Contestacion Del Teniente General Don Pablo Morillo, Conde de Cartagena, (Et) C

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CONTESTACION 2 .

del Teniente General


DON PABLO MORILLO,

Conde de Cartagena, ga.


AL DICTAMEN QUE SOBRE SU CONDUCTA

milltar
en los primeros dias de Julio,

ha presentado a las actuales Cortes estraor.


dinarias la mayoria de la comision
de medidas

MADRID:

Imprenta que fué'de Garcia.


Por su Regente D. Manuel Pita de la Vega.
823.
:
Cuando yo creí haber tenido la fortuna de contraer
un nuevo mérito en servicio de mi patria con la con
ducta que observé como comandante general de éste
distrito en los prineros dias de Julio ultimo; me he
visto por esa conducta misma altamente zaherido y a
cusado por la mayoría de una comision de las actuales
Córtes estraordinarias. No lo estraño : y esto por mu
chas razones que no es del caso ni de las circunstan
cias enumerar. Mas hay una , que sin menoscabo de la
atencion que se merecen los cinco Señores diputados
que componen aquella mayoría se puede esponer , y es
que las profesiones á que se han dedicado no son las
mas apropósito para que se hallen en estado de fallar
con tino y fundamento sobre el acierto ó el error de
acciones inilitares ( 1 ). El funesto cuanto necesario ar
te de la guerra no se aprende en Vinio : se aprende,
como he procurado yo hacerlo aunque no lo haya lo
grado , con muy largos años en el campo , entre las
bayonetas y las balas , entre todo género de penalida
des y privaciones , y con mucha sangre vertida , agena
y propia. Por esto no ha podido sorprenderme el dic
támen de la mayoria ; el cual prueba irrefragablemente
que no siempre un rapto de patriotismo es la voz de la
razon, el producto del saber, ni la sentencia de la justicia.
Como yo me he propuesto vindicar mi honor, des
garrado en el dictáinen , con el mismo denuedo у la
misma impavidez con que he batido y arrollado siem
( 1 ) Plutarco en la vida de Anibal refiere una anecdota de ese
ilustre capitan y el filósofo Formion , que pudiera citarse para de
mostrar que, sean los que quieran los talentos y la instruccion de
que uno esté dotado , siempre le sera peligroso hablar con magis
terio en materias que no conoce.
(4)
pre á los enemigos de ini patria, que es el modo con
que lo he adquirido: haré mi defensa con la energía y
la lisura de un simple militar. Contestaré uno por uno
á los cargos que me hace la mayoria de la comision ; y
despues espondré alguna reflexiones generales que acla
ren completamente este negocio.
1. No por el mio , sino por el decoro de la co
mision , me es sumamente sensible que me haga un car
go por haber adınitido el mando de los cuerpos de Guar
dias ( 1 ). ¿ Tan pronto se han olvidado los individuos
que la forman de que pocos dias antes propusieron ellos
mismos á las Cortes , y éstas resolvieron que al militar
que se negase á admitir el destino que el Gobierno le
diese se le recogerán los despachos? ( 2) Es decir, la co
mision ha manifestado que en su dictamen el solo he
cho de no admitir un militar el cargo , comision ó des
tino para que se le nombre , es un crimen ; y tal que
por él se le impone uno de los mas severos castigos que
se conocen entre los inilitares Y esa misma comision,
despues que su dictámen fué aprobado por las Cortes,
cuenta entre mis crímenes el haber admitido un inando

(1 ) Dict. pag. $ 1 . 54 , 57. En el primero de estos tres luga


res dice la mayoría de la comision que del documento núm . 64 re
sulta que yo admiti de hecho el nombramiento de coronel interino
de Guardias. Yo me he desojado para buscar donde resulta , y he
tenido la desgracia de no encontrarlo. Por lo cual ruego á los Se
ñores que lo afirman , que cuando su dictàmen se examine por las
Córtes, se sirvan determinar en qué lugar y página de ese docu
mento resulta lo que dicen . Si el haberme presentado en el campo
de Marte y tenido contestaciones con los Guardias , es , como

parece , en concepto de esos cinco Señores, haber admitido de he


cho el nombramlento de coronel ; probará esto cuán á ciegas pro
ceden y cuàn sin razon hablan : porque cuando aquellas ocurren
cias , ni estaba yo nombrado , ni al Gobierno le habia ocurrido
nombrarme. Esto se verificó precisamente despues , y á consecu
encia de tales sucesos. Asi que mal puede resultar que por mi pre
sentacion à los Guardias admitiese de hecho ni de derecho un
mando que ni se me habia conferido ni se habia pensado confe
rirme.
(2) Decreto de las Cortes de 1.º de Noviembre de 822 , art . 6.
( 3)
que el Gobierno me confió, y en circunstancias críticas.
Segun aquel dictámen , y segun el decreto que se dió à
su consecuencia , el adinitir tales mandos es en todo
militar una obligacion , cumpliendo la cual se hace lo
que se debe y aun se contráe un mérito : y segun el ac
tual dictamen de esa comision misma, yo tenia obliga
cion de no admitir el mando que se me diese , puesto
que el haberlo admitido se me imputa á crimen , y es
te no puede existir sin el quebrantamiento de una obli
gacion. Hay pues para mí solo una ley particular que
hasta ahora no habia llegado á mi noticia : una ley
contraria á la que rige á todos los demas. ; Triste del
pueblo en que empezaran á verse leyes semejantes ! Hay
un precepto cuya observancia en todos es un deber y
una virtud : y hay un solo ciudadano á quien por ha
ber cumplido ese precepto se trata de criminal.
Hago á la mayoria de la cornision la justicia de
creer que solo el tratar de asuntos que deben serle des
conocidos la puede haber hecho incurrir en tal absurdo
y contradiccion : y que solo eso le puede tambien haber
ocultado otro , mayor todavia si cabe, que se deduce del
cargo á que voy satisfaciendo. Por él se encomia la des
obediencia y se hace de ella una virtud; pues que de la
obediencia se hace un delito. Por él de consiguiente, se
autoriza á todo militar para que desprecie y burle las
órdenes de sus superiores. Por él se establece una especie
de sancion inversa, en virtud de la cual los mandatos
del Gobierno pasan á los súbditos para que si les pare
cen bien los cumplan; y si no, no. Por él en fin se dis
loca y se destruye el órden social, y se rompen todos
los lazos que lo forman Mas no me incumbe dar á las
consecuencias de éste rarísimo cargo toda la latitud de
que son susceptibles. Yo me limito á decir que si la
doctrina en que se funda llegase á establecerse; aquel
dia mismo estaba concluido el ejército: que en él nadie
mandaria porque nadie obedeceria: y que por mas valor
individual y mas patriotismo que sus individuos tuvie
(6)
ran , llegaria á ser, con mengua nuestra, un juguete de
cualquier pequeño enemigo doméstico ó estraño. Yo no
soy capaz de cooperar directa ni indirectamente á que
se verifique tal afrenta é ignominia del nombre espanol.
Como militar sé, mejor que la comision , cuales son mis 1

deberes: y me he preciado siempre de cumplirlos. El Rey !


se dignó nombrarme coronel interino de los cuerpos de 1

Guardias; y esta orden se me comunicó firmada por el


correspondiente Secretario del Despacho, como previene
la Constitucion . ¿ Era yo el que debia calcular y apre
ciar la utilidad ó acierto de esa disposicion, y cumplirla
ó dejarla de cumplir segun mi conciencia privada, mis
intereses, ó mi capricho? ¿ Hay algun artículo de la or
denanza ó alguna ley que me diese derecho para des
obedecer ? ¿ Y lo habria permitido mi honor en un lance
de tanto apuro ? Las razones exóticas en que se funde
la mayoria de la comision son las únicas que habrian
podido autorizarme para desatender la mencionada ór
den : pero aquellas por fortuna de la Patria no son le
yes. Yo pues obedecí; porque debí hacerlo, y porque en
mis principios no cabia otra conducta.
Si me fuera lícito y decoroso, tal vez podria espre
sar algunos de los motivos por los cuales el Gobierno
creyó tomar con el insinuado nombramiento una me
dida de las mas útiles en aquellas circunstancias ; y aun
añadir que el público, inclusos en él los individuos de
la comision que ahora me acusan, juzgó lo misino. Sus
Señorias lo confirman cuando me arguyen de que nada
hice para satisfacer la espectativa universal ( 1 ). Lo que
quiere decir en castellano que todos , sin escepcion de
alguno, fundaron en mi nombramiento las esperanzas
de un resultado feliz. Mas esto no me toca. El Se
cretario del Despacho que firmó la enunciada órden,
si por ella fuese reconvenido, sabrá manifestar los fun
damentos que tubo para espedirla.

( 1 ) Dict. pág 51.


(7)
Supóngase ahora que yo elegido Coronel de Guar
dias me hubiese negado á adinitir ese nombramiento,
y que despues hubiesen sobrevenido las desgracias que
ocurrieron ú otras mayores. Apelo á la buena fé de los
señores de la comision para que digan francamente cuál
hubiera sido hoy su dictámen sobre mi conducta. Di
rian , y diria todo el mundo, que fui un militar insu
bordinado y desobediente ; que huí del peligro cuando
era tan grande el de la Patria : que coadyuvé al esta
do de sublevacion de aquellos cuerpos no tomando pa
ra refrenarla y estinguirla las medidas que mi nuevo
destino me proporcionara: y pues tanto deseo se ma
nifiesta de acriminarme, se hubiera dicho tambien y se
hubiera dado por cosa cierta que yo como Coronel de
Guardias pude influir de una manera poderosa en que
volviesen al orden y á su obligacion; y que si nada de
ésto se hizo , y si la Nacion sufrió tanto y estuvo es
puesta á mucho mas , se debia todo á mi desobediencia,
á mi cobardía, á mi defeccion y acaso á que estaba
mas o menos iinplicado en el proyecto de los Guardias
mismos. Esto es indudablemente lo que se me hubiera
objetado; ésto , lo que se habria pintado con los mas
negros colores ; esto , lo que habria sido materia de un
cargo á que no era fácil responder. Yo no creo que
los señores de la comision nieguen que así habrian dado
su dictámen en aquel caso ; y que entonces me culpáran
por inobediente los mismos que ahora me culpan porque
obedecí .
Pero la comision dice ( 1 ) que la orden de mi nom
bramiento es contraria a la que dieron las Cortes en
14. de Abril de 1822. por la cual resolvieron que el
Gobierno suspendiera la provision de todo empleo de
la clase de gefes de la Guardia Real hasta que proce
dieran al arreglo ó reforma de aquel cuerpo (2)
En primer lugar , las Córtes no pudieron querer
( 1 ) Dict. pag. 55. num. 1. y pág. 57. núm. 4.
(2) Decretos de las Cortes, tom. 9. pag. 75.
(8 )
que ese cuerpo ni otro quedara sin cabeza; sino que
se entendiese que no se habian de dar tales destinos como
propietarios y estables, cuando se trataba de poner en
una nueva organizacion aquella fuerza. Mas entretanto,
alguno habia de mandarla ; y ese alguno habia de ser
de la confianza del Gobierno, á cuyas atribuciones cons
titucionales tocan estos nombramientos.
En segundo lugar, si hubo vicio ó infraccion en
el que se liizo de mí para Coronel interino de Guardias;
el Secretario del Despacho que firmó la orden , y no
yo , es el que debe responder ( 1 ).
En tercer lugar , la ley constitutiva del ejérci
to cap. 1. art. 7. designa los casos en que por el si
guiente art. 8. se previene que ningun militar obedezca
al superior: y entre aquellos no se encuentra el que es
asunto de la discusion presente (2); por manera que es
(1) Por esta razon no me estiendo en la materia . Lo haria con
gusto , y aplicaria aquí las doctrinas que vierte la comision cuan
do habla del Consejo de Estado. Segun ella , lo acaecido en Julio
fué " un caso tan estraordinario que hizo callar todas las leyes
y lo dice para salvar de cualquier reconvencion cierto paso del
Ayuntamiento; pero hoy hace que hable y grite desde aquel
tiempo, en que todas las leyes callaban , la citada orden ; y lo
hace para acusar por su olvido ó infraccion al Ministerio y á mí.
Seçun ella , se habria acabado nuestra Constitucion si el Ayunta
miento se hubiera ligado á la material espresion de la ley : y se
gun ella no podian ser responsables algunos que prescindiendo de
la ley dieron pasos que les dictó su patriotismo. En apoyo de es
tas ideas , y para inculpar al Consejo de Estado , declama fuer
temente la comision : y luego para inculpar á otros , y entre ellos
á mí, se apoya su mayoría en las ideas diametralmente contrarias.
(pag . 48. 49. 50.)
( 2) Dichos casos son cinco : 1. ° cuando la orden del superior
sea para ofender la persona sagrada del Rey : 2.° Para impedir
la libre eleccion de Diputados de Cortes : 3.° Para impedir la ce
lebracion de las Cortes en las épocas y casos que previene la Cons
titucion : 4. ° Para suspender o disolver las Cortes ó la diputacion
permanente de las mismas: 5. Para embarazar de cualquiera ma
nera las sesiones ó deliberaciones de las Cortes ó de su diputa
cion permanente. Decretos de las Cortes , tom. 7 pág. 139. No
sé quien podrá encontrar relacion alguna entre estos casos , y mi
nombramiento de coronel interino de Guardias.
(9)
tando el militar legalinente autorizado y aun obligado
á desobedecer en solo aquellos casos: yo no tenia dere
cho á estender esa autorizacion y esa obligacion á uno
mas. Ni hubiera obrado de otro modo aunque hubiese
previsto la acusacion que se ine hace por algunos seño
res que, con el mejor zelo sin duda, se proponen multi
plicar tales casos al arbitrio de los súbditos ; pero sin
advertir que con ello, relajando y destruyendo la disci.
plina, reducirian el ejército á la nada, el estado á su
disolucion .
2. La mayoría de la comision dice que yo no adopté
disposiciones para reducir á su deber á los Guardias, pa
ra reprimirlos y escarmentarlos , ni usé para ello me
dios de coaccion : y que cuando la capital se hallaba a
menazada de una invasion no consta que yo proveyese
á la reunion de fuerzas del distrito , ni tomase las de
mas providencias precautorias que para evitar la sor
presa, repeler la agresion y asegurar la victoria pres
criben las ordenanzas: y que de hecho se vió sorpren
dida la capital sin encontrar mas ostáculos que los crea
dos por la vigilancia del voluntario patriotismo ( 1 ).
Dice otra vez, que no consta que yo hubiese adop
do providencia alguna para reprimir los escesos y desór
denes de los Guardias, ni que hubiese provisto á la reu
nion de las fuerzas del distrito, ni tomado disposicion
ni precaucion alguna para impedir la invasion de la Ca
pital ni asegurar la victoria en el caso del ataque, ha
biéndola dejado sorprender en la madrugada del 7. de
Julio último (2).
Y vuelve á decir , que no resulta haber yo adop
tado los medios que la ordenanza y las leyes prescri
ben para la correccion de mis súbditos sublevados ;
ni tomado las providencias convenientes para la reu
nion de las tropas del distrito , y demas precauciones

( 1) Dict. pag . 51. 52.


(2) Dict. pag. 54. 55. núm . 12.
2
( 10 )
debidas para la defensa de la Capital con arreglo a las
leyes , dejándola sorprender en la madrugada del 7. de
Julio último ( 1 ).
Al leer esto , escrito , repetido y recalcado por la
mayoría de la comision , nadie pudiera creer que sus
individuos estaban aquellos dias en Madrid; ni que ta.
les espresiones y las consecuencias que de ellas quieren
deducirse eran para presentarse al augusto Congreso de
las Córtes Españolas. Para contestar me bastaría de
cir que , segun sus misinos autores , no hay respecto
de mí otro documento que las actas de este Ayunta
miento ; y que en la de 2. de Julio acordó dirigir y
con esa fecha dirigió á los habitantes de Madrid una
proclama en que decia : " Entretanto el pueblo debe es
star seguro que tanto las autoridades civiles como las
»nilitares han tomado y continúan tomando cuántas me.
» didas enérgicas se hallan á su alcance para castigar ta
9 maños atentados " ( 2 ). Consta pues en dicho documento
que yo , autoridad inilitar , habia tomado y continua.
ba tomando todas las medidas: á menos que la mayo
ria de la comision no haga al Ayuntamiento el agravio
de creer que faltó á la verdad, y dirigiéndose al pú
blico , y en materia tan grave. Entonces le aplicaria
sin querer , lo que ella misma dice contra el Gobierno
á quien indirectamente culpa de que tenia adormecidos
en el peligro á los que se fiaban en sus órdenes (3 ). Porque
si la autoridad militar no había tomado medida ni
precaucion alguna para castigar aquellos atentados ; el
Ayuntamiento, diciendo falsamente al pueblo lo contra
rio , adormecia en el peligro á los que se fiasen de sus
palabras. Esta observacion repito me bastaria : pero de
seo estenderme algo mas.
Postrado me veía en cama con unas calenturas que
casi me imposibilitaban de alma y cuerpo , cuando el
( 1 ) Dict. pag. 57 núm. 4.
(2) Dict . pag. 147.
(3) Dict. pag.. 15
( 11 )
30 de Junio tube la noticia del movimiento que altero
la tranquilidad pública. Por nada mio hubiera dado ni
podido dar entonces un solo paso : pero me llamaron la
Patria y mi deber ; y yo nunca he sido sordo á estas
voces. Apenas supe al dia siguiente que el mal crecia,
fui á los cuarteles , arengué á los soldados , y logré con.
tenerlos cuando ya iban á toinar las arınas. La idea de
que se trataba de quitárselas , esparcida y foinentada
por españoles indignos , fué la ocasion inmediata del
desórden. Ellos tendrian los proyectos que se quiera, los
habrian realizado en otro dia si no en aquel: pero es in
dudable que la causa ó bien pretesto para romper los
Guardias en 10 de Julio todos los vínculos de la subor:
dinacion, fué la noticia que se hizo cundir , y ellos cre
yeron ó afectaron creer , de que se tenia resuelto desar
marlos. Procuré convencerlos de su falsedad, y creí ha
berlo conseguido puesto que aparecieron tranquilizarse:
pero cuando volví á Palacio á dar cuenta del resultado
de esta operacion , tube aviso de que el batallon del
cuartel de S. Mateo habia salido a la plazuela inme
diata. Volé allá con el teniente Coronel del cuerpo ( 1 );
y alcanzamos á la tropa saliendo por la puerta de Sta.
Bárbara. Allí les hice hacer alto , les procuré persuadir
por mil maneras de su error y su delito ; y les hice
nombrar una Diputacion para que presentándose á S. M.
se desengañasen de que no habia salido de Palacio ni
ido al Pardo ni al Escorial como decian creer. Verificó
se así : mandándoles S. M. que tubiesen subordinacion
ý volvieran á sus cuarteles. Al regresar con esta con
testacion al parage donde habia dejado el batallon , ya
no estaba en aquel punto ; los demas verificaron el pro
pio movimiento ; y se habian reunido en el campo de
Marte.
Dirigíme á ellos sin mas compañía que un ordenan .
(1) De paso me llegué al Parque , instruí de esta novedad al
General Alava; y le previne que estuviera ya con mas cuidado y
em pezara a poner lista la artiſlería.
*
( 12 )
za. Los oficiales que hasta aquel punto fueron con migo
y una inmensa multitud de ciudadanos que estaban pre
sentes 2me conjuraban para que no pasára adelante,
en lo cual manifestaron dos cosas. Una ; que conocian,
como conoce cualquiera , esceptuando esos Señores de la
comision , el grave é inminente peligro que corria en
la ardua empresa que iba á acometer ; y otra , la justi
cia que hacian á mi carácter persuadiéndose de que
yo me dejaria sacrificar primero que faltar un punto á
mis obligaciones. Tendré la satisfaccion, les dije, de ino
rir cumpriéndolas: y seguí mi marcha.
Habiéndome recibido los Guardias con los gritos de
viva el general Morillo , y oido yo que algunos pror
rumpieron en voces subersivas; les coutesté se acorda
sen de sus juramentos , &c. Manifestáronme todos su
deseo de que yo los mandase , invitándome por las ra
zones que creyeron me harian fuerza, y entre ellas la
de que prestaria un gran servicio al rey ; y les repuse
que el mayor servicio que podian hacer á la nacion y
al rey era entrar en su deber y evitar la guerra civil;
que no dieran oídos á los malvados que trataban de
introducir la discordia entre nosotros , y derramar san
gre española por satisfacer sus infames deseos. Procu
raron despues inducirme á su propósito recordándone
las injurias que se me habian hecho por ciertas perso
nas , que parece haberse propuesto inancillar las mas
bien adquiridas reputaciones. Respondiles que despre
ciaba altamente semejantes calumnias ; que ni ésto ni
nada era capaz de hacerme faltar á mis juramentos;
y que antes habia de caer la cabeza de mis hom
bros que la Constitucion. Moviose con esto entre aque
llas tropas un nuevo altercado , y formaron , por de
cirlo así , un consejo de guerra para decidir sobre mi
suerte que estaba en sus manos. Lo cual entendido por
mi; les dije últimainente que podian fusilarme si que
rian , pero que no habia poder humano que me obliga.
ra á faltar en un ápice á los juramentos prestados ;
(13 )
porque era castellano viejo y hombre de bien (1) : y
parti con ésto.
Enderezéme á Palacio á dar cuenta de lo ocurrido:
y, entretanto que yo podia hacerlo personalmente , inan
dé dos Ayudantes á que instruyeran de ello al General
Alava que se hallaba en el parque, á fin de que toma
ra las disposiciones convenientes. Por lo que tales suce
sos pudieran influir en la tranquilidad pública , resolví
ponerlos en noticia del Ayuntamiento; y , miéntras iba
como efectivamente fuí entre doce y una de aquella no
che (2) , envié á que lo hiciera al Teniente Coronel
D). Antonio Vanhalen : lo cual , aunque no resulte de
las actas ; es cierto.
Pensaba yo y pensará cualquiera que con este pa
so arrojado y decidido , habia hecho algo , aunque sin
fruto , para reducir los Guardias á su deber. Pero los
señores de la comision no lo ven así : en su concepto ,
aquello fué una verdadera nada , cuando aseguran que
nada hice en esta razon .
Hice lo mas que se puede exigir de un hombre , y
es que vaya á arrostrar la muerte con rostro sereno
por evitar un mal público. Otros lo habrian hecho con
mas tino y acaso con mas fortuna ; pero con mas bue
na fé y mas corazon. ...
Al ananecer del 2 de Julio se replegaron los Guar
dias sobre el Pardo : y ya no volví á tener con ellos
comunicacion alguna : aunque la mantuvieron en cier
to modo con el Gobierno ; de cuyo punto , en lo que
á mí toca , me haré cargo despues.
Dicen los cinco señores que yo no reprimí á los
Guardias conforme prescriben la ordenanza y las leyes;
ni empleé para conseguirlo , medios de coaccion. Raro
es que hablen de la fuerza de las leyes los mismos que
han asegurado que los sucesos de Julio hicieron que ca
( 1) Dict. pag. 142. 143. 144.
(2) Díct. pag. 142.
ws
( 14)
llasen todas ( 1 ) Y mas raro todavia el que se afecte
creer que obedecerian á las leyes , y á las autoridades
establecidas por ellas los misinos que descaradamente
habian tomado las armas , segun la comision , para
destruirlas . En tales circunstancias , y agotados los me
dios conciliatorios que el Gobierno tuvo por convenien .
tę adoptar , no quedaba mas arbitrio que el de la co
accion ,
Pues este es precisamsnte el cargo que , segun los
cinco señores de la comision , resulta contra mí , el no
baberlo usado. No se entiende qué especie de medios co
activos se puedan emplear contra una considerable fuer
za arınada que se subleva y toma posiciones, sino un
ataque por medio de otra fuerza. Así pues , mi falta de
decision ó de vigor consistirá en no haberlo verificado.
Ante todo , es muy digno de observar que la co
mision hace un terrible cargo al Ministerio porque di
ce que , éste dejó á la merced falible de un trance mili 1

tar la esistencia de las libertades patrias (2). Y á mí se


me hace el mismo , pero por la razon opuesta. Esto es
porque no fié la esistencia de las libertades patrias á la
merced falible de un trance militar : que á esto se ha
bria reducido un ataque hecho á los Guardias , único
medio de coaccion que era de emplear contra ellos .
Para verificarlo con fruto era preciso tomar medi
das preliminares que la necesidad , la prudencia y el ar
te militar exigian. Por eso el consejo de Estado en su
consulta de 6 de Julio dijo ser ya necesario " que se
»preparen y aperciban los medios de coaccion para re
jducir á su deber á los citados cuatro batallones que se
„ han separado de él; para lo cual es indispensable que
u se aprosimen á la Corte fuerzas proporcionadas á conse
águir este efecto (3 ).” Es de advertir, que el Consejo
hablaba así habiendo discutido el asunto con asistencia
(1) Dict. pag. 48 .
( 2) Dict. pag. 52.
Dict. pag. 103. num . 42.
( 15 )
de todos los secretarios del despacho , esto es , despues
de haberse impuesto del estado de nuestras fuerzas en
la capital. Y es de advertir tambien , que en el Conse
jo , además de las luces y prudencia de todos sus indi
viduos , hay generales de la primera nota. Los señores
Blake , Ciscar, Vigodet , Ballesteros y principe de An
glona , tan distinguidos todos por sus conocimientos mi
litares , dijeron que no se podian emplear los medios de
coaccion con la sola fuerza que habia en Madrid : y
porque con ella sola no los puse en práctica me acusan
los señores Salvato , Galiano , Oliver , Ruiz de la Vega,
y Marau.
Acúsanıne tambien porque dicen que no consta que
yo diese providencias para la reunion de tropas del dis
trito á fin de aumentar aquí la fuerza. Entre otras co
sas , para hacer este cargo , pareceria regular que hu
biesen procurado saber las que habia ; y si era ó
posible ó conveniente su reunion en la capital. Y segun
todas las apariencias , no han pensado en lo uno ni en
lo otro .
En este primer distrito esistían , fuera de las de la
capital, las fuerzas siguientes:
1. El primer batallon del regimiento de Guadala
jara con el totalde 372 hombres inclusos gefes , &c. Es
te , lejos de poder venir en ausilio de la Corte , lo ne
cesitaba él mismo; y efectivamente se le prestó con el
pequeñísimo residuo que de los zapadores habia queda
do en Alcalá de resultas de la salida del cuerpo para
Aragon verificada mucho ántes. Dicho batallon de Gua
dalajara se habia replegado sobre la ciudad de este noin
bre desde las inmediaciones de Sigüenza , cuya milicia
activa con sus gefes se habia sublevado por la mayor
parte , y engrosado con algunas fuertes partidas de fac
ciosos ; á los cuales , separado de allí el batallon de
Guadalajara , se dejaba el campo libre para devastar
provincias y seducir los pueblos A pesar de tener esta
fuerza las autoridades de Guadalajara reclamaban efi
( 16 )
cazmente socorros , y no podian prestárseles.
2. El regimiento Infante D. Antonio estacionado en
Toledo tenia su fuerza disponible de 377. hombres, ocu
pada en tres objetos. 1. En refuerzo del mencionado
batallon de Guadalajara : 2. En guarnecer el castillo de
las Peñas de S. Pedro que no era posible desamparar:
3. En cubrir la provincia de Cuenca que tampoco se
polia tan absolutamente desatender. En Toledo, apenas
quedaron mas que reclutas y sin armas: pero todavia
estaban einpleados en un servicio de que no se debia pres
cindir ; cual era la persecucion de la partida llamada
del Padre Atanasio , engrosada en aquellos dias: y cual
era tambien el precaver aquella provincia , cuyo Gefe
Político pedia fuerzas al intento , de las incursiones de
los facciosos Laso y Cuesta .
3. Un escuadron del regimiento de la Reyna situa
do en Talavera. Su escasisima fuerza de menos de 80.
honbres se empleaba en dos objetos del mayor interés.
Uno , cubrir el puente del Arzobispo, por haber ame
nazado el faccioso Cuesta aquel territorio : y otro, coo
perar con los restos del Infante D. Antonio que se ha
llaban en Toledo , á estinguir la faccion , y á los de
mas fines que se han indicado.
No hablo de los regimientos de Calatrava y Espa
ña , ni del escuadron de artilleria que estubieron situa
dos el primero en Ocaña , el segundo en Almagro y
Ciudad Real , y el tercero en Manzanares : porque con
anticipacion á los sucesos de Julio se les habia ya man
dado salir para Andalucia con el General O -Donojú con
tra los Carabineros sublevados.
En tal situacion militar se encontraba este primer
distrito , sobre la cual haré despues alguna otra obser
vacion: pero aunque hubiese sido mas débil y mas apu
rada todavia , era muy natural que todos los ciudadanos
en Madrid desearan ver terminado pronto aquel suceso
con el debido escarmiento de los que le habian cau
sado , y puesto á la Patria en crisis tan fatal; y que
( 17 )
la generalidad , sin noticia exacta de nuestra fuerza,
sin conocimientos militares , y sobre todo sin respon
sabilidad , ansiára porque se atacase á los Guardias.
Semejante deseo , repito , muy natural, hubo de mover
el zelo del Ayuntamiento Constitucional de esta M. H. V.
para que representára al Gobierno escitándole á que
dispusiera el ataque contra aquellos cuerpos ( 1 ). Mas en
seguida de la esposicion que al efecto hizo y en el inis
mo dia , que fué el 3 de Julio , se lee lo siguiente “ El
» Ayuntamiento ... habiendo entrado en discusion sobre
„ la escasez de fuerzas en que se hallaba la Capital para
„ atacar á los insurreccionados ; y viendo por otra parte que
» era preciso proporcionar algun descanso á la Milicia
wlocal de ambas armas , acordó oficiar al Excmo. Sr.
„ Gefe Político suplicándole se sirviera dar órden que
„las milicias locales de la Provincia se reuniesen en
„ Madrid " ( 2). Parece pues que cuando pedia que se ata
case , ó no tuvo presente que era necesario calcular la
fuerza con que contábamos, ó habia adquirido de ella
noticias equivocadas; y que en virtud de su rectifica.
cion ( aunque no consta cómo , cuando , y por quién se
hizo esta ) supo que nos hallábamos con escasez de fuer
zas para atacar á los insurreccionados. Pero era tal la no
ble impaciencia del Ayuntainiento que al dia siguiente
4 de Julio , volvió a insistir en reclamar del Gobier
no que se atacase á los Guardias ( 3 ). ¿Pues no habia
convenido el dia antes en la escasez de fuerzas en que
nos veiamos para intentarlo? ¿De donde tanta contra
(1 ) Dict. pag. 156. 157. 158. La comision apoya esta idea
del Ayuntamiento ( pág. 16 y 17. ) : y luego dice : " que la libertad
" se ha salvado de la muerte por un prodigio de los que producen
Joel patriotismo y el horror á la esclavitud." (pag. 36). Pues si fué
un prodigio salvarla defendiéndonos ; lo hubiera sido mayor sal
varla habiendo dado nosotros el ataque ; y las autoridades no
deben contar , sobre todo para operaciones da tal naturaleza y de
tal importancia , con la posibilidad de prodigios , sino con el curs
so ordinario de las cosas.
(2) Dict. pag. 58 .
(3) Dict . pag. 159.
3
( 18 )
diccion? Estoy muy lejos de interpretarla del modo que
la interpretan algunos ; y creo que se puede esplicar
muy sencillamente por lo mismo que de sus actas re
sulta.
· En ellas consta ( 1 ) que dos militares de alta gradua
cion manifestaron al Ayuntamiento en dos dias conse.
cutivos la necesidad de atacar a los Guardias ; y aquel
no podria persuadirse de que dichos militares se produ.
jeran así á no tener los datos convenientes y sobre to.
do el de la fuerza. Sin eso ; ¿ cómo van á tratarse con
una corporacion asuntos que no le competen , y por
personas que no corresponden á ella ? Su zelo irritado,
si tal puede decirse , por el dictámen de los dichos dos
Gefes, le haria mirar y haria que otros mirasen como
indecisa y equívoca mi conducta en no proceder á lo
que se pedia ; y los ánimos exasperados , y una opinion
pública que sobre esto hubiera nacido , habrian tal vez
arrastrado á la autoridad militar á que contra su con
ciencia y su dictámen , espusiera á la merced falible de
un trance militar la existencia de las libertades patrias. (2).
(1) Dict . pag. 159.
( 2) Al mismo tiempo que el Ayuntamiento pedia el ataque di
jo que " la eleccion de un General bizarro y conocido por su pa
" triotismo y comprometimiento en el sistema constitucional, y un
npoco mas de decision , puede salvarnos.” (Dict. pag. 158.) Hasta
qué punto tengo ó me faltan aquellas calidades sería una discusion
impertinente , odiosa y muy agera de mí. El defecto de un poco
mias de decision con que parece inculpárseme ; estriba en que no
acometí desde luego imprudentemente una empresa temeraria у à
todas luces perdida entonces. Yo me consuelo con que así ha suce
dido y sucederá siempre aun á los mayores capitanes. De inde
cisos eran tachados tambien en su tiempo por los que no lo en
tendian , los Fabios y los Turenas. El furor de dar ataques y ba
tallas ha producido siempre desastres y ruinas. ¡ Cuánta y cuán
preciosa sangre se derramió inutilmente por él en los primeros
años de la guerra de la independencia! Si se apodera ahora de
personas que sin conocimientos , esperiencia ni responsabilidad
puedan sin embargo inducir , compeler y forzar en cierto modo á
los Generales á que ejecuten sus deseos , muchos males tenemos
que llorar : y no me parece que es tiempo de desaprovechar del
todo esta indicacion .
( 19)
No son fáciles de calcular las funestísimas consecuen
cias que esto hubiera producido; y de que por nuestra
ventura nos librainos. Los Guardias que atacados en
tonces hubieran casi seguramente obtenido un fatal triun.
fo ; vinieron a darnos un ataque en que era casi in.
dudable su derrota. Es imposible una operacion mas
antimilitar en la sustancia y en el modo , que la que
ellos ejecutaron .
Por eso dije entonces y repito ahora , que nunca me
persuadi de que los Guardias atacáran , fundado en mu
chas razones que á los conocedores del arte y de los
sucesos de aquellos dias no se ocultan. Mas no por creer
lo así, estube desapercibido y descuidado como falsa
mente supone la comision.
De lo que sobre esto ha dicho repetiré solainente
sus palabras de que no consta que yo hubiese tomado
providencia alguna para reprimir los escesos de los Gu
ardias, ni medidas precautorias para impedir la inva
sion , ni las correspondientes para repeler á los agreso
res. ¿ No consta ? Pues en cuanto á lo priinero , por el
documento núinero 64 consta que para contener en su
principio esos desórdenes me valí de la fuerza , situan.
do del modo que se creyó enas oportuno un regimiento
de infantería y un escuadron de caballería ( 1). En cu
anto á lo segundo, por el documento número 25 consta
que la caballería de Almansa estaba en observacion
( que es medida precautoria ) de los Guardias del Par
do (2). Y en cuanto á lo tercero , del citado documen
to número 64 consta que el General Vallesteros fué, co
misionado por mí, á batir á los eneinigos en la plaza
de la Constitucion ( 3 ). No quiero decir que ya no ha
bia mas que hacer ; sino que es mucha ligereza la de
asegurar que no consta providencia alguna , cuando hay
tres al menos, buenas ó malas, que constan oficialmente
(1 ) Dict . pag. 136.
( 2) Dict. pag. 84.
(3) Dict. pag. 161 .
(20)
á los que dicen á las Córtes lo contrario.
Ademas del espresado regimiento de Almansa que
desde el primer dia fué destinado de mi órden para ob
servar á los Guardias del Pardo ; se emplearon con el
mismo objeto la fuerte compañia que formaban los ofi
ciales de la Inspeccion de Milicias , y otros , á las ór
denes de su gefe el Teniente General D. Pedro de la
Bárcena : otra partida de caballeria á las órdenes del
Teniente Coronel D. Juan de Arcos : la compañia de
Zapadores y Marina : Otra partida de patriotas a las
órdenes de D José Selles : y una compañia de la Mili
cia local de esta corte : con la prevencion todos de
observar los inovimientos de los Guardias, y dar aviso
de cualquiera novedad .
No cabian mas precauciones en este género; pues
se observaba á los Guardias por todos los puntos por
donde podian entrar , y por donde efectivamente en
traron , que no fué por ningun punto descubierto. Y pa
receria increible, si no lo hubiésemos palpado , que un
regimiento y tantas y tales partidas colocadas conve
nientemente; en terreno llano; por los puntos por los cua
les entraron los agresores ; y en una noche de verano y
con luna, tan clara como el dia: hubiesen estado todos
tan sordos y tan ciegos que no sintieran ni vieran el mo
vimiento de los Guardias; del cual nadie me dió el menor
aviso hasta que se hallaron dentro de la poblacion.
Justamente confiado en semejantes providencias, se
me resistió el creer el primero que tuve por otro medio .
Pero inmediatamente, ademas de que ya habia yo situa
do al regimiento Infante D. Cárlos en un punto cén
trico y proporcionado al destino que tenia de reserva
general; hice reunir la fuerza posible en el parque; re
forcé por los Guardias leales las caballerizas ( 1 ) ; pre
vine al distinguido General Vallesteros , que tan noble

(1) Cuál fuese el acierto y oportunidad de esta disposicion;


cuál su infujo en la victoria : lo dejo al juicio de los inteligentes,
(21 )
y francamente ofreció sus servicios, que fuese á man
dar la plaza de la Constitucion ; auxilié con lo que se
pudo al General Alava en la puerta de Sto. Domingo,
mandándole artilleria; y tomé todas las disposiciones
convenientes , las cuales , diga lo que quiera la mayoria
de la comision , auxiliadas por el valor y entusiasmo
de la guarnicion y de la milicia , produgeron los re
sultados del 7. de Julio.
Sin ánimo de hacer una disertacion, manifestaré al
gunas razones que se hallen al alcance de todos para
demostrar que , ademas de ser las fuerzas del distrito
tan cortas que traidas á la Capital no bastaban á po
nernos en el caso de emplear con fruto los medios de
coaccion , el removerlas de los puntos que ocupaban
y desatender los servicios á que estaban destinadas hu
biera sido impolítico y antimilitar.
Si los batallones de Guardias, como muchos han
creido , tubieron desde el principio de su desórden la
intencion de destruir nuestro sistema constitucional ; no
parece dudable que debieron contar y estarian en rela
ciones y en combinacion con los facciosos que infesta
ban varios puntos del distrito de mi mando. Y en es
te caso , es menos dudable todavia el que la separacion
de las cortas fuerzas que los cubrian hubiera podido
ser favorable inas que contraria á sus proyectos.
Tal vez ignora la comision que en la guerra no
siempre se ataca al enemigo , se desconciertan sus pla
nes , y se le arroja de sus posiciones viniendo con él á
las manos ; y que se consigue esto muchas veces por me
dio de otras operaciones , y desde puntos muy distan
tes de aquel que se quiere defender ú ocupar. El duque
de Ciudad - Rodrigo desde las orillas del Tórmes en Ara
piles hizo levantar el sitio de Cadiz sin atacar á sus
sitiadores. Tales , por decirlo de paso , fueron los prin
cipios que dirigieron al Gobierno para mandar que el
cortísimo resto de los zapadores que habian quedado en
Alcalá pasasen , mas bien que á Madrid , á reforzar el
(22 )
batallon de Guadalajara encargado de contener la in
surreccion , combinada ó no , que se habia aumentado
en Sigüenza
Aun hay otra razon mas fuerte en apoyo de la an
terior. Pues la insurreccion de Sigüenza habia tomado
tal cuerpo que obligó á retirarse al batallon de Guada
lajara , el cual ni con los referidos refuerzos de zapa
dores y del infante D. Antonio podia hacerle frente
con buen éxito : si en aquellas circunstancias se le hu
biera hecho venir aquí , la fuerza sublevada de Sigüen
za podia sin el mas mínimno obstáculo seguir á su reta
guardia , y con los aumentos que la falta de aquella
fuerza le hubiera proporcionado: y al aproximarse á
Madrid, si la hubiese auxiliado una corta fuerza desta
cada al efecto por los Guardias , hubieran podido des
hacer (esto al menos es lo probable) al mencionado ba
tallon ; y nosotros con la orden de venir éste , habría
mos perdido fuerza , y se hubiera aumentado de un ino
do muy considerable la de los enemigos. Cuya reflexion
debe aplicarse á las otras pequeñas fuerzas de que se
ha hecho mérito , y que habrian podido ser fácilmente
batidas en detall á su aproximacion á esta Corte , de
jando deseinbarazado a las facciones que estaban con
teniendo , el camino para reunirse á los Guardias. Y era
entonces muy de tener el que la capital de las Espa
ñas se hubiera visto bloqueada , sin comunicaciones y
aun sin víveres : y que solo por esta circunstancia cre
ciera inmensamente el número de los que se agrega
sen á la rebelion.
Por otra parte į no espuso al Gobierno el Ayunta
miento de esta M. H. V. que no se enviara á Toledo
uno de los batallones sublevados de Guardias porque
dijo , " es muy natural que aconteciese el que no sien
do aquella provincia desgraciadamente de las que se
„ hallan menos estraviadas por el fanatismo religioso,
wy en la que á fuerza de esfuerzos de su Gefe Político
» se entretiene, y no mas, la opinion en mediano esta
(23)
» do. ... aprovechasen los enemigos la favorable coyun
» tura de esta fuerza para subvertir el órden , y destru
wir las mejoras que en el espíritu público han logrado
wlos trabajos del benemérito indicado Gefe (1 ) ? Pues
todos los males que preveía el Ayuntainiento que podri
an suceder con el envio á Toledo de aquella fuerza; los
mismos y aun inayores se seguirian de quitar de allí á
la que sostenia el espiritu constitucional y perseguia á
los facciosos. Estos sin aquel freno no encontraban en
Toledo impedimento alguno para lo que quisiesen , ni
para venir á reforzar á los Guardias.
Añadió allí misino el Ayuntamiento. (Aun no se
„ circunscribiria á esto solo el daño , sino que la desore
» ganizacion cundiria á la provincia de la Mancha , de
» masiado dispuesta por desgracia al estravio ; de ésta á
„ la de Cuenca no menos susceptible á recibir las malas
„ instrucciones. En este caso quedaba la capital , casi
» sitiada por sus enemigos.” Pues por esas inismas con
sideraciones era imposible sacar de la provincia de Cuen
ca la cortísima fuerza que era allí el único apoyo de
su género que tenia la Constitucion ; por ellas era im
posible abandonar á la Mancha y sacar las dos doce
nas de hombres que guarnecian el castillo de las Peñas
de S. Pedro ; por ellas era imposible dejar descubierto
el puente del Arzobispo , poniendo en manos del faccio .
so Cuesta todo el pais que por esa parte quisiera do
minar.
Es necesario decir otra vez que nuestra fortuna , y
la increible impericia y ceguedad con que se condujeron
los Guardias nos proporcionaron una victoria , que de
otra manera habria sido muy costosa y dificil. Pero ha
ciendo abstraccion de esta singular circunstancia, y re
flexionando sobre nuestra situacion entonces : es una
verdad incuestionable que la reunion en esta capital de
las poquísimas tropas que habia en el distrito , no solo
(1) Dict. pag. 155.
(24)
no mejoraba sino que podia empeorar considerablemen .
te nuestra posicion. Sin contar con que se hubieran le
vantado sin duda nuevos facciosos en muchos puntos;
solamente con que se hubiesen reunido á los Guardias
los que ya existian en Sigüenza y en Toledo , como
podian hacerlo sin dificultad ni embarazo alguno , re
cibian aquellos un refuerzo mayor que nosotros ; y esto,
si dejaban que nos llegase ; lo cual podian impedir sin
gran trabajo ni peligro. Así pues , ni habia en el dis
trito fuerza , que mereciese este nombre , para traer á
la capital ; ni el traerla era fácil , y mucho menos se
guro ; ni aunque hubiera llegado nos libraba de aque
lla situacion crítica que , al contrario, lo hubiera podi
do ser mas con aquella providencia.
Todavia hay otras reflexiones que hacer. Ademas
de que la guarnicion de Madrid no llegaba á mil y
doscientos hombres ; teníamos dentro del inisino pueblo
y situadas en un puesto fuerte otras tropas , sobre las
cuales la prudencia dictaba estar con atencion ; y que
no se hallaban á las órdenes del comandante general.
Y es necesario tambien no disimularse que el estado po
lítico en que nos encontrábamos no presentaba como
imposible la necesidad de hacer uso de la fuerza no so
lo para batir á los Guardias sino para contener á otros;
de lo cual hay alguna indicacion en el referido docu
mento número 64. Allí aparece que dos personas se
llegaron al comandante de la guardia de M. N. V.que
se hallaba en la carcel de Corte á preguntar " si los mi
„ licianos estaban dispuestos á batir á palacio , y con
„ cluir con los ministros , incluso Argüelles" y que se
pondria á la cabeza de la milicia un general de nom
bre ( 1 ). Por el mismo tiempo , no faltó persona muy
visible que fuera al parque á escitar á que se tirasen
granadas á palacio : no faltaron seducciones á cuerpos
y á gefes de influjo y de crédito & c. En sumna , pare
(1 ) Dict. pag. 151.
(25)
ce que se trataba de introducir entre nosotros la mas
horrorosa , y acaso muy premeditada confusion ; y es
to , insinuado brevemente , basta para dar a entender
que ademas de ser muy corta y desproporcionada para
el objeto la fuerza de la guarnicion , hubiera sido iin
prudentísimo dejar abandonadas de ella otras atenciones.
Fuera de esto , el ataque para que produjese fruto ,
se habia de dar por fuerza que no solo lo realizara , no
solo venciera , sino que fuese bastante para cortarlos,
capturarlos, é impedir su marcha y ulteriores procedi
mientos. Todo era dificil; y absolutamente imposible con
las escasas tropas del distrito. Los Guardias tenian re
laciones en Madrid ; sabrian los medios que se apres
taban para atacarlos , y si ellos veían que no pudieran
sostenerse , era de creer (y probablemente ningun mi
litar pensó otra cosa) que se dirigieran á las fragosas
tierras de Segovia y Avila. En el primer punto se apo
deraban de artillería y pertrechos militares ; en uno y
otro de los cuarteles de la milicia activa , de sus vestu
arios y armamento : quizá , quizá con ese apoyo y con
el funesto ejemplo de las de Sigüenza y alguna otra,
aquellas milicias hubieran aumentado la fuerza de los
Guardias; y los miserables preparativos de un prema
turo y mal calculado ataque , ó- los hubieran puesto en
el caso de inutilizarlos , ó , de rechazarlo con ventaja,
ó de retirarse á puntos donde nos hubieran hecho mas
daño , donde hubiesen crecido en poder , y donde su
escármiento hubiera sido mas dificil. Asi que , mientras
el Gobierno podia reunir medios proporc'onados al fin
que trataba de lograrse; lo mejor que podia hacerse era
ganar tiempo y entretener al enemigo; el cual , créan
me los cinco señores , tal vez en ninguna parte podia
hacernos menos mal que en el punto en que se situó:
siendo por lo mismo muy aventurado tratar de arro
jarlo de él , sin tener la certeza moral de vencerlo y
de imposibilitarlo para pasar á otro en que nos hubie
ra sido infinitamente mas perjudicial.
4
(26)
3. ° ¿A quién sino á los cinco señores de la comi.
sion se les ocurriria hacerme un cargo porque di
cen ( 1 ) que permití que los Guardias sublevados se en
tendieran con el Gobierno sin dirigirse por mi conduc
to , contra la ordenanza y las leyes? ¿O leyes á las
cuales con tanta facilidad é inconstancia se presenta
mudas ó hablando !....
Para que fuera crímen lo que se me imputa es in
dispensable que yo pudiera y debiera haber impedido
aquellas coinunicaciones : y la mayoria de la comision
se engaña en ambas cosas si las cree .
¿ Donde podia yo impedirlas? ¿En las manos de que
salian ; ó en las manos á que llegaban? Para lo pri
mero , me faltaba fuerza ; para lo segundo , carecia de
autoridad. Los Guardias se dirigian al Gobierno ; éste
tubo por conveniente oirlos : y no estaba en mis fa
cultades ni en mi poder el estorbarlo.
Mas ya que se cita la ordenanza con tanta opor
tunidad para un caso de que no babla directa ni in
directamente; observaré que, aun cuando hablára , el
acusarine por esto indica no haberla leido. Ella auto
riza espresamente a representar en derechura al Rey
á los que se quejen de sus superiores: y la mayoria
de la comision no puede ignorar que de esto , entre
otras cosas , se trataba en aquellas comunicaciones; pues
del docuinento número 13 resulta que el que se ha-,
bia puesto á la cabeza de los Guardias se quejaba á
nombre de todos, de los repetidos insultos que decian.
haber sufrido, y de las autoridades á cuya ciencia y pa.
ciencia se verificaron (2). Alegaban por consiguiente una
queja contra mí; podian alegarla y esponer en su ra
zon lo que gustasen en derechura al Rey ; y lejos de
que yo debiese impedirlo como juzgan los cinco señores
hubiera sido en mí una injusticia y una iniquidad el ha
(1) Dict. pag. 57. ngm . 4 ,
( 3) Dict. pag. 75. 76.
(27)
cerlo. Esto , si debiera aquí aplicarse la ordenanza : pe
ro sus señorias pueden estar seguros de que nada dis
pone en esta razon para un caso como el que los Guar
dias produgeron.
Y finalmente yo no he sido dado á reconocer , ni
esto podia verificarse , por aquellos Guardias: y no sé
en qué ordenanza ni en qué leyes habrán leido los
cinco señores de la comision , que sin preceder ese re
quisito y esa formalidad , estubieran aquellos guardias
aun cuando hubiesen permanecido tranquilos, en la
obligacion de dirigir sus esposiciones por mi conducto;
ni yo en la de prohibir su curso y presentacion al
Gobierno.
Para proponer que se me exija la responsabilidad,
no me hace formalmente la mayoria de la comision ( 1)
mas que los tres cargos á que he procurado satis
facer : mas tambien me inculpa por otros dos á que no
puedo menos de contestar brevemente.
! 4 . "La misma falta , dice , de los partes relativos
ȇ sus operaciones del Comandante General) en una
» época tan crítica y estraordinaria hace entender á la
ncomision que no los dió en efecto , y deja en esta
nimportante parte un vacio que la comision no ha po
ndido menos de estrañar" ( 2). - .
Es tal la naturaleza de este cargo , que por su sim
ple lectura debe parecer increible á toda persona re
flexiva y desapasionada. Porque ¿quién podrá persua
dirse de que un general en circunstancias tales dejase
ignorar al Gobierno lo que debia poner en su noticia ,
esto es , dejara de darle los partes convenientes ? ¿Ni
quién podrá persuadirse tampoco de que el Gobierno si
RO los recibiera no los exigiria? La mayoria de la co.
mision cree que en efecto no di los partes ; y yo le ase

(1) Dict. pag. 37. núm. 4 .


( ) Dict. pag. 51 .
(28 )
guro que en efecto los di , y frecueutísimos ; pero del ino
do acostuinbrado , y único qne era posible en tan.cri
ticos momentos : verbalmente ó avistándome yo con
los señores ministros, ó por medio de oficiales que al
efecto destinaba. Es esto tan comun en lances de aque
lla especie, que adınira el que lo ignoren aun los que
me acusan ,
Tampoco es posible concebir que dejara de dar par
tes al Gobierno , como debia , el mismo que los daba
á otras autoridades , sin tener la misma obligacion. El
respeto que se merece la diputacion perinanente de Cór ,
tes, y, el decoro con que debe ser tratada me hicieron
creer muy propio el participarle aquellas ocurrencias
que me parecieron dignas de su conocimiento , y que
podian influir en el acierto de sus resoluciones. Si esto
no constase en las actas de aquella corporacion , sus
individuos podrán deponerlo : y sobre todo , á la comia
sion consta ( y yo lo callaría si su dictámen no lo hu
biera publicado ) que por un aviso mio á la diputacion
permanente , suspendió ésta el curso de una resolucion
de la mayor trascendencia que ya habia tomado ( 1).
Finalmente tuve por oportuno dar al Ayuntamien
to las noticias que pudieran serle útiles para el pro
greso de sus tareas , desimpresionándole á veces de las
falsas que por otros conductos recibia , y eran capa
ces de incitar á pasos peligrosos; de lo cual hay prue
bas repetidas en sus actas , esto es , en el único docu
mento, en que se funda para acusarme la mayoria de la
comision : las cuales no especifico por no ser necesario
y porque pueden verse alli ( 2 ).
¿ Y piensa la mayoria de la comision que yo carez ,
co de sentido comun hasta el punto de ir á dar no
ticias al Ayuntamiento , á quien no estaba obligado á
( 1 ) Dict. pag. 30 y 112. documento núm. 50.
(2) Dict. pag. 142. 150. ág2. 153. 156. 163. & c.
(29)
darlas, omitiendo hacer lo mismo con el Gobierno
quién era mi obligacion instruir de lo ; sucesos?
5. Pocos cargos habrán sorprendido mas á los que
tengan noticia del dictámen que el que me hace la ma
yoría de la comision asegurando que en la crisis de que
se trata fui apático y débil. Primero; porque en el úni
co documento en que ella dice que ha encontrado da
tos respecto de mí ( 1 ) está desmentida su asercion ; y
segundo porque está desmentida en otro documento au
téntico y oficial, que la comision ha podido y acaso
debido ver : con lo que no habrá necesidad de añadir
que es tal la notoriedad de los hechos que asiinismo
la desmienten , que solo cegándose voluntariamente se
pueden ignorar.
Antes de demostrarlo quiero tener la complacencia
de copiar las mismas palabras de la comision . En una
parte dice : " La conducta pues de éste (el comandante
» general) es á los ojos de la comision por lo menos sú
„ mamente equívoca , y falta de aquella decision , vigor
» y pronunciamiento que exije el deber militar en cir
» cunstancias tan arriesgadas " ( 2 ). «
Y en otra : " observó (el comandante general) una
conducta equivoca é indecisa y fué gravemente omiso
nen el desempeño de sus principales deberes” ( 3 ).
1. El documento a que la comision se refiere es el
del núm . 64 que abraza: las actas de este Ayuntamien
to en aquellos dias. En la de 19 de Julio consta mi
presentacion en el campo donde estaban los Guardias
y las contestaciones que con ellos tube (4) : de las cua
les yą antes he dado: una idea. Pero no es posible de
jar de observar que si un hombre que se presenta solo
enmedio de una numerosa soldadesca sublevada y cri
( 1 ) Dict. pag. 51.
(2) Dict. pag . 51 .
( 3) Dict. pag . 55.
( 4) Dict. pag. 142 g 143 .
(30 )
mínal, á la cual da estos mismos títulos , sin arredrar
le su posicion , y que al oir que salian de entre ellos
voces subersivas les repite que él no faltará á sus jura
mentos , y que antes caeria la cabeza de sus hombros
que la Constitucion : si del que se porta así , dice la co
mision que " observó una conducta equívoca , indecisa
» y falta de aquella decision , vigor y pronunciamiento
»que exige el deber militar en circunstancias tan arries
" gadas," dificil será encontrar quien piense del inismo
modo , y apoye semejante censura. Mis contestaciones
con los Guardias no se ignoraron ni casi se pudieron
ignorar por persona alguna en Madrid . Centenares de
aquellos se presentaron aquí despues y refirieron lo que
habían visto y oído , y en todos los papeles públicos se
habló de ellas con elogio. Pero como en el documento
á que se refiere la mayoria de la comision , el relato
que se encuentra de las mencionadas contestaciones es
tá hecho por mí ; yo no lo habria alegado para defen
derme si no viera que la comision lo reputa por verda
dero é indudable . A no ser así no se fundaria en él pa
ra hacer sus cargos al Ministerio ( 1 ) , y al que entonces
era gefe político de Madrid ; diciendo sobre éste que
por mi declaracion le constaba la sedicion conspiradora
de los Guardias (2) ; & c. porque tendria mucho que ver .

el que un documento mismo , al mismo tiempo y por 1

las mismas personas , se declarase por falso y nulo en


cuanto me favorece , y en cuanto pueda perjudicar á
otros , por firme, legal y valedero.
En ese mismo documento único relativo á mí , y
donde por consiguiente. deberá la comision haber en
contrado los cargos que me hace; puede haber visto que
el Ayuntamiento enterado de aquellas ocurrencias ma
wnisfestó á S. E. (el comandante general) cuán grato

(1) Dict. pag. 15.


Dict pag . 50 y 57.
(31)
--le era su decidido patriotismo , y á nombre de los he.
„ roicos habitantes de esta capital le dió las mas espre
-59sivas gracias” ( 1 ) , por manera que en el documento
de que la comision supone deducir mi indecisa conducta;
en ese mismo cabalmente se encuentra la demostracion
de lo contrario.
20 Habiendu yo hecho dimision de la comandan
cia general de este primer distrito ; el actual señor Se
cretario del despacho de la guerra D. Miguel Lopez de
Baños me contestó de real orden en 6 de Agosto del
año último , que S. M. no habia tenido á bien acceder
" porque los servicios y méritos de V. E. į su actividad
sy zelo por la causa de la patria , y su valor y deci
usion para sostener el sistema constitucional que feliz
smente nos rige hacen á V. E. necesario en el punto
»que ocupa , y acreedor á desempeñar un mando de tan ,
» ta importancia como el que tiene á su cargo."
Es un contraste bien singular: la mayoria de la
comision sin datos, sin inteligencia y sin responsabili
dad califica mi proceder de equívoco , indeciso , grave
mente omiso y sin vigor : el Ministerio de la guerra ins
truido de todos los antecedentes , conocedor de la ma
teria sobre que versan , y responsable de las órdenes
que espida , lo califica de activo, zeloso y valiente y de
cidido . Segun la mayoria de la comision , yo era in
digno de aquel puesto porque ¿ quién no lo es teniendo
las faltas que me imputa } y segun el Ministerio , no
solo era yo acreedor á desempeñar un mando de tanta
importancia , sino necesario en él. Es bien seguro que to
do militar se daria por mas satisfecho con el concepto
del Gobierno , qué desairado con el de la comision. Yo
no puedo menos de reconocer el esceso de bondad con
que el Gobierno del rey 'se ha servido tratarme; pero
es necesario que se reconozca tambien que ha sido ma

(1) Dict. pag . 144


( 32)
yor el esceso de ligereza y de injusticia con que me tra
1a la mayoria de la coinision.
He respondido á los cargos que se me hacen , aun
que con la desventaja de que las circunstancias del mo
mento me han estorbado dar á mis contestaciones to
la estension y la fuerza qne hubieran tenido en otras::
sacrificio que hago con gusto ' en obsequio de mi patria.
No me han sorprendido , como desde luego manifesté;
pero me sorprende, y mucho , el fundamento en que se
pretende apoyarlos; y la seguridad con que se desfigu
ran los hechos más clara y universalmente conocidos.
En un solo documento ha encontrado datos respec
to de mí la mayoria de la comision ( 1 ) ; y este docu
mento es las actas del Ayuntamiento de Madrid. ¡ Las
actas de un Ayuntamiento para decidir sobre la conduc
ta de un gefe militar, y sobre acciones militares! Ser
virán en su caso para justificar si los individuos que le
componen llenan ó no sus deberes , y usan bien ó mal
de sus facultades; mas nunca para deducir las mismas
consecuencias respecto de otra autoridad que no tiene
.con aquella roce alguno, sino á veces el que exige la
urbanidad , y la armonia que debe reinar entre todas.
Me abstengo dehacer otras reflexiones.
-- 1. Pero constę o deje de constar lo que quiera en a
quel documento. Los que pueden deponer sobre mi con
ducta; deeirosionada hice para repeler la agresion , y
si estube débil, indeciso , equívoco ; ó si por el contra
rio manifesté el svigor y pronunciamiento que exige el de
ber militar en circunstanciasi tan arriesgadas; son los dig
nos generales y gefes que desde el momento del peligro
vinieron a auxiliarine , entre los cuales citacé à dos se
ñores D. Francisco Vallesteros, el príncipe de Anglo
na, D. José de Zayas ,D. Miguel Alava , D. Tomás
Moreno y Daoiz . , Don Estanislao Sanchez Salvador,

( 1 ) Dict. pag. 51 .
( 33 )
D. Martin Garcia y Loigorri, D. Martin Gonzalez de
Menchaca , D. Antonio Latorre, gobernador de Madrid ,
D. Ignacio y D.Luis Balanzat , D. Nazario Eguia , & c.
& c. ( 1 ); todos los gefes y oficiales de artilleria que es
tuvieron á mi inmediacion ; los coroneles D. Manuel
O-Doyle y D. Martin Zarandia, que tan notablemen
te se distinguieron ; los gefes de todos los cuerpos de la
tropa permanente , y milicia nacional voluntaria de in.
fanteria y caballeria ; todos en fin los que empuñaron
las armas en aquel dia memorable.
Ellos me vieron desde 30. de Junio hasta 7 de Ju
lio sin descansar un momento de dia ni de noche , re
correr todos los puntos , estar en todas partes ; dar las
órdenes que en cada una exigian las circunstancias: y
en el lance del apuro me vieron observar una conducta
no equívoca sino muy franca ; no indecisa sino muy
decidida ; no omisa sino muy vigilante ; no falta de vi
gor y pronunciamiento sino muy pronunciada y vigo
rosa. Por eso (á pesar de que repetidísimas veces habia
yo pedido y mandado que no se diesen vivas á mi
persona sino á la Constitucion y al Rey constitucio
nal) cuando en la tarde del 7 desfilaron las tropas
por el Parque ; cuando pasé por la plaza de la Consti
tucion donde estaba la inilicia voluntaria; todos esos
valientes patriotas , y todos los ciudadanos recompen
saron largamente mis fatigas con los aplausos que me
prodigaban. Por eso se me daban en todos los papeles
públicos ; por eso se me han dado en miles de enho
rabuenas y felicitaciones que recibí de toda clase de
autoridades , cuerpos y personas de la Península. Por
eso en fin , al entrar yo en las salas consistoriales , los
señores de éste Ayuntamiento mismo (aunque no cons
( 1) Muchos Generales no pudieron ir al Parque, donde yo me
encontraba , porque para casos de esa naturaleza tenian ya deter
minados los puntos à que debian concurrir , y à donde efectiva
mente concurrieron,
5
( 34)
te en sus actas ) me saludaban en aquellos dias de
amargura con los nombres de su libertador y su con .
suelo. Por eso cuando se me encargó el mando poli
tico de esta Provincia manifestaron los mismos señores
la mayor satisfaccion ( ignoro si esto constará en sus
actas) ; lo cual no hubieran hecho á tenerme por equí
voco ó sospechoso. Si enmcdio de aquel conjunto de
aclamaciones , se hubiese presentado alguno á ponerme
las tachas con que ahora me acrimina la comision ¿qué
se hubiera dicho de él?..... Pues la verdad de las co.
sas no varía porque hayan pasado siete meses.
Será ciertamente un fenómeno , que mientras no
se ha dicho cosa alguna á tantos Generales que á ре
sar de sus prendas , han tenido la desgracia de perder
plazas , provincias y egércitos desde la derrota de Oca
ña ; se procese de resultas de una accion feliz al que
la inando , y ha sido feliz siempre. Tengo esa fortu
na y esa gloria: las armas nacionales que han estado
bajo mis órdenes , jamás han sido batidas ; jatnas han
salido de la batalla sin el laurel del triunfo.
Pero la realizacion de ese fenómeno es hoy lo que
mas anhelo . Puesto que se ha tratado de derramar
profusamente inanchas tan negras sobre mi honor y
mi conducta , mi principal interes consiste en que se
me ponga en el caso de lavarlas completamente por
medio de un juicio . Yo quiero y debo presentarme lim
pio de ellas ante todos mis conciudadanos, y particu
larmente ante todos los que componen el heróicó egér
cito español. Por lo que ; suplico encarecida y sincera
mente a los señores diputados , que se sirvan dar sú
voto para que se me exija la responsabilidad : pues de
esta inanera ; Morillo tiene la satisfacción de decir qué
aparecerá tal cual es , y no cual han querido pintarle
los cinco señores de la comision .
Pero tenga este negocio el resultado que tenga, no
puedo perder ocasion tan oportuna para protestar que
(35)
hálleine ensalzado ó perseguido , mordido ó elogiado
sean cuales fuesen sobre mí las combinaciones y miras
de los partidos ; sobrevengan las circunstancias que so
brevinieren : nada en este mundo es capaz de sepa
rarme de mi camino ; el del honor , el patriotismo, y
la lealtad. Si tal vez un dia la independencia y liber
tad de la patria , y el decoro y la gloria del trono
Constitucional reclaman los esfuerzos de todos : mis
detractores huirán del riesgo ; mientras yo volaré á la
lid , y , ó venceré como hasta ahora , ó quedaré en el
campo . Madrid 10. de Febrero de 1823 .

El Conde de Cartagena.
1

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