Resumen Psicoanálisis de Escuela Francesa
Resumen Psicoanálisis de Escuela Francesa
Resumen Psicoanálisis de Escuela Francesa
Lacan lo relacionará con 3 niveles o registros; por fuera de ellos no puede pensarse nada
de la vida analítica Están siempre enlazados, anudados en un NUDO BORROMEO. El
nudo muestra la forma de subjetividad, la que anuda una 3ra. dimensión de la falta que
habita al sujeto deseante.
Nos remite al significante y sus leyes. Todos los significantes están disponibles. El
significante produce un orden y una pérdida al mismo tiempo. Es el significante el que
hace que algo falte. El inconsciente se manifiesta en acto, en el discurso.
En la medida que uno habla se producen encadenamientos simbólicos, se producen
elecciones. Freud plantea que el sujeto del deseo ICC se produce en esa sustitución, en
esa articulación entre un Significante y otro. Lo simbólico es el producto de la
discontinuidad, teniendo la falta como eje. Se manifiesta un quiebre en el discurso, una
HIANCIA, aparecen lapsus, fallidos. Allí circula algo del deseo inconsciente del sujeto.
Se produce una apertura a la producción de un saber inconsciente.
La intervención analítica se apunta en esa apertura, el saber ICC revela la posición del
sujeto, su singularidad.
Esta es la dimensión estratificada, de capas sustitutivas a producirse en un análisis, a ser
leídas y transcriptas en un proceso subjetivante.
Escritos 1:
“El estadío del Espejo como formador de la función del yo (je) tal como se nos revela
en la experiencia psicoanalítica” (1949)
La cría de hombre, desde los seis meses aun sin dominio de la marcha y de la postura en
pie, reconoce ya, con un ajetreo jubiloso, su imagen en el espejo. El otro le da una
unidad de sentido. Esto es considerado como un acto de inteligencia. Ese acto rebota
en el niño en una serie de gestos en los que experimenta una relación que va desde los
movimientos asumidos de la imagen, a la realidad que es su propio cuerpo.
Hay un recorte temporo-espacial.
Esta forma (Yo Ideal) sitúa al Yo en una línea de ficción irreductible para siempre,
porque hablamos de una forma total del cuerpo (Gestalt), la cual simboliza la
permanencia mental del yo. La forma es mas constituyente que constituida, porque el
Yo se constituye en el campo del Otro. El niño nace prematuro, donde necesita aún de
un desarrollo biológico para constituirse. La imagen de sí que logra en el estadío del
espejo le va a otorgar por primera vez la unificación de su cuerpo, lo cual va a ser
un avance para su prematuro estado biológico. Lacan dice que hay una
“prematuración específica en el nacimiento del hombre”.
Hay una discordancia primordial, entre lo que ve en el espejo, y su desarrollo biológico.
A partir del Estadio del Espejo se conforma el Yo, a partir de una imagen ilusoria
de unidad enajenante. Aquello que genera una ilusión pertenece al campo de lo
imaginario.
Hay un 1er. y 2do. tiempo que son lógicos, pero no cronológicos. En el primer
tiempo se dan la totalidad y la anticipación, anticipa un dominio a nivel de la
imagen que todavía no posee a nivel motriz. Este primer tiempo re-significa la
insuficiencia y la fragmentación. A partir de la totalidad uno da cuenta de la
En cuanto a las pulsiones hay un antes y un después del estadio del espejo. Antes
del estadio del espejo hay un dinamismo libidinal problemático, o sea, anarquía
pulsional, fragmentación. En el Estadio del Espejo se produce una identificación en
donde la imagen se integra. Esto conlleva la unificación pulsional, un ordenamiento
de las pulsiones, lo que no quiere decir que haya una sola pulsión, sino que las pulsiones
se limitan unas a otras lo que se denomina intrincación pulsional. Decir unificación de
las pulsiones, es la construcción de un cuerpo, el cual deja de ser soma biológico para
constituirse como cuerpo erógeno, el cual se da en el campo del significado.
Llamamos narcisismo primario a la carga libidinal propia de ese momento.
El movimiento trae:
En resumen:
El yo se constituye a partir de una imagen ilusoria de unidad, enajenante, imagen que no
es, completud que no tiene y que tapa el cuerpo fragmentado. (Ficción irreductible).
Antes de vincularse con el otro, se da la identificación con la propia imagen, el niño
nace prematuro, necesita de otro que lo asista a sus necesidades, que interprete lo que
necesita en esta experiencia, ve su imagen en el espejo y se produce júbilo por la
fascinación de la imagen.
La madre también afirma esta completud con la palabra.
La imagen capta una integridad que no tiene pues aun no tiene dominio de su cuerpo.
A partir de un fragmento se anticipa una totalidad que no tiene (función de
desconocimiento: se transforma en ese otro que es su imagen, desconoce el deseo ICC,
desconoce lo real). El yo se forma a partir de algo ajeno.
El estadío del espejo concluye con la formación del otro como semejante e implica que
el primer objeto para el infans es el yo, que viene desde afuera y no de sí mismo.
El yo se constituye y queda instalada una amenaza permanente a su integridad.
El estadío del espejo tiene permanencia a lo largo de la vida del sujeto. Puede durar de
manera velada, pero es nuestra esencia. No es algo que se supera en determinado
momento, es constitutivo.
El psicoanálisis puede acompañar al paciente hasta el límite extático del “tu eres eso”.
Lacan complementa lo que dijo en el Estadío del Espejo, agrega el registro simbólico e
intenta mostrar cuál es la función del otro en la adecuación de lo imaginario sobre lo
real.
El estadío del espejo no es simplemente un momento del desarrollo, cumple una función
ejemplar que nos revela la relación del sujeto con la imagen. Tiene una presentación
óptica.
La imágenes ópticas algunas son virtuales (subjetivas) y otras reales. Pero podemos
producir imágenes virtuales de objeto que son las imágenes reales. (Objeto virtual).
Para que haya óptica es preciso que a cada punta le corresponda un punto y solo uno en
otro espacio que es el espacio imaginario (sin esto no puede haber ni simbolización).
En la relación del espejo hay una proyección en función de una imagen que produce un
dominio anticipado, imaginario que provoca una enajenación en tanto se es en otra
parte. Y la introyección es simbólica en tanto se introyecta la palabra del otro.
En el estadío del espejo: la sola visión de la forma total del cuerpo humano brinda al
sujeto un dominio imaginario de su cuerpo, prematuro respecto al dominio real
(cuando se integran las funciones motoras y maduración fisiológica)
Un espejo esférico produce una imagen real, se produce en el mismo lugar y tiene el
mismo tamaño que el objeto).
Ponemos sobre una caja hueca un florero en el centro por debajo se coloca un ramillete
de flores.
El ramillete se refleja en la superficie esférica, para aparecer en el punto luminoso
simétrico, dada la propiedad de la superficie esférica, todos los rayos que emanan de un
punto dado aparecen en el mismo punto simétrico y forma una imagen real. Se vera el
ramillete imaginario en el cuello del florero
La ilusión reside en ver las flores que en verdad están ocultas por la caja en el florero.
El ramo cuando aparece en el florero es una imagen real.
Ramo invertido, se coloca en la caja el florero, entonces las flores serán reales y el
florero una imagen real luego de la ilusión.
Un espejo plano; la imagen real se constituirá como virtual y lo mismo con las flores.
Los objetos e imágenes reales frente a un espejo plano producen imágenes virtuales.
La caja representa a ustedes y el ramillete son los instintos y deseos, y los objetos de
deseo que se fasean. El ojo no se fasea esta fijado allí.
Si el espejo está inclinado, la matriz simbólica estará en clenque y la ilusión no se
producirá. La inclinación del espejo está dirigida por la voz, la palabra tiene que ver con
lo simbólico. Sin el Otro no soy nada.
Acorde a como el sujeto este posicionado va a ser el armado de su realidad. La
constitución depende de los 3 anudamiento
La imagen de la forma del otro es asumida por el sujeto. Está situada en su interior, es
gracias a esta superficie que, en la psicología humana, se introduce esa relación del
adentro con el afuera por la cual el sujeto se sabe, se conoce como cuerpo...
El hombre se aprehende como cuerpo, como forma vacía del cuerpo, en un movimiento
de báscula, de intercambio con el otro. Asimismo, aprenderá a reconocer invertido en el
otro todo lo que en él está entonces en estado de puro deseo, deseo originario,
inconstituido y confuso, deseo que se expresa en el quejido del niño. Aprenderá, pues
aún no lo ha aprendido, tan sólo cuando pongamos en juego la comunicación.
Esta anterioridad no es cronológica sino lógica, no hacemos más que deducirla
En el origen, antes del lenguaje, el deseo sólo existe en el plano único de la relación
imaginaria del estadio especular; existe proyectado, alienado en el otro.
En esta relación, el deseo del sujeto sólo puede confirmarse en una competencia, en una
rivalidad absoluta con el otro por el objeto hacia el cual tiende. Cada vez que nos
aproximamos, en un sujeto, a esta alienación primordial, se genera la agresividad más
radical: el deseo de la desaparición del otro, en tanto el otro soporta el deseo del sujeto.
realidad. El deseo viene del Otro, el Otro provoca el deseo porque viene a raíz de lo
que el Otro significa en demanda.
La necesidad sí o sí tiene que tramitarse por medio del lenguaje. La madre responde con
significantes.
Lo que Lacan llama “demanda”, está dentro del campo de lo simbólico y es lo que
articula a la necesidad y al Deseo.
La demanda es función de la palabra y el lenguaje.
Entonces, es el Otro quien responde a ese llamado e ingresa al infans al universo de
significantes.
La madre es un semejante que ocupa el lugar del Otro. Quien encarna ese Otro está
barrado, atravesado por una falta, y eso mismo hace que le pueda dar un lugar en su
vida. A su vez, el sujeto, por estar sujetado a la lectura del Otro, es también un sujeto
barrado.
El don es solicitado en la demanda, en el llamado. No importa cual es el objeto en sí
(teta – chupete, etc), sino que vale porque responde a su pedido. El Otro vale porque
puede dar eso y a la vez privarlo. El infans queda sometido a la omnipotencia del
Otro, depende de que el Otro acuda a su llamado o no. El sujeto quiere que el Otro lo
quiera, quiere ocupar un lugar en el campo del Otro. Entonces no se trata de otorgar
un objeto, sino de la presencia de un ser.
Entre sujeto y Objeto va a ser necesaria la función de Otro.
En este encuentro con el Otro, la demanda no cubre todo lo que el Yo necesita. Hay un
resto que no puede ser tramitado por la demanda. Este resto retorna más allá de la
demanda, es el deseo, lo que no puede ser dicho, lo que queda entre la necesidad y la
demanda. Este resto es lo que Lacan denomina objeto ¨a¨, condición absoluta de deseo,
lo reprimido primordial.
La necesidad queda absolutamente trastocada en el hombre.
El deseo está estructurado en la falta, de una manera particular en cada sujeto.
El falo es la razón del deseo, representa la falta en el sujeto.
Una de las dimensiones del significante es poder anularse a sí mismo. Ej. Barra. Lo
que se manifiesta en el falo, es lo que de la vida se manifiesta como empuje: pulsión.
Es todo lo que se presenta como connotación de una ausencia. El falo se haya
recubierto siempre por la castración, la barra, sobre un lugar en otro como un gran Otro
por el cual la castración se introduce. La primera persona que es castrada es la
madre, y los destinos de la nena y el nene son distintos.
El falo es un significante que sostiene el vacío que arma la estructura que otorga
valor de significante. Es un significante único y su virtud es otorgar significación
al resto del universo de los significantes.
Lacan decía que los hecho clínicos demuestran una relación del sujeto con el falo que se
establece independientemente de la diferencia anatómica de los sexos.
Habla de la noción de “significante” en cuanto se opone a la de “significado” en el
análisis lingüístico moderno.
El significante tiene función activa en la determinación de los efectos en que lo
significable aparece como sufriendo su marca, convirtiéndose por medio de esa pasión
en el significado.
Esta pasión del significante se convierte entonces en una dimensión nueva de la
condición humana, en cuanto que no es únicamente el hombre quien habla, sino que
en el hombre y por el hombre “ello” habla, y su naturaleza resulta tejida por efectos
donde se encuentra la estructura del lenguaje del cual él se convierte en la materia, y por
eso resuena en él, la relación de la palabra.
“Ello” habla en el Otro, decimos, designando por el Otro el lugar mismo que ello evoca
el recurso a la palabra en toda relación en la que interviene. Si “ello” habla en el Otro,
es que es allí donde el sujeto encuentra su lugar significante.
Somos hablados por Otro.
Hay una desviación de las necesidades del hombre por el hecho de que habla, en el
sentido de que en la medida que sus necesidades están sujetas a la demanda, retornan a
él enajenadas. Esto es el efecto de que su mensaje es emitido desde el lugar del Otro.
Lo que se encuentra así enajenado en las necesidades constituye una Urverdrängung por
no poder, por hipótesis, articularse en la demanda pero que aparece en un retoño, que es
lo que se presenta en el hombre como el deseo (das Begehren). Lacan diferencia el
deseo de la necesidad atribuyéndole el carácter paradójico, desviado, errático,
excentrado, incluso escandaloso, por el cual se distingue de la necesidad.
La demanda manifiesta la relación primordial con las necesidades. La misma, no se
refiere a las satisfacciones que reclama, sino que, la demanda es demanda de una
presencia o de una ausencia. Cosa que manifiesta la relación primordial con la
madre; por estar preñada de ese Otro que ha de situarse más acá de las
necesidades que puede colmar. Lo constituye ya como provisto del "privilegio" de
satisfacer las necesidades, es decir del poder de privarlas de lo único con que se
satisfacen. Ese privilegio del Otro dibuja así la forma radical del don de lo que no
tiene, o sea lo que se llama su amor. Por el sólo hecho de que responde a esa
carencia, algo del amor se pone en juego.
A lo incondicionado de la demanda, el deseo sustituye la condición "absoluta": esa
condición desanuda en efecto lo que la prueba de amor tiene de rebelde a la
satisfacción de una necesidad. Así, el deseo no es ni el apetito de la satisfacción, ni la
demanda de amor, sino la diferencia que resulta de la sustracción del primero a la
segunda, el fenómeno mismo de su escisión (Spaltung).
SEGUNDO PARCIAL.
F (S…S’) S = S (-) S
F S = S (+) S
Lacan ubica la apertura y cierre del icc como una DOBLE HIANCIA,
como una apertura fugaz, como un relámpago.
Por un lado causa y por el otro efecto no realizado. En el medio algo se
produce.
Ej.: El olvido del nombre propio “Signorelli”. Freud, está hablando de viajes
con un desconocido y en su discurso interrumpe la discontinuidad, “frescos
en la Catedral de Orvieto pintado por…….” Se borra el significante y
aparecen otros (Boticelli, etc.).
Extraña temporalidad: tropiezo, falla, así nos habla el ICC y Freud busca
el ICC, que pide su realización.
metonímico, de querer decir otra cosa que aquello que se está diciendo,
que lleva a los caminos de la sexualidad y muerte, tope, donde se
relanza un nuevo curso deseante, MOMENTO DE CONCLUIR punto
de viraje.
Legalidad:
Sustitución, para Freud Represión.
Sustitución para Lacan Estructural. Sustitución propia que
caracteriza al significante.
Efecto Sorpresa.
Deseo.
Discontinuidad que produce disrupción.
Imaginario SER
DM = NP (A)
X φ
Positivo
+
SER
M
SER
Imaginario 1er Tiempo
2do Tiempo
Simbólico
N P
NP . DM c
DM Obj. De deseo
x
(niño)
NP
DM
Negativo
NO SER
-
Al mismo tiempo que priva al niño, el padre le dice al niño que las
demás mujeres sí podrán ser para él. Si el padre dice todo el
Agente: Padre Real. Padre potente que articula la función del don.
Intervención que opera: Castración. El padre real opera la
castración en lo simbólico.
Sobre qué objetos: Imaginario.
Relación al deseo: Deseo como deseo del Otro.
Relación al falo: Tenerlo o no tenerlo. Ya no es todo el cuerpo, si no
una parte que puede perderse.
Vemos que las vías de lo que hay que hacer, tanto como hombre o como
mujer, pertenecen enteramente a la trama que se sitúa en el campo del
Otro. El Edipo es propiamente eso, el ser humano tiene que aprender del
otro qué hacer, ya sea como hombre o como mujer.
El padre pasa, en este tercer tiempo, a cubrir el lugar de la falta, del falo,
en la madre.
M
SER
Imaginario
Simbólico
TENER
N P
esta manera hay goce del lado de la madre. En cambio para Freud, el goce
iba por el lado del hombre. Tenemos como referencia “Tótem y Tabú”).
La barra del algoritmo es lo que rompe la unidad del signo dando
como resultado que haya un resto que escape a la significación.
El falo se define a partir de la falta, por eso es esencialmente de la madre.
Denuncia una falta que anuncia al SER. Va a ser el significante que indica al
SER. Va a orientar para el sujeto aquello que es el Deseo del Otro.
NP (A)
φ
Positivo
TENER
+
Dificultad
Goce
Inhibición:
Es algo que se encuentra en la dimensión del movimiento y se refiere a la
detención del movimiento. Es un síntoma puesto en el museo, como
que no se mueve y está detenido. La inhibición viene planteada por
Freud como una restricción a una función del yo, una limitación
funcional del yo en términos de deseo. Ej.: función sexual, la
alimentación, la locomoción y el trabajo profesional. Acá hay un deseo que
no está circulando. El analista debe provocar el movimiento, debe provocar
en lo diacrónico y que idealmente aparezca un síntoma. La inhibición
comúnmente se pone en acto en la dificultad para hablar, aquí el analista
deberá hablar mas. La inhibición puede no ser vivida como un
padecimiento. Es el punto mas lejano de la angustia. Ejemplo: paciente
“Todos me dicen que no puede ser que no me interesen las mujeres”. Está
puesto en el otro, no hay pregunta subjetiva.
Síntoma:
Lacan lo define como el “Indicio y sustituto descentrado de una
satisfacción pulsional”.
Destaca su carácter compulsivo, su condición de resultado del proceso
represivo, como amarre, anudamiento de la angustia.
Síntoma como formación sustitutiva que liga la angustia como angustia de
castración.
Algo empieza a circular, en ese “museo”, cuando el paciente comienza a
preguntarse y a analizarse.
Impedimento:
Es una trampa narcisista, se ha dejado tomar por su propia imagen,
imagen especular. No todo impedimento llega a ser síntoma. Es el primer
punto de dificultad, de freno del deseo. El deseo propio queda
entrampado en el sostenimiento de la imagen especular. Ej. No decir
lo que uno piensa por miedo al error, se detiene el impulso deseante. Se
preserva la barra
El acceso al goce sexual se vera afectada: impotencia sexual, eyaculación
precoz, etc.
Hay un mínimo movimiento y la dificultad es un grado menor al de la
inhibición.
Embarazo:
Se presenta como una forma ligera de angustia.
Emoción:
Refiere al movimiento. Alude a la reacción catastrófica, crisis histérica o a
la cólera que es como un revuelo. La crisis es como algo temporario, un
estado que se da hasta que determinadas coordenadas se restablecen.
Turbación:
Forma ligera de angustia, hasta que se vuelva a ubicar una nueva
referencia.
El Otro está demasiado barrado, está como ausente y desfallece.
Cae el analista, se llama al Otro y éste no responde.
No tiene que ver con la emoción, es la caída de la potencia. Es hacer
perder el poder, la fuerza, agitación, desmayo, descontrol. Pérdida
repentina de la relación con el significante del poder. Significante en
menos.
Ej.1: agitación en masa ante la pérdida del líder.
Ej. 2: Si actuar en el Teatro Colón por primera vez pone al sujeto ante el
riesgo del embarazo; que el Teatro Colón no exista mas, para quien tenga
jugada su vida en esa expectativa produce un efecto de desmayo, de caída.
Nota:
Inhibición y síntoma resguardan al sujeto de la angustia, lo alejan. Pero
igualmente no se puede hacer nada por la angustia desde la posición de
ellos. Pueden igualmente provocarle displacer.
Turbación y embarazo quedan situados en la vacilación de la posición del
sujeto en el fantasma, como desestabilización del fantasma. No hay forma
de correrse de la escena, el sujeto queda expuesto.
Acting-out:
Se da siempre en una escena que se sostiene en el tiempo (no se corta
abruptamente). Es una trasferencia sin análisis, es una ligazón al Otro sin
que medie la palabra.
El Otro no aparece totalizado, sino barrado, desfalleciente para
interpretar. El Otro no entiende. El esfuerzo del sujeto está en sostener la
escena para mostrarle al Otro el señuelo del deseo, lo indica, señala al
deseo con actos. Muestra el deseo al Otro pero no es un mostrar
consciente. Es un llamado a la interpretación, un llamado al gran
Otro.
Tiene cierto parecido a la compulsión a la repetición, algo que no puede
ponerse en palabras, vuelve en actos aunque el sujeto no lo sepa. Se
arma la escena para que el Otro la capte.
Pasaje al acto:
Angustia:
Aquí se presenta mayor movimiento del deseo y mayor dificultad. (En
tanto y en cuanto en esa realización del deseo va a haber un mayo
compromiso subjetivo).
La angustia convoca al sujeto a preguntarse más. Está entre el deseo y
el goce. Esta bisagra permite recuperar el goce.
La angustia está regida a partir de la falta en el Otro y por ella
queda constituido el objeto a.
La angustia se enlaza a significantes cuando se pierde uno, como en el
síntoma, turbación, etc., aparece la angustia.
Goce:
Es el momento mítico en la relación entre el niño y el Otro, ambos
estarían sin barrar y hay un goce absoluto. Es lo perdido
originariamente y se quiere volver a ello. La función de este goce es
que se desea. Cuando el Otro está barrado, el deseo tiene lugar en la
estructura. La falta no le deja espacio al goce porque el goce es lo
completo. Se trata de recuperar el objeto a (testimonio de la pérdida del
goce), es decir, intento de recuperar aquella instancia mítica. Para
recuperar el goce hay que atravesar la angustia.
El Objeto “a”:
Lacan introduce el objeto a como concepto.
El objeto a viene a ser un resto, algo que excede a la relación entre
el gran otro y el sujeto. Viene a ser un residuo, resto, algo irreducible
que no puede seguir dividiéndose. Arroja como resultado al Otro barrado y
al sujeto barrado.
El objeto a en este caso es real, no es imaginario.
El objeto a en tanto perdido, causa el permanente intento de recupero de
parte del otro y del sujeto. Es marca del deseo, lo indecible.
La introducción del objeto a viene a positivizar el lugar y concepto
de la falta. Hasta ahora la falta se definía por lo que no hay. Ahora se la
define por el objeto a.
El deseo va en busca del goce perdido. Cuanto mas proximidad
alcanza mayor angustia siente.
La angustia es un punto vital en psicoanálisis. El verdadero psicoanálisis
enfrenta al sujeto a la angustia de castración.
En el concepto de angustia convergen todos los seminarios. La angustia
no debe considerarse solo del lado del paciente sino también del
lado del analizante (no sabe que clase de objeto es frente al otro).
La angustia se presenta como aquello que no engaña, que no miente. No se
duda sobre la angustia sino que se siente con certeza.
Es una consecuencia lógica en la relación analizado y analizante. La
angustia se presenta en toda relación existencial con el Otro, siempre que
represente un misterio algo del deseo del Otro. ¿qué soy para el Otro? Es
esta incógnita que produce angustia.
Para el analista la angustia es la hoja de ruta por donde orientarse.
Esto difiere de las demás clínicas que tienden a eliminar la angustia. En la
clínica psicoanalítica lejos de ser eliminable se debe transitarla porque
conduce allí donde está el deseo del sujeto. La angustia nos muestra en
qué dirección va el sujeto.
La angustia se presentifica como algo que nos conduce a un vacío
existencial: a volver a ser la nada que fuimos antes de nacer.
Define la angustia como un afecto que se siente en el cuerpo y que
no engaña. Un afecto desarmado de todo significante.
La angustia aparece donde el fantasma no puede dar cuenta del deseo del
Otro.
Menciones importantes respecto de la angustia:
Fantasma:
Seminario 15: Lacan hace referencia al sujeto como un sujeto que pasa al
acto, que actúa. Se busca romper con la fijeza. Hay que hacer que el
fantasma sea mas lábil. No hay que extraerlo porque lo que
construyó es lo que le permite atravesar la realidad.
El sujeto viene marcado por el Otro en tanto hay una construcción
activa. Somos dependientes pero no tan inermes. Hay una necesidad del
Otro para la construcción subjetiva pero con cierta actividad en el recorrido.
Hay cierta responsabilidad del sujeto en su posición (es la cara curable del
síntoma).
Seminario 11, clase 17: A través de la obra de René Magritte “La condición
humana”, Lacan propone que esta es la forma en la que el sujeto piensa y
conforma la realidad, la forma en la que se dibuja al mundo. Construimos
una escena del mundo que nos permite vivir y opera para hacer habitable
un lugar. Entonces, el fantasma es la construcción que se hace en
relación a eso del orden de lo real; y para que ello entre en la
estructura, el fantasma hará de filtro.
El sujeto se pregunta qué es lo que le está pidiendo el Otro, qué es
lo que desea el Otro. Es un enigma, la pregunta es aplastante y
genera angustia. El fantasma opera como respuesta posible,
inventada por el sujeto.
Esto es lo que termina siendo el motor del deseo, y protege al sujeto
de la angustia poniéndose a distancia de ella.
El fantasma es un procesador de una respuesta que alivia y evita
que nos confrontemos con esa falta en el Otro.
El fantasma se construye con restos y es una construcción tanto
simbólica como imaginaria.
En la imagen tiene continuidad con lo real que viene de afuera y el
entramado es simbólico. Vela la castración del Otro y lo completa, da
consistencia al sujeto.
El fantasma va a determinar la posición del sujeto en el
inconsciente.
El fantasma se sostiene en los significantes que marcan al sujeto.
1) “Pegar” activo.
2) “Hacerse pegar” soy pegado por mi padre.
3) “Ser pegado” pasivamente (pegan a un niño).
Elementos de la Pulsión:
1) Empuje o Drang:
Es la tendencia constante a la descarga pero no es la descarga en sí misma.
Es algo que fuerza al sujeto a trabajar permanentemente. No procede por
ritmos sino que es constante y ello hace que la pulsión no pueda
subordinarse a lo biológico.
2) Objeto:
Nunca el objeto va a estar a la altura de lo esperado. Es necesario pero
contingente en la medida de que puede ser cualquier objeto que puede
estar velando el verdadero objeto perdido en tanto objeto a. Ese objeto está
obturando una falta un vacío. La pérdida está en el encuentro con el Otro.
Las respuestas no lo colman, ahí aparece el objeto como pérdida. Punto de
3) Meta:
La meta o fin es un imposible estructural. La meta conlleva a la satisfacción.
Lo que se encuentra nunca es lo buscado. Los síntomas dependen de la
satisfacción, satisfacen algo que para el sujeto le es ajeno.
La pulsion lo posee al sujeto, hay algo que empuja, que retorna mas allá del
sujeto.
¿Cuál es el fin de una pulsión parcial?
La satisfacción. Pero que no es en el objeto sino en el trayecto. Esta es una
paradoja que Lacan explica con dos referencias en ingles: aim y goal.
Aim: es el trayecto de retorno a la fuente. Pedirle a alguien que busque
algo indicándole por donde. El camino que debe recorrerse. Hay algo que se
contenta, algo se satisface en el trayecto.
Goal: es el acierto, no es el fin en sí mismo sino el haber acertado.
Salir del interior de la fuente, rozar la zona erógena, realizar el trayecto,
contornear el objeto a y encontrar el camino de retorno a la fuente que es
la zona erógena.
Camino de bucle alrededor del objeto a, que hace retornar a la zona.
Cuando se fija en el sujeto se habla de forma particular de goce.
4) Fuente:
La fuente siempre tiene estructura de borde. Son las demandas del Otro
que van a erogenizar estas zonas (boca, ano, orejas, ojo). Es el Otro quien
los significa. La fuente se activa a partir de las demandas del Otro. Por
ejemplo: comé. Es lo que diferencia al deseo de la pulsión.
Destinos de la pulsión:
Toma los mismos 4 que toma Freud:
- Represión
- Trastorno hacia lo contrario
- Vuelta hacia la persona propia
- Sublimación.
Pero para Lacan queda abierta la pregunta de si la sublimación es o no un
destino de pulsión. En la sublimación la meta está inhibida en su fin.
Sublimación se define como diferente de síntoma.
El síntoma psicoanalizable, ya sea normal o patológico, está sostenido por
una estructura idéntica a la del lenguaje. Algo del orden del Deseo que
habita al sujeto puede leerse, va por la vía del significante, de la palabra.
En el seminario 20 dice que es una formación particular del inconsciente,
analizable, condición constituyente.
El síntoma tiene una función defensiva. Es una forma de ligar la
angustia. Es molestia y solución, vehículo de goce, le aporta cierto
camino de situación gozosa. El síntoma como solución hay que
quitarlo, nos confronta con lo incurable. El sujeto va a tener que
hacer algo creativo.
Si el sujeto se identifica con esa modalidad de gozar, puede producir con
esa modalidad. Por ej.: paciente “Miranda” que se dedica a estudiar diseño
gráfico. No se puede modificar su modalidad de goce, pero puede
encarrilarse vía sublimación.
Lacan habla de síntoma y sinthome:
Características de la pulsión:
- Las pulsiones son parciales, ya que se satisfacen autoeróticamente.
- No hay relación sexual, sino que se toma al otro como instrumento
autoerótico, se satisfacen las pulsiones parciales de cada quien quiere.
- El amor (orden de lo imaginario) viene a velar esto autoerótico, a velar lo
real de la sexualidad. La transferencia es una puesta en acto de la
realidad del inconsciente en tanto que es sexualidad.
- Dimensión activa de la pulsión: nos transita, nos mueve. Hay un
contorneo pasando por el campo del Otro, bordes intervenidos por el Otro.
En resumen:
- Ambos se constituyen a partir del encuentro con el Otro.
- Deseo: proviene del orden de lo simbólico. No participa el cuerpo.
- Pulsión: proviene del orden de lo real. Participa el cuerpo. Aparecen y
desaparecen. No hay correlato biológico, es decir, el paso de una etapa a la
otra está determinado por la Demanda del Otro. Sujeto acéfalo de la
pulsión.
Unidad 6: “Causación del sujeto”
Alienación
Separación
Alienación:
SER SENTIDO
El $ es el producto
de la captura del
Ser en el Sentido
del Otro.
Lacan ejemplifica esto con la situación de “la bolsa o la vida”. Uno puede
elegir una u otra, pero nunca ambas; si se elige la vida, se perderá la bolsa
y se tendrá así una vida sin la bolsa, una vida cercenada de algo de lo que
antes le perteneció; si se elige la bolsa –por el contrario- se perderá la vida
y también la bolsa. También es ejemplo del Vel alienante la situación
planteada por Hegel en la dialéctica del amo y el esclavo “la libertad o la
vida”. La elección forzada implica una pérdida constitutiva de
aquello que se ubica en la intersección; lo que se pierde es el objeto
a. Esta falta es la que permitirá la circulación del propio deseo (en
función al deseo del Otro).
En la intersección del Sujeto y el A/, del Ser y el Sentido estará el
Sinsentido (lo que se resta del sentido), el objeto a, el $ y
finalmente el Icc. Por ello el $ no tendrá relación plena ni con el Ser
ni con el Sentido. Para Lacan, el $ se localiza en la hiancia, no hay
significante que lo represente plenamente, pues allí opera la falta. En la
alienación aún no hay hiancia; hay una pérdida de un ser viviente que se
pone en relación a un Otro primordial, tesoro de los significantes. No hay
alienación a un solo significante, se requieren al menos dos para
que haya $, pues el $ es lo que representa un significante para otro
significante (un significante es lo que representa al sujeto para otro
significante):
S1 S2
$
La falta del Otro es el significante ante el cual todos los demás significantes
representan al $.
El significante que ordena al resto, que organiza la cadena, es el significante
Nombre del Padre, Falo, que es el único que no tiene par opositor y es el
significante que nombra a todos. Es el significante rector del aparato y que
permite que todas las cadenas significantes se generen. El falo se inscribe
(en neurosis y en perversión –aunque con fallas en este último caso-) o no
se inscribe (en psicosis); no existe inscripción parcial del Falo.
Separación:
Hay una superposición de faltas, una falta recubre la otra falta; señala,
descubre una falta y la completa; se ubica la localización de la falta en
el campo del Otro y al mismo tiempo se constituye como aquello que
hace falta en el campo del Otro. Es la localización más radical de la
pérdida y de la falta; él mismo puede perderse. Será el fantasma lo
que dará sentido a esta situación. La separación se ubica en la hiancia.
Es en la separación que empieza a perfilarse el encuentro con lo enigmático
del campo del Otro, “¿Qué me quiere?”.
La Separación no anula la Alienación, la suma de ambas operaciones da
cero, pero una no es la contraria de la otra. La separación es apoyarse
en lo que se inscribe en la Alienación como falta, como pérdida.
VEL DE SEPARACIÓN
SIN
SER SENTIDO
SEN
TI
$ A/
DO
VEL DE ALIENACIÓN
la pregunta sobre la causa del deseo del Otro, ¿qué quiere el Otro? que es
causa del objeto a.
La Alienación y Separación son operaciones pendientes para el $, siempre.
Son operaciones de causación que señalan el pasaje por sucesivos caminos
en el recorrido del análisis; sobre lo que trabaja el sujeto es sobre aquello
que lo deja alienado en el campo del Otro y el trabajo es en relación a la
Separación. Ahí donde se pone en relación a la falta, forma otra posición
subjetiva.
Afanisis:
Con respecto al Deseo del Otro señalará que la mirada y la voz son
soportes del deseo del Otro.
Lacan en la constitución del deseo va a distinguir el registro oral, el anal, el
fálico, el escópico (el que corresponde a la mirada) y el invocante (el que
corresponde a la voz). Los objetos correspondientes serían el seno, el
excremento, el falo (el falo en tanto no está, en tanto ha operado la
castración, es decir, como significante de la inexistencia), la mirada y la
voz.
Mirada y voz conciernen a una parte del cuerpo pero no valen por su
función biológica.
Cada uno de estos objetos, en su nivel funciona como causa del deseo.