Candidiasis Vaginal

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CANDIDIASIS VAGINAL

QUE ES?
La candidiasis es una infección causada por levaduras del género Candida,
siendo Candida albicans la especie más comúnmente asociada con esta
infección. Estas levaduras son microorganismos que normalmente se
encuentran en la piel, boca, intestinos y genitales en cantidades controladas
por el sistema inmunológico y por la flora bacteriana natural del cuerpo. Sin
embargo, en ciertas condiciones, como un sistema inmunológico debilitado o
un desequilibrio en la flora, las levaduras de Candida pueden multiplicarse
excesivamente y causar infecciones.
CAUSAS

Las causas más comunes de la candidiasis vaginal incluyen:

Cambios en el equilibrio vaginal: La vagina tiene un equilibrio natural de


bacterias y hongos. Si este equilibrio se altera, puede permitir que Candida
albicans crezca en exceso, lo que lleva a una infección.
Uso de antibióticos: Los antibióticos pueden matar las bacterias beneficiosas
que mantienen a raya el crecimiento excesivo de Candida albicans. Esto puede
permitir que el hongo se multiplique y cause una infección.

Sistema inmunológico debilitado: Un sistema inmunológico debilitado debido


a condiciones como el VIH, diabetes no controlada u otras enfermedades puede
hacer que el cuerpo sea menos capaz de combatir la infección por Candida.

Embarazo: Los cambios hormonales durante el embarazo pueden favorecer el


crecimiento excesivo de Candida, lo que aumenta el riesgo de candidiasis
vaginal.

Uso de anticonceptivos hormonales: Algunas formas de anticonceptivos


hormonales, como píldoras anticonceptivas, pueden aumentar el riesgo de
candidiasis al alterar el equilibrio hormonal en el cuerpo.

Ropa ajustada o húmeda: Usar ropa ajustada, especialmente ropa interior hecha
de materiales sintéticos, puede atrapar la humedad y crear un entorno propicio
para el crecimiento de Candida.

Higiene inadecuada: El uso excesivo de productos de higiene femenina, como


duchas vaginales o jabones perfumados, puede perturbar el equilibrio natural de
la vagina y aumentar el riesgo de infección.

Diabetes no controlada: Los niveles altos de azúcar en la sangre pueden


alimentar el crecimiento de Candida, lo que hace que las personas con diabetes
no controlada sean más propensas a la candidiasis.
Relaciones sexuales: Aunque no es una infección de transmisión sexual, las
relaciones sexuales pueden alterar el equilibrio vaginal y aumentar el riesgo de
candidiasis en algunas personas.

Sistema inmunológico comprometido: Las personas con sistemas


inmunológicos debilitados, como aquellas que reciben tratamientos de
quimioterapia o que tienen afecciones autoinmunitarias, son más susceptibles a
las infecciones por Candida.

SINTOMAS

Los síntomas de la candidiasis vaginal pueden variar en intensidad y


presentación de una persona a otra. Algunos de los síntomas más comunes
incluyen:

Picazón: Uno de los síntomas más característicos de la candidiasis vaginal es la


picazón intensa en la zona genital y en la vulva.

Irritación: Puedes sentir irritación y enrojecimiento en la zona vaginal y vulvar.


Flujo vaginal anormal: Es posible que experimentes un flujo vaginal blanco y
espeso, similar al queso cottage. Este flujo puede ser inodoro o tener un olor
suave, pero generalmente es diferente al flujo vaginal normal.

Dolor durante las relaciones sexuales: La candidiasis vaginal puede causar


molestias o dolor durante las relaciones sexuales.

Dolor al orinar: Algunas personas pueden experimentar dolor o ardor al orinar


debido a la inflamación en la zona vaginal.

Hinchazón y enrojecimiento: La vulva y la zona vaginal pueden estar


inflamadas, hinchadas y enrojecidas.

Sensación de ardor: Puedes sentir una sensación de ardor en la zona vaginal o


vulvar.

Malestar general: En casos más graves, algunas personas pueden experimentar


malestar general, fatiga y síntomas similares a los de una infección.

Dificultad para orinar: En casos severos, la hinchazón y la inflamación pueden


causar dificultades para orinar.
TRATAMIENTOS:

El tratamiento para la candidiasis vaginal generalmente implica el uso de


medicamentos antifúngicos para eliminar la infección por Candida albicans.
Estos medicamentos pueden estar disponibles en varias formas, como cremas,
óvulos vaginales y tabletas. Aquí hay algunas opciones de tratamiento comunes:

Antifúngicos de venta libre (OTC): Muchas farmacias venden cremas, óvulos


vaginales y supositorios antifúngicos sin necesidad de receta médica. Estos
productos generalmente contienen ingredientes como clotrimazol, miconazol o
tioconazol. Sigue las instrucciones del producto y consulta con un profesional
de la salud si tienes dudas o si los síntomas no mejoran.
Medicamentos recetados: Si los síntomas son más graves o si la infección no
responde al tratamiento de venta libre, es posible que tu médico te recete
medicamentos antifúngicos más fuertes, como fluconazol. En algunos casos, tu
médico puede recomendarte dosis únicas o tratamientos de varios días.

Cuidado higiénico: Además de los medicamentos, es importante cuidar


adecuadamente el área genital. Evita usar duchas vaginales, jabones perfumados
o productos de higiene femenina que puedan alterar el equilibrio natural de la
vagina. Opta por ropa interior de algodón y evita la ropa ajustada que pueda
atrapar la humedad.

Cambios en la dieta: Algunas personas encuentran alivio al reducir el consumo


de azúcar y carbohidratos refinados, ya que el exceso de azúcar puede alimentar
el crecimiento de Candida.

Tratamiento de parejas sexuales: Si estás en una relación sexual, tu pareja


también podría estar en riesgo de infección. En algunos casos, se puede
recomendar que tu pareja use una crema antifúngica para prevenir la
propagación o reinfección.

Si estás experimentando síntomas de candidiasis vaginal, es importante que


busques orientación médica antes de comenzar cualquier tratamiento por tu
cuenta. Un profesional de la salud puede hacer un diagnóstico adecuado y
recomendar el tratamiento más apropiado según tu situación y los antecedentes
médicos.

COMO PREVENIR
Prevenir la candidiasis vaginal implica mantener un equilibrio saludable en la
flora vaginal y tomar medidas para evitar las condiciones que puedan favorecer
el crecimiento excesivo de Candida albicans. Aquí hay algunas medidas que
puedes tomar para reducir el riesgo de desarrollar candidiasis:
Higiene adecuada: Lava la zona genital con agua tibia y un jabón suave sin
fragancias ni productos químicos agresivos. Evita el uso de duchas vaginales,
ya que pueden alterar el equilibrio natural de la vagina.

Ropa adecuada: Usa ropa interior de algodón, que permite una mejor
ventilación y ayuda a mantener el área genital seca. Evita la ropa interior
ajustada y los pantalones ajustados, ya que pueden atrapar la humedad.

Evita productos perfumados: Evita el uso de productos de higiene femenina,


tampones o papel higiénico perfumados, ya que pueden irritar la zona genital y
alterar el equilibrio vaginal.

Controla la humedad: Después de nadar o hacer ejercicio, asegúrate de


cambiarte de ropa húmeda y seca lo más pronto posible para evitar que la
humedad quede atrapada en el área genital.

Limita el uso de antibióticos: Utiliza antibióticos solo cuando sean recetados


por un médico y sigue sus instrucciones al pie de la letra.

Dieta equilibrada: Mantén una dieta equilibrada y saludable. Limita el consumo


excesivo de azúcar y carbohidratos refinados, ya que el azúcar puede alimentar
el crecimiento de Candida.

Control de la diabetes: Si tienes diabetes, mantener tus niveles de azúcar en


sangre bajo control puede ayudar a prevenir infecciones recurrentes.

Cambios después de relaciones sexuales: Después de tener relaciones sexuales,


orina y lávate suavemente para eliminar posibles bacterias y restos de semen
que podrían afectar el equilibrio vaginal.
Probióticos: Consumir alimentos ricos en probióticos, como el yogur con
cultivos vivos, puede ayudar a mantener un equilibrio saludable en la flora
vaginal.

Consultas regulares: Si tienes infecciones recurrentes de candidiasis vaginal, es


importante consultar con un médico para descartar condiciones subyacentes y
recibir orientación adecuada.

RIESGOS
Los factores fisiológicos son diabetes, sobrepeso, embarazo, período
premenstrual, toma de antibióticos o corticoides y dosis elevadas de estrógenos.
Los factores ambientales que favorecen la infección son humedad, calor,
maceración crónica, fricción y el uso de ropa interior de materiales sintéticos.

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