Ensayo-Gestación Subrogada
Ensayo-Gestación Subrogada
Ensayo-Gestación Subrogada
La gestación subrogada es una práctica que ha estado presente desde hace casi 50
años, para ser específicos, se origina en Michigan, Estados Unidos, ya que ahí es
donde se tiene documentado que se realizó por primera vez en 1976 y que
anteriormente se llamaba ¨subrogación tradicional¨.
En México no existe una legislación sobre la maternidad subrogada como tal, lo cual no
se cierra a que pueda existir abusos hacía las personas, desprotección para los
médicos o hasta problemas de identidad para los nacidos bajo este régimen.
Actualmente en nuestro país solo se encuentra regulada en dos de los treinta y dos
estados de la República, los cuales son: Tabasco y Sinaloa; aunque, algunas entidades
han comenzado a introducir la figura de la gestación subrogada en sus legislaciones
civiles.
Para el caso de Tabasco, viene legislado en el Código Civil de Tabasco Libro Primero
De Las Personas Título Octavo De La Filiación Capítulo VI Bis De La Gestación
Asistida y Subrogada. En Tabasco, la gestación admite dos modalidades según el
artículo 380 Bis 2, las cuales son: subrogada, la cual implica que la gestante sea
inseminada aportando sus propios óvulos y que, después del parto, entregue el recién
nacido a la madre contratante mediante adopción plena; y sustituta que implica que la
gestante sea contratada exclusivamente para portar en su vientre un embrión obtenido
por la fecundación de gametos de la pareja o persona contratante.
La gestación subrogada —como el aborto— es una de las prácticas que más divide a la
sociedad. Algunos consideran que se trata de una forma de explotación reproductiva,
otros consideran que bajo contextos de protección legal y médica puede ser más
igualitaria. Pero casi todas las visiones coinciden en una cosa: urge regular. No se trata
sólo de legislar, sino sobre todo de diseñar normas precisas y con perspectiva de
género que garanticen el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos, la
seguridad de las personas que buscan capacidades de gestación y generen
condiciones de igualdad para todas las partes.
Del otro lado está la posición que considera que una buena regulación hará posible que
la relación entre mujeres gestantes y padres de intención se produzca en condiciones
más justas. Esta postura también reconoce la agencia —la capacidad de decidir y
actuar en autonomía— que tienen las personas gestantes aun en contextos de
desigualdad.
En dicha ley se establecerían los requisitos y formalidades para que dicho contrato
pueda llevarse a cabo, así como garantizar la protección de los derechos sexuales,
reproductivos y de las familias, el libre desarrollo de la personalidad y fomentar el no
discriminar los derechos humanos; en dicha ley también establece los casos cuando
son matrimonios del mismo sexo y bajo que términos y condiciones se puede llevar a
acabo el contrato.