Libro TOLERANCIA CRISTIANA
Libro TOLERANCIA CRISTIANA
Libro TOLERANCIA CRISTIANA
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TOLERANCIA
CRISTIANA
La capacidad de aceptar,
comprender y respetar las
diferencias
Otoniel Pardo
[email protected]
511 995982555
Lima - Perú
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AGRADECIMIENTOS
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INTRODUCCIÓN
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El capítulo 14 de Romanos establece un marco de
principios que guían el comportamiento de los creyentes en
situaciones donde hay discrepancias en asuntos no esenciales
de la fe. Pablo insta a evitar juicios y condenaciones hacia
aquellos que tienen prácticas o creencias diferentes en áreas
que no comprometen los fundamentos centrales de la fe
cristiana. Más bien, se enfoca en la actitud de amor,
tolerancia y respeto mutuo entre hermanos en Cristo.
Explorar estos principios bíblicos implica sumergirse en la
comprensión de la gracia, el respeto y la compasión como
pilares para la convivencia armoniosa. Se trata de cultivar
una mentalidad de empatía, donde se valora la diversidad
de opiniones sin comprometer la esencia de la fe cristiana.
Esta exploración permite reflexionar sobre cómo aplicar
estos principios en la vida diaria, fomentando un ambiente
de respeto y comprensión mutua en la comunidad cristiana
y más allá.
En resumen, el capítulo 14 de Romanos nos ofrece una
valiosa guía sobre cómo mantener la armonía y la
convivencia respetuosa dentro de la diversidad de
opiniones y prácticas en la fe cristiana. La libertad de
pensamiento se entrelaza con la responsabilidad y el amor
fraternal, instando a los creyentes a valorar las diferencias
sin comprometer la unidad en Cristo.
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CAPITULO UNO
El amor como Brújula
El amor, es decir la generosidad, compasión y actos de
tolerancia hacia los demás, especialmente hacia aquellos
que están en posición opuesta a nosotros. Se trata de un
sentimiento de empatía y deseo de ayudar a otros a superar
sus actitudes contrarias. Es un principio fundamental en la
Biblia. En 1 Corintios 13:13, se nos dice que la caridad es más
importante que la fe y la esperanza. La caridad nos guía en
nuestras acciones y nos ayuda a evitar hacer cosas que
puedan afectar la fe de los demás. También nos recuerda
nuestra responsabilidad en el cuidado de nuestras acciones y
palabras.
El capítulo 14 de la Epístola a los Romanos aborda la
cuestión de la libertad en la fe y el trato entre los creyentes
en asuntos de conciencia yprácticas personales.
En este capítulo, el apóstol Pablo se dirige a la relación entre
los cristianos en Roma, quienes tenían diferencias en cuanto
a prácticas y convicciones. La discusión se centra en asuntos
de disputa en la comunidad, como la comida y la
observancia de días especiales.
Pablo comienza destacando la importancia de no juzgarse
unos a otros por asuntos que no son fundamentales para la
fe en Cristo. Alienta a los creyentes a aceptarse mutuamente,
incluso si tienen diferentes prácticas en cuanto a la comida o
a la observancia de ciertos días, sin menospreciar ni condenar
a quienes tienen opiniones distintas.
Él resalta que todos los creyentes son siervos de Dios y, por
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lo tanto, cada uno debe rendir cuentas a Dios, su Señor.
Esta perspectiva apunta a la soberanía de Dios sobre la
conciencia individual de cada creyente.
En el versículo 17, Pablo subraya que el Reino de Dios no
se trata de cuestiones de comida o bebida, sino de justicia,
paz y gozo en el Espíritu Santo. Esto significa que el enfoque
principal no debería ser sobre reglas externas o prácticas
religiosas específicas, sino sobre el amor, la justicia y la paz
que provienen de seguir a Cristo.
Asimismo, Pablo advierte contra causar tropiezos o hacer
que otros hermanos en la fe se tambaleen debido a
nuestras acciones. Exhorta a actuar en amor y
consideración, evitando imponer nuestras convicciones
personales a expensas de otros creyentes.
En resumen, el capítulo 14 de Romanos enseña la
importancia de la tolerancia, la aceptación y el amor entre
los creyentes, priorizando la relación con Dios sobre las
diferencias personales en asuntos no fundamentales de la
fe. Invita a una actitud de respeto mutuo, consideración y
unidad en Cristo, incluso cuando existen divergencias en
prácticas y convicciones individuales.
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CAPITULO DOS
Discreción y Respeto hacia las Convicciones
Ajenas
La discreción es un principio importante en nuestras
interacciones humanas. En Mateo 6:1-4, se nos dice que
debemos hacer nuestras obras de AMOR en secreto, sin
buscar la aprobación de los demás. La discreción nos ayuda
a evitar hacer cosas que puedan ofender a los demás y nos
permite respetar sus convicciones. El respeto es la base
para la convivencia armoniosa. En 1 Pedro 2:17, se nos
dice que debemos honrar a todos los hombres. Debemos
recordar que nuestras acciones tienen un impacto en el
alma del otro.
Esta premisa se alinea bien con el mensaje central del
capítulo 14 de la Epístola a los Romanos. Desde una
perspectiva bíblica y teológica, la discreción y el respeto
hacia las convicciones ajenas se fundamentan en principios
clave del cristianismo.
La Biblia enseña sobre la importancia de amar al prójimo
como a uno mismo (Mateo 22:39) y de tratar a los demás
como queremos ser tratados (Lucas 6:31). Esto implica
tener consideración y respeto hacia las creencias, prácticas y
convicciones de los demás, incluso cuando difieren de las
nuestras.
El capítulo 14 de Romanos destaca que, aunque existan
diferencias en asuntos no fundamentales de la fe, debemos
evitar juzgar o menospreciar a nuestros hermanos en Cristo.
En lugar de imponer nuestras propias convicciones a los
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demás, se nos anima a ejercer la discreción, mostrando
comprensión y tolerancia hacia sus perspectivas.
El respeto hacia las convicciones ajenas se basa en reconocer la
soberanía de Dios sobre la conciencia individual de cada
persona. Cada creyente está llamado a rendir cuentas a Dios,
y esa relación individual con Dios puede guiar las
convicciones y prácticas personales.
La discreción se manifiesta en la manera en que nos
comportamos y tratamos a los demás. Implica considerar el
efecto de nuestras acciones y decisiones en aquellos que nos
rodean, evitando causar tropiezos o conflictos debido a
nuestras convicciones personales.
En términos teológicos, este enfoque se alinea con el
principio de la unidad en la diversidad dentro del cuerpo de
Cristo. Aunque los creyentes pueden tener diferencias en
prácticas y opiniones no esenciales, la unidad se encuentra
en Cristo y en los principios fundamentales de fe.
En resumen, la discreción y el respeto hacia las convicciones
ajenas se basan en el amor, la tolerancia y la consideración
hacia los demás, reconociendo la soberanía de Dios sobre la
conciencia individual y promoviendo la unidad en la
diversidad dentro de la comunidad cristiana. esa premisa se
alinea bien con el mensaje central del capítulo 14 de la
Epístola a los Romanos. Desde una perspectiva bíblica y
teológica, la discreción y el respeto hacia las convicciones
ajenas se fundamentan en principios clave del cristianismo.
La Biblia enseña sobre la importancia de amar al prójimo
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como a uno mismo (Mateo 22:39) y de tratar a los demás
como queremos ser tratados (Lucas 6:31). Esto implica tener
consideración y respeto hacia las creencias, prácticas y
convicciones de los demás, incluso cuando difieren de las
nuestras.
El capítulo 14 de Romanos destaca que, aunque existan
diferencias en asuntos no fundamentales de la fe, debemos
evitar juzgar o menospreciar a nuestros hermanos en
Cristo. En lugar de imponer nuestras propias convicciones a
los demás, se nos anima a ejercer la discreción, mostrando
comprensión y tolerancia hacia sus perspectivas.
El respeto hacia las convicciones ajenas se basa en reconocer
la soberanía de Dios sobre la conciencia individual de cada
persona. Cada creyente está llamado a rendir cuentas a
Dios, y esa relación individual con Dios puede guiar las
convicciones y prácticas personales.
La discreción se manifiesta en la manera en que nos
comportamos y tratamos a los demás. Implica considerar el
efecto de nuestras acciones y decisiones en aquellos que
nos rodean, evitando causar tropiezos o conflictos debido
a nuestras convicciones personales.
En términos teológicos, este enfoque se alinea con el
principio de la unidad en la diversidad dentro del cuerpo
de Cristo. Aunque los creyentes pueden tener diferencias
en prácticas y opiniones no esenciales, la unidad se
encuentra en Cristo y en los principios fundamentales de
fe.
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La discreción y el respeto hacia las convicciones ajenas se
basan en el amor, la tolerancia y la consideración hacia los
demás, reconociendo la soberanía de Dios sobre la
conciencia individual y promoviendo la unidad en la
diversidad dentro de la comunidad cristiana.
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CAPITULO TRES
La Manifestación de la Fe en el Trato hacia los
Demás
La integridad de la fe se refleja en nuestro trato hacia los
demás. En Juan 13:34-35, Jesús nos dice que debemos
amarnos los unos a los otros, como él nos ha amado.
Debemos construir puentes y buscar la comprensión mutua.
En Efesios 4:3, se nos insta a mantener la unidad del
Espíritu en el vínculo de la paz. Debemos ser constructores
de la unidad y fortalecer los lazos entre nosotros.
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conexión entre la fe y las obras, señalando que la fe sin
obras está muerta (Santiago 2:14-17). En otras palabras, la
autenticidad de nuestra fe se evidencia en nuestras acciones
y en cómo tratamos a los demás.
La parábola del buen samaritano (Lucas 10:25-37) es un
ejemplo clásico en el que Jesús enfatiza que mostrar
misericordia y ayudar al prójimo, incluso a aquellos que
podrían ser considerados como "enemigos", es una
demostración clave de la fe genuina.
En términos teológicos, la manifestación de la fe en el trato
hacia los demás se alinea con la imagen de Dios como
amor (1 Juan 4:8) y con el llamado a reflejar ese amor a los
demás. Se trata de imitar a Cristo, quien es el modelo
perfecto de cómo interactuar con compasión, gracia y
perdón hacia los demás.
En resumen, la manifestación de la fe en el trato hacia los
demás implica vivir de manera coherente con las enseñanzas
de Jesús, mostrando amor, compasión, generosidad y
bondad en nuestras interacciones diarias. Es una expresión
práctica y visible de nuestra fe en acción, reflejando el
amor de Dios hacia todos los seres humanos.
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CAPITULO CUATRO
1 corintios 8 - Y LA TOLERACIA
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hermano peque.
Este pasaje resalta la importancia de priorizar el amor y la
consideración por los demás sobre el ejercicio individual de
la libertad en situaciones donde nuestras acciones podrían
afectar la fe o conciencia de otros hermanos en Cristo. Es un
llamado a vivir en amor y consideración mutua en la
comunidad cristiana.
El pasaje de 1 Corintios 8 se relaciona con la idea de la
conciencia cristiana y la responsabilidad mutua dentro de la
comunidad de creyentes.
Nosotros reconocemos la supremacía de la Palabra de Dios
y la importancia de vivir de acuerdo con los principios
bíblicos. Aquí, Pablo enfoca la atención en cómo los
creyentes deben ejercer su libertad en Cristo de manera
responsable y amorosa.
Primero, destaca que el conocimiento puede llevar al orgullo,
pero el amor edifica. Es crucial entender que el
conocimiento por sí solo no garantiza la sabiduría espiritual;
más bien, el amor y la consideración por los demás son
fundamentales en la vida cristiana.
En cuanto a los ídolos y la comida sacrificada, Pablo enfatiza
que esos ídolos no tienen realidad ni poder, ya que solo hay
un Dios verdadero. Sin embargo, reconoce que algunos
creyentes, debido a su pasado o su formación, podrían tener
conciencias débiles en este tema.
En el libro de gálatas, se destaca que la libertad en Cristo no
es una licencia para hacer lo que queramos, sino que va de la
mano con la responsabilidad y la consideración por los
demás. La conciencia juega un papel crucial; lo que puede ser
permisible para uno, podría ser problemático para otro.
Entonces, se nos insta a considerar cómo nuestras acciones
pueden afectar a otros, especialmente a aquellos que son más
débiles en la fe.
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Pablo enfatiza que la libertad debe ser ejercida en amor y que
si nuestras acciones pueden llevar a un hermano a pecar, es
mejor abstenerse por amor a él. Esto refleja la importancia
de la unidad y el cuidado mutuo en la comunidad de fe,
evitando cualquier cosa que pueda causar división o tropiezo
entre los creyentes.
Este pasaje destaca la importancia de la libertad responsable
y amorosa en Cristo, considerando cómo nuestras acciones
pueden afectar a otros en la comunidad de creyentes y
priorizando el amor y la edificación mutua.
La convivencia armoniosa se basa en los principios bíblicos
de respeto, caridad y discreción. Debemos seguir el ejemplo
de la fraternidad para crear entornos de convivencia basados
en la fe íntegra y la unión. Recordemos que nuestras
acciones tienen un impacto en el alma del otro y debemos
actuar con responsabilidad y amor.
Vamos a desglosar algunas referencias bíblicas que
respaldan esos principios de respeto, caridad, discreción,
fraternidad, fe, unión, responsabilidad y amor.
Respeto y Caridad: La Biblia hace hincapié en el respeto por
los demás y la caridad hacia el prójimo. En pasajes como
Mateo 7:12, se expresa el famoso "trata a los demás como
quieres ser tratado". Esto resume el respeto fundamental
que debemos tener hacia los demás, mostrando amor y
compasión, tal como se nos instruye en versículos como
Gálatas 5:14 que dice "Porque toda la ley en esta sola palabra
se cumple: Amarása tu prójimo como a ti mismo".
Discreción y Fraternidad: La discreción en nuestras acciones se
relaciona con la sabiduría y la prudencia en cómo tratamos a
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los demás. En Proverbios 11:12 se habla de la prudencia:
"El que carece de juicio menosprecia a su prójimo, pero el
hombre prudente calla". Asimismo, la fraternidad se
promueve en pasajes como Romanos 12:10 que nos exhorta
a "amarnos los unos a los otros con amor fraternal,
honrándonos mutuamente".
Fe, Unión y Responsabilidad: La fe y la unión se encuentran
en pasajes como Efesios 4:3, donde se nos insta a
"esforzarnos por mantener la unidad del Espíritu mediante el
vínculo de la paz". La responsabilidad de nuestras acciones y
su impacto en otros está presente en pasajes como
Romanos 14:12: "De manera que cada uno de nosotros
dará cuenta de sí a Dios".
Amor: El amor es un tema central en la Biblia y se
manifiesta en pasajes como 1 Corintios 13, conocido como
el capítulo del amor, que describe cómo el amor es
paciente, amable, no envidia, no se jacta, no es orgulloso,
etc. Es un llamado a amar de manera incondicional,
reflejando el amor de Dios hacia nosotros.
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CONCLUSIÓN
Los principios de respeto, caridad, discreción, fraternidad, fe,
unión, responsabilidad y amor, arraigados en las enseñanzas
bíblicas, nos proporcionan una base sólida para forjar
relaciones significativas y constructivas en nuestra
comunidad cristiana y en el mundo en general.
La guía bíblica nos enseña que el respeto y la caridad hacia
los demás son fundamentales, como se expresa en el
mandamiento de tratar a los demás como deseamos ser
tratados. La discreción y la prudencia en nuestras acciones,
así como la promoción de la fraternidad y el amor fraternal,
son principios que enriquecen nuestras interacciones diarias.
La fe y la unidad se presentan como pilares esenciales para
mantener la armonía, instándonos a esforzarnos por
preservar la unidad mediante la paz. Además, se nos
recuerda constantemente la responsabilidad que tenemos
hacia los demás, siendo conscientes del impacto que nuestras
acciones pueden tener en la vida de otros.
Y, sobre todo, el amor, ese amor incondicional que se nos
enseña en 1 Corintios 13, es el cimiento sobre el cual se
construyen todas nuestras interacciones. Es un amor que
trasciende las diferencias, que es paciente, amable, que no
envidia ni se jacta, un amor que refleja el amor divino hacia
la humanidad.
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ACERCA DEL AUTOR
Otoniel Pardo
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hasta la pluma del escritor, desde la esfera comunicativa
hasta el complejo mundo de la política, abarcando incluso el
territorio educativo.
La influencia de este polifacético hombre rebasa fronteras
geográficas, arraigándose en el tejido social de comunidades
tanto nacionales como internacionales, donde su impacto se
manifiesta con una fuerza impactante y transformadora.
Su rica trayectoria académica constituye un testimonio vivo
de su dedicación inquebrantable hacia el saber. Un
Doctorado Honoris Causa, otorgado por la prestigiosa
Kyrios Christian University de Oklahoma, USA – Sede
Buenos Aires, es solo un eco de su vasta contribución al
desarrollo de nuevos líderes, un reconocimiento merecido
que atestigua su valioso legado en la formación de mentes
brillantes y comprometidas. La Universidad Politécnica y
Artística del PARAGUAY, con su reconocimiento y gratitud
hacia Otoniel, refleja la profundidad de su influencia en el
ámbito educativo, marcando una senda para futuras
generaciones ávidas de inspiración y excelencia.
Su liderazgo, cultivado con esmero y dedicación, halla su
semilla en programas emblemáticos como el Institute
HAGGAI, donde la sabiduría adquirida ha nutrido su
capacidad de guiar y motivar a otros con maestría y visión.
Otoniel Pardo, un hombre cuyos pasos han dejado una
estela de sabiduría y compromiso, una figura cuya presencia
resuena más allá de las páginas de la historia, trascendiendo
el tiempo y forjando un legado que perdura en la mente y el
corazón de quienes han sido tocados por su influencia.
Experiencia y Liderazgo
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presidencia en ORCODEE, la Organización Continental de
Excelencia Educativa. Su labor como maestro invitado en
instituciones académicas teológicas ha permitido compartir
su experiencia y conocimiento con futuras generaciones de
líderes.
Además, su papel como expresidente de la Fraternidad
Internacional de Pastores Cristianos y su fundación y
dirección de la Misión Cristiana La Gracia Reina subrayan su
compromiso con la comunidad evangélica local e
internacional.
Contacto y Comunidad
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Ciudadanía: Perú
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