El Psicoanálisis 3d

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El psicoanálisis

El psicoanálisis es una teoría desde la que se consideró que la historia del


individuo, sobre todo los primeros años, es esencial para comprender el
funcionamiento adulto. Para Freud, padre del psicoanálisis, los primeros
conflictos determinan en parte el funcionamiento adulto. El psicoanálisis
supuso una ruptura con la línea dominante, al considerar que para
interpretar nuestros actos hay que considerar un conjunto de mecanismos
inconscientes.
Con el nombre de psicoanálisis se designa tanto al conjunto de teorías
formuladas por Freud acerca de la estructura y funcionamiento de la psique
humana como al tipo de terapia psicológica basada en la mismas. En su
primer sentido, el psicoanálisis envuelve una concepción exhaustiva del ser
humano que ejercería una profunda influencia en todos los ámbitos de la
cultura, a pesar de que fue polémica y diversamente negada desde sus
inicios. En la actualidad, habiendo sido repetidamente señalada la
inverificabilidad de algunos de sus dogmas y especulaciones, el
psicoanálisis tiende a considerarse más como una escuela psicológica que
como una ciencia.
El psicoanálisis surgió de un método terapéutico para determinadas
enfermedades nerviosas que Sigmund Freud y su colega y
compatriota Josef Breuer elaboraron conjuntamente hacia 1890 y que daría
como fruto la obra Estudios sobre la histeria (1895).
El inconsciente
El psicoanálisis no es únicamente un método terapéutico; es también una
doctrina psicológica completa sobre la personalidad y el funcionamiento de
la mente humana. Las investigaciones de Freud sobre la histeria no
perseguían inicialmente otro objetivo que delimitar sus causas y su
tratamiento, pero le condujeron a la elaboración de un conjunto de hipótesis
que explicaban la vida mental del hombre, tanto en su desarrollo normal
como en sus alteraciones y trastornos. En diversas etapas y con algunas
revisiones o matizaciones, Freud acabaría trazando una teoría general del
dinamismo psíquico, de su evolución a través de los sucesivos períodos de
desarrollo y del impacto de la sociedad, la cultura y la religión en la
personalidad.
En su formulación topográfica, Freud incluyó en el psiquismo tres
sistemas: uno consciente; otro preconsciente, cuyos contenidos pueden
pasar al anterior; y otro inconsciente, cuyos contenidos no tienen acceso a
la conciencia. La represión es el mecanismo que hace que los contenidos
del inconsciente permanezcan ocultos. La vida psíquica se desenvuelve,
pues, en tres regiones propias: la conciencia, lo preconsciente y el
inconsciente, las cuales no están separadas entre sí, sino en íntimo y
constante contacto. Lo inconsciente, fundamentalmente constituido por
impulsos y tendencias, ejerce constantemente su acción sobre nuestra vida
consciente, expresándose en ella y buscando formas de apaciguamiento. El
Yo, el Ello y el Superyó
Freud no podía limitarse a examinar cómo se expresa el inconsciente en las
diversas producciones de la actividad psíquica; necesariamente hubo de
plantearse tanto el problema de los mecanismos que mantienen
inconscientes determinados impulsos y tendencias como el de la naturaleza
de esos impulsos. En los años 20, en obras como El Yo y el Ello (1923),
Freud expuso un nuevo análisis del psiquismo que complementa al
anterior; en esta formulación estructural, el aparato psíquico está formado
por tres instancias. La primera, el Ello, es la instancia inconsciente que
contiene todas las pulsiones y se rige por el denominado principio de
placer. La segunda, el Yo, tiene contenidos en su mayoría conscientes, se
rige por el principio de realidad y actúa como intermediario entre el Ello y
el Superyó, la tercera instancia del aparato psíquico. El Superyó, por
último, representa las normas morales e ideales.
El Ello, presente desde el nacimiento, es la base de la personalidad;
contiene todos los instintos y recibe su energía de los procesos corporales.
Que el Ello ser rija por el principio de placer significa que evita el dolor y
busca el placer mediante dos procesos: las acciones reflejas y un modo de
acción que se denomina proceso primario. Los reflejos son acciones innatas
que reducen la incomodidad de inmediato, como por ejemplo un estornudo.
Un proceso primario puede ser, por ejemplo, la fantasía, es decir, crear una
imagen satisfactoria de lo que se desea. Por ejemplo, si se tiene hambre, se
puede comenzar a imaginar la comida preferida; obviamente, la fantasía no
basta para satisfacer el hambre ni cualquier otra necesidad posible.
Así pues, es función del Yo tratar con la realidad y satisfacer las demandas
del Ello, ya que éste no puede determinar la diferencia entre lo que existe
en realidad y lo que está en la mente. El Yo, en cambio, puede establecer
esta distinción, y opera según el principio de realidad, haciendo de
mediador entre los deseos del Ello y las realidades del mundo exterior.
El Yo intenta satisfacer las urgencias del Ello del modo más apropiado y
eficaz. Por ejemplo, el Ello puede urgir a la persona a ir a dormir de
inmediato, sin que importe dónde se encuentre; el Yo retrasa el sueño hasta
encontrar un momento y lugar convenientes.
Las 5 teorías de la personalidad de Sigmund Freud

Aunque existen ciertas contradicciones entre los modelos de personalidad


creados por Freud, en general pueden concebirse como teorías
complementarias o bien como actualizaciones y desarrollos de varios
conceptos fundamentales, por ejemplo, las pulsiones o los mecanismos de
defensa. Vamos en qué consiste cada una de estas teorías.

1. Modelo topográfico

2. Modelo dinámico

3. Modelo económico

4. Modelo genético

5. Modelo estructural
La sexualidad según la teoría psicosexual de Freud
Freud también fue el percusor del término “libido”. Con esta palabra quería
referirse a la energía vital que mueve el comportamiento humano. Para
Freud, era esta energía vital la vertiente de la sexualidad humana. Dicha
energía, la componen impulsos que nos llevan realizar acciones a corto
plazo o que sea nuestra psique la que reprima dichos impulsos para
alejarnos del peligro o no entrar en conflicto en el ambiente en el que nos
han criado.
Las 5 etapas de la teoría psicosexual de Freud
Seguro que has escuchado hablar de la fase oral, fase anal, fase fálica, fase
de latencia y fase genital. Aquí te las explicamos:
1. Fase oral (0-18 meses)
Se desarrolla en los primeros 18 meses de vida. Durante esta fase aparecen
los primeros impulsos que llevan a querer satisfacer lo que la libido
promueve. La boca será la zona que busca esa satisfacción o placer. La
boca se usará también para explorar, experimentar e ir aprendiendo del
entorno. Por eso, se dice que los bebés se llevan todo a la boca, dado que es
su forma de aprender. Como los adultos tienden a impedir al bebé que se
lleve cosas a la boca, según Freud, esto podría generar conflictos que se
quedan instalados en el inconsciente.
2. Fase anal (18 meses – 3años)
Una vez acaba la etapa oral, comienza la fase anal hasta los tres años de
vida. Como sabemos, en esta etapa se da el control del esfínter. Freud
postuló que la defecación estaba vinculada al placer y, por tanto, a la
sexualidad. Las pulsiones durante esta fase pueden llevar a la
desorganización y al gasto, pero también al ahorro y a la disciplina.
3. Fase fálica (3-6 años)
Esta fase empezaría en los tres años de edad y acabaría a los seis años. La
zona que proporciona placer y satisfacción serían los
genitales, encontrando la satisfacción en la acción de orinar. Además, en
esta etapa, se inicia la diferenciación entre niños y niñas y la curiosidad
por saber cuáles son esas diferencias: los genitales, la forma de vestir, los
juguetes, etc.
4. Fase de latencia (7-11 años)
Va desde los 7 años hasta que se inicia la pubertad. No tiene una zona
erógena asociada en concreto. Esto se debe a que los niños ya son más
conscientes de los castigos que pueden recibir por el hecho de satisfacer
sus necesidades en público, como si las manifestaciones de la sexualidad
se congelaran y, para Freud, la sexualidad se camufla. Esta fase está
caracterizada, por ende, con el pudor y la vergüenza.
5. Fase genital
La última etapa de la teoría psicosexual de Freud dura desde la pubertad
hasta la etapa adulta en adelante. Se caracteriza por lo cambios físicos que
tienen lugar en estas edades y durante toda la adolescencia. El deseo
sexual, además, se vuelve muy intenso y la represión que se ha de hacer
también es muy intensa. Aunque Freud llama a esta etapa genital y,
diferenciándose de la fase fálica, la sexualidad se expresa más a través de
los vínculos y el apego y tiene un carácter más abstracto. La
gratificación inmediata no está tan presente en la sexualidad adulta.

370. El deseo de la madre: insaciable, devorador y estragante.-


Complejo Edípico
Todo sujeto se las tiene que ver, en su complejo de Edipo, con el deseo de
la madre, deseo que «siempre produce estragos. Es estar dentro de la boca
de un cocodrilo, eso es la madre. No se sabe qué mosca puede llegar a
picarle de repente y va y cierra la boca. Eso es el deseo de la madre.»
(Lacan, 1970, p. 118). Se trata de un deseo devorador, acosador, asfixiante
-de aquí el síntoma del asma de muchos niños-; frente a ese deseo el niño
está a solas, y lo que él puede esperar de ese deseo es “daño, catástrofe,
devastación” (Toro, 2013).

Estar dentro de la boca de un cocodrilo: eso es la madre. Lacan utiliza esta


metáfora ya que el cocodrilo lo único que mete a su boca, sin cerrarla, es a
sus crías, para transportarlas de un lugar a otro, a punto de engullirlas. El
deseo de la madre es, pues, como estar dentro de la boca de un cocodrilo,
en peligro constante de ser devorado. Por supuesto, también hay madres
que abandonan, asesinan, maltratan, abusan o intercambian a sus hijos por
dinero, pero la mujer que se hace madre, con su deseo materno también
produce estragos; así por ejemplo, la madre «santa», la madre buena, la
abnegada, la entregada a sus hijos, esa que no les pone límites, hace de
ellos hijos perversos; a madre santa, hijo perverso

Complejo de castración

Según la teoría freudiana Sigmund Freud (1856-1939), creador del


psicoanálisis, fue el primero en plantear el concepto de complejo de
castración, íntimamente relacionado al complejo de Edipo, crucial para la
constitución del sujeto y estructuración de su personalidad.

El complejo de castración se organiza en torno a la pregunta de los niños


por la diferencia anatómica de los sexos, como presencia o ausencia del
pene, surgida por la fantasía de castración, que presenta efectos diferentes
entre los sexos

¿Qué es el psicoanálisis para Erikson?


Erik Erikson basa su propuesta en la teoría psicoanalítica de Freud. Sin
embargo, se enfocó principalmente en el estudio del Yo, antes que en el
Ello, para así generar una psicología de la identidad basada en la
interacción de tres procesos: biológico, psicológico y social.
Las 8 etapas del desarrollo psicosocial para Erikson
A continuación, se describen las etapas del desarrollo psicosocial:

1. Confianza vs. Desconfianza


Ocurre desde el nacimiento hasta los 18 meses. Como un bebé es
totalmente dependiente, espera que los demás cuiden de él y se ocupen de
sus necesidades. En esta etapa los bebés aprenden que pueden contar con
el resto de las personas, es decir, aprenden a confiar. Pero, también,
pueden aprender a desconfiar. Que sea una o la otra dependerá con el tipo
de crianza recibida, el aprendizaje en la gestión de los vínculos y del apego.
La sensación de confianza (o no), la frustración o la seguridad,
determinarán la calidad de las relaciones en el futuro de esa pequeña
persona.
2. Autonomía vs. Vergüenza y duda
Desde los 18 meses hasta los tres años, los niños empiezan a ser
conscientes de su cuerpo y empiezan a adquirir cierto control sobre él.
Comienzan a ejercitar y controlar los músculos, en concreto, lo que entran
en juego para controlar las excreciones y la orina. Asimismo, desarrollan
cierto desarrollo cognitivo. Por eso, aquí puede aparecer la duda y la
vergüenza, al mismo tiempo que empiezan a aprender lo que es la
autonomía si se dan los logros necesarios característicos es esta etapa del
desarrollo psicosocial. Quienes superan esta etapa con éxito tienden a
mostrar una autoestima más sana en el futuro. Según Erikson, lograr un
equilibrio entre la autonomía y la vergüenza lleva a la voluntad, es decir,
creer que se puede actuar con intención dentro de los límites de la razón.
3. Iniciativa vs. Culpa
Esta etapa del desarrollo psicosocial comienza desde los tres hasta los 5
años de edad. A estas edades es cuando los niños más rápido crecen.
Comienza su curiosidad por el juego y por relacionarse con otros niños.
Para ello, necesitan de la iniciativa. El reto en esta etapa es encontrar la
armonía entre la toma de iniciativa y el querer jugar o cooperar con otros.
Los que tienen éxito en esta etapa adquirirán una sólida autoconfianza y
desarrollarán la habilidad de guiar a otros. Al contrario ocurrirá con los que
no les ha ido tan bien, sentirán culpa y dudas. Además, si los adultos
reaccionan de forma negativa ante sus preguntas, los niños sentirán más
culpa y mayor sensación de torpeza. En todo caso, la culpa, en su justa
medida, les servirá para aprender de sus errores. Si es excesiva, el niño no
se sentirá capaz de afrontar nuevos retos o conflictos.
4. Laboriosidad vs. Inferioridad
La cuarta etapa ocurre desde los 5 hasta los 13 años. El cerebro del niño
ya está más desarrollado, por lo que puede empezar a manejar conceptos
abstractos y pueden comenzar a realizar tareas más complicadas. Aquí,
tienen la capacidad de reconocer sus propias habilidades como la de los
demás. Por lo tanto, también empiezan a compararse, con otros, pero
también con ellos mismos. Al poder reconocer que algo se les da bien
pedirán tareas cada vez más desafiantes para ellos y ellas. Su interés por
mejorar es genuino porque también buscan el reconocimiento social. El
éxito en esta etapa dependerá de la estimulación positiva y el
reconocimiento que se les dé. Aparecerá el sentimiento de inferioridad
cuando ven que fracasan en tareas en las que desean tener más
competencia. Si sus fracasos no son bien acogidos o desencadenan
comparaciones con otros niños, el sentimiento de inferioridad aumentará y
se sentirá inseguro respecto a los demás.
5. Exploración de la identidad vs. Difusión de la identidad
De todos es sabido que en la adolescencia es cuando forjamos nuestra
identidad. En realidad, nunca dejamos de desarrollarla, pero es en esta
etapa cuando comenzamos a ser más conscientes de que tenemos una
identidad y de lo que ello implica. Se desarrolla desde los 13 años hasta
los 21. Una de las identidades que exploran es la identidad sexual y
empiezan a actuar como esa persona que proyectan a futuro y en la que
se ven reflejados o identificados; esto es, quieren pasar más tiempo con
sus iguales, comienzan a preguntarse cuáles son sus propósitos, cuáles son
sus roles en las relaciones y quiénes son realmente. El éxito estribará en
encontrar el equilibrio entre lo que quieren y desean ser y lo que su entorno
espera que sean. En ese proceso de exploración surgirán dudas y se sentirán
confusos. Si viven una adolescencia marcada por un apego disfuncional o
situaciones de acoso o de abuso (ej.: bullying) se puede dar una difusión de
la identidad.
6. Intimidad vs. Aislamiento
Esta crisis comprende, aproximadamente, desde los 20 hasta los 40 años.
En esta etapa, se va modificando la forma que tenemos de relacionarnos,
abordamos las relaciones de una forma más madura, priorizamos unas
sobre otras teniendo como criterio la intimidad de cada uno de nuestros
vínculos y comenzamos a valorar el compromiso. Buscamos la compañía,
la seguridad y la confianza. Cuando esta etapa no se desarrolla con éxito
es cuando establecemos vínculos poco sanos: actuamos por complacer, no
ponemos límites, desconfiamos y tenderemos a aislarnos.
7. Generatividad vs. Estancamiento
Esta etapa ocurre desde los 40 hasta los 60 años, aproximadamente. Por lo
general, en esta etapa vital se cuida de la familia y queremos dedicarles
tiempo a los miembros que la forman (hablamos tanto de la familia
consanguínea como la elegida), pero también pasar y dedicar tiempo
aquello a lo que nos hemos vinculado; si no se ha formado una familia
puede ser al trabajo, una afición o a las amistades. Buscamos sentirnos
útiles, queremos ofrecer algo al mundo. “¿Cuál es el sentido de mi vida?”.
Si no se encuentra respuesta a esto se puede producir un estancamiento.
8. Integridad del ego vs. Desesperación
De los 65 años en adelante, esta etapa suele estar caracterizada por tener
que afrontar duelos. Se van perdiendo o se han perdido ya seres
queridos, ya no producimos o generamos (generatividad) tanto como
antes. El estilo de vida cambia. De la mirada al pasado puede aparecer la
desesperación, sin embargo, también puede generar una sensación de
integridad si dicha mirada es hacia lo que hemos compartido. El éxito
en esta etapa estará en reafirmar el valor de nuestra existencia.

Jung afirmaba que la parte más importante del inconsciente no nace de las
experiencias personales individuales, sino del pasado remoto de la
existencia humana: inconsciente colectivo. El motivo de ser del ser humano
es la Individuación, considerándolo como entrar en contacto consigo
mismo y con el inconsciente.
¿Qué es el psicoanálisis para Jung?
La psicología analítica entiende los complejos de forma diferente a como
los comprendía Freud. En contraste con éste, Jung consideraba que los
complejos no eran algo patológico, sino que representan partes esenciales
de la mente, estando presentes en todos los seres humanos, tanto las
personas sanas como las enfermas.

¿QUÉ ES SER INTROVERTIDO O EXTROVERTIDO?


Ser introvertido o extrovertido son términos creados por el

psiquiatra Carl Gustav Jung en Suecia en 1920. Según Jung una persona

extrovertida busca un contacto intenso con el mundo exterior mientras

que un introvertido suele usar su energía psíquica para mirar hacia dentro.

Nadie es 100% introvertido o extrovertido todos tenemos ambas

características, sin embargo, la mayoría de las mentes tienden a

inclinarse a un lado o al otro. Si ambas características están igualmente

presentes podemos hablar de una persona ambivertida. Donde estés en el

espectro de esa categoría define mayormente tu personalidad. Introvertidos

o extrovertidos son términos que no se pueden definir con una sola y

simple frase, pero habría características básicas que diferencian cada uno.

Para Jung, lo inconsciente personal está constituido primariamente por


contenidos olvidados o reprimidos y lo inconsciente colectivo,
fundamentalmente, por arquetipos"

1. El inocente

Se caracteriza por presentar una fe y confianza casi absoluta en el mundo


que lo rodea. Su principal meta en la vida es ser feliz, por lo que tiende a
mostrar una actitud positiva y despreocupada respecto al entorno en el
que vive. Su principal debilidad reside, precisamente, en el exceso de
confianza en los demás; mientras que su principal miedo es ser castigado
por no hacer lo que se espera de él.

2. El amigo

Representa una personalidad que valora especialmente la pertenencia al


grupo y a la comunidad. Su principal virtud consiste en la capacidad de
socializar y crear vínculos duraderos con otros seres humanos. Su
principal debilidad es que suele tender a ser un poco cínico. Su principal
miedo consiste en quedarse fuera del grupo o la comunidad, aunque, a
veces, también puede ser el que destaca por encima del resto.
3. El héroe

Se identifica perfectamente con los principios clásicos de valor y fuerza. Su


principal objetivo tiende a ser proteger a los débiles y, en general,
ayudar a los demás dentro de sus posibilidades. Su mayor miedo es ser
percibido como una persona débil, miedosa o incapaz de cumplir con sus
objetivos. Una de sus mayores virtudes es el valor o el coraje, mientras que
su mayor debilidad suele presentarse en forma de arrogancia.

4. El protector

En el caso del protector, se trata de personas que están llenas de


compasión y empatía. Por ello, su principal objetivo es ayudar a los
demás. Su principal virtud es la generosidad y la capacidad de sacrificio.
Sin embargo, su mayor debilidad es que pueden ser explotados con
facilidad por otras personas. Su mayor miedo es ser percibidos como
personas egoístas.

5. El amante

La personalidad del amante consiste en buscar el equilibrio y la


armonía con las personas con las que comparte su espacio. Se trata de
personas muy empáticas. Su mayor talento suele ser su capacidad
diplomática y de mediación, mientras que su mayor debilidad consiste
en perder su propia personalidad con el objetivo de satisfacer al resto.
Su mayor miedo es no sentirse queridas o deseadas por el grupo de
personas que tienen alrededor.

6. El bufón

Destaca por su humor y por su capacidad de divertir a los demás, por lo


que el resto de las personas disfrutan del tiempo que pasan en su compañía.
Usan el humor para conseguir un cambio positivo en su entorno y mejorar
el mundo. Su mayor miedo es ser percibidos como aburridos, mientras
que su mayor debilidad es que los vean como personas frívolas o
incapaces de exteriorizar sus emociones, algo que suplen usando el humor
para evitar enfrentarse cara a cara con ellas.

7. El explorador

Se caracteriza por la inconformidad constante, lo cual le lleva a explorar y


buscar nuevas experiencias... Su mayor virtud es la capacidad de ser fiel a
sus propios deseos. Su mayor miedo consiste en verse atados a una
situación o circunstancia que les exija ciertas responsabilidades. Su mayor
debilidad estriba, precisamente, en esa incapacidad para asumir
responsabilidades. Esto los lleva a cambios constantes en su vida, que los
dificultan a la hora de establecer relaciones duraderas.

8. El rebelde

Se caracteriza por su principal motivación, que no es otra que cambiar las


cosas que considera injustas o que no funcionan. Su meta en la vida
consiste en cambiar las estructuras que no funcionan, mientras que su
mayor miedo resulta ser incapaz de lograr ese cambio que tanto ansía. Su
principal talento reside en su capacidad para ver el mundo de forma
diferente al resto; aunque su principal debilidad consiste, precisamente, en
ser incapaz de disfrutar de lo que ya tiene.

9. El creador

Destaca por su capacidad creadora e imaginativa. Suele ocupar


profesiones artísticas, aunque se le puede encontrar en casi cualquier
trabajo. Su principal objetivo es la creación de cosas u obras que tengan
valor duradero. Su mayor debilidad es el perfeccionismo y los bloqueos
creativos, mientras que su mayor miedo consiste, precisamente, en no ser
capaz de crear nada importante.

10. El sabio

Valora el conocimiento y las ideas por encima de todo. Su principal virtud


es su capacidad para enseñar a los demás y comprender el mundo que
le rodea. Su mayor miedo es ser percibido como un ignorante, mientras
que su mayor debilidad es sentirse paralizado ante la toma de
decisiones por creer que no tiene la información suficiente.

11. El mago

el mago no solo valora el conocimiento y las ideas, sino que les aporta su
visión personal se trata de una personalidad transformadora y que tiende a
los enfoques más filosóficos y reflexivos. Su mayor miedo consiste en no
ser capaz de prever consecuencias negativas derivadas de sus acciones,
mientras que su mayor debilidad es que puede llegar a convertirse en una
persona manipuladora y egoísta.

12. El gobernante
Disfruta de tener el control, ya sea de las personas que tiene a su alrededor
como de los sucesos o acontecimientos que tienen lugar en su vida
cotidiana. Su principal objetivo tiende a ser crear una comunidad, grupo
o familia próspera, encabezada por sí mismo. Su mayor miedo es la
pérdida de control y el caos, mientras que su principal debilidad es
que puede ser percibido como autoritario y como alguien incapaz de
delegar en otras personas.

Sigmund Freud fue un médico neurólogo austriaco de origen judío, padre


del psicoanálisis y una de las mayores figuras intelectuales del siglo XX.

Erik Homburger Erikson, registrado al nacer como Erik Salomonsen, fue


un psicólogo y psicoanalista germano-estadounidense de origen judío
reconocido mundialmente, entre otras áreas, por sus contribuciones en
psicología del desarrollo.
Carl Gustav Jung fue un médico psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo,
figura clave en la etapa inicial del psicoanálisis; posteriormente, fundador
de la escuela de psicología analítica, también llamada psicología de los
complejos y psicología profunda.
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