LLAMAS GEMELAS - Misión (TRILOGÍA LLAMAS GEMELAS Nº 3) - Amor, Judit - Llamas Gemelas, 3, 2021 - Anna's Archive
LLAMAS GEMELAS - Misión (TRILOGÍA LLAMAS GEMELAS Nº 3) - Amor, Judit - Llamas Gemelas, 3, 2021 - Anna's Archive
LLAMAS GEMELAS - Misión (TRILOGÍA LLAMAS GEMELAS Nº 3) - Amor, Judit - Llamas Gemelas, 3, 2021 - Anna's Archive
LLAMAS
GEMELAS
LLAMAS
GEMELAS
Misión
3
Judit Amor
Primera edición digital: abril 2021
Primera edición impresa: abril 2021
© Texto: Judit Amor
© Imágenes de cubierta: Jozef Klopacka
Diseño y montaje de cubierta: J.A.M.
Maquetación: J.A.M.
[email protected]
www.alma8.com
Partes de esta obra pueden ser reproducidas
con permiso de la autora y cita de la fuente.
A todas las alma unidad
y a la unidad de cada alma
Pronto comprenderás
el sentido de tu misión.
Ten fe.
El amor verdadero
está por encima de todo.
1
CAMINO
El amor verdadero no tiene fronteras
y los caminos se unen en el tiempo divino.
Alma dividida
—¿Qué te ocurre?
—El amor —frunció los labios reprimiendo el llanto.
—Tú también fuiste dividida —Alma la cogió con sus manos y la acercó a
su regazo.
—¡Así me siento! ¿Cómo lo sabes? ¿Qué significa?
—Tu alma se dividió en dos cuerpos.
El hada se puso a llorar.
—Por eso me veo a mí cuando lo miro a los ojos.
—Sí, hadita.
—Desde que lo conozco, mi vida está en la Tierra. Todo está alas arriba
—alzó los hombros.
—Te comprendo. La mía también dio un vuelco y todo se quedó patas
arriba —sonrió Alma con gesto de aceptación.
—¿Por qué es tan complicado si somos el mismo ser?
—Porque las energías yin y yang están en desarmonía en tu mundo y el
mío.
—Entonces, hemos de armonizarlas dentro de nosotras.
—Sí, hermanita.
∞
Amor a los padres
—Cada vez que él se alejaba y desaparecía, sentía su angustia. ¿Por qué la
huida?
—Por miedo.
—¿Miedo? —la pequeña criatura arrugó el ceño.
—A sufrir.
—Si yo soy él y él es yo, ¿por qué tememos sufrir?
—Porque sois el espejo de vuestros temores.
—¿Y por dónde empezar?
—Por el amor a Dios, el amor a uno mismo y el amor a los padres.
—¿A los padres?
—Sí, porque ellos son nuestro origen terrenal, así como el Gran Espíritu es
nuestro origen celestial.
—Nuestros padres son una pareja que vive en nosotros. Por eso amarlos
contribuye a armonizar el yin y el yang. ¿Verdad, Alma?
—Sí, hadita —el unicornio escuchaba con atención. Volaba raudo y
sereno. Quería apoyar en el viaje a la luz.
∞
Cosecha de retos y virtudes
—Hoy día la relación de llamas gemelas está sometida a grandes pruebas.
—Doy fe de ello —arrugó la frente y cruzó sus brazos menudos.
—Es tiempo de cosecha de los karmas sembrados durante miles de años.
Por tanto, además de fuertes retos, también contamos con cierto desarrollo de
virtudes para superarlos.
∞
Chispa divina original
—¿Y por qué nuestras almas han sido divididas?
—No lo sé, hadita. Experiencias que vivir, todas encaminadas al
reencuentro con el extraordinario amor de la unidad.
—La unidad… —se quedó pensativa el hada—. ¡Cada uno de nosotros
contiene la chispa divina original!
Alma asintió mientras cerraba los ojos ante unos rayos de sol que la
hicieron estornudar. El ser elemental rió, tocó el cielo y continuó:
—¡Entonces estamos salvados! ¡No necesitamos depender del otro!
—No, la dependencia es insana. Pase lo que pase, cuentas con tu propia
esencia.
—Sí, Alma, aunque me gustaría vivir el amor verdadero con él, fusionar
nuestras alas en este mundo.
—Lo sé, ese es el anhelo que nos mueve, porque nace de la aspiración de
retorno al uno que somos, pero ¿sabes qué, hadita?
—¿Qué?
—El uno ya está dentro de ti. Suceda lo que suceda con tu alma unidad, lo
tienes todo para ser feliz.
—Es cierto, Alma.
—Todo cuanto los seres sintientes vivimos es una creación divina para
experimentar el amor.
∞
Mirar adentro
Alma miró las nubes, la vegetación y los ríos. Inspiró. Sonrió.
—Antes me enfadaba y le reprochaba las cosas que hacía, porque me
dolían y las consideraba egoístas, Alma. Eso lo alejaba de mí. Yo buscaba
que cambiara, pero solo conseguía que se comportara de modo aún más
egoísta y que nuestra relación empeorara.
—Sí, es la fase del ego enfurecido, el corazón de ira y rencor. La viví
también con Amador.
—Ahora comprendo mejor las enseñanzas de los elfos maestros del
Mundo de Magia.
—¿Qué enseñanzas?
—Las de poner el foco en la viga del ojo y en la propia transformación.
—En Gímaco nos lo recordaban casi a diario.
—Y no me parece tan sencillo, Alma.
—Claro que no. Es muy fácil señalar fuera, pero requiere gran sabiduría
mirar adentro.
—Ahora me arrepiento. Me molestaba su corazón codicioso e ignorante. Y
no miraba mi codicia ni mi ignorancia al querer cambiarlo.
∞
Transformación interior
—Hemos hablado de tres corazones venenosos que una vez estudié,
hadita: ira, codicia e ignorancia.
—A partir de hoy recordaré siempre que la dirección del cambio es hacia
el interior.
—Sí. Fomentaremos la paz, la generosidad y la sabiduría para elevar esos
tres corazones.
—Cuando el ego y la oscuridad están fuertes, es difícil que se manifieste
el amor. Eso fue lo que nos alejó.
—Es lo mismo que separa a los seres humanos.
∞
Un mismo corazón
—Alma, no sé si quiero este tipo de relación. Es demasiado complicada.
Muchos vaivenes. Intenso dolor.
—¿Crees que puedes elegir, hadita?
—No, en realidad no, porque somos un mismo corazón. Es una relación
interna conmigo misma. Y en la vida externa, todo en mí me dirige a él, igual
que mis alas me impulsan a volar.
—Es una unión guiada por el Cielo.
—Sí, aunque mi mente quisiera que él viera el daño que causa, que se
disculpara, que se esforzara por evolucionar.
—Son deseos que necesitas soltar para ser libre —Alma acarició las
manitas del hada con un dedo—. Como en tu mundo natural, cada semilla
florece a su tiempo. La justicia divina orquesta lo verdadero según el orden
celestial. Así me han llegado las enseñanzas y así lo he experimentado.
—Sí, Alma, tengo un ego bastante, o muy, controlador —el hada tapó el
rubor de su cara con las alas—. Estoy cansada de esta relación que parece no
ir a ninguna parte —asomó la nariz.
—Es el aprendizaje del amor incondicional. Lo importante es seguir
caminando. La vida sigue, siempre sigue —le dijo Alma.
∞
Amor absoluto
—Lo admiro cuando conecto con la compasión y veo su parte sensible y
maravillosa. Entonces también percibo sus limitaciones y el daño que le
causan. Soy consciente de que hace lo que puede, como todos en la aldea de
las hadas, en mi bosque natal y en el Mundo de Magia.
—Sí. En realidad este tipo de relación puede alcanzar el amor absoluto si
nos elevamos a un nivel de consciencia superior.
—Necesitamos despertar. El amor que siento hacia el ser al que estoy
unida es mi aliciente para superarme —suspiró el hada.
Alma asintió y volvió a dirigir su mirada al paisaje que sobrevolaban. Qué
bello era el mundo tanto en el cielo como en la tierra y qué complicado lo
hacían los seres desconectados de él.
∞
Camino hacia el despertar
—Alma, quiero preguntarte algo antes de que lleguemos a palacio. ¿Cómo
lo has superado tú?
—Aún no lo he superado, hadita. Y comprendo que muchas llamas
gemelas no alcancen la fusión en esta vida, porque están viviendo procesos
muy dolorosos y agotadores, según la densidad de los karmas que hayan
venido a purificar. Todo tiene su tiempo perfecto.
—Te veo en paz, Alma.
—Quizás es porque he asumido el reto y agradezco sentir este gran amor.
Ya no lo vivo como una historia trágica, sino como un camino hacia el
despertar.
—¿Un camino hacia el despertar?
—Sí, hadita. La llama gemela es tu espejo más fiel. Cuando el Gran
Espíritu te pone frente a él, es porque ha llegado el momento de una gran
evolución, si el alma así lo elige por libre albedrío.
—La verdad es que, desde que lo conozco, o desde que nos
reencontramos, ¡estoy despertando más que en toda mi vida!, sin estar
siquiera juntos, solo con lo que ha generado su existencia en mí.
—Tus palabras parecen las mías. Este tipo de vínculo propulsa la
evolución en ambas partes sin necesidad de verse y por mucho tiempo que
pase.
∞
Amarse a uno mismo
—Desde luego, Alma, gracias a él soy consciente de que necesito aprender
a amarme a mí misma.
—Sí. Ese es el primer paso para todos y todas: el amor propio.
—¿Y cuál es el siguiente?
—El amor propio lo genera: soltar para ser libre.
—¡Es el desapego del que nos hablaron los elfos maestros!
Alma asintió inspirando hondo.
—¡Qué difícil es cuando hay tantos deseos de cuento de hadas!
—Cuando te ames a ti misma, hadita, te liberarás de esos deseos.
—¿También del deseo de ir juntos a clases de baile alado?
—También.
∞
El fluir de la vida
—¿Y qué sentido tiene encontrar al ser amado para verse obligado a
soltarlo?
—No es una obligación —rió Alma—. Es el fluir natural de la vida: la
libertad.
—Esto es soltar los apegos al máximo nivel, es soltarse a uno mismo,
porque el otro es tu misma alma.
—Es soltar lo que no somos, porque lo que somos siempre es.
Las dos se echaron a reír con la frase que salió de Alma. No sabían si la
entendían o no, y eso aún les causaba más gracia.
—Supongo que se trata de soltar con amor y fe en el plan del Cielo —
suspiró el hada.
—¿Empiezas a sentir liberación?
—De momento solo un poquito —se encogió el pequeño ser.
∞
El don como vía de conexión
—¿Qué es lo que más te gusta hacer, hadita?
—¡Dibujar! —la sonrisa se le iluminó.
—Entonces, dibuja lo que sientes.
—¿Por qué?
—Porque tu don es tu salvación. Creo que el Gran Espíritu nos concedió
los dones como vía directa de conexión con el Cielo.
—Es verdad. Cuando dibujo siento paz. Es como si algo superior dibujara
por mí y yo tan solo observara sus bellas creaciones en plena meditación.
—¡Ese es realmente tu don! Con él puedes sanarte y elevarte, algo que
también transmitirás a otros seres que conecten con tus dibujos.
—¡Vaya! ¡Esto es una revelación! Qué gran alivio saber que el
sufrimiento puede transformarse en despertar para mí y para otros.
—Sí, hadita, es un gran alivio porque da sentido a tu vida.
—¡Chispas y chiribitas! ¡El sufrimiento puede transformarse en propósito
de vida! —el hada guardó aquellas palabras en el cofre de su corazón—. Sí,
Alma, lo haré. Él tiene su propia vida que resolver y yo mi camino que
continuar —declaró al viento.
∞
Mundo visible e invisible
Sin darse cuenta, llegaron hasta la fuente frente al Palacio de Cristal del
Retiro. Los recuerdos sobrevinieron como una lluvia de hermosura y
nostalgia. En aquel lugar, Alma había conocido el paraíso, sin tiempo ni
espacio, el Cielo, con él. Mirada, sonrisa, abrazo. Amor eterno renaciendo
con el encuentro de los amantes divinos.
Alma contuvo la emoción que asomaba en forma de lágrimas. Respiró
hondo. El unicornio y sus menudos acompañantes desaparecieron. En
realidad, había viajado en un tren estatal de larga distancia, donde trabó
amistad con una pasajera que tenía apariencia de hada, otra llama gemela de
las varias que habían llegado a su vida por afinidad energética desde su
reencuentro con Amador. El mundo visible y el invisible se solapaban en su
mirada de luz.
∞
Familia espiritual
La familia es más que la sangre y va más allá de la sangre. Tu nueva familia
es él, sus hijos, la madre de sus hijos y todos los hijos e hijas, padres y
madres de este mundo. Tu familia es la humanidad. Tu familia son todos los
seres vivos impregnados por la chispa divina del Gran Espíritu.
Abre tu corazón, Alma. Cuanto más lo abras, más familia podrás albergar
en él. Eres espíritu viviendo en un cuerpo humano. El cuerpo se convierte en
polvo. El espíritu es luz eterna. Tu verdadera familia es espiritual y habita el
todo universal, donde no existe la orfandad porque todos somos hijos de la
divinidad.
∞
El ser amado
Imágenes de chispas de luz, hijos e hijas de las estrellas y el cosmos. Y entre
destellos brillantes, el rostro de Amador, el ser amado que la conectaba con la
calidez familiar, la bendición del hogar, la unión de seres abrazados bajo el
cobijo de un mismo techo físico y espiritual.
Amador, el niño sin nombre que se había hecho hombre, un hombre
perdido que se encaminaba hacia su propio encuentro; el coramor de corazón
diamantino que aún no recordaba quién era de verdad y para qué había
venido al mundo.
∞
Fruto divino imperecedero
Conectad desde vuestro vínculo de amor y fortaleced la raíz de vuestra unión
para que ni la más poderosa acción del diablo pueda derrumbar el árbol del
fruto divino imperecedero, para evitar que lo externo al ser obstruya vuestra
relación e impida vuestra misión.
Desde esa base de amor, la luz se irá expandiendo sobre cada prueba
terrenal y diluirá cualquier dique interpuesto en río cristalino de vuestro
porvenir. El amor verdadero no tiene fronteras y los caminos se unen en el
tiempo divino.
∞
Tierra fértil
El Mundo de Paz está en tu corazón. Camina tu destino junto al amor del
hombre que el Cielo te envió. Pronto comprenderás el sentido de tu misión.
Ten fe. El amor verdadero está por encima de todo. Sed juntos más que dos,
sed tres junto al Gran Espíritu, sed uno en comunión con la divinidad. En el
tiempo celestial, las respuestas florecerán y las cosechas brotarán de la
tierra fértil de vuestro amor.
∞
Abrazo eterno
La joven sintió que una sabiduría suprema la abrazaba más allá de cualquier
juicio y limitación mental humana. El amor todo lo abarca, el amor todo lo
ama, el amor transciende lo imposible porque para él todo es posible.
«El amor es el milagro que tantas personas esperan sin saber que lo llevan
dentro», pensaba mientras salía del lugar y se dirigía al parque de las fuentes
donde se habían citado en el barrio de Salamanca.
—Alma…
La voz del amor impactó en su corazón.
—Amador…
La mirada de él, su sonrisa, su presencia. De nuevo surgió la misma
sensación que la primera vez que se abrazaron, cuando una energía más allá
de ellos tomó sus cuerpos y los enlazó con la calidez más absoluta, el amor
puro de la divinidad que los había creado.
La luz que compartían volvió a unirlos en un abrazo que traía
reminiscencias del abrazo eterno en que vivían fusionados, allá en los
elevados planos del espíritu.
∞
Llanto
—Déjame verte, Alma —él la miró a los ojos con detenimiento y del
mismo modo recorrió su rostro.
Se observaron. Sonrieron. Volvieron a abrazarse y de repente Amador
estalló en llanto. Dos años y dos meses, o quizás toda su vida, había
contenido las emociones por protección y porque no supo expresarlas. Ella lo
acogió. Las lágrimas brotaban como las fuentes del parque. El mundo
desapareció y el tiempo se paró.
«Gracias, Dios, por unirnos de nuevo».
Se abrazaron como si fuera la última vez.
∞
Polos complementarios
Alma se había mentalizado para guardar quietud y permitir que Amador
pudiera expresarse después de tanto tiempo desaparecido. Ella se había
mostrado siempre transparente, quizás más de lo necesario desde el punto de
vista del sabio justo medio, en cambio él tendía a mantenerse incomunicado,
por más que ella percibía el gran mundo interior que lo habitaba y el
sufrimiento que le ocasionaba no compartirlo.
De nuevo, polos complementarios frente a frente en busca del equilibrio
interior a través del tambaleo y la fascinación que les despertaba lo opuesto
del otro y que, a la vez, albergaban en sí mismos, como el yin y el yang: el
introvertido hermetismo mental de él, la extrovertida locuacidad emocional
de ella. Un misterio el uno para el otro.
∞
Danza de dragones
El corazón abierto de Amador dio paso a los mundos que los habitaban y los
unían desde tiempos inmemoriales. Dos dragones, macho y hembra, blanco y
negro, sobrevolaron el tren y pasaron volando fugaces por su ventana.
Los animales de poder alados iniciaron una danza generada por los
jóvenes a través de movimientos de cercanía, alejamiento, esperanzas,
miedos, alegrías, tristezas y un inmenso cofre lleno de las sombras y luces
vividas desde el origen de los orígenes.
∞
Contigo la vida es vida
—Desde nuestra separación, no he logrado sonreír de verdad —rompió él
en un llanto que trató de controlar para poder hablar—. La vida me pesa,
Alma. Avanzo con lentitud, esfuerzo, monotonía. En cambio, contigo, la vida
es vida.
Ella recordó que una vez él le había dicho que era momento de hacerse
fuerte por sí mismo, que con ella sentía que flotaba, pero que debía lograr
salir del abismo él solo. Por sus palabras, supo que aún no lo había logrado y
aquello la apenaba, por él y porque era signo de que aún no era tiempo de
unir sus caminos. Tan solo podía apreciar y agradecer aquel viaje juntos, sin
saber cuándo volverían a hablar, a verse, a abrazarse de nuevo.
∞
Corazón sangrante
El dragón blanco dejó caer ríos de lágrimas sobre los campos de olivos. El
tren y las ventanas se mojaban como si estuviera lloviendo. Alma miró a la
dragona y esta se enlazó con el dragón cobijándolo en un abrazo.
A través de la piel transparente del animal, podía verse cómo su corazón
sangraba. Ella lo comprendía y sabía cómo acogerlo porque había vivido lo
mismo. Dos seres que se aman y aún no pueden estar juntos viven en
melancolía cuando están separados, hasta que se unen con el propio ser, que
es el ser del otro.
Añoranza, tristeza, vacío. Así es gran parte de la vida de las llamas
gemelas y de todas las almas que se aman para quienes aún no ha llegado el
tiempo sincrónico de la unión terrenal. Amador seguía llorando. Alma nunca
lo había visto así. Al fin abría su corazón y expresaba lo que sentía.
—He pasado una época oscura muy difícil, Alma. No me permití llorar
durante mucho tiempo. El amor que nos une es lo que había esperado
siempre, lo que tanto me faltó, lo que tanto necesité.
La dragona miraba a su dragón con corazón compasivo. Ella nunca se
separó de él, pero el dejó de volar a su lado porque no sabía cómo seguir
volando juntos con tantas cargas frente a los vientos huracanados que los
embestían.
Si bien la dragona lanzó su fuego en el pasado queriendo derretir el
corazón de hielo del dragón, sin conseguir nada más que poner aún más de
manifiesto el miedo que ambos tenían de volver a sufrir tras una vida sin
apenas descanso para el dolor, en el presente ella había curado grandes
heridas y podía acoger las de él.
Con su estrella del alma, cada vez más luminosa, comprendía que el
dragón no había conectado con sus recursos para superar los obstáculos que
los separaban, que no había visto los lazos invisibles que lo ataban al pasado
y a las tragedias de su linaje, que no sabía cómo traer el paraíso que los unía
al jardín terrenal donde al fin se habían encontrado, y que por ello dejó de
batir las alas en su vuelo conjunto con gran pesar de su alma buena.
En sus lágrimas veía cuánto la amaba y cuánto había sufrido por no poder
vivir el gran amor con el que, al fin, la vida lo recompensaba poniendo un
bálsamo a las heridas de una existencia tortuosa.
∞
Paraíso y averno
Lo inesperado para ambos, dragón y dragona, había sido que aquel amor no
solo llegara para activar el paraíso de la esencia espiritual que eran, sino
también el averno de dolor que habitaba en lo más hondo de sí mismos,
heridas desconocidas por causas secretas que se desvelaron cuando el Espejo
de la Verdad se presentó ante ellos con forma humana, hombre y mujer a
quienes daba vida la misma alma.
—Es lo que rompe mi alma, no haber podido traer nuestro amor a este
mundo.
Ella le daba espacio para expresar y liberar sus emociones. A la vez le
seguía chocando que él hubiera dado por perdida la oportunidad de vivir su
amor. El mundo y, sin ir más lejos, su propio interior, estaba lleno de
recursos para abrir camino a los obstáculos que se interpusieran en el libre
fluir de la luz. Pero en aquellos tiempos, Amador aún no lo recordaba ni
tampoco lo había experimentado en su vida, por lo que no tenía esa fe de
quien ha testimoniado los milagros del amor.
∞
Confiar en el designio divino
Alma agradeció que él la acompañara en su viaje de regreso a casa, una
oportunidad de tiempo a solas para conversar, curar y abrir camino. Mientras
lo escuchaba, sintió crecer su compasión hacia la parte vampírica de Amador
que una vez succionó su luz, el lobo que destruyó su corazón, el hombre que
rompió su promesa de amor. Era el reflejo de la compasión hacia sí misma
ante su espejo del alma.
«Necesitamos madurar, despertar, confiar en el designio divino», pensó
ella. «Cada etapa del proceso requiere ser superada con las lecciones
aprendidas; cada karma que nos separa debe ser resuelto con el poder del
arrepentimiento sincero y la transformación; cada prueba merece ser
agradecida como cultivo concedido por el Gran Espíritu para nuestra
elevación».
—Al encontrarnos, mi vida empezó a activarse de nuevo, Alma. No creí
que algo así pudiera estar reservado para mí —seguía haciendo paso a las
palabras entre el llanto entrecortado que no cesaba.
Ella le ofreció un pañuelo. Él estaba en un estado de trance curativo, y
siguió hablando y hablando más de lo que había hablado jamás de sus
sentimientos hacia Alma.
«¿Por qué nunca me dijo esto? ¿Por qué no me habló de su amor? ¿Por
qué no lo mostró con hechos?», se preguntaba. «Porque así lo pactó vuestra
alma unidad conmigo en los cielos», le contestó de improviso el Gran
Espíritu.
«¿Para qué, Padre?», se dirigió a su Madre divina, esta vez en su forma
masculina. «Para impulsarte a encontrar el amor, la familia y el hogar en ti
misma, más allá de cualquier circunstancia externa. ¿Y qué mayor prueba
que experimentar el desamor del ser que a la vez eres tú misma? Ese es el
gran regalo del encuentro con la llama gemela en la Tierra: el espejo
absoluto de uno mismo como guía directa de retorno al ser».
Alma tembló con aquel mensaje y se acercó a Amador para abrazarlo. Él
también se aproximó a ella y, mecidos con el traqueteo del tren, se quedaron
dormidos, sostenidos por sus cuerpos enlazados.
El dragón y la dragona se abrazaron girando entre ellos hasta cerrar el
círculo del yin-yang que formaban y quedar fusionados como una bola de luz
que se expandió por el cielo azul.
∞
Fe en el amor
Amador había regresado a Madrid. Ya no estaba desaparecido, pero la
comunicación volvió a ser frugal. Alma comprendió que a él aún le quedaban
etapas del pasado por cerrar hasta confluir en el futuro que soñaban juntos y
que, en el tiempo que aquello le llevara, estaba destinada a seguir avanzando
en su camino, en aprender a vivir en paz y alegría más allá de las
circunstancias, y en ser feliz con los pequeños y grandes regalos de la vida.
Seguía unida en matrimonio con su llama gemela, un hombre desconocido
de quien tan solo sabía lo que intuía a través de la energía, ciertos datos
mundanos y algunas confidencias que él le había revelado.
Su gran sostén en aquel tiempo de incertidumbre seguía siendo el Gran
Espíritu, la fe en el amor que los unía y la fuerza para seguir adelante con el
plan de la misión. Era consciente de que aquella no era una relación
convencional y que en nada podía cuadrar con los patrones sociales
establecidos.
∞
Activación evolutiva
Vivía un vínculo único para la potenciación en el despertar del alma y la
reconexión con el ser, y cada mínimo detalle sucedido entre ellos formaba
parte de aquel proceso evolutivo.
La joven era consciente de que, tras el reencuentro con Amador, ambos
habían crecido más que a lo largo de toda su vida. Habían actuado como
activador el uno para el otro y cada vez eran más ellos mismos.
Por más que la vida hubiera separado sus caminos, seguían evolucionando
unidos en la distancia. Y no solo eso, sino que habían logrado acceder a la
cámara secreta del amor incondicional, donde a pesar de no haber abierto aún
el cofre del tesoro que contenía el manantial del amor puro y eterno, habían
sido capaces de seguir amándose con toda el alma y comprenderse con toda
compasión, sin importar cuánto daño se habían generado el uno al otro por su
simple condición de perfecto espejo mutuo.
∞
Vuelo al verdadero hogar
¿Qué mayor regalo podían esperar? Ninguno. Seguir caminando la nueva
vida que se abría ante ellos, por el simple hecho de haberse reencontrado, lo
era todo en aquel mundo agonizante que clamaba por la realización de las
misiones de amor, no solo de las llamas gemelas, sino de todos los coramor
descendidos al planeta para la gran salvación de la humanidad.
«Mi amor. Te amo. Eres libre. Veo tu grandeza. El calor del antiguo nido
no llenará tu alma y aunque el vuelo a tu verdadero hogar te genere frío de
incertidumbre y miedo, el despliegue de tus alas te infundirá valor. Eres luz.
Brilla mi amor, por ti y por el mundo», Alma se liberaba cada vez más de los
deseos que la habían atado con lazos energéticos a Amador, parvos anhelos
que se perdían en el olvido transformados en paz interior.
∞
El propósito del sufrimiento
—El alma unidad tiene un destino guiado por el Cielo. El sufrimiento
experimentado por ambas polaridades, hechas hombre y mujer, el uno para el
otro, obedece a un propósito de elevación del alma, desarrollo de dones y
despertar de virtudes para realizar la misión global pactada con el Gran
Espíritu, en colaboración con el grupo álmico mundial de coramor
practicantes del camino de la verdad.
Alma conocía el contenido de aquel mensaje, pero volver a escucharlo de
la voz y corazón del Gran Maestro Iluminado despertó energías dormidas que
empezaron a vibrar por todo su ser.
—En vuestro caso, Alma y Amador, el sufrimiento y el dolor os han
preparado para un nuevo encuentro, fortalecidos.
Estas palabras hicieron pensar a Alma en las raíces hondas y poderosas del
árbol que sentía que ella y Amador estaban construyendo sin pretenderlo, tan
solo siguiendo los pasos que sentían caminar, un árbol indestructible con
fruto de amor imperecedero.
—En este tiempo de caminos separados, cada uno está viviendo el
crecimiento necesario para su propia ascensión. Vuestro vínculo es eterno en
el mundo celestial. Puedo contemplar su luz y maravillarme con ella tanto
como con la presencia de Dios en mi corazón, porque es la misma luz.
∞
Alas de fénix
Amador se hizo visible para Alma en el ensueño. Había estado ahí desde el
principio, escuchando los mismos mensajes que eran para ambos, pues eran
uno y siempre lo serían. Plumas de ave fénix llenaron de luz dorada la
imagen que presenciaban.
—La melancolía y la añoranza que sentís el uno del otro son solo estados
humanos pasajeros que os impulsan a avanzar hacia la fusión terrenal.
Los dos amantes del ensueño se dieron las manos sin dejar de mirar a los
ojos del maestro.
—Alma, aunque Amador no pueda contactar ni comunicarse contigo como
quisiera, ten presente que te ama. Piensa en ti como el constante respirar,
pues vives en él como él vive en ti.
La joven miró a Amador y él asintió a las palabras del maestro. Lágrimas
doradas brillaron en las pupilas que los espejaban. Cálidas palabras de
sosiego para ella, cual bálsamo de la verdad.
—Amador, ella respeta tu tiempo y tu espacio, y también te piensa, te vive
y te incluye cuando alumbra la visión y aspiración de un destino luminoso.
Juntos. Pues nacisteis para experimentar esta vida juntos.
Los jóvenes amantes, hijos de la eternidad, hicieron una reverencia al
Gran Maestro Iluminado. Este les correspondió, y con un ademán de su mano
y una sonrisa se despidió.
Antes de finalizar el encuentro onírico, los tres se fundieron con la luz
brillante que las alas de fénix habían portado como símbolo de resurrección.
∞
Depresión
El tiempo transcurría veloz. Aunque parecía no suceder nada relevante en el
mundo físico de Alma, en realidad se estaban gestando las bases de
importantes cambios venideros en el mundo espiritual.
Amador vivía atrapado en la intensa rutina del trabajo, los niños y un
sinfín de tareas domésticas y gestiones diarias. Todavía no había llegado el
tiempo de estar juntos.
—Te echo de menos, Alma —su voz al otro lado del teléfono sonó triste
—. No estoy bien. Me siento en un estado que otras personas llamarían
depresión. Me es difícil vivir así, separados.
Hablaba pausado, conectando con las palabras más adecuadas para
expresar lo que sentía, algo que no se había permitido durante mucho tiempo
de reclusión en la protección ante el dolor.
—Lo siento y te comprendo. Viví lo mismo. También fue duro para mí,
Amador. A veces iba al trabajo con ganas de llorar, pero puedes superarlo. Si
necesitas ayuda, solo pídela.
—Gracias, Alma. Recuerdo cuando estabas aquí y las veces que estuvimos
juntos con los niños en el Mundo de Ensueño. Había vida. Todo estaba
completo. La casa era el hogar.
—Sí, era maravilloso.
Alma veía el proceso de Amador como flujos de energía distribuidos en el
tiempo. Distinguía las etapas que él necesitaba transitar como escalones
previos hacia el portal del templo donde ella lo esperaba avanzando en su
vida y donde siempre tendría un lugar para él, pues ese lugar existía más allá
de su libre elección, como existen el sol y la luna, como existe el amor.
∞
Movimiento planetario
—Aunque no te escriba ni te llame, estoy ahí, Alma, recluido en algo que
me absorbe como si no pasara el tiempo, sumido en mis reflexiones.
Discúlpame. No te hago un vacío. Te pienso y te llevo dentro.
El grado de ausencia y reclusión masculina en la cueva de él permitía que
Alma pudiera calibrar la vastedad del dolor que había salido a la superficie
desde las profundidades del corazón, como le había sucedido a ella en su
pasado con él.
El cúmulo energético de aquel karma era la barrera que los separaba y que
correspondía a Amador transformar con la luz de su esencia para llegar hasta
su mujer sagrada. A ella le tocaba seguir enraizándose en la fe, elevarse en el
amor incondicional y avanzar de modo que la luz conquistada iluminara el
alma compartida por ambos.
Para ello, los dos coramor seguían en la tesitura de trascender viejas
energías densas y dirigirse hacia las nuevas más sutiles para anclarlas en la
Tierra, porque había llegado el tiempo de aquella manifestación para la
humanidad.
Estaban inmersos en un movimiento planetario de transformación de
antiguos patrones, de una masculinidad y feminidad en desarmonía, de un
ego de lucha habituado a la oscura consciencia bélica.
∞
Labor conjunta
Amador, portador principal de energías masculinas en la pareja, hacía frente a
la transmutación del esclavo materialismo en la libertad de la espiritualidad.
Alma, representante manifiesta de las energías femeninas en el yin-yang que
formaban, se cuestionaba normas sociales y familiares limitantes para abrir
paso a la superación de la forma y la imagen en pos de un amor libre de
fronteras.
Si ambos hacían bien el trabajo que les correspondía, desde la
armonización interior de aquello que aún no habían alcanzado y que el otro
ya había conquistado en su interior, lograrían la manifestación del amor
verdadero.
Este avance era posible gracias al efecto que el uno en el otro generaban,
por el simple hecho de existir y por la activación de procesos internos que
había potenciado el reencuentro terrenal orquestado por la divinidad.
2
UNIDAD
La experiencia del alma unidad
es uno de los mayores impulsos de aprendizaje
para la evolución del alma.
Vivir desde la unidad
Alma escuchaba la sonoridad y el mensaje de las palabras de Amador, a la
vez que en lo invisible percibía estos procesos subyacentes a lo que vivían.
Sabía que había mucho más de lo que alcanzaba a ver con su todavía limitada
apertura del ojo celestial, pero lo más significativo era el impulso que ambos
sentían de estar juntos en el mundo físico, para lo cual todas las señales y
todos los mensajes de sabiduría recibidos desde diferentes ámbitos mostraban
a la joven que la clave estaba en armonizar las energías masculinas y
femeninas en el interior, como los dragones blanco y negro que habían
sobrevolado el tren de su destino, para trascender el mundo dual y vivir desde
la unidad del ser.
Así de exigentes eran los requisitos para la unión que la vida requería a las
llamas gemelas encarnadas aquellos tiempos en el planeta del despertar. Ser
consciente de ello ayudaba a Alma a posicionarse cada vez más en su lugar.
«Nada que esperar. Nada que lograr. Nada por lo que luchar. Todo es
perfecto como es. Soy amor. Vivo en amor. Camino en la luz. Me entrego a
los designios de la creadora que habita en mí».
∞
Santo camino
—Yo también te pienso y te llevo dentro, Amador —contestó ella antes de
despedirse durante un nuevo tiempo de incomunicación generado por la
ausencia de él.
Alma escribió en su diario:
El matrimonio verdadero, cuando uno encuentra a la persona destinada
por el Gran Espíritu para ello, es aquel donde dos son uno. Juntos caminan
en equipo, en la misma dirección, como un solo ser.
Dos personas unidas en matrimonio pueden llegar a latir como un solo
corazón. Esta es la magnificencia del despertar evolutivo en pareja, que no
sirve solo al propósito terrenal de crear una familia, sino sobre todo al santo
camino de cultivar las virtudes inherentes al ser.
∞
La grandeza del presente
—Madre —Alma llamó al Gran Espíritu una noche en búsqueda de
respuestas.
—Estoy aquí, hija mía.
—Siento una alarma interior que me avisa cuando algo se aleja de lo
verdadero.
—Sí, Alma. De forma paulatina, a medida que progresas, tu ojo divino se
va abriendo y conectando con cada una de tus células. De este modo, tu
cuerpo y tu alma pueden sentir cada vez con más fineza la energía sutil de lo
verdadero.
—Hay algo importante que no está en su lugar.
—Háblame de lo que sientes. Te escucho, Alma.
—Cuando conversé con Amador, me contó cosas que ha hecho que
quiebran las leyes del Cielo. Después llora porque dice que no sabe traer
nuestro amor a la Tierra, pero él mismo crea su propio sufrimiento. Yo
también lo he hecho, pero tengo fe en el renacer. Siento que mi corazón se
aleja de esa baja frecuencia hacia la luz de la vida, hacia ti, Madre, que me
atraes con un magnetismo infinitamente más poderoso que el que siento hacia
él cuando se ancla en esa visión pesimista de la vida. A la vez me duele,
porque él es parte de mí, reflejo de mi propia alma.
—Comprendo, Alma. Este es el asunto central de tu trabajo interior hacia
la conquista del Mundo de Paz. Solo la armonía entre el yin y el yang puede
devolver la concordia al corazón.
—Sí, Madre, puedo sentir incluso que el objetivo no es alcanzar el
equilibrio entre la energía masculina y femenina, sino vivir la grandeza de
experimentar el camino que conduce a ello en cada momento presente.
La Madre celestial sonrió y la abrazó con su acostumbrada calidez.
—Avanzaré con confianza hacia tu esencia, amada Madre, hacia la esencia
que comparto con Amador. Sé que los nudos se liberan con suavidad y
ternura. Así andaré mi camino con él.
—Tú misma has hallado la respuesta. La paz se descubre radiante al fluir
con ese modo de vivir.
∞
Abrir el ojo de la sabiduría
Esa misma noche, Amador lidiaba con la soledad de vivir sin Alma a su lado.
«Quisiera estrecharte en mis brazos, sentir tu presencia y tu calor. Tanto amor
sin ser vivido…».
—Amador —le habló el Gran Espíritu—, es tiempo de levantarte de la
muerte y salir a la vida. El amor no llega a quien lo llora, sino a quien se
lanza a su conquista. Recuerda quién eres. ¡Un coramor auténtico jamás se
da por vencido!
Él dio un puñetazo contra la pared.
—¡Maldigo mi debilidad!
—Ese no es el camino, Amador. Así no puedo ayudarte.
—¿Qué debo hacer para recibir tu bendición?
—Tan solo pedirla y poner tu propia voluntad para realizarla. Recuerda
que no puedo intervenir en tu libre albedrío.
—Entonces te pido ayuda para estar juntos de nuevo.
—¿Eres consciente de lo que os separa, Amador?
—El daño que vivimos en el pasado, en Gímaco, y lo que ha sucedido
después. No quiero volver a sufrir. Necesito garantías para confiar en ella y
en nuestra relación.
—Abre tu ojo de sabiduría, hijo mío. Tu percepción aún es limitada.
—¿Qué quieres decir, Gran Espíritu?
—Pregúntate a ti mismo, Amador. Dentro de ti, eres tan creador, sabio y
capaz como yo mismo. Nada ni nadie pueden hacerte sufrir si tú no lo
permites. Alma es un espejo que te propulsa en tu evolución.
—Eso significa que soy yo quien ha de convertirse en alguien confiable,
en alguien libre de temor, en alguien lleno del amor que busco fuera porque
aún no lo hallo dentro de mí.
El Gran Espíritu asintió en silencio como respuesta.
—Si así es, ¿cómo puedo liberarme de las cadenas que me retienen?
¿Cómo puedo traspasar el abismo que hay frente a mí para llegar hasta ella,
hasta mi propio amor?
—Solo hay una manera, Amador.
—¿Cuál?
—La fe, la sinceridad y el compromiso.
—Por eso la perdí y ella sigue su camino, de nuevo empoderada y llena de
luz.
∞
Hacer posible lo imposible
—Ella representa la energía femenina que también existe en ti. Amando a
Alma tal como es, amarás tu propia energía femenina tal como es y así
permitirás que se desarrolle en ti hasta alcanzar su máximo potencial.
—¿Y ella?
—Ella sigue avanzado en su camino de amarte como eres, de forma
incondicional, por eso empieza a volar en libertad.
—¿Ella está más avanzada en el camino de nuestro amor?
—Ella mantuvo abierto el último resquicio de la puerta que cerraste,
cuidó la conexión del alma ante la comunicación que cortaste, elevó la fe
para hacer posible lo imposible.
—Lo imposible… ¿Por qué no fuimos creados más similares? ¿Por qué no
nos encontramos con menos karmas que purificar? ¿Por qué ha habido tantas
pruebas entre nosotros? ¿Por qué es tan difícil la comunicación?
—Amador, libera las preguntas, levántate y camina hacia la vida —el
Gran Espíritu lo guio con firmeza y amor. Después desapareció para que él
mismo se autofortaleciera.
∞
Fuerzas kármicas
Pasó el tiempo. Más silencio. El joven volvió a sentirse perdido. Las fuerzas
kármicas le estaban ganando la batalla. Alma no volvió a saber de él, pero lo
percibía débil y a la vez inconsciente del daño que generaba con la decisión
de desaparecer de nuevo sin explicación.
No. Él aún no estaba preparado para asumir la responsabilidad, el valor y
la capacidad de mirarse a sí mismo que requería la realización de un camino
juntos. Ni siquiera era capaz de tener la consideración mínima de decirle que
no esperara su comunicación, porque no podía darla en aquellos momentos.
Ella había decidido seguir la llamada de la vida.
Si un día él lograba llegar hasta ella transformado, estaría bien y si no
también. Estaba aprendiendo a amar la vida tal como era y en su creciente
paz interior podía comprobar que estaba haciendo bien su camino.
«Te deseo lo mejor, Amador. Me respeto a mí misma y con ello también a
ti. Ruego a Dios que te dé fuerza para erigirte sobre ti mismo. Ahora debo
partir. La vida me impulsa a vivir. Es una llamada más poderosa que
cualquier otra. Gran Espíritu, te entrego mi destino. Hágase tu voluntad a
través de mí».
∞
Compromiso sagrado
Alma sentía cómo el latido de Gímaco la guiaba. Había soltado por completo
las riendas de su carruaje mundano para abrazar la crin del unicornio alado
que la dirigía hacia su verdadero destino.
Se había casado con Amador, un hombre que seguía atrapado en las
consecuencias de sus actos y en el olvido de la Esfera del Espíritu, pero había
hecho un compromiso sagrado y asumiría todas las consecuencias.
Agradecida por los aprendizajes, con él o sin él, seguiría avanzando en la
misión prometida al Cielo.
∞
Sincronizados a la perfección
«Gran Padre, Gran Madre, os echo de menos. Quisiera volver a Gímaco,
cuidar a los niños y niñas, sentirme arropada por vuestra luz. Vosotros
cuidasteis de Amador y de mí. Ha olvidado el plan que vinimos a realizar. Se
ha olvidado incluso de sí mismo. No sé cuándo recordará ni si llegará a
hacerlo».
—Alma querida —le contestó Madre de forma inesperada—, el Gran
Espíritu le dará la información cuando esté preparado. Vemos que sigue sin
dar pasos reales, que ha roto leyes sagradas y que se ha acomodado en la
tristeza, el sinsentido de vivir y la creencia de lo imposible. Haces bien
entregando vuestro destino al Cielo y siguiendo tu camino.
—Gracias Madre —Alma sintió ganas de llorar por lo mucho que la
echaba en falta en aquellos momentos.
—El nuevo ciclo que presentías se acerca, Alma —la voz de Padre le
transmitió una fuerza robusta—. Lo inicias habiéndote liberado de pesadas
cargas que te impedían avanzar a tu ritmo natural.
—Si he hecho una transformación, ¿por qué Amador, que es mi espejo, no
la ha realizado aún? —preguntó Alma.
—Quieres decir ¿para qué? —sonrió Madre.
—Sí, ¿para qué? —Alma le devolvió la sonrisa.
—Para darse tiempo a abrir el corazón e integrar las enseñanzas, y que tú
dediques tu propio tiempo a lo que naciste para realizar. Si estuvierais juntos
ahora, no podrías llevarlo a cabo. Aunque no sea fácil de ver, estáis
sincronizados a la perfección —respondió Madre.
Aquella explicación ofreció a Alma un nuevo sentido sobre lo que estaba
viviendo. A pesar de que Amador alguna vez puso como excusa de distancia
las huellas del pasado, porque no estaba preparado para asumir la magnitud
de su desvitalización interior ni la falta de base espiritual para avanzar hacia
un futuro juntos, en aquella respuesta de Madre la joven comprendió por qué
se sentía tan bien por dentro, más allá de los rasgos de carácter y virtudes
internas que aspiraba a seguir cultivando, y a la vez por qué su espejo no lo
estaba todavía.
Ella estaba lista y había sembrado la semilla de armonía entre el yin y el
yang de su corazón, acogiendo cada sombra existente todavía entre las
energías masculinas y femeninas que representaban. Hasta que esa semilla
floreciera generando un cambio externo pasaría un tiempo indefinido.
∞
Heridas del linaje
Las cadenas del pasado familiar se enroscaron al cuello de Amador en el
Mundo de Ensueño. Empezó a respirar con dificultad hasta que constriñeron
todo su cuerpo y empezó a ahogarse.
Ríos de agua putrefacta inundaron su habitación. No había sido claro con
Alma. Le había ocultado muchas cosas que ella debía saber. Amador ya no
era el agua limpia que una vez conoció en Gímaco, y los ríos envenenados
por la mentira anegaron el cuarto oscuro hasta que él se sintió morir.
La vida le había avisado con multitud de señales y evidencias, e incluso a
través de repetitivos discursos que Alma logró dejar de pronunciar cuando
superó el temor a ver destruido su enlace, su futuro y su misión ante la
inconsciencia y la oscuridad que Amador aún no había trabajado por
iluminar, ni siquiera por amor.
Lo que no había querido ver, a pesar de los duros golpes que le había
propinado la vida como espejo de lo que él mismo proyectaba, se manifestaba
en los sueños a través de la presión insostenible que habitaba su inconsciente
y que cada tanto le causaba fuertes migrañas.
Sus hijos también sufrían las circunstancias: ausencia emocional de un
padre que aún no había logrado ponerse en pie, ausencia de una madre que
amaban en lo profundo y echaban de menos, y ausencia de Alma, que nada
podía hacer más que conectarse con ellos de corazón.
La joven podía percibir las almas heridas de su linaje y del linaje de
Amador. Historias de violencia familiar, mujeres abandonadas con hijos y sin
medios para sustentarse, mentiras y secretos entre cónyuges, hombres
enmadrados que se habían visto de repente como maridos y padres sin saber
cómo ejercer su rol, mujeres que enloquecían de dolor ante el sometimiento y
las cargas familiares que recaían sobre ellas, deudas económicas que crecían,
infidelidades, abusos, abandonos.
«Gran Espíritu, por favor, acoge mi arrepentimiento por tanto dolor en mi
familia y en la de Amador, que se unieron en un linaje el día de nuestra boda.
Lo siento de corazón. Por favor, Madre, ayúdanos a generar una nueva luz».
∞
Epifanías
Madrugada. Mundo de Ensueño. El Gran Espíritu acudió a la llamada de
Alma. Hojas naranjas de otoño. Viento agitador de emociones. Mar celeste
embravecido. Estrellas solitarias que respiraban y sonreían.
—Madre, necesito soltar por completo las cadenas que me atan a él —
Alma pidió ayuda al Gran Espíritu en sueños, después de que Amador
empezara a gritarla mientras ella lloraba en una inquietante experiencia
onírica, donde él se quedaba en el refugio oscuro del pasado cerrando las
puertas a la luz del futuro.
—¿Qué cadenas, Alma?
—Las cadenas de este falso matrimonio.
—Alma… —la Madre divina la abrazó con su cálido amor.
—Todos los seres de mi mundo lo decían. También yo lo sabía. Miles de
señales lo indicaban.
—¿El qué?
—Que no debí casarme con Amador, aunque… —Alma no pudo acabar la
frase. El corazón se le encogió y una lágrima cayó.
—Aunque… —la animó el Gran Espíritu.
—Aunque sea él, aunque sea él mi verdadero amor, mi alma unidad.
Aunque ya estemos casados en el Cielo —lágrimas brotaron de sus ojos
como lotos de amor puro.
—Era tu destino, Alma.
—¿Mi destino, Madre? Se me dio la oportunidad de elegir. El sí y el no
batallaron en mi interior. Era «sí» por quién es él para mí y era «no» por todo
lo demás.
—¿Todo lo demás?
—Todo lo que nos separa.
—Ese es vuestro reto, Alma.
—¿Nuestro reto?
—Los amores puros conllevan las mayores pruebas. Y el vuestro, hija
mía, es una bendición de amor único en la historia del universo, un amor del
Cielo.
—Madre, comprendo tus palabras porque las he sentido como epifanías
desde que nos reencontramos, pero en la Tierra es tan solo un amor inmaduro
que no lleva a ninguna parte, tan solo a la humillación, a la vergüenza y al
dolor.
—La experiencia del alma unidad, independientemente de la forma que
tome en el plano físico, es uno de los mayores impulsos de aprendizaje para
la evolución del alma. Este amor verdadero te está llevando mucho más lejos
que a ninguna parte.
—¿Adónde?
—A ti misma.
∞
Ruegos
—Sí, Madre, lo que sucede es que, cuanto más cerca estoy de mí misma,
más siento que he de alejarme de esta relación, porque esta situación no es
digna ni consciente.
—Te estás posicionando en tu lugar, algo que no es sencillo cuando se
trata de poner límites frente al ser que encarna a la llama gemela.
—Lo he dado todo, lo he dicho todo, lo he demostrado todo, pero él sigue
sin levar anclas y ha dividido a la familia con su visión limitada. Siento que
ha llegado el momento de navegar en otra dirección.
—¿Qué dirección, Alma?
—Mi propio viaje.
—Ese es el camino, sí, aunque ¿no crees que es compatible con llevar
adelante el compromiso del matrimonio?
—Quizás no pueda ser en esta vida. Sabes cuánto he luchado por ello.
—Deja de luchar, Alma. A partir de ahora, me corresponde a mí tomar el
timón del navío y de vuestros ruegos.
—¿Él también te ha rogado?
—Sí, desde vuestra alma única. Aunque está perdido, y precisamente por
ello, se ha encomendado a mí en momentos de profundo sufrimiento.
∞
Niveles superiores de consciencia
—Madre, me entrego a ti. Permíteme desahogarme. Él sigue atrapado y
aferrado a esta dimensión de miedo, materialismo y falta de fe. Su sinceridad
está oculta bajo un doble juego que no me deja confiar en él. Tampoco hay
base posible con alguien que no mantiene sus compromisos y que desaparece
por tiempo indefinido sin preaviso. Él no es como lo conocí en Gímaco. En la
Tierra se ha vuelto mundano, hermético y calculador. Ya no se guía por el
amor. Su mente ha tomado el control de su ser. Sus acciones inconscientes
despertaron mi sombra de lobos protectores, porque puse mi corazón en
nubes de humo que oscurecieron mis sueños. He aprendido, Madre. Tal vez
en otra vida…
—En otra vida puede ser demasiado tarde, Alma —contestó el Gran
Espíritu con voz seria.
—¿Por qué?
—Porque tú eres su última esperanza.
—¿Yo? ¡Entonces está realmente perdido, porque él ya no confía en mí!
No comprende la oscuridad que vivimos en el pasado, no cree en la
posibilidad de transformación, no valora las puertas que nos has abierto.
—Le haré comprender, Alma, cuando esté preparado. La elevación a
niveles superiores de consciencia tiene su propio tiempo, como todo en este
universo.
—Madre, cuanto más tiempo pasa más profundo es el daño. Es agotador y
muy duro para mí contrarrestar el karma que generan sus decisiones
unilaterales en nuestro matrimonio. Necesito liberarme y poner mi energía en
el futuro.
—Él es tu futuro, Alma.
∞
La llave del edén
—¿Y qué debo hacer? Así no puedo seguir.
—Descansa en mí, hija querida. Sigue por el mismo sendero de la
compasión, el amor incondicional y la fe. La cumbre está cerca.
—Madre…
—Comprendo las emociones de tu corazón, pero él no puede despertar de
otro modo. Está perdido y desconectado del amor. Por destino, su única
salvación eres tú, porque tú eres él. Y a través de tu libre albedrío entregado
a mi voluntad sí puedo actuar.
—¡Por querer salvarlo me hundí en sus arenas movedizas, Madre! ¡Perdí
el rumbo y la cordura!
—No debes salvarlo, Alma, tan solo ser quien eres para él.
—¿Y quién soy para él?
—Eres la estrella que guía su camino.
—Solo soy una humana en busca de la verdad.
—No para él, Alma. Él lo supo al conocerte: eres la estrella esperada por
su navío sin rumbo, pero se cegó por las tormentas que debíais superar
juntos y olvidó que formaban parte del destino al puerto de mi paraíso. Se
dejó engañar por la falsa ilusión de la adversidad, sin ser consciente de que
esta existía para empoderar al navío y a la luz de la estrella, y olvidó el
destino de vuestro amor en la tierra prometida.
—¿Cómo ayudarle a recordar si yo misma he querido renunciar para evitar
más tormentas que empeoren nuestro viaje?
—Él es tu propia alma. Guíate a ti misma y así lo guiarás a él. Ese fue
vuestro acuerdo en el Cielo: tú lo conducirías a la llave que abre la puerta
del edén y él te propulsaría con su espejo de amor. Tú eres su guía, igual que
él lo es para ti en otras dimensiones. Sin amor, no hay salida de este mundo.
Su Mundo de Amor eres tú, Alma, como lo es él para ti.
∞
Ama con todo tu corazón
—¿Cómo ayudar a quien persiste en actos que cavan su propia tumba, sin
volver a enterrarme yo con él?
—Mantente en tu lugar y él encontrará el propio. Sois yin y yang. Sigue
orando por la paz. Tu armonía activará la suya.
—Después de repetirse lo mismo, me resulta complicado mantener la
armonía, Madre. Un día parece que todo es posible, que al menos podemos
seguir en contacto, avanzar juntos aunque sea despacio, pero al día siguiente
desaparece sin decir nada, sin tenerme en cuenta, importándole más la vía
fácil que el daño que me causa con ello. Sigue sin haber estabilidad posible a
su lado. No hay valor, ni honestidad, ni fe. Se ha reiterado el ciclo: él da un
poco, lo justo para que yo esté ahí, pero en realidad no se entrega de verdad.
Y yo lo acepto por no romper el sacramento del matrimonio. ¡Por mi parte se
acabó este patrón sin sentido!
El Gran Espíritu la vio agotada y le infundió su gran amor.
—Alma, han sido años muy duros, pero siempre estoy contigo. Tú y yo
juntas podemos cumplir las leyes del amor y manifestar los milagros nacidos
de ese obrar sagrado.
—¿Y qué he de hacer?
—Lo sabes bien: ámame, ámate y ámalo con todo tu corazón. Lo que
tenga que ser será según mi divina voluntad.
—Gracias, Madre.
—Descansa, mi niña. Todo saldrá bien.
∞
Como el sol y la luna
—No, Amador, aún sigues dormido. La misión te espera.
—¿Qué misión?
—Activar la unificación de los opuestos para dar fin a una de las mayores
guerras de la humanidad.
—¿Qué guerra?
—La separación entre el hombre y la mujer, reflejo de la batalla interior
que libramos entre el yin y el yang. Es el origen de la desarmonía y el
impedimento para que vivamos en unión desde nuestra esencia.
Amador recibió imágenes del sol y la luna realizando su misión en
perfecto equilibrio. Empezó a llorar en sueños: «Alma, mi querida Alma. Te
amo tanto y tengo tanto miedo de que suframos. ¿Qué nos separa? ¿Qué
impide lo que tanto anhelamos? ¿Qué puedo hacer para unirnos como el sol y
la luna?».
—¡Tener fe, hermano! ¡Se trata de fe! —exclamó Fénix—. ¡Todos te
necesitamos!
—¿Todos?
—Sí, Amador, todos los coramor que te confiamos el papel de punta de
flecha para la misión.
—¿La misión de finalizar esta guerra mundial?
—La misión de abrir la oportunidad a un mundo de armonía y paz.
∞
Dios en primer lugar
—Todo cambiará cuando vivas tu relación con ella poniendo a Dios en
primer lugar.
—¿Qué quieres decir?
—Dios te guiará para poner en orden lo que bloquea el fluir de vuestro
amor.
∞
Justicia divina
—Alma… —Amador bajó la mirada. Se sintió avergonzado, como un
oscuro náufrago suicida ante un luminoso candelabro de vida.
Al despertar, él se vio más perdido que nunca, y ella, que había decidido
no escribir sobre el futuro, a menos que se tratara de ensueños, ya no sabía
qué teclearía, pues la historia se estaba narrando de nuevo por sí sola.
—Madre, con él o sin él, ayúdame a cumplir la misión. Por favor —Alma
habló al Gran Espíritu en posición de plegaria.
—Él sigue formando parte de la misión, Alma.
—Sí, aunque haya abandonado.
—¿Qué ha sucedido en ti con su abandono?
—Ya no me duele. La vida me llama. Camino conmigo misma unida a ti.
Siento esperanza y fe. Incluso podría decir que empiezo a conocer la alegría y
la paz.
—Esta es la justicia divina que tanto deseabas ver.
—¿Qué quieres decir, Madre?
—Que tú misma has hecho justicia contigo misma. Tú misma te has
fortalecido y has vuelto a tu lugar. Tú misma te has dignificado, tú misma
has sentido compasión por ti, tú misma has dejado de juzgarte incluso en los
actos más alejados del amor, tú misma has soltado el apego más difícil de
soltar, tú misma has aprendido a amarte, pues así es como yo amo tanto a la
oruga como a la mariposa, tanto al ser dormido como al despierto, tanto al
pecador como al santo.
—Y todo gracias a…
—Sí, Alma, gracias a lo vivido con tu llama gemela.
—Gracias por recordármelo, Madre. ¡Todo formaba parte de nuestro plan!
¡Siempre hay esperanza para la misión del Cielo!
∞
Salvación
—Así es, hija querida. Estás recuperando tu lugar en el universo y ya
empiezas a brillar de nuevo. De este modo el ser amado puede percibir tu luz
y seguirla hasta encontrar la propia, pues en el sueño donde tu energía lo
protegió de la muerte aprendió que solo el amor verdadero puede salvarlo.
—Solo el amor verdadero puede salvar a la humanidad, como yo fui
salvada por él. Estaba dentro de mí y lo hallé gracias al espejo de mi alma, al
amor de mi vida, Amador.
—Su proceso es distinto. Sé paciente, Alma. En lugar de desapegarse de
la necesidad de tu amor, se aleja de ti por miedo a sufrir. Y en ese miedo no
hay amor ni liberación. Pero el camino que has abierto conlleva elevación
para ambos y para todos los seres del uno que somos.
—¿Eso significa que Amador también logrará liberarse de la oscuridad de
su pasado?
—En su momento, como tú estás logrando, volverá a vivir en amor.
∞
Pruebas de fe
Alma vio en su mente la imagen de un vampiro que aparecía de forma
abrupta para succionar su entrega de amor y que desaparecía en cuanto surgía
la dificultad. Hizo una reverencia de respeto hacia aquella experiencia de
aprendizaje con Amador y la despidió con gratitud, pues le había enseñado a
amarse más a sí misma.
—Has tomado las riendas de tu luz, Alma. La libertad está en el amor. A
través de la oscuridad que vuestras almas eligieron vivir, pudisteis tocar el
más hondo sufrimiento como vía para experimentar el más elevado amor.
—Él merece este tesoro.
—Percibo gran amor en tus palabras, Alma. Sí, el merece recibir esta
cosecha de bendiciones, pues ha jugado su papel a la perfección: ha sufrido
las consecuencias de la inconsciencia elegida; ha amado tanto como ha
sabido desde los velos del olvido, y al igual que tú ha derramado sangre,
sudor y lágrimas en las páginas celestiales de vuestra leyenda de amor.
—Nunca imaginé que podría ser tan duro, Madre.
—Los más puros lotos surgen de la mayor adversidad.
—¿De verdad no me estoy autoengañando?
—¿Es que no ha habido suficientes señales?
—También ha habido muchas señales para abandonar este camino.
—Fueron pruebas de fe —el Gran Espíritu la sorprendió con aquella
respuesta.
∞
Reino de paz
—Madre, no sé cuándo volveré a saber de él. ¿Qué debo hacer con mi
vida? ¿Hacia dónde me encamino? ¿Cuáles son los siguientes pasos de la
misión?
—Los templos del despertar de la humanidad se abrirán al mundo cuando
lo haga Gímaco, vuestro hogar original en esta tierra. Eso sucederá cuando
estéis preparados y vuestra energía ilumine los albores de la nueva era
dorada.
—¿Cómo lograrlo?
—El amor incondicional que te habita es tu guía.
—Lo escucharé y lo seguiré. Gracias, Madre querida.
—Gracias, hija amada. Solo unidos, los seres misioneros del amor y la
divinidad, podemos restablecer el reino de paz en la Tierra.
∞
Fusión entre hombre y mujer
—¡Basta ya de hablarme de la misión! ¡Yo no la inventé!
—¡Tú formas parte de ella! ¡Prometiste cumplirla como prometiste ser
leal a Alma también en la adversidad! ¡La fusión entre hombre y mujer
forma parte de tu camino!
—No lo entiendo, Padre. ¿Qué hago en este mundo sin sentido?
Amador se sintió perdido, débil, errático. Empezó a llorar, cerró los ojos y
se quedó dormido, sin fuerzas para levantarse en otra mañana más de
depresión. Tenía ganas de morir.
∞
Energías masculina y femenina
—La energía femenina, más allá de estar desarrollada en el corazón de una
mujer o de un hombre, posee las virtudes de la pacificación, la armonización
y la acción hacia el mayor bien de la familia y la comunidad —habló el
profesor—. Se trata de una energía generosa y sensible, solidaria y amorosa,
empática y compasiva. Mas si esta energía se desequilibra al desconectarse
del amor, puede caer en la sumisión, la pérdida de valía personal y la
encarcelación de los principios morales.
Alma y Amador escuchaban los mensajes con atención, pues su amor
había sido puesto en riesgo por el desconocimiento y la dificultad para alinear
el desequilibrio energético que tanto dolor les había causado.
—La energía masculina, más allá de estar desarrollada en el corazón de un
hombre o de una mujer, posee las virtudes de proporcionar fortaleza,
protección y seguridad a la familia y la comunidad —prosiguió el catedrático
—. Se trata de una energía racional y mental, defensora y valerosa,
bienhechora y sustentadora. Mas si esta energía se desequilibra al
desconectarse del amor, puede caer en el sometimiento, la arrogancia y la
aniquilación de los principios morales.
Los alumnos ponían caras de interés ante aquellas palabras. Trataban de
asir los conceptos con entrecejos fruncidos y rostros encarados hacia el
dibujo que el profesor trazaba en la pizarra con una tiza blanca: el yin y el
yang.
—Solo el equilibrio interior entre energías masculinas y femeninas
permitirá la armonía entre hombre y mujer. Solo la armonía entre hombre y
mujer traerá la paz a las familias y al mundo en la nueva era de la humanidad.
Alma y Amador se miraron a los ojos. Poco a poco empezaban a brillar y a
volver a confiar. Los dedos de sus manos se acercaron hasta enlazarse. El
hombre a la deriva en el mar de sufrimiento del ciclo de vida y muerte alzaba
la vista a su estrella, y esta le abría el corazón para mostrarle su propia luz de
alegría y redención.
∞
El bien de innumerables seres
Alma había llegado a la vida de él como última esperanza para un náufrago al
borde de la muerte, pero se había convertido en la mayor tragedia de su
existencia: el amor del Cielo imposible en la Tierra.
El grado de sufrimiento y perdición que alcanzó el joven lo empujó a
clamar y entregarse a una fuerza mayor que pudiera aliviarlo de la muerte en
vida que estaba sintiendo. «Por favor, Dios, ayúdame».
Alma intuía los tiempos del cielo y no quería poner en riesgo la misión,
algo más importante para ella que el destino de su relación y de su propia
alma, un propósito nacido para el bien de innumerables seres.
Con esta convicción, se adentraba en el cambio que llegaba. Las medias
tintas, los vaivenes, las idas y venidas ya habían tenido su tiempo de
transición y acogimiento. Arrastrar aquel fardo hacia el nuevo ciclo habría
sido absurdo dada la sanación y el aprendizaje adquiridos.
A Amador le retraían la fuerza, el carácter y la firmeza de Alma y a ella
lograba exasperarla lo contrario en él. «Alma, ten más suavidad conmigo».
«Amador, ten más fuerza y valor». Desequilibrios en busca de armonía. Viaje
natural de la vida. Amor por encima de todo.
∞
Misericordia
—Por favor, Padre, ayúdame.
—Siempre estoy contigo, Amador —el Gran Espíritu lo abrazó con su luz
y el joven deseo quedarse para siempre en aquella paz llena de misericordia.
—Estoy paralizado —lloró— y no sé vivir sin su amor.
—¿Sin su amor? ¿Y qué hay del amor con el que fuiste creado?
—Conozco la teoría, Padre. Sé que el amor está en mí y que debo
despertarlo. He de ser yo quien se ame a sí mismo y quien la ame a ella,
porque el amor es entrega, pero todavía me siento un hombre miserable y
mortal.
—Sabes que tu alma es inmortal, pero ¿miserable?
—Sí. Miserable por mi pasado, miserable por mi presente y miserable
porque no veo el futuro si mi amor con ella fracasa.
—Has librado duras batallas, Amador. Has abordado karmas milenarios
de la mejor forma que te ha sido posible. Y de algún modo has logrado
seguir conectado a mí, por eso has podido reconocerla a ella, tu alma única
en forma de mujer, y sentir el amor más sublime de la creación.
El joven lloró al sentir reconocimiento y comprensión del Gran Espíritu.
La divinidad prosiguió:
—Te ayudaré a liberarte del yugo del pasado, porque has hecho tu parte,
así como Alma ha hecho la suya. Pero el presente, hijo mío, el presente es
tuyo y se desplegará ante ti según tu libre voluntad. Así como siembres en tu
presente será la cosecha de tu futuro.
∞
Bestias infernales
—Padre…
Amador estaba en posición de oración, de rodillas en el suelo. El Gran
Espíritu le estaba ofreciendo una oportunidad para la que todavía no creía
estar preparado. Iba a ser liberado de la esclavitud de las culpas, heridas y
ataduras del pasado por su propio camino transitado y reconocido por Dios, y
aun así no sabía cómo proseguir.
Las bestias infernales volvieron a poseerlo y perdió la conexión con Dios.
Apoyó las manos en el suelo. Sus hijos lo vieron llorar por la rendija de la
puerta y se sentaron abrazados entre ellos a esperar, sin hacer ruido, mirando
al vacío.
3
RESURRECCIÓN
Habéis olvidado que sois mis hijos e hijas,
y por ello vivís como niños y niñas huérfanos de amor.
¿Comprendes ahora?
—¡Todo esto es por tu culpa, Alma! ¡Yo quise darlo todo!
—¿Y por qué no lo hiciste, Amador? —el Gran Espíritu lo retó.
—¡Porque me hizo daño!
—Nadie puede dañarte salvo tú mismo. La envié a ti como tu mayor
espejo universal. ¿Es que aún no lo comprendes?
—¡Yo no hice lo que ella hizo!
—¿Cómo estás tan seguro de ello?
—¡Porque sé lo que viví!
—Humanos, hijos míos, aún hacéis tan complejas cosas tan sencillas…
—Gran Espíritu, ¡la realidad es la realidad!
—La obcecación te impide ver. ¿Quieres conocer la verdad?
Amador no contestó, pero de forma inmediata su alma se trasladó al
pasado y se introdujo en el cuerpo de Alma. A toda velocidad experimentó la
historia vivida entre ambos desde el corazón de ella, no solo desde su
reencuentro, sino desde Gímaco y desde todas las vidas que habían
compartido desde el origen de su creación.
Si el joven creía que al sentir su amor perdido había llorado más herido
que en toda su vida, lo que sobrevino a continuación traspasó todos los
umbrales de lo que hasta entonces había conocido como el más extremo
sufrimiento.
—Alma, mi Alma, ¿qué es lo que te he hecho? Lo siento, lo siento, lo
siento —lloraba como si el corazón fuera a salir de su pecho buscando
escapatoria para dejar de sentir lo insoportable, tal como había hecho hasta
entonces: evitar sentir y huir.
El Gran Espíritu volvió a abrazarlo con su calor.
—Hijo mío, despierta. No eres tu historia. Eres un ser divino de luz.
—Padre… —sollozaba Amador agradeciendo el consuelo de su presencia.
—¿Comprendes ahora?
—Pero ¿por qué?
—Vivimos y experimentamos juntos. La existencia no tiene un por qué,
tan solo tiene amor.
∞
Una aventura juntos
—Amor. Aprender a amar en la Tierra como en el Cielo. Experimentar.
Vivir. Ser amor. Volver al origen. Alma siempre me hablaba de ello.
—Sí, Amador. Vivimos una aventura juntos. El bien y el mal son acogidos
en mi seno como impulsores de la vida, la transformación y la evolución.
Trascender la dualidad es la base de vuestra misión como humanidad.
Superar la lucha entre el bien y el mal, el yin y el yang, la luz y la oscuridad
es la clave del retorno a la unidad. El amor no es lucha. El amor es amor.
Los niños entraron en la habitación de Amador, se metieron en su cama y
se quedaron dormidos. El Gran Espíritu los cubrió con un manto de estrellas
para que no pasaran frío. Soñaron con su padre y con su madre. Soñaron con
su madre de corazón, nexo con la luz de un palacio brillante de cristal.
∞
Camino de resurrección
—Sois dos caras del mismo espejo creado por la propia divinidad que
sois. Manifestáis el desequilibrio generalizado entre yin y yang, y
experimentáis sentimientos comunes: carencia de valía personal, abandono,
rechazo. Intercambio de roles por etapas y vuelta de nuevo a jugar.
—Gran Espíritu, esto es complejo para mí. Estamos atravesados por
energías globales del inconsciente colectivo, movidos por la luna y los astros,
empujados por el karma de miles de vidas atrás.
—Puedes reducirlo a algo sencillo, Amador: habéis olvidado que sois mis
hijos e hijas, y por ello vivís como niños y niñas huérfanos de amor.
—Entonces, ¿cómo dejar de estar huérfano, Padre?
—Camina siempre conectado a mí, viviendo el presente en servicio de
amor: limpia tu hogar interior, llénalo de luz y ofrécelo a los demás. Así de
simple y grandiosa es la vida del hombre superior.
—¿Cómo limpio mi hogar, cómo me lleno del amor que dices que soy?
—Practica las virtudes del corazón original y así brillarás con la prístina
pureza de tu esencia de luz.
—¿Cuáles son esas virtudes?
—Las que se aprenden a través de la vida y las relaciones humanas: fe
que te une a mí y te sustenta; sabiduría que te libera del sufrimiento de la
ignorancia; bondad suprema que te guía a amarte a ti mismo y amar al
prójimo; respeto ético basado en la moral del corazón verdadero; justicia
que trasciende la dualidad para situarte en el centro de la verdad.
—Relaciones humanas…
—Amor filial a los padres y madres, amor paternal a los hijos e hijas,
amor fraternal a los hermanos y hermanas, amor a la pareja sagrada,
respeto entre personas empleadas y empleadoras, respeto entre gobernantes
y pueblos.
—Amor a Alma, que es amor a mí mismo.
—Sí, Amador, sois uno y lo que yo, vuestro creador, he unido en el origen
de la eternidad nada lo puede separar.
—Padre, te lo suplico, enséñame este camino de resurrección.
—Lo harás tú mismo según tu elección.
—¿Qué elección?
—Tu propio destino.
∞
Dos grandes rumbos a elegir
«Nada me hubiera importado si te hubieras dispuesto a renacer, porque más
allá de la perdición que te cubre, eres un bello ser. Te conozco, Amador. Tu
corazón late unido al mío». El tren llegó a su destino y Alma entregó su
inquietud al Cielo.
—¿Mi propio destino? —preguntó Amador al Gran Espíritu.
—Tienes frente a ti dos grandes rumbos a elegir.
—Alma me habló de ello. ¿Es eso, verdad? Caminar con ella o sin ella.
—Se trata de algo más profundo, Amador, que, en efecto, conlleva la
elección inherente de unir vuestros caminos o no.
Alma llegaba a una institución pública comarcal, instalada en un castillo
medieval, donde iban a entrevistarla para el cargo de técnica de
comunicación.
—¿De qué elección se trata, Gran Espíritu?
—De seguir siendo un hombre común o llegar a elevarte como un santo.
—¿Un santo, yo? —negó con la cabeza.
∞
La puerta de la esencia
—¿Comprendes ahora las palabras de Alma cuando te gritaba
desesperada en el tiempo del reencuentro?
—¿Qué palabras?
—Las que te suplicaban despertar, porque no quería ser ella a través de
quien la vida te vapuleara.
—¿Por qué iba a hacer eso la vida a través de ella?
—Porque solo a través del ser más amado vinculado al alma puede
generarse el más intenso dolor capaz de activar la reacción del despertar. Os
sucedió a ambos.
—Alma… —Amador se puso las manos sobre el pecho, sobrecogido,
acabando la frase en silencio: «Alma, lo hiciste por mí».
—¿Comprendes ahora por qué la fuerza que un día abofeteó tu cara no
provenía de su intención? Ella no pudo evitarlo y eso la destrozó.
—¿Y de dónde procedía?
—Era la fuerza de tu propio karma, superior al poder de contención de
Alma en aquel entonces.
—¿Qué karma?
—El que generaste con tu promesa rota.
—¿Qué promesa, Padre? He roto tantas porque no supe… —se lamentó
apretando los puños con rabia hacia sí mismo.
—La que prometiste a tu creador: un camino de amor junto a ella.
—Padre, estoy débil y falto de fe. La juzgué y me acogí a un tiempo de
oscuridad como excusa para no proseguir, pero ante ti no puedo ocultarme la
verdad que ahora veo: no estaba listo. El pasado me pesaba demasiado para
iniciar un nuevo futuro. Mentí a Alma y me mentí a mí mismo. Mentí a todos
y mentí a la vida. Si teníamos un destino juntos, lo rompí con mi oscuridad.
—A ella le sucedió lo mismo. Sois uno. Formaba parte de la misión. Aún
estáis a tiempo.
—No sé cómo…
—Solo sigue la estrella, Amador. Ella te llevará hasta la llave que abrirá
la puerta de tu esencia.
∞
Resucitar a la verdadera fe
El joven recibió una lluvia de imágenes de su vida antes y después de
conocer a Alma. Por primera vez fue consciente, desde la integración, de
cuánto habían cambiado él y su forma de vivir.
«¡Empecé a renacer de la muerte gracias a lo vivido junto a ti, mi Alma!»,
exclamó para sus adentros con un llanto amargo contenido en el pecho.
—Ha llegado el momento, Amador: ¿quieres seguir siendo un hombre
común o elevarte como un hombre superior cumpliendo tu misión de amor?
—Lo siento, Padre, temo sufrir de nuevo hasta el punto de querer dejar de
vivir. Aunque me ayudaras, soy un hombre débil.
—Todos los hombres y mujeres sois débiles hasta que resucitáis a la
verdadera fe. Por última vez, Amador, ¿seguirás la estrella celestial o
permanecerás en tu existencia mundana?
—Perdóname, Padre; perdóname, Alma; perdón a todos los seres a los que
implique mi decisión. Elijo el mundo que conozco.
∞
Respirar y sonreír
«Amador, alma de mi alma, ser de mi ser, somos hombre y mujer, ambos
débiles como humanos, pero capaces de obrar milagros con Dios en nuestro
corazón. ¿Por qué perdiste la fe, por qué te negaste al amor, por qué
abandonaste la misión?». Alma regresó a la estación de tren bajo la lluvia,
con la mirada triste y cansada.
De repente sintió un dolor en el pecho nacido de la decisión de Amador,
con sus serias consecuencias, pero hizo algo que en aquel momento la salvó:
respiró y sonrió. «Respira y sonríe. Respira y sonríe. Respira y sonríe», se
repetía mientras veía caer las lágrimas del cielo sobre su imagen reflejada en
la ventana del tren.
∞
Hágase Tu voluntad
Durante el trayecto, Alma habló en silencio con Amador:
«La llama gemela de una gran amiga de la universidad ha fallecido por
cáncer. Se habían separado hacía unos meses. Vivieron una historia de mucho
dolor, similar a la nuestra en cielos e infiernos. Ella ahora se pregunta: “¿Y si
hubiera habido un camino posible entre nosotros?”. Eso me pregunto ahora
que se acerca el fin del tiempo que se nos dio.
«He imaginado qué sucedería si uno de los dos muriera. Y siempre me
llega la misma respuesta: arrepentimiento por no haberlo intentado. Esto solo
son palabras, pero detrás hay fuertes sentimientos, noches en vela, decisiones
vitales.
«Solo tenemos el ahora. ¿Por qué no vivirlo?
«Que en el ahora hay obstáculos, ¿por qué no superarlos?
«Has vuelto a desaparecer. Lo siento, mi amor, por cuanto sufres. No sé si
eres consciente de lo duro que también es para mí. Te hablo serena, porque
cada vez siento más a Dios. Los lobos de mi niña herida se van apaciguando.
«Acepto tanto el “sí” como el “no”, tanto un camino como el otro. Juntos
o separados. Sabes lo que siento por ti, Amador, aunque persista la dualidad
de que, con estas energías, sintiéndote como un espectro de luz atorada,
quiero y a la vez no quiero, pues aún no lo percibo posible.
«¿Qué puedo hacer si tú no estás?
«Estamos en los tiempos del juicio final.
«Ya no puedo ni debo volver a buscarte, sino seguir adelante y dejar que
sea el Gran Espíritu quien salga en tu busca si se lo permites.
«Siento en mí la grandeza que sería dar luz al vínculo sagrado de nuestro
matrimonio y a nuestra familia del alma. Suelto, libero y entrego. Agradezco,
honro y asiento. Hágase tu voluntad, Madre celestial».
∞
Océano de luz
—¿Qué sucede, Alma? —el unicornio la observaba desde una zona
ajardinada mágica.
—Amador ha renunciado.
—¿A qué ha renunciado?
—Al amor.
Alma se disculpó, se levantó de la mesa y fue a su habitación. Respiró y
sonrió mientras las lágrimas inundaban su cara. Su cuerpo desfalleció. La
energía que necesitaba para redirigir su destino sin él la dejó sin fuerzas
durante unos días.
Los seres elementales cuidaron de ella. La despertaban para comer,
aunque ella tan solo bebía agua y dormía. Soñaba, lloraba y volvía a soñar.
—Amador, gracias.
—Lo siento, Alma, no fui capaz.
—Solo guardo gratitud. Llegar a sentir paz hacia ti fue difícil para mí,
pero hoy puedo sentirla como un gran océano de luz en mi corazón.
∞
Duelo
Él lloraba desconsolado.
—El mayor tormento en esta vida es no haber traído nuestro amor del
Cielo a este mundo.
—Sí lo hicimos, Amador. Aunque fuera en breves momentos mágicos, sí
lo hicimos.
—Sin ti voy a vivir un duelo hasta el último de mis días —la cara
demacrada de él se entristeció.
—Sonriamos a la vida —resistió ella las ganas de llorar—. Te apoyo en tu
camino. Seguimos unidos por siempre.
Las palabras cálidas de Alma le hicieron llorar aún más. Él hubiera
preferido poder partir con fuerza y motivos, pero aquella era una despedida
indeseada en la que sentía la debilidad de una pena insostenible y ningún
fundamento real para el adiós. La amaba. Por Dios que si la amaba. Con toda
su alma y todo su ser.
∞
Morir para renacer
—Estoy muy cansada, Amador. No tengo fuerzas para ensoñarte. Mi
energía se apaga... —la imagen de Alma iba desapareciendo del sueño.
—¡No te vayas, por favor! ¡Quédate un poco más!
—Adiós, Amador. Te amo y amo nuestro destino. Si así tenía que ser, solo
doy gracias. Gracias por haber podido sentir la verdad del amor más puro.
—¡Alma! —Amador corrió a abrazarla para retenerla un poco más, pero la
energía de ella había regresado al cuerpo donde era necesaria para respirar.
Las elfas de la noche relevaron el turno a las del día, encendieron la
chimenea y se quedaron junto a Alma.
—Está tan pálida y delgada —susurró una de ellas.
—Parece que vaya a morir.
—Es que está muriendo de verdad.
—¿Cómo que está muriendo? ¡Ella es la esperanza de Gímaco!
—Está muriendo para renacer.
∞
Unificación con el ser
—¿Cómo va a renacer sin la mitad de su alma?
—El alma jamás está separada, siempre está unida por la esencia divina.
—El alma unidad de ambos ha evolucionado hacia el siguiente nivel.
—¿Qué nivel?
—Un grado más hacia la unificación con el ser.
—¿Con el ser?
—Sí, con la esencia divina, el Gran Espíritu, la chispa creada a imagen y
semejanza de Dios.
—¿Quieres decir que lo que han vivido ha activado el proceso de conexión
con la esencia espiritual?
—Sí —dijo la elfa mayor—. Ambos, como todo ser humano, contienen la
chispa divina capaz de experimentar la felicidad suprema.
—¡La felicidad es una utopía! ¡El mundo físico es sufrimiento!
—La felicidad es la liberación del sufrimiento, la paz inmutable en el
centro del caos, la alegría de la vida en medio de la tragedia —les recordó la
elfa mayor.
—Ojalá que los dos sean felices aunque no estén juntos.
—Solo podrán serlo si recorren el camino de la verdad hacia la esencia de
luz que son.
—¡Pero Amador ha renunciado al amor!
—Dios nunca abandona a sus hijos.
—¡Pero es Amador quien se ha alejado de Dios!
—Si Alma continúa la misión hacia el renacer de Gímaco, la luz llegará a
Amador.
∞
Impulso mutuo
—Si él es su misma alma, ¿por qué se comporta así con ella?
—Porque es el modo de impulsarla hacia la conquista de la libertad. Y a la
inversa: todo cuanto Amador vive con Alma es un empuje para él.
—¡Pero si está muerto en vida!
—Aún está paralizado en lo emocional, sobre todo hacia Alma, por ser la
experiencia más impactante de amor en este y en todos los mundos, pero ha
crecido como persona, como padre, como ser humano, más que nunca en toda
su vida.
—Ahora comprendo. Ellos son una sola alma que, a través de su propio
espejo y experiencia dual de polaridades, se impulsa a sí misma en un
proceso evolutivo acelerado sin parangón.
Las elfas pasaron la noche conversando para no quedarse dormidas.
Bebieron infusión de flores y comieron galletas de polen. Miraban a Alma y
rezaban por ella. Qué dura experiencia, y a la vez cuán grandiosa, pensaban.
∞
Compromiso con Dios
«Madre, gracias por todo. Hágase tu voluntad. Por favor, guíame hacia los
siguientes pasos del camino».
Alma dejó ir las últimas lágrimas, se despidió de Amador en silencio y se
entregó a su compromiso con Dios.
∞
Desorden que bloquea el amor
A Alma le era muy complicado poner en orden su propia posición y ocupar
su lugar, para así mover al equilibrio a los demás integrantes de la familia,
cuando Amador no solo no se lo permitía por sus desavenencias, sino que en
unas terribles frases que no recordaba de forma exacta, dichas con frialdad y
parsimonia, le había dejado claro que no la consideraba familia. Traumático.
Le partió el corazón. Por unos momentos, la mató.
—¡Maldito el día que me casé contigo! —gritó el veneno del dolor a
través de los labios de Alma.
Los mejores amigos de Gímaco se habían convertido en enemigos en la
Tierra. ¿Cuántos matrimonios pasaban por lo mismo? ¿Cómo lograrían
iluminar la oscuridad si no era encomendándose a Dios? Debían hacerlo, no
solo por ellos, sino por la promesa de la misión.
∞
Seguir adelante
La Sombra de los Mil Lobos había reaparecido en aquella pesadilla, aunque
no tan fuerte como en el pasado. Furia por dolor y sentimiento de injusticia.
Amador, por el contrario, parecía no inmutarse, lo cual la hería más, pero la
sombra de lobos iba por dentro. Ambos eran uno.
¿Cómo viviría las emociones con su corazón cerrado?, se preguntaba ella.
¿Sentiría algo? ¿Sería consciente algún día del daño que hacía? Después de
esa escena onírica, Alma se recuperó transformando la pesadilla en ensueño
con ayuda del Gran Espíritu y utilizó la energía del dolor para estudiar,
aprender y crear.
En cambio, Amador continuó en la pesadilla, dejándose caer en la
depresión, el vicio de videojuegos violentos con sus hijos y el llevarles la
carga de sus emociones y problemas de adulto, en plena noche, durmiendo en
sus camas con ellos.
Lo que más pesaba a la joven era el recuerdo de Gímaco, donde el
cumplimiento de las leyes del amor mantenía la armonía de un hogar con
cientos de personas. Ellos eran solo cuatro y aquello era un caos irrespirable
para cualquiera que quisiera vivir una vida con sentido.
Otros matrimonios y parejas enfrentaban infidelidades, alcohol, drogas,
violencia. Había muchas formas de deslealtad, adicción y agresividad. Todo
eran expresiones de la desconexión del amor.
En cuanto a ellos, que provenían del mítico Gímaco y portaban en el alma
una misión que se había dado de bruces contra un planeta decadente, ¿cómo
iban a contribuir así en el Mundo de Paz?
—¡Qué lejos estamos aún, Madre! Lo siento —Alma se disculpó llorando
con el Gran Espíritu, y con las almas de Amador y los niños.
—No importa lo lejos o cerca que sientas estar, sino que permanezcas
avanzando en el camino como lo haces.
∞
Estrella del alma
—Tengo los ojos rojos porque me cuesta ver la barbarie de este mundo, en
la que acabo cayendo también.
—Más allá de lo que vean tus ojos mundanos, mira siempre con la
compasión y el amor incondicional del ojo de tu estrella del alma.
—Estos cuarenta años han sido como los cuarenta días en el desierto de
las sagradas escrituras. Por favor, Madre, hágase el Mundo de Paz en
nuestros corazones.
—Hacia ello caminamos juntas, hija amada. Sigue elevando tu fe.
Con estos mensajes alentadores del Gran Espíritu, el ensueño finalizó. Al
despertar, no supo si había sido una pesadilla en el Mundo de Ensueño o una
ilusoria realidad del mundo físico.
∞
Mundo material y espiritual
Para Alma era más visible y sencillo de comprender el mundo espiritual que
el mundo terrenal. Trabajaba por equilibrarlos dentro de sí, aunque el
recuerdo de Gímaco seguía tan vivo en ella que, cuando sufría, una parte de
su alma volvía a aquel lugar sin querer volver a descender, pues aún no veía
signos de que hubiera contribuido en la misión que la alentaran a estar por
completo en la Tierra.
Después de aquellos ocho años, Amador empezó a comprender a Alma,
porque el modo en que había decidido encaminarse, huyendo de los retos que
le planteó la vida, solo le habían traído oscuridad.
Nada de lo conseguido en el mundo material, ni su escalada profesional, ni
su éxito social, ni sus crecientes posesiones, podían aplacar su sed de amor.
Vacío. Soledad. Arrepentimiento.
∞
Corazón endurecido
No había día en que no recordara a la mujer que había llegado hasta lo más
hondo de su alma, ni día en que no lamentara la respuesta que había dado al
Gran Espíritu cuando perdió la oportunidad de ser el hombre más dichoso de
la Tierra.
Taciturno y solitario, por las noches traía al presente el recuerdo de su
bella diosa y trataba de abrazarla, pero ella se esfumaba entre sus manos
como un retazo del olvido.
Su corazón se fue endureciendo para no sufrir, pero el dolor se convirtió
en enfermedad: migrañas, taquicardias, ansiedad, pérdida de memoria,
depresión.
∞
Cuestiones del Cielo
Alguna vez Alma volvió a reflexionar con más profundidad sobre cuestiones
de llamas gemelas, esperando que llegaran más respuestas que, en realidad,
ya habían sido suficientes para el momento que vivía: «Si somos la misma
unidad, ¿por qué somos tan distintos? ¿Por qué en los aspectos en los que el
uno o el otro hemos alcanzado mayor nivel de consciencia el otro no lo ha
hecho aún? ¿Es acaso el reflejo de la evolución de las energías masculinas y
femeninas de una misma alma? ¿Podría ser el modo en que esa misma alma,
convertida en hombre y mujer, se autoimpulsa a mirarse y a evolucionar por
sí misma? Creo que hay cuestiones profundas que pertenecen al nivel del
Cielo. En esta Tierra, solo sé que he de seguir caminando en pos de la
manifestación de mi verdadero ser, en pos del renacer del amor».
∞
Granito de arena
El joven empresario ocupaba las portadas de periódicos y revistas sobre
economía; salía con frecuencia en televisión, radio y llenaba millones de
páginas de Internet. Amador había fantaseado con la fama en el pasado, pero
la experiencia vivida con Alma y el duro golpe de haberla perdido por su
falta de valor, había abierto su corazón a través del dolor, y la fama ya no le
importaba.
Cada día pensaba cómo podía ser mejor para hacer un mundo mejor, de
qué manera podía influir de forma positiva en la juventud para que no les
sucediera lo mismo que a él: alejarse de lo más valioso de la vida, el
verdadero amor.
El joven vivía lo más alejado posible de los medios de comunicación y
solo concedía entrevistas concretas que revisaba una y otra vez, prudente y
meticuloso en sus palabras, con el fin de aportar su granito de arena al mundo
en que vivía.
∞
Prójimo
Su antigua mente fría, calculadora e incluso manipuladora, con la que estuvo
acostumbrado a alcanzar sus fines, se había ido ablandando. Ya no había
nada por lo que luchar ni nada que conseguir, porque había perdido la
oportunidad más sagrada.
Tan solo le quedaban el recuerdo, el aprendizaje y la experiencia de un
amor al que había decidido rendir homenaje, viviendo con su pensamiento
puesto en el prójimo, más allá de sí mismo, como la dureza de lo vivido y el
amor por ella le habían enseñado.
∞
Imperio de cristal
La adolescencia de Inma y Ali era una edad que traía recuerdos velados a
Amador de cuando Alma y él abandonaron Gímaco, para aterrizar por
completo en un mundo plagado de karmas humanos que acabaron
separándolos.
Perder a Alma de su vida lo había sumido en una depresión crónica, en un
estado latente de deseos de finalizar aquella existencia en la que no sabía
cómo vivir sin el amor de ella.
Debido a su estado crítico de salud, y tan solo por sus hijos, empezó a
investigar y a formarse con personas de gran sabiduría espiritual. Cuánto
lamentaba no haber comprendido a Alma en el pasado para saber entonces
todo lo que ahora sabía. ¡Aquello podía haber marcado la diferencia para
vivir una vida plena con ella!
No obstante todos aquellos conocimientos, Amador no había llegado hasta
la llave ni había recibido el bautizo en un templo de cristal ni estaba
transitando el camino de práctica del despertar de la esencia.
Por ello, aunque llegó a convertirse en el hombre de treinta y tres años
más rico e influyente del planeta, él mismo se consideraba un triste
superviviente que respiraba a base de recuerdos e hirientes ilusiones de
volver a recuperar a su gran amor.
Alma vivía inmersa en la realización de un nuevo mundo y, por imposible
que pudiera parecer, nunca supo de la fama de Amador. Alguna vez echó en
falta la complementariedad de ambos en la proyección de la editorial, pues
ella sentía pasión por la comunicación y Amador por las tecnologías.
Ambos unidos podían haber creado un imperio de cristal mediante las
tecnologías para la comunicación del amor. Comunicación masiva, directa,
luminosa. Pero él no estaba y había que proseguir con los propios medios de
la mejor forma posible. Así lo habían escrito las plumas doradas del destino.
∞
Traición
«Amador, me pusiste entre la espada y la pared. Te busqué de nuevo y te abrí
mi corazón. Mis padres también volvieron a abrirte sus puertas desde el
Cielo. Había esperanza para un nuevo comienzo.
«¿Por qué volviste a desaparecer mientras yo te hablaba de confianza?
Fueron traicioneras tus palabras sobre un futuro juntos, mientras seguías sin
tenerme en cuenta en tus planes. Gran engaño. Dobles juegos que nunca
terminan bien.
«El Gran Espíritu me habló. Me dijo que no me traicionaste a mí, sino a ti
mismo y al amor. Pero ¿acaso no somos uno?, ¿acaso en ese amor no
formaba parte también yo? ¿Cuánto sufrimiento más necesitábamos para
aprender?
«Cerraste cada puerta que te abría. ¿Por qué, Amador? Solo evadías la
responsabilidad y te protegías. No veías la poderosa luz que nos guiaba a
avanzar juntos, a transitar la oscuridad que debíamos superar antes de renacer
al amor infinito que nos une».
∞
Influencia
«Meses y años sin recibir nada más que tu silencio. Respeté tu caminar.
Estuve siempre ahí, aunque te confieso que seguía viviendo en la misma
dualidad que me acompañó desde el día que nos abrazamos y sentí el paraíso
en ti.
«Eras el espejo de la batalla en mi interior: el miedo y el amor; espejo de
mi dificultad para traer nuestro bello Cielo a una Tierra hostil. En esa
dualidad que aún no he logrado unificar en mí, también te perdí de algún
modo. Sigo avanzando hacia ese equilibrio.
«Sé que mi energía vive acoplada a la tuya como la tuya a la mía, y que
nos influimos sin importar la distancia.
«Siento haberte pedido lo que no podías dar. Ni siquiera podías dar un “lo
siento” y un “gracias” sincero desde lo más profundo de ti, y solo eso lo
habría curado todo. Pero esa labor me correspondía a mí conmigo misma:
sanar, soltar y avanzar».
∞
Tu huella
«Gracias a ti he aprendido a amar por encima de todo: la exclusión, el
repudio, la violencia, la culpa, el abandono, el juicio, la mentira, la
desaparición, la deshonra, la incomunicación, el desprecio, la vejación, el
maltrato, el engaño, la humillación, la vergüenza, la traición, el abuso, la
manipulación, la crueldad, el miedo, el dolor, el sufrimiento… Un
sufrimiento límite que llegó a despertar en mí deseos de matar y de morir.
«Gracias por la libertad y el amor que necesitaba para comprender la
esencia de la misión. Si el Gran Espíritu me ayuda a cumplirla, llevará tu
huella. Aunque no lo sepas, tu alma lo sabrá».
∞
Otro tiempo más propicio
«Es duro dejar atrás al ser amado que no se levanta, una parte de mi propia
alma que a la vez llevo conmigo, pero he de enfocarme en la energía que
avanza. Solo así la parte más débil lo hará también.
«Durante mucho tiempo estuve luchando contra lo más auténtico y
verdadero que me había pasado en la vida. ¿Por qué? Juicio, ignorancia,
miedo a sufrir. Pero sé que la familia espiritual es ilimitada y está creada por
Dios más allá de toda forma, convenciones sociales y linaje de sangre.
Gracias, Gran Espíritu, por habernos unido. Gracias, Amador, y gracias a ti,
madre de mis hijos de corazón.
«Sembré hasta donde pude. Rezo porque en otro tiempo más propicio
brote el amor. Vives en mí, como mi Madre divina, y con eso lo tengo todo.
En soledad o en compañía, el camino espiritual es solitario. Ahora lo camino
en compañía de mí misma y de Dios en mí. Ya no existe la soledad».
∞
Amar también es soltar
Mi querida Alma:
Alma, mi vida, mi corazón, no supe apreciar la grandeza que
representabas para mí cuando estábamos juntos. No comprendí que llegaste
para mostrarme lo que nunca pude ni quise ver en mí. Yo mismo provocaba y
llevaba dentro lo que me alejaba de ti.
¿Por qué no desperté a tiempo? ¿Por qué me paralicé? ¿Por qué no tuve
valor? Al distanciarme de ti, creí que hacía lo mejor, que me comería el
mundo. Mi ego se envaneció. Egoísmo sin medida que rozó el narcisismo.
Delirios de grandeza que ocultaban mi dolor.
Por eso, cuando dejaste de buscarme, mi vida se hundió. Me había
mantenido a flote succionando la energía de tenerte ahí. Te tuve presa, mi
diosa cautiva. No te dejé ir. Una vez te dije que amar también es soltar. Qué
hipócrita fui. ¡Quien no te soltó fui yo!
∞
Reconocer la verdad
Caí en depresión. Baja laboral. Deudas. Tenías razón. No era el camino.
Cuánto me cuesta reconocer la verdad. Es cierto, nunca fui tu marido sino un
espectro, nunca luché por ti porque ni siquiera sabía luchar por mí, nunca te
di nada porque nada tenía en mí. Y aun así, mantuviste tu fiel promesa hacia
mí.
Alma, mi alma, mi amor. Ahora veo tu sacrificio. ¿Qué puedo hacer, mi
Dios? ¿Cómo hacer que el río vuelva a fluir? ¿Cómo compensarla? ¿Cómo
ser redimido? Sometido a la ley de causa y efecto de la que me hablaste,
suelo pensar que nada mejor que el infierno me espera.
Ya vivo en un infierno cada día de mi vida lejos de ti, sin poder mirar tus
ojos, tu sonrisa, tu luz. Paso noches en vela buscando hacerte realidad, pero
son pesadillas vacías de ti, milagros que no llegan, porque la magia de la
resurrección no está destinada a los muertos como yo.
∞
Sentirse morir
Estoy muerto, Alma, porque no supe amar y perdí la oportunidad de
aprender. La vida se me hace cuesta arriba. Sonreír es un mundo y reír ni
siquiera sé. Lo tengo todo y en realidad no tengo nada.
Me gané a pulso este destino, como cada bofetada que yo mismo
provocaba y no quise comprender. Tantas veces me lo advertiste y yo solo me
hastiaba de tus palabras. Cuánta soberbia que no sabía que tenía,
creyéndome tan humilde, pero renegando en silencio de tu verdad.
Dicen que no hay mayor desprecio que no hacer aprecio. Ojalá sepas que
en mi huida no te quise despreciar. ¿Cómo lo pudiste soportar? Ni siquiera
en su día lo valoré. Alma, mi Alma. Fui ignorante, cobarde y egoísta. ¿Qué
vio una luchadora como tú en un perdedor como yo? ¿Qué vio mi diosa en
un mortal muerto en vida?
∞
Manos vacías
La rueda de la fortuna giró y ahora solo tengo las manos vacías. De todo
cuanto he creado, a mi muerte nada me llevaré, quizás ni la unión con mis
propios hijos. Sigo siendo un hombre ausente, perdido y muerto en el frío de
la soledad.
Sigo acomodándome a los deseos de ellos para sentirme querido. Me
cuesta cambiar, aunque empiezo a entender que criar no es lo mismo que
educar, que cuidar no es lo mismo que amar, que vivir juntos no es lo mismo
que ser una familia de verdad.
Sigo siendo egoísta, porque lo único que me pesa es no tenerte a mi lado.
Nada me importa en realidad. Solo ansío tu presencia, tu calor, tu conexión.
Sentir el magnetismo de tu corazón, abrazar tu cuerpo, dormir junto a ti.
Nada más me importa. Nada, Alma.
Quise tener todo eso sin arriesgar, sin entregar, sin soltar mis apegos.
Realmente no di nada, no te cuidé, no fui digno de tus esfuerzos. Y ahí
mismo, en tus sacrificios baldíos, comprobaste que no había camino
conmigo. Merecías más, mucho más.
∞
Chispas de luz en el viento
El Gran Espíritu me sigue diciendo que siga tu estela, que somos uno, que tu
energía despierta la mía hacia el Cielo y que la mía ancla la tuya a la Tierra.
Seguro que tú comprenderías con más precisión este mensaje.
Lo único que entiendo yo es que ya tenía a mi estrella junto a mí y que,
por ignorancia y miedo, ahora solo puedo percibir tu dirección como chispas
de luz en el viento. Y me cuesta mucho seguirte.
∞
El reto del espejo
Recuerdo paseos de la mano, lluvias de besos sin fin, noches de mirarnos a
los ojos hasta quedarnos dormidos. Fénix tenía razón: “¡Espabila,
Amador!”, me decía. En el último tiempo parecía que se acabara el mundo
en sus reclamos, y ahora entiendo por qué.
Estabais sometidos a la presión de una inmensa responsabilidad y yo
seguía en mi comodidad irresponsable e indolente. Lo reconozco. Era más
fácil para mí. Preferí llorar en un rincón que afrontar la vida. ¿Por qué? No
lo sé.
¿Y sabes qué es lo peor, Alma? Que me escudé utilizando absurdos
pretextos por no reconocer que no estaba preparado para algo tan grande.
Esa es la verdad, por encima de la realidad aparente. Esa es la única verdad.
Tú si pudiste hacer frente al reto que yo te suponía: un espejo milimetrado
de sombras y luces. ¿Qué mayor prueba se nos podía presentar? Tú fuiste
capaz. Yo no. Era más humano y más mortal de lo que tú podías ver, porque
siempre me mirabas como si fuera tan fuerte como tú. Y no era así. Sabes que
no.
∞
El peso de la culpa
Te echo de menos, Alma. ¿Cuánto más durará esta tortura? Vivo en condena
perpetua. Creí que el tiempo suavizaría el recuerdo, la nostalgia y el amor,
pero no ha sido así. ¡Todo es más fuerte aún! Me duele hasta el cuerpo por
no poder abrazarte.
Ahora me veo un poco más. Lo siento, Alma. Me casé contigo cuando aún
no me había levantado del suelo. Abrí algo nuevo cuando tenía tanto pasado
por cerrar, costumbre en mí que no he logrado cambiar, porque tampoco
contigo he sabido clausurar.
Me privé de tu amor y, lo peor, también privé a los niños de él. Creo que
infringí todas las leyes del mundo, las del Cielo y las de la Tierra. Por ello
vivo encadenado al peso de la culpa e intuyo que cargaré con ella durante
mucho tiempo, quizás más allá de la muerte.
∞
Vacío
No hay palabras para consolar, porque no existe consuelo posible. Te
escribo porque me hace sentir cerca de ti. Necesito tu ayuda, Alma. Siempre
la necesité, pero nunca te la pedí.
Ahora ya es tarde. Es tarde para muchas cosas. Es tarde para todo.
Estoy cansado. Me siento viejo y hastiado de vivir una vida sin sentido.
Todo lo que hago lo hago por ti, pero sigo sintiéndome vacío.
Ese nivel de los santos del camino al que quiso conducirme Dios está libre
de apego a nada ni a nadie. ¡Qué lejos estoy de esa grandeza! Yo te necesito,
Alma. Mucho más de lo que me permito reconocer. Mucho más de lo que
jamás te permití saber.
∞
Vulnerabilidad
Siempre temí mostrarme débil, aunque mi propia existencia era la viva
imagen de la vulnerabilidad. ¿Qué pretendía ocultar si todo en mí era
evidente, si me conocías más que yo mismo, si para ti era transparente?
¡Qué poco supe vivir, Alma! Qué poco te lo permití mientras te retuve
como a un pájaro enjaulado, regateando las míseras migas de pan que te
daba, engañándote para que no echaras a volar. ¿Cómo pretendí ser tan
poderoso cuando en realidad me sentía tan menesteroso?
Me autocastigo, me victimizo y me regodeo en mis heridas. Sí, Alma, lo sé.
No he cambiado. Sigo teniendo la misma mente depresiva. Salir de tu vida
fue una bendición para ti. Ojalá lo sepas. Seguro que siempre lo supiste, por
eso tu lucha interna desde el principio.
No es tan fácil cambiar. No lo es. Y perdiéndote a ti, perdí también el
rumbo, la oportunidad del camino para alcanzar la transformación de la que
tanto me hablabas.
∞
Pedir ayuda
Fíjate, Alma. Tantos tiempos de silencio que te impuse en el pasado, cuando
mi mente bullía en pensamientos que no salían a la luz y ahora no ceso de
hablar. Solo escribo por escribir, por comunicarme contigo, por sentir que
estás ahí. Pero lo que escribo no sirve para nada. Es todo tan oscuro como
oscuro me siento yo.
Por favor, Alma, encuéntrame de nuevo. Esta vez te pediré ayuda y me
dejaré ayudar. Lo sé. No merezco ni pensar que algo así pudiera suceder. Ya
te hice perder años muy valiosos de tu vida, haciéndote creer que
caminaríamos juntos cuando sabía que no lo iba a hacer.
Lo siento, Alma, lo siento de verdad. Ojalá me puedas perdonar.
Gracias de corazón por todo lo que me has dado, por tu amor, por existir.
4
FUSIÓN
Ahora comprendes que el verdadero amor todo lo puede,
que una vida sin amor es una vida sin valor.
Conversación con la Muerte
—Graciasss, Alma. En tu caso, he venido a realizar una función de
impulso a la profunda reflexión.
—Muerte, no puedo hacer nada más.
—¿Cómo sabesss lo que te iba a decir?
—Intuición.
—¿Y cómo sabes que no puedes hacer nada másss?
—¡Ya lo has visto! ¡Han pasado quince años y él eligió la muerte del
amor!
—El amor no puede morir, pero comprendo a qué te refieresss. Amador
eligió no vivir el amor.
Alma respondió de forma afirmativa con lágrimas en los ojos.
—Veo que aún lo amasss.
—Amarlo es mi naturaleza. No podría sentir nada distinto hacia él. Solo
amor.
∞
Eclosión
—Ya habéis cumplido cuarenta añosss. Vuestro tiempo se acaba.
—Nuestro tiempo se acabó hace mucho. Luché contra una corriente de
dolor arrasador, un río de karma que decía «no» mientras el amor decía «sí».
—Esa corriente arrasadora traía el dolor del cambio y la transformación,
como el que experimentan las mariposasss —la explicación de la Muerte
encendió una luz de despertar en la joven.
—¿Por qué luchassste, Alma, si ya aprendiste la enseñanza del fluir?
—Porque dejarme fluir habría sido dar la razón al «no».
—¿La razón al «no»?
—Sí, Muerte, abandonar la oportunidad que sentí que el Gran Espíritu nos
ofrecía y no dar ningún paso hacia Amador cuando vi el estado en que se
hallaba.
—¿En qué essstado se hallaba?
—No despierto, abatido, atado a la oscuridad.
—¿Y en qué estado te hallabasss tú?
—Parecido —reconoció—, pero caminando hacia Dios.
—¿No crees que también él caminaba essse camino a su modo?
—Desde sus propias opiniones, Muerte, dándose por vencido y muy lento.
—Muy lento, no, Alma. A su tiempo, como bien sabesss.
—Sí, lo sé. Cada flor tiene su tiempo de eclosionar.
∞
El libro de la vida
—¿Y cómo creesss que está él ahora?
—Similar: atado, deprimido y bloqueado.
—¿Por qué piensas essso?
—Porque aún no se ha comunicado.
—Quizásss se sienta insuficiente para ti.
—Un hombre que ama de verdad se arriesga por amor —Alma alzó la voz
—. Perdona, Muerte, sé que no siempre es así. Es un tema aún delicado para
mí. Ya debes saber que él es mi otro yo, la relación más complicada y
dolorosa que uno pueda encontrar en la Tierra si no existe un gran equilibrio
de amor en el corazón.
—¿Y cómo vives ahora esa relación con él, es decir, contigo misssma?
—Después de recurrir a todo tipo de enseñanzas, sanaciones, maestros y
maestras, solo me quedó acercarme cada vez más y más al Gran Espíritu, en
especial a través de la palabra: orando, hablándole, escuchándole,
escribiéndole y apuntando sus mensajes. Mi Padre-Madre celestial me guio a
reconciliarme con mi parte masculina y femenina, de este modo ahondé en la
unión conmigo misma y con Amador. Hace años logré aceptar cualquier
destino posible gracias a las primeras incursiones en el Mundo de Paz.
—¿Aceptar cualquier destino posssible?
—Sí.
—Eso está bien, Alma, aunque aún esss un nivel superficial.
—¿Que aceptar cualquier destino es un nivel superficial? Pues me costó
mucho llegar a ello, Muerte.
—¿Por qué te cossstó?
—Porque hay destinos trágicos.
—¿Por qué te resultan trágicosss?
—Porque conllevan sufrimiento, dolor, miedo…
—¿Y si te dijera que solo eresss el personaje de un libro? ¿Sería tan
terrible?
—No, Muerte, no lo sería.
—¿Por qué?
—Porque sabría que solo estaría viviendo la experiencia de un personaje
que no soy yo.
—¿Y acaso no esss eso tu experiencia?
—¿Es que soy el personaje de un libro?
—¿Aún lo dudasss?
—¿Qué personaje? ¿Qué libro?
—Eresss un ser humano en el libro de la vida.
—¿Quieres decir que la causa del sufrimiento en cualquier destino posible
es creer que soy ese personaje?
—Ya lo sabesss, Alma. Lo aprendiste hace mucho tiempo.
—Sí, pero es que ahora empiezo a comprenderlo de verdad.
—Eso se llama «integración». Bien, Alma. Estupendo. ¿Entoncesss?
—¿Entonces qué?
—Essso te he preguntado yo.
—Muerte, me haces reír con tu forma de ser.
—Sí, soy un personaje curioso en el libro, pero sé que no soy essse
personaje.
—¿Y quién eres?
—Sssoy vida.
—¡Pero si eres la Muerte!
—¿Acaso la muerte no forma parte de la vida? Pues eso soy: un pedacito
de vida, una chissspa divina. Como tú.
—Vaya…
—Pero volvamos al asunto, Alma. ¿Entoncesss?
—¿Entonces qué?
—¿De nuevo me preguntasss lo que ya te he preguntado?
—Disculpa, Muerte, me estoy perdiendo. ¿Entonces? Pues sí, lo sé y lo
siento como una verdad en lo más profundo de mi ser. Soy espíritu
experimentando la vida con forma humana, dentro de un personaje que…
—¿Que qué?
—Que estoy aprendiendo a amar tal como es.
—Eso essstá bien, Alma.
∞
Cocrear la realidad
—¿Entonces?
—¿Entoncesss qué?
—¡Te pillé, Muerte! —Alma y su compañera nocturna empezaron a reír.
—Esssta vez soy yo quien se pierde —la Muerte levantó sus cejas grises
sonriendo.
—Entonces, ¿qué sucede con el asunto del destino? Dijiste que aceptar
cualquier destino era tan solo un nivel superficial.
—¡Por supuesssto! ¡Muy superficial!
—Bueno, Muerte, que tengo mi corazoncito.
—Lo sé, Alma, sé que te has esforzado y entregado con todo el corazón en
el camino del dessspertar.
—Pero…
—¿Qué hay del poder divino de cocreación de tu dessstino?
—Muerte, ya utilicé ese poder.
—¿Cómo?
—Durante toda mi vida pedí a Dios que me guiara hacia mi destino
verdadero.
—¿Qué quieres decir con «dessstino verdadero»?
—Un destino de amor.
—¿Y crees que estás viviendo un dessstino de amor?
Alma no contestó. Sintió que la Muerte la estaba llevando hacia una
encerrona que la inquietaba.
—Dime, Alma, ¿qué destino de amor es ese en el que vivesss separada de
ti misma?
—¡No vivo separada de mí misma! La chispa del Gran Espíritu me habita.
Estoy y soy completa —se agitó.
—¿De verdad así te sientesss? ¿Completa?
—¡No! ¡No, muerte! Pero algún día lo lograré.
—Todos lo lograréis, Alma, es un dessstino inevitable. Al final todo
vuelve al origen. Pero la pregunta esss: ¿quieres sentirlo en esta vida?
¿Quieres sentir la plenitud de la completitud, la unión del yin y el yang, la
fusión armónica entre hombre y mujer en esssta vida?
—¿Acaso puedo elegir?
—¿Cómo no? ¡Eresss cocreadora de tu realidad! ¡Por supuesto que puedes
elegir desde tu divinidad!
—Lo sé.
—¿Entoncesss por qué no lo has hecho ya?
—Porque solo sabía que quería cocrear un destino de amor verdadero,
pero nunca supe cómo hacerlo con el Amador terrenal.
—¿Por qué, Alma?
—Porque la corriente del río en contra era demasiado fuerte, por más que
la luz en la cima de la cascada fuera tan extraordinaria.
—¿Es que no anhelabas esssa luz de amor?
—¡Más que nada en el mundo!
—¿Entoncesss?
—Creí que necesitábamos más vidas para lograrlo.
—Alma, los salmones solo necesitan una vida para volver a su hogar en la
cima de la cascada. ¿Cómo no ibais a poder vosotros, humanos y humanas,
con la grandiosa ayuda de Diosss?
—Acabé pensando que no era nuestro tiempo cósmico y que la transición
para la unión global de las llamas gemelas duraría unas décadas o unos siglos
más.
∞
Creencias
—No conozco el proceso kármico ni dhármico de todos los casos de
flamas divinas, pues estos evolucionan y se transforman en cada presente,
pero ¿qué sentiste acerca del vuessstro?
—Cuando elegí volver a la Tierra y encontrar a Amador, sentí que
lograríamos estar juntos y formar una familia, no solo como matrimonio, sino
también tener hijos nacidos de nuestro amor y adoptar a otros llamados por
ese mismo amor, como vivimos en Gímaco con Padre y Madre.
—¿Qué te hizo cambiar despuésss?
—Tal vez me faltaron sabiduría y fe. Hago lo que puedo lo mejor que sé.
—Intuyo que algo te debilitó. ¿Qué fue, Alma?
—Conocí a maestros espirituales que no creyeron en nuestra unión ni en el
porvenir de nuestro amor. Ni yo misma lo creí con los grandes obstáculos que
percibí ante nosotros.
—Creenciasss.
—Sí, Muerte, tan solo creencias, que existen para ser trascendidas, aunque
la realidad en el mundo físico era aplastante y oscura.
—¿Qué realidad?
—La que nos encontramos.
—¿La que os encontrasteisss?
—Vuelves a acorralarme. Empiezo a conocerte.
—Me alegro, Alma. Eso está bien. ¿Entoncesss?
—Sí, lo sé: yo cocreo mi realidad.
—¿Y qué vasss a hacer?
Alma miró el cielo oscuro por la ventana. Rayos de luna iluminaban la
cara de la Muerte. Venus sonrió. Las estrellas empezaron a bailar.
La joven pronunció en voz alta un llamado a Dios: «Madre, a pesar del
dolor, las pruebas y la incertidumbre del camino, quiero vivir mi vida con él,
unida a mi propia alma. Por favor, Gran Espíritu, ayúdanos a caminar
juntos».
∞
A tiempo de cambiar el destino
De forma paralela a la conversación de Alma con la Muerte, Amador se
despertó de un sobresalto. Sudaba y gritaba: «¡Alma!». Se cambió la camiseta
empapada y se lavó la cara con agua fría. El espejo del cuarto de baño lo
miraba con tristeza. Volvió a meterse en la cama y empezó a soñar.
—¿Qué te ha pasado, hermano? —le preguntó Fénix.
—Soñé que Alma moría por el dolor del corazón.
—¿Qué dolor?
—El dolor que le causé. ¡Mi renuncia a nuestra unión!
—Aún estás a tiempo de cambiar el destino.
—¿Cambiar el destino?
—Sí. Mi amiga te lo mostrará.
—¿Qué amiga?
—La Muerte.
Fénix se fue volando y la Muerte apareció rodeada por un haz de luz.
—Buenas noches, Muerte. ¡Cuánto brillas!
—¿Acaso lo dudabasss?
—Bueno… Eres la Muerte.
—Tan luminosa como la vida misssma. En fin, humanos… ¿Cuándo
vaisss a despertar? —se preguntó mientras sacaba su agenda y le mostraba
una lista de defunciones en la fecha de aquel día.
Amador se temió lo peor y su miedo se confirmó.
—¡Alma! ¿Por qué?
—Ha llegado sssu hora.
—Muerte, por favor, no te la lleves —le imploró llorando de rodillas.
—Humanos… ¿Para qué quieres que no muera si vivesss como si no
existiera?
Amador se sintió miserable, culpable, cobarde. «¡Soy pura escoria! ¡Ha
tenido que llegar la muerte de Alma para hacerme reaccionar! ¡Y ahora que
lo hago es tarde! ¡Tantos años vacíos sin ti! ¡Alma, mi alma, mi vida!».
∞
Muerte en vida
—Cada cumpleañosss hago una visita a los humanosss para ver si por fin
habéis empezado a vivir.
—Por favor, Muerte, no te la lleves. ¿Qué puedo hacer?
—Y los humanos seguísss sin comprender que una vida sin amor es una
muerte en vida.
—Por favor, Muerte, por favor —sollozaba desesperado.
—Solo empezáis a entender cuando perdéisss por completo la posibilidad
de vivir el amor con los seres amados.
—Por favor… —se ahogaba Amador en llanto.
—Dios, el jefe superior, os ha abastecido de oportunidadesss de amar.
¿Por qué las ignoráis? ¿Por qué rechazáis la felicidad? ¿Acaso no os sentís
merecedores de lo que soisss?
—¡Mírame, Muerte! ¡Mira mi vida! ¡Mira cómo huí de la verdad! ¿Crees
que merezco felicidad?
—Creo que tú misssmo te has convertido en lo que crees que eres.
—¡Eso ya no me importa! Moriré arrepentido y solo, pero ella…
—Ella también, Amador, tal como lo estás soñando. En unas horasss su
corazón dejará de latir.
—Por favor, Muerte, ¿hay algo que pueda hacer?
—¿Daríasss tu vida a cambio de la suya?
—¿Qué clase de trato es ese? ¡Claro que la daría! Lo que quiero es una
oportunidad de vivir la vida con ella —se echó a llorar desconsolado.
—¿Cuántas oportunidadesss te dio ella?
—¡Muchas!
—¿Y por qué no las aprovechaste cuando aún podíasss?
—¡Porque me parecía imposible!
—¿Y ahora no?
—Ahora creo que sí es posible, que lo único que no tiene vuelta atrás es la
muerte. Es abismal la diferencia de lo que siento. ¡Ojalá te hubiera conocido
entonces!
—«Ojalá» dices… Humanosss… Lo que tienes es lo que necesitas. Ni más
ni menosss.
—¡No tengo nada, Muerte! ¡Necesito a Alma!
—Necesitas, necesitas, necesitasss… ¿De qué tienes miedo, Amador?
—¡De una vida sin ella!
—Ya hasss vivido una vida sin ella.
—¡Pero estaba viva! Siempre quedaba la posibilidad…
—¿Qué posibilidad? ¡Ella va a morir! La posssibilidad solo existe en el
presente. Humanosss… —suspiró la Muerte.
∞
Miedo a vivir
«Alma va a morir. ¿Por qué nunca pensé que eso podría pasar? ¿Por qué me
sumergí en mi mundo irreal desapareciendo durante semanas, meses, años,
como si no transcurriera el tiempo? Burbuja ilusoria. Locura. Maltrato a mi
bella diosa y a mí mismo. Lo siento, Alma», volvió a llorar.
—¿De qué tienesss miedo, Amador? —repitió la visitante nocturna.
—¡Tengo miedo de ti!
—Tú no tienesss miedo a la muerte sino a la vida.
—¿A la vida?
—Tienes miedo de vivir. ¿Acassso no lo ves? Te hasss pasado la vida
escapando de la realidad hasta llegar a huir de la verdad.
—¿Qué verdad?
—La verdad a la que te enfrentasss ahora porque yo, la Muerte, no puedo
darte otra salida.
—La verdad del amor. No tuve el valor suficiente para conquistar lo que
llevaba dentro de mí y perdí el regalo más inmenso de la vida.
—¿Y qué vasss a hacer?
—Necesito tiempo para pensar —suplicó.
—¡Deja de pensar, de llorar y de morir en vida! ¡El tiempo terrenal se
acaba! ¡Lo que necesitassss es actuar! —le dijo la Muerte con firmeza.
—Sí… Gracias, Muerte.
—Graciasss a Dios. Solo hago mi trabajo.
∞
Familia
Amador apartó las sábanas de un arrebato, se calzó unas deportivas, cubrió su
pijama con un abrigo y corrió hacia su coche dirección al aeropuerto de
Barajas. En aquel preciso momento, Alma pronunciaba su petición a Dios:
«Madre, a pesar del dolor, las pruebas y la incertidumbre del camino, quiero
vivir mi vida con él, unida a mi propia alma. Por favor, Gran Espíritu,
ayúdanos a caminar juntos».
—¿Para qué quieresss caminar con él, Alma? ¿No es el camino
essspiritual un camino solitario? —la Muerte miró un reloj de arena que tenía
entre las manos.
—¿Quieres volver a acorralarme, Muerte? El camino es solitario, pero lo
realizamos juntos.
—¿Quiénesss?
—Todos, y sobre todo… La familia.
—La familia. Qué bella palabra. Yo tengo la familia másss grande del
mundo: la humanidad, como tuya será un día no muy lejano con la
expansssión completa de tu corazón.
—Que así sea.
—Alma, recuerda: tú cocreasss tu realidad.
—Sí.
—¿Y por qué sssobre todo la familia?
—Porque es el grupo de almas afines que el Gran Espíritu ha reunido para
que aprendamos a amar.
—Eso está bien, Alma. Aunque sea la Muerte, y precisamente por ello,
también os amo. ¿Puedesss comprenderlo?
—Claro que sí, Muerte. Tú formas parte de la vida y de nuestros destinos.
Nos amas tanto como nos ama la vida, tanto como nos ama el Gran Espíritu.
—Me alegra que me conozcas tan bien, Alma. Entoncesss, ¿para qué?
—¿Para qué qué?
—¿Para qué quieresss caminar con Amador?
—¡Porque él es mi familia! —voz quebrada, lágrimas de la verdad en los
ojos.
∞
Miedo a partir sin cumplir
La Muerte respiró hondo y siguió escuchando a la joven.
—Porque quiero llegar hasta el final del misterio del matrimonio sagrado,
recorrer el camino del despertar con mi amado compañero, aprender juntos a
través de nuestro espejo, experimentar la luz que nos unió para entregarla al
mundo.
La Muerte volvió a inhalar aire de forma profunda.
—Alma… ¿Cómo sabesss que él quiere lo mismo que tú?
—Porque compartimos el mismo corazón.
—Su corazón, su alma, tu propia alma. Tú misssma te lo pides a ti misma,
¿no es así?
—Sí, Muerte.
—Entonces, ¿no quieresss morir? —la Muerte sacó una agenda
interminable y empezó a pasar páginas y más páginas.
—Pero, Muerte, me dijiste que no habías venido a llevarme contigo.
—¿Crees que si te hubiera dicho que era el último día de tu vida
habríamosss mantenido esta conversación?
—¿El último día de mi vida?
—Sí. En unas horasss padecerás un paro cardíaco.
—¿Un paro cardíaco? ¡Si estoy bien de salud!
—¿Bien de salud? ¿Creesss que tu corazón podría estar bien de salud con
todo lo que aún lleva dentro? Humanosss… —suspiró.
—¿Qué todo?
—Alma, tras duras pruebasss antes y después de tu iniciación en Gímaco,
viniste a la Tierra en busca de tu gran amor, padeciste infiernos sin nombre,
lograste encontrarlo por tu fe divina, te hundiste en el sufrimiento límite de
arenasss movedizas sin retorno, de las que lograste salir gracias al Gran
Espíritu, para volver a los añosss de tu andar solitario. ¿Y todo para qué?
—¡No fue para nada, Muerte! Aprendí, amé, seguí caminando.
La Muerte calló.
—¡Solo respeté la voluntad de Amador!
—¿La voluntad de Amador o la tuya propia?
—Es cierto, Muerte, ¡yo también deseaba ser libre de aquella prisión!
—¿Qué prisión? ¿La cárcel de tu propio essspejo? ¿Qué libertad? ¿La
falsa libertad de huir de ti mima?
—¡Sí! ¡Ya te dije que creí que necesitaríamos más vidas! ¡Era demasiada
locura!
—Era la locura de los karmasss densos acelerados en estos tiempos. Ni
más ni menosss. ¿Pero acaso no vinisteis a la Tierra para purificarlosss?
—Sé lo que piensas, Muerte.
—¿Qué creesss que pienso?
—Que aún no hemos madurado, que aún no hemos despertado, que aún no
tenemos suficiente fe, que aún nos queda mucho camino por delante, que aún
no estamos preparados para realizar la misión…
—No, Alma, no pienso essso.
—¿No?
—No. Lo que pienso es que aún estáisss a tiempo.
—¡Pero si voy a morir hoy!
Alma no tuvo tiempo de asimilar lo que eso suponía. Solo sintió miedo. El
miedo de partir sin haber cumplido su promesa a Dios. El miedo de morir
arrepentida por no haber vivido unificada consigo misma. El miedo por
cuanto quedaba en el aire: despedirse de sus seres queridos, delegar la
fundación a los coramor que había conocido en el camino, finalizar los libros
que nunca llegarían a las almas destinatarias. El miedo de no poder decir a
Amador que lo seguiría amando desde allí donde estuviera.
∞
Misión en la Tierra
—Alma, detén tus pensamientosss, por favor.
—¿Cómo quieres que no piense en lo que supone mi propia muerte?
—Vuelve a conectarte con el Mundo de Paz.
—Está bien. Confío en ti —Alma recurrió a su táctica infalible: respiró y
sonrió.
—Bien. Después de lo que hemosss hablado y de lo que has pronunciado
ante el jefe, he recibido nuevas instruccionesss.
—¿Qué instrucciones?
—Ambos habéis abierto una nueva línea de destino. Tienesss la
oportunidad de renovar tu corazón, vivir tu sueño y cumplir tu misión.
—¿Dónde, en el purgatorio, en los cielos intermedios?
—No, Alma, tu misión essstá en la Tierra.
—Entonces ¿no voy a morir?
—¡Estásss demasiado viva para morir! ¡El jefe me despediría! —empezó a
reír la anciana sombra con dientes perlados.
—¡Gracias, gracias, gracias! —Alma abrazó a la Muerte y esta le acarició
los cabellos, más dorados aún por el brillo de su nueva aura.
—Solo hago mi trabajo. Y esta esss para mí la mejor parte, lo reconozco.
La Muerte sonrió, se puso unas gafas con cristales negros y empezó a leer
su agenda. Cogió una pluma negra, hizo un círculo sobre el nombre de Alma
y al lado escribió:
Renacida
∞
Conectar con el amor
—Amador, he venido a avisssarte de algo muy importante.
—¿Qué quieres ahora, Muerte? —contestó con desdén, debido a lo que
sucedió tras la última vez que había hablado con ella.
—Malgastaste tu vida por no atreverte a vivir el amor y eso ha traído
serias consecuenciasss.
—Serias y dolorosas consecuencias para todos. No me dices nada nuevo.
—Sssí, hay algo nuevo, Amador.
—Ya nada me importa. Ya no te temo, Muerte. Tampoco temo la muerte
de Alma. El destino nos ha separado y estoy completamente muerto en vida.
—Siguesss sin comprender la grandeza de vuestra conexión, la vitalidad
del amor, la pureza de vuestro vínculo.
—¡Así es, Muerte, soy un humano ignorante! Y como humano que soy, lo
único que quiero es estar junto a ella, poder abrazarla, vivir una vida juntos.
¡Eso lo perdí y nada más me importa!
—Amador, cuando muerasss…
—¿De qué moriré? ¡Conozco a los mejores médicos del mundo!
—Morirásss de algo que ningún médico puede curar.
—¿De qué?
—Morirásss de tristeza.
—¡Ya he muerto de tristeza! ¿Es eso lo que venías a decirme?
—No. He venido a advertirte de que necesitasss renacer, sino arrastrarás
esa pena de soledad a tu siguiente vida. Entonces volverás a buscar a tu diosa
como espectro errante, pero cuando vuestro magnetismo vuelva a uniros, te
encontrarásss con que ni siquiera tendrás la oportunidad, porque entonces ella
no te la dará. Alma ha cambiado. Ahora es tiempo de que cambies tú
también. Necesitasss conectar con el amor. Esa es tu misión.
∞
Como el primer día
—¡Alma! ¿Dónde estás?
—Papá… Salí corriendo a buscarte para decírtelo antes de que lo supieras
por los medios.
—¿Qué medios? ¡Alma! ¿Dónde está Alma? ¡Ayúdame a buscarla, hijo!
—Papá, Alma ya no está… en este mundo.
Inma llegó a tiempo de escuchar lo que su hermano acababa de
pronunciar, a tiempo de sostener junto a él a su padre, que se había
desmayado sin intención ni voluntad de volver a despertar.
Veintiséis de diciembre, veintisiete, veintiocho… Enero, febrero, marzo…
—Amador, despierta, tu tiempo aún no ha llegado —le habló el Gran
Espíritu mientras él seguía en coma en el hospital.
—¿Por qué se fue sin mí?
—Su misión finalizó cuando abriste tu corazón. Ahora comprendes que el
verdadero amor todo lo puede, que una vida sin amor es una vida sin valor.
—También comprendo sus palabras, Dios mío, y la causa de la oscuridad
que vivimos, a la que me aferré como pretexto para protegerme de mis
propios miedos.
—Sí, hijo mío, conozco tu corazón.
—También podría comprender que, si nos concedieras otro reencuentro en
otra vida, ella estuviera enfurecida conmigo y volcara contra mí el dolor que
le causé, un tsunami destructor que yo mismo he creado en esta vida.
—No pienses en eso ahora, Amador. Ella transitó los mundos del camino
de la resurrección, entre ellos el Mundo de Paz.
—¿Quieres decir que me ha perdonado? —se le rompió la voz.
—Nada tiene que perdonar. Te guarda con amor en su corazón. Dejó esta
dimensión amándote como el primer día.
—Como el primer día que nos abrazamos…
—Como el primer día de vuestra creación, unidos en el Cielo.
La barbilla del anciano Amador tembló tanto como la expresión de su
gesto.
∞
Fusión del alma unidad
—¡Inma! ¡Llama a la doctora! —Ali había visto lágrimas resbalando de
los ojos de su padre y apretó con fuerza sus manos.
—Está librando una dura batalla y solo él puede elegir entre vivir o morir.
Tengamos fe en Dios —dijo la doctora a los dos hermanos.
En aquellos instantes, Amador recibió recuerdos de un tiempo pasado.
—Cuando renazca en otra vida, leeré los libros de nuestra historia y
evitaré caer en los mismos errores —le había dicho Alma una vez en una
discusión de juventud.
Él no había prestado atención a su dolor, bloqueado como estaba con el
suyo propio, pero el Gran Espíritu había contestado a la joven:
—Los errores sagrados son formas de aprendizaje. Quienes te advirtieron
sobre tu matrimonio no sabían que ya conocías el mensaje ni que se trataba
de un nuevo nivel divino en las relaciones de pareja de la humanidad: la
fusión del alma unidad, expresión suprema de amor y armonía entre el yin y
yang planetarios.
¿Acaso pensabais que sería fácil? No. En absoluto. Por eso los hilos del
destino se confabularon para entretejer historias extremas, donde el divino
masculino y la divina femenina del alma unidad tuvierais que superar las
pruebas más duras para vivir el amor en un mundo de prejuicio, estructuras
arcaicas, normas sociales obsoletas, miedo y muerte.
∞
Servir a las almas del mundo
—¿Y para qué tanta dificultad en nuestra relación? —había preguntado
ella.
—Para que vuestro testimonio sirviera a las almas del mundo después de
superar vuestra propia prueba.
Ante el silencio reflexivo de la joven, el Gran Espíritu había proseguido:
—Dime, Alma, ¿cuántas separaciones y divorcios dolorosos vive hoy día
la humanidad? ¿Cuántos hogares sobreviven rotos sin paz ni armonía?
Apoyar la unión de las parejas y devolver la luz a las familias, sea cual sea
su forma estructural, es un puente de amor único para el futuro de la
humanidad. Por este motivo debíais vivir así vuestra relación.
—Sí, Gran Espíritu. Aunque quizás no lo logremos por completo en esta
vida —se había lamentado ella dadas las circunstancias que vivían.
—En ese caso, Alma, sigue practicando las virtudes del amor para
armonizar tu corazón y volver a la paz. Camina hacia la luz, hija amada.
Formas una unidad eterna conmigo. La danza de la vida te sonríe siempre.
«Servir a las almas del mundo, a las parejas, a las familias», repitió
Amador en su corazón. «Gracias, Gran Espíritu, por haber guiado mi último
testamento. Al final, creo que he cumplido la misión», supo justo antes de
morir.
5
AVENTURA
Tan solo tenéis un reto que conquistar,
que es la clave de toda misión humana:
vivir desde el ser, en armonía, paz y amor.
El arca de la nueva humanidad
Se concentró para escuchar con atención las palabras del Gran Espíritu.
—Ha llegado el momento, Amador: ¿quieres seguir siendo un hombre
común o elevarte como un hombre superior cumpliendo tu misión de amor?
El joven miró a su alrededor. Estaba en su habitación, en la casa de sus
padres. Seguía siendo otoño del 2019. Se echó a llorar como hombre que
vuelve a la vida.
—¡Gracias, Dios mío! ¡Gracias por darme fuerza y ayudarme a
comprender!
—¿Qué respondes ahora, Amador? —el Gran Espíritu se conmovió con la
sinceridad de sus lágrimas.
—¡Quiero vivir! —conoció el Mundo de Paz entre lágrimas al tomar
aquella elección.
Los niños se despertaron y corrieron a abrazar a su padre. La energía de
Alma los acogió en su corazón. Él sintió el calor de su diosa y vislumbró
esperanza en el porvenir. El arca de la nueva humanidad los guio hacia el
Mundo de Amor.
∞
Bello ser
«No tiene sentido seguir entregando mi amor donde los corazones están
cerrados. No tiene sentido seguir hablando donde hay barreras a la
comunicación. No tiene sentido seguir realizando un papel donde no tengo
lugar».
Alma sentía el peso de su cuerpo entumecido, el cansancio que arrastraba
desde el reencuentro con Amador, el estado de ánimo debilitado por la
decisión final a la que se enfrentaban, pues el tiempo se acababa.
«Amador, aunque en lo humano fuera tan distinto a los buenos tiempos de
Gímaco, miro el ser bello que representas para mí y las profundidades que
reflejas de mi interior. Juntos o separados, seguiré ahondando en ello y te doy
las gracias por todo.
«Mi decisión permanece: compromiso sincero y fe en el camino sagrado
del matrimonio junto al ser amado. Ayer sentí que ya tenías tu elección. Está
bien para mí. Sea la que sea. Ojalá, más allá de lo vivido en este mundo, el
amor que prevalece cure las heridas de este reto que nos puso la vida.
«Eres la persona que mayor impacto ha causado en mí, la única con quien
he podido atravesar el invisible que me habita de un modo tan profundo.
Espejo y amor divinos. Deseo tu mayor bien».
∞
Confusión
—Maestro, la confusión sigue dentro de mí. No logro ver el camino con
claridad.
—La fusión con la flama divina es uno de los mayores desafíos
espirituales de este tiempo y de los próximos siglos, pero con fe todo es
posible. ¿Dónde radica tu confusión, Alma?
—Si pienso en avanzar con él, cae sobre mí un gran peso. A la vez, siento
que la vida me empuja a caminar hasta descubrir los tesoros de nuestra
conexión. En cambio, si pienso en el cierre de esta historia humana, siento
liberación y a la vez fracaso.
—Liberación. ¿Por qué?
—Porque sostener una relación con alguien desaparecido es agotador;
porque afrontar este proceso de despertar con un dedo que me señala sin
reparar en sí mismo es injusto; porque el amor entregado ha caído sobre las
piedras; porque el matrimonio es fe, sinceridad, compromiso, y en nuestro
caso no está siendo así.
—Fracaso. ¿Por qué?
—Por lo que significa el sacramento del matrimonio, por no haberlo
concretado, por no llegar a descubrir lo que nos deparaba este viaje.
—Aún estáis a tiempo.
∞
Dios está contigo
—Si él no se levanta ni se lanza a volar, no me corresponde seguir tirando
sola de este carro.
—No lo haces sola, Alma, recuerda que Dios está contigo. Amador
necesita despertar y que lo ayudes desde la energía de servicio.
—¿Ayudarle? ¿Cómo ayudar a quien no pide ayuda? ¿Cómo ayudar a
quien huye? ¿Cómo ayudar a quien se cree en posesión de la razón? ¿Cómo?
—Con amor incondicional. Ten paciencia. Necesitáis tiempo.
—Le he dado muchos años, Gran Maestro, poniendo la fe y el amor en
nosotros por encima de las circunstancias. ¿Qué hay de lo que necesito yo?
—Alma, no necesitas nada.
—Bueno… Maestro… ¿Por qué dice eso?
—Porque el Cielo ya te lo ha proporcionado todo. Recibiste el Bautizo
Astral, transitas el camino de la verdad y tu sostén divino te procura la
fortaleza necesaria para llevar adelante tu misión con él.
—¿Mi misión con él?
—Recuerda: uno de los motivos de tu descenso al mundo terrenal fue
guiar a tu pareja sagrada de retorno a Gímaco.
Alma rememoró los tiempos en que vivían juntos en el Palacio de Cristal,
con los compañeros y maestros. Tiempos de inocencia donde todo era divino.
Tiempos de magia donde todo era posible.
∞
Las profundidades del dolor
—Sabes que aún no ha despertado, que aún no se ha levantado de las
profundidades de su propio dolor, que aún no se ama lo suficiente a sí mismo
como para poder mirarse y asumir la verdad —el maestro hablaba con
seriedad.
—¿Qué verdad?
—Que el dolor insostenible que le hace desaparecer procede de la propia
debilidad; que la elección de la comodidad depresiva en el nido de la infancia
en lugar del saltar a la grandeza de la madurez es consecuencia de la falta de
fe y amor propio; que para abrir paso al compromiso del matrimonio es
necesaria una base firme de paz con el pasado para sostener el presente junto
al otro; que vuestro camino superior es juntos, como juntos os creó Dios.
—Gran Maestro, cuando lo conocí yo tampoco tenía una base firme de paz
con el pasado. Y quizás tampoco ahora.
—Déjame ver, Alma —el buen sabio observó la estrella de luz de la joven
—. Está suficientemente brillante. Estás lista y eso significa que él está cerca.
Juntos podríais llegar a alcanzar la fusión final en esta vida.
—Seguiré practicando la paciencia, la compasión y el amor hacia él y
también hacia mí misma, para superar esta situación en la que sigue mi lucha
interna.
—Esa es la clave, Alma, continúa practicando el camino de la esencia. De
este modo, el Gran Espíritu podrá colocar cada energía en su lugar. Estás
haciendo el proceso adecuado. El universo trabaja en vuestra alma unidad
para restablecer el equilibrio de polaridades energéticas.
∞
Aventura extraordinaria
—¡Qué complicada es la evolución humana! ¡Pasar de oruga a mariposa
es más sencillo!
—Sí, Alma, los humanos tenéis una estructura más compleja: ego, deseos,
inconsciente con miles de vidas en la memoria. Unificar esto con la esencia
que sois no es, ciertamente, un camino fácil, pero sí es una aventura
extraordinaria llena de posibilidades.
—¿Alguna recomendación, Gran Maestro?
—Respira y sonríe —le guiñó un ojo antes de desaparecer entre los haces
de luz dorada del mismo modo en que había aparecido.
∞
Desafío
Si el matrimonio terminaba en divorcio, sentiría la liberación de una gran
carga llena de problemas, unida a la sensación de fracaso por no haber
recorrido un camino que, en su más profundo interior, sabía que estaba
diseñado para conducirlos al mayor tesoro alcanzable en el mundo terrenal: la
conexión absoluta con el amor.
En caso contrario, si Amador recibía el impulso del Cielo ante aquel
momento crítico y decidía dar el salto para convertirse en el hombre y marido
que le correspondía ser, asumiendo la responsabilidad, la fuerza de voluntad
y el compromiso, y a la vez abriéndose a la luz, la magia y el amor, en ese
caso, Alma sentiría el peso de caminar junto a alguien a quien aún le quedaba
un largo recorrido antes de despertar, verse a sí mismo y trabajar en su propia
transformación para avanzar con fluidez en la relación.
Ambas opciones eran desafiantes, pero a medida que la joven se iba
conectando con la verdad, algo la dirigía hacia un misterio incognoscible: el
amor. Y el amor la guiaba sin ninguna duda hacia él, Amador, un milagro del
Cielo hecho hombre para ella, su mujer. El uno para el otro, más allá del todo
y la nada.
∞
Superar la prueba
—¿Qué significa esta metáfora de la vida para mí? ¿Luz, oscuridad,
verdad? —preguntó la joven.
El Gran Espíritu no contestó. La respuesta estaba en ella.
—Ahora comprendo, Madre —se dirigió al ser superior—. Estoy entre la
oscuridad y la luz absolutas, por eso me resulta tan dificultoso el camino.
—Te escucho a través de tu propia escucha.
—Romper el matrimonio con Amador es oscuridad, porque nos alejaría de
la inmensa luz que vislumbro al final del camino.
Alma veía imágenes de tesoros, arcoíris, montañas floridas, un hogar,
alegría, en ese camino junto a él.
—Por otro lado, solo podría seguir con él si esa luz se diera, pero aún la
percibo lejana y llena de pruebas.
—Sigue, Alma —el Gran Espíritu la animó en su reflexión.
—Esa luz lo es todo. Está por encima del pasado, de cualquier historia
humana, de la personalidad, de las herencias, de los karmas milenarios, de los
juicios sociales, de la estructura familiar convencional, de todo, Madre.
La joven guardó un largo silencio antes de continuar.
—Esa luz es el amor puro que todo lo trasciende, que todo lo sana, que
todo lo nutre, que todo lo ilumina que todo lo llena de vida. A la vez, todo lo
mencionado antes, pasado, ego, karma, es una gran prueba a superar hasta
llegar a esa luz.
—¿Y crees que puedes superar esa prueba, Alma?
—Creo que es una prueba en equipo para dos, Madre.
—Para dos que sois uno de forma directa.
—¿De forma directa?
—Sí, lo que ya sabes: todos somos uno, aunque el fenómeno de la flama
divina en el mundo físico permite la posibilidad de experimentar esa verdad
no solo desde la esencia espiritual, sino también desde el alma y el cuerpo
terrenal.
El Gran Espíritu le envió imágenes de vidas en las que los dos jóvenes
habían encarnado como marido y mujer con la misión de purificar, armonizar
y fusionar las energías masculina y femenina, el yin y el yang en la unidad, la
pareja sagrada del amor eterno.
Alma reconoció un patrón entre ambas energías:
—Mi enfado por dolor es su excusa para alejarse, culpándome en silencio
sin mirarse a sí mismo ni asumir su responsabilidad.
—Ahora que has trabajado tanto en ello, no le des más excusas, por el
bien de ambos.
∞
Volver a ser uno
—Mira a tu padre, Alma.
El Gran Espíritu le mostró el rostro del padre que le dio la vida.
—¿Qué debo mirar?
—Mira sus ojos.
Alma sintió que al mirarlo había un punto de bloqueo donde no podía ir
más allá.
—Te dio la vida.
—Lo sé.
—Te dio la vida, Alma.
—Una vida sin él, una vida sin raíces.
—Un árbol sin raíces muere, pero tú estás viva. ¿Sabes por qué?
—¿Por qué?
—Porque a un ser humano sin raíces solo le queda un modo de
sobrevivir: buscar con todas sus fuerzas a Dios y encontrarlo.
Alma notó frías lágrimas cayendo por su rostro agradecido. Recordó otra
enseñanza: los periodos de gran dolor tienen el poder de impulsar al ser
humano a despertar. Volvió a mirar a su padre y al fin pudo conectar con su
mirada.
—Gracias —se arrodilló en el suelo frente a su imagen.
Junto a él, aparecieron el padre y la madre con los que había vivido hasta
que fallecieron. Recordó la violencia, el miedo, el alcohol, la ansiedad, el
insomnio, las pesadillas, el corazón destrozado.
—Dieron lo que tenían, Alma.
—Sí, Madre.
—Míralos también a ellos.
—A ellos ya puedo mirarlos.
—Bien, Alma. ¿Qué diferencia sientes?
—Me costaba más conectar con mi padre de nacimiento porque no sabía
que existía, porque no había formado parte de mi vida, porque no nos
habíamos mirado antes…
—Era un padre ausente en el secreto, ausente como…
—Amador.
—Sí, Alma, tu espejo.
Alma sintió una tristeza que le oprimía el centro del pecho.
—Ahora que has podido mirar a tu padre, ¿puedes mirar a Amador?
El Gran Espíritu le mostró una imagen de él. Ella giró la cabeza hacia otro
lado de forma instintiva.
—¿Qué sientes, Alma?
—Dolor.
—Define ese dolor.
—Es el dolor por quien no está en la familia, como sucedió con mi padre.
—Vuelve a mirar a tu padre.
Alma lo hizo y ambos sonrieron. Sintió una comprensión que alcanzaba
otra dimensión de sí misma: compasión.
En medio del sueño le llegó olor de castañas, patatas y moniatos asados,
fresas con chocolate y panellets. Eran los elfos, troles, hadas, duendes y
gnomos trajinando en la cocina para festejar el otoño con ella.
—Ahora vuelve a mirar a Amador.
Trasladando hacia el hombre con quien se había casado la misma
compasión que había sentido por su padre, pudo mirarlo. Él también la miró.
Se sonrieron. Sintieron amor. Volvían a ser uno.
∞
La más bella historia de amor
—Madre, no me importa tanto lo que yo viva en lo personal con Amador
como el despertar que nos suponga a ambos y a la unidad que somos todos
los seres.
—Sé a qué te refieres.
—Soñaba vivir mágicos viajes de aventuras y una gran historia de amor.
—Alma, hija mía —sonrió el Gran Espíritu—, tu sueño se está haciendo
realidad.
—¿Cómo?
—El más importante viaje de aventura es el que estás realizando hacia tu
propia esencia y la más bella historia de amor es la del amor a ti misma y al
prójimo desde el amor a tu Padre-Madre celestial.
∞
Unión alquímica
—Madre, estos libros de ocho mundos se han convertido en el viaje hacia
la resolución de una lucha interna, más que en una historia de amor —Alma
volvió a pensar en romances.
—Es la lucha actual entre el yin y el yang, la confrontación de
polaridades magnéticas, la dualidad del mundo, que se manifiesta
claramente en las llamas gemelas. Esto es importante, hija mía. Es la más
extraordinaria historia de amor: la unión alquímica perfecta de los opuestos,
el fin de la guerra, el camino a la paz. Prosigue. Hay muchas almas que lo
necesitan tal como está siendo escrito. Estás bajo mi auspicio.
—De acuerdo, Madre. Lo haré.
∞
El centro de la ética justa
—¿Quién es?
—Traigo una entrega para Alma —dijo una voz.
—Gracias, le abro —la joven apretó el botón y esperó al mensajero.
Poco después, sonó el timbre del piso. Alma abrió la puerta y se quedó
petrificada. La entrega que tenían para ella poco tenía que ver con un pedido,
un regalo o una sorpresa inesperada, o quizás tenía que ver con todo ello a la
vez.
—Hola, Alma.
—Hola, Amador.
—Adelante, puedes pasar —le abrió la puerta de su casa.
Los seres elementales desaparecieron, pero no se perdieron detalle de
cuanto empezó a suceder entre los dos jóvenes. Alma preparó té y lo
acompañó con las castañas asadas y las delicias que habían preparado sus
amigos. Les dio las gracias por telepatía y se centró en la visita de Amador.
—Estás muy guapa —Amador miró su bata rosa de coralina y sonrió.
Alma, aún adormecida, se sentó frente a él.
—No sé cómo decir lo que te quiero decir, Alma.
En el pasado, ella se habría sentido feliz al recibir una visita sorpresa de
Amador, pero en aquellas circunstancias, después de todo lo vivido, sintió
desgana y cansancio. Se limitó a escuchar, aunque ya el principio le había
sonado insulso: «No sé cómo decir…».
¿Acaso esperaba que ella le facilitara el discurso y las palabras? Ya lo
había hecho todo miles de veces mientras que él no había movido un solo
dedo. Ya le había permitido muchas promesas rotas mientras él había
aprovechado su condescendencia como excusa para seguir victimizándose.
No. La Alma de entonces ya no estaba para dar más cuerda al hilo dorado
que los unía. Se había plantado firme como un roble, tanto si él se iba como
si no. Y en cualquier caso, aún le quedaba por decidir qué quería hacer ella
con su propia vida.
—Quiero que estemos juntos —le dijo.
Aunque aquella frase podía haber sonado romántica en otras
circunstancias, resultó que en ese contexto movió a Alma de su centro.
«¿Quiero?». Después de no haber dado nada más que ausencias, años de
irresponsabilidad y deshonor a su familia, ahora, desde su cómodo trono, se
presentaba en su casa con la intención de volver a las andadas: llevarse de
nuevo el tesoro con la misma facilidad que lo había obtenido en el pasado y
sin ninguna garantía de cuidarlo como era debido.
La sutil empatía que sentía hacia los demás y en especial hacia Amador le
había jugado malas pasadas, pues en tiempos anteriores se había puesto tanto
en la piel de él que perdió el centro de la ética justa.
Al percibir la fuerte debilidad de él, lo había justificado hasta permitirle
deshonrarla; en su victimismo le había permitido culparla; en su bloqueo le
había permitido tiempos indefinidos de incomunicación.
Era consciente de que ella era responsable de lo que había permitido,
como también era consciente de que aquel rol se había terminado. «Mundo de
Paz, respira y sonríe», trataba de mantenerse conectada consigo misma ante
la persona que más podía desestabilizarla en el mundo: su espejo.
∞
Resentimiento
—¿Qué dices, Alma?
—Digo «no», Amador.
—Vaya…
Ella guardó silencio. Supo que se había precipitado al responder, pero su
contestación guardaba una explicación.
—Entonces será mejor que me vaya —resolvió él levantándose de la silla.
—¡Deja de comportarte como un alcornoque! —el trol que había
construido la nueva lámpara del salón con los elfos se hizo visible y saltó a lo
bestia hasta la mesa para soltar aquella exclamación frente a Amador. La
comida voló por los aires.
—¡Alma! ¿Qué es esto?
—¿Cómo dices, mortal ignorante? ¡No soy una cosa! ¡Soy un trol! Y estoy
empezando a enfadarme.
—Lo siento, lo siento… —reaccionó Amador.
—Vaya, al fin has aprendido a pronunciar tan sanas y simples palabras.
Pero no es a mí a quien tienes que prodigárselas, sino a ella —se posicionó a
favor de Alma, aunque ella por telepatía le había pedido que se mantuviera al
margen.
—Lo siento, Alma —dijo Amador.
—¿Qué es lo que sientes? —inquirió el trol—. La vida de Alma fue una
mentira y los años no vividos contigo también lo han sido. No tuvo padre ni
ha tenido marido —lo miró con desdén—. Ella prometió venir en tu busca
para llevarte de nuevo al hogar. Vino a la Tierra por ti y por vuestro
compromiso de una misión juntos, ¡y así le has correspondido! Todo por falta
de voluntad, porque todo es cuestión de actitud, pues al final el Gran Espíritu
siempre ayuda. ¿Comprendes de una vez, humano indolente?
Alma observaba la escena y pedía guía al Cielo. Podía ver con claridad
que el trol era reflejo de sí misma, de su falta de paz hacia Amador y por
tanto hacia ella misma. En sus palabras había energía de resentimiento.
«¿Por qué, Alma? ¿Por qué sigues enfadada con él? Si Dios le dio libre
albedrío para vivir según su elección, sin juzgarlo y amándolo de forma
incondicional, ¿qué hay en tu corazón que no puede lograr lo mismo que la
divinidad que habita en ti?».
—Lo siento, Alma —repitió Amador.
«No estás enfadada con él —reflexionó en silencio—, sino contigo misma
por haber permitido situaciones que te han dañado. Todo está en ti. El mundo
que ves tan solo es tu reflejo. La vida que vives es espejo de tu corazón.
Amador es un regalo de Dios».
∞
Todo está en mí
—¿Qué es lo que sientes, Amador? —le preguntó ella.
—Siento el daño que te he causado.
Ella lo miró en paz y él sintió ese amor de otro mundo que solo había
conocido a través de ella, igual que ella a través de él.
—Alma… —lágrimas salieron de sus ojos.
—Tú no me has causado ningún daño, Amador. Todo estaba dentro de mí.
Siento lo que hemos sufrido ambos, aunque agradezco el propósito que existe
en lo vivido.
Al oír aquellas palabras, él se sintió liberado y no pudo contenerse de
abrazarla.
—Tú tampoco me has causado ningún daño, Alma. Todo estaba dentro de
mí y aún tengo mucho camino por delante —le susurró mientras se llenaba
del presente con ella.
∞
La vida avanza
—Agradece tu vida, Alma —acudió a ella la serena voz del Gran Espíritu
—. La falsa realidad terrenal fue lo que te impulsó a buscar la auténtica
verdad espiritual. Las almas de tus padres estaban confabuladas con la tuya
para ello, como así también lo planeó el ser uno que eres con Amador.
—Madre, no confío en él. ¿Volverá a hacer lo mismo? Ya hemos vivido
este momento de promesas que solo han resultado en una nueva lejanía.
Palabras sin hechos, irrealidad, mentira.
—¿Qué sientes que hay detrás de su comportamiento recurrente?
—Lo mismo que cuando lo conocí: falta de amor a sí mismo, falta de
compromiso, falta de responsabilidad, falta de sinceridad, falta de fe.
—Sigue, Alma. Te escucho.
—Lo que no sabe no es cómo estar conmigo, sino cómo salir de su prisión
de oscuridad. Cuando salga de ahí y aprenda a estar consigo mismo, con
valentía, sin cobijarse una y otra vez bajo las alas de sus padres, sabrá estar
conmigo.
—¿Qué quieres realmente, Alma?
—No lo sé, Madre. He sentido hastío, carga sobre mis hombros y
repulsión hacia él; energías de vergüenza, deshonra y abuso, como siento que
sucedió durante mi nacimiento, aunque esta vez hay algo distinto en su
energía. Es como si él sintiera lo mismo que yo: que es nuestra última
oportunidad.
—Así se lo hice ver, Alma: es vuestra última oportunidad.
—Bien.
—¿Bien?
—Sí, porque no estoy dispuesta a revivir lo mismo una sola vez más ni
esperar eternamente a que un niño se convierta en hombre, por mucho que
sepa que bajo tanta oscuridad está el Amador de Gímaco. Si él decide tomar
otro rumbo, no puedo permitir que eso me siga dañando, también yo tengo el
mío. La vida avanza y me lleva con ella. Quedarme estancada sería una lenta
muerte espiritual para mí y él ya te tiene a ti, Madre, que velas por todos tus
hijos e hijas.
∞
Energía cálida de hogar
—Ayuda a papá —la voz de Inma precedió a un abrazo de la niña—.
Llévale al camino, Alma. Me lo ha dicho Dios.
Alma se conmovió con la pureza que le llegaba de la pequeña.
—Mamá, mamá —seguía abrazando a Alma.
—Siempre serás mi hija de corazón.
—Mamá, mamá… ¿Puedo llamarte mamá? Bueno, no importa cómo te
llame, lo importante es estar siempre juntas.
—Y también con tu mamá Gloria.
—Sí, ya estamos con ella. Salió de las rejas y está bien.
—Es un regalo saber eso, Inma, un milagro.
—Sí, fue Dios. Mi mamá no cree en Dios, pero él me dijo que la salvó con
el amor.
—El amor…
—Sí, tu amor por ella. Dios lo sabe todo, Alma.
—Gracias, Heartmother —el abrazo de Heartson la sorprendió.
—Gracias a vosotros.
—¿Volvemos a ser una familia? —preguntó el niño.
—Sí, cariño. Siempre lo hemos sido y siempre lo seremos, aunque a veces
solo pueda ser de forma espiritual.
Los niños se acurrucaron entre los brazos de Alma hasta quedarse
dormidos y Amador los abrazó a los tres. Una energía cálida de hogar los
transportó al edén y allí pasaron el tiempo jugando, riendo, viviendo.
∞
Vivir desde el ser
—En ocasiones, fuerzas mayores separan los caminos que parecen más
unidos. La vida guía los aprendizajes de un modo misterioso.
—Sí, Madre, lo veo y lo acepto.
—La humanidad atravesó una etapa de matrimonios aferrados a la
convención social, a los dogmas religiosos, al temor al juicio propio y ajeno.
Ahora experimentáis el otro extremo del péndulo energético de la dualidad:
separaciones y divorcios masivos. No pretendáis dominar este proceso.
Forma parte del aprendizaje global como especie en continua evolución de
la consciencia. Tan solo tenéis un reto que conquistar, que es la clave de
toda misión humana: vivir desde el ser, en armonía, paz y amor.
—Más allá de cualquier estructura familiar, de cualquier vivencia y de
cualquier error necesario como aprendizaje, lo único que importa es el amor.
—Sí, Alma. El mismo amor con el que os uní y que os unirá por siempre.
∞
Un nuevo amanecer
—Me dices que ayude a Amador. ¿Cómo?
—Necesita recibir el Bautizo Astral.
—¡Pero los palacios cerraron sus puertas!
—Llévalo a Gímaco, Alma.
—¡Gímaco está en otra dimensión!
—Cuando Amador decidió volver a ti, volvió al amor y un nuevo portal de
energía se abrió. Mira los cielos del universo, hija mía. Un nuevo amanecer
presagia un porvenir de esperanza para el mundo.
Alma contempló en el firmamento un colorido sin igual que abrazaba
planetas y galaxias. Eran tonos pastel que no había visto en ningún lugar de la
Tierra.
—Mira más allá, Alma. ¿Qué ves?
—¡Es Gímaco! ¡Está volviendo a este mundo!
—Ha llegado el momento. El ser sucesor del Gran Maestro Iluminado
está próximo a la toma de su puesto celestial y tal acontecimiento requiere
que ambos estéis allí.
—¿De verdad? —la joven se despertó de un sobresalto y Amador la miró
con ternura.
—Sí, de verdad, Alma.
—¿De verdad qué?
—De verdad he recuperado las fuerzas para vivir y, si tú quieres, volver a
ser compañeros del camino.
—¡El camino! ¡Amador!
—Sí, Alma, lo sé todo. El Gran Espíritu me ha instruido. Gímaco nos
espera. He recuperado mis alas. Gracias por venir a buscarme. Gracias por tu
fe, por tu amor.
Ella no esperaba aquel súbito despertar de él. «¡Gracias, Gran Espíritu,
gracias!».
∞
Flor de loto nacida en la adversidad
«El cofre de vuestro tesoro ha empezado a abrirse como la más bella flor de
loto nacida en la adversidad de la tierra más oscura», sonrió el Gran Espíritu
abrazándolos. «Os amo, hijos míos. Andad y vivid la vida. Vuestra misión se
realizará por sí sola siempre que sigáis creyendo en la magia del amor».
∞
Alma pura
Los seres elementales regresaron a su mundo dejando aroma de chocolate
caliente y pétalos de flores flotando en la casa. El amor sagrado unió a los
dos jóvenes. La intimidad más profunda alcanzable entre el yin y el yang los
fusionó en la unidad, y en ese mágico momento un ser celestial inició su viaje
hacia el vientre de Alma.
«Cuánto amor —pensó aquel espíritu—. Gracias por tanto amor».
«Tanto amor como tú eres, amor con el que seguirás iluminando y
honrando a tu linaje, a la humanidad y a la vida» —le dijo Dios.
El alma pura sonrió al Gran Espíritu y a sus futuros padres. Estaba
deseando acurrucarse en la magia de su madre y sentir las caricias de su padre
en el vientre de su nuevo hogar hasta que lo abrazaran al nacer.
—Alma, ¿has sentido lo mismo que yo? —Amador no podía parar de reír
y llorar al mismo tiempo.
—Sí, Amador —contestó ella con las mismas sonrisas y lágrimas.
Mientras se abrazaban conmovidos por el regalo del Cielo que el propio
Gran Espíritu les acababa de revelar como una epifanía, volvieron a parar el
tiempo. Presencia. Paz. Paraíso. Fragancia de rosas. Oxígeno puro.
Experiencia trascendental del estado verdadero de la esencia: iluminación.
—Solo el amor es real, solo el amor es real… —susurraba Alma abrazada
al Gran Espíritu a través del hombre que amaba.
—Sí. Solo el amor es real. Tan real como tú, mi bella diosa —la besó sin
dejar de abrazarla.
Cuando el tiempo volvió a caminar, hicieron reverencias sagradas al Gran
Espíritu, al sol de la mañana y al nuevo día que tenían el regalo de vivir.
∞
Encomendarse a Dios
Muchos seres de su Mundo de Amor la habían advertido antes de casarse con
él, pero ella se había encomendado al Gran Espíritu, consciente de las
grandes pruebas que había por delante hasta llegar a completar aquella unión
divina.
¿Qué estaba sucediendo? ¿Había sido todo producto de su imaginación?
¿Eran aquellos los resultados del sacrificio de sus deseos humanos en favor
de los designios que sintió guiados por la divinidad?
Tsunami emocional. Agotamiento físico. Falta de suelo bajo los pies.
Inestabilidad. Incertidumbre. Inquietud. «Mundo de Paz, Mundo de Paz,
vuelve a mí, por favor, Mundo de Paz».
Por la noche, Alma habló con Amador desde el Mundo de Ensueño:
«Había imaginado recorrer la vida iluminando lo que nos separa de
nosotros mismos y al uno del otro hasta llegar a ese centro de amor puro que
nos vincula y con el que soñé el día que la vida nos unió».
∞
Dar paso a la magia
«Pienso que lo que separa el “sí” del “no” es la fe; ese sentir verdadero en la
guía, la fuerza y el sostén de algo superior que nos ayuda a alcanzar nuestro
más elevado destino; ese salir de lo conocido que se ha hecho cómodo para ti,
como decías, incluso encarcelado en tus propias ataduras mentales, y saltar a
la zona mágica.
«¿Da miedo? ¿Parece imposible? ¿Habrá caída al vacío? Se puede. Sí,
Amador, porque más abajo que en el suelo de la muerte ya no se puede estar.
Sí, porque cuando te abres de verdad al amor, Dios puede ayudarte. Sí,
porque cuando sigues su voz con entrega verdadera das paso a la magia que
tenías retenida. Sí, porque cuando saltas a los brazos de lo divino, tus alas
encuentran su función al fin.
«Lo sé porque es lo que he vivido toda mi vida. Hasta encontrarte y seguir
en pie en esa luz, a pesar de lo duro vivido con el ser más cercano, mi propio
yo. Esa luz es a la que siempre quise llevarte desde que nos encontramos.
«Siento que he de llevarte allí, pase lo que pase, como una promesa que
traigo desde antes de llegar a este mundo. Después es tu decisión caminarla o
no. Siento que llevarte a esa llave es una promesa que hice a nuestra alma.
¿Me comprendes? ¿Recuerdas algo de esto? Lo soñaste, Amador. Sabes que
lo que digo es cierto».
∞
Acción divina
«Amador, solo puedo seguir a tu lado si eliges ir hacia el futuro y caminas
confiando en que adonde no lleguemos nos ayudará Dios. Pero para eso hay
que entregarse con tres claves que aprendí en un mágico lugar: fe, sinceridad
y compromiso. Así es cómo abrimos el corazón a la acción divina donde la
parte humana aún no llega.
«Es el único modo, porque el otro, Amador, ir yo hacia el pozo oscuro
donde estás, me enfermó, y al no moverte, todo empeoró y nos dañó. La vida
nos esperaba en la otra dirección, la de la luz. Si yo hice ese recorrido, tú
también puedes. Si tú has logrado más serenidad emocional, yo también
puedo. Cada uno ha de caminar su parte.
«Una vez pensé qué sucedería si uno de los dos estuviera cercano a la
muerte. Lo sentí muy real.
«Y la muerte me dio la respuesta para la vida.
«Amador... Yo solo querría estar juntos».
∞
Comodidad
—Alma, no puedo decir que no te quiero ni que no quiero vivir contigo —
le expresó Amador—. Desde que hablamos el otro día, estoy intranquilo y sin
poder concentrarme en el trabajo. He de pensar en mi comodidad emocional.
¿Comodidad? Aquella actitud seguía revelando una inacción opuesta a los
procesos evolutivos de la vida. ¿Acaso era cómodo para la oruga convertirse
en mariposa? ¿Acaso era cómodo dar a luz a un ser vivo y nacer? ¿Acaso era
cómodo resistir un frío invierno antes de experimentar el florecer de la
primavera?
Alma comprendía que el alejamiento de Amador se debía a la falta de
conexión con el Gran Espíritu, sumado al desasosiego emocional que se
había generado entre ambos, donde la emocionalidad de ella, manifiesta o
latente, era algo que él no sabía cómo manejar.
Para ella, la emocionalidad activada por actos inconscientes de Amador,
como otras dificultades en él, era algo secundario, transformable, igual que
todo aquello que los alejaba del mundo del que procedían. Apaciguar, sanar y
alinear las debilidades humanas con amor, como había logrado en el Mundo
de Paz, era posible.
Lo más complicado para Alma era que Amador todavía no había
despertado a la voluntad de realizar el amor verdadero sin importar las
pruebas, los esfuerzos ni los trabajos de transmutación interior que ello
conllevara.
¡Habían nacido en la Tierra para realizar aquella misión! ¿Qué otra opción
podía dar sentido a sus vidas? Ninguna. La joven sabía que con él o sin él
podía ser feliz y seguir caminando en la dirección de aquella luz sagrada,
aunque también intuía que era a través de él, su espejo divino, con quien
podía hacer el camino de forma directa a través de la relación que Amador le
abría consigo misma, así como sucedía a la inversa, sin que él fuera quizás
del todo consciente.
Amador seguía prefiriendo la comodidad de lo conocido a la superación
de los retos del amor. Estaba eligiendo la zona de la muerte y del vacío en
lugar del avance por superar los límites internos espejados en su relación con
ella.
Creía que podía escapar de las pruebas de la vida, pero si no le llegaban a
través de Alma, lo harían de otros modos, quizás aún más difíciles, debido a
las oportunidades que había dejado pasar.
6
VERDAD
Llama al espíritu que te habita.
Él te guiará.
Corriente vital
Cuando uno no escucha a la vida, esta le habla con más fuerza. Si uno no se
mueve, la vida lo acaba sacudiendo. Quien va en contra de la corriente vital
del amor, solo camina hacia el sufrimiento.
Alma quiso transmitir aquel mensaje del Gran Espíritu a Amador, pero él
no acababa de comprenderla, como tampoco entendió su mensaje sobre salir
de lo conocido que se había hecho cómodo, incluso muriendo en vida, para
saltar a la zona mágica.
Para él, ese salto al vacío era también el que daría si se divorciaban: un
futuro incierto. No sirvió de nada que Alma tratara de explicarle que en la
comodidad de lo conocido en su vida, las ataduras familiares y el oscuro
pasado por superar, solo había muerte en vida: estancamiento, soledad,
infelicidad.
Ella le habló del proceso sustancial que ambos estaban viviendo en su
relación, como paso previo necesario a la realización del amor que los unía,
pero sintió que Amador no estaba abierto a aquella comprensión ni a la
posibilidad de comprobar si era cierto lo que escuchaba.
∞
Te quiero
—Parece que ya has tomado tu decisión.
—Sí, Alma, lo tengo bastante claro.
La joven vivió aquel momento como si fuera una película ajena a ella. Vio
a dos personajes interpretando el papel de un guion. Logró distanciarse del
mundo ilusorio y mantenerse conectada con su esencia.
Gratitud. Alegría de vivir. Mundo de Amor.
—¿Qué es lo que te ha hecho tomar esta decisión? —le preguntó ella con
calma.
—Necesitaba sentirme amado tal como soy y creí que te amaba tal como
eres, pero parece que no ha sido así.
—Amador, igual que despiertas en mí el mayor amor, también has
despertado las heridas más ocultas. Siento no haberte amado como mereces.
Tampoco me he amado a mí misma y también me he hecho daño a mí. Lo
que no he sabido amar en ti es lo que no he sabido amar en mí. Alcanzar el
verdadero amor a uno mismo y al otro es el resultado de un camino. En eso
consiste el matrimonio.
—Yo también lo siento, Alma. La decisión procede también de que estoy
en un momento de mucha oscuridad, llevando una lucha interna conmigo
mismo a diario.
—¿A qué lucha te refieres?
—A ser feliz, porque me siento solo y vacío. En este estado no tengo nada
que ofrecer.
—Te comprendo, Amador, percibo tu energía.
—¿Qué percibes?
—Lo que sientes. Tu alma me pide que te abrace por las noches, que te
conforte de tu día a día, no por el cansancio de lo cotidiano, sino por lo que
llevas dentro.
—Sí, Alma.
—A veces he reflexionado sobre cómo armonizar el momento que vive
cada uno de nosotros en una convivencia. A ti te preocupa no tener qué
ofrecer, pero lo único que necesito está dentro de mí, y en lo terrenal me
basta con tiempo y espacio para conectar conmigo misma y mantenerme con
luz en el día a día.
—Aunque no veo el camino con la claridad que tú lo ves, tus palabras me
alivian.
—Prometí estar a tu lado en la salud y en la enfermedad, en lo bueno y en
lo malo… Eres mi familia, ¿comprendes, Amador? Te quiero.
—Yo también te quiero, Alma.
∞
El amor de mi vida
Pospusieron el cierre de la conversación para otro día. Él tenía cita para
asuntos que ella intuyó como más secretos que se reservaba sin tenerla en
cuenta. «Todo está bien, Alma. Eso también es secundario», se decía a sí
misma, confiando en que el Gran Espíritu la guiaría hacia la mejor resolución
de lo que estaban viviendo.
Sabía que el alejamiento de Amador estaba relacionado con el espejo de
ella, porque también ella tenía sus dudas respecto a la relación y él era fiel
reflejo de su interior. A la vez recordaba la frase sagrada: «Lo que Dios ha
unido que no lo separe el hombre».
¿Realmente los había unido Dios o los había unido el karma nacido del
alejamiento de Dios? Cuando estaba conectada consigo misma, Alma veía
clara y nítida la respuesta: «El karma es lo que nos ha estado separando, pero
nuestra unión es verdadera».
Pasaron unos días sin noticias de Amador. Tampoco ella sintió la
necesidad de hablar. Era un tiempo en el que se estaban dando
transformaciones internas de las que no eran plenamente conscientes.
Un domingo por la mañana, Alma tuvo varios sueños que confundió con
la realidad, por lo auténticos que fueron. En uno de ellos, Amador la
abrazaba. Se daban las manos. Sentía su contacto lleno de amor y él le decía
al oído con suavidad:
—Eres el amor de mi vida. Cuando logre llegar hasta ti, me quedaré para
siempre.
∞
La verdad saldrá a la luz
Boda, dudas, miedos, espejos, separaciones, lágrimas, dolor, incertidumbre,
vacío, bloqueo, incomunicación, sueños, pesadillas, incomprensión, tristeza,
rabia, fuerza, camino, compromiso.
—A veces siento tanto dolor...
—Viniste a buscarle para mostrarle el camino y andarlo juntos.
—¡Él ha abandonado!
—Un día todo se curará y la verdad saldrá a la luz.
—Que así sea, Madre.
—Recuerda: solo el amor es real.
∞
Luchar contra la verdad
—Alma, quiero dar pasos en lo que hemos hablado, cerrar nuestra
relación. He tocado fondo muchas veces, pero esta vez llegaré hasta lo más
hondo. Desde ahí me levantaré y empezaré a hacer las cosas de otro modo.
Me romperé, como no me permití hacerlo cuando nos separamos. No me
permití llorar lo que necesité, pero esta vez sí lo haré.
Ella comprendía en parte lo que él decía. En realidad, poniéndose en su
piel, podía comprenderlo casi por completo. Solo le faltaba el modo en cómo
transmitirle que podía realizar su proceso, sus cambios y su camino sin
necesidad de acabar con la relación sagrada que los unía.
La joven sentía que romper su matrimonio era como abortar una luz vital
que se estaba gestando, que iba a nacer y a evolucionar por sí misma. El
embarazo podía producir sensaciones incómodas e incluso dolorosas,
emociones intensas y removidas, cambios de humor y corporales, pero
llegado el tiempo del Cielo, todo estaba preparado para el nacimiento de un
nuevo ser que un día caminaría por sí solo.
Así veía ella el proceso de la relación: un camino evolutivo que podía
conllevar dudas, dolor, incomprensión, pero que llegado el momento, si se
había continuado adelante con consciencia e incluso muchas veces sin ella,
encomendándose a la energía divina que los guiaba y unía, tendría lugar un
mágico engranaje que los propulsaría hacia su más elevado destino.
Pretender quebrantar un matrimonio nacido de un vínculo de amor
inquebrantable era luchar contra la verdad. ¿Por qué? Quizás por falta de fe
para vivir acorde a ella, por carencia de alineación espiritual, por dificultad
humana plagada de miedo a sufrir. De cualquier modo, aquello no era, ni
nunca lo sería, un acto coherente con el espíritu que los habitaba ni con el
destino de luz que podían alcanzar.
∞
El mayor bien de todos
Alma sintió que debía informar a sus guías sobre la decisión de Amador. El
Gran Espíritu estaba al corriente de todo, pues era natural a su cualidad
omnipresente y en nada influía que ella hubiera tratado de conectar con él sin
lograrlo, debido a su alejamiento del Mundo de Paz.
En aquellos momentos críticos, donde la joven no hallaba solución
espiritual para la prueba a la que se enfrentaba, necesitaba confiar la situación
a sus maestros de Gímaco, Padre y Madre, pues de modo directo ellos
estaban unidos a la misión relacionada con Amador y con ella.
Empezó a escribir:
Queridos Padre y Madre, espero que estéis bien.
Hace un tiempo expresé a Amador que no sentía conveniente permanecer
más tiempo separados sin comunicación y que necesitábamos tomar una
decisión.
Él dice que está en oscuridad y que no tiene nada que ofrecer, que su
corazón se ha cerrado y que el camino es el divorcio.
Soñé con el Gran Maestro Iluminado. Me dijo que ayudara a Amador. Sé
que el amor es la respuesta, pero no sé cómo hacerlo.
Con Amador siento el camino del amor de Dios y el camino para purificar
el karma personal, familiar y colectivo. Se repiten patrones, situaciones y
dificultades entre hombres y mujeres. Se manifiestan muchas barreras hacia
la armonía.
La conexión con él proviene de la Esfera del Espíritu. Ambos hemos
sentido esta verdad desde el principio. Él cree que es imposible traer este
gran amor del Cielo a la Tierra, al menos en esta vida. Pero si nos
divorciamos, porque él así lo decide, siento que se romperá algo sagrado.
Por favor, Padre, Madre, ¿podéis guiarme?
Necesito hacer un buen camino, no solo por mí, sino por la misión, por el
mayor bien de todos.
Muchas gracias por vuestro tiempo y corazón.
Alma
∞
Elevar el nivel espiritual
La joven dejó la carta sobre un pequeño altar que había creado en su
habitación. A los pocos minutos, la hoja de papel desapareció y en su lugar se
materializó un sobre dorado. Lo miró unos instantes, lo cogió y lo abrió con
avidez.
En él se encontraba la respuesta:
Querida Alma
Sentimos la información que nos transmites. Es importante que tomes la
decisión correcta. Guarda silencio por un tiempo y sigue realizando el
trabajo sagrado. Es un buen momento para elevar el nivel espiritual. Los
cambios no pueden realizarse desde el mismo nivel. Alcanza la vibración del
amor verdadero y entonces podrás lograrlo. Este es un tiempo histórico para
igualar la voluntad humana con la del Cielo.
Con amor
Padre y Madre
∞
Destino superior
Dentro del sobre había otra carta donde los dos grandes maestros habían
escrito con letras doradas:
Querida Alma
Cada familia tiene una enseñanza sagrada que no le es fácil comprender.
El camino en la Tierra consiste en cambiar el destino de causa y efecto de la
ignorancia por el destino superior del despertar. ¿Por qué no sucede? ¿Por
qué?
Existe una escala de consciencia. Según la frecuencia vibratoria del ser
humano, podemos acceder a distintos niveles de oscuridad o iluminación. Ha
llegado el tiempo de acelerar nuestra vibración hasta volver a conectar con
el amor.
Alma, has experimentado los Mundos de Alegría, Paz y Amor hasta el
punto de reconocerlos y vivirlos en momentos de máxima concentración en el
presente desde tu esencia.
Aun así, el camino hasta completar la integración en tu corazón original
es un camino de vida. Esta era nos ofrece una gran oportunidad. Suelta el
pasado, aprende, practica, reflexiona, despierta. Afronta cada circunstancia.
Todo pasará. Todo ha pasado ya. Vivir el proceso es lo más importante.
La realización del amor verdadero es posible tanto en la Tierra como en
el Cielo.
Estamos con vosotros.
Padre y Madre
Al leer las cartas, sucedió algo inesperado para Alma: el corazón de duda se
transformó en corazón de confianza. La fe empezó a desplegar sus alas.
Sintió paz.
«Gracias. Lo haré: me elevaré hacia el amor verdadero», respondió en
silencio.
Con aquella transmutación interna, alquimia divina impulsada por seres
amados de su antiguo hogar, la joven empezó a sentir un amor aún más
elevado hacia Amador, el hombre divino con quien vivir el paraíso en la
Tierra y volver juntos al regazo de la Madre celestial.
∞
Siempre
—Te has sacrificado durante muchas vidas para llegar hasta este
momento, Alma —Espejo le habló con tono cercano.
—Temo desperdiciar la oportunidad.
—¿Temor? Ha llegado el tiempo de trascender esa vibración de forma
definitiva. Te encuentras justo en medio de la oportunidad.
Alma irguió la espalda y cerró los ojos dejándose embargar por la energía
dorada que irradiaba la pantalla.
—El cambio exterior se produce dentro. El futuro se crea en el presente.
El mundo se mueve con la fe —pronunció ella. Amador inspiró de forma
profunda y su respiración se volvió serena y silenciosa.
—Exacto, Alma. No hay nada fuera que no puedas encontrar dentro de ti.
No hay ningún futuro que no puedas crear dentro de ti. No hay misión que no
se pueda cumplir si tu fe permanece dentro de ti.
—Gracias, Espejo —Alma abrazó la pantalla y se llenó de su luz. Amador
entreabrió los ojos y pensó que la mujer que amaba no solo tenía un fuerte
carácter que a veces lo sobrepasaba, sino que también tenía ciertas
peculiaridades que se escapaban a su comprensión.
—Te quiero, Alma —la sobresaltó con su penetrante mirada azul.
Ella se separó de la pantalla simulando que la limpiaba con una gamuza,
se despidió de Espejo por telepatía y fue a abrazar a Amador.
«Por más dificultades que vivamos, por más dudas que atenacen la
decisión sobre un destino compartido, por más sufrimiento que haya causado
el despertar de nuestro espejo cósmico, siempre te voy a amar» —pensó
Alma en silencio.
—Yo también a ti —la abrazó él.
∞
Recordar la misión
¿Acaso él llegaría a recordar la misión de amor verdadero? ¿Despertaría
algún día para cumplir lo prometido en Gímaco ante el Gran Espíritu? ¿Se
convertiría de verdad en el compañero de vida que ella recordaba y junto a
quien había trazado sueños divinos en aquel mundo limitado por la
percepción humana?
Le era difícil ver el sentido de aquel modo de vida en el que no encajaba ni
pretendía hacerlo. Falta de vitalidad, estancamiento, desencanto. No estaba
ciega ante sus propios puntos débiles ni sus propias faltas —veía grandes
montañas de abono en su interior clamando por convertirse en campos de
lotos blancos—, pero conocía bien su dirección. ¿Recordaría algún día él la
suya? ¿Se encaminaría hacia la manifestación del amor?
∞
Echarte de menos
El entresueño devino sueño y ella siguió buceando por los recovecos de
asuntos pendientes de purificar.
—Amador, ¿quién eres ahora, Amador? ¡Recuerdo perfectamente la
verdad! Sé que te incomoda mi modo de empujarte a la acción, pero no sabes
cuán desesperante es no reconocerte la mayor parte del tiempo.
—Siempre hay algo que no te agrada, Alma.
—No, Amador, siempre es lo mismo manifestado en distintas formas.
Siempre, siempre, siempre… Palabra que buscaba transmutar. Aquello
que encendía su ignorante humanidad, sus emociones turbias, su autosabotaje
de la felicidad era pretender una realidad que no era el momento de que
sucediera y que quizás no sucedería en aquella vida.
—¿Qué realidad, Alma?
«¡Gímaco!», gritó ella para sus adentros. «¡Conectar con el ser de quien
me enamoré en aquel mundo y que no logro encontrar en este!».
—¡¿Qué realidad, Alma?! —insistió Amador.
—¡Estar juntos!
—¡Ya estamos juntos!
—Estar juntos aquí como lo estuvimos allí —sollozó ella.
—Seguimos juntos allí, Alma. Por eso te reconocí —habló él con voz
calmada.
—Todavía me cuesta aceptar la realidad —lo miró a los ojos—. Aunque
fueran nuestras almas quienes la diseñaron.
—¿Por qué te cuesta, Alma?
—Porque te echo de menos —una lágrima resbaló hasta sus manos
enlazadas.
—Yo también a ti.
—La nostalgia es un impulso hacia la realización de lo añorado, Amador.
Caminemos con firmeza hacia el origen.
—Sí, Alma, nuestro origen.
∞
Enfocarse en el amor
—Tengo miedo de que quiera seguir siendo un mortal adormecido por los
velos del olvido —se desahogó Alma con el Gran Espíritu—. Tengo miedo
de que no ponga su energía en la misión y nos frene a todos. ¡Ha sido tan
duro el camino! ¡Ahora no podemos caer! Despertar requiere intención,
voluntad, determinación.
—Paciencia y fe, Alma —le recordó el misericordioso Gran Espíritu—.
Cada uno tiene su tiempo y el suyo es perfecto también para el tuyo y para la
misión de ambos.
—¿En qué sentido?
—Su debilidad humana activa la tuya. Esta es la primera parte de la
misión: armonizaros entre vosotros, mis amados hijos.
—Necesito volver a admirarle como le admiraba en Gímaco.
—No te uní a un hombre al que admirar, sino a un hombre a quien amar.
No puse en tu camino a un hombre en quien apoyarte, sino a un hombre
en quien poder ver el propio apoyo que te faltaba.
No llevé a tu vida a un hombre que llenara tu oscuro vacío, sino un espejo
fiel donde ver la ilusión de ese vacío y la luz que albergas para llenarlo.
Enfócate en el amor, Alma.
«Enfócate en el amor», repitió ella para sus adentros mientras acudían a su
mente imágenes bondadosas de Amador. Batidos de frutas que le llevaba
mientras escribía, calidez de amor en sus manos, calma emocional en el
hogar… Tantos bellos momentos. Demasiada luz para no verla. «Eres
realmente afortunada».
∞
Coramor de Luz
—Me siento perdido —continuó Amador—. Y cuanto más me uno a ti,
más me evado de este mundo, porque me envuelve ese otro en el que quisiera
permanecer por siempre. Pierdo los ritmos, pierdo la orientación, me pierdo a
mí mismo.
—Si unirnos el uno al otro despierta nuestras sombras y debilidades, se
trata de un regalo para trascenderlas.
—¿En qué estás pensando, Alma?
—Presencia, gratitud, amor. Si amamos y agradecemos la realidad en el
aquí y ahora, nuestras energías acudirán al momento presente, que es donde
se haya la clave de la verdad.
—¿Cómo amar esta realidad en la que somos tan humanos y nos añoramos
tanto en nuestro ser divino?
—Valorando la oportunidad de la experiencia, convirtiéndonos en dioses
terrenales —aseveró ella.
—¿Dioses humanos?
—Sí, seres despiertos, iluminados.
—Coramor de Luz… —el recuerdo de Amador hizo que ella se
estremeciera. Estrecharon sus manos con fuerza.
Al escuchar «Coramor de Luz», Alma recordó un antiguo mensaje de
Espejo:
Cuando un ser destinado a cumplir una misión de Coramor de Luz en el
mundo llega a un punto culminante de dolor álmico y se entrega a la
voluntad del Cielo, el Gran Espíritu actúa de inmediato y lo ayuda a
recordar que el mundo del amor verdadero existe.
—¿Cómo despertar, Alma?
—Llama al espíritu que te habita. Él te guiará.
—Ya lo hago. A mi manera.
—Entonces, conectemos con él más a menudo.
∞
Reflejo de lo intangible
La inmadurez, el miedo al compromiso y la falta de recursos emocionales
para avanzar en familia fueron nítidos para Alma desde el primer día que
volvieron a verse, algo que en varias ocasiones la empujó de su equilibrio
hasta activar las sombras de lobos. Con lo que no había contado era con la
cómoda exclusión, el egoísmo ambicioso y la fría falsedad.
Cuando se casó con él, Amador todavía era un niño mimado y enmadrado,
endeudado y sin energía para trabajar de forma duradera, un rol todavía
común en el «mundo desarrollado» del siglo que vivían, que se extendía a los
treinta, cuarenta, cincuenta, sesenta años y en muchos casos hasta la muerte.
Ella asumió con consciencia —aunque no sin lamento interno y
posteriores reproches externos que lamentaba— el hecho de que la llama
gemela, a través de cuyos ojos podía ver a Dios, todavía se hallara en aquel
estado, lo cual sabía que también reflejaba una parte intangible de sí misma.
De ahí la lucha interna durante tanto tiempo.
La joven había querido creer, como él le había prometido, que se
esforzaría y que todo iría bien, algo que hizo solo al principio, en tiempos de
conquista, a pesar de ser quienes eran el uno para el otro.
∞
Principios morales
Para Alma, casarse significaba que, si algún día era necesario, apoyaría a
Amador con los problemas económicos, porque consideraba que ambos eran
un equipo creado para superar la adversidad y aprender juntos. Eso sí: desde
el equilibrio y no desde la vampirización a la que se había acostumbrado él,
un ser perdido en la oscuridad que solo sabía sobrevivir libando la luz de
otros, tal como habían hecho Tiniebla y Luzbel en el pasado.
«En la salud y en la enfermedad. En la riqueza y en la pobreza. En lo
bueno y en lo malo», rezaba el compromiso sagrado que habían pronunciado
ante el Gran Espíritu. Ella mantuvo su promesa, no así él cuando apareció la
dificultad. Los principios morales del Amador que tenía ante sí no eran los
del coramor por el que Alma había sacrificado su lugar en el Cielo cuando
decidió ir a buscarlo a la Tierra.
Una y otra vez recordaba cómo fue advertida de ello por múltiples voces
de seres queridos, del riesgo que corría en la misión de impulsarlo a
despertar, del sufrimiento que podía experimentar si Amador acababa
atrapado en la telaraña mortal de los humanos dormidos y sus caminos se
separaban de forma inexorable.
∞
Estilo afectivo
Si ella era generosa, valiente y comprometida, ¿dónde estaba el espejo
entonces? La respuesta se hallaba en las energías que portaba de las
relaciones entre sus ancestros, en patrones de pareja distorsionados en el
inconsciente colectivo de la humanidad y en el límite hasta el cual estuviera
dispuesta a permitir aquel dañino estilo afectivo.
Como Alma ya no era la misma joven que una y otra vez rebajó su nivel
de exigencia ante la debilidad e inconsciencia que veía en Amador ni la mujer
que tenía miedo de romper algo tan sagrado para ella como el matrimonio, se
apartó las lágrimas y expresó en silencio una afirmación contundente:
«Que sea lo que tenga que ser, Gran Espíritu, para mí se acabó seguir
luchando por algo que no quiero en mi vida. Sigo mi estrella y esa luz no está
en la cueva oscura donde Amador sigue atrapado. Lo dejo en tus manos,
como hijo tuyo que es». «Respira y sonríe, Alma. Desapego. Aceptación.
Fe», se recordó a sí misma.
∞
Pruebas elegidas
De nuevo, él le había hecho saber en qué lugar la tenía a pesar de que sus
grandilocuentes palabras le habían hablado de un amor supremo que siempre
había añorado, un amor que la unía a ella creando un mundo propio distinto
del mundo que habitaban junto al resto de seres humanos.
A la hora de la verdad, ese amor que había calmado la sed de su búsqueda,
que había hecho que mejorara su salud, que lo había impulsado hacia una
energía de prosperidad, que lo había abierto a la esperanza de una nueva
oportunidad… A la hora de la verdad, ese amor quedaba relegado a un último
plano frente al mundo material.
Todo ello se debía a la ignorancia de no comprender que las pruebas de
dolor vividas entre ambos formaban parte del camino de aprendizaje y
despertar que habían elegido sus almas; a la ceguera de los velos humanos
que impedían a Amador abrir las puertas del amor a lo verdaderamente
esencial; al hecho de no ser consciente de que lo que Alma había entregado y
arriesgado por amor jamás podría ser comparable a ninguna riqueza física de
aquel mundo.
∞
Alejarse de la luz
En una conversación el día anterior, él le había expresado: «Hay personas que
buscan la obtención de propiedades, otras buscan el bien del prójimo. Tú eres
de estas últimas».
Cuando Amador le habló del castillo del Príncipe de las Tinieblas y otras
herencias que un día recibiría, mientras la mantenía al margen en aquellos
momentos que vivían, supo que él todavía pertenecía al primer grupo de esas
personas que había descrito. Ni mejor ni peor, tan solo un destino a simple
vista incompatible y que, en la ambición egoica de Amador, solo podía
llevarlo a un oscuro karma alejado de la luz del Gran Espíritu.
∞
La sombra del vampiro
Si los años de búsqueda, entrega y voluntad de autotransformación que Alma
había dedicado al buen porvenir de la relación forjada entre ambos, unido al
compromiso sincero de ella en su responsabilidad con los niños, con los votos
matrimoniales, con el amor que los unía; si todo ello, entregado contra viento
y marea, era correspondido con vacío, egoísmo y separación a aquellas
alturas, se abría ante ellos una decisión cercana que daría respuesta al motivo
por el que Alma había ido a pasar el confinamiento con Amador y los
pequeños: seguir el camino con ellos en otro nivel de consciencia o seguirlo
por sí misma abriéndose a una nueva dirección.
—La sombra del vampiro ha regresado, pero no olvides quién eres, Alma
—quiso consolarla el elfo mientras ella lloraba en la habitación.
—¿La sombra del vampiro? —la pregunta de Alma se vio envuelta por el
insensible tarareo de Amador.
—No solo ha heredado el castillo del Príncipe de las Tinieblas, sino
también su antigua crueldad y energía vampírica —el elfo no quiso contener
su expresión de furia en el rostro.
—Sigue alimentándose de ti, Alma, tomando cuanto puede sin dar nada —
el hada se acercó a ella.
La joven siguió llorando por el desencanto nacido de aquello que había
dado por sentado: que Amador la amaba, cuando en realidad ni siquiera se
amaba a sí mismo. Tampoco vio que él mostrara ningún sentimiento hacia su
abuelo fallecido, de quien no había podido despedirse. Tan solo sintió el hielo
de su codicia cuando lo escuchó hablar con sus padres sobre la repartición de
la herencia.
Tenía el estómago cerrado y estaba agotada. De nuevo, resquicios de
miedo y falta de suelo estable bajo sus pies hicieron aparición como cuando
era niña y su padre regresaba a casa con ganas de golpear a alguien.
Relaciones faltas de armonía. Hogares inestables. Oscuridad.
∞
Micromundo de espejos
—Lo sentimos, Alma —frente a los contenedores donde la joven había ido
a tirar la basura, como excusa para salir de casa, se extendía un terreno de
hierba y flores, desde donde le habló una mariposa que revoloteaba con las
demás.
La joven le lanzó una triste mirada y regresó cabizbaja por la calle
solitaria. El sol alumbraba su cabello. Respiró hondo e intentó sonreír. No
pudo lograrlo.
Rezó hasta que la luz regresó y la ayudó a conciliar el sueño. Envueltos
por historias de miles de millones de personas en el mundo, viviendo en su
propio micromundo de espejos hacia el despertar durante la pandemia, ambos
se encontraron en el Mundo de Ensueño.
—Ha llegado la hora de la decisión final, Amador. Yo no puedo faltar a mi
palabra, pero elijas lo que elijas, lo aceptaré.
—¿Qué opciones tenemos?
—Entregarnos de verdad a nuestra relación o seguir cada uno su camino.
—Está bien.
Amador tomó la forma de un vampiro encorvado y moribundo. Estaba
hambriento y quiso lanzarse al cuello de Alma. Ella lo esquivó elevándose en
el aire mientras se convertía en una vampiresa de cabello negro y pupilas
rojas.
Entonces pudo contemplar con mayor nitidez lo que el espejo cósmico de
su llama gemela le había reflejado desde que se reencontraron: la historia
desde el otro lado. Se vio con más detalle a sí misma.
—Conócete y brilla —le dijo la voz del Príncipe de las Tinieblas, que hizo
aparición en el sueño como una sombra difusa.
La joven vio que, cuando Amador se había convertido en un vampiro en la
vida real, también ella había consumido energías de él con actos, palabras y
pensamientos alejados del amor; que cuando él se había alejado físicamente y
se había separado, también ella lo había hecho de otro modo interno e
invisible; que cuando él se había tornado cruel y agresivo, también ella lo
había hecho de distinto modo sin pretenderlo.
También fue más consciente de que la mayoría de personajes de los libros,
si no todos, eran ella misma, como Sanador cuando se había enfrentado a
Amador, como Fénix cuando lo había guiado, como los diablillos que
parloteaban en su mente, como sus amistades de apoyo, como el Gran
Espíritu que la habitaba.
Los protagonistas y antagonistas de la historia batallaban dentro del
mismo corazón humano, conformado por luz y oscuridad. ¿Quiénes
resultarían victoriosos: héroes o villanos? ¿En qué se enfocarían Alma y
Amador: en el miedo o el amor?
∞
Camino eterno
«He transitado el Mundo de Alegría, el Mundo de Sabiduría, el Mundo de
Paz, pero hasta un nivel muy limitado —se dijo a sí mima—, porque todavía
no he logrado verme ni conocerme realmente, ni saber hasta qué profundidad
llegaba el espejo de mi llama gemela. Este camino lleva toda una vida y
quizás toda una eternidad».
—Ese nivel limitado ha sido rebasado, Alma —volvió a hablar el Príncipe
de las Tinieblas—. En tu valor para mirarte a ti misma y en tu voluntad de
trascender la oscuridad, has transmutado densas energías en la luz de la
verdad. Sin embargo, no así lo ha hecho mi nieto, debido a la densidad de las
energías masculinas, que pueden elevarse si tú sigues tu vuelo.
—¡Siento tu partida! —la joven caminó hacia él para abrazarlo y el
anciano espectro percibió la pureza de su amor.
∞
Destino familiar
—No cometas los mismos errores que yo cometí —el Príncipe de las
Tinieblas se dirigió con firmeza a Amador—. Perdí a tu abuela por mi
egoísmo y terquedad. No valoré el tesoro que tenía hasta que se fue de mi
vida. Siempre la responsabilicé de nuestra separación. No tuve el valor de
mirar mi propia oscuridad ni de acometer la reconstrucción de mis propias
carencias. El individualismo solo conduce a la soledad. El orgullo fue mi
maldición. No permitas que también sea la tuya. ¡Cambia el destino familiar!
—Abuelo… —por primera vez Amador mostró sus sentimientos en forma
de lágrimas—. Tengo miedo de que me hagan daño.
—Nadie puede hacerte daño si no lo permites. Solo tú puedes dañarte a ti
mismo y solo tú puedes abrirte al más precioso regalo que la vida puede
ofrecer: la oportunidad de aprender a amar.
—Alma es el ser más maravilloso y lleno de amor que jamás he conocido,
pero también el ser que más daño me ha hecho —recordó palabras y actos
agresivos de ella—. Y duele, abuelo, duele demasiado.
—Tú has hecho lo mismo, Amador. Deja de empequeñecer por ello y
agradéceselo a la vida. Aprovecha el aprendizaje. Es tiempo de madurar. Sé
el hombre que llevas dentro.
Amador irguió la cabeza sin decir nada.
∞
¡Despierta!
—Te puse en mi testamento para observar tu dirección. ¿Por qué crees que
no incluí en él a la persona que me salvó del abismo, tu mujer? ¿Acaso te
consideras merecedor de un castillo que tu abuela y yo construimos durante
años de esfuerzos cuando no solo no te has inmutado con nuestra muerte,
sino que además eres incapaz de compartirlo con la persona que lo está dando
todo por ti y por tus hijos, la coramor que me rescató de la más absoluta
oscuridad?
—¡También nos ha traído oscuridad! —replicó Amador.
—Solo os ha mostrado un espejo. A los tres. Igual que vosotros a ella.
También os ha mostrado la dirección: la fe y el valor de proseguir en un
compromiso sagrado que, desde su origen divino, ya concebía luces y
sombras en el camino.
—Tienes razón, abuelo, dale entonces a ella tu castillo.
—¡Yo no he pedido ese castillo! —exclamó Alma afectada por lo
sucedido.
—Esa no es la cuestión. Todos lo sabemos bien —atajó el abuelo.
—¡¿Y cuál es la cuestión?! —vociferó Amador a punto de despertarlos a
ambos del ensueño.
—La cuestión es el precio lamentable que has puesto al amor que os une.
La cuestión es el limitado nivel de amor que eres capaz de ofrecer. La
cuestión es la mediocridad en la que estás viviendo tu vida. Si no despiertas,
perderás lo más valioso con que el Cielo te ha bendecido: la perderás a ella.
¡Despierta, Amador! —gritó su abuelo como un relámpago provocando que
este despertara en el mundo real.
7
MATRIMONIO
En la incertidumbre radica el impulso
que conduce a la auténtica vivencia del presente.
Temor espiritual
—Mi miedo es distinto. Yo no temo perder a Amador. Puedo vivir sin él.
Lo que temo es romper mi compromiso con Dios y con nuestra alma
compartida, mi compromiso conmigo misma. En realidad, te confieso que,
ahora mismo y en todos estos años, mi vida habría sido más fácil sin él. Así
es la paradoja de la misión.
∞
Mundo ilusorio
—He podido adaptarme al ritmo de Amador, porque he utilizado el tiempo
de sus ausencias para avanzar en los dictados del Gran Espíritu, pero ahora
empieza a ser distinto. Se cierra otro ciclo. El fin del confinamiento marca
una nueva etapa.
—Así es, Alma. Ya has hecho tu parte. Ahora depende de él unirse al plan
del mundo espiritual o quedarse atrapado en la irrealidad del mundo ilusorio.
—Aunque lo ame…
—Sabes que hay algo más importante que vosotros y que vuestro amor.
Del mismo modo que sucede con Cristal y conmigo —él acabó su frase al
leer sus pensamientos.
—Sí, Sanador. A veces dudo de si lo que vivo con él son solo pruebas de
aprendizaje para reforzar la fe en la manifestación del amor verdadero o si
también son señales que marcan el fin de un camino juntos en pos de un plan
que desconozco. Aún no puedo ver... —mostró afectación en su rostro.
—Desde mi espíritu, yo sí puedo ver algo más de lo que tú ves, aunque no
sé si puedo intervenir en tu plan del alma con Amador. ¿Quieres preguntarme
algo?
—El Gran Espíritu te envió hasta mí y tú accediste a ello. ¿Por qué?
—Porque una vez te amé de la misma forma egoísta que te ama él ahora.
—El amor egoísta no es amor.
—Exacto, Alma.
—Habla, Sanador, por favor, ¡dime lo que ves!
—Vives en un entorno decadente en el que has dejado de ser tú misma. Ya no
brillas, Alma. Estás con un hombre que sigue ciego en ese falso amor que tan
bien conocí en mi pasado. En lo bueno sí, en lo malo no. Recibir sí, dar no.
Prometer sí, cumplir no. Comodidad sí, esfuerzo no… Incapacidad para
gestionar la situación. Desapariciones repentinas. Decisiones unilaterales
donde tú no cuentas. Falta de sinceridad, falta de compromiso, falta de fe. Y
cuando percibes la próxima huida de él hacia su zona de confort, el nido
materno del que quiere salir, pero al que vuelve una y otra vez, intentas
recrear esa zona conocida para que él no se vaya ni se destruya el
matrimonio. ¡Y tú sabes que este no es el camino!
∞
Esclavitud
—Estoy sufriendo en esta casa —las lágrimas volvieron a hacerle
compañía—, pero me ciega el sentimiento de culpa por las veces en que ese
dolor se ha convertido en un rugido de lobos y frases hirientes hacia él. Me
esfuerzo por proteger el matrimonio y la familia, pero eso me está
convirtiendo en una esclava del miedo al divorcio, y el amor no solo está
soterrado por ese miedo, sino que cada vez hay más desunión y oscuridad.
—Libera tu miedo, Alma. Si Amador se divorciara y el Gran Espíritu lo
permitiera, después de todo lo que has entregado, es porque así debía ser.
—No lo sé.
—Jamás sientas culpa y menos aún por tu rugido de lobos. ¡Mucho mérito
tiene no haber saltado en zarpazos!
—¡Somos coramor! ¡Ya no podemos permitirnos más sombras de lobos!
Necesito aprender cuanto antes a poner límites de forma espiritual.
∞
Solo Dios puede
—Sigue tu camino, Alma. No permitas más deshonra sobre tus puras
intenciones. Él aún no está preparado para despertar ni para comprender las
pruebas de este amor, y tú ya has superado las tuyas.
—¿Cómo sabes que he superado nada? —Alma lloró al sentir amor y a la
vez dolor. La diáfana realidad de haber permitido lo que para sus limpios ojos
era inconcebible le hizo sentir ganas de morir.
—Porque sé que has entregado tu corazón y que el Gran Espíritu hará
justicia divina. El karma de la deshonra sigue dañando tanto a mujeres como
a hombres. La humanidad todavía está muy perdida. Son los tiempos de
mayor decadencia de la ética y la moral. Los valores del espíritu se han
mancillado. Sal de este lugar, Alma, en estas circunstancias no puedes
conectar con Dios y sabes bien que solo él puede traer luz a las almas
perdidas de esta familia.
—Eres un buen amigo.
—¡Eres una gran coramor! ¡Recuerda siempre quién eres, Alma! Tu parte
de la misión con Amador y los niños termina aquí. Sigue tu camino y
encomiéndate al Gran Espíritu.
—Lo haré. Solo él puede salvarnos de tanta oscuridad.
∞
Relación de pareja
Sentía tristeza de duelo: su ingenua visión estaba muriendo, porque su
consciencia estaba despertando.
Empezó a vivir el presente poniendo el foco en la gratitud, por mucho que
a veces le costara. Todo aquello por lo que tanto había sacrificado no solo se
desmoronaba ante sus ojos, sino que ella había sido partícipe de la caída y
había salido tan malherida como Amador.
Alma empezó a comprobar cómo el compartir con Sanador estaba curando
resquicios de miedo a un futuro incierto con o sin su llama gemela. También
se habían esfumado los remanentes de apego a lo que socialmente se conocía
como éxito o fracaso en las relaciones personales y a los falsos ideales
románticos de la anticultura de masas, que eran por completo ajenos a una
potente realidad: la verdadera relación de pareja es un proceso evolutivo a
través de luces y sombras hacia el aprendizaje del amor incondicional.
Por primera vez sintió el auténtico éxito libre de juicios: haber
experimentado una conexión de amor verdadero gracias a la existencia de
Amador. Aquello era lo único relevante y esencial, por más que hubiera
estado revestido de lavas infernales que a punto estuvieron de quemar su
propia alma unidad.
«Gracias por lo vivido, Amador. Ha sido tan duro y doloroso que ya solo
puedo dejar por completo nuestro camino en manos de Dios. Parece que el
camino de las llamas gemelas impulsa a despertar a través de grandes
sacudidas del alma».
∞
Ganas de vivir
Ya no estaba apegada al qué sucedería, porque sabía que el Gran Espíritu
guiaba sus destinos, pues así intuía que estaba escrito en el plan álmico y así
lo había pedido en sus oraciones.
Si Amador y ella seguían juntos, sabía que también continuarían las
experiencias de progresivo despertar que se activaban entre ellos, dos polos
opuestos en apariencia incompatibles, pero con una complementariedad
humana perfecta si lograban armonizarse desde la unión con Dios.
Por el contrario, si sus caminos se separaban, sabía que también sería lo
adecuado para el gran plan. ¿Qué pasaría entre ellos? ¿Cómo acabaría la
octología? Ni siquiera ella lo sabía. Es más, ni siquiera sabía cómo quería que
acabara. En verdad había puesto su más elevado destino para el mayor bien
de todos en manos del Gran Espíritu.
Sobre lo único que tenía certeza absoluta era algo que cada vez recuperaba
con mayor rapidez tras las caídas: sus ganas de vivir, de crear, de servir, en
definitiva, de glorificar al Dios-Diosa que le había otorgado el extraordinario
regalo de aquella vida.
∞
Energía milagrosa
—Y ahora, dime, ¿qué te sucede?
La pregunta del Gran Espíritu, que contrastó por el sosiego ante la
agitación de Alma, sacudió como un terremoto el interior de la joven, quien
de repente volvió a llorar.
—Que me he comprometido y entregado en cuerpo y alma al mayor
despropósito de mi vida. Todo lo sacrificado, toda la fuerza de voluntad, todo
el sufrimiento… ¡No han servido para nada! Toda la luz que íbamos a llevar
a nuestras familias y al mundo… ¡Solo es un cúmulo de oscuridad! —la
joven se acurrucó en los brazos del Gran Espíritu, cuya paz serenó su llanto.
—Mi amada hija, necesitas descansar para elevar tu frecuencia y
recordar.
—¿Recordar qué?
—Que tu Madre divina es de lo más ordenada y ecológica —hizo sonreír
a Alma—. ¿Acaso crees que voy a permitir que se perpetúe el caos en tu
sagrada familia cuando has cumplido tu parte humana a la perfección? ¿Es
que crees que podría olvidarme de reutilizar la energía de tu sacrificio de
amor para convertirla en un milagro?
∞
Aprendizaje pactado
Alma volvió a llorar por el sentimiento de amor que la envolvió.
—Hija mía, ¿estás dispuesta a perdonar lo vivido desde la visión de un
aprendizaje pactado por las almas?
—Sí, Madre.
—¿Comprendes que si Amador y sus hijos se han comportado de este
modo es porque también se sienten heridos, perdidos y vacíos de mí?
—Sí, Madre.
—¿Puedes sentir compasión hacia ellos?
—Sí, Madre.
—Con mi apoyo, si en algún momento te es difícil, ¿guardarás amor
incondicional a tu marido y a la familia que creé para ti?
—Sí, Madre.
—Y por último: ¿confías en mi plan superior?
—Sí, Madre.
∞
Práctica en familia
—En otros tiempos, mis discípulos y discípulas aprendían y practicaban
las leyes divinas del amor en soledad y en la naturaleza; después lo hicieron
en grupo y en monasterios; ahora lo hacéis en familia y en sociedad. Esta
última, mis amados seres humanos, es la mayor práctica de elevación
espiritual y la más necesaria en este tiempo.
Alma asintió. Desde luego aquel era un nivel de entrenamiento avanzado
para los coramor del mundo y para cualquier ser, porque además de alcanzar
el estado de paz interior como se hacía antaño en la naturaleza o en los
monasterios, tenían el reto de lograrlo mientras lidiaban con multitud de
espejos humanos y situaciones cotidianas que podían llegar a enloquecer a
cualquier bodhissatva, sobre todo si uno de esos espejos resultaba ser la llama
gemela.
∞
Conexión
Cuando llegó a casa y sacó la llave del bolso para abrir la puerta, recibió un
mensaje en el móvil. Presintió que era de Amador. En efecto:
—¿Qué tal? ¿Has llegado ya a casa?
A pesar de ser un mensaje de cortesía, en el que también podía leer entre
líneas cómo Amador seguía atrincherado en su alejamiento emocional y
cierre de corazón, a Alma no le pasaba desapercibida la conexión que había
entre ambos, incluso en el momento de llegar a casa, hora imposible de
predecir, pues también tuvo que coger un tren desde Barcelona y caminar
unos veinte minutos.
De la misma forma, ella hizo un último intento por mantener la fe en que
todo iba e iría bien si ponían esfuerzo en ello, si hablaban, si sanaban, si
ordenaban los desequilibrios energéticos que había entre ellos y los niños, y
demás familia.
Aun sabiendo que eso no había funcionado en los últimos años, sobre todo
porque el simple hecho de plantearlo ya había dejado exhausto a Amador, la
joven Alma se aferraba a ello desde los últimos resquicios de la niña
abandonada que aún vivía en ella.
Amador volvía a irse y, aunque él no la atraía comportándose de aquel
modo, sí seguía sintiéndose llamada a armonizar la relación consigo misma,
el yin-yang que llevaba dentro y que se reflejaba en su relación con él.
∞
El trauma de la separación
—A veces he sentido rechazo hacia su forma de huir y darse por vencido,
su actitud de derrota en la vida.
—Creo que conozco la procedencia de ese estado.
—¿A qué te refieres?
—Mi hermano todavía es incapaz de cumplir sus responsabilidades como
hombre, porque una parte de su alma, de tu propia alma, no está en este
mundo.
—¡Eso he sentido muchas veces! —la joven pensó que aquello podía
explicar la ausencia y el abandono latentes que Amador perpetuaba con su
actitud, su existir como un hombre muerto en vida—. ¿Cómo lo sabes?
—Una parte del alma que compartís se quedó atrapada en el trauma
energético de vuestra separación y venida a la Tierra.
—Fue muy doloroso, Fénix.
—Igual que la mayoría de descensos al mundo de bebés que nacen en
hogares sin amor.
—Dejar Gímaco y separarnos fue...
—Casi tan duro como la separación de la unidad que erais en origen.
—¿También lo sentiste con Luna?
—Sí, Alma, y también lo experimenté al saber que ella había fallecido y
no podríamos estar juntos en este mundo, como te sucede ahora a ti con
Amador, porque aunque está vivo técnicamente, en realidad deambula en el
mundo de los muertos.
—Ese es el origen de mi dolor con él.
—¿Qué vas a hacer?
—Si él es mi alma, solo puedo seguir unificándome con Dios y anclarme a
la Tierra, porque aunque seamos seres multidimensionales, aquí y ahora
somos humanos. A la vez, al ser él mi alma, me dificulta la labor de conexión
con nuestra esencia.
—Puedo sentirlo. Es una energía pesada con vibración de inframundo.
∞
Amor terrenal
—Lo siento, Alma. Mi hermano aún no se ha encontrado a sí mismo, pero
te ama.
—Fénix, sabemos que eso no es amor.
—No es el amor del Cielo que os une, pero sí es el mayor amor que puede
ofrecer ahora en este mundo. Y esa es la mayor causa de su sufrimiento: no
poder traer aquí el amor que compartís y que recordó cuando volvisteis a
encontraros.
—Es tan distinto este mundo, Fénix —Alma se compungió.
—En Gímaco aprendí de la armonía que había entre Padre y Madre, pero
nunca llegué a experimentar ese tipo de unión en la Tierra, porque Luna se
fue y yo volví con ella.
∞
Hacia la luz interior
«Si alguna vez las circunstancias te dificultaran conectar con el Gran
Espíritu…». Como una profecía, aquellas palabras de Fénix se hicieron
realidad. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete meses de una nueva
desaparición de Amador, hasta ese preciso momento en que decidió
compartirlo en el octavo libro, de nuevo a corazón abierto, por si en algo
pudiera servir en el camino de las llamas gemelas coramor del mundo.
La vida se había plantado en enero del año 2021, con nuevos
confinamientos perimetrales municipales que Alma eligió transitar como El
Ermitaño del que le había hablado la Abuela Luz con sus cartas arquetípicas:
introspección, reflexión, viaje hacia la luz interior.
∞
Chispas viajeras de amor
—El amor es mi única voluntad universal.
—Un sueño que contrasta con la realidad.
—En la esencia no hay contrastes. Solo el amor es real.
—A veces he sentido pánico, Madre, la sensación de que vivo una fantasía
alejada de la realidad. Pierdo el sentido de los libros y me bloqueo sintiendo
que todo es producto de mi imaginación.
—El alma que compartes con Amador proviene de un alto cielo donde la
experiencia del amor es permanente, sencilla y pura. Cuando te desconectas
de tu esencia divina, una parte de tu alma vuela en busca de ese otro mundo
y pierdes la sensación de realidad.
—Me desconecto de este mundo y entro en una especie de autismo.
—Ese es el nombre con que se definen ciertos rasgos de ausencia, como
la que experimenta Amador cuando sufre y te busca en una dimensión donde
estáis unidos, al sentir que no es capaz de lograrlo en esta.
—¿Somos autistas?
—No, Alma. No sois autistas ni adultos cristal ni ninguna otra
denominación humana en busca de acotación para comprender.
—¿Y qué somos?
—¿Aún me lo preguntas?
—Es cierto. Somos tu hijo y tu hija, seres de luz viviendo una experiencia
evolutiva.
—Sí, Alma, chispas viajeras de amor en una aventura universal.
∞
Espejo multidimensional
—¿Y en qué punto estamos de ese viaje? Dentro de nueve capítulos se
acaba la octología y sigo sin noticias de Amador. Hay una parte de nuestro
espejo que no comprendo.
—Eso se debe a la multidimensionalidad de la proyección interior.
—¿Cómo?
—En ocasiones el espejo os refleja emociones conscientes o
inconscientes, estalladas o reprimidas; en otras, patrones vividos en esta
vida o en otras; también puede mostrar el extremo opuesto a actitudes que,
por otra parte, se viven a la inversa en relación a otras personas; incluso os
confronta con los ideales y la necesidad de aceptar la realidad tal como es.
∞
Llamada orquestada
—Entonces, ¿por qué sigue desaparecido?
—¿En qué te afecta su ausencia?
—En el pasado, los primeros días que no supe de él, me sentí como un
bebé abandonado en una fría cuneta, a punto de morir.
—¿Y ahora?
—Ahora siento una llamada a liberarme de esta situación para poder vivir.
—Ya estás viviendo, Alma, la vida que necesitas vivir.
—Me refiero a volar.
—Lo sé. Empieza a suceder.
—¿Qué quieres decir?
El Gran Espíritu le envió como respuesta la imagen del sueño en el lago
purificador y una llamada telefónica orquestada por el universo. Era…
Amador. Cuando al día siguiente Alma recordó la conversación de casi tres
horas que mantuvieron, y que había finalizado a las 22:22h de la noche
durante la primera luna llena del nuevo año, escribió algunos fragmentos que
se repetían en su mente.
∞
Congelación emocional
—Estoy congelado, Alma, aún más endeudado y de nuevo en casa de mis
padres. Perdí el castillo de mi abuelo por una estafa, y tengo un fuerte dolor
en el pecho y en la cabeza que no me permite trabajar de forma normal.
—Lo siento, Amador —ella había sabido desde el principio que las
decisiones que él tomaba sin tenerla en cuenta tendrían consecuencias tan
oscuras como alejadas estaban de las leyes del amor, pero Amador no
recordaba las enseñanzas y Alma solo pudo soltar y dejar que aprendiera de
sus propias experiencias, como ella misma.
Él no solía culpar a los demás de forma verbal explícita, pero en su fuero
interno y en su energía implícita seguía sintiéndose víctima de otras personas
y de las circunstancias.
∞
Liberar el dolor
—Te envié amor cuando me sentía fuerte. También fue duro para mí,
Amador, pero me curaba escribiendo y conectando con una energía que me
ayudaba a levantarme.
—Me alegro de que hayas podido vivirlo así. Siento mucho el daño que te
he causado, Alma. Fue ignorancia.
—Sé que nunca quisiste hacerme daño. Tampoco yo. Si quieres, llámame
cuando lo necesites. Expresar las emociones ayuda a liberar el dolor. No
pienses que eso te hace débil —le leyó el pensamiento—. Al contrario, abrir
el corazón es de personas valientes y generosas.
—Gracias, Alma. ¿Y tú cómo estás?
La joven había narrado en los libros toda una biblia de sentimientos y
transformación evolutiva interior que respondía con creces aquella pregunta,
por lo que saltó a otras partes del diálogo.
∞
Sacrilegio
—Yo también he estado pensando en nuestra situación, Alma. Como
pareja no funciona. Quizás debamos hacer un cierre, llamarnos un par de
veces al año para saber el uno del otro…
—No sé en otros casos, pero en el nuestro sí sé que divorciarnos sería un
sacrilegio. Es una verdad nítida en mi interior. Lo vivimos de forma distinta:
tú crees que no es posible y yo siento fe en la capacidad de transformación.
∞
Sé quién eres para mí
—Sea como sea, sé quién eres para mí y me gustaría seguir en contacto
contigo, Alma.
—¿Y quién soy para ti?
—Eres quien siempre añoré. Te quiero como nunca he querido a nadie.
∞
Gímaco
—Te busqué, Amador. Y cuando te encontré, creí que al fin llegaría la paz
tras años de oscuridad.
—Yo también pensé que sería así.
—No recordábamos la instrucción que el Gran Espíritu nos dio en
Gímaco, porque en eso consistía el camino.
—Gímaco… —Amador sintió nostalgia de un mundo en el que habían
sido felices.
—¿Lo recuerdas?
—Sí, Alma, la añoranza me dice que es real.
∞
Relación guiada por Dios
—Sé que es factible traer ese mundo aquí. Una vez pregunté a un maestro
si era posible que un alma se dividiera en dos seres humanos.
—¿Y qué te dijo?
—Me contestó que sí.
—¿De verdad? —Amador se sorprendió con alegría, como si no supiera
que el alma unidad pudiera existir.
—Después le consulté qué consideraba más adecuado: casarse entre ellos
o casarse con otra persona, dada la dificultad o complejidad que conllevaba el
espejo cósmico.
—¿Y qué te respondió?
—Que no es tan fácil elegir, porque se trata de una relación guiada por el
Gran Espíritu, que une a los amantes en tiempo y forma divinos.
—Vaya…
—Sé que podemos estar juntos de nuevo, Amador.
—Eso quiero también, aunque no sé el tiempo que puede llevar. Y lo
siento lejano, Alma. Muy lejano.
Ella sintió tristeza por los años que seguían pasando sin poder compartir la
vida del modo que habían soñado y recordó el espejo de los ideales del que le
había hablado el Gran Espíritu. Entonces miró la realidad de frente y
agradeció estar escuchando palabras de amor, después de ocho meses donde
cada día había sido un reto de superación.
«No sé el tiempo que puede llevar». Tampoco ella lo sabía y el Gran
Espíritu no le dio ni siquiera una pista. Tan solo le había dicho: «En la
incertidumbre radica el impulso que conduce a la auténtica vivencia del
presente».
∞
Las escrituras de los cielos
Cada vez tenía más integrado el hecho de que el plan de sus almas, por
velado que estuviera, seguía su curso desde las escrituras de los cielos.
«Confía en la esencia de Amador», le había dicho Fénix en una ocasión.
—Se hace tarde y los niños deben esperarte —Alma quiso ser prudente,
aunque hubiera hablado con él miles de horas más si hubieran podido.
—Sí, iré a ver si se han duchado. ¿Acabamos la conversación en otro
momento?
—Sí. Comprendo por lo que estás pasando. Tómate el tiempo que
necesites. Sabes que estoy ahí. Seguiré caminando y enviándote mi amor. Sé
que puedes lograrlo. Confío en ti.
—Gracias, Alma. Te quiero —la vibración del sonido fue pura y sincera.
—Yo también te quiero, Amador —respondió ella sintiendo cómo se
abrazaban desde el alma.
—Un abrazo muy grande —volvió a hablar él desde lo más profundo de la
verdad.
—Sí. Justo eso estaba sintiendo.
—Te quiero, Alma —repitió.
—Y yo a ti.
La luna llena se alzó majestuosa sobre el mar. Se veía redonda, perfecta,
descomunal. Amador seguía batallando en un lugar oscuro entre las viejas
energías del pasado familiar y las nuevas energías a las que se sentía llamado
en pos de su amada, pero algo cambió en su corazón: por encima de egos,
sombras y karmas, siempre volvía a sentirse amado por su diosa.
Ella notó cómo se liberaba de un gran peso que había cargado durante
todo aquel tiempo de silencio. El amor entre ellos era real. El amor verdadero
podía obrar milagros. El amor era un misterio impredecible que hacía
fascinante la vida.
∞
Tiempo divino
Después de la conversación con Amador, Alma sintió una nube en su cabeza
que no se disipaba. Bebió un vaso de leche de arroz con cacao y se fue a
dormir. Tenía el cuerpo agotado por las emociones, pero su mente no la dejó
dormir hasta pasado un buen rato, por lo agitados que estaban los
pensamientos recolocándose entre ellos.
«Sí, sabemos quiénes somos el uno para el otro. ¿Qué sucederá a partir de
ahora?», se quedó dormida. En el Mundo de Ensueño, ambos se abrazaban y
juntaban sus caras. Todo era tan sencillo en otros planos. En la Tierra, en
cambio, Amador le confesó una vez: «Me siento decepcionado conmigo
mismo por no haber luchado». En ese tiempo de años atrás, ella le había
dicho: «La oportunidad es ahora», pero habían pasado ya demasiados
«ahora».
¿Tiempo divino para la unión o para volar de forma independiente?
Mientras que Amador empeoraba en su estado mental, emocional y espiritual,
ella avanzaba cada vez más afianzada en el camino de conexión con el Gran
Espíritu.
¿Cuánto tiempo más duraría aquella situación? ¿Era algo que necesitaba
transformar en su propio interior o solo era un tiempo que el pacto entre
almas le otorgaba para finalizar los libros?
∞
Oleada de llamas gemelas
De pronto, el escenario del ensueño cambió por completo a un sueño que se
dio por sí solo. Miles de estrellas fugaces se dirigían hacia el planeta y se
dividían antes de entrar en distintos vientres maternos cual halos espirituales.
—Somos la primera oleada masiva de llamas gemelas del mundo.
—Hemos venido a abrir camino a un nuevo Mundo de Amor.
—Vibramos en varias frecuencias.
—Somos diferentes entre nosotras.
—Compartimos el alma y la esencia espiritual.
—Nuestra alma ha venido a anclar la energía del amor incondicional a
través de una pareja nacida en familias con distintas religiones —dijo una de
ellas sobre sí misma.
—Las religiones tratan la espiritualidad, pero no son la espiritualidad en
sí.
—Todas las religiones tienen un origen divino común, un único Dios, el
amor.
—Nosotras hemos encarnado para difundir la libertad del desapego —
explicó otra alma—. En esta vida, hemos pactado un plan: lograr la paz
interior por separado.
—¿No llegaréis a la fusión última de la pareja en la Tierra?
—Las llamas gemelas no somos robots cuadriculados, somos almas en
evolución, con infinidad de experiencias por vivir para crear nuestro aporte al
plan del despertar de la humanidad.
—Gracias por recordármelo. Sigo obsesionada con el miedo de la
separación.
—Porque ahora estás separada de tu gemelo en distintos vientres
maternos, pero recuerda siempre que sois uno.
—Es cierto, hemos venido para experimentar, aprender, recordar el amor
que ya somos.
—Mi gemelo nacerá veinte años después. Ya sabéis cuál es nuestro
propósito.
—Por supuesto: deshacer prejuicios sobre la diferencia de edad. El amor
del alma trasciende toda edad terrenal.
Una tras otra, las miles de flamas divinas compartieron sus misiones, sus
aspiraciones y sus temores. Se infundieron fuerza, valor y fe para superar
cualquier reto procedente de la oscuridad, y lanzaron una pregunta común a
Alma:
—¿Cuál es vuestra misión?
Amador apareció en el sueño, lejos de ella, callado, ausente.
—Expandir el amor en el mundo.
—Por favor, Alma, especifica. Todas las llamas gemelas hemos venido
para eso, y no solo nosotras, muchas otras almas. ¿Cómo lo haréis?
—Aún no lo sé. Quizás no lo recuerdo bien o tal vez el plan se esté
rompiendo igual que las promesas que nos hicimos.
Amador agachó la cabeza.
—A veces pienso que somos llamas gemelas que necesitan varias vidas
para lograr encajar en este mundo.
—Mirad el ojo de su estrella del alma —todas las flamas divinas
observaron el brillo y la apertura descomunal que la joven coramor tenía en el
centro de su entrecejo.
—Es natural. Provenís de un alto cielo.
—Del más alto cielo.
—Incluso se os permitió conectar con Gímaco para que este mundo
humano de energías densas no destruyera vuestros corazones celestiales.
—¿Eso creéis? —Amador necesitaba una explicación, por mágica que
fuera, que diera sentido a su terrible y oscura vida lejos de Alma.
—No es que lo creamos. Es la verdad. ¡Mira en tu mujer la estrella de tu
propia alma!
∞
Mundo extraño y hostil
«Mi mujer», repitió Amador para sus adentros. Seguía sin entender aquel
mundo, aquella humanidad y aquellas reglas para vivir a salvo. Para él, Alma
era el ser anhelado, su diosa, con quien quería vivir abrazado respirando
amor. Nada más. Fuera de aquello, no entendía mucho.
Se había metido en infinidad de problemas con todo tipo de personas y
situaciones por no comprender aquel mundo. Sentía que tenía que aprenderlo
todo y memorizaba como una enciclopedia viviente para sentirse seguro, pero
seguía igual de perdido.
Vivir de aquel modo le generaba una presión intensa en la mente, aquejada
con frecuencia de dolores de cabeza por emociones que no sabía gestionar
porque ni siquiera las comprendía.
Él solo entendía el amor en estado puro. Había vivido muerto en vida
hasta que volvió a encontrarlo a través de Alma, pero no supo cómo vivirlo
en aquel mundo extraño y hostil.
Se había casado con ella porque era lo más parecido a lo que sentía en su
cielo, donde juntos eran un matrimonio sagrado en lo más intrínseco del
alma, desde el origen de su nacimiento y a lo largo de toda la eternidad.
En cambio, en la Tierra se esperaba de él algo que no sabía cómo aterrizar:
responsabilidad, orden familiar, roles adecuados, estabilidad en una economía
convertida en deudas, presencia física y emocional cuando él sentía que
bastaba con amar a Alma aunque estuviera ausente, metido en su búnker de la
realidad.
∞
Matrimonio armonioso
—Te comprendo, Amador. Vivimos sensaciones y sentimientos a veces
similares y otras veces opuestos en sus extremos, por nuestra condición polar
—Alma le transmitió calma—. Este mundo tiene sus propias leyes para que
el amor pueda fluir. Necesitamos aprenderlas y aplicarlas, con paciencia y
cariño.
—¿Entonces qué haréis con el matrimonio?
—¿Acabaréis separados, en divorcio, continuaréis?
—Quizás el plan no era casaros.
—Si se casaron es porque no podía haber sido de otro modo.
—Y mucho menos tratándose de ellos, la legendaria pareja de llamas
pioneras, punta de flecha de la ardua misión.
«Legendaria pareja», Alma y Amador se avergonzaron. Tal como habían
ido las cosas, se sentían tan perdidos como cualquier mortal de alma recién
nacida que no hubiera recibido ningún tipo de instrucción espiritual.
—Si os divorciáis, algo se romperá.
—¿Cómo creerán entonces las nuevas generaciones que el matrimonio
armonioso entre llamas gemelas es posible?
—Cada uno es responsable de sus propias creencias y de su propia vida.
—Estoy de acuerdo. No los sobrecarguemos. Ya bastante tienen con
resolver su propia historia —seguían conversando las almas llamas.
Alma y Amador sintieron angustia entre tantas voces, que bien podían ser
reflejo de las suyas propias. La oscuridad los llevó a buscar la luz en un
abrazo estelar que los llenó de paz y deseos de traer a aquel mundo el Cielo
del que provenían.
8
FELICIDAD
Si entre mil oscuridades te enfocas en una luz,
conocerás el secreto de la felicidad.
Volver a este mundo
En aquella conversación inesperada tras ocho meses de desaparición, en los
que Alma pensó de todo y más, había dicho a Amador: «Tómate el tiempo
que necesites». Error. Él ya lo hacía por sí mismo. Lo que menos necesitaban
era paralizar el siguiente pedaleo comunicativo, pues volver a coger impulso
podría llevar más meses o hasta años. Así que le escribió:
☐ —Amador, ¿cómo estás? Me equivoqué. Creo que es mejor
continuar la conversación sin que pase mucho más tiempo.
☐ ¿Cuándo podrías hablar? Deseo que estés bien.
Volvió a sentir su energía ausente. El ciclo kármico se repetía. ¿Cuánto
duraría la nueva desaparición? Necesitaba seguir soltando y poner fin a
aquella insana situación. Varias horas después probó llegar a él de otro modo.
☐ Amador, lo que estás pasando también lo paso yo contigo. No estás
solo. Sé muchas cosas que piensas, sientes y cómo las has vivido, pero aún
con esta «conexión perceptiva» creo que es bueno que lo expreses.
☐ Te quiero, hagas lo que hagas, digas lo que digas, seamos amigos,
matrimonio o lo que corresponda, porque lo verdadero no cambia.
☐ También escuchar cómo he vivido yo mi parte puede aportar otra
visión que traiga comprensión y amor. Comunicar y abrirse, expresar las
emociones y darles cariño es lo que más puede ayudar a los síntomas, a la
depresión y a los efectos colaterales. Volvamos a este mundo, aunque nos
resulte difícil. Juntos en equipo sí podemos. Tu felicidad es la mía también.
∞
El secreto de la felicidad
Un sabio dijo: «Si entre mil oscuridades te enfocas en una luz, conocerás el
secreto de la felicidad». Encontrarnos y reconocernos ha sido mi mayor luz
en este mundo.
∞
Vuelo al más alto firmamento
Amador no contestaba, había regresado a su energía ausente y Alma sentía
que, en esa vida, era ahora o nunca. El círculo de buscarlo mientras él se
replegaba en sí mismo estaba terminando.
Él no solo no había avanzado, sino que estaba más hundido y congelado
que nunca. La energía no daba para más y ya no se trataba de una cuestión de
fe en el significado verdadero del matrimonio, que la tenía sin ninguna duda,
sino de una potente energía que la instaba a volar cada vez con más fuerza.
No podía detener la necesidad de desplegar sus alas, por mucha pena que
sintiera al dejar atrás a Amador. Pensaba que no podrían estar juntos si él no
salía de su pozo de lamentos mentales ni abría el corazón para conectar con
las energías que ella había purificado en los Palacios de Cristal, en lagos
oníricos de aguas cristalinas y en los cielos sanadores de conversaciones con
el Gran Espíritu.
A la vez era posible, y quizás más sabia, la visión de que él, al compartir
la misma alma, resonaría con el vuelo de ella y la seguiría hasta el más
elevado firmamento. La teoría energética espiritual estaba por verse en el
mundo físico terrenal.
∞
Verdad que unifica
En su búsqueda para contrastar lo que ambos vivían y en su trabajo de
investigación de cientos de testimonios, se había topado con muchas almas
confusas acerca del camino de las flamas divinas. La primera oleada estaba
aprendiendo a base de grandes golpes emocionales, esfuerzos encomiables y
sacrificios espirituales.
Había quienes decían que la mayoría de llamas gemelas de aquel tiempo
estaban separadas en diferentes planos. Otras personas afirmaban que uno
solo puede encontrar a su alma unidad cuando ya ha alcanzado el estado de
amor incondicional.
También había quienes aseguraban que ambas llamas nacían con el mismo
nivel de consciencia y que la separación se debía únicamente al reflejo del
espejo.
Por otro lado, había personas que opinaban que las llamas encarnaban en
estados de consciencia muy dispares para activar el despertar con el choque
brutal del desfase energético.
Otras decían que en aquel momento histórico era prácticamente imposible
la unión en armonía de las flamas, dadas las energías coyunturales de los
densos karmas planetarios.
Había quienes estaban convencidos de que las llamas divinas solo tenían
el propósito de impulsarse la una a la otra desde un encuentro
desestabilizador que marcara un antes y un después en sus vidas, tras el cual
cada una seguiría su camino y su destino.
Alma había comprobado que aquellos testimonios, por separado,
mostraban una realidad parcial, porque generalizaban en base a la propia
experiencia. En cambio, la verdad, englobaba la unificación de todos ellos.
Respecto a su realidad y al misterio que la envolvía con Amador, siguió en
su avance de la mejor manera que supo, sabiendo que se acercaba el final de
viejas estructuras, ya fuera para seguir juntos o no.
∞
Continuar hasta lograr
☐ —El amor es lo más importante de la vida.
☐ Y el mío es sincero y valioso.
☐ La fe es continuar hasta lograrlo. Eso es lo que llena de luz.
☐ Son muchos años para mí sembrando sobre vacío.
☐ El amor todo lo puede.
☐ Pero si dices que el divorcio te ayudará a reencaminarte, hazlo
Amador, no lo demores más.
☐ Pienso y siento distinto, aunque comprendo que necesites
experimentarlo para ver por ti mismo.
☐ Quizás sea lo mejor. Piensa también en mí. Merezco vivir mi vida y
si no estás dispuesto a vivirla juntos ni a creer en nosotros ni en lo que nos
unió, recuerda lo que me dijiste una vez: amar también es soltar.
∞
Abismo amplificado
Alma sabía que había cambios internos en ella que necesitaba realizar para
vivir otra realidad, a la vez que era consciente del distinto momento que
vivían, algo que concebía como un pacto de su propia alma compartida como
impulso para evolucionar, pues los dañinos actos inconscientes de él, tan
brutales para el corazón de ambos, eran el más potente propulsor de las partes
en ella que habían permanecido a la sombra de las heridas. Y a la inversa: las
reacciones inevitables de Alma, activaban la congelación, la huida y la
ausencia de él a otro lugar muy lejos de sí mismo.
Todavía la intrigaban aspectos misteriosos de la experiencia álmica que
vivían. Ella había utilizado lo vivido para sanar, despertar, avanzar; en
cambio él estaba más derrotado que nunca.
El abismo que los separaba desde el reencuentro se había amplificado.
¿Cómo podía ser? ¿Sería el preludio de un salto mágico y milagroso de él
hacia la vida llena de luz que ella visionaba? O, por el contrario, ¿acabarían
separándose de forma inexorable hasta un nuevo encuentro tras miríadas de
vidas?
∞
Aires nuevos
Una semana sin respuestas. La joven coramor prefirió echar toda la leña al
fuego, y quizás equivocarse, que vivir paralizada por aquel falso funeral de
dos seres que el Gran Espíritu había creado maravillosos y llenos de dones
para vivir en felicidad.
☐ —Querido Amador, por favor, léelo. Son decisiones.
☐ Lo miro desde fuera y veo que lo tienes todo para ser feliz y lograr lo
mejor de la vida. Te conozco y conozco tus capacidades. A veces hace falta
salir del meollo, darse un respiro en otro lugar con aires nuevos y pegar un
rugido de león. Así, a lo bestia, y romper con ataduras, pasados,
manipulaciones, enredos familiares, autoengaños, falsas creencias, miedos,
emociones estancadas. Sacar tu fuerza y empoderarte de forma sana para
evolucionar con cada vivencia, sobre todo las más duras, y dirigirte hacia un
nuevo futuro. Siempre estamos a tiempo de renacer, en especial cuando las
cenizas nos han destruido y devorado.
∞
Cambio de etapa
☐ Aproximadamente en un mes acabaré el octavo libro y estoy
planeando un viaje al extranjero. Para entonces, haré un cambio de etapa sí o
sí y en esa etapa no hay cabida para mantener nuestra situación de este modo.
Creo que no es bueno para nadie.
☐ Tengo muchas ganas de un trabajo nuevo y de vivir en un nuevo
lugar, crear cosas nuevas. Puedes elegir: juntos o separados. No pienses en el
«cómo» ni en el pasado. Hay muchas cosas que no sabes y que no hemos
hablado, una parte de las respuestas está en mí, como la conversación de los
náufragos sobre las semillas y la piel de las manzanas, e incluso en
informaciones veladas sobre nuestro destino y pacto del alma.
☐ Después de ese mes, si no supiera de ti, me encaminaré al cierre.
Ojalá, si eso es lo que quieres, podamos hablarlo en persona y dar los pasos
juntos, como debe ser, con cariño.
☐ Hoy he estado muy triste, sintiendo que de seguir así ya viene la
despedida. He escrito una carta para los niños, pero esperaría a ese momento
para enviarla, aunque no me parezca la mejor manera despedirse por mensaje,
sin tener la oportunidad de enseñarles la importancia de hablar las cosas en
familia, expresar lo que cada uno siente, verse a uno mismo, resolver y
armonizar juntos. Así solo aprenderán lo mismo que han conocido: huir sin
afrontar, juzgar sin comprender, rechazar y excluir, con los consecuentes
efectos dañinos para ellos.
∞
Sacar a la luz el ser
☐ Me cuesta ver cómo alguien tan valioso lleva tantos años de su vida
cayendo en la pasividad autodestructiva de la derrota. Hay infinidad de
herramientas a tu alcance para sacar a la luz el ser extraordinario que eres.
Aunque hasta ahora ha predominado en ti una mente de «perder o fracaso o
víctima de las circunstancias», que te ha llevado a boicotearte, a creer que no
eres capaz, a deprimirte, a perderte por falta de amor propio (siempre que te
hablo soy consciente de la ley del espejo y perdona si me tomo la libertad de
hablar de ello, no quisiera invadir), en realidad eres un ganador.
☐ Se trata de utilizar el abono oscuro de forma creativa, como energía
para elevar un gran árbol, en lugar de permitir que ahogue la semilla.
☐ Si la vida y tu propia alma te han traído el espejo de tantas vivencias
difíciles, es por amor, no para machacarte, sino para fortalecerte e impulsarte
a volar.
∞
Te apoyo
☐ Amador, puedes trabajar donde quieras y de lo que quieras. Eres un
ser precioso y encantador. ¿Que han aumentado las deudas y los problemas?
No importa, de todo se aprende. Con buena actitud la prosperidad volverá a
llegar y los problemas, uno a uno, se pueden resolver. Te apoyo a lograrlo.
☐ Contigo no me sale resumir. A veces es tanta la impotencia, es tanto
lo que no hemos hablado y está tan cortada la comunicación, que siento como
si mis mensajes no te llegaran, así que me repito y repito sin darme cuenta.
☐ Por eso es el momento de soltar por completo esta situación, ya sea
creando una nueva vida juntos o con un adiós final (formal, legal, familiar…)
en el que no puedo decirte si para mí funcionaría eso de contactar un par de
veces al año, como decías. Por ahora, no lo veo.
∞
Ya te amaba
☐ La intuición del corazón sabe más que el ego de la razón. Esa es la
luz que me ha guiado a conseguir cada propósito, incluido el de no parar de
buscarte durante años (o miles de vidas) hasta encontrarte.
☐ Elijas lo que elijas, estará bien. Pase lo que pase, todo irá bien. Solo
quería que supieras lo que voy a hacer en ese plazo de tiempo si las cosas
siguen igual, porque creo que ya es el momento, por más que sienta que sí
podemos lograrlo y que romper una familia creada desde un compromiso
sagrado también traerá consecuencias que deberemos afrontar.
☐ Te quiero muchísimo, Amador.
☐ Ya te amaba antes de conocerte.
∞
En manos de lo divino
☐ Me ha costado mucho dar este paso no solo por lo que para mí
significa el matrimonio, sino también porque, paradójicamente, sentía que te
abandonaba en medio de la incomprensión de las pruebas que necesitábamos
pasar para sanar y despertar, y la sensación de que llevas muchas cargas que
has acumulado sin liberar. Yo llevo también lo mío, pero de algún modo
siento cómo Dios me levanta una y otra vez, solo porque le doy espacio en mi
vida, como una presencia que me acompaña, que está en mí y me guía. Esa es
mi fuerza por encima de la persona humana con sus límites y debilidades.
Pero ya no siento que te abandone. Si nos separáramos definitivamente,
seguiré poniendo tu corazón y el mío en manos de lo divino.
∞
Dios está aquí
☐ Escúchate bien, Amador, y elije la vida que quieres sin que nadie la
elija por ti, ni siquiera la parte de ti mismo que no es tu auténtico ser. El agua
no se adapta a castillos en el aire de los pájaros ni a enredos de árboles que no
forman parte de su recorrido, el agua conoce su propio curso y lo sigue sin
más. Pega ese rugido de león y crea una nueva vida tal como la sueñas. Sí
creo que compartimos el alma, así que lo que elijas desde tu yo verdadero
estará bien para mí. Y, si no, también, porque Dios está aquí.
☐ Un abrazo muy grande.
☐ Te quiero y siempre te voy a querer.
∞
Dos aves fénix
Alma le envió una imagen de dos aves fénix y el vídeo de un álbum con
imágenes de momentos familiares durante aquel confinamiento. Qué
importante era poner en práctica la frase que le recordó el Maestro Equilibrio:
«Si entre mil oscuridades te enfocas en una luz, conocerás el secreto de la
felicidad».
En realidad habían tenido muy buenos momentos, a pesar de que la base
no había funcionado todavía por tantos motivos reflexionados, trabajados y
descritos. Fin. Ya no iba a escribirle más. En un mes, para «bien» o para
«mal», en una u otra dirección, se liberaría de aquella situación insostenible
que tanto le impedía volar.
∞
La vida te lo mostrará
La joven coramor se sintió, en parte, como una estudiante que se esconde de
la mirada del profesor para no ser preguntada.
—Gran Espíritu, perdóname si no he hecho lo correcto o si había otro
modo más sabio de solucionar este sinvivir.
—Muchas veces no os doy las respuestas para que aprendáis a
encontrarlas por vosotros mismos, mis queridos hijos e hijas.
—¿Entonces, he hecho bien? Y si este no era el camino, ¿podrás
ayudarnos?
—No voy a responder —le guiñó un ojo—. La vida te lo mostrará.
—Solo sé que, en todos estos años, dando tiempo a Amador para
levantarse y despertar, me he abandonado a mí misma y he dejado de amarme
todo lo que merezco, para no romper nuestro enlace en la Tierra. Hoy es la
primera vez que me siento por completo en mí. Es la única manera en la que
he sabido poner límite.
—Está bien, Alma —la abrazó con calidez.
∞
La voz de tu interior
La conversación con el Gran Espíritu la serenó, aunque no lo suficiente
aquella vez. Su luz se empezó a apagar y escribió a tres amigas. Una de ellas
era un hada pelirroja que se dedicaba a la arteterapia.
∞
Saberse amado
Su otra amiga, también hermana del alma desde que se conocieron en la
universidad y uno de los seres más sensibles que había conocido, le contestó
así:
—Exactamente.
∞
Unión matrimonial
☐ —Di todo el tiempo posible, mientras trabajaba en mí el espejo tan
fuerte que nos proyectábamos.
☐ Creo en el amor, en el matrimonio verdadero, en los milagros.
☐ A veces quizás tenga un «exceso» de fe, pero no entiendo el mundo
de otro modo.
☐ Quizás venimos de un lugar donde la magia es más sencilla de
materializar.
☐ Me sigue costando este mundo.
∞
Reconocer el amor
∞
Tiempos de nuevos retos
Con la tercera amiga, que solía enviarle mensajes bíblicos, no tuvo respuesta
en aquel momento, pero en lugar de recibir su conversación, Alma soñó con
Mama, su amiga de Khajurajo.
—Los colegios siguen cerrados por las medidas ante la pandemia. Una ya
no sabe qué pensar. ¿Qué es verdad y qué no? Solo sé que mis angelitos y
angelitas se están portando muy bien. Siguen sus estudios, hacen las tareas
para mantener limpio el hogar y mantienen su alegría cantando, bailando,
haciendo yoga y deportes.
—En España no están cerrados, pero sí hay confinamientos constantes de
grupos de aulas. Resulta un caos para los padres y las madres, tanto si
trabajan fuera como si teletrabajan como si, aún más difícil, están sin trabajo.
—Estamos en tiempos de nuevos retos, Alma.
∞
Larga noche oscura
Ambas estaban hombro con hombro bajo el árbol donde Buda se había
iluminado. Juntas miraron el sol entre las ramas de la copa y sintieron que
todo iría bien. Del resto del sueño solo recordó unas palabras que había
contestado a Mama cuando le preguntó cómo iba su camino de llama gemela:
«Amador está pasando una larga noche oscura. Se le ha acumulado todo lo
pendiente. Es una gran oportunidad si logra verlo y aprovecharla. A la vez, si
no reacciona, siento la vida impulsándome tan fuerte que no me puedo parar.
Aunque tengo las ideas claras, me siento triste. La experiencia en la Tierra
tiene estas pruebas, pero hay que seguir adelante».
∞
Alta vibración
«El amor espiritual de ciertas almas y de muchas parejas tiene una vibración
más alta que la que puede sentirse incluso con los propios hijos. Va más allá
de la sangre. Tiene que ver con la conexión álmica y con el amor procedente
de muchas vidas atrás».
«Nadie, ni los mayores maestros y maestras espirituales, puede decir ni
saber quién es la pareja sagrada de alguien. Eso es algo que solo sabe uno
desde su más profundo interior».
∞
Gracias a tu existencia
«Hay almas que no te hacen daño a propósito, sino que vienen a impulsarte a
un nivel de perdón, tolerancia y amor más elevado. Amador jamás me ha
hecho daño queriendo ni yo tampoco a él».
«Gracias a su existencia, avancé más que en toda mi vida, porque solo un
amor tan profundo puede movilizar lo más hondo de ti, de tus herencias y de
tus vidas».
«Él supo que sus velos tenían que ver con algo para mí y así fue, porque
eso fue lo que me resultó más difícil de superar, pero lo fui logrando,
incluidas heridas de la infancia que tenía escondidas en lo más recóndito de
mi alma, sin saberlo, por tantos secretos, algo que nadie ni ningún curso ni
libro ni maestro logró activar en mí para que yo pudiera sanar y despertar».
∞
Consciencia del lado oscuro
«He sido consciente de lo que iba viviendo con Amador y de lo que
necesitaba ir superando. No he estado dormida. Podía ver cómo operaban las
sombras, los egos, los apegos, los miedos, la ley de causa y efecto. Y a la vez
que las bajas frecuencias me arrastraban a vivirlos, siempre regresaba a Dios
para elevarme tras la experiencia».
«Estas conexiones tan profundas hacen pasar por noches oscuras del alma
que suelen durar más de lo que parece soportable, porque traen
transformaciones inmensas si uno está dispuesto a ello».
«Hay personas que necesitan no ocho meses, sino años o vidas, y son
incapaces de dar ninguna señal. Conozco tantos casos. Y no lo hacen por
maldad. Hay amor bloqueado que produce gran dolor».
—Solo conociendo tu lado oscuro puedes conocer el lado oscuro de la
humanidad —había hablado de repente el Gran Espíritu en el sueño.
∞
El plan que acordamos
—Vuestro encuentro, vuestra boda y el camino que sentisteis juntos
nacieron de lo verdadero.
—Lo siento, Alma, aunque fuera el plan que acordamos. Creo que ya es
tiempo de aprender sin dolor o al menos sin tanto dolor, con más ternura,
aunque a veces mi ego esté tan terco que necesite llevarme grandes sacudidas
para darme cuenta de que nada vivido sin amor puede funcionar.
—Sí, quizás el tiempo de sufrimiento para evolucionar no tarde en
disolverse como patrón, aunque haya sido necesario por el estado evolutivo
de la humanidad.
∞
Apostar por el amor
—Alma, me comporté de forma egoísta. Nunca aposté del todo por
nosotros. Pude haber enfocado la prosperidad en común contigo, para tener
nuestro propio hogar, pero lo perdí todo. Sigo sin aprender.
—Tampoco yo aposté del todo, Amador, porque desde el principio estuvo
la dualidad. Nuestras energías siempre parecieron seguir rumbos distintos, a
pesar de sentir un amor único. Eso hace que me pregunte si nos conocimos
para pasar un breve tiempo de despertar juntos y después seguir cada uno su
camino o si en algún momento de esta vida volveremos a confluir.
∞
Caer en los extremos
—¿Ves esta cicatriz? —Amador le mostró una profunda señal rojiza en el
antebrazo.
—¿Qué te sucedió?
—Rompí las reglas. Jugué en zona prohibida con los niños. Podía haberles
pasado a ellos. ¿Qué les estoy enseñando, Alma? Una anarquía sin sentido.
—¿Te duele?
—Me duele el corazón —respondió él con pesadumbre.
—Todo pasará.
—Te juzgué por tu forma de educar a los niños, sin entender la ley del
espejo que muestra el polo opuesto.
—Cuando estábamos juntos y estábamos bien, todo era armonía, había una
energía de familia que habría podido iluminar cientos de universos. Pero
cuando no estábamos bien, el espejo se acentuaba en los extremos, tanto en
los idénticos, como en los opuestos.
—Sí, Alma, y en el opuesto, no fui capaz de ver que era mi desidia la que
hacía que tú pusieras tanta firmeza en los ritmos de la casa y los estudios.
—Lo siento. Y eso que sé que el sistema educativo está obsoleto, pero sí
me preocupó que los niños estuvieran con pantallas todo el día.
—Sé lo importante que es la capacidad de esfuerzo y voluntad para la
vida, Alma. Me dejé caer y con ello también os abandoné a los niños y a ti.
Eso es lo que les he inculcado con mi ejemplo.
—Siento la dureza que mostré, Amador. Salieron energías de mi infancia,
que he trabajado, y también temores de que los niños…
—Cayeran igual que yo. Lo sé, Alma.
—Sé que no debí preocuparme tanto y centrarme en ser un buen ejemplo,
pero para mí era demasiado lo que veía y sí, tuve miedo.
—Temiste que sufrieran por no ser capaces de poner energía en sus sueños
ni en el amor, como me viste hacer a mí. Veo tu buena voluntad. Lo hiciste
por nuestro bien. Lo siento, Alma.
—Yo también lo siento.
∞
La Esfera del Espíritu
—Desde entonces tú has seguido las leyes de este mundo, de nuestro
compromiso y del Cielo. Mírate y mírame. Luz y oscuridad. ¿Por qué no te
escuché?
—Yo tampoco lo hice. Me costaba comprender tu mundo, Amador.
—Mi mundo autista.
—El llamado «autismo» solo es un signo de dificultad para vivir en este
mundo.
—¿Y por qué tengo esa dificultad?
—Dirás ¿por qué ambos la tenemos?
—¿También tú?
—¿No recuerdas aquella vez que me dijiste que reaccionaba de forma
demasiado intensa, como si debido al lugar del que procedía mi alma me
costara comprender cosas de este mundo?
—Sí, había olvidado aquella época.
—Pues lo que me sorprendió de tu pregunta fue que no comprendieras lo
normal que era mi comportamiento, a mi modo de sentir, ante lo que para mí
eran completas aberraciones.
La joven se dio un respiro antes de proseguir:
—Y lo curioso fue que yo pensaba eso mismo de ti, que no estabas
adaptado a este mundo, que vivías en el tuyo propio. Al principio pensé que
era una proyección, pero no existe proyección sin espejo.
—Entonces, Alma, venimos de otro mundo y este se nos hace difícil
porque aquí la vida, las relaciones, todo es… distinto. Aquí duele, a veces
demasiado.
—Cuando sentimos dolor y también alegría en extremo, nos evadimos a
ese otro mundo, a veces sin darnos cuenta, tú a tu modo y yo al mío, desde la
energía polar. Y eso, en nuestro espejo, nos hace más daño, porque nos
refleja el dolor que nos aleja de este mundo aquí y ahora.
—Entonces lo que vivimos es propio de almas sensibles que provienen de
lugares con energías más livianas que las de la Tierra —la luz opaca de
Amador empezó a brillar—. ¿Y qué mundo es el nuestro, Alma?
—Es más que un mundo, es una dimensión.
—La Esfera del Espíritu —recordó él.
—Sí. En esa dimensión todo es amor. Es la dimensión de la esencia
verdadera de todos los seres y de la vida en su máxima expresión. En ese
lugar no hacen falta conocimientos porque todo es sabiduría.
—Allí no hay que estudiar tanto para conocerse a uno mismo, ¿verdad? —
le preguntó él, que la había visto siempre rodeada de libros relacionados con
la espiritualidad.
Ella contestó con una sonrisa. Luego lo abrazó y ambos sintieron en el
acto la vibración de aquella Esfera del Espíritu de la que hablaban.
—¿Y qué es lo que quieres, Alma?
—Quiero vivir contigo en esa dimensión.
—¡Yo también! —anheló que se le concediera como un deseo pedido a
una estrella fugaz—. ¿Cómo lo haremos?
—Recordad, hijos míos, ahora que ya sabéis el «qué», del «cómo» me
encargo yo —los bendijo el Gran Espíritu.
—Gracias, Padre.
—Gracias, Madre.
—Gracias por esta experiencia juntos tan interesante —les sonrió.
∞
Voces externas
Aquellas semanas sucedieron más hechos inesperados en el bloque de
vecinos, uno detrás de otro. En ellos, Alma fue aprendiendo, sanando y
despertando. Superó frecuencias de miedo al conflicto, al fracaso, al juicio
ajeno, a una vida sin sentido, a la incertidumbre de una nueva desaparición de
Amador.
—Divórciate, esto es maltrato.
—Pide una nulidad matrimonial. Ahora son más rápidas y baratas.
—¿Qué es lo que no ves, Alma?
—No tiene interés en ti. Es mejor que acabes con esto.
—Da un tiempo más a la situación. Algunos karmas tardan tiempo en
resolverse.
—Confía. Sigue hasta el final.
—Ven a verme. Podemos ir de aventura con mi furgoneta.
—Una mujer como tú tendría a cualquier hombre a sus pies. Y en cambio,
sigues con uno que no lucha por ti, porque no lucha ni por él mismo. ¡Ha
perdido la fe y la esperanza!
—¿Que la oscuridad y la prisión atrapada en ese clan familiar te pusieron
agresiva? Ya sabes que las bajas frecuencias sacan lo más denso de cada uno,
dentro del ataque y la huida viscerales humanos. Gracias a tu fuerza de
voluntad no caíste en depresiones agudas ni en pastillas, sino que trabajaste
por elevar la vibración. Y además, asumiste tu falta, pediste perdón y en
seguida te pusiste a transformar.
—Él te quiere de verdad. Está perdido. Sigue en tu camino de fe.
—En todos estos meses no te ha mandado ni un solo mensaje, ni siquiera
para decirte que iba a tomarse un tiempo.
—Este chico no está bien. Tú no puedes arrastrar esa carga, y menos
cuando es él quien desaparece.
—Sigue con tu compasión, Alma.
—¿Cuánto más vas a dar sin recibir nada a cambio?
—¡No eres su salvadora, no lo seas, no debes serlo!
—Te admiro, qué valiente, yo no podría aguantar una prueba así.
—¡Te mereces a alguien que te quiera de verdad!
—Solo tú tienes la respuesta. Escucha a tu corazón.
Las amistades y entorno de Alma habían seguido la historia desde el
principio y esto removía los espejos de cada una de ellas, que con sus mejores
intenciones, aconsejaban desde sus respectivos puntos de vista.
Entre tantas voces, unidas a las suyas propias, también espejadas por las
pocas personas con quienes compartía su enigmática circunstancia, Alma
buceaba y buceaba en su corazón esencial para encontrar la guía del Gran
Espíritu.
9
HOGAR
Abrir el corazón es el acto más valeroso de la vida.
Matrimonio, separación, divorcio
Una madrugada que no podía dormir, sintió que iba a estallarle el
pensamiento ante la confusión. Los vaivenes de la fe formaban parte de la
dualidad del mundo terrenal y ella quería establecerse en la recta sabiduría.
El ego mental la machacó hasta el punto que cogió la cartulina de un
envase de comida, la cortó en tres trozos y escribió en cada uno de ellos:
«Matrimonio», «Separación», «Divorcio». ¿Por qué opción debía apostar sin
volver a dudar ni mirar atrás?
«Matrimonio» significaba seguir sus votos de forma fiel hasta las últimas
consecuencias y hasta el último día de su vida, tal como había prometido ante
el Gran Espíritu.
«Separación» consistía en seguir casada, aunque separada a efectos legales
y cotidianos. Quería vivir su vida y a la vez le dolía romper un enlace
sagrado, un regalo tan valioso como haber llegado a unirse con su llama
gemela en un compromiso terrenal frente a Dios.
«Divorcio» no podía ser otra cosa que eso, divorcio. Borraría mensajes de
móvil, correos electrónicos, fotografías, recuerdos; se despediría de toda la
familia, y empezaría una nueva vida donde él ya no estaría más que en su
corazón.
—Gran Espíritu, por favor, ¡ya no puedo más! ¡Guíame y te seguiré!
Puso las cartulinas boca abajo en el escritorio, cerró los ojos y dio vueltas
y vueltas a las tres opciones. De repente, dejó de moverlas. Su mano derecha
notó una luz blanca en una de las cartulinas.
«Tranquila, Alma. Esto no es el fin del mundo», se dijo. La luz blanca
seguía insistiendo. «Está bien. Que sea lo que tenga que ser. Esto no puede
seguir así». Y entonces, sin mayor dilación, giró la cartulina.
∞
Delegar en la santa voluntad
Después de leer lo que ponía en aquella de las tres opciones, Alma pudo
volver tranquila a la cama y adentrarse con serenidad en el Mundo de
Ensueño. Allí se encontró con el Gran Espíritu, cuyo bello rostro asomaba
entre unas nubes blancas.
—En la Tierra es muy distinto de allí arriba, Madre, pero cuando Amador
y yo sintonizábamos las polaridades de nuestra alma, podíamos sentir la
unidad del universo, el paraíso viviente, el amor más grande.
—¿Qué es lo que no me has contado, Alma?
—Sabes que hemos escrito estas páginas, todos juntos, con sangre, sudor y
lágrimas. Siento la presión de que toda la energía puesta en la escritura de
estos libros, ¿qué sentido tendrá si Amador y yo no logramos testimoniar que
es posible vivir en este mundo el matrimonio entre llamas gemelas que ya
existe en tu Cielo?
—Hija, recuerda que soy una divinidad ecológica, que nada cae en saco
roto y que la escritura de los libros también os ha traído risas, despertares y
momentos curativos de plenitud. Tu estrella del alma brilla más que nunca.
—Pues me siento apagada.
—Porque estás en fase de transformación, hacia dentro, como El Ermitaño
—apareció de pronto la Abuela Luz mostrándole la carta de la baraja que
tenía en sus manos.
—¡Abuela! —se alegró Alma al verla de nuevo—. Aun así, ¿qué sucederá
si toda esta historia acaba en divorcio?
—No es tiempo para hablar de ello ahora, hija mía. Vive el presente.
—Necesito comprender, Madre, para aportar mensajes adecuados a las
almas que lean nuestra historia.
—Ya cargaste demasiado a lo largo de tu vida. Ahora déjame a mí el
timón —le sonrió el Gran Espíritu.
Alma asintió, pero por dentro le preocupaban los pocos capítulos que
quedaban y la fecha de cierre que había pactado con el Gran Espíritu, plazo
que, por cierto, no había podido cumplir, debido a los imprevistos con el
vecindario, el agotamiento y ciertos días de baja energía en que necesitó
descansar.
—Alma, ya has hecho todo lo que estaba en tus manos. ¡Hay que ver
cuánto os cuesta a la humanidad delegar en mi santa voluntad!
—Lo siento, Madre. Por favor, que pueda predicar con el ejemplo.
∞
Libre albedrío
—Lo importante es que los seres humanos sepáis que no exijo que
vuestros matrimonios duren hasta el fin de vuestros días; no exijo que os
caséis según una u otra religión; no exijo que tengáis familias acordes a las
leyes del amor; no exijo nada, por eso tenéis libre albedrío.
—Gracias por tu divina comprensión.
—Lo único que hago, cuando me lo permitís, es recordaros que si queréis
ser felices, existen leyes armoniosas en el universo para serlo. La exigencia
está en vuestra mente, no en mi mente universal, ¿comprendes, querida
Alma?
—Sí, Madre. En este planeta he de recordármelo constantemente.
—Libérate de ideales espirituales, vive tu vida lo mejor que puedas y, si
en verdad quieres una existencia plena, sigue entregándote a mí como ya
haces.
—Lo haré.
—Confía siempre en mí, porque aunque no puedo asegurar que eso te
garantizará un matrimonio feliz hasta el último de tus días, sí te garantiza
que te sentirás en paz. Y ese es el mayor logro que puede alcanzar cualquier
ser humano: sentir paz y vivir en paz habiéndose entregado, al máximo de
sus posibilidades, a mi amor sagrado, y habiéndolo manifestado al máximo
de sus posibilidades.
—¡Acabas de quitarme un gran peso de encima!
∞
Fe que mueve mundos
—Existen circunstancias, nudos del corazón, karmas profundos y antiguos
que, según el alma donde habiten, de más densa o liviana vibración, pueden
durar segundos o vidas para poder desarrollarse y liberarse —le explicó el
Gran Espíritu con imágenes de almas luminosas y oscuras proyectadas en las
nubes—. También es cierto que, en momentos determinados, vuestra fe es
capaz de mover mundos. Piensa, Alma, que hay árboles que crecen como el
bambú y otros tienen un proceso distinto. Cada alma es bella por sí misma y
tiene su propia evolución, a la vez que todas contenéis la chispa divina en
vuestro interior. En ese sentido, cada vida ha de ser honrada tal como es.
Alma voló hacia las nubes y se arrodilló ante Dios. Después se abrazaron
y el sueño se llenó de estrellas. Del corazón de Alma surgió Amador. Desde
ahí ya solo recordó una sonrisa y una gran felicidad.
∞
Amores verdaderos
Compartieron sobre los caminos misteriosos del amor, de las conexiones
álmicas y de historias que habían conocido: amores verdaderos que se
reencontraban después de décadas, amores verdaderos que se separaban por
patrones dolorosos que no lograban superar, amores verdaderos que se
distanciaban por otros impedimentos de todo tipo.
Internet era una ventana al mundo llena de testimonios acerca de las
relaciones y también acerca de las vidas tan distintas y extraordinarias de
millones de personas, entre las cuales había multitud de coramor que eran
auténticos héroes y heroínas que iluminaban el mundo desde la humildad de
sus vidas cotidianas.
∞
Obediencia a lo divino
—¿Y tú, Alma, cómo estás? ¿Qué vas a hacer? ¿Has tomado una decisión?
—Sentí que debía cerrar este ciclo sin fin aparente, porque siento que, aun
habiendo entregado toda mi energía a la transformación, esto podría seguir
así durante años.
—Es duro, Alma. Yo no podría sostenerlo.
—Resulta que cada vez que doy pasos para terminar esta historia, la parte
más honda y verdadera de mí me insta a continuar. Y solo obedezco eso
divino que me guía, por mucho que me cueste.
—No sé cómo puedes. ¡Es una tortura!
—Hay momentos muy duros, pero Dios siempre está ahí.
—¡Cuánta fe!
∞
Cima de luz
—El voto del matrimonio generó una energía sagrada dentro de mi
corazón. Esa energía tiene un camino hacia una cima llena de luz. Si me
divorciara del hombre que amo, por infinidad de obstáculos que nos separen
y por grande que sea el abismo entre nosotros, sentiría como si me dejara caer
por esa montaña. En cambio, cada milímetro que avanzo hacia esa cima a
través del amor que nos conecta a ambos, siento que mi corazón se llena de
más luz. Es una fuerza indescriptible creada a través de la comprensión, el
perdón, el amor más puro que jamás sentí.
—Es mágico, Alma. Nunca nadie me explicó algo así. Gracias por
compartirlo. Me sirve mucho para mi camino.
—Hay tantas vivencias distintas como parejas. A mí también me sirve
mucho tu compartir. Gracias.
—¿Y qué palabra salió en la cartulina de aquella noche?
—«Matrimonio».
∞
Descanso necesario
Al día siguiente, Alma se despertó sin apenas energía, como si estuviera
anestesiada. Desde que habló con Amador y él volvió a ausentarse de forma
indefinida, una vibración depresiva se adueñó de su ella. Le pesaba el cuerpo
y le costaba levantarse por las mañanas.
Conocía el patrón, se permitía descansar lo imprescindible y en seguida
ponía en práctica formas de elevar la energía: oración, paseos al parque bajo
el sol, fe.
∞
Siempre sale el sol
«Mi querido Amador, retener el dolor no ayuda, porque tarde o temprano
estalla, incluso con enfermedad. El dolor es pasajero como la lluvia. Luego
siempre sale el sol. Vívelo a corazón abierto, para que el arcoíris pueda
levantarte después. Si reprimes la lluvia de lágrimas, vivirás una tormenta
perpetua. Y es muy triste, cariño, porque los años y la vida pasan».
∞
La verdad esencial
Por la noche la llamó otra amiga, a quien había llevado años superar la
sensación de ser rechazada por un amor único.
—Nunca me quiso, Alma.
—Siento lo duro que ha sido para ti, aunque te recordaré algo que siempre
ha conectado con tu verdad y que, si es necesario, te seguiré recordando hasta
que logres sentir paz al integrarlo: en lo que me contaste y en lo que no me
contaste, en lo que viviste y en lo que creíste vivir, en lo que os unió y os
separó, solo percibo la verdad de un vínculo y un amor como el que me une a
Amador.
—¡Pero a ti te demostró amor, te lo dijo con palabras!
—No importan la historia ni la apariencia, solo importa la verdad esencial
que vive en lo invisible. Y puedo reconocer esa vibración del amor
verdadero.
—Lo sé, lo sé —empezó a llorar su amiga a la luz del reconocimiento de
lo auténtico.
—La mayoría de seres humanos estamos todavía muy perdidos. Nuestra
esencia de luz está envuelta en miles de capas de confusión y oscuridad. Y en
cuanto aparece esa conexión magnética entre almas y se va de nuestras vidas,
ya sea por un pacto dhármico o porque todavía no estamos listos para
mantener encendida esa chispa milagrosa de amor, permitimos que las
sombras del ego nos hagan creer que no fue real, que no fuimos amados ni
dignos de serlo. Pero créeme si te digo que fuiste tan amada como lo amaste a
él.
—Gracias, Alma, gracias. Necesitaba oír esa verdad —le palpitaba el
corazón de nuevo con vida.
—El amor verdadero es algo prodigioso en estos tiempos. Hemos sido
tocadas por la magia de algo divino que muchas almas, quizás con vidas más
livianas, todavía no han experimentado y que posiblemente tarden muchas
vidas en sentir. En lugar de tristeza, deberíamos sentir gratitud.
—Tienes razón, Alma. Gracias por haber sido tan clara. Necesitaba esa
firmeza.
∞
Orden en nuestro universo
«No es la pareja lo que no funciona, Amador, como algo que no tiene
solución. Lo mencionas como resumen cada vez que hablas de separación,
pero ese es un modo limitado de verlo; falta la visión completa: existe un
orden que aún no hemos dispuesto en las estrellas de nuestro universo
familiar para que el amor pueda fructificar.
«Nuestra pareja es perfecta a ojos del Cielo, fue creada y unida por algo
más grande que nosotros, un lazo divino, algo que nos ha venido dado en este
mundo. Tú todavía no has logrado dar ese paso del divorcio del que hemos
hablado. Yo tampoco estoy pudiendo elegir. Va más allá de mí.
«Cuando ahondo y escucho la voz verdadera, me dice que sea fuerte y
continúe con este camino que nos unió, a pesar de la dificultad, sabiendo que
no siempre será así. Puedo verlo, Amador, puedo ver un buen futuro».
∞
Corazón aprisionado
Él hacía lo posible por incorporarse al trabajo y llevar las tareas al día. Los
dolores de cabeza persistían y hablar con Alma, sin poder estar con ella ni
abrazarla, lo retrotrajo de nuevo a su mundo de tristeza y soledad.
«Mi querida Alma, te echo de menos. Hay tanto que no te he dicho. Tengo
los sentimientos aprisionados. Mi corazón está en silencio. Quisiera hablarte,
romper estas barreras, pero a la vez tengo miedo y no sé cómo salir de aquí.
«En ocasiones no tengo fuerza ni para leer tus mensajes. La foto que me
enviaste con tu sonrisa para animarme… No dejo de mirarla. Amplío la
imagen y miro tus ojos, tus labios, los rizos de tu cabello. Todo esto me duele
mucho y me deja sin fuerzas.
«En sueños nos besamos y abrazamos. Siento lo que siempre he sentido
contigo. Esa conexión nuestra que añoré toda mi vida. Y cuando tu existencia
me devolvió la vida, la realidad me golpeó de la forma más dura.
«Hemos pasado más tiempo separados que juntos. He pensado tantas
veces en acabar con esto. Lo detallo en mi mente, te lo digo, pero no lo hago.
Algo me impide dar ese paso. ¿Qué está sucediendo? ¿Cómo podemos salir
de esto?
«Sé que vives en mí, sé que siempre llevaré este amor conmigo, sé que he
de seguir mi vida como pueda, lejos de tantas ilusiones que nos hicimos de
estar juntos y formar una familia, pero no logro caminar en ninguna
dirección. Estoy paralizado.
«Incluso tu aviso… Dentro de un mes. Tienes tus planes. Viajarás.
Cerrarás nuestro… Hasta eso me deja frío. No es indiferencia, Alma, sino
todo lo contrario. Me duele tanto que yo mismo me he matado por dentro
para no morir si te vas de mi vida».
∞
Océano de aguas cristalinas
Días después de la conversación telefónica, después de aquellos ocho meses
de congelación anímica, Amador empezó a notar las consecuencias de lo
mucho que la echaba de menos. Estuvo a punto de pedir otra baja laboral.
Pasó un fin de semana en la cama. Sus padres ya no sabían qué hacer.
«Amador, esto es cosa de dos y siempre lo será. Por más que queramos
zafarnos de ello, no es posible, no es algo que hayamos decidido, es algo que
nos une por destino. Querer separarlo, cuando lo hemos sentido y reconocido,
solo creará el dolor y el vacío de esas vidas que no siguen la corriente del río.
«Hemos topado con piedras, troncos y todo tipo de escollos, pero ¿puedes
ver que más adelante hay un recodo del río para sentarnos a conversar? ¿Y
puedes ver más allá cómo las aguas se vuelven cristalinas? ¿Puedes ver el
inmenso océano al que se dirigen?
«Yo sí lo veo. Somos uno y solo hay un camino hacia delante. Cuanto más
tardemos en comprenderlo y cuanto más nos rezaguemos, más daño nos
haremos por el roce de la resistencia. En cambio, cuanto más fluyamos con la
corriente, más liviano y feliz será el camino.
«En la vida real he visualizado respuestas y soluciones, pero sin
comunicación, sin valor ante el temor y sin fe no encontraremos el tesoro que
encierra este gran entramado. Confío en que todo se dará en tiempo divino.
Te quiero, Amador».
∞
El significado del matrimonio
Él permanecía inmóvil en su cama. Sudaba y balbucía como si tuviera
delirios: «Alma, por favor, abrázame».
—Abrir el corazón es el acto más valeroso de la vida —el Gran Espíritu
habló a Amador en sueños.
—Lo más valioso que he hecho en mi vida ha sido casarme con ella.
—Qué bella es mi presencia en ti, Amador, cuando conectas conmigo.
Muchas personas no comprenden el significado del matrimonio ni la
importancia de casarse con la pareja sagrada en espíritu.
—Yo tuve ese privilegio. Sabía que era ella. Estoy tan agradecido. Y la
vez es tan duro todo ahora…
—Alma también sabía que eras tú. Habría permanecido sola si no te
hubiera encontrado. Es difícil para ambos porque habéis venido a abrir
caminos energéticos densos.
—¿Por qué, Padre?
—Porque sois almas experimentales evolutivas muy valientes —sonrió
paternal—. Existen flamas divinas que se han encontrado en circunstancias
más luminosas que las vuestras, pero no siempre porque hayan avanzado
hasta ese punto interno en otras vidas, sino para experimentar el milagro de
la unión de forma gradual.
—No comprendo.
—En próximas vidas, acordarán conmigo retos más complicados y
oscuros que pondrán a prueba su amor.
—¿Para qué?
—Para experimentar que el amor verdadero, la energía que mueve el
universo, todo lo puede.
—Alma solía decirme eso —se emocionó Amador—. El amor verdadero
vibra tan alto que todo lo armoniza, pero nosotros aún no lo hemos logrado.
—Vosotros estáis viviendo el proceso necesario para que esa vibración se
ancle en vuestros corazones.
—¿Quieres decir que podemos conseguirlo?
—No hay nada que lograr, Amador. Ya sois ese amor. Vive cada momento
con gratitud. Esa es la magia de la verdad del amor.
∞
Corazón de coramor
—A veces no me es tan fácil sentir gratitud.
—Entonces solo mira hacia el horizonte, respira y sonríe.
—¿Nada más?
—Ahora vives en la pasividad de sentir amor, pero amar es un verbo de
acción.
—¿Qué quieres decir?
—Que respirar y sonreír es un buen principio para amarte, amar la vida y
amar a los demás.
—Suelo respirar lo mínimo para no consumir energía.
—Sueles respirar lo mínimo para evitar vivir. La respiración es vida.
—Pasividad. Alma también me decía que me autodestruía con la pasividad
de la derrota.
—¿Y qué crees, Amador?
—Que me dejé morir mientras ella luchaba por los dos.
—No te pierdas en lo pequeño cuando estás llamado a vivir algo grande.
—Yo estoy casi muerto y ella vive, pero agotada. Necesitamos equilibrar
nuestra energía.
—¿Lo harás?
—¿Me ayudarás?
—Pide y se te dará.
Cuando finalizó la conversación con el Gran Espíritu, Amador se vio en el
sueño como un anciano de vida solitaria y miserable. El arrepentimiento por
no haber puesto toda la energía en superar los karmas que lo separaban de
Alma era una serpiente venenosa que se enroscaba en su pecho. Lo ahogaba
en lo físico y lo atormentaba en lo moral.
«¡Ayúdame, Gran Espíritu, ayúdame! ¡Alumbra mis miedos con tu luz!
¡Levántame con tu poder! Quiero recuperar mi corazón de coramor, quiero
vivir mi vida con Alma, quiero ser tu misionero de amor».
∞
La respuesta correcta
—De verdad, todo está bien. Es un buen espejo para aprender juntas. Al
final, todo hace que volvamos más a Dios.
—¿En qué sentido, Alma?
—Al estar en un momento de debilidad, sentí que se repetía el patrón:
cuando he necesitado a alguien, ese alguien no podía estar. Entonces, solo me
queda un camino que es volver a mí. Me tengo a mí y en mí vive Dios.
—Me alivia oír eso.
—Estaba tan triste y decaída que quise pedirte que intercedieras por mí en
tus oraciones. No lograba conectar con Dios. Al ver que Amador también se
planteaba el divorcio, se acentuó esa idea en mí, como el gran espejo que
somos, y pensé que en esos días tú podrías mantener con más fuerza mi
oración del matrimonio hasta el final. Fue un momento lleno de confusión.
Gracias a que apagaste el teléfono, me encontré con todo tipo de opiniones
que aún me confundieron más. Entonces solo me quedó volver al camino por
mí misma, como debe ser.
—¿Cómo lo hiciste?
Alma le explicó el recorrido interior que había vivido hasta llegar a la
noche de insomnio y mente imparable de las cartulinas. Ninguna oración ni
respiración ni nada de nada habían tenido efecto sobre el mono saltarín de sus
pensamientos, hasta que algo la llevó a hacer la conexión con su interior de
aquella manera.
—¿Y qué sucedió cuando viste el papel con la palabra «Matrimonio»?
—Sentí paz y pude volver a dormir.
—Esa es la clave, Alma, la paz. ¡Eso sí da felicidad!
—Como dijo Buda: «No hay felicidad superior a la paz».
—Una vez, un hombre muy sabio me dijo que la respuesta correcta
siempre era aquella que me diera paz.
—Sí, así lo sentí. No sé cuánto llevará, pero la aceptación me trajo esa
paz.
∞
La clave está en la paz
—Es tanto tiempo, Alma. ¡Años! No sé cómo lo has soportado.
—En varios momentos críticos, la encrucijada se presentaba ante mí, de
nuevo como una lucha interna. Y me preguntaba: ¿qué produce más karma
denso: seguir así o un divorcio? Eran días tan duros que no sabía qué hacer.
—¿Y qué ha cambiado esta vez?
—Que comprendí la diferencia.
—¿Qué diferencia?
—La sensación de liberarme de ese gran peso cuando pensaba que, de
seguir así, solo cabía la posibilidad del divorcio era momentánea, porque
luego venían el malestar y la depresión. En cambio, al leer «Matrimonio» en
el papel, mi alma descansó. Podía haber experimentado cualquier otra
emoción o sensación, y pensar que ese juego azaroso de los papelitos en
plena madrugada era un acto desesperado que nada tenía de fiable, pero me
centré en la paz que sentí y entonces algo en mí se alineó de una manera más
firme.
—La clave está en la paz —repitió su amiga como confirmación para sí
misma.
∞
Acercarse a Dios
—Sí, elegí el camino del matrimonio con Amador, mi amor verdadero,
hasta el final. Al tomar con más fe esa decisión, asumí el peso que esto
conllevaba con sensación de libertad y paz renovadas. Entonces, de repente,
sucedió un milagro: la carga empezó a aligerarse.
—¡Dios te ayudó a cargar la cruz!
—Sí, me he dado cuenta con más claridad al hablar contigo.
—¡Para mí también es un descubrimiento real!
—El voto sagrado es transparente: en lo bueno y en lo malo, en la salud y
en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza —recordó Alma—. Hasta
ahora, en nuestro matrimonio ha predominado lo «malo», más separaciones
que estar juntos y más tristeza que alegría; la «enfermedad», con síntomas de
todo tipo relacionados con los desequilibrios energéticos que hemos vivido
de forma tan intensa; la «pobreza», pues Amador acaba de perder mucho
dinero y el hecho de no haber podido unir aún nuestras fuerzas económicas
ha impedido que tuviéramos ya nuestro propio hogar. Eso es a lo que nos
exponíamos. El compromiso matrimonial incluye estas e infinidad de
vivencias con el propósito claro de elevarnos en todas las dimensiones del
alma. Aunque le echo de menos y a veces quisiera que estuviéramos juntos,
rodeados de nuestra propia familia, en realidad, esa elevación mutua es mi
única aspiración verdadera.
—Llevar a tu marido a Dios es una gran obra de amor.
—Gracias a que él existe y a que nos casamos, también yo me estoy
acercando más a Dios.
∞
Escuchar los pasos a seguir
—Tiene que ser duro amar a alguien que te ama y que todavía no tiene
energía disponible para vivir ese amor.
—Vivimos etapas distintas. Cada vez comprendo más a Amador. Y lo que
vive él forma parte de mi camino.
—¿Cómo logras…? No sé, Alma, el eje familiar es un eje de vida, y él, tu
marido, la persona que amas, no está contigo, aún no podéis estar juntos.
¿Cómo…?
—Por lo que hablábamos antes. Gracias a eso, he ido poniendo mi eje
cada vez más en Dios. Así es cómo lo logro. Desde lo divino voy escuchando
los pasos que he de ir dando y así lo hago hasta donde soy capaz en lo
terrenal. Sé que eso me conduce hacia un buen destino y también a Amador,
sin importar las circunstancias. En el tiempo adecuado, sea cual sea,
volveremos a estar juntos. Ya lo estamos de corazón.
—Cuánta fe. Esa es la diferencia entre querer y amar.
Alma y su amiga se despidieron. La energía de amistad sincera inundó la
casa de compañía y esa misma energía atrajo lo inesperado.
∞
Ayuda
—Amador te necesita —respondió a sus preguntas la Abuela Luz mientras
cocinaban una gran paella, cuyo secreto estaba en el sofrito de verduras que
Alma había aprendido de sus padres.
—Ha vuelto a ausentarse. Le ofrecí mi ayuda si la necesitaba, pero sentí
que invadía su deseo de reclusión en la coraza.
—Él no desea estar ahí, Alma. No sabe cómo salir.
—¿Y en qué me necesita? ¿Por qué no pide ayuda?
—Se la ha pedido al Gran Espíritu y él me ha enviado para instruirte.
∞
Retorno al hogar
—Como te ha explicado Luz, Amador te necesita —continuó Padre—. El
Gran Espíritu nos ha dado instrucciones precisas: necesitáis volver al
momento de vuestra separación para sanar el karma del trauma que persiste y
os sigue separando.
—¿Nuestra separación?
—Vuestra separación álmica de llamas gemelas y vuestra separación del
Gran Espíritu, la fuente divina creadora de la que provenimos —especificó
Madre.
—¿Cómo lo haremos?
—Habla con el alma compartida de los dos hasta hallar la respuesta. Esta
es una misión que os corresponde realizar juntos: el retorno al hogar desde el
Mundo de Amor —las palabras de Padre dejaron a Alma con el misterio en el
aire.
∞
Angustia
Alma también estaba cansada, pero hizo una oración en su habitación para
pedir al Gran Espíritu que la ayudara a comunicarse con Amador.
Cerró los ojos, respiró de forma consciente y se conectó con el amor que
sentía por él. En el acto, Amador se hizo presente en la habitación como si
estuviera con ella. La luz de la luna los iluminó.
—Alma, gracias por seguir —no se permitió abrazarla, pues no sintió que
lo mereciera ni que fuera apropiado con todo lo que había sucedido.
—¿Cómo estás, Amador?
—Tengo el corazón dividido entre las responsabilidades y mi amor hacia
ti. Responsabilidades que no logro cumplir como quisiera. Amor que reprimo
sintiendo que me ahogo. Sigo sin poder unir la Tierra con el Cielo. Esto me
causa angustia.
Alma percibía la tristeza de Amador, la apatía de la congelación
emocional, la desesperación al ver la distancia que los separaba, la culpa por
las decisiones erróneas, la dificultad para ver soluciones.
A su vez recibió imágenes desde su aura en las que, para liberar energías
asfixiantes, el joven salía a correr por el bosque hacia el río. Corría y corría.
Quería aullar y romper todas las cadenas que lo apresaban, pero no podía.
∞
Sentir cómo me miras
—Estamos cansados, Amador. ¿Quieres que vayamos a dormir? —la
joven le transmitió calma.
—Prefiero estar así. ¿Podemos un rato más?
—Tus ojos se cierran. ¿Por qué quieres…?
—Para estar contigo y sentir cómo me miras.
—Si dormimos juntos, también estarás conmigo.
—¿Entonces… puedo… puedo?
—Sí. Yo también te echo de menos.
Los dos jóvenes se tumbaron sobre la cama y se abrazaron. El cansancio y
la paz que los embargaron hicieron que se quedaran dormidos tras luchar
contra los párpados, que se cerraban cuando habrían querido mirarse durante
toda la noche y toda la vida.
∞
Simbolismo
El Mundo de Ensueño les abrió las puertas del simbolismo mágico, que los
había guiado en su camino evolutivo desde que se encontraron en Gímaco.
Un cachorro de lobo herido aullaba de dolor.
Un Tres de Espadas seguía clavado en el corazón de Amador desde que se
separaron por primera vez. El unicornio de poder de Alma vertió sus lágrimas
sobre el corazón y así tuvo lugar el milagro de la curación: el cachorro se
convirtió en lobo adulto.
—Muéstrale el camino que conoces para que él lo recorra por sí mismo
—la guio el Gran Espíritu.
Alma miró a Amador y le dio la mano. Subieron juntos por una escalera
celestial, con forma de espiral, que llevaba a Gímaco. Él sintió sosiego. La
Templanza se iba asentando en el alma de ambos. El Ocho de Bastos movía
la comunicación interna del amor y los jóvenes ascendían al son del latido
compartido.
El Nueve y el Diez de Espadas quedaron en la Tierra. El frío metal se
deshizo con el calor de la unión. Las manos enlazadas ardían como un As de
Bastos. Seguían subiendo peldaños mirándose a los ojos.
La Fuerza se instauraba en sus corazones y la confianza que iban
recuperando el uno en el otro propició el que un Cinco de Oros mendicante
de amor se transmutara en el equilibrio energético de un generoso Seis de
Oros.
Los misterios, emociones y secretos de La Luna giraron hacia la luz con
La Rueda de la Fortuna. El Sol brillaba poderoso por encima de La Torre
destruida, que renacía con la inocencia amorosa de un Seis de Copas, reflejo
de tantas vidas juntos.
Cuanto más se elevaban en las escaleras divinas, más se miraban y más
profunda era la conexión. El Mago creó alas voladoras para El Carro, que
surcó los cielos trascendiendo los miedos con la transformación de La Muerte
del pasado.
El Diez de Bastos, cargas paralizantes y fatigosas que habían llevado
durante mucho tiempo, se aligeró con la meditación con la acción del
momento presente de un Cuatro de Espadas.
Se apretaron las manos con alegría. Un As de Oros los elevó unos
peldaños más hacia la prosperidad, energía natural de la Esfera del Espíritu a
la que se acercaban. La Estrella los guiaba hacia Gímaco.
El Sumo Sacerdote y la Suma Sacerdotisa activaron la vibración sagrada
de su unión matrimonial. Alma y Amador llegaron al último peldaño, se
miraron y juntaron sus labios hasta sentir un beso que los llevó a la plenitud
del ciclo completado con El Mundo.
∞
Paraíso
—El momento que vuestro vínculo ha pasado en la Tierra no ha sido fácil.
Era una prueba de fe que necesitabais superar para conquistar lo que
vendrá.
—Gracias, Gran Espíritu —contestaron al unísono.
—Sigue ofreciendo seguridad, luz y amor a Amador para que la luz que
recibes de mí entre en su corazón. Entonces todo fluirá —susurró el Gran
Espíritu a Alma.
La joven integró cuál era su función de armonía en la pareja y su
pensamiento se alineó con el de la divinidad. Amador la abrazó y siguió
besándola sin miedo a amar ni a ser herido al abrir su corazón.
El mítico Palacio de Cristal de Gímaco apareció en el sueño de ambos y
empezó a descender hacia el planeta Tierra. Los rostros de seres de todos los
mundos que conocieron juntos se entremezclaron como una lluvia estelar.
—¡Gímaco ha bajado al mundo! —los despertó exaltado un niño trol.
Amador se había hecho de carne y hueso entre los brazos de Alma, y al
despertar se echó a llorar. Ella no podía creerlo ni parar de besarlo. Unieron
sus rostros y volvieron a sentir la paz de ese paraíso que solo existía en la
esencia del amor.
∞
Voto entre llamas de amor
Gímaco había renacido en el mundo con el inesperado reencuentro de Alma y
Amador, activado por la integración completa del voto sagrado de
matrimonio entre llamas de amor.
∞
Nuestro amor
«Contigo me siento en casa. Gímaco es el más bello hogar cuando tú estás en
él. Eres mi hogar, Amador».
«Gracias, Alma, por haberme traído hasta aquí. Tu fe en nosotros ha
movido mundos y nos ha guiado de vuelta a casa. Mis hijos, mis padres, mis
antepasados han llegado a Gímaco por tu amor».
«Gracias, Amador. Tu alma es tan inmensa como siempre percibí, aun en
la más oscura noche del mundo. Sé que elegimos juntos la dureza de lo que
íbamos a vivir. Gracias por cumplir tu promesa y por impulsarme así a
volar».
«Gracias, Alma, por haber recordado siempre que te amo, aunque las
apariencias fueran engañosas. Tu corazón siempre estuvo conectado con la
verdad de nuestro amor. Vuelvo a sentir mis alas».
«Gracias, Amador, por la experiencia de este amor más allá de todo».
«Gracias, Alma, por todo lo vivido y lo que viviremos».
10
JUNTOS
Os habéis seguido amando
por encima de las pruebas que os envié.
Vuestra grandeza me glorifica.
Fuente iluminada
Ambos seguían despiertos. El corazón latía sereno y el alma unidad buscaba
la fusión a través de la pared de cristal que los separaba. De nuevo, como solo
entre parejas divinas podía suceder, la sexualidad sagrada nacida del amor
unió los corazones en un solo ser, fusionado en los cielos etéreos más
elevados de la Esfera del Espíritu.
El encuentro íntimo del alma los desveló todavía más. Amador se vistió y
salió a los jardines. El olor a paraíso de las rosas doradas le trajo más
recuerdos, en especial el de una noche de primavera en que ocultó sus
lágrimas abrazado a Alma.
Sin saber por qué, justo entonces, volvió a llorar. No podía evitar aquel
torrente que salía de su corazón, por todo cuanto había reprimido, por todos
los recuerdos olvidados, por todo el amor del que había estado desconectado.
La fuente, iluminada con los colores del arcoíris, borboteaba sin fin. Una
luz se acercó a él: Alma.
∞
Nuevo inicio de luz
Se abrazaron. Ella ya había llorado mares durante aquellos años, por lo que
pudo sostener los sentimientos de Amador con presencia, comprensión y
cariño. Él se desahogó por telepatía.
—Gracias, Alma. Fui cobarde y te abandoné.
—Creo que fuiste muy valiente para hacerlo. No era nuestro momento.
—Debí haber roto nuestro acuerdo álmico y estar junto a ti, superar mis
miedos, esforzarme por liberarme de los karmas.
—Necesitábamos crecer por separado. Si hubieras faltado a nuestro
compromiso divino, hoy no estaríamos aquí.
Él sintió que integraba el mensaje, al fin, en cada átomo de su ser. La
comprensión definitiva lo liberó de la culpa, y la paz empezó a abrirse
camino en su alma.
—Nos ha llevado once años regresar juntos a Gímaco —dijo él.
—Sí, once años y cinco meses —ella había contado hasta los días que
estuvieron lejos del hogar.
—¿Quién nos hubiera dicho lo que íbamos a vivir? ¿Cómo fuimos capaces
de planear tal viaje a la Tierra?
—Eres un gran coramor —ella lo miró a los ojos—. ¿Recuerdas cuando
me ayudaste a superar el primer ataque de la Sombra de los Mil Lobos?
—Tú te salvaste a ti misma, Alma.
—A través del espejo de tu mirada.
—Siempre supiste la verdad: el amor todo lo puede.
—Hay tanto que no hemos hablado, Amador, y a la vez tengo la sensación
de que todo está dicho.
—Por eso suelo callar. Te amo. No sé qué más podría decir.
—¿Empezamos de nuevo?
—Sí, Alma, inicios con luz desde un nuevo nivel de consciencia —la
abrazó.
∞
Encontrar la dirección
—En esta etapa ya no hay cabida para enfados ni desapariciones, ¿de
acuerdo?
—Desde luego.
—¿Por qué desaparecías?
—Por lo mismo que tú te enfadabas, por dolor.
—Ya no necesitamos seguir aprendiendo de ese modo.
—Percibo lo mismo —el corazón de él se relajó—. Los fantasmas del
pasado se han disuelto sin necesidad de seguir luchando contra ellos.
—El dolor nos sacudió de lo conocido para impulsarnos y elevarnos a
nuevos estados de consciencia.
—Ahora el movimiento viene de otro lugar: los próximos retos de la
misión.
—Amador, me hace bien compartir y encontrar juntos la dirección.
—Dos destinos y un amor. ¿Seguiremos juntos, Alma?
—Solo sé que hay una elección que es la más luminosa para ambos, un
camino distinto de lo convencional. Lo vislumbro, aunque me falta conocer
tu visión, la otra pieza del puzle.
—¿Me cuentas esa visión?
—Mi voz interior me dice que debo continuar más allá de los libros de
nuestra historia, pero no podría hacerlo conviviendo del mismo modo que
durante aquel confinamiento.
—Mi voz también me lleva a la responsabilidad de la armonía familiar.
¿Qué propones, Alma?
—Dar la forma y el orden adecuados a nuestras vidas para que el amor
pueda fluir y para que cada uno pueda cumplir su propio destino.
—Veo tus visiones y me siento vivo. Solo necesito un poco más de tiempo
para integrar lo que hemos pasado y asimilar el hecho de estar ahora aquí, en
Gímaco, de nuevo juntos en casa —se les llenaron los ojos de lágrimas.
∞
Glorificación
—Habéis adquirido la maestría de confiar en el tiempo divino, con
paciencia, fe y perseverancia —habló el Gran Espíritu desde la fuente—.
Habéis escuchado mi voluntad incluso en los momentos de mayor
desconexión de vosotros mismos. Os habéis seguido amando por encima de
las pruebas que os envié. Vuestra grandeza me glorifica.
Los dos jóvenes se arrodillaron frente a la fuente cogidos de la mano.
—También yo me arrodillo ante la magnitud de vuestro amor, que es el
amor que yo soy —las aguas se inclinaron ante los coramor.
∞
El justo medio del equilibrio
Ambos contemplaron cómo las manos de Dios les ofrecían un horizonte de
sabiduría infinita. Ella sintió ganas de volar para sumergirse en aquel océano
de verdades eternas. Él habría vuelto atrás ante la fatiga que sintió y que
Alma aligeró al darle la mano.
—Ni rápido ni despacio, sino al tiempo perfecto. Ni con el corazón fogoso
ni helado, sino a la temperatura perfecta. Ni en la Tierra ni en el Cielo, sino
en la fusión perfecta de ambos: el aquí y ahora.
Los jóvenes se miraron agradecidos porque, el uno junto al otro, podían
encontrar el justo medio del equilibrio que los llevaría a la misma armonía
con que vivían las estrellas del firmamento que los observaba.
∞
Agradecimiento
—Habéis experimentado un arcoíris de emociones y vivencias humanas
en pocos años de vida. Y gracias a vuestra unión, habéis ampliado vuestro
desarrollo interior como un doble arcoíris regalado por el espejo cósmico
que sois.
Alma y Amador se miraron con agradecimiento, complicidad y amor. Las
estrellas fugaces bailaban en el cielo azul. El sol pintó estelas rojizas en él al
asomarse para presenciar aquel momento de profunda conexión con Dios.
—Yo, el Gran Espíritu, he permitido que estuvierais separados y que
pasarais tormentos al límite de lo insoportable; he permitido que os
sintierais solos y vacíos de mí; he permitido que los apoyos más cercanos se
retiraran de vuestras vidas, familia de sangre y del alma, amistades
verdaderas; he permitido que conocierais en vuestra propia piel lo que
significa vivir sin un ápice de amor.
Al escuchar esas palabras, los jóvenes sintieron un mayor nivel de
compasión el uno por el otro. Ambos habían experimentado el sufrimiento de
la desconexión de Dios, ambos se habían sentido sedientos en un desierto sin
fin, ambos habían vivido la soledad por la ilusión de la separación.
—Habéis superado cada prueba gracias a la fe en que mis promesas se
cumplen a tiempo divino, gracias a la sabia compasión capaz de comprender
el corazón del otro, gracias a la perseverancia en el camino recto.
«Gracias, Alma, por haberme traído hasta la llave que soñé que vendría de
tu mano, la que abrió la puerta de mi esencia el día de mi Bautizo Astral».
«Gracias, Amador, por haber escuchado tu verdadero corazón y haber
llegado juntos hasta aquí».
∞
Trascender la idea de separación
—Os habéis unido por encima de toda dificultad. Y ahora estáis en
Gímaco, el Palacio de Cristal y templo del amor más luminoso del mundo.
Desplegad vuestras alas y volad hasta la última prueba. Todavía hay una
herida sangrando en vuestra alma. La falsa idea de separación requiere ser
trascendida.
Los dos coramor extendieron sus alas, que cada vez eran más fuertes y
brillantes, y se dejaron llevar por los vientos movidos desde el soplido de la
divinidad. La familia de Gímaco bajó hasta los jardines para contemplar el
vuelo. Ellos surcaron el firmamento hasta llegar al momento de la despedida
en el pasado.
Los recuerdos afloraron: sensación de muerte al separarse el uno del otro,
absorción por el mundo terrenal, olvido de sí mismos y de su conexión
mutua, vuelo para ofrecer y recibir una flor recubierta con cristal, sonrisa de
ambos entre lágrimas, silencio del adiós.
Aunque Amador aún necesitaba pasar por un proceso de sanación,
propiciado por la luz de la verdad al despertar su estrella del alma en el
Bautizo Astral, lo esencial se había dado: el renacer.
Observaban los recuerdos mientras se miraban a los ojos, respiraban,
sonreían. Presencia. Gratitud. Amor. Comprensión del plan divino. Sanación.
Liberación del pasado. Construcción de un nuevo mundo desde una mirada
despierta y una fe renovada.
∞
Verdades que dan luz
Amador se sentía avergonzado. Al llegar a Gímaco recordó cuántas
esperanzas habían puesto en él, como integrante pionero del despertar del
amor incondicional a través del reencuentro con Alma, su gemela divina.
Mientras Espejo proyectaba las experiencias vividas por sus amigos, una
tras otra, le costaba mantenerse concentrado. Un mundo de emociones y
recuerdos seguía procesándose en su interior. Seguía conectando con su
verdadero ser y a la vez deseaba que nadie viera la oscuridad que vivió al
caer al mundo terrenal.
—Amador, recuerda que fue nuestro pacto —le dijo Alma por telepatía—.
«Tenías que pasar por esto. No te juzgo. Te amo», fue lo que el Gran Espíritu
grabó en mi corazón.
—Para ti es distinto, Alma, tú siempre volvías a conectar con Dios, te
levantabas y avanzabas. Yo me escondí y huí como un cobarde. Siento
vergüenza de mí mismo.
—Al contrario, Amador. Lo que viviste fue muy duro. Energías densas
alejadas de la divinidad. Y aun así… Aun así recordaste nuestro amor. Aun
así logramos llegar juntos hasta aquí.
—Gracias por recordarme verdades que me dan luz, Alma.
—Tú eres esa luz.
∞
Lo que siempre permanece
Abrigados por el hogar en el frío de las noches de invierno, Alma y Amador
seguían su camino de sanación y ablandamiento de los corazones, que se
habían enfriado y endurecido como protección por lo vivido.
Ella recordó en el Mundo de Ensueño, casi a la perfección, palabra por
palabra, los últimos mensajes que había enviado a Amador antes del
reencuentro final que los llevaría de regreso a Gímaco.
☐ —Amador, la incomunicación me mueve a buscarte y escribirte,
aun sabiendo que no vas a contestar. Echarte de menos en momentos
delicados se convierte en mensajes al vacío que me alejan del camino. Ya no
voy a hacerlo más.
☐ También me nace de nuevo, como cuando nos conocimos, un
instinto de querer «ayudarte» y la pena de sentir que te «abandono» si no
estoy contigo, aunque sé que eres perfectamente capaz de superar tus pruebas
y que la sensación de abandono mutuo solo es eso, un espejo y una sensación.
☐ Las experiencias para volver al amor son perecederas ante lo que
siempre permanece: el amor.
☐ Aunque hay mucho de lo que me gustaría hablar de corazón a
corazón, comprensiones mutuas que compartir con las que ganar en sabiduría
para crecer juntos, soy consciente de que hay un tiempo para todo y de que,
en el trasfondo de lo que vivimos, hay un pacto del alma que nace del amor
verdadero.
☐ Hay momentos clave que ya están escritos, como nuestro
encuentro, como nuestra boda. Hay almas que dañan por karma de
devolución por rencor. Otras se activan dolor sin querer, por pactos de amor
para movilizarse a sanar y despertar.
☐ En lo profundo siento que estamos cumpliendo una promesa más
alta que nos hicimos, y que en especial lo que no comprendemos y tanto nos
ha herido forma parte de algo mayor para nuestro bien y el de otros.
☐ Te amo, Amador. Son más que palabras. Sé que puedes sentir lo
que siento. Me «despido» por un poquito de tiempo más para volver a mí,
con mucha comprensión hacia ambos.
☐ Sea lo que sea por lo que estés pasando, estoy contigo y sé que de
algún modo estás conmigo en la parte que vivo yo. Siempre te digo esto
porque, más allá de lo aparente, es la verdad que subyace: todo irá bien.
☐ Te abrazo con el mismo cariño y amor que la primera vez. Eso es
lo verdadero que siempre permanece.
∞
Gracias por todo
Había intuido la dinámica de la energía, que se retroalimentaba en búsqueda
de ella y lejanía de él, ambas por el mismo motivo: falta de conexión con lo
divino. Por ello decidió volver, una y otra vez, a sí misma.
Amador no contestó aquellos mensajes, como tampoco otros del pasado en
los que Alma, tras comprender las fases y pruebas que las parejas del Cielo
requerían transitar para despertar al amor incondicional, buscó transmitirle su
cariño y apoyo, no solo desde el alma, sino también de forma epistolar en el
mundo físico.
En aquel ensueño, Amador sí respondió. Lo hizo con palabras y energías
que fueron armonizando el yin-yang interior del alma de ambos, para
unificarlas con la esencia divina que conformaban y les daba vida.
«Mi amada Alma, eres el tesoro más valioso que siempre soñé y que jamás
imaginé conocer en este mundo.
«Perdóname por mis limitaciones. Perdóname por no haberte tratado como
merecías, como mi reina, como mi diosa, como el regalo sagrado que no creí
merecer.
«Perdóname por no haberte cuidado, por haberte abandonado, por mi
irresponsabilidad, por haber dañado tu corazón, por no haber sido sincero con
mis sentimientos, mis miedos, mis inseguridades, mis creencias llenas de
ignorancia.
«Perdóname por haber priorizado lo banal. Aunque fuera para protegerme,
no hay justificación. Te vi entregarte sin descanso y seguí sin moverme.
Perdóname, no me creí capaz, no me sentí a la altura, no podía con todo el
pasado me frenaba para llegar a ti, no sabía cómo hacer y me rendí.
«Me siento insignificante a tu lado y me derrumba una sola palabra tuya
que connote rechazo, algo que yo mismo me he buscado por haberte apartado
del lugar que merecías, lo que prometí, lo que te pertenece.
«Creí que todo saldría solo y sin esfuerzo, tal como me acostumbré en mi
vida, pero la realidad se me hizo grande. Perdóname por mi debilidad,
perdóname por no haber estado preparado para este tesoro que llegó a mi vida
sin buscarlo, sin saber que existía en este mundo, sin siquiera permitirme
soñarlo porque no creí merecerlo.
«Lo siento, mi vida, mi alma, mi corazón. Eres mi amante eterna, te
reconozco, te llevo grabada en lo más profundo de mí. Eres mi propio
milagro, regalo de Dios para que no me sintiera solo en este mundo, para
sentir el calor del amor a través del ser humano más unido a mí que jamás
soñé: mi mujer, mi esposa, mi sagrada compañera del arduo caminar a través
de vidas y mundos.
«Perdóname por mi inmadurez, por haberme permitido dormir, por no
haberme esforzado en perseverar. No me amé y me fui dejando morir. Estaba
muerto cuando te conocí. Llegaste a mi vida para recordarme la verdad del
amor, pero no comprendí la adversidad que necesitábamos afrontar.
«Espérame sin esperarme. Necesito tiempo para volver a nacer y estar
junto a ti. Cada vez comprendo más lo que vivimos y el para qué. Las
sombras, los egos, las separaciones. Todo nos impulsó a despertar.
«Sé que todo ha sido para bien, incluso lo que aún arrastro y no sé cómo
trascender. Forma parte de mi camino. Aprender a ser quien soy en este
mundo extraño para mí. Gracias por haber estado siempre ahí.
«Siento la historia tan dura que hemos vivido. Hoy puedo verla con más
perspectiva, comprensión y amor. Maduramos y avanzamos juntos, Alma. No
hay distancia entre nosotros. Nunca la ha habido. La ilusión de la separación
nos ha hecho volver a nosotros mismos, nos ha fortalecido y nos ha
despertado la sabiduría necesaria para dar los siguientes pasos del camino.
«Créeme, jamás hubo intención de causar daño ni deshonor. Solo hubo
ignorancia, gruesos velos sobre mi consciencia llena de dolor. No fui un niño
irresponsable y ciego, sino un hombre perdido en la más profunda oscuridad.
«Tu cuerpo sagrado, leal y divino es mi propio cuerpo, creado para acoger
nuestra alma y sentir la vida y el amor. Cada vez es más nítida la verdad ante
mi estrella del despertar. El templo del alma merece el trato más sagrado.
«Mi amor, gracias por tu comprensión, por tu fe, por tu amor verdadero.
Perdóname por tantas lágrimas, mi amada Alma. Aunque fuera pactado en
nuestro Cielo antes de venir aquí, siento lo que pasaste por mi causa.
«Imploro a ese Cielo, ahora, cambiar a otra energía con fuerza y rapidez,
tanto como sea posible a mi evolución; vibrar en el amor que somos como
hijos de lo divino, de nuevo en la senda del Gran Espíritu, con la luz al frente,
juntos de la mano.
«Voy a unirme más a Dios para acercarme a mi verdadero yo, no solo para
mí, sino también para ti y para el mundo. Sueño ser tu compañero divino
unido al Gran Espíritu y cumplir esa misión juntos que vibra dentro de mí.
«Alma, gracias por tu valor, por tu fuerza, por estar ahí a pesar de los
infiernos vividos. Voy ocupando mi lugar y tú eres la primera para mí,
porque eres parte de mí, de igual a igual, dos seres humanos nacidos de una
misma alma y una misma esencia. Ahora, al fin, puedo verlo.
«Dame tiempo para manifestar cuanto te digo. Esta vez los hechos
mostrarán mis palabras. Cada promesa incumplida del pasado la devolveré
con creces. Cada traición de mi antiguo yo la convertiré en donación. Cada
muestra de amor que paralicé rebosará ahora de mi corazón a tu corazón.
«Merecemos este renacer, creciendo siempre juntos, eternamente.
Perdóname cuando lo eludí por miedo ante el compromiso, por falta de fe
ante la verdad y el poder de tan inmenso amor.
«Ahora comprendo lo que significa el matrimonio nacido del amor
verdadero. Gracias por mostrármelo, gracias por abrirme a este camino
sagrado hacia la divinidad de nuestro ser.
«Mi Alma, mi amada Alma, gracias por buscarme y encontrarme. Gracias
por tus sacrificios. Eres el gran tesoro que me hace creer en mí mismo y en
Dios. Gracias por existir. Gracias por todo, mi amor».
∞
Palabras curativas
Con cada palabra pronunciada en el Mundo de Ensueño, ambos se curaban
liberando tristeza y dolor. Iban elevando su energía mientras sonreían de cara
a la luz de la luna que entraba por las cristaleras de palacio.
∞
Por favor
—¡Estás muerto! —una voz tenebrosa hizo que ambos fruncieran el ceño
y que las nubes taparan la luna dejando el cielo negro.
¿Quién había dicho eso? ¿Qué estaba sucediendo? El ensueño se
oscureció. Había manchas de sangre que resbalaban del corazón de una
sombra monstruosa. Lobo, vampiro, dragón y miles de fragmentos heridos
del alma iban dando forma a la amenazante oscuridad.
—Alma, quiero contarte lo que sucedió justo antes de llegar hasta ti, antes
de estar juntos de nuevo en Gímaco y poder hablarte como lo hice antes de
esta amenaza —dijo Amador.
—¿Amenaza?
—Sí, viví muchos años bajo amenaza de muerte —le explicó con fuerza
en la voz.
La sombra del mal se cernió sobre él, y Alma pudo ver mejor lo que había
atravesado Amador mientras ella vivía su vida sin él y escribía los libros
conectando con su corazón a través del alma compartida.
Espadas oscuras se clavaron en la garganta y el corazón de Amador.
Alambres de espino lo convirtieron en muralla infranqueable no solo para
otros, sino también para sí mismo. Cadenas heladas por todo su cuerpo le
congelaban el alma.
—Si no hubiera sido por ti, que te sostenías conectando con Dios a través
de la escritura y la oración, habríamos caído juntos —aseguró él mirándola
con gratitud.
La sombra tomó forma de roca sobre el cuerpo de Amador. Sus animales
de poder, el lobo y el unicornio, trataron de liberarlo del peso insostenible
que lo había tirado sobre la tierra. Tal hazaña no fue posible hasta que la fe
dio un vuelco a la situación.
—Por favor, Gran Espíritu —sonó la voz de Alma desde los ecos del
pasado—, ayúdanos. Vinimos al mundo por la misión y nos perdimos en este
océano de dolor. Por favor, por favor, por favor…
∞
Agradecer la oscuridad
Lágrimas sinceras de ella cayeron de los cielos en tiempos de separación y
oscuridad. Apartando rayos y desoyendo truenos, las manos de Dios
atravesaron nubes de tormenta y tomaron la carga que llevaba Amador.
—Tu fe en nuestro amor y en la misión fue la llamada a la bendición que
el Gran Espíritu nos otorgó. Alma, tu fe en mí me ayudó a ponerme en pie.
—Amador, mi espejo te llevó a tocar fondo.
—También el mío a ti. Ahora que comprendo, ya no me lamento y puedo
agradecerlo.
—¿De verdad?
—¿Cómo podríamos conocer el más alto Cielo sin haber conocido el más
hondo infierno? ¿Qué circunstancia, sino la más crucial en la vida de una
persona, podría llevarla hasta semejante oscuridad?
—Agradeces la oscuridad vivida… —Alma sentía que Amador hablaba
con palabras que habría dicho ella misma.
—Sí, Alma, a eso vinimos: a experimentar para comprender el sufrimiento
humano. Eso también formaba parte del propósito de nuestro viaje.
∞
Entramado familiar
La sombra tomó la forma de un niño, una niña, una mujer y muchas otras
personas. Todos ellos se enredaban como hilos de energía entre las cadenas
que apresaban a Amador.
—Es tu familia.
—Sí, el entramado del que formo parte y al que no pude poner orden hasta
que encontré la dirección.
—¿Qué dirección?
—Tu luz.
Los hilos de energía lo iban soltando y él tomaba la distancia adecuada de
estos caminando hacia el futuro. La luz de su estrella del alma desintegró las
cadenas y las espadas.
Los alambres de espino se convirtieron en ríos de plata y las sombrías
mordazas, que habían sellado su boca cuando el desamor se apoderaba de él y
lo alejaba del mundo, se deshicieron en los sonidos musicales del OraM
pronunciando palabras de amor.
∞
Humanidad
Entonces Amador cogió el coche y condujo hasta el hogar de Alma, donde
Luz le abrió la puerta y él se quedó junto a su amada hasta despertar juntos en
un abrazo, que convirtió los sueños de ella en una mágica realidad. Ese día
recibiría su Bautizo Astral.
—Se acabaron las murallas, las ataduras, las cargas, los silencios, los
secretos que me impedían llegar hasta ti.
—¿Secretos?
—Las sombras que ocultaba, Alma: mis carencias, mi debilidad, mi
pasado.
—Tu humanidad, como la mía. En cuanto a tu pasado, solo te pertenece a
ti y a tu capacidad de perdonar y perdonarte.
—El amor me ha desnudado sin sentir temor.
—Asumir tu vulnerabilidad es lo que te ha hecho fuerte.
—En el pasado no pude. Tú eras mi gran espejo, Alma. Todavía no era
capaz de mirarme a mí mismo ni de poder verme.
—Eres maravilloso, Amador, tal como eres.
—Somos la misma alma.
—Hemos vivido distintas experiencias, en cuerpos separados, que
complementan nuestro aprendizaje —lo abrazó ella.
—Tenemos mucho que compartir.
—Y fusionar —sonrió Alma haciéndolo sonreír también.
∞
Nada hay que perdonar
—¿Podrás perdonarme?
—El perdón es la sabia comprensión desde el alma del otro. Llega un
momento en el amor en que nada hay que perdonar, porque somos uno —los
dos coramor se abrazaron con un sentimiento tan puro que detuvieron el
tiempo en el universo.
La sombra que formaba parte de las vivencias de Amador empezó a
iluminarse y el resplandor alcanzó tal potencia que la luz los despertó. Al
abrir los ojos vieron la luna y la noche oscura. Volvieron a dormir.
∞
Conocerme a través de ti
«Mi querido Amador —respondió ella a las palabras en que él había abierto
su corazón—, gracias por tu valentía y sinceridad. Gracias por nuestra
historia. Gracias por todo. Mantuviste la calma cuando yo perdí la
estabilidad. Perdona mis lobos y tigres de heridas indomables, mis
debilidades humanas, mi impaciencia ante los tiempos del Cielo.
«Gracias por llevarme a conocerme a través de ti infinitamente más que
desde mí misma. Gracias por la experiencia de tantas emociones humanas
entre los cielos más elevados y los infiernos más profundos. Gracias por
impulsar la aspiración de manifestar la unidad del precioso Tao que acoge los
opuestos y la dualidad, el anhelo de conocer al grandioso Dios creador del
cosmos que nos habita».
∞
Juntos la vida brilla más
«Hemos conocido un amor divino, a la vez que un amor humano cubierto de
miedo y mil facetas oscuras. Era una transición necesaria de la oruga a la
mariposa, del humano común al humano despierto.
«Todo formaba parte de la vida que elegimos caminar juntos. El Gran
Espíritu nos creó compañeros de destino. Gracias por ello, por ser mi gran
amor, por existir para mí como yo para ti.
«Mi corazón, el amor de Dios nos espera. Hagamos de este viaje un
camino bello nacido de la unión sagrada del alma. Trascendamos las mareas
y surquemos los mares de la vida con flexibilidad, ligereza y fortaleza ante
cualquier tempestad de la existencia. Juntos la vida brilla más».
∞
Navío directo al sol
Dos palomas blancas se convirtieron en la vela de un navío directo al sol del
horizonte. Valor en el pecho henchido de amor. Hombre y mujer unidos
desde la paz. Salvoconducto celestial para vivir en la Tierra sin temor.
Libertad en Dios. Patria y hogar en la llama del fuego espiritual.
∞
Diamante
Alma y Amador estaban concentrados porque habían pulido el diamante en
bruto que los unía. En ocasiones se miraban aportándose calidez humana y en
determinados momentos notaban cómo su alma los abrazaba sin ellos
buscarlo. Aquellas conexiones eran regalos, infinitamente más de lo que
necesitaban, ahora que estaban en paz.
∞
Fuego espiritual
Alma se acurrucó entre las suaves mantas, miró las estrellas y se quedó
dormida pensando en Amador. Cuánto lo echaba de menos aun viviendo bajo
el mismo techo. Haber sanado las heridas espejadas despertaba en ambos el
magnetismo pasional de un amor puro que sobrepasaba toda capacidad de
equilibrio interior.
La llamada del fuego espiritual, que daba vida a la sagrada sexualidad, se
transformaba en sueños donde se besaban, igual que el sol y la luna besaban
mares iluminados durante el alba y el ocaso.
Los delfines se estremecían por la alta vibración y emergían de las aguas
creando arcos de luz, puentes entre mundos enlazados por el amor, curvas de
un yin-yang cuya armonía sembraba paz desde el presente hasta el futuro.
∞
Despertar a la vida
El amor, la magia más maravillosa del universo, la fuerza más poderosa del
cosmos, la luz creadora de paraísos llenos de fe. Alma y Amador habían
despertado a la vida porque habían vivido el amor tal como se presentó.
∞
Voluntad de amar
Traspasaron sentimientos de falta de correspondencia e incluso rechazos
como flechas de veneno al corazón, seguidos de varios portazos de adiós,
hasta que comprendieron que el amor verdadero nada tiene que ver con el
otro, sino solo con uno mismo, porque para vivir el amor basta con amar.
Los jóvenes coramor recordaron que en las crisis que conducen a las
cenizas previas al renacer, cuando el dolor cubre de velos la mirada desde la
estrella del alma, solo es necesario mantener el compromiso y la voluntad de
amar.
∞
Dios bendiga
Dios bendiga a los devotos y devotas leales a la verdad del amor. Dios
bendiga a los seres valientes que transitan llamaradas, tormentas y puñales
sin dejarse engañar por la falsa ilusión que se erige como prueba en el
camino. Dios bendiga a quienes permiten que el amor vuele libre y sin
condición en los cielos sagrados de la creación.
∞
Vivir en Dios
Alma rompió las cadenas de la lucha interna que los separaba y llevó luz a la
conexión gracias a una verdad espiritual que se manifestó con la paz del
corazón. En ese instante pudo entregar su matrimonio a la divinidad que lo
había unido en el origen de los orígenes y liberó así el alma de ambos.
—Grandes bendiciones se auguran para quienes viven en Dios —dijo el
Abuelo Sagrado.
∞
La naturaleza de la divinidad
—Madre —Alma la miró con cariño.
—El camino ha sido arduo y fatigoso. Te has convertido en una mujer —
contempló su rostro de diosa— y no siempre he podido estar contigo.
—Siempre estuviste, Madre —juntas miraron hacia la fuente—. Me siento
cansada —Madre la apoyó en su hombro.
—Yo también lo estaría tras lo que has vivido en la Tierra, pero sobre todo
por algo que aún no puedes ver.
Alma esperó a que Madre desvelara lo que había detrás de sus palabras.
—Estás en el tramo final.
—¿De los libros, de la unificación familiar, de los estudios en Gímaco?
—De tu camino en la experiencia de la iluminación.
—Madre, la primera vez que Amador y yo nos abrazamos, sentí ese estado
de dicha y paz durante horas. La mente estaba en calma, el pensamiento era
quietud; viví un tiempo sin tiempo anclada en el presente, sentí que en
nuestro abrazo estaba Dios. No fue una experiencia humana, sino una
vivencia espiritual nacida del amor.
—El Gran Espíritu os mostró desde el principio de vuestro reencuentro la
dirección del camino: experimentar la naturaleza de la divinidad a través de la
fusión matrimonial.
∞
Juntos en libertad
—Amador y yo no sabemos cuál es el mejor modo de armonizar nuestra
familia después de lo vivido durante este tiempo.
—No es fácil crear lo nuevo cuando no se empieza desde una página en
blanco, sino desde páginas anteriores que hay que ordenar para proseguir
nuevos capítulos de vida.
—Me siento confusa, Madre, no solo por la necesidad de reajuste familiar
entre el pasado y el presente, sino también porque hay un alma, a la vez que
dos cuerpos, dos destinos, dos fuerzas energéticas hacia distintos caminos.
—En apariencia.
—¿Qué es lo que no veo?
—Más bien se trata de lo que has olvidado —precisó Madre cogiendo las
manos de Alma—. ¿Qué es para ti el matrimonio?
—Comprendo, Madre. El matrimonio es un mismo cuerpo, un mismo
propósito, un mismo destino.
—Podéis hacer vidas completamente distintas. Siempre que las alineéis
con el Gran Espíritu y con vuestro sentido de vivir, estarán acopladas a la
perfección en el mismo camino. Nunca estaréis más juntos que viviendo en
libertad.
∞
Convivir
—Madre, he pensado sobre ello. Mi libertad requiere mi propio espacio
donde seguir desarrollando mi llamada interior, como estos libros escritos en
momentos de separación. ¿Quiere eso decir que debemos vivir en lugares
distintos? ¿Vernos solo de vez en cuando? ¿Y los niños?
—Provenís de polaridades opuestas, que se han unido en vosotros desde la
esencia del amor verdadero que os llevó a soñar una vida juntos.
—Sí, ese era nuestro sueño… —Alma bajó la mirada—. A pesar de
habernos encontrado en Gímaco y de que el bautizo de Amador elevó una luz
también en mi corazón, sigo sin sentir claridad respecto al rumbo a seguir.
—La convivencia, confinados de repente durante meses, tras tiempo
doloroso de separación, en una nueva circunstancia familiar para los cuatro,
fue una prueba dura en intensa. Sé que pudiste ver gran parte de los flujos
energéticos desordenados y los activadores de las sombras del ego.
—Sí, Madre.
—Es cuestión de trabajar sobre ello. Es más, dado que en todo este tiempo
no hemos estudiado juntos y solo hemos estado en contacto en ocasiones
precisas, las primeras clases de la nueva etapa serán para recordar las
enseñanzas sobre la armonización de las parejas y las familias. Es el
momento perfecto —dijo Madre mirando a las llamas gemelas de coramor
conversando en distintas zonas de los jardines.
—En ese caso…
—Vivir juntos y en armonía en un mismo hogar es el aprendizaje que la
vida os presenta ahora, un reto que puede convertirse en una de las
experiencias de mayor plenitud, Alma. Eso no quita que puedas tener tu
propio estudio o local para seguir tu ritmo y tu llamada.
—Gracias, Madre, tus palabras me dan paz. Sí, este es el camino.
∞
Camino hacia la iluminación
—El tramo final del que te hablaba antes es el de la subida del salmón a
contracorriente. Tu agotamiento proviene de la larga travesía por el angosto
camino hacia la iluminación. El salmón está llegando a su hogar para dar
fruto tras su aventura por la vida y descansar.
—El salmón nacerá en otro lugar.
—Tú seguirás renaciendo en esta vida, en diferentes etapas de tu
despertar, donde irás dando frutos cada vez más luminosos, acorde con tu
crecimiento interior.
—Madre, ahora solo veo que nos quedan tres capítulos y no sé hacia
dónde va nuestra historia. Lo único que sé es que el cuerpo me pesa
toneladas, a pesar de habernos puesto en forma con los entrenamientos de
vuelo, y me caigo de sueño.
—Necesitas descansar, Alma. El cuerpo es sabio.
11
SERVIR
Elegimos volver
hasta que todos los seres
regresemos juntos al hogar.
Revitalizar el Tao
Cuando Alma se fue a su habitación, Amador, que las había visto hablando,
se acercó a Madre.
—Eres el cabeza de familia —le dijo ella.
—Esta responsabilidad me viene grande. No estoy preparado.
—Sí lo estás. Puedo verlo en tu energía.
—Amo a Alma y esta vez quiero hacer las cosas bien, pensando también
en ella y no solo en mí.
—La falta de energía y los velos del pasado no te permitieron hacer más
de lo que hiciste, pero ahora es distinto. Habéis revitalizado el Tao y Gímaco
ha vuelto al mundo.
—Lo hizo Alma con su fe en el amor.
—Ella no habría desarrollado esa fe sin ti ni sin el cumplimiento de
vuestro pacto en el Cielo.
—Madre… —respiró él en silencio—. ¿Revitalizar el Tao?
—El Tao existe por sí mismo, aunque su manifestación en la Tierra
depende de los hombres y las mujeres con virtud.
—Aún somos practicantes iniciados del camino.
—Algunos sois almas avanzadas.
∞
Sois un equipo
—Ahora solo pienso en conseguir un buen trabajo para sustentar a la
familia. Es mi deber. Y aunque sé que a estas alturas ya podría haber
superado el estado mental de la preocupación, la verdad es que estoy muy
preocupado. No sé cómo hacer para que las cosas funcionen en la familia,
además de seguir con la práctica espiritual, realizar mi parte de la misión
como ingeniero…
—Habla con Alma. Ella está contigo. La comunicación os llevará a
encontrar el mejor camino. Sois un equipo. Juntos sois más sabios y fuertes,
el tándem perfecto.
—Tienes razón, Madre. Sigo guardando las apariencias para mostrarme
capaz.
—Con Alma nada tienes que ocultar. Ella te ve como a un transparente
cristal. Y para ella eres…
—Perfecto tal como soy —susurró él para sí, lleno de amor por su mujer.
Inma y Ali se aproximaron a su padre. La Gran Madre los observó. Aún lo
estaba asimilando: Alma y Amador se habían casado, y habían regresado a
Gímaco. Lo habían logrado. Se emocionó.
∞
Fruto de nuestro amor
—¿Qué te ocurre, Alma? —le preguntó por telepatía.
—Estoy muy cansada, Amador —respondió ella en el silencio de sus
sueños.
—¿Sabes por qué?
—Lo vivido sin tregua, la remontada del salmón…
—Y los libros, Alma.
—¿Los libros?
—Lo dijo Espejo. Son también nuestros hijos. Ha sido un parto agotador.
—Sí, movilizador, amoroso, desgarrador, sonriente, lagrimoso, divino,
extenuante… Nunca lo hubiera imaginado. Libros como bebés…
—Tú los gestaste y los diste a luz, Alma.
—Nacieron de nuestro amor, con la ayuda de nuestra familia y de Dios.
Amador cogió sus manos y las gotas de sus lágrimas cayeron sobre ellas.
—¿Qué te sucede?
—No estuve contigo.
—Sabes que sí, Amador. Estuviste como elegimos en nuestro pacto del
alma.
—Yo no recuerdo ese compromiso.
—Pero el Gran Espíritu sí y yo también. La prueba es que todo ha salido
bien. Míranos: estamos todos juntos de nuevo en Gímaco y hemos traído aquí
a más seres amados.
—Por favor, Alma, recuérdamelo siempre que lo olvide. No me resulta
fácil este mundo.
—Juntos lo convertiremos en el paraíso más luminoso que jamás hayamos
contemplado.
—¿Eso también está en nuestro compromiso álmico?
—No lo sé, pero ¿querrás que lo hagamos?
—Sí, contigo todo es posible.
—Juntos glorificaremos al Gran Espíritu que tanto nos ama y tanto nos ha
dado.
—Sí, mi reina —la abrazó.
Ella le sonrió mientras dormía y las ondas de los rayos del sol los
cubrieron de luz. Los dragones blanco y negro aparecieron sobre la Cúpula
del Infinito en un perfecto yin-yang que se fusionó con lo divino en un solo
cuerpo de luz.
∞
Al fin
«Al fin juntos después de tanto tiempo, al fin manifestada la verdad que
siempre busqué, al fin hallo paz en la luz que tu mirada despierta en mí», se
dijeron desde la voz compartida del alma, sintiéndose bendecidos por el
universo.
∞
Flor recubierta con cristal
El Espejo de la Verdad brilló y en él aparecieron Alma y Amador. Él le
regalaba una flor recubierta con cristal y después se alejaba en silencio. La
flor se marchitaba y Alma iba en su busca implorándole cumplir la promesa
que habían hecho juntos a Dios.
Amador perdía las fuerzas y se dejaba morir tirado sobre tierra negra que
se convertía en arenas movedizas. Ya ni siquiera se aferraba a otros, como
sus padres o sus hijos, o a su esperanza en que todo se solucionaría por sí solo
sin hacer nada y sin cumplir con su responsabilidad. «Incluso cuando mi
corazón humano deja de sentir, mi alma te sigue amando».
Alma vio las estaciones pasar durante años, reflejadas en el florecer y el
fruto de un manzano que Dios había plantado en el edén. El Gran Espíritu la
llamaba a su vera y las lágrimas de ella en el aire, que flotaban en dirección a
Amador, eran la manifestación física más cercana que había entre ambos. Los
senderos vitales se separaban.
La joven caminaba hacia Gímaco, que se había llenado de polvo mundano.
Lo barrió con viento que nacía de sus manos y lo lavó con agua que caía de
sus ojos. Otros palacios aparecieron en el cristal mágico. Algunos se habían
derrumbado por falta de vitalidad, como había sucedido con la flor de
Amador.
∞
Ver la realidad
Miles de discípulos y maestros caían en diferentes tramos del camino, por
falta de fe, soberbia espiritual y, en definitiva, lejanía del amor. Alma sintió
que iba a desfallecer. Todo aquello en lo que había creído se derruía ante sus
ojos.
Sentía la energía de Amador como una losa en su espalda, y la decadencia
de quienes sustentaban la misión de los Palacios de Cristal fue un golpe
devastador para la esperanza. «Ten fe, Dios está ahí, Alma. Ten fe».
Ahora veis mejor la realidad de vuestra vida espiritual. Así es el
despertar: continuo, impactante y revelador. Desprendeos del pasado y el
futuro, soltad la creencia limitante, trascended la tentación del diablo
interior. Anclaos al presente, abríos a la verdad, vivid en unión con Dios.
∞
Ataduras terrenales
El Gran Maestro Iluminado se acercó a Amador:
—Es el momento de tomar tu decisión —le expresó con firmeza.
—Lo siento, Alma —le hizo una reverencia echándose a llorar.
—Un mismo corazón con caminos distintos —ella ya se había despedido
internamente de él muchas veces, pero aquello era algo inesperado para
todos, incluso para ellos mismos.
—Fuerzas más allá de mí me llevan lejos de ti.
—Hemos luchado contra grandes designios divinos con nuestra pequeña
humanidad.
—Me encontraste, Alma, y me hablaste del camino en Gímaco. Sentí por
primera vez el amor verdadero.
—Es lo que siempre permanece en nosotros, por encima de todo.
—He dado el máximo, pero este lugar todavía no es para mí. Aún tengo
muchos asuntos que me atan al mundo terrenal.
—Puedes volver cuando quieras. Padre y Madre lo han dicho. Siempre
somos bienvenidos.
—Siento no haber sido capaz de dejarte libre hace mucho tiempo —el
rostro de Amador se oscureció.
La sombra de sus padres, bajo la luz del báculo sagrado, seguía siendo la
de Tiniebla y Luzbel. Las energías planetarias habían elevado la vibración del
mundo y los seres humanos que no lo habían hecho al mismo tiempo veían
residuos oscuros del alma en sus sombras.
Inma y Ali, que en la Tierra Mágica habían aprendido generosidad,
empatía y fuerza de voluntad para desarrollar sus alas y volar, empezaron a
olvidar el amor del verdadero hogar, que conocieron cuando Alma los
arropaba en las noches de invierno y sentían en su corazón cuánto quería y
respetaba a Amador y a Gloria, sus padres llenos de luz en la mirada de ella.
—Volvemos a nuestra antigua vida —Amador se sintió derrotado.
∞
Verdadero Tao
—Mi promesa de matrimonio sigue viva, de un modo sin forma definida,
como el verdadero Tao —lloró ella acabando de soltar todo lo que había
creído que era el amor de pareja, el matrimonio y la familia.
—El amor es infinitamente más inmenso que cualquier construcción en la
que los seres humanos queramos tenerlo controlado y comprendido.
—Eso hemos aprendido juntos. El amor verdadero no tiene forma ni
frontera. Es insondable —Alma sintió la luz eterna de ese amor del que
hablaban.
Amador se acercó a ella. Se abrazaron y se despidieron. Los abuelos y los
niños pronunciaron un «adiós» inaudible. El cielo se oscureció y, antes de
que empezara a llover, la familia de Alma se difuminó en el paisaje gris hasta
desaparecer.
∞
El gran amor de Dios
El Espejo de la Verdad prosiguió su cometido de poner orden en las energías
y guiar a cada uno a ocupar su lugar. Las sombras planetarias se habían
sosegado y, en la última imagen de aquel primer día de primavera, Alma
alcanzaba la Cima de la Gran Montaña.
Amador estaba a su lado. Habían subido juntos de la mano. En el
horizonte divisaron infinidad de nuevas montañas, cada cual más elevada,
hasta perderse entre las nubes blancas del cielo azul.
—Vuestro amor se ha unificado de un modo que no esperabais —habló el
Gran Maestro Iluminado—. Se llama libertad. Ese es el verdadero amor
incondicional, que todo lo comprende, que todo lo acoge, que todo lo
agradece.
—Las Puertas de la Compasión y del Amor se abrieron con vuestra
despedida, pues obedecisteis los designios del Gran Espíritu sin aferraros a lo
más difícil de soltar en la Tierra: el ser amado con quien uno ha
experimentado el gran amor de Dios —la Gran Maestra Iluminada hizo una
reverencia al Espejo de la Verdad.
∞
Amor de pareja sagrada
«Igual que solo hay un padre y una madre de origen, solo hay una persona
que puede ocupar el lugar de pareja sagrada, aunque a veces los humanos
vivamos en medio de la confusión y no sepamos discernir lo falso de lo
verdadero», pensó Alma.
«El Gran Espíritu me ayudó a encontrar y reconocer ese amor, y elegí
vivirlo hasta el final, sin distinción de lo bueno ni lo malo, porque todo es
aprendizaje vital sagrado. Aunque hubo tiempos duros, esa decisión me dio
paz».
«El amor verdadero es lo único valioso de la vida, porque es la sustancia
esencial de la vida misma. Y en cuanto a la persona que lo encarna como
pareja divina, doy gracias a Dios porque la nostalgia del alma, la fe y el
momento divino me condujeron hasta el ser que tanto añoré».
∞
Vives en mí
—Despertar es ir elevando la consciencia, ir abriendo la mirada, ir
ablandando el corazón —explicó el maestro—. Todo lo que existe es un
medio especular para volver al amor que somos.
—Como la pareja sagrada —la maestra lo miró con luz en sus ojos—. En
el Cielo no denominamos «llama gemela» a esa conexión única, pero es un
término tan válido como «flama divina», «alma unidad» y otros. Lo
importante es a lo que nos referimos: dos seres creados por Dios, hechos el
uno para el otro, como el equipo perfecto y el mayor espejo universal mutuo,
unidos por sincronía celestial para elevarse juntos, una bendición realizable
siempre que se sigan las leyes divinas del amor.
—Quizás te preguntes, Alma, cómo seguirás elevándote sin la presencia
de Amador en tu vida. O quizás ya hayas experimentado la respuesta —
intuyó el sabio anciano.
—La he experimentado, maestro, y hoy más que nunca.
Los troles, que olisqueaban cuándo algo interesante, según sus peculiares
criterios, estaba a punto de suceder, entraron en escena con rapidez. Soltaron
los tubérculos a la entrada de palacio, se limpiaron la arena de las manos y se
acercaron sigilosos a la Sala de Ceremonias, cuya luz inusitada casi los
repelió de vuelta al huerto.
—Solo porque él existe me elevo. Con su ausencia supero unas pruebas;
con su presencia supero otras. Y tanto en un estado físico como en otro,
siempre vive en mí de un modo que me impulsa a estar cada vez más cerca de
Dios.
∞
Más allá de la forma
—¿Por qué ha sucedido eso hoy más que nunca? —preguntó el maestro.
—Porque al llegar a Gímaco, creí que habíamos logrado la meta y que
siempre estaríamos juntos, hasta el último día de nuestras vidas en este
mundo. Cuando él se fue y nuestros caminos volvieron a separarse, afiancé
en mi corazón la verdad espiritual del matrimonio celestial y terrenal por
encima de toda forma.
—¿Y qué sentiste?
—Sentí el dolor de nuestra separación y de la separación de mi propia
esencia en el origen. Pero esta vez, después de tantas experiencias de
separación, cuando la estrella del báculo me iluminó, el dolor se desvaneció
como una ilusión. Ahora siento más paz y fuerza para vivir.
∞
Conexión con la unidad
—Esa es la esencia del zen —sonrió el maestro—, la experiencia de la
iluminación libre de conceptos, nacida de la práctica espiritual del amor.
—El zen de este tiempo no consiste en permanecer sentados meditando,
sino en el nivel superior de mantener el estado de meditación durante las
actividades de la vida cotidiana —la maestra respondió a las preguntas que se
estaba haciendo Alma—. Y no, no hay una sola iluminación, sino que existen
varios niveles de experiencia de la luz divina.
—El primer nivel es la conexión con la unidad que has experimentado al
despedirte de Amador, capaz de proporcionar dicha y paz interior sin apego a
nada ni a nadie, además de permitir la apertura de la Puerta del Infinito —
explicó el maestro iluminado—. Los siguientes eslabones del despertar
evolutivo de las almas se extienden en la infinidad de la sabiduría universal.
La vida en el cosmos puede resultar de todo menos aburrida —sonrió el
anciano guiñando un ojo.
∞
Asumir el puesto celestial
—Amador y tú sois los sucesores del linaje dorado, Alma, porque sois uno
—pronunció la maestra iluminada.
—Vuestro proceso de despertar continúa. Intenso tiempo de práctica os
espera. ¿Quieres seguir aprendiendo junto a nosotros?
Alma miró a los ancianos maestros, a Padre y Madre, y a toda la familia
que la había impulsado a ser ella misma. Los abrazó de corazón con inmensa
gratitud. A continuación se arrodilló con una reverencia al Gran Espíritu que
los habitaba. Con aquel gesto asumió la responsabilidad y el amor del puesto
que, sin buscar comprensión, razón ni explicación, le correspondía aceptar.
Padre y Madre se tomaron de las manos con lágrimas en los ojos. Los
maestros y maestras sentían el palpitar del corazón. La puerta de palacio se
abrió y, como si hubieran pasado años en lugar de unas pocas horas, Amador
regresó con una nueva luz en su estrella del alma.
Junto a su amada, se arrodilló, y también junto a ella se comprometió a
cumplir los designios de Dios. Inma y Heartson se acercaron a los troles y
estos les resumieron lo que acababa de suceder: «Vuestro padre y vuestra
madre de corazón se aman de verdad».
∞
Tu sonrisa ilumina el mundo
De repente, Alma empezó a reír. Al principio fueron risas suaves, pero a
medida que se liberaban energías dormidas de alegría en su interior, las risas
empezaron a reverberar por todo el Palacio de Cristal.
Sin saber por qué y solo por simple contagio, los niños y niñas empezaron
a reír, también los mayores y los maestros y maestras. A trompicones
risueños, Alma susurró a Amador: «Esta vez no has tardado tanto en
regresar». Volvió a reír como cuando era niña y chapoteaba en las olas del
mar.
Después de tanto drama, las lágrimas se habían convertido en risas y las
penas en alegrías. Al fin, otro mágico signo del despertar y la iluminación de
los corazones. Amador rió con ella mientras pensaba:
«Tu sonrisa ilumina el mundo».
∞
Camino sacramental
—Amar, volver a amar y seguir ejerciendo la voluntad de amar a ese
cónyuge que te enfrenta con tus límites y debilidades humanas es uno de los
caminos sacramentales más poderosos hacia la santidad —dijo la maestra
iluminada.
—Tu cónyuge no te ha fallado. Tan solo te fallarías a ti mismo o a ti
misma si no contemplaras el gran plan del Cielo desde tu mirada divina, pues
el otro es tu compañero perfecto y tu resorte más potente en el camino del
despertar —añadió el maestro iluminado.
—Perdonad mil veces y mil más, desde la humildad de la viga en el ojo y
la sabia comprensión de hallaros inmersos en pactos del alma necesarios para
la escuela vital. Perdonad de este modo hasta que ya no quede nada más que
amor y misericordia en vuestro corazón —la maestra iluminada miró a su
compañero y ambos hicieron una reverencia a Padre y Madre, por su gran
labor guiando Gímaco a buen puerto. Ellos hicieron lo mismo.
∞
Misión encomiable
—Vuestra misión ahora es una de las más encomiables que pueden
realizarse en este mundo, un destino propio de los Coramor del Universo:
crear una familia llena de armonía en la Tierra, a la vez que seguís
elevándoos en vuestro puesto búdico del Cielo —los sorprendió la maestra
iluminada—. Cuando cada alma de este planeta logre la armonía interior y
familiar, el mundo será un remanso de paz.
∞
Renovar los votos de amor
—Alma, voy a preguntarte algo importante para mí —dijo Amador
mientras observaban el vuelo de los maestros iluminados hacia su puesto en
el alto cielo—. Después de lo que hemos vivido, ¿volverías a casarte
conmigo?
—Amador, eres mi marido en el Cielo. Agradezco haber podido elegirte
también en la Tierra —lo miró con amor.
—Yo también, Alma, yo también —se le velaron los ojos de lágrimas.
Mientras se tomaban de las manos, renovando sus votos de amor en
presencia del Gran Espíritu y de los seres estelares de su linaje humano y
divino, la familia de luz se dirigió a Gímaco para descansar.
∞
Alma unificada
Pues bien, Alma y Amador, que se liberaron de karmas milenarios que los
habían separado durante un tiempo interminable y que habían dado un paso
de gigante hacia su más luminoso destino, solo pensaban en una idea: estar
juntos y encontrar descanso en uno de sus abrazos.
Como antaño, en lugar de subir a sus habitaciones, fueron a pasear hasta el
acantilado de las promesas. Sí, más allá de las apariencias, las habían
cumplido todas, las más elevadas realizadas en el Cielo antes de bajar a la
Tierra para vivir juntos el paraíso en el aquí y ahora.
—Alma, ya no tengo miedo —la miró con ganas de llorar, agradecido por
tanto como había liberado de su corazón, después de travesías sin fin en
desiertos de tenebrosa oscuridad.
—Yo también estoy preparada.
—¿Ves lo que veo yo?
—Sí, Amador.
Los dos diamantes del Mundo de Amor se abrazaron bajo una luz
celestial, y el mar plateado enrojeció de rubor. La estrella de su alma
unificada se iluminó hasta pintar de dorado el firmamento. Los luceros del
cielo empezaron a reír por las cosquillas de aquella vibración.
∞
Luz de otros mundos
La familia cambió el apartamento que Alma conservaba en la costa por otro
con dos habitaciones más, y durante unos días de verano que los niños
pasaron con sus tíos y tías coramor de Gímaco, Alma y Amador hicieron un
llamado a ese milagro desde el amor que se profesaban el uno al otro.
Con tiempo a solas para hablar de corazón a corazón, conocerse mejor el
uno al otro y expresar anhelos compartidos, juntos y en unión hacia el mismo
horizonte lleno de luz, sanaron y continuaron lo que no habían podido vivir
en el pasado: el amor mágico de la sexualidad sagrada.
—A veces pienso en formas de traer luz de otros mundos a este planeta —
Amador miró a Alma—. Una de ellas es a través de los niños y niñas, de
nuestros hijos e hijas —la abrazó con la mirada.
—Es hermoso —Alma sentía tanto amor que no podía expresarlo con
palabras.
∞
Ser juntos más que dos
«Nos unieron en el Cielo y en la Tierra para aprender a superar cualquier reto
que nos alejara del amor, para armonizarnos por muy polares que fuéramos y
para apoyarnos el uno al otro. Ser juntos más que dos. El pasado solo está en
la mente. La vida está en el presente. Hay un mundo con luz esperando»,
recordó que una vez había dicho a Amador, sin saber que ese mundo
luminoso vendría dado por una estrella de ocho puntas que, un día elegido
por el Gran Espíritu, viajaría hasta su vientre.
∞
Embarazo
La Abuela Luz, la Gran Madre y la Maestra Tierra se encargaron de que el
proceso de embarazo de Alma y Amador fuera lo más natural posible en lo
físico, emocional y espiritual.
Incluso permitieron a Alma, con las medidas de seguridad mágica
pertinentes, que cumpliera el intenso antojo que tuvo durante aquel periodo
tan lleno de luz: volar y volar hasta lo más alto del cielo, junto a Amador y al
ser que los había elegido como padre y madre en aquella vida extraordinaria.
∞
Vivir en oración
—Amador, cuida de los niños. ¡Os quiero! —la voz de Alma sonó lejana
desde el firmamento oscurecido por los atacantes.
—¡Alma! —Amador se asustó, pero con rapidez puso la atención en la
estrella de la sabiduría para mantener la calma y transmitírsela a sus hijos.
Sabía que ella estaba siguiendo su poderosa intuición. La historia se
repetía. ¿Por qué era ella quien acababa siempre en el centro del huracán?
¿Por qué el Gran Maestro Iluminado había puesto la mirada en su diosa
amada?
Era sencillo: porque a pesar de sus imperfecciones humanas, propias del
más común de los mortales, Alma tenía fe en el poder del amor como jamás
vio en ningún otro ser. Creía en los milagros nacidos de la conexión con la
divinidad, hablaba con Dios sabiendo que estaba siempre a su lado, vivía en
constante oración en cada momento de su existir.
∞
Pacto con Dios
—Papá, mamá, por favor, quedaos con los niños —pidió Amador a sus
padres—. Si no volviéramos…
—¡Eso es imposible, hijo! ¡Adelante! —exclamó su padre.
Amador conocía cada vez mejor a su mujer. Mientras que a él las pruebas
del pasado le habían pasado factura física, emocional y espiritual, Alma había
encontrado la llave para dar el siguiente paso y salir más fortalecida de ellas:
la fe.
Realizaba una mágica transmutación alquímica desde su ser, gracias a la
necesidad vital de dar sentido a cada lágrima, tristeza y sufrimiento, siempre
apoyada en el amor primordial del Gran Espíritu.
Ella no había venido al mundo a pasar calamidades sin propósito, ni a ver
cómo otros las padecían sin hacer nada. No. Alma sabía y siempre recordó
que su viaje a la Tierra se debía a un pacto con Dios relacionado con el amor.
∞
Salto de fe
Del mismo modo que era consciente de aquel voto sagrado con la divinidad,
también había descubierto que cuanta más oscuridad atravesaba en ciertos
momentos en su vida, más luz irradiaba después, tras ese proceso alquímico
que se había convertido en un hábito natural para ella.
Por ese motivo se había lanzado hacia las hordas oscuras, porque sabía
que solo en medio de aquel terrorífico infierno, sería capaz de conectar con la
luz necesaria para trascender aquella escena de peligro mortal, de un modo
improvisado que en esos momentos ni siquiera podía imaginar. El salto de fe
al vacío, allí donde el Gran Espíritu la reclamaba, era su forma de vivir.
∞
La promesa de Dios
Amador voló tan veloz que logró alcanzar a Alma. Ella sintió admiración por
lo mucho que había avanzado. La espera sin espera, teniendo fe en el florecer
del matrimonio basado en el amor verdadero, había sido tan fructuosa como
le había prometido el Gran Espíritu. El hombre divino se había elevado del
mismo modo que el bambú y ello lo había hecho digno heredero del linaje
junto a Alma.
∞
Juntos sin temor
Alma aceleró el vuelo y Amador le dio la mano. Juntos, sin temor siquiera a
perder la vida ni a que sus hijos quedaran huérfanos y sus misiones truncadas,
porque tenían fe absoluta en los caminos rectos de Dios, se lanzaron hacia las
hordas de karmas históricos, se miraron a los ojos con amor y expandieron la
luz de su estrella del alma compartida más allá de lo que nadie pudo ver ni
narrar.
∞
Instinto maternal
Alma y Amador quedaron atrapados entre los karmas, que se convirtieron en
toneladas de cuchillos clavados en sus espaldas. Sentían grilletes en muñecas
y tobillos, cadenas por todo el cuerpo, ahogo en el cuello, tormento mental,
arenas movedizas bajo los pies. Eran energías de muerte que podían acabar
con sus vidas.
De pronto, Alma miró hacia tierra firme donde estaban sus hijos e hijas y
sintió más poderoso que nunca el instinto maternal que el Espejo de la
Verdad había leído en ella cuando la bautizó.
Recordó cuando Heartson le escribía mensajes por móvil: «Te quiero
infinito. Aunque no te lo digo mucho, eso siempre está ahí», y cuando Inma
le pintaba dibujos de boda con su padre y le escribía cartas con corazones:
«Gracias por cuidarme. Te quiero. Te quiero. Te quiero».
Revivió el prodigio de la vida cuando tuvo a Amadeo y Edén en brazos
tras salir de su propio cuerpo; cuando sintió la emoción de sus manitas
cogiendo sus dedos por acto reflejo y la conexión de sus miradas penetrantes
hasta el alma.
∞
Cultivarse en medio del reto
«Nada ni nadie pueden destruir el amor. El Gran Espíritu está ahí», se decía
ella, mirándose con Amador para transmitirse fuerza el uno al otro. «Ninguna
historia dramática ni ninguno de los personajes que nos han dañado son
verdad. Solo el amor es real».
«Mira la amplitud del amor que hay en tu corazón después de haber
atravesado todas estas experiencias y de haber superado duros retos con tu
alma unidad. Todo es espejo de ti misma», miró a su alrededor, desde el
hombre y la familia de luz que tanto amaba hasta los depravados karmas
asesinos que estaba abriéndose a amar.
«Cuanto ves es cuanto Dios ha puesto en tu camino para el mayor bien de
todos, Alma. Amplía tu mirada, tu sabiduría, tu gratitud», se cultivaba a sí
misma en medio de la prueba.
∞
Superar la prueba juntos
Entonces recordó cuando fue abandonada, cuando su padre le pegaba, cuando
su madre le gritaba, cuando quiso suicidarse, cuando perdió la luz de Gímaco,
cuando vivió una vida oscura con Amador, cuando sus padres murieron,
cuando se casó y tocó el fondo del dolor, cuando llegó destrozada a la
universidad de palacio, cuando conoció a su otro padre y este murió, cuando
construyó un mundo soñado y se derrumbó.
Amador vivía la situación al unísono con ella. Rememoró cuando quiso
morir, cuando se drogaba para subsistir, cuando las relaciones reflejaban su
tormento, cuando creyó encontrar la salvación en Alma y cayó de nuevo
hacia su propio infierno, cuando la desesperación por no saber cómo estar
con ella lo sumió en la falta de fe y retornó a la muerte en vida, cuando Fénix
murió, cuando supo que era padre y se vio superado por el peso del karma,
cuando Alma lo buscaba para salir juntos adelante y él seguía sin tomar las
riendas de su vida, cuando huía y se aislaba después de mil vaivenes, cuando
al fin llegó a Gímaco y sintió que no estaba preparado para quedarse allí.
—Todo lo que se presenta ante nosotros es lo que necesitamos aprender —
le dijo Alma por telepatía—. Si hemos trascendido tanta oscuridad estando
separados, ¿cómo no íbamos a superar esta prueba estando juntos?
—Sí, mi alma. Las heridas del pasado nos impidieron madurar ciertas
partes de nosotros, pero ya me siento completo —la miró con gratitud—.
Ahora que vuelvo a sentir alegría por tantos proyectos terrenales y divinos
que nos esperan, empezando por nuestra familia, esta infinitud de diablos no
harán tambalear nuestra fe ni podrán con nuestro amor.
∞
Orar juntos
En medio de aquel sufrimiento humano inconcebible, Alma y Amador
empezaron a orar juntos al Gran Espíritu, como habían aprendido en Gímaco
desde niños y como habían seguido haciendo en su hogar para mantener
vivos el amor y la armonía familiar.
Los Grandes Maestros Iluminados se conmovieron al ver aquel gran
corazón de fe y compasión, y se arrodillaron en oración junto a los sucesores
que estaban dando la vida por ellos.
Los seres de los ocho mundos de la Esfera del Espíritu y los coramor del
mundo terrenal se sumaron a la plegaria conjunta, invocando desde el
corazón verdadero a la divinidad que los habitaba.
El Gran Espíritu acudió al acto ante la poderosa oración que rogaba por la
liberación del sufrimiento de la humanidad. Los hijos e hijas de Alma y
Amador estaban en el centro de la multitud de seres de luz, cuidados por sus
abuelos y abuelas del Cielo y de la Tierra, y también rezaban a su manera por
sus padres y por el mundo.
∞
Compromiso hasta el final
—Fe, sinceridad y compromiso —pronunció el Gran Espíritu con una voz
omnipotente, que se alzó por encima de los gritos ensordecedores de las
hordas oscuras ante la luz ardiente del amor—. Percibo la fe y la sinceridad.
Solo falta el compromiso. ¿Estáis dispuestos y dispuestas a realizar un voto
sagrado durante esta vida y las venideras?
—Sí, Gran Espíritu, lo estamos —respondieron al unísono los seres que
se habían unido para hacer frente a los karmas humanos que todos habían
contribuido a crear en su paso de aprendizaje por la existencia.
—¿Practicaréis y difundiréis el camino del amor hasta el último aliento
de vuestras vidas?
—Sí, Gran Espíritu, lo haremos —la estrella del alma de todos aquellos
seres unidos se iluminó de tal modo que la divinidad se manifestó pura desde
sus corazones.
—En tal caso, os concederé tiempo para que podáis iluminar las sombras
planetarias antes de que estas realicen la destrucción mundial final.
Al pronunciar aquel dictamen, el mar avanzó por la llanura hasta llegar al
lugar donde Alma y Amador flotaban en el aire apresados por los karmas.
Para no arrastrar con él a los millares de seres que permanecían arrodillados
en oración, el mar abrió sus aguas y se elevó hasta las hordas oscuras, aliado
con las fuerzas de la naturaleza.
La colisión fue dolorosa, pero empezó a purificar la negrura de los karmas
con las limpias aguas alimentadas de la luz de Gímaco. Alma y Amador
siguieron conectados con el amor hacia las sombras del pasado y este acto
compasivo fue la luz definitiva que los liberó de la oscuridad.
Las sombras planetarias se disolvieron, las aguas del mar se retiraron, y
Alma y Amador descendieron a tierra, justo en el centro donde estaban sus
hijos, rodeados por la familia de coramor más numerosa que se hubiera unido
jamás.
∞
Misión de evolucionar
—¡Papá, mamá, parecíais súper héroes! —exclamó Amadeo.
—¡De mayor quiero ser como vosotros! —Edén miró al cielo sonriendo.
—Atendiendo a mi voluntad, cada nueva generación tiene la misión de
evolucionar más allá que la anterior —respondió el Gran Espíritu a la niña
en su interior.
—Habéis sido muy valientes, hijos míos —Alma abrazó a los cuatro.
—Sí —Amador amplió el abrazo familiar—. Percibimos vuestro corazón
lleno de fe, aun sabiendo que podía ser la última vez que nos viéramos.
—¿Y ahora qué, mamá? —preguntó Edén.
—Ahora vamos a preparar otra merienda —dijo mirando las caras de los
troles llenas de chocolate— y la mochila, que mañana hay colegio.
—¡Pues vaya! —se desilusionó Amadeo.
—Cada uno, su responsabilidad. Así se hacen el buen camino y las alas
fuertes —Amador levantó al vuelo a los dos pequeños haciéndolos reír.
—Gracias, Gran Espíritu —hicieron una reverencia todos unidos hacia la
luz de los karmas iluminados.
∞
Como el agua
—El agua del río busca el océano entre montañas rocosas —pronunció el
gran maestro del linaje.
—Las rocas del camino impulsan las aguas hacia su destino —cerró la
gran maestra antes de partir juntos de la mano hacia su alto cielo.
∞
Servir a la vida
Desde aquel año, presagiado por las facultades visionarias de Fénix, Luna y
muchos otros coramor, que se unieron para crear una trayectoria de destino
alineada con el amor, el vuelo de los agapornis se hizo permanente sobre los
cielos de los Palacios de Cristal, que juntos construyeron en todo el mundo.
Más allá en el tiempo, los Bautizos Astrales ya no serían necesarios para
abrir la puerta de la esencia e iluminar la estrella del alma, puesto que las
vibraciones de los seres humanos habrían evolucionado hasta el punto de que
la conexión con el Gran Espíritu permanecería siempre viva.
En aquella vida, y solo porque Dios así lo quiso, Alma y Amador
conquistaron la Puerta del Infinito, como Grandes Maestros Iluminados del
linaje dorado del espíritu santo.
El amor a la vida, a sí mismos y al prójimo abrió por completo su corazón
de luz, algo que los condujo a ocupar un nuevo puesto en el universo. Tanto
el honor como la responsabilidad fueron de gran magnitud.
El compromiso firme de abrir camino al amor en el mundo, la fuerza de la
familia unida y la fe en el Gran Espíritu les proporcionaron la vitalidad
necesaria para cumplir el propósito de todo coramor: servir a la vida.
∞
Prodigar amor en el mundo
Alma y Amador:
Sabed que antes de crear este paraíso, juntos y unidos, las vidas futuras
depararán grandes pruebas a la humanidad. Cuando dejéis este mundo,
dado vuestro puesto divino en el amor, podéis elegir quedaros en el Cielo
junto a mí o seguir volviendo a la Tierra, sabiendo que quizás no siempre me
sentiréis y que los retos pueden ser aún más duros que los experimentados en
esta vida.
Si regresáis a este mundo en los tiempos venideros, no siempre volveréis a
estar juntos. Os encontraréis en unas vidas y solo os recordaréis en otras.
Seguiréis heredando karma oscuro, con la misión de transmutarlo en luz y
acompañar a otros seres a lograrlo hasta el día del gran despertar.
Al escuchar las palabras del Gran Espíritu, Alma y Amador alzaron el
vuelo hacia el sol con grandiosas alas doradas. Los cuerpos parecían de oro
por sus auras iluminadas y la estrella de ocho puntas de su alma compartida
se convirtió en un corazón de fuego formado por dos llamas idénticas.
—Elegimos volver hasta que todos los seres regresemos juntos al hogar.
—Si lo hemos logrado en esta vida, podemos hacerlo en las siguientes.
—Porque tú, Dios amado, vives en nosotros, y con eso basta.
—Cada sufrimiento de nuestras vidas tuvo un sentido que nos llevó al
amor.
—El mismo amor que todo ser humano merece sentir en su alma.
—Lo que haya de venir por la ascensión mundial hacia ese amor,
bienvenido sea.
—Gracias, Gran Espíritu, por la vida, la familia y el hogar.
—El amor verdadero todo lo puede.
Alma y Amador volaron unidos prodigando amor en el mundo. Del cielo y
la tierra brotaron flores de loto, fruto de vida que alimentó la luz del universo.
∞
ÍNDICE
1
CAMINO
Alma dividida
Amor a los padres
Cosecha de retos y virtudes
Chispa divina original
Mirar adentro
Transformación interior
Un mismo corazón
Amor absoluto
Camino hacia el despertar
Amarse a uno mismo
El fluir de la vida
El don como vía de conexión
Mundo visible e invisible
Familia espiritual
El ser amado
Fruto divino imperecedero
Tierra fértil
Abrazo eterno
Llanto
Polos complementarios
Danza de dragones
Contigo la vida es vida
Corazón sangrante
Paraíso y averno
Confiar en el designio divino
Fe en el amor
Activación evolutiva
Vuelo al verdadero hogar
El propósito del sufrimiento
Alas de fénix
Depresión
Movimiento planetario
Labor conjunta
2
UNIDAD
Vivir desde la unidad
Santo camino
La grandeza del presente
Abrir el ojo de la sabiduría
Hacer posible lo imposible
Fuerzas kármicas
Compromiso sagrado
Sincronizados a la perfección
Heridas del linaje
Epifanías
Ruegos
Niveles superiores de consciencia
La llave del edén
Ama con todo tu corazón
Como el sol y la luna
Dios en primer lugar
Justicia divina
Salvación
Pruebas de fe
Reino de paz
Fusión entre hombre y mujer
Energías masculina y femenina
El bien de innumerables seres
Misericordia
Bestias infernales
3
RESURRECCIÓN
¿Comprendes ahora?
Una aventura juntos
Camino de resurrección
Dos grandes rumbos a elegir
La puerta de la esencia
Resucitar a la verdadera fe
Respirar y sonreír
Hágase Tu voluntad
Océano de luz
Duelo
Morir para renacer
Unificación con el ser
Impulso mutuo
Compromiso con Dios
Desorden que bloquea el amor
Seguir adelante
Estrella del alma
Mundo material y espiritual
Corazón endurecido
Cuestiones del Cielo
Granito de arena
Prójimo
Imperio de cristal
Traición
Influencia
Tu huella
Otro tiempo más propicio
Amar también es soltar
Reconocer la verdad
Sentirse morir
Manos vacías
Chispas de luz en el viento
El reto del espejo
El peso de la culpa
Vacío
Vulnerabilidad
Pedir ayuda
4
FUSIÓN
Conversación con la Muerte
Eclosión
El libro de la vida
Cocrear la realidad
Creencias
A tiempo de cambiar el destino
Muerte en vida
Miedo a vivir
Familia
Miedo a partir sin cumplir
Misión en la Tierra
Conectar con el amor
Como el primer día
Fusión del alma unidad
Servir a las almas del mundo
5
AVENTURA
El arca de la nueva humanidad
Bello ser
Confusión
Dios está contigo
Las profundidades del dolor
Aventura extraordinaria
Desafío
Superar la prueba
Volver a ser uno
La más bella historia de amor
Unión alquímica
El centro de la ética justa
Resentimiento
Todo está en mí
La vida avanza
Energía cálida de hogar
Vivir desde el ser
Un nuevo amanecer
Flor de loto nacida en la adversidad
Alma pura
Encomendarse a Dios
Dar paso a la magia
Acción divina
Comodidad
6
VERDAD
Corriente vital
Te quiero
El amor de mi vida
La verdad saldrá a la luz
Luchar contra la verdad
El mayor bien de todos
Elevar el nivel espiritual
Destino superior
Siempre
Recordar la misión
Echarte de menos
Enfocarse en el amor
Coramor de Luz
Reflejo de lo intangible
Principios morales
Estilo afectivo
Pruebas elegidas
Alejarse de la luz
La sombra del vampiro
Micromundo de espejos
Camino eterno
Destino familiar
¡Despierta!
7
MATRIMONIO
Temor espiritual
Mundo ilusorio
Esclavitud
Solo Dios puede
Relación de pareja
Ganas de vivir
Energía milagrosa
Aprendizaje pactado
Práctica en familia
Conexión
El trauma de la separación
Amor terrenal
Hacia la luz interior
Chispas viajeras de amor
Espejo multidimensional
Llamada orquestada
Congelación emocional
Liberar el dolor
Sacrilegio
Sé quién eres para mí
Gímaco
Relación guiada por Dios
Las escrituras de los cielos
Tiempo divino
Oleada de llamas gemelas
Mundo extraño y hostil
Matrimonio armonioso
8
FELICIDAD
Volver a este mundo
El secreto de la felicidad
Vuelo al más alto firmamento
Verdad que unifica
Continuar hasta lograr
Abismo amplificado
Aires nuevos
Cambio de etapa
Sacar a la luz el ser
Te apoyo
Ya te amaba
En manos de lo divino
Dios está aquí
Dos aves fénix
La vida te lo mostrará
La voz de tu interior
Saberse amado
Dios te habla
Unión matrimonial
Reconocer el amor
Tiempos de nuevos retos
Larga noche oscura
Alta vibración
Gracias a tu existencia
Consciencia del lado oscuro
El plan que acordamos
Apostar por el amor
Caer en los extremos
La Esfera del Espíritu
Voces externas
9
HOGAR
Matrimonio, separación, divorcio
Delegar en la santa voluntad
Libre albedrío
Fe que mueve mundos
Amores verdaderos
Obediencia a lo divino
Cima de luz
Descanso necesario
Siempre sale el sol
La verdad esencial
Orden en nuestro universo
Corazón aprisionado
Océano de aguas cristalinas
El significado del matrimonio
Corazón de coramor
La respuesta correcta
La clave está en la paz
Acercarse a Dios
Escuchar los pasos a seguir
Ayuda
Retorno al hogar
Angustia
Sentir cómo me miras
Simbolismo
Paraíso
Voto entre llamas
Nuestro amor
10
JUNTOS
Fuente iluminada
Nuevo inicio de luz
Encontrar la dirección
Glorificación
El justo medio del equilibrio
Agradecimiento
Trascender la idea de separación
Verdades que dan luz
Lo que siempre permanece
Gracias por todo
Palabras curativas
Por favor
Agradecer la oscuridad
Entramado familiar
Humanidad
Nada hay que perdonar
Conocerme a través de ti
Juntos la vida brilla más
Navío directo al sol
Diamante
Fuego espiritual
Despertar a la vida
Voluntad de amar
Dios bendiga
Vivir en Dios
La naturaleza de la divinidad
Juntos en libertad
Convivir
Camino hacia la iluminación
11
SERVIR
Revitalizar el Tao
Sois un equipo
Fruto de nuestro amor
Al fin
Flor recubierta con cristal
Ver la realidad
Ataduras terrenales
Verdadero Tao
El gran amor de Dios
Amor de pareja sagrada
Vives en mí
Más allá de la forma
Conexión con la unidad
Asumir el puesto celestial
Tu sonrisa ilumina el mundo
Camino sacramental
Misión encomiable
Renovar los votos de amor
Alma unificada
Luz de otros mundos
Ser juntos más que dos
Embarazo
Vivir en oración
Pacto con Dios
Salto de fe
La promesa de Dios
Juntos sin temor
Instinto maternal
Cultivarse en medio de la prueba
Superar el reto juntos
Orar unidos
Compromiso hasta el final
Misión de evolucionar
Como el agua
Servir a la vida
Prodigar amor en el mundo