Sesion 6 Adjuntos y Predicados Secundarios
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Huamán Salazar
CIRCUNSTANCIALES
I. Características generales
Un complemento circunstancial es un adjunto que complementa la acción del verbo,
pero que no está exigido por él.
IV. Reconocimiento
2. Puede ir precedido por cualquier preposición, pero el verbo no lo exige; por ello,
puede eliminarse.
EJERCICIOS
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18. Olvidé en tu casa mis documentos.
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19. Dejé en tu casa mis documentos.
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20. Abrió la puerta con una llave diferente.
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EL ATRIBUTO
DEFINICIÓN
Se denomina atributo la función desempeñada por grupos sintácticos cuyo contenido se predica,
normalmente a través de un verbo, del referente denotado por un grupo nominal o por una
oración sustantiva. La atribución se realiza en distintos tipos de construcciones:
a) Con los verbos copulativos ser, estar y parecer. Son verbos que poseen escaso contenido
léxico y que sirven de unión entre una predicación no verbal y el sujeto: Su hijo es
encantador; La gente estaba contenta; La ciudad parece tranquila. Estos atributos
pueden ser sustituidos por el pronombre neutro lo: Lo es; Lo estaba; Lo parece.
b) Con verbos semicopulativos o pseudocopulativos, es decir, verbos plenos que, al recibir
el atributo, modifican su significado y sus propiedades gramaticales. Así se observa en
estos pares:
Los atributos de los verbos semicopulativos rechazan la sustitución por el pronombre lo:
Resulta original > *Lo resulta.
c) Con verbos plenos, es decir, verbos dotados de significado léxico cuya estructura
argumental no requiere la presencia de un atributo: Ingresó en la maestría muy bien
preparado. En este caso el atributo recibe el nombre de complemento predicativo.
El atributo no es ni argumento ni adjunto, sino predicado, ya que simplemente vincula dos segmentos. En Puig
es mi novelista favorito, el verbo ser solo une al sujeto (Puig) con el atributo (mi novelista favorito).
Curso Integral de Corrección de Estilo Prof. Jesús R. Huamán Salazar
Según los grupos sintácticos que los constituyen, los atributos pueden dividirse en adjetivales,
nominales, preposicionales y adverbiales. Con más restricciones, también pueden ser atributo
oraciones subordinadas de diversos tipos.
b) Atributos nominales. Se combinan con facilidad con los verbos copulativos ser y
parecer (Luis es médico; Parece un buen especialista) y con los semicopulativos hacerse,
resultar y volverse (Se hizo aviador; Resultó la persona indicada), pero rechazan, por lo
general, el verbo estar y algunos semicopulativos, como ponerse.
e) Atributos oracionales. Pueden realizar esta función las subordinadas sustantivas que
aparecen en definiciones y explicaciones (Ser famoso es que lo paren a uno por la calle;
Vivir es sufrir), y algunas relativas (Los hay que no saben nada; Lo encontré como me lo
imaginaba; Lo vieron que salía corriendo).
Diferencia general entre ser y estar. Los atributos que se construyen con ser suelen designar
propiedades, permanentes o no, que sirven para caracterizar a los individuos independientemente
de cualquier situación concreta (Es alto; Es diestro; Es mudo). Los que se construyen con estar
aluden a algunos de sus estados transitorios (Está triste; Está solo).
Como consecuencia de ello, los atributos construidos con estar exigen una vinculación temporal.
Así, si se dice de alguien que es simpático, se entiende que lo es siempre o habitualmente, pero si
se dice que está simpático, implica que lo es un momento o un período determinado. Se elige, por
ello, estar para aludir al resultado de un cambio de estado (El suelo está sucio) o al
comportamiento momentáneo o circunstancial de alguien (El gobernador estuvo cruel en su
discurso).
Copulativas con atributos locativos. En función de su sentido general, estar es el verbo más
adecuado para los atributos que sitúan algo en un lugar: El jefe no está en su despacho; ¿Dónde
estás? No obstante, cuando se sitúan en el espacio o en el tiempo acciones o sucesos, se emplea
ser: La reunión es aquí.
Copulativas con atributos nominales. Lo normal es que, cuando el atributo es un grupo nominal,
se construya con ser: Aquel hombre era {un desastre ~ cocinero ~ el jefe de Fernando}. Pueden
ser de dos clases:
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a) Caracterizadoras o adscriptivas. Con ellas se dice a qué clase pertenecen los seres: Ese
metal es cobre; Ángel es cocinero. En todas ellas el atributo puede sustituirse por lo
(Ángel lo es) o por un demostrativo neutro (Ángel es eso, cocinero), y se pregunta por él
usando qué: ¿Qué es Ángel?
b) Identificativas o ecuativas. Expresan la identidad de personas o cosas. Así, al decir Ana
es la enfermera, no se comunica una propiedad de Ana, sino que se señala quién es. El
atributo de estas oraciones responde a los interrogativos quién o cuál (¿Quién es Ana?;
¿Cuál es tu abrigo?), y se sustituye por demostrativos no neutros (Ana es esa; Mi abrigo
es este). En las oraciones identificativas, el atributo es un grupo nominal definido.
Copulativas con atributos adjetivales. Son las más habituales, y se construyen con ser o estar
de acuerdo con su significado.
Eligen ser:
a) Los adjetivos de relación que pueden ser atributos: digital, geográfico, literario, musical,
político…
b) Los que expresan verdad o certeza: cierto, evidente, obvio, seguro. No obstante, algunos
admiten también estar: {Es ~ Está} claro.
c) Los que expresan frecuencia o infrecuencia, predicados de situaciones o estados
permanentes: habitual, normal, raro…
d) Los de valor causativo: angustioso, preocupante, terrorífico…
e) Muchos de naturaleza evaluativa, que admiten como sujeto subordinadas sustantivas: Es
posible que llueva. No obstante, algunos de ellos se construyen con estar: Está feo que
lo diga yo.
Eligen estar:
a) Los adjetivos formados sobre antiguos participios, como contento, descalzo, desnudo,
lleno, quieto, vacío…
b) Los participios que expresan el resultado de un proceso de cambio: Está {cansado ~
herido ~ prohibido}.
En algunos adjetivos se perciben cambios de significado según se construyan con uno u otro
verbo. Así ocurre, por ejemplo, con ser listo (‘inteligente, despierto’) ~ estar listo (‘preparado’);
ser rico (‘adinerado’) ~ estar rico (‘sabroso’); ser vivo (‘listo’) ~ estar vivo (‘con vida’).
En la aparición de ser o de estar intervienen otros factores sintácticos y semánticos. Los
dativos simpatéticos favorecen la presencia de estar (Los zapatos son grandes /Los zapatos me
están grandes ~ ... me quedan grandes). Ciertas propiedades se predican con estar o con ser en
función de que el sujeto designe o no un ser humano: Su marido estaba grave, frente a La
enfermedad {*estaba ~ era} grave.
EL VERBO PARECER
Este verbo puede ser copulativo, pero también pertenecer a otras clases sintácticas. Estos son
sus tres usos básicos:
b) Auxiliar de una perífrasis (como poder) (Las perífrasis verbales). Cuando parecer va
seguido de un infinitivo, como en La tensión parecía disminuir, no se comporta como un
verbo copulativo típico, en cuanto que tiende a rechazar la sustitución por lo.
c) Verbo introductor de una aserción. Parecer puede construirse con una oración
subordinada sustantiva introducida por que, como en Parece que no me oye. En estos
casos, la subordinada actúa como sujeto (como en las oraciones correspondientes
construidas con suceder o resultar), por lo que en estos usos parecer no se comporta
como verbo copulativo.
Verbos semicopulativos
Se distinguen fundamentalmente tres tipos:
a) Verbos de cambio. Denotan el paso de un estado a otro. Los más usados son hacerse,
volverse, ponerse, quedar(se). Los dos primeros se corresponden con ser y los dos
últimos con estar: El cambio {era ~ se hacía ~ se volvía ~ *estaba ~ *se ponía ~ *(se)
quedaba} inevitable; La muchacha {estaba ~ se quedó ~ se puso ~ *se volvió ~ *se hizo}
contenta. A ellos se añaden otros verbos semicopulativos de cambio, como acabar (Los
asistentes acabaron borrachos), caer (Al poco tiempo cayó enfermo), resultar (El edificio
resultó alcanzado), salir (Salió elegido por una amplia mayoría), terminar (Julio e Isabel
terminaron casados).
b) Verbos de permanencia, persistencia o continuidad. Indican que una situación está
vigente. A este grupo pertenecen andar (Julián anda enamorado), conservarse (Se
conserva joven), continuar (Continúa enfermo), mantenerse (Se mantuvo firme),
permanecer (Permaneció fiel), seguir (Sigue callada).
c) Verbos de manifestación o presencia de estados o propiedades. Los principales son
encontrarse (Aquel día me encontraba enfermo), hallarse (La señora se hallaba
indispuesta), mostrarse (Las medidas se mostraron ineficaces), presentarse (El negocio
se presenta difícil), revelarse (El nuevo jefe se ha revelado como un perfecto inútil).
EJERCICIOS
1. Para establecer correctamente la concordancia del verbo ser en las oraciones copulativas,
ha de tenerse en cuenta lo siguiente:
a) Como norma general, ser debe concertar con el sujeto en número y persona: «Este club es
una maravilla»; «Algunas cosas son el colmo de la dificultad»; «Vosotros sois gente que
vive en Buenos Aires»; «Ustedes son mi familia».
c) Cuando el sujeto y el atributo son dos sustantivos que difieren en número, lo normal es
establecer la concordancia con el elemento plural: «Mi infancia son recuerdos de un patio
de Sevilla»; «Todo eso son falacias»; «La primera causa de regresión de la especie son las
alteraciones de su hábitat». No obstante, en algunos casos es posible establecer la
concordancia también en singular, en especial cuando uno de los dos sustantivos tiene
significado colectivo, o cuando, siendo un plural morfológico, se refiere a un concepto
unitario: «Quienes desarrollaron la cultura de La Venta era gente de habla maya»; «El
sueldo es tres mil dólares al mes»; «Las migas ruleras es un postre que se reserva para la
cena».
3. uno de los que + verbo. La presencia de dos elementos en esta construcción, uno singular
(uno) y otro plural (los que), hace que se vacile entre poner el verbo en singular o en
plural: «Uno de los que LOGRÓ llegar a la orilla [...] hubo de lanzarse de nuevo al
agua»; «Uno de los que VOTARON en contra fue el exministro sin cartera». La concordancia
gramaticalmente más correcta es la que lleva el verbo en plural, pues el sujeto es, en estos
casos, el relativo plural los/las que; pero se admite también la concordancia en singular. Si
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esta construcción forma parte del atributo de una oración copulativa y el sujeto del
verbo ser es un pronombre de primera o de segunda persona del singular (yo, tú/vos), el
verbo de la oración de relativo debe ir en tercera persona, preferentemente del plural,
aunque también se admita el singular: «Yo era uno de los que PUGNABAN para que la
Basílica se constituyera en diócesis autónoma»; «Yo fui uno de los que BESÓ su mano»; no
es correcto poner el verbo en primera o segunda persona del singular: «Vos eras uno de
los que ESTABAS con la gente que huyó».
4. yo soy de los que, tú eres o vos sos de los que + verbo. Se trata de una construcción
partitiva en la que se ha elidido el indefinido uno (soy [uno] de los que, eres/sos [uno] de
los que), por lo que la concordancia se atiene a los mismos criterios expresados en el párrafo
anterior; así, el verbo de la oración de relativo deberá ir, preferentemente, en tercera
persona del plural, en concordancia estricta con su sujeto gramatical, que es el relativo
plural los/las que: «Soy de los que PIENSAN que solo la vida intensamente vivida merece la
pena»; menos recomendable, aunque admisible, es poner el verbo en tercera persona del
singular, concordando con el indefinido elidido uno: «Yo soy de los que CREE que a la
historia no la para nadie»; pero debe evitarse la concordancia en primera o segunda
persona del singular: «Soy de los que PIENSO que este es un proceso que se tiene que
hacer bien».
5. yo soy el que (o quien), tú eres o vos sos el que (o quien) + verbo. Se trata de oraciones
copulativas enfáticas cuyo atributo es una oración de relativo sin antecedente expreso. Si
el sujeto del verbo ser es un pronombre de primera o de segunda persona del singular (yo,
tú/vos), el verbo de la oración de relativo puede ir, bien en tercera persona del singular, en
concordancia estricta con su sujeto gramatical (el/la que o quien), opción mayoritaria en el
habla culta: «Yo soy el que MANDA acá»; bien en primera o segunda persona del singular,
concordando con el sujeto del verbo ser, opción habitual en el habla coloquial y que
expresa mayor implicación afectiva por parte del hablante: «Por primera vez en mi vida yo
soy la que TENGO el control». Si se invierte el orden y la oración de relativo antecede al
verbo ser, es menos frecuente que el verbo aparezca en primera o segunda persona; así, es
más normal decir El que manda soy yo que El que mando soy yo. Cuando el sujeto de ser es
un pronombre de primera o segunda persona del plural (nosotros, vosotros), el verbo de la
oración de relativo no va nunca en tercera persona, sino que la concordancia se establece
siempre con el pronombre personal: «Nosotros somos los que MANDAMOS».
DEFINICIÓN
Se aplica la denominación de complementos predicativos (o simplemente predicativos) a un tipo
de atributos que se construyen con verbos plenos: Julio llegó radiante. Obsérvese que en esta
oración se dice que Julio llegó y que, cuando llegó, estaba radiante. Así pues, el predicativo añade
a la predicación principal otra secundaria (Predicados), a diferencia de los atributos examinados
anteriormente. No admiten la sustitución por lo, con la excepción del verbo llamar: A Lola la
llamaban «la Faraona» > Se lo llamaban.
Complementos predicativos del sujeto. Suelen expresar, a través de un verbo pleno, estados
circunstanciales de personas o cosas, como en Noelia caminaba exhausta, frente a Noelia quedó
exhausta, con verbo semicopulativo.
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Complementos predicativos del complemento directo. Pueden ser adjetivos (Lo compraste
caro), sustantivos (Lo eligieron alcalde), grupos preposicionales (Envió la carta sin estampilla),
adverbios de modo (Te veo estupendamente) o de lugar (La quiero aquí), locuciones adjetivas o
adverbiales (La llevaba en volandas) y también oraciones (Lo prefiero que tenga aire
acondicionado).
EJERCICIOS
BIBLIOGRAFÍA