Apuntes Edad Media
Apuntes Edad Media
Apuntes Edad Media
Nota de la profesora: este esquema es un poco engaño, realmente no es así, la Filosofía Medieval es mucho más amplia e incluye
toda la filosofía de Al Ándalus, pero bueno. Fuente del esquema: https://image.slidesharecdn.com/filosofamedievalpublicado-
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1. Contexto histórico y cultural
Llamamos Edad Media al periodo de la historia occidental que comienza con la
caída del imperio romano occidental, oficialmente el año 476, y termina en el siglo
XV (para unos, tomando como referencia la conquista de Constantinopla por los
turcos en 1453; para otros, la conquista de América en 1492).
Tras la caída del Imperio Romano occidental, se produce una lenta y compleja
evolución durante los primeros siglos que, partiendo de las estructuras sociales, políticas
y económicas del Bajo Imperio Romano, conducirá a Europa hacia el feudalismo. El
feudalismo se caracterizará por el desarrollo de una actividad económica centrada en la
explotación agrícola de subsistencia y la organización social en tres clases.
A lo largo del siglo XI los burgos (fortalezas militares) y las ciudades (sedes
episcopales) se irán perfilando como centros administrativos y políticos sobre los que se
irán asentando el desarrollo de la actividad comercial y el desarrollo de las ciudades
medievales, ya con otras funciones y significado. El resurgimiento de la actividad
comercial se concentrará en las costas de Flandes y en Venecia y surge una nueva clase
social llamada la burguesía.
Esta nueva clase de burgueses expresará su religiosidad creando cofradías
adheridas a una parroquia o convento, lo que se plasmará tanto en la buena acogida que
las nuevas órdenes mendicantes, franciscanos y dominicos.
El arte gótico, que se irradia al resto de Europa desde Francia, queda reflejado
principalmente en la arquitectura (que se caracteriza por su expresividad, naturalismo y
verticalidad, así como por la policromía de vidrieras y retablos).
Igualmente, el desarrollo de la cultura optará por cauces ajenos a la formación
clerical anterior, y se crearán escuelas y las Universidades.
Con respecto al contexto filosófico, además de la difusión y aceptación del
pensamiento de Aristóteles habría que destacar la actividad de los filósofos cordobeses
Averroes y Maimónides. Averroes, con sus comentarios a las obras de Aristóteles se
convertirá en el filósofo de referencia de los aristotélicos, incluido santo Tomás.
Principales influencias:
Averroísmo latino
Generalmente se entiende por averroísmo latino, el movimiento filosófico
surgido en la segunda mitad del siglo XIII en torno a la Escuela de Artes de París, que
partiendo de Averroes, defendió, entre otras tesis:
a) La teoría de la doble verdad (una, la correspondiente al dogma y la fe, otra, la
correspondiente al ejercicio de la razón).
b) La eternidad del mundo.
c) Negación de la inmortalidad personal y del libre albedrío.
San Agustín
No hay una distinción clara entre razón y fe en la obra de San Agustín, lo que
marcará el discurrir de todo su pensamiento. Existe una sola verdad, la revelada por la
religión, y la razón puede contribuir a conocerla mejor. "Cree para comprender", nos
dice, en una clara expresión de predominio de la fe; sin la creencia en los dogmas de la
fe no podremos llegar a comprender la verdad, Dios y todo lo creado por Dios.
El conocimiento racional es llamado por San Agustín sabiduría y es el auténtico
conocimiento filosófico: el conocimiento de las verdades universales y necesarias, las
ideas, siguiendo a Platón. Las ideas se encuentran en la mente de Dios.
El ser humano es un compuesto de cuerpo (materia) y alma (forma). Por
supuesto que la realidad más importante es el alma, dentro de la más estricta tradición
platónica, concibiendo el cuerpo como un mero instrumento del alma.
San Anselmo
San Anselmo (1033-1109) fue un monje benedictino que nació en el seno de una
noble familia italiana y que llegó a ser elegido arzobispo de Canterbury durante el
periodo 1093-1109, destacando como gran teólogo y filósofo escolástico.
Sus dos obras más conocidas fueron el “Monologio” (1076), o modo de meditar
sobre las razones de la fe, y el “Proslogio” (1078), o la fe que busca la inteligencia. San
Anselmo dedicó gran parte de su vida a encontrar una demostración irrefutable de la
existencia de Dios y pasó a la historia de la filosofía por ser el primero en formular una
prueba de la existencia de Dios a partir de la idea misma de Dios, en lo que se ha sido
llamado por filósofos posteriores como el “argumento ontológico de la existencia de
Dios”, argumento bastante simple basado en la razón humana cuya gran originalidad
consistió en que estableció la existencia del Ser Absoluto a partir de la sola
consideración de su esencia divina, al encontrar en el concepto mismo de Dios la
existencia como un componente inseparable de su esencia.
El argumento ontológico de San Anselmo, entonces, podría resumirse del
siguiente modo:
1. Si pensamos en la cosa más grandiosa y perfecta que pudiera concebirse, lo
primero que se viene a la cabeza es la idea de Dios, pues parece más que evidente que
Dios es lo máximo pensable, ya que todos los hombres (incluso el ateo que afirma que
Dios no existe) tienen una idea o noción preconcebida de Dios, entendiendo por “Dios”
un único ser perfectísimo, un ser tal que es imposible pensar en otro ser mayor que él.
2. Ahora bien, si Dios existe en nuestra mente o entendimiento, ya que podemos
pensar en él, sería un contenido mental de nuestra inteligencia; pero si Dios existiese
además fuera de ese contenido mental, en la realidad sería aún más grandioso o
perfecto. Así, si tenemos dos objetos, uno que existe y otro que no, parece bastante
lógico afirmar que el que existe es más perfecto que el que no existe. Y la perfección es
la característica que resume los atributos esenciales de Dios (omnipotente, omnisciente
y omnipresente).
3. Finalmente, si Dios sólo existiera en nuestra mente, se podría pensar en otro
ser superior a él que existiera también en la realidad. Pero como Dios es lo
máximamente pensable (lo más perfecto que la mente humana puede concebir), ha de
existir también en la realidad, ya que en caso contrario se caería en una contradicción
patente y no sería lo máximamente pensable. Por ello, Dios necesariamente ha de
existir.
2. Metafísica
Al igual que para Aristóteles, para Sto. Tomás la metafísica es la ciencia del
"ente en cuanto ente" y, como tal, la ciencia de las primeras causas y principios del ser.
Al igual que Aristóteles aceptará, pues, la teoría de las cuatro causas, la teoría de la
sustancia y la teoría del acto y la potencia. Pero la necesidad de conciliar el
aristotelismo con el cristianismo le llevará a introducir una nueva estructura metafísica,
utilizada ya por Avicena: la de la distinción entre esencia y existencia. Además,
recurrirá a las teorías platónicas de la participación, de la causalidad ejemplar y de los
grados del ser.
También con Aristóteles compartirá la distinción entre ser en acto y ser en
potencia. Por ser en acto se refiere, con Aristóteles, a la sustancia tal como en un
momento determinado se nos presenta y la conocemos; por ser en potencia entiende el
conjunto de capacidades o posibilidades de la sustancia para llegar a ser algo distinto de
lo que actualmente es.
La metafísica aristotélica conduce a una interpretación del mundo difícilmente
conciliable con el cristianismo: el mundo es eterno y está compuesto de una
multiplicidad de sustancias que, en cuanto tales, tienen la misma entidad. ¿Cómo
conciliar la eternidad del mundo con la creación? La distinción que ya había establecido
Avicena entre la esencia y la existencia será la respuesta que buscará santo Tomás:
además de las estructuras anteriormente citadas, y basada especialmente en la teoría del
acto y la potencia, habrá que distinguir en cada sustancia la esencia de la existencia. La
esencia está respecto a la existencia como la potencia respecto del acto. Lo que una cosa
es, su esencia, puede ser comprendido independientemente de que esa cosa exista o no;
e independientemente de su existencia o no, la esencia se mantiene inalterable siendo lo
que es.
Por lo tanto, todas las cosas que existen son un compuesto de esencia y
existencia. En ese sentido son contingentes, es decir no tienen en sí mismas la necesidad
de existir, pueden existir o no existir. ¿De dónde les viene, pues, la existencia? Ha de
proceder de otras sustancias que exista eminentemente, es decir, de una sustancia cuya
esencia consista en existir y sea, por lo tanto, un ser necesario: Dios. Se establece así
una distinción o jerarquía entre los seres: los contingentes, los que recibe su existencia;
y el ser necesario, aquel en que la esencia y la existencia se identifican. *Aquí incluir las
diapositivas de las 5 vías para demostrar la existencia de Dios.
La distinción entre la esencia y la existencia podría bastar para dar una
explicación jerárquica de la realidad, partiendo de Dios como ser necesario. Sin
embargo, santo Tomás recurre a la teoría neoplatónica de los grados del ser,
estableciendo una jerarquía que va de los seres inanimados a Dios, pasando por los seres
vegetativos, los sensitivos y los racionales, en el mundo material, y por los ángeles en
las esferas celestes.
2.1. Las pruebas de la existencia de Dios
Las pruebas más tradicionales para demostrar la existencia de Dios son estas
cinco vías expuestas de modo magistral por Santo Tomás de Aquino (“Suma
Teológica”, Prima pars, cuestión 2, artículo 3). Son estas pruebas propiamente
metafísicas. Estas vías son cinco argumentos a posteriori (a partir de las cosas más
conocidas por el hombre) que demuestran la existencia de Dios.
La primera es la vía del movimiento: la realidad del cambio o del movimiento
(en sentido aristotélico) exige necesariamente la existencia de un primer motor inmóvil,
porque no es posible fundarse en una serie infinita de iniciadores del movimiento.
La segunda es la vía de las causas eficientes: puesto que las causas eficientes
forman una sucesión y nada es causa eficiente de sí mismo, hay que afirmar la
existencia de una primera causa.
La tercera es la vía de la contingencia y del ser necesario: como es un hecho que
hay seres que existen y que podrían no existir, esto es, que son contingentes, es forzoso
que exista un ser necesario, ya que, de otra forma, lo posible no sería más que posible.
La cuarta es la vía de los grados de perfección: puesto que todas las cosas
existen según grados (de bondad, verdad, etc.), debe también existir el ser que posee
toda perfección en grado sumo, respecto del cual las demás se comparan y del cual
participan.
La quinta es la vía teleológica o del orden y la finalidad: existe un diseño o un
fin en el mundo, por lo que ha de existir un ser inteligente que haya pretendido la
finalidad que se observa en todo el universo.
3. Epistemología
Para Santo Tomás, todo nuestro conocimiento comienza con los sentidos;
siguiendo la posición aristotélica al respecto. El alma, al nacer el ser humano, es una
"tabula rasa" en la que no hay contenidos impresos. En este sentido podemos decir que
Santo Tomás era empirista.
Santo Tomás seguirá la explicación del conocimiento ofrecida por Aristóteles. El
objeto propio reconocimiento intelectivo es la forma, lo universal; pero esa forma sólo
puede ser captada en la sustancia. Por lo tanto, es necesario que la sustancia, la entidad
concreta e individual, sea captada mediante los sentidos, para poder ofrecer al
entendimiento su objeto propio de conocimiento.
Al igual que para Aristóteles, pues, el objeto del verdadero conocimiento es la
forma, lo universal, y no lo particular: de la sustancia concreta: conocemos la forma, no
la materia, que en cuanto materia prima resulta también incognoscible. Por lo demás,
aunque el punto de partida del conocimiento sea lo sensible, lo corpóreo, su objeto
propio es la forma, lo inmaterial. ¿Qué ocurre entonces con aquellas sustancias no
materiales? Para Sto. Tomás está claro: no es posible tener en esta vida un conocimiento
directo de ellas (los ángeles y Dios). El conocimiento de estas sustancias sólo se puede
obtener por analogía, en la medida en que podamos tener un conocimiento de los
principios y de las causas del ser.
4. Antropología
También la concepción del ser humano en Sto. Tomás está basada en la
concepción aristotélica. Pero, al igual que ocurre con los otros aspectos de su
pensamiento, ha de ser conciliada con las creencias básicas del cristianismo: la
inmortalidad del alma y la creación. El ser humano es un compuesto sustancial de alma
y cuerpo, representando el alma la forma y el cuerpo la materia de dicha sustancia.
Frente a la afirmación de algunos de sus predecesores de que existen en el ser humano
varias formas sustanciales, como la vegetativa y la sensitiva, Sto. Tomás afirma la
unidad hilemórfica del ser humano, que constituye una unidad en la que existe una
única forma sustancial, el alma racional, que informa inmediata y directamente a la
materia prima constituyendo el compuesto "hombre".
Quizá la novedad más significativa con respecto a Aristóteles sea el tratamiento
que hace santo Tomás de la voluntad. Por su misma naturaleza es la voluntad está
orientada al bien en general, es decir, la felicidad. ¿Quiere eso decir que el "hombre"
está inevitablemente determinado en su comportamiento? No, dice Sto. Tomás, ya que
el "hombre" dispone del libre albedrío para elegir su conducta. El libre albedrío no es
algo distinto de la voluntad, sino la voluntad misma en el ejercicio de la elección de los
medios para conseguir su fin, la capacidad por la que un "hombre" es capaz de juzgar
libremente, en cuanto a la elección de los medios que le permiten alcanzar el fin de su
conducta.
¿Es compatible esta afirmación con el hilemorfismo? Sto. Tomás defenderá la
inmortalidad del alma apoyándose en su inmaterialidad, (el alma es inmaterial, luego no
es corruptible, luego es inmortal, un argumento similar al que ya había utilizado Platón
en el Fedón).
*Inciso importante antes de ver la ética y la política (definiciones necesarias):
La Ley Natural es uno de los preámbulos de la fe y podemos llegar a ella por la razón y
la fe. Aquino la define como la participación de la Ley Eterna en el hombre racional. El
ser humano, como ser racional, participa de la razón divina y de la divina providencia
en un grado aún mayor que el resto de las criaturas y por esto está inclinado de forma
natural a los actos y fines como debe y encuentra la capacidad de discernir entre lo
bueno y lo malo.
Ley Positiva: es una construcción humana que deriva por medio del razonamiento
práctico de los preceptos de la Ley Natural y orienta al hombre hacia el bien común.
Preceptos: son los primeros principios de la Ley Natural que dirigen nuestras acciones
y decisiones en el orden práctico. Aquino explica en la cuestión 94 que hay tres
preceptos que se reducen al primero y más importante: «El bien ha de hacerse y
buscarse y evitar el mal». El segundo precepto sería el de la Ley Natural y el tercero
sería la inclinación natural a buscar la verdad sobre Dios y a vivir en sociedad. Estos
preceptos son alcanzables por la razón y la fe.
Razón: forma de conocimiento que parte de la experiencia empírica y a partir de ella
intenta elaborar conceptos abstractos para comprender la realidad. Para Santo Tomás, la
razón parte de lo particular y aspira a lo universal, pero siempre estará subordinada a la
fe.
La Fe: implica el entendimiento de lo que se cree (Suma Teológica). La fe parte de
verdades que se entienden y nos ayudan a comprender mejor el mundo. Por tanto, la fe
es superior a la razón y funciona de modo descendente: desde verdades que ni la razón
podría alcanzar hasta la realidad.
Verdad: es la adecuación entre objeto y entendimiento. Hay verdades de fe y verdades
de razón, y también hay lo que Aquino llama preámbulos de fe, que son: la existencia de
Dios, la inmortalidad del alma y la ley ética natural.
Sacadas de aquí: https://www.wikifilosofia.net/ley-natural-ley-positiva-y-preceptos-
conceptos-fundamentales-de-santo-tomas-de-aquino/
5. Ética y Política
También la teoría moral de santo Tomás está fundamentalmente basada en la ética
aristotélica, a pesar de que algunos comentadores insisten en la dependencia agustiniana
de la moral tomista.
5.1. La Ética
Siguiendo, pues, sus raíces aristotélicas Sto. Tomás está de acuerdo con
Aristóteles en la concepción teleológica de la naturaleza (aclaración de la profesora:
quiere decir que el ser hhumano tiene ciertas inclinaciones innatas) y de la conducta del
ser humano: toda acción tiende hacia un fin, y el fin es el bien de una acción. Hay un fin
último hacia el que tienden todas las acciones humanas, y ese fin es lo que Aristóteles
llama la felicidad.
Santo Tomás identifica la felicidad con la contemplación de Dios. La vida del
hombre no se agota en esta tierra, por lo que la felicidad no puede ser algo que se
consiga exclusivamente en el mundo terrenal.
La felicidad que el hombre puede alcanzar sobre la tierra, pues, es una felicidad
incompleta para Sto. Tomás, que encuentra en el hombre el deseo mismo de contemplar
a Dios.
Al reconocer el bien como el fin de la conducta del hombre la razón descubre su
primer principio: se ha de hacer el bien y evitar el mal ("Bonum est faciendum et malum
vitandum"). Este principio (sindéresis) tiene, en el ámbito de la razón práctica, el mismo
valor que los primeros principios del conocimiento (identidad, no contradicción) en el
ámbito de la teórica. Al estar fundado en la misma naturaleza humana es la base de la
ley moral natural, es decir, el fundamento último de toda conducta y, en la medida
en que el hombre es un producto de la creación, esa ley moral natural está basada
en la ley eterna divina.
De la ley natural emanan las leyes humanas positivas, que sean aceptadas si no
contradicen la ley natural y rechazadas o consideradas injustas si la contradicen. Pese a
sus raíces aristotélicas vemos, pues, que Sto. Tomás ha conducido la moral al terreno
teológico, al encontrar en la ley natural un fundamento trascendente en la ley eterna.
Relación entre la ley positiva y la ley natural en Santo Tomás
Nuestra Constitución, o el Código Penal, son ejemplos de leyes positivas. A
diferencia de nuestro punto de vista que tiende a fundamentar la legitimidad de la ley
positiva en el consenso democrático y la voluntad popular, Santo Tomás consideró que
las leyes positivas deben ser expresión de la ley natural, la cual a su vez es expresión de
la ley eterna.
El contenido de la ley natural caracteriza por ser evidente, universal e inmutable.
Como consecuencia de la ley natural surge la ley positiva, que es una exigencia de la ley
natural y una prolongación de la misma. Por encima de la ley natural y de la ley positiva
está la ley eterna o divina.
Para Santo Tomás de Aquino existen unos preceptos primarios y
universalísimos, cuya ignorancia es imposible a cualquier hombre con uso de razón
(*Traducción de la profesora: si tú usas un poco la razón te das cuenta de que son
evidentes). Se han expresado de diversas formas, pero pueden todos ellos reducirse a
uno solo: Haz el bien y evita el mal.
Relación entre la ley natural y la ley divina o eterna en Santo Tomás de Aquino:
Ley natural: dirige a todos los seres hacia el fin que le es propio, pero, a
diferencia del resto, los seres humanos tomamos decisiones que determinan nuestra
conducta.
Ley eterna: Es la ordenación que Dios impone al mundo, al universo y a la
sociedad hacia el bien. Aunque está fuera del alcance de la razón humana no es ni puede
ser contraria a la razón. La ley eterna (o ley divina) es el fundamento de la ley natural.
5.2. La política
Para Sto. Tomás la sociedad, siguiendo a Platón y a Aristóteles, es el estado
natural de la vida del hombre. En cuanto tal, el ser humano es por naturaleza un ser
social nacido para vivir en comunidad con otros seres humanos; pero ya sabemos que
Sto. Tomás asigna al ser humano un fin trascendente, por lo que ha de reconocer un
papel importante a la Iglesia en la organización de la vida del hombre. Del mismo modo
que había distinguido entre la razón y la fe y, aun manteniendo su autonomía, concedía
la primacía a la fe sobre la razón, por lo que respecta a la sociedad, aun aceptando la
distinción y la independencia del Estado y la Iglesia, aquél ha de someterse a ésta, en
virtud de ese fin trascendente del hombre.
El Estado ha de procurar el bien común, para lo cual legislará de acuerdo con la
ley natural. Las leyes contrarias a la ley divina deben rechazarse y no es lícito
obedecerlas, marcándose claramente la dependencia de la legislación civil respecto a la
legislación religiosa.
Respecto a las mejores formas de gobierno, santo Tomás sigue a Aristóteles,
distinguiendo tres formas buenas y tres formas malas de gobierno que son la
degeneración de las anteriores. Aunque la monarquía parece proporcionar un mayor
grado de unidad y de paz, Sto. Tomás tampoco descarta las otras formas de gobierno
válidas, y no considera que ninguna de ellas sea especialmente deseable por Dios.
Trabajo de investigación
Instrucciones:
Por grupos, elegimos uno de los siguientes autores/as: San Agustín, Guillermo
de Ockham, Francisco de Vitoria, Hildegarda von Bingen, Maimónides y Avicena.
Tenemos que crear en cualquier formato (Word, Canva, PowerPoint) una
presentación que incluya los siguientes elementos:
1. Biografía del autor/a.
2. Sus ideas filosóficas principales en esquema y luego redactadas.
3. Glosario del vocabulario que consideréis más relevante.
4. Opinión personal sobre lo que dice.
5. BIBLIOGRAFÍA.
La presentación se manda a la tarea de Moodle creada y se expone en clase.
Rúbrica:
El trabajo Las ideas filosóficas El glosario Realiza un La exposición Cuida la
incluye están bien planteadas contiene entre 3 y análisis es fluida y no limpieza y el
todos los y redactadas y no son 4 términos crítico y consultan orden y no
elementos. un copia y pega de relevantes para personal de la ningún tienen faltas
(1p) Wikipedia que no entender la filosofía del material para de ortografía
entienden ni ellos/as. filosofía del autor. autor/a. (2p) leerlo. (1p) terribles. (1p)
(3p) (2p)