ROWELL, L. - Introducción A La Filosofía de La Música - Cap - Xi

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evaluar sus obras.

No hay duda de que un compositor puede proporcionar in­


formación privilegiada sobre su propia música, en particular sobre la forma en
que ésta llegó a existir. Por otra parte, los compositores no son más inmunes
1 1 Cloto y Atropo que el resto a la adoración de "ídolos" y con frecuencia han sido víctimas de
la necesidad de realizar interpretaciones crípticas y profecías. No se puede de­
sechar con ligereza su testimonio, pero tampoco se lo debe considerar oracu­
lar.
Es demasiado pronto para evaluar las contribuciones de la filosofía for­
mal con relación a la Nueva Música. Los filósofos practican el hábito admira­
Alrededor del huso y a distancias iguales se hallan sentadas tres ble de discutir desde los principios, y los principios que subyacen a las tenden:
mujeres, cada una de ellas en su trono. Son las Moiras, hijas de la cías musicales de este siglo están emergiendo gradualmente de entre una jun­
Necesidad, vestidas de blanco . . . Láquesis, Cloto y .Atropo ajus­ gla de descripciones . técnicas, teorías, retórica crítica, especulaciones estéti­
tan sus voces al acorde de las Sirenas; Láquesis canta las cosas pa· cas y jerga de moda. Necesitan una definición más clara. Como de costumbre,
sadas, Cloto las cosas· presentes y Atropo canta las cosas · por el mejor camino es el de intentar ordenar las corrientes de ideas, aisla� .l�s
venir. (Platón) 1 .
ternas importantes y plantear las preguntas relevantes con la mayor prec1s1on
posible. ..
Hay m'uchos motiv9s evidentes para el estado confuso del pensarr,Jento
musical: el vuelco virtualmente completo d_el conjunto de valores musicales
sostenido en el siglo XIX, los arrolladores cambios sociales y políticos de este
La mayor parte de nuestra investigación ha caído dentro de la jurisdic­ siglo, el surgimiento y resquebrájamiento del mercado masivo para la música,
ción de Láquesis; es hora de explorar los do.minios_ de. Cloto y Atropo. En la el comercialismo, el desarrollo de tecnologías avanzadas, la explosión in­
mitología griega, Cloto {la hilandera) desarrolla el hilo de lino de la vida de formativa y un clima favorable para la experimentación. Una nueva corrien­
su huso, con la guía de Láquesis (la medidora) mientras Atropo {"la que no se te de pensamiento importante refleja el desarrollo de las ciencias sociales
puede apartarn) se prepara para cortar el hilo .2 El mito de las tres Moiras {las como disciplinas eruditas, dando como resultado estudios que aplican a la mú­
Moerae), como la mayor parte de los mitos, tiene sus raíces en una compren­ sica los principios y los métodos de la psicología, la sociología, la ciencia polí-·
sión profunda. A medida que el presente se desenvuelve, lo medimos por el tica, la semiótica y la lingüística estructural. J'odos ellos contienen enfoques
pasado, aun en el conocimiento cierto de que el futuro traerá cambios y dis­ potencialmente productivos para la música, tanto para la del pasado cuanto
continuidades inevitables e impredecibles. Y así es con la música. para la nueva.
Este capítulo trata sobre la Nueva Música y sus implicancias para la filo­ Dos condiciones presentes proporcjonan eL contexto inevitable para
sofía. Por Nueva Música sólo me refiero a aquello que es nuevo en la música, cualquier investigación musical: el desarrollo cada vez más acelerado del len­
categoría más amplia y útil que lo que implican las etiquetas de experimental guaje musical y la ausencia total de consenso sobre los valores musicales.
o avant-garde. La nueva música es {siempre lo ha sido) una incitación al de­
bate encendido y la parcialidad. Pero no se satisfaría ningún buen propósito
probando las posiciones adversas familiares enfrentadas, música "vieja" y El individuo y la sociedad
"nueva", ya que esto no necesita filosofía.
Este capítulo es una exploración de los tres temas principales: el indivi­ Cuando Platón expresó, en La República (y en especial en el Libro III),
duo y su papel en la sociedad musical, el material musical y su organización. que la función primaria de la música era educar al ciudadano para que se COI?,·
Comenzaremos por las cuestiones más conservadoras y humanísticas (que han virtiera en un miembro ideal de la sociedad, apenas podía haber previsto todas
recibido bastante atención de parte de los filósofos) y luego seguiremos con las consecuencias de su propuesta. La idea misma fue ampliamente aceptada
elementos técnicos y posiciones radicalizadas (a través del testimonio de com­ por las civilizaciones de la antigüedad, · las sagas de la anti�a China p:rescri­
positores). Parece ·adecuado cuestionar la autoridad con la que habla un com­ bían a la música ritual como refuerzo simbólico de la armoma que abarcaba a
positor, ya que a menudo escuchamos sus expresiones como una guía pata la sociedad, sus regentes y el mundo de la naturaleza extema . 3 La promoción ·
de la música como instrumento de la política estatal ha sido y sigue siendo
1
La República {traducida al inglés por Paul Shorey) 10.6 1 7b-6 1 7c.
2 3 Walter Kaufmann, Musical R.eferences in the Chinese Classics, págs. 3 2-47.
Robert Graves, The Greek Myths, 2 volts. (Nueva York: Braziller, 1 959).
1 :48-49.

202 203
Es fácil estructurar el realismo en las artes representativas de la litera­
una de las cuestiones mayores de la filosofía de la música, que plantea impor- tura y la pintura, pero no tanto en el arte abstracto de la música. Pero había
·,,..- · tantes preguntas sobre la autoridad, el libre albedrío y el significado. Esta a mano una solución brillante: la provocativa teoría de . la entonación, tal
práctica,
,, que ha prevalecido en general en sociedades e instituciones "contro­ como la formuló el compositor y crítico Boris Asafiev (1884-1 949). Hubo
ladas , ha provocado un amplio debate, aunque las posiciones se han expre­ otros intentos de atribuir los medios de la expresión musical a las entonacio­
sado, con frecuencia, en términos que Platón habría encontrado de muy mal nes inherentes al lenguaje de la gente (en ·particular aquellos in<;luidos en los
gusto. repertorios de canciones folklóricas), pero ninguno tan profundo y sistemáti­
Se suele explicar a la politización de la música en el siglo XX como una co como el de Asafiev:
reacción contra "el arte por el arte", movimiento popular en el siglo pasado,
cuya premisa principal era que la única obligación del artista era para con el El realismo soviético exige que los compositores soviéticos escriban mú­
arte mismo. La contrapropuesta, en su forma más simple, es que el-propósito sica basada en entonaciones musicales, es decir, significados entonados
del arte es reflexionar, afirmar y promover los ideales más elevados de la que se supone que son los transportadores de la significación ideológica
sociedad; el arte que está alejado o separado de la sociedad que lo ha nutrido del nacionalismo ruso y la realidad soviética. . . Las recolecciones, im­
degenera en mero fonnalismo, palabra codificada por los soviéticos como sig­ presiones y fragmentos musicales se entretejen con las experiencias, los
no del mal arte. El impacto de las doctrinas maixistas-leninistas sobre la músi­ sentimientos y las aspiraciones vitales, penetrando en la vida artística
ca en la Unión Soviética proporciona los ejemplos más claros de esta filosofía y las tradiciones de los pueblos . . . El trasfondo de las grandes composi­
en acción, aunque, con la misma justificación, se podría citar el status de la ciones es un mundo de la música como actividad de conciencia pública;
música eri el Tercer Reich de Hitler, las consecuencias musicales de las ense­ interjecciones musicales, entonaciones rítmicas, fragmentos de motivos
ñanz� maoístas en la China moderna y la reacción de la música eclesiástica populares, giros armónicos y extractos de impresiones musicales de una
católica ante algunos de los pronunciamientos papales a comienzos de este época. 6 · ·

siglo.
Hay una ambivalencia tradicional en la actitud soviética hacia la música . El pensamiento marxista destaca que el arte es en esencia un instrumen-
y las demás artes. Los filósofos han visto a la música, por lo general, con una to para la educación y el cambio social progresivo. El artista tiene una respon­
mezcla de admiración y sospecha, alabando la capacidad de la música para sabilidad ideológica hacia la sociedad: reflejar lo que es bueno, ayudar a trans­
promover el bienestar general de la sociedad y, sin embargo, temen que sus formar lo que es malo, educar e .inspirar a los auditorios en formas coherentes
propiedades sensuales puedan seducir a los ciudadanos para que no cumplan con los objetivos más elevados de la sociedad. Es curioso que una de las de­
con sus deberes, como el propio Lenín dijo una vez: "No puedo escuchar mú­ fensas más elocuentes de la posición soviética haya sido escrita por Joseph
sica con demasiada frecuencia. Me afecta los nervios, me hace querer decir es­ Goebbels, ministro d.e propaganda de Hitler: 7
tupideces y acaricia las mentes de aquellos que podrían crear semejante belle­ El arte no sólo debe ser bueno; debe estar condicionado por las necesi­
za viviendo en este vil infierno".4 dades del pueblo o, para expr�sarlo mejor, sólo un arte que surge del al­
Antes de la revolución de octubie de 1 9 1 7, G. V . Plekhanov aconsejaba ma integral del pueblo puede ser, al fin, bueno y significativo para el
la estética maixista a un auditorio cada vez más receptivo, y los grandes deba­ pueblo para el que fue creado. El arte, en un sentido absoluto, como l.o
tes internos de las décadas de 1 920 y 1 930 establecieron el principio del Rea­ sabe la democracia liberal, no tiene derecho a existir. Cualquier intento
lismo Socialista como p�ncipal pilar estético del pensamiento soviético, apli­ de promover un arte semejante podría, al final, hacer que la gente per­
cado primero a la literatura y a las artes visuales y pronto extendido a la músi­ diera su relación íntima con el arte y que el artista se aislara de las fuer­
ca. En el Estatuto de los escritores de la Unión Soviética, Andrei Zhdanov, zas en movimiento de su época, encerrado en las cámaras asfixiantes del
vocero principal de Stalin en los temas estéticos, planteó la definición· básica: "arte por el arte". El arte debe ser bueno, pero más allá de ello debe ser
"El Realismo Socialista es el método fundamental de la literatura y la críti­ consciente de su responsabilidad, competente, cercano . a la gente y de
ca soviéticas; exige una representación verdadera e históricamente concre­
ta de la realidad en su evolución revolucionaria de parte del artista. Además espíritu combativo.
debe contribuir a la transformación ideológica y la educación de los trabaja­
dores en el espíritu del socialismo". 5 Referencias parecidas al papel militante del arte en la lucha de clases
son características típicas de la retórica estética soviética de la "plancha de
4 c·
1tado por Theodore H. Van Laue en Why Lenin? Why Stalin? (Nueva York: 6
Lippincott, 1971 ), pág. 90. Como lo resume James Bakst en A History of Russia�·Soviet Music, págs. 286-7.
s 7
En una carta abierta al director Wilhelm Furtwangler, Berliner Lokalanseiger, 1 1
Citado por Monroe C. Beardsley en Aesthetics from aassical Greece to the Pre­ de abril de 1 933 .
. sent, pág. 360.

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caldera": "Las posiciones soviéticas sobre el arte le indican a éste su lugar en de.ro internacionalismo en música sólo se logra sobre la base de un refor­
la vida de la gente y detenninan lo que debería ser el terna. Las fuerzas socia­ zamiento de la cultura nacional.
les �eaccionarias en retroceso exigen del arte helleza "pura" y sueños abstrac­ 3) Si la atención de los compositores se dirige primero hacia las fonnas
tos. Por otra parte, las fuerzas sociales ascendentes y nuevas, en su desarrollo, musicales más concretas en su contenido, en particular las óperas, orato­
consideran al arte un participante en la batalla terrenal.. . 8 rios, cantatas, canciones, coros de misas, etcétera.
Tanto Prokofiev cuanto Shostakovitch se enfrentaron a du ras críticas 4) Si los compositores y los críticos musicales se convierten en trab�ja­
en las décadas de 1930 y l 940 y ambos, al fin, se retractaron de los errorPC' dores activos y prácticos de la educación musical de sus pueblos.1 0
a los que los había conducido el "fonnalismo". Existe una fuerte tt.ndencia
hacia la "culpa y arrepentimiento" en el carácter ruso que vuelve más creíble Concluyo esta sección con algunas reflexiones personales, en parte para
a semejantes confesiones artísticas. Aquí hay · extractos de una declaración refutar y en parte para enfatizar la importancia de algunos de los problemas
de Dmitri Shostakovitch en apoyo a la resolución -de 1948 del Comité Cen­ que se han planteado en el · curso de la exposición. Hemos dedicado tanta
tral del Partido Comunista de toda la Unión: atención a la política de la música no por la excelencia intrínseca de la música
producida con la influencia de la ideología soviética, sino porque esa ideolo­
· Cuando mirarnos el camino recorrido por nuestro arte se nOs hace claro
que cada vez que el Partido corrige los errores de un artista creativo y gía ha reavivado el interés en algunas de las cuestiones más elementales de la
señala las desviaciones de su obra o condena con severidad a cierta ten­ filÓsofía de la música. Nadie que se tome el trabajo de pensar con seriedad
dencia del arte soviético, siempre redunda en resultados beneficiosos sobre su papel dentro de la sociedad musical puede ignorar lo que es funda­
para este arte y para fos artistas individuales . . . La ausencia, en mis mental: si sus decisiones como compositor individual, intérprete o docente
obras, de la interpretación del arte popular, ese gran espíritu por el que deben estar guiadas por las necesidades de su sociedad o si elias dependen só­
vive nuestro pueblo, ha sido señalada eón soberbia claridad y definicwu lo de sí mismo.
p_or el Comité Central del Partido Comunista de toda la Unión . . . El Es demasiado fácil y hasta burdo bu rlarse del arte "tractor" soviético,
trabajo (arduo, creativo, alegre) en las nuevas composiciones que se sus ballets revolucionarios y sus suites de canciones folklóricas. Es . innega­
harán camino hacia el corazón del pueblo soviético, que serán compren­ ble que el resultado del Realismo Socialista ha sido la producción de mucho
sibles para ellos y que estarán orgánicamente conectadas con el alie del arte de mala calidad, pero éste ha florecido en todas partes con sistemas po­
líticos muy diversos.
. pueblo, desarrolladas y enriquecidas por las grandes tradiciones del cla­
sicismo ruso; és.ta será una respuesta adecuada . .. 9 Entre los logros positivos se pueden contar a los siguientes: el apoyo es­
tatal a los compositores e inté rp retes, los altos niveles de interpretación, la
En el conjunto de guías adoptadas· por el Segundo Congreso Inte�acio­ competencia técnica de parte del compositor, la preservación de las tradicio­
nal de compositores y musicólogos realizado en Praga en mayo de 1948 se es­ nes musicales regionales únicas de la Unión Soviética, un programa de educa­
. bozó el curso futuro de la música soviética: ción musical de éxito, el goce difundido de las artes y el mantenimiento de
una tradición floreciente de ópera y ballet.En el lado negativo podemos seña­
lar un clima intelectual hostil a la experimentación y a la evolución libre del
Una solución de éxito para la crisis de la música contemporánea parece estilo musical así como un cuerp o de crítica pomposo y pesado que valoriza
posible con las siguientes condiciones: más el contenido mensaje que la música misma.
1) Si los compositores renuncian en su arte a las tendencias al subieti­ Ninguna presentación externa, por simpática e imparcial que sea, puede
vismo extrem9; entonces su música expresará ideas y aspiraciones g�an­ hacer completa justicia a la posición estética soviética, en particular con res­
des, nuevas y progresivas de las masas populares y los ideales de la vi­ pecto a algunos de los argumentos más sutiles. Tampoco debe esperar sentirse
da contemporánea. convencido por un resumen del argumento principal, sin contar con todo el
2) Si los artistas creativos se di,rigen de manera decidida hacia la cultu­ contexto del pensamiento marxista, aquel que carezca de un conocimiento de
ra nacional de sus tierras y se vuelven sus verdaderos defensores contra primera mano de las condiciones reales existentes en las partes del mundo que
las tendencias cosmopolitas de la vida contemporánea, ya 4t:1e el verda- el Realismo Socialistá busca mejorar. La escasez de traducciones competentes
ha impuesto una desafortunada barrera lingüística entre la URSS y el mundo
occidental, incrementando de manera considerable la posibilidad de malenten­
didos.
8
Nikolai Shamata, "On Tastes in Art (The Soviet View)", en Aesthetics Today,
editado por Morris Philipson, pág. 28. 10
9
Nicolas Slonimsky, compilador y traductor, Music Since 1900, págs. 1370-1. Ibídem, págs. 1378-9.

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La calidad del discurso filosófico siempre sufre en proporción directa al mentos más grandes en la historia ' de la música occidental _han surgido como
empleo de palabras clave, slogans, frases fáciles de recordar y recursos simi­ consecuencia de decisiones individuales.
lares de retórica persuasiva. Etiquetas como fonnalismo, subjetivismo y Rea­
lismo Socialista (pese a su atractivo popular y su efectividad en la argumenta­
ción) han tendido a disminuir el nivel de calidad del debate. Intercambio de roles ·
La ubicación de la música con la política estatal, ahora y en toda la his­
toria, tiene consecuencias predecibles : ortodoxia y estilo conservador. Con se­ Se suele pensar que los roles individuale� dentro de la matriz de la s0cie­
guridad no hay motivos para que sea deseable (o no) que el estilo musical dad musical tradicional no son ambiguos.1 1 La fórmula común del siglo XIX,
evolucione o permanezca invariable; la brecha que se ha abierto en occidente que aún hoy es modelo en la práctica pública de conciertos, consistía en que
entre el compositor y el público se debe más a una cuestión de proporción de el compositor prescribe, el intérprete ejecuta (o interpreta) y el oyente perci­
cambio que a una cuestión de cambio en sí.Pero las condiciones poHticas que be; una hipersimplificación de una relación mucho m ás compleja pero adecua­
inhiben el desarrollo del lenguaje musical e incentivan el conformismo han te­ da para nuestro punto. Notamos varias tendencias interesantes en la música
nido efectos insidiosos.Parece incoherente que aquellos que argumentan que m oderna que ubican a miembros de la "tríada social" en papeles no familiares.
la sociedad debe mantener un estado revolucionario constante nieguen el mis­ El compo#tor como ejecutante. Esto es más una reversión de un papel .
mo impulso renovador en su música. anterior que una novedad. Antes del 1 800, los compositores eran casi siempre
La frase final de la carta de Goebbles es una prescripción específica para ejecutantes activos y, de una manera o de otra, siempre tenían que ver con la
el arte que resulta admirable. Pocos disentirían con él en que el arte debe ser ' ejecución de su propia música. La dicotomía entre el compositor de la torre
competente, aunque no siempre es fácil definir la "competencia".Pero una de marfil y el virtuoso es básicamente una creación del siglo romántico.Pero
reputación más considerada podría señalar que el arte que busca ser "comba­ hay giros nuevos. En algunos casos el compositor asume ahora un control ple­
tivo" y es "autoconsciente de sus responsabilidades" tiene más posibilidades no sobre el ejecutante y elimina por completo la necesidad de un ej�cutante o
de que se lo valorice por su mensaje que por sus propiedades intrínsecas y el intérprete, como en alguna música electrónica o de computadora, que se
puede grabar de manera dire�ta o en cinta magnética. Así, la com�osición y 1�
· arte que se mantiene "cerca del pueblo" tiende a atraer el denominador co­ ejecución se han fundido en una función de laboratorio única.
mú.n más bajo del �sto musical.
· Estas consideraciones plantean la pregunta general de la "separación": En otros casos el compositor toma partido para darle forma a los
¿el valor final de la música depende de las teorías sociopolíticas y su · utilidad · hechos musicales durante la ejecución (como director, colaborador o incluso
como "actor"), ya sea porque la partitura musical no exige gran habilidad téc­
para promover los fines sociales deseados y posee valor independiente? Prefiero nica o porque tiene la suficiente flexibilidad como para pe1TI1itirle decidir los
creer en la segunda posibilidad.La posición soviética plantea un peligro real
hechos en el curso de la ejecución. Muchos compositores son diestros intér­
para la música abstracta, implicando que sólo la música que transmite un pretes y siguen funcionando en el doble papel típico de la sociedad musical de
mensaje concreto y extramusical puede servir a su propósito social. Esto los siglos XVII y XV111.
también rechaza la existencia independiente de la música. ·
El ejecutante como compositor. Ejecución y composición no son fun­
Si hay un increíble pQtencial para el uso social de la música, hay un po­ ciones tan separadas como se podría suponer: en las culturas (India, el jazz) y
tencial igual para su abuso. Mi lista de abusos posibles de la música incluiría épocas musicales (el Barroco) que han mantenido una tradición de improvis�­
todas las técnicas dirigidas a la persuasión masiva y · el control de la mente, la ción se puede describir con más precisión a los ejecutantes como "composito,.
trivialización de la música en un ambiente continuo y amorfo, el empleo. de la res espontáneos". Pero, más que esto, la ejecución musical siempre ha implica­
música como narcótico o anestésico (aparte de los usos terapéuticos legíti- do mucho más que la ejecución precisa de un conjunto de directivas, aunque
.
mos), la intrusión de la música en la esfera privada de la propia vida y la deter­ elaboradas.
minación del gusto musical y los niveles por las técnicas de realimentación Cualquiera que dude de esto no tiene más que comparar dos versiones
diseñadas para manipular y complacer a un mercado masivo.Siguen habiendo grabadas, de la misma composición. Inclusive compositores como Gustav
preguntas legítimas sobre la música como arte individual o colectivo. Se ha Mahler y Alban Berg, que llenaban sus partituras con suplementos verbales
practicado con frecuencia la música dentro de un contexto social, pero las para la notación común, fueron incapaces de hacer algo más que minimizar la
decisiones específicas (aunque influidas por las preferencias grupales) han posibilidad de desviación de su visión interior. Cualquier compositor o ejecu­
quedado a cargo, por lo general, de los individuos. Sólo últimamente, en la tante est:.rá dispuesto a admitir que nuestra notación es, en esencia, demasia-
República Popular China, se ha hecho práctica la composición de música a
cargo de un grupo.La teoría del "Gran Hombre" de la 11:istoria de la música
es sin duda una declaración exagerada, aunque es difícil negar que los monu- 11 V' ' . lo
ease cap1tu 3

. 208 209
ble silencio. Quizás un propósito igual motivó Vieux Sequins et Vieilles Cui­
do inexacta para especificar más. que un esbozo del intento del compositor, rasses de Erick Satie·, en la que el pasaje final, de ocho tiempos, se debe repetir
hasta que la tradición, la instrucción, la imitación y el instinto lo completan. 380 ve�es, y la aún más fattgosa Vexations, qt1e P!escribe 840 repeticiones dé
Pero, recientemente, algunos compositores han buscado aumentar el un módulo muy suave y lento de 5 2 tiempos.
papel del ejecutante en su música y capitalizar su aptitud para la improvisa­ En estos intercambios de papel, muchos de los cuales están reconocida­
ción. Un compositor así puede verse a sí mismo como "planificador" o "dise- · mente pensados más como una demostración filosófica que como música for­
ñador" de un conjunto de condiciones en las cuales algo sorprendente y her­ mal, se puede detectar lo que parece ser una tendencia saludable_; hacia un
moso ( quizás algo imprevisto) podría emerger. Los manuscritos para este tipo concepto holístico de la música en el que las fu_nciones de . creación, . ejecu­
de música pueden ser mínimos, hasta tal punto que la Oficina de la Propiedad ción y percepción no se mantengan separadas de forma artificial.
Intelectual de los Estados Unidos ha rehusado otorgarles protección de dere­
chos intelectuales!2 La pieza real puede ser más una proyección de la persona­
lidad del ejecutante que del intento del compositor, o tal vez ése era precisa­ Material
mente el intento del compositor.
Esto sugiere algunas cuestiones problemáticas. ¿Quién debe recibir el Romain Rolland, en su novela Juan Cristóbal (1 904- 1 9 1 2), describió la
elogio (o la crítica) por la pieza, el compositor o el intérprete? ¿A quién se le lucha de su héroe compositor contra las limitaciones de la forma y la sustan­
debe pagar por ella? Si una composición existe de una forma mínima y difiere cia musical tradicionales:
mucho en cada ejecución, ¿es la misma obra? ¿Cuánto debe diferir antes de
convertirse en otra pieza? ¿Cómo puede la crítica tratarla como una entidad? La dificultad comenzó cuando él trató de echar sus ideas en los moldes
El auditorio como ejecutante. La música no ha sido siempre un entrete­ musicales comunes; hizo el descubrimiento de que ninguno de los mol­
nimiento de espectador. En muchas culturas musicales no occidentales y en la des anteriores se adecuaba a ellos; si quería fijar sus visiones con fideli­
tradición de la música de cámara aficionada, los papeles del ejecutante y el dad, tenía que comenzar _por olvidar toda la música que había o ído,
oyente son inseparables. La idea de un auditorio masiyo pasivo es otra crea­ toda la que había escrito, hacer . tabla rasa con todo el formalismo que ·
ción del siglo XIX y una ficción en la que sé han nutrido muchas concepcio­ había aprendido, con la técnica tradicional, arrojar al cesto de los des­
nes erróneas sobre la naturaleza de la percepcióri musical. Y, en siglos anterio­ perdicios esas muletas de impotencia, esa cama, todo preparado para
res, la gran tradición de la música coral sagrada, la danza general al final de un la haraganería de aquellos que, escapando de la fatiga de pensar por sí
ballet cortesano, el canto madrigalista en la Inglaterra isabelina y otras músi­ mismos, reposan en los pensamientos de otros�4
cas que exigían que la participación del auditorio evidenciara que el papel del
Un comienzo nuevo, "tabla rasa" (la famosa tabula rasa de Locke),
15
público musical no ha sido siempre pasivo.
Sin embargo, últimamente, algunos compositores han querido· incluir de éstas han sido imágenes atractivas para muchos compositores jóvenes que en­
una manera más íntima al espectador en el proceso musical cambiando la con­ frentan el prospecto desilusionador de escribir en un idioma todavía imper­
figuración del espacio de ejecución como para envolver al auditorio, asignán-· fectamente comprendido o cuya gramática y sintaxis encuentra� hostil o
doles varios roles de participación (canto, percusión, ruido) o bien dejándole restrictiva para su pensamiento. Pero, ¿se debe regir la "tabla" con líneas de
algunas decisiones. con respecto a la ejecución. pentagramas musicales? ¿O · debe estar, en realidad, ert blanco? ¡,Debe estar
El auditorio como compositor. En una obra "extrema", como la famosa predeterminado de alguna manera lo que uno escribe? ¡,O se debe uno mole�
· 4' 3 3" (de silencio) de John Cage, la música es (en una interpretación posible) tar por una tabla en primer lugar?
la creciente conciencia y resistencia del auditorio ante el �encio controlado, - Un artista necesita material en bruto, una sustancia sobre ia cuai actuar.
el sonido de la propia respira,ciórt, sentimientos de incomodidad, toses, risitas, El poeta debe comenzar con palabras; tiene una amplia variedad, pero sus
irritación creciente y cosas así. Nada puede ser menos satisfactorio que una elecciones retienen los significados y connotaciones determinados de su idio­
ejecución en la que todo el auditorio sabe qué esperar y se sienta en un ama- ma. ¿Cuáles son las palabras del · compositor (y en qué medida están deter­
minadas)? ¡,Cuán "bruto" es su material en bruto? Es probablemente una no­
12
Sobre la base de que "las ideas, planes, métodos, sistemas, etcétera" no están ción romántica la de sugerir, como lo hace Rolland, que los sonidos que un
sujetos a derechos de propiedad intelectual como las obras musicales en la Clase E; para
que se la registre en la clase E como obra musical, la copia debe contener u na cantidad
mínima de expresión musical original fijada en una fonna concreta y definida (notacio- 14
nes u otras expresiones escritas visibles que representen una sucesión de sonidos musica­ Traducido por Edgard V arése y citado en su conferencia de 1939 "Music as
les) - Circular 96H, Oficina de Propiedad Intelectual, Biblioteca del Congreso. an Art-Science;', en Elliot Schwartz y Barney Childs,
· · comps.,• Con temporary Compo-
13
Como en Audience Pieces de Ben Vautier ' descritas en Michael Nyman' Expe· serrs on Con temporary Music, pág. 20 1 .
1 5 Véase capítulo 6, Nº 36.
rimental Music, pág. 71.

210 21 1
c�m � ositor .imagina p �dría.n ser de algún modo independientes de su expe­ 1 ) la demanda de un espectro de sonido tan completo como sea posi­
nenc1a previa, como s1 su mconsciente pud�era de alguna fo rm a purgarse de ble, con respecto al rango (alto/bajo), la continuidad (glissandi, disponi­
sus contenidos . Y parece inevitable que el acto de imaginar y prescribir soni­ bilidad de sonido en "fragmentos" menores de los que los principios hu­
dos específicos deba estar precedido por un programa de preselección elabora­ manos de discriminación de altura y tiempo nos permiten discernir),
do _(aun_que amp?amente in� onsciente), basado en una cantidad de supuestos: densidad (grupos tonales, masas de sonidos, ritmos cruzadps) y variedad
··
q�e somdos c �? s1dera ap:optados, herm osos o útiles el compositor (o su tradi­ de timbres;
c10n); su relacmn potencial entre ellos, expresada en términos de un "sistema" 2) tecnología electrónica; generación y síntesis de tonos, técnicas de
funcional o como contenido temático; qué clase de gestalt pueden formar por registro de sonidos_ (eri disco y cinta magnetofónica),. aplicaciones en
fin, y qu� ás_ inclusive 1� cuestión más mundana de qué sonidos son interpre­ cornpu tación.
tables. Nmgun compositor puede argumentar familiaridad con .toda la gama 3) la invención de nuevos .instrumentos, el empleo de instrumentos
de_ 1:1 aterial acústico e� istente ni considerar a toda esta gama prop_iada para la tradicionales según form as no tradicionales y el uso de "no instrumen­
musica; algunos, por ejemplo, excluirán. aquellos sonidos cuyos esquemas vi­ tos";
bratorios sean no periódicos, como el ruido. 4) sonidos vocales nuevos, empleo abstracto del material fonético ,
La respuesta de Edgard Varese a estas preguntas fue inequívoca: "El nuevos estilos de declam ación musical (corno el Sprechs timme) ,18

material en bruto de la música es el sonido". Y en una conferencia de 1 939


requería una máquina que la daría al compositor pleno acceso a su material 5) desconocimiento de la distinción tradicional entre sonidos musica-
acústico: · 1es y ruido;
6) sonidos naturales (canciones de aves, ballenas) y ambientales;
He aquí :. las ventajas que anticipo en una máquina semejante: libera­ 7) escalas, ritmos e instrumentos no occidentales;
ción del sistema arbitrario y paralizante modificado a gusto; posibilidad alusión, adopción,
8) transformaciones de música preexistente: cita.
de obtener cualquier cantidad de ciclos o, si aún se lo desea, de subdivi­ otros tipos de "músic a sobre la rnúsica ", 19
parodia y
siones de la octava y en consecuencia la form ación de cualquier escala
que se pretenda; un insospechado rango en los registros altos y bajos; 9) ordenamientos especiales alterados, contextos o ambientes música­
nuevos esplendores armónicos obtenibles por el uso de combinaciones les alterados, mezclas varias de música con danza, literatura, teatro o in­
armónicas hoy imposibles; la posibilidad de obtener cualquier diferen­ cluso arquitectura.
ciación de timbre, de combinaciones de sonidos; nuevas dinámicas Tenemos la ventaja de la retrospectiva: muchas de estas tendencias son
. mucho más allá de la actual orquesta de fuerza humana; un sentido de
evidentes en la música gesde comienzos del siglo XIX y la urgencia por libe-.
la proyección sonora en el espacio por medio de la emisión de sonido en
rarse de las "limitaciones" es una consecuencia obvia de la estética del Ro­
cualquier parte de la sala o en su totalidad . . .1 6
manticismo. También se está aclarando que algunos compositores prefieren
no reconocer a la música como una categoría de sonido independiente, es
Varese vivió lo suficiente como para componer una máquina semejante
Y los resultados fueron bellísimos. Pero no todos los compositores piensan decir, separable de todo el contexto de sonido ambiental.
que las limitaciones son "paralizantes" ni los inhibe la "arbitrariedad" del Nuestra labor consiste, ahora, en plantear algunas de las preguntas esté­
sistema musical tradicional. Cuando se le preguntó a lgor Stravinsky qué pen­ ticas implícitas en estas tendencias a la selección del material sonoro, apoyan­
saba de los nuevos medios y los nuevos recursos, dijo: "No estoy convencido do algunas con citas relevantes y exponiendo otras con brevedad. Para mante­
de l ? que ha�e falta son mayores recursos. Me parece que las posibilidades ner la perspectiva adecuada, es buena idea tener en cuenta que nuestra con­
. centración en el material sonoro tiende a oscurecer la preferencia estadística
ya tienen la nqueza suficiente, o hasta demasiada. La escasez de recursos no
abrumadora por la selección de sonido tradicional. Si estas preguntas se
�etendrá a un buen _artist!, ya que los recursos están el hombre mismo y · el extienden en la estética de la música experimental es porque el establishment
tiempo los renueva dia a dia. La llamada crisis de medios es interior".17
He aquí algunas de las formas en que la música actual refleja la necesi­ . experimental (con John Cage corno su vocero más elocuente) ha articulado
dad de recursos de. sonido adicionales:
18 ·
Un estilo de producción vocal intermedio entre la expresión y la canción, usa­
do con gran efecto en la ópera Wozzeck de Alban Berg y en otras obras dramáticas de
16 V ' .
arese, "MUSIC .
as an A �t-Sc1ence " , en Scwartz y Childs, Contemporary Com- Berg y Schoenberg.
19
posers on Contemporary music, pags. 200-20.1. Expresión atribuida a Rudolf Kolisch y aplicada despectivamente a la música
17 de Stravinsky por Theodor Adorno en Philosophy ofModern Music, págs. 1 8 2-84.
. Igor Stravinsky y Robert Craft, Dialogues and a Diary, págs. 68-ó9.

21 2 213
con gran claridad temas importan tes para la filosofía de la música, temas qu·é samente) una pincelada púrpura en el pigmento oleoso es inevitablemente un
no desaparecerán. recu.erdo de una pincelada shnilar, el mismo matiz o la_ c�tegoria de la "rojez"
· Algunas de las siguientes preguntas están hechas desde el punto de vista misma, algunos afirmarán que se deb e percibir a los sonidos, inexorablement�,
del compositor y comienzan con la palabra debería. No se las debe tomar en como recuerdos de otros sonidos, algunos vívidos y específicos y otros mas
· el sentido de imperativos, morales: la filosofía es un medio de producir el generales. Desde este punto de vista, toda decisión musical {inclusive a veces
cambio por la persuasión y no por la legislación. Su significado, cuando un las decisiones que uno deja que otro tome) conlleva de terminados significa­
· compositor quiere averiguarlo, puede variar desde el relativamente neutral dos, ya sea que el sonido lo produzca un arco de violín sobre una cuerda ex­
: "¿será éste el caso?" hasta uno basado sobre - ciertos su puestos estéticos: tendida o un trozo de hielo raspado sobre una superficie metálica. Esto nos
" ¿Será productivo en lo artístico si. . . ?" lleva a una segunda pregunta:
¿Se puede (se debería} separar a los sonidos de las ideas acerca de ellos? ¿Qué significados o valores específicos tienen para nosotros los sonidos
En otras palabras, ¿se puede considerar a los sonidos como algo sin significa­ particulares? Podemos considerar "naturales" o "musicales" a ciertos soni��.s,
do desviado de cualquier contenido simbólico? Cage expone semejante punto basados en la experiencia previa. Podemos hallar que los sonidos de la voz hu­
de vista : mana son agradable s y/o significativos en lo intrínseco y es improbable que
podamos percibir sonidos humanos sin retener alguna idea de su origen huma­
Imagino que como la música contemporánea sigue cambiando en la for­ no. V�rios sonidos instrumentales pueden llevar significados igualmente espe­
ma en que yo la estoy cambiando, lo que se hará será liberar cada vez cíficos, algunos de ellos recuerdos y asociaciones personales; otros, asociacio­
más completamente a los sonidos de las ideas abstractas sobre ellos y nes más generáles (como para el sonido de la flauta) que parece n ser parte de
cada vez con más precisión para dejarlos ser, en lo físico, sólo ellos la experiencia cultural común de la especie humana:2 El método de produc­
mismos. Esto significa, a mi ent.e nder: sabiendo cada vez más no lo que ción de sonido y las varias propiedades tonales influyen en nuestra reacción
creo que es un sonido sino lo que en realidad es en todos sus detalles ante un sonido, es decir, uno no puede sino reaccionar con tensión ante un so­
acústicos y luego permitiendo que ese sonido exjsta por sí mismo, cam- nido c·on un impacto alto o un sonido muy breve. Se le otorga valor negativo
biando en un medio sonoro cambiante?º
a cie rtos sonidos, como el del flato, y se puede reaccionar de modo negativo
cuando se ve o se oye un instrumento tradicional golpeado con un mazo o
Y Morton Feldman agrega: "Sólo 'soltando.' los elementos tradicional­
mente usados para construir una pieza musical podrán existir los sonidos en raspado con una lima. Muchos oyentes conside ran que el tono electrónico es
sí mismos, no como símbolos o recuerdos que fueron, para empezar, recuer­ "artificial", en tanto qu� otros, que se han educado con los sonidos amplifica­
dos de otra música"7 1 dos de los instrumentos electrónicos y los sintetizadores, pueden otorgarle
Estas afirmaciones sugieren problemas complejos y merecen seria consi­ valor positivo al mismo sonido. Stravinsky fue muy rechazado por sus tempra-_
deración. Cada especificación de un sonido abstracto, cada mediación por la nos esfuerzos en el campo de la música electrónica, y una vez dijo: "N<? ve�
mrnte o un instrumento, impone significado simbólico a ese sonido y es por qué un medio tan rico en posibilidades sonoras d�ba ser tan_ r.obre"�
Significados como éstos pueden pone rse en el camino de la mus1ca y re­
dudoso que cualquier compositor u oyente pueda desechar esta suce sión de presentan obstáculos reales pa111 el goce estético. Per.? no parece realist� negar
significado. Por otra parte, el valor de conside rar a los sonidos como objetos su influencia en muchos compositores y en la mayona de los oyentes, s1 no en
aislables se funda en la actitud que implica : actitud en la que los oídos y.men­ todos. La tecnología de la grabación ha hecho . una gran contribución a la
tes están más abiertos al sabor de las propiedades únicas de los sonidos, que separación del sonido y el significado, pero se podría deci� que �l �onido ad­
incluye los sonidos en tomo de nosotros y los de la música fotmai. Apreciar quiere un significado igualmente específico en su nuevo medio acústico:
más la claridad del sonido debe ser uno de los objetivos principales de la expe­ ¿Son todos los sonidos igualmente hermosos? ¿Puede un somdo ser
riencia musical. bello en sí mismo o necesita de un contexto? ¿Cuáles son los denominadores
. Por otra parte, la música consiste en relaciones, previstas por el compo­ que prevalecen pm-a la belleza? A pesar de la actual falta de consenso, parece
sitor y percibidas (aunque a menudo de manera subconsciente) por el oyente . . obvio que el concepto de belleza tonal del siglo XIX (un tono suave, opulen­
Algunos dirán (en mi opinión, con razón) que es tarea del compositor no per­ to, vibrante, intensamente rico) ha perdido parte de su fuerza. Y� en su lugar,
mitir que los sonidos existan sino hacer que existan, guiados por su poder oímos un de splazamiento en la dirección de sonidos más delgados, más afila­
imaginativo superior y su conocimiento de lo que es posible y potencialmente dos, precisamente engastados, lo que entiendo que está más cercano a los
agradable dentro del reino de lo audible. Así como el color roj? o {más preci- valores tonales de la música barroca tanto como una reacción predecible contra
2 Citado en. Nyman,
° 22 Véase capítulo 5 .
Experimental Music, pág. 42.
2 1 Ibídem. 2 3 Stravinsky y Craft, Memories and Commentaries, pág._ 100.

214 21 5
las preferencias tonales del último siglo.· Pero, a la vez, se debe admitir que medio d e parálisis? 24 ¿La economía d e medíos.es un criterio estético válido O
ciertos géneros (en especial la ópera) han mostrado ser resistentes a estas ten­ importa (a la larga) sin un compositor elige a partir de un conjunto pequeño y
dencias, y_ que grandes segmentos de la sociedad musical sostienen los valores preseleccionado de posibilidades de todos los sonidos disponibles en el
tonales del Romanticismo con tanta tenacidad como siempre. Podemos pre­ mundo? Podemos admirar la economía; pero, ¿debe influir en nuestro juicio?
guntar, con legitimidad, qué causas para la preferencia se pueden aplicar a la Lippman presenta un punto de vista tradicional cuando habla de una fuerza
profusión de sonidos electrónicos y ambientales en la música actual, que no destructiva de los valores musicales,
sean (como siempre) nuestros instintos y experiencia. Desechar la cuestión con
"cada uno a su modo" parece una evasión. Sugiero que un nuevo conjunto de que está conectada con la tecnología electrónica, es la multip1icación de
valores tonales se está uniendo de manera gradual en medio de lo que parece materiales y medios estéticos; de compuestos artísticos, de escalas de al­
ser el caos de la variedad sin límite aparente. Nunca se pueden declarar estos tu ra y de tipos de sonido en los que la áltura no es importante o está
valores por consenso, pero se los está demostrando en la actualidad y (cuando ausente . . . Aquí se pasan por alto dos condiciones de valor artístico;
Atropo lo permita) los reconoceremos por lo que son. una es la restricción esencial que convierte a. la materia en material y
¿La naturaleza del material sonoro determina en alguna forma a la orga­ proporciona un marco ·de limitación; la otra (que se conecta con la arti­
nización de la música? En una palabra, ¿los sonidos son causales? ¿Hasta qué ficialidad relativa del material nuevo.) es la relación esencial con el pasa­
punto la selección (o preselección) de un compositor determina su organiza­ do que da significado al presente y al futuro:5
ción? La causación es un concepto tan difícil en música como lo es en la filo­
sofía.Las elecciones musicales suelen causar otras elecciones, en especial den­ La distinción que Lippman establece entre "materia" y "material" va al
tro de un estilo establecido; la dificultad surge cuando uno trata de angostar centro de la cuestión.John Cage, en su ensayo Rhythm, etc., se opone a todo
la sucesióIJ, de causa y efecto en una secuencia específica de 1 : 1 y afirma que "marco de limitación" citando en particular los efectos determinados de los
una causa específica única lleva a un efecto específico único. Hasta el punto instrumentos tradicionales: "Debemos prescindir por completo de los instru­
en que la música tonal tradicional permite al oyente sentir expectativa y mentos y acostumbrarnos a trabajar con herramientas. Entonces, si Dios quie­
predecir la resolución de tendencias, así se demuestra la causación. re, tendremos parte del trabajo hecho. También se lo puede decir de este
Permítaseme presentar unas pocas instancias obvias. Parece claro que las modo: encontrar formas de usar los insttumentos como si fueran herramien­
propiedades respectivas de las escalas diatónicas y cromáticas han tenido impli­ tas, es decir, para que no dejen huellas. Esto es precisamente lo que son nues­
y
caciones causales, la primera tendiente a estimular el centro tonal la diferen­ tros grabadores, amplificadores, micrófonos, altavoces y células fotoeléctricas:
ciación de estructura de altura y la segunda excluyendo virtualmente a ambos. objetos para usar que no necesariamente determinan la naturaleza de lo que se
Las consideraciones prácticas también pueden ser causales; los soniqos de hace . . . "26 En tanto que el punto de Cage queda bien claro, la distinción
cuerdas de arco se pueden sostener más tiempo que los sonidos de vientos y se entre instrumentos Y · "herramientas" no es por entero convincente parece
pueden sostener los sonidos electrónicos de una forma indefinida. Es virtual­ claro ahora que las técnicas de transformación de sonido de la primitiva tec­
mente imposible escribir música lírica con sonidos breves y staccato. Y el nología electrónica han tenido más d.e un efecto determinado sobre la música
compositor hábil sabe que debe prever las consecuencias mentales y muscula­ reciente de lo que hasta ahora se ha comprendido.27
res que, los sonidos que él -prescriba tendrán en sus ejecutantes; es decir, un ¿La selección de material (y, por supuesto, también su organización)
acento pesado exigirá algún tiempo de recuperación y conviene que una nota · debe tener en cuenta las limitaciones de la percepción humana? ¿ Todavía se
difícil de alcanzar esté precedida por un tiempo de preparación. Para muchos dirige la música a la gente? Si es as í, ¿puede existir valor alguno en ignorar los
compositores, las implicancias tradicionales del material sonoro operarán de principios de la percepción humana o en mofarse de las leyes de la percepción
una manera causal, en tanto que otros compositores buscarán elegir sonidos y auditiva? No exige muchos datos el superar la propia capacidad de procesarlo.
- medios de producción de sonido que estén relativamente libres de tales im­ Es evidente que se puede considerar. a la composición musical una actividad
plicancias. Sea cual fuere el caso, para cuando un compositor ha adquirido un privada, y en ese caso el compositor tiene todos los motivos para buscar su
"estilo", suele haber una relación clara entre su material y lo que hace con él.
He retrasado la respuesta a la pregunta con la que comencé esta sección,
ya que sigu� con naturalidad a la precedente: ¿Hasta qué punto debe estar
24
Véase Nº 16 .
25 Edward A. Lippman, A Humanistic Philosophy ofMusic, pág. 350.
sujeto a límites el material sonoro? La cuestión contiene muchos subinterrogan­ 26
tes provocativos: ¿Se debe "regir" y cubrir el material sonoro con escalas de John Cage, " Rhythm etc.", pág. 197. ·
2 7 Señalamiento de Jonathan D. Kramer en "New Temporalities in Music", págs.
altura y tiempo: ¿Los espectros de altura y tiempo deben ser estriados o con­ . 543-44, elaborado en un artículo llamado "The lmpact of Technology on Musical
t�µos ? . ¿Semejante preselección del material es una disciplina que el compo­ Time" presentado en un simposio sobre "Chronos and Mnemosyne: Time in Literature
sitor observa como preludio necesario a su actividad o, como decía Varese, un and the_ Arts", Universidad de California del Sur� 3 de abril de 1 982.

216 2 17
propia satisfacción sobre todas las consideraciones prácticas semejantes. En su
ensayo "Who cares if you liste111 ", Milton Babbit aboga por el caso de una
La filosofía de la música se ocupa con propiedad del ser de la música
(producto o proceso), su permanencia y su especificación, ya que el compo­
"música especializada": sitor prefiere elegir del material sonoro tradicional y preseleccionado o de
cualquier otra materia acústica que considere apropiada, y ya sea que espe­
Me atrevo a sugerir que el compositor se haría un servicio inmediato y
cifique su obra en detalles elaborados y deje una gran cantidad de elecciones
final a s� música y también a sí mismo por el retiro total; resuelto y
para el intérprete. Al pesar sus contribucione s respectivas no podemos evitar
volun!ar�o de este mundo público a uno de ejecución privada y medios
ciertos temas: ¿cuál es el mínimo irreductible para la composición (una idea,
electro1?-1cos, con su muy real posibilidad de eliminación completa de
un plan, un libreto, un programa detallado completo), cuán fija es y cómo se
los aspectos públicos y sociales de composición musical. Haciéndolo así
realiza en sus múltiples versiones de interpretación?
1 � �eparación entr� los dominios se definiría más allá de cualquier posi�
_ Me gustaría señalar que las siete preguntas precedentes no son una varie­
bihdad de �onfus.mn de categorías, y el compositor estaría libre para
dad azarosa ni trivial. Hemos considerado, a su vez: los p roblemas de aisla­
lle.var una vida pnvada, de logros profesional�s, opuesta a una vida pú­
mien tq, significado, valor, causación, ser, conocimiento y permanencia; todos
b�ica, d e falta de compromiso profesional y exhibicionista, . . Semejante
. ellos temas cruciales en la filosofía de la música. Juntos demuestran que los
vida pnvada es lo que la universidad le proporciona al estudioso y al
compositores de música experimental hari desafiado los supuestos tradiciona­
científico: 8
-Ies de la música artística occidental. Como resumen de la estética alternativa
¿Se debe considerar a la música pennanente o desechable? La cuestión
más moderna, he aquí, su puesto � que Barney Child a firma como ya no válidos:
de la permanencia es central para la filosofía de la música. La dicotom ía entre - ia idea de "obra maestra";
la transit � riedad del proceso musical y :la permanencia del producto musical - la permanencia como valor estético;
ha evolucionado en un tema común en la literatura occidental. Hasta hace - el pro�eso como útil al producto que realiza;
bastante poco, sin embargo, los análisis estéticos han tendido a centrarse en el
el ordenamiento no azaroso jerárquico sistematizado;
objeto musical, sus cualidades como "objeto", otorgándole así el status de un
la validez estética como parcialmente dependiente de la toma de decisiones
virtual objeto de museo. Una estética más nueva enfatiza a la música como
extensiva y cuidadosa; .
proceso, un concepto más en armonía co_n la generalidad de las músicas fol­
·.
klóricas y tradicionales del mundó no occidental. la "responsabilidad" del artista;
No elaboraré aquí las importantes distinciones entre la música como el valor estético de la historicidad y la valiciez de la sucesión histórica;
producto � la m� sica como p�oceso que no sea notar ciertas implicancias para - el énfasis en lo lógico, lo racional y lo analizable;
_
la sustancia musteal; hay en Juego conceptos como el status de los sonidos
- la forma más elevada de respuest_a estética como sentimientos de profun-
musicales, la forma en que se los puede preservar y el grado hasta· el cual una
. didad, temor y cosas por el estilo.30
c��p o�ición (o una ejecución individual de ella) se puede especificar. La tra�
.
dicto� mte1ectual europea occidental ha asumido que los sonidos musicales
cons!t� yen una categoría especial. Si no se sostiene que ése es el caso, luego
la musica se puede componer con sonidos comunes, "encontrados", como el
Organización
arte visual que emplea objetos "encontrados". Y, para avanzar un paso más en.
compositor héroe de la novela Doctor Fausto de Tnomas Mann, asistía a las
' 1• . d . Adrián Léverkühn, que fue presentado en un capítulo anterior como el
esia nnea e razonamiento, se puede considerar a la propia música como un
pro�: so de "dese ��o" que no existe de modo fijo, sino que cambia de una eje­
conferencias de Kolonat Nonnenmacher sobre filosofía griega antigua en la
cuc10n a otra. S1 ese es el caso, ¿no es incoherente ( quizás hasta opuesto al
Universidad de . Halle, en preparación para el primer examen de teología, y
proceso) hacer un registro de tal ejecución? John Cage expresó que el registro
escribía música con la influencia del cuadrado mágico que había colgado
de semejante obra "no vale más que una postal; proporciona un ·conocimient.o
sobre su piano alquilado:
de algo que ocurrió, en tanto que la acción era un desconocimiento de algo
· ·
que aún no había ocurrido".29 En la pared sobre . el piano había un diagrama aritmético sostenido con­
alfileres, algo que él había encontrado en un negocio de venta de
objetos de segunda mano: uno de los -llamados cuadrados mágicos,
28 En Schwartz y Childs, Con temporary Compasen;
, . on Contemporary Music
pagma 249.
29 John Cage, "Composition as Prolt'��", en Silence, pág. 39. 30 Barney Childs, "Time and Music", pág. i 97.

21 8 219
.
com o e l que ap arece en Melancolía de Dure�o ju nto con el rel oj d e m ensi ones musicale s . Ha demostrado ser el principlo or.ga nizad_or m ás in flu-
a rena, el círculo, la balanz a, e l poliedro y otro"s símbolos. yente en l a música de e ste siglo .
Es e e foqu_e
En éste, tanto c om o en aquél, la figura se dividía en dieciséis campos La música, en algúri s entido, h a completado el cír:�l o._ : n
invoca la antigu a idea de la música com o disciplin a m a t m t Y simb ol o �el
m arc ados con núme ros arábigos, d e m anera tal que . . . 111 sum a de. estos e a ica
. lí ci ta m � nt e la o nex m n
nume ra les, d e cualqu ier forma que u no l os sum ara, horizontal, v ertical orden y l a annoní a u niversales.M ann estable ce exp _ �-
la msp_irac i� n de l as
o diag onalmente, si'm1pre daría tre inta y cu atro : en tre l o s expe rim entos de Adrián en el cálcul o music al Y
1

brillan te s confe rencias de Nonn enm acher s obre


V efu te año s después de la aparición de l Doctor Fausto, la publicación e sta temp rana concep ción c o sm ológica de u n e s
p íritu_ �uStero Y p ío
de los en sayos d e Anton We be m (1926-1945) reve ló que a és te le había inte­ ati ca., la p�op or­
(Pitágoras), q ue elevó su pasión fun dam ental, la a tem m
re sado de manera s emejante, un famos o cu adro latino.32 g l a ��i�tencta d�l
ción abstrac ta, el núme ro, al principi o d e l o ri n · e Y
un tad o, d e di-
mundo '· que' oponié n dose a la n atural· e za toda como C mic ,, · o
m " sm o s , com
cado, s e dirigió a ella prim e ro con un gran ges to c o o
e s fi�.ras que su �nan
o
A T R li de as _
· orden y annoní a, c om o el sistema intervá c o la re c on en nu
s o l

A R E ,más allá del al can ce de. los sentid os.El número y � �e ampr �;�
p o ros c �nsti tuy en do un concepto d e se r y de val or m or .10 e sp •
oral, aqu_1
T E N E T tro; era mu y impresi onan �e · cóm o l o bell o, l o exacto, l _ m
o

e d e au tondªd qu e an i­
a
c onflu í n d e m ane ra s olemne para aba rc a r l a id a
o p E R A m ab a al orden pitagórico� . .35
R teni o simbólico
o T A s El · cu ad ra do d e pal ab ras contenía una riqu ez a d e c o� � _
m as p rac co.
simil ar para Webem, au n qu e en un nivel men os cósm Y ic o � . .
intlró m i ca ( ten e ncia evi-
p
R re s enta a
e b su p a sión p o r la e s tru ctu ra pal
L a c oincid enci a n o e s u na trivialidad. T anto para Mann cu anto para We­ dente en l a m ayor p arte de su música posteri or):
bem y otros compositore s se rial es, e l cuadrado mágico era u n fuerte símbol o �
d e ord en y rig or en la música ; el c ontrol de l as dimensi ones h orizontal y v erti­ ROTAS
SATOR AREPO TENET OPERA �
cal p or el principi o y la cuan tificación de l a sus tanci a mu sical, amb os c on pro­
fu ndas implicancias en e l proceso c omposi tiv o (s egú n las palabras de Mann,
"e l cálc ul o elevad o a mis terio"33 ). Prestatari o compulsivo de personas e ideas, tanto cuanto las rela ciones recíprocas e ntre l as cuat ro formas bási cas de una
Mann emple ó a Arnold Schoenberg como model o para el carácter· de Adrián · serie ton al:
L ev e rkühn, y le permitió a és te 1 'inv entar" el sistema de comp osición d ode­
cafónic o de S c ho en be rg:34 Es te pri ncipi o serial, en el qu e las doce no tas de l a --c onjunto prim ari o __:_...,.

escala cromá tica ap arece ñ en u n orden predetermin ad o, se aplicó prime ro a l a

l
alt ura p ero lu eg o se ex ten dió (en otros c omp osi tores) al control d e otras di- s A T º· R

A R E p o ��
e:
·a
31
6h
Thomas Mann, Doctor Faustus, pág. 92. ,O c:u

r
32 Véase David .Cohen, " i\nton Webem and The Magic Square", Perspectives o/ ·e
,o
T E N E T 11.) •0
��
:S
New Music 13 (1974): 2 1 3-15 ; Dimitri A. Borgmann, Language on Vacation (Nueva

1
York: Scpbner's, 1 965), pág. 208; y Anton von Webem, Sketches {1926-1945), edición
facsimilar (Nueva York: Cárl Fischer, 1 968), lámina 34. La traducción literal del crípti­ o p E R A
co adagio es: "El sembrador Arepo mantiene el trabajo girando". Véase et post scriptum
de Willi Reich a 'The Path to the New Music de Anton Webem (Bryn Mawr, Pa.: Theodo­ R o T A s
re Presser, 196 3), pág. 5 7.
+--- retrógrad a ---
33
Doctor Faustus, pág. 379.
34 Mann lo hizo para gran irritación de Schoenberg; véase el intercambio de co­
rrespondencia en Saturday Review ofLiterature, 1 de enero de 1949, y las cartas siguien­
tes en Letters o{ Thomas Mann, traducidas al inglés por Richard y Clara Winston,-2 vols. 35
(Nueva York: Knopf, 1970). Doctor Faustus, pág. 93.

221
220
y la matriz completa que incluye todas las transposiciones posibles de las ¿Y cuál es el propósito de escribir música? Uno es, por supuesto, el de
cuatro formas de filas básical 6 Los bocetos para su Concierto op. 24 mues­ no ocuparse de los propósitos, sino de los sonidos. O la respuesta puede
tran la fornía en que Webem émpleaba el cuadra.d o de palabras como modelo tomar la forma de una paradoja: una falta de propósitos como propósi­
para la construccfón triacórdica única de su hilera dodecafónica,37 que, a su to o un juego sin propósito. Este juego, sin embargo, es una afirmación
vez, es responsable de gran parte dei rigor y la fineza que los analistas han de vida y no un intento de ordenar el caos o de sugerir mejoras a la crea­
encontrado en esta composición. ción sino sencillamente una forma de despertarse a la misma vida que se
Se puede plantear de dos maneras la cuestión general de la organización está viviendo, que es tan excelsa una vez que uno quita de en medio a su
de la música en el siglo XX, una forma extrema y otra más moderada.En la mente y sus deseos y la deja actuar a su arbitrio�
extrema: ¿Preferimos concebir a la música como una red de relaciones forma­
les elegantes (la posición serialista) o como una serie encantadora de hechos En refutación, los que proponen el orden pueden decir que la música
de sonido discretos (la pósición minimalista)? ¿La belleza se encuentra en las no es una afirmación de la vida ni una, forma de despertarse a los entornos
relaciones o en los sonidos individuales? acústicos, sino más bien la creación de esquemas sonoros bellos y significati­
Para un compositor tradicional este problema no existe; para él, la cues­ vos. Algunos son más atractivos, más conmovedores, más lógicamente convin­
tión es: ¿Hasta qué punto, y por qué medios, se debe organizar una composi­ centes que otros, y corresponde al compositor su elección.
ción ? Si u.na pieza debe aparecer ante el oyente como algo unitario, éste La cuestión de la organización en la música plantea varios problemas
espera responder a relaciones o reconocerlas, o podo menos que se lo persua­ colaterales provocativos. Tomamos dos que parecen especialmente impor­
da de que éstas existen; concebidas de manera sistemática y consciente por el tantes:
compositor o como resultado tradicional del aspecto (mayormente) incons­ ¿Debe ser evidente el orden de una obra musical? '(¿Debemos ser capa­
ciente del proceso de composición o impuestas sobre los sonidos por parte de ces de oírlo?
nuestra mente perceptiva que rechaza el ·desorden aparente.
Si el cuadrado mágico es el símbolo de la organización, los dados (en y
latín, alea) simbolizan la posibilidad y la indetenninación. Se ha contrapuesto ¿La coherencia musical requiere alguna especie de centro de altura, por
en muchas discusiones sobre la música última a la música serial con la aleato­ ejemplo, la tonalidad?
ria y a menudo se han discutido sus respectivas virtudes con el tipo de retórica
usualmente . reservado para cuestiones morales. Los compositores que optan A menudo se desecha a la música serial (y a toda la música de organiza­
por las posiciones extremas de organización máxima o mínima lo hacen como ción ajustada de cualquier período histórico. Un motete isorrítmico medieval
consecuencia práctica de su concepción filosófica de la música (como armo­ o una fuga de Bach) por considerársela fría y cerebral, ya que el proceso de
nía universal o entropía universal) y en pleno conocimiento de que se están composición incluye cálculo. La acusación se basa, en parte, en supuestos
dirigiendo a un auditorio limitado y no compitiendo contra compositores más románticos (que la música proviene del corazón y no del cerebro)40 y se puede
tradicionales por el afecto del público musical.38 Para apreciar la posición de decir que semejantes críticas genéticas caen en la "falacia intencional" y son
los que abogan por un orden riguroso en su música es esencial comprender irrelevantes para. los resultados.Los problemas reales en este caso son la com­
que muchos compositores hallan la misma satisfacción intensa en el juego del plejidad, la falta de redundancia y la no familiaridad estilística; todos ellos re­
intelecto que genera un rico tapiz de relacion�s P1Usicales que el matemático presentan obstáculos genuinos para la percepción. El sentido de orden es uno
toma para construir un teoremoa complejo.Los defensores de la indefinición de los principales placeres de la música, pero nPhP. q11P.1br r.1:im q11P. mmr.:i <:P.
escriben cori un entusiasmo contagioso acerca de la espontaneidad que se pue­ puede oír todo el orden que el análisis puede revelar en una obra musical. Ni
de lograr eliminando los elementos de búsqueda arbitraria, subjetiva y perso­ siquiera el compositor puede prever todas las consecuencias de su obra y se
nal de la composición de música. John Cage concluía de esta forma una con­ suele sorpr�nder cuando se le señalan relaciones insospechadas en su música.
ferencia sobre "Música experimental" en 1957 : En un capítulo anterior cité el famoso fragmento de Heráclito.''La armonía
oculta es superior a la evidente".Y cuando se le preguntó si esperaba que se
oyera el orden en su música, Adrián Leverkühn contestó : "Si por 'oír' usted
36 Véase Gary E. Wittlich, "Sets and Ordeiing P�ocedures in Twentieth-Century entiende la comprertsión preci�a y detallada de los medios por los que se logra
Music", en Aspects o[ Twentieth-Century Music, Gary E. Wittlich, editor coordinador
(Englewood Cliffs, N. J. : Prcntice-Hall, 1 975), págs. 3 92-93.
37
Weber; Sketches (1926-1 945), lámina 34.
38 : John Cage, "Experimental Music", en Silence, pág. 12 .
. Como lo expresó Alvin Toffler hace unos años en su popular Future Shock, es
Véase la cita de Wagner en el capítulo 7.
cuestionable la actual validez del concepto de "audiencia masiva". 0

222 223
La tonalidad, como el feudalismo, no s e .c reó en una noche.El sentido
�l ordef m�s elevado y estricto, como el de los planetas, un ord en y una lega­ de legalidad tonal se ha d esarrollado a un ritmo g eológico en milenios. En las
. hd �d co�mcos, no, de esta fo rma no que rría que se oy era.P ero uno querría y músicas d enominadas primitivas la tonalidad su ele aparecer en la forma de
qmere otr este orden, y su percepción brindaría una satisfacción estética un conjunto limitado de tonos qu e se arraciman en tomo de un "tono"
desconocida"�1 nuclear. En las músicas más cultivadas del mundo no occidental, las escalas
El principi? de tonalidad, e n una u otra forma, ha sido el agente princi­ resultantes suelen servir como matrices para variaciones improvisadas (el prin­
pal de coherencia a todo lo largo d e la historia de la música; en forma de cipio de maquam) . Quizá sea innecesario señalar que no hay motivos para que
.
modalidad es:alar hasta alrede �or de l año 1600; seguido por un gran perío­ se le asigne prioridad a una altura por encima d e otra o que s e exlúba cual­
.
do de armoma, la to�al1dad acordica (es d ecir, el sistema d e claves mayores y quie r "tendencia" aparte d e la influ encia de ciertos instintos humanos b�sicos;
m enores) que no esta acabada para nada ; y, en este siglo, una versión ate nua­ ir desde un comienzo, a través d e un medio y hasta un fin, desviarse de la esta­
da del principio que re tie ne la premin encia de una altura central (la tónica) bilidad y re tomar a ella y acercarse a tonos fue rtes y estables por el menor
pero ha �escartado la re d de apoyo de las r elaciones e implicancias tonales. intervalo perrnitioo.
.
Hay mfimdad de motivos para cr eer que la tonalidad descansa sobre jnstintos Pe rle señala algunas de las ambigü edades implícitas en la discusión d el
fuert es y unive rsal es, ya que es una propie dad de todas las músicas conocidas status de la tonalidad en la música d el siglo XX: "Los d esarrollos musicales
del mundo. contemporáneos han evid enciado que la estructura acprdica no g enera necesa­
La tonalidad es algo qu e siente con fuerza el oyente que h� sido condi- riam ente un centro tonal, que se pu ed e hacer funcionar a las formaciones
.
cionado para responder a la "versión" peculiar que preval ece en su tradición armóni�as no acórdicas como e lem entos r eferenciales y que la suposición de
pe ro sus efectos auditivos no son fáciles d e d escribir. Para ilustrar la variedad un complejo dodecafónico no impide la existencia d e centros tonales'�3 Y así
del concepto, prese n !amos una �i�opsis d e algunas de las me táforas que se han como la mG.sica dode cafónica pu ede ser tonal, la música atonal puede pres en­
�ropuesto. Las me taforas trad1c1onales incluyen: foco (o centro) como e n tar ciertas propie dades r e ferenciales. En suma, cualquier p ropiedad de t en­
opttca '. reK!,eso a casa, como en las palomas; atracción, como en magnética ; sión, atracción, estabilidad, movimiento dirigido, prioridad, centricidad o refe­
vectonzacion, co�o en las aproximaciones d e a eropuerto; y punto de Jitga, re ncialidad que se encu entre en la música atonal es resultado de las decisiones
c ?mo en perspectiva. Etique tas más mod ernas y abastractas son las de centri­
.
del compositor y las propiedades de la obra individual (o, si es coherente, de
cidad, prion'dad y referencialidad. su estilo) y no propiedades inherentes al siste ma.
u siste a tonal co�ple to prese �ta estas propiedad es: 1) una altura
. . ,�. . � .
"tomca . Para continuar con la analogía d e una socie dad : la mayor parte d e la
. pnondad, centnctdad, estabilrdad, finalidad; 2) una jerarquía d e música tonal del siglo XX (por ej emplo, la de Stravinsky o Bartók), aunque
apoyo (de tonos o acord es) con funciones específicas; 3) direccionalidad: puede re tener, y con frecu encia lo hace, ciertos elementos de la tonalidad tra­
hacia, d esd e, neutral; 4) sucesiones autorizadas y d esautorizadas, s enderos dicional, sugi ere un modelo de sociedad en la que todos sus integrantes tiene n
aprobados; con la posibilidad de: 5) movimie nto hacia centros tonales de iguales posibilidades de acceso a un regente fuerte, con pocas (o ninguna)
C?�p etencia (mo �ulación), qu e . incluy e inte rcambio de funciones; 6) am- funciones especializadas y obligacione� recíprocas . En contraste con este m o­
bt�� dad de func10n, y 7) func10nes se cundarias con sus propias relaciones
. delo, se puede comparar a la música atonal con una sociedad sin clases e n la
satelite.
que todos sus integrantes , cumplen todas las funciones, la obligación es una
Estas propie dades se estructuraron prim ero en las r elaciones melódicas
consecuencia de la posición asignada y en la que el reg ente (si lo hay) es
primus ínter pares. En te oría, si no en la práctica, esto su ena como un parla­
entr e tonos simples Y luego, en un logro más d estacable se transfirie ron a las
relacio�es armónicas más complejas, entre acord es. El �ov#ni�nto tonal (de
to�os s�ple� � d e acord es� se da en varios ejes relacionados: "lejos" a "cerca" mento electo.
Siempre . es apropiado dudar, por modestia, antes de proclamar al fin de
? aqu1 , debil a fu erte, mestable a estable, implícito a confirmado. A los "la civilización tal como la conocemos", pero la posibilidad d e la música
mtegrantes d e un sistema tonal s e les asigna rango y función, como a los inte­
grantes de cualquier sociedad.De hecho, existe una soberbia analogía hindú atonal sólo ha existido durante una fracción infmitesimal de la hlstoria huma­
que atrapa con pureza la idea de "función" tonal en términos de las relaciones na. Sin embargo, muchísimos compositores han estado escribiendo música
y obligaciones mutuas d e la sociedad feudal: atonal durante la mayor parte d e este siglo y sus esfuerzos han demostrado
(quizá no a todos) que se pu ede lograr unidad en la música sin la ayuda de un
- el re gente : la tónica como obje tivo y estabilidad última; centro tonal o las relaciones más específicas de tonalidad armónica tradi-
- sus generales y ministros: los tonos fuertes, prominentes y estables;
- sus vasall?s: los tonos débiles, neutrales y/o inestabl es, y
- sus enemigos: los tonos extraños o remotos.
42
Mukund Lath, A Study of "Dattilam ", pág. 233.
43
George Perle, Serial Composition and A tonality, pág. 8.
4t Doctor Fi.austus, pag. 192.
225
224
comienzo de este cuarteto se emplea una continuidad interrumpida
cional. Aún queda abierta la pregunta de si la experiencia musical ciel oyente
similar, con una cadencia para cello solo que se sigue con el ler.violín
en general se verá al fin condicionada hasta el punto de que éste pueda res- · solo al final:14
ponder con afecto a la nueva música.
Nuevos modelos. Para muchos compositores, elegir un model� formal es · 2 . El modelo de juego que, por lo general, presenta improvisación go­
�na de las primeras y más cruciales decisiones previas a la composición. Puede bernada por uri conjunto de reglas predeterminadas. Como. ejemplo, Duel de
tr desde una vaga idea hasta un concepto detallado y puede ser seria o trivial. lannis Xenakis (1959), ob.ra para dos directores y dos orquestas, que incluye
Puede setvir tan sólo como estúnulo para . lograr que su imaginación creativa tácticas, probabilidades y logros�5
se desencadene o puede guiarlo paso a paso por el camino. En los años 3: El laberinto, corno lo describió Pierre Boulez:.
recientes se han explorado muchos modelos nuevos para la estructura musical ·
Para m í, la noción del laberinto en una obra de arte es más bien como la
quizá la mejor generalización que se pueda hacer sobre ellos sea la de deci; idea de Kafka en su cuento La madriguera. Cada uno crea su propio
que s �n e�tramusic ��s.Se puede argumentar que la mayor parte de los esque-
laberinto. . . Uno lo construye de la misma forma que un animal subte­
m s m stcales tradic10nales ( estrófico, rondó, variaciones y otros) se basaba
. �. � rráneo construye esta madriguera tan bien descrita por Kafka: constan­
ongmanamente en modelos extrínsecos a la música, pero, con el tiempo, cada
temente se desplazan las fuentes para que todo pueda seguir en secreto
uno de estos modelos pasó a depender de las fuerzas y tendencias de la tonali­
y siempre se eligen nuevas rutas para despistar. De manera semejante, la
dad. No hay motivos, por supuesto, para que un compositor necesite aplicar
los esquem � tradicionales según formas tradicionales: llenar una vieja vasija obra debe proporcionar una cierta cantidad de rutas posibles. . .con la
posibilidad de jugar un papel de cambio o desviación en el último mo­
con contemdos nuevos suele ser una forma de éxito para demostrar la vitali­
dad de una estructura familiar y mantener lo que ambos compositores creen rnento�6
que es una relación esencial eon el pasado. Presentamos una variedad de Eflaberinto no es una noción nueva en la música: J. S. Bach, H.einichen
modelos :structurales �uevos, algunos :con el testimonio de sus compositores; y otros compositores del siglo XVIII constniyeron laberintos armónicos, pie­
no se ha intentado ubicarlos en un orden que refleje su significatividad o po­ zas de demostración que modulan sistemáticamente a través de la escala de
pularidad. Es aún demasiado temprano para.predecir qué potencial tienen los claves y vuelven al punto de partida. Para un equivalente del siglo XX, véase el
varios 1110?el�s nuevos para el futuro; algunos podrán florecer, oÚos quedarán arioso que aparece en el Praeludium. y el Postludium del Ludus Tona/is (1943)
como cu nos1dades. Tomados como grupo (todavía incompleto) demuestran de Paul Hindemith; y para otra versión interesante del modelo ael laberinto,
_ véase el ballet The Minotaur (1947) de Elliott.
la vanedad de lo que en la actualidad se define como música.
� .El collage, un ensamble calidoscópico de material diverso, que a me­ 4. Estructura de cristal, modelo que Edgard Varese favoreció para su '
nudo mcluye extractos de otra música. Este modelo releja la influencia de las música y describió así: "Hay una idea, la base de una estrui,;tura interna, ex­
artes visuales (objetos "encontrados"), del montaje cinematográfico y de pandida y partida en formas distintas o grupos de sonido en constante cambio
la novela del fluir de la conciencia. Quizá también exista un modelo interno: de forma, dirección y velocidad, atraídas y rechazadas por fuerzas variadas.
la imaginería asociativa del estado de sueño o los contenidos del inconsciente La forma de la obra es consecuencia de esta interacción.Las formas musicales
artístico antes de que se organice conscientemente el enjambre de ideas y con­ _posibles son tan limitadas corno las formas exteriores de los cristales"�7 .
n ?taciones por medio del intelecto censor y la voluntad. Esta técnica, Cl]yos 5 . Parodia� no en et' sentido de caricatura sino en el r�nacentista:. Un
pmneros fueron Charles lves en los Estados .Unidos y Claude Debussy (en me­ parafraseo de· compositores existentes .o la simulación de un estilo histórico,
nor gr �do) en Francia; ha surgido corno una de las corrientes importantes de corno en Pulcinella (Pergolesi), Le baiser de la fée (Tchaicovsky), las Variacio­
_
la mus1ca contemporánea, en particular en la música de Geore:e Rochbern. ... nes coraies sobre Von Himmelhoch (j. S. Bach), la Misa (el estilo de Guillau­
Como ejemplo del modelo, el 2 ° movimiento de la Sinfonía nº 4 ...de Ives. rne de Machaut) y el concierto "Durnbarton Oaks" (estilo barroco) de lgor
. El modelo del "fluir de la conciencia", con sus discontinuidades, flash­ Stravinsky. En Music, the Arts, and Ideas Meyer ha delineado distinciones
backs y asociaciones, fue el que empleó Elliott Carter en su Primer Cuarteto cuidadosas eritre parafraseo, préstamo recibido, simulación y rnodeJado�8
(1951), aunque de una forma ligeramente distinta:
El fiJme Le sang d'un _poete de Jean Cocteau fue �l que propuso el plan 44
general, en el que toda la acción onírica se enmarca en una torna de mo­
Elliott Carter, The Writings of Elliott Carter, págs. 276-77.
45
vimiento lento interrumpido de una alta chim�nea de ladrillos en un
Analizado en Iannis Xenakis, Formalized Music, págs. 1 13-22. ,
46
Pierre Boulez, "Sonate, que me veux-tu?", págs. 34-35.
lote vacío que es dinamitado. Cuando la chimenea comienza a caerse a 47
Edgard Varese, "The Úberation of Sound", en Schwartz y . Childs, Contempo­
pedazos, la toma se interrumpe y toda la pel ícula sigue, después de lo
cual la �orna de la chimenea regresa al punto en el que t�nninó. ·.. En el
rary_ (:omposers on Contemporary Music, pág. 203 .
48 Leonard B. Meyer, Music, the Arts, and Ideas; págs. 195-208.

22 6 227
6 . Actuació n, u na conversazione.musical entre distintas "personalida- .
des", procedimie nto usado por Elliott Carter e n su 2 ° Cuarteto ( 1959): 13. El modelo matemático, del que se pueden construir i n finitas versio­
nes. Jóseph Schillinger, en The Schillinger Systerri o[ Musical Composition
Hasta cierto punto, los in strumentos rerpresentan papeles asignados, ya
(1941), propuso un conju nto de procedimientos para derivar nuevas escalas,
que cada u no i nventa con bastante cohere ncia su rnatepal a partir de su
propia actitud expresiva y su propio repertorio de velocidades e inteiva­ ritmos y estructuras, aplicando varias transformaciones y p�rrnutas matemáti­
cas. Su enfoque fue muy popular en su momento, quizá porque George
los rnus�cales. En cierto sentido, cada instrumento es como· un personaje
Cershwin fue uno de sus alumnos, pero compositores matemáticos más actua- ·
en una opera, hecho en primer lugar de "cuartetos". . . Los individuos de
les han creado medios más sofisticados para generar música sobre la base de
este grupo se relacionan entre sí por lo que metafóricamente se pueden
modelos matemáticos. En una crítica al método de Schillinger, Carter escribió :
llamar tres formas de respuesta: discípulos, compañeros y rivale�. . �
7. El modelo espacial, corno la obra maestra de Ch�rles Ives The La falacia , filosófica. básica del punto de vista de Schillinger es el supues­
Unanswered Question (1908), u na de las primeras composiciones modernas to de . que ias "correspondencias" e ntre los modelos del arte y los del
e n la que el desplie_gue espacial de los ejecuta ntes (u n solo de trompeta, mundo natural se pueden tr�nsferir de una manera mecánica de uno al
cuatro flautas y un conjunto de cuerdas) y la indepen dencia de cada uno con otro por medio de la geometría o los números . . . Viene de u n pitagoris­
respecto a los demás siive corno idea organizadora principal de la obra.50. mo que está muy fuera de lugar como co nsideración primaria e n la músi­
ca artística. Este sistema se ha empleado con éxito eri aquellos lugares
8. El modelo cosmológico, corno e n Sicut Umbra de Luigi Dallapic­
en los que los compositores ya estaban bien entrenados cornó para dis­
cola, en la que los contornos · de las ideas musicales siguen los esbozos de · ti nguir los resultados musicales de los que no lo era n .53
varias constelaciones. .
9 . El modelo del absurdo, ma nifestado en actividades dadaístas corno 14 . El modelo estadístico, descrito por Pierre Boulez con la analogía
i nterpre!ar sin ropas, despedirse de las patas d� un gra n pia no, arrojar paste- elegante de un "µiovirniento brownia no", los movimientos azarosos de par­
les, saltar en ti nas de agua y otras bufo nadas. . tículas suspendidas en un gas o fluido a medida que se las bombardea con
1 o �l rn �de�o �onético, que emplea los sonidos de la voz huma na y las moléculas del medio, cuya masa permanece inalterada:4 En las versiones
caractensttcas smtacticas del lenguaje corno base de la estructura. Véanse musicales de este modelo (las llamadas obras para masas de sorlido) la masa
_.

ob �as corno Sequenza II/ (I 965) de Luciano Berio, Aria (1958) de Joh n Cage, de sonido permanece con stante i nclusive si la posición de cualquiera de las
Nuzts ( I 968) de Iannis Xenakis y Stimmung (1968) de Karlheinz Stockhausen . alturas i n dividuales es indetermi nada . La composición con masas de sonido
· 1 I . El modelo ambie ntal, como en Listen ( I 966) de Max Neuhaus, en densas se ha convertido en una corriente de gra n import'ancia en la música
_ recie nte, corno en el Treno por las victimas de Hiroshima ( 1 960) de Krzysztof
la que "se pone en un óm nibus a un auditorio que espera un concierto o una
co nferencia convencionales, se estampan sus palmas con la palabras listen Pe n derecki, Jeux vénitiens {1961) de Witold Lutoslawski y Atmospheres
. (1962) de Gyorgy Ligeti. Xenakis acuñ. ó la expresión música casual para su
(escucha) y se los lleva hacia y alrededor de un ambiente sonoro existente
corno una usi na energética o u n sistema de trenes �ubterráneso"� 1 versión del modelo, regida por las leyes de la probabilidad: "Los eventos sóni­
12. El modelo Muzak, como en la propuesta de Erik Satie de una · cos se hacen a partir de miles de sonidos aisla�os, . . . Este hecho masivo se
musique d 'ameublement ("música de amoblamiento") ·para tocarse en los in­ articula y forma un modelo plástico de tiempo, que sigue leyes aleatorias y for­
tervalos de los c �nciertos: "Les rogamos no darle ninguna importancia y . tuitas. . . Son las leyes dél pasaje del orden completo al desorden· total en una
act_uar dura nte el .tn �eivalo como si la música no existiera . . . Queremos esta­ forma conti nua o explosiva"� 5 ·

blecer una música diseñada para satisfacer necesidádes 'útiles'. El árte no tiené 15. El modelo arquitéctónico, como en Concret P-H de Xenakis, escri­
parte en semeja ntes necesidades. La música de amoblamiento crea u na vibra­ to para la Exposició n de Bruselas de 1958 y modelado sobre la estructura del
ción; no tien e otro objetivo; cumple el mismo papel que la luz y el caior: pabellón Philips de Le Corbusie·r . P-H se refiere a los contornos "paraboloides
comodidad en todas sus formas".52 hiperbólicos" internos del pabellón, que el arquitecto asemejó caprichosa­
mente a la forma del estómago de una vaca. Esta obra y su acompañante, el
controvertido Poeme electronique de Edgard Varese, se ca n alizaron y transmi­
tieron por medio de 400 altavoces que cubrían las superficies i nternas del
49
The Writings o{Elliott Carter, pág. 278.
so Para un análisis esclarecedor de la tendencia hacia el pensamiento espacial en la
música 1el siglo XX, véa� George Rochb�rg, "Uie New lrnage of Mu sic", págs. 1-1 o.
5 Nyrnan, Expenmental Music, pags. 88-89.
52 53
, 7 6°8 Citado en ibídem, pág. 3 1 ; véase también John Cage, "Enlc Satie", en Silence, The Writings ofElliott Carter, págs. 120·2L
pags. 2. 54
.Boulez on Music Today, pág. 67.
55
· Xenakis, Formalized Music, pág. 9.
22 8
229
pabellón. Xernikis eligió la descarga de carbón ardiente como su fuente de que la música es cada vez menos el producto voluntario de. una inteligencia
sonido y describió el efecto de la música como "líneas sonoras moviéndose en simple, imaginativa, selectiv?,, conformadora, y cada vez más el incierto resul­
complejos de punto a punto en el espacio, como dardos arrojados de todas tado de un conjun.to de circunstancias o decisiones colectivas. Tomados_ c9mo
partes"� 6 . grupo, los modelos revelan una variación mayor en el pensamiento inetaforico
16. El modelo de repetición ("música de trance" o "música de proce­ sobre la música, alejándose las metáforas vegetativo/orgánicas populares
so"), como el de Come Out (1 966) de Steve Reich, A Rainbow in_ Curved Air durante el siglo XIX y hacia lo abstra9to/inorgánico y lo personal/int�·ractivo.
( 1 969) de Terry Riley y Music with Changing Parts ( 1 97 1) de Phil Glass; y La música, segón estas metáforas, ya no se debe comparar con la maduración
antes en el Bolero (1928) de Ravel. La música ha tolerado ( quizás hasta exigi­ de un árbol o toda una vida humana; más bien, se la debe asemejar a los pro­
do) tradicionalmente más repetición que cualquiera de las otras artes tem­ cesos físicos del universo inanimado o los encuentros y contingencias impre­
porales. La característica distintiva de este modelo es que la repetición decibles que contribuyen al sentido de tensión existencial en la vida contem­
continua e hipnótica se ha convertido en el agente principal de la est�ctura poránea.
musical, y con frecuencia sugiere la influencia de la música hindú y otras no
9ccidentales. Ya que la repetición en sí es un mero recurso, los modelos reales Temporalidad. La idea del tiempo en la música occidental tradicional se
pueden ser los siguientes: el mantra (encantamiento ritual), un estado de enraíza en muchos supuestos relacionados: que la música es un-arte de movi­
trance, conciencia expandida inducida por drogas (uri continuo "ahora"), la miento dirigido; que es teleológica (apunta, a un objetivo futuro) y por ello
vibración celular pulsante de los organismos más bajos y la idea de una regre­ irreversible; que presenta continuidad acumulativa; que se ubica a lo largo de
sión a un estado evolutivo anterior a la visión isabelina de la música continua una escala jerárquica de compases y periodicidades; que comienza de una for­
y la danza en el cielo.57 ma clara y decisiva, procede a través de partes relacionadas y termina con un
¿Ut pictura poesis? 58 · ¿Una obra musical es en verdad como una pintura

sentido de finalidad y cumplimiento; que sigue una línea temporal simple que
o un poema? Ni siquiera la magia del compositor pue,de traducir ideas directa­ pasa gradualmente de nuestro futuro, a través de nuestro presente, a nuestro
mente en música. Sólo puede planear esquemas análogos, movimientos, den­ pasado; que su estructura ideal sugiere una interpretación narrativá de la diná­
sidades, conexiones, formas e interacciones. Entender cómo se las arregla una mica de la vida humana{'º que le permite al oyente experimentar expectativa
obra musical para comprender un modelo extern,o puede satisfacer la curiosi­ y percibir pór medio de predicción.y retrodicción; que sus pr�piedades inclu­
dad personal, pero falla como base para la crítiéa. ·si alguna de las composicio­ yen la causalidad, las relaciones sintácticas y connotaciones que piden y pre­
nes citadas nos convence de que es una obra de excelencia, lo hace por cum­ mian las referencias cruzadas entre h:echos musicales que estan separados en el
plir con nuestros criterios de excelencia y no por la destreza para modelar del tiempo. El tiempo de la música, en esta interprétación, es singular, lógico, pre-
compositor. . decible, continuo y (sobre todo) lineal. Semejante descripcíón se , aplica por
Lo que parece más importante es el conjunto de actitudes filosóficas· igual a una fuga de Bach, un cuarteto de Mozart o una ópera·de Verdi, en esta
que demuestran los dieciséis modelos. Hemos visto a la música concebida sección final presento testimiinonios conflictivos sobre estos supuestos, con
como objeto, acentuando sus cualidades tradicionales como "cosa", perma­ breves comentarios. ·
nencia y estructura; como proceso, enfatizando sus propiedades dinámicas: Nada podría ser más ajeno a la temporalidad tradicional de la música
cambio, movimiento y energía ; como estado, la música en forma de puro que una estética que le adjudica importancia capital al momento presente, fa­
"ser" con unidad y estancamiento como características principales; cQmo vorece· ta discontinuidad por sobre la continuidad y niega la visión teleológica
situación, ia interacción espontánea de ias personaiidades actuantes; y como de la música, separando al momento de ia percepcióñ tanto de su pasado
campo, un terreno o dominio circunscrito en· el que ocurren los hechos, sólo cuanto de su futuro, Rochberg esboza la base filosófica para semejante estéti­
regido por las leyes de la probabilidad.59 Quizás en el futuro aparezcan mode­ ca "particularista".
los que sugieran otras posibilidades.
Ciertos modelos parecen haber sido elegidos más como demostraciones El modo filosófico predominante de nuestro tiempo es, reconocidamen­
filosóficas que como "música" en cualquiera de los sentidos generalmente te, el existencialismo, una visión de la vida que sostiene que el momento
aceptados de la palabra; en especial los puntos n° 9, 1 1 y 12.Varios implican presente es el punto nodal de 1á existencia.Es en el presente donde la
existencia es real, más vital; antes de que pueda haber esencia debe
haber existencia. La forma de sentir la propia existencia es cargando
56
. Notas de cubierta de disco, Nonesuch H-7 1246 . cada momento presente con contenido y significado. El presente es rea­
lidad. Esta vi�ión, áunque claramente occidental en su origen, originada
57
• Véase capítulo 5 y en especial Nº 28.
511
Véase capítulo 3.
59
He expuesto estas cinco: posibilidades en "The Creation of Audible Time",
págs. 200-201 y ejemplos específicos sugeridos en pág. 209, Nº 8. 60 Véase capítulo 9 y en especial Nº 14.

230 23 1
en el pensamiento de Nietzsche, . Kierkegaard, füidegger, Jaspers y iles de Stockhausen... y aunque cada elemento en esas piezas puede es­
otros," encuentra fuertes reverberancias en el budismo Zen oriental, que tar organizado para generar movimiento,' el resultado suele parecerme
también sostiene que el momento presente es la realidad suprema. como la esencia de lo estático. Una serie temporal . bien puede postular
No es nada extraño, �ntonces, que los compositores de música casual en una nueva parábola sobre tiempo, pero eso no es igual a una experiencia
parti�ulai ,se vean arrastrádos al Zen y _dejen implícita una tendencia del tiempo, la cual es para mí un lenguaje dinámico a través del
existencialista en su actitud ante la música; es decir, ver ll la música tiempo�3
como la ocurrencia. de hechos impredecibles, cada momento de sonido
o silencio libre de conexiones formales con el momento anterior o el Y, � otra ocasión: "Además reconozco una necesidad de ir de un co­
posterior, audible sólo como sensación presente . . . En esta forma de mienzo a un fin a · través de partes relacionadas. Quizás en simpatía cori la
música existencial, el presente borra el pasado, no permitiendo revoca­ movilidad disminuida de mi cuerpo, mi mente ya no parece tener deseos ni
ción o regreso, y promete que no habrá futuro, ya que acontecer pre­ capacidad para saltai: de los momentos 'presentes; aislados a otros momentos
sente es suficiente para sí mismo, · sin necesitar hecho futuro para que también 'presentes' ".64
se lo comprenda.. . Todo lo que puede esperar hacer el oyente es atra­ Meyer ha llamado la atención sobre los problemas de la percepción y el
par cada hecho : así como atrápa la sucesión de hechos infoimes de la análisis de la música que se ·proyecta como una serie de hechos discretos;
yida, esperando deducir algún orden significativo. En el caso de la músi­ para los que acuñó la expresión particularismo trascendental:
ca casuaj esto es muy poco probable, y, desde el punto de vista de los
Cuando.. . la · atenci(m sólo se dirige a la unicidad de las cosas, entonces
compositores de tal música, altamente indeseable . . . 61
todos y cada uno de los atributos de un objeto o hecho son igualmente
significativos y necesarios.No puede haber grados de conectividad entre
. John,Cagé dice lo que, en su opinión, es deseable: "Lo más inteligente
hechos o dentro de ellos . . . Un hecho que no tiene redundancias es su
es abrir de Wnedjato los propios oídos y oír repentinamente un sonido antes
propia descripción simple ...Ya que en tal mund_o no redundante no se
de pensar que se tien:e -un_a posibilidad ·d e convertirlo en algo lógico, abstracto
puede describir a. los objetps de arte en términos más simples, la crítica
o simbólico"�2
_La discontinuidad es una conducta carac�erística en las artes contempo­ consiste, necesariamente, en: a) una lista por ítems de los atributos de
.

ráneas, que ·se manifiesta en formas tan diversas como el contraste en staccato la obra artística ; b) una "traducción" de semejante lista en un análogo
de registros extremos en la música de Ariton' Webern, los recuerdos en [lash­ poético verbal; c) un resum�n de las "reglas" implícitas en la construc­
back de Proust, la caótica yuxtaposición de citas en The Waste Land d_e T. S. ción de la obra; o d) una exposición. .. sobre la significación cultural
Eliot; la narrativa del fluir ·de la conciencia en Retrato del artista adolescente ideológica de la obra artística, más que un análisis de sus relaciones y
y Vlises de Joyce, ·1os rápidos "cortes" posibilitados por empalmes en la cinta significados in temos.65
magnética de grabación,'el montaje de imágenes filmadas superpuestas . en la
cinematografía, los no sequiturs del "teatro del absurdo'\ así como las dis­ Las nuevas tendencias en el concepto temporal y la estmctlira de la mú­
co�tinuidades visuales igudas. del cubismo analítico y sintético. Aunque sica plantean cuestiones importantes para la psícoÍogía de la percepción; en
semejantes té�nicás requieren que se las interprete como desorden, su signi­ particular, si la experiencia de la música se percibe ccímo antes en términos de
ficación real · es que el orden se afirma por medios no . lineales. Las impli­ las dos series temporales tradicionales (serie A: antes/después; serie B ·: pasa­
cancias de esta revolución en la ·sintaxis .artística no han sido tódavía -com� do/presente/futuro) o se interpreta como el estancamiento de un perpetuo
prendidas en plenitud. "ahora". William James describió al presente sensible no como el "filo de un
· No t9dos los artistas están preparados para aceptar las consecuencias de cuchillo" sino como una "ensillada" que parece extender los límites de
esta nueva orientación a la estructura musical. Como escribió Igor Stravinsky nuestra conciencia del momento presente, quizás hasta la duración de un mo­
hace· unos años: tivo, 'gesto o frase.66 Varios estudios de psicólogos gestálticos han mostrado
qu� la ten dencia a imponer esquemas sobre los datos sensibles aparentemente
El tiempo es, también, una: medida física para m L y en la música debo
sentir un aquí y· allí físicos y no sólo un ahora, lo · cual implica movi­
miento desde y hacia.No siempre percibo este sentido del movimiento 63
Stravisnky y C,raft, Dialogues and a DiQry, págs. 127-28.
o ubicación en, digamos, Structures de Boulez o en esos fascinantes pla-
64
Stravinskyy Craft, Retfospectives and Con<:lusions, págs. 76-77.
65
Meyer, Music, the Arts, and Ideas, págs. 164-65.
66
William James, The Principies ofPsychology, "Toe Perception o fTime", capí­
61 · George Rochberg, "Duration in Music", págs. 6o-62. tulo 15 en The Human Experience of-Time, compilado y eqitado por Charles M. Shero-
62 Nyman, -Experimental Music, pág. l. ver� págs. 370-74. •

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incone�os es una característica tanto de nuestra percepción visual cuanto de Para clarificar las distinciones entre estos modos temporales, puede ser
la au�tiva. Una conclusión parece inevitable: que las leyes de la percepción útil proponer ejemplos de la música de un compositor, y parece particular­
limitan nuestra capacidad de oír discretamente. mente adecuado citar de las obras de Igor Stravinsky, generalmente reconoci­
Varios estudios provocativos han examinado el concepto de temporali­ do como el compositor sobresaliente de este siglo; como ejemplos del tiempo
dad· en la música más reciente, en particular los de Childs, Kramer y Steck- lineal tradicional, Petrouchka {19 1 1) y muchas de las obras neoclásicas poste­
: hausen (f¡ . De sus investigaciones, y especialmente confiando en la elegante riores ; como Pulcinella {1920) o el Dúo concertante (1932); en la introduc­
fonnulación que Krarner hace del problema, planteamos una pregunta que ción sincronizada libremente de La consagración de la primavera {1913), re­
puede ayudar a clarificar la diversidad de temporalidades en la nueva músi­ presentación musical del caos de lá creación primordial, los instrumentos dan
ca: ise puede describir mejor a la organización temporal de una obra musical la ilusión de líneas temporales independientes 71 en la coda lenta y serena del
lo de una sección de ella) como un tiempo simplejlineal}, dos o más tiempos 3er. movimiento de la Sinfonía de los salmos {1930), prolongada sobre un ba­
simultáneos, atemporal o un momento de tiempo después de otro? sso ostinato hipnótico de tres notas, el tiempo parece detenerse casi literal­
1 . El mundo teleológico del tiempo lineal, en el que la niúsica se con­ m�nte, y sugiere un estado de ser más que un proceso de devenir y , finalmen­
cibe y percibe como movimiento dirigido, es nuestro modelo más familiar, te, aunque, como lo señala Kramer, la Sinfonía de instrumentos de viento
como en la mayor parte de la música de Bartók, Berg, Britten, Copland, Hin­ (1920) es claramente el mejor ejemplo de tiempo del momento en su catálogo
demith, Prokofiev y Schoenberg. Muchos de los supuestos tradicionales sobre de obras.Hay fuertes sugerencias de este modo de temporalidad en la segunda
el tiempo mantienen su validez para este repertorio, en particular en las obras de sus Tres Piezas para Cuarteto de Cuerdas ( 19 14) y en The Wedding {19 17).
organizadas según el principio de tonalidad. Para demostrar que las raíces de los nuevos modos temporales se pue­
2 . La música que separa en línea� temporales múltiples y no sincroniza­ den rastrear en el siglo XIX ( quizás incluso hasta llegar a Beethoven), he aquí
das, como en el 2do. y el 3"er. cuarteto de Elliott Carter y en el Cuarteto un conjunto de ejemplos de la música de Richard Wagner. Como ejempios de
(1964) de :Witold Lutoslawski, sugiere la existencia d� tiemponimultáneos. tiempo lineal tradicional, se pueden citar los preludios al Acto III de Lohen­
Las imágenes múltiples superpuestas del cubismo (como el Desnudo bajando grin y al Acto I de Tristán e !solda. Par a ilustrar el renórrieno de los tiempos
una escalera de Marcel Duchamp, 1911) y las yuxtaposíciones espaciales fan­ múltiples simultáneos, sugiero la escena final del Acto I de Los maestros can­
tásticas de Marc Chagall , exhiben tendencias paralelas en las artes visuales.68 tores de Nüremberg; aunque las líneas r ítmicas independientes están sincr�
3. La mayor parte de la música aleatoria y particularista, música que es nizadas dentro de la estructura del metro prevaleciente, el control es m íni­
altamente repetitiva, la mayor parte de las piezas de sonido m asivo y otras mo, 72 El preludio a Parsifal es �an �mbiguo en lo rítmico que es virtualmente
obras que presentan la,s técnicas de estancamiento musical esbozadas en el ca­ atemporal y los largos silencios entre los hechos contribuyen a la ilusión gene­
pítulo 9 , implican un estado de atemporalidad.69 ral de estancamiento. Y el preludio a El oro del Rin es totalmente estático
4 . Stockhausen y Kramer han hablado de "tiempo del momento", músi­ tanto en lo que respect� a la annonía cuanto a la tonalidad; y consiste en 136
ca con,sistente en un conjunto de módulos discretos y autocontenidos, como compases de un acorde mayor sostenido en Mi menor sin articulaciones del
en Sinfonías •de instrumentos de viento de Stravinsky y Klavierstück XI de flujo temporal aparte del firme crecimiento en textura y volumen.Los pasajes
Stockhausen. Según Kramer, los atributos del tiempo del momento incluyen: que implican inclusive un modo rudimentario de tiempo del momento . son
a) ausencia de conductas de comienzo y fin; b) conexión mínima de más difíciles de ubicar, pero sugiero que la tendencia a encapsular el flujo mu­
secciones; c) el orden de las secciones parece arbitrario y no determinado por sical se puede oír en algunos de los largos monólogos narrativos del ciclo del
una lógica global; y d) la estructura de la obra se define por las proporciones Anillo de la música funeral de Siegfried de Die Gotterdiimmen.mg organiza­
relativas (como el número y el orden) de los "momentos". 7 º dos en un mosaico dramático y musical por las series de leitmotifs. Wagner
quería que la secuencia de hechos musicales fuera tan lineal como los hechos
dramáticos qu_e representaba, pero los ritmos, las energías y los contornos dra.
67 máticos .inpividuales distintivos de los motivos sucesivos sugieren la posibili-
Bamey Childs, "Time and Music: A Composer's View", págs. 1 94-2 19; J ona-
than, Dr. Kramer, "New Temporalities in Music", págs. 5 39-56; Karlheinz Stockhauseri,
". . . how time passes. . .", págs. 1040.
69 71 Se puede ou el mismo efecto, aunque por motivos muy distintos, en la pieza
Los lectores familiarizados con el excelente artículo de Kramer "New Tempo­
orquestal Variations .(1964), a la memoria de Aldous Huxley.
ralities in Music" notarán que empleamos aquí una tenninología diferente: Kramer em­ 72 Para un ejemplo temprano de tiempo múltiple, véase el final del Acto I de
plea la expresión tiempo '!JÚltiple para una versión reordenada o "dislocada" del tiempo
lineal, como en su artículo "Multiple and Non-Linear Time in Beethoven's Opus 1 35", Don <?fovanni de � oz �, la famosa escena en la que las dos bandas compiten por nuestra
Perspectives ofNew Music 1 1 (1973): 122-45. atencmn con el mmue tocado por la orquesta del foso principal, y las tres tocando en
.
fD Véase capítulo 9 y en especial Nº 22. metros diferentes. Alban Berg parodió brillantemente esta escena en el Acto II, escena
°7
Kramer, "New Temporalities", págs. .546-49.
4, de Wozzeck. .

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1 tant� tarea de reconocimiento e inspección, con una mente ábieiia, de todas
las dimensiones de la idea de la música (antigua, medieval, romántica, asiática,
dad de los "momentos" más discretos y autosuficientes que se escuchan,en la moderna) en toda su increíble variedad. Mirando hacia atrás en esta
música reciente. _No estoy sugiriendo que todos los cambios . en la modalidad diversidad, mi preferencia sigue siendo la de deéir : "Dejemos que música quie­
temporal de la nueva música se deban atribuir a la influencia de Wagner, pero ra decir cualquiera · de las cosas que normalmente se denominan música';
parece obvio que estos cambios no son creaciones absolutas del siglo XX. Los productos de la Nueva Música han rechazado, en una u otra
Schuldt ha resumido la variedad de tiempos musicales: ocasión, a la gene.ralidad de los conceptos tradicionales (si no � todos ello�) *
La · música puede ser impulsada por el tiempo o puede ser estática, un sobre el ser el conocimiento y el valor musicales, con frecuencia por medio
número de momentos separados. Puede desarrollarse como proceso vital de "demostraciones" brillantes, vacilaciones de la mente que obligan a los
o puede ser cíclica, volviendo sin caml>ios a su punto de partida. Puede oyentes a rever sus suposiciones sobre la música. Aún no se avizora consenso
dirigirse · conilantemente hacia un objetivo o ser laberínti�a y: de -final alguno acerca de los valores, pero me aventuro a sugerir que los signos de una
abierto. Puede ser fuertemente física en sus acentos y acci(>n o Sl:lPrimir eventual clarificación de la confusión presente serán muy obvios en retrospec­
toda regularidad de pulsación, liberando a la mente del cuerpo. Puede tiva. Prefiero pensar que estamos pasando por un período muy importante de
moverse en· el tiempo dinámico de Newton, en el espacio-tiempo de cua� selección de las ideas, de cuestionamienfo de los supuestos y prueba de los
t�o dimen�iones de �instein o e � el tiempo sin apuro del briente.73 . valores, lo cual, con el tiempo, llevará a un nuevo consenso (que admito que,
. en la actualidad,. parece improbable) o a la consolidación de un conjunto de
sistemas de valores paralelos, que pueden tener mucho en común o no. El
punto hasta el cual la música seguirá siendo un arte que se puede compartir
Perspectiva y retrospectiva dentro de un amplio contexto social dependerá del consenso (o_ de su ausen­
cia) que surja; lo qµe parece seguro es que tanto la música cuanto la idea de
Los cambios obseivaqos en la organización temporal de la música no la música seguirán evolucionando, quizás en direcciones muy inesperadas, agre­
sólo sugieren nuevas rutas para la exploración futura sino también un posible gando nuevas dimensiones y separando otras, en un desarrollo persistente de
. m�co de ideas con el que podemos interpretar el pasado último; así como 1� lo que con seguridad es una de las creaciones más antiguas, compJejas, profun­
distintas etapas de la evolución de la tonalidad han proporcionado una base das y sensibles del intelecto h�mano.
para la identificación e interpretación de las tendencias de largo alcance· en la
historia d� la música, de igual manera la estructura temporal en evolución de
la m(lsica 'proporciona una base conceptual para determinar la sucesión y ace­
lerar la proliferación de estilos desd,e el año 1800 . Se puede describir el curso .
estilístico de la música de los últimos dos siglos no sólo como un debilita�
miento y rechazo de la tonalidad como principio fundamental de organiza-·
ción, sino también como· génesis· y desarrollo de un nuevo conjunto de modos
temporales, que · con el tiempo podrá resultar un conjunto influyente cie ma­
trices musicales como los modos, las escalas y las claves de la tonalidad tradi-
cional.
La idea de la música (y la música es uria "idea" en la misma medida en
que lo es cualquier otra cosa) ya no es una idea simple a la que se puede sus­
cribir cualquier cultú'ra, sino un .co.njunto de ideas alten:iativas, cada una apo­
yada por sus propios supuestos, profetas, escrituras y válores. Pensar el propio
camino a través de:i1a confusión de palabras e ideologías conflictivas exige más
que la guía de la 'crítica competente {filosofía "aplicada"); exige la ayuda de
un éuerpo. de pensa:mj.ento básico sobre la naturaleza de la música (filosofía
. "pura"). La provisión es desilusionadoramente escasa.
Comencé dudando' en definir a la música, sabiendo que postular una de- .
fmición operativa demasiado conveniente habría alentado al lector . a vali4ar o
desafiar un concepto particular de la música en lugar de la mucho más ímpo�- ·

73
Agnes Crawfo�d Schuldt, "The Voices of Time in Music", pá� 549.
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