Pleno - Sentencia 706/2020: Razón de Relatoría
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Sentencia 706/2020
EXP. N.° 01656-2018-PHC/TC
LIMA
MARIO EDUARDO GUERRERO SILVA
RAZÓN DE RELATORÍA
SS.
LEDESMA NARVÁEZ
FERRERO COSTA
MIRANDA CANALES
BLUME FORTINI
RAMOS NÚÑEZ
SARDÓN DE TABOADA
ESPINOSA-SALDAÑA BARRERA
EXP. N.° 01656-2018-PHC/TC
LIMA
MARIO EDUARDO GUERRERO SILVA
En Lima, a los 27 días del mes de octubre de 2020, el Pleno del Tribunal Constitucional,
integrado por los magistrados Ledesma Narváez, Ferrero Costa, Miranda Canales,
Blume Fortini, Sardón de Taboada y Espinosa-Saldaña Barrera, con el abocamiento del
magistrado Ramos Núñez, conforme al artículo 30-A del Reglamento Normativo del
Tribunal Constitucional, pronuncia la siguiente sentencia. Asimismo, se agrega el
fundamento de voto de los magistrados Ledesma Narváez, Miranda Canales y Espinosa-
Saldaña Barrera.
ASUNTO
ANTECEDENTES
Con fecha 2 de agosto de 2017, don Leoncio Moreano Echevarría abogado de don
Mario Eduardo Guerrero Silva interpone demanda de habeas corpus (f. 1), y la dirige
contra el señor Wilbor Alejandro Loyola Cabrera, juez del Segundo Juzgado Penal
Transitorio de Villa El Salvador de la Corte Superior de Justicia de Lima Sur; y los
señores César Augusto Vásquez Arana, Estela Enríquez Sotelo y Javier Antonio Castillo
Vásquez, integrantes de la Segunda Sala Penal de Apelaciones de la Corte Superior de
Justicia de Lima Sur.
Entrevista Única (cámara Gesell) (f. 40) realizada sin la presencia del favorecido y de su
abogado defensor que posibilite ejercer su derecho de defensa y contradicción, es decir,
es una prueba obtenida con infracción de la “Guía de Procedimiento para la entrevista
única de niños, niñas y adolescentes víctimas de abuso sexual, explotación sexual y trata
con fines de explotación sexual”; b) la Pericia Psicológica 002962-2012-PSC es la
reproducción textual del relato de la agraviada, obtenida en la cámara Gesell del 4 de
diciembre de 2012 (f. 52), realizada por la misma psicóloga doña Rosario Arbieto
Sarmiento que la entrevistó sin la presencia del favorecido y de su abogado defensor,
haciendo preguntas ambiguas, capciosas, sugestivas e inducidas, direccionadas y
sugeridas las respuestas para incriminar al imputado; c) el Informe Psicológico 29-
2012/MIMDES/PNCVFS/CEM-VES/PSI/GCT, de fecha 20 de febrero de 2012 (f. 56),
cuyo relato incriminador difiere de lo vertido inicialmente en la cámara Gesell; d) el
Protocolo de Pericia Psicológica 012951-2013-PSC (f. 180) practicado al favorecido
que concluye “(…) a nivel psicosexual, inmadurez puede llevarlo a actuar sin medir las
consecuencias”, lo cual es una apreciación subjetiva que no corresponde al relato del
evaluado, que no fue sometido a un examen de idoneidad en el contradictorio para ser
incorporado en el proceso y virtualidad procesal para enervar la presunción de
inocencia; e) Evaluación Psiquiátrica 081827-2012-PSQ (f. 125) practicada al
favorecido, cuyas conclusiones contienen una apreciación que resulta meramente
subjetiva y arbitraria.
Asimismo, aduce que el juez omitió valorar las pruebas de descargo ofrecidas por
el favorecido, la declaración referencial de la adolescente Ñique Guerrero y diversas
declaraciones testimoniales. Agrega que tampoco se valoró en su integridad la
declaración preliminar e instructiva del favorecido, quien a lo largo de la investigación
ha negado en forma homogénea, coherente y persistente en el tiempo los cargos
incriminados.
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FUNDAMENTOS
Consideraciones previas
2. En el caso materia de autos, este Tribunal advierte que las instancias precedentes
declararon improcedente la demanda; sin embargo, los hechos alegados por el
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Derecho a la defensa
8. Bajo esta misma línea, este Tribunal ha precisado que el derecho a no quedar en
estado de indefensión se conculca cuando los titulares de los derechos e intereses
legítimos se ven impedidos de ejercer los medios legales suficientes para su
defensa; no obstante, no cualquier imposibilidad de ejercer esos medios produce
un estado de indefensión que atenta contra el contenido constitucionalmente
protegido de dicho derecho, sino que es constitucionalmente relevante cuando se
genera una indebida y arbitraria actuación del órgano que investiga o juzga al
individuo (Resolución 00582-2006-PA/TC, Sentencia 05175-2007-PHC/TC, entre
otros).
Principio de legalidad
11. Este Tribunal considera que el principio de legalidad penal se configura también
como un derecho subjetivo constitucional de todos los ciudadanos. Como
principio constitucional, informa y limita los márgenes de actuación de los que
dispone el Poder Legislativo al momento de determinar cuáles son las conductas
prohibidas, así como sus respectivas sanciones. En tanto que, en su dimensión de
derecho subjetivo constitucional, garantiza a toda persona sometida a un proceso o
procedimiento sancionatorio que lo prohibido se encuentre previsto en una norma
previa, estricta y escrita, y también que la sanción se encuentre contemplada
previamente en una norma jurídica.
12. De este modo, la dimensión subjetiva del derecho a la legalidad penal no puede
estar al margen del ámbito de los derechos protegidos por la justicia constitucional
frente a supuestos como la creación judicial de delitos o faltas y sus
correspondientes supuestos de agravación, o la aplicación de determinados tipos
penales a supuestos no contemplados en ellos. El derecho a la legalidad penal
vincula también a los jueces penales y su eventual violación posibilita,
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14. Este Tribunal aprecia que en la Denuncia 601-2012 (f. 62) se señala: “Cuando la
menor (…) tenía ocho (08) años de edad fue víctima de tocamientos indebido por
parte de su primo (…) a finales del año 2006”; y, en la sentencia condenatoria
(f. 210) se indica “(…) la acusación fiscal se sustenta en el hecho de que cuando la
menor (…) tenía 8 años de edad, fue víctima de tocamientos indebidos por parte
de su primo, el procesado Mario Eduardo Guerrero Silva (…) a finales del año dos
mil 2006 (sic)”.
“(…) los supuestos fácticos enunciados por la tesis acusatoria, están referidos al tipo
penal contra la Libertad Sexual, ACTOS CONTRA EL PUDOR EN MENOR DE
EDAD, previsto y sancionado en el Inciso 2 del Primer Párrafo del artículo 176°- A
concordante con el último párrafo del artículo 176° - A del Código Penal, por lo que es
necesario establecer una delimitación técnica de la conducta típica incriminada, que está
referida a que: “El que sin propósito de tener acceso carnal regulado en el artículo 170,
realiza sobre un menor de catorce años u obliga a éste a efectuar sobre sí mismo o
tercero, tocamientos indebidos en sus partes íntimas o actos libidinosos contrarios al
pudor, será reprimido con las siguientes penas privativas de la libertad: 2. Si la víctima
tiene de siete a menos de diez años, con pena no menor de seis ni mayor de nueve
años.” Si la víctima se encuentra en alguna de las condiciones previstas en el último
párrafo del artículo 173 o el acto tiene un carácter degradante o produce grave daño en
la salud física o mental de la víctima que el agente pudo prever, la pena será no menor
de diez ni mayor de doce años de pena privativa de libertad”.
18. En este sentido, la necesidad de que las resoluciones judiciales sean motivadas es
un principio que informa el ejercicio de la función jurisdiccional y, al mismo
tiempo, es un derecho fundamental de los justiciables. Mediante la debida
motivación, por un lado, se garantiza que la impartición de justicia se lleve a cabo
de conformidad con la Constitución y las leyes (artículo 138 de la Constitución) y,
por otro, que los justiciables puedan ejercer de manera efectiva su derecho de
defensa.
20. Esto es así en tanto hay grados de motivación, pues la motivación ausente resulta
inconstitucional; sin embargo, la fundamentación jurídica que presente una
suficiente justificación que sustente lo resuelto no resulta inconstitucional, lo que
debe ser apreciado en el caso en particular (Sentencia 02004-2010-PHC/TC,
fundamento 5).
22. Asimismo, este Tribunal verifica del contenido de la ejecutoria suprema que obra
en autos (ff. 248-269) que esta expone las razones de hecho y derecho que
sustentaron su decisión de confirmar la sentencia de fecha 27 de agosto de 2015.
En ese sentido, se aprecia de fojas 252 a 262 los fundamentos que sostienen la
decisión del Colegiado, como la respuesta sobre la supuesta inexistencia del auto
de avocamiento y que el magistrado habría emitido sentencia condenatoria sin
tener conocimiento de lo actuado (considerando 5.4.4); y el cuestionamiento de
pruebas (considerandos 5.4.5 a 5.4.13).
23. Por todo ello, para este Tribunal queda claro que en las resoluciones judiciales
cuestionadas no se ha vulnerado el derecho fundamental a la debida motivación de
las resoluciones, pues se observa que en estas se expresaron las razones que
llevaron a tomar la decisión en el sentido resuelto.
HA RESUELTO
Publíquese y notifíquese.
SS.
LEDESMA NARVÁEZ
FERRERO COSTA
MIRANDA CANALES
BLUME FORTINI
RAMOS NÚÑEZ
SARDÓN DE TABOADA
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1. La demanda tiene por objeto que se declare la nulidad de: (i) la Resolución 23,
de fecha 27 de agosto de 2015 (f. 210), que condenó al favorecido como autor
del delito contra la libertad ‒violación de la libertad sexual‒ actos contra el
pudor en menor de edad y le impuso diez años de pena privativa de la libertad
con carácter de efectiva (Expediente 00781-2012-0-3004-JM-PE-01); y, (ii) la
resolución de fecha 29 de enero de 2016 (f. 248) que confirmó la sentencia de
primera instancia. Se alega la vulneración, entre otros, del derecho a la defensa.
18. Por otra parte, en cuanto a la alegada afectación del derecho de defensa, sustentada
en que el favorecido habría sido condenado sobre la base de las declaraciones
efectuadas por los menores agraviados en la entrevista única efectuada en la cámara
Gesell, respecto de las cuales no habría tenido oportunidad de defenderse, cabe
señalar que el contenido esencial del derecho de defensa queda afectado cuando, en
el seno de un proceso judicial, a cualquiera de las partes se le impide, por concretos
actos de los órganos judiciales, ejercer los medios necesarios, suficientes y eficaces
para defender sus derechos e intereses legítimos.
EXP. N.° 01656-2018-PHC/TC
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MARIO EDUARDO GUERRERO SILVA
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LEDESMA NARVÁEZ
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