Guia Estudos
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Introducción
La familia ha estado y estará siempre presente en los planes de Dios. Está llamada
a ser un instrumento de salvación en su propio hogar y en otras familias.
Dios, el autor de esta misión, envió a su Hijo al mundo para cumplir su plan de
salvación y redención de la humanidad. Jesús, a su vez, llamó a sus discípulos a ir a
predicar al mundo. Como consecuencia, al ser también sus discípulos, nosotros tam-
bién somos invitados a llevar el mensaje de salvación a quienes nos rodean.
A Abraham se le prometió que en él serían “benditas todas las familias de la tie-
rra” (Gén. 12:3). Esta debe ser también nuestra misión: bendecir y ser instrumentos
de salvación para otras familias. Al llevar este mensaje de esperanza estamos salvando
nuestro propio hogar.
Sin embargo, independientemente del formato de cada familia: padre, madre e
hijos; madre e hijos; padre e hijos; abuelos y nietos; entre otros, Dios nos hace un
llamado y quiere utilizarnos para que cumplamos la misión. Por lo tanto, el culto, la
adoración y el servicio deben estar presentes en nuestros hogares todos los días. En-
tonces Dios actuará y hará de nuestra familia un poderoso instrumento de salvación.
Vivamos una vida cristiana en nuestros hogares para que seamos como “la sal
de la tierra” y “la luz del mundo” (Mat. 5:13, 14), imposible de pasar desapercibidos.
Cuántos miembros de familias y vecinos son ganados para Jesús cuando observan y se
benefician del testimonio de transformación que Dios obró en la vida de nuestra fami-
lia. ¿Sabes por qué pasa esto? Porque “ustedes son una familia escogida, un sacerdocio
al servicio del rey, una nación santa, un pueblo adquirido por Dios. Y esto es así para
que anuncien las obras maravillosas de Dios, el cual los llamó a salir de la oscuridad
para entrar en su luz maravillosa” (1 Ped. 2:9, DHH)
Que cuando estudiemos, a través de esta guía de estudio, el libro Familia en mi-
sión: el llamado de Dios para mi hogar, podamos tomar conciencia del hermoso pri-
vilegio de ser bendición y compartir la esperanza de salvación y vida eterna. ¡Preparé-
monos para recibir los milagros más grandes que Dios tiene reservados para nuestra
vida y nuestra familia!
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Llamados
ci
Le c ó n
1
para
la misión
E
n todas partes, especialmente en las grandes ciudades, nos rodea la indi-
ferencia, el miedo, la violencia, el abandono, la muerte y la soledad. Por lo
tanto, nuestra familia puede ser un centro de influencia para quienes nos
rodean, derribar estas barreras y llevar esperanza al ser el medio por el
cual Cristo pueda entrar en estos hogares.
“Se nos ordena que avancemos como mensajeros de Cristo con el fin de en-
señar, instruir y persuadir a hombres y a mujeres, instándolos a prestar atención
a la Palabra de vida. A nosotros también se nos asegura la permanente presencia
de Cristo. Cualesquiera fueren las dificultades con las cuales tengamos que con-
tender, cualesquiera las pruebas que debamos soportar, la siguiente promesa llena
de gracia nos pertenece constantemente: ‘He aquí yo estoy con vosotros todos los
días, hasta el fin del mundo’ [Mat. 28:20]” (p. 8).
“El evangelio no ha de ser presentado como una teoría sin vida, sino como una
para cambiar la vida. Dios desea que los que reci-
ben su gracia sean de su poder” (p. 8).
3
3. ¿Qué pasará cuando el mensaje de Dios encuentre oposición?
“Dios hace este llamamiento: ‘Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña’ [Mat. 21:28]. Dios
convertirá a los jóvenes de hoy en mensajeros
para presentar ante la gente la verdad en contraste con el error y la superstición, si
ellos quieren entregarse a él. Que Dios deposite la carga sobre hombres jóvenes y
fuertes, en quienes more y quienes estén dis-
puestos a presentar la verdad a otros” (p. 14).
Conclusión
“El solemne y sagrado mensaje de advertencia debe proclamarse en los campos
más dif íciles y las ciudades más pecaminosas, en todo lugar donde todavía no brilla la
luz del gran triple mensaje. Cada uno debe oír la última invitación a la cena de bodas
del Cordero” (p. 12).
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ci
Le c ó n
2 La misión como
prioridad
“L
os crímenes y la iniquidad que dominan en las ciudades populosas
han alcanzado un nivel abrumador. La perversidad de los impíos
casi escapa a toda comprensión. Muchas ciudades se están convir-
tiendo en otras tantas Sodomas ante la vista del Cielo. El aumento
de la maldad es tan grande que las masas se aproximan rápidamente a un punto
en su experiencia personal más allá del cual resultará sumamente dif ícil alcanzar
a los individuos con el conocimiento salvador del mensaje del tercer ángel. El ene-
migo de las almas trabaja con toda pericia para obtener un pleno dominio de la
mente. Y lo que los siervos de Dios realicen para amonestar y preparar a esa gente
para el día del juicio deben hacerlo prestamente” (p. 15).
2. U
na escena asombrosa le fue revelada a Elena de White acerca del fin de
los tiempos. Un ángel estaba a su lado. ¿Cuál fue una de las advertencias
dadas por este ángel?
5
“Entonces el ángel que estaba a mi lado me dijo que muy
personas
de la maldad que reina en el mundo hoy, especialmente en las ciudades grandes. De-
claró que el Señor un tiempo cuando su ira
castigará a los transgresores por su persistente menoscabo de su ley” (p. 17).
“Mientras trabajemos con toda la fuerza que el Señor nos concede, y con hu-
mildad de corazón, colocando nuestra entera confianza en él, nuestras labores no
serán infructíferas. Nuestros resueltos esfuerzos para traer a las almas al conoci-
miento de la verdad para este tiempo serán secundados por los santos ángeles, y
serán . El
Señor nunca olvida a sus fieles mensajeros. Él manda en su auxilio los agentes
celestiales y acompaña sus labores con el poder de su Espíritu Santo para conven-
cer y convertir. respaldará vuestras súplicas
a la gente” (p. 24).
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Conclusión
“Cuando por oración ferviente y perseverante sean dotados del Espíritu Santo y
avancen cargados con la preocupación de salvar almas, con sus corazones llenos de
celo por extender los triunfos de la Cruz, verán el fruto de sus labores. Rehusando re-
sueltamente desplegar sabiduría humana o exaltarse a sí mismos, realizarán una obra
que soportará los asaltos de Satanás. Muchas almas se volverán de las tinieblas a la
luz, y se establecerán muchas iglesias. Los hombres se convertirán, no al instrumento
humano, sino a Cristo” (p. 28).
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ci
Le c ó n
“H
ay que presentar en forma amplia planes bien definidos a quienes
corresponda, y debe estarse seguro de que estos planes son com-
prendidos. Luego pidan a todos los que están a la cabeza de los
distintos departamentos que cooperen en la ejecución de estos
planes. Si este método seguro y radical es adoptado de la debida manera y seguido
con interés y buena voluntad, evitará que se haga mucho trabajo sin objetivo defi-
nido alguno, y mucha fricción inútil” (pp. 29, 30).
“Dios exige y
en su obra en nuestros días tanto como los exigía en los días de Israel. Todos los que tra-
bajan para él han de actuar con inteligencia, no en forma negligente o al azar. Él quiere que
su obra se haga con y ,
para que pueda poner sobre ella el sello de su aprobación” (p. 29).
2. E
n muchos casos, la postergación ha impedido hacer la obra del Señor
como se debe hacer. ¿Qué sucede, ya sea en la obra de Dios o en la vida
privada, cuando se pospone el trabajo?
3. Todos son talentosos y necesarios en la obra del Señor. ¿Cómo debe ser
el trabajo entre las personas para que todos se sientan útiles y valorados?
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“Hay muchas clases de obra que deben ser hechas por obreros con dones variados. Al-
gunos han de trabajar de una manera, otros de otra... Como colaboradores con Dios deben
tratar de estar en el uno con el otro. Debe haber constan-
tes reuniones de consejo y una fervorosa y sincera. Sin
embargo, todos han de volverse hacia Jesús en procura de
, y no depender únicamente de los hombres para obtener dirección” (p. 32).
4. L
as flores no tienen todas la misma forma, color y fragancia. Lo mismo
sucede con los seres humanos. Sin embargo, ¿qué problema vemos en
algunos cristianos? ¿Por qué esto no es correcto?
“Hay cristianos profesos que piensan que es su deber hacer que todos los demás
cristianos a ellos mismos. Este es el plan del hombre,
el plan de Dios. En la iglesia de Dios hay lugar para ca-
racteres tan variados como las flores de un jardín. En su jardín espiritual hay muchas
variedades de flores” (p. 33).
Conclusión
“Recuerden que somos obreros juntamente con Dios. Dios es el promotor todopode-
roso y eficaz. Sus servidores son sus instrumentos. Estos no deben separarse para trabajar
cada uno de acuerdo con sus propias ideas. Deben trabajar en armonía y tratarse con
bondad, cortesía y fraternidad []. No debe existir la crítica descomedida ni la destrucción
de la obra de otra persona. Juntos han de impulsar la obra hacia adelante” (p. 38).
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ci
Le c ó n
“A
lgunas personas pueden estar escuchando su último sermón, y otras
nunca más estarán en una situación donde podrán recibir la explica-
ción de la cadena de la verdad y donde se hará una aplicación práctica
de ella a su vida. Cuando se pierde esa preciosa oportunidad, se pierde
para siempre. Si Cristo y su amor redentor hubiesen sido exaltados en relación con
la teoría de la verdad, esto podría haberlos llevado al lado del Salvador” (pp. 47, 48).
“Con la unción del Espíritu Santo, que le dé una preocupación por las almas, no
despedirá a la congregación sin presentar ante ella a , el
único refugio del pecador, haciendo un fervoroso llamado que llegue al corazón de
los oyentes. Debe pensar que tal vez no habrá de encontrarse nunca más con estos
oyentes hasta el gran día del Dios Todopoderoso.
“En todo discurso debieran efectuarse fervorosos llamados a los oyentes para
que sus pecados y se
a Cristo” (p. 48).
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3. ¿Qué llamamiento debe hacerse cuando se presentan verdades decisi-
vas que involucran la vida y la muerte?
“En la obra de rescatar a las almas perdidas que perecen, no es el hombre el que
efectúa la obra de salvarlas; es Dios quien trabaja con él. Dios obra y el hombre obra.
‘Somos de Dios’ [1 Cor. 3:9]. Debemos trabajar en
formas e métodos dis-
tintos, permitiendo que Dios obre en nosotros para revelar la verdad y revelarlo a él
como el Salvador que perdona el pecado” (p. 56).
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Conclusión
“No estimulen la presentación de las Escrituras en forma alguna que despierte
vanagloria en la persona que abre la Palabra para enseñarla a otros. La obra para este
tiempo debe ubicar a los alumnos y a los obreros en un lugar donde traten con los te-
mas en forma seria, solemne y sencilla, para que no haya tiempo mal empleado en esa
gran obra. No yerren el blanco. El tiempo es demasiado corto para revelar todo lo que
debía conocerse; se requerirá la eternidad para conocer la extensión y la profundidad
de las Escrituras. Hay verdades que tienen más importancia para unas almas que para
otras. Se necesita habilidad para educar en el conocimiento de las Escrituras” (pp. 59,
60).
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ci
Le c ó n
5 Preparación
cuidadosa de la
familia para la misión
“S
i Cristo no se hubiera mantenido en la afirmativa en el desierto de
la tentación, habría perdido todo lo que deseaba ganar. El método
de Cristo es el mejor para hacer frente a vuestros oponentes. For-
talecemos sus argumentos cuando repetimos lo que ellos dicen.
Manténganse en la afirmativa. Puede ser que el mismo hombre que se les está
oponiendo llevará vuestras palabras a su hogar, y será convertido a la sensible
verdad que ha llegado a su comprensión” (p. 64).
1. En todas las áreas de nuestra vida nuestras palabras pueden lastimar
o bendecir, especialmente a quienes amamos. Al llevar el mensaje de
salvación, ¿qué cuidado debemos tener con nuestras palabras, especial-
mente cuando la otra persona se opone a la verdad?
“El amor debe ser el elemento predominante en nuestro trabajo. Cada ora-
dor, cuando habla a personas que no tienen las mismas creencias que noso-
tros, debe de realizar declaraciones que puedan
severas o consideradas como un juicio. Presenten la
verdad, y dejen que la verdad, el Espíritu Santo de Dios, actúe como un censor, como
un juez; pero que vuestras palabras no mortifiquen ni hieran el alma [...]. No pro-
nuncien ninguna palabra irritante. Guarden para ustedes mismos todos los discur-
sos incisivos que piensan presentar. Sean leales como el acero a los principios, sean
como la serpiente, pero inofensivos como la paloma.
Si no quieren que sus palabras hieran a otros, deben
solo las palabras que están seguros que no serán duras, frías ni severas” (pp. 64, 65).
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2. ¿Por qué es necesario preparar cuidadosamente a los nuevos conversos
antes del bautismo?
“Pero el pastor de la iglesia tiene un deber que cumplir para con estas almas. ¿Siguen
ellos malas costumbres y prácticas? Es deber del pastor
reuniones especiales con ellos. Deles , conver-
se y con ellos, y muéstreles claramente lo que el
Señor requiere de ellos. Léales la enseñanza de la Biblia acerca de la conversión.
Muéstreles cuál es el fruto de la conversión, la evidencia de que aman a Dios.
que la verdadera conversión es un cambio de corazón,
de pensamientos y propósitos. Han de a las malas cos-
tumbres. Han de desechar los pecados de la maledicencia, los celos y la desobedien-
cia. Deben sostener una guerra contra toda característica mala. Entonces el que cree
puede aceptar comprensivamente la promesa: ‘Pedid, y se os dará’ (Mat. 7:7)” (p. 70).
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de la iglesia, especialmente el ministro, en la predicación de la Palabra
de Dios? ¿Por qué?
Conclusión
“No existe una bendición mayor de este lado del Cielo que la que se experimenta
al ganar almas para Cristo. El gozo llena el corazón de los obreros que comprenden
que este gran milagro nunca podría haberse obrado por medio de los agentes huma-
nos, sino solo por medio del Ser que amó a las almas hasta la muerte. La presencia
divina está muy cerca de todo verdadero obrero, induciendo a las almas al arrepenti-
miento. Así se forma la hermandad cristiana. El obrero y las personas por quienes él
trabaja, son tocados por el amor de Cristo. El corazón toca el corazón, y la fusión de
alma con alma es como la relación celestial entre los ángeles ministradores” (p. 86).
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ci
Le c ó n
6 Fortalecidos para
la misión
“H
ay diferentes clases de trabajo que deben realizarse. Las almas
son preciosas para Dios; edúquenlas, enséñenles, cuando abra-
cen la verdad, a llevar responsabilidades. El que ve el fin desde
el principio, que puede fructificar la semilla, estará con usted en
vuestros esfuerzos” (p. 88).
“Los nuevos conversos necesitarán ser instruidos por fieles maestros de la Pala-
bra de Dios, para que en conocimiento y en amor a la
verdad, y hasta la plena estatura de hombres y mujeres
en Cristo Jesús. Deben estar ahora por las influencias
más favorables al crecimiento espiritual” (p. 89).
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3. ¿Qué actitudes muestran que el esposo es el vínculo de la familia? ¿Cuál
es su responsabilidad?
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Conclusión
“El bondadoso interés que manifestamos en el círculo del hogar, las palabras de
simpatía que hablamos a nuestros hermanos y hermanas, nos preparan para trabajar
por los miembros de la casa del Señor, con quienes, si permanecemos leales a Cristo,
viviremos durante la eternidad. Cristo dice: ‘Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la co-
rona de la vida’ (Apoc. 2:10). Puesto que esto es así, ¡con cuánto cuidado deberían los
miembros de la familia del Señor velar por sus hermanos y hermanas! Háganse amigos
de ellos. Si son pobres y necesitan alimento y vestido, atiendan sus necesidades tem-
porales tal como lo hacen con sus necesidades espirituales. En esta forma serán una
doble bendición para ellos” (p. 100).
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7 Firmes en la fe
“E
l Espíritu Santo debe trabajar en el instrumento humano porque en
caso contrario otro poder dominará la mente y el juicio. El conoci-
miento espiritual de Dios y de Cristo, a quien él ha enviado, constituye
la única esperanza del alma. Cada alma debe ser enseñada en Dios,
línea sobre línea y precepto sobre precepto. Esta debe sentir que es responsable
delante de Dios de ocuparse en el servicio por su Maestro, a quien le pertenece y
a quien se le pide que sirva en la obra de salvar a las almas de la muerte” (pp. 101).
2. Vivimos en una época en la que cada uno dice lo que quiere y defiende
ideas que dice que están en consonancia con la voluntad de Dios. ¿Por
qué es tan importante estar alerta?
“ puede hábilmen-
te el juego de la vida con muchas almas, y trabaja en una forma solapada y engañosa
para arruinar la fe de la gente en Dios y para desanimarla... Trabaja hoy como lo hizo
en el Cielo, para al pueblo de Dios en la etapa final
misma de la historia de este mundo. Procura crear disensión y hacer surgir contiendas
y discusiones, y trata de si es posible, los pilares anti-
guos de la verdad dados por Dios a su pueblo. Procura hacer aparecer a Dios como si
se contradijera a sí mismo” (p. 105).
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3. A
nte tantas enseñanzas erróneas en nuestros días y tantas influencias
negativas, ¿de qué deben estar conscientes los jóvenes de la iglesia?
¿Qué necesitan aprender?
5. L
a apostasía en la iglesia es un hecho, especialmente entre los jóve-
nes y los nuevos conversos. Es importante no desistir y llevarlos a la
reconversión. Cuando hay un verdadero arrepentimiento, ¿qué paso
se debe dar?
“El Señor pide una reforma decidida. Y cuando un alma en verdad se ha convertido
de nuevo, debe ser .
ella su pacto con Dios, y Dios renovará su pacto con ella... La reconversión debe
ocurrir entre los miembros, para que, como testigos de Dios, puedan testificar del
poder y autoridad de la verdad que santifica el alma” (p. 116).
6. P
ara reflexionar: Al final de la historia de este mundo, ¿qué pasará con
la iglesia? ¿Qué hacer para no ser engañado? (pp. 105, 106).
20
Conclusión
“La iglesia necesita despertar a una comprensión de los sutiles poderes de los
agentes satánicos, a los cuales debe hacer frente. Si se mantienen vestidos con la ar-
madura completa, serán capaces de vencer a todos los adversarios que los enfrenten,
algunos de los cuales no se manifiestan todavía [...]. Hombres y mujeres se han confe-
derado para oponerse al Señor Dios del Cielo, y la iglesia está despierta solo a medias
para hacer frente a la situación. Se necesita mucho más oración, mucho más esfuerzo
ferviente entre los profesos creyentes” (p. 107).
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ci
Le c ó n
“C
uando se pronuncia un discurso, se siembra simiente preciosa.
Pero si no se hace un esfuerzo personal para cultivar el terreno, la
semilla no se arraiga. A menos que el corazón sea ablandado y sub-
yugado por el Espíritu de Dios, se pierde gran parte del discurso.
Observen en la congregación a esas personas que parecen interesarse, y háblenles
después de la reunión. Unas pocas palabras habladas en privado a menudo harán
más bien que todo lo que ha hecho el discurso. Averigüen cómo apelan los temas
presentados a los oyentes, y si el asunto es claro para sus mentes. Con bondad
y cortesía, muestren que tienen un verdadero interés en ellos y cuidado por sus
almas” (p. 123).
1. El trabajo personal es fundamental para ganar almas. ¿Cómo proceder con
aquellos que no aceptan la invitación de asistir a las reuniones públicas?
“Si no vienen a la fiesta del evangelio a la cual los invita el llamado de Cristo, los
mensajeros de Dios acomodarse a las circunstancias
y llevarles el mensaje por medio de una labor de en
, extendiendo así su ministerio por los caminos y los
vallados para dar el último mensaje al mundo” (p. 126).
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3. ¿Cómo pueden los jóvenes ayudar a compartir la palabra del Señor
cuando no tienen el talento para predicar?
“Puede ser que nunca lleguen a ser capaces de presentar la verdad des-
de el púlpito, pero ellos podrían ir de en
, y señalar a la gente el Cordero de Dios que quita el
pecado del mundo. El polvo y la basura del error han enterrado las preciosas joyas
de la verdad; pero los obreros del Señor descubrir es-
tos tesoros, de manera que muchos los miren con deleite y asombro. Hay una gran
de trabajo, adaptado a diferentes mentes y a capacida-
des variadas” (p. 134).
5. Cuando llegue el fin de los tiempos, ¿qué pasará con las ovejas que se
han descarriado?
6. Para reflexionar: Hoy más que nunca vivimos momentos difíciles en to-
dos los ámbitos de la vida: hogares destruidos, violencia, abandono,
desamor, muerte, desastres naturales, injusticia, entre otros. En medio
de este caos Dios tiene un llamado para ti y tu familia. ¿Cuál es tu res-
puesta? ¿Cuál es nuestro deber? (ver pp. 149-151).
23
YO VOY...
Conclusión
“Ahora, cuando el fin de las cosas terrenales se acerca rápidamente, Satanás rea-
liza esfuerzos desesperados para entrampar al mundo. Inventa muchos planes para
ocupar las mentes y apartar la atención de las verdades esenciales para la salvación”
(p. 151).
“Nuestro santo y seña debe ser: ¡Adelante, siempre adelante! Los ángeles de Dios
irán delante de nosotros para prepararnos el camino. No podemos deponer nuestra
preocupación por las regiones lejanas antes de que toda la Tierra esté iluminada por
la gloria del Señor” (p. 152).
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