Alega
Alega
Alega
El daño moral, en su
cuantificación expresado por mi parte, resulta procedente,
siendo así porque, habiendo quedado fehacientemente
acreditadas las lesiones sufridas por el Sr. Estevecorena
con motivo del accidente que nos ocupa (que fueron transcriptas en el
Informe Médico Psicológico y Médico Legal o Legista, que me remito en honor a la brevedad) ;
desarrollando en el futuro, cortes por día horas trabajadas mínimo el SMVM- , y computando
asimismo sus posibilidades de incrementos futuros, lleguen
a una suma tal que, invertida en alguna actividad
productiva, permita a la víctima obtener mensualmente -entre
ese margen de beneficios y el retiro de una porción del capital, seria mínimo un salario SMVM,
multiplicado por 12, éste por los años que resta de Jubilación y daría el monto en mínimo para
que pueda ser resarcido el actor- una cantidad equivalente a aquellos
ingresos frustrados por el hecho ilícito, de modo tal que
ese capital se agote al término del período de vida
económicamente activa que restaba al damnificado.
Los perjuicios físicos y psíquicos deben
ser valorados en forma conjunta, porque los porcentajes de
incapacidad padecidos por el damnificado repercuten
unitariamente, lo cual aconseja que se fije una partida
indemnizatoria que abarque ambos aspectos ya que, en
rigor, si bien conformarían dos índoles diversas de
lesiones, se traducen en el mismo daño, que consiste, en
definitiva, en la merma patrimonial que sufre la víctima
por la disminución de sus aptitudes y para el desempeño de
cualquier trabajo o actividad productora de beneficios
materiales,
materiales, no corresponde otorgar una suma específica por
“daño psíquico”, sin perjuicio de que sus repercusiones
sean tenidas en cuenta al tratar la incapacidad
sobreviniente y el daño moral.
Desde un punto de vista genérico, la
incapacidad puede definirse como “la inhabilidad o
impedimento, o bien, la dificultad apreciable en algún
grado para el ejercicio de funciones vitales” (Zavala de
González, Matilde, Resarcimiento de daños, Hammurabi, Buenos Aires, 1996, t. 2a, p. 343).