Experiencia Humana Intencionalidad
Experiencia Humana Intencionalidad
Experiencia Humana Intencionalidad
14 Investigaciones Lógicas, 2a. edic. castell., Rey. de Occid., Madrid, 1967, 2 vol.
15 M. Nijhoff, Haag, 1950.
16 Paris, Vrin, 1953.
17 T. 2, Apéndice, n. 6, p. 567.
LA INTENCIONALIDAD CONSTITUYENTE DEL HUSSERL IDEALISTA 33
18 T. 2, Apéndice, n. 8, p. 571.
19 T. 2, pp. 504-5.
20 Edic. cit., pp. 202-7.
34 JUAN ALFREDO CASAUBÓN
21 (boa. 5, art. 9, ad 2.
LA INTENCIONALIDAD CONSTITUYENTE DEL HUSSERL IDEALISTA 35
22 T. 2, Apéndice, n. 6, p. 567.
23 Edic. cit., p. 99.
24 Edic. cit., pp. 99-103.
36 JUAN ALFREDO CASAUBÓN
"diante los actos específicos del yo. Todas las funciones de la razón
"práctica [sic] en el sentido amplio del término, le pertenecen. En.
"este sentido, la razón lógica es, también ella, práctica ( . . . ) . Mien-
"tras que estas actividades cumplen sus funciones sintéticas, la síntesis
"pasiva, dándoles «la materia», continúa desarrollándose. La cosa dada
"en la intuición pasiva continúa apareciendo en la unidad de la in-
"tuición ( . . . ) . Pero esta última síntesis tiene su 'historia', que se ma-
"nifiesta en ella misma. Es gracias a una génesis universal que yo pue-
"do, yo, el ego, y desde la primera mirada, tener la experiencia de
"una 'cosa' ( . . . ) . Se dice con razón que en nuestra primera infancia
" (atuvo infancia el trasmundano 'yo trascedental'?) hemos debido
"aprender a ver las cosas y que tal aprendizaje debe preceder, desde
"el punto de vista genético, todos los otros modos de tener conciencia
"de las cosas. El campo de la percepción que encontramos «dado» en
"nuestra «primera infancia» no contiene por tanto nada de aquello
"que una simple mirada podría explicitar en «cosa» ( . . . ) ; podemos,
"el ego meditante puede, hundirse en el contenido intencional de los
"fenómenos mismos de la experiencia, y encontrar allí 'reenvíos' in-
"tencionales que llevan a una 'historia'; estos reenvíos permiten reco-
nocer en estos fenómenos 'residuos' de otras formas que les preceden
"esencialmente ( . . . ) ".
"Pero; aquí, encontramos las leyes esenciales de una constitución.
"pasiva de síntesis siempre nuevas que, en parte, precede a toda acti-
"vidad [sic] y, en parte, la comprende [sic]; encontramos una génesis
"pasiva de las apercepciones múltiples, como formaciones persistentes
"de habitus, que aparecen al yo central como datos 'totalmente hechos'
"y que, volviéndose actuales, afectan al yo e inclinan a la acción. Gra-
"cias a estas síntesis pasivas (que engloban también la obra de la sínte-
"sis activa) el yo está siempre rodeado de «objetos»".
II
2) La epojé es, pues, innecesaria. El "yo pienso" es, sí, una "cog-
nitio certissima" (Sto. Tomás) ; pero no es verdad apodíctica, sino
asertórica, porque no es necesario que yo piense, aunque sí es necesario
que mientras pienso, efectivamente piense, y por ello sé que existo; y
no podría formularse sin un previo conocimiento directo, cuyo objeto
son los entes mundanos.
3) Como ya lo viera Maritain en Les Degrés du Savoir 35, una
actitud refleja, segunda, no puede "anular" la primera, directa, ni dar
razón del contenido de ese nuestro conocimiento primero y directo.
Los centros subjetivos a que se va llegando por reflexión no pueden
ser transformados en origen de los contenidos directos. Ya lo dijo Gil-
son en su citado libro: "Entre todos los métodos, el más peligroso es
"el «método reflexivo»: el realista se contenta con la reflexión. Cuando
"la reflexión se convierte en método, ya no se limita a ser una refle-
"xión inteligentemente dirigida, sino que pasa a ser una reflexión que
',
constituye a lo real, en cuanto que su orden se convierte en el orden
"de lo real. El método reflexivo, cuando se mantiene fiel a su propia.
"esencia, supone siempre que el último término de la reflexión es tam-
"bien el primer principio de nuestro conocimiento; de donde resulta,
"naturalmente, que el último término del análisis debe contener vir-
"tualmente la totalidad de lo analizado, y, en fin, que lo que no puede
"volver a encontrarse partiendo del último término de la reflexión, o
"no existe o puede ser legítimamente tratado como no existente. Así
"es como el idealista se ve obligado a excluir del conocimiento, e in-
"cluso de la realidad, aquello sin lo cual el conocimiento no existi-
"ría 3°. La "constitución" husserliana es así, reconstitución de lo ya
34 E. GIL§ON, Op. cit., 2a. edic. Castell., Rialp, Madrid, 1952, p. 159. A. MILLAN PUELLES,
Op. cit., Rialp, Madrid, 1967, pp. 16-76.
35 5a. edic., Desclée, Paris, 1958, p. 196.
36 E. GusoN, op. cit, Vademecum, n. 19, p. 158.
LA INTENCIONALIDAD CONSTITUYENTE DEL HUSSERL IDEALISTA 43
87 De Potentia, q. 7, a. 9, c, princ.
38 I. GREDT, Elemento Philorophiae aristotelico-thomisticae, 9a. edic. rec., t. I, n. 471, .
Schol. 1, p. 366, Barcelona, Herder, 1951.
39 De Verit, 10, 4, C.
40 THOM. DE VIO, CAIETANUS, In / S. Theol., q. 55, a. 3, n. XII.
44 JUAN ALFREDO CASAUBÓN
41 Ortega y el núcleo de su filosofía, ed. Punta Europa, Madrid, 1959, p. 14. Cfr. C.
FABRO, La nozione metafísica di parteciPazione secondo S. Tommaso d'Aquino, Soc. Edit.
Internaz., 2a. edic., Torino, pp. 296-7: "El Angélico habla [...] con insistencia, aunque los
"modernos parezcan haberlo olvidado, de una participación de los cuerpos terrestres en
" las propiedades de los cuerpos celestes y de las sustancias separadas; según esta participación
" el cuerpo no se reduce a ser sujeto de generación y corrupción y solamente prinCipio de
" acciones y pasiones corpóreas, sino que alcanza a producir en el "mediuxn" físico una
" inmutación intencional que es semejanza de la forma y existe ante todo en vista del acto
"de la visión espiritual. El estímulo físico trae consigo, a través del «medium»,
" al órgano del sentido, la «similitudo» de que se habla, y mientras el estímulo físico
" modifica físicamente el órgano, aquella «similitudo», por él llevada, modifica gnoseoló-
" gicamente la facultad, informándola [...]". Y a continuación cita el autor el siguiente
texto de Sto. Tomás (traducimos) : "Debe saberse que el cuerpo tiene una doble acción;
" una, a saber, según la propiedad del cuerpo, como por ejemplo el obrar por el movimiento
"<esto, en efecto, es propio del cuerpo, el que, rmovido, mueva y ,obre); empero, tiene otra
" acción según llega hasta [attingit] el orden de las sustancias- separadas y participa en
" algo del modo de las mismas, así como las naturalezas inferiores acostumbran participar
"algo de la propiedad de las naturalezas superiores, como aparece en ciertos animales,
" que participan de alguna semejanza de la prudencia, la cual es propia del hombre. Esta
"es una acción del cuerpo que no tiene Por fin la tranismutación de la materia, sino el
" de cierta difusión de la semejanza de su forma en el medio, según la semejanza de la
" intención espiritual que es recibida, de la cosa, en el sentido o en el intelecto, y de esta
" manera el sol ilumina el aire, y el color multiplica su «species, en el medio" (De Potentia,
q. 5, a. 8) .
42 Edic. castell. Rey. de Occidente, Madrid, 1958, p. 350, nota 16.
43 S. PÉREz-ESPEjo, La reducción trascendental y el problema del alter ego en las
"Meditaciones cartesianas" de Husserl, Athenas-Ediciones, Cartagena, (España) , 1959, passim.
LA INTENCIONALIDAD CONSTITUYENTE DEL HUSSERL IDEALISTA 45
44 Cfr. R. W. SCHMIDT, S.J., .The domain of Logic according to Saint Thomas A quinas,
M. Nijhoff, The Hague, 1966, p. 122 ss. Es lo mejor sobre el objeto de la Lógica en
Sto. Tomás.
45 Die Krisis der europdischen Wissenschaften und die transzendentales Phdnomenologie
(1936) , en Husserliana, publ. por W. Biemel, M. Nijhoff, Haag, 1954.
46 El pensamiento de Husserl, trad., castell., F. de Cult. Econ., México, 1968; original
francés, Husserl, Éclitions Universitaires, Paris, 1964, passirn. Conf. Louis JUGNET, Problémes
et grands courants de la Philosophie, 2a. ed., 1974, p. 144.
46 JUAN ALFREDO CASAUBÓN
47 Cfr. Edith, Stein, par une moniale frangaise, Édit. du Seuil, Paris, 1954, pp. 164-165;
J. M. OESTERREICSER, Sept Philotsophes juifs devant le Christ, Paris, Les éditions du. Cerf,
1955, pp. 165-166; original inglés, Walls are crumbling. Seven Jewish Philosophers disco-ver
Christ, The Devin-Adair Co., N. York, 1952.
48 Cfr. C. FABRO, La nozione metafisica de parteciPazione secondo S. Tommaso
d'Aquino, ed. cit.; el mismo, Participation et Causalité, Louvain-Paris, 1961.
49 /n 1 Ethic., lect. 1, n. 1.