Via Crucis Por Los Enfermos
Via Crucis Por Los Enfermos
Via Crucis Por Los Enfermos
CUARESMA 2022
unsitiogenial.com
Introducción (Voluntari@)
Comenzamos el rezo de este Santo Viacrucis, pidiendo al Señor, que nos
acompañe con su mirada de bondad, El, que siendo inocente aceptó el tormento
de la Cruz, entregándose a sus propios enemigos, nos ayude a no tener miedo
en nuestros momentos de enfermedad y de cruz. En este camino, como lo hizo
con su Hijo, nos acompaña la Virgen, la Madre Buena y Santa, Ella es la salud,
el alivio y el consuelo de todos los enfermos. En este Santo Víacrucis, pedimos
por todos los que sufren, por todos los que están angustiados por el peso de
sus pecados.
Nos acodamos también de los ancianos que sufren la soledad de sus seres
queridos. Queremos ser sus portavoces ante ti e implorar tu
misericordia.
Acto de contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y redentor mío; por ser
Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo
corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del
infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar,
confesarme, y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Santa Mª de la Salud, enséñanos a cuidarnos los unos a los otros, a ser útiles para los
demás, a vivir el evangelio de tu hijo Jesucristo tal como tú lo viviste hasta el final,
acompañando a tu Hijo querido, por esta Vía dolorosa, este camino de dolor y sufrimiento
que no finalizó, el Viernes Santo, en un sepulcro que se cierra, sino en el Domingo de
Gloria, en el sepulcro que se abre, un Domingo que durará para siempre. Esto te pedimos
Señor, por medio de tu Madre, Esta mujer que es el ser más hermoso de la creación, y vive
y reina contigo en lo más alto de la Gloria, por los siglos de los siglos. AMEN.
1
PRIMERA ESTACIÓN: JESÚS ES CONDENADO A MUERTE
Guía: Te adoramos Cristo y te bendecimos / Todos: Que por tu santa cruz redimiste al mundo
Reflexión
Señor, a pesar de que todos estaban en contra tuyo y pedían tu muerte, tú te
mantuviste firme hasta el final, sosteniendo que tú habías venido al mundo
para dar testimonio de la Verdad. Sólo Tú, Señor, eres la Verdad y sé que Tú,
que eres la Verdad, escuchas mi voz. Yo también me siento a veces “condenado”
por mi enfermedad, al igual que tú te sentiste condenado por el pueblo judío.
Ayúdame a tener tu fortaleza y a dar testimonio de Ti, Verdad absoluta, ante
mis familiares y amigos, desde mi enfermedad. Te pido también por los
cristianos de todo el mundo que hoy son perseguidos, encarcelados y hasta
asesinados por dar testimonio de la Verdad, para que les des la fortaleza
necesaria para no dejarse vencer.
Padre nuestro
Todos: Señor, Pequé ten piedad y misericordia de mi
Reflexión
Señor, esa cruz que cargaste sobre tus hombros eran todos nuestros pecados,
MIS pecados. ¿Qué amor es más grande que aquel que es capaz de asumir las
culpas ajenas? Bien sabes Señor que yo también cargo una pesada cruz: mi
enfermedad. Ayúdame Señor a hacer de mi enfermedad, no un motivo para
autocompadecerme, para quejarme, para renegar de la vida, sino que sepa
asumirla con alegría y fortaleza, como tu hiciste con tu Cruz, y llevarla por el
camino de mi vida con el orgullo de saber que tengo la posibilidad de
compartir tu sufrimiento redentor. Te ofrezco Señor mi cruz por mis pecados y
por la conversión de todos los pecadores. Acéptala como mi humilde ofrenda
para que se una a tu cruz por la salvación del mundo entero.
Padre nuestro
Todos: Señor, Pequé ten piedad y misericordia de mi
2
TERCERA ESTACIÓN: JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ
Guía: Te adoramos Cristo y te bendecimos / Todos: Que por tu santa cruz redimiste al mundo
Reflexión
Señor, Tú nos dijiste que para seguirte era necesario abandonarlo todo,
cargar nuestra cruz y caminar tras de ti. Yo ya tengo la cruz de mi enfermedad
sobre mis hombros. Pero no siempre te la ofrezco a Ti. ¡Cuántas veces no me
aferro a ella y me dejo vencer por el miedo y la desesperanza y caigo por
tierra! Te pido Señor que me ayudes a renunciar a mí mismo, a mis miedos, a
mis egoísmos, a mis exigencias, a pensar solamente en mis necesidades cuando
hay muchos a mi alrededor que también tienen sus problemas y
preocupaciones. Ayúdame a vencer mi egoísmo, y a que mi enfermedad y mi
persona no sean lo más importante en mi vida. Ayúdame a poner mi vida en tus
manos, a renunciar a querer ser yo el centro de atención, cuando el centro
debes ser sólo Tú. Te doy gracias Señor porque has dado un sentido a mi vida
mostrándome la vocación misionera, y te pido por todos los enfermos del
mundo que han perdido la esperanza, para que te encuentren a Ti, que eres el
Camino la Verdad y la Vida.
Padre nuestro
Todos: Señor, Pequé ten piedad y misericordia de mi
*Canto
CUARTA ESTACIÓN: JESÚS SE ENCUENTRA CON SU MADRE
Guía: Te adoramos Cristo y te bendecimos / Todos: Que por tu santa cruz redimiste al mundo
Reflexión
Señor, tu Madre María te acompañó en todo momento, hasta en los más duros.
Ayúdame a imitar su ejemplo, acompañándote yo también. Sé que cuando me
siento solo, no es porque Tú dejaste de acompañarme, sino porque yo dejé de
acompañarte a Ti. Dame fuerzas para perseverar junto a Ti y nunca renegar de
tu Amor infinito, por más difíciles que sean las situaciones que me toque vivir.
Te ofrezco mi enfermedad Señor diciendo, al igual que María: “Yo soy la
esclava del Señor, que se haga en mí su Voluntad”. Yo también quiero ser tu
madre y tu hermano, Señor, por eso escucho tu Palabra y te pido que me des
fuerza y coraje para practicarla. Te pido Señor por todos los hombres del
mundo que no te conocen, para que encontrando a María, tu Madre, te
encuentren también a Ti.
Padre nuestro
Todos: Señor, Pequé ten piedad y misericordia de mi 3
QUINTA ESTACIÓN: EL CIRINEO AYUDA A JESÚS A LLEVAR SU CRUZ
Guía: Te adoramos Cristo y te bendecimos / Todos: Que por tu santa cruz redimiste al mundo
Reflexión
Señor, aquel Cireneo fue capaz de salir de sí mismo para ir a tu encuentro y
ayudarte. Enséñame a descubrir que yo también puedo ser Cireneo en mi vida
ayudando en la medida de mis posibilidades a aquellos que me necesitan. Mi
enfermedad no debe ser una excusa para que los demás tengan que ayudarme
siempre a mí. Los que me rodean, también tienen problemas y preocupaciones,
y yo puedo encontrar muchas maneras para ayudarlos: escuchando,
aconsejando, o simplemente apoyando y amando... Ayúdame a ser como el
Cireneo para las personas que me rodean. Te pido también Señor por todos los
Cireneos del mundo, que trabajan día a día por la propagación del Evangelio y
de tu Iglesia por el mundo y, especialmente, por aquellos que dedican su vida a
la atención pastoral de los enfermos y ancianos: agentes de Pastoral de la
Salud, Ministros de la Eucaristía y Legionarios de María, que día a día, llevan
tu presencia a los hogares y hospitales donde hay enfermos y ancianos que te
esperan, dales fortaleza y perseverancia para cumplir con su misión.
Padre nuestro
Todos: Señor, Pequé ten piedad y misericordia de mi
Reflexión
Te doy gracias Señor porque en el mundo existen personas capaces de “secar el
rostro de los demás”. Te doy gracias especialmente por las personas que me
rodean y que me brindan su apoyo: ya sean familiares, amigos, conocidos,
médicos, enfermeros. Bendícelos y recompénsalos Señor por el apoyo que me
dan. Y si yo puedo ser útil a los que me rodean tal vez brindándoles consuelo o
alguna palabra de aliento, muéstramelo Señor. Te pido por los agentes
sanitarios, médicos y enfermeros de todo el mundo, para que ilumines su
accionar, y sean instrumentos tuyos a través de sus acciones y
recomendaciones.
Padre nuestro
Todos: Señor, Pequé ten piedad y misericordia de mi
*Canto
4
SÉPTIMA ESTACIÓN: JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ
Guía: Te adoramos Cristo y te bendecimos / Todos: Que por tu santa cruz redimiste al mundo
Reflexión
Señor, dame la fuerza para afrontar las dificultades, tal como tú lo hiciste en
tu camino hacia la cruz. Y lo que es aún más importante, lo hiciste por amor.
Lo soportaste todo por mí y por mis pecados. Y yo, a pesar de saber esto, sigo
pecando una y otra vez, renegando de Ti, de mí mismo y de mi enfermedad, y
de los que me rodean. Enséñame a soportar mi sufrimiento como Tú lo hiciste y
a darle un sentido redentor. Quiero ofrecerlo por mis pecados y por los
pecados del mundo entero. Enséñame amar con un amor tan grande que sea
capaz de olvidar mi propio sufrimiento con tal de lograr la felicidad de los
demás. Así como “por tus heridas fuimos sanados”, te pido Señor la gracia de
unir mis heridas a las tuyas y que por mis heridas sean sanados tantos hombres
y mujeres de todo el mundo que viven en el pecado y en el desconocimiento de
tu Amor.
Padre nuestro
Todos: Señor, Pequé ten piedad y misericordia de mi
Reflexión
A aquellas mujeres les dijiste que era inútil lamentarse en vano, que más valía
preocuparse por cambiar la vida. Ayúdame a no ser como aquellas mujeres, a
no vivir quejándome y lamentándome por mi enfermedad, por sentir que los
que me rodean no me quieren lo suficiente, o preguntándome: “¿Por qué a
mí?”. Sé que eso es inútil Señor y que solo contribuiría a hacerme infeliz.
Enséñame, por el contrario, a buscar primero tu Reino, convencido que todo lo
demás me será dado por añadidura y a esforzarme por llevar una vida santa y
que sea testimonio de amor para quienes me rodean. Te ofrezco Señor mi
enfermedad.
5
No reniego de ella, no, sino que por el contrario, te agradezco porque es la manera que tengo de estar
unido a Ti y a tu pasión y muerte. Mi enfermedad es la manera que tengo de participar de tu Cruz y de
contribuir ofreciéndola con amor, por la conversión de los que no te conocen.
Padre nuestro
Todos: Señor, Pequé ten piedad y misericordia de mi
Reflexión
Señor, a pesar de haber caído por tercera vez, te levantaste y seguiste
adelante. A veces me cuesta tanto perseverar en tu camino... Bien sé que mi
enfermedad no es ningún castigo, porque Tú no eres un Dios vengativo, sino
que es una circunstancia desagradable de la vida que me ha tocado padecer.
Precisamente por eso, tiene mérito soportar este sufrimiento inmerecido, al
igual que Tú tuviste que soportar tu cruz. Ayúdame a nunca dejar de seguirte,
por más que mi enfermedad se prolongue, que nunca me canse de ofrecértela
con paciencia y con amor. Tú lo hiciste como ejemplo para que yo siguiera tus
huellas. Te pido Señor por todos los enfermos y ancianos del mundo que se han
dado por vencidos y que solo desean morir para acabar con su sufrimiento:
dales una luz de esperanza y muéstrales que nunca está todo perdido, mientras
nos quede un aliento de vida.
Padre nuestro
Todos: Señor, Pequé ten piedad y misericordia de mi
*Canto
6
Reflexión
Señor, en tu cruz, te quitaron hasta lo último que tenías: tus ropas, tu túnica,
pero no pudieron quitarte lo más grande que tenías y que era el AMOR tan
grande a los hombres, que fue capaz de llevarte hasta la muerte. Te pido Señor
que me ayudes a no aferrarme a las cosas materiales, a no depender de ellas, a
no desesperarme si a veces no son suficientes, o a no almacenarlas inútilmente
si son demasiadas. Enséñame a ser pobre, Señor, como Tú lo fuiste en la cruz.
Te pido por todas las personas que sufren la pobreza en el mundo, para que no
les falte lo indispensable. Y te pido también por aquellos que tienen de sobra,
para que no se pierdan en su egoísmo y aprendan a compartir con los que no
tienen.
Padre nuestro
Todos: Señor, Pequé ten piedad y misericordia de mi
Reflexión
Señor, hasta en el último momento mientras sufrías los dolores de los clavos
que te traspasaban, pensaste en cada uno de nosotros suplicando a tu Padre
que nos perdonara. Enséñame a perdonar a mis hermanos. Desde mi
enfermedad, tengo la enorme y maravillosa posibilidad de identificarme
contigo, doliente en la cruz, y hacer carne propia las palabras de san Pablo:
"Estoy crucificado con Cristo y ya no vivo yo, es Cristo que vive en mí. Vivo de
la fe en el Hijo de Dios que me amó y se entregó por mí". Quiero compartir tu
cruz, Señor. Y que como tu muerte, mi vida sea útil a los demás, por eso te
ofrezco mi enfermedad, Señor, por mis pecados y por los pecados de todos los
hombres del mundo.
Padre nuestro
Todos: Señor, Pequé ten piedad y misericordia de mi
7
Reflexión
"No hay mayor amor que dar la vida por los que se ama", nos dijiste una vez, y
no fueron sólo palabras sino que lo comprobaste con hechos, muriendo por
nosotros. Tú lo diste todo, sin medida, diste tu propia vida. ¿Qué soy yo capaz
de dar por Ti y por los que me rodean? Enséñame a amar como Tú lo hiciste: a
todos por igual y sin medida, y que sea capaz de entregarlo todo por todos. Te
pido Señor por todos aquellos que en distintos lugares del mundo, entregan su
vida por amor a los demás a través de su trabajo, especialmente a los que
ofrecen su tiempo para cuidar y atender a los enfermos y ancianos.
Fortalécelos, Señor, y haz que la entrega de sus vidas no sea en vano.
Padre nuestro
Todos: Señor, Pequé ten piedad y misericordia de mi *Canto
Reflexión
Señor, con tu muerte nos diste la Vida, y Vida en abundancia. Tu muerte nos
trajo la salvación. Ayúdame a se digno merecedor de tu salvación buscando
siempre la santidad en las cosas de todos los días. Señor, tu muerte no ha sido
en vano. Gracias a Ti, muchos hoy podemos vivir la alegría de ser hijos de Dios.
Te doy gracias porque con tu muerte en la cruz nos reconciliaste con Dios y
hoy podemos ser sus amigos. Te pido Señor por todos los hombres del mundo
que no te conocen, que no saben de esta obra maravillosa que hiciste por la
humanidad, para que reciban esta Buena Noticia y lleguen al conocimiento de
la Verdad.
Padre nuestro
Todos: Señor, Pequé ten piedad y misericordia de mi
8
Reflexión
Señor, tu muerte nos abrió la esperanza de la resurrección. Tú nos prometiste
la vida eterna. Haz que viva de acuerdo a esta Gracia que me regalaste,
buscando siempre amarte y amar a aquellos que me diste por hermanos.
Muchas veces yo también me siento sepultado por mi enfermedad. Ayúdame a
no quedarme sumergido en mi dolor, sino que sepa comprender que el
sufrimiento es camino a la gloria, como para ti el sepulcro fue la puerta para la
resurrección. Dame fuerzas señor para ser testigo de esperanza entre quienes
me rodean, y acuérdate de todos aquellos valientes misioneros, hombres y
mujeres, que asumen la responsabilidad de llevar tu esperanza a todos los
pueblos del mundo.
Padre nuestro
Todos: Señor, Pequé ten piedad y misericordia de mi