Legiones y Falanges 5 1942 N o 19 Literatura Fascista
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Diario de la mañana
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© Biblioteca Nacional de España
REVISTA IJE ITALIA T ESPANA
EDICION ESPAÑOLA
MAYO-JUNIO 1942 ~
ANO II ~
NUM. XIX
S U M A R 1 O
PORTADA. LA CUERDA EiV El BHSIEltTO
La guarro, eu el Este.
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EXÍRAOR RACIC)
ONCERTADO
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FRANQUEO HERMOSILLA, 73, MADRID
ITALIA ESPANAé@HISTGRIA
UCJIAS veces, en mis frecuentes ex- biendo a la faz de la
Europa medieval ciertos
cursiones por los campos de la Historiz
no
fuerte, sol ardzente, oías
bmllantes, rostros
derechos a una coronilla
en Italia; y, más tar- cetrinos, talles enjutos.
Universal, las particulares de ambos de, la unión de aragoneses y sicilianos bajo el En las islas, el parecido asombra; si
pudie-
pueblas y los cronicones de hace luengos siglos, solio común de las barras rojas; pero donde se
eché de menos una Historia Italo-Hispana en
apoyarse en razones geográficas la unión
más resplandece la afinidad y compenetración de pueblos, la de España y Cerdeña es paten-
quo se expusieran los contactos que, a través raciaí, caracteres, defectos y virtudes, es ail aso- te; no parece sino que el terreno lo pide incli-
de pretczitas edades, acolaron ambos países en marse España a Zuropa por la
espléndida e in- nándose al Oeste, hacia la cuenca marítima
empresas comunes. Ni aquende ni allende el comparable en beilleza bahía de Nápoles. española; habitantes son autóctonos, pero
sus
"Maze nostrum" (nostrum de los dos pueblos), Debió notar allí nuestro Gran Capitán cuán- con mayor verosimilitud
se arrojó nadie a más allá del estudio de la in-
pueden ser iberos; su
to se asemejaban las dos penínsulas
gemelas, aspecto es netamente castellano.
fluencia italiana en la literatura y en las artes; como hijas de un solo continente o padre. Ha-
Hay momentos históricos en que esta afini-
influencia que, por sermundial, no interesa pro- bía estado España repartida en reinos igual dad de raza brota de la tierra italiana como un
fundamente a los españoles; es decir, exclusi- que Italia; defendiéndose siempre de irrupcio- surtidor violento; desembarca en'Nápoles Gon-
vamente a España. nen sarracenas y conservando tipos perdura- zalo de iCórdoba con sus buenos mil infantes
De que España se romanizó completamente y
bles hasta hace bien paco. El bandolerismo ca- apenas cien caballos ligeraá y en el seto se
no hay duda alguna, cuando daba a Roma le-
labrés, cortado por el mismo patrón que el le unen Milán, Venecia y Roma. Enarbolando
giones de magnflicos soldados, ciudadanos ilus- andaluz, con sus escapularios y amuletos an los derechos de la Casa de Anjou, trae el fran-
tres, artistas eminentes y hasta emperadores los desnudos y velludos pechos; la prapiedad cés 50.000 mil soldados de a pie, 8.000
descollantes. territorial mal repartida; el alazarone" napo-
lanzas,
8.000 suizos¡12.000 arqueros y 150 cañones tira-
Atento yo tan sólo a lo marcial, conozco que litano de la misma traza moral y física que el dos por caballos y disparando, en lugar de bo-
los límites romanos tomaron de los iberos la majo de Sevilla o de Ãálaga. Y de costumbres laños de piedra, balas esféricas de hierro.
espada corta y la flexibilidad del orden abierto típicas y malas —, aquí se apedreaiban las imá-
—
sangre y
yes inmutables, y una de ellas es adoptar no labria presos a los Santos por hacerse los
—
bravura.
pocas cosas de los pueblos dominados por las ar- sordos a las rogativas pidiendo lluvia; piedad iPero hay otro instante en que se manifies-
mas y la atracción. y fervor, furia y desacato; los españoles que- ta aún más claramente la fáeñ saldadura de los
Ello es que las brisas mediterráneas traían mábamos herejen; Barletta, en la Pulla, fué la soldados italianos y los españoles; hzn muerto a
y llevaban un indudable espíritu de fraternidad última ciudad europea que arrojó la hogue-
a Fernando, el redomado aragonés y Gonzalo, el
entre la esplendorosa metrópoli y lss hispáni- ra protestantes. Alegría perpetua; pobreza, se- genial andaluz; reina Carlos I de España y V de
cas provincias, dándonos el instinto del
que de- cular; música a todo pasto; serenatas o ron- Aíenmnia y corre el año de 1522. Francis-
bió ser nuestro porvenir territorial, 'al asignar- dallas que acababan a veces a garroínzos por co I, "le roy chevalier", que de achevalier" no
nos geográficamente una "España
Tingitana"", rivalidades de barrio, o con tal cual navajada tenía un pelo, luego de
grandes preparativos
es un poema de derechos
que incumplidos. por celos amorosos. La migma pasión en los militares, lanzó sobre Italia un ejército supe-
El ansia de colaboración ya -o. esboza en aque- sentimientos, igual generosidad en ocasiones, rior al que enviase su antepasado iCarlos VIII,
llos lejanos pujos de Alfonso X el Sabio, exhi- pueblo inflamano al influjo de la palabra, vi- vencido por el Gran Capitán; pasa la muche-
10
adversario con marchas y contramarchas diur- ción del Ejército francés; la posición elegida no dos, había sombreros por los aires, vivas y acla-
nas y nocturnas, que le desorientaban y confun- podía ser más ventajosa; se llamaba "Bicoca", maciones, que en el acto cesaban a un gesto de
dían, infligiéndoles de paso pérdidas conside- dominaba el terreno, la hizo más fuerte con su mano o a una
voz; jamás hubo tropa me-
rables por las sorpresas a su campo. obras de campaña y aprovechó varias acequias jor disciplinada que los españoles que mandó
Atemorizado Lautrec, levantó el sitio, e in- a manera de fosos. Pescara constantemente.
tentando ganar por la mano a su marrullero A Lautrec no le quedaba opción; tanto más, El ídolo, desgraciadamente, murió cn la flo-
encaminó sobre Milán; peligrosa cuanto que los 10.000 suizos de su Ejército,le rida edad <le treinta y seis años; le lloraron hz
enemigo, se
erala treta, porque el ladino Próspero contra- plantearon un dilema, a causa de no percibir Tercios largamente y pusieron en el puño <l.
marchó con la velocidad de una centella, y se in- sus pagas: "demain, argent ou pas de bstaille; sus espadas un lazo negro, que conservaron
terpuso, dando espalda Milán y aprés demain, congé" (mañana, dinero o no hay más <le un año, pero el nombre de Pescara no
a a legos y
batalla; pasa<lo mañana, licenciamiento). desapareció; los oficiales se servían de él para
El valiente Lautrec convenció a los suizos de estimular a los soldados en el cumplimiento del
que habría dinero, victoria y saqueo de Milán deber: "Si Pescara levantase la cabeza, seni,i-
a todo tren, y e<dbistió con el tradicional empu- ría vergüenza de vosotros."
je de la conocida "furia francesa". El choque No se necesitaba más para vencer los mayo-
fué tremendo; la victoria, completa; 10.000 res obstáculos. Fué el jefe más querido de la te-
muertos dejó Lautrec sobre el campo, y ss reti- rrible Infantería española.
ró precipitadamente a Lodi; pero encargado
Pescara de la "execucion" de la victoria, como He tras<u a las columnas de LEGIONES Y
se llamaba a la persecución, alcanzó a los fu- FALANGES estos retazos de la Historia para
gitivos apenas encerrados en Lo<Ii; asaltó a es- exponer cómo al menor contacto de italianos
cala vista la plaza y los castillos; siguió el y españoles se establece u«a corrieni,e de sim-
alcance a Pizzigetone, que también tomó. paiía y cariño espontáneo, natural, que supri-
Y no paró, porque la fatiga lo impedía, has- me protocolos y tiesuras, incompatibles con el
I T A L I A
S T A
CASO nunca como cn estos íílíimas las iííáxi>>las 1>>ás
tiempos la literatura ha sido un rcfielo soberbias y con hs
liel de la vi<la italiao:i. Hacia fin-
tan sentencias más
ale dcl siglo pss;ldo,
V dcs[liics
iluc, díílmilltc atrevidas ("Tengo
las guerra~ hechas por ia, umdad dc la Patria, en mí el sentido te-
la, poesía había sido mas un arma audaz y com- rrible y embriaga-
baíiva del Resurgimiento <pie un soiaz y recrea dor de la predesti-
del espíntu, los estudios literarios se habían nación segura. Y
ido encerramlo poco a poco en las torres de al más alto y ex-
marfil del acadcmicismo: el mismo Giosuc Car- traordinario suce-
duoci se babia apartado dc su fortaleza univer- so, niás allá de la
sitaria, aun sosteniendo en duras polémicas que Historia y ínás allá
cl literato, el poeta, tenía que ser, sobre todo, de todo línfite, not<
"un ihombre vivo entre hoínbrc- vivos" ; Gio- que me sienta
vanni Pascoli, aun cantando en armoniosos
igual" ), sentíamos
versos los campos, la vida de los can>pesinos, que no había nada
los árboles, los prados y los pájaros, se que- de estudiado, nin-
daba en una naturaleza didascálica, literaria y guna manera arti-
pastoral, y en torno a estos dos
poetas mayo- ficíal de forjarse
res, que, sin embargo, han dado carácter y costumbres excep-
eaplendor a uua época que todavia no está ol- cionales, sino que
vidada, había una multitud de poetas níás o todo le era posible
menos ilustres que tenían deseo de todo
un gran y que podia
aislarse, de encerrarse, de alejarsc de la plaza reducirse, para él,
púíblica, <le considerar al pueblo como "vulgo a un acto de volun-
despreciable" y a la misma. vida como una tris- tad.
te necesidad. En esta fuerza
Eran los años en que Italia parecía enveje- volitiva estaba el
oer, sin haber tenido una juventud, entre acon-
.
gran secreto de su
tecimientos más fuertes que ella (poco míís o sarta, el milagro que
menos, igual que ocurría a la España de la má. admirábmíios.
nusina época, de la que tan cerca estábamos, Y para compren-
casi sin darnos cuenta de ello, los
italianos) ; los der a nuestra épo-
años en <pie la unidad de la patria era un con- ca es ipreciso vol-
cepto intelectual, pero todavía no era una con- ver a él, y lo que
ciencia nacicnal. de Massima Bantempelli
su iuagisterio
Luego vino la guerra, y la guerra prepan> habrá que recordar
el ansia de los poetas y la, inquietud' de las
siempre es el sen-
generaciones literarias, que antes de íqr 1. lu- tido nuevo que dió
chaban con Marinetti en las mnharahles vela- al arte y a Ia vida italianos en una. época can- morables palabras: "Es necesario que los au-
das futuristas y se agrnpaban en torno a. Ia sada y gris que se negaba a toda audacia y a tores italianos, en cualquier forma de arte o
"Voce" de Giovanni Papini para preparar i.e- todo arrojo. Podemos dejar aparte, por un mo- de pensauíiento, se manifiesten verdadera y f>ro-
voluciones poéticas y sacudir todo el mundo de
mento, al Pfombre y al Soldado, y considerar fundamente intérpretes d- nuestro tierripo",
los viejos estudios y de las viejas ideas. Unos tan sólo al Poeta, es decir, al creador : si in- quería. hablar precisamente de "interpretación"
diez si>os de preparación; pero había, verdaile- imitable fué vida, acaso lo fué acn más su
su de una época, hecha por la fderza íntinza de uca
rammite, el presentimiento de que algo nuevo estilo de artüsta. Si algo nuevo se ha dado en obra de arte, y no por una traducción superfi-
babia dc ocurrir y dc que, al fin, acabaría nuestro arte, en la cial de la
por lengua o cn los níodos de ipolítica al arte.
estallar el gran temiporal que se sentía eíi el miestra literatura, en esta primera parte de si- Lo que, en resumien, importa no es tanto la
aire. T as generaciones nacidas al <"1 despuntar glo, lo 'debemos, más que a nadie, a D'Asuíun- propaganda directa moviníiento revolu-
de un
siglo ya no se contentaban con lo que les dc- zio. Ciertos refinados ornamentos de lenguaie. cionaria como el modo con que la Revolución
cian los profesores desde laa cátedras univer- ciertas exquisiteces y novedades de vocabula- ha ünfluído en el inundo interior del artista,
sitarias; había en todos un vivo deseo de abri- rio, ciertas maneras (acaso demasiado líricas í en el contenido y en las formas de sus obras.
de par cn par pnertas y ventanas, de mirar La literatura propagandista es siempre una. li-
a oratorias) seguirán siendo solamení.e suyas pro-
las calles y plazas de la vida, de acercar eí teratura de metieras, superficial y fuera de to-
pias ; pero él abrió una infinidad de nuevos ca-
mundo de la cultura al mundo de la acción. rlc mínos a la poesia, él desenterró adhíuirables te- no ; en este sentida, el Fascismo no ha necesi-
apagar las tétricas luces de la bohemia, que ha- soros de lengua para nosotros y. sobre todo, tado en <nodo alguno íiuc!os artistas se hagan
bía adorado el crepúsculo y la melancolía de loí él devolvió verbo
a Italia.la. Iuz de la fe cuamlo pa- voceros de su ; lo que, por el contrario,
tejados, ipara mirar la Iuz del sol y sentir ls recia haberla, perdido. sí puede pretender de los escritores es que
se
alegría de los días despejadas y sereno=-. Se ríos pregunta ahora y nos lo pre unían —
12
© Biblioteca Nacional de España
decir, de la política. Sólo dejándole esta fun-. de >p4o-4a con otra de hace veinte o veinticinco dri' (El hijo de dos madres) —, que es, sin duda,
ción y espontaneidad
esta podrá llegar se a añoa, e inmediatamente veréis que hsy un abis- una de las novelas máa geniales que han apa-
mo entre las dos épocas no se trata sólo dh recido en Italia en estos últimos años, y mi
un verdadero arte, y, por tanto, a un arte que
sirva de ayuda ú>til al Estado". modla o estilo ; es la misn>a mentalidad la que buen amigo Juan Antonio de Zunzúneguí está
Bontempelli es acaso el escritor que mejor hoy ha cambiado radicalmente. Hubo un tien>- preparando actualmente otras traducciones, que
interpretado tiempo ; que el libro estaba destinado úmcamente serán desde luego acogidas con el mayor favor
hs, comprendido e nuestro po en
renovador de viejas fórmulas, batallador, re- al erudito, y era tan sólo material de estudio, te- del públi<o español. Bonten>pelli no es un es-
volucionario, creador del movimiento literario soro de bibliotecas, o se destin" ba a servir de critor joven de edad. pero sí jovencísimo de
llamado del "'Novecientos", en el que se re- solaz y pasatiempo a una burguesía perezosa e estilo y de fantasía; suya es la. si uiente para:.
sumen todos los caracteres del verdadero arte indolente; entonces se presentaba con todos los doja,: "Viejo se nace, joven se hace".
fascista. "El "uoveceutismo" escribe es la — —
adornos, las ñorituras y los afeites de las "cosas otra novela que ha tenido un éxito singular
eterna y fatal tendencia mediterránea a lo sim- buenas de pésin>o gusto", tan apreciadas por el y merecido en su traducción españ>ola, como lo
mundo poético de los decadentes. t<>vo anteriormente cn la alemana y en las prin-
plificado, a lo aéreo, a la riqueza hecha de movi-
lidad perpe>.ua, a querer siempre un poco de En cuanto se refiere a, lss ediciones popula- cipales lenguas europeas. es "Nessuno torna, in-
cielo mezclado con las cosas de la tierra, y de res, eran verdaderamente feas : cubiertas tétri- <lietro" (Nadie vuelve atrás), de Alba de Cés-
misterio con las más exactas realidades, a crear cas, fúnebres ; páginas llenas, apretadas, cm> ca- pedes. Se trata de una novela digna de las me-
cada hora de la vida cotidiana como la estroifa racteres como para hacer daño a los
ilegibles, jores tradiciones narrativas, escrita con uns. se-
de un poético".
mito ojos ; cabe duda de que cuando los ís>telec-
no gu»idad de estilo y una fnerza de expresión
tuales se proponían acercarse al pueblo, lo tra- verdaderamente excepcionales, especialn>ente si
Programa ítalíanísin>io dentro del espíritu de
taban n>uy mal ; en el estudio había siempre un se piensa en la juventud de !s, escritora, que
r>uestra Revolución, contra el verismo o, si se
sentido misterioso de >pobreza, de tristeza, casi todavía no ha, aleas>zado la treintena; pero Alba
quiere, contra el realismo, que si bien tuvo u!>
éxito aparente a fi<míes del siglo pasado, hs. sido de hastío; leer, para el pueblo, ouería decir pre- de Céspedes posee un exquisito ten>operan>coto
un género literario que nunca, ha araaigado en pararse para la lucha de clases ; el papel impre- artíistíoo, y buena prueba de ello es su otro li-
maestras del s<> rezumaba odio, rencor, pesimismo. bro de cuentos, "Fuga", publicado hace unos
Italia; en efecto, las obras genio
Todo este mundo está ya liquidado def>niti- meses en Italia, y que espero ver pronto trads>-
italiano han nacido siem>pre bajo el si no de la
ha hecho limpieza general cido al españ>ol.
fantasía, .precisamente porque "el espíritu ita- vssnente; sc y se
Y puesto quo estamos entre escritoras, me ea
liano es solar y tiende a lo heroico y a lo ima- ha vuelto empezar de nuevo; otros criterios
a
giriativo". informan la literatura y el arte de la ímtoren- grato rccordag también "Stella matutina,"
ta, y el libro italiano !!evcn incluso en s» as- trolla matutina), de Ada Negri, que en»
Pueda haya quienes di, an
ser que nunca. —
pecto exterior, el sello de la seriedad con qs>e días he visto traducido en la colección d»(
faltan, y incurables, los denigradores de su
son
tener todavía oca»ión de hablar de nuestra pro- mera nu>jcr que iha entrado. cl año pasado, cn la.
su justo significado esta otra af>rmación suya :
"Italia es, entre todas las naci<mes; la ú>nica ducción literaria contemporánea, y entonces no Real Acadmuia de Italia —, pertenece con toda
será difícil esclarecer, con n>iuítitu<í de ejem- su alma a nuestro tien>po, y sus pípinas de estos
oue verdaderamente ganó algo con la guerra me
plos, cuáles son el espíritu y las formas de la últimos años son <le las n>ás hermosas de au
(la del >4->8)", lo cual parecerá una paradoja,
literatnra italiana del tiempo fascista. Entre vida de artista : una puesta de sol que tiene lu-
e>aplica Bontempelli, a quienes creen que las
csplendores de primavera flor.
tanto, me será suficiente aludir a algunos auto- ces en
cuentas se hacen solrtmente con las cosas quc y
diecís res cuyos libros se han traducido recientemente otro escritor que pronto será conocido por
e mliden, se pesan o se cuentan, como
tor, Mar<ello Gas!lían, que formó> parte del "No- la traducción de "Dante vivo". Desde luego. Pa- mejores libros : "Océano". Vittorio G. Rosa> es
un escritor dc viajes ; pero de una >antasía tan
vecientos" y 'ha escrito 'algunos <1e los libros pini es el escritor a quien más del>e la nueva ge-
más interesantes rie estos ú>lti>nos diez añ>os neración, sobre todo por la fe que ha dado siem- por!era>a, que cl >nuntdo, visto por él, parece to-
tahnente cve!ase po>
parecía un demoledor. hasta nuevo, con>o s> se »os >
(" Comando di tappa,", "In fondo al quartiere", pre; hasta cuando
aTemipo di pace") ; sobre las ruinas de un ipa- cuando escribía las pá inas amargas y tormen- vez primera. Rossi ha escrito cinco libros des-
sado sacudido por muchos años de guerra y tosas del "Uomo finito", sentían>os que su tor- de >paz hasta, hoy. todos ellos p»blicudos por
ansia, de vida, deseo de elevación, y cl editor Bompiani, de Milán ("Tropici", "Vía
cuatro derevolución, ha. nacido, en efecto, todo mento era
un mundo nuevo, en el
que, finalmente, hemos que buscaba la luz sólo ipara sí, sino también
no <ícgli Spagnoli", «Oceano", "Sabbia" y "Co-
vuelto a encontrar el amor y el orgullo de la para, todos noso>.ros. Pocos escritores han tenido bra") ; pero bastaría uno solo, elegido al azar,
vida ente~ dida, como tanta fuerza comunicativa come él, y no ya, por ps>'a. O>orga> ie Uno de los pr>ín>croa pues>os en
riesgo. como aventura y
ls. historia de la literatura italiana; es, como
como poesía,. habííídad <lialéctica, sino más bien f>or el ca-
Las senales de esta renovación y de la fu- !or de vida que hay en todos sus libros, lite- ha didho Ugo Ojet>í. "uno dc los escritores más
sión perfecta entre arte y vida Pueden recono. sustanciosos, nutritivos y sabrosos de hoy".
ratura, filosofía y poesía.
cerse fácilmente eu' todas las manifestaciones De Massimo Bontemipelíi se iha traducido, iha- De> Bonsventura. Tecchi, si bien recuerdo, se
artísticas y culturales : la Revolución fas<qst. ce unos meses, un libro "Il liglio di due ma-
— ba traducido hasta hoy solamente un cuento,
ha sido verdaderamente el
"I mul>" (Los mulos), pu-
blicado de los ú>l-
en uno
comienzo de un nuevo
timos níímeros de la re-
humanismo, no sólo como
culto de la romanidad, vista. "Escorial", segó>n
una excelente versión de
sino también como re-
13
Alba de Céspedes
© Biblioteca Nacional de España
Yemas latinos en la música germana
a en trabajo a
recto o reflejo, desde antiguo, pero especialmen- servación la música quijotesca, que merece y última de las obras inspiraclas por la.figura
te a partir del Romanticismo, gustaron de los tenclrá noticia special—, y de entre los temas egregia, gigantesca, de profundo e intenso sen-
pintorescas temas españoles paisajero danzas,
—
históricos, era lógico que ocupara el lugar más tido dramático, y también de tan'deslumbran-
historia, leyenda, etc.—, para páginas sin un relevante la epopeya colombina, dignísims de la te resplandor universal, como la de Crfstóbal
propósito objetivo en general y con éí valor real atención palpitante de los artistas sensibles Colón. Ls, obra es alemana; su autor Werner
de impresiones suojetivas, no siempre vividas¡ de cualesquiera disciplinas que el homibre'pue- Egk es uno de los músicos jóvenes más inte-
porque no es infrecuente el caso de compositores da cultivar. Unos, por el hecho insigne; otros, resantes de la germania nueva. Fué el estre-
que hsn fiaclo a su imaginación el éxito de lo por la figura, no menos insigne, del genovés no en Francfort, en este
año, en que se cumple
que llamaremos color local en sus producciones< protagonista, que sobre justas españolas buscó el 450 aniversario del descubrimiento de las
No adurimos el hecho en son de censura. To- heroicos caminos del mundo allá donde los ca- Indias americanas, en el que parecen combinar-
dos hemos hallaclo alguna vez digno de elogio, minos se borran apenas encontrados. se lss cifras gloriosas 1492-1942...
para su música...
Las tres grandes jornadas en que se divide
el »Columbusni cle Egk se descomponen en lss
nststionen", cuyos títulos son: Ante el rey,
Ante la reina, El Concilio, La leva, El adiós y
la Travesía¡ Desembarco, El júbilo en F. nana
La Conspiración y la Felonía, Muerte de Colón.
De muchos de ellos puede el lector formarse
una idea porlasilustraciones gráficas que acom-
da", lo cual acerca a»Columbusn a los viejos todo ellc en la vaga región del ensueño, en
Aumenta el valor <le»Columbuzn el que apa-
"autos" y "misterios", con lo que se acentúa que hasta lo menos real adquiere tonos cle ve-
rezca en ronsonancia con un. reflorecer del amor
el curioso tribridismo cle esta proclucción sin- rosimilitud, como ciertos uniformes e indumen- no extinguido en Alemania a nuestros clásicos,
gular, hija del moderno concepto de la músi- tos poco defenclibles de moclo estricto, comen-
que, en estos momentos, vése completaclo con un
ca en el gran Reích, y en el que una orquesta zando p r el atuendo de1 Navegante, en el que movimiento de reverencia a los escritores mo-
robusta y expresiva<que clirigió el gran K. Meis- nadie rrconocería sl Cr'stóbal Colón tradicio-
dernos, mediante cuidad<s traducciones <le nues-
ter Francisco Konwitschny, subraya los mo- nal en iconografía histérica o aitístíca,
nuestra :.ros meic res dramaturg<S, muy buscadas por el
mentos culminantes del »Columbucn en el or- y otro tanto puede clecirse del personaje fundla- público Sermano.
den dzalnático propiamente dicho. mental de la reina egregia. En»Columbusn funden
se e encias fraterna-
Los
personajes principales Colón, Fernando, Por ííltimo, digno es de figurar en esta ra- efectivas entre tres
.es
países que han sellado
—
ros, frrdles, solclados, marineros, indios (sic), cha inc!erta de la remotísima aventure wikin- VICTOR ESPINOS
peregrín< s, pueblo, cuerpo coreográfico y coros, ga y se cierra con el nombre de Panamá y de su
ID< ln Real Academia de Bellas Artes.)
suya int.rvención parecr inspirada en la del co-
ro en ls, tragedia clásic ..
16
© Biblioteca Nacional de España
la corte portuguesa. Kl idioma de los autos es el
de la corte y el de lus palaciosl pero también el
de las plazas, el de las romerlas y el de los puer-
tos: tmermo nolnns" y "serme rusticuz" en soietm
castellana y um paco de jerga con >modimnos de
negros ne Guinea y del andaluz dislectsl de las
mtanzs. llo era docto el mester úe baiánza, y
cuenco Carolma Michaelis de Vasconcelos busca
eu obra sentenc>as de la antigüedad, mo halla
su
más que una: el "llmnia vincit amor".
hh> ios autos de Gu vicente el amor se mezcla
a la poca>rv y esta uuxtura es un futro con mag>a
cn e! que riaen gotas de!a c>enc>a de salomón, que
es la ue los eu>amas, y de la expemenc!a del d>a-
blo. llon J uno»antes hab!6 eu !a A«suenas Es-
l>auo>a úe! esp>r>tu de la ttetorn>a en la obra de
l'>i V!cen!e. wrvmmita se le llama, como a nuestro
Torres r>anarro, por«ue alguna vez se alzó comra
la s>mo>ua o comra el trat>co de los peruones.
;Pero no! En el "Auto del alma" se at>rma la
pureza úe la dogmsuca v>cenuua en los laúdes
al uore albeulo.
Autores hay que huyen de la escena eletnental
y comraen !o que algunos llaman, por economia
del úempo, el "piraúdensmo". En las comed>es oe
P>ranú uo !as p>urauúaúes de yoes 'úel protsgo-
u>s!a uos ú>spersan. b>o es ia no>a de las pas!once
ls, mss aúeúuaúa para correr dos liebres a un
tiempo... Ls, s>cm>aua suprune, ademag en el orbe
que sue cmo!.uras puso>au, naca meuos que las
sane!oses ir! eyarab es. r>o existen alll pos>>tme-
rias; hay resurrecc>ón >u juicio t!nal; no hay
no
la pena exp!aroma, n! !a agorua, en su acepc>on
üe úuúa laocmnte; ni el ><moro>mienro. cine los
yersonales razonan sus caicas con argumentos in-
teligentest SI, sl; pero el "advocatus diaboli" de
las confutaciones eclesiásticas se vme siemyre de
la musma estrategia: la de yresumir que se obra
el mal con >ntenc>once mo impuras. El "advccatus
túaboli" es de abo!engo itmiano, y el primer tra-
tado contra la doblez se escribi6 no lejos de Gri-
genti, cuna del dramaturgo. b>o es que hosotros
no amemos, hasta el pecado mortal a veces, el
casuismo de los confesores. Cuando releemos blas
provincianas" nos ponemos, sin querer, no del
lado de l'ascal, sino del otro lado. Porque, diga lo
que qu>era un jansenismo que hiela el fuego, loe
casuistas traen al arte de pesar las faltas no so-
lamente el "entenduniento mlnuuoso", sino la ca-
ridad, sin la que toda palabra es, como enseñ6 el
Ap6stol, cimbslo que retiñe. Los casulztas espa-
ñoles Molima, Suá.rez, Escobar han sido mucnaz
—
—
ra—
Éle Esproncerla poeta. Lo tenemos, no cliré que olvidado; sí mal enten- por lo más innocuo en fuer de su brevedad monosilábica. Zambullir-
dido. Y el entendimiento perfecto es camino para el amor. 1Cuál es se en el torrente esproncediano
deterge y reaviva de arideces de
el rango literario cle Zspronceda? Para mi gusto, el cle uno de nues- poesía pura y de otras monsergas no menos falsas. La lectura aten-
tros más excelsos líricos. Desde luego, el mayor clel siglo XIX, aunque ta, meditabunda y selectiva de los versos del más prócer de nues-
ie opongamos en cotejo a Adolfo Domínguez Bécquer. No es éste tros poetas ochocentistas puede ser ejemplar y fecumladora. Cierto
más sincero que aquél, como frecuentemente se viene afirmanclo. Si que hay mucha escoria en "El Diablo Mundo"; verdad que sZI estu-
en el cantor de Teresa hay excesiva oratoria, 1no rebosa Bécquer diante de Salamancav adolece, a trechos, de confusión y barullo in-
de artificio topicista? A sinceridac! no le gana el dolorido vate de las dudable que en las odas al sol, al reo de muerte, al verdugo, a Jarifa,
rimas. se embriaga el poeta con las
palabras. Pero cabe pzeguntar, en cam-
Y, ciertamente, le va a la zaga en numen, en estro, en fuerza vi- bio, si no será esa beodez más humana y más sincera por consiguien-
—
te, más poética que el "silencio" con que algunos poetas, que en
—
sa, pero menod arrolladora J bella que la de Espronceda. Verdacl que nuestros dísela alardean de hermetismo cabalístico, nos circuyen. En
éste se nos antoja fragmeí?tar!o y como a ráfagas. Parece como si Espronceda, la lira suena y casi siempre con perfecto temple sin
—
—
fuese una nube veraniega que, de sopetón, revienta en chaparrones que deba el lector imaginarse la música. Porque digamos de una vez
de versos. Pero, 1quién le alcanza en crear genialmente, cuando está que estamos saciados de ese exangüe poetizar que recorta versos,
de vena, estrofas cordiales? Leerle predispone al entusiasmo. 1No ha- imágenes, estrofas, hasta convertir el águila viva del numen en ave
brá llegado la opoztunidacl la coyuntura poética de inyectar tuéta- disecada de museo. l De cuándo acá la poesía que es esencialmente
— —
En José Espronceda se encarna el poeta del ex abrupto y del éx- 'Jl Éclccarlte do1J vn oor1ño
tasis. Podrá áchacársele, a tiempos, su viciosa propensión a las ex- sin vanidad ni fals!af
18
© Biblioteca Nacional de España
r<o áot< t<tocar nt alearía
mas es eterno nvt antor.
de la muerte.
Para ser de veras poetas
y no mixtiflcadores
—
eus
tos cipreses con que el poeta plantó
—
—
en éle-
ga prueba de desesperada querencia —
el cam-
posanto de Teresa. Y no desdicen en la
evocar
ción las bellísimas octavtllas
que el mismo poe-
ta puso en boca del "bello
cadáver" o mujer
que personifica a la muerte en aEl Diablo tMun-
do". Espigar fragmentos de
hermosura eximia
en la mies esproncediana es tarea
fácil y-gra-
ta. Pero no pretendo
empedrar de citas este
artículo.
EnEspronceda está to<ia ls lira: el suspiro,
la imprecación, el canto
jubilar, la meditación,
el ensueño, el
dolor, la tristeza. Como cantor
delamor' infortunado no tiene
rival en nuestra
poesía. El "Canto a Teresa" es superior al
"8ouvenír", de Musset, y se
empareja, en deco-
ro de forma y densidad de contenido
lírico, eon
aLe rímembrsnze",de Leopardi. El dolor y eil
amor fueron las alas que a más altura eleva.-
ron e. Esp<'onceda. 1Kss no
se debe
un intento sintético de
olvidar, en
valoiizarle el numen,
que cantó con más intensidad y verdad
qu nin-
gíín otro romántico español las desgracias de
Iberia. Fué un sincero patriota,
aunque atolon-
drado por el flujo y reflujo de los
tiempos na-
da gloriosos que le tocó vivir. El recuerdo "Los fusilamientos del dos de Mayo",
de por Goya
Esps<ña le atormenta en Londres, en Parbb en
Lisboa. Su oda "La entrada del invierno" ee ar-
ticula sobre el acorde fundamental de ía nos-
talgia de la Patria. 1Y hay elegía más bella en nuestra literatura efectivas y determittantes influencias que Esproncede, recibió de la
que aquella: poesía medieval espaí<ola y de algunos poetas del seiscientos. Gómez
I Cuán sogtarta la nación One os áia Manrique y el Romancero sin contar, además, a los cancioneros—
—
fustiga la cobardía y la bajeza de los españoles de su hora in- aciaga, cuela antequersna dejó en Espronceda huellas indelebles. (En el
—
capaces de continuar ta tarea libertadora de los héroes de la Inde- "Canto a Téresa" hay dos versos de la "Fábula del Gttnln, de Espino-
pendencia! Leyemlo esta poesía agólpanse sl. ánimo sentimientos e sa). La influencia de ls. poesía sexcentista vínole, acaso, a nuestro poe-
ideas de dolorosa vivencia actual. El ta por el magisterio de Lista. (De éste y de Alvarez Cienfuegos vínole
poeta arremete contra "los de
espíritu flaco y alta cuna" que habían motejado de canalla a los pa- también su casi vertical propender a las exclamaciones que frecuentan
triotas rebeldes, y estigmatiza de esclavos y afean su verso). Pero su
entronque con la poesía medieval es
ccntemporáneos
—
a sus
—
del rey abajo que habían llamado la francesa consecuencia indudable de afinidades personales. La labor crítica y
ayuda
—
—
en su a es-
pada y visto con ojos estíípidos a la soldadesca isíumbradora de una Feber o de un Durán debió calar muy hondo en
gala hollar lss tum-
bas sagradas de Daoíz y Velarde. Toda la poesía echa el ánimo de iEspronce<la. De no haber Atropos cortado el hilo de su
fuego de ira y
ruge de cólera. vida con tal presura, el cantor de la inmortalidad, ya serenado de
Fué Espronceda un colosal y atins<do innovador de la temática ambiciones ciegas, y con un certero rumbo lmcia el porvenir, habrís.
y la
métrica de su tiempo. Apenas si hay combinación rítmica o motivo madurado los frutos, un tanto ácidos, de su genio. Es torpe afirmar
inspirador en el romanticismo
que no hayan sido estrenados nor el que nuestro máximo poeta del ochocientos había eilcanzado ya el
vate extremenc< Dió la pauta del ritmo y de los temas a Zorrilla vértice de su numen. Treinta y cuatro años —
y ellos entre zozobras
y a
la Avellaneda. Y es que el progenitor de nuestro romanticismo lírico políticas, exilios y polémicas son estrecha perspectiva para verterse
—
áesentumeció a las musas castellanas de la snquilosis y la gelidez en en ella íntegro el hombre más vulgar, cuanto menos la varonía
vigo-
que yacían luzvadas. El canta el ensueño remoto de cautivas rosa y arzebs<tada de Espronceda. Por eso el Parnaso
español llorará
y piratas,
de héroes nebulosos, de cosacos en siempre con causa la temprana muerte de uno de eus más divinos ár-
galopada. El aborda por primera
en forma cades. El epíteto de malogrado nunca más exacto que adjetivando la
vez, y genial, la poetización un tanto anarquissnte del
—
—
mendigo, del reo de muerte, del verdugo. Y la palabra cobra en él egregia figum literaria de José Espronceda y Delgado. <Malogrado él
ritmos nuevos, se contuerce el período poético en valientes escorzos, y su "Diablo <Mundo", pero no mal logradas las joyas líricas que nos
la heteroritmis impera con su magia de insólitas sonoridades. Fondo dejó para quererle y admirarle mientras duren sobre la tierra almas
y forma uor usar una antítesis ya tópics
—
L
OS iio.
priiximoc objetivo.. <le la acción gún un lugar común, el corazón iiel Imperio ojos ia los indios, las relaciones entre los tres
miliisr japonesa, la In<ha y Australia, inglés (para ningún Imperio <le la Historia factores, Inglaterra, musulmanes e indúes, han
smi <lc 'tal importancia y <le tal magni- ce ha forzado tanto a la sufrido frecuentes vscülaciones y oscilaciones.
fisiologfs como para
tu<l, y ectíín tan alejados entre sí y de las ba- i.teh Si ls Imlia es el corazón, y su forma se A veces, los musulmanes ss han aproximado a
ses ilc psrtiila,
que parece casi inconcebible los ingleses, pero tan sólo por oclio a los in-
aproxima efectivamente a la ile tsn preciosa
Restado Mayor esté en disposición de
<iue dúes, como ya se ha dicho, porque este odio
un
víscera, el msr Rojo y el Mediterráneo pueclen
proponírselos a un mismo tiempo. llamarse, con pe<fecto derecho, el cuello del era más antiguo y estaba más en su sangre
<Oonsi<lerando la futura Asia oriental como Imperio, un cuello pehgrosamente filiforme en' que el que sentías< hacia los dominadores.
una Federación de
pueblos asociados sl desti- ei cisnal de Suez. Pero hasta en los períodos de idilio, Ingla-
no
imperial del Japón, no se pueile suponer que Una lanzada al corazón y una vigorosa pre- terra ha estado siempre eilerta respecto a loc
i<ate quiera crear ñsotivos <le rozsniiento y de .ión en el cueillo podrían agarrotar el cuerpo niusulmanes, más dinámicos y peligrosos que
competenciii, enviando a sus colonos a los paí- <iel Imperio inglés, con las íiltimas contraccio- los secuaces cle Brahma. Inglaterra no podia ol-
ses <lel Pacífico sudocci<1ental lmbitados por gen- nes de un monstruo antediluviano, e, menos vidar que las provincias más musulmanas
tes asiáticas, ni que convenga al pueblo-guia, que, como'ocurre ciertos reptiles, no ten-
cou son las de la frontera noroeste, la única por
tanto para su prestigio como para el principio ga su vitalidad distribuída por todas partes. la que los ingleses pensaban que la India no
jerárquico que hz«de informar al nuevo siste- Mientras el instrumental quirúrgico japonés pocúa ser atacáda.
ma, el envio de mano de obra allf donde, en cam- se acerca al dcilta del sagrado Gangas, ocurre El problema indio muestra sez de naturale-
bio, será más conveniente distribuir técnicos pensar si el abceso indio habrá ya llegado in- za social más que políticas En ningún país del
y comerciantes. No es una hipótesis ein funda- teríozmsnte a su madurez. Para tener una idea mundo se hace una tan incpúdica ostentación de
mento pensar que, el terminar el conflict, íes apzoximacla de la magnitud de aquel depósito la riqueza, mientras cientos cle individuos caen
siete müllones de australianos emigren volunta- cle gentes que es la India, basta pensar que, extenuados por el hambre sobré el asfalto de
ria o fozzosamente a sus países de origen para con sus 306 millones de habitantes, supera, en Bombay y de Ostenta. La renta media anual
dejar el campo libre a los treinta millones de cuanto a población, a todos los países del mun- en la I<<día es de tres libras esterlinas por
campesinos que hoy no hallan medio de vicla do, incluyendo a Gluna. En la India vive ln sex- familia de cinco personas; la duración media
en el suelo de la vida es de 26 años y la mortalidad in-
nipón. Estos colonos constituirán ta parte del género humano y las tres cuartas
en Australia la defensa más eficaz del Sur clel partes de la población del Imperio inglés. Sólo fantil alcanza eÍl 13 por 100. Según el censo de
nuevo orden asiático. en el decenio 1921-1931, los indios ihaú aumen- 1931, el último del que se conocen los resul-
<La otra fum<te empresa que el Japón se dis- tado en mñlones, a pesar de las causas que
43 tados, resulta que eI 91 por 100 de los indios
pone a afrontar, la auténtica realidad s<ove- producen el país un índice de mortalidad que
en son ansilfabetos. Los ingleses justifican este
lesca de nuestros días, es la conquisf<a de la es el más elevado del globo. Las dos mayores tarito por ciento asegurando que la plebe, agrí-
India. El primer ministro, Togo, ha dicho que colectividades de la India, los indúes y los mu- cola su mayor parte, no necesita aprender
en
si la India no aprovecha esta ocasión para al- sulmanes cuentan, respectivssnente, con 260 y lo que luego le resultaría inútil. Además, la
canzar la índepend<mcis«, no hallará fácilmen- 90 millones de miembros. La colectif<idad mu- división en ~dicen negaría siempre a
—
te otra tan propicia para ello. La Ir<día es, se- suímassa es, con mucho, la más importante los más inteligentes la posibilidad de elevarse.
20
© Biblioteca Nacional de España
Lo cierto es que los ingleses,
que han emplea-
do, sobre todo, en gastos militares el dinero de
los contribuyentes indios, .no han afrontado
ja-
más en el país el colosal problema de la ins-
trucción primaria. Con tsl de que en los gran-
des centros urbanos existan escuelas para edu-
car a burocracia indigena que permite a
esa
los posos ingleses gobernar a 008 müllones de
hombres, lo demás nada importa.
El mayor obstáculo que se pone a cualquier
evolución política y social de las masas indias,
es siempre el vínculo neligioso. Jamás
ningu-
na religión ha esclavizado tan ferozmente los
sar que Gandhi y el gandlusmo tendrán una im- lss armas. Cuando Inglaterra quieza su sangre
llevaría a la India al esos. portancia menor de la que se cree. no es ímprobabüe despierten los recuer.
que se
Sir Stafford Cripps ha ido recíentemení!e Aprisionada entre el Occioente técnico y el dos de la guerra movida por los ingleses contra
sobre el tezreno a "examinar las posibilidades", Extremo Oriente qu!e está camino de serlo, la Turquía, estado islámico número uno¡de la su-
como se dice en la jerga burocrática, de una India no podrá encontrar su "ubi consistam" presión del Califato, oue durante tanto tiempo
constitución de la India en forma de "Dominion en el programa arcaico del 1ihatma. La "ciar- agitó violentamente a la India musulmana, y
extrema ratio", mientras el enemigo está a la ka", el telar de mano¡ símbolo del gaudihismo de las infinitas vejaciones británicas cometi-
puerta. La posición de "Dominion" no ha pa- y de la filosofía antimaquinista, resultará so- das contra los ázabes de Palestina y contra los
recido nunca deseablle a los nacionalistas. in- lamenííe un buen expediente polémico contra demás países islámicos.
dios, no sólo porque ella implica la pertenencia los ingleses y las industrias de Lancashire. panislamismo ofrece, desde luego, sobre
<El
al Imperio, sino también porque obligaría a Más preparados a aceptar un orden nuevo ellos atracción mayor que el panindianis-
una
la India a estabilizar sus relaciones con los están los musulmanes, en comparación con los mo. Una vasta insurrección musulmana, que
demás "Dominions" que cerraron altaneramen- indúes, 'y no dejará d!e tener importancia el se eorsiese por iSíría a Palestina, al Irak, al
te sus puertas emigrados indios. Rl iCon-
a los hecho <le que aquéllos, de mayor prestancia fí- Irán y a Arabia encontraria seguramente eco
greso, habiendo afirmado la independencia, ha sica, con mayores tradiciones mííítarea y em- en los musulmanes de la India.
superado ya espiritualmente esta concesión me- pujados a enrolarse 'en la pobreza¡ constituyen Los musulmanes tienen sus centros da re-
nor y condicionada.
Tampoco la constitución de el nervio de las tropas indigenas. Separados sistencia en el noroeste, d!e donde podría des-
"Dominion" estaría exenta de peligros para por los índúes del campo de la cultura¡ del co- cender el impulso ínsurz<eccional hacia el Este,
Inglaterra, dado que el Estatuto dle Westmíns- mercio y de la riquleza industrial, los musulma- hacia Bengala., donde los golpes que los japo-
ter concede a los "Dominions" la facultad de nes encuentran su revancíra en la profesión de neses se díspez<en a dar desde el extlerior, re
declararse neutrales cuando Inglaterra se ha- sonarán en los oídos de treinta millones de
lle en c< ntT<cto, e incluso la de emanciparse.de musulmanes. Es seguro que Sir,Stafford Cripps
la comunidad imperial. Queriendo arriesgar al- no llevaría en su cartera el algodón suficiente
gunas previsiones para el futuro, es lícito pen- Sydney, la gran ciudad de Australia para taparlos todoa
!os ")amos dp q>un>no, q>ir ha tenldb qur in"emr que un msf destino le babia ims)uesto al ser nom-
en años i' ai>os <le voloniii. I.rwlo jefe <le Ía Comis>ón de fijac>ón de limites.
—
f 0 l ilr (iv o<illf'il' . )<I ruiz>rvu . Li millsfiv- los mncones de Ía colom<H plantaciones de café o
«Ín cn>r 10, sl <rugir l>ov la carrvtvi» un rin Ic palmera <rc aceite roban a lo. selva. 1>rirmtivs
irimi n cari;a lo Ir . :>coa 'ic café, IH >mi»>clvrlcui . u espacio reservado sl gol'ifs o al búfalo...
li «x>gc nnn. sfirmsvi n rle desahogo. "E) verde i: Íi, mpos han cambiado
lo. sigue —
EH mio. Ys es>81>s. firpocupado Rl vc( u>>o !i«ién tome. por su lado, al oido ls cadena de mis
. noohecía y no llegalm .
osperanzns Hoy no H< —
; Ah' ..
; Horas r <i stav lccor en l<ata fren- friri Ll>l'1 nUCVR hl]USt>CIR
I 'L Url <rr:LI' rlc ni Lillul BH HQronscfo Pol' Lui r >Psgo Ef viejo coilomal mira hacia ef mer; tal vez ba-
dc tiburones y lore<lo po> I i neblina calienlc <1<'l r.>a las primeras esil'ellas que en ef cielo del Nor-
anoche«cid ... te svfislan el eamlno que conduce a, la Patr>a; ese
Cuando el -ol He ocnlta. Ía noche I,*sna rlems. io- camino <iuc hace ya nnrchos años no recorre ..
Í,l vsf)C>' hnl«ÍC>l lo <ll>P Hu. i»""los dis(ÍIUIÍOH c>1- (ILmf»un(<IÍOH: Pn IlsclÍC>' Cl>t)CB<lo y Solo. ÍU<ÍIRU-
lci>al,u> —
u>lentr>l. :. Ol>l/iba —
hl iul«lóll H go- do con h fiebre cerca del fffambonf, lá mira la.
zosls riu il hahi <nseül<lu :i Hil garganlas; ls l,usen. armba la lustima y pide pava rl esfuerzo
r>nterior el premio rle seyuir !u«han<lo...
S>lenclo en la charfá <1e la terraza.
Ya, He i.eflpja en lss aguas civ la Í>aliia la. Cruz
<1el Suv
Ante su Signo católico y viafrlvo, la. oración su-
l>v sl cielo dc ls nocho como ut>a Í)url>uja tlu-
'lo>»1 (ls :
u '
ll»u>>l,r>1 l 'l'Cl( (l)CH . >1 g>SI«l>l Hof I C ('I :Ivu>i
'l'
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'.' i('l,ll»i ili;>l ál Pllt>P nul >ll'l ol1t'H llU<'i:l llÍO
(
:ll>ll V Í l' Í:l ui>'i"I 'l)l d(' l' ÍH'1 >L'in ('l'u/Qn :>-
»n m .
Iii
—
lc quiso
"I nl Ívs't la. tertulia forma<f:i por UB- (lc cinc
y cn convvn«vi poiiiu tren-formar en nub«.
—
v
rircs mi.irmcros ) algún v>vjo «ofonmf~<> f>lti<nn Ef <olvnial tr mhu>n
) surcó>dos dos«mbe t>pos
cfru> Íad vris> vz>gv <lu la conversación Hr dcá- viejos Hsfila «el )nnlandeimo cnzaclor lle <'lelsn-
lirrr)lh cl v vz tnln Írvua <fue no llegue a pcviul ha> Ivs q>lc ya había nntrs «r>rrido (Í Amazonu>H frs-
m>10'"io (lv la I n«Pta rl sol llcsndo con caucho: i la cofmilli la con qur un
lqiiln r>>1! I:i.:i Ír. Ia ri )u. ><(ucl'loá: vl lq>- liuqrudvrmo ai riú un <liu . >1 vmntvv cn los
'
1>iko-
h;ll lo l . il V u)f( >iii )H Ic' Htarrcl;I vil lll l os cllllcnlc. Íel Sur...
l:uin :i. ;ii na. hn >mirlo un mal «Hlurro, y rii ;Tipos dv ra/a vi*ovoss!... ;Es> iml>as .i«tu>lcs
rl! r I iii' uu lli iii)l«:L '( z luc llas<i vn ln »1«- 'l' Conq>lis>BBOILS V Inlslonvi'Os!
lv(l vii im ii»can.o ie tivs 0 cualro mcsc. Unu Nuestra vs«nsa ezpcl icnc>a colonial nos llue u
Í,ui»1 ni;i I I uso rif borrlv <lv ÍL n>u«r>v. la memorio Siluetas como las que ls tertulia pn- —
EI l<l ir V lu> llcr<cu 10 ll>vr >uu(. hol)i. l t>p a lmiración y :llrgrc envidia recuer<hi l' ro —
i Í!. p( >)sal lu:IH po)' «1 1 08(i>l '. Sil . cr»- famb>én Í> noche, quc es fá«>f consejera rlr nos-
l l.lni linihu<1 ensat>cha Hni>. tvcho >cl
He i numH- tirlgias. cunu lc vn nnrstlo mterior Hu mandato
U(r rol r>o> »1< ntc hi. rlzs las cebe/ i~ quc roe> rle e«oc>lc>onv..
«u,r" u.lv h>ui>sra'Llc.c ; l)iis Ir lrnciivr, Í Oaouo, cfe Lerena' Tlv
Iei,lr /.
apli n icscir hace ni>os rn hono-
8< Qciuellos c. Imiiolcs dv minoría qur no e res>vnn-
r :i Ivn lo Ía conipl>cs lu. y H>m(pfp psicofogia in- ron a oi> i<1ar 'lvrpcl>cá quc vi Tratado dcl l'are!o
lil." n.i' :il 1 idion>n ric los balvngurá y <le Io. UOS l'( S( l'V:llá>
ill)ii i Í >. i vul,us y \i<' lo. «onlhrá, y sl Íu>- ,1 tus<<s ilius aclucllos otros dc llloo pn quc.
l l.ir i lmlos,
. lis I rlsus hrujpríris y 'dv su. umilas la L.cree>dad rle la Hepúbhcn vecina. con
.
upvrs>> llene para vl error fn gvnrrocidad
i n .
In retnltl<u> propia, . e concertó en l'aria nuestro
,» ofr ivia un homl rv n>sduro a ins >ruivsurn>H dv. poio Tractores... La escasez de mano de obra obliga
nn> «vi .llvr lad infantil LQ E)lá.iia 1 r ntonccs dccepc>onu fá y blan-
— a llevar hasta el bosque
monstruos, rue- estos
El vicfo colonial inmbi(n rev>>«voy(... Sus lios- da no s>.po o no cl>liso comprender Ia tlugulrn vos huéspedes del reino del elefante y el gorila
er e I f ru t o de su
oger
servicio silencioso
'h gttentde, Seftor, nuestra oraol6n!.
El padre x. ya no sonrle; el padre Y. haa b a jau o a
preparar
sus bárt ulos de viaje para emprenííer un nuevo
recorndo; el viejo
colonial mtra hacia el mar, hacia el
camino si n rayas
o s condnce que
Una Patria para. la que son siempre conocidos los caminos del
msr. porque los han sabido navegar, lo largo de
v
siglos de gran-
deza sus apretatlas f 1 d
'I
l' i,
llamaba, con el gusto retórico pri- El interés de los vencedores de la gue- sitiuada en la encrucijada de Euzopa,
vativo de la diploma.cia de la época, 'el rra dejó de refiejarse en 'los Balcanes Asia y Africa, ha sido un objetivo per-
hombre enfermo", pero en realidad era porque ya no había por allí enemigos severantemente perseguido desde 1918,
algo peor que un Estado afectado por considerables a los que vigilar y, sobre y en el que Inglaterra ha procurado lle-
una enfermedad; era. un cadáver, cuya todo, por una razón que creemos funda- var siempre la voz cantante. La crea-
avanzad a descomposición amenazaba mental y que habrá de distinguir en el .ción de los Mandatos internacionales,
constantemente con gangrenar y enve- futuro la guerra actual de la guerra pa- tan de acuerdo con el fariseísmo de ~la
nenar las relaciones entre los Gobiinvios sada. La cordiagración de 1914-1918 se Sociedad de Naciones, no tuvo quizá
europeos. Desde la Conferencia de París originó esencialmente, s, nuestro enten- otra finalida que lograr esa aproxi-
de 1856, gran parte de los esfuerzos y dler, por una oposición germano-britá- mación.
de la actividad de las Cancillerías eu- nica en la lucha por la conquista de los política árabe, tan activamente se-
La
ropeas fueron dedicados a procurar una mercados. La guerra actual que es con-
—
los países balcánicos trajo, como deci- dos entonces como factor político de Malta, Suez, etc.—, una serie de etapas
mos, una relativa tranquilidad a éstos, equilibrio, se hayan dirigido luego más petrolíferas que proporcionasen a la Flo-
ya que buena parte de sus turbulencias hacia el Este, hacia el Oriente Medio, ta británica el necesario combustible.
se debían no tanto a su natural belico- considerado ahora como factor económi- La guerra actual, que empezó en Dant-
tal. Hagamos a b s-
tracción aqui de esa
bastión inexpugnable, Í
sacrificios.
Los países total>ta-
rios en guerra tienen
eíemenitos suficientes
para acometer la em-
presa, y desde la inÍ-
ciación de la campa-
ña han demostrado
Ílli»g,, hasta la saciedad que
no es la timidez el
seni.imiento que ins-
pira sus acciones. Por
ello hemos de ver
c ó m o se lanzan al
asalto del último re-
ducto enemigo.
27
© Biblioteca Nacional de España
E ha hablado un poco precipitada- tinuado victoriosamente impulsada por los uo implácable de la. primavera en Rusia
alemanes e italianos. intentaba ser olvidadó pará-achacar a for-
mente de la suerte que la primave-
taleza comunista lo que'erá un compás
'
los tontos, sino con una rigidez' física que LA BATALLA fía KERGH
les, pero embebidas rápidamente por
un
suelo sediento durante meses enteros, funde toda la atormentada faz del invierno '
un inmenso 1o-
avanzan los japoneses por Birmania y, lo para convertir la tierra-en '
más grave, en dirección dazal, para desbordar los ríos, para des- último, discurso ante el Reichstág lá 'bra-
que es muchísimo ríurante
vura y el aguante de só1dados
truir y arrollar vertiginosamerrte las obras
sus
a la India. Con fuertes. tempestades,
la
de coneolidación y de. tránsito emprendí'- uno. de los inviernos más rigurosos.'que se;
acción de patrullas y de golpes de mano
ha con- das por zapadores y pontoueros. Este sig- recuerdan en'Rusia..Con ellus,-los voluntaz
en el fi'ente occidental de Egipto.
a, unR
pi'csÍÓR vtt'I n!l. ('<nl)ÍC/<t I <I It
con fÍnua, Il>s>s tÍ >n cl1
irlca h( ft>l »rat>fc 1>r<fnlh<
mantener su
puntal rlc
rlc lxcrch f i>nvi(nc nr
CRngua<d>R cn cl nlÍsn1<)
l)l'> <I('t' <1(' i io(R hi int i)()1'-
límite alcanzado, la de-
faiicni (lc ( sla Imf;ilhi, ni)
rrota era segura Ln
ya sr'ilri rl<
.
IC cl pnnt i rlc
Londres y en Wt áshin-
ton se esperó que tan ter-
ca decisión fuera tomada
In cnicros alemanes en el
por el Alf.o liando alc- frente de Rusia
esto es cier-
q>IICI'il
g ilits>nt)s r)f>c>(lso to —
aproximarse en
riaclos a la ayuda. no ñnicamencc por los submarin<is alema- craso años enteros —
suficiente—, sino por los enormes témpanos de hielo que blo- Continente australiano Ambos contendientes discuten sus
la —
dirección Noroeste-Sureste, el "eje de
Desde luego, los japoneses sou exac- flota americana tenía, orden de tantear con
'
4k i„
-«>aé'g
confirmación que ha, tenido sus anterio- solo desembarco norteamericano ha mar- Manila está ya en poder de los japone-
res y continuados éxitos, inclina la opi- cado su seflal sobre los dominios japo- ses de una manera absoluta <lespnés de la
nión mundial hacia ias afirmaciones de Il eses caída de Corregidor, y todas las posibi-
Tokio. Esto ya es iinportante a la hora de lidades hacia el lnrlicn entran en un mo-
Con relación a las intenciones es- juzgar la batalla reciente. mento inmediato. c Ceilán? Lo más pro-
tratégicas de los combatientes, las discu- Los yanquis afirman que se intenta1>a l>able es que la accii>n aérea s»1>rc esta is-
siones entre una y otra propaganda conti- un desembarco cn Australia.. Acas,> sea la y el avance sol>rc la, frontera indohir-
núan irreconciliables. vertlad tal intención, aunque hasta el mo- nlan;l
nlarquen una etapa prríxima. f>I icn-
Según los japoneses, la flota norteame- mento el plan japonés parecía ser el dc tras tarto, Chang-í<a>-Chal< ha visto cor-
ricana intentaba acudir en socorro de las bloqueo total desde i. las y archipiélagos tada cn todas direcciones su ruta de avi-
escasas fuerzas nortean ericanas cercanos a Australia. Sin decidir aún la tualla>r.iento. Ida caído Man<lalay, y las
que com-
batían todavía en Filipinas y, sobre todo, suerte de Port Moresby, la base más im- úlltimas noticias seflalan que las patrullas
de las que. parapetadae en la enorme for- portante frente al colosal territorio aus- japonesas pisan territorio indio. Esto es
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© Biblioteca Nacional de España
suf <cien]c paTS Un pl'o de la flota y de las ba-
nóstico cercano. ses inglesas, en las
amplias singladuras a
EL MEDITE-
lo largo de todo el
Atlántico, la entereza
RBANEQ
y la iniciativa fascis-
tlnii <le s pec- 1< " t proclaman
a s s u s
inesperado avance de
'lll.rl'I"I('00. l'.l g]OI IOSO
tr.',il <Ic durísima lucha, sitian
])ll) t), v
ranza radiante de la
tc qn< liranta<la...
hf :>r:i) ll] i ) i t c- paz romana que retor-
'>n. I.n <l c 'rnn-
nará. Con la esperanza tam-
<1( Iia < c 1 ri(:ínir:I. 1>ién de toda la Patria espa.—
)l c Vl l:i](;i y R l< j:i n- ñola, que la intuye desde el
<II'lli 00 tic>>CO pun—
fondo más fraterno de su alma
<IC nacional v latina.
10 reposo. Los
,iri< ncc <lc I<s;iltn L fb
iinlilin«c v Iilcma-
Ii i' Ij i <I n 1> (' n (' n hl
:i]:ir>no y cl inr< n-
<]ii) <1(' nn I nuincl 'I
«in tinna<la sn-
esp< cial-
mcntc cobre cl pri-
mer« —,
quc pncdc
<lc cirsc qnc, prícti-
cam entec, la scgi>rí-
<ln<l nlivnl sobre La
Va l ct t a v I n s m u c.—
]l< c <I< Alejandría
n) i ex>SÍ C.
lianas prosiguen
cnn nn ) i '
1 cxtl,<"
OTdln,n ÍO 1' C>ll cl,'IT
punto <1c reposo a
Ins
servicios lon>s-
ticos británicos. Re-
cientemente se cfec-
tnn sobre nn < rnn
r mharcaclns
por va- Soldados italianos en e] frente de Africa
1 1 0 s ;Iv>nocs d c
hnmliardc<i nn con-
, i<lcrahle ni>mero <le peli )]once, ;1])l'ovc- i]uc regresaron sin otro incidente que una
chanclo la noche, llegaron en pleno de- acciiín entre la escolta y un grupo atacan-
sicr]0. a un i antcsco de pi)sito de gaso- te. Todo el clepósito de gasohna quedó
lii>a. Tras una accinn rapid ísinla. ct)n]i s. cl pcl'<lid« pal'a. Ios lnglcscs.
<IC n;u<ll;l, llbT>C> On los clcpilsi- italia mantiene gloriosamente el cs-
l'OC>p<l
tiis, c<m c] fin cle evitar c 1 lucen<110. quc fuevzn de sus soldaclos. Sol>re los carn-
llnmaria la atcnc i<in <le los cercanos pues- pos <le Ru ia, en el desierto. en la misión
tns in lc C volvieron a sus aparatos, .
<le vigilancia v hosti aluiento continuo
y
cesos...
A Italia artística de
hoy recorre el mundo con toda la opulencia Su espalda está bien cubierta; los muertos han de empujar al que
Ita1ia representa una tierra eterna de belleza, cuna de todas las Ar- Casorati; siguen los Donghi, los Funi, los Carena, los Tosi, los Fanraz-
tes y todos los heroísmos. zi, los Zamíní, los Oppí, y entre ellos los Sironi, los Morandi, los
SaHetti.
No vive Italia, sin embargo, del pasado, o no reduce su arte a un Nu tienen de común apenas nada, salvo guardar todos ellos
constante mirar a su espalda. el respeto a íos. fueros de la plástica y no. seguir las vías aneedó-
40
© Biblioteca Nacional de España
tiesa del cuadro narrativo de hace anos. Todos ellos consideran que la materia
plasmable puesta por su oficio en sus manos es una sustancia
sagrada que pue-
de buscarse a si misma.
Y es un gran espectáculo sabroso el de ver cómo
campo restríngíde
en ese o —
I
diferentes y variados, hondos todos, de la materia, del volumeu, del color,
de la plasmación artística.
No es otro 'el interés y la lección que yo quiero subrayar con estas líneas;
la lección y el interés que ofrece un grupo de artistas diversos mantenien-
do todos ellos la dignidad de su estética, auuque siga cada uno su camino.
A veces uo se parecen ni a sí mismos.
Así, por ejen plo, Funi. Funi es un joven toslavía joven que tanto ofre-
—
—
lor indivisos —
recuerdan a La Fres-
naye en sus mejores ejemplos.
éstos, no sólo siguen cada uno su ca-
scan un punto de vista básico, un con-
e Conti —
si hasta las
playeras de Salietti; desde
de materiaplástica a Cipriano Efisio
—
MANUEL ABRIL
41
© Biblioteca Nacional de España
tíy s I '
;rñ'
ítiéa
STOY,
los que
o
me
mejor dicho, estamoa,
leen me acompañan,
porque
en la
pí',; ; cacahuete. Tan familiar e- en 'valencia e! ca-
a —
42
43
4
~'t
P o r S A N T O S A. L G O G E R
ESDE los tiempos en que la vieja fra- ras cuadernos por el peso de los años y las
rín, en la que se formarán las nuevas promocio- tivos y bravos almirantes¡ o reposar la vista
nes de guardiamarinss, ha transcurrido apenas fatigada en el paisaje quieto de la Greña o
medio siglo. Cincuenta años de la vnla de Espa- el Esteiro.
ña cargaslos de Hístorra, de al"a y apretada Hoy, todo es distinto. España se ha recobra-
La extrao dinaria diferencia que hay entre decidida a ocupar su sitio en el inmenso camino
Uno de los botes, durante ejercicios.en alta mar
donde del Océano. Y recuerda cada día, como su me-
el menguado ámbito sle la >deja fragata —
y patriótico
caballeresco de jor despertar¡ que no en balde descubrió las
el espíritu pro-
fesores y superó con gallardía los
aiunmos rutas del mar y tzazó las cartas de navegar
banslazos del temporal orbocentista—, y los que enseñazon al mundo a surcar sus aguas por
la derrota más segura y los vientos más fa
esplénslidos laboratorios y aulas del presente
recinto escolar, flanqueadn por sus hezmosos rale
Hoy, todo está concebido y realizado eon la
campos de maniobras y depoztes, marca paten-
temente la rliferencia del anhelo y el ímpetu gransleza que a España corresponde. Desde
Zn la venerable fragata, carcomidas sus du- pueda pedir ta más exigente y depurada peda-
I,os llpphs
navales po ol<
IP III<
I. a PPf viola
cn la gusrdl»
ooplnrna
D E L A S E R N A
j
trada ile los voluntarios, después de diez meses iléumv afirmativo y glorioso. Durante unos mo- valor humano, afectivo, familiar. Pero es sólo
de una ausencia terrible, la t'crra española mentos, la vida extiende el del silencio y
en arco ilespués de haberse asegurado que la Patria'
de Irán. Yo. quisiera registrar, una, lás todo el paisaje nacional
una a se pliega humildemen- está allí: Torre fiel, or(!enadora del Destino,
miradas, calientes de fervor, con que estos hom- te para que pasen estos hombres a la' Historia. otesndo el horizonte, los horizontes, por los
bres entran por lss vías de España Després, viene ya la ruidosa algarabía
como en en que el hombre va y viene y lucha; y muere, tam-
un santuario. La alegrísima que cada reaonoaiendo
voz grave, y pro- una va su casa y su cs-
bién, en su servicio.
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© Biblioteca Nacional de España
ENI
E aqui Castilla. De tanto sol, los ojos Vamos, alma mía, que la carne se nos Pues bien: en Zamora es por tradición la
vida igual? bacanas del Castillo de doña Urraca. «De luto'por la derrota de Toro. Desfilan los tra-
Por las viejas calles de las ciudades cas- un lado, la cerca el Duero; del otro, Peña dicionales spasos b imaginería de don Ramón
tellanas vamos embebiéndonos en el amor. Tajada». Alvarez, de Muñoz, de Aurelio de la Igíe-
por el color y por la forma. Allí también violetas ni < laveles. Brazos y manos eu esta,
Juan de Juni, que vino por caminos de ado- noche hau anhelado «omo nuuca llevar a
lescencia de la dulce Champaña a las tie- Dios, transportar a Dios sobre los hom-
rras secas de Le6n
y Valladolid. En un do- )iros
.
<umento contemporáneo decía un clé- Aqui los ojos sueñan ls, realidad que
rigo: «Vale más el espíritu de una de las fi- no
supieron nunca éc la sangre medita su
guras hechas por Juni que todo lo hecho agorúa eu la .coutempíaciún dcl sollozo
por Giraltetc ¡Si vierais el entierro de Cristo eterno del <nundo.
en madera viva:..!
F
me en me
gastos del nuevo libro, si el nuevo libro
cle Oríentalistas que había motivado proporcionaran todos los datos y docu- tenía interés y que claramente compren-
mi
primer > iaje a Roma, las alas de mentación que juzgase necesarios. dían que hasta pa! a un Centro pedagógico
!m avión
me condujeron a Libia y a Cire- Haré resaltar en primer término, su la- una
pedagogía exclusivamente literaria
naica, países en los que deseaba ver el bor como entidades escolares y de ac- era una pedagogía incompleta.
hmcionamiento de los Centros de ción post-escolar. aun no olvidando que
ense-
Luego me enseñaron el gimnasio.
ñanza. ítaloarabe. El Ministerio de Colo- lejos de ser !le desdeñar resulta extraordi- Baños, salas clv ducnas... El deporte in-
nias me concedio todas las facilidades ape- nariamente meritoria labor política.
su
tegraba un principalísimo papel. Foot-ball,
tecibles, y en Tripoli y en los oasis visité Veamos, desde el punto de vista educati- alpinismo, toda manifestación deportiva
aquellos establecimientos cavo funciona- vo, lo clue es un Dopolávoro. que ganara juveniles actividades. tenía su
miento me interesaba.. El de la Ur1>e, la Vía del XX de Sep-
en
representación n! el Dopolavoro.
Fué durante el regreso a Italia cuando tiembre, se halla instalado en un viejo pa- En el Transtiverino, que tiene por resi-
hice conocimiento con el profesor de Ma- lacio. Salas suntuosas y claras, sensac!ón dencia un barco anclado en las or!llas de
temáticas de uno de los'Liceos tripoli- de riqueza y de comodidades. ese río señorial que coge por el tallo y por
tanos. y él quie!! me
aconsejó que, una vez Primera visita para la escuela que allí el talle a Roma. los deportes náuticos eran
en Roma. no me marchase sin conocer la funciona. cultivados con preferencia. Y de la misma
obra que estaban realizando los Dopola- La propaganda pedagógica da principio manera no existe una ciudad ni una
que
voros.
apenas se pasa la sala de espera y se pe- pequeña villa italiana que no cuente con
—
Es una labor —
n!e d!jo —
de Una gran netra en la bien surtida biblioteca circu- su correspondiente Dopolavoro, no hay
a crédito para librarles de que cayesen cn no se cultive en estos acabadisimos Cen- que falta. Y la respuesta cs que na falta,
manos rle la usura. tros de enseñanza. nada, que todo rletalle cultural ha sido
En lo de la barata Génova y la cara Ro- Cada cuidadosamente esturliarlo.
para, aquello que es útil. No en
iino
ma no se
busque una mayor ni menor sim- vano las Escuelas de Orientación y Se- I Programas? ; Métodos? Liso ya perte-
patía hacia la bella ciudad ligíirica. Re- lección Profesmnal CStilrf!O lliás
son miruadas de un llCCC R ull Rlllplln rlilC CI cliiC
cuerdo fruición la anécdota del niodo articulo periodístico, pero
con vasco
especialísimo en Italia, incluso para se cobija en un
que, al rlisponerse a emigrar y preguntar lo que atañe a la agricultura y a la mari- puede asegurarsc que, son cxcclmites.
a su padre en qué sitio debía detenerse, o1>- nería. A cualquiera Ic enseñan con nrrlen aque-
tuvo esta respuesta : Que nadie tenga una, profesión por la llo que en otra p>irte aprenrlería, de forma.
Donde el pan cueste duro. que más tarile pueda manifestar desdén.
un
incompleta, dr cm deiiadamentc, rlánrlosc
—
Y aunque eu Roma se aproximase más La vocación, por encima rle todo. El evi- cabezadas con ls, vid,. o contra la. resisten-
al duro el precio del pan, la vida resultaba tar la disconfor!nidad futura equivale a cia brutal que oponen los indiferentes ri
fácil y agradabilísima a la sombra del Ca- limpiar la patria de lns tozudos de Ia ignorancia.
inadaptadas y descon-
pitolio, donde la loba capitolina tenía bien tentos. Esto cs, R
gl Rl>ríes fRsgos, iin Dop(>IRvo-
henchidas sus uhres. Salas de dibujo. Talleres de cerámica. ro. Esto son In tres magníficos qnc vn
Al
deporte siguen manifestaciones más Todo muy convc iiente, pero no resultaría dc'visitar Rrima: cl
tuve oportunidad en
delicadas. Teatro y cinematógrafo. Todos bastante si las nuevas morls.lirlarles vitales de la Urbe, el Ferroviaria y el Transti-
los escolares puerlen ser actores o actrices. hubiesen rpierladn olvidadas. Por esto nn verino. LUIS ANTONIO DE VEGA
SU BELLEZA Y SU NGSTALGIA
QN sus antiguas esquinas, en lañ
ñ
q
que e1 viento ha frotado lada. Sobre su grueso payel se puede se uir es
ilurante siglos la canción; besaqs
pie< l ras barnizadas
con esa.
'
por
r .
'
v hermosa historia Kl
o, a difícil línea
a uvia, con po>talones desvencijadixs y esas puer p t as ra- que va de un lado a o ro... imp
otro impenetrable,
t bl,
bl onvocando
co
o a más íntimos
'amás
ás se abrieron a las viejas ciu <a<e,
'
.- ro corazón
nuestro cual sungunas otras. E n e 11.. as es posible. La evocación gana terreno
'
; i I a ciudad ha sido
o si
respetuosa
..
o res con
paladear ese vino p posado, el lespuar el misterio mdefud vestigios y sobre e
'
<, e r .
sus el vi
viejo gsabado
b d de una ce<líe
e a en er un romance que surge y se hunde sin creerlo. id 1 r fo
, a lpasodelo
so e os díaías, de la nueva. Ha una r
Nos horrorizan, por lossiglos <le los si o, que se salva en todos loss vaivenes,
vaiven
la desidia d en
icas, lnsn>ora, que no van a ninguna parte y en las u 1 ó d e 1 o que
sido poderoso ue
conchiye. Son la espanto sa rea l'i<i a«e
l l una ex p osiciún
.' 'ú urbanístic>, ,odavía enhiesto e indestructibl
uc i e. U u mundo diferente p u ebla
la catailura isa< a,
.
aquello:
improvisada, a semejanza de
se una espantosa ciudad de son- las paradas legiones, 1 t bl
escarola, hecha to<la a un mismo tiempo
a un
po y exacto gusto. e redoble de algún acontecimiento histórico, es
En las >dejas ciudades han si<lo '< o los mismos nervios de la ciudad el h lla d e cier o artista. Como com ás de
l os que l,ian ordenado y desordenado, en ciertos instantes, la t h e esos o ros que están 'lí,
l volviendo sobre su an-
cóío por o o s dbl
a e ell encontrar ese personal, esa act t d
tigua huella.
'
'
.
Y con cl poeta podría repetirse:
Como en un vie' i jo c
'
'
era parece haberse detenido con largo genealo ogía so b re ell horizonte
de laa ciuiiad, dando gravedad a eu aire y a su sol. En este doble
'
d 1 i ciu
'dd a, y a la sombra de su catedral a
'
yen sus
y as. Está intacto v sus últimas hoja s so n d e alb ura inmacu- íardiues humedecidos por le lluvia
uvia puu 'e encontrarse la
perdida pla-
MARIANO RODRIGUEZ
DE RIVAS
Nobleza y artesonado
en un mismo hogar
© Biblioteca Nacional de España
ISLA 0E B A L I
la isla tranquila ymisteriosa del Pacifico, fué ocupada por
ALI,
B el Ejército nipón. Sus danzas religiosas y tradicionales eran fa-
mosas en el mundo eutero y constituían obligada visita de todos
]os cruceros que organizaban alrededor del mundo las grandes Com-
pañías navieras angloamericanas para distraer en el ocio del turismo
a los grandes potentados de la tierra. Bali forma parte del grupo de is-
La nina danzarina
v rle buen gusto, fundo" ; más bien significa 'no ser pro- tas
por completo de espíritu por esto por
lo que Schopenháuer, que
tendréis que vo)vet siempre a la "Vida de fundo". Y el conocimiento de la profun-
consideraba la vida intelectual como
una
Rossini" que escribió Beyle, por sobre- didad, junto con ls. no sumersión en ella, hizo de Ros-
constituye la 'condición ideal del
hombre forma de imperturba1>ilidad,
nombre Stendhal: a esta obra que, como sini músico preferido.
superior. De aquí nacen los muchos equí- su
todas las de este autor, está llmia de es- tenía ideas muy exactas
basta. que circulan a.cerca
de la verdadera Schopenhauer
es rica de ideas. Pero no
vocos
'píritu y
calidad del artista profundo. En cuanto a sobre la música. Cuando Ricardo Wág-
Stenrlhal ha rlado la definición más exacta ner encargó en rgóy a
und de sus amigos
la incredulidad de Voltaire, es únicamente
de Rossini : lo llamó 'el Voltaire de la nombre un ejem-
que le entregara
No es que en su
una condición de prudencia.
í
ln ú s C a
del "Anillo del Nibelungo", "como
Voltaire careciera de la facultad de creer, plar
Falta por decir qué es Voltaire. muestra de admiración y de agradecimien-
sólo que él sabía que puede creerse en
Voltaire es el enemigo de lo profundo. to al gran filósofo", éste respondió
:
varias cosas.
La inteligencia y la sensibilidad hacían a vuestro
simas que en- Más aún ; se puede no ser profundo por "Transmitid mi agradecitniento
ver a Voltaire las rliversas decirle de mi parte que abando-
de la vida: religión, aburrimiento y amor a la vida tranquila, amigo, y
cierran lo profundo civiliza- la música y se dedique a la poesía, para
por limpieza, por elegancia, por
ne
que cuando Schopenhauer expresó este me. Míisica llena de cálculo y artificio. sical'; pero Rossini pretendía "Gui- con
juicio sobre la míisica de Wágner. no co- Es la música por excelencia del siglo llermo Tell" algo muy distinto. Para é)
nocía de éste más que "El buque fantas- XVIII. Y cuando Rossini comprendió que era una cuestión de vida o muerte, y Io es-
ma". uue overa una sola vez en Franc- no posible hacer durar más este ana-
era cribió lenta y fatigosamente. lleno de du-
fort y, ademác, muy mal reperesentado. cronismo de un siglo XVIII tan puro en das, que lo turbaban igual que las tenta-
"Admiro y amo a Mozart, decía Scho- medio de un siglo XIX lleno de vida y de ciones turban al santo v los remordimien-
penhauer, y voy a todos los conciertos en inquietud, dejó de escribir. tos al asesino ; lo escribió en diez meses
los que tocan sinfonías de Beethoven ; pero El músico que hoy no tuviera un sen- largos de trabajo, él, que escribía una par-
cuando se acosf.umbra uno a oír a Rossi- tido neorrossiniano de la música, sería un titura en quince días y un díio en un mo-
ni, toda otra míisica parece pesada". sordo, un ignorante del actual destino de mento de pereza, cuando el frío invitaba
Siempre que Schopenhauer hablaba de la misma. Rossini vió nublado y luego a retardar el momento de levantarse de la
Rossini levantaba los ojos al cielo. Teuía cerrado el horizonte musical por la nube cama.
todas las obras de Rossini transcritas para. romántica, por el canto de los elementos, Permítaseme repetir una pequeña, anéc-
Hauta, y las tocaba todos los días, una tras por el liombre demiurgo que avanzaba ~
rlora sobre la pereza de, lqossini, Un día te-
d'
'
L' l'
c>
>u '<
f
~ >u
k
( u
Il ÉrÉ,
)l(
otra, desde cl mediodia hasta el toque de amenazador : y ante tanta amenaza, él, rrii>lemcnte trío <fel invierno de lgi,'. R<»-
oración. La míisica, de Rossini era para hombre débil, prndente y de l>uen senti- sin> se encontralia alojado cn un cuartu-
Schopenhauer más quc un
goce estético : do, se detuvo. Porque lfossini era tan chu dc alquiler ell Venecia, y con>p<inia cii
era una cura. débil como lo era Voltaire y. como éste. la cama, para encenrlcr rl hie u. Tcr-
no
Y no solamente para Schupenhauer. Iío tenía la conciencia de su propia debilidad, n>ina<lu el rlíiu (cstal>a. escriliicnrlu la.
par-
hace muchos sí>os, llega<la la míisica a las y lo turbaba 1 oprimía esta debilidad que >i tnra de
"lliju por azar"). cl papel se Ir.
cxtl cipos dcgcllcl aclollcs dcl \vagllcl i sino, infenfa1>a esconder tras la l>ro- escapa. <le la.
en vano >na»us. v cac, planeanrlu . n-
57
© Biblioteca Nacional de España
h >a '» I >" ra ac»r>lar-c >i«c li -. n» c
>ml»nn> cn cpoc;»lel "l l i-
l;>
GENERADOS
STERISiCOS americanos. Ei Continente más bombardeado ilote Por oíra parte, ése liza sabido
la propagarxla cinematográfica no es Europa, sino América.
Iamás de una guerra sut canciones
y sin gritos patriáticosy Shetnpre se ha dicho que una de Ias misiones
Y no solamente por la propaganda cinematográfica. El ra- de la radio en tiempo de guerra sería. la de transmitir!hitnnos
y can-
dioyente no tiene más que mover al azar el indicador sobre el cua- ciones patrióticas. Hasta cl presente, los radioyentes no bati oído
rlrsnte en que está encerrado el mundo entero, para oír discursos. muohos de aquéllos ní de éstas, y ya se sabe lo
canciones
amigos que son los
o rumores de guerra. Pero se trata ! sorudos que aclaran americanos de la música. La consigna de los
nada' el estado de cosas del vicio Continente. Los america sos
estrategas de ia pto-
poco o
paganda radiofónica ha sido, ouriosmnente, la de hablar y no cantar.
oyen excraños Iatüguíííos, habladurías y curíosás combinaciones ñe A falta de emociones positivas, el
radioyeme obstinado las suple
cantos y plegarias, y así se pasan escuchando toda una velada, sal- con la fantasia. Uno de
ellos¡ hace varios días, estaba escuchando
tando.de una estación, a otra, de una nación a otra
y de un Continente a un locutor que desde lo alto del Palacio de la Radio de Londres des-
a otro, y cuando se van a la cama saben de la guerra lo mismo que cribía el aspecto de la ciudad sumergida en una oscuridad casi com-
sabían antes. Hasta ahora, el sonido más impresionante llegado por
pleta. De repente se oyó una explosión, segtúda de otras varias: el
las ondas de la radio al oido de los radioyentes americanos iha sido
radkoyente se extrañaba de que el locutor no anunc'ara un "raid"
el de la sirena de alarma rle Londres. Cuando lo oyeron retrarsmi- aéreo alemán sobre la metrápoli. Sin
tir por vez .primera, los americanos dieron gracta. a Dios por haber
embargo. lss explosiones se cían
claramente. Una vez terminada la transmisión londinense, el
hecho.el Atlántico tan ancho ; pero después se acostumbraron tambicn radioycr,.
te volv.ó a coger una estación de Nueva York. Pero los
ruidos de la
a aquel concierto, hasta el
punto de que el bramido de la sirena ion- batalla aérea continuaban. Empalideció. Corrió a la ventana
para ver
dinense ha perdido ya todo interés. Un radioyente de Long Island, lo que ocurría y sólo entonces se dió cuenta de
que las detonaciones
al ser invitado por un periodista a que describiera sus isnpresibnes
procedían de los fuegos artificiales de una fiesta de barrio en nn
sobre el particular¡ respondió:
"
Oh!, ha sido uua desilusión; pa- sector no lejos de aquel en
que vivía el
impresionable radioyente. Los
rece exactamente lasirena de los bomberos". periódicos luncharon el episodio, y los lectores
En suma, los emocumales y "ernocionófilos' ciudadanos de los según se desprer;
—
tituye uno de los motivos que pone nerviosos y que hace desconfiar a No hay en el mundo un ridículo que supere al ridículo de
los americanos. Holly-
wood cuando se mezcla en ello la política : el actor Víctor
bfcLaglen
59
atravesando
No sólo el cine, sino también el teatro americano está
podido ver recientemente poder
—
a<iuellos gobiernos como
tratar con
la Crisis del cine', además de las causas
un mal momento. Realmente,
con cualrluier islote del Pacífico,
Si Wáshingion ignora las reglas del
donile a contingentes la iriclusión, de Hoííywood en la zona de guerra
'del respeto, fácil es imaginar lo que ocurre en Hoííywood,
—
uno
—
pidamente desvanecida.
Las excusas usuales en esta ocasión hubie-
ran sido de una amarga comicidad, que hubiese
dejado más fría la noche. é Cómo decirle: "otra
vez será" o "no llevo suelto" ?... Hacer efectiva
despacio y con amarga melancolia los volú- ?Bah!... Con el talento de otros no se pue- mis ideas y mis invenciones me parecían abso-
—
menes, algunos de cuyos títulos y nombres pro- de hacer nada. Yo sé que el único
no soy a lutamente estúpidas... Después de pensar mil
nunció en voz alta como si leyese las
lápidas quien han robado... Hay muchos miles de hom- cosas, me decía: "—!Bueno! 1Y qué?"... Todo
de los amigos muertos en un cementerio.
bres que se encuentran como yo... Pero yo soy me parecía igualmente sin importancia... To-
Yo era un hombre de talento, señor. Si me
—
más humilde y por eso pido limosna... Sé que dos los libros de mi biblioteca, incluso los míos
da ocasión podré probárselo¡ pero los rojos
aunque nos devolvieran el talento, no nos ser- propios¡ hablan perdido interés, podia leerlos
me lo robaron vilmente. Me robaron hasta la
viría para nada, porque el tiempo es otro., con la misma inciiferencia del
principio al fin,
última porción, hasta dejarme en el lamentable
P r e cisamente en
estado en que me encuentro hoy. Al
principio esto está la dificul-
de la brutal expoliación me sentí como liberado
tad. Me han habla-
de una horrible carga y responsabilidad.
Que- do de agrupaciones
darse entonces sin talento, en el Madrid
rojo, de hombres que se
ezu alejar el
peligro; lo primero era vivir y quedaron sin ta!en- y'z cv
-.-
...
esperar., Vivf, pues, feliz sin mi talento. Des- to que intentan re-
pués, terminada la guezra, volví a necesitarlo, clamar y se fían de
y comencé buscarlo con afán. Necesitaba a
a
abogados y dctrr"
todo trance mi talento y revolví Roma con San
ves. Pero esto es ri-
tiago. Pero fué inútil,
completamente inútil.
Muchas veces crei ha-
berlo encontrado y lo
reclamé enérgicamen-
te, brutslmente... Eu
ocasiones, confieso que
llegué a verdaderos
extremos de injusticia
y violencia. Al fin me
he convencido de que
no recuperaré jamás
mi talento. Para mi
esto es mil veces peor
que la muerte.
Calló cuando el vie-
!o reloj dió solemne-
mente la hora. Sus
ojos estaban frunci-
dos, como si mirara el
vuelo de un pájaro en
afecto sin palabras. Despúés bebí de un gol- voz baja: hace tres noches
que salgo a la ca-
ber?
pe otra copa de coñac yme acosté. lle y aguardo en una esquina a que pase un des-
Para qué se tienden los puentes y se
—
Confieso que dozmí tranqufiamente. Soñé que conocido... En!',onces me acerco muy humilde y
abren los caminos? 1A qué enemigo se acerca me recibían en el seno de la Academia de la con el sombrero en la mano:
salvándole el abismo y hasta qué punto escon- Lengua y que pronunciaba un discurso sobre un Un poco de talento, por caridad... !cLlevo
—
dido se le abre paso al dolor? Pero esto es filósofo del siglo XVL del que sabia muy poco¡ tres días sin escribir! !Dios se lo pagará!
pedir demasiado, lo comprendo. Quizá usted y que me réservaba desde has!a varios años
tampoco lo sepa, quizá nadie lo sepa. Cuando para la gmn ocasión de demostrar que sabia
yo tenla talento, tampoco aspiraba a tanto. mucho. Cuando desperté volvió a mi la preocu-
(ILUSTRACIONES DE ESTEBAN)
una
ilcrril>ar, primero, nn Gobierno ; d>co no se sabía nadiu ñfe erandesconoci<los los nombres de los que
<lespuís, un rí imcn ; finalmen>e, un si >ema social ; llegar al caos ;
~
en cl escribían —
lo que atribuí su car>ícter universitario
a y me so-
—
qué sé. yo.. Primo <le Psivcra, iiue tenía como con lici<>n sobresaliente i:aban cosa nueva. <lcmasiado difícil sus doctrinas. Resolvi ilus-
a y
ser un hombre liueno
y muy español, priimn<.ia cn nr>tas oficiosas q»e trarme sobre la materia. consultando a los cociipañeros que en la l'e-
pronto volrerí:unos "a la normalidad'. I.a "normalidad', eonio con- deración Universitaria Híspanoan>ericar>s habían transformado la
secuencia. íiltinm de la
politica, no podia satisfacernos. Asociación profesional de Estudiantes en una agrnpación política.
Era otra vez el régimen caduco de derecha- e izquierdas. Y nos Los sudamericanos sienipre sabían más quc nosotros.
otros, complctamcnte a. oscuras, buscában>os el camino nuevo, re>o- iCasi todos los que concurrian al Centro de la calle de la Nlag-
lucionario ; sin saber qué clase de Revolución. Por toda perspectiva dalena eran americanos del Phcífico, la mayor parte mestizos.
Cuando
existía una de tipo oriental, la rusa, con la engañosa apariencia que les enseñé "La Conquista del Estado" enzpezaron a vociferar : "¡Es
le <faban los volíimenes de ciertas editoriales "Pero aquí, 1no
subvencionadas, desile un
iperiódico fascista! ¡Es un periódzco fascista I" '41 <<
luego, por el Kremlin. están prohibidos los semanarios fascistas?, exclamó INo >) .
uno.
"récord"' : llegó a tirar cinco. Existían "Rebelión", "Espaí>a Nueva" riódiooL que desde el pri<ner momento, sin ser "de derechas de toda
o "Nueva España" y tantos más. Entre todos ellos y con las mis-
—
64
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J O R G F
JULIAN DARDÉ
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