Metodología de La Investigación (Mitos)
Metodología de La Investigación (Mitos)
Metodología de La Investigación (Mitos)
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Lic. Jorge Hamilton Castillo García
Metodología de la Investigación
investigación de mercados? ¿Cómo sabrían sus ejecutivos lo que sus clientes quieren?, ¿cómo
conocerían su posición en el mercado? Realizan investigación por lo menos para estar al tanto de sus
niveles de ventas y participación en el mercado.
¿Acaso nos podemos figurar a un ingeniero civil que pretenda construir un edificio, un puente o una casa
sin que lleve a cabo un estudio del suelo? Simplemente, deberá hacer una pequeña investigación de lo
que requiere su cliente, quien le encarga la construcción.
¿Podemos concebir a un médico cirujano que no ejecute un diagnóstico preciso de su paciente previo a
la operación?, ¿a un candidato para un puesto de elección popular que no realice encuestas de opinión
para saber cómo lo favorece el voto y qué opina la gente de él?, ¿a un contador que no busque y analice
las nuevas reformas fiscales?, ¿a un biólogo que no haga estudios de laboratorio?, ¿a un criminólogo
que no investigue la escena del crimen?, ¿a un periodista que no haga lo mismo con sus fuentes de
información?
Igualmente con enfermeras, economistas, sociólogos, educadores, antropólogos, psicólogos, arquitectos,
ingenieros en todas sus ramas, veterinarios, dentistas, administradores, comunicólogos, abogados y, en
fin, con todo tipo de profesionales.
A lo mejor sí hay médicos, contadores, ingenieros, administradores, periodistas y biólogos que se
desempeñan sin tener que estar en contacto con la investigación; pero seguramente su trabajo es muy
deficiente.
La investigación es muy útil para distintos fines: crear nuevos sistemas y productos; resolver problemas
económicos y sociales; ubicar mercados, diseñar soluciones y hasta evaluar si hemos hecho algo
correctamente o no. Incluso, para abrir un pequeño negocio familiar es conveniente usarla.
Cuanta más investigación se genere, más progreso existe; ya se trate de un bloque de naciones, un país,
una región, una ciudad, una comunidad, una empresa, un grupo o un individuo. No en vano las mejores
compañías del mundo son las que más invierten en investigación.
De hecho, todos los seres humanos hacemos investigación frecuentemente. Cuando nos atrae una
persona que conocimos en alguna junta, una reunión o un salón de clases, tratamos de investigar si le
podemos resultar atractivos. Cuando un amigo o amiga está enojado(a) con nosotros, buscamos
examinar las razones. Cuando nos interesa un gran personaje histórico, indagamos cómo vivió y murió.
Cuando buscamos empleo, nos dedicamos a investigar quién ofrece trabajo y en qué condiciones.
Cuando nos agrada un platillo, nos interesa conocer la receta. Éstos son sólo algunos ejemplos de
nuestro afán por investigar. Es algo que hacemos desde niños. ¿O alguien no ha visto a un bebé tratando
de averiguar de dónde proviene un sonido?
La investigación científica es, en esencia, como cualquier tipo de investigación, sólo que más rigurosa,
organizada y se lleva a cabo cuidadosamente. Como siempre señaló Fred N. Kerlinger: es sistemática,
empírica y crítica. Esto se aplica tanto a estudios cuantitativos, cualitativos o mixtos. Que sea
“sistemática” implica que hay una disciplina para realizar la investigación científica y que no se dejan los
hechos a la casualidad. Que sea “empírica” denota que se recolectan y analizan datos. Que sea “crítica”
quiere decir que se evalúa y mejora de manera constante. Puede ser más o menos controlada, más o
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menos flexible o abierta, más o menos estructurada, en particular bajo el enfoque cualitativo, pero nunca
caótica y sin método.
Tal clase de investigación cumple dos propósitos fundamentales:
a) producir conocimiento y teorías (investigación básica) y
b) resolver problemas (investigación aplicada).
Gracias a estos dos tipos de investigación la humanidad ha evolucionado. La investigación es la
herramienta para conocer lo que nos rodea y su carácter es universal. Como señaló uno de los
pensadores más connotados de finales del siglo xx, Carl Sagan, al hablar del posible contacto con seres
“inteligentes” de otros mundos:
Si es posible comunicarse, sabemos ya de qué tratarán las primeras comunicaciones: será sobre la única
cosa que las dos civilizaciones tienen seguramente en común; a saber, la ciencia. Podría ser que el
interés mayor fuera comunicar información sobre su música, por ejemplo, o sobre convenciones sociales;
pero las primeras comunicaciones logradas serán de hecho científicas (Sagan et al., 1978).
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