Fiebre Tifoidea
Fiebre Tifoidea
Fiebre Tifoidea
La fiebre tifoidea es una enfermedad infecciosa sistémica que se caracteriza por que el
paciente presenta fiebre elevada y síntomas abdominales causados por la infección de
la bacteria Salmonella typhi. “Puede afectar a cualquier persona que no esté
inmunizada frente a la infección”, explica a CuídatePlus José María Marimón,
microbiólogo y miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de
Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc), quien señala que la fiebre
paratifoidea es similar a la tifoidea pero, en general, tiene un curso más benigno y está
causada por la infección de la bacteria Salmonella paratyphi.
También puede ser transmitido por portadores que no saben que portan la bacteria.
Los síntomas son una fiebre elevada, postración, dolor abdominal y un exantema de
color rosado. El diagnóstico es clínico y se confirma con el cultivo. El tratamiento se
lleva a cabo con ceftriaxona, ciprofloxacina o azitromicina. En los Estados Unidos, la
fiebre tifoidea es infrecuente y ocurre en especial entre viajeros que regresan de zonas
endémicas. En todo el mundo, ocurren alrededor de 21 millones de casos cada año.
Las bebidas y los alimentos que con más frecuencia pueden estar contaminados por la
bacteria son la leche, el queso, los helados y otros derivados lácteos, los mariscos que
crecen en lugares cercanos a puntos de eliminación de las aguas residuales, las
verduras regadas con aguas fecales, los huevos, algunas carnes y el agua.
El contagio directo entre el enfermo y las personas de su entorno es posible, pero no
frecuente. Las moscas también pueden actuar como transmisoras.
El periodo de incubación depende del tamaño del inoculo. Oscila entre los 8 y 14 días.
La transmisión se mantiene mientras persistan los bacilos en las heces, un 10% de los
pacientes con fiebre tifoidea no tratada excretarán bacilos durante tres meses del
inicio de los síntomas y el 2-5% se harán portadores crónicos. La susceptibilidad es
general y aumenta en personas con aclorhídrica gástrica.
Salmonella Typhi:
• Flagelos peritricos.
Fisiopatología:
Transmisión
-Transmisión fecal-oral
Dosis infecciosa (se requiere un alto inóculo para sobrevivir exposición a los ácidos
gástricos)
-Las bacterias se adhieren e invaden las células M intestinales de las placas de Peyer.
-Tras la invasión, las bacterias se replican en los macrófagos de las placas de Peyer, los
ganglios linfáticos mesentéricos y el bazo. Esto provoca una reacción inflamatoria con
hipertrofia de las placas de Peyer y reclutamiento de células mononucleares y
linfocitos.
• Escalofríos
• Estreñimiento o diarrea
• Dolor de cabeza
• Dolor de estómago
• La temperatura sube durante 2-3 días y permanece alta durante otros 10-14 días,
acompañada por bradicardia y postración.
S. Typhi solo vive en el ser humano. Las personas con fiebre tifoidea llevan la bacteria
en la sangre y los intestinos. Los síntomas de la enfermedad son: fiebre alta
prolongada, cansancio, cefaleas, náuseas, dolor abdominal y estreñimiento o diarrea, y
algunos pacientes presentan erupciones cutáneas. En los casos graves, la enfermedad
se puede complicar seriamente y causar la muerte. La fiebre tifoidea puede
confirmarse mediante análisis de sangre.
Enfermedad temprana
-Fiebre que comienza baja, va aumentando durante el día y puede llegar a los 104
grados Fahrenheit (40 grados Celsius).
-Escalofríos.
-Dolor de cabeza.
-Debilidad y fatiga.
-Dolores musculares.
-Dolor estomacal.
-Diarrea o estreñimiento.
-Sarpullido.
-Las personas también pueden tener tos, pérdida del apetito y sudoración.
Enfermedad posterior
Algunas semanas después del comienzo de los síntomas, la enfermedad puede causar
problemas en los intestinos. Los problemas pueden ser estos:
-Dolor estomacal
-Una infección llamada septicemia, causada por una bacteria intestinal que se disemina
por todo el cuerpo
-Confundirse.
En algunas personas, los síntomas pueden volver a aparecer hasta algunas semanas
después de que la fiebre haya desaparecido.
Portadores de tifoidea. Incluso después del tratamiento con antibióticos, una pequeña
cantidad de personas que se recuperan de la fiebre tifoidea aún tienen bacterias
viviendo en su organismo. A estas personas se las conoce como portadoras crónicas y
ya no presentan síntomas de la enfermedad. Sin embargo, aún siguen excretando la
bacteria por las heces y pueden diseminarla.
Los síntomas de la fiebre tifoidea pueden oscilar desde manifestaciones leves hasta
síntomas muy graves que, incluso, pueden causar la muerte. “Inicialmente hay un
periodo de incubación de entre una y seis semanas, normalmente 1 ó 2 semanas,
tiempo que varía en función de las personas y la cantidad de bacterias”, explica el
microbiólogo José María Marimón. De la Calle coincide en señalar que "no son
síntomas muy específicos".
Los datos epidemiológicos indican que los portadores de este patógeno tienen más
probabilidades que la población general de desarrollar un cáncer hepatobiliar.
El especialista del Hospital Carlos III añade que, coincidiendo con los picos de fiebre,
son "muy frecuentes los temblores o escalofríos".
Si existen otros factores de riesgo (e.g., un viaje reciente a una zona de alto riesgo), el
diagnóstico clínico es posible basándose en:
-Síntomas gastrointestinales
Dolor abdominal
Diarrea
Estreñimiento
Tratamiento: La fiebre tifoidea se puede tratar con antibióticos. Sin embargo, las
bacterias causantes han desarrollado resistencias y es probable que en la mayoría de
regiones afectadas se requieran antibióticos más caros y difíciles de conseguir.
Las personas en tratamiento contra la fiebre tifoidea deben tomar estas medidas:
-lavarse las manos con agua y jabón después de hacer sus necesidades y no preparar ni
servir alimentos a otras personas, con lo que se reduce la probabilidad de transmisión
a terceros; y
-Pedirle a su médico que les haga pruebas para comprobar que ya no son portadores
de S. Typhi.
Durante la terapia es necesario que la persona se alimente con frecuencia debido a las
hemorragias intestinales u otras alteraciones del tracto digestivo. En ciertos casos debe
administrarse alimentación por vía intravenosa hasta que el paciente pueda digerir los
alimentos.
Prevención: El agua potable debe ser purificada y las aguas servidas deben eliminarse
de forma eficaz.
Los viajeros a zonas endémicas deben evitar la ingestión de vegetales de hoja crudos,
alimentos almacenados o servidos a temperatura ambiente y aguas no potabilizadas
(incluidos en cubos de hielo). Si no se sabe si el agua que va a consumirse es segura,
hay que hervirla o clorarla.
Desde hace muchos años se vienen administrando otras dos vacunas antitifoideas a los
niños mayores y los adultos con corren riesgo de contraer la enfermedad, incluidos los
que van a viajar. Estas vacunas, cuyo uso no se ha autorizado para los niños de menos
de dos años, no proporcionan una inmunidad duradera, por lo que deben
administrarse dosis de refuerzo:
-Una vacuna inyectable que contiene el antígeno purificado, para los niños de dos años
o para los niños y adultos de más edad; y
-Una vacuna en cápsulas orales con bacterias vivas atenuadas a partir de los 6 años de
edad.
La OMS precalificó en diciembre de 2017 dos vacunas antitifoideas conjugadas que se
están introduciendo en los programas de inmunización infantil de los países donde la
enfermedades es endémica.
Todos los viajeros a zonas endémicas corren el riesgo de contraer la fiebre tifoidea,
aunque dicho riesgo es generalmente bajo en los centros turísticos y de negocios con
una buena calidad de alojamiento, saneamiento e higiene de los alimentos. Se debe
proponer la vacunación a las personas que viajen a destinos donde el riesgo de fiebre
tifoidea sea alto.
-Asegurarse de que la comida está bien cocinada y sigue estando caliente cuando se
sirve.
-No tomar leche sin hervir ni productos que la contengan. Solo hay que consumir leche
pasteurizada o hervida.
-Lavarse las manos bien y frecuentemente con agua y jabón, sobre todo después del
contacto con mascotas o animales de granja y tras ir al baño.
-Lavar bien las frutas y hortalizas y, a ser posible, pelarlas, sobre todo si se van a comer
crudas.
Hay dos vacunas disponibles para quienes viajen a zonas de alto riesgo:
Vacuna oral de patógenos vivos atenuados: debe tener > 6 años de edad
-La higiene de las manos y la seguridad del agua y los alimentos también son
fundamentales.
-Toda persona infectada debe evitar preparar alimentos para los demás.
-Hemorragia digestiva
-Perforación ileal
-Pericarditis
-Abscesos viscerales
-Osteomielitis
-Sepsis