1 Timoteo 4
1 Timoteo 4
1 Timoteo 4
1 Timoteo 4:16
lo que enseñas. Sigue haciendo esto, y no solo te salvarás a ti
mismo, sino que también salvarás a los que te escuchen.
Romanos 8 8-9
8
Por eso, los que viven obedeciendo sus malos deseos no pueden agradarlo.
9
Pero, si el Espíritu de Dios vive en ustedes, ya no tienen que seguir sus malos
deseos, sino obedecer al Espíritu de Dios. El que no tiene al Espíritu de Cristo, no es
de Cristo
14
Todos los que viven en obediencia al Espíritu de Dios, son hijos de Dios.
Romanos 16:17-18
17
Queridos hermanos, les ruego que se fijen en los que causan pleitos en la iglesia. Ellos
están en contra de todo lo que a ustedes se les ha enseñado. Apártense de esa
gente, 18 porque no sirven a Cristo, nuestro Señor, sino que buscan su propio bien. Hablan
a la gente con palabras bonitas, pero son unos mentirosos y engañan a los que no
entienden.
Hechos 20 30-32
También algunos, que ahora son seguidores de Jesús, comenzarán a enseñar
30
»Por eso, tengan mucho cuidado. Recuerden los consejos que les he dado
31
32
»Ahora le pido a Dios que los cuide con mucho amor. Su amoroso mensaje
puede ayudarles a ser cada día mejores. Si lo obedecen, Dios cumplirá las
promesas que ha hecho a todos los que ha elegido para ser su pueblo.
1 corintios 3
10
Dios, por su bondad, me permitió actuar como si yo fuera el arquitecto de ese
edificio. Y yo, como buen arquitecto, puse una base firme: les di la buena noticia de
Jesucristo. Luego, otros construyeron sobre esa base. Pero cada uno debe tener
cuidado de la manera en que construye, 11 porque nadie puede poner una base
distinta de la que ya está puesta, y esa base es Jesucristo. 12 A partir de esa base
podemos seguir construyendo con oro, plata, piedras preciosas, madera, paja o
caña. 13 Pero, cuando llegue el fin del mundo, Dios pondrá a prueba lo que cada
uno enseñó. Será como probar con fuego los materiales que usamos para la
construcción. 14 Si lo que uno enseñó pasa la prueba del fuego, recibirá un
premio. 15 En cambio, si no pasa esa prueba, lo perderá todo, aunque él se salvará
como si escapara del fuego.
1 corintios 9
9
Sin embargo, aunque tengamos derecho a comer de todo, debemos tener cuidado de no
causarles problemas a los miembros de la iglesia que todavía no están debidamente
instruidos. 10-11 Supongamos que uno de ustedes va a comer a un lugar donde se adora a
los ídolos, y que lo ve algún miembro de la iglesia que todavía cree que los ídolos tienen
vida. Entonces, aunque bien sabemos que los ídolos no tienen vida, aquel miembro de la
iglesia va a pensar que está bien adorar ídolos, y dejará de creer en Cristo, quien murió por
él. 12 Cuando le hacemos daño a los miembros de la iglesia que no saben distinguir entre lo
bueno y lo malo, también le hacemos daño a Cristo. 13 Por eso yo jamás voy a comer algo,
si por comerlo hago que un miembro de la iglesia peque.
Gálatas 5
15
Les advierto que, si se pelean y se hacen daño, terminarán por destruirse unos a otros.
Hebreos 3:12
12
¡Cuidado, hermanos! No piensen en lo malo, ni dejen de confiar en el Dios que vive para
siempre, para que no se aparten de él.
Gálatas 6:1
Hermanos, ustedes son guiados por el Espíritu de Dios. Por lo tanto, si descubren que
alguien ha pecado, deben corregirlo con buenas palabras. Pero tengan cuidado de no ser
tentados a hacer lo malo.
Josué 6:17-19
17
La ciudad y todos sus habitantes serán destruidos por completo, como una ofrenda para
Dios. Pero acuérdense de no hacerles daño ni a Rahab ni a su familia, porque ella escondió
a los espías que enviamos. 18 No toquen nada de lo que hay que destruir. Si lo hacen,
causarán una terrible destrucción en nuestro campamento. 19 Toda la plata, y el oro, el
bronce y el hierro serán dedicados a Dios, y deben ponerse con sus tesoros».
josue
El pecado de Acán
2
Mientras tanto, Josué envió desde Jericó algunos hombres a la ciudad de Ai. Esta
ciudad está al este de Betel, cerca de Bet-avén. Les dijo: «Vayan y averigüen todo lo
que puedan acerca de Ai y de sus alrededores».
4
Entonces subieron sólo tres mil hombres para atacar la ciudad, pero los de Ai los
derrotaron, 5 obligándolos a abandonar la ciudad y a huir por una colina, hasta
unas canteras. Al bajar por la colina, los de Ai mataron a treinta y seis israelitas. Eso
hizo que los israelitas se acobardaran y tuvieran miedo.
6
Josué y los líderes israelitas se acercaron al cofre de Dios, rompieron su ropa y se
echaron ceniza sobre la cabeza para mostrar su gran tristeza. Luego se inclinaron
hasta tocar el suelo con su frente, y así permanecieron hasta que anocheció. 7 Y
Josué dijo:
—Dios nuestro, que gobiernas sobre todos, ¿para qué nos hiciste cruzar el Jordán?
¡No creo que haya sido para entregarnos a los amorreos, ni para destruirnos! ¡Ojalá
nos hubiéramos quedado del otro lado del río! 8 Dios mío, nuestro ejército se ha
acobardado y huye, ¡y no sé qué decir! 9 Cuando lo sepan los cananeos y todos los
que allí viven, nos rodearán y nos matarán. ¿Qué harás entonces para que no digan
que fuiste incapaz de proteger a tu pueblo?
10
Dios le respondió a Josué:
—¡Ponte de pie! ¿Por qué te quedas tirado boca abajo? 11 Lo que pasa es que los
israelitas han pecado. Yo les ordené que destruyeran todo lo que había en la
ciudad de Jericó. Era un trato que habíamos hecho. Pero se quedaron con algunas
de esas cosas. Se las robaron, las escondieron entre sus pertenencias, y luego
mintieron acerca de lo que habían hecho. 12 Por eso los israelitas no pueden vencer
a sus enemigos. ¡Huyen porque ellos mismos merecen ser destruidos! Yo no voy a
ayudarlos mientras no destruyan las cosas que les prohibí tocar. 13 ¡Vamos!
Ordénale al pueblo que se purifique y se prepare para mañana. Dile lo siguiente: “El
Dios de Israel dice que les ordenó destruir todo lo que había en la ciudad de Jericó,
pero que ustedes se quedaron con algunas cosas que debían haber
destruido. 14 Por eso reúnanse mañana y agrúpense por tribus. De la tribu que yo
[a]
señale, pasarán al frente todos sus grupos familiares, y del grupo familiar que
señale pasarán al frente todas sus familias. Luego de la familia que señale pasarán
al frente todos los hombres, uno por uno. 15 Y el hombre que yo señale será el que
tiene lo que se debía destruir. Quémenlo vivo, junto con su familia y todo lo que
posee, por no haber cumplido con el trato hecho con nuestro Dios. Lo que ha
hecho es una vergüenza para Israel”.
16
A la mañana siguiente se reunieron los israelitas. Josué hizo que las tribus se
acercaran, una por una, y fue señalada la tribu de Judá. 17 Luego se adelantaron uno
por uno los grupos familiares de Judá, y fue señalado el grupo de Zérah. Al
acercarse el grupo de Zérah, fue señalada la familia de Zabdí, 18 la cual hizo pasar
uno por uno a todos sus hombres. Entonces fue señalado Acán, hijo de Carmí y
nieto de Zabdí, de la tribu de Judá. 19 Josué le dijo a Acán:
—Hijo mío, dime la verdad delante del Dios de Israel; confiesa lo que has hecho.
No trates de engañarme.
20
—Es cierto —le respondió Acán a Josué—. ¡He pecado contra el Dios de Israel! Lo
que pasó fue 21 que entre las cosas que tomamos vi una hermosa capa babilónica,
dos kilos de plata, y una barra de oro que pesaba más de medio kilo. Tanto me
gustaron esas cosas que las guardé y las enterré debajo de mi carpa. La plata está
en el fondo.
22
Josué mandó a unos hombres a la carpa de Acán. Ellos fueron corriendo, y
encontraron allí todo lo que Acán había enterrado. La plata estaba debajo de
todo. 23 Luego salieron de la carpa con todo aquello y se lo llevaron a Josué, que
estaba con el pueblo. Depositaron aquellas cosas en presencia de Dios. 24 Entonces
Josué y todos los israelitas llevaron a Acán y lo robado al valle de Acor. También
[b]
llevaron a sus hijos e hijas, y a sus bueyes, asnos y ovejas, su carpa y todo lo que
tenía. 25 Allí Josué le dijo: «¿Por qué nos has causado tanto mal? Ahora Dios te va a
causar mal a ti».