Este documento introduce el tema de la prueba pericial en el ámbito judicial. Explica que la prueba pericial es tanto difícil como apasionante porque implica el conocimiento experto y la interacción entre expertos y legos. También destaca que la prueba pericial es costosa tanto económica como cognitivamente y plantea varios retos para jueces y partes.
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Este documento introduce el tema de la prueba pericial en el ámbito judicial. Explica que la prueba pericial es tanto difícil como apasionante porque implica el conocimiento experto y la interacción entre expertos y legos. También destaca que la prueba pericial es costosa tanto económica como cognitivamente y plantea varios retos para jueces y partes.
Este documento introduce el tema de la prueba pericial en el ámbito judicial. Explica que la prueba pericial es tanto difícil como apasionante porque implica el conocimiento experto y la interacción entre expertos y legos. También destaca que la prueba pericial es costosa tanto económica como cognitivamente y plantea varios retos para jueces y partes.
Este documento introduce el tema de la prueba pericial en el ámbito judicial. Explica que la prueba pericial es tanto difícil como apasionante porque implica el conocimiento experto y la interacción entre expertos y legos. También destaca que la prueba pericial es costosa tanto económica como cognitivamente y plantea varios retos para jueces y partes.
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INTRODUCCION.
La prueba pericial es un tema tan difícil como apasionante. Es difícil
al menos por dos razones: primero, porque obviamente está implícito el conocimiento experto, que es cambiante, con distintos niveles de complejidad y de características bien distintas; segundo, porque se interrelacionan expertos y legos en la toma de una decisión judicial dentro de un contexto hostil y limitado en varios recursos. Y es apasionante porque justamente une esos dos mundos, el derecho y las diversas áreas de conocimiento, y nos exige como juristas ir mucho más allá de las decisiones basadas en las normas o la jurisprudencia. Primero, en el análisis de la prueba pericial algunos de los problemas que se deben abordar son “heredados” del género a la especie, es decir, problemas de la institución probatoria que se ven reflejados muchas veces de forma más evidente en la práctica de este tipo concreto de elemento de prueba; otros, en cambio, son propios del uso de información especializada brindada por un tercero en el contexto procesal. No hay que perder de vista que un tratamiento adecuado de la prueba pericial exige tener una concepción sólida de la institución probatoria en general. La segunda consideración adicional es que la prueba pericial es cara tanto económica como cognitivamente. La introducción de conocimiento experto al proceso judicial lo encarece, pues obviamente hay que pagar el trabajo que conlleva. Esta situación no solo complica a las personas en situación de pobreza que deben enfrentar un proceso judicial que les exige presentar una prueba pericial, sino al Estado mismo, que debe tener servicios periciales en condiciones para diversas situaciones. Todos los ordenamientos jurídicos de nuestra tradición y del common law establecen que el juez no está obligado a seguir los peritajes; por el contrario, rige en esta materia el sistema de libre valoración de la prueba. Más allá de esa libre valoración de la prueba, en nuestros sistemas se ha dado tradicionalmente un paso más y se ha dicho que el juez es el peritus peritorum, es decir, el perito de peritos. Más allá de la experiencia bien fundada, tener jueces profesionales permite invertir en su formación y prever diversos mecanismos que pudieran auxiliarlos en sus funciones. Por lo que de ninguna manera se debe legitimar la ignorancia de los jueces en los ámbitos del conocimiento experto relevante para la esfera jurisdiccional. Sobre la formación judicial, es posible pensar en instruir a los jueces en tres escenarios muy diversos: Cuestiones generales sobre las pruebas periciales Cuestiones generales sobre tipos específicos de pruebas periciales Cuestiones concretas sobre la aplicación de cierto conocimiento experto a un caso Una clasificación tradicional de la prueba pericial radica en la distinción entre peritos oficiales y peritos de parte. Los primeros de alguna manera son nombrados por los jueces, mientras que los segundos son seleccionados y pagados por las partes. Tal distinción ha sido llevada mucho más allá de la mera clasificación, al atribuirle mayor valor probatorio a cualquier perito oficial sobre cualquier perito de parte, por el mero hecho de quien lo ha seleccionado o quien lo paga. A priori quiere decir que con independencia de lo que haga o diga el perito de parte, se le atribuye mayor valor probatorio al perito oficial, por el mero hecho de serlo. se dice que todo perito de parte es un perito parcial y, por el contrario, que todo perito oficial es imparcial, tenemos como resultado una simple y llana estipulación. el delito de falso testimonio de alguna manera puede limitar o guiar la conducta de las personas peritas, básicamente porque es un tipo penal con grandes dificultades probatorias. Quizá precisamente por ello, se trata de uno de los delitos menos denunciados. Hay que acreditar no solo la falsedad en sí misma que obviamente requerirá, a su vez, pruebas periciales, sino que la falta a la verdad ha sido maliciosa. Esto exigiría analizar el contenido de las declaraciones de la persona experta en su informe y en el juicio oral para demostrar no solo que es contrario a la verdad, sino que la persona experta era consciente de esa verdad y quiso faltar a ella. Evidentemente quedan fuera del tipo penal las pericias realizadas con poca diligencia o incluso realizadas por una persona que no era una genuina experta en la materia. En materia penal, obviamente son las y los peritos de la actual fiscalía general de la República quienes realizan las operaciones periciales que se transforman en los informes de la acusación, y quienes tradicionalmente han tenido un gran peso en la decisión judicial sobre la inocencia o culpabilidad de una persona. Los criterios de valoración de la prueba pericial han sido, de manera habitual, el centro de atención de la jurisprudencia y de muchos de los estudiosos del tema y han marcado, quizá al menos para algunos de ellos, el único atisbo de análisis epistemológico generalmente presente en el tratamiento de este tipo de elementos de juicio. las principales limitaciones de la observación participante está la subjetividad del investigador, quien “es el instrumento principal, ya que por las percepciones que tiene se filtra todo el estudio”. La subjetividad del investigador no solo está en sus observaciones, sino también en las decisiones que toma sobre qué observar. Los instrumentos que el perito del caso emplea, podemos identificar problemas, por ejemplo, en la calibración, pero también en las preguntas cuando se hacen entrevistas o en los prototipos o modelos empleados para hacer comparaciones o identificaciones. Respecto la calibración de los instrumentos empleados en un laboratorio, cobra relevancia su acreditación, pues su obtención y mantenimiento exige que se lleve a cabo un registro de datos como este. Los laboratorios acreditados, entonces, sistematizan sus procesos y los registran, lo que nos ofrece la posibilidad de contar con esa información si fuere necesario. El objeto de la prueba pericial es el auxilio en la administración de justicia, consistente en que un experto en determinada ciencia, técnica o arte, aporte al juzgador conocimientos propios de la materia de la que es experto, y de los que el juzgador carece, porque escapan al cúmulo de conocimientos que posee una persona de nivel cultural promedio; conocimientos que además, resultan esenciales para resolver determinada controversia. Ahora bien, precisamente porque el juzgador carece de los conocimientos en que se basa un perito para elaborar su dictamen, resulta difícil determinar el alcance probatorio del mismo, sobre todo si dos o más peritos, respecto de la misma cuestión, emiten opiniones diversas o incluso contradictorias. Lo anterior alude al contenido del informe pericial para dar cuenta de cómo auxiliar al juez, sin embargo, tiene dos debilidades: primero, que analizar la fundamentación científica es indispensable para valorar siempre las pruebas periciales, todas, no solo cuando hay dictámenes contradictorios; y segundo, que no se trata propiamente de un método de valoración, sino de aquellos espacios de una pericia que deben considerarse a efectos de presentar, debatir y atribuir valor probatorio. Uno de los problemas ampliamente compartidos por varios sistemas jurídicos es la carencia de informes periciales que desplieguen con lujo de detalle el razonamiento pericial que lleva a unas conclusiones. Si consideramos que la prueba pericial es una inferencia compuesta por una premisa mayor, una premisa menor y una conclusión, es precisamente la falta de información sobre alguna de esas partes o de todas la que observamos continuamente en la práctica. en un informe deberíamos tener como datos al menos los siguientes: Cuáles son las generalizaciones relevantes para conocer del caso y por qué son relevantes para el caso concreto Cuál es el fundamento de dichas generalizaciones Cuáles son los hechos del caso considerados relevantes Cómo son aplicadas las generalizaciones relevantes a los hechos del caso Qué inferencias se han hecho o cuáles son las conclusiones a las que se llega En lo que corresponde a la prueba pericial, lo anterior exigiría: Incentivar el intercambio temprano de información sobre cuestiones que puedan ser materia de una prueba pericial Permitir a las personas expertas solicitar al juez instrucciones relevantes Tomar en serio los criterios generales de admisión Permitir a las partes presentar preguntas aclaratorias por escrito sobre el contenido de los dictámenes que faciliten la preparación de su contradictorio posterior Prever la posibilidad de cambios de criterio pericial El artículo 337 del Código Nacional de Procedimientos Penales CNPP lo regula en los siguientes términos: El descubrimiento probatorio consiste en la obligación de las partes de darse a conocer entre ellas en el proceso, los medios de prueba que pretendan ofrecer en la audiencia de juicio. En el caso del Ministerio Público, el descubrimiento comprende el acceso y copia a todos los registros de la investigación, así como a los lugares y objetos relacionados con ella, incluso de aquellos elementos que no pretenda ofrecer como medio de prueba en el juicio. En el caso del imputado o su defensor, consiste en entregar materialmente copia de los registros al Ministerio Público a su costa, y acceso a las evidencias materiales que ofrecerá en la audiencia intermedia, lo cual deberá realizarse en los términos de este Código. El Ministerio Público deberá cumplir con esta obligación de manera continua a partir de los momentos establecidos en el párrafo tercero del artículo 218 de este Código, así como permitir el acceso del imputado o su Defensor a los nuevos elementos que surjan en el curso de la investigación, salvo las excepciones previstas en este Código. La víctima u ofendido, el asesor jurídico y el acusado o su Defensor, deberán descubrir los medios de prueba que pretendan ofrecer en la audiencia del juicio, en los plazos establecidos en los artículos 338 y 340, respectivamente, para lo cual, deberán entregar materialmente copia de los registros y acceso a los medios de prueba, con costo a cargo del Ministerio Público. Tratándose de la prueba pericial, se deberá entregar el informe respectivo al momento de descubrir los medios de prueba a cargo de cada una de las partes, salvo que se justifique que aún no cuenta con ellos, caso en el cual, deberá descubrirlos a más tardar tres días antes del inicio de la audiencia intermedia. La prueba pericial, es llamativo que el CNPP obligue solo a descubrir el informe, cuando parte de la información empleada podría ser determinante, para decidir primero si es necesaria o no una prueba pericial o cuál sería su objeto. Aún más: si solo se comparten las conclusiones del informe o este no contiene toda la información que permitió llegar a tales conclusiones, serviría de poco a la contraparte. La oralidad, en combinación con la contradicción, puede colaborar a que se incorpore adecuadamente información relevante sobre el razonamiento pericial. Y pese a que es el principio de oralidad el que más difusión ha tenido, este no tiene, en sí mismo, efectos epistemológicos, pues puede ser regulado y aplicado de manera tal que no se aprovechen las oportunidades que potencialmente ofrece para una mejor práctica de las pruebas por ejemplo, obligando a formular y seguir una lista cerrada de preguntas, sin posibilidad de repreguntar o limitando la contradicción exclusivamente para las partes al considerar al juzgador en una actitud totalmente pasiva. ¿Qué mecanismos dialógicos deberían estar previstos con el fin de acercar toda la información relevante para comprender la prueba pericial? Al menos los siguientes: • La deposición conjunta de las personas expertas • La contradicción de las partes • Las preguntas aclaratorias de las juezas y los jueces • El debate entre personas peritas que tienen desacuerdos • Las metapericiales Los jueces deberían entonces tener la posibilidad de plantear preguntas aclaratorias sobre el contenido del informe pericial y sobre lo dicho en la deposición de las personas expertas. las metapericiales antes aludidas, primero hay que especificar que estaríamos ante nuevas operaciones periciales cuyo objeto exclusivo es dar respuesta a preguntas concretas surgidas a partir de las pruebas periciales inicialmente admitidas y practicadas. “La prueba pericial puede ser tanto poderosa como bastante desorientadora debido a la dificultad para evaluarla”. La preocupación consiste, entonces, en que en la práctica las juezas o los jueces otorguen un peso más decisivo a la prueba pericial sobre el resto de la prueba, y que ello, en consecuencia, lleve a decisiones erradas al darle mayor peso a una prueba que no debiera tenerlo tanto en el caso concreto. En el campo forense, la prueba de ADN se utiliza fundamentalmente para esclarecer hechos delictivos, para establecer la paternidad o para identificar cadáveres cuando estos no pueden identificarse mediante otras técnicas. Pero la genética forense evoluciona y puede utilizarse también con otros fines, como establecer ciertos tipos de causa de muerte, a través de una nueva especialidad, llamada patología molecular. Nos centraremos en este apartado únicamente en los estudios de ADN humano más rutinarios dirigidos a esclarecer hechos delictivos, establecer la paternidad o identificar personas fallecidas. una conclusión en los estudios que se realizan tras la comisión de un delito o en la identificación de un cadáver en mal estado de conservación, es necesario disponer de dos tipos de muestras biológicas: Muestras debitadas o evidencias: son restos biológicos de procedencia desconocida, es decir, no sabemos a quién pertenecen, por ejemplo, las muestras recogidas en la escena del delito o de un cadáver sin identificar. Muestras indubitadas o de referencia: son restos biológicos de procedencia conocida, es decir, sabemos a quién pertenecen, por ejemplo, la sangre tomada de un cadáver identificado o las muestras tomadas a familiares de un desaparecido). Una vez que se han obtenido el perfil o los perfiles de las evidencias biológicas halladas en la escena del delito, se procede a compararlos con los perfiles genéticos obtenidos de muestras de referencia conocidas de la víctima y/o del sospechoso, con el fin de llegar a una conclusión sobre su identidad. En ausencia de muestras biológicas conocidas para comparar, es posible introducir los perfiles genéticos desconocidos en una base de datos que contenga perfiles genéticos de otras evidencias de otros delitos, así como de sospechosos o condenados por otros delitos. Con ello se espera poder relacionar diferentes hechos delictivos o identificar a quién pudiera pertenecer la evidencia.