Sesion 4 CI y Leismo

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Curso Integral de Corrección de Estilo Prof. Jesús R.

Huamán Salazar

COMPLEMENTO U OBJETO INDIRECTO

I. Características generales

Es la persona o cosa que recibe indirectamente la acción del verbo o el daño o provecho,
en una clasificación tradicional1. Los complementos indirectos siempre están
encabezados por la preposición a2 y no se alteran cuando se transforman a voz pasiva.

Roberto entregó una flor a Sofía.


Los alumnos dieron las gracias a sus maestros.
Cantó una canción de cuna a su abuelo.

II. Palabras que desempeñan la función de CI

Sustantivo encabezado por a Dieron una nueva oportunidad a los estudiantes.


Entregaron los fólderes a Ana Claudia.
Pronombres átonos Le dieron libertad después de muchos años.
No me ofrecieron ayuda.
Pronombres tónico terminal A mí me ofrecieron un nuevo puesto.
A ti te llevaron los documentos a la oficina.

Pronombres enfáticos ¿A quién diste las llaves?


Pronombres demostrativos e Escribí muchos poemas a esa.
indefinidos No cuentes este chisme a nadie.
Proposiciones subordinadas Escribiré un poema a quien me lo pida.

III. Reconocimiento del CI

1. El complemento indirecto admite la sustitución por los pronombres le, les (dativos).

Rodrigo le entregó una flor.


Los alumnos les dieron las gracias.
Le cantó una canción de cuna.

2. El complemento indirecto siempre va encabezado por la preposición a, a menos que


sea un pronombre.

1
“Se llama complemento u objeto indirectos a la función sintáctica desempeñada por los pronombres átonos de dativo, así
como por los grupos preposicionales encabezados por la preposición a que pueden ser reemplazados por un pronombre de
dativo (Jacinto pidió a su esposa las llaves > Le pidió las llaves), aunque también pueden concurrir con él: Al Rey le han
gustado las capillas que ha visto (Lázaro Carreter, Crónica)”. RAE (2010, p. 671)
2
Se creía antiguamente que la preposición para encabezaba a los CI. Sin embargo, ya no se la considera por su incapacidad
de sustituirse por los pronombres dativos (le, les). En este ejemplo, se puede evidenciar ello: Ana le compró un turrón a
Jesús para sus tíos recién llegados.

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IV. Duplicación del CI


En algunas oraciones puede aparecer el CI duplicado; en cambio, en otras debe
duplicarse. Esta duplicación se presenta con los pronombres dativos.

a. A Milena *gusta la música de Chabuca Granda.


b. A Milena entregué estos sobres para sus padres.

En a es necesario que se agregue el pronombre A Milena le gusta la música de Chabuca


Granda. En b, en cambio, solo es posible A Milena le entregué estos sobres para sus
padres.
Cuando el pronombre tónico desempeña la función de CI, es necesario que aparezca
duplicado con su átono correspondiente.

A nosotros nos encanta la comida china.


A ti te viene bien ese cambio.
A mí me duele mucho la garganta hoy.

EJERCICIOS

 Reconoce el CI en las siguientes oraciones.

1. Trabajamos para nuestros hijos.


………………………………………………………………………………………
2. No le demuestres tu miedo a nadie.
………………………………………………………………………………………
3. Diles la verdad a tus padres.
………………………………………………………………………………………
4. Les devolvimos todas las cajas que nos había prestado.
………………………………………………………………………………………
5. No le afeitó la barba porque no encontró la máquina.
………………………………………………………………………………………
6. Pregúntales a qué hora traerán los muebles.
………………………………………………………………………………………
7. Laura, llama a Magdalena para organizar la fiesta.
………………………………………………………………………………………
8. Ofrecieron un nuevo puesto por su desempeño a nuestro antiguo director.
………………………………………………………………………………………
9. Les entregaron los documentos a tus padres.
………………………………………………………………………………………
10. A mis amigos les gustan las canciones de Nacho Vegas.
………………………………………………………………………………………

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PRONOMBRES ÁTONOS COMO CD O CI

Los pronombres átonos son me, te, se, nos, os, la, los, lo, las, le, les; están
imposibilitados de aparecer sin la presencia de un verbo, y se pueden ubicar antes de ellos
(proclíticos: Le llevé la lonchera) o unidos (enclíticos: Dile eso.)

Pronombres átonos acusativos (CD) Pronombres átonos dativos (CI)


la, los, lo, las le, les

me, te, se, nos, os me, te, se, nos, os

1. Oraciones reflexivas
En este tipo de oraciones el sujeto tiene el mismo referente que los complementos
correspondientes.

Me bañaré pese al frío la barba. (yo)


Te lavas la cara solo. (tú)
Paola se pinta las uñas solo los fines de semana.

Estos pronombres presentan diferentes funciones:


CD
Me afeitaré para ir a la fiesta.
Lávate para que despiertes.
Paola se pinta solo los fines de semana.

CI
Me afeitaré la barba para ir a la fiesta.
Lávate la cara para que despiertes.
Paola se pinta las uñas solo los fines de semana.

Para reconocerlos, en el caso de los pronombres átonos como CI, adquieren la forma le, les, y el CD se
encuentra, en estos ejemplos, como grupo nominal. (Cambia el significado, pero la gramaticalidad no se ve
afectada)
Le afeitaré la barba para la fiesta.
Lávale la cara para que despierte.
Paola le pinta las uñas solo los fines de semana.

2. Oraciones recíprocas
Se denominan así a las oraciones en las que dos o más personas realizan la acción y la reciben
mutuamente. Deben construirse con los pronombres átonos se, nos, os.
Nos veremos la próxima semana.
Se dan la mano como señal de aprecio.

Estos pronombres desempeñan también diferentes funciones.

CD

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Eliana y yo nos llamamos los fines de semana.


Se besaron antes de entrar al salón.
Julio Cortázar y Alejandra Pizarnik se quisieron mucho.

CI

Se besaron las mejillas antes de despedirse.


Julio Cortázar y Alejandra Pizarnik se escribieron cartas algunas veces.
Nos dimos la mano en señal de respeto.

3. Otros casos
Si las oraciones no son reflexivas ni recíprocas y presentan estos pronombres, también
pueden actuar como CD o CI. Si son CD admiten el reemplazo por la, los, lo, las; si son CI,
por le, les.

Me ayudó con la tarea. → La ayudó con la tarea.


Me trajo la tarea. → Le trajo la tarea.
Te llamó cuando más lo necesitabas. → La llamó cuando más lo necesitaba.
Te brindó ayuda en todo momento. → Le brindó ayuda en todo momento.

Completa las oraciones con “me, te, se, nos” y luego indica si es OD u OI.

1. Ayer ME encontré con Gloria y fuimos al teatro. CD


2. Di……… la verdad ahorita mismo.
3. ……… enamoré y qué.
4. ……… parece realmente extraño que vengas acá.
5. Otra vez ……… vi caminando de la mano con esa chica.
6. ……… abrazan para perdonarse todas las ofensas.
7. Juan y Jorge ……… dan la mano en señal de aprecio.
8. ……… amamos más allá de los chismes y ofensas.
9. Dolores, cánta……… ese hermoso bolero nuevamente.
10. ……… llamaré mañana o tal vez el sábado.

 Subraya el CD o el CI de las siguientes oraciones, si los tuviera.

1. La caja te la devolverán la próxima semana.


……………………………………………………………………………………
2. Ayer vimos una sensacional película de Scorsese.
……………………… ……………………………………………………………
3. El dinero lo recoges en secretaría.
…………………………………………………………………………………….
4. Paola y Miguelito se dieron el sí ayer en esa iglesia.
……………………………………………………………………………………
5. No es urgente establecer nuevas medidas.

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……………………………………………………………………………………
6. No me devolvió el dinero que le presté.
……………………………………………………………………………………
8. Pensé que estarías dormida.
……………………………………………………………………………………
9. Algunos obtendrán su merecido en estas elecciones.
……………………………………………………………………………………
10. A Carla la vieron entrando al cine con su enamorado.
……………………………………………………………………………………
11. María compró un par de aretes para su hermana.
……………………………………………………………………………………
12. Todo el día nos dio una gran motivación.
……………………………………………………………………………………
13. Tú le dijiste la verdad a ese desgraciado.
……………………………………………………………………………………
14. Le traje a Sofía el libro que me pidió.
……………………………………………………………………………………
15. Una de las hermanas Pérez ganó el premio.
……………………………………………………………………………………
16. Me gusta la voz de Melisa.
……………………………………………………………………………………
17. La llevaron con urgencia a la posta más cercana.
……………………………………………………………………………………
18. En la Vía Expresa, me detuvo la policía de La Victoria.
……………………………………………………………………………………
19. El viernes me lo entregas antes de las clases, por favor.
……………………………………………………………………………………
20. Devuélveme el rosario de mi madre.
……………………………………………………………………………………

LEÍSMO

Definición:
Es el uso impropio de le(s) en función de complemento directo, en lugar de lo (para el
masculino singular o neutro), los (para el masculino plural) y la(s) (para el femenino), que
son las formas a las que corresponde etimológicamente ejercer esa función.

Información adicional

Los pronombres le, les proceden, respectivamente, de las formas latinas de dativo illi, illis. El dativo es el caso
de la declinación latina en el que se expresaba el complemento indirecto. Por ello, la norma culta del español
estándar establece el uso de estas formas para ejercer dicha función, independientemente del género del
sustantivo al que se refiere el pronombre: «Conocí a un cirujano plástico a quien LE conté mi problema»; «Yo
nunca LE conté a mi madre eso»; «Al despedirlos LES di veinte pesos». Por tanto, son casos de leísmo usos
como los siguientes, en los que le funciona como complemento directo: «Era Huayna Cápac, según dicen
muchos indios que LE vieron y conocieron, de no muy gran cuerpo»; «Mis parientes les llamaron ayer».

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Origen

El leísmo, al igual que otros fenómenos paralelos relacionados con el uso antietimológico de los pronombres
átonos de tercera persona, surge en Castilla durante la Edad Media. Todos estos fenómenos parecen deberse
al nacimiento, en época temprana de la evolución del castellano, de una tendencia que, a diferencia de lo que
ocurría en latín, en lugar de distinguir funciones gramaticales a través de las distintas formas pronominales
—le(s) para el complemento indirecto y lo(s), la(s) para el complemento directo—, tiende a diferenciar entre
masculino y femenino, por un lado, y entre persona y cosa por otro; también influye en muchos casos la
condición de contable o no contable del referente. Muy a grandes rasgos, la distribución, en este nuevo
sistema, sería la siguiente: le(s) para el masculino de persona; lo(s) para el masculino de cosa, y la(s) para el
femenino de persona y de cosa. El leísmo se documenta desde los primeros textos medievales castellanos.
No obstante, en el siglo XIII, época de la reconquista de casi toda Andalucía, este fenómeno no se hallaba lo
suficientemente extendido como para instalarse en la norma andaluza y, por consiguiente, tampoco caló en
el español atlántico (Canarias e Hispanoamérica). Así pues, y en líneas muy generales, suelen distinguirse
dos zonas: una marcadamente leísta, que abarca el área central y noroccidental de Castilla —junto con focos
aislados en ciertos países hispanoamericanos— y otra no leísta, que abarca la mayor parte del mundo
hispánico.

Usos aceptados

1. Debido a su extensión entre hablantes cultos y escritores de prestigio, se admite el uso


de le en lugar de lo en función de CD cuando el referente es una persona de sexo
masculino:
Tu padre no era feliz. Nunca LE vi alegre; Le vi ayer en tu casa. (a él)

En cambio, el uso de les por los cuando el referente es plural no está tan extendido como
cuando el referente es singular, por lo que se desaconseja en el habla culta:

Casi nunca LES vi con chicas.

El leísmo no se admite de ningún modo en la norma culta cuando el referente es


inanimado:

El libro que me prestaste LE leí de un tirón.


Los informes me LES mandas cuando puedas.

Tampoco se admite cuando el referente es una mujer:


LE consideran estúpida.

2. El panorama dista mucho de ser sencillo. Por una parte, el leísmo no es un fenómeno que
se dé uniformemente en las zonas consideradas leístas; por otra, en las zonas no leístas
se documentan casos de leísmo, algunos solo aparentes, explicables por distintas razones:

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a) Los verbos llamados de «afección psíquica» —los que designan procesos que afectan al
ánimo o producen acciones o reacciones emotivas, como afectar, asustar, asombrar,
convencer, divertir, impresionar, molestar, ofender, perjudicar, preocupar, etc.—,
dependiendo de distintos factores, admiten el uso de los pronombres de acusativo —
lo(s), la(s)— y de los pronombres de dativo —le(s)—. La elección de unos u otros
depende básicamente de si el sujeto es o no agente activo de la acción y del grado de
voluntariedad que tiene o se le atribuye con respecto a la acción designada por el verbo:
si el sujeto es animado y se concibe como agente de la acción, el complemento verbal
suele considerarse directo y se usan los pronombres de acusativo (A mi
madre LA asombro cuando como mucho); si el sujeto es inanimado o es una oración y,
por tanto, no puede ser concebido como agente directo de la acción, el complemento se
considera indirecto y se usan los pronombres de dativo (A mi madre LE asombra mi
apetito).

Por otro lado, con sujetos animados puede darse también esta alternancia, dependiendo
de si la acción denotada por el verbo es realizada voluntariamente o no por el sujeto:

Su padre, que se había disfrazado, LO asustó (le dio un susto a propósito).


Su padre, que se había disfrazado, LE asustó (el susto es involuntario; lo causa el hecho
de ir disfrazado).

Con sujetos no animados influyen también otros factores; por ejemplo, cuando el sujeto
va antepuesto, es más frecuente el uso del pronombre de complemento directo:
Mi actitud LO decepcionó.

Cuando el sujeto va pospuesto, es más frecuente el uso del pronombre de complemento


indirecto:
Nunca LE decepciona mi actitud.

Su hermano LO escandalizó.
A mi madre LE escandalizaba que dijera aquellas blasfemias.
Agarra a una mujer que baila, LA asusta y luego se va.
De pronto LE asustó morir.

En Perú y en los países del Cono Sur se usan de modo casi exclusivo con estos verbos
las formas propias del complemento directo:
La entrevista LO disgustaba.
Ese pensamiento LO preocupa.
A Max LO asombraban siempre estas pequeñas cosmogonías.

b) Los llamados «verbos de influencia» —los que expresan acciones que tienen como
objetivo influir en una persona para que realice una determinada acción, como autorizar,
ordenar, invitar (‘animar’), permitir, exhortar, etc.—, forman parte de la siguiente
estructura: «verbo de influencia + complemento de persona + verbo subordinado, en
infinitivo o precedido de que, o un nombre de acción»:

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Le ordené ejecutar la sentencia / Le ordené que ejecutara la sentencia / Le ordené la
ejecución de la sentencia.

El complemento de persona es indirecto con los verbos permitir, prohibir, proponer,


impedir, mandar y ordenar:
Esa experiencia LE permitió vivir a su manera; LE prohibió salir de la capital hasta nueva
orden; LE propuso hacer un viaje a la costa; La penumbra LE impide ver con
claridad; Quién LE manda soltar pendejadas; La Policía LES ordenó que no lo hicieran.

Por el contrario, el complemento de persona es directo con los verbos de influencia que
llevan, además, un complemento de régimen, esto es, un complemento precedido de
preposición, como obligar A, invitar A, convencer DE, incitar A, animar A, forzar A,
autorizar A, etc.:
Una barrera LOS obligó a desviarse; LA convenció de que vendiera un anillo de
brillantes; Ella LO incitó a seguirla.

Los verbos hacer y dejar, cuando tienen sentido causativo, esto es, cuando significan,
respectivamente, ‘obligar’ y ‘permitir’, siguen la misma estructura que los verbos de
influencia:
«verbo causativo + complemento de persona + verbo subordinado».
Tanto hacer como dejar tienden a construirse con complemento directo si el verbo
subordinado es intransitivo:

Él LA hizo bajar a su estudio y le mostró el cuadro; LO dejé hablar.

Además, tienden a construirse con complemento indirecto cuando el segundo verbo es


transitivo:
Alguien lo ayudó a incorporarse, lo estimuló y hasta LE hizo tomar café.
El alcaide de la cárcel LE dejaba tocar el banjo todas las mañanas.

c) Cuando los «verbos de percepción» ver y oír se construyen con un complemento de


persona y una oración de infinitivo en función de complemento predicativo, el
complemento de persona es directo:
LO vimos subirse a un taxi; Nadie LA oyó gritar; LA vi besarlo.

No obstante, cuando el infinitivo es un verbo transitivo que lleva a su vez un


complemento directo, no es raro usar los pronombres de dativo le, les para representar el
complemento de persona:
Yo también LE oí decir eso; Una vez LE vi servir una ensalada.

En estos casos, el complemento de persona presenta rasgos de complemento indirecto,


como su conversión en se ante el pronombre que representa el complemento directo del
infinitivo

Vi a Pedro guardar el informe > SE LO vi guardar; Oí a María cantar una canción > SE
LA oí cantar. Sin embargo, cuando el complemento directo del infinitivo es una persona,
el complemento de persona del verbo principal no admite ser representado por se: Vi a

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Pedro abrazar a su padre > *SE LO vi abrazar; Oí a María insultar a su vecina > *SE
LA oí insultar.

d) Hay verbos que se construyen con complemento directo de cosa e indirecto de persona:
El camarero sirvió la cerveza a Pedro; Robaron el bolso a María; El atracador pegó una
paliza a la dependienta; El acusado escribió una carta al juez; El médico curó la herida al
torero.

Con muchos de estos verbos es frecuente omitir el complemento directo por estar
implícito o sobrentendido. Cuando esto ocurre, el complemento de persona, antes
indirecto, pasa a funcionar como complemento directo si es posible la transformación en
pasiva y el enunciado pasivo mantiene el mismo significado que el activo:
El médico curó al torero / El médico LO curó (admite la pasiva sin cambio de
significado: El torero fue curado por el médico).
Si no es posible la pasiva, o si el enunciado pasivo implica un cambio de sentido con
respecto a la oración activa, el complemento de persona sigue funcionando como
complemento indirecto: Escribí a mi hija / LE escribí (ya que no es posible la pasiva *Mi
hija fue escrita por mí); Abrió a su vecino / LE abrió (no es posible la pasiva *Su vecino
fue abierto sin que implique un cambio de sentido).

e) Otro grupo que ofrece confusión es el formado por verbos que han cambiado o están
cambiando su régimen, esto es, que se construían habitualmente en el español medieval
con pronombres de dativo, como en latín, y que hoy están pasando a construirse
mayoritariamente con pronombres de acusativo, como es el caso de ayudar u obedecer.
Este proceso de cambio no se ha dado de manera uniforme en todas las áreas. Así, en las
zonas no leístas del norte de España el régimen habitual es el dativo:
Vidal LE ayudó. Y entre los dos lograron acercarlo al desmonte.

En América está prácticamente generalizado el acusativo, sobre todo en los países del
Cono Sur: Natí LO ayudó a subir.

f) Es habitual que en las oraciones impersonales con se el complemento directo,


especialmente cuando es masculino, se exprese con las formas de dativo y no con las de
acusativo, como correspondería a la función desempeñada:
Se LE considera el mejor actor de su tiempo; Se LES vio merodeando por la zona.

Parece demostrado que este tipo de oraciones se construían originariamente en castellano


con pronombres de dativo. El uso de le(s) se ha mantenido mayoritariamente, tanto en
España como en gran parte de América, cuando el complemento directo es masculino:
A su bisabuelo hoy no le hubieran permitido vivir como vivió: se LE consideraría como
un ejemplo de inmoralidad
Se LE vio [al niño] algunas veces contento.
Se LE obligó a aceptar el régimen de encomienda.
En los puertos y rincones del Caribe se LE conoció siempre como Wito.
Al rey se LE veía poco

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Sin embargo, cuando el complemento directo es femenino, lo normal es usar la(s):
Se LA veía muy contenta; aunque no faltan ejemplos de le(s): Tan enamorada
se LE observaba, tan desencajadamente arrebolada se LE veía.
Se trata de un caso especial en el que se emplean desde los orígenes las formas de dativo
en función de complemento directo. No obstante, muchos hablantes, conscientes de que
la función que cumple el pronombre en ese tipo de oraciones es la de complemento
directo, emplean en estos casos los pronombres de acusativo, uso generalizado en los
países del Cono Sur: Se LO veía zigzaguear entre los autos; ¡No se LO puede andar
molestando por trivialidades!; Nunca se LO vio ladrar ni gruñir.

g) Otro caso de leísmo generalizado en todo el mundo hispánico es el llamado «leísmo de


cortesía». Se trata del uso de le(s) en función de complemento directo cuando el referente
es un interlocutor al que se trata de usted. Este leísmo se justifica por el deseo de evitar
la ambigüedad de sentido que acarrearía el uso de los pronombres de acusativo lo(s),
la(s), ya que estos podrían referirse tanto a un interlocutor presente como a una tercera
persona no partícipe en la conversación:
Ande, y discúlpelo [a él], que yo en seguida LE acompaño [a usted].
Que Dios LE acompañe y LE proteja.
Yo aquí LE espero.
¿Quiere que LE acompañe? [Dirigido a una mujer]

No obstante, también se documentan ejemplos en los que no se da este tipo de leísmo,


especialmente en el Perú y los países del Cono Sur:
LO acompaño, sargento.

Aunque el «leísmo de cortesía» no está tan generalizado cuando el interlocutor es


femenino, debe considerarse aceptable, especialmente en fórmulas fijas de saludo o
despedida del tipo LE saluda atentamente y similares.

3. En algunas zonas de España y América se producen casos de leísmo debidos al contacto


del español con otras lenguas que se caracterizan por no contar con distinción de género
y por marcar el número y el caso de forma muy diferente al español. Estas lenguas son el
quechua, el aimara, el guaraní y el vasco. Las confusiones tienen su origen en la dificultad
que plantea el uso correcto del español a los hablantes que normalmente se expresan en
esas otras lenguas. En muchos casos estos usos no son exclusivos de los hablantes
bilingües de escasa formación, sino que, en general, han pasado a formar parte del habla
corriente de las respectivas zonas, pero no se consideran admisibles desde el punto de
vista de la norma culta estándar (salvo el leísmo de persona con referente masculino
singular):

a) En el Ecuador, el contacto con el quechua (allí llamado quichua) da lugar a la


utilización exclusiva de le(s), independientemente de la función sintáctica que
desempeña el pronombre y del género de su antecedente: «LE encontré
acostada» (Icaza Cholos [Ec. 1938] 176).

b) En las zonas andinas del Perú, Bolivia y el noroeste de la Argentina, el español ha


convivido o convive con el quechua y el aimara. Como consecuencia de esta

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coexistencia, a veces se documentan en estas zonas usos de le(s) en función de
complemento directo, tanto masculino como femenino, especialmente si el referente
es animado:
Los policías LE cogieron de la cintura, LE levantaron en vilo y LE lanzaron a la caja
del camión» (Ribeyro Geniecillos [Perú 1983]).

c) En el Paraguay, el guaraní es lengua oficial junto con el español. El bilingüismo es


prácticamente general y la consecuencia principal de la influencia del guaraní en el
español hablado en esta zona es el uso exclusivo de le con referentes tanto animados
como inanimados, independientemente de la función sintáctica del pronombre y del
género de su antecedente: «Si vos esa pregunta LE trasladás a Oviedo
y LE trasladás a Nenín Viveros Cartes y te dicen la misma cosa [...], quiere decir que
es un verdadero genio, Nicolás» (Abc [Par.] 19.12.96). En ciertas zonas del noreste
de la Argentina, el español se halla en contacto con el guaraní, por lo que se
encuentran manifestaciones leístas semejantes a las paraguayas. Sin embargo, no
están tan extendidas entre las capas cultas por el influjo que en estas ejerce la norma
estándar nacional, que rechaza fuertemente el leísmo.

EJERCICIOS

Identifique qué oraciones presentan casos de leísmo.

1. A la policía se le respeta.
2. A María, la del sombrero rojo, le llamé para que me acompañe al cine.
3. Todas las mañanas les entrego a mis hermanos las llaves, pues yo las olvido siempre.
4. Le ofrecí apoyo a mis alumnos con sus notas de Álgebra.
5. “No entiendes que estas a merced de un demente.
Él hace de ti lo que quiere, y tu no le amas le temes”. (Luis Enrique)
6. “Amiga, yo le siento celos hasta el propio viento.
Lo mío es un amor voraz que crece como el fuego”. (E. Santiago)
7. Algunos le llaman tonto; en cambio, otros le dicen sabio.
8. Le preguntaron por ti, y no les respondió nada a nadie.
9. La invitación le entregué a todos los padres de familia.
10. A los alumnos más destacados les llevaremos de paseo con sus mejores amigos.
11. Le invité a bailar.
12. Le invité un vinito.
13. A Rosaura se le veía tan elegante con ese vestido negro.
14. Le dejé bailar un huainito.
15. Le dejé hablar de sus aventuras.

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