la avioneta hasta los centros
médicos en el interior. Fue una experiencia inolvidable de la pureza y el poder de la obra
evangelizadora transcultural.
804 De veras, tenía una escopeta, un rifle y unas municiones para la caza, que las
autoridades expropiaron acusándole de la posesión clandestina de armas.
616 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

105Todos los datos arriba proceden de informes confidenciales de la FMBSBC y de la


visita de este autor a Etiopía en 1974, mas entrevistas y correspondencia con los esposos
Cannata y sus hijos en Estados Unidos y desde Zanzíbar, donde los Cannata sirven
ahora. Cannata y su esposa son héroes misioneros contemporáneos.
406 Para la situación actual, véanse Partners in Mission, 1988-89, p. 9 y Barrett, op.
cit., p. 285.
407 Kane, op. cit., p. 372.
408 Partners in. . . 1988-89, p. 15.

Cap. V Los Bautistas en Africa Septentrional


409 Puede haberla, pero este autor no la encontró.
410 Wilson, Mission Handbook, p. 159.
411 Barrett, op. cit., p. 138.
412 Por supuesto. Dios en su providencia sorprendente bien podría superar las
barreras y asignar a los bautistas de algún país la tarea de evangelizar uno de estos
países.
413 Partners. . . 1988-89, p. 80; mas entrevistas con los misioneros Blankenship y ex
miembros de la iglesia en Fort Worth, Texas, 1980-82.
414 Cauthen, op. cit., p. 234.
415 Partners. . . 1988-89, p. 80.
416 Goddard, op. cit., p. 63.
417 Cauthen, op. cit., p. 235; entrevista personal con Hems en Beirut en junio de
1974.
418 Cabe destacar a las así llamadas “nuevas naciones” de Africa Meridional, creadas
por Sudáfrica dentro de su territorio y todavía bajo su protección. Me refiero a
Bophuthatswana, Lesotho, Swaziland y Transkei. La historia bautista de ellas se
encuentra en la sección sobre Sudáfrica. Basta decir aquí que la FMBSBC y otras
entidades bautistas tienen misioneros bautistas en los cuatro países. Para más sobre
ellas, véase Partners in Mission, 1988-89, pp. 8, 10, 12 y 13.
419 Como la Iglesia Católica Romana está haciendo desde el Concilio Vaticano II.

Parte IV LOS BAUTISTAS EN ASIA


Cap. I Los Bautistas en Medio Oriente
1 Citado en Roberto Glover, El Progreso de las Misiones Cristianas (El Paso: Casa
Bautista de Publicaciones, 1953), p, 265.
2 lbid., pp. 265-267.
3 Stephen Neill, A History of Christian Missions Nueva York: Penguin Books,
1964), pp. 303, 304.
4 Ibid., pp. 367, 368; Glover, op. cit., pp. 287-289.
5 Neill, op. cit., p. 368.
6 Graham y señora, ya jubilados, actúan como profesores en el Seminario Sudoeste
de Fort Worth, Texas, con este autor. Graham, juntamente con Lindsey, merece un
lugar de honor entre los grandes misioneros bautistas.
7 Baptist History and Heritage, Vol. IV, No. 2 (July, 1969), p. 107.
8 Véanse Cauthen y Means, Advance, pp. 218-220; 404-405 y Barrett, World
Christian Encyclopedia, p. 452.
9 Genevieve Greer, “Mission in Israel”, Encyclopedia of Southern Baptists, I
(Nashville: Broadman Press, 1958), p. 691.
Para la historia bautista en Israel, véanse Cauthen y Means, Advance, pp. 215-
Notas 617

218; 402, 403 y Partners in Mission, 1988-89, Richmond: FMB of SBC, p. 79; y Barrett,
op. cit., p. 401, 402.
11 Véanse Barrett, op. cit., p. 429; Cauthen y Means, op. cit., pp. 220-222; 403, 404;
y estadísticas de la Alianza Bautista Mundial.
12 Cauthen y Means, op. cit., pp. 222, 223.
13 Partners, p. 78.
14 Cauthen y Means, op. cit., pp. 233, 234; 406; Barrett, op. cit., p. 751 dice que hay
tres congregaciones con cincuenta miembros en Yemen del Norte.
15 Cauthen y Means, op. cit., pp. 235, 236; 402.
16 Este autor tuvo el privilegio de pasar unos días con los Leeper y sus miembros en
Turquía en 1974.
17 Cauthen y Means, op. cit., pp. 235 y 406.

Cap. II Los Bautistas en Asia Oriental

18 Siglo en que los primeros nestorianos llegaron a China. Aunque no eran católicos
romanos, comenzaron la tradición católica y abrieron surcos que los franciscanos y los
jesuítas siguieron cuando ellos iniciaron el catolicismo en China. La historia de las
misiones católicas en China es fascinante y muy instructiva para la obra misionera
evangélica. Véase G. Thompson Brown, Christianity in the People’s Republic of China
(John Knox Press, 1982); y Robert Hall Glover, El Progreso de las Misiones Cristianas
(El Paso: Casa Bautista de Publicaciones, 1953), pp. 170-199.
19 David Barrett, op. cit., p. 230 dice que había 1.295.000 evangélicos, pero pronto
aclara que 600.000 eran simpatizantes no más. Yo prefiero decir 936.000, estando de
acuerdo con la estadística de los Maryknoll Fathers, Donald Maclnnis, “Protestant and
Catholic Missions in South China: 1911-1986”, International Bulletin, Vol. 12, No. 1
(January, 1988), p. 7.
20 Estas cifras son de la FMBSBC. Puede ser que había otras iglesias bautistas
independientes no incluidas. Seguramente el pueblo bautista era mucho más grande,
Partners in Missions, 1988-1989, p. 57.
21 Cifras de Lewis Myers de la FMBSBC y de líderes evangélicos chinos
entrevistados en China por este autor en 1982 y 1986 (en Nanking y Shanghai). Véase
Denton Lotz, Spring Has Returned: Listening to the Church in China (McLean,
Virginia: BWA, 1986. Addresses, Testimonies and Bible Studies Given at the Baptist
World Alliance World Friendship Tour to China, July 8-13, 1986, Nanjing, China). El
que escribe participó en tal conferencia. Fue una experiencia inolvidable. La resurrec­
ción del cristianismo en China es posiblemente el acontecimiento más significativo en la
historia cristiana de este siglo.
22 Algunos historiadores dicen que los bautistas fueron los precursores aun de la
obra de Morrison que comenzó en 1807, porque en 1806 Josué Marshman, el brillante
lingüista bautista y colega de Carey en la India, empezó a traducir la Biblia al chino
desde su sede en la India. De hecho, terminó su traducción antes de Morrison, pero
Marshman realizó todo en su puesto en la India y se limitó a la traducción; y, por eso,
Morrison es generalmente reconocido como el iniciador del trabajo misionero en China.
Justo González, Historia de las Misiones (Buenos Aires: La Aurora, 1970), p. 278.
23 Cauthen y Means, op. cit., pp. 23, 27 y 77. Una nota de interés es que Issachar
Roberts fue el consejero espiritual del fundador de la famosa Rebelión Tai Ping, que era
un movimiento semicristiano. El y Shuck eligieron trabajar bajo los bautistas del sur
cuando ellos se separaron de los del norte en 1845. Juntamente con Clopton, eran los
primeros misioneros de la flamante Convención Bautista del Sur.
24 Cabe destacar la obra de Timoteo Richards, un bautista de Inglaterra que fue uno
de los más creativos de los misioneros. Véanse Neill, op. cit., p. 336; E. W. P. Evans,
Timothy Richard: A Narrative of Christian Enterprise and Statemanship in China
618 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

(Londres, 1945); Timothy Richard, Forty-five Years in China (Nueva York: 1916).
25 Un misionero murió asesinado por los Tai-pings aunque el movimiento fue
influido por bautistas y era semicristiano. Hay un museo en Nanking sobre el
Movimiento que este autor visitó en 1986. Véase Stephen Neill, op. cit., pp. 296-288 para
más información sobre este movimiento interesante.
26 La historia de las misiones bautistas se encuentra en varios libros: Juan Varetto,
Héroes y Mártires de la Obra Misionera (Buenos Aires: Junta de Publicaciones, 1958);
Robert Glover, El progreso de las Misiones (El Paso: Casa Bautista de Publicaciones,
1953); Cauthen y Means, op. cit.; Eugene Routh, The Word Overcoming the World
(Nashville: Broadman Press, 1941); M. Thomas Starkes, God’s Commissioned People
(Nashville: Broadman Press, 1984); W. O. Carver, The Course of Christian Missions
(Nueva York: Fleming Revel], 1934).
27 P. Damboriena, “Etapas, métodos y resultados de la penetración protestante en
China”, Studia Missionalia, IX, 1956, p. 71 citado en González, op. cit., p. 278.
28 En Nanjing en 1986 en que unos ochenta y ocho bautistas de todas partes del
mundo pasaron diez días en conferencia con unos veinticuatro lideres cristianos chinos.
29 W. O. Carver, op. cit., p. 204; A. D. Mason, Outlines of Missionary History
(Nueva York: Hodder and Stoughton, 1912), p. 113.
30 Carver, op. cit., p. 204; Cauthen y Means, op. cit., p. 87; y Routh, op. cit., p. 152.
Routh, comentando sobre Toy, dice que llegó a ser unitario. Toy, por un tiempo, era
novio de Carlota Moon, quien llegó a ser la famosa “Lottie Moon” de los bautistas del sur.
31 Barrett, op. cit., p. 423 en adelante. Barrett da una lista de los grupos bautistas y
las misiones que los empezaron. Casi todas las convenciones bautistas de Estados
Unidos tales como la FMBSBC, ABC, los suecos, alemanes, conservadores, et al., tienen
obras en Japón. La mayor parte llegaron después de la Segunda Guerra Mundial.
32 Cauthen y Means, op. cit., pp. 111, 112.
33 Para una explicación de las razones por este número grande de “simpatizantes” en
Japón, véase Barrett, op. cit., p. 420.
34 Las cifras de la obra en Japón fueron sacadas de Partners, p. 54; y Barrett, op. ^it.,
pp. 424, 425.
35 M. Thomas Starkes, op. cit., p. 335; Herbert Kane, op. cit., p. 274.
36 Cauthen y Means, op. cit., pp. 113-116, 345.
37 Ibid., p. 115; Patners, 1988-89, p. 55; Norman Cox (ed.), Encyclopedia of
Southern Baptists, 11, p. 755.
38 Barrett, op. cit., p. 444.
39 Justo González, op. cit., p. 284; Partners. . ., p. 56.
40 Cauthen y Means, op. cit., pp. 103-106.
41 Barrett, op. cit., p. 237.
42 Partners. . ., p. 57.
43 Barrett, op. cit., p. 236.
44 Cauthen y Means, op. cit., p. 347.
45 Neill, op. cit., pp. 470, 471.
46 Partners. . ., p. 54.
47 Los bautistas del sur y del norte no se habían separado en 1842; la división se
efectuó en 1845. Sobre Shuck y Roberts, véase Encyclopedia of Southern Baptists, Vol.
I, p. 650.
48 John Aberly, An Outline of Missions (Philadelphia: Muhlenberg Press, 1945), p.
113.
49 Cauthen y Means, op. cit., pp. 106-109.
50 Ibid., p. 341.
51 Barrett, op. cit., pp. 362, 363.
52 Véanse Partners. . ., p. 55; Cauthen y Means, op. cit., pp. 106-110; y Barrett, op.
cit., p. 465.
Notas 619

Cap. Ill Los Bautistas en Asia del Sur y del Sudoeste


53 Las cifras de los bautistas que son miembros de la Alianza Bautista Mundial
sumaban 975.575 en 1987.
54 Es interesante saber que Carey realmente prefería ir a Tahiti, o a otra isla del
Pacífico a raíz de su lectura de las aventuras del capitán Cook, pero fue persuadido por
su amigo Thomas a considerar la India.
55 Llamados “el trío Serampore” en muchos libros. De veras, es increíble el monto de
trabajo que hicieron bajo las condiciones adversas del día.
56 Véanse sobre Carey, Varetto, op. cit., pp. 38-40; Glover, op. cit., p. 120; Justo
González, op. cit., pp. 211-238; Neill, op. cit., pp. 261-266; y Kane, op. cit., p. 110;
también, Bulletin of Serampore College, 1965 y 1972, artículos sobre los comienzos de
esta primera universidad en la India.
57 Glover, op. cit., p. 143; Kane, op. cit., p. 114; Mason, op. cit., p. 77; Carver, op.
cit., p. 187 cuenta como la Unión estaba por abandonar la misión a los telugu en 1845 y
otra vez en 1853, pero debido a la intervención de Judson en 1845 y Jewett en 1853 se
salvó y unos años después cosechó la mies.
58 Véanse Kane, op. cit., pp. 114, 115; Neill, op. cit., pp. 364, 365, para el desarrollo
posterior.
59 Minutes, of the Second Quinquennial Conference of American and Canadian
Baptist Teluga Missions, Ongale, India, Dec. 28, 1895-Jan 2, 1896 (Madrás: M. E.
Publishing House, 1896).
60 Cauthen y Means, op. cit., pp. 238, 239; Encyclopedia of Southern Baptists, III,
p. 1775; Partners. . ., p. 61.
61 Barrett, op. cit., pp. 376-379.
62 Partners. . ., p. 61; cifras de la Alianza Bautista Mundial, 1987; por medio de
misioneros nacionales, se están realizando obras en todas las provincias de la India. Una
respuesta sorprendente se nota en Nagaland, donde evangelistas como Longri Ao están
dirigiendo un movimiento en masa hacia los bautistas.
63 Cauthen y Means, op. cit., p. 236; Kane, op. cit., pp. 125-127; Barrett, op. cit., pp.
542, 543.
64 Kane, op. cit., p. 129; Barrett, op. cit., p. 545.
65 Partners. . ., p. 63.
66 Barrett, op. cit., p. 545.
67 Kane, op. cit., p. 130.
68 Además de los de la FMBSBC, la Asociación de Bautistas para la Evangelización
Mundial, bautistas regulares de Estados Unidos, comenzaron su obra en 1956. Barrett,
op. cit., p. 166.
69 Cifras de la Alianza Bautista Mundial, 1987; Partners. . ., p. 66; y Cauthen y
Means, op. cit., p. 236.
70 Kane, op. cit., p. 145; “Missions: On the Road to Mandalay”, Time (June 3, 1966),
p. 41; Ecumenical Press Service, (March 5, 1964), No. 9, p. 94; Barrett, op. cit., p. 203.
71 The Baptist World, Vol. 12, No. 7 (Sep., 1966), p. 7; Barrett, op. cit., p. 202. Es
irónico que la expulsión de los misioneros ocurrió en el mismo centenario de la
organización de la Convención Bautista en Birmania en 1865.
72 Entrevista personal con Saboi Jum, líder bautista kachin, en Nueva Haven,
Estados Unidos, primavera de 1988.
73Además, hay que mencionar a sus tres esposas, Anne Hasseltine, Sarah Boardman
y Emily Chubbuck que le influyeron muchísimo. Sobre la vida de Judson, véase
Courtney Anderson, To the Golden Shore (Valley Forge: Judson Press, 1987 ed.).
74 Cuando no respondieron, Judson fue enviado por el grupo a Inglaterra para
investigar un nombramiento por la famosa Sociedad de Londres. Fue preso en Francia
620 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

por un tiempo antes de volver a Estados Unidos, donde fue nombrado por la flamante
“Board of Commissioners” de los congregacionalistas.
75 Véanse Kane, op. cit., pp. 147-149; Varetto, op. cit., pp. 48-55; Trevor Ling, “The
Baptists of Burma”, The Baptist World, Vol. II, No. 2. (Feb. of 1964), p. 7.
76 Cuando Boardman falleció luego, Judson se casó con Sarah Boardman cuando
falleció su primera esposa, Anne Hasseltine.
77 Barrett, op. cit., p. 203; Roberto Torbet, History of the Baptists (Valley Forge:
Judson Press, 1973 ed ), pp. 331-338; Kane, op. cit., p. 148.
78 La saga de los bautistas, misioneros y nacionales, durante la Segunda Guerra
Mundial, es una historia de heroísmo cristiano. Véase Paul Geren, Burma Diary (Nueva
York: Harper and Brothers, 1943), que elocuentemente cuenta el éxodo de los
misioneros de la ABFMS de Birmania.
79 La mejor fuente sobre este desarrollo es: Maung Shwe Wa, Burman Baptist
Chronicle (Rangoon: Burma Baptist Convention, 1963) que es una serie de cuarenta y
dos ensayos históricos que delinean el progreso de los bautistas desde Judson hasta
1963. Otros libros de valor sobre el particular son: James Knowles, Memoir o f Mrs. Ann
H. Judson (including a history of the American Baptist Mission in Burma) (Boston:
Lincoln and Edmonds, 1829); Randolph Howard, Baptists in Burma (Philadelphia:
Judson Press, 1931); E. R. Merriam, The Karen Mission (Boston: ABFMS, 1885);
Lybeth Hughes, Survey of the Burma Mission (Nueva York: Woman’s American Baptist
F. M. Society, 1924); Cochcrane, Gilmore and Roberts, Mission in Burma (Boston:
American Baptist Missionary Union, 1906); A. McLeish, Christian Progress in Burma
(Londres: World Dominion Press, 1932).
80 Cifras de la Alianza Bautista Mundial, 1987.
81 Barrett, op. cit., p. 203.
82 Un excelente ensayo sobre la obra en Birmania se encuentra en un escrito clásico,
A. H. Newman (ed.), A Century of Baptist Achievement (Philadelphia: American Baptist
Publication Society, 1901), pp. 183-194.
83 Partners. . ., p. 62; Kane, op. cit., pp. 136-140; Barrett, op. cit., pp. 506-508.
84 W. O. Carver, op. cit., pp. 107, 108.
85 González, op. cit., p. 247.
86 Kane, op. cit., p. 141; Partners. . ., p. 64.
87 Barrett, op. cit., p. 637; Alianza Bautista Mundial, 1987.
88 Barrett, op. cit., p. 636.
89 Cauthen y Means, op. cit., p. 359.
90 Partners. . ., p. 64.
91 Kane, op. cit., p. 154; Barrett, op. cit., pp. 472-474.
92 Encyclopedia o f Southern Baptists, 11, p. 814; Cauthen y Means, op. cit., pp. 126,
127.
93 Kane, op. cit., p. 158.
94 Cauthen y Means, op. cit., p. 128.
95 Barrett, op. cit., p. 475.
96 Cauthen y Means, op. cit., p. 358; Barrett, op. cit., p. 616; Partners. . ., p. 64; y
Kane, op. cit., p. 160. Cifras de la Alianza Bautista Mundial, 1987.
97 Cauthen y Means, op. cit., p. 358.
98 Partners. . ., p. 63.
99 Véanse las cifras en Barrett, op. cit., pp. 562-567.
100 Kane, op. cit., p. 194.
101 Ibid., p. 196; Barrett, op. cit., p. 567.
102 Encyclopedia of Southern Baptists, II, p. 1088.
103 Kane, op. cit., p. 198; Barrett, op. cit., p. 566.
104 Kane, op. cit., p. 201; Encyclopedia. . 11, p. 1089.
105 Barrett, op. cit., p. 567, Partners. . ., p. 66.
Notas 621

106 Barrett, op. cit., p. 567.


107Para más sobre las instituciones de los bautistas, véase Cauthen y Means, op. cit.,
pp. 120-123.
108 Kane, op. cit., p. 180.
109 Como por ejemplo, las iglesias entre los bataks. Ibid., p. 181 en adelante.
110 Para un relato de la obra de estos precursores ingleses, véase Ebbie Smith, God’s
Miracles: Indonesian Church Growth (Pasadena: William Carey Library, 1970), p. 16 en
adelante.
111Cauthen y Means, op. cit., pp. 353, 354; Kane, op. cit., p. 184; y Encyclopedia. ..,
I, p. 684.
112 Partners. . ., p. 61.
113 Barrett, op. cit., p. 386.
114 Este cálculo se basa en cifras de la Alianza Bautista Mundial de 1987 y los datos
de Barrett, op. cit., pp. 386, 387, del año 1982.
115 Para un panorama de la obra contemporánea, véanse Cauthen y Means, pp. 353,
354; y Partners. . ., p. 61.
116 Los Shuck, Clopton y otros en camino a China usaron Tailandia como una
puerta.
117 Cauthen y Means, op. cit., p. 123; Kane, op. cit., pp. 162, 165; Encyclopedia. . .
II. , p. 1405.
118 Encyclopedia. . ., II, p. 1405.
119 Partners. . ., p. 66; Cauthen y Means, op. cit., p. 360.
120 Encyclopedia. . ., II, p. 1405; Barrett, op. cit., p. 666.
121 Cauthen y Means, op. cit., p. 360.
122 Barrett, op. cit., p. 666.
123 Para más sobre esto, véase Partners. . ., p. 65.
124 Kane, op. cit., p. 170.
125 Cauthen y Means, op. cit., pp. 132-134; Ecumenical Press Service, No. 10,
(March 25, 1965), p. 54.
126 Cauthen y Means, op. cit., p. 362.
127 Partners. . ., p. 66.
128 Entrevistas personales con estudiantes refugiados.

Parte V LOS BAUTISTAS EN OCEANIA


Cap. I Los Bautistas en los Países de Oceania

1R. H. Glover, El Progreso de las Misiones (El Paso: Casa Bautista de Publicaciones,
1953), p. 400.
2 El título del libro era Voyages Around the World (Viajes alrededor del mundo).
3 H. Kane, A Global View of Christian Missions (Grand Rapids: Baker Book House,
1972), pp. 519-534; y Glover, op. cit., pp. 398-438 cuenta la historia de estas hazañas de
otras denominaciones.
4 Para averiguar la verdad, véase Albertine Loomis, Grapes o f Canaan: The True
Story o f Hawaii’s Missionaries (Honolulu: Hawaiian Mission Children’s Society, 1966).
5 Una biografía de McDonald es: Victor Koon, Charles J. McDonald: Baptist Pioneer
in Hawaii (Honolulu: Manuscrito inédito en posesión del que escribe, 1966) —regalado
al autor por Koon en Honolulu en 1957.
6 Ibid., p. 13; Chester Raymond Young, “A History of the Hawaii Baptist
Convention", tesis no publicada, Southern Baptist Theological Seminary, May 1959.
622 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Leída por este autor en la biblioteca de la Universidad de Hawaii, Honolulu, Diciembre,


1967.
7 Koon, op. cit., p. 14.
8 Young, op. cit., p. 27.
9 The Commission, Richmond: FMB de SBC, agosto de 1969, p. 18; Cauthen and
Means, Advance to Bold Mission Thrust (Richmond: FMB of SBC, 1980), pp. 135, 351.
10 Partners in Missions, 1988-1989 (Richmond: FMB of SBC, 1989), p. 66; David
Barrett, World Christian Encyclopedia (Londres: Oxford U. Press, 1982), p. 338.
11 Partners. . ., p. 65.
12 Ibid., p. 65.
13 Ibid., pp. 60, 66.
14 Ibid., p. 62; Barrett, op. cit., p. 517.
15 Partners. . ., p. 65; Barrett, op. cit., p. 198.
16 Kane, op. cit., pp. 530533‫־‬.
17 Barrett, op. cit., p. 554.
19 Ibid., p. 554; Kane, op. cit., p. 533.
19 Henry Kraemer, The Christian Message in a Non-Christian World (Londres:
James Clarke and Company, 1938), p. 39.

CONCLUSION
Contribuciones de los Bautistas

1 Las contribuciones que siguen son un resumen de varias clasificaciones


encontradas en Newman, McBeth, Torbet y, principalmente, en los libros de Roberto
Baker, profesor de este autor. Al doctor Baker, este autor le da gracias por su influencia y
enseñanzas reflejadas en este capitulo.
2 Roberto Baker, Los Bautistas en la Historia (El Paso: Casa Bautista de
Publicaciones, 1965), p. 128; sobre las contribuciones bautistas, véase también Roberto
Torbet, A History of the Baptists (Valley Forge: Judson Press, 1973), pp. 512-533.
BIBLIOGRAFIA
Aberly, John. A n O u t l i n e o f M i s s i o n s . Philadelphia: Muhlenberg Press, 1945.
Adams, C. C. and Marshall A. Talley. N e g r o B a p t i s t a n d F o r e i g n M i s s i o n s .
Philadelphia: FMB of National Baptist Convention USA, Inc., 1944.
Adedoyin, I. A. D r . J. T . A y o r i n d e : A S t u d y i n t h e G r o w t h o f t h e N i g e r i a n
B a p t i s t C o n v e n t i o n , Ibadan: Baptist Press, 1974.
Ade Ajaji, J. F. C h r i s t i a n M i s s i o n s i n N i g e r i a , 1 8 4 1 - 1 8 9 1 : T h e M a k i n g o f a
N e w E l i t e . Londres: Longmans, Green and Co., 1965.
Alarcon, Lidia D. de. V i d a d e H e r m i n i a B a g b y d e S o w e l l . Buenos Aires: Junta
Bautista de Publicaciones, 1964.
Allen, Catherine. T h e N e w L o t t i e M o o n S t o r y . Nashville: Broadman Press,
1980.
Amunátegui Solar, Domingo. E l S i s t e m a d e L a n c a s t e r e n C h i l e y e n o t r o s
p a í s e s s u d a m e r i c a n o s . Santiago: Imprenta Cervantes, 1895.
Anderson, Justice. C h u r c h - S t a t e P r o b l e m s A m o n g B a p t i s t s e n A r g e n t i n a .
Doctoral dissertation, SWBTS, 1965.
Anderson, Justo. C o l e c c i ó n R o b e r t o H o s f o r d . Documentos del ministerio de
Hosford, Biblioteca de J. C. A. Fort Worth, 1974.
_________ E l M o v i m i e n t o E c u m é n i c o . Buenos Aires: Junta Bautista, 1968.
A c t a s d e la P r i m e r a C o n v e n c ió n E v a n g é li c a B a u t i s t a d e la R e p ú b lic a
A r g e n t i n a . (31 de diciembre de 1908). Buenos Aires: Archivos de la
Convención, 1908.
A c ta s d a C o n v e n c a ó B a p tis ta B ra sile ira , 1 9 0 7 -1 9 1 6 . Río de Janeiro: Archivos
de la Convención, 1967.
A c ta s d a C o n v e n c a ó B a p tis ta B ra zile ira , 1 9 1 6 -1 9 3 5 . Río de Janeiro: Archivo
del Seminario, 1967.
A c t a s d e la U n ió n B a u t i s t a d e C h ile, 1 9 0 8 - 1 9 2 1 . Santiago: Archivo de la
Convención chilena, 1921.
A c t a s d e la S o c i e d a d E v a n g é lic a B a u t i s t a ( C h ile a n M i s s io n ) , 1921-1951.
Archivos de la Misión, Santiago.
Santiago: Archivos de la Conven­
A c t a s d e la C o n v e n c ió n c h ile n a , 1 9 0 8 - 1 9 5 8 .
ción chilena, 1967.
Arms, Goodsil F. H i s t o r y o f t h e W i l l i a m T a y l o r S e l f - S u p p o r t i n g M i s s i o n s i n
S o u t h A m e r i c a . Nueva York: The Methodist Book Concern, 1921.
Armstrong, O. K. and Marjorie M. Armstrong. T h e I n d o m i t a b l e B a p t i s t s .
Garden City, N. J.. Boubleday and Company, 1967.
Ayandele, E. A. T h e M i s s i o n a r y I m p a c t o n M o d e r n N i g e r i a . Londres:
Longmans, Green and Company, 1966.

623
624 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

_________ A V i s i o n a r y o f t h e A f r i c a n C h u r c h : M o j o l a A g b e b i , 1 8 6 0 - 1 9 1 7.
Nairobi: East African Publishing House, 1971.
Bagby, Helen. T h e B a g b y s o f B r a z i l . Nashville: Broadman Press, 1954.
_________ T w o D e c a d e s o f B a p t i s t B e g i n n i n g s i n B r a z i l . Thesis submitted,
SWBTS. Fort Worth: 1927.
Baker, Roberto. L o s B a u t i s t a s e n l a H i s t o r i a . El Paso: Casa Bautista de
Publicaciones, 1965.
T h e B a p t i s t W o r l d . Journal of the Baptist World Alliance, Washington, D. C.
B a p t i s t B e g i n n i n g s i n B r a z i l , E p i t o m e of. Rio de Janeiro: Archivos de la
Misión, 1967.
Barchwitz-Krauser, O. von. S i x Y e a r s w i t h B i s h o p T a y l o r i n S o u t h A m e r i c a .
Boston: McDonald and Gill, 1885.
Baresel, Ruth. J u l i u s K ó b n e r : S e i n L e b e n . Kassel: Verlag J. G. Onchen, 1930.
Barrett, David. S c h i s m a n d R e n e w a l i n A f r i c a . Nairobi: Oxford University
Press, 1968.
__________(ed.). W o r l d C h r i s t i a n E n c y c l o p e d i a . Oxford: Oxford University
Press, 1982.
Bastión, Jean Pierre. B r e v e H i s t o r i a d e l P r o t e s t a n t i s m o e n A m é r i c a L a t i n a .
México: Casa Unida de Publicaciones, S. A., 1986.
Batts, H. J. H i s t o r y o f t h e B a p t i s t C h u r c h i n S o u t h A f r i c a . Capetown: T.
Masken Miller, 1920.
Breaver, Pierce. “The Geneva Mission to Brazil”, R e f o r m e d J o u r n a l (July-
Aug., 1967), pp. 14-20.
Belinzón, Lorenzo. L a R e v o l u c i ó n E m a n c i p a d o r a U r u g u a y a y s u s D o g m a s
D e m o c r á t i c o s . Dos Tomos. Montevideo: Casa A. Barreiro y Ramos, S. A.,
1931.
Bell, Lester. W h i c h W a y i n B r a z i l ?. Nashville: Convention Press, 1965.
Bermudez Fernando. D e a t h a n d R e s u r r e c t i o n i n G u a t e m a l a . Maryknoll:
Orbis Press, 1986.
Berry, E. G. O s B a t i s t a s e m B r a s i l i a , 1 9 5 6 - 1 9 6 3 . Brasilia: Casa Publicadora,
1963.
Besson, Pablo. E s c r i t o s d e P a b l o B e s s o n . Dos tomos editados por Santiago
Canclini. Buenos Aires: Junta de Publicaciones 1948.
Bezerra, Benilton Carlos. I n t e r p r e t a c a o P a n o r á m i c a d o s B a t i s t a s . Rio de
Janeiro: Casa Publicadora, 1959.
B ib le S o c i e t y R e p o r ts , A m e r ic a n . I ( 1 8 1 6 - 1 8 3 8 ) .
B o l e t í n d e la A c a d e m i a N a c i o n a l d e l a H i s t o r i a A r g e n t i n a , XXV, 1964.
Bowen, T. J. A d v e n t u r e s a n d M i s s i o n a r y L a b o u r s i n S e v e r a l C o u n t r i e s i n t h e
I n t e r i o r o f A f r i c a f r o m 1 8 4 9 - 1 8 5 6 (2nd Edition —new introduction by E.
A. Ayandele). Londres: Frank Cass and Company, 1968.
Braga, Erasmo y Eduardo Monteverde. P a n - A m e r i c a n i s m o : A s p e c t o R e l i g i o s o .
Nueva York: Sociedad para la Educación Misionera, 1917.
_________ and Kenneth Grubb. T h e R e p u b l i c o f B r a z i l : A S u r v e y o f t h e
R e l i g i o u s S i t u a t i o n . Londres: World Dominion Press, 1932.
Braun-Menéndez, Armando. P e q u e ñ a H i s t o r i a F u e g u i n a . Buenos Aires:
Editorial Francisco de Aguirre, 1971.
Bratcher, L. M. F. F. S o r e n : C h r i s t ’s I n t e r p r e t e r t o M a n y L a n d s . Nashville:
Broadman Press, 1938.
Bibliografía 625

_________ T h e S e c r e t o f H i s P r e s e n c e . Nashville: Broadman Press, 1937.


_________ T h e A p o s t l e o f t h e A m a z o n . Nashville: Broadman Press, 1951.
Bratcher, Robert. L a n d o f M a n y W o r l d s . Nashville: Broadman Press, 1954.
B r a z i l M i s s i o n , C o r r e s p o n d e n c e w i t h R i c h m o n d , 1 9 1 6 - 1 9 2 5 . Archivos de la
Misión en Río de Janeiro, 1967.
Bretoñes, Lauro. R o t e i r o d o s B a t i s t a s . Río de Janeiro: Casa Publicadora, 1948.
B r i t i s h a n d F o r e i g n B i b l e S o c i e t y , R e p o r t of. Buenos Aires: Argentine Bible
Society (Años 1825-1836).
Cabestero, Teófilo. R e v o l u t i o n a r i e s f o r t h e G o s p e l . Maryknoll: Orbis, 1986.
Camacho, George. L a t i n A m e r i c a : A S h o r t H i s t o r y . London: Allen Lane,
1973.
Canclini, Agustina Varetto de. J u a n C . V a r e t t o , E m b a j a d o r d e C r i s t o . Buenos
Aires: Editorial Evangélica Bautista, 1955.
Canclini, Amoldo. D i e g o T h o m s o n . Buenos Aires: Asociación Sociedad Bíblica
Argentina, 1986.
_________ L o s B a u t i s t a s e n M a r c h a . Buenos Aires: Junta Bautista de
Publicaciones, 1959.
_________ H i s t o r i a l d e l C a s o J a r m a n , Buenos Aires: 1971.
_________ P r o c e s o h i s t ó r i c o d e l a o b r a j u v e n i l h a s t a n u e s t r o s d í a s . Ponen­
cia inédita. Buenos Aires: Biblioteca Seminario, 1972.
Canclini, Santiago. P a b l o B e s s o n : U n H e r a l d o d e l a L i b e r t a d C r i s t i a n a .
Buenos Aires: Junta Bautista de Publicaciones 1957.
_________ L o s E v a n g é l i c o s e n e l T i e m p o d e P e r ó n . El Paso: Editorial Mundo
Hispano 1972.
Carey, Eustace. M e m o i r o f W i l l i a m C a r e y , D. D ., Boston: Gould, Kendall and
Lincoln, 1836.
Carver, W. O. M i s s i o n s i n t h e P l a n o f t h e A g e s . Nueva York: Fleming Revell
Company, 1909.
_________ T h e C o u r s e o f C h r i s t i a n M i s s i o n s . Nueva York: Fleming Revell
Company, 1932.
Cativiela, Laura y Josie de Smith. M a x i m i n o F e r n á n d e z . Buenos Aires, Junta
Bautista de Pubbcaciones, 1960.
Cauthen, Baker James and Frank Means. A d v a n c e t o B o l d M i s s i o n T h r u s t ,
1 8 4 5 - 1 9 8 0 . Richmond: FMB of SBC, 1981.
Chastain, James Garvin. T h i r t y Y e a r s i n M e x i c o . El Paso: Baptist Publishing
House, 1927.
Clarke, W. H. T r a v e l s a n d E x p l o r a t i o n s i n Y o r u b a l a n d , 1 8 5 4 - 1 8 5 8 (J. A.
Atande, ed.). Ibadan: Ibadan University Press, 1972.
Costa, Delcio. C o l u n a s B a t i s t a s n o B r a s i l . Río de Janeiro: Casa Publicadora
Batista, 1964.
Crabtree, A. R. y Antonio N. de Mesquita. H i s t o r i a d o s B a t i s t a s d o B r a s i l . Dos
tomos. Río de Janeiro: Casa Publicadora Batista, 1937-1940.
_________ B a p t i s t s i n B r a z i l . Río de Janeiro: Casa Publicadora Batista,
1953.
Crane, James. A T h u m b n a i l S k e t c h o f B a p t i s t W o r k i n M e x i c o . México:
Mexican Mission, sin fecha.
Crespin, Jean. L o s M á r t i r e s d e R í o d e J a n e i r o . Buenos Aires: La Aurora, 1955.
626 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Dabbs, Norman H. D a w n O v e r t h e B o l i v i a n H i l l s . Canadá: Canadian Baptist


Foreign Mission Board, 1952.
Deiros, Pablo. L o s E v a n g é l i c o s y el P o d e r P o l í t i c o e n A m é r i c a L a t i n a . Buenos
Aires: Nueva Creación, 1986.
D’Epinay, Christian Lalive. E l R e f u g i o d e l a s M a s a s . Santiago: Editorial del
Pacífico, 1968.
Diener, W. M e d i o S i g l o d e T e s t i m o n i o p a r a C r i s t o . Temuco: Imprenta
Alianza, 1947.
Dimmitt, D. S t o r y o f M a d e i r a . New York: Eaton and Mains, sin fecha.
Duval, Louis M. B a p t i s t M i s s i o n s i n N i g e r i a . Richmond: FMB of SBC, 1928.
E c u m e n i c a l P r e s s S e r v i c e . Ginebra: Organo del Consejo Mundial de Iglesias.
E m e r a l d M o u n t a i n s . Naihville: Broadman Press, 1968.
E n c y c l o p e d i a M e n n o n i t e (Render and Smith, eds.). Scottdale, Penn: Menno-
nite Publishing House, T957.
E n c y c l o p e d i a o f S o u t h e r n B a p t i s t s . Nashville: Broadman Press, 1958. Tres
tomos.
Engel, Jorge. S e m b l a n z a d e l h i s t o r i a l d e l o s p r i m e r o s c r e y e n t e s b a u t i s t a s d e
h a b l a a l e m a n a e n E n t r e R í o s . Manuscrito inédito en biblioteca de Justo
Anderson, Fort Worth, 1968.
Entzminger, W. E. O s B a p t i s t a s n o P a s s a d o , n o P r e s e n t e e n o F u t u r o . Río:
Casa Publicadora Baptista, 1930.
Estep, W. R. (ed.) T h e L o r d ’s F r e e P e o p l e i n a F r e e L a n d : E s s a y s i n B a p t i s t
H i s t o r y i n H o n o r o f R o b e r t A. B a k e r . Fort Worth: Evans Press, 1976.
E l E x p o s i t o r B a u t i s t a . Organo de la Convención Bautista Argentina, mensual
desde 1911.
Fitte, Ernesto J. “Los Primeros Misioneros Protestantes en la Región Magalla-
nica”. E l E s t a n d a r t e (organo de los metodistas argentinos) Buenos Aires:
sin fecha.
Furlong, Guillermo. S a m u e l A. L a f o n e Q u e v e d o . Buenos Aires: Ediciones
Culturales Argentinas, 1964.
Gammell, William. A H i s t o r y o f A m e r i c a n B a p t i s t M i s s i o n s . Boston: Gould
Kendall and Lincoln, 1849.
Gill, Everett. P i l g r i m a g e t o B r a z i l . Nashville: Broadman Press, 1954.
Ginsburg, Soloman. A W a n d e r i n g J e w i n B r a z i l . Nashville: Broadman Press,
1921.
Glover, Robert Hall. E l P r o g r e s o d e l a s M i s i o n e s C r i s t i a n a s . El Paso: Casa
Bautista de Publicaciones, 1953.
Goddard, Burton, (ed.). T h e E n c y c l o p e d i a o f M o d e r n M i s s i o n s . Camden, N. J.:
Thomas Nelson and Sons, 1967.
González, Justo. H i s t o r i a d e l a s M i s i o n e s . Buenos Aires: La Aurora, 1970.
Goslin, Tomás S. L o s E v a n g é l i c o s e n l a A m é r i c a L a t i n a . Buenos Aires: La
Aurora, 1956.
Graham, Agnes. P i o n e e r i n g w i t h C h i r s t i n C h i l e . Nashville: Broadman Press,
1942.
Graves, C. P. T h e P l a n t i n g o f C h r i s t i a n i t y i n A f r i c a . Londres: Lutterworth
Press, 1948. Cuatro tomos.
Grijalva, Josué. H i s t o r y o f t h e M e x i c a n B a p t i s t s i n T e x a s , 1 8 8 1 - 1 9 8 1 . Dallas:
BGCT, 1982.
Bibliografía 627

Grimley, John B. and Gordon Robinson. C h u r c h G r o w t h i n C e n t r a l a n d


S o u t h e r n N i g e r i a . Grand Rapids: William Eerdmans, 1966.
Gwei, Soloman Nfor. H i s t o r y o f t h e B r i t i s h B a p t i s t M i s s i o n i n C a m e r o o n ,
w i t h B e g i n n i n g s i n F e r n a n d o Po. Ruschlikon: Baptist Seminary Thesis
1966.
Hagstrom, Sevend Aage. A H i s t o r y o f t h e D a n i s h B a p t i s t M i s s i o n i n R u a n d a -
B r u n d i , 1 9 2 8 - 1 9 5 7 . Ruschlikon: Baptist Seminary Thesis, 1958.
Hardy, Clem. S o S t r o n g O u r F a i t h . Waco: Baylor U. Press, 1955.
Hart, Joseph L. G o s p e l T r i u m p h s i n A r g e n t i n a a n d C h i l e . Richmond: FMB of
SBC, 1925.
Hervey, Winfred. T h e S t o r y o f B a p t i s t M i s s i o n s i n F o r e i g n L a n d s . St. Louis:
C. R. Barns Publishing Company, 1892.
High, Thomas. B a p t i s t W o r k i n N i g e r i a , 1 8 5 0 - 1 9 3 4 . Ibadad: Caxton Press
1970.
H i s t o r y o f B a p t i s t W o r k i n A r g e n t i n a . Richmond: Ch. Growth Committee of
FMB, 1970.
Hosford, Ella. D o ñ a R o s a d e b e t t i n : C e a s e l e s s S o w e r a n d R e j o i c i n g R e a p e r .
Belfast, Ireland: Irish Baptist Foreign Mission Board, sin fecha.
_________ R a ú l B e t t i n : R a i l w a y E n g i n e e r a n d G o s p e l P i o n e e r . Belfast: Irish
Baptist Foreign Mission Board, sin fecha.
Idowu, Bolaji. T o w a r d s A n I n d i g e n o u s C h u r c h . Londres: Oxford U. Press,
1965.
Johnson, L. L. I t H a p p e n e d i n B r a z i l . Oklahoma City: Messenger Press, 1960.
Jones, Judith MacKnight. S o l d a d o D e s c a n s a : U r n a E p o p e i a N o r t e A m e r i c a n a
s o b o s C e u s d o B r a s i l . Sao Paulo: Jarde, 1967.
Jones, Lewis. U n a N u e v a G a l e s e n S u d A m é r i c a . Trelew: La Colonia Galesa.
Bahia Blanca: Imprenta Martínez y Rodríguez, 1966.
O J o r n a l B a p t i s t a , 1901-1912. Organo de los bautistas brasileños. Río de
Janeiro: Archivo de la Casa, 1967.
Kalu, Ogbu. C h r i s t i a n i t y i n W e s t A f r i c a : T h e N i g e r i a n S t o r y . Ibadan: Daystar
Press, 1978.
Kane, J. Herbert. A G l o b a l V i e w o f C h r i s t i a n M i s s i o n s . Grand Rapids: Baker
Book House, 1971.
Kessler, J. B. A. Jr. A S t u d y o f t h e O l d e r P r o t e s t a n t M i s s i o n s a n d C h u r c h e s i n
P e r u a n d C h i l e . Goes: Oosterbaan & Cointre, 1967.
Kidder, Daniel. R e m i n i s c e n c i a s d e V i a g e n s e P e r m a n e n c i a n o B r a s i l Sao
Paulo: Livravia Martins, 1940.
Kraemer, H. T h e C h r i s t i a n M e s s a g e i n a N o n - C h r i s t i a n W o r l d . Londres:
James Clarke and Co., 1938.
Latourette, K. S. T h e s e S o u g h t a C o u n t r y . Nueva York: Harper and Brothers,
1950.
Leonárd, Emile G. H i s t o r i a G e n e r a l d e l P r o t e s t a n t i s m o . Madrid: Ediciones
Península, 1967. Cuatro tomos.
_________ O P r o t e s t a n t i s m o B r a s i l e i r o . Sao Paulo: ASTE, 1963.
Léry, Jean de. J o u r n a l d e B o r d d e J e a n d e L é r y e n la T e r r e d e B r a s i l , 1 5 5 7 .
París: Editions de París, 1957.
Lewin, Boleslao. S u p r e s i ó n d e l a I n q u i s i c i ó n y L i b e r t a d d e C u l t o s e n la
A r g e n t i n a . La Plata: Universidad Nacional de La Plata 1956.
628 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

L ib r o d e A c t a s d e la C o m is ió n A s e s o r a , 1 9 3 1 - 1 9 4 5 . Buenos Aires: Archivos de


la Convención, 1945.
Lockett, Elkin Lightfoot. B a s i l L e e L o c k e t t : A B e l o v e d P h y s i c i a n . Richmond:
FMB of SBC, 1936.
Lord, Townley. B a p t i s t W o r l d F e l l o w s h i p . Londres: Carey-Kingsgate Press,
1955.
Loredo, Ignacio. U n H o m b r e , U n P u e b lo : L o s b a u t i s t a s a r g e n t i n o s a c i e n a ñ o s
d e l a l l e g a d a d e P a b lo B e s s o n . Buenos Aires: Casa Bautista de Publicacio­
nes, 1981.
L o s q u e A b r i e r o n e l C a m i n o . Buenos Aires: Junta Bautista de Publicaciones,
1962.
MacDonald, Roderick D. D i a r y , 1 8 8 9 - 1 9 0 4 . Unplished diary of the son of W.
D. T. MacDonald, Santiago: Archivos, 1967.
Maddry, Charles. C h r i s t ’s E x p e n d a b l e s . Nashville: Broadman Press, 1949.
_________ D a y D a w n i n Y o r u b a L a n d . Nashville: Broadman Press, 1939.
Matthews, Rev. A. C r ó n i c a d e l a C o l o n i a C a l e s a d e l a P a t a g o n i a . Buenos
Aires: Editorial Reigal, 1954.
McBeth, León. H o m b r e s C l a v e s e n L a s M i s i o n e s . El Paso: Casa Bautista de
Publicaciones, 1980.
__________T h e B a p t i s t H e r i t a g e : F o u r C e n t u r i e s o f B a p t i s t W i t n e s s .
Nashville: Broadman Press, 1987.
McLean, J. H. H i s t o r i a d e l a I g l e s i a P r e s b i t e r i a n a e n C h i l e . Santiago:
Imprenda Universitaria, 1932.
Mesquita, Antonio Neves de. H i s t o r i a d o s B a t i s t a s e m P e r n a m b u c o . Recife:
Tipografía do CAB, 1930.
M i n u t e s o f t h e A r g e n t i n e B a p t i s t M i s s i o n , 1 9 0 4 - 1 9 6 9 . Buenos Aires: Archivos
de la Misión, 1969.
M i n u t e s o f t h e S o u t h B r a z i l M i s s i o n , 1 9 1 0 - 1 9 3 5 . Río de Janeiro: Archivos de la
Misión, 1967.
Montemayor, Cosme. H i c k e y , e l F u n d a d o r . México: Convención Bautista,
1962.
Monti, Daniel. P r e s e n c i a d e l P r o t e s t a n t i s m o e n e l R í o d e L a P l a t a . Buenos
Aires: La Aurora, 1969.
_________ L a P r e s e n c i a R e l i g i o s a e n lo s H o m b r e s d e M a y o . Buenos Aires:
Editorial La Aurora, 1965.
Moore, Cecil. L o s E v a n g é l i c o s e n M a r c h a . Santiago: Editorial El Lucero, 1959.
_ _ _______ V i d a d e A g n e s G r a h a m . Santiago: Imprenta Wilson, 1954.
_________ H o m b r e s y H e c h o s B a u t i s t a s d e C h i l e . Santiago: Librería El
Lucero, sin fecha.
Moreira, Zaqueu e Ramos André. P a n o r a m a B a t i s t a e n P e r n a n b u c o . Casa
Publicadora, 1964.
Morrell, Z. N. F l o w e r s a n d F r u i t s i n t h e W i l d e r n e s s . Irving: Griffin Graphics,
1872 reprint.
Neill, Stephen. A H i s t o r y o f C h r i s t i a n M i s s i o n s . Baltimore: Penguin Books,
1964.
_________ and Gerald Anderson, C o n c i s e D i c t i o n a r y o f t h e C h r i s t i a n W o r l d
M i s s i o n . Nueva York: Abingdon Press, 1971.
Bibliografía 629
Nelson, Wilton. A H i s t o r y o f P r o t e s t a n t i s m i n C o s t a R i c a . Lucknow, India:
Lucknow Publishing Center, 1963.
Newman, A. H. A C e n t u r y o f B a p t i s t A c h i e v e m e n t . Philadelphia: American
Baptist Publication Society, 1901.
Oduyoye, Modupe. T h e P l a n t i n g o f C h r i s t i a n i t y i n Y o r u b a l a n d . Ibadan:
Daystar Press, 1969.
Oliver, A. Ben. B a p t i s t s B u i l d i n g i n B r a z i l . Nashville: Broadman Press, 1942.
Oyarzún, A. R e m i n i s c e n c i a s d e la O b r a E v a n g é l i c a e n C h i l e . Valdivia:
Imprenta Alianza, 1921.
Pacheco, Elizabeth Condell de. E l P a s t o r d e l a F r o n t e r a : G u i l l e r m o M a c D o ­
n a l d : S u V i d a y s u s O b r a s . Temuco: Editorial El Lucero, 1941.
Page, Jesse. T h e B l a c k B i s h o p S a m u e l C r o w t h e r . Londres: Hodder and
Staughton, 1908.
Patterson, Frank. A C e n t u r y o f B a p t i s t W o r k i n M e x i c o . El Paso: Baptist
Spanish Publishing House, 1979.
Payne, Ernest. F r e e d o m i n J a m a i c a . Londres: Carey Press, 1946.
Pereira, A. S e m b l a n z a s E v a n g é l i c a s . El Paso: Casa Bautista de Publicaciones,
1963.
Pluis, Teresa. E l P a s t o r d e l C o r a z ó n B o n d a d o s o : V i d a d e R o b e r t o F. E i d e r .
Buenos Aires: Junta Bautista de Publicaciones, 1963.
Porter, Paul. F o r t y Y e a r s i n B r a z i l . Waco: Henson Printing Company, 1979.
Ray, Susan and Cecil. C o o p e r a t i o n : T h e B a p t i s t W a y t o a L o s t W o r l d .
Nashville: Stewarship Comission, 1985.
Ray, T. B. S o u t h e r n B a p t i s t F o r e i g n M i s s i o n s . Nashville: S. S. Board of SBC,
1910.
Reid, Orvil. T h e C h a l l e n g e o f M e x i c o t o M i s s i o n s . Guadalajara: Baptist Student
Print Shop, 1952.
Roberson, C. F. T h e B o w e n P a p e r s . Ogbomosho: Library of the Nigerian
Baptist Seminary, 1974.
_________ C o l l e c t i o n o f M a t e r i a l s o n N i g e r i a n B a p t i s t H i s t o r y . Ogbomos­
ho: Library of Baptist Seminary, 1962.
Rodríguez, J. M. (ed.). L o s B a u t i s t a s e n l a s R e p ú b l i c a s d e l P l a t a . Buenos
Aires: Junta Bautista de Publicaciones, 1930.
Ross, J. Wilson, S o w i n g t h e S e e d i n S p a n i s h . El Paso: Baptist Spanish
Publishing House, 1962.
Routh, E. C. T h e W o r d O v e r c o m i n g t h e W o r l d . Nashville: Broadman Press,
1941.
Sadler, George. A C e n t u r y i n N i g e r i a . Nashville: Broadman Press, 1950.
Schneider, G. G o : A G r a p h i c P o r t r a y a l o f a C h r i s t i a n M i s s i o n a t W o r k i n t h e
C a m e r o o n s . Forest Park, 111.: N. A. Baptist General Conference, 1957.
Schweinsberg, H. W. I n c a G o l d . Nashville: Broadman Press, 1951.
Sibley, Inez. T h e B a p t i s t s o f J a m a i c a . Kingston: Jamaica Baptist Unión, 1965.
Smith, Josie de. L l a m a d o s p o r e l S e ñ o r . Buenos Aires: junta Bautista de
Publicaciones, 1963.
Sowell, Benjamin Luther. P i o n e e r P a r s o n . Biografía inédita de Sidney Sowell,
escrita por su hijo. Buenos Aires: Biblioteca del Seminario Bautista, 1946.
Speer, Robert. C h r i s t i a n W o r k i n S o u t h A m e r i c a . Nueva York: Fleming Revell
Company, 1925.
630 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Starkes, Thomas M. G o d ’s C o m m i s s i o n e d P e o p le . Nashville: Broadman Press,


1984.
Taylor, J. V. and D. A. Lehmann. C h r i s t i a n s o f t h e C o p p e r b e l t : T h e G r o w t h o f
t h e C h u r c h i n N o r t h e r n R h o d e s i a . Londres: SCM Press 1961.
Taylor, William. O u r S o u t h A m e r i c a n C o u s i n s . New York: Nelson and
Phillips, 1878.
__________S h a r i n g W i t h N e i g h b o r A m e r i c a . Nashville: Broadman Press,
1935.
Thomson, James. L e t t e r s o n t h e M o r a l a n d R e l i g i o u s S t a t e o f S o u t h A m e r i c a .
Londres: James Nisbet, 1827.
Titterington, Sophie B. A C e n t u r y o f B a p t i s t F o r e i g n M i s s i o n s . Philadelphia:
American Baptist Publication Society, 1891.
Torbet, Robert. A H i s t o r y o f t h e B a p t i s t s . Valley Forge: Judson Press, 1973.
_________ Faircloth (trad.). E s b o c o d a H i s t o r i a d o s B a p t i s t a s . Leiria,
Portugal: Edicoes Vida Nova, 1959.
Trevino, Alejandro. C i n c u e n t a A ñ o s e n e l M i n i s t e r i o . El Paso: Casa Bautista
de Publicaciones, 1937.
__________H i s t o r i a d e l o s T r a b a j o s B a u t i s t a s e n M e x i c o . El Paso: Casa
Bautista de Publicaciones, 1939.
Tupper, H. A. T h e F o r e i g n M i s s i o n s o f t h e S B C . Philadelphia: American
Baptist Publication Society, 1880.
__________A D e c a d e o f F o r e i g n M i s s i o n s 1 8 8 0 - 1 8 9 0 . Richmond: FMB of
SBC, 1891.
Varetto, Juan. D i e g o T h o m s o n : A p ó s t o l d e l a I n s t r u c c i ó n P ú b l i c a e I n i c i a d o r d e
l a O b r a E v a n g é l i c a e n l a A m é r i c a L a t i n a . Buenos Aires: Imprenta
Evangélica, 1918.
Vergara, Ignacio. E l P r o t e s t a n t i s m o e n C h i l e . Santiago: Editorial del Pacífico.
1962.
Villalpando, Waldo Luis. (ed.). L a s I g l e s i a s d e l T r a s p l a n t e . Buenos Aires:
Centro de Estudios Cristianos, 1970.
Webster, James Bertin. T h e A f r i c a n C h u r c h e s A m o n g t h e Y o r u b a . Oxford:
Clarendon Press, 1964.
Weld, Wayne. A n E c u a t o r i a n I m p a s s e . Chicago: Evangelical Covenant
Church, 1968.
Westrup-Puentes, Horacio. P a l a d i n e s d e l E v a n g e l i o e n M e x i c o . Buenos Aires:
La Aurora, 1953.
Willems, Emilio. F o l l o w e r s o f t h e N e w F a i t h . Memphis: Vanderbilt U. Press,
1967.
Wright, Mary E. T h e M i s s i o n a r y W o r k o f t h e S B C . Philadelphia: American
Baptist Publication Society, 1902.
Young, Chester Raymond. A H i s t o r y o f t h e H a w a i i B a p t i s t C o n v e n t i o n :
Louisville, Kentucky: ThM Thesis, SBTS, 1959.
Indice
Adventistas, 81, 98, 127, 151, 218, Angola, 139, 269, 406-08, 410, 473
229, 289, 315, 322, 344, 347, 354, Antigua, 353-55, 356, 357
371, 374, 381, 382, 384, 385, 413, Antillas Holandesas, 374-75
487 Antillas Mayores, 353, 354, 356, 357,
Africa, 139, 241, 279, 339, 341, 347, 374
359, 375, 389, 390, 393- 498, 501, Antillas Menores, 380-86
550 Argelia, 494
_____ Central, 396, 405, 411, 414, Argentina, 10, 16, 81, 84, 85, 89, 98,
415, 430, 464-79, 497 107, 111, 112, 125, 126, 128, 130,
_____ Meridional, 396, 397-420, 131, 132, 135, 137, 138, 142, 150,
497 152, 153, 154, 155, 163-213, 215,
_____ Occidental, 178, 241, 386, 219, 221, 222, 223, 226, 227, 228,
396, 421-63, 465, 480, 497 229, 230, 231, 232, 233, 251, 268,
_____ Oriental, 396, 419, 475, 480- 269, 271, 280, 281, 291, 292, 307
93, 497 390
_____ Septentrional, 396, 494-97 Aruba, 328, 374
Agbebi, Mojola, 439, 440, 441, 442, Asambleas de Dios, 218, 305, 316
443, 445, 446, 448 322, 344
Alemania, 24, 140, 141, 173, 239, Asia, 11, 191, 419, 499-542, 550
268, 350, 469 -------- del Sur y del Sudeste, 499,
Alianza Bautista Mundial, 40, 158, 521-42
224, 245, 269, 328, 369, 395, 428, _____ Orienta], 499, 510-20
453, 503, 513, 515, 523, 531, 535, Asociación Bautista para la Evangeli-
541 zación Mundial, 68, 129, 534, 550
Alianza Cristiana y Misionera, 66, 98, Australia, 10, 84, 139, 402, 525, 537,
127, 141, 143, 145, 148, 149, 150, 546, 549
151, 163, 176, 177, 178, 179, 185, Austria, 469
188, 204, 256, 422, 460, 462, 540,
541
América Latina, 13-324, 373, 395 Bagby, Guillermo, 151, 152, 153, 180,
Anabautismo, anabautistas, 144, 552 192, 240, 244-48, 249, 250, 252
Anglicanismo, anglicanos, 18, 20, 253, 256, 270, 271, 347
137, 169, 178, 229, 239, 240, 289, Bahamas, 327, 328, 329-34, 335, 348,
304, 330, 331, 334, 336, 337, 347, 378, 379
354, 356, 359, 371, 374, 375, 377, Bangladesh, 521, 524, 525
380, 381, 382, 384, 385, 387, 398, Barbados, 280, 328, 355, 356, 357,
403, 408, 410, 417, 422, 429, 432, 375, 379, 380-81, 382
437, 451, 481, 482, 484, 486, 487, Barocio, Ernesto, 38, 40, 43, 48 50
501, 506, 507, 529, 538, 549 52, 54

631
632 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Barocio, Teófilo, 34, 35, 36, 43, 52, 537, 538, 539, 540, 541, 542, 546,
364-65, 367 547, 548, 549
Bautismo, _____ generales, 453, 456, 547
_____ infantil, 21, 22, 174, 247 _____ independientes, 57, 77, 419,
_____ por aspersión, 22, 67, 282, 451, 486, 494, 546
307, 308 _____ “Mid Missions”, 68, 77, 129,
_____ por inmersión, 22, 43, 67, 268, 317, 341, 343, 348, 352, 384,
149, 174, 177, 282, 307, 308, 362, 385, 391, 427, 451, 472, 473, 474,
438 475, 476
Bautistas, Bautista, Josué G., 43, 50, 52, 53
_____ conservadores (EE.UU.), 59, Bélgica, 173, 304, 334, 469, 470
62, 204, 212, 267, 293, 317, 335, Belice, 296, 304, 334-36
336, 352, 419, 457, 460, 461, 472, Bell, Pablo, 275, 282, 283, 291-92,
478, 487, 507, 517, 518, 522, 523, 308, 309, 311, 316
524, 533, 534, 535, 538, 546 Benin, 453-55
_____ de libre albedrío, 225, 293, Bermuda, 329, 336-37, 356, 379
351, 369, 457 Besson, Pablo, 138, 169, 172-76, 178,
_____ del norte (EE.UU.), 24, 26, 179, 181, 184, 186, 190, 194, 204,
28, 32, 34, 57, 174, 275, 298, 316, 212, 219, 221, 291
323, 351, 364, 471, 514, 523 Birmania, 240, 244, 419, 514, 521,
_____ del séptimo día, 391, 412, 525-28, 529, 538
413 523 Bolivia, 82, 84, 99, 103-21, 125, 128,
_____ del sur (EE.UU.), 17, 26, 28, 135, 148, 226, 267, 269, 281
30, 31, 32, 57, 69, 70, 71, 73, 74, Bonaire, 374, 375
77, 84, 85, 89, 98, 99, 108, 119, Botswana, 410-11
120, 128, 129, 130, 153, 154, 173, Bowen, T. J., 241-42, 430-34, 435,
179, 219, 223, 230, 233, 241, 242, 436, 437, 450, 454, 460, 471
243, 245, 248, 249, 250, 251, 255, Brasil, 10, 11, 41, 77, 85, 118, 120,
256, 257, 258, 259, 260, 261, 263, 149, 151, 152, 153, 154, 168, 169,
264, 266, 267, 275, 281, 282, 284, 180, 185, 188, 191, 207, 215, 221,
290, 291, 292, 300, 301, 306, 309, 225, 227, 230, 237-71, 281, 333,
310, 317, 318, 323, 327, 333, 335, 339, 347, 353, 365, 396, 406, 407,
336, 338, 339, 342, 343, 344, 345, 408, 409, 419, 434, 467, 515, 530
346, 347, 348, 349, 353, 354, 356, Brunei, 532, 549
357, 360, 361, 362, 364, 373, 374, Burkina Faso, 459-60, 461
376, 377, 378, 379, 380, 381, 383,
384, 385, 390, 391, 402, 404, 407, Calvinismo, calvinistas, 169, 170,
408, 409, 410, 411, 412, 413, 415, 171, 239
416, 417, 418, 419, 422, 423, 426, Cambodia, 539
427, 428, 430, 432, 433, 435, 436, Camerún, 423, 464, 466, 468-70
438, 442, 443, 444, 445, 446, 447, Campaña de las Américas, 61, 211,
448, 451, 452, 454, 455, 456, 457, 264, 268, 269, 318, 333, 337, 338,
459, 460, 461, 462, 463, 466, 467, 348
472, 478, 480, 482, 485, 487, 488, Canadá, 18, 107, 108, 111, 115, 120,
490, 491, 492, 495, 496, 503, 504, 178, 280, 347, 354, 407, 415, 428,
505, 506, 507, 508, 509, 513, 514, 444, 516, 522, 524, 530, 546
515, 516, 518, 519, 520, 523, 524, Canclini, Amoldo, 11, 171, 172, 194,
525, 528, 530, 531, 533, 534, 535, 212, 389
Indice 633

CancÜni, Santiago, 11, 190, 191, 192, Cuba, 34, 72, 74, 83, 105, 130, 149,
194, 195, 201, 203, 204, 209 152, 153, 154, 274, 284, 299, 301,
Canut de Bon, Juan Bautista, 139, 328, 357-69, 372, 489
142-43, 145 Curacao, 76, 328, 374
Carey, Guillermo, 146, 290, 331, 334, Chad, 427, 452, 474-76, 494
351, 375, 388, 402, 421, 465, 521- Chastain, J. G., 37, 38, 39, 40
22, 524, 525, 526, 527, 536, 545, Cheavens, Juan, 19, 38, 39, 40, 43,
552 51
Caribe, 10, 16, 66, 82, 85, 135, 275, Chile, 10, 11, 16, 41, 47, 81, 84, 85,
325-91, 396 98, 103, 109, 125, 127, 133-62,
Carroll, B. H., 244, 271 167, 184, 188, 189, 192, 203, 206,
Casa Bautista de Publicaciones, 10, 221, 230, 232, 237, 253, 256, 259,
11, 43, 50, 52, 54, 55-56, 67, 68, 271, 291
99, 101, 131, 186, 194, 275, 282, China, 10, 241, 244, 306, 328, 333,
308, 316 347, 369, 465, 475, 482, 510, S ll-
Catolicismo, 20, 92, 93, 95, 134, 217, IS, 516, 519, 520, 521, 531, 534,
226, 227, 240, 246, 270, 275, 299, 537, 538, 541, 546, 547
302, 303, 306, 314, 346, 358, 359, Chipre, 504
360, 386, 409, 470, 511, 529, 536,
540 Davis, J. E., 42, 43, 47, 51, 68, 308
Clark, Alba Montes de Oca de, 132, De la Torre, Carlos, 189, 191, 192,
211 206
Clark, Carlos, 71, 76 Diaz, Alberto J., 361-62, 363, 364,
Colombia, 10, 16, 68, 69, 70, 71, 79- 365
92, 99, 105, 125, 129, 135, 203, Diaz, Santiago, 24, 25, 27
287, 288, 342, 358, 366, 367, 390 Dinamarca, 472
Conferencia General Bautista (sue­ Discípulos de Cristo, 36, 229, 373,
cos, EE.UU.), 59, 62, 204, 212, 539
267, 473, 489-90, 534 Dominica, 380, 381-82, 384
Confraternidad Bautista Mundial,
284, 286, 477 Ecuador, 16, 79, 80, 90, 93-102, 125,
Confraternidad de Bautistas Bíblicos, 135, 237, 300, 342, 355
57, 59, 490, 549 Egipto, 496-97, 502, 506
Congo (Brazzaville), 407, 451, 461, El Salvador, 273, 274, 275, 298, 299,
473-74 308, 314, 316, 318, 321-24, 372
Congregacionalistas, 134, 137, 138, Escocia, 16, 146, 147, 165, 241, 256,
149, 166, 167, 168, 169, 170, 171, 335, 380, 409, 411, 415, 503, 546
217, 240, 246, 248, 249, 337, 360, España, 10, 15, 16, 24, 79, 82, 142,
371, 372, 398, 400, 409, 410, 414, 175, 192, 212, 230, 238, 269, 274,
424, 502, 526, 527, 536, 549 287, 314, 321, 329, 340, 350, 357,
Corea, 353, 510, 515-17, 533 358, 369, 370, 377, 464, 466, 467,
Corti, José, 67, 68, 69, 70, 72 469, 533, 547
Costa de Marfil, 456-58 Espinoza, Honorio, 155, 158, 159
Costa Rica, 10, 69, 179, 273, 274, Estados Unidos de Norteamérica, 11,
275, 277-86, 291, 308 17, 18, 19, 23, 25, 26, 27, 28, 29,
Crowe, Federico, 304-05, 334, 335 31, 32, 33, 34, 37, 41, 44, 46, 47,
Cuáqueros, 136, 165, 305, 315, 387, 48, 52, 53, 54, 64, 66, 67, 69, 70,
422, 471 71, 73, 74, 77, 82, 83, 84, 97, 98,
634 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

99, 101, 103, 112, 119, 120, 125, Fundamentalismo, fundamentalistas,


126, 127, 128, 129, 132, 133, 141, 57, 284, 286, 301, 316, 317, 341,
142, 146, 147, 151, 153, 154, 155, 348, 352, 379, 380, 381, 384, 391,
161, 163, 166, 167, 168, 173, 174, 409, 472, 477, 490, 492, 517, 518,
176, 179, 189, 191, 193, 195, 196, 523, 534, 535, 538, 549
201, 204, 207, 219, 221, 229, 230,
240, 241, 243, 244, 248, 249, 250, Gabon, 464
252, 255, 256, 260, 262, 264, 267, Gales, 169, 170, 171, 173, 443, 444
269, 273, 274, 275, 280, 281, 282, Gambia, 463
283, 284, 286, 287, 288, 289, 290, Gardiner, Allen, 106, 136-37, 139,
293, 295, 298, 299, 300, 301, 305, 145, 197, 229
306, 308, 310, 314, 317, 318, 322, Gaza, 507, 508
323, 327, 332, 333, 335, 337, 338, Ghana, 440, 4 5 0 4 6 2 ,459 ,
339, 340, 341, 342, 344, 345, 346, Ginsburg, Salomön, 248, 249-50,
348, 349, 350, 351, 352, 353, 354, 252, 253, 254, 257
355, 356, 357, 358, 360, 362, 363, Grenada, 380, 382-84, 385, 391
364, 367, 369, 370, 373, 374, 376, Guadalupe, 328, 344-46, 353
377, 378, 380, 381, 382, 383, 384, Guam, 54748‫־‬
385, 386, 388, 390, 391, 402, 403, Guatemala, 72, 274, 275, 280, 291,
404, 406, 408, 409, 410, 412, 413, 302-12, 314, 315, 316, 317, 323,
415, 419, 421, 422, 424, 425, 426, 334, 335, 353
427, 428, 429, 430, 432, 433, 434, Guayana, 79, 335, 346-49, 383, 465
435, 438, 439, 440, 441, 442, 444, Guayana Francesa, 328, 344
446, 447, 451, 452, 453, 455, 456, Guinea, 269, 462-63
457, 458, 460, 461, 462, 463, 469, Guinea Ecuatorial, 464-68
471, 472, 474, 475, 478, 480, 482,
487, 488, 489, 490, 494, 495, 502, Haiti, 327, 328, 339, 340, 341, 349-
503, 504, 505, 507, 508, 512, 513, 53, 372, 388
514, 516, 517, 518, 521, 522, 523, Haie, Sara, 34, 38, 50, 51
524, 527, 533, 534, 537, 538, 545, Harden, J. M., 433, 435, 436
546, 547, 548, 549 Harden, Sara, 435, 436-37, 438, 439,
Etiopía, 387,’ 489-92, 493 440, 442
Europa, 25, 66, 141, 172, 177, 191, Hart, J. L., 84, 85, 98, 154, 155, 157,
192, 201, 215, 233, 249, 250, 252, 180, 181, 182, 183, 186, 188, 191,
275, 340, 350, 369, 397, 403, 419, 193, 196, 230, 232, 307
422, 501, 509, 513 Hawaii, 10, 540, 545-47
Hawthome, A. T., 30, 240, 242-43,
Fernández, Maximino, 182-83, 185, 244, 246
187, 191, 193, 230-32 Hermanos Libres, 66, 67, 107, 178,
Fiji, 548 179, 185, 218, 316, 415
Filipinas, 353, 358, 520, 531, 533-35, Hickey, Santiago, 18-21, 22, 23, 28,
539, 545 29
Finlandia, 423, 469 Holanda, 328, 374, 375, 423, 469,
Fluomoy, Guillermo M., 29, 30 528, 535
Francia, 173, 174, 238, 239, 269, Honduras, 273, 274, 275, 291, 292,
335, 340, 344, 346, 350, 381, 418, 295, 298, 306, 310, 313-19, 349
419, 423, 453, 455, 457, 458, 461, Hong Kong, 10, 510, 519-20, 530,
468, 469, 470, 474, 476, 540, 548 549
Indice 635

Hosford, Roberto, 128, 177, 178-79, Judson, Adoniram, 240, 388, 419
181, 190, 194, 197-98, 212 526-27, 528
Huterianos, 226
Kenya, 382, 480, 481, 482, 483, 484-
86, 493
Iglesia Católica Romana, 15, 16, 17,
Knibb, Guillermo, 331, 388, 389, 465
28, 45, 46, 49, 60, 65, 80, 81, 84,
91, 94, 95, 107, 123, 124, 125,
126, 134, 137, 142, 143, 246, 247, Lacy, G. H., 42, 44, 47, 49, 53, 54, 56,
274, 277, 288, 289, 294, 302, 303, 60, 63
305, 307, 314, 322, 340, 347, 370, Landmarkismo (hitoismo), 44-45,
374, 375, 398, 408, 465, 470, 474, 282, 286, 291
Laos, 541-42
501, 511, 513, 533, 541
Letonia, 207, 259
Iglesia Reformada Holandesa, 397,
Líbano, 495, 496, 502, 503-04
398, 403, 536
Liberia, 424-29, 430, 431, 433, 436,
Iglesias libres, 173, 551
438, 439, 463
India, 33, 108, 115, 139, 240, 288,
328, 377, 402, 419, 475, 521-24 Libertad religiosa, 28, 94, 95, 105,
525, 526, 527 126, 138, 145, 160, 163, 169, 174,
Indonesia, 328, 515, 521, 532, 535- 184, 190, 204, 219, 235, 248, 301,
38, 549 303, 305, 314, 315, 330, 331, 334,
338, 429, 468, 485, 488, 504, 532,
Inglaterra, 106, 107, 108, 139, 163, 536, 540, 552
168, 172, 175, 177, 180, 189, 229,
Libia, 474, 494-95
239, 268, 269, 279, 280, 289, 290,
Luteranismo, luteranos, 18, 135, 137,
298, 329, 331, 333, 334, 337, 338,
140, 218, 229, 239, 240, 374, 375
341, 351, 353, 354, 358, 376, 377,
376, 398, 417, 539, 549
378, 381, 386, 387, 388, 389, 397,
399, 400, 402, 407, 418, 421, 422, MacDonald, Guillermo, 145-154,
429, 439, 449, 455, 465, 466, 468, 155, 156, 159, 192, 256, 291
470, 472, 484, 522, 525, 529 Macao, 510, 519, 520
Irak, 502 Madagascar, 418-19
Irán, 501, 502, 508
Irlanda, 16, 18, 128, 178 Malasia, 530-32, 545
Islas Caimanes, 337-39, 371 Malawi, 411-14, 416
Islas Canarias, 10, 69, 399, 466 Mali, 460-61
Islas del Cabo Verde, 463 Marruecos, 495
Islas Turcos y Caicos, 379-80 Martínez Corcho, Víctor, 87
Islas Vírgenes, 374, 381 Martinica, 328, 346
Israel, 501, 502, 503, 504-06 Mathews, Lucas, 82, 97, 106, 125
Italia, 126, 218, 423, 469, 505 136, 167
Mauricio, 240, 418, 419-20, 527
Mauritania, 494
Jamaica, 82, 275, 279, 280, 289, 290, McConnell, H. C., 134, 158, 159
296, 327, 328, 331, 334, 337, 338, Medio Oriente, 499, 501-509
339, 351, 352, 379, 383, 386-91, Menonitas, 133, 134, 143, 144, 145,
421, 422, 423, 426, 427, 444, 464, 149, 218, 226, 229
465, 466 Metodistas, 66, 113, 126, 127, 134,
Japón, 10, 510, 511, 512, 513-15, 540 139, 140, 141, 142, 143, 155, 157,
Jordania, 506-07, 508 166, 167, 169, 170, 171, 172, 177,
636 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

178, 179, 181, 218, 228, 229, 232, Oncken, Juan, 24, 400
240, 242, 246, 289, 291, 306, 309, Orrick, B. W., 220, 221, 223
315, 330, 331, 334, 337, 340, 341,
351, 354, 355, 360, 365, 371, 373, Pakistán, 521, 524, 525
374, 380, 381, 382, 384, 385, 387, Palestina, 241, 503
398, 408, 415, 432, 436, 443, 451, Panamá, 80, 143, 273, 275, 278, 280,
454, 457, 465, 515, 516, 529, 531, 282, 286, 287-93, 298, 308, 309,
549 316, 321
México, 10, 15-63, 72, 82, 85, 105, Papua-Nueva Guinea, 521, 549-50
125, 135, 149, 152, 153, 154, 155, Paraguay, 10, 104, 113, 183, 185,
167, 241, 273, 284, 292, 299, 302, 187, 191, 193, 203, 206, 223, 226-
310, 321, 365, 371 35, 251, 267, 268, 269
Milne, Andrés, 65, 66, 97, 107, 126, Pentecostales, 81, 98, 127, 134, 139,
136, 228 159, 160, 229, 268, 289, 299, 303,
Misión Bautista Maranatha, 120, 128, 312, 316, 321, 324, 347, 351, 360,
381 371, 383, 391, 524
Misión Centroamericana, 277, 279, Penzotti, Francisco, 65, 66, 97, 107,
280, 281,‘ 282, 297, 298, 299, 305, 126-27, 279-80, 297, 306, 315,
306, 307, 308, 309, 315, 316, 317, 322
322, 323 Perú, 10, 16, 90, 103, 107, 122-32,
Misión Latinoamericana, 111, 179, 135, 136, 148, 167, 179, 198, 212,
277, 280-81 281, 336
Montserrat, 356, 357 Pietismo, pietistas, 140, 145, 359
Moravos, 296, 316, 340, 345, 354, Portugal, 238, 239, 253, 256, 269,
374, 375, 384, 387, 451 269, 406, 407, 408, 409, 520, 528
Mozambique, 139, 269, 408-10, 415 Powell, Guillermo, 29-32, 33, 34, 36-
38
Namibia, 416-18 Presbiterianos, 22, 25, 66, 83, 84, 87,
Nazarenos, 139, 305 88, 127, 130, 134, 139, 142, 143,
Neal, Carlos y Hattie, 42, 47 146, 149, 166, 167, 168, 169, 172,
Nelson, Eurico, 248-49, 253 176, 177, 241, 242, 245, 247, 248,
Nepal, 528 283, 305, 306, 309, 337, 340, 347,
Nicaragua, 273, 274, 275, 278, 281, 360, 371, 373, 398, 411,414, 465,
284, 294-301, 308, 321 492, 502, 508, 515, 516, 518, 522,
Niger, 458-59, 460 524, 529, 539
Nigeria, 10, 241, 395, 423, 426, 427, Puerto Rico, 49, 328, 358, 364, 369-
429-50, 451, 452, 453, 454, 457, 73
460, 461, 462, 463, 473, 480, 481,
487 Quarles, Jaime, 186, 194, 219-20
Noruega, 472
Nueva Caledonia, 548 Reekie, Archibaldo B., 107-10
Nueva Guinea, 521, 535, 549 “Regions Beyond”, 107, 108, 127, 177
Nueva Zelandia, 163, 177, 525 República de Africa Central, 452,
Núñez, Germán, 68, 69, 70, 71, 75, 467-77
77 República Dominicana, 318, 328,
339-43, 350
Oceania, 11, 543-50 Rice, Lulero, 240, 241, 242, 246, 419,
Okinawa, 515 526, 527
Indice 637

Rodríguez, Pablo, 33, 36, 41, 47, 48 Taiwän, 510, 517-19


Rudd, A. B., 38, 49, 53, 371 Tanzania, 480, 481-83, 485, 486
Rumania, 10 487, 490
Rusia, 173, 226, 229 Tasmania, 402
Rutledge, Roberto, 109-11 Taylor, Guillermo, 97, 127, 139-40,
Rwanda-Burundi, 477-78 142, 143, 403
Thomson, Diego, 16, 66, 81-82, 83,
Salvacionistas, 179, 289 96-97, 123-25, 127, 135-36, 145,
Samoa, 548 165-67, 169, 192, 218, 219, 304,
San Martín, 356-57 335, 340-41, 347, 351, 355, 359,
San Vicente, 380, 385-86 360, 370-71, 379, 380, 381, 383,
Sanhueza, José, 144 384, 385, 389
Sankitts-Nevis, 356 Togo, 455-56
Santa Lucía, 327, 380, 384-85 Tortola, 356, 357
Schweinsberg, Enrique, 70, 84, 85, Trevino, Alejandro, 27, 28, 31, 35, 36,
86, 87, 88, 98-99 39, 40, 42, 43, 44, 47, 48, 49, 52
Trevino, Francisco, 25, 34, 35, 36, 52
Senegal, 461-62 Trinidad y Tobago, 328, 354, 355,
Seychelles, 418, 419 376, 377-79, 384
Sierra Leona, 178, 421-24, 425, 436,
438, 449, 463 Trumbull, David, 127, 137-39, 141,
145, 153
Singapur, 10, 530, 531, 532-33, 549
Tünez, 494
Siria, 502
Sloan, W. H., 33, 34, 40, 43, 44, 45, Turquia, 501, 502, 508-09
371
Soren, F. F., 250, 251, 253, 255 Uganda, 480, 481, 482, 483, 486-88
Sowell, Sidney, 152, 179, 181, 183, Unión Evangélica, 97, 127, 172, 175,
188, 189, 192, 194, 195, 196, 212, 178, 179,- 280
219 Unión Soviética, 274, 357, 462, 465,
Spurgeon, Carlos, 146, 163, 172, 177, 489
241, 247, 256, 280, 281, 400, 401, Uruguay, 10, 16, 85, 167, 168, 184,
437 185, 191, 193, 203, 206, 207, 215-
Sri Lanka, 526, 528-30 25, 227, 233, 251, 269
Stone, Moisés Ladejo, 436, 437, 439,
440, 441, 442, 443, 444, 448, 450
Strachan, Enrique, 111, 114, 178, Valdenses, 173, 218
179, 280-81, 307 Valdivia, Wenceslao, 144, 150, 151,
Strachan, Kenneth, 277, 281 152, 154
Sudáfrica, 139, 397-403, 404, 408, Vanautu, 548
409, 410, 415, 416, 417, 497 Varetto, Juan C., 114, 175, 176-77,
Sudán, 492-93 179, 182, 184, 188, 190, 191, 192,
Suecia, 24, 248, 402, 409, 415, 472, 193, 194, 197, 212, 281, 307
474, 524 Vaughan, J. C., 433, 436, 437, 441
Suiza, 10, 173, 215, 423, 469, 505, Venezuela, 10, 64-77, 79, 80, 90, 129,
541 374, 375
Surinam, 328, 375-77 Vietnam, 328, 539, 540-41
Von Barchwitz-Krauser, Oscar, 139,
Tailandia, 530, 538-40 140-42, 143, 144, 145
638 HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

Weiss, Enrique, 143-45, 148, 149, Yemen, 495, 501, 507-08


150 Yugoslavia, 469
Westrup, Juan, 27, 28, 29, 30
Westrup, Tomás, 20, 21, 22, 23-25, Zaire, 395, 470-73
27, 28, 29, 30, 32, 33, 34, 35, 36, Zambia, 402, 414-16
37 Zimbabwe, 403-06, 408, 410, 413,
Williams, Rogerio, 175, 204 416, 490

También podría gustarte