Metoos de Estudio
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Métodos de Estudio
EL METODO INDUCTIVO.
La palabra "inductivo" viene del verbo inducir, y éste del latín inducere, que es un antónimo de
deducir o concluir. La inducción, nos dice el diccionario, es "un modo de razonar que consiste en
sacar de los hechos particulares una conclusión general". Por tanto, denominamos método
inductivo aquel mediante el cual se somete un pasaje bíblico a investigación, con el fin de obtener
conclusiones generales sobre su contenido. El método opuesto es el "deductivo" que partiendo de
una premisa predeterminada, procede a establecer una base bíblica en su apoyo, empleando
varios pasajes. Ambos métodos se pueden ilustrar así:
Método inductivo.
Método Deductivo.
Por observación entendemos el acto de considerar con atención el estudio intenso de algún
objeto, asunto o relato; la práctica de la observación es indispensable, porque nos permite
saturarnos del contenido del pasaje. Por eso debemos formarnos este hábito de tal manera que
nunca leamos una frase o pasaje bíblico sin observarlo cuidadosamente. Consta de cuatro partes
principales:
1.- La Observación de palabras o términos. La Biblia contiene miles de palabras con significado
oscuro o desconocido. Otras veces las palabras se usan en sentido figurado, y no quieren decir
en el pasaje lo que significan en el uso común.
2.- La observación de las relaciones entre las palabras se les llama estructuras. Las estructuras se
relacionan entre sí por medio de palabras que adoptan la función de "eslabones".
3.- La observación de formas literarias generales. El pasaje que estudiamos puede ser prosa,
poesía, drama, parábola, literatura apocalíptica, etc.
4.- La observación de la atmósfera, puede ser de compasión, tristeza, dolor, amor, alegría,
humildad, ternura o alguna otra.
EL METODO ANALITICO.
El análisis de que hablamos principia con una porción entera, que en este caso
invariablemente debe ser un párrafo, y nos lleva hasta la frase o pensamiento que nos interesa en
particular.
La gran utilidad de este método reside en que el estudiante se ve forzado a analizar el texto
bíblico, y no los comentarios sobre la Biblia; tres son los pasos principales del proceso analítico.
El segundo paso del análisis consiste en formular un bosquejo. Este bosquejo debe apegarse
al texto lo más posible, de manera que podamos presentar en forma sistemática del pensamiento
del escritor. He aquí un bosquejo del párrafo citado arriba: La victoria del creyente.
Estamos listos para proceder al tercer paso. La observación deberá girar en torno a siete
preguntas fundamentales. Las respuestas a éstas constituirán el verdadero fruto del estudio
analítico. Las preguntas son:
EL METODO SINTETICO.
A este sistema de estudio bíblico también se le conoce como "el método del Dr. Gray", debido
a que este célebre siervo de Dios, por muchos años decano del Instituto Bíblico Moody en Chicago,
escribió un libro entero cubriendo de Génesis a Apocalipsis, basándose en tan singular método. El
estudio sintético es la labor de compendiar o resumir lo más posible, un pasaje, para obtener un
cuadro general, pero completo.
B.- El desenvolvimiento.
1.- Trabajemos en el libro de Job aplicando los pasos anteriores, y observaremos la forma como se
puede arribar a la comprensión fundamental de su contenido. Las primeras ocasiones que lo
leamos, buscaremos su tema central. Tal vez nos parezca que ese tema pueda ser el
significado de la lucha entre el bien y el mal, y sus resultados, bajo el gobierno de un Dios
sabio y todo poderoso.
2.- El siguiente paso consiste en leer Job nuevamente, ahora con el tema central en mente,
observando cómo el autor desenvuelve su argumento.
3.- Con el material anterior cuidadosamente anotado, estamos listos para formular un bosquejo.
Como se ha podido ver hasta aquí, la organización del material bíblico es siempre un proceso
fundamental e imprescindible para el estudio provechoso. El Dr. Gray bosqueja el libro Job en
esta forma:
I.- El prólogo.
II.- El diálogo.
VI.- El epílogo.
Para elaborar el bosquejo resulta ser de gran ayuda tomar en cuenta la división de capítulos,
párrafos y versículos ya que el estudiante necesita encontrar las unidades de pensamiento para
irlos acomodando en forma organizada. Sugerencias generales para facilitar el trabajo con este
método.
1.- Cada vez que se lea el libro, léase completo y de una sola vez, a fin de mantener frescos todos
los detalles de su contenido.
2.- No haga uso de libros de consulta. Satúrese solo del texto bíblico, y luche porque su mente
trabaje con diligencia en los descubrimientos necesarios.
3.- Cada vez que lea el libro, procure enfocar la mente en un aspecto distinto de la narración puede
ser el histórico, doctrinal, geográfico o biográfico.
4.- Al leer, transpórtese mentalmente a la época, las circunstancias y el trasfondo del escritor.
EL METODO CRITICO.
La palabra crítico proviene del término griego (krino) krino, que quiere decir juzgar. así
entonces, se llama Crítica Bíblica a la ciencia que busca por medio de una detallada y cuidadosa
encuesta, establecer las palabras exactas de los manuscritos, versiones y citas, y determinar la
composición, fecha paternidad literaria, y valor histórico, según se encuentra juzgado por la
evidencia interna. Se divide en dos clases o dramas principales: La Critica Baja, y La Critica Alta.
Estas también reciben los nombres de Histórica y Textual, respectivamente como su nombre lo
indica, la Crítica Textual es la que se encarga de verificar la exactitud del texto bíblico.
Hoy en día existen alrededor de 5,338 copias completas o en parte, copiadas a mano, mas
cientos de copias de algunas de las primeras traducciones hechas, mas la evidencia de las citas
bíblicas en los escritos de los padres de las iglesia primitiva. Sin embargo no existen dos copias
que sean exactamente iguales, y mientras más grande sea el número de copias, mayor será el
número de diferencias (o variantes) entre ellas.
Por lo que toca a la crítica histórica, se ocupa de trabajar empleando los resultados de la critica
textual aceptando como un hecho que se posee el texto correcto, procede a confirmar las
afirmaciones que el texto hace en relación con su paternidad literaria, a la fecha en que se escribió,
la veracidad de su mensaje, la unidad de su estructura literaria, y declaraciones similares. Para tal
efecto es preciso elegir primeramente un libro que constituya la unidad básica de estudio. Luego
realizaremos el estudio investigando las siguientes áreas.
Las fechas en que se escribieron los libros de la Biblia si son de importancia estratégica, ya
que con frecuencia se encuentra íntimamente ligadas al problema de la paternidad literaria.
Por último, nos interesa descubrir el propósito que el autor haya tenido al escribir su libro.
EL METODO TIPOLOGICO.
La palabra tipológico, proviene del verbo griego tupo que significa golpear, y del
término tupcoV, que quiere decir la marca de un golpe, una impresión, forma o tipo. Por lo que toca
a las diversas clases de tipos, debemos mencionar seis: de Personas, de instituciones, de oficios,
de acontecimientos, de acciones y de cosas.
Algunas recomendaciones fundamentales que se deben tener en cuenta para este estudio son:
2.- Princípiese con los tipos más sencillos. Por ejemplo los que se hallan en Exodo 12 y 1
Corintios 5:7,8.
4.- Recúrrase a todas las referencias bíblicas que sea posible para respaldar la interpretación de
un tipo dado.
Para aquella persona que desee lanzarse de inmediato a poner en práctica este método, le
podemos sugerir los siguientes temas donde encontrará abundante material de esta naturaleza:
Adán como tipo de Cristo; Abraham como tipo de Dios; el sacrificio de Isaac y el sacrificio
expiatorio de Cristo; José y la vida de Jesucristo.
Un segundo peligro reside en estudiar la Biblia por un sentimiento de deber religioso. Hay
quienes la estudian creyendo almacenar méritos, y en esa forma agradar a Dios. Otros lo hacen
movidos por la creencia de que es su deber destilar toda la información posible contenida en sus
páginas. El autor del Eclesiastés escribió: "El mucho estudio es fatiga de la carne", (Eclesiastés
12:12), y Pablo agregó: "La letra mata...." (2 Corintios 3:6). La Biblia no se debe estudiar como un
fin en sí misma, sino como un medio para un fin. No es un libro que tan solo se tenga que leer y
aprender, sino más bien, uno que se tiene que vivir. Los métodos de estudio bíblico pretenden
enseñar al estudiante la manera de adentrarse en la Escritura, con el propósito de que aprenda a
vivirla y no solamente a recitarla.
Y el tercer peligro grave consiste en estudiar la Biblia olvidando que fue escrita con cierto
propósito primordial revelarnos a Jesucristo como salvador del hombre. El apóstol Pablo declara
que el evangelio de Dios es "Acercar de su hijo" (Romanos 1:1,3), y especialmente el ministerio
del Espíritu Santo se encuentra enfocado a este mismo fin.
Cristo declaro: "El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber" (Juan 16:14).
EL TEMA BIOGRAFICO.
Quizá una de las razones por qué resulte tan fructífero este sistema, se ha debido a la verdad
variedad de los personajes bíblicos. Se habla tanto de hombres como de mujeres y niños; los hay
valientes y cobardes, perversos y santos; algunos alcanzaron gran renombre, otros permanecieron
en la oscuridad; de algunos se narran extensas e interesantes biografías, mientras que otros
prácticamente se pierden en el anonimato. Pero lo de ellos se narra, constituye una rica fuente de
conocimientos en relación con el plan de Dios para la humanidad.
2.- Los rasgos físicos, no hay que abrigar esperanzas de encontrar mucha información a este
respecto.
3.- Antepasados y descendientes, en esta sección la búsqueda tiene que ver con las
características de los antepasados y los descendientes del personaje.
4.- Su niñez y juventud, aquí se estudia ya directamente la vida del individuo, buscando
acontecimientos o influencias que en una forma u otra moldearon su carácter e influyeron
decisivamente en la trayectoria posterior de su vida.
5.- Su ocupación Estudiemos ahora su trabajo. Encontraremos que éste encierra buen número de
facetas diferentes; por ejemplo. Los lugares donde trabajo.
6.- Carácter. Lo que más importa de un hombre no es lo que hace, sino lo que es; por tanto, su
carácter es un aspecto clave del estudio.
7.- Su vida espiritual. En gran parte elegimos a un personaje para estudio por las lecciones que su
vida espiritual nos pueda ofrecer.
8.- Influencia en su vida. Aquí dedicaremos tiempo a la consideración de todas aquellas influencias
ejercidas sobre la vida de nuestro personaje por individuos, circunstancias y fuerzas que
modelaron su vida y al final jugaron un papel definitivo en sus decisiones.
9.- Su influencia sobre los demás. Los hombres no son sólo receptores pasivos de los efectos de
circunstancias, fuerzas o personas, sino que voluntaria o involuntariamente también una
influencia definida sobre quienes los rodean.
10.- El pecado en su vida. Parte de la experiencia espiritual del individuo es, claro está, sus luchas
con el pecado.
EL TEMA HISTORICO.
La Biblia se ha constituido en un infalible libro de historia para esos estudiosos. No fue escrita
con ese fin, pero sus narraciones se han verificado a través de los siglos, encontrándoseles
siempre veraces.
Una vez que contemos con el cuadro histórico general, podremos realizar un estudio más
detallado. Este se puede efectuar de tres maneras principales.
Por último se puede someter un solo capítulo al análisis histórico. Cuántos emocionantes
descubrimientos nos esperan al estudiar en esta forma, por ejemplo, el capítulo 6 de la
profecía de Isaías. Llegaremos a comprender por qué el profeta principia el capítulo aclarando:
"En el año que murió el rey Uzías..."
EL TEMA PROFETICO.
Para muchos cristianos, hablar de profecía significa perder tiempo. Es importante y aun
urgente, que nos entreguemos a un estudio serio de la profecía bíblica. Además, no menos que
una tercera parte de la Biblia está dedicada a asuntos proféticos, de tal manera que si en verdad
nos interesa llegar a conocer la Palabra de Dios, irremisiblemente nos veremos obligados a dedicar
una buena parte de nuestro tiempo a ellos.
Estudiar la Biblia siguiendo este método significa la lectura repetida del libro o porción
deseada. Aún cuando en la primera lectura parezca un confuso laberinto de ideas, personajes,
lugares, etc., no debemos desmayar, sino seguir leyendo hasta lograr organizar su contenido.
4.- Durante lecturas subsecuentes anotaremos lo más posible, la cronología del pasaje profético.
5.- Ahora enfocaremos la atención sobre los individuos a quienes se dirigió el mensaje de Dios por
boca del profeta.
6.- Se debe buscar también los propósitos que Dios haya tenido para enviar a su mensajero.
8.- El siguiente paso será comparar cada mensaje con pasajes similares o paralelos en otras
partes de las Escrituras.
9.- Por fin arribamos a la delicada tarea de clasificar el contenido de los distintos segmentos de la
porción bajo estudio.
B.- Los mensajes que ya se hayan cumplido, o los que aún están por cumplirse.
10.- Una vez formado un criterio sobre el mensaje de la profecía, resta solamente elaborar las
conclusiones y aplicaciones personales.
EL TEMA TEOLOGICO.
1.- El descubrimiento. No es raro que leamos muchas veces algún pasaje bíblico sin percatarnos
de que contiene profundas enseñanzas doctrinales.
La manera de obtener el significado de las palabras en el pasaje, es por medio del contexto.
EL TEMA DEVOCIONAL.
Se conoce este método con el nombre de "devocional", porque acentúa el estudio con el fin de
producir la edificación de la vida espiritual del cristiano, llevándole a una experiencia más real de su
conocimiento de Dios y de su entrega personal a él.
Este tipo de estudio lo podemos practicar cuando menos de cuatro diferentes maneras:
1.- Progresivo. Para un gran número de cristianos, estudiar la Biblia significa únicamente leerla
progresivamente de Génesis a Apocalipsis.
2.- Práctico. Una segunda forma de realizar el estudio devocional, consiste en analizar pasajes que
sean adecuados a nuestro interés o a nuestra necesidad espiritual.
3.- Pastoral. La vida cristiana no es una emoción momentánea; es un proceso que dura toda la
vida.
4.- Personal. Las Escrituras serán a nuestro corazón dulces como la miel, sólo en la medida en que
logremos localizar entre sus páginas a Jesucristo, el Hijo muy amado del Padre, en el cual él
tiene su contentamiento.
Una vez elegida la porción que deseamos estudiar, la cual puede ser un libro, un capítulo, un
párrafo o un versículo, procedemos a establecer primero la similitud entre las circunstancias en que
vivían los personajes del pasaje, y las de los tiempos de Cristo.
Métodos de Estudio Bíblico
Contenidos
1. 1 El Método Inductivo
2. 2 El Método Analítico
3. 3 El Método Sintético
4. 4 EL Método Crítico
5. 5 El Método Tipológico
El Método Inductivo
Salmo 51:6
He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, y en secreto me has hecho comprender
sabiduría.
Preguntas interpretativas:
¿Qué tipo de eslabón es he aquí? ¿Quién es tú? ¿en qué tiempo está el verbo
amar? ¿Qué es verdad en lo íntimo? ¿A qué secreto se refería? ¿Qué atmósfera
hay aquí? ¿Qué forma literaria?, Etc.
1. Observación:
a. De palabras o términos:
Piedad, Dios, conforme, misericordia, multitud, piedades, borra, rebeliones,
lávame,
maldad, límpiame, pecado.
c. De formas literarias:
Poesía.
d. De la atmósfera:
Remordimiento, arrepentimiento, confesión.
2. Interpretación:
a. Preguntas interpretativas:
¿Por qué pide perdón David? ¿Qué concepto tenía David de la misericordia de
Dios? ¿Cuáles eran sus rebeliones, su maldad y su pecado? ¿Cómo pensaría
David que Dios podía lavarlo y limpiarlo?
Respuestas interpretativas:
A través del estudio de 1 y 2 de Samuel , 1 de Crónicas y el libro de los Salmos,
donde se narra la vida de David; Podremos dar contestación a las preguntas
interpretativas.
b. Resumen de interpretación:
1. Responde a la pregunta “qué quiere decir el texto que estoy
leyendo?”
3. Aplicación:
a. La evaluación:
b. La aplicación:
El Método Analítico
La palabra analítico tiene su origen en el término griego analysis, que significa
“descomposición”. En el estudio de la Biblia quiere decir separar o desmenuzar las
partes de un pasaje con el fin de arribar a la médula de su contenido. El método
opuesto es el Sintético, en el cual se realiza la labor contraria, esto es, se resume
y compendian las enseñanzas para poseer un cuadro general y completo de una
determinada porción bíblica.
Merril C. Tenney, ilustra la equivalencia de los tres pasos es esta forma: “El
análisis material es como preparar los manjares que han de ser servidos, el
bosquejo es como extender la mesa y arreglar los cubiertos; y las observaciones o
aplicaciones personales son las tajadas que el comensal selecciona para llenar su
plato”. El primer paso consiste entonces, en colocar en orden lógico las
declaraciones del escritor, de tal manera que a simple vista podamos tener todo el
desarrollo de su pensamiento en forma bien organizada. Para lograr esto, será
preciso desgranar los versículos en sus declaraciones principales y cláusulas
subordinadas. He aquí un ejemplo:
1 Juan 5:1-5:
1 Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que
ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él.
2 En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y
guardamos sus mandamientos.
4 Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que
ha vencido al mundo, nuestra fe.
5 ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el hijos de
Dios?
Observe que las declaraciones principales, preguntas o instrucciones, se colocan
en el extremo izquierdo de la hoja. De todo lo que el autor está diciendo, esto es lo
más importante. Después siguen las cláusulas subordinadas, las cuales dependen
de una declaración principal anterior. Existen casos como el versículos 1, en que
la cláusula subordinada posee otra cláusula que depende de ella: “ama también al
que ha sido engendrado por él”. En esta forma, y sin necesariamente ceñirnos a la
puntuación del texto según aparezca en la versión que estemos usando, nos
dedicamos primero a la reestructuración del contenido del pasaje, colocando sus
declaraciones por orden de importancia y dejando ver la conexión que existe entre
las diferentes cláusulas.
Estamos listos para proceder al tercer paso. La observación deberá girar en torno
a siete preguntas fundamentales. Las respuestas a estas constituirán el verdadero
fruto del estudio analítico. Las preguntas son: ¿Qué? ¿Cuándo? ¿Dónde?
¿Cómo? ¿Por qué? ¿Quién? y ¿Por qué? En el caso de la primera debemos
formular una lista con los conceptos o ideas que se mencionan. Como respuesta a
la segunda pregunta, debemos anotar todas las alusiones al tiempo. La tercera
tiene que ver con los lugares mencionados y así sucesivamente. De esta manera
contestaremos cada una de las preguntas, almacenando así considerable
información sobre el contenido del pasaje, al final del cual estaremos listos para
realizar las conclusiones finales que puedan aplicarse a nuestra vida personal.
El Método Sintético
A este sistema de estudio bíblico también se le conoce como “el método del Dr.
Gray”, debido a que este célebre siervo de Dios, por muchos años decano del
Instituto Bíblico Moody en Chicago, escribió un libro entero cubriendo de Génesis
a Apocalipsis, basado en tan singular método. Ya dijimos que el estudio sintético
es la labor de compendiar o resumir lo más posible un pasaje, para obtener un
cuadro general, pero completo.
El Dr. Gray habla a favor de este tipo de estudio y dice que si, por ejemplo,
fuéramos a estudiar geografía, “miraríamos primero un globo o un mapamundi y
después de dar una mirada al todo, de manera más inteligente podríamos
considerar los hemisferios, continentes y naciones y por último, las sierras, ríos y
lagos. Sería absurdo, tedioso y difícil, si fuéramos a principiar al revés y sin
embargo, ése es el sistema que muchos emplean en su estudio bíblico”.
I. El prólogo Caps. 1, 2
II. El diálogo Caps 3-31
III. Las palabras de Eliú Caps. 32-37
IV. Las palabras del Todopoderoso Caps. 38-41
V. La respuesta de Job Caps. 42:1-6
VI. El epílogo Caps. 42:7-17
1. Cada vez que se lea el libro, léase completo y de una sola vez, a fin de
mantener frescos todos los detalles de su contenido.
2. No haga uso de libros de consulta. Satúrese solo del texto bíblico y luche
porque su mente trabaje con diligencia en los descubrimientos necesarios.
3. Cada vez que lea el libro, procure enfocar la mente en un aspecto distinto
de la narración - puede ser el histórico, doctrinal, geográfico o biográfico.
Aun cuando con todo derecho se pueden incluir ambos procesos críticos bajo el
título de un método para el estudio de la Biblia, en vista de que para trabajar en la
crítica textual se necesitan extensos conocimientos de griego, hebreo y arameo,
enfocaremos nuestro interés exclusivamente en el aspecto histórico o literario.
Para tal efecto es preciso elegir primeramente un libro que constituya la unidad
básica de estudio. Luego realizaremos el estudio investigando las siguientes
áreas:
5. Por último, nos interesa descubrir el propósito que el autor haya tenido al
escribir su libro. En el caso del Evangelio según Lucas, no es difícil hacerlo ya que
su autor claramente menciona su deseo de que “Teófilo” conozca bien la verdad
“de las cosas en las cuales has sido instruido” (1:4). Lo mismo pudiéramos decir
de la Epístola a los Gálatas, ya que el apóstol principia (1:6) indicándoles su
sorpresa de que tan pronto se hayan alejado de Cristo, etc., queriendo decir con
esto que su objetivo era corregir sus desviaciones doctrinales. Otros libros
parecen haberse escrito principalmente como un archivo histórico de
acontecimientos, con el fin de guardar su memoria para la posteridad.
El Método Tipológico
Esta forma de estudiar la Biblia encierra sorpresas insospechadas. Se
convierte en una aventura similar a la del viajero que recorriendo un camino
montañoso, desde las cumbres de la tierra contempla escenarios maravillosos,
todo es el mismo panorama, pero el progreso de la carretera le permite apreciarlo
desde diferentes ángulos, a distintas alturas, y bajo variados matices,
descubriendo ante su visita rincones que en un principio eran imperceptibles.
La palabra típico, proviene del verbo griego typto, que significa golpear; y
del término típicos, que quiere decir la marca de un golpe, una impresión, forma o
tipo. Terry, en su Hermenéutica Bíblica dice que los tipos “no son, hablando con
propiedad, figuras del lenguaje”; y agrega que “ puede definírseles como figuras
del pensamiento en las que por medio de objetos materiales, se ofrecen a la
mente vívidos conceptos espirituales”. Por lo que toca a las diversas clases de
tipos, debemos mencionar seis: de personas, de instrucciones, de oficios, de
acontecimientos, de acciones y de cosas.
2. Comience con los tipos más sencillos. Por ejemplo, los que se hallan en
Éxodo 12 y 1
Corintios 5:7, 8.
4. Recurra a todas las referencias bíblicas que sea posible para respaldar la
interpretación de un tipo dado.
Para aquellas personas que desee lanzarse de inmediato a poner en práctica este
método, le podemos sugerir los siguientes temas donde encontrará abundante
material de esta naturaleza: Adán como tipo de Cristo; Abraham como tipo de
Dios; el sacrificio de Isaac y el sacrificio expiatoria de Cristo; José y la vida de
Cristo. En el libro de Éxodo encontramos multitud de tipos que giran alrededor de
Cristo: el Cordero Pascual; el paso del Mar Rojo; el maná, la roca de donde salió
el agua, el Tabernáculo, el peregrinaje por el desierto, etc. Elías es el tipo de Juan
el Bautista, mientras que el rey David lo es de Cristo. Los sacrificios del Antiguo
Testamento apuntan hacia la cruz, le teocracia hacia el reino venidero.
En fin, la manera como el mismo Señor Jesucristo empleó las Escrituras del
Antiguo Testamento para descubrir todo lo que allí se hablaba de él como tipo (Lc
25:27), constituye un irresistible incentivo, para que con las misma destreza
nosotros escudriñemos desde Moisés hasta los profetas, en búsqueda de
alusiones a nuestro incomparable Redentor.