Proclama Tu Fe
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INTRODUCCION
En el Siglo II de nuestra era, llevaron a un cristiano ante un rey. El monarca quería que
aquel hombre renunciara a su fe en Jesucristo y al cristianismo.
—Entonces lo que haré es confiscar todos tus bienes. —Dijo el rey, en tono de enojo.
El rey se enojó aún más y dijo: —Lo único que me queda es ordenar que te maten.
—Hace cuarenta años que estoy muerto —respondió el cristiano. —Morí con Cristo, y mi
vida está escondida en él, por lo que usted no podrá tocarla —concluyó.
Desde la creación los hijos de Dios han vivido por la fe. Por medio de la fe “conquistaron reinos,
hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos,
evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en
fuga ejércitos extranjeros” (Hebreos 11.33–34). Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente
sacrificio que Caín. Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte. Por la fe Noé preparó el arca.
Por la fe Abraham alcanzó la justicia de Dios y recibió la promesa de un Salvador.
Muchos profetas y fieles creyentes en Dios murieron por su fe antes de la venida de Jesucristo, el
autor y consumador de la fe (Hebreos 12.2). Pero en esta lección veremos sólo el ejemplo de Jesús
y unos de sus primeros seguidores.
Jesucristo: ejemplo de la fidelidad Aunque era Dios, Jesucristo andaba en el mundo como
humano. Ya que soportaba tentaciones y vituperios aquí, necesitaba una fe grande y firme en Dios
su Padre. No pecó ni una sola vez. Su propia familia y su propio pueblo lo rechazaron. Los líderes
del pueblo judío lo persiguieron con odio durante todo su ministerio. Al fin, incitaron a los
romanos a matarlo y éstos lo clavaron en la cruz. Pero Jesús nunca se desmayó. Por la fe tenía su
mirada en “el gozo La fe de Jesús y los apóstoles Los hijos de Dios han vivido por la fe 17 puesto
delante de él”. Así ganó para nosotros la salvación eterna y “se sentó a la diestra del trono de
Dios” (Hebreos 12.2)
El diácono Esteban
El primer mártir cristiano, Esteban, fue lleno de fe y del Espíritu Santo. Su poderoso mensaje
convenció a los judíos incrédulos del pecado que había en sus vidas. Ellos se enfurecieron,
crujiendo los dientes contra él. Gritaron, se taparon los oídos, y por fin echaron a Esteban fuera de
la ciudad para apedrearlo. Pero Esteban vio el cielo abierto. Vio a Cristo a la diestra de Dios. Como
Jesús, Esteban murió perdonando a sus ejecutores (Hechos 7.54–60).
El apóstol Jacobo
Poco después de la fundación de la iglesia, el rey Herodes decapitó a Jacobo (Hechos 12.1–2).
El apóstol Felipe
recibió el Espíritu Santo el día de Pentecostés y ayudó en la iglesia en Jerusalén. Después de esto el
Señor le llamó a enseñar el evangelio en Siria, Rumania, y en el Medio Oriente. Sembró la semilla
de la fe en muchas ciudades. En Hierápolis (Turquía), Felipe chocó con una secta anticristiana, los
ebianitas. Estos lo amarraron la cabeza a una columna y lo apedrearon en el año 54 a.d.
Bernabé,
compañero de Pablo Después de haber servido fielmente con Pablo, Bernabé regresó a su tierra
nativa, la isla de Chipre, para animar a la iglesia allí. Por su testimonio fiel y por su obra
evangelizadora que llevó a cabo en la isla, fue arrastrado del pueblito donde vivió y quemado vivo
en la hoguera.
Marcos, escritor del evangelio Marcos no sólo ayudó a Pablo, sino que también fue a la cárcel con
ese apóstol. Marcos era amigo de Pedro, y escribió el libro de Marcos según lo que Pedro le contó
de la vida de Jesús. Pedro lo envió a Egipto donde predicó hasta que murió a manos de los
paganos. Fue arrastrado por las calles de Alejandría y jalado con cuerdas y ganchos hasta que
murió.
El apóstol Pablo Pablo era judío educado, fariseo estricto, y perseguidor de la iglesia. Se convirtió
cuando viajaba a Damasco para prender a los cristianos. Fundó muchas iglesias. Posiblemente fue
el apóstol más perseguido de todos. Unos funcionarios del gobierno romano lo decapitaron en
Roma por orden del emperador Nerón.
Lucas, escritor de Lucas y de Hechos Lucas era un médico, nativo de Siria, y un compañero fiel de
Pablo. Sufrió las mismas persecuciones que Pablo. Finalmente, después de haber predicado
muchos años en Grecia, los impíos lo ahorcaron a Lucas en un olivar verde.
Y tú, ¿Estás dispuesto a defender tu fe, y mantener firme tu creencia en Cristo, a pesar de
todo?
Muchas veces nos avergonzamos de hablar a otros acerca de nuestra fe, por temor a las
burlas, al rechazo o las críticas. Jesús dijo: Si alguien se avergüenza de mí y de mis
palabras en medio de esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se
avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles. Marcos
8:38
Ser cristiano significa que crees en que Jesús es el Cristo, tu Salvador y que has decidido
seguir sus caminos y enseñanzas. Testifica, cada día, delante de todos que Jesús está
cambiando tu vida. No solo con tus palabras, sino con tu forma de ser, tu estilo de vida y
el trato que das a los demás.
Hoy es un buen día para testificar a otros de las cosas que Jesucristo ha hecho y está
haciendo en tu vida, ¿Lo harás?